Rev. sci. tech. Off. int. Epiz., 1991, 10 (4), 1087-1100 La producción y la salud animal y sus interrelaciones con la salud pública veterinaria en América Latina y el Caribe R. CASAS OLASCOAGA, F.J. ROSENBERG y V.M. ASTUDILLO * Resumen: Se analizan las interrelaciones programáticas, sectoriales e institucionales entre la salud y la producción animal y la salud pública veterinaria, y entre éstas y la salud pública. El área de interrelación más importante lo constituye la seguridad alimentaria. La subnutrición, que afecta a cerca de 60 millones de personas en América Latina y el Caribe, aún representa el mayor perjuicio a la salud humana en esa región. Aún cuando sus determinantes principales se encuentran en el bajo producto interno bruto (PIB) y la desigual distribución de la renta, el aumento de la producción y productividad animal constituye un elemento imprescindible para revertir este problema. En un sentido amplio, el concepto de salud animal implica la optimización de la capacidad productiva de una población animal en una región y momento dados. Por su parte, el área de salud pública veterinaria contiene metas y actividades cuya importancia para la seguridad alimentaria también es máxima: la protección e higiene de los alimentos y el control del uso de agentes nocivos para la salud humana en la producción animal (metales pesados, hormonas, insecticidas, etc.). Dentro del área de las enfermedades transmisibles, se hace referencia a la lucha contra las infecciones zoonóticas en el hombre y los animales. Además del sujeto específico de interrelación que constituyen las zoonosis, no puede dejar de destacarse la labor común desempeñada por la investigación, desarrollo y ejecución de actividades laboratoriales de diagnóstico y de producción y control de calidad de antígenos e inmunógenos. La producción de animales de laboratorio constituye otra área común de operación e investigación, cuya pertenencia específica a cualquiera de las tres áreas de conocimiento tratadas es difícil de establecer. Además, los campos de la salud, salud animal y salud pública veterinaria comparten métodos y estrategias cuya mutua retroalimentación es tal vez más importante aún que los sujetos programáticos antes mencionados. Se incluyen en este análisis la estructuración de Servicios oficiales y su nexo máximo en el proceso de descentralización administrativa, particularmente en el nivel local. P A L A B R A S CLAVE: Producción animal - Salud animal - Salud pública veterinaria. * Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (PANAFTOSA/HPV/OPS-OMS), Caixa Postal 589, CEP 20001, Rio de Janeiro, Brasil. 1088 INTRODUCCIÓN La sectorización de las actividades sociales ha estado siempre sujeta, en mayor o menor grado, a controversias de índole conceptual, institucional y programática. Éstas proceden de la necesidad de sistematizar el conocimiento y la acción que de él puede derivar, mientras que la realidad concreta y la experiencia cognoscitiva del hombre constituyen un todo integrado. En el pasado, la filosofía, la física y la biología constituían áreas del conocimiento integradas a una misma escuela de pensamiento y sintetizadas en las figuras de los «grandes pensadores». Hasta el arte era producto y reflejo del conocimiento de la humanidad. El volumen y ritmo de generación de conocimientos y la creciente complejidad de las sociedades modernas, fue poco a poco diferenciando las «profesiones», las disciplinas científicas, los sectores institucionales, las especializaciones, en un proceso de particularización y compartimiento creciente, cuyo único límite parece estar dado por la propia capacidad intelectual de la humanidad. Sin embargo, cuanto mayor grado de identidad poseen los objetivos y las acciones desarrolladas por el hombre, la solución de un problema particular dentro del contexto de la integralidad concreta se torna más difícil. Éste es el caso del complejo producción animal-nutrición-salud, cuyos exactos límites de «jurisdicción» no son simples de establecer. No obstante, la trascendencia de las acciones veterinarias en el desarrollo de la salud y el bienestar del hombre no debiera estar limitada por la disputa profesional, por la atención específica de estos asuntos ni por la competencia sectorial en el momento de la asignación de recursos. Al menos en América Latina, donde la crisis financiera y económica afecta de manera particular el desarrollo social de la población, la organización de los Servicios veterinarios puede y debe resolver en la práctica los problemas de omisión o duplicación de acciones derivadas de la particularización conceptual de las áreas del conocimiento vinculadas a este complejo. Es propósito de este trabajo sistematizar las áreas de conocimiento y acción de la salud y producción animal, la salud pública veterinaria y la salud pública en sus interfases respectivas, con el fin de contribuir a la solución de los problemas de salud pública que derivan o están relacionados a la cría y explotación de los animales. INTERFASE SALUD Y AGRICULTURA Alimentación y nutrición Se entiende por seguridad alimentaria la posibilidad material y económica permanente y de toda la población de acceder a los alimentos básicos que necesita (1). De acuerdo con los datos del Informe del Subcomité de Nutrición de las Naciones Unidas (11, 12), alrededor de 37 millones de personas padecen de subnutrición grave en América Latina y el Caribe, lo que equivale al 9,4% de la población total de esa región. Según otras fuentes, la subnutrición en América Latina y el Caribe afecta a más de 60 millones de niños (9). 