Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010

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Al‑Anon Family Grou
Contenido
Miembros de Al‑Anon y Alateen comparten sus experiencias
4
Como adolescente, no podía aceptar
ayuda; como persona adulta,
la encontré en Al‑Anon
Dan B., California
7
Hombre encuentra aceptación y
comprensión en grupo de Al‑Anon
David C., Minesota
13
El centrar la atención en lo que puedo
controlar mejoró mi vida familiar
Ana I., Florida
14
‘Papá bebe demasiado’: la queja de mi hijo
me llevó a buscar ayuda
Janet G.S., Oregon
18
Los efectos que produjo el alcoholismo
en mi familia de generación en
generación, y cómo Al‑Anon nos ayudó
Patricia A., Dakota del Sur
24
Nuestro matrimonio está mejor, aunque
mi esposo todavía bebe
Carol Z., Virginia
26
Una atea encuentra ayuda en Al‑Anon,
a pesar de sus inquietudes sobre ‘Dios’
Anónimo
28
Tragarse el orgullo para aceptar la ayuda:
la historia de un adolescente sobre cómo
encontrar la recuperación
Ricardo, Florida
30
Liberando la tensión: en mi relación y en
mi vida
Michele K., California
Los efectos implícitos del
alcoholismo
y de qué forma
nos ayuda Al‑Anon
Por Beth Stephens, Terapeuta Internacional en Alcoholismo y Adicción a las Drogas, CGC
Las historias que
aparecen en esta
revista expresan
las opiniones
y experiencias
personales de
los miembros de
Al‑Anon y Alateen.
Para respetar
la tradición de
anonimato en
Al‑Anon, esta revista
publica los nombres
de los miembros
sin sus apellidos, y
ninguna persona
cuya foto aparece
en esta publicación
es miembro ni
de Al‑Anon ni de
Alateen.
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
Mi profesión me ha conducido a
diferentes ciudades y zonas rurales.
Pasé años trabajando con poblaciones
diversas. La enfermedad familiar del
alcoholismo existe por doquier. Cada
cultura es única, pero el problema es
el mismo.
Por esta razón, pienso que Al‑Anon
es el mejor programa de cuidados pos‑
teriores y mantenimiento que existe
para los familiares.
En el tratamiento del alcoholismo, el
problema está en la relación del cliente
con el alcohol. En el tratamiento para
la codependencia, el problema está en
la relación del pariente no alcohólico
con los demás.
Mi opinión es que la codependen‑
cia es mucho más insidiosa y está más
encubierta que el alcoholismo. Eso no
quiere decir que sea más fácil vencer la
adicción física al alcohol. Ambas tie‑
nen muchas facetas y son autodestruc‑
tivas por igual. Sin embargo, siempre
he creído que la conducta de codepen‑
dencia es más difícil de tratar porque
no es tan evidente como la conducta
del alcohólico.
El miembro de la familia al carecer
de señales físicas evidentes, tales como
recibir infracciones por conducir
ebrio, padecer de hígado inflamado,
y estar desempleado por un largo
período, sufre un angustioso calvario
con el bebedor. Consecuentemente,
los miembros de la familia tienden a
mantener sus sentimientos enfrasca‑
dos y guardados en un lugar oscuro
dentro de ellos mismos.
Muchos se niegan a aceptar, y la
mayoría no sabe qué hacer con sus
sentimientos.
Casi todos los miembros de la fami‑
lia que remito a Al‑Anon son orien‑
tados a este lugar a raíz del amor que
sienten por alguien más. En su primera
reunión, todos escuchan con paciencia
y brindan consuelo. Después de algún
tiempo, he visto a muchos de mis
clientes aprender a amar y a centrar
la atención en ellos mismos (a pesar
del alcoholismo), así como crecer para
apreciar su propia dedicación.
Beth Stephens es la Sub-Directora de
Integrity Drug Screening and Analysis en
Windsor, Ontario.
Como adolescente, como persona adulta,
no podía aceptar ayuda;
la encontré en Al‑Anon
Por Dan B., California
Cuando tenía dieciséis años, de
alguna forma le confié al orientador
de mi escuela secundaria que mi
padre era alcohólico. No se lo fui a
contar a muchas personas, y no puedo
recordar cómo decidí hacerlo. Él me
sugirió que asistiera a una reunión en
la escuela el domingo por la noche.
Era extraño estar en la escuela a esa
hora: habían muchachas y mucha‑
chos alrededor de la mesa. (Esta era
una escuela de varones, por lo que
estaba en terreno desconocido). Les
dije “hola” al orientador y al profesor
de inglés, y luego me senté.
Cada quien tuvo la oportunidad de
compartir cómo había sido nuestra
semana. Cuando le tocó el turno a la
muchacha que estaba a la par mía (la
muchacha más hermosa que jamás
había visto), ella dijo: “Tuve una
semana bastante buena. Mi papá sólo
me golpeó dos veces”.
Todavía estaba boquiabierto
cuando todos me miraron para
que hablara de seguido. Nunca más
regresé a esa reunión.
Casi cuarenta años después (airado
y asustado) decidí ir a una reunión de
Al‑Anon. Mi esposa era alcohólica, y
nuestra terapeuta conyugal nos sugi‑
rió que fuéramos a los Grupos de
Familia Al‑Anon.
Sentí que un peso se me quitaba de
encima cuando leí por primera vez en
el sitio web de Al‑Anon: “No lo causé,
no lo puedo controlar y no lo puedo
curar”.
Al conducir hacia la reunión, me
mantuve diciéndome a mí mismo:
“No tienes que entrar; sólo mire a
ver qué pasa”. Entré, completamente
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
inseguro de mí y lleno de autocom‑
pasión.
Compartí cuando me tocó el turno,
aunque no recuerdo lo que dije. Lo
que sí recuerdo es la gente que se
me acercó después de que hablé, que
parecía saber exactamente por lo que
yo estaba pasando. Me animaron a
“seguir viniendo”.
Es o hace veinte mes es.
Definitivamente “sigo viniendo” a la
comunidad más espectacular de la
que he formado parte desde enton‑
ces.
¿Qué son los Grupos de Familia Al‑Anon?
Gente preocupada por la bebida de un
familiar o de un amigo se reúne en gru‑
pos de Al‑Anon y de Alateen en todos
los Estados Unidos, en el Canadá y en
todo el mundo. Nuestros grupos reali‑
zan reuniones durante el día y la noche
en lugares públicos tales como bibliote‑
cas, iglesias, o centros comunales.
Alateen es nuestro programa para
miembros jóvenes que por lo general
se encuentran en la adolescencia. La
mayoría de los grupos de Alateen se
reúnen a la misma hora y lugar en que
se celebra una reunión de Al‑Anon.
Los miembros de Alateen coordinan
sus propias reuniones. Los Padrinos
o Madrinas de Grupo de Alateen son
miembros de Al‑Anon que han sido
certificados como poseedores de los
requisitos de seguridad de Al‑Anon
para asistir a reuniones de Alateen y, si
es necesario, brindar guía.
¿Cómo me doy cuenta
de si Al‑Anon o Alateen
me puede ayudar?
Es fácil ver los efectos que el alcoholismo tiene en el alcohólico. Sin embargo,
no es tan fácil reconocer los efectos del alcoholismo en los familiares y amigos de
la persona alcohólica. He aquí algunas preguntas en las que puede pensar para
que determine si sufre de los efectos de la bebida de alguien más. Si contesta “sí” a
cualquiera de estas preguntas, a lo mejor Al‑Anon o Alateen le puede ayudar.
1. ¿Se preocupa de cuánto bebe otra
persona?
2. ¿Tiene problemas económicos a
causa del beber de otra persona?
3. ¿Miente para encubrir que otra
persona bebe?
4. ¿Cree que si el bebedor le amara
dejaría de beber para complacerle?
5. ¿Cree que el comportamiento del
bebedor lo causan sus compañeros?
6. ¿Se alteran con frecuencia sus planes
o se aplazan las horas de las comi‑
das a causa del bebedor?
