Erroke Deunaren Kofradia aldizkaria Nº 11 zk Agosto 2006 abuztua Editoriala - Editorial Roque... ¿Peregrino o romero? El oro verde Xabier Garma Larrakoetxea Una historia de la vida cotidiana y social de Llodio Notas jocosas Álbum de fotos “Imágenes para el recuerdo” Desde mi ventana Del sentimiento de pertenencia a la colectividad Jordania, 2ª parte Actos Institucionales Cofrades fallecidos Laudio Caja Vital y nuestras tradiciones ERROKE DEUNAREN KOFRADIA COFRADÍA DEL SEÑOR SANT ROQUE • Laudio/Llodio • 1599 aurkibidea-sumario REVISTA Nº 11. Agosto de 2006 Calle Nervión, s/n Teléfono 946725403 01400 Laudio-Llodio www.sant-roque.org [email protected] Consejo de redacción Juan José Salazar Juan Antonio Larisgoitia Oscar Fernández Juan Carlos Navarro Gentza Belaustegigoitia Javier Salcedo Colaboradores Adolfo Gómez Juan Ignacio de Uria Igor Barrenetxea Xabier Garma Juan de Larra Patrocinio Gil Txema Urquijo Ignacio Mendieta Aitor Aretxaga Portada Natxo Arana José Mari Castillo Traducciones Jon Salazar Izagirre Maquetación Cryn Creativos SL Impresión Graficas Arin Colaboración fotográfica José Mari Castillo José Montes Depósito Legal VI-291/06 Editoriala - Editorial Juan José Salazar Olabarria Anaide Nagusiak-Mayordomo 3 Roque... ¿Peregrino o romero? A.G. 5 El oro verde Xabier Garma Larrakoetxea 8 Una historia de la vida cotidiana y social de Llodio Igor Barrenetxea Marañón 10 Notas jocosas Juan de Larra 11 Álbum de fotos “Imágenes para el recuerdo” 13 Desde mi ventana Patrocinio Gil 17 Del sentimiento de pertenencia a la colectividad Txema Urquijo 19 Jordania, 2ª parte Ignacio Mendieta 21 Actos Institucionales Cofrades fallecidos 23 “Laudio” Juan Ignacio de Uria y Epelde 25 “Caja Vital y nuestras tradiciones” Aitor Aretxaga 26 NOTA DE LA REDACCIÓN Las ideas y manifestaciones de los autores emitidas no tienen por qué coincidir necesariamente con la línea editorial de esta revista. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria Juan José Salazar Olabarría Anaide Nagusiak Mayordomo Querido pueblo de Laudio/Llodio: Laudioko lagunok: Se avecinan unas fiestas más y en lo que concierne a la Cofradía son ya 407. Queda muy lejano aquel 7 de noviembre de 1599, pero la que no es lejana para ningún Llodian@ es la impronta dejada a lo largo de esos años, por esta Institución. Son nuevos tiempos y por tanto los procesos de adaptación son inevitables. La línea cultural emprendida sin hacer dejación de los aspectos religiosos propios de la Cofradía, es imparable. Buena muestra es el trabajo que venimos realizando con la Recuperación de la Memoria Colectiva y otros que como consecuencia de la misma, llegarán inevitablemente. Pero lo realmente importante para cualquier organización, asociación, fundación o institución, es tener credibilidad ante la sociedad que nos rodea. Para ello es fundamental tener las ideas claras y cumplir con todos los requisitos que exigen los nuevos tiempos. Es imprescindible conectar con todos los sectores sociales, desde los jóvenes hasta los mayores, desde las mujeres hasta los hombres, desde las asociaciones culturales, hasta las sociales y deportivas, en definitiva formar una piña con todo el entramado social del pueblo. De esta forma la Cofradía podrá ser como lo he dicho en un editorial anterior, dinamizadora de la vida social y cultural del pueblo. No es una ensoñación ni una Urteroko jaiak datoz eta guri dagokigunez 407 urte dira dagoeneko. Urrun geratu da 1599ko azaroaren 7ko hura, baina Kofradiak duen itzala eta esanahia gaur egunera arte iraunarazi dugu. Dena den, garai berriak datoz eta horregatik egoerara egokitu behar dugu. Kultura arloan aurrerapen handiak egin ditugu, erlijio izaera baztertu gabe. Horren erakusgarri Oroimen Kolektiboaren Berreskurapena dugu, baina edozein elkarte, talde, fundazio edota erakunderentzat benetan garrantzia duena, zilegitasuna izatea da. Horretarako garai berriok exijitzen duten argitasuna eta zintzotasuna eskaini behar dugu. Halaber, ezinbestekoa da gizartearekin bat egitea, bai gazteekin, bai helduekin, bai emakumeekin, bai gizonekin, bai gizarte elkarteekin, bai elkarte kulturalekin, bai kirol elkarteekin. Hori eginez Kofradiak lortuko du izatea herriko bizitzaren laguntzaile eta dinamizatzailea. Hau guzti hau, denon laguntzarekin egi bihurtuko dugun amets bat izango da. Itxaropen eta ilusio garaiak bizi ditugu, hori dela eta, berriro ere aipatu nahi dut gure Kofradiako arauen mamia duen 11. araua, hau da: “Anaidetasuna” aldarrikatzen Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua fantasía, con los pies en el suelo y con la ayuda de todos, seguro que es un objetivo fácil de conseguir. Vivimos tiempos de esperanza, tiempos de ilusión y por tanto no puedo dejar de mencionar una vez mas la regla nº 11 de la Cofradía, la que considero como el núcleo central de todas ellas: “ La hermandad “ ¡Mágica palabra! pero, fundamental para conseguir la ansiada paz que todos deseamos. No es baladí pensar que a pesar de los pesares, la Cofradía del Señor Sant Roque de Laudio/Llodio, ha tenido a gala a través de los siglos y, seguramente en medio de otros conflictos, mantener viva la llama de las relaciones humanas; primeramente entre cofrades como lo exige dicha regla, pero también seguro que por extensión, al resto del pueblo. Si como digo mas arriba queremos ser dinamizadores de la vida de nuestro pueblo, tenemos una oportunidad histórica para conseguir con humildad, desde nuestra posición, ser militantes activos y proclamar la hermandad entre todos como algo fundamental. Estoy seguro que partiendo de esta premisa todo será más sencillo y nuestra aportación individual aunque parezca insignificante, tendrá un efecto moral altamente gratificante. duena, hitz magikoa! Baina denok desiatzen dugun bakea lortzeko, ezinbestekoa. Gogoratu behar da Erroke Deunaren Kofradiak mendeetan zehar, eta edozein arazoren aurrean mantendu izan duela elkarbizitzaren sugarra, anaideen artean eta baita anaideek dituzten loturei esker herrian bertan ere. Lehen esan bezala, herriaren dinamizatzaileak izan nahi dugu, eta hori, apaltasunez lortu beharko dugu, denon onerako izango baita. Bukatzeko, jai zoriontsuak opa dizkizuet eta, ahal izanez gero, gure ekitaldi guztietan parte har dezazuen eskatzen dizuet. Eskerrik asko denoi. Sólo me queda desearos unas felices fiestas donde la armonía y la participación en los actos, sea el eje principal. Muchas gracias a todos. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria roque ¿peregrino o romero? A.G. Peregrino y cofrade de la Cofradía del Señor Sant Roque En ésta época en que la Cofradía del Señor Sant Roque se encuentra inmersa en el proyecto de la “Recuperación de la Memoria Colectiva de Laudio/Llodio” no estaría de más recoger en el primer referente “Personajes singulares” a nuestro santo patrono San Roque del que tan poco sabemos y del que tan confusas son las referencias históricas llegadas hasta nuestros días. No sé si ésta consideración tiene encaje en el proyecto R.M.C. Si así no fuera, mi pretensión es únicamente suscitar la inquietud entre los cofrades para desvelar y precisar entre todos la vida y andanzas de este personaje estupendo, sin quitar ni añadir demasiado a las versiones de los hagiógrafos. La iconografía habitual representa a San Roque convertido en peregrino a Compostela adornado con las vieiras en su esclavina, o bien convertido en romero a Roma portando las llaves pontificales cruzadas en su sombrero de ala ancha, e incluso en la imagen de nuestro patrono que existe en Montpellier, su lugar de nacimiento, lleva, además de las vieiras y las llaves pontificales, una corona imperial, símNº 11 zk • Agosto 2006 abuztua bolo de los bienes terrenales que poseyó y la figura del ángel protector, y su inseparable perro y salvador cuyo dueño por cierto se llamaba Gottardo Pallastrelli. Siendo muy joven se quedó huérfano y después de despojarse de su fortuna inició su romería a Roma. No estamos seguros si llegó lo que sí está demostrado es que no fue peregrino a Compostela como veremos más adelante. Son muchos los grandes personajes que se han considerados peregrinos en Compostela, cuando en realidad no lo fueron nunca, y solo se buscaba, o dar más trascendencia a su personalidad o, al revés, valorar la peregrinación aduciendo la presencia de notables en ella. Un poco de todo ello ha pasado con nuestro patrono el Señor San Roque, ya que tanto su vida como su muerte han estado rodeadas de imprecisiones y falsos mitos que han llevado a nuestro Santo a convertirlo en peregrino. Peregrino o peregrinar viene del adverbio latino “peregre”, que en castellano se podía