22/1941 - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

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--UIUInIIUIIUIIUrunululuulluuulnulllllulunlulllnlnulllllulllnunulllululuuuullnlulluluuilulululnluillulllll^^=
MINISTERIO DE AGRICULTURA =
SECCION DB PUBLICACIONES, PRENSA Y PROPAGANDA -_
Iilllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111Illllli IIIIIIIIIIIINHIIIIII
^
NOJAS
----- - _-DIVULGADORAS
--- - --- -----^ -_ _ =_
AÑO XXXIII ^^
NOVIEMBRE, 194t
NUM. 22 ^ -
511111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111iIIIIIIIIIIiIIIIIIIIiIIIIIIIIIIi11111111111111111111111111111111111111111111^IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII III IIII IIIIIIIIIIIIIIIII IIIIIIIIIIIfIIIIIIIIIIIiIIIIIIIIIIIIIIIIiIIIIIIIIIIIIL-"
la henificación de las praderas naturales ^'^
I'Ur I^liIS FT:RN^NDEZ. SALCEDO,
Ingeniero Agrónomo.
En ul7a primera partc <le estas notíls nos hemos ocupado de
colnentar la siega cíe las praderías.
Vcanlos hoy qué procecle hacer para llevar a buen térlnino =
]a heuificación. Todo el secreto, como ya apttntábamos en la di- __
V'Táquiua re^ 1^1^ cdora clc hcnu.
^^ttl^acil'm autcriur, estrilia en ^lue el furraje uo ^r iuojc, hucs c;i
tal
aclmtcciera. ^lesmerecería cztraorclinariamente, hasta ^jueIlar rrrluciclll rt la rn^n^licilín cle p^seer ttn valltir ,<ili(I)
L^éa^c la }Illi^ Ui^^^^r.r:^uulrn uúin. ^7. rq}I.
IIIIIIICII III III IIIIIII IIIII IIII IIIIIIIII IIII III I II I IIIIII III I II III IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIilllllllllilllllllh
SUMARIO: Lc^ hc>tificti^c'tó^n de lra.c prnderas nnti^rltles (III, por
Luis Fernández Salcedo, Ing eniero Agrónomo.-Detlille,ti cnm^^ei^os, por Rafael Janini Janini, Ingeniero Agrónomo.-U^ivagnetiones t^ab¢queru.ti: ^l de.~hllnte. por Arriirll de L<^bn Canser, Perito Agr:cola.
menticiv pcxv sul^:rior al cle la l^aja.
Vo necesitauios qu^e ningú^^
quí^tiico tios explique que-entre otros fe^ióineuos-el agua clisuelvc^
y arrastra ^naterias hidrocarboiiadas (compuestas de carbono, hidrógeiic,
y oaígeiio, estas últiinas cii la proporción en que se combinati para formar el
agua) y auu--lo que es iuás cíe lamentar-otras sustancias, que se deuo^ninan cuaternarias, por<lue, acleniás de las tres mencionadas, entra eu sti
composi^ción el uitrcigeno, con lo cual se completan ^ los cuatro ases de la
I^araja de la nutrición. Y no ueces^itamo^s explicación^y análisis i^inguno.
puesto que los inisiuo^ aui^2iales l^acen gestos de repugnancia al consun^ir en cl invierno el h^no cluc se inojara en cl aerano antcrior. 1^Zas ^ si
con cierta picarclía se guar^ía ese h^no cle calidacl ínfiiiia para cuauclo 1:^
hia^ra esté ha^ubrienta, os cíiráii los animales, si sabéis lcer eu su iuiracla:
"Comenlo^ esta, nu°rcancía averiada a sabiendas ^le ^lnc u^^ u^s servir,^^ ^
^l^ alimentcl; perc^ la cuestión es pasar el rato..."
T^stacl, pues, agricultc^res, sie^1^1>rc .ojc^ avizor ^a las t^^r^neutas, para yúc^
no os cojan cle^prevenidos.^ P_ti último caso, es preíeril^le clue cl furraj<^
^c innje al cÍía siguicnte de ser segaclo, porqu ^ entonces toda^-ía se puul^^
eliuiinar a tieuipo el agua por los cstoinas de ]os tejidos, ciigainos p^or ]o^
poros, auu abicrtos, para entenderno^ inejor. I:n ca^nbiu, 1^>c^sterionnentc^
ocupa los tubos cribosos, como si dijéran^ios las ^^enas, vacír^s cle savi^^ elaboracía, y siendo ^difícil cicsalojarla cle ahí, cuuipleta su ^naléfica c^hra sir
^-iendo de asieuto a bacterias pcrjucliciales.
De todo lo aiiterior, se dedu^ce el primorclial iulerés <lue uirece el ac^
tivar la desecaci^n prelin^inar de la hierha, a fin de po^clerla dishoner en
ctlontcriies cttantc^ arltes, para que el agua re^hale pur la superfi^cie. Además se ha observado que la pérdida cle cle^nentos utrtriticos es u^enor qu^^
si se deseca leñtarnente, porquc es menc^r t<imbién el ticinpo duraute e]
etzal viven las células, aun des}niés ^lc c^>rtado el forraje, a rapensas de
su materia.
^
I a manera^ cle proc-ecíer s^crá, pur rjeniplu, la siguirutc :_^ últi^i^a hc^ra
cíe la tarde se cla ^-tieltí^ cou lc3s h^^ryuillns a la; parva, cn c^ue quedb 1:^
hierba por la mañana cíe^spués .clc segar, para cluc se: marchite pc,^r la otra
cara, puc^^ nos interesa <luc la ^lesecacióu sea lo iu,ís unifc^rni^ pc^sihle. :^1
cíía siguieute, cttaudo ha^•a» pawa<l^> clel tc^cío ]c^s efecto; ciel rocí^, cíe nuc•ae a once ^de la iuañana, se ^-ucl^-e a^^oltear y pc^r la tardr se ,ah^^llci, c= <lecir, se hac^n, con las misiuas horcas ^^ rastrillc^,, iuc^utones ^uuv perlnr
ños, equi^•aleutes, p^xlríanic^; <lecir, a las ga^^illas clel cereal. ^'ára esta^
faenas complemetitarias se idcarou las máquiuas Ilamadas "^re^•olvedora^
cíe heilo", c7ue se eiliplcau con grau liiuitlción v sólo en Ias gratrdes pr^^^-
}^it-tlacle,. I^rat^catuente, nv ut^> ;ecluce su muclo cic• trabajar, srniejante a ri4líctilt,s m^,^^intie•ntus clc rnlcsal arafia, ccni gran }>érdida de forraje y clr
hojas, }>or pequeño c}ue sca el ^^ientn. 7?xi;len tamhién rastrillos de drs
l^la4lniientu latE°ral quc vc^ltea» ^- c„l^,can rl hcnc,, e•arganclo mecánicantrn
te l^^s :^u-r^,s n^e^lia,ite tainl,ur clc lnía^ ^- cle^-acl^,r gracltiable.
