RESERVA DE BIOSFERA “VALLE DEL CABRIEL”. IMPULSO AL

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RESERVA DE BIOSFERA “VALLE DEL CABRIEL”. IMPULSO AL
SISTEMA DE PRODUCCIÓN AGROECOLÓGICO
Rubio López M A¹, Martínez Escobar C², Salmerón Ortega I².
(¹) Asociación para el Desarrollo Integral de la Manchuela conquense (ADIMAN). [email protected]
C/ Luis de Mateo 2, 16239, Casasimarro, Cuenca. Tlf.: 967487608, Fax: 967487600
(²)Asociación para el Desarrollo de La Manchuela (CEDER La Manchuela).
C/ Matadero, 5, 02260 Fuentealbilla, Albacete. Tlf.: 967472500, Fax: 967477505
PALABRAS CLAVE: UNESCO, patrimonio, participación, zonificación, herramientas y desarrollo rural.
RESUMEN
Los Grupos de Desarrollo Rural (GDRs) presentes en el territorio del valle del río
Cabriel han considerado que la figura de reserva de biosfera, concedida por la
UNESCO, es la herramienta idónea para conseguir que el Valle del Cabriel avance
hacia un desarrollo perdurable, conservando sus valores naturales y culturales y
apostando por la agroecología, como una de las herramientas más importantes para
la futura gestión de la misma.
Esta conclusión viene precedida de numerosos trabajos que los GDRs han realizado
en el territorio en torno a sus cursos fluviales y su patrimonio natural y cultural, así
como otros relacionados con actividades económicas actuales y sus perspectivas de
futuro, que han puesto de manifiesto, a los gestores municipales y comarcales, las
posibilidades del territorio como reserva de biosfera.
En las consultas a la población de los municipios que integran el territorio, así como
las diferentes administraciones y organismos implicados en la declaración, se ha
confirmado la idoneidad de la propuesta y reafirmándose el grupo de trabajo,
compuesto por los GDRs, como motor para alcanzar el objetivo.
INTRODUCCIÓN
Las reservas de la biosfera son zonas de ecosistemas terrestres, costeros o marinos
en los que se promueve la investigación, la observación a largo plazo, la educación
ambiental y la sensibilización de la población. Son espacios reconocidos en el plano
internacional dentro del marco del Programa MaB de la Organización de las
Naciones Unidas para el Desarrollo de la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO).
El Programa Hombre y Biosfera (MaB), nace a partir de la "Conferencia sobre la
Conservación y el Uso Racional de los Recursos de la Biosfera" de la UNESCO y de
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 1968, pero
no es hasta el 23 de octubre de 1970 donde, en la 16ª Conferencia General de la
UNESCO, se aprobó el programa MaB y se comenzaron a discutir los detalles del
mismo en cuanto a proyectos concretos y conceptos interdisciplinares para una
política ambiental que aúne la protección y el beneficio de la biosfera. En 1974 es
cuando se eligió el nombre de reserva de biosfera para identificar estos lugares de
experimentación con el programa MaB, el cual excluía al hombre del concepto de
conservación.
Las primeras 57 reservas de biosfera se declararon a mediados de 1976 y se ponía
de manifiesto la mentalidad de espacio protegido como objetivo para la declaración.
Dentro de estas primeras reservas de biosfera estaban, Grazalema en Andalucía,
entre Cádiz y Málaga, y Ordesa-Viñamala en Huesca, Aragón. Se inicia la Red de
Reservas de la Biosfera. En la actualidad son 580 las reservas de biosfera
declaradas en 114 países que forman parte del Programa MaB y el concepto de
reserva ha pasado a ser no sólo un lugar a proteger sino espacios de puesta en
valor de la estrecha evolución del hombre y el entorno (UNESCO, 2011).
Las reservas de biosfera tienen que cumplir tres funciones fundamentales:
conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural, desarrollo económico,
socio-cultural y ambientalmente sostenible, y apoyo logístico a la investigación, el
monitoreo, la educación ambiental y la formación.
