DB LA riBSTl. DE SAIT PEDRO. Í3

Anuncio
MiAi.
ii;i.
125"
rX CATOIJÍX).
/i .•iJtixi.
,DB LA riBSTl. DE SAIT PEDRO.
. /'Yi vino Jesus & las partes de Cesárea Je
«Filipo , y prcguiilalia a sus discípulos diciendo:
«¿ (jiiie'ii dicen ios hpinl>res que es el Hijo del
«hombre ? Y ellos lespondieroii : los unos, que
«iJiiaii Bautista ; los otros que Elias , y los otros
«(que Jereuiías , ó uno de los profutas. Y Jesús les
«dice; y vosotros ¿((ui¿n decís que soj yo? Rps«pondió Simón Pi'dro, y dijo: Tu eres el Cristo,
«.el Hijo de Dios el vivo. Y respondiendo Ji'sus,
«le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de
«Juaoj porque lio te lo reveló carne ni sangre,
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«sino mi P a d r e , que estí en ios cielos. Y yo te
«dif;o, (|ue tu eres Pedro, y sobre esta jiiedrá
«edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno
«no |>revalecerdn contra ella. Y á tí te d.ir(! las
«llaves del reino de los cielos. Y todo lo que li«gaies sobre !a (ierra, ligado será en los cie,'o.si
«>• tollo lo (jue des.it.ufs sobre la tierrq , ¡será
«también desatado en ios cielos n
- ^i t
[San Mateo, cap. xvi, desde el v. l57iás-
SOBRE \Á POTESTAD DE SA^ PEDRO M LA ífiLESíA.
- Si Daíid ','Con sololnlirar esos cielos , asiento
de los astros, esos mares rellenos de peces , esa
tierra salpicada de iriontes y valles, de riosraudalosos V í'uentes cristalinas, esos desiertos donde anidan tantis aves estrañas, y en cuyas cavernas descansan los leones después de pedir á
DiOS con rugidos el sustento, prorrumpe en esla
esclaiijacion : ¡Cuun magnificas sontas obras, Señor, todas las cosas hiciste con sabiduría ! ( Sal'üo CIU, V. 24. ) ¿ m"' concepto 110 formaremos
nosotros de esa misma sabiduría, considerando su
obra maestra, la santa Iglesia de Jesucristo? Ora
la llamemos con David, ciudad del Rey grande;
ora con Daniel, reino eterno; ya la veamos con
Zacarías estenderse del un mar al otro mar, arrancando del alto monte que , según Isaias , la
wrve de fundamento ; bien Qiialineute contemplemos el orden qoo en ella rige, los tesoros de
MU y sautiilad c[iio esparce , la valentía coa que
recibe ata(|ues continuos de sus desesperados ene•nigos, y la gloria de contar tantos triunfos COMIÓ son las embestidas del infierno; por cualcjuiíTa de estos lados que se la mire , razón haToMo II.
Í3
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brá para repetir con el Profeta: •^Ciictn magnificas son tus ohras, Señor, todas las cosas hiciilñ con sabiduría!
Y en verdad, católicos, qne si la obra de (á
creación necesitaba para salir del caos y conservarse en pie la infinita sabiduría de un artífice
increado , no la requiere menos la Iglesia de J e sucristo. La Iglesia, semejando á una rnadie qua
á costa do.dolores, achaques, y aun de su propia vida, concille, pare, cria, y transmite á suj
hijos los bienes que forman su patrimonio, débi^
formar en su seno un ui'ünero infinito de criaturas, debia lactarias con la fe, robustecerlas con
la esperanza, engalanarUis con la caridad, y conducirlas sanas y salvas hasta el cielo á despecho
de monstruos terribles que las disputarían el pay
so. ¿Con quilín podrá contar la Iglesia para todo
esto? ¿en quién se apoyará con su numerosa
prole para no ser pasto de las fieras, cuando carc7,ra de la viva vor., Je la presencia corjioral y
protección visible de su esposo Jesucristo? Ila.biendo este Señor encomendado su Santísima Madre cuando estaba en la cruz, al discípulo Jiiau,
Lunes 29 de junio.
226
|-,L CATÓLICO,
¿ á quién confiará antes de subir á los cielos esta Esposa tan atoada, por cuva salud dio él su
p r i p a vldii?
Pedro, el celoso, el magnánimo, el ferviente P e d i o , el conocedor y coiii'-ísor de ia dlvinidad de su Maestro, e¡ que lo ama mas que todos, y no sabe ni puede sep,>rarsfi de su lado,
el que le oírceió y casi cumpliiS sej^uiíle basta
la muertfe, ese es en quiau el Salvador desearga el peso de toda su I¡^lesia. ¡Peso tejribie.',carga
formidablt! capaz de abrumar los hombros de los
niismos Angelf-s! Este edificio cuja longitud,
latitud, pi'otundiJad y elevación son tan vastas
como las obras de su divino autor, estal)a, por
decirlo asi, en los cimientos cuando se ordena á
S. Pedro C")nscr>arle j continuarle. Li fé aun no
Labia trasiertrjinado de Judea ; la idjlatria estaba en lo bueno de sus años; los errores y vicios
lio podian ser mas opuestos á la empresa del Apost o l ; nada en lo bumano favorecía su proyecto;
quien á cada paso debía tropezar con escollos y
obstáculos invencibles. Corazones fáciles á ser seducidos, coiaiones rel)eides y obstinados; judios
carnales y grascros, decidiilos á dejarse hacer
loii pedazos antes que desertar de la Synagoga;
gentiles ignorantes, ciegos, preocupados, para
quienes los misterios y la moral del politeísmo
tenían un hechizo irresistible; deserciones, apostasias de muchos que abrazarían el Evangelio; pationes innobles y bíijasde falsos hermanos: y esto no en una sola diócesis, ó en un reino, sino
en toda la tierra .... be aqiii lo que el Hijo de Dios
pone en manos ile uno solo, de Pcnlro. Superhanc
Fetraiii «lUJicaho Ecdcsiam meam.