I,a ex}>liraric`m iíc c}tle }^re^-ale•r.c:c ;ubre ese niaterial tnecá^iico el tr:,
hajo iitanual, et> }^orqtie sr trata clr upcrari^,ries cluc tiencu t^n ele^^a^l^^
cc>Eficicntr clc lahc,r 1>un c^,ra--t^s ^lccir. ^{iic s^m ctincliclcras-^' sienrl^^
,nínimn rl c,lucrrr> c}uc l,r^ci;an. ^^m cjc•cuta^i:,^ l^nr ^iejus _^^ chirlnill^^•r^^n la },cquriiez rclati^^a clc jornalc^.
1'c,clría clarsr a cuntinuación al l,enn „I^tcnicl^, cl ric[initi^^o a^comocl^^,
l^>erc, e; ,uá^ }^ráctico aiuuntc,narle l,n^^^isionalmentc, cnn lu cual se cun.i^uen tre; c,l,jcti^^u: mti^^ i,u}wrtantes: t." C^,ncrntrar la liierl,a en re^lt,ridc> c^}^aci^ (^^»t ^^cntaja hara lo, acarrc^,s) y <lcs}>ejar grati partc d^•1
}>ra<lo l,ara yuc retc,fic^ (ru^t ^•itita, al ntte^^u apr^,vecha,niente,: 2° ]'^ ^
nerle a salvc^ clc la lluvia; v 3." (:nnu, cunsectteutia, reclttcir el per,uual..
para quc }>ucus „l,rcrci; ^^ hien at•rni<lc,s rcalic<^n^-_^^a ^iu ^rran Prisa--la^
restantc, facna^.
I'ara ellu, uuo o dos ciías n^ás tar^lc sc,n arrastradas la^ ^^lLcrc pur ^^1.
rastrillo cle cal^allo--ese l,rine dc lai-^ras l^íia.ti ctn'vas---qtte• sc clesc,ir^a
c^^ti un hc^lal ^, ruttomáticamente, liast:, lrr.; ^iti^,s en ^lunrle. l^isando fiu•rtcriientc• l^ara c^uc nc, I,a^•a htiec^,s, ;e ^-au :, ^•^nistriiir e^sc>s ,iiutitone., n^^eacesiva^ncntr gran<les (}^^^r ejt^nil^lc,, clr ;ei; nictr^^s ,le circtttrfereuria ^^
tres ^Ie alttira, cc^n ima caliicla a}>rnximacia clr clc„ carros, es cjcY'ir.
xnos 1.f^c, a 1.2^ov kil^^granus cic^ lx^n,^ cn l,e,c,j. l^:n c^stus numtonc^, ^^
ahniares 1>rc,>visii:males, muv l^irn l,echns, uiu^- l,i^•u l^>rina^lus, repetin,u^
c{ue puecle qu^^<lar lrt hicrha---^•a siu miccl^, a la^.; t,^rnu^nta4 -^t^xlo el ticni
}w c}tte sra }>reci^,, hasta r}ue lle^;ue cl in^tante cl^^ eni},acar allí misni,^ ^^.
cle lle^arla en raina al ^henil, Il:,iua<íu frecuci,teu^entc• }>ajar. _^unqar n^^:
sucle uctn•rir, <lrhenu,: ^^i;^ilar, 1>ara si sul,c la tcnilx^ratura, ileshacerlc,^.
I?;tr >cncillu prc,ce^liniicntu, ^ltu^ hc trni^l„ cl h^^nur ^Ic c•^l^licares, al,.,rrcr cc,u}tt,^, c•,i ca,i tnclr^^ ln; lil,rn; cic l,ratici,ltur:^ rlnc lic,iins h^,jracL^,
]us cualcs ^cncralnientc cstr'u, c^;critns ^^c^m la mira^l:, l,uc^ta allEndr ^la^
írc^nteras. :Así n,^s hahlan clr :i^trnias tirulc,e, ^• lcmdinenses, t>r^^cecliniicntos clr hlal,ptnr^-cr ^' \^ilsun, dc }>crrhas har:c culgar los hacrs, clc•
lietios mc^rrnus ^ rubios y dc ot'ras ^•arias zaranclaja^ iui'u rttriosas <lnc•
títiles, a,nw clicen ]c^s librc^s de _llate^nática^ cuanclc,, cle^}>ués de gr:,nrles trahajos, ;e lle7;a a una i6riuula c}ue nu ;irce h:n-a nac^a. lo cual c•
m^ís írrcttrntc cle li, ^lcl,icln. "l•an^l,ií^n hal,r^^i^ lcírl^^ c•n ,nuclia^ aca^icmc•^
-a^lue, por u^iedo al rcrcío, se dehe reco^er el forraje }^or la noche y extenderlo por la niaiiana. Esto es sencillamente impracticable (salvo para eatensiones nluy pequetias) ; al inenos, yo nnnca lo he visto poner en práctica, siendo, no obstante, inmejorable el heuo obtenido.
I^l secreto de una bnena henificación está en tener bastante personal,
_y al frente de él alguien que sepa organizar los trabajos, para que todas
las operaciones se hagan a tiempo, ponietido a]as obreros donde sean
n;ás precisos en cada ocasión. Par lo deinás, la exposición quc henlos
heclio de las operaciones tiene el carfz^cter cle ejenzplo. ^ro es pc^.;ible dar
nonnas fijas ; con iufinita variación en los detallcs se pueden obtener he-
Rnstrill^^ ^te cziballo.
^ios ex^celentes y económicos. Así, se darán uiás o uienus vueltas a la hirrba, senún la caliclad y la espesura, según la exposieión del terreno, etc.
^ Cón^o se ccrnucerá que la hierba está transformada en hetw? Teóricamente, cuanclo tiene un ao por ioo cle hntnedad. Esta regla no iius sir^^e. Nos fiarecnos de signos eYteriores que se aprecian fácilmente, Color,
aspecto, el detalle cle crtijir al retorcerle, ete. Nor^na general es que bas-^
tan dos días en los cliinas cálidos y secos y hasta cin^co en aquellas ]^ú^nedas provincias norteñas, en las cuales el sol tiene poca fnerza.