Por otro lado cada reserva debe contar con una zonificación adecuada que le
permita cumplir con sus tres funciones: zona(s) núcleo, dotada de instrumentos
legales de protección que garanticen la función de conservación de aquellos
componentes más valiosos o representativos y de la preservación de los servicios
ambientales que proporcionan, zona(s) tampón, donde las actuaciones deben ser
compatibles con la conservación de la(s) zona(s) núcleo y contribuir al desarrollo, a
la investigación, a la educación, a la conservación de modelos tradicionales de uso y
zona(s)
de
transición,
donde
tendrán
lugar
las
actuaciones
destinadas
específicamente a promover el desarrollo de las poblaciones locales dentro de
criterios de sostenibilidad, donde se experimentarán estrategias y modelos de
desarrollo sostenible y donde tendrán lugar la mayor parte de las acciones de
demostración. Estas condiciones se establecieron, en el segundo encuentro mundial
de reservas de biosfera, celebrado en Sevilla en marzo 1995, En este congreso fue
precisado y reforzado el concepto de reserva de biosfera, quedando los resultados
recogidos en la Estrategia de Sevilla y el Marco Estatutario de la Red Mundial de
Reservas de Biosfera, que hoy permanecen vigentes y en el cual se estableció como
de especial importancia tanto la participación de las comunidades locales como la
de los agentes responsables de la planificación y la gestión del territorio.
En el año 2000, en la reunión internacional Sevilla +5 celebrada en Pamplona, se
revisó y analizó el cumplimiento de la Estrategia de Sevilla en sus cinco primeros
años y los posibles obstáculos para su cumplimiento en los distintos niveles,
internacional, nacional y local y las medidas necesarias para superarlos. En esta
reunión se acentuó el papel de las reservas de la biosfera transfronterizas
(UNESCO, 1996).
En 2008 se celebra el tercer Congreso Mundial de reservas de biosfera en Madrid
desarrollándose un nuevo Plan de Acción para el 2008-2013 (PAM) basado en la
Estrategia de Sevilla cuyo objetivo principal es capitalizar las ventajas estratégicas
de los instrumentos de Sevilla y conseguir que las reservas de biosfera sean
designadas internacionalmente como las principales áreas dedicadas al desarrollo
sostenible en el siglo XXI.
Desde su concepción inicial, como espacios de investigación con carácter de
protección ambiental, las reservas de biosfera se pueden considerar como un
proyecto de enseñanza - aprendizaje en base a las nuevas experiencias aportadas
en cada nueva reserva de biosfera por la implicación de los diferentes actores del
territorio. Así ha evolucionado hacia un concepto que engloba tanto la protección del
espacio y los recursos como el mantenimiento de las poblaciones que allí coexisten,
ideando incluso nuevas formas de reserva (reservas transfronterizas). Se han
incorporados nuevos métodos de adopción de decisiones y de solución de conflictos
y se ha potenciado la participación de la población local, imprescindible para que el
desarrollo perdurable del territorio, sus costumbres, cultura y recursos naturales sea
efectivo.
Numerosos eventos organizados en los últimos años en el ámbito del río Cabriel, a
través del proyecto EFLUS (Acciones de apoyo para el desarrollo integrado de los
espacios fluviales), proyecto de cooperación interterritorial en el contexto de la
iniciativa LEADER +, y cuyo objetivo fue desarrollar e impulsar estrategias
integradas de gestión sostenible del territorio y los recursos de las zonas ligadas a
cauces fluviales, han puesto de manifiesto la oportunidad que puede suponer para el
territorio afectado la constitución de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel
(RBVC).
En este sentido el valle del río Cabriel desde su nacimiento en la Sierra de
Albarracín (Teruel) hasta su desembocadura en el río Júcar –Cofrentes- (Valencia)
alberga unos valores naturales de primer orden (flora, vegetación, fauna, elementos
geomorfológicos, etc.), incluido el propio río Cabriel, considerado como uno de los
ríos mejor conservados de Europa. Así mismo los pobladores del Valle del Cabriel
han dejado su impronta en este territorio desde tiempos pretéritos, siendo la
expresión de este legado el excepcional patrimonio cultural tangible (patrimonio
histórico artístico, patrimonio etnográfico, patrimonio histórico-industrial, patrimonio
agrario, etc.) e intangible (folklore, tradiciones, etc.), que es preciso conservar y
poner en valor (EFLUS, 2007).
