Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Crítica de libros ambiciones, que presentaba sus primeras Comunicaciones en un Congreso Nacional. Julio, que ya era un personaje en la Ginecología española, se me acercó, me animó, y recordó que mi padre y él tenían vinculaciones con el Hospital de la Cruz Roja (San José y Santa Adela), amén de una singular amistad. A comienzos de los ochenta, ambos fuimos vicepresidentes de la «Ginecológica Española» (actual SEGO), que presidía el profesor José Antonio Usandizaga. No olvidaré nunca aquellas Juntas, tan minuciosas por una parte, y t an entrañables en las sobremesas de algunos de los almuerzos que las sucedían. Por aquella ápoca, Julio fue el encargado de redact ar la emotiva Necrológica de mi padre, que se publicó en el primitivo Boletín de la Sociedad. M uchas gracias, Julio, por tu amistad que, en tu caso, no es una «palabra tan usada y a veces malgastada», como reza el primero de tus aforismos del libro. Pensar en voz alta es acercarse a los demás (Antología de citas y pensamientos diversos). Julio Cruz y Hermida. Prólogos: Hipólito Durán Sacristán y Fernando Díaz Plaja. 113 páginas. Formato: 21 x 13,5 cm. 2ª edición. Editorial M asson. Barcelona. 2000. Hace unos días que el profesor Julio Cruz y Hermida me envió este precioso libro, con una cariñosa dedicatoria y el ruego de que le hiciese la crítica para la Sección de Libros de Toko-Ginecología Práctica. Agradezco las tres cosas: la dedicatoria y el regalo, porque son pruebas indudables de nuestra larga y fecunda amistad, y el deseo de que le haga la crítica, porque me enaltece, considerándome capacitado para tal tarea. Sé que es difícil ser objetivo cuando hay sentimientos por medio, pero cuando la objetividad coincide con los sentimientos, es un verdadero placer. Conocí a Julio Cruz y Hermida hace mas de treint a años, concretamente en el Congreso de la Sociedad Española para el Estudio de la Esterilidad, como se llamaba entonces, celebrado en Bilbao. Yo era un crío con Toko-Gin Pract, 2000;59(7):387-389 Cruz y Hermida es un médico con larga experiencia profesional, un profesor universitario dedicado, y un profundo pensador. Tiene la enorme suerte de poseer el don de transmitir por escrito, de forma aparentemente sencilla y frecuentemente irónica, lo que se cuece en el interior de su mente brillante. Como observador fino de la realidad que le rodea, es frecuentemente crítico de la misma, pero sin acritudes ni amarguras, porque Julio es un hombre alegre que ve los aspectos positivos de la vida, y que transmite esa alegría. Otra característica de Cruz y Hermida es, sin duda, su valentía. En primer lugar, porque uno siempre se asusta de expresar por escrito sus pensamientos, o mas aun, sus sentimientos. En segundo lugar, porque no le importa ser criticado al afirmar sus convicciones que en muchos de estos «Pensamientos en voz alta» afloran sutilmente. En este mundo despersonalizado, materialista a ultranza, con una terrible crisis de los valores, ser sincero entraña frecuentemente un riesgo. Respecto a los objetivos del Libro, claramente se expresan en su título o en el primero de los aforismos del apartado «Pensamientos para pensar»: «Pensar en voz alta es acercarse a los demás. Pensar en voz baja es acercarse a uno mismo. No pensar es morir». En la Introducción, citando a Goethe, nos dice: «Todo lo bueno ya lo han pensado otros; sin embargo debemos intentar nuevamente pensar en ello». Al final del Prefacio a est a segunda edición, cit a a Joseph Roux: «Hay dos tipos de escritores, los que piensan y los que hacen pensar». Las máximas que nos ofrece Ju- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 388 CRÍTICA DE LIBROS lio, nos hacen pensar, y ahí radica precisamente la importancia del libro. Humildemente, el autor nos informa que son una especie de «guiños intelectuales que sirven de angarillas sentenciosas para poder sostenerse y marchar mejor». Es evidente que, con ese regusto a moralina, ese «vicio de pensar» y la «osadía de escribir los Pensamientos», no sólo son expresión de profundidad intelectual, sino especialmente de libertad de espíritu. Entre otras cosas, siempre acertadas, el profesor Durán Sacristán, en el prólogo a la primera edición, nos dice que leyó el libro «de un tirón». Yo tengo que reconocer que me ha ocurrido lo mismo, y eso es lo mejor que se puede decir de un libro, si no lo podemos dejar hasta el final. En esa línea de humildad que apuntábamos anteriormente, el autor se autoaconseja y aconseja a los demás, con una sentencia que