Introducción hlarta Campo Joaquín Ruiz de Arbitio Entre 1908 y 1936 las excav:tciones de la Junta de Museos de Barcelona en el solar de la antigiia ciudad grccorromana de Einporion-Elnporiue sc dcsarr«llarori princip;ilmeiitc en el sector situado al sur del puerto antiguo, que Puig i C:adafalcti, a partir de la descripción t»p»gr;ífica de Estrabón (111, 4 , 9), denominara Neápolis. Durante esos 30 años, si bien la responsabilidacl científica de las excavacioiies recayó durante dos décadas en Puig i Cadafalch, y coi1 la República en Boscli Ginipcra, el control de los trabajos y el registro de los mismos sobre el terreno fue realizado íntegramente por Emili Gandíai, conservador de Museos enviado a Enipúries en comisión de servicio durante las campañas de excavación' (fig. 1). Garidía iio poseía una formación acadCmica que justificara una figura superior a la de un mero capataz o encargado, pero su nieticulosidad y su curiosidad le permitieron redactar una serie de diarios de excavación, paralelos a la niarcha de los trabajos, donde se analizaba la secueiicia estratigráfica del yacimiento conforme avanzaba la excavación. Con los años, él mismo fue rncjorando paulatinamente su téciiica de registro adaptándola a las normas del aiiálisis estratigráfico: identific:ición de estratos, individualización de los contextos materiales aparecidos en los misnios con inventarias y dibujo de las piezas principales, relación entre estratos y estructuras arquitectónicas, delimitación de fases, dibujo de plantas y secciones, a ~ . ~ Todavía hoy, estos diarios inéditos, cuyos originales se encuentran en el bluseu hIonogr2fie de Empúrics, constituyen la principal fuente de informacióii sobre 30 años de trabajos arqueológicos en los que se basa el conocimiento de mil años de historia emporitana entre los siglos VI aC y !ri Pigura 1.- Hanode lalieápolis de Empúries con la situación de los canjuntos monetarios. dC. Con excepción de algunas estratigrafías reestudiadas por M. tumagro en los años 40, la explotación de esta iriforrnación a nivel arqueológico ha sido tiasta Iiacc poco prácticamentc iricxistente:' EII los inicios de los ochetita, u11 estutlio de la ~irbanistica eriiporitatia, la trania urbana de la Neápolis y la secuencia cliacrónica de los restos, condujo a la revisión de los diarios de excavación, que se han revefado fundanieiitales par:i cualquier estudio planteado sobre este sector de la ciudad clásica.' En esle tnrbajo, a partir de la documeritación conteilida eri los diiirios. queremos llamar la atención sobre un periodo concreto de la historia cmporitana, cn la segunda mitad del siglo 1, cuando los diiirios docilmentaii de forma paulatina el ah:riidono de bucn:r parte del recinto urbano. En la Neápolis, pozos y cisterrias son colmatados y estratos de abandono se sitúzin sobre los pavimeritos sin que nuevas constrticcioiies justifiq~icii hablar de un período de reforiiias. ílnicanierite los enterraniientos tardíos en torno a la basílica cristiana y una gruesa capa de arena eólica son de formación inás tardía." Estos conjuntos pueden iridividiia- lizarse a partir de las descripciones de Gandía. Los materiales cerámicos, óseos, vítreos, liticos y el ajuar nietálico conteilidos en estos estratos son descritos y dibujados a color y tinta. I.:s&i selección gráfica nos permite tina buena aproximación tipológica a los niisnios, a pesar de que gran parte de estos materiales se encuentren e11 In actualidad perdidos o dispersos sin fechas de registro en los fondos museisticos.(, En lo que respecta a1 1110netario, con excepción del año 1919 y el período 1932-1936, la práctica totalidad del numerario aparecido durante las excavaciones se conserva en el Gabinet Numismhtic de Catalunya y gracias a las fechas de hallazgo conservadas en las piezas puede ser contrastada con las anotaciones de Garidia de forma fiable (fig. 2) Los conjuntosi Relleno de colniatacióti del pozo del ugoru (Gandía, 14 de oct~ibrede 1913). 11. Claudio 1, local, as, c. 41-50, 13.26. 6. i~ic100: 19252. 12. ~r"st;a, as partido, 11,40; 19237. 13 Frustra, )\E, 7,62; 19243. 14. Ilegible, AE, 3,02; 19168. Otros materiales Terra sigillata sudgálica: 18 bases con sigilla indeterminadas. T. S. sudgálica marmorata: se citan fraginentos. .Junto al manto freático se señala una fuente Drag. 29 o 37 y una base aretina con sigillum A Vibi(us) Scro fila). Se citan de forma imprecisa un amplio conjunto de materiales pero sin precisión cronológica: paredes finas, jarras de cerámica común, fragmentos de ánforas, industria de hueso, una azada (sarculumn) y un pico (dolabra) de hierro, vidrios, pondera, dos fragmentos dc lápida y un fragmento de estatuilla. Conjunto 2 Relleno de colmatación de la cisterna de la stoa (Gandía, 21 de setiembre de 1916) >Ionetario IPigura 2 - Gráficas de hallazgos monetarios Monetario 1. Zona central catalana ibérica, as, c. 200-150 aC, 20,39, 1; 19189. 2. Untikesken, as, post. c. 191 aC, 18,14, 9; 19188. 3. ~ntiltesl<en,as, post. c. 143-91 aC, 14,86, 6; 19187. 4. Iielse. as. c. 100-50 aC., 8.18. 3. , ,~ V ~ V ~ S XI-11; 'L 19231. 5. Emporiae, as, post. 27 aC, 11,.55, 6, Villaronga 100; 19225. 6. Emporiae, as, post. 30 aC, 13,60, 10, Villaronga, 110; 19250. 7. Augusto, Caesaraugusta, as,10,44, 3, Vives CXLVIII-7; 19247. 8. Claudio 1, Roma, as, c. 41-50, 11,11, 6, wc 97; 19248. 9. Claudio 1, Roma, as, c. 41-50, 11,36, 6, Itic 97; 19235. 10. Claudio 1, Roma, as, c. 41-50, 16,09, 6, IUC 100; 19249. l. Untilcesken, 114 AE, post. 195 a.c., 5,35,7, Villaronga 23; 19130. 2. Untikesken, as partido S. ii aC, 8,99, 11; 19332. 3. Emporiae, as, post 27 a.c., 10,29, 12, Villaronga 73?; 19329. 4. Emporiae, as, post 30 d.C., 13,07, 6, Villaronga Serie 26; 19326. 5. Emporiae, as post 30 d.C., 10,83, 6, Villaronga 110, 19330. 6. iiugusto, Nemausus, as partido, c. 20-10 aC, 8,52, 6, RK: 157; 19335. 7. Vcspasiano, Roma, as, 74, 11,58, 6, 111c561-b; 19328. 