Intervención con drogodependientes. Doc. Regional.

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HACIA UN MODELO DE INCORPORACIÓN SOCIAL CON PERSONAS VULNERABLES AL CONSUMO Y USUARIAS DE DROGAS EN SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN SOCIAL O EN RIESGO ‐ noviembre 2012 ‐ Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Queremos agradecer las distintas maneras de haber hecho posible este sueño: A Francisco Gazapo Galán, Alberto Moro Cristobal y Emilia Herrero López, de Caritas Diocesana de Salamanca, Valladolid y Ávila, que han participado en el equipo motor, con el objetivo de discutir contenidos y llegar a consensos donde quedan recogidas las distintas visiones y enfoques de trabajo diocesano, en la elaboración de este documento. A Rosa Ana Soto Fernández, Chus Justo Nieto, Abdón Martín Coca, Emma Biunicardi Sanz, Carmen Palencia Isabel, Mª Carmen Miranda Onza, de Caritas Diocesanas de León, Salamanca, Zamora, Segovia y Burgos por hacer suyo cada uno de los borradores que hemos ido debatiendo, aportando matices, mejorando las propuestas. A los equipos directivos de Caritas Regional de Castilla y León, por creer y crear equipos que nos están facilitando la reflexión que nos hace salir de “nuestras murallas” para poner en común, dialogar, analizar integrando distintos enfoques, todo ello en el servicio de dar lo mejor de cada una, de cada uno, de cada Caritas. Y en especial a Carmen Calzada por velar e integrar la parte técnica con la visión y la responsabilidad de dirigir este proceso, con la humanidad de sus gestos, a Chus Diez por acompañar en la disponibilidad y la cercanía, aportando su visión regional y a Toño Martín de Leda, recogiendo, sistematizando, la experiencia comprometida, aportando en este proceso regional. A Belén Lado Montserrat y Nuria Baeza Roca, compañeras de Caritas Diocesana de Valencia, que con su trabajo en el modelo por procesos ha sido fuente de inspiración, en especial en el apartado de procedimientos de este material. 2 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo HACIA UN MODELO DE INCORPORACIÓN SOCIAL CON PERSONAS VULNERABLES AL CONSUMO Y USUARIAS DE DROGAS EN SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN SOCIAL O EN RIESGO REFLEXIONES Y PROPUESTAS 1. Presentación 2. ¿Por qué un cambio en nuestra forma de mirar? • Dos observaciones, respecto a las personas y los recursos 3. Nuestro punto de arranque, el MAS y el Marco • Una metodología centrada en los procesos de las personas • Acompañar procesos de desarrollo en la integralidad y la humanización. • Recursos dignos, flexibles y de carácter trasversal • Evitar la institucionalización • De la escucha, la participación y la corresponsabilidad • Creatividad, paciencia y aceptación • La prevención y la concienciación social 4. Nuestro propósito. Misión, visión y valores 5. Marco jurídico en la atención y tratamiento a las personas con adicciones 6. Y con todo, por donde seguimos… 7. Hacia un modelo de incorporación social con las personas… • Nos acercamos a las palabras que nos dotan de contenido • Algunas opciones de fondo del modelo que proponemos • De esta realidad se desprenden algunos retos. • Fines del modelo. • Estilo de trabajo, actuaciones y objetivos específicos. • Metodología • Propuesta de matriz de indicadores de valoración. 8. Procedimientos según el Modelo de Actuación por procesos • ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN • DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIO‐PSICO‐SOCIAL • EVALUACIÓN DEL PROCESO • SALIDA DE LOS RECURSOS • ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS 3 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo 1. Presentación… 4 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo “El comienzo de todo
esfuerzo lo constituye el reconocer lo
que se es, aun y desde los defectos y
las virtudes”
H. Camara
2. ¿Por qué un cambio en nuestra forma de mirar? Es posible que en algún momento nos hayamos preguntado algo parecido. Y son muchas las respuestas que podemos obtener, en forma de “si siempre lo hemos hecho así…”, “para qué vamos a cambiar si así nos va bien…”. Pero la respuesta a esta pregunta está muy lejos de ser conformista o costumbrista. Proponemos un cambio porque anhelamos un mundo mejor, porque aspiramos a la mejora continua, y porque desde nuestro quehacer personal y profesional y desde nuestros recursos, estamos comprometidos con ofrecer la mejor atención posible a los demás. Dos observaciones, respecto a las personas y los recursos Si observamos a las personas que utilizan nuestros recursos de drogodependencias, casas de sida, prisión, personas sinhogar…, presentan múltiples problemas, en su salud física y mental, con estancia prolongada en la calle, con distintos hábitos de consumo en activo o que han pasado por esta experiencia, con proyectos vitales rotos, y con las secuelas que todo ello deja. Con todo, hay un denominador común, las situaciones de grave exclusión social que las personas están viviendo, y cada quien lo manifiesta con diferente sintomatología. Además de situaciones personales y relacionales, también podemos observar que las personas comparten situaciones de contexto y estructurales: dificultad de acceso a una vivienda, barrios degradados, con insuficiencia de recursos e infraestructuras socioeducativas, escenario que se agudiza en las zonas rurales. Por tanto, en la mayoría de las situaciones, se dan varias problemáticas a la vez. Respecto a los recursos o servicios de nuestras Cáritas, donde se ofrece cobertura a las necesidades básicas, como alojamiento, manutención, espacio donde estar…, y en muchas ocasiones, con el propósito de motivar a la persona, hacia un cambio de estilo de vida más saludable. Según las necesidades, carencias o patologías, observadas en los procesos de acogida y valoración hemos clasificado los centros y servicios, y así hemos organizado, recursos de atención específica para personas sin hogar, para personas con VIH/sida, para mujeres, para inmigrantes, para toxicomanías… 5 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Esta lógica no estaba exenta de subjetividad, pues a veces se daba la paradoja, de según quien acogiera a la persona, y donde pusiera la mirada, se hacía un tipo de derivación a un recurso u otro, por ejemplo, si nos centramos en su problema de salud por ser seropositivo, le enviamos a una casa de sida; si era “un transeúnte”, entonces se le derivaba a un centro sin hogar, pero si era inmigrante, el recurso seleccionado era un centro para inmigrantes, y si era mujer... Pero, qué pasa cuando en la misma persona confluyen dos o más de estas situaciones mencionadas, reside en la calle, lleva tiempo consumiendo alcohol y otras sustancias, en ocasiones comercia con su cuerpo para “ganarse la vida”, aparecen trastornos en su salud mental debido a las situaciones de exclusión que está viviendo, y además procede de otro país… En una lógica convencional, se plantea una intervención en escalera, diseñando un proceso de inserción, donde la persona “la vamos pasando” de recurso en recurso, según va adquiriendo las habilidades o destrezas que se supone necesita para seguir subiendo de nivel, como si de una escalera se tratara. En un esquema simple, se podría presentar esta sucesión de elementos: Desde este planteamiento, los equipos de profesionales de algunos de nuestros recursos han ido manifestando varias situaciones, que cuando menos provocan limitación y tensiones: • A veces, dificultades encontradas por no disponer de un centro para una persona al no tener la problemática que se requiere para entrar en un recurso específico. Por ejemplo, aunque se encontrara en una situación de grave exclusión y necesitase un recurso residencial, sino tenía sida, aunque el resto del perfil se ajustara a los criterios de admisión, no podía ser acogido en una casa de sida. • Tenemos una concepción de centros estáticos donde la persona es quien se ha de adaptar al recurso, quien se ha de insertar en el mecanismo, como si fuese una pieza de un puzzle. • La imagen que tenemos de la persona pone el acento en la carencia, en la enfermedad, teniendo una visión fragmentada, en parcelas. Por tanto, la valoración actual se centra más en los problemas que en una visión del conjunto de la persona. • Dificultad para valorar las capacidades y potencialidades por encima, o al menos a la par, de sus necesidades y limitaciones. • Personas que pasan por varias acogidas antes de llegar al recurso donde puedan ser atendidas en su problema de consumo o adicción. • Procesos de recuperación personal interrumpidos según los recursos por donde debe ir pasando la persona. O intervenciones parcializadas en programas o recursos. • Equipos de profesionales formados y con años de experiencia que trabajan sólo para un tipo de población y para un centro o recurso en exclusividad. • Se trabaja fundamentalmente en situaciones de crisis no en procesos, ni seguimientos. • Dispersión de recursos y servicios especializados. Insuficiente coordinación. • Escasez de recursos de apoyo para antes, durante y después del tratamiento en especial, para derivar e iniciar procesos de incorporación social, una vez alcanzada la estabilización de la persona. 6 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo “Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza,
no nos sacan del subdesarrollo,
no socializan los medios de producción y de cambio, no
expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenan la alegría de hacer
y la traduzcan en actos al fin, actuar sobre la realidad y
cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de
probar que la realidad es transformable”
Eduardo Galeano.
3. Nuestro punto de arranque, el M.A.S. y el MARCO
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Sólo a modo de recordatorio señalar algunos puntos que orientan nuestra acción: • Una metodología que se centra en los procesos de las personas y en sus procesos de desarrollo, siendo ella la protagonista de nuestras acciones. Hablamos de personas y del encuentro que establecemos. Personas con nombres propios, evitando etiquetas que acentúan el problema o el personaje sin que podamos ver a la persona y a su historia, sus debilidades y también sus capacidades y potencialidades. Persona en situación de exclusión o con alto riesgo a padecerla, pero que ofreciendo el soporte adecuado en un entorno socio‐familiar acogedor, nutritivo puede salir del laberinto en el que se encuentra o evitar verse abocada a él. Tener la posibilidad de hacer un alto en el camino y reorientar su vida, adquirir nuevos hábitos o recuperarlos. La intervención pasa por recuperar la autoestima y la dignidad de la persona, sabiendo que se trata de “largos caminos”, que es ella quien toma las decisiones y elige los senderos que van configurando el desarrollo de su proyecto vital. • Acompañar procesos de desarrollo en la integralidad y la humanización de nuestras acciones, desde una relación horizontal, profesional y complementaria. Nuestro acompañar procura abarcar a la persona como un todo, todas sus dimensiones y las relaciones entre ellas, el ser en lo bio‐psico‐ social y espiritual, entendida ésta última como la parte trascendente de las personas. El proceso de acompañamiento se da en una relación de igualdad, donde la comunicación, la escucha activa y el respeto a la persona se convierte en claves innegociables de nuestra intervención. Las personas que acuden y están en nuestros recursos, sienten, piensan, tienen miedos, dudas, buscan espacios afectivos, de protección y seguridad, y todo ello, lo hacen en 1
Modelo de Acción Social de Cáritas y Marco de intervención con personas en grave situación de exclusión social. Caritas Española, 2009. 7 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo relación a sus normas y guiones de vida. De la misma manera, las personas que acompañamos vivimos desde nuestras claves, nuestros patrones, y podemos sentir y buscar los mismos objetivos, la aceptación, la pertenencia a un grupo, el afecto. En la magia del encuentro es cuando nos descubrimos. Descubrimos a dos seres, sabiendo que cada quien está haciendo su propio camino, su viaje particular, sus aprendizajes, ellas y nosotras. La otra persona nos hace mirarnos en espejo, nos permite revisarnos, resituarnos, amplía nuestras miradas. La relación, el encuentro verdadero nos humaniza. Acompañamiento que hacemos personal contratado y voluntario, sabiendo que la persona que solicita ayuda, necesita una relación auténtica y la suficiente formación que den respuestas con profesionalidad y rigor a las demandas requeridas. • La apuesta por recursos dignos, flexibles y de carácter transversal y por tanto al servicio del proceso de incorporación social de las personas. Buscamos un equilibrio entre recursos eficientes, de calidad, con espacios dignos, limpios, ordenados, que transmitan aquello que queremos compartir, espacios de referencia, de creación de vínculos y adaptados a los procesos personales y a las necesidades que cada quien está viviendo. En la actualidad, se opta por disponer de recursos abiertos, donde el objetivo es acompañar a la persona en situación de vulnerabilidad o de exclusión, centrándonos en la movilización de los propios recursos, generando relaciones de mutuayuda, de cooperación, y trabajando de manera progresiva las distintas dificultades que van surgiendo. Superando, por tanto, la lógica de “ante un problema un recurso”. La complejidad de los procesos de exclusión exige una intervención especializada y profesionalizada a tiempo completo, que aborde de manera multidisciplinar las problemáticas detectadas. Sin olvidar la importancia del acompañamiento personal continuado y comprometido, de todas las personas que recorren este camino. • Evitar la institucionalización. Entendida ésta como la dependencia de la persona respecto de una Iinstitución, sea cual sea su situación o el programa en el que participe. Los recursos y servicios deben acompañar procesos socioeducativos que impulsen a la persona a retomar o recuperar el sentido vital, a buscar nuevas oportunidades, a la conquista de los mayores niveles de autonomía, después de haber tomado conciencia de su situación y recolocarse en su proceso personal, con todo abrir un nuevo tiempo para reiniciar el camino, en bienestar y plenitud. Y cuando es el tiempo, la propuesta de intervención pasa por la incorporación en servicios y recursos públicos, en espacios organizados por los barrios o pueblos, en definitiva, se trata de posibilitar la estancia en otros espacios no protegidos, con otros grupos, otras vivencias comunitarias. • De la escucha, la participación y la corresponsabilidad. La escucha es el elemento esencial del encuentro. Escucha que parte de la realidad de la persona, de observar, de estar atenta a lo que verbaliza y explicita, y también a lo que sugiere su cuerpo, sus gestos, su respiración. La participación busca el protagonismo y la corresponsabilidad de la persona en su proceso de desarrollo individual, social y comunitario. 8 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Participación durante todo el proceso, donde de modo progresivo la persona recupere su autonomía, incluyendo como objetivo terapéutico la capacidad de participar en la programación, la evaluación y el seguimiento. Y por último plantearnos una participación sociopolítica, que impulse la movilización en asociaciones y movimientos de barrio, en foros intersectoriales... Y esto también nos sirve para nuestros equipos de trabajo, trabajo basado en la escucha auténtica, en la transparencia, en la corresponsabilidad, en el cuidado y el buen trato. • La creatividad, la paciencia y la aceptación. Aceptación a la persona y a su situación, ante la falta de recursos personales para hacer frente a las situaciones adversas, o las recaídas, o ante la falta de resultados positivos de nuestro trabajo, o por la carencia de recursos sociosanitarios en los que poder apoyarnos, poner en juego toda nuestra creatividad y estrategias con el objetivo de hacer más atractivo el proceso de estabilización y recuperación. Hay que saber confiar, esperar, y sobre todo, transmitir esperanza e ilusión. • Y sin olvidarnos de la prevención y la concienciación social. Insistimos en la prevención sociocomunitaria. Prevención con el enfoque puesto en tres líneas estratégicas de actuación: la información ‐sobre los riesgos del uso de drogas y los hábitos de vida saludable‐, la formación ‐como herramienta para aprender a discernir y a tomar decisiones‐, y la participación ‐ejercida como derecho y compromiso con los entornos más próximos pero también con una proyección social y de incidencia política. Para ello, contamos con la implicación de todos aquellos agentes sociales que deben y/o pueden incidir en el contexto social más próximo. 9 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo “He aprendido… que la cabeza no oye nada
hasta que el corazón escucha,
Y que lo que el corazón sabe hoy,
la cabeza lo comprenderá mañana”
James Stephens
4. Nuestro propósito. Misión, visión y valores Nuestro propósito La red de drogodependencias de Cáritas Regional de Castilla y León parte de la premisa de que la abstinencia de drogas es el objetivo final de toda planificación, con la persona drogodependiente. Sin embargo, la experiencia acumulada durante años muestra cómo un número importante de personas que pasa por nuestros centros, continúa consumiendo, muchas de ellas en condiciones no adecuadas y, manteniendo además otras prácticas de riesgo para la infección por VIH y otras enfermedades. Por tanto, parece cada vez más evidente que los esfuerzos deben dirigirse, en primer lugar, a reducir la morbilidad y mortalidad relacionada con el hábito de consumir drogas y, en segundo lugar, a tratar la dependencia. Con respecto al colectivo de personas adolescentes o más jóvenes, nuestro esfuerzo se dirige a reducir los factores de riesgo, y potenciar los factores de protección, en ocasiones consiguiendo la abstinencia, pero otras poniendo el objetivo en la reducción del consumo. Por otro lado, todos los recursos nacen con una clara vocación de hacer comunidad. Y esto en un doble sentido: se trata, en primer lugar, de recuperar, o potenciar el ejercicio de ciudadanía de cada persona, tanto en su vertiente de derechos como de obligaciones, en ámbitos tan importantes como la salud o la participación activa. Pero también, y como segunda opción, se plantea trabajar con una sensibilidad inclusiva para que el tejido social no expulse a estas personas de la vida social, sino que se comprometa, con acciones creativas y solidarias, evitando la segregación y la estigmatización. Además es objetivo primordial de esta red de recursos, adaptarse desde su flexibilidad, a las nuevas realidades de exclusión, a las necesidades emergentes que van surgiendo, intentando dar respuestas creativas e innovadoras. Apostamos, por tanto, por un modelo que nos facilite una comprensión del mundo complejo de las drogodependencias, que nos acerque a una forma de intervención basada en la estrategia socio‐ comunitaria, siendo el objetivo central el acompañamiento en una atención integral a la persona. 10 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Misión •
•
•
Mejorar la calidad de vida de las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas, facilitando una educación en valores y en aquellas estrategias que posibiliten estilos de vida saludables. Y si es posible, la abstinencia del consumo. Reducir el daño y los riesgos que provoca el abuso de las drogas entre la población, así como del impacto social producido en la comunidad. Favorecer la accesibilidad a los recursos socio‐sanitarios previstos para la población drogodependiente, así como otros dirigidos a la formación, la cualificación profesional, prioritariamente para aquellas situaciones de grave pobreza y exclusión. Visión Partimos del concepto de persona como un ser integral, no compartimentado, lo que nos lleva a un abordaje bio‐psico‐social, bajo un modelo multidisciplinar e integral, tanto en la atención individual como en la comunitaria. Desde la realidad de las personas en situación de riesgo y/o con consumos en activo, nos proponemos intervenir a través de la política de reducción de daños y de prevención de riesgos relacionados con el consumo, y cuando sea posible, caminar hacia la abstinencia. Valores Desde el enfoque de derechos sociales, políticos y económicos Centrado en la persona y en el proceso que está viviendo, en su protagonismo y participación Basado en la caridad, el amor, la gratuidad, la justicia y la solidaridad Basado en criterios de calidad y transparencia. 11 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo “La imaginación popular corre junto con los hechos, casi podemos decir que los
hechos mismos son imaginativos, porque los hechos, mucho más que las palabras,
son los que van abriendo caminos nuevos; los hechos empecinados y tenaces, fueron
siempre y son ahora, la vanguardia de una transformación profunda.