1089 La subnutrición es responsable p o r la m a y o r p a r t e de la mortalidad infantil que alcanzaba, a mediados de la década de 1980, a más del 5% de los nacidos vivos (cerca de 300.000 muertes infantiles por año en la región citada) (7). El d a ñ o social p a r a los que sobreviven la subnutrición, en la mayoría de los casos, es irreparable, puesto que quedan marginados de la educación, la cultura y el aparato productivo. La deuda de la sociedad p a r a con los subnutridos, y el impacto negativo de ellos sobre la economía, configuran el escenario principal del subdesarrollo. La interacción, en estas condiciones, de la salud y producción animal, la salud pública veterinaria y la salud pública, no debería reducirse a la mera complementación de capacidades tecnológicas sectoriales específicas, sino constituirse, en forma conjunta, en u n verdadero p r o g r a m a nacional de seguridad alimentaria, dentro del cual sus atribuciones particulares, independientemente de su ubicación institucional, serían, en forma resumida, la producción, higiene y protección de alimentos y la nutrición. Producción de alimentos Las proyecciones demográficas, de desarrollo tecnológico y de comercio internacional de productos agropecuarios, p a r a los próximos años hacen presumir que la poca disponibilidad de alimentos, para las poblaciones más pobres de los países del T e r c e r - M u n d o , tenderá a agravarse (5). El enfoque de la producción animal en el contexto de la seguridad alimentaria debe orientarse, p o r lo t a n t o , hacia el logro de la autosuficiencia en la satisfacción de la d e m a n d a de alimentos de origen animal, con prescindencia de la existencia o no de excedentes exportables. En este sentido, sus metas se diferencian claramente del cálculo estratégico-económico del papel de la ganadería en el comercio internacional, al incorporar un componente ético destinado a disminuir la deuda social. C o n esta finalidad, las políticas de producción animal deben considerar diferencialmente los tipos de productores a los cuales están dirigidas (formas de producción pecuaria), los sectores sociales demandantes de alimentos y los mecanismos existentes p a r a acopiar, almacenar y distribuir los alimentos (1). En este contexto, la salud animal es definida c o m o u n a situación de la población animal, en un m o m e n t o y espacio concretos, en la que los procesos bioproductivos de importancia económica tienden a acercarse a su máximo potencial relativo como respuesta a la p r o m o c i ó n de condiciones ambientales y de manejo favorables p a r a su desarrollo (3). Los avances tecnológicos disponibles, referidos al control de enfermedades, al mejoramiento genético, a la planificación forrajera y al m a n e j o ambiental pueden ser aplicados en función del papel determinante que ejerce cada una de las formas de producción ganadera sobre los indicadores bioproductivos y sobre la viabilidad e impacto social y económico de dichas tecnologías. El desarrollo de un- sistema de vigilancia sanitaria animal, que considera el monitoreo de los indicadores bioproductivos en función de las formas de producción ganadera predominantes, p o d r á constituirse en u n o de los sustentos metodológicos más importantes de que dispongan los Servicios nacionales de salud animal p a r a insertarse eficientemente en un p r o g r a m a nacional de seguridad alimentaria. 1090 Higiene y protección de los alimentos Además de la prevención de enfermedades h u m a n a s transmitidas por alimentos de origen animal, los programas de higiene de los alimentos poseen un papel destacado en el contexto de la seguridad alimentaria. L a salud pública veterinaria puede contribuir al incremento de la disponibilidad de alimentos saludables a través de las siguientes acciones (10): - divulgación y educación de la población sobre requerimientos nutricionales en función de hábitos locales de c o n s u m o , incluyendo la producción de alimentos p a r a a u t o c o n s u m o , el a b a n d o n o de hábitos antihigiénicos en relación al consumo de agua, lácteos y carnes crudas, el procesamiento casero de alimentos y la protección de los alimentos contra el deterioro por almacenamiento; - control ante y p o s t m o r t e m de animales de faena e inspección de carnes en frigoríficos de exportación y mataderos p a r a consumo nacional y local; - control de la