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8
2013
Territorio, Sociedad y Poder
Territorio, Sociedad y Poder
R evista
de
e studios M edievales
Miguel Ángel García Guinea, José
Ignacio Padilla Lapuente, María del
Carmen Rodríguez González
In memoriam
El altar mayor y el altar matinal en el
presbiterio de la Catedral de Santiago
de Compostela. La instalación litúrgica
para el culto a un apóstol
Eduardo Carrero Santamaría
El monasterio de San Pelayo de
Oviedo: infantado y memoria regia
Laura Cayrol Bernardo
Polygraphisme et mixité graphique.
Note sur les additions d’Arias (10601070) dans l’Antiphonaire de León
Thomas Deswarte
En ese país que por siglos fue el final
de la tierra. Una aproximación a
los orígenes del sistema castral del
obispado de Iria-Santiago (ss. IX-XI)
Carlos J. Galbán Malagón
Alfares, hornos y producción de
cerámica en la Cataluña Medieval y
Moderna: una reflexión para su estudio
Esther Travé Allepuz, José Ignacio Padilla
Lapuente (†)
Uniformitas vs diversitas en los
monasterios femeninos de la Orden de
Predicadores en Castilla
(ss. XIII-XV)
Mercedes Pérez Vidal
Un intento de reconstrucción de las
desaparecidas miniaturas del Libro
de los Testamentos de la Catedral de
Oviedo
La Edad Media asturiana en el año
2012: notas de bibliografía histórica.
Con un aditamento al repertorio
bibliográfico de los años 2010 y 2011
Carlos Benjamín Pereira Mira
Recensiones
Número 8
2013
issn
1886-1121
Territorio, Sociedad y Poder
R evista
de
e studios M edievales
Número 8 • 2013
EdicionEs TrEa, s. L.
EdiUno
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales
Número 8. Año 2013
Consejo de redacción
Director: F. Javier Fernández Conde
Editor: Raquel Alonso Álvarez
Consejo editorial: L orenzo Arias Páramo. Universidad de Oviedo. Ramón Bohigas Roldán, Instituto de Prehistoria y Arqueología «Sautuola»,
Santander. Julio Escalona Monge. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Margarita Fernández Mier. Universidad de
León. Alessandra Molinari. Universitá degli Studi di Roma “Tor Vergata”. Juan Antonio Quirós Castillo. Universidad del País
Vasco. Andrew Reynolds. University College London
Comité científico
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M.ª Jesús Suárez Álvarez
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Esther Peña Bocos
Carmen Fernández Ochoa
Almudena Orejas Saco del Valle
Christopher Gerrard
Gian Prieto Brogiolo
Redacción y correspondencia
Territorio, Sociedad y Poder
Departamento de Historia del Arte y Musicología
Universidad de Oviedo
Campus de Humanidades
33071 Oviedo
[email protected]
© de los textos: sus respectivos autores, 2013
© de esta edición: Ediciones Trea, S. L.
Polígono industrial de Somonte
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33393 Cenero. Gijón (España)
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Coedita: ediuno (Ediciones de la Universidad de Oviedo)
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo
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Diseño, maquetación y producción digital: Proyecto Gráfico [Alberto Gombáu]
Impresión: Gráficas Ápel
Depósito Legal: As-504/ 2006
ISSN: 1886-1121
Impreso en España –Printed in Spain
Todos los derechos reservados
Índice
Miguel Ángel García Guinea, José Ignacio Padilla Lapuente,
María del Carmen Rodríguez González
In memoriam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la Catedral de Santiago de Compostela. La instalación litúrgica para el culto a un apóstol
Eduardo Carrero Santamaría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
El monasterio de San Pelayo de Oviedo: infantado y memoria regia
Laura Cayrol Bernardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Polygraphisme et mixité graphique.
Note sur les additions d’Arias (1060-1070) dans l’Antiphonaire de León
Thomas Deswarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
En ese país que por siglos fue el final de la tierra.
Una aproximación a los orígenes del sistema castral del obispado de Iria-Santiago (ss. IX-XI)
Carlos J. Galbán Malagón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Alfares, hornos y producción de cerámica en la Cataluña Medieval y Moderna:
una reflexión para su estudio
Esther Travé Allepuz, José Ignacio Padilla Lapuente (†) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la
Orden de Predicadores en Castilla (siglos XIII-XV)
Mercedes Pérez Vidal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas
del Libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica.
Con un aditamento al repertorio bibliográfico de los años 2010 y 2011
Carlos Benjamín Pereira Mira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Recensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Normas de presentación de originales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
in memoriam
Miguel Ángel García Guinea
José ignacio Padilla Lapuente
María del carmen rodríguez González
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 5-18]
d
in Memoriam
guiente a su incorporación al Museo- del seminario
sautuola y de su sección de Espeleología (s.E.s.s.).
En aquel santander de luces culturales estivales, estepario y desértico pese a la lluvia y su posición costera el
resto del año, sirvieron para aglutinar a numerosísimos
colaboradores a los que asoció en sus trabajos de investigación, estudio y publicación de los trabajos de investigación. Prácticamente todos aquellos nombres que
han tenido alguna relevancia en la investigación prehistórica, arqueológica, artística e histórica de la cantabria
del final del siglo XX o inicios del XXi tuvieron, de una
u otra manera, también alguna después distanciada,
relación con la figura de García Guinea. de las dos
instituciones, la s.E.s.s., reconvertida en sociedad de
Espeleología sautuola de santander desapareció en la
última década del siglo XX después de tres décadas de
actividad exploratoria y haber desempeñado un papel
decisivo en la gestación de la Federación cántabra de
Espeleología. El seminario sautuola transformó su estructura jurídica en 1987 a raíz de su jubilación, convirtiéndose en el actual instituto de Prehistoria y arqueología sautuola, que aún mantiene la actividad iniciada
por García Guinea, de la que se ha conmemorado hace
bien poco su quincuagésimo aniversario, y que aspira a
proyectar a futuro las líneas y empresas investigadoras
emprendidas bajo su mandato.
Heredó un Museo con unas instalaciones precarias
en los bajos del demolido edificio de la diputación
Provincial de santander, que se mantuvieron hasta la
MiGUEL ÁnGEL GarcÍa GUinEa
(1922-2012)
El pasado 5 de noviembre de 2012 nos dejaba el dr.
d. Miguel Ángel García Guinea, a la elevada edad de
noventa años. Hacía un cuarto de siglo que se había
jubilado –corría el año 1987- como director del Museo
regional de Prehistoria y arqueología de cantabria,
antes denominado de santander.
Había llegado a ese puesto en 1962 después del fallecimiento del fundador de ese Museo, dr. d. Jesús carballo, en 1961. cubrió en ese puesto otro cuarto de siglo
y su llegada se produjo después de la defensa de su Tesis
doctoral sobre El Románico en Palencia, la provincia
castellano-leonesa vecina meridional de cantabria, con
la que tantos vínculos humanos y familiares comparten
los campurrianos de cantabria, como era el caso del
propio García Guinea. En esos mismos años anteriores
a la asunción del puesto de director del Museo santanderino impartió clases en las universidades de Valladolid y Madrid, actual complutense, y se vinculó al
Museo arqueológico nacional, desde donde estableció
contactos con la mayor parte de los protagonistas de
la arqueología española de la postguerra civil, tras su
participación en los cursos de ampurias de 1947.
su actividad al frente del Museo santanderino fue
enormemente diversa y variada con una proyección
social considerable. Pieza clave de esa actividad casi
incesante fue la creación –casi desde el momento si-
7
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 5-18]
empeños de García Guinea tuvieron un papel decisivo
para la creación de la Facultad de Filosofía y Letras en
la Universidad de cantabria a partir del curso 19781979, que le permitió recuperar la docencia universitaria
a una edad ya algo avanzada, que compatibilizó con la
dirección del Museo hasta la Ley de incompatibilidades
de 1982 no le permitió proseguir la dedicación docente
que inauguró su vida laboral.
a estas funciones, quizás las más específicamente
propias de los museos, se sumó una trayectoria investigadora de dimensión regional, nacional e internacional,
que puso al Museo de santander en puestos de vanguardia de la arqueología y la Prehistoria españolas de
la segunda mitad del siglo XX. Fue una trayectoria en
la que hubo iniciativas individuales de García Guinea,
pero la mayoría lo fueron colectivas con los sucesivos
integrantes del seminario; como al propio Miguel
Ángel le gustaba decir: “...yo sin mis alumnos no hubiera sido nada”.
no es ésta ocasión de recopilar su copiosa bibliografía, pero sí de sintetizar los grandes apartados de su
trabajo investigador, que se mantuvo tanto en su etapa
de director del Museo de santander como después de
su jubilación casi hasta la antesala más cercana de su
fallecimiento.
abordó numerosas publicaciones dedicadas al arte
rupestre paleolítico cantábrico, el auténtico buque
insignia del Patrimonio arqueológico de cantabria.
En sus trabajos tuvieron cabida las publicaciones relacionadas con los descubrimientos e investigaciones
producidas en el curso de su gestión como director del
Museo, que incluyó diversas responsabilidades en el
Patronato de las cuevas Prehistóricas de la Provincia
de santander. así abordó los estudios de las manifestaciones parietales de las cuevas de cobrantes (Voto),
el cuco (castro Urdiales) y la cueva de Micolón (rionansa), más las primeras valoraciones y sondeos en la
cueva asturiana de Tito Bustillo, descubierta en 1968.
su papel relacionado con el arte rupestre paleolítico
cantábrico abordó también un amplio papel como
difusor y divulgador a nivel general durante más de
treinta años a través de las sucesivas guías que dedicó a
las cuevas de altamira y otras cuevas prehistóricas co-
clausura definitiva de éstas en 2008. Bajo su impulso y
gestión se llevaron a cabo las obras de remodelación y
adecuación con que perduró el Museo desde 1975 hasta
su última remodelación de 2002.
además de las labores de mantenimiento del contenedor del Museo, que no por ello dejaron de dar
problemas intermitentes de inundaciones por encontrarse a baja cota respecto a la calle circundante; bajo
su mandato se dotó al Museo de una biblioteca amplia
y bien nutrida, digna de tal nombre, que contaba en el
momento de su jubilación con una dotación de volúmenes y números de revistas superior a las dos decenas
de miles y una continua tendencia al crecimiento, hasta
la actualidad, gracias al intercambio de las publicaciones igualmente creadas bajo su mandato.
además de las funciones de exhibición y conservación de los bienes culturales de naturaleza arqueológica custodiados en el Museo, impulsó decisivamente
la difusión social del conocimiento de ese Patrimonio
a través de los cursos Públicos de arqueología que se
organizaron durante once veranos a caballo entre las
décadas de los sesenta y setenta del siglo XX. La colaboración en su organización y desenvolvimiento de los
miembros del seminario sautuola fue decisiva.
Una parte relevante de su quehacer en la proyección
social fue la promoción en santander de los estudios
de Filosofía y Letras, particularmente los referidos a
las especialidades de Historia e Historia del arte. En
este apartado deben enfatizarse sus esfuerzos para el
impulso de estos estudios en la capital de cantabria
a través de la denominada “academia de Filosofía y
Letras” que tuvo su espacio físico en los locales del
Museo de Prehistoria y arqueología de santander; sus
estudiantes cursaban las asignaturas allí y se examinaban como alumnos libres en la Universidad de Valladolid, a cuyo distrito pertenecía entonces cantabria.
El firmante recuerda, en términos personales, las clases
que bajo el amparo de García Guinea pudimos preparar
en el Museo de santander algunos alumnos santanderinos de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid
en los primeros meses de 1975, cuando nuestra Universidad fue clausurada por el Gobierno de Franco, siendo
ministro de Educación cruz Martínez Esteruelas. Estos
8
in Memoriam
nocidas entonces en cantabria. En los mismos ámbitos
de cronología paleolítica desarrolló excavaciones en
cuevas con ocupaciones de estas facies, como sucedió
en los casos de las cuevas de El otero y la chora, ambas
en el municipio de Voto, la ya citada de cobrantes,
abordada conjuntamente con sus manifestaciones rupestres. También prehistórica, aunque epipaleolítica,
fue la excavación del yacimiento aziliense del Piélago i
y ii en el valle del Miera.
no sólo el arte rupestre paleolítico cantábrico fue
objeto de su atención, ya que dedicó un estudio puntual
al arte rupestre levantino por medio del estudio y publicación de los abrigos de los cañones de la localidad
de nerpio en albacete.
La edad del Hierro fue otro de los períodos a los
que dedicó su atención y trabajo Miguel Ángel García
Guinea. El yacimiento cántabro de Las rabas, en
celada Marlantes, cuyo final hoy sabemos es consecuencia directa del “Bellum Cantabricum”, fue el
primero de este ámbito cronocultural excavado en la
comunidad de cantabria, lo fue bajo su dirección y
durante décadas el único yacimiento de esta etapa histórica intervenido en ella. Materiales arqueológicos de
la ii Edad del Hierro había conocido ya en las tempranas excavaciones que realizó en la primera mitad de
los sesenta el equipo del Museo santanderino en el yacimiento de Monte cildá (olleros de Pisuerga, Palencia).
Fuera de cantabria, el poblado ibérico de El Macalón,
también situado en localidad albaceteña del nerpio fue
objeto de sus trabajos en ese espacio levantino del sE
de la actual castilla La Mancha.
El mundo romano de cantabria y Palencia había conocido la dedicación de Miguel Ángel García Guinea
antes de ocupar la dirección del Museo de santander a
través de su colaboración en los trabajos de Julióbriga
dirigidos por antonio García y Bellido. Ya como director afrontó en los años setenta la dirección de los
trabajos en la villa romana del pago de Tejada (Quintanilla de la cueza, Palencia) a petición de aquella diputación provincial. En la colonia romana de Flavióbriga, que yace bajo el actual castro Urdiales, dirigió
las intervenciones, que hoy llamaríamos de urgencia de
los solares de la casa de la Matra y del solar nº 22 de la
calle Belén, así como la primera documentación de los
niveles romanos de Puerto (santoña).
El mundo tardoantiguo, visigótico y altomedieval,
fue objetivo pionero y preferente de su actividad investigadora, principalmente a través de las referidas excavaciones de Monte cildá y, particularmente, del castellar de Villajimena, también en la provincia palentina.
sus conclusiones sobre las cerámicas de estas estaciones
pueden considerarse como una espoleta de arranque
de la arqueología medieval entre el cantábrico, el alto
Ebro y el duero, como dijera García de cortazar.
además de sus trabajos de investigación en casi todas
las fases y períodos de la Prehistoria y la antigüedad
de cantabria y España, su labor desbordó las fronteras
nacionales llegando a Egipto y al sahara occidental.
En el primero de estos países fue parte del equipo de
arqueólogos españoles que colaboró en el equipo internacional de estudio y excavación de los espacios que
iban a ser anegadas por la construcción y llenado de la
presa de assuan; a esta circunstancia debe cantabria
contar entre los fondos de su Museo con una ignorada
colección de cerámica copta del poblado de ad-donga,
estudiada por Eduardo Van den Eynde. El segundo de
los territorios era la “provincia” española del sahara
en los años de la dictadura franquista y, en ese contexto, García Guinea dirigió un equipo del seminario
sautuola que realizó una exploración arqueológica del
territorio, publicada en los años setenta, y una de las
escasísimas iniciativas de investigaciones arqueológicas
impulsadas en el sahara occidental antes del abandono
del territorio en 1975.
Tantas iniciativas y trabajos tuvieron su reflejo en
una producción editorial considerable, que se plasmó
desde sus primeros años de gestión en el Museo de
santander en el impulso que dio, junto con otros
integrantes del Patronato, a la serie “Publicaciones
del Patronato de las cuevas Prehistóricas de la Provincia de santander”, debiéndose a su pluma y la de
sus colaboradores una parte significativa de los títulos
incluidos en ella. El redactor no resiste la tentación
de subrayar también la inclusión en la misma de la
revista Cuadernos de Espeleología, nacida del impulso
emanado de la s.E.s.s. y a través de la que comenzó
9
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 5-18]
su relación personal con el Museo de santander y el
propio García Guinea. Ya mediada la década de los
setenta apareció el primer número de la revista Sautuola, fundada y dirigida por García Guinea hasta
el número XVi-XVii, que actualmente ha pasado la
fase de corrección de segundas pruebas. Esta cabecera
-que compone y edita el instituto de Prehistoria y arqueología “sautuola”- se ha venido manteniendo con
el apoyo económico de la administración de cultura
del Gobierno de cantabria y constituye la vía de proyección al futuro principal de la herencia debida al
impulso de García Guinea.
Junto a la variadísima y polifacética dedicación arqueológica, el arte medieval y particularmente el románico de Palencia y cantabria fueron otro de los
ámbitos de trabajo investigador. El estudio de El Románico en Palencia fue su Tesis doctoral y el primero
publicado; años más tarde, en 1979, se publicó su clásico
El Románico en Santander. su dedicación a los estudios
románicos fue continua a lo largo de su vida, prolongándose durante toda su etapa de jubilado hasta momentos muy cercanos a su óbito. En esa circunstancia
aparecieron las guías de El Románico en Cantabria y
El Románico en Palencia y su obra más reciente, como
director y autor, junto con otros colaboradores, fue La
Enciclopedia del Románico de Cantabria, aparecida en
2007. Este vínculo, vital y afectivo con el románico,
fue uno de los más intensos y duraderos de su vida,
que le llevó junto al amigo José María Pérez “Peridis”, a
fundar el centro de Estudios del románico-Fundación
santa María la real de aguilar de campoo, de la fue
presidente y presidente honorario hasta el final de su
vida. La asociación amigos del románico, de ámbito
español, y la asociación Española de arqueología Medieval le distinguieron respectivamente con la categoría
de socio de Honor.
En lo que a cantabria toca, la obra de síntesis de
todas estas investigaciones y empeños puede considerarse la Historia de Cantabria. Edades Antigua y Media,
que dirigió y elaboró junto con varios colaboradores,
editada en 1985 por “Estvdio”, en los preámbulos del
final de su vida laboral activa en el Museo de santander.
su dedicación a la Historia del arte de cantabria
durante sus años de jubilación tuvo otros puntos de
interés que sumaron títulos al vínculo amplísimo con
el románico. Las solanas de la arquitectura barroca del
campo montañés, los relojes de sol de la comunidad
cántabra y el magno estudio dedicado a las obras arquitectónicas modernistas de comillas y, particularmente, al seminario Pontificio fueron obras pergeñadas
–como la mayoría de las mencionadas- con diversos
colaboradores en los años de su jubilación
También su dimensión de divulgador fue otra faceta
permanentemente presente. se han citado ya las dos
guías dedicadas al románico de las provincias de Palencia y cantabria. La Guía Artística de Cantabria
debida a su pluma se configuró, desde su primera
edición, como un clásico para acercarse al conocimiento del Patrimonio cultural de esta autonomía.
En fin, hemos intentado resumir con cierto detalle, la
trayectoria colosal de un trabajador infatigable, maestro
de varias generaciones de investigadores y profesores
montañeses, que tuvieron en el Museo de santander
dirigido por García Guinea una oportunidad de acercamiento al mundo de la arqueología y el arte en
aquel santander culturalmente casi disecado del final
del franquismo y primeros años de la Transición. disfrutó de la bendición vital que representa un camino
pletórico de actividad y trabajo casi hasta su marcha.
su última decisión fue impulsar la edición por el instituto sautuola del Homenaje a Javier cortes Álvarez
de Miranda. In Durii Regione Romanitas, junto con la
diputación de Palencia. su marcha de este mundo se
produjo en la última corrección de pruebas.
Una vida, en fin, colmada de intereses, trabajos, resultados y proyección, siempre guiado por un desinterés
personal, que constituyó un modelo de compromiso
vital, ejemplo para imitar por aquellos formados –siquiera parcialmente- a su sombra y quienes tuvimos el
privilegio de conocerle personalmente
ramón Bohigas roldán
Director del Instituto Sautuola
10
in Memoriam
desde que nos conocimos a principios de los años
ochenta, cuando en la reunión de Toledo comenzamos
a dar pasos comunes en lo que sería la asociación Española de arqueología Medieval.
nosotros continuamos trabajando en castilla, concretamente en el mundo de las necrópolis cristianas, el
derivaría al mundo de la cerámica, de ahí su magnífica
tesis doctoral: La cerámica gris en el ámbito de la Cataluña Medieval: los hornos de cerámica de Casampons,
defendida brillantemente en el año 1983.
de forma paralela a estas investigaciones desarrolló
su labor docente en el departamento de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona: profesor ayudante, profesor titular contratado, profesor titular por
oposición en 1987 en la Universidad de Lleida, para
regresar tres años después a su casa, a Barcelona, siendo
director del mismo en dos fases 1993-1996 y 2002-2009.
sería precisamente en ese año 1987 cuando intensificaríamos nuestra relación, se celebró en Madrid el ii
congreso de arqueología Medieval y él presentó un
trabajo de sumo interés Sepulturas y ritos funerarios
cristianos en época medieval. Este nunca se publicó, ese
año se centró en sus oposiciones, pero nosotros, que
en aquellos momentos estábamos redactando nuestra
tesis doctoral, grabamos su intervención y aún la conservamos. será un obsequio para Káren la próxima vez
que nos veamos.
aún recordamos diversas conversaciones sobre este
campo de la arqueología y sobre otros temas durante
PrF. dr. José iGnacio PadiLLa LaPUEnTE
donosTia 1953-sanT PErE dE riBEs 2012
La tarde del siete de diciembre, realizando nuestro obligatorio paseo diario, nos encontrábamos viendo ponerse el sol tras la cúpula de la barroca ermita de san
saturio, junto al duero a su paso por soria, cuando
sonó el móvil. Era Joan Menchón que nos comunicaba:
Carlos, te llamo para decirte que a Iñaqui le ha pasado lo
que a ti. Pero no lo ha superado.
Fue un auténtico mazazo. Hacia poco tiempo que
nos habíamos visto en la lectura de la Tesis doctoral
de su querida esposa Káren, en donde tuvimos ocasión
de hablar de su nuevo proyecto en la zona del alto
arlanza.
iñaqui comenzó en el mundo de la arqueología en
tierras castellanas, Palacios de la sierra, duruelo de la
sierra, cuyacabras, revenga, etc., con el Prof. alberto
del castillo, y finalizó, su corta vida, con otro proyecto
en nuestra tierra: La formación del paisaje medieval: el
origen de la red aldeana en el Alto Arlanza.
El Prof. Padilla, donostiarra de nacimiento, se formó
universitariamente en Barcelona, allá por la década de
los setenta, primero de la mano del ya citado Prof. alberto del castillo y posteriormente de la de nuestro
común maestro el Prof. Manuel riu i riu.
sus primeros contactos con la arqueología medieval
estuvieron vinculados al mundo funerario, precisamente ese fue el principal nudo de unión con nosotros
11
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 5-18]
nuestras visitas bimensuales al departamento, en los
años 1988-1990, con motivo de la redacción de nuestra
tesis doctoral.
Esa perfecta combinación investigadora y docente le
permitió desarrollar su labor de forma perfecta y combinar la enseñanza a sus alumnos con las prácticas en
los trabajos de campo, mostrando con ello ser un magnífico alumno del maestro riu. El fruto de su labor se
ha visto reflejada, en gran parte, en el Grup de Recerca
d’Arqueologia Medieval i Postmedieval de la Universitat
de Barcelona (GraMP-UB), del que era su director,
creado en el año 1995.
igualmente debemos recordar el importante impulso
que dio a la colección Monografies d’Arqueologia Medieval i Postmedieval, en donde han visto la luz diversas
resultados de los trabajos del GraMP-UB.
Pero la labor investigadora del Prof. Padilla no se
limitó a su tierra de adopción, cataluña. su amplia
visión del mundo medieval, fruto seguramente de su
formación profesional y humana, le llevó a tener una
perspectiva amplia e integradora y sus esfuerzos se diversificaron en diferentes aspectos: mundo funerario,
cerámica, fortificaciones y, cómo no, en la organización del espacio y las estructuras del poblamiento.
ampliando su territorio de investigación al País Vasco
y a castilla, concretamente Burgos y soria.
al redactar este obituario, y concretamente este
último párrafo, recordamos el In memoriam que hace
poco escribía conjuntamente con su compañera y
amiga imma ollich sobre don Manuel riu. al releerlo
pensamos en la impronta que el buen maestro dejó en
su inmejorable alumno.
no vamos hacer una relación de sus publicaciones, no
es esa nuestra intención, pero si nos gustaría reseñar dos
de sus últimos trabajos que vieron la luz en el homenaje
al dr. riu: Arqueologia funerèria a nord-est peninsular
(segles VI-XIII). dos magníficos volúmenes bajo la dirección de núria Molist y Gisella ripoll en donde se
pone al día el mundo funerario en la citada zona.
En ellos, iñaqui, en colaboración de su esposa
Káren Álvaro, colaboró con dos trabajos: Alberto
del Castillo y la cronología de las tumbas llamadas
“olerdolanas” y “La organización del espacio funerario
entre la antigüedad Tardía y el mundo medieval: de la
necrópolis a los cementerios medievales hispanos”. En
estos artículos se ve su bagaje de más de treinta años
de investigación y abre nuevas e importantes líneas
de estudio que estamos seguros que sus compañeros
y alumnos seguirán. El primer ejemplo es la propia
tesis doctoral de Káren Álvaro, El poblamiento altomedieval y sus manifestaciones funerarias en la cuenca
alta del río Arlanza (s. IX-XI), que esperamos que
pronto vea la luz.
a su labor de profesor universitario y de investigador
se le unía una faceta, a veces difícil de compatibilizar,
de buen pedagogo. Y esta se refleja de una forma muy
especial en su monografía: Yacimiento arqueológico de
Cuyacabras. Despoblado, iglesia y necrópolis. Eremitorio
de Cueva Andrés. Quintanar de la Sierra (Burgos). Este
libro que vio la luz hace justo una década es un claro
ejemplo de nuestra afirmación.
compagina labor de archivo, trabajo de campo y laboratorio, buena exposición, un material gráfico magnífico y sobretodo es, sin perder su valor científico, fácil
de leer. sí, accesible a toda clase de público. Es comprensible para el mundo académico y para la sociedad
en general. su exposición y presentación permite ser
altamente valorado por un catedrático de arqueología
medieval de la misma forma que por un pastor de los
pinares burgaleses. así era el Prof. dr. don José ignacio
Padilla Lapuente.
La página quince de este estudio, la que realmente
da inicio a la obra, la comienza iñaqui con un texto de
la apocalipsis: Luego vi un gran trono blanco, y al que
estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su
presencia sin dejar rastro. Y vi a los muertos grandes y
pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos
libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y
los muertos fueron juzgados según los escritos, conforme
a sus obras.
no queremos dejar al margen su faceta humana, al
menos la que nosotros recordaremos siempre. Hombre
llano y cercano, amigo de sus amigos, persona accesible
y dispuesta siempre a escuchar y apoyar si estaba en sus
manos. En definitiva, una buena persona. Y decimos
esto ahora que no está físicamente con nosotros, pero
12
in Memoriam
también lo hemos dicho cuando contábamos con su
presencia. no somos partidarios de los homenajes a los
ausentes, estos hay que hacerlos antes.
iñaqui, gracias por tu amistad y por tu siempre
amable acogida en cuanto pisábamos la facultad.
iñaqui, volviendo a la apocalipsis, El que estaba
sentado en el gran trono, es seguro que abrió el libro e
incluso es posible que te juzgase. La nota fue la misma
en el aspecto humano que en el profesional. CUM
LAUDEM. Un abrazo amigo.
24 de septiembre de 2013
nuestra señora de las Mercedes
Patrona de Barcelona
carlos de la casa
13
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 5-18]
quier implicación afectiva. su personalidad pide mucho
más. Y es esta personalidad la que plantea el reto mayor.
Porque en ella se conjuntaban en síntesis armoniosa una
enorme capacidad y eficacia intelectuales; una inmensa
bondad que se derramaba a los demás en forma de simpatía y entrega generosa; y una especial elegancia en su
comportamiento en todas las facetas de un quehacer
diversificado. Todo intento de aislar alguno de estos
elementos rompía el equilibrio de su personalidad y se
me presentaba como una deformación de su memoria.
Por otra parte no puede ser esta semblanza la del
amigo que día a día ha disfrutado de su presencia. Los
cuatrocientos kilómetros que nos separaban físicamente
eran un dique aparentemente impenetrable; no obstante, las prolongadas y numerosas conversaciones telefónicas abrían grietas profundas por donde discurría
una intensa comunicación. Pero era en encuentros
periódicos, particularmente en el cálido sosiego con
que mi esposa y yo la recibíamos en nuestra casa de
salamanca, cuando la proximidad afectiva volcaba en
unos instantes mágicos todo un torrente de vivencias; y
se producía el fluir de informaciones, de proyectos, nos
hacía participar de sus alegrías, de sus preocupaciones;
también, en alguna ocasión, de desgarros interiores que
Mari en su generosidad trataba de hurtar a los extraños
tras una sonrisa luminosa.
Esta era para mí la verdadera personalidad de Mari.
Y es desde esta actitud hacia ella desde la que pretendo
exponer una síntesis de sus valiosas aportaciones a un
MarÍa dEL carMEn rodrÍGUEz GonzÁLEz,
in MEMoriaM.
El día 2 de enero nos enterábamos, consternados, de
la muerte de nuestra amiga Mari. La noticia, no por
esperada –ya había saltado la alarma cuatro días antes-,
era menos dolorosa. Y en medio del estremecimiento de
esta pérdida se me invita a escribir la semblanza de una
mujer con la que en medio de un trabajo intelectual
de dos décadas llegué a entablar la más reconfortante
amistad.
El encargo de la revista Tiempo, espacio, forma estaba
motivado por la relación especial que me había unido
a ella y por haber coordinado los cuatro Proyectos de
investigación de los últimos quince años en los que
ella había participado desde el principio. Unos Proyectos muy particulares, porque tienen para todos los
que participamos en ellos unas connotaciones no solo
de entrega científica, sino de relación profundamente
humana. así lo expresan Mari y su inseparable amiga
Merce en su último artículo publicado; se refieren a
estos Proyectos como el ámbito en el que todos “compartíamos ideas y debates, pero sobre todo alegrías y
momentos inolvidables como amigos”.
acepté ilusionado el encargo, no sin percatarme de
lo delicado del compromiso. Era obvio que, al tratarse
de una revista científica, debía mantener embridado
el flujo del afecto. Pero ni quiero, ni debo realizar una
semblanza que sea la del analista frío, alejado de cual-
14
in Memoriam
conocimiento renovado de la Historia Medieval a través
del estudio particular de su amada región de El Bierzo.
Me servirán de guía las publicaciones más significativas
que Mari ha realizado en el marco de los proyectos
referidos, sin olvidar nunca que la mayor parte de estos
trabajos son elaboraciones conjuntas de ella y de Merce
durany en una relación paradigmática de la compenetración intelectual que la profunda amistad puede
generar.
Una fecha de referencia es el año 1993. Por entonces ya
se estaban estrechando fuertes relaciones intelectuales
–también de extraordinaria amistad- entre distintos
miembros de los departamentos de Historia Medieval
de las Universidades de oviedo, salamanca y santiago.
Y como emanación de planteamientos coincidentes y de
afinidades personales, se habían iniciado intercambios
de ideas que apuntaban a la necesidad de una revisión
de la historiografía sobre la alta Edad Media del reino
de León planteada de manera concreta en la superación
definitiva del viejo fantasma de “la despoblación”. no
es casualidad que en el año 1993 estas ideas emergieran
al debate abierto en dos congresos celebrados en los
últimos días de septiembre y primeros de octubre de
ese año. El primero de ellos, en oviedo –La época de
Alfonso III y San Salvador de Valdediós-; el segundo,
seis días después, en León –el IV Congreso de la Fundación Sánchez-Albornoz-. Y es en oviedo donde Merce
y Mari presentan su ponencia “El Bierzo en la época
de alfonso iii”. En la línea de algunas investigaciones
anteriores, consolidan ya en esta ponencia unas líneas
básicas de estudio global de la sociedad de El Bierzo.
continuadoras de esta línea son dos publicaciones aparecidas en los años 1997 y 1998. La primera, la ponencia
“Galicia desde o Bierzo”, presentada en el coloquio
Galicia fai dovs mil anos. O feito diferencial galego, en
santiago. La segunda, el artículo “ocupación y organización del espacio en El Bierzo Bajo entre los siglos V
al X”, publicado en la revista Studia Historica. Historia
Medieval. Es este un artículo memorable en el que,
desde la atención precisa y rigurosa a los casos particulares, se plantea una visión globalizadora de la sociedad
de El Bierzo en toda su complejidad. Partiendo de un
análisis muy crítico y elaborado de las fuentes escritas y
de las aportaciones arqueológicas, se aborda el estudio
de la sociedad berciana desde la óptica del poblamiento,
como base de toda la estructura.
En primer lugar, un dato básico: la existencia de algunas primeras villas ya desde mediados del siglo iX
que se determinan por sus limites antiquos –indicio de
permanencias- y que presentan una realidad interna
bien organizada que no puede ser el resultado de unas
pocas décadas de evolución, lo que desmonta la tesis de
la existencia de una fractura demográfica secular y de
un subsiguiente proceso reciente de repoblación. ahora
se trata todavía de pequeños asentamientos dedicados
a la producción agraria en los que son frecuentes las
transferencias de tierras, de ganado o de otros bienes
entre sus habitantes; transferencias que, además de reflejar la capacidad de este campesinado para disponer
libremente de sus bienes, nos muestran a unos grupos
dotados de vínculos económicos y sociales muy activos
que son los que aglutinan a estas pequeñas villas. de la
fuerza de estos vínculos se deriva la dinámica de estas
sociedades que se plasma en el crecimiento y en una
creciente complejidad, como refleja la aparición en el
seno de estas villas de nuevas cortes, de barrios, de villas
in villa que permiten seguir un proceso constante de
organización interior cada vez más compleja.
También, ya desde época temprana, se percibe una
presencia muy activa de pequeños poderes locales o
regionales que, a través del control de determinados
asentamientos, comienzan a articular social y políticamente el territorio a escalas cada vez más amplias. Materialización de estos poderes es la fuerte presencia de
pequeñas iglesias y monasterios. La enorme profusión
de monasterios a lo largo de los siglos iX y X –hasta
25 fueron fundados o restaurados entre mediados del
siglo iX y mediados del siguiente- es un fenómeno
único de El Bierzo. se vincula a la persistente tradición eremítica y cenobítica de la región que perdura
sin solución de continuidad desde la etapa visigoda y
a través de la conquista islámica, hasta la época astur.
En ocasiones, son indicativos de la existencia de un
pequeño asentamiento, de una villa. otras veces, son
centros en torno a los cuales se generan dichos asentamientos. Y casi siempre estas iglesias o monasterios van
15
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 5-18]
asociados a la iniciativa del poder local que aparece a
veces como organizador de la vida de la comunidad o
como dominador, en una vinculación progresivamente
más estrecha con poderes superiores tanto laicos como
eclesiásticos.
no quedan al margen de estas actuaciones los grandes
monasterios, tanto los monasterios de la región –sobre
todo san Pedro de Montes, carracedo, san andrés
de Espinareda- como algunos monasterios gallegos –
samos, en primer lugar, sobrado, Meira-; aparte de
absorber a otros pequeños cenobios, se benefician de
abundantes y extensas posesiones donadas por la aristocracia o por los propios reyes.
Entre los poderes eclesiásticos no es menor el papel
jugado por la sede de Lugo y, más aún, de santiago;
pero de manera más relevante por la sede astorgana. no
todos los obispos muestran una actividad tan intensa
como la de Genadio: anacoreta, fundador de cenobios
y obispo por mandato de alfonso iii; pero su actuación
marcará la pauta a sus sucesores que seguirán siendo
elementos claves en la cohesión social y política del espacio berciano.
igualmente relevante es el papel de la aristocracia a la
que Mari dedicó su estudio “La aristocracia en el Bierzo
altomedieval. ss. iX y X”, en Memoria Artis. Studia
in memoriam Mª Dolores Vila Jato. Las donaciones de
villas, heredades u otros bienes que, como se ha dicho,
realiza esta aristocracia en favor de los grandes monasterios de la zona o a monasterios foráneos con sólidas
bases de poder en la región son las vías eficaces a través
de las cuales se generan poderosas redes de influencia,
incluso de patronazgo, que articulan el conjunto de la
sociedad berciana y que la vinculan con la monarquía
astur. Esta ya se hace presente en la región al menos
desde la época de ordoño i y, sobre todo, con alfonso
iii y sus sucesores. relaciones entre la alta aristocracia
y los reyes no siempre de plena sumisión; ejemplo de
ello son los casos de los hijos de sarracino y sendino,
de Vermudo ordóñez, Vermudo Gatóniz u osorio Gutiérrez castigados con la confiscación de sus posesiones
y cargos a causa de su rebeldía.
Ya desde época temprana se constata la actuación de
algún destacado miembro de la aristocracia que actúa
como máximo representante del poder de la monarquía
y que, como tal, constituye el referente de una aristocracia regional tanto laica como eclesiástica cada vez
más vinculada al poder del monarca astur. Este es el
caso del conde Gatón. su actuación como repoblador
de astorga, por mandato de ordoño i, muestra no solo
la estrecha vinculación política de este magnate con el
rey, sino la decisión regia de fortalecer el proceso de
integración de El Bierzo utilizando el prestigio de la antigua capital del conventum asturum. Que la monarquía
no es ajena a esta decisión lo muestra la designación
por alfonso iii de Genadio como obispo de la ciudad.
con ello se cierra el círculo político-religioso de articulación del territorio con la monarquía astur y quedan
establecidas las bases de una completa integración en
la estructura política y eclesial del reino que el periodo
siguiente no hará más que fortalecer.
si las pequeñas iglesias y monasterios estaban, como
se ha indicado, en la base de la articulación política de
la región, la aristocracia, digamos la más alta aristocracia, va a tener un peso decisivo durante todo el siglo
X y, ya con la dinastía navarra en el trono leonés, durante el siglo Xi. Este aspecto es al que Mari pretendía
entregarse en un futuro inmediato con la ilusión y el
rigor con que abordaba todos sus proyectos.
a este objetivo responde su artículo “concubina o
esposa. reflexiones sobre la unión de Jimena Muñiz
con alfonso Vi”, aparecido en Studia Historica. Historia Medieval, del año 2007. La elección de Jimena
Muñiz responde a una doble preocupación. Por una
parte, una fuerte atracción por la personalidad de una
mujer muy especial, una de las pocas que sin ser hija o
hermana de rey llegaron a alcanzar las más altas cotas
de prestigio y de autoridad política. Pero, más allá del
estudio de una mujer extraordinaria, lo que Mari pretendía era consolidar sus tesis sobre la especial vinculación de El Bierzo con el conjunto del reino. como la
propia autora escribe, “el estudio de Jimena ha de realizarse situándola en la sociedad de su tiempo y considerándola en virtud del papel que jugó en el entramado
de relaciones de poder que caracterizaba en esos momentos a un feudalismo en pleno desarrollo. éste será
nuestro proyecto en un futuro no muy lejano”(!!!). aquí
16
in Memoriam
se limita a iluminar las oscuridades sobre la verdadera
personalidad de Jimena: concubina de alfonso Vi; familiar del obispo de astorga; amiga del primer abad
cluniacense de sahagún depuesto por su conversión
al rito mozárabe; partidaria, al parecer, ella misma del
mantenimiento de este rito; objeto por ello de las iras
del arrogante Gregorio Vii –perditam feminam- que,
tras la máscara del dominio espiritual, reivindicaba la
soberanía política sobre el reino de León. Pero la actividad e influencia de Jimena no terminan al finalizar
su especial relación personal con el rey. apartada físicamente del monarca, llega a la cumbre de su poder como
tenente del castillo de Ulver que le otorga una posición
preeminente a nivel regional y la consolida como la
aristócrata más poderosa del reino. no se le podía escapar a Mari la importancia de esta posición política
de Jimena en la articulación del reino. Efectivamente,
a través de amplias donaciones a distintos monasterios
de la región y a la sede episcopal de astorga, Jimena
entreteje vínculos de familiaritas que propician o forta-
lecen la arquitectura de las vinculaciones políticas entre
los pequeños poderes locales, los poderes regionales, la
tenente y el rey. Muere en 1128 y su figura se desvanece.
Pero a través de Teresa, una de las hijas habidas con
alfonso Vi, Jimena se constituiría “como tronco originario de una estirpe de reyes del naciente reino de
Portugal”, algo que la documentación oficialista de la
época parece ser que trató de oscurecer.
aunque empañado por el dolor, para mí supone un
conmovedor tributo que el último y póstumo trabajo
de Mari, elaborado -¡cómo no!- con Merce, haya sido su
contribución al homenaje que el departamento de salamanca me tributó con motivo de mi jubilación. desgraciadamente, la ilusión con que ella y sus/mis amigas
proyectaban la asistencia al acto quedó frustrada. Y en
esa frustración nos arrastró también a aquellos que la
amamos. Pero queda ese pequeño-gran testimonio y,
lo que es más, nuestro permanente recuerdo y nuestra
admiración ante la grandeza humana de un espíritu
noble y generoso.
José María Mínguez Fernández
Universidad de Salamanca
17
El altar mayor y el altar matinal en el
presbiterio de la catedral de santiago de
compostela. La instalación litúrgica para
el culto a un apóstol
Eduardo carrero santamaría
[email protected]
Universitat autònoma de Barcelona
Recibido: 20-06-2013
Evaluado y aceptado: 21-07-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 19-52]
d
Resumen: a pesar de su reorganización barroca, la capilla
mayor de la catedral de santiago de compostela tiene un
notable número de noticias documentales, arqueológicas e
imágenes históricas que permiten restituir su aspecto durante
la Edad Media. de hecho, era un interesante conjunto en
el que, en el extremo más oriental, se ubicaba el altar de
prima en el que se celebraban las misas para los peregrinos
y frente a éste, abierto al transepto de la catedral, el altar
mayor dispuesto sobre el sepulcro apostólico y que recibía
el culto de los peregrinos. Buena parte de los problemas que
la historiografía contemporánea ha planteado sobre esta
disposición topográfica se encuentran en la errónea lectura
de su funcionamiento litúrgico desde unas coordenadas
estilísticas histórico-artísticas, que han llevado a relacionar su
instalación litúrgica con la de san Pedro del Vaticano y otras
iglesias romanas. si esta relación de dependencia con roma
parecía ser lógica a partir de los vínculos que el arzobispado
compostelano estableció con la santa sede desde finales del
siglo Xi, por el contrario, éstos no tuvieron que ver con la
organización de la capilla mayor compostelana. de hecho,
ésta responde a un planteamiento común con el resto de
la arquitectura religiosa de Europa, organizanda en torno
a dos altares, el mayor y el matinal, en el que se realizaban
las misas de prima para laicos y el altar relicario del apóstol
santiago.
Abstract: (The hight altar and the matins altar in the
presbitery of the cathedral of santiago de compostela. The
liturgical installation for the worship to an apostle).
despite its baroque reorganization the presbitery of the
cathedral of santiago de compostela has a remarkable
number of documentary evidences, archaeological data and
historical images that allow us to restore its appearance
during the Middle ages. in fact, the main chapel was
an interesting group in which, in its eastern end, stood
the morning altar where they celebrated the Morning
Masses for pilgrims and facing it, open to the transept of
the cathedral, there was the high altar disposed over the
apostolic tomb, that recieved the cult and the visits of the
pilgrims. This sacred topography is described by the first
time in the Codex Calixtinus, and though across sources
that include a chronological frame between the Xiith and
XVith century more important aspects can be specified
on his architectural image. nevertheless, many of the
problems that contemporary historiography has raised over
this topographical arrangement are in the wrong reading of
this liturgical installation from stylistic historical-artistic
coordinates, which have led to connect the Jacobean
installation with that of st. Peter’s Basilica and other roman
churches. anyhow, from the most radical positions in this
respect, there has been smoothed the reality of the confessio
of the cathedral raised first as a crypt and later as a open
space behind the high altar and several meters below its level,
always with roman models as element of comparison. This
relations of dependence with rome seemed to be logical due
to the links that the archdiocese compostela established with
the Holy see from the late eleventh century. However, this
political relationship did not have to do with the liturgical
organization of the main chapel of santiago. in fact, the high
altar topography reflects a common approach with the rest
of the religious architecture of Europe, organized around
two altars, the matins altar, where the morning masses took
place for the laity and the main altar, the altar reliquary of
st. James. Thus, by means of the liturgical explanation of
this type of altars, in this article there is argued the absolute
normality of the matins altar of the cathedral in relation to
its European context, and is underlined how the archaeology
indicates that its level of soil was the same that that of the
rest of the cathedral. This way, the architectural relationship
of the sacred topography of the presbytery of the cathedral of
santiago with solutions that could resemble some churches of
rome is only a product of the contemporary historiography,
from the monsignor Jose Guerra campos’ works, realized
in the orbit of the studies on christian archaeology of the
pontifical academies.
Palabras clave: catedral. santiago de compostela. altar
matinal. altar de prima. altar mayor. Topografía sagrada
Keywords: cathedral. saint James of compostela. Matins
altar. High altar. Morning Masses. sacred Topography.
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
L
iglesias, a la par que subraya la funcionalidad relicaria
de cualquier edificio cristiano, sin necesidad de girolas1.
sin entrar en las soluciones particulares para cada uno
de los edificios franceses, en el caso de santiago de
compostela, la peculiaridad material de los restos del
apóstol santiago condicionaría un modo singular de
concebir funcionalmente su cabecera que, en contra de
la idea tradicional de la girola como espacio de tránsito
y circulación de peregrinos, proponía un modelo de uso
muy diferente. En fechas recientes, donat Grueninger
y sébastien Biay han llamado nuestra atención sobre
la difícil relación funcional entre girola y peregrinos,
o girola y circulación de laicos cuando habitualmente
encontramos estatutos y sentencias capitulares o monásticas sobre los impedimentos que debían ponerse
a los extraños a la comunidad religiosa para acceder
a las girolas, tanto si éstas permitían acercarse a reli-
as vías de comunicación siempre han sido el
lógico espacio de tránsito de las ideas, por lo
tanto, la difusión de las formas artísticas entre
distintos lugares toma en el camino su medio fundamental. no sólo las grandes vías de peregrinación
como la de santiago y sus ramales funcionaron a
modo de propagadores de cultura. cualquier camino
se convierte per se en un ámbito para la circulación
y transmisión de nuevos pensamientos artísticos,
cuadernos de modelos, piezas de arte mueble y, sobre
todo, libros. centrándonos en el camino a santiago
de compostela, la catedral apostólica ha sido considerada tradicionalmente como el ejemplo más definido
de la llamada “arquitectura de peregrinación”, en la que
formaba grupo junto a conques, Tours, Toulouse y
Limoges. Esta cadena de edificios se identificaban por
una serie de características comunes: estar dotados de
un amplio transepto, poseer una organización en tres
o cinco naves y, sobre todo, una cabecera articulada
mediante una girola de capillas radiales que favoreciera
el culto alrededor de unas reliquias de importancia. La
validez del apelativo de ‘iglesia de peregrinación’ –formulado en toda su extensión por émile Mâle en 1922–,
ha sido puesta en tela de juicio por isidro G. Bango, a
través de un estudio retrospectivo de la relación entre
arquitectura y culto a las reliquias y sus efectivas soluciones funcionales desde época carolingia al románico.
Por su parte, Beat Brenk también ha buscado una interpretación litúrgica más adecuada de dicho grupo de
MâLE, E., L’art religieux du XIIe siècle en France: étude sur les origines de
l’ iconographie du Moyen Âge, París, 1966, pp. 297-298; BanGo TorViso,
i. G., “Las llamadas iglesias de peregrinación o el arquetipo de un estilo”,
en El Camino de Santiago, camino de las estrellas…, Madrid, 1994, p. 9-75;
BrEnK, B., “Les églises de pèlerinage et le concept de prétention”, en Art,
Ceremonial et Liturgie au Moyen Âge. Actes du colloque de 3e Cycle Romand de
Lettres Lausanne Fribourg, 24-25 mars, 14-15 avril, 12-13 mai 2000, éd. n. Bock,
P. Kurmann, s. romano y J.-M. spieser, roma, 2002, p. 125-139). Mucho más
conservadoras son las síntesis de caiLLET, J.-P., “reliques et architecture
religieuse aux époques carolingienne et romane”, en Les reliques. Objets, cultes,
symboles. Actes du colloque internacional de l’Université du Litoral-Côte d’Opale
(Boulogne-sur-Mer) 4-6 septembre 1997, eds. E. Bozóky y a.-M. Helvétius,
Turnhout, 1999, pp. 169-197, o de PiVa, P., “Le déambulatoire et les parcours
de pèlerinage dans les églises d’occident (Xe-Xiie siècles)”, en Art médiéval:
les voies de l’espace liturgique, París, 2010, pp. 81-12.
1
21
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
quias como si no2. Personalmente, he insistido en esta
cuestión tanto para compostela como para otros lugares de Europa, argumentando que la girola fue básicamente una estructura arquitectónica de prestigio
y con un fin cultual primordial en la liturgia procesional que circundaba el altar mayor y sus alrededores3.
Volveremos sobre este asunto más adelante.
EL PrEsBiTErio dE La caTEdraL dE sanTiaGo
El final del siglo Xi –c. 1075-1078– vio cómo un nuevo
y gran edificio comenzaba a sustituir el viejo conjunto
de iglesias que conformaba el locus apostólico, desde la
inventio de los restos de santiago el Mayor en el siglo
iX4. Las obras de la nueva iglesia, siguiendo los cánones
del románico, tenían un problema para su avance: eliminar el edículo original donde se encontraba el sepulcro del apóstol. El animoso prelado diego Gelmírez
(1100-†1140) retomó las obras con especial vigor durante su pontificado y, en 1112, sabemos que se procedió
a derruir los viejos edificios entre los que se hallaba el
martyrium de santiago, dando inicio a una auténtica
historia de ocultaciones, pérdidas y recuperaciones de
las reliquias apostólicas. El año 1117 se finalizó la cabecera y, por lo tanto, su altar mayor, cuya articulación
interna es la que aquí nos va a interesar.
Fig. 1. catedral de santiago de compostela.
reconstrucción del altar mayor del siglo Xii,
según Mayer y publicada por López Ferreiro.
siguiendo a la Historia Compostellana, el presbiterio
de la catedral se situó encima del edificio tardoantiguo
y su altar mayor sobre el sepulcro que albergaba los
restos de santiago, guardado en un arca de mármol,
en un excelente sepulcro abovedado, trabajado admirablemente y de conveniente amplitud, según nos narra
el Codex Calixtinus5. además, diego Gelmírez cubrió
el altar con un antependium de plata sobre el que, a
su vez, se elevó un ciborio o baldaquino, y a los que
2
GrUEninGEr, d., Deambulatorium angelorum oder irdischer
Machtanspruch? Der Chorumgang mit Kapellenkranz: von der Entstehung,
Diffusion und Bedeutung einer architektonischen Form, Wiesbaden, 2005,
y BiaY, s., Les chapiteaux du rond-point de la troisième église abbatiale de
Cluny (fin XIe-début XIIe siècle). Étude iconographique, 2 vols., Universidad
de Poitiers, 2011, <http://tel.archives-ouvertes.fr/tel-00671485>.
3
carrEro sanTaMarÍa, E., “Le sanctuaire de la cathédrale de
saint-Jacques-de-compostelle à l’épreuve de la liturgie”, en Saint-Martial
de Limoges: ambition politique et production culturelle (X e-XIIIe siècles), ed.
c. andrault-schmitt, Limoges, 2006, pp. 295-308; id., “retrocapillas,
trasaltares y girolas. Liturgia, reliquias y enterramientos de prestigio en la
arquitectura medieval”, en Estudios in memoriam del Prof. Dr. Fernando
Galván Freile, 2 vols. León, 2010, ii, pp. 63-81; id., “Comulgar con ruedas
de molino. arquitectura y liturgia medievales o los itinerarios de un
desencuentro”, Medievalia, 15 (2012), pp. 63-66.
4
Para las etapas iniciales de la magna congregatio que se ocupó del culto
al apóstol y el nacimiento de la ciudad de santiago, véanse los trabajos de
LóPEz aLsina, F., La ciudad de Santiago de Compostela en la Alta Edad
Media, santiago de compostela, 1988, e id., “de la magna congregatio al
cabildo de santiago: reformas del clero catedralicio (830-1110)”, IX Centenário
da Dedicaçâo da Sé de Braga. Congresso Internacional. Actas, vol. i, O Bispo D.
Pedro e o Ambiente Político-Religioso do Século XI, Braga, 1990, pp. 735-762.
Historia Compostellana, ed. E. Falque rey, Turnhout, 1988, pp. 43-44,
y Liber Sancti Jacobi “Codex Calixtinus”, eds. a. Moralejo, c. Torres, y J.
Feo, santiago de compostela, 1951, edición facsímil, Pontevedra, 1992, p.
565. La historia de la capilla mayor de la catedral desde su origen a nuestros
días fue magistralmente narrada por el canónigo antonio López Ferreiro
(“altar y cripta del apóstol santiago. reseña histórica desde su origen hasta
nuestros días”, [1891], reed. en LóPEz FErrEiro, a., El Pórtico de la
Gloria, Platerías y el primitivo altar mayor de la Catedral de Santiago, santiago
de compostela, 1975, pp. 113-137). a su obra añadiremos la bibliografía más
reciente, recogiendo las últimas novedades y revisiones.
5
22
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 2. catedral de santiago de compostela. Topografía del presbiterio
desde el siglo Xii, sobre la planta de conant.
se añadiría una retrotabula completando el conjunto6.
El altar se proyectaba así como centro escenográfico
de la catedral, elevado sobre las consiguientes gradas y
cerrado con las consabidas rejas (fig. 1). Pero la cosa no
quedaría aquí. ante la ausencia de cripta ni elemento
parecido que permitiera una mayor intimidad entre
los peregrinos y las reliquias del apóstol, Gelmírez
optó por otra solución bien conocida en el medio románico europeo, como veremos más adelante. ésta no
fue otra que la fundación de una confessio tras el altar
mayor, dedicada al oración de los peregrinos y a la celebración de las misas matinales en la catedral a las
que éstos podían asistir. El altar estuvo dedicado a la
El estudio de referencia sobre ambas piezas es el de Mor aLEJo, s.,
“Ars Sacra et sculpture romane monumentale: le trésor et le chantier de
compostelle”, Les Cahiers de Saint-Michel de Cuxa, 11 (1980), pp. 189-238,
reed. Patrimonio artístico de Galicia y otros estudios. Homenaje al Prof. Dr.
Serafín Moralejo, 3 vols., santiago de compostela, 2004, i, p. 161-188.
6
23
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Magdalena con tales fines desde el mismo siglo Xii, siguiendo el calixtino: Inter altare Sancti Iacobi et altare
Sancti Salvatoris est altare Sancte Marie Magdalene,
ubi decantantur misse matutinales peregrinis 7. según
la Compostellana, el acceso a esta confesión para orar
al apóstol se hacía a través de las dos columnas que
sostenían en ciborio: Quam equidem confessionem infra
duas altaris columnas, que cibolium sustinent, quantam
uel qualem construxerit, apparet, quando felicem aditum
praebet intrantibus8. (Fig. 2)
así estuvieron las cosas hasta 1462, fecha en que volvemos a tener noticias documentales sobre obras en el
altar compostelano. En este año se alude por primera
vez a la sustitución del baldaquino edificado por diego
Gelmírez a comienzos del siglo Xii, por otro tardogótico, elevado durante la prelatura de don alonso
Fonseca i (1460-1464), y cuyas obras se prolongarían
hasta 14809. afortunadamente, el camino hasta la gran
remodelación barroca que acabó con la capilla mayor
medieval nos hace parar ante un manuscrito iluminado
en los Países Bajos a finales del siglo XV10. se trata
del cartulario del Hospital de santiago de Tournai
(Tournai, Bibliothèque de la Ville, Ms. 27), atribuido al
maestro del Libro de Horas de dresde (fig.3). El frontispicio del códice fue ilustrado con una imagen del altar
mayor de la catedral de santiago de compostela hacia
1489. La miniatura ha sido estudiada por dominique
Vanwijnsberghe, quien ha subrayado sus características
como documento gráfico fidedigno, en el que el presbiterio compostelano fue representado al detalle por
un autor que, indudablemente, conocía la catedral.
Mientras, por mi parte pude constatar la importancia
de la imagen no sólo para el análisis antropológico del
culto al apóstol, también para la historia arquitectónica
de la catedral y sus instalaciones litúrgicas11. a nuestro
interés, lo más interesante de la iluminación de Tournai
es que ilustra dos momentos concretos de la paraliturgia
que los peregrinos realizaban en compostela: la misa
en la confessio construida por Gelmírez tras el altar
mayor y el abrazo a la figura del apóstol que lo presidía.
La COnFESSIO coMPosTELana.
PosTUras HisTorioGrÁFicas
desde antonio López Ferreiro, la confessio compostelana se ha identificado con el espacio situado tras el altar
mayor de la catedral, es decir, la capilla de María Magdalena descrita en el Codex Calixtinus, lugar donde se
celebraba la misa matutina de los peregrinos según citábamos líneas arriba (fig. 2). siguiendo el texto de la
Historia Compostellana, el erudito canónigo propuso un
acceso a la capilla a través de las dos columnas traseras
del baldaquino románico12. algunos años después, Kenneth J. conant planteó algo similar, disintiendo únicamente en la cuestión de la entrada a la confessio aunque
sin proponer una contrahipótesis. El problema de esta
interpretación es que, en su reconstrucción hipotética de
la catedral, representó una confessio subterránea tras el
altar mayor y de la que, como veremos, no hay la menor
The Pilgrim’s Guide to Santiago de Compostela. Critical edition, eds. P.
Gerson, a. shaver-crandell, a. stones y J. Krochalis, 2 vols., Londres, 1998,
p. 78.
8
Historia Compostellana, p. 44.
9
Véanse FiLGUEira VaLVErdE J. y FErnÁndEz-oXEa, J. r.,
Baldaquinos gallegos, La coruña, 1987, pp. 23-32, sToKsTad, M., “T h e
s a n c t u a r y o f s a i n t J a m e s a t t h e E n d o f t h e 15 t h c e n t u r y ”,
C o m p o s t e l l a n u m , 32 (1987), pp. 527-531 y VanWiJnsBErGHE, d.,
“réalité et fiction chez le Maître du Livre d’Heures de dresde. Le frontispice
du cartulaire de l’Hôpital saint-Jacques de Tournai (Tournai, Bibliothèque
de la Ville, ms. 27)”, en‘Als Ich Can’. Liber Amicorum in Memory of Professor
Dr. Maurits Smeyers, Leuven, 2002, pp. 1509-1546.
10
Entre 1660-1669 se rehizo la capilla mayor de la catedral, suprimiendo
la confessio de la Magdalena –cuyas funciones se realizaban desde el siglo XVi
en la capilla del salvador– y sustituyendo todo su mobiliario litúrgico por
el altar y el baldaquino barroco. no sería hasta el siglo XiX cuando, con el
reencuentro de los restos del apóstol santiago tras una minuciosa excavación
del presbiterio catedralicio, se decidió dotarlo de la actual cripta para
depositar el arca con las reliquias (MEra ÁLVarEz, i., “La capilla mayor
y la cripta apostólica de la catedral de santiago en la Edad contemporánea”,
Actas del Congreso ‘El comportamiento de las Catedrales Españolas del Barroco a
los Historicismos, éd. Germán ramallo, Murcia, 2003, p. 149-158). La historia
arqueológica de la catedral puede seguirse desde sUÁrEz oTEro, J.,
“La catedral de santiago de compostela: cien años de arqueología”, Codex
Aquilarensis, 14 (1999), pp. 39-72.
7
11
VanWiJnsBErGHE, d., “réalité et fiction…”, op. cit.; carrEro
sanTaMarÍa, E., “reliquias y relicarios en la Galicia medieval”, en En olor
de Santidad. Relicarios de Galicia, coord. M. a. González García, santiago
de compostela, 2004, pp. 523-537, e id., “Le sanctuaire de la cathédrale de
saint-Jacques-de-compostelle… », op. cit.
12
LóPEz FErrEiro, a., Historia de la S.A.M.I. de Santiago de
Compostela, 11 vols., santiago de compostela, 1898-1909, edición facsímil,
santiago de compostela, 1999, vol. iii, p. 238.
24
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 3. catedral de santiago de compostela. Vista del altar mayor en el cartulario del
Hospital de santiago de Tournai (Tournai, Bibliothèque de la Ville, Ms. 27).
25
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
prueba arqueológica ni documental13. En este sentido, la
piedra de toque la aportaría José Guerra campos quien
dedicó una serie de estudios a la arqueología de la catedral, que fueron finalmente recopilados en un volumen
monográfico en 1982. Guerra fue el primero en construir
un puente arquitectónico entre compostela y roma, que
gozaría de un éxito especial en fechas inmediatas. según
dicho autor, la obra realizada por Gelmírez en el altar
mayor debía ser semejante a la confessio de san Pedro del
Vaticano y a la de san Pablo Extramuros en roma, es
decir, una suerte de anillo de circulación que permitiera
adorar al apóstol en un altar trasero. de este modo, se
intentaba así aunar las descripciones de la compostelana
y el calixtino con la topografía de un retroaltar adosado a la parte posterior del altar mayor de la catedral –el
auténtico relicario-, siguiendo el descrito modelo de las
confesiones vaticana y la paulina14. debe destacarse que
la formación académica de monseñor Guerra fue la que
indudablemente motivó el planteamiento de los vínculos
romanos. alumno de la Università Pontificia Gregoriana
donde cursó el Bachillerato en sagrada Teología y profesor, entre otras materias de Liturgia, en el seminario
diocesano de santiago, su formación estuvo marcada por
el “romano centrismo” de las instituciones académicas
pontificias, en las que todo se vincula a la arqueología
cristiana de la ciudad y, en particular, a sus etapas históricas más tempranas. Lógico por tanto que estableciera
una relación de parentesco entre las dos confesiones, la
romana y la compostelana, que mejor conocía, pero que
no debiera haber pasado más allá de curiosidad historiográfica. serafín Moralejo admitió la hipótesis de Guerra
campos, ya que apoyaba su propuesta de revisión de los
vínculos artísticos entre compostela y roma a partir
de la figura de Gelmírez15. Por su parte, en una primera
aproximación, Manuel a. castiñeiras partió de la idea de
Guerra campos, con los supuestos paralelos italianos, a
los que añadió san crisógono de roma, planteando la
existencia de una cripta o espacio subterráneo tras el altar
mayor de la catedral compostelana y con acceso desde la
girola, manteniendo la interpretación tradicional del uso
de este tipo de estructuras16. En contraposición a esto y
con motivo del congreso sobre san Marcial de Limoges
del año 2005, realicé una nueva interpretación sobre el
asunto, basada en las noticias documentales jacobeas y
en las soluciones que la liturgia ofreció a la topografía
de altares de la catedral, en paralelo con otros ejemplos
europeos. así, destaqué que los vínculos de la disposición
del altar mayor de santiago debían establecerse con el
restante panorama de iglesias en las que hallamos altares
de prima o matinales sitos tras el altar mayor, como describe el calixtino –un modo de organizar un presbiterio
perfectamente común–, negando al existencia de criptas
ni espacios inferiores para el culto al apóstol y destacando la importancia que supone para la comprensión
de todo este asunto la ya citada imagen del altar mayor
compostelano respresentada en el cartulario de saintJacques de Tournai. aquí, aparecía por primera vez el
muro de cierre que separaba el altar mayor y la confesión
y que daté entre las obras de actualización de la catedral
a comienzos del siglo Xiii, en paralelo a la construcción
del coro tardorrománico de la catedral. además, destaqué
la importancia de comprender el término confessio, utilizado en la documentación de santiago, como lugar de
culto y no como ámbito subterráneo de adoración a unas
reliquias que había asimilado parte de la historiografía
restante. como se ha insistido desde diferentes frentes,
una confessio era un lugar para orar y no implicaba que
se tratara de una cripta ni, por extensión, un espacio dispuesto a un nivel altimétrico inferior17. Por descontado,
13
conanT, K. J., Arquitectura románica da Catedral de Santiago de
Compostela, [cambridge (Mass.), 1926], santiago de compostela, 1983, p.
22-23 et Plate Vi.
14
GUErra caMPos, J., Exploraciones arqueológicas en torono al sepulcro
del Apóstol Santiago, santiago de compostela, 1982, pp. 112-116 y 296-297.
15
MoraLEJo, s., “La imagen arquitectónica de la catedral de santiago
de compostela”, en Il pellegrinaggio a Santiago de Compostela e la letteratura
jacopea, Perugia, 1983, pp. 37-61, e id., “Le Lieu saint: Le tombeau et les
basiliques mediévales”, en Santiago de Compostela. 1000 ans de Pèlerinage
eurpéen. Europalia 85, Gante, 1985, pp. 41-52, reed. Patrimonio artístico de
Galicia, op. cit., i, pp. 237-246, y ii, pp. 11-19.
casTiñEiras GonzÁLEz, M. a., “Topographie sacrée, liturgia
pascale et reliques dans les grands centres de pèlerinage: saint-Jacques-decompostelle, saint-isidore-de-Léon et saint-étienne-de-ribas-de-sil”, Les
Cahiers de Saint-Michel de Cuxa, XXXiV (2003), pp. 27-49, e id., “Los
espacios arquitectónicos en función de las reliquias”, en En olor de Santidad.
Relicarios de Galicia, op. cit., pp. 65-80.
17
La definición de la confessio es la de un espacio dedicado a acoger la
oración de los peregrinos en el locvs apostólico (cf. HUBErT, J., “Crypta
inferiores et Cryptae superiores dans l’architecture religieuse de l’époque
carolingienne”, en Mélanges d’ histoire du Moyen Âge dédies à la mémoire de
16
26
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
la confessio vaticana no fue la panacea de las instalaciones
litúrgicas, como veremos ahora, ni condicionaba el uso
del término en la documentación a que se imitara su topografía. al mismo tiempo, los registros compostelanos
desdecían este espacio subterráneo al localizar algunos
episodios de la azarosa vida de diego Gelmírez en su
interior y, en particular, aquél que volveremos a describir
más adelante y en el que, al verse obligado a refugiarse
en la confessio, el arzobispo era visto desde la tribuna de
la catedral, es decir, que se trataba de un ámbito abierto.
Por último, insistí en que el deseado y efectivo contacto de los fieles con las reliquias en santiago no existió,
sustituyéndose por una paraliturgia de adoración a una
figura del apóstol datable en el siglo Xiii, a la cercanía
del altar-relicario y, lo que es más importante, a la misa
de prima para los peregrinos y que ahora algunos autores utilizan para intentar argumentar que la instalación
litúrgica de Gelmírez fue eliminada a comienzos del siglo
Xiii18. de hecho, tanto Manuel castiñeiras como ronny
Horst han vuelto a insistir en el espacio cripta o pseudo
cripta colocado tras el altar mayor compostelano, volviendo a utilizar los paralelos propuestos por Guerra campos,
ahora acompañados de reconstrucciones infográficas del
conjunto. ambos autores han planteando alguna puntualización especialmente significativa. La primera, matizar el carácter semi-subterráneo de la confessio, dejando
la capilla de la Magdalena al aire y a varios metros por
debajo del pavimento de la girola inmediata, desde cuyo
tramo axial supuestamente se habría accedido a través de
unas escaleras. La segunda y ante el testimonio básico e
insoslayable del cartulario de Tournai, proponer ahora
que lo allí representado es producto de una reforma del
presbiterio que se llevó a cabo en el siglo Xiii, época en la
que supuestamente se habría cegado la confesión original
tal y como ya planteó Guerra19.
roMa Y coMPosTELa. soLUcionEs disParEs
Llegado este momento, merece la pena volver a retomar
el asunto y hacer algunas puntualizaciones. comenzaremos con el asunto de los paralelos romanos. desde
una perspectiva histórica, efectivamente, la mitra compostelana tuvo amplias relaciones con roma, motivadas por la consecución del título de apostólico para la
sede y por su promoción de obispado a arzobispado,
acontecimientos que llevaron a diego Gelmírez a residir temporalmente en la ciudad santa y establecer
vínculos personales y corporativos con la curia papal.
dichos contactos llevaron a trascendentales imitaciones
institucionales de la iglesia romana en Galicia –como
los siete cardenales autorizados a oficiar en el altar
mayor de santiago20 –, pero debemos ser rigurosos al
subrayar que la emulación de la curia papal o de la
iglesia de roma no conllevó necesariamente el remedo
de sus edificios y, menos aún, de su funcionamiento
litúrgico. Entre otras cosas, porque los ejemplos puestos como paralelo son claras muestras de un conflicto
topográfico y funcional. ni san Pedro, ni san Pablo
Extramuros, ni san crisógono contaron inicialmente
con instalaciones litúrgicas de culto a santos especialmente importantes. En el proyecto inicial de la basílica
vaticana, el tropaion con la memoria Petri fue incluido
detrás del altar mayor de san Pedro, en tanto que sería
Gregorio Magno (†604) el encargado de construir la
cripta anular de acceso al mismo, que ahora quedaba
oculto con la recolocación del altar mayor sobre la confessio y la sobreelevación del presbiterio con la cátedra y
en Compostela y Europa, la historia de Diego Gelmírez, Milán, 2010, pp. 3297, en particular, p. 89-90, id., “El altar románico y su mobiliario litúrgico:
frontales, vigas y baldaquinos”, en Mobiliario y ajuar litúrgico en las iglesias
románicas, coord. P. L. Huerta, aguilar de campoo, 2011, p. 9-76; id.,
“Puerta y metas de la peregrinación: roma, Jerusalén y santiago hasta el
siglo Xiii”, en Peregrino, ruta y meta en las “peregrinationes maiores”, dir. P.
caucci von saucken, coord. rosa Vázquez, santiago de compostela, 2012,
pp. 327-37; id., ,”Un nuevo testimonio de la iconografía jacobea. Los relieves
pintados de santiago de Turégano (segovia) y su relación con el altar mayor
de la catedral de santiago”, Ad Limia, iii (2012), pp. 73-118, y HorsT,
r. Santiago de Compostela: die sakraltopographie der romanischen Jakobuskathedrale, Korb, 2012.
20
cf. PérEz rodrÍGUEz, F. J., La Iglesia de Santiago de Compostela
en la Edad Media: El cabildo catedralicio (1110-1400), santiago de compostela,
1996.
Louis Halphen, París, 1951, p. 351-357, reed. en Arts et vie sociale de la fin du
monde antique au Moyen Âge. Études d’archéologie et d’ histoire. Recueil offert
à l’auteur par ses élèves et ses amis, Genève, 1977, p. 409-416).
18
carrEro, “Le sanctuaire de la cathédrale de saint-Jacques”, op.
cit. ; id., “centro y periferia en la ordenación de espacios litúrgicos: Las
estructuras corales”, Hortus Artium Medievalium, 14 (2008), p. 159-17916, e id., “Presbiterio y coro en la catedral de Toledo. En busca de unas
circunstancias”, Hortus Artium Medievalium, 15/2 (1999), pp. 315-327
19
casTiñEiras GonzÁLEz, M. a., “Didacus Gelmirius, patrono de
las artes. El largo camino de compostela: de periferia a centro del románico”,
27
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 4. roma, san Pedro del Vaticano. sección del presbiterio en el siglo Vii, según de Blaauw.
1. altar mayor de Gregorio Magno. 2. confessio. 3. cátedra. 4. altar de la cripta.
el coro (fig. 4). En san Pablo, la solución que se adoptó
fue todavía es más llamativa y singular frente al complicado edificio original con su transepto enrasado. se
levantó un segundo ábside en el interior del templo y
en eje con el mayor, destinado a hacer las funciones de
plataforma coral sobre el espacio cemententerial paulino, en tanto que la cabecera arquitectónica quedaba
detrás de ésta, dotada de otros dos altares y desde la
que se tenía acceso a la confessio (fig. 5), solución trasera
que en buena medida fue repetida en san crisógono21.
Efectivamente, si algo identifica a los tres edificios es
carecer en origen de girola o de plataformas corales
sobreelevadas que permitieran un acceso fácil a los
restos santos, tratándose por el contrario de antiguas
basílicas de un ábside. En los tres se tuvieron que hacer actualizaciones que facilitaran el contacto con los
cuerpos santos que custodiaban. al contrario de, por
ejemplo, santa María la Mayor o san Juan de Letrán,
no se les añadieron girolas, pero sí se hicieron remedos
de estructuras corales sobreelevadas, que permitían el
acceso a la zona trasera del altar mayor y la vecindad
de los sepulcros santos. Tanto san Pedro como san
Pablo contaban con una tradición de adoración sobre
FiLiPPi, G. y dE BLa aUW, s., “san Paolo fuori le mura: La
disposizione liturgica fino a Gregorio Magno”, Mededelingen van het
nederlands Instituut te Rome, LiX (2000), pp. 5-25, y dE BLaaUW, s.,
“immagini di liturgia: sisto V, la tradizione liturgica dei papi e le antiche
basiliche di roma”, Römisches Jahrbuch der Bibliotheca Hertziana, XXXiii
21
(2003), pp. 259-302.
28
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 5. roma, san Pablo Extramuros. Planta y sección del presbiterio
en época medieval, según Tolontti y de Blaauw.
29
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 6. catedral de santiago de compostela. reconstrucción del frontal y
retablo del altar mayor de diego Gelmírez, según Moralejo.
el sepulcro pero quizá lo que deba destacarse es que la
cercanía propuesta no era tanto con los propios restos
santos como con el locvs en el que se situaba: el muro
rojo vaticano y el muro cementerial paulino22.
¿Fue éste el caso de compostela? indudablemente no.
La catedral se edificó con un modelo funcional claro,
procedente del románico francés: una cabecera dotada
Gelmírez. Para san Pedro antes y después de la intervención de Gregorio
Magno, dE BLaaUW, s., Cultus et Decor. liturgia e architettura nella Roma
tardoantica e medievale: Basilica Salvatoris, Sanctae Mariae, Sancti Petri,
roma, 1994, ii, pp. 470-486 y 530-565.
Pensemos, además, que siempre se usa como paralelo con compostela la
intervención vaticana de Gregorio Magno al despuntar el siglo Vii, cuando
ésta ya había sido modificada a finales del siglo Xi en que pudo verla diego
22
30
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 7. catedral de oviedo. arca santa.
de girola con capillas radiales, rodeando un amplio espacio presbiterial. El altar mayor se colocó cubriendo
el supuesto sepulcro apostólico siguiendo un ejemplo
bien conocido en la Península. como tantas veces se
ha insistido, el frontal con su retrotábula respectiva
mandados fundir por Gelmírez deben ser entendidos
a modo de un auténtico estuche de plata destinado a
engastar el sepulcro del apóstol (fig. 6), pieza que era la
que recibía culto por los peregrinos. de hecho, el altare
parvum y el altare magnum a los que alude el calixtino
como el que contenía el sepulcro y el que lo cubría,
eran dos piezas complementarias, una dentro de la otra
y el Corpus venerandum sub altari maiori –indicado
por la misma fuente– quedaba oculto por la cubierta
románica. Tres pasos: el sepulcro, el altar que se quiso
edificado por los discípulos del apóstol y la cubierta de
éste por diego Gelmírez con el altar mayor de la catedral, como en un fascinante juego de muñecas rusas,
en cualquier caso siguiendo de forma canónica lo que
Josef Braun definió como un altar-confessio, sin más23.
de hecho y como describe el calixtino, el altar viejo
había sido revestido por sus laterales y trasera, pero
todavía podía verse quitando el frontal24. como decía,
BraUn, J., Der Christliche Altar in seiner geschichtliche Entwincklung,
München, 1924, i, pp. 205-207.
24
Est igitur altare parum ex tribus lateribus, ad dexteram scilicet, et leuam, et
retro, sub eodem altari magno clausum, sed in antea apertum, ita ut uideri aperte
potest ablanta tabula argentea, altare uetus (The Pilgrim’s Guide to Santiago de
23
31
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
el modelo de altar-relicario no era desconocido en la
Edad Media peninsular. El arca santa de la catedral de
oviedo se hizo en fechas semejantes y con intenciones
paralelas: un gran altar-relicario, una obra programática de exaltación político-religiosa (fig. 7)25. El arca
santa ovetense o el altar mayor compostelano ideado
por Gelmírez son claros paralelos de otros ejemplos
como el altar de san crisógono de roma, que antes
citábamos, y sobre todo el monumental altar-relicario
de la capilla papal del Laterano, el arca-lipsanoteca de
ciprés contenedora de las reliquias del Sancta Sanctorum
(fig. 8). ésta fue estuchada en un altar convirtiéndose
en el punto focal de la liturgia del palacio lateranense,
puesta en paralelo con la cámara santa oventese y su
arca correspondiente26.
La orGanización dEL PrEsBiTErio
coMPosTELano a La LUz dE Las noTicias
docUMEnTaLEs, arQUEoLóGicas Y
sUs ParaLELos FUncionaLEs
Volviendo ahora a compostela, tras el altar mayor,
Gelmírez instaló un espacio secundario, el altar de
prima catedralicio dedicado a la Magdalena, en el que
los peregrinos tenían la ocasión de asistir a la misa pública a primera hora de la mañana y, de paso, adorar el
vecino altar sobre el cuerpo del apóstol. Hay algo importante a destacar en este sentido. sin lugar a dudas
–y en contraposición a lo que han planteado Manuel
castiñeiras y rolf Horst a partir de la propuesta de
Guerra campos–, el suelo de la capilla de la Magdalena se encontró al mismo nivel que el de la girola,
algo que con la excavación del baldaquino barroco
Fig. 8. roma, Palacio Lateranense, capilla de san
Lorenzo. Esquema de composición del relicario
del sancta sanctorum con la cubierta marmórea
cubriendo el arca, y puertas de madera de ésta con
la inscripción en recuerdo del papa León iii (†816).
Compostela. Critical edition, eds. P. Gerson, a. shaver-crandell, a. stones y
J. Krochalis, 2 vols., Londres, 1998, ii, pp. 80-82).
25
sobre el arca santa, el trabajo de referencia es aLonso ÁLVarEz, r.,
“Patria vallata asperitate moncium. Pelayo de oviedo, el arca de las reliquias y
la creación de una topografía regia”, Locvs Amoenvs, 9 (2007-2008), pp. 17-29.
26
carrEro sanTaMarÍa, E., El conjunto catedralicio de Oviedo
en la Edad Media. Arquitectura, topografía y funciones en la ciudad episcopal,
oviedo, 2003, pp. 72-76. algunas imágenes del arca lateranense y, sobre todo,
la detallada descripción del contenido en su pionera apertura en LaUEr, P.,
“Le Trésor du sancta sanctorum”, Monuments et mémoires de la Fondation
Eugène Piot, 15/1-2 (1906), pp. 7-146.
32
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 9. catedral de santiago de compostela. sección del presbiterio a partir de las excavaciones,
según Guerra campos. 1. deambulatorio de la girola. 3. nivel de suelo medieval de la
capilla de la Magdalena según las excavaciones aqueológicas. 4. Muros del edículo original,
adaptados como cabecera de la iglesia prerrománica. 10. nivel de suelo del altar mayor en
tiempos de Gelmírez. 12. corredor de la cripta edificada en época contemporánea.
que podemos ver hoy resulta complicado imaginar.
En el siglo XVii, contamos con el testimonio de José
andiano en unas constituciones capitulares en las que
se anotó cómo En 26 de henero de 1660 se començó a
rromper el sócalo de la capilla maior para rebistirle de
jaspes y mármoles y poner los pedestales de los mismo
para poder sentar el tabernáculo 27. López Ferreiro ya
propuso que toda la plataforma del presbiterio estuvo
unos 45 centímetros por encima del nivel de suelo
del entorno, pero el asunto parece quedar sancionado en las excavaciones arqueológicas del presbiterio
catedralicio, cuando apareció el suelo original de la
27
Magdalena casi a la misma altura que el del resto de
su entorno, sólo separado menos de un metro de altura del nivel de suelo del altar mayor, lógicamente
la estructura más elevada del conjunto (fig. 9)28. Este
pavimento estaba recortado para instalar en el mismo
un osario construido con materiales reaprovechados y
que Guerra campos data en el siglo XVi, en relación
a los escombros que rodeaban el edificio, posteriores al
28
Y digo parece, porque las excavaciones se realizaron con la intención de
hallar lo que se quería encontrar, como se extrae del a veces caótico relato de las
mismas recogido por BarToLini, d., Apuntes biográfico de Santiago Apóstol
el Mayor y esposición histórico-crítica y jurídica de su apostolado traslación del
cuerpo del mismo a españa y su reciente descubrimiento, roma, 1885, pp. 163-167,
o por el mismo GUErra, Exploraciones arqueológicas, op. cit.
Publ. GUErra, Exploraciones arqueológicas, op. cit., p. 222.
33
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
año 1532, en que la zona comenzó a sufrir los cambios
más drásticos29. El altar matinal de la Magdalena se
encontró allí hasta fechas modernas y a su interior
se trasladó el santo sacramento, siguiendo una costumbre generalizada sobre capillas sacramentales en
el eje axial de la cabecera entre los siglos XV y XVi.
Parece que fue en la década de los treinta del siglo
XVi cuando nuestra capilla fue desmontada, trasladándose sus funciones de altar de prima y capilla del
sacramento a la vecina capilla del salvador, la central
de las de la girola, que se mantuvo con tal uso hasta
dos siglos después. Mientras, la vieja confessio se dedicó plenamente a sacristía del altar mayor, oscura y
destartalada, siendo así todavía descrita por Juan Bautista confalonieri en 1564 30. Quizás la última imagen
de la Magdalena se la debamos a claude de Bronseval,
cronista del visitador general de la orden de císter, de
viaje por la Península. su relato está lleno de los habituales lugares comunes de los peregrinos franceses:
la catedral había sido construida por carlomagno y,
que los restos del apóstol estuvieran allí, no estaba de
acuerdo con lo que proponían desde Toulouse, donde
se atribuían parte de los mismos. Pero lo que realmente nos interesa de su relato es que describe cómo el día
de san Juan asistieron a la misa de prima en la que
denomina capilla de los reyes de Francia, sita directamente tras el altar mayor –retro altare maius– y que
tenía pintadas las lises, en respuesta a las donaciones
de carlos V y Luis Xi de Francia en 1380 y 144731.
se trata de las mismas lises que el miniaturista del
cartulario de Tournai representó en una suerte de
tapiz que colgaba desde el muro norte del altar mayor,
a finales del siglo XV. Evidentemente, todo esto nos
habla de la progresiva traslación de las funciones de
la Magdalena a la capilla del salvador que también
unos meses después es titulada capilla de los reyes
de Francia, recibiendo un altar de la Magdalena con
su retablo correspondiente, según fue sancionado definitivamente en la documentación de finales del siglo
XVi: Inbentario de la capilla de la Madalena que por
otro nombre se dize do rrei de Francia, donde está el
Santísimo Sacramento32.
La comprensión de la confessio compostelana pasa
por su contextualización en el medio litúrgico y arquitectónico de la época. de hecho, Gelmírez no tuvo a
roma como modelo para la articulación de la confessio
catedralicia y, según hemos tenido ocasión de ver, los
paralelos italianos propuestos no tienen ningún punto
de contacto con los modos seguidos en santiago que,
por el contrario, siguieron patrones bien conocidos
hasta la fecha en la arquitectura religiosa. Es más y
si se me permite la expresión, ante la inexistencia de
un gran relicario que adorar, la confessio compostelana
fue más una solución de conveniencia que otra cosa,
aunando en un mismo espacio el altar matinal de la catedral y una típica sacristía de trasaltar. al fin y al cabo,
el altar de la Magdalena no fue otra cosa que el altare
matutinale, documentado en todas las grandes iglesias
medievales de occidente, como tendremos ocasión
de ver por largo en el apartado siguiente. además de
todas estas razones, hay una cuestión que creo básica
y sobre la que me gustaría hacer hincapié. de haber
existido la propuesta confessio abierta y semisubterránea
de Gelmírez, la descripción de aymeric Picaud en el
siglo Xii cita su función como altar matinal para peregrinos pero no menciona en ningún momento que
tras el altar mayor de la catedral de santiago hubiera
un espacio a la manera de una cripta y menos aún que
allí se adoraran las reliquias del apóstol. dada su insistencia en los lugares donde había reliquias que adorar,
una paraliturgia de esas características no le habría
pasado desapercibida, tampoco que pudiera uno acercarse al sepulcro y, menos aún, habría sido obviado en
un texto dedicado a honrar el culto a santiago, que
quedó referido simplemente como el lugar de las misas
de prima.
LóPEz FErrEiro, Historia de la S.A.M.I. de Santiago, op. cit., Viii,
p. 313; GUErra, Exploraciones arqueológicas, op. cit., pp. 117-125.
30
GUErra caMPos, J., “Viaje de Lisboa a santiago en 1594 por Juan
Bautista confalonieri”, Cuadernos de Estudios Gallegos, XiX (1964), pp. 185250.
31
Die XXIIIª, videlicet nativitatis Sancti Iohannis Baptistae, summo mane
Dominus celebravit missam in capella Franciae quae erat directe retro altare
maius in oriente structa singulariter depicta, armis lilii permagnificis multis in
locis insignata (BronsEVaL, c. de, Viaje por España: 1532-1533 (Peregrinatio
Hispanica), ed. F. calero, Madrid, 1991, pp. 188-189).
29
32
34
Publ. GUErra, Exploraciones arqueológicas, op. cit., p. 116.
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
los oficios nocturnos o durante la celebración ad matutinum, cuestión que ha sido enfatizada para destacar la
importancia litúrgica del Pasionario Hispánico34. otra
de las características de estas misas de prima era que en
ocasiones se mezclaban con el oficio matinal dedicado a
la Virgen, llegando incluso a unirse a éste. Por ejemplo,
en la Regla Puerorum redactada para los escolanos del
monasterio de Montserrat, la misa matinal dedicada a
la Virgen se celebraba antes del alba, reglamentando
que los novicios se asearan rápidamente antes de dirigirse al altar35. En concordancia con estas significación
mariana, las catedrales de las islas Británicas terminaron generando una particularidad propia como fue la
Lady chapel, una estructura independiente localizada
tras el conjunto del presbiterio y autónoma del altarrelicario que solía contener los restos del santo local,
como veremos, localizado habitualmente al Este del
altar mayor36. Por último, la misa matinal también
contó con un trascendental significado fúnebre. así,
el costumbrero de sant cugat del Vallès, redactado
en el siglo Xiii, describe cómo la misa matinal debía
celebrarse pro defuncti37. En la consueta de 1511 de la
catedral de Mallorca, la misa matinal es directamente
responsabilidad de los niños de coro y tiene un fuerte
carácter funerario, con un calendario propio de fundaciones luctuosas38. Los libros de aniversarios de la
catedral de Valladolid situaban el sepulcro de la esposa
del conde ansúrez junto al altar de prima, basándose
en los antiguos códices de santa María la Mayor que
La caPiLLa dE La MaGdaLEna En conTEXTo:
aLGUnas noTicias soBrE EL aLTar MaTinaL
Un altar matinal no es otra cosa que aquél en el que
se celebraba la primera misa del día, la de prima o ferial –que luego devendría en la popular misa del alba-,
entendiendo por tal la missa pro populo, destinada al
personal de servicio, niños de coro, novicios, fieles o a
los canónigos que a ella quisieran asistir y caracterizada por una mayor sencillez respecto a la misa mayor,
o conventual. ésta última era más larga y compleja
desde todos los puntos de vista y, en algunas ocasiones,
pudo doblarse en dos misas distintas, siendo la segunda
de réquiem, y afectando tanto a monasterios como a
catedrales, colegiatas y parroquias. Por ejemplo, en la
de san nicolás de Burgos se reglamentaban tres misas
consecutivas a comienzos del siglo XV, celebrabándose
en altares distintos por el semanero correspondiente.
Entre éstas, la misa matinal tuvo un significativo contenido mariano, localizándose en el altar de la Trinidad.
La segunda era la de requiem, pudiendo ubicarse en
el altar que los própios clérigos eligieran, mientras la
tercera, la principal, se oficiaba en el altar mayor de la
iglesia33.
centrándonos en la misa matinal, en un edificio insitucional y funcionalmente complejo como una catedral
pudieron existir al menos dos misas matinales: la dedicada al propio cabildo catedralicio y una segunda
destinada a los fieles, que se ubicaba en un altar diferente de la primera y vinculada a la función parroquial
que tuvieron algunas capillas catedralicias. de su antigüedad no hay lugar a dudas. En la liturgia hispánica,
la lectura de las Passio de mártires se podían realizar en
34
Véanse aquí GaiFFiEr, B. de, “Les lectures des actes des martyrs
dans la prière liturgique en occident. a propos du passionnaire hispanique”,
Analecta Bollandiana, 72 (1954), pp. 134-166.
35
coLoMBÁs, G. M., Un reformador benedictino en tiempo de los
Reyes Católicos: García Jiménez de Cisneros, abad de Montserrat, abadia de
Montserrat, 1955, p. 219.
36
centrado en los Usos de sarum, véase al respecto MorGan, n. J.,
“Marian Liturgy in salisbury cathedral”, en The English Medieval Cathedral.
Papers in Honour of Pamela Tudor-Craig. Proceedings of the 1998 Harlaxton
Symposium, ed. J. Backhouse, donington, 2003, pp. 89-111.