traducir por la expresión “en el extranjero”. A su vez “peregre”se deriva de la expresión “per ager” que significa “por el agro, por los campos”. El peregrino es pues, etimológicamente, el extranjero que anda por los campos. No son las piedras, no ni las hierbas lo que hace el camino; son las vidas de quienes, al hollarlo, han buscado un sentido. Así Dante en un pasaje de la Vita Nuova (cap. XL) dice: “no se entiende por peregrino sino el que va hacia la casa de Santiago, o vuelve de ella”. Además distingue con tres nombres según el destino de la peregrinación, “le genti che vanno al servigio dell Altísimo, palmieri de ultramar, peregrini in quanto vanno a la casa di Galicia, peró che la sepultura di Sa´Jacobo fue piu lontana de la sua patria, che d´alcuno altro apostolo, y romei los que visitan Roma”. Para Alfonso X el Sabio, en el Libro de las Partidas, Libro I, cap XXIV “romeos e pelegrinos son omes que fazen sus romerías e pelegrinajes, por servir a Dios e honrrar los santos, e por sabor de fazer esto, estrañanse de sus logares, e de sus casas, e todo lo que han, e van por tierras ajenas, lacerando los cuerpos, o despendiendo los averes, buscando los santos”. Además en el “Liber Sancti Jacobi” en el sermón “Veneranda dies”, que es el arsenal y guía más importante de noticias vivas sobre la peregrinación dice que: “asi como los peregrinos que vuelven de Jerusalén llevan la palma, así los que regresan de Santiago llevan las conchas (veras), llevándolas con gran alegría a sus casas como señal de tan gran viaje”. La concha se convirtió, por tanto, muy pronto en la insignia del peregrino compostelano; pero no una concha cualquiera, sino la que los naturalistas han designado con este motivo “pectem jacobeus” muy abundante en los mares de Galicia,donde se llama vieira,concha de la que se decía había nacido Venus. Pero la concha además recuer da con sus acanaladuras los dedos de una mano que ofrece ayuda a los demás y se la relaciona con el sacramento del bautismo como símbolo de regeneración y emblema de la nueva vida. Todos estos símbolos tiene la imagen de nuestro Señor Sant Roque portándolos en su esclavina y sombrero de ala ancha profusamente, y en cambio no peregrinó a Compostela, y si lo hizo en romería a Roma. PEREGRINO ¿Volver? Vuelva el que tenga, tras largos años, tras un largo viaje, cansancio del camino y la codicia, de su tierra, su casa, sus amigos, del amor que al regreso fiel le espere. Sigue, sigue adelante y no regreses, fiel hasta el fin del camino y tu vida, no eches de menos un destino más fácil, tus pies sobre la tierra antes no hollada, tus ojos frente a lo antes nunca visto. Estos versos de Luis Cernuda reflejan lo que sería la vida de Roque a partir de quedarse huérfano de padre y madre. Roque renuncia a sus privilegios, distribuye sus bienes entre los pobres y toma el camino de Roma, no el de Santiago. ¿Y a qué va Roque a Roma? No lo sabemos muy bien, pero si podemos aventurar que no sería para visitar al Papa, a la sazón Gregorio XI que residía en Aviñón con motivo de la Cautividad del Papado (13091377) y que una vez terminada ésta comenzó el Gran Cisma de Occidente (1378-1417) en el que disputaban el Papado el italiano Urbano VI y el francés Clemente VII. Por lo tanto, con la ausencia del Papa de Roma y el tenso clima político que se vivía en Italia no es de extrañar que Roque no se encaminó a Roma a visitar al Papa. ¿Por qué toma entonces el camino de Roma? Va a Roma a visitar las tumbas de los Apóstoles. Este era el principal motivo de su ida a Roma, pero en su largo recorrido desde Montpellier atravesando La Provenza, le espera una sorpresa, entra en la Italia del hambre y la peste que por aquellas fechas asolaba las principales ciudades de Lombardía, Aquapendente, Cesena, Mantua, Módena, Parma, Piacenza etc. Monumento de San Roque en Nuestra Señora de Lourdes. Diócesis de Montpellier (1913). Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria No olvidemos que el siglo XIV, es el siglo del hambre, las enfermedades y la muerte. “Esta fue la primera et grande pestilencia que es llamada mortandad grande” leemos en la Crónica del rey de Castilla, Alfonso XI cuando la batalla del Salado (1340) durante el sitio a Gibraltar una epidemia de peste acabó con su vida. “Morianse los hombres en las plazas y por las calles de hambre…y tan grande era el hambre que comían los hombres pan de grama” dice la Crónica de Fernando IV de Castilla. El hambre y la peste empiezan a diezmar las poblaciones y a extenderse por toda Europa hasta llegar a los años 1346-1353, particularmente 1348, cuando se declara la Gran Peste Negra que despuebla el norte de Italia y en la que Roque se vio involucrado. El hasta ahora apuesto y rico muchacho Roque de la cruz, nacido de noble e ilustre cuna, distribuye sus bienes entre los pobres y profesa la Regla de la Tercera Orden Franciscana dedicándose a la penitencia y a cumplir la virtud franciscana por excelencia: la pobreza. Comienza aquí su vida de santidad cumpliendo el mandato divino: “Vende cuanto tienes y dalo a los pobres: Ven y sígueme”. Lo que comenzó siendo una romería a la tumba de los apóstoles San Pedro y San Pablo terminó siendo un camino sembrado por Roque de obras de misericordia aliviando y curando a los apestados. Roque se contagia de la peste en Piacenza y se vio obligado a retirarse a un bosque en las afueras de la ciudad para no infectar a los vecinos. Una vez curado decide volver a Montpellier pero en Angera, un pueblo a orillas del lago Maggiore en el norte de Italia, es apresado y moriría en prisión con 32 años. Si su vida fue azarosa, no menos lo fue su muerte, porque según algunas versiones el fallecimiento tuvo lugar en Voghera y otras versiones sostienen que en Montpellier y a partir de este punto las sucesivas epidemias de peste que sufre Europa hasta mediados del siglo XVII hacen que sus reliquias, inevitablemente se las disputen ciudades tan dispersas como Arles, Venecia o Montpellier. Un motivo más para asegurar Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua que Roque no fue peregrino a Compostela y sí romero que se encaminó a Roma. Y algo debía tener Roque cuando con motivo de otra epidemia de peste en 1477se fundó en Venecia una cofradía bajo su advocación llamada Confraternitá o Scuola Grande di San Rocco dedicada al cuidado de enfermos de peste y muy pronto su gloria se extendió, incluso en la dirección opuesta que él había caminado, es decir, en las peregrinaciones, no solo en las romerías. Prueba de ello es que en el año 1599 se crea en nuestro pueblo la COFRADÍA DEL SEÑOR SANT ROQUE seguramente en agradecimiento de la curación de alguna peste que visitó nuestro Valle. La vida de San Roque se recoge en obras como la “Legenda Sancti Rochi confessoris” de Francesco Diedo escritor veneciano de finales del siglo XV que coincide en cuanto a fechas con la de José Gross y Raguer de la Biblioteca Cristiana que nos cuenta que nació y murió en Montpellier (1295-1327) y que Roque o Rocc no era su nombre si no su apellido. En cambio Miguel Herrero en su Santoral Franciscano en Año Cristiano tomo III Edit.Católica, nos cuenta que Roca era su nombre y el apellido De la Cruz ya que cuando nació mostraba en el pecho una cruz rojiza, además en el escudo de armas de su familia figuraba el lema: ¡La cruz ante todo!. Un escrito anónimo redactado en la Lombardía hacia 1430 y denominado “Acta Brevoria” nos relata según Martiriá Brugada gran historiador de la vida de los santos, que Roque nació hacia el año 1300 en la ciudad francesa de Montpellier y que murió con 32 años en la prisión de Angera. Posteriores investigadores como A.Maurino sitúa la vida de San Roque entre 1345 y 1376 ó A.Fliche que lo hace entre 1350 y 1379. Mi amigo y cofrade Gentza de Goienuri en su libro “Cofradía del Señor Sant Roque” editado con motivo del 400º Aniversario de la Cofradía, da como año del nacimiento el de 1350 y como apellido De la Cruz. Coincido plenamente con Gentza ya que si como dicen una parte de historiadores nació entre 1295 ó 1300 y murió como dice la mayoría con 32 años no le afectó la Gran Peste Negra de mediados del siglo XIV causa y motivo de sus milagros y posterior santidad. Por aquellas fechas, en plena Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, nace Roque en Montpellier, ciudad bajo los dominios de Jaime II de Mallorca (1243-1311), rey de Mallorca, conde de Rossellón y Cerdeña, señor de Montpellier, barón de Omeladés y vizconde de Carladés, bajo el vasallaje de su hermano Pedro III rey de Aragón según el testamento de su padre Jaime I el Conquistador. El reino de Mallorca estará bajo