EN REBELDE FIDELIDAD diario de PEDRO CASALDÁLIGA 1977/1983 DESCLÉE DE BROUWER http://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/ PRESENTACIÓN El lector de este Diario va a contemplar cómo vive las luchas de su pueblo, de todos los pueblos, y cómo siente las angustias de los hombres-hermanos y los problemas de la Iglesia, de allá y de acá, este hombre llamado Pedro Casaldáliga que es obispo en el Tercer Mundo, en el doliente Mato Grosso del Brasil. Se asomará el lector a la «pasión» con que un creyente trata de ser, día a día, fiel a Jesucristo y a su Evangelio, al pueblo de los pobres (peones, labradores, emigrantes, indios, negros), a la Iglesia, a la tierra y al cielo, a la vida y a la muerte, a la cruz, al Reino del Dios de la justicia y de la paz en nuestro mundo cruel e injusto. Y como nadie es fiel en este mundo si no se rebela contra la injusticia y la crueldad, y nadie en la Iglesia es fiel si no se rebela también contra todo lo que en ella falsea el Evangelio de Jesús, el lector de estas páginas va a presenciar los combates diarios de Casaldáliga y sus compañeros por la fidelidad a la justicia y a la esperanza, las rebeldías de un pueblo fiel. A lo largo de los años, yo he visto crecer la rebeldía en la fe de Pedro como una flor de su fidelidad. Y ahora, al preparar con él para la imprenta los siete cuadernos de su Diario de 1977 a 1983, he visto a Pedro, con su Iglesia y su pueblo, vivir en rebelde fidelidad, arriesgándose, para lograr la eficacia transformante de la justicia y de la fe cristiana. Cómo viven los justos frente a la tiranía y se alzan los pueblos contra la opresión. Cómo vivieron los primeros discípulos de Jesús, los de la fidelidad primera, los subversivos frente al Imperio, aquellos ungidos de Pentecostés. Como Jesús mismo vivió el amor de Dios a los marginados de este mundo, hasta ser él crucificado como rebelde por los poderes religiosos, económicos, políticos y militares de su tiempo. Tal rebeldía no es desobediencia sino obediencia a la fe, obediencia a Dios. Solamente Dios es Dios... Y en las sociedades conformadas con la organización injusta de la vida y de la muerte, como en una Iglesia conformada con la mediocridad, es irrenunciable el inconformismo de la fe cristiana. Para los creyentes, esa rebeldía es una condición de su fidelidad. Pero su precio es alto, no se puede rebajar el precio que Jesús pagó por ella. Amortiguar esa rebeldía es hacer el juego al poder de las tinieblas. Suprimir en la Iglesia la rebeldía de la fidelidad cristiana es amordazar la profecía y cortarle alas al Espíritu. Es detener el viento y apagar la luz y el fuego, lo que nos hace ver y respirar, lo que nos quema, lo que nos limpia, la lumbre que nos enciende en el amor eficaz de Jesús, el Cristo. Lo dejaba ver, Pedro Casaldáliga, en su primer libro autobiográfico, Yo creo en la justicia y en la esperanza. Y lo decía claramente en La muerte que da sentido a mi credo, su Diario de 1975 a 1977. En los últimos años, el obispo Casaldáliga ha dicho repetidamente que «es hora de martirio en América Latina». Y ahora, en las páginas de su Diario, escribe estas certidumbres: «El martirio se torna una eventualidad normal de la fidelidad cristiana». «Los sufridos rebeldes se hacen mártires». «Somos esperanza en la medida en que somos fidelidad». Claro, y en la medida en que somos fidelidad, somos cruz (somos rebeldes) y somos crucificados. Parafraseando a Santa Teresa, habla Pedro de tragarse la muerte y tragarse diariamente la vida «sin huirla, sin desperdiciarla, sin acomodarla al propio reino egoísta, sin permitir que la monopolicen los reinos de este mundo. En ascética fidelidad. Rebeldes según el Evangelio». Esa rebelde-fidelidad es la que da nombre a este Diario de Pedro Casaldáliga, porque es una constante clara en la mucha vida que cruza por sus páginas. Podría, sin embargo, llevar otros títulos este libro, muy legítimamente. Porque contiene también otras constantes, otras síntesis vitales; y todas ellas danzan por estas páginas en una lógica profunda, en dramática armonía. Así por ejemplo: - Pobreza y libertad. Contemplación y lucha. Un amor solidario. «Engendrando pueblo se engendra Reino». La crueldad y la ternura. «Justicia amada»... - La palabra y la sangre. Confesión subversiva de la fe. La nueva santidad. El pan y el martirio. «El pueblo de los pobres frente al poder de las tinieblas». Silencio y profecía. («Aquí la profecía y la política engendran innumerables mártires y los mártires nos llevan a una nueva contemplación»). «Una paz militante». La exasperación y la esperanza... «No sé si es paz o es esperanza —me decía Pedro— la palabra que más nombro en este Diario». No sé si no será «Dios», añado yo. «Nostalgia de Dios», podría ser, tal vez, el título de este Diario, si todos viésemos en «Dios» los valores que su autor ve, busca, espera y vive en El ya en este mundo. Tiene un poema, Pedro, en el que dice, como quien canta coplas de picadillo contra dos bandos parciales: Donde tú dices ley, yo digo Dios. Donde tú dices paz, justicia, amor, ¡yo digo Dios! Donde tú dices Dios, ¡yo digo libertad, justicia, amor! Nostalgia de paz, de vida, de libertad y justicia, de tierra y de fraterna igualdad. Nostalgia de Dios «que nos acompaña como un sobreinstinto mayor que el sexo, más fuerte que la vida: La apetencia más universalmente humana». Certifico aquí, que en los 15 días que estuve con Pedro leyendo y copiando este Diario suyo, me vi asomado a un inmenso horizonte indescriptible de cumbres y de abismos, de tierra, dolor y gloria, de cruces y de gozos, de crueldades, ternura y esperanzas, de poesía, de vida y muerte y resurrección. Al ritmo africano del carnaval brasileño que envolvía en su música telúrica nuestro trabajo, día y noche, desde las plazas coloniales de Goiás Velho. Ahí, en ese horizonte (en estas páginas), el pueblo y los pueblos con sus sufrimientos, sus procesos, sus luchas y sus heridas, o sus intereses y sus abusos, con sus conquistas. Ahí Brasil, España, Guinea, Camboya, Irán, Irak, Israel y el pueblo Palestino. Ahí Polonia, Rusia, los Estados Unidos, la Gran Bretaña y las Malvinas (Argentina) todos los pueblos de América Latina y, con dramática insistencia, los pueblos en cruz de Centroamérica. Entre las pequeñas y grandes cosas del «día a día», los hechos de la Iglesia en los últimos años se entrecruzan ahí con el acontecer político. Ahí están, impactantes, los cruciales problemas de siempre y los nuevos problemas. Viejos y nuevos rompecabezas. Desde la tierra y la alambrada a la renovada amenaza de expulsión, a los atentados y a las muertes, a la crisis y la represión en medio de la actual apertura «democrática». Los antiguos y los nuevos proyectos multinacionales. La insistente e injusta división de los pueblos y los hombres en dos linajes, en dos clases, en dos frentes: los ricos y los pobres. Las olas de pentecostalismo que el coloso del norte lanza a este continente valorado como la gran reserva mundial de católicos, con los consabidos intereses políticos y las consecuencias religiosas que arrojan esas olas sobre el pueblo («...Yo le decía al chileno, ni en broma ni en serio sino todo lo contrario: ¿Y si América Latina terminara por ser, dentro de unos 20 años, un continente pentecostal? »). Todas las personas queridas o admiradas (familiares e íntimos, amigos, compañeros, visitantes y seres añorados o leídos), transitan por el Diario de Pedro como en su propio reino. (En escena, también, algunos personajes emperrados en ser los enemigos del pueblo). Héroes, escritores, poetas, cantantes, políticos, teólogos, sacerdotes, obispos y Papas, muchos nombres famosos, así como los Santos, los Padres de la Iglesia, los recientes mártires y las Madres de la Plaza de Mayo («parturientas de la esperanza para toda América Latina»), alternan en el Diario de Pedro con la pequeña Maíra, la vieja Amanda, Consuelo la subnormal, el viejo buscador de oro, el muchacho epiléptico del circo que se ahogó en el río, el pobre Pará y los indios anónimos que se resisten al exterminio; con los peones y labradores en lucha, con los negros, los presos, las prostitutas de Sâo Félix, los leprosos de Lago Grande o Santa Rosa... Las evocaciones, homenajes y retratos de Pedro en su Diario son monumentos de amor a lo sagrado de la vida y la dignidad humana que se ocultan en la miseria, la desgracia y la muerte. Se multiplican, a lo largo del Diario, las anotaciones, las resonancias íntimas y las citas textuales, de una amplia gama de lecturas. Desde la Biblia y los Padres de la Iglesia a los teólogos actuales, a pensadores, escritores, poetas y humoristas. Las lecturas y las notas de Pedro nos rescatan gran cantidad de frases fecundas de Evangelio o verdades esenciales y clásicas tan olvidadas como urgentes; así, por ejemplo, ésta de Bernanos: «Sólo una Iglesia arrodillada ante Jesucristo viviente en los pobres tiene la fuerza para evangelizar a los ricos». (Lo que nos lleva a pensar que una Iglesia sentada cómodamente con los ricos no tiene la fuerza para evangelizar a los pobres. Y tiene menos aún la necesaria fuerza de fe para dejarse evangelizar por los pobres y arrodillarse ante Jesucristo viviente en ellos). Entre increíbles contrastes, resalta en este Diario la articulación de actitudes y aspectos supuestamente extremos o aparentemente contrarios. Y llaman la atención las formidables síntesis de lo tradicional con lo nuevo. Nova et vetera. «La buena tradición avanza históricamente, con las luchas, las esperanzas y las victorias del pueblo». Vino añejo en odres nuevos. En grandes líneas y en el detalle diario y en los sentimientos íntimos, se ve todo el oficio de pastor del obispo Casaldáliga. Sus visitas pastorales a los viejos poblados («casa por casa», persona a persona, reanimando la esperanza), a las aldeas de los indios y a los nuevos pueblos que nacen amenazados por la codicia de los grandes latifundios agropecuarios o la explotación del oro y los proyectos multinacionales. Son muy iluminadores los encuentros semestrales de todo el equipo de la Prelatura; encuentros de revisión y estudio, con sustanciosas síntesis de análisis certeros (la religión del pueblo, el capitalismo en el campo, la reforma agraria deseada, etc.). Y el creciente protagonismo del pueblo en la planificación y evaluación pastoral de toda la Prelatura. Y la catequesis, la celebración de los sacramentos, las fiestas patronales, las misiones populares, toda la pastoral y espiritualidad popular de la liberación, las luchas sindicales y políticas, las elecciones. Las cavilaciones del obispo sobre la identidad sacerdotal, los carismas en la comunidad, las vocaciones al sacerdocio, el celibato. Y el curioso ministerio pastoral de las cartas personales. En este Diario anota el obispo de Sâo Félix algo tan singular como las fiestas de los 10 años de «caminhada» de su Iglesia local y la prospectiva pastoral que abre ese jubileo. Como obispo en la Iglesia del Brasil, Pedro también describe su motivación y su práctica de la colegialidad, de la corresponsabilidad y la solidaridad eclesial. Dimensiones de gran alcance que la Iglesia del Brasil cultiva como ninguna otra. De ahí la abundancia de asambleas, comisiones, intuiciones, proyectos e iniciativas pastorales, encuentros, retiros y cursos de obispos y agentes de pastoral. Inmensa actividad conjunta que nada tiene de burocrática, estéril o rutinaria porque es renovadamente realista, sólida, lúcida y eficaz. Hay que ver cómo se organizan, se reúnen, estudian y rezan, y cómo se revisan y analizan y se pronuncian estos obispos, tanto a nivel regional como a nivel nacional, en su Brasil inmenso. Saludable lección permanente para otras Iglesias y episcopados... Los viajes que exige ese movimiento eclesial, viajes que Pedro suele hacer en autobuses de línea, por largas que sean las distancias («hago unos 4 mil kilómetros mensuales»), nos traen otros paisajes y otras luchas de la misma causa. Nuevos conflictos, nuevos nombres, nuevas experiencias. En numerosas páginas de este Diario, el lector verá a la muerte. La muerte que llega antes de hora, inhumana e impune. La muerte que se ha presentado puntualmente. Y la muerte que viene hacia su hora -«novia común de todos»- a la que Pedro espera con muy viva esperanza. «La muerte / es, hermano, / el tiro de Gracia / de la vida». Este Diario es como una crónica de la muerte esperada, dentro de las actas de denuncia de las muchas muertes que anticipa el egoísmo multinacional capitalista, el cual tiene en el país sus asociados y alquila ejecutores en todos los estratos, desde los pistoleros y matones de saldo hasta las más altas complicidades. Muy real todo. Realísimo como la muerte y la vida. Crudo y cruel. Pero impregnado todo en luz y ternura, preñado de esperanza. Vivido con seriedad mortal, en fe y en revolucionaria rebeldía, todo está contado con esa poesía con que Pedro vive y amasa su fe, su esperanza y su palabra. Algunas veces, le brota, espontáneo, ese humor que también es rebeldía y es esperanza. Y viene todo, al lector, convertido siempre en profecía, en pro-vocación estimulante, en interpelación y anuncio de utopía y esperanza. Todo se hace juicio de Dios y ofrecimiento de su Buena Noticia, de su Justicia y su Amor, de su Gracia. La apertura a Dios, la oración es en este Diario muchísimo más que un tema. Bastante más que una práctica referencial o unos textos y súplicas o gritos y silencios. Es el humus, el clima, la respiración, el sol. Es el subsuelo, el latido y la atmósfera. Es una inundación de su presencia, igual que lo es en la vida de Pedro. Ello puede ser una prueba mayor de la transparencia total de este Diario, que el lector va a captar por sí mismo. La transparencia de un amor desmesurado, irrenunciable y contagioso, que hace común toda justa pasión por la justicia, la paz y la dicha de los pueblos y los hombres todos que vivimos desgracias, divisiones, ansiedades y luchas tan feroces. TEÓFILO CABESTRERO,cmf 1977 AGOSTO Día 4 Estoy en Santa Terezinha. Acaban de salir de aquí Fernando -el amigo, hermano, rector de la Universidad Pontificia de Salamanca- y otros tres amigos, ya míos, porque son amigos suyos. Hemos hablado, reído, discutido. De todo un poco. De aquí, de allí. Estuvo de visita también el otro amigo-hermano, Teófilo, hace más de un mes. Han sido contactos muy oportunos, por todo. También, por las especiales circunstancias que yo y la Prelatura estamos atravesando. Después de las acusaciones de Dom Sigaud, ahora, de nuevo, con más gravedad, a pesar de la negación del gobierno, me amenaza la expulsión. Y nos llega la visita apostólica de Dom José Falçâo, arzobispo de Teresina. La expulsión es posible. Quizás fatal. En todo caso, hace tiempo que estoy un poco preparado para el desierto y el exilio. Sé que la Historia continuará siendo Salvación en Cristo. Creo que el Espíritu de Jesús resucitado sacará bien de este «mal». No soy necesario aquí. Puedo incluso ser perjudicial... El pueblo me está demostrando mucho cariño. La visita apostólica, inevitablemente, me sabe a una especie de alta desconfianza. Intentaré recibirla con libre y humilde paz. Es agosto. El mes de mis mártires. El mes de la Asunción. Hay que volver siempre a la profundidad. En oración. En esperanza. Pero también en libre compromiso. Día 6 Anoche llegó un grupo de indígenas de varias tribus que empiezan hoy, en la aldea Tapirapé, su reunión. Es la octava reunión de jefes indígenas. Yo no he podido acompañarlos. Ni podrá venir Dom Tomás. Las circunstancias de represión nos obligan a no aparecer, a fin de que la reunión pueda celebrarse sin excusas de intervención por parte de la policía federal o de la FUNAI (Fundación Nacional del Indio) o de lo que sea. El calor y el momento se vuelven calma chicha. Sidney, el jefe gubernamental del parque indígena del Araguaia -que estaba demostrando buena voluntad para con los indios- ha sido sacrificado en su puesto. Lo trasladan. Dicen que porque se negó a aceptar que unos oficiales de la Aeronáutica se hiciesen con la lancha que los indios karajá necesitaban para una pesca comunitaria. Los oficiales iban, sencillamente, a divertirse. El indio, además de estorbar, no interesa, no existe. Me impresionó anoche la sobria y desolada amargura con que insinuaba la situación de la aldea de Meruri -la FUNAI, la Misión, el propio grupo indígena- el indio bororo que vino como representante de su pueblo a la reunión. Día 7 Leo esta cita de César Vallejo en «El Ciervo» de abril-mayo, 1977: «Jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo». No desolado. Ni, me parece, solipsista. Humildemente solo. Gracias a Dios. «Siervo inútil». Con mucha paja quemada y al viento. Sea el desierto, el fecundo desierto de la fe cristiana que es, según Péguy, la esperanza. SEPTIEMBRE Día 29 J. Becker entiende así la expresión «el Reino de Dios está entre vosotros» (Lucas 17, 21): «El orden nuevo introducido por Dios está a vuestra disposición. No preguntéis cuándo será establecido en el futuro. No corráis de aquí para allá, como si el Reino de Dios estuviera vinculado a algún lugar. Por el contrario, decidíos y comprometeos por él. Dios quiere ser vuestro Señor. Abríos a su voluntad. Dios os está aguardando ahora. Preparaos y aceptad esta última oferta de Dios». Celso, el filósofo pagano del siglo III, decía que los cristianos por su modo de vivir habían levantado un «grito de rebeldía». Eran los subversivos radicales, los guerrilleros del Reino. José M. González Ruiz dice que la Iglesia debe «tipificar institucionalmente ese mini-espacio de fraternidad que pueda servir de modelo y de estímulo a la humanidad entera». («Misión Abierta» junio 1977). OCTUBRE Día 21 Hemos tenido, en la alegría y en la tensión acostumbradas, las celebraciones de Ribeirâo Bonito, con ocasión de la inauguración de la iglesia-homenaje al padre Joâo Bosco. En el primer aniversario de su martirio. Por carta o con la presencia, nos han acompañado muchos amigos. Particularmente significativa, la presencia de tres pastores del Consejo Mundial de Iglesias y la presencia de unos indios bororo, bakairi, paresi. La policía estuvo también ostensivamente presente. Queriendo intimidar. Aún en el mismo día 12 prendieron a Juárez, agente de pastoral, y lo amenazaron hasta de muerte. Y detuvieron también al amigo Zézinho. Y mostraron a la chiquillería armas y municiones de alto calibre. En un alarde de paranoia hitleriana. La tierra sigue ahí como un problema fatal. Y se acumulan otros problemas. Estoy cansado. Con una pesadumbre profunda. Hay días en que la prisión, el destierro o la muerte serían una liberación. Pero hay que caminar. Con la cruz a cuestas y haciendo de las tripas de las circunstancias corazón de la paz. Sea todo Redención. Pasado mañana voy a cumplir seis años de obispo. Un periodista amigo me está haciendo una entrevista para un libro-reportaje que la editora Graal va a publicar. No es mucho mi humor para entrevistas, ahora. Pero el muchacho y tantos otros amigos merecen un esfuezo. El Espíritu ponga un poco de luz en estas nuevas o viejas, repetidas, palabras mías. Día 24 Fiesta de San Antonio M. Claret. Lo he recordado. Y le he pedido, qué sé yo, autenticidad. Y un poco de paz. Estos días la paz, otra vez, se hace dura, como una cosecha sudada que aún no llega. Difícil, en todo caso, aquí en la tierra conjugar la justicia con la paz. Aquel beso mesiánico que las dos ya se han dado, para los que caminamos todavía más que un beso sensible es una promesa cierta. Esquiva paz, justicia amada! Toda mirada contemplativa y emocionada del mundo (el cosmos, el hombre) es poesía. Poesía es la palabra viva: contemplativa y emocionada. El celibato es un martirio «vergonzante», una pobreza sin prestigio revolucionario, una cruz de eunucos impotentes (con la fuerza del Espíritu del Señor resucitado!). Meditando en el celibato escribí, en portugués, un poema que titulé «Cantiga célibe»; En la noche doncella, en el día muchacho, bravía pero hermosa crío mi paz. Vivo soledad, pero engendrando pueblo y mi corazón envejece joven. Desposando la esperanza, he desposado todo amor. Me ha tocado toda la dote en la cruz del Señor. Yendo solo, yo voy recogiendo a los míos. Y la casa que tengo es el rostro de Dios. NOVIEMBRE Día 15 El Sínodo de Roma y nuestra asamblea regional episcopal del Centro-Oeste nos traen a colación el tema, viejo y nuevo, de la catequesis. Hace muchos años que la siento un poco árida, formalista, doctrinaria. Las cosas se van aclarando, hace años también, pero sigue en pie la tentación de contraponer la catequesis a la evangelización. O, peor aún, de sustituir la evangelización por la catequesis. En todo caso, no nos hará mal que la catcequesis sea cada vez más y siempre auténticamente evangelizadora y misionera. Dice Segundo Galilea en Vivir el Evangelio en tierra extraña: «La conversión de la madurez no consiste tanto en sentir nuestro compromiso o multiplicar actos de generosidad, mas sí en dejarnos conducir por el Señor de la fe, en la cruz y en la esperanza». DICIEMBRE Día 20 Hacerse a los pobres. Hacerse pobre. Dejarse evangelizar por los pobres. Evangelizar a los pobres. Evangelizar desde los pobres. Por fin, quizás, realizaremos conjuntamente una mayor inmersión en el pueblo, en su pobreza, en su ritmo. Una mejor encarnación, en seguimiento del Dios encarnado. Nuestro equipo pastoral -en la última reunión, del 7 al 12 de este mes- ha hecho un buen balance. Se nos despertó una saludable inquietud en torno a la pastoral «directa», en torno a la fe. Yo propuse mi deseo de irme a vivir con una familia pobre. Me contestaron con restricciones y exigencias nuevas, que agradezco. Tuve que ceder otra vez, en bien del camino comunitario. Y decidimos hacer de 1978 un paso decisivo: - en la incorporación del pueblo a la iniciativa y al liderazgo; - en la «disolución» gradual del equipo en el pueblo; - en una pobreza de vida y de testimonio más efectiva. Otra vez es Navidad. La pasaré en Pontinópolis. La madre de Jesús me ayude a vivirla en «la perfecta alegría» de una nueva pobreza. 1978 FEBRERO Día 1 Leonardo Boff, en su libro A Graça libertadora no mundo y en el capítulo 15 («Las multiformes manifestaciones de la Gracia de Dios en el hombre»), destaca así las principales formas de revelación de la Gracia: - «Gracia como fe: Dios como el sentido último del caminar. - Gracia como esperanza: Dios como el futuro absoluto del mundo. - Gracia como amor: Dios es amor. - Gracia como amistad de Dios y con Dios. - Gracia como paz-shalom de Dios y de los hombres. - Gracia como alegría de existir en la casa del Padre. - Gracia como espíritu crítico que libera el futuro. - Gracia como valentía en anunciar y denunciar. - Gracia como humor que anticipa la salvación. - Los multiformes dones del Espíritu.» Día 7 Leonardo explica muy bien, en los capítulos trinitarios de su libro, el carácter filial, y por eso trinitario, del hombre, de todo hombre; del cristiano, en una medida sacramental específica. También, en cierto modo, de la creación entera. Dios, el Padre, en el Hijo y por el Hijo, es paternal en toda su creación. Todos somos hermanos. Todo nos es fraterno. Lo franciscano es cristiano, sencillamente. Y Theilhard de Chardin no pensó nada tan extraño. Los Padres, sobre todo los Padres griegos, dijeron cosas «mayores»! Estamos muy lejos de vivir la fe con alegre osadía, con generosa gratitud. La precisión dogmática obsesiva ha desvitalizado la fe muchas veces. Una vez más hemos sido castigados en nuestro orgullo: a medida que hemos querido «definir» más, hemos «sabido» menos. Espíritu de Sabiduría, esponja otra vez el alma toda de tu Iglesia. Sé tú mismo nuestro Enquiridion. Danos el don filial de saborear la Sabiduría alegremente. Algunos problemas de sacerdotes me revelan nuevamente la identidad sacerdotal. Hay que volver a valorar y a practicar aquel apostolado del contacto personal. Un hombre se abre a otro hombre en la medida en que se le acoge personalmente. Y, en esta abertura, quien acoge desde Dios facilita al hermano el encontrarse con Dios. No podemos socializar la pastoral hasta el punto de pensar que la Gracia se da a las estructuras y no a los hombres que estructuran (aunque también sean estructurados). Quizás algunos sacerdotes han perdido el sentido de su vocación sacerdotal cuando han perdido la fe y las ganas de ese contacto apostólico de persona a persona. Tampoco en esto los programas pueden sustituir a la vida. El sacerdote sería un hombre que provoca, con sus gestos sacramentales, en cada celebración y, a su modo, en todo contacto, la apertura de cualquier otro hombre al Misterio presente en cada hombre. El sacerdote continúa siendo el hombre de lo sagrado. O no es. Por eso también el sacerdote ha de ser necesariamente un hombre de oración. Día 23 «Nao basta que seja pura e justa a nossa causa. É necessário que a pureza e a justiça existam dentro de nos». (Agostinho Neto, en «Poemas de Angola») MARZO Día 20 Estoy de visita pastoral en nuestro Porto Alegre, junto al río Tapirapé. MAYO Día 12 Palabra de Bernanos: «Sólo una Iglesia arrodillada ante Jesucristo viviente en los pobres tiene la fuerza para evangelizar a los ricos». «...La confianza de Jesús y la obediencia a su misión, lo cual constituye su fe (fe = confianza y fidelidad), necesitan de las categorías de conflictividad, tentación, ignorancia. Dejar a Dios ser Dios no es cuestión de una intención idealista, sino de una actitud histórica, posibilitada y cuestionada por la historia y realizada dentro de la historia. Por ello en el 'no saber' sobre el Día de Yahvé, Jesús 'sabía' del Padre, precisamente porque le dejaba ser Padre, es decir, el misterio absoluto de la historia». (Jon Sobrino, Cristología desde América Latina). Estoy redescubriendo la necesidad y la alegría de descubrir más a Jesús, el Cristo y Señor. Otra vez la cristología se hace actualidad en la teología y en mí. Cristo está volviendo. Cristo es, otra vez, cada vez más, el cristianismo. El, Jesús, su vida, su muerte, su Reino (que no es de él sino del Padre). Su presencia activa de resucitado, su Espíritu animador. Preguntar con la vida toda, con toda la ilusión del corazón y de la mente, con la lucha y el riesgo y la esperanza de cada existencia y de toda la historia en marcha: -¿quién es Jesús?, es un preguntar maravilloso. Cuanto más se reconoce que no lo conocemos bien y que tiene sus claroscuros históricos, tan reales, tan humanos, mejor lo vamos conociendo a Jesús. ¿Quién es Jesús, el Cristo? ¿Quién es un cristiano? Eso se responde con la vida y con la muerte. En una gran libertad de espíritu. En la pobreza y en la confianza de la fe. En la entrega al Reino. Que el Espíritu del Padre y del Hijo nos revele a Jesús y nos ponga en comunión con él. JUNIO Día 4 Pontinópolis está en una situación difícil. Incluso el amigo X ha claudicado. De un modo incomprensible, doloroso. Aquel querido poblado -primera campaña misionera- se siente en amenaza real de desaparecer. Una cruz más en nuestra pequeña historia. Casi un enigma, toda la oscura perspectiva que se cierne sobre esos poblados y núcleos de posseiros: Pontinópolis, Santo Antonio, Porto Alegre, Corixâo, Gengíbre, etc, etc... A pesar de todo, hay que seguir andando. La conciencia, la unión en la lucha, el escarmiento de la opresión vivida, sobrevivirán en el pueblo, para su futura liberación. Y toda esa cruz también es Pascua. Leonardo Boff me ha enviado su Vía Sacra da ]ustiça, con unas originales ilustraciones de Mário Mendonça. Leonardo comenta bien en esos textos la cruz de ayer con la cruz de hoy, la cruz de Cristo en nuestras cruces, la cruz de Jesús en la cruz de sus pobres. Jon Sobrino habla del amor-eficacia y del amor-sufrimiento en Jesús y en los cristianos. Amar, haciendo todo lo posible por el Reino. Amar también, y más aún, en la impotencia crucificada. Cuando se puede hacer algo, siempre se debe hacer y con urgencia. Cuando no se puede hacer nada, siempre se puede amar. Quien ama, en la impotencia, hace la eficacia de la Cruz. Hace unos días que madre está enferma, de hemiplegía. Ella, tan nerviosa, debe encontrarse como prisionera. También en la cruz. La acompaño en la fe desde lejos. Sé que el Hijo, el hermano mayor, le hará de hijo. Pilar y Leoncio me han enviado las Obras incompletas de Gloria Fuertes. Afirma ella, en la introducción: «Se puede crear pintura, escultura y música abstractas, pero una casa, un amor y un poema no pueden ser abstractos». Y yo le doy la razón a esa quijotesca mujer. Día 16 Estoy en casa del buen sertanejo maranhense y viudo, Antonio de Freitas. Acompasadamente, alguien está majando arroz en el pilón. Son las cuatro y media de la tarde. Sol y la paz del campo. Una paz amenazada por la hacienda de los Abdalla y el «viejo» Decio. Vengo de Santo Antonio, camino de Serra Nova. A caballo. Seis leguas hoy. Acompañado por Ademar, un rubiales vivaracho de 13 años, ya muy responsables. Esta noche tendremos encuentro y misa. En la comunión del Señor Jesús que nos congrega, que es capaz de congregarnos. Para ser sacerdote no basta con creer en Dios. Hay que creer también en la gente. Y en el poder de las mediaciones sacramentales. No se trata de ser comprendido sino de comprender. Querer ser comprendido es darse mucha importancia. Y, además, es imposible por ahora. Se trata de comprender. Y de aprovechar la incomprensión para caminar con mayor espíritu crítico, con un poco más de humildad y con la intocable libertad de los hijos de Dios. Día 26 Un día, Dios, el Padre de todos, nos pondrá a todos de acuerdo. Por ahora, hay que saber esperar. Y no perder el tino de la indispensable alegría. Las mayores adversidades del hombre se fraguan en su propia casa. Ya lo decía la Biblia. También en la propia casa deben forjarse las posibles mejores soluciones. Huir, siempre es una tentación mala. Día 30 Pontinópolis. Acabamos ayer las fiestas del Santo Patrono. Con buen clima de pueblo en la celebración. Y con la angustiante perspectiva de la tierra en entredicho y la alambrada que está estrangulando el poblado. Leo Gustavo Gutiérrez: «Sobre el Documento de Consulta para Puebla». Certero. Fray Pedro de Córdoba hablaba de «la vida y la multiplicación temporal» de los indios. Bartolomé de las Casas, de «la muerte antes de tiempo» de esos indios amados. JULIO Día 10 Sâo Félix. Del 1 al 7 hemos tenido el encuentro del equipo pastoral. Y el día 8, Leo y Vera se casaron, con una participación bastante sencilla y cordial del pueblo. Dios los haga felices y fieles y siempre abiertos a la comunidad. Los profesores José de Souza Martins y Carlos Brandâo -sociólogo y antropólogo respectivamente- nos han acompañado en el encuentro. Una vez más hemos estudiado «el capitalismo en el campo» y una vez más «la religiosidad (o religión) popular». El pueblo se va haciendo más protagonista en nuestras preocupaciones. Copio algunos pensamientos, constataciones o sospechas que fueron surgiendo a lo largo del encuentro: - «El ojo que ve el mundo es el mundo que el ojo ve» (de Sartre, creo). - La religión popular se caracteriza por lo que ella tiene y la nuestra no tiene, y por lo que ella no tiene de la nuestra. Dicho, sociológicamente hablando. - Para el pueblo no existe religión popular; existe la Religión. - La religión del pueblo sólo se explica relacionándola con la religión «oficial». - La religión popular es una forma de resistencia cultural. - Esa religión popular no es residual; es histórica. - Lo importante en la religión popular, y en toda religión, es la actitud: estar de cara a Dios. - El modo de vida va creando el modo de pensar la vida. - El crecimiento del capital es siempre el trabajo que no se pagó. - La justificación ideológica del patrón no se apoya en la producción de la riqueza sino en la circulación de la misma. -La gran empresa, en la Amazonia Legal, está interesada en la producción de haciendas. - Ese «ellos» con que hablamos del pueblo es el extraño que no sabemos explicar. El «nosotros», desde el cual hablamos de «ellos», es el agente crítico -que se siente seguro- de la sociedad capitalista o de la cultura etnocéntrica. - El campesino vende trabajo excedente hecho producto que le sobra de sus cultivos de sobrevivencia. Al campesino le interesa «la producción de la vida». Y sólo tiene vínculo residual con el mercado. Independientemente del mismo, el campesino vive para sí. - El obrero, por naturaleza social, es colectivo; el vínculo le es esencial. - El campesino propiamente no está en el conflicto. El obrero es producto del antagonismo con el patrón. El obrero es el opuesto. - El pueblo tiene miedo de nosotros porque somos portadores de conflicto. - Hay una tensión entre la evangelización liberadora (y sus lógicas implicaciones políticas) y el conservadurismo (individualista, receloso) del campesino. - Hay una reforma agraria distributivista (capitalista) y una reforma agraria colectivista (revolucionaria). - Tiempo lineal: la fábrica. Tiempo cósmico: el campo. Debería haber un tiempo nuevo, que conjugase los dos tiempos... hasta que lleguemos a la eternidad. - El peón es un expropiado definitivo o está en camino de la expropiación y vive entre los dos tiempos, confusamente combinados. - Debemos ser agentes politizadores (politizando el conflicto bruto), creando pueblo, mejor dicho, ayudando al pueblo a hacerse políticamente pueblo. - En cierta medida, la misión de ayudar al pueblo a •transformarse impide «identificarse» con el pueblo. Diluirse en el pueblo no puede significar nunca diluirse en su alienación, asumiéndola. Se trata de identifcarse con lo que es el bien del pueblo; con lo que el pueblo tiene de bien; con el bien que el pueblo necesita. SEPTIEMBRE Día 28 Estoy en Porto Alegre. Mañana voy a Canabrava. Pobreza, enfermedad, violencia, soledad y desequilibrio no faltan. Llegó ayer un periodista del New York Times y de algunas revistas, para entrevistarme. Me cansa un poco este tipo de encuentros, repetidos, pero hay que ser servicial. La opinión pública es un derecho de la humanidad y, por eso mismo, un deber de todos; mío también. Un deber misionero de la Iglesia. El Evangelio es un anuncio sobre los tejados. Día 29 Ha muerto Juan Pablo I. Un mes apenas después de su elección. Dios tiene sus designios. Ya el mundo se estaba haciendo al gesto sencillo y alegre del nuevo Papa. El Espíritu de Jesús acompaña a su Iglesia. Todo será para el bien del Reino. En todo caso, ya ha sido una señal evangélica la simplicidad de Juan Pablo I. Realmente, pasará a la historia por su despojada sonrisa. Quiero grabar en mi memoria a Juan Pablo I con estos versos: Sería o no sería marinero de riesgos de alta mar, pero era un pescador con las redes abiertas en sonrisa, y nos pescó a todos. Murió de augusta soledad canónica lejos del viento libre que consagró desnudo a Simón Pedro. Ahora, otra vez, a esperar el nuevo Papa Puebla, naturalmente, será desplazada para más adelante. Tal vez para el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Sería una buena fecha latinoamericana. NOVIEMBRE Día 5 Aldea Tapirapé. Solemnidad litúrgica de Todos los Santos. Anoche, con las Hermanitas y Tadeu tuvimos una misa reconfortante. Año de los mártires de la causa indígena. Los pobres, la esperanza, el Dios Libertador. En la «takana», la cabaña central de la aldea, pero al aire libre y noche adentro, tenemos una amistosa charla, los hombres tapirapé y yo, recordando otra semejante habida con el padre Joâo Bosco, en vísperas de su martirio. Tenemos nuevo Papa. Juan Pablo II. Que sea muy Juan XXIII y sea también bastante Pablo VI. Es polaco, de la tierra de San Esteban, de Czestochowa y del padre Kolbe. Ha manifestado ya un cierta libertad frente a la Curia y un sencillo realismo. Veremos. Que el Espíritu de Jesús lo lleve siempre por las rutas del Evangelio. Salen varios miembros del equipo, por motivos variados. Dios estará con ellos en sus nuevos caminos y les pagará con creces su generosa entrega al pueblo y al Reino. Anoche cantábamos, en la misa: «me sedujiste, Señor, y me dejé seducir...». Hay que ofrecer la vida con una humilde gratitud, sin dar ni pedir mayores explicaciones. Eso es la fe. Respuestas, sólo en aquél Día. Como la india karajá cocía a fuego lento y cuidadoso las figurillas del pesebre, así cuece Dios nuestras vidas. DICIEMBRE Día 23 Estoy en Pontinópolis, celebrando con este pueblo querido, la siempre nueva Navidad. Llueve. Los niños de Pontim y Selme ya son tres pimpollos: Rut, Marcos y Saulo. Saulo con diarrea, no sé si de los dientes que están queriendo romper. En el mesón del Bate-Papo he recogido de manos de Rosario, misionera seglar española, de generosos ímpetus y cabellos ya curtidos de blancas experiencias, mucha correspondencia, libros, revistas, venidos de España y de otras partes. Entre ellos, el libro A la buena de Dios, de Cortés e Iniesta, delicioso y evangélicamente provocador. Acabo de leer el relato de los acontecimientos de violencia y testimonio sucedidos en la Iglesia hermana de Propriá, Sergipe. 