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José Antonio Izco Ilundain*
LA MISIÓN CRISTIANA EN ASIA
EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS
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(Abril 2010)
La Revista "Misiones Extranjeras", en su afán de estar atenta y servir a la doctrina y a la práctica de la
misión cristiana, viene dedicando un esfuerzo especial a la evangelización en el continente asiático,
esfuerzo desproporcionado al personal que la Iglesia de España en general y el IEME en particular están
entregando a esa misión. Varias razones le empujan seguramente a ello. Una de ellas es el mayor
desconocimiento que el público de habla hispana tiene sobre el mundo cultural, religioso y cristiano de Asia, en
comparación con la mayor cercanía que se aprecia con respecto a África y, sobre todo, América Latina. El
desconocimiento es grande, pero a la vez se observa una cada vez mayor comunicación y deseos de
comprensión y acercamiento, fruto sin duda de la enorme interacción que atraviesa a nuestra aldea global.
Otra razón para fijar nuestros ojos cristianos en Asia tiene que ver con la vitalidad, iniciativas, modos nuevos
de vivir y contagiar la esperanza del evangelio que aparecen en estas Iglesias asiáticas y que, a menudo,
interpelan y sacuden las raíces viejas del Cristianismo occidental. A pesar de ser pequeñas y hasta, muchas
veces, insignificantes en términos numéricos, parecen evocar la sal y levadura y el grano de mostaza y el
pequeño rebaño de que hablaba Jesús.
En cuatro apartados desiguales queremos abarcar aquí lo principal de las aportaciones que, desde esta
revista y a lo largo de los últimos 20 años, nos han podido enriquecer, cuestionar, iluminar y alentar por los
caminos del seguimiento de Jesús y la continuación de su misión. En un primer apartado presentaré los
números monográficos dedicados a temas de Asia. Luego intentaré recoger el grueso de los temas
teológicos y pastorales tratados. Un tercer título presentará los principales organismos y eventos que en
estos años han catalizado la vida de las Iglesias para, en un último apartado, hacer un recorrido por los
países asiáticos cuya realidad eclesial y misionera ha ido apareciendo más en las páginas de esta Revista.
Y acabaremos con unas breves reflexiones personales.
LOS 18 NÚMEROS MONOGRÁFICOS DEDICADOS A LA MISIÓN EN ASIA
Desde antiguo data la costumbre de dedicar a temas de la evangelización en Asia uno de los seis números
anuales de la Revista. Casi exactamente se ha mantenido esa costumbre en los últimos 20 años. Y hasta se
ha rebasado porque, como veremos, han sido muchísimos los trabajos aparecidos en otros números que
han tratado temas de la misión en Asia. Recorramos brevemente aquí estos 18 números, destacando su
contenido principal.
En 1987, el n° 101 llevó por título "Las Iglesia de Asia ante el Sínodo sobre los laicos". A punto de
celebrarse en Roma un Sínodo Episcopal sobre el laicado, dos teólogos ofrecen sus reflexiones desde Asia
(Acababan de celebrar en Tokio, en Septiembre de 1986, una Asamblea Plenaria de obispos asiáticos sobre
ese tema). El Jesuita Adolfo Nicolás presenta una "Notas para una panorámica del laicado" asiático (n° 101,
pp. 341-353) y el también Jesuita indio Michel Amaladoss elabora unas "Reflexiones desde Asia sobre el
laicado" (n° 101, pp. 359-369). Otros estudios desde la experiencia con laicos en Japón (José L.
Lecumberri), la hora del laicado en China (Jesús S. Breña) o el papel especial de la mujer en Filipinas (Ida y
a
Lorna) y en la India (M Pilar Guedea) completan el núcleo del tema (Este tema del laicado volverá a
aparecer en el n° 120 "La educación de la mujer en Asia", pp. 477-482; y en el n° 141 "Ministerios laicales
en las Iglesia de Asia", pp. 271-286).
"El Budismo de Gautama y el Evangelio de Jesús”' era el título del n° 110 (mar-abr. 1989), un número
dedicado especialmente a entender el Budismo y su encuentro y desencuentro con la fe cristiana. El
cristiano de Sri Lanka Anthony Fernando hacía ahí una larga y completa presentación del Budismo
fácilmente comprensible para cristianos (pp. 153-198) y dos autores, el jesuita también de Sri Lanka
Aloysius Pieris y el dominico español Jesús González Valles disertaban respectivamente sobre "Diálogo de
corazón a corazón entre cristianismo y budismo" (pp. 199-236) y sobre "Amor y compasión, claves para un
diálogo cristiano-budista" (pp. 237-246). En Julio de 1990 se celebró en Bandung (Indonesia) la V Asamblea
Plenaria de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC) y a ella fundamentalmente se refirió el n° 120 de
nuestra Revista con el título "Retos a la Iglesia de Asia en los años 90". En ella José A. Izco contextualizaba y
exponía el desarrollo y contenido de la Asamblea (pp. 409-426), el teólogo indio Félix Wilfred ofrece un
magnífico análisis de los rasgos sociales, culturales y religiosos que emergen en el inmenso continente
1
asiático (pp. 429-450), siguen la alocución del Card. Joseph Tomko, la Declaración final de la Asamblea y
varios testimonios, experiencias y documentos (mensaje de Juan Pablo II y una declaración de la Asociación
de teólogos indios en busca de una teología del pluralismo religioso).
