RESERVA DE BIOSFERA “VALLE DEL CABRIEL”. IMPULSO AL SISTEMA DE PRODUCCIÓN AGROECOLÓGICO Rubio López M A¹, Martínez Escobar C², Salmerón Ortega I². (¹) Asociación para el Desarrollo Integral de la Manchuela conquense (ADIMAN). [email protected] C/ Luis de Mateo 2, 16239, Casasimarro, Cuenca. Tlf.: 967487608, Fax: 967487600 (²)Asociación para el Desarrollo de La Manchuela (CEDER La Manchuela). C/ Matadero, 5, 02260 Fuentealbilla, Albacete. Tlf.: 967472500, Fax: 967477505 PALABRAS CLAVE: UNESCO, patrimonio, participación, zonificación, herramientas y desarrollo rural. RESUMEN Los Grupos de Desarrollo Rural (GDRs) presentes en el territorio del valle del río Cabriel han considerado que la figura de reserva de biosfera, concedida por la UNESCO, es la herramienta idónea para conseguir que el Valle del Cabriel avance hacia un desarrollo perdurable, conservando sus valores naturales y culturales y apostando por la agroecología, como una de las herramientas más importantes para la futura gestión de la misma. Esta conclusión viene precedida de numerosos trabajos que los GDRs han realizado en el territorio en torno a sus cursos fluviales y su patrimonio natural y cultural, así como otros relacionados con actividades económicas actuales y sus perspectivas de futuro, que han puesto de manifiesto, a los gestores municipales y comarcales, las posibilidades del territorio como reserva de biosfera. En las consultas a la población de los municipios que integran el territorio, así como las diferentes administraciones y organismos implicados en la declaración, se ha confirmado la idoneidad de la propuesta y reafirmándose el grupo de trabajo, compuesto por los GDRs, como motor para alcanzar el objetivo. INTRODUCCIÓN Las reservas de la biosfera son zonas de ecosistemas terrestres, costeros o marinos en los que se promueve la investigación, la observación a largo plazo, la educación ambiental y la sensibilización de la población. Son espacios reconocidos en el plano internacional dentro del marco del Programa MaB de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El Programa Hombre y Biosfera (MaB), nace a partir de la "Conferencia sobre la Conservación y el Uso Racional de los Recursos de la Biosfera" de la UNESCO y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 1968, pero no es hasta el 23 de octubre de 1970 donde, en la 16ª Conferencia General de la UNESCO, se aprobó el programa MaB y se comenzaron a discutir los detalles del mismo en cuanto a proyectos concretos y conceptos interdisciplinares para una política ambiental que aúne la protección y el beneficio de la biosfera. En 1974 es cuando se eligió el nombre de reserva de biosfera para identificar estos lugares de experimentación con el programa MaB, el cual excluía al hombre del concepto de conservación. Las primeras 57 reservas de biosfera se declararon a mediados de 1976 y se ponía de manifiesto la mentalidad de espacio protegido como objetivo para la declaración. Dentro de estas primeras reservas de biosfera estaban, Grazalema en Andalucía, entre Cádiz y Málaga, y Ordesa-Viñamala en Huesca, Aragón. Se inicia la Red de Reservas de la Biosfera. En la actualidad son 580 las reservas de biosfera declaradas en 114 países que forman parte del Programa MaB y el concepto de reserva ha pasado a ser no sólo un lugar a proteger sino espacios de puesta en valor de la estrecha evolución del hombre y el entorno (UNESCO, 2011). Las reservas de biosfera tienen que cumplir tres funciones fundamentales: conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural, desarrollo económico, socio-cultural y ambientalmente sostenible, y apoyo logístico a la investigación, el monitoreo, la educación ambiental y la formación. Por otro lado cada reserva debe contar con una zonificación adecuada que le permita cumplir con sus tres funciones: zona(s) núcleo, dotada de instrumentos legales de protección que garanticen la función de conservación de aquellos componentes más valiosos o representativos y de la preservación de los servicios ambientales que proporcionan, zona(s) tampón, donde las actuaciones deben ser compatibles con la conservación de la(s) zona(s) núcleo y contribuir al desarrollo, a la investigación, a la educación, a la conservación de modelos tradicionales de uso y zona(s) de transición, donde tendrán lugar las actuaciones destinadas específicamente a promover el desarrollo de las poblaciones locales dentro de criterios de sostenibilidad, donde se experimentarán estrategias y modelos de desarrollo sostenible y donde