Las palabras vienen siempre detrás, para explicarlos;
incluso para explicar por qué se olvidaron de anunciarlos”.
Mario Benedetti.
5. Marco jurídico en la atención y tratamiento a las personas con adicciones •
El Plan de acción sobre las drogas de la Unión Europea 2005‐2011. •
La Estrategia Nacional sobre drogas 2009‐2016. •
El Plan de Acción sobre Drogas España 2009‐2012. •
El VI Plan Regional 2009‐2013. •
Planes provinciales y locales de drogodependencias y prevención. Para mayor información podéis acudir a las páginas Web de la Junta de Castilla y León y del Ministerio Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. 12 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo 6. Y con todo, por donde seguimos… Queremos señalar, que este documento que tienes en tus manos ha sido elaborado por un equipo de profesionales en el ámbito de las drogodependencias, con años de experiencia en la atención directa y formación en Cáritas, preocupados por el sufrimiento humano y el desarraigo que provoca esta combinación de situaciones de pobreza y discriminación con el abuso en los consumos de sustancias. Y en concreto, ante la difícil realidad que estamos viviendo, envueltos en una profunda crisis, no solo económica y financiera, sino también y de manera especial por su incidencia, crisis de valores, donde todo vale, donde los valores ensalzados han sido en torno a lo material, a lo tangible, quedando relegado todo aquello que tiene que ver con una experiencia más profunda, interior, con la formación espiritual, con el crecimiento hacia dentro. Las consecuencias de esta situación, las hemos podido observar en las problemáticas que se encierran en nuestros centros, personas con múltiples enfermedades, no solo la adicción, con proyectos vitales rotos, y no sólo por los consumos y por las experiencias de abandono vividas en el núcleo familiar, también por una falta de respuesta social y terapéutica global, unificada y coordinada, que valore y trate los síntomas pero que incida en el origen, en las causas que han motivado estos comportamientos, en un proceso completo de acompañamiento desde la recuperación a la autonomía y la incorporación social. Acaso sea una realidad, aquella frase de Einstein, que la crisis puede devenir en oportunidad, en ponernos en otra clave de pensamiento y de acción, desde la observación directa de aquello, que aún funcionando, lo puede hacer mejor. Desde este planteamiento, nos atrevemos a hacer algunas sugerencias que motiven una reflexión colectiva y nos faciliten los pasos para seguir avanzando en dar lo mejor de cada una, de cada uno, que el compromiso individual se vea multiplicado por el colectivo, en pro de nuestra misión, también personal y como Institución. Una última mención, estas cuestiones han surgido en apartados descritos anteriormente, en el análisis realizado en torno a las dificultades que este equipo ha estado analizando y como consecuencia de ello, la propuesta es reconvertirlo, en un enfoque positivo, en propuestas de reflexión, de retos… 1. Necesitamos repensar los procesos de acogida de nuestras Caritas, La primera cuestión abordada ha sido cómo llegan las personas a los centros de adicciones, a veces con la dinámica de puerta giratoria, pasan por varias personas o centros antes de ser atendidas en su demanda. Personas desorientadas a quienes facilitamos aún más la desorientación y confusión. Señalar la importancia de los espacios que proporcionen la intimidad y confidencialidad que este momento de la acción social tan importante necesita. 2. Necesitamos poner en valor a la persona, dejando aquellas formas de nombrar que discriminan e infravaloran, conceptos que acentúan la patología o el problema, tanto referido 13 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo a las personas como el nombre de nuestros centros e intervenciones. Personas participantes, personas vulnerables al consumo o usuarias de drogas, en situación de exclusión…, centros de atención a la adicción, centro “Puerta abierta”, “Casa Samuel”… En vez de sin techo, sin hogar, drogadicto… 3. Una realidad preocupante es la interrelación que cada vez se está intensificando entre persona en situación de exclusión social, con consumos y con problemas en su salud mental. Nos pone en clave de analizar esta compleja situación, de buscar alguna solución conjunta con la administración. Otro de los problemas que nos exige nuestra atención es la problemática que empieza a surgir con otro tipo de adicciones no necesariamente ligadas al consumo de sustancias, como son el juego patológico, o las nuevas tecnologías. Acaso tengamos que abandonar el término de drogodependencias para abrirnos a esta realidad y hablar de adicciones. 4. Necesitamos poner en valor el criterio que los centros están al servicio de las personas y no al revés, repensar los criterios de admisión y estancia en los centros. Esto tiene que ver, también, con la organización de nuestros recursos. Recursos hasta el momento pensados para un perfil de población estático, personas que acuden bajo el problema derivado del sinhogarismo, de la estancia y/o la salida de prisión, de las drogodependencias o de la enfermedad, en concreto, del sida. De aquí que hayamos organizado servicios “estanco”, con un pensamiento unilateral, cuando la realidad se muestra tozudamente diferente, personas donde confluyen situaciones múltiples de desarraigo y sufrimiento social. La cuestión que nos surge es ¿dónde ponemos la mirada, la atención? En relación con los centros de drogodependencias podría repensarse su organización siendo centros de referencia de intervención múltiple, esto significa que habría un equipo de profesionales que pueden valorar y tratar distintas situaciones de salud mental, además de las adicciones. 5. Necesitamos intensificar la coordinación y planificación en la red de recursos, para ello debemos poner en diálogo los actuales servicios, superando la tendencia al individualismo o recurso estanco para formar parte de una red donde cada quien tienen su misión en un plan de trabajo conjunto y organizado. La acogida, la estabilización, la motivación al cambio, la intervención socio‐terapéutica y todos aquellos procesos que tienen que ver con la autonomía y la incorporación social y laboral –en materia de formación prelaboral, educación para la vida y la autonomía…‐. Señalamos la importancia de la organización de centros de día donde las personas –bien por su situación de dependencia transitoria o permanente, o mientras están haciendo un proceso terapéutico‐ puedan ocupar su tiempo libre de una manera creativa y formativa, para ello los centros han de posibilitar distintas opciones y metodologías en la línea ocupacional y formativa. Todo ello integrado en una red coordinada y planificada, donde hay unidad en los criterios de cara a completar los procesos de incorporación social. 14 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo 6. También sería necesario superar la intervención centrada en situaciones de crisis, para dar paso a una intervención en procesos y en el seguimiento de cada proceso iniciado, para ello necesitamos insistir, reforzar en el co‐diseño, desarrollo y seguimiento de los planes de acompañamiento personalizado, facilitando así, minimizar los procesos de recaídas, y poniendo a la persona en un escenario de autonomía que la prepare para la incorporación social. 7. Y todos estos recursos no tendrían lugar a ser sino están conectados con la realidad socio‐ comunitaria, en el antes, en el durante y en el después que la persona acude y se queda en Cáritas. La comunidad junto con la red familiar actúa como colchón que amortigua la caída, en todo momento, pero con especial incidencia en estos tiempos difíciles que estamos viviendo. Implicar a la comunidad cristiana en ser, crear, mantener factores de protección, en generar espacios de relación y vínculos. 8. Necesitamos contar con la persona, que sea ella quien dé los pasos de su camino, para ello, el enfoque ha de cambiar hacia la corresponsabilidad y la participación de la persona, en la línea de la co‐identificación de las necesidades, co‐diseño del plan de acompañamiento, co‐ evaluación y seguimiento del proceso seguido. No se pueden dar procesos de acompañamiento e incorporación sino aseguramos la participación de la persona. 9. Incidir en la prevención. Cómo llegar a la población que no acude a Caritas, a las personas jóvenes y a aquellas personas cuyo nivel de deterioro no les permite salir del entorno marginal. Y en la conciencia social, denuncia profética y anuncio. El consumo de drogas es un problema de salud pública. 10. Ir hacia un modelo de gestión de calidad, que facilite la recogida de información, la sistematización y la incorporación de medidas que nos permitan agilizar los procesos de planificación y evaluación, con el reajuste necesario, en el menor tiempo y coste posible. Se trata de identificar y ofrecer lo mejor de cada servicio o recurso, desde nuestro impulso creativo e innovador. En la misma línea de reflexión, a continuación proponemos un modelo de intervención, concretando unas opciones de fondo, unos retos, unos fines, un estilo de trabajo, unos objetivos específicos, unas actuaciones y una metodología que creemos debe guiar la intervención con las personas en situación de grave exclusión. 15 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo “Si quieres construir una nave, no llames a la gente que busque la
madera, que prepare las herramientas necesarias,
no organices el trabajo. Primero despierta en las personas la
nostalgia del mar lejano e ilimitado.
