La historia de España en Galdós Análisis y proceso de elaboración de los Episodios nacinales Servizo de Publicacións 91 La historia de España en Galdós Análisis y proceso de elaboración de los Episodios nacionales Dolores Troncoso Salvador García Castañeda Carmen Luna con prólogo de Rodolfo Cardona Servizo de Publicacións La historia de España en Galdós Análisis y proceso de elaboración de los Episodios nacionales Dolores Troncoso Salvador García Castañeda Carmen Luna con prólogo de Rodolfo Cardona MONGRAFÍAS DA UNIVERSIDADE DE VIGO HUMANIDADES E CIENCIAS XURÍDICO-SOCIAIS, 91 Troncoso Durán, Dolores La historia de España en Galdós : análisis y proceso de elaboración de los Episodios nacionales / Dolores Troncoso, Salvador García Castañeda, Carmen Luna ; con prólogo de Rodolfo Cardona Vigo : Universidade de Vigo, Servizo de Publicacións, 2012 144 p. ; 24 cm. – (Monografías da Universidade de Vigo. Humanidades e Ciencias Xurídico-Sociais ; 91) D.L. C 1272-2012 -- ISBN 978-84-8158-572-8 1. España – Historia—19º siglo -- Novelas 2. Pérez Galdós, Benito (1843-1920). Episodios nacionales I. García Castañeda, Salvador García II. Luna Sellés, Carmen III. Cardona, Rodolfo, pr. IV. Universidade de Vigo. Servizo de Publicacións, ed. 821.134.2-31”18” 94(460)”18”(0:82) Edición: Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo Edificio da Biblioteca Central Campus de Vigo 36310 VIGO Tel. 986812235 [email protected] ©Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo, 2012 Printed in Spain - Impreso en España I.S.B.N.: 978-84-8158-572-8 Depósito Legal: C 1272-2012 Imprime: Plana Artes Graficas, S.L. Reservados tódolos dereitos. Nin a totalidade nin parte deste libro pode reproducirse ou transmitirse por ningún procedemento electrónico ou mecánico, incluíndo fotocopia, gravación magnética ou calquera almacenamento de información e sistema de recuperación, sen o permiso escrito do Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. Índice Prólogo................................................................................................ 7 Capítulo I BPG y los Episodios nacionales........................................ 11 Capítulo II La primera serie............................................................... 17 Capítulo III La segunda serie............................................................. 25 Capítulo IV La tercera serie................................................................ 41 Capítulo V La cuarta serie................................................................. 59 Capítulo VI La quinta serie................................................................. 79 Capítulo VII Historia textual de los Episodios...................................... 101 Bibliografía ....................................................................................... 131 5 Prólogo Rodolfo Cardona Conforme iba leyendo las introducciones a los cinco tomos de los Episodios Nacionales editados por la profesora Dolores Troncoso y sus colegas y publicadas por la Editorial Destino de Barcelona, pensaba que sería muy importante reunir esas introducciones en un libro aparte. Pero, al mismo tiempo, me preguntaba: ¿habrá un editor con suficiente imaginación para aceptar tal propuesta editorial? La contestación a mi pregunta era siempre dudosa pero, por suerte, me equivoqué, porque aquí tienes en tus manos, estimado lector, la respuesta a mi imaginado deseo. ¿Por qué me pareció importante que esas introducciones se editaran en un libro aparte? Mi idea era que, de otra forma, tal vez no llegarían a manos de los galdosistas pues estos podrían, tal vez, inhibirse de adquirir una edición más de los Episodios galdosianos y así no llegar a leer esta espléndida puesta al día de la crítica sobre estas importantes obras. Porque, en efecto, de eso se trata. Los tres eruditos que escribieron las introducciones a los cinco volúmenes, Dolores Troncoso, Salvador García Castañeda y Carmen Luna, no sólo han recogido la mejor crítica sobre los Episodios, sino también han aportado nuevas ideas y enfoques de gran importancia para los especialistas en las obras de don Benito. Además, han puesto al día la bibliografía sobre estas novelas históricas y han incluido un