Y be aqui lo que nosotros mirarnos, y á voz
en grito prediíainos, como una obra de la sa—
Liduiia divina. Si ia Iglesia había de salir de
la cuna en que la dejaba su fundador, si liabia
de crecer, abrazar toda la tierra y subsíálir hasta la consumación de los siglos, era indisprnsaI)!e, era el medio mas directo y eficaz, el medio
Único, ateiidienilo á la economí.i de l.i Providenc í a , el depositar en una cabezj ia fe, la potestad, la doctríuj, el cuida.lo de este rebaño inmenso, y cuanto podía conducir á su bienestar
y propagación. En probarlo gastaremos el presente discurso ; y para proceder con clarid:»d
fijamos esta propijsici-n : Jesuciísto, mirando por
la conservación de su santa Iglesia, rbvístió a
San Pedio con una potestad univeisai é in.lependiente, transmisible á su suci'sor el EomaWo Pontífice.
No hay en los quince primeros siglos de la
Iglesia una verdad mas universalmente reconocída que esta: y no hay tampoco en loS tres líltiniosotraque haya sido iinj)ugnada con mayor'te-
^ tos años, famosos por la deserción que lianlieclio
% do la unidad algunas naciones, pjra balancear
^ contra lo que se ha profesado siempre, en todas
^ partes, y por cuantos han llevado dignamente el
r^ nombre de cristianos? Álcese la losa que cubre
g todas aquellas generaciones, y las veremos des¿ cansar en la fe de qui; Jesucristo fun<lc'> su Ij^lesia
5 sobre SanPedro. Fundar la Iglesia sobre un homg bre es mas que llamarle al apostolado, é instruirá le en esa ciencia divina que no conocieron los fi^ lósofos: es mas que darle potestad sobre las en¡^ t'ermedades y espíritus inmundos: es mas queau»
,» torizarle para predicar el Evangelio, bauliíar y
^ perdonar los pecados á los contritos: mas, por
< dltirno, que fundar iglesias, gobernarlas, pro\ veerlas de obispos, y ejercer otras funciones del
^ ministerio apostólico en beneficio de las almas.
^ Por dignos y sublimes que sean estos actos no
^ bastan todavía para llamar con rii^or al que los
% ejerce piedra fundamental de la Iglesia. \jñ 11a$ maremos un obrero distinguidísimo; reconoceréi raos en di una parte de la suprtnna potestad, j
| hasta no tenemos reparo de darle con el Apóstol
| el nombre de fundamento, pero de un ordtn se| cundario é inferior al principal. Aquel solo, con
§ quien se enlacen, unan y traben estrechamente
$ todas las partes de este místico edificio; aquel
> en quien se apoye, y de donde parta ia autori^ dad de todos; aquel que la posea con indepcng dencia y plenitud, sin limitación á este ó aquel
| lugar, ni á ciertas y determinadas funciones,
g ese d<iCÍnios que es la piedra fundamental de ia
S Iglesia.
|
¿Y no fue San Pedro elevado á este rango
^ sublime? ¿No le invislió Jesncristo con tan a u | gusta dignidad? Interesabí demasiado el conocerí» lo para que los Evangelistas, cuyos escritos son
g tan claros y luminosos, no lo trasmitiesen de
g modo que no hubiera lugar á la duda. Elegidos
| por el Salvador los do-ce Apóstoles de su Iglesia,
§ á semejanza de los doce patriarcas antiguos, solo
| faltaba dcsigr;ar un otro Abraham para tunda—
| mentó, padre y gefe de la esclarecida dinastía
f que iba á reemplazar á la sinagoga. Hechuras
P una y otra de la mano de Dios todo cuanto se
| concedió á la sierva Agar, con mucha mas r᧠zon debe haberse concedido á la esposa í a r i j , di| ce San Francisco de Sales. Casi se observan los
^ mismos trámites en señalar sus gefe» supremos,
t h escepcion de no tener parte la carne y la;
? sangre en la formación de los hijos de la IgleI sia. Alli y aqui se adelantan las prornes.s: alli
g y aqui tienen un mismo motivo; á siber, la
| fe de andjos personages: uno y otro cambian
I sus nombres por los que denotan su dignidad: el
* pYÍrnero es llamado padre de una multitud escel-
^a y eucarnizamieiUo. feío ¿qué son trescieu- | sa; el scgwido Pedro ó piedra, sobre la cual «e
KL cvmiÁco.
227
ntenta levantar la Iglesia. Saper hanc Petram | aventurado y concluye diciendo: "Yo te digo que
eedificaho Ecclesíam meam.
% tu eres P e d r o , y sobre esta piedra edifiCHrd mi
¿Dudará de buena fe alguno sobre loque sig- S Iglesia.» TÍÍ es Pelrus, et super hanc Petram tsdinifican estas palabras? No hubo un judío que dis- % Jicabo Ecclesiam meam.