El siguiente número monográfico se titula "Asia: rostro multiforme de Dios" (n° 125/126, sept.-dic. 1991).
Este número presenta brevemente huellas del rostro de Dios en distintas religiones de Asia tales como el
Shintoismo japonés (Walter Gardini), el confucianismo coreano (Young Chan Ro), el ambiente budista y
confuciano (/. González Valles), en la historia e influencia del Budismo (M. Zago), en el cristianismo de
Filipinas (F. Claver), en el Islam asiático (Michel Thomas) y en otras comunidades de Asia. Todo precedido
por una sugerente "presentación" de Raimundo Panikkar (pp. 351-360) y acompañado de varias reflexiones
del oblato de Sri Lanka Tissa Balasuriya sobre "Cristo y la.' religiones" (pp.451-462), "feminismo y liberación
de la teología" (pp. 463-476 y "Jesucristo y liberación personal" (pp. 491-496). Al año siguiente, la Revista
dedicó un número a "Tailandia, nueva misión del IEME" (n° 132, nov.-dic. 1992). Año y medio antes habían
arribado a esta nación, con vocación de quedarse, los tres primeros misioneros del IEME. Este número
presenta la historia de esta Iglesia (S. Chumsriphan), sus esfuerzos de inculturación (Card. Kitbunchi), sus
relaciones con el Budismo oficial (M. Garaizábal), su proceso social y político (Comité tailandés de Justicia y
Paz), así como las experiencias de dos misioneras con los refugiados y los tai.
El monográfico siguiente (n° 135, mayo-junio 1993) se tituló "Misión Diálogo en Asia", pretendiendo ofrecer
una visión "desde ambos lados". Central en este número fue el artículo del misionero del Verbo Divino J.
Knight (pp. 228-238), acompañado de exposiciones sobre la actitud dialogante de Mahatma Gandhi (Cyril
Veliath) y la participación actual de hindúes en el diálogo (K. L. Aleaz) y sobre diversos aspectos del
budismo japonés actual comparados con el cristianismo. Ofrece también una traducción completa y
actualizada de un libro del Budismo de la "Verdadera religión de la Tierra Pura" que, desde su composición
en el siglo XII, viene siendo un "evangelio" del Budismo japonés (pp. 185-213) y ofrece a un cristiano
abundantes motivos de reflexión fecunda.
Al año siguiente, la Revista se centró en "La Iglesia Católica en China y su entorno" (n° 142/143, jul.-oct.
1994). Destacan los estudios redactados por el "Centro de Estudios del Espíritu Santo" de Hongkong que
ofrecen una "cronología de la Iglesia Católica en China" que va desde sus comienzos el año 635 hasta el
1994 (pp.339-386). Aporta también las estadísticas, los estatutos de la “Asociación Patriótica Cathólica
China” y varios estudios sobre esta Iglesia (del misionero de Maryknoll J. Cioppa; del sacerdote hoy obispo
auxiliar de Hong kong John Tong y del también chino Anthony Lam). Contiene también este número trabajos
que nos aproximan a la vida de las Iglesias del entorno de China: Taiwán, Mongolia, Camboya, Tibet y Laos.
Y una bibliografía sobre China y su Iglesia (pp. 545-548).
a
En Enero de 1995 se celebraba puntualmente, en Manila y en presencia del Papa Juan Pablo II, la 6
Asamblea Plenaria de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia. A ella fue dedicado el
número 146 de la Revista titulado "Discípulos de Cristo en Asia: al servicio de la vida" (marz.-abr. 1995), con
un artículo introductorio (pp.141-153) de José A. Izco, dos de las principales conferencias allí expuestas (la
del jesuita indio S. Arokyasami sobre las "fuerzas de muerte y destrucción en la lucha por la vida en Asia" y
la del misionero G. Battistella sobre los trabajadores emigrantes asiáticos), la alocución hecha a la
Asamblea por el Card. J. Tomko y los documentos principales emitidos por esa memorable reunión.
A lo largo de 1996 estaba ya en marcha, con la vista puesta en el Jubileo del 2000, la preparación de un
Sínodo de la Iglesia Universal para el Asia. Y ese mismo año se celebró en Hongkong la V Asamblea de la
Federación Bíblica Asiática. Nuestra Revista se asomó a este evento y bajo el título "La Palabra de Dios en
la evangelización de Asia" (n° 156, nov.-dic. 1996) ofreció los trabajos y testimonios de ese encuentro
bíblico más relevantes para la evangelización. Tras una panorámica esperanzadora de la actualidad
humana y cristiana de Asia (pp. 451-467), la religiosa china Maria Ko Ha-Fong nos abre los ojos a una
manera asiática de leer la Biblia y a lo mucho que también esa perspectiva puede enriquecer a la Iglesia
(pp. 468-492) y el obispo auxiliar de Hongkong John Tong, releyendo los "signos" del evangelista Juan,
presenta la Palabra de Dios como fuente de vida para la Iglesia de China (pp. 493-503). La declaración final
de la Asamblea bíblica citada cierra el número (pp. 553-565).