1979 ENERO Día 8 Ha muerto nuestro padre Francisco Jentel, no sabernos si de cáncer renal o de amebas en el hígado, destruido. Lejos de aquí, en Francia, dicen que siempre con su característica impaciencia y viviendo las personas y las cosas, los lugares y los proyectos de la Misión tapirapé, de la Prelatura de Sâo Félix, de los posseiros de Santa Terezinha, del futuro de su agricultura... Y el Brasil y su Iglesia y América Latina. Ahora, Francisco, el impaciente, descansa ya en la Paz. Su lancha voladora ha anclado para siempre en el Señor. Desde El, tan presente y bien más lúcido, nos acompañará, entrañable y poderoso, el querido y batallador padre Chico. No he podido contener ni la emoción ni los versos. He llorado a Francisco en la oración y en un poema: «Descansa en Paz, Francisco». Día 25 Me aguijonean unas impaciencias por causa de una cierta incomprensión o por la falta de responsabilidad -a mi manera de ver- de algún miembro del equipo. Total, pajuelas del cada día. De todos modos, pesa a veces el cada día ese y se hace oscuro el porvenir: ministerios, estructuras de Iglesia y de vida religiosa, fidelidad y libertad, política y fe, Puebla, Juan Pablo II y su posición no definida, el nuevo gobierno del Brasil -con los ministros de siempre-, la causa indígena y los posseiros, nuestro Regional de la CNBB, y otras cosas o cosillas más que ponen a prueba la poca serenidad de uno. Soy un saco de cosquillas de ansiedad. ¡Oh la paz, tan hablada, que ciertamente habrá de llegar un día, porque El es «nuestra Paz»! Ya sin mayores sensaciones, sigo deseando el martirio. En este clima de injusticias que nos cerca, el martirio se torna una eventualidad normal de la fidelidad cristiana. Sé que Dios es bueno, sé que el Espíritu ha sido derramado en nuestras vidas -en el óleo y en la sangre- por la muerte y la resurrección de Jesús. Pasado mañana empieza PUEBLA. Un acontecimiento crucial para nuestra Iglesia, para toda nuestra América Latina: - Ven a Puebla, Señor Jesús, crucificado y libertador, vencedor de toda esclavitud y de toda muerte, hermano de los pobres, Salvador! Madre de Guadalupe, salvadorcilla de América, pon tu plegaria gloriosa sobre el corazón de tu Hijo, encima de nuestra tierra, mártir y esperanzada. ¡Ven, Espíritu Santo, llena del fuego y del viento de Pentecostés los esquemas y los controles y los miedos y las buenas voluntades y las esperanzas de Puebla! ¡Puebla de los Angeles, sé Puebla de los hombres, sé Puebla de los mártires, sé Puebla de los pobres, sé Puebla de este Pueblo de nuestra América! FEBRERO Día 10 «Busquemos como buscan los que han de encontrar. Y encontremos como encuentran los que han de seguir buscando» (San Agustín). Porque aún «vivimos ausentes del Señor», que diría San Pablo (2 Cor 5,6). Y sólo el encuentro definitivo con El cancelará, en la plenitud, toda búsqueda. Día 14 Para San Agustín, la Iglesia es el «Corpus verum» de Cristo, mientras que la Eucaristía es el «Corpus mysticum». Todos nosotros reconocemos en la Eucaristía la presencia real de Cristo. Desgraciadamente, no acostumbramos a creer en la presencia real del mismo Cristo en la Iglesia, en sus miembros, sobre todo en los más pobres, en los miembros que sufren persecución y martirio, en las comunidades. Y el mundo, con demasiada frecuencia, no tiene modo de reconocer la presencia real de Cristo en nuestra Iglesia: en muchas estructuras de poder, en la vida y relaciones de tantos jerarcas y sacerdotes y religiosos, en la legislación eclesiástica tan centralista y etnocéntrica, en la discriminación con que tratamos a la mujer, en la falta de real encarnación en los más pobres. En nuestra pastoral burocrática y sin profecía. En nuestra vida acomodada y sin Espíritu. No aparecemos realmente como el «Cuerpo verdadero» de Jesucristo. Día 23 Hace cuatro días que estoy en Luciara. Hoy ha llovido torrencialmente y llueve aún, pero ya menos cerrado. El río estaba calmándose estos días. Pero sigue lloviendo. Y la crecida ya ha sido la mayor en más de 40 años por esta región. Grandes perjuicios de viviendas, carreteras, ganado y plantíos. Entre las crecidas -tres años seguidos- y la falta de tierra, acaparada por el latifundio, nuestra gente se está preparando para el hambre. No son nada halagüeñas las perspectivas. El padre Máximo continúa solito en Luciara. Esperábamos un seminarista, que no viene; y estamos esperando aún una antigua religiosa que tampoco acaba de llegar. He visitado muchas familias, acogedoras, acorraladas, pacientes. Son los pobres de Yahvé. El sea su Libertador. Leo una estimulante semblanza sobre Tomás Moro. Un «santo mundano», un político de oración, un cotidianista de la eternidad. Estoy preocupado por algunas tensiones y varios problemas de la Prelatura. El pueblo, el equipo, nuestra pastoral, mi actitud de obispo. Y la Iglesia del país o la Iglesia, más en general. Espero que sea «solicitudo» eclesial y no apostólica neurosis. Y, en todo caso, Gracia. La vida, la cotidiana vida, es así para todos. «El presente tempiterno», que dice Panikkar, apura la vida en su ahora, apura el Reino que está viniendo y hace el gran futuro de Dios en el frágil, fecundo, presente del hombre. Somos esperanza en la medida en que somos fidelidad. MARZO Día 6 «El hombre (cristiano) de hoy -dice Gómez Caffarena- no puede aceptar sin lucha este mundo, pero puede, tras la lucha, acabar en adoración». Oportunamente ya «clasista», el lúcido dominico padre Chenu proclamaba: «Las masas, mi prójimo». Superaba así, a tiempo, todo elitismo, tanto de derecha como de izquierda. Buen recado sapiencial a la hora de discutir que si la pastoral de grupos o la pastoral de masas... Día 12 Ya ha sido Puebla. Por lo que ha llegado hasta aquí, Puebla me ha decepcionado. Me lo temía. Muchos temíamos algo peor. Ya escribí que Puebla fuese, por lo menos, otra vez Medellín. Parece que no ha negado Medellín. Lo que ya es un alivio. Pero, posiblemente, ha dejado pasar una hora de Gracia mayor para la Iglesia de América Latina. Por ahora, me siento como retenido en huelga de silencio frente a Puebla. Y estallo en estos versos: ¡Puebla, esperanza frenada de esta América tendida entre la Cruz y la Espada! ¡Ay Celam que nos recelas, amarrando Viento y velas cuando el mar es quehacer! ¡Ay Puebla que aún no has sido, Puebla que habremos de hacer los pueblos del Pueblo unidos! Día 13 Este es el círculo vicioso básico: Explotación, Deuda, Asistencia, Dependencia. «Círculo asistencial», lo llama Bradford Werner. Al lado de la teología de la liberación -y sirviéndose de ella, porque la teología debe ser una servidora del Pueblo de Dios- está, debe estar, la pastoral popular de la liberación, la auténtica pastoral de las comunidades eclesiales de base. Así como también, para que se trate de un teologizar cristiano, la teología de la liberación debe dedicarse cada día con más apasionada entrega a la cristología de la liberación. Nuestro Dios es el Dios y Padre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Día 17 La comprensión del prójimo suele estar en proporción inversa a la proximidad del mismo. Es fácil comprender misericordiosamente al hombre distante. Es fácil absolver, con humanismo generoso, el crimen. Lo difícil es comprender, con humanidad, el defecto diario de quien convive con nosotros. Día 20 Escribo cartas, muchas cartas, posiblemente parezca a muchos que son demasiadas cartas. No sé. Yo me he hecho de ello una obligación de diálogo humano y misionero. Una carta es, puede ser siempre, una presencia, a veces más incisiva, generalmente más duradera. No suple el contacto, pero lo multiplica. Escribiendo todas esas cartas hablo un poco con el mundo, más allá de las fronteras de mi día a día en este Araguaia. Pienso que la correspondencia, desde la fe, es una misión evangelizadora, un ministerio cristiano y, más explícitamente, un ministerio episcopal. Las cartas de Pablo, las cartas de los Apóstoles, las cartas pastorales... En todo caso, he recibido muchos testimonios del bien que hacen estas cartas y quiero continuar ejerciendo este ministerio, a veces enfadoso pero potenciador. Sea el Espíritu de Jesús el sello de todas mis cartas. Las cartas que yo recibo me han hecho bien; en ocasiones me han salvado de una angustia, de una depresiva soledad, de un agotamiento paralizador. Debo estar a la recíproca. Carta que viene, carta que va, hermano que sale al encuentro del hermano. ABRIL Día 30 Estoy en Gurupi, en la Belém-Brasilia de tantas esperas, de tantas idas y vueltas, al acecho de una avioneta para Sâo Félix. He llegado a las 7 de la mañana. Son las dos y treinta de la tarde. Esta espera tampoco es inútil. Estoy en la parroquia, he comido con los dos sacerdotes, y hemos hablado. Mañana es primero de mayo, el día del trabajo, importante este año en el Brasil por la nueva actitud masivamente asumida por varios sectores obreros del país, en la reivindicación y en la huelga. Nuestra última asamblea general de la CNBB —terminada en Itaici el día 27— se ha hecho eco, aunque discretamente. La ciudad de Sao Félix continúa sin perspectiva próxima de un cura para ella. Dios, y nosotros, claro, diremos... MAYO Día 4 En el poblado de Santa Cruz, carretera de Barra do Garças. Ayer celebramos la festividad de la Santa Cruz. He pasado dos días con estas gentes de la carretera y el sertâo. Me convenzo cada vez más de cómo son provechosos estos encuentros, a pesar de su fugacidad. Hay mucho pueblo con fe. Y una misa significa un encuentro entre esa fe sencilla y quizás honda y el Señor que la suscita y sostiene. Un sacerdote es un ser «indispensable» en la vida religiosa normal de este pueblo. Dios nos dé sacerdotes para el pueblo suyo. Hay aspectos de moralidad, de honestidad, de control de la propia vida, que exigen ese encuentro, más o menos frecuente, con la Palabra de Dios y la oración de la fe y la fuerza alentadora de la comunidad reunida. Por otra parte hay mucho sufrimiento en el alma de esas gentes, y la esperanza celebrada conforta. Un pueblo que no celebra su fe se desequilibra. Toda otra explicación, muy sofisticadamente científica y hasta pastoral, resbala por encima de la profunda realidad del corazón humano creyente. Dios y el hombre no son tan distantes; no les cuesta encontrarse. Lo que no significa que ese encuentro no pueda verse «mediado» por mil impurezas y reticencias y ambigüedades. La vida es así, camino, búsqueda, pasión, espera... y encuentro y reencuentro. Ven, Espíritu del Señor resucitado, y clarea nuestros pasos y enciéndenos de una denonadada alegre voluntad de servicio pastoral8 Día 7 «La veritable mort és desertar» (Martí Pol). «Cuesta más mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía» (Simón Bolívar). «No vuelvas; deja ya de oprimirnos con tu libertad», grita a Jesús el gran inquisidor de Dostoiewski. Día 12 Quizás las etapas de una teología realmente encarnada y comprometida con el hombre, serían éstas, simultáneamente, porque es simultánea y dialéctica la acción de la muerte con la acción de la vida: - Teología del cautiverio. - Teología de la liberación. - Teología de la libertad. Una triple teología -única para la íntegra vida humana- que sirve para cualquier mundo y para cualquier Iglesia, con los acentos desplazados oportunamente, según el lugar sociológico de cada comunidad. La liberación debe resolverse en libertad: la pura y difícil y creciente libertad de los hijos de Dios. ¿Esta libertad no será más precaria en el primer mundo y en la primera Iglesia que en el tercer mundo y en la tercera Iglesia? ¿No se da, a veces, paradójicamente, la libertad de los hijos de Dios con una situación de cautiverio que reclama la liberación con dramática urgencia? Ciertamente, la Iglesia y la sociedad del primer mundo, aun cuando se consideren fuera del cautiverio, no son libres. El lucro y el consumismo, el ritualismo y el legalismo las esclavizan. JUNIO Día 15 Pablo VI tiene razón: «rezar es respirar en la Gracia». Día 19 Estoy con gripe. Fiebre. La cabeza, el oído, cargados. Hecho un inútil, por una simple gripe. Y el trabajo esperando ahí, acumulado... Día 21 San Luis. El santo de mi padre. Todavía me duele, aunque ya en la esperanza, su recuerdo, sus silencios; aún me estimula su generosa voluntad de labrador. En gloria esté y desde la gloria nos acompañe y nos espere. Madre, por lo menos, debe de estar bien cerca. ¿Yo? La muerte va y viene, juguetona, siempre buscando el modo de conservar su aire evangélico de sorpresa. De amada común que nos busca a cada uno, por turnos: La muerte es, hermano, el tiro de Gracia de la vida. Novia común de todos, amada en soledad incompartible. Definitivo, el gran Cervantes: «Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una abuela mía, que son el tener y el no tener». AGOSTO Día 14 Ayer regresé de Miracema (asamblea regional de la Comisión Pastoral de la Tierra, CPT) y de Wanderlándia (misa de solidaridad con Nicola, el muchacho italiano secuestrado, y con los lobradores oprimidos de aquella región). Han sido seis encuentros seguidos. Muchos contactos, muchos problemas. Tensiones, responsabilidades, incógnitas. ¡El tal Reino, Señor! Nunca Nunca Nunca Nunca Nunca te te te te te canses canses canses canses canses de de de de de hablar del Reino hacer el Reino. aquilatar el Reino. acoger el Reino. esperar el Reino. Aquí, en la Prelatura, se despiden algunos agentes de pastoral. Estamos comenzando una nueva fase. Ya en nuestro último encuentro se perfiló una perspectiva de regionalización del trabajo, que significará también la nucleación del equipo. Sea para bien de nuestra Iglesia. Que será, si el pueblo asume más directamente toda la vida de la Iglesia. Me siento un poco dolorido por dentro. Por mil detalles o no detalles. Siempre en rescoldo. Mañana es la fiesta, luminosa y martirial, de la Asunción. Referencial próximo y familiar de la «asunción» de todos. Toda carne será asumida en gloria. Día 20 Acabo de leer en «Vida Nueva» -nuestra asidua informante, eclesial y universal- que Macías ha sido despuesto por Teodoro Nguema. He sentido una sacudida biológica, como si hubiese acontecido algo maravilloso en casa. Guinea inolvidable y tan sufrida. Espero que la mucha sangre y las muchas lágrimas, acumuladas estos años, le alcancen a mi Guinea la libertad, la dignidad nacional, la justicia fraterna para su pueblo. Día 21 La soledad fecunda es la prueba definitiva de una existencia humana hecha servicio. Esta fue la cruz constante de Jesucristo, el hondón existencial de su misterio histórico. El, más que nadie, en la tierra, fue el solo. Día 28 San Agustín. Su testimonio siempre me toca. Aquella sed suprema, el encuentro con Dios, apasionado -belleza y verdad, amor y paz definitiva-. Hoy hemos leído otra vez ese testimonio candente de Agustín en el oficio de lecturas. SEPTIEMBRE Día 10 Me llega carta de Fernando. Ha sido nombrado obispo de León. Me escribe, humilde y dispuesto. Será un buen obispo teólogo. Y sé -como él sabe- que este servicio eclesial le obligará a ser más cristiano. Me alegro por él y por León y por la Iglesia. «Te voy a sentir más cerca y más hermano», me dice el hermano Nando. Y me dice también el buen teólogo que él es: «Tengo muy arraigada la convicción de que Dios nos habla por los acontecimientos, por los condicionantes, por los determinismos de nuestra vida y por las expectativas de los demás... No soy en nada partidario de las revelaciones subjetivas». Recuerdo ahora, con una memoria fraternizada, la belleza imponderable de las vidrieras de la catedral de León, las más bellas que he visto en mi vida. Quizás, porque yo estaba de romería juvenil y porque las vi en la gloria del ocaso. Día 12 Jesucristo es irreductible y al mismo tiempo no reduce a nadie. Solamente la autosuficiencia orgullosa se cierra a su acción salvífica. Y solamente en la libertad asumida El salva y plenifica al hombre. El cristianismo es tensión, en su universalidad y en su concreción histórica. DICIEMBRE Día 19 Estoy en San Miguel do Araguaia, regresando de Conceiçao y de la Isla del Bananal. Espero viajar mañana para Sao Félix. Dos cordiales franciscanos, americanos también, me han acogido con verdadera alegría. La casa es grande y están, quizás, un poco solos. Y son franciscanos, hospitalarios de corazón. Siempre me hace bien encontrarme, de un modo o de otro, con Francisco, el pobre libre de Asís. Es Adviento. Me operé de catarata el día 6 de noviembre. Parece que el ojo no se ha asentado aún. Espero, sin embargo, que me va a servir lo indispensable hasta llegar a la luz plena de la Parusía. Nuestros biblistas Marcelo Barros y Carlos Mesters sueltan esta perogrullada fundamental: «No es cuestión de saber si el Evangelio y Cristo están de nuestro lado. La cuestión es saber si nosotros estamos del lado de Cristo y del Evangelio». Día 24 Navidad. La certeza es ésta, esta es la Gracia: Dios también es hombre. Somos hijos de Dios en el Hijo. En él somos y debemos ser hermanos, iguales, libres, felices para siempre. Mi corazón está lleno de una sobria, profunda, inalterable alegría. A pesar de las luchas -Porto Alegre, Ribeirâo Bonito, Isla del Bananal-; a pesar de la soledad compañera. Es la Navidad de Jesucristo, según la carne, en la pobreza, fruto de una total donación virgen. En esta noche, María hablaría así: Para no ser sólo Dios me pide el Verbo prestada la carne que hace al hombre. Y yo le digo que sí para no ser sólo virgen. Para no ser sólo vida me pide el Verbo prestada la carne que cría muerte. Y yo le digo que sí para no ser sólo madre. Mas para ser vida eterna me pide el Verbo prestada la carne que resucita. Y yo le digo que sí para no ser sólo tiempo. 1980 ENERO Día 2 De todas las palabras que ya ha dicho Juan Pablo II, recojo estas dos, las dos que más me han impresionado: - «Abridle a Jesucristo las puertas de par en par». - «La cuestión que hoy debemos plantearnos no es ya la de si podemos restablecer la plena comunión, sino la de si tenemos el derecho de seguir separados» (en Estambul). Día 28 Goiânia. Dar sentido a la historia: esta es la tarea del hombre, la misión del cristiano. El Reino es el sentido de la historia. Día 30 Ha muerto, ha sido asesinado por codiciosos de la tierra indígena, el cacique Angelo, kaigang, de Mangueirinha, en el Paraná. ¡Un nuevo Sepé Tiaraju, Angelo Kreta! Su muerte me ha afectado como la muerte de un hermano. Su sangre no puede haber sido derramada en vano para la causa indígena. Crece el número de nuestros mártires. MARZO Día 12 Durante el mes de febrero he participado de la Asamblea General de la CNBB, en Itaici, y, en Sâo Paulo, del Congreso Internacional Ecuménico de Teología, el CIET. En la asamblea episcopal hemos lanzado un importante documento: «Igreja e problemas da terra». El documento más preciso y comprometido, socialmente, que la CNBB, como un todo, haya producido. El congreso de teología ha sido para mí una experiencia extraordinaria, única en su género. Por la convivencia de América Latina, Asia y África en una sola aspiración liberadora. Por el encuentro de personas entrañables. Una inmensa lista de nombres mayores y muy queridos. Por el hecho Nicaragua, tan vivo en el congreso. Por los indios, negros y asiáticos que reclamaban su identidad y aportaban los dones de su espíritu, mártir y contemplativo. Por la confrontación de los teólogos con unas bases críticas. Por el clima de oración que vivimos en aquellos días. Y por el documento final que marca muy certeramente unas líneas mayores para la pastoral y para la espiritualidad de la liberación. El Vaticano -más concretamente el cardenal Baggio- y el Celam no se dieron muy bien con el Congreso. El cardenal de Sao Paulo, Dom Pablo Evaristo, asumió el congreso con libertad y dignidad. El ecumenismo fue una vivencia fuerte en el CIET. Y creció en mí el deseo, la necesidad vital de urgir siempre el ecumenismo. Me hice muchas anotaciones en el congreso. Darían para un libro. Pergeñé muchos poemas, al calor de tantos testimonios y de tantas clarividencias. Los voy a reunir en un manojo de cantares, confidencias y gritos de la flauta criolla. Asia se nos reveló como el continente contemplativo que ha descubierto a Dios como el primer pan de su pueblo hambriento. Yo lo sentí así: ¡Primero sea el pan, después la libertad. (La libertad con hambre es una flor encima de un cadáver). Donde hay pan, allí está Dios. («El arroz es el cielo», dice el poeta de Asia). La tierra es un plato gigantesco de arroz, un pan inmenso y nuestro, para el hambre de todos. Dios se hace pan, trabajo, para el pobre, dice el profeta Ghandi. La Biblia es un menú de pan fraterno. Jesús es el Pan vivo. El universo es nuestra mesa, hermanos. (Las masas tienen hambre, y este Pan es su carne, destrozada en la lucha, vencedora en la muerte). Somos familia en la fracción del pan. Sólo al partir el pan podrán reconocernos. Seamos pan, hermanos. Danos, oh Padre, el pan de cada día: el arroz o el maíz o la tortilla, el pan del Tercer Mundo! Día 13 Leo y Vera y la pequeña Maíra, de vivos ojos de almendra, se van a Paracicaba. Los vamos a echar de menos. El equipo local de Sâo Félix se queda otra vez pequeñito y frágil. También el padre Faliero se va de la Isla del Bananal, nombrado Provincial de los claretianos. No será fácil encontrarle un sustituto. Las aguas nos cercan aún. La crecida del Araguaia ha sido, este año, la mayor del siglo. Estamos como prisioneros de las aguas. Y los mosquitos acribillan. Muchas familias han tenido que salir de sus casas inundadas. Nosotros, también. Día 18 Mañana es San José, esposo de María, todo un hombre, un «cristiano» verdadero, un fiel. Las Hermanas francesas Beatriz y Magdalena están aquí, ya de salida. Quizás no volverán. Siento y comprendo esta decisión suya. Sea por el Reino que es Reino también en otras partes. El Espíritu las acompañe siempre, como las ha acompañado. Han sido muy generosas y valientes, mujeres y religiosas íntegras, en tantas horas difícles de Ribeirâo Bonito y de toda la Prelatura. El primer mundo consumista es un antropófago que se está comiendo al Tercer Mundo: «El hombre blanco, o sobre todo el blanco rico, se ha hecho un caníbal indirecto, comiéndose, en un sobreexceso de consumo de carne, los granos que habrían podido salvar a los hambrientos del Tercer Mundo» (Rene Dumont). Día 25 Ayer murió, matado, Monseñor Osear Romero, el buen pastor de El Salvador. Mientras celebraba la eucaristía. Su sangre se ha mezclado para siempre con la sangre gloriosa de Jesús y con la sangre, todavía profanada, de tantos salvadoreños, de tantos latinoamericanos. Romero, flor de una paz que parece imposible en esa Cen-troamérica sufrida. La impresión que se tiene, sin posible duda, es que lo ha matado el Imperio. Su muerte es una muerte a sueldo, a divisa, a dólar. Era demasiado poderosa y libre su voz y había que apagarla. El lo sabía y estaba preparado para este sacrificio. Ha sido en la víspera de la Anunciación. El ángel del Señor se ha anticipado para anunciar, con esta muerte, la llegada de un tiempo de vida para El Salvador, para América Central, para todo el Continente. San Romero de América, pastor y mártir nuestro. Clara lección para todos los pastores... No es posible que el Dios de los pobres no recoja esta oblación. ABRIL Día 22 «El nuevo modelo de santidad no podrá renunciar al fruto del modelo martirial-monástico, a la mística. No podrá, pues, ser simplemente político. Ha de ser escatológico: la escatología abre el silencio de la mística a la palabra de la profecía». (Claudio Leonardi). Nuestros pueblos de América Latina son tierra abonada para esta santidad. Aquí la profecía y la política engendran innumerables mártires. Y los mártires nos llevan a una nueva contemplación. MAYO Día 9 «A colheita é comum, mas o capinar é sozinho». Tiene razón Guimarâes Rosa. La cosecha, muchas cosechas son comunes. Pero se desbroza, se siembra, se suda, se espera, en la soledad. Día 21 Ribeirâo Bonito. Llegué ayer tarde. El domingo celebré la primera misa en Sâo José do Xingú, cerca del famoso Parque Nacional Indígena. Sâo José conserva sus características de poblado del Far-West, pero sin la violencia de otrora. Tiene 184 casas. De ellas, 74 son comercio o tasca. Muchos peones aún. Dinero «fácil». El futuro del poblado es tan imprevisible como el futuro de un niño. La imagen de San José presidió, junto a la cruz de madera, grande y limpia, la primera misa, a la intemperie, bajo un cielo claveteado de estrellas. Aquí, en el Ribeirao, los posseiros continúan escondidos en la selva. Sus esposas e hijos están, como a la deriva, en el Ribeirâo Bonito y en la Cascalheira. Día 22 Esta noche han llegado 8 policías más. Le estoy rezando al padre Joâo Bosco. Que venga la justicia, que llegue, algún día, la libertad. Que salve a muchos, que nos salve de muchos dolores, de la sangre. El domingo será Pentecostés. Ven Espíritu Santo, inúndanos de paz y sé nuestra luz y nuestra fuerza. Nuestra Aninha, con su único brazo, ha copiado, en grandes letras sobre una cartulina rosa y ha colgado en la pared de barro de esta casa-misión, la consigna de Bertold Brecht: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan muchos días y son mejores. Están los que luchan años y son excelentes. Pero, están los que luchan toda la vida y estos son imprescindibles». JULIO Día 26 Salgo hacia Roraima, en el extremo norte del Brasil, paraíso (¿perdido?) de los indios yanomami. Voy a coordenar el retiro espiritual de aquella Prelatura. Será una Gracia. Esta semana -otra Gracia también- han estado aquí Fernando, ya obispo de León, y unos amigos suyos de Salamanca. Hemos hablado, reído, recordado. Hemos discutido teologías. Y hemos celebrado la fe. SEPTIEMBRE Día 9 Serra Nova. Ayer terminó la novena de Nuestra Señora de los posseiros, patrona de este lugar de tantos mimos, ahora un poco triste. Por Serra Nova han pasado muchas presiones y represiones. Y la Hacienda Bordón, a un kilómetro y pico, con sus dominios prepotentes sigue ahogando el poblado como una sombra de cautiverio, como una Babilonia ganadera. Hay otra tristeza, más eclesial, en esta Serra Nova maltratada. Los pentecostales de la Asamblea de Dios se han hecho aquí de una impertinencia que sobrepasa todos los límites. Realmente, su celo, invadiendo la intimidad de las familias y forzando hasta físicamente a las personas (ancianos, enfermos también) se parece a cualquier cosa menos al Evangelio de Jesús. Hay una explicación local: algunos dirigentes pentecostales de aquí son reconocidamente desequilibrados, y han impreso en su comunidad un sello de fanatismo enfermizo. ¡Alabado sea el Espíritu de la libertad de los hijos de Dios! No sé qué podemos hacerle a esa situación por ahora. Me duele por el ecumenismo que deseo salvar a cualquier precio. Y me duele por las divisiones, incluso familiares, que se producen en esta comunidad humana de la pequeña Serra Nova. La vieja Amancia me contaba hoy, dicharachera con sus 80 años, los conflictos que ya ha reñido con los zelotas pentecostales. Daría para unas buenas páginas de picaresca religiosa latinoamericana. Dios ve la buena voluntad de unos y otros y, al fin de las cuentas de salmos y rosarios, espero que todo se resuelva en ecuménica beatífica paz. Cortés, el humorista del Evangelio, tiene más razón que el santoral entero. Hay que ponerle más chiste a nuestra fe, para que Dios y su Cristo no acaben siendo ridículos o inhumanos. El ecumenismo sólo puede avanzar por las sendas de la libertad, de la dignidad mutuamente reconocida y del mandamiento nuevo del único Señor y Hermano, Jesús. Algo se gana, en concreto, a pesar de todo. Los pentecostales dejan de beber, para bien de la demasiada «cachaca», que aquí era y es demasiada. Y se acercan, bien o mal, a la Biblia, empujando incluso a los propios católicos a acercarse a ella. Las caras, sin embargo, de esos pentecostales, tan amigos ayer y ayer tan alegres -las caras de los niños, incluso- se han vuelto de una macilenta tristeza: rostros de alguien que espera, de una hora para otra, la venida implacable del Juez. Rostros de quien sabe, demasiado, que la figura de este mundo pasa; que hace del mundo todo sólo figura y no Reino en el tiempo. De quien, quizás, cree que el maligno es realmente el señor de este mundo. ¿Dónde queda así el señorío de Jesús resucitado? Afortunadamente, Dios y su Cristo son mayores que nuestros miedos; y su Gracia nos sobreabunda y nos excede, también de este lado de acá de la vida. Aleluya, pues, pero de veras, hermanos pentecostales, ¡Aleluya! ¡Qué carga de celo ésta, si fuese bien encaminada! Qué buenos vasallos, dirían nuestros rancios cronistas, si no le quitasen nada a su buen Señor. Un cura chileno está aquí con nosotros. Profundo y servidor. Servidor fiel del Reino en esta América Latina, en el Chile de Pinochet. Por cierto que, hablando de los pentecostales, me dice que es en Chile donde más crece el pentecostalismo latinoamericano. Como un diez por ciento de la población chilena sería ya pentecostal. Yo le decía al chileno, ni en broma ni en serio sino todo lo contrario: ¿Y si América Latina terminara por ser, dentro de unos 20 años, un continente pentecostal? Por lo demás, él y yo, con Geraldo, estamos meditando un artículo muy sólido y oportuno de Jon Sobrino sobre la oración cristiana. Estos días, varios amigos me han urgido para que se concrete sin falta el encuentro sobre espiritualidad y liberación, en Nicaragua. Sí, debemos realizarlo. Y ahí el Espíritu de Pentecostés no nos puede faltar. Anoche, en la rústica capilla, meditábamos con estas buenas gentes, de un modo sencillo y hasta tierno, el Evangelio de la Anunciación. Dios quiere hacerse hombre, como uno de los nuestros. María de Nazaret, María de Serra Nova. Madre del aldeano Dios Jesús. Nuestra madre y comadre María. El cura chileno me cuenta miserias de la Nunciatura en Chile, en aquellas horas más duras de la represión. Se negaba, incomprensiblemente, a aceptar asilados políticos en grave riesgo. Nunca tuvo más de cuatro dentro y siempre eran personas importantes. Cuando las nunciaturas profanas, las Embajadas, llegaron a repletarse físicamente de asilados. Yo le digo al chileno amigo que las Nunciaturas tienen el carisma de dialogar con el poder. Y el poder casi siempre es ambiguo o perverso. Esto es en mí una convicción, tan dolorosa como clara. A pesar de que a otros les parezca, naturalmente, una herejía eclesiástica. Hablo de las Nunciaturas. Los Nuncios podrán tener la mejor buena voluntad. «De internis non judicat Ecciesia». «De internis», del corazón de los «funcionarios» de la Iglesia, yo tampoco juzgo. OCTUBRE Día 22 Han llegado a nuestra región varios camiones del Ejército. Y el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) instala en la región nuevos núcleos para acelerar la «vistoría» de las áreas en conflicto: Santo Antonio, Canabrava, Cascalheira... Vino también, el día 9, un teniente, del Ejército, decía él, tiempo atrás, pero prestado a la Policía Militar. El tal teniente Reginaldo que ya estuvo en Ribeirâo Bonito y Cascalheira. El y un grupo de policías, llevándose semidetenido al delegado sindical de Porto Alegre, han recorrido el poblado de Canabrava, quitándoles las armas de caza a los posseiros. El teniente, después, se llevó también la documentación sindical que le apeteció, sin más explicaciones; obligando incluso al delegado sindical a firmar un documento que no le dejaron leer. Parece que nos han favorecido con un pequeño GETAT (Grupo Ejecutivo de Tierras del Araguaia y Toncantins), hecho a nuestra medida. El Ejército hará documentación y exhibirá helicópteros y armamento. El pueblo, otra vez, se sentirá intimidado, receloso, ¿engañado? Estoy en Porto Alegre. He pasado cuatro días en Canabrava con Manuel y con su pueblo. NOVIEMBRE Día 6 Estamos de retiro espiritual. Empapados de lluvia la tierra y los espíritus. Han pasado muchas cosas durante ese largo mes de octubre. Estuve en Marabá, coordinando el retiro espiritual del equipo de la diócesis hermana. Y sentí el latifundio y el «garimpo» (explotación de minerales) sacudiendo, en la incertidumbre, toda aquella región explosiva. «Marabagunça» le llaman a la vieja-nueva-novísima Marabá. Con sus ochenta mil habitantes. El astuto «Curió», el oficial poderosísimo de la Seguridad Nacional, preside el proceso de circunscripción del futuro Estado o Territorio Carajás, área de mineración codiciada por las transnacionales. Volví a Sâo Félix y estuve una semana en el Ribeirao- Cascalheira, celebrando el cuarto aniversario del martirio del padre Joâo Bosco, mi sustituto en el testimonio final. Después me fui a Nova Iguacu, la Iglesia mártir de Dom Adriano. Fueron dos días intensos de encuentro con el pueblo, consciente y decidido, de aquellas comunidades de la trágica Baixada Fluminense. En una de las reuniones presenté los rasgos del hombre nuevo. Cómo debería ser ese hombre nuevo también por dentro, personalmente nuevo- en la nueva sociedad que pretendemos construir. Para que se renueven simultáneamente las estructuras y las personas. Porque el hombre es un ser libre y condicionado, estructurado y estructurante. Pasé por Río. En la PUC (Pontificia Universidad Católica) charlé un poco sobre teología e Iglesia con un grupo inquieto de estudiantes teólogos. Di también una charla sobre problemática de tierra, el Getat, el «garimpo», en el «Club da Engenharia». Encontré a muchos amigos. José María y los buenos claretianos de Meyer. El dibujante Poti, trazo maravilloso. Antonio Callado, el escritor amigo y el amigo periodista Edilson Martins. Zelito Viana, el director de cine Thiago de Mello, el ancho poeta amazónico y muchos batalladores incansables de la cultura y la política y el personal heróico de las comunidades de las favelas: Doña Magdalena, Nilo el calvo... Pasé unos diez días en Itaici. Escribiendo, primero, con Pedro Tierra, la «Missa dos Quilombos», nuestra misa de la causa negra. Después, participando de un curso, organizado por la PUC de Sâo Paulo, para obispos y otros agentes de pastoral. Gustavo Gutiérrez nos dio unas magistrales lecciones de teología y filosofía de la historia. Un día le hago un poema a ese teólogo incaico de nuestra liberación. Itaici es muy acogedor. Las derrochadas flores franciscanas le dan un toque de gracia brasileña a la adusta milicia de Ignacio de Lovola. Aquellos jesuitas se muestran siempre entrañables conmigo. Me siento acogido por ellos como quien acoge a la sombra viva del jesuita Joâo Bosco. El día primero es «día Santo», festividad de todos los Santos, quizás anónimos pero tan nuestros. Ese día celebramos en Sâo Paulo el primer aniversario del asesinato de Santo Dias, el metalúrgico mártir, así como los diez años de Arzobispo de Dom Paulo Evaristo, el pastor lúcido, íntegro y tan proféticamente próximo a la hora del Brasil, del Cono Sur, de América. Cómo no, le hice a nuestro Dom Paulo un poema. Temida mansedumbre en pie de guerra, pipa militante de otra paz, mecenas franciscano de la justicia, maestro de la oportuna interferencia, doctor también en Historia del futuro, boca del Cono Sur enmudecido, abrazo sin fronteras de tantos exilados, mediador de la Oikumene convocada en servicio. Nuevamente encontré en Sao Paulo muchos compañeros, entrañables amigos. Me vine confortado y más comprometido. El clima daba de sí. Acababa de ser expulsado del Brasil el padre Vito Miracapillo, italiano, párroco de Ribeirâo, en la diócesis de Palmares, Pernambuco. Por su fidelidad a los pobres trabajadores de los cañaverales de azúcar. Su expulsión suscitó nuevamente la amenaza de mi expulsión. Yo sería el segundo de la lista. Políticos del PDS (el partido oficial del gobierno), terratenientes y militares de la línea dura estaban pidiendo, otra vez, estos días, mi salida del Brasil. Pienso que no será. Aunque todo es posible. Estoy en las manos de Dios y no precisamente en las uñas de los poderosos de este mundo. El pueblo, aquí en la Prelatura, ha oído el rumor, por la radio y por medio de un periódico panfletario que los adversarios acaban de lanzar aquí, en nuestro pequeño Sâo Félix: «Vale do Araguaia». Por cierto que el periódico ese, fatal de gramática el pobre, se pregunta inquisidor si soy «comunista o troctista» (sic). Sigue lloviendo. Ha «invernado» ya. Estoy meditando unos textos de Segundo Galilea sobre «El Exilio como noche de la liberación»: «...acallar en el desierto del destierro las influencias mentirosas del presente y del pasado, es prepararse para escuchar dimensiones nuevas en la promesa que libera». También el exilio acaba siendo Gracia. Además, de nada serviría que me expulsaran; en cristiano, no hay fronteras; toda la tierra es destierro y es patria: Ya no importa que me expulsen. Yo soy tesbita llamado y sé pasar el Jordán. Toda tierra es cautiverio, toda tierra es reconquista, todo canto es patria nuestra. Todos somos extranjeros, abrupta tierra del tiempo, en un pueblo de expulsados. Todos somos peregrinos en busca de la otra Patria, Tierra nuestra, libertad. Ya no importa que me expulsen. Yo nunca saldré de Casa. DICIEMBRE Día 3 Gurupi. Con lluvia. El padre Geraldo y yo estamos esperando el ómnibus de Formoso do Araguaia y Sâo Joâo do Javaé. Voy a pasar una semana en la Isla del Bananal. Acabamos ya, con Pedro Tierra, la «Missa dos Quilombos». Cariño y gana no le faltan. Milton Nascimemo pondrá, en todo caso, el toque único de su música y su voz telúricas. Se está organizando, en Sâo Paulo, para el día 10, y con el apoyo de Dom Paulo Evaristo, un encuentro en orden a protestar por el «Estatuto dos Extrangeiros» y como señal de solidaridad con la Iglesia y los refugiados de toda esa América Latina, más directamente amenazados por esa ley represiva. Mi nombre continúa, comentado, en algunas bocas, en algún periódico. También continúa en tantos corazones amigos. Espero que continúe en el Libro de Dios. Es Adviento. Los mangos se derraman, llenos. Vamos a tener otra inundación, posiblemente. En Italia, temblores de tierra han causado la muerte de 10 mil personas y un impotente pánico desesperado. La técnica es pequeñita ante la naturaleza, frente a la muerte. En El Salvador y en Guatemala arde una verdadera guerra civil. Dios quiera que tanta sangre generosa, de indios, campesinos, obreros y militantes pastorales y políticos, no sea derramada en vano. Que sea eficaz semilla de liberación. Ayer leí en «Vida Nueva» una conmovedora entrevista del teólogo Hernández Pico sobre Guatemala y la «oración de agonía». Es Adviento. ¡Ven, Señor Jesús! Sea mayor tu venida, tu vida, que todas esas muertes que nos vienen. Día 3 de diciembre es la fiesta misionera de Francisco Xavier, el «divino impaciente» de nuestros años de seminario. De aquellos entusiasmos, estas luchas, esta misión. Yo te alabo, Padre, porque sabes llenar sobreabundantemente el corazón infantil de tus hijos. «La esperanza es un hijo, no nacido aún, sólo prometido, y esto duele» (Clarice Lispector). «Misión Abierta» ha dedicado un denso y tenso número a la Esperanza. Sigue siendo el más actual de los temas en la vida de cada hombre, en la sociedad de cualquier tiempo. La insustituible esperanza que no admite sucedáneos. Hay que esperar, hay que saber esperar, hay que esperar a Aquel que realmente viene para llenarnos, para salvarnos. Día 7 Segundo domingo de Adviento. Estoy en la Isla del Bananal, con Geraldo. Margarita y Bienvenida acompañan la marcha indecisa de estas gentes, en la escuela, en la inseguridad de permanecer aquí, en el difícil diálogo con los intereses de la Funai y con el faraónico proyecto de Río Formoso; ante el derecho anterior y superior de los indios karajá y javaé sobre su isla. Está saliendo mucho ganado. Riadas de torsos, de orejas, de cuernos, atraviesan el río Javaé. Han salido muchos moradores. Hace pocos días, unos vaqueros contaron 140 chavolas derribadas y quemadas a orillas del río Jaburú. La inundación es más que una amenaza, confirmada por cuatro años consecutivos de inundación. Mañana, festividad de la Inmaculada, vamos a la Barreira do Pequi, Javaé arriba. Pasaremos por la aldea Canoanâ. Es Adviento. Juan convida. Hay que saber descubrir al que pasa y acogerlo en la fidelidad. Día 10 Estoy de nuevo en la acogedora casa de los párrocos de Sâo Miguel do Araguaia. Voy a Goiânia, a Goiás, para el retiro. En la Isla ha quedado un clima de éxodo y de alarma. Acabo de saber noticias, o rumores, qué sé yo, nada confortantes. Alemania y Francia estarían particularmente interesadas en la ampliación del proyecto Río Formoso, que va a invadir también la Isla del Bananal. Será, pues, un verdadero «Formosâo». Las aldeas indígenas serían reducidas a una área circunscrita de tierra. Todos los grandes proyectos acaban siendo etnocidas, en esta Amazonia Legal. Y todos ellos, como los grandes crímenes, se fraguan en silencio. Día 19 Goiânia. Estoy esperando viajar a Sâo Félix. Dom Tomás nos iba a llevar con su avioneta -el guacamayo rojo, rojiblanco, por si acaso- pero el tiempo se ha cerrado. Y estamos aquí, Canuto y yo, esperando. Mañana, Dios y la Votec mediantes, iremos a Sâo Félix, volando. Urgencias justifican gastos. Por lo menos, eso dicen. Llueve. Las inundaciones serán fuertes y prematuras, quizás. Van a cumplirse las profecías. Me acompañan, en esta espera, dos lecturas. Nicaragua livre: o primeiro passo, de frei Betto. Y el número de «El Ciervo» dedicado a Alfonso Carlos Comín. Nicaragua, ya lo he dicho repetidamente, se ha puesto tan hermosa que nos hace temblar de celos. Dios la cuide y la Iglesia no la impida. Y los hijos de Nicaragua -tantos de ellos cristianos ejemplares, revolucionariamente cristianos- sepan dar los pasos sucesivos con libertad exigente, con fidelidad austera. No nos puede decepcionar Nicaragua. El Salvador, trágicamente, y trágicamente también pero en una más indígena clandestinidad Guatemala, están siguiendo el doloroso primer paso que Nicaragua, la pequeña primogénita, ha dado gallardamente. Jesucristo, el Libertador que salva, salve con la fuerza de su cruz gloriosa esta querida y sufrida Centroamérica, cintura del Continente, eje de la liberación que esperamos, que haremos. Niña precoz, hermana primogénita de la Liberación que se conquista. Niña novia del Día prometido, bautizada en la sangre, grávida de esperanza. Quiero abrazarte, América, por tu cintura ardiente, ¡Centroamérica nuestra! Comín, ahora muerto, vive con nueva fuerza en la conciencia y en la fe de los que lo conocieron, de los que, sin conocerlo, lo amamos. Siempre sintonicé con él, a través de sus escritos. Su nombre en «El Ciervo» nunca me dejó indiferente. Si no fuera pretensión, me gustaría considerarme gemelo de sus sueños y de sus luchas, de su radical confesión de fe. He besado su fotografía como se besa la estampa de un santo. Como Jesús -decíamos estos días, en el retiro espiritual de Goiás- Comín supo ensamblar contrastes, equilibrar contrarios. Leo los testimonios de sus amigos, releo sus textos -«a modo de memoria»- y me parece más posible la lucha en esperanza. Su retrato -ahora muerto, glorioso ahora Alfonso Carlos Comín- se me presenta como un Jesús de Passolini, pero con los ojos iluminados de Dios hacia dentro. Comín, hermano, testigo fiel, radical cristiano y comunista, lleno de Gracia y de lucha; ahora evangélica seña! para muchos, tú que has sido para tantos señal de contradicción. Descansa en la paz de la Patria. Y acompáñanos. Un día te conoceré personalmente, en plena luz. Te abrazo en Dios, Alfonso hermano. 