expresa una auténtica y aprovechable cura de humildad: «Señor, permíteme seguir viendo la viga en el ojo ajeno y la paja en el propio, para continuar creyéndome lo que no soy». La obra está estructurada del siguiente modo: en primer lugar los magníficos prólogos de Durán Sacristán y Diaz-Plaja a las dos ediciones, seguidos de Introducción y Prefacio del autor que, como él mismo apunta, nos «introduce a modo de aperitivo, en el contenido de la obra». Las más de mil citas o máximas, se clasifican en diecinueve apartados, ordenados por orden alfabético y con el título repetido en el ángulo superior derecho de cada página, para su más fácil consulta. La lista de capítulos comienza con Amistad, Amor y Arrepentimiento, finalizando con Sexología, Sueño y Vejez. Los apartados mas extensos son, como es lógico, los de M edicina y M iscelánea. M uy brevemente coment aremos algunas citas que nos han llamado la atención: «Creía que tenía amigos y me he percatado de que sólo eran conocidos. Estos «conocidos», están mas próximos a los enemigos que a los verdaderos amigos». Como buen epicúreo, el autor hace una apología a la sobremesa después de una buena comida entre buenos amigos, donde la «tópica triada del café, copa y puro, junto a una charla distendida, son el mejor bicarbonato para ayudar a la digestión corporal y del espíritu». Y en su fervor por ese gran valor que es la Amistad, nos recuerda que «El mejor remedio para combatir el dolor de espíritu es la amistad verdadera». Sobre los animales, afirma que «el perro es el mejor amigo del hombre; lo que es más discutible es que el hombre sea el mejor amigo del perro». Recuerdo al respecto una frase parecida de Pío Baroja que decía: «El perro es el mejor amigo del hombre. ¡Vaya amigo que se ha echado el perro! ». Y siguiendo con los animales, Julio Cruz nos ilustra: «El cerdo es muy parecido biológicamente al hombre, menos en la higiene. Efectivamente, hay hombres más sucios que los cerdos». Toko-Gin Pract, 2000;59(7):387-389 Particularmente profundos son los pensamientos referentes a la Envidia, al Odio, o al Rencor: «La envidia nunca es sana, es enfermiza»; «Huye del envidioso. El día que te deje de envidiar, o te habrá destruido, o creerá que lo ha conseguido. La auténtica envidia muere solamente cuando muere el envidiado o el envidioso»; «Se puede matar a una persona con arma blanca, arma de fuego, estrangulándola, envenenándola, etc. ¡Ah! , también se la puede matar con la calumnia». «Los asesinos a distancia que aprietan el gatillo a través de terceras personas, son los peores». ¡Qué poderosa fuerza negativa tienen la calumnia y la maledicencia! La lectura de estas ideas me recuerdan la segunda Carta del Apóstol Pablo a Timoteo: «La palabra de los malvados corroe más que el cáncer». Nos ha llamado mucho la atención, y compartimos con el autor totalmente la crítica contra los eufemismos actuales de no decir las cosas por su nombre, como si así fuesen distintas: Residencia en vez de Asilo; Frenocomio en vez de M anicomio, Internos en vez de Presos. Y como él satiriza, «mediopensionistas» a los Internos que tienen permiso de día. Esto me recuerda lo que, no hace mucho, me decía una tía mía muy inteligente: ahora se llama hacer un M aster, lo que antes se llamaba un Cursillo, y tener una «relación sentimental» lo que antes llamábamos «un lío». En este mismo sentido, Cruz y Hermida nos dice que las «queridas» o «amantes» del ayer son las «amigas» de hoy. Dentro de la crítica a la televisión afirma que «la televisión hace a las familias más hogareñas, pero acaba robotizándolas»; «La televisión atenta a la intimidad de las personas, allanando sus moradas. Entra en los hogares sin mandato judicial». Como buen comedor que es don Julio, dedica un gracioso capítulo a la Gastronomía. Empleando ese humor surrealista a lo «Tip», nos dice que «la ostra es la blanca y alegre perla de los moluscos bivalvos. El mejillón es el triste molusco vestido de luto». Otras veces hace juegos de palabras: «Las patatas a lo pobre, son las más ricas». Haciendo gala de sus convicciones, manifiesta en el capítulo de Incongruencias: «Que unos digan NO a la pena de muerte y SÍ al aborto, mientras que otros digan NO al aborto y SÍ a la pena de muerte». O que «en los años cuarenta no existían, Alberti, Lorca y Antonio M achado, y ahora quienes no existen sean: Pemán, M arquina o M anuel M achado». En el capítulo dedicado a la medicina, que es uno de los más amplios (180 citas) hay todo tipo de pensamientos: «Las endorfinas son los únicos opiáceos que se dan sin