Fue fijado para 1998 el Sínodo para Asia y se iban conociendo las respuestas de varias Conferencias
Episcopales de Asia a los "Lineamenta" ofrecidos desde Roma. El número monográfico "Ante el Sínodo de
Asia: el reto de la evangelización” (n° 162, Nov.-Dic. 1997) intenta captar este momento de gracia y esperanza
a través, sobre todo, de tres estudios que abordan temas vitales de la evangelización: el diálogo
interreligioso (del jesuita en Japón Manuel Amorós), la nueva "inculturación" del cristianismo en las
tradiciones religiosas orientales (del también jesuita en Japón Juan Masiá) y la vocación del cristianismo de
ser fermento en la masa de Asia (del misionero francés J. Charbonnier). El número informa también del
nacimiento y desarrollo de varios Institutos Misioneros asiáticos del clero secular y ofrece completa la
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respuesta, sorprendente entonces para algunos, de los Obispos japoneses a los "Lineamenta". Para esta
fechas de fines de 1998 en que aparece un nuevo número monográfico sobre Asia (“Asia: Diálogo
interreligioso”, n° 168, nov.-dic. 1998), ya se había celebrado (abril-mayo 1998) el Sínodo sobre Asia y cobraba
actualidad creciente (ya no sólo en Asia) el tema del diálogo entre creyentes de diferentes religiones. Este
número, además de recoger la voz de los obispos sinodales sobre qué tipo de evangelizadores necesita el
Asia actual (José A. Izco, pp. 544-569), presenta el planteamiento teológico del tema en un estudio denso
del profesor Jesuita Jacques Dupuis (pp. 485-502), aborda las dificultades y también la necesidad del
diálogo a la hora de los conflictos (Michel Amaladoss, pp. 517-528 y 529-543) y ofrece la experiencia de un
diálogo interreligioso en el mundo chino (Daniel Cerezo, pp. 570-580).
Aunque no faltaron artículos sobre Asia y su evangelización, no hubo un número monográfico en 1999. En
compensación, la Revista se asomó a un mundo y una misión casi desconocida: "Oceanía: una Iglesia en la
distancia " (n° 174, nov.-dic. 1999). Y fue el número dedicado a "La misión en Asia al inicio del tercer
milenio''' (n° 185, sept.-oct. 2001) el nuevo intento de comprender y propiciar la evangelización en este
continente. Dos estudios ayudan a ello: el del profesor indio Jacob Kavunkal sobre qué misión y qué Iglesia
serán relevantes para el Asia de hoy (pp. 397-416) y el de José A. Izco sobre la repercusión detectada en
las Iglesias asiáticas ante la Exhortación Apostólica "Ecclesia in Asia" publicada en Noviembre de 1999 (pp.
455-470). Se nos presenta también la realidad actualizada de varias Iglesias asiáticas: China, Camboya,
Corea y Tailandia.
Los sacerdotes del IEME emprendieron el trabajo misionero en Japón el año 1953. Para conmemorar esos
50 años de presencia esforzada, para evaluarla y estimularla, quisieron, entre otras cosas, expresar sus
experiencias y sentimientos en un número de nuestra Revista titulado "50 Años de misión en Japón:
confesiones y reflexiones" (n° 191, nov.-dic. 2002). El grueso del número lo constituyen los testimonios,
llenos de vida y sinceridad, de los 15 misioneros que en ese momento trabajaban en dos diócesis contiguas
del Japón. Y junto a esos testimonios, las reflexiones que, al leerlos, les suscitaron a tres teólogos amigos
desde contextos muy diferentes: el jesuita en Japón Adolfo Nicolás (pp. 517-522), el misionero javeriano
también afincado en Japón Franco Sottocornola (pp. 523-526) y, desde España, el profesor Eloy Bueno de
la Fuente (pp. 527-532).
El tema elegido para el siguiente número monográfico ("Iglesias que renacen en Asia", n° 193/194, marz.jun. 2003) obedecía a la voluntad de aproximarse a tantas Iglesias católicas de Asia que, por minoritarias o
incipientes que fueran, reclaman nuestra atención y espolean nuestro sentido misionero. Y dejándoles la
palabra a los mismos responsables nativos, desfilan así ante nosotros las Iglesias de Mongolia, Nepal,
Singapur, Laos, Camboya, Tayikistán, Pakistán, Myanmar, Siberia, Timor Oriental y China. Son Iglesias que,
contra lo que pudiera parecer, tienen mucho que aportarnos sobre el modo de vivir la fe y la misión, sobre lo
que significan la fidelidad, la constancia y la fortaleza y sobre la fuerza del Espíritu que va abriendo nuevos
caminos.
Si en 2004 no contamos con ningún número monográfico sobre Asia, dos son los dedicados en 2005 a su
evangelización. El primero se centra en una página admirable de su historia: la figura del Patrono de las
misiones presentada con el título: "San Francisco Javier, misionero del siglo XXI" (n°208, sept.-oct. 2005).
