INFORME DEL SECRETARIO EJECUTIVO DE ALIANZA PAIS

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INFORME DEL SECRETARIO EJECUTIVO DE ALIANZA PAIS
No es casualidad que nuestro movimiento haya elegido el 1 de Mayo para
celebrar esta IV Convención Nacional. Tampoco lo fue la fecha elegida para la
primera, un 15 de noviembre, conmemoración de Las Cruces sobre el agua. Un
año antes de la masacre de Chicago, uno de los líderes de la revuelta, August
Spies, dijo: “Este es un día de protesta contra la opresión y la tiranía”, y, como
si fuese un prestidigitador de la historia, exclamó: ¡Este es un día de rebelión,
no de descanso¡
Así asume ALIANZA PAIS este día de conmemoración y de reflexión, como el
inicio de una nueva etapa, para testamentar la realidad, para volver a nombrar
la palabra ¡Revolución!, y no dejarla como un vocablo vacío, conformista y,
paradójicamente, hasta aburguesado.
Hoy nos toca presentar un Informe del periodo 2010-2014, y no puede ser un
catálogo de eventos ni un inventario de triunfos y reveses, sino la
manifestación de la voluntad política que ha salido indemne, pese a ciertos
desvíos, de la contaminación a la que podríamos habernos sometido cuando
llegamos al poder. ¡Revolucionar la Revolución ¡ hemos proclamado, y debemos
hacernos merecedores a semejante propósito.
Hemos entregado una carta testimonial, y el primer párrafo esboza la
naturaleza de mi convicción: “Un antiguo adagio dice que la revolución es
posible en la medida de que poder del amor venza al amor al poder, y la tarea
que nos fue encomendada ha tratado de ser cumplida bajo ese signo y esa
sentencia. Ni vanidades ni disfraces sirven a la hora de enfrentar la realidad, y
esa realidad puede ser jubilosa o cruel, y por ello debe ser asumida con
dignidad, sin orgullo fatuo ni culpas, y mucho menos eludiendo
responsabilidades. Manuel Agustín Aguirre decía: “niño, por más que te
escondas, tu sombra te encontrará”.
No existe deber cumplido para un revolucionario. “El deber de todo
revolucionario es hacer la revolución” dijo el Che, y convencidos de esa
sentencia, el Informe que hoy entregamos solo podrá ser comprendido en la
magnitud de todo nuestro proceso, aunque sea muy prematuro hacer un
balance o inventario de nuestra revolución. Pero no podemos viciar este
discurso con anti valores, de ahí que también reconozcamos el esfuerzo inicial,
la vehemencia y el sacrificio de quienes, capitaneados por el Compañero
Ricardo Patiño, tuvieron la tarea de organizar nuestro movimiento, darle el
carácter revolucionario, dotarlo de elementales insumos para su desarrollo.
Nuestro reconocimiento a Ricardo Patiño y quienes tuvieron la osadía de darle
cuerpo al sueño de crear un frente de y para la revolución. Las etapas en la
vida del Movimiento deben ser analizadas a la luz de la verdad y no es ajena la
percepción de que la inmadurez también fue parte de nuestra vida. El desastre
de la convocatoria y ulterior desarrollo de las primarias de 2009 dejó heridas y
cicatrices muy profundas que aún hoy afectan las relaciones políticas y
humanas, y la tarea colectiva ha sido de sanación y enmienda.
Al hablar en plural hago referencia a la Dirección Nacional, Comité Ejecutivo y
Direcciones Provinciales y por ello, una vez más, no es un tema de carácter
personal, porque nada más ajeno a una tarea revolucionaria que el
individualismo, consecuentemente, hablo como portavoz de un colectivo, que
en su interior comprende divergencias y contradicciones, pero que es, o debe
ser, expresión unitaria en las acciones políticas emprendidas, y en este sentido
debo trasladar a la IV Convención Nacional la necesidad, refrendada por todos
los miembros de la Dirección Nacional y el Comité Ejecutivo, de dotar a esta
instancia de un mayor poder de decisión política, hecho que con seguridad se
hará realidad con la propuesta de reformas a los estatutos.