7. ¿Hace amenazas tales como, “Si no
dejas de beber, te abandonaré”?
8. ¿Trata discretamente de oler el
aliento del bebedor?
9. ¿Teme disgustar a alguien por miedo
a incitarle a que se emborrache?
10. ¿Se ha sentido ofendido o avergon‑
zado por el comportamiento de un
bebedor?
11. ¿Le parece que todas las fiestas
se estropean a causa del exceso de
bebida?
12. ¿Ha pensado en llamar a la policía
para pedir ayuda por miedo al
maltrato?
13. ¿Busca el licor escondido?
14. ¿Viaja a menudo en automóvil
con un conductor que ha estado
bebiendo?
15. ¿Ha rechazado invitaciones sociales
por temor o ansiedad?
16. ¿Se siente a veces fracasado porque
no puede controlar al bebedor?
17. ¿Cree que si el bebedor dejara de
beber, los problemas se resolverían?
18. ¿Amenaza alguna vez con herirse
para asustar al bebedor?
19. ¿Se siente enojado, confuso y
deprimido la mayor parte del
tiempo?
20. ¿Cree que no hay nadie que com‑
prenda sus problemas?
Estas preguntas señalan los problemas compartidos por personas que han
sido afectadas por la bebida de alguien más. Si contestó “sí” a cualquiera de estas
preguntas, usted puede descubrir que las reuniones de Al‑Anon o Alateen le
podrían proporcionar elementos de comprensión importantes en su situación.
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
Hombre encuentra
aceptación y
comprensión
en grupo de Al‑Anon
Por David C., Minesota
“Como muchas otras personas, creía
que una vez que mi esposa encontrara
la sobriedad, nuestra familia viviría
felizmente para siempre. Cuando sur‑
gieron las palabras airadas, las crisis y
las recaídas, me sentí devastado”.
El primer contacto que tuve con
Al‑Anon surgió mientras mi esposa
intentaba un programa de tratamiento
de consulta externa. Los directores del
programa requerían que los familiares
asistieran a una reunión de Al‑Anon
una noche a la semana.
Cuando entré a esa primera reunión
de Al‑Anon, me conmocionó el hecho
de que yo era el único hombre en una
sala llena de mujeres.
En cuanto cada una de estas muje‑
res compartía sus relatos, me di cuenta
de que me podía identificar con
mucho de lo que decían. Cumplí con
el único requisito para ser miembro de
Al‑Anon: un problema de alcoholismo
en un familiar o amigo.
A medida que asistí a las siguientes
reuniones y logré participar más, con‑
tinuaba dándome cuenta de que nues‑
tro problema común me une a mis
compañeros de Al‑Anon en formas
que trascienden nuestras diferencias
superficiales.
Muchas personas logran la recu‑
peración sin ayuda profesional, pero
los elementos de comprensión que
adquirí sobre mí mismo en cuanto al
tratamiento de la familia me brindó el
impulso inicial para practicar los pri‑
meros cinco Pasos de Al‑Anon.
Igual que muchas otras perso‑
nas, creía que una vez que mi esposa
encontrara la sobriedad, nuestra fami‑
lia viviría felizmente para siempre.
Cuando surgieron las palabras airadas,
las crisis y las recaídas, me sentí devas‑
tado. Una sabia señora en el grupo al
que pertenecía me dijo que necesita
crecer por medio de los tropiezos
inevitables de la vida por medio del
uso de los instrumentos del programa
de Al‑Anon.
Después de asistir a muchas reunio‑
nes, de leer publicaciones todos los
días y de practicar los Doce Pasos
con la ayuda de mi Padrino y de otros
miembros, me he dado cuenta de que
practicar el programa se ha convertido
tanto en parte de lo que soy que éste
parece que funciona para mí. Siento
una profunda gratitud al descubrir esta
maravillosa forma de vivir mi vida.
La recuperación
les ayuda a los padres de familia a
desprenderse de sus hijos con amor
Por Patricia A. O’Gorman, Ph.D.
Como psicóloga, utilizo “Family
CAGE test”1 (el instrumento de eva‑
luación CAGE [por sus siglas en
inglés] de la familia) al valorar a las
familias que vienen con adolescen‑
tes. Estas cuatro preguntas breves me
permiten identificar la presencia de
alcoholismo en la familia que pudiera
contribuir a los problemas del adoles‑
cente. El nombre CAGE proviene de la
primera letra de cada una de las pala‑
bras en inglés cuya traducción al espa‑
ñol aparece a continuación en negrita.
Pregunta si alguien en la familia:
• Ha tratado de disminuir la bebida
• Se ha sentido molesto por las
quejas sobre la bebida
• Se ha sentido mal o culpable de
beber
• Se bebió un trago mañanero
(un trago al despertarse en la
mañana)
El responder “sí” a cualquiera de
estas preguntas puede conducir a otra
serie de preguntas para evaluar las
posibles causas del comportamiento
problemático del adolescente.
También indago acerca del uso de
alcohol por parte del niño o del adoles‑
cente por medio de preguntas de valo‑
ración específicas para este margen
de edad, con base en el “CRAFFT”2.
Igual que el anterior, el nombre del
instrumento de evaluación proviene
de la primera letra de cada una de las
palabras en inglés cuya traducción al
español aparece a continuación en
negrita. Estas son preguntas que los
padres de familia también pueden
considerar hacerles a sus hijos:
• ¿Alguna vez ha viajado en un
automóvil conducido por
alguien (incluyéndolo a usted)
que estaba intoxicado o que
había estado usando alcohol o
drogas?
• ¿Utiliza usted alcohol o drogas
para relajarse, para sentirse
mejor con respecto a usted
mismo, o para que lo acepten?
• ¿Utiliza usted alcohol o drogas
cuando se encuentra sin compa‑
ñía, solo?
• ¿Se le olvidan las cosas que hizo
mientras consumía alcohol o
drogas?
• ¿Le dicen sus familiares o ami‑
gos que usted debe disminuir la
bebida o el uso de drogas?
• ¿Se ha visto en problemas mien‑
tras consume alcohol o drogas?
De nuevo, estas son preguntas de
valoración que pueden determinar
la necesidad de una evaluación com‑
pleta. Además, cuando trabajo con
una familia o un adolescente, con‑
tinúo realizando valoraciones para
determinar el uso de alcohol a lo largo
del tratamiento de un adolescente,
sabiendo que debido a las dificultades
que se presentan en el desarrollo de
este margen de edad, un adolescente,
incluso uno en tratamiento, puede
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
desarrollar un problema “nuevo”.
Remito a padres de familia a Grupos
de Familia Al‑Anon cuando deter‑
mino que un hijo tiene problemas con
el alcohol. Al‑Anon y la labor de los
padres funcionan muy bien juntos.
Los resultados han sido particular‑
mente sobresalientes en comunida‑
des en donde los padres de familia se
reúnen con otros padres en un grupo
de Al‑Anon. ¿Qué mejor lugar para
aprender cómo realizar con más efi‑
ciencia la labor de padres que con
compañeros que tienen experiencia
con problemas similares?
En las reuniones de Al‑Anon, los
padres de familia se dan cuenta de
que no están solos. Llegan a entender
más en cuanto a la enfermedad del
alcoholismo. También aprenden los
Doce Pasos, los cuales les ayudan a
recuperarse de los efectos del alcoho‑
lismo de sus hijos.
Mi experiencia clínica me llevó a
escribir directrices para los padres,
utilizando las ideas que se encuentran
en los Doce Pasos de Al‑Anon. Por
ejemplo:
• Busque ayuda y reconozca que
usted no está solo.
• Confíe en usted mismo como
padre de familia.
• Prepárese para el cambio al
renunciar a la exigencia de ser
perfecto.
• Realice cambios conscientes en
su labor de padre de familia por
medio de la identificación de
estrategias específicas para una
labor saludable como padre.3,4
Finalmente, los padres de familia
dedican su energía al control de lo
que pueden, en lugar de desperdiciar
energía en lo demás. Luego sus hijos
empiezan a realizar los cambios que se
necesitan.
