¿Qué Fue lo que Sucedió en la Cruz?

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Centro Cristiano Ebenezer Chimbote
Pr. Nehemeías D. Adrián Solano
¿Qué Fue lo que Sucedió en la Cruz?
Cristo murió por ti, no en tu lugar.
Lo que eventualmente murió en la cruz, fue nuestra naturaleza adámica.
Ahora vamos a recorrer la Biblia para probarlo, ya que es el único modo en que
habremos de entender todo lo que Dios está preparando para este tiempo…
Antes de ello leamos:
2ª.Tim.1: 8-11,
“8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo,
sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,9 quien nos salvó y llamó con
llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue
dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,10 pero que ahora ha sido manifestada por la
aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad
por el evangelio,11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.”
Quiero que entiendas bien algo que aquí es esencial. El apóstol, nos está diciendo que
el evangelio contiene, en sí mismo, el suficiente potencial como para determinar
inmortalidad. No es, necesariamente, ese evangelio chato y sin fuerza que muchos años hemos
practicado y que aún suele predicarse en las iglesias, es el VERDADERO.
El verdadero evangelio, tiene el potencial de producir el fin. Dice allí: …el cual quitó
la muerte…algo que ya es un hecho, …y sacó a la luz… es decir: reveló. Esto significa que algo
existe, pero no es manifestado hasta que se revela.
El verdadero evangelio te revela, saca a la luz lo que es vida e inmortalidad. Si es el
verdadero evangelio, te va a enseñar cómo vencer la muerte. Para ello, sólo es necesario
producir fe. Esa una tarea básica de la iglesia.
Tú no puedes vivir como se te da la gana y esperar reinar con Cristo.
Ef. 2: 1-4,
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados,”
Este verso nos está diciendo que la muerte, para Dios, no es lo mismo que es para
nosotros. Dios no pierde a nadie. Para Dios no existe la muerte. Somos espíritus eternos. Tú
dejas de ver el cuerpo, pero el espíritu vuelve a Dios.
Otra cosa, Dios no llora la muerte de nadie. El que la llora eres tú, que te quedas.
¿Nunca le pediste a Dios que sienta la misma lástima que tú sientes por alguna
determinada causa? Si no lo hiciste, ni lo sueñes. Para él, eso es irrelevante. Por favor, si lo
has hecho, no vuelvas a pedírselo. Dios jamás se mueve por lástima; Dios se mueve sólo por
fe. Dios ama con Su voluntad, no con Sus emociones. Él decide amar y ama.
Él nos da a entender que la muerte es una condición mental: cuando estamos
separados o destituidos de la presencia de Dios, por causa del pecado o las iniquidades.
Cuando estábamos muertos, Él nos dio vida juntamente con Él.
“…2, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, (Sean salvos o no salvos) 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
otro tiempo en los deseos de nuestra carne, (Es importante ver que carne, en el Nuevo
Testamento, no es el cuerpo, sino acciones que el cuerpo hace regido por el alma.
Manifestaciones anímicas o almáticas.) …haciendo la voluntad de la carne, (E inmediatamente
te lo explica) y de los pensamientos, (Nota que carnalidad tiene que ver con pensamientos
más que con el cuerpo) y éramos por naturaleza, (Éramos. Dice éramos, tiempo pasado.)
hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Si hoy eres hijo de ira, no lo eres por naturaleza, sino
por malcriado, por desobediente o por rebelde. Y no necesitas liberación. Lo que necesitas son
un par de palmadas en las nalgas, como cuando eras pequeño)
Dice éramos. Entiende: esa persona, murió. Estás viviendo de tu memoria. No de tus
memorias, de TU memoria. No es TU pasado ese.
Todos tenemos memoria del que era nuestro viejo inquilino interno, pero si fuéramos a
vivir de ella, seríamos unos verdaderos desastres. Pero mucho cuidado con esto: no es MI
pasado, es el pasado del que antes vivía aquí dentro, donde ahora vive Cristo.
No puede haber sanidad para un alma que, si es realmente convertido, ya ha muerto
en la cruz con Cristo.
¡Tienes que entender esto! ¡¡Debes entender esto!! Toda tu calidad de vida de
cristiano depende de si entiendes esto o no lo entiendes. Esto es fundamental. Si no
entendemos desde dónde empezamos, ¿Cómo vamos a entender cómo y adónde debemos
terminar?
¡Estamos hablando de una cruz! Y nos enseñaron que mediante ella fuimos lavados.
¿De verdad nos lavaron? Si es así, ¡Entonces eres el mismo hombre que eras antes, pero sólo
que lavadito! Adán era no-lavable, no se podía limpiar. Él no estaba manchado por fuera, era su
naturaleza la que estaba mal. Adán no tenía sanidad. La paga del pecado es muerte. Así sanó
Dios el error. Lo hizo con la muerte.
Siempre nos han dicho: “¡Está bien hermano, no se preocupe! ¡Borrón y cuenta nueva!
¿Cuenta nueva? ¡Pero de qué cuenta nueva me hablas, si todos los días llenas la pizarra!