control de Aragón hasta 1295 y los condados de Rossellón y Cerdeña y el señorío de Montpellier permanecen bajo el dominio de Jaime II de Mallorca hasta 1311. Por lo tanto, Roque bien pudo ser aragonés o mallorquín de haber nacido en 1295. A Jaime II de Mallorca le sustituye su hijo Sancho I rey de Mallorca (1311-1324) quien mantuvo buenas relaciones con el rey de Aragón de quien se reconoció vasallo, quien en contrapartida le apoyó en la cuestión del señorío de Montpellier, del que Francia intentaba apoderarse. Sancho I nombró heredero a su sobrino Jaime III (1324-1349) que sería el último rey de Mallorca, el cual vendió el señorío de Montpellier en 1349 a Felipe VI rey de Francia, incorporándolo éste a la región de Languedoc. Así que, como defendemos que Roque nació en Montpellier en 1350, nuestro patrono es francés. De cualquier manera, si el Señor Sant Roque es aragonés o mallorquín o francés; si es peregrino o romero poco nos debe importar. Lo importante es que es el SANTO bajo cuya advocación l@s llodian@s nos cobijamos allá por el año 1599, nos siga protegiendo de todo tipo de pestes actuales. ¡¡Gora el Señor Sant Roque!! Escrito a los pies de la ermita de san Roque con motivo del bautizo de mi nieto Markel en la ermita del Santo a 1 de abril de 2006. Xabier Garma Larrakoetxea el oro verde Cuando observamos los montes que rodean nuestro pueblo, éstos nos desvelan una característica común e inherente, la presencia dominadora de una especie arbórea que se alza presuntuosa sobre los suelos de nuestro valle, el Pino Radiata o más conocido popularmente como Pino Insignis o de Monterrey. Pero esto no siempre fue así. En un principio los bosques llodianos estuvieron poblados por frondosas como hayas, robles y castaños. De este último era particularmente notable su presencia, y tanto su madera como su fruto, la castaña, también denominada vulgarmente “el pan de los pobres”, constituían una importante fuente económica y alimenticia. La regresión de dichas especies autóctonas y posterior repoblación de su hábitat por parte de la exótica conífera fue debida a varias causas, ya que no se ha de entender que el pino usurpó su lugar a los ejemplares nativos, sino que se ejerció una repoblación en las zonas en que las frondosas fueron paulatinamente desapareciendo. Los motivos de tal desaparición los encontramos hacia el siglo XVIII- XIX en que la firme demanda de pastos para el ganado, las roturaciones, el crecimiento del mercado forestal, etc. conducirán a nuestros montes a una situación degenerativa. A ello hemos de sumar las dos grandes plagas sufridas a comienzos del siglo XX por dos especies de presencia importante en el valle, como eran los castaños y los robles, y que acabaron por determinar la figura de éstos como un recuerdo testimonial. El primero, el castaño, sufrió la denominada “tinta” causada por dos clases de hongos saprofitos (Phytophora cinnamomi y Phythophora cambivora) mientras que el segundo, el roble, sufrió las consecuencias del “oidio” (Microsphaera alphitoides). Toda esta concatenación de sucesos supuso el deterioro del paisaje forestal, planteando la necesidad de la repoblación del mismo. Las investigaciones y estudios llevados a cabo a mediados del s. XIX por M. Adán de Yarza a través de repoblaciones en montes de su propiedad en la zona de Amoroto, concluyeron que el pino radiata era una especie adaptable a la vertiente cantábrica y con grandes posibilidades remuneradoras. Esta conífera originaria de la costa del Pacífico norteamericana pronto demostró sus ventajas fren- Pino insignis Diámetro (a 1,20 m del suelo) Altura (m) Volumen (m³) 0,91 28,5 5,95 Ciprés (magrocarpa) 0,85 27,5 5,5 Roble autóctono (pedunculata) 0,33 18,5 0,8 Fuente: M. Adán de Yarza (1913) Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria te a otras especies (adaptabilidad al medio, rápido crecimiento,...) por lo que se impulsó la repoblación de los montes vascos con dicha especie, ya que se ha de entender que la decadente situación no era propia únicamente de nuestro valle, sino que era de carácter general. El siguiente cuadro comparativo muestra el crecimiento estimado de árboles de 40 años, observando la superioridad del pino frente a otros ejemplares. A partir de ahí los montes públicos comenzaron a vestir un manto cuneiforme y los baserritaras percatados ante la posibilidad de obtener un rendimiento económico empezaron a repoblar sus propiedades con la exótica especie. De este modo y a medida que iban abandonando la labor agrícola con el transcurrir de los años se convertían en selvicultores. Hacia mediados del s. XX y como resultado de la fuerte demanda de la industria papelera se producirá un auge en las plantaciones, intensificando su presencia y copando de tal forma la totalidad del paisaje. De esta forma surgirá la denominada “cultura del pino”. Las plantaciones de pino insignis compondrán una inversión en firme con la que obtener una atractiva renta a futuro de modo más o menos sencillo. Es en esta época cuando se acuña el término “oro verde” para nombrar al pino, sustantibilizar su capacidad de generar riqueza y manifestar de este modo su estatus económico. Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua una historia de la vida cotidiana y social de llodio, años 40 Igor Barrenetxea Marañón Doctorado y Licenciado en Historia Contemporánea En esta primera fase del proyecto en la que nos encontramos nos hemos centrado en la recopilación de los recuerdos y, por lo tanto, de las memorias de aquellas personas más mayores de Llodio. La memoria se gestiona a partir de un condicionante puramente psicológico. Las lejanas etapas de nuestra infancia se reviven con suma intensidad, por lo que contra más alejados nos hallamos de esas primeras etapas de nuestra vida, más nítidamente hallamos imágenes perfectamente congeladas en la mente, así que las entrevistas sirven como un 10 modo de liberar esas imágenes. A partir de aquí, empezamos a disfrutar de unas pinceladas muy ricas y vivas del Llodio de los años 40, antes de que llegase la gran industria a la localidad y transformase la fisonomía urbana y, alterase, al menos, físicamente el entorno rural de caseríos que perfilaban la localidad. Es interesante apreciar el modo en el que se concebía la vida, mucho más sencilla y acorde a la necesidad que existía de (sobre)vivir tras la guerra, pues casi en la mayor parte de los entrevistados nos encontramos como se dedicaron a desempeñar una amplia gama de oficios, ayudando en las labores del caserío y, más tarde, incorporándose a la gran industria, los hombres como operarios, o bien, en las diversos puestos de trabajo derivados, en mayor medida, por ésta. Las mujeres, mayormente, seguían en el caserío, ocupándose de la casa y, algu- nas, incorporándose en puestos administrativos u operarias en las empresas, como signos evidentes de un cambio social. Desde edades muy tempranas, los 14 años, en esa orquilla de edades (entre los 12 a los 14) abandonaban la escuela, tras una enseñanza elemental (que recuerdan con mayor o menor nitidez, con mayor o menor agrado), solían seguir colaborando con las faenas del campo, ayudando a sus padres, o bien integrándose en las fábricas o talleres. Desde el punto de vista de las costumbres sociales, se podría decir sin ningún genero de dudas que Llodio era una sociedad tradicional, apegada a fuertes vínculos familiares y a la celebración de las fiestas religiosas y locales (San Antonio, San Roque o Santa Lucía), con el evento tan del gusto de la localidad denominada la “becerrada” en la plaza en un improvisado marco taurino. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria Se recuerda con sumo agrado los bailes de los domingos, como los momentos de ocio, casi únicos, junto a las actividades deportivas (el fútbol, la pelota, etc.) o bien, por los paseos que se daban por el pueblo (los chicos por un lado y las chicas por otro) y cómo todos ellos tenían que acudir al Rosario a las tres de la tarde. De los barrios periféricos nos cuentan cómo se desplazaban en bicicleta de segunda mano (había un par de talleres) o andando a falta de otros medios para acudir a los puestos de trabajo o desplazarse al centro. La ropa solía ser confeccionada por algunas modistas y las reparaciones (los remiendos elementales de calcetines, camisas o chaquetas) era más una labor doméstica. Había vendedores ambulantes que vendían telas por los caseríos o pescado de los barrios más alejados del centro. Ahora bien, lo que asombra de estos relatos de vida es su espíritu emprendedor, su capacidad por adaptarse a las circunstancias, la forma en la que tenemos de mirar hacia el pasado con un talante entre nostálgico, idealista y, a la vez, un tanto aleccionador con respecto a la época presente de la que, de alguna forma, son sus impulsores, pues a partir de su trabajo, de su esfuerzo han sabido impulsar el pueblo. Cierto es que el franquismo, con sus lastres, ocupa un lugar preponderante en la historia de Llodio y de Euskadi, por eso, los temas políticos son tocados con distanciamiento o con un eclecticismo que revela el grado de despolitización de aquella época. Hay quienes valoran críticamente esa pérdida de la lengua vasca o quienes no le han dado tanta importancia (ya que se conservaron algunos rasgos autóctonos como las danzas o la música), pero eso son registros propios de una sociedad plural, marcada inevitablemente por el carácter poco integrador, como pone de relieve la historiografía, que sostuvo el régimen hasta la llegada misma de la democracia. Con todo, eso no invalidó las viejas reglas de solidaridad y compromisos adquiridos por los llodianos, a pesar de la llegada masiva de inmigrantes, ni la conservación de una memoria que es lo que nuestro trabajo desea dibujar. Por eso, nuevamente, hemos de agradecer la participación activa de todos los que han facilitado su recuerdos, pues sin ellos, sería imposible componer ésta, su Historia de una memoria colectiva bien viva. Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua notas jocosas de la comida de la cofradía Juan de Larra No vamos a tratar aquí y ahora sobre la “congregación de los cofrades” que la Regla dispone “se aga en cada año” y en la que “los mayordomos” nos dan “de comer de un mismo manjar que ellos pusieren por costumbre y ordenanza”. Mejor dicho, no vamos a tratar del singular y alto significado de esta “congregación” y comida, que debe estar adornada y engrandecida, presidida se podía decir, por esas otras disposiciones de dicha Regla que nos hablan y obligan a la reconciliación, a la armonía, el entendimiento y la solidaridad entre los cofrades. Queremos ahora tratar sobre algo más banal, menos profundo, más intrascendente, a pesar de ser consecuencia también de esta comida de la cofradía. Y es que no nos debe extrañar que en esta comida, como en cualquier comida que se precie, el vino, tanto por su calidad como por su cantidad, ocupe un lugar importante de la misma. Así lo debieron entender también nuestros mayores cuando para atender a esa primera condición, la de la calidad, decidieron establecer la “fora” del vino con el fin de elegir el mejor sin reparar en su precio. En cuanto a la segunda condición, la de la cantidad, acordaron ponerlo en la mesa con reconocida prodigalidad: dos azumbres –cuatro litrospara cada cuatro, servido en esa jarra que se ha convertido en todo un símbolo de nuestra cofradía. Es esta conjunción, situada dentro de la vivencia de una tradición de siglos, en un ambiente único, de amistad, llodianísmo y confraternidad, lo que favorece, y disculpa a la vez, alguna que otra alegría, que de forma más o menos inesperada pueda aparecer entre los cofrades como consecuencia de la celebración. Por eso, este par de anécdotas que nos proponemos comentar estarán relacionadas con esta faceta de la mesa: el vino. Agua en la mesa Fue en los últimos cuarenta cuando José Mari Goiri, que se sentaba en la mesa junto al aretano Jorge Urquijo, “Gorka”, en los bancos próximos a los de piedra, no se si por tentarle a éste o porque realmente le apetecía, al principio de la comida le prometía a Jorge un Montecristo del uno si le llevaba a la mesa una jarra de agua. Cualquier cofrade sabe lo que supone semejante sacrilegio. El caso es que Gorka, quizá empujado por el aprecio al tabaco en aquellos tiempos de racionamiento del mismo, se armó de valor y levantándose decidido se dirigió hasta la Plaza, donde entonces se preparaba la comida, para hacerse con una jarra de cristal. Al atravesar la plazuela camino de la fuente, algunos cofrades advirtieron sus aviesas intenciones, generalizándose rápidamente una estrepitosa protesta. Los gritos y abucheos se iban haciendo atronadores mientras llenaba la jarra sorteando el agua que, por el viento, caía procedente de los chorros que lanzaban los ángeles hacia la taza superior de la fuente. Cuando aguantando el chaparrón, llegó a la cabecera de la mesa en su parte transversal, se paró para justificarse, ante Antonio Lecanda, Carlos Larrea y José Luis Arana, diciéndoles lo que por su hazaña iba a percibir; Eugenio Perea que le escuchaba, pinchó el gran trozo de tocino del cocido que sin tocar correspondía a los cuatro y, con su capa de tomate incluida, lo introdujo con cuidado en la jarra que Jorge escondía tras de sí. Ufano y socarrón llegó hasta 11 donde José Mari diciéndole arrogante: “Venga el puro que aquí tienes el agua”, mientras colocaba la jarra encima de la mesa. Gorka cambió de color al ver el del agua y, mientras se le helaba la sonrisa, se dio cuenta del momento oportuno en el que se la habían jugado. Hubo quien aseguraba que José Mari Goiri le dio el puro, pero los que le conocíamos bien estabamos seguros de que no. Bueno era José Mari. Si no que se lo pregunten a Juan Carlos Zaballa. Primera y ultima cofradia Era D. Marcelo un hombre serio, de mediana edad, más bien bajo y bastante grueso, su andar era reposado y vestía generalmente de oscuro, con corbata y chaleco atravesado de bolsillo a bolsillo por gruesa cadena que sujetaba su reloj. Llego a Llodio a principio de los cuarenta para hacerse cargo de la escuela de niños de Gardea. Consideró procedente D. Marcelo ir integrándose en la vida y costumbres de su nuevo pueblo, comenzando por aquellas que estimó de más arraigo y tradición: la cofradía era una 12 de ellas. Entrevistándose con aquél gran caballero que era su mayordomo, Manuel Goitia Ojanguren, no encontró para ello la más mínima objeción. No sabemos con que otros tres cofrades compartió la jarra, ni como se desarrolló la comida, pero si recordamos su entrada a la corrida de toros en aquella sin par vieja plaza. Como siempre en ese día, el lleno era completo. El caballero en plaza, los toreros y mulillas y el público en general, esperaba impaciente la llegada de la presidencia para comenzar la fiesta. Por fin, a la meseta de los toriles donde se asentaba, se asoman las autoridades que la componen y entre ellos, ¡oh sorpresa!, D. Marcelo. A la señal del Presidente, “Miguelito el barbero” hace sonar el pasodoble del paseillo. Pronto la primera vaca de Fraile, que precede a los novillos de muerte, ya esta en el ruedo y mientras “Carita” y “El Sordo” tratan de frenar sus vueltas a la plaza, es la plaza la que empieza a dar vueltas en la cabeza de D. Marcelo, que, ya para entonces, se apoyaba de forma sospechosa en la defensa hacia la plaza. No pasó mucho tiempo hasta cuando éste, depositó sobre el albero el exceso de líquido etílico ingerido en la comida. Unas paladas de arena restablecieron el piso de la plaza mientras Paco el alguacil y algún otro samaritano, bajaban a D. Marcelo por aquélla peligrosa escalera para trasladarlo hasta su domicilio de enfrente de la Estación, encima de la Alhóndiga. Recibido por su sorprendida señora, pasó directamente a la cama. Cuando un tanto alarmadas por su larga siesta, ella y su hija Maruja, una chica ésta de doce o trece años, esperaban alguna señal de vida de su esposo y padre, cerca de las once de la noche escucharon unas voces ininteligibles que les hizo pensar que algo raro tenía D. Marcelo en la boca, más pronto comprobaron que no era que tenía, sino más bien que no tenía, no tenía su dentadura postiza. La había perdido en el trance. No sin reparos, Maruja, revolviendo en la arena, esa misma noche recuperó tan preciada y necesaria prótesis. Esta, por supuesto, fue la primera y última cofradía del maestro de Gardea. Estas dos anécdotas sobre el vino en la mesa no dejan de ser un tanto extremas. Por eso creemos que ni el agua como José Mari ni el vino como D. Marcelo. Entre las dos posiciones esta, sin duda, la virtud. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria San Bartolomé. Fotografía de 1921 Exposición de productos artesanos Isaac Rueda y Eloy Arrazuría Agapito Berzal, Anselmo García y D. Eustaquio Paso de la Última Cena de Seman Santa destruido en el incendio de la casa de la plaza Cabezudos en el año 1956 con multitid de personajes conocidos Antigua entrada principal de las Escuelas del Patronato, año 1961 Sor Milagros y Sor María Celebración Sagrado Corazón de Jesús Primera fotografía conocida de la subida de Sant Roque Litografía del casino Fiestas de Sant Roque, año 1927 Vista de Llodio en el año 1936 Celebración de Villosa, jardín Sauto 1948 Inauguración traída de aguas, 6 de octubre de 1929 Aurresku a San Miguel, 1951 Inundaciones de 1953 Caserío en Carmen Primeras carrozas de fiestas de Llodio Vista panorámica de Llodio desde mi ventana Patrocinio Gil Tétrada Literaria Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua Así como la naturaleza social del mundo no volverían ni para bien morir. Porque de aquella época, les permitía a Cristilo desde ese momento en que pusieron y Andremio, en el Criticón, mirar desde los pies sobre el andén, la alegría pareuna de las siete colinas de Roma el paso ce hacer abandono de sus funciones, y del tiempo, la fragilidad humana y la los recuerdos, que en ese andén se momuerte. Desde mi ventana, en este valle rían de los más diversos males, afloran de Llodio que aún añora los humos de a sus mentes como afloran la tristeza y las altas chimeneas de la fábrica de Aceel desconsuelo. El exilio, aunque sea por ros y el ir y venir de los obreros sobre sus motivos de trabajo, también duele en el bicicletas, y un tanto las facciones de lo alma. Y esa incertidumbre de “más vale añejo, pongo en funcionamiento otro lo malo conocido que lo bueno por codispositivo alegórico y el apego a los painocer”, les lleva a agachar la cabeza y sajes fronterizos de la imaginación, y a torvar la mirada. Y el miedo -siempre el esos otros prestados de la fantasía, para miedo- a una situación diferente, pues lo si alguna vez, la memoria que en todo se vendieron todo para esta aventura, hace entromete, me preguntara, sin ninguna su ominosa aparición. Y en este atardeotra voz que no fuera, pero lícitamente, cer de colores que ellos no están acosla suya propia, por los años cincuenta. tumbrados a ver, se hace presente con Toda una época, sobre todo, una virulencia extraordinaria. porque al que esto escribe le pilló todaSin embargo, el solidario juego vía disfrutando las pequeñas singladuras de la vida, cicatriza en los abrazos de la y los incomparables paisajes de la inbrisa y en el verde de las altas montañas, fancia y, cualquier en ese duermevela espacio de tiemde octubre ya canpo le parece una sado que se eseternidad, para cuda en el aire de ...de sus fauces introducirnos de un zortxiko, para descendían no sólo lleno en el meollo ahuyentarlos de la viejas maletas de cartón de esos atardecedesesperanza. Y atadas con cuerdas, res en los aledaen el piano de los bultos de rotas colchas ños de la estación, primeros pasos, el envolviendo suspiros, y cuando se hacía cuarto creciente jaulas con gallinas, sino el crepúsculo, las de la luna que asolas manos temblorosas aves regresaban ma sus mofletes de quienes los asían... a sus nidos y los de nácar, nacida trenes renqueanpara todos, inclutes de más de so para ellos, les quince vagones se parece más bello. detenían ruidosos en los andenes, y de Y, aunque los niños corretean su risa sus fauces descendían (monte, camino, como el gran semillero de la suerte e sudor, trillo, arado, escarchas, niños, inventan en el ánimo de sus ingenuidasurcos, hambre, corazón y amapolas) des la difícil tarea de que nada se olvide, no sólo viejas maletas de cartón atadas porque hay un hoy y ahora pidiendo una con cuerdas, bultos de rotas colchas enoportunidad, los mayores apresan en volviendo suspiros, y jaulas con gallinas, sus ojos desangradas las flores del roto sino las manos temblorosas de quienes corazón, y acaso, cubren sus lágrimas los asían, que miraban con tristeza por sin verse, llevando en los bolsillos de la dentro de sus ojos la luz inextinguible única chaqueta el último balance de rede esos otros crepúsculos que les vietornar memorias a las viejas acequias, al ron partir. Cómo en el pitido del tren iniremusgo del alba en el mar de los trigos ciando de nuevo su cansina marcha, se que abrazara sus ojos de cuando se voliba otro pedazo más de las entrañas de vieron a contemplar sus casas cerradas una tierra que les viera nacer, y a la que a cal y canto, la tumba del abuelo o ese a lo peor –el destino es impredecible–, vaso de vino que les supo a amargura. 17 Por el balcón abierto a nieblas estrenadas, yo les veía marchar la calle abajo sin encontrar sus sombras, volviendo a los recuerdos, a esas cosas amargas que les han ido ayudando a entender lo que son, cómo son, quiénes son, para que puedan acomodarse despacio hasta esta tierra que ahora tienen aquí, frente a sus dudas y el hambre que anochece. Y el valle se dolía con el dolor tan viejo del que dejó su tierra y sus raíces. Y el cielo se hacía triste y todo era cansancio, mientras alguien pasaba fumándose un pitillo e ignoraba aquel cuadro digno de Modigliani. Luego, porque siempre hay un luego de una mano estrechada o un don de lo distinto. Algo me recordaba de alguna vez remota en que hice ese viaje calle abajo, cuando el tren nos dejó en esa ignorancia del andén en crepúsculo. En ese andén varado –me duele al recordarlo- donde fuimos haciéndonos un montón de preguntas que no tenían respuesta. Asido a la mano de mi madre, como un ángel sin ojos, mientras me iba diciendo despacito de sueños imposibles y aquella mano frágil de Teresa agitando un pañuelo de florecillas rojas cuando la despedida, de los azules todos en el río de la vida, boca arriba en los prados en las noches de julio contando las estrellas y aquel último beso que me supo a membrillo. 18 Mi pobre madre, que aún guarda entre sus ojos aquella belleza irrecuperable, la vida y el mundo que aparecían en los míos de repente cada mañana cuando me peinaba y me daba un beso antes de irme a la escuela, andando unos pasos atrás de mi padre, tan pequeña, encorvada y sumisa, traída por el sueño de alguna luz remota, de negro hasta las cejas, de corazón distinto, suscrita a sabañones y a lavar todo el día; lavar y parir hijos, perdida en los recuerdos de una vez en el torno de las monjas y esa inclusa de fríos y fideos que no daban cariño, en todos los adioses de quitar hierro y ser agradecida. Y el dibujo de los encuentros entre la tristeza de los que dejan su tierra y la alegría de esta otra nueva que se extiende ante ellos como alfombra y cobijo, sutura las heridas y hace acopio del bálsamo para seguir creyendo. Y todo: el tren que ya se ha ido llevándose los sueños, las historias contadas al amor de la lumbre, la luna que reluce en lo alto de la bóveda celeste y los mira pasar desencantados pero ya más serenos, el rumor de las aguas de un Nervión recostado en su doctrina y hace suyas las voces de los niños que piden la merienda, las toses de la noche y esa maleta vieja que contiene en su fondo la foto color sepia de los antepasados y una Biblia sin tapas, alguna vez, si acaso, los dorados reflejos de tantas amapolas jugando al escondite con la suerte, tiene la misma forma que lo ha tenido siempre. Cierro el balcón y escribo despacito (yo soy como ese niño que necesita un pecho para seguir viviendo, o alguna sementera perdida para siempre de haber sido sus ojos, o la sonrisa llena de otros soles, donde a veces venías, tierra de mis mayores, con olor a lavanda y canto de perdices, lagartijas al sol y golondrinas, y en ti me deshacía como un terrón de azúcar, porque no había lugar como tus surcos, o nuestro estar allí formando parte de una historia incontable: De los recuerdos, cuál, sino ese otro del pan recién partido, azul de mediodía añorado de sombras y siestas que era patria, señas de identidad para no equivocarnos de una infancia perdida entre los ojos…) para no ser distinto, para que ese mañana que se les hará largo, como a mí se me hizo, les abrace de pronto a la ilusión y al gozo de vivir este pueblo, que pronto se hará lluvia y mano abierta, avellano y manzana, calle y vida, como lo hizo conmigo hace cuarenta años… Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria del sentimiento de pertenencia a la colectividad Txema Urquijo “Sentirse completamente aislado y solitario conduce a la desintegración mental, del mismo modo que la inanición conduce a la muerte”. En la década de los sesenta del siglo pasado, el libro “El miedo a la libertad”, del filósofo Erich Fromm se convirtió en una de las obras más aclamadas y admiradas por generaciones de jóvenes en todo el mundo. Del mencionado libro es la cita con la que he encabezado estas líneas y aunque no constituye la idea central de la tesis que Fromm desarrolla en el mismo, sí me sirvo de algunas de sus reflexiones de partida para llegar al destino que pretendo. La historia del ser humano es la historia de su lucha contra la soledad. El abandono de la infancia y su irresponsabilidad enfrenta al hombre con su propia individualización, con la experiencia de