Los profesionales en el cuidado de
la salud deben considerar con serie‑
dad el remitir a Al‑Anon a padres
de familia de bebedores menores de
edad, donde serán conectados a una
red de personas bondadosas y exper‑
tas que pueden servirles de mentores
y darles apoyo.
Patricia O’Gorman es una sicóloga de
East Chatham, Nueva York.
S.H. Frank, A.V. Graham AV, S.J. Zyzanski, S. White, “Use of the Family CAGE in Screening for
Alcohol Problems in Primary Care,” (La utilización del instrumento de evaluación CAGE de la fami‑
lia en la valoración sobre problemas de alcohol en la asistencia médica inicial) Arch Fam Med. 1992
Nov.; 1 (2): 209-16.
2.
J.R. Knight, L. Sherrit, L.A. Shrier, et al. “Validity of the CRAFFT Substance Abuse Screening Test
Among Adolescent Clinic Patients,” (Validez de la evaluación de antecedentes en el abuso de sustan‑
cias entre pacientes clínicos adolescentes) Arch Pediat Adolesc Med. 2003; 157:4333-439.
3.
P. O’Gorman, P. Diaz, Breaking the Cycle of Addiction, (Rompiendo el ciclo de la adicción) Deerfield
Beach, Florida: HCI, 1987.
4.
P. O’Gorman, P. Diaz. The Lowdown on Families Who Get High: Successful Parenting for Families
Affected by Addiction, (Información veraz sobre familias que se intoxican: La satisfactoria función
como padres para las familias afectadas por la adicción) Washington DC: CWLA Press, 2004.
1.
Las familias
sólidas se desarrollan
al centrar la atención en lo
positivo
Por David J. Powell, Ph.D.
Nota: Este artículo se basa en un taller que el Dr.
Powell conduce en los EE.UU. y alrededor del mundo.
El taller trata el asunto de la recuperación familiar
de los efectos del alcohol, problema que no se resuelve
cuando el alcohólico deje de beber.
Al‑Anon es una fuente de ayuda pri‑
mordial para que las familias encuen‑
tren formas de volverse sólidas. Como
terapeuta de la familia, me he dado
cuenta de que los Grupos de Familia
Al‑Anon pueden servirles como
Estrella Polar a las familias, guiándo‑
las hacia la salud y el progreso.
Al atender sus necesidades y sus
comportamientos, la familia es más
capaz de adquirir su responsabilidad
y su función en las pautas destructi‑
vas de la familia. Grupos de Familia
Al‑Anon les ayuda a los miembros de
la familia a que manejen de una mejor
manera las actividades de la vida dia‑
ria para su propio beneficio, No sólo
para el de la persona alcohólica. Esto
aumenta el sentido de bienestar del
miembro de la familia como individuo
y también tiene un impacto positivo
en el comportamiento del alcohólico.
Hay un dicho que calza bien en
10
Al‑Anon: Si no transformas tu dolor,
lo transmites. Existe mucho dolor en
la vida de una familia alcohólica. Es
importante que los miembros de la
familia transformen su propio dolor.
Esto significa encarar lo que les hiere
y soltar las riendas de sus resentimien‑
tos.
En el idioma griego, la raíz del tér‑
mino “soltar las riendas” es “dejar de
ser el dueño”. “Ya no necesito más ser
el dueño de este dolor o de este pro‑
blema. Dejo de ser el dueño de los
asuntos y busco seguir adelante con mi
vida”. Esto no significa divorciarse de
la persona ni del problema. Al‑Anon
les enseña a las familias cómo dejar de
transmitir su dolor hacia ellos mismos
y hacia otras personas.
A menudo escuchamos hablar de
los rasgos de familias disfuncionales.
Casi nunca leemos acerca de familias
sólidas ni vemos modelos positivos de
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
los cuales nuestras familias podrían
aprender.
Las familias tienen fuerzas y resis‑
tencias, a pesar de sus problemas. Con
la contribución de energía y dedica‑
ción, estas fuerzas pueden aumentar
con el tiempo.
He aquí algunas características
positivas que pueden desarrollar:
1. Comunicación. Los miembros de
la familia escuchan mutuamente.
Reconocen mensajes no verba‑
les, expresan sus sentimientos y
reconocen frases humillantes que
obstaculizan la comunicación.
Encuentran modelos de recon‑
ciliación cuando se desatan los
problemas.
2. Afirmación y apoyo. El modo
esencial de una familia sólida es
compasivo y positivo.
3. Respeto. Los miembros de la fami‑
lia comparten sus diferencias con
respeto del uno al otro y de ellos
mismos. Desalientan las fusiones
destructivas entre miembros de la
familia. También respetan mutua‑
mente la propiedad y la privaci‑
dad de cada quien.
4. Confianza. Los miembros de la
familia son dignos de confianza y
confían del uno al otro. Cuando
esa confianza se rompe, las fami‑
lias sólidas cuentan con formas
de repararla antes de que se dañe
significativamente.
5. Tiempo para divertirse/tiempo
de calidad. Las familias sóli‑
das juegan juntas y se ríen.
Reconocen la tensión cuando
aparece y buscan formas de redu‑
cirla. Comparten tiempo libre
juntos, como familia e indivi‑
dualmente. Limitan el uso de la
televisión y de la computadora. El
juego no significa necesariamente
11
“Hay un dicho que calza bien en Al‑Anon: Si no
transformas tu dolor, lo transmites. Existe mucho dolor
en la vida de una familia alcohólica. Es importante que
los miembros de la familia transformen su propio dolor.
Esto significa encarar lo que les hiere y soltar las riendas
de sus resentimientos”.
gastar dinero.
6. Responsabilidades compartidas.
Esto va más allá de las tareas.
Las familias sólidas adaptan las
actividades a la capacidad del
individuo.
7. Valores. Las familias sólidas ense‑
ñan directrices sobre lo bueno y
lo malo. Los padres ayudan a sus
hijos a vivir de manera moral.
8. Tradiciones. Las familias sólidas
practican rituales y conservan
las tradiciones. Ven a la familia
como un eslabón entre el pasado
y el futuro, rindiéndole honores a
ancianos y dándole la bienvenida
a bebés.
9. Espiritualidad. Puede ser que no
todos los miembros de la familia
tengan las mismas prácticas de fe,
pero la familia asume la respon‑
sabilidad de transmitir la fe de
manera positiva.
10. Servicio. Las familias sólidas les
sirven a otras personas de manera
altruista y hospitalaria. Los estilos
de vida se mantienen lo más sim‑
ple posible.
11. Reconocimiento de la necesidad
de ayuda. Las familias sólidas bus‑
can ayuda cuando tienen proble‑
mas. Aceptan los problemas como
parte normal de la vida y se ayu‑
dan mutuamente en la búsqueda
de técnicas para solucionarlos.
Puede ser que su familia esté lejos
de demostrar estas características
positivas. Podemos aspirar a estos
ideales, y Grupos de Familia Al‑Anon
puede ayudar. Estos rasgos son guías
que nos conducen hacia la familia
más sólida posible.
David J. Powell es el Presidente de
International Center for Health Care
Concerns, Inc. (Centro Internacional de
Asuntos sobre el Cuidado de la Salud) en
East Granby, Connecticut.
¿Le gustaría
enterarse más acerca de una reunión de Al‑Anon
antes de asistir a su primera reunión?
El sitio web de Grupos de Familia Al‑Anon tiene
podcasts donde participan miembros de Al‑Anon
que comentan sobre diferentes temas de manera
similar a lo que sucede en una reunión de Al‑Anon.
Visite: www.al‑anon.alateen.org y pulse en: “First
Steps to Al‑Anon Recovery” (únicamente en el sitio
web en inglés).