En cuanto esa sed se haya despertado, las personas
se pondrán en seguida manos a la obra para construir la nave”:
A.de Saint-Exupery
7. Hacia un modelo de incorporación social con las personas… Nos acercamos a las palabras que nos dotan de contenido. Hacia porque es un proceso abierto y en construcción colectiva, no es un resultado, una meta, pretendemos que sea un camino. Modelo, según el diccionario, esquema teórico elaborado para facilitar la comprensión y el estudio de un determinado acontecimiento. Reúne un estilo, un talante, un saber hacer y compartir, un saber hacer para que corresponsablemente otros hagan. Incorporación social según el diccionario “agregar, unir algo a otra cosa para que haga un todo con ella. Sentar o reclinar el cuerpo que estaba echado y tendido. Presentarse en el lugar en que se debe empezar a trabajar o prestar servicio”. Nos da la idea de movilidad, de ser parte activa. Priorizamos éste al concepto de Inclusión, éste se define como acción y efecto de incluir. Incluir “poner algo dentro de otra cosa”. O al concepto de inserción, donde nos sugiere la imagen de encaje de una pieza en un puzle. Personas vulnerables. El conjunto de factores económicos, políticos y socioculturales, ligados a la identidad e historia de vida de las personas ‐sexo, edad, escolaridad, grupo étnico, entorno familiar, relaciones sociales, situación migratoria y nivel socioeconómico‐, colocan a los individuos en situaciones en las que pueden verse limitadas su capacidad de desarrollo personal así como su participación sociopolítica. La vulnerabilidad, si no se trabaja, puede ser un tránsito hacia la exclusión. Por eso la importancia del trabajo en prevención. Situación de exclusión. Son muchas las realidades y dimensiones que inciden en la exclusión social y por ello múltiples y diversos sus rostros. Intentando superar una visión exclusivamente economicista, consideramos que en cada proceso de exclusión concluyen en mayor o menor grado, los siguientes aspectos: la carencia, la enfermedad, el aislamiento, la dependencia y el sinsentido. Puede ser una realidad transitoria, aunque si no se ponen los medios adecuados y a tiempo, se puede convertir en crónica. 16 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Persona usuaria de drogas, con dependencia, con adicciones, con consumos abusivos… Esto nos lleva a cuidar las expresiones que utilizamos, eligiendo un lenguaje positivo, apreciativo, que evite las etiquetas que estigmatizan. En este sentido ponemos especial atención en cómo nombramos a las personas. Resaltamos el valor, el poder, las capacidades, la posibilidad de recuperar las fuerzas perdidas, la esperanza, el sentido. Así apostamos por conceptos como persona en situación de exclusión o persona con dificultades especiales de desarrollo, personas participantes… ¡PERSONAS! Algunas opciones de fondo del modelo que proponemos. “Hay gente que con solo dar la mano rompe la soledad, pone la
mesa, sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con solo empuñar una guitarra hace una sinfonía de la vida”
Hamlet Lima Quintana
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Optar por las personas en situación de mayor vulnerabilidad, empobrecimiento y exclusión. Prestar una especial atención a las situaciones crónicas con diagnóstico en salud mental, con la esperanza de ir provocando nuevas ilusiones, de generar entusiasmo, ganas de vivir. Aceptar la persona y su realidad. Enfocar nuestra mirada principalmente a la capacidad de desarrollo: pasando de los colectivos a las personas; de los proyectos puntuales a la red de servicios y recursos en estrecha colaboración y coordinación. A procesos de exclusión diferentes, diversidad y complementariedad de abordajes, de formas de actuar. A distintos momentos vitales y necesidades, distintas intervenciones y distintas posibilidades de incorporarse a un proyecto socioeducativo. Acompañamiento e intervención según potencialidades. Desde la exigencia adaptada a cada persona. Relación basada en compromisos realistas, claros, adaptados y consensuados. Eficacia y profesionalidad. Introduciendo conceptos de calidad y calidez en nuestras relaciones, recursos y planes de mejora. Nos apoyamos en el plan de acompañamiento personalizado, que tiene en cuenta, donde está la persona en el momento actual, sus necesidades, dificultades, enfermedades, pero sobre todo pone la mirada en su capacidad de desarrollo, en sus potencialidades. Nos ayuda a proyectar los objetivos que la persona se va marcando. Fortalecer la red familiar y social, el vínculo con las parroquias desde una perspectiva sociocomunitaria. Respuestas a las situaciones crónicas, asociadas o no a diagnósticos en salud mental. Tender hacia programas transversales, con una reorganización de los centros y recursos donde acogemos a la persona no a sus problemas. Esto nos lleva, por ejemplo, a replantearnos los recursos para personas sin hogar, personas con sida, personas inmigrantes, personas que ejercer la prostitución…, para convertirse en centros para personas que presentan algún tipo de exclusión, con objetivos diferenciados por objetivos según el 17 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo •
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proceso en el que se encuentra la persona, la estabilización, motivación al cambio, la recuperación personal. Pretendemos buscar la optimación de los recursos con unos servicios de calidad. Trabajar en red, apostando por intervenciones complementarias y sinérgicas, en una agenda común con el resto de entidades. Nuestro modelo de trabajo es acompañar a la persona, estar, hacer un camino compartido, ir creciendo juntos. De esta realidad se desprenden algunos retos. “Cuando la gente no participa en el análisis
y en la toma de decisiones no cambia”
Paulo Freire
Presentamos a continuación algunos de los retos que han ido surgiendo en estos años de trabajo colectivo desde el foro de drogodependencias de Caritas regional de Castilla y León: • Repensar nuestras estructuras organizativas y de coordinación de cara a ofrecer alternativas de calidad que favorezcan un acompañamiento a la persona en su globalidad, con las claves de su protagonismo, su participación e incorporación social. • Necesitamos disponer de unos recursos que ofrezcan una primera valoración que detecte necesidades básicas. El objetivo es obtener un primer diagnóstico para saber qué derivación es la más adecuada, necesaria y prioritaria. • Hemos de reforzar las estrategias de prevención sociocomunitaria, y en especial, cómo llegar a la población más joven, y cómo incorporar a las personas voluntarias. • Necesitamos asegurar procesos completos para aquellas personas que opten por la recuperación personal y la incorporación social, para ello debemos organizar una red de recursos propios, además de la colaboración y coordinación con otras entidades. Partimos de la convicción ética, moral y profesional, que la persona necesita las oportunidades para recolocarse y salir adelante. • Ante la variabilidad de situaciones que puede presentar una persona, se propone un proceso biopsicosocial individualizado, donde cada quien pasa o se incorpora a la etapa del proceso que necesita, sin necesidad de subir una escalera, ordenada por recursos que van cubriendo fases de manera fija y preestablecida en un itinerario. Especial incidencia hemos de poner en la intervención con población joven. • Introducir planes de mejora que nos aseguren la mayor calidad y calidez de nuestros servicios, así como dotarnos de herramientas para la recogida de datos y la sistematización de los mismos. • Incidir en la participación y la corresponsabilidad de las personas que pasan por nuestros centros. 18 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Fines del modelo. “La persona, junto con el mundo que le rodea es una tarea
que hay que realizar, una inmensa reserva de porvenir”
E. Bloch
Pensando en las personas Š Ofrecer un soporte biopsicosocial y asistencial que favorezca la toma de conciencia de la situación por la que transita la persona y dar a conocer las posibilidades para la recuperación personal y la incorporación social. Š Acompañar a la persona en todo el proceso de desarrollo personal y social, así como en el restablecimiento de su estado físico, intentando propiciar la adquisición de hábitos saludables relacionados con la salud, la higiene personal, la alimentación y la actividad física, y si es posible, en el mantenimiento del estado de abstinencia. Š Promover la vinculación de las personas con los recursos de la red sociosanitaria y del mantenimiento de alternativas residenciales estables y adecuadas a sus necesidades e intereses. Š Identificar factores de riesgo asociados al consumo o a otras circunstancias individuales, familiares o sociales, para prevenir recaídas a través de estrategias y recursos que sirvan de soporte en situaciones críticas que puedan aparecer. Š Analizar la realidad del contexto de las personas, elaborar un plan de acompañamiento personalizado y desde una evaluación continua, planificar las modificaciones oportunas, favoreciendo la corresponsabilidad y la participación en todo el proceso, así como la implicación y el apoyo de las familias, cuando la haya y la relación sea constructiva. Š Procurar todos aquellos servicios complementarios que faciliten procesos completos de recuperación e incorporación social. Pensando en las familias: Š Ofrecer apoyo emocional y asesoramiento a las familias y al entorno afectivo de la persona drogodependiente o vulnerable al consumo. Š Fomentar la participación activa de la familia durante el proceso de trabajo, para la mejora de los niveles de integración familiar o el restablecimiento de las relaciones. Pensando en la comunidad:
Š Ser parte implicada en el ámbito sociocomunitario, desde una aportación crítica y constructiva. Š Aprovechar los recursos de la comunidad, de cara a recuperar habilidades personales, sociales y laborales para apoyar los procesos de incorporación sociolaboral y como cauce de participación sociocomunitaria. Š Implicar a la comunidad en crear factores de protección, en facilitar espacios de relación y 19 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo desarrollo personal, y en la toma de conciencia de que el consumo de drogas es un problema de salud pública. Š Posibilitar la toma de conciencia de la población general, de las entidades públicas y de aquellas de iniciativa social, sobre la realidad, derechos y necesidades de las personas vulnerables al consumo o usuarias de drogas en situación de exclusión social. Pensando en nuestros recursos:
Š Trabajar en red en el interno de nuestra Organización y con el resto de entidades, como clave para ampliar intervenciones y ofrecer mayor calidad, en el durante y en la salida de los programas, que asegure un proceso completo de trabajo. Š Promover una formación continuada del personal contratado y voluntario. Š Facilitar una prevención, control y seguimiento en estrecha colaboración con el nivel especializado del sistema de salud, de la patología somática asociada al consumo de drogas. Š Completar con otros servicios básicos ‐como alojamiento, alimentación, higiene, etc.‐ para que personas con recursos mínimos, tengan la oportunidad de realizar el tratamiento adecuado. Š Posibilitar espacios de formación prelaboral y ocupacional para personas en tratamiento inicialmente con baja empleabilidad. Estilo de trabajo, actuaciones y objetivos específicos. ¿Qué hacemos? Estilo de trabajo: Š Acompañar los procesos de las personas Nuestro modelo de trabajo se basa en acompañar los procesos de las personas, para que en este camino compartido, la persona se pregunte que ha pasado en su vida y desde la toma de conciencia decida cómo seguir caminando. Y desde este estar juntos, ofrecer senderos, posibilidades para despertar semillas, para fortalecer el cuerpo y el alma, para ello se pone a su servicio la red de atención comunitaria. Š Con un estilo de la persona que acompaña y de la relación que se genera Que exige presencia, esto es, estar presente, estar con todos los sentidos, y con relaciones de igualdad y buen trato, donde se produce un intercambio que multiplica energías, afecto, información... De percibir a la otra persona, como una igual, compartiendo la búsqueda de sentido, de comprensión, de libertad, de caminos. Una presencia serena que no pretende demostrar, exigir, sino mostrar desde su vivencia, desde la humildad y comprensión que permiten los procesos de autoconocimiento, de crecimiento personal y revisión permanente. Una presencia que cuida, que acompaña y que sabe cuidarse, escucharse sus ritmos y mensajes. 20 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Cuando estamos tan cerca del dolor humano necesitamos silencio, reposo para el cuerpo y el alma, para reposar e integrar las experiencias vividas, para conectarme y saber ofrecer los caminos de luz que iluminen los tránsitos por esta vida. Respirar, en este doble ejercicio físico y espiritual del dar y recibir, del darnos y recibirnos. Con la vocación de acompañar hacia la libertad, el pensamiento crítico, la autonomía, la corresponsabilidad. Š Repensamos la organización de nuestros centros con un compromiso institucional Con la intención de ofrecer la mejor opción, con la mayor calidad y con criterios de inclusión. Acaso nos lleve de organizar nuestros recursos de atención específica y en exclusividad según las patologías presentadas, hacia una atención integral a la persona que presenta distintas situaciones/problemas, una invitación a considerar los centros “para” mujeres, inmigrantes, presos…, en centros de atención múltiple para las distintas situaciones de exclusión social. Algunos criterios a tener en cuenta: Š Nuestra acción se vertebra en el acceso y disfrute de los derechos sociales, como ejes transversales que recorren toda intervención. Š Promoción de la autonomía tanto a través de la atención psico‐social individual y grupal en actividades trasversales como talleres ocupacionales, psico‐educación, actividades de ocio, etc.; como por medio de la participación en la utilización de distintos servicios básicos de los centros, como lavandería, comida, ducha, consigna…. Š Dignificar los recursos, los centros, no vale cualquier espacio, las formas también se dotan de contenidos. Un espacio según como esté estructurado, organizado, diseñado, cuidado, se convierte en un soporte educativo, que posibilita el vínculo y una relación afectiva que impulsa hacia el cambio, el protagonismo, la participación, la corresponsabilidad. Š Con criterios flexibles. Flexibilidad para adaptarse a las distintas necesidades personales y situaciones del entorno. No es tanto la persona quien ha de adaptarse sino el recurso con sus profesionales quien acompaña los distintos ritmos personales y momentos vitales, quien vela por acoger las distintas situaciones y ofrecer una respuesta diversificada y adaptada a cada realidad. Esto supone la reorganización de los centros, de los equipos, de las funciones o de las estructuras de nuestro trabajo, para atender a la diversidad de perfiles y situaciones de exclusión, vigilancia a la perspectiva de género, a la multiculturalidad, a las situaciones jurídicas que presentan… Š Participación e implicación de la persona en su proceso y en el desarrollo de los servicios de los Centros, en la medida que la persona participa, aprende, se compromete, se responsabiliza, se inicia en el camino de la autogestión. Esta estrategia conlleva compromisos institucionales. Š Adaptación individualizada a las necesidades, intereses y ritmos de cada persona. Š Los procesos de incorporación social se hacen más próximos y son más eficaces cuando nuestros planes de intervención se dirigen hacia los recursos de uso comunitario, ejercitando el derecho al uso y disfrute de estos servicios. Š Para el desarrollo de este planteamiento integral necesitamos trabajar en red, e intensificar nuestras relaciones y coordinación interna. 21 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Actuaciones: “No me interesa quien puede aprender y aplicar un método, sin cambiar
nada en su vida, en su concepto de sociedad, sin hacer en sí mismo una
revolución, ni intentar provocarla en su alrededor.
A. Stein
A continuación presentamos un cuadro resumen donde podemos encontrar en el recuadro izquierdo, las estrategias de intervención según los procesos de trabajo en: Š
Š
Š
Š
Š
Acogida, prevención y detección inicial Acogida, primeras valoraciones y derivación Estabilización, motivación al cambio y recuperación personal Acompañamiento e intervención biopsicosocial Apoyo transversal a la incorporación sociolaboral Y en el recuadro de la derecha, aparece el perfil de los recursos que están interviniendo, bien los que existen en la actualidad o los que estamos proponiendo en este nuevo modelo de organización y gestión. Y, en el siguiente apartado, hemos desarrollado bajo el título “Objetivos específicos según las estrategias de intervención y el perfil de recursos”, y teniendo en cuenta la fase del proceso en el que nos encontremos, el detalle de tres cuestiones básicas para facilitar la comprensión de esta forma de organizarnos: Š Se pretende: Describimos cual es nuestra intencionalidad con el desarrollo de los objetivos que nos proponemos Š Para ello necesitamos: Equipos o recursos con determinadas cualidades Š Descripción: Señalamos aspectos básicos de estos equipos o recursos 22 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Presentación cuadro síntesis ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN ACOGIDA, PREVENCIÓN Y DETECCIÓN INICIAL Š Personas que demandan ayuda Š Personas que no acuden a los SS.SS. “salir al encuentro” PERFIL DE RECURSOS Š Equipos Caritas parroquiales, interparroquiales y diocesanos: Equipos de calle y Despachos parroquiales ACOGIDA, PRIMERAS VALORACIONES Y DERIVACIÓN ESTABILIZACIÓN MOTIVACIÓN AL CAMBIO RECUPERACIÓN PERSONAL ACOMPAÑAMIENTO E INTERVENCIÓN BIOPSIOCOSOCIAL APOYO TRANSVERSAL A LA INCORPORACIÓN SOCIAL Š Servicios de primera acogida y derivación Š Servicios de emergencia social, primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento. Š Prevención indicada Š Centros de Intervención múltiple Š
Š
Š
Š
Recursos residenciales Centros de día Servicios de emergencia social Centros de atención y acompañamiento a la persona en tratamiento (SAT) Š Prevención Indicada Š Primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento Š Programas ambulatorios (CAD) Š Centros de día de rehabilitación Š Comunidad terapéutica Š Prevención Indicada Š Centros de atención múltiple Š Equipos Caritas parroquiales, interparroquiales y diocesanos Š Centros de formación integral Š Pisos de apoyo a la autonomía 23 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Objetivos Específicos: Según las estrategias de intervención y el perfil de recursos: Acogida, prevención y detección inicial Se pretende: • Atención básica y puntual. También nos planteamos motivar para iniciar o retomar un proceso de recuperación personal. Salir al encuentro, tomar contacto con las personas que necesitando apoyo no llegan •
a los recursos. Contar con el enganche de personas jóvenes o adultas de referencia en la comunidad. Reducir la prevalencia del consumo de drogas entre las personas jóvenes, •
