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EL DÍA, jueves, 8 de agosto de 2013
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revista semanal de EL DÍA
MEMORIA ESCRITA DE LA SOCIEDAD CANARIA ILUSTRADA
LOS ILUSTRADOS CANARIOS DEL
SIGLO XVIII EN LA VILLA Y CORTE (y III)
Alfonso Soriano Benítez de Lugo
(de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Tenerife)
F
inalizamos este trabajo
con dos importantes personajes que contribuyeron
de forma destacada al desarrollo de las ciencias
experimentales y la cultura en la España
del siglo XVIII, cuyo retraso en relación con la Europa culta del momento
era considerable. Esta fue la importante tarea que acometieron los hombres de la Ilustración bajo el patrocinio del rey Carlos III –fundador de las
Reales Sociedades Económicas de
Amigos del País– y de sus ministros
más importantes, y en la que destacaron numerosos personajes canarios que
en la Villa y Corte de Madrid nunca
olvidaron a su patria chica. Es difícil
entender cómo en el siglo XVIII pudo
darse en Canarias un plantel de personalidades tan importantes.
Don Estanislao de Lugo-Viña
y Molina
Nació en La Orotava el 20 de junio
de 1753 en la casa solariega de su familia, en la calle de La Carrera. Era el segundo de los hijos de don Francisco
de Benítez de Lugo-Viña y FranchiAlfaro, capitán del regimiento provincial
de La Orotava y titular de la Casa de
Lugo-Viña y sus mayorazgos, y de su
segunda mujer, doña María Rosa de
Molina y Briones, hija de los IV marqueses de Villafuerte.
Poca información se tiene sobre su
infancia y adolescencia, aunque Jorge
Demerson (“Un canarien éclaire: Don
Estanislao de Lugo (1753-1833)”.
Revista de Historia 153-56 (1967),
págs. 111-115) deduce que debió de estudiar en el colegio de los dominicos de
su villa natal, donde también lo hicieron
sus hermanos Francisco, José, Santiago
y Antonio de Lugo-Viña y Molina, así
como sus primos hermanos José y Agustín Betancourt Castro y Molina, don
José Viera y Clavijo y don Tomás de
Iriarte –el célebre fabulista, que solo
le llevaba tres años a don Estanislao–.
Posteriormente, su padre decidió enviarle a un establecimiento docente
que gozaba en el archipiélago de
muy buena fama, el convento de San
Francisco de Las Palmas, donde el joven
Estanislao cursó Lógica y Ética y en
El infante don Luis
de Borbón y su
familia, retratados
por Goya. A la
derecha, de pie, don
Estanislao de LugoViña.
el que permaneció desde octubre de
1768 a agosto de 1770, poniendo de
manifiesto “cualidades excepcionales
y talentos relevantes”, como se dice
en un certificado acreditativo de estos estudios, por lo que podía empezar estudios universitarios.
En 1771 superó las pruebas de ingreso
en la Real Universidad de Valladolid,
en la que obtiene el grado de bachiller en Leyes en 1774 y de bachiller en
Cánones en 1776. Tras pasar siete años
y medio en la Universidad de Valladolid
pasó a vivir a la Corte, donde entró en
contacto con su paisano Tomás Iriarte.
Don Estanislao, como otros canarios
contemporáneos suyos, era hombre culto, buen latinista, conocedor de las literaturas clásicas y muy puesto en las
literaturas española y francesa. Con este
bagaje pronto su talento fue reconocido y en 1785, con solo 32 años, fue
elegido por el rey Carlos III ayo o preceptor de su sobrino don Luis María
de Borbón y Vallabriga, hijo del infante
don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano del rey, con el sueldo de
36.000 reales de vellón anuales (cuando un profesor de Medicina en la Universidad de Salamanca sólo cobraba
5.400 reales). Más tarde obtuvo plaza
de oficial en la 1ª Secretaría de Estado
y del Despacho Universal de Gracia y
Justicia, percibiendo 30.000 reales, que
pronto pasaron a 45.000, granjeándose
la protección y amistad del conde de
Floridablanca.