Ahí se analiza el contexto teológico y misionológico de su tiempo (Eloy Bueno), su espiritualidad de
peregrino del evangelio (Carlos Collantes), su método misionero innovador en su época (José A. Izco) y la
fuerza de su "deseo" al servicio de la misión (José M. Tojeira). Y se recogen evocaciones de su figura
(Peter-Hans Kolvenbach) y de la huella que dejó en Francisco la sonrisa del Cristo de Javier (Germán
Arana). El segundo número monográfico dedicado al Asia este año se titula "Asiáticos cautivados por Cristo"
(n° 209, nov.-dic. 2005) y quiere recoger el fenómeno antiguo y actual de infinidad de asiáticos que se han
sentido y se sienten atraídos por Jesús el Cristo al que le ponen rostro y le dan nombres admirables desde
sus propias experiencias culturales y religiosas. Así lo muestran los artículos de J. Tan Yun-ka desde la
religiosidad confuciana (pp. 547-575), de Hans Staffner desde el hinduismo (pp. 576-590), del jesuita J.
John al repasar las imágenes que suscita Jesús en la cultura de la India (pp. 606-615) o del teólogo de
Bangalore Thomas D'Sa cuando nos invita a "contemplar los rostros de Cristo" (pp. 591-605). Así lo
confirma también el testimonio de la Hna. Nameeta al contar cómo vale la pena perderlo todo por Jesús (pp.
616-631).
Los acontecimientos de China (y de la Iglesia Católica en ella) no dejan de absorber el interés y la
preocupación de todo cristiano. Bajo el título "Perspectivas misioneras en China" (n° 214, sept.-oct. 2006) se
asoma de nuevo nuestra Revista a este inmenso país, esta vez para explorar sobre todo las rendijas de
apertura que parecen abrirse a la libertad religiosa. Nada menos que nueve estudios abordan el tema desde
muy variadas perspectivas. Desde la situación actual de China (Ramón Tamames) y su influencia en África
(Sí. Marks) hasta los signos de apertura observados en un viaje (Hans Waldenfeld), unas reflexiones sobre
esa apertura (Mons. Gabriel Ly), los desafíos que China presenta a la evangelización (Antonio Bravo), las
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perspectivas en cuanto a la misión y a la vida religiosa en China (Daniel Cerezo), la situación actual de la
Iglesia católica (Betty Ann) y el itinerario reciente que ha conducido al actual momento de más esperanza (J.
Heyndricks).
Llegamos así al último número monográfico publicado sobre la misión cristiana en Asia: Primer Congreso
misionero de Asia: "Contar la historia de Jesús" (n° 216, ener.-febr. 2007). Se había celebrado en octubre de
2006, en Tailandia, un multitudinario Congreso misionero que reunió y enfervorizó a prácticamente todas las
Iglesias del Continente. Este número recoge tres de los principales estudios que allí se presentaron: el del
obispo filipino Luis Antonio Tagle ("Misión en Asia: contar la historia de Jesús"), el del misionero de Maryknoll
James Kroeger ("Caminando con mi prójimo en la fe") y el del misionero en Indonesia John Prior ("El debate
en curso entre fe y cultura: síntesis teológica"). Recoge también los testimonios del Card. T. Toppo, de
Mons. J. Tong y de varios laicos, las intervenciones de los Cardenales Ivan Dias y Crescendo Sepe y una
visión general de la misión en Asia a partir de lo que se dijo en el Congreso hecha por el misionero en
Tailandia Luis Miguel Avilés.
PRINCIPALES TEMAS ESTUDIADOS RELATIVOS A LA MISIÓN EN ASIA
Obviamente la Revista, en estos últimos 20 años, ha tratado ante todo de ayudar a comprender y estimular la
teología, la espiritualidad y la praxis misionera en el continente asiático. Y en estos temas han colaborado
especialmente algunos nombres. Sin repetir lo ya reseñado al contar los números monográficos, recogemos
aquí las principales aportaciones aparecidas en otros números de la Revista.
Una visión global de la misión en Asia nos la ofrecen: Adolfo Nicolás en su artículo "El cristianismo en crisis:
Asia" (n° 214, pp. 599-605); Thomas Menamparambil: "El evangelio en Asia" (n° 216, pp. 89-99); Julián
Saldarla: "La historia de Jesús en Asia" (n° 214, pp. 614-619); Aida Rodríguez: "Asia, una interpelación
misionera" (n° 214, pp. 590-598); Georg Evers: "Desafíos actuales a las Iglesias de Asia" (n° 214, pp. 606613); Tan Yun-ka: "De la misión ad gentes a la misión ínter gentes" (n° 204, pp. 5-30); A. Pieris: "Jesucristo:
la Palabra que entienden los asiáticos" (n. 161, pp. 461-474); M. Amaladoss: "Cristología y misión" (n° 161,
pp. 451-460); "Misión: del Vaticano II hasta la próxima década" (n° 122, pp. 133-144); María Ko Ha-Fong:
"Leyendo la Biblia en un contexto asiático" (n° 156, pp. 468-492); John Tong: "La Palabra de Dios como
fuente de vida en la Iglesia Católica de China" (n° 156, pp. 493-503); R. Panikkar: "La misión como
intercambio" (n° 125/126, pp. 351-360). F. Wilfred: "Asia en el umbral de los años 90" (n° 120, pp. 429-450);
D'SA: "El camino de Emaús: un paradigma para la misión cristiana en Asia" (n° 145, pp. 86-98); José A.