desarrollando con ellas estrategias que frenen la consolidación de una drogodependencia mediante el análisis y la intervención en diferentes situaciones de riesgo. • Ofrecer a las familias o personas de referencia de la población adolescente y joven un asesoramiento especializado que les permitan abordar los consumos abusivos, poniendo en marcha actuaciones que neutralicen los factores de riesgo y potencien los factores de protección. • Sensibilizar a la población joven y no tan joven, que ha experimentado problemas relacionados con el consumo abusivo de alcohol, o de otras sustancias sobre la importancia de modificar su consumo, y las posibilidades de otras alternativas de diversión sin ese tipo de consumo. Para ello necesitamos: • Equipos de Cáritas parroquiales, Interparroquiales y diocesanas: despachos parroquiales, equipos de calle… Descripción: Son equipos especializados formados por personas voluntarias con formación para realizar esta importante tarea, y si es necesario con el asesoramiento y la coordinación de personas técnicas contratadas o voluntarias. El objetivo es acoger a aquellas personas que acuden a nuestros centros, ofrecer una primera atención desde la aceptación y la escucha activa, el hacernos cargo de la situación que trae, y desde una primera valoración ofrecer la información que necesita, los recursos disponibles. Para ello, se puede utilizar una o varias entrevistas. Si la situación lo requiere, por la situación de salud física o mental, o por otras circunstancias, priorizaremos acompañar a la persona hacia los recursos o las derivaciones necesarias. Otra prioridad de estos equipos es llegar a aquellas personas que no acuden a los despachos parroquiales o a los servicios sociales de base. Esto supone estar en la calle, en aquellos espacios donde viven las personas con mayor desorientación y desarraigo, o allí donde se encuentre nuestra población diana. Las primeras acogidas dependiendo de la estructura organizativa que se tenga, se pueden ofrecer en el ámbito parroquial o arciprestal, o bien en recursos específicos. La detección inicial en el caso de prevención, requiere un trabajo en estrecha coordinación con los recursos educativos y sanitarios, y una tarea permanente en la sensibilización sociocomunitaria. 24 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Acogida, primeras valoraciones y derivación Se pretende: • Atención básica y puntual. También nos planteamos motivar para iniciar o retomar un proceso de recuperaciónpersonal. • Detección precoz y captación, preferentemente activa, de uso en el caso de adolescentes, y de personas con problemas de abuso y/o dependencia de alcohol y de drogas ilegales. • Información y orientación, y si procede, motivación y derivación al segundo nivel del circuito terapéutico para iniciar tratamiento, o a otras. Posibilidades y recursos de tratamiento. • Favorecer el apoyo psicosocial al tratamiento ambulatorio especializado, así como la educación sanitaria para disminuir el riesgo y reducir los daños relacionados con el consumo de drogas. • Proporcionar un seguimiento‐acompañamiento individualizado en el caso de que la persona no esté motivada para hacer un programa de rehabilitación en este momento. Para ello necesitamos: • Servicios con equipos de primera acogida y derivación • Servicios de emergencia social, primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento • Prevención indicada • Centros integrados de atención y tratamiento o intervención múltiple Descripción: Los servicios de primera acogida y derivación. Son equipos especializados que ofrecen un primer informe de la situación de la persona y proponen los recursos más adecuados, realizando las derivaciones oportunas. Sería como un referente de la persona que vela por la coordinación de todos los servicios que se ponen a disposición en el proceso. Servicios de emergencia social, primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento. Son centros de acogida de primera atención bajo la estrategia de reducción de riesgos, esto es, a través de ofrecer un entorno cercano y un trato cálido y cordial, se pretende disminuir las consecuencias adversas sin, en principio, abandonar el consumo. Aunque la propuesta “a mayores” está dirigida a la motivación para el inicio y mantenimiento de un tratamiento, complementando este trabajo con el apoyo, cuando es necesario, en temas legales, familiares, económicos, vivienda, sanitarios..., y realizando un seguimiento durante todo el proceso con el propósito de que la persona se plantee la reincorporación sociolaboral. Prevención Indicada. Servicios psicoeducativos destinados a jóvenes en fase de uso o abuso de sustancias psicoactivas, que no han desarrollado una dependencia, y que además presentan otras problemáticas, factores de riesgo como absentismo o fracaso escolar, problemas judiciales, dificultades de comportamiento… También se plantea un trabajo educativo y de acompañamiento a las familias. Los centros de intervención múltiple son aquellos recursos que atienden a personas en situación de exclusión, sin enfocar la mirada en la problemática sino en la persona y con ella se va trabajando, la situaciones que se van presentando, con un abordaje psicoeducativo. 25 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Estabilización, motivación al cambio y recuperación personal Se pretende: Š Ofrecer alojamiento con el fin que la persona pueda estabilizarse. Dirigido a perfiles de grave exclusión. Š Con plazas disponibles para situaciones de emergencia social. Š Cubrir necesidades básicas, además de alojamiento, alimentación e higiene, relaciones y afectos. Š Motivar para el cambio personal. Para ello necesitamos: Š Recursos residenciales. Š Centros de día. Š Servicios de emergencia social, de primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento (SAT). Š Prevención Indicada. Descripción: Recursos residenciales. Las personas en grave situación de exclusión necesitan la cobertura de un alojamiento para cubrir la necesidad básica de descanso y sosiego. Necesitamos repensar la organización de los centros de personas sin hogar y casas de sida, con la intención de abrir posibilidades, de ofrecer alternativas de inclusión. La propuesta pasa por disponer de centros residenciales de atención a personas en situación de exclusión o con necesidades especiales de desarrollo, “sin apellidos”. También podemos plantearnos acuerdos o conciertos con pensiones o la utilización de otros alojamientos que ofrece la red de recursos de cada comunidad. Centros de día. Espacio de estancia diurna donde se ofrecen distintos servicios, que dependiendo de la organización del centro, pueden ir dirigidos a la atención de necesidades básicas como lavandería, duchas, desayunos o meriendas. Cualquier centro puede ser una referencia para que la persona tome conciencia de su situación personal y se plantee un cambio en su mirada, un cambio de paso. Espacios donde se trabaje desde la asistencia a la promoción de la persona. Servicios de emergencia social, de primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento. Ya descrito. Prevención Indicada. Ya descrito. 26 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Acompañamiento e intervención biopsicosocial Se pretende: • Detección precoz, información y asesoramiento, apoyo psicosocial y seguimiento‐acompañamiento individualizado y familiar. Evaluación diagnóstica (siguiendo los criterios marcados en la Guía de procesos y •
procedimientos para los centros de asistencia ambulatoria a drogodependientes de Castilla y león), desintoxicación y deshabituación ambulatoria de personas drogodependientes, incluida la realización de tratamientos con sustitutivos opiáceos, que contemple no solo la enfermedad, sino la integralidad de la persona. • Educación y consejo sanitario destinado a disminuir los riesgos y reducir los daños asociados al consumo de drogas, así como la realización de curas y atenciones sanitarias básicas. • Prevención de enfermedades infectocontagiosas y seguimiento, en estrecha colaboración con el Sacyl, el Sistema de Salud de Castilla y León, de la patología orgánica y de los trastornos mentales asociados al consumo de drogas. Para ello necesitamos: • Primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento • Programas de atención ambulatoria (CAD) y centros de día de rehabilitación de personas con adicciones • Comunidad terapéutica • Prevención Indicada • Centros integrados de atención y tratamiento múltiple Descripción: Primera atención y acompañamiento a la persona en tratamiento. Ya descrito. Programas de atención ambulatoria y centros de día. Aquí se vertebra el proceso de atención y asistencia a través de equipos multidisciplinares, encargados de diseñar y desarrollar planes individualizados de tratamiento especializado de la dependencia de las drogas. Comunidad terapéutica. Recursos con un alto nivel de especialización para el tratamiento en régimen residencial de las drogodependencias, donde se accede por derivación de centros o servicios de tratamiento especializados. Prevención Indicada. Ya descrito. Centros de intervención múltiple. Ya descrito. 27 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Apoyo transversal a la incorporación social Se pretende: • Posibilitar a la persona procesos completos de recuperación personal e incorporación social, incidiendo en una formación para la vida, según en qué etapa vital se encuentre, con apoyo sociojurídico, alternativas al tiempo libre, apoyo formativo‐laboral, residencial. Para ello necesitamos: • Equipos de Caritas parroquiales, interparroquiales y diocesanos. • Centros de formación integral. • Pisos de apoyo a la autonomía. Descripción: Equipos Caritas parroquiales, interparroquiales y diocesanos. Cuya función principal es acompañar a la persona, que no se sienta sola, facilitar la inclusión y participación en la comunidad, antes, durante y después de los tratamientos realizados. La reincorporación social la entendemos como pertenencia a una comunidad donde poder desarrollar los vínculos de pertenencia y participación a este grupo, creando las condiciones para que se dé una sociedad abierta, inclusiva y comprometida. Centros de formación integral. Donde trabajar una serie de habilidades cognitivas y socioafectivas que inciden en el desarrollo humano y que aseguran los procesos de recuperación personal, tales como la educación para la vida, la formación laboral, las alternativas de ocio y tiempo libre, el acceso a la vivienda. Pisos de apoyo a la autonomía. Disponer de una red residencial para aquellas personas que están en disposición de reincorporarse en el mundo laboral y social, pero necesitan un pequeño sostén, mientras estabilizan su situación económica. Pueden ser pisos de estancia compartida y autogestionada, con un tutelaje mínimo. Un eje fundamental del acompañamiento a la reincorporación social es remover todos los obstáculos estructurales que impiden o dificultan estos procesos de inclusión. Denunciar la pobreza y la marginación social es una de las acciones que debemos de realizar en este ámbito. La denuncia profética y la visibilización de las situaciones de injusticia social, así como las alternativas que sean posibles, es una de las herramientas que siempre debemos de tener en cuenta. 28 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Metodología. “Si me dices, olvido, Si me enseñas, recuerdo,
Si me involucras, aprendo”.
Proverbio chino
Tenemos como principios inspiradores los siguientes modelos: • Con una orientación humanista, centrada en el MAS y el Marco de nuestra Confederación • Modelo de competencia de capacitación o potenciación • Modelo de atención biopsicosocial • Modelo sociocomunitario en red. • Modelo de actuación por procesos Con una orientación humanista, centrada en el M.A.S. y el Marco Cuidamos el lenguaje que utilizamos. Eligiendo un lenguaje positivo, que evite las etiquetas. En este sentido ponemos especial atención en cómo nombramos a la persona. Resaltamos el valor, el poder, las capacidades, la posibilidad de recuperar las fuerzas perdidas, la esperanza, el sentido. Así, nos alejamos de aquellos términos que señalan la carencia, el problema, la enfermedad y apostamos por conceptos como persona en situación de…, persona con dificultades especiales de desarrollo, personas participantes, personas con consumos abusivos, con adicciones… La importancia del vínculo con la persona. Es una de las premisas de nuestra actuación, dedicar tiempo a la relación, al diálogo, a saber cómo está y cómo siente la persona, a conocer qué quiere, qué espera, qué necesita, todo dirigido a favorecer un encuentro auténtico, a generar mutua confianza. Mantenemos una relación horizontal, basada en el encuentro humano, en el respeto y la escucha, donde sintamos que cada quien tiene algo que compartir, que ofrecer y también que aprender y recibir. Todo ello supone una revisión de cómo ejercemos nuestro “poder profesional” y de cómo generamos espacios, relaciones, dinámicas para posibilitar que la persona recupere su propio poder, su autonomía. Estrategia de actuación basada en el acompañamiento. Personas que viven situaciones de grave exclusión y/o con discapacidad transitoria, sin apoyos familiares, supone acompañar, tanto en las decisiones a tomar como en los pasos a dar, para ir consiguiendo objetivos cada vez más elevados. Esto supone hacernos presentes según la intensidad que requiera cada situación, en tareas básicamente asistenciales, como la tramitación de papeles, la asesoría jurídica, las citas médicas o psiquiátricas. Y también, en otras tareas de carácter más promocional. En cualquier caso, este acompañamiento se lleva a cabo por la persona o personas que en el equipo se designa como las más adecuadas para ello. 29 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Supone acompañar a personas dependientes, con enfermedades, con inseguridad y miedos, con un recorrido cargado de desconfianza. Para ellas, sentir este calor y apoyo es una experiencia fundamental, es un soporte que le puede servir como un aprendizaje básico para reanudar el camino, y como entrenamiento de habilidades que le permitan recuperar su estima, su confianza y encarar el futuro con otra actitud. Acompañamos los distintos procesos de desarrollo personal, primero incidimos en la estabilización y la recuperación personal, y posteriormente en la motivación para el cambio. La imagen del proceso de desarrollo de cada persona ya no es la de una escalera, sino que tenemos la visión de un muelle, los procesos de aprendizaje son de avance, aunque también puede haber retrocesos, y aquí también estamos presentes. Somos conscientes que las personas estamos en proceso de construcción, de desarrollo de nuestro potencial, que pasamos por momentos de crisis, que hemos de hacer duelos de etapas o situaciones pasadas y prepararnos internamente para las nuevas. Por estos parajes pasamos todas las personas, por ello nos vamos acompañando, en esta relación bidireccional, en el que damos y recibimos, enseñamos y aprendemos. Modelo de competencia de capacitación o potenciación Acompañamos con la mirada puesta en la participación, la corresponsabilidad y el protagonismo de la persona. Por eso hablamos de la necesidad de ponernos al lado de, de un saber estar presente con la intención de ir desapareciendo o al menos ir ocupando un lugar cada vez más secundario, porque la persona ha sido capaz de ir asumiendo su propio proceso y está en disposición de dar los pasos necesarios para ello. La actuación, por tanto, es básicamente educativa, de aprendizaje o recuperación y mantenimiento de aquellas actitudes, destrezas y habilidades que nos permitan vivirnos como seres libres y autónomos. El proceso se encamina en esta dirección, hacer sentir la competencia, la posibilidad, la capacidad, o al menos, con un trabajo previo, poner la intención en lograr experimentarlo. Modelo de atención biopsicosocial Proceso de intervención que pretende abarcar a la persona en su plenitud, en lo físico, emocional, psicológico, social y espiritual, con la intención de acompañarnos para el despliegue de todas estas capacidades. Para ello, ponemos a disposición la prestación directa de una serie de servicios, que puede ir desde cubrir necesidades básicas de alimentación, higiene, hasta apoyo y asesoría legal…, a otras de carácter promocional y formativo o de ocupación creativa, artística del tiempo libre, de preparar el camino para una formación laboral... Servicios que pueden responder a una ayuda puntual cuando sea necesaria o a un apoyo continuado por situaciones de emergencia social o porque se inicia un proceso de toma de conciencia y de recuperación personal. Para todo ello, se ha de asegurar una atención profesional en el tiempo que la persona requiera, y con el mantenimiento y la continuidad de los cuidados necesarios, ya que se trata de asegurar procesos completos de recuperación e incorporación social. 30 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Somos conscientes que no todas las personas con necesidades especiales acuden a los servicios, bien porque no están en condiciones de la búsqueda, o bien porque no sienten la necesidad, por desconfianza, por no encontrar lo que necesitan, por vergüenza. Esto nos exige salir al encuentro, hacernos presentes, estar en la calle. La metodología se basa en la selección y priorización con las personas de los objetivos que van a marcar sus procesos de trabajo, en la elaboración conjunta de un plan de acompañamiento personalizado, así como la revisión y evaluación periódica; informarle de los recursos disponibles en su comunidad, así como de los criterios de admisión, asesorarle sobre las dudas y preguntas que puedan surgir, y coordinar con los servicios y recursos con el objetivo de facilitar el camino. También con procesos de evaluación continua de todos los agentes que intervienen. Por tanto, pretendemos facilitar estos procesos de desarrollo personal ofreciendo el despliegue de servicios y recursos que posibiliten los máximos niveles de crecimiento, en relación a: Š Apoyo psicosocial: a través de actividades grupales, del tipo ocupacionales, deportivas, de ocio, entrenamiento en habilidades sociales, educación para la salud, etc.; y de la atención individual a cada persona en las áreas que necesite o demande para conseguir una mayor autonomía y desarrollo cognitivo, emocional, social. Š Servicios complementarios: que puede ir desde los básicos que pretenden cubrir sus necesidades prioritarias y facilitar su asistencia a los centros: (manutención; duchas; lavadora y secadora; consigna; acceso telefónico para hacer gestiones; espacios para estar, donde resguardarse de la lluvia y el frío, para sentirse seguros, tomar algo caliente, ver la televisión, leer la prensa, usar ordenadores o acceder a Internet, tec.). A otro tipo de ofertas que buscan complementar y reforzar la promoción y el desarrollo de la persona a través de planes de formación, de capacitación laboral… Š Dentro de las actividades ocupacionales, es preciso destacar aquellos recursos tipo taller de creación artística y artesanal, donde se ofrece la oportunidad de desarrollar la creatividad, las habilidades relacionales, e incluso poder asumir un rol productivo, aumentando su autoestima y la satisfacción por lo realizado. Actividades para la comunidad, que buscan el intercambio, las relaciones, la toma de conciencia personal, a través de exposiciones de los trabajos en lugares públicos y de todas aquellas iniciativas que se nos ocurran. Modelo socio‐comunitario en red El trabajo se basa en la concepción de que a problemas comunes alternativas colectivas, de que no somos ni debemos ser la única respuesta y que necesitamos de la creatividad que aportan las miradas comunes del tejido social y asociativo. La animación de la comunidad dirigida a promover acciones que buscan la justicia social, justicia liberadora y creadora de posibilidades de igualdad, de mutuo reconocimiento, de redistribución de las riquezas, de los recursos y de los cuidados. Realizamos esta animación comunitaria a través de las parroquias, como entidad corresponsable y promotora de cambios individuales y grupales. 31 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Modelo de actuación por procesos Procesos de: Š
Š
Š
Š
Š
Acogida, primera valoración y derivación Diagnóstico e intervención biopsicosocial Evaluación del proceso Salida de los recursos Acompañamiento a las Familias A continuación desarrollamos estos procedimientos que pretenden aportar información y poner en valor cada uno de los procesos que se realizan en todos los servicios y recursos que ofrecemos. El guión que hemos seguido en cada protocolo es el siguiente: objeto, ámbito de aplicación, terminología, documentación aplicable, procedimiento y posibilidades de mejora. Señalar que en el apartado de procedimiento nos ha parecido adecuado incluir aquellos aspectos específicos a tener en cuenta en cada proceso de trabajo respecto a la prevención y atención a adolescentes y jóvenes. 32 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
OBJETO
Revisar y documentar los diferentes procedimientos de Acogida de los recursos y
servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de
drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León.