putase al patriarca Abraliam el carácter de pa- ¡a
Dejamos estas palabras á la inteligencia de
<lre de todos ellos: ¿ c ó m o , pues, hay cristianos g cuantos las lean; Su sentido es tan claro y natuque no reconocen a San Pedro por piedra fnn- j^ ral que no es posible desronocerle, á menos cjue
damental de la Iglesia? Cuan<io Jesucristo, dice g no se hayS formado empeño de impugnar la verSan Juan Crisóstomo (Hom. 55 sobre San Mateo), ^ dad. Decir, como dicen los sectarios con sobrada
babló en estos t(írminos, puso á San Pedro al S malicia, que J('suci isto no hab'a aqii! dé la perfrente de to<lo el orbe. Recuárdese con todas sus ?• sona del Apóstol Pedro, sino de su le, ó de la
ciri,'unSLr.ncias la ctílftbre ocasión y él motivo que f? le de los que liabian de creer, ó por liltimo, de
tuvo el Señor para espresarse asi. Caminaba cory > sí mismo, equivale á desconocer y trast)rnar las
sus disrípulos á Cesárea de Filipos, y despuesde ¿^ leves del lenguaga, dándole un sentido que no
haber o r a d o , prosiguiendo su camino les pre- g tiene. ¿Porque; no n)iran ahora al idioma origigunta: ¿quien dicen los hombres (jue es el Hijo del ^ nal en que fueron dichas estas palabras: Tu eres
hombrel esto es, ¿[)0r quién me tiene á mi el vul- í piedra y sobre esta piedra edificare'mi
Iglesitil
go ? ¿qud piensa de mi? Quem dicunt homines P Es decir: tu eres ni\a roea sobre la cual odlficaesse filium hominis: Jesús se nombra por modes- % re mi Iglesia; y con taula solidez se apoyará en
tia hijo del hombre , sin hacer mención esta vez :' ti que las potestades del infierno no solo no prede su divino carácter ni del de su P a d r e : y por ¿ valecerán contra dicha mi Iglesia, pero ni aun
Hijo del hombre era tenido en j u d e a , con la di- g podrán resistir á los ata((ues que esta les Áé. Et
ferencia de que unos le llamaban Elias, otros Je- S porta; inferí non prw^alebunt adversus eam. ¿Por
'fetnías, algunos Juan Bautista, y los diurnas p r o - % qué no consideran que mereciendo S. Pedro por
feta ; consiguientes al error bastante estendido 5 su fe y confesión un premio «o vulgar quedarla
en aquella tierra sobre la transmigración de las S defraudado de esta recompensa igualando con él
almas. .^í illi dixerunl: Alii Jonnneni Bnptislam, ? á los demás Apóstoles.'' ¿Y esa voz unánime de
ala aiitem Eliam, alii \>ero Jeremiam ^ aut unimi g toda la Iglesia, de los Santos Padres, y aun de
*x prophetis.
g muchos cismáticos que ven en las palabras d e j e Pero vosotros, contintía el Salvador, ¿quién f sucristo el Primado de S. Pedro, el carácter xfe
decis que soy yo? Pedro entonces, Pedro tan solo S cabeza y gefe supremo de la Iglesia, y Vicario
encarándose con el que acababa de nombrarse hijo | del mismo Jesucristo, ¿no pesa demasiado en la
del hombre, respondió: Tu »rei<?/ Cristo,elHijo de % balanza del juicio y de la razón entre los honiDios el vivo. Tu es Ghristiis Jiliis Dei viví. ¡Que l'é! '* bres? ¿Y ese respeto con que le nombran los
¡Qué confeson! Si S. Pedro hubiera dado e>te grito | Evangelistas, estampando unas veces su nombre
«obre la cima del Tabor, en las márgenes d e U o r - | á la cabeza de los demás, y no suprimiendo otras
d a n , 6 junto al sepulcro de Lázaro, nada ten- I e! nombre de Pedro, como suelen con los otros
dria de estraño: pero en un camino por donde $ once? Pues si á la escritura se agrega esta trajiba el Señor sin mas compañia que sus discípulos, ^ dicion apoetólica, siempre admitida y mantenida
y sin hacer el menor milagro; cuando acababa de $ por la Ií>lesia, ¿qué mas ss necesita para que el
oír el estravio de la opinión publica sobre el ca- § Primado de S. Pedro sea un dogma de fe, y no
rácter de su maestro: que entonces, digo, pror- P pueda ser impugnado sin desertar del Evangelio?
rumpiese nuestro santo en aquella espresion, que ?
Pero Jesucristo no se contentó con una simios Ange.les mismos quizás no hubiesen acertado I p!e enunciación de esta verdad; pasó también á
i proferir, justamente nos llena de admiración. £ inculcarla, & esplanarla y como desenvolverla
Una respuesta tan enlática y tan sublime, que | con las prerogativas singulares que llevaba oonequivale á decir con el livangelisfa: En el prin- g sigo el ministerio de S- Pedro. Habló antes de
cipio era el V e r b o , y el Verbo era con Dios, y S nuestro santo como de una i'oca firmísima y d u el Verbo era Dios, y el Verbo fue hecho carne, | rísima en que descansarla y se apoyarla su IglcT
y habitó entre nosotros (S. J u a n , cap. I. vs. 1 ? sia para no solo resistir sino acometer y vencer
Y 14)i liace que Jesucristo fije sobre el que la dio | á las potestades del infierno: y á continuaciónde«u atención y sus miradas; y sin hablar mascón | clara mas la preeminencia de S- P e d i o , promelos otros Apóstoles, se dirige á Pedro, al que g tiendo darle-las llaves que facilitan ó impiden la
llamaban antes Simón, y tenia por padre á Juan; | entrada en el reino do los cielos. El iibi dabq
le felicita por el conocimiento que el Eterno le 5 claves regni cxlorum. Por llaves en leoguage de
habla dado en orden á un misterio tan fuera do § la escritura, y aun en el de los hombres, se enla razón humana, le llama por esta fe divina bien- ? tieuJe la potestad supremí y soberaui sobre al-
2^28
i'X c.-^TÓi.sco.
