Autoridad y autorización para la publicación en revistas científicas, una primera aproximación Sara Aliria Jiménez García Área de investigación: prácticas científicas y formación de investigadores [email protected] Universidad de Colima Teléfono (312) 3161183 Josefa Ortiz de Domínguez 64 Villa de Álvarez, Colima, México Eje temático 4: Procesos de producción y uso del conocimiento científico y tecnológico Palabras clave: modos de participación en el oficio científico, ejercicios de difusión de conocimiento. Resumen Este texto tiene la intención de mostrar interpretaciones de investigadores mexicanos del área de educación sobre los procesos de difusión de conocimiento en revistas científicas; con este propósito se consideran modos de participación en el oficio científico y de relaciones de autorización y de autoridad que existen entre pares; lo que permite observar cómo estos elementos trascienden en sus decisiones sobre lo que se publica y por quiénes. Los resultados que se refieren son parte de una investigación más amplia sobre las culturas de formación de investigadores en México (Jiménez, 2009). Los actores que se consideraron en esta investigación tienen más de 10 años en el oficio, cuentan con puestos fijos de trabajo, con experiencia publicando en revistas científicas y se encuentran en dos comunidades del país con tradición de más de 30 años en la investigación educativa; para entender las reflexiones que involucran en su profesión, se hicieron entrevistas con 21 investigadores, se revisaron sus datos curriculares y se tomaron notas de campo mientras se permaneció en las dos comunidades. El contenido de este texto se divide en dos partes; en una se describe una primera aproximación respecto a las relaciones posibles entre los modos de participación en el oficio y sus implicaciones en las decisiones de publicación en revistas científicas; en la otra, se mencionan algunas conjeturas a modo de cierre provisional de la discusión y se enmarcan algunos aspectos que se trabarían con más detalle en una versión posterior. 1 Modos de participación en el oficio científico ¿Qué es lo que hace que los investigadores tengan distintas oportunidades y avances en el oficio?, esta pregunta tiene sentido para explicar sus decisiones de publicación en revistas científicas, en la medida que da posibilidades de ubicar rasgos profesionales que asemejan y distinguen sus trayectorias, puesto que marcan disposiciones diversas que van configurando los roles que desempeñan en sus relaciones con otros, su prestigio y las coyunturas que esto les representa, como se verá en el esquema ubicado en esta página. Los rasgos a través de los que se pueden observar los modos de participación el oficio, son la formación que han recibido, el tiempo que llevan en el oficio, los proyectos que han desarrollado, su participación temporal o permanente en actividades y proyectos en la comunidad en que laboran, la colaboración con otros y su ejercicio como formadores. Este eje de análisis se considera viable porque, de acuerdo con Becher (2001), las formas de organización de la vida profesional de los grupos particulares de académicos están íntimamente relacionadas con las tareas intelectuales que desempeñan. Ilustración I: Rasgos de la participación 2 Es preciso decir que los términos de autoridad y autorización para la publicación en revistas científicas se consideran para expresar las decisiones que pueden tomar los investigadores, según los rasgos que conforman su experiencia en el oficio científico y que refieren sus posibilidades para actuar de manera independiente, de acuerdo con tales cualificaciones profesionales. Con base en lo anterior, y para diferenciar la experiencia de los investigadores y sus decisiones de publicación en revistas científicas, se elaboró una clasificación gruesa sobre sus modos de participación en el oficio, de los aspectos que instituirían sus orientaciones profesionales, el reconocimiento que se adjudican y las relaciones de autorización y autoridad entre pares. Esta clasificación identifica cuatro modos de participación en el oficio, el de los aprendices, el de los investigadores principiantes, los colaboradores y los experimentados; de éstos se irán destacando diversos rasgos en las siguientes páginas. El ejercicio en cuestión permite observar que los rasgos de los investigadores están enmarcados con base en su trayectoria individual y en las relaciones profesionales que