12
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
El centrar la atención
en lo que puedo controlar
mejoró mi vida familiar
Por Ana I., Florida
Antes de encontrar a Al‑Anon, problemas. No entendí mucho lo
vivía abrumada: era la esposa de que pude escuchar, y escasamente
un hombre verbalmente abusivo, recuerdo lo que se dijo en esa
enfurecido y desagradable. Era reunión. Sin embargo, me dijeron:
la madre de tres hijas (una de las “Siga viniendo”, y así lo hice.
cuales luchaba con el alcohol y la
Mi vida ha cambiado drásti‑
adicción a las drogas). Yo tenía un camente gracias a todo lo que he
empleo de tiempo completo mien‑ aprendido en Al‑Anon. Casi no
tras que tenía que ocuparme de paso tiempo preocupándome ni
casi todo el oficio doméstico sin obsesionándome por nadie. Hoy
ninguna ayuda. Estaba involucrada tengo problemas (no catástrofes),
en todo y en la vida de todos (en la y cuento con la fortaleza de Dios
mayor parte de manera negativa). para resolverlos.
Era la que fracasaba al
tratar de mantener la paz,
“Lo que es interesante es que nada ha
pero estaba estableciendo
un “buen respaldo” para cambiado excepto yo desde que encontré
nuestra familia. Me tam‑
a Al‑Anon… Los cambios en mí han
baleaba entre el adorme‑
cimiento y la rabia. Asistí cambiado la dinámica de toda la familia”.
a la primera reunión de
Al‑Anon por sugerencia
del terapeuta de mi hija. Le estaré
Lo que es interesante es que nada
siempre agradecida por animarse ha cambiado excepto yo desde que
a obtener ayuda para mí misma. encontré a Al‑Anon. Todavía tengo
Él fue la primera persona que me el mismo esposo, la misma casa y
dijo que yo me merecía una buena los mismos hijos (que ahora son
vida, a pesar de todo y de todos los adultos y viven cerca de mi casa),
demás.
y ninguno de ellos está en recu‑
En esa primera reunión, no escu‑ peración. Los cambios en mí han
ché nada en cuanto a enderezar a cambiado la dinámica de toda la
mi hija y mantenerla alejada de los familia.
“
”
13
‘Papá bebe
demasiado’:
la queja de mi hijo me llevó a buscar ayuda
Por Janet G.S., Oregon
“Papá bebe demasiado”.
Eso fue lo
que dijo mi hijo de diez años al regresar zapa‑
teando del patio y entrar a la cocina, donde
estaba ayudando a su papá en la construcción
de un patio de madera de secoya. Abrió abruptamente
la puerta del refrigerador, agarró otra botella de cer‑
veza, tiró la puerta y caminó hacia afuera otra vez.
Había entrado varias veces a aga‑
rrar cervezas, pero creo que su reac‑
ción en la función de “mandadero” de
su papá era excesiva. No obstante, sus
palabras se quedaron conmigo.
Al principio, me dije a mí misma
que él tomaba literalmente la infor‑
mación de las lecciones de salud sobre
alcohol y abuso de drogas que apren‑
día en su escuela. Después de todo, su
papá nunca apareció ebrio.
Mi esposo tenía un puesto impor‑
tante en una dependencia del estado,
y realizaba las reparaciones de la casa
y el trabajo del patio. De hecho, los
fines de semana se levantaba tem‑
prano para terminar sus proyectos.
Luego se bebía unas cervezas antes
de caer dormido durante la tarde. Se
14
levantaba al acercarse la noche, se
tomaba un par de cervezas antes de la
cena, miraba un poco la televisión y
se acostaba a las nueve de la noche.
Ya no sosteníamos las largas con‑
versaciones como cuando estábamos
recién casados. Por el contrario, sen‑
tía que a mi esposo no le interesaba
nada de lo que yo tuviera que decir.
Consulté con un terapeuta conyu‑
gal para averiguar por qué me sentía
infeliz y por qué era que mi esposo
parecía criticar todo lo que yo hacía.
Por supuesto, no obtuve respuestas
directas. Mi esposo visitó al terapeuta
una vez, sin mí, y se negó a hacer más
citas.
Al final, empecé a escuchar aque‑
llas palabras: “Papá bebe demasiado”,
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
de manera diferente.
Observé que la media caja de
cervezas que compré el sábado en
la mañana se había terminado el
domingo en la tarde. Al caer la noche,
vi que mi esposo se servía vino en
copas de ocho onzas. Le indiqué que
cada vaso era por lo menos una ración
doble. Me miró con una expresión de
disgusto. De repente, me di cuenta de
que mi hijo tenía razón: Papá estaba
bebiendo demasiado.
Quizás por eso sentía que estaba
enloqueciendo, pensé, incapaz de
hablar con mi esposo y de descargar
la infelicidad que me abrumaba como
la niebla.
Había leído bastantes columnas
de consejos para enterarme de que
podría encontrar ayuda en Al‑Anon.
Encontré un número en la guía telefó‑
nica para llamar acerca de las reunio‑
nes. Asistí a dos antes de encontrar mi
propio grupo. Poco a poco, broté de
“De repente,
me di cuenta
de que mi hijo
tenía razón: Papá
estaba bebiendo
demasiado”.
la niebla con la ayuda de otros miem‑
bros de Al‑Anon, de los Doce Pasos y
del lema: “Suelta las riendas y entré‑
gaselas a Dios”. Ahora apenas puedo
imaginarme todo el tiempo que
hubiera permanecido en esa niebla si
mi hijo, iluminado por el programa
de su escuela, no hubiera visto clara‑
mente que: “Papá bebe demasiado”.
15
Cómo vencer la enfermedad de la familia
En mi trabajo como terapeuta, regu‑
larmente me reúno con clientes que
para quienes Al‑Anon podría ser un
componente de tratamiento impor‑
tante.
Después de establecer lo que trae al
cliente a terapia, lo primero que hay
que hacer es trazar un esquema de
su árbol genealógico. Este método es
imprescindible para ubicar al cliente
en el contexto de relación de las difi‑
cultades que heredó.
Al empezar con su familia inmediata
y llegar a por lo menos dos generacio‑
nes atrás, el ejercicio pronto produce
los detalles primordiales sobre corre‑
laciones, separaciones y problemas
de salud mental que inevitablemente
podrían haber afectado al cliente.
Siempre pregunto de manera espe‑
cífica si alguien en la familia tuvo
problemas con la bebida. Si es así, des‑
cribo las tendencias que pueden haber
contribuido a favorecer la disfunción
del alcoholismo y el impacto de estas
tendencias en sistemas de familia.
Indico la forma en que tales formas
de actuar luego se transmiten de gene‑
ración en generación y pueden final‑
mente haberse mostrado en forma
relativamente intensa en las estrategias
de relación propias del cliente.
Al llegar hasta este punto, ofrezco la
hoja sobre las “veinte preguntas” (véase
la página 6 para leer estas preguntas) y
espero las reveladoras señales de reco‑
nocimiento a medida que los clientes
encuentran estas características en
ellos mismos. Luego les ofrezco una
16
lista de reuniones de Al‑Anon y les
explico lo que pueden encontrar en
ellas.
Una de las razones por las que se
siente aterrador el considerar asistir a
esa primera reunión es que, al tomar
esta iniciativa, ellos están quebran‑
tando la regla tácita de la familia alco‑
hólica: que tal reconocimiento debe
encubrirse no solo del mundo exterior
sino hasta de uno mismo.
Mientras que el historial familiar
es por lo general el primer indicador
de alcohol en los antecedentes de un
cliente, éste no siempre produce esa
información. Debido a la negación de
esta enfermedad de la familia, muchas
veces los miembros de la familia repu‑
dian el hecho de la bebida problema
de alguien y éste nunca se transmite al
conocimiento de la familia.
Aun así muchos clientes luchan con
la incapacidad de reconocer sus emo‑
ciones, sus sentimientos crónicos de
ineptitud, la confusión de los límites
entre uno y los demás, los instintos de
protección que obstaculizan cualquier
forma de reconocimiento de sus pro‑
pias necesidades, o la previsión teme‑
rosa de respuestas irracionales por
parte de seres queridos.