producción, procesamiento, almacenamiento, transporte y distribución de los alimentos desde el p u n t o de vista de su higiene, y asesoría a la industria sobre métodos que optimicen la calidad y la cantidad de los productos industriales; - colaboración con autoridades locales p a r a el establecimiento de nuevas industrias alimenticias, incluyendo el procesamiento de subproductos de origen animal. L a aplicación de tecnologías específicas p a r a el control higiénico de los alimentos también debe estar orientada a cada una de las formas particulares de producción ganadera, a las condiciones locales de desarrollo económico, social y cultural y a la población consumidora a la cual están destinados dichos alimentos. En este sentido, se insiste en la necesidad de que las acciones vinculadas a la producción y a la higiene y protección de los alimentos deban estar profundamente interligadas a través de un p r o g r a m a de seguridad alimentaria. Nutrición Independientemente de las políticas destinadas a crear bases materiales justas que permitan el acceso de la totalidad de la población a los alimentos, la intervención del sector de salud en las cuestiones de nutrición suele estar aislada de los programas de producción animal y, con cierta frecuencia, aun de los de protección de los alimentos. En general, los programas del sector salud se fundamentan en la vigilancia alimentaria y nutricional y en la educación p a r a la nutrición, omitiéndose el análisis de la capacidad real y potencial de producción de alimentos para grupos determinados, así como las condiciones concretas y particulares de acopio, almacenamiento y distribución de los mismos (8). P o r su parte, los p r o g r a m a s destinados a fomentar la producción n o disponen de la información referente a las d e m a n d a s nutricionales en esos mismos grupos poblacionales, mientras que las actividades de control y protección de los alimentos suelen aplicar manuales de procedimientos de uso general, sin considerar los recursos existentes ni las necesidades alimentarias particulares. 1091 E n f e r m e d a d e s t r a n s m i s i b l e s y de la p r o d u c c i ó n La prevención, el control y la eventual eliminación de las enfermedades de los animales constituyen la actividad eje de los Servicios veterinarios en el terreno. La selección de prioridades en este ámbito se fundamenta en la clasificación de estas enfermedades según sus consecuencias: a) enfermedades que ocasionan pérdidas en la producción y, por ende, en la rentabilidad y/o en la disponibilidad de alimentos; b) zoonosis; c) enfermedades que implican restricciones al comercio internacional de animales, productos y/o subproductos de origen animal. Las primeras poseen un impacto inmediato sobre los programas de seguridad alimentaria; el control de las zoonosis constituye una de las actividades principales de los programas de salud pública veterinaria; las últimas están relacionadas con las políticas globales del sector agropecuario en el contexto de las políticas de desarrollo económico. A pesar de responder a programas diseñados y ejecutados en sectores y/o instituciones diferentes, la aplicación de las acciones de control de las enfermedades transmisibles o de la producción sobre la población animal, cualquiera sea su agente etiológico o su tipo de impacto, debe integrarse en el eslabón final, a los Servicios veterinarios locales. Las bases decisorias para la programación racional de los Servicios en este nivel deben provenir de las metas macroeconómicas, en particular del sector agricultura y ganadería, así como de los objetivos de la seguridad alimentaria y de los programas de salud pública veterinaria. En este sentido, se debe estar alerta sobre la frecuente separación de la atención veterinaria de campo, según que el problema esté relacionado con la producción o con la transmisión de la enfermedad al hombre. Una separación similar existe en el control de los productos de origen animal (alimentos, biológicos y fármacos) en mataderos, industrias y comercios distribuidores, en la producción de inmunógenos y biológicos de diagnóstico y en la investigación. Tal vez una de las mayores dificultades resida en la propia validez del concepto de zoonosis como conjunto diferenciable del conjunto «salud para la producción», del conjunto «protección e higiene de los alimentos», y del conjunto «enfermedades transmisibles del hombre». Al igual que en el caso de la seguridad nutricional y alimentaria, la sistematización se debería dar por las prioridades sanitarias de cada forma particular de producción ganadera y de los procedimientos de comercialización, faena, industrialización y distribución de los alimentos que le son propios. Quedarían claramente caracterizados, de esta forma, los problemas particulares de salud y producción de cada núcleo poblacional, incluidos los de índole urbana. Protección ambiental El animal de explotación agrícola puede ser caracterizado como un objeto (una «máquina») de transformación de insumos, poco