desarrollan en los contextos en que participan, de las oportunidades históricas que poseen por ser parte de una agrupación, y por tener roles que varían con el tiempo y con los intereses de quienes están presentes en un periodo particular. Según esta manera de trabajar con rasgos de la experiencia de los investigadores, lo que se revelaría son rasgos profesionales que se explican por medio de lo que aporta el investigador, la comunidad en la que participa y los sucesos que se presentan en un periodo histórico determinado. Por estas distinciones, los modos de participación se despegan de una tipificación de las estadías o etapas que vive un investigador, porque develan que un mismo investigador podría tener diversos roles según el contexto, los participantes y el periodo histórico del que se trate; entonces, de acuerdo con estas condiciones, podría tener más o menos oportunidades, otras actividades asignadas y se le adjudicaría un reconocimiento diferente con base en la interpretación colectiva sobre sus méritos en el oficio. El ejemplo más claro de estas variaciones históricas, contextuales y de interacciones entre pares, se refleja en el modo de participación de los aprendices en el oficio, a los que sus credenciales profesionales los identifican como miembros temporales en las comunidades, por lo que las oportunidades laborales que consiguen suelen ser de igual magnitud, mientras están ahí y mientras van de un espacio laboral a otro. Es preciso mencionar que estos modos de participación se desarrollaron a partir del trabajo con los actores de la investigación referida; sin embargo, el ejercicio que se presenta en este texto no los ubica en uno específico, pues lo que interesa es relacionar rasgos de la 3 experiencia con decisiones de publicación en revistas científicas; entonces, el análisis se favorece al mantener su anonimato y la confidencialidad de sus argumentos. Estos elementos como ejes de análisis de las decisiones de publicación de los investigadores, pueden revelar núcleos centrales sobre la comprensión que existe respecto a estos procesos; incluso, para Dirk (1999), la difusión de conocimiento en revistas científicas está tan relacionada con el trabajo del autor, como con las maneras en que otros lo perciben; como prueba de esto, el trabajo de un investigador que fue reconocido con un premio nobel fue rechazado en una revista, porque lo que refería como original no se podía mencionar como tal. Ilustración II: Modos de participación en el oficio científico 4 Los aprendices, peregrinos del oficio Este modo de participación en el oficio parece que está en extinción, al menos el que caracterizaba ejercicios históricos en que el investigador experimentado, antes de serlo, llegaba a una comunidad, trabajaba varios años con académicos de mayor trayectoria y apoyaba en los proyectos en curso; este proceso de aprendizaje también constituía una línea de espera para un lugar definitivo en el centro laboral. Al mismo tiempo, la estadía de los aprendices daba posibilidades para que los investigadores más consolidados los fueran formando poco a poco, por lo que combinaran sus trabajos de tesis con el tiempo de colaboración en otros proyectos; incluso, al menos 11 de los 21 entrevistados tuvieron este modo de participación en las comunidades investigadas, cuando ingresaron. La extinción actual de este modo de participación, o dicho de otro modo, la transformación radical de la figura de aprendiz, podría estar relacionada con los pocos recursos económicos que hay en las instituciones educativas para pagarles por su trabajo, a la escases de plazas en las comunidades del país y a que en la actualidad es más deseable que se contraten investigadores que se prepararon en una comunidad distinta. Estas condiciones laborales rompen la línea de espera y de formación que antes se acostumbraba, porque sus destinos estarían orientados hacia dos fines, a una espera que se podría prolongar por décadas, antes de conseguir un contrato fijo y con otro reconocimiento; o bien, a ir de comunidad en comunidad; ambas circunstancias constituirían un peregrinaje profesional constante, que los mantendría sin un lugar y puesto como investigadores y de aquí para allá, en una o varias comunidades. Los cambios referidos estarían relacionados negativamente con las decisiones y posibilidades de publicación de los aprendices; dado que su autoridad académica sería poco consistente, debido al limitado espacio