tendrán lugar la mayor parte de las acciones de demostración. Estas condiciones se establecieron, en el segundo encuentro mundial de reservas de biosfera, celebrado en Sevilla en marzo 1995, En este congreso fue precisado y reforzado el concepto de reserva de biosfera, quedando los resultados recogidos en la Estrategia de Sevilla y el Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de Biosfera, que hoy permanecen vigentes y en el cual se estableció como de especial importancia tanto la participación de las comunidades locales como la de los agentes responsables de la planificación y la gestión del territorio. En el año 2000, en la reunión internacional Sevilla +5 celebrada en Pamplona, se revisó y analizó el cumplimiento de la Estrategia de Sevilla en sus cinco primeros años y los posibles obstáculos para su cumplimiento en los distintos niveles, internacional, nacional y local y las medidas necesarias para superarlos. En esta reunión se acentuó el papel de las reservas de la biosfera transfronterizas (UNESCO, 1996). En 2008 se celebra el tercer Congreso Mundial de reservas de biosfera en Madrid desarrollándose un nuevo Plan de Acción para el 2008-2013 (PAM) basado en la Estrategia de Sevilla cuyo objetivo principal es capitalizar las ventajas estratégicas de los instrumentos de Sevilla y conseguir que las reservas de biosfera sean designadas internacionalmente como las principales áreas dedicadas al desarrollo sostenible en el siglo XXI. Desde su concepción inicial, como espacios de investigación con carácter de protección ambiental, las reservas de biosfera se pueden considerar como un proyecto de enseñanza - aprendizaje en base a las nuevas experiencias aportadas en cada nueva reserva de biosfera por la implicación de los diferentes actores del territorio. Así ha evolucionado hacia un concepto que engloba tanto la protección del espacio y los recursos como el mantenimiento de las poblaciones que allí coexisten, ideando incluso nuevas formas de reserva (reservas transfronterizas). Se han incorporados nuevos métodos de adopción de decisiones y de solución de conflictos y se ha potenciado la participación de la población local, imprescindible para que el desarrollo perdurable del territorio, sus costumbres, cultura y recursos naturales sea efectivo. Numerosos eventos organizados en los últimos años en el ámbito del río Cabriel, a través del proyecto EFLUS (Acciones de apoyo para el desarrollo integrado de los espacios fluviales), proyecto de cooperación interterritorial en el contexto de la iniciativa LEADER +, y cuyo objetivo fue desarrollar e impulsar estrategias integradas de gestión sostenible del territorio y los recursos de las zonas ligadas a cauces fluviales, han puesto de manifiesto la oportunidad que puede suponer para el territorio afectado la constitución de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel (RBVC). En este sentido el valle del río Cabriel desde su nacimiento en la Sierra de Albarracín (Teruel) hasta su desembocadura en el río Júcar –Cofrentes- (Valencia) alberga unos valores naturales de primer orden (flora, vegetación, fauna, elementos geomorfológicos, etc.), incluido el propio río Cabriel, considerado como uno de los ríos mejor conservados de Europa. Así mismo los pobladores del Valle del Cabriel han dejado su impronta en este territorio desde tiempos pretéritos, siendo la expresión de este legado el excepcional patrimonio cultural tangible (patrimonio histórico artístico, patrimonio etnográfico, patrimonio histórico-industrial, patrimonio agrario, etc.) e intangible (folklore, tradiciones, etc.), que es preciso conservar y poner en valor (EFLUS, 2007). Por estas razones, se ha considerado la figura de la reserva de biosfera como herramienta idónea para conseguir que la zona del Valle del Cabriel pueda tener un desarrollo sostenible, que le permita conservar los valores naturales y culturales que posee. El territorio propuesto para reserva de biosfera abarca una superficie de 498.721 hectáreas. Se encuentra en la mitad Este de la península Ibérica, al este de la Meseta Manchega. Ocupa territorios de las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Aragón y la Comunidad Valenciana, ligados a los cauces fluviales del río Cabriel y sus afluentes, cuyas características propias y su buen estado de conservación han propiciado la existencia de unos elementos climáticos, geológicos, morfológicos, de hábitats, paisajísticos, florísticos, faunísticos, culturales y etnográficos que le otorgan unas características