Independienteiiiente del clinla propio de cada lugar, es evidente que
tin ten^horal de viento^ cálido y s^co acelera la transformación ; si ésta
Jlcgase a ser iuuy r^ipida, se Pierde mucha hoja en las leguniinosas. Fn
ra^nuio, si se prolonga ctice^^ivaiuente, desaparecen el bnen ^color }^ el
^i roma^.
Con las anterióres faenas puede decirse que tenemos concluída la f^r-bri-ca^ri^ó^re -del heno, y ahora lia}' que ir pensando cn la ^ca^r^^cerz^,a^ci^óai. Por
^ os medios nlu^- diferentes puede couseguirse ésta : iino, almaceuando
dicllo heno en aliniares al aire librc, y otro, einparándole, para ser guar-
-S^lado hajo tccho. Ucttpéin^,uos succsi^-atncn^c d^ an^hos, l^acicuclo rcfcrct^ ^
cia a lc^; :ilmiare^ ^^u graud^, ^lejanclo a un lado, por su carácter especial, a eso, n^^^ntoncillos tau decr>rativos, eit foi-u^a ^le pera, clue eti el verano ronihen ttn poc^^ el ^•erde aguanuso (den^asiado vet-cle) ^le l^^s prad^^^
asttn-ianos v grtllcg^u; ^^ quc, cou bucna voluntad, se asetnejan a un iiuán
-el 1>alo ceritral
recuhicrto de lintaduras o hierhecita^^ an•tadt^s por t•1
rlall^c'.
Lus alnti<u-e^ "^le ^•rrdad'' uo s^_^ri fáril^^s de cun^tt•ttir. ^' lu malo i^
yue las jnr^ihas y los hundiu^icntos sohrc^^ieucn por lo cnmtín bastantc
ciespué, ^le termitia<los, rttan^lo cl c^.pecialista que rliri^riú L-i c^mstruccióti.
^c enruentra a nntrhas legua> cie <li;tanria.
Se ptt^°^lrn clisl^x^n^r <lirectantente sol>r^^ el stt^^ln, si es rltiru, esplanad^^
Gn gran almiar ya casi conclui^lu.
e iiiil^criiicablc, u,obr-e ttn l^iso enil>edrado. Nattiralnieute, hatt de estar
ccrca ^lel lu^ar ^lnu<lc vavan a cunstuuirUC. La hicrha suclta, carga^la directattirntc <íc l^^s inontune;, se ^^a ^lisponirtido por cal^as ;u^esi^•as, pisotea^las c^incieiiru^lamrnte. ta^ito j^or lr^s ul^rei•os ^como l^or las y-uulas.
_^ cacla tongatia sc It^ da un ciert^^ vurlo, cn scntitlu trans^-rrsal, hasta
iina alttira al^r„^iinaclanient^ igu<il a un ter-cio ^lc la ^lue ^c calrule l^ara el alnrar ^^a c^mcliri^l^,. _^ liartir ^Ic esa capa sc irá niu^^uand^^ ^li^ha ^liuicn,iún L-iteral hasta.alal>ar casi cu una especic de curnlnera, o sra que, eu
restinicn, tm rorte lat^ral del foi-uiidable retén eíe pr^^^^isi^nc, se n^^s alk^rccc ^c^^nu^ un pcntágono dc mitra episcupal... ún puco ,l^•sfigtn-a^ío. I.a
anchttra, juntu al suelo, pucde ^^er alrede^lor ^le einco uietros ;]a altura.
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J
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liasta ocho u clicz, ^^ la longitud, ^ariablr, tenieu^ic^ en ^cuenta ^^ue es m^í^
caiiveniente hacer dcs pequeiios que unc^ gra^ide: ^11 princi^^io no pre^enta dificultad algtui^i la foriila^ión ^lel grandioso ^uotitóii, pcr^^ ^lespués
es prc^iso servirse^ cle uno o dos carros uni^• carg^a^ios ^>ara que l^a^air el
^^tecto <le haiua^la^ sucesicas, ^c^m el fin de ir in^piil^zndo el h^no de una ra otra.
La superficic se ^^reseiita sie^iiprc de Ix>r sí uii j>oco euinarañada, eii
^•ez de poseer la suticieute re^^ulari^lad para irrocur-ar el esan•rido de la_^
a^,rttas y coiiseguir cle ^>aso una crnnl>resión unif^^nne, sin dejar l^ueens, eneniiáos de ]a ^>erf^rta ^ou^sertiaciúu. Fs, ^^ues, inil>re,cindible ^^a,ar conti^^uamente uu rastrillo que arranque las hierbas n^al colacadas, operacióri
cjue recibe el n^^^ul^i•r. ^le "^^eiuar"... T)es^^ué^ cí^ tciicrl^ hicn ^^eina^le--^,^
}>ara acabar su toiaE^tt^^^-^^iene, coino es natttral, el "vestido", que consi^te en recubrirle de l^aces ^le encaiiaclnra, ^;eueralinente hasta la altura n^ ce^aria, para iiuj^edir la peuetración ^le las aguas d^ Iltn^ia.
Esta paja larga ^^c obtiene ^golpeando el hacecillo, atado por arril^a ^^
^uill^,tinado hur la par•te iníerior, contra la arista. de un caballet^c, lc^^rai^^I^> así desal^^jar el grano, separándole de todo el a-r^n.¢iostt chze 1^• ^tr
j^taha.
^
,
^
Lus ha^ecillu, iíe paja se iuantienen unidos a la masa de hierba nir^liante pcducñas lir,r^juillas ^ic niadera, dc ttn ccntitnetro de grosor ^- n^c^fi^^ mctro cle^lar^as.
Eu un l^ratad^^ d^ lu^.l^rado^s natui-al^; huhli^cado ^ii [8^2 p^^r un Catc^^Iráti^o de .^^ricultura, Oficial de la ^dtninistraci(ro, cesai^te ^• 1>ro^^ieta
ri^^ cultiVa^lur. ^^iiníu ^fe otros nniehos títulus, puecle vcrse uua graciusa
látiiina ^juc representa la cttbricicín de un alniir.u^ ^>ur me,li^ ^lr iin estcriju de jttne^i que se ^^a desarrollando por la su^^erficie cun <tyuela. d^^ un:r
;;arrucl^a. Nvs ^^arccc antir^onómico cl pru^^cedimi^nt^ ^_- 1>ropio íuiicar^icntc para los ^iliuiares de n^enor^cuantía.
r^imque no lieinos tenido o^car;ión c1e practi^arla, i^u debein^^s dejar clr
nicncio^r^ar la l^r^"irtica iiiglc^sa clc salar el hcnn, aña^iien^i^, eutre caj>a ^^
capa, sal cuniún, en ^^r^^hurcióu <le uii ki!^^ pc^r cada nin. de heno. I^sta
snl se repartc ella ini^ma cnn uiiifcn•midad, ^x^^r irse disolvicndu en la pér^ueña ^.antidad dc agua quc ^^u^la el heno feriu^^ntande^ ligeramerrtc.