Izco: "Los nuevos ámbitos de la misión ad gentes vistos desde Asia" (n° 138, pp. 476-488); "Misión cristiana
y liberación en Asia " (n° 102, pp. 513-523). La dimensión de la espiritualidad con sus especiales acentos
asiáticos aparece tratada también en: Dinh Duc Dao: "Oración: fuente, camino y campo de la misión" (n°
195, pp. 286-303); J. Gispert: "Espiritualidad misionera desde el Asia" (n° 195, pp. 317-322); A. Kochurani:
"Entrando en la corriente del río" (n° 195, pp. 357-362).
Muy ligados con estos temas aparecen los relacionados con la inculturación, el diálogo interreligioso y la
lucha por la justicia en nuestro mundo. Hemos visto ya números monográficos dedicados a estos temas.
Enumeramos aquí los estudios sobre ellos que aparecen dispersos en otros números. Samuel Rayan: "Los
cristianos de Asia deben enraizar su fe en su propia cultura" (n° 216, pp. 126-130); A. Pieris: "Vaticano II: Un
Concilio crisigénico con una agenda oculta" (n° 209, pp. 642-659); "Catolicidad de la Ecumene y santidad
más allá de la Iglesia" (n° 202, pp. 407-419); "Diálogo interreligioso y teología de las religiones: paradigma
asiático" (n° 132, pp. 487-496); "Reconciliación y justicia: para un cielo nuevo y una tierra nueva" (n° 203,
pp. 537-547); F. Wilfred: "El desafío es crear comunidades a través de las religiones" (n° 204, pp. 97-100);
"¿Derechos humanos o derechos de los pobres? (n° 172, pp. 359-377); Comité Teológico de la FABC:
"Teología de la armonía" (Extracto) (n° 156, pp. 566-576); J. Knight: "Diálogo y misión en Asia" (n° 135, pp.
228-238); T. Balasuriya: "Cristo y las religiones mundiales: una perspectiva asiática" (n° 125/126, pp. 451461); "Jesucristo y la liberación personal" (n° 125/126, pp. 491-496); Asociación de teólogos indios: "Hacia
una teología cristiana india del pluralismo religioso" (n° 120, pp. 493-500); M. Amaladoss: "Globalización y
misión" (n° 164, pp. 156-166); Card. Stephen Kim: "Los invisibles" (n° 120, pp. 475-476).
Al querer dialogar con las culturas y religiones del Oriente, una actitud indispensable es el deseo de
conocerlas mejor y aprender de ellas. A esto van encaminados no pocos estudios, entre los que
destacamos: Thomas Michel: "El Islam en el continente asiático" (n° 125/126, pp. 419-436); "Las relaciones
cristiano-musulmanas: una visión desde Asia" (n° 205, pp. 152-159); UCA News: "Los rostros asiáticos de
Jesús dentro del contexto islámico de Asia" (n° 205, pp. 167-170); José A. Izco: "El Tannisho, una cumbre
de la religiosidad budista" (n° 135, pp. 185-213); M. Zago: "El Budismo, plasmador de las personas y de las
culturas de Asia" (n° 125/126, pp. 395-404); J. González Valles: "La realidad asiática en el ambiente budista
confuciano" (n° 125/126, pp. 383-393); "Amor y compasión, claves para un diálogo cristiano-budista"; Ana
M. Schlüter: "Zen y fe cristiana. Reflexiones desde la experiencia" (n° 192, pp. 59-68); A. Fernando: "El
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Budismo de Gautama y el evangelio de Jesús" (n° 110, pp. 153-198); A. Pieris: "Diálogo de corazón a
corazón entre cristianismo y budismo" (n° 206/207, pp. 349-366); José A. Izco: "Misterio y contemplación de
la Eucaristía en el diálogo interreligioso de Asia" (n° 206/207, pp. 349-366).
En este panorama de la misión cristiana en Asia tienen un lugar significativo las nuevas Sociedades del
clero secular surgidas como cauces de su vocación misionera y a ellas ha dedicado atención especial
nuestra Revista: "Primer encuentro de las Sociedades Misioneras de vida Apostólica en Asia" (n° 162, pp.
577-590); "Sociedad Misionera de Tailandia" (n° 162, pp. 613-619) y "Las Iglesias locales de Asia despiertan
a la misión" (n° 193/194, pp. 206-214). Sobre "Los Institutos Misioneros" hace unas reflexiones M. Amaladoss
en el n° 204, pp. 31-37.
PAPEL ORIENTADOR Y DINAMIZADOR DE LA FEDERACIÓN DE CONFERENCIAS EPISCOPALES DE
ASIA (FABC). Y ALGUNOS EVENTOS ECLESIALES.
No es posible entender la andadura de las Iglesias de Asia en los últimos 20 años sin atender al papel que
ha jugado en ellas la FABC desde su fundación en 1972. Por eso nuestra Revista ha presentado en más de
una ocasión la naturaleza y actividades de este organismo. Así lo hizo en el n° 146, pp. 141-153: "25 años
de la FABC"; y antes, en el n° 101, pp. 370-372: "Organismos colectivos de la Iglesia Asiática". Por eso
también la Revista ha hecho un gran esfuerzo por hacer llegar al mundo de habla hispana las declaraciones,
mensajes y documentos emanados de las Asambleas Plenarias y de algunos Comités de la Federación.