8. Frustra, ne, 9,25, 19331. Otros materiales T. S. sudgálica decorada: 4 Drag. 37, dos con decoraciones florales y dos con decoraciones animales. Se citan abundantes fragmentos indeterminados. T. S. sudgálica lisa: 1 Drag. 36 barbotinada, 3 Drag. 24/25. Se men- cionan 1 3 sigilla., siendo legibles los de los alfarcros Silvinus, Sabinus y Silvius. T. S. africana: se describen <<fragmentos de la misma clase pero de barro y barniz de color anaranjado de clase fina),. Paredes finas: 3 kagme~itos«en forma de pifia, con puntitos de punzón y con adornos en relieve)). Coinún oxidada: bocas de jarras y olpes (amphorulae, nasiternae y urcei); 1cuenco (poculu?rt). llesidual: fragmentos de platos campzioienses, 1fragmento de ática. Indeterminada ósea: 1 agu,ja con cabeza decorada, gozries. Bronce: anillas, arandelas, 1 fragmento de fíbula, 1fragmento espejo. Varia: hierro i d . , conchas, colmillos de jabalí, coral, losetas romboidales de un opus testaceum. Conjunto 3 Relleno de colmatación de la cisterna del atrio de la <<Casade las Inscripciones)) (Gandía, 30 dc noviembre de 1916). Moiictario 1. Claiidio 1, local, c. 41-50, 8,22, 6, RIC 100; 19334. Otros materides T. S. sudgálica: 2 Drag. 27; 2 Drag. 18-31 o Ritt. l. Paredes finas: 2 cuencos Mayet 35 con decoración arenosa. Lucernas: 2 lucernas indeterminadas, una aparentemente coi? volutas y pico redondo. También aparecen cerámica común y de cocina, cuentas de pasta vítrea, goznes de hueso y estucos pintados de rojo. Conjunto 4 Estrato de abandono de un local de la fachada oeste del agora (Gandía, 23 de agosto de 1917). Monetario 1. Massalia, AI:, c. 49-27 aC, 2,83, 6, SNQ COP. 43, 845-853; 19435. 2. Untikesken, as, post. 195 aC, 21, 39, 9, Villaronga 25; 19458. 3. Untikesken, as, post 91 aC, 24,62, 9, Villaronga Ser. 16; 19613. - ... 4. Claudio 1, local, as, c. 41-50, 8,51, 6. RIC 100: 19611. 5. fespasiano, Lugdunum, as, 77-79, 9,91, 6, ruc 766-a; 19589. 6. Domiciano, Roma, as, 82, 11,30, 6, I ~ I C242-a; 19588. 7. Domiciano, Roma, as, 82, 10,96, 6, t u c 242-b; 19608. Otros materiales T. S. sudgálica decorada: 2 Drag. 37 con decoración floral; 2 Drag. 29 con decoración floral; 1 Drag. 29 o 37 con decoración figurada. T. S. sudgálica lisa: 4 Drag. 18/31 o Ritt. l ; l D r a g 1 7 a o b , l D r a g . 1 9 ; l Drag. 35 o 36 sin barbotina; 3 Drag. 35 o 3 6 barbotinadas; 3 Drag. 24/25 de borde estriado; 3 Drag 24/25 de borde liso; 3 Drag. 27. T. S. sudgálicamarmorata: 1Ilrag. 18/31 o Ritt. 1. Paredes finas: 1 Mayet XLIl con decoración de escamas barbotinadas. Lucernas: 3 Dressel 9 c; 2 Dressel 1 1 b; 1 Dresssel 9 c (todas decoradas) y una lucerna republicana Dressel2. Cerámica comúri oxidada y de tradición ibérica: 200 fragmentos «de cerámica color amarillo claro», 1 mortarium. Cerámica reducida de cociiia: 3 ollae. Hierro: una alcotana (dolabra). Bronce: un molde indeterminado, arandelas, clavos, un mango indeterminado, un platillo de balanza. Plon~o:4 pesos de red de pesca. Varia: 5 pondera, un machacador (pistillum) de piedra en forma de dedo, un camafeo, 3 cuentas de anillo, fragmentos de coral, restos de pintura mural, etc. Conjunto 5 Kivel de abandono e11 el patio de la casa de la esquina noroeste del agora (Gandía, 1 3 de setiembre de 1917). Monetario 1. Emporiae, as; 19542. 2. As ibérico indeterminado; 19450. Otros materiales T. S. sudgálica: 1Drag. 37 decorada con sigillum dc Iucundus; 1 Drag. 24/25 sin estrías. Además de este material se citan únicamente fragmentos aretinos con sigilla de Crestius y planta pedis de alfarero indeterminado junto a diverso utillaje de bronce (una fíbula, una phalera y uii broche de cinturón) y cuatro pondera. Conjunto 6 Nivel de abandono en una taberna del porticado oeste del agora (Gandía, 14 de setiembre de 1917). Monetario l. Neronken, as S 11-1 aC, 9,64, 11, SNG Copenhague 43, 670-674; 19587. 2. Emporiae, as partido, post. 30 d.C.. 6.59. . . Villaronea serie 26; 193i3. 3. Claudio 1, &local?, as, c. 41-50, 15,22, 7, RIC 100; 19610. 4. Claudio 1, &local?, as. 15,07; 1961.5. - Otros inateriales T. S. itálica: 1 Ritt. 9 o Drag. 24/25 con sigillum in planta pedis y decoración de espirales a barbotina. T. S. sudgálica: 2 Drag. 24/25, 1 Drag. 27. T. S, ind.: 3 copitas din~it~utas Goud, 21 o 35, o Ritt. 9. Paredes finas: se cita «cerámica de color vinoso con piquitos exteriores>>y 17 fragmentos «de cerámica muy fina» quc no se dibuja. Cerámica reducida: 1 olla, 1 lanx. Lucernas: 2 Dressel 14 con asa. Vidrio: 1jarra en vidrio azul, 1ungüentario. lndetermiiiada ósea: agujas, punzones, cucharillas. Hierro: un cuchillo, una escarpa, clavos. Bronce: una fíbula, placas indeteriiiiiladas, u11 pestillo, un platillo de balanza. Vuriu: un peso de red de plomo, 3 pondera y 2 fusayolas, Conjunto 7 Estrato de abandono de una caberIza en la esquina noroeste del agora (Gaiidía, 31 de agosto de 1920). Monetíío 1. cartago, cerdeña, c. 216 a ~ 3,36, 9, perf., SNC Cop. 42,387; 19752. 2. Untikeslien, seinis: post. 195 aC, 6,73; 19733. 3. liorna-liepública, as, 140-91 aC, 17,71, 6; 19714. 4. Ebusus, semis, 6,11, 7, post 125 aC, campo 87; 19738. 5. ~ ~ ~ , ~ . ~dellario, ~ ~ ú32-31 b ] a ~ 3,74, , 6, i~iic 544124; 19745. 6. Enlporiae, as, 44-27 aC, ].1,35, 11, Villaronga 69; 19726. 7. Eniporiae, as, post 27 aC, 10,62, 7, \rillaronga 73; 19758. S. Emporiae, as, post 30 dC, 15,40, 9, Villaronga 111; 19721, 9. Emporiae, sextans, post 27 aC, 1,82: 3, Villaroiiga 78; 19729. 10. Augusto, Xemausus, as, 20-10 aC, 13,44, 10, HIC 155-157; 19720. 11. Frustra, as partido, 9,19; 19740. 1.2. Frustra, AIS, 0,SS; 19724. Otros niateriaies T. S.: 1 Drag. 24/25 col1 sigillurn Sec/und (ius?, iinus?); 2 bases con sigilla incompletos Crisp ... y OfPri ... Paredes finas: 1 taza con asas pr6xinia a la blayet 29. Cerámica c:inipanieiise '1: 1 l,a~iib. 36. Ceráiiiica común oxidada: I urceus. Bronces: 6 clavos, 1. aguja de sacos, I asta de fíbula, 1. ciicliarilla, aros, etcétera. Varia.: un niolii~ode piedra volcánica, una cuenta y dos piedras de aniIlo de pasta vítrea, iin estilete de hueso. Conjunto 8 Conjunto 10 Estrato de abandono de una tubern a de la calle 2, en la ínsula situada al noroeste del agora (Gandía, 14 desetiembre de 1920). Estrato de abandono de tina tabern a de la calle 2, en la ínsula situada al noroeste del agora (Gandía, 21 de setienibre de 1920) (fig. 3). Monetario Monetario 1-2. Un Kese y un AE indeterminado, no inventariados en el GNC. 1. Untikeslien, AE, unidad, post. 195 aC, 11,80, 3, Villaronga 19; 19680. 2. Rese, as, 158-100 aC, 9,65, 9, ViIlarollga 7% 19693. 3. Ebusus, seniis, post 125 aC, 6, 15, 11,Campo 76; 19637. 4. Toleto, as, mediados 1 aC, 7,45, 2, Vives CXXXIV-1; 19685. 5. Emporiac, as, Post 30 dC, 11, 73, 1, Villaronga 111; 19663. 