Por estas razones, se ha considerado la figura de la reserva de biosfera como
herramienta idónea para conseguir que la zona del Valle del Cabriel pueda tener un
desarrollo sostenible, que le permita conservar los valores naturales y culturales que
posee.
El territorio propuesto para reserva de biosfera abarca una superficie de 498.721
hectáreas. Se encuentra en la mitad Este de la península Ibérica, al este de la
Meseta Manchega. Ocupa territorios de las comunidades autónomas de Castilla-La
Mancha, Aragón y la Comunidad Valenciana, ligados a los cauces fluviales del río
Cabriel y sus afluentes, cuyas características propias y su buen estado de
conservación han propiciado la existencia de unos elementos climáticos, geológicos,
morfológicos, de hábitats, paisajísticos, florísticos, faunísticos, culturales y
etnográficos que le otorgan unas características únicas, que hacen del mismo un
espacio excepcional capaz de cumplir las tres funciones que establece el Programa
MaB (Programa Man and Biosphere) para las reservas de biosfera (ADIMAN, 2008).
En este sentido, siendo la agricultura una de las actividades transformadoras de los
ecosistemas, y que en función de la relación con el medio circundante puede tener
un impacto positivo o negativo relacionado con la degradación de recursos naturales
(contaminación, agotamiento) y teniendo en cuenta que gran parte del territorio de la
propuesta tiene un uso agrícola, no se puede obviar esta cuestión y la función de la
actividad agraria en el espacio a conservar, siendo el medio de vida y principal
riqueza de la zona del Valle del Cabriel.
Así, y atendiendo a las funciones que debe tener una reserva de biosfera, la
agroecología se posiciona como una disciplina científica que promueve el desarrollo
de la agricultura junto con la naturaleza, y por tanto su misión principal es el
desarrollo sustentable de la producción agrícola junto con las características propias
de cada cultura local. Los objetivos propios de la agroecología y las prácticas
asociadas a esta son sumamente pertinentes de aplicar en un área ecológicamente
rica, pero a la vez frágil, como es la zona núcleo, áreas tampón y de transición de la
zonificación de la RBVC.
Para que un sistema productivo como es el de la agricultura ecológica, sea adoptado
ampliamente por los productores de una zona, debe ser económica y socialmente
viable, es decir, que debe atender a una necesidad sentida por los productores,
debe ser apropiada a las condiciones del medio donde se pretende establecer, y
debe ser compatible con las actividades económicas y las capacidades organizativas
locales de los productores. Estas condiciones, en el caso del territorio objeto del
proyecto se cumplen, puesto que ya existen numerosas iniciativas productivas en
este sentido con un avalado éxito comercial, donde ya hay una importante superficie
destinada a la producción ecológica, así como empresas transformadoras de
productos agrarios.
Así, y basándose en anteriores trabajos en el territorio, se ha impulsado desde
varias comarcas de las provincias de Albacete y Cuenca, a través de los Grupos de
Desarrollo Rural (GDR), la propuesta para declarar el Valle del Cabriel Reserva de la
Biosfera como herramienta para el desarrollo económico y humano que permita
además, promover estrategias de conservación más allá de los Espacios Naturales
Protegidos. Para ello, se han iniciado los procedimientos necesarios para preparar la
candidatura según la normativa del programa MaB, pues la incorporación de nuevas
reservas de biosfera a la Red Mundial por parte de la UNESCO se hace a petición
de los países, de forma voluntaria. La propuesta debe incluir los compromisos, así
como, contar con la zonificación establecida, que aseguren el cumplimiento de las
tres funciones de las Reservas de Biosfera.
MATERIALES Y MÉTODOS
Durante los últimos años se han venido realizando actividades, dentro de diferentes
programas de los GDR que intervienen en el territorio de la comarcas que formarían
la reserva, cuyos objetivos van encaminados a ir avanzando en la consecución de la
Reserva de biosfera Valle del Cabriel.