Todas estas son respuestas que típi‑
camente se aprenden en las familias en
donde un alcohólico funciona menos
de lo normal mientras que otras perso‑
nas lo compensan al funcionar más de
lo normal con el propósito de mante‑
ner el equilibrio de la familia.
La adicción aísla, y aquellos que
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
al reconocer su existencia
Por Kevin Blanchard, Master en Trabajo Social, Trabajador Social Autorizado
aman al adicto puede decirse que están
incapacitados desde el punto de vista
de las relaciones y anhelan desespera‑
damente la capacidad de participar en
relaciones significativas y satisfacto‑
rias, lo cual siempre parece estar lejos
de su alcance.
Para quienes no pueden identificar
a un alcohólico en su árbol genealó‑
gico, explico que muchas personas que
asisten a Al‑Anon también empiezan
sin estar conscientes de esto, pero si
sienten que las reuniones les ayudan,
probablemente exista una razón.
Tarde que temprano las circunstan‑
cias del alcoholismo pueden surgir,
ya sea de los propios recuerdos de la
persona o del recuerdo colectivo de
la familia, una vez que uno empiece a
hacerles a los parientes las preguntas
correctas.
La mayoría de los clientes que
empiezan a asistir a reuniones sienten
el alivio de que ellos no son los úni‑
cos en su sufrimiento. Probablemente
podría decirse que, por primera vez en
su vida, han llegado a obtener cons‑
ciencia de la cubierta a través de la que
todos sus pensamientos y emociones
se han filtrado inconscientemente con
el propósito de normalizar y minimi‑
zar los efectos de la bebida del alcohó‑
lico. Lo que empieza a remplazar esta
tendencia instintiva son los Pasos y los
lemas, los cuales ofrecen una nueva
perspectiva y transmiten esperanzas.
Parece que los clientes también sien‑
ten que su sensación de aislamiento
disminuye. Se dan cuenta de que no
tienen que resolver todo solos, sino
que pueden solicitar ayuda.
Podría decirse que lo más impor‑
tante es que las reuniones cultivan la
habilidad de escuchar, puesto que las
personas empiezan a diferenciar entre
lo que esperan escuchar y lo que en
realidad se dice.
En vista de que esa terapia se trata
de ayudar a los clientes a suspender
los mensajes negativos de la niñez
temprana en cuanto a quienes ellos
son y de lo que pueden esperar de
los demás, Al‑Anon brinda un efecto
sinérgico cuando se utiliza junto con
la psicoterapia. La asistencia habitual
a las reuniones aumenta la capaci‑
dad de prestarle atención consciente
a la información que recibimos tanto
dentro de las reuniones como fuera de
ellas y de distinguir el mérito relativo
de ésta desde la perspectiva de un ser
observador que desarrolla la capacidad
de modelar una respuesta apropiada
con base en la forma de relacionarse
tanto con el propio ser como con otras
personas.
Kevin Blanchard es un psicoterapeuta de
Greenfield, Massachusetts.
17
Los efectos que produjo
el alcoholismo
en mi
familia
de generación en generación,
y cómo Al‑Anon nos ayudó
Por Patricia A., Dakota del Sur
Cuando me empecé a dar cuenta
poco a poco de que el hombre con el
que me casé era alcohólico, lo único
que yo sabía hacer para salir del pro‑
blema era ignorarlo. Aunque su con‑
dición era evidente para quienes nos
conocían, nunca hablé al respecto,
excepto cuando yo reaccionaba a su
comportamiento excéntrico. Luego
me quejaba con su madre. Ella lo rega‑
ñaba, y el trataba de cambiar. Cuando
ese ciclo se repetía, yo le pedía que se
fuera de la casa. Lo hizo, un par de
veces. Luego yo aceptaba que regre‑
sara, hasta que por fin lo abandoné y
me divorcié de él. Unos años después
murió a causa de la enfermedad.
Después de que mi hija se casó y
se divorció, empezó a tomar dema‑
siado, lo cual les provocaba daño a
sus dos hijitos. Yo me llevaba a los
niños cuando podía, ya fuera por una
noche o más tiempo.
Cuando llegaba el momento en que
los niños debían regresar a su casa, la
mayor empezaba a gritar. Entre más
nos acercábamos, más gritaba. Era
una agonía para mi segundo esposo
y para mí.
18
En vista de las quejas de otras per‑
sonas y de nuestra preocupación, nos
otorgaron la custodia legal de ambos
niños. Su madre se había escapado
para evitar ser encarcelada por mane‑
jar bajo la influencia. Su padre estuvo
de acuerdo en que él no podía enton‑
ces cuidar de ellos. Sí los visitaba.
Todos asistimos a terapia: los
niños y nosotros. Sentí vergüenza,
ira y resentimiento por la aparición
y reaparición del alcoholismo en mi
familia.
No fue sino hasta que mi nieta se
casó y llegó a ser madre, también, con
los efectos del alcoholismo proliferan‑
tes en las vidas de mis hijos y nietos,
que finalmente tuve que admitir que
no podía manejar esta enfermedad ni
enderezar a nadie. Seguí la sugeren‑
cia de una amiga y busqué ayuda en
Al‑Anon. Después de muchos años en
Al‑Anon, se me hace más fácil com‑
partir acerca de mi vida. Los dolores
de cabeza reaparecen, así como con‑
tinúan los efectos de la enfermedad.
Con la ayuda de Al‑Anon, reconozco,
creo y aprendo de mis emociones sin
que ellas me consuman. Los beneficios
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
del programa de Al‑Anon siguen
aumentando, haciendo más liviana mi
carga y orientándome en mi sendero.
¿Desearía haber podido hacer
las cosas de manera diferente? Por
supuesto que sí. Otra vez me he esfor‑
zado por reparar el mal causado a mi
propio comportamiento y mi propia
voluntad. No obstante, somos huma‑
nos y lo bueno puede surgir de fuentes
inesperadas. Cuando mis nietos esta‑
ban en edad de enseñanza media,
viviendo con su papá, su mamá se
regresó a vivir cerca. Nos llegamos
a relacionar de cerca, en parte por el
amor que ambas sentíamos por los
niños. Gracias a A.A. y a Al‑Anon,
somos más capaces de aceptarnos y
de amarnos la una a la otra tal como
somos.
Al‑Anon (que incluye Alateen) es:
• Un grupo de apoyo mutuo para los familiares y amigos de bebedores pro‑
blema.
• Un programa que le ayuda a la gente a enfrentar de una mejor manera los
problemas causados por la bebida de alguien más.
• Un programa que aplica principios espirituales pero que no está afiliado a
ninguna religión ni organización religiosa. Al‑Anon está integrado por per‑
sonas de diferentes credos religiosos, así como por personas que no tienen
ninguna doctrina religiosa. Los credos religiosos son un asunto personal que
no se discute en ninguna reunión de Al‑Anon.
• Un programa de recuperación compatible con la consejería, la terapia o el
tratamiento profesional.
• Completamente confidencial.
• Sostenido por medio de las contribuciones voluntarias de sus miembros y
de la venta de publicaciones de Al‑Anon. Al‑Anon no acepta donaciones de
quienes no sean miembros ni de ninguna organización externa, incluidas las
agencias del gobierno y las fundaciones caritativas.
19
Por qué
les recomiendo
reuniones de Al‑Anon
a los clientes
Ministra Linda Varin, Terapeuta Clínica titulada
Como terapeuta familiar durante dieciséis años, todavía
enfrento los mismos problemas cuando remito a un cliente a
Al‑Anon. El cliente dice:
• ¿Por qué debo ir a reuniones? El alcohólico es el problema.
• No quiero ir a escuchar los problemas de otras personas.
• No quiero compartir mis propios problemas.
• ¿Qué pasará si veo a alguien que conozco en una reunión?
• No me gustan los grupos.
Los clientes utilizan cientos de excu‑
sas para justificar por qué no deben
asistir a las reuniones de Al‑Anon.