indispensable “apéndice” (me refiero al Capítulo VII del presente libro) en el que se da la “Historia textual de los Episodios” que incluye: un estudio de los manuscritos con las correcciones hechas por el autor antes de entregarlos a la imprenta; correcciones en las galeradas; un estudio de las primeras ediciones y de la versión ilustrada de las dos primeras series; y, por último, un vistazo a las ediciones que llevan el subtítulo de “esmeradamente corregidas”. Termina este Capítulo VII con una descripción de la cuidadosa edición publicada por Destino entre los años 2005-2010. Esta última sección demuestra la importancia de esta nueva publicación para los especialistas quienes, de ahora en adelante deberán citar por esta edición, la única que 7 nos da, por fin, un texto confiable y, además, la mencionada historia textual de indispensable utilidad. La bibliografía con que termina el libro, como se apuntó al principio, está puesta al día y refleja la irregular historia crítica de los Episodios Nacionales. Porque, en efecto, estas obras adolecieron de un vaivén crítico que sólo a partir de los estudios de Antonio Regalado, Hans Hinterhäuser y José F. Montesinos, empezó a generar el interés que la crítica había concedido al estudio de las novelas de Galdós, tanto las de la “primera época” como las de “la España contemporánea”. Con esta puesta al día los autores han ido acentuando lo que es aceptable aun hoy día y corrigiendo algunas interpretaciones que ahora podemos ver como insuficientes. Además de las importantes aportaciones mencionadas, quisiera destacar, entre muchos otros, algunos aciertos críticos de gran originalidad. Por ejemplo, la utilización de los títulos tentativos utilizados por Galdós antes de empezar una serie, porque estos nos dan una pista para conocer el planteamiento que el autor quería dar al período histórico que se proponía novelar. Otro acierto es el replantear el protagonismo de Monsalud en la segunda serie, como la crítica ha insistido siempre. Aquí se apuntan otras figuras protagónicas destacándose la de don Benigno Cordero y, más tarde, haciendo hincapié en la importancia de Genara. Creo que es importante distinguir entre el protagonismo de una figura que va hilando la fábula y otros tipos de protagonismo que destacan posturas ideológicas indispensables para la comprensión del momento histórico, o que representan un modelo o ideal social, como es el caso de don Benigno Cordero, esencia de lo que en ese momento Galdós creía que era la burguesía que salvaría a España. En este sentido es importante también que se haya destacado la evolución que se puede notar en el propio Galdós en cuanto a su postura con respecto a la clase media y al pueblo en los diferentes momentos históricos en que escribió sus Episodios. Hay también aportación de datos nuevos, como por ejemplo el mencionar la posible influencia del Telémaco de Fenelón en la caracterización de Calpena. Y es también un acierto el mencionar que en la tercera serie Galdós hizo un estudio de la psicología nacional basado en la observación directa de su realidad circundante. Se destaca también en estos estudios introductorios la importancia de las cartas en los Episodios, más allá, por supuesto, del episodio epistolar La estafeta romántica. 8 Me ha parecido de suma importancia que al escribir sobre la cuarta serie se presente una visión comparatista de lo que sucedía en ese período histórico en los otros países de Europa; se destaca el desencanto ante el fracaso de la clase media y se exalta la labor del pueblo trabajador. En estos estudios se citan textos significativos como son la reseña que Valle-Inclán escribió sobre Las tormentas del 48 y el artículo (aparentemente anónimo) publicado en El socialista con motivo del barullo ocasionado por la obra Electra y que tiene un eco en las palabras de Ibero en La de los tristes destinos: “No quiero libros ni carreras… Mis libros serán la acción. No siento ningún deseo de conocer, sino de hacer.” He destacado, tal vez sin ningún criterio definido, algunos ejemplos de aportaciones que me han parecido originales e importantes para la crítica de los Episodios. Hay muchas cosas más que el lector especializado en la obra galdosiana notará con nuevo interés. Por ejemplo, cómo la profesora Troncoso, al estudiar la quinta serie, ha logrado darnos en su análisis textual pruebas concretas de lo que constituyó “el arte maravilloso que Galdós derrochó en esta serie”. Me he extendido más de lo propio en esta visión prologal del libro sobre los Episodios Nacionales que la profesora Troncoso con la inestimable cooperación del profesor García Castañeda y de la profesora Luna han escrito al alimón. Un excelente ejemplo de trabajo de conjunto que debe recibir nuestra enhorabuena y agradecimiento. 