sentirse uno y único y, por ende, al margen de otras muchas cosas positivas y gratificantes para él, básicamente aislado y sometido a la dura experiencia de asumir la conciencia de lo que eso significa. Ante tal situación, el ser humano reacciona buscando su conexión con el mundo que le rodea, huyendo de la soledad. La necesiNº 11 zk • Agosto 2006 abuztua dad de pertenencia se convierte en un factor totalmente compulsivo y de esa manera la sensación de pertenecer a un colectivo, de identificarse con los demás, proporciona al hombre una agradable seguridad que aleja los fantasmas del aislamiento y la soledad y la angustia que ambos generan. Son muchos los enganches posibles al alcance de los humanos para materializar esa conexión con el mundo exterior. Destacaré uno que entronca con esa actividad ingente que ocupa a la Cofradía del Señor Sant Roque en la actualidad. La materialización y concreción de la memoria histórica colectiva de nuestro pueblo de Llodio. Qué duda cabe de que la historia, las tradiciones, las costumbres, la geografía, la lengua, etc. son elementos fundamentales en la configuración de un sólido sentimiento de pertenencia a la colectividad que se manifiesta y se sostiene de manera continuada y con escasos altibajos. Es el grupo identificativo por antonomasia. Otros lazos pueden ser más intensos en un instante concreto (el aficionado del Baskonia que vibra en el Buesa Arena con un triunfo importante o el incondicional de los Rolling Stones que se emociona en la catar19 8VhVYZ6cYVajXV CigV#HgV#YZaGdXd 8Zcigd:migZbZd 8Zcigd<VaaZ\d 8Zcigd8VhiZaaVcd"AZdch sis colectiva que provocan los sones de “Brow sugar” escuchados en directo) pero todos ellos carecen de la extensión temporal y solidez interior de aquél. Si nos preguntan a los cofrades en qué medida valoramos nuestro sentimiento de pertenencia a una colectividad definida por la historia, las costumbres, las tradiciones...seguro que la respuesta es de sobresaliente para arriba. Nos referimos a ello como “las raíces”. Todos valoramos nuestras raíces. Sentirnos parte de nuestro entorno cultural nos brinda una agradable sensación de comodidad y de seguridad ante el fantasma de nuestra propia individualidad considerada como tal. Aún mejor podemos apreciar esto si reparamos en las sensaciones de un emigrante, de un individuo que se ha alejado de sus raíces y habita en un entorno extraño, donde su memoria vital no encaja, donde siente más crudamente la falta de un “otro” con el que puede identificarse en el recuerdo de esos mismos elementos que al autóctono brindan seguridad y comodidad. Todos nos hemos esforzado en alguna ocasión para desarrollar empatía hacia quienes vienen de fuera, intentando 20 comprender lo que a ellos les falta y lo que eso supone en sus vidas y en su modo de enfrentarse a la angustia de la soledad moral. Incluso todos hemos atendido las añoranzas de quien era parte de nuestra colectividad y se fue, dejando atrás su sentimiento de pertenencia básico, afrontando la adaptación a un nuevo grupo. En todo caso, el trabajo de recuperar y ordenar la memoria colectiva de Llodio debe ser una excelente ocasión para desarrollar una mayor capacidad de comprensión hacia este fenómeno. Me cuentan que aquí al lado, la mirada poética de Patrocinio nos trae el recuerdo de imágenes de gentes llegadas a Llodio en busca de presente y, sobre todo, de futuro. Ellos y sus hijos, ya nacidos aquí, son parte esencial también de nuestra memoria colectiva. Las raíces de nuestro pueblo siguen creciendo y enriqueciéndose con las aportaciones de quienes somos protagonistas en cada momento que nos toca vivir, de manera que nuestro presente es memoria para el futuro, en un proceso complejo y difícil, a veces, de fusión y mixtura que requiere dejar esencialismos y fundamentalismos a un lado y hacer acopio de tolerancia y comprensión. La capacidad para asumir la evolución de las cosas como algo no solo inevitable sino deseable resulta crucial para el éxito de la integración y, sobre todo, para que el sentimiento de pertenencia a la colectividad pueda constituir un elemento de cohesión en cualquier entorno social. En nuestras manos está la posibilidad de esforzarnos para que ese sentimiento de pertenencia a la colectividad, que, no olvidemos, alivia nuestra irracional angustia ante la soledad moral como seres humanos individuales, se materialice a través de una condición de ciudadanía que armonice adecuadamente el conjunto de factores y elementos que configuran lo que hemos venido en denominar las raíces de la colectividad, su memoria histórica colectiva. Me consta que así se están planteando los trabajos en la Cofradía del Señor Sant Roque por lo que no cabe sino acentuar, desde la perspectiva que he comentado en estas líneas, la relevancia y la trascendencia de dicha tarea. Estaremos ante un importante impulso a la cohesión social y cultural de cuantos habitamos en el valle. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria jordania 2005 (2ª parte) I. Mendieta El espectáculo era grandioso. Una gran hoguera nos apiña junto al fuego. Unas velas clavadas en la arena, hacían del camino un pañuelo cargado de misterio y melancolía, de tenue luz pero vereda segura. Canciones con guitarra y aparatos autóctonos de nuestros anfitriones beduinos, caldearon el bello anochecer. Aquel gran hotel, que era la noche, evocaba silencios y esperanzas, alegrías e ilusiones, vibraciones calladas, pero sentidas y mesurables. Cenamos, cantamos, muchos bailaron, y alguna intentó seducir al árabe aunque sin final feliz. Ya anochecido y después de despedirnos con agradecimiento reconocido, volvimos rumbo AQABA a descansar, porque mañana será otro día. Hoy es martes, pero no es trece sino quince. Nos dirigimos hacia SAFI donde visitamos, tras ascender 292 escaleras, la cueva o santuario donde se cree que Lot y sus hijos se refugiaron después de la destrucción divina de Sodoma y Gomorra. La vista es maravillosa, ya que además del mar Muerto se divisa un vergel espléndido con todo tipo de plantaciones naturales. Camino ya del mar Muerto y pegando materialmente a Israel vimos la supuesta estatua de sal seca de la desobediente esposa de Lot. Conforme vamos hacia el MAR MUERTO, los oídos nos avisan que nos acercamos al lugar más bajo del mundo, ya que estamos a 402 metros bajo el nivel del mar. Las montañas nos sobrecogen pero el reseco mar también. Es tal la cantidad. de sal que contiene que es totalmente inviable la vida en estas aguas. En ellas no te hundes sino que flotas siempre. Llegados al hotel y ya comidos, mucha gente se impregnó del famoso barro del mar Muerto. Nuestro grupo se confundia con los habitantes de cualquier pueblo africano, es decir de un total y absoluto negro. Son fotos Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua 21 para conseguir cualquier gran premio fotográfico. El tiempo corre y hoy miércoles caminamos hacia BETANIA (BETHABARA) tomada por los militares y lugar donde evoca el bautismo de Jesús en el río Jordán. En frente contemplamos la ciudad biblica de Jericó con 11.000 años de existencia y cuna de la humanidad. Allí, ya en el río Jordán, rebauticé a todos los del grupo. El lugar, la emoción, los recuerdos nos invadieron. El agua estaba sucia y turbia, pero nuestros corazones limpios, ilusionados y emotivos paliaban la incomodidad del modesto río Jordán. Y al atardecer nos vamos hacia AMMAN. Parada en unos grandes almacenes, donde se oían los gritos y lágrimas de dolor tanto en las VISAS personales como en los bolsillos de los sufridos pacientes y agradecidos maridos. El jueves (17 de noviembre) nos fuimos a ver los CASTILLOS DEL DESIERTO. Son muchos, de diversas épocas y en su mayoría pequeñas fortificaciones o palacetes árabes. El de AL-HARRANA, de adobe, defensivo con inscripciones griegas y bien conservado. El QUASIR MRA, patrimonio de la Unesco, palacete Omeya, pabellón de 22 caza. En sus muros y techos, pinturas de guerreros, músicos con desnudos femeninos, algo prohibido por el Islam Se ve que el Califa era hombre liberal permisivo y amante del arte y otras cosas. El último es el fuerte de QASR L AZRAK de origen romano y de basalto negro. Entra en la leyenda, porque, después de la primera guerra mundial, se instalaron en él el rey Faysal y el galés Laurence de Arabia, que trajo muchas esclavas para sus soldados, ya que él, parece ser que comía en otros platos (era homosexual) Ya de camino y siguiendo la ruta de los Reyes paramos en UMM ar-RASAS magnificas y extraordinarias ruinas bizantinas, que aunque fuera de programa, se hizo hueco para verlas. La iglesia de San Esteban con un