fpnna c i u d a d , c o r p o r a c i ó n 6 r e i n o . P a r a i n t i m a r
Isiiias á SoI)i)a, prefíicto del t e m p l o , qiip el S e ñ o r
p o m l r i a en su l u n a r al virtu'-'so Eliicirn , r e v i s ti¿nt!ole con la s u p r e m a a u t o r i d a d , usa de una
í r a s e igual á la q u e J e s u c r i s t o dirip,R ;i S. P e d r o :
fondre'la
llave de la casa de David, dice, « o i r é
su hombro:, y abrirá y no habrá quien cierre : y
cerra rc\ y no habrá quien abra. [C.^\1.'S.líM- •^'•'¿'¿)
D e J e s u c r i s t o , dice san J u a n , q u e tiene la
llave d e D a v i d , ó del i n f i e r n o , c o m o leen los
'Escolios g r i e g o s , p o r la seinejinza q u e en a q u e l
idioma tienen íjmbas v o c e s ; p e r o s i e m p r e di n o ta el s o b e r a n o p o d e r del S e ñ o r , bien sobre la
«Iglesia, bien s o b r e a q u e l l a s u b t e r r á n e a y t o n e Carosa región ( A p o c a l . , c a p . I I I , v. 7). ¿Qué fue
p u e s lo q u e el S a l v a d o r p r o m e t i ó á san P e d r o
bajo la espresion figurada de las l a v e s , sino la
P'itestad de r e " i r su I'^lesia desde el O r i e n t e al
O c a s o , desde el N o r t e á M e d i o d i a ? Aqui no se
•prefijan límites á d i c h a poteslail : el r e b a ñ o de
«in p A r r o c o , el de u n o b i s p o ^ el de u n m e t r o p o litiino, el d e u n p a t r i a r c a , el de c i e n t o , el d e
m i l , todos están sujetos á la p i ' t e s t a d del p r í n •«ipe de los A p ó s t o l e s ; sobre t.-.dos ejerce una
¡ v e r d a d e r a jurisdicción este vicario do J e s u c r i s t o ,
d e p o s i t a r i o ú n i c o de las llaves del reino de los
| nos ha con/Inflo sus wejtis porr/ne las ha confia| do a Pedro. Fos ocupáis eL lindar de Pedro:
Fes
^ Í O / Í sucesor de san Pedro:
Fos sois el vicario
íí del bienaí'enturado
san Pedro: este es el lens-ua*¿ ge q u e usan san E l r c n , san G a u d e n c i o de íires'| | cía y P e d r o d e B l o i s , h a b l a n d o con varios o h i s | pos. ¿ D e á6m\e n a c e , p r e g u n t a r e m o s , esa corn% petencia e n t r e tontos padr^-s de la I g l e s i a , p a r a
g e x a l t a r la p e r s o n a di; san P e d r o ? ¿ P o r qn(? t a n § tos elogios á u n o solo e n t i e los doce Apóstoles?
% ¿ Q u é fuerza de atracción tiene la silla de <^ste
^ Apóstol pnra r e u n i r eo sus g r a d a s las s Has del
^ O l i e n t e , del O c c i d e n t e , del «Jiiverso t o d o ? No
g h a y aqui el m e n o r e n i g m a n i n g ú n p r o b l e m a es
| t a n fácil de r e s o l v e r . T o d o s v i e r o n á san P e d r o
^ figurar el p r i m e r o e n t r e los A p ó s t o l e s : eA/J/'wreg ro en confesar la f e : el primero en el ejercicio
^ de la c a r i d a d : el primero
en d a r t e s t i m o n i o d e
g hi r e s u r r e c c i ó n de J e s u c r i s t o a n t e el p u e b l o j u % d i o : el primero
p a r a c o m p l e t a r el apostolado:
| el primero q u e confirmó la fe con un n.ilagro:
<é el primero p a r a c o n v e r t i r los j u d i o s : _e¿/jr/.'íirt'o
| p a r a r e c i b i r á los g e n t i l e s : d o n d e q u i e r a el prt| mero. En u n a p a l a b r a , á él solo v e m o s b a o e r lo
« q u e h u b i e r a lieclio J e s u c r i s t o á s e g u i r h a b i t a n d o
| y c o n v e r s a n d o con los h o m b r e s .
-'•>
cielos. ¡Ay de aquel á quien .san Pedro cierre
•las puertas del cieloj Ora sea persona liumihle,
-«ra esté constituido en dionidad, estiemé¿case de
•¿sa m a n o , cuyo poder n'o se limita como el de
Elias á cerraV las nubes^ sino que llega hasta
ál)rir ó cerrar los inisrr.os cielos. ¿Quién desatavk al que san Pedro lináre con escomuniones y
otras censuras? ¿Quién se purifi:aiá de fus pecados si nuestro Santo le nirga las aguas de la
penitencia? ¿Quién absolverá al que infrinja descaradamente sus leves, ora miren á la observancia de las fiestas, ora versen sobre los ayunos,
6 bien sobre los diezmos y otros preceptos eclesiíisticos? Dada les fue por Jesucristo á los A postoles una potestad de atar y desatar como la de
Bin Pedro: todos reciben el mismo poder., mas no
en el mismo grado, ni con la misma estension
(l5ossiiet). Nuestro santo la tuvo con un carácter
j)arlicular y preferente á todos ellos, según e s }>lica la mente del Concilio Niceno el AlejandriJio, que presidió san Atanasio. Romanw sedi ah
ipso Dimino poteslateni Ugandi, et solvendi speciali privilegio super alios esse concessam.
|
Asi plugo á la sabiduría divina presentar su
% Iglesia en la tierra: ni se percibe que hubiese
% otra constitución mas ventajosa para ella aten| <lidas sus funciones, su posición y la inmensidad
| de terreno que habia de conquistar y regir poT
e espacio de tantos siglos. El poder dado á muchos,
g como que lleva en cada uno cierta limitación , no
| es mirado de los hombres con el acatamiento que
| el poder dado á uno solo sobre todos y sin r e s | triccion. ¿Quién no teme á un poder de esta na^
| tnraleza? ¿Y quién no es vencido si se lanza leg merariamente á desobedecer? Diciendo dijo el
| Salvador, que quien cayere soln-e esta piedra se| rá quebrantado : y sobre quien ella cayere lo dcs| menuzará (S. Mat., cap. X X I , v. 44)-Tuvo Dios
| por conveniente permitir que su Iglesia fuese
| coinbatida de varios n-odos, por diíerentes ene| migos y con diversos géneros de armas, todas
| terribles y en estromo nocivas. El infierno inten% tó desde luego despojarla de la fe, dirigiendo
| todos sus tiros á este escu.io que la hacia invul| nerahle. Opdsola primerameiite la trinchera de
| la idolatría, y al ser acometido este baluarte por
En n i n g u m o t r a materia hablóla antigüedad
con V07. tan clara y perceptible, como en orden
al prin-^ip^ido de san Pedro. El Señor, dice T e r Inliano, hadado las llaves d san Pedro, y por
¿Id la Iglesia. San Optato de Milevi lo repit e : San Pedro solo ha recibido las llaves del
reino de los cielos para comunicarlas d los otros
pastores. El Señor, son palabras de san Agustín,
| la naciente Iglesia, le halló deírndido con as ar^ mas de los reyes, y principalmente de aquel pue| hlo guerrero que reinaba sobre todos los leyes.
| No podia la Iglesia cantar victoria aun después
%. de vencer estos enemigos; aprestada lema el de^ nionio tras esta otra lucha no menos temible y
g sangrienta, capaz de darle la victoria sobre tu
| rival.