laboral que tienen para comprender los procesos de producción y difusión de conocimiento y a la falta de estabilidad económica y laboral que esto les representa. Igual sucedería con las autorizaciones que requieren los aprendices para publicar; ya que el reconocimiento que tienen es más una categoría en construcción, por lo que quedan fuera de las relaciones que se establecen entre pares para recibir invitaciones como participes de la vida editorial de las revistas y para definir qué se publica y por quiénes. Un lugar provisional en las comunidades investigadas podría dar visos sobre los avances de los actores en el oficio científico; pero también hablaría de su interés para encontrar un lugar en el que puedan aplicar lo que saben; según Shinn (2007), los investigadores en formación suelen darles a sus trabajos un toque de originalidad que es 5 menos frecuente en los que ya están formados; incluso, este autor asegura que tienen una sensibilidad que puede ser bien aprovechada en equipos de trabajo donde hay actores experimentados. Por las circunstancias descritas sobre este modo de participación, en esta investigación se observó que escasean los académicos que se quedan a formarse durante largos periodos en las comunidades; además, es frecuente que su remuneración económica provenga de becas y/o salarios condicionados a la existencia de proyectos de investigación con financiamiento, o a seguir con el nombramiento (formal o informal) de asistentes (o aprendices) de investigación. Conjuntamente, dada la aceleración de los tiempos de graduación en los posgrados, los alumnos que suelen fungir como aprendices tienen menos contacto con los investigadores y, cuando se da, es frecuente que sea a modo de asesorías de tesis. Cuando se trata de asistentes, es frecuente que sus labores se realicen parcialmente relacionadas al oficio (trabajando con los datos, la revisión de textos, auxiliar administrativo o docente), y que por lo tanto las experiencias de aprendizaje se limiten a tareas específicas. Estas condiciones dan a los aprendices un acceso limitado a los códigos del oficio. Dado que para el estudio señalado se consideraron como informantes clave a los investigadores activos que tienen un contrato laboral permanente con la institución, experiencia en la publicación en revistas científicas, entre otros rasgos; los 21 entrevistados tienen un modo de participación distinto al de los aprendices; por lo que los rasgos referidos se ubicaron con base en menciones de éstos cuando se desempeñaron como tales y sobre lo que hacen quienes ahora ocupan el mismo lugar; también se aprovecharon las observaciones realizadas durante el trabajo de campo y los diálogos informales con los aprendices. Respecto al modo de participación como aprendices en la investigación, dos académicas entrevistadas señalan las ventajas de formación que tenían y, de acuerdo al lugar que tienen ahora en las comunidades, las oportunidades de trabajo que esto les representó. “Participé como auxiliar de investigación (desde 1989), sin haber estudiado investigación todavía. Cuando tenía la licenciatura. Por un lado hacía investigación bibliohemerográfica; por otro lado, eh, también diseñaba instrumentos, los aplicaba e interpretaba. (En) la primera investigación apenas se comenzaba a usar paquetería estadística, entonces también ahí aprendí a utilizarla para procesar la información” (1,1,1,11). 6 “El equipo con el que yo trabajé (en 1985) estaba formado, sobre todo por una de las colegas de aquí, que es reconocida como una de las, si no es la pionera en el campo de la educación, este, trabajando con esta línea de etnografía… (2,5,3,23); yo desde que entré hacía investigación; no era mi investigación, no era propia, mía, pero participaba, yo creo que por eso, eso fue muy bueno para mí, porque yo ni todavía ni estudiaba la maestría; entonces, cuando yo entré a la maestría ya tenía bastante práctica, porque además en el equipo había un trabajo de lectura, había un trabajo de seminario, no sólo hacíamos trabajo de campo, ¿no? (2,5,5,11). Las oportunidades profesionales que se derivan de las circunstancias contextuales en las comunidades son doblemente importantes en las trayectorias de los investigadores; por un lado, serían los sitios en los que se obtendría un trabajo fijo; por el otro y de acuerdo con Wallerstein (2001), constituyen orientaciones cognitivas centrales para interpretar la producción de conocimiento. Investigadores