utilizables en forma directa por el hombre, en productos de elevado valor social y económico. En este sentido, el 1092 concepto de enfermedad no se aplica exclusivamente a aquellas limitantes que afectan negativamente dicha conversión, sino también a las eventuales consecuencias negativas que ese proceso de transformación puede tener sobre el usuario final de sus productos. En esta última connotación se incluyen aquellos insumos o procedimientos que pueden afectar el medio ambiente o la salud del consumidor. Entre otros, se destaca el efecto de los insecticidas, plaguicidas y fertilizantes químicos sobre el contenido de residuos tóxicos en la carne y leche; el uso de hormonas, antibióticos y otros promotores del crecimiento y el destino de efluentes de la producción primaria y de la industria con su potencial impacto sobre la contaminación ambiental. Además de estos procesos, cuyo control directo cabe a los Servicios de protección y control de los alimentos y, dentro de su ámbito, al control higiénico de mataderos y otras industrias alimenticias, debería agregarse un aspecto, hasta hoy escasamente tratado por los sectores de salud y producción animal: la protección de los recursos naturales en el proceso de producción ganadera. El desarrollo histórico de este proceso ha sido con frecuencia expoliador de las riquezas del suelo en la mayoría de las áreas de América Latina. Basta recordar que el avance de las fronteras ganaderas se ha dado, salvo raras excepciones, o bien a partir de vastas extensiones agotadas por cultivos agrícolas extractivos (caña de azúcar, café, soja, banano, etc.) o bien por la ocupación de espacios abiertos en florestas subtropicales y tropicales. Este último mecanismo es el que aún opera en la devastación de áreas amazónicas y pre-amazónicas. La adecuada planificación del desarrollo de la ganadería, que implique una tendencia hacia la optimización de la productividad y reproducción animal, preservando la productividad y diversidad de la biomasa, debería encontrar en el sector de salud animal el puente o la interfase entre la ecología, la agricultura y la producción de alimentos de origen animal. Situaciones de desastre La preparación de los recursos de la defensa civil frente a situaciones de desastres, naturales o provocados, que colocan en riesgo a grandes poblaciones humanas, constituye una preocupación creciente de los organismos nacionales e internacionales de salud. En este contexto, cabe un papel muy especial a los Servicios de salud pública veterinaria encargados de proteger alimentos sometidos a riesgos extraordinarios de contaminación. Las medidas de protección comprenden: la destrucción de cadáveres de animales; el control de perros vagabundos y otras especies vectoras, silvestres y ponzoñosas; la prevención y control de zoonosis; el almacenamiento, manejo y distribución de vacunas y medicamentos; la limpieza y la desinfección de establecimientos afectados; el control de alimentos donados; la inspección de cocinas populares, industrias de alimentos, etc. Pero no es menos trascendente el papel que les incumbe a los Servicios de salud animal en lo referente a la preservación de la fauna, a la planificación productiva y a la prevención y control de epidemias consecuentes de situaciones de sequía extrema, incendios, inundaciones, terremotos u otros desastres naturales o provocados que afectan las movilizaciones y concentraciones del ganado. 1093 Los desastres biológicos, por otra parte, consecuentes de la potencial introducción de agentes exóticos, deben encontrar en esos mismos Servicios la primera barrera organizada de contención. De esta forma, la organización de sistemas nacionales de prevención y preparación ante eventuales situaciones de desastre constituye otro ejemplo de la transversalidad programática que engloba acciones de los tres sectores analizados en este documento, vinculados a la interfase salud-agricultura. Atención primaria de salud La atención primaria de salud (APS) constituye una de las estrategias fundamentales para proveer servicios básicos de salud a toda la población. Adecuadamente instituida es uno de los principales instrumentos de equidad social, particularmente en los países del Tercer Mundo. En la estructuración de la APS, le cabe a los Servicios de salud pública veterinaria un papel trascendente. De acuerdo con los principios orientativos de la Organización Mundial de la Salud/Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (OMS/FAO), las siguientes áreas de la APS son de su responsabilidad (10): a) vigilancia, prevención y control de zoonosis; b) contribución al aumento de la disponibilidad de alimentos sanos, combatiendo enfermedades, hambre y malnutrición; c) prevención de polución ambiental de fuentes animales; d) preparación ante desastres y operaciones de rescate. Estas cuatro áreas programáticas fueron analizadas previamente. Además de ellas, el papel de los Servicios veterinarios en la interfase salud-agricultura de la APS puede