6. Claiidio 1, local, as, c. 41-50, 7, 56, 6, !tic 100; 19686. Otros materiales * T. S. sudgálica: l Drag. 24/25 o Ritt. 5; 1 tiitt. 8. , Coniún oxidada: 1 vaso colador, 1 ctinajita» de borde ellgrosado (Cparedes finas Mayet 5 o común?) Varia: 11 pondera, una placa de márniol blanco. Conjunto9 Otros materiales i ~ Estrato ~ , de abandono de una tabcrn a d e la calle 2, en la ínsula situada al iioroeste del agora (Gandía, 14 de setiembre de 1920). h'íonetario l . Untiliesken, as, post 195 aC, 24,66, 1, Villaronga Serie 1-2; 19650. 2. Untiliesken, seinis, post. 195 aC, 7,89, 5; 19655. 3. Ilturo, as, 100-.50 aC, 14,49, 5, Vives XXIV-S; 19638. 4. Emporiae, as, c. 30 dC, 11,22, 3, Villaronga 107; 19702. 5. Tiberio, Cartago-Nova, as, 10,29, Vives CXXXII-7-10; 19622. 6. Claudio 1, local, as, c. 41-50, 10,84, 2, !tic 100; 19700. 7- Clandio 1, nonla, quadrans, 42, 2,52, 2, iuc SS; 19621. 8. Tito, Roma, as, 80-81, 11.,03, 6, i¿ic 1.29-b;19643. 9. Frusr" !\E, 2,39; 19635. 10. Frustra, >\E, 2,81; 19633. Otros niatendes Lucernas: 1 Deneauve \'TI-U. Común oxidada: 1 jarra indeterminada, urceus o nassiterna. Varia: 4 pondera, una caracola, punzón y aguja de hueso, un aniIlo de bronce, un disco de cerámica. 156 , S. sudgálica rnarWhoruta: 1 30. T. S. sudghlica decorada: 1Drag. 29 con sigillum Ra..sa. T. S. sudgálica lisa: 1 Urag. 17 b, 1 I-lermet 31 o Ritt. 9. T. S. siretina: uiia base consigillum de L. Samia. Varia: 3 pondera, una punta de ilecha y tres arandelas de bronce, una piedra de afilar. C01lj~nt0 11 Estrato de abandono de una tabernu de la calle 2, en la ínsula situada al noroeste dcl agora (Gandía, 4 de octubre de 1920). h'íoiietario 1 Untilzeslzen, as, post. 195 aC, 21,53, 3, Villaronga 15; 19657. 2. Untikesken, quadrans, post 191 aC, 5,56, 9, Villaronga 17; 19623. 3. Untikcsken, as, post. 91 aC, 14,90, 5, Villaronga Serie 16; 19624. 4. Untikeslien, as, post. 91 aC, 12,99, 5, Villaronga 66; 19661. 5. Untilzeslzen, as, post. 91 aC, 12,34, 2, Villaronga 66; 19646. 6. Untikesken, as,post. 91 aC, 13,28, 6, Villaronga 65; 19636. Otros iii:iterinlcs 'T. S. sii~I<:ilic:i: 1 I)r:i<. 27 con si,:.¡IIIJI 1 1 . o 1 1 : 1 I)r:i<. 24/25 si11 esti-cis; o 1>:1ses C ~ i~/IOi.l:~ li (f.\.\-¡, ()¡l'ri ... y 4 i ~ ~ ~ l c t e r n i i n ~ ~ c l : ~ ~ ~ ( : o i i i i í i i : i r i i i i : i : 1111:i p ~ s i h l e l.:lllll>.10 o 10 a. I,iiccrii:is: 1 I)rcsscl 9 e; fi.:igniciitos clc 1 I ~ r c s s c2l repiil>licnii:i S el ilisc i i ii<iir:ido dc 1iii:i Iiicerii:~iiidetcrl1lill:l<l:l. (:iiiiiiiii i l : 1 1 : 1 : .Tres espricrt:is c i ~ iccr;iiiiic:i i criiiiiiii qiic se Ilc\.nii :I I-cst:iiii.:ir :i Il:irccl»ria~~.Se ~ l i h i i j:iii í i i ~ i c : i ~ i i c i i t [los c 1:irr:is y !:IILI t:iz:i. l:iiiiiiiii rctliici<l:i: 1 I r ~ r i s . 1 t:iz:i. 1 1:ii-r:i. \;II-~(I: f r : i < i i ~ c i i t ~[le ~ s liierro. :ir:iii~lcl:ls de IIIIL~S~I. iii1;1 p:it:i de fi:1lIo. 3loiict:ino (del estrato siipcrfici:il) 7, I<ii11?11ri:ic, :!s. 3 0 [N:, 0,IlS. 12. Vil. \'itcIio. 1Iisp:iiii:i. lis, (10. 7. 6Jl), O, Il:iriiii<:i 10'1; l'1O(r4. IRI~:42; 1'1750 S, : i r t c i : i sciiiis. 1>.7 l . S.27. í>. 2. \'cs~l:lsi:lll~,, l<~llll:l, ~ l l l ~ ~ o l 72. l~l~ (:li:tvcs ciiiisiiiii 1s: I O i ~ O O l2,.57, O , III(: 610; 10715. '1. I<IIIII:I Iiiipcrio. I:l:ivios, :!s. l0,40, O; l')O2Il. Otros iii:itcn:iles (de 1:i cistcni;~) 'T. S. sti~I<:ílic:iclecor:i~l:i. 1 I)r:i<. .1i Otros ii~:itcn;iIw . S s 1 l : l i c : lis:: I Ilc1<. .1(>. 1 ~ ~ 1 1I7:15c :t 1111 ~lil~ll~:l<l:l clc 'r. s. illclctcriiiiii:itl:~ ciiii s;,:.illii~~i LI\'S: 1iii:i oll:~e11 ecr:iiiiic:i r c ~ l i ~ c i c<le l : ~coci- . . . 11:i. Ilr<>rlcc:iiii lll:Iil<<> ( 1 :ll)Ii<lllc ,<iir:ifciiiciiiii:~rccost:id:i: COI1 ii- iiii:i Iiclii- II:i: iiii :ist:i J c iíl,iil:i: iiii:i c:iiiip;iiiit:~, IIII:I :ICKI,~:I, IIII rciii:itc (le ,j:irr:i. :ir:iii~lcl:is y cl:i\~i~s. I'loiiiii: iiii:i i : t l t : i <le s:ierificios coii iii:ii-c:i L. i:rwoi. \'(I~I(I: 3. JIOII(/CI-~I. 1 p i c d r : ~ [le :1i¡l:1r. 3l;irriiol~ iiii i i i i i s l i ~ de L~S~:IIII:I iiiciitos iiidcCiiii<los. !.ir:i< \l~iiiet:irio 1. I:iiilxbri:ic. :is p:irtiJo. pr>st 27 :tí:. .3,'J5. \~ilI;ir(~ii<:i V); 1071 7. 2. ~ : l : l l l ~l. l il<~llll:i, ~l as, c. 4 1-50. 1 1, ~ l ,.1 l.1,. lill: <)5; 10502. 3. ~:l:lli~li,l l. I~~II~I:~, :)s. c . 41-50. 12. l c J , 12, i i t ~0: 7 ; 195.75. 4. \'cs~i:isi:iiio, ;,I<oni:i?, c l ~ i p ~ i i i ~ l i o , - l. 1~1.25, O. IKN:471; 10505. , Otror ni:iterkilcs '1'. S. s ~ i , I ~ A i c cleci~r:i~l;i: :i 1 l)cit.3 0 eoii c:irtel:i e11 1i:irc~lexterior. 'T. S. sii~l~:íIic:i ??Iuri)iorrrru:1 1)r:iC. licllciio d c ctiliii:it:iciiiii de I:i cistcrii:i de iiii:i c:is:i sitii:id:i eii I:i c:illc 2 . Crcritc :I I:is r < ~ l ) c i ~ :iiitcs i r ~ c cit:id:is. ((;:iiidki, 1.1 (le iiovicniI)rc [le 1020l. 3lonct:ino l.~ : l : l l l c l i ~ 1, l l<~llll:l. ;is, c. 41-50. 1<11: 07; 1'1710. 1'icz:i :ip:irccid:i c i i el foiicli> de I:i cistcrii:i. I I resto del iiioiict:iriii i i o ticiic sc~ii-icl;i<l cstrati<r:il'ic:i. I:str:itiis [le :il>ntid~inoc i i 1:i I i i l e r : ~ <le rr~l~cl-ii(~c. [le I:i í i i s ~ i l :de ~ I:i c:is:i de peristilo que flanquea la calle 1 (Gandía, 1933, locales B, C-E, N-1, J-K). en los repertorios de Oswald a época ticos del coiiiercio africano en los sijulio-claudia o f l a ~ i a . ~ glos 11 y 11r.'~ Presencia habitual de vasitos de paExcepto en un caso (conjunto 15, redes finas característicos del siglo i con dos ases de Trajano), todos los Monetario Local 1933 B: dC, que en varios casos corresponden corijuntos nionetaíes tienen como 1-3. .