El 23 de febrero de 1793 fue nombrado
por el rey Carlos IV director de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid
con 57.000 reales de sueldo anuales,
cargo de gran responsabilidad que tenía
honores de ministro del Supremo
Consejo de Indias. Y por Real Decreto
del mismo rey de 1 de marzo del mismo
año ingresó como caballero de la
Real y Distinguida Orden de Carlos III,
tras ser admitidas sus pruebas de nobleza. Los Reales Estudios ocuparon
los mejores esfuerzos de don Estanislao
–especialmente la organización de la
biblioteca hasta entonces muy abandonada– durante el largo periodo
comprendido desde su nombramiento
hasta 1806, en que fue destituido, y
otra vez desde 1808, en que fue repuesto, hasta su cese definitivo, en 1811.
Don Estanislao, desde su llegada a
la Villa y Corte, frecuentó los más elevados círculos intelectuales y sociales, en los que gozó de gran autoridad.
Entre estas tertulias destacaba la de
los condes de Montijo, cuya musa era
la propia condesa, María Francisca de
Sales de Portocarrero y López de Zúñiga, condesa de Montijo, grande de
España. A este prestigioso cenáculo asistían Jovellanos, Llaguno, Meléndez Valdés, Fernández de Moratín, los hermanos Iriarte y un largo etcétera de prestigiosos intelectuales, a los que entonces protegía Manuel Godoy. En 1790
falleció don Felipe de Palafox y Croy
D’Havré, esposo de la condesa, con la
que había tenido seis hijos, y don Estanislao contrae matrimonio secreto en
1795, en la parroquia madrileña de los
Santos Justo y Pastor, con su viuda,
la VI condesa de Montijo, duquesa de
Peñaranda de Duero, condesa de Miranda del Castañar y otros muchos títulos, y que pasaba por ser una de las más
cultas damas de la Ilustración.
La grave crisis política y el miedo del
poder constituido ante el avance de las
doctrinas de la Revolución francesa,
tornaron en franca enemistad los
sentimientos de simpatía del Príncipe
de la Paz hacia la tertulia de la condesa de Montijo y sus componentes. Aquel
cenáculo, cuya inclinación por la
doctrina jansenista era muy conocida,
y la libertad de ideas que allí imperaba
comprometieron gravemente a la
condesa y a don Estanislao, de tal modo
que éste fue destituido, en 1806, en
la dirección de los Reales Estudios y
demás cargos que ostentaba. Los
Montijo fueron obligados a vivir fuera de Madrid, primero en su villa de
Montijo (Extremadura) y luego en Logroño, donde la condesa poseía grandes propiedades. La condesa de Montijo falleció en la capital de La Rioja el
15 de abril de 1808.
Después del motín de Aranjuez
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20
jueves, 8 de agosto de 2013, EL DÍA
EN PORTADA
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con la caída de Godoy, don Estanislao de Lugo-Viña es repuesto en
todos sus cargos, en los que fue confirmado por Murat. Después de convocado a la Asamblea de Notables que
Napoleón reunió en Bayona, y a la que
prudentemente no asistió, el rey José
I lo distinguió nombrándolo, el 8 de
marzo de 1809, consejero de Estado
con sueldo de cien mil reales y, posteriormente, comendador de la Real
Orden de España, popularmente
conocida como “la berenjena”. En 1812,
tras la derrota de Arapiles, acompañó
al rey intruso a Valencia y en la primavera de 1813 regresó a Madrid, al
igual que Bernardo Iriarte, Moratín,
Goya… y tantos otros intelectuales amigos suyos, colaboradores del invasor.
Al retorno de Fernando VII se vio obligado a emigrar a Francia, fijando su
residencia en Burdeos, junto con
otros exiliados, entre ellos Bernardo
Iriarte.