El vulgar ^cloru^,u ^le scxli^,, a^leiuás de scr t^í^^^ic^^, ^^bra cuino auti<c^^^ticc>, es±nrl^auél^^^ la a^^ií^u dc hacterias perjudiciales, y a] harecer, da
uii sabor niás sustauciu^^^ a los l^ea^os bucno5 ^- di;iniula ^^1 n^al ^t•^.,lo dc
I«s procedf:ntes ^íc siti^.>; liíuueclus. Si hien en^care^e ^úlo en unu; céntimo^
t°1 Qm., cr^emc^.^ ^^ue lri l^ráctica es ttu Ix^co en^rirr^,sa, ^n defiuití^°a pocu
-7-
práctica, eu cuantu hay^a clue tuanejar grandes cautidades. No obstantr,
es recomendable hacer algtuia prueba, l^ues sabemos de algunos resulta^Ios satisfactorios.
Otros agricultores ^^chan, al hacer cl altniar, entre capa y capa de forraje (soi^re todo ^si no ^ está bien seco) un poco de paja, ]a cual,
naturalmente, es así mejor cousumida por cl ganado quc en estado nortnal, hor estar más ^correosa. 1v o está de más advertir que niuchos ganariero^ tienen el fetichistno de ]a l^aja, atrihuyén^lola calidades mtty superiores a las efecti^•as, sobre todo cuando no disponen de otro alimentu
l^ara sus ganados.
^
•L^ua vez concluído el almiar, las ultras necesarias palrían se.r: una
zanjtt de desagiic para reco^^er las a;;uas cle ]luvia qtte escurran ^n^ 1<w
vertientes; un cortafurgos, rozando ttn Par de ntetros todo alrededor, ^
un cercado tle espino artificial lktra ^Itic^ no se acertluen l^s anitnales a
^itio tan qttcrenrioso.
Lo corrit'nte será c^msumir la hicrba r^lcogida en el verano durantc
cl invierno siguiente. 1'ero si audu^•iésemo, sohrados ^lc ln•ovisiones, nn
liay incunvrnicntc cn tencr la hicrba del almiar, si está bien herho, cn re,er^•a clurante cl,os ^t tres ^<itios. ^Iientras esté así altnacenacío, el Iteñt^ sttire, como hcmos dicho, nna 17gera fern^entación, ]laciéndose tnás digestiI^lc ^• ticrnu, 1^er^^ c^^nscr^•a bucn culur, algo oscuro, v sahor a n^iel cuan^lo c„ c^traído. ]:n can^hio, si cstnvo tnal ahisonaclo o sc c,ala. cl iuntcns^^
inontítn, entcmrrs r^r f^<<rl^r^^, salienclo la }ticrlt.i negra t, sitnlilcntcutc tlc^,ct^lnrirÍ^t.
^
Cuan^lo llet;ue el muuteut^ tle cncrntarle. ^;e aln-ir:í e1 c^^rtc lxn- kt lxu^tc iu[crior, clcl lst^l^^^ c^^ntrttrio a la dircccibn ^lotniuantc dcl ^•iento, practicán^l^^;c la scprtraciGn dc la raciítn cliaria con ttn cttcltillo csl?ccial d^^
I^ioja cttrva y ntang^^ largo, hara e^itar ^I tlcslt^^riliriu.
,Tiene cuenta conscrt-ar a;í ltt ltierlrt: :^ mi juicin, no. .littit^rttainettsc sc crcía quc cra un l^rocctlimit^nt^, mtty ltarato; hero cs ^íttc sc lta^lccía
^ntunecs tuta citfcrmctlatl, toaa^-ía ittut• ^rn^ral, ^luc es la 7rtio^íti cconítinica, en virtud de la cnal, y como nos alturrábanto^ la construccit^n del
ltenil, nns frot<íbantns ]as manos <le ^usto. I Toy se estttclian mcjor to^la^
:^stas •cttestit^ncs, ^^ al lado tle los l;a^,tus vtuales tluc reltresenta el e<lificio hay qtte 1>oncr lc^^ cuantios^^s jcrrnalcs rlttc ori^ina la couíccci^ín ^lcl
almiar y lo qttc supoue la hértlitla dc la capa sulxrficial, quc cn ntayor u
menos esl>esor síetnpre sr estrnlma por la a^ccit^n ^lt^ 11 Ilttvia v del aire.
Además, que no siempre se encucntrau olxrario, a^-ezados cahaces dc
^liri^ir, con garantía de é^ito, la forntación ^lcl almiar.
-8-
DETALLES CAMPERÓS
POr ÍiAFAFI. JA\I\I JANINI.
Ingeniero .^grcinomo.
^ En el cauipo, como en casi tocio lo de este nnmcío, es el cíetalle, en
muchas ocasiones, imPortantísimo factor para lxxler conseguir el é^ito.
que suele ser la finalicíad perseguida.
Por mítltiples motivos, los gastos cn hondas remcxiones de las ticrras de cultivo, hondas cavas, honclos desfoniles, son a la larga, y en no
pocas ocasiones a la corta, p^ositivamente remuneracíores. kemoviendu
profundamente el terreno se pone a disposición de las raíces clc las plantas un gran volum^en de tierra que les facilita su rápido desarrollo, y
con ella, su alimentación. No suele tenerse esto bastante en cuenta.
^igue siendo el estiércol, bien fermentado, bien hecho y en su putrtc;
al incorporarlo y enterrarlo en el campo, el alimento más completo para
las plantas. En muchos casos, por culpa de los agricultores, el estiércol
ha fermentado mal, está mal hecho e incluso está pasado en demasía: ha
perdido mucho de su útil poder.
De sobra sé que no pueden hacerse las cosas, y, por tanto,las operaciones agrícolas, como y cuando es más cánveniente ; pexo ello no empece, para recomendar con insistencia que se procure poner por todo^
los recursos a nuestro alcance los rnedios convenientes para apartarst•
todo lo menos posible del día y del momento, de la oportunidad y del
mejor modo. Esto en ca^i todo cuanto a la Agricultura se refiere, y^ por
tanto, en todo cuanto atañe a la prodncción, conset-vación y empleo del
estiércol, el cual con facilidad pierde fertiliclad, máxime si se entierra
tarde, mal y poco.