únicas, que hacen del mismo un espacio excepcional capaz de cumplir las tres funciones que establece el Programa MaB (Programa Man and Biosphere) para las reservas de biosfera (ADIMAN, 2008). En este sentido, siendo la agricultura una de las actividades transformadoras de los ecosistemas, y que en función de la relación con el medio circundante puede tener un impacto positivo o negativo relacionado con la degradación de recursos naturales (contaminación, agotamiento) y teniendo en cuenta que gran parte del territorio de la propuesta tiene un uso agrícola, no se puede obviar esta cuestión y la función de la actividad agraria en el espacio a conservar, siendo el medio de vida y principal riqueza de la zona del Valle del Cabriel. Así, y atendiendo a las funciones que debe tener una reserva de biosfera, la agroecología se posiciona como una disciplina científica que promueve el desarrollo de la agricultura junto con la naturaleza, y por tanto su misión principal es el desarrollo sustentable de la producción agrícola junto con las características propias de cada cultura local. Los objetivos propios de la agroecología y las prácticas asociadas a esta son sumamente pertinentes de aplicar en un área ecológicamente rica, pero a la vez frágil, como es la zona núcleo, áreas tampón y de transición de la zonificación de la RBVC. Para que un sistema productivo como es el de la agricultura ecológica, sea adoptado ampliamente por los productores de una zona, debe ser económica y socialmente viable, es decir, que debe atender a una necesidad sentida por los productores, debe ser apropiada a las condiciones del medio donde se pretende establecer, y debe ser compatible con las actividades económicas y las capacidades organizativas locales de los productores. Estas condiciones, en el caso del territorio objeto del proyecto se cumplen, puesto que ya existen numerosas iniciativas productivas en este sentido con un avalado éxito comercial, donde ya hay una importante superficie destinada a la producción ecológica, así como empresas transformadoras de productos agrarios. Así, y basándose en anteriores trabajos en el territorio, se ha impulsado desde varias comarcas de las provincias de Albacete y Cuenca, a través de los Grupos de Desarrollo Rural (GDR), la propuesta para declarar el Valle del Cabriel Reserva de la Biosfera como herramienta para el desarrollo económico y humano que permita además, promover estrategias de conservación más allá de los Espacios Naturales Protegidos. Para ello, se han iniciado los procedimientos necesarios para preparar la candidatura según la normativa del programa MaB, pues la incorporación de nuevas reservas de biosfera a la Red Mundial por parte de la UNESCO se hace a petición de los países, de forma voluntaria. La propuesta debe incluir los compromisos, así como, contar con la zonificación establecida, que aseguren el cumplimiento de las tres funciones de las Reservas de Biosfera. MATERIALES Y MÉTODOS Durante los últimos años se han venido realizando actividades, dentro de diferentes programas de los GDR que intervienen en el territorio de la comarcas que formarían la reserva, cuyos objetivos van encaminados a ir avanzando en la consecución de la Reserva de biosfera Valle del Cabriel. Así, entre 2007 y 2011 se han organizado diferentes jornadas relacionadas con las reservas de biosfera donde, con la participación de expertos, políticos y ciudadanos, se han ido analizando los diferentes aspectos que afectan a la declaración de la reserva de biosfera: el sistema de preparación de candidatura para nuevas reservas de biosfera, implicaciones que supone su inclusión para un territorio, proceso de participación, órgano de gestión, etc. Al mismo tiempo, se han tenido contactos con la Oficina del Comité MaB en España desde donde se han indicado las recomendaciones oportunas para la preparación de la candidatura, haciendo aclaraciones sobre las fases del proceso, zonificación, etc., y del mismo modo, se han realizado contactos institucionales con las comunidades autónomas implicadas en el proceso: Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana, contando con el apoyo de las distintas instituciones para impulsar el proyecto de candidatura. Dado que la implicación y la participación de la población local es fundamental y una parte significativa para la ejecución de esta propuesta, se realizó en 2008 un proceso de información y participación, para presentar la iniciativa del Valle del Cabriel Reserva de Biosfera en cada una de las poblaciones