La Constitución Política de los Estados Unidos

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La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Por tanto, y de acuerdo con las leyes anteriores y lo resuelto por la
Suprema Corte, se desprende:
... que las Compañías quejosas tienen a su favor los derechos deri­
vados de las concesiones petroleras expedidas por el Gobierno, que
fueron despojadas de esos derechos por virtud de las expropiación,
y que deben ser indemnizadas por esos mismos derechos porque
así lo manda el artículo 27 Constitucional, pues si las quejosas con
titulares de concesiones petroleras, que conforme a esas concesio­
nes tienen derecho de extraer y hacer suyo el petróleo existente en
los fundos respectivos, por toda la vida de tales concesiones y si el
Ejecutivo las despojó de ese derecho, debe pagárseles la indemni­
zación respectiva, la que ha de justificarse en función del petróleo
que se extraiga o que haya posibilidades de haber en los terrenos
amparados por tales concesiones.
Lo cual demuestra que dejó de aplicarse el artículo 27 constitucio­
nal, la Ley Minera de 1884,43 el artículo 194 de la Ley de Amparo, así
como la Ley del Petróleo y su Reglamento;
15o. No resulta cierto señalar que las quejosas afirmen que las autoridades
responsables “hayan afirmado ni en la resolución de 18 de octubre
Donald R. Richberg, abogado de las
compañías petroleras estadounidenses
que fueron expropiadas.
México D.F., 8 de marzo 1939
43
1892.
Vid Anexos 11, relativo a la Ley Minera de 1884, y 12, sobre modificaciones de la primera en
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
de 1938, ni en el informe, que no se debe indemnizar a las quejosas
por la expropiación que se les ha hecho del derecho de explotar en
virtud de sus concesiones”; el Juez carece de razón al considerar
que los actos reclamados por los quejosos son ciertos, pero se niega
a conceder el amparo;
16o. La sentencia no fue dictada conforme a la interpretación jurídica
de la ley ni a os principios del derecho;
17o. Que el Juez violó los derechos de las quejosas “porque desnaturaliza
los actos reclamados al citar y apreciar éstos o al negarse a apreciarlos,
tomándolos exclusivamente del resumen que de ellos se hizo en la
primera hoja de la demanda”;
18o. El Juez causó agravio a las quejosas “al considerar que existen causas
de improcedencia que fundan el sobreseimiento, y al negar el ampa­
ro ha dejado en pié todas y cada una de las violaciones reclamadas
en la demanda, de tal manera que la sentencia recurrida al negarse
a conocer y al no reparar esa violaciones se solidariza al Juez con las
autoridades responsables, originando también agravios como con­
ceptos de violación”, tal y como se consigna en las demandas inter­
puestas por las compañías petroleras.
El cinco de abril de 1939 los señores Quoyeser, Cabañas, Antoni y
Armstrong, en su carácter de representantes legales de las compañías
quejosas, mediante escrito dirigido al Juez Segundo de Distrito en Mate­
ria Administrativa del Distrito Federal, manifestaron no estar conformes
con la resolución definitiva, en razón de lo cual interponían un recurso
de revisión, con el número 697/38.
Se determina que el primer agravio aducido por las quejosas es fun­
dado, es decir, sí procede el juicio de amparo contra la Ley de 23 de no­
viembre de 1936, pues se aplicó a un caso concreto (el de las compañías
petroleras), “a las cuales viene a perjudicar mediante un acto concreto”,
violándose así las garantías individuales previstas en la fracción I del artícu­
lo 103 constitucional y a la fracción I del artículo 1o. de la Ley de Amparo
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en vigor. También faltó el Juez a la fracción V del artículo 73, y la fracción III
del artículo 74, así como al artículo 194, todos ellos de la Ley de Amparo,
sobre todo éste último, pues “previene que la jurisprudencia de la Supre­
ma Corte en los juicios de amparo es obligatoria”. El Juez considera “que
la promulgación de una ley es un acto consumado en forma irreparable, lo
cual, además de ser falso, contraría la jurisprudencia de esta Suprema
Corte de Justicia”, es por ello que si la ley “es atacada de inconstitucional,
tiene que depurarse mediante el juicio de amparo la intervención de
cada uno de los órganos del Poder Público [Legislativo y Ejecutivo] haya
tenido en su elaboración”.
De acuerdo con la Suprema Corte, el concepto de violación aducido
por la promulgación de la Ley de Expropiación del 23 de noviembre de
1936, es infundado, porque esta ley, publicada el 25 de noviembre del
mismo año “no es inconstitucional, en tanto que autoriza la expropia­
ción de bienes muebles; si la expropiación se lleva a cabo en virtud de un
acto de soberanía inherente al Estado, tomando en consideración que el
interés privado debe subordinarse al interés colectivo, y tomando en
cuenta que la propiedad es una función social, no hay razón para que
solamente el beneficio colectivo se realice a través de la expropiación de
bienes inmuebles y no pueda conseguirse esa misma finalidad tratán­
dose de bienes muebles”. Señalan que H. Berthelemi, en su obra Tratado
Elemental de Derecho Administrativo, edición de 1923, plantea que “ninguna
propiedad escapa a la expropiación, cuando ésta medida es reclamada
por el interés general”; y continúan apoyando esta idea en otras obras
relacionadas con la expropiación, como las de Edmond Picard (1885),
Sabino Álvarez Gendín (1928), Fritz Fleiner (1935) e incluso citan otras
leyes que hablan de expropiaciones (de materiales de construcción, de
patentes de invención –como las de una nueva arma o explosivo–) o el
mismo Código Civil de 1884, el cual en su artículo 761 establecía “Cuando
los objetos descubiertos fueren interesantes para las ciencias o para las
artes, se aplicarán a la Nación por su justo precio, el cual se distribuirá
conforme a lo dispuesto en los artículos 759 y 760”. Estas ideas fueron
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
contenidas en las Constitución de 1917 (y en las de 1824, 1836 y 1857),
pues en todas ellas se establecía que las expropiaciones solo podrían
hacerse por causas de utilidad pública y mediante indemnización. Sobre
éste último particular se señala:
El precio que se fijará como indemnización a la cosa expropiada, se
basará en la cantidad que como valor fiscal de ella figure en las oficinas
catastrales o recaudadoras, ya sea que este valor haya sido manifestado
por el propietario o simplemente aceptado por él de un modo tácito por
haber pagado sus contribuciones con esa base... Esto mismo se obser­
vará cuando se trate de objetos cuyo valor no esté fijado en las oficinas
rentísticas.44
Ahora se apoyan en diversas ejecutorias pronunciadas por la Supre­
ma Corte de Justicia de la Nación, para manifestar que la Constitución de
1917 concede al Estado facultades para llevar a cabo la expropiación
de muebles e inmuebles, de ahí que lo asiente como “cosa y objetos”. El caso
en cuestión es el de la señora Mercedes Castellanos viuda de Zapata, de 8
de diciembre de 1936, en donde se estableció que “al establecer las normas
constitutivas dichas [artículo 27], no se puede admitir que la expropia­
ción sólo pueda verificarse en bienes raíces”. Y con posterioridad también
señala “Es, pues, una inconsecuencia, pretender que la Constitución vi­
gente, que entraña un progreso jurídico y social respecto a la de 1857,
restrinja, la facultad de expropiar a la propiedad privada, que autoriza el
artículo 27 Constitucional, por causa de utilidad pública y mediante indem­
nización, puede afectar a toda clase de bienes de las personas, esto es, a
inmuebles, muebles, derechos...”.
Igualmente, se precisa que la Constitución de 1857
... establecía que la Ley determinaría la autoridad que debía hacer la
expropiación y los requisitos con los cuales ésta hubiera de verificarse;
también lo es que la Constitución de 1917 expresamente dispuso que
44
El subrayado es original del documento.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
la autoridad administrativa debía ser la única que hiciera la declaración
correspondiente, sin que diera ingerencia alguna a la autoridad judicial,
sino en el caso claramente fijado. [Y recuerdan que en la ejecutoria
del] ... dieciséis de febrero de 1937, Toca Núm. 5749/936/1a., relativo
al amparo en revisión promovido por los Ferrocarriles Nacionales de
México, sustentó el siguiente criterio: “en materia de expropiación no
rige la garantía individual de previa audiencia, consagrada en el artícu­
lo 14 del Código Político”. En efecto, el artículo 27 del mismo Código,
previene que las expropiaciones sólo podrán hacerse por causas de
utilidad pública y mediante indemnización...
Mujeres
entregando
animales para
pagar la deuda por
la expropiación
petrolera
Donativos foráneos para el
pago de indemnizaciones a
las compañías petroleras
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Son tres las condiciones que se exigen para que las autoridades puedan
expropiar los bienes de particulares:
Primero. Que la utilidad pública determinada por el legislador así lo
disponga.
Segundo. Que la declaración administrativa se dicte de acuerdo con
la ley respectiva.
Tercero. Que medie una indemnización.
Y en ninguna de ellas se consigna la previa audiencia del interesado,
por lo cual se deduce que el Constituyente no lo contempló y “es lógico
y jurídico reconocer que no rige en la materia de que se trata la garantía
antes expresada”.
Respecto al pago por indemnización, se afirma que la Constitución de
1857 claramente señalaba que el pago debía ser previo al acto de toma
de posesión de dichos bienes, mientras que en la de 1917 “cambió, deli­
beradamente el término “previo” por “mediante”, significando con ello
que la indemnización debe existir, pudiendo ser simultánea al acto, o
posterior.” Y para confirmar este hecho, citan el caso de Petra Pozos con­
tra actos del Gobernador de Veracruz, en la resolución de 19 de junio de
1926; el de Rafael Santibáñez (Toca Núm. 8498/36/2a.); el de Jacinto
González contra actos del C. Gobernador del Estado de Tlaxcala (Toca
Núm. 5197/38/1a.) fallado el 23 de noviembre de 1938; el de Wohler
Bartning Sucesores o el de Guadalupe Septién de Urueta de agosto de
1939.
La Suprema Corte cita algunos precedentes de Estados Unidos res­
pecto a indemnizaciones posteriores a la ocupación de bienes; entre ellos,
las ejecutorias “The Cherokee Nation vs. The Southern Kansas Railway
Company.­135 U.S.641,33­34 Lawyer’s Edition 295.­ Con fecha cuatro de
Julio de 1884, fué expedida una Ley mediante la cual se autorizaba a la
Empresa Ferroviaria Southern Kansas para tomar la extensión de tierra
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
necesaria para su vía, estaciones, líneas telegráficas, etc., facultándola
para llevar a cabo las expropiaciones necesarias para este fín”.
Como puede anticiparse, gran parte de estos terrenos se encontraban
en territorio de la tribu de indios Cherokee, y como el ordenamiento
prevenía que a falta de un acuerdo con los propietarios la indemnización
estaría fijada por tres comisionados nombrados por la Federación, los
indios consideraron violatorio de sus garantías estos procedimientos y
“ocurrieron en demanda de la protección federal en contra de dicha ley
ante la Suprema Corte de Justicia”; otro de los agravios señalados fue que
la ley era anticonstitucional (establece la imposibilidad de expropiar un
bien sin justa compensación), pues permitía a la empresa la ocupación de
las tierras “sin que ésta hiciera efectiva previamente la indemnización a
que tenía derecho”. La Suprema Corte americana sostuvo en uno de sus
considerandos que en verdad no se preveía ni se requería que se pagase
la indemnización “realmente antes de la ocupación de la tierra que haya
de tomarse”, pero era indudable que debía hacerse un pago por “indem­
nización antes de que sea perturbado en su posesión”.
La Suprema Corte de Estados Unidos falla diciendo “no puede haber
ninguna duda que si se hace una disposición adecuada sobre indemniza­
ción, se puede conceder autorización para tomar posesión mientras este
pendiente la investigación relativa al importe que deba ser pagado y antes
de la determinación final de este último”.
Otros casos citados fueron los de William A. Sweet vs. Christian Re­
chel.­ 159 U.S. 380, 39­40 Lawyer’s Edition 188., del 1° de junio de 1867,
en donde la Legislatura del Estado de Massachusetts expidió una ley que
facultaba al Ayuntamiento de Boston a expropiar con fines de salubridad
pública, tierras con construcciones, “sin otro requisito que proceder
desde luego a tomar posesión de las mismas”, e inscribir 60 días después
en el Registro de la Propiedad una descripción de las tierras afectadas, y
concedía un año para que las personas que consideraran tener algún
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
derecho sobre las tierras expropiadas promovieran “una acción en los
tribunales locales demandando la fijación y el pago de los daños o indem­
nización correspondiente”. En este caso la Suprema Corte decidió:
La municipalidad no tiene dinero especialmente presupuestado para el
objeto que los artículos sobre daños de la ley prescriben, ni ninguna
facultad o autorización legal expresa para recaudar, presupuestar, o
pagar dinero por tal concepto, sin embargo como dicha ley dispone que
cualquiera persona que sufra daño... puede recuperar ese daño... en los
términos prescritos por la ley para obtener un pago por los daños que
sufra cualquier persona cuyo predio sea expropiado para la construc­
ción de una carretera; y como existe una ley de carácter general que
contiene disposición apropiada para esa recuperación, la cuestión rela­
tiva a la solvencia no parece ser de importancia.
También se citan los casos de Haverhill Bridge Props. vs. Essex Country
Commers, 103 Massachusetts 120; el de Adirondack Railway Co. vs. People
of The State of New York. 176 U.S. 335, 43­44 Lawyer’s Edition 492, del
año de 1897; el de Backus vs. Fort Street Union Depot Co., 169 U.S.557,
42 L. ed. 853,18 Sup CT.Rep.445; el de Re New York, 99 N.Y.569, 2 N.E.
642; Sweet vs. Reche, 159 U.S.400, 40 L. ed. 196, 16 Sup. Ct.Rep.43; el
juicio de A. Backus, Jr. & Sons and Absalom Backus, Jr. vs. Fort Street
Union Depot Company. 169 U.S. 557, 41­42 Lawyer’s Edition 853; o el de
Crozier vs. Fried Krupp, 224 U.S.290, 56 L. ed. 771, del 25 de junio de 1910,
cuando “el Congreso Federal americano autorizó al Gobierno Federal
por medio de una ley que dictó al efecto para que expropiara e hiciera
uso de inventos patentados de particulares dando como único recurso
para obtener la indemnización el que estos podían promover un juicio
contra el Gobierno ante la Corte de Reclamaciones”.
