José Antonio Izco Ilundain* LA MISIÓN CRISTIANA EN ASIA EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS _______________________________ (Abril 2010) La Revista "Misiones Extranjeras", en su afán de estar atenta y servir a la doctrina y a la práctica de la misión cristiana, viene dedicando un esfuerzo especial a la evangelización en el continente asiático, esfuerzo desproporcionado al personal que la Iglesia de España en general y el IEME en particular están entregando a esa misión. Varias razones le empujan seguramente a ello. Una de ellas es el mayor desconocimiento que el público de habla hispana tiene sobre el mundo cultural, religioso y cristiano de Asia, en comparación con la mayor cercanía que se aprecia con respecto a África y, sobre todo, América Latina. El desconocimiento es grande, pero a la vez se observa una cada vez mayor comunicación y deseos de comprensión y acercamiento, fruto sin duda de la enorme interacción que atraviesa a nuestra aldea global. Otra razón para fijar nuestros ojos cristianos en Asia tiene que ver con la vitalidad, iniciativas, modos nuevos de vivir y contagiar la esperanza del evangelio que aparecen en estas Iglesias asiáticas y que, a menudo, interpelan y sacuden las raíces viejas del Cristianismo occidental. A pesar de ser pequeñas y hasta, muchas veces, insignificantes en términos numéricos, parecen evocar la sal y levadura y el grano de mostaza y el pequeño rebaño de que hablaba Jesús. En cuatro apartados desiguales queremos abarcar aquí lo principal de las aportaciones que, desde esta revista y a lo largo de los últimos 20 años, nos han podido enriquecer, cuestionar, iluminar y alentar por los caminos del seguimiento de Jesús y la continuación de su misión. En un primer apartado presentaré los números monográficos dedicados a temas de Asia. Luego intentaré recoger el grueso de los temas teológicos y pastorales tratados. Un tercer título presentará los principales organismos y eventos que en estos años han catalizado la vida de las Iglesias para, en un último apartado, hacer un recorrido por los países asiáticos cuya realidad eclesial y misionera ha ido apareciendo más en las páginas de esta Revista. Y acabaremos con unas breves reflexiones personales. LOS 18 NÚMEROS MONOGRÁFICOS DEDICADOS A LA MISIÓN EN ASIA Desde antiguo data la costumbre de dedicar a temas de la evangelización en Asia uno de los seis números anuales de la Revista. Casi exactamente se ha mantenido esa costumbre en los últimos 20 años. Y hasta se ha rebasado porque, como veremos, han sido muchísimos los trabajos aparecidos en otros números que han tratado temas de la misión en Asia. Recorramos brevemente aquí estos 18 números, destacando su contenido principal. En 1987, el n° 101 llevó por título "Las Iglesia de Asia ante el Sínodo sobre los laicos". A punto de celebrarse en Roma un Sínodo Episcopal sobre el laicado, dos teólogos ofrecen sus reflexiones desde Asia (Acababan de celebrar en Tokio, en Septiembre de 1986, una Asamblea Plenaria de obispos asiáticos sobre ese tema). El Jesuita Adolfo Nicolás presenta una "Notas para una panorámica del laicado" asiático (n° 101, pp. 341-353) y el también Jesuita indio Michel Amaladoss elabora unas "Reflexiones desde Asia sobre el laicado" (n° 101, pp. 359-369). Otros estudios desde la experiencia con laicos en Japón (José L. Lecumberri), la hora del laicado en China (Jesús S. Breña) o el papel especial de la mujer en Filipinas (Ida y a Lorna) y en la India (M Pilar Guedea) completan el núcleo del tema (Este tema del laicado volverá a aparecer en el n° 120 "La educación de la mujer en Asia", pp. 477-482; y en el n° 141 "Ministerios laicales en las Iglesia de Asia", pp. 271-286). "El Budismo de Gautama y el Evangelio de Jesús”' era el título del n° 110 (mar-abr. 1989), un número dedicado especialmente a entender el Budismo y su encuentro y desencuentro con la fe cristiana. El cristiano de Sri Lanka Anthony Fernando hacía ahí una larga y completa presentación del Budismo fácilmente comprensible para cristianos (pp. 153-198) y dos autores, el jesuita también de Sri Lanka Aloysius Pieris y el dominico español Jesús González Valles disertaban respectivamente sobre "Diálogo de corazón a corazón entre cristianismo y budismo" (pp. 199-236) y sobre "Amor y compasión, claves para un diálogo cristiano-budista" (pp. 237-246). En Julio de 1990 se celebró en Bandung (Indonesia) la V Asamblea Plenaria de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC) y a ella fundamentalmente se refirió el n° 120 de nuestra Revista con el título "Retos a la Iglesia de Asia en los años 90". En ella José A. Izco contextualizaba y exponía el desarrollo y contenido de la Asamblea (pp. 409-426), el teólogo indio Félix Wilfred ofrece un magnífico análisis de los rasgos sociales, culturales y religiosos que emergen en el inmenso continente 1 asiático (pp. 429-450), siguen la alocución del Card. Joseph Tomko, la Declaración final de la Asamblea y varios testimonios, experiencias y documentos (mensaje de Juan Pablo II y una declaración de la Asociación de teólogos indios en busca de una teología del pluralismo religioso). El siguiente número monográfico se titula "Asia: rostro multiforme de Dios" (n° 125/126, sept.