incluidas dentro del territorio seleccionado en un principio como boceto de lo que podría ser el área a declarar. Este proceso se concibió como un primer contacto, a través del cual poder conocer el sentir de los pobladores locales con respecto a este proyecto, así como recabar las opiniones y propuestas de la ciudadanía con respecto a la candidatura y poder reorientar, en su caso, el proyecto. En estas reuniones se explicaba el concepto de reserva de biosfera con una presentación y material divulgativo, tras la cual, se abría una mesa de debate. El resultado de estas sesiones daría una idea inicial de la aceptación de los municipios a la propuesta del proyecto y de las líneas de trabajo e investigación dentro del mismo. Paralelamente, se han realizado diferentes estudios e investigaciones en el territorio que servirán para completar la propuesta de candidatura a la vez que para tener un conocimiento más exacto del territorio y permitir elaborar un programa de actuaciones ajustado a la realidad y necesidades del mismo. Alguna de estas actuaciones, del conjunto del proyecto EFLUS y de otros proyectos de cooperación de los GDR participantes, son: • Inventario Ambiental y Cultural de los ríos Júcar y Cabriel. Con toda la información obtenida de los resultados de los diferentes estudios y proyectos se elaboró un Sistema de Información Geográfica. • Inventario y recuperación de semillas de variedades locales y sus técnicas de cultivo en la provincia de Albacete. Aportaciones a la soberanía alimentaria. • Estudio de zonas aptas para la truficultura y sectores asociados en el medio rural en las comarcas de Molina de Aragón y la Serranía de Cuenca. • La cooperación agroecológica como mecanismo de generación de empleo y herramienta de motivación y dinamización de los canales de consumo. Ecolabora. Realizado en la provincias de Cuenca, Alicante, Castellón y Valencia. RESULTADOS Los valles y las hoces que el río Cabriel y sus afluentes escarpan en el territorio son los protagonistas en la orografía del terreno siguiendo un modelo topográfico descendente. Las diferencias altitudinales que pasan de los 300 m en el sur a los más de 1.500 m en las Sierras de Albarracín y Serranía de Cuenca al norte, nos dan una idea de la diversidad del relieve y del paisaje. Esta orografía es uno de los factores más importantes que condiciona y define la climatología de la zona, con precipitaciones que varían entre 400 mm y 1200 mm al año, y temperaturas que oscilan entre los 0,43 ºC de media en el mes más frio a los 32,12 ºC de media en el mes más cálido (EFLUS, 2007). Diversidad biológica: En función de su posición geográfica entre las tierras de la serranía de Cuenca y el levante valenciano, a su orografía y a las variaciones climáticas y edafológicas, el territorio propuesto como reserva de la biosfera presenta una gran diversidad ambiental lo que ha dado lugar a una admirable variedad de hábitats y ecosistemas distintos y una importantísima diversidad biológica. El Valle del Cabriel contiene un mosaico de sistemas ecológicos representativo de la Región Biogeográfica Euromediterránea, comprendiendo una serie progresiva de formas de intervención humana. En la zona existen más de 35 hábitats distintos: quejigares, encinares, pinares de pino rodeno, sabinares, coscojares, alamedas, saucedas, olmedas, garrigas levantinas, pastizales, etc., entre los que cabría destacar por su singularidad la vegetación gipsícola ibérica, la de manantiales de aguas carbonatadas formadoras de tobas calizas, las turberas de carrizos básicas, los pinares mediterráneos de pinos negros endémicos y los bosques abiertos mediterráneos endémicos de Juniperus sp (EFLUS, 2007). Estos ecosistemas acogen 1.040 especies de flora, entre los cuales 1.010 son autóctonas, incluidas en más de 90 familias taxonómicas, siendo más del 10% endemismos de diversa amplitud geográfica. Se consideran 116 de estas especies como taxones de especial interés, en función de su rareza, su grado de endemismo o su inclusión en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha: Fraxinus ornus, Gymnadenia conopsea, Lonicera splendida, Myriophyllum verticillatum, Prunus mahaleb, o Viburnum tinus, por citar algunas (EFLUS, 2007). Respecto a la fauna, se han detectado hasta el momento más de 211 especies de vertebrados terrestres muchas de ellas consideradas en peligro de extinción o vulnerables. Más de 137 especies de aves, como la alondra de Dupont (Chersophilus duponti), el águila-azor perdicera (Hieraatus fasciatus), el