Así, entre 2007 y 2011 se han organizado diferentes jornadas relacionadas con las
reservas de biosfera donde, con la participación de expertos, políticos y ciudadanos,
se han ido analizando los diferentes aspectos que afectan a la declaración de la
reserva de biosfera: el sistema de preparación de candidatura para nuevas reservas
de biosfera, implicaciones que supone su inclusión para un territorio, proceso de
participación, órgano de gestión, etc.
Al mismo tiempo, se han tenido contactos con la Oficina del Comité MaB en España
desde donde se han indicado las recomendaciones oportunas para la preparación
de la candidatura, haciendo aclaraciones sobre las fases del proceso, zonificación,
etc., y del mismo modo, se han realizado contactos institucionales con las
comunidades autónomas implicadas en el proceso: Castilla-La Mancha, Aragón y
Comunidad Valenciana, contando con el apoyo de las distintas instituciones para
impulsar el proyecto de candidatura.
Dado que la implicación y la participación de la población local es fundamental y una
parte significativa para la ejecución de esta propuesta, se realizó en 2008 un
proceso de información y participación, para presentar la iniciativa del Valle del
Cabriel Reserva de Biosfera en cada una de las poblaciones incluidas dentro del
territorio seleccionado en un principio como boceto de lo que podría ser el área a
declarar. Este proceso se concibió como un primer contacto, a través del cual poder
conocer el sentir de los pobladores locales con respecto a este proyecto, así como
recabar las opiniones y propuestas de la ciudadanía con respecto a la candidatura y
poder reorientar, en su caso, el proyecto. En estas reuniones se explicaba el
concepto de reserva de biosfera con una presentación y material divulgativo, tras la
cual, se abría una mesa de debate. El resultado de estas sesiones daría una idea
inicial de la aceptación de los municipios a la propuesta del proyecto y de las líneas
de trabajo e investigación dentro del mismo.
Paralelamente, se han realizado diferentes estudios e investigaciones en el territorio
que servirán para completar la propuesta de candidatura a la vez que para tener un
conocimiento más exacto del territorio y permitir elaborar un programa de
actuaciones ajustado a la realidad y necesidades del mismo. Alguna de estas
actuaciones, del conjunto del proyecto EFLUS y de otros proyectos de cooperación
de los GDR participantes, son:
•
Inventario Ambiental y Cultural de los ríos Júcar y Cabriel. Con toda la
información obtenida de los resultados de los diferentes estudios y proyectos
se elaboró un Sistema de Información Geográfica.
•
Inventario y recuperación de semillas de variedades locales y sus técnicas de
cultivo en la provincia de Albacete. Aportaciones a la soberanía alimentaria.
•
Estudio de zonas aptas para la truficultura y sectores asociados en el medio
rural en las comarcas de Molina de Aragón y la Serranía de Cuenca.
•
La cooperación agroecológica como mecanismo de generación de empleo y
herramienta de motivación y dinamización de los canales de consumo.
Ecolabora. Realizado en la provincias de Cuenca, Alicante, Castellón y
Valencia.
RESULTADOS
Los valles y las hoces que el río Cabriel y sus afluentes escarpan en el territorio son
los protagonistas en la orografía del terreno siguiendo un modelo topográfico
descendente. Las diferencias altitudinales que pasan de los 300 m en el sur a los
más de 1.500 m en las Sierras de Albarracín y Serranía de Cuenca al norte, nos dan
una idea de la diversidad del relieve y del paisaje. Esta orografía es uno de los
factores más importantes que condiciona y define la climatología de la zona, con
precipitaciones que varían entre 400 mm y 1200 mm al año, y temperaturas que
oscilan entre los 0,43 ºC de media en el mes más frio a los 32,12 ºC de media en el
mes más cálido (EFLUS, 2007).
Diversidad biológica:
En función de su posición geográfica entre las tierras de la serranía de Cuenca y el
levante valenciano, a su orografía y a las variaciones climáticas y edafológicas, el
territorio propuesto como reserva de la biosfera presenta una gran diversidad
ambiental lo que ha dado lugar a una admirable variedad de hábitats y ecosistemas
distintos y una importantísima diversidad biológica.