principiantes, sin autoridad académica para ser independientes Estos actores suelen ocupar el rol de asociados a proyectos de investigación, tienen más de 10 años en esta función, generalmente tienen una carga importante en docencia, administración y/o cuando realizan tareas de investigación, actúan como asociados a un investigador con mayor experiencia. Las principales diferencias entre este modo de participación y la de los aprendices es que los principiantes tienen un contrato como investigadores y no como auxiliares de éstos en las instituciones en que trabajan, por lo que sus condiciones de trabajo y permanencia en la comunidad son mejores. Pese a que los principiantes tienen un espacio asegurado en las agrupaciones, los roles que desempeñan los identifican con limitada autoridad y autorización académica en las relaciones con sus pares, lo que afecta sus decisiones de publicación en revistas científicas y la manera en que serían identificados cuando contribuyen en la elaboración de un artículo. Al mismo tiempo que este modo de participación reflejaría una formación limitada en estos procesos de difusión de conocimiento, también revelaría que, dada la percepción que se tiene de su trabajo, sus oportunidades de ser líderes de un equipo de trabajo en la investigación y trabajar de manera independiente son bajas. En el sentido que se orienta la experiencia de los investigadores principiantes, se observó que tienen escasas publicaciones individuales en revistas científicas y cuando participan en estos procesos, su nombre se señala como colaboradores o al final de la lista de autores. Su modo de participación como investigadores se origina en procesos de formación que estuvieron indirectamente relacionados con la investigación, en programas de 7 posgrado orientados a la profesionalización y, si fueron aprendices, su trabajo incluía actividades mecánicas y menos relacionadas con la lectura y escritura de reportes académicos. Además, se encontró que tales actores cuando participan en proyectos con financiamiento externo, la responsabilidad principal y el reconocimiento recaen sobre otros investigadores y, por lo tanto, su papel es secundario, al menos oficialmente. Estos académicos van adquiriendo más experiencia y reconocimiento en la medida en que incursionan en procesos más amplios del oficio y que pueden demostrar que son capaces de hacer trabajo independiente. Aunque el modo de participación de estos actores es de principiantes en la investigación, reconocen y pueden dialogar ampliamente sobre los mecanismos de ingreso, permanencia y ascenso en la comunidad en la que trabajan; por esto, se supondría que sus intereses y/o oportunidades han estado más ligadas a otros roles y tareas. Este modo de participación en la investigación impacta en las decisiones de los principiantes sobre publicar en revistas científicas; ya sea porque tienen poco conocimiento respecto a los procesos que hay que seguir o porque, de acuerdo con el lugar que tienen destinado dentro de la comunidad en la que trabajan, desarrollan actividades que los distraen del quehacer en el oficio, como se puede notar en los siguientes extractos de entrevistas. “No este año ni el siguiente, pero sí en un tiempo no muy largo a cubrir los estándares y pasar de formación a en consolidación y no sé si muy pensados o no, pero han salido estrategias que en su momento nos han permitido, se hizo el proyecto en colaboración con las cuatro personas, los cuatro pertenecemos al grupo este y (una de ellas) tiene experiencia, nosotros no; entonces ahí se cubre uno de los puntos que se pretendía, que alguien que tiene experiencia nos oriente, cuando termine la investigación, nos podamos animar solos o yo qué sé. Otra de las cosas que han sido buenas, motivar la publicación, a muchos de nosotros nos da miedo la publicación y posiblemente muchos no sabemos ni cómo, ni con quién, pero quienes sí lo han hecho, han sido un factor muy importante de motivación, referir que se puede escribir a esta revista, tú puedes publicar esto y esto (1,10, 5,24). “Yo me veo más realizada, más útil como docente que usa la investigación como herramienta para ampliar tu campo de conocimiento. Yo me veo más así, pues también son cada vez, son más requisitos y más y más (1,8,3,8); o sea, “te dejo hacer investigación, si públicas, si publicas no nada más, si publicas cada cierto tiempo, si, este, tienes financiamiento de alguien externo, junto con nosotros”, o sea, si, si, hay muchas reglas que también yo digo no” (1,8,3,13). 