Preferimos simular que todo está bien.
Sigamos con Ef.2:4-6,
“…4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aún
estando nosotros muertos en pecados, (Reitera otra vez por si no lo entendiste o no lo creíste.
Estás muerto) nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él
nos resucitó (Nos resucitó. Tiempo pasado. Ya ocurrió) y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús.” (Nos hizo sentar. Eso dice, lee bien. Tiempo pasado. Ya
ocurrió)
Es importante entender que sentar es una posición de completamiento. Nadie se
sienta si no termina primero. Sin embargo Dios dice que para que el cristiano comience a vivir
la vida de cristiano, primero se tiene que sentar. Se trabaja desde una posición de
completamiento.
Entiende bien, por favor; no se trata de sentarse en ocio y desentendimiento de lo que
haya que hacer. ¿Quién de ustedes podrá añadir a su estatura un codo por causa de su
preocupación? Considerad los lirios, no trabajan ni se preocupan. Sin embargo están revestidos
con más gloria que Salomón. Y allí está el detalle: lo único que va a tener más gloria que
Salomón, será el último templo. El religioso dice: ¡Que bueno será, entonces, asistir a él! ¿Y
quién dice que el último templo será como los que conoces?
Dios está comparando a los lirios contigo. Y a partir de allí te enseña que la forma de
obtener la gloria postrera, no será con preocupación ni trabajando.
Veamos: ¿Quién de ustedes puede madurar preocupándose, trabajando o tratando de
agradar a Dios mediante una sarta de sacrificios carnales, buscando impresionar a Dios con tus
obras? ¡Como si Dios se fuera a caer del trono impactado por lo que tú hagas! ¿De verdad alguna
vez pensaste eso?
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
Por eso Dios dice: “Considera los lirios”. ¿Cómo crecen los lirios? ¿Tú tienes hijos? Si
los tienes, observa esto: ¿Ellos crecen porque tú haces algo para que crezcan o simplemente es
algo que les acontece a ellos por el mero acto de alimentarse? El crecimiento es algo que te
sucede. Simplemente te sucede porque así es el proceso. Lo único que tú debes hacer es
alimentarte regularmente. Eso sí; con buen alimento. Si te alimentas con porquerías jamás
podrás tener un crecimiento adecuado.
Considera los lirios del campo. Los lirios absorben nutrientes de la tierra en donde
están plantados. Con el mismo procedimiento es que nosotros crecemos. Absorbiendo
entendimiento de donde hemos sido colocados. Mientras más entiendes, más manifiestas. El
hombre manifiesta lo que el hombre es. El hombre manifiesta lo que entiende ser. Ya eres
perfecto, pero sólo puedes manifestar la perfección que Él tiene.
Dice que ya me sentó en lugares celestiales. Dios no te puede dar a ti dominio sobre la
tierra sin primero sentarte sobre todo lo que la tierra representa. Pero nosotros estamos acá
abajo, luchando en contra de las potestades y los demonios, o quizás estamos por encima de los
demonios, pero según el hombre piensa el hombre es.
Finaliza este texto que hemos leído, diciendo que nos hizo sentar en lugares
celestiales CON Cristo Jesús, aunque la preposición correcta, allí, es EN, en lugar de CON
Cristo. Como quiera que le ponga, esta preposición denota posición. El Señor dice que nos ha
colocado en lugares celestes, o celestiales.
Esto es muy importante. Vamos a descubrir qué es eso, porque es aquí donde comienza
el evangelio. Mientras los de la Torre de Babel tratan de alcanzar lo celeste, la Nueva Jerusalén
desciende de lo celeste.
Seis pasos hay que Cristo hizo:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
Crucificado.
Muerto.
Sepultado.
Vivificado.
Levantado.
Sentado.
Ahora déjame emular conforme a lo que nos corresponde:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
Crucificados,
Muertos,
Sepultados,
Vivificados,
Levantados y
Sentados.
Seis pasos que ya son una realidad en nuestra vida. Tenemos que entender seis pasos.
Por ahora hablaremos de los tres primeros: crucificado, muerto y sepultado.
Ahora bien; vamos a trasladar todos estos hechos a nosotros. ¿Qué te parece?
1 - CRUCIFICADOS CON…
Gál. 2: 20,
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
¿Cuándo fuiste crucificado tú? Dice que fuimos crucificados con Él. No fue cuando
naciste de nuevo, fue antes. Tú dirás: “¡Es que yo estoy crucificando las obras de la carne!” Tú
eres un mentiroso. Tú no puedes estar crucificando ahora lo que ya fue crucificado antes…
Con Cristo, estoy juntamente crucificado. Y dice: ya no vivo yo…
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
Entiende: YO, es la naturaleza adámica. Porque luego, más adelante, dice más vive
Cristo en mí. Y en este caso, MI, eres tú. Y luego dice que lo que ahora vive en la carne, lo vive
en la fe del Hijo de Dios. No en su propia fe, porque él ya murió…
Es decir que ni siquiera tiene una excusa para decir que ahora no tiene fe. Porque el
que tiene toda la fe es el que mora dentro de ti. Tú, lo único que tienes que hacer, es aferrarte
al principio de los lirios del campo: creer. Y que entre nutriente en ti para manifestarlo. La
obra es creer.