^
Es práctica corriente, cuando se estercolan arbustos ^^ árboles, hacer
hoyos para echar en ellos el estiércol, o hacer zanjas para lo mismo. Par^a
c^conomizar gastas, la profundidad de las zanjas y la cíe los hoyos suelr
ser meno^r que a la que se plantaron los arbustos o los árboles, razouandc^
de este modo: "Ya buscarán las raíces el estiércol" ; lo que es verdad.
pues las raíces se ektienden en derredor del estiércol y.r^ibcriz a buscarlo
y lo envuelven, por lo que al acercarse a la superficie clel terreno se e^ponen, con frecuencia, a sufrir n^ucho más los craml^ie^., rlr^ temheratura
_v los efectos periiiciosos de las ,equía..
Plantar honcío, como e, ^íc razón, y esterk•^^;lar alt^ o l^^^co houclo, c^
un contrasentido, y e^ h^u-tr, sabi^lu ilne el s^^nti^ln cunlím es el menc;^
comím en los mortalc;.
-9En los hoyos o en las zanjas .suele ecltarse sin más ni más, puro, el
estiércol, siu tener ]a dehida pr^caución cle meLClat-lu antes bien con ntuclla tierra. Cttando el estiércol no se mezcla con ^uucha tierra ocurre sietnpre lu siguie^ltr, a rn^ scr clue cl e^.^tiércol esté muy l^asado y sea casi inerte :
Las raíces busuan ti^ alr<utzan el estiércol, y, al tu<•arlo las fiuas raicilla^,
las raclicelas, sus l^uutas se clueniau, se <lestru^•en. Ao liueclen introcltr
cirse las raicillas en la tnasa del estíércol l^uru y^•an ruileánelulu y eucerráudolo hucu a l^uco, funuando una tupi^la nlaraña de raíccs, utccliana^
^lc tantaño, finas y n^uy tiuas, cou muclias l^untas dc éstas clucmadas, destruídas; tocíu esto en detriuientu ciel ráhido y tntjor aprovech;uuient^^
^lel estiércul h^^r la plauta. La ^uaraiia cle raíces, tupida y eslxsa, encie
rra como en una Lulsa, coino en tuta gran pcluta, tudo el estiércul, qu^•
por uo estar con^^enieutemente niezclacío con suficiente tierra, queda realmente euniu en couserva o almacenataiientu. lle todo esto es fítcil cunvencerse e^aniinanciu a los tres y más atius los liu^^us o las zanjas en lu^
cuales se echó, sin más ni niás, el estiércol, }' po^o hundo. I?n nruchas
hartes el e.titiércol se halla como cuando se e^chó u puco menos, envueltu
c^t espesísima. marafia de raíces, tnuchas de ellas con sus finas punta^
• quemadas, y otras raicillas demasiado cerca de la superficie. del terreno..
raicillas que con frecuencia sufren los efcrtos de los bruscos ca^ubios dc
l.a tetnperatura del aire y cle las sequías, atmclue sean poco intensas.
No es inútil recurdar para el empleo cle los abonos llamaaus quítnicu^
que esto debe hacer^e con ^^erdaciero conocimiento de causa, y si no sr
tienen esus conocimientos, saberse aconsejar por persuna que conozc,t
hicn a fundo e,tos problemas y que se sepa con seguridad quc cs rcal
metrte imharcial en sus consejos.
I^zs plantaciones, háganse cou varas, estacas, barbaclas, lilantas enraizaclas, ete., ete., suelen fallar, ^tiaav^cr,r, mucllas vc^ces, pero muchas ^•e^ces Zx^r cull^a cle cumo se hicieron, de como se plantarun. Para ev^iixir
tracasos cunvicite hacer lo siguiente: en climas beni^guos y terrenos cun
frecueucia ^c*cu;, 1>lantar en la él^uca cle las Ilu^•ias de fines cle otuño u a
l^rim^eros de in^•iernu, nuuca (en tales clintas, quc suelen hecar de secn^ i
rnmeuzada y^r^cuu. aún cntracla la ln-iiiia^^cra, ^a>uca en que se espun^•ii
las l^lantas a sítl^itu; calures y sccltúas.
I?n clinias fi•íus, lrescus y lhtviosos, hartu sal^idu^ es ^lttc la l^ritnavcr;i.
}x'ru al cuiuienro dc ella, es la mejur ép^^ca hara ]as plantaciúnes. I^ara
^^ez suelcn 1>erjudirar las secluías. Prer.-tírese, l^ur toclus lc>.^ nie^lius 1^^^^^;iLlc^s, clue cle los 1>lanteles a lus ca^npus clue se liau de hl^u^tar, 1,^ ^^n^ h,i^^;i
^lc^ plautarsc^ sc transportc lu m.ís rál^ida^uente ^lur l^uc^la scr. ^ui^lan^l^^
s
-tonlucho de cjue lo qtte haya de 1>]antarse:esté bien vivo. Si ha sufi-idn largo
transporte, pouer en reiuojo lo qttc haya de plantarse unas cttarenta
^^ c^rho horas, un par ^le clías, 1)oco más o nlenos, en agua liulpia ^lue nu
l^ueda eufriarse. en demasía. Lo que haya cíe p:antar^se sc sacará del agtta,
v cuLierto de }^aja o cie sacos ^ secos, se llevará, sin espon^erlo ni al fríc^
ni al sol, a los caml^os y se plantará inmediatamente, sin clc:jar cle 1)lantar al día y no clejancío las plantas, ^^a arran^cadas de vivero, de hoy 11<>ra
lnañaala. A to<lo trance hay quc e^^itar a las hlantas que ni después clr
ru•rancadas 8e vivero, ni durante el ri-anspc)rte, ni y^a en el campo douclc
^c• l)au de hlantar, pttecían sttfrir los efectos del viento, ni del sol, ni del 1•río.
I?s uua e^celente hrácti^a, siempre que sc puecla hacer, tener en el
lugar .de la plantación una o más cuhas qué se llenan cle agua ti^ a]a qur
^c mc•zcla tierra arcillosa cc^n puñados de btten estiércol, c^l^teniend^^ así
nu lkarru n)edianainente espeso. Si ^las plantas tienen raíces se recc^rtaráu
c unlo dc costutuhre, y ya disl^uestas para plai)tar lo cluc ha^^a cíe plautarse, innlecliatarnente se ren^ojan en el barrc^ ^cc^n estiércnl toclas las
1>^u-te^ que en el canlpo, una vez l^lantadas, hau cle quedar cubiertas
^le tierra. F_ste embadttrnado de barr^) favorece la eniisión cle raíces, así
rr,^uo la a^lherencia de la plauta con ]a tierra. Toda precaución es poca
lkira conseguir clue la planta y la tierra adhieran bien, due práctica111eute no cluecle Zire entre la l^lanta }• la tierra.