Así ha traducido y publicado: "Declaración final de la IV Asamblea Plenaria de la FABC: La vocación y misión
del laicado" (n° 101, pp. 410-428; "Declaración final de la V Asamblea Plenaria: Compañeros de viaje hacia el
tercer milenio" (n° 120, pp. 459-474); "Mensaje de Juan Pablo II a la V Asamblea" (n° 120, pp. 490);
Discurso del Card. Tomko a la Asamblea (n° 120, pp. 451-458); y una introducción a la V Asamblea (n° 120,
pp. 409-428); Declaración final de la VI Asamblea Plenaria de la FABC: "Discípulos de Cristo en Asia al
servicio de la vida", n° 146, junto con reflexiones de los grupos de trabajo y el mensaje del Papa Juan Pablo
II. De organismos de la FABC proceden igualmente documentos como "Caminar con el Espíritu" (n° 142/143,
pp. 498-513), "Teología al servicio de la vida" (n° 142/143, pp. 514-523) e "Inculturación del evangelio en
Asia" (n° 142/143, pp. 531-538). Además, una "Declaración sobre métodos y modelos de inculturación", por
el "Foro Litúrgico Asiático", en el n° 156, pp. 577-580; "Declaración final de la VII Asamblea de la FABC:
Una Iglesia renovada en Asia, una misión de amor y servicio" (n° 179, pp. 485-501); "Mensaje final de la VIH
Asamblea Plenaria de la FABC: "La familia en Asia, hacia una cultura integral de la vida" (n° 209, pp. 635637), precedido de una introducción-comentario. Y en el n° 168 (pp. 587-599), elaborado por un selecto
equipo de teólogos colaboradores de la FABC, aparece una buena síntesis o "vademécum de orientaciones
teológicas y pastorales de la FABC" que, bajo el título "Lo que el Espíritu dice a las Iglesias" resume las
orientaciones dadas hasta ese momento (1998) por la FABC sobre la "nueva forma de ser Iglesia", "el
desafío de la evangelización", "el diálogo con las hermanas y hermanos de otros credos", y "el compromiso
socio-político".
También a otros eventos eclesiales (además de los reseñados en los números monográficos) ha prestado
atención la Revista en distintas ocasiones. He aquí, por orden cronológico, los principales: la encíclica
Redemptoris Missio ("Lectura de la Redemptoris Missio desde Asia", n° 122, pp. 117-132); el Congreso
Asiático sobre evangelización celebrado en Manila del 16 al 20 de Noviembre de 1992 (n° 135, pp. 259262); la Declaración de la V Asamblea de la Federación Bíblica de Asia (n° 156, pp. 553-565); el Sínodo
para Asia (n° 168, pp. 544-569); la Exortación Apostólica Ecclesia in Asia (n° 175/176, pp. 60-75 y n° 185,
pp. 455-470) y el Primer Congreso Misionero en Asia, celebrado en Tailandia en 2006 (n° 214, pp. 628-638; y
n° 215, pp. 804-810).
UN RECORRIDO POR LA DIVERSIDAD Y RIQUEZA DE LAS DIFERENTES IGLESIAS DE ASIA
Por supuesto, en la atención prestada por la Revista a las diversas Iglesias de Asia, se llevan la palma, con
mucho, las Iglesias donde trabajan misioneros del IEME (Japón, Tailandia) y otras que, por motivos fáciles
de comprender, han sido objeto también de números monográficos (China y Corea). Pero hay también
artículos que se acercan a conocer otras Iglesia. Nada menos que sobre 14 países asiáticos (además de los
cuatro citados) hay estudios, siquiera breves, en las páginas de estos últimos 20 años.
Con mucho, el país más estudiado es Japón. Además de lo reseñado anteriormente, el lector encontrará
información sobre algunas religiones vivas del Japón actual tales como el Shintoismo (W. Gardini:
"Presencia del Shinto en el Japón de hoy", n° 125/126, pp. 361-371; Ismael González: "Una aproximación al
Shinto", n° 209, pp. 660-675), el Tenrikyo (J. L. Lecumberri: "Ecos de una visita: Tenrikyo, la religión de la
sabiduría divina", n° 135, pp. 250-258), la religión de la Verdad Suprema (AUM) (M. Repp: n° 156, pp. 504546) y "los cristianos sin Iglesia" (n° 106/107, pp. 283-290). Encontrará también muchas reflexiones nacidas
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de la experiencia pastoral con inmigrantes llegados a Japón desde otros países (K. Masayoshi, n° 131, pp.