ser de enorme importancia por la cobertura que esos Servicios tienen en el ámbito rural. En este sentido, no solo interesa la atención de estos Servicios sobre los animales o los alimentos y su potencial riesgo sobre la salud humana, sino su propia presencia continua en el campo puede tornarse en un elemento importante de apoyo para la distribución de biológicos y fármacos, la vigilancia epidemiológica de patologías médicas y hasta de provisión de primeros auxilios en circunstancias de emergencia. La adecuada integración interinstitucional y multidisciplinaria de los Servicios de salud pública veterinaria y de salud y producción animal con la estructura local de salud puede, de esta manera, fortalecer significativamente los objetivos y resultados de la APS. ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS VETERINARIOS La organización de los Servicios veterinarios en América Latina cobró un impulso trascendente a partir de la década de 1960 en torno al desarrollo de planes para la prevención y el control de la fiebre aftosa. La intensa coordinación intraregional y el consecuente trabajo conjunto de los países con la Organización Panamericana de la Salud a través del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (PANAFTOSA/ HPV/OPS) lograron que, a partir del análisis del problema específico de esa 1094 enfermedad, se desarrollara una metodología para el tratamiento de las cuestiones de salud animal cuyas consecuencias trascendieron ampliamente el marco inicial. El poderoso instrumental metodológico desarrollado, que culminó en el «Plan Hemisférico de Erradicación de la Fiebre Aftosa» (13) fue propuesto como modelo para la caracterización regional de los perfiles de salud animal (biológico-productivos) como sustento para el desarrollo ganadero en función de la reactivación económica (4). Los Servicios veterinarios han asumido gradualmente, como categoría principal de análisis y solución de los problemas sanitarios, la caracterización de las formas particulares de producción ganadera y su efecto determinante sobre ecosistemas de enfermedades transmisibles así como sobre los resultados productivos de la actividad económica considerada (14). La aplicación de esta metodología solo es posible mediante la descentralización operativa y el consiguiente refuerzo de las estructuras locales (generalmente municipales) en las cuales la participación activa de la comunidad se torna en un elemento decisorio fundamental (3). La utilización, por una parte, de la forma de producción ganadera como categoría principal de evaluación de la efectividad productiva en función de sus limitantes sanitarias y, por otra, la definición de la unidad local como espacio de análisis y propuesta de solución de los problemas existentes constituyen por sí mismas elementos de integración de todos los sectores e instituciones vinculados a la atención de cuestiones de salud en la jurisdicción de la unidad local. Toda vez que la demanda de servicios proviene de un usuario único y definido y que la discusión y solución de esa demanda contienen la participación de la propia comunidad involucrada, la respuesta, en forma de servicios, tendrá que encontrar los mecanismos que obvien las restricciones burocrático-institucionales que ora duplican, ora omiten la ejecución de las acciones requeridas. SERVICIOS D E APOYO Existe una serie de acciones y servicios cuya jurisdicción institucional es difícil de establecer puesto que tanto la capacidad técnico-científica como sus usuarios son compartidos por diversos organismos y sectores. S e r v i c i o s de l a b o r a t o r i o Si bien algunas de las acciones laboratoriales son específicas para Servicios sectoriales determinados, la escasez de recursos humanos, materiales y financieros disponibles en los países de América Latina y el Caribe debe promover la mayor integración y racionalidad posible, particularmente en lo que respecta a la fase de investigación y desarrollo. La coordinación entre organismos internacionales vinculados a diferentes sectores nacionales para la promoción, coordinación y apoyo mutuo de redes de laboratorios en el ámbito interno y entre los países, constituye un instrumento importante para la cooperación técnica horizontal. Las siguientes actividades laboratoriales pueden ser compartidas y/o integradas entre los organismos y sectores que se relacionan con la salud pública, la salud pública veterinaria, la salud y producción animal, la educación y la investigación. 