Los problemas de mis clientes son tan
diversos como los mismos clientes. Sin
embargo, el programa de Al‑Anon es
tal que todo el que asiste puede lograr
algo de éste. El plan de Al‑Anon es un
plan simple, flexible y accesible que se
dirige a muchos estilos y matices de
personalidad.
Si un cliente se resiste a la idea de
ir a Al‑Anon, es útil tener a la dispo‑
sición publicaciones y un directorio
de reuniones de Al‑Anon. Comente
las publicaciones con el cliente, explí‑
quele sobre la confidencialidad del
programa, y sugiérale que asista a
algunas reuniones. También es bueno
explicarle al cliente el plan para una
reunión.
Puede ser que al principio estas
reuniones sean difíciles, pues muchos
20
clientes escuchan historias similares
a las de ellos, y muchos sienten ver‑
güenza, tienen secretos, se niegan a
aceptar y poseen otros medios diver‑
sos de salir del problema, de los cuales
se habla en las historias que escuchan.
Muchas veces, los clientes regresan a
terapia y expresan ira o resentimiento
hacia Al‑Anon. Esta respuesta es
típica cuando las personas empiezan
a enfrentar los propios problemas que
rodean la forma en que ellos lucharon
con el alcoholismo en sus vidas. Al
final, la gran mayoría de los clientes
desarrollan confianza en el programa
para su fortaleza y recuperación.
Hablar con los clientes acerca de la
recuperación en Al‑Anon es defini‑
tivamente otro asunto. Ayúdele a su
cliente a descubrir las diferentes for‑
mas de salir del problema en torno
al alcohólico. Por ejemplo, muchas
personas que viven con alcohólicos se
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
han convertido en detectives al buscar
constantemente la botella escondida o
algunas otras señales reveladores de
que el alcohólico ha estado bebiendo.
Vigilarán el consumo de alcohol
en el hogar y en eventos sociales.
Cuestionarán cada movimiento del
alcohólico si éste no sincroniza con la
rutina diaria. Están aquellos que dis‑
culpan al alcohólico ante los demás,
y que siempre intentan ayudarle al
alcohólico para que él vea el error que
ellos cometen con esa forma de actuar.
Los ejemplos son interminables.
Las reuniones de Al‑Anon son un
instrumento útil que sirve de ayuda
para que sus clientes recuperen el
sentido de su propio ser. Quienes asis‑
ten a reuniones aprenden que lo que
sienten y los medios que han utilizado
para solucionar el problema no es algo
que los culpe, pero que su conducta es
dañina para su propia supervivencia.
Al‑Anon les ayuda a los individuos a
encontrar formas saludables de cui‑
dar de ellos mismos, y no de todos los
demás.
Los miembros de Al‑Anon
21
sobresalen por relacionarse excesiva‑
mente de forma poco saludable con
los demás. El programa de Al‑Anon
trata estos problemas con compasión y
algunas formas muy prácticas de recu‑
perar el “propio ser que estaba per‑
dido”. Todos perdemos nuestra propia
identidad en uno u otro momento,
pero el convivir con el alcoholismo no
nos permite ver este proceso cuando
nos podemos ver atrapados en la
enfermedad del alcoholismo y todos
sus síntomas. Al‑Anon brinda un
recurso altamente exitoso para recu‑
perarse de la baja autoestima debido a
la convivencia con el alcoholismo.
Como profesional que les habla
a otros profesionales, le insto a que
asista a una reunión de Al‑Anon y vea
la diversidad de individuos que asis‑
ten a estas reuniones. Usted no dudará
en remitir clientes a Al‑Anon una vez
que lo haya visto en acción. Verá a sus
clientes desprenderse poco a poco de
la falta de reflexión del alcohólico y
empezar a centrar la atención en su
propia recuperación. Usted verá cómo
las personas desarrollan la convicción
de manejar situaciones difíciles de
manera más saludable y fácil.
He podido darme cuenta de cómo
la gran mayoría de clientes que remito
a Al‑Anon se han beneficiado grande‑
mente de esa experiencia. Continúan
asistiendo a reuniones sin que tenga
que ver el resultado de su relación con
el alcohólico. Al‑Anon es un ejemplo
admirable de recuperación, no solo
para las personas que asisten sino que
también para sus familiares, puesto
que ellos también experimentan la
recuperación del cliente.
Linda Varin es Terapeuta Clínica titulada en la práctica privada y Ministra en la
Iglesia Anglicana Santa Hilda en Sechelt, en
Columbia Británica.
¿Puedo simplemente
recoger algunas publicaciones y estudiarlas
en la casa sin asistir a las reuniones?
Las publicaciones de Al‑Anon y Alateen cubren una gran variedad de temas
y pueden ser muy útiles; sin embargo, las publicaciones son sólo una parte
del programa de Al‑Anon. La experiencia de hablar con otros miembros de
Al‑Anon es uno de los componentes más importantes de la recuperación en
Al‑Anon, lo cual rompe con el aislamiento y la soledad que sentimos y nos
brinda elementos de comprensión que no esperábamos. Las publicaciones de
Al‑Anon le serán de gran beneficio cuando usted complementa su lectura con
un programa completo de Al‑Anon.
22
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
Cómo
me ayuda
el asistir
a Al‑Anon
BettyAnn en Ontario: Apreciaba escuchar a los demás compartir
sus sentimientos e historias; definitivamente podía identificarme
con ellos. Era verdaderamente impactante darme cuenta de que
otras personas podían describir mis sentimientos de forma tan
clara y de que yo no estaba sola.
Sue en Connecticut: Una de las
primeras cosas que aprendí en
Al‑Anon fue la forma en que los
efectos del alcoholismo penetra‑
ron en todos los aspectos de mi
vida, profesional y privada, por‑
que llevaba los efectos del alco‑
holismo dentro de mí. Aprendí
que tengo opciones. Aprendí a
ponerme en primer lugar, no de
forma egoísta, sino de manera
que pueda cuidar de mí, porque
tengo que cuidar de mí antes de
que pueda ciertamente cuidar
de otras personas.
Lisa H. en Michigan: Escu‑
chaba a otras personas
compartir que los alcohóli‑
cos tienen una enfermedad,
que no son malas personas,
y que lo que nosotros hace‑
mos no los induce a beber.
Sentí que me quitaban un
gran peso de encima. Esa
sensación de alivio fue sufi‑
ciente para animarme a ir a
otra reunión. Antes de que
lo supiera, ya asistía regu‑
larmente.
Steve B. en Pensilvania: En las salas de Grupos de Familia Al‑Anon,
me di cuenta de que no estaba solo. Al‑Anon me ayudó a ver la
insensatez del alcoholismo y la forma en que éste afecta a cual‑
quiera que esté a su alrededor, no solamente al alcohólico.
23
Nuestro matrimonio
está mejor, aunque mi esposo todavía bebe
Por Carol Z., Virginia
Después de diez años de tratar de encontrarle expli‑
cación a los altibajos en el carácter de mi esposo,
tropecé con un escondite de botellas de ron. De
repente, todo se aclaró: la forma en que podía con‑
vertirse de una pareja dulce, amorosa y graciosa a
un individuo sarcástico, abusador y vulgar.
Yo siempre había sabido que él
bebía mucho, pero nunca lo había
visto “ebrio”. Siempre me imaginé que
no era posible que fuera alcohólico si
podía “controlar” la bebida.
La cantidad que bebía llegó a ser
evidente cuando a escondidas veía yo
el contenido de las botellas disminuir
cada vez más después de unos días y
después de unas semanas. También
fue evidente la relación recíproca
entre el alcohol ingerido y su estado
de ánimo. Por fin lo confronté en
cuanto a las botellas, y él recono‑
ció con gran vergüenza que estaba
bebiendo demasiado. Me prometió
que disminuiría la bebida.