9 Rodolfo Cardona Capítulo I Benito Pérez Galdós y los Episodios nacionales Dolores Troncoso y Salvador García Castañeda (Universidade de Vigo y Ohio State Universiy) Nacido en 1843 de una familia de clase media de Las Palmas de Gran Canaria, Galdós llega a Madrid con diecinueve años para estudiar Derecho, pero la agitación política que vive la capital los años inmediatamente anteriores al derrocamiento de Isabel II, harán que dedique más tiempo a tertulias y paseos observadores que a su carrera universitaria.1 En esa época presencia dos acontecimientos que, según escribe muchos años después, influyeron “considerablemente” en su “temperamento literario”: la noche de San Daniel y la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil.2 1 Él mismo lo evoca en sus Memorias de un desmemoriado (1916): “El 63 o el 64 -y aquí flojea un poco mi memoria- mis padres me mandaron a Madrid a estudiar Derecho, y vine a esta Corte, y entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía […] Escapándome de las Cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozándome en observar la vida bulliciosa de esa ingente y abigarrada capital” [1973 a: 1430]. 2 En Memorias de un desmemoriado [1973 a: 1431]. El primero, ocurrido en abril de 1865, alude a la violenta represión policial contra las manifestaciones estudiantiles que protestaban por la separación de Emilio Castelar de su cátedra. La medida respondía a un célebre artículo de don Emilio, “El rasgo”, en el que acusaba a la Reina de esquilmar el Patrimonio Nacional a través de una, según él, ilegal venta de bienes de su Patrimonio Real a la nación. El resultado de la represión fueron nueve muertos y numerosos heridos, y la consecuencia más inmediata, la dimisión del gobierno de Narváez y un notable incremento de la impopularidad de Isabel II. El segundo tuvo lugar en junio del año siguiente: los sargentos del cuartel de San Gil, apoyados por progresistas y demócratas, se sublevaron contra la Reina; a ellos se sumaron civiles y llegaron a levantarse barricadas en el centro de Madrid. El gobierno aplastó la sublevación y, en las afueras de la Puerta de Alcalá fueron fusilados sesenta y seis hombres, entre sargentos, cabos, soldados y civiles. Galdós evocará ficticiamente el primer suceso al principio de Fortunata y Jacinta y el segundo en la cuarta serie. 11 La historia de España en Galdós. Análisis y proceso de elaboración de los Episodios Nacionales En febrero de 1865 comienza a colaborar en el periódico La Nación donde escribe crónicas costumbristas bajo el título “Revista de la semana”. Allí publica también su traducción de los Piwick Papers de Dickens, uno de sus novelistas preferidos. En junio de 1867, el joven periodista viaja a París para ver la Exposición Universal, y en abril del 68 repite la experiencia añadiendo un largo recorrido por Francia. A su regreso ha triunfado ya La Gloriosa, y Galdós presencia la entrada de Prim y Serrano en Madrid, suceso que evocará años después en Amadeo I, tercer episodio de la quinta serie. Durante 1869, dará cuenta en el periódico Las Cortes de los debates sobre la nueva Constitución que se está elaborando.3 Todo ello contribuye a su profunda preocupación por la realidad sociopolítica española y a su convencimiento de que la historia puede ser de gran ayuda para encauzar el futuro político del país, según expone en el Preámbulo a su primera novela, La Fontana de Oro (1870) ambientada en otra etapa constitucional: los años 1820-23 del reinado de Fernando VII. En ese mismo año 70 publica un interesante prólogo al libro de un amigo que, a la vista de su producción posterior, puede considerarse como su propio programa