1981 ENERO Día 3 «Las masas reclaman la unidad» (Mariátegui). «Nosotros, los indígenas, somos practicantes sociales», nos decía un indio guajiro, de Venezuela. «Para nosotros -nos decía también- el imperialismo es el blanco». Acabo de llegar de Luciara, Tapirapé y Santa Terezinha, En Santa Terezinha, hemos celebrado la misa-memoria del padre Francisco. Y ha coincidido la fecha con la muerte de un muchacho de 18 años, víctima de leucemia aguda. Fue providencial nuestra presencia, para confortar a la madre y hermana. El río crece asustadoramente. La inundación será mayor, según ya se temía. En el Tapirapé, Luis, Eunice y Beth Rondón están escribiendo la Historia del Indio «brasileiro», pero a lo indígena. Un magnífico trabajo de crítica histórica y de concientización. Un verdadero poema pedagógico. Con ilustraciones, de los propios tapirapé, que tienen el don del dibujo, dinámico, limpio, armonioso. Una nueva preocupación urgente: ¿quién atenderá la Isla del Bananal? La aldea karajá de la Barra do Tapirapé se quedará sin la presencia de la Misión? Margarita no acaba de resolver su decisión, está deshojando la margarita. Sería un absurdo, por otra parte, dejar sin agentes de pastoral la Isla, en este año que promete ser particularmente decisivo. Día 8 Silvia está en Cuiabá. Difícilmente la OPAN (Operación Anchieta, seglares indigenistas) le encontrará un compañero para trabajar entre los karajá. Y nuestra responsabilidad pastoral entre ellos continúa en desafío. Más ahora, que pesa sobre toda la Isla del Bananal, quizás sobre todo el Parque del Araguaia, la amenaza de ampliación del proyecto «Río Formoso». Voy digiriendo despacito, como una concentrada comida teopolítica, la Teología e Práctica de Clodovis Boff. Escribe Clodovis: «La idea de 'pecado original' podría, quién sabe, prestarse para articular Estructura-Persona, tal como se ve en los diferentes ensayos teológicos de hoy». Día 29 Cristo no fue un revolucionario. Fue el revolucionador de las personas, de la sociedad, de la religión y de la historia. La hermenéutica que hace la fe siempre es más radical que la filosofía política y que muchas teologías reticentes. Estos días leo textos en torno al décimo quinto centenario de Benito de Nursia, Padre del Occidente o, en todo caso, patriarca del monacato occidental. No sé hasta qué punto San Benito reconocería como rasgos de familia -fruto de la sangre de su espíritu- ciertos rasgos decadentes de nuestra -mía también- vieja Europa, de nuestro Occidente, tan maduro como podre. Las dos cosas a la vez y dialécticamente. Bien; lo cierto es que me he sentido de nuevo llamado al «claustro interior», a la soledad en compañía, al desierto de la «lectio» y de la «contemplatio». Ganas de retiro, de estudio sapiencial, de interiorización, agradecida y expectante. No me será dado, tampoco me apetecería, un monasterio-castillo o albergue señorial. Pero debo buscar el ámbito monástico de la contemplación en la lucha diaria; el monacato, pobre y liberador, de la espiritualidad latinoamericana. En medio del pueblo; también entre los libros; con la naturaleza a flor de vista y de piel; al son de los tambores de la Historia que aquí se forja dolorosamente. La «Obra de Dios» en el quehacer de los hombres. Con el Espíritu de Jesús, gratuitamente acogido, abiertamente proclamado. De Montserrat, mi ahijado espiritual Josep M. Soler -ahora maestro de novicios en el monasterio Sinaí de Catalunya- me pide «una especie de visita espiritual» a la Virgen morena, «pensada de cara al hombre de hoy». Me emociona el pedido. Lo haré filialmente, catalanamente. Como aquel que de lejos emigrante en el Espíritu- se encarama por los peñascales y por la Gracia de Montserrat. FEBRERO Día 2 Es la Candelaria, que nuestra gente sigue celebrando. Simeón y Ana supieron esperar llamando y por eso la Salvación les salió al encuentro en la tierna humana figura de un niño en brazos de su madre. Hay que saber esperar orando, orando más, mucho más. De lo contrario, la espera desespera fácilmente o se torna pataleo agresivo. Hay que esperar al que viene sin falta. Quizás pequeño, oculto a los ojos de los doctores de Israel, desapercibido en el mercado y en el templo. Esta noche tendremos un rosario, de comadres sobre todo, para rezar por los 10 años de la Prelatura. Las buenas Anas de nuestras iglesias son las más despiertas a la hora de descubrir al Señor. Un sermón bueno, siempre irrita a alguien. Un sermón mejor, irrita a casi todos. Hace cien años que murió, en un hospital de locos, Fiodor Dostoiewski. Sería uno de los diez mayores genios literarios de todos los tiempos y latitudes. Mejor no citar los otros nueve. Entre otras razones, porque no están celebrando centenario. El gran ruso, víctima de su propia vida descontrolada y de su cabeza demasiado lúcida, fue un agónico buscador de Dios, un torturado peregrino de la fe. Día 4 El cielo, anoche, era de una extasiante belleza. Oscura copa bruñida de brillantes. La Vía Láctea -en otras latitudes queridas la llaman Camino de Santiago- persignaba la noche encima de nuestra casa, del Araguaia al Xingú. Y el Cruzeiro do Sul -señal en el cielo de estas latitudes también queridas- fijaba la suerte y la esperanza de la noche, de la vida, de la historia. Aún hay cielo. Por lo menos, aquí. Adolfo Suárez, a quien le tocó hacer de democratizador de la España posfranquista, exacerbada y/o eufórica, ha renunciado. ¿Supo nadar y guardar la ropa? ¿Guardó, por lo menos, la ropa de los suyos? Quizás el pueblo español -los varios pueblos de España- continúa bastante desnudo. De todos modos, Suárez merecería ser un político británico: elegante y astuto. Gracias a Dios y a la revoltosa Opan, Silvia ha encontrado compañera para la Barra do Tapirapé. Será profesora de la aldea Karajá. El Zé cearense, caído entre nosotros, se inclina fuertemente por la causa indígena. Está en Luciara, haciendo unos primeros contactos con los karajá. Sea este año -décimo de la «caminhada» de nuestra Iglesia- una ocasión definitivamente indigenista. Con una cierta apasionada razón, el equipo de pastoral indígena reclamaba del resto del equipo una mayor sensibilidad para la causa del indio. Sería, incluso, la temática indígena -historia, antropología, situación actual- asunto para nuestro encuentro de estudio, en 1982. Silenciosos, secularmente silenciosos, los indios llegan finalmente. Esta llegada sería una gozosa estrofa del «nunc dimitis» jubilar. Amen. Modesto da Silveira, el batallador diputado, me ha enviado su libro Ludwig, Imperador do Jari. Muy completo, escalofriante. Cuando se habla de capitalismo multinacional o transnacional o anacional (antinacional y deshumano) siempre se siente el escalofrío del gran crimen perfectamente acallado. En el mundo de los negocios, como en el mundo del crimen, el alma es el secreto. Día 6 Otras noticias -que llegan tarde a este rincón del mundo- aseguran que Suárez tuvo que renunciar por presiones de algunos militares derechistas reaccionarios. Lo que demostraría que en la España posfranquista no es tan fácil ni siquiera una democracia elegante; no digamos, una democracia realmente popular. La secularización generalmente trae consigo un cierto prurito de secularismo. Día 7 Mi hermano, el teólogo obispo de León, Fernando, me envía la Antología de sus versos del poeta «teólogo» José M. Valverde. Ojeo el libro y recuerdo. Valverde es un hito en la poesía «cristiana» -entre comillas y para entendernos- de la lengua castellana del siglo XX. Quizás, pensador cristiano que habla en verso. Y de un modo militante. Sus primeros poemas tienen también, para mí, un sabor irrenunciable de juventud: «Señor, ¿qué nos darás en premio a los poetas?» «Sólo vivo del todo cuando vuelvo a ser niño» «Voy contando mis años por relevos de rosas» En sus últimos poemas hay una saludable advertencia a Rousseau: «la manía de hablar y quedar hechizados por nuestra propia voz, tal como va saliendo...» Vivir más y hablar menos, quién sabe. No confundir lo dicho con lo vivido. Día 16 La pastoral indigenista es: - especifica - cualificada - de emergencia. En pastoral indigenista, es bueno recordar la constatación de Rahner: «El camino ordinario (por mayoritario) de la Salvación de los pueblos son las religiones no cristianas». La pastoral indigenista no puede caer en la regionalización de las Iglesias locales o de los Regionales del CIMI o de la CNBB, aislados en sí y desconectados de la global pastoral indigenista del Brasil y de América. La pastoral indigenista ha de ser continental. MARZO Día 6 Hemos celebrado aquí, en Santa Terezinha, en espíritu de júbilo popular, la victoria del pueblo. Aquel 3 de marzo de 1972, cuando los posseiros enfrentaron a la Codeara y a la policía, para defender la construcción del ambulatorio local, para defender su derecho a la tierra. Ha habido unas misas verdaderas memorias pascuales, el pueblo y Jesús en una Pascua sola. El día 3 hubo una manifestación con pancartas y cantos y la foto del padre Francisco, como un estandarte. Llegué a Santa Terezinha con Dom Tomás. Regresábamos de Itaici. La asamblea general de la CNBB, este año, ha tenido un cierto aire de involución. El tema central -vida y ministerio del sacerdote- es fácilmente tratado muy eclesiásticamente. De hecho, nos ha salido un documento complejo de tono y de posiciones. Más de 4 mil sacerdotes habían respondido a una encuesta que sirvió de base al documento. Y la impresión generalizada, entre los asesores de la CNBB, es de que esos sacerdotes se van a sentir defraudados por la indecisa respuesta de sus obispos. Yo pienso que el documento, como Puebla, tiene de todo un poco. Puede ser válido aún. Para 1982 esperamos como tema central de la asamblea -o como uno de sus temas mayoresel suelo urbano, la especulación inmobiliaria, la pastoral urbana. Una verdadera tragedia nacional. Mundial, mejor dicho. Viajamos con Tomás -en su avioneta rojiblanca- unas doce horas: de Goiás a Aragarças, a Diamantino, a Fontanillas, a Sinop, a Sâo Félix, al Tapirapé, a Santa Terezinha. Sobrevolamos la humareda de la cascada del Uitiariti, en el río Papagaio, y atravesamos el Xingú del Parque. Quería atardecer. Relampagueaba. Venían con nosotros ocho guacamayos rojos. «Ocho guacamayos rojos y dos obispos del mismo color», bromeábamos con Tomás. Buen titular de primera plana para los especuladores de la represión neurasténica. Los guacamayos eran una auténtica transación internacional entre los indios rikbatsa, del río Juruena, y los indios tapirapé. Tuvimos que aterrizar en la hacienda «3 S», porque el horizonte de Sâo Félix amenazaba con la lluvia y con la noche. Allí nos acogieron, con religiosa cordialidad, los vaqueros y sus esposas e hijos. Los señores estaban de carnaval en casa, en la «civilización». Pasamos por Sâo Félix, una hora apenas, de mañanita. Y fue providencial. Un muchacho, empleado de banco en Goiânia, y una chica ciega, profesora en el Instituto de Ciegos, de Goiânia también, se habían jugado las vacaciones de carnaval para venir a verme. No nos conocíamos. Viajaron, ida y vuelta, casi 5 días de autocar. Nos pudimos ver y conversamos como una media hora, en un encuentro emocionado. Yo le decía a Tomás que ante un encuentro de estos, todas las persecuciones y amenazas de los grandes se quedan chiquitas. Fue un viaje lleno de Gracia. En la aldea Tapirapé, una nietecita del viejo cacique Marcos se había caído de las altas ramas de un mango, quebrándose el brazo de tal modo. Tomás pudo llevársela oportunamente para el hospital amigo de Ceres. Anoche discutimos, en la iglesia, con una magnífica participación de la comunidad, si el padre Canuto se quedaba o si se iba a Sâo Félix. Valeriano y Pablo -los dos agustinos españoles recién llegados a nuestra Misión, pero ya con muchos años de vuelo en el Brasil- podrían sustituirlo aquí. El pueblo de Santa Terezinha me había enviado una petición firmada por muchos para que Canuto se quedase con ellos. En Sâo Félix, el miércoles, acabaremos de resolver el asunto con el equipo central. De todos modos, esa reunión de la comunidad con su obispo se parecía un poco a una de aquellas reuniones eclesiales de la iglesia de San Agustín. Los fieles, sabiéndose «iglesia» y el obispo sintiéndose en el deber de respetar los derechos de la comunidad. Día 11 Ha vuelto la lluvia, gracias a Dios. El campo y los labradores respiran. Ya basta con la dura sequía que está asolando el Nordeste. Definitivamente, Canuto se queda en Santa Terezinha, y Pablo y Valeriano vienen a Sâo Félix. Estoy leyendo Rebajas teológicas de otoño, de Díez Alegría. Una delicia de seriedad y de libertad teológicas, con mucho humor. Una buena manera de ayudar a la Iglesia a andar. Día 12 Guimarâes Rosa, vocero del sertâo, suelta esta palabra, utópica, cristiana, casi escatológica: «Llegará un tiempo en que ya no se mate a nadie». Día 15 Llueve, llueve mucho. La inundación prevista -por quinto año consecutivo, en este «invierno» del 81- se ha quedado en amenaza apenas. Pero llueve. Y febrero, el febrerillo loco de nuestra España, se puso tonto aquí también. Fue todo un mes de sequía. Y en algunas áreas se ha perdido el 30 o el 40 por ciento del arroz. Ahora, marzo, llueve, otra vez, de verdad, como queriendo recuperar tiempo perdido. Y la voz popular, curiosamente, levanta la sospecha de una tardía inundación; quién sabe: «la crecida de San José», «la inundación de Semana Santa»... Leo está en la carretera, con el coche y la carga; averiado el coche y esperando hace casi dos días. Y Vera y la pequeña Maíra, esperando también en San Miguel, porque la Votec no aterrizó allí por causa de la cerrazón de ayer. Hoy -segundo domingo de cuaresma- el Evangelio presenta a Jesús en el monte, transfigurado, anticipando en esperanza la gloria que a El y a los discípulos y a todos los hijos de Dios nos espera. Vamos hacia la luz. Podemos «participar del sufrimiento por el Evangelio», como le pide Pablo a Timoteo, porque El, el Hijo amado, «no sólo destruyó la muerte sino que ha hecho brillar la vida inmortal». Díez Alegría escribe, en el capítulo 14 de sus «Rebajas», hablando de nuestra condición de ciudadanos en medio del mundo secular: «Me parece que los católicos hoy tenemos que romper de veras las viejas ortopedias de 'cristiandad', y salir por el mundo a cuerpo limpio, llevando la fe en las entrañas y el sentido común en la cabeza». La radio -la Voz de América, libre de toda sospecha en esta ocasión- acaba de dar la misteriosa noticia de 22 niños asesinados en Georgia. ¿Fanatismo? ¿Revancha? ¿Racismo bestial? El hombre sólo es equilibrado en la sobria convivencia comunitaria, entre hermanos reconocidos como tales y con su propia identidad, y contando con la presencia amorosa del Padre común de todos. Día 26 Ribeirâo Bonito. Otra vez Ribeirâo y Cascalheira están en conflicto. Las escuelas fueron tomadas al asalto por la política oficial. Materialmente respaldada por la policía, armada y agresiva. Simultáneamente las casas del Zézinho mecánico y de Pedro Cearense fueron registradas por esa misma policía. Todos los profesores y funcionarios de las escuelas han sido sumariamente dimitidos. El politiqueo inmediato viene de Canarana -la Canarana de los gauchos, según el pueblo herido-, pero el control mayor, de más largo alcance, viene de Cuiabá, de Brasilia. Continúa el rumor persistente de que toda esta área nuestra va a ser declarada «de Seguridad Nacional». Yo pienso que va a ser tratada -ya lo está siendo- como si fuera de Seguridad. Declararla tal, sería demasiado solemne y quizás desgastante. Aunque las dictaduras suelen permitirse esos lujos. Es cuaresma. También aquí se celebra el vía crucis, por la calle. Esta noche, desde la casa del puesto de gasolina -cuya mujer se libró de la muerte hace pocos días, en la muerte del pistolero Alexandre- hasta la casa de la sufrida piadosa X, cuyo marido, por fin, ha largado la «cachaça». Celebrar, para el pueblo, es muchas veces agradecer. Debería serlo siempre, para todos. Día 30 La lluvia, recuperando tiempo, ahora ya casi se está pasando de raya. La naturaleza tiene sus excesos también, por muy sabios que sean. Zézinho sigue huido. Y la escuela de estos lugares, en manos de la politiquería oficial, está como destartalada. El pueblo, sin embargo, se mantiene bastante sereno y hasta firme. Ha crecido en conciencia. El poder, la represión, llegan a hacerse despreciables cuando quieren ser demasiado persistentes. El pueblo sufrido tiene una larga tradición de resistencia, por lo menos pasiva; que es muy activa, de hecho. Leo «Concilum». Esta benéfica revista actualizadora, que un compañero obispo quería anatematizar, en la última asamblea nacional de la CNBB. Y a mí me hace tanto bien «Concilium»! Cada estómago tiene su comida y cada oído su música. Este número, el 158, está dedicado a la Biblia «en el conflicto de las interpretaciones». Anoto, desde luego, dos afirmaciones esclarecedoras: - «Una vez reconocido que el método histórico-crítico está fundamentado en la estructura del conocimiento humano, sólo podrá tener un futuro ecuménico aquélla teología que se alíe a la crítica histórica»- (Christian Hartlich). Añadiría yo que sólo tendrá futuro cristiano una teología con futuro ecuménico. - «Lo contrario de la fe sería, por lo tanto, no el error ni la duda sino el miedo» (Fernando Belo). Porque tener fe es vivir en la esperanza. Y porque donde hay miedo está fallando la fe en el amor. Carlos Mesters -discípulo y maestro de nuestro pueblo, en la lectura y en la vivencia de la Biblia- destaca tres características de la exégesis popular: - Libertad frente al texto bíblico. - Familiaridad. - Fidelidad. Y termina así su artículo, el gran Carlos infantil: «Cuando los ojos han de adaptarse a las lentes, la vista se estropea y oscurece el mundo». Los fabricantes de lentes, para Carlos, son los exegetas. Podemos muy bien ser también fabricantes de lentes, y con menos técnica, los obispos, los curas... ABRIL Día 25 Ya es octava de Pascua. Otra vez estamos celebrando litúrgicamente «el Día en que actuó el Señor», con la noche de su muerte y la alborada de su resurrección. El Día que hace que cada día sea día. Día 27 Allá, es otra vez primavera y «la Mare de Déu de Montserrat» y el santo de mi madre. Sea de verdad para ella un día cerca del Día. El Abad Cassiá Just me ha escrito una carta muy amiga, agradeciéndome la visita espiritual a la Moreneta que yo envié hace poco a Montserrat. Ayer clausuramos, con una cordialísima misa, el encuentro sobre Celebraciones de la Fe, con los animadores de las varias comunidades de la Prelatura. Un buen encuentro, gracias a Dios. El pueblo se está haciendo protagonista, también en la celebración. Frei Enoque, de Propriá, está con nosotros. Llegó tarde al encuentro porque su viaje a esta extremidad de la tierra habitada le llevó 7 días de autocar desde Sergipe. La palabra sabrosa, los «benditos» de Enoque están haciendo vibrar a los muchos nordestinos de nuestra iglesia. Ayer, para ellos sobre todo, la misa fue una fiesta casera, una verdadera Pascua en familia. Posiblemente los altos responsables de los ritos católicos se habrían restregado los ojos y los oídos; pero el pueblo sencillo se llenó de Dios. La fe, la misma fe, de unos y otros no coincide siempre en símbolos y expresiones. Hay que aceptarlo así. Y hay que forzar el espacio de libertad, de autenticidad, que ciertamente el Espíritu le concede al pueblo. Estuve en Roraima. Coordinando un encuentro de pastoral indígena (o indigenista, mejor) de la diócesis más indígena del Brasil. También se realizó, por ocasión de la fecha «nacional» del indio, una semana de concientización de la población blanca circundante, bastante reacia a los derechos «otros» de los treinta y tantos mil indios del territorio de Roraima. El gobierno y los desarrollistas del lugar quieren inundar Roraima de gauchos desarrollistas, y consideran a los indios como un estorbo para el progreso territorial. Hubo un incidente clerical, entre cómico y lamentable. No pude celebrar la misa final de la Semana en la catedral de Boa Vista. No conseguimos sintonizar con el buen párroco canónicamente celoso. Celebré en la iglesia de la Consolata, en construcción y en la periferia, y allí dejé, como un recuerdo, como un compromiso de comunión indígena, mi collar negro nambikuara. Ahora vamos a revisar el texto de la «cartilla» de nuestro año eclesial: «¿Igreja, o que és?». Espero que no va a merecer, como las dos cartillas catequéticas anteriores, la asustada atención de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. El Espíritu de Jesús y los 10 años, sufridos y esperanzosos de la «caminhada», sazonen en profundidad esta nueva «cartilla». Me, he confesado con Valeriano, tomando un «baño pascual». En la capillita del Centro Comunitario, tan acogedora, tan silenciosamente abierta. Hacía poco, el Araguaia había amanecido en una espectacular aurora de listas rojas. Por ser Montserrat, hemos rezado los Laudes de Nuestra Señora. Y en mi corazón -al final volvemos a los orígenes- he cantado el Virolai: «Amb vostre nom comença nostra História. / I es Montserrat el nostre Sinaí. / Siguim per tots escala de la Glòria / eixos turons coberts de romaní». Para que la Pascua no deje de ser real y de este lado de acá, ha surgido una nueva amenaza contra un grupo de posseiros, en el Rio das Mortes, con la hacienda Marruá, manifiestamente invasora. Mañana alguien entrará en contacto con aquellas familias apretadas por la codicia del latifundio y las armas de sus pistoleros. La cruz aquí es la tierra. Día 30 Ayer, por la tarde, murió ahogado, en el puerto de la Suiá, Louro (Lourival), el muchacho epiléptico de la Lagoa, a quien finalmente habíamos conseguido llevar a Brasilia, para examen y tratamiento. Murió pescando. Pescar era lo más vital de su vida. Sin juventud, inseguro, cohibido, me recordaba el muchacho que Jesús curó posiblemente de una epilepsia. Un plato con la vela encendida «descubrió» el lugar exacto del cadáver sumergido. Y Louro, ya joven para siempre, para siempre vencida toda inseguridad, descansa, resucitado, en la Paz del Señor. Realmente «una bella paráfrasis» que no tiene nada de profanadora: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; que yo me atrevo a traducir: Yo soy el método para unir teoría y práctica» (G. Fessard). MAYO Día 1 Ha aparecido en la calle otro panfleto, difamando a la Prelatura. Del tipo de ese periodicucho, llamado, para tristeza ecológica de nuestro río, «Vale do Araguaia». En resumen, un texto mal escrito y con el único propósito de conseguir una reacción nuestra, que hace meses el tal periódico no consigue provocar. «Rebuznos de asno no suben al cielo», dicen allá mis catalanes. Debería estar claro para todos los que hemos recibido el don de la fe: el Reino no es un proyecto del hombre para el hombre, sino el proyecto de Dios revelado al hombre y que el hombre debe acoger, descubrir y realizar. Sabiendo, en la fe, que es el propio Dios en Cristo quien lo realiza en plenitud -hoy, mañana, más allá del tiempo-. Un proyecto que coincide, aún superándolas, con las más limpias y profundas aspiraciones del hombre. Día 9 Pasaré estas dos semanas aquí, en Canabrava y en Porto Alegre y en la Confresa de los colonos gauchos. Viniendo, ayer, comentábamos con Cascâo -hablando un poco del panorama político del país-, que se trataría de «sumar honestidades». Sin claudicaciones, claro. Y definiendo con cierta precisión lo que esa honestidad debería salvar siempre. Con Manolo, anoche, comentábamos el encuentro latinoamericano de los claretianos, en el Perú, del que Manolo ha participado. Esta casa de paja y barro, este ambiente de soledad, esta vida servicial de Manolo, se parecen a un pequeño cenobio sertanejo; pero con lucha de tierras alrededor. «Ora et labora et milita»... Cantídio, líder sindical del lugar, vive amenazado de muerte por unos elementos de la intriga oficial del municipio, y del Estado en última instancia. La otra noche, un posible o seguro pistolero entró en su huerta y cogió una gallina, apretándole el pescuezo para que chillase. Seguramente con la intención de provocar la salida del dueño a la intemperie, lo que sería una buena ocasión para dispararle. De novela, picaresca y macabra. Día 12 La comunidad celebra el mes de María con rosarios, de casa en casa, designadas previamente. Bastante a la antigua, en los rezos y en los cánticos. Mezclando mucha fe con cierto libre humor. Mezclando ya también, un poco «nova et vetera». Sigo creyendo que debemos aportar una contribución de autocrítica a la religiosidad popular. La rutina, por muy secular que fuese, no se justifica por sí misma. La buena tradición avanza históricamente, con las luchas, las esperanzas y las victorias del pueblo. A este propósito, me parece muy oportuno el número de «Misión Abierta» dedicado a la espiritualidad nueva: «La revolución del Espíritu». Gilberto Canal recuerda una evidencia: «un verdadero renacimiento no consiste en la vuelta a lo antiguo, sino en la vuelta a lo original». Sabia también y mordaz la justificación que dan los cartujos para desinteresarse tan pertinazmente de la posible canonización de sus difuntos heroicos: «para tener un santo cartujo, un cartujo tendría que dejar de ser santo...» El postulador, ¿no? Volviendo al rosario del mes de mayo y a las «nova et vetera» del pueblo caminante, junto a otras varias peticiones de sabor tradicional y hasta neurotizadas, una comadre pedía a la Virgen: «aleja de nosotros el peligro del latifundista tiburón!». Mañana es 13 de mayo, en la Cova de Iria. ¿«Nova et vetera»? Día 13 Hay que ayudar al pueblo a pensar mucho más en «nuestra política» -la política del pueblo y para el pueblo- que en «nuestros candidatos», aunque sean del pueblo. Para no caer en un caciquismo popular. Hacer la política del año todo, no la política electoral apenas. Blas de Otero traducía bien el «muchos», «la multitud» de los textos bíblicos: «la inmensa mayoría», la masa popular. La humana muchedumbre excluida del tener, del saber, del poder. José Briones resume, con precisión evangélicamente escandalosa, la parcialidad del cristianismo verdadero: «En este sentido, la Iglesia de Jesús es únicamente 'la Iglesia de los pobres': no caben en ella los que quieren retener sus privilegios. La opción por los pobres no es 'una posibilidad' sino el 'único camino en la Iglesia de Jesús', 'la Iglesia de los pobres' no es una secta sino el único sujeto de la Iglesia de Jesús. No puede haber iglesias de pobres (los barrios) e iglesias de ricos (del centro de la ciudad):si las del centro no están descaradamente por los pobres y los que las frecuentan no renuncian a sus privilegios, no son iglesias de Jesús. Como no fue de Jesús el joven rico». («Misión Abierta», abril 1981). Día 14 Juan Pablo II se está recuperando del atentado a bala que sufrió ayer. «¿Por qué a mí? ¿Por qué al Papa? ¿Por qué hacen esto?», preguntaba Juan Pablo II, con buena parte de la humanidad, bajo el impacto de los disparos locos. De hecho, estamos enloqueciendo de agresividad o de miedo. Y debemos constatar que no somos mejores que nuestros abuelos atrasados. Quizás tampoco somos peores que ellos. Morir y matar, aún continúa siendo una misteriosa terrible frecuencia humana. La vida, que es Dios, la vida sobreabundante que su Hijo vino a darnos, la vida que es el mayor bien del hombre, no acaba de ser valorada por el hombre, entre mortal y asesino. Quiera el Señor de la vida que esta sangre del Papa, añadida al torrente de sangre humana anónima que inunda la tierra, sea sangre de la alianza, agua fecunda del tiempo de paz. El Papa acaba de hacerse más tremendamente humano, más actualmente nuestro, desde ayer. El Señor Jesús lo conserve sano, libre y fiel a su Reino. Karl Barth escribió: «Donde existe la Gracia de Dios, el hombre ora». Día 16 Hay que volver siempre a la definición de hombre que daba, a comienzos del siglo II el teólogo y místico y pastor Ireneo de Lyon: «El hombre acabado consta de tres cosas: carne, alma y Espíritu» y «los que carecen del elemento que libera y configura (el Espíritu de la libertad de los hijos de Dios) están faltos de unidad interior y no merecen llamarse más que carne y sangre, porque no tienen en sí mismos al Espíritu de Dios». Los que poseen al Espíritu, «esos -dice Ireneo, siempre expresivomerecen llamarse, con toda razón, hombres nítidos». Anoche tuvimos rezo por la salud de Juan Pablo II. Llena la iglesia, y el pueblo con mucha unción. El rosario y el Evangelio. El diálogo de Jesús con Pedro después de la resurrección. Viene de lejos eso de los buenos pastores «ser llevados a donde tal vez no quisieran» y extendidos, como el Buen Pastor, en la cruz del testimonio. Todo buen pastor ha de ser mártir, de algún modo. Para dar vida dando la vida. Día 19 Ha pasado por Sao Félix como una polvareda de gastos y de exhibición, el gobernador y su comitiva de militares, terratenientes, políticos del PDS y mucha palabrería al viento. Estamos realizando en la Prelatura -espero que sea, por contraste, lluvia mansa y fecunda- una serie de cursillos populares sobre las causas de la pobreza. El pueblo duda del pueblo. Quizás, porque se conoce. Quizás también, porque le han obligado a dudar de sí mismo. El bueno del Zé, cantor popular de las procesiones del Divino Espíritu Santo, me decía, ha poco: «el pueblo tiene cinco sentidos; dos errados y tres perdidos». Las noticias de Camboya son abrumadoras. Y en occidente casi no pasa nada cuando mueren 4 millones de camboyanos. ¿un país en exterminio? Cincuenta rehenes americanos en Irán mantenían en pie de alarma, meses enteros, todos los medios de comunicación del mundo. Hay vidas y vidas, por lo que parece. La humanidad se divide en clases, indudablemente. Hay hombres de primera y hay hombres de segunda, ¡Qué lejos estamos los hombres de ser sencillamente humanos! Este sólo hecho me convence de que el mundo está apenas empezando. Dios no va a permitir que su mundo acabe tan brutalmente primario. Este mayo es centenario del nacimiento de Theilhard de Chardin. Es bueno, es muy cristiano ofrecer con él «la Misa sobre el mundo». A pesar de todo, el universo es una armonía y la vida se impondrá. La esperanza le da la razón a Theilhard. Vamos hacia el Punto Omega. JUNIO Día 7 Pentecostés. La liturgia habla de la «embriaguez del Espíritu». El misterio de la activísima experiencia de ese Espíritu del Resucitado -que es el Espíritu de Dios- llena efectivamente todas las aspiraciones, todos los esfuerzos del hombre humano. Para el cristiano medianamente lúcido en la fe, medianamente fiel, ese misterio se convierte en la más confortante certeza de la victoria de la vida. A pesar de tantos signos de muerte que se multiplican demoníacamente en nuestro mundo. Estuve en Itaipavas -Pará, Bajo Araguaia- el día 29 del pasado mes. Para celebrar, con el pueblo de Conceiçáo do Araguaia, el primer aniversario del martirio, pastoral y sindical, de Raimundo, el querido «gringo». Fue una tensa y exultante celebración popular. Hombres y mujeres del campo; pancartas esperanzadas y agresivas, como la verdad de la causa que ese pueblo defiende; la liturgia y el sindicato y la política, en una vivencial armonía que nunca podrán entender los que vivan al otro lado de la vida del pueblo. Misa, mitin, procesión al cementerio; comida multitudinaria, comentarios dos a dos, risas, desahogos, miradas cruzadas, algún llanto, cánticos y gritos, oración y protesta. Todo en una sola vivencia coherente. Sé que de Itaipavas aquel pueblo y yo salimos confirmados en la fe de Jesús, en la causa de la justicia. Abiertos nuestros ojos, como los grandes ojos alegres y anunciadores del «gringo» mártir. No faltó la anécdota chusca. Yo aproveché el avión-stop de Tomás, para llegar a tiempo. Y por falta de otro campo, tuvimos que aterrizar en campo enemigo, en pista de Hacienda. El gerente nos recibió, desafiante, a caballo. Y en una segunda, forzada, vuelta de Tomás al mismo campo, lo recibió ya con el revólver 38 al cinto y cortante la palabra. Yo y el padre Aristides atravesábamos el río. Por ironía de la guerra, el avioncete rojo y blanco tuvo que pasar la noche en una pista de una de las Haciendas del muy señor gobernador de Goiás. La noche caída y los altos pastos, afortunadamente, se mostraron, por lo menos, neutrales. Estoy esperando una salida para las comunidades de la Isla del Bananal. La Votec -ya tan habitual con sus fallos y en dar sustos- falló ayer de nuevo. Mañana será otro día. Don José Carlos, obispo de Rubiataba y presidente de nuestro Regional de la CNBB, nos ha visitado, receptivo, alegremente fraternal. El día 5 por la noche nos acompañó en la bendición de la primera piedra de la iglesia que vamos a construir, Dios mediante, en el barrio de Santo Antonio, por donde Sâo Félix tendrá su futuro. Estábamos celebrando, para mayor solemnidad, los 10 años de nuestra Iglesia y los 175 de entrada en Gloria del franciscano y milagrero San Antonio de Padua o de Lisboa. El nos ayude a ser ladrillos vivos, templo del Espíritu Santo. El mismo día 5 yo había regresado de Santo Antônio do Rio das Mortes, donde los posseiros están celebrando hogaño la novena de la victoria sobre el latifundio. San Antonio es buen protector para ese tipo de batallas. Que no deja de ser el latifundio una especie de demonio. Que sólo se expulsa, además, a golpes de terquedad del pueblo unido. «Comunicar a la Iglesia de cada día el fervor de los mártires. Este es el deber que Agustín se impone en Hipona la ciudad del pueblo que lo ha escogido» (La vie quotidienne , en Afrique du Nord au temps de Saint Augustin, Hamman). Porque aquella África cristiana, tan apasionadamente heróica bajo las tempestades de la persecución, era «incapaz del heroísmo del día a día». Lo cual no es exclusivo de aquella África ni de aquellas calendas... La monotonía diaria, la diaria fidelidad, siempre son la máxima prueba de los testigos de Jesucristo. La muerte es sólo la última prueba de la diaria vida. El libro de Hamman debería ser traducido a muchas lenguas, para bien de muchos obispos y de muchas Iglesias. Día 9 San Efrén, el poeta místico, cítara espiritual. Estoy leyendo, a sorbos confortantes, La crónica de la Iglesia de San Agustín, escrita por Hamman. Me siento tan cuestionado como estimulado por ella. Leonardo Boff, haciendo el balance del 4.