Jefes Difíciles

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La columna de Graham
Edición 086
Boletín quincenal
Cuando les pregunto cuál es su definición de un jefe difícil, generalmente
las respuestas no se tratan de un jefe exigente en cuestiones de resultados;
más bien, hablan de un jefe cuya personalidad es agresiva, grosera, gritona
y que hasta puede ser violenta en términos verbales e inclusive en
maneras físicas. Este tipo de jefe no golpea a un empleado o colega, pero
por ejemplo, puede ser que llegue a golpear la mesa con su mano durante
un regaño o que cierre la puerta de manera brusca y exageradamente
ruda al salirse de una oficina.
La distinción es importante, porque no debes confundir demandante con
difícil.
Un jefe demandante y exigente está casado con ciertos estándares
mínimos y enfocado en cuestiones de logros y resultados, procesos, reglas
y políticas a beneficio del equipo, del departamento y de la empresa. En
cambio, un jefe difícil, tiende a ver las cosas a su beneficio, mismo que
lo lleva a enfocarse en su poder, en su manera, en su control y hasta en
esconder sus ineptitudes para preservar su puesto.
¿Existen excepciones a lo que acabo de mencionar?, ¡Por supuesto! A
fin de cuentas, todo en ventas tiene excepciones, pero las excepciones
son precisamente eso, algo inusual. Por lo que creo que lo realmente
importante es analizar algunas ideas de qué hacer con esos casos de jefes
difíciles.
No reacciones al abuso
Lo peor que puedes hacer si te está regañando un jefe explosivo y
violento es reaccionar de una manera similar a su abuso. Tu habilidad
de mantener la calma y no bajar a ese nivel es medular, para poder –
si es posible - escoger un momento más apropiado, (posteriormente al
incidente) de tratar de hablar con él. No conviertas ésto en una guerra
de egos. No lo enfrentes, su inseguridad lo obliga a ganar a pesar de todas
las consecuencias. Además de eso, cuando reacciones emocionalmente
estableces un patrón para que se desquite contigo de nuevo en otra
ocasión. Desármalo, simplemente reconociendo sus comentarios (por
Fuente: http://grahamross.com.mx/boletin/boletin86.html
Jefes Difíciles
Una de las preguntas que me llegan con más frecuencia es: “¿Cómo puedo
manejar a un jefe difícil?”
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real o falsos que sean) y dile “Tienes razón. Discúlpame. No vuelve a
pasar” y cállate. No le queda otra salvo decirte algo como, “Espero que
así sea...”. Recuerda: tu objetivo no es ganarle, sino ganártelo.
Averigua las reglas del juego
Si decides o tienes que quedarte en un trabajo con este tipo de jefe,
es importante tratar de averiguar lo más pronto posible sus modos,
idiosincrasias y particularidades para ver cómo puedes acoplarte a su
personalidad. También es elemental sentarte con él y en sus variantes
maneras saber que espera de ti, cómo te va a exigir y analizar si estás
dispuesto a “pagar ese precio”. Este proceso requiere flexibilidad de tu
parte, porque frecuentemente, sus reglas cambian a su conveniencia. Por
lo tanto no creas que están escritas en concreto, más bien están hechas
en agua.
Analiza tu desempeño y resultados
No descartes la posibilidad que la relación tumultuosa que quizá tienes
con tu jefe puede estar ligado a tu falta de desempeño y resultados.Analiza
si estás cumpliendo con tu cuota (el vender) y con tus responsabilidades
(acatar las reglas como: la puntualidad, cubrir guardias, ejecutar la “talacha”
administrativa, etc.). Frecuentemente vendedores mal interpretan un jefe
difícil por uno que presiona (si de acuerdo- posiblemente en maneras
no apropiadas), y hasta hostiga para conseguir o sacarle el resultado a
su gente. Lo interesante es que no es fuera de lo común ver cambios
radicales en relaciones entre gerente y vendedor, cuando el vendedor
empieza a “darle de comer” al jefe. Ese simple (y muy importante) factor
cambia el valor que el jefe ve en uno y como consecuencia también
cambia la manera en que trata a cierta gente.
No traigas tus broncas a casa
Por difícil y complicado que sea, trata de no llevar tus broncas a casa y
jamás te desquites con tu familia por cuestiones de trabajo; si haces eso,
ese jefe está ganando.
Fuente: http://grahamross.com.mx/boletin/boletin086.html
Acepta que no lo puedes cambiar
La única persona que puedes controlar eres tú. Dado eso, enfócate en
cómo procesas lo que te dice y no permitas que te haga sentir mal o
inferior. Manejar eso requiere madurez humana y es una decisión que
puedes definir por dura o dolorosa que sea, así como puedes decidir
hacer otras cosas muy duras como empezar a hacer ejercicio, dejar de
fumar o cambiar cómo comes. Requiere el mismo concepto de disciplina.
Por lo tanto, no confundas el hecho de que no te gusta tu jefe con no
ser tú un profesional. No tienes que querer a tu jefe ni convertirlo en
un amigo, pero si tienes que ser un profesional. Es decir cumplir con tus
obligaciones, seguir órdenes y dar el resultado. Recuerda: profesionales
exitosos dan el resultado a pesar del jefe.
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Que te quede muy grabado: tus seres queridos no tienen la culpa
de que trabajes con alguien grosero, enojón, prepotente, déspota
o mal encarado. Trata de volar en otros cielos fuera del trabajo;
por ejemplo: busca tener una variedad de amistades más allá del
trabajo, ésto te permitirá platicar de otras cosas y de otros temas
que no tengan nada que ver con tu chamba o con tu jefe y a la
vez estos mismos te ayudarán a poner las cosas más importante
en otra perspectiva; otra cosa que te recomiendo es que ¡hagas
ejercicio!, por trillado que sea, el involucrarte en actividades físicas
como hacer deporte o ejercicio te ayudan a manejar mejor el
estrés y las presiones.
Graham Ross
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Tienes que estar dispuesto a irte por las razones correctas
Si de plano haz intentado todo, (ojo: dije todo) y no le ves luz al
final del túnel, tal vez tienes que buscar otro lugar para trabajar,
pero no pierdas la visión de un panorama más amplio y peligroso
para tu carrera y estabilidad laboral: el peligro es crear el hábito de
huir de cada conflicto, momento, situación o circunstancia difícil en
tu vida.Analiza esto: Si cambias de trabajo y resulta que en el nuevo
trabajo te encuentras con otro jefe similar o peor al anterior, ¿te
vas a cambiar de nuevo? y si lo haces, ¿cuándo paras?. Tienes que
aprender a manejar y a vivir con cosas difíciles en tu vida, eso se
llama realidad. Dado eso, debes estar dispuesto a irte, pero sólo
por las razones correctas.
Fuente: http://grahamross.com.mx/boletin/boletin086.html
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Unas cosas más: Mientras decides si te quedas o si te vas, dedícate
a cultivar y a mantener tu dignidad. No te bajes al nivel de los
agresores, escucha a tu conciencia y cree en ti no en lo que dicen
de ti, mientras sigues tu sentido común y dejas que tus resultados
hablen por ti.
Sospecho que cuando hagas éste tipo de cosas te irá mejor.
¡Jefes difíciles son difíciles! Pero aprender a manejarlos es lo que
te hará grande.
Recuerda: Tu éxito es tu responsabilidad. ©
Nos vemos en la trinchera.
Graham
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