1095 Diagnóstico Comprende el desarrollo metodológico e instrumental de técnicas de diagnóstico de enfermedades transmisibles (bacterianas, virales, parasitarias, fúngicas, etc.), particularmente en lo que se refiere a los procedimientos modernos como ser: la técnica de ELISA, adaptable a un sinnúmero de agentes; los anticuerpos monoclonales; el fraccionamiento polipeptídico mono y bi-dimensional; las sondas genéticas. Es común que una o más de estas técnicas hayan sido desarrolladas en organismos nacionales pero su uso y aplicación no suelen ser transferidos a las diversas instituciones usuarias. En varios casos el mismo procedimiento diagnóstico para el mismo agente o agentes similares es aplicable a problemas de salud animal, salud pública veterinaria y salud pública. En estos casos, el propio Servicio de diagnóstico y, particularmente, determinados equipos, podrían ser compartidos. Consideraciones similares a las anteriores son aplicables al diagnóstico de problemas no-infecciosos (vinculados a la patología clínica). En estos casos la única diferencia significativa está referida a los padrones normales de las variables sanguíneas o metabólicas. Inmunógenos y antígenos La propia racionalidad previamente mencionada es comúnmente aplicada por la mayoría de los laboratorios industriales privados, productores de vacunas y «kits» diagnósticos cuya capacidad industrial suele incluir productos de uso humano y animal. En escasos países de la región en que estos procedimientos son compartidos por sectores ministeriales diversos, el resultado, no obstante, ha sido generalmente el opuesto. En lugar de impulsar su desarrollo y uso, problemas de jurisdicción política y distribución presupuestaria suelen paralizar su capacidad potencial. Control de calidad La mayoría de los países de América Latina aún no disponen de sistemas modernos y eficientes de control de calidad de biológicos y fármacos que protejan la salud y garanticen los intereses de los consumidores, tanto para productos de uso animal como humano. Diversos aspectos tanto metodológicos como técnicos y de servicios podrían ser compartidos. Tanto en este caso como en el del diagnóstico suelen ocurrir problemas de jurisdicción (y por lo tanto de omisión o de duplicidad), aun dentro del mismo sector. Un ejemplo de lo antedicho se observa en relación a los agentes o productos zoonóticos cuyo servicio de apoyo laboratorial a veces está separado dentro de un mismo sector de salud; otras veces constituye un departamente propio en los Servicios de salud animal y, frecuentemente, dispone de servicios diferentes según que el mismo agente provenga de una especie animal, del hombre o de un alimento. A n i m a l e s de l a b o r a t o r i o Son pocos los países de América Latina que disponen de la capacidad de bioterio necesaria para cubrir la demanda de la investigación, la producción, el diagnóstico y la investigación, tanto en las áreas médica como farmacéutica y veterinaria. Es bien probable que una adecuada integración interinstitucional logre reunir los recursos humanos y materiales necesarios para cubrir esta deficiencia, cuyo beneficio también sería multisectorial. 1096 Sistemas de información y vigilancia epidemiológica El desarrollo de los sistemas de información, a partir de la vigilancia epidemiológica de las enfermedades vesiculares, constituye un ejemplo concreto de aprovechamiento metodológico y operacional de un instrumento con fines de racionalización e integración operativa de los sectores de salud y producción animal, salud pública veterinaria y salud pública. A mediados de la década de 1970, con la cooperación técnica de PANAFTOSA/HPV/OPS, se fue implantando gradualmente un sistema continental de vigilancia epidemiológica basado en el registro de las enfermedades vesiculares en cuadrantes geográficos homogéneos (2). El uso de este sistema dio lugar a la caracterización de las formas de producción pecuaria en el continente y a la definición de los ecosistemas de fiebre aftosa. Basándose en esta metodología, varios países desarrollaron sistemas de prevención de la introducción de enfermedades exóticas. Con la cooperación del Centro Panamericano de Zoonosis (CEPANZO) y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el sistema fue extendido para cubrir las encefalitis equinas y las enfermedades rojas del cerdo. Finalmente, ciertos países han iniciado la adaptación del sistema al monitoreo de indicadores bioproductivos de la ganadería, a la comercialización y distribución de biológicos, al control higiénico de alimentos, particularmente en mataderos y a la vigilancia de enfermedades transmisibles en el hombre. Como fue mencionado en diversas oportunidades previas, el refuerzo de la organización local encontrará en este instrumento un medio para racionalizar e integrar los Servicios de atención a las poblaciones animales y humanas. CONCLUSIONES En el capítulo introductorio se ha hecho referencia a la integralidad de la realidad concreta y a la necesidad metodológica de sectorializar y sistematizar el estudio y la solución de los diversos problemas que aquejan a las sociedades. Entre la atención de los problemas de animales de interés agrícola y la salud de la población humana, existe un vasto campo del conocimiento científico-técnico y de organización de servicios, dentro del cual las interfases sectoriales y programáticas entre la salud y la producción animal, la salud pública veterinaria y la salud pública son numerosas (6). La seguridad alimentaria y nutricional, por la complejidad de sus implicancias, determinaciones y soluciones, constituye un ejemplo que trasciende inclusive el marco de la salud y la agricultura. Limitándonos sin embargo a este contexto, es posible considerar algunas acciones que permitan beneficiar de las evidentes interrelaciones antes señaladas. En este sentido se considera de máxima prioridad el establecimiento de programas multidisciplinarios e interinstitucionales que integren los esfuerzos del fomento a la producción, de la promoción de la salud animal, de la protección e higiene de los alimentos y del acceso de la población a los nutrientes requeridos para asegurar su adecuado estado de salud. 