milano real (Milvus milvus), o la terrera común (Calandrella brachydactyla); más de 18 especies de peces continentales algunas de ellas autóctonas de la cuenca del Júcar como la loina (Chondrostoma arrigonis), el blenio o pez fraile (Salaria fluviatilis), la anguila (Anguilla Anguilla), el barbo mediterráneo (Barbus guiranois), o la colmilleja (Cobitis paludica); más de 34 especies de mamíferos como la rata de agua (Arvicola sapidus), el topillo de cabrera (Microtus cabrerae) o la nutria (Lutra lutra); más de 8 especies de anfibios como el sapo partero común (Alytes obstetricans); más de 16 especies de reptiles como el galápago leproso (Mauremys leprosa). También encontramos en el Valle del Cabriel especies importantes entre los invertebrados; cabe señalar en este caso lepidópteros como Lolana iolas subsp. thomasi, (en peligro de extinción) y Coseinia romeii (vulnerable), así como algunas especies endémicas Graellsia isabelae o Zygaena carniolica subsp. albarracina, endemismo de la Serranía de Cuenca y la Sierra de Albarracín (EFLUS, 2007). Los Espacios Naturales Protegidos (ENPs) que han sido declarados a lo largo y ancho del Valle del Cabriel, son 8 espacios y en total 62.218,41 hectáreas (12,47% de la superficie de la zona propuesta). En la Comunidad Valenciana se encuentra el Parque Natural “Hoces del Cabriel” (elementos geomorfológicos). El resto de ENPs se localizan en Castilla-La Mancha: Reserva Natural “Hoces del Cabriel” (cañones fluviales), Reserva Natural “Laguna del Marquesado” (humedal kárstico con barreras travertínicas y alto valor limnológico), Microrreserva “Pico Pelado” (conservación de especie endémica: Erodium celtibericum), Monumento Natural “Tierra muerta y Palancares” (elementos geomorfológicos denominados “Torcas” y sabinares albares), Monumento Natural “Lagunas de Cañada del Hoyo” (elementos geomorfológicos kársticos con alto valor limnológico), Monumento Natural “Rodenal del Cabriel” (valor paisajístico y geomorfológico y las comunidades rupícolas silicícolas) y Reserva Fluvial “Río Cabriel” (bosque de ribera) (EFLUS, 2007). Patrimonio cultural: La situación geográfica y orográfica del Valle del Cabriel ha dado al territorio un carácter fronterizo, siendo a lo largo de los años tierra de paso de los diferentes pueblos y civilizaciones que viajaban desde la meseta castellana a la zona de Levante o a la inversa. Nos encontramos pues, ante lugares cargados de historia y vivencias que han sido intervenidos desde la antigüedad conformando muchos aspectos de lo que hoy es el territorio y sus atractivos; constituyendo un capital de valores y experiencias, acumulado durante generaciones, que es necesario preservar. En total varios cientos de elementos patrimoniales identificados, de los cuales más de 130 han sido declarados Bienes de Interés Cultural (BIC) (EFLUS, 2007). Los recursos arqueológicos del valle podrían sistematizarse en prehistóricos, de las Edades del Bronce y del Hierro, como los yacimientos de Los Castellares (Mira), La Veguilla (Víllora), Castil del Rey (Boniches) y las pinturas rupestres del arte levantino de Minglanilla y Villar del Humo; en restos de la cultura ibérica, entre los que cabría destacar la necrópolis de Punta del Barrionuevo (Iniesta), el yacimiento de Cabeza de Moya (Enguídanos) o “la coronilla” en Campillo Paravientos; y en restos de la época romana, como las Calzadas romanas de La Pesquera y Cañada del hoyo, el puente romano de Las Puentecillas de Iniesta(EFLUS, 2007). El patrimonio monumental del valle del Cabriel se centra, de forma prioritaria, en las fachadas de sus casonas solariegas principalmente de los siglos XVI y XVII, entre las que destacan las de Iniesta, Enguídanos, Mira y Minglanilla; en las iglesias y ermitas repartidas por todas las poblaciones del valle; y en los castillos medievales de Víllora, Enguídanos, Cañada del Hoyo, Cardenete, Moya y Cañete, estos últimos declarados conjuntos históricos, sin olvidar algunos conventos y Monasterios como el de la Virgen de Texeda (EFLUS, 2007). En lo que al patrimonio industrial del Valle del Cabriel concierne, cabría señalar en primer lugar el ligado a la revolución de los transportes del siglo XIX, destacando las estaciones de tren (Víllora y Enguídanos) y los puentes ferroviarios (Víllora, Mira, Enguídanos) y, ya en el siglo XX, las impresionantes obras como el Puente del Imposible, un hito que rivaliza en espectacularidad con el viaducto de la nueva autopista que atraviesa el embalse de Contreras. Sin embargo, a pesar de la indudable