Se comenta que en otros países, como Alemania, “se puede llevar a
debido término un acto expropiatorio, por causas de utilidad nacional,
aún sin que se compense el bien o bienes expropiados con indemnización”,
y citan a Fritz Fleiner con su obra Tratado sobre Instituciones de Derecho Admi­
nistrativo, en su edición de 1935, quien anota “La Constitución del Reich
no admite sin reservas la primera y más importante pretensión de la garantía
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
de la propiedad, respecto a que la expropiación no puede efectuarse sin
justa indemnización”, la cual es imperfecta, no completa, pero “adecua­
da”, y lo que es más sorprendente “la Constitución permite a la Legislatu­
ra del Reich –no a las Legislaturas de los Estados particulares– el llevar a
efecto una expropiación sin indemnización”.45
Sobre el concepto de violación que argumentan las compañías pe­
troleras al ser promulgado el Decreto Expropiatorio del 18 de marzo de
1938, aseguran que es inconstitucional, pues por su carácter indetermi­
nado, por la extensión de las actividades petroleras que engloba, por el
número de compañías afectadas y por la esfera de acción de aquellas en
la industria petrolera, y por lo dicho por los altos funcionarios del Gobierno,
Estación de bombeo de petróleo Número 4, La Laja, de la Huasteca
Petroleum Co.
45
El subrayado es original del documento.
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
se trata de “la nacionalización de la industria petrolera, siendo ese propó­
sito inconstitucional, pues el Estado no puede dedicarse a una industria en
competencia con particulares, ni menos absorberla por completo, pues
el artículo 89 Constitucional limita las facultades del Ejecutivo...”, advir­
tiendo además que puede tratarse de un monopolio, prohibido también
por la Constitución de 1917 en su artículo 28. Este agravio se parece al sos­
tenido en el caso Mc Culloch vs. Maryland 17US316 (1819), en donde el
Estado de Maryland le negó facultades al Gobierno Federal para estable­
cer un banco o una corporación y la Suprema Corte de Estados Unidos
desechó este argumento.46
Entre las causas que motivaran el Decreto Expropiatorio, de acuerdo
con la Suprema Corte, destacan claramente las siguientes:
a) Que las empresas petroleras fueron condenadas a implantar nue­
vas condiciones de trabajo por el Grupo Número 7 de la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje, aunque no aceptaron el lau­
do pronunciado, pese a que fue declarada su constitucionalidad
por ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
b) Negarse a acatar el laudo referido, al manifestar que estaban inca­
pacitadas económicamente para hacerlo
c) Lo anterior trajo como consecuencia la aplicación del artículo
123 constitucional, fracción XXI, la cual establece “que si el patro­
no se negare a someter sus diferencias al Arbitraje o a aceptar el
aludo pronunciado por la Junta, se dará por terminado el con­
trato de trabajo y quedará obligado a indemnizar al obrero con el
importe de tres meses de salario...”.
d) Ese hecho significaría la paralización total de las actividades de
la industria petrolera, de ahí que el Poder Público interviniera
para evitar graves trastornos en el país
46
Vid volumen tres de esta misma colección, en donde se explica en una nota este caso de la
justicia norteamericana.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
e) El Estado, siguiendo el espíritu del artículo 27 constitucional,
consideró necesario velar por la “conservación, desarrollo y aprove­
chamiento del petróleo”.
Por lo anterior consideran que el Gobierno no se propuso acaparar
la industria petrolera, y mucho menos crear un monopolio o estanco de
ninguna naturaleza, pues algunas compañías siguieron realizando activi­
dades a la par que “Petróleos Mexicanos”, con todas las garantías nece­
sarias. Se destaca también el hecho de que otorgar concesiones para la
explotación de recursos es una facultad del Estado, más no una obli­
gación, como pretenden señalar, de manera velada, las quejosas; la Ley
del Petróleo faculta al Ejecutivo “para designar zonas de reservas petrole­
ras, que sólo pueden ser explotadas directamente por la Nación o por
medio de contratos­concesiones que se sujeten a condiciones especiales”.
Esto mismo corrobora el hecho de que no se violenta el artículo 28 cons­
titucional, que prohíbe los monopolios, pues la explotación de estos
recursos puede hacerse a través de contratos­concesiones otorgados por
el Estado.
Las quejosas también argumentan que se violó el artículo 4o. cons­
titucional (actualmente 5o.) en su perjuicio, el cual garantiza la libertad
de trabajo; esto no es así, pues, como señala la Suprema Corte, el Decreto
Expropiatorio se reduce a declarar que los bienes cambian de titular
(ahora pasan a ser propiedad del Estado), “sin que se impida a las quejo­
sas dedicarse a la industria, comercio y trabajo que les acomode, siendo
lícitos”, pues éstas “han conservado su personalidad y su capacidad ju­
rídica para dedicarse a operaciones mercantiles o industriales, sin que al
respecto existan actos de autoridad judicial que les impidan esas activi­
dades; y tan es así, que las Compañías han solicitado el presente juicio de
garantías, acudiendo antes ante las autoridades administrativas, haciendo
valer el recurso que les concedía la ley”.
Otro hecho señalado como violatorio de sus garantías, fue el relativo
a que no se individualizaron los bienes en concreto que eran expropiados;
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
para la Suprema Corte el Decreto de Expropiación es muy claro, lo mis­
mo que el artículo 27 constitucional, pues se habla de expropiar “los
bienes” en general, es decir, todos aquellos bienes muebles e inmuebles
que fueran propiedad de las compañías petroleras al momento de ejecu­
tarse el Decreto, y así lo hicieron los diversos órganos del Poder Ejecutivo
facultados para llevar a término ese acto; no se trataba de describir de
manera minuciosa los bienes expropiados, señalando número y ubicación
de la propiedad, como si se tratase de una casa, de ahí que no se considere
fundada esta violación.
El punto relativo al pago por concepto de indemnización que pres­
cribe el artículo 3o. del Decreto Expropiatorio, especifica que éste se hará
“en un plazo que no excederá de diez años, y que los fondos para hacer
el pago los tomará del tanto por ciento que se determine posteriormente
de la producción de petróleo”. Para las quejosas, se trata de una confis­
cación, pues tanto el petróleo que brota como el que está en los yacimien­
tos constituye un valor patrimonial de la empresas, “y si se les expropia de
este valor y sólo reciben un tanto por ciento del petróleo que siga brotan­
do, quedará una porción del bien expropiado que no se indemnice, vio­
lándose el artículo 27 Constitucional, pues la apropiación debe hacerse
mediante indemnización”. Para la Suprema Corte esta afirmación es inexac­
ta, pues el artículo 27 de la Constitución reafirma los derechos que el
Estado tiene sobre el suelo y el subsuelo, esto es:
desde los tiempos de la Colonia, [pues] corresponde a la Nación el
dominio directo de todos los minerales o substancias que en vetas,
mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea
distinta de los componentes de los terrenos, entre los cuales se encuen­
tra el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o
gaseosos, cuyo dominio directo es equivalente a un derecho de propie­
dad que no admite otro derecho concomitante, y el cual tiene las carac­
terísticas de ser inalienable e imprescriptible, y a los particulares o
Sociedades civiles solamente se les conceden permisos para extraer el
petróleo, y hacer suyo el que extraigan...
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Plantear la cuestión de propiedad del petróleo yacente, señala la Su­
prema Corte, es “pretender que el Poder Judicial constituido, juzgue de
las facultades del Poder Constituyente, y esto a la luz de la más rigurosa
crítica jurídica es inadmisible”. De igual manera se alega la idea de la
aplicación retroactiva de la ley en contra de las quejosas; la Corte aclara
que desde la Constitución de 1857, en su artículo 14, se consigna “No se
podrá expedir ninguna ley retroactiva”, y que también queda consagrado
en el artículo también 14 pero de la Constitución de 1917, “A ninguna ley
se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”. Pero también
precisan que “si se trata de una ley que arregle el ejercicio de la propiedad
y si ésta ley no dice que ella se aplique solamente al porvenir, nada impide
que el Juez la aplique de manera que rija al pasado”; en otras palabras, el
Juez tiene el “derecho, o por mejor decir, el deber de escrutar la inten­
ción del legislador, puesto que está obligado a obedecerlo”. Autores como
Maurice Duvergier y Henry Campbell Black (en su Obra sobre formación e
interpretación de las leyes, 1911) expresan algunas ideas sobre la retroactivi­
dad, en particular éste último señala:
12. Una disposición Constitucional no debe ser interpretada con efecto
retroactivo, a menos que esa sea la intención inequívoca de las palabras
usadas o el designio evidente de sus autores.­ La regla invariable es que
una ley se interpretará de manera que opere para el futuro únicamente,
a menos que las palabras usadas, o el designio patente de los redactores
de la ley, por ser tan claros que no admitan ninguna duda requieren
que éste tenga un efecto retroactivo...
Algo que debe tenerse presente en este aspecto, es la utilidad social
y el interés general, y la regla a aplicar es “que la ley rige el pasado cuan­
do lleva por objeto un interés general y no tiene enfrente sino intereses
individuales”, pues no debe olvidarse que “la sociedad no es otra cosa que
el predominio de los intereses generales sobre los intereses individuales”,
tal y como sucede en el caso del Decreto Expropiatorio de 18 de marzo
de 1938.
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
En la ejecutoria pronunciada por la Suprema Corte el 18 de noviembre
de 1935, con motivo del amparo solicitado por “La Concordia, Compañía
Petrolera y Urbanizadora Franco Mexicana, S.A.”, Toca Núm. 1252/29/2a.,
se analizó el artículo 27 constitucional, llegando a la conclusión de que
correspondía a la Nación el dominio directo de todos los minerales o
sustancias del suelo y subsuelo, y por lo tanto, “la Compañía quejosa no
puede alegar tener derechos de propiedad sobre el petróleo que se en­
cuentra en el sub­suelo de los terrenos en cuestión, a pesar de que dichos
terrenos le pertenezcan desde antes de 1917, pues desde que entró en
vigor la Constitución Federal de 1917, todas las riquezas del sub­suelo
que se enumeran en este considerando, pasaron a ser propiedad de la
Nación, por lo cual debe negarse a la Compañía quejosa el amparo que
solicita... [sic]”. Caso semejante ocurrió en la ejecutoria pronunciada el
28 de junio de 1936, en el amparo pedido por la “Compañía Petrolera
el Agwi, S.A.”, Toca núm. 5320/34/2a., en donde se advierte que “el pe­
tróleo mientras permanece en el sub­suelo no es susceptible de ingresar
al patrimonio de los particulares, ni en la forma jurídica de propiedad ni
en la de posesión y que solamente cuando es extraído del sub­suelo puede
ser considerado como de la propiedad o de la posesión de la persona que
lo extrajo en virtud de permisos que le fueron concedidos para ese efecto”.
Se aclara que desde el día primero de mayo de 1917, “solamente la
Nación es dueña, por tener el dominio directo de todo el petróleo que
se encuentre en el territorio nacional., ya en el subsuelo o en la super­
ficie, en los términos del artículo 27 párrafo cuarto de la Constitución
General de la República”. Por último, en la resolución pronunciada
el 29 de junio de 1938, con motivo del amparo solicitado por “Byrd
Trylling Company, S.A.”, Toca núm. 7910/36/2a., reiteró la Suprema
Corte que “El petróleo que permanece en el subsuelo pertenece en
dominio directo a la Nación, la que por medio de concesiones faculta
a los particulares a extraerlo y a hacer suya la producción obtenida...
No debe confundirse esta transmisión de dominio, como equivoca­
damente se pretende en la demanda, con la del petróleo extraído...”.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Mensaje presidencial a la Nación, por Lázaro Cárdenas en 1938
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Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
En apoyo a estas ejecutorias, se citan varias resoluciones dictadas por
varios tribunales de los Estados Unidos, como los casos de Jones vs. Forest
Oil Company (enero de 1900), 194 Pa. 379, 44 Atl.1074; el de State ex rel.
Corwin vs. Indiana &.Oil Gas, &Min.Co. 120 Ind 575, 6 L.R.A. 579, 22 N.E.
778; el de People’s Gas Co. vs. Tyner, 131, Ind.227,281, 16 L.R.A.443,31
N.E. 59; el de Brown vs. Vandergrift, 80 P._142; el de Townsend vs. State,
147 Ind. 624,37 L.R.A 294,49 N.E.14, o el de la Ohio Co. vs. Indiana, 177
U.S.190 202, 208 y 209, 43­44 Lawyer’s Edition, en donde, a grandes ras­
gos, se menciona que “el derecho de propiedad no nace sino hasta que
los objetos particulares de ese derecho se convierten en un bien propio
al ser reducidos a posesión material”.
Es por ello que la Suprema Corte sólo ha reconocido a los superficia­
rios el “derecho de explorar y explotar el subsuelo, pero nunca ha recono­
cido derechos de propiedad en el petróleo del subsuelo”.
También se hace una referencia a la concesión otorgada por la Nación
para la explotación de este recurso, y de nuevo la Suprema Corte recurre
a ejemplos de casos suscitados en los Estados Unidos, que bien pueden
servir para ejemplificar el que acontece en el país. Los casos de la United
Railways and Electric Company of Baltimore vs. Public Service Commission
of Maryland, 280 U.S. 234,257; el de la Georgia Railway & Power Co. vs.
Railroad Commission (262 U.S. 625) de 1923; el de la Clark’s Ferry Bridge
Co. vs. Public Service Commission of Pennsylvania (291 U.S. 227,238), de
1934; sin dejar de citar a autores como James C. Bonbright y su The Valuation
of Property, Lewis Orgel con su Valuation Under the Law of Eminent Doman;
lo anterior sirve para demostrar que “no existe ninguna distinción, ni
jurídica ni económica, entre el valor que sirve de base para la elaboración
de tarifas y el que sirve de fundamento para calcular el monto de la indem­
nización en los casos referentes a expropiaciones, pues la garantía cons­
titucional que rige para estos dos casos es la misma”.