8 Investigadores colaboradores, los conocedores del campo laboral Estos actores tienen más de 10 años como practicantes en el oficio, la investigación no es su trabajo prioritario, en su vida laboral han realizado trabajos de manera intermitente; además, colaboran en comités tutoriales de posgrado, son asesores de tesis de licenciatura, se concentran en otras labores del área educativa y mantienen algunas relaciones con miembros de diversas comunidades. Los investigadores colaboradores y los experimentados juegan un papel central en la formación de otros investigadores, dada su experiencia profesional y su propia formación. De acuerdo con Clark (1991), un investigador con mayor preparación tiene más compromiso de trabajo y responsabilidad para fungir como capacitadores de los otros miembros de sus comunidades. Las trayectorias profesionales de los colaboradores tienen muchos años de historia; sin embargo, sus roles se han diversificado por decisión propia o no, por lo que están dispuestos a participar en proyectos de investigación y a trabajar en equipos de producción y difusión de conocimiento, aunque es más frecuente que sean autores secundarios que titulares, pues no se mantienen concentrados en estos procesos de manera sistemática. La formación para la investigación de los colaboradores es mixta, una parte de sus estudios la dedicaron a comprender el oficio y otra, a entender las diversas tareas del área educativa; por tanto, los actores que realizan este modo de participación en el oficio, son observados por sus compañeros como los que entienden bien el campo profesional y sus posibilidades laborales. El reconocimiento que los respalda es mayor que el de los principiantes, dado el tiempo que tienen en el oficio y las oportunidades de trabajo que han conseguido; incluso, algunos de los textos que han escrito como autores principales o secundarios, sirven de referencia para los trabajos de investigación que realizan los aprendices y principiantes de la comunidad y, en algunas ocasiones, actores que están fuera de éstas. Dado que los colaboradores dejan de publicar en revistas científicas durante periodos de varios años, las oportunidades profesionales que se les presentan están relacionadas con el trabajo de otros, quienes dedican más tiempo al oficio y, específicamente, a comprender los procesos editoriales en estos medios de difusión. La autoridad que obtienen los colaboradores para participar en las decisiones de publicación propias y de otros compañeros es moderada; de igual manera sucede con su autorización para definir qué publicar; pues, aunque sus colegas los reconocen como conocedores de los procesos de trabajo al respecto, también los observan como ocupados en otros roles de la educación. 9 No obstante lo anterior, las oportunidades de participación de los colaboradores exceden las de los aprendices y principiantes, puesto que los años de trabajo en el oficio, les dan más posibilidades de negociar con sus compañeros lo que harán y cómo; así mismo, tendrían cierta experiencia para actuar independientemente, si así se lo proponen. Esto se puede notar en los argumentos de dos entrevistadas. “Formalmente quiere decir que he hecho trabajos desde entonces aunque a lo largo del tiempo ha ido ganando, ha ido creciendo el tiempo que le dedico a esa actividad; porque hago de tutifruti. Yo no soy una investigadora clásica, eso también habría que decirlo, soy más bien del campo de la práctica, sé hacer investigaciones, pero, digamos que yo me he ido formando a lo largo de la vida como más en el territorio de conectar la investigación para algo; no soy un investigadora clásica que mi vida 100% sea la investigación” (1,2,1,8). “Bueno, una puede ser la dispersión de actividades, ¿verdad?, que uno como profesor se supondría que sí podría estar más dedicado a la investigación. Pero como te digo, en mi caso siempre había otras actividades que me requerían, ¿no?, y que claro, yo podría haber decidido, no, no, no, yo ya no quiero nada de eso, pero que también eran importantes de hacer” (1,9,3,16). “Finalmente tiene uno que tomar conciencia de que si esos resultados qué impacto pueden tener, darlos a conocer y a veces esa labor es difícil, ¿verdad?, pero sabemos que de nada sirve que los resultados se queden en el escritorio. Entonces, también nos han ayudado mucho esas conexiones que tenemos, como