Finaliza el verso diciendo que él me amó y se entregó a sí mismo por mí. Y eso no es
poco, créeme.
Rom. 6: 5-6,
“5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección;6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.”
Entonces, piensa: ¿Quién fue el que hace algunos días casi se toma a los golpes con esa
persona que te ofendió? Dirás, ¡Es que reaccioné como hombre! ¡Soy humano! Sí, como ese
hombre con el cual todavía estamos trabajando, ya que se empeña en seguir operando con la
computadora que su inquilino le dejó allí…
Dice: sabiendo esto. ¿Y qué es lo que hay que saber? Que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado... ¿Cuál es el cuerpo del pecado?
Adán. …sea destruido a fin de que no sirvamos más al pecado…
Tú dirás, ¡Caramba! ¡Fíjate! ¡Esto se ha puesto tremendamente pesado, ahora, ya que
nos estamos dando cuenta que no tenemos ninguna clase de permiso para pecar… Te lo explico
así: Imagínate que yo me consigo una buena receta y, utilizándola, hago un buen pan. ¿Me hace
eso a mí un panadero?
No, porque panadero es aquel que te hace ese pan todos los días, no uno. Se viste
como un panadero, vive cubierto por el polvillo blanco de la harina y huele a pan. Crea pan. Se
acuesta y huele a pan otra vez. Se levanta oliendo a pan. Vive soñando a ver cómo puede hacer
para mejorar su pan. Se lee cuanto artículo anda por allí en diarios, revistas o la Web que
tengan relación con el pan. Le cambia la contextura al pan, para poder vender el pan viejo de
otra forma. Le añade algo. Crea algo. ¡¡Es panadero!!
Y si es un panadero, vive creando pan porque es su naturaleza. El que tú, un día, te
embadurnes de harina y logres hacer un pan que se pueda comer, no te hace panadero. Muy
bien; que alguien peque el domingo tampoco lo hace pecador. El pecador sueña, fantasea y
elabora el pecado.
Porque este es el que peca por naturaleza.¡¡No sabe hacer otra cosa!! No puede vivir
de otro modo.
Escucha abnegada hermanita que todavía cree en el evangelio mágico: ¡¡No puedes
hacer que un pecador no convertido cambie su manera de vivir!! ¡¡Tú no puedes!! Cristo sí,
pero es él quien tiene que aceptarlo y recibirlo. No funciona de otro modo. Es amor, no
hechicería.
¿Y sabes por qué ese pecador tiene una naturaleza diferente que no le permite ni ver
que está en pecado ni salir de él? Porque no tiene contacto con Dios. Porque está destituido del
GAN de Dios. Él no sabe hacer otra cosa que lo que emana de su naturaleza, es decir; pecado.
Tú no eres un pecador. Entiende. Puedes cometer uno o mil errores, pero por más
panes que hagas, no eres panadero. ¡Hermanos míos! Si yo digo ahora una mentira, ¿Qué soy?
¡¡Un mentiroso, hermano!! No. En absoluto. Soy un hijo de Dios que pecó mintiendo. Mentiroso
es Satanás.
Ahora bien: mientras más entiendo yo que no soy panadero, menos pan quiero hacer.
¿Se entiende? Ahora bien; si yo sigo creyéndome que soy un panadero, sigo intentando hacer
panes. Porque según el hombre piensa, el hombre es. Entonces, si a ti se te ha metido por
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
dentro que sólo eres un triste pecador salvado por gracia, de repente te planeas hacer un pan y
te queda mal. No te va a funcionar ni el horno, simplemente porque estás en otro reino, y
mientras no te sometas fracasarás una y otra vez.
La Biblia dice que nuestro viejo hombre fue crucificado. ¿Qué fue? Crucificado.
Ahora si tú te empecinas en seguir viviendo como si estuvieras vivo, estás despreciando la cruz.
Y Dios respeta tus decisiones. Si rechazas la cruz, la cruz no tiene nada que ver contigo. ¡Pero
si no hay cruz no hay redención!
Col. 3: 9-10,
“9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre (Imagen
de Adán) con sus hechos,10 y revestido del nuevo (Imagen de Cristo) el cual conforme a la
imagen del que lo creó (¿Quién creó a Cristo?) se va renovando hasta el conocimiento pleno.
Pero el nuevo es conforme a la imagen y se va renovando. Se va renovando hasta el
conocimiento pleno. Pero resulta ser que no es hasta, sino en o por. Entonces: se va renovando
EN o POR el conocimiento pleno. Según lo vas entendiendo, lo vas renovando en ti. ¿Está más
claro ahora, verdad?