-dic. 1991). Este número presenta brevemente huellas del rostro de Dios en distintas religiones de Asia tales como el Shintoismo japonés (Walter Gardini), el confucianismo coreano (Young Chan Ro), el ambiente budista y confuciano (/. González Valles), en la historia e influencia del Budismo (M. Zago), en el cristianismo de Filipinas (F. Claver), en el Islam asiático (Michel Thomas) y en otras comunidades de Asia. Todo precedido por una sugerente "presentación" de Raimundo Panikkar (pp. 351-360) y acompañado de varias reflexiones del oblato de Sri Lanka Tissa Balasuriya sobre "Cristo y la.' religiones" (pp.451-462), "feminismo y liberación de la teología" (pp. 463-476 y "Jesucristo y liberación personal" (pp. 491-496). Al año siguiente, la Revista dedicó un número a "Tailandia, nueva misión del IEME" (n° 132, nov.-dic. 1992). Año y medio antes habían arribado a esta nación, con vocación de quedarse, los tres primeros misioneros del IEME. Este número presenta la historia de esta Iglesia (S. Chumsriphan), sus esfuerzos de inculturación (Card. Kitbunchi), sus relaciones con el Budismo oficial (M. Garaizábal), su proceso social y político (Comité tailandés de Justicia y Paz), así como las experiencias de dos misioneras con los refugiados y los tai. El monográfico siguiente (n° 135, mayo-junio 1993) se tituló "Misión Diálogo en Asia", pretendiendo ofrecer una visión "desde ambos lados". Central en este número fue el artículo del misionero del Verbo Divino J. Knight (pp. 228-238), acompañado de exposiciones sobre la actitud dialogante de Mahatma Gandhi (Cyril Veliath) y la participación actual de hindúes en el diálogo (K. L. Aleaz) y sobre diversos aspectos del budismo japonés actual comparados con el cristianismo. Ofrece también una traducción completa y actualizada de un libro del Budismo de la "Verdadera religión de la Tierra Pura" que, desde su composición en el siglo XII, viene siendo un "evangelio" del Budismo japonés (pp. 185-213) y ofrece a un cristiano abundantes motivos de reflexión fecunda. Al año siguiente, la Revista se centró en "La Iglesia Católica en China y su entorno" (n° 142/143, jul.-oct. 1994). Destacan los estudios redactados por el "Centro de Estudios del Espíritu Santo" de Hongkong que ofrecen una "cronología de la Iglesia Católica en China" que va desde sus comienzos el año 635 hasta el 1994 (pp.339-386). Aporta también las estadísticas, los estatutos de la “Asociación Patriótica Cathólica China” y varios estudios sobre esta Iglesia (del misionero de Maryknoll J. Cioppa; del sacerdote hoy obispo auxiliar de Hong kong John Tong y del también chino Anthony Lam). Contiene también este número trabajos que nos aproximan a la vida de las Iglesias del entorno de China: Taiwán, Mongolia, Camboya, Tibet y Laos. Y una bibliografía sobre China y su Iglesia (pp. 545-548). a En Enero de 1995 se celebraba puntualmente, en Manila y en presencia del Papa Juan Pablo II, la 6 Asamblea Plenaria de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia. A ella fue dedicado el número 146 de la Revista titulado "Discípulos de Cristo en Asia: al servicio de la vida" (marz.-abr. 1995), con un artículo introductorio (pp.141-153) de José A. Izco, dos de las principales conferencias allí expuestas (la del jesuita indio S. Arokyasami sobre las "fuerzas de muerte y destrucción en la lucha por la vida en Asia" y la del misionero G. Battistella sobre los trabajadores emigrantes asiáticos), la alocución hecha a la Asamblea por el Card. J. Tomko y los documentos principales emitidos por esa memorable reunión. A lo largo de 1996 estaba ya en marcha, con la vista puesta en el Jubileo del 2000, la preparación de un Sínodo de la Iglesia Universal para el Asia. Y ese mismo año se celebró en Hongkong la V Asamblea de la Federación Bíblica Asiática. Nuestra Revista se asomó a este evento y bajo el título "La Palabra de Dios en la evangelización de Asia" (n° 156, nov.