El Valle del Cabriel contiene un mosaico de sistemas ecológicos representativo de la
Región Biogeográfica Euromediterránea, comprendiendo una serie progresiva de
formas de intervención humana. En la zona existen más de 35 hábitats distintos:
quejigares, encinares, pinares de pino rodeno, sabinares, coscojares, alamedas,
saucedas, olmedas, garrigas levantinas, pastizales, etc., entre los que cabría
destacar por su singularidad la vegetación gipsícola ibérica, la de manantiales de
aguas carbonatadas formadoras de tobas calizas, las turberas de carrizos básicas,
los pinares mediterráneos de pinos negros endémicos y los bosques abiertos
mediterráneos endémicos de Juniperus sp (EFLUS, 2007).
Estos ecosistemas acogen 1.040 especies de flora, entre los cuales 1.010 son
autóctonas, incluidas en más de 90 familias taxonómicas, siendo más del 10%
endemismos de diversa amplitud geográfica. Se consideran 116 de estas especies
como taxones de especial interés, en función de su rareza, su grado de endemismo
o su inclusión en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La
Mancha: Fraxinus ornus, Gymnadenia conopsea, Lonicera splendida, Myriophyllum
verticillatum, Prunus mahaleb, o Viburnum tinus, por citar algunas (EFLUS, 2007).
Respecto a la fauna, se han detectado hasta el momento más de 211 especies de
vertebrados terrestres muchas de ellas consideradas en peligro de extinción o
vulnerables. Más de 137 especies de aves, como la alondra de Dupont
(Chersophilus duponti), el águila-azor perdicera (Hieraatus fasciatus), el milano real
(Milvus milvus), o la terrera común (Calandrella brachydactyla); más de 18 especies
de peces continentales algunas de ellas autóctonas de la cuenca del Júcar como la
loina (Chondrostoma arrigonis), el blenio o pez fraile (Salaria fluviatilis), la anguila
(Anguilla Anguilla), el barbo mediterráneo (Barbus guiranois), o la colmilleja (Cobitis
paludica); más de 34 especies de mamíferos como la rata de agua (Arvicola
sapidus), el topillo de cabrera (Microtus cabrerae) o la nutria (Lutra lutra); más de 8
especies de anfibios como el sapo partero común (Alytes obstetricans); más de 16
especies de reptiles como el galápago leproso (Mauremys leprosa). También
encontramos en el Valle del Cabriel especies importantes entre los invertebrados;
cabe señalar en este caso lepidópteros como Lolana iolas subsp. thomasi, (en
peligro de extinción) y Coseinia romeii (vulnerable), así como algunas especies
endémicas Graellsia isabelae o Zygaena carniolica subsp. albarracina, endemismo
de la Serranía de Cuenca y la Sierra de Albarracín (EFLUS, 2007).
Los Espacios Naturales Protegidos (ENPs) que han sido declarados a lo largo y
ancho del Valle del Cabriel, son 8 espacios y en total 62.218,41 hectáreas (12,47%
de la superficie de la zona propuesta). En la Comunidad Valenciana se encuentra el
Parque Natural “Hoces del Cabriel” (elementos geomorfológicos). El resto de ENPs
se localizan en Castilla-La Mancha: Reserva Natural “Hoces del Cabriel” (cañones
fluviales), Reserva Natural “Laguna del Marquesado” (humedal kárstico con barreras
travertínicas y alto valor limnológico), Microrreserva “Pico Pelado” (conservación de
especie endémica: Erodium celtibericum), Monumento Natural “Tierra muerta y
Palancares” (elementos geomorfológicos denominados “Torcas” y sabinares
albares), Monumento Natural “Lagunas de Cañada del Hoyo” (elementos
geomorfológicos kársticos con alto valor limnológico), Monumento Natural “Rodenal
del Cabriel” (valor paisajístico y geomorfológico y las comunidades rupícolas
silicícolas) y Reserva Fluvial “Río Cabriel” (bosque de ribera) (EFLUS, 2007).