Como el Estado garantiza el pago de la indemnización, no se viola
la garantía de que los fondos para hacer el pago respectivo se tomarán de
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
la producción del petróleo y sus derivados. Tampoco es fundada la pre­
tendida violación relativa a que no podrá pagarse en diez años el monto
correspondiente a esta expropiación, pues como señala la Suprema Corte,
“aún no se conoce cual es el monto a que asciende la indemnización, [y]
las quejosas en este otro particular también se aventuran a hacerse una
suposición sobre hechos desconocidos”.
Respecto al hecho de que a primera hora del sábado 19 de marzo de
1938, los funcionarios de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y
de la Economía Nacional ocuparon sin previa notificación y sin orden
escrita los bienes de las compañías petroleras, así como todos los objetos
que en ella se hallaban, como dinero en efectivo, archivos, correspon­
dencia, libros de contabilidad y documentación en general sin que hubie­
ra algún representante de las compañías expropiadas, se destaca el caso
especial de la Compañía “El Águila”, S.A., quien no era propietaria del
edificio ocupado, afectando de esta manera la expropiación a un tercero.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha reconocido este error, al
excederse en sus facultades al ejecutar el Acuerdo Expropiatorio.
El Gral. Lázaro Cárdenas comiendo con campesinos, 1936
143
144
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Los abogados de las quejosas mencionan que los agentes de la Secre­
taría de la Economía Nacional “han estado cobrando las facturas insolutas
expedidas por sus representadas con anterioridad al Acuerdo Expropia­
torio, y asímismo se han facturado y cobrado aquellas mercancías que ya
habían sido entregadas a los compradores antes del referido Decreto
Expropiatorio”; también señalan que han seguido usando los talonarios
de las facturas con el nombre comercial de las quejosas, por personas
ajenas a ellas. Sobre este punto, aclara la Suprema Corte, que “procede la
concesión del amparo, pues esos créditos no pudieron quedar compren­
didos dentro de los efectos del Derecho Expropiatorio, violándose, por
lo mismo, la garantía individual del artículo 16 Constitucional; siendo los
efectos de la concesión del amparo, el que el importe cobrado se devuel­
va a las Compañías”.
Más grave aún, argumentan las quejosas, es que “se abrió la corres­
pondencia dirigida a las Compañías”. Esto último fue totalmente desmen­
tido, pues el Director General de Correos y Telégrafos, Alfonso Gómez
Morentín:
... manifestó que efectivamente la correspondencia dirigida a las Compa­
ñías a que se refería la interpelación, no había sido entregada a las mis­
mas en virtud de que varias personas reclamaban la entrega de la misma
correspondencia, agregando que el procedimiento seguido por esa
Dirección de Correos, estaba fundado en el artículo 593, de la Ley
General de Vías de Comunicación que manda que en caso de que a la
vez concurran dos o más personas a una Oficina de Correos, alegando
tener derecho a la entrega de una misma correspondencia se suspen­
derá dicha entrega, hasta que se decida la controversia por la autoridad
competente.
Las reclamantes en este caso fueron el Consejo Administrativo del
Petróleo, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexi­
cana y las Secretarías de Hacienda y de la Economía Nacional, éstas últimas
“no con todas las formalidades de rigor”.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Ministro José María
Truchuelo
Resolución
Por lo expuesto, y con base en los artículos 103 y 107 constitucionales, así
como los 90 y 91 de la Ley de Amparo, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación resolvió lo siguiente:
Primero. Se modifica la resolución del Juez Segundo de Distrito en
Materia Administrativa, del Distrito Federal, del 17 de marzo de 1939.
Segundo. Se sobreseen algunos actos del Decreto Expropiatorio de 18
de marzo de 1938, consistentes en haberse posesionado de la corres­
pondencia, de bienes de terceros y usar los talonarios de las quejosas.
Tercero. La Justicia de la Unión ampara y protege a las compañías petrole­
ras en lo relativo a algunos actos de ejecución, como la toma de posesión
de los libros de contabilidad, archivos, cuentas y documentos, así como el
cobro de créditos pendientes, de dinero en efectivo y otros valores.
Cuarto. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a las Compañías
Mexicana de Petróleo “El Águila”, S.A., Naviera “San Cristóbal”, S.A.,
Naviera “San Ricardo”, “Huasteca Petróleum Company”; “California
Standard Oil Company of México”; “Richmond Petróleum Company of
México”, Compañía de Gas y Combustible “Imperio”, S.A., Compañía
Petrolera del “Agwi”, S.A.; “Consolidated Oil Companies of México”,
“Penn Mex Fuel Company”, la “Sinclair Pierce Oil Company”, S.A., la
“Mexican Sinclair Petroleum Corporation” y la “Stanford y Compañía”,
Sucesores; contra actos del H. Congreso de la Unión y los CC. Presidente
145
146
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Ministro José María
Truchuelo
Ministro Abenamar Eboli
Paniagua
Ministro Rodolfo Asiain
Aguilar
Ministro Fernando López
Cárdenas
Ministros de la Segunda Sala de la SCJN que resolvieron el amparo promovido por
las Compañías Petroleras “El Águila” y otras, en el Expediente 487304
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
de la República y Secretarios de Estado y del Despacho de Hacienda y
Crédito Público, de la Economía Nacional y de Gobernación, pues se
decretó la expropiación por causas de utilidad pública y a favor de la
Nación. Por este hecho se ordenó a la Secretaría de Economía Nacional
y a la de Hacienda, proceder a la inmediata ocupación de los bienes de
la expropiación, y además de dispuso que ésta última Secretaría hiciera el
pago por indemnización a las Compañías petroleras en efectivo, en un
plazo que no debería exceder de diez años. De tal manera que no era de
revocarse la declaración de expropiación contenida en el Decreto de 18
de marzo de 1938.
Quinto. Por unanimidad de votos, así lo resolvió la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y sólo en el punto cuatro el
C. Ministro José M. Trechuelo concedió el amparo a las Compañías
quejosas, “en lo que atañe a la expropiación de bienes muebles, mani­
festando que formularía su voto particular en ese punto”.
La Segunda Sala se encontraba conformada por los Ministros José M.
Truchuelo, Abenamar Eboli Paniagua, Rodolfo Asiain y Fernando López
Cárdenas, fungiendo como secretario Alberto Magaña Pérez.
Respecto al expediente 480593, el caso se resume en que la Com­
pañía Mexicana de Petróleo “El Águila”, S.A. y coags., en el Toca Número
2902/39, había presentado otro amparo mientras se resolvía el asunto
principal, pero al resolverse la ejecutoria del dos de diciembre de 1939
(al arriba reseñado), “sobreseyendo en el juicio en parte, amparando en
otra y negado en otra parte el amparo, procede declararse que carece de
materia este mismo incidente”. Por esta razón se resuelve “carece de ma­
teria el incidente de suspensión a que este Toca se refiere”.
En suma, sólo nos resta citar unas palabras pronunciadas al interior
de la Suprema Corte sobre los pretendidos derechos de las compañías del
petróleo del subsuelo, obtenidos desde muchos años atrás, los cuales per­
tenecen únicamente a la Nación, tal y como lo estableció la Carta Magna
de 1917,
147
148
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
La Constitución no tiene pasado, no importa la entidad de los derechos
adquiridos con anterioridad a su promulgación; es la voluntad soberana
de un pueblo que a través de los Constituyentes, órganos genuinos de
su representación, establecen normas de convivencia política y social
con una única responsabilidad: el juicio de la Historia.
El general Eduardo Hay, secretario de Relaciones Exteriores,
entrega al embajador Daniel cheque por un millón de dólares en
pago de indemnizaciones a las compañías petroleras de Estados
Unidos. México, D.F., 31 de mayo 1939
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
8. Polémica sobre el control difuso de la constitucionalidad
Resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el juicio de amparo pro­
movido por la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., contra actos del Presidente del
Tribunal Fiscal de la Federación, Primera Sala del mismo Tribunal, Dirección Gene­
ral de Aduanas y Aduana de la ciudad de Piedras Negras, Coahuila, por violación
a los artículos 14, 16, 17, 21, 22 y 23 constitucionales47
Expediente relativo a la demanda de amparo solicitada por la Compañía
Telefónica de Sabinas, S.A., y al recurso de reclamación interpuesto por la
misma contra el acuerdo que admitió el recurso de revisión interpuesto
por el Subsecretario de Hacienda y el Jefe de la Aduana Fronteriza de
Piedras Negras contra la sentencia definitiva pronunciada en este juicio
de amparo.
Reseña
De acuerdo con este expediente, el 1o. de julio de 1929 la Secretaría de
Comunicaciones y Obras Públicas le otorgó a la Compañía Telefónica
de Sabinas, S.A., una concesión para el establecimiento y explotación de
un servicio telefónico, entre diversos puntos del Estado de Coahuila “así
como para conectar sus líneas con las de la Compañía Telefónica y Tele­
gráfica Mexicana”. Años más tarde, la misma Secretaría celebró un nuevo
contrato el 4 de noviembre de 1932, en el cual reformó las cláusulas pri­
mera, cuarta y dieciséis del contrato primigenio, y adicionó la cláusula
trigésima segunda,48 la cual fue autorizada por el titular de la Secretaría
47
(SCJN), Expediente: 466251, Fondo: México, Serie: Vacío, Año: 1941, No. de expediente: 4072,
Materia: Vacío. Promovente: Compañía Telefónica de Sabinas, S.A. contra actos del Tribunal Fiscal de
la Federación, Primera Sala del mismo Tribunal, Dirección General de Aduanas y Aduana de Piedras
Negras, Coahuila.
48
Esta cláusula señala:
“La Compañía, como compensación a los servicios de utilidad pública que va a prestar,
podrá importar, libres de derechos aduanales y de impuestos, ya sean éstos federales o lo­
cales, por el término de dos años, contados del primero de enero de 1932 al treinta y uno
de diciembre de 1933, los siguientes artículos para el establecimiento de las líneas que a
este mismo contrato se refiere, hasta por un valor de $ 75,000.00 (setenta y cinco mil pe­
sos) moneda nacional, con la obligación de que sean para uso exclusivo de la Compañía
en los mencionados servicios:
149
150
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
de Comunicaciones y Obras Públicas y refrendada por el titular de Ha­
cienda y Crédito Público, “sin objeción alguna”.
La citada compañía telefónica inauguró sus servicios en julio de
1932 y operó de manera normal hasta el 30 de junio de 1938, fecha “en
que interrumpió el servicio por causas de fuerza mayor y, por lo mismo,
procedió a levantar sus líneas e instalaciones conforme a lo dispuesto
por los artículos 32 y relativos a la Ley de Vías Generales de Comuni­
cación”. Para enero de 1939, la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A. en
Liquidación, obtuvo de la Compañía Comercial Eléctrica, S.A., se le per­
mitiera almacenar en sus bodegas los materiales y efectos que recogía
con motivo de la suspensión de sus servicios, “y, posteriormente, inter­
pretando erróneamente, pero de buena fé, las disposiciones de los artícu­
los 24, 25, 26 y demás relativos de la Ley General del Timbre, expidió
facturas respecto de los diversos materiales telefónicos que iba depo­
sitando en las bodegas de la Comercial Eléctrica, facturas que nunca
fueron autorizadas”. Hacia el mes de marzo, la Aduana Fronteriza de
Piedra Negras, Coahuila, inició el expediente número 14/939 en contra
de la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, “por el su­
puesto delito de contrabando que se hizo consistir en el hecho de que
mi representada había vendido los artículos que importó al amparo de
la franquicia contenida en la cláusula trigésima segunda de su contra­
to concesión, sin previo permiso de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, con violación del artículo 182 de la Ley Aduanal”.
55,000 kilogramos de alambre de cobre
10,000 kilogramos de alambre de fierro galvanizado
2,000 metros de cable de cobre, forro de plomo, de diversos números de conductores
y calibres
8,000 postes de madera creosotados, en parte o en toda su longitud
5 conmutadores para centrales telefónicas, y
400 aparatos telefónicos de diferentes tipos para pared, para mesa o escritorio.
Si los anteriores artículos fueren vendidos o aplicados a otros fines sin haber sido instalados
y usados por la Compañía en sus servicios, el reintegro de los derechos e impuestos causables
por la importación, será exigido a la Compañía por el Gobierno, sin perjuicio de los pagos esta­
blecidos para los casos de infracción a las leyes fiscales”.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
El doce de marzo de 1939 concluyó el procedimiento administrativo
respectivo, con una resolución emitida por el Administrador de la Adua­
na de Piedras Negras, quien creía que existían méritos suficientes para
presumir que la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., “había cometido
el delito de contrabando en los términos de los artículos 182 y 346 de la
Ley Aduanal citada, y que los efectos que se habían asegurado... en tal
procedimiento quedaban sujetos al pago de los impuestos de importa­
ción, adicionales y multas distribuibles que se hicieron ascender, según la
liquidación relativa, a la suma de $23,975.42 veintitrés mil novecientos
setenta y cinco pesos cuarenta y dos centavos”. Contra tal resolución, el se­
ñor Gabriel Reséndiz, Liquidador de la Compañía Telefónica de Sabinas,
S.A., interpuso el recurso de revisión ante la Dirección General de
Aduanas. Admitido el medio de defensa, se resolvió el 5 de junio, “deter­
minándose que era legal y se confirmaba aquella resolución de la Aduana
Fronteriza de esta ciudad [Piedras Negras]”.
Reséndiz tampoco estuvo conforme con esta determinación confir­
matoria de la Dirección General de Aduanas, y promovió un juicio de
anulación ante el Tribunal Fiscal de la Federación, el cual fue admitido
en la Primera Sala de ese Tribunal; en ella el fallo determinó “en el sen­
tido de declarar la validez de la resolución que, en revisión, pronunciara
la Dirección General de Aduanas antes aludida”.