-dic. 1996) ofreció los trabajos y testimonios de ese encuentro bíblico más relevantes para la evangelización. Tras una panorámica esperanzadora de la actualidad humana y cristiana de Asia (pp. 451-467), la religiosa china Maria Ko Ha-Fong nos abre los ojos a una manera asiática de leer la Biblia y a lo mucho que también esa perspectiva puede enriquecer a la Iglesia (pp. 468-492) y el obispo auxiliar de Hongkong John Tong, releyendo los "signos" del evangelista Juan, presenta la Palabra de Dios como fuente de vida para la Iglesia de China (pp. 493-503). La declaración final de la Asamblea bíblica citada cierra el número (pp. 553-565). Fue fijado para 1998 el Sínodo para Asia y se iban conociendo las respuestas de varias Conferencias Episcopales de Asia a los "Lineamenta" ofrecidos desde Roma. El número monográfico "Ante el Sínodo de Asia: el reto de la evangelización” (n° 162, Nov.-Dic. 1997) intenta captar este momento de gracia y esperanza a través, sobre todo, de tres estudios que abordan temas vitales de la evangelización: el diálogo interreligioso (del jesuita en Japón Manuel Amorós), la nueva "inculturación" del cristianismo en las tradiciones religiosas orientales (del también jesuita en Japón Juan Masiá) y la vocación del cristianismo de ser fermento en la masa de Asia (del misionero francés J. Charbonnier). El número informa también del nacimiento y desarrollo de varios Institutos Misioneros asiáticos del clero secular y ofrece completa la 2 respuesta, sorprendente entonces para algunos, de los Obispos japoneses a los "Lineamenta". Para esta fechas de fines de 1998 en que aparece un nuevo número monográfico sobre Asia (“Asia: Diálogo interreligioso”, n° 168, nov.-dic. 1998), ya se había celebrado (abril-mayo 1998) el Sínodo sobre Asia y cobraba actualidad creciente (ya no sólo en Asia) el tema del diálogo entre creyentes de diferentes religiones. Este número, además de recoger la voz de los obispos sinodales sobre qué tipo de evangelizadores necesita el Asia actual (José A. Izco, pp. 544-569), presenta el planteamiento teológico del tema en un estudio denso del profesor Jesuita Jacques Dupuis (pp. 485-502), aborda las dificultades y también la necesidad del diálogo a la hora de los conflictos (Michel Amaladoss, pp. 517-528 y 529-543) y ofrece la experiencia de un diálogo interreligioso en el mundo chino (Daniel Cerezo, pp. 570-580). Aunque no faltaron artículos sobre Asia y su evangelización, no hubo un número monográfico en 1999. En compensación, la Revista se asomó a un mundo y una misión casi desconocida: "Oceanía: una Iglesia en la distancia " (n° 174, nov.-dic. 1999). Y fue el número dedicado a "La misión en Asia al inicio del tercer milenio''' (n° 185, sept.-oct. 2001) el nuevo intento de comprender y propiciar la evangelización en este continente. Dos estudios ayudan a ello: el del profesor indio Jacob Kavunkal sobre qué misión y qué Iglesia serán relevantes para el Asia de hoy (pp. 397-416) y el de José A. Izco sobre la repercusión detectada en las Iglesias asiáticas ante la Exhortación Apostólica "Ecclesia in Asia" publicada en Noviembre de 1999 (pp. 455-470). Se nos presenta también la realidad actualizada de varias Iglesias asiáticas: China, Camboya, Corea y Tailandia. Los sacerdotes del IEME emprendieron el trabajo misionero en Japón el año 1953. Para conmemorar esos 50 años de presencia esforzada, para evaluarla y estimularla, quisieron, entre otras cosas, expresar sus experiencias y sentimientos en un número de nuestra Revista titulado "50 Años de misión en Japón: confesiones y reflexiones" (n° 191, nov.-dic. 2002). El grueso del número lo constituyen los testimonios, llenos de vida y sinceridad, de los 15 misioneros que en ese momento trabajaban en dos diócesis contiguas del Japón. Y junto a esos testimonios, las reflexiones que, al leerlos, les suscitaron a tres teólogos amigos desde contextos muy diferentes: el jesuita en Japón Adolfo Nicolás (pp. 517-522), el misionero javeriano también afincado en Japón Franco Sottocornola (pp. 523-526) y, desde España, el profesor Eloy Bueno de la Fuente (pp. 527-532). El tema elegido para el siguiente número monográfico ("Iglesias que renacen en Asia", n° 193/194, marz.jun. 2003) obedecía a la voluntad de aproximarse a tantas Iglesias católicas de Asia que, por minoritarias o incipientes que fueran, reclaman nuestra atención y espolean nuestro sentido misionero. Y dejándoles la palabra a los mismos responsables nativos, desfilan así ante nosotros las Iglesias de Mongolia, Nepal, Singapur, Laos, Camboya, Tayikistán, Pakistán, Myanmar, Siberia, Timor Oriental y China. Son Iglesias que, contra lo que pudiera parecer, tienen mucho que aportarnos sobre el modo de vivir la fe y la misión, sobre lo que significan la fidelidad, la constancia y la fortaleza y sobre la fuerza del Espíritu que va abriendo nuevos caminos. Si en 2004 no contamos con ningún número monográfico sobre Asia, dos son los dedicados en 2005 a su evangelización. El primero se centra en una página admirable de su historia: la figura del Patrono de las misiones presentada con el título: "San Francisco Javier, misionero del siglo XXI" (n°208, sept.