32-33 KENNEDY

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32-33 KENNEDY
En la televisión reinan
Los Kennedy
Por Marc Caellas*
A los 50 años del asesinato de John F. Kennedy, la historia de su familia sigue inspirando a decenas de
libretistas que han mantenido vivo el mito en la pantalla chica. Killing Kennedy, la nueva serie.
M
ientras en Europa reinan los Borbones, los Windsor o los Grimaldi, en el siglo XX surgieron en Boston
(Estados Unidos) los Kennedy, una dinastía sin trono pero capaz de inspirar una admiración similar a las
que producen las más rancias casas reales.
Y es que, convengamos, tiene mérito su capacidad de supervivencia, basada en creencias más propias
de los cuentos infantiles que de una sociedad moderna. Reyes, princesas, herederos y coronas esparcen
aún, en pleno siglo XXI, una aureola de fantasía a la que es difícil resistirse. Nos gusta creer en este tipo
de leyendas.
Por eso es que los Kennedy también pueden ser vistos como los personajes de una tragedia
shakespeariana. Tal vez el rey Lear, con el patriarca Joseph Kennedy a la cabeza, y sus tres hijas, que
aquí serían varones: Jack, Bobby y Ted. Con el fantasma de Hamlet, o sea Patrick, el primogénito,
muerto en la Segunda Guerra Mundial, sobrevolando la escena, y con la no menos fantasmagórica
Kathleen, fallecida en un accidente aéreo en los Alpes franceses. Asesinatos, accidentes misteriosos y
enfermedades parecen ser una constante en una familia que los estadounidenses aún hoy persiguen,
cincuenta años después del asesinato de Jack, el hijo estrella, el presidente más joven que han tenido, el
fundador del mito de “Camelot”.
De todo ello trata la polémica serie Los Kennedy. Mucho antes de su estreno, la serie ya sonaba en los
medios cuando History Channel, el canal que la iba a emitir, decidió repentinamente rechazar su
transmisión. Aunque el argumento de los ejecutivos del canal fue que la serie “no se ajustaba a los
hechos históricos”, en el momento se rumoreó que el mismo clan estaba detrás de su cancelación, pues
en la serie se lee entre líneas que los oscuros negocios y alianzas del patriarca sirvieron tanto para el
auge como para la caída del clan. Finalmente se estrenó en el canal de cable Reelz, no antes de haber
sido rechazada por todas las grandes cadenas.
E
n Los Kennedy, Jackie es interpretada por Katie Holmes. En una brillante escena del primer capítulo,
vemos a una periodista entrevistándola. Es el día de las elecciones: Kennedy vs. Nixon. Elegante y
seductora, a pesar de su prominente embarazo, Jackie escucha cómo la periodista le pregunta si la
visión que los candidatos dan de sí mismos en campaña se corresponde con la realidad. Con la cabeza
ladeada, sin perder la compostura, de una manera pausada, Jackie le asegura a su interlocutora que,
justamente, el encanto de su marido es ese: lo que se ve es lo que es, un hombre preocupado por su
familia y su país. JFK, interpretado por un magistral Greg Kinnear, quien recibió una nominación al
Emmy en 2011 por su papel, espía orgulloso a su esposa desde una ventana. A continuación, el plano
se abre y observamos entonces cómo Jack voltea la cabeza y mira pícaramente a una de sus asistentes
de campaña, una bella rubia a la que en una escena anterior vimos coquetear con él. En un único plano
lo entendemos todo. Efectivamente, el encanto de Kennedy radicaba en esa capacidad de compaginar el
amor virtuoso hacia su esposa con una irresistible pulsión sexual hacia las mujeres que revolotean a su
alrededor. Tal vez, sugiere la serie, es cierto que JFK sufría de una adicción al sexo causada por las
drogas que tomaba para mitigar los efectos de la enfermedad de Addison. O quizá, simplemente, el
presidente más joven de los Estados Unidos se creía invulnerable.