37
El costumari del monestir de Sant Cugat del Vallès, ed. E. E. compte,
Barcelona, 2009, p. 127-131.
38
sEGUÍ i TroBaT, G., “La consueta de sagristia de la seu de Mallorca
de 1511”, en La ciutat de Mallorca i els segles del gòtic., eds. T. sabater y E.
carrero santamaría, Palma de Mallorca, 2010, pp. 351-359; e id., La consueta
de sagristia de 1511 de la Seu de Mallorca (Palma, Arxiu Capitular de Mallorca,
Ms. 3400). Estudi de les fonts literàries i edició del text, 2 vols., Palma de
Mallorca, Universitat de les illes Balears, 2011 (tesis doctoral inédita).
33
Otrosí, mandé e ordené que se digan en la dicha iglesia cada día tres missas:
la primera, la matinal, e esta missa que se diga al altar de la Trinidat. E los
sábados que sea cantada una missa al altar de Santa María, de buena mannana.
E quel semanero si la non dixere que pague tres maravedíes, e los otros clérigos
todos, que la vengan a offiçiar so pena de quinze dineros cada uno que non
veniere. E acabada esta dicha missa matinal que digan la segunda missa, a qual
altar quisieren los dichos clérigos. E esta segunda missa acabada, que el sacristán
que tanga a la missa mayor e el que fuere semanero que la diga al altar mayor
de Sant nicolás, e todos los otros clérigos que la offiçien (PEñaLVa GiL, J.,
“Las iglesias patrimoniales en la castilla medieval. La iglesia parroquial de
san nicolás de Burgos: institución, ordenanzas y regla de 1408”, Anuario de
Estudios Medievales, 38/ 1 (2008), pp. 301-366).
35
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
se utilizaron para reestructurar el culto una vez fue
la iglesia mayorada a catedral. Esta misma exégesis
de celebración memorial es la que se ha querido destacar en las misas matinales de muchos monasterios
benedictinos de tradición cluniacense, al terminar
siendo también objeto de fundaciones particulares en
memoria de un personaje e, incluso, con dedicación a
santos concretos39.
En resumidas cuentas, de la importancia de la celebración nos da buena imagen el hecho de que se
convirtiera en uno de los momentos claves a partir de
los cuales organizar la vida cotidiana, cuya mañana
quedaba articulada entorno a la misa matinal y la
mayor. En las cortes de zamora de 1274, los juristas de
alfonso X establecieran que los nueve jueces del reino
debían permanecer en su puesto desde la misa matinal,
en prima, hasta la misa mayor a la hora de Tercia, costumbre que aparece también recogida en varios fueros
locales40. del mismo modo, en la Gerona de 1330, el
enfrentamiento entre la comunidad de sant Feliu de
Guíxols y el obispado se dirimió en un terrible proceso
en el que se vieron inmiscuidos el veguer y sotveguer de
la ciudad, a los que se sometió a un pleito público con
penitencia incluída ante las puertas de la catedral, precisamente durante la misa matinal y ante el pueblo41.
ser habitual en todas las relaciones entre arquitectura y/o arte y función en la Edad Media, hay una corriente generalizada y toda una batería de excepciones
que nos obligan a considerar cada caso en su medio
particular. Lo normal es que la misa matinal tuviera lugar en un segundo altar presbiterial, situado por
tanto en la misma capilla mayor del edificio. Estos
altares estaban situados unos metros más al Este del
altar mayor, quedando muchas veces separados por un
muro, o por estructuras de cierre como un retablo. En
multitud de ocasiones, estos segundos altares en cabecera pudieron estar consagrados a santos particulares y
contar con sepulcros y relicarios asociados, además de
realizar las funciones de altar de sacristía, al terminar
definiéndose como espacios asociados al culto en el altar mayor, retrocapillas presbiteriales acogiendo en su
entorno cajoneras y armarios para los objetos del culto
litúrgico diario en el vecino altar mayor. Esto viene al
caso porque una costumbre muy difundida fue la de
situar un sepulcro santo y su altar correspondiente en
el extremo del presbiterio, detrás del altar mayor, de
forma idéntica a como situábamos los altares de Prima
y en ocasiones mezclados con los mismos. conocemos
muy bien la topografía de estos altares en el contexto
de las catedrales y abadías inglesas42, y contamos con
algunos ejemplos peninsulares destacados, como el del
altar-sepulcro de san Vicente Mártir en la catedral de
Lisboa, con todo un complicado proceso político a sus
espaldas, reflejado en un destacable ejemplo figurativo
como es el sello del concejo de Lisboa del siglo XiV43.
alain Erlande-Brandenburg ha insistido en que es a
partir de los siglo Xii cuando se produjo un auténtico
proceso de “sacralización” de la cabecera de la iglesia,
en función de la instalación de este tipo de sepulcros
La sucesión de altares en cabecera: altares de
prima, altares de sacristía, altares-relicario
En relación a la arquitectura de la iglesia, la misa de
prima se complica al requerir por escenario un altar
diferente del mayor. así, para el conocimiento del
funcionamiento interno de un edificio y la topografía
de sus altares, una cuestión importante es localizar el
que acogía su celebración. En este caso, como suele
niLson, B., Cathedral Shrines of Medieval England, Woodbridge, 1998.
coincidí con carla Varela Fernandes en la identificación del escenario
litúrgico de la catedral lisboeta representado en el sello, aunque disentamos
en la interpretación política del culto al santo y en las implicaciones
arquitectónicas que tuvo finalmente la real construcción de una girola
catedralicia a mediados del Trescientos (FErnandEs, c. V., “d. afonso iV
e a sé de Lisboa: a escolha de um lugar de memória”, Arqueologia e história, 5859 (2006-2007), pp. 143-166, y carrEro sanTaMarÍa, E., “La catedral,
el santo y el rey: alfonso iV de Portugal, san Vicente mártir y la capilla mayor
de la Sé de Lisboa”, en Hagiografia peninsular en els segles medievals, eds. F.
Español y F. Fité, Lérida, 2008, pp. 73-92).
42
43
39
JUnGMann, J. a., El sacrificio de la misa. Tratado histórico-litúrgico,
Madrid, 1953, p. 275, y HEiTz, c., “autels et fêtes de saints (Viiie-Xie
siècles)”, Les Cahiers de Saint-Michel-de-Cuxa, 13 (1982), pp. 75-98.
40
…que sean hi a la misa matinal e estén hi en verano fasta que sea dicha la
missa mayor (MarTÍnEz Marina, F., Teoría de las Cortes o grandes juntas
nacionales de los Reinos de León y Castilla, ii, Madrid, 1813, p. 278).
41
ViLLanUEVa, J., Viage literario a las iglesias de España, vol. 13, Viage
a Gerona, Madrid, 1850, pp. 215-216.
36
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
santos tras el altar mayor y de la elevación de grandes
altares de reliquias dispuestos en la zona donde hasta
ahora habíamos visto que se localizó el altar matinal44.
Buena parte de las noticias proceden de estas fechas –el
siglo Xii en adelante-, pero debemos indicar que altares
con una función relicaria ya aparecen descritos desde
época carolingia –la sucesión de altares presbiteriales
de centula, con el propio dedicado a san ricario es
notoria- y muy posiblemente se trató una constante
que fue en aumento durante toda la Edad Media, en el
proceso de traslado de cuerpos santos desde la cripta al
altar45. Por lo tanto, los altares situados a continuación
del altar mayor en todo tipo de presbiterios desde la
alta Edad Media pudieron tener las funciones de altar
matinal, altar vinculado a un sepulcro santo o altar
preparatorio de sacristía, ya que estos espacios traseros
pudieron terminar dedicándose a ámbito auxiliar del
culto en el altar mayor, depositándose en su interior los
armarios del ajuar y vestimentas litúrgicos46. así debe
interpretarse desde la primera mitad del siglo Xii el
altar compostelano de la Magdalena, en el que se oficiaban las misas matinales dedicadas a los peregrinos y
en el que, al menos desde el siglo XiV en que es citada
por primera vez, se instaló una sacristía que asistiera
al altar del apóstol, semejante a las que existieron en
las catedrales de Ávila, Lérida, Mondoñedo, Tarragona, zaragoza o Vic, en un priorato benedictino como
el de santa María de cambre o en diversos ejemplos
monásticos.
Para contextualizar de una vez por todas este asunto,
propongo un breve recorrido por algunos ejemplos
bien documentados, que vendrían a completar los que
tuve ocasión de destacar en otras ocasiones como los
altares de santa ana y san Fructuoso en las catedrales
de Lérida y Tarragona, los de angers, arras, París,
Beauvais, Bourges, Macon, Metz, chartres, Toul,
Toledo, Lisboa, o en las abaciales y colegiales de cluny,
Limoges, claraval, Westminster, saint-Menoux, o
saint-denis, sin tener en cuenta aquí aquéllas en las que
se podría investigar la topografía inicial, desfigurada
por intervenciones tardías, como en conques, Tours
o Toulouse47. En la abadía benedictina de saint-Jean
de Montierneuf, el altar matinal data del 22 de enero
de 1096, día en que el papa Urbano ii lo consagró con
las reliquias de los mártires Esteban, Lorenzo, Vicente,
crisanto y darío. El epígrafe, que comienza evocando
la consagración del altar mayor catorce años antes por
el legado pontificio Hugues de die, fue trasladado
al menos en dos ocasiones durante las reformas de la
iglesia en tiempos modernos48. Muy cerca, en sainteradegonde también tenemos noticias del altar de prima
localizado tras el altar mayor y que tenía una imagen
de la aparición de cristo a la santa (fig. 10)49. debemos
insistir sobre santa radegonda de Poitiers porque es
un buen ejemplo de la disociación espacial entre culto
matinal y culto a santos ya que el altar de prima se
ubicaba en el extremo del presbiterio en tanto que el
sepulcro de la santa se situaba en la cripta bajo la capilla
mayor. sin salir del culto a las reliquias, otra demostración de la complejidad funcional de un altar mayor
con una sucesión de altares y, en este caso, de coros la
hallamos en san Vito de Praga. En la catedral románica
marcada por su planta bipolar, el importante colegio
de capellanes de la Virgen fundado en 1343 ocupó el
ábside occidental, frente al oriental perteneciente al
cabildo. Una vez edificado el presbiterio de la nueva
catedral gótica y hacia 1365, los tramos más orientales
44
ErLandE-BrandEnBUrG, a., “La sanctuarisation du chevet”,
en L’architecture gothique au service de la liturgie. Actes du Colloque organisé
à la Fondation Singer-Polignac (Paris), le jeudi 24 octobre 2002, eds. a. Bos y
Xavier dectot, Turnhout, 2003, pp. 17-41, e id., “L’autel des reliques et la
sanctuarisation du chevet”, Hortus Artium Medievalium, 11 (2005), pp. 183-188.
45
HUBErT, J., “Introibo ad altare”, Revue de l’art, 24 (1974), pp. 9-21,
reed. en nouveau recueil d’ études d’archéologie et d’ historie. De la fin du
monde antique au Moyen Age, Ginebra-París, 1985, pp. 128-153.Véanse aquí las
palabras de Benito aniano sobre la iglesia carolingia a partir de PaLazzo,
E., “relics, Liturgical space and the Theology of the church”, en Treasures
of Heaven. Saints, Relics and Devotion in Medieval Europe, Baltimore, 2010,
pp. 99-109, en particular, p. 104.
46
carrEro sanTaMarÍa, E., “La sacristía catedralicia en los reinos
hispanos. Evolución topográfica y tipo arquitectónico”, Liño. Revista anual
de Historia del Arte, 11 (2005), pp. 49-60, e id., “retrocapillas, trasaltares y
girolas…”, op. cit.
47
ibid., Más recientemente, sobre noyon, daUssY, s. d., “L’aménagement
liturgique du chevet de la cathédrale de noyon”, Viator, 42 Multilingual
(2011), pp. 169-204.
48
FaVrEaU, r., “Les inscriptions de Montierneuf”, en Poitiers. SaintJean-de-Montierneuf, Poitiers, 1996, pp. 25-29.
49
Fr aVrEaU, r., Marcadé, J. y MaTHiEU, M., “Histoire de
chapitre de la Paroisse de sainte-radegonde”, en Poitiers. Sainte-Radegonde,
dir. r. Favreau, Poitiers, 1999, pp. 27-75.
37
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
del mismo se organizaron en torno al altar de san Vito
rodeado del coro capitular, el chorus major. Tras éste se
situaba el altar de santa catalina inter choros y después
una segunda sillería presidida por el altar de la Virgen
que acogió a los capellanes ahora trasladados desde
el contraábside, que además en su centro contó con
el sepulcro de carlos iV precedido de tres altares en
línea dedicados a san nicolás, san Luis y los santos
inocentes50, siguiendo el modelo de tres altares dispuestos en capilla mayor, documentado desde la alta
Fig. 10. sainte-radegonde de Poitiers, según Blomme.
Fig. 11 (derecha). saint-savin-sur-Gartempe,
según z. Lambert. Topografía de la capilla
mayor: 1. altar matinal. 2. altar mayor. 3.
accesos a la cripta de los santos mártires.
50
crossLEY, P., “our Lady in nuremberg, all saints chapel in Prague,
and the High choir of Prague cathedral”, en Praga and Bohemia. Medieval
Art, Architecture and Cultural Exchange in Central Europe, ed. zoë opačić,
Leeds, 2009, pp. 64-80.
38
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Edad Media. Lo mismo ocurría en la catedral de sens
y su complejo presbiterio ordenado entre el altar mayor,
el altar de san Pedro y san Pablo consagrado en 1164 y
finalmente la tribuna de reliquias que ocupaba el tramo
axial del intercolumnio de la girola, o en san sebaldo
de nuremberg, con un profundo presbiterio en cuyo
extremo se situaba el altar mayor, delante de éste el
alatar-relicario del santo y lindando con el transepto los
tres altares de santa María, los apóstoles y san Juan51.
Unos siglos antes y de nuevo en el Poitou, la interpretación del altar matinal del monasterio de saintsavin-sur-Gartempe resulta especialmetne compleja
por su conexión con el culto a las reliquias que pudo
amparar. Yvonne Labande-Mailfert publicó un relato
del siglo XVii en el que se aludía al altar de prima
que se localizaba en el extremo oriental del presbiterio,
rescatando un epígrafe que aclaraba su dedicación al
salvador y el testimonio sobre un pequeño sarcófago
asociado al mismo con una suerte de aperturas con
rejas que la autora interpretó como fenestellae (fig. 11).
Evidentemente, relacionarlo con el culto a los hermanos
sabino y cipriano parecía lo más lógico, aunque en
su interior se encontraran los huesos de un niño de
unos diez años. de este modo, siguiendo a LabandeMailfert, la topografia de la cabecera de saint-savin
pasaría por el altar mayor, un altar matinal con los
sepulcros de los dos hermanos y un tercer monumento,
localizado en la capilla axial de la girola, con los restos
de san Marino52. a nadie escapa que, en consonancia
con la conocida cripta bajo el altar mayor y su ciclo de
pintura mural dedicado a los santos hermanos, resulta
una escenografía grandilocuente y con una casi imposible interpretación funcional desde una perspectiva de
culto a las reliquias, dada la actual ausencia de un costumbrero entre los fondos documentales de la abadía.
En todo caso debe destacarse que, de haber sido así, es
decir, de haberse ubicado un sepulcro-relicario junto
al altar matinal, la adoración de las reliquias habría
sido unos días concretos, mientras que si éstas hubieran
estado en la cripta de los mártires, los peregrinos es
muy posible que ni siquiera se hubieran acercado a la
girola, asunto que nos interesa de manera muy especial,
habida cuenta de la difícil relación entre culto a reliquias y girolas, a la que aludimos al inicio de este
trabajo. de hecho, la girola de catedrales y monasterios
debe redefinirse como un espacio de funcionalidad básicamente litúrgica, de circulación para los ritos estacionales y con un componente de prestigio claro: ni
todas las instituciones pudieron pagar una estructura
tan cara y compleja, ni todos los talleres de canteros supieron enfrentarse a semejante reto. recordemos cómo
entre los benedictinos el circuire altaria –la procesión
de altar en altar en recorridos predeterminados y sobre
la que llamara nuestra atención carol Heitz para entender la arquitectura de un monasterio– jugaba un
importante papel, teniendo lugar precisamente entre la
misa de prima y la misa mayor53. Para los cistercienses,
las noticias sobre el oficio matinal son innumerables,
aunque su topografía sigue tanto el modelo de altar de
localización variable, en cualquiera de los numerosos
que estaban destinados a las misas privadas, o de altar
dúplice en cabecera, detrás del altar mayor, tal y como
se documenta en santa María de Gómez román, con
el sepulcro de los fundadores situado en el luzillo de la
capilla maior entre los dos altares54.
ahora desde una perspectiva netamente arquitectónica y aún carentes de cualquier refrendo documental
hasta la fecha, contamos con dos elementos singulares
en la organización de una cabecera que quizás pudieran
relacionarse con el tema que nos ocupa. Me estoy refieriendo a la singularidad arquitectónica de la catedral
de la seo de Urgel, cuyo presbiterio fue dotado de una
absidiola central abierta en el muro, pequeña, pero
de entidad suficiente para hacernos cuestionar una
funcionalidad determinada y, desde luego, de cierta
51
LE GEndrE, a., “Les autels du choeur de l’église métropolitaine de
sens au Moyen âge”, Hortus Artium Medievalium, 11 (2005), pp. 233-243, y
WEiLandT, G., Die Sebalduskirche in nürnberg. Bild und Gesellschaft im
Zeitalter der Gotik und Renaissance, Petersberg, 2007.
52
LaBandE-MaiLFErT, Y., “L’autel matutinal disparu de saint-savinsur-Gartempe”, Cahiers de Civilisation Médiévale, 17 (1974), pp. 41-49.
HEiTz, c., “architecture et liturgie procesionnelle à l’époque
préromane”, Revue de l’art, 24 (1974), pp. 30-47.
54
Publ. GarcÍa FLorEs, a., “nuevos datos en torno a la fundación
del monasterio cisterciense de santa María de Gómez román (arévalo,
Ávila)”, Cistercium, 240 (2005), pp. 907-922.
53
39
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 12. La seu d’Urgell. Vista de la capilla mayor con la absidiola para el altar matinal.
40
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
importancia (fig. 12). La absidiola se proyecta sobre el
grosor de la superficie muraria. En la seo de Urgel, se
cubrió con bóveda de horno, está dotada de su propia
ventana y de una cuidada articulación muraria mediante una arquiería ciega que recorre el alzado de sus
muros. a esto deben añadirse toda una serie de noticias
fascinantes que, aunque de época moderna, deben ser
tenidas muy en cuenta debido al conservadurismo litúrgico que ha caracterizado al císter hasta el concilio
Vaticano ii. dichas referencias ponen de manifiesto la
importancia en el ceremonial de la chirola, en tanto en
cuanto era un espacio vertebrador del movimiento en el
ritual estacional alrededor del altar mayor55. de hecho,
la fácil accesibilidad del laicado al interior de los edificios antes del siglo Xiii debe matizarse y el proceso de
encapsulamiento de la comunidad catedralicia o monástica en su propio coro es algo que parte en paralelo
y en la misma centuria. Hasta entonces, toda la iglesia
era territorio suyo y los laicos quedaban relegados a
parcelas menores de la misma, sobre todo en el mundo
de los monasterios56. En este mismo sentido, el abad
suger no nos deja dudas sobre el problema cuando, al
tratar la ampliación de la iglesia de saint-denis, usa
la sugestiva imagen de una mujer que, para acercarse
al altar del santo, era llevada en volandas por encima
del gentío, sin llegar a tocar el suelo. así ponía expresamente de manifiesto la incomodidad del edificio e
instalación litúrgica previos para la visita de los fieles
y –lo que más nos interesa aquí- que ésta se realizaba
durante los días festivos, en particular la fiesta de san
dionisio o la semana de la Feria –diebus festis, videlicet in festo beati Dionysii et Indicto et in aliis quamplurimis57. Esta delimitación de días no deja lugar a duda
de que el acceso al interior del edificio y la adoración
de sus reliquias por los laicos se hacía en momentos
concretos del calendario litúrgico y no alegremente y en
cualquier momento. Por otro lado, algo que suele ser ignorado por historiadores e historiadores del arte –sobre
todo cuando pretenden plantearse categorías de sesgo
generalista como la de “iglesia gregoriana”– es que la
interpretación funcional de un edificio de estas características pasa, inevitablemente, por su consideración
institucional: no es lo mismo una catedral que un monasterio y, por tal razón, la adoración de las reliquias
en un santuario monástico debía ser más restrictiva
que en una catedral precisamente debido a la clausura
del primero. Líneas arriba insistía en que para el culto
al apóstol en compostela existían momentos determinados del día, básicamente la misa de prima para
los peregrinos y el momento inmediato en que podían
realizar el abrazo a la figura que presidía el espacio del
altar mayor. El tiempo restante, la catedral era del cabildo. no en vano, cuando hablamos de procesos de
sacralización del presbiterio con grandes instalaciones
mostrando la colección de reliquias de la institución
y coronando la estructura de altares del altar mayor,
efectivamente dicha organización permitía una mayor y
mejor visibilidad de los objetos sagrados pero, cuidado,
esta transparencia visual no tuvo por qué estar a libre
disposición de los fieles ya que, como muy bien ha destacado armelle Le Gendre para el caso concreto de la
catedral de sens, la visibilidad estaba subordinada al
ceremonial y al control del propio clero58. del mismo
modo, en chartres en el siglo XVii y en clara respuesta
a la organización medieval, se documentan tres altares
presbiteriales: el mayor, el que mostraba las reliquias
y, vecino a éste, el altar de los aniversarios de la institución. no en vano, en saint-Germain-de-Prés y en
número de cuatro, los altares del presbiterio recibían
el nombre de altaria conuentualia59. sería muy largo
detenernos más en el asunto, pero además y durante
55
carrEro sanTaMarÍa, E., “arte y liturgia en los monasterios
de la orden de císter. La ordenación de un ambiente estructurado”, en Actas
del III Congreso internacional sobre el Císter en Galicia y Portugal, 2 vols.,
ourense, 2006, i, pp. 503-565.
56
carrEro sanTaMarÍa, E., “Una simplicidad arquitectónica por
encima de los estilos. La iglesia del monasterio cisterciense entre espacios
y funciones”, en Mosteiros Cistercienses. História, Arte, Espiritualidade e
Património, ed. J. alburquerque carreiras, 3 vols., alcobaça, 2013, ii, pp.
117-138.
57
suger de sainT-dEnis, Sobre la abadía de Saint-Denis y sus tesoros
artísticos, ed. E. Panofsky, Madrid, 2004, pp. 60-61.
LE GEndrE, a., “Les autels du choeur…”, op. cit., p. 241.
BoUiLLarT, J., Histoire de l’Abbaye de Saint-Germain-des-Prez, París,
1724, p. 309, y LEcocQ, a., “dissertation historique et archéologique sur
la question: où est l’emplacement du tombeau de Fulvert, évêque de chartres
au Xie siècle?”, Mémoires de la Société Archéologique d’Eure-et-Loir, V (1872),
pp. 303-391, en particular, pp. 325-326.
58
59
41
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
festividades concretas, varias de las reliquias eran sacadas mostrándose abiertamente en público, desde
púlpitos, balcones y en procesiones, dando lugar a las
famosas ostensiones documentadas por toda Europa y
que nos han dejado testimonios iconográficos tan fascinantes como las xilografías del libro de san servando
de Maastricht o la del Heiltumsbüchlein de nuremberg
(fig. 13)60.
Por último, y en relación a la accesibilidad de los
fieles a celebraciones y oficios intra ecclesia, querría enfatizar aquí la cuestión a la que aludía al comienzo de
este apartado: las misas matinales no tenían por qué
estar dirigidas a los fieles y a los laicos en general y
en ocasiones sabemos de dos altares destinados a tales
fines para la propia comunidad y para los laicos: uno
reservado en el coro y su entorno y otro fuera, en la
zona de acceso permitido del templo o incluso en la
parroquia de la institución, como tendremos ocasión
de ver ahora en las catedrales de Toledo y Vic. Por otro
lado, la interpretación de este altar presbiteral sito tras
el altar mayor pasa inevitablemente por su polifuncionalidad, variedad de usos en la que las misas matinales,
el culto a santos y los altares preparatorios de sacristía
se dan la mano.
boreali parte altaris ubi missa matutinalis siue capitularis
celebratur61. La consueta del monasterio de sant cugat
del Vallès localiza la misa matinal en los altares de san
Miguel, de san Juan, de san Benito, de santiago, de
la santa cruz y de santa María, en correspondencia
con los seis días extra dominicales62. En la catedral de
Gerona, el emplazamiento de la misa matinal variaba
en función del discurrir del año litúrgico, hasta que en
las consuetas modernas es fijada en la capilla claustral
de la Virgen, claramente relacionada con la fusión entre misa matinal y oficios marianos que vimos páginas
atrás63. En la Mallorca de comienzos del siglo XVi, la
misa matinal ocupaba distintos altares de la catedral:
el de san Pedro, el de san Blas, el de san Bernardo o
el de la festividad correspondiente al día64. otro altar
de prima fuera de la capilla mayor, y para más abudancia conservado, es el de la catedral de Toledo. se
encuentra en medio del coro de los canónigos, junto a
la reja de cierre entre éste y el transepto. con noticias
documentales al menos desde el siglo XiV, cuando el
arzobispo don Gómez Manrique (1362-1375) –a la sazón procedente del arzobispado compostelano- dotó la
misa de prima en el altar frente al que se enterraría (fig.
14). Esto no quiere decir en ningún modo que hasta la
fecha no se celebraran misas matinales en Toledo, por
el contrario lo que nos expresa es la importancia de las
mismas nada más y nada menos que con una dotación
económica arzobispal. como nos narra sixto ramón
Parro, al menos desde fechas modernas a estas misas
se dejaba entrar en el coro a los laicos, con la única
condición de que fueran vestidos convenientemente,
aunque sabemos que desde el siglo XVi atendían fuera
de las rejas, es decir, confinados al transepto a ambos
lados de la vía sacra y estrictamente vigilados por los
sirvientes del cabildo, en una evidente muestra de obli-
altares matinales fuera del presbiterio
Frente a la costumbre topográfica de los dos o más
altares en cabecera, uno de ellos destinado a las misas de prima y oficios marianos, debe matizarse que
la localización de los altares matinales no tuvo que ser
siempre la capilla mayor. citemos algunos ejemplos significativos. En la catedral de Winchester, al refererir
los sepulcros regios en 1118, se indicaba como jalón el
lugar donde se celebraban la misa matinal, al norte: ex
WiLLis, r., “The architectural History of Winchester cathedral”, en
Proceedings at the annual meeting of the Archaeological Institute of Great Britain
and Ireland, Londres, 1846, pp. 1-80, en particular, p. 21.
62
El costumari del monestir de Sant Cugat, op. cit., pp. 128-129.
63
roUrE i GiBas, G., “La festa de l’assumpció de la Mare de déu a la
seu de Girona, segons la consueta de 1655”, Miscel·lània litúrgica catalana, 9
(1999), pp. 387-414, y sUrEda JUBanY, M., “altars, beneficis i arquitectura
a la seu de Girona (993-1312)”, Annals de l’Institut d’Estudis Gironins, XLV
(2004), p. 667-678.
64
sEGUÍ i TroBaT, G., La consueta de sagristia de 1511, op. cit.
61
60
KüHnE, H., ‘Ostensio reliquiarum’. Untersuchungen über Entstehung,
Ausbreitung, Gestalt und Funktion der Heiltumsweisungen im römischdeutschen Regnum, Berlín, 2000, MonTGoMErY, s. B., “relics and
Pilgrimage in the Xylographic Book of st. servantius of Maastricht”, en Art
and Architecture of Late Medieval Pilgrimage in northern Europe and the British
Isles, eds. s. Blick y r. Tekippe, 2 vols., Leiden-Boston, 2005, i, pp. 669-691,
y diEdricHs, c. L., ‘Man zeigte uns den Kopf des Heiligen’. Bausteine zu
einer Ereigniskultur in Mittelalter und Früher neuzeit, Berlin 2008.
42
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
Fig. 13. ostensión de reliquias en la schopperschen Haus de nuremberg, grabado
de 1487, staatsarchiv nürnberg, rst. nürnberg Handschriften 399a.
43
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 14. catedral de Toledo. altar de prima del coro, visto desde el transepto.
gatoria adaptación a un marco escénico que no era el
apropiado65. de hecho, la capilla destinada a los laicos
en Toledo era la de san Pedro, que sustituyó desde
el siglo XV a la de san Pedro el Viejo –hoy de san
Eugenio- abierta en el muro sur a unos metros de la
Puerta de los Leones y en la que, dadas sus reducidas
proporciones, durante el pontificado de don sancho
de rojas (1415-1422) se afirmaba taxativamente que no
se podía bien administrar a los parroquianos y, además,
alteraba los oficios corales ya que, cuando se celebran los
divinales oficios cantados y se hacen algunas solemnidades
de matrimonios o oficios divinales, empachan el oficio del
choro por ser cercana la dicha capilla del dicho coro66.
desde la perspectiva de estas noticias sobre los altares
de prima y parroquial de la catedral de Toledo debemos
traer a colación una interesante documentación relativa
a la desaparecida catedral medieval de Vic. El necrologio de la misma cita tres consagraciones de altares
durante el pontificado de Guillem de Tavertet (11951223) entre las que debemos prestar especial atención
65
raMón Parro, s., Toledo en la mano o descripción histórico-artística
de la magnífica catedral y de los demás célebres monumentos, 2 vols., Toledo,
1857, reed. facs., Toledo, 1978, i, pp. 171-172. Las noticias del siglo XVi en
PULVErTaFT, T. J., “The Eastward Position. a roman innovation in
spain”, The Churchman, 18/5 (1904), pp. 221-227, y ViLLaLUEnGa dE
Gracia, s., “La remuneración y el control del servicio cultual en la iglesia
de Toledo (siglo XVi)”, Pecvnia, 8 (2009), pp. 325-370.
66
LoP oTÍn, M. J., “Los ‘espacios’ de la catedral de Toledo y su
funcionalidad durante la Edad Media”, Sacra Loca toletana. Los espacios
sagrados en Toledo, coords. J. c. Vizuete Mendoza y J. Martín sánchez,
cuenca, 2008, pp. 223-262.
44
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
a la del altar de santa María, según la fuente sito iuxta
altare maius Sancti Petri y datado en 1205. a pesar de
su brevedad, la información es especialmente rica. En
mi opinión, por un lado, la data de la consagración se
debe corresponder con la finalización de las obras de
ampliación de la tribuna coral que ocupaba el presbiterio de la catedral y, por otra, este altar de santa María
era, indudablemente, un altar de prima o altar matinal
de los canónigos que articulaba, junto al altar mayor dedicado a san Pedro, la cabecera de la catedral vicense67.
de hecho, en la visita pastoral de 1388, aparece citado
como el altar de santa María del cor, en clara referencia
a su situación en el coro de los canónigos en la capilla
mayor, y que en este caso insiste en su uso como altar
de prima y por tal localizado en el coro capitular. Por
otro lado, sabemos que los altares de la misa matutinal
fueron variando desde el de san Pedro de la confesión
al de san nicolás o el de san Esteban, según recoge la
visita pastoral del siglo XiV, o el de san Pablo, citado en
la consueta del siglo XV en la festividad de san Pablo
de narbona68. La interpretación de estos datos pudiera
ser interesante. Hablamos de un altar coral sito junto al
mayor en el presbiterio y dedicado a la Virgen y otros
altares del resto de la catedral dedicados indistintamente
a la misa matinal a la que asistían los legos. Junto a esto,
frente a las puertas de la catedral se ubicaba la iglesia
parroquial de la rodona, en la que posiblemente no se
celebraron misas matinales. Parece bastante claro que
nos encontramos ante los altares catedralicios de una
misa de prima para laicos y el altar privado en el coro
para la de los canónigos. Por último, en Winchester y
en algunas catedrales inglesas, el altar matinal se situó
en el altar de la cruz, que habitualmente cerraba las
esctructuras corales hacia occidente69. Es evidente que
nos hallamos ante la clara significación parroquial o,
al menos, extracapitular del altar de prima, al ser localizado precisamente en el lugar donde el espacio de la
catedral se segregaba entre la iglesia destinada al cabildo
–coro y cabecera– y la dedicada a los fieles –trascoro.
El altar matinal compostelano
¿Qué se extrae de todo lo expuesto? Que la afirmación
del calixtino sobre las misas matinales en el compostelano altar de la Magdalena significa la más absoluta
normalidad litúrgica de la costumbre tratándose de
uno de los lugares más habituales para la ubicación de
un altar de prima, vecino al altar mayor y que poco
o nada tenía que ver con la supuesta dependencia del
modelo de instalación litúrgica de san Pedro del Vaticano propuesta por Guerra campos y desarrollada por
los restantes autores después. Hay algo importante y es
indicar y subrayar que las misas para los peregrinos eran
las matinales, las pro populo, y no las misas mayores
que estaban destinadas al propio cabildo compostelano.
se trata de una puntualización básica, acostumbrados
como estamos a presuponer una catedral poblada por
romeros que iban y venían por doquier, cuando no era
así. La catedral tenía unas horas determinadas para adorar al apóstol, al igual que los oficios reservados a laicos
y peregrinos eran los de la misa matinal. En paralelo
e insistiendo en la misma cuestión, en el otro extremo
de la Península, el Liber Miraculorum de Montserrat
describe el milagro de la curación de la mujer sin fe
durante la fiesta de Todos los santos, precisamente en
la misa matinal celebrada en la abadía: et crastina die
sumo mane cum missa matutinalis celebraretur, loquelam
recepit, deo gratias agens70
Mientras, la funcionalidad de la capilla de la
Magdalena como sacristía catedralicia está ampliamente documentada durante toda la Edad Media, en
consonancia a otros ejemplos peninsulares y europeos71.
Para la delimitación topográfica de la tribuna coral vicense, carrEro
sanTaMarÍa, E., “centro y periferia”, op. cit., e id., “Presbiterio y coro”,
op. cit.
68
GUdioL i cUniLL, J., “sant Pau de narbona i lo Bisbat de Vich”,
Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 8 (1901), pp. 527582, y sUrEda JUBanY, M., “La catedral de Vic a les darreries del segle
XiV. Edició i comentari de la visita pastoral de 1388”, Miscel·lània litúrgica
catalana, 18 (2010), pp. 323-361.
69
HEaLEs, a., The Archaeology of the Christian Altar in Western Europe,
with its Adjuncts, Furnitures and Ornaments, Londres, 1881, pp. 14-15.
67
Publ. BaraUT, c., “Les cantigues d’alfons el savi i el primitiu Liber
miraculorum de nostra dona de Montserrat”, Estudis Romànics, ii (1949-50),
pp. 79-92.
71
La sacristía se trasladó ya en fechas tardías a una de las dependencias del
claustro renacentista, desapareciendo definitivamente en la transformación de
70
45
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 15. catedral de santiago de compostela. santiago del presbiterio.
46
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
ambos factores, altar matinal y sacristía, no hacen más
que subrayar la normalidad de la articulación del presbiterio en dos altares y su clara relación con la topografía sacra de los edificios del románico pleno europeo.
¿cómo pudo ser esta capilla de la Magdalena, de la
que sólo vemos su entrada en la miniatura de Tournai?
indudablemente se trató de un espacio cerrado y dotado
de las medidas de seguridad suficientes para proteger
el tesoro sagrado que, como sacristía, custodiaba en su
interior. de hecho, un pasaje de la Compostelana recoge
el enfrentamiento entre el arzobispo Gelmírez y unos
laicos de la ciudad de santiago que obligó al prelado a
protegerse en el altar del apóstol y bajo su baldaquino,
al que aludimos páginas atrás. Una vez allí protegido,
se cerraron las rejas y –lo que considero más importante–, Gelmírez debió resguardarse en la capilla de la
Magdalena, ya que sus agresores tuvieron que subirse
a las tribunas de la catedral para lanzarle objetos contundentes, ya que desde el suelo “no podían matarle”72.
respecto a las entradas, vimos cómo la Compostellana
las situaba entre las columnas del baldaquino del altar
mayor. no veo el menor inconveniente a tal cuestión,
muy probablemente favorecida por algún tipo de viga
de la que colgaran cortinajes. como defendí en mi
primera aproximación al problema, en un momento
indeterminado de la Edad Media y que me inclino a
situar en el siglo Xiii, se construyó una separación de
fábrica entre ambos altares –el de santiago y el de la
Magdalena– con dos puertas en sus laterales, tal y como
refleja la miniatura de Tournai73. ambas puertas favorecerían la entrada y salida de la capilla y la asistencia
a la misa matinal de peregrinos. además, en dicho
muro se situó la figura del apóstol sedente que desde
comienzos del siglo Xiii, si seguimos a Jesús carro
García74, presidió el altar mayor y fue objeto de una
práctica ceremonial entre los peregrinos, según veremos
a continuación (fig. 15).
TEsTiMonios dE dEVoción JacoBEa
En La dEFinición dE Un EsPacio Y
Un cErEMoniaL caTEdraLicio
como es bien sabido, la presencia de un cuerpo santo
condicionó no sólo la construcción de edificios religiosos y la creación de grandes centros de peregrinación,
sino también, en una esfera local, favoreció la aparición
de liturgias y paraliturgias vinculadas al culto del santo
en cuestión75. Las segundas, es decir, las ceremonias
relacionadas con el propio cuerpo santo venían motivadas por el deseo de contacto directo con las reliquias,
ya fuera físico o simplemente visual. En compostela,
la instalación del sepulcro del santo en el altar matinal
–tal y como veíamos en otros ejemplos– tuvo que evitarse, ya que se trataba de unas reliquias que no se podían ver ni tocar. de hecho, según vimos líneas atrás, el
cuerpo apostólico se localizó en un sepulcro en el altar
mayor de la catedral, lugar recóndito para una religiosidad acostumbrada a la búsqueda de la relación física
con las reliquias, en ceremoniales que incluían el paso
bajo el sepulcro e incluso la entrada al mismo, como
tenemos ampliamente documentado en toda Europa.
Es muy probable que el ocultamiento del relicario de
santiago obligara a crear otro tipo de paraliturgia que
cubriera las aspiraciones de los peregrinos al llegar a la
basílica del apóstol. En todo caso, debe destacarse aquí
que la presencia de los peregrinos en la catedral pasaba
por tres puntos primordiales: la visita del altar mayor,
el abrazo al apóstol y la misa de prima en la capilla
de la Magdalena. si el abrazo no puede documentarse
antes del siglo Xiii por la cronología de la propia ima75
En el caso de la liturgia, en santiago contamos con los trabajos de
roMano rocHa, P., “La liturgia de compostela a fines del siglo Xii”,
en Actas Simposio Internacional sobre ‘O Pórtico da Gloria e a arte do seu tempo’.
Santiago de Compostela, 3-8 de outubro de 1988, santiago de compostela, 1991,
p. 397-410; TEMPErÁn ViLLaVErdE, E., La liturgia propia de Santiago
en el Códice Calixtino, santiago de compostela, 1997; dÍaz FErnÁndEz,
J. M., “celebraciones descritas y textos litúrgicos del Iacobus”, en El Códice
Calixtino y la música de su tiempo, éds. José López-calo et carlos Villanueva,
La corogne, 2001, p. 53-71, y LóPEz-MaYàn naVarrETE, M., “Los
libros litùrgicos en la catedral de santiago de compostela (siglos Xi-XV):
anàlisis de su circulaciòn y vicisitudes”, en In Marsupiis Peregrinorum.
Circulación de textos e imágenes alrededor del Camino de Santiago en la Edad
Media. Actas del congreso internacional, Santiago de Compostela, 24-28 marzo
2008, ed. E. díaz corral, Florencia, 2010, pp. 401-414.
la cabecera en el siglo XVii, Eduardo carrero santamaría, Las catedrales de
Galicia. Claustros y entorno urbano, La coruña, 2005, p. 289-290.
72
Historia Compostellana, op. cit., pp. 508-510.
73
carrEro, “Le santuaire de la cathédrale de saint-Jacques”, op. cit.,
p. 300.
74
carro GarcÍa, J., “La imagen sedente del apóstol en la catedral
de santiago”, Cuadernos de Estudios Gallegos, 5 (1950), p. 43-51.
47
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
gen objeto de culto76, las otras dos ceremonias debieron
ser las básicas en tiempos de Gelmírez, en relación a
la perfecta articulación de la capilla mayor. El altar
mayor estaba protegido por las consabidas rejas hasta
las que se acercaban los fieles. Este acercamiento debía
ser, necesariamente, a través de los brazos del transepto,
cuyas puertas son las que los textos nos describen como
entrada de los fieles. La entrada hasta el altar mayor
se realizaba cruzando las rejas frontales que protegían
el santuario. La documentación de mediados del siglo
Xiii, relativa al pleito que enfrentó a los dos limosneros
más importantes de la catedral, es especialmente llamativa en este sentido. Entre 1243 y 1250, las arcas del
altar de santiago y el arca de la obra parecían querer
saldar una rivalidad que puede remontarse por lo menos hasta 1228. a petición del arzobispo don Juan arias,
se levantó un documento que narra cómo ambas instituciones competían por las limosnas de los peregrinos,
ubicándose el arca de la obra en el ángulo del transepto
norte y, por tanto, en pleno recorrido de los peregrinos hacia el altar mayor y entre los siglos Xiii y XiV,
además, se decoró con una imagen de santiago alfeo,
todavía hoy in situ (fig. 16), acompañada de un altar
que la documentación denomina el altar de fuera, en
referencia a su posición afuera del recinto del presbiterio
cerrado con sus consabidas rejas77. La historia, una más
entre los desatinos y enfrentamientos habituales en una
instiución como la catedral compostelana, nos interesa
muy especialmente porque insiste en que los peregrinos
adoraban el altar mayor de la catedral y era allí adonde
dirigían los pasos. En ningún momento se habla de
confessio alguna, ni de la girola para acceder a la misma.
no en vano, el ritual descrito por la documentación
de mediados del siglo Xiii incide en lo que sin lugar a
dudas fue la liturgia de peregrinos compostelana desde
Fig. 16. catedral de santiago de compostela.
santiago alfeo del limosnero de la obra,
transepto norte de la catedral.
sus inicios y no lo contrario, una supuesta novedad de
comienzos del siglo Xiii, como se ha querido exponer78. de hecho, daba comienzo con lo que ya recogía
el calixtino: la misa de prima. siguiendo el Libro de
las Constituciones de la catedral parcialmente publicado
por varios autores, se tocaba la campana que anunciaba la misa matinal. El responsable de la limosna de la
obra –el llamado arquero- y un clérigo de la catedral se
situaban junto al arca de las donaciones para la obra y
cum suis uaris in manu –que utilizaban para golpear in
carrEro, “Le sanctuaire de la cathédrale de saint-Jacques”, op.
cit., p. 302.
77
Los documentos del proceso y otros igualmente interesantes del
siglo XiV son recogidos por LóPEz FErrEiro, a., Fueros municipales
de Santiago y su tierra, 2 vols., santiago de compostela, 1895, i,. pp. 8386; PérEz rodrÍGUEz, La Iglesia de Santiago…, op. cit., pp. 146-151,
y GarcÍa iGLEsias, J. M., “santiago de compostela y la devoción al
apóstol santiago alfeo, la otra faz del culto jacobeo”, en Actas del I Congreso
Ibero-Asiático de Hispanistas Siglo de Oro e Hispanismo general, eds. V. Maurya
y M. insúa, Pamplona, 2011, pp. 207-236.
76
78
casTiñEiras, “Un nuevo testimonio de la iconografía jacobea”, op.
cit., p. 97.
48
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
tergis et in membris peregrinorum- llevar a los peregrinos hasta el arca de la obra junto al altar mayor, para
que hicieran su contribución correspondiente a la causa
anunciada mediante una indulgentia siue perdonem, en
la que se llamaba a los francigenis, lombardis, campesinis
et toscanis allí presentes. a partir de este momento se
abría el altar mayor para su adoración y la asistencia
a la misa de prima tras el mismo; después de ésta, el
altar quedaba abierto recibiendo las limosnas hasta la
hora de comer, en que era cerrado. Por la tarde, ambos
limosneros –el de la obra y el del altar mayor– volvían
a ser abiertos para continuar su recaudación79. sin lugar
a dudas, esta apertura del altar mayor es la misma que
se describía en el milagro recogido en el calixtino y en
el que el conde Poncio de saint-Gilles y su hermano
no pudieron visitar el oratorio –oratorio in quo corporis
apostolis iacuerat– donde se daba culto al sepulcro “pues
era costumbre que las puertas de dicho oratorio estuviesen cerradas desde la puesta de sol hasta el amanecer” –
nam most illic fuerat ut post solis occubitum ianuae, donec
illucesceret mane, clausae maneret. ante esta situación,
reunieron a todos los demás peregrinos que había en la
ciudad y dirigiéndose hasta la catedral e invocando el
nombre del apóstol, las puertas se abrieron rompiéndose “los cerrojos, cerraduras y cadenas con que estaban
cerradas” –Verum inspectis illis, repagula, serae, atque
catenae quibus obserebantur, rupta atque disiecta sunt80.
según hemos venido insistiendo y como se documenta desde comienzos del siglo Xii, la misa matinal para los peregrinos era celebrada en el altar de la
Magdalena, sito tras el altar mayor. Parece claro que
dicha costumbre tuvo un premeditado paralelo en los
ritos celebrados en aquellos edificios donde el altar matinal albergaba las reliquias del santo al que se daba
culto, y que en compostela destacaban por su ausencia.
Una vez planteadas estas cuestiones, poco importa ya si
el acceso a la capilla de la Magdalena se hacía desde la
girola o no. Evidentemente, si alguna vez se hizo desde
ésta y no de forma frontal, cruzando la superficie donde
se disponía el altar mayor, fue antes de la construcción
del muro de cierre con las puertas correspondientes,
representado por el maestro del cartulario de Tournai.
Lo que es evidente es que el entorno del altar y la confessio debieron estar cerrados con sus rejas correspondientes, en una disposición muy similar a la todavía
conservada hoy en sainte-Foy de conques (fig. 17) que,
por cierto, debió gozar de una organización presbiterial
muy semejante a la compostelana, hoy totalmente alterada. Para santiago contamos con algún testimonio
interesante sobre estos cierres, como el de las tablas pintadas que cegaban el intercolumnio de la girola hacia
la capilla de la Magdalena y que funcionaron como
trasaltar. restauradas en 1587, López Ferreiro y Guerra
campos las describen pintadas por ambas caras y las
entonces conservadas decoradas con una Epifanía, una
resurrección, una crucifixión y una ascensión81.
Pero aquí no quedaba todo. además de visitar el
altar mayor y asistir a prima, los peregrinos tenían la
oportunidad de entrar en contacto con objetos jacobeos
de carácter espurio, vinculables al mundo de la peregrinación, como un bordón, un cuchillo, un capelo,
un morral y una corona que, además, eran motivo de
juegos y chanzas por los habitantes de santiago y por
los propios peregrinos82. Los textos recogen además,
cómo accedían mediante una escalera de madera hasta
79
LóPEz FErrEiro, Historia de la S.A.M.I…., op. cit., V, ap. XXV,
pp. 64-67; PérEz rodrÍGUEz, La Iglesia de Santiago…, op. cit., pp.
149-150. se me permitirá indicar que la entrega de bienes junto al altar mayor
en el arca del propio apóstol recuerda mucho al uso del cierre de coro de
la catedral de chartres –las noticias proceden del jubé de c.1520–, cuando
los fieles depositaban sobre su superficie exvotos y otras donaciones ante la
imposibilidad de acercarse hasta el santuario de las reliquias marianas, sito en
el altar-relicario en el eje axial del presbiterio (cf. BUGsLaG, J., “Pilgrimage
to chartes: The Visual Evidence”, en Art and Architecture of Late Medieval
Pilgrimage in northern Europe and the British Isles, eds. s. Blick y r. Tekippe,
2 vols., Leiden-Boston, 2005, i, pp. 135-183).
80
Liber Sancti Iacobi, op. cit., p. 372-373. El texto latino en anselmo
d’aosTa, nel ricordo dei discepoli: parabole, detti, miracoli, eds. i. Biffi, a.
Granata, c. Marabelli y c. riserbato, Milán, 2008, p. 354.
81
LóPEz FErrEiro, Historia de la S.A.M.I., op. cit., Vii, p. 302, y
Viii, pp. 397-398; GUErra, Exploraciones arqueológicas, op. cit., pp. 233234. Para las rejas de conques, sirE, M.-a., TEXiEr, a. y PEnnEc, s.,
“La restauration des grilles du sanctuaire, abbatiale sainte-Foy, conques,
aveyron”, Monumental 17 (1997), pp. 20-29.
82
LóPEz FErrEiro, Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de
Compostela, 11 vols., santiago de compostela, 1898-1909, vol. V, p. 64-65;
roMano rocHa, P., “El peregrino a santiago y la oración de la iglesia”,
Santiago, Camino de Europa. Culto y cultura en la Peregrinación a Compostela,
santiago de compostela, 1993, p. 14-34; PérEz rodrÍGUEz, La Iglesia
de Santiago…, op. cit., p. 147; GonzÁLEz VÁzQUEz, M., “La iglesia
catedral”, Santiago. La Esperanza, santiago de compostela, 1999, p. 45-50;
VanWiJnsBErGHE, op. cit., p. 1516-1521.
49
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
Fig. 17. sainte-Foy de conques. Vista del presbiterio desde el tramo axial de la girola.
50
El altar mayor y el altar matinal en el presbiterio de la catedral de santiago de compostela
un piso superior, una especie de tribuna habilitada
sobre el muro de separación entre el altar mayor y la
capilla de la Magdalena. desde este piso era accesible
la señalada figura sedente del apóstol y a la que se daba
el célebre abrazo por la espalda, como todavía se acostumbra en nuestros días83. no sabemos a ciencia cierta
cuándo comenzó la tradición del abrazo a la figura de
santiago. En el siglo Xii aymeric Picaud aludía a la
celebración de la misa de peregrinos en la capilla de
la Magdalena y, por lo tanto, ya debía existir una delimitación clara entre el altar del apóstol y su trasera
destinada a las misas de prima. Por el contrario y como
indiqué en su momento, si la obra original de la imagen
de santiago es datable en el siglo Xiii, debió ser en este
preciso momento cuando se comenzó a practicar el rito
a su alrededor y terminó siendo tan potente en ausencia
de reliquias, que en el siglo XVi ambrosio de Morales
calificaba este acto como el culmen de la peregrinación:
el fin del romage y su complimiento es llegar el peregrino
a esta Imagen (del Apóstol), y besándola con reverencia en
la cabeza, y abrazándola por el cuello, ponerse aquella
corona en su cabeza, que para eso está pendiente de una
cadena84. Lo que resulta claro es que dicha paraliturgia
de peregrinos nació en respuesta a la inexistencia de un
ritual de mayor enjundia para entrar en contacto con el
apóstol. no se veían reliquias, no había fenestella desde
la que acceder a ellas, pero sí una monumental figura
de santiago, mayor que el natural, a la que abrazar
en un auténtico acto físico, abarcando una materialidad tangible que estrechaba el lazo entre la cotidianidad del peregrino y la deseada realidad ultraterrena
a la que se dirigía mediante la peregrinación. si, por
ejemplo, en Westminster o en salisbury los peregrinos
entraban en los shrines de san Eduardo el confesor o
de san osmundo, pasando de un lado a otro y de una
vida vieja a una nueva, en compostela se abrazaba al
propio santo, para lo que era necesario subir y bajar de
la tribuna: ascender a encontrarse con el apóstol y descender a una nueva realidad. se obviaba así el problema
de unas reliquias intangibles, sólo la imagen bastaba.
EPÍLoGo
acabando por donde comenzábamos, indudablemente, en compostela, la adopción de una monumental y
económicamente costosa cabecera con girola no vino
motivada únicamente por el culto a unas reliquias cuyo
ritual de adoración, por otra parte, casi tuvo que improvisarse una vez finalizado el templo. Para su construcción debieron influir cuestiones de carácter iconológico,
como la concepción de la imagen del edificio en el que
desembocaba el más importante camino de peregrinación occidental, cuestión a entenderse mejor desde la
perspectiva simbólica de serafín Moralejo, que desde la
utilitaria creación de una superficie para la exposición
de reliquias, defendida por Thomas W. Lyman85. no
está de más recordar aquí que la cabecera compostelana
no dejó ‘descendencia’ aparente entre las otras cuatro
catedrales gallegas, mientras que de la vecina y rival
Braga o en el seguro y fascinante ejemplo de oporto
sigue discutiéndose el alcance de sus proyectos iniciales.
cuando la influencia de la catedral se hizo sentir en el
resto de los edificios catedralicios gallegos, curiosamente nunca se copió la girola. si en la catedral de Tuy un
ambicioso transepto de tres naves abierto a una cabecera de cinco capillas en batería tuvo que suspenderse por
cuestiones económicas, en la poco estudiada catedral
de Lugo la huella de santiago se percibe en la organización general y en la tribuna, ya que su girola no fue
edificada hasta el siglo XiV sustituyendo a una cabecera de tres ábsides, de clara impronta leonesa. Mientras
orense vio levantarse un macizo occidental imitando
el Pórtico de la Gloria y los arranques de una truncada
tribuna que modificaba la estructura previa, la modesta
catedral de Mondoñedo vería la efectiva construcción
83
no sería hasta la transformación barroca cuando se redujo la altura
a la que se situaba la figura y se favoreció su acceso a la misma a través del
mobiliario litúrgico del retablo, sin entorpecer la visibilidad del nuevo altar
mayor.
84
Mor aLEs, ambrosio de Viage a los Reinos de León y Galicia y
Principado de Asturias, ed. facsímil, oviedo 1977.
85
Mor aLEJo, “La imagen arquitectónica”, op. cit., pp. 237-246, y
LYMan, T. W. “The Politics of selective Eclecticism: Monastic architecture,
Pilgrimage churches, and ‘resistance to cluny’”, Gesta, XXVii/1-2 (1988),
p. 83-92.
51
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 19-52]
de una falsa tribuna sobre sus naves laterales86. Vuelvo a
insistir, en ningún caso se adoptó una costosa cabecera
con girola y capillas radiales al modo de santiago, sino
que se optó por cabeceras con ábsides en batería, incluso en orense donde se guardaban reliquias procedentes
de san Martin de Tours. Tendría que ser en algunos
de los grandes monasterios benedictinos y cistercienses
gallegos como carboeiro, osera o Melón87, y como la
cabecera del priorato de cambre, donde la huella de la
girola compostelana se dejó sentir, ya entre los siglos
Xii y Xiii.
La comprensión de la realidad material de un edificio debe hacerse no a través de una teoría fija y,
sobre todo, apriorística, una de las célebres imposturas intelectuales a las que nos hemos peligrosamente
acomodado, sino por medio del paralelo real, el uso
litúrgico y la idiosincrasia puntual de cada edificio
particular. Todos estos argumentos se dan en la reconstrucción del mobiliario litúrgico compostelano:
la veraz interpretación de unas fuentes que nos hablan
de la capilla y confesión de la Magdalena –el códice
calixtino y la Historia Compostellana-, una realidad
arqueológica que desdice la existencia de una cripta
y evidencia la retrocapilla y, sobre todo, el amplio
abanico de espacios semejantes que existieron en la
arquitectura europea de la época, frente a la consideración aislada de san Pedro de roma como único
ascendente. Para terminar, una reflexión a modo de
invitación para una segunda parte. ningún autor ha
valorado un hecho básico, que cuando Gelmírez organizó la nueva capilla mayor lo hizo construyendo
también un coro para los canónigos de la catedral, que
habían ascendido a más de setenta, un número nada
despreciable de miembros que necesitaba ubicarse en
la catedral. según la Compostellana, el mismo obispo,
como sabio arquitecto, construyó en la esquina derecha
del mismo coro un elevado púlpito, en el que los cantores y los subdiáconos cumplen el orden de su oficio. Y
en el lado izquierdo otro, donde se leen las lecturas y
los Evangelios88. Establecer los problemas de interpretación de esta pieza de mobiliario litúrgico debe ser
objeto de otro estudio.
86
BanGo TorViso, i. G., Galicia Románica, Vigo, 1987, p. 140-153
et 231-244. sobre Tuy, cEndón, M., La catedral de Tuy en época medieval,
Poio, 1995. Para Mondoñedo y orense, carrEro sanTaMarÍa, E.,
“de la influencia cisterciense en la catedral de santa María de Mondoñedo
(Lugo), a la evolución arquitectónica de un proyecto basilical románico”,
Actas del II Congreso Internacional sobre el Císter en Galicia y Portugal, 3 vols.,
orense, 1998, vol. iii, p. 1165-1186, e id., El Pórtico del Paraíso de la Catedral de
Ourense, orense, 2000. sobre Braga, rEaL, M. L., “o projecto da catedral
de Braga, nos finais do século Xi, e as origens do românico português”, en
IX Centenário da Dedicação da Sé de Braga. Congreso Internacional. Actas,
vol. i, O Bispo D. Pedro e a Ambiente político-religioso do século XI, Braga,
1990, pP. 435-512, y sobre oporto, BoTELHo, M. L., “sé do Porto”, en Arte
Românica em Portugal, coord. L. rosas y M. L. Botelho, aguilar de campóo,
2010, pp. 201-208.
87
VaLLE PérEz, J. c., La arquitectura cisterciense en Galicia, 2 vols.,
La coruña, 1982, i, p. 39, 99, 212.
88
52
Historia Compostelana, op. cit., p. 189.
El monasterio de san Pelayo de oviedo:
infantado y memoria regia
Laura cayrol Bernardo
centre d’études supérieures de civilisation Médiévale (cEscM),
Université de Poitiers - cnrs
[email protected]
Recibido: 9-7-2013
Evaluado y aceptado: 21-7-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 53-66]
d
R esuMen: El presente trabajo aborda una revisión del vínculo
entre el monasterio de san Pelayo de oviedo y la monarquía
leonesa, analizando cómo su carácter regio y su tenencia por
las mujeres de sangre real fueron los pilares sobre los que
construyó su memoria antigua en los siglos centrales de la
a bstRact: royal memory and the Infantado in the monastery
of San Pelayo (oviedo)
although there were those who believed it had been founded
by king silo, who would have been burried in its church, the
most widespread tradition makes the monastery of san Juan
Bautista de oviedo, later san Pelayo, the last foundation
made by king alfonso ii in the vicinity of the church of san
salvador in oviedo. However, more recent scholarship has
tended to delay the founding of san Pelayo until the time of
alfonso iii based, above all, in the absence of references to
the monastery in the asturian chronicles.
all indications are that the monastery of san Juan was
linked from the beginning to the celebration of the
royal memory, with the nuns performing liturgy in
the pantheon of santa María, just as did those of san
Juan and san Pelayo de León, another burial site of
Edad Media, siendo estas ideas retomadas en la Edad Moderna
y perdurando, en gran medida, hasta tiempos muy recientes.
PalabRas clave: oviedo. san Pelayo. infantado. Memoria.
alfonso ii.
the royal family which also belonged to the Leonese
infantas. However, there is some evidence that this
feature was consciously revived in the second half of the
twelfth century and throughout the thirteenth century,
coinciding with the loss of importance of san Pelayo as a
main royal nunnery and a head of the Infantado.
This paper deals with a review of the link between the
monastery of san Pelayo de oviedo and the Leonese
monarchy, analyzing how its royal status and its tenure
by women of royal blood were the pillars on which the
nunnery constructed its historical memory in the central
Middle ages, these ideas being taken up in the Early
Modern age and enduring, largely, until very recent
times.
K eywoRds: oviedo. san Pelayo. infantado. royal
memory. alfonso ii.
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
con la catedral, utilizada por las religiosas para asistir a
los oficios en santa María4. dentro del propio monasterio el vínculo con la memoria regia y santa María fue
también muy estrecho. ambrosio de Morales recoge
que en su época alfonso ii era todavía recordado como
fundador5, y Yepes nos habla incluso de la existencia
de una misa dedicada al propio rey casto6 de la que,
lamentablemente, hoy en día no queda rastro alguno
en el archivo del monasterio.
sin embargo, en los últimos años se ha tendido a
retrasar la fundación de san Pelayo hasta la época de
alfonso iii 7 basándose, sobre todo, en la ausencia de
menciones al cenobio en las crónicas asturianas. así,
en opinión de F. J. Fernández conde, la primitiva iglesia
de san Juan Bautista habría sido edificada después del
año 900, una vez finalizada la redacción de las crónicas8. El conjunto eclesial ovetense estaba compuesto
inTrodUcción
s
i bien hubo quienes lo creyeron fundado por el
rey silo, que lo habría elegido como lugar de enterramiento, la tradición más extendida hace del
monasterio de san Juan Bautista de oviedo, después
san Pelayo, la última fundación realizada por alfonso
ii en las proximidades de la iglesia de san salvador1.
así, sabemos a través de Fray antonio de Yepes que, todavía en el siglo XVi, cada año el día de san ildefonso,
se celebraba el aniversario de la memoria del monarca.
Las voces de los canónigos de la catedral, que se ocupaban de decir los responsos en la sepultura del rey en la
iglesia de santa María, eran escuchadas por las monjas
que hacían lo mismo de procesión por el llamado claustrillo2. El mismo autor describe el arco de piedra que
comunicaba este espacio con la iglesia real para que
los capellanes (¿o quizá las propias monjas?) pasaran al
panteón regio a celebrar el recuerdo del monarca3. años
más tarde, cronistas como Marañón de Espinosa hacen
referencia a la puerta que comunicaba el monasterio
a. Marañón de Espinosa, Historia eclesiástica de Asturias [c. 1614],
Gijón, 1977, p. 51.
5
a. Morales, Viage a los reynos de León y Galicia y Principado de Asturias
[1572], Madrid, 1765 (reed. oviedo, 1977), p. 51.
6
a. Yepes, Crónica general..., vol. i, p. 398.
7
F. J. Fernández conde, «orígenes del monasterio de san Pelayo», pp.
103 y 106, en VV. aa., Semana de Historia del monacato cantabro-astur-leonés,
oviedo, 1982, pp. 99-121; E. carrero santamaría, «La ciudad santa...»,
pp. 383-384.
8
F. J. Fernández conde, «orígenes del monasterio...», pp. 99-106. Para
i. ruiz de la Peña González, sin embargo, el silencio de las fuentes no es
motivo suficiente para descartar la fundación del monasterio por alfonso
ii: i. ruiz de la Peña González, «La arquitectura religiosa en asturias en
torno al año mil», p. 355, n. 82, en La Península Ibérica en torno al año 1000;
VII Congreso de Estudios Medievales, 2001, pp. 337-368.
4
1
a. Yepes, Crónica general de la Orden de San Benito (F. J. Pérez de Urbel
ed.), Madrid, 1960, vol. i, pp. 391-393; L. a. carvallo, Antigüedades y cosas
memorables del Principado de Asturias, Madrid, 1695 (reed. Gijón, 1988), p. 191;
J. B. sitges, El monasterio de religiosas benedictinas de San Pelayo de Oviedo,
Madrid, 1915, p. 67.
2
desarrolla este tema E. carrero santamaría, «La ciudad santa de
oviedo, un conjunto de iglesias para la memoria del rey», pp. 383-384, en
Hortus Artium Medievalium, 2007, pp. 357-389.
3
a. Yepes, Crónica general..., vol. i, pp. 394-395.
55
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
por múltiples centros cultuales en torno a la iglesia del
salvador, una serie de edificios con diferentes funciones
entre los que cabe destacar la iglesia y panteón regio de
santa María, el monasterio de san Vicente y el de san
Juan Bautista y san Pelayo, además de otros monasterios
más pequeños a los que se refiere la documentación9. El
vínculo que unía en época altomedieval san Vicente, san
salvador y san Juan, después san Pelayo, y la causa que
los mantuvo cohesionados cuando se convirtieron en tres
instituciones reglares bien diferenciadas10, fue la defensa
de la memoria de los reyes11. así pues, se desarrolló a
partir de este núcleo una verdadera «ciudad santa» cuyo
centro neurálgico fue, como ya advirtió r. Walker, la
iglesia funeraria de santa María del rey casto12. En
opinión de E. carrero santamaría, el hecho de que en
época de alfonso iii se produjera la escisión entre el clero
catedralicio y los monjes de san Vicente así como la supuesta aparición de las monjas de san Pelayo, apunta a
que fue el rey Magno quien estableció este ceremonial
litúrgico dedicado a la memoria regia 13.
El monasterio de san Juan se supone unido desde sus
inicios a estas celebraciones memoriales, pues, según
una sugerente hipótesis planteada por F. J. Fernández
conde y secundada por otros autores, las monjas de
san Pelayo habrían desarrollado funciones litúrgicas
en el panteón regio de santa María, del mismo modo
en que lo hicieron las de san Juan y san Pelayo de
León, también perteneciente a las infantas y lugar de
enterramiento de la familia real leonesa14.
El presente artículo pretende demostrar cómo su
condición de monasterio regio, sede del infantado, y
su papel como protector de la memoria de los reyes,
fueron los pilares sobre los cuales san Pelayo construyó
su memoria antigua en un proceso iniciado durante
la Plena la Edad Media y que culminaría a finales del
siglo XViii.
Un MonasTErio rEGio
El infantado, herencia exclusiva de León y castilla por lo
que parece, ha sido hasta el momento muy insuficientemente estudiado y resulta difícil de analizar. aunque en
los últimos años han sido varios los trabajos consagrados
al mismo15, sigue siendo poco lo que conocemos acerca
de sus orígenes y peculiaridades. sabemos con certeza
que, a partir de mediados del siglo X, al menos, los reyes
de León realizaron una serie de fundaciones monásticas al frente de las cuales se situaron mujeres vinculadas
a la corte, que gozaron de importantes poderes a nivel
carrero santamaría, «La ciudad santa...», p. 384.
15
sobre el infantado destacan los trabajos de L. García calles, Doña
Sancha, hermana del emperador, León, 1972; a. Viñayo González, «reinas
e infantas de León, abadesas y monjas del monasterio de san Pelayo y de
san isidoro», en Semana de historia del monacato cántabro-astur-leonés,
oviedo, 1982, pp. 123-135; M. i. Pérez de Tudela y Velasco, «El Papel de
las hermanas de alfonso Vi en la vida política y en las actividades de la corte»,
en Estudios sobre Alfonso VI y la reconquista de Toledo (Actas del II Congreso
internacional de Estudios mozárabes, Toledo, 20-26 Mayo 1985), Toledo, 1988,
vol. 2, pp. 163-180; P. Henriet, «Deo votas. L’Intantado et la fonction des
infantes dans la castille et le León des X-Xii siècles», en P. Henriet; a.
L. Legras, Au cloître et das le monde. Femmes, hommes et sociétés (IX-XV
siècles). Mélanges à l’ honneur de Paulette L’Hermite-Leclercq, Paris, 2000, pp.
189-199; T. Martin, Queen as King: Politics and Architectural Propaganda in
Twelfth-Century Spain, Leiden-Boston, 2006. La publicación del número 5 de
la revista e-Spania (http://e-spania.revues.org/8613, consultado el 21 septiembre
2011) en diciembre de 2008, reuniendo las conclusiones del coloquio
Infantes (Péninsule ibérique, XIe-XVIe siècle), que tuvo lugar un año antes
en la Universidad de Paris-sorbonne en el marco del sirEM, contribuyó
a aumentar considerablemente la bibliografía sobre este tema. Vid. también
G. Martin, «Hilando un reinado. alfonso Vi y las mujeres», e-Spania [En
línea], 10 | diciembre 2010, consultado el le 04 marzo 2012. UrL : http://espania.revues.org/20134 ; M. r. Ferreira, «Entre conselho e incesto: a irmã
do rei», e-Spania [En línea], 12 | décembre 2011, consultado el 04 marzo 2012.
UrL : http://e-spania.revues.org/20879; T. Martin, «Mujeres, hermanas e
hijas: el mecenazgo femenino en la familia de alfonso Vi», Anales de Historia
del Arte, Volumen Extraordinario (2) 147-179, Madrid, 2012; c. M. reglero
de la Fuente, «Omnia totius regni sui monasteria: la Historia Legionense,
llamada Silense y los monasterios de las infantas», e-Spania [En línea],
14 | décembre 2012, Puesto en línea el 05 enero 2013, consultado el 10 febrero
2013. UrL : http://e-spania.revues.org/21775 .
9
E. carrero santamaría, El conjunto catedralicio de Oviedo durante la
Edad Media, oviedo, 2003, p. 42.
10
a propósito del atrio en la arquitectura religiosa altomedieval hispana,
vid. i. G. Bango Torviso, «atrio y pórtico en el románico español: concepto
y funcionalidad cívico-litúrgica», en Boletín del Seminario de estudios de Arte
y Arqueología, XL, Valladolid, 1975, p. 175-188; e id., «La iglesia monástica
en la España medieval», en J. a. García de cortázar (coord.) Monasterios
románicos y producción artística, aguilar de campoo, 2003, p. 213-232. Para
el contexto europeo, J.c. Picard, «Les origines du mot paradisus-parvis», en
Mélanges de l’École Francaise de Rome, 83, 1971, p. 159-186 (reed. en Évêques,
Saints et Cités en Italie et en Gaule. Études d’archéologie et d’ histoire, roma,
1998, p. 3-30).
11
E. carrero santamaría, «La ciudad santa...», p. 383.
12
r. Walker, «images of royal and aristocratical burial in northern
spain, c. 950 - c. 1250», en E. van Houts (ed.), Medieval Memories..., pp.
150-171. desarrolla esta hipótesis E. carrero santamaría, «La ciudad
santa...», p. 383.
13
E. carrero santamaría, «La ciudad santa...», p. 384.
14
F. J. Fernández conde, «orígenes del monasterio...», p. 102 ; E.
56
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
territorial y espiritual. Las apariciones del término son
escasas y, por lo general, tardías, y su significado parece
variar a lo largo de los siglos16. Pero, para el tema que nos
ocupa, podemos definirla en líneas generales como una
herencia recibida por una infanta, separada del realengo,
otorgada por el monarca y que se puede transmitir exclusivamente de unas infantas a otras 17. Parece estar ya
consolidado en época de Elvira ramírez 18, hermana de
sancho i, experimentando un extraordinario crecimiento en época de las hermanas de alfonso Vi gracias a la
incorporación de territorios castellanos 19, y alcanzando
una importancia sin par con su centralización en manos
de sancha raimúndez (m. 1159)20. su existencia se vio favorecida por el sistema de sucesión extenso, que permitía
a las mujeres acceder a las herencias y disponer de sus
propios bienes. así pues, las damas vinculadas a la corte
y las procedentes de las principales familias aristocráticas
ejercieron en los reinos hispánicos un poder inusual en
el medievo europeo21.
al menos hasta la muerte de la infanta sancha en el
año 1159, la vinculación entre el monasterio ovetense y
las mujeres de la familia real fue constante y, en ocasiones, muy intensa. a través de una donación realizada
por el rey Vermudo ii en el año 99622 nos consta que
Teresa ansúrez, viuda del rey sancho i el Gordo, se
encontraba entonces al frente de la comunidad de san
Pelayo23, probablemente acompañada por Velasquita,
primera esposa de Vermudo ii, repudiada por él para
contraer matrimonio con la castellana Elvira 24.
según el siempre dudoso obispo Pelayo de oviedo,
la infanta Teresa, hermana de alfonso V, terminó sus
días entre sus muros, donde fue hallada una inscripción
que recuerda su muerte en el año 103925. al parecer,
su hermana sancha ya vivía allí, y éste pudo ser el
motivo de su llegada desde el monasterio homónimo
leonés26.
no existen referencias documentales que recojan la
presencia de las infantas Urraca y Elvira, hermanas de
alfonso Vi, en san Pelayo, si bien tenemos constancia
de que ambas se desplazaron a oviedo en el año 1075
con ocasión de la apertura del arca santa 27. apenas
disponemos de documentación que aluda a la actividad
de la infanta Elvira en relación con la parte asturiana
de su infantado, y resulta imposible determinar en
qué medida se relacionó con san Pelayo. sin embargo,
ciertos indicios parecen vincularla con el monasterio
ovetense. En el año 1097, una dama llamada Mumadonna dona a la iglesia de oviedo el monasterio de san
c. M. reglero de la Fuente, «Omnia totius regni...».
T. Martin, Queen as king..., p. 65.
18
M. carriedo Tejedo, «Una reina sin corona en 959-976: la infanta
Elvira, hija de ramiro ii», en Tierras de León: Revista de la Diputación
Provincial, Vol. 39, nº 113, 2001 , pp. 117-138; T. Martin, Queen as king...,
p. 33; r. alonso Álvarez, «Los enterramientos de los reyes de León y
castilla hasta sancho iV», e-Spania [En línea], 3 | junio 2007, consultado
el 29 de octubre 2011. UrL : http://e-spania.revues.org/109 ; doi :
10.4000/e-spania.109.
19
Vid. la bibliografía proporcionada en la n. 18.
20
Idem.
21
B. F. reilly, The Kingdom of León-Castilla under Queen Urraca, p.
352.; T. Martin, «de “gran prudencia, graciosa habla y elocuencia” a “mujer
de poco juicio y ruin opinión”: recuperando la historia perdida de la reina
Urraca (1109-1126)», Compostellanum , L, 1-4 (enero-diciembre 2005), pp.
551-578; c. García, « Le pouvoir d’une reine”, e-Spania [En línea], 1 | juin
2006, consultado el 08 marzo 2012. UrL : http://e-spania.revues.org/319; G.
Martin, «Berenguela de castilla (1214-1246): en el espejo de la historiografía
de su época», en i. Morant (dir.), Historia de las mujeres... , vol i. de la
prehistoria a la Edad Media, pp. 569-594; id. Mujeres y poderes en la España
medieval, alcalá de Henares, 2011; J. F. o’callaghan, «The Many roles
of the Medieval Queen: some Examples from castile», en T. Earenfight
(ed.), Queenship and Political Power in Medieval and Early Modern Spain,
cornwall, 2005, pp. 21-32; r. alonso Álvarez, «Los promotores de la orden
del císter en los reinos de castilla y León: familias aristocráticas y damas
nobles », en Anuario de Estudios Medievales 37/2, Barcelona, 2007, pp. 704705; id., «La cabecera de las iglesias cistercienses en la corona de castilla:
clausura, cura monialum y representación aristocrática y regia», en Hortus
Artium Medievalium , 2009, pp. 341-354; G. Baury, Les religieuses de Castille.
Patronage aristocratique et ordre cistercien, XIIe’XIIIe siècles, rennes, 2012.
También, vid. supra , n. 16.
16
17
F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, G. de la noval
Menéndez, El monasterio de San Pelayo. Historia y Fuentes, oviedo, 1978,
vol. i, doc. 1. En adelante, SP.
23
si bien el documento que conservamos es una copia del siglo Xii
severamente interpolada (vid. infra) , sabemos con seguridad que la reina
Teresa estaba en oviedo antes del 994. F. J. Fernández conde, i. Torrente
Fernández, «Los orígenes del monasterio de san Pelayo (oviedo):
aristocracia, poder y monacato», p. 188, en Territorio, sociedad y poder, no
2, 2007, pp. 181-202.
24
cabe suponer que Velasquita llegaría a oviedo poco después de su
repudio. aunque en la documentación ovetense lleva, por lo general, el título
de regina, en un documento del 1020 aparece también con el de Christi ancilla
(CDCO, doc. 44). F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández,
«Los orígenes...», p. 190. sobre la posible ascendencia de esta mujer, vid.
a. sánchez candeira, «La reina Velasquita de León y su descendencia»,
Hispania, 10 (1950), pp. 449-505.
25
Vid. infra, n. 44.
26
a. Viñayo González, «reinas e infantas...», p. 130.
27
s. García Larragueta, Colección de documentos de la catedral de
Oviedo, oviedo, 1962, no 72. En adelante, CDCO.
22
57
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
Pedro de Teverga 28. confirman esta donación, entre
otros, el abad de san Vicente, la abadesa de san Pelayo
y la infanta Elvira. así pues, sabemos que la infanta se
encontraba en ese momento en oviedo, y su presencia
junto a la abadesa de san Pelayo, aunque no tratando
un asunto relacionado con este instituto, nos lleva a
suponer una relación cercana con el mismo. además,
sabemos a través de su testamento que a su muerte la infanta realizó una generosa donación al monasterio, que
quedó bajo el control directo de su hermana Urraca 29.
En época de la infanta sancha raimúndez, hermana
de alfonso Vii, la relación con san Pelayo fue particularmente cercana. ésta se desplazó al monasterio asturiano en varias ocasiones y lo favoreció ampliamente
mediante diversos procedimientos30. no parece casual
que en esta época encontremos al frente del mismo a
varias abadesas procedentes de los sectores de la alta
nobleza más cercanos a alfonso Vii, que actuaban en
ocasiones con el consilium de doña sancha31.
Pero, mientras sancha residía en León, es sumamente importante destacar el papel que la reina Urraca,
llamada la asturiana, desempeñó desde la propia ciudad
de oviedo. Hija ilegítima del emperador y de la dama
asturiana Gontrodo Petriz, su padre le cedió una serie
de heredades realengas, creando para ella una especie
de infantado similar al de su tía 32. Benefició generosamente al monasterio de san Pelayo, concediéndole,
entre otros bienes, la iglesia de santa María de la
corte33.
EL cLaUsTriLLo dE san PELaYo, Un
EsPacio Para La MEMoria
como consecuencia del enfrentamiento de Gonzalo
Peláez con alfonso Vii, tuvieron lugar en asturias una
serie de sucesos bélicos en los que la fábrica del monasterio de san Pelayo resultó dañada. En 1153, recibiría del
emperador una cuantiosa donación destinada a reparar
las pérdidas y daños sufridos, quizá como recompensa
por su fidelidad a la causa imperial34. a partir de este
momento, se organizaría un panteón de abadesas en la
zona conocida como claustrillo, limítrofe con la iglesia
funeraria de santa María del rey casto.
allí fueron hallados los restos de una arquería, dos
arcos de medio punto hechos con sillares regulares,
considerada una de las manifestaciones escultóricas y
arquitectónicas más tempranas del románico en asturias. suele asociarse a la donación otorgada por Fernando i y doña sancha en 1053, destinada a sufragar
obras en el monasterio35. interpretada por G. a. ramallo asensio y por M. s. Álvarez Martínez como
vestigio de un pórtico-panteón construido para acoger
las reliquias de san Pelayo 36, lo cierto es que resultaría
realmente insólito que un edificio de estas características desempeñara una función martirial37. además,
se trata de una estructura evidentemente modificada:
el fragmento de arco que suele definirse como «pe-
CDCO, no. 110.
M. E. Martín López, Patrimonio Cultural de San Isidoro. Documentos
SS. X-XIII, León, 1995, doc. 11. El testamento ha sido analizado por G.
Martin, «Le testament d’Elvire (Tábara, 1099)», e-Spania [En línea],
5 | juin 2008, Puesto en línea el 16 diciembre 2012, consultado el 14 abril
2013. UrL : http://e-spania.revues.org/12303. Traducido en “El testamento
de Elvira (Tábara, 1099)”, Mujeres y poderes en la España medieval, alcalá de
Henares, 2011, pp. 19-44.
30
además de realizar ella misma unas pocas donaciones directas, el
emperador concedió a san Pelayo importantes privilegios a instancias de
su hermana, entre ellos la tercera parte del portazgo de olloniego (1145), el
diezmo del de oviedo y la quinta parte del de Gozón (1147). En 1153, ambos
hermanos confirmaron las donaciones anteriores y futuras de cualquiera de
los dos, concediendo además al monasterio el diezmo de los derechos de
navío en oviedo. asimismo, muchas de las donaciones que la infanta realizó
a particulares incluyeron una cláusula según la cual, a la muerte del receptor,
los bienes donados debían revertir a san Pelayo. L. García calles, Doña
Sancha..., pp. 96-97.
31
L. García calles, Doña Sancha..., p. 97
32
F. J. Fernández conde, «La reina Urraca la asturiana», pp. 75-76 y 78,
en Asturiensia Medievalia 2, oviedo, 19, pp. 62-94.
28
29
33
Ibidem, pp. 86-87. sobre los orígenes de esta iglesia, resulta muy sugestiva
la hipótesis planteada en E. carrero santamaría, El conjunto...., p. 39.
34
SP, vol. 1, doc. 19; M. s. Álvarez Martínez, i. Torrente Fernández,
«consideraciones sobre algunos restos de la fábrica románica del monasterio
de san Pelayo y de la plástica monumental de oviedo en el siglo Xii», en
Scripta. Estudios en homenaje a Élida García García, vol. ii, oviedo, 1998,
pp. 669-697; M. s. Álvarez Martínez, El románico en Asturias, Gijón,
1999, p. 115.
35
SP, vol. 1, doc. 3.
36
G. ramallo asensio, «El hipotético pórtico de san Pelayo», en Vè
Congrés Espanyol d’Història de l‘Art, Barcelona, 29 octubre al 3 de noviembre
de 1984, vol. i, Barcelona, 1984, pp. 249-251; M. s. Álvarez Martínez, El
románico..., pp. 25-32.
37
i. G. Bango Torviso, El espacio para enterramientos privilegiados en
la arquitectura medieval española, Anuario del Departamento de Historia y
Teoría del Arte, nº 4, 1992, pp. 93-132.
58
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
raltado», asociándolo al prerrománico asturiano38, es a
todas luces un arco de medio punto contemporáneo a
los otros conservados, fragmentado y reconstruido para
adaptarse a un nuevo espacio, quizá en el momento de
la construcción de la nueva iglesia (1599)39, o bien con
motivo de las obras de la sacristía interior (1657-58)40.
si admitimos que los restos se encuentran en su ubicación original, lo cual dista mucho de ser una realidad
indiscutible, quizá la hipótesis más convincente sea la
de E. carrero santamaría, quien sugiere que la arquería
pudo haber pertenecido a un claustro donde, ya en el
siglo Xi, habrían recibido sepultura las abadesas del
monasterio41. En cualquier caso, todo apunta hacia una
importante reorganización de las tumbas abaciales a
partir de la segunda mitad del siglo siguiente.
se conservan en este espacio un conjunto de lápidas,
la más antigua fechada en 117742. aunque tenemos
constancia de que el emplazamiento de algunas dentro
del claustrillo varió durante el curso de los siglos, sabemos con certeza que todas las conocidas en la actualidad se encontraban en este lugar desde, al menos, la
época de Tirso de avilés, quien describe su ubicación
y recoge el contenido de sus inscripciones43.
Uno de los epitafios, el único con fecha anterior al
último cuarto del siglo Xii, merece particular atención.
se trata del de doña Teresa, hermana de alfonso V que,
según el obispo Pelayo de oviedo, había terminado sus
días como abadesa de san Pelayo. narra el prelado que
la infanta había sido obligada a contraer matrimonio
con un rey musulmán cuya identidad desconocemos44.
Tras una serie de acontecimientos un tanto fabulosos,
Teresa enviudó y se instaló en san Pelayo de León,
desde donde se trasladaría al monasterio asturiano con
su hermana sancha. Efectivamente, allí fue hallada una
inscripción que da cuenta de su muerte en el año 103945.
El hecho de que se trate de una copia tardía de una
lápida perdida hace pensar a F. J. Fernández conde e
i. Torrente Fernández que pudo haber sido redactada
con el fin de justificar epigráficamente el relato pelagiano46. a mi modo de ver, aunque es más que probable
que Teresa hubiese recalado en el monasterio ovetense,
tradicionalmente unido a las mujeres de la familia real,
el epitafio recogido por los cronistas fue seguramente
redactado con posterioridad y colocado en el nuevo
panteón abacial con el fin de engrandecer los orígenes
de san Pelayo, destacando la presencia de una infanta
entre sus abadesas. El reempleo de objetos antiguos, las
llamadas relics of the past por P. Geary47, en nuevos contextos políticos y propagandísticos, fue una constante
en toda Europa durante los siglos centrales de la Edad
Media formando parte, como veremos en las páginas
sucesivas, de complejos discursos que integraron con
frecuencia leyendas fundacionales, colecciones documentales y textos cronísticos o hagiográficos48.
aLFonso ii, rEY FUndador
otra pieza clave en la construcción de la memoria del
monasterio aparecerá por vez primera en el manipulado contexto historiográfico promovido por el mismo
obispo Pelayo. En su versión interpolada de la Adefonsii
38
G. ramallo asensio, «El hipotético...», pp. 250-251; M. s. Álvarez
Martínez, El románico..., pp. 26, 31 y 32.
39
J. a. samaniego Burgos, Arquitectura del monasterio de San Pelayo de
Oviedo (siglo XVII), memoria de licenciatura presentada en el departamento
de Historia de la Universidad de oviedo, 1976, inédita; G. ramallo asensio,
«Los monasterios benedictinos como promotores de la evolución artística en
asturias», pp. 443-450, en Semana de historia del monacato cántabro-asturleonés, oviedo, 1982, pp. 421-453.
40
Y. Kawamura, «Proyecto de Melchor de Velasco para el monasterio
de san Pelayo de oviedo», LIÑO. Revista Anual de Historia del Arte, 11, pp.
93-102.
41
E. carrero santamaría, «La ciudad santa...», p. 383.
42
F. diego santos, Inscripciones medievales de Asturias, oviedo, 1994,
pp. 120-129.
43
T. de avilés, Armas y linajes de Asturias y antigüedades del Principado,
manuscrito de fines del siglo XVi, ed. oviedo 1991, pp. 194-199.
44
F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...»,
p. 191.
45
c. Miguel Vigil, Asturias monumental, epigráfica y diplomática, 1887
(ed. fascimilar 1987), vol i, p. 133.
46
F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...»,
p. 191, n. 37.
47
P. J. Geary, Phantoms of Remembrance, Memory and Oblivion in the End
of the First Millenium, Princeton University Press, 1994, passim, especialmente
p. 7.
48
sobre las reutilizaciones materiales vinculadas a operaciones
propagandísticas, sigue resultando muy sugerente el trabajo pionero de L.
Theis, «dagobert, saint-denis et la royauté française au Moyen âge», en B.
Guenée (dir), Le métier d’ historien au Moye Âge. Études sur l’Historiographie
médiévale, Paris, 1977, pp. 19-30. Para más bibliografía relacionada con este
tema, vid. infra, n. 56.
59
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
arcos del claustrillo. Foto Yayoi Kawamura
Tertii Chronica, a la que añade el relato de la traslación
del arca santa a san salvador de oviedo, recoge cómo,
ya entonces, la iglesia dedicada a san Juan Bautista,
después san Pelayo, se encontraba al norte del panteón
regio de santa María49. aunque no alude expresamente
a la labor del rey como promotor del templo, se trata de
la primera referencia que vincula la época del monarca
con el mismo.
a este propósito cabe aquí recordar cómo el prelado
ovetense, dentro de sus estrategias destinadas a reactivar la memoria de la sede episcopal de oviedo frente
a las pretensiones de las más antiguas y recién restauradas Braga y Toledo50, utilizó una serie de elementos
materiales más o menos antiguos conservados en su
catedral, insertándolos en una nueva topografía simbólica cuyo centro fue la ciudad de oviedo, elaborando
un discurso que tiene como protagonista indiscutible
alfonso ii51. resulta tentador interpretar la utilización
Oviedo, roma, 1971; id., «El obispo don Pelayo. reorganización eclesiástica
y señorial en la diócesis de oviedo/Uviéu», en Orígenes: Arte y Cultura en
Asturias. Siglos VII-XV, Barcelona, 1993, pp. 347-353.
51
r. alonso Álvarez, «Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de
oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia», Locus
amœnus, 9, 2007-2008, pp. 17-29; id., «El obispo Pelayo de oviedo (1101-1153):
historiador y promotor de códices iluminados», SEMATA, Ciencias Sociais e
Humanidades, 2010, vol. 22, pp. 331-350; id., «El origen de las leyendas de la
“cruz de los Ángeles” y la “cruz de la Victoria” (catedral de oviedo). Cruces
gemmatæ al servicio de la propaganda episcopal», Territorio, Sociedad y Poder,
5, 2010, pp. 23-33 ; id., «El Corpus pelagianum y el Liber Testamentorum
Ecclesiae Ouetensis: las “reliquias del pasado” de la catedral de oviedo y su
uso propagandístico en la obra del obispo Pelayo de oviedo (1101-1153)», en
M. F. alamichel, r. Braid (ed.), Texte et Contexte. Littérature et Histoire
49
J. Prelog, Die Chronik Alfons’III. Untersuchung und kritische Edition
der vier Redaktionen, Francfort, 1980, p. 4.
50
F. J. Fernández conde, El Libro de los Testamentos de la Catedral de
60
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
que el prelado hace de san Pelayo, monasterio regio por
excelencia, como un modo de reforzar el vínculo antiguo entre oviedo y la monarquía asturiana, tratando
de recuperar la protección de unos reyes cada vez más
alejados de la antigua sede regia. a su vez, el monasterio
integraría los relatos pelagianos en la construcción de
su propia memoria.
En este contexto probablemente empezó a forjarse la
leyenda según la cual el rey casto habría sido el fundador del monasterio que nos ocupa y su hermana,
doña Jimena, la primera abadesa, siendo rápidamente
asimilada por la comunidad monástica con el fin de engrandecer sus orígenes. casada con don sancho, conde
de saldaña, contra la voluntad de su hermano, la supuesta madre del famoso héroe Bernardo del carpio
habría tomado el hábito tras ser su esposo encarcelado
por el enfurecido monarca 52.