maravilloso mosaico, nos da entrada a una monumental excavación donde se encuentran hasta 16 iglesias bizantinas, todas dentro de la estructura de una gran ciudad. Y después de deleitarnos con estas maravillas nos dirigimos a otra todavía aun mejor: MADABA. Con 4.000 años de historia, se le llama la ciudad de los mosaicos. En su iglesia ortodoxa de San Jorge y en uno de sus mosaicos más celebres, se encuentra un auténti- co mapa de la antigüedad. Esta maravilla está compuesta por dos millones de piedrecitas pequeñísimas con las que se hacían los mosaicos. Es de la época de Justiniano y era una carta para los peregrinos. Todavía sin despertar por la visión de tales maravillas nos acercamos al MONTE NEBO. Es un lugar sagrado, donde Moisés por su falta de fé, tuvo que decir adiós a la maravillosa vista de la Tierra Prometida. Se supone que está enterrado allí. La vista es magnifica, -porque desde una altura de 840 metros se divisa El Jordán, Judea, Jericó y el Mar Muerto. Y como el que suscribe estaba sin rebautizar, el nuevo diácono del grupo José Antonio Romero y con agua del Jordán, me. rebautizó en un acto entrañable e inolvidable en el monte Nebo. Y colorín colorado y casi sin querer, el día 19 del XI del 2005 todos ya en casa, no sin antes agradecer a dos notarios que han hecho posible, la historia de este maravilloso viaje. Me refiero a que tanto J. A. Romero con su rigor histórico y referencial del viaje como Aureli Picaza con su directo y vivencial estilo, han sido el archivo y la fuente en el que yo me he documentado y bebido para transmitiros esta prolija, pero espontanea, caliente y emotiva Historia Jordana. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria Presentación del proyecto “Recuperación de la memoria colectiva de Laudio/Llodio actos institucionales ekitaldi instituzionalak Erroke Deunaren Kofradia, Laudioko Oroimen Kolektiboaren berreskurapenean betetzen ari den lanaren ondorioz jarduera instituzional handia betetzen ari da. Horrela, gure herriko kulturan ospe handia duten pertsonen eta Kofradiarekin lotura duten pertsonen hitzaldiak egiten ari gara. Horrek guztiak erakusten digu kofradia bizirik dagoela gurean. Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua La Cofradía del Señor Sant Roque como consecuencia del trabajo que lleva a cabo de la Recuperación de la Memoria Colectiva mantiene una gran actividad institucional que se ve reflejada en los actos que a continuación se citan. Unos por medio de conferencias que nos dan personas importantes de la cultura de nuestro país y otros propios de la dinámica de la Cofradía. Sin duda es un reflejo de lo viva que está nuestra institución y por tanto debemos de felicitarnos y aprovechar esta inercia para mejorar día a día. morcilla de Laudio/Llodio. Previamente el 16 en el Museo Vasco de Gastronomía celebramos un acto donde se realizo una demostración de la elaboración de la morcilla por parte del cofrade Iñaki Ussía. Visita a la Casa de Andalucía en el día de su fiesta. El día 19 de marzo la Cofradía del Señor Sant Roque hizo entrega de la jarra conmemorativa a la “Casa de Andalucía Nª. Sª. del Conferencia de José Antonio Pérez Pérez el día 11 de marzo con el título “Memoria oral: La voz del pasado” José Antonio Doctor en Historia Contemporánea y profesor en las Aulas de la experiencia de la Universidad del País Vasco nos dio una magistral conferencia sobre lo que suponen las encuestas para el estudio de la memoria de un pueblo. “Fiesta de la morcilla” El día 19 de marzo celebramos la fiesta de la Rocio”, Tomó la palabra el Presidente D. José Ruiz Ruiz para agradecer en nombre de su institución el reconocimiento que hacía la Cofradía del Señor Sant Roque a través de la Casa de Andalucía, a todos los andaluces que viven el Laudio/Llodio. El día 12 de mayo en la sala multiusos del Ayuntamiento se celebra una reunión con todos los voluntarios y colaboradores de la Memoria Colectiva con el fin de informarles de todo el proyecto y la función de cada uno 23 fallecidos dentro del organigrama de trabajo. Se proyectó todo el esquema por medio de un sistema audiovisual. El día 13 de mayo en el local del Centro Gallego el Mayordomo de la Cofradía del Señor Sant Roque realizó una charla con los temas: Memoria El día 24 de junio se celebró un encuentro con la Cofradía de San Juan. El Presidente de la Cofradía de San Juan D. Ángel Mayo agradeció esta distinción y abogó porque las relaciones entre ambas instituciones sean lo más fructíferas posibles. Visita al Centro Gallego. En el día de su fiesta “Día de Santiago” la Cofradía del Señor Sant Roque, hace entrega al Centro Gallego de Laudio/ Llodio, la jarra de dos azumbres conmemorativa. El Presidente del Centro Joan den 2006-04-19 Juanito Bernaola Polancos Gure anaide laguna, zendu zitzaigun. Goian Bego. El pasado 19-04-2006 falleció el cofrade Juanito Bernaola Polancos. Descanse en paz. Colectiva y revista de la Cofradía. Seguidamente Juan Carlos Navarro dio una conferencia con el tema “Mitos y leyendas”. El día 3 de junio, en el local de la Cofradía, conferencia del director de cine, Imanol Uribe Bilbao con el tema “El cine en Euskadi”. Durante el acto se proyectó un cortometraje de Imanol Uribe sobre Mikel Laboa. Participación en el mismo acto del director de cine y cofrade, Kepa Sojo Gil, mencionando su nuevo largometraje “El Síndrome de Svensson” Los hermanos Sarralde, Izaskun y Aitor dieron un extraordinario concierto de violín y flauta travesera. Joan den 2006-05-02 Javier Otaola Murga Gure anaide laguna, zendu zitzaigun. Goian Bego. Gallego D. Víctor Valiño agradeció el reconocimiento de la Cofradía hacia su institución y sobre todo extensivo a todos los gallegos que viven y participan como auténticos llodianos en la construcción de un pueblo que tan bien les acogió. El día 7 de junio se presenta en el palacio de la Fundación Sancho el Sabio de Vitoria-Gasteiz el trabajo en marcha de la Recuperación de la Memoria Colectiva de Laudio/Llodio ante las instituciones públicas que participan en este proyecto: Diputación Foral de Álava, Ayuntamiento de Laudio/Llodio, Subdelegación del Gobierno en Álava y Caja Vital Kutxa. Empresas patrocinadoras: Guardian S.A., Tubacex S.A. y Vidrala S.A. Instituciones culturales, voluntarios y colaboradores, así como ante los medios de comunicación regionales. 24 El pasado 02-05-2006 falleció el cofrade Javier Otaola Murga. Descanse en paz. Joan den 2006-05-28 Juan Ignacio Ortega Azpuru Gure anaide laguna, zendu zitzaigun. Goian Bego. El pasado 28-05-2006 falleció el cofrade Juan Ignacio Ortega Azpuru. Descanse en paz. Erroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria laudio Juan Ignacio de Uría A vuelta del tiempo Laudio, importante pueblo industrial, intenta hoy en el corazón del País Vasco de Egoalde, en la frontera vizcaína tratar de recuperar la memoria colectiva. Sabemos que este pueblo histórico abierto al mundo, desde la noche de los tiempos por ese puente romano de Vitórica cabalgando en la unión de una histórica calzada que termina en Flaviobriga, en el mar, es al par hoy un pueblo de Álava centrado en sí mismo, rodeado de montes y fiel a lo largo de su historia al Fuero Vizcaíno que, mas allá de distintas adscripciones territoriales con sus vecinos les ha hecho a todos igual y nobles, lo mismo el ferrón de Anuncibay o el señor de la casa de Ugarte que el menestral, el barrendero que el recadero, el morroi, que hacían posible con sus actividades que florecieran arrogantes escudos de armas y títulos de Castilla. La recuperación de la memoria colectiva, planea sobre este trasfondo de una población profundamente rural cuyo espíritu solidario no ha podido ser alterado en su identidad esencial en la industrialización que con las gentes que han venido a instalarse aquí, procedentes de los más dispares y raros lugares triplican con creces la población. El espíritu lúdico es el que mejor caracteriza el soporte del alma Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua colectiva de un pueblo. Y ahí tenemos a los niños en Laudio que hoy mismo por carnavales como en tiempos inmemoriales matan un gallo mientras los mayores hacen lo mismo y queman a la bruja de Letziaga perturbadora del equilibrio de la vida colectiva con sus tentadoras artes de seducción selectiva. Todo este trasfondo yace en las raíces de la memoria colectiva cuyo mentor es esta peregrina Cofradía de Sant Roque creada en 1599 y aún viva y pujante como el eje motor hoy de la identidad colectiva de Laudio. Es curioso el caso de esta Cofradía que está tan viva y es motor de uno de los pueblos mas pujantes del País cuando han desaparecido