Patrimonio cultural:
La situación geográfica y orográfica del Valle del Cabriel ha dado al territorio un
carácter fronterizo, siendo a lo largo de los años tierra de paso de los diferentes
pueblos y civilizaciones que viajaban desde la meseta castellana a la zona de
Levante o a la inversa. Nos encontramos pues, ante lugares cargados de historia y
vivencias que han sido intervenidos desde la antigüedad conformando muchos
aspectos de lo que hoy es el territorio y sus atractivos; constituyendo un capital de
valores y experiencias, acumulado durante generaciones, que es necesario
preservar. En total varios cientos de elementos patrimoniales identificados, de los
cuales más de 130 han sido declarados Bienes de Interés Cultural (BIC) (EFLUS,
2007).
Los recursos arqueológicos del valle podrían sistematizarse en prehistóricos, de las
Edades del Bronce y del Hierro, como los yacimientos de Los Castellares (Mira), La
Veguilla (Víllora), Castil del Rey (Boniches) y las pinturas rupestres del arte levantino
de Minglanilla y Villar del Humo; en restos de la cultura ibérica, entre los que cabría
destacar la necrópolis de Punta del Barrionuevo (Iniesta), el yacimiento de Cabeza
de Moya (Enguídanos) o “la coronilla” en Campillo Paravientos; y en restos de la
época romana, como las Calzadas romanas de La Pesquera y Cañada del hoyo, el
puente romano de Las Puentecillas de Iniesta(EFLUS, 2007).
El patrimonio monumental del valle del Cabriel se centra, de forma prioritaria, en las
fachadas de sus casonas solariegas principalmente de los siglos XVI y XVII, entre
las que destacan las de Iniesta, Enguídanos, Mira y Minglanilla; en las iglesias y
ermitas repartidas por todas las poblaciones del valle; y en los castillos medievales
de Víllora, Enguídanos, Cañada del Hoyo, Cardenete, Moya y Cañete, estos últimos
declarados conjuntos históricos, sin olvidar algunos conventos y Monasterios como
el de la Virgen de Texeda (EFLUS, 2007).
En lo que al patrimonio industrial del Valle del Cabriel concierne, cabría señalar en
primer lugar el ligado a la revolución de los transportes del siglo XIX, destacando las
estaciones de tren (Víllora y Enguídanos) y los puentes ferroviarios (Víllora, Mira,
Enguídanos) y, ya en el siglo XX, las impresionantes obras como el Puente del
Imposible, un hito que rivaliza en espectacularidad con el viaducto de la nueva
autopista que atraviesa el embalse de Contreras. Sin embargo, a pesar de la
indudable importancia y poder paisajístico de estas manifestaciones, es la obra
hidráulica la que marca un carácter diferencial al patrimonio industrial de la zona. La
huella más reciente se corresponde con las dos presas de Contreras que generan
un embalse que determina una gran parte de la fisonomía territorial y ambiental de la
comarca. Además de esta gran manifestación de la obra hidráulica nos encontramos
con los atractivos embalses de Víllora y el Bujioso, sin olvidar los restos de la presa
de Lastra en los aledaños de Enguídanos (EFLUS, 2007).
La práctica totalidad de los elementos etnológicos registrados se encuentran
relacionados con la red fluvial, incluyendo básicamente molinos, batanes, fuentes y
lavaderos. Representaciones de este patrimonio son: la Venta de Contreras de
Minglanilla, los molinos de la tía Veránea de Mira o del Tío Pepe de Víllora, los
molinos y casas en la Rambla de la Consolación (Iniesta), activos hasta hace unas
pocas décadas, y las ruinas de los molinos harineros de La Pesquera, o el molino y
batán de Enguídanos (EFLUS, 2007)..
A este patrimonio habría que sumar el "patrimonio cultural inmaterial" entendido este
como las prácticas, representaciones y expresiones, los conocimientos y las técnicas
que aportan a las comunidades y a los individuos un sentimiento de identidad y de
continuidad. Abarca formas diversas, amplias y complejas de un patrimonio vivo que
está en constante evolución y se manifiesta en las tradiciones, en las prácticas
sociales, rituales y festividades, en los conocimientos y prácticas relacionados con la
naturaleza y el universo.