AMBITO DE APLICACIÓN
Servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de
drogas en los diferentes servicios de Acogida de Cáritas Regional de Castilla y León.
TERMINOLOGÍA
Acogida
Momento privilegiado de encuentro entre personas para compartir, para poner en
común una necesidad y buscar juntos alternativas de resolución. El primer paso de un
largo camino a recorrer que tiene su punto de partida en una necesidad humana y su
punto de llegada en la satisfacción de esa necesidad.
La palabra acogida, habla de espacio, de casa, de lugar, de “admitir a alguien en casa” y
trasladándolo a la acción estamos refiriéndonos a la casa que es nuestro programa,
donde mirando y valorando juntos la necesidad planteada acogemos a las personas para
que puedan encarar su necesidad de una manera nueva y comunitaria, hablar de acogida
es hablar de Comunidad, de red de apoyo.
Funciones de la acogida
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Ofrecer una posibilidad de comunicación.
Dar seguridad.
Disminuir el sufrimiento.
Fortalecer aspectos positivos.
Promover los recursos internos de cada persona.
Cambiar la actitud ante el problema.
Reforzar la autoestima personal.
Situarnos en un plano de igualdad.
33 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
DOCUMENTACIÓN APLICABLE
Expediente (recopilación de la documentación relativa a las personas que acuden a los
servicios).
MIS, Módulo de intervención Social del SICCE.
PROCEDIMIENTO
Descripción
• Primera toma de contacto
Primera toma de contacto con la persona que acude a nuestros servicios en demanda
de necesidades. El objetivo es la escucha de que demanda la persona explícitamente y
en la observación atenta de aquello implícito.
Características necesarias en esta primera toma de contacto:
ƒ Capacidad de análisis y observación.
ƒ Actitud de empatía.
ƒ Escuchar activamente.
ƒ Recibir a la persona en un lugar digno, respetando su intimidad.
ƒ Descubrir a la persona, su dignidad y capacidades y acompañarla en su proceso.
ƒ Creer que la persona puede cambiar y hacerla participe y protagonista de su
cambio.
ƒ Coordinarse y trabajar en equipo con todos los servicios necesarios donde la
persona está acudiendo o lo va a hacer.
ƒ Reconocer a la persona sus derechos antes de exigir los deberes.
Actitudes de la Acogida:
ƒ Respeto y cercanía
ƒ Aceptación
ƒ Individualización
ƒ Confianza
ƒ Discreción.
34 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
Estilo de la Acogida:
ƒ Cercano y realista
ƒ Sencillo
ƒ Promocional
ƒ En proceso
ƒ Integral
ƒ Abierto y flexible.
Criterios de la acogida:
ƒ Considerar a la persona como eje de nuestras actuaciones (toda persona goza
de una dignidad inviolable).
ƒ Partir de la realidad (conocer las situaciones de pobreza y exclusión que viven
las personas, sus causas para poder trabajar desde lo que somos y tenemos).
ƒ Partir de potencialidades no de las carencias.
ƒ Hacer protagonista a la persona acogida, siguiendo un proceso educativo en el
que asuman sus responsabilidades.
ƒ Aceptar que hay límites, que mis valores no son sus valores, que puede haber
pasos atrás y que no somos “salvadores”.
ƒ La coordinación con otros equipos y dispositivos y el trabajo en red con otras
entidades, con otros recursos de Cáritas porque no estamos solos, y porque
nuestras acciones han de contemplar una dimensión global.
ƒ Formación adecuada, para que todo lo que se realice sea eficaz y evaluable.
• Primera Valoración
Una vez realizada la acogida, ésta, tendrá una finalización de común acuerdo con la
persona atendida y en función de la valoración que se haya realizado.
Acción inmediata, prestación de Servicios:
ƒ En el mismo momento de la acogida (llamadas telefónicas, medicación, asesoría,
información etc.).
ƒ En el mismo Centro de Acogida si es posible (prestación de servicios sociales
básicos, comedor, albergue etc.)
35 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
Derivación, si así lo requiere la situación:
ƒ A otros servicios de Cáritas (Servicios de empleo, formación, atención primaria,
asesoría jurídica, etc.).
ƒ A otros recursos de la Comunidad, a otras entidades (comedores sociales, centros
de día, etc.).
‐ La derivación se puede hacer, mediante un sistema informal (llamadas
telefónicas, fax, correo electrónico, etc.) o mediante un protocolo estructurado
de derivación.
‐ En muchos casos se puede complementar la derivación a ciertos servicios con la
prestación de servicios.
ƒ Puede existir una derivación a servicios específicos de tratamiento de las adicciones
como pueden ser los CAD o los SAD, o dispositivos de 3º nivel para iniciar un
tratamiento terapéutico.
Seguimiento psicosocial:
En el caso de que la acogida se haga desde un CEPN* la intervención puede continuar
después de la acogida con un seguimiento psicosocial, si es que se considera que no
es necesario otro dispositivo de mayor exigencia, complementándose con otros
recursos propios de la Comunidad.
A continuación presentamos un cuadro que pretende sintetizar la información que
estamos manejando.
36 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
- Cuadro síntesis-
* CEPN. Centro Específico de I nivel.
• Finalización de la Acogida
La acogida puede finalizar por:
ƒ Resolución de las necesidades planteadas por la persona que acude
(necesidades puntuales de información, asesoramiento, medicación etc.).
ƒ Derivación e incorporación a otros servicios de Cáritas o de la comunidad.
ƒ Imposibilidad de resolución de las demandas planteadas.
Cabe destacar que la acogida siempre debe de ser un espacio abierto para que la
persona pueda acudir siempre que lo estime necesario o bien para plantear nuevas
situaciones en función de su realidad (siempre cambiante), o bien porque se ha
producido una vuelta atrás en su proceso personal necesitando nuevos servicios e
intervenciones.
37 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
Aspectos específicos en la prevención y atención a adolescentes y
jóvenes
•
Es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
•
•
•
•
•
•
La primera entrevista suele ser con la familia primero.
La detección de las chicas y chicos adolescentes con uso y consumo
problemático de drogas tiene lugar en la familia, pero también puede originarse
en otros recursos de la red asistencial: centros de salud, asociaciones juveniles,
centros educativos, programas de Cáritas.
Importante tener presente la no estigmatización, intentado buscar un lugar de
encuentro normalizado con espacios de acogida diferenciados a los de otros
recursos.
Considerar la necesidad de establecer diferentes horarios en turno de mañana o
tarde para facilitar compatibilidad tanto con horarios laborales como escolares.
Procurar recordar algunos principios como la diferencia entre uso- abuso,
dependencia de drogas y establecer adecuadamente los uso y sentidos de los
consumos. Según estos principios, podremos realizar una valoración más precisa
en un primer momento y si la persona presenta una dependencia hacer la
derivación correspondiente.
Contar con una figura de referencia, familia o figura significativa que les
acompañe en el programa.
•
•
Flexibilizar posturas, no todas las personas quieren cambiar o asumir que tienen
un problema.
Requisitos respecto a registro de datos y lo relativo a LOPD (Ley orgánica de
protección de datos). Firma de la misma y del consentimiento para trabajar con
menores por parte de la familia o del tutor que corresponda.
• Fase de acogida
Es un momento determinante sobre todo para las personas adolescentes. Es
importante planificar muy bien este primer encuentro, asegurándonos de que sacan
algo en claro, que les es útil para algo, para que vuelvan una segunda vez. Para ello
vamos a recordar:
38 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Disponer de una información básica previa a la entrevista que pueda facilitar el
momento de la acogida (llamar a la persona por su nombre, preguntarle cómo se
siente, si necesita algo, etc.). NO focalizar el problema en las drogas, partir por
otras preocupaciones que para ellos son primordiales y que están dificultando el
día a día.
Procurar seguir su conversación, prescindir de formalismos. Intentar crear
conexión, vínculo.
Flexibilizar posturas, no todos están en disposición de poder cambiar hábitos o
comportamientos, o asumir que tienen un problema.
Evitar trato infantilizado o excesivamente profesionalizado.
Estructura de una entrevista de acogida
Una vez que tenemos presentes todos esos aspectos anteriores, pasamos a la
recepción de la persona, la presentación:
Recepción:
ƒ Saludar por sus nombres, presentarnos con el nuestro.
ƒ Hacer una recepción distendida.
Presentación:
ƒ Explicarles en qué consiste el programa, objetivos, tipo de intervención, gratuidad,
frecuencia de las sesiones, confidencialidad y límites de ésta, criterios...
ƒ En cuanto a los objetivos adelantar que se trabajará con objetivos realistas,
orientando si se considera adecuado en la reducción de daños.
ƒ Mostrar comprensión con el momento que puedan estar pasando y expresar de
qué forma el programa les puede ayudar.
ƒ Requisitos respecto a registro de datos y lo relativo a LOPD.
ƒ Si viene sólo la familia y la persona joven no quiere acudir, informarles de que se
puede hacer un trabajo de intervención sólo con ellos, aunque el programa suele
ser más eficaz cuando hay participación del joven.
39 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
Si la acogida es con la persona joven:
ƒ Distinguir entre mayores y menores de edad
ƒ Lenguaje verbal y no verbal adaptado a la edad y características de la persona
joven.
ƒ Trasladar comprensión y empatía con la “posible” situación que les ha traído al
programa.
ƒ Exponer que se trata de un programa de apoyo a la persona joven, reforzar sus
puntos positivos y ayudar a corregir aspectos a mejorar.
ƒ Compartir brevemente la información previa de la que se dispone de la persona
joven, para resolver dudas y romper resistencias.
ƒ Desmontar falsas creencias sobre los objetivos del programa.
ƒ Propuesta de participación inicial “prorrogable” distinguiendo entre asistencia
obligatoria/voluntaria/recomendable.
Una vez dada la información, preguntar si consideran que el programa puede ser útil
para ellas y en caso de aceptar la participación, abrir expediente iniciando la recogida
básica de datos y firma de registros de autorización para LOPD.
Escuchar cuál es la situación que les acerca al programa:
ƒ Si se presenta el núcleo familiar completo escuchar todos los puntos de vista,
tanto el de los padres como el de los hijos.
ƒ Normalmente acuden los padres solos, recoger su angustia y miedos. (En la
medida de lo posible facilitar un primer contacto sólo con los padres para trabajar
este punto y preparar la propuesta de participación y la acogida al joven del
mejor modo posible).
Devolverles la información
Desde un punto de vista menos dramático y más esperanzador, reforzando aquellos
criterios o conductas que ya han puesto en marcha y que son parte de la solución del
problema, y aportar algunas pautas que les pueden ayudar a seguir afrontando la
situación del hijo o de la hija.
40 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
• Valoración inicial
En este momento nos planteamos tres cuestiones básicas:
Š Hacer una primera devolución de si “a priori” con la información de este primer
contacto se considera que el caso reúne o no los criterios de inclusión en el
programa.
Manejar los criterios de inclusión/exclusión de manera flexible, especialmente en
este primer momento.
Š Responder a sus preguntas, dudas, facilitar mayor información si así lo requiere la
persona.
Š Entregar material de lectura.
• Despedida y/o cierre (dependiendo de cada caso)
Para este momento del proceso nos planteamos las siguientes observaciones:
• Establecer una segunda cita para realizar una valoración más completa, o dar
orientación bien hacia otros recursos más adecuados, bien para su manejo de la
situación.
• Siempre que sea posible, evitar dejar a la persona joven y/o a su familia sin
atención, sin ofrecer alternativas.
• Si el profesional valora que no es necesario un programa de intervención, dejar la
puerta abierta a que se pongan en contacto cuando lo necesiten.
• Si la persona joven no ha venido, y se valora oportuno, animar nuevamente a que
intenten motivar a su hija o hijo a que se acerque un día y conozca el recurso.
• Mostrar hacia la persona joven algún gesto de complicidad y ánimo y agradecer
su asistencia.
• Quedar a su disposición y mostrar también en la despedida una actitud de
acogida.
41 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo I
Procedimiento :
ACOGIDA, PRIMERA VALORACIÓN Y DERIVACIÓN
POSIBILIDADES DE MEJORA
Es importante tener en cuenta en un proceso de evaluación continua tomar conciencia de
qué podemos introducir elementos de mejora, solo como sugerencias:
•
•
•
•
•
Cuidar los espacios de acogida, donde se asegure el respeto a la intimidad, a la
confidencialidad.
Espacios dignos, donde la persona se sienta cómoda y respetada.
Acompañar a la persona en los procesos de derivación, cuando no lo pueda hacer por
ella misma.
Disponer de los tiempos necesarios que la persona necesita en los distintos
momentos de la acogida.
Cuidar los procesos de formación permanente en cada una de las etapas y niveles de
la intervención.