Asumimos este periodo en circunstancias complejas para la vida del
Movimiento, solamente un mes y medio después del dramático 30 de
septiembre, fecha en la que la derecha más recalcitrante, en colusión de
intereses con embajadas imperiales, medios de comunicación conspiradores,
izquierdismo falsario o aventurero, fraguaron un golpe de Estado
aprovechándose de la desinformación a la que había sido sometida un sector
vulnerable de la Policía Nacional. Todavía hoy, casi cuatro años después, esos
mismos actores, desde diversos cubiles, o niegan cobardemente su acción
conspirativa, o continúan en la fragua de nuevos intentos de desestabilización.
Al respecto, creo que esos intentos continuarán y lo que jamás podríamos
hacer es tender puentes con quienes ofendieron a la Patria, de lo contrario,
será, como en toda la historia del Ecuador, la impunidad la columna vertebral
de la injusticia. Quienes se esconden en la Amazonía, quienes huyeron hacia
tierras lejanas, quienes siguen operando para derrocar este proceso merecen
una respuesta política, y en lo humano, mi respuesta personal, que no es otra
que el desprecio por su bajeza y condición miserable.
No fue el Movimiento PAIS quien liberó al Compañero Presidente de aquel
infausto secuestro, fue el pueblo ecuatoriano, espontáneo y hasta temerario,
quien puso el cuerpo, la valentía, y, desgraciadamente, quien puso también los
muertos, y esa lección fue aprendida por quienes militamos desde un inicio en
las filas revolucionarias. Sin un movimiento organizado, sin una vanguardia
política, el secuestro, el golpe y la dictadura, la persecución fascista y hasta el
magnicidio, podrían haber sido la cruel realidad de nuestro tiempo. Por todo lo
dicho asumimos la necesidad urgente de no ser una sucursal gubernamental,
sino, parafraseando a Vladimir Ilitch Lenin, comprender que “la Revolución no
se hace, sino que se organiza”.
De acuerdo a la nueva Constitución y al Código de la Democracia, debíamos
rearmar filas para inscribir a nuestro movimiento ante el Consejo Nacional
Electoral, y en tan solo tres meses, entre 1 de abril y 2 de julio, recolectamos
casi un millón y medio de firmas de adhesión, de las cuales, más de un millón
fueron refrendadas con el organismo electoral. Fue una tarea titánica y
maravillosa, por la alegría y el optimismo de nuestro pueblo, pero también la
primera lección sobre la severidad con la que debemos actuar: defendimos a
dentelladas nuestra inscripción con más de un millón de firmas, pero debimos
asumir que ese proceso nos dejó dudas e incógnitas respecto a un alto
porcentaje de firmas viciadas, nulas e inservibles.
Entre julio y septiembre de 2012 se desarrollaron 24 convenciones provinciales
y 3 de las jurisdicciones en el exterior, lo que ha permitido contar con una
fuerza capaz de enfrentar procesos y desafíos mayores, como las elecciones
presidenciales y de Asamblea Nacional del 17 de febrero de 2013. No vamos a
hablar del “deber ser” y de direcciones “ideales”, pero sí de la capacidad de
convocatoria, del enraizamiento en la población, y por ello, mi reconocimiento
a las direcciones provinciales y extra-territoriales, que en condiciones de
precariedad lograron organizar nuestro Movimiento. Debemos sin duda
optimizar y profundizar nuestra organización, que tiene aún debilidades y
evidentes carencias, pero sería injusto no rendir tributo al esfuerzo y el
compromiso de nuestros dirigentes parroquiales, cantonales y provinciales.
Con defectos y en ocasiones hasta vicios, pero Alianza País hoy existe en todos
los rincones de la Patria, y eso es digno de celebrar. Gracias a la Comisión de
Organización, liderada por el Compañero Gustavo Baroja.
La victoria en las diez preguntas de Consulta Popular y Referéndum, el 7 de
mayo de 2011, fueron revelación de la necesidad de la unidad y la
consecuencia política. Nos enfrentamos al resto del mundo, y vencimos.
Las elecciones de 2013 marcaron un hito fundamental en la historia política del
país. Después de una década de ingobernabilidad, y cuando el grito “Que se
vayan todos” se había convertido casi en consigna nacional, Alianza País
obtuvo la más significativa victoria electoral que registre la historia
contemporánea. El 57% en la elección presidencial del binomio conformado por
nuestros compañeros Rafael Correa Delgado y Jorge Glas Espinel; el 50% en la
elección de asambleístas nacionales, y el 76% en la elección de asambleístas
provinciales. No es ética esa especie de alzhéimer selectivo que trata de
ocultar esta victoria gigantesca. Afrontamos esa victoria con sencillez, sin
arrogancia, pero eso no puede borrar de la memoria un triunfo tan
trascendental e imponente.