Durante los ocho años siguien‑
tes, surgieron peleas constantes a
medida que descubrí escondites nue‑
vos (y muy creativos). Le rogué, le
imploré, lo amenacé y le grité, pero
todo resultó en lo mismo. Al sentirme
desesperada, lo amenacé con dejarlo
si no asistía a un programa de reha‑
bilitación de treinta días. Mientras
estaba ahí, a los cónyuges les hablaron
24
acerca de Al‑Anon. Por suerte, había
varias de nosotras que asistimos jun‑
tas a la primera reunión, con lo cuál
se disipaba un poco el temor y la
incertidumbre que sentíamos. De esa
primera reunión, aprendí que mi feli‑
cidad depende de mí y no de nadie
más.
Esa primera reunión fue hace dos
años y medio. Aunque mi esposo segu‑
ramente estuvo sobrio sólo durante
esos treinta días de rehabilitación,
nuestra vida juntos ha sido mucho
más feliz. Tomé “Suelta las riendas y
entrégaselas a Dios” como mis pala‑
bras sagradas de todos los días. Ya
no tenemos más confrontaciones, ni
busco “escondites”, entre otras cosas.
Tomamos algunos acuerdos con res‑
pecto a la cantidad que beberá en
eventos sociales para evitar “alteracio‑
nes del ánimo” en público, y hemos
tenido una vida muy tranquila.
Hace poco a mi esposo le diagnos‑
ticaron padecimiento del hígado en
etapa terminal. Sus únicos síntomas
fueron los tobillos hinchados. Eso
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
nos conmocionó. Sin Al‑Anon, no
creo que lo hubiera podido soportar.
Él no califica para un transplante,
por lo que lo tomamos “Un día a la
vez”. Al ser así, atesoramos cada día
y sentimos gratitud por los años que
hemos vivido juntos. Sé que los días
que vienen van a ser difíciles, pero la
familia que tengo en Al‑Anon estará
allí para mí con su apoyo bondadoso
y constante.
¿Por qué los miembros
continúan asistiendo a Al‑Anon o a Alateen
(aun después de que la persona que bebe se encuentra sobria)?
Al‑Anon es un programa de autodescubrimiento y crecimiento personal:
Los miembros de mucho tiempo continúan asistiendo a reuniones de Al‑Anon
porque ahí ellos aprenden acerca de sí mismos, experiencia que les ayuda a
continuar su crecimiento espiritual. Las reuniones de Al‑Anon y Alateen son
un lugar donde se brinda apoyo, en el cual la gente puede compartir sobre el
compromiso que tiene de mejorar sus vidas. Los miembros cultivan amistades
duraderas con otros miembros. Existe una gran satisfacción personal al com‑
partir el programa de Al‑Anon con recién llegados que se sienten confundidos
y sufren los efectos de la bebida compulsiva de alguien más.
25
Una atea encuentra ayuda en Al‑Anon,
a pesar de sus inquietudes sobre ‘Dios’
Anónimo
En la primera reunión de Al‑Anon
a la que asistí tenían los Pasos y las
Tradiciones colgando de la pared. El
ver todos aquellos “Dioses” y “Poderes
Superiores” me daban ganas de salir
corriendo puerta afuera.
Como atea de toda la vida, no me
interesaba que trataran de conver‑
tirme y suponía que cualquier grupo
que hablara acerca de Dios tenía que
estar afuera para ganar seguidores.
Sin embargo, alguien leyó: “No lo
causé, no lo puedo controlar y no lo
puedo curar”.
Alguien más leyó: “Carta abierta
de un alcohólico” del folleto Tres opiniones sobre Al‑Anon—Alcohólicos le
hablan a la familia (SP-15). No podía
negar que me encontraba en el lugar
preciso. Fue sólo en las reuniones de
Al‑Anon en donde encontré alivio al
temor y la ira que consumían mi vida.
Entonces seguí viniendo, A pesar de
todo lo que se hablaba acerca de Dios.
Conseguí una Madrina y empecé a
practicar los Pasos, aunque pensaba
que nunca podría pasar del primer
Paso, pues nunca me imaginaba tener
un “Poder superior a mí” en el cual
confiar.
Pronto me di cuenta de que Al‑Anon
no impone ninguna religión. En reali‑
dad se nos anima a “quedarnos con
lo que nos agrada y desechar el resto”,
incluida nuestra propia versión de un
Poder Superior.
Me quedé en el Primer Paso casi
26
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
durante un año. Al final, con la ayuda
de reuniones y de mi Madrina, llegué
a entender mi lugar en el universo, lo
cual me ha brindado un verdadero
consuelo. Mi Poder Superior no tiene
nada que ver con la noción de Dios,
pero me sirve y eso es todo lo que
importa. También me
he dado cuenta de lo
“…He recibido la maravillosa sabidumucho más fácil que es
la vida cuando tolero ría y el consuelo cariñoso de gente cuyas
de verdad las ideas de opiniones sobre asuntos de religión son
otras personas, ya sea diametralmente opuestas a la mía”.
acerca de religión o de
cualquier otra cosa. En
las reuniones, he recibido la maravi‑
llosa sabiduría y el consuelo cariñoso
de gente cuyas opiniones sobre asun‑
tos de religión son diametralmente
opuestas a la mía.
Hemos aprendido del uno al otro
que el permanecer fieles a nuestras
propias creencias no depende de que
exijamos que otras personas estén de
acuerdo con nosotros. Yo no vine a
Al‑Anon a darme cuenta de esto, pero
es uno de los dones más preciosos que
he recibido.
“
”
¿Existen reuniones electrónicas de Al‑Anon?
Al‑Anon participa muy activamente en Internet. También existen reuniones
de Al‑Anon por teléfono. Las reuniones en línea y por teléfono suplementan,
no reemplazan, la asistencia regular a reuniones de Al‑Anon.
Para solicitar una lista de reuniones electrónicas, visite: www.al‑anon.alateen.
org o comuníquese por medio de correo electrónico con: wso@al‑anon.org.
27
Tragarse el orgullo
para aceptar la ayuda:
la historia de un adolescente
sobre cómo encontrar la recuperación
Por Ricardo, Florida
Cuando era más joven creía que
mi vida era perfecta. A medida que
cumplía más años, empecé a notar
el abuso del alcohol. Como crecí en
una familia mexicana, era rutina
diaria para mí. Cada fiesta, cada
reunión social tenían algo en común:
alcohol.
“Me sentí débil y
emocionalmente
vulnerable porque la
persona que me
enseñó a ser hombre
se estaba destru‑
yendo frente a mí”.
El venir a Alateen no era lo que yo
quería hacer. Sentía que era una pér‑
dida de tiempo. Resentía que me ale‑
jara de mi familia y de mis amigos.
Cuando entré a la sala por primera
vez, no sabía qué pensar ni que decir.
28
Tenía miedo de que me juzgaran.
Me sentía tan indispuesto que no me
daba cuenta de lo tanto que la bebida
de mi papá había afectado la vida de
mi familia y me había afectado a mí.
Al tiempo dejé de asistir porque
pensaba que no tenía ningún pro‑
blema. Mi mamá se esforzaba por ir
a Al‑Anon e intentaba llevarme a sus
reuniones. Yo siempre discutía. Me
llevó tiempo tragarme mi orgullo y
aceptar que necesitaba ayuda. Me
sentí débil y emocionalmente vul‑
nerable porque la persona que me
enseñó a ser hombre se estaba des‑
truyendo frente a mí.
A medida que avanzaba el tiempo
en Alateen y el conocimiento que
adquiría, el comprender la enferme‑
dad de mi padre me ayudó a darme
cuenta de que no podía controlar
sus acciones y de que sólo debía pre‑
ocuparme por mis acciones y por
lo tanto que contribuía con el pro‑
blema. Al ser el mayor, siento que
es mi responsabilidad ser un buen
ejemplo para mis hermanos.
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
A veces quiero alejarme de todo:
de las responsabilidades, de la ten‑
sión y de las discusiones. La semana
que pasó tuve la oportunidad de
asistir a un congreso de Alateen.
