26. Opinión > Macondo, un pueblo novelesco Rafael Rodríguez Loucel DECANO DE LA FACULTAD DE MAESTRÍAS DE UTEC Y COLABORADOR DE LPG [email protected] En el fantástico pueblo novelesco de “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura de 1982, los primeros protagonistas de la obra desisten de encontrar una salida al mar, después de veintiséis meses de intentarlo, deciden fundar Macondo y no emprender el camino de regreso. Cien años de soledad. Quizá por el título, o por semejanzas específicas de Macondo con El Salvador o porque el contenido del libro “es también una visión de Latinoamérica y una parábola de la historia humana” es que, por mi particular imaginación, a veces exagerada, he llegado a asociar pasajes de esta historia con algunas particularidades de El Salvador. Los últimos cien años equivalen al período 1914-2014 en la historia del país, con un progreso aparente de infraestructura de muchos gobiernos y en particular uno que se asemejó a una tiranía. Sin embargo, básicamente no pasó de ser un cúmulo de años con un desarrollo cultural incipiente < Iniciar y terminar bien 2015 Juan Ramón Medrano ANALISTA POLÍTICO [email protected] Todos queremos comenzar y terminar bien el presente año. Tanto en nuestros propósitos y quehaceres personales y familiares, como en la actividad política y social nacional. Y consciente o inconscientemente, todos reflexionamos al inicio del año en las metas por alcanzar: dejar un vicio, escribir un libro, comprar una casa, consolidar una relación sentimental, resolver un conflicto familiar, superar una situación difícil o dolorosa. O simplemente acercarnos más a Dios, y volvernos mejores seres humanos. Ojalá y en los últimos días de diciembre de 2015 podamos concluir que hemos cumplido con nuestros propósitos. En la vida política nacional, comenzamos el primer día de 2015 con la campaña formal para diputados. Y según encuesta de LPG Datos, cerramos 2014 con un virtual empate entre el FMLN y ARENA, con alrededor del 30 % de la preferencia WWW.LAPRENSAGRAFICA.COM Sábado 10 de enero de 2015 y una regateada democracia, con una oferta productiva-exportadora raquítica de pocos productos, con volumen y valor importantes, que condicionan una economía extremadamente dependiente, que perfectamente se puede describir y resumir en toda una centuria en términos de la extrema dependencia de un producto de exportación, remesas familiares y el valor del petróleo Un país que superó la ranchería en vista de que los antepasados lo transformaron, con trabajo y buenas costumbres, en uno de los mejores pueblos de la provincia y posteriormente en uno de los más productivos y pujantes de la región. En Macondo fue una familia, los Buendía. En El Salvador las históricas 14 familias (algunas ya poco se mencionan) y el surgimiento de otra especie: “los nuevos ricos”, con una fuente de ingreso variada, que no es conveniente detallar. País, al igual que el de la novela, visitado por muchos negociantes, artistas y pocos inversionistas. Un territorio en el cual la supervivencia es sinónimo de productividad y muchas veces ridiculizada por cachería del guanaco. En el cual la creatividad no siempre se identifica con la innovación, sino con habilidad para engañar y más recientemente con lavado y corrupción. Macondo, un pueblo fundado en el trascurso de una aventura, llega a su final en un pavoroso remolino de pol- vo y escombros como “una ciudad de espejismos, arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres como algo irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”. El Salvador no es un pueblo novelesco, por el contrario, es un país real, otrora pujante y productivo, que atraviesa un período de crisis integral, cíclica con visión optimista y simplemente producto de las calamidades y tribulaciones humanas, pero rescatable por una nueva generación que retome la estafeta de una ambición humana natural de afán de progreso. El 2015 es un año que en su primer trimestre apenas acumulará un breve período político, que no diferirá de esos tiempos desperdiciados de discursos y promesas vanas, a los que nos tienen acostumbrados los que aspiran al poder. Periodo que marginalmente se suma a los cien años de égida castrense, alternancia de partidos políticos, ilusiones democráticas y la ausencia de una visión país. Sin embargo, este país no fenecerá, ni poseerá un sinónimo de epitafio, como la novela de García Márquez. Las futuras generaciones encontrarán, con fe y la voluntad del Creador, el renacer, a pesar de la violencia y las campañas politiqueras. Será productivo, competitivo y alcanzará la estabilidad social tan anhelada. electoral para cada uno. Para estas elecciones, muchos candidatos a diputados han cifrado sus esperanzas en el voto cruzado. Ya que en la campaña electoral es muy difícil hacer la diferencia basándose en las propuestas legislativas. Para alcaldes la historia es diferente, pues aquí sí cuentan las propuestas del candidato para el desarrollo de la ciudad o municipio. Y en las ciudades más importantes, como San Salvador, San Miguel y Santa Tecla, por ejemplo, los dos partidos mayoritarios han buscado hacer la diferencia con candidatos jóvenes. Esperemos que a