El Plan Nacional de Gobierno, y el Plan Nacional del Buen Vivir, asumido por la
Secretaría de Formación Política, fue otro hito fundamental. Más de cuatro mil
compañeros fuimos convocados para aportar en el Manifiesto Ideológico,
Programático y en el diseño de políticas públicas para el periodo 2013-2017. El
mismo equipo que trabajó en las propuestas para los Gobiernos Autónomos
descentralizados y en la escuela de educación que, si bien dio algunos pasos
importantes, no pudo consolidarse a nivel nacional, entre otras cosas por la
precariedad de recursos y la carencia de cuadros profesionales de la acción
política, sin embargo, para quien encabezó este aparato del Movimiento, mi
gratitud, Compañero Fander Falconí. Recordamos con emoción la lectura que
realizara el Compañero Presidente del prólogo de nuestro programa el día de la
inscripción del binomio presidencial.
Las convenciones nacionales de 2012 y 2013, realizadas en Quito y Cuenca,
tuvieron un carácter nominador, por la convocatoria a las elecciones, y en este
ámbito cabe subrayar el esfuerzo de la Comisión Electoral conducida por la
Compañera Marllely Vásconez y apoyada por Javier Ponce y Paúl Granda. De
igual manera la secretaría de Relaciones Internacionales trabajó en dos líneas
generales: la representación de Alianza País en el Foro de Sao Paulo, eje
vertebrador del enlace con los partidos progresistas de la región, y la
organización del Movimiento en el exterior, que hoy existe, como lo prueban
sus acciones en el tema Chevron, en la defensa de la democracia, en Estados
Unidos, Europa y América Latina. Se han conformado direcciones territoriales y
regionales en España, Italia, Reino Unido y Suecia. En España en las
comunidades autónomas de: Madrid, Valencia, Murcia, Andalucía, Cataluña,
Navarra, Castilla y León y Galicia; y en los Municipios de Alicante y Gandía en
la comunidad Valenciana. En Italia, se han conformado direcciones regionales
en Liguria, Lombardia, Lazio, Piemonte, Umbria y Toscana. Gracias a quienes lo
hicieron posible, en especial a Dora Aguirre y Juan Meriguet.
La comisión de Ética, legitimada por la I Convención Nacional, actuó con
severidad y justicia, y el reconocimiento a Carlos Marx Carrasco, Kharla Chávez
y Galo Borja, pero las denuncias internas son muchas, y se requiere de una
estructura superior, porque precisamente en las recientes elecciones uno de los
problemas que se han transparentado consiste en las faltas a la ética. No todos
exhiben la probidad notoria para ser portavoces y candidatos de País, y ahí nos
faltó rigor, primeramente al secretario ejecutivo, ser más agudo y perspicaz a
la hora de observar los nudos críticos en cantones y provincias.
Presentaremos a la nueva dirección y secretaría, así como al C. Presidente del
Movimiento el balance económico y financiero, que incluye una auditoría
externa. La pulcritud y honestidad es un eje fundamental en este aspecto, y,
además, la responsabilidad, porque no entregaremos una secretaría en acefalía
como nos ocurrió, sino con la garantía que permita al menos el desarrollo
orgánico e institucional elemental. Afrontar las campañas electorales, preparar
eventos que van desde la inmensa concentración por el aniversario del 30S
hasta el financiamiento de las innumerables convocatorias políticas y orgánicas
siempre fue motivo de preocupación, de ahí que en el balance a ser presentado
también informaremos de los aportes y apoyos recibidos así como las
ausencias a la hora de aportar a las finanzas. Dejamos una sede central en
Quito distinta, nueva, vivible, y lo que es más importante, propia, y saneada
en su adquisición en más del 70%. Gracias en su orden a María Elena, Paulina
y Rolando.
Ya en el ámbito interno consigno mi gratitud a la operación en territorio a
cargo de Acción Política, dirigida en sus diferentes momentos por los
compañeros Efraín Villacís, Doris Gallardo, Manuel Pérez, Fabio Donoso, Juan
Carlos Aldaz y Agustín Burbano de Lara, y con ellos a los diversos equipos que
se turnaron en territorio para hacer posible esta organización que repito, con
debilidades y omisiones, hoy existe y su sola existencia permitirá en el futuro
inmediato corregir esas falencias.