Agroecología. Patrimonio y factor de desarrollo de la reserva de biosfera:
Gran parte del territorio tiene un uso agrícola (según datos del Censo Agrario 2009:
1.853,18 Km2 de S.A.U., respecto de la superficie total 6.498,87 Km2), encontrando
gran variedad de ambientes: mosaicos de parcelas agrícolas destinadas a
horticultura como los de la vega de Enguídanos, agricultura de secano (cereal y
girasol) en los valles más abiertos como los que se dan en Carboneras de
Guadazaón, otros cultivos de secano adaptados a tierras más accidentadas como el
cultivo en bancales de olivos y almendros de Villalpardo, selvicultura (madera,
resina, setas) en las zonas más altas con clima más riguroso donde dominan los
pinares supramediterráneos, pastos que rompen con la continuidad forestal de la
zona, que se aprovechan para la ganadería extensiva unida en algunos casos a la
práctica de la trashumancia y que por otra parte intervienen en la limpieza del monte
de cara a la prevención de incendios, y otros paisajes agrarios con cultivos leñosos
adaptados al clima mediterráneo como la vid o el almendro.
De esta superficie agraria, con los datos disponibles actualmente, el 1% está
destinado a producción ecológica certificada, que aún siendo una pequeña parte,
sigue la tendencia nacional al alza (CEDER Manchuela, 2012).
Cabe destacar la producción vitivinícola, en la que existen dos importantes
Denominaciones de Origen (DO): La Manchuela y Requena-Utiel, con producción de
ricos y afamados vinos. También se debe subrayar la DO Jamón de Teruel, que es
un referente gastronómico de la zona aragonesa del Valle del Cabriel. El cultivo del
almendro y el olivar es también significativo en la parte media y baja del Valle del
Cabriel, junto con cereales (cebada, trigo o avena) y oleaginosas (girasol).
En cuanto a las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) corresponden a
productos ganaderos tradicionales, siendo IGP Cordero Manchego, la IGP Ternasco
de Aragón y la IGP Embutido Artesano y de Calidad de Requena, y algunas
hortalizas, como es el caso de la IGP Cebolla de la Mancha, que integran aquellas
recogidas de manera tradicional en las vegas del Cabriel. Por último, el cultivo del
champiñón es muy importante y tradicional en el territorio.
El aprovechamiento ganadero tradicional, es el de ovino con un modelo de
explotación de trashumancia mediterránea (pastoreo en verano de rastrojos y
laderas y en invierno traslado a zonas más favorables).
En cuanto a la producción apícola, a una escala inferior del ganado ovino, también
es un sector tradicional del valle del Cabriel, donde las colmenas son itinerantes
según las distintas floraciones, y que han aportado ingresos complementarios a
muchas familias, que han transmitido sus conocimientos de padres a hijos (EFLUS,
2007).
También es cierto que los usos de la tierra han sufrido alteraciones realizadas por
las diversas construcciones a mediados del siglo XX (construcción de la presa del
Batanejo en el Guadazaón, la de Víllora y el embalse de Contreras en el Cabriel),
que pusieron fin a un equilibrio de las relaciones hombre-medio en este espacio
privilegiado, quedando reducido el paisaje en el que todavía hay una tenaz actividad
hortícola y frutícola.
Proceso de información:
Durante el proceso de información se hicieron un total de 64 reuniones con la
participación de 852 personas entre las que estaban las autoridades de cada uno de
los municipios (ADIMAN, 2008 y CEDER Manchuela, 2008).
En general la propuesta tenía buena acogida aunque la mayoría de los participantes
mostraron preocupación ligada a la confusión reserva de biosfera con Reserva
Natural y otras figuras de protección ambiental, por las prohibiciones, limitaciones y
restricción de usos, especialmente en caza, pesca y agricultura, la posibilidad de
desvinculación una vez declarada.
Por otro lado, demandaban que la participación de la población no se quedase en
esa charla informativa sino que fuese más real desde el primer momento; que se
invirtiese más esfuerzos en participación generando programas de sensibilización y
educación para impulsar la intervención e implicación en los municipios.
Otra preocupación era saber: la repercusión de la declaración para los territorios,
cómo se gestionaría la reserva, cuál sería el órgano gestor, quiénes podrían
participar en ese órgano de gestión, cuál sería el enfoque real de desarrollo en estos
territorios, cómo sería la zonificación propuesta en la candidatura,….