Contra esta sentencia se inconformó Reséndiz, acudiendo en demanda
de garantías contra ella ante el Juzgado Segundo de Distrito en el Distrito
Federal, en Materia Administrativa, a través de Fernando G. Coronado,
apoderado de la Liquidación. Por cuestión de competencia, pasaron los
autos de ese juicio al Juzgado de Distrito en el Estado de Coahuila; el día
22 de mayo de 1941 dicha Sala concedió “el amparo y protección de la
Justicia Nacional contra aquella resolución de la Primera Sala del Tribu­
nal Fiscal de la Federación”. El tercer punto resolutivo de la citada senten­
cia señala:
151
152
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
TERCERO. La Justicia de la Unión ampara y protege a la Compañía Tele­
fónica de Sabinas, S.A. en Liquidación, representada en este juicio por
el señor Licenciado Fernando G. Coronado, contra los actos de que se
queja, consistentes: en la sentencia de veintiséis de septiembre de mil
novecientos treinta y nueve dictada por la Primera Sala del Tribunal
Fiscal de la Federación en el expediente número 2316/939 promovido
por la quejosa, y en la que se declaró válida la resolución de la Direc­
ción General de Aduanas pronunciada en el expediente número 14/939
en la que, a su vez, se declara legal la de la Aduana Fronteriza de este
lugar que considere a la quejosa como responsable de contrabando,
confirmando los impuestos de importación y penas administrativas que
trata de imponérsele; y en los actos de ejecución que, a virtud de la ante­
rior resolución, pretenden llevar a cabo las dos últimas Dependencias
aludidas.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como tercera perjudi­
cada y representada por el Subsecretario, así como la Aduana Fronteriza
de Piedras Negras, “no estuvieron conformes con ese fallo protector e
interpusieron contra él recurso de revisión”, es por ello que con funda­
mento en los artículos 83, fracción IV, 84, 85, 86 y demás relativos a la Ley
de Amparo, el Subsecretario de Hacienda, Ramón Beteta, el 9 de junio
Sabinas, Coahuila
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
de 1941 “interpone directamente ante esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación, el recurso de revisión, haciendo valer al afecto, los siguientes
agravios...”:
1) La cláusula XXXII del contrato concesión celebrado entre la Telefóni­
ca y la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y ratificado
por la Secretaría de Hacienda, “expresa que se otorgó a la Compañía
quejosa concesión para importar, libre de derechos e impuestos, de­
terminados materiales para la construcción de líneas telefónicas, y que
si esos artículos fueron usados o aplicados a otros fines sin haber sido
instalados y usados por la Compañía en su servicio, el reintegro de
derechos e impuestos causados por la importación serán exigidos por
el Gobierno sin perjuicios de las penas establecidas para los casos de
infracciones a las leyes fiscales...”, en donde sólo podrá enajenar la
compañía el material, la maquinaria y los implementos “en usos dis­
tintos de los que motivaron la franquicia mediante permiso de la
Secretaría de Hacienda”. Como la Compañía Telefónica de Sabinas,
S.A. en Liquidación vendió material al amparo de la concesión que
le otorgó el Gobierno Federal “sin el permiso correspondiente de esta
Secretaría, sin tomar en cuenta la prevención que establece el artícu­
lo 27 de la Ley de Vías Generales de Comunicación anterior a la vi­
gente”, por lo cual incurrió la Compañía Telefónica como infractor
a la ley relativa y debía exigírsele el pago de impuestos deducidos en
proporción al tiempo en que se haya utilizado este material (pago
de los impuestos de importación). Es por ello que tanto la Dirección
General de Aduanas como la Sala responsable que validó esa resolu­
ción, “no violaron en perjuicio de la Compañía ninguna garantía
individual, desde el momento en que si para los efectos fiscales la in­
fracción cometida debía penarse con una sanción igual al contraban­
do”. Aunque por un tiempo la compañía haya instalado los servicios
públicos a los que se comprometió al otorgársele la concesión, “no es
apta para librar a la Compañía del pago de los impuestos a la importa­
ción”, pues el artículo 27 de la ley citada establece que los efectos que
153
154
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
se importen “sólo podrán enajenarse o aplicarse a usos distintos de los
que motivaron la franquicia, previo permiso de la Secretaría de Ha­
cienda y pagando los impuestos deducidos en proporción al tiempo
que se hayan utilizado y su duración”. Si la Compañía pretendía ena­
jenar o vender ese material, debió solicitar el permiso correspondiente
a la Secretaría de Hacienda, y por conducto de la Dirección General
de Aduanas se hubiera autorizado la venta, previo pago de impues­
tos. En opinión de la Secretaría de Hacienda, “si la sentencia de la
Primera Sala del Tribunal Fiscal de la Federación es legal, porque se
ajustó a lo dispuesto por el artículo 27 de la Ley General de Vías de
Comunicación, es incuestionable que el sentenciador al conceder
a la quejosa el amparo y protección de la Justicia Federal, hace una
inexacta aplicación de se precepto, cometiendo con esa violación el
consiguiente agravio al interés fiscal”.
2) También en su opinión, la sentencia se ajustó a los preceptos legales
vigentes de la época, es por ello que la Dirección General de Aduanas
tiene la razón para exigir el pago de impuestos. Se trata de una infrac­
ción de la Compañía Telefónica, equiparable al delito de contraban­
do, de ahí que se imponga un pago por $23,975.42 pesos.
3) Reitera que el Juez de Distrito en su sentencia violó el artículo 79 de
la Ley de Amparo, “causando con este perjuicio el consiguiente agra­
vio a la Hacienda Pública desde el momento en que ha cambiado los
conceptos de violación”. Y continúa señalando “Si el sentenciador
legalmente debió negar a la quejosa el amparo y protección de la justi­
cia federal por lo que hace a la sentencia de la Primera Sala del Tribu­
nal Fiscal de la Federación, y al no hacerlo, toca a esa H. Suprema
Corte de Justicia de la Nación, revocar la sentencia negando a la Com­
pañía el amparo protección de la justicia federal”.
4) Es por ello que solicita se declaren procedentes los agravios que hace
valer y se revoque el punto resolutivo (el amparo otorgado por el Juz­
gado de Distrito en el Estado de Coahuila).
Contra este recurso de revisión se inconforma el apoderado de la
Compañía en Liquidación, Gabriel Reséndiz, quien argumenta que
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
el Subsecretario de Hacienda “dizque «Por orden del Secretario [de Ha­
cienda]» y por medio de su oficio número 306­I­10018, de fecha 9 de junio
último [1941], interpuso ante esa Honorable Suprema Corte de Justicia, a
nombre de esa Dependencia del Ejecutivo en su carácter de tercera perju­
dicada, recurso de revisión en contra del fallo protector dictado en el am­
paro en que comparezco”. Precisa que el Subsecretario “carece de facultad
legal para representar a la Secretaría de Estado mencionada”, así como
tampoco ha comprobado de forma fehaciente que el titular de esa Secreta­
ría le hubiere delegado facultades en este caso en particular. Por tanto, le
dice a la Suprema Corte que “no puede, legalmente, entrar al estudio de
la revisión hecha valer por el Subsecretario de Hacienda y Crédito Pú­
blico contra el fallo protector pronunciado en el juicio de amparo en que
estoy promoviendo y lo procedente es que declare sin materia esa revi­
sión por no haberse intentado por parte legítima”.
Sobre la Aduana Fronteriza de Piedras Negras, Coahuila, quien tam­
bién por medio del oficio 4127­J­2519, con fecha de 2 de junio de 1941, hizo
valer el recurso de revisión contra el fallo protector de mérito, Reséndiz
señala que “esta Dependencia del Ejecutivo tampoco tiene capacidad pro­
cesal ni facultad legal para la interposición de tal recurso”, pues la de­
manda de amparo se concedió contra la resolución de la Primera Sala del
Tribunal Fiscal de la Federación, de ahí que a ella no se le controvierta la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de acto alguno de ejecución, y
le especifique que “mal puede esa dependencia pretender la interposición
del recurso de revisión que nos ocupa contra una resolución de amparo
que no le afecte en forma directa, y en la que se estatuyó exclusivamente
respecto de la inconstitucionalidad de actos de distinta autoridad que se
ha conformado con ella en cuanto no la ha recurrido”.
Respecto a las consideraciones de fondo en este asunto, Reséndiz,
utilizando las palabras del Juez de Distrito en la sentencia del 22 de mayo,
menciona que “desde el momento en que la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público refrendó, sin hacer objeción alguna, el contrato concesión
155
156
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
contentivo de la cláusula trigésimasegunda..., es indudable que, desde esa
época, liberó a la Compañía quejosa de solicitarle permiso para la enaje­
nación de los efectos que importó al amparo de la franquicia aludida...”.
Y añade: “En otros términos, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
desde la fecha en que refrendó... autorizó a la sociedad quejosa para
vender los efectos importados en franquicia, después de instalados y usa­
dos. No puede interpretarse de otro modo los términos claros y precisos
de la cláusula trigésima segunda del contrato concesión”, es por ello que
al haber permiso previo para vender los artículos importados en franqui­
cia y no respetarlo el Tribunal Fiscal de la Federación, se violó en contra
de la Compañía Telefónica “las garantías individuales que le confiere el
artículo 14 catorce constitucional, toda vez que, habiendo existido per­
miso previo para esa venta, como fijado ha quedado, mal pudo infringir
dicho artículo 27 de la Ley de Vías Generales de Comunicación y, por
tanto, menos debió aplicársele las disposiciones de la Ley Aduanal que
invocan las responsables”. Reséndiz manifiesta que según la Dirección
General de Aduanas y la Primera Sala del Tribunal Fiscal de la Federa­
ción, la Compañía Telefónica debió solicitar el permiso correspondiente
a ellas si pretendía enajenar esos bienes a la Secretaría de Hacienda, y
como no lo hizo, la sentencia de la Primera Sala es correcta, por lo tanto el
amparo concedido por el Juez sentenciador se basa en una “inexacta apli­
cación de tal precepto, causando el consiguiente agravio al interés fiscal”.
En su opinión, el sentenciador federal “estableció que la Sociedad
quejosa no había infringido las disposiciones legales en consulta, porque
la cláusula trigésima segunda de su contrato concesión, la autorizó, desde la
época de su refrendo, para llevar a cabo esa venta en los términos indica­
dos precedentemente...”, aunque los recurrentes señalan que no existió
tal permiso.
Más adelante Reséndiz expone que la Compañía Telefónica de Sabi­
nas, S.A., en Liquidación, se ajustó estrictamente a los términos de su
contrato concesión así como a las obligaciones que le imponían las leyes
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
vigentes en esa época, por lo cual no le afecta en nada la resolución ad­
ministrativa dictada por la Dirección General de Aduanas a la validez de
la concesión otorgada. La Aduana Fronteriza de Piedras Negras se limita
a señalar que el artículo 216 de la Ley Aduanal ya estaba en vigor cuando
se celebró el contrato concesión, por lo cual la “Compañía quejosa estaba
obligada a solicitar el permiso de la Secretaría de Hacienda a que alude, y
a Zubiri los impuestos que puntualiza, antes de la enajenación y que, al no
haberlo hecho así, se hizo acreedora de las sanciones que determina”.
Ministro Manuel
Bartlett Bautista
En caso de que la Suprema Corte “estimara procedentes y fundadas
las exposiciones de los recurrentes”, Reséndiz les pide a los Ministros que
debe entrarse al estudio de los demás conceptos de violación que la Com­
pañía hizo valer, “relativo a la inconstitucionalidad de la Ley Aduanal en
cuanto establece sanciones administrativas y judiciales por un solo y mis­
mo hecho, con evidente infracción de los artículos 14, 16, 17, 21, 22 y 23
constitucionales”, lo cual haría también procedente el amparo.
Para agosto de ese mismo año de 1941, el representante jurídico de
la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, Fernando G.
157
158
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Coronado,49 interpone ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación un
recurso de reclamación en contra del Acuerdo de 7 de agosto, admi­
tiendo el recurso de revisión que pretende hacer valer el Subsecretario
de Hacienda y el Jefe de la Aduana Fronteriza en Piedras Negras, contra
la sentencia definitiva dictada por el Juez de Distrito de Piedras Negras,
Coahuila. En este escrito se hace mención de los hechos que propiciaron
este recurso, similares a los ya citados párrafos arriba, culminando con la
petición de Coronado de que se revoque el acuerdo que impugna, y sea
desechado el citado recurso de revisión que pretenden hacer valer ambas
instituciones federales, añadiendo que la resolución de la Primera Sala
del Tribunal Fiscal de la Federación no entró “a controvertir la constitu­
cionalidad o inconstitucionalidad, en forma concreta y directa, respecto
de acto alguno de ejecución atribuido a la susodicha Aduana”.50
Ministro Gabino
Fraga Magaña
49
Fernando G. Coronado fue Oficial Mayor de la Secretaría de Comunicaciones en 1933, según
consta en el Diario de los Debates de la Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos,
XXXV Legislatura, Año I, Período Comisión Permanente, Número de Diario: 61, México, D.F., vier­
nes 18 de agosto de 1933.
50
Este tema en particular lo hemos pospuesto hasta este punto, pues no es abordado en este expe­
diente; no obstante, es de gran importancia, pues ameritó un proyecto sobre control difuso de la
constitucionalidad por parte del Ministro Gabino Fraga, quien no votó en esta sentencia. Algunos
años más tarde, cuando ya no formaba parte de la Suprema Corte, Fraga dio a conocer este trabajo,
el cual sentó precedentes sobre este particular, generando a su vez opiniones como la postulada por
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el año de 1942. Vid Anexo 13.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Por oficio del 13 de octubre de 1941, el Suprema Corte de Justicia de la
Nación notificó a Fernando G. Coronado, como representante legal de
la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, que se admitía las
revisiones interpuestas por el Administrador de la Aduana Fronteriza de
Piedras Negras, Coahuila, y la parte tercera perjudicada (Secretaría de Ha­
cienda) contra la sentencia pronunciada en el juicio de amparo ya reseñado.
No hay razón para exigir al Subsecretario de Hacienda la demostración
de haber recibido del titular de esa Secretaría para interponer el recurso de
revisión, como lo pretende Coronado, así como tampoco es válido señalar
que la sentencia de amparo dictada por el Juzgado de Distrito en Coahuila
no afecta a la Aduana Fronteriza de Piedras Negras, puesto que éste actúa
solo sobre la sentencia reclamada dictada por la Primera Sala del Tribunal
Fiscal de la Federación, sino también contra actos de ejecución atribuidos
a la Dirección General de Aduanas y a la Aduana Fronteriza de esa ciudad.
Aduana de Piedras Negras, Coahuila
159
160
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Al contrario, la Aduana de Piedras Negras si ha podido legalmente inter­
poner el recurso de revisión contra esa sentencia, “sin que sea oportuno
estudiar por ahora lo que sostiene el reclamante, sobre que la sentencia
de amparo no entra a controvertir la constitucionalidad o inconstitucio­
nalidad de los actos de ejecución atribuidos a la Aduana recurrente...”.
