Suplemento electrónico semanal de la Coordinación de Comunicación Social, UAZ, No. 101 El contexto universitario es idóneo para la prevención de adicciones: Solís Rubalcaba • La Universidad, como centro educativo, formativo y de investigación debe trabajar para atender el problema que representa el consumo de drogas “El problema del consumo de drogas constituye un fenómeno complejo que tiene consecuencias adversas en la salud individual, la integración familiar, en el desarrollo y la estabilidad social”, afirmó Miguel Ángel Solís Ruvalcaba, integrante de los Centros de Integración Juvenil, durante Primer Congreso Nacional de Psicología, celebrado de manera reciente por la Unidad Académica de Psicología de la UAZ. Apoyado por datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 (ENA 2008) y por otros indicadores elaborados por instancias como el Instituto Nacional de Psiquiatría, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación Pública, el conferenciante expuso a lo largo de su plática que para enfrentar el problema de las adicciones el contexto universitario es el espacio idóneo, ya que en el caso específico de México las universidades representan uno de los lugares preferidos de reunión entre los jóvenes, donde pasan el mayor tiempo y es una población receptiva en la que se pueden inculcar comportamientos saludables. En primer término, Solís Ruvalcaba compartió las cifras de la ENA, según las cuales el consumo de drogas en nuestro país entre el llamado grupo de adultos jóvenes (18 a 34 años), alcanzó el millón 795 mil 577 personas, de las cuales un millón 351 mil 138 son varones y 449 mil 439 mujeres. Afirmó el ponente que hoy en día existen universidades públicas y privadas en todas las entidades de la república, lo que prácticamente ha abatido la migración interestatal de los jóvenes, ya que un 49.7 por ciento de la población entre los 12 y 29 años realiza algún tipo de estudios universitarios. Asimismo, aseguró que la Universidad como centro educativo, formativo y de investigación debe trabajar para atender el Incremento en el consumo de drogas en la población rural y urbana El consumo de drogas ilegales y médicas en la población rural y urbana de entre 12 y 65 años de edad aumentó de un 5% observado en 2002 a un 5.7% para el 2008, mientras que cerca de 27 millones de mexicanos entre dicha edad han fumado tabaco por lo menos una vez en su vida. • Las drogas ilegales (mariguana, cocaína y sus derivados, heroína, metanfetaminas, alucinógenos, e inhalables, entre otras) aumentaron del 4.6% a 5.2%. De igual manera, las cifras de dicho periodo indican que la mariguana y la cocaína son las sustancias preferidas por la población, aumentando la primera su consumo del 3.5 por ciento al 4.2 por ciento, y la segunda duplicó su preferencia pasando del 1.2 por ciento al 2.4. Por grupos de población, se observa que, si bien el consumo de drogas ilegales es mayor en los hombres (en una proporción de 4.6 hombres por cada mujer), el índice de crecimiento es mayor en las mujeres entre las cuales el consumo de drogas ilegales se duplicó, aumentando del 1.0 por ciento en 2002 al 1.9 en 2008, mientras que el consumo en hombres solamente se incrementó del 8.0 al 8.8 por ciento. En cuanto a las bebidas alcohólicas, los indicadores entre las encuestas del 2002 y las del 2008 no observaron grandes cambios y se mantuvieron los datos ya conocidos de que la población mexicana no bebe diario o casi diario; que ocho de cada mil personas consumen este tipo de sustancias todos los días en una proporción de 7.5 hombres por cada mujer. En lo que se refiere a la bebida preferida de la población mexicana, en primer lugar está la cerveza, a la que le siguen los destilados y, en una proporción significativamente menor, el vino de mesa y las bebidas preparadas. El consumo de alcohol de 96° y de aguardiente es bajo. Según la edad, aumenta el consumo de bebidas alcohólicas. Entre los adolescentes el orden de preferencia cambia, ya que prefieren bebidas preparadas más que el vino. Las diferencias entre hombres y mujeres son menores que en la población mayor de 17 años, con excepción de las bebidas preparadas, el pulque y el aguardiente/alcohol de 96°; en relación con éstas, se observa una mayor diferencia entre hombre y mujeres adolescentes. Las cifras de consumo por tipo de bebida varían según los grupos de edad: El consumo de aguardiente y alcohol de 96° aumenta con la edad; El mayor consumo de cerveza, de destilados, de vino y de bebidas preparadas ocurre entre los 18 y los 29 años; El gusto por las bebidas preparadas disminuye en forma importante después de los 29 años y el mayor consumo de pulque ocurre entre los 30 y los 39 años Después de la exposición de cifras, necesario para conocer la situación de las adicciones en México, quien fuera titular del Centro de Integración Juvenil en Zacatecas, nuevamente recurre a los datos para defender su idea de que las universidades y los universitarios representan el espacio y el grupo etario idóneos para enfrentar la problemática… Texto: Ricardo Torres Chávez Fotos: Internet