I'reparacla la plauta, sarmicnto; vara, estaca, etc., etc, confornu• sc
lia cii^clio, chorrcando de t^arro, se coloca intnediatatnente co^ntra el ánnulc,
^íel hc^^^o doucle convenga ^• en seguida se echa tma pale`ada de tierra contra la ]^lanta en su parte iuferior y se ahrieta'fucrtemente ^c^n cl pie, n)uy
iuertc•u)ente. Se va eclianclo tierra ^• ^e continíta apisonando fn.rtc•nu•utc
^ ^)utra la planta hasta alcanzar la sul)erficie dcl terrenr,. Desl^^ués se rellena el hoyo; pero si se dispone de estiénc^l, se cuiclar<í cle:-mezclarlo l^icn
ron tierra tcxlo el que ;e e^cl)e en el hoyo, y Ponerlo así, hien mezclaclo, en
cl 1ouclo del hovo^. ]^espués se rellcna de tierra el hoyo. La aclhcrcr^ria
^le lo clue se plante, ^^ara, estaca, barl>aclu, plauta euraizada, etc, etc., con
la tierra es imlwrtantísirno factor para evitar ]as faltas o ma,nras. l^ara c^^n^e^uir cl ésito cle la 1>lantacióu, si las 1,)lantas cstán vivas cuando se jx^11eI1 ell Cl Canll)^1,
.
,
Si las seqtúas l^irierau 1)reciso dar algo de agua a las plantas, arl)u^ti^s a^írboles y no ^c dispone de ric^o y Ila}' qtte darla a manc) o lx,co
n)enos, no con^•icne echar el a,ua sin ^nás ni nlás a las plantas, sino lle^-ar
unos palos gruesos cuu puirta, nlejor cou regatón, que se introrlu^cirán
c^•rca clc la 1^?anta, a 1)oco menos de un palmo de separacicín cle ésta ^
-ttlcasta ]a hruftuididad a clue sc hiro cl ho}^o cttaiiclo se 1>lautú. Se sar.t el
palo y cou cuidadc^ se va vertieuclc^ el agua I^or el agujero <lue c^n é] sc
hi^o en el terreno. I?^te es el meclic^ ^e^;uru de clue la l^lauta puecia aliruvc^har el ag^tia <Itie taiito le l^recisa. I)c lu contraric^, es inás clue l^rol^al^le
^lue el agua uc^ ^ilcance la zcma cle las raíces, que su efrcto sea milo o pcxu^
menos y quc ]a ^uayor parte cíel agua sc 1>icrda pc^r c•vapora<^ión, sin nin^^tma utilidad.
^
Escttsacl^, es clecir cltte l^^s a^gtij^r^^: pur clou<ir ^c ^^crticí cl a};ua clrl^eti
^
taharsc en segtticla cou tierra.
^Iuy sal^icla cs la ^caltital imlxu-lancia. ^uanclc^ ^;r injcrta, cle quc tanlc^ la
l,lanta patrúu conui la l^lanta injert^^ ten^l;au la rlc^liicla ^-italicla<l; ncuica.
rs am^^E^nicnte un ^^zcc^s^^ clc ^^italidacl, lmr^^ es atín 1>c^^r la ialta dc clla.
lu que hace i^nposible la i^uprescitldil>le ^^ l^uena soltladura entre el liatróu y el iujerto. Ao e, ditícil cumhrc^bar ^i el estacl^^ cie ^^italicí^cd clc^ la
l^lanta patrúii es el ccm^•eniente, l^ero es sumauiente íácil qtte l^ur pe^lueii^^s desetticlos suira el iiijertu eii su cotiservación, priticipalinente Ix^^ nc^
manteuerlo cou la dcl^icla huuiccla<l ^• en amhieute ten^plado. L;s nul^^
inalo ^lue un injcrtv ;e rese^lue aun<juc s61o sea en Pe^^ueiia harte ;]ial^rá
lu^go una i^ul>ericcta suldaclura.
I^c los muchos tilws clc iujcrt ^^s qttc sc practirau cu jardincrí<i, en
I^^rticultur^t, cn ^^ilicttltttra ^^ cii arhuricnltttra: cn fii^, rn ^u-l^ttstr^s v cn árLoles, los cle ^uás sc^gttr^^ l^or^^cilir, teiiicnclc^ en cuent<t la lar^^i ^icíri ^^ l.c l^r^,clucticidad dc la hl^cnta iujcrtr,, así-como la n^ás hcrfcrta ^^,lclacltn-a cnU'r rl
l^atrón y el iujert^^, sun lo, cle canutill^,, es^etul^r ti hlaneha. 1_I tan c^nioci;lo y tan l^racticado, nitit^ 1>ra^rticaclu ^^ ^-til^ar iujcrt^> clc 1>úa, así c^^inc^
trxlas sus ^^arinutcs, ha siclu ^^ c>, cii iuucliísinu,s ca;us <íe ,u-l^ustos ^^ <lc
rirboles, causa' cle cnrta ^•icla de I^.t J^lauta iujertu. L^^s clcl^^iaos <le suLla^lura cle Ic» iujcrtc^s <lc húa, en stts cli>tintas ^•arinntcs, ^uclcii acrc^e^ntars^ con los aiic^:^. Sul^laclura l^erfecta cle i^ijerto cle l^í^a no stiele srr <^c^^;a
rorriente. Cuu trecuenria se atribtt}'eci a falt<cs cle afiiiicla<1 entrr l^aU-^^iics c injcrtos. lo quc c^n rcrcli;lacl n^^ son iuás ^quc clcírct^ls ci^nsc^cucnci.c
^le las itnl>eríccciones cle las solcladuras cle los injertu; dc^ húa, que ^nurhas veces suri origett de l^ que poclría <lecirse gan^rt^n,t ^•egetal.