En la capital de la Gironde vivió don
Estanislao de Lugo-Viña las dos últimas décadas de su vida, salvo algunas temporadas en Bagnéres, en la casa
de su hermano José (1754-1837), diplomático e importante financiero y
promotor turístico de aquella ciudad
de los Bajos Pirineos, y con las esporádicas visitas de los hijos de éste y
las de su otro sobrino, Sebastián de Lugo-Viña y Massieu (1752-1809), también diplomático. Hizo don Estanislao testamento en Burdeos el 8 de enero
de 1826, dejando como herederos a su
hermano José y su sobrino Sebastián,
y allí murió, después de un largo exilio, el 25 de agosto de 1833, a los 80
años de edad, pocos días antes de recibir el perdón Real, que obtuvo el 31
de agosto siguiente, cuando a Fernando
VII le quedaba menos de un mes de
vida. Está enterrado en el cementerio de la cartuja de Burdeos en una
tumba que tiene el número 70, de poco
más de tres metros, que él mismo había
comprado a perpetuidad, y que se encuentra en la actualidad en total
abandono. Ningún miembro de su familia ni amigo alguno le acompañaron
en sus últimos momentos.
Don Agustín de Betancourt y Molina
Nació en el Puerto de la Orotava el
1 de febrero de 1758, en la casa de su
familia, en la plaza de la iglesia. Fueron sus padres don Agustín Betancourt-Castro, caballero de la orden de
Calatrava, miembro destacado de la
tertulia de Nava y poseedor del mayorazgo de Castro, y doña Leonor de Molina Briones, hija de los IV marqueses
de Villafuerte. Era don Agustín el segundo de once hermanos. Su hermano
mayor, José, heredó el mayorazgo familiar y fue persona de indiscutible valía,
aunque la excepcional personalidad
de Agustín eclipsó la de José.
Como recuerda Rumeu de Armas,
don Agustín de Betancourt fue un niño
de extraordinaria precocidad, con
una vocación manifiesta por las ciencias experimentales. Inició sus estudios en el colegio dominico de la Villa
de La Orotava –donde también se for-
maron Viera y Clavijo, los Iriarte, sus
primos los Lugo-Viña y Molina, etc.–
y recién cumplidos los veinte años una
pensión que le concede Carlos III por
mediación de don José Galvez, marqués de la Sonora, ministro de Indias
–hermano de Matías, que fue comandante y teniente de Rey de las Islas,
gobernador del castillo de Paso-Alto
en Santa Cruz entre 1775 y 1778, así como
socio de la Real Sociedad Económica
de Amigos del País de Tenerife desde
el 17 de mayo de 1777, donde intimó
con el padre de don Agustín–, le permitió en 1778 trasladarse a Madrid.
En los Reales Estudios de San Isidro y en la Real Academia de Bellas
ma.
Residiendo en París solicita del rey
Carlos IV el ingreso en la orden militar de Santiago, en la que, previas las
pruebas de nobleza exigidas, fue admitido en 1792, y conoce a la inglesa
Ana Jourdain Kidder, con la que contraería matrimonio. En 1788 el embajador de España en París, VI conde de
Fernán Núñez, visita su casa-taller,
donde contempla las curiosas maquetas de las máquinas hidráulicas que éste
había construido, por lo que le propone
al conde de Floridablanca la creación
de un Gabinete de Máquinas en la capital de España. Fue así como el rey Carlos III nombra a Betancourt director
Artes completó su formación científica y técnica con gran provecho. En
1782 es nombrado apoderado en Madrid de la Real Sociedad Económica
de Amigos del País de Tenerife, y en
1783 el primer secretario de Estado,
conde de Floridablanca, le concede una
pensión de doce mil reales, para ampliar estudios en París, donde permaneció desde 1784 a 1791 asistiendo a
los cursos de la École des Ponts et Chaussés y trabajando en los laboratorios
y centros de experimentación de la mis-
del Real Gabinete de Máquinas, lo que
ocasiona su traslado a Madrid en 1791
con su familia y escribe a su padre en
octubre de este año: “Me han dado un
alojamiento magnífico en el Palacio
del Buen Retiro, donde pasaremos a
vivir la próxima semana”.
Una Real Orden de 17 de octubre de
1793 dispone el traslado de don
Agustín a Londres para “asuntos
del Real Servicio”, viajando por toda
Inglaterra. Recorre fábricas, manufacturas y obras públicas, tomando
nota de cuantas máquinas e ingenios
pudieran interesarle para enriquecer
el Gabinete de Máquinas. En 1796
estaba don Agustín de nuevo en Madrid
cuando, por Real Orden del rey Carlos IV de 12 de junio de 1799, se crea
la Inspección General de Caminos y
Canales, antecedente de la Real
Orden de 26 de julio de 1803 por la
que se crea la Escuela de Caminos y
Canales, de la que Betancourt es nombrado primer director.