352-360; D. Cambra: "No me des pobreza ni riqueza", n° 131, pp. 388-394; y otras aportaciones de cuatro
misioneros del IEME y una religiosa asuncionista en el n° 191, pp. 533-555). Se recogen también, con
motivo del "tsunami" que azotó a Indonesia y países vecinos, dos meditaciones desde la fe (n° 204, pp. 101108). Sin salimos del Japón, aparecen reflexiones sobre la "teología de la liberación desde una perspectiva
japonesa" (n° 101, pp. 396-398; n° 175/176, pp. 105-107), sobre la "casa de oración y encuentro
interreligioso en Kumamoto" (n° 110, pp. 247-255), sobre el movimiento ecuménico en Japón (n° 106/107,
pp. 275-282; n° 179, pp. 465-468), sobre la creatividad de los marginados (n° 153/154, pp. 248-259), sobre
cómo ven los japoneses la inculturación del cristianismo (n° 135, pp. 221-227; 243-249; n° 155, pp. 410-415)
y sobre otros temas de espiritualidad y evangelización que hacen reflexionar a los misioneros: la "divinidad
del Emperador" (n° 120, pp. 483-489), la diferente sensibilidad espiritual (n° 168, pp. 581-586), los efectos
del terremoto de 1995 (n° 146, pp. 226-233), etc. Finalmente, las páginas de la Revista han aireado también
la voz de los Pastores de esta Iglesia en distintas ocasiones (n° 135, pp. 263-266; n° 142/143, pp. 539-544;
n° 162, pp. 627-638; n° 191, pp. 563-569).
También sobre China y su Iglesia ha sido frecuente la información y reflexiones ofrecidas por nuestra
Revista. Además de los números monográficos reseñados, merecen destacarse: "Hacia una Iglesia china en
diálogo (n° 216, pp. 100-113); "China, un país de contrastes" (n° 193/194, pp. 196-205); "Inculturación: una
perspectiva china" (n° 125/126, pp. 485-488); varios artículos del misionero comboniano Daniel Cerezo (n°
185, pp. 417-428; n° 178, pp. 330-337; n° 168, pp. 570-580); "La hora del laicado en China" (n° 101, pp.
373-381; y "China asequible: la utopía de una breve visita" (n° 101, pp. 404-409). Y sólo una breve
información sobre la Iglesia católica en Taiwán (n° 142/143, pp. 434-437). Sobre la Iglesia de la India han
aparecido esporádicamente algunos estudios o reflexiones (además de las ya reseñadas): "Actual
participación hindú en el diálogo interrelígioso" (n° 135, pp. 239-242); "Administración de la tierra en la India"
y "Acción de Caritas India" (n° 117, pp. 258-267 y 285-286); "La misionera, mujer entre mujeres" (n° 108, pp.
413-418) e "Historia con mujeres al fondo" (n° 101, pp. 389-395). Sobre Pakistán aparecen tres experiencias
de misión (n° 193/194, pp. 220-232). Y una información sobre las Iglesias de India, Nepal y Sri Lanka (n°
125/126, pp. 437-450).
La Iglesia Católica en Filipinas se asoma a las páginas de la Revista por su espíritu misionero (n° 162, pp.
620-626; n° 122, pp. 159-160) y por su singularidad cristiana (n° 125/126, pp. 405-412; 413-418; 489-490 y
505-508; n° 101, pp. 382-387). Cuatro experiencias de misión en Tailandia nos vienen contadas por
misioneros en ese país: "Empezando a caminar en Tailandia" (n° 125/126, pp. 477-480), "Diez años en
Tailandia" (n° 185, pp. 487-491), "El canto del Oriente: desde la experiencia de un sacerdote diocesano
español en Tailandia" (n° 199, pp. 198-207) y "Desde el jardín de la paz evangélica" (n° 138, pp. 531-535).
Sobre las vecinas Camboya y Laos han aparecido también informaciones: "Nuevas perspectivas para la
misión en Camboya" y "Una presencia misionera en Camboya: la Compañía Misionera" (n° 185, pp. 429441 y 471-479); y "La Iglesia Católica en Camboya" (n° 142/143, pp. 447-454); "La Iglesia de Laos" (n°
142/143, pp. 477-486) y "La cruz de los Oblatos vuelve a Laos" (n° 212/213, pp. 387-389), junto a "Visita a
Laos y Camboya" (n° 193/194, pp. 226-230) completan la información ofrecida.
Reseñemos finalmente dos artículos sobre Corea: "Aproximación a la Corea que inicia el siglo XXI" (n° 185,
pp. 442-454) y "Cristianismo y Confucianismo en el contexto cultural coreano" (n° 125/126, pp. 372-382) y
"Mi experiencia misionera en Corea" (n° 185, pp. 480-486). (En 1984 hubo un número monográfico, el n° 80,
dedicado íntegramente a la Iglesia de Corea). De Bangladesh ha recogido la Revista por dos veces la
admirable misión de Bob Mc Cahill: "Una misión cristiana sin esperar conversiones" (n° 205, pp. 164-166) y
"Servir a los pobres de Alá" (n° 216, pp. 120-125); y también la experiencia de otro misionero: "El reto de la
comunicación con el Islam en Bangladesh", en el n° 216, pp. 114-119. De Indonesia, un documento
("Mensaje de los respetables religiosos indonesios al Papa Juan Pablo II", n° 193/194, pp. 249-251) y un
;
testimonio ("Mi sueño jubilar desde Indonesia ante el 2000", en e l n° 175/176, pp. 93-94). De Timor Oriental
nos viene una entrevista al obispo Basilio Do Nascimento (n° 193/194, pp. 215-219). Se recoge una breve
información sobre Mongolia (n° 142/143, pp. 438-446), otra sobre Tibet (n° 142/143, pp. 455-476) y una
reseña sobre el premio Nobel de la paz Suu Kyi, de Myanmar(n° 184, pp. 363-368).