Tienes un nuevo hombre creado a la imagen de Dios adentro, y se va renovando según
lo entiendes, hasta que llega al conocimiento pleno y lo manifiestas plenamente. Hasta que
por naturaleza, vives la vida de Cristo. Porque así como hemos traído una, traeremos la otra.
La Biblia te promete que lo vas a hacer. Pero eso es porque creemos que tenemos a otro
adentro, sino, es imposible. ¿Estás viendo esto? Se va renovando en el conocimiento pleno.
Y en ese conocimiento pleno ya no hay argentinos, mexicanos, venezolanos, españoles,
ni griegos ni judíos, ni circuncisión ni incircuncisión, bárbaros ni escitas, siervos ni libres, sino
que Cristo es el todo. Ahora mismo está en todos, pero todavía no es el todo en todos.
Entonces Cristo será todo en todos. Este es el fin.
Y la famosa escritura de Gál.5:24: …pero los que son de Cristo, han crucificado la
carne con sus pasiones… No dice que la estás crucificando, dice que la has crucificado.
Entonces, cuando la persona tiene un arrebato de carnalidad, no puede justificarse con ninguna
cosa.
Es pura carnalidad, no es por naturaleza ni nada de eso. Hay algo que tienes que
entender: lo que moraba dentro de ti, ha muerto. Y lo que ocurrió allí en ese pasado, no es tu
pasado. ¡Libérate! ¡Desconéctate de eso!
¿Cómo hago? Sencillo: entiende que lo que había en ti, murió. ¿O no andan todavía un
montón de ex amigos de cualquiera de ustedes, de la época en que estaban en el mundo,
buscándolos por los mismos antros donde antes se emborrachaban y ahora no los encuentran?
No existen más; murieron.
Tú ya no piensas igual que en aquellas épocas. Ya no ves tampoco las cosas igual.
Ahora deploras y repeles lo que antes te seducía y atraía horrores. ¡¡Como cambió Fulanito!!
¡¡Seguro que le lavaron el cerebro!! Ni le lavaron nada, ni cambió: ¡¡¡Murió!!!
Ahora tienes prioridades diferentes a las de aquellas épocas. Los valores que cultivas
en tu vida también son diferentes. Entonces la gente dice que eso te sucede desde que te
metiste en la religión. ¡Pobres! ¡No se dan cuenta que no es una cuestión de religión, sino una
cuestión de naturaleza!
Ahora tú vives tranquilo, sin preocupación de pecar. Vives con todas las libertades que
puedes expresar, no estás tratando de cuidarte ni de simular. Sencillamente, no se te ocurre
hacer algo que pueda causarte daño a ti mismo o a los que amas.
Claro que estamos hablando de pecados y esas cuestiones. Porque en lo demás,
habremos de reconocer que todos tenemos áreas flacas o más débiles que pueden resultar
vulnerables si alguien se lo comenta a los demonios. Entonces sé inteligente, ¡Jamás lo digas en
voz alta! Dios no lo necesita porque te conoce, y los demonios no son omniscientes.
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
Pero a lo que me estoy refiriendo es a que, por naturaleza, la parte que vives la vives
por naturaleza y no porque tengas que estar pendiente de no cometer ese error, cuidándote de
que nadie te vea en algo raro. El cristiano no anda cuidándose de su testimonio. ¡El cristiano
ES testimonio viviente!
Es por naturaleza. La parte que vivo, la vivo por naturaleza. No porque tenga que
estar pendiente que tengo una imagen que proteger. Que la iglesia, porque yo soy líder. ¿Te
imaginas? Claro; si no fuera una persona de orden estaría muy preocupado. Que no me fueran a
ver fuera de orden, mal vestido, que sé yo. Hablando lo que no debo o caminando con quien no
debo, haciendo qué se yo qué cosas. ¡No me puedo esconder!
Claro que mucha gente se hace una idea de un ministro, y cuando lo ve de cerca,
dice…ehhh, ¿Es así este? Sí, porque la imagen del ministro es como la corbata del pastor:
Impecable. ¿Pero hay corbatas impecables? Sí, Lo que no hay son ministros impecables…
2 - MUERTOS CON…
Col. 2: 20-22,
“20Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿Por qué como si
vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos21 tales como: no manejes, ni gustes, ni aún toques 22 (en
conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?”
¿Cuándo fue que morimos? En Cristo. Entiende ahora que los legalismos, muy lejos de
significar un celoso cuidado por las cuestiones que hacen al reino de Dios, son sencillamente un
rudimento del mundo adaptado a la religión que no tiene absolutamente nada que ver con el
creyente genuino.
Jos.3: 1,
“(Esto es una sombra, una tipología. Tómala así) Josué se levantó de mañana, y él y
todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, (¿Qué significa
Jordán? Descenso o muerte.) y reposaron allí antes de pasarlo.”
“2Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento. (¿Cuántos días
reposaron antes de la muerte? Tres. ¿Cuántos días estuvo Jesús en la muerte?)