-oct. 2005). Ahí se analiza el contexto teológico y misionológico de su tiempo (Eloy Bueno), su espiritualidad de peregrino del evangelio (Carlos Collantes), su método misionero innovador en su época (José A. Izco) y la fuerza de su "deseo" al servicio de la misión (José M. Tojeira). Y se recogen evocaciones de su figura (Peter-Hans Kolvenbach) y de la huella que dejó en Francisco la sonrisa del Cristo de Javier (Germán Arana). El segundo número monográfico dedicado al Asia este año se titula "Asiáticos cautivados por Cristo" (n° 209, nov.-dic. 2005) y quiere recoger el fenómeno antiguo y actual de infinidad de asiáticos que se han sentido y se sienten atraídos por Jesús el Cristo al que le ponen rostro y le dan nombres admirables desde sus propias experiencias culturales y religiosas. Así lo muestran los artículos de J. Tan Yun-ka desde la religiosidad confuciana (pp. 547-575), de Hans Staffner desde el hinduismo (pp. 576-590), del jesuita J. John al repasar las imágenes que suscita Jesús en la cultura de la India (pp. 606-615) o del teólogo de Bangalore Thomas D'Sa cuando nos invita a "contemplar los rostros de Cristo" (pp. 591-605). Así lo confirma también el testimonio de la Hna. Nameeta al contar cómo vale la pena perderlo todo por Jesús (pp. 616-631). Los acontecimientos de China (y de la Iglesia Católica en ella) no dejan de absorber el interés y la preocupación de todo cristiano. Bajo el título "Perspectivas misioneras en China" (n° 214, sept.-oct. 2006) se asoma de nuevo nuestra Revista a este inmenso país, esta vez para explorar sobre todo las rendijas de apertura que parecen abrirse a la libertad religiosa. Nada menos que nueve estudios abordan el tema desde muy variadas perspectivas. Desde la situación actual de China (Ramón Tamames) y su influencia en África (Sí. Marks) hasta los signos de apertura observados en un viaje (Hans Waldenfeld), unas reflexiones sobre esa apertura (Mons. Gabriel Ly), los desafíos que China presenta a la evangelización (Antonio Bravo), las 3 perspectivas en cuanto a la misión y a la vida religiosa en China (Daniel Cerezo), la situación actual de la Iglesia católica (Betty Ann) y el itinerario reciente que ha conducido al actual momento de más esperanza (J. Heyndricks). Llegamos así al último número monográfico publicado sobre la misión cristiana en Asia: Primer Congreso misionero de Asia: "Contar la historia de Jesús" (n° 216, ener.-febr. 2007). Se había celebrado en octubre de 2006, en Tailandia, un multitudinario Congreso misionero que reunió y enfervorizó a prácticamente todas las Iglesias del Continente. Este número recoge tres de los principales estudios que allí se presentaron: el del obispo filipino Luis Antonio Tagle ("Misión en Asia: contar la historia de Jesús"), el del misionero de Maryknoll James Kroeger ("Caminando con mi prójimo en la fe") y el del misionero en Indonesia John Prior ("El debate en curso entre fe y cultura: síntesis teológica"). Recoge también los testimonios del Card. T. Toppo, de Mons. J. Tong y de varios laicos, las intervenciones de los Cardenales Ivan Dias y Crescendo Sepe y una visión general de la misión en Asia a partir de lo que se dijo en el Congreso hecha por el misionero en Tailandia Luis Miguel Avilés. PRINCIPALES TEMAS ESTUDIADOS RELATIVOS A LA MISIÓN EN ASIA Obviamente la Revista, en estos últimos 20 años, ha tratado ante todo de ayudar a comprender y estimular la teología, la espiritualidad y la praxis misionera en el continente asiático. Y en estos temas han colaborado especialmente algunos nombres. Sin repetir lo ya reseñado al contar los números monográficos, recogemos aquí las principales aportaciones aparecidas en otros números de la Revista. Una visión global de la misión en Asia nos la ofrecen: Adolfo Nicolás en su artículo "El cristianismo en crisis: Asia" (n° 214, pp. 599-605); Thomas Menamparambil: "El evangelio en Asia" (n° 216, pp. 89-99); Julián Saldarla: "La historia de Jesús en Asia" (n° 214, pp. 614-619); Aida Rodríguez: "Asia, una interpelación misionera" (n° 214, pp. 590-598); Georg Evers: "Desafíos actuales a las Iglesias de Asia" (n° 214, pp. 606613); Tan Yun-ka: "De la misión ad gentes a la misión ínter gentes" (n° 204, pp. 5-30); A. Pieris: "Jesucristo: la Palabra que entienden los asiáticos" (n. 161, pp. 461-474); M. Amaladoss: "Cristología y misión" (n° 161, pp. 451-460); "Misión: del Vaticano II hasta la