EL ÍI/ITÓLICO.
229
- La liPrO'ía, esc= e n v e n e n a m i e n t o de la d o c t r i n a | te e n t e r ó s e pusJCíJe d e aria p a i t e , y c\ Ociilmití
•da J e s u c r i s t o , esa escolia (¡ue se q u i e r e amalga- J de la o t r a , ¿-riónde estíiria la verdad , dóiide la
Hi»r con aqu'ilia plata puiiíicada hasta siete v e - $ fe, dónde la l};lesia una y'siirtplicísiína de Je<ncrisc r s , osó ya pieseiUarse en la lid aun viviendo $ to? j-Ali! Dónde estuviese P e d r o en la persona d j
los Apóstoles , y tiene j u r a d o no h a c e r jamas p a - g s u s n e e s o r .
ees con la Jí^les'a. Como los recien convertidos ^
Ilenins tocado j a sin s e n t i r l o pl último m i e m Viahian iirofrsado unos la ley de M o y s e s , y ios g b r o de>nuestra proposición (|ue iifrihnye al R o m a dcmas la idolatria, e r a consif^uieute q u e la í'e de ^ no Pontífice la alta dij^nidad y toda ia s u p r e m a
m u c h o s se mezclase con las máximas del j u d a i s - g potestad d.ida p o r Jesucristo á san INulio p i r a
-Dio:, ó c o n los e r r o r e s de la gentilidad. ¿ Q u é C h i e n . d e su Iglesia. No menos se difeiencian los
conlusion no p u d o i n t r o d u c i r s e , tanto e a lo que -^ pensamientos dü Dios y los del l i o m h r e , (|ue IHS
^debia c r e e r s e c o m e e n lo q u e dehia practicarse? » o h r a s -de aquel y las d e este, l'roduetrt unas y
-iQu(í prácticas tan perniciosas y aun impías no % otras de la inteligencia y <lel podor do sus resf
iiin lieron adopt.u.se jiara el ejercicio del c n l l o , y c; pi'ctivos agcnl-.s; las del Señor son duralili-s, pr:r-tk-mas que prescrihia la liellgion ? ¿Qué iiiHujo ? íectiV'inas y llenan c u m p l i d a m e n t e su ol)]V'fo; a(
no tendrian para todo esto los l i á h i t o s , la e d u - •' paso q u e las de la cii.itura ine.>iii|)letarnente me-/
-c;fo¡(ui y la a n t e r i o r creencia de c j d a pais? T o - ^ ditadas y por mano débil ejecu'.adis, p e r r c é u y
••daxia lio d u e r a tan funesto ebte mal si h u b i e r a ^ se b o r r a n liasta de ia memoria de las cftites. há
tent<lo su o r i g e n d e h o m b r e s o s c u r o s , i g n o r a n t e s | estabilidad de la Iglesia h¡?o ivecesiiriauna c á t e d r a
j . sin prestigio ; pero ce mu límente salían .estas 5 í(ue fuese Ja ríiaostra de to Jas, q u e ii¿inca se em^'
saetas de .manos diestras y p o d e r o s a s , c o m o ' f paiia.se..con el « r r o r , q u e siempre se conservase
e r a n los sacerdotes , los m o n j e s , los obispos, y ? viígen en su le y doctrin.i. E s t e eleineulo de s a ai:n los p a t r i a r i ' a s ; llegan lo no pocas veces a ^ lud y de vida para Ja Iglesia quizá fue menos
ser v.í>ií¡/fias del e r r o r ciuda les e n t e r a s , p r o v i n - < preciso al p r i n c i p i a r su c a r r e r a , q u e al mpdiar*
cias estensas, y reinos florecientes. ¿Qué remedio ^ la y al accrc.irse á su fin. Nada e n t o n c e s l i a b l í
aplle.iria Jesucristo á semejante calamidad? O i ^ a - ^ q u e t e m e r de los Apóstoles formados en la fé v
se á á . Cipriano, quien á mit.id del siglo J l l , d e - ^. en la caridad por Jesucristo en p e r s o n a , y Henos
c l r . t a b a : (jiue no hnhin hereg'ias y cismas en la ^ después de dones e s t r a o r d i u a r i o s por el E s p í r i t u
lif,lesia sino ]>orque lodos los ojos no se voL^ian g¡ S a n t o . Sin e m b a r g o P e d r o , por las suplicas de
a mirar al sacerdote
de Dios, al Ponli/ice que í su Alaestro, a l c a i a a una f¿ capaz de m a n t e n e r
j"zga
en Id Iglesia
en lugar
de Jesucristo f viva la <le sus l : e r m a n o s , m a n l á o d o s e l e c o n f i í (lipist. 55). Testimonio brillante, solemne y d e c i - g marlos en e l l i c u a n d o necesidad hubiese ( S a n
sivo como dado por un santo obispo y m á i l i r á E L u c . c a p . X X I [ v. 52 ). Apaaenla
mis
corderom
impulsos d e l o q u e él veia y tocaba en su suelo g apaaenCa mis corderos: apacienta mis oirías: e s ,
"-tal.
