-117- niencia dc da ^ • irrigaciones tibias a la matriz de yeguas abortadoras es asunto de los señores Vetex•inarios. Para prevenir e1 aborto es conveniente limpiar• y desinfectar la cuadra en donde abortó la yegua; aislar la yegua hasta que ha,ya pasado el primer celo, o sea unos dieciocho días. Abrigar bien la yegua durante este tiempo, para que no pueda sufrir ningxin enfriamiento. PARTO Cuando se presenta el parto a su debido tiempo, no es dificultoso el nacimiento, el cual suele d^urar unos quince minutos, contados a partir de los primeros síntozrxas del parto. En condiciones normales, el nacimiento propiamente tal, dura unos tx^s minutos. Las personas asistentes al parto, cuantas menos sean tanto mejor; tres a lo sumo; estarán quietas y bastante apax•tadas de la yegua : observarla y no estorbarla, para que libremente y tranquilamente pueda escoger sitio para parir. Unicamente, cuando la yegua, por los fuertes dolores del pax-to, se eche y se retuerza, se debe examinar si la cabeza y las manos del que está nacien^do vienen co]ocadas en posición normal. Si es anormal, debe en seguida llama.rse a un Veterinario. En parto normal, lo más ^enera.l, rota Ia - 118 - bolsa, tan pronto como la cabeza y las manos del ^muleto o rri.uleta asomen más afuera de sus rodillas, debe ponerse paja limpia ,y seca alrededor y bajo de la yegua, y, si son cuidadosos ^• nada bruscos e inteligentes los asistentes, aprovechando los esfuerzos de la yeYARTOS MAS FRECUENTES F1g. 64.--^ra P^^t^^ máv fá,cil. gua deben ténccr mu^ szcavememte de las manos del que está naciendo. Insisto en que se intervenga en los partos todo lo menos posible y síempre por personas duchas, muy prudentes, en estos delicados menesteres. Cuando han terminado todbs los pormenores del parto, que suelen durar una hora y - - 119 - media, se quita la cama mojada y sucia y se pone nueva cama de paja limpia y seca. Buena práctica a seguir con el recién nacido es, tan pronto como se pueda, desinfectarle el ombligo haciendo para esto lo siguiente: Con unas tijeras, que se desinf'ectan YAEtTOS JIAti N'ig. FRF.CUENTES SS.--Parto relativamente fAcil. en una disolución de lisol, se corta el cordón umbilical a tres o cuatro deaos del vientre del recién nacido. Se restaña cuidadosamente la sangre de la herida y se lava ésta. con una disolución al 1 por 1.000 de sublimado de merourio, se seca con algodón esterilizado y se moja después todo y bien con un.a disolución alcohólica al 10 por 100 de ácido pirogálico. Es también buen desinfectante -120- para el ca^o, ^^ se encuentra con facilidad en ias farmacias, el ^If^r^rurfol en polvo, n sea ei ^alato básico de bismuto, que tiene subre el yodoformo la ventaja de que no molest;i su olor, como éste. Sueie emplearse mucho una mezcla en polvo hecha con una parte de ^í^cido de cinc, otra parte igual de polvos de talco y otra parte igual de dermatol. Por ejemplo, cinco gramos de cada una de estas materias, ^muy bien mezcladas, lo que con facilidad r^stán habituados a hacer en las farmacias. Y ter•minada esta operación se coloca el recién nacido delante de Ia yegua, que comienza a lamerlo. Conviene quede alguiPn, una sola persona, vigilando a la yegua y al recién nacido, pero no cerca de ellos. Si 2i recién nacido no puede vaciar las tetas de su madre, ordéñese a ésta lo indispensable para vaciarle las tetas. La cuadra deberá estar limpia antes de que para la yegua; y no remover las camas, mucho menos si hace tiempo qué están sin cambiar, recién paridas las yeguas, ;o que se Ilama sacar estiércol, que tan malos olores produce, no debe hacerse recién paridas las yeguas, porque es muy perjudicial a ellas y a las crías. Respecto a la yegua o burra recién parida, se vigilará si expulsa las secundinas o parias poco después de la salida del feto, y si esto no ceurre a su tiempo, con oportunídad y sumo cui^dado y tacto, se le ayudará -- 121 - estiranda el cordón umbilical o dando una bebida de cornezuelo de centeno o de sabina, que formulará el Veterinarío. Pocos cuidados se tienen con las burras, pero con las preñadas, conforme avanzan en la preñez, ,y para evitar cólicos q^ue pueden provocar al>ortos, es útil irlas ali^mentando con alimentos de menos volumen y rnás digestibles. De quince a veinte días antes del parto, en las burras, en su vientre, la parte de delante de ]as tetas va hínchándose, y las tetas se vuelven túrgidas. Pocos días antes del parto la tumefacción tiende a reducirse bastante, pero los pezones se vuelven túrgidos e incluso dejan escapar algunas gotas de leche, que fácilmente se coagula en la punta de ]os pezones. Víspei•as del parto se observará, a uno y otro lado del rabo, dos depresíones por relajamiento de los ligamentos isguiáticos. F..n .los momentos del parto, la burra se acuesta con cuidado, se levanta inq^uieta, se vuelve a echar, parece como que sufre cólico, y cuando el parto se presenta normal aparecen las manos y la cabeza del feto y hay que tener paciencia : suele durar un cuarto de hora. No estirar nunca ni de la cola, ni de la cabeza del feto ; de ]as patas y muy suavemente. No romper nunca la bvlsa d^ ag^uas que aparece antes del feto, sean los cascos o la punta de la nariz o el nacimiento del rabo del feto. En estos momentos es cuando ]a burra - 122 - se levanta de nuevo y lanza el feto fuera, casi siempre cstando levantada. E1 feto resba.la sobre los corvejones de su madre, cae al suelo y se rompe el cordón umbilical, que, rómpase o no, conviene ligarlo, cortarlo y desinfectarlo, para evitar ulteriores y graves mfecciones. Se coi•tará a dos centímetros d•el vientre del recién nacido y se ata a un centímetro. Se desinfectará dos veces al día durante toda la semana después del parto, como se ha dicho para las yeguas. • Si la madre no limpia a su hijo en seguída, tamiéndolo, hágase frotándolo cuidadosamente con un trapo de lana. Conviene dejar tranquilos madre e hijo, y, ^transourridas tres o cuatro horas, conviene dar a la madre un breba,je de harina de cebada algo tibio. Durante la primera semana se darán pocos y elegídos pi^ensos, para evitar cólicos a la burra; pocos pi^-nsos de yerba seca; yerba tieyna y brebajes de salvado o harina. Cuídese de que la but,ra expulse las secundinas. Si transcurridas cuatro horas no ias expulsa, con mucho miramiento, ^stírese del cardón u^mbilical que pende de la vulva. En casos de aborto, consúltese al Veterinario. Pasados siete días del parto, la burra puede llevarse a ser cubierta por el garañón, parque si no hay que esperar a los quince días, pues si entonces la burra no quiere el garañón, hay que esperar que retorne el celo -123- . ocho o quince o treinta días niás, y tener en cuenta la época del pa ^-to siguiente, que e^ prefei'ikre sea en abr•i] o mayo. Los buches siguen a sus madres : mucho cuidado con lus grandes caloi•es y evitar diarreas. A los buches se les desteta a ve^ce^ a los tres meses, lo que les perjudica. Debe destetárseles de seis a siete meses de edad. A1 año, poco más o menos, muda el pelo el j^umento y lo sustituye por nuevo y más luciente pelo, exc•epto en las patas y vientre, que persisten ios pelos largos, que poco a poco pierde durante su segundo año. Desde el año y medio a los dos años se comienza a hacer trabajar al bot•rico. ^1GN0^ llE f REivEZ No es fácil al que no conozca y esté en contacto de la yegua o de la burra, que tenga la certeza de si están preñadas. Sé de casos en que sus dueños han r•ecurrido a expertas y éstos se han equivocado aun en casos de preñez adelantada. Por de contado que no suele haber dudas cuando ^desp^ués de beber el animal, y colocando una mano en su vientre, entre las manos y el ombligo, y oprimiendo con la otra mano el ijar derecho, se notan movimientos del feto. Entre varios casos de ignorancia de pre-