Pero en 1807 don Agustín, dada la
gravedad de la situación en España,
decide marchar al exilio voluntariamente. “Me vi precisado a salir de España por no ser víctima de Manuel
Godoy, que empezó a declararse
contra mí, como lo hacía contra
todo hombre honrado”, diría en una
carta de 21 de diciembre de 1808. Después de una estancia en París, parte
para San Petersburgo, donde encontró la protección del zar Alejandro I,
que en 1809 le asciende a teniente
general de los Ejércitos y le nombra
director general del departamento de
Vías de Comunicación del imperio ruso.
La obra de Betancourt en Rusia es
inmensa. Intervino en la reconstrucción de la catedral de San Isaac,
construyó la Casa de la Moneda, el picadero de Moscú, el mercado de Nizhni
Nóvgorod y un largo etcétera de
obras que contribuyeron al embellecimiento de San Petersburgo. Todo
ello hizo que el zar Alejandro lo distinguiera con su amistad, invitándole
a su mesa con frecuencia y despachando con él los asuntos más reservados.
En 1824 enfermó, falleciendo el 14
de julio de ese año haciéndosele un entierro con los mayores honores. El zar
dispuso que se concedieran a la viuda
del insigne ingeniero todos los sueldos
y emolumentos que en vida había disfrutado su marido. Sus restos descansan
en el Panteón Nacional de Hombres Ilustres de Rusia, en San Petersburgo, junto
a personas como Dostoievski, Tchaikovski, etc. De su matrimonio con Ana
Jourdain nacieron cuatro hijos: Carolina, que casó con un oficial español,
Joaquín Espejo y Velasco, y falleció en
1823, al poco tiempo de su matrimonio, sin descendencia; Adelina, que
murió soltera en 1832; Matilde, que casó
en Bruselas con un oficial del Estado
Mayor francés, el conde de Gardanne,
de cuya unión nacieron cuatro vástagos con descendencia que ha llegado
a nuestros días; y Alfonso, único hijo
varón, que llegó a teniente general en
los ejércitos del zar y falleció en París,
soltero, en 1875.
Como ha escrito Rumeu de Armas,
“no se ha hecho justicia en España
a este hombre verdaderamente
insigne y excepcional. Como sabio
resiste la comparación con cualquiera de sus contemporáneos,
gozando de la admiración de la
Europa culta de su tiempo”.
NOTA.- La documentación y las imágenes
que aparecen en este trabajo proceden del
libro del autor “Corte y sociedad. Canarios al servicio de la Corona” (en prensa).
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EL DÍA, jueves, 8 de agosto de 2013
HISTORIA
SOMATENES ARMADOS
EN GRANADILLA DE ABONA (I): REFERENCIAS
Texto: Emiliano Guillén Rodríguez
(periodista, cronista oficial)
E
ntre los años de 1923 y 1931,
es decir, durante la época
histórica comprendida
entre el golpe de Estado del
general Primo de Rivera y
el advenimiento de la Segunda República española, conocida como del
Directorio, en casi todo el territorio
nacional se redime esta ancestral institución armada a modo de parapolicía rural y política, “hermana del Ejército”, para salvaguardar los intereses
de la patria, de la Iglesia Católica y de
todos los estamentos de las clases
pudientes. En el término municipal
de Granadilla de Abona, así como en
algunos de sus pagos, sea Charco del
Pino o Chimiche, arraiga pronto.
Bajo la denominación de Somatenes Armados de Canarias, aunque bajo
semejante apelativo de somatenes
armados se conocieran en casi todo
el territorio nacional, se ocultaba una
organización civil armada y de carácter parapolicial que realizaba funciones
de policía política y rural. Disfrutaba
del beneplácito del Ejército y del clero.
Su jefatura superior recaía de oficio
en un mando militar de alta graduación. Siempre contó con el incondicional apoyo de la Iglesia Católica y
de las clases sociales privilegiadas,
puesto que entre sus fines y objetivos también se incluía su defensa.