f te misterioso Jenguage usó también con S. P e d i o
N u n c a la razón del h o m b r e suspende una c o n t r o v e r s i a tan segura de h a b e r tocado con la v e r dad como en la presente m a t e r i a . Esta no ha sido
e n t r e g a d a p o r Dios á las disputan de los h o m b r e s :
t o d o s , c i n pocas eseepeiones, la v e n e r a n , la han
profesado y la t r i b u t a n b o m e n a g e . ¿ Q u ^ iiatisfaccion lio causa oir á un p r o t e s t a n t e q u e sin el
Priniado
del Papa no había absolutamente
medio de terminar
las dispatas y de fijar la fel
(Groiño. Votwn
pro pace Eccles], P e r m í t a s e n o s
trasladar las p i l a b r a s de o t r o : d los ojos de lodo
hombre, dice, versado en la his'oria Eclesiástica,
el l'apa esel instrumento de que Dios se ha servido
para conseri^ar el depósito de la fe'enloda
su integridad daranle tantos siglos (Cisaiibon). El vacio
ijue d e j a i i a e n la Iglesia una cabe7,a s u p r e m a , un
jnez universal , una potestad sin limites, no v e mos q u e p u e d a n llenarte los obispos, ni s e p a r a •dos ni juntos. ¿ N o podria s u c e d e r q u e los d e una
I>roviiicia se juntasen y difiiiíies<'n de los de
otra ? Asi se ha verificado CUMUIO no los ha p r e sidido la cabeii* de Ja I^^esia. Y c u a n d o el O r i c u -
> Jesucristo ( S . J u a n cap. X X I ) ; -y cuándo deja ila
§ ser necesario en la Iglesia este P a s t o r , á c u v a
f vigilancia y régimen se sujeta el r e b a ñ o uiii.,
a versal? ¿ C u á n d o t a m p o c o ha h a b i d o , ni h s b i á
-• época en q u e no baya sido preciso confirmar la
? íé vacilante de algunos hermanos de P u d r o ? Es-,
e" parcidos estos p o r el o r b e , sujetos en lo feíii' poral á los señoies de la t i e r r a , ejpuestos á d e s f agradarlos m a n i e n i e n d o p u r a su lé y a e s p p j i ^ m e n t a r consiguientemente su ciega indisnaeiou:
% todos eitos o b s t á t u l o s en q u e puede fácilmente
5 e.^rellarse la u n i d a d , hacen indispensable s i e m | pre un c e n t r o c o m ú n adonde v o l v e r los oj ),s y
g de dondg sa'gi una voz llamando á los q u e st es? travian. ¿E.-piró acaso eji los Apóstoles la p o l e s g lad que reí ibierou de c o n s a g r a r el pan y el v i | no? ¿Espiró t.impoco con ellos la de p e r d o n a r los
| pecados? ¿No conscivan los obispos la de a p a c e n ^ ti.r la g r e y que está e n t r e ellos? P u e s ¿por q u é no
% ha de subsistir en cL.sucesor de san P e d r o el c a ''^ r á c t e r sublime con q u e este fue revestido por J e g sucristo? ¿ P o r q u é uo ha de ser e¡ p r i m e r o e a
r:250
KL CATÓLICO.
la Iglesia, el juez supremo en toda la Iglesia, el |i iiia^ Inglaterra, el Oriente,'África: tolas las naHiie afirme á sus hermanos en la íé y apaciente | clones separadas de pse centro de uniíiatl, responá todo el rebaño sin restricción?
• $ den de la exactitnd de aquel diclio. hi's recor-
\iizi\j^yj
i j i c a n j c t l t r a u c j l M i i i a rt l u u u Cl llllllli.iu> XJC3 < lU!» i j i l u s
diremos que nunca tengan celos de esa potestad
que ss ocupa en abrir á los mortales las puertas
del cielo. Les advertiremos que si son amantes de
la Iglesia no fjuieran hacer á la de su pais indei:„..i._
(I)
,i_ I. r ' . i / . i : » .
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t u ; xijTití^ílta
u^ii i i i i , t^i/ii
una
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oiga liasta en tas profundas cavernas del l'irinco
y resuene en cuantos hablan la lengua de L'.iis
de Granada ó Teresa de Jesús, decimos con San
Máximo: "Si P y r r o pretende no ser liorege, qu"e
„;„..,!„ «..•:."
J:
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„..i.., i
-
( i ) 7» ómnibus et per omiúa, Opcf. S. Max, f,'r;eee
latiné? París 1475. In Bil)l!o:h. PP. toui. I I , jiAg. 7Ü.
L!b. d(! Su:uino Pont. !ii Praí> ^* ''/'
yl- f.i fí'-
-*
»0©9.CS
•'^SAUTOSDEL DÍA. S. Pedro^ JpóstoL=S.an^ cielos. Apacienta viis corderos , apacienta mis w«.
que la fiesta de este dia está instituida eu honor % jas. Palabras todas q u e , como dice San Agustin,
tle los dos apóstoles San Pedro y San P a b l o , no I le constituyeron cimiento sobre que se fundó y
obstante seguiremos el espíritu de la Iglesia, ha- p sobre que subsiste la Santa Iglesia, vicario de
blando hoy solamente del pri^nero, y reservare- | Cristo en la tierra, piedra y base de la Religión,
mos para maiíana las noticias que hemos de dar | columna inmoble de la fe, y cabeaa visible del
del secundo. Sao Pedro fue natural de Bethsai- | cuerpo de la cristiandad. ¿Se puede dar mayor
d a , pueblo pequeño de la Galilea, situado en g honor ?¿ mas elevada autoridad ? Concluyamos dila orilla del lago de Genesareth; su padre se lia- | ciendo que San Pedro estableció su cátedra ponmó Jonás, 6 como quieren otros J u a n , y e r a p c s - S tifical en Antioquía, y des|)UPS en Roma, doncador de profesión, en cuyo ejercicio se ocupó | de murió crucificado el dia 29 de junio del añu
también Pedro hasta que Jesucristo le llamó al g de 69.