próxima década" (n° 122, pp. 133-144); María Ko Ha-Fong: "Leyendo la Biblia en un contexto asiático" (n° 156, pp. 468-492); John Tong: "La Palabra de Dios como fuente de vida en la Iglesia Católica de China" (n° 156, pp. 493-503); R. Panikkar: "La misión como intercambio" (n° 125/126, pp. 351-360). F. Wilfred: "Asia en el umbral de los años 90" (n° 120, pp. 429-450); D'SA: "El camino de Emaús: un paradigma para la misión cristiana en Asia" (n° 145, pp. 86-98); José A. Izco: "Los nuevos ámbitos de la misión ad gentes vistos desde Asia" (n° 138, pp. 476-488); "Misión cristiana y liberación en Asia " (n° 102, pp. 513-523). La dimensión de la espiritualidad con sus especiales acentos asiáticos aparece tratada también en: Dinh Duc Dao: "Oración: fuente, camino y campo de la misión" (n° 195, pp. 286-303); J. Gispert: "Espiritualidad misionera desde el Asia" (n° 195, pp. 317-322); A. Kochurani: "Entrando en la corriente del río" (n° 195, pp. 357-362). Muy ligados con estos temas aparecen los relacionados con la inculturación, el diálogo interreligioso y la lucha por la justicia en nuestro mundo. Hemos visto ya números monográficos dedicados a estos temas. Enumeramos aquí los estudios sobre ellos que aparecen dispersos en otros números. Samuel Rayan: "Los cristianos de Asia deben enraizar su fe en su propia cultura" (n° 216, pp. 126-130); A. Pieris: "Vaticano II: Un Concilio crisigénico con una agenda oculta" (n° 209, pp. 642-659); "Catolicidad de la Ecumene y santidad más allá de la Iglesia" (n° 202, pp. 407-419); "Diálogo interreligioso y teología de las religiones: paradigma asiático" (n° 132, pp. 487-496); "Reconciliación y justicia: para un cielo nuevo y una tierra nueva" (n° 203, pp. 537-547); F. Wilfred: "El desafío es crear comunidades a través de las religiones" (n° 204, pp. 97-100); "¿Derechos humanos o derechos de los pobres? (n° 172, pp. 359-377); Comité Teológico de la FABC: "Teología de la armonía" (Extracto) (n° 156, pp. 566-576); J. Knight: "Diálogo y misión en Asia" (n° 135, pp. 228-238); T. Balasuriya: "Cristo y las religiones mundiales: una perspectiva asiática" (n° 125/126, pp. 451461); "Jesucristo y la liberación personal" (n° 125/126, pp. 491-496); Asociación de teólogos indios: "Hacia una teología cristiana india del pluralismo religioso" (n° 120, pp. 493-500); M. Amaladoss: "Globalización y misión" (n° 164, pp. 156-166); Card. Stephen Kim: "Los invisibles" (n° 120, pp. 475-476). Al querer dialogar con las culturas y religiones del Oriente, una actitud indispensable es el deseo de conocerlas mejor y aprender de ellas. A esto van encaminados no pocos estudios, entre los que destacamos: Thomas Michel: "El Islam en el continente asiático" (n° 125/126, pp. 419-436); "Las relaciones cristiano-musulmanas: una visión desde Asia" (n° 205, pp. 152-159); UCA News: "Los rostros asiáticos de Jesús dentro del contexto islámico de Asia" (n° 205, pp. 167-170); José A. Izco: "El Tannisho, una cumbre de la religiosidad budista" (n° 135, pp. 185-213); M. Zago: "El Budismo, plasmador de las personas y de las culturas de Asia" (n° 125/126, pp. 395-404); J. González Valles: "La realidad asiática en el ambiente budista confuciano" (n° 125/126, pp. 383-393); "Amor y compasión, claves para un diálogo cristiano-budista"; Ana M. Schlüter: "Zen y fe cristiana. Reflexiones desde la experiencia" (n° 192, pp. 59-68); A. Fernando: "El 4 Budismo de Gautama y el evangelio de Jesús" (n° 110, pp. 153-198); A. Pieris: "Diálogo de corazón a corazón entre cristianismo y budismo" (n° 206/207, pp. 349-366); José A. Izco: "Misterio y contemplación de la Eucaristía en el diálogo interreligioso de Asia" (n° 206/207, pp. 349-366). En este panorama de la misión cristiana en Asia tienen un lugar significativo las nuevas Sociedades del clero secular surgidas como cauces de su vocación misionera y a ellas ha dedicado atención especial nuestra Revista: "Primer encuentro de las Sociedades Misioneras de vida Apostólica en Asia" (n° 162, pp. 577-590); "Sociedad Misionera de Tailandia" (n° 162, pp. 613-619) y "Las Iglesias locales de Asia despiertan a la misión" (n° 193/194, pp. 206-214). Sobre "Los Institutos Misioneros" hace unas reflexiones M. Amaladoss en el n° 204, pp. 31-37. PAPEL ORIENTADOR Y DINAMIZADOR DE LA FEDERACIÓN DE CONFERENCIAS EPISCOPALES DE ASIA (FABC). Y ALGUNOS EVENTOS ECLESIALES. No es posible entender la andadura de las Iglesias de Asia en los últimos 20 años sin atender al papel que ha jugado en ellas la FABC desde su fundación en 1972. Por eso nuestra Revista ha presentado en más de una ocasión la naturaleza y actividades de este organismo. Así lo hizo en el n° 146, pp. 141-153: "25 años de la FABC"; y