A todos los miembros de esta institución se les consideró como agentes de la autoridad por Real Orden del
11 de enero de 1909. No estaban uniformados, pero iban armados y lucían
distintivos diferenciados según el escalafón que ostentasen dentro del organigrama, a efectos de que pudiesen ser identificados y reconocidos
por ellos mismos y por el resto de los
conciudadanos. Puede decirse que,
en general, no fueron muy bien vistos por el pueblo, por causa de su defensa a ultranza de los intereses de
las clases privilegiadas.
Este trabajo no alberga otra ambición mayor que la de justificar su existencia, funciones y actividades llevadas
a cabo en el término municipal de Granadilla de Abona entre los años de 1923
a 1931 hasta que, en la Gaceta de Madrid
correspondiente al día 16 de abril de
1931, se inserta un Decreto del presidente provisional de la Segunda República en el que se recoge lo siguiente:
“Artículo 1.- Quedan disueltos los
Somatenes creados por la Dictadura
en septiembre de 1923, sin que esta
medida afecte a los mismos dentro de
Cataluña, ni se exponga a que pueda
Escudo del
somatén moderno,
con su lema en
catalán.
subsistir con su organización, número
y cometido tradicionales en las provincias
catalanas”.
Debieron respetarse en Cataluña
como inteligente maniobra para evitar sus aspiraciones rupturistas, además de las históricas de la referida asociación. De esta suerte, en aquella
región se dispondría de un cuerpo dispuesto a la acción en todo momento
para imponer los intereses patrios, evitando a toda costa la desmembración
del Estado.
El referido decreto, en su artículo
dos, manda a que se entreguen las
armas en un plazo de cuarenta y ocho
horas en el puesto de la Guardia Civil
c o r r e s p o n d i e n t e .
Complementariamente, en el telegrama emitido por el ministro de la
Gobernación el día 22 del mismo mes
y año, en este sentido, aclara que las
armas que sean de propiedad se entregarán en depósito, sin perder el derecho de propiedad sobre ellas.
Para algunos autores, el vocablo
somatén procede de “so emetent”,
que significa “emitiendo sonidos”,
por los tañidos de campana que daban
al llegar a los pueblos para indicar
al vecindario que estaban seguros
en su presencia. También, para
informar de su estancia encendían
hogueras en lugares altos y visibles
o lo hacían con toques de trompeta
o cuernos de monte.
Para otros, como señala su propio
Boletín Oficial, la palabra deriva de
“som attens”, estar atentos, estar prevenidos. Todos estaban en la obligación de conservar armas en sus
casas y practicar su uso con frecuencia. De hecho, se convocaban
habituales torneos de tiro de precisión
para mantenerles útiles y diestros
en su manejo.
Este organismo ancla sus raíces en
Cataluña desde la Alta Edad Media.
En los siglos XVI y XVII fue importante la labor realizada contra piratas, hugonotes, salteadores y bandoleros. Se suprimen por la Ley de
Nueva Planta en 1714, para ser de
nuevo restituidos en 1792 con
motivo de la Guerra del Rosellón.
También actúan con eficacia frente
a las fuerzas francesas en la Guerra
de la Independencia.
A lo largo de su ya dilatada historia
serían prohibidos y redimidos un buen
número de veces, siempre en función de las ideologías imperantes o
de las necesidades de las sucesivas
épocas.
Ya modernamente, en 1855, los
somatenes habrían de ser reconstituidos por los grandes terratenientes bajo el reseñado lema: “Pau, pau,
sempre pau”, para proteger sus
haciendas. Se abolieron con la Primera República para reestablecerse
de nuevo con la Tercera Guerra Carlista. Su moderna consagración
parte de golpe de Estado del 13 de
septiembre de 1923 a manos del general Primo de Rivera.
El general, en su manifiesto, entre
otras medidas, propone un cuerpo
de somatenes como heredero de la
legendaria y honrosa tradición española, con el lema de la paz, pero una
paz digna. Un somatén reserva y “hermano del ejército” para todos,
incluso para la independencia de la
patria, si ésta corriera peligro.
En Canarias esta moderna institución somatenista alcanza notable
éxito. A finales de 1928 ya contaba
con un total de 4.175 efectivos
entre números, cabos, subcabos, de
partido, de distrito, de pueblo y de
barrio, además de vocales. Los de
número alcanzaban los 3.323 elementos.