Por unanimidad de votos lo resolvió así la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, conformada por los Ministros Alfonso
Francisco Ramírez, Manuel Bartlett Bautista, Franco Carreño y Octavio
Mendoza González.
Incendio en la Aduana Fronteriza de Piedras Negras,
Coahuila, 1947
Para diciembre de ese mismo año, el Agente Auxiliar del Ministerio
Público Federal, Jorge Reed, solicitaba a la Segunda Sala de la Suprema
Corte confirmar la sentencia en revisión que ampara a la Compañía Tele­
fónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, pues la sentencia de la Primera
Sala que declaró legal la resolución de la Aduana de Piedras Negras, que
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
confirmó los impuestos de importación y penas administrativas “es viola­
toria de las garantías individuales invocadas por la quejosa como fun­
damento de su demanda de amparo”.
Resolución
Cinco años después, en octubre de 1946, la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, analizó los fundamentos de esta resolución:
Primero. Fernando G. Coronado alegaba las violaciones a los artícu­
los 14, 16 y 17 constitucionales, en cuanto a que se priva la quejosa de sus
propiedades y derechos sin cumplir las formalidades del procedimiento,
de que se molesta a la misma en sus posesiones y derechos sin que exista
resolución que funde y motive la causa legal del procedimiento y porque
el Tribunal Fiscal viola “en su acuerdo pleno así como por la Sala al recono­
cer que la Dirección General de Aduanas puede hacerse justicia por sí mis­
ma reconociendo derechos otorgados conforme al contrato­concesión”.
Segundo. El Juez Segundo de Distrito del Distrito Federal se declaró
incompetente, sustituyéndolo el Juez de Distrito de Piedras Negras, Coahui­
la, quien falló sobreseyendo al acto imputado al Pleno del Tribunal Fiscal
y en lo concerniente a la resolución dictada por la Dirección General de
Aduanas.
Tercero. Tanto la Secretaría de Hacienda como la Aduana Fronteriza
de Piedras Negras recurrieron el fallo anterior, pues en su consideración
dicho fallo contiene apreciaciones inconsecuentes, como el hecho de
haber probado que el material importado bajo el amparo de la concesión
fue vendido sin cubrir la exigencia del artículo 27 de la Ley General de
Vías de Comunicación (permiso previo de la Secretaría de Hacienda), es
por ello que se hizo acreedora a la sanción establecida en el artículo 182,
segundo párrafo, de la Ley Aduanal, equiparable al contrabando, por la
cantidad de $23,975.42 pesos.
161
162
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Cuarto. Contra el acto que admitió la revisión la Compañía Telefóni­
ca interpuso el recurso de reclamación.
Quinto. El Agente del Ministerio Público Federal pide se confirme la
sentencia recurrida.
Ante estos hechos, la Suprema Corte señala:
1o. De acuerdo con la cláusula XXXII del contrato concesión entre
la Compañía Telefónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, y la
Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, se le permitía im­
portar determinada cantidad de insumos y materiales libres de
derechos aduanales entre 1932 y 1933, y si esos artículos fueran
vendidos o aplicados a otros fines sin haber sido usados o insta­
lados por la citada Compañía, “el reintegro de los derechos e
impuestos causables por la importación , será exigido a la Compa­
ñía por el Gobierno, sin perjuicio de los pagos establecidos para
los casos de infracción a las leyes fiscales”. Es por ello que resulta
inaceptable la tesis del Juez de Distrito, “en el sentido de que el
refrendo del contrato concesión por parte de dicha Secretaría
de Hacienda constituye autorización para la venta con el sólo
hecho de instalación y uso inicial”, pues era necesario el permiso
expreso y gestionado antes de operar la enajenación de bienes,
de ninguna manera puede deducirse que se trataba de una auto­
rización expresa y tácita para la venta de materiales por parte de
la Compañía Telefónica. Y agregan
Precisa agregar tan sólo que no se está en presencia, con el fallo
motivo de la queja, de una declaración administrativa de inexisten­
cia del beneficio otorgado, puesto que hay que apreciar que dicho
beneficio se otorga bajo condición y la insatisfacción de tal con­
dición no equivale a una declaración de nulidad o inexistencia
del beneficio tanto más cuanto que el pago del impuesto, como lo
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
establece el artículo 27 de la Ley de Vías Generales de Comuni­
cación de 1932, se hará con las deducciones relativas al tiempo en
que se hayan utilizado los objetos importados.
2o. Es clara y fundada la resolución emitida por el Tribunal Fiscal de
la Federación.
3o. El artículo 90 de la Ley que reglamenta el amparo sólo autoriza
a ocuparse de los conceptos de violación, es por ello que en rigor,
el Juzgado “no omitió ocuparse del concepto de violación que se
hizo consistir en que el Tribunal Fiscal se negó a estudiar el pro­
blema de la constitucionalidad del artículo 182 de la ley de Adua­
nas”. Como la sentencia había sido favorable a la quejosa, ésta no
interpuso revisión. En opinión de la Suprema Corte, no debe re­
ponerse el procedimiento, “ni tampoco procede entrar al fondo
de la constitucionalidad del artículo 182 de la ley Aduanal, soste­
niéndose en este punto el criterio de la sentencia que se revisa”.
Finalmente, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación emitió la siguiente resolución:
Primero. Se revoca el tercer punto resolutivo de la sentencia recurrida.
Segundo. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a la Compañía
Telefónica de Sabinas, S.A., en Liquidación, representada en este juicio
por el señor Licenciado Fernando G. Coronado, contra los actos de
que se queja, consistentes en la sentencia de veintiséis de septiembre
de mil novecientos treinta y nueve dictada por la Primera Sala del Tribu­
nal Fiscal de la Federación en el expediente número 2316/939 pro­
movido por la quejosa, y en la que se declaró válida la resolución de la
Dirección General de Aduanas pronunciada en el expediente número
13/939 en que, a su vez, se declara legal la de la Aduana Fronteriza de
este lugar que considera a la quejosa como responsable de contraban­
do, confirmando los impuestos de importación y penas administrativas
que trata de imponérsele; y en los actos de ejecución que, a virtud de la
anterior resolución, pretenden llevar a cabo las dos últimas Dependen­
cias aludidas.
163
164
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Ministros de la Suprema Corte durante el periodo presidencial de Manuel Ávila
Camacho (1940­1946). Sentados de izquierda a derecha: Franco Carreño, Hermilo
López Sánchez, Alfonso Francisco Ramírez, Salvador Urbina, Tirso Sánchez Taboada,
Antonio Islas Bravo, Manuel Bartlett Bautista e Hilario Medina. De pie de izquier­
da a derecha: Gabino Fraga, Fernando de la Fuente, Carlos L. Ángeles, Emilio Pardo
Aspe, José Ma. Mendoza Pardo, Octavio Mendoza González, Nicéforo Guerrero Men­
doza, Eduardo Vasconcelos, José Ma. Ortiz Tirado y Teófilo Olea y Leyva
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Por mayoría de tres votos de los Ministros Alfonso Francisco Ramí­
rez, Agustín Téllez López y Manuel Bartlett Bautista se aprobó la resolu­
ción, en contra del voto del Ministro Octavio Mendoza González.
Ministro Gabino Fraga Magaña (sentado), Presidente de la Sala Adminis­
trativa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con los Ministros
Franco Carreño, Octavio Mendoza González, Alfonso Ramírez Baños y
Manuel Bartlett Bautista
9. Investigación sobre violaciones al voto público
Se solicita a la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejercer la facultad de inves­
tigación otorgada por el artículo 97 constitucional, en el conflicto sucedido en la
ciudad de León, Guanajuato, con motivo de las elecciones municipales en 1946.
Se aduce por parte de los quejosos que hubo violaciones a las garantías individua­
les, al voto público y a la Ley Federal 51
Expediente relativo a la facultad de investigación que debe ejercer la Su­
prema Corte de Justicia de la Nación en casos de violaciones al voto públi­
co y a las garantías individuales, así como en los delitos del orden federal
que sucedieron en la ciudad de León, en enero de 1946.
51
(SCJN), Expediente: 58,947, Fondo: México, Serie: Vacío, Año: 1946, Materia: Vacío. V 3/46.
Promovente: Suprema Corte de Justicia de la Nación investiga sucesos ocurridos en León, Guana­
juato, en enero de 1946.
165
166
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Según consta en este expediente, la primera noticia que se tiene en
la Suprema Corte sobre este caso, es un telegrama enviado por Andrés
Servín Ojeda el 1o. de enero de 1946, y otros del día 5, de los señores Ma­
nuel Gómez Morín y Roberto Cossío y Cossío, miembros del Comité Nacio­
nal del Partido Acción Nacional, con carácter de urgente, en donde “piden
a la Suprema Corte de Justicia, con fundamento en el artículo 97 de la
Constitución, su intervención en el conflicto suscitado en la ciudad de
León, Gto., con motivo de las elecciones municipales celebradas en aquella
ciudad para la renovación del Ayuntamiento en el año de 1946”. Servín
Ojeda pide además “se haga justicia en los hechos sangrientos relaciona­
dos con el mismo conflicto”.
El día 7 de enero se dio cuenta al Tribunal Pleno con las peticiones
formuladas por Servín, Gómez y Cossío, así como el dictamen formulado
por el Ministro Hilario Medina (a quien por turno le correspondió dicta­
minar el caso). De igual manera se procedió a la lectura de un escrito de
los señores Toribio Esquivel Obregón, Luis Valdivia y Javier San Martín
Torres, en donde se relataban los mismos hechos ya referidos por el tele­
grama de los primeros citados. El Ministro Presidente Salvador Urbina
señaló que se “consideraba conveniente ejercitar las funciones que seña­
laba el artículo 97 de la Constitución Política de la República para averi­
guar, por medio de una Comisión de su seno, si en los sucesos registrados
en León... ha habido violaciones a las garantías individuales, violaciones
al voto público y violaciones a la Ley Federal”.
La Presidencia de la Suprema Corte hizo las siguientes proposiciones,
aprobadas por unanimidad de votos (veintiuno):
Primero. La designación de los Ministros Roque Estrada y Carlos L.
Ángeles como altos comisionados de la SCJN para practicar la averigua­
ción de los hechos sucedidos en León.
Segundo. La autorización para que la Comisión de Gobierno y Admi­
nistración, en lo económico, dicte los acuerdos para el mejor cumplimien­
to de la comisión conferida a los Ministros antes señalados.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Tercero. Se faculta a los Ministros de la Comisión creada para hacer
la designación del Secretario o secretarios y demás empleados que esti­
men convenientes para el desempeño de su misión.
Cuarto. Que todos los telegramas recibidos con relación al mismo
hecho sean turnados a la Comisión respectiva.
A este acuerdo del Tribunal Pleno se sumó un dictamen del Ministro
Hilario Medina, el cual consigna lo siguiente:
I. La Suprema Corte de Justicia de la Nación considera conveniente
ejercer las funciones que le señala el artículo 97 de la Constitución
Política de la República, para averiguar, por medio de una comisión de
su seno, si en los sucesos registrados en León. Guanajuato, a que se refie­
re este expediente, ha habido violación a las garantías individuales, al
voto público o la ley federal.
II. Se designa a los señores Ministros licenciados ROQUE ESTRADA Y
CARLOS L. ÁNGELES, como altos comisionados de esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, para que en nombre de ella practiquen la ave­
riguación de que se trata: se autoriza a la H. Comisión de Gobierno y
Administración de este Alto Tribunal para que, en lo económico, dicte
los acuerdos conducentes para el mejor cumplimiento por los señores
Ministros, de la comisión que se les ha conferido; se faculta amplia­
mente a dichos señores Ministros para hacer la designación del Secre­
tario o Secretarios y demás empleados que crean conveniente para el
desempeño de su misión.
III. Agréguense a este expediente los telegramas de las diversas agrupa­
ciones obreras, de León, Gto., y de los señores Sabás González Rangel
y otro, Otilio Hermosillo y otro, J. Jesús Domínguez y Salvador Valtierra
para conocimiento de la Comisión investigadora.
Debe precisarse que los puntos segundo y tercero se aprobaron por
unanimidad de votos, mientras que en el punto uno votó en contra el
Ministro Antonio Islas Bravo; los Ministros Meléndez, Guerrero, Ramí­
rez, Rebolledo y Presidente Urbina “votaron únicamente por lo que afecta
a la intervención de los altos funcionarios federales”.
167
168
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Al día siguiente se recibieron telegramas de Otilio Hermosillo, Juan
Grimaldo, de los obreros de la Fábrica de Alfonso Márquez Padilla, del
Comité Regional “Acción Nacional” en la Laguna y de la Sociedad de
Viajantes de los Estados Unidos Mexicanos sobre el mismo asunto, por lo
que fueron turnados a la Comisión investigadora; y todavía el día 16 se
recibió uno más de Margarito Raymundo Salinas, el cual se integró al expe­
diente 3/946.
Para el día 9 de enero de 1946 los miembros de la Alta Comisión de
la Suprema Corte para la investigación de este caso, los Ministros Roque
Estrada y Carlos L. Ángeles se trasladaron a León, Guanajuato, para ini­
ciar su investigación, la cual presentaron el 19 de ese mismo mes, al Pleno
de los Ministros de la Suprema Corte.
En primer lugar, los Ministros aclaran que ellos no fueron comisio­
nados “para instruir un proceso que culminara con la delimitación de
responsabilidades”, sino simplemente “para obtener una información
que proporcionar a la Suprema Corte para que resolviera lo que estimara
conveniente”. Es por ello que se limitan a describir los hechos y recabar
testimonios sobre lo ocurrido a partir del día 1o. de enero de 1946, y con­
trastarlo con la información previa que poseía sobre el caso.
Refieren que visitaron la casa municipal, y no apreciaron impactos
de bala en su fachada, a excepción de unos vidrios rotos, pero no a causa de
disparos; en sentido opuesto a este edificio apreciaban impactos de balas
en árboles y pilares, denotando que los disparos habían provenido de
dicha casa.