literario. Titulado “Observaciones sobre la novela contemporánea en España”, es un llamamiento a convertir a la clase media en protagonista de la “moderna novela de costumbres”, tal como se está haciendo en otras partes de Europa.4 Ambas direcciones, la de novelar la vida de la clase media contemporánea, y la de buscar en el pasado histórico enseñanzas para el presente y el futuro del país, se convertirán en líneas maestras de su larga carrera literaria: la primera en las llamadas “Novelas contemporáneas”, la segunda en los Episodios nacionales. Entre los años 1870 y 1872 en los que, tras la regencia interina del general Serrano durante el periodo constituyente, reina Amadeo de Saboya, Galdós colabora en el periódico progresista El debate que apoya sin reparos al nuevo rey. El primer episodio, Trafalgar, está fechado por el propio autor en enero-febrero de 1873 y debe recordarse que el 11 de febrero de 3 “Como hijo espiritual de la Gloriosa –escribe Clara E. Lida [1968: 62] –comparte sus ideales de liberalismo político y económico, fe en la educación y en el progreso material, anticlericalismo y antimilitarismo”; pero fue uno de los pocos que, según Juan López Morillas [1965: 273-275] “no se dejaron engañar por el general optimismo. […] Honradamente interesado por la sociedad española, parece convencido muy temprano de que para comprender a la España de su día y comunicar esa inteligencia a un público poco atento a los problemas nacionales, sería menester estudiar la conciencia individual a la vez que el contexto social en el que esa conciencia había cuajado”. 4 El citado prólogo puede leerse en Pérez Galdós [1990 a: 105-120]. 12 Dolores Troncoso y Salvador García Castañeda ese año abdicó don Amadeo, dejando al país en una delicadísima coyuntura. Durante 1872, Galdós había publicado, en la sección “Política interior” de la prestigiosa Revista de España, una serie de artículos que subrayaban la dificultad del momento y la necesidad de apoyar a la monarquía constitucional si no se quería desembocar en una guerra civil.5 Los Episodios nacionales ficcionalizan la historia española desde la batalla de Trafalgar (1805) hasta bien entrada la Restauración borbónica (1880). Son cuarenta y seis novelas agrupadas en cinco series escritas a lo largo de muchos años y en circunstancias políticas muy diversas: la primera y la segunda entre la Revolución del 68 y la Restauración; la tercera, diez y nueve años después, durante la Regencia de Mª Cristina: el primer episodio comenzó a escribirse en vísperas del Desastre del 98, y el último dos años después; las series cuarta y quinta se escriben durante la primera etapa del gobierno de Alfonso XIII que, según Carlos Seco Serrano [1970-71: 262] “pone a prueba la consistencia de la ‘España oficial’ y articula los grandes programas regeneracionistas, estimulados por el clima depresivo y agónico del 98”. El autor explica la larga interrupción entre la segunda y la tercera series, en el capítulo final de Un faccioso más y algunos frailes menos, último episodio de la segunda serie: Aquí concluye el narrador su tarea […]. Los años que siguen al 34 están demasiado cerca, nos tocan, nos codean, se familiarizan con nosotros. Los hombres de ellos casi se confunden con nuestros hombres. Son años a quienes no se puede disecar, porque algo vive en ellos que duele y salta al ser tocado con escalpelo. Quédese, pues, aquí este largo trabajo. Sin embargo, en la presentación de Zumalacárregui, advertía que decidió “quebrantar el voto”, a ruego de sus lectores y amigos, aunque algunos críticos aducen que lo hizo acosado por la urgente necesidad de dinero en que se vio para saldar cuentas con su antiguo editor, y otros señalan la preocupación de Galdós por su país que, como cuando inició las dos primeras series –abdicación de don Amadeo y segunda guerra carlista–, volvía a estar en delicadísima situación: en plena guerra de Cuba, un mes antes del ultimátum de los Estados Unidos a España. El novelista recoge los principales sucesos acaecidos en el país –los últimos años de Carlos IV con la derrota de Trafalgar, el motín de Aranjuez, 5 Según señala Claire Nicol Robin [1978: 63], lo esencial de estos artículos, a los que Galdós intentó dar resonancia histórica, es la idea de unión de todas las fuerzas políticas que habían hecho posible la revolución del 68 frente a los defensores del Antiguo Régimen. 