42 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
OBJETO Definir y documentar el proceso y modelo de atención en el Diagnóstico e Intervención Biopsicosocial de las personas que acuden a los servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León. AMBITO DE APLICACIÓN Servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León. TERMINOLOGIA Diagnóstico Procedimiento por el cual se identifica una determinada enfermedad, entidad nosológica, síndrome o cualquier condición de salud‐enfermedad mediante la recogida y ordenación sistemática de determinados signos o síntomas. Desde nuestro modelo de intervención debemos poner en valor la combinación de aquellos elementos que consideramos fundamentales: el conocimiento, la multidisciplinariedad integradora, la globalidad de la persona y el continuo dinamismo del binomio diagnóstico‐ intervención. Diagnóstico desde el saber Cada área de intervención (médica o biológica, psicológica, social, educativa,…) tiene sus particularidades que deben ser manejadas y que nos servirán para realizar una primera aproximación al diagnóstico desde cada una de ellas. Diagnóstico integrador y multidisciplinar Nos habla de la suma de los distintos saberes y el efecto multiplicador que se produce cuando lo ponemos en común en un equipo de trabajo, reafirmando la idea gestáltica de que el todo es más que la suma de las partes. De esta manera apostaremos por una visión integradora como mucho más sanadora que la aplicación de una serie de remedios por partes. 43 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Diagnóstico global Deberá incluir en la valoración final no sólo las dificultades o enfermedades que padece la persona, sino las potencialidades con las que cuenta, los recursos que posee, tanto ella como su entorno, las motivaciones, las ilusiones,… Este mapa de intervención es mucho más completo en nuestro caminar con el otro, ofrece una visión de acción en la que aparecen las necesidades a mejorar, pero también las potencialidades ya existentes que se deben reforzar o mantener. Binomio diagnóstico‐intervención Nos permite estar en un continuo replanteamiento dinámico de la intervención, manteniéndonos atentos a los continuos cambios. Esto sólo se puede dar cuando hay un verdadero interés por el otro, cuando estamos atentos a las señales (tanto de avance como de retroceso en el proceso) que las personas nos mandan. Plan de acompañamiento personalizado Establecimiento de objetivos terapéuticos y educacionales adaptados a la realidad concreta de cada persona y consensuados con ella, de manera que gradualmente se vaya consiguiendo cada vez mayor autonomía personal y fortalezas, desde una intervención promocional. Este Plan es revisable, mejorable y completamente adaptable a su realidad, al momento de la persona y a sus demandas. Secreto profesional Normas de los códigos deontológicos profesionales y del propio ser y quehacer de Cáritas que protegen la intimidad de las personas, garantizando la privacidad de los datos fuera del equipo de trabajo que realiza o interviene en el plan de acompañamiento personalizado. Trabajo en equipo Cultura de trabajo en la que la participación, el debate y el compartir, permite enriquecer todo el proceso gracias a las aportaciones realizadas desde las distintas profesiones y personas integrantes, la escucha activa y la búsqueda de soluciones conjuntas. DOCUMENTACIÓN APLICABLE Expediente: Recopilación de la documentación relativa a la persona en las diferentes áreas de diagnóstico e intervención. M.I.S.: Módulo de intervención social del SICCE. 44 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
PROCEDIMIENTO Descripción El diagnóstico ha de ser global, integrador e interdisciplinar, realizado desde el saber y fruto del trabajo en equipo, debe permitir la elaboración del correspondiente plan de acompañamiento personalizado, y para ello estar basado en el binomio diagnóstico‐intervención. El diagnóstico se lleva a cabo mediante la recogida de información y tiene que dar lugar a un resultado final que contemple dos aspectos imprescindibles e interrelacionados: 1. la caracterización del fenómeno de estudio en un momento y espacio determinados 2. la base para la generación de propuestas concretas de intervención, será fruto del proceso de análisis e interpretación de la información obtenida. Por tanto dentro del diagnóstico podríamos mencionar los siguientes pasos: ƒ Recogida de información de todas las áreas (biológica, psicológica y social) mediante entrevista, historia clínica, exámenes médicos pertinentes… ƒ Análisis e interpretación de la información obtenida, mediante comprobación del cumplimiento de criterios diagnósticos aceptados en las diferentes áreas. ƒ Elaboración de diagnóstico bio‐psico‐social. Unido a este proceso de diagnóstico y constituyendo parte de un continuo, se producirá el diseño de un plan de acompañamiento personalizado en el que la persona interesada participará de forma activa. Para ello será fundamental el traslado de la información de una manera empática teniendo en cuenta aspectos como los siguientes: Š Es necesario que tengamos una adecuada exploración y conocimiento previo de las necesidades y objetivos de la persona, así como, de las motivaciones y recursos personales y sociales presentes en el momento en el que nos encontramos, a la hora de llevar a cabo el desarrollo de un plan de acompañamiento personalizado. Š Adaptar el tipo de intervención a las capacidades de la persona y al momento en que se encuentra, para responder a las necesidades concretas de la misma, de manera que el plan de intervención debe ser. Š Cuando traslademos la información, además de mostrar empatía y una escucha activa, es fundamental que sea producto además del consenso entre las personas implicadas (afectada y profesional) con una participación activa de la primera que le devuelva su protagonismo, en todas las etapas del proceso que estamos compartiendo. Š El desarrollo de este plan de acompañamiento personalizado no debe ser algo solo inicial, sino que debe ser dinámico, que se irá afinando y reorganizando a lo largo de todo el proceso, mediante la evaluación y la evolución experimentada con el tiempo. 45 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Š El abordaje de la intervención desde el punto de vista multidisciplinar teniendo en cuenta las áreas psicológica, sanitaria, educativa, social y laboral. Y desde este punto de vista llevando a cabo las coordinaciones y derivaciones pertinentes tanto a nivel interno como externo. Š Una relación terapéutica desde el vínculo, tratando de establecer este lazo de confianza y a la vez compromiso, que se constituye como una experiencia de autovalia y autoconfianza, convirtiéndose en una fuente de motivación para el cambio también. Š La intervención a nivel grupal de manera complementaria a la individualizada, en los casos que se considere adecuado o que el recurso lo permita. Š Inclusión del abordaje familiar siempre que sea posible, ya sea a través de un tratamiento individualizado como en el ámbito de la intervención grupal desde la perspectiva del apoyo mutuo. Š Evaluación continua a lo largo de todo el proceso de intervención adaptándose los objetivos de tratamiento en función de la evolución de la persona en las diferentes áreas. Destacamos otro elemento de suma importancia como es la composición de los equipos humanos en los recursos, de la que va a depender tanto el tipo de propuesta de intervención como las actividades que se puedan llevar a cabo relacionadas con cada área. (Las diferentes características de los equipos humanos de Cáritas hacen que debamos contemplar esta diversidad a la hora de intervenir con las personas, de tal manera que se puede dar una gran variabilidad en las áreas de intervención). Finalmente para que la propuesta final se pueda consolidar se deberán implicar todos aquellos que entraron a formar parte del plan individualizado de intervención. En él contaremos tanto con el equipo de profesionales (contratados y voluntarios) de un recurso concreto, como con aquellos agentes que son imprescindibles para su puesta en marcha: familia, centros de acogida, servicios sociales públicos, servicios sanitarios,… para ello deberemos cuidar de manera especial las coordinaciones tanto internas como externas a Cáritas. Otras claves del proceso Atención permanente a la realidad cambiante. Tanto la realidad individual como colectiva presenta cambios constantes. La evolución de las drogodependencias en estos años nos lleva a situaciones tan paradójicas como la convivencia de un amplio rango de edad (desde jóvenes hasta personas con edades próximas a la jubilación) o de población cronificada frente a personas que solicitan su primera intervención, perfiles de consumo muy diferenciados, situaciones en general muy distintas: familiares, laborales, de salud,… 46 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Durante todo el proceso no podremos olvidar tanto la diversidad de las personas como las necesidades especiales de algunos colectivos. Tanto las personas como lo que les sucede o necesitan, son realidades cambiantes. La evaluación periódica de nuestra intervención nos permitirá tener una idea clara de la realidad que vive la persona y si la intervención es algo que está ayudando a que se provoquen los cambios necesarios para salir del problema y/o ganar en una autonomía sanadora. En algunos momentos hemos nombrado a la familia como actores implicados o como partes de una realidad compleja de la persona. Un objetivo irrenunciable en nuestra intervención deberá ser mejorar las relaciones familiares (aunque la familia no esté presente en el proceso de intervención), ya que en un tanto por ciento muy elevado, casi todos contamos con algún tipo de familia, aunque sea en la distancia, en el olvido o incluso en el conflicto. Para ello utilizaremos diferentes estrategias de intervención en función de las posibilidades reales de la persona. No siempre podremos contar con una familia que apoye o esté presente en el proceso, pero eso no nos deberá despistar del objetivo de mejorar las relaciones con la familia, ya que ésta puede no ser parte del problema, pero si puede ser parte de la solución. Complementariedad de servicios. No estamos solos Otro elemento que se deberá tener en cuenta es el de que nuestros recursos no agotan el proceso de la persona, no tienen que empezar y acabar con nosotros, como máxima. Las hay que necesitan tanto compartir tratamientos (que nosotros deberemos ser los primeros en facilitar), como habrá quién requiera una derivación a otro recurso que favorezca la evolución positiva de la persona, atendiendo al momento que esté viviendo. El fomento de las buenas coordinaciones y una actitud positiva ante el trabajo en red, nos permitirán llevar a cabo este objetivo, imprescindible en esta complicada tarea. Finalización de intervenciones Todo proceso debe conllevar tanto un principio, como una finalización. Este proceso se describe en el Procedimiento “Salida de los recursos”. En concreto, cuando la persona alcanza los objetivos propuestos, se planteará el alta terapéutica, no sin antes contemplar un acompañamiento o seguimiento que nos permita consolidar los objetivos planteados o retomar una nueva intervención de apoyo cuando sea necesario. 47 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Aspectos específicos en la prevención, atención a adolescentes y jóvenes Atención individualizada Con la persona joven: ƒ Objetivos consensuados y priorizados según sus intereses Adaptación de materiales a su edad y momento evolutivo. ƒ Contraste de la información de/con los familiares ƒ Estimular su proceso madurativo ƒ Objetivos muy a corto plazo ƒ Utilización de las estrategias de entrevista motivacional ƒ Reforzar la idea de confidencialidad ƒ Mantener el principio de la “espera”, dar tiempo a los cambios y renovación constante de los compromisos. ƒ Reforzar el vínculo terapéutico con la persona joven pero mostrando una actitud crítica y constructiva, y sin menoscabar la responsabilidad y autoridad parental en el establecimiento de acuerdos, normas y límites, etc. Con la familia: ƒ Equilibrar roles (padre/madre) ƒ Promover la participación tanto del padre, como de la madre, (o tutor), o si fuera adecuado de otros referentes de peso en el núcleo familiar. Actuación conjunta: ƒ Promover la participación de todos los asistentes, especialmente la del joven si se muestra poco participativo o establecer canales que mejoren su eficacia si no dispone de las habilidades de expresión adecuadas. ƒ Promover la vinculación de la figura paterna como aspecto relevante en sí mismo para la intervención. ƒ Proponer la retirada de cualquier figura familiar si la persona no incorpora progresivamente una actitud facilitadora del cambio. ƒ Contemplar la posibilidad de realizar visitas a domicilio, cuando se considere adecuado, y con aceptación de la familia. 48 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Atención grupal Con la persona joven: Jóvenes sin contactos previos: Con carácter general no se consideran adecuadas al posibilitarse el establecimiento de nuevas redes sociales de riesgo y una exposición a un modelado negativo, al existir normalmente jóvenes en distintos momentos del proceso de consumo. Jóvenes con contactos previos: Sólo se consideran adecuados si existe una base de trabajo previa, o si existe motivación e interés por iniciar un proceso de cambio. Con la familia: ƒ Promover la asistencia de los padres a las escuelas de familias, ya que solo suelen acudir las madres. ƒ Participativa, donde las familias propongan los temas que les gustaría trabajar, horarios,… Todo este proceso de acompañamiento a adolescentes está recogido en la “Guía de Intervención: menores y consumos de drogas” ADES. 49 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Cuadro resumen ACOGIDA Y RECEPCIÓN DE LA PERSONA (directa o mediante derivación) VALORACIÓN DE LA DEMANDA DE TRATAMIENTO: Valoración sanitaria, Toxicológica, psicológica, educativa y social FORMULACIÓN DIAGNÓSTICO BIOPSICOSOCIAL
DERIVACIÓN A RECURSOS DE APOYO AL TRATAMIENTO DISEÑO DEL PLAN DE ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUALIZADO DEVOLUCIÓN PROPUESTA TRATAMIENTO A PACIENTE
ACEPTACIÓN DEL PACIENTE DEL PROGRAMA TERAPÉUTICO DERIVACIÓN TEMPORAL O DEFINITIVA A OTRO RECURSO Programa Sanitario Unidades de Desintoxicación Programa Psicoeducativo
Dispositivos convivenciales de apoyo al tratamiento Programa Social Centros Específicos, etc.
DESARROLLO PLAN DE ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUALIZADO
EVALUACIÓN PERIÓDICA DEL PLAN Valoración indicadores seguimiento
Ajuste del tratamiento
FINALIZACIÓN DE LA INTERVENCIÓN
SEGUIMIENTO POSTTRATAMIENTO Y/O SALIDA DEL RECURSO 50 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Procedimiento Los procedimientos que deberán ser aplicados para realizar la valoración de las distintas áreas que incluye la historia clínica serán los siguientes: HISTORIA DE CONSUMO O TOXICOLÓGICA Historia médica VALORACIÓN SANITARIA Exploración paciente Analítica VALORACIÓN PSICOLÓGICA Hª Psicológica VALORACIÓN BIOPSICOSOCIAL
Pruebas psicométricas
VALORACIÓN SOCCIOLABORAL Historia sociolaboral
VALORACIÓN PSIQUIÁTRICA (si existen indicios de trastornos mentales) Derivación a Salud Mental para valoración psiquiátrica PRUEBAS DIAGNÓSTICAS REALIZADAS Tipo de prueba SCL 90 R Inventario de Depresión de Beck (BDI) Inventario de Ansiedad Estado‐Trazo (STAI Inventario de asertividad de Rathus Escala de Autoestima de Rosenberg Escala de impulsividad de Barrat (BIS‐11) Inventario habilidades de afrontamiento de Litman Escala de Evaluación del Cambio de la Universidad de Rhode Island URICA Cuestionario de confianza en situaciones de riesgo para consumir droga (DTCQ)
Otras (especificar): Fecha realización Resultados obtenidos 51 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
Acceso directo Demanda de tratamiento Derivación R
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C I A L Atención sanitaria, psicológica y social PROGRAMA INDIVIDUALIZADO DE TRATAMIENTO Derivación temporal a otros recursos A
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A PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS Y Y TERAPÉUTICOS 52 S
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O Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
II:
DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN BIOPSICOSOCIAL
POSIBILIDADES DE MEJORA Es importante tener en cuenta en un proceso de evaluación continua tomar conciencia que podemos introducir elementos de mejora, solo como sugerencias: ƒ Cuidar todas las áreas de diagnóstico‐intervención, dando un equilibrio a cada una. ƒ Elaborar un plan de acompañamiento personalizado estandarizado ateniendo a las necesidades específicas de la persona, o fijo en el tiempo sin atender a los cambios. ƒ Cuidar los momentos de coordinación y puesta en común de la información a los distintos miembros del equipo que participan en la intervención. ƒ Cuidar los procesos de formación permanente en cada una de las etapas y niveles de la intervención. 53 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
OBJETO Consideramos que evaluar nuestra acción en prevención y drogodependencias consiste en “asignar valor a nuestro trabajo”; verificando si nuestros programas, recursos y servicios, cumplen aquellos objetivos que nos hemos propuesto desde su inicio, así como qué otros efectos esperados o no se han producido. Dado que nuestros principios de actuación sitúan a las personas y su dignidad como centro de nuestros esfuerzos, no debemos ni podemos obviar en qué medida conocemos y sabemos si nuestra metodología de trabajo se ajusta al objetivo planteado. Si nuestros objetivos pasan por la “transformación de personas, comunidades, procesos sociales y estructuras” no podemos pasar por alto que para tales fines es necesario añadir criterios de eficacia y eficiencia en la gestión de los programas y servicios. Para ello necesitamos evaluar lo que hacemos; contemplar nuestra realidad, observar, intervenir, “medir” y mejorar todo aquello susceptible de ser mejorado. Así, debemos valernos de metodologías y herramientas que propicien la mejora de nuestro trabajo. Sólo la participación y el empeño de toda la organización en ser cada día mejores, pueden hacer posible que nos acerquemos a la idea inicial: incrementar las capacidades y potencialidades de las personas. De aquí la necesidad de incorporar sistemas de control que faciliten el propio conocimiento de nuestro modo de hacer las cosas. Si conocemos con mayor exactitud y objetividad lo que hacemos, si disponemos de información a través de canales internos y externos tomaremos las decisiones adecuadas. Por tanto, se trata de definir, verificar y documentar si los programas, acciones y recursos cumplen aquellos objetivos previamente establecidos, incorporando sistemas de control que mejoren la información de los procesos y de ese modo, establecer planes de mejora continua que permitan potenciar nuestras actuaciones. AMBITO DE APLICACIÓN Servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León. 54 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