Tieiulen ]c^s injert.ulores para a>c^;urar, aun^luc ;^íl^r sca aparrnte^nent^, el é^:itc^ clc ^;ti trabajo, a injertar mtiv al ras ^le tierra v taulbién
n^ás abajo; l^eru al .c^;^ricttltor l^c e-cm^-icne, ^niiranclu rl 1>orvenir, qtte el
lugar de sulclaclura entre 1>atrcín e injertc^ 1>uecla yucclar ;ien^l>re clararnente fuera ciel ras <lcl tcrrenu, ^nancra fácil para I^u^lerla vi;ilar sieni^^re y prunto, c^^ii ral>icíez, ^- e^-itar clue eche raíces la l^lai^ta itljertc^, Ic^
- I2 -
que sucede en muchas ocasiones en las soldaduras que quedan bajo de
tierra.
lin buen podador es cle inestimable valor para el agricultor. En la
mano del podad^r, en su podón, en su hacha y en su tijera está en bueua
parte el p^+rvenir de la pró^ima y de venideras cosechas (niuc•ho má^
de lo que generalmente se ^cree), cle arbustus y cle árboles. Suele ser
bt^ena prueba, para juzgar dc la competencia de u,t podador, hacer qur
ántes de emprender la poda de un arbusto o cíe un árl,ol ezplique lo quc^
va a podar y cómo, lb quc ^•a a supt•itnir y cómo, y lo que nu ^•a a cortar,
y todo ello por q.ué. No se le ha cle ocultar a un 'podador quc una helada
^en primavera, así como un azote de grauizo al iniciarse la floracii">n, e,i
ella o nnty poco despué5, si se destruyen las yeiuas de íruto, yetuas de
madera las reemplazarán, convirtiéndose cn yemas de fruto. Por esto n^^
ecinviene podar inmediatamente ciespués cle una helada o cíe una granizada. Del^c esperarse siempre a poder comprobar, con tietnpo suficientc
y con seguri ^ íad, cómo }• cttánto reacciona la planta maltrecha.
Es de sentir, _y esto no es difícil de comproUar, la escasez de podadores que sepan a conciencia su oficio, y por tanto, la trascendencia dc^
las faenas que ejecutan.
Las poclas nnt}' tardía^, así como las muy tempranas, equiralen a importantes sangrías. Estas sangrías pueden ser convenientes, en oc:asiones,
en las plantas de eticesivo vigor .y de escasa fructificación ; pero, excepción hecha de estos casos, como cuando abortan, se caerán las flores ; en
otras ocasiones debilitan intítilmente las plantas y sus efectos resultan se^fatales.
Puede ser mucho más ^til cle lo que a primera vista le parece al agricultor, que a los podacíores les acompañe un tnuchacho que se ocupe clr
embadurnar los cortes cíe pocla y las heridas con una disolución, que fá
cilmente puecle hacersc la víspera, de sulfato de l^icrro al io por ioo en
agtta pura, añadi^^n ^íole a más utrc, to pr,r ioo de sulfato de col^re en la
misma agtta, poc„ más o po^co menos, de una y'de otra rnateria, cu recipiente de barro, ^^ mcjor, de madera, percr nuuca de metal, y menos cl^•
^cinc. Se evitan a^.^í^ no pocas proUabilidades de po^dredumhre vegetal. Inr
porta poco que sc le aaya la mano a] que prepara la indicada y dol>le disolución. Lo príinordial es que moje, entpape bien las heridas.
A1 agrictiltvr que no la c^» ^ozca, presutuo clue le podrá ser útil lo que
respecto a la lr>cla Larette e,cribí }' se publicó en la HoJ^ DIVLLC:^vo>l:^
níunero 5, correspondiE^nte al mes de marzo del año zc^35 (atio X\IY clc^
la publicación cle las IIoJ.^s ntvLLCnvoxns).
- Ij -
^o suele scr raro clue al agricultor le convenga aforar lwr vasija,
^lue ^s el afuro n^ás a^u alcance. Cuando tenga que aforar por este inedio,"cuicíe nnichu de e^a,ninar niinuciosa,nente la vasija, para çomprobar
si ticne alguna al parecer insignificante fuga, algím orificio, algún escape,
lu que puede comprobar en parte, cuando hace buen sol, mirando detenidamente al trasluz. )✓sto, que es cle senticlo co,uíui, suele descuiclarse
su práctica, en especial cuaudo se afora un lxqueiio manantial cle agua cle
riego o potablc en época de escasez, con frecuencia causa cle disputas.
:^gricultor : cuanclo te dispongas a recorrer el campo a caballo, no
lnontes nunca sin por lo menos co,uprobar el estado cie las herraduras
clel ca.ballo que hayas de inontar, el ciel bocaclo y de la barbada, la solidez de las riendas, cl estado de la cincha de la sili<1 de muntar y el de
las acciones de los estribos. Te e^•itarás percances quc pudieran ser ,ntn•
serios.
Si prc-^isa clar de bel^er al caballo y estuviese sudado, esl>erar a que
tr^nquilamente ^e desude, y si es posible, ver de enjugarle el sudor; no
dispuniencío de trapos ni sacos, frotándole con paja, con hierbas o con
lo que sc puecla, cie no ser que precise continuar inmediatamente la marcha, en cuyo caso n^c, importa que beba sudado, si el agua no es muy
Ería. Sicmpre clue se deba ciar pienso al cahallo en posada, mesón o vent<1.
cí^ no aco,npai5arte persona de tu absoluta confianza que por ti ]o haga,
^ruvléstate para en persona comprobar cómo se ^le echa el pienso al caballo
y lxr,nanecer a su ]ad„ cle5cíe que coniience a comerlo hasta clue lo
^tertuine.
Siemhre ^lue se pueda, que lleve el caballo Locad^, ]o menos molesto
para él^ y niejor un cónw^do filete, pues la fiualidad es domiuarlo sin cansarle ]a boca, y por tantc, sus barras. Cu,uo uo se trata de hacer filigranas de equitación, se ha cíe pr^xurar molestarle lo menos pnsible cuando
nos ha dc transp^,rtar huras y hora^., a campo-travicsa. En cuanto precise castigo, désele, pero ímicameute lo justo; nada de arrebatos de ira.
"I'éngnse mu^^ presente que es aplicable al caballo lo que se dice para
cazar las ,noscas : uo se cazan con l,ieí, sino con miel. Para ciominar al
caballo en el campo, sustitúyasc el cousejo de: "hierro dclante, hierro detrás y rifioncs en medio", por lu si^uiente : cl menor liicrro posible delante ^• detrás ^-. c^n el nece^ario ^^;ilor, ,nucho carir,u en medio.
_ ^4 -
DIVULGACIONES TABAQUERAS
EL DESPUNTE
I'or .^xTtnio vt^ L^cSrr CnhsEtt..
Perito Agrícola del Estado.
Insistircmos en cuain^^ decíamvs ^u otrvs números de la^ Holns Divut.c.nDOU.^s respe,to al fin incíustrial que se Itersigue con el culti^^o del tal^aco,
y esta insistencia obli^ga^la tieme su razón rnás fitndamental en este tema, en.
ríue hcmos cle referirnos al ^despt.rrrt,e o supresión de las •flores del taba^^.o.