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
En una primera aproximación al conocimiento de la agrodiversidad del territorio y la
utilización de variedades tradicionales, en viticultura, por ejemplo, La Manchuela
utiliza en un 60% del territorio la variedad tinta Bobal, además de la variedad blanca
Macabeo (variedades adaptadas a las condiciones y características locales) y
existen futuras líneas de producción de otras de las variedades tradicionales como
Moravia agria, todo ello ligado además a la cultura y paisaje agrario tradicional
(preservación y potenciación de linderos y ribazos, cultivo en vaso) como recursos a
potenciar y proteger, con valor reconocido tanto por los productores como por
consumidores (Orozco, 2012).
Respecto a la conservación de la biodiversidad genética y cultural de otras especies,
la contribución del proyecto a la conservación de los cultivos y ganadería tradicional
y maneras de trabajar la tierra, se localizan diversos productos agrícolas locales
herbáceos (azafrán, almortas, titarros, garbanzos, habas, judías y guisantes),
numerosas variedades de hortícolas (almuelles, tomates, combros, calabazas,
pepinos, etc.) y frutales (parras, almendros, olivos, cerezos, ciruelos, manzanos,
perales, membrillo e higueras), en los cuales las prácticas culturales asociadas se
han respetado en mayor o menor grado según la especie que se trate y según lo
extraído (EFLUS, 2007).
La gran variedad y calidad de los productos tradicionales que se generan en el Valle
del Cabriel hace que sea necesario su estudio, valoración y fomento de su uso y
consumo, para evitar su deterioro y/o pérdida, en función de la actividad agraria en
el espacio a conservar, siendo el medio de vida y principal riqueza de la zona del
Valle del Cabriel.
Respecto al patrimonio cultural inmaterial estudiado en el proyecto, se cuenta con
recursos extraordinarios que pueden convertirse en factores clave de las
expectativas de desarrollo local, destacando las manifestaciones festivas ligadas a
las tareas agrícolas y relacionadas con la fertilidad de los campos y ciclos
productivos. También cabe incidir en los oficios y conocimientos rurales de siempre,
desde la cultura del aceite o el vino, hasta la cultura del champiñón, así como los
conocimientos del agua y sus usos, relacionado todo ello con el saber gastronómico,
que guarda una profunda conexión con las raíces y manera de ser, sentir y vivir del
territorio, y que nos habla de economía agraria y ganadera (labradores y pastores),
de su forma de vida y de sus tradiciones.
En la línea del desarrollo sostenible del proyecto, una de las áreas principales de
trabajo es sobre la investigación y capacitación de capital humano para el desarrollo
del mercado laboral local, y por supuesto una agricultura y ganadería acordes con la
figura de la UNESCO a implantar en el territorio.
Este proceso de candidatura se encuentra actualmente en una fase que incluye:
fomentar la participación ciudadana y de los agentes sociales de los municipios que
van a formar parte de la reserva de biosfera; establecer un mecanismo eficiente y
permanente de comunicación y diálogo, mediante la creación de las diferentes
estructuras participativas para que se impliquen en el diseño e implantación del
proyecto de candidatura de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel; analizar las
valoraciones, percepciones e intereses de los diferentes actores sociales;
sensibilizar y educar para la modificación e incorporación de nuevas actitudes;
motivar a toda la población para que participen y se impliquen en los asuntos
públicos; impartir información y divulgación sobre el proyecto de reserva de biosfera;
constituir el órgano de gestión más adecuado para la gestión de la Reserva de
Biosfera Valle del Cabriel; preparar el documento de candidatura de la Reserva de
Biosfera Valle del Cabriel mediante el análisis territorial y la preparación del plan de
acción, enfocado a un desarrollo perdurable, y desarrollar las medidas establecidas
en el plan de acción de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel.
Además, se prevé la aplicación de la figura de Custodia del Territorio mediante un
Programa de vigilancia, denominado Red de Custodia del Territorio, donde los
valores ambientales de la zona son responsabilidad de las actividades tradicionales
vinculadas al sector forestar y agropecuario, además de una capacitación
sectorizada, entre las cuales está la producción ecológica.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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