dichas candidaturas se les sumen propuestas frescas y atractivas. El nuevo gobierno tiene ya un poco más de seis meses de haber iniciado su administración, y está obligado a mostrar los primeros resultados de su gestión. Fundamentalmente, en seguridad y desarrollo económico. Comenzando por la implementación de una estrategia integral de seguridad pública; que le dé sustento al concepto de “policía comunitaria”. En esta área, iniciamos el año con dos hechos positivos. El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC) presentará su propuesta en enero. Y también al inicio del año, hará su primera visita como asesor, el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani. Lo que esperamos del CNSCC es que juegue activamente su papel de sombrilla política, de apoyo político y social a las autoridades de seguridad pública. Y de la policía comunitaria, esperamos capacidad de organizar un fuerte tejido social. Una estructura ciudadana, organizada más que para colaborar directamente con la PNC, para fortalecer los valores cívicos y sociales y orientar a los jóvenes hacia actividades sanas y productivas. Que como consecuencia, los aleje de la tentación de pertenecer a las pandillas y delinquir. La presencia de Giuliani debería de servirnos para generar una franca y abierta discusión del problema delincuencial a escala nacional. Y para generar los necesarios consensos y apoyos políticos y económicos, a escala nacional e internacional. Para el desarrollo económico, esperamos los resultados positivos del Fomilenio II, y los apoyos de la cooperación europea, mexicana, etcétera. Pero sobre todo, que aumente la inversión privada nacional. Y del gobierno, esperamos que acelere la concesión del puerto de La Unión y la modernización de los demás puertos y el aeropuerto. Ojalá, y al final del año, podamos concluir que hemos avanzado en el desarrollo económico y social de El Salvador. < Ley de agua: ¿funcionará? Francisco Serrano BIÓLOGO [email protected] Este año, en pocas semanas, El Salvador habrá de experimentar una nueva lección de irresponsabilidad y negligencia con el recurso natural agua. Lluvias pobres y vientos prolongados habrán ayudado a destapar esta olla. Pronto quedará demostrable que esta crisis se deberá a nuestro abuso, mal uso, descuido y maltrato del agua. Y nuestra negativa de asumir responsabilidades y de tomar las acciones correspondientes. Por años se viene debatiendo una “ley general de aguas”. Con las lecciones y experiencias traídas desde España, Israel, el noreste de EUA y otros lugares, difícilmente puede ya argumentarse que las razones de que no se implemente una ley adecuada sean de carácter técnico. Y no hay que escrudiñar mucho para ver que los obstáculos son políticos, sumado a la tergiversación del sentido común. Inútil negar que hay intereses fuertes “ocultos”. Incluyendo los de quienes no quieren reconocer y pagar un valor realista o “verdadero” del agua; un valor que no refleje simplemente el costo de llevarlo del punto de recolecta al punto del usuario, sino que permita asegurar su disponibilidad y calidad, e incluso su recuperación y mejora (por protección y manejo de cuencas y acuíferos de donde provienen, etcétera). Estos intereses van desde unas pocas empresas que no quieren pagar nada hasta los del ciudadano “común y corriente” que no posee conocimiento, voluntad –o ambas cosas– para reconocer y aceptar el verdadero valor del agua, del aire, de bosques y suelos, de las áreas naturales. Sin cuyo manejo y protección pronto no podremos vivir. Es decir, de la gran mayoría de nosotros. Y existe otra razón medular asociada a lo anterior, siempre política, pero de carácter institucional: No queremos darle dientes al que debe [poder] morder. Se habla ilógicamente de una “entidad autónoma” (¡por supuesto, no “juez y parte”!) que esté dispuesta a autorregularse. Y se trata de evitar a toda costa el reconocer que hay solamente una institución apropiada para ser rectora de este vital recurso: el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Su nombre lo dice. Así como el recurso forestal debe ser técnicamente regulado por un Servicio Forestal, el agua debe ser objetivamente regulada –por mandato y en forma efectiva– por una oficina de aguas (hidrología) en ese ministerio. Sin embargo, el Servicio Forestal está en el MAG, y el Servicio de Hidrología ha sido reducido a una oficina “de apoyo” al SNET (Servicio Nacional de Estudios Territoriales) en el MARN. El otrora fuerte Servicio de Conservación y Manejo de Cuencas y de Suelos –vital para lograr un buen manejo del agua– ha sido virtualmente extirpado del GOES. Debemos resistir y aun rechazar nuevos esfuerzos por mantener al MARN discapacitado para ejercer sus funciones medulares; y esto incluye el ordenamiento territorial y el manejo del agua. Gastar nuestro escaso dinero en crear otra “autónoma” en lugar de reconocer y fortalecer al MARN su autoridad y función simplemente acelerará nuestro vertiginoso camino hacia la insostenibilidad; donde ya estamos llegando. Señor presidente, señores diputados y ONG: pedimos de ustedes una verdadera percepción holística de nación, donde prevalezcan los intereses de la totalidad.