13 La historia de España en Galdós. Análisis y proceso de elaboración de los Episodios Nacionales la invasión napoleónica y la guerra de la Independencia, el reinado de Fernando VII, la regencia de María Cristina de Borbón, las guerras carlistas, los reinados de Isabel II y Amadeo de Saboya, la primera República y la Restauración borbónica– narrados en y desde la intrahistoria, es decir que son relato de hechos históricos vividos cuando se producen por ficticios personajes de a pie que los entremezclan con sus experiencias cotidianas. El autor quería presentar en los Episodios la historia de España relacionándola con la historia privada de los pequeños y grandes personajes que formaban parte de ella. Pero a partir de la tercera serie, su atención se aparta un tanto de las grandes figuras para concentrarse en la colectividad, en el pueblo, y afirma que su ideal sería una historia que podría y debería escribirse sin personajes, sin figuras célebres, con los solos elementos del protagonismo elemental, que es el macizo y santo pueblo, la raza, el Fulano colectivo (Mendizábal, II). La historia está vista así a través de la vida diaria de los personajes, ya sean históricos o de ficción, a los que el autor concede una importancia semejante. Sus problemas personales son un reflejo de los del país; así consigue Galdós señalar, en la historia de la primera mitad del siglo, las raíces de la crisis española que va de 1873 –fecha del primer episodio y de la marcha del rey Amadeo– a 1912 –fecha del último en que Cánovas se ve obligado a convocar elecciones–. Además de la concreta situación española que le tocó vivir y la pasión que don Benito sentía por la política cuando inicia su carrera de escritor, debe tenerse en cuenta como origen de los Episodios, un motivo intrínsecamente literario: la novela histórica estaba de moda en toda Europa desde principios del siglo XIX. Desde el interés arqueológico y de evasión que caracteriza a esta novela en el Romanticismo, la temática se va acercando al presente y mostrando el pasado como iluminador de lo contemporáneo; aunque todas las novelas históricas de la segunda mitad del siglo contengan en diferentes dosis elementos románticos y realistas, Galdós supo captar e incorporarse a la evolución europea del género: cambio temático del pasado remoto al pasado reciente, cambio intencional de la evasión a la afirmación histórica, y cambio estilístico del romántico al realista –protagonistas no excepcionales, lenguaje sencillo, alternancia de lo histórico documentado y no legendario con lo novelesco–. De todas formas, también durante el periodo romántico se publicaron algunas novelas de tema contemporáneo como Eduardo o la guerra civil 14 Dolores Troncoso y Salvador García Castañeda en las provincias de Aragón y Valencia (1840) de Francisco Brotons, El patriarca del Valle de Patricio de la Escosura (1846) o El tigre del Maestrazgo (1846-1849) de Wenceslao Ayguals de Izco. Pero, cuando Galdós llega a Madrid, uno de los autores más apreciados y más leídos tanto por los jóvenes como por la generación anterior es Walter Scott, un escritor nacionalista en cuya obra abundan las costumbres escocesas del siglo XVIII en el que él había nacido. Antonio Regalado [1966: 157] opina que la inspiración ejercida por Scott sobre la elaboración de los Episodios Nacionales tiene tal trascendencia que “sin el precedente del autor escocés la novela histórica galdosiana resultaría inexplicable”,6 y destaca también la influencia que ejercieron sobre Galdós, lo mismo que sobre Scott, el costumbrismo y Cervantes, inspirador también de Dickens y de Balzac. El éxito de los Episodios, que reunían materiales históricos, novela de costumbres y elementos folletinescos, prueba que la magna obra galdosiana dio a conocer el pasado reciente de su propio país a un elevado número de españoles.7 Y si es cierto que los Episodios descubrieron a muchos, de un modo fácil y ameno, su propia historia, también lo es que al primero que debieron ayudar a comprender con mayor claridad cuáles eran las raíces de la situación que estaba viviendo fue al propio escritor.8 La lectura de todos los Episodios nos da una visión global de la España decimonónica desde la heroica guerra de la Independencia hasta la caquexia o parálisis que revela Cánovas, el último episodio de la quinta serie. Vicente Llorens [1970-71] destaca el gran cambio que experimentó Galdós en su forma de ver la 6 Aunque la bibliografía de Anthony Percival [1985] no recoge ningún trabajo monográfico que estudie dicha influencia. 