Corno la generalidad de los vegetales, esta planta, Ilegacla lá época oporttma; forma en la parte rxtrema cle su tallo un ramillcte de capullos dc lo^
(^lle naCen íaS f101"e5.
E^tas flores se rnantienen cle la savia del vegetal, savia qtte, acutnulándose en grandes cautidades .cn esa extrernida^l del tallo, Ilega, despué=
^le efectuacla la fecundación; a constituir cl fruto que ha dc dar lu^gar a
la semilla.
Yero esta canti^dací de^ saeia que ha necesitado el ramillete floral para
t u desarrollo prim^ero, y para el del íruto después, ha gasado desde el suelo a la parte tnás alt^1 cle la planta, sin atender debidamente a las hojas.
lae ratnillete rosado, que al caer los pétalos convierte la flor en fruto^
se ha formado a^expensas dc la parte que más nos intcresa de la planta.
y la parte que el labrador debe cttidar con más esmero y de ]a que dehe
csperar el beneficio o Pago a su trabajo son las hojas. Las flores no nos
interesan absolutamcnte y deben^tos aprovechar esa savía en su tofalida^l
^ira que, repartida en ]a harte foliar, desarrolle al máxirnum las l^ojas
y- dé a éstas las mieles ^^ jugos cíue hau ^le hacerlas más preciadas.
Pero tamhién hemr:^.; <le setialar tm puuto intportante : la obtención
dc uemillas.
Si n^>sotrus clejarn^^s salir las fiures del tabaco y eslxrantos que, sea^^
c•I íruto, nos clé semillas, ubtendremos, sin clucla alguna, una gran canti^1kuí dc sirui^ente. I^so sí, mucha sin^iente ; pero tatnbién la obtenemo^s a
costa de una nterma en la producción de ltojas, las cuales no se desarro]larán normalntente a]os 1>rincipios cle este cultivo, ^^ mieutras creetno^
que ganamos tma íutura co^secha en scntilla perdemo^ una gran parte de.
]cilos de planta y_ perdentos la semilla, í^orque una de las concliciones que
establece el actual heglatnerlto para el Cultivo del Tabaco es la prohibición de ernplear distinta semilla a la qtrc fa^^^cilitt° ^el Servi^cia Nacional, y
aun prrscindiendo <le esto, se ha coii^tprobado etactarnente c^ue ]a semilla
^le una misma 1>lanta culti^•acla ^,ueesi^-atnente ^•a ele^i•neránclose clr iin,^
roa>>era pr^^gretii^•a.
Hecha rsta ob;er^•aci^íu, <Iuc coiisiderant^^s niuy int1N>rta^ite, entran^
iuos en la esl^lica.ión cíe c^ta parte clel culti^•^^ ^1^r1 tril^a^^c^ ^^ue llaniani^»
<l^crsj>znrttc^.
tiu t•s ni n^á^ ni iiicu^^s ^lu^ suln•iutir ^•1 ramillct^• flur:^l ctt el tnnin^^n
t^^ ^•u quc comienz<ut a abrir ]v^ hriruera^ flores.
l,a ^>pcraci^"m sc ^•C^•ctúa gcncralnir^ntc cr,n tij^ras, auuyu^• rn <tl^^iin^^^
^iti^^s la I^accn rnn I;i n^anu, sujcta>>ao cl tallo, cn stt cstrc^ni^la^l, cnu^•
I^» dc^li>s índice }• l^ul^^ar ^• htutdienrlo la uña ^Ie éste en cl tallo, para a^ a^
Iktr trunchan^ir^ cl ramillrtr.
l^n c•1 ^libujo l^uc^le aprcciarsc la alttn-a a^_luc ^i^•I^c ^^^^rtarsc. sul^ri
inicnclo al misiuo ticuil>o ^lus <^ tre^s <Ic la; l^uja^ ntás pr^•>zimas a las H^ ^
rc^, ^- cn cl ra^u ^Ic 1>lantacinnes tar^li:u u rluc lx^r <iivcrsa^ cau^a^ .r
^lesarrollen l^^^l^rc^iicntr, sc sul>rimirán nta^•ur ntíitter^^ ^lc hc^jas.
Claro ^lttr. crnnc^ ^li^e cl In^;cnirru :A^-r^ínumn ^r. I)e l1ontcro, cn a^
(-^art^ill.a j^tirra ^^•1 ^ ultiz•^> >^ ^^irrir^.I^a ,d,^•l t^nh^aro ^^n. ]is^ai^o, 1>ttc^le c;ttprintir:c.
ril;;una huja internre^lia cuand^^ se jttzbuc ^^^m•euiente nutrir las terminale> ^ltte n^^ ^c lian stt^^rinii^l^^ en ^^l ^rl.rs/^iiui^', cnn 1<^ ytu^ sr c^nsigtte una
nicjur n^aclurcr ^lc la; liuj^is llan^a^lri^ ^^1^• rcNru^i,o. ^Iur suii niuv Iina^, ^^ ^^u
r;tc ca^o csl,ecial ^.^c ^^ariará ]a ;tltura ^lcl ^lc^pttutado.
-
-
Suln-iini^lu el raniilletr flc^ral, la sa^•ia, qtte a^^enclía l,ur e1 tallo haci;t
ayuíl. ,ttErc ttua rcacciún ^- l,t }>lant;t sc ei^^>ríza tlc ntanera c^tt•a^^t•rliiia-^
ri<^ y- cla urigen al clesarrollo rapidísimo de las yemas axilares, como con;ecuencia cle lo cual aparecen entre las hojas y el tallo buen número de
lii.jns o brotes que deben extirpar^se inmediatamente de su aparición, pues
en el caso contrario nos sucedería lo mismo que si dejáramos las flores.
3^sto^ brotes produ.irían hojas pequeñas y no dejarían clesarrollarse a
lar, clue fundamentalmente constituyen la planta.
l^n este caso sucede lo mismo con la planta que ccin uua familia que.
a partir cle un determinado momento, hubiera cle repartir su comicía habitual con otros tantos invitados. Comerían toclos, pero comerían todos
nial. Y en este caso lo ^lue nos interesa ^es que la planta "coma" bien, lo
inejor posible.
El ^ct^s^hij,^do debe rel>etirse eon alguna frecuencia, pttes como esto^
brotes no se produc`eu simultáneantente, cada ocho ^ diez días aparecen
nuevos en la plant•^ción.
Antes cle la recolecciúu se dar<I otro vistaz^^ a las plantas, para eviiar que se lleven al .r^r^a^dE^r^o con hijos.
^
CRAFICAS UCUINA - MELENDEZ VALDES^ ^• hiADRID
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