° Encuentro Nacional de las CEBs, en Itaici, aduce esta palabra de San Gregorio Nacianceno: «Los pobres son nuestros maestros; los humildes, nuestros doctores». JULIO Día 9 Otra vez, con los vientos generales, nos ha caído el tornadillo de turno. Nuevamente, el rumor de mi posible expulsión. Y una tempestad en un vaso de agua. Por causa de unas declaraciones mías en Porto Alegre, Rio Grande do Sul. En esas declaraciones repetí, sencillamente, lo que el equipo pastoral de la Prelatura había lanzado -sin pretensiones y sin misterios- ya en febrero, dando unas posibles orientaciones prácticas para la actuación pastoral en la política partidaria. Entre dimes y diretes de la prensa, de los amigos y los adversarios; entre dimes y diretes del propio episcopado nacional, la cosa, durante unos largos quince días, se puso áspera, un poquito asfixiante. El día de Juan Bautista, pregonero de la verdad y víctima del rey, tuve que publicar un documentillo-respuesta. Que tampoco lo respondía todo. El semanario «Isto é» me achacaba una retractación cobarde, que yo nunca había ni soñado, y me acusaba de pasarle el sambenito a la prensa. Yo hablaba de prensa y prensa. Sé distinguir suficientemente. Podía haber hablado de prensa y periodistas, que son dos cosas diferentes y a veces contrarias. Pero, en fin, era mejor acabar con el ping-pong incidental, porque hay batallas mayores en que gastarse. Lo cierto es que esos días -precisamente esos días- me acordé, con cierto despachado humor, como quien bebe para olvidar, de aquella copla cachonda: «Si canto me dicen loco; / y si no canto, cobarde, / Si bebo vino, borracho. / Si no bebo, miserable». Después, han ido llegando, junto a alguna carta insultante y a alguna otra decepcionada, muchos mensajes de entrañable solidaridad. Sea por los 10 años de la Prelatura; sea por este nuevo temporalillo. Dom Aloisio Lorscheider, siempre fraterno. Un muchacho carioca, de 16 años. Un obrero de Porto Alegre. Frei Romeu, paladín de la prensa cristiana... Claro está que ni los elogios ni los vituperios son el juicio definitivo, que sólo le corresponde al Hermano y Juez, Jesús. Ayer tuvimos reunión regional del equipo -Sâo Félix, Santo Antonio, Luciara- y cerramos el día con una misa, empapada de paz y gratitud, en la capillita «Sombrero de paja» de nuestro Centro Comunitario. Antonio Callado me ha enviado su ultima novela Sempreviva. Torneada de estilo, fuerte de personajes, mimada en la ambientación, acusadora. Aunque pretendiese ser surrealista, Callado sería siempre como un poco mediterráneo, quizás por su claro estilo y siempre con un deje de benevolente humor. Humanista, humano. Y libre. Posiblemente, la «sempreviva» de sus obras -mujer soñada, prohibida, muerta, imposible- sea la siempre-vida plena que Antonio busca y que Dios le habrá de dar en su día. Como los dos, Dios y Antonio, son amigos míos, no tengo la menor duda sobre el particular. Día 16 El circo se va. El circo viejo y pobre, universalmente conocido. Se va triste, más que de costumbre. Anteayer murió ahogado en nuestro Araguaia un muchacho del circo, acarreador de agua, barba y tez morena. Arlindo. Sencillo y con su secreto vital. Era epiléptico. De Anápolis. Hacía apenas tres meses que se había incorporado al circo... De noche durmió, muerto, velado por una larga centinela, en medio de la gran lona silenciosa. Como dando él solo el mayor espectáculo. El solo haciendo finalmente un número. Rezamos por él, cerca de su cuerpo inmóvil, seguros de que el Padre lo había acogido bajo la grande lona de su Casa. En la alegría de la inacabable fiesta. Georges Casalis y su esposa Dorothée están con nosotros. Acompañados de Miguel y Dirce, los abogados cariocas. La fe y la política en solidaridad. Hablamos mucho. Junto al pozo. Hablamos del Evangelio, de las Iglesias, del Tercer Mundo, de Miterrand... Georges es un escriturista y teólogo profundamente humano. Curtido por la vida y por la muerte. Otro encuentro ecuménico que me conforta y me compromete a seguir caminando. Me deja textos Georges, me promete un diálogo suyo con la muerte que ya lo visitó por ocasión de una operación cardíaca. Viene de Nicaragua. Está muy preocupado con la situación de Centroamérica, genocidamente presionada por los Estados Unidos y bajo la ambigua acción de una Iglesia cómplice, otra vez, del capital y del imperio. Nos dice también que el consumismo -en el primer mundo, en la primera Iglesia- es un opio mayor que la religión que Marx denunciaba. Día 21 Barra do Garças, camino de Cuiabá, para la asamblea nacional del CIMI. Anteayer terminamos la asamblea del pueblo de nuestra Prelatura. Bien participada y hasta profunda. Una bendición de Dios. Sobre el tema del año «¿Qué es la Iglesia?»: Reino, Pueblo de Dios, Iglesia de Jesús. Al final, la asamblea promulgó una bella carta programática, latido y ley de nuestro caminar para este año. En una lectura me sale al paso sor Isabel de la Trinidad. Su mística bautismal. La contribución de su vida a una espiritualidad de reencuentro con el Dios Trino que nos habita. Un reencuentro «sencillo y amoroso», como ella diría. Me encanta saber que Isabel fue, en la tierra y en el carmelo místico, profundamente humana. Las montañas la «volvían loca» y se pasaba horas enteras interpretando Chopin al piano. Era poeta. Y murió yéndose «a la Luz, a la Vida, al Amor». Parece que en Francia se ventila otra vez el peligro que podría cernerse sobre la enseñanza privada. A este propósito, pienso que la Iglesia debería saber distinguir mejor entre la enseñanza privada y la enseñanza privilegiada. En nombre de la primera se ha defendido, con demasiada frecuencia, la segunda. Y esto ya no es evangélico. El privilegio no lo es nunca. AGOSTO Día 2 Amanda de Pérez Esquivel, esposa de nuestro Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo, me escribe diciéndome que prepara un oratorio musical con poemas míos. Quiere que sea como una cantata a Latinoamérica, a la esperanza de sus pueblos y a la difícil necesaria paz. Le pondrá una instrumentalización bien amerindia, de quenas, sikuri y guitarras. Me dice también: «Adolfo está trabajando la Virgen para la capillita de Sao Félix. Espera tenerla terminada antes de los 10 Años de Caminhada que ustedes están por festejar. Todavía no sabemos si será posible ir, porque tienen un encuentro nacional justo para esa fecha. Pero de alguna manera la Virgen tendrá que llegar». Adolfo y Amanda ya estuvieron en Sâo Félix. Y con ellos celebramos la eucaristía y reforzamos el compromiso común con América Latina. Un chiquillo quería, a toda costa, ver de cerca «al hombre de la paz», como decía él acertadamente. Adolfo difunde paz por donde pasa. Es mucho más que un Premio Nóbel; evangeliza la paz. Con Adolfo y Amanda fuimos hasta Goiás y allí recibió el escultor Adolfo una estatua de barro, hecha por artesanos populares, de un negro quebrando las cadenas de la esclavitud. Después, en Goiânia, visitamos la «invasión» de Boa Esperança, barrio de familias sin casa que están levantando allí una verdadera ciudad comunitaria. Adolfo nos decía que en sus andanzas por América no había encontrado población de emergencia mejor organizada. Allí Adolfo y yo nos comprometimos con la comunidad y con la Virgen: él hará una talla de madera de Nuestra Señora de la Esperanza y yo haré la letra del himno del barrio. Día 21 Estoy esperando, en el cruce de la carretera, polvo y sudor, algún transporte para Luciara. Acabo de leer Paseo por la Resurrección y la Muerte, del jesuita teólogo González Faus. Buen analista, escritor cortante. Dos flashes de profundo impacto sobre El Salvador -aún la Muerte- y sobre Nicaragua -ya la Resurrección-. González Faus cuenta que la anciana viajera que venía de Suiza, y no sería pobre precisamente, calificaba así a Monseñor Romero: «era un hombre muy bueno; un santo». Cuenta también González Faus que el catequista campesino le respondió muy teológicamente al periodista europeo que preguntaba cómo era posible que Dios existiese y permitiese semejante sufrimiento: «en primer lugar, Dios existe. En segundo lugar, Dios no está para que no pasen estas cosas; para eso estamos los hombres. En tercer lugar, Dios ya nos dijo lo que teníamos que hacer para que no pasen estas cosas, pero nosotros no lo hemos hecho». Y traduce así González Faus. una palabra de Dios: «así dice el Señor: por tres cosas aborrezco a la Junta de El Salvador. Porque se ha entregado en las manos de los poderes tácticos de la extrema derecha. Porque ha consentido en el genocidio de su pueblo para seguir en el poder. Y porque ha revestido todo esto con el nombre de democracia y de cristianismo». Añade aún el jesuita teólogo esta importantísima advertencia: frente a Nicaragua o frente a procesos semejantes, que Dios multiplique, hay que «dar un ejemplo de incondicionalidad sin fanatismo». De Guatemala dice con estremecida verdad: «en Guatemala las cosas son de tal manera diabólicas que ni noticia son». Escribo otra «carta a los amigos del Brasil a quienes debo carta». Y el correo de Goiânia, una vez más, impertinente y represor se niega a expedirla como «impresos», a pesar de ser toda ella policopiada. En la carta recojo las tensiones indígenas y campesinas de nuestra región y también los preparativos para la celebración de los 10 años de nuestra Iglesia. En la sede central de la Funai, en Brasilia, se dio un encuentro histórico entre el jefe tapirapé, Txwâeri, y el presidente de la Funai, coronel Nobre da Veiga. La Funai quería arrancar de Txwâeri la cesión de un área de la tierra tapirapé para la hacienda Tapiraguaia. Txwâeri se negaba. El coronel insistía, con su mentalidad muy poco democrática: -Yo soy presidente de la Funai, y lo que yo firmo, firmado está-. «Esa es la ley del blanco (le replicó Txwâeri con la dignidad de jefe humano de un pueblo libre); la ley del indio es otra. Yo debo conversar con mi comunidad. Lo que la comunidad diga, dicho está». Las fiestas de los 10 años de nuestra Iglesia han sido populares, llenas de esperanza, muy amigas. El pueblo las ha celebrado con júbilo de afirmación. Y con una profunda gratitud religiosa. Comunidades de Goiás, de Goiânia, del Para, del Nordeste, del Espíritu Santo, de Sâo Paulo... nos han acompañado cariñosamente. Y amigos del exterior, entre ellos la hermana del padre Francisco, Marie Jeanne, agitada y habladora como él. Los pastores luteranos Hans y Arteno han dado la entrañable nota ecuménica y tres obispos simbólicos cualificaron la idiosincrasia de nuestra Iglesia: José M. Pires, por los negros; por los indios, Tomás Balduino; y Celso Pereira, por los labradores. El teatro, sumamente creativo. Fuertemente comunicador. Y el folleto popular del «cordel» de los 10 años de nuestra historia, delicioso como un festín. No faltaron las amenazas, los boatos absurdos, la presión. Pero el pueblo, en general, supo prescindir una vez más del miedo. El día 16 cerramos una animada marcha-procesión, con pancartas y mensajes, por las calles de Sâo Félix, celebrando en la catedral una misa de Crisma comunitario, compromiso para el futuro. Sudábamos de sol y de Pentecostés. Los profesores José Martins y María Nilde nos acompañaron, después, en una evaluación de la caminhada. En la reunión hablábamos de la radicalidad evangélica -más total, personal también, muchas veces «absurda»- y de la radicalidad política -más táctica, más interesada en la eficiencia-. Conjugarlas sabiamente, sabiendo que aquélla hinca sus raíces en el Dios de Jesucristo, es un ejercicio indispensable y liberador. Estos días, hemos hablado mucho de nuestra América. Con Chico y Rosa, los queridos retornados; con Pablo Schilling, buen conocedor del continente; y a causa de los diarios acontecimientos de Centroamérica. Ha caído la primera lluvia, torrencial, como abriendo espacio, limpiando el polvo y los pulmones. Los mangos, sobrecargados de flor, se han despojado razonablemente. Hoy he amanecido con Cuba en el corazón. La nueva Cuba, libre, atenazada, pero... ¿abriéndose ahora a una Iglesia nueva? Hermana primera, arrojada, en este camino de liberación, Cuba es una referencia necesaria. Un día se trazará una más serena historia de Cuba, de su contingencia insoslayable, de su abanderada decisión. ¿Qué hubiera pasado, qué podría pasar aún, si la Iglesia en Cuba hubiera sido o fuera otra, más... evangélicamente realista, más pobre y más libre? El que esté sin pecado que eche sobre la Isla su piedra escandalizada. En todo caso, Dios está siempre con los pueblos que buscan la verdad y la liberación. Los muertos enterrarán a sus muertos y Dios seguirá dando vida. En septiembre tendremos las asambleas regional y nacional de la CPT. Y tendrán ellos un nuevo ACISO (Acción Cívica y Social del Ejército) en la región de la Prelatura. Pero en octubre tendremos nuevamente las celebraciones de Ribeirâo Bonito -10 años de camino, 5 del martirio del padre Joâo Bosco-, y luchando y celebrando se va haciendo el pueblo de Dios. SEPTIEMBRE Día 22 Esta noche empezamos la Asamblea Nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra. Aquí, en Goiânia, cuna y hogar de la CPT, perseguida y eficiente. En Miracema tuvimos, del 15 al 20, la asamblea regional. Muy fraterna. Reflejo pascual de la hora que atraviesa nuestra convulsionada región Araguaia-Tocantins. Los padres franceses Aristides y Francisco están presos en. Belém. Están presos también 13 posseiros del Baixo Araguaia, que, en la incomunicación y bajo presiones de todo tipo, habrían acusado a los dos sacerdotes. Oneide, la viuda del mártir «gringo», ha sido repetidamente humillada. Ella trabaja con los padres en aquella región. Es posible aún la expulsión de Aristides, por lo menos. Hace ya mucho tiempo que su figura decidida y ágil incomoda al latifundio, a Curió, a la Seguridad Nacional. La Iglesia vecina de Conceicao do Araguaia, con Dom José al frente, enfermo y fuerte, pasa otra vez por dura prueba. Nosotros la acompañamos con obsesiva amistad. El «Projeto Karajás», multinacional, precedido por el Getat, se cierne sobre la región: sur del Para, Bico do Papagaio, Oeste del Maranhao, con prepotente fatalidad. En la asamblea regional analizamos la situación de nuestra área y la actuación de nuestra Iglesia. Flotaba en el aire una pregunta: ¿por qué la CNBB nacional se mostraría como reticente, en esta hora, frente a estas violencias y angustias? Quizás, la Ley del Extranjero, que viene ahí. Quizás la dificultad de hacerse cargo, desde lejos, de toda esta problemática de la tierra en nuestra región de latifundios, multinacionales, pistoleros y Seguridad Nacional. Por parte de los políticos interesados, en las figuras de Passarinho y Curió, no han faltado los ataques a la Iglesia comprometida con el pueblo de la tierra. En última instancia, se entendía bien que se pretendía salvar, ante todo y sobre todo, la sagrada propiedad privada. Durante tantos siglos después del Evangelio y de los Padres- la Iglesia la ha defendido, tan cómplice, que ahora cuesta entender, o aceptar que la Iglesia pueda cuestionarla, reducirla a su función social, desmitificarla de una vez. Para una fe más sencilla, para una política más humana, me parece cada vez más evidente el derecho igual de todos a la tierra y sus frutos, a los medios de producción y sus beneficios. Los señores del capital y del privilegio tendrán que acostumbrarse a ese elemental derecho revolucionario. En Vinhedo hemos tenido, un grupo de obispos y sacerdotes y algunos hermanos evangélicos, un curso de teología y sociología. Magnífico. En profunda celebración de la fe y de la amistad. El aire benedictino de Vinhedo, los pinares, la quieta amanecida, las puestas de sol, el silencio, forjaron un marco ideal para el nuevo estudio y el nuevo compromiso. Porque América Latina y su kairos nos acompañaron persistentemente. Con Gustavo Gutiérrez, con Julio Santana. Y allá fuera, la persecución, verbal o de represión, nos mantenía en estado de entrega. Hace casi un mes que estoy fuera de la Prelatura. Con cierta preocupación, y rezando por ella. En Ribeirâo Bonito ha habido una pujante manifestación popular. Los posseiros de la Azulona siguen en tensión. Y no sé noticias últimas del Tapirapé. Estando en Luciara, por otra parte, sentí todo el frescor nuevo que surge, como un verde inesperado, en la prohibida aldea karajá. El film de la «Missa da Térra sem males» que también allí proyectamos, confirmaba la esperanza contra toda esperanza de la causa indígena. Día 29 Llego de Goiânia, después de la asamblea nacional de la CPT que me ha elegido vicepresidente -el «Aureliano», decía guaseándose Dom Fernando-. Una mitad de los participantes en la asamblea eran labradores, lúcidos y realistas. Creo que la asamblea ha sido madura. La CPT, con sus 20 regionales, ha crecido mucho en extensión y en profundidad. También, en la línea de la fe, celebrada campesinamente, y en un clima de lucha y de esperanza. En la opción sindical y política. En la regionalización descentralizadora, sin perder, entre tanto, la interna cohesión nacional. Agentes y labradores de talla aseguran el futuro ya presente de la CPT como un «rostro rural» de la Iglesia en el Brasil. Dom Moacyr, tantos años presidente, reelegido ahora, ha sabido dar a la CPT credibilidad eclesial y aire de familia. Dos estupendos pastores luteranos, Paolo y Fuchs, confirmaban nuestra actitud ecuménica. Realmente, la unidad viene por las bases, desde el pueblo y sus causas. Tampoco faltó, para que nos sintiésemos más latinoamericanos, una discreta y luminosa presencia paraguaya. Es San Miguel, el defensor de los derechos de Dios. Y estoy en Sao Miguel do Araguaia. Acabamos de celebrar la misa, Eduardo y yo, con Geraldo, que viene de la Isla del Bananal. Txwâeri y Anantekanto'í están en Goiânia, Brasilia, Sao Paulo, para demandar «mandato de seguridad» contra la madrastra Funai que quiere cercenar las tierras del Tapirapé. También en el Rio das Mortes, en la gleba pretendida por la hacienda Marruá, de Máquias Vargas, Limeira, Sâo Paulo, anteayer hubo tiroteo entre pistoleros v posseiros. Aún no sé el resultado. Estoy previendo la represión. La justicia es ciega de un ojo y sus pesas son el dinero. Aristides, Francisco y los 13 posseiros del Araguaia continúan en la cárcel de la Policía Federal de Belém. Mientras la televisión nos ostenta brazos cardenalicios entrelazándose con los brazos del Presidente enfermo.. , allá, en Belém, en el Araguaia, en el Brasil, los otros brazos del Presidente -los brazos largos, impunes, de la represión oficial- prenden, torturan, expulsan a los hijos del pueblo y a sus aliados de Iglesia. No hay que escandalizarse, pero tampoco se puede ignorar ese caminar ambiguo de ciertos sectores eclesiásticos. OCTUBRE Día 1 Nordeste, nunca asumido, nunca verdaderamente atendido por el Brasil, nunca reconocido en sus posibilidades: de los 30 por ciento de brasileños que viven en estado de pobreza absoluta -36 millones de personas-, la mitad está en el Nordeste. Según la «Folha de Sâo Paulo», del día 29 de junio. Dostoiewski escribió, en un cuaderno de apuntes: «No es como un chiquillo como yo creo en Cristo y profeso sus enseñanzas: mi hosana ha sido depurado por una llama purificadera de dudas». Día 24 En el nuevo calendario litúrgico hoy es San Antonio M. Claret, místico, apóstol, mártir, «nuestro padre fundador». El tejedor del Reino, incansable como una lanzadera agitada por el Espíritu. Ayer -antes era el día 23 la fiesta de San Antonio María- celebramos, equipo, pueblo y yo, mis 10 años de obispo. Con mucha simplicidad. Dando gracias a Dios y a cuantos nos han acompañado en estos diez años de camino. Durante la semana hemos tenido, con Marcelo, el benedictino bíblico de Goiás, un retiro espiritual centrado en las opciones de Jesús. Nos acompañó providencialmente el padre Astor Ruiz, que fue secretario de pastoral de Dom Romero. Era la presencia mártir y liberadora de toda la mejor Iglesia de América Latina. Era el propio San Romero con nosotros. Han sido unos días profundamente espirituales. Y comunitarios. Broche cristiano de las celebraciones conmemorativas de los 10 años de la caminhada. Hace tiempo que pienso en las opciones de Cristo, en sus actitudes fundamentales. Jesús opta por el Padre, por los hermanos, en el servicio del Reino. Opta con parcialidad, aún ofreciéndose como Salvador de todos, porque opta según la voluntad del Padre, que es la hermandad igualitaria de los hombres, sus hijos. Las actitudes fundamentales de Jesús son: encarnación, fidelidad en el servicio, comunicaciónacogida (del Padre, de los hermanos), libertad de pobre, novedad, conflictividad, fuerza en el Espíritu (contra el pecado del mundo, sobre la muerte). El discipulado o seguimiento de Jesús, tan evangélico, tan ecuménico, tan de los viejos maestros cristianos, y redescubierto en nuestra América Latina, nos debe llevar a optar como Jesús y a cultivar sus actitudes. Como personas cristianas, como comunidad eclesial. Viniendo de Goiânia y de Brasilia, por San Miguel, me sucedió lo más pintoresco en materia de viajes episcopales. Me sentí indispuesto, en el autobús. Eran como las 4 de la madrugada, y llovía. Atravesábamos parajes cerrados. Le pedí al chófer que hiciese una paradita. Toda la tripulación dormía. Bajé del autobús y el autobús se largó. Me tocó caminar, de madrugada y bajo la lluvia, unas tres horas. Me imaginé luego el desespero del padre Geraldo cuando se despertase en el autobús y cayese en la sospecha de que su obispo habría sido secuestrado... Yo me acordé, con inmediata sensación, de la perfecta alegría de San Francisco y del sufrimiento errante de los peones del latifundio. Y fue en un barracón de peones donde bebí el café de la mañana v desde donde tomé un nuevo autobús, camino de San Miguel. Día 29 Serra Nova, con varias casas desechas y aquella sensación de fin de línea. Pero los amigos siempre y la pequeña comunidad. Y un poco, la angustia o solicitud de «mis» iglesias. Hay varios enfermos. Y hay otros problemas, del pueblo, del equipo, de la Iglesia más en general. Dios es fiel y amarle es ser fiel a su causa, que es la causa de estos pobres. Por el camino, El es el camino y la gran salida. «Anunciar la muerte del Señor hasta que El venga». Esto es celebrar. Esto es vivir cristianamente. Día 31 No hay coche para regresar a Sâo Félix. Espero, entre chiquillos, en la charca del amigo Lulú. Y aprovecho la pausa para leer un antiguo número de «Iglesia viva» dedicado al tema de «vivir en Cristo hoy». En Brasilia, Aureliano continúa con la «patata Caliente» de la expulsión sí, expulsión no, del Chico y Aristides en sus manos provisionales de Presidente sustituto. González Faus multiplica por el principio universalista («recapitulación de todo») los tres momentos clásicos de toda cristología: encarnación, cruz y resurrección; para descubrir que ellos «no son momentos aislados de la vida del Señor, sino verdaderas categorías ontológicas configuradoras de la realidad». «La realidad como absoluto, la realidad como promesa». «El dolor del mundo, afirma también González Faus, es el lugar de la superación de la eterna antinomia entre inmanencia y transcendencia». Viéndome escribir la última página de este cuaderno de turno del diario, la pequeña Judit, vivaracha y habladora como un pájaro, comenta en alta voz: «escreveu tanto que acabou o caderno». Mañana será la solemnidad de Todos los Santos, gloriosos en torno al Cordero, degollado y de pie. NOVIEMBRE Día 9 Es centenario de Teresa de Jesús y es centenario de Francisco de Asís. Procuro hacerlos próximos. Espero que me pasen un poco de su pobreza y libertad, de su oración y alegría, de su coraje y oblación. «El arte y la atmósfera (en la basílica de Hipona ) .. hacían pensar en la posada de Emaús de Rembrandt, donde toda la luz arranca de las dos manos que parten el pan: la palabra y la eucaristía» (Hamman). Día 10 ¿Para qué encerrar pájaros en la jaula, cuando toda la huerta amanecida es una libre, congregada, algarabía de canciones? Como una vena profunda, nunca restañada, aquella antigua voluntad de alcanzar, por fin, un día, la «soledad sonora». Nostalgia de Dios que nos acompaña como un sobreinstinto mayor que el sexo, más fuerte que la propia vida. «Nuestra alma tiene sed de Dios»: el salmo traducía así la apetencia más universalmente humana. Día 28 Sâo José do Xingú. La lluvia, cortina gris, leve cortina de juncos gráciles, viene, invadiendo la floresta, desde el río. El padre Jesús y yo hemos estado visitando familias, esta mañana, Sâo José, sin muertes ahora, vive la incerteza de sus lotes, vendidos al «fazendeiro» de la «Formosa». Y la política del PDS, en medio. Y el nuevo poblado que se anuncia con todo el apoyo oficial del Estado y de la prefectura. Alguien sale ganando en esta confusión. El pueblo está decepcionado y tenso. La entrada al río Xingú -área del Parque Indígena- está custodiada por la Funai y por la policía. El Parque está, pues, aparentemente tranquilo. Creo que está, de hecho, cercado. Y nadie prestando a los grupos indígenas xinguanos una ayuda eficientemente válida. Nosotros, por ahora, continuamos aún prohibidos. Prohibidos desde que llegamos a esta Misión. Yo siempre siento que este Parque del Xingú es una grave responsabilidad que pesa sobre las Iglesias de Diamantino y de Sâo Félix. Anteayer regresé del Nordeste. De Alagoas y Pernambuco, donde celebramos la Semana de la Conciencia Negra, con la «Missa dos Quilombos». La Serra da Barriga, en Uniâo dos Palmares, es un baluarte mirador de belleza excepcional. Verdadero Sinaí de la causa negra, en este Brasil que no quiere reconocerse segregacionista. La memoria de Zumbi nos acompañó, poderosa y clara, como un Moisés de ese otro grande pueblo, secularmente esclavo. En Recife -en el marco de la Plaza del Carmen, donde fue levantado en un palo, para escarmiento de los negros que huían del cautiverio, la cabeza de Zumbi- la «Missa dos Quilombos» con Milton Nascimento y sus cantores y músicos y la multitud vibrando y el grupo de danza, popular y juvenil, fue una celebración inolvidable. La derecha reaccionaria acusó el golpe también y calumnió a su estilo, sembrando de panfletos la plaza del Carmen y transformando en hoz y martillo la mano negra y la cruz de todos los carteles de la misa que daban su grito de negritud en las paredes de Recife. Dom José María Pires, antes «Dom Pelé», ahora es Dom Zumbi. El presidió la Misa. A su lado, Dom Helder, pequeñito y exultante. Siento que pagué, en parte, mi deuda con la África de aquellos días de la Guinea. La Causa negra, como una marea de dignidad, está creciendo, por días, en el país. Los 45 millones de negros del Brasil se harán respetar, finalmente. Es una causa de Evangelio. Pedro Claver, mi paisano de Verdú, lo entendió muy bien en su sencilla entrega, como «esclavo de los esclavos negros». Con los indios, en busca de la tierra sin males, con los negros, en el propósito de reconstruir el quilombo de la libertad fraterna, caminamos haciendo Reino. Día 30 Toda la noche y aún ahora, de mañanita, ha estado lloviendo torrencialmente. La floresta y la lluvia cerraban el mundo. Sâo José do Xingú se tornaba un final de todo. Y Jesús y yo esperando algún transporte para ir a Santa Cruz. No va a ser fácil. Anoche celebramos la Eucaristía, con mucha concurrencia y una agradecida atención por parte de esas gentes que sólo de tiempo en tiempo pueden celebrar comunitariamente su fe. Insistí en que se reunieran cada domingo. Y más inmediatamente les estimulé a celebrar la novena de Navidad. Por la tarde tuvimos catecismo con la chiquillería. Por la mañana habíamos celebrado 4 bautismos y 4 matrimonios (de novios ya maduros y con hijos). La «nueva ciudad» se está abriendo, políticamente patrocinada por el PDS en la persona del diputado Ricardo Correa. Un puesto de gasolina y su bar-churrasquería, la escuela, la notaría luego y un pozo semiartesiano. Serán, según el mapa fantasioso, 6 mil y tantos lotes y más de 5 mil habitantes. No sé de qué vivirán todas esas familias. Porque no creo que las haciendas circundantes den siquiera trabajo a una minoría de esos moradores hipotéticos. Se habla también de unos 6 proyectos de plantación de caucho. No sé si es lucro a la vista o campaña electoral, disfrazada de progreso. El bueno de San José, que es más honrado, cuide de este su pueblo. Manuel «Gato» -contratador de peones- recibió anoche una profunda cuchillada en los lomos. Que podrá tener consecuencias graves. Pero, para lo que fue este «Sâo José do Sangue» o «Sao José do bang-bang», aún ayer, por esos bares y pensiones de madera oscura o pintarrajeada, sentíamos Jesús y yo un sosegado ambiente, casi un clima de lugar deshabitado. Los peones, pocos ahora, exultantes de tropezarse con el obispo en la tasca, comentaban sus autobiografías errantes y las Magdalenas iban y venían, entre infantiles y resignadas. Dios estaba al quite, siempre Padre, de cada una de esas anónimas vidas. «Radiografía da Igreja hoje» es el último número de «Con-cilium». Superando una hastiada sensación de eclesiasticismo, se vuelve a estudiar y se ama otra vez la Iglesia, como eclesial, comunidad viva, histórica; de todos los cristianos -las varias Iglesias, las Iglesias particulares-, animados y aglutinados por la permanente acción del Espíritu. Alguien recuerda oportunamente, en un artículo, la palabra de Erasmo: «Soporto esta Iglesia esperando que se vuelva mejor y ella habrá de soportarme esperando que yo me vuelva mejor también». DICIEMBRE Día 5 El viaje a Santa Cruz do Xingú fue de tractor. Doce horas en el tractorcillo azul «Ford 6600». Por la «Perdida», la carretera más inverosímil por la que yo haya transitado en vida. A las 2 de la madrugada llegamos al nuevo lugar. En plena floresta, a unos 25 kilómetros del río Xingú. Sesenta familias gauchas, más otras diez que llegarán luego; y unas ochocientas que ocuparán, dicen, el área del proyecto Santa Cruz número 2. Los colonos están animados; a pesar de tener serias quejas contra la colonizadora «Corebrasa», dueña de la hacienda «Brasil», y contra el Banco del Brasil que los financia y los pone a prueba. Gauchos, herederos de las tradiciones europeas que emigraron al Rio Grande do Sul, no sabrían pasar sin las hogazas enormes del pan hecho en casa. Las huertas ya están cuidadas y rompen los frutales nuevos; las parras, las higueras incluso. Celebramos la santa misa, inaugurando oficialmente una fervorosa comunidad, quizás tradicional pero practicante. La querencia del Sur los acompaña, pero la vida se impone y están dispuestos a vivirla con decisión. Ahora tienen doscientas, cuatrocientas hectáreas. La tierra del Sur, sobrevalorizada para la exportación, ya no servía para las familias numerosas ahogadas en un minifundio. Emigrar era la suerte, la herencia secular. Volvimos de tractor hasta el Bituca, en una procesión nocturna de doce «Ford 6600». Luces amarillentas, una luz roja. Y la «Perdida», interminable. Se «perdió» así la carretera, porque los intereses de los grandes fazendeiros, aliados con el Ministro Andreazza y una connivente Funai, trazaron la carretera BR-80 sobre las mejores tierras del diezmado Parque Indígena do Xingú. Día 14 Estoy de vuelta, en Sâo Félix, después de la reunión de la Dirección Nacional de la CPT, en Goiânia. Figueredo ha lanzado solemnemente la nueva ley agraria del «uso capiâo», pro labore. Yo la clasifiqué, en la prensa, de «instrumento insignificante». Dom Luciano, el Secretario de la CNBB, de «marco significativo». Lo cual, por lo menos, podría demostrar que aún hay cierto pluralismo en la Iglesia... El día 7 visitamos en el cementerio la fosa de Isabel, la madre que murió al dar a luz a sus terceros gemelos, muertos también con ella. Las mujeres de la vida son también las mujeres de la muerte. Las primeras en llegar al cementerio fueron la María X y otras compañeras de profesión, esa «más antigua profesión de la humanidad». Y así, muy frecuentemente, son ellas las primeras en las visitas a un muerto, en los entierros, en el campo santo. Quizás porque aquí -en estas regiones de pasiones y muertes prontas y broncas- ellas, mujeres de la vida, se sienten siempre, como por profesión también, un poco familiares de la muerte. Estos días, precisamente, estaba pensando, con cierta preocupación, en la moral de nuestro pueblo. La moral de la castidad, de la continencia (sexo, bebida) y la moral del perdón andan, de hecho, un poco malparadas. Y si no debemos caer en el inveterado fariseísmo burgués de ver sólo esta moral -olvidando la justicia- tampoco debemos saltarnos a la torera la justicia de la fidelidad conyugal, del respeto al propio cuerpo y al cuerpo de los hermanos; la justicia del perdón, de quien se sabe perdonado siempre. Varios casos recientes de sacerdotes «conspicuos» que han dejado el ministerio para casarse, vuelven el tema del celibato a la mesa de la discusión. Pienso que ni se debe imponer lo que es un carisma, ni faltarán los eunucos voluntarios al servicio del Reino. Todo es problema de opción frente a la Gracia, una y diversa. Ha llegado de Alagoas, del Nordeste, un muchacho desconocido, con sus 19 años buscando futuro, pidiendo acogida, orientación. Un caso más de los muchos casos de jóvenes que nos buscan con esta misma finalidad. El verde se ha apoderado del sertao, de las chacras, del mundo. Son las lluvias de Adviento. Día 21 Canuto y yo hemos visitado Antonio Rosa y Lago Grande. En la lancha «voadeira». El Araguaia crece, cercado de verdes plurales, agitado por las lluvias. En Antonio Rosa, doy mi rosario de madera a un leproso, solo en su covacha de paja, las manos y un pie ya en muñones y el rostro prematuramente envejecido, pero en conformada paz: «La juventud fue buena. La vejez y la enfermedad son buenas también». A Raimundâo y esposa que lo atienden les recuerdo que es Jesús de visita, aquél que viene siempre en los hermanos pobres. En Lago Grande visitamos la minúscula aldea karajá, dos familias apenas. Y allí nos cuentan una historia de amor, digna del más bello romanticismo. Los karajá estaban pescando en el río Javaé, y de madrugada, noche aún, apareció en la orilla una muchacha blanca, bonita, que les explicó, iluminada, que había soñado que se iba con un indio... Y con un indio se fue. Está allí, en la aldeíta de Lago Grande, casada y feliz. Otra mujercita, mulata, casada con karajá y muy bien incorporada a la vida indígena, convenció al padre de la muchacha que pretendía llevársela de vuelta: «yo no cambiaría este mi marido indio por ningún hombre de mi nación blanca. Aquí he encontrado la libertad». Volví de Santa Terezinha por Santa Isabel, y viniendo de la Isla, de voadeira, encontramos dos canoas a merced de la marejada del río, con grave riesgo de vida los cinco karajá que iban en ellas. Los recogimos y los dejamos -ateridos y un poco estupefactos- en las tan conocidas y ahora hostiles orillas de su Beroká. Estaban los cinco bebidos. Víctimas de las aportaciones de nuestra civilización occidental. Día 25 Navidad, en Pontinópolis, en la pobreza, en el verde exuberante. Dentro del pueblo, con su amistad y sus luchas, con su fe sencilla y florecida, con alguna borrachera, alguna infidelidad, los recelos que los grandes suscitan y esa fácil, cordial, comunicación. 25 bautismos y 3 casamientos. Creo, a pesar de todo, que son sacramentos bien acogidos. La tierra es buena y la semilla mejor. Es la Navidad de hoy, en Pontinópolis. La pobre X, un poco alelada, con un ojo solo, con un extraño crimen en su haber, madre ahora nuevamente -madre soltera-, en una verdadera gruta desolada. Y su pequeño Jesús, forrado con una manta de borra, en estos calores tropicales, para espantar los mosquitos impertinentes. Es la Navidad hoy, en Pontinópolis. Tres amigos han propuesto reconciliarse con Dios y con la familia. Con una simplicidad pública que los sofisticados ya no pueden ni sospechar. Es Navidad hoy, en Pontinópolis. Esta noche celebraremos la eucaristía de Navidad, en la Santa Cruz de la carretera. Alguien maja arroz cerca y, lejos, otro pilón de música monótona maja la danza popular del «forró». Dos Anjos recuerda que el 82 «está ahí mismo». El tiempo, nosotros, estamos llegando. Vamos hacia la total Navidad. 