receta»; «La próstata es el órgano de la economía más económico para los urólogos». Dentro de este capítulo es lógico que en los aforismos obstétricos, el autor muestre sus preferencias: «La Ventosa es la hermana pobre del Fórceps; es, a éste, lo que el Aparejador al Arquitecto»; «El fórceps bajo es una ayuda, el alto una Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CRÍTICA DE LIBROS osadía»; «La histerectomía subtotal es una cobardía quirúrgica, en connivencia con cierto grado de ineptitud»; «El médico que no genera anticuerpos entre sus colegas es un puro milagro inmunológico»; «Las tres normas para asistir un parto son: saber obstetricia, tener a mano al anestesist a y al neonatólogo y, sobre todo, haber suscrito una Póliza de Responsabilidad Civil y Penal». Finaliza este capítulo con una curiosa lista de refranes obstétricos: «Si el feto saca la mano, mejor que la partería, la cirugía», «Placenta vieja, hijo canijo», «Teta grande no hace nodriza». En el de M iscelánea, hay de todo: desde la crítica al término actual de restauradores, que regentan un restaurante pero no restauran ninguna pintura antigua, a la cita de los «cantautores progres», que «ganan millones en sus galas, pero no reparten ese dinero entre los necesitados, protagonistas de sus canciones. Deberían solamente tocar la música y olvidarse de la letra, para no perder credibilidad en sus denuncias sociales.» Aunque Julio y yo estamos de acuerdo en nuestra debilidad por Roma y Sevilla, él piensa «que para hermanar estas dos ciudades maravillosas, debería cantar Pavarotti en la M aestranza y torear Curro Romero en el Coliseo». No estoy de acuerdo con el intercambio, pues ni soy aficionado a la ópera ni a los toros. Es cuestión de gustos. Siguiendo con su ironía, en la línea de «La Codorniz», nos enseña que los «pecados de cintura para abajo» se obvian con la anestesia epidural. En fin, no podemos ni debemos seguir descubriendo estos «Pensamientos en voz alta». Son mil citas profundas, amenas, divertidas algunas, tristes o melancólicas otras, que reflejan los múltiples aspectos de la vida. Interesantísimos son los capítulos dedicados a la M ujer, a la M uerte, a la Religión, al Sexo, a la Vejez y, sobre todo, los Pensamientos... para pensar, pues «La palabra sin pensamiento es muda». Bien, querido Julio, deliberadamente no he querido hacer una enumeración de tus múltiples méritos, como médico, como ginecólogo, como profesor o como escritor. Son de sobra conocidos. Quiero felicitarte por el acierto de esta segunda edición de este libro maravilloso, que me ha interesado, me ha divertido y, por encima de todo, me ha hecho pensar. A los que lean mis pa- Toko-Gin Pract, 2000;59(7):387-389 389 labras, les recomiendo que se hagan con este conjunto de citas. Podrán serles útiles, disfrutarán con su lectura, y serán más humanos. Léanlas «con el sosiego con que, estos pensamientos fueron creados». Lorenzo Abad M artínez Catedrático de Obstetricia y Ginecología. (M urcia. Agosto 2000). Ecografía en medicina materno-fetal. A. Kurjak y J. M . Carrera. Tapa dura 21 x 27. 916 páginas. 1.302 ilustraciones en color y b/n. Editorial M asson, S. A. Barcelona 2000. El contenido de este libro, que el lector disfruta con verdadero placer, está dividido en diez partes que engloban 72 capítulos, cada uno de los cuales presenta una gran cantidad de figuras de excelente calidad que facilitan la mejor comprensión de todos los temas desarrollados. Las partes en que está dividido comprende desde las Bases físicas y tecnología, Ecografía de la preimplant ación, implant ación y placent ación, Ecografía de la gestación normal y patológica del primer trimestre; M edicina fetal : Control ecográfico del feto y su entorno, Hemodinámica perinatal, la placenta humana; Patología fetal : Estudio ecográfico, Ecografía intraparto y postparto y por último Ecografía neonatal. Los autores que lideran este libro han logrado reunir colaboradores de renombrado prestigio, con una uniformidad de criterios en la utilización de los recursos tecnológicos que, asociados a la ecografía tradicional, evidencian la pot encialidad de los ult rasonidos en el estudio de la condición embrionaria y fetal. El texto conjuga el más riguroso criterio científico con consejos útiles y prácticos para la clínica, con numerosas referencias bibliográficas cuidadosamente tratadas. En definitiva, una gran obra que será de consulta obligada para todos aquellos que nos dedicamos al diagnóstico por ultrasonidos en medicina materno-fetal. J. M ontalvo M ontes C. A. Costales Badillo