TERMINOLOGIA Evaluación interna Es aquella que nuestra Organización realiza para comprobar que los objetivos establecidos se han conseguido conforme a criterios propios y de calidad. Evaluación externa Aquella que tiene que ver con la satisfacción de las personas que se benefician de los servicios de prevención y atención al tratamiento de Cáritas Regional de Castilla y León. Evaluación continua o de procesos Es aquella que se realiza a lo largo de todo el proceso con el fin de permitir que se reoriente el mismo y se introduzcan los necesarios reajustes, en función de las informaciones que la aplicación de la propia evaluación va suministrando. Esta evaluación nos permite obtener información del diseño de los programas e idoneidad, organización, distribución de recursos y efectividad. DOCUMENTACIÓN APLICABLE Š Norma ISO 9001:2008 para la gestión de calidad en las organizaciones. Š Sistemas de gestión de calidad según el modelo establecido en la norma ‘ONG con calidad’, basada en ISO 9001 y aportaciones del Modelo EFQM. Š MIS, Módulo de intervención Social de SICCE. Š Diseño de los programas. Š Recopilación de registros de los distintos programas. Š Informes y cuestionarios vinculados a la satisfacción de las personas participantes de nuestros recursos y servicios. PROCEDIMIENTO Descripción Evaluamos para mejorar nuestro trabajo y tomar en consideración los diferentes procesos presentes en la intervención, por este motivo hemos de concretar qué procesos son relevantes para cumplir con nuestro cometido. 55 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
Exigirnos metodológicamente cumple diferentes funciones: mejorar la relación con las personas, añadir valor a los procesos de comunicación, situarnos en una realidad cambiante y mejorable; y por último conocer si nuestro empeño desarrolla los recursos personales necesarios para alcanzar la autonomía personal deseada. La evaluación tiene como consecuencia el incremento de la responsabilidad de de todas las partes que realizan la acción, la mejora del los programas y la promoción de los conocimientos adquiridos. Si nos proponemos evaluar debemos tener en cuenta el desarrollo de las siguientes acciones: ƒ Planificar programas, acciones e intervenciones. ƒ Calidad del sistema de información. ƒ Saber con exactitud los propósitos de la evaluación. ƒ Recursos destinados a la evaluación. ƒ Implicación de las personas implicadas. Una vez establecidos estos cinco principios diseñamos las fases que indican la evaluación del proceso. 1. Decidir qué tipo de información vamos a recoger. Aquella que tiene que ver con la esencia del programa. ƒ Modelo de intervención o teoría en la que se sustenta el programa. ƒ Contexto del programa. Recursos humanos y materiales y población diana a la que nos dirigimos. ƒ Las actividades propias del programa: actuaciones, procedimientos y servicios. ƒ Es importante elegir indicadores que representen la esencia básica del programa. ƒ Listar dichos indicadores para luego ser contrastados estadísticamente. 2. Diseñar el modo en que se va recoger la información. Aquí aludiremos a diferentes modos de recogida; pueden ser todos o la combinación de alguno de ellos, según el grado de profundidad y amplitud que nos hayamos planteado. ƒ Utilización de registros y archivos. Si ha sido diseñado un buen sistema de información, será más fácil aprovechar la información de la que disponemos, por ejemplo MIS‐SICCE. ƒ La observación. Permite obtener buena información de lo que se hace en un programa, recurso o servicios, pero implica una formación elevada de la persona que observa para que la subjetividad no determine los datos. 56 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
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Cuestionarios. Permiten obtener información tanto del personal que trabaja como de las personas destinatarias y objetivar el nivel de satisfacción. Son eficientes y rápidos de aplicar, proporcionando información bastante objetiva. ƒ Entrevistas semiestructuradas. Tanto con las personas participantes de nuestros recursos y servicios como con el personal técnico. 3. Hacer efectiva la toma de información. Dónde, cuándo y quién va recoger la información. 4. Análisis de los datos e informes de los resultados. Donde se analizan los efectos logrados y/o esperados; así como lo inesperado y la formulación de informes sobre los procesos. Aspectos específicos en la prevención, atención a adolescentes y jóvenes Todo lo planteado en los protocolos anteriores puede valer para la evaluación con adolescentes y jóvenes, salvo que los instrumentos de evaluación estarán adaptados a la edad. Así mismo se contemplará la evaluación por parte de la familia y de aquellas tutoras o tutores que estén vinculados a las personas jóvenes. POSIBILIDADES DE MEJORA Aplicación de normas estandarizadas que favorezcan la evaluación como proceso y mejoren las herramientas de control. El proceso de evaluación mejorará si se tienen en cuenta tres grandes procesos: 1. Procesos de gestión de recursos Š La formación del personal. Š El control de las instalaciones y equipos. 2. Procesos de responsabilidad por la dirección Š Determinar qué objetivos se propone nuestra Organización para llevar a cabo un plan que indique el camino de su consecución. Š Reuniones que faciliten la calidad del servicio y la revisión de los procedimientos de trabajo (auditorías internas). Š Organización interna. (organigrama, perfiles de puesto y funciones). Š Proceso de control de la documentación. 57 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
3. Procesos de medición y análisis de mejora Š Análisis y tratamiento de la prestación del servicio. (Encuestas de satisfacción). Š Tratamiento de aquellas acciones orientadas a modificar/corregir los procesos. Š Auditorías internas y/o externas de cómo se llevan a cabo los procesos. El resultado final de la aplicación de estos tres procesos implica la prestación del servicio con criterios de calidad, y lo que es más importante, la satisfacción final de las personas participantes. Nada de lo dicho es posible si no existe una actitud participativa por parte del equipo de dirección, personal contratado y voluntario, así como de todas las personas implicadas en el proceso. El cuestionario que se puede utilizar en nuestros programas puede girar en torno a estos cinco ejes: Š Motivos que intervinieron para la elección del servicio. Š Grado de satisfacción con las respuestas encontradas. Š Evaluación del personal que presta el servicio (interés, aptitud, actitud, capacidad, cercanía…). Š Instalaciones y recursos de las instalaciones. Š Valoración general del servicio. Estos parámetros pretenden ser aspectos que formen parte de futuros cuestionarios que nos ayuden a saber el grado de satisfacción de las personas implicadas y que ayuden a la mejora continua pretendida. La evaluación del trabajo realizado es hoy condición necesaria para que realmente sea verdad que las personas son el eje central de nuestras intervenciones y que merecen todo lo mejor de nuestro trabajo. Podemos DAR, pero sabiendo qué, cómo y a quién. Saberlo nos hará mejores. Además de los cuestionarios de satisfacción es importante establecer objetivos de calidad cuantificables que puedan después verificarse y que complementen la valoración más subjetiva. Sólo a modo de orientación se proponen los siguientes indicadores 58 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
III:
EVALUACIÓN DEL PROCESO
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Frecuencia de las sesiones Duración de los encuentros Tiempos de espera previos a la atención/puntualidad Agilidad en la tramitación de listas de espera Grado de cumplimiento de objetivos terapéuticos Ratio de altas terapéuticas respecto al total de salidas Ajuste del presupuesto al coste real del servicio Frecuencia de las reuniones de equipo Participación del personal contratado y voluntario en acciones formativas específicas del servicio Š Grado de cumplimiento de los objetivos de cambio propuestos en anteriores evaluaciones 59 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
OBJETO Revisar y documentar los diferentes procedimientos de salida de los recursos y servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León, con su correspondiente seguimiento e intervención fuera del recurso para seguir trabajando por la incorporación y la autonomía de la persona, siempre que sea posible. AMBITO DE APLICACIÓN Servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes servicios de Cáritas Regional de Castilla y León. TERMINOLOGIA Acompañamiento en la autonomía Todas aquellas intervenciones que forman parte del plan de acompañamiento personalizado, pero que se ejecutan fuera del recurso y de una manera menos intensa y que tratan de acompañar a la persona en tratamiento y/o acogida en el último tramo de su proceso de autonomía del programa o recurso. Salida de los recursos Se denomina salida al término de la relación en la prestación del servicio a la persona. A su vez, en función de los motivos se puede hablar de alta, o baja. Salida, o alta terapéutica del programa Cuando se han alcanzado en una buena medida los objetivos del plan de acompañamiento personalizado y se considera que su paso por el programa o recurso ya ha finalizado. Salida, o baja voluntaria del programa Cuando antes de finalizar el tiempo estipulado y alcanzar los objetivos del PAI, la persona abandona por distintos motivos. Salida, o baja disciplinaria Cuando es expulsada por incumplimiento de los deberes, normas o compromisos con el programa. 60 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
Salida, o baja por fallecimiento Cuando la persona fallece en el curso de la intervención. Piso de apoyo a la incorporación social Vivienda de continuidad sobre la que se realiza una supervisión y con la que se mantiene una vinculación suficiente para seguir marcando objetivos y trabajando un Plan de acompañamiento personalizado más laxo y dirigido a la autonomía y la vida independiente. DOCUMENTACIÓN APLICABLE Š
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Utilización del SICCE‐ MIS Informe social y expediente Baja terapéutica Cuestionario de evaluación Libro de registro PROCEDIMIENTO Descripción Los objetivos del plan de acompañamiento personalizado se van graduando de forma que cada vez se logre una mayor autonomía. Las salidas de los recursos se pueden efectuar por múltiples motivos, en muchas ocasiones la recuperación de las personas necesita más tiempo y tutelaje requiriendo otro tipo de recurso. En otras, la salida es para regresar a su entorno habitual, en su casa, su familia... No todos los procesos pasan por la vinculación a un programa de tratamiento, dándose un proceso de acompañamiento en los recursos de primer nivel (asesoría, baja exigencia, acogidas). La desvinculación al programa, a los recursos o servicios, y a las personas responsables también ha de hacerse de forma gradual, para que la incorporación en el mundo laboral y social no sea tan brusca y para reforzar los objetivos alcanzados durante todo el proceso. En algunas ocasiones, la salida ya está pautada a otro recurso de mayor exigencia en sus objetivos o por el contrario a recursos residenciales más asistenciales o a viviendas autónomas normalizadas. 61 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
También nos encontramos con personas que alcanzan esta fase y tienen una vivienda fuera del programa y un modo de subsistencia, ya sea un trabajo estable o una pensión. Asimismo, han restablecido las relaciones con su familia y están tejiendo un nuevo círculo de amistades o recuperando los vínculos positivos que tenían. Todo lo relativo a su documentación y a las cuestiones médicas, farmacológicas, penales y socio‐
familiares está al menos en vías de solución. Podemos diferenciar varias situaciones: • Salida por la consecución de los objetivos planteados Queremos reflejar la finalización de la intervención sin la necesidad que se da cuando se alcanza el objetivo pero no estamos ante ningún proceso terapéutico. • Salida terapéutica a otro recurso Cuando el equipo valora junto a la persona en tratamiento y/o acogida que ha alcanzado los objetivos suficientes para pasar a otro recurso, se contacta con el recurso a derivar y se expone la situación actual. Š Se redacta un informe social con los antecedentes y hechos más relevantes acontecidos durante la estancia y las indicaciones más oportunas así como una posible orientación acerca de los objetivos a seguir trabajando. Siempre quedará copia en el expediente, allí queda el compromiso que firmó, la baja y el seguimiento e incidencias, así como copia de documentos que se consideren importantes. Š Una copia del informe social y los originales de la documentación se trasladan al nuevo recurso que le acoge. Š Cuando se da la finalización del tratamiento, se firma el alta en el programa o en la intervención terapéutica de la que se harán dos copias, una para la persona interesada y otra quedará archivada en el expediente, entregando las pertenencias y liquidando la cuenta económica, si la hubiera. Š Desde el área de salud, según se trate de la salida a un recurso propio o a otro recurso residencial o de otro tipo, se prepara toda la medicación y seguimientos médicos necesarios para continuar con el tratamiento y el control hospitalario. Š Se pondrá en conocimiento de la familia, si así lo considera oportuno la persona, el traslado de la persona al nuevo recurso y el modo de contactar con ella. 62 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
Š Con los responsables del recurso al que se va a ir, se pacta el día y modo de traslado. Apoyando los desplazamientos (económicos, acompañamiento, …) sin es necesario. Š Con los responsables se pacta también el seguimiento que se va a realizar y la comunicación de los acontecimientos más importantes que podrán anotarse, según su relevancia en el expediente. Š Se realiza el cuestionario de evaluación de la estancia en el recurso. Š Se anota en el libro de registro y en el expediente la fecha de salida. • Salida disciplinaria o voluntaria Š Cuando el incumplimiento de las normas y la no asunción de los objetivos del PAI sea sistemática y ya no se pueda asumir el seguimiento de la persona, puede motivar una salida disciplinaria. Š La persona puede también decidir abandonar por distintos motivos de forma voluntaria. Š En el expediente quedarán anotadas las razones que fuerzan esta decisión. Š A su vez, dejará firmado el documento de salida disciplinaria o voluntaria,. baja disciplinaria o baja voluntaria, según sea el caso, de la que se harán dos copias, una para la persona interesada y otra quedará archivada en el expediente. Š Se recuerda a la persona las condiciones que deberá reunir si quiere regresar de nuevo al recurso. Š Se pacta con ella el momento y modo de abandonar el recurso. Š Se pasa el cuestionario de evaluación. • Salida terapéutica a una vivienda autónoma Š Una vez alcanzados los objetivos del PAI llega el momento de definir los objetivos y el modo de trabajar fuera del programa o recurso. Š Se pacta el acompañamiento. Las visitas a realizar, los temas que se van a tratar en las entrevistas, qué asuntos quedan aún bajo tutela del programa. Todos los acuerdos se anotan en el expediente así como las posteriores visitas. Š Se firma la baja terapéutica de la que se harán dos copias, una para la persona interesada y otra quedará archivada en el expediente. Š Se pacta también el seguimiento y la coordinación con los diferentes recursos y profesionales, tanto internos como externos, que intervienen en el PAI en el momento actual. Š Asimismo, se comunica a la familia, si la persona lo considera, la nueva situación. Š Se les invita a fiestas y acontecimientos especiales. Š Se les pasa el cuestionario de evaluación. Š Se anota en el libro de registro y en el expediente la fecha de salida. 63 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
• Fallecimiento de la persona acogida y/o en tratamiento en el hospital o en algún recurso de alojamiento (de Caritas u otro) En cuanto el médico anticipa la posibilidad del fallecimiento, ha de comunicarse a la familia, en el caso que la hubiera, facilitándola, en la medida de lo posible, que pueda acompañar a la persona. Si está en el hospital, con el personal sanitario del hospital se establece una comunicación facilitándoles, si es necesario, la metadona y el teléfono de contacto del recurso o del alojamiento, para que nos avisen de cualquier novedad. Cuando la persona ha fallecido, y en el caso de estar alojada en un recurso nuestro, cuando se vea conveniente, se acuerda con la familia cuando se les hace entrega de los efectos personales. Según el caso, la familia o la trabajadora social comunicarán a la seguridad social el fallecimiento para anular las prestaciones y pensiones que cobraba. Aspectos específicos en la prevención, atención a adolescentes y jóvenes Las personas jóvenes suelen estar en el contexto familiar, luego la salida se dará del recurso de prevención indicada: Š Se considera alta terapéutica cuando se han cumplido los objetivos planteados en el proyecto de acompañamiento personalizado.. Š Salida ajena a la voluntad del menor, cuando la familia no quiere continuar, o deciden un internamiento en una residencia. Š En otras ocasiones se da el abandono de la persona joven por lo que la familia también decide salir. Š Si la persona joven está cumpliendo una medida judicial, la salida se realizará tras terminar tiempo de cumplimiento. En muy pocas ocasiones el joven se mantiene en el recurso tras terminar la medida judicial, aunque desde los programas consideremos que sería conveniente trabajar otros objetivos. Š Si incumple la medida, serán los educadores de la Unidad de Intervención educativa del menor los que decidan el siguiente paso, que probablemente será el internamiento en un centro de convivencia educativa o en un centro de reforma. 64 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
IV:
SALIDA DE LOS RECURSOS