Un siglo más tarde, esta creencia parece totalmente
consolidada: en 1231, una monja llamada Mayor Pétriz
realiza una donación a cambio de veinte misas, una de
ellas «pro anima Adefonso rege casto»�. asimismo, resulta
significativo que aparezca, también hacia mediados del
siglo Xiii, una cofradía funeraria que se encargaría a
partir de entonces de la celebración del culto en la
iglesia santa María53.
En los siglos Xii y Xiii fueron habituales en toda
Europa la restauración o la reorganización de monumentos y conjuntos memoriales anteriores, la emergencia de leyendas fundacionales e incluso los intentos
de santificación de los fundadores de un monasterio54.
como recuerda a. remensnyder a propósito de los
monasterios del sur de Francia, fueron comunes desde
fines del siglo Xi las leyendas fundacionales protago-
nizadas por monarcas, que en ciertos casos como el de
Moissac desembocaron en una liturgia para conmemorar la figura regia, llegando a obtener el apoyo de
reyes posteriores55.
EL Fin dEL inFanTado Y La rEiVindicación
dE Un Pasado GLorioso: rEorGanizacionEs,
rEELaBoracionEs Y ManiPULacionEs
siguiendo la norma europea, san isidoro de León,
principal sede del infantado hasta entonces, fue el
escenario de un proceso de reivindicación memorial
estrictamente contemporáneo al descrito en oviedo.
Tras la muerte de la infanta sancha en el 1159 algunos
de sus bienes fueron donados a nuevas congregaciones
(hospitalarios, cistercienses), mientras que otros volvieron a integrar el patrimonio del soberano. san
isidoro continuó siendo un monasterio regio, pero ya
no existía una autoridad que agrupara las posesiones
que, dispersas en los reinos de castilla y León, habían
constituido durante siglos los distintos infantados 56.
En 1165 la institución volvería a aparecer, esta vez en
relación con otra sancha, la hermana de Fernando ii,
casada con el rey sancho iV de navarra 57, a quien su
hermano donó una serie de heredades y monasterios situados en León y en torno a Toledo. La intervención de
esta infanta en los asuntos relacionados con san isidoro
fue, sin embargo, prácticamente nula 58.
Pero no parece que la institución desapareciera por
completo, sino que experimentó algunos cambios al
adaptarse a los nuevos tiempos, siendo el centro de
poder trasladado a castilla. En este sentido, resulta muy
atractiva la propuesta de r. Walker que considera Las
Huelgas de Burgos un producto de la evolución de este
tipo de propiedad tan característicamente hispano59.
de l’Europe médiévale, Paris, 2011, pp. 519-548.
52
F. J. Fernández conde, «orígenes del monasterio...», pp. 54-55; F.
J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...», p. 184.
53
E. carrero santamaría, El conjunto..., p. 38.
54
a. G. remensnyder, Remembering Kings Past: Monastic Foundation
Legends in Medieval Southern France, ithaca-Londres, 1995, passim; id.,
«Topographies of Memory. center and Periphery in High Medieval
France», en G. althoff, J. Fried, P. G. Geary, Medieval Concepts of the
Past. Ritual, Memory, Historiography, Washington, 2003, pp. 194-197.
centrado exclusivamente en monasterios femeninos, H. rökerlein,
“Founders, donors and saints. Patrons of nuns’ convents”, pp. 211-221, en
J. F. Hamburger, y s. Marti, Crown and veil. Female monasticism from the
Fifth to the Fifteenth Centuries, new York, 2008, pp. 207-224.
a. G. remensnyder, Remembering..., pp. 100-103.
P. Henriet, «Deo votas...», pp. 198-199.
57
T. Martin, Queen as king..., p. 63.
58
P. Henriet, «Deo votas...», pp. 199-200.
59
r. Walker, «Leonor of England, Plantagenet queen of King alfonso
Viii of castile, and her foundation of the cistercian abbey of Las Huelgas.
in imitation of Fontevraud?», en Journal of medieval history, Vol. 31, nº 4,
2005 , pp. 346-368.
55
56
61
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
asimismo, el significativo hecho de que una parte sustancial del infantado de castilla fuera donada a este
mismo monasterio, cuyas señoras eran precisamente las
infantas castellanas, parece reforzar esta teoría60.
a partir de este momento, tras haber sido las monjas
desalojadas y habiendo abandonado las infantas su residencia leonesa, la que había sido caput del infantado
quedó bajo el control exclusivo de una comunidad de
canónigos regulares que iniciaron una operación de
prestigio motivada por la pérdida de relevancia de san
isidoro como cementerio regio. realizaron reformas
en el pórtico-panteón, cuyas tumbas fueron reorganizadas, actualizando el culto a la memoria de sus difuntos, sobre todo a los principales benefactores del
monasterio: Fernando i (m. 1065), la reina Urraca (m.
1126) y la infanta sancha raimúndez (m. 1159). La dedicación de este espacio a catalina de alejandría, santa
y princesa, también parece conectar con la intención
de destacar el vínculo del mismo con las mujeres de la
casa real61.
Ya en el siglo Xiii, en una segunda fase, las tumbas
e inscripciones del panteón regio fueron sometidas a
nuevas interpretaciones y manipulaciones, unidas a
un complejo bloque textual compuesto por la obra
cronística y hagiográfica de Lucas de Tuy, apoyada en
los diplomas producidos en el scriptorium isidoriano62.
La obra del Tudense proporciona una visión sobredimensionada de un pasado memorable, relacionado con
el presente a través de la figura de la infanta sancha,
«esposa de san isidoro» y responsable de la instalación
de la comunidad de canónigos por iniciativa del propio
santo63.
algo similar ocurrió en oviedo. aunque san Pelayo
continuaría siendo un monasterio favorecido por los
reyes, las infantas ya no volverían a actuar como señoras del mismo, y se consolidaría como un cenobio
cada vez más vinculado a la aristocracia regional64. En
este contexto de pérdida de atención por parte de la monarquía, san Pelayo comenzó a reactivar su memoria
antigua rindiendo tributo a su pasado como prestigioso
monasterio regio.
En el caso ovetense, como en el leonés y en tantos
otros, la documentación fue utilizada como prueba
justificativa de las ideas difundidas en las obras cronísticas contemporáneas, a su vez materializadas en
inscripciones, imágenes o sepulcros. así, el diploma
que recoge la donación relizada por Vermudo ii al
monasterio de san Juan y san Pelayo en el 996 con
motivo del traslado a oviedo de las reliquias del mártir
cordobés, considerado original durante un tiempo, fue
catalogado hace unos años como una refacción del
siglo Xii65. La expresión «sub regimine electa et deo vota
Teresa» resulta completamente anacrónica al tratarse
san Pelayo de un centro monástico de tipo familiar, escasamente regulado66. no deja de resultar significativo
que la supuesta abadesa, elegida por la comunidad,
fuera precisamente una reina. El escatocolo del documento presenta también una serie de irregularidades
muy llamativas: mientras que los nombres de la primera
columna pertenecen a la misma época que la donación,
la presencia de los restantes es cronológicamente imposible. Por supuesto, algunos de los confirmantes más
valde propinquus, recede ab isto palatio, et aliud tibi edifica et hoc trade meis
canonicis...” Convocatis ad se reverende sanctitatis Petrum Arie priorem cum suis
canonicis, illico illis palatium contullit supradictum... Quibus peractis ad aliam
in platea eiusdem ecclesie se transtulit domum ». aparición de san isidoro de
sevilla a la regina sancha según Lucas de Tuy, Liber miraculorum beatissimi
Isidori, cap. 35, archivo de la real colegiata de san isidoro de León, Ms 63,
fol. 18r‐18v. Publicado y traducido en P. Henriet, « infantes, infantaticum.
remarques introductives », e-Spania [En línea], 5 | juin 2008, Puesto en
línea el 27 mayo 2010, consultado el 12 octubre 2011. UrL : http://e-spania.
revues.org/12593.
64
i. Torrente Fernández, «Familia monástica del monasterio de san
Pelayo de oviedo», Asturiensia Medievalia, 8, 1995-96, pp. 153-171.
65
F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...»,
p. 192.
66
F. J. Fernández conde, «orígenes del monasterio...», pp. ; F. J.
Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...», pp. 197202.
60
G. Baury, Les religieuses de Castille. Patronage aristocratique et ordre
cistercien, XIIe-XIIIe siècles, rennes, 2012, pp. 46-47.
61
r. sánchez ameijeiras, «The Eventful Life of the royal Tombs of
san isidoro de León», pp. 486-490; En T. Martin (Ed.), J. Harris (Ed.),
Church, State, Vellum, and Stone: Essays on Medieval Spain in Honor of John
Williams, 2005, pp. 479-520.
62
r. sánchez ameijeiras, «The Eventful...», pp. 493-508.
63
« Cum regina prefacta Santia in palatio quod erat contiguum beati confessoris
ecclesie moraretur, et per fenestram que in eminentiori templi eiusdem parieti, id
est in pinaculo contra maius altare respicit aspiciendo frequenter almi doctoris
corpus, hoc est sepulcrum, oraret dominum... quadam die rapta in extasi vidit
celos apertos, et in thalamo auro et gemmis radiantibus insignito, sponsum suum
magnum doctorem Ysidorum... sibi dicentem : “Soror mea, dilecta et dulcissima
sponsa... dum vero quia his qui te continet locus est domino consecratus, et ecclesie
62
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
destacados son figuras regias: Adefonsus rex y Giloyra
regina (alfonso V y Elvira: 999-1027); Veremundus rex
y Scemenas regina (Vermudo iii y Jimena: 1027-1037).
asimismo, son muy posteriores los obispos y los condes
incluidos67.
El hecho de que defina oviedo como sede metropolitana llevó a F. J. Fernández conde y a i. Torrente
Fernández a datar el documento en el siglo Xii, en
una fecha posterior a la obra del obispo Pelayo, pues
la ciudad nunca tuvo ese rango y su consecución se
corresponde muy bien con las aspiraciones del prelado,
que intentaba conservar la exención de la diócesis frente
a las pretensiones bracarenses y toledanas 68. así pues,
parece que el copista tenía ante sí un documento anterior, del rey Vermudo ii o incluso de alguien distinto,
que modificó sustancialmente con el fin de darle mayor
relevancia. además, el larguísimo escatocolo que sigue
a la donación parece haber sido realizado en su totalidad por una sola mano, quizá una diferente de la que
se ocupó del texto 69.
otro de los diplomas regios más significativos para
la historia de san Pelayo, que recoge la visita al monasterio de los reyes Fernando i y doña sancha, acompañados de los principales magnates del reino, para asistir
al traslado de las reliquias del mártir cordobés, también
ha sido calificado como una copia del siglo Xii o incluso posterior, aunque en esta ocasión parece que más
fiel al original que reproduce70.
En definitiva, si bien es probable que el conjunto de
oviedo haya estado relacionado con la familia real y la
celebración de su recuerdo desde sus mismos orígenes,
contamos con algunos indicios que hacen sospechar
que esta función fue conscientemente reactivada y revalorizada a partir de la segunda mitad del siglo Xii
y a lo largo del Xiii, coincidiendo con la definitiva
pérdida de importancia de san Pelayo como cabeza
de infantado y su progresiva aristocratización. no es
de extrañar que la pretendida primera abadesa de la
casa ovetense fuera precisamente la hermana de un rey,
una infanta: el monasterio reivindica su pasado como
una importante sede del infantado y, además, la más
antigua.
«En MEMoria dE Las MUcHas PrincEsas Y rEinas,
HiJas ProFEsas dE EsTE MonasTErio, QUE YacEn
sEPULTadas En La ParEd dE EsTE cLaUsTro»
En 1705 se inició la completa reconstrucción en clave
barroca del antiguo panteón de santa María del rey
casto, una iniciativa del obispo reluz en estrecha conexión con el rey Felipe V. Ello implicó la total destrucción del muro que, durante siglos, había separado
san Pelayo de la iglesia funeraria. aunque en un principio las religiosas se mostraron reticentes a unas obras
que entorpecerían las procesiones que habitualmente se
realizaban en el claustrillo y que alterarían severamente
la clausura monástica, tuvieron que llegar, al intervenir
el monarca, a un acuerdo con el obispo y el cabildo.
decidieron que se levantaría un muro provisional para
cerrar el espacio reservado a las monjas, que sería derribado al finalizar los trabajos 71. La construcción del
nuevo edificio se terminó en 1712, aunque sería objeto
de pequeñas reformas a lo largo de los años siguientes,
no siendo la imagen titular de santa María trasladada
a su nueva ubicación hasta 171772.
no sabemos en qué momento se derribó el muro
provisional, dejando al descubierto la pared que todavía podemos observar en la actualidad, pero sí que
en 1770 el panteón de las abadesas sufrió importantes
modificaciones. Es muy probable que en este momento
se encalaran sus paredes, macizando y ocultando los
arcos románicos comentados más arriba. Los sepulcros
ubicados en el antiguo muro, que habían tenido que ser
completamente desmontados, fueron reconstruidos de
una forma un tanto torpe, reaprovechando materiales
F. J. Fernández conde, i. Torrente Fernández, «Los orígenes...»,
p. 192, n 42.
68
Ibidem, p. 192, n. 41.
69
Ibidem, p. 192, n 42.
70
Ibidem, p. 197.
67
71
V. de la Madrid Álvarez, «La construcción de la capilla de nuestra
señora del rey casto y panteón real de oviedo», pp. 84-85, en Liño. Revista
Anual de Historia del Arte, 1990, (9), pp. 77-107.
72
Ibidem, p. 101.
63
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
de aspecto «antiguo» como las losas trapezoidales, originalmente tumbas de suelo, que sirvieron para cerrar
dos sepulcros bajo arcosolio, uno de ellos el de la
abadesa inés suárez (m. 1200)73.
Poco después, fueron colocadas en distintos lugares
del claustrillo una serie de inscripciones de sumo interés, que serían transcritas en 1828 por el padre de
c. M. Vigil. Una de ellas, situada sobre uno de los
sepulcros recientemente recompuestos, rezaba:
al adjudicarle un sepulcro a la infanta, culminaba la
leyenda desarrollada durante la Edad Media, que ahora
contaba con un soporte material.
no menos expresivos resultan el resto de los epígrafes
dieciochescos. Mientras que uno de ellos hacía referencia al traslado de las reliquias de san Pelayo en el
año 1053, en presencia del rey Fernando i76, otro recordaba a las muchas princesas y reinas enterradas en
el claustrillo77. Que sepamos, la única tumba perteneciente a una mujer de la familia real que se conservó en
este espacio a partir del siglo XVi fue la de la ya mencionada infanta Teresa (m. 1039), hoy desaparecida. Un
último letrero, sobre el cual estaba pintado el retrato
de medio cuerpo de alfonso ii, aludía a su labor como
fundador del monasterio en el año 79778.
santa María del rey casto conservó tras su reconstrucción barroca su tradicional función como santuario
mariano y panteón real pero, además, actuó como un
instrumento de legitimación dinástica al servicio de
Felipe V en el marco de la Guerra de sucesión al trono
(1701-1714). El nuevo templo pretendía demostrar la
protección que María, como Virgen de las Batallas,
cUando En EL año dE 1770 sE
rEEdiFicaBa
EsTE cLaUsTro, Los oFiciaLEs
Poco
a Pr Eci a dor Es dE L as cosas
anTiGUas, Para
iGUaLar Las ParEdEs Macizaron
Los sEPUL
cros dE Va r i as Pr incEsas Y
rEinas aQUÍ
EnTErradas, Y En EsTE siTio EL
dE La inFan
Ta doña JiMEna
1 aBadEsa dE EsTE Mo
nasTErio Y HErMana dEL rEY
don aLonso EL casTo 74
conservada en a actualidad en el Museo arqueológico de oviedo. según F.
J. Fernández conde, intervinieron el el texto tres manos diferentes, y pudo
haber sido realizada en cualquier momento de la alta Edad Media. resulta
sumamente improbable que tenga alguna relación con el claustrillo pero,
incluso en tal caso, no sería prueba suficiente de la historicidad de doña
Jimena como primera abadesa de san Pelayo. Vid. c. M. Vigil, Asturias
monumental..., vol. i, p. 199 y F. J. Fernández conde, «orígenes...», p. 110.
76
«año dE 965 sE TrasLadó dEsdE LEón EL
cUErPo dE san PELaYo, Y sE coLocó En Una
caPiLLa QUE HaBÍa En EsTE siTio. PErMa
nEció En ELLa HasTa EL dE 1.053 En QUE
EL rEY don FErnando iº: acoMPañado
dE Los oBisPos Y GrandEs dEL rEino
Lo TrasLadó aL aLTar MaYor En dondE
EXisTE En EL dÍa»
c. Miguel Vigil, Asturias monumental..., vol i, pp. 134-135.
77
«En MEMoria dE Las MUcHas PrincEsas Y
rEinas, HiJas ProFEsas dE EsTE MonasTE
rio, QUE YacEn sEPULTadas En La ParEd dE
EsTE cLaUsTro».
Ibidem, p. 134
78
«año dE 797 don aLonso ii LLaMado EL cas
To rEY dE asTUrias Y dE GaLicia Y dE LEon
FUndó EsTE MonasTErio QUE sE LLaMó dE san
JUan BaUTisTa HasTa EL año dE 965 En QUE
Por HaBErsE TrasLadado Á éL dEsdE La ciU
dad dE LEon EL cUErPo dE san PELaYo, coMEn
zó Á ToMar EL noMBrE dE EsTE GLorioso MarTir».
Idem.
su fuerte significado no es un producto inocente ni
espontáneo sino el resultado de una nueva operación
de propaganda y prestigio. ninguno de los cronistas de
época moderna que se hicieron eco de la tradición que
vinculaba a doña Jimena con el monasterio asturiano,
ni siquiera Yepes, quien recogía que había sido enterrada
entre sus muros, había mencionado nada relacionado
con su tumba en el claustrillo, mientras que los enterramientos y epitafios de otros personajes considerados
relevantes sí habían sido descritos con cierto detalle75.
73
sabemos a través de los cronistas de época moderna que su epitafio se
encontraba ya en la misma ubicación desde, al menos, el siglo XVi. F. diego
santos, Inscripciones..., pp. 121-122.
74
c. Miguel Vigil, Asturias monumental..., vol i, p. 134.
75
a. Yepes, Crónica general..., vol. i, p. 398. Fue hallada en el entorno de las
construcciones del naranco una clave de arco, en forma de T, con la siguiente
inscripción: ViGiLa in / dono... arMU / KasTissiMa / scEMEna,
64
El monasterio de san Pelayo de oviedo: infantado y memoria regia
Muro de separación entre el claustrillo de san Pelayo y la iglesia funeraria de santa Mar ía del rey casto
había proporcionado a la monarquía española en su
lucha contra los enemigos del catolicismo, sirviéndose
para ello de un complejo programa iconográfico que
insiste en la continuidad dinástica del cuestionado
borbón con los venerables reyes asturianos, asegurando
su legitimidad histórica y religiosa79. así, el culto a
alfonso ii se puso de actualidad en el siglo XViii, y
parece razonable pensar que san Pelayo pudo haber
bebido de estas ideas al reactivar su propia memoria
antigua como fundación del casto monarca.
como colofón de este proceso, a finales del siglo
XViii o inicios del XiX se promovió la redacción
del Becerro de san Pelayo, escrito por el P. ildefonso
rubiano, monje archivero del monasterio de san Vicente80. Un becerro es, al fin y al cabo, un moderno
cartulario, y es bien sabido que éstos, lejos de ser meros
recopiladores de documentos, actuaban como verdaderas creaciones historiográficas y propagandísticas81.
VV. aa., Real monasterio de San Pelayo, oviedo, 1994, p. 76.
Entre la abundante bibliografía en la que se aborda el estudio de los
cartularios desde este punto de vista, destacan: L. Theis, «dagobert...»,
passim; B. Guenée, Histoire et Culture historique dans l’Occident médiéval,
Paris, 1980, pp. 34 y 94; M. sot, Gesta episcoporum. Gesta abatum. Typologie
des sources du Moyen âge occidental, fasc. 37, Turnhout, 1981, pp. 20-21; P.
Geary, «Entre gestion et gesta», en o. Guyotjeannin, L. Morelle, M.
Parisse (actes reunies par), Les cartulaires, Paris, 1993, pp. 14 y 24; P. Geary,
Phantoms..., passim; a. G. remensnyder, Remembering..., pp. 135-137; a. G.
remensnyder, «Topographies...», pp. 194-197. sobre el Liber Testamentorum
de la catedral de oviedo, muy próximo al tema del presente estudio, vid.
supra, n. 52.
80
81
V. de la Madrid Álvarez, «La capilla real de la catedral de oviedo,
Felipe V y la Virgen de las Batallas. La creación de un instrumento de
legitimación borbónica», passim. En G. ramallo asensio (coord.), La
catedral guía mental y espiritual y espiritual de la Europa Barroca Católica,
Murcia, 2010.
79
65
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 53-66]
colectiva que dista mucho de haber sido espontánea o
casual. En este caso, la operación no pudo haber sido
más exitosa: hoy en día las nuevas tecnologías se encargan de que las voces de las monjas de san Pelayo,
que cantan en su coro los responsos de su fundador,
sean escuchadas en la capilla del rey casto, así como
de que las religiosas puedan seguir desde su iglesia la
ceremonia en honor a alfonso ii que tiene lugar, cada
año, en la catedral.
concLUsionEs
Es indudable que algunos objetos y enclaves históricos
desafían al olvido al que otros muchos se ven condenados por el paso del tiempo, cargándose de nuevos
significados en función de diferentes problemas e intereses. nuestro conocimiento de la historia altomedieval
de asturias, así como de la del propio infantado, es el
resultado de una «creación del pasado»� y de la memoria
66
Polygraphisme et mixité graphique. note
sur les additions d’arias (1060-1070) dans
l’antiphonaire de León
Je remercie chaleureusement Michael i. allen (Université
de chicago), david Ganz (King’s college, Londres) et dominique stuztmann (cnrs) pour leur relecture critique
de cet article et leurs utiles conseils.
Thomas deswarte
Université d’angers / cErHio (UMr 6258) – cEscM (UMr 7302)
[email protected]
Recibido: 4-02-2013
Evaluado y aceptado: 20-07-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 67-84]
d
Resumée: durant les années 1060/1070, des additions
sont ajoutées en cursive wisigothique sur plusieurs folios
introductifs de l’antiphonaire de León, et un nouveau
cahier écrit en minuscule y est inséré (fol. 20-27). ces
ajouts, qui traitent tous de computistique, émanent peutêtre d’une seule et même personne dénommée arias.
cette hypothèse est renforcée par l’existence d’autres
cas de polygraphisme déjà mis en évidence et qui ne
s’accompagnent jamais de contaminations entre les
écritures. a l’issue de cette analyse, nous proposons donc
cette hypothèse: polygraphisme et mixité graphique sont
deux réalités distinctes et contradictoires.
arias’ additions (1060-1070) in the antiphonary of León).
The antiphonary of León is a manuscript composed in the
middle of the 10th century, perhaps in the monastery of
santiago of León. it is constituted by 306 folios divided in two
parts: introductory folios (f° 1-27) and the antiphonary itself.
during the 1060’s, some texts in visigothic cursive are added
on several introductory folios, and a new quire in minuscule
is inserted (fol. 20-27). in this two cases, the copyist give his
name: arias. This additions may proceed from two diferent
persons, because there are indeed two arias during this years:
arias díaz, main «notarius» of the king during the 1060’s, and
arias Vimaraz, procurator of santa María’s chapter in León
during the 1070’s. But there is maybe only one copyist behind
this two scripts, in particular because this texts are all about
computistic. Moreover, the copyist is more probably arias díaz,
because of his status of «notarius regis» and the chronology ; in
this case, this identification would confirm the close relationship
between the kingship and the antiphonary of León in the
middle of the 11th century.
We know others copyists who are able to write several scripts, for
example Vigila, who writes in 974-976 his famous manuscript
Escorial d-i-2 in minuscule, cursive and litterae elongatae. in
fact, this polygraphism - that is the ability for one person to use
several scripts -, is more widespread than we thought before;
but it seems to cause rarely contaminations between writings: in
sahagún, Munio’s minuscule never influenced his cursive. on
the other hand, graphic mixity, that is the mixing by one hand
of letters coming from different alphabets, prove the porosity
of a script, when his ‘monograph’ copyist is under pressure
from another script, which he doesn’t master. Graphic mixity
is characteristic of period of graphic transition, for example in
catalonia during the 9th century, when frankish script increase
little by little at the expense of visigothic writing. in this respect,
a small note in the antiphonary (f° 12r), which can’t proceed
from arias, is written in a visigothic cursive influenced by
minuscule. on the other hand, about 1100, the adoption of
french writing causes less graphic mixity than polygraphism and
‘multigraphism’, that is the coexistence in one scriptorium of
copyists using each one a different script (as in san Vicente de
oviedo, where two monks write respectively in visigothic and
caroline).
By studying additions of arias in the introductory folios of the
antiphonary of León, and other cases of ‘polygraphism’ and
graphic mixity, we state that, in most of the cases, one copyist
has got as many scripts as alphabets, but no more. only few
polygraph copyists use very punctually a mixted script, as in
Monte cassino during the 11th century. Usually, mixed writing
is not the third writing of a copyist mixing two alphabets which
he masters perfectly: it is the only script of one copyist, whose
principal alphabet is under pressure from another script, which
he masters imperfectly. so our hypotesis is that, during the Early
Middle ages, polygraphism and graphic mixity are most of the
time two different and contradictory realities.
Mots-clé: Paléographie. écriture wisigothique. León. Xie
siècle
Abstract: (Polygraphism and graphic mixity. note about
Keywords: Paleography - visigothic script - León - Xith c.
Polygraphisme et mixité graphique
L
e manuscrit de l’Antiphonaire de León (archivo
de la catedral de León, ms. n° 8, désormais acL
8), dont l’origine remonte au milieu du dixième
1
siècle , est constitué d’un codex de [i-ii] + 306 + [iiiiV] folios2 organisés en trente-neuf cahiers : après un
premier cahier de trois folios, suivent trente-huit quaternions. Le cœur de ce livre liturgique (f ° 28v-306r)
rassemble les chants de la messe (ad missam) et ceux de
l’office dit ‘cathédral’, généralement ceux des vêpres (ad
vesperum) et des matines (ad matutinum)3. avant l’antiphonaire proprement dit, figurent ab initio des folios
introductifs (f ° 1-27) contenant des textes liturgiques,
une présentation de l’antiphonaire, des miniatures décoratives, un calendrier, des tableaux, des rosaces et un
traité de comput. Le codex originel, qui ne comprenait
ni les actuels folios 2 et 3, ni le quatrième cahier (f° 2027), était un livre monastique, probablement destiné à
la communauté de santiago de León ; il fut réalisé pour
l’abbé ikila, dont le nom apparaît dans le petit poème
du folio 1v (Agustior promicans mente Ikilani abba tue)
et dans l’ex-libris du folio 6r (Librum Ikilani)4.
au onzième siècle, sur les espaces demeurés vierges
des folios 1 et 4-19, ce manuscrit s’enrichit de diverses
additions, notamment de marginalia, de souscriptions,
de seings royaux et de pièces liturgiques. Une place à
part doit être réservée à plusieurs ajouts réalisés entre
1060 et 1070 : il s’agit de commentaires computistiques
écrits en cursive wisigothique sur plusieurs folios et
d’un traité de comput copié en minuscule wisigothique
sur le quatrième cahier. derrière ces deux écritures,
dom Louis Brou voyait deux copistes homonymes,
qu’il dénommait par commodité arias i et arias ii5,
alors que d’autres n’envisageaient qu’un seul scribe – le
futur évêque d’oviedo (1073-1094) selon Justo Pérez
de Urbel6.
de fait, nous devons nous départir de l’idée qu’une
même personne ne puisse utiliser qu’une seule écriture.
1
zacarías García Villada, Catálogo de los códices y documentos de la
Catedral de León, Madrid, 1919, n° 8, p. 38-40 ; agustín Millares carlo,
Corpus de códices visigóticos, Manuel c. díaz y díaz et al. (éd.), 2 vol., Las
Palmas de Gran canaria, UnEd, 1999, vol. 1, n° 81, p. 69-71; susana zapke,
« antifonario », dans susana zapke (dir.), Hispania Vetus. Manuscritos
litúrgico-musicales de los orígenes visigóticos a la transición francorromana (siglos
IX-XII), Bilbao, Fundación BBVa, 2007, p. 252.
2
Fac-similé : ismael Fernández de la cuesta (éd.), Liber antiphonarivm
de toto anni circulo a festivitete sancti aciscli vsque ad finem, Madrid, 2011 ;
Louis Brou, José Vives (éd.), Antifonario visigótico-mozárabe de la catedral
de León, Madrid-Barcelone, csic, t. i : Edición del texto, notas e indices, 1959,
t. ii : Edición Facsimil (sans les prologues), 1953 , coll. Monumenta Hispania
sacra (V, 1-2).
3
Jordi Pinell, « El oficio catedral hispánico », Phase, 175, 1990, p. 9-37.
4
Thomas deswarte, « analyse codicologique du manuscrit », dans susana
zapke & Thomas deswarte (dir.), Les folios introductifs de l’Antiphonaire de
León. (ms. 8). Edition, étude et reproduction facsimilée/Los folios introductorios
del antifonario de León (ms. 8). Edición, Estudio y reproducción facsimil,
Turnhout, Brepols [à paraître].
5
Louis Brou, « Le joyau des antiphonaires latins : le ms. 8 des archives de
la cathédrale de León », Archivos Leoneses, 8, 1954, p. 7-114, p. 13-14.
6
Justo Pérez de Urbel, « antifonario de León, el escritor y la época »,
Archivos Leoneses, 8, 1954, p. 115-144, p. 118-122 ; José Vives, Ángel Fábrega,
« calendarios hispánicos anteriores al siglo Xiii », Hispania Sacra, 2, 1949,
p. 339-380, p. 346.
69
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 67-84]
Le ‘polygraphisme’7 a ainsi été parfaitement prouvé par
de nombreux travaux, notamment par ceux en Espagne
de José a. Fernández Flórez et de Marta Herrero de la
Fuente. ce phénomène était d’ailleurs encouragé par
la manière dont étaient copiés les manuscrits durant le
haut Moyen age, puisqu’ils étaient divisés en parties,
chacune confiée à un scribe8 : le manuscrit real Monasterio de san Lorenzo de El Escorial (désormais
Escorial) n° d-i-2 (976, albelda) rassemblait trois
grandes parties copiées par Vigila (Liber Judicum, Liber
canonum) et sarracinus (Decretales)9.
Mais si ‘digraphisme’ il y a dans ces folios introductifs de l’antiphonaire, il nous faut aussi comprendre
ses modalités et, plus généralement, nous interroger sur
le lien éventuel entre le polygraphisme et la mixité graphique – que nous définissons comme le mélange par
une même personne de lettres venus d’alphabets différents à l’intérieur d’un même mot et/ou d’une même
phrase. Peut-on suivre carmen del camino Martínez
quand, à la fin de son article sur les origines de l’écriture
wisigothique, elle affirme « qu’une personne habituée
aux deux variétés fondamentales [d’écriture, i.e. la
minuscule redonda et la cursive] mélange les formes
des deux », jusqu’à parfois provoquer l’apparition d’une
nouvelle écriture, en l’occurrence la semi-cursive10 ou
bien, par exemple pour une époque antérieure, la semionciale11 ? ou bien, au contraire, la mixité graphique
résulte-t-elle d’abord d’un phénomène de contamination d’une écriture dominante (celle d’abord apprise
par le copiste) par une autre, elle imparfaitement maîtrisée ?
1/ dEUX arias ?
dans les folios introductifs de l’antiphonaire de León,
les écritures ajoutées en cursive et en minuscule sont
incontestablement très différentes. arias ii augmente
le codex originel de l’antiphonaire au moyen de son
actuel quatrième quaternion écrit en minuscule wisigothique, qui comprend un traité de comput contenant
des argumenta pour différents calculs, entrecoupés de
développements computistiques et répartis en deux
séries (f° 20r-23r et 23r-27v)12. il écrit durant les années
1067-1070 : Modo vero colligitur omne tempus ab exordio
mundi usque ad præsentem, era millesima CVIIIa (1070),
et fiunt sub uno annos VI mille CCLXIIII (6264)13 ; et
ab incarnatione Christi usque nunc, in era mille CVIIa
(1069), sunt anni mille LXVII (1067). Secundum ego
Arias exposui (f° 26ra)14 (Planche 1).
ce copiste, qui utilise à l’occasion des formes de lettres
différentes (par ex. le d droit et le d oncial), possède intesti, 40), 1924, p. 34-36, p. 35 (rééd. dans Palaeographical Papers 1907-1965, éd.
Ludwig Bieler, oxford, clarendon Press, 1972, vol. 1, p. 139-141).
12
a. cordoliani, « Les textes et figures de comput… », art. cit.
13
Le v est barré deux fois. Je remercie Michael i. allen de m’avoir proposé
cette lecture.
14
remarquons que les conversions entre l’ère hispanique et celle de
l’incarnation sont systématiquement erronées dans les passages originaux
du traité : Quando autem hoc scriptum est, sic fuerunt anni incarnationis
Domini mille LXVII (1067) in era millesima CVIIa (1069) (f ° 26ra). d’ailleurs,
notre computiste se trompe également avec l’era quand il s’agit d’en dater
l’invention, qui a lieu non pas en 5154 anno mundi mais en 5162 : Ab exordio
mundi usque ad tempus Iulii Cesaris, quando era inuenta est, fuerunt anni V
mille CLIIII (5154) ; et ex eo tempore usque anno incarnationis Domini fuerunt
XXXVIII. Annos de incarnatione Christi sunt modo mille LXVIII (1068), in
era mille CVIIIa (1070) (f ° 27vb). arias hésite aussi parfois dans ses calculs et
retouche certains chiffres, comme au f ° 27vb, où l’on hésite à lire mille LXVIII
ou mille LXVII ; de même, au f ° 26ra, VI mille CCLXIIII est le fruit d’une
correction apportée au chiffre initial (VI mille CCLXVIII), qui était pourtant
juste, puisqu’il correspondait à une différence de 5201 années (conforme aux
calculs médiévaux) entre la datation anno mundi et celle anno Domini (6268 1067). ces corrections sont certainement le fait d’arias lui-même, qui l’avoue
au f ° 26ra : Secundum ego Arias exposui, que l’on peut traduire : « Moi, arias,
j’ai exposé cela une seconde fois » (et non pas : « selon ce que moi, arias, j’ai
exposé »). Je remercie Michael i. allen pour cette suggestion.
7
nous utilisons ce néologisme, afin de désigner la capacité à maîtriser
plusieurs écritures. il est forgé à partir de l’adjectif « polygraphique », dont
le sens 2 dans le Trésor de la langue française (http://atilf.atilf.fr/) est : « art
d’écrire de plusieurs manières » (attesté en 1611).
8
Jean Vezin, « La répartition du travail dans les ‘scriptoria’ carolingiens »,
Journal des savants, 3, 1973, p. 212-227.
9
José a. Fernández Flórez, « Los protagonistas del año mil », Codex
Aquilarensis, 16 (actas del Xiii seminario sobre Historia del Monacato,
aguilar de campoo, 2-5 de agosto de 1999), aguilar de campoo, 2000,
p. 153-180 ; José a. Fernández Flórez, Marta Herrero de la Fuente,
« copistas y colaboradores en el monasterio de albelda », H. spilling (dir.),
La collaboration dans la production de l’ écrit médiéval : actes du Xiiie colloque
du comité international de paléographie latine (Weingarten, 22-25 septembre
2000), Paris, 2003, p. 105-130. Je remercie José a. Fernández Flórez pour son
aide bibliographique.
10
carmen del camino Martínez, « Los orígenes de la escritura
visigótica : otras posibilidades para su estudio ? », Actas del VIII Coloquio del
Comité International de Paléografía Latina (Madrid-Toledo, 1987), Madrid,
1990, p. 29-37, p. 35.
11
Elias a. Lowe la définit comme une onciale utilisant au moins quatre
lettres étrangères à cet alphabet : « a hand-list of half-uncial manuscripts »,
Miscelanea Francesco Ehrle, t. iV: Paleografia e Diplomatica, rome (studi e
70
Polygraphisme et mixité graphique
Planche 1
Planche 2
miques, le même copiste effectue quelques calculs computistiques dans la partie inférieure droite. Enfin, dans
la partie supérieure des folios 18v-19r, au-dessus d’une
grande roue de comput, figure une autre interpolation
à propos des années communes et embolismiques.
or, toutes ces additions en cursive sont de la même
main : l’écriture, un peu maniérée, ajoute à l’occasion des
fioritures aux lettres et souligne les pleins et les déliés ; les
lettres sont identiques (en particulier le g et le a) ; les ligatures (en particulier ta, et, te, as) sont formées de la même
façon ; les abréviations sont rigoureusement les mêmes.
Malgré la plus grande souplesse de son tracé et une
plus nette accentuation des pleins et des déliés, la
cursive du f° 18v émane très probablement de la même
main, même si elle fut peut-être écrite à une autre
époque (Planche 6):
Une notice (fol. 10v) permet de dater ces ajouts des
années 1060-1064 : In era millesima LXLVIIIa (1060),
contestablement de bonnes aptitudes graphiques, tant il
joue sur le module de sa minuscule, alternativement gros
(pour le premier paragraphe) et petit (Planche 2):
simultanément, de nombreuses additions en cursive
wisigothique sont ajoutées dans l’antiphonaire par
arias i, notamment sur les folios 6v, 7r, 10r, 10v, 12rb,
18v-19r. Est ainsi copiée à côté du mois de février du
calendrier (f ° 6v, marge de gouttière) et du mois de
mars (f ° 7r, marge de reliure) (Planche 3) une note
expliquant l’utilisation des deux séries de lettres du
calendrier (lettres a-K et lettres dominicales a-G) lors
d’une année bissextile. dans un cadre situé en-dessous
de trois petites tables de comput (f° 10r), une notice de
la même main attire l’attention sur les modifications
en cas d’année bissextile (ligne 1) ; puis elle commente
le jeûne du 1er janvier et justifie la date de l’Epiphanie
pour les années bissextiles (lignes 2-6). au verso du
folio 10, sur lequel sont reproduites cinq roues astrono-
71
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 67-84]
d’une Histoire ecclésiastique tripartite « composée par
trois auteurs de Grèce, à savoir un saint évêque, Théodoret, et deux hommes, sozomène et socrate », et que le
« sénateur cassiodore » reçut d’un « Epiphane le scholastique » – en fait la traduction latine réalisée par Epiphane à la demande de cassiodore d’une compilation
de ces trois auteurs (330-420) réalisée par Théodore
Lecteur en 520-53015 :
Est liber storia eclesiastica que dicitur
tripertita / a tribus auctoribus de Grecia
compositum, uno scilicet / Teodorito sancto
episcopo et duobus uiris sozomeno / et socrater,
incipiens a constantino / imperatore usque ad
Teodosium iuniorem per multa / interualla
tempora. cassiodorus senador / accipiens per
Epifanium scolasticum et dedit sancto / uiro
regi Teodosio. / Ego arias uidi ipsum librum
in Francia, que nondum / uideram in Gallicia.
2/ Une seule main pour deux écritures ?
d’un strict point de vue paléographique, il faut bien reconnaître que cette théorie de deux arias est celle qui s’impose
naturellement, tant la minuscule et la cursive diffèrent
entre elles par le ductus des lettres (par ex. le g) et celui des
ligatures (par ex. te) ; à vrai dire, rien ne les rapproche si
ce ne sont les similitudes habituellement rencontrées entre
ces deux écritures – le d droit etc. Même leurs systèmes
abréviatifs divergent, puisque la minuscule use du tilde
pointé et la cursive de la seule barre horizontale.
Malgré cela, l’hypothèse la plus vraisemblable est celle
d’un seul et même copiste utilisant deux écritures différentes. En effet, ces différents ajouts en cursive et en mi-
Planche 3
bissextum ad lune cursu XXIII : Ia feria deducit annus.
In era mille CII (1064) fuit bissextum, lune cursu VIIIo :
VIa feria deduxit annum (Planche 7).
Enfin, l’identité de leur auteur-copiste nous est donnée
à la fin d’un autre petit texte, écrit avec une encre plus pâle
ou bien largement effacée par dilution, dans une cursive
qui est de la même main : « Moi, arias (i), je vis en Francie
ce livre, que je n’avais jamais vu en Galice ». y (f° 12rb)
(Planche 8).
afin de gagner de la place et d’insérer son texte dans
l’espace laissé disponible par le copiste suivant (dont
nous étudions le texte p. 79 et suiv.), arias i adopte un
retrait à gauche plus réduit et ne respecte pas la réglure
horizontale : il écrit dix lignes là où n’en sont tracées que
neuf. cette petite notice décrit la découverte en Francie
15
Pierre nautin, « Théodore Lecteur et sa ‘réunion de différentes
Histoires’ de l’église », Revue des études byzantines, 52, 1994 (n° 52), p. 213243. sur ces trois auteurs : Hartmut Leppin, « The church Historians (i):
socrates, sozomenus, and Theodoretus », G. Marasco (éd.), Greek and
Roman Historiography in Late Antiquity. Fourth to Sixth Century A.D., LeidenBoston, Brill, 2003, p. 219-254. cette Historia tripartita de Théodore faisait
partie d’une vaste histoire ecclésiastique commençant avec Eusèbe et Gélase
et poursuivie après 420 par Théodore lui-même : Michael Whitby, « The
church Historians and chalcedon », ibid., p. 449-495, p. 467-472.
72
Polygraphisme et mixité graphique
Planche 4
Planche 5
Planche 6
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Planche 7
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Planche 11
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Polygraphisme et mixité graphique
Planche 12
77
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nuscule ont tous en commun de traiter exclusivement de
computistique. En outre, ces textes s’inspirent largement
de sources identiques : l’interpolation des folios 18v-19r se
trouve dans les deux manuscrits Escorial n° d-i-2 et d-i-1
(992, san Millán de la cogolla)16, où figurent aussi de
nombreux passages du traité de comput17.
Enfin, ajoutons un argument proprement paléographique, même s’il est plus faible : les chiffres sont toujours tracés par arias i et arias ii de la même manière,
notamment les ligatures unissant les X et les V. La différence est nette entre ces chiffres et ceux originellement
écrits au dixième siècle dans les folios introductifs de
l’antiphonaire ; par exemple, chez ces derniers, les
barres d’arrêt des jambages sont horizontales, alors
qu’elles sont systématiquement obliques sous la plume
d’arias (Planches 9-12).
il est donc probable qu’un seul et même arias ait
ajouté les principaux passages en cursive et en minuscule wisigothiques dans les folios introductifs de
l’antiphonaire. a cet égard, cette capacité pour un seul
et même copiste à maîtriser deux écritures différentes,
qui ne se contaminent pas, est parfaitement attestée à
l’époque : dans le manuscrit Escorial n° d-i-2, Vigila
écrit en minuscule, en capitale et en lettres allongées18.
certains faussaires n’hésitent pas même à imiter d’anciennes écritures, àl’instar de l’abbé Berengosus de
saint-Maximin de Trèves (1106/7-1125) réalisant un faux
privilège d’Henri iii pour Fulda (1111)19.
durant ces années 1060, deux arias léonais sont envisageables, même si, malheureusement, leurs écritures ne
nous sont connues par aucun autre document original. Le
premier est arias díaz (Arias Didaz ou Didaci), « diacre »�
et principal notarius du roi20. il apparaît comme tel dans
plusieurs actes importants (transmis sous forme de copies) :
une confirmation des biens et privilèges de l’évêché de
León en 1047 (monogramme Ari)21 ; une confirmation
de privilèges à l’évêché de Palencia en 1059 (monogramme
ARIS)22 ; une donation à celanova en 106123 ; la grande
donation à san Juan Bautista/san isidoro de León (après
la translation du corps du sévillan)24 ; et deux actes à destination de l’église de santiago (1065)25 ; il est aussi nommé
juge par le roi en 1062 pour régler un litige impliquant
l’évêque de Lugo26. dans un jugement du roi alphonse
Vi en faveur de l’évêque Pélage de León en 1067, arias
díaz apparaît de nouveau comme scribe (avec son monogramme Arias) aux côtés d’un autre arias, arias Vimaraz,
qui figure parmi les témoins invoqués par le prélat devant
le roi contre le plaignant27. cet arias Vimaraz – second
scribe possible – est ensuite très actif dans l’entourage
de l’évêque : mentionné comme témoin dans plusieurs
documents léonais à partir de 1073, il effectue cette même
année en tant que « confrère et procurateur » du chapitre
de santa María de León un échange avec l’évêque dudit
lieu28 ; il est sans doute témoin d’un pacte en 1076 entre
l’évêque Pélage et plusieurs hommes pour une terre29.
cependant, arias díaz s’impose au détriment d’arias
Vimaraz pour trois raisons. Tout d’abord, ce notarius
21
José Manuel ruiz asencio (éd.), Colección documental del archivo de
la catedral de León (775-1230), t. iV : 1032-1109, León, centro de Estudios e
investigación san isidoro, 1990, coll. Fuentes y estudios de historia leonesa
(44), n° 1048, p. 226 (copie du Xiie s.). arias díaz confirme aussi une donation
de l’infante Elvire à l’évêché de León en 1077 : ibid., n° 1207 (Tumbo de la
catedral de León, a° 1124).
22
P. Blanco Lozano (éd.), Colección diplomática de Fernando I…, op.
cit., n° 54, p. 152 (copie du Xiie s., acte suspect).
23
Ibid., n° 59, p. 160 (Tumbo de celanova, treizième siècle).
24
Ibid., n° 66, p. 172 (copie de la fin du onzième siècle).
25
Manuel Lucas Álvarez (éd.), La documentación del Tumbo A de la
catedral de Santiago de Compostela : estudio y edición, León, centro de Estudios
e investigación san isidoro, 1997, coll. Fuentes y Estudios de Historia Leonesa
(64), n° 69, p. 193.
26
avelino de Jesus da costa (éd.), Liber Fidei Sanctae Bracarensis Ecclesiae,
Braga, Junta distrital, vol. 1 (1965), n° 23, p. 253-255.
27
andrés Gambra (éd.), Alfonso VI : cancillería, curia e imperio, t. ii :
Colección diplomática, León, centro de Estudios e investigación san isidoro,
1998, coll. Fuentes y Estudios de Historia Leonesa (63), n° 2, p. 7 (Tumbo de
la catedral de León, a° 1124). il confirme encore un acte de l’infante Elvire en
1077 (ibid., n° 1207).
28
J.M. ruiz asencio (éd.), Colección documental del archivo de la catedral
de León, t. iV, op. cit., n° 1189, p. 437-439. il apparaît ensuite jusqu’en 1087
dans de nombreux documents léonais : ibid., n° 1190 (equonimus), 1191, 1199,
1205, 1208, 1211, 1213 (…) 1242.
29
Ibid., n° 1198, p. 463.
a. cordoliani, « Les textes et figures de comput… », art. cit., p. 266.
Juan Gómez Pallarés, « sobre manuscritos latinos de computo
en escritura visigótica », Hispania Sacra, 39, 1987, p. 25-48. ils se trouvent
également dans le codex Bibliothèque nationale de France, nouvelle
acquisition latine n° 2169 (1050/1100, silos).
18
J. a. Fernández Flórez et M. Herrero de la Fuente, « copistas y
colaboradores en el monasterio de albelda », art. cit.
19
Theo Kölzer, « Le faussaire au travail », dans Michel zimmermann
(dir.), Auctor et Auctoritas : invention et conformisme dans l’ écriture médiévale,
Paris, école des chartes, 2001, coll. Mémoires et documents de l’école des
chartes (59), p. 477-485, p. 480-481.
20
Ibid., p. 26-27.
16
17
78
Polygraphisme et mixité graphique
Planche 13
du roi était, de par sa profession, spécialiste en écriture.
Ensuite, son activité diplomatique se déploie surtout
durant les années 1060, qui correspondent précisément
à l’époque de ces additions en minuscule et en cursive.
Enfin, cette identification confirmerait la proximité
de l’antiphonaire avec la royauté léonaise – proximité
par ailleurs attestée par l’ajout de plusieurs seings de la
famille royale (Ferdinand ier, sa femme sancha et leurs
enfants) à la même époque (1062-1063)30.
a côté de ces deux écritures minuscule et cursive nettement distinguées, un seul texte dans les folios introductifs de l’antiphonaire témoigne d’une influence de
la minuscule sur la cursive – influence à l’origine de
la « semi-cursive » – : il s’agit de la petite notice ajoutée en bas de la seconde colonne du folio 12r et énumérant « les noms des saints qui furent trouvés dans
Thomas deswarte, « royauté et liturgie dans le monde léonais :
l’antiphonaire de León », Cahiers de civilisation médiévale [à paraître, 2014].
30
3/ UnE aUTrE noTicE d’arias (FoL. 12rB) ?
79
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 67-84]
Planche 14
les archives de Tolède ». La cursive de cette liste de
saints antiques (accompagnés du lieu de dépôt de leurs
reliques) diverge notablement de celle d’arias en raison
de son emprunt du g et du tilde pointé à la minuscule :
la contamination reste donc limitée à une lettre et au
système abréviatif (Planche 13).
Par ailleurs, la mise en page de cette notice, écrite
suivant les lignes horizontales de la réglure et dotée d’un
important retrait à gauche, diffère profondément de celle
du texte écrit juste avant par arias et narrant sa découverte
en Francie d’une Histoire ecclésiastique tripartite. L’analyse
de la mise en page et de l’écriture nous conduit donc à
la même conclusion: la petite liste de « noms de saints »
est d’une autre main que celle d’arias. or, une même
notice de « noms des saints » fut ajoutée en minuscule par
une autre main dans le manuscrit real academia de la
Historia (désormais raH) n° 78 (rioja, problement san
Millán ou nájera, début du onzième siècle), en bas de la
première colonne du folio 193v31 (Planche 14).
Malgré quelques menues différences orthographiques, grammaticales et lexicologiques, ces deux
versions des manuscrits acL 8 et raH 78 sont très
proches, y compris dans leur présentation, puisqu’un
alinéa (acL 8) ou une majuscule rouge (raH 78)
mettent en valeur les mêmes débuts de phrases (la
version de raH 78 est entre parenthèses) :
Hec sunt nomina sanctorum que in arciuo
(arcibo) Toletano repperta sunt. Emeterium et
celedonium calachorritana (Kalagorritana)
eclesia suscepit in urna. Fa g undum
(Facundum) et Primitiuum (Primitibum)
ceiensis monasterii aula retentat (retemtans).
claudium et Lupercum atque Victoricum
Legionensis continet cives (cibes). seruandum
et Germanum Ursinensis (Ursianensis) alma
uicus coronat, sed corpore divisos seruandus
(serbandus) ispalis (spalim), Germanus
Emerita pietas diuina locauit (conlocavit).
Marcellum parentem Tingitana urbs fide
religionis (religiosa) retinet (retemtat).
Là encore, le choix de la cursive dans un cas (l’antiphonaire de León), de la minuscule dans l’autre,
nous renseigne sur le statut de ce texte – qui est à ma
31
Elisa ruiz García, Catálogo de la sección de códices de la Real Academia
de la Historia, Madrid, real academia de la Historia, 1997, p. 395-405.
80
Polygraphisme et mixité graphique
connaissance le premier du genre en Péninsule. dans
raH 78, cette notice est interpolée après une liste des
empereurs persécuteurs et de leurs victimes martyrisées
(f° 193ra-193va), afin de la compléter (seuls Facond et Primitif sont communs aux deux listes) : en clair, l’usage
de la minuscule (et des capitales rouges) ambitionne
d’octroyer à l’addition un statut identique à celui du
texte principal. En revanche, dans acL 8, cette notice
est recopiée avec un objectif bien différent : écrite en
cursive, elle est visuellement bien distinguée des tables de
conversion (sous, onces, siliques…) du f° 12r, dont elle est
totalement indépendante ; en position subordonnée au
sein du manuscrit, elle apporte manifestement quelques
informations sur des saints figurant dans le calendrier
(f° 6v-9r) – Emetère et céledoine à calahorra (2 mars) ;
Facond et Primitif au monastère de ceia (sahagún) (29
novembre) ; claude, Luperque et Victoricus à León (30
octobre) ; servand à séville et Germain à Mérida (23
octobre) ; et leur père Marcel à Tanger (31 octobre).
donc pas forcément de contamination scripturale. selon
notre hypothèse la plus probable, un seul et même arias
choisit ainsi une minuscule dépourvue de tout trait de cursivité pour le traité de comput inséré dans l’antiphonaire
de León, et la cursive pour les commentaires explicatifs
ajoutés sur les folios introductifs de ce manuscrit.
Même chose pour Vigila, qui copie en litterae elongatae
un acte original daté de 950, et écrit en minuscule le texte
principal du ms. Escorial n° d-i-2, les épigraphes en capitale et les réclames en lettres allongées. a sahagún, le
prêtre Munio copie en 1110 le Becerro Gótico en minuscule
wisigothique ainsi que, entre 1102 et 1115, des documents
originaux et des copies d’actes antérieurs en minuscule
et en litterae elongatae34 ; à Eslonza, un moine dénommé
Martín utilise alternativement dans six documents entre
1100 et 1116 la minuscule wisigothique et la caroline, sans
jamais que l’une influence l’autre35. Un dernier exemple
mérite d’être cité : celui de Florencio du monastère san
Pedro de Valeránica, dont nous avons conservé quatre
manuscrits écrits principalement en minuscule et deux
actes en lettres allongées 36. dans le monde franc, poligraphisme et hiérarchisation des écritures fonctionnent
semblablement de conserve: un certain Gundohinus
écrit en 754 un Evangéliaire (autun, Bibliothèque municipale n° 3) en utilisant la minuscule et, pour le texte des
évangiles, une onciale encore maladroite37 ; plus tard, les
4/ LE PoLYGraPHisME
il est maintenant temps de répondre à nos interrogations
premières. certains copistes sont polygraphes et usent
intentionnellement de diverses écritures – que l’ont peut
alors classer en « degrés » (grade of script) selon l’expression de Julian Brown32 – en fonction du public visé, de la
nature du texte copié et, ce qui nous importe ici le plus, du
statut que l’on souhaite lui donner dans le manuscrit. ce
polygraphisme s’enracine dans l’apprentissage d’alphabets
différents, tant la minuscule et la cursive wisigothiques
sont deux écritures autonomes depuis le septième siècle33 :
la maîtrise de plusieurs systèmes graphiques ne provoque
34
José a. Fernández Flórez, Marta Herrero de la Fuente,
« Libertades de los copistas en la confección de cartularios : el caso del
Becerro Gótico de sahagún », E. condello, G. de Gregorio (dir.), Scribi
e colofoni. Le sottoscrizioni di copisti dalle origini all’avvento della stampa :
atti del seminario di Erice, X colloquio del comité international de
paléographie latine (23-28 octobre 1993), spolète, centro italiano di studi
sull’alto Medioevo, p. 301-324, p. 308-311 et planches ; Marta Herrero de
la Fuente, « de cluny a sahagún : la escritura carolina en el monasterio
de sahagún (siglos Xi-Xii) », Marie-clotilde Hubert et al. (dir.), Le statut
du scripteur au Moyen Age : actes du Xiie colloque scientifique du comité
international de paléographie latine (cluny, 17-20 juillet 1998), Paris, 2000,
coll. Matériaux pour l’histoire publiés par l’Ecole des chartes (2), p. 29-40,
p. 37-38.
35
José Manuel rUiz asEncio, « notas sobre la escritura y
monogramas regios en la documentación real astur-leonesa », Monarquía y
sociedad en el reino de León. De Alfonso III a Alfonso VII, t. i, León, centro
de Estudios e investigación san isidoro, 2007, coll. Fuentes y estudios de
historia leonesa (117), p. 265-312, p. 304-307.
36
Elena García Molinos, « Florencio de Valeránica, calígrafo y notario
del siglo X », El reino de León en la Edad Media, t. Xi, León, 2004, p. 241-430.
37
armando Petrucci, Writers and Readers in Medieval Italy. Studies in
the History of Written Culture, new Haven/Londres, Yale University Press,
1995, p. 81 et suiv.
32
Par ex.: Julian Brown, « The irish Element in the insular system of
scripts to circa a.d. 850 », A Palaeographer’s View: Selected Writings of Julian
Brown, Janet Bately, Michelle Brown, Jane roberts (éd.), Londres, Harvey
Miller, 1993, p. 201-220.
33
En dernier lieu : Jesús alturo, « La escritura visigótica. Estado de la
cuestión », Archiv für Diplomatik, Schriftgeschichte, Siegel- und Wappenkunde,
50, 2004, pp. 347-386, p. 379-383 ; isabel Velázquez soriano, « La escritura
visigótica cursiva en su periodo primitivo », Jesús alturo, Miquel Torras,
ainoa castro (éd.), La escritura visigótica en la Peninsula ibérica : nuevas
aportaciones, Bellaterra, Universitat autònoma de Barcelona, 2012, coll.
congressos (3), p. 15-54.
81
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 67-84]
poèmes et les prières du Liber benedictionum, rédigé puis
révisé par le moine Ekkehart iV de saint-Gall (ca 10101060), sont en minuscule caroline, alors que les gloses
interlinéaires et marginales sont dans une écriture plus
cursive38.
L’abbaye du Mont-cassin, où se rencontrent
l’écriture locale bénéventaine et la caroline venue du
monde franc, constitue un autre bon observatoire de
ce phénomène, ici étudié par Francis newton39. Un
certain Grimoald copie ainsi sous l’abbé desiderius du
Mont-cassin (1058-1087) trois manuscrits dans une minuscule bénéventaine pure de toute influence extérieure
(Mc 104 et 109, Vat. lat. 3784). En revanche, dans le
beau manuscrit 230, il use très ponctuellement de la
caroline, notamment pour les titres et ce vraisemblablement dans un but purement pratique : la souplesse
de la minuscule franque lui permet soit de gagner de la
place, soit d’occuper un espace plus important. ce digraphisme apparaît parfois de manière éclatante lorsque
le copiste relâche son attention : ainsi en est-il à deux
occasions dans le manuscrit 359 du Mont-cassin, où le
copiste principal adopte brutalement la caroline (vraisemblablement sa première écriture) durant quelques
lignes avant de revenir à la bénéventaine (p. 358).
alphabets40 ; la caroline dont use quelque fois Grimoald
dans le manuscrit 230 s’avère très légèrement influencée
par l’écriture bénéventaine, notamment dans les e41 ;
enfin, d’autres copistes de ce monastère introduisent de
manière intentionnelle dans leur écriture bénéventaine
une ou deux lettres venues d’un autre alphabet (caroline, onciale…), en particulier en fin de lignes afin de
gagner de la place42.
cependant, la plupart du temps, cette mixité graphique est le fait de copistes ne maîtrisant parfaitement
qu’un seul alphabet et incorporant involontairement certains éléments graphiques venus d’une autre écriture :
le mélange des écritures manifeste alors la porosité de
l’écriture d’un scribe monographe soumise à la pression
d’une autre. cette mixité, qui suppose une certaine
indifférenciation des alphabets, est plus nette dans les
chartes et dans les manuscrits de moindre qualité. En
témoigne l’écriture de Cidi, copiste dans la région de
Valdoré (crémenes, León) : dans les vingt-six chartes
que l’on conserve de lui entre 1001 et 1030, il utilise une
cursive qui, avec le temps, s’ouvre très timidement à la
minuscule – comme le prouvent la lettre g de deux documents de 1029 et 1030, ainsi que l’abréviation q + s suscrit
(pour que) en 1019 et 103043. c’est aussi le cas du copiste
de la petite liste de « noms de saints » de notre antiphonaire (f° 12rb), qui incorpore dans sa cursive quelques
éléments graphiques empruntés à la minuscule.
La mixité graphique est caractéristique des périodes
de transition graphique, par exemple lorsque les copistes carolingiens adoptent la minuscule caroline tout
en continuant d’utiliser à l’occasion des lettres antérieures à la réforme, en particulier le a ouvert. c’est de
cette manière que s’opère au neuvième siècle la transition graphique en catalogne, qui amène cette région
à abandonner son ancienne écriture wisigothique. dans
5/ La MiXiTé GraPHiQUE
a contrario, la mixité graphique semble en premier lieu
se manifester sous la plume de scribes monographes.
certes, certains copistes digraphes peuvent la pratiquer,
inconsciemment ou non, mais toujours de manière très
ponctuelle : lorsque le copiste principal du manuscrit
359 du Mont-cassin renonce au bout de trois lignes
à l’écriture caroline et revient à la bénéventaine, la
transition entre les deux écritures s’opère par le biais
de deux mots (de gentilibus) écrits au moyen des deux
Ibid., p. 88.
Ibid., p. 89-95.
42
Ibid., p. 86 et suiv. cependant, rien ne nous assure du réel digraphisme
de ces copistes.
43
Marta Herrero de la Fuente, José a. Fernandez Florez, « cidi,
‘scriptor’ de documentos altomedievales del fondo monástico de otero de
las dueñas », Escritos dedicados a José María Fernández Catón, León, centro
de estudios y investigación ‘san isidoro’, 2004, coll. Fuentes y estudios de
historia leonesa (100), p. 651-688, p. 676 et suiv.
40
41
38
Je remercie mon ami Vincent debiais (cEscM) d’avoir attiré mon
attention sur ce manuscrit, qui est consultable en ligne : http://www.ecodices.unifr.ch/fr/list/one/csg/0393.
39
Francis newton, The scriptorium and library at Monte Cassino, 10581105, cambridge, cambridge University Press , 1999, respectivement p. 34-51,
89-95 et 86-89.
82
Polygraphisme et mixité graphique
les actes à partir de 833 et, surtout, des années 870,
l’écriture péninsulaire est influencée par la minuscule
caroline, souvent utilisée pour quatre lettres (a, g, t et
e) ; mais cette écriture reste bien fondamentalement
wisigothique, par la plupart de ses abréviations et la
majorité de ses lettres. Quand la caroline apparaît en
tant que telle durant les années 880, elle est en revanche
souvent accompagnée de réminiscences wisigothiques,
par la suite de moins en moins nombreuses ; vers 900,
cette caroline est désormais largement utilisée, tandis
que perdure l’usage de l’écriture péninsulaire dans les
zones reculées. de même, les manuscrits sont souvent
rédigés à partir du second quart du neuvième siècle
en caroline ou dans une wisigothique influencée par
l’écriture franque, avant que ne s’impose au siècle
suivant la caroline, encore parfois accompagnée de
survivances graphiques wisigothiques44.
En revanche, le passage de la wisigothique à la caroline dans le royaume de León-castille donne lieu à
une mixité graphique plus limitée. La caroline apparaît
ainsi d’emblée très largement dépourvue de toute influence wisigothique, comme sous la plume de Martín à
Eslonza. Les contaminations sont peut-être un peu plus
fréquentes de la caroline vers la wisigothique : Pedro ii
écrit à sahagún vers 1100 une minuscule et une cursive
indépendantes l’une de l’autre, mais qui contiennent
quelques lettres (notamment les majuscules) et abréviations venues d’outre-Pyrénées45. En fait, de nombreux copistes castillano-léonais s’avèrent parfaitement
digraphes : la caractéristique de cette époque est donc
moins la mixité graphique que le polygraphisme et le
« multigraphisme », c’est-à-dire la coexistence dans un
même scriptorium de copistes utilisant chacun des écritures différentes46.
derrière les deux écritures attribuées à arias dans les
folios introductifs de l’antiphonaire de León, se cache
donc probablement une seule et même personne maîtrisant parfaitement la minuscule et la cursive wisigothiques. cette polygraphie, bien attestée par ailleurs,
permet à un copiste d’organiser seul d’un point de
vue visuel les différents éléments textuels d’un manuscrit. En revanche, durant le premier Moyen age,
cette capacité à maîtriser plusieurs écritures ne semble
pas expliquer la plupart des cas de mixité graphique ;
nous n’avons à aucun moment pu identifier de copistes
polygraphes usant régulièrement d’une écriture mixte.
Habituellement, plus un copiste maîtrise ses différentes
écritures, moins il les mélange. L’écriture mixte, qui
implique une certaine indifférenciation des alphabets,
ne semble jamais être la troisième écriture d’un copiste
mélangeant deux écritures qu’il domine parfaitement ;
bien au contraire, elle paraît être l’unique écriture d’un
scribe dont l’alphabet principal est soumis à la pression
d’une autre écriture, qu’il ne domine qu’imparfaitement. notre hypothèse est donc que polygraphisme
et mixité graphique constituent la plupart du temps,
dans les chartes et les manuscrits du haut Moyen age,
deux réalités distinctes et même contradictoires.
anscari M. Mundó et Jesús alturo, « La escritura de transición de la
visigótica a la carolina en la cataluña del siglo iX », Actas del VIII Coloquio
del Comité International de Paléografía Latina (Madrid-Toledo, 1987), Madrid,
1990, p. 131–138. Version augmentée : Jesús alturo y Perucho, « Escritura
visigótica y escritura carolina en el contexto cultural de la cataluña del siglo
iX », Memoria Ecclesiae, 2, 1991, p. 33-44.
45
María isabel ostolaza Elizondo, « La transición de la escritura
visigótica a la carolina en los monasterios del reino de León », Actas del VIII
Coloquio del Comité International de Paléografía Latina, op. cit., p. 149-163,
p. 155.
46
ainsi en est-il des moines domingo (1122-1159) et Pelagio (11411143) à san Vicente de oviedo, qui usent respectivement de la minuscule
wisigothique et de la caroline : Miguel calleja Puerta, « de la visigótica a la
carolina en los documentos del archivo de san Vicente de oviedo : laescritura
de dominicus y Pelagius », José antonio Fernández Flórez, sonia serna
serna (éd.), Paleografía I: La escritura en España hasta 1250 : iV jornadas de
ciencias y técnicas historiográficas (Burgos, 2006), Universidad de Burgos,
2008, p. 191-200.
44
83
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 67-84]
84
En ese país que por siglos fue
el final de la tierra.
Una aproximación a los orígenes
del sistema castral del obispado
de iria-santiago (ss. iX-Xi)
carlos J. Galbán Malagón
doctor por la Universidad de Barcelona
[email protected]
nisi Dominus custodierit civitatem,
Frustra vigilat qui custodit eam
Psalmus 126 (127) 1
Recibido: 6-12-2012
Evaluado y aceptado: 29-05-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 85-103]
d
Resumen: Las fortalezas presentes en el entorno de
la sede santiago suelen analizarse como un conjunto
homogéneo diseñado para la defensa. sin negar o afirmar
esto, ha de tenerse en cuenta la temprana intervención
de la monarquía en la configuración de un sistema de
fortificaciones en el occidente gallego y la peculiar
inclusión del señorío de los prelados dentro del mismo.
así, se presta especial atención, primero, a los problemas
intrínsecos para el estudio de fortificaciones en el área
de influencia de la sede de iria, segundo, la acumulación
de un grupo de fortificaciones dentro de un dominio
centralizado y, por último, a las posibles modalidades de
control de las fortificaciones.
Abstract The fortresses around the see of santiago
have been traditionally analyzed as a homogeneous group
designed for defense. in this way, the situation during the
golden years of diego Gelmirez -with a very strong role of
the church in the power contest between lords and kings-,
has been the ideal model for interpreting the development of
castles. This unfortunate comparison, although favored by
Gelmirez chroniclers, has produced the misinterpretation of
the previous church castle building policies. Being the result
of, at least in theory, an precocious castle building policy
designed for the protection of Galicia, taken as a whole
territory, from the menaces coming from the sea. serving
thus as a deterrence measure against Vikings and saracens.
albeit this point of view, after a revision of the archaeological
data and documentary sources, some elements should be
considered in a more holistic approach.
First of all, the intrinsic matters and problems regarding
castle studies in the sphere of influence of the see of iria. The
existence of earlier fortifications with little or none references
in contemporary sources, but proved by archaeology and
later documents, could not be neglected. This written
vacuum would be more tied both to the progressive diffusion
of new forms of organization of men and lands and to
medieval document conservation practices. Yet there exists
many questions regarding properly definition, chronology
and functions played by those early ‘castles’.
second, the early intervention of the crown in the
configuration of a network of fortresses in Western Galicia
and the unusual inclusion of the bishops’ lordship within,
have to be considered. The delegation of some attributions
of royal power to laic lords and bishops must not be
regarded as a symptom of chaos, but of strict and correct
regulation of the Galician territory, even if incomplete.
The political and territorial rise of the see of iria is in good
measure a mean for spreading royal control over not so
trustable lords. From this perspective, the configuration of a
group of fortifications inside a centralized dominion is not
a byproduct from the military royal policy or the initiative
of a particularly clever bishop is the main consequence
of a conscious and systematic strategy of land control
and economic exploitation. as the origins of each castle
belonging to the see proves. so the growing complexity and
the creation of a system of dominion incorporating castles
should be taken as a hint of the intimacy relations and ties
between church and kingship.
Third, it has to be considered the ways of control and
tenure of fortifications in the lands of the see. despite
the paucity of data regarding such aspects, it has to be
highlighted the role of individuals from the local nobility,
as officers and bishops, for the proper rule of the dominion.
Equally, episcopal elections have an special meaning for the
kings, the possibility of controlling the political orientation
of the see.
Palabras clave: castillos, fortalezas, sede iria - santiago,
Galicia, alta Edad Media.
Keywords: castles, fortresses, iria - santiago, Galicia, High
Middle ages.
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
datos existentes al respecto y valorar en su justa medida
el papel de las fortificaciones como parte integrante de
un sistema de dominio territorial más allá de su manida
utilidad de defensa frente a amenazas exteriores, reales
o imaginadas1.
inTrodUcción
a
lo largo de las últimas décadas se ha avanzado
notablemente en el estudio de las fortificaciones
medievales gallegas. El proceso de creación de
fortalezas y su evolución en las tierras dependientes de
la sede iriense, luego compostelana, es, tal vez, uno de
los mejores casos posibles de estudio por su relevancia política y duración. Pero siempre se ha destacado
la prelatura de diego Gelmírez como punto clave en
la conformación de un sistema de fortalezas exclusivo
de la sede. Las líneas generales del modelo gelmiriano
serían, en teoría, el esqueleto que sus sucesores intentarían mantener y que, tras varios y destacados fracasos
posteriores, se complicaría en la Baja Edad Media bajo
arzobispos como Juan arias o Berenguel de Landoira.
La aparente especificidad de una prelatura muy
destacada en todos los aspectos, incluyendo la
fijación de una tradición al respecto, ha limitado las
interpretaciones en torno al rol de las fortificaciones de la
mitra bajo los antecesores de Gelmírez, aparentemente
incapaces y pusilánimes frente a reyes y nobles. Esta
visión reduccionista parte, sin duda, de varios tópicos
historiográficos, de una sobreabundancia relativa de
fuentes y, por tanto, de un mayor interés historiográfico
en la figura del último obispo compostelano frente a sus
predecesores. Pero, ¿existió o no un sistema de fortalezas
previo exclusivo de la mitra y cómo fue concebido?
En las siguientes líneas se pretende pues, presentar los
orÍGEnEs Y PriMEras ForTiFicacionEs
Un paso previo de cara al análisis de los grandes sistemas de fortificación en el entorno de la diócesis iriense,
y de la futura Terra de Santiago, ha de ser considerar la
existencia de fortificaciones, apenas sí mencionadas en
las fuentes tempranas, que guardan una relación directa
con las modalidades de poblamiento desarrolladas en la
transición de la antigüedad al Medievo2. En cualquier
1
sobre sistemas de fortificaciones, líneas defensivas y redes castrales cabe
tener presente las limitaciones y problemas de concepto ya expuestos en García
Fitz, F., “Fortificaciones, fronteras y sistemas defensivos en al-andalus, siglos
Xi-Xiii”, I Congreso Internacional: Fortificacionesen al-Andalus, algeciras,
1998, pp. 269-280 y “Guerra y fortificaciones en la Plena Edad Media
Peninsular: una reflexión en torno a la existencia y funcionalidad bélica de
los sistemas defensivos”, V Estudios de Frontera (Toro, F. y rodríguez, J.,
coords.), salamanca, 2004, pp. 223-242.
2
sánchez Pardo, J.c., “castros, castillos y otras fortificaciones en el
paisaje sociopolítico de Galicia (siglos iV-Xi)”, Los castillos altomedievales
en el noroeste de la Península Ibérica (Quirós, J. a. y Tejado, J. M., coords.),
Bilbao, 2012, pp. 29-55. Martín Viso, i., “Una periferia creativa: la articulación
del territorio en la comarca de riba côa (Portugal) (siglos Vi-Xi)”, Territorio,
Sociedad y Poder, 3, 2008, pp.85-109, Gutiérrez González, J. a., “sobre la
transición del sistema antiguo al sistema feudal: una revisión arqueológica
del altomedievo hispano”, Territorio, Sociedad y Poder, 1, 2006, pp. 53-77
y Francovich, r. et alii, “dalla villa al castello: dinamiche insediative e
87
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
caso, la definición de su cronología, sus comitentes y
su relación con otras formas de hábitat constituyen
las principales incógnitas historiográficas del periodo.
además, hasta principios del Xi no se dieron intentos
serios por parte de la sede iriense para determinar qué
fortificaciones existían dentro de su señorío, lo que se
relaciona con el creciente interés que se dio en otras
zonas por adquirir, crear o reorganizar las fortificaciones de cara a su integración con otros elementos3. a
ello se unen una serie de problemas metodológicos que
dificultan aproximarnos al fenómeno:
1-Gran sesgo arqueológico: Pese al aumento numérico
de las excavaciones, pocas han tenido lugar en este
tipo yacimientos. igualmente, durante los primeros
momentos de la arqueología gallega se prestó escasa
atención a la aparición de materiales medievales en
yacimientos definidos de antemano como pre-romanos
o romanos4. Por ello, gran parte de los datos se basa en
la prospección y el análisis documental, lo que no está
permitiendo afinar cronologías. a nivel poblacional, ha
de considerarse el papel que jugaban los asentamientos
fortificados en altura desde la tardoantigüedad en
adelante. Más allá de los castella tutiora, puesto que
una dinámica general de abandono y reocupación de
los asentamientos como refugio no explica totalmente
la realidad arqueológica, y habría que pensar en una
amplia diversidad de procesos5.
2-Problemas de conceptualización: aquí se da un
choque entre el concepto de castro y el de castillo, esto
es, lo antiguo contra lo medieval. La utilización de
antiguos asentamientos o su pervivencia tiende a verse
desde una perspectiva ‘indigenista’ pese a los acusados
cambios sociales y económicos. además, la existencia
de asentamientos fortificados -o la aparición de otros
nuevos- es interpretada como derivada del caos social
o de perentorias necesidades defensivas6. sin entrar a
señalar la divergencia entre los términos de las fuentes
escritas y la toponimia, con la terminología y la
conceptualización académica.
3-Pervivencia de estos asentamientos en la percepción
del territorio durante centurias posteriores: Hay que
destacar lo temprano del fenómeno de apropiación
de antiguas fortificaciones por parte de autoridades
centrales, como medio de implementar el dominio más
que la defensa7. Y este fenómeno de apropiación puede
tecniche costruttive in Toscana fra tardoantico e bassomedievo”, Archeologia
Medievale, 16, 1989, pp. 47-78.
3
López alsina, F., La ciudad de Santiago en la Alta Edad Media, santiago
de compostela, 1988, p. 225 y vid. Finó, J.-F., Forteresses de la France
Médiévale, París, 1967, p. 27, Barroca, M. J., “Fortificações e Povoamento no
norte de Portugal (séc. iX a Xi)” Portugalia, 25, 2004, p. 193, casset, M., “Les
stratégies d’implantation des châteaux et manoirs des évêques normands au
Moyen âge (Xie-XVe siècle)”, Lieux de pouvoir au Moyen Âge en normandie
et sur ses marges (Flambard, a-M., ed.), caen, 2006, pp. 37-39, Gutiérrez
González, J. a., “sobre la transición..., p. 66, renoux, a., “Pouvoirs, terroirs
et territoires au nord-ouest du comté du Maine (Vie-Xie siècle)”, Del
documento escrito a la evidencia material, Actas del I Encuentro Compostelano de
Arqueología Medieval (López-Mayán, M. y Galbán, c. J., coords.), santiago
de compostela, 2007, pp. 187-188 y Tente, c., “do século iX ao Xi no alto
vale do Mondego (Guarda, Portugal): dinâmicas de povoamento e estructuras
sociais”, Debates de Arqueología Medieval, 1, 2011, pp. 32-33. aunque fuera de
la diócesis, hay ejemplos en el iX como el “castellum, qui uocatur sancta
cristina”; Baliñas Pérez, c., Do mito a realidade. A definición social e territorial
de Galicia na Alta Idade Media (Séculos VIII e IX), Lugo, 1992, pp. 590-591,
recuero astray, M. J, “castillos y fortalezas del reino de Galicia: entre el
Medievo y la Modernidad”, Modernitas. Estudios en Homenaje al Profesor
Baudilio Barreiro Mallón (García, M-r., ed.), a coruña, 2008, p. 25, andrade
cernadas, J. M., “La iglesia de iria-santiago, el mar y las fortalezas costeras de
la Galicia Medieval”, Padrón, Iria y las tradiciones Jacobeas (almazán, V., dir.),
santiago de compostela, 2004, p. 30, López Quiroga, J. y rodríguez Lovelle,
M., “Un modelo de evolución del poblamiento rural en la Galicia interior
(s. V-X): El territorio en torno a la depresión de sarria y al monasterio de
samos”, Boletín do Museo Provincial de Lugo, 9, 1999, pp 181-182. En todo caso,
ha de añadirse la sobrerrepresentación documental de fortificaciones ligadas
a circunscripciones territoriales posteriores, Johans, E., “Les résidences
aristocratiques du rouerge et de cévennes à la fin du Moyen âge (Xie-XVe
siècle)”, Lieux de pouvoir..., pp. 189-190.
4
Vid. sánchez Pardo, J. c.,“Poblamiento rural tardorromano y
altomedieval en Galicia (ss.V-X). Una revisión arqueológica”, Archeologia
Medievale, 37, 2010, p. 288.
5
Martín Viso, i.,“central places and the territorial organization of
communities: The occupation of Hilltop sites in northern castile (6th-11th
centuries)”, People and Space in the Middle Ages, 300-1300 (davies, W., et al.
eds.), Turnhout, 2006, pp. 167-185. Vid. sánchez Pardo, J. c.,“Poblamiento
rural…,p. 290. González Paz, c. a., “castrum et castellum: algunos
ejemplos del marco altomedieval gallego”, Actas III Congreso de Castellología
Ibérica (ruibal, a., coord.), Madrid, 2005, pp. 108-111.
6
Vid. suárez otero, J., “os castros máis alá do castrexo ¿continuidade
histórica ou recurrencia tópica?”, Cuadernos do Museu Municipal de Penafiel,
11, 2005, pp. 281-293. cf. los problemas interpretativos derivados de ignorar
este tipo de consideraciones, Gago Mariño, M., “castillos (casi) en el aire.
Una aproximación a las fortificaciones tardorromanas y altomedievales en
Galicia”, Castillos de España, 164-165, 2011, pp. 23-40. Vid. rodríguez resino,
a., “ciudades, vicus, castra y villae en el nW durante la Tardoantigüedad.
Ensayo de un modelo arqueohistórico para el período”, Gallaecia, 26, 2007,
p. 138 (n.9).
7
Martín Viso, i., “central places…, p. 176. Vid. las reflexiones de Bradley,
r., “Time regained: The creation of continuity”, Journal of the British
Archaeological Association, 140, 1987, pp. 1-17 y creighton, o. H., Designs
upon the land. Elite landscapes of the Middle Ages, Woodbridge, 2009, pp.
188-189, 217-218.
88
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
Fig. 1- Fortificaciones tempranas en el entorno de los ríos Ulla y Tambre (por Luis Martínez Vázquez)
verse a lo largo de todo el Medievo, favorecido por la
propia legitimidad simbólica que da la apropiación de
una fortificación antigua, de un elemento del pasado;
lo que será fuente de no pocos conflictos y confusiones.
Visto esto, resulta de interés observar algunos ejemplos
en el entorno de la sede iriense, partiendo de los trabajos
de a. rodríguez resino, en la zona comprendida en
los Giros de la ciudad de santiago. así, se han hallado
varias fortificaciones poco conocidas, al menos desde
un punto de vista textual, como castro Maior,
Luxu, Ermida de san Marcos, Vigo8 y o Lamascal;
8
mencionándose la posibilidad de otros asentamientos
similares, más allá de este espacio (caso de alcobre,
Pena angueira y castro Valente). Hay que destacar la
clara relación de estos asentamientos directamente con
el control de pasos y vías naturales o, en el caso de o
Lamascal, incluso podría tratarse de una relocalización
de la fortificación de castro Maior. no resulta sencillo,
en todo caso, verificar las cronologías propuestas por
este autor sin intervenciones y estudios de materiales
en contextos que permitan dataciones9. a estas posibles
Santiago (‘arqueoloxía/investigación’, 3) (acuña, F., dir.), a coruña, 1987, p.
142, se mencionan unos cimientos de una posible torre en Vigo.
9
rodríguez resino, a., “Metodología de prospección de yacimientos
aa.VV., Catalogación de Yacimientos prerromanos del Ayuntamiento de
89
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
fortificaciones se pueden añadir, a modo de hipótesis,
las de angrois-santa Lucía, Luaña y castro Vite.
angrois resulta un caso dudoso, puesto que las
primeras referencias al mismo son excesivamente
tardías, indicando un reaprovechamiento ocasional
por la presencia de elementos defensivos. su cercanía a
santiago, dominando uno de los accesos a la ciudad, de
hecho ha dificultado tanto su adscripción cronológica
como su definición arqueológica pese a las dataciones
disponibles10.
Luaña introduce la espinosa cuestión del uso
referencial de las fortificaciones en la delimitación
territorial -y los gravísimos problemas para fecharlas
e interpretarlas. así, en 927, sancho ordóñez donó
a la sede iriense una propiedad, “quod est in latere
montis Luanie”. Pero esta ubicación cobró mayor
importancia en el siglo Xii para el monasterio de
Toxosoutos -“monasterio sancti Justi quod est situm
in monte Luania”-, puesto que “ob honorem monasterii
sanctorum Justi et Pastoris quorum Baselica in Luania
Monte, territorio nogia”. Las diversas demarcaciones
del territorio dependiente acabaron configurando, ya
en 1156, una zona de transición nueva, el territorium
Luanie. no obstante, y a pesar de los restos existentes11,
la documentación escrita no permitiría decir que
Luaña sea una fortificación en uso, pues en las diversas
acotaciones aparecen varios elementos significativos
espacialmente como una laguna, varios agros, unas
mamulas y diversos términos “sicut uadunt ad castellum
de Luania”12. al margen de ello, cabe destacar que
Luaña tuvo relevancia en la documentación para
amojonar un espacio, que cobró mayor entidad después
de la fundación y dotación del cenobio. cabe pues la
duda de que castellum no sea en este caso un término
que excluye otras posibilidades arquitectónicas13.
algo parecido sucede con castro Vite14. Pero, su
interés radica en que las fuentes escritas mencionaban
sólo un referente territorial, lo suficientemente antiguo
y visible para ser significativo. En 1115, la reina Urraca
donó el monasterio de camanzo a la sede compostelana
refiriéndolo15. cuarenta años después, se vuelve a
tener noticia del castro, pero ya como algo contenido
dentro de los términos de la fortaleza de cira. no se
mencionaba un titular de Vite, la donación asociaba a
los hombres de los términos de las iglesias al territorio
mismo y no a la fortificación. Podría, pues, tratarse de
un castro-fósil desfuncionalizado. El lugar había perdido
su sentido territorial original con la incorporación a
la sede. Esto implica que o la zona se desarticuló por
tardoantiguos y altomedievales: una ref lexión teórica a partir de una
experiencia concreta en el entorno de santiago de compostela”, Gallaecia,
28, 2009, pp. 187-198, “comunidades rurales, poderes locales y señorío
episcopal en la tierra de santiago de los siglos V a Xi: una visión desde
el registro arqueológico”, MUnIBE (Antropologia-Arkeologia), 59, 2008, pp.
219-245 y “documentación y arqueología: El caso del Tumbo ‘a’ de santiago
de compostela”, Cuadernos de Arqueología y Prehistoria de la Universidad
Autónoma de Madrid, 31-32, 2006, pp. 247-258. Problemática del modelo en
Marazzi, F., “El ‘incastellamento’ veinte años después: observaciones de la
generación post-toubertiana”, Studia Historica. Historia Medieval, 13, 1995,
pp.191-192. Para el conjunto del territorio gallego remitimos a la reciente
síntesis de sánchez Pardo, J.c., “castros…
10
Ballesteros arias, P. y Blanco rotea, r., “aldeas y espacios agrarios
altomedievales en Galicia”, The Archaeology of Early Medieval Villages in
Europe (Quirós, J. a., ed.), Álava, 2009, pp. 129-130, Ballesteros arias, P.
et alii, “The early medieaeval site of a Pousada (santiago de compostela,
a coruña, spain)” (apéndice a Quirós, J. a. y Vigil-Escalera ‘networks
of peasant villages between Toledo and Velegia alabense, northwestern
spain (V-X centuries)’), Archeologia Medievale, 33, 2006, pp. 118-119, Ferreira
Priegue, E., Los caminos medievales de Galicia, ourense 1988, p. 123. En
superficie aparecían “grandes tejas y cerámicas de color rosada”, desde
principios del XX se extrajeron materiales para la cercana carretera a ourense,
vid. la identificación del castro de santa Lucía con angrois y su ubicación
en Bouza Brey, F., “castros de la comarca compostelana”, Archivo Español de
Arqueología, 40-45,1941, pp. 543-545, García Martínez, M. c., “Morfoloxía
castrexa das Terras de compostela”, Compostellanum, 16, 1971, pp. 218, 224
y aa.VV., op.cit., pp. 112-114, 122-124. García Martínez llegó a parangonar
tipológicamente castro Maior con angrois mientras que, los últimos, al
prospectar castro Maior inciden en su probable datación diferente del resto
de castros del área por su concentración de elementos defensivos en relación
a su espacio habitable. referencias similares a la de angrois en aponte, V.
de, Recuento de las casas antiguas del Reino de Galicia (díaz y díaz, M. et alii,
eds.), santiago de compostela, 1986, pp. 173, 199, 225.
11
Pese a ser un enclave ya conocido, referencia gráfica al mismo en Gago
Mariño, M., op. cit., pp. 30-31.
12
Lucas Álvarez, M., La documentación del Tumbo A de la Catedral de
Santiago de Compostela. Estudio y edición, León, 1997, p. 152, Pérez rodríguez,
F. J., Os documentos do Tombo de Toxos Outos, santiago de compostela, 2004,
pp. 22.23, 240, 376-377, 486. Vid. González Paz, c. a., “castrum…, pp. 112,
114 y carneiro rey, J. a., “Toponimia e arqueoloxía (algunhas notas verbo
de toponimia arqueolóxica)”,Gallaecia, 19, 2000, pp. 370-373.
13
Verbruggen, J. F., “note sur le sens des mots castrum, castellum, et
quelques autres expressions qui désignet des fortificacions”, Revue belge de
philologie et d’ histoire, 28, 1950, pp. 148-149.
14
Vid. rey castiñeira, J. et al., “castroBYTE: un modelo para a xestión
da información arqueolóxica”, Gallaecia, 30, 2011, pp. 88-89.
15
Pallares Méndez, M. c. et alii, “La tierra de santiago, espacio de poder
(siglos Xii-Xiii)”, Poder y sociedad en la Galicia medieval, (‘semata’, 4),
santiago de compostela, 1992, p. 138 y Lucas Álvarez, M., op. cit., pp. 214,
279-280.
90
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
Fig. 2 –Ubicación de castro Vite y su iglesario (por Mariña Bermúdez Beloso)
su incorporación a un nuevo marco de dominio, o se
donaba a la sede ya en un contexto de resignificación
territorial16. Esta sustitución del castrum, Vite, por el
castellum, cira, marca, por un lado, el desplazamiento
de los elementos de referencia del territorio privilegiando
los nuevos intereses eclesiásticos en la zona y, por el
otro, su incorporación a un sistema más amplio de
domino17. La mención en 1087 de otros dos castros
cercanos, Luxu y Alcobre, en otra donación a la sede
arroja cierta luz sobre este proceso18.
al margen de la definición de estos asentamientos,
no constituyeron per se un sistema de fortalezas, pese
a ubicarse en lugares con buena visibilidad y cercanía
a vías de paso y/o límites naturales. su vocación era
local, ligada a la topografía inmediata sin un interés
general a nivel territorial, con un funcionamiento
casi independiente. no se trataría de un fenómeno
de caos en la organización de las fortificaciones, sino
que indica la ausencia de un control directo por parte
de las diferentes instancias del poder en los primeros
momentos de asimilación y reorganización territorial
o, al menos, la no interferencia de estos asentamientos
en ese contexto con las nuevas formas de dominio19.
Vid. Martín Viso, i., “Territorios, poder feudal y comunidades en la
castilla septentrional (siglos Xi-XiV)”, Edad Media, 5, 2002, pp. 219, 224
(n. 28), 233-234, “Una periferia…, pp. 87-88, Portela silva, E., “Galicia y los
reyes de oviedo”, La época de la monarquía asturiana, oviedo, 2002, p. 361
y Pallares Méndez, M. c. y Portela silva, E., “El lugar del campesino. de
repobladores a repoblados”, El lugar del campesino. En torno a la obra de Reyna
Pastor (rodríguez, a., ed.),Valencia, 2007, pp. 66-67.