antes, en el n° 101, pp. 370-372: "Organismos colectivos de la Iglesia Asiática". Por eso también la Revista ha hecho un gran esfuerzo por hacer llegar al mundo de habla hispana las declaraciones, mensajes y documentos emanados de las Asambleas Plenarias y de algunos Comités de la Federación. Así ha traducido y publicado: "Declaración final de la IV Asamblea Plenaria de la FABC: La vocación y misión del laicado" (n° 101, pp. 410-428; "Declaración final de la V Asamblea Plenaria: Compañeros de viaje hacia el tercer milenio" (n° 120, pp. 459-474); "Mensaje de Juan Pablo II a la V Asamblea" (n° 120, pp. 490); Discurso del Card. Tomko a la Asamblea (n° 120, pp. 451-458); y una introducción a la V Asamblea (n° 120, pp. 409-428); Declaración final de la VI Asamblea Plenaria de la FABC: "Discípulos de Cristo en Asia al servicio de la vida", n° 146, junto con reflexiones de los grupos de trabajo y el mensaje del Papa Juan Pablo II. De organismos de la FABC proceden igualmente documentos como "Caminar con el Espíritu" (n° 142/143, pp. 498-513), "Teología al servicio de la vida" (n° 142/143, pp. 514-523) e "Inculturación del evangelio en Asia" (n° 142/143, pp. 531-538). Además, una "Declaración sobre métodos y modelos de inculturación", por el "Foro Litúrgico Asiático", en el n° 156, pp. 577-580; "Declaración final de la VII Asamblea de la FABC: Una Iglesia renovada en Asia, una misión de amor y servicio" (n° 179, pp. 485-501); "Mensaje final de la VIH Asamblea Plenaria de la FABC: "La familia en Asia, hacia una cultura integral de la vida" (n° 209, pp. 635637), precedido de una introducción-comentario. Y en el n° 168 (pp. 587-599), elaborado por un selecto equipo de teólogos colaboradores de la FABC, aparece una buena síntesis o "vademécum de orientaciones teológicas y pastorales de la FABC" que, bajo el título "Lo que el Espíritu dice a las Iglesias" resume las orientaciones dadas hasta ese momento (1998) por la FABC sobre la "nueva forma de ser Iglesia", "el desafío de la evangelización", "el diálogo con las hermanas y hermanos de otros credos", y "el compromiso socio-político". También a otros eventos eclesiales (además de los reseñados en los números monográficos) ha prestado atención la Revista en distintas ocasiones. He aquí, por orden cronológico, los principales: la encíclica Redemptoris Missio ("Lectura de la Redemptoris Missio desde Asia", n° 122, pp. 117-132); el Congreso Asiático sobre evangelización celebrado en Manila del 16 al 20 de Noviembre de 1992 (n° 135, pp. 259262); la Declaración de la V Asamblea de la Federación Bíblica de Asia (n° 156, pp. 553-565); el Sínodo para Asia (n° 168, pp. 544-569); la Exortación Apostólica Ecclesia in Asia (n° 175/176, pp. 60-75 y n° 185, pp. 455-470) y el Primer Congreso Misionero en Asia, celebrado en Tailandia en 2006 (n° 214, pp. 628-638; y n° 215, pp. 804-810). UN RECORRIDO POR LA DIVERSIDAD Y RIQUEZA DE LAS DIFERENTES IGLESIAS DE ASIA Por supuesto, en la atención prestada por la Revista a las diversas Iglesias de Asia, se llevan la palma, con mucho, las Iglesias donde trabajan misioneros del IEME (Japón, Tailandia) y otras que, por motivos fáciles de comprender, han sido objeto también de números monográficos (China y Corea). Pero hay también artículos que se acercan a conocer otras Iglesia. Nada menos que sobre 14 países asiáticos (además de los cuatro citados) hay estudios, siquiera breves, en las páginas de estos últimos 20 años. Con mucho, el país más estudiado es Japón. Además de lo reseñado anteriormente, el lector encontrará información sobre algunas religiones vivas del Japón actual tales como el Shintoismo (W. Gardini: "Presencia del Shinto en el Japón de hoy", n° 125/126, pp. 361-371; Ismael González: "Una aproximación al Shinto", n° 209, pp. 660-675), el Tenrikyo (J. L. Lecumberri: "Ecos de una visita: Tenrikyo, la religión de la sabiduría divina", n° 135, pp. 250-258), la religión de la Verdad Suprema (AUM) (M. Repp: n° 156, pp. 504546) y "los cristianos sin Iglesia" (n° 106/107, pp. 283-290). Encontrará también muchas reflexiones nacidas 5 de la experiencia pastoral con inmigrantes llegados a Japón desde otros países (K. Masayoshi, n° 131, pp. 352-360; D. Cambra: "No me des pobreza ni riqueza", n° 131, pp. 388-394; y otras aportaciones de cuatro misioneros del IEME y una religiosa asuncionista en el n° 191, pp. 533-555). Se recogen también, con motivo del "tsunami" que azotó a Indonesia y países vecinos, dos meditaciones desde la fe (n° 204, pp. 101108). Sin salimos del Japón, aparecen reflexiones sobre la "teología de la liberación desde una perspectiva japonesa" (n° 101, pp. 396-398; n° 175/176, pp. 105-107), sobre la "casa de