POSIBILIDADES DE MEJORA Es importante tener en cuenta en un proceso de evaluación continua tomar conciencia que podemos introducir elementos de mejora, solo como sugerencias: Š Que disminuyan las salidas disciplinarias o voluntarias y se incrementen las terapéuticas. Š Anotar en el expediente y conservar toda la información relativa a la personas en previsión de futuras intervenciones. Š Hacer las evaluaciones de la estancia. Š En cuanto a los menores con medidas judiciales, promover la participación de la familia en el proceso y motivar para que en aquellos casos que las medidas son cortas y se valora la necesidad de una mayor intervención, se mantengan en el recurso hasta alcanzar nuevos objetivos. • Identificar qué variables pueden haber incluido en las salidas disciplinarias o voluntarias. • Realizar un tiempo de seguimiento suficiente que permita una correcta valoración de la adecuación del alta, y posibilite tender la mano para facilitar una posible vuelta. 65 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
V:
ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
OBJETO Revisar y documentar el procedimiento por el cual se establece y mantiene contacto y seguimiento con los familiares de las personas en programas de prevención, tratamiento ambulatorio, residentes en comunidades terapéuticas o en cualquier otro momento dentro de su proceso de consumo, y cuya cercanía sea beneficiosa para el desarrollo de la recuperación de la persona. Una buena sintonía entre el equipo del programa y la familia repercute positivamente para iniciar procesos de motivación al cambio, en el tratamiento, y/o en la estancia de la persona, así como en la futura reincorporación, ya que ésta puede servir de refuerzo y de complemento al trabajo de los profesionales. No obstante, no todas las familias son buena influencia y apoyo. Por momentos, pueden ser los generadores de disfunciones y distorsiones en los procesos de recuperación y crecimiento, pese a todo también será importante estar presente en estos casos. En ocasiones para trabajar un conveniente distanciamiento, o bien para que la situación mejore. AMBITO DE APLICACIÓN Todas los familiares de las personas que en la actualidad se encuentren en los servicios de prevención y atención a las personas vulnerables al consumo y usuarias de drogas en los diferentes programas y servicios de Cáritas Regional de Castilla y León, los familiares de las personas afectadas que no están en los recursos, (bien porque nunca han llegado a ellos, bien porque han salido del proceso), pero demandan acompañamiento y los familiares de personas en lista de espera. TERMINOLOGIA Familia estructurada Agrupación familiar donde los roles y status de cada individuo están delimitados y cumplen su función dentro de la estructura familiar. 66 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
Familia desestructurada / familia disfuncional Familias donde los roles están distorsionados, difuminados o no existen y donde las funciones no están claramente asignadas ni desempeñadas por ningún miembro. No existe cohesión entre sus miembros o está muy deteriorada. Vínculos familiares positivos Relaciones familiares que potencian la autonomía e independencia de la persona favoreciendo su madurez y asunción de derechos y obligaciones. Vínculos familiares negativos Relaciones familiares destructivas donde no se promueve la autonomía personal sino que se perpetúan las relaciones de dependencia, sumisión, maltrato, violencia. Estas relaciones no contribuyen al desarrollo de la persona facilitando la incorporación en una red de sentimientos y emociones difíciles de asumir. DOCUMENTACIÓN APLICABLE Š
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MIS, Módulo de intervención Social del SICCE. Normas o criterios de convivencia Registro de visitas familiares Hojas de sugerencias Encuesta de satisfacción PROCEDIMIENTO Descripción La atención a familiares es fundamental puesto que son ellos, muchas veces, el apoyo más estable y sólido que las personas pueden disponer y los que pueden actuar como elemento motivador para iniciar el cambio. El contacto y la sintonía con la familia van a ser clave en la intervención biopsicosocial. El contacto del programa con la familia se puede establecer en cualquier momento de la intervención; puede ser un primer contacto inicial si acuden ellos por iniciativa propia para pedir información y acompañamiento para motivar a su familiar e iniciar un proceso de cambio, hasta el proceso de reincorporación social. 67 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
La intensidad del trabajo con ellos va a depender de la relación previa que mantenga la persona afectada con sus familiares. En ocasiones el trabajo con las familias pasa por reconstruir vínculos familiares positivos que pueden motivar o reforzar los cambios y la intervención socio‐terapéutica. Desde el momento que se establece el contacto con los familiares, se debe intentar mantener una relación continuada a lo largo de todo el proceso. Se concierta una entrevista con los familiares lo más rápidamente posible tras el primer contacto. En esta entrevista se trata de recopilar toda la información importante referente a la persona con quien vamos a trabajar y a la relación que mantienen, dinámicas familiares, roles, estilos de comunicación…. Y sobre todo para definir el tipo de apoyo que puede generar la familia y así pautar las estrategias de acompañamiento, así como las entrevistas que se van a mantener, y en el caso de comunidades terapéuticas, el régimen de visitas, las salidas a la casa familiar... Desde el primer contacto se les explican los objetivos del programa y se entregan un documento con las normas y características del programa o centro y en el caso de comunidades terapéuticas, tam bién el régimen y horario de visitas, las posibilidades de las salidas los fines de semana, la aportación económica. Se trata en resumen de que la familia conozca al detalle el programa en el que la persona va a iniciar el proceso, y/o el entorno donde va a vivir la persona, de forma que no alberguen dudas acerca de la intervención y que confíen en el recurso. Pero no siempre las familias son generadoras de buenas influencias; las personas con quienes trabajamos provienen en ocasiones de familias desestructuradas o disfuncionales, generadoras en algunos casos de dinámicas familiares sin pautas educativas ni modelos de habilidades sociales que faciliten la inclusión y participación social, o donde no existen roles familiares delimitados ni claros. En estas ocasiones se ha de valorar el tipo de acciones y el grado de intensidad y proximidad que pueden o deben tener en el proceso. Dentro del trabajo interdisciplinar, valoraremos la necesidad de orientar a las familias acerca de trámites y recursos disponibles, derivando hacia las entidades más oportunas con la intención de intervenir de forma más global con las personas, tratando de mejorar también su entorno. 68 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
El contacto y seguimiento con los familiares se realiza a través de múltiples formas: mediante contacto telefónico, a través de las entrevistas en las viviendas de los familiares o en los centros y recursos. T o d o s los trabajadores que entran en contacto con la familia, d e b e n d e j a r la información relevante en el expediente o registro correspondiente según el programa. En el caso de comunidad terapéutica, si hay pago de una aportación mensual por parte de la familia, a los familiares que así hayan decidido, se anotará también la cuantía estipulada y se les extenderá un recibo. Además se anotará en el parte reincidencias y en la contabilidad de la persona acogida. Estas gestiones las realiza una o un educador. El contacto se mantiene durante la duración del proceso y a criterio de la persona y del equipo, aunque muchas veces será la iniciativa de la familia la que motive el encuentro. El plan de atención a las familias tendría que incluir: ¾ El primer contacto o acogida Aquí se seguirán los pasos que se detallan en el procedimiento de Acogida, primera valoración y derivación. Según los servicios y programas el paso siguiente puede ser la propuesta de intervención en el propio programa, o bien la derivación a otro recurso. También se puede dar el caso que haya una demanda puntual y por tanto la intervención dará respuesta a esa necesidad concreta. ¾ El momento de inclusión de la persona en el recurso o programa Comunicación del diagnóstico y de los objetivos generales del plan de acompañamiento personalizado, cuando proceda Si la persona, tiene familia, no está legalmente incapacitada, ni tiene tutor legal, es autónoma y sin déficit cognitivo, se le debe consultar si desea que su familiar de referencia conozca la información sanitaria que manejan los profesionales del recurso o centro. En caso afirmativo, deberá de dar su consentimiento expreso y por escrito. (Ley Orgánica 15/1999 protección de datos de carácter personal). No obstante, según la misma ley podrá ser objeto de tratamiento los datos de carácter personal cuando éstos sean necesarios para la prevención o para el diagnóstico médico, la prestación de asistencia sanitaria o tratamientos médicos o la gestión de servicios sanitarios. 69 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
En aquellas situaciones en las que la persona consumidora no quiere participar, la intervención se puede llevar a cabo sólo con las familias, trabajando cambios en el sistema familiar que repercutan de forma positiva en las conductas problema. Cuando el equipo en el proceso de diagnóstico elabore el plan de acompañamiento personalizado tendrá que valorar si es necesaria y conveniente la intervención de la familia o no. En el supuesto de que se decida la participación en el recurso o centro tendrá que informar a la familia con una frecuencia que mutuamente se establezca como la más conveniente, de los progresos conseguidos en la consecución de los objetivos establecidos mediante reuniones personales e informes profesionales (si se considera oportuno). Esta información recogerá: Š Evolución en las actividades de la vida diaria Š Interacciones sociales Š Cuidados asistenciales que recibe Š Evolución de las funciones cognitivas Š Evolución de su estado de salud, si procede Š Si procede, la manera y grado de colaboración que se necesita de los familiares. Reuniones familiares Cada recurso establecerá la periodicidad de las reuniones a mantener, así como los profesionales más adecuados para ello. En función de los objetivos estos encuentros serán: Informativos: comentar aspectos comunes relativos al servicio del centro o recurso, actividades programadas, cambios y novedades. Recreativos/socializadores proponer espacios para el encuentro en un plano más lúdico y de celebración. Se pueden aprovechar momentos como la Navidad, Pascua, altas terapéuticas, etc. Encuentros formativos: Mejorar o reforzar los conocimientos, así como las habilidades y competencia de los familiares en el abordaje de las situaciones con su familiar consumidor y también en el autocuidado. Grupo de autoayuda de familiares En cada recurso se establecerá la periodicidad y oportunidad de las reuniones a mantener. Partiendo del valor del apoyo mutuo, y con la conducción del profesional, su objetivo es que los familiares conozcan, compartan y aprendan estrategias para abordar los diferentes momentos del proceso en el que se encuentra su familiar y crear un espacio de comunicación donde poder encontrar la comprensión de aquellos que han pasado o están pasando por una situación similar. 70 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
Encuesta de satisfacción Realización de una encuesta anual. Se podría realizar en una de las reuniones. La finalidad será conocer cual es la percepción y valoración de los servicios. Participación en actividades del centro Se propone tratar de implicar a las familias en aquellas actividades que se presten a ello. Que acudan como acompañantes en las salidas y excursiones, que aporten ideas, o material para talleres, permisos de fines de semana, permisos concertados, que organicen actividades, etc. Quejas y sugerencias Las quejas, sugerencias o reclamaciones de los familiares deberán ser recogidas por escrito en el mismo cuestionario de satisfacción. El personal dispondrá de hojas de sugerencias para ofrecerlas a los familiares cuando haya una situación de queja. Las incidencias serán valoradas por el profesional adecuado y la respuesta que se de a los familiares habrá sido consensuada en el ámbito interno. Todas las personas que integran el equipo de los recursos conocerán este procedimiento evitando apresurar una respuesta incorrecta. ¾ Cuando se produce la salida del recurso Según el tipo de salida, el trabajo con la familia será diferente, distinguimos las siguientes opciones: Si se produce una salida exitosa El paso a otro recurso o la alta terapéutica, en el caso de un programa de prevención o de tratamiento, va a necesitar de la familia como puente y ayuda en este traspaso. Acompañar a la familia para que a su vez acompañe a la persona, tener presente las posibles dificultades, de todo lo que puede suponer el cambio. Cuando se trata del paso de un recurso a otro, y aunque el seguimiento estará en manos de otros profesionales, si la persona pasa a llevar una vida independiente, es importante preparar a la familia en percepción de señales de alarma, servirles de apoyo o de referencia ante sospechas o recaídas. Quizás una vía de comunicación fácil, sirva para detectar rápidamente problemas y evitar recaídas más graves. Si la salida no es la deseada, si hay expulsión o abandono.... En este caso el trabajo con la familia pasa por explicar de forma clara y contundente los acontecimientos, explicitar también la postura de la Institución, indicar las posibles pautas a seguir frente a chantajes emocionales, recaídas, amenazas... El comentario anterior referente a los beneficios de seguir en contacto con las personas afectadas es válido también para esta situación. 71 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
Si se produce la muerte Especialmente cuando la persona está en un recurso de tratamiento residencial, el acompañamiento se produce en la enfermedad, muerte y duelo. Especial delicadeza en el tratamiento del funeral, de los efectos personales, de la conclusión de los trámites y gestiones. Es importante ser rápidos, claros, sencillos y eficientes. Estas acciones estarán centralizadas en la persona responsable que debe realizar una serie de gestiones cuando se produce la defunción. En este caso, el contacto con la familia se irá distanciando con el tiempo, pero es recomendable mantenerlo siquiera puntualmente y en ocasiones señaladas; aniversario de la muerte, Navidad, Año Nuevo… Este contacto puede reportar cosas positivas y otro tipo de apoyos a la institución. Para llevar un control de las familias y de los contactos que se mantienen se elabora una lista de familiares de contacto con las fechas más significativas. Las gestiones de contacto las supervisa la responsable del centro o programa en colaboración con una persona voluntaria. Aspectos específicos en la prevención y atención a adolescentes y jóvenes La intervención con la familia en los procesos de prevención es el pilar fundamental. De ahí el nombre: Programas de Prevención Familiar Indicada. El consumo de drogas tiene como base un proceso de socialización en el que ha influido de forma destacada la familia, tanto en la formación de la personalidad de los hijos como en la adquisición de hábitos, de ahí la consideración de la familia como agente preventivo fundamental en los programas de Prevención Indicada, teniendo un papel activo en la detección precoz del problema, en el acercamiento del adolescente a los recursos de atención, y siendo cauce de normalización e incorporación a la sociedad, y porque desde los modelos sistémicos se entiende que la familia tiene en sí los recursos necesarios para salir de la situación en la que se encuentra y el Programa de Prevención Indicada será el medio que utilizarán para que esos recursos salgan a la luz. Muchas de las demandas de intervención surgen de la ruptura en la normalización de la vida del menor y esa detección suele venir de la familia. Incluso la motivación para que el joven acuda al recurso suele venir también de la familia, tienen las habilidades suficientes para persuadir al joven o a la joven de la necesidad de poner soluciones al problema. 72 Hacia un modelo de incorporación social con personas Vulnerables al consumo y Usuarias de drogas en situación de exclusión social o en riesgo Procedimiento
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ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS
Cuando los jóvenes que acuden al programa son menores de edad, la familia siempre acompañará en el proceso. Cuando los jóvenes son mayores de 18 años, darán permiso o no, a través del consentimiento informado para que participe la familia en el proceso. Desde el programa se informa a los jóvenes de lo importante que es contar con sus padres o sus tutores y en la mayoría de los casos acceden a que la familia forme parte del proceso. Las razones de la importancia de este acompañamiento están expuestas en los puntos anteriores. Por el momento evolutivo que supone la adolescencia, entendemos que en aquellas situaciones en las que el joven no quiere participar, la intervención se puede llevar a cabo solo con las familias produciéndose cambios en el sistema familiar que repercuten en la conducta problema del joven. Sin lugar a dudas, cuando la familia falta, los cambios son mucho más lentos, y son la pieza clave para que los jóvenes se mantengan en el programa. POSIBILIDADES DE MEJORA Será clave para realizar mejoras en este proceso la información obtenida en los cuestionarios de satisfacción de los familiares. Además, algunos puntos o indicadores a tener en cuenta pueden ser los siguientes: Š Incremento de la participación de los padres (hombres) en los procesos (ya que habitualmente ésta es escasa). Š Adecuación, de la frecuencia y horarios de las reuniones, a las necesidades de los familiares. Š Calidez de los espacios en los que se atiende a las personas. Š Oferta de acciones de carácter más formativo complementarias a las sesiones de tipo informativo o a la propia intervención. Š Implementación de las propuestas realizadas por las familias en los cuestionarios de satisfacción. Š Crear espacios de ayuda mutua “grupos de autoayuda”, allí donde se considere conveniente. 73 
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