En 1931 se prohíben de nuevo por
el presidente provisional de la
Segunda República, debido a su marcado carácter conservador y monárquico. El reglamento orgánico del
Cuerpo de Somatenes Armados de
España, aprobado por Real Orden del
Ministerio de la Guerra de fecha 13
de junio de 1924, en su artículo sexto
señala:
“Los ciudadanos del Somatén
serán considerados única y exclusivamente como fuerza armada
cuando se declare el estado de guerra y así lo consignen los Capitanes
Generales en sus bandos; y como Agentes de Autoridad siempre que, no
estando declarado el estado de guerra, sean requeridos sus servicios por
las autoridades. Se exceptúan los casos
de persecución y captura de malhechores, en cuyas circunstancias obrarán como tales Agentes sin necesidad
del previo requerimiento de auxilio”.
El cuerpo que nos ocupa volvería
a renacer con la Guerra Civil de 1936
y toma auge a partir de 1945, porque el general Franco lo reorganiza
y lo extiende a casi todo el territorio nacional para colaborar con la
Guardia Civil en su campaña contra
organizaciones obreras clandestinas
o los maquis, entre otros.
En la actualidad se hallan disueltos y recogidas sus armas con el inicio de la democracia (año de 1978).
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jueves, 8 de agosto de 2013, EL DÍA
www.eldia.es/laprensa
Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 888
El análisis de su actividad y la adecuación de la oferta obligan a tomar las adecuadas medidas para la revalorización del patrimonio
local socio-económico, ante un proyecto de interés mundial que revolucionará todo un país dándole un valor incalculable.
Un país frente a su futuro: Nicaragua,
un paraíso a su alcance
Texto:
Antonio Pedro Tejera Reyes
Dos símbolos permanentes en las señas de identidad
nicaragüenses: el arte religioso y los volcanes.
(Del Grupo de Expertos de la Organización
Mundial del Turismo. UNWTO)
Fotos: A. P. T. R.
S
egún publican la prensa de Nicaragua y sus medios oficiales, el
pasado mes de junio se firmo un
acuerdo entre el Gobierno nicaragüense y el chino con el fin de
construir un canal interoceánico que conecte el Atlántico con el Pacífico.
La sorprendente obra hace ya muchos años
que ha estado planteada sin que se pudiese
concretar la misma dada la enorme cantidad del costo, así como la competencia de
varios países en cuanto a su paso por el mismo
de la inmensa obra.
Hoy, gracias al poderío económico del gigante chino, la obra va a poder realizarse
con la importante y significativa proyección que tendrá para un país como Nicaragua, que podrá situarse rápidamente entre
los mejores en la economía mundial.
El estudio de viabilidad está llevado a cabo
por la empresa HK Canal Nicaragua Development, cuyo presidente, Wang Ling, ha
explicado que la ruta nacerá en el Atlántico, al sur de la Isla Venado (Bluefields) y
recorrerá los ríos Escondido, Kama, Oyate,
Las Lajas y Brito, y el Lago de Nicaragua.
Esta ruta ha sido escogida por su topografía
plana, y en el proyecto invertirán los más
grandes bancos mundiales, preferentemente
de China, Europa y Estados Unidos de América.
Las obras están previstas que comiencen
el próximo año y su duración será de unos
cinco años.
Nos encontramos ante un impresionante proyecto que cambiará la vida de los
nicaragüenses en su totalidad, transformando
de forma considerable un humilde país en
un poderoso bastión para la economía mundial, con unas impredecibles consecuencias en todo el mundo.
LAS TÉCNICAS MODERNAS
Dentro de toda esta extraordinaria visión
del desarrollo de este país, se encuentran
de forma destacada el empleo de las más
modernas técnicas, así como el movimiento
socio-económico de un mundo que en los
últimos treinta años ha cambiado sustancialmente, en especial en el movimiento
de la sociedad y sus perentorias necesidades,
cuya evolución deberá ser estudiada por
los más prestigiosos expertos para que el
país reciba todos los beneficios que la impresionante obra lleva aparejada.