En lo relacionado al ámbito institucional, la Secretaría de Comunicación jugó
un papel trascendental. Desde la web País, el periódico de la organización,
nuestra bandera y nuestra voz, hasta esa capacidad y entrega para estar en
cada minuto, para lo que haga falta, en una verdadera actitud revolucionaria.
En el nombre de Silvia Vera, mi abrazo fraternal a cada uno de ellos.
La Secretaría Jurídica que, gracias a Guido Arcos, enfrentó con valentía cada
proceso, impugnación, validación y recurso legal que fue necesario, y
naturalmente al equipo más cercano de colaboradores que en las distintas
etapas fue ejemplo de entrega, de trabajo sin horas extras en cualquier
espacio, día o territorio.
A los miembros del Comité Ejecutivo: Augusto Barrera, Doris Soliz, Ricardo
Patiño, Leonardo Vicuña, Fander Falconí, Jimena Ponce, Fernando Cordero y
Miguel Carvajal; a los miembros de la Dirección Nacional que hoy entrega la
posta. No fue la mejor experiencia en este sentido, y no por desatención de los
dirigentes, sino por la dinámica vertiginosa y la vorágine electoral, pero a
todos ellos mi reconocimiento. Y cabe al respecto una breve reflexión.
Ni la trayectoria, ni el pasado, ni los años, ni las actas fundacionales nos
pueden convertir en líderes nacionales del Movimiento. Esa categoría la da la
vida, la lucha permanente, la generosidad, la calidad humana, requisito
indispensable para ser un buen revolucionario. A la hora de las críticas no
olvidemos jamás al Che, cuando decía: “Hay que endurecerse sin perder jamás
la ternura”. Digo esto porque hemos escuchado una serie de conceptos que a
nuestro modo de ver no están a la altura precisamente de quienes dicen
representar una línea histórica al interior de nuestra organización. Y en un
informe de esta naturaleza no voy a incluir nombres, no por cobardía, sino por
respeto.
Un capítulo especial merecería la Asamblea Nacional, en la que existen tantas
contradicciones como en la sociedad. y en la que se pueden escuchar voces
interpelantes a nuestra gestión, lo que es comprensible, pero que también
merecen respuestas y debates. El tanque de pensamiento, por ejemplo,
invocado desde la Asamblea como un error en nuestra conducción, será parte
del trabajo de la nueva dirección, y entonces podremos comprobar hasta
dónde se facilitó ese trabajo, analizar trabas y obstáculos, pero a la vez
reconocer a algunos de los asesores que sí estuvieron prestos para la ejecución
de ese órgano de reflexión.
Agradezco en particular a nuestras tres Manuelas contemporáneas, aunque se
llamen de otro modo: Gabriela, Rossana y Marcela. Y al hablar de la Asamblea
Nacional cabe un pedido que debe convertirse en mandato de esta IV
Convención Nacional, y que consiste en el urgente procesamiento de la
enmienda constitucional que permita la reelección presidencial, incluso más
allá de la natural resistencia que nuestro querido compañero Presidente ha
mostrado ante tal anhelo de un país entero.
Mi gratitud a quienes, desde la secretaría de Gestión Política me acompañaron
para hacer, como diría el verso, “menos pesada mi soledad”: Doris Soliz,
Soledad Buendía; a la Comisión Tripartita que nos reunió junto a Vinicio
Alvarado y Betty Tola, con el primero gestor la creatividad inteligente y hasta
del humor talentoso y con Betty, virtual hermana y compañera en la certeza y
en el desasosiego.
A la JPais, el taller de Serigrafía y la Montonera, nuestra juventud, presente
vivo y rebelde; a los Comités de la Revolución Ciudadana, me refiero a los que
sí existen, guardianes de nuestros votos y referentes de la organización
popular; a Richard Guayanay, y junto a él a Julio, Kléber y Lucho, quienes le
han dado la vuelta tantas veces al Ecuador para estar junto a nuestra
militancia; al Call Center, al departamento tecnológico, con Oscar y Max, a las
Juntas Parroquiales de País y Concejales, matriz del Poder Popular, a los
Gobernadores y Gobernadoras, Jefes y Tenientes Políticos, así como a los
Ministros y Ministras, sobre cuyos hombros reposa gran parte de la
responsabilidad en la transformación de la Patria y cuyos logros son evidentes.