1982 ENERO Día 6 Para el pueblo hoy es aún la Epifanía, «día santo», ¿cómo no? Este santísimo día «dos Santos Reis». Llueve mucho. Ha «invernado», y pienso en los cinco sertanejos -cuatro hombres y una mujer- que hoy regresan a su Isla del Bananal. Para venir gastaron tres días a caballo, pasando ríos a nado y con los arreos en la cabeza. Acaban de participar de la reunión representativa, con otras gentes de las comunidades y algunos miembros del equipo pastoral. Estamos intentando dejar cada vez más al propio pueblo las decisiones, la evaluación, la dirección de la vida pastoral de nuestra Iglesia. Claro que es un caminar lento y debe ser armónico. El equipo aún es indispensable para animar y para contribuir. Tuvimos también reunión propia del equipo. Y un día de reunión indigenista. Los dos días de estudio, sobre Iglesia, Reino, Mundo. Esperábamos a Clodovis Boff y Clodovis no vino. Por grupos analizamos algunos aspectos del tema central y después compartimos en plenario. A pesar de tantas reuniones específicas durante el año pastoral, y tantas celebraciones conmemorativas en este 81, la «turma», el grupo, estaba con saudades de encontrarse de lleno, a nivel de equipo, a vida abierta. Yo definiría así los tres sujetos del estudio que hicimos? - El mundo es toda la rica y ambigua realidad temporal: naturaleza, sociedad humana, historia. - El Reino es el proyecto que Dios, en su amor, tiene para el mundo. Ese proyecto es don de Dios y se hace en la libre acción del hombre. - La Iglesia es -debería ser- la comunidad de fe de los seguidores de Jesús, que viven, por El y en El, al servicio y a la espera del Reino. Si el Reino es el proyecto del Dios y Padre de Jesucristo, la misión de la Iglesia de Jesús sólo puede ser el Reino. La misión de la Iglesia debe ser buscar, acoger, celebrar, anunciar, construir, esperar el Reino. . Fe cristiana sería la aceptación, gratuita y vivencial, del Dios y Padre de Jesucristo: su misterio, su proyecto. Día 11 En Imperatriz, del Maranhao. Y en casa del nuevo obispo, Dom Alcimar, amazonense, joven y abierto a la realidad, consciente de la tarea apostólica que el Señor le ha confiado en este imprevisible Maranhao, muy bien previsto por los poderes transnacionales. He dormido en casa de Pedrito y Teresa, un día agentes de pastoral en nuestra Prelatura. Esperan hijito. Viven felices, y dedicados al pueblo, en el trabajo, en la lucha por la tierra, en la política. En su casa, noche adentro, Luis, un descendiente de indios, nos cantó varias composiciones suyas, fuertes como la vida de este pueblo hoy. Ayer por la mañana recibimos a orillas del crecido Tocantins, el nuevo obispo de Tocantinópolis, Dom Aloísio Hilario, negro, de Minas Gerais, orionita. Llegó discreto de palabra, pero firme de actitud. También él sabe que le ha tocado en herencia apostólica un campo duro. La región del Bico do Papagaio está en su diócesis, entre otros problemas y desafíos. Diez obispos lo recibimos, mezclados entre los alegres representantes de las comunidades. Alguien del clero, aún el día antes, apuntaba sus reticencias ante el color negro de Dom Aloisio: «si fuera para obispo auxiliar...» Al final del almuerzo comunitario, yo leí intencionadamente un fragmento de la Missa dos Quilombos. Espero que Dom Aloisio no va a negar su raza. Viniendo de esos nortes de este Brasil que no se acaba nunca, leía la Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez. Sobria novela, perfecta como una pieza de relojería. La fatalidad humana, para el novelista, sería esa muerte toda, anunciada, inevitable, que muchos quisiéramos impedir, que nadie impide. El obispo de la Crónica, tan esperado, pasa de largo. Come crestas de gallo y desperdicia el resto. «Odia» al pueblo. Viaja rodeado de «gallegos» y despacha, desde lejos, sus bendiciones de rutina. García Márquez no es un clerical, desde luego. Pero los obispos, a veces, no estamos tan lejos de esa caricatura del obispo que pasa de largo junto a la mucha muerte anunciada. «Concilium» dedica un número a la revisión del Derecho Canónico. «¿Una oportunidad perdida?», pregunta la portada. Yo, sin mayores pretensiones, respondería que sí. Por el proceso, incluso sugerido por Conferencias Episcopales, y que no se siguió. Y por lo que he leído y oído en esos largos meses de gestación del nuevo Código. Se lo siente preconciliar aún, en ciertos aspectos eclesiológicos, fríamente juridicista para una comunidad de seguidores de Jesús, en la que el alma de toda estructura, sin duda también necesaria, debería ser siempre el Espíritu. Se lo ve enfocando el poder jerárquico, los seglares, la mujer, los sacramentos, el ecumenismo, con una mentalidad; más eclesiástica que eclesial. Cuando no se acierta a codificar la vida, que siempre se resiste a la codificación, la vida, acertada o desacertadamente sigue, descodificada. «La evangelización, según Marc Boegner, es sobre todo una" nueva calidad de ser»: ser evangélicamente. Día 21 Acabo de llegar de la Chapadinha. Hemos celebrado allí las" fiestas patronales de San Sebastián. Decía una mujer que el santo mártir sólo pudo ser sacrificado así, a flechazos, por los indios: sólo ellos flechan. Ya otra comadre aclaraba que a Sebastiâo lo mataron sus propios compañeros del ejercito... En todo caso, hemos celebrado al «animador» de una comunidad cristiana prohibida que supo ser fiel hasta la muerte. La procesión de la víspera arrancó del gran pozo comunitario. Y el evangelio de la Samaritana nos proporcionó la adecuada lectura, el agua viva. El agua -y todo don- que cae del cielo de Dios; que la madre tierra recoge; que el trabajo comunitario conquista. El agua viva era, sobre todo, el Espíritu de Jesús. Y esas gentes conectan fácilmente con el «Divino» Espíritu Santo, tan profundamente arraigado en la fe tradicional brasileña. Día 24 El padre Pablo Lisboa, jesuita de Itaici, me envía su último libro: Días de gratuidade. Seis son las condiciones necesarias para una buena oración: - Reconocer una presencia. - Situarse siempre como un necesitado. - Hacer silencio para escuchar. - Escuchar para hablar. - Hablar dialogando. Sentirse bien en la oración prolongada. Día 25 Todavía hoy la conversión de Pablo es una asombrosa novedad. Alguien es capaz de llamar irresistiblemente y derribar del caballo al más pintado fariseo, al más cerreño conservador, a Pablo. Un hombre honesto, sin embargo. Nadie responde si no se sitúa en la honestidad. La Gracia de Dios sólo se encuentra con la sinceridad humana. La orquídea, otra vez, ha dado su flor blanquiamarilla, pequeña y leve como una insinuación, bajo la lluvia cerrada, en la umbría, adherida al viejo tronco, muerto y vivificador. Hace unos días, Elis Regina -para mi gusto, la mejor cantante del Brasil- murió de misteriosa muerte. La recuerdo en su canto afinado, dúctil, comunicativo. Su tensa vida humana -«a mina escura e funda»- habrá encontrado la tan buscada iluminación. Su propia vida fue la «romaria» cantada. Toda ciudad terrestre -afirma la Carta a Diognetes- le resulta extranjera al cristiano. FEBRERO Día 21 En nuestro Brasil es carnaval, a pesar de muchos pesares. Estoy en Goiás -Goiás Viejo, que dicen-. Los tejados ennegrecidos y verdinegros los montes circundantes. Y una salvada paz como adhiriéndose a toda esta ciudad antigua. Los seminaristas inician un nuevo año de la Escuela del Evangelio. Bella experiencia, que será contestada aún, pero que promete. Son ya varias en el Brasil esas experiencias de Seminario nuevo, «menor», de otro modo, más entre el pueblo y los libros, conjugando la formación y la vida. Me han convidado a ayudar a estos muchachos de Goiás con algunas reflexiones sobre la vocación sacerdotal. Yo les recordaba anoche que «Seminario» puede significar el lugar donde se guardan las semillas; donde se plantan las semillas; donde se experimentan las semillas; donde se seleccionan las semillas; donde se producen las semillas. Y lanzábamos, de entrada, estas preguntas que ahora ellos están respondiendo por grupos: 1. ¿Yo he hecho opción de vida? ¿He optado por qué? ¿Por quién? 2. ¿Qué es lo que sustenta mi opción? 3. ¿Qué impases, obstáculos, dudas, amenazan mi opción? El viernes almorzamos, en Sao Bernardo do Campo, allá en Sao Paulo, con Lula y otros metalúrgicos procesados. En el familiar comedor del Sindicato de los Metalúrgicos. Y hablamos de sindicalismo, de política, de Iglesia, de paro, de la tierra, de la última asamblea de la CNBB. Itaici acababa de ser, una vez más, sobre todo, un gran encuentro para los obispos católicos del Brasil. Algo huele bien en la CNBB. Hay un clima de sensibilidad mayor frente al pueblo, una libertad evangélica creciente. El tema fundamental de la asamblea -«Solo urbano e açâo pastoral»- mereció un documento bastante bueno. Sentimos, eso sí, que la Iglesia es más bien hija del campanario rural. En la ciudad moderna se siente un poco desentrenada. Ni los análisis ni la práctica urbanos de la Iglesia son muy maduros. Sin embargo, se ha hecho análisis suficiente de la trágica realidad del suelo urbano. El 70 por ciento del Brasil es urbano hoy en día, y en Río de Janeiro de cada 3 habitantes uno es favelado. Se destacaron las causas de esta tragedia: stock de lotes para la especulación; el derecho de propiedad constituido en supremo derecho; la opción política del actual régimen a favor de una minoría privilegiada, y un cuadro sociopolítico al servicio de esa privilegiada dominación. Se dio una pincelada ético-evangélica sobre lo que debería ser la ciudad de los hombres como lugar privilegiado de convivencia fraterna. Entre Babel y la nueva Jerusalén que esperamos; esa ciudad que no queremos y la ciudad que podemos y debemos construir aún aquí... Y se estimuló toda la reciente pastoral propia de la periferia: favelas, asociaciones de barrios, comunidades cristianas populares, reivindicaciones y servicios comunitarios, publicaciones, etc. La Iglesia, o mejor, la CNBB, reconoció, aunque tímidamente, que ella también es pecadora en la ciudad. Tímidamente, digo. Porque yo veo que hay mucho suelo urbano injusto en las manos de la Iglesia: ciertas residencias episcopales, ciertas casas religiosas, ciertas mansiones de católicos. Día 22 El libro de Cortés sobre el Poverello de Asís -Francisco, el buenagente- es una delicia. Y un nuevo encuentro con Francisco, en este año de su octavo centenario. Carretto dice que Francisco es el santo que todos hemos querido ser algún día. Tanto no sé si será; pero sí que uno quisiera tener bastante de Francisco de Asís. Aquella pobreza liberadora, aquella ecuménica y cósmica fraternidad, aquella compenetrada pasión por Jesús -niño y crucificado-, aquella inviolable perfecta alegría. En todo caso, es año de hacer la vida un poco más franciscana, más evangélica, pues. Día 23 En Ronda Alta -la encrucijada de una larga lucha campesina- se está celebrando hoy la «Romaria dos sem-terra». Aristides y Chico y los 13 posseiros «masacrados» continúan presos en Belém. Amnistía Internacional ha asumido la causa de los padres como presos de conciencia. Tanto Sâo Geraldo do Araguaia como Ronda Alta son cuestión de honra de la más alta represión oficial. En Sâo Geraldo concretamente rigen, inexorables, los intereses multinacionales del Proyecto Carajás. El «Curió» -justamente calificado como el Fleury del campo- comanda, nocturno y pérfido, esos focos de la alta represión. Oportunamente fue recordada, en la asamblea de la CNBB, la triste acción de ese «Major» militar en el Bajo Araguaia, en el Bico do Papagaio, en Alagamar, en Ronda Alta... El pueblo de los pobres frente al poder de las tinieblas, en versiones nuevas, sofisticadas a veces. Que el Señor desbarate los cálculos de los soberbios. Hoy, en la oración de la mañana, recordábamos que la esperanza debe amanecer cada día. No se espera de una vez por todas; se va esperando renovadamente. MARZO Día 11 En Sao Paulo hemos estado reunidos la Dirección Nacional y la Asesoría Ampliada de la CPT. Principalmente, para pensar la reforma agraria; para sentir lo que las bases piensan y hacen, reformando ya, transformando el Campo; para abrir mejor los ojos ante la nueva publicidad de reformas agrarias y tierras prometidas que el gobierno ha desencadenado en este año electoral. Promete el gobierno 300 mil títulos de tierra (hay 10 millones de labradores sin tierra o sin tierra suficiente en este continental Brasil). Esos títulos, en su mayoría, ya son conquista del pueblo; serán apenas reconocidos. Son títulos de sudor y sangre. La discusión sobre la reforma agraria pasa necesariamente por la discusión de la propiedad privada, por la discusión de la entera sociedad. ¿Con qué adjetivos se quiere esa reforma agraria? Ni economicista ni bucólica, claro está. Unos la temen porque podría estorbar el camino al socialismo. Otros, porque la sienten como un camino al socialismo, inevitablemente. ¿Cómo la siente y la quiere el campesino? El profesor José Martins nos recordaba: «No siempre la historia es insurreccional y nunca es mágica». Reforma agraria no es un acto institucional, decía alguien. «La gran transformación social acontece a nivel local o no acontece». Lo que no significa que no se deba preparar, localmente, la gran transformación global. Revolucinando se hace la Revolución. El capitalismo nunca hará, sin suicidarse, una reforma agraria que sea para el bien real de la mayoría. Hará reformismos agrarios. La CPT, en todo caso, apoyará sólo aquella propuesta de reforma agraria: - en que el propio pueblo labrador pueda opinar, decidir y actuar; - de modo organizado (a través del sindicato o de la oposición sindical y de esas otras mil formas de organización que el pueblo inventa); - en orden a una transformación estructural de la sociedad; en orden, pues, a una alternativa socialista, brasileña, latinoamericana, - que tienda a «rescatar» la tierra para el pueblo labrador y que rescate también el alma campesina y su modo de existencia y de convivencia, su cultura, su religiosidad, su ritmo humano. Sin ruralismos utópicos pero también sin fatalismos urbanos y mecanicistas. En el Ceará se creó el «Cartório da terra de Deus», verdadera notaría de la tierra del pueblo. Una reforma agraria real sólo puede arrancar de la tierra: de las bases populares del campo. Pero será para toda la humana ciudad. No basta ya sólo la «alianza campesino-obrera» sino el bloque hermano popular campo-ciudad. La gran clase popular, politizada, organizada, conmilitante. La democracia del pueblo, que es la única verdadera democracia. Despacito y con mucho realismo y con mayor esperanza, un día será; va siendo. A ritmo de azada, a ritmo de máquina, a ritmo de pueblo. Y al gratuito sorprendente ritmo del Reino de Dios. Día 12 Estoy meditando el libro de Leonardo Boff sobre San Francisco, «Vigor y ternura». Y leyendo textos de Santa Teresa. Y dándole vueltas a la vida, al Evangelio que llama, a la siempre más próxima visita del Señor. Vivir lúcidamente sería reconciliarse consigo mismo, con la naturaleza, con los hermanos, con la humana historia, con el Padre Dios. Abrirse a esas cinco vertientes con despojada libertad, con gratuita pobreza acogedora. Desde sí mismo, en asumida identidad. Al calor de Dios, que es el Señor Padre. Siento que esa reconciliación gradativa pero total comporta una ascética generosa. Sin masoquismos y sin concesiones. Hacia el tiempo, espacio del trabajo. Hacia la sociedad, espacio de la justicia y del amor, conjugados dialécticamente, evangélicamente. En la naturaleza, pródiga pero celosa de sí. Desde la propia entrega y la indispensable privacidad. La oración se ofrece como el espacio en-Dios-presente-acoge-dor-y-acogido que posibilita, diariamente, esta esforzada reconciliación. Teresa de Jesús decía a sus monjas, en el «Camino»: «si no os determináis a tragar de una vez la muerte, nunca haréis nada». Tan difícil, quizás, como tragarse la muerte es tragarse diariamente la vida. Sin huirla, sin desperdiciarla, sin acomodarla al propio Reino egoísta, sin permitir que la monopolicen los reinos de este mundo. En ascética fidelidad. Rebeldes según el Evangelio. Día 16 Se dice -y con cuántos subterfugios- que la opción por los pobres ha de ser «preferencial y no excluyente». Si la opción por los pobres es ponerse al lado de los pobres y contra su pobreza y marginación; la opción que también se haga por los ricos deberá ser ponerse al lado de sus personas pero contra su lucro y privilegios. Si no es así, volvemos a lo de siempre. Todos hermanos en Adán y en Dios, pero cada uno en su lugar social, y unos pasándolo muy bien y otros pasándolo muy mal. Siempre me ha dado mucho recelo ese «preferencial» de la opción. Una albarda, que es albarda sobre albarda si todavía se le añade un «no excluyente» a la opción. Es evidente que la Salvación de Cristo es universal. A todos se ofrece. Pero pasa por un camino cierto: el reconocimiento efectivo del prójimo como igual, como hermano. Con todas las consecuencias. Nadie es igual cuando se ve obligado a vivir tan diferente. Balancearse equilibristamente entre una y otra clase social es dar el nombre del Padre a la blasfemia. Y los ricos, en cuanto ricos, siempre se excluyen del Reino. Si Cristo es la riqueza de los pobres, ¿por qué no es la pobreza de los ricos -para ser la hermandad de todos? Día 26 Con Dilson, de la Opan, vamos a la aldea Tapirapé. Después visitaré Antonio Rosa y Lago Grande. Y celebraré el domingo de Ramos aquí en Santa Terezinha. Como anoche llovió torrencialmente, el suelo del patio ha amanecido forrado de guayabas, para delicia de gallinas y moscas. Las noticias de El Salvador son muy tensas en estas vísperas de las circenses elecciones que allí preparan. El día 24, segundo aniversario del martirio de Monseñor Romero, celebramos en Sâo Félix una eucaristía conmovedora. Oyendo el evangelio del mayor amor y las palabras del propio mártir en su última homilía. Dios y el pueblo salven para la libertad y para la justicia esa América Central cada vez más decisiva para toda nuestra América. De nuevo, coincidiendo con el año electoral, también en el Brasil, la policía, tanto federal como militar, se dedica en nuestra región a investigar, detener y retener, incluso cartas, libros, documentos. El martes, Pablo, Valeriano, Cascâo y yo tuvimos que ir al Hospital Araguaia para pedirle explicaciones al agente federal Walter Gomes da Costa. El es asiduo por aquí y estuvo controlando las fiestas de los 10 años de la «caminhada». Walter había detenido, pocos días atrás, al Zé Karajá y, aquella mañana, al Cascâo, interrogándolos, examinando correspondencia, y del Zé reteniendo libros, cartas, agenda. Discutimos. Evidentemente nadie convenció a nadie. El agente prometió que nos devolvería lo «robado». Vamos a esperar, aunque sin muchas garantías. Abusos aparte, la escena fue de película del Oeste barata. Los 4 de fondo por esas calles, casi sin luces, de hotel en hotel, y buscando al hombre. Sólo que en vez de revólver, llevábamos unas linternas inocuas. El policía nos recibió, sorprendido, en su mesa de restaurante, con la cerveza retenida en la botella y en el vaso y tres o cuatro peces del Araguaia haciendo de mudos testigos muertos junto a la silla del federal. San Francisco y Santo Domingo nos dan conjuntamente una buena lección de política eclesial. (Estoy leyendo un libro muy sugerente que los dominicos del Brasil han editado por ocasión de su centenario en el país). Los dos fundadores mendicantes contestaron tanto la vieja orden feudal que se derrumbaba, como la nueva orden «burguesa» que apenas nacía. Al mismo tiempo que se incorporaban evangélicamente a esa nueva orden. Como peregrinos y evangelizadores. Sin castillos y sin juramentos de vasallaje. «El Dios de los señores no es igual», decía Arguedas y recuerda Gustavo Gutiérrez. «No es igual al Dios de los pobres. En realidad, el dominador, en última instancia, es un incrédulo frente al Dios de la Biblia». Y recuerda, más adelante Gustavo, en su libro La fuerza histórica de los pobres, esta palabra de Berdiaeff: «Si yo tengo hambre, ese es un problema material; si otro tiene hambre, ese es un problema espiritual». Mejor aún: el hambre que yo tengo es un problema material para mí. Realísimo, sin duda. Pero el hambre que mi hermano tiene es un realísimo problema, tanto material como espiritual. Material para él. Para mí, espiritual. Tanto si conozco esa hambre como si la ignoro, debiéndola conocer. «Tuve hambre y no me disteis de comer»... O tuve hambre y ni siquiera os enterasteis. Ha muerto, con 15 días de vida, y de tétano la nietecita de Joâo Nunes y de Cícera. Canuto ha ido a enterrarla junto a aquella morada sertaneja siempre tan acogedora. Anoche también me enteré de otra muerte inesperada, y joven. Joâo Loup. De accidente aéreo. Aventurero y generoso, siempre un poco soñador, estará ya para siempre en la paz. Con su amigo Jentel. Había de morir en esta Amazonia que él tanto amaba. Día 28 Esta noche tendremos misa por el Salvador. Estuve en la aldea Tapirapé y pasé por la aldea Karajá. La hermanita Genoveva -siempre trabajadora, valiente y libre, a pesar de su salud un buen tanto quebrada- quiere construir la nueva casa, paja y barro, de la Fraternidad en la aldea nueva. Precisamente llegué al Tapirapé cuando el funcionario de la Funai estaba comentando con los indios el cable venido de Brasilia, vía Santa Isabel. Esta próxima semana será decretada, finalmente (!), la demarcación del área como los tapirapé exigen. Junto a esta promesa, la Funai lanzaba su insidia, preguntando a los indios si no querían enfermero, profesor y jefe de puesto de la misma Funai. Los tapirapé, muy dignamente, respondieron que no; que ya tienen otros que los ayudan hace mucho tiempo. Por la noche tuvimos la consabida reunión junto a la takana. Y, al día siguiente, otra reunión, ahora exigida por las mujeres, cada vez más conscientes y participantes. Han vuelto las lluvias y algunos labradores empiezan a perder el arroz. Pobreza, libertad, contemplación: testimonio y servicio primordiales. Día 29 En su lecho de muerte, San Francisco recomienda «conservar la pobreza y la fidelidad a la Iglesia romana, pero poniendo por encima de todas la otras normas el Santo Evangelio». Día 30 La restauración del barco-hotel, propiedad de la empresa ; «Brasif» de Belo Horizonte, va a costar unos 70 millones de cruzeiros. Para solaz pasajero de unas pocas familias privilegiadas. Contaminando el Araguaia y el derecho de tantos pobres. Oímos las primeras noticias del resultado de las elecciones de El Salvador. El Secretario americano se muestra feliz y con él otros autodenominados demócratas. Evidentemente, la satisfacción de esos señores no es ninguna garantía de felicidad para el pueblo salvadoreño. Los padres Aristides y Francisco y los 13 posseiros de Sâo Geraldo seránjuzgados sólo en julio o agosto. Después de un ¡ año de prisión. ABRIL Día 3 Un viejo «garimpeiro», luengos años buscador de oro, acaba de contarnos sus descubrimientos, elocuente y fanatizado. Está enfermo, de circulación sanguínea, y el médico de Vilarrica le ha exigido incluso el test de Hansen. Parece que no va a ser. Dice, con prepotente misterio nuestro hombre que tiene un regalo guardado en su maleta para aquel que lo ponga sano. Canuto y yo estuvimos en Lago Grande y Antonio Rosa. Subimos el río Belleza también, que es una belleza, de verdad. Acompañado en sus mil curvas por márgenes exuberantes, tan claro el reflejo como la realidad de las nubes y los árboles. Lago Grande amanecía y anochecía frente al Araguaia, ancho y crecido. El sol llegaba echando sobre el río, como un remo, su estallido de luz. Y el atardecer se recogía en una placidez contempladora. Canoas, peces, el baño de los niños, las comadres lavando ropa y vajillas, y el pueblecito, monótono y animado, contando «vida ajena», comentando las nuevas lluvias, la cosecha, la política del año electoral. Visitamos también la pequeña sobreviviente aldea Carajá. Cordiales y felices, aquellos indios nos dieron leche con nescao. A mí me dieron también, espontáneamente, un anillo de pati, como alianza. Otra vez, en estas andanzas, me he encontrado con varios leprosos (o hansenianos, para decirlo como se pide hoy). Menos mal que casi todos ellos ya están en tratamiento. Este ha sido también un servicio pastoral de nuestra Prelatura. La imagen de los leprosos del Evangelio que tantas veces se encontraron con Jesús, se hace actual. Día 4 Hemos celebrado la procesión del domingo de Ramos empezando en la iglesita-madre del cerro y completando la celebración en la nueva iglesia, madera y cal, abarrotada. El calor, digno del trópico. Muchas palmas, tan fáciles aquí. Y muchos niños. Y cánticos. Y la ropa dominguera del pueblo exhibiéndose al sol. El Araguaia inicialmente reverberaba como un tapiz de plata exultante. Después, la inolvidable bajada de arena y piedras. Canuto y yo retocamos ayer el texto de nuestro via-crucis -«A cruz de Jesús na vida do povo»-, que las comunidades han usado, esos tres años, con resultado satisfactorio. Ahora la Editora Vozes lo va a publicar. «Lejos de nosotros gloriarnos en otra cosa que no sea la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en la cual está la vida y la resurrección». Día 13 Cinco majos elementos de Televisión Española están con nosotros, desde el día 6. Van a hacer un programa, en 13 capítulos, sobre «Los desheredados de la tierra». Nuestra Iglesia de Sâo Félix les dará el marco de los indios, los posseiros y los peones. Con la opción latinoamericana por los pobres, esos desheredados. No están faltando incidentes -con la Funai, con la policía, con el PDS- para darle al programa, ya en su primer capítulo un buen condimento de represión. Una serie de coincidencias -pasaportes pasados por El Salvador, la reciente venida de Lula y hasta las cámaras de filmar, que serían, para algunas fantasías, ametralladoras de alto calibre- todo ha ayudado a transformar la filmación en testimonio: la represión continúa, armante y necia, en plena «apertura». Recibí ayer visita de la Funai. La «portaria», o anteproyecto de ley, demarcando la tierra de los tapirapé ha salido finalmente y como ellos pedían. Ha costado lo suyo esa demarcación. Además, es sólo anteproyecto de ley, no es aún decreto. He celebrado la Semana Santa -jueves en Sâo Félix, viernes y sábado en Pontinópolis, domingo en Santa Cruz- con la sencilla y masiva participación del pueblo. No faltan problemas, enfermedad, muertes. La Pascua continúa aconteciendo. Que la vivamos no sólo en la excepcional liturgia sino también en el monótono cada día, hasta llegar al Día aquel «que no conoce ocaso». A través de esos amigos de Televisión Española, Benjamín Forcano nos ha enviado dos libros suyos sobre moral, y un pequeño, cortante, opúsculo sobre la Iglesia de El Salvador. Y también una cinta espléndida de «Los Comuneros» de Castilla que está cantando ahora a mis oídos la verdad de España, que es muchas Españas. Espero que los españoles, cada uno con su rey en el cuerpo, sabrán resolver España en paz y con libertad. Estoy a favor de las autonomías, claro que sí. Y de la paz. Y estoy a favor de España, también. La paz de los pueblos solamente se asegura en la medida en que se respeta la identidad de sus gentes. «Común es el sol y el viento / común ha de ser la tierra...», cantan Los Comuneros. Día 15 Esta noche nuestro tejado de uralita resonaba como un órgano desbocado, bajo la lluvia. Todos los latinoamericanos creemos que las Malvinas son de Argentina y no de la lejanísima Inglaterra. Por lo de Gibraltar, los españoles, naturalmente, también lo creen así. Pero esto no va a justificar, de un día para otro, borrando sangre, torturas, desaparecidos, la cruel dictadura militar argentina. La patriotería nunca va a sustituir al pueblo. Nos están prohibiendo un film que dice la verdad, en el inoportuno momento del Mundial a la vista: «Pra frente, Brasil». La verdad siempre es inoportuna. Con lo bien que puede venir un triunfo futbolero, recuerdos aparte, para acallar, entre gritos de «¡Goooool!» interminables, el desempleo, la carestía, la corrupción electoral, las congestiones urbanas, la problemática de la tierra. Decía un viejo pariente de la Hermana Irene: «antes era pan y circo; ahora es circo apenas». Monseñor Romero, unas pocas semanas antes de su martirio, explicaba así, en Lovaina, «La dimensión política de la fe desde la opción por los pobres»; «La dimensión política de la fe no es otra cosa que la respuesta de la Iglesia a las exigencias del mundo real socio-político en que vive la Iglesia. Lo que hemos redescubierto es que esa exigencia es primaria para la ley y que la Iglesia no puede desentenderse de ella. No se trata de que la Iglesia se considere a sí misma como institución política que entre en competencia con otras instancias políticas, ni que posea unos mecanismos políticos propios; ni mucho menos se trata de que nuestra Iglesia desee un liderazgo político. Se trata de algo más profundo v más evangélico; se trata de la verdadera opción por los pobres, de encarnarse en su mundo, de anunciarles una Buena Noticia, de darles una esperanza, de animarles a una praxis liberadora, de defender su causa y de participar en su destino. Esta opción de la Iglesia por los pobres es la que explica la dimensión política de la fe en sus raíces y rasgos más fundamentales». Siempre me emociona recordar la carta, la última carta que escribió Monseñor Romero antes de dar su vida. Nos la escribió a unos obispos brasileños que le habíamos expresado nuestra plena solidaridad por su réplica al presidente de los Estados Unidos. Esa carta terminaba así: «Porque nosotros creemos en la resurrección». Día 17 La Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, en La Iglesia en El Salvador, página 76, escribe estas terribles palabras que toda la jerarquía de América Latina debemos escuchar con espíritu de conversión: «Este asesinato -de Alirio Napoleón Macías, párroco de San Esteban, el 4 de agosto de 1979- llevó a un grupo de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos a reunirse en la Iglesia de El Rosario, en San Salvador, para una semana de oración y de ayuno, haciendo patente con este gesto -no estrenado hasta entonces- su repudio contra tantos crímenes y su anhelo de que todos los obispos salvadoreños vivieran unidos, en tiempos tan duros y sangrientos, para velar por la vida de sus ovejas perseguidas. Este anhelo nunca se cumplió. Hay que dejar dicho -con dolor, pero con firmeza- que, a excepción de Monseñor Rivera que apoyó siempre a Monseñor Romero en sus denuncias y compromisos, los otros tres obispos -Aparicio, Revelo y el coronel Alvarez- fueron y siguen siendo hasta hoy cómplices del aparato represivo del Estado. Escándalo para el pueblo, traidores ante los pobres... Mercenarios en medio del rebaño». La radio comunica otro conflicto sangriento en el área de la vecina Iglesia de Conceiçao do Araguaia. Y la policía federal -cada vez más abiertamente aliada al latifundio y a los intereses multinacionales en esta Amazonia- acusa, sin escrúpulos, a la Comisión Pastoral de la Tierra. El Padre Ricardo y la hermana Elena son directamente responsabilizados. En Santarén, entre tanto, Avelino Ribeiro da Silva, líder sindicalista, es asesinado en plena calle por un «grilheiro» invasor. La policía federal, en este caso, ¿no tiene a quién acusar? La cacareada apertura se hace cada vez menos fidedigna; a no ser que se viva lejos del pueblo y cerca de las regalías. Día 18 Olga Xirinacs, poetisa catalana, de Tarragona, se define así, en una entrevista concedida a «Foc Nou»: «Sóc d'arrel romana». Lo que significa, según el entrevistador, que Olga es de orillas del mar, de tierra enjuta y al socaire de piedras históricas. Y define Olga así el amor, como supremo imperativo de su vida: «Adivinar al otro, respetarlo, acogerlo». Es el domingo de Santo Tomás, «sólo creo en lo que veo». Ayer, aún bajo la última sacudida de una lluvia torrencial, celebramos la misa, con unos 40 jóvenes y unos 10 adultos. Aquellas misas reducidas en número que se hacen anchas en comunicación. Todos repetimos la palabra de Tomás, ya vuelto al testimonio: «Mi Señor y mi Dios». María Nilde y el doctor Emerson, de Sâo Paulo, han coordinado, en Porto Alegre, un encuentro de evaluación de ASPA -la Asociación Sanitaria Popular- y del trabajo general referente a la salud. Frei Fernando, de Goiás, el compañero del mártir frei Tito, está pasando unos días amigos con nosotros. Preparándose para una nueva operación. Está para salir el libro -esperado, doloroso, necesario- sobre los dominicos y el líder comunista Marighela, la represión y aquella Iglesia más tristemente oficial. Batismo de sangue, se titula el libro. Comentándolo, decíamos ha pocos días con frei Betto que, en todo caso, la verdad nos hará libres. Contar la historia verazmente es asumirla como lección, como semilla de futuro. El Evangelio siempre debe ser verdad y simplicidad. Lo que tampoco contradice el consejo político de Jesús: ser sencillos como las palomas y ser astutos como las serpientes. Día 21 Tiradentes, el héroe nacional descuartizado. Con el tiempo, los subversivos se hacen héroes; los sufridos rebeldes, se hacen mártires. Bajo el impacto de la lectura del libro La Iglesia en El Salvador, vuelvo a sentir cómo están lejos del tercer mundo y de la tercera Iglesia aquél primer mundo y aquella primera Iglesia. Con honrosas excepciones, gracias a Dios. Como si para Europa y los Estados Unidos -y para sus respectivas Iglesias- nuestra sangre y nuestra libertad fuesen una sangre y una libertad de tercera categoría. El pobre Pará, solo desde hace muchos años, solo con sus recuerdos y su bebida, está en el hospital, esperando la muerte. Derrame cerebral. Le he dado la absolución y la unción de los enfermos. Me ha reconocido. Pero ya no consigue articular una palabra. Hay muchos indios del Parque do Xingú, en el hospital. Suiá, Juruna, Txwkarramae, Kaiabi. Ayer nació, como un capullo de negro cabello cerrado y de rostro enrojecido, una indiecita juruna. Hablo con ellos. Y cuando saben que soy «padre», cuando les hablo de otros indios, me reciben con un respiro de familiaridad. Está muy lejos la aldea, y el hospital de los blancos -y más aún este hospital- no es un ambiente apetecible. Un matrimonio kaiabi, que no es cristiano, me pide una «reza», una bendición, para su chiquilla -de un año quizás- que ha estado a la muerte por causa de una pulmonía. Bendigo a la pequeña con toda mi alma. Para que se cure, para que sea una india feliz. MAYO Día 1 Mes de María. Hemos puesto en las manos de la Señora las santas Misiones. Las santas Misiones que vamos a tener en junio. Será todo un mes de preparación. Estoy en el Ribeirâo Bonito de nuestro padre Joâo Bosco. Y el clima está, como tantas veces, cargado de tensión. Vine el lunes, con Clelio y Anhina y algunos otros dirigentes del lugar. Y el martes pasé por un mal trago. Eran las 6 de la tarde, aún con luz de día. Regresaba yo de visitar familias, del otro lado del arroyo. Entre las visitas, el ciego José que dice tener 102 años. Y visité también al Señor, en la iglesia del padre Joâo. Cuando entraba en el puente, un hombre joven, ojos verdes, afilados, me sujetó por la muñeca y me llevó hacia el bordillo. Segundos después, apareció, turbio y moreno, su hermano. Eran los dos hijos de un pequeño fazendeiro con quien ya habían tenido conflicto los posseiros de la Azulona. Los dos son conocidos criminales. Uno de ellos, hasta hace poco, era policía civil. Los dos allegados constantes de la policía militar. Me insultaron; me responsabilizaron agresivamente por las denuncias de sus crímenes publicadas en nuestro boletín «Alvorada»; llegaron al extremo de quererme imputar una supuesta instigación de muerte contra su padre. El arroyo estaba detrás de mí, profundo e indiferente. Imaginé, varias veces, una zambullida, quizás fatal por las tablas y los peñascos. O un tiro, claro. Recibí apenas un puñetazo en la cabeza y un empujón. Y quedó flotando, en el aire del pueblo, la renovada amenaza, quizás la muerte. Después, los comentarios, los rumores, han sido muchos y pintorescos. En aquella hora me salvó providencialmente el bueno de Toinho, que pasó con su volskwagen, y muy valiente y más diplomático, consiguió torear a los dos, mientras yo me escabullía... Era, 27 de abril, el día de la Virgen de Montserrat. Ella, sin duda, estuvo también al quite, entre el coche y el arroyo y la loca violencia. Después ha venido la cordial y a veces un poco asustada solidaridad de estas gentes amigas. No deja de ser mucho para ellos que en este su misterioso Ribeirâo, se mate a un padre, se amenace de muerte a otros y se abofetee a un obispo. Tampoco faltaron las bromas de los adversarios y de los mismos amigos. Este pueblo tiene una gran capacidad, quizás por autodefensa, de conjugar el humor con la tragedia, la risa con la muerte. Curiosamente, aquel mismo día, unas horas antes, dos mujeres de Cascalheira vinieron a pedirme, pálidas y anhelantes, que les bendijese unas velas. Era ya entrada la tarde y no habían comido nada aún. Primero, les di comida. Después bendije las velas. Alguien había escuchado, por la radio, que se aproximaban tres días de tinieblas y, a su amparo, la Bestia fiera del Apocalipsis... El 28, de mañanita, Anhina, Clelio y yo, en el viejo Jeep, tan servidor, fuimos al sertao de la Piabanha. Pasamos allí, entre los dos núcleos de labradores, hasta el día 29 por la tarde. En la Piabanha número 1, población de mineiros recién llegados, nos esperaba otra escena chusca. Acabábamos una animada reunión de motivación pastoral, pretendiendo situar en el trabajo de la Prelatura a aquella comunidad nueva, cuando nos aparecen tres coches, con la cúpula del PDS de Canarana y Cascalheira, un vendedor de bebidas compinche del Partido y de la policía, y los dos pastores pentecostales de Cascalheira. No sé si Fellini habría podido imaginar una escena mejor. Querían utilizar la presencia del obispo y del padre para hacer, entre aquellos labradores, un show de administración pública en este año de campaña electoral. Afortunadamente, el bueno de Juan, hospedero, y la comunidad reunida resolvieron con firmeza y tacto de mineiros: «estamos aquí para la misa. Con nuestro obispo y nuestro padre». Los visitantes ilustres tuvieron que quedarse al otro lado de la valla, asistiendo, incluso, a la misa. El evangelio era el oportunísimo evangelio del Buen Pastor. El Pastor, los mercenarios, los lobos, el rebaño, dar la vida por las ovejas, entrar por la puerta o asaltar fraudulentamente el redil, ser llamado de «diablo». (Pocos días antes, los políticos del PDS me habían proclamado «obispo del diablo», en sus mitins de Cascalheira y Ribeirâo). Estos días el evangelio del Buen Pastor me acompaña. Ser un buen pastor, como los buenos pastores que yo viví en mi infancia. Imitar, humildemente, al total Buen Pastor. «Pastor y Cordero», «Pascha nostrum». Día 5 Cascâo no ha vuelto aún. Tuvo que salir urgentemente para Sâo Paulo, porque su hermano más joven acababa de fallecer en un accidente de moto. Viva para siempre. El boletín de la Fraternidad sacerdotal Jesús Charitas recuerda la palabra del Hermano Carlos; «No seáis centinelas dormidos». Llegan unas fotos de la visita de Lula y de Luis Eduardo -el abogado de los padres Francisco y Arístides- que nos visitaron, hace diez días. Nos visitaron como amigos. También, un poco, como miembros del Partido de los Trabajadores. Pero fueron discretos y quizás tuvieron que reprimir unas legítimas impaciencias militantes. Moura venía con ellos. Luis Eduardo y Lula hablaron al pueblo, en Porto Alegre y en Sâo Félix. Fue una buena concentración popular, en torno al trabajador, el sindicato, la política, los acontecimientos de Sâo Geraldo, la lucha de la mujer, la unión entre la ciudad y el campo. En Sao Félix, con sus 6 mil habitantes, había más de mil personas escuchando a Lula. Para salvar la proporción, nos reíamos con el líder metalúrgico, en Sâo Paulo habrían de escucharte, de una vez, más de un millón de personas. Después de la charla, casi en estreno, vimos la magnífica película documental sobre las luchas obreras de los metalúrgicos paulistas, titulada «Linha de montagem». Día 15 El equipo de Televisión Española perdió todo su trabajo. La policía federal les veló, a escondidas, en Brasilia, todas las películas filmadas y también las no filmadas. Ellos siguieron luego filmando en varias regiones del Brasil, tan confiadamente. Y sólo en Madrid, ya de regreso, descubrieron la canallada. El equipo, lógicamente, quedó consternado y hasta pretendió -parece que no pudo- hacer un programa de denuncia. Día 16 Los gallos cantan. Aquí cantan todo el día. Teófilo ya lo ha constatado para la posteridad. Como ya no llueve, el polvo ha sustituido, indignamente, a la mucha humedad de los últimos días. Regresé de Goiânia ayer. En la universidad católica tuve una charla sobre la actitud de la Iglesia frente a los desafíos de la realidad. Estuve también una tarde conversando con los seminaristas goianos. La CPT hizo el lanzamiento del libro del padre Víctor Asselin Grilagem-corrupçao e violência em térras do Karajás. Documento impresionante sobre la «oficialidad» de la «grilagem», verdadera característica nacional de invasión de tierras por parte de los grandes. A la semana del incidente del Ribeirâo, la policía expulsó tres familias posseiras de la Piabanha. Y con la policía estaba Raimundo, el que me dio el puñetazo. El jefe de la casa civil del gobierno del Estado de Mato Grosso ha tenido el cinismo de declarar en la prensa que yo inventé la agresión. Fantasía tengo, pero no tanta. Los obispos Dom Zico, de Belém, Dom Aldo, de Roraima y Dom José, de Conceiçao, han sido burdamente calumniados en público. Y la Radio Nacional y la TV Nacional de Brasilia continúan en su campaña de persecución, bien oficial, a la Iglesia más comprometida con el pueblo. Esa Radio Nacional ha pasado a ser de hecho una calumniadora constante, con especial delectación cuando habla de nuestra Prelatura y de su obispo. Dom Carmine Rocco, Nuncio que era en Brasilia, ha muerto, en Roma, de cáncer de pulmón. El día antes de su muerte yo me había hecho el propósito de escribirle, porque supe que estaba enfermo. No imaginaba la gravedad de su estado. Ahora, sin diplomacias y sin tensiones, ya estará en la visión y en la Paz. El cielo anoche estaba sencillamente estremecedor. Ganando o perdiendo nosotros -le decía yo a Pablo-, las estrellas ciertamente ganan... He empezado la lectura del libro de frei Betto: Batismo de sangue. Día 18 El viejo Dantas trenzaba una red, ahora ya las redes son de plástico, con su calma de pescador. Pero sentado, inmóvil. Tuvieron que amputarle la pierna, por causa de una gangrena invasora. Hablaba mucho y casi lloraba. Llora, decía su mujer. Y el viejo recordaba, con nostalgia impotente. Hablaba del río y de los peces y de los compañeros pescadores, como el viejo pescador de Hemingway. Yo intenté confortarlo, con esperanzas y bromas: -cuando te encuentres con el pescador San Pedro, quiero ver cuál de los dos va a mentir más. Que si el Araguaia, que si el Tiberíades. En todo caso, compadre, allí, definitivamente, tendremos las dos piernas ágiles, y negra de juventud la barba y seremos fuertes y felices para siempre-. Las 60 familias de posseiros de la Chapadinha, traidoramente tratados por el latifundio y las empresas como ya es habitual, se están viendo al borde de perder la tierra, por la nueva colonizadora que les ha llegado. Las mujeres se están mostrando muy lúcidas y valientes. Pero Adilson y sus agrimensores están acosando. Como tantas veces, fazendeiros, «corretores» de tierra, abogados, son muy católicos, amigos de cura y de obispo, etc. La justicia ha entrado muy precariamente en la formación moral de muchos llamados fieles. Quizás, porque antes entró muy precariamente en la conciencia de sus pastores. Acabamos de rezar el salmo 36: «No te irrites por causa de los malvados...» «confía al Señor tu suerte». «El Señor ama la justicia, Dios no abandona a sus amigos». La radio anuncia la prisión de otros dos padres o pastores, en Ji-Paraná, Rondônia. También por causa de la tierra. El boletín del «Movimiento pela libertaçáo dos presos do Araguaia» presenta dramáticamente el asesinato de 4 labradores, durante el mes de mayo, en ese vecino Pará sangriento. Y la Iglesia hermana de Conceiçao do Araguaia nos envía el primer número de su boletín diocesano. Es el sustituto de aquella inolvidable «Radio Educadora», con 20 años de servicio, y que la represión ha acallado. Matar labradores, y acallar el sindicato y la Iglesia es una fórmula muy poco democrática de nuestra Revolución militar. Día 19 Anoche, en el rosario, las comadres cantaban un «bendito»: Me senté a la mesa del juego, para jugar con Jesucristo. El me ganó el alma. Yo gané el paraíso. Día 22 Porto Alegre ha crecido desmedidamente. Son imprevisibles estos poblados de carretera. No sé qué garantías de sobrevivencia tiene todo ese pueblo, siempre transhumante. Reveo amigos y visito enfermos. No falta sufrimiento, humanas locuras. Ayer tuvimos reunión con los animadores de los grupos que van a preparar la asamblea de la Prelatura. Y, por la noche, con los jóvenes, muchos de ellos preparándose para la primera eucaristía. Hoy hemos visitado dos recién nacidos; uno de ellos es una enorme criatura de 5 kilos inconscientes. De mañanita, han llegado jóvenes de Sâo Félix y ahora están durmiendo en las hamacas o paseando. La juventud se encuentra; esta juventud del sertao, prematura, incierta, pero juventud. Mi hermana María me escribe: «Madre, el día de San Jorge, tuvo un ataque hemipléptico, muy fuerte y prolongado; le duró tres horas. Parecía imposible que resistiese pero lo superó. Está más aplastada, pero tranquilita». Dios sea su salud, su vida eterna. Va haciendo camino hacia Casa. Frei Betto me escribe, también solidario por los últimos incidentes. Y me cita un fragmento de su último libro: «Es preferible morir a perder la vida». Son palabras de frei Tito, el mártir. Eco de las palabras de Jesús. «Si el grano de trigo no muere, permanece él solo», inútil. «Quien retiene su vida, la pierde»; quien sabe darla, la conquista, plena, definitiva. El libro de Betto es fuerte y verdadero, dolorosamente hermoso, aleccionador para todos, libro-actas de testimonio. Estilísticamente muestra la mano del periodista, del escritor. Quizás, algunos retratos resultan un poco barrocos en la descripción de la fisonomía y la indumentaria. La grandeza, la brutalidad y la natural fragilidad del ser humano se ofrecen en una sola violenta historia. Es un libro de fe comprometida y una autocrítica abierta pero esperanzada. Es también una poderosa acusación al gobierno militar y a su policía, a la Iglesia aséptica u obtusa y a la izquierda precipitada o adolescente. Para mí, el libro es, ante todo, un monumento a nuestros mártires -cristianos o no-, pero mártires y nuestros. Día 26 La represión tiene su cara cómica. Pablo nos apareció anteayer, en Porto Alegre, dándonos un nuevo susto. Y..., total, se trataba de una confusión de palabras, entre un policía de nombre «Obispo» y el obispo de Sâo Félix. Dos policías entraron en el autobús, a la altura de la Chapadinha, preguntando si viajaba allí el Obispo. La pregunta bastó para desencadenar la fantasía. Con visos de verdad, además, pues en la Chapadinha los posseiros han suspendido el trabajo de los agrimensores que pretenden cortarles la tierra, y el Incra se ha lavado las manos, declarándose incompetente. En el Tapirapé han muerto, de causa desconocida, dos indiecitos. Y la hermanita Odila ha llegado a Sâo Félix, trayendo otros dos, también enfermos. El médico de la Funai, que había garantizado la ida hasta Brasilia, los ha dejado en este inseguro hospital de nuestro Sâo Félix desatendido. Van llegando muchas cartas de solidaridad -Iglesias, amigos, movimientos, políticos...- por la agresión que sufrí en Ribeirâo Bonito. Yo las agradezco de corazón y pienso en los muchos pobres que son agredidos, hasta la muerte quizás, pero anónimamente. La lluvia ha limpiado de polvo las hojas de los árboles, esos bronquios verdes que nos rodean. La política local, como toda la política oficial del país, anda sucia y le sería necesaria otro tipo de lluvia. El PDS no se aviene a perder sus privilegios y arbitrariedades y está manejando un grupo de indecisos o arribistas del antiguo PP y del propio PMDB. La Política habrá de ser mayor, más total, para ser legítima. No bastan las campañas electorales ni los programas partidarios. Y sobran siempre las componendas. Día 27 Mariano Puga nos escribe, desde Santiago de Chile, una carta conmovida. Ha muerto en olor de multitud y en un gesto agradecido de Pascua, Monseñor Enrique Alvear, «el obispo de los pobres», incomprendido fuera y dentro de la Iglesia. Desfilando por el pasillo del hospital donde estaba expuesto su cadáver, un no cristiano, en la riada de miles de admiradores, confesaba: «yo tengo una ideología diametralmente opuesta a la de este obispo; pero si Dios existe, debe ser parecido a él». Y una pobladora de la Zona Oeste exclamaba delante de la urna de su pastor ya ido: «¡Señor! tú tienes tanto Santo en el cielo...; déjanos este Santo en la tierra». «Tengo la sensación -concluye Mariano- que eso que llamamos «Santo» pasó por Chile, pasó muy cerca de nosotros...». Día 29 Siempre bellísimo, el río das Mortes. Con sus garzas, maguarí, jaburús, colheireiros, tracajás... verde, verde, verde. Mañana, Pentecostés, vamos a inaugurar la nueva iglesia, blanca y sencilla, de Santo Antonio do Rio das Mortes. Viniendo, de voadeira, pasamos por la Aldeia Velha. La hija de Vicente, Marlene, madrecita nueva y viuda, está en cama. Su criatura, de unos 20 días, espuma, enrojecida, entre la vida y la muerte. Nació prematura. Trabajaban los padres en una hacienda y el gerente mandó a un pistolero acabar con cierto individuo. El pistolero se confundió y mató, a bala explosiva, al joven marido de Marlene. Morir, ser muerto, matar, nacer para morir... Mañana es Pentecostés. Mucho ha de renovar el Espíritu en este mundo de mentira y muerte. El patriarca Atenágoras sintetizaba expresivamente la actuación insustituible del Espíritu de Dios en la Iglesia de Jesús: «Sin el Espíritu Santo, Dios está distante; Cristo permanece en el pasado; el Evangelio es letra muerta; la Iglesia, una simple organización; la autoridad, un poder; la Misión, una propaganda; el culto, un arcaísmo y la acción moral, una acción de esclavos. Pero en el Espíritu Santo el cosmos es ennoblecido por la generación del Reino, Cristo resucitado se hace presente, el Evangelio se hace fuerza del Reino, la Iglesia realiza la comunión trinitaria, la autoridad se transforma en servicio, la liturgia es memorial y anticipo, la acción humana se deifica». JUNIO Día 1 Regresamos de Santo Antonio, de barco, noche adentro. Con muchas estrellas, y el viento frío y el motor acunando, en la proa, un sueño, entre feliz e imposible. Gracias a Dios, hay una nueva iglesia construida que significa una nueva comunidad en marcha. Mayo y Pentecostés llenaron de sentido la sertaneja inauguración de la iglesia de Santo Antonio do Rio das Mortes. La bandera del Santo y el estandarte del Divino, con el cuadro de «Nossa Senhora» y el Crucifijo condujeron la procesión de la iglesiuca vieja -la paja despidiéndose, reseca y servicial- hasta la blanca iglesia nueva, luminosa y ventilada. Viento de Pentecostés que no nos falte. Tres misioneros ya están en el Ribeirâo Bonito. Y Canuto llega con la buena noticia del retiro de los ancianos otra vez al alcance. Muchos viejecitos se quedarían sin él, si Canuto no pudiese continuar en funciones de procurador. Lo que sería demasiado sarcasmo en este año internacional de las personas de la tercera edad. Para muchos de ellos, ese retiro es el otro viático indispensable. La locura, colonialista y nacionalista, de la guerra de las Malvinas está exasperando la aprehensión internacional. El Consejo Australiano de Iglesias, con tantas otras voces sensatas, pide la negociación. Nunca sería tarde para negociar, si los estados estuviesen al servicio de sus pueblos. Y Alan Walker, director para la evangelización, del Consejo Metodista Mundial, ha declarado que el Reino Unido y Argentina «han consternado y chocado la opinión pública mundial derramando la sangre sobre el altar del honor nacional... ». Y ha añadido: «El recurso británico a la guerra para defender un vestigio de un colonialismo desacreditado... es un acto pernicioso e irresponsable». «De la mes clara / paraula, 1'esperanca, / cal fer-ne vida». (Salvador Espriu) Día 7 Caxias do sul. En el curso latinoamericano del COM (Centro de Orientación Misionera). Mañana empezamos los 4 días de mi contribución al curso: «espiritualidad». Palabra muy gastada, realidad urgente, cuestión de vida. He venido al Sur leyendo a Jorge Luis Borges y Erico Veríssimo. Borges recuerda, por boca del nazi Otto, que «morir por una religión es más simple que vivirla con plenitud...; un acto es menos que todas las horas de un hombre». Habla también Borges, en «La otra muerte», de «dos historias universales». Desde la fe, yo estoy de acuerdo con él. Por debajo, por encima, en el corazón de la historia universal que hacemos, Dios va haciendo -con nosotros, a pesar de nosotros- la otra historia. El Reino acaba siendo una sola historia, fruto de esas dos. Pero Dios gana, misericordioso y gratuito. Su amor se impone sobre nuestros absurdos: Malvinas, Israel invadiendo el Líbano, Irán e Irak, Uganda, los trágicos días, años, de El Salvador y Guatemala... Por cierto que el Papa va a visitar Argentina, aún esta semana: en plena derrota; ¿de quién? A la larga, pienso yo que en las Malvinas el mayor derrotado es el imperialismo yanki y, el segundo, el colonialismo inglés. América Latina -reencontrándose como un todo y sintiendo común el enemigoacaba siendo la gran victoriosa. Asi sea. La prensa, la radio, la televisión, se llenan, estos días, de un nombre: España. Una España juguetona y vacía como un balón de fútbol. Dentro de dos meses, esa España ya habrá sido. ¿Continuará, mejorando, la otra España? El Averroes de Borges sentía España como la tierra «en la que hay pocas cosas, pero donde cada uno parece estar de un modo sustantivo y eterno». Menos eterna, sin duda, la España de hoy; también menos cerril. ¿Menos mística? ¿Más europea? Ser europeo no es, sin más, un bien, desde que Europa es Primer Mundo. En todo caso, ahora es hora de España. Aunque sea a puntapiés. Leía, también, Ana Térra de Veríssimo. Además del viento minuano, las mismas intrigas por la tierra, ayer y hoy, en el «continente» de los gauchos y en el Mato Grosso. Es la historia del Brasil infinito. Sesmarias, estancieiros, fazendeiros, grileiros, -indios, posseiros, colonos, agregados-. Privilegio, violencia, migración. Santa Fe, en el Río Grande de Sâo Pedro o Canabrava, en nuestro Mato Grosso, nacen con parto muy semejante. Hasta en las botas brillantes que deslumbraban a Pedrinho. Y con la misma heroica vida dura de las parteras Anas. Dejando muchas cruces atrás. Y Portugal o Río de Janeiro o Brasilia, siempre muy lejos. Y el pueblo terco por sobrevivir. Día 8 El curso hace sentir Latinoamérica como un cuerpo viviente -herido, cálido, hermoso, futuro-. Hoy hemos empezado detectando el momento actual de nuestra espiritualidad: sus crisis, sus potencialidades. Ahora el grupo está en silencio. El frío ayuda a una austera concentración. Quizás por reminiscencias de fríos viejos claustros que uno ha vivido. En mi cuarto vamos a celebrar la eucaristía. Con dos sacerdotes catalanes de mi diócesis de Solsona que ahora trabajan en el Uruguay vecino y dos misioneras uruguayas. El mundo es pequeño cuando los motivos de encuentro son grandes. Como tema básico del día, en orden a una revisión y renovación de la malparada espiritualidad, ha quedado la «fe»: actitud fundamental; la fe gratuita que se acoge, se profesa, se celebra y se testifica. Día 28 Ahora estoy en la otra punta del Brasil: Bahía. Junto al mar. Y más exactamente en la cantada playa de Itapoân, donde está situado -divinamente bien, dirían Caymi y Caetano- el Centro de Treinamento de Líderes de la archidiócesis de Salvador. Mañana empezamos el encuentro de la Dirección Nacional de la CPT. Desde el día 8 han pasado infinidad de cosas importantes, todo un capítulo, denso, de nuestra historia eclesial. Estoy viviendo un largo mes de junio. Después de los días latinoamericanos del Com, visito Nova Ronda Alta -«rumo a terra prometida», como dice el rústico frontispicio en la entrada, que tiene su garita y guardia popular. «Aqui ressucitemo», me confesaba feliz, con buen acento gaucho, una mujer colona. «Aquí por lo menos podemos hablar alto», añadía otra mujer. 224 familias de colonos, «sobrevivientes de la grande tribulación» de la Encrucilhada Natalino. En 228 hectáreas de tierra. Muy poca tierra, pero muy buena, y libre. «Esta tierra, roja como la sangre», me ponderaba un colono. Siempre, eso sí, «rumo a terra prometida». De eso aquellos colonos tienen una clara conciencia. Están allí de paso, cercados por la represa del río Passo Fundo. Como un nuevo Israel en marcha hacia la tierra. Vencieron el cerco del Curió y no cedieron a la violenta presión oficial para aceptar, como tierra suya, una tierra lejana e insegura en el Mato Grosso. He pasado con ellos una noche y he visitado los 7 núcleos, los huertecitos familiares y el «hortao» comunitario. La víspera, tuve la grata sorpresa de encontrarme allí con el gran bienhechor del campamento de Ronda Alta, Dom José Gomes, el obispo compañero de Chapecó. Junto a la cruz de las sábanas-mortaja de los 4 niños muertos allí, ya símbolo de toda una lucha y de una indomable esperanza, tuvimos celebración eucarística. Las lecturas del segundo domingo de junio no podían ser más apropiadas: Ezequiel, 17, 22-24. «Esto dice el Señor: Cogeré una guía del cogollo del cedro alto y encumbrado; del vástago cimero arrancaré un esqueje y yo lo plantaré en un monte elevado y señero, lo plantaré en el monte encumbrado de Israel . y sabrán todos los árboles silvestres que yo, el Señor, humillo el árbol elevado y elevo el árbol humilde; seco el árbol verde y reverdezco el árbol seco. Yo, el Señor, lo digo y lo hago». Marcos, 4, 26-34. «Jesús dijo también: el Reino de Dios es como cuando un hombre siembra la simiente en la tierra... Es como un grano de mostaza, la más pequeña de todas las semillas. Una vez sembrada, brota y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra». Por la mañana, entre el sol indeciso del invierno de Río Grande y un conato de lluvia, largamente esperada, fueron llegando los amigos de la CPT gaucha que iban a empezar, aquella tarde, su encuentro estadual. Ronda Alta, su tesonero campamento, es sin duda una conquista-marco de la lucha por la tierra y de la nueva pastoral del campo, primero en el Río Grande, segundo en todo el Brasil. En Sao Paulo, de paso, pude encontrarme con el Grupo Negro que está trabajando la preparación de la Missa dos Quilombos. El disco, por fin liberado por la censura oficial, va a salir el día 15 de julio. Milton, Pedro Tierra y yo nos negamos a que saliese el disco si no salía entero. Ahora, cuando la bola blanca de fútbol ya está arrinconada, Milton Nascimento lanzará su bola negra. En Cuiabá, la capital de nuestro Mato Grosso, celebramos, del 16 al 20 la asamblea del Cimi regional. Paulo Freire, el maestro internacional de la educación popular, coordinó, sabio e incisivo, nuestras discusiones sobre educación indígena versus educación occidental. Fue una ocasión propicia para rumiar conceptos y actitudes de una educación liberadora. Daniel, el indio parecí, nos había entregado, como introducción, un magnífico texto suyo: amarga experiencia, afirmación de la propia prohibida identidad. Ni la sociedad ni la Iglesia educaron al indio como indio. Hubo sus anécdotas. Porque eran los días del Mundial. Llegadas las 3 -eran las 3 en punto de la tarde- el patriarca Paulo Freire, concientizador de concientizadores de la liberación, cortó digno y confeso: «Eu ja disse para voces que sou profunda e alienadamente brasileiro». Y se abrió el sacrosanto televisor y empezaron a danzar en la pantalla los 22 diosecillos de turno. Brasil y Escocia. Ganaría el Brasil, ¿cómo no? Hasta que perdiese frente a Italia. Y cuando el Brasil perdió, para desconsuelo de muchos, sobre todo en las altas esferas políticas y en las bajas carnadas sociales, se tuvo la sensación nacional de que ahora «ni pan ni circo»: la anestesia se había terminado. Por lo que se refiere a esta Copa Mundial de fútbol, yo debo decir honradamente que me sentí satisfecho con la derrota de Inglaterra. Con perdón de todos los amigos británicos, desde Tomás Moro, pasando por Graham Greene, hasta algún periodista servicial de la ahora cohibida BBC. Porque habría sido demasiado -pensando en las Malvinas y sin olvidar Gibraltar- que la «pérfida Albión» de nuestros cerriles ortodoxos iberos ganase también la Copa. Haya compensación, incluso aquí en la tierra. Y de fútbol, basta. Muchos millones insultantes, mucha «Rede Globo» en exclusiva («la Copa de la Globo», subrayaba bien el periódico «Coojornal») y mucha cabeza en los pies... Paulo Freire nos daba un consejo final: el coraje de ser humildes reconociendo que siempre pisamos el suelo indígena con pies de dominadores. Y otro consejo aún: nadie estando aquí llega allí a no ser partiendo de aquí. El lugar social y cultural -la voluntad de inculturación y de encarnaciónmarcan la sinceridad de todo educador y de todo misionero. La situación indígena, según constatamos en la asamblea, no está mejor, no, a pesar de las actitudes mejoradas de la nueva presidencia de la Funai. El pueblo Nambikuara sigue en estado de exterminio. El Parque del Xingú, para sorpresa de muchos, puede cualquier día estallar, entre la vitrina y la tragedia. Posteriormente a la asamblea, se anuncia de modo oficial la indemnización que se pagará a los indios del gran Carajás -Pará, Goiás, Maranhâo- por las infraestructuras del monstruoso proyecto que cortarán sus tierras... y sus vidas. Indemnización in articulo mortis. Los teólogos Metz y Schillebeeckx me han pedido para Concilium un artículo sobre «Los indios crucificados, un caso de martirio anónimo y colectivo». El Cimi nacional, después de la visita que su secretario Paulo Suess hizo a Guatemala, lanza un manifiesto-denuncia sobre la masacre típicamente antiindigenista que en Guatemala se está perpetrando. Ante el silencio y la connivencia de la Iglesia. Viniendo de Salvador, leíamos en el autobús unas páginas impecablemente humanas de Marguerite Yourcenar, en sus Memorias de Adriano. Aquellos tiempos y nuestros tiempos. De guerra en guerra, la pobre humanidad. De imperio en imperio. Sin embargo, en aquellos tiempos cabría una justificación: el Siervo Salvador, príncipe de la Paz, aún no le podía llegar, como tal, a Adriano. Marguerite reconoce que se sintió movida a escribir las Memorias, por una frase de Gustave Flaubert: «Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un único momento en que el hombre estuvo solo». En Belém, del Pará, asistí al juicio de los padres Aristides y Francisco y de los 13 posseiros de Sâo Geraldo do Araguaia. Desde el día 21 hasta la mañanita del 22. Unas 24 horas de perfidia y de estupidez, de dignidad y de tristeza, de ridículo, de cruz, de Pascua. Todo mezclado, en dosis incalculables. El vice-cónsul francés se negó a entrar, para no ser cateado. Yo tuve que llamar al arzobispo de Belém para que me dejasen pasar. Detrás de la hilera de obispos, políticos y otras personalidades, unos 20 policías disfrazados de civil llenaban los asientos que deberían ocupar amigos de los reos. Aquel día, en Belém, cercada como ciudad en estado de guerra, la Justicia del Brasil, una vez más, se suicidó. El abogado de los posseiros, impuesto, ex-agente federal, espécimen incalificable en jurisprudencia, profetizó sin querer, como la burra de Balaán: «La Justicia tarda, pero no viene». Los abogados de los misioneros, cuatro, fueron incontestables. Pero la suerte estaba echada ya en Brasilia; militarmente decretada. El conocidísimo Heleno Fragoso, uno de los cuatro abogados, confesaba estupefacto: Hace veinte años que abogo ante la justicia militar y nunca vi un espectáculo como este. Ni el latifundio ni la dictadura podían tolerar la dignidad de aquellos labradores, ahora reos, ni la consecuente solidaridad de sus misioneros, reos con ellos también. Con el pueblo labrador que intenta levantarse del cautiverio, se condena a la Iglesia que se pone a su lado. Escribí un salmo de emergencia que dice lo que ese juicio me hizo sentir. A un compañero obispo de Río Grande del Sur ese juicio aún le hizo sentir más: «ha sido la mayor Gracia de Dios que he recibido en mi vida». Vio la injusticia, vio la realidad de esas regiones del norte del país. La CNBB a través de su Dirección Nacional y de la Comisión Episcopal de Pastoral se pronunció con bastante firmeza. Y un taxista de Belém respondía gráficamente por los sentimientos de una grande masa del pueblo brasileño: «el día 15 de noviembre, en las elecciones, se la devolveremos a esos tipos». Un día los jueces serán juzgados. «Ay de aquellos que hacen leyes injustas para arrancar a los débiles sus derechos y privan de la justicia a los pobres de mi pueblo» (Isaías 10, 1-3). Por la noche del día 22 tuvimos una misa, concelebrada por los 16 obispos presentes y un centenar de sacerdotes. La muchedumbre llenaba la iglesia. Era una celebración eucarística, y siempre es memoria subversiva la celebración de la Pascua, en clima de protesta y de esperanza. Los letreros y pancartas que flotaban en la iglesia eran bien elocuentes: «Han encarcelado nuestra libertad». Con el grupo de Conceiçao do Araguaia que había participado de los actos relacionados con aquel juicio, viajamos hacia Sâo Geraldo. Debíamos llevar al pueblo el calor de nuestra amistad y celebrar con ellos la esperanza a pesar de todo. En el primer puesto de la policía de tráfico, la policía federal detuvo nuestro autocar. Nos hizo bajar de tres en tres, revisó nuestros documentos, interrogó, registró toda la papelada que traíamos: desde el libro de Carlos Mesters sobre Nuestra Señora hasta el último folleto de cantos o de sanidad popular. Y se quedó con muchos papeles. Dirigía esa revisión el jefe de la policía federal de Araguaína, Uiris Emmanuel Beiritz, exseminarista y «capixaba». Fueron dos horas y media. La misma policía de tráfico estaba indignada por aquella arbitrariedad: «tantos criminales y ladrones y los dejan sueltos...». Curiosamente, el Dr. Uiris reconoció sin ambajes la injusticia de la actuación del latifundio en la Amazonia que él conoce muy bien porque la ha recorrido. Me pidió que me pusiese en su lugar, e invocó las leyes que él, por estar donde está, tiene que cumplir. Evidentemente, San Pablo no concordaría con esa canonización de la ley. Y yo, por mi parte, le dije al Dr. Uiris que nunca podría ponerme en «su lugar». Los lugares también se escogen según la conciencia. Y según la conciencia se obedecen o no ciertas leyes. Llegamos a Xambioá -famoso por las guerrillas del Araguaia- ya bien anochecido, y no pudimos encontrar un solo barquero que nos quisiese pasar al otro lado del río. Tuvimos que dormir, amontonados y fraternos, por el suelo, dos en una hamaca, tres una cama, en la acogedora casa del veterano Pedro Moreira, padre de Oneide, la viuda del mártir «Gringo». En Sâo Geraldo, el día 23, después de ciertas aprehensiones, tuvimos la misa en plena calle, caliente de sol, de indignación y de compromiso. 500 hombres del gobierno -policía, ejército, Getaten un pueblecito de 3.500 habitantes, sometido al terror durante muchos años, pretendieron inútilmente enfriar el fervor de aquella muchedumbre reunida. Para rezar, para cantar; para celebrar la pascua de Jesús y de los compañeros presos. La imagen de Juan Bautista, el patrón del lugar, con el dedo extendido señalaba tanto al Cordero cuanto a los Herodes. Fue una oxigenación espiritual, largo tiempo esperada por aquellas gentes. «Quiero entonar un canto nuevo de alegría / al romper aquel día / de la llegada a nuestra tierra. / Celebrar con mi pueblo la alborada, / toda mi gente ya liberada: / luchar no habrá sido en vano». Después de la misa, fuimos en procesión, cantando, con las pancartas al sol, hasta la iglesia de paja, réplica a la otra iglesia, profanada por la policía y el Getat. Y allí surgió el gesto profético. La diócesis de Conceiçao, con la ayuda del Brasil y hasta del exterior, construirá, en Sâo Geraldo do Araguaia, la «iglesia de la liberación del pueblo de la tierra». De Sâo Geraldo fui a Salvador, en la Bahía. Por la carretera de Barreiras. Ya anocheciendo, atravesamos la Serra Pintada, tierra bravía del capitán guerrillero Lamarca. Y tuve que hacer un poema guerrillero o nostálgico o, más sencillamente, esperanzado. Ya en Itapoan hice varios poemas. Porque la liturgia y el mar obligaban. Reencontrar el mar es siempre reencontrarse. El mar me está diciendo, ¿inútilmente? su única palabra, en blancos pertinaces pergaminos. Asienten las palmeras como testigos cómplices Yo soy apenas, todo, de nuevo frente al mar, una asombrada roca, hondo silencio humano. De Salvador a SÂo Félix, del mar océano al río Araguaia, pasé por Belo Horizonte. Curvas y sierras de Minas Gerais. Y la cordialidad de Faliero y de otros claretianos, en la pausa de ducha y cena, entre uno y otro autobús. En la inmensa estación de autobuses, el abrazo amigo de nuestro Juárez, agente de pastoral un día allá en el Ribeirâo Bonito. El nos comunicó, eufórico, que Belo Horizonte había escuchado, aquel día, por privilegio anticipado, la Missa dos Quilombos. A veces he echado cálculos en torno a los kilómetros que uno viene acumulando desde que viaja por este infinito Brasil. Serán, kilómetro más, kilómetro menos, 4 mil kilómetros por mes. Llegué a Sâo Félix en plena evaluación de las misiones populares que hemos tenido en toda la Prelatura. Una Gracia de Dios para el pueblo y para el equipo. El último número de «Alvorada» refleja caudalosamente esta gratificadora impresión. Y ya es julio. Viento, polvo, visitas de amigos. Y la asamblea del pueblo a la vista. JULIO Día 17 Fernando, de León, ha sido elegido secretario general de la Conferencia Episcopal Española. El me acaba de escribir lamentando la posibilidad de esa elección, porque ya se siente muy vinculado a la Iglesia leonesa. Yo sé que Fernando lo hará bien y me alegro por la Iglesia de España. Imagino también que no sea fácil hacer de secretario general y ser pastor de una Iglesia. No dudo que Fernando puede ser el «mirlo blanco» que se pretendía para ese cargo. Según apuntaba la prensa española. Día 23 Continúan las muertes al servicio del hombre y del Reino. De la Rioja argentina me envían una hoja multicopiada anunciando el sexto aniversario de la muerte de los dos diáconos pascuales, predecesores de Angelelli en el testimonio: Carlos y Gabriel. La hoja explica los motivos fundamentales de esa celebración: «Porque no debemos ni podemos ni queremos olvidarlos; porque su causa es la de Jesús y la del Evangelio; porque su martirio es el martirio de nuestra Iglesia en América Latina; su lucha, la de muchos hombres y mujeres de todos los credos; su testimonio, el de los testigos que debemos ser; su mensaje, el de hermanos nuestros muy queridos; su ideal, el de la Iglesia que juntos queremos construir...». Mucho más cerca, en Marabá, ha sido muerto, por el latifundio y la política oficial, el joven abogado Gabriel Pimenta que luchaba al lado de los posseiros de la región. Cada día más, los labradores y sus abogados se van tornando carne de martirio. Dice el viejo maestro Rahner: «..la muerte, y solamente ella, es el acontecimiento que hace definitiva la decisión de la libertad». «...Esa relación de cada uno para con Jesús debe ser entendida como un morir con Jesús en absoluta esperanza, para sumergirse en el Dios incomprensible y eterno». «...Esta aceptación definitiva e irrevocable de la promesa de sí mismo por parte de Dios, la cual se manifiesta en la historia, solamente puede ser concebida como aconteciendo a través de aquello que denominamos muerte y resurrección de Jesús». Día 24 El viento hoy está sublevado en estas riberas del Araguaia. Segundo día de la asamblea de nuestro pueblo, con el sacramento de la confirmación como tema central; y la revisión de las exigencias que nuestra Iglesia hace con respecto al bautismo. Las gentes del pueblo, cuando consiguen su espacio y su tiempo, son de una admirable sensatez. Los mejores teólogos y pastoralistas no decidirían mejor que estos hombres y mujeres de nuestras comunidades. Yo creo que el Espíritu de Jesús sabe hablar a gusto a través de ellos. Día 28 El domingo, por la noche, celebramos la clausura de la asamblea del pueblo con una misa crismal. Entre los representantes de las varias comunidades y algunos amigos de Sao Paulo y de Minas, estaba también Vanda, estudiante luterana de teología que se prepara para ser pastora. Pasa un mes y medio con nosotros, en práctica pastoral. Es gaucha. Una hermosa presencia ecuménica. Ayer vinieron a verme otros gauchos. Por la mañana, un matrimonio, cursillista precisamente, de las diócesis de Santa María. Ellos están descubriendo el compromiso social de la fe, y querían oír, saber, nuestra experiencia. Por la tarde, un colono de Villa Rica, padre de 10 hijos, que ya fue catequista y ministro de la eucaristía, allá en el Sur. Rubio y blanco, maduro de años y de trabajos, pero sencillo como un niño. Cuando me recordaba los cuarenta y tantos alumnos de catequesis que fueron a despedirlo, rompió a llorar. Justamente, en las misiones y ahora en la asamblea, hemos tenido una cierta tensión con los sulistas recién venidos a la Prelatura y que no acaban de encajar en nuestra línea pastoral. Parece, sin embargo, que la cosa se está enderezando. Y espero que en el 83 podremos tener en Vila Rica un equipo pastoral permanente. Cada grupo humano exige su tacto pastoral propio. Llega, otra vez, como un manojo de hojas y flores de libertad, pero sacudidas por muchos vientos, el número de «Amanecer», de Nicaragua, dedicado al balance de los 3 años de revolución. «Comunidad» -que me envían unos seminaristas argentinos de Neuquén- trae esta palabra de M. Menapace: «para entrar en la tierra de la promesa, la condición es creer. En el pueblo de Dios el que no cree en milagros, no es realista». Me llega también «Nunc», el boletín claretiano, con muchos nombres familiares. Desde Cataluña hasta Panamá y el Camerún. Con la foto del centenario hermano Piqué, pícaro y fiel, con un centinela. El karajá N, siempre independiente, está tuberculoso. Conseguimos finalmente que aceptase someterse a examen en el repudiado hospital de Santa Isabel, y parece que irá a tratarse en Río de Janeiro, más adelante. No es fácil saber bien qué es lo que tiene y no es fácil que un indio enfermo se sienta bien en nuestro mundo. «Quiero que la Funai se quede con vergüenza en la cara cuando sepa que N ha muerto», gritaba descontrolado mientras aún se resistía a ir a la Isla del Bananal. Irene ha ido al sertao de Pontinópolis, ciento y tantos kilómetros, para llevar la eucaristía a la moribunda Eva. Tres largos años de misteriosa agonía que habrán de ser fecundos como un esqueje de cruz. AGOSTO Día 3 Canabrava es «el patrimonio de la pobreza, el patrimonio de la abundancia». Viniendo, en la habitual «Viaçâo Xavante», que tiene la exclusiva de viajes por nuestras carreteras, le hice un «bendito» a Santo Domingo de Guzmán, el Santo de mi infancia, tan cerca de las dominicas de la Anunciata, y el Santo de mis amigos dominicos, y el Santo patrón de esta Canabrava. Ayer fuimos en bicicleta, con Altair, a visitar el personal de la floresta. Estaban dispersos, por mil causas; así y todo se reunió un grupo y rezamos el rosario de Santo Domingo y comentamos los