7 El 31 de octubre de 1873, recién publicados los tres primeros Episodios, se habían vendido doscientos sesenta y ocho ejemplares de Trafalgar, mil doscientos setenta y ocho de La corte de Carlos IV y setecientos noventa y cuatro de El 19 de marzo y el 2 de mayo [Beyrie, II, 1980: 168]. Según el ensayo bibliométrico de Jean Francois Bottrel [1984: 131 y 134] al aplicar el coeficiente de lectores potenciales a la cantidad vendida de cada título se obtienen ciento cincuenta mil lectores para cada episodio de la primera serie –un tres con ocho por cien de los alfabetizados en 1875-. Dicho número es casi tres veces mayor que el número de lectores de una novela por entregas. En 1897 señalaba Menéndez Pelayo [1964: 90] refiriéndose a los treinta Episodios entonces publicados: “un éxito sinceramente popular los ha acogido […] han penetrado en los hogares más aristocráticos y en los más humildes, en las esuelas y en los talleres; han enseñado verdadera historia a muchos que no la sabían, no han hecho daño a nadie, y han dado honesto recreo a todos, y han educado a la juventud en el alto culto de la Patria”. En opinión de Diane F. Urey [1989: 5] “con los Episodios Galdós transformó al público lector español de consumidor de traducciones y novelas de folletín por entregas, en fiel seguidor de la revitalización literaria de la novela decimonónica”. 8 Según Manuel Durán [1966: 62], “Para Galdós los Episodios fueron una ocasión insustituible de definirse a sí mismo, al mismo tiempo que definía su época y que precisaba cuáles habían sido los antecedentes inmediatos de su generación”. 15 La historia de España en Galdós. Análisis y proceso de elaboración de los Episodios Nacionales historia de España en los años transcurridos entre la redacción del primer episodio y el último. La primera serie muestran el impulso épico del pueblo español frente a los invasores franceses; la segunda, el desarrollo de la clase media con “poder omnímodo” para crear una nueva España. Las otras tres revelan ya los síntomas de la decadencia del país en la segunda mitad del XIX, y aunque críticos y lectores han gustado más de las dos primeras series, en tiempos recientes han despertado más interés estas tres últimas.9 Los Episodios resulta hoy una fuente histórica, sociológica e ideológica del siglo XIX español de primer orden,10 pero no debemos olvidar que son novelas, y Galdós demuestra estar preocupado porque se tomen como tales; de ahí la presencia casi constante de marcas que atraen la atención del lector sobre el arte de narrar: las dificultades del narrador –“no sé cómo expresarlo”–, las decisiones a tomar –“me resuelvo no solo a mencionarlo sino a describirle”–, la organización de la materia narrativa –“esto merece capítulo aparte”–, la oportunidad de una determinada información –“no puedo menos que dar algunas noticias […] porque figuran algo en los acontecimientos posteriores”–. Estas marcas, en las que pueden incluirse también las discusiones con el lector, el pastiche de estilos –neoclásico, costumbrista, romántico, folletinesco–, las frecuentes reminiscencias literarias –picarescas, cervantinas, quevedescas…–, la variedad de formas narrativas –narrador protagonista, omnisciente, novela epistolar, incluso diálogos teatrales– subrayan el control que el autor ejerce sobre lo narrado y la calidad estética de estas novelas.11 9 Puede verse, al respecto Cardona [2004: 22-23]. 10 Recuerda Paul Aubert [2001: 8] la opinión de Max Aub: “si desapareciesen todos los archivos y se guardase la obra de Galdós, se habría guardado lo esencial para entenderla historia del siglo XIX”. 11 Pueden verse al respecto, entre otros, los estudios de Ricardo Gullón [1973], Diane F. Urey [1989], y Geoffrey Ribbans [1993]. 16