Más tarde se dirigieron a la Cruz Roja, lugar a donde habían trasla­
dado a los heridos y muertos el día dos de enero, pero ahí ya no había
nadie, pues los heridos habían sido remitidos al Hospital Civil de la Ciu­
dad. En este lugar se informó de 27 cadáveres de diversos sexos y edades, de
los cuales 23 habían sido recogidos en la Plaza Principal de la ciudad, dos
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
más fallecieron en el transcurso de esa noche en la Cruz Roja, y los otros
dos fallecieron en el sanatorio particular del doctor Islas Cosío. Al mo­
mento de realizar esta diligencia, corría el rumor entre la gente de la
ciudad y los periodistas que cubrían esa nota, “que el número de muertos
excedió al que oficialmente se nos proporcionó y que en camiones muni­
cipales fueron trasladados fuera de la ciudad”. En opinión de los dos
Ministros, “cobra cuerpo esta hipótesis, cuando tuvimos versiones de que
muchas personas de la clase humilde andaban buscando a sus familiares
de quienes no tenían noticias de su paradero, a pesar de los días que habían
transcurrido”. Es más, no pudieron localizar al chofer de esos camiones,
pues se hallaba desaparecido.
De vuelta al caso de los heridos, atendido en el Hospital Civil de la
Ciudad, el parte oficial señalaba 43 lesionados, aunque muchos otros
fueron atendidos en sus propios domicilios. Los heridos señalan que el
día de los hechos estaban reunidas unas tres o cuatro mil personas en
la Plaza Principal, algunas interesadas en cuestiones políticas, pues se
hablaba de la renuncia de Ignacio Quiroz, ganador de los comicios elec­
torales; otros más estaban de manera accidental, pues era el paso hacia
sus quehaceres y domicilios, y algunos más “por la costumbre de reunirse
de ordinario los habitantes en ese jardín, por las noches, aún los días de
trabajo”. Y sigue la narración:
Todos los heridos examinados en el lugar que mencionamos aseguran
que sin provocación alguna, los soldados que estaban apostados en el
Palacio Municipal, a la entrada del edificio y en la azotea del mismo,
entre ocho y media y nueve de la noche del día dos del actual, comenza­
ron a disparara sobre la multitud, que empezó a disgregarse, protegién­
dose algunos en los pilares de los portales que limitan el jardín, en las
bancas del mismo y en el kiosko del propio sitio y fue perseguida la
multitud después de que los soldados en líneas de tiradores, se dividie­
ron por las alas oriente y poniente del repetido jardín.
A pregunta expresa de los Ministros, los doctores del Hospital señalan
que un 80% de los atendidos presentaban heridas en la espalda, y sólo un
169
170
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
20% en piernas y cabeza. La mayoría de los heridos negaron estar ahí por
haber sido convocados a un mitin político o algún acto relacionado con
las elecciones municipales, mucho menos poseer armas de ninguna espe­
cie y de ninguna manera alguno de ellos “llegó a traspasar los límites del
jardín y acercarse a la guardia que resguardaba el Palacio Municipal”,
el cual dista unos diez metros entre ambos. Tampoco se habla de que se
hubieran repartido “bebidas embriagantes para exaltar los ánimos de los
reunidos en la plaza”.
Como todos los datos eran desfavorables a las fuerzas federales, se de­
cidió buscar a los “elementos contrarios a la candidatura del Sr. Carlos A.
Obregón”, entre ellos el Diputado y Presidente del Comité Municipal del
Partido de la Revolución Mexicana de
León, José Pantoja, quien señala que el
proceso electoral fue llevado a cabo con­
forme a la ley, y que no estuvo presente en
los sucesos del 2 de enero; sin embargo, las
noticias que le llegaron de estos hechos,
apuntan a que la guardia que vigilaba el
Palacio Municipal “fue agredida con arma
de fuego del Casino de León y también a
Ministro Roque
Estrada Reynoso
pedradas por algunos elementos contra­
rios al P.R.M. que estaban en la Plaza Prin­
cipal”; también se habla de automóviles
usados como barricadas para impedir la
fuga de la multitud, y así provocar más víc­
timas por parte de las fuerzas federales.
El hecho es que en efectos había vehículos
en ese lugar, pero eran de quienes acudían
a algún asunto y después se regresaban en
ellos a su domicilio.
Ministro Carlos
Lauro Ángeles
Para los Ministros de la Alta Comisión,
“las causas que los generaron [hechos del
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
dos de enero], son eminentemente locales, originados por la pugna que
había entre los partidarios del Doctor A. Quiroz, a quien se titula candi­
dato oficial, y los del señor Carlos A. Obregón, a quien consideran como
candidato de oposición o independiente, sostenido por la Unión Cívica
Leonesa”. La UCL se queja de “diversas irregularidades cometidas du­
rante el proceso electoral, de las que no hacemos mención, porque se
presentó un memorial detallado y con documentación notarial, a la Secre­
taría de Gobernación para reclamar el triunfo de su candidato”; en la víspera
de que Quiroz tomara posesión del cargo, grupos de agraristas prove­
nientes de otros distritos, como San Francisco del Rincón, “se apostaron
en la Plaza Principal en que está ubicado el Palacio Municipal, impidiendo
que la gente se reuniera en aquel lugar o que siquiera pasara por las
calles adyacentes”. Los partidarios de Carlos A. Obregón se reunieron en
el Jardín Hidalgo para declarar el triunfo de su candidato “a través de los
Presidentes de casillas y de su junta computadora”; se precisa que en esa
ocasión las tropas federales de la guarnición dispersaron a la multitud a
“culatazos y a cañonazos con pistola y mauser”, además de arrojar sus ca­
ballos hacia la muchedumbre, resultando varios heridos.
El día dos, señalan los Ministros, desde las nueve de la mañana diver­
sas personas se reunieron en la plaza para insistir en sus protestas, y hacia
el mediodía varias personas de “significativa representación social”, como
dirigentes de la UCL, que continuaban manifestándose, fueron llamados
por Quiroz para informarles que en vista de la “hostilidad del pueblo y de
que por ella encontraría serios tropiezos en su administración”, estaba
dispuesto a trasladarse a Guanajuato para presentar su renunciar al
Gobernador Ernesto Hidalgo, y sólo estaba en espera de que se le dieran
facilidades para ese traslado. Más tarde lo pudo hacer, acompañado de
algunos vecinos de la localidad, amigos suyos interesados en que el proble­
ma se solucionara pacíficamente, pero no regresó en el plazo de dos horas
que había acordado con los integrantes del UCL, por ello, al anochecer,
cuando esperaban ya noticias de la solución final,
... un grupo de gente, en que predominaban jóvenes, mujeres y niños,
se presentó en la plaza, con un cajón mortuorio con la inscripción RIP,
171
172
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
las iniciales del partido de la Revolución y el nombre del Dr. Quiroz
y se dedicaron a recorrer las bocacalles del jardín, deteniéndose en cada
esquina a lanzar ayes plañideros y en cada esquina depositaban la caja
mortuoria en el suelo y rodeándola con cirios, continuaban con los
mismos ayes para terminar con gritos de porra, proclamando el triunfo
del candidato Obregón.
Continúan los Ministros el relato con un detalle relevante...
En este punto debemos dejar consignado, en honor a la verdad, que
el niño de nueve años, Salvador Hernández, lesionado que examina­
mos en el Hospital Civil, refiere que muchos de los muchachos que
seguían al cajón mortuorio, llevaban algunos palos pequeños para
hacer ruido en botes de hoja de lata. Único dato que recogimos acerca
de esa circunstancia.
Hacia las nueve de la noche los soldados de la Federación comenzaron
a hacer las descargas de sus armas, que según anota uno de los lesionados,
fue también con ametralladoras o fusiles “Thompson”, y el conflicto se
inició cuando los soldados lanzaron una “bomba de mano”; este dato lo
corrobora la testigo Evelia Padilla, quien sufrió el estallido de este objeto
en la espalda y ya caída también un balazo en el brazo izquierdo. Al exa­
minar su ropa, percibieron en la espalda de su saco tres proyectiles arro­
jados por la granada.
Al tratar de hablar con los integrantes de las fuerzas federales que
intervinieron en el conflicto, se les informó a los Ministros que éstos se
hallaban con sus respectivos jefes en Irapuato y el Procurador de Justicia
Militar se hallaba “practicando actuaciones judiciales en toda forma y
que después prosiguió en Irapuato”.
Este es el contenido del informe practicado por los Ministros Estrada
y Ángeles realizado en León el día 9 de enero de 1946.
Para crear un cuadro más amplio de los sucesos ocurrido en León,
presentamos otras fuentes de información que también consignan estos
hechos. En primer lugar, un cuadro cronológico conformado con versio­
nes periodísticas desde el 1o. al 11 de enero, y posteriormente la versión
del Gobernador Hidalgo.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Templo Parroquial
en el jardín principal
de la Ciudad de
León, en 1947
a. Cronología de hechos
Cronología de los hechos acontecidos en León, Guanajuato, de acuerdo a los datos
obtenidos en el diario El Universal52 de la época. Del 1o. al 11 de enero de 1946
Enero de 1946
Fecha
1o./Ene/46
Información
citada
Fuente
Durante la mañana del martes 1° de
“Ayuntamientos
No. 10,582,
enero el Dr. Ignacio Quiróz tomaba
dobles en Mon­
miércoles
posesión del Ayuntamiento en León,
terrey; heridos y
2 de enero
Guanajuato, quien fue el candidato del
golpeados en
de 1946.
Partido de la Revolución Mexicana (an­
León, Gto.”
Págs. 1 y 13
Hechos
tecedente del PRI). Al mismo tiempo,
en el Parque Hidalgo el pueblo leonés
daba posesión al candidato de la Unión
Cívica Leonesa, al Lic. Carlos A. Obre­
gón, a quien consideraban su legítimo
ganador, ante el fraude del candidato
del PRM; mientras esto pasaba, de ma­
nera inesperada se presentaron “grandes
52
El Universal. El gran diario de México. Presidente y gerente Miguel Lanz Duret, director Gregorio
López y Fuentes. Año XXX, Tomo CXVII, Nos. 10,582 a 10, 592, del 2 al 12 de enero de 1946.
173
174
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
contingentes de tropas” además de tres
mil agraristas armados, quienes comen­
zaron a golpear con culetazos a los
asistentes. Se menciona que había nu­
merosas ametralladoras en la azotea
del Ayuntamiento. Fue el Coronel Pa­
blo Cano Martínez, jefe de la Zona Mi­
litar quien ordenó disolver la reunión.
Hubo muchos heridos y golpeados.
02/Ene/46
Se dice que varios agrarista ebrios y ar­
“Ayuntamientos
No. 10,583,
mados se colocaron en la entrada del
dobles en Mon­
jueves 3 de
Casino de León, –esos que fueron traí­
terrey; heridos y
enero de
dos de otros municipios para apoyar la
golpeados en
1946.
“toma de posesión del Ayuntamiento
León, Gto.”
Pág. 8,
impuesto por las autoridades”, señaló
Primera
el representante del Casino–, los cua­
Sección
les impidieron a las familias salir, y así
No. 10,582,
los tuvieron prácticamente secuestrados
miércoles
durante algún tiempo.
2 de enero
El comité estatal del PRM señaló que
de 1946.
los “elementos antagónicos a él” trata­
Págs. 1 y 13
ron de aprovechas las elecciones presi­
denciales para alterar el orden, pues
meses antes no había pasado nada en
otras elecciones.
02/Ene/46
Acontecimientos ocurridos a lo largo
“Muertos y he­
No. 10,583,
del día (reconstrucción de los hechos
ridos en León,
jueves 3
a partir de las noticias aparecidas a lo
como saldo de
de enero de
largo de la semana)
sangriento
1946.
Una fuente señala que a las 09:30 pm
zafarrancho”
Págs. 1 y 8
un grupo que apoyaba a Carlos A. Obre­
Primera
gón, de filiación sinarquista, aportados
Sección
en los edificios cercanos al Ayuntamien­
to y en calles adyacentes, comenzó a
disparar sus armas contra las fuerzas
federales, los cuales respondieron la
agresión, causando ocho muertos y cua­
tro heridos graves.
Esta misma fuente señala que ese día 2
de enero amaneció tranquilo, hasta que
a las 10:00 hrs. un grupo de hombres se
puso a recorrer las calles presionando
a los comerciantes para que cerraran sus
negocios y se declarase un paro de ac­
tividades. Hacia las 12:00 hrs. se estaba
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
reuniendo numerosa gente en el zóca­
lo, y para las 14:00 hrs. ya había varios
cientos de personas, por lo que los lí­
deres se sintieron fuertes y comenzaron
una actitud agresiva contra las fuerzas
federales que resguardaba el Palacio
Municipal. En cuatro ocasiones, arma­
dos de piedras, trataron de tomar el
edificio. En la tarde, cuatro hombres car­
gaban un ataúd con las leyendas “Dr.
Ignacio Quiróz” y “P.R.M.”, acompañados
de unos mariachis que entonaban can­
cines injuriosas a las autoridades y al
ejército. Se dice que un líder sinarquis­
ta incitó al pueblo para apoderarse del
Ayuntamiento. Y a las 9:30 esos hom­
bres que habían incitado los ánimos,
hicieron otro esfuerzo para apoderarse
del edificio, disparando armas de fuego,
por lo que ahora si respondieron los sol­
dados. Hubo gran confusión y es cuando
la Cruz Roja acude a levantar ocho cadá­
veres y 4 heridos.
Esta misma fuente señala que ya el Go­
bernador del Estado había propuesto
reunirse con representantes de la Unión
Cívica Leonesa, a las siete de la noche,
para buscar una solución al conflicto.
Otra fuente de información, correspon­
diente al Sr. Manuel Villegas Castro,
dueño de una agencia de inhumaciones,
avisó por teléfono al periódico, que
había pasado un zafarrancho frente al
Ayuntamiento a las 21:00 hrs., y refiere
que tan solo en la Cruz Roja se atendía
a 320 heridos y había 40 muertos en el
Hospital Civil. Este mismo señor afirma
que quien disparó primero “fue un ca­
pitán de las fuerzas que guarecían el
Ayuntamiento”.
Otro informe, reunido con los comen­
tarios de gentes que venía de León y
fueron entrevistados en la estación de
trenes, permiten establecer que en
efecto, hacia las 8 de la noche se habían
175
176
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
reunido cerca de 15 mil personas en el
zócalo, esperando respuesta del Presi­
dente de la República a la carta que le
envío la Unión Cívica Leonesa para
que reconociera el triunfo de Carlos A.