Ya son varias las empresas que han comen-
zado sus prospecciones y obras necesarias
para atender el magno proyecto, por lo cual
se hace necesario adecuar las condiciones
de las distintas zonas por donde atraviese
el canal, con las condiciones obligadas de
un nivel de vida de calidad, lo cual será
un auténtico regalo para los habitantes de
esos lugares.
No acaban ahí los incalculables beneficios que el canal puede aportar al país. Tanto
el sector primario –la agricultura– como
el secundario –la industria– tienen el reto
por delante que deben aceptar en toda su
dimensión, para que el país no tenga que
depender de las importaciones para suplir
las necesidades de la masa de población
que se necesitará para realizar la gigantesca obra. Ni que decir del sector terciario,
los servicios, donde Nicaragua debe
orientar sus estudios en la formación profesional, con el fin de revalorizar a sus gentes una población que tiene el añadido de
su honradez y su vocación de servicio, algo
que no nos hemos cansado de repetir desde
hace largos años, y que ahora se hace imprescindible conservar con todos los medios
disponibles.
Las técnicas modernas ayudan hoy
muchísimo para que la paz social que se
disfruta en Nicaragua siga siendo un
ejemplo mundial.
UN PARAÍSO A SU ALCANCE
Como es natural, el turismo aumentará
de una forma espectacular en todo la nación.
Aquellas ilusiones que nos hacíamos a prin-
cipios de este siglo se están convirtiendo
en realidad, y de la gestión eficaz de su
Instituto Nacional de Turismo (INTUR) y
de todo el gobierno nicaragüense depende
el futuro del país, en una hora en la que
ha llegado una obra que significa mucho
más que el descubrimiento de unos pozos petroleros, o unas minas de oro. Trabajo y prosperidad es lo que se ve en el
horizonte de Nicaragua, por lo que hay
que conservar esos personajes de con las
manos llenas de billetes de todo el mundo, en plena calle, hacen los necesarios
cambios a los turistas. Algo inaudito en
todos los escenarios turísticos que conocemos y que son muchísimos. Una seguridad
social incomparable.
UN PARAÍSO A SU ALCANCE
Este ha sido el lema de Nicaragua, a través del INTUR y de PRONI-CARAGUA, con
el cual se han presentado en Las Vegas
(Nevada) Estados Unidos, en una feria dedicada a captar la inversión de jubilados norteamericanos. De las ventajas y los problemas de esta operación ya hemos comentado en este mismo periódico EL DIA
–edición del 02/08/2013– por lo cual dejaremos el tema para seguirlo en otro trabajo. Sí que es necesario destacar que en
esa ocasión, ante unos 25.000 jubilados,
Nicaragua presentó una buena seria de sus
realidades y proyectos turísticos tales como
Montecristo, Gran Pacífico, Guacalito de
la Isla, Rancho Santana, La Talanquera,
El Encanto del Sur, Parque Marítimo, El
Coco, Barceló Montelimar, Hacienda Iguana, Colinas de San Juan, Laguna Sol, REMAX
de Nicaragua, etc. Toda una muestra de
la excelencia que el americano del norte
busca para su descanso.
LA VOZ DE LA EXPERIENCIA
Sin lugar a dudas, en Nicaragua ha llegado el momento de aprovechar las experiencias ocurridas en el mundo en los últimos cincuenta años. Ahí hay un escenario donde los ilustres nicaragüenses tienen que fijar su atención. Son escenas de
éxitos y fracasos que han tenido sus motivaciones. Estamos ante un megaproyecto que hará cambiar muchas cosas en el
mundo. El centro es Nicaragua. Sus hombres de empresa y sus políticos deben afinar sus conocimientos y orientarse por esos
múltiples ejemplos que hoy existen para
escoger el modelo ideal para su país, no
solo orientados por las consecuencias de
los pasados años, sino pensando sesudamente en el movimiento socio-económico
que el mundo nos va a deparar en los próximos años.
El enriquecimiento ilícito que ha echado
a perder naciones enteras, o las taras judiciales que han entorpecido el desarrollo
de programas ejemplares, deben estar muy
presentes en toda esta revolución que el
país empieza ya a ver amanecer.
Honradez, trabajo, razón y justicia llevarán a Nicaragua a la cúspide mundial.
Lo demás, como dijo el Dr. Edwar Deming,
es puro desperdicio.
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