INFORMACIÓN AOS MEDIOS Intervención del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en la presentación del Xacobeo 2010 en la Casa de Galicia en Madrid Madrid, 10 junio de 2010Autoridades presentes. Señoras y señores. Galicia es una comunidad singular dónde los límites administrativos no siempre coinciden con los humanos. Celso Emilio Ferreiro, que no era un administrativo sino un poeta, señalaba que “Galicia limita ao norde cos ventos alisios, e ao sur cun barrio de Buenos Aires”. No hay en esa imprecisa cartografía ningún afán expansionista; se trata tan solo de constatar que los gallegos hemos sido capaces de ensanchar las fronteras de nuestra tierra hasta hacerla casi universal. La historia de Galicia es una lucha constante contra la geografía. Estamos situados en el extremo de Occidente, pero nos empeñamos en hacer de Compostela uno de sus centros espirituales. Somos un país pequeño, pero el gallego abrió horizontes que lo hicieron grande y universal. Quizá por eso nunca echaron raíces en nuestra mentalidad concepciones que tienden hacia el aislamiento o ven en cada pueblo vecino un enemigo. Galleguismo es sinónimo de fraternidad. El galleguismo se simboliza en el Camino. El nuestro es un pueblo que no tiene como símbolo principal una batalla victoriosa o luctuosa. Su Patrón es el apóstol más cosmopolita, el que mejor simboliza el mestizaje, el intercambio de ideas y la globalización de los sentimientos. Nuestro himno es de los pocos que le hace preguntas a la naturaleza. El hecho histórico que mejor nos identifica es un Camino compartido con España y Europa, dónde se fueron forjando la españolidad y el europeísmo. Galicia se ha ido construyendo al mismo tiempo que, esa gran arteria del humanismo que es el Camino de Santiago, ponía los cimientos del mundo moderno. Los gallegos trasladamos a la gran ruta de los peregrinos, el mágico proceso que hermanó a los miles de caminantes que se encontraban en los miles de caminos que recorren nuestra comunidad. Porque esos senderos que son el sistema nervioso de Galicia, no sólo comunican lugares distantes, sino que establecen vínculos entre las personas. En ellos se habla, se intercambian pareceres, se disipan temores hacia el foráneo, y se forma poco a poco una comunidad. Por eso la historia quiso hacer de Galicia la gran custodia del Camino que, además de unir a Europa con Compostela, une al pasado con el futuro. Sería un error ver sólo tradición en el Año Santo Xacobeo. No creo que los peregrinos que llenan de vida todos los días la Plaza del Obradoiro se sientan atraídos unicamente por una conmemoración cuyos orígenes se pierden en la memoria. Más bien pienso que ven en el Camino un mensaje dirigido al porvenir; un mensaje que dice que la cooperación es capaz de superar las dificultades de cualquier etapa. Gabinete de Comunicación San Caetano, s/n - 15704 Santiago de Compostela Tel.: 981 541 238/42/51 - Fax: 981 541 252/41 Correo-e: [email protected] 1 INFORMACIÓN AOS MEDIOS Razón de más para vivir esta experiencia ineludible y necesaria en este Año Santo que no se volverá a repetir hasta 2021. Una cita a la que toda Galicia os convoca, os invita y os acoge para mostrarse al mundo como es: un pueblo esforzado, abierto y con una enorme riqueza y diversidad creativa, cultural, patrimonial y paisajística, en interior y en costa. Galicia, el Camino, el Xacobeo, además, ofrece un encuentro único con uno mismo. El peregrino aprende una lección aplicable a todas las naciones del mundo: la historia siempre ofrece oportunidades de superación. Después de un tramo dificultoso, llega otro más llevadero, de tal modo que el peregrino sabe que no debe desesperarse en el primero, ni confiarse en el segundo. Sólo así se mantiene la esperanza en llegar al destino. Es una pauta que no debiéramos perder de vista en la etapa histórica que a todos nos ha tocado caminar. Señoras y señores. Uno de esos miles de caminos que recorren mi tierra, se prolonga por la meseta y llega hasta Madrid. Ese barrio de Buenos Aires que Celso Emilio establece como uno de los límites de Galicia, podría ser cualquier calle de la capital de España. En parte se equivocaba aquél crítico que a finales del XIX decía que Galicia sólo enviaba a Madrid aguadores y ministros. Ministros sigue mandando, afortunadamente, y creo que la profesión de aguador está extinguida. Pero el caso es que hubo, hay y habrá gallegos en todo tipo de ocupaciones que hicieron de esta ciudad una provincia más de su país natal. Wenceslao Fernández Flórez, madrileño galaico, se preguntaba muchas veces por qué nuestros paisanos nunca se sintieron extraños aquí. No hay verdor ni mar, decía. Sin embargo, él y muchos como él encontraron en Madrid su casa, como si esta ciudad fuese un segundo Boque Animado, dónde esas carencias se pueden suplir con el talante acogedor de sus habitantes. Si Galicia es el destino del Camino más importante de Occidente, Madrid es el cruce de caminos de España. Si en torno a Compostela nace Europa con la materia prima de sus diferentes pueblos, el Madrid abierto es el catalizador de la nueva españolidad diversa y democrática que hoy disfrutamos en común. Una españolidad a la que han contribuido los gallegos insignes que hoy nos acompañan y muchos otros paisanos anónimos que demostraron que no hay antagonismo alguno en ser gallego y madrileño. Vicente Risco, o gran pensador da nosa terra, solía reprender a aqueles que se queixaban de que Galicia era moi pequena. Eu dígoche que Galicia é un mundo, dicía. Eu tamén o creo, señoras e señores, que Galicia é un mundo e que o mundo está cheo de Galicias. Unha delas está en Madrid. Hoy hemos querido recordarlo con orgullo y gratitud. Muchas gracias. Gabinete de Comunicación San Caetano, s/n - 15704 Santiago de Compostela Tel.: 981 541 238/42/51 - Fax: 981 541 252/41 Correo-e: [email protected] 2 INFORMACIÓN AOS MEDIOS SALUDOS, GABINETE DE COMUNICACIÓN DE LA XUNTA DE GALICIA Gabinete de Comunicación San Caetano, s/n - 15704 Santiago de Compostela Tel.: 981 541 238/42/51 - Fax: 981 541 252/41 Correo-e: [email protected] 3