\E de Untikesken, Emporiae a las producciones de época f l a ~ i a . ' ~ ejemplares más recieiites ases de Clauresellado y Claudio 1, no inventadio y de los tres emperadores flavios. Lucernas de tipos variados pero de riados en el GNC. cronologías situadas siempre dentro Local 1933 C-E: 1-4. Tres ases ibéricos y 1 de Ne- del siglo r dC. Los tipos Dressel 9 c, Drcsscl 14 y Dressel 5 a corresponmausus, inventariados en el GNC. den a época tlavia. El ejemplar inás Local 1933 11-1: 1-4. hii ibérico, Agripa, Claudio 1 y moderno sería la luccrna Deneauve Tra,jano no inventariados en GNC. VI1 d del conjunto 9, datable en la Normalmente los estudios de circu5 . Trajano, liorna, dupondio, 12, primcra mitad de siglo 11, pero que lación monetaria se basan cn cifras aparece junto a un conjunto monetai absolutas de monedas halladas en 22, 6; 19292. Local 1933 J-K. cuya moneda más reciente es un as cada período histórico-ni~mismático, 1-3. Ases de Claudio 1, Vespasiano de Tito." Así se obtiene una visión global de la Ausencia casi total $e la vajilla de moneda que ha llegado a un yaciy uno iiiiperial indeterniinado, no inventariados en el ~ N C . producción africana. Unicamente en miento a lo largo de su existencia. un caso parece documentarse de forAliara bien, &cómofue la circulama imprecisa la TSAA. En otros dos ción monetaria de un yacimiento en Otros materiales casos se citan las producciones de cc- un momento concreto de su historia'? No se dibujaii. rámica común africana correspon- Este interrogante sólo se puede resoldientes a las cazuelas Lamb 10, cuya ver si se dispone de cstratigrafías con exportación comienza en época fla- cronología clara, además de un núvia. Recordaremos que las fechas de mero suficiente de monedas, cosa no aparición en el mercado niediterrá- siempre fácil de obtener. Hasta el moneo de la vajilla de TSM coincideri mento la casi totalidad de los yaciEstos coiijuntos que acabamos de con el reinado de Domiciano, siendo mientos de la península Ibérica publidescribir, junto a otros quince con- precedidas por el comercio de diver- cados ofrecen las monedas separadas juntos de abandono que no incluirnos sas piezas de la vajilla de cerámica de su contexto estratigráfic~.'~ Por el niomento la dociimentación aquí por carecer de hallazgos mone- común.'2 Podría aducirse que esta ausencia principal sobre permanencia de las tarios, se insertan en una secuencia homogénea que se extiende a lo largo se debe a que Gandía no prestaba emisiones en circulación es la que del siglo r dC, de Augusto a Trajano, atención a estos materiales por tra- ofrccen los atesoramientos o conjunconcentrándose casi todos los con- tarse de tipos poco conocidos en la tos cerrados. Especialmente signifitextos en época de la dinastía flavkH época. Sin embargo sabemos que los cativos so11 los pequefios tesorillos Apoyan a esta cronología tanto los conjtititos de los siglos 11 y iir en las que contienen simplemente la monecomplejos cerámicos como el mone- costas del Mediterráneo occidental se da que lleva al azar un sujeto para sus tario. Aun cuando la imposibilidad de caracterizan por una aparición tan pequeños gastos y que no implican revisar los materiales descritos en los masiva de las producciones africanas una selección previa de la calidad de diarios o la falta de iriventarios ex- en vajilla fina, común, lucernas y án- la moneda durante un largo período, liaustivos sobre el material aparecido foras que difícilmente podían haber como sucede con los grandes tesoros aconsejaii prudencia a la hora de escapado a un observador riguroso de metales nobles. De los conjuntos de abandono de la efectuar el análisis, los datos dispo- como Gandía. La revisión de los manibles apuntan a un horizonte de teriales conservados en las reservas Neápolis identificados en los diarios abandono homogéneo cuyas caracte- del museo conduce a idéntica coiiclu- de Gandía, 15 contienen monedas. Si rísticas cerainológicas serían las si- si6n.I3 bien somos conscientes de que no toLas ánforas documentadas en los dos estos conjuntos tienen la misma guientes: Presencia exclusiva, como cerámi- conjuntos corresponden siempre a cronología final, sí pueden situarse ca fina de mesa, de producciones de los tipos hispánicos de vino (Dressel todos desde le época flavia basta el terra sigillata sudgálica del siglo i dC, 2/4, Pascua1 l ) , salazones (Dressel reinado de Trajano. En consecuenconcretada por la transición entre las 7/11, Dressel 8 emporitana) o aceitc cia, ofrece11una visión real de la cirfuentes Drag. 29 y Drag. 37; presencia (Dressel 20). Aunque se trata de eii- culación nionetaria en Eiilpúries en de la variedad marmomta y de for- vases de amplia cronología, resulta esta etapa, mostrando cuál es el viejo nias barbotinadas. Los pocos alfare- sintomática la ausencia de los tipos niinlerario que se continúa usando y (~africanony etripolitanon caracterís- cómo Roma lo va renovando. ros identificados corresponden La circulación monetaria Cronología de los conjuntos 1-lay que rccordar tambien que la época flavia es doblemente desconocida a causa de la escasez de tesoros y pequeños conjuntos recuperados. Además, los escasos tesorillos hallados son de áureos y dciiarios, faltando casi todos los datos sobre el comportamiento del bronce. Es decir, es un período muy mal definido monetariarnente (cuadro 1). Las 97 monedas identificadas son todas de bronce, excepto un denario romano-republicano. Presenta11 en general un grado de desgaste más o menos acusado según el pcríodo de tiempo en que han permanecido en circulación. Pasamos a analizar estos hallazgos según su cronología de emisión y en relación con el total de monedas recuperadas en la ciudad.'" Cuadro 1 S~NTESISDE LOS HA1,LAZGOS MONETARIOS C;~rtit$o,Ccrdcña I<om:i-Repiibltca 1 2 Vitclio l<isp:!tlia, 1 \rcspasi;ino Liigdunitni, i Rom:t, 4 Tito l<o,,,:,, 1 Doiriiciatio Romii, 2 fn~ieifl,l~l:t\iios 1 S La circulación residual 1 2 La circulación residual en Empúries alcanza una importancia capital, como demuestra el hecho de que el 66 %del circulante recuperado en estos coniuntos de abandono de la Neápolis es anterior al reinado de Claudio 1 (cuadro 2 ) . En la Empúrics flavia convivirán numerarios dc distintas cecas, tipologías, ntctrologías. El poder central de Roma, que en tiempos de Calígula obliga a cerrar todas las cecas provinciales de la mayor parte del Imperio, 1 2 Tr:,i:ino 1-last:, 117 dC Iticiert:~Imperio Ilegible 87 1 9 Cuadro 2: CIRCUL~\CI~N RESIIIbAI. limtn 27aC Extrspeninsul:ires Toial yacimiento 13,8 30 3 164 50,s 1.274 53 Ebusus .33,3 47,2 36 1lispnfri;i Eniporiae-Untilieslicii Toflkl aioiicdns Tiberio ,\ugusro 2inC.4IdC Enlporiae Hisp:tnia C:ilia .Itzdca hrna Total nionedas Conjuntos abandono C. aband. Total 72.7 4,s 13,6 79,s 3,6 7.3 0,4 2,O 636 20 C. aband. 