problemas y las aspiraciones del lugar. Yendo y viniendo, me parecía encontrar una respuesta de Dios a este pueblo perseverante, en las papayas, en los plátanos, en el animado trasiego de la vida rural. Día 15 El padre Jesús y yo estamos en Sâo José do Xingú. Llegamos ayer tarde. Del Bituca hasta aquí, en una camioneta que pretendía matarnos a. todos. Peones, chiquillos, el obispo y el padre, apretujados como gallinas. Habíamos pasado tres días en Santa Cruz do Xingú, la colonia gaucha con 70 familias. Llegar allí fue una epopeya. De las 3 de la tarde del día 9 hasta la 1 de la tarde del día 10 estuvimos esperando una salida. Finalmente, encontramos una camioneta sin freno y movida a gas; 120 kilómetros hasta el río Fontoura. Bello, el río, al atardecer, desnudándose solitario entre las márgenes verdes. La balsa para atravesar el río exige el permiso por escrito de !a hacienda «Primavera». Lo conseguimos. El gerente de la hacienda, su esposa y su hija, fueron muy atentos con nosotros. El barquero, un negro guasón, renegaba de los macarrones y de la pimienta. Ya le arrancaron macarrones, se guaseaba él, hasta de las propias venas obstruidas. Trabajó mucho tiempo en Sâo Paulo y dice que en Sâo Paulo sólo se come macarrón. Al otro lado del río nos esperaba el tractorcillo azul, un Ford 6.600. Fueron 60 kilómetros, hasta la media noche ya pasada. Hacía frío. Tres jaguares negros, uno suelto, primero, y una pareja después, nos salieron al encuentro, señores de sus dominios. Sólo cuando se convencieron de que los ojos y el ronquido del tractor eran más poderosos que sus ojos y su ronquido, quebraron el rumbo y entraron floresta adentro. En Santa Cruz do Xingú celebramos dos misas y tuvimos el primer bautismo de aquel lugar: el pequeño Alexandro, fuerte y risueño, flor primera de una comunidad que promete. Los colonos ya recogieron este año, aún siendo el primero, 7 mil sacos de arroz. La pimienta, sin embargo -«a pimenta do reino»-, continúa siendo una incógnita, cuando no ya un previsible fracaso. Pan y chimarrâo no les faltan a esos gauchos, ni ganas de trabajar. Tampoco les falta polvo, nubes de polvo, al paso de los tractores. Les falta carretera, eso sí. Y causa verdadera preocupación el solo pensamiento de una epidemia, de una malaria... Porque no hay médico, ni dispensario. Y vendrán las lluvias torrenciales y los aislarán del mundo. El día 13 lo pasamos, entero, esperando transporte. Ya eran las 6 de la tarde cuando conseguimos auto-stop en unos camiones de arroz. Viajamos toda la noche y hasta el mediodía siguiente. Por la «perdida», perdida de verdad. Encallando en la arena; ayudando a otros también encallados. Los pobres camioneros la pasan mal por estas Amazonias. Probamos de dormir unas horas, tres en la cabina y con el fondo musical y el palabreo de la radio Record. Ya mediodía -calor, polvo y hambre- alcanzamos el Bituca. Anoche tuvimos una pequeña celebración y esta mañana hemos visitado familias y tascas y comercios. Dos madres de familia, con 44 y 43 años respectivamente, y ya con 24 y 23 hijos. Los peones están de fiesta, cordiales y sin destino, entre un trago y otro trago. Sarampión, deshidratación, verminosis y el espejismo de la tal ciudad nueva, interés de políticos y fazendeiros, que está partiendo en dos el futuro de este lugar. La BR-80 sigue abierta, de hecho, cortando el Parque Indígena: Yo siempre me pregunto en qué va a parar este Parque y sus aldeas, acosado por la carretera y el latifundio. Jesús ahora está celebrando unos bautismos, y por la noche tendremos eucaristía. Estoy con la garganta y con los bronquios como oxidados, de polvo, de infección. Doña Antonia me sirve, maternal, miel de abeja. Es el mejor de los remedios. De la «abeja de Europa», como se dice aquí. Pasan por la cocina dos chavales jugando a derribar árboles. Un juego muy poco ecológico, pero muy amazónico. Es la Asunción. En toda la Iglesia católica. En Sâo Félix es la fiesta patronal. Allá en casa mi hermana María, siempre generosa y despierta, celebra su onomástico. Me entero de la muerte de Monseñor Acha Duarte, obispo paraguayo de Carapeguá. Un día definió así el programa social de la Iglesia: «La Iglesia quiere acompañar a los pueblos que buscan los valores de fraternidad y justicia, desea educar a los hombres y a los grupos sociales a protagonizar su propia elevación moral, económica, cultural y política. La Iglesia también desea hacerse abogado y voz de los marginados indígenas, minorías étnicas, perseguidos políticos...». Murió -probado en la cruz de la enfermedad- soñando con el «nuevo país» para su patria y con la Iglesia nueva para todo el continente y más en particular para el Cono Sur. Los días 7 y 8 tuvimos un encuentro general sobre el trabajo con el pueblo Karajá. Asesorados por los antropólogos Beto Ricardo y André, del Centro Ecuménico de Documentación e Información Cedí-Tengo una fuerte esperanza en ese trabajo que ya no es apenas una obsesión. Hay dos equipos caminando con el pueblo del Beroká. Beto Ricardo me trajo el libro de meditaciones del teólogo presbiteriano, Rubén A. Alves, Creio na resurrecçao do corpo. una exultante loa cristiana al cuerpo, a la vida, a la naturaleza, a la diaria resurrección. Las ilustraciones del pintor italiano Guido Razzi son de una especie de Sert enternecido y profundo. Con la garantía editorial del Cedí, siempre ejemplo de un gusto exquisito. Día 27 Joan Llopis, en «Foc Nou», sugiere como ideal de una comunidad cristiana, ecuánime pero viva, conjugar el amor a la pobreza de los cristianos de Jerusalén, la apertura misionera de los de Antioquía y la riqueza carismática de los de Corinto. Jesús Huguet intenta matizar -pros, contras, pasado, presente- en torno al sacramento de la penitencia y reconciliación. El tema se hace más actual por la inminencia del próximo Sínodo. Creo sinceramente que la Iglesia ha de ser más realísticamente pastoral, en este particular. Estamos todos un poco perdidos. La historia de este sacramento es suficientemente aleccionadora para que no seamos fanáticos. Entre otras cosas, hasta el siglo VI no había confesión individual. No se trata de ignorar el pecado o de reducir el pecado y su perdón a una difusa dimensión sociocomunitaria. Pero se trata de liberar los espíritus, valorizar la Iglesia como ámbito comunitario de reconciliación y conjugar armónicamente la comunidad y la persona, también a la hora de la penitencia. Lo que está sucediendo, en el mundo entero -la disminución generalizada, consciente y hasta tranquila de la confesión individual- no puede atribuirse sólo a relajamiento o a falta de fe. Día 31 Camino de Vila Rica, el árbol «formigueiro» escolta, a trechos, la carretera, con sus penachos verde manzana, amarillo paja, granate. Una peligrosa ilusión, porque esos racimos en flor están poblados de hormigas «tachi», que salpican de ampollas virulentas todo el cuerpo del incauto. Vila Rica está creciendo, sobre todo de paranaenses. Malaria no falta. Veo que tampoco falta animación, y será una comunidad floreciente si conseguimos renovar con tacto y exigir a esos sulistas un poco más de compromiso en lo socio-político también. El vecino poblado de Mandi, ya en el Pará, es un foco de muerte y de vida confusa. Malaria, tiros, cuchilladas. Garimpo, posesiones inseguras, prostitución, tascas, trashumancia. La noche de nuestra llegada a Vila Rica murió una prostituta del Mandi, acuchillada por la compañera a quien ella, a su vez, había acuchillado de muerte. Regresamos en una camioneta, con varios peones, dicharacheros. La combi, que habíamos pagado para el regreso, nos dejó en la carretera. Ya en la camioneta, íbamos... los dos curas, unas prostitutas, un pistolero, una vendedora ambulante, y, al volante aventurado, un chiquillo. San Ramón Nonato, vecino de mi casa, que nació de la madre ya muerta. Nuestra enfermera Chiquinha es llamada con urgencia. La vecina Analia está para dar a luz. Quiere venir otra sertanejo, otro hijo de Dios, otro sufridor, otro luchador. Noticia del día: los padres Aristides y Francisco han sido trasladados a Brasilia. Clandestinamente, sin saberlo ni los abogados. Dicen que se trata de una maniobra del Curió, cuya campaña electoral se resiente en el Pará, con la presencia de los misioneros presos. Hace ya un año que ellos y los 13 posseiros están en la cárcel. Por la tierra, por el Evangelio. SEPTIEMBRE Día 5 Es domingo y quiere llover; el tiempo se cierra, inseguro, y el viento anuncia mudanzas. Está con nosotros Jorge, representante de un grupo juvenil alemán, que se ha hecho puente de comunión y apoyo para nuestra Iglesia. Está también Eduardo, de Belo Horizonte. Nosotros sentimos que estas visitas, estos encuentros, este intercambio, es un verdadero ministerio eclesial. En el hospital, el pobre Sebastiâo, absurdamente acuchillado en el pulmón por la propia hermana, está esperando entre un avión y la muerte. Irene está gestionando para él una posible salida hacia Gurupi. La FAB -Fuerza Aérea Brasileña- podía habérselo llevado ayer y a estas horas ya estaría operado. ¡Hay que socializar la medicina y los médicos y las FABS! Inconcebiblemente, a pesar de la opinión contraria de muchos episcopados, Juan Pablo II ha creado la Prelatura Personal del Opus Dei. Malparadas quedan las Iglesias particulares y la colegialidad, a mi corto entender y a pesar de las explicaciones dadas. Recibimos de Nicaragua un folleto -sobrio y digno- con la carta del Papa, del 29 de junio, a los obispos nicaragüenses. El folleto borda la carta con textos bíblicos, con citas del Vaticano II, de Puebla y de palabras del propio Juan Pablo II; con un Padrenuestro nicaragüense ad hoc; y con una carta respuesta al Papa, sencillamente certera. En esta carta, los «católicos de Nicaragua», le dan a conocer al Papa, con sentido evangélico, con realismo, con libertad e incluso con cariño, siempre en espíritu de comunión eclesial, la verdadera realidad del pueblo y la Iglesia de Nicaragua, que tal vez el Papa no pueda conocer como ellos conocen, porque los informes que suelen llegar al Vaticano no siempre son imparciales ni auténticamente pastorales. Nos conmueve leer en esta carta la llamada que esos nicaragüenses le hacen al Papa en favor de sus hermanos de El Salvador y de toda la sufrida Centroamérica. La comadre escuchaba, zumbona, el cotilleo de unos candidatos políticos contra otros candidatos del mismísimo partido; y comentaba: «vosotros estáis hablando del buey encima del cuero arrancado». Por varios indicios, se confirma en muchos de nosotros, la impresión de que el 15 de noviembre puede representar una vuelta de la represión, aunque sea paraoficialmente. Si pierden, por revancha. Si ganan, por prepotencia. Día 6 Maurras escribió un día: «El Magníficat hay que cantarlo en latín, con muy buena música, muy bien orquestado y con gran cantidad de incienso, para que... el pueblo no se entere». No hace mucho, un Congreso Mariano, en un país de América Latina, suprimió del Magníficat aquel verso subversivo: «Derriba del trono a los poderosos y levanta a los humildes». Lo suprimieron, quizás, para que ni el pueblo ni los poderosos se enterasen. Día 12 La Isla del Bananal nos ha ofrecido el espectáculo de sus ipés y caraíbas, arracimados de flores. A pesar de las inundaciones y de los desmanes humanos, la Isla del Bananal conserva su hermosura. Venía con nosotros, en la camioneta, la pequeña Márcia. Cuatro años de pura vivacidad. Veía peces donde nosotros sólo veíamos la lámina muda de las aguas. Yo la pasé en brazos por el río Xavaé. Y ella insistía: «quero descer». Quería andar por el río, pececillo también. Cuando el boiadeiro respondió a nuestro saludo, ella rompió, exultante: «mamá, el hombre me ha hecho chao». Márcia cantaba, improvisando. Jugaba con su hermanita de un año apenas. Parecía un ser totalmente feliz, cercado de ternura. Y, sin embargo, la pequeña Márcia ya no tenía padre. Su madre -morena, con una cicatriz en el rostro- me explicó, resignadamente: «descombinamos». Acababan de separarse ella y el marido. He empezado la lectura de La guerra del fin del mundo, de Vargas Llosa. El Conselheiro y Canudos me van a acompañar unos días, incitantes. Los textos de la misa de hoy preguntan por el Cristo verdadero. Es el 24 domingo del tiempo ordinario. - Vosotros, ¿quién decís que soy yo? Isaías responde previamente con la figura del Siervo sometido a los ultrajes. Santiago se refiere a los hermanos que no tienen vestido o comida. Y Jesús se irrita con Pedro porque éste quiere alejarlo de la cruz. Sólo hay una respuesta verdadera. Absurda y comprometedora: - Tú eres el Crucificado. El crucificado Jesús y los otros muchos crucificados que uno va encontrando o que uno va huyendo. Siento una nueva llamada a la radicalidad. «Quien pretenda salvar su vida, la pierde. Solamente la salva, quien sabe perderla por mí y por el Evangelio», (Marcos 8 ). El perrazo enorme de esta casa parroquial de Sâo Miguel, como un Cid legendario, continúa asombrando aún después de muerto... Todos los que aquí llegan, preguntan, prevenidos, por el perro. Detesto los perros que espantan las visitas, mucho más en las casas parroquiales. Reconozco -de un tiempo para acá- que trato a los viejos con especial ternura. ¿Por qué? Quizás, porque no puedo acariciar a mi madre que está lejos. Quizás, porque ya he vencido los 50. Creo que la vejez es una Gracia -ocasión de Gracia, sacramento seguro para muchos-. Ser viejo antes de morir, puede equivaler fácilmente a morir maduro, arrepentido, humanizado, cristiano. La anciana madre del padre Sebastiâo acaba de venir a despedirme, con un cariño entre reverencial y confiado. Sus manos me están recordando las manos de seda caliente de la yaya Francisca. Despedirse de un viejo tiene siempre sabor de eternidad. Día 21 Está de truenos y de lluvias primerizas. Pero el pueblo «sabe» que el invierno no será grande. Porque las lagunas aún se mantienen y es muy parca la fruta, hogaño. En Miracema hemos celebrado -del 13 al 17- la asamblea regional de la CPT, con estudio dirigido por el economista Herbert, del IBASE (Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos), sobre la «Nueva sociedad y realidad política». Vimos particularmente la transnacionalización del mundo y de este super-transnacionalizado Brasil. Con respecto a la actitud de la Iglesia, nos preguntamos: - Cómo conjugar la vivencia y el anuncio de la fe con el compromiso político, con el respeto lúcido a la religiosidad popular, y con la asimilación, evangélicamente crítica, de la modernidad. La religiosidad popular exige del agente pastoral una actitud de participación sencilla, de estudio respetuoso y de crítica comprensiva y paciente. Ni la iconoclastia ni el conservadurismo. Ni tampoco, claro, la tercera vía de la pasividad. La esperanza, la utopía... ¿quién es la madre? ¿quién es la hija? Mao sugería esta norma de guerra: «¿A quién destruyo? ¿A quién neutralizo? ¿Con quién hago alianza? ¿En quién me apoyo?». Herbert, el «Betinho», nos recordaba que la dominación usa dos mecanismos básicos de control político: resignación y miedo. La negación de la resignación se hace a través de la participación en la lucha. La negación del miedo, a través del testimonio. Nos recordaba también que la organización popular es un campo de batalla sumamente estratégico en orden a la sociedad nueva que soñamos. Porque organizar es hacer poder. Día 22 La Isla está otra vez empapada. Los patos se contornean felices sobre el césped lavado y los gallos cantan, persistentes, como si todavía estuviese por amanecer; porque el cielo sigue encapotado. El Israel loco de los militares ha masacrado centenas de civiles palestinos indefensos, a las afueras de Beirut. Siento de corazón esta locura de Israel, porque amo de corazón a este pueblo que también es mío. Siento de corazón el prohibido pueblo palestino, que un día será y tendrá Patria. Un pueblo con voluntad de ser, no se mata ni con armas ni con dinero. Palestina se ha vuelto, con dramática actualidad, una tierra y un destino de Calvario. Que el palestino-judío Jesús haga de los dos pueblos una convivencia fraterna, El que derriba el muro de las separaciones y es nuestra paz. En un cobertizo de la casa contigua a esta humilde casa-misión, se pasa el día entero, balanceándose en una hamaca, la pequeña María da Consolaçao. Tiene 8 años, es rubia y bermeja, con los ojos siempre entornados; y suelta, en una monocorde letanía de angustia o de total inocencia, un sonido gutural: ¡Aaah! Es subnormal la pequeña Consuelo, el angelito rechoncho. Pasará por la tierra como un desafío a la esperanza y a la humana ternura. Ahora, mientras la Consolinha sigue balanceándose con su grito monocorde, diez o doce hombres, varios de ellos con machete, cortan, venden, compran la carne reciente de una vaca, colgada, en cuatro partes, de las traviesas. Alguien corta a hachazos los huesos ya descarnados. Estallan gritos y risas y ladridos de perro. La lluvia sigue cayendo, mansa como una bendición. Día 25 Hemos celebrado misa, y bautizos, a las afueras de Sâo Joâo do Javaé, en tres casas de campo, con la vecindad, alegre y comunicativa. Es catequesis, oración y eucaristía. Yo insisto, en esas ocasiones, dando a la misa el valor de «rezo máximo» de los cristianos. En casa del vaquero Pedro do Tiago, hacía un día y medio que se contorsionaba en dolores de parto una vaca canela. De primera cría. Antes de la misa, ya el animal, sin fuerzas, dilataba la pupila en impotente resignación; estirada la vaca, casi inmóvil. El becerrillo estaba atravesado. Candinho y Tiago, con la experiencia de muchos años de «vaqueirar», untaron con caldo oleoso de mutamba sus brazos derechos y consiguieron el milagro. Se salvó la madre y se salvó el hijo. Empezamos la misa con el corazón aliviado. Me acordé mucho en aquella hora de mi padre, el vaquero, el lechero Luis. En casa de Sebastiâo, «el tocador», recibimos una demostración que lo acredita como auténtico tocador de acordeón. Autodidacta, como la mayoría de los tocadores del sertao. De niño se sentaba a orillas del Tocantins e iba arrancando sonidos, acordes, canciones nostálgicas: «Asa branca», «A triste partida»... Hasta que pudo comprarse un acordeón de verdad, «un tedeschini» rojo, blanco, negro, flexible y sonoro como el corazón de una fiesta de pueblo. Sebastiâo es ahora «el tocador», además de ser vaquero y padre de 5 hijos. Cuando salíamos de su casa, se estaba muriendo, «de rabia», de terquedad, una marrana negra. Llevaba cinco días en huelga de hambre. Ahí no vino el milagro. El campo estaba florido, lavado, oloroso, y los pájaros y las cigarras proclamaban una cierta felicidad. Por el camino nos acechaba, en el suelo, en el aire, la palmera tucum, con sus largas agujas negras infeccionadas. Mañana tendremos bautizos y, por la noche, durante la misa, confirmación. El Incra, según la radio, pasa a ser subordinado del nuevo Ministerio de la Tierra, a las órdenes del General Venturini. Tendremos un Incra, pues, directamente militarizado. Vargas Llosa describe con mucho vigor el contexto histórico y cultural de Canudos. Se le ha escapado el trasfondo de resistencia, la política popular. Quizás las muchas figuras anormales ofrezcan un Nordeste excesivamente truculento, aún tratándose de una novela. A pesar de que Vargas Llosa es muy humano en todas sus figuras, también las anormales. Sobre todo, en las figuras más burguesas. Es menos estilo que Borges, menos fantasía que García Márquez, pero es mucho detalle, mucho nombre, mucha geometría. Una cierta retórica -política, pasional, mística- dice bien con la grandiosidad de esa novela-epopeya de Canudos. Moreira César, el coronel «cortapescuezos», dictamina: «En el fondo, el hombre sólo teme a la muerte». Yo me lo había dicho a mí mismo muchas veces. Aunque, los hombres y mujeres de Canudos demuestren tener otros temores y otras esperanzas, mayores que esta muerte y esta vida. Ella quedó grávida del primer hijo cuando aún no tenía 12 años. Tiene ahora 23 y ya espera el noveno hijo. Cada uno de un padre. Nunca se casó. El tiene 25 años. Es del Piauí. Hijo de madre soltera. -«Mi madre y mi padre me hicieron en un matorral», declara con vital decepción, mal disimulada. Conoció a su padre sólo «de espaldas». La abuela materna lo crió. Y hace 7 años que rueda por esta Isla del Bananal. Los dos viven «amigados» hace un año. El se resiste a casarse. Porque ella ya ha sido de muchos. La inseguridad de los dos es total. Yo les prometo que rezaré por ellos. Es todo lo que puedo prometerles. Ni la moral, ni las notarías, ni nuestras experiencias de familia más o menos normal, pueden dogmatizar altaneramente delante de esas situaciones ... Por la tarde, después de la preparación de padres y padrinos para el bautismo, que celebraremos mañana, otro joven matrimonio me busca, con un aire de timidez y de compunción. Tienen 4 hijos. Hace 5 años que viven «amigados» y quisieran salir de esa «situación de pecado». Pero ella ya fue casada «por la Iglesia» con otro marido. Los conforto. Les aseguro, en nombre de Dios, que pueden vivir en paz. Su sinceridad y su participación en la comunidad los redimen. El Padre ve sus corazones. Les doy mi rosario, como señal, como quien improvisa un sacramento de suplencia. Y siento que se levantan confortados... Día 27 Anoche celebramos la misa de Crisma. Llena la Iglesia de Sâo Joâo de Javaé. Presidiendo nuestra celebración aquella imagen de talla donativo de un artista cartagenero que los amigos de allá nos enviaron. Es la imagen más bella que tenemos en toda la Prelatura. San Raimundo Nonato, con rasgos de indio y de negro, rompiendo con sus forzudas manos las cadenas de la esclavitud. La bandera del «Divino» abrió la procesión al son del tambor, el pandero y el acordeón de un grupo improvisado de «foliôes» cantadores. Porque es necesario saber que el Divino de la bandera es el mismísimo Divino Espíritu Santo. Precisamente leía ayer un artículo de Tarsicius van Bavel sobre Calcedonia y sus contextos dogmáticos. Para el pueblo, también las distinciones pueden ofuscar la simplicidad del dogma como fe vivida. De todos modos, este pueblo brasileño es «o Povo do Divino». El empresario concluye: Falta de credibilidad del gobierno. Momentos antes el noticiario radiofónico citaba a Abi-Ackel, nuestro Ministro de Justicia, hablando de un franco diálogo entre el gobierno y la Iglesia. Leve desfachatez, digamos. ¡Falta de credibilidad, señor Abi-Ackel! OCTUBRE Día 3 Sâo Félix. Calor. Domingo. Entre Teresa de Lisieux y Francisco de Asís. Y el próximo día 10, con el padre Maximiliano Kolbe -caballero de la Inmaculada, periodista del Evangelio y mártir de la caridad- ya canonizado. Juan Pablo II hará esa canonización con un doble apasionado amor; y ahí coincidiremos plenamente. El día 30 inauguramos, con una patriarcal bendición de Dom Fernando, padrino de la CPT, la nueva sede nacional de la Pastoral de la Tierra, en Goiânia. Hoy bendeciremos, con una misa crismal, la nueva iglesia de la Vila Santo Antonio, en el barrio alto de Sâo Félix. Ya la Prelatura tiene una iglesia en cada lugar. Sea cada lugar una Iglesia viva. Día 4 Francisco de Asís, el hermano de todos y de todo, el pobre y libre Francesco, traspasado por los estigmas de Jesús. Que los franciscanos y la Iglesia toda y la triste humanidad -violenta, amarga, prepotente, niña- seamos cada vez más franciscanos. Amén. ¡Loado sea mi Señor por todas sus creaturas! La Hermana Therezinha, de Diamantino, comunicándonos la muerte del posseiro Henrique José Trindade, nuevo mártir de la tierra, escribe muy justamente: «Sería muy bueno que esas mujeres, viudas de mártires, se comunicasen para un caminar unidas, puesto que participan del mismo dolor, consecuencia de la terrible violencia contra los sin vez y sin voz. Ellas ya son muchas en todo el Brasil y América Latina. Son otras Marías en la caminhada de la verdadera liberación», Día 8 Ribeirâo Bonito-Cascalheira. Por la mañana hemos hecho la visita de séptimo día al cementerio. Por la fallecida Giselda, madre de 7 hijos, que murió quemada en vísperas de dar a luz. Mañana haremos la visita de séptimo día de Valdemar BHC, que murió estrellado contra un poste, a manos de un motorista borracho del PDS; irritado, el motorista, por el ingente victorioso mitin del PMDB de la oposición. Los dos hermanos que me agredieron, aquí en el Ribeirâo, reconocían ha pocos días atrás, que fueron incitados... Estamos celebrando la novena de la Patrona, Nuestra Señora Aparecida, y también la memoria de nuestro mártir, Joâo Bosco. El Francesco de Josep M. Ballarín recuerda muchas cosas, buenas de recordar: «San Francisco sólo tuvo que hacer una cosa, desnudarse. Y todo el mundo, para bien o para mal, entendió lo que hacía. Cesco empezaba a ver que para él el juego era mucho más difícil. Si algún día podía desnudarse, poca gente entendería lo que estaba haciendo. Sería gritar en el desierto. Habría de encontrar un desnudarse inteligible en este mundo tan vestido de coeficientes cuánticos...». Día 9 Todo poder dictatorial corrompe. Los prepotentes de cualquier lado llegan siempre al absurdo y a la manipulación. La radio esta mañana nos comunicaba dos nuevos ejemplos: Figueiredo decía, en el Nordeste; quien no está en todo conmigo, está contra mí. Lo cual es, por lo menos, una lamentable parodia de la palabra de Jesús. El régimen comunista de Polonia acaba de cancelar el Sindicato Solidaridad. En nombre de un ilusorio poder proletario, se impide la voz y la vez del pueblo. Hablando de sindicato, hace tiempo que uno se pregunta con angustia creciente: ¿Hacia dónde va la Confederación Nacional de los Trabajadores en la Agricultura? ¿A quién sirve? ¿Qué espíritu viene invadiendo las Federaciones? No se es «oficial» impunemente. Y desconfíese de lo vitalicio. Día 11 Anoche, después de la misa, se me acerca un hombre joven, patillas, ojos azules, tez quemada. - «Sou peâo de boiadeiro. Soy un gran pecador, padre. Rece por mí». Le doy mi rosario. Lo besa, me besa en el hombro. Habíamos hablado, en la celebración, de la misericordia de Dios que siempre acoge a los que vuelven. Sentirse salvos en exclusiva y considerar perdidos a los demás es una actitud frontalmente anticristiana. Por la tarde, comentábamos el misterio de la posible perdición. Sin más comentarios que el silencio de la fe y la palabra de la esperanza. Un día veremos y El no nos habrá decepcionado. San Maximiliano Kolbe, ruega por nosotros, cuida de tu Polonia y de su socialismo en libertad, pásanos un poco de locura y de riesgo, y ayúdanos a dar el testimonio. La primera ideología del pueblo es la propia necesidad. «Cuando llega el Esposo -dice Bailarín- la virgen Esperanza se vuelve la madre Caridad». Día 12 Nuestra Señora Aparecida, Padroeira del Brasil. En la oración litúrgica le hemos pedido a Dios que el pueblo brasileño sea fiel a su vocación. Misteriosa, la vocación de un pueblo. Pienso que la vocación del Brasil, usurpado y a su vez usurpador, debería ser tornarse apasionadamente latinoamericano, conscientemente tercermundista, al servicio de los hermanos menores de esta América nuestra; en comunión con África, la madre preterida; abierto a la grande Asia, continente de pueblos seculares y no precisamente nido de multinacionales, japonesas, pongo por caso. Comenzando con la procesión de la luz, el agua y la cruz, celebrábamos, anoche, la eucaristía en memoria del martirio de nuestro padre Joâo Bosco. En este cuarto del Clelio, entonces enfermería, Joâo Bosco celebró su agonía de mártir, consciente, controlado, generoso. Recordábamos anoche cómo este Ribeirâo Bonito y toda la comunidad de este sertao y la Prelatura toda han sido amasados con sangre. ¡Y no hay fermento más poderoso que la sangre de los mártires! En España es la fiesta del Pilar, «bendita y alabada sea la hora». Y van a ser luego las elecciones, en España. Que pueden derivar en un cierto socialismo. Y está por llegar a España el Papa Juan Pablo II. Sean las elecciones y la visita del Papa para reanimar la fe y la libertad de la muy católica España; sean para reencender su caridad misionera y su generosa hospitalidad. También España tiene su vocación como pueblo... Que no es el Imperio, precisamente, ni siquiera para ir «hacia Dios». Día 13 Ley marcial en Polonia. Militarización brutal. Muy lamentable todo, aunque no sepamos bien exactamente lo que está sucediendo en Polonia porque la prensa occidental nos filtra la realidad y, sobre todo, los intereses subyacentes. Aún pueden llegar días más graves para Polonia, para Europa, para el mundo. Rusia, prepotentemente, ignorando u olvidando que el socialismo debe encarnarse en cada pueblo, salvando de cada pueblo la identidad, garantiza ese estado de represión. Las primaveras de Praga se van sucediendo, sofocadas. Estamos lejos de la libertad, tanto cuanto de la justicia. Las dos son hermanas gemelas, y sin vivir las dos conjuntamente no hay paz. «...Esta es la única pobreza que ningún hombre puede aceptar resignadamente; nadie puede aceptar el perderse como persona» (Ballarín). Siempre, todavía y, solamente, porque en El todos somos y estamos y todo está y es en El: «jDeus meus et omnia!». Día 16 En la huerta rompe el maíz, adolescente. Las primeras lluvias han lavado el mundo. Uno se renueva también, como por estaciones. Pero creciendo en Dios, seguramente, granando espiga. Cada estación, un paso hacia el Encuentro. Día 22 Itaici, siempre Itaici. En el curso de obispos. El clima es sumamente fraterno y las celebraciones muy sentidas. Hablamos de todo el Brasil -Iglesia, pueblo, Estado-. Hablamos de nuestra América. Y, ¿cómo no? hablamos de Roma, del caso Marcinkus también. A la Iglesia siempre le sienta mal el negocio, aunque sea de finanzas al servicio del apostolado. Y Dios purifica a su Iglesia, a veces con hondas cirujías. Mañana serán ya 11 años de obispo. Uno no acaba nunca de sentirse lo que se dice un obispo. Esta noche he rezado por la Prelatura, gentes y agentes. Y he rezado por Cuba también, con un especial cariño. Mañana era -ahora es el día 24- nuestro San Antonio M. Claret, arzobispo que fue de Santiago de Cuba. La revista «Vozes», en su último número, trae textos interesantes sobre la Iglesia en Cuba. Por fin también allí la Iglesia se empieza a decidir a abrirse al Reino, más realista, precisamente en la hora y en el lugar de la Cuba revolucionaria. Que no está tan lejos del Reino de Dios, diría Jesús, posiblemente. Día 24 La muchacha barría el claustro, de las flores que el viento había derribado por la noche, esas flores moradas, de seda episcopal, que inundan los jardines de Itaici: - Las flores también ensucian... Nos han informado, con dramaticidad, sobre la renovada, tal vez inminente, amenaza de invasión a que Nicaragua estaría sometida. Y rezamos por la más que merecida libertad de Nicaragua. Rezamos por la martirizada América Central. Dom Luis Fernandes me cita un texto del obispo San Agustín: «No hay nada más penoso, más abrumador, más peligroso que ser obispo». Para Agustín ciertamente el «bonum opus» fue una «buena carga», en los días agitados de la África del Norte y en la Iglesia ya constantiniana. Día 26 El Salvador y Guatemala siguen en estado de masacre. Y Nicaragua está amenazada en su proceso de liberación. Una posible contrarrevolución imperialista-burguesa, ahogando la revolución sandinista, quizás con una complaciente pasividad de cierta Iglesia, burguesa quizás también, significaría largos años de retroceso para una liberación con perspectiva cristiana, en América Latina. Día 27 Acabamos de ver, angustiados, el audiovisual «Guatemala, tierra de lucha y de esperanza». Y acabo de visitar al Cristo Libertador en la capilla de San Ignacio, para gritarle mi esperanza impotente. No es posible que El deje de escuchar el secular, torrencial clamor de la sangre de esos pueblos: ¡Acuérdate de tus pobres! ¡Sé Padre! ¡Líbranos de la muerte y de la ignominia! ¡No permitas que el lucro sea más poderoso que tu amor! ¡No permitas que nos esclavicen en tu nombre! Envía tu Espíritu sobre nuestros pueblos, sobre nuestras Iglesias. gloria de tu Nombre verdadero, ¡oh Salvador! NOVIEMBRE Día 2 Sálvanos por la Los difuntos de la familia, los muertos conocidos o desconocidos que yo he acompañado a lo largo de mi vida sacerdotal (los peones, sobre todo), y los muertos de Centroamérica... me acompañan hoy con una presencia acumulada. Hay que hacer los posibles por la vida. Y luego hay que esperar, frente a los muchos imposibles. «Yo soy la resurrección». Día 9 Una mujer alemana que no conozco, me envía, desde Wurzburg, una amigable carta misionera. Ha vivido en Venezuela y en España. De América Latina dice: «Estas personas tienen mucho sentimiento y todavía pueden alegrarse de cosas pequeñas. Esto es muy raro aquí en Alemania». Sin embargo, ella, alemana, tiene el gesto singular de escribirme porque en la iglesia ha recogido un folleto sobre los Misioneros Claretianos. Y en la carta me incluye tres hojas otoñales, oro y estrías: «tenemos otoño aquí en Alemania y toda la naturaleza es tan linda, tan llena de colores...». Europa aún tiene alma, gracias a Dios y a pesar de muchos diablos. Las tres hojas doradas de otoño enmarcan, en mi cuarto, la foto del Corazón de María de la iglesia claretiana de Sallent. «Sem fronteiras» nos recuerda, en su número de octubre, que en África hoy existen más de 5 mil movimientos de Iglesias independientes. Dice que es difícil calcular el número de adeptos, pero se habla de 10 millones. La tradición cultural -quizás no respetada por la misión colonizadora- acaba por quererse imponer. «Se puede decir que estas Iglesias independientes constituyen una resistencia contra la incapacidad de las Iglesias cristianas de entender la cultura local y las aspiraciones concretas de los africanos». «...Numerosos africanos se han sentido robados y como puestos fuera de casa». Día 10 Regresan Pablo y Valeriano. Ayer volvió la pequeña dicharachera Maíra. Gusto de familia, reencuentro en casa. Los últimos ecos del octavo centenario de San Francisco de Asís deberían reducirse -claros, persistentes, diarios- a esta suprema confidencia del Poverello: «Nadie me enseñó lo que debía hacer; El mismo, el Altísimo Dios, me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio». Día 13 Anoche fue el último mitin de esta campaña electoral. La lluvia, siempre bienhechora, quizás impidió discretamente una confrontación. Ahora, a esperar, con el pueblo, aunque sea una relativa victoria. El pueblo necesita vencer algún obstáculo. Sólo se lucha cuando se vence algo, aunque sea el miedo o la división o la apatía. Pensaba yo, estos días, viendo las ganas de fiesta que estas gentes tienen, a pesar de tantos pesares o quizás por ellos todos, cómo este pueblo brasileño tiene vocación de fiesta eterna. Día 20 El pueblo ya respira, feliz. En Sâo Félix, en Santa Terezinha, en Cascalheira-Ribeirâo, la oposición ha salido victoriosa. Ahora la «torcida» espera la victoria del padre Pombo, para el gobierno del Estado. Alguien escribirá un día sobre la candidatura del padre Pombo y los pros y contras eclesiásticos, algunos de ellos no muy fraternos, por cierto. Él, dicho sea sin levantar ningún estandarte, se ha mostrado discreto y religioso, pero convencido de que el pueblo le obligaba a esa opción. Que las urnas sigan hablando, a pesar de la escandalosa represión y fraudes oficiales. Y que el pueblo se haga cada día más coherentemente político. Sobre todo, después de las urnas. Antonio Wanderley Chaves, antiguo funcionario de la Fundación Brasil Central, me envía su libro de memorias, muy vivazmente escrito, Madrugadas e crepúsculos. Crónica de primera mano sobre nuestra región y sus orígenes post-indígenas. Día 21 El Brasil y la verdad. La verdad y el brasileño. La guasa sería ésta: Bahiano no miente, exagera. Gaucho no miente, alardea. Mineiro no miente, calla la verdad. Paulista no miente, negocia con la verdad. Carioca no miente, se ríe de la verdad. Brasilia no miente, crea la verdad. Día 28 Los cerros verdes de Barra do Garças y el aire como en suspenso, y preñadas las nubes. Es el primer domingo de Adviento. Que lluevan al Justo esas muchas nubes, cargadas en el mundo, en la Prelatura, en el propio corazón. Un abrazo y dos palabras amigas de un padre salesiano, a quien no conocía me han confortado esta mañana. Después ha dicho el padre, como quien hace eco a largas consideraciones: «Cómo es difícil ser cristiano en nuestro mundo católico». El retiro espiritual, coordinado por el padre Rogelio, también salesiano, ha sido una ocasión despojada, de entrar en oración y en examen. Con la Biblia en las manos. En el seguimiento de Jesús, a la luz del seguimiento de las primeras comunidades cristianas. Otra vez, la traducción de Schökel-Mateos me ha prestado un valioso servicio. «Traducir» la Biblia es un gran ministerio cristiano. Traducirla a una lengua, traducirla en el testimonio, traducirla en la vida de la Iglesia. Esta noche voy a Cuiabá, camino del Acre, donde coordinaré el retiro espiritual de los agentes de pastoral de la Iglesia de Dom Moacyr. De retiro en retiro, no hay modo de no vivir el Adviento. ¡Maranatha! Día 30 En esta iglesia del Rosario de Cuiabá, el pueblo ha venido hoy martes, ya de madrugada, a celebrar su fe en Sâo Benedito Preto, En el altar del Santo, por falta de una, hay tres imágenes de Benedito. La más negra, según decía una devota, está «más en la sombra», y es la que mejor cura las enfermedades. Lo cierto es que ese pueblo, cada semana, recibe en esta celebración, alimento y alegría para seguir luchando. Me he sentido en África. El clima, los negros, el negro Sâo Benito, esa cálida religiosidad. En una África colonial y barroca y subempleada. Ahora ya se puede afirmar categóricamente que también en nuestro Mato Grosso ha vencido la oposición. A pesar de que se va a llevar el mando