ya saben, ya nos empiezan a ubicar que tema trabajamos; entonces nos dicen, oigan pues, ¿no quieren venir a presentar o no quieren escribir un artículo sobre eso que ustedes están haciendo?” (1,9,5,12). Cuando un investigador desarrolla su oficio y otras actividades relacionadas con éste, también reconstruye las maneras en que se entiende el trabajo del investigador y, según Charle et al. (2006), los contenidos que se transmiten en los ejercicios de formación en una comunidad determinada. Investigadores experimentados, los autorizados para la publicación en revistas científicas Este último modo en que se clasificó la participación de los actores de la investigación, los caracteriza como autores principales, independientes y constantes en la producción de conocimiento y en la realización de publicaciones en revistas científicas. De acuerdo con los intereses y oportunidades de los experimentados, son los que han elaborado un mayor número de publicaciones en las comunidades investigadas; 10 además, la frecuencia con la que tienen artículos en estos medios de difusión, es más amplia en los últimos 10 años de su trayectoria. Los experimentados participan como formadores de estudiantes de licenciatura y posgrado, tienen más de 20 años en el oficio y sus últimos estudios de posgrado (doctorado y, en algunos casos, de maestría) los dedicaron a comprender la investigación. Aunado a lo anterior, se encontró que tales actores se concentraron en esfuerzos individuales para ampliar el conocimiento adquirido en posgrados. Como es de esperarse, son los que tienen mayor autoridad para tomar decisiones sobre qué publicar y para autorizar a otros sobre sus ejercicios al respecto. Al mismo tiempo, en sus trayectorias existen periodos en los que participaron fuertemente en otros roles profesionales y le quitaron protagonismo a la investigación; sin embargo, con ejercicios más prolongados o cortos, los experimentados se mantuvieron haciendo investigación, a la par de tales roles. Según Becher (2001, 19), “la profesión académica, al menos en los departamentos prestigiosos, se define en términos de la excelencia del saber y de la originalidad de las investigaciones, mientras que la capacidad de la enseñanza no incide significativamente”. Una razón que le da más prestigio al trabajo de los experimentados, puesto que se mantuvieron constantes en el oficio, pese a que han tenido que realizar otras actividades a lo largo de su trayectoria. Estos investigadores suelen estar asociados a distintos equipos de trabajo en la comunidad en que laboran y en otras, tienen colaboradores que realizan otros modos de participación en el oficio; igualmente, por la experiencia que integran, la presión que tienen para realizar investigación en sus comunidades es menor que la que viven sus compañeros. Estos rasgos de participación de los investigadores experimentados, facilitan su organización y comprensión respecto a las actividades que realizan; a la vez, les brindan mayor claridad sobre los propósitos de su trabajo y los intereses que persiguen a largo plazo. Este tipo de rasgos distintivos de la participación de los experimentados en el oficio resalta en los siguientes extractos de entrevistas. “Y como le decía, tuve una trayectoria un poco azarosa en el sentido de que durante varios años, aún con doctorado, lo que me proponía eran más bien puestos de administración, entonces eso me obligaba a escribir como en ratos libres, pero a la vez me llegaron un montón de contactos, contactos aquí dentro y contactos allá afuera, y a mí le digo, me gusta más trabajar hacia fuera que hacia dentro, me gusta platicar con la gente, o sea, entonces, me hice como con una serie de contactos hacia fuera que después facilitaron mucho publicaciones, ¿no?, y bueno, estamos ahora en una situación en la cual todo mundo está interesado en publicar, mucho más interesado que 11 hace veinte años, yo quizá lo que hice es que me adelanté un poco hacia esa tendencia, ¿no?, a mí me interesó siempre publicar” (2,8,7,10). “Porque mucho de los artículos que he publicado han sido publicados en el extranjero, en Europa o en los Estados Unidos, Canadá y México” (2,9,2,24). “Yo no he publicado libros, y en este campo, los libros son tomados como muy importantes aquí en México para la evaluación y todo, pero la mayor parte de mis publicaciones son en revistas de varios tipos, internacional, la mayor parte, algunos de aquí de México” (2,9,5,19). A