tantas, algunas anteriores y otras posteriores. La Cofradía de Sant Roque tan en la frontera de simples asociaciones piadosas ha terminado siendo la conciencia viva de un pueblo moderno y complejo, algo verdaderamente increíble y sin parangón prácticamente. Es verdad que esta Cofradía que festeja a Sant Roque con las fiestas más largas y sonoras de todo el País como hemos oído contar, es el fondo el gran aglutinante de esta conciencia colectiva, desde la solemne bajada del Santo a su devolución a la ermita pasados los días festivos con ese día de La Morcilla, la víspera, a la comida final el día último. La novillada, el Día de los Ajos, el Baile del Aurresku en el día del homenaje a las Mujeres, etc.. En una cultura como la nuestra, la vasca, la memoria colectiva no tiene data y se trasmite durante generaciones desde la cadena de las sucesiones de viva voz como es sabido. Por eso, ese curioso documental en ocho, que poseéis tesoro inestimable pues recoge una panorámica apasionante de Santa Águeda a los Roques por José María Davango y los miles de fotografías, testimonio inapreciable que la Cofradía recoge gracias a nuestro admirado Javier Salcedo, nos da que pensar que todavía en la tradición oral, -y habría que recoger testimonios de gente longeva que vive aún entre nosotros- la memoria colectiva puede aún alargarse más hasta tiempos increíbles. No olvidéis que las Luchas de Bandos de nuestro Medievo, por ejemplo se perpetúan a lo largo del tiempo y han llegado hasta nosotros como os comentará un Juan José Pujana nuestro sabio humanista por esa vía oral de un Homero. Estoy seguro que el entusiasmo de nuestros cofrades se contagiará y no olvidéis que a nivel de todo el País estáis desarrollando, con pocas excepciones, una experiencia colectiva que dejará huella. Sobre la arqueología física, aparentemente muerta de nuestro Patrimonio tan importante, con monumentos señalados, estáis incorporando a ese pasado hoy el complemento oral de vuestros archivos que hace y da sentido a lo que es un pueblo vasco como el vuestro, que hoy os aglutina en una comunidad que tiene un sentido de colectividad responsable y viva en nuestros tiempos tan despersonalizados y vacíos aparentemente. La alineación de los pueblos legitima la pérdida de identidad. Lo dice alguien que sabe que poseer el honor de una jarra de la Cofradía compromete a mucho, sin duda. 25 Aitor Aretxaga del bolígrafo a internet La evolución de la Caja desde la apertura de las primeras oficinas en Llodio hasta la actualidad es paralela a los avances tecnológicos que se han desarrollado en la sociedad. Para certificar esta profunda modernización están Rufino Lorz, que empezó a trabajar en la Provincial en noviembre de 1969, en el local que había en el Crucero, justo enfrente de la actual sucursal de la calle Nervión, y José Eguía. En su caso, entró a formar parte de la plantilla de la Municipal en 1968, ocupando el mostrador de la oficina situada en la calle Álava, donde luego se abrió el cine Castillo. Al coincidir en el tiempo, el relato de ambos es similar. Así, recuerdan con añoranza cómo los primeros asientos de las libretas se hacían a mano, con bolígrafo. Las ventanillas se abrían todos los días, incluidas las mañanas de los primeros domingos de mes, cuando se celebraba una feria en la que se daban cita los baserritarras de todo el municipio, lo que era aprovechado por la mayoría de ellos para acercarse a las entidades financieras. “Las primeras domiciliaciones fueron las de Iberdurero. Cada semana llegaba de Vitoria un listado y había que comprobar cuando venía el cliente si tenía algo pendiente. Lo de las nóminas llegó bastante más tarde, después del famoso atraco a Tubacex, hacía 1978. Ahí empezó el ‘boom’, con las domiciliaciones de Aceros, Villosa y las demás empresas”. 26 A modo de ejemplo, hasta entonces, las pensiones se pagaban en mano. “Todavía recuerdo de pagársela al pintor José Arrúe, un señor muy majo”, rememora Eguía. Para Lorz era llamativo que en el mostrador hubiera hasta hace unas décadas un bolígrafo y un tampón para que la gente que no sabía firmar pudiera disponer de su dinero. “Había otros que no sabían firmar pero sí copiar y traían un papelito con su nombre con una rúbrica y la copiaban. Hay que tener en cuenta que hace 35 años el 15% de los vecinos no sabía firmar”, apunta. Llodio creció de forma rápida. Pasó de tener 7.239 habitantes en 1960 a 15.587 una década después. La inmigración, atraída por la apertura de importantes empresas, fue la principal causante de este llamativo aumento de la población, que siguió al alza con 20.896 vecinos en 1980, para alcanzar el tope máximo un lustro más tarde, con 21.414. A partir de ahí, la segunda localidad de la provincia ha perdido conciudadanos de forma paulatina hasta situarse en 18.530, según el padrón de 2005. Este incremento poblacional, donde se aglutinaban personas de diferentes autonomías –en el municipio hay cuatro centros regionales–, unido a los cada vez mayores avances tecnológicos, quedó constatado en las oficinas de estas entidades. “Desde 1970 ya teníamos unos ordenadores que actualizaban las libretas. Y la genErroke Deunaren Kofradiaren Aldizkaria te no entendía cómo una máquina podía saber lo que cobraban o lo que tenían que pagar. Se quedaban asustados. De hecho, como la mayoría estaba acostumbrada a recibir la paga en el sobre, venían a la ventanilla, sacaban todo y venían más tarde a ingresar lo que les había sobrado. No aceptaban eso de que les dijeras que vinieran a sacar lo necesario”, agregan estos empleados adscritos a la Vital desde la unificación de las dos cajas. El progresivo aumento del padrón motivó, como es lógico, un incremento en la construcción de viviendas. De las 4.323 que había en 1970, el número creció hasta las 5.294 de 1981, las casi 5.600 de 1985, y las cerca de 6.500 de la actualidad. Pero el mundo hipotecario también ha cambiado de forma radical. José Eguía se acuerda con claridad. “Antes se pactaba un préstamo a un interés, entre un 8 y un 12%, que siempre era fijo y a pagar en quince años. Lo curioso es que prácticamente todos terminaban de pagarlo en ocho o nueve años. Era la mentalidad de que había que pagar el piso cuanto antes”. Confesores La experiencia les dice a ambos que la diferencia que se ha producido entre los ingresos y el coste de las viviendas es brutal. “Hace treinta años te comprabas un piso Nº 11 zk • Agosto 2006 abuztua de cien metros cuadrados por 200.000 pesetas, mientras que ahora ya piden hasta 70 millones. La diferencia de entonces a ahora es como si en la actualidad, según la relación sueldo-vivienda, un piso debiera costar unos cinco millones, algo totalmente impensable”. Los tiempos han cambiado y mucho. “Antes el préstamo era sólo para el piso. Había algún caso suelto, pero Desde 1970 ya teníamos unos ordenadores que actualizaban las libretas. Y la gente no entendía cómo una máquina podía saber lo que cobraban o lo que tenían que pagar. Se quedaban asustados. salvo excepciones, por ejemplo, la compra de un coche se hacía a ‘tocateja’. Cuando había dinero, se compraba”, relatan Lorz y Eguía. Los avances informáticos han enfriado, en cierto modo, la relación con los clientes. “Hoy en día, con las tarjetas o Internet, puedes vivir tranquilamente sin tener que venir a la Caja salvo para firmar cosas muy concretas, porque todo está domiciliado y puedes operar si quieres desde casa”. Sin embargo, sostienen que una de sus bazas es la de actuar como confesores de muchos clientes. “Hay gente, sobre todo mayores, que viene a hablarte de sus problemas, de lo que les pasa y puede que no hagan ni una sóla operación. Sólo quieren que les oigas. Hay que tener en cuenta que los clientes de la Caja son muy fieles”. Como ésta, desde que entraron a trabajar las anécdotas que han tenido las pueden contar por cientos, si bien destacan el vocabulario de las personas que se acercan a la ventanilla, “teniendo en cuenta que hay gente de todos los lados, con sus formas de expresión diferentes”. Así, destacan que algunos se refieren a los intereses como “los corridos”, mientras que otros dicen “’ponme al día’ o ‘echa la libreta p’adelante’, cuando quieren actualizarla”. Más curioso es que algunas clientas –“porque sobre todo lo que vienen son mujeres”- preguntan “si me ha venido el mes” cuando lo que quieren saber es si ya está ingresada la nómina. Situaciones curiosas que se producen casi a diario desde la apertura de las oficinas hasta la actualidad. “Me acuerdo de que había un jubilado que a lo que yo le dijera siempre me contestaba en verso”, apunta Eguía. Es sólo otro ejemplo más. 27