4,s 4,s 2 Caligula Total C. aband. Total 0 1,6 11 1.1 0,s 18 24 37 sin embargo no puede impedir el uso de la vieja moneda. El fuerte porcentaje que representa este vie.jo numerario indica sin duda que tenía poder económico real y que debía utilizarse en los intercambios cotidianos. En epoca flavia continúa circulando la moneda preimperial. Iricluso los viejos ejemplares del siglo 11s aC todavía no han desaparecido totalmente, como lo demuestra el bronce cartaginés del conjunto 7. Una indudable pmcba de esta convivencia de diversos numerarios nos la ofrece, entre otros, el conjunto 9, en que junto a un as de Tito aparecen un as y uri semis dc Untikesken emitidos en la primera mitad del ri aC." S i comparamos a grandes bloques la composición monetaria de estos conjuntos de abandono de la Neápolis con el total de hallazgos monetarios de la ciudad, vemos qitc son muy parecidos y que el único proceso selectivo es el impuesto de forma natural por el transcurso de los años.la A ello puede atribuirse la mayor presencia de las cecas hispánicas en detrimento de las extrapeninsulares en los conjuntos del pcríodo anterior al 27 aC. A los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula corresponde el 25 % de la masa monetaria de estos conjuntos. El 80 % del numerario es el emitido durantc el reinado de Augusto, durante cuyo gobierno parece que la ceca latina está en pleno funcionamiento. Es significativo el relativamente ligero desgaste que presentan las monedas de Emporiae, lo que parece confirmar la baja cronología inicial propuesta por Villaronga para estas cmision~s.'~ Sin embargo deja abierto el problema de su cronología final, que Villaronga hace perdurar hasta bien entrado el reinado de Tiberio, a pesar de no figurar en ellas ni la efigie ni el nonibrc del emperador. Es una teoría difícil de sostener. Peilseinos que durante el reinado de Augusto las cecas latinas van incorporalido el retrato y el nombre del emperador a sus acuñaciones, norma que se hace gcncral bajo Tiberio. En este ambiente es difícil admitir que Emporiae, ciudad que tiene una estrecha relación con Roma, se resista a adaptarse a las nuevas circunstancias. En conse- cuencia, heinos optado por considerar estas emisiones no posteriores al reiniido de i\ugusto. La convivencia de viejas y nuevas emisiones en época tlavia ha sido también constatada en algunos niveles cle las escavaciones de Pollentia, de los que citamos tres ejemplos sigi~ificativos.~" En la Casa de la cabeza de bronce (nivel 1, habitación E), se Iiallaron un as ibérico de Celsa, un as partido de Nemausus, un as de ceca hispánica incierta del reinado de Tiberio, un sestercio y un as de Claudio 1, además de la intrusión de un n ~ de 3 Constancio 11. En el edificio al norte de la Casa de los dos tesoros (nivel 111, cuadrado XIV), aparecieron ~111 triens y dos ascs romano-republicanos (uno de ellos partido), un as de Tiberio y un denario de Vespasiano. Un tercer qjemplo lo ofrece este mis1110 edificio (nivel 111, cuadrado XV) con iin as partido de Nemausus, un as de Tiberio y u11 dupondio de Dorniciano. Es decir, la Pollentia tlavia debió arrastrar tairibitn una fuerte circulación residual. Indicativos también de la potencia de la circiilación residual e11 época flavia son algunos pequeños tesorillos de plata. Citamos dos que nos parecen significativos, aunque no forzosamente han de reflejar una imagen general para toda la península Ibérica.21 E11 1958 se encontró en Monte de Nosssi Senhora de Piedades (Sanfins do Douro, Vila tical) un conjunto de 62 denarios dentro de un recipiente y posteriormente 2 denarios nias. De ellos 35 eran romano-republicanos, 6 de los julio-claudios, 4 de las guerras civiles, 12 de \7eespasiano, 2 de Tito y 1 de atribución incierta. Es decir, muestra una circ~ilaciónresidual republicana muy importante. Más del 50 % del total de dcnarios es anterior a Augiisto. Otro tesorillo significativo es el de Uedoya (La Coruña), compuesto por alrededor cle 27 denarios y 2 áiireos: además de algunas joyas. Los denarios pertenecían, 6 a la Kepública romiina, 3 a los julio-claudios, 3 a las guerras civiles, 7 a Vespasiano, 1 a Tito y 5 a Vespasiano. Los 2 áureos eran de Nerón y Domiciano. Ven~os que tanibién este conjunto cerrado contiene uria cantidad importante de vieja moneda. En consecuencia, los escasos datos que tenemos sobre circulación residual en epoca tlavia en la Península apuntan a confirmar qtie el gran volumen de este tipo de numerario hallado en Ernpúries se corresponde bien con el modelo de circulación de la época. De Claudio a Trajano Si comparamos aisladamente la moneda de los conjuntos de abandono con el total de moneda del yacimiento (cuadro 31, vemos que los porcentajes son los misinos, al igual que sucedía en la fase anterior. Durante el Inrperio la moneda llega a la ciudad poco después de su emisión, y el total de hallazgos monetarios del yacimiento, si bien no da idea de cuál es la importancia de la circulación residual de cada momento, sí nos informa bien del aprovisionamiento de numerario de cada época. Estos hallazgos nos presentan una ciudad que a pesar de su alto grado de romanización debe continuar usando el viejo numerario, ante una evidente falta de nueva moneda. Empúries incluso se verá obligada a utilizar bronces ya totalmente frustros y a partir los antiguos ases para disponer de moneda fraccionaria, además de aceptar monedas no oficiales que imitan las emisiones de Roma a nombre de Claudio I.22 Sólo el 13,4 % de la moneda recuperada en estos conjuntos es coetánea a1 abandono de la Neápolis. Este bajo porcentaje del numerario de la propia época ha de relacionarse con dos hechos: la paulatin;t decadencia y el abandono del lugar y la baja producción monetaria de U a ceca de Roma durante el siglo 1. Ahora bien, ¿hasta qué punto la falta de nuevo numerario se debe a la decadencia de la ciudad o a la insuficiente producción de la ceca de Roma'?, 2sufrcn tainbién esta gravc falta de numerario las demás ciud;ides hispánicas? ((Emporiae))en el contexto hispánico Comparamos los hallazgos de Empúries con los tres yacintientos hispánicos de los que existen estudios detallados y que han dado una cantidad de moneda suficiente para llegar a conclusionesz' (cuadro 4). N igual que en Empúries, e n estos yacimientos la circulación de las emisiones hispánicas es predominante en el período 27 aC - 4:i dC. Incluso Conimhriga, alejada de las principales cecas peninsulares, recibirá mucha más moneda de la propia Ilispa- Cuadro 3: RALLilZGOS DEL41-liiaC Clatidio Nerón Conj abandono Total yac. Ahaiidonoitotal 58,6 55,s 5R,6/55,8 2,3 3,4/1,6 Galba Guerra. civil Vespasiano Tito Domiciaiio Nerva Trajano Incierta. FlUvios Total monedas 3,4 O,'> 17,2 3,4 6,s 63 3,6 63 3,4 29 27,s /27,2 17,2 2,9 S 301 10,3/ 3 , 5 Cundro 4 YACIMIENTOS IIISP~NICOS,21 aC ,499 dC 27aC.68dC Emoonae Belo Conimhnea Clunia 27 sic - 41 dC (Cecas hi8pAnicas) (Otras cecas) Claiidio 54.68 dC Inc. Jt>lio-Clnudio Total nionediis 79,6 (84,3) (15,6) 19,s 0,s 52 (75) (25) 37 8,2 2,7 146 62,7 (83,3) 1166) 36,6 O,'> 50 (89,1) (10,8) 27,s 5,6 16.5 266 27 aC - 260 dC Empiirine Belo Conimbriga Clunia 27 ;iC - 68 dC 63-96 dC 96-392 dC 193.260 dC Tottil iiionedas 71,6 7,s 17.8 2,6 1.199 54,s 5,6 26,7 266 50,s 12,4 22,9 14,o 435 47,R 9,l 36,s 6,s 556 27 nC .499 dC Empriae Belo Gonimhriga Clunia 27 nC - 260 dC 260-309 dC 309-498 dC l'otfcl nlor~cdes 88.5 10,l 1,3 1.354 17,8 27,7 54,7 1.797 8.4 24,8 66,6 6.803 57,s 33,s 8.9 986 . 