modo de cierre provisional: la legalidad de la autoridad y autorización para la publicación Con base en los argumentos presentados para organizar una primera versión entre los modos de participación en el oficio y la autoridad y autorización para publicar en revistas científicas, se puede observar que los rasgos de la experiencia servirían como vehículo para movilizar las decisiones de difusión de conocimiento, para que un actor se ubique en posición de publicar o no y para que otros lo relacionen con ciertos ejercicios e intereses en el campo de la investigación educativa. Esta experiencia desarrollada, también funciona como mecanismo para dar legalidad al trabajo de los investigadores, puesto que las oportunidades y roles que consiguen en los diversos contextos, les permiten participar o los limitan en los diversos procesos de trabajo profesional que implica el campo educativo; especialmente, los permisos para autorizar y ser autorizados se centran en los investigadores que tienen más años en el oficio y que cuentan con trabajo independiente; lo que le da más reconocimiento a lo que es evidente en las trayectorias profesionales y dejando de lado los ejercicios menos certificados. Por razones como las anteriores, los ejercicios de valoración y autorización para la publicación se sustentan tanto en las percepciones de los investigadores como en su experiencia para comprender los procesos de difusión de conocimiento; estos ejes de definición sobre las decisiones para la publicación estarían situados en los intercambios entre los investigadores y en el reconocimiento que se deriva de permanecer en un contexto durante largos periodos y a lo largo de la trayectoria profesional. Así pues, se presume que los modos de participación de los investigadores en el oficio definirían su reconocimiento y los distintos roles con los que participan en una comunidad; este reconocimiento sería un punto pendiente en la agenda de trabajo de este texto, puesto que en la investigación realizada, se observó que, independientemente de los modos de participación y de la autoridad para publicar en revistas científicas, hay investigadores que han fungido como organizadores y diseñadores del trabajo administrativo y académico en las comunidades a lo largo de la historia. 12 Al parecer, quienes han sido líderes carismáticos en estos centros de trabajo, son elegidos por su experiencia como actores en el campo educativo y no sólo como investigadores; sin embargo, esta posición les ha dado acceso a información sobre las disposiciones institucionales y grupales para publicar y para desarrollar su oficio. Sin duda la permanencia en una comunidad tiene un peso importante a la hora de tomar decisiones sobre el trabajo en el oficio, pues tanto los investigadores con más publicaciones, como el rol de líderes suele ser representado por los miembros más antiguos del grupo. Según lo que se ha descrito en las páginas anteriores, la autoridad y autorización en revistas científicas estaría principalmente configurada por los siguientes elementos. Ilistración III: Elementos de autoridad y autorización para publicar en revistas científicas 13 A la agenda de trabajo de este texto también habría que agregarle la comparación entre los textos publicados por los investigadores, la formación que tenían y sus años de experiencia en el oficio; puesto que el ejercicio daría más luces sobre lo que se sabe, las decisiones que se toman y las oportunidades en estos procesos. Más sustento tiene lo anterior si se considera que los procesos de publicación siguen reorganizándose actualmente y que, según Klingner et al., (2005), las decisiones más comunes cuando se emite un dictamen sobre un artículo son, revise y reenvíe o bien, rechazado. Por supuesto, dado que el texto está en una primera versión, revisiones sobre los argumentos inmiscuidos, los datos teóricos y empíricos serán muy favorables; esto para darle mayor solidez a las relaciones que aquí se establecen y a las evidencias que las respaldan. Referencias bibliográficas Becher, T. (2001). Tribus y territorios académicos. La indagación intelectual y las culturas de las disciplinas. Barcelona: Gedisa. Bourdieu, P. (2000). Los usos sociales de la ciencia. Buenos Aires: Nueva Visión. Bourdieu, P. (2003). El oficio del científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad. Barcelona: Editorial Anagrama. Bunch, S. (1995). 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