el PDS del gobierno. Por corrupción, por fraude, por imposición. Porque Roberto Campos no puede perder. Anteayer fue enterrado un candidato del PMDB, de Várzea Grande, fríamente asesinado porque sabía y ya denunciaba demasiadas artimañas. El recuento de las urnas, incluso el computador, se han juntado a la unánime decepción indignada del pueblo. Hoy llega Reagan al Brasil. Con el Adviento, llegan también otros señores, además del Señor. DICIEMBRE Día 9 Vuelvo a Sâo Félix con la lluvia y con el aroma agridulce de esta nueva Navidad. Francisco, Aristides y los 13 labradores han sido condenados otra vez -aunque levemente reducidas sus penas- por el Superior Tribunal Militar de Brasilia. Otra vez inicuamente han sido condenados el pueblo labrador que se incorpora y la Iglesia de Jesús que se pone a su lado. Condenados, en nombre de la madrastra de la injustica que es la Ley de la Seguridad Nacional. Las elecciones, aun no totalmente «apuradas», nos han dejado un telón de fondo entre optimista y amenazador. El Ministro del Ejército y el Presidente Figueiredo dieron anteayer su advertencia. Se ha hablado también insistentemente de un conato de golpe, o por lo menos de un golpe local, en Río, que eliminaría al nuevo gobernador, Brizola. La campaña por la presidencia ya se ha apoderado de los nervios del país. Y de los dientes entrechocados de los grandes que aspiran. El poder es un fuego devorador, el otro dios que lo abrasa todo. Terminamos anoche el encuentro de la Dirección Nacional de la CPT. Evaluación y programa. Ya en orden a la asamblea nacional de 1983. Vamos a enfocar especialmente 4 sectores de mayor urgencia: - La cuestión fundiaria. El Ministerio de la Tierra. Los Grandes Proyectos. - El pueblo labrador y su lucha organizada a través del Sindicato y de la política popular. - Las categorías más marginadas en el campo: como peones, garimpeiros, jornaleros diaristas, moradores recientes de las periferias de la ciudad. - La Iglesia y su momento. La CPT y otros organismos de pastoral. Lo nuevo en «lo pastoral» de la CPT. Dom Moacyr acaba de salir de este Centro de Treinamento de Goiânia, hoy, con la delicada misión de chacha de la pequeña Iona'í. Moura y Marlene, los padres de la chiquilla, merecen unas vacaciones y Iona'í quiere pasar unos días con la abuelita del Acre. Hacer de chacha puede muy bien ser un nuevo ministerio episcopal. Día 16 Novena de Navidad, en Santa Terezinha. La ventana de este cuarto, escritorio, biblioteca, en cuatro palmos de espacio, se abre, mañanera y lluviosa, sobre una peruana cargada de frutillas de un naranja enrojecido. Las gallinas de la hermana Irena se amontonan tumultuosamente hacia la lluvia de maíz. Llegando a Sâo Félix, de vuelta del Acre, me encuentro con una nueva muerte estúpida. El subdelegado de la policía civil, Sebastiâo Bigode, ya con otros crímenes a cuestas, había matado, la víspera, a Joaquim Preto. Un hombre de 30 años, honesto y comunicativo, que deja 3 hijitos y la mujer, enferma. Ha sido una revuelta profunda y general, en Sâo Félix. Tiros y troyanos, unidos en la indignación. Llevamos el cadáver a la iglesia de la Vila Santo Antonio. Toda la ciudad se hizo presente. Y yo sentí que aquélla era una hora de profecía. Exigimos justicia y cantamos, a pesar de todo, la esperanza. El Delegado de policía se vio presionado de tal modo que tuvo que decidirse a procesar a su compañero asesino. O la justicia o la venganza, era la alternativa que se adivinaba en muchos ojos y en muchas expresiones esos días. Sobre la tierra amontonada, como un vientre materno, encima del cuerpo asesinado de Joaquín, rezamos y encendimos velas. Era una presencia múltiple, ardiendo. Nadie puso una flor sobre la tierra húmeda y desnuda: -Encima de esta tierra, hermanos, plantaremos la flor de la justicia. El sábado, después de 93 años de una vida accidentada y trabajadora, moría Doña Silbina. Uno de los troncos firmes de nuestra Iglesia. La legítima esposa del viejo Lucio da Luz, patriarca-coronel, de muchas esposas. Doña Silbina rezó mucho en vida. En aquellos tiempos, antes de nuestra Misión, ella había organizado muchas horas santas pidiendo la venida de sacerdotes a estas orillas del Araguaia. Fue siempre para nosotros como una tía espiritual. De memoria feliz y verbo plástico. Fue hermosa y hasta rica, un día. Sus últimos años fueron de oración -rosario en mano-, de sustos asombrados y de impaciente esperanza. El padre Joâo Bosco había pasado conmigo por el Bate-Papo, aquel mismo día 11 de octubre de 1976 en que iba a ser asesinado, y Doña Silbina gravó para siempre el rostro y las palabras del mártir. Después «veía» constantemente, en el ángulo de su cuarto, al padre Joâo y a Santo Domingo, pues «vestía de blanco», y a no sé qué otro santo protector. Ahora Doña Silbina está, a sus gloriosas anchas, con todos ellos, en Dios. Del Acre, verde y como naciendo aún; de la Iglesia hermana de Moacyr, guardo en el corazón muchas memorias, preguntas y estímulos. Acre es un pueblo de cearenses. Cruzados de indios, muchos de ellos. Y comerciantes «turcos»; sirios, libaneses. La ciudad capital, Rio Branco, con su 80 por ciento de «moradores de invasión», casi favelados, da una impresión un poco desolada. Sólo el verde, lluvioso, de esos días y la cordialidad de las gentes consiguen compensar una sensación de dura pobreza. La Iglesia del Acre-Purus es un ejemplo de comunidades vivas, verdaderamente populares. Con sus mil «monitores» de grupos de evangelización. Con la asesoría teológica permanente de Clodovis Boff. Con la dedicación, generosa y preocupada, de Dom Moacyr. Tuve retiro espiritual, con el clero, abierto y trabajador. Creo que nos empaparon bien la lluvia y el Espíritu. Cuando llegué -con el padre Heitor y sus ciento y tantos kilos de bagaje- me esperaban, Moacyr y los suyos, en el aeropuerto soleado de cordialidad. Fuimos al «palacio» del obispo -descascado y florestal-. Moacyr tenía en su silla de cabecera un libro de Hamman sobre los Santos Padres -sus vidas, sus temperamentos, su misión histórica-. Sentí, en el Acre, un contacto fraterno entre pastores, entre Iglesias. Como en los buenos tiempos de Agustín o de Ireneo quizás. Con nuestros pecados, naturalmente; que no sé si eran los pecados de ellos. (Y hasta con el tío Patinhas -el Pato Donald hablando en portugués-, que Moacyr tenía también en la cabecera. Porque no quita lo alegre a lo responsable. Por lo demás, Moacyr es bastante crítico como para no dejarse influir por la ideología del Pato ese, subliminalmente servida). Pena, que el obispo del Acre no pudiese permanecer con nosotros aquellos días, porque tuvo que ir a Brasilia para asistir, como presidente nacional de la CPT, a la nueva farsa del juicio de Aristides y Francisco. Día 17 Empiezan las antífonas de la «Oh», los suspiros litúrgicos por su Venida. Leo La práctica de Jesús del joven teólogo peruano Hugo Echegaray, prematuramente muerto. Dice Hugo: «El Reino es capaz de ponernos en camino en medio de la noche, cuando el cansancio, la decepción o el sueño tranquilo implican el peligro de instalarnos en las conquistas, a veces efímeras, de la Historia». Día 20 Temprano, hemos ido con Enrique «Jaburu», el Hermanito de Jesús, peregrino de Dios por el mundo, hasta la cruz de la santa misión. La neblina nos dejaba sólo las calles próximas y unas curvas del Araguaia. Los gallos de Santa Terezinha horadaban el silencio, mientras el sol no conseguía imponerse a los blancos celajes flotantes. Rezamos los misterios de Gozo, porque ya es Navidad. Oramos por el mundo todo. Enrique, con sus ojos azules, de un cristal penetrante y húmedo, ponderaba la gratuidad, por un lado, y el consumismo y la superprevisión, por otro. El, que es sólo camino. Después, con la barba de papá Noel sin consumos, y abrazando y besando a todos, sandalia de cuero y fardo de tela amarillenta, se ha ido, andando, hacia la aldea Tapirapé. Yo estuve también allí estos dos días. Visitando todas las familias tapirapé y las vecinas familias karajá. La aldea nueva del Tapirapé, con tantos chiquillos, en el verde intenso de la estación, es toda una promesa. El desafío inmediato está en el caso de los posseiros del Cadete. Pasado mañana irán al Mureré, para examinar la tierra que el Incra les ofrece allí y que los posseiros de Santo Antônio conquistaron. En la takana, noche adentro, hablamos de la carretera de la Isla del Bananal, del Cadete, de la economía de la Misión, de política, de... Los indios estaban preocupados con nuestros compañeros elegidos alcaldes. ¿No se enriquecerán? ¿No se volverán contra la Prelatura? ¿No harán traición? Fue muy importante para mí la visita y la charla en la aldea karajá -la Itxalá maravillosa del cerro y el Araguaia-. Silvia está muy compenetrada con el pueblo de esa aldea. Hay, en la nación karajá, tan sacudida por el blanco, una enorme fuerza de resistencia, de sobreviviente identidad. Con qué pasión me hablaba Sarikina de la aldea ancestral de Boto Velho y aquel histórico gesto numantino que marcó para siempre la fiesta ritual del Aruaná! El grupo de crismados de Santa Terezinha, unos veintitantos adultos, pasó ayer otro día entero, en la capilla del cerro, reflexionando, orando. Por la noche, y sin electricidad, celebramos una reposada eucaristía, en la iglesia de la calle. Entre la Navidad que viene y la Pascua de Israel y la Cena de Jesús. Con una película de papel rodado, y músicas y diálogos, y los carteles escritos temblorosamente por los confirmandos. Llena la iglesia, el pan de la hermana Irena, oloroso y real, nos devolvía la comensalidad de la cena eucarística. Vuelvo a Sâo Félix, esta tarde. Judite -nuestra compañera por 10 años, dada, creativa, vitalacaba de marcharse hacia el Pará. Enrique y yo la hemos abrazado, ya de camino. Que Dios y el pueblo la lleven, entre la paz y la entrega. Día 22 Dilson está con malaria, sudando a mares. No sé si podrá continuar trabajando en esta aldea de Luciara. El muchacho tiene una acidez constante. El trabajo indigenista, llevado a este ritmo, es una prueba de fuego. Toda impaciencia es violencia también. 1983 -«Fraternidad sí, violencia no», de la Campaña de la Fraternidad que nuestra Iglesia brasileña celebra cada año- será un tiempo propicio para domesticar la impaciencia. Por fin, esta noche ha llovido, a cántaros generosos. Después de la novena de Navidad, nos hemos quedado retenidos, en la Iglesia, como unas dos horas, bajo el tambor estridente de la lluvia sobre el tejado de zinc. La calle era un río, como en la copla. Zé, el otro muchacho gaucho que trabaja con los karajá, había cocido en la lumbre el mono y los peces tucunaré, botín de su caza y pesca. Tomamos un té de «yerba santa» y nos echamos a dormir, reconfortados, en las tablas ascéticas de estas camas de Luciara. Las lecturas del último día de la novena presentaban a Jesús como señal de contradicción tropiezo para unos, salvación para otros-; espada en el corazón de la madre María y suprema respuesta a los anhelos del anciano Simeón. Señal de contradicción, hoy también, entre nosotros. Día 31 Ultimo día de 1982. Recesión económica. Inflación. Alza de precios. Viejo se presenta el año nuevo. Charles Antoine responde a la altura -en DIAL- al insolente comunicado de Madame Hunebelle. La madame convoca a los invasores transnacionales a aprovecharse del Brasil. Concretamente en el negocio sucio de las tierras. Con muchos datos, con mucho análisis, con mucho cinismo capitalista. Valeriano recibió la noticia de la muerte de su madre, allá en León, mientras nosotros cenábamos en este lejano rincón del Mato Grosso. Mañana yo recibiré la misma noticia. Las madres de los misioneros mueren lejos. Pero en los brazos de Dios. Estoy leyendo Un tal Jesús. La edición en libro de las famosas grabaciones radiofónicas, de los hermanos López Vigil. ¡Qué pérdida infligió a la evangelización en nuestra América Latina el cerrilismo que prohibió esta obra, sabia, popular, comprometedora, evangélica! Ignacio Ellacuría comenta con toda razón: «Se trata de una obra importante. Importante como obra artística, importante como obra teológica e importante como obra pastoral». «Un tal Jesús» acerca a Jesús. Nos lo devuelve. Y despierta la sed de encontrarlo real, vivo, entero. La fe y la catequesis sabrán hacer el resto. Hoy como ayer, en la Sinagoga, algunos no entran ni dejan entrar. 1983 ENERO Día 5 Llegó ayer el padre Oscar Beozzo, que nos va a acompañar en nuestros días de estudio sobre el indio y el negro en las Américas «cristianas». Trae un periódico reciente. El nuevo Nuncio, Dom Carlo Fumo, dice que están muy buenas las relaciones entre la Iglesia y el Estado, en el Brasil. Dom Angélico, obispo auxiliar de Sâo Paulo, metido de lleno en el mundo obrero paulista, dice que nunca estuvieron peor; porque nunca estuvo peor la situación económico-social de nuestro pueblo. Los prismas diplomáticos y pastoral no coinciden. Ayer, por la tarde, Agostinha, la viuda de Joaquim, concluía dramáticamente: «el asesino no sólo mató un hombre, mató una familia entera». Día 17 Hemos terminado las reuniones. Tres. De estudio, con Beozzo. De evaluación y redistribución del personal, con todo el equipo. Y la reunión representativa, con animadores del pueblo y algunos miembros del equipo pastoral. (Previamente, tuvimos reunión indigenista. Y tuvieron «los políticos» su balance y programación). Empieza un año nuevo y también una nueva etapa pastoral. Nuestro equipo se reduce ahora a 32 miembros; 11 de ellos en la pastoral indigenista. Diez compañeros -algunos, de largos años de camino con nosotros- pasan a trabajar en la Administración y en Educación, dentro de las nuevas alcaldías, populares. Este principio de año, resulta, pues, un marco histórico para nuestra Iglesia de Sâo Félix do Araguaia. A partir de ahora, ya el equipo no será más un organismo de última instancia pastoral. El pueblo, por los animadores de las comunidades, asume de hecho el mando. En la evaluación y en la programación de la pastoral global. La asamblea del pueblo seguirá siendo -y con mayor fuerza- un momento de encuentro mayoritario y hora de legislación. La reunión representativa -animadores de las comunidades y algunos miembros del equipo, todos ellos elegidos- será la hora del balance y de la programación táctica para la ejecución. Como un pequeño sínodo diocesano periódico; anual, en principio. La regionalización de la Prelatura se hace ahora más urgente y viable: -Ribeirâo/Cascalheira - Porto Alegre - Santa Terezinha - Sâo Félix, con los poblados y el sertâo anexo, forman las 4 grandes regiones pastorales de nuestra pequeña Iglesia. El Espíritu de Jesús no nos faltará. Anteayer, me decía un pentecostal, en la Chapadinha, que todos los días les hace rezar a sus hijos por mí, por nuestro trabajo en medio del pueblo. Dios da a su tiempo -cuando hay despojamiento y oración-, tanto los recursos humanos como los recursos económicos. El es el dueño de la mies, y a El, sobre todo, le interesa la cosecha del Reino. Día 23 Es el domingo de la proclamación de la Buena Noticia, en la sinagoga de Nazaret. «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Están con nosotros Pedro y Gabriel, dos seminaristas de la diócesis de Neuquén, Argentina, región de los mapuches -los araucanos de Ercilla-, Iglesia del buen pastor Jaime de Nevares. Anoche escuchamos los mensajes que de Neuquén nos han traído. Y cintas de El Salvador. Y «Un tal Jesús». Esta Escritura de la sinagoga de Nazaret se está cumpliendo también a lo largo y a lo ancho de nuestra América Latina. Me escribe Juan Ramón Salvador, español, que fue claretiano, y ahora está rodando el mundo, en bicicleta, con un compañero. Ya van, me dice, 41 mil quinientos kilómetros, a través de 4 continentes y de 37 países. Me dice otras muchas cosas, conmovedoras, en su carta. Desde los muchos «niños yunteros» que ha encontrado por el mundo, hasta las resonancias que levantó en su alma el capítulo sexto del Evangelio de Mateo, «en el silencio sobrecogedor» de la cordillera nevada, cruzando de Argentina para Chile. «Tengo miedo -confiesa- que tanta miseria como he visto en Asia y América me haga conformista. Creo que la impotencia ante la miseria le hace a uno conformista». Voy a escribirle a Juan Ramón. Dos muchachos de Sâo Félix quieren ser sacerdotes. Ha llegado la hora del discipulado. Bendito sea Aquel que llama con tan oportuna solicitud. Una Iglesia que no se reprodujese en «ministros», sería de una esterilidad mortal. Y una Iglesia, o una Congregación Religiosa, que «se dedica» a producir vocaciones, quizás más que a dar vida, pueden agotarse por muchos abortos prematuros. La vida verdadera siempre se reproduce en vida. Uno vuelve siempre a sus orígenes. Mayormente, cuando uno va llegando hacia su fin. Durante esos días de reunión nos han visitado -muy cordiales y representativos- tres sacerdotes de mi Iglesia de Solsona, allá en Catalunya. Hemos hablado mucho, y en catalán. Hemos barajado muchos recuerdos. Uno se sentía como acariciando raíces. Se llevaron, como señal de comunión de las dos Iglesias (Solsona-Sâo Félix), nuestro cáliz de pau-brasil. Soñaban con un cáliz de madera brasileña y lo habían buscado inútilmente en su viaje por el Brasil. De pronto, su sueño y nuestra improvisada iniciativa coincidían, providencialmente, en una eucaristía de comunión intercontinental. Ellos verán a mi madre y subirán a la ermita de mi castillo de Balsareny. Y allí me harán de procuradores, en la nostalgia y en el reencuentro. Día 27 Leo un folleto sobre Héctor Gallego, el cura colombiano que dejó su país para ir al Continente. Como misionero de la gran liberación. Su testamento sigue en pie, hecho un grito de luz en la noche: «Si desaparezco, no me busquen; sigan la lucha». La pequeña Maíra, prematuramente maternal, le está dando el pecho, de tres años muy espabilados, a su muñeca de goma. «Lloraba», me explica. Envío carta circular «A los amigos del Brasil a quienes debo carta». Y otra carta circular a los amigos de España, de Hispanoamérica, de Europa. Releyendo las muchas cartas a que yo respondo así, colectivamente, me siento conmovido por la mucha solidaridad que nos acompaña; por la sed de tantos, en la Iglesia y fuera de ella. Estas cartas alimentan nuestra comunión y se hacen presencia a distancia. Día 28 En aventurero auto-stop, bajo la lluvia, Pedro y Gabriel se han ido hoy temprano, hacia su Argentina. Anoche celebramos, en la cocina de casa, una eucaristía latinoamericana. Con todos los desaparecidos, presentes en la memoria pascual del Desaparecido más presente. A las Madres de Plaza de Mayo -parturientas de la esperanza para toda América Latina- les envío una foto de mi madre, enferma y lejana. Tanta maternidad ha de ser necesariamente fecunda. Día 29 Escribe el padre Voillaume: «Nazaret no es una realidad fácil de ser vivida. Porque no es el simple compartir la vida de los hombres. Y el solo hecho de estar escondido no tiene valor en sí... Es la discreción de un secreto de amor, la espera de un advenimiento, de una manifestación. El Nazaret que no rompe en un testimonio del Verbo de Dios, no es una encarnación en nosotros de lo que Jesús ha vivido entre los hombres. Nazaret contiene toda la ebullición de un fermento impaciente por fundirse y levantar la masa humana. Nazaret debe hacer madurar una tal adhesión al servicio del Reino y un tal deseo del bautismo de la cruz que 'estemos dispuestos a todo', en el sentido más total de la palabra, para la llegada del Reino, según nos lo vaya manifestando Jesús. Me parece que el contemplativo -que por definición ha de ser un hombre de Dios- debe manifestar, a través de su corazón y de su conducta, la ternura y la misericordia hacia los hombres de aquel Dios cuyo rostro él contempla». La hermanita Mayí me envió este texto hace ya mucho tiempo. Ahora, ella y Raimundinha intentan vivirlo en medio de los indios assurini, amenazados de extinción, en el Pará. El desafío de una contemplación evangelizadora, sin ninguna compulsoriedad. El desafío de una presencia amorosa, sin paternalismos. ¿Cómo ser fermento sin violentar la cultura, la libertad, el ritmo histórico de cada persona, de cada pueblo? La impaciencia del fermento no puede ser agresividad. El Verbo, que se hizo hombre, no se hizo inquisidor. Todas las veces que he intentado ser comprensivo con la Funai, he tenido que arrepentirme. En ciertas masas no hay modo de ser fermento. La Funai es el brazo indigenista, necesariamente gangrenado, de un sistema de dominación. Día 31 Llueve mucho y alguien, socarronamente, sugiere que están llorando el último día del PDS por estas bandas. Precisamente, una revista «social» del PDS -con mucho dinero latifundista en su papel y en sus fotos- me llama «prélago», por prelado, imagino, y nos clasifica a todos nosotros entre los trotskistas. En ese mismo número de la revista, un humorista a servicio dibuja al obispo de Sâo Félix llevando en sus hombros el saco de 4 alcaldías donde la oposición ha salido victoriosa; atrás, pequeñitos, cuchichean el Presidente Figueiredo y el General Medeiros, jefe del Servicio Nacional de Información. Medeiros insiste: «¿no te lo decía yo?». «Si el puritanismo hizo la teología de la riqueza, el moralismo católico hizo la moral de la riqueza». «Paradoxalmente, el cristianismo tiene el deber de ayudar a eliminar la pobreza económica al mismo tiempo que trata de salvar la pobreza en espíritu». «Me parece que esta pobreza de cuerpo y alma tiene tres peldaños en nuestra vida: no poseer, no poseerse, sentirse poseído». Así glosa Mossén Ballarín la pobreza de las Bienaventuranzas. FEBRERO Día 2 Madre ha muerto. Madre está más viva que nunca. El padre Benjamín Forcado telefoneó, desde Madrid, y hoy el representante de los vuelos Votec aquí en Sâo Félix me ha dado la triste noticia, la Buena Noticia... Finalmente, mi madre ha entrado en la Paz, alcanzando la vida plena. Padre y ella, reencontrados, ya están en la Casa Pairal definitiva. Escribo a casa. Hoy es la Candelaria. Que la Luz perpetua la ilumine. Este mes de febrero hará nuevamente años que ella me hizo nacer a la luz del tiempo. La muerte le habrá sido aquel «mayor nacimiento» que pedía Maragall. Día 4 Poesía palestina de combate: «...cuando tengamos sed / exprimiremos las piedras, / y comeremos tierra / cuando estemos hambrientos. / Pero no nos iremos. / ...Aquí tenemos un pasado / y un presente. / Aquí / está nuestro futuro» (Tawfiq Az-Zayad). Evidentemente, el pueblo palestino será siempre un pueblo. Y tendrá una patria. En Palestina. Día 5 Respondo carta a Eduardo Hoornaert. Días atrás me escribía estas graves palabras: «Procuré, aunque de manera sumaria, registrar el arsenal, teológico, filosófico y científico, que la cultura blanca occidental ha reunido durante siglos contra los negros. Es un arsenal impresionante, compuesto, entre otros, por los Padres de la Iglesia (Orígenes, Agustín, Ambrosio), por los teólogos medievales y, claro está, por los teólogos de los tiempos modernos. La Iglesia, en mi opinión, debe tener la sinceridad de condenar este arsenal, como arsenal, de armas actualizadas y no apenas como sedimentación de mentalidades pasadas. Porque la guerra cultural contra el negro es más actual que nunca, no conoce treguas, y es mortal». Día 8 Veintisiete horas de barco por el Araguaia crecido; noche, día y noche, sin parar. Y bajo la lluvia. Circundados de agua y de verde, como si el mundo todo fuese verde y agua. Las hamacas se entrecruzan, en el barco, del Zé Barros, y se entrecruzan los sueños, las palabras, los silencios. Alguna lectura. Un cafezinho. Y los zancudos maguarí volando, como a sacudidas, a nuestro paso. Dejo Sâo Félix con la aprehensión de una posible crecida peligrosa. Las inundaciones se multiplican por todo el Brasil. Ya anocheciendo, recogemos una mujer joven, con 7 chiquillos. La casa, inundada. Nos pasa los niños, desde el agua turbia, como una carga sufrida y preciosa. Algunos lloran, sintiéndose deportados. Cuando la mujer entra en el barco, vestida de luto, se recuesta en la pared de tablas, balanceante, y rompe a llorar. Me acerco a ella. Su cuñada murió hace dos meses, de un colapso, y ahora ha venido ella a recoger los 5 hijos del hermano viudo. Se los lleva a una Hacienda próxima, donde su marido trabaja de tractorista. Cerca ya de Luis Alves, con todas las casas de la orilla tomadas por las aguas, se levanta del río una nube negra de pájaros «mergulhôes». A río revuelto, ganancia de pescadores. Dos horas de coche, hasta Sâo Miguel. Tres horas de espera en la estación de Porangatú. Más siete horas de autobús, y llegamos a Goiânia. Doña Lourinha y sus hijos -de vuelta de vacacionesviajan también conmigo. Dormíamos, en el autobús, como santos. A las 4 de la madrugada, me recibe, en casa de Moura y Marlene, el hermano Teófilo. De pijama, con su calva discreta y con un abrazo de inmensa cordialidad. Forzamos el sueño para hablar con prisa. Teófilo trae noticias, de primera mano, de Nicaragua, de Centroamérica. Juntos, unos días, prepararemos varias publicaciones. Y hablaremos muchísimo. Teófilo, el incansable, me hará de amanuense y de partera, como dice él. Día 9 En la Universidad de Goiânia doy una charla sobre «El profe-tismo en la Iglesia» a un grupo de sacerdotes y religiosas que están haciendo un curso de reciclage: - Ser profecía es misión de la Iglesia. La profecía debe tomarla toda, porque ella toda, la Iglesia, es un pueblo de profetas. Todos sus ministerios han de estar transidos de profecía. - Profeta es aquel que tiene la acuidad necesaria para ver y para oír a Dios; para ver y oír a los hombres. Para interpelarlos: a los hombres y a Dios. - El profeta es un inconformado con la situación de pecado y de injusticia que está ahí. Es un inseguro y siente miedo, porque sabe cuánto arriesga. Es un radical, porque ve lo «nuevo» de Dios y conclama a la novedad del Reino. - Su palabra -como el «dabar» bíblico- no es sólo palabra dicha; es actitud, gesto, práctica. Palabra que no se cumple, no es palabra de Dios. - La palabra del profeta será siempre una palabra contestada, perseguida, crucificada. - Poseído por el Espíritu de Dios, todo él se hace palabra viva. La primera gran palabra de un profeta es su testimonio, la palabra entera de su vida. - Jesús es «la» Profecía de Dios: su Palabra última. - Un mundo siempre nuevo (en males, en bienes, en oídos, en necesidades, en expectativas), requiere siempre un habla nueva, nuevas señales, gestos nuevos. Sólo es profecía aquel que se da a entender. - La Iglesia, como pueblo de profetas que es, debe hablar comunitariamente o no conseguirá evangelizar el mundo. - Como la Iglesia no tiene la exclusiva de Dios ni la exclusiva de la Historia humana, ha de reconocer y acoger la profecía que habla fuera de ella. También para ella. Hay un mundo que profetiza, desde sus colores, desde sus luchas, desde sus gestos de solidaridad y de transformación social. - La profecía es siempre el futuro de Dios -su Reino- en el presente histórico del hombre. - Marcelo, el biblista amigo, sintetizaba así el Apocalipsis, como la gran profecía del Nuevo Testamento: «Los grandes, de triunfo en triunfo, van al fracaso. Los pequeños, de fracaso en fracaso, van a la victoria». En Aquel que fue muerto y es el Vencedor. Marlene y Moura, están esperando el segundo hijo, que hará compañía a la experta Iona'í. Compañía no es que falte en esta casa, cruce de tantos encuentros y de tantos trabajos. Pero Iona'í quiere una compañía a su pequeña altura. Hablo por teléfono con casa. Está sólo Dolores, mi cuñada. Se emociona. La misa de madre me dice- fue muy emocionante. Don Miguel, el obispo de Solsona, y muchos sacerdotes amigos me representaban en aquella celebración de la esperanza. «Tú estabas muy presente, Pedro», ponderaba Dolores. Nuestro cáliz de pau-brasil que se llevaron los sacerdotes de Solsona cuando visitaron Sâo Félix recientemente, acogió la sangre de Jesús y nuestra comunión en la misa funeral de madre. Por la tarde, Teófilo, el generoso Pedro Jordá, claretiano catalán, ahora párroco en Goiânia, y yo venimos a Goiás, a Goiás «Velho», a la antigua Vila Boa. Pincha una rueda del coche y no tenemos recambio. Teófilo y yo aprovechamos la avería para hablar más, entre los montes anochecidos. Voy a acompañar, los días 10 y 11, a un grupo de muchachos «vocacionados» de la Escuela del Evangelio, de esta Iglesia de Dom Tomás. Como si volviera a mis buenos tiempos de director espiritual de Seminario. Los viejos tejados de Barbastro se parecían bastante a estos viejos tejados de Goiás. Ya se parece menos un Seminario al otro. Día 10 Víctor Condina define a la Iglesia como el «sacramento histórico de la solidaridad con los pobres». Esa solidaridad provoca en la Iglesia la parcialidad hacia los oprimidos, dentro de la Gracia de la Salvación universalmente ofrecida a todos. Descentra a la Iglesia de sus problemas internos, desplazándola en Misión hacia el mundo, para el Reino. La torna presencia comunitaria, fermento dinámico de transformación, anuncio de la realidad última. Con los muchachos de la Escuela del Evangelio revisamos «la opción de vida». Vienen de ámbitos diferentes, pero han sido llamados. Sienten como un desafío mayor, muy propio de su juventud, que es campo de inseguridades, la necesidad de conjugar el compromiso con la libertad, la realización personal con la aceptación de las estructuras de la Iglesia. Algunos, que vienen de Seminario tradicional, tienen miedo de repetir el pasado; no quieren ser decepcionados nuevamente. Sienten que les infundieron, en ese pasado, todavía próximo, muchos «valores» religiosos falsos. ¿Cómo sustituir la antigua espiritualidad, ya desacreditada, por una espiritualidad nueva, digna de crédito? Día 11 Goiás amanece envuelto en una neblina colonial. Así y todo, los altos cerros verdinegros pretenden imponer sus bultos; pero los tejados húmedos se entregan, como abatidos. El sol no consigue darse a entender. Es tiempo de lluvias. Los muchachos meditan el capítulo 11 de la Carta a los Hebreos. Nuestra fe tiene una larga serie de testigos que nos preceden en la opción, en el riesgo, y en la donación hasta la muerte. Creemos por el testimonio de los que nos precedieron; creerán por el testimonio que demos, con nuestra vida. El comandante sandinista Tomás Borge me escribe: «Querido Monseñor y hermano: Sin adjetivos inútiles, con cariño y respeto, deseo invitarle para que visite Nicaragua, que es una extensión de su hermosa lucha por los pobres. Fraterno, T. B.». Voy a responderle, sin adjetivos también. Nuestros posibles adjetivos mutuos se resuelven todos en estos sustantivos: hermano, lucha, pobres. La invitación me conmueve, porque viene de ese militante mayor, ejemplo de entereza y de ternura, capaz de perdonar a sus torturadores y a los asesinos de su esposa. Un día comenté en verso el célebre dicho de Tomás Borge a Carlos Fonseca, ya muerto pero siempre vivo en la lucha de su pueblo; «El amanecer dejó de ser una tentación». Para ser una opción y un largo desafío de todo sueño humano. Dejó de ser apenas mío para ser nuestro, hermano. Y sin embargo, yo no podré ir a Nicaragua. Tengo que vivir aquí en el Brasil todas las horas y todos los lugares de nuestra América Latina. Desde aquí seguiré acompañando esa larga misa, evangélica y secular, de sangre, de fe y de coraje, que Centroamérica celebra para salvar a América. Estos días estamos esperando con ansiedad la visita del Papa a Centroamérica. Será una visita signo: o de esperanza o de decepción; o de paz o de nuevas tensiones. El Espíritu que sustenta a los mártires y libera a los pobres acompañe todos los pasos, todos los gestos, todas las palabras de Juan Pablo II. Sea El, mucho más que otros, su asesor en este viaje. Que el Papa, al besar el suelo de Centroamérica, sienta el sabor de la sangre y el sudor de la dignidad campesina e indígena que amasan esa tierra. Que ore ante la tumba de nuestro mártir San Romero. Que conmine a los poderes del imperialismo y de la burguesía, siempre cebándose en esos pueblos prohibidos. Que bendiga el compromiso histórico de los cristianos. Que exhorte a los obispos de Centroamérica a ser buenos pastores, pueblo en medio de su pueblo, servidores de la esperanza y de la liberación, sin miedos, sin amarras. Día 12 Firmo la carta que Milton Nascimento, Pedro Tierra y yo enviamos al Comité Internacional contra el Apartheid, cediéndole los derechos de utilizar libremente nuestra Missa dos Quilombos, en todas las promociones que el mismo Comité pueda organizar. Llega Tomás con una pera enorme de la huerta de la diócesis. «Es una pera de invierno», exclama Teófilo, recordando, sin duda, los perales de sus huertas de Calatayud. Amarilla, verde, manchada de grandes pecas como de herrumbre. Nos la vamos a comer, religiosamente, en la merienda de esta tarde. No es frecuente encontrar peras en estos olmos del Brasil. Anoche Teófilo dio a todo un grupo de agentes de pastoral una magnífica conferencia sobre Nicaragua: su pueblo, el país, la historia, la mística de Sandino, la presencia cristiana en el proceso revolucionario, la jerarquía de la Iglesia, las realizaciones y desafíos de la revolución, el temor de la hora presente, la voluntad del pueblo nica de no permitir que vuelva el pasado: «El pasado el presente el futuro eran sólo el pasado. / Pero el pasado ya ha cambiado aún de significado. / Todo el pasado ha sido juzgado y condenado. / No volverá el pasado. / ...Únicamente los del pasado añoran el pasado. / Pero no se equivoquen. Ya nadie en Nicaragua será engañado. / No volverá el pasado» (José Coronel Urtecho). Día 13 En el Brasil, si hemos de creer a esa deformadora conciencia oficial que es la Rede Globo de TV, todo el mundo vive sumergido en la alegría del carnaval. Fantaseado de alegría, eso sí, sólo fantaseado. Porque de hecho el pueblo del Brasil vive en la real tensión del desempleo, de la carestía, del estrangulamiento económico. Se ha caído la máscara del «milagro brasileño». Y la política nacional está como en entredicho. No sabemos bien dónde estamos, por dónde vamos a salir. Baumgarten, periodista de «O Cruzeiro» y al servicio del SNI, desapareció hace unos meses dejando una carta comprometedora. Podía ser muerto de un momento para otro por el propio Servicio Nacional de Información. La carta ha aparecido ahora, en medio de la escena política del Brasil. Y ha aparecido también, finalmente, el cuerpo de Baumgarten, con tres orificios de bala. El Ejército, el SNI, los portavoces oficiales del Planalto, vienen desmintiendo sospechas. Altos oficiales militares adjudican la utilización de la carta a intentos de desmoralizar a ciertos presidenciables; el General Medeiros, por ejemplo, jefe supremo del SNI. Los tres balazos están en el cadáver identificado de Baumgarten. Y está ahí su carta: «En esta fecha es cierto que mi extinción física ya ha sido decidida por el Servicio Nacional de Informaciones». Y está ahí la crítica conciencial nacional. En la liturgia, la palabra de Jesús, radical y sin matices, proclama las bienaventuranzas a los pobres y las malaventuranzas a los ricos. «Seréis perseguidos por mi causa», advierte Jesús a sus discípulos. La persecución será vuestro distintivo de identidad. Seréis bienaventurados solamente cuando seáis perseguidos por causa de mi nombre. Día 14 Hablo por teléfono con mis hermanos José, Carmen, María. Hacía mucho tiempo que no nos oíamos la voz. Y los he sentido indefiniblemente próximos. Llenos también de esperanza cristiana. Como si la muerte de madre nos hubiera recogido otra vez en casa, devolviéndonos a una infancia madura que ya no se va a marchitar. Día 16 Es Miércoles de Ceniza y se abre la Campaña de la Fraternidad. Y queremos ir hacia la Pascua. Anoche, Tomás y los suyos y la guitarra me sorprendieron con una serenata, y con dulces y salados y con mucha amistad. Anticipaban así mi cumpleaños para rescatarlo, a tiempo, de las cenizas penitenciales. Comimos, cantamos, charlamos, en este claustro tranquilo del Centro Comunitario de la Diócesis. Una canción, para tocarme la fibra, decía, con toda verdad, hablando de nuestro Araguaia: «¡Tanta hermosura en una sola tierra!». El sol ha encontrado otra vez Goiás. Toda la luz del día, hecha silencio y tarde, ha descendido en claridad precisa sobre los montes, en los tejados, entre las plantas, dentro del alma verde del estanque. En la catedral inacabada de esta antigua Vila Boa colonial, toda blanca por dentro, altísima para nuestras iglesias del interior, hemos celebrado la eucaristía. Tomás y yo persignábamos de ceniza la frente de adultos, jóvenes y niños que llegaban en interminable procesión: «Cambia de vida y cree en el Evangelio». «Vuelvan a mí de todo corazón», nos exhortaba Yahvé por boca de Joel profeta. «Rasga tu corazón y no tus vestidos». «Congreguen al pueblo, reúnan a los ancianos, traigan también a los niños». «Evitad -nos precisaba Jesús- hacer el bien para que los demás lo vean... No hagáis como los hipócritas». Como la alegría no debía ser solamente tres días de carnaval, fiesta de máscaras, tampoco la conversión debe ser una máscara de ceniza. Hagamos, sí, cenizas nuestro viejo corazón en pecado. Reduzca Dios a cenizas todo ese imperio de lucro y prepotencia que mantiene a sus pobres en la opresión. Deposita, Señor, con tus propias manos, blandas cenizas de misericordia en la cabeza humillada de nuestro continente. Que tu fuego calcine toda violencia, toda represión, toda tortura, todo miedo. Derrama el fuego de tu Espíritu sobre las luchas de nuestros pueblos. Renueva con tus llamas los ojos de los niños exilados de Guatemala y El Salvador. Enjuga con el calor de tu mano las lágrimas de las Madres de Plaza de Mayo que lloran a sus hijos desaparecidos. Ilumina con la luz de tu presencia todos nuestros pasos por los caminos de la liberación, siempre hacia la Pascua.