“14Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán (¿Para
pasar que cosa? El Jordán. La muerte o el descenso.) con los sacerdotes delante del pueblo
llevando el arca del pacto,15cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, (¿Adonde
entraron? En el Jordán.) y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la
orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la
siega), (Repasemos: ¿Cuándo viene el entendimiento de la muerte? En el tiempo de la siega. ¿En
qué tiempo estamos viviendo? El tiempo de la siega. ¿Qué estamos aprendiendo? La muerte del
Señor. ¿Para entrar en donde? En Canaán. ¿Y que es Canaán? La plenitud de su Espíritu.) “16…las
aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam,
que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar de Arabá, al Mar Salado, se acabaron,
y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección a Jericó.”
Escucha: en el momento en que tú entiendes la muerte, todo eso que crees que está
peleando contigo se esfuma y muere en Adán. La tipología está en toda la Biblia. No es culpa
de Dios si los hombres prestan mayor atención a las lógicas que brotan de sus almas que al
entendimiento que quiere darles el Espíritu Santo. Y no es lo único.
Mat. 27: 57-59,
“57Cuando llegó la noche, (¿Cuándo llegó la qué? La noche. Es decir que estamos en
los albores de un nuevo…día.) vino un hombre rico de Arimatea, (¿Cuánto tenía en el banco?
NI lo sueñes. Hombre rico en Arimatea, significa “nacido de arriba”, porque Arimatea significa
“de arriba”.) llamado José, (En esta parábola, tú eres José) que también había sido discípulo
de Jesús.58 Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese
el cuerpo. 59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,60 y lo puso en su
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la
entrada del sepulcro, se fue”.
Entiende. José de Arimatea, un hombre rico, andaba labrando su sepulcro. Porque
aquí no dice que le buscó UN sepulcro; dice que le dio SU sepulcro. ¿Te imaginas el trabajo de
José? En aquella época no había martillo neumático…
Es decir que el trabajo de labrar un sepulcro en un monte rocoso, podía llevarle al
gestor, toda una vida. Toda una vida buscando permanencia, igual que nosotros. Buscando
descansar. Toda una vida para descansar como destino final.
El evangelio nuestro, es: “todo viene después que te mueras”. Sufre un rato
más…Aguanta, ya falta menos…Fin y después. ¡Oh, qué maravilla! Y se canta en el sepelio y
todo.
El hombre está haciendo un sepulcro en su piedra. Su piedra es su vida. Le lleva toda
una vida hacer eso. Un día llega Jesús y le dice: ¿Puedo? Puedes. ¿De quién es este sepulcro? De
José. Tuyo. ¿Adónde es sepultado Jesús? En tu vida. Y luego pones la piedra en la puerta y te
vas.
A partir de ahora, José que en realidad eres tú y que acaba de sepultar a Jesús en su
sepulcro, ya no anda más preocupado por su propia muerte. Total su tumba ya está llena y
ocupada. Exactamente eso fue lo que hizo Jesús por ti. Te dio vida eterna. Pon la piedra en la
tumba y lárgate. ¿Pero que tienen que ver la tumba y la muerte?
Heb. 2: 14-15,
“14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,15 y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”
Escucha esto: una vez que ya no le tienes temor a la muerte porque entiendes que ya
moriste, ya no hay ataduras, ni cautiverios ni servidumbres en tu vida. Ya no tiene como
agarrarte el diablo. Porque él no te puede matar. Eso es lo que él quiere que tú creas, que te
puede matar. Pero sin autorización de Dios él no te puede matar.
Ya Cristo murió por ti. La tumba está llena. Puso la piedra y se fue.
¿Recuerdas cual era la paga de tu pecado? Muerte. Pero cuando fuiste a entregarte a
la justicia descubriste que no te mandaban a la silla eléctrica porque, según ellos, ya habías
sido ejecutado muchos años antes.
¿Qué dice allí? Que fuiste crucificado juntamente con Cristo, moriste con Cristo y
fuiste plantado en semejanza con su bautismo, el entierro con Él. Por eso es que cuando la
justicia revisa tus papeles, y pese a que tú sabes todas las barbaridades que hiciste, ellos
van a responderte nuevamente que ya estás muerto y que no hay más nada que acusar ni
sentenciar.
Fíjate lo que encontramos aquí. ¿No te parece sensacional, espectacular y nunca visto?
Supón por un momento la escena y agrégale una dosis de humor si quieres. ¡Estás concurriendo
a tu propio entierro, haces toda la ceremonia como muerto y al final te vas caminando! Ahora
imagínate y, antes de reírte, piensa un poco: tú estás en un entierro, hasta tomas el primer
puñadito de tierra y lo arrojas a la tumba sobre el ataúd. Se acerca alguien a tu lado y
pregunta: ¿a quién están sepultando aquí? Y tú, casi sin mirarlo, le respondes: …A mí…
Es lógico, esa persona va a mirarte como si estuvieras rematadamente loco, y en un
supremo esfuerzo por no ponerte allí mismo un chaleco de fuerza y enviarte a un manicomio,
va a preguntar: ¿Y cómo entiendo eso? Tendrás que explicarle al mundo que eso es
exactamente lo que Dios hizo por ellos. ¿Van a entenderte si no colabora contigo el Espíritu
Santo dando convicción y entendimiento? Vas a tener que decirle que Dios nos ama tanto que
eso es lo que ha hecho por nosotros, por cada uno de nosotros. Entonces te van a preguntar: ¿Y
yo no tengo que cambiar para acceder a eso? ¡No! ¡Él te va a cambiar! Porque vas a ser una
nueva creación…Lo único que deberás hacer tú, - terminarás diciéndole a quien quiera que sea
que le hables -, es creer que eso es así y que así es como funciona. Si lo aceptas y lo crees, ya
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
lo verás: ¡Funciona! Cuando él crea eso, la nueva creación que hay en él es la que va a quitarle
todos los malos hábitos que tenga.