17
Galbán Malagón, c. J., “La fortaleza de cira, un caso de construcción
y destrucción del poder señorial”, Actas del Séptimo Congreso nacional de
Historia de la Construcción (Huerta, s. et al. eds.), Madrid, i, 2011, p.451.
16
Lucas Álvarez, M., op. cit., p. 224.
Lo que coincide con lo señalado para nendos en sánchez Pardo, J. c.,
“Territorio y poblamiento en Galicia entre la antigüedad y la plena Edad
Media”, Tesis doctoral-Usc, santiago de compostela, 2008, pp. 192, 195, 19818
19
91
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
a ello hay que añadir que la propia documentación
escrita, al margen de los avatares de su conservación,
sufrió sus propios procesos de expurgación voluntaria
que, a su vez, nos introducen en formas y medios de
poder diferentes20.
Por tanto, sólo con el desarrollo de los dominios
ligados a la sede, mediante una constante negociación
con la monarquía y la nobleza, se pudo ver una
verdadera integración de las fortificaciones en un
sistema de dominación centralizado, especialmente en
el siglo X; si bien las fortificaciones erigidas, donadas o
adquiridas por la sede en su expansión no pusieron fin
a un proceso de fortificación propio de élites locales.
realidades presentes en el señorío. no obstante, hasta
finales del Xi, los obispos serían nominalmente de iria.
Las facilidades que presentaba la sede para
implementar a escala local la nueva territorialización
no implicaron una relación en pie de igualdad con la
monarquía. Pues pese a que las concesiones reales se
hacen, desde bien pronto, “pro reuerencia et honore
beatissimi iacobi apostoli, nostri et tocius Hispanie
patroni, cuius corpus tumulatum est in Gallecia
in finibus amaea”22; estas acabaron constituyendo
una cesión regia de la potestas publica. sin embargo,
la preponderancia real quedó marcada tanto a nivel
teórico como práctico23.
se incluyó iria como parte del entramado
‘administrativo’ del reino. como se ref lejaba en
la posesión, confirmada por alfonso iii (866), de
santiago al obispo adulfo ii, que indicó un detalle
significativo: “adicimus etiam uobis sedem hiriensem…
cum omni plebe que de ipsa fuerunt uel sunt ratione,
quemadmodum illud habuerunt antecessores uestri
domnus Teodomirus et domnus athaulfus episcopus”24.
Por más que se mencionaban prelados anteriores, era
el poder real quien sancionaba el poder de la sede. La
ordenación territorial en circunscripciones de poder
civil tenía, en tierras del episcopado iriense, un claro
precedente paralelo: la organización eclesiástica.
siguiendo a F. López alsina, hacia el siglo iX las
parroquias se conformaron con una delimitación
similar a la de los commisos (c.X) y, a su vez, a la de
sisTEMa dE dEFEnsa o sisTEMa dE doMinio
La sede episcopal de iria sería el aliado perfecto de la
monarquía en la reorganización territorial de la Galicia
occidental. Este tipo de colaboración no era nuevo,
pero sus peculiaridades condicionarían y encauzarían
la estructuración territorial de la zona en las centurias
siguientes21. Es aquí dónde ha situarse la inventio del
sepulcro apostólico en el siglo iX y el desarrollo de un
nuevo centro urbano: compostela. Esta fue sustituyendo en sus funciones de sede a iria, favoreciendo la
concentración de población y la regulación y estructuración de nuevas formas de control y exacción fiscal.
Tales elementos, con el tiempo, generarían formas nuevas de oposición al poder señorial, y la creación de una
conciencia de pertenencia y diferencia respecto a otras
Lucas Álvarez, M., op. cit., pp. 64-65.
Portela silva, E. y Pallares Méndez, M. c., “de la función de los castillos
en el tiempo y los espacios de diego Gelmírez”, El Historiador y la Sociedad.
Homenaje al profesor José Mª. Mínguez (de la cruz, P. et al., eds.), salamanca,
2013, pp. 193, 198, Portela silva, E., “El rey y los obispos. Poderes locales en el
espacio galaico durante el periodo astur”, Territorio, Sociedad y Poder, anejo
2, 2009, pp. 215-226, Pallares Méndez, M. c. y Portela silva, E., “El lugar…,
pp. 81-83, Mínguez Fernández, J. M., “Pervivencia y transformaciones en
la concepción y práctica del poder en el reino de León (siglos X y Xi)”,
Studia Historica. Historia Medieval, 25, 2007, pp. 15-65, davies, W., 2007,
“Lordship and community: northern spain on the eve of the year 1000”,
Rodney Hilton’s Middle Ages (‘Past and Present’, 195, supl. 2), 2007, pp. 24-25,
Marazzi, F., op. cit., p. 197 y Baliñas Pérez, c., op. cit., pp. 650-651. Vid.
Gutiérrez González, J. a., “La formación del dominio político y territorial:
del realengo al señorío en León”, Arqueología y Territorio Medieval, 10.2,
2003, pp. 9 y ss.
24
cita de a. López Ferreiro en Baliñas Pérez, c., op. cit., p. 558.
22
23
199, con fortificaciones (c. iX-Xii) que presentan una escasa intervisibilidad;
“análisis espacial de un territorio altomedieval: nendos (a coruña)”,
Arqueología y Territorio Medieval, 13/1, 2006, pp. 33-34; López Quiroga, J. y
rodríguez Lovelle, M., “Un modelo… y Tente, c., op. cit., pp. 35-36.
20
Vid. Morsel, J., “ce qu’écrire veut dire au Moyen âge…observations
préliminaires à une étude de la scripturalité médiévale”, Memini. Travaux
publiés par la Société des études médiévales du Québec, 4, 2000, pp. 3-43.
21
López alsina, F., “El encuadramiento eclesiástico como espacio
de poder: de la parroquia al obispado”, Los espacios de poder en la España
medieval. XII Semana de Estudios Medievales (nájera, 30 de julio-3 de agosto
de 2001) (iglesias, J. i., coord.), Logroño, 2002, pp. 431-432 y rey souto, X. y
Framiñán santas, a. M., “as orixes, a Terra de nemancos e os Trastámara”,
Historia de Cee (cores, B., dir.), a coruña, 1999, pp. 173-174. Vid. rodríguezPicavea, E. “The frontier and royal power in Medieval spain: a development
hypothesis”, The Medieval History Journal, 8, 2005, p., 286.
92
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
Fig. 3-Fortalezas en el entorno de la sede compostelana (por Luis Martínez Vázquez)
los arciprestazgos (1177)25. se trataba de parroquias
extensas con varias feligresías en su interior y en las que
se multiplicaron los centros de culto. Tanto parroquia
como commiso presentaban una base territorial
definida, una geografía con cierta homogeneidad, que
permitía el correcto encuadramiento y distribución de
la población; con una clara simetría –al menos para la
sede- entre organización civil y eclesiástica.
a partir de estos momentos puede verse la aparición
de un primer grupo de fortalezas exclusivo de la mitra
e integrado en su sistema de dominio26. se trata de
López alsina, F., La ciudad…, pp. 164-167,169-170 (n.184) y, cronología
y situación de los commissos, 238-239, “El encuadramiento…, pp. 433-435
y sánchez Pardo, J. c., “Las iglesias rurales y su papel en la articulación
territorial de la Galicia medieval (ss.Vi-Xiii). Un caso de estudio”, Mélanges
de la Casa de Velázquez, 40, 2010, pp. 149-170.
25
26
93
Vid. sánchez Pardo, J.c., “castros..., pp. 47-50.
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
un sistema que presentaba claras diferencias con
otros territorios del noroeste con una expansión más
‘dirigida’, pautada y sujeta a la iniciativa real27. cabe
tener en cuenta, además, que no se dio una correlación
exacta entre commisos y fortalezas regias en el área de
expansión de la sede28.
El descubrimiento de los restos del apostol, cambió
el significado e importancia de la zona con un nuevo
centro religioso de creciente importancia. Pero tal vez
lo más relevante fue que la monarquía favoreció la
modificación de la estructura territorial de la zona a
favor de los obispos irienses. El locus santi, y los Giros
en torno al mismo, pasaron a convertirse en el primer
commisso cedido a los prelados que, ya desde finales
del iX, pasan a ser verdaderos señores. Este condado
rompía los antiguos condados de Amaea y Montesacro29,
pero permitía que tanto iria como santiago, quedasen
incluidas en una misma demarcación reconocida por la
monarquía y con unos límites naturales bien definidos
en los ríos Ulla y Tambre. además, la sede controlaba
así dos polos de atracción en el antiguo eje viario n-s,
lo que conllevó, a su vez, la expansión y diversificación
de los caminos existentes30.
El locus comenzó a dignificarse desde el primer
momento por parte de sisnando i con el apoyo real. Y, ya
a principios del X, se contaba en el entorno de la iglesia,
y al suroeste de los terrenos que poseía la comunidad
de antealtares, con un palacio y un espacio acotado y
segregado del resto del hábitat31. no obstante, el centro
urbano se concibió como una fortificación más dentro
del sistema de dominio episcopal, condición que durará
al menos hasta las revueltas del siglo Xii y la edificación
de un nuevo palacio episcopal al norte de la catedral32.
La muralla urbana fue erigida y ampliamente reforzada
por sisnando ii en tiempos del rey sancho33. a partir
de ésta se gestaron unos asentamientos periurbanos
30
López alsina, F., La ciudad…, pp. 132, 138. Vid. Franco Maside, r.
M., “rutas naturais e vías romanas na provincia de a coruña”, Gallaecia,
19, 2000, p. 152 (n. 10). La complicación de la red viaria dentro del señorío
episcopal se vio influenciada a su vez por los procesos de fundación de villas
costeras. Por ello, pese a seguir en la reconstrucción de la red viaria medieval
a López alsina, F., “de asseconia a compostela: pervivencia de estructuras
viarias antiguas en la alta Edad Media”, Compostellanum, 31, 1986 pp. 307314, Ferreira Priegue, E., op.cit., nardiz ortiz, c., “Vías y puentes en la
Galicia Medieval”, Técnicas Agrícolas, Industriais e Constructivas na Idade
Media (durany, M. et al., coords.), santiago de compostela, 1998, pp. 35-63 y
El territorio y los caminos en Galicia: planos históricos de la red viaria, santiago
de compostela 1992, ha de entenderse como un proceso con desarrollos
discontinuos en lo local.
31
Hay una donación: “in circuitu Beati iacobi et similiter cum decimo
pomerii palacii integro”, López alsina, F., La ciudad…, pp. 141, 143 (n. 118).
sobre la posibilidad de que el espacio religioso estuviera cercado, carrero
santamaría, E., Las catedrales de Galicia durante la Edad Media. Claustros
y entorno urbano, a coruña, 2005, pp. 18 y ss y dimanuel Jiménez, M.,
“Estructuras y elementos militares en iglesias fortificadas medievales
españolas”, Anales de Historia del Arte, 16, 2006, p. 82.
32
Martin, T., “chronicling the iberian Palace: written sources and the
meanings of medieval christian rulers’ residences”, Journal of Medieval
Iberian studies, 2/1, pp 117 y ss, senra Gabriel y Galán, J. L., “o pazo
episcopal”, Santiago: A Esperanza (calvo, M., coord.), santiago de
compostela, 1999, pp. 73-77, abou-El-aj, B., “santiago de compostela in
the Time of diego Gelmírez”, Gesta, 36, 1997, p. 170 y Falque rey, E. (ed.),
Historia Compostelana, Madrid, 1994, p. 345
33
carriedo Tejedo, M., “Locus sanctus ’arci Marmoricis’ (s. iX-X) et
episcopi irienses (711-1011)”, Compostellanum, 45, 2000, p. 538, armas castro,
J., “El afianzamiento de la realidad urbana después del año mil”, Historia
de la ciudad de Santiago de Compostela (Portela, E., coord.), santiago de
compostela, 2003, pp. 87-88 y López alsina, F., La ciudad…, pp. 255-256
(n. 370). Es pues una clara voluntad señorial de ‘encerrar’ la comunidad
aprovechando las edificaciones previas como medio de manipulación del
espacio, creighton, o. H., "The rich man in his castle, the poor man at his
gate: castle baileyrs and settlement patterns in norman England”, Château
Gaillard. Études de Castellologie Medievale, 21, 2004, pp. 30, 33. Vid. suárez
otero, J.,“a arqueoloxía na catedral de santiago. novas intervencións e novas
perspectivas”, Del documento escrito..,p.148.
Gutiérrez González, J. a., “sistemas defensivos y de repoblación en el
reino de León”, III Congreso de Arqueología Medieval Española (Oviedo 27
marzo-1 abril 1989), vol. Ponencias, oviedo, 1992, pp. 169-191 y vid. Bianchi,
G., “Tecniche costruttive e strutture di potere nella Toscana sud-occidentale
(secc. Viii-XiV)”, Arqueología de la Arquitectura, 4, 2005, pp. 48-49.
28
cf. recuero astray, M. J, op. cit., p.25, anido rodríguez, J., “Un
ejemplo de la lectura histórica del paisaje: castellum de Luparia”, Del
documento escrito…, p. 300 y sánchez Pardo, J. c., “Territorio..., pp. 515-516,
520. El primero propone una relación directa entre construcción de fortaleza
y la función condal de determinados magnates, mientras que la hipótesis
del segundo de que los oppida o castella, vinculados a las circunscripciones,
pertenecen al rey, no deja de plantear graves problemas, puesto que hay
algunos territorios, como amaía o Postmarcos (Lucas Álvarez, M., op. cit.,
pp 134-135 y Baliñas Pérez, c., op. cit., p. 598 (n. 451), que repetidamente
aparecen en la documentación altomedieval sin mención de fortaleza. incluso
cuando se refiere un tenente por el rey no siempre aparece una fortaleza.
29
En 915, se incorporaron ambos a la sede. El auge de santiago debió
restarle su sentido original a Amaea, marco de referencia empleado en las
donaciones en el iX, y que quedaba así lateralizado a nivel administrativo.
así: “confirmata permaneant, tam dioceses secundum in cronicis anticorum
canonum conscriptum est, quam et omnem plebem que usque in tempore
genitoris nostri ibi deseruiuit, seu eciam et uillule necon et comissos ingenuos,
id est: Montem sacrum et ambas amaeas, secundum illas obtinuerunt
Lucidus Uimarani et nunus Gutherrizi”, Lucas Álvarez, M., op. cit., pp.
154-155. La forma de referir amaía puede indicar la propia división geográfica
en una zona alta cercana al Tambre y una zona de valle hacia el sur pero, al
mismo tiempo, es posible que la demarcación de los Giros hubiera dividido
el commisso con una zona al este de santiago. Tal vez algo favorecido por la
menor formalización dinástica de los condados gallegos, Mínguez Fernández,
J. M., op. cit., pp. 51-52.
27
94
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
que siguieron los ejes generados por la muralla
desbordándola. En tiempos de cresconio se dio un
nuevo impulso constructivo acotando un espacio que
superó sustancialmente al recinto previo.
Pese al desarrollo compostelano la antigua sede
iriense mantuvo su papel como núcleo urbano
relevante, controlando el paso del Ulla, un centro de
culto asociado a santiago y sirviendo de residencia
ocasional de los prelados34. de hecho, el predecesor
de Gelmírez realizó obras en el palacio iriense que han
de ligarse con la propia iglesia de santa Baia de iria35
Vistos los dos principales centros urbanos del sistema
de dominio de la mitra debería considerarse primero
el propugnáculo de Torres do oeste (oeste, catoira).
no se trataba de una fortificación ex nihilo 36. En
origen hubo de ser de propiedad real, como evidencia
un epígrafe descontextualizado cuyo paralelo más
cercano sería la cruz donada a santiago por alfonso
iii a finales del iX 37. Este fue, además, quien donó a la
sede la “insula de oneste”, por lo que tal hipótesis cobra
fuerza 38. sin embargo, la fortaleza fue efectivamente
donada, en 1024, por alfonso V: “in qua insulam nos
postea ciuitatem edificauimus mire magnitudinus
compositam ad defendendam ipsius apostoli patriam…
et hic inimicos uincamus”39. Tales datos descartan,
como mínimo, la fundación del “castellum Honesti”
por cresconio y demuestran el activo papel de los reyes
en la configuración de la infraestructura castral del
sistema de dominio de la mitra40. La monarquía no
perdió el interés por la fortaleza tras las donaciones, la
isla de oeste ya se había donado en dos ocasiones. Pese a
la atribución de reformas a cresconio y diego Peláez en
la Historia Compostelana, parece que interesadamente
se está refiriendo y justificando el límite territorial que
alcanzó la sede más tarde, pues la costumbre de reparar
la fortaleza anualmente es referida antes como desde el
mar a Triacastela, mezclando dos conceptos y referentes
jurisdiccionales distintos: el real y el episcopal41. Estas
34
Vid. Pérez Losada, F., 2002, Entre a cidade e a aldea. Estudio
arqueohistórico dos ‘aglomerados secundarios’ romanos en Galicia (‘Brigantium’,
13), a coruña, pp. 92-99, 102-104, rodríguez resino, a., Do Imperio Romano á
Alta Idade Media. Arqueoloxía da Tardoantigüidade en Galicia (séculos V-VIII),
noia, 2005, pp. 45-48, naveiro López, J. L., Torres de Oeste. Monumento
Histórico e Xacemento Arqueolóxico, Pontevedra, 2004, p. 64, suárez otero,
J., “iria, Padrón, santiago, geografía mítica y realidad arqueológica”, Padrón,
Iria y las tradiciones Jacobeas (almazán, V., dir.), santiago de compostela,
2004, pp. 245-272, díaz y díaz, M. c., “iria en época antigua”, Padrón...,
pp. 13-19 y chamoso Lamas, M., “noticias sobre la importancia arqueológica
de iria Flavia (Padrón-La coruña)”, Archivo Español de Arqueología, 125-130,
1974, pp. 125-137.
35
Vid. el relato de ibn idari respecto a las razzias de almanzor, carriedo
Tejedo, M., op. cit.,p. 577. Las reformas son numerosas y fáciles de rastrear
respecto a la iglesia, lo que no es extensible al palacio episcopal original.
36
naveiro López, J. L., op. cit., pp. 64, 78-84, 91 Galtier, F., “Las
entreprises constructives du roi sanche le Grand el château galicien de Torres
de oeste”, Catalunya i França meridional a l´entorn de l´any mil (Barral i
altet, X., et al., dirs.), Barcelona, 1991, p. 286, López Quiroga, J. y rodríguez
Lovelle, M., “de los vándalos a los suevos en Galicia: Una visión crítica
sobre su instalación y organización territorial en el noroeste de la Península
ibérica en el siglo V”, Studia Historica. Historia Antigua, 13-14, 1996, p. 435
y Fernández Pintos, M. P., “Torres de oeste: cerámica indíxena e romana
nas excavacións dos anos 70”, Gallaecia, 18, 1999, pp. 231-232 (n.17). cf.
Balil illana, a., “Torres do oeste, catoira (Pontevedra), 1973”, noticiario
Arqueológico Hispánico, 5, 1977, p. 382.
37
datada normalmente en el X y que presenta la cruz con el alfa y el omega
con el lema bastante fragmentado, castillo López, a. del, “La arquitectura en
Galicia”, Geografía del Reino de Galicia (carreras candi, F., dir.), Barcelona,
1936, t. i, p. 1011 y Álvarez-Escarpizo, E., “Las torres del oeste en catoira:
Galicia. su relación con las incursiones normandas y musulmanas”, Castillos
de España, 78, 1973, p. 19. cf. Galtier, F., op. cit., pp. 286-287 y sánchez Pardo,
J. c., “Los ataques vikingos y su influencia en la Galicia de los siglos iXXi”, Anuario Brigantino, 33, 2010, p. 82. no obstante, parece más acertada la
propuesta del iX de López alsina, F., “La invención del sepulcro de santiago
y la difusión del culto jacobeo”, El camino de Santiago y la articulación del
espacio hispánico. XX Semana de Estudios Medievales (Estella, 26 a 30 de julio
de 1993), Pamplona, 1994, pp. 61-64, que añade el paralelo de la tumba de
Teodomiro y replantea el análisis de la intervención real en la sede. Paralelos
en Morales, a. de, Viaje a los reinos de León, y Galicia y Principado de Asturias,
oviedo, 1572 (ed. facs. 1977), pp. 76-78, 125-126 y schlunk, H., “The crosses
of oviedo: a contribution to the History of Jewelry in northern spain in
the ninth and Tenth centuries”, The Art Bulletin, 32, 2, 1950, p. 100 (n.57a),
cid Priego, c., “inventario iconográfico medieval de la cruz de los Ángeles
de la cámara santa de la catedral de oviedo”, Anales de Historia del Arte,
4, 1994, pp. 732-732. Vid. Bango Torviso, i., “El verdadero significado del
aspecto de los edificios. de lo simbólico a la realidad funcional. La iglesia
encastillada”, Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, iX-X,
1997-1998, pp. 59-60.
38
El rey devolverá una villa cercana a iria usurpada por el conde Froila,
Baliñas Pérez, c., op. cit., pp. 596, 605.
39
sánchez Pardo, J. c., “Los ataques…, p. 72, andrade cernadas, J. M.,
“La iglesia..., p. 34 (n. 62), Pérez rodríguez, F. J., “santiago, espacio de poder:
la Tierra de santiago y su evolución (siglos Xi-XiV)” El Camino de Santiago,
estudios sobre peregrinación y sociedad (Estepa c., et al., coords.), Madrid,
2000, pp. 36-37, 55, y Taboada chivite, J., Los Castillos, Vigo, 1963, pp. 39-40.
cf. anido rodríguez, J. “castillos y poder en la Vita rudesindi”, Rudesindus.
‘San Rosendo. Su tiempo y su legado’. Congreso Internacional. Mondoñedo, Santo
Tirso (Portugal) y Celanova 27-30 de junio, 2007 (Fernández-refoxo, c. et alii,
coords.), santiago de compostela, 2009, p. 377 (n. 6) y recuero astray, M.
J, op. cit., p. 22.
40
casos similares de intervención monárquica en contextos de amenaza
externa en renoux, a., op. cit., pp. 188-189 y casset, M., op. cit., pp. 41-42.
no obstante, vid. Gaier, c., Art et organisation militaires dan le principauté
de Liège et dans le comté de Looz au Moyen Age, Bruxelles, 1968, pp.: 44-45 y
Verbruggen, J. F., The art of warfare in Western Europe during the Middle Age,
from the Eight Century to 1340, amsterdam, 1977, pp. 286-287.
41
Falque rey, E. (ed.), op. cit., p. 343, cf. Portela silva, E. y Pallares
95
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
Fig. 4–La península de a Lanzada
referencias sirvieron de explicación y precedente
necesario de la labor constructiva de Gelmírez y su
estrategia de afianzamiento territorial.
de las estructuras conservadas en la fortaleza
únicamente en el recinto interior han quedado dos torres
que podrían interpretarse, por los adosamientos con el
resto de estructuras, como anteriores a la obra del Xiii,
y cerca de la actual capilla, debajo de un pavimento, han
aparecido una estructura cuadrangular, interpretada
como torre, y otra estructura sin funcionalidad defensiva,
ambas con una técnica constructiva cualitativamente
diferente a las técnicas empleadas en el resto de estructuras
en alzado (sillería y mampostería ordenada)42 . La
interpretación de los datos arqueológicos correspondientes
a las fases constructivas anteriores a Gelmírez sigue sin ser
concluyente y el problema se centra entre dar por válidas
todas las referencias textuales o negarlas frontalmente43.
42
no obstante, no ha habido un análisis estratigráfico de los alzados por
lo que algunas estructuras de la fortaleza deberían verse en relación a los de
a Lanzada (y con las mismas precauciones), algo que resultaría complejo por
las continuas restauraciones, la pérdida parcial de información y el deterioro
actual. Vid. Balil illana, a., “Excavaciones en Torres de oeste de catoira
(Pontevedra)”, noticiario Arqueológico Hispánico, 13-14, 1971, pp. 300-303,
Fernández Pintos, M. P., op. cit., p. 224 y Álvarez-Escarpizo, E., op. cit., pp.
17-23. además, resulta complicado datar con claridad las estructuras previas
y las diversas fases de reutilización, como evidencia el recinto más exterior de
la fortaleza. Por ejemplo, naveiro López, J. L., op. cit., p. 47.
43
sobre las valoraciones realizadas por chamoso Lamas relativas a la
Méndez, M. c., “de la función…, pp. 194-196.
96
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
si oeste plantea problemas sobre su origen no sucede
lo mismo con a Lanzada (noalla, o Grove). no se
trataba tampoco de un lugar despoblado y presenta
abundantes restos de una ocupación relevante desde
antiguo 44 . Pero resulta un caso más complejo, a
principios del Xi se indica la existencia de la“casam
quam uocant Lancatam”. Existen evidencias de
su utilización en períodos anteriores, tanto por su
ubicación, que era idónea para la defensa pasiva y
el control de la navegación de cabotaje, como por el
hecho de no hallarse especialmente lejos de la boca de
la ría de arousa45. resulta complicado discernir las
relaciones entre esta fortificación y otras de propiedad
regia presentes en el entorno, aunque es posible que
tanto en caso de necesidad como en la organización
de los territorios sureños, hubieran funcionado
conjuntamente, esto es, el sistema de fortalezas del
occidente gallego incluía el sistema de dominio
episcopal. Por más que cada fortaleza aislada tuvo unas
vocaciones defensivas, más o menos claras, su control
sobre sus respectivos honores resultaba incompleto,
tanto por la superposición de jurisdicciones –e intereses
enfrentados- como por la propia topografía.
sin embargo, en a Lanzada había elementos
significativos del creciente interés episcopal en la
zona inmediata a la fortaleza antes de que ésta sea
mencionada o, lo que es lo mismo, antes de que la
fortaleza se hiciese necesaria para articular la zona para
la mitra. así, la donación particular a la sede de la villa
de noalia (?-910), la de la insula de o Grove (911), la de
la villa de Armentarius (924) y la de unas salinas -“in
littore maris in supradicto loco de termino de Plataneto
et usque in Lanzada”- manifestaban el vigor económico
y poblacional de la zona46. La cercanía del comitatus
Luparie47 pudo ser un motivo de preocupación para
la sede, puesto que las propiedades que se fueron
articulando resultaban tentadoras para los señores
vecinos. Por ello, al margen de la constante referencia al
temor a los sarracenos que evidencian algunas fuentes,
parece que esta fortaleza era una forma de apoyar la
expansión del dominio episcopal, obviando la posible
mediatización señorial (regia o no) desde la fortaleza
de Lobeira48. El que, con el tiempo, se generase y
percibiese un territorio de a Lanzada señala una
dinámica similar, basada en el asentamiento de centros
de cristalización de poder en el marco más directo de
interés, si bien relacionando en lo posible las fortalezas
de la mitra entre sí. arqueológicamente poco se puede
interpretar de la fortaleza medieval puesto que las
intervenciones que interesan se limitaron al entorno de
la capilla actual, sacando a la luz algunas estructuras sin
interpretar los materiales49. El deterioro del yacimiento
46
Vid. andrade cernadas, J. M., “La iglesia..., pp. 27-28 y Fariña Busto, F.,
“a Lanzada. introducción histórica”, El museo de Pontevedra, 28, 1974, p. 74.
Localización del resto de donaciones en López alsina, F., La ciudad…, p. 170.
cabe destacar respecto a la importancia de esta zona litoral el asentamiento de
adro Vello, sánchez Pardo, J. c. y rodríguez resino, a., “Poblamiento rural
altomedieval en Galicia: balance y perspectivas de trabajo”, The Archaeology
of Early Medieval Villages in Europe (Quirós, J. a., ed.), Álava, 2009, p. 140.
47
López alsina, F., La ciudad…, p. 167 (n. 177).
48
a unos 17, 60 km. desde Lobeira se domina visualmente gran parte
del salnés y la fortaleza de a Lanzada. En el X ya hay unas “hereditas subtus
monte Leporario” (anido rodríguez, J. “castillos…, p. 378) que podrían
referir la fortaleza como monte –vid. Baliñas Pérez, c., op. cit., pp. 590-591
y Barroca, M. J., op. cit., pp. 185-186–. de modo inequívoco ya en 1107: “in
territorio saliniense subtus castro Lupario prope litore maris”, (Viqueira
Barrio, V., El Castrum Lvparie (Folleto Histórico de la Byrxa o Torre de Lobeira
en el Valle de Salnés), Pontevedra, 1960, pp. 13, 63). Esto coincide parcialmente
con Barreiro somoza, J., El señorío de la Iglesia de Santiago de Compostela
(Siglos IX-XIII), a coruña, 1987, p. 316.
49
se trataba de un pavimento apoyado, en algunos puntos, sobre el
rebanque de la capilla y varios muros más. En superficie han aparecido
materiales modernos, después un nivel de tierra compactada, con materiales
cerámicos descritos como medievales, asentada sobre un pavimento. En todo
caso, en una zona más alejada ha salido a la luz un nivel de incendio, con
materiales coincidentes con los del nivel inferior que se superponen a una
“capa débil de incendio” y a un nivel de tierra blanquecina con materiales
cerámicos diferentes. Por las divergencias en los materiales el nivel de
técnica constructiva y los encintados en tierra, vid. aa.VV., Arqueología
del Paisaje. El área Bocelo-Furelos entre los tiempos paleolíticos y medievales
(Campañas de 1987, 1988 y 1989) (‘arqueoloxía/investigación’, 6) (criado, F.,
dir.), a coruña, 1991, pp. 221-223 y, descripción de la basílica de alfonso iii,
chamoso Lamas, M., “Excavaciones realizadas en la catedral de santiago de
compostela”, noticiario Arqueológico Hispánico, 5, 1962, p. 252.
44
suárez otero, J., “os castros..., pp. 286, 289 y Fariña Busto, F. y
Filgueira Valverde, J., “a Lanzada. sangenjo (Pontevedra)”, noticiario
Arqueológico Hispánico, 5, 1976, pp. 331-346. Vid. carro otero, J., et alii,
“Un nuevo enterramiento de la necrópolis galaico-romana de La Lanzada
(noalla-Pontevedra)”, Pontevedra Arqueológica, 2, 1986, pp. 246-247, Lópezcostas, o. y Varela López, T. a., “Estudio craneométrico comparativo de los
esqueletos de la necrópolis romana a Lanzada, noalla, Pontevedra”, El Museo
de Pontevedra, 62, 2008, pp. 29-48 y, especialmente, rodríguez Martínez, r.
et alii, “Una posible factoría prerromana en el noroeste: primeras valoraciones
de la intervención en el campo de a Lanzada (sanxenxo, Pontevedra)”,
Férvedes,7, 2011, pp. 167-173.
45
como indica Falque rey, E. (ed.), op. cit., p. 344. se trataba de un
reducto viable, pero con carencias topográficas notables como los bajíos del
entorno o la altura de la península inmediata.
97
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
Fig.5 – Torre de san sadurniño (por natalia conde cid)
aconsejaría analizar detenidamente los alzados de la
capilla, así como las varias piezas decoradas reutilizadas
como capiteles y mechinales que podrían dilucidar la
cronología de la fortaleza o, al menos, la del primer
asentamiento altomedieval; ya que, pese a que la ermita
ha sido muy retocada, hay elementos decorados fuera
de contexto que presentan una factura primitiva (c. iXXi), quedando aún por clarificar la relación de la misma
con el asentamiento de la fortificación. respecto a los
lienzos de la torre que se conservan, por el momento,
podrían datarse c.Xii-Xiii por su paralelo con algunas
de las técnicas constructivas empleadas en oeste.
igualmente problemática resulta la fortificación de
san sadurniño. no se puede atribuir directamente a
sisnando ii, como han planteado algunos autores50.
Por su ubicación, aparenta tener la misma vocación
de control costero que presentan otras fortalezas del
período. no obstante, el aspecto actual de la obra
conservada no puede más que atribuirse a una obra
plenamente bajomedieval muy retocada.
otra fortificación relevante hacia el sur, en esa
expansión y colaboración entre la mitra y la corona,
es citofacta (Lérez, Pontevedra)51. Puede datarse su
creación en torno a finales del siglo iX-X, puesto que,
en 916, en la acotación del monasterio de s. salvador de
Lérez, se indicaron unos límites “ad Petram scriptam,
quae est in muro de citofacta”. La identificación de
la fortaleza resulta inequívoca, el cenobio se hallaba
“subtus castellum quod ab antiquis temporibus
citofacta nuncupatur”, dentro de la diócesis iriense
aunque no dentro del señorío directo de los prelados.
Es pues arriesgado identificar un comitente, pese a
que también suele atribuirse su erección a sisnando
ii es anterior52. si bien estuvo en manos de la mitra
destrucción podría tener un correlato documental en época de Gelmírez y el
otro nivel de incendio podría relacionarse con los trabajos de fundación de la
fortaleza. Fariña Busto, F. y Filgueira Valverde, J., op. cit., pp. 339, 345-346,
datan la capilla como del Xiii y mencionan la torre como “mozárabe”, para
Taboada chivite, J., op. cit., p. 38 sería prerrománica. Esto no parece posible
dadas las fases que evidencia la propia torre.
50
Taboada chivite, J., op. cit., pp. 41-42 y andrade cernadas, J. M.,
“La iglesia..., p. 32 (n. 50). no obstante, en su entorno aparecen abundantes
estructuras y restos materiales de difícil datación.
51
La localización del mismo en González Paz, c. a., “cuatro ejemplos
de fortificaciones altomedievales gallegas del siglo X: castellum de aranga,
castellum Minei, castellum Berreti y castellum de citofacta”, Rudesindus...,
p. 363. Ferreira Priegue, E., op.cit., pp. 101-103 y cf. anido rodríguez, J., “Un
ejemplo…, pp. 308-309.
52
sánchez Pardo, J.c., “castros…, p. 45, González Paz, c. a., “cuatro
ejemplos…, pp. 364, 368, Pérez rodríguez, F. J., “santiago…, p. 40 y cf.
98
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
hasta 1019, para incorporarse nuevamente a la sede
tiempo después. Ya se ha mencionado el claro interés
de la mitra en mantener derechos sobre las fortalezas
-concebidas como la unión del edificio, sus materiales y
su ubicación en un sentido amplio. La oportunidad de
justificar construcciones previas como nuevas permitía
a reyes y prelados prevenir refortificaciones no deseadas
o, cuanto menos, deslegitimarlas mediante precedentes
de propiedad y señorío.
En cambio, la construcción de fortalezas en tiempos
del obispo sisnando ii, destacó aparentemente,
por su utilidad “pro defensione ipsius plebis contra
gentiles”. al mismo tiempo, principios del Xi, la
Exquisitio Magna, realizada por representantes reales
de alfonso V, mencionaba que a Lanzada y citofacta
fueron edificadas “per iussionem pontificis domni
sisnandi”, es decir, el derecho del prelado mismo a
establecer fortificaciones en su señorío. si bien cabe
no olvidar cuándo (y por quién) fue compilado el
Tumbo A, lo cierto es que también se mencionó al
prelado como “domni sisnandi episcopi maiorini Loci
sancti de iria”, lo que salvaguarda las formas desde
el punto de vista monárquico53. Tal derecho derivaba
de una cesión real previa, y en el caso de citofacta
una fortaleza preexistente ocupada de nuevo. Esto
no es más que un reflejo por parte de la sede de las
acciones regias, tendentes a la consolidación de las
defensas litorales para el control de una población y
unos señoríos pujantes. así, las acciones de sisnando ii
presentaban un sistema débil e insuficiente, necesario
de racionalización. Esto no llevaba aparejada una
debilidad del poblamiento costero o un temor a las
razzias pues estas, de producirse, no se darían en zonas
marginales económicamente. Las fortalezas episcopales
se (re)implantaron en localizaciones que presentaban
en su entorno una cierta relevancia poblacional y,
además, se hallaban en proceso de estructuración y/o
madurez. La defensa frente al exterior no fue el único
motivo del proceso de fortificación episcopal, tampoco
el primero, solo el más aparente. El que demostraba
una preocupación señorial por el bien del reino54. Más
persistentes fueron defender, consolidar y expandir el
señorío eclesiástico frente a condes o príncipes y, cómo
no, los propios reyes.
al período X-Xi se atribuye el origen de la fortificación
real de san Paio de Luto (Pontesampaio, Pontevedra).
no obstante su ubicación en la desembocadura del río
Verdugo, límite natural de la diócesis iriense, perteneció
al menos hasta principios del Xii a la corona55. si bien,
por el momento ni los materiales ni las referencias
documentales directas, a excepción de alguna alusión
indirecta, como la batalla de aceo (821), o directa,
como la relativa a la campaña de almanzor (997), que
lo mencionaba como hisn, apoyan su cronología56.
Parece plausible la creación de un punto de control
real de los caminos hacia el norte. El hecho de que no
lo controlasen los prelados irienses es, en este aspecto,
muy significativo por la importancia territorial del
enclave.
Esa visión tradicional de unas fortalezas costeras
erigidas para la defensa frente a amenazas foráneas
fija, por tanto, una visión pasiva del fenómeno de
fortificación. La fortaleza no podía ser pasiva, ni como
concepto ni como edificio; otro tema es la capacidad
defensiva de cada una, pero hasta este momento se trata
de fortificaciones puntuales de escasa entidad que se
generaron como un elemento muy activo de dominio,
especialmente en los territorios sureños de la diócesis.
Lo que no implica que esta defensa fuera activa o, incluso, efectiva,
García Fitz, F., “Fortificaciones…, pp. 272-273, 276, “Fortificaciones…, pp.
231-233 y cf. Pallares Méndez, M. c. y Portela silva, E., “de la función…,
pp. 195 y ss.
55
sobre su incorporación a la mitra Portela silva, E. y Pallares Méndez,
M. c., “de la función…, p. 192
56
Ferreira Priegue, E., op. cit., p.100 y González Paz, c. a., “Una fortaleza
medieval en el camino portugués a santiago de compostela castellum sancti
Pelagii de Luto”, Cuadernos de Estudios Gallegos, 122, 2009, pp. 154, 166. si
bien la primera menciona posibles orígenes romanos para la fortificación
no presenta evidencias y los materiales mencionados por el segundo son
medievales pero sin poder precisar la cronología. sobre la localización de la
batalla cerca del Verdugo, vid. Baliñas Pérez, c., op. cit., p. 465 (n.33). La
referencia de ibn idhari -“wa fatahu hisn shant Balayuh, wa-ganamu-hu...”ha de agradecerse al dr. X. Ballestín.
54
anido rodríguez, J., “El castillo-palacio de la rocha Branca de Padrón y
su influencia en el paisaje”, Medio ambiente y arqueología medieval (Martín,
J. M, coord.), Granada, pp. 77-78 y López alsina, F., La ciudad…, p. 225.
53
López alsina, F., La ciudad…, pp. 28-43, “La invención…, pp. 76 y ss
y Lucas Álvarez, M., op. cit., pp. 175-176, 45 y ss. cf. sánchez Pardo, J. c.,
“Los ataques…, p. 67. Vid. Bloch, M., La sociedad feudal, Madrid, 2011, pp.
418-420.
99
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
En tiempos de la prelatura de rosendo (c.969-977) se
incorporó a la sede el condado de Faro, consolidando
la fachada atlántica como límite de expansión del
señorío episcopal. En cambio la “pinnam fabricatam
ab antiquis hominibus” no se incorporó hasta 99157.
Puede aludirse su importancia para la defensa frente a
amenazas externas pero quizá más por el interés en no
consolidar en este punto un elemento de crecimiento
del dominio episcopal58. Esto evidencia dos aspectos
problemáticos de las fortificaciones en el contexto
analizado. Por un lado, existió una separación clara
entre territorio y fortificación. Un territorio puede tener
fortificaciones asociadas, pues así lo estaba la fortaleza
real de Farum Precantium, ya que la donación final se
dio “secundum illud obtinuerunt comites de consensu
avorum et parentum nostrorum cum suo commisso”.
Y, por el otro, el poder real se permitió desligar
íntegramente tal asociación. no fueron pocos los casos
en los que una donación territorial bien delimitada no
implicaba el traspaso de su fortaleza; incluso pudiendo
darse casos de donaciones de fortalezas que o bien, al
poco tiempo, fueron recuperadas o, directamente, se
donaron sin entregarlas. Esta tensión fue constante
en las relaciones entre la sede y los monarcas. Lo que
no niega que la fortaleza sirviese más de elemento de
dominio que de defensa59.
En 1028 otra donación real incorporó a la sede la
tierra de carnota con dos fortalezas, canedo y san
Jorge 60. su localización, en la franja litoral entre la
desembocadura de los ríos Xallas y Tambre, y la
cercanía de ambas entre sí evidencia la complejidad
que subyació en la articulación de los territorios, antes
de incorporarse a la mitra, puesto que dominaban
visualmente las áreas aprovechables económicamente
del litoral61. Lo lógico es que el traspaso jurisdiccional,
incluyese el asentamiento físico del poder, ya sea en
una fortaleza o varias. no porque una fuese la cabeza
del territorio sino porque no donarlas, como en Faro,
implicaba no ceder efectivamente el territorio; por ello
tras esta cesión se donan otras propiedades62.
aunque la edificación de las fortalezas debió darse
c.iX-X, la pregunta clave es si las fortalezas constituyeron
la cabeza de la tierra. La cuestión se complica porque
canedo desapareció rápidamente de las fuentes, lo que
no sucedió con san Jorge. así, durante la mayordomía
real del señorío compostelano por parte de Pedro
Vímaraz, la fortaleza fue intervenida hasta la prelatura
de Gelmírez cuando el tenente reconoció la autoridad
episcopal63. La desaparición, pues, de canedo hubo
de obedecer a que resultaba accesoria en el marco
del sistema de dominio de la sede o a que solamente
quedaba el recuerdo de la fortaleza, por lo que sólo
convenía registrarlo para evitar usurpaciones 64. En
ambos supuestos pueden aducirse la cercanía y las
mejores condiciones geográficas para gestionar el
domino de san Jorge65.
61
La localización de san Jorge en el monte Pindo (en o Pedrullo) no
suele discutirse, en cambio canedo (san Mamede de carnota, carnota) se
ubica en una eminencia al sur, Bico do santo, que presenta dos núcleos al
norte, canedo y castelo, y, al sur, el topónimo Lamas de castelo. ambas
localizaciones distan c.6 km. s. Jorge se asienta sobre afloramientos graníticos
mediante muros de contención y cierres realizados en mampostería ordenada,
bastante arrasados, con frecuentes restos en superficie de teja de cocción
irregular y pastas groseras. También ha aparecido un elemento arquitectónico
indeterminado (posible remate de saetera o moldura para puerta). Ha de
agradecerse todo el apoyo prestado por la asociación Monte Pindo Parque
natural y, en especial, por M. Maceiras.
62
En este sentido lo hicieron pues las infantas sancha y Teresa en 1030,
Lucas Álvarez, M., La documentación…, p. 238.
63
Falque rey, E. (ed.), op. cit., p. 78 y González Vázquez, M., El arzobispo
de Santiago: una instancia de poder en la Edad Media (1150-1400), a coruña,
1996, p. 181 (n. 369).
64
En 1157 hay una referencia a que el conde rodrigo Pérez donó “in
concambium medietatem de canedo”, que podría ser alguna propiedad en
la zona, Pérez rodríguez, F. J., Os documentos…, pp. 56-58.
65
En el Tumbo de Sobrado, se ha conservado un listado de las villas de
realengo adscritas a san Jorge anterior a la donación de la sede y que muestra
cómo, pese a la clara vocación local de la fortaleza, hay unas implicaciones más
57
La donación indica: “post partem Beati iacobi et secundum illud
obtinuit beatus et sanctus dei rudesindus episcopus”, carriedo Tejedo, M.,
op. cit., y andrade cernadas, J. M., “La iglesia..., pp. 33-34. Vid. Franco
Maside, r. M., “Via per loca maritima: un estudio sobre vía romanas en
la mitad noroccidental de Galicia”, Gallaecia, 20, 2001, pp. 225-226, Lucas
Álvarez, M., El archivo de San Martiño de Fóra o Pinario de Santiago de
Compostela, a coruña, 1999, pp. 162-166, Baliñas Pérez, c., op. cit., p. 344.
58
Vid. carriedo Tejedo, M., op. cit., pp. 428-429, Morales romero, E., op.
cit., pp. 128-129, Jardin, J-P., “corónica de los reyes e emperadores”, e-Spania,
6, 2008, p. 9 y sánchez Pardo, J. c., “Los ataques…, pp. 61, 79.
59
Vid. anido rodríguez, J., “Un ejemplo…, p. 305.
60
“terram quam dicunt carnotam, quae est ad partem occidentis,
quomodo est conjuncta cum celticos cum duobus castellis in ea fabricatis
s. Jurgium et canetum cum omnibus suis commissis in ipso territorio
habitantibus, sicut eos obtinuerunt majorini bisavorum et avorum nostrorum”,
Barreiro somoza, J., op. cit., p. 317, López alsina, F., La ciudad…, p. 226 (342)
y, otra versión del texto y datación de las fortalezas, andrade cernadas, J.
M., “La iglesia..., p. 35 (n.66).
100
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
Fig. 6–restos de la fortaleza de san Jorge en o Pedrullo desde el sur
Hasta este momento se han señalado las fortalezas
directamente relacionadas con la sede o la corona.
Pero cabe preguntarse por la posibilidad de fortalezas
patrimoniales de los prelados. En 966, sisnando ii
donaba al monasterio de sobrado un “nostro castello
de aranga cum omne sua prestantia”66. El problema
radica en discernir su propiedad. La sede tuvo escasos
intereses en la zona (incluyendo Présaras, condado
del padre de sisnando), aunque el desarrollo del
cenobio generaría una zona más o menos excluida de
la jurisdicción episcopal. Por otro lado, los familiares
del prelado realizaron repetidas donaciones de bienes
a sobrado (c.955-¿971?), al margen de que el aumento
de propiedades por parte de la familia de sisnando se
viera favorecida por la condición eclesiástica de éste67.
Por tanto, aranga era una fortaleza basada sí en una
circunscripción territorial, pero que sisnando empleó
como vía de consolidar su papel como principal agente
generales entre fortaleza y territorio. Loscertales de García de Valdeavellano,
P., Tumbos del monasterio de Sobrado de los Monjes, Madrid, 1976, t. i, p. 156.
El documento no ha sido datado, pero que aparezca serantes como realenga
permite establecer un término ante quem.
66
González Paz, c. a., “cuatro ejemplos…, p. 360 y Barros Guimeráns,
c., “origen del castillo y coto de aranga, siglos X-Xii”, Cuadernos de Estudios
Gallegos, 122, 2009, pp.142-143. Vid. recuero astray, M. J, op. cit., p. 25 y
Baliñas Pérez, c., op. cit., pp. 334,356-357, 634 y Portela silva, E., “El rey…,
pp. 222-224. aranga es una de las 3 fortificaciones datables (con Espenuca,
868, y Leira, 1112) de las 21 posibles de la tierra de nendos, sánchez Pardo, J.
c., “Territorio..., p. 189 y “castros..., p.46.
67
Portela silva, E. y Pallares Méndez, M. c., “os mosteiros, protagonistas
da colonización e do proceso de señorialización na Galicia medieval: o
exemplo do mosteiro de sobrado”, Estudis d`Història agrària, 2, 1979,
pp. 51-71 y Loscertales de García de Valdeavellano, P., op. cit., 23-26, 3137. Esto matiza que las élites se trasladen a la sede, puesto que la relación
familiar con los prelados (vid. Falque rey, E. (ed.), op. cit., pp. 73-74)
no implica necesariamente un traslado físico, cf. rodríguez resino, a.,
“documentación…, p. 237 (n. 53).
101
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
Fig. 7–Potente torre de acceso, recinto exterior de oeste
señorial en la zona, desdibujando dónde comenzaba
el obispo y dónde el señor. Problema que volvería a
plantearse con prelados posteriores.
de dominación68. o, en este caso, al contexto general
del señorío de unos obispos que comenzaban a demostrar síntomas de una visión de conjunto territorial. Por
más que su sistema de dominio hubiera de afrontar la
presencia de otras fortalezas y la voluble voluntad real.
respecto a la defensa concreta del territorio y cómo
se ejerce desde las fortalezas apenas hay referencias
directas. cabría pensar en una franca correlación entre
el episcopado y los domini y milites menores presentes en
los territorios de la sede. El clero de la mitra se nutrió de
las filas de la clase señorial, por lo que la administración
de la función defensiva, más allá del control territorial,
debió recaer en primer término en manos del propio
prelado y, por delegación, en sus afines, entendidos como
una parentela amplia más que como una hidalguía de
ForTaLEzas Y sEñorEs
al margen del tipo de señorío y de que las fortalezas
puedan generar nuevas formas de aprovechar y reorganizar el poblamiento de un territorio, este debía presentar un substrato sobre el que fortalecer las modalidades
de ejercicio de autoridad, de detracción de renta y trabajo. En el caso de la mitra las fortalezas no fueron obras
aisladas. Por ello, la prevención es clara respecto a las
fuentes escritas para el período. no debe interpretarse, respecto a un territorio, únicamente el silencio o la
ausencia en las fuentes escritas como decadencia, sino
como falta de incorporación a las modalidades feudales
68
Vid. Gutiérrez González, J. a., “La formación…, p. 11, García Fitz,
F, “Fortificaciones…, p. 225 y Gianatempo, M. y Giorgio, a., “Le fonti
documentarie per la storia degli insedimenti medievali in Toscana”,
Archeologia Medievale, 23, 1996, p. 9.
102
En ese país que por siglos fue el final de la tierra
Fig. 8–Vista de la capilla y torres del recinto interior de oeste
servicio. Esto lo evidenció el asesinato en iria del obispo
Gudestedo, nombrado por el rey García, a manos de su
tío, el conde Fruela, y que tanto marcaría algunas de las
acciones posteriores de Gelmírez69.
de hecho, las intervenciones reales en el nombramiento
de prelados bascularon entre miembros de diferentes
grupos nobiliares. no obstante, la intervención real en
la concesión de fortalezas ya existentes, en su creación
en zonas cedidas a la sede, en su usurpación, y en la
mediatización de las elecciones episcopales muestran
que los reyes influyeron en la modalidad de control
de las fortalezas, aunque fuera a través de la mera
interacción de los miembros de la élite local con obispos
y reyes para captar prebendas. así, la legitimación
del papel episcopal en el concurso aristocrático del
territorio occidental del reino y en su administración
era un hecho que la monarquía, mediante diversos
mecanismos, se encargaba de recordar oportunamente
-como en la reunión de notables en compostela en 1075
presidida por alfonso Vi. Lo que no implica que no
hubiese duros enfrentamientos entre ambas instancias,
como la deposición por traición de diego Peláez.
En este sentido, al margen de que no resulta fácil
delimitar una modalidad de tenencia, la asociación
de determinados individuos con una fortaleza o un
territorium u honor relativo al mismo parece clara.
así lo evidencian las figuras de Gelmirio y del comes
Guillermo sánchez. En el primer caso, el miles
Gelmirio, tuvo la fortaleza de oeste en tiempos del
obispo diego Peláez con el territorio de iria, amaía y
Postmarcos70. cabe destacar que la familia de Gelmírez
Falque rey, E. (ed.), op. cit., p. 76. sobre el suceso y análisis la figura
de Gelmirio, “miles ac praepotens”, en Portela silva, E., García II de Galicia,
el rey y el reino (1065-1090), Burgos, 2001, pp. 103-107 y “diego Gelmírez.
Los años de preparación (1065-1100)”, Studia Historica. Historia Medieval,
25, 2007, pp. 124-129, 133.
69
70
103
Falque rey, E. (ed.), op. cit., pp. 298, 80.
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 85-103]
procedería de esa misma zona, que se hallaba bajo el
señorío episcopal desde hacía tiempo, siendo un espacio
de captación de elementos de la élite local, al margen
del grupo de los Traba, por ejemplo, para el servicio
de la sede71. no obstante, la definición de un marco
geográfico tan amplio ligado puede evidenciar solo la
zona de la que capta recursos el tenente de oeste, esto
es, derechos o bienes asociados al ejercicio del cargo,
más que una asociación fortaleza-territorio; puesto que
también se menciona que Gelmirio “había gobernado
iria y la provincia vecina, es decir, la zona comprendida
entre Ulla y Tambre”.
En un sentido similar puede ser interpretada la
segunda figura; no es posible discernir de qué fortaleza
o circunscripción pudo ser titular, pero no parece
improbable una situación equiparable a la de Gelmirio,
especialmente si se sitúa la referencia en el período en
el que murió sisnando ii y le sucedió rosendo, por lo
que incluso comes podría ser intercambiable con tenens
e incluso por maiorini72.
Finalmente, cabe señalar la progresiva presencia
de miembros de la ‘nobleza ascendente’ de la zona
como prelados ya desde principios del siglo X73. Y,
desde entonces, fueron apareciendo prelados con
un origen asociado al servicio a la monarquía o a la
‘nobleza territorial’, vinculada a su vez a la sede. En este
último caso destacarían cresconio y, cómo no, diego
Gelmírez, último obispo de la sede compostelana.
concLUsionEs
resulta difícil ser categórico en un tema tan
complejo como el expuesto aunque, de modo provisional,
cabe insistir en varios aspectos fundamentales. Por un
lado, los numerosos problemas tocantes a los recintos
fortificados en el área de estudio no son insoslayables.
Es de esperar que, en poco tiempo, vaya definiéndose
la cronología de muchos yacimientos más o menos
desconocidos hasta la fecha, aunque tal vez su
tipología se revelará más compleja. Y es necesario tener
presente que la mención como referencia de algunos
asentamientos en las fuentes escritas viene dada casi
siempre por coyunturas e intereses ligados al control de
los espacios en los que se ubican. Por el otro, resulta de
capital interés el papel de la monarquía como principal
agente interesado en dotar e integrar el dominio de la
sede, como parte de su sistema de poder. Este hecho
no implica la pérdida de papel político de los reyes,
pero modifica el significado de cada fortaleza que pasa
a manos de la sede –aunque sea brevemente- y que es
usada para articular un señorío con unas necesidades
propias que no siempre están en sintonía con las de la
corona. necesidades que pueden llegar a ser, incluso,
muy localizadas en su alcance y que pueden dar origen
a fortalezas. centrarse en ver un sistema cerrado de
fortalezas diseñado para la defensa frente al exterior
no explica, por el momento, las circunstancias de un
grupo de edificios con trayectorias heterogéneas. no
se trata de negar la utilidad de cada propugnáculo en
coyunturas bélicas, sino de afirmar que su principal
función es articular el control y la organización de los
hombres y el territorio. Por lo que sí puede hablarse
de un funcionamiento deliberado como conjunto
y, por tanto, de un sistema de dominio que emplea
fortalezas de la misma manera que emplea documentos
y hombres.
71
Lo que continuaría en el propio hermano de Gelmírez, Galtier, F., op.
cit., p. 287. Propiedades ligadas a la familia de Gelmírez, Pérez rodríguez, F.
J., Os documentos…, pp. 329-330, 464. Vid. Pascua, E., “south of the Pyrenees:
kings, magnates and political bargaining in twelfth-century spain”, Journal of
Medieval History, 2, 2001, pp. 105-106 y Álvarez Borge, i., “Vasallos, oficiales,
clientes y parientes. sobre la jerarquía y las relaciones internobiliarias en la
castilla Medieval (c. 1100-c. 1350). Una aproximación a partir de las fuentes
documentales”, Hispania, 235, 2010, pp. 384-386.
72
carriedo Tejedo, M., op. cit., p. 548 y vid. Morales romero, E., op.
cit., p. 185.
73
como sisnando, rosendo, Gundesindo o Pelayo rodríguez, vid.
Baliñas Pérez, c., op. cit., p. 634-635 y Portela silva, E. y Pallares Méndez,
M. c., “os mosteiros..., p. 54
104
alfares, hornos y producción de cerámica
en la cataluña Medieval y Moderna: una
reflexión para su estudio
Esther Travé allepuz
University college of London
institute of archeology
GraMP.-UB (Grup de recerca d’arqueologia Medieval i Postmedieval)
[email protected]
José ignacio Padilla Lapuente (†)
GraMP.-UB (Grup de recerca d’arqueologia Medieval i Postmedieval)
departamento de Historia Medieval, Paleografia i diplomática
Universidad de Barcelona
Recibido: 15-04-2013
Evaluado y aceptado: 3-06-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 105-132]
d
Resumen: a lo largo de la última década, numerosas
excavaciones arqueológicas –preventivas en su mayoría–
han permitido la recuperación y el estudio de algunas
estructuras de cocción de cerámica de cronologías medievales
y postmedievales que se añaden al panorama conocido a
finales del siglo XX. sin embargo, se constata la ausencia en
el ámbito catalán de visiones de síntesis que aúnen esfuerzos
por superar el localismo propio e inevitable de las memorias
de excavación en favor de una interpretación más amplia
acerca de la ocupación del territorio y de las estrategias de
producción.
En este trabajo, que no pretende ser exhaustivo, presentamos
un somero estado de la cuestión en relación con el estudio
de las estructuras de cocción y los talleres de producción de
cerámica en la cataluña de época medieval y moderna que
nos permita ahondar en los problemas de fondo que dichas
actividades plantean. nuestro objetivo, pues, es poner sobre
la mesa una reflexión acerca de la actividad alfarera y del
modelo de implantación de centros de producción en un
territorio determinado, así como a la propia evolución de los
hornos durante los siglos medievales y modernos en aras de
una mayor adecuación técnica.
Palabras clave: arqueología medieval, Hornos, alfarería,
Tecnología, centros de producción.
Abstract: (Potteries, Kilns and ceramic production in
Medieval and Modern catalonia: a suggestion for debate)
during the last ten years, archaeological –mainly preventive–
fieldwork allowed finding out some kilns from medieval and
modern times that complete the panorama known until the
end of 20th century. Even though, it should be pointed out
that a global state of the art about firing structures lacked
for medieval and modern catalonia. There is a strong need
for some synthesis views making an effort to join results
and exchange data in order to overcome the unavoidable
localisms of emergency fieldwork for a better understanding
of landscape occupation and craftsmanship strategies.
Therefore, this paper aims to present a global –although non
exhaustive– view on this matter in order to highlight some
items concerning pottering activities, firing structures and
workshops in Medieval and Modern catalonia in order to
deep into the main issues of such activities. accordingly, our
main goal is to propose some questions and reflexions for
debate concerning pottery craftsmanship and its model of
layout throughout the landscape; as well as the evolution of
kilns during medieval and modern periods so as to achieve a
better technical improvement.
Within this piece of research, the location of this kind of
manufacturing sites is discussed in order to detect some
patterns of setting and developing throughout medieval and
modern times, bearing in mind their rooting in the roman
period. What we can observe is that there seems to be a
continued process, with no interruption, that leads from
the roman pottery producing centres, mainly specialized in
amphorae production and settled on the coastal catalonian
Plane, to the medieval cave-dwelling workshops specialized
in reduced cooking wares.
These inland settlements, deal with the production of
specialized wares according to the new demand of these
centuries until social changes during the end of Middle
ages, gradually forced their disappearance in favour of new
ways of pottery-making related to the new enhancement of
cities and the improvement of urban world.
To sum up, pottery production can be considered quite
a good reflect of social changes and it points towards the
way in what societies occupy the landscape and interact
with the natural environment. From the archaeological
standpoint, scholars are given a boost to approaching
to this subject in a deep insight that globally considers
this kind of sites as a whole. Furthermore, we spotlight
the strong need of detailed excavation field-works in
order to gather as much information as possible from
these sites in order to understand the entire productive
process, focusing in the excavation of kilns, but as well in
workshops and annexe areas, which frequently are much
complex.
Keywords: Medieval archaeology, Kilns, Pottery,
Tecnology, Producing centres.
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
sólidos de base que incidan en los aspectos explicativos
de las producciones más que en los meramente
descriptivos (Padilla, 1995). Estas consideraciones,
inicialmente realizadas en relación con el estudio
de la producción de cerámicas comunes de cocción
reductora para uso culinario –las llamadas cerámicas
grises– pueden hacerse extensivas de forma general
para el análisis de las estructuras de cocción de época
medieval y moderna de forma genérica.
Este trabajo tiene por objeto, más allá de hacer un mero
inventario de hornos, plantear algunas de las cuestiones
inherentes a los centros de producción documentados
en función de su tipología, adscripción cronológica y
distribución territorial como elemento de reflexión para
el conocimiento de los procesos de cambio social que se
suceden a lo largo de los siglos medievales. ciertamente,
los datos disponibles acerca de este tipo de estructuras
no son en absoluto despreciables. Únicamente en la
carta arqueológica, aparecen alrededor de cuarenta
estructuras documentadas en yacimientos distintos y
muchas de ellas han sido convenientemente excavadas
y en algunos casos publicadas. aun así, el panorama
resultante nos ofrece un conjunto de datos aislados en
muchos casos con informaciones dispares pese a su
abundancia numérica, que requieren de un esfuerzo
de comprensión del conjunto.
La cuestión de fondo del estudio que pretendemos
acometer pasa por la superación de una escala de
observación local a un análisis regional y diacrónico
inTrodUcción
El estudio de las estructuras de cocción de producciones cerámicas en general suscita numerosas cuestiones
en relación con las sociedades que las han utilizado en
el pasado, la tecnología de producción puesta en práctica, sus estrategias de implantación en el territorio y de
comercialización de productos y los aspectos relativos
al análisis diacrónico de estas estructuras; es decir, a la
continuidad histórica de los espacios de asentamiento y
las tradiciones de producción y a las propias trasformaciones sociales que se suceden a partir del declive de las
producciones de época romana en adelante.
En efecto, las profundas transformaciones sociales
que se producen con el devenir de los siglos suelen tener
un reflejo palpable en mayor o menor medida en la
cultura material de las sociedades que las experimentan.
En este sentido, es posible detectar cambios notables en
las manufacturas de barro y sus espacios de producción.
El trabajo que presentamos surge de la necesidad de
aglutinar los datos relativos a esta problemática en
una visión actualizada del conjunto que nos permita
presentar nuevos elementos para la reflexión acerca de
la producción de cerámica en un contexto cronológico
y territorial amplio.
La constatación de algunas carencias en el estudio de
las estrategias de producción de cerámica medieval en
un sentido extenso no es nueva en absoluto. desde hace
años, se viene insistiendo en la necesidad de estudios
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de dichas estructuras en relación con los contextos
de producción en los que éstas aparecen. sólo así,
podremos hallar explicaciones plausibles acerca de
las pautas de asentamiento y evolución de los centros
de producción. Esto nos debe permitir establecer
un marco explicativo válido como punto de partida
para un análisis en profundidad de los patrones de
ocupación del territorio y de las redes de distribución
de los productos cerámicos.
Este tipo de planteamientos tampoco constituye una
novedad en relación con el contexto científico actual.
recientemente, en 2010 se han llevado a cabo diversas
revisiones del panorama relativo a las estructuras
de cocción de arcilla, tanto en el contexto andalusí
(coll, Porras, 2010) como centroeuropeo a partir de
la celebración a finales de dicho año del congreso
titulado Tourner autor du pot, que ha tenido lugar en
douai, cuyas actas están actualmente en preparación.
El contexto científico parece propicio, pues, para la
revisión de los trabajos llevados a cabo en cataluña
en las últimas décadas y para hacer un esfuerzo por
relanzar este tipo de aproximaciones de síntesis, sin
duda necesarias, para explicar un proceso de adecuación
de la tecnología de producción a las transformaciones
sociales de fondo a la luz de los resultados más recientes.
de percibir una cierta continuidad entre la distribución
y tipología de estructuras en el mundo romano y el
medieval. sin embargo, las transformaciones que se
producen a lo largo de la antigüedad Tardía y la alta
Edad Media tienen envergadura suficiente como para
considerar que los profundos cambios sociales tienen
una repercusión muy fuerte en las formas de producción y nos pueden llevar a pensar en una ruptura considerable entre mundo antiguo y mundo medieval en lo
referido a las producciones alfareras. cabe preguntarse,
pues, por las estrategias de producción y asentamiento
de centros productores en esta etapa de transición.
Las mutaciones sociales producidas a consecuencia de la
crisis del Bajo imperio implican una ruralización creciente
de la sociedad y la forja de un sistema social nuevo. El
declive de las ciudades a favor del campo genera un
cierto contraste –si no oposición– entre el mundo rural
y el mundo urbano claramente reflejada en el sistema
económico y, por extensión, en las manufacturas cerámicas
y sus estructuras de producción. Esta disyunción, perenne
en las sociedades humanas de todos los tiempos, se acentúa
especialmente en los momentos de transición, por lo que
no es exclusiva del cambio del mundo antiguo al mundo
medieval. con el florecimiento del mundo mercantil, y el
crecimiento de las ciudades en los siglos bajomedievales,
las tensiones entre mundo rural y mundo urbano se
acrecientan de nuevo propiciando nuevos cambios en los
modos de producción de cerámica, que tendrán su reflejo
inequívoco en las pautas de distribución de los alfares,
en su estructura interna y en el tipo de productos que en
ellos se fabrican.
Todo ello nos lleva a cuestionarnos por los alfares en
tanto que asentamientos productivos. Los hallazgos de
hornos para la cocción de cerámica deberían suscitar
un interés mayor en la posible detección de estructuras
anejas complementarias de la propia estructura de
cocción y relacionadas con el trabajo previo, almacenaje
y preparación de arcilla. sin embargo, ésta es una
carencia que podemos detectar en relación con los
resultados frecuentemente presentados en relación con
la excavación o estudio de una o diversas estructuras
de cocción. ciertamente, la localización de espacios
de producción relacionados con dichas estructuras
Los aLFarEs Y sU EsTUdio:
algunas reflexiones para su contextualización
El estudio de los hornos de cerámica en el mundo medieval y moderno, que limitamos en nuestro caso al
ámbito cristiano, plantea diversas cuestiones que irremediablemente surgen al observar la distribución de las
estructuras detectadas a lo largo y ancho del territorio
analizado, su estructura, la producción resultante de su
utilización y la presencia o ausencia de espacios de producción anejos. Estas cuestiones pueden ser ordenadas
en función de distintos aspectos que es necesario analizar por separado. En primer lugar, cabe la posibilidad
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alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
de una simplificación de la tecnología utilizada y, lo que
es más, de un merme de las capacidades tecnológicas
de las sociedades que producen dichas manufacturas.
La utilización de este tipo de lenguaje nos lleva
irremediablemente a imaginar una ruptura total entre
el mundo antiguo y el medieval que no se percibe de
forma tan clara al observar las características de los
centros de producción.
Hablar de simplificación tecnológica o tecnología
simple nos puede llevar al equívoco de pensar que
las producciones de época medieval son las que son
porque las sociedades no saben fabricar ningún otro
tipo de productos. de ser así, debería sorprendernos
sobremanera que las producciones decoradas de los siglos
Xiii y XiV convivan durante más de doscientos años
con estas producciones groseras de cocción reductora que
han primado durante todos los siglos precedentes.
Por todo ello, debemos reconsiderar este proceso de
transición en una clave histórica mucho más amplia.
La reciente caracterización de las producciones del alfar
de cabrera d’anoia muestra como los productos que
allí se fabrican presentan unas características técnicas
especialmente buscadas, que se producen por necesidad
y no por desconocimiento de la tecnología a emplear.
Las transformaciones de tipo tecnológico entre el mundo
romano y medieval, vienen más por un cambio previo en la
demanda de productos en función de nuevas necesidades
sociales que por un detrimento de la capacidad técnica.
obviamente, dicho planteamiento no es excluyente con
la realidad de que el desuso de ciertas técnicas pueda
conllevar una cierta atrofia de la capacidad de producción
y que la caída de la demanda de las producciones romanas
va a relegar las antiguas innovaciones tecnológicas a un
estado de latencia que tiene que ver con las necesidades
de producción de un nuevo modelo social.
es compleja puesto que las actividades propias de la
alfarería no son propensas a dejar excesivos vestigios
materiales que permitan la reconstrucción arqueológica
del proceso productivo más allá de los restos de la
estructura de cocción. aun así, es necesario hacer un
esfuerzo de comprensión de estas estructuras en un
marco productivo que sigue unas pautas determinadas
de asentamiento.
Finalmente, y a pesar de no constituir el objetivo
fundamental del trabajo que presentamos, no podemos
olvidar en este análisis los aspectos relacionados con
la distribución y exportación de las producciones.
dada la duración de las manufacturas cerámicas, el
hallazgo de diversas estructuras de cocción asociadas
debe llevarnos a pensar en un proceso productivo
que necesariamente sobrepasa una actividad de tipo
exclusivamente familiar.
La transición del mundo antiguo al mundo
medieval: ¿continuidad o ruptura?
a grandes rasgos, la distribución de centros productores
o, cuanto menos, de estructuras de cocción documentadas en el momento de transición entre el mundo antiguo y el medieval sigue fundamentalmente la línea de
la costa central catalana. Los indicios de que disponemos nos llevan a pensar que no se produce una ruptura
radical respecto del mundo antiguo en los primeros
siglos de la Edad Media. La distribución de centros
productores, parece encajar con las principales zonas
de producción anfórica y sigilada de época imperial
(fig. 1). sin embargo, en lo que a producción se refiere,
las evidencias materiales nos indican claramente que
las producciones estandarizadas tanto de vajillas como
de cerámica de transporte, retroceden a favor de producciones mucho más toscas que llegarán a constituir
el elemento diferenciador de las producciones alto- y
plenomedievales.
La homogeneización de los repertorios formales
y el carácter grosero de los productos mayoritarios,
encarnados en la denominada cerámica gris,
frecuentemente ha sido interpretada como el resultado
La alternancia entre mundo
rural y mundo urbano.
El cambio social producido durante la transición de
la antigüedad Tardía y la alta Edad Media implica una ruralización creciente de la sociedad a con-
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Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
secuencia del declive de las ciudades. La evolución
anteriormente mencionada de las producciones cerámicas halla en este alejamiento del mundo urbano
hacia el mundo rural una de sus principales razones
de ser. durante los siglos altomedievales, el terreno
cultivado en época romana se reduce en favor de
una extensión boscosa mayor y las transformaciones
en las formas de hábitat, la estructura social y las
costumbres alimentarias acaban favoreciendo también un traslado de los centros productores hacia el
interior del territorio. La distribución de los alfares
arraigados en la tradición romana se desplaza ahora
hacia el interior hasta el punto en que podemos distinguir algunas formas nuevas de asentamiento que
no se habían producido hasta ahora, claramente representadas por el traslado de los centros productores
tradicionalmente ubicados en el llano hacia las zonas
de montaña. ciertamente, los centros productores
propios de época romana, en zonas preferentemente
de llanura, cercanas a los cursos de agua y a la costa
por regla general se diferencian en este sentido de
los alfares de época alto- y plenomedieval, de los
cuales el de cabrera d’anoia constituye el exponente
principal en cataluña.
La tensión existente entre mundo rural y mundo
urbano parece quedar nuevamente de manifiesto
durante la Baja Edad Media, cuando los grandes
centros productores de las zonas de montaña
entrarán en un claro declive en favor de los nuevos
alfares de vajillas decoradas que se establecen en las
ciudades y que se perpetúan a lo largo de toda la
época moderna. Estos alfares modernos de vajillas
decoradas alcanzan gran renombre en las ciudades
y suponen la decadencia generalizada de unas
producciones altamente utilitarias, las de obra gris
o negra, que habían perdurado durante más de
cinco siglos pero que no llegarán, sin embargo, a
desaparecer por completo, al menos hasta épocas ya
muy avanzadas. se establece pues a finales de la Edad
Media, un nuevo proceso de complementariedad
entre mundo rural y mundo urbano, de modo que
ambos tipos de alfares van a satisfacer en cada caso
una demanda especializada.
Los aLFarEs coMo asEnTaMiEnTos
ProdUcTiVos:
La ocupación y explotación del territorio
Frecuentemente, la presencia de un alfar o taller de
cerámica viene definida a partir de la evidencia arqueológica que supone el hallazgo de uno o más hornos.
ciertamente, la construcción y utilización de un horno
implica una estructura fija, identificable y sintomática
de la existencia de un proceso de cocción y por lo tanto
de producción de cerámica ya sea de forma puntual
o continuada. sin embargo, esta deducción lógica del
proceso productivo a partir de la estructura de cocción
presenta algunos problemas de fondo que es necesario
comentar, puesto que podríamos caer en el riesgo de
focalizar la atención en la detección y excavación de las
estructuras de cocción como único elemento válido a
la hora de estudiar un centro alfarero. La producción
de cerámica requiere de una serie de espacios anejos
relacionados con la preparación y modelado de las pastas que rara vez generan estructuras ni vestigios claros
durante la época medieval y cuando lo hacen nos estamos refiriendo sin duda a cronologías bastante tardías.
aun así, para cronologías altomedievales, la ocupación
de determinados espacios para el trabajo de la arcilla
es detectable de forma más o menos sutil al observar el
yacimiento en su conjunto máxime cuando se trata de
un centro de envergadura donde los hornos no aparecen
de forma aislada. Tal es el caso de cabrera d’anoia y
lo hubiera sido probablemente el de casampons si el
yacimiento no hubiera sido destruido.
El alfar de cabrera d’anoia, anteriormente
mencionado, constituye un centro productor con
un emplazamiento bien característico: el alfar queda
situado en un entorno agreste y montañoso, al pie de
un pronunciado escarpe y a lo largo de tres terrazas
sucesivas, en donde las estructuras de cocción se
concentran en los reducidos espacios abiertos, mientras
que las áreas de trabajo quedan emplazadas a merced
de los numerosos abrigos naturales. En el interior de
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alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
estas covachas, los alfareros tallan la piedra y agrandan
el espacio a voluntad en función de sus necesidades,
puesto que la naturaleza del sustrato geológico favorece
dicho proceso. de hecho, la geología del lugar presenta
una alternancia de niveles de travertino de dureza
considerable superpuestos a niveles de granodiorita
altamente meteorizada de consistencia mucho
menor que favorecen el tipo de ocupación descrito.
Las tenues trazas de ocupación de estos espacios
(fig. 2), formadas en su mayoría por capas arcillosas,
encajes de poste, recortes en la roca, mechinales y en
algunos casos pequeñas cubetas reflejan los vestigios
de una preparación sencilla de la pasta a la luz de la
comparación etnoarqueológica. no podemos negar la
dificultad de detección e interpretación de este tipo de
vestigios, que pueden pasar fácilmente desapercibidos
si no se realiza una minuciosa excavación en extensión
que, a menudo, se ve impedida por el encorsetamiento
de las excavaciones preventivas forzado por múltiples
factores ajenos a la voluntad del arqueólogo. Pero, aun
así, es necesario hacer hincapié en la necesidad de
prestar una atención especial en la medida de lo posible
a la detección de este tipo de restos.
Hay que tomar en consideración también un
fenómeno frecuente en los centros productores: la
reparación de estructuras y la reutilización de las
mismas para la construcción de hornos de nueva planta.
dichas prácticas vienen condicionadas por lo general
por las dimensiones reducidas del espacio disponible.
Tanto es así que en ocasiones la excavación de un horno
aporta vestigios significativos para determinar distintas
fases de utilización interrumpidas por las reformas
practicadas ya sea para reparar las parrillas o soleras,
que tienden a desplomarse a consecuencia del uso
continuado de las estructuras, como para transformar
la disposición interna de las cámaras, como sucede en
el alfar moderno de la Familia Escayola, recuperado
en sabadell.
Junto con la existencia de espacios de producción
anejos, los testares constituyen otro elemento claramente
visible por lo general en relación con las estructuras de
cocción. Formados por acumulaciones considerables
de fragmentos de cerámica desechada habitualmente
caracterizada por la presencia de defectos evidentes
de cocción, su sola existencia ya es sintomática de la
producción de cerámica en mayor o menor proporción.
En algunos casos, el hallazgo de uno o más testares en
un yacimiento determinado ha constituido la prueba
concluyente de la existencia de un centro productor,
aun en el caso de no haber detectado estructuras de
cocción, tal como sucede con los testares recuperados
en el Carrer dels Forns, en Llívia (Girona), que permiten
documentar la existencia de un alfar de época medieval
a pesar de no haber recuperado en él ningún horno.
La repercusión económica de los alfares
y la distribución de las producciones.
analizar los centros productores de cerámica en un
periodo de tiempo dilatado y en un territorio extenso permite plantear algunas cuestiones derivadas de la
propia naturaleza de los centros y de las manufacturas
que en ellos se fabrican, en relación con el impacto que
ejercen sobre el área circundante y con la distribución
de sus producciones. Parece comúnmente extendida la
percepción de que el declive de los centros urbanos de
producción anfórica o sigilada estandarizada de época
romana, actúa en detrimento de unas líneas regulares
de exportación y distribución de productos hacia un
mercado amplio cada vez mejor conocido gracias a las
caracterizaciones arqueométricas tanto de centros productores como receptores. Ello nos llevaría a afirmar
que las producciones medievales están destinadas a un
consumo local ajeno a circuitos de distribución de la
envergadura de los existentes en época romana o bien
de las nuevas líneas de distribución de las producciones
decoradas bajomedievales y modernas.
si bien, dicha afirmación no es refutable en su
totalidad, sí que es matizable en muchos aspectos,
puesto que la naturaleza de los alfares de cerámica
gris en algunos casos –cabrera d’anoia y casampons,
principalmente– implica volúmenes de producción que
necesariamente deben superar el ámbito estrictamente
local a favor de un espacio regional inevitablemente más
amplio. En este sentido debemos plantear la necesidad
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de revisar la terminología que habitualmente empleamos
y que contrapone los productos de importación/
exportación a los productos locales. deberíamos definir
con gran precisión lo que consideramos propiamente
importaciones y lo que entendemos por producciones
locales, puesto que hablar de productos importados en
oposición a lo local sin mayor especificidad a menudo
genera la sensación en el lector de que entre unas y otras
no existe término medio.
nos referimos con esta ref lexión al hecho de
que lo que a menudo denominamos producciones
locales, constituye un conjunto de manufacturas
cuya distribución e intercambio puede abarcar un
ámbito regional relativamente extenso. ciertamente,
la producción y distribución de cerámicas en el
mundo altomedieval se relaciona de forma necesaria
con el funcionamiento de las comunidades de aldea.
de este modo, pequeños núcleos de población
muy reducidos y diseminados por el territorio dan
respuesta a sus necesidades comerciales en circuitos
reducidos y mercados locales, pero en este nuevo
orden social en el que el feudalismo se va forjando
paulatinamente, debemos constatar la existencia de
una cierta jerarquización de centros de producción en
función de sus dimensiones, su capacidad productiva
y la continuidad de su producción, al menos en lo que
a alfares se refiere.
En este sentido, los alfares de casampons y cabrera
d’anoia, suponen un exponente claro de estos centros
de gran envergadura y producción continuada durante
un largo periodo de tiempo. se plantea la necesidad,
pues, de hacer un esfuerzo a la hora de excavar
complejos de producción por determinar tanto su
posible impacto como el volumen de manufactura que
en ellos se produce. Lo cierto es que un taller como
el de cabrera d’anoia, con más de treinta hornos
documentados no puede responder de ningún modo a
las necesidades de un mercado local entendido en un
sentido estricto de impacto territorial muy reducido.
Tras la reciente caracterización arqueométrica de las
producciones de cabrera d’anoia (Travé, 2009), el
devenir de la investigación debería llevarnos a definir
con una precisión mayor el posible impacto territorial
de este centro a fin de clarificar este panorama de
mercados de base aldeana1.
La EVoLUción dE Los cEnTros ProdUcTorEs:
una propuesta de ordenación cronológica
En relación con la necesaria jerarquización de centros
que acabamos de comentar y con las distinciones existentes entre ellos en función de su morfología, atribución cronológica y naturaleza de su producción hemos
hecho un esfuerzo por jerarquizar los datos disponibles
a fin de ilustrar los planteamientos de base hasta ahora
expuestos. Para ello, hemos optado por una ordenación prioritariamente de tipo cronológico que responde,
sin embargo, a la evolución natural de los centros de
producción en función de las transformaciones sociales
anteriormente apuntadas (fig. 3). Por ello, optamos por
estructurar nuestro discurso a partir de la distribución
entre (1) centros de transición del mundo romano al
medieval, (2) alfares de cerámica gris alto- y plenomedievales, (3) centros bajomedievales de transición al
mundo urbano y (4) grandes centros productores de
época moderna.
centros de transición del mundo
romano al medieval
En el periodo de tiempo comprendido entre el fin de lo
que consideramos como antigüedad Tardía y la alta
Edad Media el principal problema de análisis es que a
actualmente se está llevado a cabo en este sentido un proyecto de
investigación [“La cerámica común de cocina en época medieval: Proveniencia,
tecnología y comercio en el campo catalán” – referencia: BP 2010-a 00335]
destinado a la caracterización arqueométrica de un conjunto amplio de
cerámicas grises muestreado en distintas áreas del territorio catalán. Buena
parte de las muestras analizadas corresponden a los territorios circundantes
de los alfares tanto de cabrera d’anoia como de casampons, por lo que dicho
estudio podrá aportar algo más de luz acerca de la distribución de dichas
producciones y el impacto territorial de los alfares. Los primeros resultados
preliminares serán publicados en breve.
1
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alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
menudo los datos de que disponemos son escasos y dispares. La distribución de estos centros, parece coincidir
a grandes rasgos, tal como hemos comentado anteriormente, con antiguos centros de producción de época
imperial. de hecho, en el litoral mediterráneo, algunos
hornos de tradición romana continúan fabricando tejas
y ladrillos bien avanzado el siglo Viii y iX e incluso,
probablemente, estén en actividad en pleno siglo X.
Tal podría haber sido el caso del horno recuperado
en el Camp d’en Ventura Oller, en santa Perpètua de
Mogoda, de cronología inequívocamente romana y en
el contexto claramente productivo de una villa (García
Batalla, 2006). Este horno de grandes dimensiones
estaba destinado a la producción anfórica del tipo
Pascual 1, dressel 2/4 y dolia, aunque se puede constatar
también su utilización para la producción de teja.
Este tipo de ocupación continuada entre época
romana y medieval, es especialmente visible en la zona
del Maresme, en la antigua área Layetana, a partir
de las trazas arqueológicas. J. Llinàs y J. Merino nos
hablan de “una serie de elementos distribuidos por todo
el territorio ligados a los trabajos agrícolas o antiguas
actividades de aprovechamiento de los recursos naturales
(molinos, hornos de cerámica, cal o vidrio, pozos de
nieve o ventisqueros)” (Llinàs, Merino, 1999). dichos
elementos a menudo presentan dificultades notables
de datación que impiden adjudicarles una cronología
claramente romana, por lo que debemos considerar la
posibilidad que correspondan a este periodo posterior,
cuyo conocimiento es mucho más escaso. sin movernos
aún de santa Perpètua de Mogoda, tenemos noticia
en Can Vinyalets de un horno probablemente de tiro
vertical de cronología indeterminada, presumiblemente
tardoantiguo, con un hogar excavado en las arcillas
naturales, de planta circular (Garcia Batalla, 2006;
Mauri, 2006).
En la población de Tiana (Maresme) conocemos
también hasta cinco hornos de producción cerámica
que ref lejan estos problemas de datación y que
presentan características que, a pesar del contexto en
que se encuentran –área Layetana con un gran número
de centros de producción anfórica de época romana–,
difícilmente pueden ser adjudicados a una cronología
romana. En las fichas de la carta arqueológica para la
provincia de Barcelona (ca, en adelante) se mencionan
tres hornos en la Bòbila d’en Jordana “presumiblemente
romanos” (ca, 4), uno de ellos de planta rectangular
(ruestes, 2002: 124). La ausencia de cerámica, sin
embargo, impide ofrecer una adjudicación cronológica
precisa. de hecho, la carta arqueológica, ante esta
ausencia de materiales nos habla de una “romanidad
dudosa” de estos hornos (ca, 28), por lo que a. Mauri
apunta la posibilidad de que pudiera tratarse de hornos
medievales (Mauri, 2006). no podemos precisar más
datos acerca de este conjunto. Lo mismo sucede con el
horno del Pont de Tiana (ca, 17) de difícil atribución
cronológica a causa de la ausencia de materiales, cuyos
restos no son visibles hoy día a causa de la actividad
constructiva acelerada.
Un elemento algo más claro de este momento tardío
de transición es el horno de Can Parxet, también en
Tiana, ya mencionado por M. riu en su estudio sobre
hornos y talleres de cerámica gris en cataluña (riu,
1990). Este horno se encuentra excavado en la arcilla, en
donde todavía se puede observar –aunque seccionadas
por el camino– gran parte de la cámara de cocción
y la parrilla. Por desgracia, la ausencia de materiales
relacionados dificultó notablemente su datación. La
cronología de este horno, que difícilmente puede ser
catalogada como romano, posiblemente nos permita
situarnos en este período tardío, lamentablemente
desconocido en gran medida.
Las noticias acerca de estos hornos de atribución
cronológica incierta, se extienden también hacia el
interior del territorio y el sur del área de influencia
layetana. En sant Pere de ribes, se conoce la existencia
del llamado Forn de les Timbes de atribución romana
muy incierta, descubierto en 1945 del cual únicamente se
pudieron hallar las paredes del hogar, de planta circular,
con restos de cenizas y afectadas por la acción del
fuego. no es posible comprobar la cronología de dicha
estructura, puesto que se han perdido los materiales y
únicamente se conserva un croquis (fig. 4) realizado
por c. Mestre artigues (Miret, Miret, 1984). cabe
mencionar otro ejemplo, también algo problemático en
cuanto a su cronología: En el límite entre los términos
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municipales de Montmany i Figaró, se conoce el Forn
de les Planes, al norte del camino que va de La Garriga
a Puig Graciós, fuertemente afectado por las lluvias de
noviembre de 1984 y descalzado en parte. Este horno
de planta cuadrangular, con paredes de barro cocido y
una cubierta presumiblemente de piedra arenisca no ha
sido excavado, por lo que su atribución cronológica es
también dudosa, posiblemente de este periodo (Mauri,
2006; Gómez, 2005).
Finalmente debemos mencionar dos casos más, en
esta ocasión de cronología probablemente medieval
que permiten enlazar también esta época de transición.
Uno de ellos es el horno de tiro vertical recuperado en
la c/Vídua Vives, en sant Boi de Llobregat. Presenta
planta cuadrangular excavada en el suelo natural, una
solera con 16 perforaciones y conserva dos paredes de la
cámara de cocción. Podemos hallar precedentes claros
de este horno en los hornos romanos de producción
anfórica documentados en este mismo municipio
(López Mullor, 2009), por lo que podemos considerar
que también en este caso, las estructuras documentadas
responden a un modelo de producción que arraiga en
una tradición anterior y que se mantiene en los inicios
de la Edad Media.
El último caso, algo más problemático, corresponde
al Forn de Sant Adjutori, en sant cugat del Vallès.
En relación con la Ermita de sant adjutori, se ubica
un horno de planta cuadrada muy bien conservada,
construido todo él de adobe o ladrillo refractario (suau,
López, 2003). aunque a menudo se le haya otorgado
una cronología ibérica o romana, actualmente se cree
que el horno es de época medieval, contemporáneo
de la construcción de la ermita (Mauri, 2006).
Los problemas de interpretación de esta estructura
de cocción no quedan limitados únicamente a la
cronología. Tipológicamente, bien podría tratarse
de un horno para la cocción de metales, aunque la
ausencia de cualquier resto de escoria dificulta mucho
su interpretación como tal (suau, López, 2004).
El conjunto se revela francamente heterogéneo,
con hornos de plantas cuadradas y circulares, de
dimensiones varias pero con una tendencia a presentar
tamaños considerables, generalmente excavados en
el suelo geológico y con una atribución cronológica
bastante imprecisa. no se puede obviar, sin embargo,
su relación con los antiguos asentamientos romanos
del litoral catalán, especialmente patente en los casos
de santa Perpètua de Mogoda, Tiana y sant Boi de
Llobregat, al amparo de los antiguos centros anfóricos
del área layetana.
Los alfares de cerámica gris
alto- y plenomedievales
a medida que avanzamos hacia los siglos iX – Xiii, el
nuevo modelo de sociedades medievales y el nacimiento
y consolidación de un sistema económico y social de
tipo feudal se refleja tanto en la producción de cerámica, marcada fundamentalmente por la presencia de
las llamadas cerámicas grises, como por la estructura
de los centros de producción de dichas manufacturas
y su diseminación por el territorio. Junto con los grandes centros productores de cerámica gris de cabrera
d’anoia y casampons, se detectan algunos otros centros menores, con áreas de impacto probablemente más
reducidas y que, en algunos casos pudieron llegar a quedar absorbidos por los centros de mayor envergadura.
El principal volumen de producción se desplaza hacia
el interior del territorio, en las áreas del Berguedà y de
l’anoia, cuyos alfares poseen una capacidad productiva suficiente como para abastecer a buena parte de
la cataluña central (fig. 5). La reciente caracterización
arqueométrica de las producciones de cabrera d’anoia
a partir del estudio de los materiales procedentes de los
testares (Travé, 2009) permitirá en un futuro precisar
las redes de distribución de las producciones de este
taller y ayudará significativamente a dibujar este panorama de distribución de producciones.
aunque en los últimos años se han tenido noticias de
algunos hornos recientemente descubiertos, la mayoría
de ellos son bien conocidos a partir del trabajo de M.
riu en este campo (riu, 1990). El horno de tiro vertical y
planta circular, total o parcialmente excavado en la roca
deviene paradigmático de las estructuras de cocción de
114
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
este momento2. En 1958 se excavaron cinco hornos en
el taller de cerámica de casampons, los únicos que se
pudieron documentar del taller, actualmente destruido.