CONCLUSIÓN
Si, para concluir esta reseña, tuviera que describir brevemente qué misión cristiana y qué estilo de Iglesia
afloran a la memoria tras la lectura de tantos estudios, documentos y testimonios citados, me atrevería a
señalar, espontáneamente, algunas características:
Aflora una misión cristiana con rasgos propios: ligada felizmente a su Señor Jesús y a la vez respetuosa con
lo que el Espíritu de Dios viene obrando desde siglos en el corazón de las personas y de los pueblos. Y por
eso, dialogante y deseosa de descubrir la acción de Dios en todos, sabiendo que un misterio de salvación
nos envuelve y abarca a todos y a toda la creación. Un misterio, en definitiva, de amor y compasión. Una
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Iglesia que sabe bien que no hay evangelización sin anuncio de Jesucristo y sabe también, desde su
experiencia, que no hay anuncio sin diálogo.
Aflora una Iglesia cristiana viva, segura del tesoro que ha encontrado en Cristo Jesús y deseosa de
compartirlo con todos a la vez que respeta los caminos del Espíritu en cada uno y quiere aprender de todos.
Una Iglesia dialogante que no quiere atropellar nada de tanto bueno que encuentra en las culturas de sus
pueblos, en sus religiones y tradiciones. Una Iglesia que en Jesús pobre, crucificado e Hijo de Dios
apasionado por su Reino encuentra la referencia suprema para luchar por la justicia y dignificación de las
inmensas multitudes de marginados y sufrientes de sus países.
Aflora una misión y una Iglesia conscientes de su vocación de ser sal, levadura, pequeño rebaño que ha
recibido una maravillosa encomienda y que va abriendo caminos nuevos, sin la angustia de estar perdiendo
protagonismo ni relevancia social de otros tiempos y sin ningún pánico por el futuro. Una Iglesia a la que los
laicos sienten como suya mucho más que en Occidente y a la que aportan sus ministerios. Una misión y una
Iglesia que piensan su fe y su papel en medio del mundo. Quizás más que en ninguna otra parte se ponen a
meditar y admirar la acción del Espíritu de Dios en la historia, en los pueblos y en los corazones de todas las
gentes. Y a buscar la armonía de esa acción con la de Cristo, movido él por el mismo Espíritu. Y quizás en
ninguna otra parte tiene el "Reino de Dios” tanta fuerza catalizadora e inspiradora a la hora de armonizar
tanta diversidad de iniciativas y perspectivas provenientes de innumerables frentes. Los teólogos asiáticos
están aportando luces y signo nuevos a toda la Iglesia.
Una Iglesia que sabe lo que es llevar la cruz siguiendo a su Señor y que en muchos tramos de su historia, y
también en nuestro tiempo, sufre en su carne la incomprensión, la hostilidad y hasta la persecución cruenta.
Lleva en si de este modo el sello de la autenticidad de todo discípulo fiel de Cristo y da testimonio ante el
mundo que hay algo más valioso que todos los demás "valores", algo por lo que vale la pena vivir y morir.
Una Iglesia que viene de lejos, que tiene conciencia de una larga historia, que aunque minoritaria no es
novata y que, por eso, sabe pesar y valorar las tradiciones propias y ajenas sin lanzarse a veleidades
ligeras. Consciente de que sólo poco a poco se pueden ir abordando los grandes retos que se le presentan
en la inculturación, la liturgia, la formación y estilo de sus sacerdotes y religiosos, en las estructuras
eclesiales, etc. Aunque a menudo tienen cosas que decir en la Iglesia universal y lo intentan, saben también
aparcar temas esperando su maduración. Afloran una misión y una Iglesia amenazadas y zarandeadas por
muchos retos y peligros, de dentro y de fuera. A los cristianos de Asia, como a todos sus compatriotas, les
envuelve el ambiente consumista, materialista que amenaza con desvirtuar lo esencial de su fe y
desentenderse de los más pobres. Les amenaza también el cansancio y la incomprensión que les pueda
venir desde dentro.
Aflora una misión y una Iglesia que respiran orando, contemplando el misterio de Dios que nos envuelve, sin
afán de expresarlo todo ni menos abarcarlo; que se sorprende a menudo y desconfía de nuestros intentos
increíbles por explicar y distinguir y dejarlo todo claro. Una Iglesia que saborea el silencio en la presencia de
Dios y ahí renueva sus fuerzas y su paz interior.
Afloran, finalmente, una misión y una Iglesia cautivadas por el Señor Jesús. Los títulos y los contenidos de las
Asambleas y Congresos convocados así lo han ido mostrando. Van a lo nuclear, a lo que funda y sostiene
su fe y su esperanza. Y por eso, aun siendo tan minoritaria, es una Iglesia que aparece feliz con su fe,
deseosa de contagiarla. Merece seguramente nuestro agradecimiento y comunión.
______________________
*Sacerdote de la diócesis de Pamplona y miembro del IEME. Doctor en Teología. Ha publicado numerosos artículos y colabora
en varias revistas. Misionero en Japón. Actualmente es el Director General del IEME.
Ref.: Misiones extranjeras, n. 221-Noviembre-Dicembre 2007.
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