Porque no es por leyes ni por entendimientos humanos que uno deja de hacer todas las
porquerías que estaba haciendo.
¿Cuántos pueden entender que esto es así y no por esa enorme cantidad de penitencias
que alguien se inventó con la esperanza de que sirvieran para ganar algo que no puedes ganarte
por ti mismo?
Rom. 6: 8,
“Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;”
V, 7,
“Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”
Esto te está diciendo que, si no has muerto, entonces no has sido justificado del
pecado. Allí es donde todo el mundo adentro de la iglesia debería tener que asegurarse que en
efecto, ha muerto con Cristo juntamente crucificado, porque si así no fuera… ¡No es teología!
Vs,10-11,
“10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive,
para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Recuerda algo de lo que Jesús dice en Jn. 12:32: “Si yo fuese levantado de la tierra,
¿Atraeré a cuantos hombres a mí? A todos. Y luego, 2ª.Cor. 5: 14, dice que si uno murió por
todos, luego, ¿Cuántos murieron? Todos.
De ahora en adelante, entonces, cuando alguien que no sabe absolutamente nada nos
pregunte quien murió en la cruz, ¿Qué vamos a responderle? Obvio: todos. ¿Y cómo es eso? Van
a preguntarte. Entonces les dirá: ¡Ah, sí, siéntate y escúchame! Allí tienes tu predicación
evangelística servida.
3 – SEPULTADOS CON…
Rom.6:4,
“4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en vida nueva.5Porque si fuimos plantados (Ese es el entierro) juntamente con él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
Col.2: 12,
“…sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él,
mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. (¿Cuándo fuimos nosotros
enterrados? Con Él.)
1ª.Ped.3: 21,
“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (¿Cuándo nos salva? Ahora.)(No
quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia ante
Dios) por la resurrección de Jesucristo.
Rom. 6: 1-2,
“1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?2 En
ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él?”
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
¿Cómo se entiende esto? De la manera más simple: si estamos muertos al pecado, por
naturaleza y no por prohibiciones humanas, no vamos a querer pecar. Por eso es que dice: ¡De
ninguna manera! ¿Sabes lo que significa “de ninguna manera”? Eso, de ninguna manera. Y si
pecamos, -recuerda-, no es porque seamos panaderos…
V, 4,
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en vida nueva.”
Te pregunto yo a ti y, al mismo tiempo, pregúntatelo a ti mismo: Los que hemos
muerto al pecado, ¿Cómo vamos a vivir en el pecado? Estás muerto al pecado. Si no estás
muerto al pecado, sigues viviendo en Babilonia. Pero si estás muerto al pecado, entonces
eres una nueva criatura.
V,3,
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte?”
Hay tres cosas que tienes que entender:
1) Cristo es nuestro sustituto.
Rom. 5:8 da a conocer esto cuando dice:
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros”.
Atención, porque dice por nosotros, no en lugar de nosotros.
Y si lo quieres ampliado, en el verso siguiente de este pasaje, el v, 6, tú y yo podemos
leer lo mismo. Allí dice: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por
los impíos. Dice que murió por los impíos. Pregunto: ¿Por cuantos impíos? ¡¡Por todos los
impíos!!
Esto me dice a mí y te dice a ti una verdad inexorable que en muchas ocasiones la
iglesia no ha explicado claramente: todos tienen el mismo potencial de ser salvos que he
tenido yo y has tenido tú. ¡La gloria y la gracia son de Dios! Nosotros no tenemos de que
gloriarnos.
Ya todos fueron perdonados. Eso fue lo que consiguió ese sacrificio. Ya se hizo el
sacrificio, no necesitamos más, ni tampoco otros. Él los libró a todos. Que te quede bien
grabado a fuego en tu mente: Dios perdonó a todo el mundo de sus pecados.
Los que nacieron y murieron, los que están vivos hoy, y los que están por nacer, ya
todos han sido perdonados. No hay un pecado por cometer que no haya sido ya perdonado.
Ese es el evangelio en el que hemos creído y ese es el evangelio que debemos predicar. Todo lo
demás es humanismo. Muy bien intencionado quizás, pero cosa de hombres.