Aunque Los Kennedy gozó de un éxito moderado, cosechando algunos premios Emmy (Barry Pepper,
quien interpretó a Bobby Kennedy se alzó con la estatuilla a Mejor actor en una miniserie), fueron
superiores las críticas a las “libertades creativas” que los productores se tomaron. Hacer pasar a Jack y
Jackie como los protagonistas de un romance casi shakespeareano, con un Bobby envidioso y temeroso
de seguir los pasos de su hermano, y un Joe Kennedy como el patriarca que mueve los hilos del poder,
fue considerado por la crítica, sencillamente, como simplificador.
Pero la saga de esta familia ha estado retratada desde todos sus ángulos. También las mujeres de los
Kennedy han sido objeto de una admiración que las ha convertido en personajes casi de ficción. Sobre
ellas trata Jackie, Ethel and Joan: The Women of Camelot, inspirada en la frase que Jackie utilizó en una
entrevista concedida a la revista Life una semana después del asesinato, señalando que los años de
presidencia de JFK fueron los de Camelot. La miniserie, producida en 2001, retrataba a las mujeres de
los tres hermanos: Jack, Bobby y Ted Kennedy. La dificultad para representar bien el rol de las “señora
de Kennedy” es el eje de la serie: una matriarca (Rose) dominante, las rivalidades entre los hermanos, y
sobre todo las muertes de dos de sus maridos. Después del asesinato de Jack, Jackie besa
teatralmente los pies de su cadáver, y Ethel cae en la histeria ante la muerte de Bobby. En ningún
momento se analizan las causas ni los responsables de esas muertes. Todo parece ser obra de un
destino trágico, fijado de antemano por los dioses.
Antes ya había aparecido en la pantalla chica The Kennedys of Massachusetts (1990) en donde sus
productores se hacían una pregunta relevante: ¿Cómo es que una familia de origen irlandés y católica se
convirtió en una de las más poderosas de los Estados Unidos? La serie contaba la historia de Joe y
Rose, los fundadores de la dinastía, desde el día que se conocieron en 1906.
Y hasta en las series ambientadas en los sesenta, la figura tangencial de los Kennedy cobra importancia.
En la primera temporada de Mad Men, por ejemplo, JFK es un personaje en un televisor en blanco y
negro. La agencia de publicidad para la que labora Don Draper trabaja en la campaña de Nixon y la serie
dedicó un capítulo entero al día de las elecciones. La victoria de JFK marca un punto de inflexión para
los personajes. “La antorcha pasó a las manos de una nueva generación”, afirma JFK en su memorable
discurso de investidura. Parte de esa nueva generación son esos chicos “locos” de Madison Avenue,
esos creativos de publicidad para quienes los sesenta serán la década en la que podrán desplegar todo
su encanto.
P
or último, el 10 de noviembre, dos semanas antes de cumplirse 50 años del asesinato de JFK, salió al
aire en Estados Unidos Killing Kennedy en el National Geographic Channel. Protagonizada por Rob
Lowe y Ginnifer Goodwin, el atractivo de la serie radica en que traza un paralelismo entre la vida de la
pareja presidencial y la de Lee Harvey Oswald (Will Rothaar), el supuesto asesino, y su mujer, Marina
(Michelle Trachtenberg), la misteriosa rusa que Oswald se trajo de Minsk. Es que si la admiración por
una de las parejas más mediáticas del siglo XX sigue intacta, no puede decirse lo mismo sobre las
causas del asesinato que la separó. Prácticamente cada año aparecen nuevas pruebas, rumores e
investigaciones que alimentan el ya abultado archivo de teorías conspirativas irresueltas sobre lo que
pasó ese 23 de noviembre de 1963, un día que cambió la historia de los Estados Unidos de América.
Otras series dedicadas a la dinastía
• The Missiles of October (1974)
• Jacqueline Bouvier Kennedy (1981)
• Kennedy (1983)
• JFK: A one man show (1984)
• A woman named Jackie (1991)
• Jackie Bouvier Kennedy Onassis (2000)
*MARC CAELLAS: Catalán, con un pie en Colombia. Escribe y dirige obras teatrales en espacios no
convencionales. Publicó Carcelona (Melusina, 2011).
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