apostolado. Bien sabido es el amor grande que S
Ademas se hace mención de los Santos siguienprofesó á su divino Maestro, y conocidos los ta- | t c s . = E n Argenton , San Marcelo, n i a r t l r . = E i i
veres con que este Señor le h j n i ó eligiéndole g Gfínova, San S i r o = E n Narni, San Casio, obispara ver la gloria de la Transfiguración, y para ^ p o . = E n Chipre, Santa María, madre de Juan,
testigo de otra porción de sucesos célebres'ocur- g llamado Marcos.==Y en Sens, Santa Benita, virgen.
ridos en su santísima vida. Pero lo que honra so- g
'
^'
bremanera á este glorioso Santo, y lo que forma | ~su principal blasón es el haber sido conslitui do s
©atetilla Itcuota í»f la rorte.
por el mismo Salvador, cabeza visible de la Igle- %
—.od—
sia militatjte. Tá eres Pedro, le dijo el divino |
^^ ^^^^^^^^ j , ^ _ . ^ , ^^ ^
fundador de la Rehg.on , j . o i r . e . í ^ piedra ed.- g¡ " / ^ j ^ j e S pllro , don.le har misa ™ayo.ála, di-., y
ficare'yo mi Iglesia. Lo que atares en la tierra <* ^^^ j ^ tarde proc-sion y reseiv» del SÍIÜÍÍSÍIHÜ S;n.iati,eDt»
iera también atado en los cielos, y lo que desata- g con aslsteacMa déla arcbicoAadía de di.^lia iglesia.--En el
res en la tierra será igualmente desatado en los | oratorio del Caballero d* Gracü» eomiuúa L< noeua del
EL
Sauíísiino .S;iorainci)lt>-. Prcdlcniá por I;i HKtuaTiíi el-scnor dí/nI-*-(HÍ,fp Yu^iiíi.GutHtiu.T.—liiv Siiij Ant,(íit'Io ile Jos Portp^'^^ajtssies^
lialjrá e! aciisliiinliratlo «ullo seinaua'l.,;j ¡iji ¡j!pn(^sO|fjinlarj_
y p o r 1^ iioclie:«e reaaaá el roísarLo ei( Ía6 iglesias otrai| ve-
L\
•«i '• lií-;
CATEDR/VL DE
TOLEDO,
.,,q v i i u i
:' ¿Do está, dóiule el esplendor.^
• De ese templo colosal
Que del muntlo al Hacedor
Jla levantado el motlai
E n testimonio de anioi?
En otro tiempo allí vía
Mil y mil luces líiillar;
Y de Dios ante el altar
Veo tan solo úc. dia
., , : . •, .:
Dfibil lámpara alumbiar.
'
Entretanto en los bautjuetea
Se prodigan los láñales,
Desprtiidiéiidose á r.iudales
De los dorados pt-butcs
Los aromas orientales.
Esos aromas ijue un dia
En el templo se tjuemaban,
A Dios las pieoes llevaban, ,. , :.!,*;.
No los votos de una oij^ía
Con 'que su nombre ultrajaban.
Los instrumentos sonoros
En sus bóvedas sonaron ;
Gloria á Dios allí cantaron
Sin cesar en duices coros,
Que los cielos cscucbaron.
Ora la voz balbuciente
Se oye del débil anciano,
l'idieii-do ai cielo cleiíiciite
Perdón por su yerro insano,
Pan <jue su cuerpo alimente.
Y mendigando el sustento
Los ministros del señor,
Exhaustos ¡ ay ! de valor
Exhalan triste lamento
Con salmos al Criador.
El mortal enmudeció
Para salmos entonar;
Pe 10 su vi»z elevó
Para en i'esliues cantar
251
CATÓLICO.
ces citadas---l«i misa y ofi-cjo divino son en h o n o r de san
Pablo Apóstol, con rilo doble y color encarnado ; liacirndose cíínuieruoracion íle San Pedro y de la octava de.üaa
J u a n B a u t i s t a , - - J Í , B, .
Lo que el pudor resistió.
Ai)andoi)ado al placer , ,,•.
Escuclia R1 báquico acento;.; '•?
Y se desliza su ser
Como la voz por el vicr-to,
Que jamas ha de volver.
Ya su caljeza no humilla
Ante el ara del Señor;
Y ante una muger tjue brilla
Con aparente esplendor
Tierno dobla la rodilla.
Ledo contempla á su amada
Al reflejo de la luz.
Que á Dios esta consagrada,
•
Y al enclavado en la cruz
-irríiíj i.
No dirige una mirada.
Ni consagrar alli vemos
.,, . ,;E1 ciisma que tamo amamos;
V JPorque con él nos limpiamos
Cuando á este mundo nacemos
Y cuando al otro marchamos.
,,^ _ ,
Ni dnl ara en derredor
Brilla el oro tii la seda;
Pero aunque el culto esterior
^ -.^
Se disminuya, aun nos queda
Para Jfsus el amor.
Reina en el templo jDlos mió!
Dó te alababa el moital
Un sileii<;io sepulcral.
Que alguna vez del implo
Perturba el eco iatal:
Y las sombias generosat
De los que duermei* alli
Se estremecen pavorosas
Y entreabiéndose las losa*
Su triste voz dice asi:
•;. . ,„ij :;,¡ii
"IMerced nos faced. Señor, <le los olclos
Que al mundo torneroos y atalas seamos
Que en plática grata ó en lucha venzamo»
A aquellos que osados denuestan tu fe.
Ca fincan las gentes en gran desvario
Con fechos atroces tu gloria menguando;
Con su tabla iinpia la paz perturbando
De los ^ue adormidos en tu templo ven.
, - U ' : / i-JÍÍa 1
,d.ídhi.y^i
252
Í:I. CA'roLiíX).
"V Maníiér nos falláreneii polvo sumidos,
'' Por ende su j e r r o salvar non es (lodo, •'••
Qiie'si esta vegada iriiputie ha ([ueda'l'S
Los mesinos denuestos dirán otras mil.