En todos los talleres y concejos políticos advertimos la necesidad de una mayor
comunicación entre el ejecutivo y las bases, pues, como decía hace unos días
el C. Javier Ponce: es necesario revisar el tipo de relación entre ministerios,
secretarías y el Movimiento, para que no existan divorcios ni inútiles fracturas.
Doris Soliz me dirigió hace poco una carta en la que en el titular se había
comido dos letras, así que donde decía Señor Secretario Ejecutivo se leía Señor
Sectario Ejecutivo. Más allá del humor, que me acompaña como sombra a todo
lado, debo ser frontal al decir que jamás una actitud de secta, cofradía fueron
parte de mi actuación política, y que en el Movimiento de Movimientos que ha
caracterizado nuestro accionar, nadie puede encontrar un solo morista, hay
humoristas, pero no moristas, y hemos asumido hasta el humor de manera
seria. Jamás permitimos una nueva cofradía, no porque no se hubiese podido
crear otra tendencia paralela, sino porque mi compromiso con el Compañero
Presidente y con la militancia siempre fue la de coordinar y tener equilibrio
entre distintas ópticas y prácticas, de tal modo que ahora, al dejar este cargo,
bien podría ir a un circo y hacer de equilibrista. Nunca sectarios, sí
profundamente doctrinarios, y, en este sentido, debemos decir que si, como ha
manifestado tantas veces el Compañero Presidente: “no hemos venido a
maquillar la realidad, sino a transformarla”, esa sentencia, en el terreno
ideológico significa que no somos social demócratas, sino socialistas.
Cuando un periodista me preguntó si acaso iba a tomar el camino de otros
dirigentes de izquierda que abandonaron nuestras filas, contenté lo que hoy
repito: dudo de las convicciones de aquellos que se fueron, y segundo, jamás
daré un paso al costado, todos los pasos los daré a la izquierda, sobre la base
de un valor irrefutable: la lealtad, a la Patria, a la Revolución, a Alianza País y
al Compañero Presidente. Y, en la misma línea, y como militante y dirigente,
me refiero al respeto a los acuerdos y determinaciones del Buró Político. Jamás
quintacolumnista ni disociador, podemos ser profundamente críticos de las
decisiones, pero una vez tomadas, hacer de la rigurosidad en la aplicación
disciplinaria una manera de vivir, así que la nueva dirección y secretaría
ejecutiva contará con el mayor de mis modestos esfuerzos y la mayor devoción
para acompañar sus éxitos en el futuro.
A mi familia, a mis hijos, a mi compañera Cecilia, gracias por soportar tanta
ausencia con comprensión y amor.
A nuestro Vicepresidente del Movimiento, tan extrañado y querido Lenin
Moreno Garcés, ser humano excepcional; a Jorge Glas Espinel, patriota y
luchador por la soberanía, y, al final, a nuestro admirado Compañero
Presidente. Gracias Rafael por la confianza, por la amistad entrañable, por la
camaradería, pero especialmente porque en la hora de los hornos jamás
defraudaste, ni al Movimiento ni a la Patria, y fuiste, doctrina y acción política,
cumpliendo aquello que decía Rimbaud: "La mano que maneja la pluma vale
tanto como la que conduce el arado”. Ya plasmaremos esta historia
contemporánea en una visión biográfica, pero tan solo te adelanto un
concepto, a sabiendas de que jamás te interesaron alabanzas y peor
innecesarias apologías: Gracias por tu dignidad, gracias por tu corazón, porque
además hiciste una auténtica profesión de fe por la verdad y por develar la
mentira. Por eso escribí aquella canción, Cómo será la Patria, junto a mi
hermano Miguel y plasmada por Pueblo Nuevo, que dice en un fragmento:
“Esta será la Patria, mi compañero, Patria de nuestros hijos, luz de lealtad,
Patria, tierra sagrada en cada sendero, donde nunca faltemos a la verdad”.
Y ahora, al despedirme en el marco de nuestra IV Convención, parafrasear a
Remigio Romero y Cordero, quien en el Romancero Alfabético Alfarista, plasmó
estos versos, que ahora extraigo para dedicártelos a ti, querido Presidente:
Por más que el odio de algunos
agite su negro mar
Por más que torvas pasiones
revueltas en huracán
quieran golpearte en la frente
Tranquilo, mi general.
¡Viva la Patria¡
Galo Mora Witt, Esmeraldas, 1 de mayo de 2014
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