859 nia que de Roma. La ceca de Roma todavía no tiene la misión de abastecer a todo el mundo romano y las cecas locales continúan jugando un papel importante en la producción monetaria.24 La falta de emisiones de los flavios se repite en todos los yacimientos. Ello retleja la incapacidad de Roma para reorganizar la alimentación monetaria del Imperio, después del cierre de las cecas provinciales en época de Calígula. Esta situación perdurará hasta coniietizos de los antoninos, cuando Roma incrementa considerablemente su producción monetaria. Entonces Belo, Conimbriga y sobre todo Clunia tendrán un mayor aporte de numerario, mientras que en Empúries el aumento de circulante será mucho menor y ya no atribuible a la escasa producción de la ceca imperial, sino a una evidente decadencia de la ciudad. En adelante el declive de Empúries se reflejará en la renovaciói~del circtilante, que irá disminnyendo. En el siglo ir1 la llegada de nueva moneda ser&mínima, frente a otras ciudades, como Belo y Conimbriga, que a causa de la gran inflación monetaria recibirán progresivamente mayores cantidades de numerario.2" 13,1 220 Conclusión Estos conjuntos ofrecen por vez primera una visión real de la circulación monetaria en Empúries durante la segunda mitad del siglo r e inicios del 11. Dos son los puntos básicos que destacar. 1. La circulación residual será predominante, al igual, posiblemente, que en el resto de Hispania. En la Empúries flavia se utilizarán al mismo tiempo las viejas emisiones indígcnas y las nuevas acuñaciones imperiales, con tipologías y metrologías difcrentes, a pesar de estar la ciudad plenamente romanizada y de haberse prohibido la emisión de acuñaciones locales en tiempo de Calígula. Roma, incapaz de reorganizar la producción de su ceca, debe tolerar el uso del viejo numerario. 2. La baja presencia de emisiories flavias en estos conjuntos de abandono de la Neápolis, es en parte atribuible a la decadencia emporitana, pero sobre todo al mal funcionamiento de la ceca de Roma. Sin embargo, la falta de llegada de nuevo numerario a la ciudad a partir del siglo ii cs sólo atribuible a la entrada de la ciudad en una fase de franca decadencia. La decadencia emporitana en época fiavia Durante mucho tiempo Empúries ha sido uno de los ejemplos citados en los manuales de historia antigua como ejemplo de decadencia motivada por las correrías de francos y alamanos en Hispania, relacionadas con las expediciones de pillaje de los años 258 y 276, cuando ambos pueblos rompieron el limes del Kin, exteiidiéndose por la Galia. En realidad, si bien es cierto que son vanos los contextos superficiales que en algunos sectores de Emporiae documentan niveles de abandono en el siglo rir, las excavaciones de los últimos años han demostrado que, para entonces, la fisonomía urbana de la ciudad cra muy diferente a la que plantearon las últimas reformas de la época augusta. A partir de la época flavia, diversas partes del foro de la ciudad quedan arruinadas sin que se realicen nuevas construcciones, lo que prueba una incapacidad de la elite urbana por mantener la dignitas del municipio.z"ampoco se efectúan reparaciones en los ejes viarios ni se desarrollan nuevos programas de arquitectura d~méstica.~' Las necrópolis, por su parte, muestran una caída en picado de los enterramientos a fines del siglo i.'" El panorama que acabarnos de describir muestra como la Neápolis también participa de este horizoilte de abandoi~o.Ciertamente, 30 conjuntos de abandono sobre un total de más de 200 locales existentes no resulta demasiado significativo, pero hemos de tener en cuenta que para gran parte de los locales carecemos absolutamente de datos. Estos 30 conjuntos representan el 100 % d e los conjuntos de abandono con fiabilidad estratigráfica documentados y no existe en los diarios de Gandía un solo caso, fiable o no fiable, que permita mencionar un nivel de ocupación de fiiles del siglo 11 o del siglo III. Siil duda estos debieron de existir, ya que otros sectores de la ciudad muestran como la vida continuó y una lápida dedicada a Júpiter por una vexillatio de la Eegio VII, al mando del centurión Junio Víctor, en la segunda mitad del siglo IL nos habla de ia existencia de un destacamento militar acantonado en Emporiae en los años revue1tos.z' Se trata sin embargo de una ciudad que en gran parte se ha convertido en ruinas. Esta decadencia no tuvo su origen en una razzia militar sino en otros factores que motivaron una crisis durante el reinado de los Flavios, en un momento de teórico auge para las burguesías urbanas de la Península, a partir de la concesión por Vespasiano del ius latii para las provincias hispanas (Plinio, NH, 30).30 En realidad, desestimados para el estudio de la decadencia emporitana algunos factores largo tiempo aducidos, como el supuesto alejamiento del nírcleo respecto al trazado de la vía Augusta o la colmatación de la bahía portuaria (siltationj por los arrastres fluviales y cólicos, cuya fecha concreta no puede todavía establecerse, los orígenes de esta crisis deben buscarse en la nueva situación econón~icacreada por las reformas de Augusto. Emporiae, que conoció su período de irrayor auge económico en los dos últimos siglos de la República, gracias a su larga tradición como puerto comercial de importación de productos mediterráneos, perdió su primacía cuando se produjo el cambio de orientación de estos circuitos y las provincias hispanas comenzaron a exportar sus productos agrarios a los mercados de Galia, Italia