La niña que está por nacer y que cuando nazca y crezca va a ser prostituta, ya fue
perdonada por el sacrificio de Cristo en la cruz. Lo único que se necesitará mañana con esa
joven, es que alguien vaya y se lo diga para que ella pueda aceptarlo y vivir eternamente con
Cristo pese a su vida pecaminosa…
¡Que tristeza nos producen algunas de las cosas que nosotros mismos hemos predicado!
¡¡¡Escucha!!! ¡¡¡Si no te arrepientes te vas para el infierno!!! Todos huyendo y, mientras, un
Dios bien tremendo matando a medio mundo. ¡Eso hemos predicado!
Fíjate lo que dice la Palabra:
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
Heb. 2: 9,
“Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado
de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios
gustase la muerte por todos.
Is.53: 5,
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
1ª.Ped.3: 18,
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, (¿Cuántas veces
tiene que padecer? ¡Una! ¡Ya lo hizo!) el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, (¡Ya
nos llevó! Fue a preparar un lugar. ¿Adónde iba? ¡A la cruz! Para que donde yo estoy, - dijo -,
ellos también estén.) siendo a la verdad muerto en la carne, (Se enterró a Jesús, ¿no?) pero
vivificado en espíritu;”
Escucha; ¡No estábamos en Dios! Pero ahora sí estamos en el GAN de Dios. Aunque no
sepamos manifestarlo, allí es donde estamos. Porque murió Jesús, es verdad, pero lo que viene
al otro lado es un cuerpo incorruptible y la deidad de Dios, hecho una nueva creación.
Siguiendo con esas tres cosas que te dije tenías que entender, en segundo término:
2) Se identificó con nosotros.
Murió por nosotros, no en nuestro lugar. En Mateo 27 se ve cuando Él clama en la cruz,
que padece las dos muertes. Primera muerte en el v,46 y segunda muerte en el v, 50. Y lo que
sucede entre medio de ambas muertes, lo vemos en Is. 53:11 y 59:2.
1ª.Cor.12: 12,
“Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros
del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”.
Es decir que Cristo ya no es uno, sino muchos. Es uno en el sentido de que es una
naturaleza, pero Cristo, hoy, es muchos miembros. Esto nos enseña que no hay tal cosa como
Cristo en singular. Al igual que un cuerpo, no es singular. Es uno, pero compuesto de muchos
miembros.
Te está comparando aquí la membresía de un cuerpo, y la singularidad de su
expresión, con la membresía del cuerpo de Cristo y la singularidad de su expresión. Es una
identidad separada de. Por eso es que muchos no esperan manifestarle en la tierra, porque lo
ven en otra dimensión. Ellos se cargan a sí mismos de acuerdo a un Adán perdonado.
Y la tercera y última de las cosas que tienes que saber, es que:
3) Somos uno con Él.
Su historia, su presente y su futuro, es mi pasado, mi presente y mi destino. 1ª.Cor.
6:17 dice que: Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Y no es la única. Ef. 5:30 añade: …porque somos miembros de su cuerpo, de su
carne y de sus huesos. En 1ª.Cor. 6: 15 se nos dice que somos un cuerpo con Él. Jn. 3:6, si
somos nacidos del Espíritu, somos Espíritu.
Col. 1: 15,
“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
Me gustaría que repitieras esto conmigo: “Dios es invisible. Sin hombre, no tiene
imagen. Escogió a Jesús en aquel tiempo. Jesús fue el primogénito. Luego vengo yo, con los
mismos derechos y obligaciones.”
Y ahora atiende y por favor; entiende bien esto que voy a decirte para que no me
llames blasfemo: que Jesús haya sido el primero, no significa que sea mejor. Sólo fue
primero. Es nuestro hermano mayor. Todos heredamos partes iguales del Padre.
Debes entender esto o dedicarte a estudiar el Corán o el Libro de Mormón: Jesús es tu
hermano. El precursor. Digno de adoración por la parte que a Él le corresponde. Pero una parte
del cuerpo, igual que tú. ¡¡Ahhhh!!!
Cuando todo termine, Él se sentará a tu lado a trabajar contigo. Eso si es que lo
quieres ver de una forma literal. Porque lo dice 1ª. Corintios 15, que Él le va a entregar todo al
Padre y Él mismo se va a sujetar con sus hermanos. ¡Lo dice! ¡No lo inventé yo! Es que…nos
pintaron una cosa que la vemos tan allá, que es como si lo viéramos inalcanzable. Asimismo,
Satanás nos hizo una pintura tan lejana, que jamás la podemos obtener y nunca
terminamos.
Satanás sabe que su fin es derrota. Él no puede cambiar el destino. Lo único que
puede hacer es posponerlo. Entonces, mientras tú te creas que no puedes alcanzar a ser lo que
debes ser, él gana tiempo para – si puede – destruir a tus hijos, si estos son pequeños aún.
Col.1:16,
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado, por medio de él y para él.”
El apóstol dice que en Él fueron creadas todas estas cosas. Y que todas,
irremisiblemente, trabajan para Él. Y eso incluye a Satanás, ¿Sabes?