Al brazo nervioso que adarves con(]uiso
La adarga mohosa blandiendo l e r e d e s ,
\í la su valia ansi íallaredi'S
En gran.trocamento, qnsl femhras plañir.
Aquestos nort son los fijos del Godo,
]\in ios q u e d e nos al mundo vinieron;
Aquestos dallende origen ovieron
Dó la míilt'etria y el crimen nasció.
A mengua sufrillos hispanos tcnedes,
• De vuestra compaiíj l.iníallos es prez;
Si non los furores qual ellos temed •
De ios que en la íuesa natura sumió.»'
^
s
L.C. y S.
I
CASTILLA'LAfffiíA:.'^'
I
BEEDIFICACION DE UXA IGLESIA.
1
En 23 de Diciembre del año dí 1853, inva- ^
dio esta villa una facción capitaneada por un tal ¿
Ca.líente, quien á motivo de haberse encerrado $
en la torre unos carabineros y otros particulares $
puso luego á la iglesia, sin qué bastasen á evitar %
esta catástrol're lis siípücas tiel cura párroco y 5
nyuntainiento. Lá iglesia quedó reducida á ceni- g
zjs á pscepcion de las paredes; altares, tejado, 3
órgano; en una palabra, cuanto existia, basta el ^
Saiitísimo Sacramento, fue consumido por las lia- s
mas; mas gracias al valor y decisión de D. San- g
ti.'go , religioso .exclaustrado pudo salvarse los $
ornamentos y cuanto es-istia en la sacristía, t e - %
niendo que romper pái'a entrar, una reja,y arros- ^a
trando algunos peligros. El pueblo quedó sin ¿
iglesia y sin medios para recomponerla. Al prin- g
cipio todos se conJolian de esta desgracia, y pro- §
metian cooperar á su reedificación ; mas trans- ^
currido algún tiempo, fue calmando el entusiasmo á
é interés, y todo se redujo á planes para pro- §
poreionar medios para la reedificación. Uno de $
ellos fue el de dar á censo las fincas de la fábri- $
ca: se formó al efiCto ún espediente, pero o u i o §
todos dilatorio, y la lunt i diocesana se negó hasta g
su resolución á proporcionar fondos para piin- ?
cipiar la obra. Transcurrieron algunos mes''S, se ^
acordó en una numerosa reunión del vecind.irio p
nombrar una comisión que á su nombre se pre- $
sentase al limo, diocesano, á hacerle presente ia §
necesidad en que se encontraba el pueblo de la
iglesia, y Ver los medios con que se podria con- S
tar. El juez de primera instancia, y otros dos ¿i
vecinos pasaron á verse con el Uiiio., (|u¡en desde §
luego manifestó los mejores deseos para que la g
iglesia se recompusiese, y prometió que de su g
parte cohtribuiria A la reedificación, librando en ^
t'.ynr de la obra las cantidades que la junta dio- f.
t U l i O t l UESP0^'S.\1J1.£, F. F. FliKiS ANUKZ.
cesa na le señalase para gastos eslraordinariosd»»'.
iglesias, y de CnaUjniera otro fondo rpié estuvid-'
stí á su disposición.
'^
Los comisionados trajeron á la villa entonces
once mil reales que la juotíi diocesana libró en
favor del limo, en granos y dinero. Con esto y
los fondos que la fabrica tenia , y que quedó íi su
disposición la junta diiicesann, se dio piinoipio á
la o b r a , á la que rontiüiuyeron los labra(iores
con sus carros para conducir cal , piedra , maderas, ornija para la teja, y cuanto era necesario.
Los pueblos de la comarca invitados por el
juez de priiiiera instancia contribuveron lo mismo. Las mugeaes y hasta los niños trabajaron según sus fuerzas; unos para traer el agua necesaria para los morteros; otroj para meter ladrillo
y teja en la iglesia; en mía palabra á porfia , j
con muy pocas escepciones todos trabajaron á pesar de estar en la recolección de granos, babie'iido logrado ver cubierta la iglesia en el mes de
octubre. Mas era un vacío tan grande el cjne quedó, y tal el estado hasta del pavimento, que todo necesitaba reponerse ó hacerse de nuevo. Se
hicieron vidrieras, se colocaron algunos alt.ires
que el limo, y la junta de enagenaeion le dieron
al electo, habiendo tenido que ir á Salamanca á
solicitarlo el cura con el juez, quienes ademas tle
imágenes, altares y algunos otros efectos. Consiguieron de la junta 10,000 reales, con los cuales
continuó la obra; y aun sin estar completamente
habilitada la iglesia, pues que aun faltan los planos y blanqueo, á mas de b)s canceles, puertas
de coro, torre y otras muchas cosas, se reconcilió y volvieron á celebrarse los divinos oficios
el primor dia de Pascua. Posteriormente se ha
continuado y aun continuará, según lo permitan
los fondos, haciendo las obras mas precisas; y
acaso en el-próximo mes ó en el presente (|uedará blanqueado. A virtud de una reclamación que
dirigieron ala junta superior de edificios y efectos de los conventos suprimidos el ayuntamiento
y juez de primera instancia, han conseguido el
órcano del estinguido convento da S. Fiancisco
el Grande de Salamanca, pieza de bastante iiiérito; el cual ya ha sido entregado, y en este
mismo dia marchan carros y c.iballerías de esta
villa gratuitamente para conducirle, y nos p r o metemos que en este verano quede la iglesia con
el decoro y hermosura que corresponde.
Vitigudiiio 7 de Mayo de I84O.
ÉRÍÍATA L M P O R T Á ' N Y E .
En el ar unció estampado en el niímcro de
ayer domingo, con el epígrafe de caitas dirigidas á un amigo &íc., donde dice el derecho de la
nación á los bienes del cielo regular, debe leerse,
el ningiin derecho que tiene la nación á los bienes del clero regular.
JIAURID: I.MPRt^TA Dli EL t..\ lUl-lCO.
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