Todos ellos presentaban una planta circular u oval,
excavada en el suelo natural, a la cual se accedía a partir
de una fosa de acceso también excavada, reforzada o
no mediante muretes laterales. La plataforma rocosa
que cubre los hogares es perforada mediante chimeneas
de planta variable –triangular, trapezoidal, rectangular
o circular– cilíndricas o troncocónicas a modo de
parrilla. sobre dicha parrilla, que se sustenta por sí
misma sin ningún tipo de estructura de soporte en el
hogar, se construye en adobe la cámara de cocción o el
horno, propiamente dicho.
sabemos de la existencia de espacios anejos de obrador
que lamentablemente fueron arrasados por las palas
excavadoras sin mayor posibilidad de documentación
que la somera descripción que ofrece M. riu:
Este tipo de ocupación, al amparo de una ladera,
presenta paralelismos claramente identificables con la
ocupación del territorio que se lleva a cabo en el alfar de
cabrera d’anoia. En este caso, el proceso de ocupación
sistemática de las grutas que se forman en el escarpe, al
abrigo del cual se ubican las instalaciones, condiciona
notablemente los procesos de producción (Padilla,
Álvaro, Travé, 2008, 2011a, 2011b; Padilla, Travé, 2010).
La excavación de este centro permitió recuperar las
trazas de hasta cuatro talleres. La impresión general
que nos ofrecen este tipo de instalaciones en ambos
casos es la de un espacio reducido con algunos enseres
básicos –un hogar, alguna estructura de madera o
una pequeña cubeta– para una preparación sencilla
de una pasta grosera, por lo general poco decantada,
posiblemente trabajada con percutores, a juzgar
por los vestigios documentados en cabrera d’anoia
(Padilla, Vila, 1998). Esta forma de explotación del
terreno, no requiere de espacios excesivamente amplios
para la instalación de unos alfares de dimensiones
considerables, a juzgar por el número de estructuras
recuperadas, ya que la ocupación intensiva de la zona
y el progresivo agotamiento de las áreas de trabajo
obligan a los alfareros a realizar un aprovechamiento
exhaustivo del espacio disponible.
Los hornos de cabrera difieren muy poco de los de
casampons en cuanto a su estructura. Todos ellos
presentan cámaras de fuego y parrillas excavadas,
formadas a partir de una plataforma perforada por
una serie de agujeros cilíndricos u ovalados que actúan
a modo de chimeneas. El principal problema de este
tipo de estructuras es la debilidad de las parrillas, que
a consecuencia de las cocciones sucesivas, a menudo
se hunden por el peso de la carga especialmente en
los hornos de mayores dimensiones. En estos casos,
se opta por distintas estrategias de reparación antes
de la amortización definitiva del horno. En cabrera
d’anoia, fue frecuente la reparación de parrillas
construyendo unos arcos de piedra en el interior del
hogar para el sostenimiento de la solera (fig. 6), aunque
ésta no fue la única solución practicada. En algún
caso se construyeron hogares pequeños con parrillas
también reducidas en comparación con grandes
“Se podía ver, al norte del solar, la existencia
de un macizo de conglomerado que se extendía
en vertical de Oeste a Este como formando
un muro natural, en el cual se abrían cuatro
agujeros hechos a la misma altura en sentido
horizontal, que pudieron servir para sujetar las
vigas de la techumbre de una cabaña. En la parte
baja de dicho muro sobresalía una banqueta o
plataforma horizontal, en la cual se habían
abierto a golpes de piqueta una hornilla y un
depósito rectangular con un rebaje menor a uno
de los lados, el contrario de la hornilla. […] Es
posible que a lo largo de la arista rocosa hubiese
adosadas otras cabañas, posiblemente cubiertas
como ésta por un envigado a una sola agua o
vertiente y con tejas gruesas encima.” (riu, 1990:
106-107)
2
dichos hornos de tiro vertical son bien conocidos a partir de las
excavaciones en casampons y cabrera d’anoia. Para una síntesis gráfica de
este tipo de estructuras, que pueden presentar cubiertas permanentes o no,
véase la figura 4 de nuestro trabajo «El alfar medieval de vajilla culinaria de
cabrera d’anoia», publicado en el número 6 de esta misma revista (Padilla,
Álvaro, Travé, 2011a: 98, fig. 4), en donde aparecen representados los modelos
teóricos determinados para cabrera y casampons, entre otros.
115
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
cámaras de cocción. curiosamente, la construcción de
un pilar central para soportar el peso de la parrilla,
frecuentemente utilizado en esta época, no se registra en
ninguno de los hornos excavados en cabrera d’anoia.
Los alfares de cabrera d’anoia y casampons
constituyen centros de producción de envergadura
a los que debemos suponer un impacto territorial
considerable. Junto con estos grandes centros, se detecta
una multiplicidad de centros menores de tipo rural –y
rupestre en muchos casos–, que en algunos casos vienen
definidos por la presencia de hornos aislados pero que
a menudo permiten intuir, cuando no recuperar, la
presencia de instalaciones complementarias propias
de un centro productor. Un buen número de ellos
fueron estudiados durante los setenta y ochenta, en un
momento en que suscitaron especial interés en el ámbito
de la arqueología medieval catalana (riu, 1990). Tal es
el caso, por ejemplo, del Horno de Les Ribes, excavado
en el yacimiento de santa creu d’ollers a cargo de
M. riu a finales de los sesenta (fig. 7). Este horno, de
cronología plenomedieval, claramente anterior al siglo
XV y probablemente del Xii o Xiii, constituye otro
ejemplo de estas estructuras de tiro vertical. En este
caso, la disposición de las estructuras anejas permite
suponer que dicho horno no fue un elemento aislado
sino que habría formado parte de un conjunto de
hornos similares posiblemente excavados a la misma
altura. Podría tratarse pues de un pequeño alfar que en
el siglo XV ya debía llevar bastante tiempo abandonado
(riu 1972).
Un caso muy parecido, el de un horno recuperado en
un contexto arqueológico que permite sospechar de la
existencia de un centro productor, es el que se documentó
en la Vinya d’en Sant, en el término municipal de
castellar del Vallès (fig. 8). La descripción que se ofrece
de los alrededores es significativa por la similitud que
presenta con el tipo genérico de caracterización de los
espacios que pretendemos analizar:
dependencias anejas, que quedaron sin excavar.
Asimismo, el alto número de fragmentos
cerámicos y el área amplia de dispersión de
dichos fragmentos (500 m2) permiten pensar en
la existencia probable de otros hornos alrededor.”
(Coll, Molina, Roig, 1993: 883)
nos hallamos pues ante alfares todos ellos muy
similares, alejados de las ciudades, en espacios rupestres
o semirupestres, que se distinguen fundamentalmente
por sus dimensiones respecto de los restos recuperados.
salvo en los casos de cabrera d’anoia y casampons,
donde la ingente cantidad de estructuras y la presencia
de espacios complementarios claramente identificables
implican el asentamiento de centros productores de
grandes dimensiones, en el resto de casos debemos
hablar de centros más reducidos que debieron abastecer
un entorno indiscutiblemente menor.
En algunos casos, debemos considerar la hipótesis de
que esta jerarquización de talleres y el libre juego de la
oferta y la demanda en relación con las producciones
cerámicas hubiera influido significativamente en la
creación y desaparición de centros de producción.
Especialmente en el área del anoia, la presencia del
alfar de cabrera d’anoia habría podido fagocitar
algunos centros menores que conocemos de forma
muy imprecisa. Este podría haber sido el caso de las
estructuras de producción de cerámica detectadas en el
municipio de Vallbona d’anoia, en la zona denominada
Sobre el salto del Met, a unos 200 m de la necrópolis
de la Creueta. En esta área aparecen una gran cantidad
de cerámicas grises medievales y algunas estructuras
que podrían relacionarse con ellas, con una datación
posible entre 1150 y 1230 (Mauri, 2006). Una situación
similar es la que interpretamos para el horno del Llobetó,
situado –como su nombre indica– a unos 100m del
Llobetó, en el municipio de carme, también en la
comarca del anoia. Este horno, que no ha sido aún
excavado, parece presentar una cronología imprecisa
oscilante entre 1230 y 1492, en todo caso en la época
más tardía de la Edad Media (Mauri, 2006).
En esta revisión del panorama de hornos y alfares
de época medieval, hemos de mencionar algunos
“Ultra la estructura del propio horno, también
se localizan los restos de un pavimento de arcilla
pastada, de gran consistencia; así como unos
muros, a unos 5m probablemente del obrador y
116
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
hallazgos recientes: En castellnou de Bages (Barcelona)
la excavación de los hornos de cal Ticó (Folch, Gibert,
2010) ha dado a conocer un pequeño centro productor de
cerámica gris, de época altomedieval, que ha permitido
detectar tanto la existencia de algunos hornos como de
espacios de taller e incluso zonas susceptibles de haber
sido utilizadas como punto de extracción de arcillas.
También tenemos noticia, en el área ampurdanesa, de
un pequeño alfar recientemente excavado en Peralada,
en el que se ha recuperado un conjunto de estructuras
bajomedievales relacionadas con la producción de
cerámica formado por tres hornos, tres silos y un testar;
todo ello elementos significativos para la detección de
obradores, tal como hemos comentado anteriormente.
Finalmente, debemos prestar atención a los llamados
testares, que constituyen un elemento indisociable
de los centros productores y que en determinados
casos constituyen el único indicio para recuperar las
trazas de algunos centros productores muy reducidos,
en su mayoría arrasados. durante la excavación
del yacimiento romano de iulia Lybica, en Llívia,
se recuperaron en los niveles medievales una serie
de estructuras de muros y pozos amortizados con
cerámica gris, entre cuyos fragmentos hay que destacar
la presencia de numerosas piezas deformes, defectuosas,
que justifican la hipótesis de que estos hallazgos son
contemporáneos de la existencia de un posible horno
cerámico que no ha sido posible recuperar, datable de
los siglos XiV – XV (Padró, 2000).
los centro urbanos. a su vez, las principales producciones también sufren una transformación profunda
que hacia los siglos Xiii y XiV ya será claramente irreversible.
Por un lado, a pesar de la creciente caída de la
demanda de las producciones de cerámica gris, este
tipo de cerámica gozará aún de una cierta continuidad
gracias a su profundo arraigo durante mucho tiempo
y experimentará un resurgir más que destacable a lo
largo de los siglos XVi y XVii con la extensión del
viñedo y el florecimiento del campo catalán. Este
es el caso de centros como los de Verdú, Quart, la
Bisbal d’Empordà o Vilafranca del Penedès, que
mantendrán una tradición productiva de cerámica gris,
incorporando también las producciones decoradas, a
fin de satisfacer una nueva demanda creciente de este
tipo de piezas. de todos modos, la transformación en
los usos y costumbres de producción y explotación de
cerámica gris es evidente: las antiguas funciones de este
tipo de materiales, paradigmáticamente representados
en la Edad Media por la forma emblemática de las
ollas de cuerpo globular o troncocónico, generalmente
destinadas a usos culinarios, y excepcionalmente
complementadas por algunas otras formas destinadas
a la contención y trasiego de líquidos, quedan
radicalmente transformadas y las piezas de cerámica
gris de época moderna. Estas producciones nuevas, de
pastas mucho más finas, quedarán indisociablemente
ligadas a la forma del cántaro, que pasará a ser el
elemento por excelencia de este tipo de producciones.
sin embargo, aún podemos hallar en este momento de
transición algunos elementos residuales de los antiguos
hornos de producción de cerámica gris, como es el caso
del horno recuperado en Sant Fost de Campsentelles.
Esta estructura de época medieval tardía responde
a la tipología habitual de doble cámara superpuesta
anteriormente descrita (riu, 1990), en este caso,
apoyada sobre un pilar central.
Junto con este horno destinado a la producción
de cerámica gris, tenemos que mencionar también
algunos centros tempranos de producciones decoradas
en el área metropolitana de Barcelona, generalmente
conocidos de manera imprecisa, que documentan este
centros bajomedievales de
transición al mundo urbano
a medida que nos alejamos de los siglos centrales de la
Edad Media, con el declive de las estructuras feudales
y la consolidación del mundo urbano, nos encontramos
con un nuevo modelo de transición en lo que concierne
a los usos de producción y consumo de manufacturas
cerámicas. Los centros de producción cerámica, concentrados en las áreas urbanas y costeras en época romana y en los espacios rupestres del interior en época
medieval sufren ahora un nuevo desplazamiento hacia
117
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
proceso de nueva aproximación a las ciudades y que
pueden constituir un preludio de les grandes centros
productores de cerámicas vidriadas que a lo largo de
la Edad Moderna se documentan en los principales
núcleos urbanos. nos referimos a los alfares del Bullidor,
en sant Just desvern, y de Can Trias, en Viladecans.
a pesar de conocer muy bien las producciones del
Bullidor, las trazas de las estructuras de producción
de estas cerámicas son mucho más inciertas. Tal como
sucedía con casampons y como documentan los
autores, las estructuras de este alfar también fueron
arrasadas antes de su documentación:
hasta el XV y un horno de época indeterminada, muy
probablemente medieval (Mauri, 2006).
En épocas relativamente antiguas de esta fase de
transición encontramos producciones cerámicas
decoradas en verde y manganeso en la ciudad
de Barcelona, designada recientemente con la
terminología de pisa arcaica (Beltrán, 2007).
La especialización y complementariedad, pues,
entre centros urbanos y centros rurales se dibuja
claramente ya a partir de los siglos Xii y Xiii, donde
las producciones decoradas de las áreas urbanas –que
gozan de una división del trabajo y especialización
mayores– conviven durante casi dos siglos con
la obra gris del mundo rural. En este marco de
producciones urbanas en época medieval, debemos
destacar el descubrimiento y excavación de un horno
en la c/Hospital de la ciudad de Barcelona. Esta
estructura, destinada a la producción de cerámica
común vidriada de época gótica, responde como es
habitual a una construcción de doble cámara con
fosa de acceso (dehesa, ramos, alsina, 2009).
“En este lugar la riera corta unas potentes
capas de arcillas cuaternarias que reposan sobre
la pizarra de base de las últimas estribaciones
de la Sierra de Collserola. Esta arcilla […] se
explota desde hace muchos años para fabricar
materiales de construcción (ladrillo y teja), como
lo demuestran los hornos, de los cuales hemos
desenterrado uno prácticamente entero y los
restos de otros que aún hemos podido ver antes
de ser engullidos por las máquinas excavadoras.”
(Amigó et al. 1986: 11)
Los grandes centros productores
de época moderna
Un par de hornos más de esta época medieval
tardía son los que conocemos al borde del camino de
can Trias, en Viladecans. En esta zona se excavó un
pequeño solar con cuatro silos, a unos 250 m. de los
cuales encontramos un horno de cronología medieval,
de planta circular y tiro vertical, y, unos 150 m más al
sur se descubre otro horno éste ya de época moderna
(Mayoral, Miret, 1983). Poco más podemos precisar
de estos momentos de transición, a excepción de
algunas noticias respecto de un horno también de
época medieval tardía en sant Boi de Llobregat, en las
inmediaciones de la Torre de Benviure. En relación con
las estructuras de esta torre circular, encontramos los
restos de un edificio rectangular que podía pertenecer
a la iglesia de Sant Miquel (siglo Xi) y vestigios de tres
estructuras de hábitat, probablemente mansos, anejos
a la torre. En este conjunto se recuperaron también
hasta 20 silos con cerámica datada desde los siglos Xiii
con el advenimiento de los últimos años de la época medieval y durante todos los siglos posteriores se
consolida un nuevo modelo producción de cerámica
en las ciudades, marcado por la presencia de alfares
de obra vidriada y producciones de reflejo metálico.
La aproximación a los restos arqueológicos de estos
centros productores complementa significativamente
–y a su vez es complementada– por una nutrida presencia de documentación escrita que nos habla acerca
del asentamiento de ceramistas en distintos locales de
las principales ciudades, en donde llevarán a cabo tanto la producción como el comercio de cerámicas. Los
grandes centros urbanos de Barcelona, Vilafranca del
Penedès, reus, sabadell o Lleida, entre otros, constituyen elementos clave para la comprensión de este tipo de
modelo productivo, en cierta manera podríamos decir
que ya incipientemente industrializado.
118
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
En estos casos, la envergadura de los centros tiene su
repercusión también en la aproximación arqueológica,
puesto que junto con las estructuras de cocción en
ocasiones es posible también recuperar con claridad, por
un lado, elementos relacionados con las áreas de taller
y, por el otro, evidencias claras de una transformación
creciente en los procesos productivos que evolucionan
hacia una mayor tecnificación de los procedimientos.
En este panorama productivo, las ciudades de reus y
Barcelona parecen ser las que presentan un volumen
mayor de producción y tráfico de mercancías de
cerámica decorada en época moderna (García iñáñez,
2007). a modo de ejemplo, podemos focalizar la
atención en el centro urbano de reus, en donde entre
los años 2000 y 2001 fue excavado un centro productor
de dimensiones ingentes, donde se recuperaron hasta
catorce hornos de tipología diversa.
La ciudad de reus deviene un caso paradigmático para
el conocimiento tanto arqueológico como documental
de este tipo modelo productivo. La investigación
documental (Vilaseca 1964) da a conocer la existencia
de hasta 278 ceramistas en dicha ciudad a lo largo de
los siglos XVi y XVii, en concreto desde 1550 hasta
1650. El estudio de la documentación permite conocer
tanto los centros y alfareros documentados, como el
consumo de materia prima, las técnicas empleadas
y los circuitos de distribución de las producciones
resultantes. desde el punto de vista arqueológico,
un volumen tal de alfares tiene su reflejo claro en
las intervenciones en el subsuelo, hasta el punto de
que la detección sucesiva de estructuras relacionadas
con dicha actividad se mantiene activa des de 1915,
momento en que se detectó de forma fortuita uno de
los primeros hornos descubiertos en la ciudad, el Forn
dels quatre cantons, o de las cuatro esquinas. dicha
estructura considerada para la cocción mayormente
de pan, apareció relacionada con algunos testares en
los que se descubrieron algunos útiles destinados a
la cocción de cerámica como los trípodes empleados
para la separación de las piezas durante su colocación
en el horno, por lo que al menos esporádicamente
también habría podido ser empleada para la cocción
de cerámica.
El descubrimiento de testares de gran envergadura
con numerosos fragmentos de producción vidriada en
los años 1933 y 1940 supone una evidencia más de la
actividad constante de los ceramistas de la ciudad. En
efecto, los pozos negros hallados en 1933 cerca de la
plaza del Mercadal y los abundantes lotes de cerámica
desechada cercanos al portal de santa ana, descubiertos
en 1940 y sumados a todos los hallazgos esporádicos
realizados a lo largo de la guerra civil y hasta mediados
de siglo XX, constituyen una evidencia material de
primer orden acerca de la actividades descritas por
las fuentes documentales. debemos también tener
en cuenta la existencia de un corredor dels escudellers
a lo largo del actual callejón del Hospital, en donde
los hallazgos de testares cerámicos fueron también
significativos (García iñáñez, 2007).
sin embargo, la documentación arqueológica y la
secuencia estratigráfica de estos hallazgos realizados
a lo largo del siglo XX es claramente deficitaria en
comparación con el vasto taller descubierto y excavado
en el raval del Pallol. En este alfar moderno fueron
documentadas hasta catorce estructuras de cocción
todas ellas de tiro vertical, aunque de morfologías
dispares. El tipo mayoritario lo constituyen los hornos
de planta circular excavada directamente sobre el suelo
natural, con una banqueta adosada a las paredes de
la cámara de fuego (ramón, carbonell, Bravo, 2003).
Junto con estos hornos, bien conocidos, de planta
circular fueron hallados cinco hornos más de plantas
trapezoidales. Finalmente habría que mencionar en este
conjunto dos últimos hornos, uno de planta cuadrada
y el otro rectangular, con el hogar excavado sobre el
suelo natural y cámaras de cocción muy erosionadas, en
todo caso, construidas en ladrillo (ramón, carbonell,
Bravo, 2003).
Este constituye, pues un caso paradigmático
de las estructuras de un alfar moderno de ámbito
urbano, entre los que debemos considerar también
las producciones de Barcelona, Lleida, Vilafranca o
Manresa. En ocasiones, las evidencias arqueológicas de
dichos centros están constituidas por trazas algo más
tenues, en las que hay que prestar atención nuevamente
a la presencia de testares. En este caso destaca, por
119
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
ejemplo, el hallazgo de un testar de dimensiones
considerables asociado a algunas estructuras de
producción en la plaza Jaume i de Vilafranca, en
donde no fue posible recuperar ninguna estructura de
cocción, pese a las evidencias claras de hallarse en un
espacio productivo. ciertamente, entre la gran cantidad
de material cerámico fue posible detectar numerosas
piezas de cocción defectuosa y herramientas desechadas
por los alfareros como los trípodes anteriormente
mencionados. Este testar de dimensiones considerables
apareció también en relación con algunas estructuras
presumiblemente destinadas a la preparación de las
pastas como las cubetas de decantación (Garcia i Targa,
1990).
a medida que avanzamos en los siglos XVi y XVii,
percibimos una creciente tecnificación de los alfares, que
sin embargo no rompe con la tradición anterior en lo
que a hornos y espacios de producción se refiere. En este
sentido, es significativo el alfar recuperado en el Raval
de Dins, en los solares de Vía Massagué 5-8, en sabadell
(roig, roig, 2004). La excavación arqueológica de este
yacimiento singular permitió recuperar el obrador de
cerámica de la familia Escayola, con dos hornos de tiro
vertical y las estructuras y dependencias del obrador en
el solar 6-8. Las estructuras de este obrador, datado entre
los siglos XVi y XViii, presentan las características de
construcciones claramente modernas (roig, 2001b). Un
primer horno, presenta un hogar de planta circular con
muros perimetrales que revisten la cavidad excavada en
el subsuelo mediante cantos y pequeños fragmentos de
ladrillo ligados con un mortero de cal. dicha cámara
queda dividida en dos espacios por un pilar central
realizado con ladrillos. El horno presenta una parrilla
construida también en ladrillo.
En este centro productor, fue hallado también
un segundo horno en el que se detectan dos fases o
momentos de utilización claramente diferenciados. Esta
estructura, muy probablemente en uso durante el siglo
XVii para la producción de loza azul catalana (roig,
2001a), no conserva ni la parrilla ni la cámara de cocción,
pero en los restos del hogar se perciben claramente los
vestigios de este proceso de reparación. La primera fase
de utilización de este segundo horno se corresponde
con una estructura de planta circular asentada sobre un
recorte en el suelo natural. Esta estructura inicial fue
parcialmente desmontada para transformar el hogar en
una cámara de planta rectangular con un eje norte-sur
realizado también con losetas que se adosan sobre la
base anterior y las paredes precedentes desmontándolas
parcialmente. Junto con estas estructuras de época
moderna, se hallaron también dos elementos
singulares que evidencian el proceso de tecnificación
anteriormente descrito. En el área del obrador fueron
hallados los restos de dos molinos de tracción animal
probablemente utilizados para la preparación de la
pasta o la molienda de desgrasantes. dichas estructuras
complementan a las del solar 5-7, en donde también se
hallaron instalaciones de obrador, además de otros dos
hornos algo más complejos de tiro vertical, con diversas
cámaras superpuestas, descubiertos en 1997 (fig. 9).
dichos espacios, conservados en buen estado fueron
rehabilitados para acoger una exposición monográfica
sobre el alfar.
Hemos visto, pues, un proceso de evolución de
modelos de producción de cerámica a lo largo de
los siglos medievales y modernos, en el cual tanto
las manufacturas cerámicas como los espacios de
producción se adaptan a la demanda y las necesidades
de sistemas sociales cambiantes sin soluciones de
continuidad marcadas. Las evidencias arqueológicas
de los principales alfares documentados, cuyo estudio
se remonta a los años sesenta del pasado siglo y ha sido
prácticamente continuado hasta hoy en buena parte
gracias a las intervenciones de urgencia y hallazgos
fortuitos, aportan datos muy significativos acerca de
la distribución y características de estos centros de
producción.
concLUsionEs
El panorama de hornos y centros productores de cerámica durante la Edad Media supone un caso de estudio
ciertamente complejo a causa de la disparidad de datos
analizables. sin embargo, nos parece oportuno insistir
en la necesidad de hacer aproximaciones en clave dia-
120
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
crónica, tomando en consideración un radio de acción
amplio, que permita observar los principales patrones
de asentamiento y explotación del territorio y de los
recursos disponibles para el análisis de los modelos de
producción y distribución de manufacturas cerámicas a
lo largo de la Edad Media. Es necesario, pues, hacer un
esfuerzo de abstracción para comprender la relación de
este tipo de actividad económica con la sociedad que la
pone en práctica y se beneficia de ella. La propuesta que
planteamos, no deja de ser un modelo teórico, dibujado
a partir de la observación, clasificación y análisis de los
datos arqueológicos de que disponemos hasta ahora,
en el que se debería de profundizar a lo largo de los
próximos años a partir del estudio de producciones, especialmente para los siglos más tempranos del periodo
en cuestión. En este sentido, realizar aproximaciones de
tipo arqueométrico a las producciones de cerámica, tal
como se viene haciendo desde ya hace bastantes años
en los contextos de época romana y más recientemente
en las cerámicas bajomedievales y modernas, debería
de constituir un elemento base para la comprensión
de este tipo de alfares en los siglos centrales de la Edad
Media, donde la producción y distribución mayoritaria
de manufacturas de cerámica gris deviene un elemento
clave y permanece aún desconocida en buena medida.
dichas aproximaciones permitirán aportar algo
más de luz en un panorama que se revela confuso.
Los indicios que nos aporta esta visión de conjunto
nos dejan entrever una continuidad histórica entre
el mundo romano y el medieval y, a su vez, entre el
medieval y moderno, mucho mayor de lo que se pueda
suponer a priori. nada parece indicar que haya rupturas
significativas respecto a las estructuras y modelos de
explotación en lo referente a los centros productores de
cerámica. sí que se observa, sin embargo, un proceso
de evolución lento pero sostenido en los modelos de
ocupación y explotación del territorio para la realización
de este tipo de actividades productivas que tiene mucho
que ver con la propia evolución de la sociedad que
produce y consume dichas cerámicas.
de este modo, la producción de cerámicas, que
aparece diseminada a lo largo y ancho de territorio,
cuenta con algunos centros de grandes dimensiones y
de una producción abundante y regular durante varios
siglos que necesariamente debe abastecer algunos
circuitos regionales, superando la definición de lo que
podemos considerar estrictamente local. El alcance de
dichos centros, su relación con otros centros menores
coetáneos o el mapa de distribución de las producciones
que allí se fabrican permanece todavía ignoto. su
declive y posterior desaparición a favor de centros de
nueva creación asentados mayormente en las ciudades,
con una mentalidad que podríamos denominar ya
industrial, son una realidad a partir de los siglos XiV
y XV cuando la creciente tecnificación de los métodos
de producción confiere a los modelos de producción de
cerámica unas características de cambio ya irreversibles.
Ha sido nuestra intención a lo largo de este trabajo
llamar la atención, por un lado, en la necesidad
de ahondar en los estudios de base, sistemáticos,
y entendidos desde un punto de vista amplio y
pluridisciplinar para la comprensión de estos modelos
productivos, más allá de la mera aproximación
arqueológica puntual; y, por el otro, en la necesidad
de retomar algunas cuestiones respecto del estudio de
las producciones cerámicas en la cataluña medieval,
como herramienta de trabajo para interpretar los
procesos de asentamiento, producción y distribución
de manufacturas cerámicas como reflejo de los modelos
de comportamiento social. Es por ello que presentamos
como punto de partida una síntesis de los datos
disponibles ordenados en función de su cronología y
localización, a fin de contribuir al enriquecimiento de
la visión de conjunto acerca del panorama de centros
productores y de los rasgos principales de esta actividad
productiva en la cataluña medieval.
121
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
Fig. 1: Principales áreas de producción alfarera en época tardoantigua y medieval. al observar la superposición
de los alfares y hornos documentados en época medieval respecto de los de época antigua, se produce un cierto
desplazamiento hacia el interior de territorio que contrasta con la gran concentración de centros de época
romana en la zona de la costa; hecho especialmente constatable en la producción anfórica del área layetana.
122
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
Fig. 2: secciones longitudinal y transversal obrador 3 de cabrera d’anoia, en donde pueden verse
los niveles de construcción, uso y amortización de la cueva (arriba; dibujos de J.I. Padilla y E. Travé);
y fotografía tomada desde el lateral norte de la balma que acoge el obrador (cliché J.I. Padilla).
123
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
Fig. 3: distribución de los principales centros productores de cerámica de época Medieval documentados
en cataluña. a pesar de que nuestro trabajo se centra en los centros cristianos, conviene destacar la
existencia de los centros de producción islámica documentados en Balaguer (número 3 en el mapa).
124
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
Fig. 4: Forn de les Timbes, croquis de c. Mestre artigues y representación
de la planta circular (cf. Miret, Miret, 1984: 158-159, figs 4-5).
125
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
Fig. 5: Posibles áreas de influencia de los alfares alto- y plenomedievales. Las investigaciones
en curso permitirán profundizar en la distribución de la producción de dichos centros, así
como precisar los radios de impacto de los alfares conocidos, especialmente los de cabrera
d’anoia y casampons, que, a priori, cabría suponer de entre unos 15 y 45km.
126
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
Fig. 6: Planta y fotografía de los hornos a y r de cabrera d’anoia, ambos reparados con
arcos para sostener la parrilla (dibujos de J.I. Padilla y E. Travé; clichés J.I. Padilla).
127
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
Fig. 7: Planta y sección longitudinal del horno de les Ribes, en santa
creu d’ollers (cf. riu 1972: 259 y 261, figs. 1-2).
128
alfares, hornos y producción de cerámica en la cataluña Medieval y Moderna
Fig. 8: Horno de la Vinya d’en sant (castellar del Vallès) (cf. coll, Molina, roig, 1993: 837. Lámina 2).
129
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 105-132]
Fig. 9: Hornos del alfar y obrador de la familia Escayola, recuperados en el solar Vía Massagué 5-7
de sabadell, Barcelona: (a) sección del Horno de Poniente, (b) sección del Horno de Levante, (c)
Planta y sección general de los hornos y obradores (cf. roig, roig, 2004: 857-858, láminas 2-3).
130
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131
Uniformitas vs diversitas
en los monasterios femeninos de la
orden de Predicadores
en castilla (siglos Xiii-XV)
Mercedes Pérez Vidal
UnEd
[email protected]
Recibido: 10-06-2013
Evaluado y aceptado: 30-06-2013
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 133-152]
d
Resumen: Una revisión y replanteamiento de los procesos
de fundación y adscripción a la orden de Predicadores, la
adopción de un cierto corpus legislativo, las relaciones de
patronazgo, así como de los aspectos jurisdiccionales, ponen
de manifiesto un panorama de las dominicas castellanas
bastante más complejo y heterogéneo de la visión ofrecida
por la historiografía tradicional, todavía basada en la visión
idealizada ofrecida por las crónicas y documentos oficiales.
La magna tarea reformadora auspiciada por Humberto de
romans (1254-1263) no alcanzó la pretendida uniformitas
ni en estos ni en otros aspectos, situación que se intentó
ocultar por medio de un corpus de escritos propagandísticos.
El presente artículo explora la diversitas existente en el
caso concreto de los monasterios femeninos en castilla, así
como la autonomía de estas religiosas respecto a la orden,
tanto antes como después del generalato de romans, en
las cuestiones arriba mencionadas, y la pervivencia de esta
situación hasta finales del XV o incluso hasta el concilio de
Trento.
Abstract: a review and reconsideration of the foundation
processes, the joining at the order, the adoption of a certain
legal corpus, the jurisdictional issues, and the patronage
relationships, show a much more complex view of the
dominican nuns from the 13th to the 15th century than what
has been generally assumed by the traditional historiography,
and even nowadays. This oversimplified scene of nuns
is a consequence of a non critical reading of the official
documents of the order, as well as a generalised lack of a
gender perspective.
The master general Humbert of romans was not successul
in bringing order, and ending the previous confusion in
affiliations of women to the order of Preachers, and far
from being settled in 1267, the cura monialium controversy
carried on and the legal status of nunneries remained
variable at least until the council of Trent. The yearning
uniformitas remained an utopia, and regional and local
peculiarities on issues such as legislation, jurisdiction,
observance of enclosure, liturgy and architecture lingered
on for a long time. although romans himself was aware of
this, he also tried to conceal it by comissioning, supporting
or even writing himself some texts which settled the oficial
historiographical tradition of the order. Together with the
works of romans himself, Thomas of cantimpré and Gerard
of Frachet, we can also include in this corpus some texts
related to particular monasteries, like the Vita of diana di
andaló and the inquiry of raymond of Peñafort about san
Esteban de Gormaz.
Both before and after the general chapter of 1255 new
communities of females joined at the order in different
ways. in contrast to the cistercians nuns, nuns affiliated to
the order of Preachers did not have proper dominican uses
and customs until 1259, and even after that, influences from
other orders persisted. The papacy, kingship, and from the
14th onwards, the aristocracy, founded and took under their
protection many nunneries, pursuing their independence
from episcopal jurisdiction. However, some nunneries stayed
under the power of bishops, even until the 16th century,
sometimes coerced by them, but in other cases voluntarily,
seeking more autonomy. in other cases, they rejected both
the dominican and episcopal jurisdiction. although noble
patronage was not important during the 13th century,
it increased significantly tis importance throughout
the next century, and even in the 15th century. some
nunneries were under the protection and government
of an outstanding female figure, sometimes a founder,
which could be linked with the «señoras» of the cistercian
nunneries, and with the spanish tradition of the «infantado».
Thus, in some cases, and especially during the 15th century,
nuns got to act with great independence and autonomy in the
management and administration of their nunnery, getting
rid of the friars’ supervision, and they enjoyed great freedom
of movement which frequently transgressed the norm
established by the order and the papacy. However, these
nunneries coexisted with others which pursued a stricter
observance of the enclosure and a closer relationship with
the order.
Palabras clave: Cura monialium. Monjas dominicas.
Humberto de romans. Patronazgo. constituciones.
Keywords: Cura monialium. dominican nuns. Humbert of
romans. Patronage. constitutions.
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
L
a situación jurisdiccional de las monjas dominicas fue, al menos hasta mediados del Xiii,
ciertamente heterogénea, siendo su modo de
filiación con frecuencia bastante más oficioso que
oficial. sin embargo, tales cuestiones no han suscitado el mismo debate historiográfico que en el caso
de otras órdenes, como el císter, situación que se
agrava en el ámbito hispano.1 En este, la visión que
aún hoy se tiene de los procesos fundacionales- así
como también de la reforma de finales del XV y de
otros muchos aspectos de la vida monástica-resulta excesivamente simplificada e idealizada, definiendo un
papel uniforme y claramente pasivo para las monjas.
Tal situación se debe a que el discurso historiográfico
se hace eco aún, sin someterlas a crítica, no solo de
las crónicas de la Edad Moderna, sino también de
documentación medieval, realizada a instancias de
la autoridad central de la orden, en la que con fre-
cuencia se reelaboró la historia con una clara función
propagandística y legitimadora.2
así pues, mientras que en el caso de otras órdenes se ha
insistido en el curso de los últimos años en la autonomía
alcanzada por las religiosas frente a jerarquía masculina,
demostrando cómo la actitud de estas varió de un monasterio a otro, buscando siempre las circunstancias más
provechosas, en el caso de las dominicas se niega aún que
estas hubiesen gozado de una independencia similar.3
Puesto que sus superioras nunca tuvieron el rango de
abadesas, como las cistercienses, ni participaron en los
capítulos generales, se ha considerado su papel fuera de
2
El objetivo del presente artículo es el análisis de los aspectos legislativos,
jurisdiccionales y de patronato y protección en los monasterios de dominicas
en castilla. La variedad devocional, litúrgica y arquitectónica será objeto
de futuras publicaciones y ha sido tratada en detalle en mi tesis doctoral
inédita. M. Pérez Vidal: Arte y arquitectura de los monasterios de la Orden de
Predicadores en la “Provincia de España”. Desde los orígenes a la reforma (12181506), Tesis doctoral inédita, Universidad de oviedo, 2013.
3
En el análisis de la cura monialium y la clausura de las dominicas
castellanas desde una perspectiva de género, se sigue defendiendo la existencia
de roles y relaciones de poder definidos de forma inquebrantable en función
del sexo. La clausura habría sido un instrumento de control, usado por los
religiosos varones, al que las religiosas habrían quedado totalmente sometidas,
siendo confinadas en el interior del claustro, sin que pudiesen actuar con
independencia del control de frailes y capellanes «at the same time, masculine
and femenine roles in the dominican order were established (management
and control of nuns for men, prayer and manual work in cloisters for
women). so it is not possible to understand the enclosure of nuns and the
cura monialium without taking gender into consideration». r. ríos de la
Llave: «Gender, the Enclosure of nuns and the Cura Monialium in castile
during the 13th century. the dominican order as a case study », Paths to
Gender. European Historical Perspectives on Women and Men, Pisa, 2009,
pp. 179-193 (p. 189). no obstante, esta misma autora reconoce previamente que
la decretal Periculoso de 1298 no surtió efecto hasta el siglo XVi. Íbidem, p.181.
1
En el caso de la orden cisterciense, desde los años noventa se ha llamado
la atención sobre la necesidad de realizar no solo estudios generales basados
en la documentación oficial de la orden- los statuta emanados del capítulo
General- sino de analizar también los casos particulares, estudiando
en qué medida se aceptó y aplicó la legislación oficial. En el caso de las
monjas cistercienses, solo recientemente, en el curso de la revisión de la
hipótesis tradicional elaborada por los historiadores del derecho canónico y
reinterpretada en clave feminista en la década de los setenta, se ha llamado
la atención sobre la necesidad de estudiar los casos particulares y evitar las
generalizaciones y simplificaciones. G. Baury: «émules puis sujettes de l’
ordre cistercien. Les cisterciennes de castille et d’ ailleurs face au chapitre
général aux Xiie et Xiiie siècles», Cîteaux. Commentarii cistercienses, 52, 2001,
fasc.1-2, pp. 27-60; Ídem: Les religieuses de Castille. Patronage aristocratique et
ordre cistercien XIIe-XIIIe siècles, rennes, 2012., pp. 117-187.
135
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
la clausura prácticamente inexistente. sin embargo, el
estudio de determinados casos particulares revela que la
influencia de estas mujeres trascendió en muchos casos
los muros del monasterio y que lejos de ser sumisas, tuvieron voluntad propia que se manifestó claramente en
diversas cuestiones.
si creemos a fray antonio de la Peña, quien se ocupó
de la atención de las monjas caleroganas en el siglo XVi,
ya en los albores de la primitiva comunidad, establecida
por entonces en san Esteban de Gormaz, dos prioras
de la misma- Grama de santo stephano y Marina Majoritensis- habrían acudido respectivamente a roma,
en 1233, y al capítulo General de la orden en París,
en 1241. Los resultados de tales viajes habrían sido la
exención de la jurisdicción episcopal, la concesión de la
regla de san sixto y el hábito de la orden, en el primer
caso, y la visita y corrección, es decir la cura monialium,
a cargo del provincial y de los frailes burgaleses, supuestamente ordenada por el maestro Juan el Teutónico, en
el segundo.4 de ser ciertos tales testimonios podrían de
manifiesto la autonomía de movimientos de estas religiosas y su intervención incluso en el capítulo General,
pero no concuerdan con la tradición que, desde inicios
de la década de los sesenta del siglo Xiii, suponía que
tal comunidad había sido recibida en la orden de Predicadores por el propio santo domingo.5 Tal planteamiento carece, sin embargo, de bases documentales y
debe situarse, a mi juicio, en el contexto de la campaña
legitimadora y propagandística auspiciada por Humberto de romans, de forma paralela a su magna labor
reformadora, como se verá a continuación.
algo similar había ocurrido pocos años antes en el
caso del monasterio boloñés de santa inés. La Vita
Beatae Dianae, redactada entre julio de 1256 y marzo de
1257, atribuía su fundación al propio santo domingo,
pese a que esta no se llevó a cabo hasta 1223, dos años
después de su muerte.6 asimismo, también la creación
de santa María de Prouilhe- considerada la primera
fundación dominica, a pesar de que tal evento antecedió a la propia creación y aprobación de la orden-,
fue atribuida al propio santo domingo por Humberto
de romans, quien otorgó poco después la primera normativa a esta comunidad, ratificada de forma oficial por
el capítulo de Valenciennes de 1259.7 sin embargo, los
relatos anteriores de Jordán de sajonia, Pedro Ferrand
y constantino de orvieto, atribuían su fundación a
diego de acebes, mientras que santo domingo únicamente habría quedado al frente tras la marcha del
prelado a España, poco después del establecimiento de
La Vita Beatae Dianae se conserva en dos copias manuscritas del siglo
XV en la biblioteca del convento de santo domingo de Bolonia y en la
Biblioteca comunal del archiginnasio de Bolonia. La edición crítica del
texto se encuentra en a. roncelli: Il monastero di Sant’Agnese in Bologna e
l’ordine dei frati predicatori nel secolo XIII secondo la Vita Beatae Dianae, Tesi
di laurea presso l`Università cattolica del sacro cuore di Milano, 2004-2005,
pp. 162-173.cfr. G. cariboni: «domenico e la vita religiosa femminile. Tra
realtà e finzione istituzionale», Domenico di Caleruega e la nascita Dell`Ordine
dei Frati Predicatori, atti del XLi convegno storico internazionale, Todi ,
10-12 ottobre 2004, spoleto, 2005, pp. 327-360; G. Barone: «alle origini del
secondo ordine domenicano: esperienze religiose femmnili nei secoli XiiXiii», Il Velo, la Penna e la Parola, Gabriella zarri e Gianni Festa (eds),
Florencia, 2009, pp. 21-30 (p. 29).
7
«in vita beati dominici. in rubrica ubi dicitur. qualiter episcopus
oxomensis instituit monasterium de Pruliano. deleatur. episcopus
oxomensis. et dicatur. beatus dominicus. etc. similiter ibidem. in textu
ubi dicitur. dei servus didacus. deleatur hoc totum. et dicatur. beatus
dominicus», acta capituli generalis Valencenis celebrati anno domini
MccLiX, en Constitutiones et acta Capitulorum Generalium Ordinis Fratrum
Praedicatorum : 1232 -2001, Berlín, 2002, p. 373 (cf. MoPH 3, p. 98); H.
de romans:. Legenda Sancti Dominici, 19, angelo Walz (ed), MoPH, XVi,
roma, 1935, p. 382. Por su parte, Bernardo Gui, a partir de un documento,
cuya falsedad demostró posteriormente Kouldelka, consideró que santo
domingo habría sido también el primer prior de Prouilhe. Todos estos
supuestos se insertan dentro de una política de revalorización de Prouilhe
como cuna de la orden, que se vio apoyada por la concesión de indulgencias a
quienes visitasen la iglesia en cualquiera de las festividades marianas, el día de
santo domingo y el de san Pedro Mártir, así como sus respectivas octavas. c.
Peytavie: «construcction de deux lieux de la mémorie dominicaine: Prouilhe
et Fanjeaux ( Xiiie-XVe siècle)», Cahiers de Fanjeaux, 36, 2004, pp.418-446
(p.434). sin embargo, las supuestas primeras constituciones de Prouilhe no
se han conservado, ni tampoco noticia documental de las mismas, por lo
que se ha dudado seriamente de su existencia. M. Pontenay de Fontette :Les
religieuses a l`age classique du droit canon. Recherches sur les structurs juridiques
des branches féminines des ordres, Paris, 1967, p. 94.
6
M. de los Hoyos: Registro Documental de la Provincia de España,
Valladolid, 1961-1963, Tomo iii, pp. 145-146 y 174-175. según este autor la
carta original de fray antonio de la Peña se conservaba en aHn, clero, leg
952, pero actualmente este fondo corresponde al monasterio de Bujedo, y
ríos de la Llave no la encontró entre los fondos de san Pablo de Burgos. r.
ríos de la Llave: Mujeres de Clausura en la Castilla Medieval: El monasterio
de Santo Domingo de Caleruega, Madrid, 2007, p. 84.
5
Este fue el resultado de la investigación sobre la comunidad de san
Esteban de Gormaz encomendada por Humberto de romans en 1261
a fray raimundo de Peñafort, quien a su vez delegó en fray rodrigo de
atienza, fraile de san Pablo de Burgos. cfr. E. Martínez Vázquez: Colección
diplomática de Santo Domingo de Caleruega, Vergara, 1931, docs nº ccXXiii
y ccXXVii, pp.291-302; T. Portillo capilla: Dominicas de San Esteban de
Gormaz, fundación de Santo Domingo de Guzmán (1218/19-1270), salamanca,
2003, pp. 71-90 y apéndice documental, docs. 8-12.
4
136
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
la comunidad en marzo de 1207.8 Brett retomó esta
versión, señalando que diego de acebes habría encomendado la cura monialium, espiritual y material, a
santo domingo, y que, solo tras la muerte del obispo,
este habría asumido toda la responsabilidad sobre la
fundación.9 sea como fuere, la intención del obispo
oxoniense y del propio santo domingo no fue crear
una nueva forma de vida monástica, sino, simplemente,
proporcionar una vida religiosa ortodoxa a un grupo
de mujeres que hasta entonces habían profesado en la
herejía albigense, sirviendo al mismo tiempo de base
para un grupo de predicadores activos en la zona. a
mi juicio, en un momento en que se estaba dirimiendo
no solo la cuestión de la cura monialium, sino, más
importante aún, la propia coherencia de la identidad de
la orden de Predicadores, la elaboración a posteriori de
estas leyendas, vinculando la fundación de los primeros
monasterios a santo domingo no debió ser inocente.
Bajo el generalato de Humberto de romans se acometió una importante labor de reforma, centralización
y unificación que pretendía acabar con la diversidad
existente a nivel legislativo, jurisdiccional, litúrgico y
también arquitectónico. a nivel legislativo esto se concretó en la redacción de unas nuevas constituciones
para los frailes, aprobadas en 1256, y para las religiosas
en 1259. En lo que respecta a la liturgia, en la revisión,
corrección y unificación de todos los libros litúrgicos
que dio como resultado el Ecclesiasticum officium, o
corpus de catorce libros aprobado también en el capítulo General de París 1256.10 asimismo, fue en este
momento cuando, a instancia de romans, se intentó
que el capítulo General legislase respecto a las comunidades femeninas adscritas o vinculadas de una u otra
forma a la orden de Predicadores, buscando una uniformitas en su estatus legislativo y jurisdiccional.11 sin
embargo, como se verá a continuación, tal pretensión
distó mucho de lograrse, pero tal fracaso fue convenientemente silenciado en los escritos del propio Humbert
de romans, de Thomas de cantimpré y de Gerard de
Frachet, que dieron origen a la que podríamos llamar
la tradición histórica oficial de la orden.12
aFiLiación dE La ordEn dE PrEdicadorEs, COnSUETUDInES Y CURA MOnIALIUM.
dE Los PriMEros inTEnTos dE rEGULación a La TarEa rEForMadora Y ProPaGandÍsTica dE HUMBErTo dE roMans.
En un principio, la afiliación de las comunidades femeninas a la orden se llevó a cabo de forma heterogénea,
sin un patrón claro, sin contar en muchos casos con
la aprobación previa o a posteriori de las autoridades y
organismos centrales de la orden. Tales circunstancias
no fueron muy diversas de las vividas por las fundaciones femeninas de otras órdenes, como evidencia el
caso, mucho mejor conocido, del císter.13 En el caso
de las fundaciones femeninas de esta orden en castilla, usos y costumbres netamente cistercienses fueron
adoptados por las religiosas, que también recibieron
y compartieron determinados privilegios que habían
sido concedidos a la orden de forma general. de esta
forma, fueron reconocidas como cistercienses por poderes laicos y eclesiásticos, aunque no fueron admitidas
como tales y, salvo excepciones, su situación no fue
regulada oficialmente por el capítulo General de la
orden hasta la década de 1210.14 Por el contrario,
constituye una revisión de un capítulo de sus tesis doctoral The Life and
Works of Humbert of Romans; Fifth Master General of the Dominican Order (
1254-1263), new Brunswick, n.J, 1979.
12
T. de cantimpré: Bonum universale de apibus quid illustrandis saeculi
decimi tertii moribus conferat, E. Berger (ed.), París, 1895; Gerard de Frachet:
Vitae Fratrum ordinis Praedicatorum, ed. castellana en L. Galmes y V.T.
Gómez (eds.): Santo Domingo de Guzmán. Fuentes para su conocimiento,
Madrid, Bac, 1967, pp. 410-411; H. de romans: Opera de vita regulari, J-J.
Berthier(ed), roma, 1888-1889, Vol ii, p.131.
13
G. Baury : Les religieuses de Castille…, o.cit.,pp. 120-122.
14
Únicamente las Huelgas, y previamente san clemente de Toledo
habían sido puestos por los reyes de castilla bajo la autoridad del abad de
cîteaux. El statutum de 1213 fue el primer documento que puso de manifiesto
de forma clara la posición del capítulo general del císter sobre el estatus
ambas tradiciones fueron conciliadas por Vicaire, considerando a ambos
merecedores del título de fundadores del monasterio M. H. Vicaire: «L` action
de st. dominique sur la vie régulière des femmes en Languedoc», La femme
dans la vie religieuse du Languedoc( XIII-XIV siècle), Cahiers de Fanjeaux, 23,
1988, pp. 217-240 (p. 220).
9
E.T. Brett: «Humbert of romans and the dominican second order»,
Memorie Domenicane, 12. Pistoia, 1981, pp. 1-25 (p. 2)
10
L. E. Boyle y P-M Gy (eds): Aux Origines de la Liturgie Dominicaine:
Le Manuscrit Santa Sabina XIV L1, París y roma, 2004.
11
E.T. Brett: «Humbert of romans ….», o. cit, pp. 1-25. Este artículo
8
137
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
las comunidades femeninas vinculadas a la orden de
Predicadores vivieron una situación bien diversa, dado
que las primeras Consuetudines adoptadas por estas no
fueron netamente dominicas. En efecto, las dadas por
santo domingo para Prouilhe debieron tener como
modelo los usos de los monasterios cistercienses languedocianos.15 aunque durante un tiempo se pensó que
esta normativa habría sido trasladada y copiada en la
regla de san sixto de roma, como señaló creytens, esta
última tuvo diversas fuentes. a la influencia de las Consuetudines de Prouilhe, se sumaron la de los estatutos
del antiguo monasterio de Santa María in Tempuloque incluían referencias expresas a la regla benedictina
y a los usos cistercienses- así como otros tomados de
los Gilbertinos de sempringham.16 Las de san sixto
tampoco fueron, por lo tanto, unas constituciones netamente dominicas, y su adopción tampoco implicó la
incorporación de comunidades femeninas a la orden de
Predicadores, aunque acabasen haciéndolo en muchos
casos posteriormente. se trató de una de las tres formas
de vida aceptadas en este momento- tras el concilio de
Letrán de 1215-para las comunidades femeninas, junto
a la forma vitae vel religionis pauperum dominarum del
cardenal Ugolino, futuro Gregorio iX, y los usos y
costumbres cistercienses. Todas ellas fueron utilizadas
con frecuencia para dar un encuadre institucional a
nuevas comunidades de religiosas, liberándolas de la
jurisdicción episcopal, pero sin que esto implicase una
vinculación formal con una orden.17
Los primeros intentos de regulación de la afiliación
de fundaciones femeninas a la orden de Predicadores
tuvieron lugar en el capítulo general de París de 1228,
cuando se prohibió la creación de nuevas casas, de
forma casi contemporánea a lo sucedido en la orden
del císter, como se ha visto.18 Esta limitación de las
fundaciones femeninas por parte de diversas órdenes
a inicios del Xiii ha sido interpretada durante mucho
tiempo como muestra de actitud reticente o misógina
de los varones respecto a las monjas, a la par que se
explicaba tal rechazo por crecimiento exagerado de las
vocaciones femeninas- Frauenbewegung- que habría
desbordado a los religiosos. sin embargo, tal situación,
que se documenta en el imperio, no parece haberse
dado en castilla.19 En concreto, en el caso de la orden
17
La forma vitae vel religionis pauperum dominarum de valle Spoleti sive
Tuscia, fue redactada entre 1218 y 1219 por el cardenal Ugolino para las
comunidades religiosas que proliferaban por entonces en Toscana, como
complemento a la regla benedictina. Este mismo, una vez en el solo pontificio
concedió la regla de san sixto a la orden de las Penitentes de alemania,
institución fundada en 1227 siguiendo también la regla de san Benito y
los usos cistercienses. Lamentablemente, la bula original, otorgada el 23 de
octubre de 1232 no nos ha llegado, y únicamente la conocemos por una copia
de nicolás iV, de 1291, en la que se contienen las constituciones del monasterio
romano, acompañadas de unos estatutos extraídos de las constituciones de los
frailes en el estado en que estas se hallarían en 1236. a. simón: L`Ordre des
Penitentes de Sainte Marie Madeleine en Allemagne au XIIIe siècle, Friburgo,
1918, pp.142-153 y p. 258; G. cariboni: «Gregorio iX e las nascita delle “sorores
penitentes di santa Maria Maddalena” in alemannia», Annali dell ‘Istituto
Storio italo-germanico di Trento, XXV, 1999, pp. 11-44.
18
Véase nota 13. a.H. Thomas: De oudste constituties van de Dominicanen:
Voorgeschiedenis, tekst, bronnen, ontstaan en ontwikkeling (1215-1237), Lovaina,
1965, p. 68.
19
Brett llegó a calificar de anti-feministas- avant la letre- al maestro
raimundo de Peñafort, y especialmente, a Juan el Teutónico, y también
a Humberto de romans, aunque en este caso, como se verá más abajo, tal
actitud no implicó un rechazo de la cura monialium. según este autor, las
prohibiciones del capítulo general dominico habrían estado destinadas más
bien al noreste de Francia, y sobre todo a alemania, donde los frailes habían
otorgado el hábito dominico con cierta ligereza a varias comunidades de
prostitutas convertidas. E.T. Brett: «Humbert of romans….», o.cit, pp. 5-8.
Para el caso del imperio cfr. John, B. Freed: «Urban development and the
Cura Monialium in the Thirteenth century Germany»; Viator, Medieval and
Renaissance Studies, 3, 1972, pp. 311-327; H. Grundmann: Movimenti religiosi
nel Medioevo. Ricerche sui nessi storici tra l`eresia, gli ordini mendicanti e il
movimiento religiosi femminile nell XII e XIII secolo e sulle origini della mistica
tedesca, Bologna, 1971( ed. italiana de la obra publicada originalmente en
alemán en Leipzig, 1933), pp. 171-271. En el caso de las fundaciones femeninas
del císter en castilla, Baury ha llamado también la atención sobre su escasa
población y la inexistencia de la presión vocacional sí documentada en el
imperio y norte de Europa. G. Baury: «émules puis sujettes de l’ ordre…»,
o. cit., pp. 27-60 y 66.
de las monjas. En 1228 un nuevo estatuto rechazó la admisión de nuevas
fundaciones femeninas y restringía el empleo del término “monasterio
cisterciense” y, finalmente, en 1251 inocencio iV renunció a su autoridad sobre
los monasterios femeninos, a favor del capítulo general. G. Baury: «émules
puis sujettes de l’ ordre cistercien…», o.cit., pp. 40-45; Ídem: Les religieuses de
Castille…, o.cit., pp. 120-122.
15
Las monjas de Prouilhe habrían vestido incluso el hábito cisterciense
durante los primeros años de su existencia. M.H. Vicarie: «L`action de st.
dominique sur la vie régulière des femmes en Languedoc», en La femme
dans la vie religieuse du Languedoc( XIII-XIV siècle), Cahiers de Fanjeaux, 23,
1988, pp. 217-240 (p. 230).
16
r. creytens: «Les constitutions primitives des soeurs dominicaines de
Montargis (1250)», Archivum Fratrum Praedicatorum, XVii, 1947, pp. 41-84
(p. 51). Las constituciones de san sixto han sido traducidas el castellano en
M. Gelabert; J.M. Milagros; J.M. Garganta., Santo Domingo de Guzmán visto
pos sus contemporáneos, Madrid, 1966, pp. 792-806. Por otra parte, respecto a
los Gilbertinos de semprigham, cabe recordar como estos también acusaron
de forma notable la influencia de los usos y costumbres cistercienses. cfr.
Katharine sykes: «cistercian influences on Gilbertine Legislation», Cîteaux
– Commentarii cistercienses, 59, 3-4, 2008, pp. 209-235. Podemos decir, por lo
tanto, que las constituciones de san sixto recibieron por vía triple la influencia
cisterciense: Prouilhe, santa María in Tempulo y semprigham
138
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
de Predicadores, en 1228 únicamente existía una fundación femenina: santo domingo de Madrid, pues
la vinculación de san Esteban de Gormaz a la orden
fue posterior, mientras que el monasterio de zamora
no se creó hasta 1259, como se verá más adelante. 20
El capítulo General de Londres de 1235 fue más allá,
prohibiendo a los frailes el ejercicio de la cura monialium
sobre todas las comunidades de monjas, con excepción
de roma y Bolonia, que dependían del papa.21 obviamente, esto motivó la protesta de numerosos monasterios ya vinculados a la orden, entre los que, además de
Prouilhe, estuvieron santo domingo el real de Madrid
y san Esteban de Gormaz.22 ante esta situación, las
monjas solicitaron la protección e intervención de la curia
romana, la realeza o la nobleza, buscando la vinculación,
al menos de forma oficiosa a la orden. así pues, las religiosas de Gormaz imploraron mediante diversas cartas
a Gregorio iX que las tomase bajo su protección.23 Este
respondió mediante la concesión de una serie de bulas
entre 1233 y 1238, entre las que destacó especialmente
la Religiosam vitam eligentibus, del 28 de enero de 1238,
por la que les otorgó las mismas prerrogativas generales
concedidos a la orden por Honorio iii en 1216.24 Esta
bula pertenece al mismo tipo de privilegios solemnes que
los privilegia communia cistercienses, y en ambos casos
confirmaban a una comunidad concreta concesiones que
se habían hecho previamente de forma general a la orden
de pertenencia. Tales privilegios excedían la encomienda
o protección sobre el monasterio y deben situarse dentro
de los señalados esfuerzos de este pontífice por dotar de
un encuadre institucional a las fundaciones femeninas.
Finalmente, en abril de 1238 el pontífice accedió a la
petición de las propias monjas de Gormaz de que les concediesen vivir sub regula dilectarum in Christo filiarum
Abbatisse et monialium monasterii Sancti Sixto de Urbe.25
no obstante, la adopción de esta regla no suponía su incorporación y vinculación oficial a la orden de Predicadores, no solo porque, como se ha visto, no se vertebrase
sobre usos y costumbres propiamente dominicos, sino
porque no implicaba su aceptación oficial por parte del
capítulo general de la orden.
Las monjas de santo
domingo el real de Madrid se pusieron también bajo la
tutela papal, aunque en este caso previamente, en 1228,
Fernando iii había establecido una encomienda regia
sobre el monasterio, que fue confirmada por sus suce-
santo domingo el real de Madrid, fue transformado en monasterio
femenino por el propio santo domingo, entre marzo y junio de 1220,
momento en envió a estas religiosas la famosa carta que confirmaba la
existencia de la institución y les daba un muy rudimentario reglamento,
en el que se establecía ya la observancia de la clausura, y confería la cura
monialium a su hermano Manés. El documento original, escrito en latín, se
ha perdido pero se conservan diversas copias del mismo, tanto en latín como
en castellano, estudiadas por Tugwell, quien propuso una reconstrucción
crítica de la original. s. Tugwell: «st dominic`s letter to the nuns in Madrid»,
Archivum Fratrum Praedicatorum, 56, 1986, pp. 5-13.
21
M.Pontenay de Fontette : Les religieuses à l´ âge clasique du droit canon…,
o.cit., p.117.
22
El 22 de marzo de 1236 Gregorio iX emitió una bula solicitando a Jordán
de sajonia que asumiese la cura monialium del monasterio de Prouilhe. El
7 de abril de 1236 se dirigió de nuevo al maestro general y también al prior
provincial de España instándoles a ocuparse de santo domingo el real de
Madrid. En el caso de Gormaz, esto ya había sido ordenado al provincial en
1235 y fue reiterado posteriormente tanto a este como al obispo de osma, por
medio de sendas bulas otorgadas en 1238. cabe recordar, además, que ya en
1233 el pontífice había tomado a las religiosas de Gormaz bajo su guarda y
encomienda G. cariboni: «domenico e la vita religiosa femminile....», o.cit.,
p. 332; T. ripoll: Bullarium Ordinis FF. Praedicatorum sub auspiciis SS.
D.n.D. Benedicti XIII, pontificis maximi, ejusdem, Tomo 1, ab anno 1215 ad
1280, roma, 1729, p 87; E. Martínez Vázquez: Colección diplomática de Santo
Domingo…, o.cit., docs. cLXXXVii, cXcii y cXciii, pp. 239 y 246-248; La
bula del 18 de mayo de 1235 no está recogida en la colección diplomática del
monasterio sino en el Bullarium. T. ripoll: Bullarium Ordinis Fratrum…,o.
cit.,, Tomo i, cXXViii, p. 76. cfr. r. ríos de la Llave: «La cura monialium
en los monasterios de monjas dominicas de la castilla del siglo Xiii: un
análisis comparativo entre dos comunidades», Hispania Sacra, 60, nº 121,
2008, pp. 47-65.
23
«Vestris suplicationibus inclinati»,«nobis petitione monstrarunt»,
«vestris iustis postulationibus clementis annuimus». cfr. E. Martínez
Vázquez: Colección diplomática, docs, nº cLXXXViii; cLXXXiX, cXc,
cXci.
20
24
Entre los que destacan la confirmación y protección de sus propiedades,
la exención de la jurisdicción episcopal y la liberación del diezmo u otro tipo
de contribución, la recepción de laicos, y el permiso para celebrar los oficios
a puerta cerrada aún en casa de interdicto. E. Martínez Vázquez: Colección
diplomática…,doc. cXci, pp. 242-245. dentro de este tipo de privilegios
solemnes Religiosam vitam eligentibus existieron dos grupos distintos. En
primer lugar aquellos concedidos a las órdenes o congregaciones en su
conjunto, normalmente para su aprobación, o integrando nuevos derechos
o prerrogativas, dentro de los cuales se encuadra la bula de aprobación de
la orden de Predicadores de 1216. En segundo, los concedidos por la curia
romana a favor de una fundación concreta y normalmente a petición de estas
y en los que se enumeraban las libertates e immunitates propias de la misma, al
que pertenece la bula de 1238 y los llamados privilegia communia cistercienses.
Estos alcanzaron su forma definitiva bajo el pontificado de inocencio iii,
proceso que culminó con su incorporación a la cancillería pontificia entre
1215 y 1228. G. cariboni: «Esenzione cisterciense e formazione del Privilegium
commune. osservazioni a partir dai cenobi dell’ italia settentrionale», en
n. d’ acunto: Papato e monachesimo esente nei secoli centrail del Medievo,
Florencia, 2003, pp. 65- 107 (pp.73-77).
25
E. Martínez Vázquez: Colección Diplomática..,o. cit., doc. cXcii, p.
246 y doc. cXciii, p. 248.
139
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
sores.26 asimismo, un año después este mismo monarca
otorgó el primero de los tres privilegios a favor de las
religiosas de santa María de san Esteban de Gormaz.27
Por el contrario, y a diferencia de lo sucedido, por
ejemplo, en el caso de los monasterios del císter, en los
que la adopción de los usos y costumbres cistercienses fue
favorecida en su mayor parte por patronos pertenecientes
a la nobleza, por resultar ventajosa para el ejercicio del
ius patronatus, librándose de la injerencia episcopal, el
patrocinio nobiliario no parece haber sido importante
en las fundaciones de monjas dominicas durante el siglo
Xiii. 28 Entre estas, únicamente Montargis y zamora
fueron fundadas por miembros de la nobleza. El primero
se debió a amicie, hija del conde simón de Monfort, y en
él profesaron no solo otras mujeres pertenecientes a esta
familia, sino otras damas nobles, e incluso princesas.29
Por su parte, el monasterio de zamora surgió ya en 1259,
probablemente a partir de una casa de hermanas de la
fraternidad de penitencia, debido a la iniciativa de la
noble Jimena rodríguez.30 En este caso, no obstante, tal
y como se establecía en la carta de fundación, las dueñas
zamoranas debían obediencia al prepotente y belicoso
obispo suero. La férrea oposición de este a la tentativa
de las religiosas de liberarse de la tutela episcopal, poniéndose bajo la de los dominicos, acabó dando lugar
al famoso y escandaloso enfrentamiento, y la situación
jurisdiccional de las dominicas zamoranas no se resolvió
hasta 1286.31
Volviendo a la injerencia pontificia, que buscó la vinculación y la adhesión de comunidades femeninas a la
orden, esta no atañó únicamente a las monjas dominicas, sino que también se dio en el caso de las clarisas
y cistercienses.32 En lo que respecta a estas últimas, el
privilegio concedido por inocencio iV en 1251 por el que
autorizaba a los cistercienses a rechazar la integración
de fundaciones femeninas, ha sido interpretado como
símbolo de la renuncia papal a cualquier injerencia en las
abadías femeninas, que quedarían totalmente en manos
del capítulo General.33 asimismo, se ha considerado
que similares concesiones habrían sido otorgadas previamente tanto a franciscanos como a dominicos. sin
26
«sepades que yo recibo en mi encomienda y en mi defendimiento la casa
de santo domingo de Madrid e las sorores e los frailes que hi son e todas sus
cosas. E mando firmemente, que ninguno non sea osado de les fazer tuerto
nin demás, ni entrar en sus casas por fuerza, nin en ninguna de sus cosas. si
non el que lo ficiese abrió mi ira. E pechar mi e mil maravedís en coto, e a ellos
el daño que les hiciere dárgelo, e he todo doblado». En Medina del campo,
23 de julio de 1228. Memorias de Fernando III, p. 170. cit. en J.L. santos díez:
La encomienda de monasterios en la corona de Castilla, csic, roma, 1961, p.
30. Gregorio iX puso a las monjas bajo su guarda y encomienda mediante
una bula otorgada el 14 de marzo de 1236.
27
documento del 7 de Febrero de 1229. aparecen denominadas como
“duennas de la orden de predicadores que moran en sant Esteuan”, y
por dicha carta de privilegio las eximen de pagar portazgo. Por otros dos
privilegios las autorizó a que pudiesen comprar en sitio realengo hasta tres
yugadas de heredades. E. Martínez Vázquez: Colección Diplomática…, o.cit,
doc.i, p. 53.
28
En lo que concierne a la introducción del císter en castilla, la tesis
tradicional que la atribuía a la iniciativa regia, en el contexto de la repoblación,
ha sido contestada, relativizando el papel regio frente a la iniciativa de la
aristocracia. sobre estas cuestiones a. rucquoi: «Les cisterciens dans la
Péninsule ibérique», en Unanimité et diversité cisterciennes. FiliationsRéseaux-Relectures du XIIe au XVIIe siècle, saint-étienne, 2000, pp. 487-523
(pp. 498-499); sobre el papel del patronazgo aristocrático en las fundaciones
cistercienses, el papel de las redes familiares, haciendo especial hincapié
en el papel desempeñado por las mujeres nobles. r. alonso Álvarez: «Los
promotores de la orden del císter en los reinos de castilla y León: familias
aristocráticas y damas nobles», Anuario de Estudios Medievales, 37/2, 2007,
pp. 653-710.
29
El monasterio de Montargis fue fundado en torno a 1242 y
convenientemente dotado por amicie de Monfort, quien habría donado un
pequeño oratorio. su incorporación a la orden fue prácticamente inmediata,
en 1245, gracias a una bula del papa inocencio iV. allí profesaron la madre
de la fundadora, Eleonora, y también su bisnieta Jeanne de dreux y otras
damas pertenecientes a la nobleza, e incluso realeza. no obstante, junto a la
importancia del patrocinio nobiliario, no podemos olvidar la atención que
les dedicó Humberto de romans, por entonces provincial de Francia, que
redactó unas constituciones para estas religiosas en torno a 1250, siguiendo
el modelo de las redactadas para los frailes por raimundo de Peñafort en
1241.r. creytens: «Les constitutions primitives des soeurs dominicaines de
Montargis (1250)», Archivum Fratrum Praedicatorum, XVii, 1947, pp. 41-84.
30
a petición de Jimena rodríguez, alejando iV otorgó sendos breves,
dados el 23 y 28 de enero de 1259 respectivamente, por los que instaba a los
Predicadores a autorizar la fundación de un monasterio sororum ordinis Sancti
Augustinis secundum instituta ordinis fratrum predicatorum , así como a enviar
dos monjas de Madrid para instrucción de las nuevas religiosas acz 1/3 y
1/3a. J.c. Lera Maillo: Catálogo de los documentos medievales de la catedral
de Zamora, zamora, 1999, p. 222; cfr. P. Linehan: Las dueñas de Zamora:
secretos, estupro y poderes en la iglesia española del siglo XIII, Barcelona, 2000
(ed. española, del original en inglés de 1997), p. 26
31
acz, 13/ 57b; asMrz, zamora, abril de 1287. cfr. P. Linehan: Las
dueñas de Zamora: secretos, estupro y poderes…,o.cit., pp. 176 -177 y 191. algo
similar ocurrió en el caso de las dominicas de Metz, también sujetas al poder
episcopal hasta 1281. r. creytens: “Les “ admonitiones” de Jean de Luto aux
moniales dominicaines de Metz (c.1300)”, Archivum Fratrum Praedicatorum,
XXi (1951), pp. 215-227 (pp. 217-219).
32
Gregorio iX también instó a los franciscanos, por medio de diversas
bulas, a asumir la cura monialium de las pauperes moniales reclusae de Toscana,
cosechando el mismo rechazo que en el caso de los Predicadores. M. Bartoli:
«Gregorio iX, chiara d’ assisi e le primer dispute all’ interno del movimento
franciscano», Rendiconti Academia nazionale dei Lincei, 35,1980, pp. 97- 108.
33
Por medio de la bula Paci et tranquillitati vestrae, otorgada el 7 de agosto
de 1251. G. Baury, «émules puis sujettes…», o.cit., pp. 41-42.
140
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
embargo, al menos en el caso de estos últimos, en contra
de lo que se ha dicho, esto no puso fin a la intervención
del pontífice. 34
al contrario, está documentada la persistencia de esta en
los años sucesivos, hasta el punto que inocencio iV emitió
una bula el 4 de abril de 1246 por la que informaba a la
orden que, pese a los privilegios anteriores, debían ocuparse de la cura monialium de cualquier monasterio que
el papa considerase.35 asimismo, alejandro iV atendió de
nuevo las súplicas de las monjas, y encomendó la resolución
del asunto al cardenal dominico Hugo di saint-cher, que
abogó claramente a favor de las religiosas. no obstante, de
forma aparentemente contradictoria, este papa también
renovó en 1257, a instancias de Humberto de romans, la
bula Evangelice predicationis officium de inocencio iV de
1252, que eximía a los frailes de la cura monialium, exceptuando los monasterios establecidos por el propio santo domingo.36 así pues, el monasterio de santa inés de Bolonia,
basándose en la Vita Beatae Dianae, fue reincorporado en
1257, mientras que santo domingo de Madrid lo hizo al
año siguiente.37 En cambio, la cuestión de san Esteban de
Gormaz quedó sin resolver, aunque lo haría poco después
En contra de lo que pueda parecer, sin embargo,
romans no intentó de este modo liberarse de la cura
monialium, como ponen de manifiesto varias cuestiones. En primer lugar, porque, como se ha visto, su
generalato se caracterizó por la búsqueda de la uniformitas en todos los ámbitos, lo cual incluiría también
la filiación de las fundaciones femeninas. En segundo,
porque, en contraste con la actitud misógina que traslucen sus obras- compartida, por otra parte, por la mayoría de sus contemporáneos- en ellas también mani-
festó la importancia que concedía a la cura mulierum.38
La intención de romans fue, por el contrario, conferir a la orden en exclusiva la autoridad y el poder de
decisión sobre la cura monialium y la incorporación de
nuevas fundaciones y, en concreto, a su órgano legislativo por excelencia: el capítulo general. así, bajo los
auspicios de este maestro, el capítulo de Milán en 1255
estableció que, a partir de entonces, toda nueva fundación femenina que desease ser aceptada en la orden
debía contar con la aprobación de tres capítulos sucesivos.39 La labor centralizadora y uniformadora se continuó con la aprobación en el capítulo de Valenciennes
de 1259 de las constituciones de las monjas dominicas,
que pretendían poner fin a la variedad legislativa existente hasta entonces.40 Estas acabaron, además, con la
presencia obligatoria de frailes en los monasterios, tan
gravosa a los dominicos. Por otra parte, en este mismo
capítulo se amplió lo establecido dos años antes, aceptando la cura monialium de todas aquellas fundaciones
que contasen con la aprobación de un prior provincial,
un maestro general, un capítulo general o un Papa.41
según esto, la investigación encomendada a raimundo
38
aproximadamente un quinto de los sermones de romans estuvieron
dedicados a mujeres o a sus capellanes. Este sector femenino comprendía
tanto religiosas de diverso tipo, como laicas e incluso prostitutas. H. romans,
De eruditione praedicatorum. en T. Kaeppeli, Scriptores Ordinis Praedicatorum
Meddi Aevi, roma, 1975. sobre las prédicas dirigidas a las mujeres cfr. c.
casagrande: Prediche alle donne del secolo XIII, Milán. 1978 agradezco a la
profesora casagrande la gentileza con la que me proporcionó un ejemplar
de su trabajo.
39
«item hanc. in capitulo de domibus concedendis. post illud ubi dicitur.
ut cura seu custodia monialium. seu quarumlibet aliarum mulierum. nostris
fratribus committatur. addatur. sub eadem districtione prohibemus. ne
magister. vel capitulum aliquod curam monialium. seu quarumlibet aliarum
mulierum recipiat. nisi per tria capitula fuerit approbatum », Constitutiones et
acta Capitulorum Generalium, o. cit, p. 325 (cf. MoPH 3, p. 75).
40
Estas a su vez tuvieron como modelo las de los frailes aprobadas tres
años antes, en 1256, que se habían basado en las del monasterio de Montargis,
elaboradas por el propio romans, entre 1249 y 1251. r. creytens: «Les
constitutions des Frères Prêcheurs dans la rédaction de s. raymond de
Peñafort (1241)», Archivum Fratrum Praedicatorum, XViii, 1948, pp. 2968.( pp. 45-49).
41
«item. iniungimus districte. et in virtute obediencie. quod nulle
mulieres pro sororibus habeantur. a fratre quocumque; nisi de quibus
constiterit prioribus provincialibus. in quorum provinciis sunt constitute.
quod auctoritate alicuius magistri ordinis. vel capituli generalis vel alicuius
pape; cure ordinis sunt commisse. Priores autem provinciales. inquisicione
facta super hiis diligenti. in sequenti capitulo magistro referant. quot et quas.
et in quorum conventuum terminis. de huiusmodi sororibus domos habeant.»
Constitutiones et acta Capitulorum Generalium Ordinis…, o.cit., p. 373 (cf.
MoPH 3, p. 98)
34
La bula Inspirationis divinae del 25 de octubre de 1239 únicamente
liberaba a los frailes de tomar bajo su cuidado comunidades de religiosas, a
menos que se concediese una especial indulgencia. Recipete curam monialium,
seu religiosarum quarumlibet, nulli fratrum vestrorum de cetero per litteras
apostolicas teneantur, nisi expresse de hac indulgentia fecerint mentionem, T.
ripoll: Bullarium Ordinis FF. Praedicatorum…o.cit. Tomo i, p. 107.
35
T. ripoll: Bullarium Ordinis FF. Praedicatorum…o.cit.,T omo i, p.160.
36
La bula de inocencio iV había sido emitida ante la presión del General
Juan el Teutónico, y excluía a los monasterios de Prouilhe y san sixto.
Fue renovada por alejandro iV, a instancias de romans, exceptuando los
monasterios fundados por santo domingo, el 26 de noviembre de 1257,
disposición reiterada dos años después. T. ripoll: Bullarium Ordinis FF.
Praedicatorum…, o.cit., Tomo i, pp. 217, 354 y 385.
37
aHn, clero, carpeta, 1359/21.
141
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
de Peñafort en san Esteban de Gormaz habría sido
innecesaria, pues este monasterio ya había sido reconocido por Gregorio iX.42 su finalidad debió ser otra.
no debemos olvidar que el corpus de escritos propagandísticos auspiciado por romans construyó una
imagen de los primeros años de la historia de la orden
con clara finalidad legitimadora, mostrando una coherencia y uniformidad que, sin embargo, ni existió ni se
alcanzó nunca. además de las citadas obras generales
del propio romans, Thomas de cantimpré y de Gerard
de Frachet, también debemos incluir en este corpus
otros escritos, o documentos, que tuvieron un carácter
más local, o particular, como la citada Vita de diana
de andaló, o la propia investigación raimundiana sobre
las religiosas de Gormaz. Es probable que esta última
pretendiese dejar clara la jurisdicción dominica sobre
la institución desde los orígenes, silenciando tanto la
injerencia y protección papal, como su independencia
respecto a la orden.
sea como fuere, si bien Humberto de romans dejó
perfectamente regulados los modos de afiliación e
incorporación de comunidades femeninas a la orden
de Predicadores, clemente iV emitió en 1267 la
bula Affectu Sincero en la que se establecieron las
directrices generales respecto a los capellanes de los
monasterios femeninos. Los dominicos quedaron al
cargo de la visita, corrección y reforma, destitución o
institución de la priora, recayendo tal responsabilidad
en el prior del convento masculino más próximo a
cada comunidad femenina. solo monasterios instituidos por el propio santo domingo: Prouilhe, san
sixto y Madrid, contarían con una comunidad de
frailes residentes.43 La confesión y administración
de los sacramentos, quedaba, en cambio, en manos
de «discretos et providos capellanos», aunque tal división de funciones no parece haber sido adoptada
de forma rígida, y en ocasiones se intercambiaron
los roles.44
PErViVEncia dE La diVErsidad MÁs aLLÁ dE
La rEForMa HUMBErTina (siGLos. Xiii-XV)
Pese a todo lo dicho, una lectura entre líneas de algunos
de estos escritos propagandísticos, como las Vitae Fratrum de Frachet, trasluce la difícil conciliación entre la
aspiración a la universalidad de la orden y las distintas
identidades locales, entre la pretendida uniformitas y la
varietas.45. Más aún, el propio Humberto de romans
fue consciente de que, debido a que los Predicadores tenían conventos en lugares muy apartados la pretendida
uniformidad constituía ciertamente una utopía.46 Tales
diferencias se tradujeron en la existencia de legislación
complementaria, propia de cada monasterio y en una
gran variedad en los aspectos jurisdiccionales y de patronazgo de unos monasterios a otros.
Heterogeneidad legislativa: constituciones, legislación complementaria, clausura y cura monialium.
Ya el propio Humberto de romans había autorizado la
adicción a las constituciones de declaraciones- una suerte de explicaciones que tendrían en cuenta las contingencias- y también las admonitiones, que regularían con
detalle la vida de las monjas. Precisamente, las primeras
fueron las redactadas por él mismo para Prouilhe en
1258- un año antes de la aprobación de las constituciones de 1259-,y algunos años después, entre 1298 y 1303,
Jean de Luto, prior del convento de Metz, elaboró otras
asuntos temporales, que en principio corresponderían a los frailes.
45
c. caby: «couvents et espaces religieux chez Gérard de Frachet et
Bernard Gui: une topographie légendairedes origines dominicaines?», Moines
et religieux dans la ville ( XII-XV siècle), Cahiers de Fanjeaux, 44, 2009, pp.357388, en concreto, p. 362
46
«sic nimirum invenitur apud approbatas religiones ejusdem professionis
quod summam uniformitatem in exterioribus praetendant non solum in
observantiis, sed etiam in habitu et in aedificiis et in aliis quibusdam. in quo
cum gemitu quodam considerandum est quantum in hoc adhuc distamos ad
illis. Habent namque ecclesias et officinas ejusdem formae, et eodem modo
dispositas: nos autem fere quot domos tot varias formas et dispositiones
officinarum et ecclesiarum habemus» H. de romans: «Expositio super
constitutiones», Opera de vita Regulari...., o. cit., Vol.ii, p. 5; cfr. M. schürer:
Das Exemplum oder die erzählte Institution: Studien zum Beispielgebrauch bei
den Dominikanern und Franziskanern des 13. Jahrhunderts. Münster, 2005,
pp. 117-123.
Véase nota 4.
T. ripoll: Bullarium Ordinis FF. Praedicatorum…., o.cit., T. i, p. 481;
M. Pontenay de Fontette :Les religieuses a l`age classique…, o.cit, pp. 125-127.
44
r. ríos de la Llave: «La cura monialium en los monasterios de monjas….»,
o. cit., pp. 56-64. Los capellanes intervinieron también con frecuencia en los
42
43
142
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
para las monjas de esta ciudad.47 a diferencia de las declaraciones de los frailes, estas normas complementarias
se limitarían a una provincia, evidenciando la mayor
dependencia que tuvieron los monasterios femeninos de
las circunstancias locales.48 Por otra parte, esta legislación complementaria no solo se debió a los dominicos,
sino que en algún caso fue otorgada por los patronos o
fundadores de un determinado monasterio. así sucedió
en caleruega, fundado en 1266 con monjas procedentes de san Esteban de Gormaz por alfonso X, quien
les concedió también unas ordenanzas o disposiciones,
que si bien no se han conservado, fueron recogidas, en
parte, en las dictadas en 1288 por el maestro general
Munio de zamora.49
Probablemente, existieron normativas similares en
otros monasterios castellanos redactadas tanto en el
Xiii como en las sucesivas centurias, y que, lamentablemente, no han llegado hasta nosotros. su desaparición
quizás tuvo por causa la introducción de la reforma, ya
que a partir de este momento los frailes mediatizaron y
revisaron no solo las crónicas monásticas, sino también
posiblemente las constituciones y esta normativa complementaria asociada a ellas. En consecuencia, la mayoría de ellas solo nos son conocidas a través de copias
tardías, posteriores la reforma. así sucedió en Madrid,
donde, además de la breve carta enviada por santo
domingo, las monjas contaron con un libro escrito
en romance en el que se recogían las constituciones y
disposiciones específicas destinadas al monasterio.50 de
igual forma, un códice de las dominicas de Medina del
campo, datado en la primera mitad del XVi, contiene
las constituciones con las únicas adiciones fueron una
carta introductoria y el modo de elegir a la priora de
Bonifacio Viii.51 Por último, las dueñas salmantinas,
conservan también un volumen en el que, junto a las
constituciones se incluye una relación de lecturas recomendadas y prohibidas que permiten situar su realización en la Provincia de España y probablemente en
el siglo XVi.52
Pese a todo, los reformadores no lograron acabar con
las peculiaridades de cada monasterio, que persistieron
más allá, quizás no de forma escrita, pero sí de facto
entre los muros de la clausura, como pone de manifiesto otro tipo de documentación, no emitida por la
orden de Predicadores, así como la diversidad de prácticas devocionales y litúrgicas y la heterogeneidad de
soluciones arquitectónicas adoptadas.
Uno de los aspectos en los que más insistieron tanto
las constituciones como las ordenaciones particulares
de cada monasterio fue la observancia de la clausura.
La regla de san sixto hizo hincapié en ella, algo que
fue reiterado por las constituciones dominicas de 1259,
estipulando además una serie de soluciones arquitectónicas destinadas a garantizar su cumplimiento.53
a fin de asegurar tanto la observancia de la clausura
como la asistencia espiritual de las monjas, la regla
de san sixto, y algunas de estas legislaciones complementarias, establecieron la existencia en los monasterios
femeninos de una pequeña comunidad de frailes.54 no
obstante, aunque la adopción de esta regla implicaría
el acatamiento de esta norma, las reiteradas instancias
del pontífice y la falta de referencias documentales pa-
47
T. M. Mamachi: Annales Ordinis Praedicatorum, roma, 1756, i, appen,
pp. 168-170; J. Guiraud, Jean: Cartulaire de notre-Dame de Prouille,. París,
1907, i, p. 256. sobre el manuscrito BncF., Ms. G. 3.451, que contiene las
constituciones de las monjas (ff. 66r-69v), seguidas de las “admonitiones” de
Jean de Luto (ff. 69v-70r) cfr. r. creytens: «Les “ admonitiones” de Jean
de Luto aux moniales dominicaines de Metz (c.1300)», Archivum Fratrum
Praedicatorum, XXi, 1951, pp. 215-227, en concreto, p. 219.
48
M. Pontenay de Fontette: Les religieuses a l`age classique…o. cit, p. 102.
49
c. González González: Real Monasterio de Santo Domingo de Caleruega.
Fundación de Alonso X El Sabio, salamanca, 1993, pp. 94; 316-317 y 319-320.
50
alonso Getino lo dato en el siglo XVi, mientras que romero FernándezPacheco retrasó su realización a 1642. aMsdM, Regla y Constituciones, cit.,
en J. r. romero Fernández- Pacheco: Santo Domingo el Real de Madrid,
Ordenación económica de un señorío conventual durante la Baja Edad Media
(1219-1530), salamanca, 2008, p.105. Esto es posible, pues pudo tratarse de una
copia o traslado posterior de las constituciones redactadas probablemente
entre finales del XV e inicios del XVi
51
BUo., Ms 454, cit. en M.J. sanz Fuentes: «constituciones de la orden
dominicana femenina en un manuscrito de la Biblioteca Universitaria de
oviedo», I Congreso Internacional del Monacato Femenino en España, Portugal
y América, 1492-1992, León, 1993, pp.141-148.
52
c. Torres sánchez: La Clausura femenina en la Salamanca del siglo XVII:
Dominicas y carmelitas descalzas, , salamanca, 1991, p.98. no obstante, los
títulos de algunos capítulos no coinciden con los de las constituciones de las
religiosas aprobadas por Humberto de romans en 1259
53
“De edificiis”, constitutiones sororum ordinis fratrum praedicatorum(
1259), p. 2, en Constitutiones et acta Capitulorum Generalium Ordinis…, o.cit.,
p. 150 (cf. const o-P1259, pp. 346-. 347)
54
así lo hicieron las ordenaciones dadas por alfonso X para las dominicas
de caleruega, por ejemplo. c.González González: Real Monasterio de Santo
Domingo de Caleruega…,o.cit., pp. 94, 316-317 y 319-320.
143
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
recen poner de manifiesto que esto no se cumplió en los
monasterios castellanos hasta la década de los sesenta
del siglo Xiii. así pues, en Gormaz no se documentan
hasta su traslado a caleruega en 1266, y tampoco en
santo domingo de Madrid encontramos menciones a
frailes residentes, con la anecdótica excepción de fray
romero en 1252.55 La situación se resolvió, por medio
de la bula otorgada por alejandro iV en 1258, en la que
insistía en la pertenencia del monasterio madrileño a
la orden de Predicadores, y en consecuencia, la obligación que esta tenía de ocuparse de la cura monialium.56
como se ha visto, a partir de 1259 y 1267 se prohibió
la existencia de tales comunidades, salvo en roma,
Prouilhe, Madrid y Bolonia y, en consecuencia, la mayoría de los monasterios no contaron con frailes residentes, quedando bajo la cura y supervisión de los conventos más cercanos, cuestión que no estuvo exenta de
problemas. sin embargo, además de Madrid, en castilla
se documenta su presencia, en contra de la norma, en
aquellas fundaciones situadas en lugares apartados, que
no contaban con un convento de frailes próximo. Este
fue el caso de caleruega, como se ha visto, y también
de Lekeitio, san ildefonso de la alberca- aunque en
este caso se trató de capellanes sin que se especificase
su pertenencia a la orden de Predicadores-, cifuentes,
aldeanueva de santa cruz, la Encarnación de Bilbao,
y probablemente Quejana. no obstante, el número de
frailes no fue excesivamente numeroso y en ningún
caso alcanzó las dimensiones de los coros de capellanes
existentes en otras fundaciones como saint Louis de
Poissy, dartford, o en el caso cisterciense hispano, Las
Huelgas, Gradefes y cañas.57
Pese a todas estas medidas, la clausura fue frecuente-
mente infringida, tanto con la entrada de religiosos en
la clausura- con motivo de diversas celebraciones- o la
salida de las monjas fuera de ella, bien con la misma finalidad o con otras mucho más mundanas. asimismo,
tampoco las disposiciones papales, a través de la decretal
Periculoso de Bonifacio Viii en 1298, fueron observadas
de forma universal. Lo señalado por creytens para el
caso italiano antes de Trento puede hacerse extensivo
también a castilla, donde existieron también dos tipos
de monasterios, de acuerdo con su observancia o inobservancia de la clausura: «monasterios cerrados» y
«monasterios abiertos». 58
variedad jurisdiccional y en los mecanismos de fundación e incoporación a la
orden de predicadores. (siglos xiii-xv)
Lo establecido en el capítulo general de 1255 tampoco
puso fin a la variedad de mecanismos adoptados en
la incorporación de nuevos monasterios femeninos a
la orden de Predicadores, ni a la diversidad de patronatos sobre estos. La protección regia se continuó y
acrecentó durante el reinado de alfonso X y la reina
Violante, y bajo el de su hijo sancho iV, y la mujer de
este, María de Molina.59 como se ha visto, alfonso X
58
cfr. E. M. Makowski: Canon Law an Cloistered Women Periculoso and
its Commentators, Washington, d.c, 1997; r. creytens: « La riforma dei
monasterio femminili dopo i decreti Tridentini», en Il Concilio di Trento
e la riforma tridentina, roma, 1965, Vol i, pp. 45-85. El tardío cierre de
muchas cercas y recintos monásticos, constituye una prueba material de la
inobservancia de la clausura. Por ejemplo, santo domingo el real de Madrid,
careció de cerca hasta inicios del XiV, siendo atravesado por una calle de
tránsito que comunicaba la puerta de Valnadú con el vecino monasterio
benedictino de san Martín. dicha vía fue cerrada en 1301, con autorización
de Fernando iV, uniendo así la «labor nueva» del monasterio y las casas
de enfrente. según establecía este documento, la cerca podía ser de tapia
y argamasa. aHn, clero, Pergaminos, 1358/ 8, 6º. M.i, Pérez de Tudela y
Velasco: «Madrid en la documentación de santo domingo el real », En la
España Medieval, nº 7, 1985, pp. 901-1010 (p. 1005.)