oración y encuentro interreligioso en Kumamoto" (n° 110, pp. 247-255), sobre el movimiento ecuménico en Japón (n° 106/107, pp. 275-282; n° 179, pp. 465-468), sobre la creatividad de los marginados (n° 153/154, pp. 248-259), sobre cómo ven los japoneses la inculturación del cristianismo (n° 135, pp. 221-227; 243-249; n° 155, pp. 410-415) y sobre otros temas de espiritualidad y evangelización que hacen reflexionar a los misioneros: la "divinidad del Emperador" (n° 120, pp. 483-489), la diferente sensibilidad espiritual (n° 168, pp. 581-586), los efectos del terremoto de 1995 (n° 146, pp. 226-233), etc. Finalmente, las páginas de la Revista han aireado también la voz de los Pastores de esta Iglesia en distintas ocasiones (n° 135, pp. 263-266; n° 142/143, pp. 539-544; n° 162, pp. 627-638; n° 191, pp. 563-569). También sobre China y su Iglesia ha sido frecuente la información y reflexiones ofrecidas por nuestra Revista. Además de los números monográficos reseñados, merecen destacarse: "Hacia una Iglesia china en diálogo (n° 216, pp. 100-113); "China, un país de contrastes" (n° 193/194, pp. 196-205); "Inculturación: una perspectiva china" (n° 125/126, pp. 485-488); varios artículos del misionero comboniano Daniel Cerezo (n° 185, pp. 417-428; n° 178, pp. 330-337; n° 168, pp. 570-580); "La hora del laicado en China" (n° 101, pp. 373-381; y "China asequible: la utopía de una breve visita" (n° 101, pp. 404-409). Y sólo una breve información sobre la Iglesia católica en Taiwán (n° 142/143, pp. 434-437). Sobre la Iglesia de la India han aparecido esporádicamente algunos estudios o reflexiones (además de las ya reseñadas): "Actual participación hindú en el diálogo interrelígioso" (n° 135, pp. 239-242); "Administración de la tierra en la India" y "Acción de Caritas India" (n° 117, pp. 258-267 y 285-286); "La misionera, mujer entre mujeres" (n° 108, pp. 413-418) e "Historia con mujeres al fondo" (n° 101, pp. 389-395). Sobre Pakistán aparecen tres experiencias de misión (n° 193/194, pp. 220-232). Y una información sobre las Iglesias de India, Nepal y Sri Lanka (n° 125/126, pp. 437-450). La Iglesia Católica en Filipinas se asoma a las páginas de la Revista por su espíritu misionero (n° 162, pp. 620-626; n° 122, pp. 159-160) y por su singularidad cristiana (n° 125/126, pp. 405-412; 413-418; 489-490 y 505-508; n° 101, pp. 382-387). Cuatro experiencias de misión en Tailandia nos vienen contadas por misioneros en ese país: "Empezando a caminar en Tailandia" (n° 125/126, pp. 477-480), "Diez años en Tailandia" (n° 185, pp. 487-491), "El canto del Oriente: desde la experiencia de un sacerdote diocesano español en Tailandia" (n° 199, pp. 198-207) y "Desde el jardín de la paz evangélica" (n° 138, pp. 531-535). Sobre las vecinas Camboya y Laos han aparecido también informaciones: "Nuevas perspectivas para la misión en Camboya" y "Una presencia misionera en Camboya: la Compañía Misionera" (n° 185, pp. 429441 y 471-479); y "La Iglesia Católica en Camboya" (n° 142/143, pp. 447-454); "La Iglesia de Laos" (n° 142/143, pp. 477-486) y "La cruz de los Oblatos vuelve a Laos" (n° 212/213, pp. 387-389), junto a "Visita a Laos y Camboya" (n° 193/194, pp. 226-230) completan la información ofrecida. Reseñemos finalmente dos artículos sobre Corea: "Aproximación a la Corea que inicia el siglo XXI" (n° 185, pp. 442-454) y "Cristianismo y Confucianismo en el contexto cultural coreano" (n° 125/126, pp. 372-382) y "Mi experiencia misionera en Corea" (n° 185, pp. 480-486). (En 1984 hubo un número monográfico, el n° 80, dedicado íntegramente a la Iglesia de Corea). De Bangladesh ha recogido la Revista por dos veces la admirable misión de Bob Mc Cahill: "Una misión cristiana sin esperar conversiones" (n° 205, pp. 164-166) y "Servir a los pobres de Alá" (n° 216, pp. 120-125); y también la experiencia de otro misionero: "El reto de la comunicación con el Islam en Bangladesh", en el n° 216, pp. 114-119. De Indonesia, un documento ("Mensaje de los respetables religiosos indonesios al Papa Juan Pablo II", n° 193/194, pp. 249-251) y un ; testimonio ("Mi sueño jubilar desde Indonesia ante el 2000", en e l n° 175/176, pp. 93-94). De Timor Oriental nos viene una entrevista al obispo Basilio Do Nascimento (n° 193/194, pp. 215-219). Se recoge una breve información sobre Mongolia (n° 142/143, pp. 438-446), otra sobre Tibet (n° 142/143, pp. 455-476) y una reseña sobre el premio Nobel de la paz Suu Kyi, de Myanmar(n° 184, pp. 363-368). CONCLUSIÓN Si, para concluir esta reseña, tuviera que describir brevemente qué misión cristiana y qué estilo de Iglesia afloran a la memoria tras la lectura de tantos estudios, documentos y testimonios citados, me atrevería