Obregón, y que mientras esperaban, se
divertían paseando un ataúd con las
siglas del PRM. Y a las 9:15 pm. súbita­
mente comenzaron a disparar desde el
Ayuntamiento y por las calles aledañas
desembocaron camiones repletos de
soldados que disparaban sobre la mul­
titud. La confusión era enorme y poco
después la Cruz Roja comenzó a levan­
tar heridos, lo que seguía haciendo pa­
sadas las 11:00 pm. Refieren que había
hombres, mujeres, niños y ancianos en­
tre los heridos. Más tarde alguien refe­
rirá que hasta los camiones de basura
sirvieron para levantar los cadáveres.
03/Ene/46
Comienzan a fluir más detalles de estos
“El
hechos violentos.
ordena investi­
viernes
Se menciona que el Presidente, el Gral.
gar los sangrien­
4 de enero
Manuel Ávila Camacho envió al Secre­
tos sucesos de
de 1946.
tario de Gobernación, Lic. Primo Villa
León”
Págs. 1 y
Michel, y al Comandante de la zona,
“Protestas contra
17, 7 y 17,
Gral. Bonifacio Salinas Leal, para inves­
las Autoridades
1y8
tigar el caso y determinar quien o quienes
Locales”
Primera
son responsables.
“Una Junta de
Sección
La Defensa Nacional afirma que envió
Administración
al Gral. de Brigada Bonifacio Salinas
Civil en la Ciudad
Leal, comandante de la 16ª Zona Mili­
de León”
tar a restablecer el orden y normalizar
“Pide la interven­
la situación. Éste afirma que los disparos
ción de la Supre­
los realizaron los manifestantes desde el
ma Corte”
Casino León, el Hotel Condesa, el edi­
ficio de la Asociación Cristiana de Jóve­
nes y otros edificios, bajo los gritos de
“abajo el gobierno y la dictadura”, y su
versión coincide con la primera que se­
ñalamos, haciendo responsables a los
sinarquistas.
El Jefe Nacional de la Unión Nacional
Sinarquista, Ing. Gildardo González Sán­
chez pidió la intervención del Presidente
Presidente
No. 10,584,
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
de la República para que la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión de­
clare la desaparición de poderes en el
Estado de Guanajuato y se avoque al es­
tudio de los acontecimientos ocurridos
en esa ciudad. Además señala la inepti­
tud de las autoridades del Estado para
encauzar el libre ejercicio de los dere­
chos civiles de los ciudadanos leoneses.
Para las ocho de la mañana se habían re­
portado 25 muertos y 40 heridos graves
tan sólo en el Hospital Civil, mientras
que la Cruz Roja atendía 323 casos de
heridos. Varias versiones coinciden en
que fue un soldado el que primero dis­
paró, luego alguien le arrojó una piedra
al caso, y entonces “siguió una descarga
cerrada de fusilería y ametralladoras”.
Hubo balas expansivas y granadas de ma­
no, por los restos de balines que empe­
zaban a aparecer entre los cadáveres. No
hay reportes de soldados heridos. La lista
de muertos incluye hombres, mujeres, an­
cianos y niños de 7 y 4 años, como la niña
María del Pilar Ramírez.
A las 13:00 hrs. llegó el Gobernador del
Estado, Lic. Ernesto Hidalgo, acompañado
de otros funcionarios locales, y se reunió
con personajes apolíticos de la ciudad, en
el Instituto Lux, y al cabo de tres horas,
dijeron: “Damos por desaparecido el Ayun­
tamiento ante los acontecimientos trágicos
de anoche, ya que de hecho ha desapare­
cido y como no puede dejarse a esta ciu­
dad en situación anárquica, o lo que es
igual, sin autoridades, porque eso nos lle­
varía a situaciones tan trágicas como la que
lamentamos, se constituye con el concur­
so de todos los elementos de las fuerzas
vitales de León una junta de Administra­
ción Civil, integrada como sigue: Jesús
Pérez Bravo, presidente; Gonzalo Torres
Martínez, Rafael Cabrera Jiménez, Pedro
Pons, Bonifacio Cermeño, Luis Sojo e Inge­
niero Ricardo Acosta”.
177
178
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
El PAN pidió a la Suprema Corte su inter­
vención a través de un escrito, del cual
reproducimos algunos fragmentos: “Las
autoridades locales pusieron en juego to­
dos los medios vergonzosos conocidos para
impedir la elección o burlarla. No hicie­
ron padrones ni aceptaron las demandas
que para formarlos presentaron los ciu­
dadanos; designaron para las casillas habi­
taciones de funcionarios o agentes de la
autoridad o de miembros y cómplices del
P.R.M.; llevaron gente armada de fuera
de la ciudad para ocupar casillas desde la
noche anterior al día de la elección; im­
pidieron por la fuerza en muchos casos la
votación ciudadana y en otros muchos ce­
rraron las casillas e hicieron desaparecer
las urnas y la documentación; hicieron
una documentación falsa, una falsa Junta
Computadora y, finalmente, declararon
electo[s] a sus candidatos y el pasado día
primero, con lujo de fuerza, tanto federal
como de pistoleros; instalaron el Ayun­
tamiento así impuesto”.
“Si en otras ocasiones la Suprema Corte
ha encontrado razón para no intervenir en
casos de violación del voto público y de
delitos castigados por las leyes federales,
por el hecho de que en esos casos se tra­
taba, aparentemente al menos, de con­
tiendas entre grupos políticos, en éste la
Corte no puede rehuir su intervención,
puesto que obviamente se trata de un pue­
blo burlado y ametrallado ferozmente por
las mismas autoridades...”
“Seguro de expresar una justa exigencia
unánime de la opinión nacional y en el
ejercicio de nuestro propio derecho como
ciudadanos, pedimos por tanto, a esa H.
Suprema Corte que, en los términos del
Artículo 97 de la Constitución, proceda
con la mayor urgencia a averiguar los he­
chos criminales antes expuestos.
Protestamos lo necesario.
México, D.F., a 3 de enero de 1946. Acción
Nacional.­ Comité Nacional Directivo:
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
Manuel Gómez Morin, Roberto Cossío y
Cossío.
Telegrama enviado también al Gral. de
División C. Manuel Ávila Camacho.
04/Ene/46
Se lleva a cabo un multitudinario cortejo
No. 10,585,
fúnebre, con más de cien mil gentes que
sábado 5 de
acompañan a 32 ataúdes de la iglesia al
enero de
panteón.
1946. Pág. 1,
El Secretario de la Defensa Nacional,
Primera
Gral. Francisco L. Urquizo afirma que si
Sección
hubo balas expansivas, pero no fueron
disparadas por el ejército.
Se avisa que fue recibido y enviado al Mi­
nistro en turno de la Corte el escrito del
PAN, correspondiendo al Ministro Hila­
rio Medina.
06/Ene/46
Se rumora de que el Gral. Bonifacio Sali­
No. 10,587,
nas Leal era aspirante a la presidencia del
lunes 7 de
PRM, pero ante los sucesos de León, no
enero de
es probable que esto ocurra.
1946. Págs. 1
y 8, Primera
Sección
Palacio Municipal de León, Guanajuato
179
180
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
07/Ene/46
De acuerdo al informe que entrega el
“El Ejecutivo
No. 10,588,
Lic. Villa Michel al Presidente de la Re­
pide la desapari­
martes 8
pública, éste declara que la H. Comi­
ción de poderes
de enero
sión Permanente del Congreso de la
locales de
de 1946.
Unión nombrará un Gobernador Provi­
Guanajuato”
Págs. 1 y 14,
sional. Se habla de que el coronel Luis
“Importante:
Primera
Olvera Barrón, quien ordenó disparar,
‘Pleno’ de la
Sección
fue removido del cargo.
Suprema Corte,
“La Suprema Corte de Justicia de la
ayer. Investigará
Nación, considera conveniente ejercer
una Comisión
las funciones que le señala el Artículo 97
de Ministros”
de la Constitución Política de la Repú­
blica, para averiguar, por medio de una
comisión de su seno, si en los sucesos
registrados en León, a que se refiere el
telegrama de cuenta (suscrito por el Par­
tido Acción Nacional, solicitando del
Alto Tribunal su intervención) ha habi­
do violación a las garantías individua­
les, al voto público o a la Ley Federal”.
Se lleva a cabo la votación y se aprueba
por 20 votos a favor y uno en contra (el
del Magistrado Antonio Islas Bravo). Pre­
sidió la sesión el Magistrado Presidente
Salvador Urbina, y como secretario ejer­
ció Crescenciano Hernández (en au­
sencia de Francisco Parada Gay, por estar
de vacaciones).
08/Ene/46
Se nombra al Lic. Nicéforo Guerrero
“La Permanente
No. 10,589,
como nuevo Gobernador del Estado.
aprobó la mo­
miércoles
Presenta su renuncia el Gobernador
ción del Presi­
9 de enero
Ernesto Hidalgo a las 10:00 hrs.
dente sobre
de 1946.
Hay rumores de que se fugó del Estado
Guanajuato”
Pág. 1
el coronel Luis Olvera Barrón.
09/Ene/46
Informan que el ex­gobernador Ernes­
No. 10,590,
to Hidalgo saqueó muchos objetos del
jueves 10
Palacio de Gobierno y se los llevó a una
de enero de
casa particular en Querétaro.
1946. Pág. 1
Se envían muchas felicitaciones al Pre­
sidente de la República por su acción
en Guanajuato. Hay desplegados de
Monterrey en donde piden el mismo
trato que León, para investigar irregu­
laridades en las elecciones.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
11/Ene/46
Se informa que el Ministro Islas Bravo
No. 10,592,
será ponente en el caso Monterrey (in­
sábado 12
tervención de la Corte en el caso
de enero de
Monterrey de acuerdo al Art. 97)
1946. Pág. 1
Vista de la Plaza principal de León, Guanajuato
b. Opinión del exgobernador Ernesto Hidalgo
De acuerdo con el exgobernador del Estado de Guanajuato, Ernesto
Hidalgo, según relata en el libro El caso de Guanajuato ante la conciencia de
la Nación. Defensa de la Soberanía de los Estados. Justificación de un régimen
vilipendiado y atentatoriamente abatido. Un Jurado de Honor y su fallo absolu­
torio,53 publicado en 1946, la crónica de los hechos es la siguiente:
53
Ernesto Hidalgo, El caso de Guanajuato ante la conciencia de la Nación. Defensa de la Soberanía de los
Estados. Justificación de un régimen vilipendiado y atentatoriamente abatido. Un Jurado de Honor y su fallo
absolutorio, México, s/ed, 1946, 147 p. con fotografías.
181
182
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Antecedentes. En León, Guanajuato, se había iniciado, algunos me­
ses antes, un período de intensa agitación política. En ella colaboró
activamente La voz de León, periódico que José Trueba Olivares y Rubén
Mendoza escribían en el bufete de abogado que el primero y su hermano
Alfonso –ambos recién expulsados de la Unión Nacional Sinarquista por
Manuel Torres Bueno– habían instalado en la calle de Pedro Moreno,
105 en esa ciudad.
La voz de León es, según anota Hidalgo, “un semanario bien escrito y
bien formado; además de censurar a las autoridades municipales y esta­
tales, ataca, en general, al régimen revolucionario…”. No solamente los
periódicos y las revistas sirvieron para preparar el clima de violencia; en
mítines y asambleas, los hermanos Trueba Olivares y otros dirigentes si­
narquistas incitaron al pueblo de León a la rebelión y al asalto. Durante
la reunión que en el Parque Hidalgo se efectuó el martes 1o., Trueba Oli­
vares lanzó la siguiente consigna: “Suceda lo que suceda; aunque se derra­
me sangre, todo León, como un solo hombre, deberá estar en la Plaza
Principal, a efecto de tomar por asalto la Presidencia Municipal.
Perseguido por las autoridades –las palabras del líder incitaban franca­
mente a la rebelión–. Trueba Olivares logró escapar, gracias a una anciana
que lo escondió; hubo de brincar bardas para despistar a sus perseguido­
res, quienes habían dado ya con su escondite, y se aprestaban a aprehen­
derlo”. “Al día siguiente, algunos automóviles particulares –dícese que
cedidos de grado por sus dueños– sirvieron al pueblo para bloquear las
entradas a la Plaza Principal, frontera al palacio del Municipio. Ante la
pasividad de la policía –la cual permaneció acuartelada–, algunos grupos
obligaron a cerrar los establecimientos comerciales y, por la fuerza, con­
siguieron que el propietario de la agencia de inhumaciones Zapiráin les
entregara un ataúd; en él pintaron estas palabras: PRM­Quiroz­RIP.
Situada frente al palacio municipal, la multitud empleó su tiempo
en escuchar los discursos de los hermanos Trueba Olivares e insultar a la
guardia, –soldados en línea de la 16a. Zona Militar, llevados en previsión
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
de un desorden– que los recibía impávida. “Guachos, hijos de la... nosotros
los mantenemos” era el estribillo de hombres, mujeres y niños de humil­
de condición, que envalentonados por la prudencia de los injuriados,
fueron subiendo el tono de los insultos y empezaron a arrojar naranjas y
piedras a los soldados.
Cerca ya de las 9:15 p.m., casi agotada la paciencia de los militares
por 12 horas de befas y atropellos, partieron del portal Guerrero los pri­
meros disparos –la pared conserva los impactos–. Durante los dos minutos
de la primera descarga, las tropas realizaron un movimiento envolvente
–los impactos de las balas en los árboles lo demuestra– y dispararon, de
nuevo. Muchas personas se arrojaron sobre los prados, mientras otras
disparaban desde el Casino y el portal Guerrero.
No se conoce exactamente el número de víctimas. La declaración
oficial del Secretario de Gobernación, Lic. Primo Villa Michel, contaba
27 muertos y 247 heridos –9 hospitalizados–; un periodista leonés afirmó
que los muertos eran 85 y los heridos 173; los diarios de la capital hacían
fluctuar el número de muertos entre 90 y 100, aumentaban el de heridos
hasta 300, y asentaban, además, dos aseveraciones: primera, mucho más
de la mitad de las víctimas eran mujeres y niños; segunda, casi todos los
orificios de entrada de los proyectiles estaban en la espalda.