59
F. Gutiérrez Baños: Las empresas artísticas de Sancho IV el Bravo, Burgos,
1997; r. sánchez ameijeiras: «cultura visual en tiempos de María de Molina:
Poder, devoción y doctrina», El conocimiento del Pasado. Una herramienta para
la igualdad, salamanca, 2005, pp. 295-327. sobre la promoción de monasterios
de clarisas y dominícas por parte de reinas, infantas y cortesanas, ctr. M. M.
Graña cid: "reinas, infantas y damas de corte en el origen de las monjas
mendicantes castellanas (c. 1222-1316). Matronazgo espiritual y movimiento
religioso femenino", redes femeninas de promoción espiritual en los reinos
Peninsulares (siglos xiii-xvi), Blanca Garí (ed), roma , 2013, pp. 21-43
55
aHn, clero, carp.1353, doc.18; carp 1353, doc. 19. r. ríos de la Llave:
«La cura monialium en los monasterios…», o. cit., pp-52-56.
56
aHn, clero, carpeta, 1359/21.
57
a. Erlande Brandenburg: «La priorale saint Louis de Poissy», Bulletin
monumental, 129, 1971, pp .85-113 (pp. 94-95); P. Lee: nunneries, learning
and Spirituality in late medieval English society. The dominican priory of
Dartford, York, 2001, p. 34; r. alonso Álvarez: «La cabecera de las iglesias
cistercienses femeninas en la corona de castilla, clausura, Cura Monialium
y representación aristocrática y regia», Hortus Artium Medievalium. Journal
of the International Research Center for Late Antiquity and Middle Ages, 15/2,
2009, pp. 341-353.
144
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
fundó en 1266 un monasterio de dominicas en la villa
natal de santo domingo, al cual se trasladaron religiosas de san Esteban de Gormaz cuatro años después.
El monarca no solo les otorgó el señorío de la villa y
cuantiosos privilegios, sino que dio unas ordenanzas
particulares para el monasterio.60 Ya en el siglo XiV,
María de Molina participó activamente en el proceso
fundacional de sancti spiritus de Toro, ejecutando, en
calidad de tutora de su hijo alfonso Xi, las voluntades
de la fundadora Teresa Gil.61 En las postrimerías de esta
centuria, la reina catalina de Lancáster tuvo también
un destacado papel como protectora y benefactora de
la orden de Predicadores y, en concreto, de algunos
monasterios femeninos. además de adquirir, junto a
inés de ayala, diversas casas que fueron donadas a las
dominicas de Toledo para la ampliación de su edificio,
y otorgarles diversas mercedes y donaciones, dispuso de
unas dependencias anejas a este, que finalmente fueron
donadas en 1413 al monasterio.62 Previamente, en 1394,
la reina había fundado un nuevo monasterio de dominicas en Mayorga de campos, donde es posible que
también acondicionase unos cuartos para su uso, cuyos
restos son visibles en la actual sacristía. 63 otra reina
que tuvo una especial vinculación con las dominicas
fue Leonor Urraca de castilla, esposa de Fernando de
antequera, que, tras la muerte de este, se retiró a Medina del campo, alojándose en sus palacios, que donó
en 1418 a las dominicas, para ampliación de su monasterio. no obstante, se reservó una parte para vivienda
propia, en la que vivió antes de profesar como religiosa
y probablemente también después, junto a cuatro legas
destinadas a su servicio.64 asimismo, Leonor también
parece haber intervenido en la ordenación litúrgica
del monasterio, como evidencia una carta enviada a
su prima María de castilla, priora de Toledo, por la
que le solicitaba un ordinario escrito en romance, a fin
de que le hiciesen una copia del mismo, cabe suponer
que destinada al monasterio de Medina del campo.65
su hermana, también llamada Leonor, profesó como
monja en sancti spiritus de Benavente en 1394, pasando posteriormente al monasterio homónimo de Toro,
donde murió en 1444 y recibió sepultura en el coro.66
aquí coincidió con la reina Beatriz de Portugal, que
también parece haber habitado en unas dependencias
fuera de la clausura y sin hacer profesión.67
Todas estas mujeres compartieron algunas características con las «señoras» de los monasterios cistercienses,
pero también con algunas reinas y nobles, fundadoras
de ciertos monasterios de clarisas, en los cuales dispusieron también de dependencias propias, fuera de la
clausura.68 La similitud fue aún mayor en el caso de
64
El monasterio de las dominicas de Medina del campo surgió en 1402 a
partir de una comunidad premostratense. J. López: Tercera parte de la historia
de Santo Domingo y su Orden de Predicadores, Valladolid, 1613 Tomo ii, libro
ii, cc. X-Xi-Xii, ff. 28 y 29; i. rodríguez Fernández: Historia de la muy noble
y muy leal y coronada villa de Medina del Campo: conforme a varios documentos
y notas a ella pertinentes, Madrid, 1903, p. 529
65
aMsdrT, doc. nº 117. La carta ha sido datada entre 1416 y 1424. B.
Fueyo suárez: «El Breviarium Portatile (ss. XiV-XV) de santo domingo el
real de Toledo», Toletana, Cuestiones de Teología e Historia, nº 19,2008, pp.
161-188,(p. 184)
66
aHn, clero, Libro 18314, Becerro compuesto por Fray Vicente de Figueroa,
año 1775. folio 13
67
E. Flórez: Memoria de las Reinas Católicas, 1761, ed facsímil, Valladolid,
2002, p. 707; G. calvo alaguero: Historia de la muy noble, muy leal y
muy antigua ciudad de Toro con noticias biográficas de sus más ilustres hijos,
Valladolid, 1909, p. 118; M. ruiz Maldonado: «El sepulcro de doña Beatriz
de Portugal en sancti spiritus de Toro», Goya: revista de arte, 237, 1993, pp.
142-148.
68
En la orden del císter, las “señoras” se vincularon tradicionalmente con
el monasterio de las Huelgas de Burgos, donde las hijas del fundador, alfonso
X, aparecen ya en 1232 y 1233 al frente de la comunidad como «infantas del
monasterio», término que fue sustituido por el de «señora» tras la llegada de
Berenguela, hija de Fernando iii, en 1245, y cuyas obligaciones y cometidos
aparecen perfectamente definidos en un documento de 1295. no obstante,
aunque el término no se documenta prácticamente en otros monasterios,
Baury señaló como las otras fundadoras cistercienses desempeñaron ya en el
siglo Xii un papel similar. así sucedió en cañas, Vileña, Ferreira de Pantón y
probablemente en carrizo. G. Baury: Las religieuses de Castille…, o.cit., pp.4647 y 59-72; r. alonso Álvarez: «Los promotores de la orden del císter…»,
o. cit, p. 107. En el caso de los monasterios de clarisas, baste citar a las reinas
Elisenda de Montcada e isabel de Portugal, fundadoras respectivamente de
60
E. Martínez Vázquez: Colección Diplomática…., o.cit., doc. Viii, p. 9;
ccLXii, p. 352 y ccLXXVii, p. 364.
61
P. Galindo romeo: «catálogo del archivo del Monasterio de sancti
spiritus», Archivos leoneses. Revista de Estudios y documentación de los reinos
hispano – occidentales, 30, 59-60, 1976.pp. 205-236 (p. 210); aHn sección
clero, sig Libro 18313.Libro del Becerro y memorias de las rentas y juros reales
que tiene el Convento de Sancti Spiritus desta ciudad de Toro ansí en dineros
como trigo, cevada, galinas, ansí en esta ciudad como fuera Della. 1626 .f.31.r.
62
Estas dependencias se situaron en unas casas pertenecientes a la reina,
próximas a la puerta del azor, que ya existían en 1407, año en que aparecen
referidas en un acta notarial. aMsdrT, doc. 736; aHn, clero, Pergaminos,
carpeta. 3.081, número 4; aMsdrT, doc. 3.112.
63
se cubre con sencillo alfarje de doble orden, destacando únicamente
en su decoración el saetino de eslabones blancos que bordea los cuadros
de la tablazón y los canes que sustentan las jácenas, algunos de los cuales
representan fieras decoradas con motas blancas, que podrían identificarse
con leopardos, presentes en el escudo de armas de catalina de Lancáster
145
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
santo domingo de caleruega, donde ya en el último
cuarto del siglo Xiii encontramos una figura que debió
tomar como modelo las «señoras de las Huelgas». Me
refiero a una serie de mujeres, que vivieron en el monasterio, aunque sin profesar en muchos casos como religiosas, y que aparecen denominadas como protectoras,
destacando entre ellas doña Brayda, profusamente
citada en la documentación entre 1274 y 1281. aunque
en el caso calerogano este cargo no fue exclusivamente
femenino, ni vinculado a la realeza, posteriormente, a
semejanza de lo que ocurrió en el monasterio burgalés
de las Huelgas, encontramos algunas infantas en el
mismo. En concreto, la infanta doña Blanca de Portugal, nieta de alfonso X, que recibió bajó su guarda y
encomienda el monasterio entre 1298 y 1320. se dio la
circunstancia, además, que esta infanta había profesado
en el monasterio de las Huelgas de Burgos en 1295 o
poco después, por voluntad de su tío sancho iV, fue
también señora del mismo, recibiendo sepultura cerca
de los fundadores, tras su muerte, acaecida en 1321.69
En consecuencia, doña Blanca no debió residir en caleruega, aunque, a mi juicio, debe relacionarse con ella
la construcción del pabellón de la panda septentrional
del claustro calerogano. En la armadura que lo cubría,
lamentablemente destruida en un incendio en 1959,
aparecían, junto a las armas de castilla, otras que he
identificado con la de la propia Blanca de Portugal, y
que nos hablarían de la existencia de unas dependencias
destinadas a las “protectoras”.70
al igual que las «señoras», también las «protectoras
de caleruega» tomaban el monasterio bajo su tutela
de forma similar a lo que hacían los encomenderos
laicos, se ocuparon de las gestiones económicas y
jurídicas, actuaron como intermediarias ante el soberano, a fin de conseguir concesiones para la comunidad y tuvieron con frecuencia un destacado
rol político.71 así pues, estas mujeres gozaron de
gran libertad de movimientos, desplegando una
notable actividad fuera del claustro, transgrediendo
abiertamente las disposiciones sobre la clausura. se
insertaron, por lo tanto, dentro de una tradición
propia de la Península ibérica, que, como ya señaló
rose Walker, continuó en cierta medida la tradición
hispana del infantado, iniciada en León en el siglo
X, y extendida posteriormente a castilla.72
En contraste con este patronazgo regio, durante
el Xiii, la nobleza no parece haber tenido especial
relevancia en las fundaciones femeninas de la orden
de Predicadores. sin embargo, su injerencia aumentó
notablemente a partir de la siguiente centuria, al
igual que sucedió también en los pertenecientes a
otras órdenes, debido probablemente a la difícil coyuntura económica y política.73
70
se trata de las armas cuarteladas del reino de castilla y León y Portugal,
inscritas en estrellas de ocho puntas, enlazadas unas con otras y distribuidas
en franjas, las mismas que aparecen decorando su sepulcro situado en el
coro de las Huelgas, y cuya realización se data en el primer cuarto del XiV.
M.J. Gómez Bárcena: Escultura gótica funeraria en Burgos, Burgos, 1988, pp.
200-201
71
a. castro Garrido y J.M. Lizoain Garrido: Documentación del monasterio
de Las Huelgas de Burgos (1284-1306), Burgos, 1987, pp. 187-188., nº 103.
72
Planteó precisamente la fundación de las Huelgas como una continuación
de esta tradición, frente a la hipótesis tradicional que la consideraba un
trasunto de Fontevraud. r.Walker: «images of royal and aristocratic burial
in northen spain, c. 940-c. 1250c », en E. Van Houts (ed):Medieval memories.
Men, women and the past. Harlow, 2001, pp. 150-172 (p. 154); Ídem: Leonor of
England, Plantagenet queen of King Alfonso VIII of Castile, andher foundation
of the Cistercian abbey of Las Huelgas. In imitation of Fontevraud?. JMH, 31,
4, 2005, pp. 346-368.
73
cabe recordar cómo la encomienda real alcanzó su culmen en el XiV,
iniciándose también su decadencia., a la par que ascendía la importancia
de la encomienda señorial y se corrompía abiertamente su naturaleza como
institución de protección. Los monarcas- Fernando iV, alfonso Xi, Pedro i,
Enrique ii y Juan i propusieron, a través de las cortes, un régimen jurídico
para la encomienda, a la vez que lucharon para reprimir los abuses señoriales.
Las primeras fueron las cortes de Valladolid de 1295, bajo el reinado de
los monasterios de Pedralbes y de santa clara-a-Velha. ambas construyeron
palacios anejos a las dependencias conventuales, pero fuera de la clausura, a
los que se retiraron al enviudar. de igual forma, Beatriz de Manrique, esposa
del primer conde de Haro, Pedro Fernández de Velasco, construyó una casa
en la huerta de las clarisas de Medina del Pomar, fundado por la familia de
su marido, a la que se retiró en su viudez. c. sanjust i Latorre: L’obra del
Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes desde la seva fundació fins al segle
XVI. Un monestir reial per a l’orde de les clarisses a Catalunya, Tesis doctoral,
Universitat autònoma de Barcelona, 2008, p. 99; F. Pato de Macedo: «isabel
de aragão. rainha de Portugal rainha de Portugal Peregrina de santiago»,
III Memorial Filgueira Valverde , Santiago e a Peregrinación , Pontevedra 2004,
pp. 9-43 (p. 18); F. Pereda: «Liturgy as women’s language: two noble patrons
prepare for the end in fifteenth –century spain», en Reassesing the Roles of
Women as Makers” of Medieval Art and Architecture, Therese Martin (ed),
Vol. ii, pp. 937-988 ( p.981)
69
sabemos que su profesión tuvo lugar en una fecha posterior al 15 de abril
de 1295 pues entonces se data una carta de sancho iV dirigida al monasterio
burgalés en la que expresa como había sido su voluntad que la citada infanta
ingresase como religiosa en las Huelgas tomando además bajo su guarda y
encomienda al monasterio. doña Blanca no había querido hacerlo en un
principio pero finalmente acabó acatando la voluntad de su tío. r. del arco
y Garay: Sepulcros de la Casa Real de Castilla, Madrid, 1954, p. 262.
146
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
a lo largo del siglo XiV, cabe destacar el papel desempeñado por una serie de mujeres nobles o señoras
en la fundación de monasterios de dominicas. En 1305
doña Teresa alfonso fundó el monasterio de san cebrián de Mazote, y en este mismo año encontramos la
primera donación de Teresa González a los dominicos
de Bonaval para la creación de un monasterio de dominicas.74 dos años después, Teresa Gil manifestó en
su testamento su intención de crear un monasterio de
monjas dominicas en Toro, fundación que se concretó
póstumamente con la intervención de la reina María
de Molina.75 En 1363 tuvo lugar la fundación de santa
María la nova en Lugo, debida a sancha de Bolaño
y un año después doña inés García de Meneses creó
santo domingo del real de Toledo, que fue desde sus
orígenes refugio de numerosas damas nobles, emparentadas en algunos casos de forma estrecha con la
realeza, como fue el caso de Teresa de ayala y María
de castilla.76 En 1368 doña Juana ibáñez de arsuaga
fundó en Lekeitio otro monasterio, inicialmente bajo
la advocación de santa María, y más tarde de santo
domingo, contando para ello con la autorización de
las autoridades eclesiásticas locales, de don Tello, señor
de Vizcaya, quien donó su palacio, y, en un último momento, con la del provincial y el general de la orden.
no obstante, cabe señalar que las monjas quedaron
bajo la guarda y encomienda de don Tello, y que se
alude a ellas como «monjas de caleruega»; evidenciando la filiación con este monasterio.77 Por último,
sancti spiritus de Benavente se debió a la iniciativa de
constanza Phelipes, en 1378.78
no he mencionado
en este elenco santo domingo de segovia, cuya fecha
de fundación se situó tradicionalmente en torno a mediados del XiV, pero que, si debemos hacer caso de un
documento emitido por Bernardo Gui en 1303, este ya
existía por estas fechas, dado que desconocemos los detalles de su proceso fundacional y únicamente sabemos
que en 1345 fue tomado bajo la guarda y encomienda
de alfonso Xi.79 Por su parte, los orígenes del monasterio de santa María de Valdeflores resultan también
inciertos, aunque los datos conocidos parecen indicar
que en origen se trató de una comunidad de terciarias
establecida en torno a la capilla de santa María de Junqueira también a mediados del XiV.80
77
J. Enríquez Fernández; c. Hidalgo de cisneros amestoy; a. Lorente
ruigómez; a. Martínez Lahidalga: Colección documental de los monasterios
de Santo Domingo de Lequeitio (1289 -1520) y Santa Ana de Elorrio (1480-1520),
san sebastián, 1993, docs. 12-14; 20-24; 58 y 60.
78
La fecha de fundación resulta controvertida, ya que los documentos en
los que se basaron los cronistas de la orden para establecerla han desaparecido.
López y Medrano la situaron en el año 1348. sin embargo, el incansable
padre cristianópulo manifestó ya a mediados del XViii sus dudas sobre
la corrección de tales fechas, debido a errores de cálculo al pasar de la Era
Hispánica a la cristiana, habiendo olvidado además los cronistas dominicos
que el uso de la primera fue abolido en 1383. Teniendo en cuenta esto, la
fundación habría tenido lugar el 3 de marzo de 1378, por medio de una carta
en la que la citada constanza Phelipes donó unas casas «con su palacio y con
su bodega de mi morada», a fray Fernando rodríguez, para que estableciese
en ellas un monasterio de dueñas de su orden., dejando además un juro
de heredad para el mantenimiento de «doce dueñas» y «para capellanes,
Procuradores, e cera, e lámparas de el dicho Monasterio». aGoP, serie XiV,
Libro III, Primera parte, ff 291-295v, y serie XiV, Libro KKK, Relación de
las Fundaciones de los Conventos de Religiosas de la Provincia de España por
Fray Hermann Cristianopulo año de 1764, p.572; J. López: Tercera parte de la
historia de Santo Domingo…, o.cit.,, ff. 334-335; M.J. Medrano: Historia de la
Provincia de España de la Orden de Predicadores, Madrid 1725-1734, ff.463-465.
79
asV, Fondo ordini religiose/ domenicani. Index Alphabeticus
Conventuum el Monasteriorum Ordinis Fratrum Praedicatorum ex notitia
eiusdem Ordinis a Bernardo Guidonis anno 1303 Caenobia , et Monasterio,
quibus annus adscriptus non est , fere omnia ante annum.1303 fuerunt
constituta. Esta lista fue publicada en J. Echard y J. Quétif: Scriptores Ordinis
Praedicatorum, París, 1719-1721, Tomo i, p. iV y ss. cfr. J. López: Tercera parte
de la historia de Santo Domingo…, o. cit, p.339.
80
La fecha de fundación de esta comunidad de terciarias plantea serias
dificultades. según Manso Porto hasta la segunda mitad del XV, o incluso
Fernando iV, culminando tal tarea legislativa en las cortes celebradas en
soria en 1380 por Juan i, y que marcaron un punto de inflexión. J.L. santos
díez: La encomienda de monasterios…o.cit., pp. 25 y 136-173.
74
c. rodríguez núñez: « santa María de Belvís, un convento mendicante
femenino en la Baja Edad Media (1305- 1400)», Estudios mindonienses, 5, 1989,
pp. 335- 407(pp. 336-338); c. Manso Porto: Arte gótico en Galicia, los dominicos,
2 vol, La coruña, 1993, p 581. ambas autoras señalan que el capítulo general de
París de 1306 otorgó licencia para su fundación, pero en ambos casos toman
estas noticias de fuentes secundarias, y no del acta capitular correspondiente,
en la que, de hecho, no se hace mención alguna a esta nueva fundación. cfr.
Constitutiones et Acta Ordinis Fratrum Praedicatorum, o. cit. p. 977-998 (cf.
MoPH 4, P. 15-23)
75
La primera efectuó una donación a tal fin en presencia del prior
provincial, fray Gil arévalo, del prior de los dominicos de san ildefonso
de Toro, otros dos frailes y el capellán. H. del castillo: Primera y segunda
parte de la historia General de Sancto Domingo y de su orden de predicadores,
Valladolid, 2002(ed. facsímil del original editado en Madrid, 1584-1592), f.
35. El testamento de Teresa Gil en a. rucquoi: «Le testament de doña Teresa
Gi l», Femmes, Mariages , Lignages XIIe-XIVe siècles, Bruselas, 1992, pp.305-323.
76
En el caso del monasterio lucense, sin embargo, las casas y huertas en las
que se realizó la fundación habían sido donadas por el obispo dominico fray
Pedro López de aguiar a los dominicos de Lugo, quienes a su vez las cedieron
a doña sancha, y a doña Juana Estévez, priora de Belvís, de donde vinieron
las primeras religiosas. c. Manso Porto: Arte gótico en Galicia..., o.cit., pp.
609-613. aHn, clero, Pergaminos, carpeta 3072, doc .15, aMsdrT, docs.
253 y 257. Por su parte, la fundación de santo domingo de Toledo, autorizada
por Pedro i, fue encomendada a los frailes de san Pablo del Granadal, bajo
cuya custodia quedarían las monjas.
147
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
Frente a tal abundancia de fundaciones debidas a mujeres en el siglo XiV, el número de monasterios creados
por hombres- todos ellos pertenecientes a la nobleza-,
fue mucho más reducido, limitándose a san Juan Bautista de Quejana, fundado por Fernán Pérez de ayala81,
y las dos fundaciones vinculadas a don Juan Manuel:
san ildefonso de la alberca y san Blas de cifuentes.
El papel del noble literato merece una mención aparte
pues, además de su estrecha vinculación espiritual, intelectual y política con la orden de santo domingo,
don Juan Manuel se convirtió en el más importante
benefactor de la orden en castilla, rivalizando incluso
con la realeza.82. Fundó varios conventos masculinos, y
actuó como albacea de su canciller alfonso Pérez, quien
en su testamento, otorgado en 1335 había manifestado el
deseo de crear un monasterio de dueñas dominicas en
la villa de la alberca, cuya dotación inicial fue ampliada
por don Juan Manuel.83 asimismo, este fundó en 1344
el monasterio de san Blas de la villa de cifuentes, a fin
de que las religiosas rezasen por su alma, la de sus familiares y la de todos aquellos a quien «yo fize algunos
hurtos e tomé alguna cosa de lo suyo».84 Por último,
fue también familiar del monasterio de caleruega y
encomendero de santo domingo de Madrid. En este
último, la figura de los protectores, instituida por alfonso X, fue sustituida en este momento por la del encomendero, don Juan Manuel, cuyo mayordomo roy
iñiguez llegó a residir en las cercanías del monasterio.
no obstante, tal encomienda fue efímera, pues desapareció a la muerte del literato. 85 En el siglo XV la
injerencia femenina en los claustros de dominicas en
castilla manifestada en la centuria anterior, se afianzó
e incrementó. no solo porque la mayoría de las nuevas
fundaciones se debieron a mujeres, ya fuesen reinas,
nobles u otras señoras, sino también porque aquellos
monasterios más prósperos, con carácter señorial y vinculados a la realeza y nobleza, se convirtieron en auténticas ginecotopías, espacios construidos por y para las
mujeres, y núcleos del poder femenino, cuya influencia
trascendió más allá de los muros de la clausura.86 En
estos casos queda claro cómo la presencia y la asistencia
de los frailes dominicos lejos de ser deseada y vista por
las religiosas como un sostén, constituyó un engorro
para el ejercicio del poder omnímodo de algunas
prioras, que no tuvieron reparo alguno en deshacerse
de ellos. Este fue el caso de santo domingo el real de
Toledo y de su homónimo madrileño, gobernado este
último durante buena parte del siglo por constanza de
castilla, la cual puede ser considerada también como
continuadora de la tradición de las infantas y señoras,
actuando de forma muy similar a las “abadesas señoras”
después de Trento, no se convirtieron en monjas dominicas. c. Manso Porto:
Arte gótico en Galicia…, o. cit, p.615.
81
También en este caso se han barajado diversas opciones como fecha de
fundación. aunque desde 1973, siguiendo a azcárate ristori, se acepta como
correcto el año de 1378, debemos tener presente que el documento original
se ha perdido, y únicamente lo conocemos a través de una copia realizada
en 1513. cristianópulo, que quizás sí pudo ver el original, situó la fundación
en 1375. aGoP, serie XiV, Liber KKK, f. 571 v; F. Martínez Vázquez: Reseña
histórica y Catálogo monumental de Quejana, 1374- 1974, Vitoria, 1975, p. 111,
doc.344. copia del documento original de fundación dada en Valladolid el
1 de septiembre de 1513.
82
a. Giménez soler: Don Juan Manuel. Biografía y estudio crítico,,
zaragoza, 1932, p. 653ss; F. García-serraino: «don Juan Manuel and the
order of Preachers», Anuario de Estudios Medievales, 23, 1992, pp. 151- 162
(152-154); Ídem: Preachers of the city: the expansión of the Dominican Order in
Castile (1217- 1348), nueva orleans, 1997, pp.100-101
83
aHn, consejos, Leg. 24160, cit. en c. ayllón Gutiérrez: «El monasterio
de dominicas de san ildefonso de la alberca (cuenca) en la Edad Media»,
Archivo Dominicano, 30, 2009, pp. 287-306
84
asBL, cE, carta de donación y privilegio, 20-6-1347. J. a. castillas
García: El monasterio de San Blas de la villa de Lerma: una historia inmóvil,
salamanca, 2008, pp. 286-288. además de recibir diversas mercedes regias,
posteriormente, los principales patronos del monasterio fueron los señores
de la villa de cifuentes, esto es, el marqués de Villena y, más adelante, los
condes de cifuentes. aHn, clero, Legajo 1991; aGoP, serie XiV, Liber Q,
parte prima, f. 532
85
J.r. romero Fernández- Pacheco: Santo Domingo el Real de Madrid,
Ordenación económica de un señorío conventual durante la baja edad media
(1219-1530), salamanca, 2008, p. 153.
86
doña Juana rodríguez, que había sido esposa de Juan sánchez de
castilla, contador de castilla bajo el reinado de Juan ii; donó en 1419 unas
casas para la fundación de un monasterio de dominicas en salamanca. santa
catalina de Ávila surgió en 1463 como beaterio por iniciativa de catalina
Guiera y estuvo sujeto al deán y cabildo catedralicio, hasta que, tras la
fundación de santo Tomás de Ávila pasaron a depender del prior y prelados
del mismo. María Gómez de silva, hija del conde de cifuentes, estableció
en sus casas y otras adquiridas una comunidad de hermanas de la penitencia
que fueron transformadas en monjas dominicas en 1486, bajo la advocación
de la Madre de dios. La fundación de santa catalina de Valladolid en 1488
se debió a María y Elvira Manrique. santa isabel y san Miguel de Trujillo
tuvo su origen en la donación de la antigua sinagoga judía por los reyes
católicos en 1492, a fin de que pudiesen vivir en ella una serie de beatas
hasta entonces dispersas en la población. En un momento desconocido se
transformaron en monjas de la segunda orden, al igual que sucedió con las
religiosas de la Encarnación de Bilbao. Por su parte, la creación del monasterio
de aldeanueva en 1504 se debió a la beata de Piedrahita, que estableció allí
una comunidad de terciarias, las cuales, al igual que en Ávila, nunca trocaron
su estatus por el de monjas.
148
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
cistercienses.87 En efecto, además de su vinculación con
la realeza, compartió con aquellas una serie de características. se ocupó de los asuntos del monasterio, dentro
y fuera del claustro, gozando también de autorización
para recibir visitas por sus familiares en las dependencias que se hizo construir, apartadas del resto de
las monjas.88 Jugó también un destacado papel en la
ordenación de la liturgia de santo domingo el real,
e incluso de una casa filial, fundada por ella misma.89
Y, por último, y no menos importante, transformó la
capilla mayor del monasterio en capilla funeraria de
su linaje, trasladando a ella la sepultura de su abuelo
Pedro i, y de sus padres, con una clara intención legitimadora, lo cual podría también enlazarse con el
papel encomendado en la tradición hispana medieval
a las infantas.90 como ha señalado Muñoz Fernández,
es probable que «esta autoridad femenina fuerte» no
fuese impuesta, sino deseada por las religiosas, que
verían su protección más cercana a sus necesidades y
preocupaciones que la dispensada por los varones.91 se
establecía así una relación de «protección o encomienda
femenina» sobre el monasterio, similar a la ejercida por
las fundadoras o «señoras», o «abadesas señoras» de los
monasterios cistercienses. El poder de la rama femenina
del linaje de los castilla estuvo también presente en esta
centuria en santo domingo el real de Toledo. En concreto, entre la última década del XiV y el primer cuarto
del XV el monasterio estuvo gobernado por Teresa de
ayala, nieta de Fernán Gómez de ayala, fundador de
Quejana, y su hija María de castilla, nacida de sus
relaciones con Pedro i, mientras en las décadas centrales del XV fue una nieta del mencionado monarca,
catalina de castilla, quien ocupó el cargo de priora.
Todas estas mujeres, impulsaron importantes obras en
el monasterio. Las primeras de ampliación de las dependencias monásticas y construcción de la iglesia, con la
ayuda de inés de ayala y la reina catalina de Lancáster,
mientras que la segunda acometió un vasto plan de
reforma que comprendió el traslado de los restos de su
padre y la renovación de las lápidas de este, de su tío
y las pertenecientes a Juana de la Espina y Teresa de
ayala.92
según esto, y a diferencia de lo señalado para el
caso de otros ámbitos geográficos, en castilla, una
dotación económica más sustanciosa no parece haber
favorecido una observancia de la clausura más estricta,
sino al contrario. como se ha visto, en los monasterios
más ricos, al menos algunas religiosas gozaron de gran
libertad de movimientos, a la par que aumentaba su
control sobre la administración monástica y se liberaban del control ejercido por los frailes. En el XV, el
nombramiento de mayordomos y procuradores laicos
en algunos monasterios dotó a las monjas del control
directo sobre sus bienes y haciendas-Madrid, Toledo,
Medina del campo-, al contrario de lo que ocurrió en
los monasterios en los que estos continuaron siendo dominicos-cifuentes, Belmonte, caleruega, aldeanueva-,
los cuales dispusieron normalmente de dependencias
dentro de la clausura.
sin embargo, la situación de estos “monasterios
abiertos”, contrasta abiertamente con la de otras
monjas y, especialmente, de algunas terciarias dominicas, que a finales del XV vivieron voluntariamente
G. Baury: Las religieuses de Castille…,o.cit, pp. 46-47 y 59-72.
aHn, Libro 7296, Libro de las licencias y gracias que los Sumos Pontífices y
ministros generales del orden de Predicadores concedieron a la Serenísima Señora
Doña Constanza, nieta del Rey Don Pedro y al Monasterio de Santo Domingo el
Real donde fue priora 38 años, siglo XVii, s.f. Las constituciones de las monjas
de la orden de Predicadores aprobadas en 1259 prohibieron la existencia
de celdas individuales, lo cual fue reiterado sucesivamente. Constitutiones
Sororum Ordinis Fratrum Praedicatorum (1259), en Constitutiones et Acta
Capitulorum Generalium…, o. cit, p. 122 (cfr. const o-P1259, p. 341).
89
aHn, Libro 7296, Libro de las licencias y gracias que los Sumos Pontífices
…s.f. constanza compiló además el famoso Libro de Devociones y oficios,
destinado no solo a la devoción individual sino también a la práctica litúrgica
comunitaria. Este y otros ejemplos, como el mencionado de la reina Leonor
en Medina, de catalina de Lancáster en Toledo, santo domingo de Pisa con
chiara Gambacorta, evidencian el papel jugado por protectoras y fundadoras
en la compilación y renovación de las bibliotecas monásticas, algo que
también se dio en los monasterios cistercienses. En este sentido también se
asemeja a las fundadoras cistercienses, que donaron a sus fundaciones los
libros necesarios para su vida espiritual y litúrgica. cfr. M. Pérez Vidal: «La
liturgia procesional de completas en el ámbito de los monasterios femeninos
de la orden de Predicadores en castilla», Hispania Sacra (en prensa); Ídem:
Arte y arquitectura de los monasterios de la Orden de Predicadores…o.cit., pp.
161-162 y 175.
90
J.M. Eguren: Memoria histórico-descriptiva del Monasterio de Santo
Domingo el Real de Madrid, Madrid, 1850, p. 21. Véase nota 52
91
a. Muñoz Fernández: Acciones e intenciones de mujeres. Vida religiosa de
las madrileñas ( siglos XV-XVI), Madrid, 1995, p. 136.
87
88
92
Un detallado desarrollo de estos aspectos y otros en M. Pérez Vidal:
Arte y arquitectura de los monasterios de la Orden de Predicadores…, o. cit.
anexos ii, pp. 1412-1422.
149
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 133-152]
bajo clausura, a la manera de las monjas de «velo
negro», llegando incluso a estar meses sin confesarse
ni oír misa, a fin de no quebrantar la clausura.93 En
la mayoría de los casos, sin embargo, no consta que
este anhelo de una vida más estrecha y observante por
parte de estas religiosas, hubiese implicado su transformación oficial en monasterios propiamente dichos.
así, tanto santa catalina de Ávila como el homónimo
beaterio de Toro o santa cruz de la Magdalena en
aldeanueva parecen haber continuado en su estatus
de terciarias, pese a que la clausura se observaba con
mucho mayor celo que en el caso de los monasterios
ricos mencionados anteriormente. Únicamente el beaterio de la Madre de dios de Toledo recibió en 1486
licencia de inocencio Viii a tal efecto, y al año siguiente profesaron en él doce religiosas como «monjas
veladas y encerradas». 94 Finalmente, la relación con
los poderes eclesiásticos locales fue también notablemente diversa de un monasterio a otro. al igual
que sucedió en otras órdenes, las monjas buscaron
en algunos casos liberarse de la tutela episcopal, a
través de una adhesión más estrecha a la orden, amparándose en algunos patronos nobles o en la realeza.95 sin embargo, también es cierto que, desde que
diego de acebes crease el monasterio de Prouilhe,
los obispos tuvieron un papel destacado en muchas
fundaciones dominicas, y en otros casos, las religiosas
parecen haber permanecido bajo su tutela, de buen
grado, hasta fechas tardías, ofreciendo resistencia a
los reformadores o visitadores dominicos.96
de todas formas, la relativa independencia respecto a
la orden de Predicadores y la supeditación a los poderes
eclesiásticos locales no fue siempre voluntaria, sino que a
veces se vio forzada por la ausencia tanto de un convento
en la villa, como de una comunidad residente en el monasterio. así sucedió con las monjas de santa catalina
de Belmonte que, desde su traslado desde la alberca
a inicios del XVi, dependieron de la colegiata de Belmonte,- algo que quizás puede relacionarse también con
la escasa simpatía de su patrón, el marqués de Villena,
diego López Pacheco, por los Predicadores-,aunque
posteriormente parece haber existido una comunidad de
frailes residentes.97 Por último, también existieron casos
en los que las monjas rechazaron tanto la autoridad la autoridad de la orden como la episcopal, mientras que en
otros casos, la jurisdicción parece haber sido compartida
por prelados y dominicos.98
concLUsionEs.
La uniformitas pretendida por la magna tarea reformadora de romans a mediados del siglo Xiii fracasó, y
tanto antes como después existieron una gran variedad
de soluciones tanto en los mecanismos de incorporación
de comunidades femeninas a la orden de Predicadores,
como en el corpus legislativo por el que estas se rigieron,
97
así parece indicarlo en que en la toma de posesión de antiguo alcázar
de la villa, asignado a las dominicas por diego López Pacheco, se hubiese
encomendado a diego López de Hinestrosa, prior de la colegiata de Belmonte,
y no a un fraile dominico. BnE, Mss 13124, f. 165v. cit. en c. ayllón Gutiérrez:
« El monasterio de dominicas de san ildefonso de la alberca (cuenca) en
la Edad Media», Archivo Dominicano, nº 30, 2009, pp. 287-306 (p. 299).
aGoP, serie XiV, Liber III, f. 219. sin embargo, posteriormente, encontramos
referencias a la existencia de una comunidad de frailes dominicos residente,
tal y como había sucedido en La alberca. Princeton Univertity Library,
Manuscripts division. department of rare Books and special collections.
charles carroll Marden collection of spanish documents, 1347-1887, Box
14/ 16. doc. 617.Letter to the town council of Alarcon from Garcia de Peralta
concerning the lawsuit against the abbot and monks of Santa Catalina de
Belmonte,Granada, 1621; Box 14/ 17. doc. 618, Letter to the town council of
Alarcon from Lcdo. Antonio del Campo, concerning the lawsuit against the abbot
and monks of Santa Catalina de Belmonte. the lawsuit involved the collection of
sheep tolls (borras) Granada, 1621.
98
Este parece haber sido el caso de santa María la nova de Lugo, aunque
debemos tener presente que el prelado lucense era él mismo dominico. En
consecuencia, demás de donar varias casas para la fundación, la admisión de
nuevas religiosas en este monasterio requería su autorización y la de los frailes
dominicos. c. Manso Porto: Arte gótico en Galicia…o.cit, p. 609.
93
así lo refiere López, respecto al beaterio de santa catalina de Toro. J.
López: Tercera parte de la historia de Sancto Domingo….pp.311-313.
94
cfr. nota 86. J. López: Tercera parte de la historia de Santo Domingo…,
o.cit., Libro i, capítulo XXXVii y XXXViii, p. 281
95
También en el caso de las cistercienses existen ejemplos que prueban
cómo las monjas prefirieron la jurisdicción episcopal y se mostraron
reacias a aceptar los visitadores cistercienses. c.H. Berman:«Were There
Twelfth-century cistercian nuns?», Church History, Vol. 68, nº4, 1999; pp.
824-864(especialmente p. 863).
96
Este fue el caso de las dominicas de santa María Magdalena di Val
di Pietra de Bolonia, que, pese a haber adoptado la liturgia y calendario
dominicos desde finales de Xiii, permanecieron bajo la jurisdicción episcopal
hasta 1515. G. zarri: «i monasteri femminili a Bologna tra il Xiii e il XVii
secolo», Atti e Memorie della Deputazione di Storia Patria per le Province di
Romagna, XXiV( 1973), pp. 133-213, en concreto,p. 219; E. roncroffi: Psallite
Sapienter. Codici Musicali delle Domenicane Bolognesi, Leo.s.olschki Editore,
Firenze, 2009, p.25.
150
Uniformitas vs diversitas en los monasterios femeninos de la orden de Predicadores en castilla
tervinieron. al patrocinio de papas y reyes, se sumó
desde finales del Xiii, y especialmente en el XiV, una
creciente injerencia de nobles y señores, especialmente
de mujeres. Esta situación se mantuvo y acentuó en
el XV, momento en que los monasterios más ricos y
aristocráticos alcanzaron una notable independencia
jurisdiccional no solo respecto a los prelados diocesanos, sino también frente a la orden de Predicadores,
convirtiéndose en auténticos centros de poder femenino. no obstante, la heterogeneidad jurisdiccional
se mantuvo también en esta centuria, y junto a estos,
encontramos tanto monasterios como comunidades
de terciarias que buscaron una vida observante y «encerrada» y una fuerte sujeción a la orden, y también
monasterios con una estrecha dependencia de los poderes eclesiásticos locales, bien de forma voluntaria o
impuesta. resulta clara, por lo tanto, la ausencia de
un poder centralizado, o de una «casa-madre» y la
complejidad de las redes de filiaciones, dependencias e
influencias establecidas entre los distintos monasterios
Esta variedad jurisdiccional y la ausencia de un poder centralizado, tuvieron su obvio reflejo en la legislación, con la existencia, ya desde tiempos de romans,
de admonitiones y ordenationes complementarias de
carácter provincial o local, en muchos casos probablemente perdidas a consecuencia de la depuración promovida por la reforma.
en la jurisdicción y patronazgo y en el ejercicio de la cura
monialium, sin olvidar la observancia o no de la clausura.
sin embargo, el corpus de textos propagandísticos
auspiciados por el propio romans, con una clara finalidad propagandística y de legitimación de la orden sí
alcanzó los objetivos perseguidos. En efecto, la visión
falseada y simplificada en exceso difundida ya desde
mediados del Xiii a través de estos escritos se perpetuó
no solo en las crónicas y documentos oficiales de la
orden, sino también en buena parte de la historiografía
tradicional, e incluso actual. no obstante, un análisis
particular y detallado de cada uno de estos aspectos,
una lectura crítica de la documentación revela un panorama mucho más complejo.
Las primeras comunidades femeninas vinculadas a
la orden carecieron de usos y costumbres netamente
dominicas, acusando la influencia de otras órdenes, sobre todo la cisterciense. durante la primera mitad del
Xiii la incorporación a la orden de Predicadores fue
más oficiosa que oficial, y fue auspiciada sobre todo
por papas y reyes, sin que la nobleza haya tenido un
papel destacado, a diferencia de lo ocurrido en el caso
cisterciense, por ejemplo. aunque Humberto de romans intentó centralizar estos procesos, la diversidad
de mecanismos persistió durante los siglos bajomedievales y fueron también distintos los agentes que in-
151
noticia
Un intento de reconstrucción de las
desaparecidas miniaturas del
Libro de los Testamentos de
la catedral de oviedo
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 153-168]
d
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
E
n el archivo de la catedral de oviedo se conserva
el Liber Testamentorum Ecclesiae Ouetensis, que
es uno de los mejores y más lujosos cartularios
europeos del siglo Xii. El códice se ornamentó con una
serie de miniaturas, muchas de ellas a página completa,
de las cuales tres fueron robadas. algunas ilustraciones, sin embargo, dejaron su impronta en las páginas
opuestas. Por ello se solicitó al instituto de Patrimonio
cultural de España que se sometiera al LT a una serie
de pruebas con el objeto de reconstruir, en la medida de
lo posible, las desaparecidas miniaturas. Los técnicos,
Tomás antelo y carmen Vega, desplazados a oviedo, realizaron los análisis propuestos el 23 de octubre
de 2012, en presencia de Francisco Javier Fernández
conde, raquel alonso Álvarez, los dos profesores de
la Universidad de oviedo, y agustín Hevia Ballina,
canónigo archivero de la catedral de oviedo. a causa
del acuerdo suscrito entre la iglesia católica y el Estado
Español, el iPcE realizó los citados análisis de manera
completamente desinteresada, un proceso facilitado por
la eficaz gestión llevada a cabo por Miriam Bueso. Los
desplazamientos y gastos derivados de la estancia de los
técnicos corrieron a cuenta de la Universidad de oviedo, con cargo al “Plan para la Promoción de la investigación”. creemos que debe destacarse y agradecerse la
extraordinaria disponibilidad y generosidad de todos
los organismos implicados: archivo de la catedral de
oviedo, iPcE y Universidad de oviedo.
EL LiBro dE Los TEsTaMEnTos dE La
caTEdraL dE oViEdo: asPEcTos HisTóricos,
codicoLóGicos, MaTEriaLEs Y arTÍsTicos
aspectos históricos y codicológicos
El Libro de los Testamentos de la catedral de oviedo
(Liber Testamentorum) abre el catálogo de los manuscritos del archivo capitular de esta institución con el
número 1. Los diplomas copiados en él fueron trascritos
y publicados parcialmente varias veces (s. a. García
Larragueta, Colección de documentos de la catedral de
Oviedo, oviedo, 1962), o en su totalidad y con criterios
diplomáticos rigurosos (aa.VV., Liber Testamentorum
Ecclesiae Ouetensis, Barcelona, 1995) 1.
Mide 375x240 milímetros, tiene un cuadernillo
introductorio no paginado y 113 folios en pergamino,
escritos en bella y tardía minúscula visigoda con el texto
dispuesto a doble columna y profusamente adornado
con una serie espléndida de miniaturas: varias a toda
página, y en las letras que comienzan los diferentes
diplomas, así como mediante elementos de pequeñas
E.E. rodríguez díaz, hizo el estudio codicológico; Mª. J. sanz Fuentes
el estudio paleográfico, la transcripción completa y los índices; E. Fernández
Vallina, la traducción de algunos documentos y el estudio sobre d. Pelayo,
obispo de oviedo; y J. Yarza Luaces, un primer estudio sobre el conjunto de
miniaturas del bello códice miniado.
1
155
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
proporciones, todo ello rigurosamente ideado por su
autor de acuerdo con un plan que tenía ya muy bien
perfilado cuando comenzó a elaborar sus contenidos.
se atribuye al conocido obispo de oviedo d. Pelayo
(1101-1130), porque fue confeccionado durante su
episcopado, respondiendo a unos criterios, precisos y
bien fijados por él desde el principio (Pelagius episcopus
opus hoc fieri iussit: f.iiiv.). La mayor parte del texto se
debe a la pluma de un escribano, cuya personalidad
histórica se nos escapa todavía en la actualidad 2. Los
paleógrafos suelen destacar la presencia de varias
manos3, que se ocuparon de partes menores, alguna de
ellas de mucho interés, por cierto, y de numerosas notas
posteriores de diferente significación. Puede decirse, sin
ninguna duda, que el Liber Testamentorum destaca en
el conjunto de los códices de la época por su magnífica
conservación.
Los objetivos que presidieron la confección de este
valioso códice son también patentes. d. Pelayo quiso
recoger en sus páginas la documentación relacionada
con los intereses administrativos de su diócesis en
unos años de numerosas y complejas controversias de
carácter jurisdiccional entre obispados y metrópolis,
después de la conquista de Toledo por alfonso Vi en
1085. La reorganización de todo el mapa eclesiástico
hispano a partir de la restauración de la primada
visigoda propiciaría una etapa histórica compleja de
reivindicaciones, en las que se vio envuelta la sede de
san salvador de oviedo como otras muchas en los
últimos años del siglo Xi y a lo largo del Xii. El titular
de la diócesis asturiana, creada otrora baja la éjida de
alfonso ii (812), quería disponer así de un conjunto
documental muy funcional: un instrumento fácilmente
manejable en aquella coyuntura histórica difícil y
llena de conflictos4. Pero en el proyecto compilador
y escriturario del mencionado prelado ovetense había
también otros objetivos no menos relevantes. Pelayo no
solo era obispo de una diócesis concreta, con límites
más o menos precisos o en trámite de fijación definitiva;
era también el titular de un señorío feudal vinculado
a la mitra de san salvador, que había comenzado a
perfilarse con nitidez y sólidas bases territoriales por
aquellos mismos años, al igual que estaba ocurriendo
en otras diócesis vecinas. Y al obispo y señor feudal
también le venía bien disponer de todas las piezas
diplomáticas relacionadas con su dominio señorial. Y
las hizo compilar, lógicamente, en el mismo manuscrito
confeccionado en su Scriptorium. Por eso el Liber
Testamentorum tuvo, desde el principio, un valor y una
significación histórica de claros perfiles administrativos,
como lo tendrán, así mismo, los diferentes manuscritos
que saldrán de la conocida oficina de otro prelado
ovetense del bajo Medioevo, d. Gutierre de Toledo
(1377-1389)5 .
Pero lo que le confiere al famoso códice ovetense un
valor especial no es la copia propiamente dicha de los
documentos. su autor no se limitó, en la mayoría de las
ocasiones, a hacer una copia textual de los originales o
copias auténticas de las que pudiera disponer; utilizando
su vasta cultura, de la que hace gala, sobre todo, en el
imponente Corpus Pelagianum -otra obra manuscrita
de su Scriptorium, aún sin estudiar con detalle e incluso
sin una buena edición crítica disponible6-. Los que tiene
a mano, los utiliza con admirable libertad, alterando
estructuras formales de los mismos de acuerdo con el
estilo diplomático de su cancillería, interpolándolos
catedral de Oviedo, roma, 1971, pp. 72-80.
5
sobre este particular cfr. F, J. Fernández conde, “Los obispos ovetenses y
la consolidación del feudalismo en la asturias medieval”, El Papado, la Iglesia
Leonesa y la Basílica de Santiago a finales del siglo XI. El traslado de la Sede
Episcopal de Iria a Compostela, consorcio de santiago, 1999, pp. 129-156. Una
perspectiva amplia de las actuaciones de d. Pelayo en el contexto feudal de las
asturias de su tiempo: F. J. Fernández conde, “El obispo Pelayo”, Asturianos
universales,14, Madrid, 1997, pp. 9-56.
6
se trata de los códices de la Bn. Madrid. Ms. 1358 (s. Xii) y Ms. 1513
(s.Xii-Xiii). referencias sobre los mismos y su contenido: F. J. Fernández
conde, El Libro de los Testamentos, pp. 67 y ss. También: Orígenes. Arte y
cultura en Asturias. Siglos VII-XV, catálogo de la Exposición “orígenes”,
oviedo, 1993 (r. rodríguez Álvarez), pp. 357-358. así mismo: E. Fernández
Vallina, “El obispo de oviedo y su obra historiográfica”, Liber Testamentorum,
pp. 335 y ss.
Mª. J. sanz Fuentes, “Estudio paleográfico”, VVaa, Liber testamentorum,
pp. 107-111, propone la existencia de dos manos; una de ellas, la principal o
“Mano a”, que podría corresponder al propio d. Pelayo. nosotros no estamos
seguros.
3
E. E. rodríguez díaz, “Estudio codicológico”, V Va a, Liber
testamentorum, pp. 69 y ss.
4
Una sucinta panorámica sobre los problemas de la reorganización
administrativa de la iglesia hispana en los siglos Xi-Xii, así como la
posición de la de san salvador de oviedo en todo el conjunto de polémicas
administrativas: F. J. Fernández conde, El Libro de los Testamentos de la
2
156
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
con añadidos muy bien pensados, e incluso creando
piezas diplomáticas completas. En nuestro trabajo
crítico sobre el Liber concluíamos así el estudio:
una serie larga de criterios histórico-diplomáticos,
que permitieran descubrirle al lector científico de
esos diplomas si existieron realmente documentos
originales utilizados por d. Pelayo y sus amanuenses
en la confección de las correspondientes copias de
su Liber. no hacer un esfuerzo interpretativo de ese
calibre y limitarse a decir que determinadas noticias de
los falsos pelagianos son válidas solo para un periodo
indeterminado, anterior al año 1100, por ejemplo, como
hacen algunos historiadores recientes que manejan la
documentación pelagiana en algunos de sus trabajos,
sería un claro indicio de “pereza metodológica”8.
“Examinados críticamente cada uno de los
87 documentos, el balance final resultante
parece casi increíble. según nuestro criterio
contabiliza mos 25 fa lsif icaciones, 28
interpolaciones formales, 14 interpolaciones
formales y de fondo, 6 documentos dudosos y
sólo 14 plenamente auténticos”
después de más de cuarenta años, seguimos
manteniendo, de forma general, aquella primera
valoración, por más que algún autor posterior se haya
esforzado en liberar al obispo ovetense de la mácula
de falsario7. Pero no por ello queda rebajado el valor
histórico del códice del archivo capitular de san
salvador de oviedo. Más bien todo lo contrario, pues,
como es bien sabido, cuando existen falsificaciones o
interpolaciones y se descubren las razones y el alcance
real de las mismas, la categoría de esas piezas, en
cuanto fuentes históricas, adquieren un relieve mayor
que trasciende con mucho la mera textualidad de cada
una. Es cierto que nos gustaría disponer de toda la
información contenida en los numerosos Testamenta de
los reyes asturianos y leoneses que fueron copiados en el
Liber. Para la historia de la sociedad asturiana en general
y de la iglesia de san salvador en concreto eso resultaría
muy útil. Pero, aun admitiendo que se trata de grandes
falsificaciones, las reales de manera particular, sus
contenidos siguen siendo importantes desde diferentes
puntos de vista, sobre todo si podemos descubrir el
motivo de tales manipulaciones o elaboraciones
completas del Scriptorium del gran prelado ovetense.
En un trabajo reciente hemos intentado ofrecer
aspectos materiales y artísticos
El Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis es un espectacular cartulario de gran tamaño (37,5x24 cm)9, ilustrado
con ricas miniaturas, varias de ellas a página completa10.
Tanto las medidas como la riqueza de la ornamentación
convierten a esta pieza en una obra inusual tanto en el
panorama hispánico como en el europeo del siglo Xii.
El códice utiliza con gran acierto la imagen para la señalización y ordenación del contenido, desarrollándose
un intenso diálogo entre ésta y el texto para la exposición
de una ideología propagandística. El Liber no es en este
sentido una pieza aislada, pues los estudios recientes sobre cartularios han puesto de manifiesto de qué modo los
ejemplares más lujosos fueron encargados, más allá de la
obvia finalidad de conservación documental, para su uso
en campañas reivindicativas o políticas, especialmente
F. J. Fernández conde, “Las fuentes escritas en la investigación del
prerrománico”, Asturias entre visigodos y mozárabes (Visigodos y omeyas,
Vi - Madrid, 2010), L. caballero zoreda - P. Mateos cruz - c. García de
castro Valdés, eds., Anejos del Archivo Español de Arqueología, 53, Madrid,
2012, pp. 55-88
9
F. J. Fernández conde, «Libro de los Testamentos», Orígenes, pp. 355-357.
10
Para las miniaturas del códice desde un punto de vista estilístico,
J. Yarza Luaces, “Las miniaturas del Libro de los Testamentos”, en Liber
Testamentorum, pp. 147-230; J. Williams, “Liber Testamentorum”, The Art
of Medieval Spain a.d. 500-1200, new York, The Metropolitan Museum of
art, 1994, pp. 295-297. Una revisión del problema, situando el códice en un
contexto más amplio, en r. alonso Álvarez, “El obispo Pelayo de oviedo
(1101-1153): historiador y promotor de códices iluminados”, Semata, 22, 2010,
pp. 331-350.
8
7
cfr. por ejemplo: E. Vallina Fernández, “El obiso Pelayo de oviedo.
su vida y su obra”, Liber Testamentorum..., pp. 231 y ss. Y ha sido defendido
siempre, en ocasiones de forma apasionada, por V. J. González García, cfr.,
por ejemplo: “El obisppo don Pelayo clave para el estudio de la Historia de
asturias”, El Basilisco, 8, 1979, pp. 72-77.
Para una valoración de la obra pelagiana a través de la historiografía
general: F. J. Fernández conde, “La obra del obispo ovetense Pelayo en la
Historiografía española”, Bol. Inst. Est. Asturianos, 25, 1971,pp. 249-291.
157
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
en las ocasiones en que los privilegios de los organismos
promotores se veían amenazados. sin embargo, sólo muy
escasos ejemplares europeos contemporáneos se encuentran en condiciones de competir con el Liber en lujo y
riqueza, un hecho que demuestra la relevante intención
propagandística con que fue encargada la obra. su importancia se incrementa, además, si tenemos en cuenta
que el obrador ovetense produjo igualmente un complejo
conjunto historiográfico conocido como Corpus pelagianum, del que no conservamos los elementos originales
pero sí una serie de copias medievales (BnE mss 1358,
BnE mss 2805, raH 9/5496, Biblioteca Universitaria de
Leiden Voss. Lat. 91 , BnE mss 1513) que permiten una
reconstrucción aproximada de los contenidos y apariencia de los códices pelagianos. Tanto los aspectos narrativos como visuales de ambos conjuntos se encuentran
íntimamente relacionados, manifestando una unidad de
intención y proyecto que, sin ser una excepción europea,
resulta infrecuente encontrar en su contexto cultural.
En esta línea, en el Liber se advierte una clara utilización
de la figura regia para el incremento del prestigio de la
sede. así, el conjunto de testamentos correspondiente
a cada reinado va precedido por una gran miniatura a
página completa que incorpora en la parte inferior la frase
inicial de la primera donación. inaugura la serie, aunque
desplazada de su lugar original, alfonso ii en la famosa
miniatura que lo sitúa arrodillado bajo la representación
del salvador y los doce apóstoles (fol. iVv.). Le sigue la
imagen en la que ordoño i y Mummadona entregan una
donación a los “arzobispos” serrano y oveco (fol. 8v).
alfonso iii y la reina Jimena aparecen junto a Gomelo,
el beneficiario de su generosidad (fol. 18v.). ordoño ii
y Teresa hacen entrega del correspondiente diploma a
Hermenegildo (fol. 26v). Tras ellos, Fruela ii y nunilo
se representan junto al obispo Placino (fol. 32v).
siguiendo esta lógica, en el fol. 39v debió colocarse
una miniatura representando a ramiro iii. sería la
primera de las representaciones desaparecidas que
motivaron la realización de los análisis encomendados
al instituto del Patrimonio cultural de España, si bien
en este caso la impronta sea difícil de percibir.
Una nueva miniatura a página completa presenta a
Vermudo ii y Elvira haciendo entrega de un testamento
a los arzobispos Vermudo y Gudesteo (fol. 49v) mientras
que la serie de donaciones correspondientes a alfonso V
se inaugura con una representación a media página del
monarca junto con su madre Elvira (fol. 53v).
El primer testamento concedido por Fernando i
iba sin ninguna duda precedido por una ilustración
a página entera del monarca (fol. 59v), que dejó su
impronta en la cara recta del folio siguiente (fol. 60r).
Los análisis revelan una escena de entrega documental
en un ambiente eclesiástico, que creemos será posible
reconstruir aproximadamente en posteriores estudios.
La representación de su hijo, alfonso Vi, es otra de
las desaparecidas, y debió situarse en un folio colocado
entre los actuales 73 y 74, pues ha dejado su impronta
en la cara recta de este último. Tuvo que ser sustraída,
así pues, antes de realizarse la actual paginación. de
nuevo se percibe con claridad, gracias a los análisis
realizados, el momento en que el rey hace entrega al
obispo de un documento de donación.
a juzgar por la formulación del primer testamento
correspondiente a Urraca, también se pensó en
encabezar su capítulo de donaciones con un retrato
de la reina. Puesto que ni a simple vista ni tras los
análisis ha podido ser detectada huella alguna de éste,
es probable que nunca se haya llegado a realizar.
además de las ilustraciones de mayor tamaño, el
códice se ornamentó igualmente con un buen número
de miniaturas más reducidas, todas ellas referidas a
personalidades y escenas de especial relevancia para
los intereses defendidos por el obispo Pelayo a través
del cartulario. Las más importantes son las siguientes:
el obispo adolfo (fol. 3v); el papa Juan, acompañado
por los emisarios severo y siderio (fol. 5v); los obispos
Martín (fol. 74v) y Pelayo (fol. 78v); los papas Urbano
ii (fol. 79 v) y Pascual (fol. 83r), este último entregando
un privilegio a ivo y Pedro.
Todo ello, unido a numerosos signos de confirmación
ricamente ornamentados, algunas iniciales decoradas, y
la inclusión de rotas y signos papales de gran tamaño,
convierten a este cartulario en una excepcional
pieza en su género. Los estudios que se le dediquen
posteriormente podrán verse enriquecidos gracias a los
análisis llevados a cabo por los técnicos del iPcE, que
158
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
han revelado valiosos detalles de su ornamentación
hasta ahora desconocidos.
de diferente forma dependiendo del tipo de tinta o pigmento utilizado y, en cuanto a la radiación ultravioleta
sabemos que produce fluorescencia en soportes como el
pergamino, permitiendo elevar el contraste entre éste y la
tinta, posibilitando así la lectura en zonas prácticamente
perdidas12.
Una última capacidad que ofrecen las
imágenes que se obtienen utilizando fotografía digital
con fuentes luminosas de diferentes rangos espectrales
es la posibilidad del subsecuente tratamiento informático al que pueden someterse para mejorar los resultados.
con todo ello y conforme a la solicitud que se traslada a
la sección de Estudios Físicos del Área de investigación y
Formación del iPcE, se aborda la mejora de legibilidad de
las improntas localizadas en diversas páginas de un códice
medieval perteneciente al archivo de la catedral de oviedo
conocido como Liber Testamentorum.
se trata de un cartulario atípico, al contar con una
serie de miniaturas polícromas a página completa, y en
algunos detalles de su realización se observa el empleo
de oro y plata.
como ya se ha relatado, en época indeterminada tuvo
lugar la desaparición de varias páginas; en algunas de
las que se consideran contiguas a las desaparecidas se
observan distintas marcas sin relación con el contenido
expreso del texto existente, ni traspaso de su reverso.
Es oportuno, por tanto, considerar dichas marcas como
improntas por transferencia parcial de las imágenes
contenidas en las páginas desaparecidas. así pues, el
objetivo de la actuación del equipo de la sección de
Estudios Físicos del iPcE es procurar una mejora de la
legibilidad de las improntas que ayude a la interpretación
del motivo representado en las ilustraciones desaparecidas.
EsTUdio Técnico dEL LiBro dE Los TEsTaMEnTos
Técnicas de imagen para el
estudio de documentos
dentro del conjunto de los bienes culturales los documentos históricos son, por sus características materiales
y por el valor de su contenido en toda su superficie, hoja
a hoja y palabra a palabra, las piezas de arte que desde el
punto de vista de su conservación requieren la mínima
manipulación posible. su estudio implica por tanto, el
uso de técnicas no invasivas que protejan el bien de cualquier tipo de deterioro innecesario. En este sentido habrá
que admitir que la sola observación de un manuscrito
implica necesariamente un deterioro ya que la luz es uno
de los factores que influyen en su envejecimiento.
La fotografía permite registrar la información contenida
en cada página de un documento minimizando el tiempo
de exposición a la fuente lumínica. La fotografía digital
permite además guardar registros de calidad de forma inalterable con el tiempo y en la actualidad estas cámaras
admiten tiempos de exposición muy cortos. Esta técnica
resulta por tanto óptima para el estudio preliminar de documentos si añadimos además el hecho de que los equipos
necesarios son de adecuada portabilidad permitiendo el
trabajo in situ siempre deseable cuando se trata de piezas de excepcional delicadeza.
La técnica fotográfica
se convierte así en la herramienta idónea para los estudios
históricos en documentos como el que nos ocupa. La
información que podemos obtener se ve incrementada
considerablemente si se utilizan diferentes fuentes luminosas11. así, la radiación infrarroja es absorbida y reflejada
METodoLoGÍa Para EL EsTUdio MULTiEsPEcTraL
Las técnicas empleadas para mejorar la lectura de las
marcas encontradas en los folios: 40r, 60r y 74r del
Para una visión general sobre las técnicas de Estudios Físicos previos
en bienes culturales se puede consultar T. antelo, M. Bueso, a. Gabaldón
y c. Vega, “Un espacio para lo invisible”. La Ciencia y el Arte. Ciencias
experimentales y conservación del Patrimonio Histórico, Ministerio de cultura,
Madrid. 2008, pp. 25-38. También M. Hain, J. Bartl, V. Jacko. “Multispectral
analysis of cultural heritage artefacts” . Measurement Science Review, Vol. 3,
sec. 3, 2003.
12
K. T. Knox and r. L. Easton, “recovery of Lost Writings on Historical
Manuscripts with Ultraviolet illumination”. is&T reporter The window on
imaging, 18, 3. 2003
11
159
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
Liber Testamentarum de la catedral de oviedo que se
supone que estuvieron en contacto con páginas desaparecidas son las siguientes:
Fotografía en el rango visible (FV): se han
realizado capturas en el rango visible con una cámara
digital canon Eos-1 ds Marks ii con un objetivo
canon coMPacT-Macro LEns EF 50 mm/
VariFocaL 24-70 mm, e iluminación con lámparas
halógenas.
Fotografía de fluorescencia inducida por radiación
ultravioleta (FUV): Para inducir la fluorescencia del
material de superficie se utilizaron tubos fluorescentes
PHiLiPs TLd/ 18 / 8 que emiten radiación UV de
366 nanómetros, y para registrar la fluorescencia en el
campo visible se utilizó una cámara digital canon
Eos-1 ds Marks ii con un objetivo canon
coMPacT-Macro LEns EF 50 mm.
Fotografía Infrarroja (FIR): se ha obtenido una
imagen general de las páginas en estudio utilizando
una cámara digital niKon d100 con detector ccd,
cuya respuesta máxima es de 1.100 nanómetros, y con
filtro 93 de la marca B+W en la lente e iluminando con
lámparas halógenas.
rEsULTados
Las figuras 2, 3 y 4 muestran el resultado obtenido para
los folios 40 recto, 60 recto y 74 recto, respectivamente13. En ellas se presentan las imágenes obtenidas de la
fotografía en el visible (FV), fotografía en el espectro
visible de la fluorescencia inducida por radiación ultravioleta (FUV), tratamiento digital de la imagen FUV
y fotografía en el campo infrarrojo (Fir).
Las imágenes en el campo infrarrojo muestran que,
en este espacio espectral, la intensidad de absorción de
los residuos que generan las improntas, es similar a la
percibida en el visible y por tanto el contraste con el fondo
no presenta intensificación significativa. no obstante, la
tinta correspondiente al texto registra muy baja absorción,
con lo que la escritura pierde visibilidad, lo que beneficia la
interpretación de las improntas. sin embargo, el poder de
penetración de este tipo de radiación, provoca que también
aparezca en la imagen y con similar intensidad señales que
corresponden a la página siguiente. Un claro ejemplo se
puede observar en el cuadrante inferior izquierdo del folio
74 recto. Una ampliación de esta zona de la página, en el
campo infrarrojo, se muestra en la figura 5.
Por otra parte, en el registro de FUV, tanto los caracteres
escritos como las improntas muestran una elevada
absorción que contrasta con la alta fluorescencia del
pergamino, con lo que se intensifica la percepción de las
improntas, con la consiguiente ganancia de legibilidad,
ante todo en los espacios no ocupados por la escritura.
Para ayudar en lo posible a la interpretación de las
improntas, se han realizado diversos tratamientos de
imagen sobre las capturas originales. se ha combinando la
FV y la FUV, teniendo en cuenta la información de la Fir
y el posible “traspaso” de la página siguiente. El resultado
aparece en las figuras 2, 3 y 4, numerado con el dígito 3,
en escala de grises y volteadas horizontalmente para una
mejor interpretación de las observaciones que hayan de
realizarse por un experto conocedor del códice en estudio.
Planteamiento del problema a abordar
como paso previo, se realizó un examen visual de las
ilustraciones del códice. se constató que los trazados
que se corresponden con aplicaciones de plata y oro
(este último en menor medida) provocan dos tipos de
marcas o señales en diferentes ubicaciones:
• Un traspaso de material en la misma
hoja de la ilustración por su reverso que
denominamos “traspaso”.
• Una transferencia de material en la
página siguiente a la ilustración con
la que hace contacto que llamamos
“impronta”.
agradecemos sinceramente el apoyo recibido por ana rosa García en
el tratamiento informático de las imágenes y la ayuda de Ángeles anaya
en la elaboración del informe interno del iPcE. así mismo deseamos dejar
constancia de nuestra admiración por la labor de gestión de todo este trabajo
realizada impecablemente por Miriam Bueso.
13
La figura 1 muestra un ejemplo en una hoja ilustrada
que se conserva.
160
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
pectro electromagnético utilizadas para el estudio de las
improntas encontradas en el Liber Testamentarum de la
catedral de oviedo aportan importantes datos sobre los
folios desaparecidos.
El trabajo presentado en este
artículo abre la puerta a posteriores estudios específicos
y pormenorizados con nuevas técnicas no invasivas más
complejas como pueden ser el análisis multiespectal en
banda estrecha o el análisis hiperespectral.
concLUsionEs
Las huellas de miniaturas perceptibles en el Liber Testamentorum sugirieron la posibilidad de realizar un intento de reconstrucción de las mismas mediante la utilización de técnicas fotográficas y lumínicas. El resultado
fue una notable aproximación a su aspecto original. Las
técnicas de fotografía digital en diferentes rangos del es-
raquel alonso Álvarez
Universidad de Oviedo
Tomás antelo
Instituto de Patrimonio Cultural de España(IPCE)
Francisco Javier Fernández conde
Universidad de Oviedo
agustín Hevia Ballina
Canónigo archivero de la Catedral de Oviedo
carmen Vega
Universidad Politécnica de Madrid
(Colaborador del IPCE hasta 2013)
161
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
Fig. 1: 1) Fotografía del folio 18 recto en donde puede verse el “traspaso de material” de las zonas
de oro y plata del folio 18 verso. 2) Fotografía del folio 18 verso y folio 19 recto. 3) detalle de la
fotografía anterior en donde se observa la “impronta de material” que deja sobre las letras la plata, y
en menor medida el oro, de la figura situada a la izquierda del rey. 4) Misma imagen con FUV
162
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
Fig. 2: Folio 40 recto: 1) FV; 2) FUV; 3) Tratamiento digital de las imágenes; 4) Fir
163
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
Fig. 3: Folio 60 recto: 1) FV; 2) FUV; 3) Tratamiento digital de las imágenes; 4) Fir
164
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
Fig. 4: Folio 74 recto: 1) FV; 2) FUV; 3) Tratamiento digital de las imágenes; 4) Fir
165
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
Fig. 5: detalle de una zona de la imagen Fir del folio 74 recto Las señales que se observan
se corresponden con las zonas oro y plata de la página siguiente del códice por lo que no
deben tomarse en consideración para la interpretación de la página desaparecida.
166
Un intento de reconstrucción de las desaparecidas miniaturas del Libro de los Testamentos
Fig. 6: detalle de la imagen obtenida por tratamiento digital del conjunto de capturas realizadas
para el folio 60 recto. obsérvese las marcas oscuras que corresponden a las improntas y
cómo puede reconocerse en ellas, la cruz, las lámparas, los bordes de los mantos….
167
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 153-168]
Fig. 7: detalle de la imagen obtenida por tratamiento digital del conjunto de capturas
realizadas para el folio 74 recto. Las improntas que se observan permiten localizar a dos
personajes por sus aureolas así como lo que puede ser interpretado como una ventana.
168
La Edad Media asturiana en el año 2012:
notas de bibliografía histórica. con un
aditamento al repertorio bibliográfico de
los años 2010 y 2011
carlos Benjamín Pereira Mira
Equipo de investigación Episteme.
Universidad de oviedo
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 169-194]
d
R esuMen: El presente repertorio bibliográfico tiene
carácter especializado, regional, retrospectivo, descriptivo y
acumulativo. su objetivo es registrar la producción impresa
de temática medieval asturiana aparecida en el año 2012.
con ello, pretendemos facilitar el trabajo intelectual de
profesores, investigadores, estudiantes, eruditos locales
o público interesado en general, mediante una periódica
actualización del acervo de publicaciones sobre el Medioevo
astur. completan esta contribución sendos aditamentos
a los repertorios correspondientes a los años 2010 y 2011,
recogidos por el autor ([email protected]) en <<La
a bstRact: The nature of this bibliographical repertory
is specialized, regional, retrospective, descriptive and
accumulative. The main aim of this work is to register
printed production relative to asturian Middle ages
published last year (2012). our purpose is to facilitate the
intellectual work of teaching staff, investigators, students,
those who are expert in this subject or every body interested.
space-time coordinates are perfectly defined: the present
geographical and administrative boundaries of the Principate
of asturias (north of spain) in chronological period between
years 501 and 1500 after christ. in this contribution are
included two retrospective additions corresponding to years
Edad Media asturiana en el año 2010: notas de bibliografía
histórica. con un aditamento al repertorio bibliográfico de
los años 2008 y 2009>>, Territorio, Sociedad y Poder. Revista
de Estudios Medievales, núm. 6 (2011), pp. [173]-191 y <<La
Edad Media asturiana en el año 2011: notas de bibliografía
histórica. con un aditamento al repertorio bibliográfico de
los años 2009 y 2010>>, Territorio, Sociedad y Poder. Revista
de Estudios Medievales, núm. 7 (2012), pp. [221]-249.
PalabRas clave: bibliografia, asturias (norte de España),
Edad Media, año 2012, aditamento retrospectivo.
2010 and 2011. see also about it our articles titled: <<La
Edad Media asturiana en el año 2010: notas de bibliografía
histórica. con un aditamento al repertorio bibliográfico de
los años 2008 y 2009>>, Territorio, Sociedad y Poder. Revista
de Estudios Medievales, núm. 6 (2011), pp. [173]-191 y <<La
Edad Media asturiana en el año 2011: notas de bibliografía
histórica. con un aditamento al repertorio bibliográfico de
los años 2009 y 2010>>, Territorio, Sociedad y Poder. Revista
de Estudios Medievales, núm. 7 (2012), pp. [221]-249.
K eywoRds: bibliography, asturias (north of spain), Middle
ages, year 2012, retrospective addition.
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
Uría Maqua (1998) y (2000)]1 del antecitado artículo,
bajo una novedosa y manejable apariencia: la del libro
exento de pequeño formato. En él, el lector interesado
hallará numerosas y apasionantes informaciones sobre
diferentes aspectos relativos a la trayectoria vital del
biografiado: cuna, dominios, actividad militar, matrimonio pactado con la infanta isabel de Portugal,
posterior anulación matrimonial, alianzas con ingleses, franceses y portugueses, conjura contra su hermanastro Juan i, fracaso y prisión, libertad y restitución
de dominios, sublevación contra su sobrino Enrique
iii, cercos a Gijón de 1394 y 1395, descendencia (cabe
recordar aquí el prestigioso linaje luso de los noronha),
y muerte. Las pesquisas del Prof. Uría Maqua sobre el
atormentado don alfonso comenzaron, según él mismo
refiere, en 1960, si bien cuestiones familiares y laborales
habrían propiciado un prolongado postergamiento de
quince años hasta que en 1974 pudo, finalmente, retomar y concluir su estudio. asiduas y fructíferas visitas
al archivo de la catedral de oviedo y al archivo del
Monasterio de san Pelayo, entre otros, le permiten la
consulta de primera mano de diversas fuentes manuscritas -entre las cuales cobra especial relevancia el Libro
Becerro (a. c. o., ms. 9), cuyo tenor textual será editado por Pedro Floriano Llorente- de uso ineludible para
1. La Edad MEdia asTUriana En EL
año 2012: noTas BiBLioGrÁFicas.
rEEdicionEs dE cLÁsicos
a mediados de la década de los 70 del pasado siglo,
vió la luz en el segundo número (hoy agotado) de la
publicación seriada Asturiensia Medievalia un conocido
artículo de algo mas de medio centenar de páginas que
versaba sobre uno de los más importantes personajes
históricos regionales: don alfonso Enríquez, conde
de noreña y de Gijón, primogénito bastardo del monarca castellano Enrique ii, poseedor de uno de los
más importantes señoríos de la decimocuarta centuria
y cuyas sublevaciones están en la base de la creación del
Principado de asturias por Juan i en 1388. su autor, el
recientemente desaparecido medievalista d. Juan Uría
Maqua (1931-2011), fue profesor de la Universidad de
oviedo, firmó numerosos trabajos de alta investigación
tanto de época medieval cuanto moderna, y coordinó
la edición de las Opera Omnia de su padre, el también
historiador d. Juan Uría ríu, estudioso insigne y maestro de maestros. Un año después de su fallecimiento, la
institución académica ovetense y la editorial Krk han
querido rendir un merecido homenaje al erudito y a la
persona mediante la reedición actualizada [véanse a tal
respecto las entradas bibliográficas correspondientes a
1
Uría Maqua, Juan: El Conde don Alfonso, oviedo: Krk y Universidad,
2012, 346 pp. (días de diario; 47). [Es reedición actualizada de: Uría Maqua,
Juan: <<El conde don alfonso>>, Asturiensia Medievalia, núm. 2 (1975), pp.
177-238].
171
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
un mejor conocimiento de los avatares existenciales del
célebre personaje. corresponde la primacía, entre los
impresos, al corpus cronístico [véanse los volúmenes
correspondientes en la Biblioteca de autores Españoles,
ed. rivadeneyra] de don Pero López de ayala acerca de
los reinados de Pedro i, Enrique ii, Juan i y Enrique
iii. no en vano son los principales episodios políticomilitares acaecidos durante dichos reinados -la guerra
civil frente a la tiranía de Pedro i, el ascenso al trono
de Enrique ii de Trastámara, las famosas mercedes enriqueñas, el paulatino reforzamiento centralizador del
poder regio, la progresiva relegación de la nobleza de
sangre y el paralelo encumbramiento de una nobleza
de servicio, fundamentalmente- los que permiten contextualizar en buena medida las persistentes intrigas
y deslealtades del señor de noreña cuyas posesiones
habrán de engrosar, finalmente, la jurisdicción episcopal ovetense. Queremos subrayar en último lugar
el especial interés y utilidad del apéndice documental
que, integrado por veintidós piezas encuadradas en la
horquilla cronológica que oscila entre los años 1377 y
1515, dan cierre (junto con un provechoso índice onomástico) a este clásico de la historiografía bajomedieval.
Encuadrada en el marco más amplio de sus pesquisas
predoctorales en curso referentes a las manifestaciones
arquitectónicas románicas de carácter religioso del occidente asturiano, la antecitada monografía principia
con una imprescindible contextualización histórica que
da cabida a los variopintos avatares que, en tiempos
medievales -plenomedievales, paradigmáticamente-,
modernos y contemporáneos, experimentó el que, sin
ningún género de dudas, constituye uno de los cuatro
principales conjuntos monásticos (junto con san Juan
Bautista de corias (cangas del narcea), san salvador
de cornellana (salas) y san Miguel de Bárzana (Tineo)) enclavados en la mencionada área geográfica. avatares que abarcan desde la legendaria fundación por el
príncipe adelgaster -hijo bastardo del rey d. silo- y
Brunilde en el año 781, pasando por la constitución
como enclave de paso obligado en la ruta jacobea a raíz
del célebre privilegio otorgado por el monarca castellano alfonso iX y, sucesivamente, la reforma normativa
practicada por el obispo don Gutierre, la implantación
de abades comendatarios, el ingreso en la congregación de la observancia de Valladolid, la asimilación
a abadía, la inclusión de un colegio de artes, el papel
protagonizado por el maestro arquitecto Melchor de
Velasco, la reconversión en hospital durante la Guerra
de la independencia, la exclaustración inherente a la
desamortización mendizabalista, o la conversión en
iglesia parroquial bajo la advocación de san antolín,
entre otros, hasta llegar a su declaración como monumento histórico-artístico nacional (hoy, Bien de interés
cultural) en 1982 y su dedicación como escenario de
sendos campos de trabajo con fin recuperador en el
estío de 1985. La investigadora gijonesa nos proporciona a continuación todo género de noticias referentes
a la fábrica, las sucesivas reformas de época moderna (en claustro y dependencias fundamentalmente) y
los diferentes proyectos (y, en su caso, ejecuciones) de
restauración efectuados en las dos últimas centurias
(L. Menéndez Pidal, J. r. alonso Pereira, J. a. Pérez
Lastra). Y ello sin olvidarnos del ineludible catálogo de
piezas artísticas, perdidas (como su emblemático altar
portátil) o conservadas (caso de la singularmente valiosa talla del crucificado románico, auténtica joya de la
MonoGraFÍas dE JóVEnEs
inVEsTiGadorEs
La cuadragésimo séptima entrega de la colección Fuentes y Estudios de Historia de asturias auspiciada por el
ridEa, a saber, la condensada monografía interdisciplinar sobre la génesis, las vicisitudes y el patrimonio
del cenobio benedictino (de estética cisterciense) tinetense de santa María La real de obona2 firmada por la
joven historiadora del arte ana olay rodríguez (Gijón,
1981), sustancia el que fuera Trabajo de investigación
de los cursos de doctorado defendido por la autora
en la Universidad de oviedo en 2007, bajo la dirección de la Prof. dra. isabel ruiz de la Peña González.
2
olay rodríguez, ana: El Monasterio de Santa María La Real de Obona
(Tineo), oviedo: real instituto de Estudios asturianos, 2012, 245 pp. (Fuentes
y Estudios de Historia de asturias; 47). con <<Prólogo>> de isabel ruiz de
la Peña González, o. c., pp. [11]-16.
172
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
imaginería regional). no falta, con todo, la imprescindible denuncia del deplorable estado de conservación
de buena parte de los tesoros mencionados, así como la
comprensible solicitud de una actuación global y de urgencia, petición que desde estas líneas suscribimos. El
trabajo de la doctoranda olay rodríguez -que completa
y actualiza las aportaciones pretéritas de L. Fernández
Martín, E. zaragoza Pascual, J. a. Fernández Lamuño, J. i. ruiz de la Peña solar, Mª. J. sanz Fuentes…se cierra con tres jugosos apéndices de gran utilidad:
el primero, integrado por once documentos -ocho de
los cuales permanecían inéditos hasta la fecha-, que se
incluyen en la horquilla cronológica que oscila entre
los años 1645 y 1844, y que son aquí objeto de regesto,
reproducción y transcripción parcial; el segundo, por
ciento nueve fotografías; y, el tercero, por cuatro planos. reviste especial interés el tenor textual del legajo
5044 del madrileño archivo Histórico nacional, que
al parecer no había visto la luz hasta el momento y
que contiene un fundamental inventario de los bienes
librarios, documentales y pictóricos del cenobio en 1821.
Lástima que permanezca en paradero desconocido el
libro de fábrica de la iglesia parroquial de obona objeto de cita hace años en un conocido trabajo de don
agustín Hevia Ballina.
nes del congreso celebrado en el madrileño centro de
ciencias Humanas y sociales en 2010 sobre el sesgo
ideológico y sobre la diversificada impronta arqueológica de las ricas manifestaciones artísticas -preferentemente arquitectónicas, pero también escultóricas y
pictóricas- de la monarquía asturiana (718-910). Esta
nueva entrega, sexta ya, de las apasionantes reuniones
científicas que, bajo la rúbrica Visigodos y omeyas, profundizan desde ópticas historiográficas novedosas e
interdisciplinares en diferentes aspectos de la antigüedad Tardía y la alta Edad Media peninsulares, analiza
con exhaustividad las fuentes escritas pero sobre todo
materiales relativas a un cronotopo de carácter regional
perfectamente delimitado, el del Asturorum Regnum,
y lo hace en el contexto de los fastos conmemorativos
del decimotercer centenario de la invasión islámica de
711. no faltan, con todo, trabajos alusivos a otros territorios peninsulares que nos suministran jugosas informaciones y sugerentes hipótesis orientadas a completar
la imagen de conjunto del tema analizado. inciden los
editores en su prólogo en dos circunstancias a tener
muy en cuenta: de un lado, la ausencia de los reputados
especialistas christian sapin, chris Wickham (autor,
con todo, del epítome final conclusivo) y nuestro admirado roger collins; y, de otro, la no inclusión en las
de las iglesias de san Miguel de Lillo y santianes de Pravia>>, o. c., pp. [89]123; Utrero agudo, María de los Ángeles: <<a finales del siglo iX e inicios del
X. Entre asturianos y mozárabes>>, o. c., pp. [125]-145; Villalón, María cruz:
<<La plástica asturiana y su relación con la creación visigoda y la andalusí>>,
o. c., pp. [147]-178; sastre de diego, isaac: <<¿Un modelo de altar asturiano?.
del arquetipo de Quinzanas a la obra excepcional del naranco>>, o. c., pp.
[179]-207; coroneo, roberto: <<asturias y Bizancio: arte e ideología>>, o.
c., pp. [209]-228; García de castro Valdés, césar: <<Visigodos, asturianos
y carolingios>>, o. c., pp. [229]-286; Untermann, Matthias: <<saint-denis
y st. Gallen: aspectos de la arquitectura religiosa en el reino carolingio>>,
o. c., pp. [287]-305; Larrea, Juan José y Ernesto Pastor: <<alaba Wa-L-Qila
c: la frontera oriental en las fuentes escritas de los siglos Viii y iX>>, o. c.,
pp. [307]-309; azkarate Garai-olaun, agustín e iñaki García camino: <<El
espacio circumpirenaico occidental durante los siglos Vi al X d. c. según
el registro arqueológico: algunos interrogantes>>, o. c., pp. [331]-351; arias
Páramo, Lorenzo: <<Geometría, metrología y proporción en la arquitectura
altomedieval de la Meseta del duero>>, o. c., pp. [353]-390; carbonell Esteller,
Eduard: <<aproximación a una síntesis de la arquitectura en los territorios
cristianos que conformarán cataluña (siglos Vi al iX)>>, o. c., pp. [391]413; suárez otero, José: <<Galicia, la crisis del siglo Viii y la transición
al mundo medieval. nuevas propuestas para viejos problemas>>, o. c., pp.
[415]-441; Fontes, Luis: <<o norte de Portugal entre os séculos Viii e X:
balanço e pérspectivas de investigaçao>>, o. c., pp. [443]-474; y Wickham,
chris: <<asturias entre visigodos y mozárabes. observaciones finales>>, o.
c., pp. [475]-478.
acTas dE conGrEsos
Los dres. Luis caballero zoreda, Pedro Mateos cruz
y césar García de castro Valdés han editado el denso
volumen de actas3 que recoge las dieciséis intervencio3
caballero zoreda, Luis, Pedro Mateos cruz y césar García de castro
Valdés (eds.): Asturias entre visigodos y mozárabes (Visigodos y omeyas, VIMadrid 2010), Madrid: consejo superior de investigaciones científicas,
2012, 478 pp. (anejos de Archivo Español de Arqueología; LXiii). contiene:
caballero zoreda, Luis, Pedro Mateos cruz y césar García de castro
Valdés: <<introducción>>, o. c., p. [9]; sin especificar: <<in memóriam.
roberto coroneo (cagliari, 1958-2011)>>, o. c., p. [11]; Gimeno Pascual,
Helena y Javier del Hoyo: <<La epigrafía medieval asturiana. Los epígrafes
de la iglesia de san Juan de santianes de Pravia>>, o. c., pp. [13]-26; Quirós
castillo, Juan antonio y Margarita Fernández Mier: <<Para una historia
social de la arquitectura monumental altomedieval asturiana>>, o. c., pp.
[27]-53; Francisco Javier Fernández conde: <<Las fuentes escritas en la
investigación del Prerrománico>>, o. c., pp. [55]-88; caballero zoreda, Luis:
<<observaciones arqueológicas sobre producción arquitectónica y decorativa
173
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
actas de la intervención del Prof. dr. Eduardo Manzano Moreno. circunstancias que, de no haberse producido, hubieran enriquecido con certeza un simposio
que hubo de lamentar la triste desaparición de uno de
los ponentes, el historiador del arte medieval roberto
coroneo (cagliari, 1958-2011). son objeto de estudio
pormenorizado en el presente volumen: tres inscripciones de la iglesia praviana de san Juan en santianes,
con especial hincapié en el epígrafe laberíntico del rey
silo (reg. 774-783) (H. Gimeno Pascual y J. del Hoyo);
la adscripción social de los promotores de la edilicia altomedieval asturiana, así como la organización del trabajo y funcionalidades inherentes a los mismos, siempre
desde la óptica de la arqueología de la arquitectura (J.
a. Quirós castillo y M. Fernández Mier); el repertorio
de iglesias prerrománicas asturianas confeccionado a
la luz de las evidencias materiales y de las menciones
escritas, sobre todo las procedentes del Liber Testamentorum pelagiano (F. J. Fernández conde); la aplicación
de modelos estratigráficos a los conjuntos arquitectónicos y escultóricos de Lillo y santianes (L. caballero
zoreda); las vinculaciones constructivas evidenciables
entre las iglesias de san salvador de Valdediós, san
Miguel de Escalada y sao Pedro de Lourosa (Mª. de los
Á. Utrero agudo); la notable impronta islámica apreciable en la producción escultórica y pictórica del arte
prerrománico asturiano (Mª. cruz Villalón); la excepcionalidad del altar de santa María del naranco en el
cuadrante noroccidental peninsular ibérico (i. sastre de
diego); la influencia ideológica bizantina en el reino
de asturias (r. coroneo); el neogoticismo asturiano y
las conexiones con la corte franca (c. García de castro Valdés); la conceptualización y funcionalidad de
las prestigiosas abadías carolingias de saint denis y
st. Gallen (M. Untermann); la alternancia ora pacífica
ora bélica cristiano-musulmana en el alto Ebro (J. J.
