El telescopio espacial `Planck` envía su primera foto del universo

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El telescopio espacial ‘Planck’
envía su primera foto del universo
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El telescopio espacial
Planck de la Agencia Espacial
Europea (ESA) acaba de enviar a la Tierra su primera fotografía completa del universo.
La imagen muestra una esfera
desplegada que puede mirarse como un mapa y que podría
aclarar cómo comenzó todo.
“Estamos abriendo la puerta a un El Dorado en el que los
talles que contribuyan a explicar cómo se originó el universo y cómo funciona ahora”, dijo ayer David Southwood, jefe de exploración robótica de
la ESA.
La gran barra de luz en el
centro de la imagen es el disco principal de la Vía Láctea,
donde se encuentra la Tierra
y el resto de planetas que componen el Sistema Solar. La rodea una masa de polvo y gas
en la que nacen y mueren las
estrellas y donde se encuentran grandes nebulosas como
la de Orión, tan brillante que
puede observarse desde la Tierra a simple vista.
del universo, llega la radiación
de fondo de microondas, la razón por la que se construyó el
observatorio Planck.
Desde que fue descubierta
en 1965, los astrónomos creen
que esta radiación, la masa roja y amarilla que ocupa los polos de la imagen, es lo que queda del Big Bang que originó
el universo hace unos 14.000
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millones de años. Es constante
y muy uniforme en cualquier
punto, pero el brillo de las estrellas y otras galaxias impide detectarla en muchos lugares. Gracias al Planck, los investigadores obtendrán ahora
la instantánea más precisa de
esta radiación, pues sus instrumentos pueden eliminar el
brillo irrelevante.
Desde su lanzamiento en
mayo de 2009 el observatorio
de 1.900 kilos ha estado dando vueltas sobre sí mismo para que su telescopio y sus antenas cubran todo el cielo que
la envuelve. En 2012 habrá
completado cuatro vueltas.
El resultado permitirá aclarar
el origen del universo e incluso predecir si seguirá expandiéndose como hasta ahora o
llegará un Big Crunch, o Gran
Implosión, tras la que quedará paralizado. Un año antes,
en 2011, el Planck enviará a la
Tierra un detallado catálogo
de objetos y galaxias que componen el universo.D
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lugar de moverse en solitario
o en pequeños grupos”, señala
Los humanos comían elefantes
hace 1,3 millones de años
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Hace 1,3 millones de
años sucedió algo fundamental en la evolución humana, un cambio que ayudaría
a explicar por qué hoy hombres y mujeres viven en ciudades y organizan mundiales de
fútbol. Un equipo de investi-
gadores españoles acaba de
desenterrar en la garganta de
Olduvai (Tanzania) un conjunto de fósiles que demuestran
que el Homo ergaster, el tatarabuelo de todos los humanos, ya
se alimentaba de elefantes hace 1,3 millones de años.
El hallazgo va mucho más
allá de revelar las costumbres
gastronómicas de los primeros
humanos, como explica uno
de los codirectores de las excavaciones, el profesor de Prehistoria en la Universidad Complutense de Madrid Manuel
Domínguez-Rodrigo. “Tenía-
mos constancia de que los primeros humanos consumían
animales de hasta 300 kilogramos, pero alimentarse de
elefantes, de varias toneladas,
implica un gran cambio”, asegura. En algún momento, los
Homo ergaster, posiblemente
descendientes del primer humano, Homo habilis, “se juntaron”, como interpreta con
cautela Domínguez-Rodrigo,
a falta de análisis exhaustivos
que llegarán pronto. “De repente, parece que tenían más
bocas que alimentar. Habían
formado grupos grandes, en
El fémur y el radio de
‘Homo ergaster’.
Su equipo, ahora integrado en el recién creado Instituto
de Evolución en África, acaba
ña de excavaciones en Olduvai, la cuna de la humanidad.
Han hallado fósiles de elefantes con marcas de herramientas de piedra. Y también de sivaterios, enormes parientes de
las jirafas ya extintos, devorados por los humanos.
“Sabemos quién hizo esto”,
presume el profesor. Junto a
los restos de animales han aparecido dos fósiles de Homo ergaster: un radio y un fémur. Es
la primera vez que se desentierra el radio –un hueso del
antebrazo– de un ejemplar de
esta especie, pero el hallazgo
más importante podría ser el
hueso de la pierna, el fémur.
La actual descripción física
de los Homo ergaster se apoya en extrapolaciones a partir de un esqueleto descubierto en 1984 cerca del lago Turkana, en Kenia. El problema
es que aquel individuo, que
murió hace 1,6 millones de
años por una muela picada,
era un niño. Medía 1,60 mecalculó entonces que habría
crecido hasta 1,85 metros. El
nuevo fragmento de fémur,
presentado ayer en la Universidad de Alcalá de Henares,
servirá para poner de una vez
a nuestro tatarabuelo. “Una
de las prioridades ahora es
averiguar la talla del Homo
ergaster,”, narra Enrique Baquedano, codirector de los
trabajos en Olduvai. D
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