Lo primero –aseguró el autor de un libro sobre el Sinarquismo– puede
ser consecuencia de una táctica favorita de los dirigentes de la UNS:
hacer víctimas para crear –como los nazis, los fascistas y los falangistas–,
una mística de martirilogio que facilite su labor de proselitismo. Una
vez más, la UNS se ha valido de gentes humildes e inocentes para un
intento de asalto al poder. No son culpables los soldados ni el pueblo:
lo son los incitadores.
Desde el Casino de León –se habían reunido allí previamente–, los
dirigentes de la UCL y los hermanos Trueba Olivares contemplaron la
celebración de año nuevo que habían organizado. De las 78 personas
capturadas en ese local, solamente tres –Jesús Garibay, David Gutiérrez
de Velasco y Francisco Arróniz– quedaron a disposición del Procurador
183
184
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
General de Justicia del Estado, por habérseles encontrado cartuchos en
los bolsillos; las demás –inclusive los Trueba Olivares­ fueron puestas
en libertad antes de las 5 a.m. del día siguiente.
Dos días después, todo el pueblo de León hablaba de la desaparición
de algunos cadáveres, sepultados clandestinamente, lejos de la ciudad.
El químico Moreno Castañeda identificó sangre humana en las manchas
de un camión detenido en el patio del palacio municipal; otras perso­
nas dijeron haber encontrado un cadáver en la Cruz de las Llamas. No obs­
tante, “la inhumación clandestina no se ha podido probar oficialmente: el
Lic. Primo Villa Michel –quien fue a León, por órdenes expresas del Pre­
sidente–, Emilio Baig Sierra, jefe de los Servicios de Información de la
Secretaría de Gobernación, y la Unión Cívica Leonesa recibieron quejas de
diez familias en las cuales había[n] desaparecidos. Cuatro de éstos fueron
hallados al mediodía del sábado; proseguía la búsqueda de los otros 6”.
El Partido Acción Nacional expresó:
Ayer, 2 de enero, el pueblo se congregó en la plaza principal de la ciu­
dad sin abandonar su actitud pacífica… Súbitamente, las fuerzas fede­
rales empezaron a disparar desde el palacio sobre la multitud y cuando
ésta, ante el brutal ataque, quiso dispersarse, se encontró con que, en
las calles que desembocan en la plaza, las autoridades militares habían
apostado tropas que, a su vez, abrieron fuego sobre el pueblo…
Pedimos... a la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación que, en los
términos del Art. 97 de la Constitución, proceda con la mayor urgencia
a averiguar los hechos.
En un telegrama, el PAN solicitó la intervención presidencial “tanto
respecto a los hechos criminales como a la odiosa violación del voto”.
El Partido Democrático Mexicano, único sostén del candidato Ezequiel
Padilla, hizo saber: “La libertad de municipio, base esencial de nuestras
instituciones democráticas y postulado cardinal del PDM, fue ahogada en
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
sangre por el gobierno del Estado y la comandancia de la zona militar,
en siniestra complicidad para servir [a] los intereses de la imposición”.
El Jefe de E. M. de la Zona Militar, Coronel Pablo Cano Martínez, explicó
así los sucesos:
Las fuerzas federales que vigilaban el palacio municipal de la ciudad de
León fueron atacadas por un numeroso grupo de sinarquistas apostado
en las ventanas del Casino de León, en la Asociación Cristiana de Jó­
venes Mexicanos y en otros sitios de la plaza principal de la ciudad…
Durante todo el día, los sinarquistas se dedicaron a lapidar los edificios
públicos y las casas particulares, destruyendo las llantas de los autos…
Los desórdenes provocados por los sinarquistas llegaron al extremo
cuando, a las 9 p.m., durante el mitin que celebran en la plaza principal,
se echaron sobre los soldados de guarnición en el Palacio Municipal, dis­
parando armas largas y cortas. Afortunadamente, las fuerzas federales
lograron restablecer el orden…
El Comandante de la Zona Militar, Gral. Bonifacio Salinas Leal, opinó:
Esta campaña (la de don Carlos Obregón) fué tergiversada por los líde­
res de la agrupación sinarquista, aprovechando la participación de
elementos sinarquistas, fueron creando en ellos el ánimo de la subver­
sión, llegando hasta a insultar a las personas del Jefe del Ejecutivo Fe­
deral y de los miembros del instituto armado… Las fuerzas federales de
comando se concretaron a actuar únicamente apegadas a la Ley y con
el espíritu de justicia que anima a los soldados de la República; sí, por
desgracia, se tuvo que repeler la fuerza por la fuerza, con resultados
sangrientos, se debió exclusivamente a la actuación antipatriótica de
esos falsos líderes. Si los elementos mencionados, no obstante su acti­
tud firmemente subversiva, no hubieran atacado a la guardia con armas
de fuego, piedras y ladrillos, estoy seguro de que se hubieran evitado
esos sucesos sangrientos. Las leyes militares son muy explícitas e indican
que hay que evitar que núcleos de gente se acerquen a las puertas del
edificio que guardan, a una distancia de 50 metros; sin embargo, esos
motineros se acercaron hasta 8 metros…
El exgobernador Hidalgo también consigna en este libro la Iniciativa
del Ejecutivo para la desaparición de poderes, enviada por el C. Presidente de
la República a la Comisión Permanente del Congreso:54
54
Ibid., texto íntegro, pp. 145­147.
185
186
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Iniciativa del Ejecutivo para la desaparición de poderes
El Ejecutivo de mi cargo sistemáticamente se ha preocupado por man­
tener intacta la organización constitucional de la República, prestando
todo el apoyo necesario para que las autoridades puedan, dentro de su
órbita, cumplir sus funciones y ha tenido siempre como mira no ejer­
citar acción alguna que implique menosprecio de la soberanía de los
Estados.
Entre los principios fundamentales establecidos por la Norma Supre­
ma del País, se encuentra la organización del Gobierno bajo la forma
republicana, democrática y representativa, en que, según el postulado
del artículo 39 de la Constitución Política de Federal, “Todo poder pú­
blico dimana del pueblo y se instituye para beneficio de ‘éste’. Dentro
del régimen federal que como forma del Estado señala el artículo 40 de
la propia ley fundamental, deben respetarse los mandamientos de la
propia Constitución Política entre los que se encuentra el que dispone
que ‘los Estados adoptarán para su régimen interior la forma de gobier­
no republicano, representativo, popular, teniendo como base de su divi­
sión y de su organización política y administrativa el municipio libre’, y
la disposición de que ‘cada municipio será administrado por un ayun­
tamiento de elección popular directa’.
El municipio libre no es sólo la base de la división territorial de los
Estados, sino también lo es de su organización política y administrativa;
y dado el mandamiento democrático contenido en el artículo 115 Cons­
titucional, cualquiera violación en la designación por el pueblo de su
gobierno municipal, constituye una deformación de las bases mismas
sobre las que descansa la estructura política del País.
Siendo el Estado Mexicano, un Estado de derecho, toda la actividad
estatal debe encuadrarse dentro de las normas que lo rigen, ya que la
fuerza de que se hallan investidos quienes ejercen la soberanía deriva
de la ley que condensa la voluntad del pueblo.
La fuerza legal y moral de toda autoridad, no tiene otra fuente que
la legitimidad de su origen; por tanto, todo caso electoral, por cuanto
significa la forma primera e inmediata del ejercicio directo de la sobe­
ranía popular, interesa profundamente a la Federación y es materia de
la más escrupulosa vigilancia.
Las autoridades no deben ni pueden ser otra cosa que los ejecutores
de la ley y toda su actividad debe desarrollarse dentro de los principios
que informan nuestro régimen representativo, democrático y federal.
Sus actos estarán siempre condicionados por nuestra ley fundamental,
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
su fuerza misma viene directa y únicamente de la fuerza de observancia
de la misma ley. Por tanto, toda autoridad que traspone el terreno de la
legalidad, deja, por este solo hecho, de actuar como autoridad porque
carece ya de fuerza y apoyo que la sustentan.
Los recientes acontecimientos de la ciudad de León, que han con­
movido profundamente a todo el país por la deplorable pérdida de vidas,
con motivo de la renovación de los Poderes Municipales, nos señalan
un estado de intranquilidad pública resultante de una serie de violacio­
nes contra la libre emisión de la voluntad popular, violaciones imputa­
bles a los Poderes del Estado, que rebasando el ámbito de sus deberes
se constituyeron en partido, falseando así el deber Constitucional que
les compete, para poner a su servicio una autoridad que solamente
debe ser empleada en cumplimiento de algo impersonal y objetivo
como es acatar la ley.
En su propósito y línea invariable de conducta de respetar en lo
absoluto la soberanía de los Estados, no pudo el Ejecutivo que presido
intervenir directamente en el proceso electoral municipal, porque para
hacerlo habría sido necesario pasar sobre la soberanía del Estado de
Guanajuato. Sin embargo, las recomendaciones hachas a su gobierno,
de haberse oído, habrían bastado para conservar el imperio de la ley y
el respeto a los derechos ciudadanos.
La situación así creada, abiertamente contraria a los principio fun­
damentales de nuestra organización política, pone fuera del orden jurí­
dico constitucional a los Poderes del Estado y obliga al Ejecutivo de mi
cargo a usar los recursos extremos que establece la propia Constitución
Política Federal para volver al imperio del orden democrático, que
como suprema aspiración fija la propia ley fundamental; y al efecto
acude al Poder Legislativo para que, reconocida la desaparición de los
Poderes del Estado, pueda el pueblo de Guanajuato ejercer plena­
mente su soberanía y logre encaminar su vida política en la forma que
persiguen los principios democráticos, representativos y republicanos,
consagrados en nuestra Constitución.
El Ejecutivo de mi cargo en tal virtud, pide a esa H. Comisión Perma­
nente se sirva hacer la declaratoria prevista en la fracción V del Artículo
76 de la Constitución Política Federal.
Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida con­
sideración.
SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN.–Palacio Nacional, a 7
de enero de 1946.–El Presidente de la República, Manuel Ávila Cama­
cho.–El Secretario de Gobernación, Primo Villa Michel.
187
188
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
Presidente Manuel Ávila Camacho
Este caso sirve de antecedente para nuevas solicitudes que recibe la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en julio de ese mismo año de
1946, con motivo de las elecciones para Presidente de la República, sena­
dores y diputados. Ahora son el Partido Nacional Democrático, el Partido
Democrático Mexicano, el Partido Nacional Constitucionalista, Parti­
do Acción Nacional, Fuerza Popular y Partido “Mexismo”, entre otros,
quienes elevan ante la Suprema Corte “la denuncia de fraude que afirma
se ha cometido en las elecciones del siete de julio, para favorecer a los
candidatos del Partido Revolucionario Institucional y pide que la Corte
declare que esta denuncia es de su competencia”. En agosto de ese año,
varios ciudadanos de León, Guanajuato, envían una carta al C. Presidente
de la República, Gral. Manuel Ávila Camacho, en donde le piden poner
en libertad a Mario Lasso, Secretario General del Comité del Distrito Fe­
deral del Partido Democrático Mexicano, quien fue “privado de su liber­
tad, encarcelado, vejado, amenazado y golpeado por órdenes del Jefe de
la Policía, Don Jesús Galindo...”, al manifestar su partido violaciones
contra el voto público, graves arbitrariedades y “violación de garantías
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917
cometidas por toda clase de autoridades en toda la República”. Y le
recuerdan a la Suprema Corte su actuar meses atrás:
Protestando enérgicamente por la detención del compañero Sr. Mario
Lasso, ya que toda la Nación conoce bien que es caso no es mas que un
pretexto de maniobras fraudulentas que siempre ha usado el mencio­
nado partido que con frecuencia por varias veces se ha cambiado nom­
bre, cada vez que comete un delito.
Como lo hizo en los primeros días de Enero por la masacre de León y
por todos los motivos y maniobras del Pri [sic] tan burlescas y tan odiosas
ante la opinión pública todos los Leoneses directivos y simpatisadores
[sic] de la causa por la democrasia [sic] PROTESTAMOS ENÉRGICA­
MENTE. Pidiéndole a Ud. ponga en libertad al Sr. Mario Lasso antes
del 15 proxsimo [sic].
Plaza principal de León
189
190
Las Resoluciones Judiciales que han forjado a México
c. Discusiones de los Ministros en 1946
Agosto de 1946
En el libro El artículo 97 constitucional y la democracia. Una discusión histórica
en el Pleno de la Suprema Corte de Justicia o Líneas preliminares del Sr. Lic. Pauli­
no Machorro Narváez, diputado al Congreso Constituyente de 1916, se recogen
las discusiones que llevaron a cabo los Ministros de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación el miércoles 7 de agosto de 1946, respecto al artícu­
lo 97 constitucional, sobre la improcedencia de la investigación con re­
lación a la violación del voto público en toda la República, pues se señala
que se carece de competencia para ello. Las violaciones que se aducen
ocurrieron en las elecciones del 7 de julio de ese año, en los Estados de
Morelos y Tlaxcala, aunque también se hace referencia (sólo de nombre)
a lo sucedido en Aguascalientes, Monterrey y León (por los sucesos del 2
de enero de ese año de 1946).55
Los Ministros participantes fueron Salvador Urbina (en su calidad de
Ministro Presidente), Franco Carreño (en cuyo poder se encontraban los
expedientes del asunto), Teófilo Olea y Leyva, Carlos L. Ángeles, Hilario
Medina, Vicente Santos Guajardo, Agustín Mercado Alarcón, Luis G. Coro­
na, Manuel Bartlett Bautista, Carlos I. Meléndez, Fernando de la Fuente,
Roque Estrada, José M. Ortiz Tirado, Emilio Pardo Aspe, Benjamín Mi­
jangos, Agustín Téllez, José Rebolledo, Eduardo Vasconcelos, Antonio
Islas Bravo. Se hallaba ausente el Ministro Alfonso Francisco Ramírez, mien­
tras que el Secretario General de Acuerdos fue Francisco Parada Gay.
La sesión inició a las 11 horas y 55 minutos, y concluyó a las 20 horas
con 50 minutos. Fue sesión permanente y sólo tuvo un intermedio de
media hora, hacia las 15:30 hrs.
55
El artículo 97 constitucional y la democracia. Una discusión histórica en el pleno de la Suprema Corte de
Justicia o Líneas preliminares del Sr. Lic. Paulino Machorro Narváez, diputado al Congreso Constituyente
de 1916, México, Jus, 1947, 139 pp.
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