Larrea y E. Pastor); la necesidad de acudir al registro arqueológico para contrarrestar ciertas sesgadas visiones
historiográficas recientes del territorio vasco (a. azkárate Garai-olaun e i. García camino); la exhaustiva
planificación modular-estructural en la edilicia altomedieval del septentrión hispano (L. arias Páramo); la
producción arquitectónica en la cataluña tardoantigua
y altomedieval, con especial hincapié en los hallazgos
últimos de Egara (E. carbonell Esteller); las necrópolis,
las laudas de doble estola y los descubrimientos bajo
la seo compostelana (J. suárez otero); la problemática histórica, artística y arqueológica en el norte de
Portugal, con especial atención a la region bracarense
(L. Fontes); o el “desafío” propuesto por el propio caballero zoreda, quien postula una total revisión de las
adscripciones cronológicas tradicionales de los edificios
altomedievales, con miras a plantear un “cambio de
paradigma” que auguramos enriquecedor a la par que
polémico (c. Wickam).
acTas dE conGrEsos
El monarca asturiano alfonso ii “el casto” (reg. 791842) realizó en el año 812 una importantísima donación
a la seo ovetense que, recogida por escrito en el famosísimo Testamentum Regis Adefonsi -pieza documental
clave, dotada de un extraordinario valor codicológico,
paleográfico, filológico y, sobre todo, histórico- constituye, de facto, su acta fundacional. con motivo de la
efeméride conmemorativa de su duodécimo centenario,
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
oviedo acogió, durante los días 18 al 21 de abril de
2012, un simposio de hondo calado científico que, intitulado Tua sunt Domine omnia. Las donaciones piadosas
en el mundo medieval, fue secundado por una amplia
participación. El resultado tangible de las conclusiones
alcanzadas en tal evento -que analizó las donaciones
pías de los siglos medios, en general, y la protagonizada por el rey casto, en particular- se reúne en un
sólido volumen de actas congresuales4 integrado por
4
García Leal, alfonso (ed.): Las donaciones piadosas en el mundo medieval,
oviedo: alfonso García Leal, 2012, 507 pp. (asturiensis regni Territorium.
documentos y estudios sobre el periodo tardorromano y medieval en el
noroeste hispano; 5). contiene: García Leal, alfonso: <<Presentación>>, o.
c., pp. [7]-8; Fernández conde, Francisco Javier: <<La religiosidad medieval
y las donaciones a la iglesia>>, o. c., pp. [9]-58; san Vicente González de
aspuru, José ignacio: <<constantino y la iglesia: donaciones y pseudodonaciones>>, o. c., pp. [59]-96; rodríguez Muñoz, Javier: <<alfonso ii el
casto: antitoledanismo o restauración gótica>>, o. c., pp. [97]-118; García
Leal, alfonso: <<Las donaciones regias a la iglesia en el reino de asturias>>,
o. c., pp. [119]-150; García de castro Valdés, césar: <<significados de la
174
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
veinte ponencias y comunicaciones debidas a la pluma
de reputados especialistas de la Filología, la Historia o
la arqueología peninsulares. Volumen que constituye
la ya quinta entrega de la colección Asturiensis Regni
Territorium, de opíparos frutos y a cuyo comité organizador quisieramos agradecer y felicitar por la excelente
labor editorial desempeñada, a la que seguirá en breve
la publicación de una monografía específica sobre el
Testamentum alfonsino a cargo de los Prof. drs. d. alfonso García Leal y d. José antonio Valdés Gallego.
La conferencia inaugural corrió a cargo del Prof. dr.
Francisco Javier Fernández conde, catedrático Honorario de Historia Medieval de la institución ovetense,
quien nos ofrece medio centenar de páginas a modo
de ineludible excursus introductorio sobre la religiosidad altomedieval nor-peninsular, en general, y sobre
las donaciones a la iglesia cristiana (concebidas en su
doble vertiente de negocio jurídico y expresión religiosa), en particular. reviste especial interés su análisis del
influjo de las Formulae Visigothicae (ed. zeumer) en las
abundantes y relevantes cartas de donación altomedie-
vales del reino astur-leonés. Por su parte, José i. san
Vicente Gonzalez de aspuru abunda en las prácticas
evergéticas de constantino el Grande, enumerando y
cuantificando en valores actuales las innúmeras dádivas
imperiales, y destacando con carácter diacrónico las
noticias sobre los mancusos jaqueses y la doble relación de la Donatio Constantini, célebre mixtificación,
con el enfeudamiento del reino de aragón con el Pontificado, de un lado, y con la emisión de las cuatro
bulas alejandrinas en 1493, de otro. Javier rodríguez
Muñoz aboga por la interpretación instauradora (que
no restauradora) del viejo orden toledano en la corte
de alfonso ii, rechazando la tan manida cuestión del
neogoticismo asturiano; el alejamiento o desviculación
con respecto a la capital goda se ejemplificaría con la
herejía adopcionista y con la inventio del sepulcro del
apóstol santiago en compostela. alfonso García Leal
analiza los sesenta documentos de donación (de los
cuales, treinta y nueve debidos a alfonso iii “el Magno”) realizados por los monarcas asturianos a distintas
entidades eclesiásticas, con preferencia por la sede de
san salvador. Las intervenciones de césar García de
castro Valdés, alejandro García Álvarez-Busto y clara
E. Prieto Entrialgo aluden, respectivamente, a la arcaizante tradición material, técnica y formal de la cruz de
los Ángeles de 808, a la dotación fundacional, avatares
y morfología arquitectónica del cenobio benedictino
coriense, y a las divergencias diplomáticas, lingüísticas y paleográficas de las dos cartas dotacionales del
monasterio de san salvador de cornellana. de contenido específicamente regional únicamente restan dos
contribuciones, la de José Joaquín Milans del Bosch y
solano sobre el flujo jacobeo posterior a la muerte del
rey casto y la de José antonio Valdés Gallego sobre
el hipotético tenor textual y fortuna del códice ovetense de los Evangelios citado por ambrosio de Morales
en el Viage Santo. completan el volumen diez trabajos
que versan sobre: seis cartas de donación particulares y
cinco reales pertenecientes al archivo del monasterio de
santa María la real de Tortóles de Esgueva (n. Ávila
seoane / s. cabezas Fontanilla); los apócrifos contenidos en el Becerro Galicano de san Millán de la cogolla
(d. Peterson); las más antiguas donaciones piadosas de
orfebrería sacra en la alta Edad Media: alfonso ii y la cruz de los Ángeles
de san salvador de oviedo (808)>>, o. c., pp. [151]-196; García ÁlvarezBusto, alejandro: <<La arquitectura religiosa como donación piadosa. La
iglesia fundacional del monasterio de corias>>, o. c., pp. [197]-216; Prieto
Entrialgo, clara Elena: <<otra vez sobre la carta dotacional del monasterio
de cornellana>>, o. c., pp. [217]-246; Ávila seoane, nicolás y susana cabezas
Fontanilla: <<cartas de donación particulares en el archivo del monasterio de
santa María La real de Tórtoles de Esgueva (1152-1240)>>, o. c., pp.[247]-270;
Ávila seoane, nicolás y susana cabezas Fontanilla: <<cartas de donación
reales en el archivo del monasterio de santa María La real de Tórtoles de
Esgueva (1093-1289)>>, o. c., pp. [271]-294; Peterson, david: <<Mentiras
piadosas. Falsificaciones e interpolaciones en la diplomática de san Millán
de la cogolla>>, o. c., pp. [295]-314; Fornés Pallicer, Mª antonia y Mercé
Puig rodríguez Escalona: <<Las donaciones piadosas en la documentación
latina de la cataluña medieval: rigidez formular y libertad de escritura>>,
o. c., pp. [315]-332; Escolá Tuset, Josep Maria: <<Las donaciones piadosas de
los condes de Barcelona>>, o. c., pp. [333]-352; delgado sotelo, sergio: <<El
testamento paterno de Lope García de salazar: el legado piadoso de ochoa>>,
o. c., pp. [353]-367; ramos dias, Marta Miriam: <<La donación a uno mismo:
donaciones pro anima en los testamentos medievales>>, o. c., pp. [369]-384;
carballeira debasa, ana María: <<aproximación a las donaciones piadosas en
el islam medieval: el caso de al-andalus>>, o. c., pp. [385]-406; Feijoó, Manel:
<<cristiandad e islam: actos piadosos y caritativos entre dos mundos>>, o. c.,
pp. [407]-423; Fernández López, María concepción: <<Toponimia de don y
gracia>>, o. c., pp. [425]-438; Milans del Bosch y solano, José Joaquín: <<Las
peregrinaciones del camino de santiago en el Asturorum Regnum a partir
de alfonso ii>>, o. c., pp. [439]-452; Valdés Gallego, José antonio: <<Iusti
Liber (Los Evangelios de oviedo)>>, o. c., pp. [453]-482; Fernández Vallina,
Emiliano: <<Plegarias e invocaciones en la Edad Media Latina: jalones
imprescindibles>>, o. c., pp. [483]-507.
175
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
cataluña (Mª. a. Fornés Pallicer / M. Puig rodríguez
Escalona; J. Mª. Escolá Tuset); el testamento de ochoa
de salazar, uno de los más relevantes integrantes de
la nobleza del señorío de Vizcaya (s. delgado sotelo);
cinco documentos heterogéneos de donaciones pías y
rituales para-litúrgicos (M. M. ramos dias); el habiz
público andalusí de época omeya (a. Mª. carballeira
debasa); la caracterización de los legados píos en las
comunidades cristiana e islámica (M. Feijóo); la conceptualización del “don” toponímico (Mª. c. Fernández López); y, finalmente, el tenor textual de diferentes
plegarias medievales (E. Fernández Vallina).
grueso volumen de actas5 recoge, tras dos sucintos pero
necesarios introitos, dos conferencias magistrales (una,
inaugural, a cargo de Juan ignacio ruiz de la Peña
solar, que analiza el proceso de repoblación urbana de
la orla costera cántabro-atlántica haciendo hincapié en
la actividad comercial y pesquera avilesina; y otra, de
clausura, a cargo de María Josefa sanz Fuentes, que
acomete la difícil tarea de sintetizar las conclusiones
alcanzadas en el simposio), quince ponencias (tres, referentes al arco atlántico europeo en general -la de G.
cherubini- y a los casos francés y británico en particular -las de M. Bochaca, a. Gallicé y M. Tranchant,
y r. H. Britnell-; cuatro, que reflexionan acerca del
fenómeno urbano en la monarquía castellano-leonesa,
la inmigración franca o las devociones de filiación marinera -las de F. López alsina, M. recuero astray, P.
Martínez sopena y G. cavero domínguez-; tres, que
suministran condensadas informaciones sobre la realidad asturiana contemporánea, con primacía del enfo-
acTas dE conGrEsos
El Fuero de avilés, auténtico monumento histórico y
filológico y símbolo de memoria colectiva, constituye
un instrumento jurídico de extraordinaria relevancia
para un mejor conocimiento de la génesis y primeros
avatares de la villa realenga avilesina. durante mucho
tiempo, la tradición manuscrita de tan venerable carta
foral quedó limitada a un único ejemplar membranáceo, el denominado Fuero a que, custodiado en el archivo Municipal bajo signatura aaa, Pergaminos, nº
1, está integrado por cuarenta y tres artículos, siendo
ya aceptada su procedencia extracancilleresca. Editado su tenor textual en numerosas ocasiones (véanse
preferentemente los trabajos de r. González Llanos
y a. Fernández Guerra), se han vertido ríos de tinta
-en tono abiertamente polemizante- con motivo de su
autenticidad (ferozmente rechazada por el antecitado
Fernández Guerra) y de su valor historiográfico último.
recientemente, en concreto en el año 2009, se ha recuperado primero (tras desaparecer durante la Guerra de
independencia) y restaurado después (en el madrileño
archivo Histórico nacional) un segundo testigo del
ordenamiento legal avilesino: es el Fuero B (aaa, Pergaminos, nº 1B), integrado por tres artículos más que el
Fuero a y cuyo feliz hallazgo ha motivado la celebración en 2010 de un interesantísimo congreso internacional sobre la redacción de ambos ejemplares y sobre el
contexto histórico en que se enmarcan. congreso cuyo
5
ruiz de la Peña solar, Juan ignacio, M[arí]a Josefa sanz Fuentes y
Miguel calleja Puerta (coords.): Los Fueros de Avilés y su época, oviedo: real
instituto de Estudios asturianos, 2012, 577 pp. contiene: ruiz de la Peña
solar, Juan ignacio: <<Presentación>>, o. c., pp. [9]-10; Álvarez González,
román antonio: <<Prólogo>>, o. c., pp. [11]-12; ruiz de la Peña solar, Juan
ignacio: <<La villa de avilés en la Edad Media: el movimiento portuario
pesquero y mercantil>>, o. c., pp. [13]-73; cherubini, Giovanni: <<Las
ciudades europeas del siglo Xii>>, o. c., pp. [75]-95 (traducción de María
Álvarez Fernández); Bochaca, Michel, allain Gallicé y Mathias Tranchant:
<<La urbanización del litoral atlántico del reino de Francia en el siglo Xii>>,
o. c., pp. [97]-117; Britnell, richard H.: <<The process of urbanization on
the British coast in the Twelfth century>>, o. c., pp. [119]-129; López alsina
Fernando: <<La repoblación urbana costera del norte peninsular>>, o. c.,
pp. [131]-231; recuero astray, Manuel: <<consolidación de la monarquía
castellano-leonesa y el fenómeno urbano>>, o. c., pp. [233]-251; Martínez
sopena, Pascual: <<Las migraciones de francos en la España de los siglos Xi
y Xii>>, o. c., pp. [253]-280; cavero domínguez, Gregoria: <<san nicolás
de Bari y santo Tomás de canterbury en la religiosidad del siglo Xii>>, o.
c., pp. [281]-302; Álvarez Fernández, María: <<asturias en tiempos del fuero
de avilés (siglo Xii)>>, o. c., pp. [303]-332; Álvarez castrillón, José antonio:
<<La génesis del eje comercial avilés-oviedo- León>>, o. c., pp. [333]-357;
Gutiérrez González, José avelino: <<avilés en el tiempo de los fueros: una
revisión arqueológica de la villa medieval>>, o. c., pp. [359]-404; camino
Martínez, carmen del: <<Escritura y elaboración formal de los Fueros de
avilés>>, o. c., pp. [405]-430; calleja Puerta, Miguel: <<El fuero de avilés de
1155, original extracancilleresco de alfonso Vii>>, o. c., pp. [431]-461; alvarado
Planas, Javier: <<El fuero de avilés como excepción al derecho general de
la comarca>>, o. c., pp. [463]-490; Viejo Fernández, Xulio: <<El Fuero de
avilés: lingüística histórica y metalingüística medieval asturiana>>, o. c.,
pp. [491]-518; cienfuegos Álvarez, covadonga: <<Los fondos medievales del
archivo municipal de avilés>>, o. c., pp. [519]-535; sanz Fuentes, M[arí]a
Josefa: <<Las lecciones del fuero de avilés>>, o. c., pp. [537]-546; sanz Fuentes,
María Josefa y Miguel calleja Puerta: <<Los fueros de avilés. introducción,
edición diplomática y traducción>>, o. c., pp. [547]-577.
176
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
que mercantil y del recurso a las fuentes arqueológicas
-las de Mª. Álvarez Fernández, J. a. Álvarez castrillón
y J. a. Gutiérrez González-; y cinco, referentes a la riqueza documental conservada en el archivo de avilés
y al preceptivo análisis de los caracteres externos -codicológicos y paleográficos- e internos –diplomáticos y
linguísticos- del Fuero confirmado por alfonso Vii en
1155 -las de c. cienfuegos Álvarez, c. del camino Martínez, M. calleja Puerta, J. alvarado Planas y X. Viejo
Fernández-) y, finalmente, una actualizada edición del
texto jurídico objeto de atención en estas páginas (que
prioriza las lecciones del Fuero a y que no incluye -por
voluntad expresa de los editores- aparato crítico con
variantes), con la correspondiente traducción y con un
selecto elenco bibliográfico que nos remite a las conocidas publicaciones de los selgas, Lapesa o Ticknor,
entre otros. revisten especial interés dos cuestiones:
una, la identificación del copista suarius con el presbítero homónimo afincado en Lloredo (Gozón) y vinculado a la actividad escriptoria del cenobio ovetense
de san Vicente; otra, el anunciado libro de próxima
publicación del Prof. ruiz de la Peña que colmatará
sus investigaciones sobre la, en los siglos medioevales,
segunda urbe de la región.
(co)protagonista porque aunque El Peregrino viaja en
soledad y ligero de equipaje, son numerosos los encuentros con familiares, amigos y conocidos (Luis arias,
Pepe el Ferreiro, Mari Luz, cheta y Fernanda…); las
conversaciones con eruditos locales (como cándido,
el profesor y párroco tinetense), insistentes camareros
(Enrique, de La allandesa) o humildes lugareños; o los
episodios acaecidos con compañeros de trayecto (Luigi,
el siciliano; Eguren, la bilbaína; soledad y Fernando,
la pareja madrileña; Klaus y Friedrich, los dos teutones…). doce son las etapas -seis dentro del Principado
(con salida en oviedo y sucesiva mansión en cornellana, Tineo, Pola de allande, Berducedo y Grandas de
salime) y seis ya en territorio gallego (con parada en a
Fonsagrada, o cádavo, Lugo, san román de retorta, Melide, Pedrouza y, como meta, la sede del apóstol)- que habrá de recorrer Polledo arias para alcanzar
la Plaza del obradoiro, penetrar por la Puerta santa,
asistir emocionado a la misa del Peregrino y, tras arrodillarse ante la venerable tumba, salir finalmente por el
Pórtico de la Gloria. Libro de pequeño formato (octavo
mayor), de atractiva cubierta (con ilustración alusiva del
pintor Manolo Linares), la prosa de Polledo arias, de
alta calidad literaria, combina a la perfección la amenidad y el rigor, el prosaísmo de lo cotidiano y el lirismo
de lo evocador, la profundidad psicológica de los personajes y la descripción condensada de los ambientes,
la leve ironía y la crítica demoledora. La curiosidad de
El Peregrino es insaciable y su relato, a modo de una
Baedeker contemporánea, enumera, describe y denuncia cuando es preciso el estado de conservación del rico
y variado patrimonio natural, histórico, artístico, arqueológico, etimológico y gastronómico astur-galaico.
Montes, ríos, arroyos, flora y fauna, catedrales, monasterios, iglesias, ermitas, imaginería, retablos, monarcas, ferias, túmulos, privilegios, hospitales, leproserías,
aceifas, excavaciones, museos, palacios, inscripciones,
murallas, hórreos, aldeas, ferrerías, callejero, bares, mesones y restaurantes. se suceden personajes históricos
como don Pelayo, carlomagno, nepociano o Tirso de
avilés; monumentos y joyas librarias como la catedral
de san salvador, la colegiata de salas, la muralla romana de Lugo o el códice calixtino; denuncias acerbas
iTinErarios JacoBEos
“no hay mejor aula que la misma naturaleza”, sentencia
acertadamente El Peregrino, (co)protagonista vivencial
y literario del viaje iniciático y sagrado con el que el
librero, avezado narrador y curtido montañista alberto carlos Polledo arias (oviedo, 1943)6 rememora la
primera romería jacobea, a saber, la que llevara a cabo
hace doce siglos el piadoso monarca asturiano alfonso
ii (reg. 791-842) de oviedo a compostela, inaugurando
así el denominado Camino Primitivo, el más vetusto de
los trayectos a santiago y cuya declaración como Patrimonio de la Humanidad casi acariciamos. Y decimos
6
Polledo [arias], alberto [carlos]: Buen camino. De Oviedo a Santiago tras
los pasos de Alfonso II, oviedo: Krk, 2012, 221 pp. con <<Prólogo>> (<<Buen
camino, buen caminante>>) a cargo de [José] ignacio Gracia noriega, en o.
c., pp. [9]-18.
177
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
de la descomunal contaminación medioambiental y del
deplorable estado de conservación de nuestras construcciones más emblemáticas, derivado de la inacción
de las administraciones competentes; leyendas como
la de los ángeles aurífices recogida por el Tudense, la
fundación de santa María la real de obona por el
príncipe adelgaster o sobre san Marcos y el peregrino
alemán; descripciones quevedescas como la de su amigo
Luis Menéndez de Luarca; episodios jocosos como los
del perro ladrón hambriento o el relativo al Himno de
riego; lecciones ornitológicas y piscícolas, entre otros.
alberto Polledo ha transformado el camino del rey
casto en un camino propio, en un camino bien pisado
como señala en el prólogo J. i. Gracia noriega. Y el
lector agradecido no puede menos de reconocer y celebrar la sabiduría que destilan sus páginas y desearle
para futuras y estimulantes andaduras Buen camino.
cultural homónima con periodicidad anual, pretende
incentivar el interés por el rico patrimonio histórico,
artístico, geográfico, toponímico… del municipio de
Llanera mediante la investigación, primero, y la divulgación, después, de todo lo concerniente a los principales hitos, monumentos, ambientes y personajes que
jalonan su proyección diacrónica. El primer número de
tan prometedora revista, cuya andadura deseamos larga
y fructífera desde el foro que nos proporcionan estas
páginas, está integrado por un total de ocho artículos
firmados por algunos de los más reputados especialistas
de la Historia, la Historia del arte, la Geografía o la
Filología de nuestra región. como no podía ser de otra
manera, el honor de principiar esta inicial entrega de
Perxuraos corresponde precisamente a la narración del
más célebre episodio del concejo -el relativo a la sublevación de sus moradores frente al señorío de la mitra
ovetense en la decimoquinta centuria (concretamente
entre los años 1408-1412)-, episodio que da nombre a las
antecitadas asociación y anuario y que es, en nuestros
días, objeto de una atractiva recreación didáctica y lúdico-festiva. su autor, d. Juan ignacio ruiz de la Peña
solar, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de oviedo, ex director del ridEa y reconocido
especialista de la historiografía jurídica del Medio Evo
asturiano, ofrece al lector interesado una actualización
de un conocido trabajo suyo de idéntica temática que
había visto la luz hace cuatro décadas en la publicación
seriada Asturiensia Medievalia. En él, incluye por vez
primera la transcripción íntegra del pergamino (archivo Histórico nacional, clero, carpeta 1606, nº 13 bis)
que atestigua la penitencia impuesta por el obispo a
los llanerenses con fecha 31 de julio de 1412. además
de esta señera aportación iniciática, los adeptos a la
Historia podemos disfrutar de otros siete artículos de
gran valía que, incidiendo en su privilegiada ubicación
geográfica en la zona central del Principado, suministran valiosas aseveraciones sobre la secuenciación del
poblamiento prehistórico, la intensa romanización -con
centro inexcusable en Lucus asturum-, la penumbra
informativa en los siglos tardoantiguos en contraposición a la abundancia y expresividad de los diplomas
altomedievales, los linajes nobiliarios bajomedievales,
PUBLicacionEs PEriódicas
d. ramón rodríguez Álvarez, director de la Biblioteca
de la Universidad de oviedo así como del real instituto de Estudios asturianos (ridEa) es el máximo
responsable de Perxuraos. Revista Cultural de Llanera7,
una nueva, rigurosa y necesaria publicación periódica de estudios locales que, editada por la asociación
7
rodríguez Álvarez, ramón (dir.): Perxuraos. Revista Cultural de Llanera,
núm. 1 (2012), 148 pp. de temática exclusivamente medieval asturiana véanse:
ruiz de la Peña solar, Juan ignacio: <<La penitencia de los “perxuraos” de
Llanera>>, o. c., pp. [8]-14; Beltrán suárez, soledad: <<El concejo de Llanera
en la Tardoantigüedad y la alta Edad Media>>, o. c., pp. 15-25; González
calle, Jesús antonio: <<El linaje de los Valdés en Llanera durante la
Edad Media (i): siglos Xii-XiV>>, o. c., pp. 27-49. otros contenidos de la
revista no medievales (véanse, con todo: la referencia a ciertos hipotéticos
antepasados bajomedievales de la familia carbajal en la colaboración de
r. Mª. rodríguez Fernández; las alusiones a los inicios constructivos del
Palacio de Villabona a finales del siglo XV en el trabajo de a. rodríguez
iglesias; y la documentación de numerosos topónimos medievales -severies,
Baúro, rondiella, sierralcaman…- del municipio llanerense en el artículo
de X. concepción suárez): rodríguez Fernández, rosa María: <<La casa
de carbajal>>, o. c., pp. 51-59 [véanse pp. 52-53 y nota 5]; Álvarez alonso,
david: <<Llanera antes de Lucus: el poblamiento prehistórico en el concejo
de Llanera>>, o. c., pp. 61-74; rodríguez iglesias, alfredo: <<Los palacios del
siglo XVii en Llanera>>, o. c., pp. 75-81; concepción suárez, Xulio: <<La
toponimia de Llanera: la vida en el paraje; descrita con los nombres de lugar
en cada tiempo>>, o. c., pp. 83-135; rodríguez Gutiérrez, Fermín y rafael
Menéndez Fernández: <<Llanera, la centralidad metropolitana>>, o. c., pp.
137-148
178
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
las casas solariegas y los palacios -caso de los de Villanueva y Villabona- de la Modernidad, la exhaustiva
reconstrucción toponímica fruto de un intenso trabajo
colectivo de archivo y de campo, o el análisis demográfico -población, actividad económica, desplazamientospropiamente dicho.
J. i. ruiz de la Peña solar y Mª. Álvarez Fernández,
entre otros autores, sobre la ruta jacobea astur en su
vertiente transmontana13; a. alba Moratilla sobre las
diferentes rutas y tramos asturianos que desembocan
en el real sitio de covadonga (cangas de onís)14; X.
Morán sobre la peregrinación desde Gijón al real santuario de covadonga (cangas de onís) y sobre diferentes ejemplos del patrimonio histórico-artístico medieval asturiano presentes en el trayecto15; M. Gutiérrez
claverol, c. Luque cabal y L. a. Pando González sobre veneros y materiales de extracción ovetenses utilizados en las construcciones arquitectónicas medievales
de la región16; J. Mª. Quadrado y F. J. Parcerisa (reprod.
facs.), de un lado, y J. rodríguez Muñoz17, de otro,
oTras PUBLicacionEs
En el 2012 vieron la luz otras muchas publicaciones de
temática medieval asturiana de imprescindible lectura
o consulta para una mejor comprensión de la realidad
político-institucional, social, económica, espiritual, artística y cultural de nuestra región entre los siglos V y
XV. así, libros como los de: P. Folgueira Lombardero
sobre el análisis de la ocupación, explotación y organización social del concejo de Grandas de salime en los
siglos altomedievales, a partir de los presupuestos metodológicos inherentes a la arqueología del Territorio8;
a. García Leal sobre la producción vitivinícola del suroccidente regional9; M. dongil y sánchez sobre la
trayectoria diacrónica de los cenobios medievales asturianos10; J. alturo Perucho, M. Torras cortina y a.
castro correa (eds.) sobre la pizarra visigótica de carrio (Villayón), el diploma del rey silo, la donación de
Fakilo, el Codex Miscellaneus Ovetensis (ms. esc. lat.
r.ii.18) y la Biblia de danila11; a. Álvarez Peña sobre
la pizarra visigótica de carrio (Villayón) y sobre el culto a la Vírgen de covadonga12; J. L. Galán González,
13
rodríguez Pandiella, Fernando María (coord.): Las rutas transmontanas
del Camino de Santiago: de las tierras de León a Oviedo por el puerto de Tarna,
Pola de Laviana: sociedad cultural y Gastronómica La Pegarata, 2012,
198 pp. contiene: Galán González, José Luis: <<Prólogo>>, o. c., pp. 9-12;
ruiz de la Peña solar, Juan ignacio y María Álvarez Fernández: <<Las rutas
transmontanas del camino de santiago: de las tierras de León a oviedo por
el Puerto de Tarna>>, o. c., pp. 15-60; Álvarez campal, rosa del carmen: <<El
camino por Laviana>>, o. c., pp. 63-106; Gómez Echevarría, José ramón:
<<Lepra en el valle de Laviana>>, o. c., pp. 109-128; García Álvarez, Luis
Benito: <<dar de beber al sediento. La bebida en el medievo asturiano>>,
o. c., pp. 131-147; Bas costales, Xuan F.: <<La alimentación en la asturias
medieval>>, o. c., pp. 149-167; sánchez díaz, José Luis: <<La espiritualidad
del camino>>, o. c., pp. 169-175; cuesta calleja, carlos: <<actividad turística
en el camino de santiago por el alto y Medio nalón>>, o. c., pp. 177-190;
rodríguez Pandiella, Fernando María: <<Epílogo>>, o. c., pp. 193-198.
14
alba Moratilla, antonio: Peregrinaciones a Covadonga. GR 105, GR
105.1, GR 105.2, GR 108 y GR 202, z[aragoza]: Prames, 2012, 182 pp. con
<<Prólogo>> de sanz Montes, Fr. Jesús, arzobispo de oviedo, o. c., pp. 5-7.
[acompaña díptico que incluye 14 mapas].
15
Morán, Xurde: El Camino de Gijón a Covadonga, [s. l.]: GEa
distribuciones Gráficas 2000, 2012, 302 pp.
16
Gutiérrez claverol, Manuel, carlos Luque cabal y Luis alberto
Pando González: Canteras históricas de Oviedo. Aportación al patrimonio
arquitectónico, oviedo: Hércules astur de Ediciones, 2012, 251 pp. Véanse
fundamentalmente: ids.: <<Etapa prerrománica: Tiempos monárquicos>>, o.
c., pp. 47-58; ids.: <<Etapa románica: sobriedad y escasez>>, o. c., pp. 59-60;
ids.: <<Etapa gótica: auge eclesial y poderío del cabildo>>, o. c., pp. 61-72;
ids.: <<canteras del prerrománico del naranco>>, o. c., pp. 123-125; ids.:
<<canteras de Laspra>>, o. c., pp. 125-129; ids.: <<canteras de Piedramuelle>>,
o. c., pp. 132-137; ids.: <<reutilizaciones de la piedra>>, o. c., pp. 186-187; ids.:
<<Travertino>>, o. c., pp. 192-199. [Véanse también pp. 20-21; 79-80; 82-86;
91; 94; 101; passim.]
17
rodríguez Muñoz, Javier: Asturias monumental. La Historia de Asturias
a través de sus joyas arquitectónicas, oviedo: Editorial Prensa asturiana,
2012, 636 pp. [Fascículos distribuídos de manera gratuita con el diario La
nueva España en su edición dominical]. de temática medieval véanse: id.:
<<covadonga: el paso de los siglos>>, o. c., pp. [1]-24; id.: <<de villas a
iglesias: de la antigüedad a la Edad Media (el ejemplo de Veranes)>>, o. c.,
pp. [85]-96; id.: <<Un reino y un arte nuevo: el reino de asturias y el arte
asturiano>>, o. c., pp. [97]-168; id.: <<Tradición e innovación: el nuevo arte
románico>>, o. c., pp. [169]-180; id.: <<san Esteban de aramil: un modelo
8
Folgueira Lombardero, Pablo: Poblamiento altomedieval en el concejo
de Grandas de Salime (Asturias). Un acercamiento desde la Arqueología del
territorio, [s. l.]: Editorial académica Española, 2012, 156 pp.
9
García Leal, alfonso: El vino en el suroccidente de Asturias en la Edad
Media, oviedo: alfonso García Leal, 2012, 160 pp.
10
dongil y sánchez, Miguel: Ayer y hoy de las investigaciones sobre el
clero regular asturiano, desde 1500 a 1868, oviedo: Universidad, 2012, 299 pp.
(passim). con <<Prólogo>> de ansón calvo, Mª del carmen, o. c., pp. [13]-14.
11
alturo Perucho, Jesús, Miquel Torras cortina y ainoa castro correa
(eds.): La escritura visigótica en la Península ibérica: nuevas aportaciones.
Jornadas Internacionales Seminari de Paleografia, Codicologia e Diplomática
26 de mayo de 2010, Bellaterra (cerdanyola del Vallés): Universitat autónoma,
2012, 181 pp. (congressos; 4). Véanse pp.: 28; 82; 86-87; 97-98; 131; 132; 137;
139; 160; 162.
12
Álvarez Peña, alberto: Mitoloxía de los santos n’Asturies. Raigaños paganos
nel cristianismu, Uviéu: Trabe, 2012, 119 pp. (Batura; 17). [Premiu Fierro
<<Botas d’Ensayu>> 2011].
179
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
sobre el rico patrimonio histórico-artístico medieval
asturiano18; Mª. del roxo y a. Álvarez sobre la fundación de la Pola de allande y sobre la iglesia de santa
María de celón, entre otros aspectos reseñables19; Mª.
Gómez Martín sobre la novela histórica Gontrodo, la
hija de la luna, de Pilar sánchez Vicente20. capítulos
de libros como los de: F. díaz García, en cuyo repertorio bibliográfico elenca, debidamente estructuradas, 555
entradas (106 de las cuales habían ya sido recogidas por
el que esto escribe en las sucesivas entregas que, desde
el año 2006, venimos ofreciendo en este foro sobre la
producción impresa de temática medieval asturiana)
correspondientes a monografías, ponencias, artículos…
relativos a la arqueología del Medioevo astur de los
últimos cien años21; J. Gómez y González de la Buelga 22
e, igualmente, Peter Linehan23 sobre el devenir histórico de la monarquía asturiana (718-910); X. Vilareyo y
Villamil sobre el independentismo vascón en el seno
del reino de asturias24; H. sirantoine sobre la idea
imperial en la monarquía astur-leonesa25; P. dorronzoro ramírez sobre la proyección eclesiástica y el perfil
político de los obispos Froilán (1034-1073) y arias (10731094)26; s. rodríguez sobre la nobleza bajomedieval
asturiana y sobre la fábrica medieval o elementos medievales -torre, muralla…- supérstites de determinadas
construcciones palaciegas nobiliarias27; J. González
Pola sobre el capítulo medieval de la parroquia de somezana (Lena) pero, sobre todo, sobre la imagen tardorrománica de san Pedro custodiada en la iglesia
parroquial homónima 28; F. E. rato Blanco sobre la
de iglesia rural>>, o. c., pp. [181]-192; id.: <<santa María de Valdediós
y el monacato astur>>, o. c., pp. [193]-212; id.: <<La cámara santa y las
peregrinaciones a oviedo>>, o. c., pp. [213]-228; id.: <<La Torre Vieja de la
catedral: el estilo oviedo y las construcciones en los caminos de santiago>>,
o. c., pp. [229]-240; id.: <<santa María de Villanueva y su extraordinaria
escultura>>, o. c., pp. [241]-252; id.: <<La sala capitular y el claustro de la
catedral: la introducción del gótico en asturias>>, o. c., pp. [253]-264; id.:
<<La catedral de oviedo: cumbre del gótico en asturias>>, o. c., pp. [265]300; id.: <<La torre y puente de olloniego: el control del territorio y las
comunicaciones>>, o. c., pp. [301]-312; id.: <<La torre y muralla de Llanes: la
fundación de “polas” y villas medievales>>, o. c., pp. [313]-324; id.: <<La casa
de la rúa: una joya del oviedo bajomedieval>>, o. c., pp. [325]-336; id.: <<La
casa de Valdecarzana: el avilés mercantil de fines de la Edad Media>>, o. c.,
pp. [337]-348; id.: <<san Pelayo de oviedo: los monasterios como promotores
del arte en asturias>>, o. c., pp. [421]-432.
18
Quadrado, José María y Francisco Javier Parcerisa: Recuerdos y bellezas
de España: Asturias y León, Gijón: Gran Enciclopedia asturiana, 2012, 457
pp. [reprod. facs. de la ed. de: Madrid: [s. n.], 1885].
19
roxo, María del y alberto Álvarez: Allande. Guía Completa, [s. l.]:
calecha, 2012, 357 pp.
20
Gómez Martín, María: “no son batallas lo que quiero contar”. La
mujer medieval en la novela histórica de autora, oviedo: Krk, 2012, 395 pp.
(colección alternativas; 39).
21
díaz García, Fructuoso: <<3. Edad Media>>, en id.: Biblioteca
Arqueológica Asturiana 1909-2011, Pola de siero: Ménsula, 2012, pp. [413]464. (Ménsula arqueología; 1).
22
Gómez y González de la Buelga, Juan: <<31. La expedición de Musa
ben nusayr>>, en id.: Historia de la Gallaecia. (Antigüedad compartida por
los pueblos galaico, luso del norte, asturiano, leonés, cántabro y castellano viejo),
Gijón: Fundación alvargonzalez, 2012, pp. 125-127; id.: <<32. La Batalla de
covadonga>>, o. c., pp. 128-129; id.: <<35. nacimiento del reino de asturias.
campañas de alfonso i el católico por la tierra de nadie (La Gallaecia)>>,
o. c., pp. 133-136; id.: <<36. La cuestión religiosa y el proceso inicial de la
reconquista. alfonso ii>>, o. c., pp. 137-140; id.: <<37. La corte asturiana de
oviedo. implantación del “ordo cardinus”. orígenes de la cámara santa>>,
o. c., pp. 140-145; id.: <<38. La “invencion” del sepulcro del apóstol santiago
el Mayor>>, o. c., pp.146-148; id.: <<39. Los comienzos de la peregrinación
jacobea>>, o. c., pp. 148-152; id.: <<40. Proceso de formación de los “itinerarios
jacobeos“. Primer periodo (Prerrománico)>>, o. c., pp. 152-155; id.: <<41. La
repoblación de la Meseta del duero (desde mediados s. iX a fines s. X)>>, o.
c., pp. 155-158; id.: <<46. El arte en el reino de asturias>>, o. c., pp.171-176;
id.: <<48. Principales núcleos urbanos de la antigua Gallaecia>>, o. c., pp.
178-195. [Véanse pp. 188 y 191].
23
Linehan, Peter: <<711>>, en id.: Historia e historiadores de la España
medieval, salamanca: Universidad, 2012, pp. [79]-122. [Véanse pp. 103-122];
id.: <<La invención de la reconquista>>, o. c., pp. [123]-154; id.: <<de oviedo
a León>>, o. c., pp. [155]-197. (acta salmanticensia. Estudios Históricos &
Geográficos; 150).
24
Vilareyo y Villamil, Xaviel: <<Les asturies, una civilización na
península>>, en id.: Les Asturies y el nacionalismu Bascu, [s. l.]: Espublizastur,
2012, pp. 11-17; id.: <<La consolidación territorial del reinu d’asturies>>,
o. c., pp. 25-39; id.: <<Álaba nel reinu d’asturies>>, o. c., pp. 41-51; id.:
<<Bizcaya nel reinu d’asturies>>, o. c., pp. 53-55; id.: <<El reinu d’asturies
na creación del reinu de Pamplona>>, o. c., pp. 57-67; id.: <<La historiografía
castiellana>>, o. c., pp. 69-72.
25
sirantoine, Hélène: <<chapitre ii. de l’imperium au regnum-imperium
asturo-léonais>>, en id.: Imperator Hispaniae. Les idéologies impériales dans
le royaume de León (IXe-XIIe siècles), Madrid : casa de Velázquez, 2012, pp.
[81]-122. [Véanse fundamentalmente pp. [81]-99]. Véanse además pp.: 30; 5456; 62; 63; 65; 72-74; 106; 109; 177-179.
26
dorronzoro ramírez, Pablo: <<diócesis de oviedo>>, en id.: Poder
e identidad de los obispos del Reino de León en el siglo XI. Una aproximación
biográfica (1037-1080), Madrid: La Ergástula, 2012, pp. 331-370. (Monografías
del Master Universitario de Estudios Medievales Hispánicos; 5).
27
rodríguez, susana: <<introducción>>, en Palacios rurales de Asturias.
Interiores de un legado de blasones y linajes, Tomo i, [s. l.]: nuevedoce, 2012,
pp. 7-9; id.: <<Palacio del conde de la Vega del sella. nueva de Llanes>>, o.
c., pp. 11-[23]; id.: <<Palacio del duque de Estrada. Llanes>>, o. c., pp. 24-25;
id.: <<Palacio del Marqués del real Transporte. Villaviciosa>>, o. c., pp.
38-43; id.: <<Palacio de Gobiendes. Gobiendes. colunga>>, o. c., pp. 44-53;
id.: <<Palacio de Miranda. abres, Vegadeo>>, o. c., pp. 58-65; id.: <<Palacio
de argüelles. Meres, siero>>, o. c., pp. 74-87; id.: <<Palacio de campos.
outeiro, Tapia de casariego>>, o. c., pp. 106-111; id.: <<Palacio de anleo.
anleo, navia>>, o. c., pp. 203-205; id.: <<casona del cercáu. Llanes>>, o. c.,
pp. 230-233; id.: <<Palacio de Prelo. Prelo, Boal>>, o. c., pp. 240-[247]; id.:
<<Palacio de cienfuegos. allande>>, o. c., pp. 270-275.
28
González Pola, Juan: <<síntesis histórica de la parroquial>>, en id.:
Xomezana. Templo parroquial de San Pedro, Xomezana Fondera (Lena): Juan
González Pola, 2012, pp. 28-29; id.: <<san Pedro tardorrománico>>, o. c., pp.
42-44; id.: <<alfonso ii el casto y el Bautista de Xomezana>>, o. c., pp. 50-51;
180
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
efeméride conmemorativa del séptimo centenario de la
concesión de la carta Puebla en Varé (anes) y sobre las
donaciones a la seo ovetense de la iglesia de san Martín
de anes (en 921) y de la capilla de Varé (en 858), respectivamente29; J. J. Tuñón Escalada sobre el corpus sinodal ovetense30; F. canella secades sobre la desaparición
del “carbayón” -mítico roble medieval ovetense- y sobre unos versos dedicados a la restauración de la catedral de oviedo, respectivamente31; G. M. de Jovellanos32 y J. Mª. Pérez33 sobre la seo ovetense; X. Prats
sobre el monasterio de san Pedro de Villanueva (cangas de onís)34; E. García y M. López sobre la catedral
de san salvador (oviedo), el prerrománico asturiano,
el camino de santiago a su paso por nuestra región y
el real sitio de covadonga (cangas de onís)35; c.
Mancho sobre el arte prerrománico asturiano, la cámara santa de la seo ovetense, el arca santa, la cruz
de la Victoria, la caja de las Ágatas y el Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis (ms. 1 del a. c. o.)36, L. díez
Tejón sobre el rico patrimonio histórico-artístico medieval asturiano37. colaboraciones en obras colectivas
como las de: F. J. Fernández conde sobre el valor histórico de las vidas de santos, s. Beltrán suárez sobre el
municipio allerano en la primera Edad Media, J. J.
García González sobre Fruela i, J. a. Gutiérrez González sobre arqueología del territorio, J. i. ruiz de la
Peña solar y M. calleja Puerta sobre el cenobio villaviciosino de Valdediós, y Mª. Álvarez Fernández y Mª
J. sanz Fuentes sobre la cofradía del rey casto38; X.
Ll. García arias sobre observaciones lingüísticas referentes a 31 textos altomedievales custodiados en el archivo de la catedral de oviedo y en el fondo monástico de san Pelayo39; J. P. Jardin sobre la batalla de
covadonga40; i. Muñiz López y alejandro García Álmedieval, València: Universitat, 2012, pp. [17]-125. (Educació. Materials; 116).
[Véanse pp. 101-102; 112]; ruiz de la Peña González, isabel: <<segunda Parte.
El arte de la Plena Edad Media>>, o. c., pp. [127]-245. [Véanse pp. 180-181; 211].
37
díez Tejón, Luis: <<Historia y arte>>, en id.: Asturias monumental y
turística, León: Everest, 2012, pp. 39-83 [Véanse pp. 40-41; 43-44 y 50-[71]].
[Véanse además pp. [125]; 132; [140]; 154; 166; 168-169]. [Edición bilingüe
español-inglés].
38
Fernández conde, F[rancisco] Javier: <<La hagiografía como fuente
histórica en el Medievo>>, en Beatriz arízaga Bolumburu, dolores Mariño
Veiras, carmen díez Herrera, Esther Peña Bocos, Jesús Ángel solórzano
Telechea, susana Guijarro González y Javier añíbarro rodríguez (eds.):
Mundos medievales. Espacios. Sociedades y Poder. Homenaje al Profesor José
Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, Tomo i, santander: Universidad
de cantabria, 2012, pp. 119-138; Beltrán suárez, soledad: <<La organización
social del espacio en la montaña central asturiana: el concejo de aller en la
alta Edad Media>>, o. c., pp. 389-402; García González, Juan José: <<Fruela
i y la desestructuración de la cuenca del duero>>, o. c., pp. 515-528; Gutiérrez
Gonzalez, José avelino: <<Procesos de transformación del poblamiento
antiguo al medieval en el norte peninsular astur>>, o. c., pp. 599-614; ruiz
de la Peña solar, Juan ignacio y Miguel calleja Puerta: <<La fundación del
monasterio cisterciense de santa María de Valdediós>>, o. c., pp. 859-872.
Álvarez Fernández, María: <<Porque en jugar los dados a muchos males
desonrra. Prohibiciones y sanciones de la cofradía del rey casto a fines de
la Edad Media>>, en Beatriz arízaga Bolumburu, dolores Mariño Veiras,
carmen díez Herrera, Esther Peña Bocos, Jesús Ángel solórzano Telechea,
susana Guijarro González y Javier añíbarro rodríguez (eds.): Mundos
medievales. Espacios. Sociedades y Poder. Homenaje al Profesor José Ángel García
de Cortázar y Ruiz de Aguirre, Tomo ii, santander: Universidad de cantabria,
2012, pp. 991-1004; sanz Fuentes, María Josefa: <<El Libro de regla de la
cofradía de santa María del rey casto de oviedo. Una aproximación a su
estudio>>, o. c., pp. 1889-1900.
39
García arias, X[osé] Ll[uis]: <<La llingua asturiana y los documentos
orixinales de los sieglos iX y X>>,en Juan Pedro sánchez Méndez (ed.):
Oralidad y Escritura en la Edad Media Hispánica, Valencia: Tirant
Humanidades, 2012, pp. [209]-254. (diachronica Hispana; 1).
40
Jardin, Jean-Pierre: <<de covadonga à Las navas de Tolosa. Miracles
et batailles dans l’éspace astur-léonais et castillan entre le Viiie et le Xiiie
siècle>>, en olivier Biaggini y Bénédicte Milland-Bove (comps.) : Miracles
d’un autre genre. Récritures médiévales en dehors de l’ hagiographie, Madrid:
casa de Velázquez, 2012, pp. 55-70.
id.: <<síntesis actualizada del informe de restauración>>, o. c., pp. 114-118;
García cuetos, María del Pilar: <<informe histórico-artístico. imagen de
san Pedro. iglesia parroquial de san Pedro de Xomezana>>, o. c., pp. 121-172.
29
rato Blanco, Francisco Eloy: <<sobre la firma de la carta puebla en
Varé (anes)>>, en id.: Semblanzas de la parroquia de Anes, [s. l.]: La Fábrica
de Libros, 2012, pp. 19-23; id.: <<La iglesia parroquial>>, o. c., pp. 117-120;
id.: <<capilla de ntra. señora de la asunción de Varé>>, o. c., pp. 123-126.
30
Tuñón Escalada, Juan José: <<i.-La legislación sinodal ovetense anterior
al concilio de Trento>>, en id.: Los sínodos diocesanos de Oviedo. Una fuente
para la historia de Asturias. discurso leído por el autor en el acto de su solemne
recepción académica el día 20 de marzo de 2012. contestación por el ilmo.
sr. d. andrés Martínez Vega, oviedo: real instituto de Estudios asturianos,
2012, pp. [19]-25.
31
canella [secades], Fermín: <<El carbayón. recuerdos Históricos de
oviedo>>, en id.: El Carbayón. Recuerdos históricos de Oviedo. Saber popular.
Folklore asturiano. La torre enferma, Carta de Fermín Canella Secades,
z[aragoza]: aneto Publicaciones: 2012, pp. [3]-20. (Biblioteca de autores
asturianos; 16); id.: <<La torre enferma. carta de Fermín canella secades,
cronista Provincial y de oviedo>>, o. c., pp. 37-72.
32
Jovellanos, Gaspar Melchor de: <<carta cuarta. La catedral de
oviedo>>, en id.: Cartas del viaje de Asturias, z[aragoza]: aneto Publicaciones,
2012, pp. 44-59. [reed. de: La Habana: imp. del Faro industrial, 1848].
(Biblioteca de autores asturianos; 3).
33
Pérez, José María (<<Peridis>>): <<7. La catedral de oviedo>>, en id.:
La luz y el misterio de las Catedrales, Barcelona: Espasa, 2012, pp. [201]-228.
34
Prats, Xescu: <<Parador Museo de cangas de onís>>, en id.: Paradores
Museo. Arte, leyendas y secretos de los paradores convertidos en Museo y de todos
los edificios históricos de la cadena, Madrid: [s. n], 2012, pp. [122]-135.
35
García, Eduardo y Miki López: Asturias, la caja de sorpresas / The box
of surprises, oviedo: Laria, 2012. Véanse: ids.: <<La catedral>>, o. c., p. 36;
ids.: <<El Prerrománico>>, o. c., pp. 44-45; ids.: <<El camino>>, o. c., pp. 5657; ids.: <<covadonga>>, o. c., pp. 68-69. [Edición bilingüe español-inglés].
36
Mancho, carles: <<Primera Parte. El arte desde la antigüedad Tardía a
la alta Edad Media>>, en Juan Vicente García Marsilla (dir.): Historia del arte
181
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
varez-Busto sobre las vicisitudes históricas de la fortaleza gauzoniega41; P. cherubini sobre el tenor textual
de los escolios latinos del Codex Biblicus Cavensis (cava
dei Tirreni, archivio della Badia della s.ma. Trinitá, 1)
o Biblia de Danila42; M. Valdés Fernández sobre el cenobio cisterciense de santa María de Valdediós, preferentemente43; c. García de castro Valdés sobre el enriquecimiento escultórico experimentado en el piso
superior de la cámara santa de la seo ovetense a finales
del siglo Xii44; a. Loeza sobre el célebre mito carpiano45. Ponencias y comunicaciones como las de: c. Fernández ochoa, F. Gil sendino y J. a. Fernández de
córdoba Pérez sobre el Museo arqueológico de asturias, una de cuyas salas se dedica al Medievo asturiano46; s. serna serna sobre el Libro de regla (Kalendas
i) de la catedral de oviedo (manuscrito 43 del a. c.
o.) y sobre las minuciosas conclusiones de V. M. rodríguez Villar, principal estudioso del mismo47, y n.
Vigil Montes sobre el Libro 293 del también archivo
capitular de oviedo y sobre la estructura económica
de la mitra ovetense en los siglos XiV-XV; X. Vilareyo
Villamil sobre los reyes Fruela ii y alfonso iV Froilani
y sobre el poema titulado “Gonzalo Peláez” de chechu
García48; a. P. Bronisch sobre la visión historiográfica
bajo el rey santo acerca del reino de asturias49; M.
Álvarez carballo sobre el capítulo urbanístico inicial
de la villa llanisca50; B. iglesias Martínez sobre el carácter vertebrador del castillo tinetense con respecto a la
puebla medieval y sobre sus avatares posteriores51; i. G.
Bango Torviso sobre la catedral ovetense de san salvador y E. Fernández González sobre el programa iconográfico y simbólico del arca santa52; M. andrés
Eguiburu sobre el real sitio de covadonga (cangas de
onís)53; c. Barta Gil sobre el santo sudario custodiado
en la cámara santa de la seo ovetense54; J. L. FelgueIX Jornadas de la Sociedad Española de Ciencias y Técnicas historiográficas
(Vitoria-Gasteiz, 23 y 24 de junio de 2011), Bilbao: Universidad del País Vasco,
2012, pp. [139]-160. [Véanse pp. 156-157]; Vigil Montes, néstor: <<Estudio
diplomático del primer libro de remates de rentas de la iglesia de oviedo
(1448-1459)>>, o. c., pp. [163]-174.
48
Vilareyo Villamil, Xaviel: <<crónica del rei Fruela ii d’asturies>>,
en id. (coord.): Lliteratura asturiana, identidá y nación. Xunta d’Escritores
Asturianos. Uviéu, 11, 12 y 13 de xineru de 2010, [s. l.]: Espublizastur, 2012,
pp. 141-146; id.: <<amuesa poética de la Xeneración del compromisu 19671982>>, o. c., pp. 201-217 [Véase p. 209].
49
Bronisch, alexander Pierre: <<La ideología asturiana y la historiografía
en época de Fernando iii>>, en carlos de ayala Martínez y Martín ríos
saloma (eds.): Fernando III, tiempo de cruzada, Madrid: sílex, 2012, pp. 415455.
50
Álvarez carballo, Marta: <<La fundación de la villa de Llanes. Primer
periodo de desarrollo urbano (1225-1338)>>, en Juan Martos Quesada y Marisa
Bueno sánchez (coords.): Fronteras en discusión: la península ibérica en el siglo
XII, Madrid: asociación cultural al-Mudayna, 2012, pp. 287-304. (Laya; 39).
51
iglesias Martínez, Belén: <<El castillo de Tineo: elemento generador del
urbanismo de la villa>>, en aida Puente Toraño, ana Johari Mejía robledo
y Belén iglesias Martínez (coords.): Historia del Arte en Asturias. nuevas
perspectivas de jóvenes investigadores, oviedo: Trabe, 2012, pp. [303]-322.
52
Bango Torviso, isidro G.: <<canónigos viviendo como monjes. La
imagen de las catedrales en los reinos de alfonso Vi>>, en Alfonso VI. Actas
del Congreso Internacional. Sahagún, 29 de octubre al 1 de noviembre de 2009
(IX Centenario de Alfonso VI (1109-2009), León: diputación Provincial de
León. instituto Leonés de cultura, 2012, pp. 161-200. [Veánse pp. 194-196 y
figuras 31 a 33]; Fernández González, Etelvina: <<El arca santa de oviedo y
sus precedentes. de alfonso ii a alfonso Vi>>, o. c., pp. 311-343.
53
andrés Eguiburu, Miriam: <<Paisajes emblemáticos e identidad
nacional: la reconstrucción de la santa cueva de covadonga>>, en María
dolores Barral rivadulla, Enrique Fernández castiñeiras, Begoña Fernández
rodríguez y Juan M. Monterroso Montero (coords): Mirando a Clío. El arte
español espejo de su historia. Actas del XVIII Congreso del CEHA. Santiago
de Compostela, 20-24 de septiembre de 2010, santiago de compostela:
Universidade, 2012, pp. 2188-[2206].
54
Barta Gil, césar: <<aproximación científica a las reliquias de cristo:
Muñiz López, iván y alejandro García Álvarez-Busto: <<En los orígenes
de las fortificaciones altomedievales: el castillo de Gauzón (asturias). de
asentamiento tardoantiguo a fortaleza de los reyes de asturias (siglos
Vii-X)>>, en Juan antonio Quirós castillo y José María Tejado sebastián
(eds.): Los castillos altomedievales en el noroeste de la península ibérica, Bilbao:
Universidad del País Vasco, 2012, p. [77]-98. (documentos de arqueología
Medieval; 4).
42
cherubini, Paolo: <<Le Glosse latine antiche alla Bibbia di cava:
considerazioni preliminari>>, en Paolo cherubini y Giovanna nicolaj (dir.):
Sit liber gratus, quem servulus est operatus. Studi in onore di Alessandro Pratesi
per il suo 90º compleanno, Tomo i, cittá del Vaticano: scuola Vaticana di
Paleografia, diplomatica e archivistica, 2012, pp. [133]-149. (Littera antiqua;
19).
43
Valdés Fernández, Manuel: <<El arte de los monjes cistercienses en
asturias>>, en Gregoria cavero domínguez y Jesús celis sánchez (coords.):
El Císter en el Reino de León. Exposición. Monasterio de Santa María de
Carracedo. León, León: instituto Leonés de cultura. diputación de León,
2012, pp. [35]-43. [Véase también p. 141].
44
García de castro Valdés, césar: <<La reforma románica de la cámara
santa de la catedral de san salvador de oviedo>>, en Pedro Luis Huerta
Huerta (coord): Monumentos singulares del románico. nuevas lecturas sobre
formas y usos, aguilar de campoo: Fundación de santa María La real-c. E.
r., 2012, pp. [41]-89.
45
Loeza, alejandro: <<Justicia y poder en la representación de Bernardo
del carpio de Juan de la cueva>>, en oana andreia cereceda y antoine
Mihail (coords.): La voz de Clío: imágenes del poder en la comedia histórica del
Siglo de Oro, craiova: Editura Universitaria, 2012, pp. 90-101.
46
Fernández ochoa, carmen, Fernando Gil sendino y José antonio
Fernández de córdoba Pérez: <<El Museo arqueológico de asturias: del
discurso histórico al programa expositivo>>, en María Marine (coord.): 7º
Encuentro Internacional en Actualidad en Museografía: Madrid del 1 al 3 de
diciembre de 2011, Madrid: icoM-España, 2012, pp. 193- 221.
47
serna serna, sonia: <<obituarios y Libros de regla. Entre la
administración y la devoción>>, en José antonio Munita Loinaz y José Ángel
Lema Pueyo (eds.): La escritura de la memoria. Libros para la administración.
41
182
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
roso Blanco sobra la cofradía de nuestra señora de La
Esperanza o La Balesquida (oviedo)55. Editoriales de
publicaciones periódicas como las de J. L. Galan González sobre la ruta jacobea56. artículos como los de: X.
Vilareyo sobre la asturias tardoantigua y altomedieval57; G. Fernande Gutierri sobre el doble componente
-histórico y legendario- que aureola la figura de la hermana de don Pelayo58; r. Piorno sobre la conformación
y desarrollo de la monarquía asturiana59; a. Mª. cano
González sobre análisis de derivación antroponímica
sobrenombre-apellido en el dominio lingüístico astur60;
J. a. Álvarez castrillón sobre pervivencias toponímicas
medievales llaniscas en los diplomas del desaparecido
cenobio benedictino de celorio61; X. Ll. García arias
sobre topónimos asturianos en dos cartularios leoneses:
los de Eslonza y sahagún62; a. J. Meilán García sobre
el estudio morfosintáctico del Libro de las Constituciones del obispo don Gutierre 63; M. sevilla rodríguez
sobre un microtopónimo pixueto alusivo al límite no-
roriental del reino suevo64; c. García sampedro-clérigo sobre el análisis material del Libro del Prior (a. c.
o., ms. 39)65; J. García Maribona sobre el real privilegio
otorgado por Bermudo iii el 19 de septiembre de 1033
a Bellito auriolis66; X. Vilareyo sobre los territorios de
Burón67 y de navia de suarna68; F. sánchez Miret sobre
diptongación y contactos lingüísticos en el romance
asturleonés69; L. campillo Meras sobre el torreón de
Peñerudes (Morcín)70; c. Pélaez sobre la decimooctava
intervención -protagonizada por el Ministerio de cultura- sobre la seo ovetense71; n. Vigil Montes sobre las
gestiones diplomáticas y económicas realizadas por el
cabildo catedralicio en 1438 para negociar la compra de
la bula de santa indulgencia72; a. García Álvarez-Busto sobre la datación de la planta de la iglesia fundacional del cenobio coriense y, por extensión, sobre el monacato benedictino en el noroeste de la península
ibérica73; L. Feas costilla sobre el monasterio de santa
María de La Vega (oviedo)74; Mª. c. Vázquez saavedra
sudario de oviedo y síndone de Turín>>, en ciriaca Morano rodríguez,
Joaquín campos acosta y María Milagros alcubilla Martín (coords.):
Ciencia, humanismo y creencia en una sociedad plural, oviedo /Madrid:
Universidad / Fundación castroverde, 2012, pp. [213]-222.
55
Felgueroso Blanco, José Luis: <<La Fiesta de La Balesquida en oviedo>>,
en carmen ruiz-Tilve (coord.): IX Ciclo de Conferencias de la S. O. F., 2ª
época, 2011, León: Everest, 2012, pp. 79-105.
56
Galán González, José Luis: <<carta del Presidente>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago,
núm. 39 (2012), p. 3; id.: <<carta del Presidente>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012),
p. 3.
57
Vilareyo, Xaviel: <<Los oríxenes del territoriu asturianu>>, Fusión
Asturias, núm. 223 (2012), p. 10.
58
Fernande Gutierri, Gausón: <<La hermana de don Pelayo>>, Asturies.
Memoria encesa d’un pais, núm. 32 (2012), pp. [56]-63.
59
Piorno, roberto: <<de tribus a reinos. El germen de la reconquista>>,
Muy Historia, núm. 39 (2012), pp. 83-87.
60
cano González, ana María: <<L’antroponimia asturiana y el procesu
de castellanización documental>>, Lletres Asturianes. Boletín de l’Academia
de la Llingua Asturiana, núm. 106 (2012), pp. [35]-48.
61
Álvarez castrillón, José antonio: <<Toponimia medieval del concejo
de Llanes en los documentos del monasterio de san salvador de celoriu>>,
Lletres Asturianes. Boletín de l’Academia de la Llingua Asturiana, núm. 107
(2012), pp. [73]-93.
62
García arias, Xosé Lluis: <<documentación y toponimia ástur>>,
Lletres Asturianes. Boletín de l’Academia de la Llingua Asturiana, núm. 107
(2012), pp. [45]-58.
63
Meilán García, antonio José: <<El Libro de las Constituciones de d.
Gutierre de Toledo, obispo de oviedo (1377-1389). ii. Estudio morfosintáctico.
La oración simple>>, Revista de Filoloxía Asturiana, núms. 11-12 (2011-2012),
pp. [111]-143. [También en: http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/
rFa/article/view/9837/9588]. [consultado el 22/01/2013].
64
sevilla rodríguez, Martín: <<El topónimo asturiano La Bordinga, un
límite de los suevos>>, Revista de Filoloxía Asturiana, núms. 11-12 (2011-2012),
pp. [221]-224. [También en: http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/
rFa/article/view/9840/9591] [consultado el 22/01/2013].
65
García sampedro-clérigo, cristina: <<Estudio codicológico sobre
el Libro del Prior>>, Lletres Asturianes. Boletín de l’Academia de la Llingua
Asturiana, núm. 106 (2012), pp. [163]-181.
66
García Maribona, Julio: <<El Privilegio de Bellito auriolis o de Páramo
de la Focella>>, La Piedriquina: Anuario, núm. 5 (2012), pp. 29-38.
67
Vilareyo, Xaviel: <<Fonsagrada, a ribeira d’Uviéu>>, Fusión Asturias,
núm. 214 (2012), p. 50.
68
Vilareyo, Xaviel: <<navia de suarna, conceyo d’asturias>>, Fusión
asturias, núm. 221 (2012), p. 6.
69
sánchez Miret, Fernando: <<Los problemas de la diptongación del
asturleonés a la luz de la romanística>>, Lletres Asturianes. Boletín de
l’Academia de la Llingua Asturiana, núm. 106 (2012), pp. [11]-33.
70
campillo Meras, Lourdes: <<El torreón de Peñerudes>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
39 (2012), pp. 11-12.
71
Peláez, carmen: <<La catedral saca brillo a la linterna. Las últimas
obras de restauración en el templo reparan daños y humedades en la linterna
y la cúpula de la sacristía>>, Vivir Oviedo, núm. 27 (2012) pp. [22]-26.
72
Vigil Montes, néstor: <<La gran empresa de la obtención de la bula de
santa indulgencia por parte del cabildo catedralicio ovetense a mediados del
siglo XV>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 39 (2012), pp. 9-11.
73
García Álvarez-Busto, alejandro: <<La iglesia fundacional del
monasterio de corias (asturias) y los orígenes de la arquitectura monástica
benedictina en el noroeste de la península ibérica>>, Pyrenae. Revista de
Prehistoria i Antigüitat de la Mediterrania occidental, núm. 43/1 (2012), pp.
135-158.
74
Feas costilla, Luis: <<Una fábrica de origen románico>>, Atlántica
XXII. Revista Asturiana de Información y Pensamiento, núm. 22 (2012), p. [49].
183
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
sobre el capítulo medieval del convento ovetense de
santa clara75; un autor innominado sobre la sala consagrada a la Edad Media en el Museo arqueológico de
asturias76; F. J. r. chaparro sobre arte prerrománico
asturiano77; M. Mallo Viesca sobre arquitectura civil
bajomedieval avilesina78; L. arias Páramo sobre ciertos
elementos de carácter simbólico funerario presentes en
la iglesia villaviciosina de san salvador de Valdediós79;
P. Paniagua Félix sobre los ejemplares -conservados o
no- de alabastros ingleses vinculados a la imaginería
bajomedieval asturiana80; c. Peláez sobre la riqueza en
diplomas y códices del archivo catedralicio de oviedo81; r. rodríguez Álvarez sobre la Biblia sacra Vulgata (manuscrito del siglo XiV) y el Libro de los doce
sabios, ambos custodiados en la Biblioteca de la Universidad de oviedo82; a. san Martín sobre asistencia
hospitalaria en las rutas peregrinatorias del Medioevo83;
J. L. Galán González y a. crespo Páramo sobre el camino de santiago84; a. Pombo también sobre la ruta
jacobea85; P. Folgueira Lombardero sobre la importancia histórica de la ruta jacobea en el municipio vegadense86; J. a. alonso Menéndez, a. Barthe aza, F. J.
Borge cordovilla, E. conde, J. L. Felgueroso Blanco,
Mª. del c. López Villaverde, F. Friera suárez, Mª. J.
sanz Fuentes y c. ruiz-Tilve arias sobre la cofradía de
nuestra señora de La Esperanza (o la Balesquida) de
oviedo y sobre diferentes cuestiones relativas a la historia, el arte, la arqueología y la documentación medieval municipales87; E. carrero santamaría sobre el relicario ovetense88; L. Vilá sobre la influencia del Orlando
furioso de ariosto en las recreaciones literarias épicas
del siglo XVi relativas a Bernardo del carpio89; M.
díez alonso sobre dos célebres mitos del folklore astur90; X. Vilareyo sobre la ópera del compositor Xaverio
Mercadante sobre el rey don Pelayo91. notas y comentarios como los de: J. r. García Fernández sobre Beato
de Liébana y la querella adopcionista92; un autor innoPombo, antón: <<El camino de santiago por tierras asturianas. El
itinerario jacobeo más antiguo comienza en oviedo>>, Viajes national
Geographic, núm 143 (2012), pp. 12-18.
86
Folgueira Lombardero, Pablo: <<El camino de santiago en el actual
concejo de Vegadeo>>, La Vega. Publicación Bimestral de Información de
historia del concejo de Vegadeo, núms. 96-97 (2012), pp. 11-12.
87
alonso Menéndez, José antonio: <<saluda>>, La Balesquida, sin
numerar (2012), p. 7; Barthe aza, adolfo: <<Pregón de La Balesquida.
Un pregón, una petición>>, La Balesquida, sin numerar (2012), pp. 8-12;
Borge cordovilla, Francisco José: <<sobre la forma de la primitiva iglesia
de san Juan Bautista de oviedo: argumentos arqueológicos, compositivos
y metrológicos>>, La Balesquida, sin numerar (2012), pp. 45-61; conde,
Ernesto: <<Los orígenes del callejero de oviedo (i)>>, La Balesquida, sin
numerar (2012), pp. 67-71; Felgueroso Blanco, José Luis: <<La Balesquida y
su pendón>>, La Balesquida, sin numerar (2012), pp. 77-78; López Villaverde,
María del carmen: <<san Homobono: santo y sastre>>, La Balesquida, sin
numerar (2012), pp. 81-86. [Véanse pp. 85-86]; Friera suárez, Florencio: <<La
capilla de santa susana>>, La Balesquida, sin numerar (2012), pp. 108-111;
sanz Fuentes, María Josefa: <<La traída de aguas a oviedo contratada por
el cabildo catedral a mediados del siglo XiV>>, La Balesquida, sin numerar
(2012), pp. 145-148; ruiz-Tilve arias, carmen: <<La Plaza de la catedral>>,
La Balesquida, sin numerar (2012), pp. 153-158.
88
carrero santamaría, Eduardo: <<La cámara santa, tesoro de san
salvador de oviedo>>, Románico. Revista de Arte de Amigos del Románico,
núm. 14 (2012), pp. 16-23.
89
Vilá, Lara: <<de roncesvalles a Pavía. ariosto, la épica española y los
poemas sobre Bernardo del carpio>>, Criticón, núm. 115 (2012), pp. [45]-65.
90
díez alonso, Matías: <<El mito del cuélebre en el camino peregrino
al salvador ovetense>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de
Amigos del Camino de Santiago, núm. 39 (2012), pp. 13-15; id.: <<El nuberu,
un mito astur que se conjura en León>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 12-13.
91
Vilareyo, Xaviel: <<Pelayo, una ópera asturiana>>, Fusión Asturias, núm.
222 (2012), p. 17.
92
García Fernández, José ramón: <<Beato y las iglesias de asturias>>,
85
75
Vázquez saavedra, Mª carmen: <<El antiguo convento de santa clara
de oviedo y la intervención de ignacio Álvarez castelao>>, Liño. Revista
Anual de Historia del Arte, núm. 18 (2012), pp. [91]-109. [Véanse pp. 92-95].
[También en: http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/raHa/article/
view/9507/93016]. [consultado el 07/01/2013].
76
sin especificar: <<Museo arqueológico de asturias>>, Trazos de Asturias,
núm. 1 (2012), pp. [70]-[78]. [Véanse fundamentalmente pp. [75]-[76]].
77
chaparro, Francisco J. r.: <<El largo camino del románico>>,
Descubrir el Arte, núm. 161 (2012), pp. [18]-26. [Véanse pp. [18]-[19] y 20-22].
78
Mallo Viesca, Manuel: <<Les cases soportalaes d’avilés y les sos
“mirilles”>>, Asturies. Memoria encesa d’un pais, núm. 32 (2012), pp. [16]-23.
[Véase p. 21].
79
arias Páramo, Lorenzo: <<Los signáculos funerarios de san salvador de
Valdediós y su contexto histórico artístico>>, Liño. Revista Anual de Historia
del Arte, núm. 18 (2012), pp. [9]-18. [También en: http://www.unioviedo.
es/reunido/index.php/r aHa/article/view/9500/9309]. [consultado el
07/01/2013].
80
Paniagua Félix, Pedro: <<alabastros ingleses en asturias>>, Liño. Revista
Anual de Historia del Arte, núm. 18 (2012), pp. [31]-42. [También En:http://
www.unioviedo.es/reunido/index.php/r aHa/article/view/9502/9311].
[consultado el 07/01/2013].
81
Pelaéz, carmen: <<La sancta ovetensis, los otros tesoros>>, Vivir
Oviedo, núm. 28 (2012), pp. [30]-35.
82
rodríguez Álvarez, ramón: <<La Biblioteca Histórica de la Universidad
de oviedo, un museo bibliográfico>>, Vivir Oviedo, núm. 27 (2012), pp. [44]49. [Véase p. [48]].
83
san Martín, anselmo: <<Primeros hospitales en las peregrinaciones
medievales>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos
del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 10-11.
84
Galán González, José Luis y antonio crespo Páramo: <<Templos
jacobeos en el Principado de asturias>>, Peregrino. Revista del Camino de
Santiago, núm. 139 (2012), pp. 35-39.
184
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
minado sobre tres Trabajos de investigación (los de Mª
carmen Vázquez saavedra sobre el convento de santa
clara, Griselda Llanio rodríguez sobre la abadía de
santa María de Gurullés y Portal Gómez rodríguez
sobre urbanismo medieval en ribadavia) y una Tesis
doctoral (la de Marta Álvarez carballo sobre urbanismo medieval en Llanes) de temática medieval asturiana
defendidos recientemente en la Universidad de oviedo93; un autor innominado sobre iglesias parroquiales,
capillas, cruceros y humilladeros del municipio vegadense94; L. campillo Meras, a. crespo Páramo, J. López López, J. a. García Hoya y un autor innominado
sobre itinerarios, actividades y estadísticas vinculadas
al camino de santiago95; a. a. de la Torre García sobre
“Patinar nun ye un crimen”, serie del pintor gijonés José
Francisco caso, “Kso”, premio astragal en 2010, que
incluye retratos de los reyes asturianos, de Pelayo a alfonso iii96. reseñas como las de: X. Ll. García arias
sobre la documentación plenomedieval del cenobio
villanovés97; un autor no especificado sobre los diplomas altomedievales del monasterio de san Pelayo y de
la seo ovetense98; J. Moran y sendos autores innominados sobre cuestiones filológicas, ideológicas e historiográficas, respectivamente99. novelas históricas como las
de: Mª. Gudín sobre la rebeldía pelagiana y los inicios
de la monarquía asturiana100; J. J. Esparza sobre la epopeya del joven zonio y de su familia en la búsqueda de
tierras fértiles para la subsistencia en el contexto del
enfrentamiento bélico cristiano-musulmán101; i. Lorentz sobre amores y venganzas en la asturias de los
reyes aurelio y silo102; r. Muñoz sobre las aventuras
del monje Fortunio de Monforte y del vikingo njael
Haraldsson en el contexto del solar ibérico a mediados
del siglo iX; P. Vega sobre la peripecia vital del joven
muladí abdul, consejero de los emires cordobeses, en
su confrontación con los monarcas asturianos (de Fá-
Atlántica XXII. Revista Asturiana de Información y Pensamiento, núm. 21
(2012), p. 77.
93
sin especificar: <<actividades del Área de Historia del arte>>, Liño.
Revista Anual de Historia del Arte, núm. 18 (2012), pp. 176, 177, 178 y 179.
[También en: http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/raHa/article/
view/9513/9322].
94
sin especificar: <<iX Jornadas de Historia Local, 6 y 7 de agosto de
2012>>, La Vega. Publicación Bimestral de Información Histórica del Concejo
de Vegadeo, núm. 95 (2012), pp. 2-3. [Véase p. 2].
95
campillo Meras, Lourdes: <<actividades de nuestra asociación>>, A
Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 39 (2012), pp. 4-7; crespo Páramo, antonio: <<El injusto trato
a nuestra asociación>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 39 (2012), pp. 23-24; c[ampillo]
M[eras], L[ourdes]: <<nuevo atentado al camino de santiago>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
39 (2012), p. 24; López López, Juan: <<crónicas viajeras compostelanas.
Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 39 (2012), pp. 25-34; García Hoya,
Julio a.: <<Estadísticas de peregrinos en el albergue de Pajares>>, A
Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 39 (2012), p. 35; campillo Meras, Lourdes: <<actividades de
nuestra asociación>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de
Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 4-6; c[respo] P[áramo],
a[ntonio]: <<Vivencias y necrológica>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 18-19;
c[respo] P[áramo], antonio: <<crónicas no viajeras>>, A Santiago. Boletín
de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40
(2012), pp. 19-20; López López, Juan: <<crónicas viajeras compostelanas.
Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 21-25; sin especificar:
<<Boletín nº 0>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos
del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), p. 26; c[respo] P[áramo], a[ntonio]:
<<Estadísticas del albergue de oviedo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 27-29;
y, García Hoya, Julio a.: <<Estadísticas del albergue “san Martín” de Pola
de Lena>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 30-31.
96
Torre García, antonio alonso de la: <<sK8 is not a crime. La monarquía
asturiana vista por Kso>>, Campo de los Patos. Revista Asturiana de Cultura,
núm. 3 (2012), pp. 385-386.
97
García arias, Xosé Lluis: sin título, Lletres Asturianes. Boletín de
l’Academia de la Llingua Asturiana, núm. 107 (2012), pp. 146-153. [reseña
al libro de Álvarez castrillón, José a[ntonio]: Colección diplomática del
Monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos (1139-1300), oviedo: real
instituto de Estudios asturianos, 2011, 489 pp. (Fuentes y Estudios de
Historia de asturias, 45). [XViº Premio Padre Patac].
98
sin especificar: sin título, Lletres Asturianes. Boletín de l’Academia de la
Llingua Asturiana, núm. 107 (2012), pp. 181-182. [reseña al libro Documentos
orixinales de los sieglos IX-X de los archivos del monesteriu de San Pelayo y
de la Catedral d’Uviéu. Llectura ya índices d’andrea M. Miranda duque.
Estudiu llinguísticu de Xosé Lluis García arias, Uviéu: academia de la
Llingua asturiana y Universidá d’Uviéu, 2011, 483 pp. (Fontes de la Llingua
asturiana, 9).
99
Moran, Josep: sin título, Estudis Románics, núm. XXXiV (2012), pp. 515517. [reseña al libro de cano González, ana María (ed.): Homenaxe al Profesor
Xosé Lluis García Arias, 2 vols, Uviéu: academia de la Llingua asturiana, 2010.
(anexos de Lletres Asturianes; 1); sin especificar: <<recuperar asturies>>,
Fusión Asturias, núm. 217 (2012), p. 54. [reseña al libro de Vilareyo y Villamil,
Xaviel: Les Asturies y el nacionalismu bascu, [s. l.]: Espublizastur, 2012]; sin
especificar: sin título, Fusión Asturias, núm. 214 (2012), p. 47. [reseña al libro
de somoano [sierra], arturo: La cueva de la diosa, Xixón: suburbia, 2011, 292
pp. (Quemando cromo; 1)]. [En asturiano].
100
Gudín, María: El astro nocturno, Barcelona: Ediciones B de Bolsillo,
2012, 584 pp.
101
Esparza, José Javier: El caballero del jabalí blanco. La novela de los
pioneros de la Reconquista, Madrid: La Esfera de los Libros, 2012, 472 pp.
102
Lorentz, iny: La Rosa de Asturias, Barcelona: Ediciones B, 2012, 680
pp. [1ª. Ed.].
185
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
vila a Fruela i)103; M. García-Mauriño que, ambientada
entre los años 791 y 912, describe los reinados de alfonso ii el casto, ramiro i, ordoño i y alfonso iii el
Magno104. reseñas de novelas históricas como las de:
sendos autores innominados sobre los títulos anteriormente mencionados de J. J. Esparza y Mª Gudín105.
relatos históricos como los de P. Valdés argüelles sobre
el nacimiento de adosinda, nieta de Pelayo106 y “iacobus Magnus” sobre el camino de santiago107. Folletos
en edición digital como el de Juan antonio Estévez
sola sobre la vinculación textual de dos testigos que
contienen la Continuatio de la crónica de alfonso iii
en su versión Ad Sebastianum, a saber, el manuscrito
57-1-16 de la Biblioteca capitular de la institución colombina de sevilla y el manuscrito 9880 de la Biblioteca nacional de Madrid108. artículos en edición digital
como los de: r. alonso Álvarez sobre la relación de la
compilación pelagiana con la Historia Silensis109; P. dorronzoro ramírez sobre el obispo ovetense arias cromaz110; P. López Gómez sobre la actividad agropecuaria
en el municipio de cangas del narcea111; K. oswald
sobre el célebre mito carpiano112; J. Villa Prieto sobre el
goticismo en el Poema de Fernán González113. notas en
edición digital como la de F. rodríguez Genovés sobre
la invasión islámica, don Pelayo y la reconquista114. Y
finalmente dos reseñas en edición digital115.
2. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
En EL año 2011: noTas BiBLioGrÁFicas.
cabe mencionar aquí: Prólogos como el de F. J. Gómez
Tuñón a la entrega correspondiente al ejercicio 2011 de la
publicación periódica La Balesquida, órgano de expresión
de los miembros de la cofradía ovetense por antonomasia:
la de nuestra señora de La Esperanza116. Libros como
el que, coordinado por J. rodríguez de diego, a. sánchez del Barrio y E. Pedruelo Martín, analiza la vida y
la época de una de las personalidades más sobresalientes
del Medioevo astur e hispano: la del contador Mayor
de los reyes católicos, alonso de Quintanilla117; o el de
[consultado el 25/07/2013].
112
oswald, Katherine: <<Vestiges of Cantares and Estorias in the alfonsine
retelling of Bernardo del Carpio>>, E-Humanista. Journal of Iberian
Studies, núm. 22 (2012). [En: http://www.ehumanista.ucsb.edu/volumes/
volume_22/index.shtm/]. [consultado el 27/12/2012].
113
Villa Prieto, Josué: <<La alabanza a castilla en el Poema de Fernán
Gonzalez (ca. 1250). su reflejo en los tratados bajomedievales>>, Tiempo y
Sociedad. Revista de Historia y Humanidades, núm. 9 (2012), pp. 23-62. [Véanse
pp. 27-ss]. [En http://tiemposociedad.files.wordpress.com/2012/10/tiempoy-sociedad-09.pdf]. [consultado el 30/X/2012].
114
rodríguez Genovés, Fernando: <<Hispania invadida, España
reconquistada>>, El Catoblepas. Revista crítica del presente, núm. 120 (2012),
p. 7. [En: http://www.nodulo.org/ec/2012/n120p07.htm]. [consultado el
02/01/2013].
115
Batalla cueto, Pablo: <<Felipe Maíllo salgado. Gilliquiya jamás
vencida. Verdad y patraña en la historia de la conquista musulmana de
Hispania>>, El Cuaderno, núm. 29 (2012). [reseña al libro de Maíllo salgado,
Felipe: Acerca de la conquista árabe de Hispania: imprecisiones, equívocos y
patrañas, Gijón: Trea, 2011. (Bibliotheca arabo-romanica et islamica; 7)].
[En: http://www.trea.es/material/descargas/El%20cuaderno%2029.pdf].
[consultado el 05/01/2013]; sin especificar: sin título, Tiempo y Sociedad.
Revista de Historia y Humanidades, núm. 8 (2012), pp. [128]-[129]. [reseña al
libro de Folgueira Lombardero, Pablo: Poblamiento altomedieval en el concejo
de Grandas de Salime (Asturias): un acercamiento desde la arqueología del
territorio, Ed. académica Española, 2012, 156 pp. [En http://tiemposociedad.
files.wordpress.com/2012/07/tiempo-y-sociedad-08.pdf ]. [consultado el
03/09/2012].
116
Gómez Tuñón, Francisco Javier: <<saluda>>, La Balesquida, sin
númerar (2011), pp. 7-8.
117
rodríguez de diego, Julia, antonio sánchez del Barrio y Eduardo
Pedruelo Martín (coords.): Alonso de Quintanilla. La forja de un político de
fines de la Edad Media, Madrid: Ministerio de cultura. subdirección General
Vega [Junquera], Pablo: El Muladí, oviedo: sapere aude, 2012, 283 pp.
104
García Mauriño, Matilde: ¡Adiós, Rey Magno!, oviedo: ojo x Hoja,
2012, 419 pp.
105
sin especificar: sin título, Qué leer, núm. 181 (2012), p. 88. [reseña a
la novela histórica de Esparza, José Javier: El caballero del jabalí blanco. La
novela de los pioneros de la Reconquista, Madrid: La Esfera de los Libros, 2012,
472 pp.]; sin especificar: sin título, Qué leer, núm. 181 (2012), p. 93. [reseña a
la novela histórica de Gudín, María: El astro nocturno, Barcelona: Ediciones
B de Bolsillo, 2012, 584 pp.]
106
Valdés argüelles, Pablo: <<Luego ya veremos>>, Trazos de Asturias,
núm. 1 (2012), pp. 51-54.
107
“Magnus, iacobus”: <<retazos de un peregrino por el camino
Primitivo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 40 (2012), pp. 14-15.
108
Continuatio de la Crónica de Alfonso III. Manuscrito 57-1-16 de la
Biblioteca capitular, Institución Colombina, Sevilla. Edición, traducción y
presentación de Juan antonio Estévez sola, Paris: cLEa, 2012, 45 pp. (Les
livres d’spania. sources; 3). [En http://e-spanialivres.revues.org/442].
[consultado el 26-Vii-2013].
109
alonso Álvarez, raquel: <<La obra histórica del obispo Pelayo
de oviedo (1089-1153) y su relación con la Historia Legionensis (llamada
Silensis)>>, E-Spania, núm. 14 (2012). [consultado el 29/05/2013]. [En http://
e-spania.revues org/21586].
110
dorronzoro ramírez, Pablo: <<Los obispos durante el reinado de
alfonso Vi: aproximación metodológica>>, Estudios Medievales Hispánicos,
núm. 1 (2012), pp. 23-58. [Véanse pp. 36-56]. [En: http://www.ffil.uam.es/
master/medievales_hispanicos/downloads/emh1.pdf ]. [consultado el
19/04/2012].
111
López Gómez, P.: <<Ganadería de alta montaña en la Edad Media:
el caso de cangas del narcea, asturias>>, @rqueología y territorio, num.
9 (2012), pp. 183-197. [En http://www.ugr.es/~arqueologyterritorio/PdF].
103
186
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
a. M. Fabié (ed. facs.) sobre la creación del Principado
de asturias por Juan i en 1388118; el de E. López Fernández sobre las primeras noticias y nombre de sograndio,
la iglesia románica de san Esteban o las propiedades de
la mitra en tal localidad, entre otros, a más de la edición
de diferentes textos que contienen donaciones regias y de
legajos alusivos a la restauración de la antecitada iglesia119;
y las actas del ii ciclo de conferencias del camino de
santiago que, celebradas en oviedo bajo la coordinación
de F. clavijo coello, incidieron en la enorme importancia
histórica, artística y espiritual del real sitio de covadonga
(cangas de onís) y de otros santuarios de peregrinación
-tanto asturianos cuanto extrarregionales- emplazados en
el curso de la ruta jacobea120. Folletos como los de: L. arias
Páramo sobre el arte prerrománico de nuestra región121;
y M. Barrero sobre el urbanismo medieval avilesino122.
capítulos de libros como los de: J. F. González romero
sobre el oviedo pre-industrial123; J. Á. domingo Magaña
sobre ocho capiteles reaprovechados en la iglesia de san
Tirso y en la cámara santa de la catedral (oviedo) y en
san salvador de Valdediós124; y, F. Trinidad sobre la ruta
jacobea125. Ponencias y comunicaciones como las de: J. a.
Gutiérrez González sobre una renovada interpretación del
proceso de conquista y ocupación islámica del cuadrante
noroccidental hispano a la luz de los últimos hallazgos
arqueológicos126; s. cabezas Fontanilla y n. Ávila seoane
sobre las diferentes modalidades de data crónica presentes
en los diplomas desde Pelayo hasta alfonso iii ”el Magno” (y monarcas posteriores)127; Mª. J. sanz Fuentes sobre
diferentes falsos diplomáticos medievales asturianos128; y
J. Mª. de la obra sierra sobre los trabajos de María Josefa
sanz Fuentes y E. E. rodríguez díaz relativos a ciertos
códices diplomáticos vinculados a nuestra región129. colaboraciones en obras colectivas como la de a. isla Frez
sobre el ciclo historiográfico alfonsino y el neovisigotismo
asturiano130. discursos inaugurales de eventos y editoriales de publicaciones periódicas como las de J. L. Galán
de Publicaciones, informacion y documentación, 2011, 161 pp. contiene:
Ministerio de cultura: sin título, o. c., p. [7]; Fundación Museo de las
Ferias: sin título, o. c., p. [9]; Val Valdivieso, María isabel del: <<alonso
de Quintanilla. Un político del final de la Edad Media>>, o. c., pp. 14-37;
Morales Muñiz, dolores carmen: <<alonso de Quintanilla. El hombre y
su obra>>, o. c., pp. 38-49; rodríguez de diego, Julia, antonio sánchez del
Barrio, Eduardo Pedruelo Martín, Juan carlos Moreno Moreno y Fernando
ramos González: <<catálogo>>, o. c., pp. [51]-157.
118
Fabié, antonio M.: El Principado de Asturias. Estudio histórico-legal,
a coruña: órbigo, 2011, 104 pp. [reprod. facs. de la ed. de: Madrid:
Establecimiento Tipográfico de M. P. Montoya y compañía, 1880].
119
López Fernández, Enrique: San Esteban de Sograndio. Apuntes para la
historia de una parroquia del extrarradio ovetense, [s. l.]: [s. n.], 2011, 192 pp.
[Véanse pp.: 15-17; 19-45; 59-74; 138-140; 168-180 y 186-190].
120
clavijo coello, Fernando (coord): Santuarios de peregrinación en
torno al Camino. Actas del Seminario celebrado con ocasión del II Ciclo de
Conferencias del Camino de Santiago, [oviedo]: Fundación María cristina
Masaveu Peterson, 2011, 127 pp. [Edición bilingüe español-inglés]. contiene:
Masaveu, Fernando: <<saluda>>, o. c., p. 4; sanz Montes, Jesús, o. F. M.:
<<camino de santiago y santuarios: fragua y sendero>>, o. c., pp. 6-7; Gotor
santamaría, Vicente: <<saluda>>, o. c., pp. 8-9; clavijo coello, Fernando:
<<Prólogo>>, o. c., p. 10; Martínez Vega, andrés: <<santuario de la Virgen de
la cueva>>, o. c., pp. 13-29; Tanco Lerga, Jesús: <<san Millán de la cogolla>>,
o. c., pp. 31-54; sanz Fuentes, María Josefa: <<El santo cristo de candás>>, o.
c., pp. 57-72; Tuñón Escalada, Juan José: <<La pastoral de peregrinos, romeros
y devotos en el santuario del Monte auseva>>, o. c., pp. 75-111; Fernández
Pantiga, isabel: <<santiago y los Picos de Europa. Beato de Liébana>>, o.
c., pp. 113-125.
121
arias Páramo, Lorenzo: La Asturias de los doce reyes. Un recorrido por
el arte prerrománico, [Gijón]: Trea, 2011, [32] pp. (Vistas al paraíso). [Entrega
gratuita con el diario La Voz de Asturias].
122
Barrero, Miguel: Bajo el fuero de Avilés. Del niemeyer al cabo Peñas,
[Gijón]: Trea, 2011, 31 pp. (Vistas al Paraíso). [Véanse pp. 1 y 11-20].