Agregó el conferenciante del jueves 10 de mayo, que “el trabajo comunitario con estudiantes universitarios representa una opción única, pues se trata de una población cautiva en una etapa de cambios y altamente influenciada por la familia, los amigos, la comunidad y el medio ambiente, y es especialmente propicia para actuar sobre los procesos anticipatorios de promoción de la salud y prevención de adicciones”. Comentó que una intervención preventiva en comunidades universitarias, debe favorecer la participación activa de los que como en este caso, estudiantes universitarios, son los destinatarios del mismo, promoviendo el autocuidado, conductas saludables relacionando las actitudes y comportamientos para el logro de este objetivo. Insistió en la tesis de que “el contexto universitario es un espacio idóneo par la prevención de adicciones, debido a que en nuestro país la escuela representa el tercer lugar preferido por los jóvenes para reunirse”. Al respecto, brindó otros datos: después de la familia, como la institución a la cual se le tiene plena confianza (9.1 por ciento), enseguida están los médicos (con un 8.5) y en un tercer lugar la escuela (con un 8.3 por ciento). Además, respecto a la visión que tienen los jóvenes de sí mismos, en relación a los problemas que enfrentan como grupo etario, para un 70.8 por ciento la principal preocupación son las drogas y el alcohol y, en menor medida, con un 28.3 por ciento la falta de trabajo ocupa el segundo lugar. Una gran ventaja de lo que significa el trabajo con la comunidad universitaria, para el exponente lo es el hecho de que en México, a diferencia de otros países, la mayoría de los jóvenes universitarios continua viviendo con sus padres (71 por ciento), en comparación con quienes no son universitarios (52%). Para Solís Ruvalcaba es una ventaja porque la familia representa una estructura de contención, que aún en esta etapa participa en el establecimiento de límites, añadiendo que no comparte la idea de que el vivir separado de los padres representa de forma automática la autonomía, ya que dentro del hogar se pueden concretar proyectos con plena autonomía y con el respaldo familiar. Miles de estos jóvenes, susceptibles de habilitarse en estilos de vida y comportamientos saludables Un elemento más a considerar por el exponente, es la reducción del índice de deserción en los niveles previos a la educación superior, por lo que se espera en los próximos años, una creciente demanda de jóvenes que se incorporarán a una universidad, aparte de que –aseguró- miles de estos jóvenes serán de orígenes sociales y culturales heterogéneos; con trayectorias escolares previas muy diversas, de contexto regionales ampliamente contrastantes y formarán parte de un sector juvenil y que por su condición de formación, son altamente susceptibles de habilitarse en estilos de vida y comportamientos saludables. Por último, Miguel Ángel Solís insistió en que “la universidad resulta el espacio más adecuado para intervenir en la prevención y promoción de la salud, en la medida que representa una actualización de saber constante y un contexto altamente favorable: lugar donde mayor tiempo pasan y en constante interrelación con el grupo de pares”. En tal propósito, comentó, es necesario el empleo de estrategias concatenadas y articuladas. La información, única característica atribuida por los jóvenes a los modelos hasta ahora utilizados, no basta. Ningún modelo informativo resultará eficaz sino se generan de forma paralela mecanismos de integración que transformen la acumulación de informaciones aisladas, parciales, en conocimiento y aprendizaje; es decir, en formación. Sin embargo –indicó- esto no implica perder la perspectiva informativa en tanto que posee un gran potencial como dispositivo de apertura a preguntas que bien por vergüenza por ignorancia el joven no se plantea o elude. Finalmente, dijo que se debe considerar a la hora de la creación de modelos de intervención en la prevención y promoción de la salud y campañas publicitarias, que las prácticas saludables del joven universitario están predeterminadas fundamentalmente en función de las variables edad y clase social y que ésas deben ser consideradas en concreto a la hora de cualquier intervención. • • problema que representa el consumo de drogas, buscando compartir sus experiencias exitosas con la comunidad y cumpliendo con el documento elaborado por la OMS/OPS llamado el Plan Regional para la Promoción d e la Salud de las Américas, en donde se indica que corresponde a las Universidades el papel singular en la formación de recursos humanos para la promoción de salud, además de que se propone estimular a la Universidad para que “desempeñe un papel protagónico en el desarrollo de un cultura de la salud”. Educación y salud entrelazadas para lograr el bienestar del individuo En ese sentido, para Solís Ruvalcaba el término “salud” no parece aislado, sino que resulta ser una consecuencia de las acciones de la comunidad, en otras palabras educación y salud entrelazan para lograr un objetivo común que es el bienestar del individuo •