1097 En los tres sectores analizados, existen la capacidad técnica y el desarrollo metodológico suficientes como para multiplicar los resultados obtenibles en cada uno de ellos por separado. Como ejemplo concreto, la integración programática de los sistemas de vigilancia, operando en cada uno de dichos sectores en la mayoría de los países de América Latina, permitiría optimizar el diseño, funcionamiento y utilización del caudal de información disponible. La distribución institucional de las acciones correspondientes a las interfases producción animal-nutrición-salud no contiene mayor relevancia en sí misma. Lo que importa, en última instancia, es evitar la duplicación de metas y actividades y, lo que es peor y más frecuente, la omisión de su ejecución o la ineficiencia de sus resultados, particularmente en momentos en que la crisis por la que atraviesan los países de América Latina obliga a un esfuerzo máximo de racionalización y efectividad de los Servicios públicos. Como efecto de esta misma crisis, en la mayoría de los países de la región se registra un agravamiento de los problemas sociales y de salud. En este contexto, el fortalecimiento del «puente agricultura-salud» constituye una medida de ajuste necesaria e impostergable. La tradicional inercia sectorialista de tipo institucional y programática, responsable en mayor grado de la separación que bloquea dicho puente, debe ser contrarrestada por una vigorosa participación social en el ámbito municipal, que logre la integración de los sectores de salud y agricultura, así como los de educación, protección ambiental, vivienda, etc., en función de las demandas económicas y sociales reales de sus poblaciones. Las tendencias hoy en vigencia, tanto en el sector de la salud como en el de la agricultura, de fortalecer las estructuras y acciones en el nivel local, crean un medio social, económico, administrativo y político altamente favorable para llevar a la práctica la interrelación agricultura-salud, a partir de la participación plena de la comunidad en esos ámbitos. La descentralización administrativo-económica como mecanismo predominante en América Latina para racionalizar los aparatos de Estado, otorga un marco macroinstitucional conveniente para ese fin. Lo que se debe evitar, con el máximo de esfuerzo posible, es que la tendencia a la municipalización reproduzca, en los niveles locales, la misma concepción segmentada de los niveles centrales. El impacto del necesario enfoque integrador ejercido en el nivel local habrá de hacerse notar también en las acciones de cooperación internacional, particularmente en el pleno aprovechamiento de la cooperación técnica entre países, donde la labor asesora no quedará restringida a la institución o programa patrocinante, así como en la formación de recursos humanos multidisciplinarios en función de la atención integral de las necesidades de la comunidad. Los niveles centrales, por su parte, deberán realizar esfuerzos normativos de integración sectorial e institucional por medio del desarrollo de programas que tengan como base los resultados esperados (metas-objetivo) y no la mera justificación del presupuesto sectorial. En este sentido es que se propone la elaboración de programas integrados de seguridad alimentaria. Similarmente, el control de enfermedades transmisibles en los animales (de impacto productivo, zoonótico o comercial), la prevención de desastres, la atención primaria de salud y la protección ambiental, 1098 deberían responder a normativas programáticas que permitieran u n a i n t e g r a d a e n l o s niveles l o c a l e s . ejecución L a u b i c a c i ó n f o r m a l d e e s t o s p r o g r a m a s en u n o u o t r o s e c t o r , e n u n a u otra i n s t i t u c i ó n sería, b a j o esta c o n c e p c i ó n , u n p r o b l e m a s e c u n d a r i o d e s o l u c i ó n r e l a t i v a m e n t e s i m p l e . L o m á s i m p o r t a n t e sería recuperar p a r a la realidad c o n c r e t a , la certeza d e q u e el h o m b r e , en su i n t e l i g e n c i a , es c a p a z de interpretar y resolver sus d e m a n d a s i n d e p e n d i e n t e m e n t e d e la sistemática parcelada de su d e s e m p e ñ o c o t i d i a n o . * * * RELATIONSHIPS BETWEEN A N I M A L P R O D U C T I O N , A N I M A L H E A L T H A N D VETERINARY P U B L I C H E A L