123
González romero, José Fernando: <<1. El marco histórico cultural de
la industrialización ovetense>>, en id.: Arquitectura industrial de Oviedo y su
área de infuencia. Una realidad dúplice, Gijón: Trea, 2011, pp. [13]-16. (Varia).
124
domingo Magaña, Javier Á.: <<8. núcleo asturiano>>, en id.:
Capiteles tardorromanos y visigodos en la península ibérica (siglos IV-VIII d.
C.), Tarragona: institut catalá d’arqueologia clássica, 2011, pp. 105-107.
(documenta; 13). [Véanse también pp. 255-256 y 364-365=láminas 854 a 861).
125
Trinidad, Francisco: <<El camino de santiago>>, en id.: Viajeros sobre
ruedas. Una historia del transporte de viajeros por carretera en Asturias, oviedo:
astra, 2011, pp. 39-47.
126
Gutiérrez González, José avelino: <<conquista e ocupación islámica
del norte peninsular>>, en rosa Varela Gomes, Mário Varela Gomes y
catarina Tente (coords.): Cristaos e Muçulmanos na Idade Média PennsularEncontros e Desencontros, navarra: Ulzama digital, 2011, pp. 105-120.
127
cabezas Fontanilla, susana y nicolás Ávila seoane: <<cómo fechaba
la oficina real astur-leonesa y castellana hasta el siglo Xii>>, en Juan carlos
Galende díaz y Javier de santiago Fernández (dir.): X Jornadas Científicas sobre
Documentación. El calendario y la datación histórica, Madrid: departamento
de ciencias y Técnicas Historiográficas. Universidad complutense, 2011, pp.
59-120.
128
sanz Fuentes, M[arí]a Josefa: <<Falsos y falsificaciones en la
documentación medieval>>, en José antonio Munita Loinaz (ed.):
Mitificadores del pasado, falsarios de la historia. Historia Medieval, Moderna
y de América. XI Jornadas de Estudios Históricos del Departamento de Historia
Medieval, Moderna y de América (Vitoria-Gasteiz, 3 al 5 de noviembre de 2009),
Bilbao: Universidad del País Vasco, 2011, pp. [17]-31. [Véanse pp. 24-31].
129
obra sierra, Juan Mª. de la: <<Los registros notariales castellanos>>, en
Elena cantarell Barella y Mireia comas Via (eds.): La escritura de la memoria:
los registros. VIII Jornadas de la Sociedad Española de Ciencias y Técnicas
Historiográficas, Barcelona: PPU. Promociones y Publicaciones Universitarias,
2011, pp. 73-109. [Véanse fundamentalmente pp. 87; 88; 90; 94].
130
isla Frez, amancio: <<La construcción de la monarquía en León, siglos
X y Xi: historia y leyes>>, en Pascual Martínez sopena y ana rodríguez
(eds.): La construcción medieval de la memoria regia, Valencia: Universitat,
2011, pp. [33]-44.
187
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
González sobre la ruta jacobea131. artículos como los de:
a. san Martín sobre el caudillaje pelagiano en la legendaria batalla de covadonga132; P. García sobre la historia
medieval de Tudela agüeria133; J. i. Gracia noriega sobre
la importación ovetense de paños del rochelais en la decimotercera centuria134; Á. González sobre cinco advocaciones parroquiales135; M. Gutiérrez claverol sobre la industria extractiva pétrea y su utilización en los monumentos
medievales de oviedo136; B. alonso ruiz y J. Martínez
de aguirre sobre la catedral ovetense de san salvador137;
i. ruiz de la Peña González sobre las reflexiones críticas
de Jovino relativas al arte prerrománico asturiano, entre
otros138; M. díez alonso sobre la colegiata de arbás139; a.
Guedes de castro sobre la iglesia románica de santa dorotea (Gozón)140; J. i. Gracia noriega, J. L. Felgueroso Blanco, Mª. del carmen López Villaverde, M. García Linares,
c. ruiz-Tilve arias y un autor innominado sobre distintos
aspectos vinculados o vinculables a la cofradía de nuestra
señora de La Esperanza (o La Balesquida) (oviedo)141; E.
conde sobre la casulla de san ildefonso, en otro tiempo
custodiada en el relicario de la seo ovetense142; J. L. Galán
sobre la ruta jacobea143; i. izquierdo Peralle y s. García
arnillas sobre el Museo arqueológico de asturias, una de
cuyas salas expositivas recordemos se centra en el Medievo
asturiano144; J. de Lillo sobre la tala del <<carbayón>>, mítico roble bajomedieval ovetense145. notas y comentarios
como el de un autor innominado sobre la iglesia de san
Miguel de Lillo (o de Liño), en oviedo146; L. campillo
Meras, a. crespo Páramo, J. López López, J. a. García
Hoya y la Junta directiva sobre itinerarios, actividades y
estadísticas vinculadas al camino de santiago147. novelas históricas como las de: V. J. andrés González sobre
el joven godo Martín que llega a conocer a don Pelayo
participando con él en la batalla de Guadalete, primero,
y en la de covadonga, después148; P. Vega sobre el reinado
tiempo de recordar>>, La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 90-102; García
Linares, Manuel: <<La vetusta Balesquida>>, La Balesquida, sin numerar
(2011), pp. 112-113; ruiz-Tilve arias, carmen: <<La Balesquida y canella>>,
La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 146-147; sin especificar: <<La
Balesquida a través de su revista>>, Vivir Oviedo, núm. 26 (2011), pp. [60]-62.
142
conde, Ernesto: <<La casulla de san ildefonso, el secreto que guarda
la catedral>>, La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 62-72.
143
Galán, José Luis: <<olloniego en el camino del salvador>>, Tudela
Veguín. Anuario cultural de Box y Valle de Tudela, sin numerar (2011), pp.
30-33; id.: <<La Peregrinación en el siglo XViii>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 38 (2011),
pp. 11-13.
144
izquierdo Peralle, isabel y salvador García arnillas: <<El Museo
arqueológico de asturias (oviedo): identidad y memoria del patrimonio
asturiano>>, Museo.es. Revista de la Subdirección General de Museos Estatales,
núms. 7-8 (2011-2012), pp. 264-279.
145
Lillo, Juan de: <<La calle Uría, cuando oviedo se abrió hacia el
campo>>, La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 130-135.
146
sin especificar: <<Ultimos estudios en san Miguel de Lillo adelantan
su fecha de contrucción>>, Vivir Oviedo, núm. 26 (2011), p. 2.
147
campillo Meras, Lourdes: <<actividades de nuestra asociación>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino
de Santiago, núm. 38 (2011), pp. 4-6; La Junta directiva: <<d. celestino
castañón González>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de
Amigos del Camino de Santiago, núm. 38 (2011), p. 6; campillo Meras, Lourdes:
<<crónica. i Encuentro nacional en el camino de El salvador>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
38 (2011), pp. 8-11; López López, Juan: <<crónicas viajeras compostelanas.
Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 38 (2011), pp. 25-32; crespo Páramo,
antonio: <<Estadísticas del albergue de oviedo>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 38 (2011), p.
33; García Hoya, Julio a.: <<Estadísticas del albergue “san Martín” de Pola
de Lena>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 38 (2011), pp. 34-35.
148
andrés González, Víctor Jesús: El godo: la apasionante historia de un
médico en la Alta Edad Media, [s. l.]: a cargo del autor, 2011, 352 pp.
131
Galán González, José Luis: <<carta del Presidente>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago,
núm. 38 (2011), p. 3; id.: <<discurso de apertura. i Encuentro nacional en el
camino de El salvador>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 38 (2011), pp. 7-8.
132
san Martín, anselmo: <<Pelayo y covadonga>>, A Santiago. Boletín
de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 38
(2011), pp. 20-21.
133
García, Paco: <<Tudela agüeria>>, Tudela Veguín. Anuario Cultural de
Box y Valle de Tudela, sin numerar (2011), pp. 116-118.
134
Gracia noriega, José ignacio: <<Los paños de La rochela>>, La
Balesquida, sin numerar (2011), pp. 116-117.
135
González, Ángel: <<Las parroquias de la unidad pastoral y sus
advocaciones>>, Tudela Veguín. Anuario Cultural de Box y Valle de Tudela,
sin numerar (2011), pp. 55-57.
136
Gutiérrez claverol, Manuel: <<Las piedras que edificaron el oviedo
nobiliario>>, La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 120-127. [Véanse
fundamentalmnete pp. 122-123].
137
alonso ruiz, Begoña y Javier Martínez de aguirre: <<arquitectura en
la corona de castilla en torno a 1412>>, Artigrama. Revista del Departamento
de Historia de la Universidad de Zaragoza, núm. 26 (2011), pp. [103]-147.
[Véanse pp. 106-108 y figura 1].
138
ruiz de la Peña González, isabel: <<Jovellanos, crítico y teórico de la
arquitectura>>, Boletín de Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos, núm.
178 (2011), pp. [135]-160.
139
díez alonso, Matías: <<La canónica de santa María de arbas. segunda
Parte>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 38 (2011), pp. 22-23.
140
Guedes de castro, augusto: <<caminos perdidos>>, Revista de Arte de
Amigos del Románico, núm. 13 (2011), pp. 66-67.
141
Gracia noriega, [José] ignacio: <<Pregón, año 2010. sastres y
zapateros>>, La Balesquida, sin numerar (2011), pp. 12-15; Felgueroso Blanco,
José Luis: <<La Balesquida y la medalla de oviedo>>, La Balesquida, sin
numerar (2011), pp. 84-87; López Villaverde, María del carmen: <<Hoy es
188
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
de don Pelayo149; c. aurensanz sobre las relaciones del
rey alfonso iii el Magno con el clan muladí de los Banu
Qasi150. Ponencias y comunicaciones en edición digital
como las de: a. Álvarez García y Mª. a. Álvarez García
sobre dedicación profesional femenina en el plenomedievo asturiano151; y, Mª. a. de Frutos García y P. sánchez
Herrero sobre la impronta del obispo don Gutierre en
el cenobio ovetense de san Pelayo152. notas en edición
digital como la de M. de la Fuente Merás sobre el monje
benedictino orensano (pero ovetense de adopción) Fray
Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro y su relación con
el cenobio tinetense de santa María La real de obona153.
un autor innominado sobre el Museo arqueológico de
asturias, una de cuyas salas está dedicada al Medievo asturiano156; J. L. Galán, L. campillo Meras, V. J. González García, ansala, J. Milans del Bosch sobre el cenobio
tinetense de santa María La real de obona, sobre los
monarcas asturianos alfonso ii “el casto” y alfonso iii
“el Magno” y sobre otras figuras e instalaciones vinculadas
a la ruta jacobea en el Principado157. L. campillo Meras,
a. crespo Páramo, J. López López y un autor innominado sobre itinerarios, actividades y estadísticas vinculadas
al camino de santiago158. Ponencias y comunicaciones
en edición digital como las de a. Álvarez García sobre la
leyenda vinculada a la tregua firmada entre abderramán
3. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
casa de la rúa de oviedo: Hipótesis antes de su restauración>>, en José Javier
rivera Blanco (coord.): VI Congreso Internacional ”Restaurar la memoria”:
La gestión del patrimonio: hacia un planteamiento sostenible, 31 de octubre-1
y 2 de noviembre de 2008, Volumen 2: Valladolid: Junta de castilla y León,
2010, pp. 157-162.
156
sin especificar: <<código de piedra. reforma y ampliación del Museo
arqueológico de oviedo>>, Arquitectura Viva, núm. 132 (2010), pp. 54-57.
157
Galán, José Luis: <<El camino de santiago por el valle de Tudela>>,
Anuario Cultural de Box y Valle de Tudela, sin numerar (2010), pp. 5-8;
campillo Meras, Lourdes: <<El Monasterio de obona: una ruina en el
camino primitivo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de
Amigos del Camino de Santiago, núm. 35 (2010), pp. 10-12; González García,
Vicente José: <<El camino de Perergrinación con meta en santiago empieza
en oviedo con el rey alfonso ii el casto>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 35 (2010), pp. 1618; ansala: <<dos reyes peregrinos>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 35 (2010), pp. 18-19;
Galán [González], José Luis: <<don Gualterio, un irlandés en el camino>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 36 (2010), pp. 7-8; Milans del Bosch, Joaquín: <<ante la
puerta falsa de la muralla de Lugo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 36 (2010), pp. 12-13.
158
campillo Meras, Lourdes: <<actividades de nuestra asociación>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 35 (2010), pp. 4-9; sin especificar: <<artículos publicados>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 35 (2010), pp. 12-13; López López, Juan: <<crónicas viajeras
compostelanas. Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 35 (2010), pp. 20-25;
crespo Páramo, antonio: <<datos técnicos del nuevo albergue>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
35 (2010), pp. 26-27; campillo Meras, Lourdes: <<actividades de nuestra
asociación>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 36 (2010), pp. 4-6; López López, Juan: <<crónicas
viajeras compostelanas. Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de
la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 36
(2010), pp. 20-26; crespo Páramo, antonio: <<Estadísticas del albergue de
oviedo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 36 (2010), p. 26; id.: <<Peregrinaciones realizadas
por nuestra asociación desde su creación en 1990 hasta 2010>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
36 (2010), pp. 28-30.
En EL año 2010: noTas BiBLioGrÁFicas.
cabe mencionar aquí: sermones y editoriales de publicaciones periódicas como las de r. Berzosa y J. L. Galán
González sobre la ruta jacobea154. Ponencias y comunicaciones como la de L. r. Laca Menéndez de Luarca y s.
ríos González sobre la casa del Marqués de santa cruz
de Marcenado, del siglo XV155. artículos como los de:
Vega, Pablo: La muralla esmeralda, [s. l.]: sapereaude, 2011, 395 pp.
aurensanz, carlos: Banu Qasi. La guerra de Ál Andalus, Barcelona:
Ediciones B, 2011, 703 pp. [1ª ed.].
151
Álvarez García, ana y María azucena Álvarez García: <<oficios de
mujer en las ordenanzas del concejo de oviedo (asturias), en el s. Xiii>>,
en III Congreso Virtual sobre Historia de las mujeres (Del 15 al 31 de octubre de
2011), Jaén: asociación de amigos del archivo Histórico Provincial, 2011, 23
pp. [En: dialnet-oficiosdeMujerEnLasordenanzasdelconcejodeoviedo
ast-4095786[1].pdf]. [consultado el 13/03/2013].
152
Frutos García, María ascensión de y Patricia Herrero sánchez: <<Las
constituciones del cenobio de san Pelayo de oviedo>>, en III Congreso
Virtual sobre Historia de las mujeres (Del 15 al 31 de octubre de 2011), Jaén:
asociación de amigos del archivo Histórico Provincial, 2011, 24 pp. [En:
dialnet-LasconstitucionesdelcenobiodesanPelayodeoviedo-4095567[1].
pdf]. [consultado el 13/03/2013].
153
Fuente Merás, Manuel de la: <<Feijoo en obona>>, El Catoblepas.
Revista crítica del presente, núm. 115 (2011), p. 11. [En: http://www.nodulo.
org/ec/2011/n115p11.htm]. [consultado el 02/01/2013].
154
Berzosa, raúl: <<Homilía en la solemnidad de El salvador>>, A
Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 36 (2010), pp. 10-11; Galán [González], José Luis: <<invocación
al apóstol>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 36 (2010), p. 18; id.: <<carta del Presidente>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 35 (2010), p. 3; id.: <<carta del Presidente>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
36 (2010), p. 3.
155
Laca Menéndez de Luarca, Luis ramón y sergio ríos González: <<La
149
150
189
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
i y el rey astur Mauregato159, y de Mª. azucena Álvarez
García sobre doña Gontrodo160. reseñas a novelas históricas juveniles como la de casa Árabe-iEaM sobre una
entretenida narración ambientada en la época del rey asturiano alfonso iii el Magno (reg. 866-910) y relacionada
con la embajada enviada por aquél a córdoba para rescatar
los restos martiriales de san Eulogio y santa Leocricia161.
bre la colección documental (424 docs.) del mayorazgo
del contador Mayor de los reyes católicos, alonso de
Quintanilla163. Folletos de pequeño formato como el de
J. L. Galán Gonzalez sobre la ruta jacobea a su paso por
asturias164. capítulos de libros como el de M. Á. Ladero
Quesada sobre los “derechos ciertos” que el rey poseía en
las asturias de oviedo165. colaboraciones en obras colectivas como las de: M. calleja Puerta sobre la compilación
historiográfica del obispo don Pelayo166; G. Mora rodríguez, M. Blech y M. González Baldoví sobre tres otrora
conspicuos estudiosos del rico patrimonio histórico-artístico medieval asturiano: Quadrado, schlunk y selgas167.
4. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
En EL año 2009: noTas BiBLioGrÁFicas.
cabe mencionar aquí: Libros como: el coordinado por
J. rodríguez alonso sobre la rebelión pelagiana, la batalla de covadonga, el real sitio homónimo y la actividad
turística y hotelera desplegada en torno suyo en la última
centuria162; y el coordinado por a. sánchez del Barrio so-
y buen gusto>>, o. c., pp. [137]-147; remis, Javier: <<Un hotel de novela y
de película. concha Espina y Altar Mayor>>, o. c., pp. [149]-155; González,
Luis aurelio: <<Hotel de reyes, príncipes e infantes>>, o. c., pp. [157]167; González, Luis aurelio: <<Gil robles en covadonga: una visita muy
controvertida>>, o. c., pp. [169]-171; González, Luis aurelio: <<de hotel de
alta burguesía a hospital de milicianos. El duro paréntesis de la guerra civil>>,
o. c., pp. [173]-179; González, Luis aurelio: <<El hotel de un caudillo>>,
o. c., pp. [181]-187; rodríguez, Jaime: <<La revolución turística de los años
ochenta se forjó en covadonga>>, o. c., pp. [189]-197; rodríguez, Jaime:
<<Una historia muy humana: vivencias y anécdotas de varias generaciones
de trabajadores del Gran Hotel Pelayo>>, o. c., pp. [199]-207; Hostelería del
real sitio: <<a modo de epílogo>>, o. c., p. 207.
163
sánchez del Barrio, antonio (coord.): El Archivo del Mayorazgo de
Alonso de Quintanilla. Fondos documentales conservados en la Fundación de las
Ferias (1419-1918), Valladolid: Fundación: Museo de las Ferias / diputación de
Valladolid, 2009, 239 p. (Monografías del archivo; ii). contiene: rodríguez
de diego, José Luis: <<Prólogo>>, o. c., pp. 9-11; Val Valdivieso, Mª. isabel
del: <<algunos aspectos de la relación del matrimonio Quintanilla-Lodeña
con la villa de Medina del campo>>, o. c., pp. 13-17; Morales Muñiz, dolores
carmen: <<alonso de Quintanilla, el asturiano de Medina del campo>>,
o. c., pp. 19-26; sánchez del Barrio, antonio: <<El archivo de alonso de
Quintanilla y los sucesores de su Mayorazgo>>, o. c., pp. 27-38; Moreno
Moreno, Juan carlos: <<El Testamento de alonso de Quintanilla y el
inventario del archivo de su Mayorazgo en 1715. Transcripciones>>, o. c., pp.
39-100; Burón Álvarez, Milagros y Paloma castresana antuñano: <<Proceso
de conservación y restauración de varios documentos del archivo de alonso de
Quintanilla>>, o. c., pp. 101-111; Moreno Moreno, Juan carlos: <<inventario
de documentos>>, o. c., pp. 113-195; ramos González, Fernando: <<Índice
onomástico>>, o. c., pp. 197-235; ramos González, Fernando: <<Índice
Topográfico>>, o. c., pp. 237-239.
164
Galán [González], José Luis: Oviedo. Encrucijada del Camino de
Santiago. Guía básica para el peregrino, [oviedo]: ayuntamiento, 2009, [46]
pp.
165
Ladero Quesada, Miguel Ángel: <<4. Pedidos de Vizacaya y allendebro.
“Fueros derechos” de asturias. Galeotes de behetrías>>, en id.: La Hacienda
Real de Castilla 1369-1504. Estudios y Documentos, Madrid: real academia de
la Historia, 2009, p. 184-187. [Veánse también pp. 496 y 537].
166
calleja Puerta, Miguel: <<corpus Pelagianum>>, en Alfonso X el Sabio.
Catálogo de la exposición, Murcia, 2009, pp. 386-389.
167
M[ora] r[odríguez], G[loria]: <<Quadrado y nieto, José María>>,
en Margarita díaz-andreu, Gloria Mora r[odríguez] y Jordi cortadella
[Morral] (coords.): Diccionario histórico de la arqueología en España (siglos XVXX), Madrid: Marcial Pons Historia, 2009, pp. 537-538; B[lech], M[ichael]:
<<schlunk, Helmut>>, o. c., p. 598; G[onzález] B[aldoví], M[ariano]: <<selgas
159
Álvarez García, ana: <<El tributo de las cien doncellas o el precio de
la paz en la Hispania de los siglos Viii-iX>>, en II Congreso Virtual sobre
Historia de las Mujeres (del 15 al 31 de octubre de 2010), Jaén: asociación de
amigos del archivo Histórico diocesano de Jaén, 2010, 9 pp. [En: dialnet-El
TributodeLasciendoncellasoElPreciodeLaPazEnLaHis-4095996[1].pdf].
[consultado el 13/03/2013].
160
Álvarez García, María azucena: <<aproximación a la figura de
Gontrodo Petri (1110-1186): concubina de rey, madre de reina>>, en II Congreso
Virtual sobre Historia de las Mujeres (del 15 al 31 de octubre de 2010), Jaén:
asociación de amigos del archivo Histórico diocesano de Jaén, 2010, 18 pp.
[En: dialnet-aproximaciónaLaFiguradeGontrodoPetri11101186-4096001[1].
pdf]. [consultado el 13/03/2013].
161
casa Árabe-iEaM: <<El vuelo de las cigüeñas. Mª isabel Molina>>,
en arantxa López (ed.): Mil y un libros para asomarse al mundo árabe. Guía de
lectura, Madrid: casa Árabe, 2010, p. 118. [reseña a la novela histórica juvenil
de Molina, María isabel: El vuelo de las cigüeñas, zaragoza: Edelvives, 2007,
134 pp. (alandar; 88)].
162
rodríguez alonso, Jaime (coord.): El Gran Hotel Pelayo de Covadonga.
1909-2009. Cien años de historia y turismo en el corazón de Asturias, [s. l.]:
cH, 2009, [211] pp. contiene: Álvarez areces, Vicente: sin título, o. c., p.
[9]; Berzosa, raúl: sin título, o. c., p. [11]; García, alfredo: sin título , o. c.,
p. [13]; Tuñón Escalada, Juan José: <<El santuario de covadonga. Historia
de una devoción>>, o. c., pp. [17]-39; González, Luis aurelio: <<Pelayo, un
nombre para un hotel>>, o. c., pp. [41]-49; González, Luis aurelio: <<Un gran
hotel como elemento revitalizador de la renovación material y espiritual de
covadonga>>, o. c., pp. [51]-59; remis, Javier: <<Federico aparici, Maestro
de arquitectos y director técnico del Gran Hotel Pelayo>>, o. c., pp. [61]-67;
suárez Botas, Gracia: <<El edificio. arquitectura y equipamientos integrados
en el santuario>>, o. c., pp. [69]-79; González, Luis aurelio: <<El Gran
Hotel Pelayo, referente esencial en los albores del turismo de asturias y de la
hostelería en España>>, o. c., pp. [81]-87; suárez Botas, Gracia: <<Publicidad
e imagen del Hotel Pelayo: icono del Covadonga mas turista y devoto>>, o. c., pp.
[89]-101; González, Luis aurelio: <<Más que un hotel en los inicios del Parque
nacional de la Montaña de covadonga>>, o. c., pp. [103]-107; González,
Luis aurelio: <<Testigo de excepción en la historia del montañismo en los
Picos de Europa>>, o. c., pp. [109]-115; González, Luis aurelio: <<cien años
de gerencia hotelera>>, o. c., pp. [117]-135; rodríguez, Jaime: <<Buena mesa
190
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
Editoriales de revistas y discursos como los de J. L. Galán
González sobre la ruta jacobea168. artículos como los de:
c. Fernandez ochoa sobre el orígen y desarrollo de la
monarquía asturiana169; Mª. Fueyo sobre el real Monasterio de san Pelayo (oviedo), su patrimonio codicológico
y diplomático y sobre su actual labor de restauración documental170; M. Hevia sobre la labor de mecenazgo de la
Fundación María cristina Masaveu, con especial hincapié
en sus actuaciones relativas a la cámara santa171; a. Hevia
Ballina sobre las conexiones entre la cruz de 908 y el real
sitio de covadonga (cangas de onís)172; J. L. Galán González, L. campillo Meras, J. J. Milans del Bosch, M. díez
alonso y V. J. González García sobre diversas cuestiones
concernientes al camino de santiago, entre las cuales -por
vía de ejemplo- el paso por oviedo de san Francisco de
asís o la historicidad de la batalla de clavijo173; F. Pardo
calvo y B. García Tapia sobre el remozamiento del Museo
arqueológico de asturias (oviedo), situado en el Monasterio benedictino de san Vicente y que dedica una de sus
salas expositivas a la Edad Media asturiana174. notas y
comentarios como las de un autor innominado sobre las
cruces de oviedo y el año santo de la cruz175; y las de a.
crespo Páramo, L. campillo Meras, J. López López, J.
a. García Hoya y sendos autores innominados176. novelas
históricas como la de P. Valdés argüelles sobre las peripecias del monje Basilio, durante su viaje -en compañía del
obispo Urbano- de traslado del arca santa de las reliquias
toledanas con destino a asturias, para evitar que cayeran
en manos del invasor sarraceno177.Y artículos en edición
digital como el de P. Folgueira Lombardero sobre el devenir de la villa avilesina en las centurias décimocuarta y
décimoquinta178.
cabe mencionar aquí: Ponencias y comunicaciones
como la de c. García de castro Valdés sobre las inscripciones asturianas altomedievales179. colaboraciones en
albuerne, Fortunato>>, o. c., pp. 606-607.
168
Galán González, José Luis: <<carta del Presidente>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago,
núm. 33 (2009), p. 3; id.: <<carta del Presidente>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 34 (2009),
p. 3; id.: <<discurso de nuestro presidente en el día de Galicia en asturias>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 34 (2009), pp. 8-9.
169
Fernández ochoa, carmen: <<La presencia romana en oviedo>>, Vivir
Oviedo, núm. 22 (2009), p. 24-28.
170
Fueyo, María: <<Las Pelayas y sus tareas de restauración de documentos
antiguos. Un arte callado que, mirando a dios, busca conservar la cultura>>,
Vivir Oviedo, núm. 22 (2009), pp. 20-22.
171
Hevia, Marina: <<actuaciones preferentes de la Fundación María
cristina Masaveu>>, Vivir Oviedo, núm. 22 (2009), pp. 64-68.
172
Hevia Ballina, agustín: <<La cruz de la Victoria en el santuario de
covadonga>>, Vivir Oviedo, núm. 22 (2009), pp. [29]-31.
173
Galán [González], José Luis: <<san Francisco de asís y Fray Pedro
compadre en oviedo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 33 (2009), pp. 4-5; campillo Meras,
Lourdes: <<de oviedo a santiago por avilés>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 33 (2009),
pp. 9-10; Milans del Bosch, José Joaquín: <<algunos datos sobre el camino
de Tarna>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos
del Camino de Santiago, núm. 33 (2009), pp. 19-20; díez alonso, Matías:
<<aproximación histórica a san Miguel del río>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 33 (2009),
pp. 20-22; González García, Vicente José: <<sobre la batalla de clavijo>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 34 (2009), pp. 11-12.
174
Pardo calvo, Fernando y Bernardo García Tapia: <<El Museo
arqueológico de asturias su reforma y ampliación>>, Vivir Oviedo, núm.
23 (2009), pp. 40-44.
175
sin especificar: <<Mons. Monteiro de castro clausura en oviedo el año
santo de la cruz>>, Vivir Oviedo, núm. 22 (2009), p. 4.
176
crespo [Páramo], antonio: <<Homenaje a rodrigo Grossi en
Tarrueza>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos
del Camino de Santiago, núm. 33 (2009), p. 6; campillo Meras, Lourdes:
<<nuestras actividades>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 33 (2009), pp. 7-9; López López, Juan:
<<crónicas viajeras compostelanas. Vivencias del camino>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
33 (2009), pp. 11-18; García Hoya, J. a.: <<Los albergues de Pajares y Pola
de Lena>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del
Camino de Santiago, núm. 33 (2009), pp. 26-27; campillo Meras, Lourdes:
<<actividades de nuestra asociación>>, A Santiago. Boletín de la Asociación
Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 34 (2009), pp. 4-7;
sin especificar: <<Testimonio de un peregrino en el camino primitivo>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino
de Santiago, núm. 34 (2009), p. 9; sin especificar: <<cambios a la salida
de oviedo>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos
del Camino de Santiago, núm. 34 (2009), p. 9; crespo Páramo, antonio:
<<Estadísticas de peregrinos>>, A Santiago. Boletín de la Asociación AsturLeonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 34 (2009), pp. 17-18.
177
Valdés argüelles, Pablo: El Arca de las Reliquias, Madrid: atlantis,
2009, 303 pp.
178
Folgueira Lombardero, Pablo: <<avilés entre los siglos Xiii y XV.
anatomía de una villa bajomedieval>>, Tiempo y Sociedad. Revista de Historia
y Humanidades, núm.2 (2009), pp.75-101. [En http://tiemposociedad.
files.wordpress.com/2012/10/aviles-entre-los-siglos-Xiii-y-XV.pdf ].
[consultado el 06/02/2013].
179
García de castro Valdés, césar: <<Textos y contextos de la epigrafía
monumental en la asturias altomedieval>>, en V Seminari de Cultura Escrita
i Visual Josepa Arnall Juan, Girona: La Universitat, 2008. [disponible en:
5. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
En EL año 2008: noTas BiBLioGrÁFicas.
191
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 169-194]
obras colectivas como las de E. collado González, r.
V. Yzquierdo Peiró, M. calleja Puerta, G. cavero domínguez, a. Mª. Herrero Montero, Mª. J. sanz Fuentes,
F. López alsina o r. Yzquierdo Perrin sobre diferentes
hechos históricos vinculados al reinado del monarca
alfonso iX de León y sobre la cultura material del periodo180. Editoriales de revistas como la de J. L. Galán
González sobre la ruta jacobea181. artículos como los de:
M. robles sobre las significadas efemérides conmemorativas de 2008 (cruces prerrománicas de oviedo…)182;
M. abad sobre la exposición <<oviedo doce siglos>>183;
Mª. Fueyo sobre el hallazgo de interesantes restos de
una fuente muy similar a la de Foncalada184; la monja
benedictina María covadonga sobre la historia y fondos
documentales del milenario cenobio ovetense de san Pelayo185; M. cimadevilla rodríguez sobre la <<casa de la
rúa>>, documentada desde finales del siglo Xiii186; r.
Álvarez Vigil sobre el deteriorado estado de conservación
del templo parroquial de santiago de agüeria187; J. L.
Galán González, L. campillo Meras, M. díez alonso
y J. J, Milans del Bosch sobre el conjunto monástico
villaviciosino de Valdediós, sobre el cenobio llanisco de
Bedón o sobre el pacto de arriendo relativo al puerto pesquero de Entrellusa suscrito por el abad del monasterio
de santa María de arbás y los vecinos del concejo de carreño en 1242, respectivamente188. notas y comentarios
sobre diferentes aspectos de temática jacobea189.
6. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
En EL año 2007: noTas BiBLioGrÁFicas.
cabe mencionar aquí capítulos de libros como el de
F. soria sobre el Privilegio de Juan ii y el condado
de ribadeo190. Ponencias y comunicaciones como la
de F. J. alonso, r. Mª. Esbert, J. ordaz, L. Valdeón,
a. rojo y F. Mateos sobre los materiales y técnicas utilizados en el claustro de la seo ovetense191;
http://hdl.handle.net/10256.1/994]. [consultado el 24-07-2013]. [Vídeo].
180
c[ollado] G[onzález], E[lisa]: <<2. ramiro i y oviedo: basa con relieve
escultórico>>, en L. Jaime oíza Galán y María de la o suárez rodríguez:
Alfonso IX y su época: Pro utilitate regni mei, a coruña: ayuntamiento de
a coruña / Ministerio de cultura. sociedad Estatal de conmemoraciones
culturales, 2008, pp. 40-41. [Ed. bilingüe gallego-español]; c[ollado]
G[onzález], E[lisa]: <<3. alfonso iii y oviedo: lápida con cruz e inscripción>>,
o. c., pp. 42-43; Y[zquierdo] P[eiró], ramón V.: <<4. alfonso iii y santiago:
facsímil de la cruz donada a la iglesia de santiago>>, o. c., pp. 44-46; c[alleja]
P[uerta], M[iguel]: <<5. alfonso V y el reino: las leyes territoriales leonesas>>,
o. c., pp. 47-49; c[avero] d[omínguez], G[regoria]: <<6. imagen del rey
Fernando i y sancha en el concilio de coyanza>>, o. c., pp. 50-52; c[alleja]
P[uerta], M[iguel]: <<7. Elogio del reinado de alfonso Vi por la seguridad de
la circulación de las personas>>, o. c., pp. 53-55; H[errero] M[ontero], a[na]
M[aría]: <<9. alfonso Vii y oviedo: fuero de la ciudad de oviedo>>, o. c., pp.
59-60; s[anz] F[uentes], M[aría] J[osefa]: <<10. La navegación y los recursos
del mar: alfonso Vii concede fuero a la villa de avilés>>, o. c., pp. 61-63;
López alsina, Fernando: <<Pro utilitatte regni mei: las ciudades y la orla
costera del Miño al deva en el reinado de alfonso iX de León>>, o. c., pp.
187-223. [Véanse pp. 211-212]; H[errero] M[ontero], a[na] M[aría]: <<48. Las
actividades artesanales en la ciudad: ordenanzas de la ciudad de oviedo>>,
o. c., pp. 241-242; sin especificar: <<53. ceca de oviedo: dinero de alfonso
iX>>, o. c., p. 257; c[ollado] G[onzález], E[lisa]: <<62. La posada: jarra con
asa>>, o. c., pp. 275-276; Yzquierdo Perrín, ramón: <<arquitectura en el reino
de León bajo alfonso iX>>, o. c., pp. 327-348. [Véase p. 328].
181
Galán González, José Luis: <<carta del Presidente>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago,
núm. 33 (2008), p. 3.
182
robles, Manuel: <<celebraciones oviedo 2008. El año santo de la
cruz>>, Vivir Oviedo, núm. 20 (2008), pp. 12-14.
183
abad, Montserrat: <<oviedo, doce siglos de historia en imágenes>>,
Vivir Oviedo, núm. 21 (2008), pp. 12-14.
184
Fueyo, María: <<La Fuente de la rúa. Un hallazgo interesante para la
historia de oviedo>>, Vivir Oviedo, núm. 21 (2008), pp. [56]-57.
185
covadonga, María, o. s. B.: <<real Monasterio de san Pelayo, 1.200
años de historia>>, Vivir Oviedo, núm. 20 (2008), pp. 24-26.
186
cimadevilla rodríguez, Miguel: <<El Palacio de los Marqueses de
santa cruz de Marcenado>>, Vivir Oviedo, núm. 20 (2008), pp. [20]-22.
187
Álvarez Vigil, rocío: <<iglesia parroquial de santiago de agüeria: una
portada a valorar>>, Tudela veguín. Anuario Cultural de Box y Valle de Tudela,
sin numerar (2008), pp. 74-78.
188
Galán González, José Luis: <<La casa de Valdediós>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
32 (2008), pp. 4-5; campillo Meras, Lourdes: <<san antolín de Bedón. Un
paréntesis en el camino de santiago de la costa>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 32 (2008),
pp. 10-11; díez alonso, Matías: <<El Pacto de Entrellusa>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
32 (2008), pp. 24-25; Milans del Bosch, José Joaquín: <<La credencial del
peregrino y la compostela>>, A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa
de Amigos del Camino de Santiago, núm. 32 (2008), pp. 26-27.
189
c[ampillo] M[eras[, L[ourdes]: <<nuestras actividades>>, A Santiago.
Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm.
32 (2008), pp. 6-9; crespo Páramo, antonio: <<Estadísticas del año 2008>>,
A Santiago. Boletín de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de
Santiago, núm. 32 (2008), pp. 11-12; [López] [López], [Juan]: <<crónicas
viajeras compostelanas. Vivencias del camino>>, A Santiago. Boletín de la
Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, núm. 32 (2008),
pp. 13-21.
190
soria, Félix: <<orígenes y avatares del condado>>, en id.: Condado de
Ribadeo. Los trajes del rey 1878-1975. Colección de la Casa de Alba, ribadeo:
casa das Letras, 2007, pp. [12]-[23].
191
alonso, F. J., r Mª. Esbert, J. ordaz, L. Valdeón, a. rojo y F. Mateos:
<<El claustro de la catedral de oviedo>>, en Elena M. Pérez Montserrat,
Miguel Gómez-Heras, Mónica Álvarez de Buergo y rafael Fort González:
Ciencia, Tecnología y Sociedad para una conservación sostenible del patrimonio
pétreo, san sebastián de los reyes: ayuntamiento, 2007, pp. 13-21.
192
La Edad Media asturiana en el año 2012: notas de bibliografía histórica
d. c. Morales Muñiz sobre el contador Mayor de
los reyes católicos192 . artículos como los de: Mª.
Fueyo de la Mora sobre las significadas efemérides
conmemorativas de 2008 (cruces prerrománicas de
oviedo…) y sobre el palacio (luego iglesia) de santa
María del naranco (oviedo) 193; G. Gatto sobre el
ii congreso internacional sobre el santo sudario de
oviedo, celebrado en la capital asturiana en abril de
2007194; a. c. Polledo arias sobre la cofradía carbayona de nuestra señora de La Esperanza (o La
Balesquida) y una fiesta casi milenaria195; Mª. J. sanz
Fuentes sobre el cementerio de peregrinos de la seo
ovetense196 ; E. Francomano sobre el tributo de las
cien doncellas197. novelas históricas juveniles como
la de Mª. i. Molina sobre la embajada que, encabezada por el presbítero dulcidio, envió a córdoba
el monarca asturiano alfonso iii “el Magno” (reg.
866-910) para recuperar los restos martiriales de san
Eulogio y santa Leocricia198.
los Prados, santa María de Bendones…)199; y, J. a. Eiroa
rodríguez sobre una cucharilla de bronce procedente
de Lugo de Llanera y datable en los siglos X-Xiii200.
Ponencias y comunicaciones como la de c. E. Prieto
Entrialgo sobre la dote fundacional del cenobio salense
de cornellana201. artículos como los de: c. Bartolomé
sobre la muralla medieval de oviedo202; Á. Pandavenes
alonso sobre la catedral de san salvador y la Perdonanza 203; J.-M. rodríguez alonso sobre el santo sudario
custodiado en la cámara santa204; s. rodríguez sobre los
primeros vestigios del belenismo en el arte prerrománico
asturiano205; J. santullano sobre el rico patrimonio histórico-artístico medieval ovetense206. notas y comentarios
como el de un autor innominado sobre el real sitio de
covadonga (cangas de onís)207.
199
Utrero agudo, María de los Ángeles: <<diferencias y similitudes en
el grupo asturiano. El modelo de santullano y las basílicas asociadas>>, en
id.: Iglesias tardoantiguas y altomedievales en la península ibérica. Análisis
arqueológico y sistemas de abovedamiento, Madrid: consejo superior de
investigaciones científicas. instituto de Historia. departamento de Historia
antigua y arqueología, 2006, pp. 130-133. (anejos de Archivo Español
de Arqueología; XL); id.: <<afinidades y diferencias del grupo asturiano
abovedado: Valdediós, Lillo, Lebeña, naranco y Lena>>, o. c., pp. 133-142;
id.: <<Bóvedas reforzadas con arcos: Valdediós, Bendones y santa Eulalia de
Bóveda>>, o. c., pp. 142-143; id.: <<Basílicas asturianas: la singularidad de los
elementos arquitectónicos>>, o. c., pp. 219-221; id.: <<Lillo y el naranco>>,
o. c., pp. 224-225; id.: <<san salvador de Valdediós>>, o. c., pp. 225-226; id.:
<<serie asturiana>>, o. c., pp. 253-255; id.: <<asturias>>, o. c., pp. [453]-478.
[Véanse además: láminas 3, 11, 13, 14, 38, 39, 40, 44, 45, 52, 54, 56, 57, 60, 64,
72, 73, 74, 79, 80, 81, 82 y 83 (capítulo iii); figura 20 (capítulo iii); láminas
100, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 143, 144, 145, 146,
147, 148, 171, 172 (capítulo V); figura 32 (capítulo V); y láminas 226, 227,
228 y 232 (capítulo Vi).
200
Eiroa rodríguez, Jorge a.: <<57. cucharilla>>, en id.: Antigüedades
medievales, Madrid: real academia de la Historia, 2006, p. 74. (Publicaciones
del Gabinete de antigüedades de la real academia de la Historia.
antigüedades Medievales).
201
Prieto Entrialgo, clara Elena: <<La carta dotacional del monasterio
de cornellana (1024) y su doble redacción. observaciones lingüísticas,
paleográficas y diplomáticas>>, en aires a. nascimento y Paulo F. alberto
(eds. lits.): IV Congresso Internacional de Latim Medieval Hispânico, Lisboa:
centro de Estudios clássicos, 2006, pp. 745-767.
202
B[artolomé], c[ristina]: <<oviedo, capital amurallada>>, Vivir Oviedo,
núm. 16 (2006), pp. [48]-51.
203
Pandavenes alonso, Ángel: <<La Perdonanza, una tradición de siglos>>,
Vivir Oviedo, núm. 17 (2006), pp. [36]-40.
204
rodríguez alonso, Jorge-Manuel: <<El mayor tesoro de la catedral de
oviedo>>, Vivir Oviedo, núm. 16 (2006), pp. [26]-31.
205
rodríguez, serafín: <<¿Existieron los belenes en el arte asturiano
ovetense>>, Vivir Oviedo, núm. 16 (2006), pp. [42]-45.
206
santullano, Javier: <<El Patrimonio cultural ovetense como apuesta de
futuro>>, Vivir Oviedo, núm. 17 (2006), pp. [26]-29.
207
sin especificar: <<La Fundación Hidrocantábrico hace la luz en
covadonga>>, Vivir Oviedo, núm. 16 (2006), p. 4.
7. adiTaMEnTo a La Edad MEdia asTUriana
En EL año 2006: noTas BiBLioGrÁFicas.
cabe mencionar aquí: capítulos de libros como los de:
Mª. de los Á. Utrero agudo sobre las diferentes técnicas
y procedimientos de abovedamiento presentes en algunas de las más notorias basílicas asturianas (san Julián de
192
Morales Muñiz, dolores carmen: <<El amigo de colón: alonso
de Quintanilla y su participación en el descubrimiento de américa>>, en
rica amran (dir.): Entre la Péninsule Ibérique et l’Amerique. Cinq-céntíeme
anniversaire de la mort de Christoph Colomb, indigo et côtes Femmes, 2007,
pp. 35-52.
193
Fueyo de la Mora, María: <<2008. año de conmemoraciones para
oviedo>>, Vivir Oviedo, num. 19 (2007), pp. [16]-20; id.: <<Palacio de ramiro
i, el primer palacio de oviedo>>, Vivir Oviedo, núm. 19 (2007), pp. 12-13.
194
Gatto, Giuseppe: <<oviedo, capital de la sindonología mundial>>,
Vivir Oviedo, núm. 19 (2007), pp. [22]-26.
195
Polledo arias, alberto carlos: <<Martes del Bollu, más que una
fiesta>>, Vivir Oviedo, núm. 19 (2007), pp. [42]-45.
196
sanz Fuentes, M[arí]a Josefa: <<El cementerio de peregrinos>>, Vivir
Oviedo, núm. 18 (2007), pp. [14]-17.
197
Francomano, Emily: <<The legend of the “Tributo de las cien doncellas:
women as warweavers and the coin of salvation”>>, Revista Canadiense de
Estudios Hispánicos, núm. 32/1 (2007), pp. 9-26.
198
Molina, María isabel: El vuelo de las cigüeñas, zaragoza: Edelvives,
2007, 134 pp. (alandar; 88).
193
recensiones
Territorio, Sociedad y Poder, nº 8, 2013 [pp. 195-206]
d
recensiones
las injerencias de los fundadores, un anhelo que a partir
de fines del siglo Xi será absorvido por la reforma gregoriana. Pero, a pesar de las exigencias de la normativa,
Baury presenta un panorama en el que los lazos de
dependencia permanecen intactos. Los vínculos entre
abadías y nobles eran múltiples. éstos garantizaban
el sostenimiento material y la protección de aquéllos,
usando a su favor influencias en la corte, y ante los
obispos y el papado. En las casas femeninas eran los
patronos los que controlaban el nombramiento de abadesas, garantizando otras veces su hegemonía a través
de la figura de la “señora”, dama de la familia residente
en el monasterio pero cuya extracción social y notable
libertad de movimientos le permitía obtener favores en
los círculos de poder. a cambio, los establecimientos
religiosos desempeñaban funciones varias al servicio
del grupo nobiliario: intercediendo por los miembros,
vivos y muertos, de la familia; organizando en ellos sus
panteones funerarios y ocupándose de su conservación
memorial.
Pero quizá sea en la cuestión de la clausura donde
más claramente se evidencia lo fructífero del método
utilizado por el autor. al contrastar la normativa general, siempre teórica e ideal, con las informaciones
diarias y cotidianas referidas a la vida monástica, se
manifiesta el evidente incumplimiento de las reiteradas
disposiciones que exigían la vida clausurada de las religiosas. Las mujeres poderosas de castilla alojadas
en monasterios disfrutaban de una libertad de movi-
Ghislain Baury, lEs rEligiEusEs dE castillE. PatronagE
aristocratiquE Et ordrE cistErciEn
XiiE-XiiiE sièclE.
Presses Universitaires de rennes, 2012.
con un prefacio de adeline rucquoi.
Este libro parte de la tesis doctoral defendida por
Ghislain Baury en 1999 (Universidad de Paris Viii,
Vincennes à saint-denis) que analizaba un conjunto de
monasterios femeninos, adscritos a la orden del císter
y fundados en castilla por la poderosa familia de los
López de Haro. se trataba de cañas, Herce y Vileña.
aunque inédito hasta la actualidad, el trabajo alcanzó
una restringida difusión en su versión no editada,
siendo conocido en algunos círculos de investigadores
que se beneficiaron de los renovadores y sugerentes
planteamientos del autor, que situaba los centros monásticos analizados en un contexto metodológico europeo poco frecuentado en España por aquella época.
Tomando estas investigaciones como punto de
partida, se presenta ahora un libro que ha reelaborado,
actualizado y transformado el trabajo inicial, conservando sin embargo el original espíritu revisionista.
Gracias a esta perspectiva crítica, el autor ha podido
rebatir algunos tópicos repetidos, salvo excepciones
honrosas, incluso en publicaciones recientes.
La cuestión de la independencia de las órdenes reformadas es uno de ellos. Los monasterios medievales
estaban controlados por sus protectores: reyes y aristócratas. La iglesia intentó, ya desde el siglo iX, suprimir
197
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 195-206]
mientos que les permitía visitar a sus familias, a veces
otras mujeres del linaje en retiros monásticos, y actuar
a favor de sus fundaciones gracias a los vínculos que las
unían con los linajes poderosos y la familia real.
otro de los problemas abordados en el trabajo concierne a la discutidísima cuestión de las relaciones establecidas entre los monasterios femeninos y la alta
aristocracia, la monarquía y la orden. La ausencia de
representantes cistercienses en las actas que recogen las
fundaciones de “primera generación” se achacan, tras
una detallada revisión de la normativa general y la documentación local, a una indefinición institucional característica de la época que no impidió que estas tempranas
casas fueran consideradas plenamente cistercienses. no
menos importante resulta la liquidación del esquema de
filiales dependientes de casas fundadoras pues, en realidad, la mayor parte de las monjas que formaban parte
de estas comunidades procedían de la nobleza local.
Este complejo panorama se comprende mejor gracias
a la atención que el autor presta a una cuestión aparentemente colateral: el papel jugado en este equilibrio
de poder por el monasterio de Las Huelgas. cuando
alfonso Viii y su esposa Leonor fundaron la casa burgalesa, en castilla funcionaba un elevado número de
monasterios femeninos cistercienses controlados y utilizados, como se ha visto más arriba, por los grandes
linajes aristocráticos del reino. así se explica tanto la
importancia de la fundación como el interés con que
el monarca se empeñó en que los establecimientos
más antiguos quedaran sometidos a ella. La cuestión
alcanza importancia europea, pues las solicitudes presentadas por el rey al abad de cîteaux y las respuestas
que recibió plantearon ya ineludiblemente el problema
de la vinculación explícita entre las casas femeninas y
el capítulo General del císter. desde 1228, los nuevos
establecimientos tuvieron que contar con la aprobación
de éste, que intentó, sin éxito también en esta ocasión,
someter a las monjas a una clausura exigente así como
privarlas de su propiedades personales.
La creciente supervisión de la orden perjudicó en
última instancia a los monasterios femeninos, pues las
familias protectoras, al encontrar dificultades para acceder a los beneficios memoriales y políticos que antes
les facilitaban sus fundaciones, perdieron interés en su
sostenimiento. Este abandono trajo como consecuencia
el abandono y decadencia de algunos monasterios femeninos antaño prósperos.
a este libro, sólido y denso, podría encontrársele
algún defecto, pero sería en realidad consecuencia de
sus virtudes. así, por ejemplo, el laudable interés del
autor por incorporar las investigaciones de los historiadores del arte a su análisis no siempre se basa en la
bibliografía más pertinente, pero debe apreciarse este
inusual intento. La concentración en un objeto de estudio compacto y bien definido le priva a veces de establecer comparaciones con otros centros monásticos
castellanos, o de ampliar el campo abarcando la compleja trama de la aristocracia castellanoleonesa como
fundadora monástica. Haberlo hecho, sin embargo,
probablemente habría convertido en ingobernable el
objeto de estudio.
Ver publicada esta investigación es, en definitiva, una
satisfacción tanto profesional como personal. si con
su anticipo no publicado Ghislain Baury fue capaz de
influir en dos generaciones de historiadores españoles
del arte medieval, con la edición del libro se convertirá
en accesible una obra que es un magnífico ejemplo de
la mejor Historia de Género: la que estudia, sin ideas
preconcebidas, con sensibilidad, erudición, espíritu
crítico y flexibilidad metodológica, el papel que algunas
mujeres jugaron en las complejas redes de poder de la
Edad Media europea.
raquel alonso Álvarez
Universidad de Oviedo
198
recensiones
cia entre los miembros de las tres grandes confesiones
religiosas -musulmanes, judíos y cristianos- en el mundo andalusí durante la égida omeya, collins defiende
el carácter elitista (grandes intelectuales) y reducido en
el espacio (la corte califal cordobesa) y en el tiempo
(mediados del siglo X) del mismo. En realidad, nos
dice, la desaparición del reino visigodo de Toledo y la
invasión islámica de 711 -hito crucial en el devenir hispánico-, marcan el inicio de un generalizado clima de
guerra (piénsese sin más en el secular proceso de la
reconquista), matanzas, esclavitud, levantamientos
internos, aceifas externas e intolerancia étnica (desprecio al beréber…), legislativa (jurisprudencia malikí),
religiosa (mozárabes) y cultural. Las fuentes escritas que
nos permiten reconstruir la historia andalusí durante
los mandatos de los gobernantes omeyas alhakén i
(796-822), abderramán ii (822-852), Mohamed i (852886) y al-Mundir (886-888) son escasas, tardías, contienen abundantes corruptelas y adoptan la forma de
crónicas que focalizan su atención en cuestiones jurídicas, administrativas y militares. El Al-Muqtabis de ibn
Hayyan, parcialmente conservado, y de notoria influencia en historiadores posteriores como ibn idari o
ibn al-athir, entre otros, junto con las informaciones
suministradas por el registro arqueológico, proporcionan a roger collins los datos que abundan en la constante de la yihad o guerra santa exterior y en la permanente inestabilidad interior, de la que son buenos
ejemplos las rebeldías protagonizadas por omar Ben
Hafsún, suleimán, abdalá o Mahmud ben abd al
Jabbar, así como los tristemente célebres episodios de
la Jornada del Foso y la matanza del Barrio de secunda.
La palpable conflictividad cotidiana andalusí tiene una
expresión paradigmática en la precarizada y restrictiva
vida de los efectivos cristianos (nótese que roger collins no habla en ningún momento de mozárabes, término que califica de “inexacto” y “hondamente arraigado”), cuya culta producción escrita (san Eulogio,
Paulo Álvaro, samsón, cipriano, recesvinto…) sólo
nos es conocida a partir de las copias manuscritas emigradas al norte. Pondera collins con acierto la necesidad de contar con más y mejores excavaciones arqueológicas, así como la de dedicar mayores esfuerzos a los
roger collins: califas y rEyEs. EsPaña 796-1031, Barcelona:
crítica, 2013, 501 pp. (Historia de España; 5).
Traducción a cargo de Tomás Fernández aúz y
Beatriz Eguibar. [Ed. orig. inglesa: caliPhs and
K ings. sPain, 796-1031, new York: John Wiley &
sons, 2012, 328 pp. (a History of spain).].
El prestigioso medievalista roger collins, profesor de
la Universidad de Edimburgo, nos ofrece aquí su tercera aportación1 a la vasta y ambiciosa Historia de España dirigida por John Lynch y de la que, hasta la fecha, han visto la luz un total de trece volúmenes (a más
de uno, actualmente en preparación, de Peter Linehan
sobre los siglos plenomedievales). aportación consistente en una sólida y rigurosa monografía que analiza el
complejo y dialéctico panorama de las formaciones
políticas peninsulares en la horquilla cronológica que
oscila entre finales del siglo Viii y comienzos de la
undécima centuria. El profesor collins, especialmente
crítico con la historia evenemencial de corte positivista,
nos ofrece un trabajo que utiliza diferentes informaciones biográficas y prosopográficas de carácter preferentemente político-institucional y militar, al servicio de
una comprensión global -léase social, económica, cultural, artística y espiritual- de las diferentes colectividades discernibles en el emirato primero, califato después de los omeyas cordobeses de al-Ándalus, de un
lado, y en los reinos cristianos de asturias primero y de
León después y navarra y los condados catalanes y de
castilla, de otro. En contraposición a la “anacrónica”
y “optimista” visión idealizada 2 de un Edén de toleranTras collins, roger: La España visigoda, 409-711, Barcelona: crítica,
2005, 368 pp. (Historia de España; 3). [Ed. orig.: Visigothic Spain, 409-711,
oxford: Blackwell Publishers, 2004, 263 pp.]; y collins, roger: La conquista
árabe, 710-797, Barcelona: crítica, 1991, 224 pp. (Historia de España; 4). [Ed.
orig.: The arab conquest of Spain, 710-797, oxford: Basil Blackwell, 1989, Xii
+ 239 pp.]. Un selecto elenco de publicaciones del profesor collins, entre las
cuales un inédito (<<ambrosio de Morales, Bishop Pelayo of oviedo and the
lost literature of Early spain>>, actualmente en preparación), puede verse
en el aparato bibliográfico (en concreto, pp. 456-457) de la obra objeto de
recensión en estas páginas.
2
Véase Menocal, María rosa: La joya del mundo: musulmanes, judíos y
cristianos, y la cultura de la tolerancia de Al-Ándalus, Barcelona: Plaza &
Janés, 2003, 298 pp. + 8 pp. de láms. [Ed. orig.: The ornament of the world:
how muslims, jews and christians created a culture of tolerance in medieval Spain,
Boston, Mass, London, new York; Little Brown, 2002, XViii + 315 pp.].
1
199
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 195-206]
estudios de carácter epigráfico, que contribuirían, con
certeza, a un mejor conocimiento de la existencia de
tales efectivos. son dignos de mención aquí los párrafos
que dedica a cuestiones polémicas (adopcionismo, calendario de córdoba, disputa de Paulo Álvaro con
Bodo/Eleazar), al terrible fenómeno del martirio voluntario pero, sobre todo, a refutar las hipotésis enunciadas
por r. Wright y M. de Epalza referentes al abandono
del latín gráfico o a la interrupción de la vida episcopal
y eclesiástica. Por su parte, la historia del reino de asturias durante los reinados de los monarcas alfonso ii
“el casto” (791-842), ramiro i (842-850), ordoño i (850866) y alfonso iii “el Magno” (866-910) halla su principal fuente narrativa en el muy ideologizado ciclo historiográfico de las Crónicas Asturianas (la Crónica
Albeldense -que incluye la denominada Crónica Profética- y la Crónica de Alfonso III -en sus dos versiones,
Rotense y Ad Sebastianum-), al que se unen diversos
cartularios muy posteriores en el tiempo a los hechos
narrados, de escasa o nula fiabilidad; nos estamos refiriendo, claro está, a las bien estudiadas por Fernández
conde falsificaciones pelagianas contenidas en el Liber
Testamentorum Ecclesiae Ovetensis. El profesor collins,
junto a la mera enumeración de conflictos, tales como
revueltas -la de aldroito y Piniolo-, ¿usurpaciones? -la
de nepociano-, batallas -Lutos, Polvoraria-, levantamientos -el del conde alavés Gilo-, aborda cuestiones de
notable interés como el neogoticismo asturiano, el hipotético asesinato de Favila por otro hombre, el posible
enlace post-entronización de alfonso i con Ermesinda,
la autenticidad (o no) del diploma del rey silo o la, a su
juicio, inexistencia de una monarquía asturiana propiamente dicha hasta la dómina del rey casto. Un capítulo propio dedica collins a desglosar las principales manifestaciones espirituales, literarias y artísticas del
Asturorum Regnum. Evidencia así un ostensible incremento de fundaciones cenobíticas (san Vicente de
oviedo…) cuyas causas socioeconómicas rastrea, así
como una proliferación de monasterios familiares y una
mayoritaria aplicación de reglas visigodas. no alcanza
a comprender con todo la omisión de la inventio del
sepulcro de santiago apóstol en las Crónicas Asturianas
y califica de “estafa”, “ardid” y “superchería” el Voto de
santiago vinculado a la batalla de clavijo y a santiago
Matamoros. El apartado codicológico se centra prioritariamente en el ensalzamiento de la “impresionante” y
“admirable” lista de libros que contiene el folio último
(95rº/vº) del afamado Codex Miscellaneus Ovetensis (actual ms. esc. lat. r.ii.18)3, lista integrada por cuarenta y
dos asientos bibliográficos -bíblicos, litúrgicos, históricos, científicos y poéticos-, acaso llegados de córdoba
con los restos martiriales de san Eulogio (cuya biblioteca particular reflejarían) y con larga mansión secular en
la seo ovetense. La egregia figura de Beato de Liébana
(Comentarios al Apocalipsis) y las alusiones a la edilicia
prerrománica bajo alfonso ii “el casto”, ramiro i y
3
nuestras pesquisas sobre el celebérrimo palimpsesto ovetense han
quedado recogidas hasta la fecha en las siguientes aportaciones: a) carlos
Benjamín Pereira Mira: El Codex Miscellaneus Ovetensis (ms. esc. R. II.18).
Fuentes y Bibliografía. Estado de la cuestión, 223 pp. Trabajo de investigación
(12 créditos y consecución de la suficiencia investigadora) inédito leído con
fecha 30 de junio del año 2000 en el departamento de Historia de la Facultad
de Geografía e Historia de la Universidad de oviedo; b) carlos Benjamín
Pereira Mira: El Codex Miscellaneus Ovetensis (ms. esc. R.II.18). Estudio y
Edición (tesis doctoral en curso, dirigida por Francisco Javier Fernández
conde, catedrático emérito de Historia Medieval de la Universidad de
oviedo). Los resultados alcanzados hasta la fecha han sido posibilitados por
el disfrute de una beca predoctoral vinculada al proyecto financiado por el
Ministerio de ciencia y Tecnología titulado <<La transición al feudalismo
en el espacio galaico-astur-leonés: la reorganización del poblamiento y las
estructuras de poder>> (PB97-1327-c03-02); c) carlos Benjamín Pereira
Mira: <<Un afamado códice otrora perteneciente a la librería de la catedral
de oviedo>>, Boletín de la Asociación Asturiana de Bibliotecarios, Archiveros,
Documentalistas y Museólogos, núm. 2/2 (2003), pp. 25-28; d) carlos Benjamín
Pereira Mira: <<éxodo librario en la biblioteca capitular de oviedo: el
Codex Miscellaneus Ovetensis (manuscrito escurialense r.ii.18)>>, Territorio.
Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales, núm. 1 (2006), pp. 263-278;
e) carlos Benjamín Pereira Mira: <<de codicología altomedieval hispana:
don Manuel y el códice ovetense (in memoriam M. c. díaz y díaz [19242008])>> Territorio. Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales, núm.
4 (2009), pp. 193-202; f) asimismo, pueden verse puntuales menciones en:
carlos Benjamín Pereira Mira: sin título, Habis, núm. 34 (2003), pp. 487488 (reseña al libro de angelo Valastro canale: Herejías y sectas en la Iglesia
Antigua. El octavo libro de las Etimologías de Isidoro de Sevilla y sus fuentes,
Madrid, 2000, 278 pp.); carlos Benjamín Pereira Mira: sin título, Memorana.
Revista de Estudios Históricos, núm. 5 (2003-2004), pp. 202-203 (reseña al libro
de Fernando González Muñoz: La Chronica gothorum pseudo-isidoriana (ms.
Paris Bn 6113). Edición crítica, traducción y estudio, La coruña, 2000, 199
pp.); carlos Benjamín Pereira Mira: sin título, Territorio. Sociedad y Poder.
Revista de Estudios Medievales, núm. 5 (2010), pp. 167-171 (reseña al libro de
Manuel alejandro rodríguez de la Peña: Los Reyes Sabios. Cultura y Poder
en la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media, Madrid: 2008, 893 pp.); y
carlos Benjamín Pereira Mira: sin título, Territorio, Sociedad y Poder. Revista
de Estudios Medievales, 7 (2012), pp. 259-264 (reseña al libro de aaVV: La
Biblia de Danila (Codex Biblicus Cavensis, Ms. 1 de la Abadía de la Santísima
Trinidad de Cava dei Tirreni), [s. l.], 2010, 2 vols.); g) carlos Benjamín Pereira
Mira: <<notas para el estudio del celebérrimo Palimpsesto ovetense (real
Biblioteca del Escorial, ms. lat. r. ii.18): descripciones, estudios, ediciones,
reproducciones>> (en preparación).
200
recensiones
alfonso iii “el Magno” cierran el mencionado apartado.
retoma collins la evolución omeya andalusí esta vez
bajo abdalá (888-912), Mohamed y abderramán iii
(912-961), profundizando en la figura y la impronta del
rebelde muladí omar ibn Hafsún (846-918), cuya notoriedad considera “excesiva”. Y tras incidir en la reanudación de las razzias norteñas y el impulso emiral de las
confrontaciones religiosas, reconoce el enorme crecimiento económico de córdoba, pese a lo cual tilda de
“breve” y “minoritario” su pretendido florecimiento
cultural. La última etapa de los omeyas españoles (abderramán iii, alhakén ii, Hisham…), cuyo califato se
extinguirá en 1031, se caracteriza por las nuevas rebeldías
regionales, las conspiraciones, el reclutamiento de mercenarios beréberes y turcos, el peligroso ascenso fatimita
en la ifriquiya tunecina, el arraigo del movimiento alshuabiyya, el papel desempeñado por los saqqaliba, las
guerras civiles, etc, pero sobre todo, por la existencia de
la figura de almanzor (976-1002). Finiquitado el análisis
de al-Ándalus, cuatro formaciones políticas del ámbito
cristiano merecen sendos capítulos en el libro de roger
collins. En primer lugar, el reino de León, surgido tras
la deposición (910) de alfonso iii “el Magno” por sus
hijos, García, ordoño y Fruela, quienes se reparten los
territorios antes gobernados por su padre. ofrece el autor
cumplida lista de todos y cada uno de los monarcas leoneses, desde García i (910-914) hasta Bermudo iii (10281037), con particular ensalzamiento de la dómina de
ramiro ii (931/932-951) y con detallada relación de los
principales sucesos bélicos -tanto internos (rebelión del
conde de saldaña) cuanto externos (incursiones de almanzor) acaecidos en el mismo. En segundo lugar, el
reino de Pamplona (luego navarra), con especial hincapié en el tenor textual de las Genealogías contenidas en
el códice de roda, como fuente ineludible para conocer
el ascenso, apoyos y política matrimonial, entre otros
aspectos reseñables, de los linajes arista y Jimeno. En
tercer lugar, los condados de aragón, Pallars y ribagorza y cataluña; aquellos, girando inicialmente en la órbita franca; éste, bien conocido a través de las Gesta Comitum Barcinonensium del siglo Xii, y vinculado a figuras
históricas tan emblemáticas como el primer dinasta
Vifredo el Velloso y el reformador abad oliva. En cuarto y último lugar, el condado de castilla (c. 860-1037),
tan ligado a Fernán González, de devenir cognoscible a
partir de los Anales Castellanos Primeros y Segundos4 y de
afamados cartularios monásticos (san Millán, albelda,
Valpuesta, oña, cardeña, arlanza…) y, sobre todo, objeto de desmitificación en esta monografia en lo tocante
a su idealizada autonomía y a su ensalzamiento por el
franquismo. En sus investigaciones, el Prof. collins ha
manejado directamente un nada despreciable número de
diplomas, cartularios y otros códices varios, custodiados
principalmente en el archivo Histórico nacional y en la
Biblioteca nacional de Madrid. consigna con todo un
elevado índice de fuentes impresas contrastadas -más de
doscientas-, tanto antiguas como modernas, a las que
debemos añadir un extensísimo -pero a nuestro juicio
actualizable- corpus bibliográfico integrado por setecientas entradas, entre las cuales se constata un extraordinario incremento de la producción científica relativa a la
civilización islámica, en general, y al mundo andalusí,
en particular. La presente monografía se completa con
tres árboles genealógicos -de los omeyas españoles y de
los monarcas asturianos, leoneses y navarros-, cuatro
mapas -de al-Ándalus, del valle del alto Ebro, del condado de castilla y de los condados catalanes-, un Glosario de términos árabes y un Índice analítico, todos ellos
de gran utilidad al permitir al lector agilizar la consulta
y completar las informaciones manejadas.
carlos Benjamín Pereira Mira
Equipo de Investigación Episteme
(Universidad de Oviedo)
4
Una nueva y depurada edición crítica en Martín, José carlos: <<Los
Annales Castellani Antiquiores y Annales Castellani Recentiores: edición
y traduccion anotada>>, Territorio. Sociedad y Poder. Revista de Estudios
Medievales, núm. 4 (2009), pp. [203]-226.
201
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 195-206]
literario de la novela histórica desde la óptica de la crítica
feminista, ofreciendo al lector interesado cuatro acabados
perfiles (auto)biográficos de mujeres fuertes, independientes y autónomas: Urraca i (1080-1126), sancha raimúndez (1093-1159), Leola (personaje ficticio) y Gontrodo
(1117-1186). Gómez Martín principia su discurso con un
condensado pero ineludible epítome introductorio orientado a definir, delimitar y caracterizar (véanse los estudios clásicos de G. Lukács, B. ciplijauskaité o K. spang,
entre otros) el que, sin ningún tipo de dudas, constituye
el “género estrella de la última década” (pág. 22). Género híbrido, contextualizado, trascendente, ideologizado,
íntimamente conectado con las grandes crisis y transformaciones históricas, polarizado entre las arquetípicas manifestaciones decimonónicas (deudoras de la historiografía
positivista) y las novedosas tendencias actuales (derivadas
del influjo de la nouvelle histoire y caracterizadas por una
tendencia narrativizante de corte postmoderno) y con una
preferencia neomedievalista cuantificable3. Las cuatro novelas diseccionadas por la autora se encuadrarían en la
categoría que la crítica Elaine showalter tipificó en su día
como “literatura de mujer” -orientada a “la concienciación
y (re)construcción de la identidad femenina”- y coinciden
en ofrecer una estructura narrativa circular; un discurso
propio, individualizado, reflexivo y de gran hondura psicológica; y un lenguaje directamente inspirado en el de
las crónicas del medioevo (no faltan con todo, prosaísmos
actuales en la Urraca de irisarri). Gómez Martín centra
sus pesquisas en la transgresora participación de la mujer
medieval (véanse los estudios de cristina segura Graíño
o reyna Pastor de Togneri, entre otros) en cuatro ámbitos
temáticos específicos: la guerra, la brujería, la maternidad
y la religión. así, defiende: su condición de sujeto -activo
María Gómez Martín: “no son batallas lo quE quiEro
contar”.
l a mujEr mEdiEval En la novEla histórica dE autora,
oviedo: Krk, 2012, 395 pp. (colección alternativas; 39).
El secular postergamiento, cuando no escarnio, de lo femenino en las fuentes escritas -históricas y literarias, paradigmáticamente- ha sido y es objeto de comprensible
denuncia y rechazo por la combativa línea historiográfica
de los estudios de género, atenta siempre a reivindicar el
papel, individual y colectivo, de la mujer en la sociedad,
así como a proceder, mediante una encomiable labor investigadora, docente y difusora, al reconocimiento y visibilización de sus diferentes integrantes, desde las más
humildes hasta las más conspicuas. a tal efecto es digna
de elogio la tarea emprendida hace ya varios años por la
editorial ovetense Krk con su colección alternativas, cuya
trigésimo novena entrega1 nos ofrece, con una prosa limpia y de gran densidad, un exhaustivo análisis crítico de
cuatro novelas históricas ambientadas en la Plena Edad
Media (en concreto en la revolucionaria y ecléctica duodécima centuria) escritas por cuatro narradoras españolas
contemporáneas y protagonizadas por sendos personajes
femeninos. a saber: Urraca, de Lourdes ortiz (Madrid:
debate, 1981)2, referente indiscutible por su talante reivindicativo y transgresor (en lo sexual…); La reina Urraca,
de Ángeles de irisarri (Madrid: Temas de Hoy, 2000);
Historia del Rey Transparente, de rosa Montero (Madrid:
alfaguara, 2005); y, Gontrodo, la hija de la luna, de Pilar
sánchez Vicente (oviedo: Krk, 2005). su autora, María
Gómez Martín, licenciada en Historia y doctoranda por
la Universidad de oviedo, aborda el exitoso subgénero
1
El título originario de la presente monografía, que sustancia el que fuera
Trabajo de investigación de los cursos de doctorado -dirigido por la Prof.
dra. carmen alfonso García-, rezaba: Historia, literatura y género. La mujer
medieval en la novela histórica actual.
2
como complemento del estudio de B. ciplijauskaité, podemos acudir
a diversas aproximaciones (de desigual entidad, eso sí) a la figura literaria de
Urraca, entre las cuales, sin pretensión de exhaustividad, cabe mencionar
las siguientes: Encinar, Ángeles: <<Urraca y Trigal con cuervos: entre la
historia y la intrahistoria>>, Ínsula: Revista de Letras y Ciencias Humanas,
núm. 641 (2000), pp. 19-21; rodríguez Pequeño, Mercedes: <<Los silencios
de la historia: En el umbral de la hoguera de Josefina Molina y Urraca de
Lourdes ortiz>>, en Evangelina Moral Padrones (coord.): La mujer, alma
de la literatura, Valladolid: Universidad, 2000, pp. 73-92; segura Graíño,
cristina: <<La historia en la ficción literaria. Fuentes literarias para la historia
de las mujeres>>, Arenal. Revista de historia de las mujeres, núm. 11/1 (2004)
pp. 5-28.
3
Véanse -por vía de ejemplo- los siguientes trabajos, no consignados
en la bibliografía manejada por la autora: Yerro Villanueva, Tomás:
<<novela histórica española actual ambientada en la Edad Media: ensayo
de aproximación>>, en Itinerarios medievales e identidad hispánica. XXVii
semana de Estudios Medievales. Estella, 17 a 21 de julio de 2000, Pamplona:
Gobierno de navarra. departamento de Educación y cultura, 2001, pp. 221256; ruiz doménech, José Enrique: <<El poder de la ficción. La Edad Media
vista por la novela histórica>>, en Juan carrasco Pérez (coord.): La historia
medieval hoy: percepción académica y percepción social, Pamplona: Gobierno de
navarra, 2009, pp. 247-262; corral Lafuente, José Luis: <<La novela histórica
actual sobre la Edad Media>>, en Josep Lluis Martos sánchez y Marinela
García sempere (coords.): L’edat mitjana en el cinema i en la novela histórica,
alacant: institut Universitari de Filologia Valenciana, 2009, pp. 147-162.
202
recensiones
o pasivo según los casos- que no de mero objeto, en los enfrentamientos militares, respondiendo Leola, protagonista
de la novela firmada por rosa Montero, al polémico arquetipo de la doncella guerrera tan del regusto amazónico;
su dedicación (secularmente perseguida y sancionada por
las instituciones eclesiásticas) salutífero-médica, en círculos familiares o menos restringidos, ejemplificada en los
personajes secundarios de copa y alexia en la obra de a.
de irisarri, Poncia en la de L. ortiz, Juana en la de P. sánchez Vicente o nyneve en la de r. Montero; su derecho a
decidir libre y espontáneamente no contraer matrimonio
o no ser madre (como sancha raimúndez), pese a la generalizada consideración de tales acciones como episodios
obligatorios e indefectibles en la vida de toda mujer; y su
contumaz rechazo al más que notorio interés material y
a la coacción ideológica de la iglesia en su mal entendida
ortodoxia. a tal respecto abundan las referencias a toda
suerte de cuestiones religiosas, caso de las nuevas corrientes de espiritualidad, la promoción regia de fundaciones
monásticas, la venta de bulas de indulgencia, el comercio
de reliquias, pero sobre todo, la aparición de los mal llamados movimientos heréticos. Uno de estos movimientos, el de los cátaros o albigenses, enmarca la narración
de r. Montero, quien describe con precisión el asedio de
Montsegur, rinde un merecido homenaje literario a la cátara Esclarmonde o retrata fielmente la intransigencia de
Bernardo de claraval. María Gómez Martín contrapone
el pretendidamente riguroso discurso oficial de las crónicas (véanse la Historia Compostelana, la Chronica Adefonsi
Imperatoris o las informaciones suministradas por el prelado leonés Lucas de Tuy y Ximénez de rada) al relato
vital y personal de las cuatro protagonistas de las novelas
aquí estudiadas: mujeres que aprenden a leer y a escribir,
que visitan bibliotecas (como Leola en Fontevrault), que
mantienen correspondencia (sancha), que redactan diarios (Leola), que iluminan manuscritos (Gontrodo), que
pintan frescos (nyneve), que se convierten en definitiva
en las narradoras de sus propias experiencias existenciales.
Experiencias que evolucionan del ansia por ser hombre
(encarcelamiento por afán de libertad -Leola, disfrazada
de guerrero, se ve afectada luego por una profunda crisis
de identidad sexual) al hecho de saberse mujer (libertad
pese al encarcelamiento -de Leola en la torre, de Urraca
y Gontrodo en las celdas monásticas de Valcabado y La
Vega-). Merece un capítulo especial el tema del amor y
de las relaciones humanas: del (primer) amor perdido a la
pasión física y de ésta al hallazgo del amor verdadero, en
Leola; del amor verdadero frustrado al amor impuesto, en
Gontrodo. Y son muchas las ideas y reflexiones que Gómez Martín nos proporciona sobre esta temática, así como
sobre otras muchas, todas ellas de gran interés y utilidad
para el medievalista. no en vano recorren sus páginas innúmeras informaciones críticas sobre el régimen feudal,
la reconquista, la caballería, las cruzadas, la ruta jacobea
o la aparición de las primeras Universidades, además de
ofrecernos un breve catálogo de personajes célebres del
Medioevo nacional y foráneo, caso de un desmitificado
rodrigo díaz de Bivar, El Cid, los monarcas alfonso i el
Batallador y alfonso Vi, el arzobispo compostelano diego
Gelmírez, o las figuras de ricardo corazón de León y
dhuoda. revisten un especial interés los seis anexos finales del libro, de carácter estadístico el primero -cifras del
mercado editorial del subgénero histórico de autoría femenina hispana de las últimas tres décadas, con agrupación
por Edades-, analítico, el segundo -completo y útil elenco
de responsables4 y títulos (algo más de dos centenares y
medio) de la antecitada producción bibliográfica, con una
pertinente clasificación secular- y, genealógico -hubiéramos preferido aquí una representación horizontal y no
vertical de los ascendientes y descendientes-, en los cuatro
restantes. se agradece igualmente la agilidad inherente a la
aplicación del sistema de cita americano y la circunstancia
de limitar el número de notas a las estrictamente imprescindibles. En suma una publicación muy recomendable,
repleta de juiciosas reflexiones y de sugerentes hipótesis
que deseamos sea incrementada y ameliorada por la autora
en la tesis doctoral a culminar en próximas fechas.
carlos Benjamín Pereira Mira
Equipo de Investigación Episteme
(Universidad de Oviedo)
Ángeles de irisarri, almudena de arteaga, María Teresa Álvarez, Matilde
asensi, Magdalena Lasala, Toti Martínez de Lezea, María Gudín, Julia
navarro e isabel san sebastián constituyen a nuestro juicio los ejemplos
más representativos -y, por qué no decirlo, mediáticos- de la amplia nómina
confeccionada por la doctoranda Gómez Martín.
4
203
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales / nº 8, 2013 [pp. 195-206]
nuria Molist, Gisela ripoll (edició a cura de).
familliar y la asociación del tipo al sexo del ocupante
parecen de difícil defensa a la luz de los conocimientos
actuales.
Los mismos J. i. Padilla y K. Álvaro firman un extenso
trabajo general que tiene como objetivo la realización
de un estado de la cuestión de los cementerios medievales hispanos –cristianos, judíos y musulmanes- en el
tránsito entre la antigüedad tardía y la Edad Media. En
él se insiste en los profundos cambios mentales y sociales
que explican las siguientes transformaciones materiales:
penetración de las sepulturas en los recintos urbanos;
integración de los cementerios en las aldeas, como manifestación de la cohesión social de las comunidades, y
la progresiva fusión de parroquias y cementerios.
J. Bolós se ocupa de las sepulturas catalanas excavadas en la roca y del estudio de su inserción en el
paisaje.
J. casanovas y X. Maese analizan la pervivencia de
los sepulcros antropomorfos en necrópolis judías (s.
iX-XV) más allá de las cronologías aceptadas para esta
tipología en los cementerios cristianos (s. Vii-Xiii).
B. agustí, d. codina, a. díaz y J. a. Ginestà reclaman la utilización más intensa del estudio antropológico y paleopatológico de los restos humanos para el
análisis de los contextos funerarios.
J. s. Mestres explica la utilidad de la datación radiocarbónica y los requisitos que ésta ha de cumplir para
que sus resultados resulten válidos.
J. Menchon presenta un estado de la cuestión sobre
las necrópolis tardoantiguas y altomedievales de la
ciudad de Tarraco, las asociadas a asentamientos rurales y las aisladas.
M. Morán, i. Gil, X. Payá y a. Loriente destacan
la práctica inexistencia en Ilerda de necrópolis tardorromanas propiamente dichas, así como la falta de
homogeneidad de los hallazgos funerarios en la zona.
J. Pera y J. Guitart utilizan las cronologías funerarias
obtenidas en Guissona (s. Vii-Viii) para demostrar la
pervivencia de la ciudad romana en época visigoda.
a. camats explica la intervención realizada entre
2008 y 2010 de la necrópolis, repetidamente expoliada,
de Morulls.
arquEologia funEraria al nord-Est PEninsular (sEglEs vi-Xii).
Monografies d’olèrdola 3.1/3.2. Museu d’arqueologia
de catalunya olèrdola. Generalitat de catalunya.
Universitat de Barcelona. Barcelona, 2012.
Esta monografía, presentada en dos volúmenes, recoge
las contribuciones presentadas en noviembre de 2009 a
la reunión organizada por el Museu d’olèrdola (Museu
d’arqueologia de catalunya) y la Facultat d’Història de
la Universitat de Barcelona. La reunión se dedicó al estudio y puesta al día de las necrópolis catalanas correspondientes a la antigüedad tardía y la alta Edad Media.
En el artículo de presentación, n. Molist y G. ripoll
justifican la necesidad del encuentro: el elevado número
de intervenciones realizadas en cementerios medievales
durante los últimos años, así como el reciente cambio
metodológico que ha otorgado un papel protagonista
a la interdisciplinariedad y la colaboración entre antropólogos y arqueólogos. Los problemas que aquejan a
estas intervenciones son los mismos que, por desgracia,
afectan a toda la arqueología ibérica: su carácter parcial
y preventivo.
como destacan las autoras, la arqueología funeraria
ha superado ya hace tiempo el interés descriptivo para
convertirse en un privilegiado instrumento para el conocimiento de la sociedad de la época.
Las misma G. ripoll y n. Molist dedican la primera
parte del siguiente trabajo a una breve pero útil sistematización de algunos términos frecuentemente
utilizados pero raramente definidos con precisión,
tales que cementerio, tumba (sepultura, sepulchrum,
tumulus etc.), ajuar, inhumación privilegiada, rituales
funerarios o identificación étnica. a continuación, se
discute el problema de la asociación iglesia-hábitat-necrópolis, y la cuestión de la configuración del cementerio parroquial y la penetración de los enterramientos
en las ciudades.
El tristemente malogrado J. i. Padilla, junto con K.
Álvaro, reflexionan sobre los problemas que plantea a
la crítica actual el tipo de tumba llamado “olerdolana”,
definida por alberto del castillo. Tanto la cronología
basada en la tipología como las tesis de la agrupación
204
recensiones
J. r. González, J. Medina, M. P. Vázquez y J. i.
rodríguez estudia las excavaciones promovidas en la
necrópolis rupestre de Tossal de les Forques por el institut de Estudis illerdenes en la década de 1980.
n. nolasco se ocupa del conjunto de tumbas excavadas de planta trapezoidal (s. V-Vi) halladas en la
necrópolis de sant Martí de les Tombetes.
J. M. Bosch plantea el problema de la complementareidad entre hábitat, cementerio e iglesia.
a. Fortó, X. Maese y a. Vidal analizan tres necrópolis andorranas para criticar la validez de las tipologías generales en la región.
a. López se interesa por cinco necrópolis del norte
de la provincia de Barcelona, todas ellas ocupadas
desde la antigüedad tardía o principios de la Edad
Media hasta el siglo Xi.
i. ollich establece la estratigrafía de la necrópolis
de l’Esquerda, organizada alrededor de la iglesia románica.
c. subiranas estudia los restos de la iglesia de santa
Maria la rodona de Vic (s. X), encontrados en la excavación de 2004, y los enterramientos a ella asociados.
J. Llinás, B. agustí, J. Frigola y c. Montalbán realizan una interpretación evolutiva de las necrópolis del
noreste peninsular partiendo de los estudios de cronología más fiable.
B. agustí y J. Llinás analiza dos necrópolis en
funcionamiento en época visigoda en el entorno de
Gerunda.
J. Tremolleda, P. castanyer y M. santos realizan
un recorrido por las necrópolis de Empúries desde el
abandono de neápolis griega y la ciudad romanorepublicana (s. iV) al traslado de la capital del condado
(s. Xi)
J. Frigola y d. Punset hacen balance de la excavación
parcial efectuada en la necrópolis medieval y moderna
de sant Esteve de canapost.
J. roig y J M. coll actualizan la clasificación cronotipológica de las necrópolis y sepulturas de los territorios de Barcino y Egara (s. V-Xii), incorporando los
resultados de las numerosas excavaciones realizadas en
los últimos quince años.
M. G. García, a. Moro y F. Tuset tratan sobre los
elementos funerarios hallados en el antiguo conjunto
episcopal de Egara.
M. López-Prat se concentra en la necrópolis de
san Quirze del Vallés, asociada a la parroquia de san
Quirze y santa Julita, encontrada en el curso de una
excavación parcial e interrumpida antes de su conclusión.
a. López realiza un estado de la cuestión del suburbio funeario de Barcino en la antigüedad tardía,
teniendo en cuenta las numerosas intervenciones realizadas en los últimos años.
M. Farreny, a. Maurí y r. navarro estudian la necrópolis de santa Margarida de Martorell, desde sus
orígenes en el siglo V hasta la construcción de la iglesia
románica (s. Xiii).
n. Molist y J. M. Bosch explican la excavación de
la iglesia prerrománica y románica de sant Miguel
d’olèrdola, dentro del recinto fortificado de la civitas
Olerdola, con precisiones acerca de la serie constructiva
del edificio y el uso y ocupación del espacio cementerial.
resulta muy de agradecer esta compilación sistemática que pone al alcance de la mano de la
comunidad investigadora los trabajos realizados
sobre arqueología funeraria en cataluña durante
los últimos años. La proliferación de estas intervenciones en la península, al calor muchas veces
de la expansión inmobiliaria, ha convertido la
información exhumada en dispersa y difícil de
manejar, especialmente para los medievalistas
no arqueólogos pero interesados en resultados
arqueológicos. sería de desear que todas la comunidades realizaran publicaciones de este tipo
para difundir los hallazgos y tratar de situarlos
en su contexto.
Las correspondientes introducciones, además,
ofrecen el pertinente marco general a las contribuciones que las siguen, convirténdose en útiles instrumentos de referencia general.
raquel alonso Álvarez
Universidad de Oviedo
205
normas de presentación de originales
Territorio, Sociedad y Poder, nº8, 2013 [pp. 207-208]
d
Territorio, Sociedad y Poder. Revista de Estudios Medievales
NORMAS DE PRESENTACIÓN DE ORIGINALES
(citas bibliográficas más citas de textos). si se utiliza el
sistema americano, el autor debe incluir, como es lógico, una bibliografía final correctamente expresada. si se
utiliza el de cita bibliográfica a pie de página, se suprime
la bibliografía final, pero en este caso en cada obra o artículo citado se tendrán que hacer constar el lugar y año
de edición correspondientes la primera vez que aparecen.
En caso de repetición, se emplearán las expresiones de
referencia habituales: l. cit., o. cit., ibídem y otras similares
Normas para autores/as
Los trabajos presentados deberán ser originales, inéditos y de contenido científico. se presentarán a través
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oviedo (http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/
TsP/about/submissions#authorGuidelines). El consejo
de redacción seleccionará las colaboraciones recibidas y
las remitirá a dos expertos, preferentemente del comité
científico, para su evaluación anónima por el sistema de
«pares ciegos». conforme al dictamen emitido y de acuerdo con los criterios de calidad fijados por la resolución de
25 de octubre de 2005 de la cneai (boe, 266, 7 nov. 2005)
el consejo de redacción notificará a los autores las razones
para la aceptación, corrección o rechazo de los originales.
Cita de libro: M. Bloch: Les caractères origineaux de l’histoire
rurale française, 4.ª ed., París, 1988, p. 8 o pp. 3-27.
Cita de revista o de miscelánea: M.ª isabel cuesta
rodrigo: «Estudios actuales en el análisis espacial en la
Edad Media en Francia: historiografía y metodología»,
Territorio, Sociedad y Poder, 1, 2004, pp. 1-27.
La forma externa de cada original se ajustará a la estructura siguiente: título; nombre completo del autor, con la
referencia explícita al centro del que forma parte; resumen
(diez líneas); palabras clave (entre cuatro y seis); texto del
trabajo en cualquier idioma (bien entendido que el resumen y las palabras clave irán en castellano). al final, en
página aparte: título; nombre completo; centro, dirección
y email del autor; keywords en inglés (las mismas que las
del principio); abstract en inglés, al menos de una página,
con el objeto de publicar todo el conjunto final en línea.
cuando se utilicen siglas, estas deberán ajustarse a la forma habitual de las publicaciones históricas: mgh (Monumenta Germaniae Historica), es (España Sagrada), pl
(Patrología Latina), etcétera.
Bibliografía final:
Bloch, M. (1949): Apologie pour l’histoire au métier
d’historien, París.
La extensión máxima de cada trabajo será de 15.000
palabras equivalente a treinta páginas a doble espacio con
fotografías —que podrán ser en color— de alta resolución
y tamaño suficientes (mínimo 300 dpi) para su edición
impresa en escala de grises y en color en edición digital
(on line) y gráficos. Todo el material gráfico deberá ser
original o disponer de los derechos de reproducción.
— Les caractères origineaux de l’histoire rurale française,
4.ª ed., París, 1988.
cuesta rodrigo, M.ª isabel (2006): «Estudios sobre el
análisis espacial en la Edad Media en Francia: historiografía y metodología», en Territorio, Sociedad y Poder, 1,
pp. 19-27.
El tipo de letra será times new roman o similar, cuerpo
12, tanto las mayúsculas como las minúsculas. Las notas,
que irán siempre a pie de página, llevarán el mismo tipo
de letra en cuerpo 10.
Fernández conde, F. J., y L. arias Páramo (2006): «El
cancel de san Tirso de candamo: historia e iconografía»,
Territorio, Sociedad y Poder, 1, pp. 56-99.
La jerarquización de los epígrafes será la siguiente: versales, versalitas, minúsculas y cursivas.
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Para las citas se admiten los sistemas autor-año y el de
cita bibliográfica a pie de página, e incluso podrían combinarse ambos si conviniera a la naturaleza de los trabajos
El autor recibirá por correo electrónico las pruebas de
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208
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