a señalar, espontáneamente, algunas características: Aflora una misión cristiana con rasgos propios: ligada felizmente a su Señor Jesús y a la vez respetuosa con lo que el Espíritu de Dios viene obrando desde siglos en el corazón de las personas y de los pueblos. Y por eso, dialogante y deseosa de descubrir la acción de Dios en todos, sabiendo que un misterio de salvación nos envuelve y abarca a todos y a toda la creación. Un misterio, en definitiva, de amor y compasión. Una 6 Iglesia que sabe bien que no hay evangelización sin anuncio de Jesucristo y sabe también, desde su experiencia, que no hay anuncio sin diálogo. Aflora una Iglesia cristiana viva, segura del tesoro que ha encontrado en Cristo Jesús y deseosa de compartirlo con todos a la vez que respeta los caminos del Espíritu en cada uno y quiere aprender de todos. Una Iglesia dialogante que no quiere atropellar nada de tanto bueno que encuentra en las culturas de sus pueblos, en sus religiones y tradiciones. Una Iglesia que en Jesús pobre, crucificado e Hijo de Dios apasionado por su Reino encuentra la referencia suprema para luchar por la justicia y dignificación de las inmensas multitudes de marginados y sufrientes de sus países. Aflora una misión y una Iglesia conscientes de su vocación de ser sal, levadura, pequeño rebaño que ha recibido una maravillosa encomienda y que va abriendo caminos nuevos, sin la angustia de estar perdiendo protagonismo ni relevancia social de otros tiempos y sin ningún pánico por el futuro. Una Iglesia a la que los laicos sienten como suya mucho más que en Occidente y a la que aportan sus ministerios. Una misión y una Iglesia que piensan su fe y su papel en medio del mundo. Quizás más que en ninguna otra parte se ponen a meditar y admirar la acción del Espíritu de Dios en la historia, en los pueblos y en los corazones de todas las gentes. Y a buscar la armonía de esa acción con la de Cristo, movido él por el mismo Espíritu. Y quizás en ninguna otra parte tiene el "Reino de Dios” tanta fuerza catalizadora e inspiradora a la hora de armonizar tanta diversidad de iniciativas y perspectivas provenientes de innumerables frentes. Los teólogos asiáticos están aportando luces y signo nuevos a toda la Iglesia. Una Iglesia que sabe lo que es llevar la cruz siguiendo a su Señor y que en muchos tramos de su historia, y también en nuestro tiempo, sufre en su carne la incomprensión, la hostilidad y hasta la persecución cruenta. Lleva en si de este modo el sello de la autenticidad de todo discípulo fiel de Cristo y da testimonio ante el mundo que hay algo más valioso que todos los demás "valores", algo por lo que vale la pena vivir y morir. Una Iglesia que viene de lejos, que tiene conciencia de una larga historia, que aunque minoritaria no es novata y que, por eso, sabe pesar y valorar las tradiciones propias y ajenas sin lanzarse a veleidades ligeras. Consciente de que sólo poco a poco se pueden ir abordando los grandes retos que se le presentan en la inculturación, la liturgia, la formación y estilo de sus sacerdotes y religiosos, en las estructuras eclesiales, etc. Aunque a menudo tienen cosas que decir en la Iglesia universal y lo intentan, saben también aparcar temas esperando su maduración. Afloran una misión y una Iglesia amenazadas y zarandeadas por muchos retos y peligros, de dentro y de fuera. A los cristianos de Asia, como a todos sus compatriotas, les envuelve el ambiente consumista, materialista que amenaza con desvirtuar lo esencial de su fe y desentenderse de los más pobres. Les amenaza también el cansancio y la incomprensión que les pueda venir desde dentro. Aflora una misión y una Iglesia que respiran orando, contemplando el misterio de Dios que nos envuelve, sin afán de expresarlo todo ni menos abarcarlo; que se sorprende a menudo y desconfía de nuestros intentos increíbles por explicar y distinguir y dejarlo todo claro. Una Iglesia que saborea el silencio en la presencia de Dios y ahí renueva sus fuerzas y su paz interior. Afloran, finalmente, una misión y una Iglesia cautivadas por el Señor Jesús. Los títulos y los contenidos de las Asambleas y Congresos convocados así lo han ido mostrando. Van a lo nuclear, a lo que funda y sostiene su fe y su esperanza. Y por eso, aun siendo tan minoritaria, es una Iglesia que aparece feliz con su fe, deseosa de contagiarla. Merece seguramente nuestro agradecimiento y comunión. ______________________ *Sacerdote de la diócesis de Pamplona y miembro del IEME. Doctor en Teología. Ha publicado numerosos artículos y colabora en varias revistas. Misionero en Japón. Actualmente es el Director General del IEME. Ref.: Misiones extranjeras, n. 221-Noviembre-Dicembre 2007. 7