y la propia R ~ m a .Los ~ ' puertos que en el noreste hispano controlaron este comercio fueron los de las nuevas colonias augustas de Barcino y Tawaco, más próxin~asa las áreas de producción vinícola y, en el caso de Tawaco, potenciada por su nuevo status de capital de la Hispania citerior. Perdida su preponderancia económica, Emporiae aún pudo mantener el control administrativo que representaba su carácter de único municipio existente en un amplio territorio del extremo noreste hispano. Sin embargo, la concesión del ius latii a la provincia n ~ o tivó que buena parte de los núcleos urbanos existentes desprovistos anteriormente de esta categoría pa- ahora a administrarse por sí mismos, dependiendo de su propia organización y de1 dinamismo de sus elites locales. Ciudades como Rhode y populi conlo los olossitani, que en otra época podrían haber dependido de alguna forma del municipio emporitano, adquirieron la independencia administrativa y el control fiscal de sus territoria. Emporiae, perdida su vitalidad comercial y sus privilegios administrativos, tuvo forzosamente que emprender una dura reconversión. La ciudad ya no precisaba de los grandes espacios de su planificación tardorrepublicana, ni su población, fuertemente reducida, podía mantener costosos programas energéticos. No se trató de una crisis motivada por un desastre concreto, sino de un conjunto de causas que condujeron a una nueva situación: una pequeña y pobre ciudad provinciana que tan sólo podía prcsumir de un pasado glorioso. 1. Cf. RUIZDE AIU~ULO, J., rExcavaciones en Ampurias 1908-1936., en Histodogvafa de la Arqueologia y de l a 1fistt)naAntigt~ani España, Madrid, 1988 (en prensa). 2. lin la única itportacihn publicada de Gairdia a la bibliografía ernporitana, realizada junto al supervisor de los trnl)aios en Gerona, M. Ca- rias y la época de sus restos,, en ~ n u a r i ' d e l'IEC, V, págs. 657-686. A pzirtir de 1919 el registia de E. Grindia seg~iiaya plenamente las norm;ls cstratigr8ficas. 3. ALMAcilo, M., =Cerámice griega de los siglos y \, en Ampuriasa, en Rsl,, 1.5, 1949, pirgs. 61-122. Rccordemos tambikn las reflexiones sobre la estratigraiía emporitiina de P. Boscii Gi~veiih,incluidas en El poblarniento antigtco y lafonnación de los pueblos de E.ma?ia, México, 1945 (reed. Palctnologia de l a prnánsula Ibérica, Craz, 1974). Hasta el momento los nunlerosos cstudios ceramológicos emporitanos han tratado únicamente los materiales aparecidos en este periodo desde el punto de vista museográfico. Sin embargo, buena parte de los materiales estudiados por Trias (cerámicas áticas), Sanmsrtí (campanicnses), Nollii (ánforas), ctc., que conservan fecha del hailszgo, pueden ser situados en contextos eatratigráiicos precisos. Cf un ejemplo e n RUIZDE ARBULO, .1, .Contextos ceramicos de le primera niitnd del s. 11 aC en la Neápolis cniporitanau, en ?-lomenaje a l D r M. Tarrudzll, Universidad de Rarcelons (en prensa). Los trabajos de G ~ l ~ cYl n BEI.LIUO sobre 18 Arnpurias griega o BALII, sobre la arquitectura domCstica utilizaron i~~ndanieiitalmontc la obra de Puio i C h i ) ~ i ~ ~ c i i . 4. AQGILIJE, J., Mhll, R. Y RUIZIIC Att8t11.0, J., .Arquitectura de la Nespolis ernporitana: espacio y función hacia elcambio de Era», e n I n f o ~ 7naci6 Arqueoldgica, 40, 198.7, págs. 127-137; Ruiz 012 AIUIULO, J., Emnwrion-En7poriae (218 a C - Z00 dCj, tesis doctoral, Universidad de Barcelona, 1985. S. Obviarnos aquí la ocupitciótr irnpirciao de Cpoca medieval y lasecuenciafurieraria y edilicia relacionada con el monasterio sewita del siglo rv1r. 6. Los materiales fueron alrnlrceiiados con unas etiquetas-sello en las que constaba el día del hallazgo. Coi, el tiempo esms etiquetas se han ido desprendiendo y los materiales Iian quedado desprovistos dc cual<juier indicación sobre su proccdencis. tlqucllos qrie la han coi%servado pueden sin dificultad confrontarse con los diarios de Gandia. 7 . El inveiitario que sigue incluye para las ntonedas la ceca, el valor, la eronologia, el peso, la posición de cuños, In referencia bibliogrJiica y el número del inventario de la moneda en el c ~ cE.1 resto de rnatrrialcs son descritos a partir de la información gizífica y cscrita de la ohra de Gsndin. Por desgracia, problenias de edicihn nos impiden incluir aqui, como desearíamos, las forogmfíiis de este material. 8. Estos 15 conjuntos sin presencia numisrniitica se enc$icnrrsnrecogidos en Rua DE AiiRULO, .l., Emporion ..., op. cit. tesis doctoral, Universidad de Barcelona, 1985. 9. Cf, \I?RNIIE.T, J.L., nCreation flavienne de six fiervices de vaisrlle 2 la Graufesenqoca, en l~iglinq1 , págs. 13-27; ídem, <Centre de prodicction de Millau. i\telier de In Graufcsenquc~, en La Teve Sigillde gallo-vommine, UM, 6, 1986, p:ígs. 96-103; NIETO,.J., «El pecio Culip 1x1: obsorvsciones sobre la orgaiiización de los talleres de Tcrra Sigillsta de la Graufesenqucn, en A r c h e m ~ ~ t i c 6, n , 1986, págs. 81-119. 10. Se hsn utilizado las tablas tipolúgicas y croiiol6CJc;ts de MATI:~,F., Ceramique a pamis fin,, d a m b Peninsule Iberique, Elirdeos, 1975, y I:I acttislización de Rlcci, i\., <Ceramic;i il pareti sottiliu, enAtlaate dellefumeceratiuche, 11, 1986, págs. 233-257. 11. I,A\(I~ocL~A, N., uTipologie e cronologie delle luceme romanc: le classificazzione del Dressclu, cli Apuntes sobre crt~nolagiacerdmica, %;it:igozii, 1952; Dii~iiAbYe,J., [,es lampes de Carihnge, París, 1969. Las síntesis rccienres relzttivas a los ejeniplares republicanos, a les &&iae norditálicas o a la sistematización de les pr<iducciones africanas ,no afectan a ,II,CStIOS ConteltOS. 12. J,a suscncia dc la l'&b\ en i'ompey* y su pt.escnciii en los contextos doniicianos de las TenTms del Nuotatore en Ostia permitieron coafirii?iircii las costas laciales y campanas las obserisnciones de Lamboglia para Albinfimilitm, siti!ando en torno al año 90 los inicios de I;i cxportricióii. Las cxciivaciones de Emporim, en hmpurias antes de la Guerra Civil se guardan en el Gabinet NumismBtic de Cataliinya (Barcelona), y Las posteriores en el Museo Arqueológico de Barcelona. Las hall~zgoshasta el reinado de Claudio 1 han sido estudiados por Rrmri,Os ALEGRE. ['.P.. La c i r c u l a ~ i hmoneta- Augusto, ver Ciinw~onu,M i . , Coiwge a n d money unther the Roman R ~ u b H c ,I,oiidon, 1985, págs. 256.279 Sobre el cierre de las cecas provinciales son ya clásicos los estudios de GMNT,M., especialmente, h m I m p e i u m to Aucforiias. A historical study <$"riceaes coinage i n the Noman Ernpire. 