Mientras estaba ahí, me ayudó a
tranquilizarme. Pude conocer a
personas de todas partes, y todas
ellas compartían sus experiencias y
aprendían sobre la hermandad del
programa. Estoy tan agradecido por
haber tenido la oportunidad de asis‑
tir.
Alateen se trata de obtener recu‑
peración para mí. Hoy puedo decir
francamente que no importa lo que
haga el alcohólico. Mientras yo esté
feliz con quien soy, está bien.
¿Los miembros de Al‑Anon o de Alateen les contarán
a otras personas que yo estuve en una reunión?
Su privacidad está protegida
por la Tradición de anonimato en
Al‑Anon*. Todo lo que se dice en
una reunión de Al‑Anon se mantiene
de manera confidencial. Entre los
miembros se entiende que ninguna
cosa que se comparta en la reunión
se compartirá con nadie fuera de la
reunión. La mayoría de los grupos de
Al‑Anon y de Alateen cuentan con
una tarjeta para poner sobre la mesa
que dice: “A quienes vean aquí, lo
que escuchen aquí, cuando se vayan
de aquí, que se quede aquí”.
Muchos miembros utilizan solo
su nombre en las reuniones, aunque
dan a conocer su apellido cuando al
hacerlo se sientan a gusto. Usted es
quien decide sobre la cantidad de
información personal que opte por
revelar.
*Visite www.al‑anon.alateen.org/
spanish/legaciessp.html para leer las Doce
Tradiciones de Al‑Anon.
29
Liberando la tensión:
en mi relación y en mi vida
Por Michele K., California
Acudí a Al‑Anon en busca de ayuda
Las primeras reuniones de Al‑Anon
en un momento en que me sentí ate‑ a las que asistí fueron difíciles. Sentí
rradoramente decaída en mi vida. En algo bueno en el entorno, pero yo
un estado de desesperación, llamé al me sentí mal. Mis sentimientos esta‑
número de Alcohólicos Anónimos ban muy reprimidos. Lloré un poco,
de mi localidad porque necesitaba pero más que todo me senté ahí con
encontrar a alguien que hablara de mi dolor de cabeza, sin sentir ningún
manera que hiciera recapacitar a mi alivio a la tensión.
novio alcohólico. La persona con
Cuando empecé a compartir por
quien hablé sí me dio un número de primera vez, se sentía raro y no era
teléfono de alguien a quien mi novio algo así como un gran alivio. Había
podría llamar (aunque nunca lo ha demasiado que decir. No veía ninguna
hecho), pero lo que realmente encon‑ forma de que pudiera manifestar estos
tré fue a una mujer quien me habló sentimientos.
acerca de cuidarme yo misma.
Había estado aislada casi por
“Las cosas empezaron a cambiar, auncompleto. Aun así, aquí estaba
alguien que apaciblemente
que al principio solo fue de forma leve.
percibió mi estado emocional
El infierno en que había estado viviendo
altamente tenso y que parecía
entender cómo era vivir con
(en mi hogar y en mi mente) empezó a
un alcohólico. Acepté asistir a
transformarse en algo diferente”.
una reunión.
En ese momento, el nivel
de estrés en mi cuerpo era tal que le
Sin embargo, la gente que conocí en
causaba una presión dolorosa casi la reunión fue amable conmigo. Me
constante a mi cabeza. Aun el menor sentí bienvenida y aceptada, aunque
movimiento era lo peor que me hacía mi estado de ánimo estaba bastante
sentir esa presión. Anímicamente afectado.Todos los miembros tenían
alternaba entre un vacío casi catató‑ sus propias historias que contar. Ya no
nico por un lado y estados verbal‑ me volví a sentir tan sola.
mente frenéticos de ira extrema, y
Me parecía un poco insensato que
hasta rabia. Constantemente sentía todos centran la atención enérgica‑
todo lo demás en medio de eso. Era mente en sus pequeñas trasgresiones,
incapaz de funcionar, prácticamente tomando en cuenta el mal comporta‑
incapaz de trabajar o de hacer lo que miento de los alcohólicos que forma‑
solía hacer.
ban parte de sus vidas, lo cual era algo
“
30
”
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
más grande. Parecía ser una forma
extraña de tratar de resolver este pro‑
blema.
Seguí viniendo. Empecé a sentirme
tranquila y a apreciar la compañía de
estas personas. Estaba dispuesta a con‑
siderar el punto de vista de Al‑Anon
y a probar algunas de las sugeren‑
cias. Empecé a leer las publicaciones,
con lo cual me educaba en cuanto a
la enfermedad del alcoholismo y me
daba cuenta de que lo que yo estaba
pasando era parte de un hábito.
Empecé a reconocer mi función y a
experimentar con el ajuste de mi pro‑
pio comportamiento. Era cierto: No
tenía que mantenerme reaccionando
de la misma forma inútil y frustrante.
Las cosas empezaron a cambiar,
aunque al principio solo fue de forma
leve. El infierno en que había estado
viviendo (en mi hogar y en mi mente)
empezó a transformarse en algo dife‑
rente.
Aunque en realidad no era tanto
así como el cielo, ya no siempre era
un infierno. La fuerte atadura que me
presionaba se empezó a desatar. De
manera sorprendente, empecé a reco‑
brar el sentido del humor que había
olvidado. Mi cabeza ya no me dolía
más.
Aunque apenas empiezo a transitar
este sendero, ya me siento profunda‑
mente agradecida por su sabiduría. En
tan sólo unos meses, las cosas empe‑
zaron a cambiar para mí. El alcohólico
que forma parte de mi vida aún hace
lo que hace, pero yo soy diferente.
Empiezo a reencontrarme con mi
propio ser. Tomo decisiones con una
mente más sana y con un estado emo‑
cional mucho más estable. Mis accio‑
nes cuentan con una oportunidad más
amplia de ser una verdadera opción en
lugar de una reacción fuera de control.
Algunas veces todavía me enojo, pero
nunca llego a los profundos extremos
en los que me ahogo sola, como antes
acostumbraba hacerlo.
He empezado a ver una luz al final
del túnel. Es un comienzo, pero puedo
ver que estoy regresando a la norma‑
lidad.
¿Necesito
una cita o una remisión
para asistir a reuniones?
No se necesita aviso de antemano, ni admisión, ni examen de valoración
para asistir a Al‑Anon o a Alateen. La mayoría de los grupos tienen un miem‑
bro que sirve de contacto y a quien se le puede llamar para solicitarle informa‑
ción acerca del grupo, instrucciones para llegar a la reunión, o sobre Al‑Anon
en general.
31
¿Quién puede asistir
a una reunión de
Al‑Anon o de Alateen?
Cualquiera que haya sido
afectado por la bebida de otra
persona puede asistir a Al‑Anon, ya sea
que la persona alcohólica esté bebiendo
todavía o no, viva en casa o se haya ido, esté
viva o haya fallecido. Puede ser que usted:
• Sea el cónyuge o pareja de un bebedor problema que
rechaza la ayuda.
• Esté preocupado(a) por una persona alcohólica que
recién logró la sobriedad y quien a lo mejor asista o
no a Alcohólicos Anónimos.
• Esté enfrentando problemas personales y familiares
que surgieron de la bebida de alguien más.
• Sea miembro de otro programa de Doce Pasos, quien
también se encuentra afectado por la bebida de
alguien más.
• No esté seguro(a) sobre si la persona que le preocupa
sea o no un bebedor problema.
Su asistencia a reuniones de Al‑Anon será bienvenida aun cuando
usted no esté seguro(a) de necesitarlas. Le sugerimos que asista por
lo menos a seis reuniones antes de decidir si Al‑Anon o Alateen es
para usted.
¿Cómo hago para encontrar
una reunión de Al‑Anon o de Alateen?
Llame al 1-888-4AL-ANON (1-888-425-2666) o visite: www.al‑anon.alateen.org
para información sobre reuniones. Puede ser que Al‑Anon también se encuen‑
tre en la lista del directorio telefónico de su localidad.
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Al-Anon se enfrenta al alcoholismo 2010
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