Eso, nada más, revienta nuestra doctrina. Pero alguien tiene que decirlo de una buena
vez y sacar a los confundidos de ese mar en el que se están ahogando sin entender nada.
Porque han tenido miedo de decirle las cosas como son y, en lugar de ello, han inventado
fábulas…
Vs,17-18,
“17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18 y él es la
cabeza del cuerpo, que es la iglesia, (En un parto normal, primero sale la cabeza y luego sale
el resto del cuerpo del bebé. ¡Pero es un solo niño! ¿No es así? Gracias. Cristo, primero: la
cabeza. A continuación, el cuerpo. El mismo niño. ¿Lo estás viendo?)
Todavía está naciendo. Cuan bellos son los pies de aquel que viene…Los pies, es la
iglesia. Todas las veces que la Biblia te habla de los pies, te habla de los pies de Cristo. Él es la
cabeza, nosotros somos el cuerpo. Es una sola entidad.
No es que nosotros nos reunimos como si fuéramos un Club Atlético Cristianos
Asociados, y después decimos que somos un cuerpo de gente, que nos asociamos con Cristo, y
por eso nos llamamos “cristianos”, y somos su iglesia, y somos un cuerpo que le pertenece.
Somos el cuerpo de Cristo. Somos, literalmente, el vaso que contiene al agua llamada Cristo.
Entiende: sin vaso, no hay Cristo. Somos, literalmente, SU cuerpo. Mira lo que dice el
final de este texto:
Vs, 18-23,
“18…él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia; 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,20 y por medio de él
reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo
la paz mediante la sangre de su cruz. 21 Y a vosotros (A ustedes) también, que erais en otro tiempo
extraños y enemigos en vuestra mente (¿En dónde, dijo? Lo que dijimos: en esa muerte mental.)haciendo
malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros
santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe,
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“¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN LA CRUZ?”
y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que
está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Vamos de dejar algo muy en claro: ¿Cuál es el evangelio que deberemos predicar en
toda la creación que está debajo del cielo? El evangelio de Pablo. ¡Vaya gracia! ¿Quién podría
discutir eso? Hay algunos dispuestos a discutir el ministerio de Pablo, créeme. Para ellos lo
digo.
Col. 2: 6,
“6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al señor Jesucristo, andad en él; 7
arraigados y sobreedificados en él, (Considerad los lirios. ¿Qué hacen? Absorben nutrientes de
la tierra en donde están plantados. Estamos sobreedificados en él.) y confirmados en la fe, así
como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracia. 8 Mirad que nadie os engañe por
medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo. (¡Y nos engañaron igual!) 9 Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la
cabeza de todo principado y potestad.
Jn. 20: 1-7,
“1El primer día de la semana, (¿Qué día estamos viviendo ahora? El tercer día.) María
Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, (Esto es: a la medianoche. ¿Qué tiempo estamos
viviendo?) al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro. 2 Entonces corrió, y fue a Simón
Pedro y al otro discípulo, (El otro discípulo es Juan, un poco más joven), aquel al que amaba
Jesús, (Entonces era un adolescente, tenía algunos catorce o quince años) y les dijo: se han
llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos donde le han puesto. 3 Y salieron Pedro y el otro
discípulo (Que era más joven recuerda), y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos; pero el
otro discípulo, (Que era más joven), corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5
Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. 6 Luego llegó Simón Pedro tras
él, y entró en el sepulcro, (El mayor sí entró al sepulcro), y vio los lienzos puestos allí; 7 y el
sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado
en un lugar aparte.
Entiende esto. Ellos llegan al sepulcro y allí está el lienzo con el cual habían arropado
al muerto, pero el sudario de la cabeza, dobladito y en un lugar aparte. ¿Qué significado tienen
el sudario y los lienzos? Que Cristo terminó. Pero nosotros no lo hemos apropiado.
Él terminó, pero nosotros aún estamos apropiándonos de lo que ya está consumado. Él
dobló su lienzo, pero el cuerpo no lo puede doblar hasta que no entienda la muerte. Mientras
anden peleando con Adán, la gente no entiende la muerte.
Conclusión:
Ahora ya sabes lo que sucedió en la cruz. Ahora ya sabes qué tienes que ver tú con la obra redentora,
fuera de la fraseología que la religión ha utilizado para mantenerte interesado adentro de los templos.
Ahora ya sabes qué es lo que no puedes desperdiciar ni arruinar.
Este es un elemento importante. Porque no hay un creyente en el planeta entero, por más capacitado y
estudioso que sea, que pueda ser eficiente para la obra de extensión del Reino si no sabe su identidad
espiritual. Ya sabes perfectamente que no se trata de estar en la mejor congregación, en el mejor
templo y con el pastor de más prestigio: se trata de estar en Cristo.
Y estando en Cristo, puedes sobrevivir donde quiera que te encuentres. Ya sucedió con el pueblo
saliendo de Egipto a la intemperie de un desierto plagado de tropiezos, peligros y perturbaciones.
Volverá a suceder en cada ocasión en la que un hijo de Dios deba dar testimonio de su Padre celestial.
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