49 B.C - c. AD 14, Cambridgc, 1946. 25. Una síntesis sobre la circuliiciún inonetana en Hispanis en epoca imperial fue realizada por Bom, J.P., C a p o , M. y Guit't, J.M., *La circulación monetaria en Hispani;, durante el periodo romano-imperial: problemática y conclusionesgenecilesn, en f!SymposiurnNumh~mático de Barmlm~a,Barcelona, 1979, págs. 174-202. 26. MW, E l l " o ~ m ..., op. c i t ,págs. 110 y SS. 27. N i ~ r aJ., , ~Aoerca...~, y, cit., 1983. ReJ., Eraporion..., op. visión en Kciz ns ARBULO, cit., 1985. 28. .Las reformas augustas y su repercusidn en los asentamientos urbanos del noreste catalán*, en Arqueologla Espacial, 5, Teruel, 1984, pá&?.95.113, y LOPEZ, A,, .Distribución espacial y cronol6gica de las necrópolis emporitanasa, e n 1 Jomarles 1nt~rnacional.sdArqwologia R o m n a , Granollers, 1978, preac- rionl, en Symposium ~Vumismúficode Barcelona 1, Barceloiia, págs. 44-55, y RIPOI.L,E., VILL,\RONCA, L. y XUIX,J.M., nCor~secuencias del estudio estadistico de las monedas halladas en las excavaciones de Emporioni., cn Studiat zufundmiinzen &rAr~tike,Berlín, 1979, págs. 241-258. Una síntesis de todos Los h;illaagos y l:i gráfica general que reprodricimos e n la lámina fueron presentadas por CAMPO, M., ~ E m p ú ries: la niorieda>, en La moneda a la ciutat anfiga. Dunimentació, Cicle de ConferCncies, Barcelona, noviembre, 1988. 17. I'ara las emit;iones ibéricas seguimos la I,., The cronología propuesta por VIL~,ARONG,\, Aes Coinnge of Emy~orion,Oxford, 1977. 18. Un detallado análisis de la composición de este circulante fue presentado por RIPOI.I.~S t 2 S ~ A i , s o ~ P.P., ~ , La circ~alación ..., op. cit., Valencia, 1982. 19. Cf. VILLARONCA, L., The Aes..., op. cit., cit., 1983. págs. 29-31. Considera quc 1.1 primera emisión, se emiti6 entre 30. Cf Hc El.ue~~u, K., ~Vespasian'sreconscon la leyenda MWICI EMYOIIIA, truction of Speinn, en JRS, 8 , págs. 53 y 8s.; 44-27 aC y las siguientes desde 27 aC hasta MONTEN~ORO, h., uProhlemas y perspectivas en cerdmicas africanas de la ciudad romana de 3 5 dC. 20. MI\TTINOL\',H. B., *Roma" Pollentia ...n, el cstudio de la tlispania de Vespasianan, cn B:ictulon, en BAR Intrrnatiolurl Series, 337, op cit.; págs. 259, 270-271. ffispania Aritiqwi, 5, p@. 8-88. Tarraco rcOxford, 1987. Para In espartación d e la v@illa conxíi~i,frioan;i en época flavia, y en concreto 21. Ver res~ectivaincnteDE CASTRO I I I P ~ L I - sulta el m e o r ejemplodel impulso dado por los Flnvios a las elitcs urbanas provinciales con 1.1 , eCerAde l:~scazuelas 1,:imb. 10, v. V c o ~ sM., TO,M., «Dos tesouros de moedas romanas en1 creacióii del cnorme oompfejo de ceremonias !mica con pátiníi cenicienta: 1;~scazuelas con hrtugalu, en Crmlrnbriga, 11-111, 1960-61, fondo estriadoa, en ~MisceldneaArq.ueológica, págs. 34-35; PII,GUEIK~ Vhl.mms, J. y RI,ANCO par8 las reuniones del cowilium provinciae Hispaniaciteimis. La Bética, pol- su parte, es 11, Iinrceioiia, 1974, pdgs. 413-416, y AQUII.UE, PREIEIRO; R., «El t e ~ o r ode monedas de Bepródiga en hallazgos epigráiicos de las leges .l., nhlguiias consideraciones sobre el comercio doyar, en Cuadernos de E s h d w s Gallegos, que siguiendo unos formularios comunes pasasfric;ino: tres,facirs características de la eeriXXVIII, 1954, págs. 177-180, ilus. miozt comúir africana en epoca altoimpcriala, 22. Sobre 1;i conocida escayez de ~iuliiecrrio ron n regiilar la vida de los mt>micipius. 31. Kuiz n t Am*uin,J., .La evoliición urbana en i\nl-pz~rias (en prensa). a partir de Calííula y la imitaciún de monedas de Emporionen epoca republicana. La comple13. i3n sri revisión de la TS africana en Amoficiales ri nombre de Claudio 1, \,or cspecialjidad de una tradición», en 1 , l o m d e s Internapuriss, NIETO,.J., .>\cerca del progmsivo desmente Girino, J.B., uLa pénurie de la petite donals dXrqueologio Romanq ~ranollers, poblnmiento de i\mpurias*, en O m a a i o rc N monnaie en Gaule au debut du Haut-Empire*, 1987, preactas, págs. 311-319; cf. sobre la I.amboglia, RSL, XLVII, 1983, págs. 1-4 y 34e n J o ~ m des ~ 1 Savants, 1975, pág.. 81-112, y transformación rcun6mica augusta, v. MW, El 51, co:idro XI\I, tan sólo pudo reunir 2 1 fragCIMPO,M., nEl problema do las monedas de Fonrm ..., op. cit., Rarcelona, 1984, y AQU~LW,, mentos prooedentes de la Neápolis, 5 dc ellos imitación do Claradio 1 en Hispanisn, en Acta .J., *Las reformas...B. o p cit., Tenrcl, 1984. de fines del siglo I y 6 niSs datables en la priincNumisrndtica, IV, 1974, págs. 155-371. Las r:, ~iiitaddel siglo 11,lo que deja Únicsmelite 10 monedas partidas han sido estudiadas por Rifr:ignicntos (!) con diitación posterior. Nuestra POI,~., E., NULY, J.M. y VILLAIIONM, L., <Las mapropi:, revisión de los fondos de ki Reserva ncdas partidas procedentes de las excavacioGandín tan sólo puedc aportar a este inventanes de F,mporionn, en Numisma, 120-132, rio escasos fragmentos de cerámica común 1973-1974, págs. 75-90. nfricanri: caziielas h m h . 10 b y de borde al23. Los porcentajes del Cuadro 4 se basan mcridrado y platosltapadera. para Empúries en la bibliografía ya citada en la 14. Estas dnforas aparecen en conjuntos F., DEnota 16; para Belo: BOST,J.P., CIIIWES, que ino incluyen monedits y que por lo tanto no PCYRO~, C., H I E I W A J.~y ~RICiIARn, , J.C,U~LOIV, han sido incluidas en este trabajo; v. Rulz DE Les mmcnaics, Madrid, 1987; Conimbriga coAairuin, J., Empotion..., op. cit. rresponde s I'ERETM, l., BOST,1.1'. y H i s w m , J., Fouilles de Cot~imbriga111. Les rnonnaies, Pa15. Uiin esccpción interesante es la publicarís, 1974. Las cifras de Clunia se han extraído ción de algttnos conjuntos monetales de las eac.iv,aciaaes . de I'ollentia, ~ ~ T T I N U L H. Y , B., &ode Guwt, J.M., «Clnnin 111. Hallazgus moiietattinri PoI1cllti;r: Coiii;ige and Ilistorya, en rios. La ramaniaación de la Meseta Norte a traI'ollentia Estudio de los matenides. 1. Su Porvés de LB eircllla~iónmonetaria en la ciudad de tella. Escavaciones 1957-1983, Palma de MaCluniax, en E;xcavuciones Arqueológicas en llaral, 1983, 243-301, 9 Iáms. E.wafia, Madrid, 1985. 16. La mayor parte de las monedas tialladas 24. Para las cecas provinciales en época de