T H I N LATIN A M E R I C A A N D T H E C A R I B B E A N . R. Casas Olascoaga, F.J. Rosenberg and V . M . Astudillo. Summary: The authors analyse the relationships which exist, in terms of programmes, sectors and institutions, between animal health, animal production and veterinary public health on the one hand, and between each of these three sectors and public health in general on the other. The most important common factor is food safety. Undernutrition, which affects some 60 million inhabitants of Latin America and the Caribbean, is still the most important public health problem in this part of the world. While it is known that the major cause of undernutrition is the low gross domestic product and uneven distribution of wealth, increased animal production and productivity would provide the key to an improvement in the situation. The concept of animal health, in its broadest sense, implies optimum animal production in a given region and during a specified period of time. Veterinary public health has functions and objectives which are crucial for food safety: protection and hygiene of foods, and control of the use in animal production of substances toxic to human beings (such as heavy metals, hormones and insecticides). Within the area of transmissible diseases, the authors discuss control measures for zoonoses. Besides the specific subject of interdisciplinary relationships in regard to zoonoses, the authors stress the importance of joint work conducted in the research, development and implementation of laboratory diagnostic activities and the production and quality control of antigens and vaccines. The production of laboratory animals is another sphere of common activity and research, and it cannot be said that such work is specific to any one of the three disciplines. Moreover, the fields of health, animal health and veterinary public health share the same methods and strategies, and reciprocal benefits could be more significant than the objectives of individual programmes. Reference is made to the organisation of state services and their adaptation to administrative decentralisation, particularly at the local level. KEYWORDS: Animal health - Animal production - Veterinary public health. * * * 1099 RELATIONS E N T R E P R O D U C T I O N A N I M A L E , S A N T É A N I M A L E E T S A N T É PUBLIQUE VÉTÉRINAIRE EN A M É R I Q U E L A T I N E ET A U X C A R A Ï B E S . - R. Casas Olascoaga, F.J. Rosenberg et V . M . Astudillo. Résumé: Les auteurs analysent les relations, qui existent au niveau des programmes, des secteurs et des institutions, entre, d'une part, santé animale, production animale et santé publique vétérinaire et, d'autre part, ces trois secteurs et la santé publique en général. Le principal domaine d'interdépendance est celui qui a trait à la sécurité alimentaire. La sous-alimentation, qui concerne près de 60 millions de personnes en Amérique Latine et aux Caraïbes, reste le problème le plus important pour la santé humaine dans cette partie du globe. S'il est certain que la cause déterminante de la sous-alimentation réside dans le taux très faible du produit intérieur brut (PIB) et dans la répartition inégale des richesses, il n'est pas moins vrai qu'une augmentation des productions animales constitue un élément indispensable pour modifier cette situation. Le concept de santé animale, pris dans un sens large, implique une rentabilité optimale de la production animale dans une région et en une période données. De son côté, le domaine de la santé publique vétérinaire comprend des actions et des objectifs extrêmement importants du point de vue de la sécurité alimentaire : la protection et l'hygiène des aliments, et le contrôle de l'utilisation en production animale, d'agents nocifs pour la santé humaine (tels que métaux lourds, hormones, insecticides, etc.). Dans le domaine des maladies transmissibles, les auteurs abordent la question de la lutte contre les zoonoses. Les auteurs mettent également l'accent sur les travaux communs aux domaines ci-dessus, qui intéressent la recherche, le diagnostic, la production et le contrôle des antigènes et des vaccins. La production d'animaux de laboratoire constitue une autre sphère commune d'activités et de recherche, dont il est difficile de dire qu'elle est spécifique de l'une des trois disciplines considérées. De surcroît, les domaines de la santé, de la santé animale et de la santé publique vétérinaire partagent méthodes et stratégies ; les avantages réciproques qu'ils en retirent sont peut-être plus importants que les objectifs des programmes qui leur sont propres. Les auteurs incluent dans leur analyse l'organisation des Services officiels et leur meilleure adaptation aux processus de décentralisation administrative, particulièrement au niveau local. MOTS-CLÉS : Production animale - Santé animale - Santé publique vétérinaire. * ** BIBLIOGRAFÍA 1. A R N A U L D J., IMMINK M . & A L A R C O N J. 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