importancia y poder paisajístico de estas manifestaciones, es la obra hidráulica la que marca un carácter diferencial al patrimonio industrial de la zona. La huella más reciente se corresponde con las dos presas de Contreras que generan un embalse que determina una gran parte de la fisonomía territorial y ambiental de la comarca. Además de esta gran manifestación de la obra hidráulica nos encontramos con los atractivos embalses de Víllora y el Bujioso, sin olvidar los restos de la presa de Lastra en los aledaños de Enguídanos (EFLUS, 2007). La práctica totalidad de los elementos etnológicos registrados se encuentran relacionados con la red fluvial, incluyendo básicamente molinos, batanes, fuentes y lavaderos. Representaciones de este patrimonio son: la Venta de Contreras de Minglanilla, los molinos de la tía Veránea de Mira o del Tío Pepe de Víllora, los molinos y casas en la Rambla de la Consolación (Iniesta), activos hasta hace unas pocas décadas, y las ruinas de los molinos harineros de La Pesquera, o el molino y batán de Enguídanos (EFLUS, 2007).. A este patrimonio habría que sumar el "patrimonio cultural inmaterial" entendido este como las prácticas, representaciones y expresiones, los conocimientos y las técnicas que aportan a las comunidades y a los individuos un sentimiento de identidad y de continuidad. Abarca formas diversas, amplias y complejas de un patrimonio vivo que está en constante evolución y se manifiesta en las tradiciones, en las prácticas sociales, rituales y festividades, en los conocimientos y prácticas relacionados con la naturaleza y el universo. Agroecología. Patrimonio y factor de desarrollo de la reserva de biosfera: Gran parte del territorio tiene un uso agrícola (según datos del Censo Agrario 2009: 1.853,18 Km2 de S.A.U., respecto de la superficie total 6.498,87 Km2), encontrando gran variedad de ambientes: mosaicos de parcelas agrícolas destinadas a horticultura como los de la vega de Enguídanos, agricultura de secano (cereal y girasol) en los valles más abiertos como los que se dan en Carboneras de Guadazaón, otros cultivos de secano adaptados a tierras más accidentadas como el cultivo en bancales de olivos y almendros de Villalpardo, selvicultura (madera, resina, setas) en las zonas más altas con clima más riguroso donde dominan los pinares supramediterráneos, pastos que rompen con la continuidad forestal de la zona, que se aprovechan para la ganadería extensiva unida en algunos casos a la práctica de la trashumancia y que por otra parte intervienen en la limpieza del monte de cara a la prevención de incendios, y otros paisajes agrarios con cultivos leñosos adaptados al clima mediterráneo como la vid o el almendro. De esta superficie agraria, con los datos disponibles actualmente, el 1% está destinado a producción ecológica certificada, que aún siendo una pequeña parte, sigue la tendencia nacional al alza (CEDER Manchuela, 2012). Cabe destacar la producción vitivinícola, en la que existen dos importantes Denominaciones de Origen (DO): La Manchuela y Requena-Utiel, con producción de ricos y afamados vinos. También se debe subrayar la DO Jamón de Teruel, que es un referente gastronómico de la zona aragonesa del Valle del Cabriel. El cultivo del almendro y el olivar es también significativo en la parte media y baja del Valle del Cabriel, junto con cereales (cebada, trigo o avena) y oleaginosas (girasol). En cuanto a las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) corresponden a productos ganaderos tradicionales, siendo IGP Cordero Manchego, la IGP Ternasco de Aragón y la IGP Embutido Artesano y de Calidad de Requena, y algunas hortalizas, como es el caso de la IGP Cebolla de la Mancha, que integran aquellas recogidas de manera tradicional en las vegas del Cabriel. Por último, el cultivo del champiñón es muy importante y tradicional en el territorio. El aprovechamiento ganadero tradicional, es el de ovino con un modelo de explotación de trashumancia mediterránea (pastoreo en verano de rastrojos y laderas y en invierno traslado a zonas más favorables). En cuanto a la producción apícola, a una escala inferior del ganado ovino, también es un sector tradicional del valle del Cabriel, donde las colmenas son itinerantes según las distintas floraciones, y que han aportado ingresos complementarios a muchas familias, que han transmitido sus conocimientos de padres a hijos (EFLUS, 2007). También es cierto que los usos de la tierra han sufrido alteraciones realizadas por las diversas construcciones a mediados del siglo XX (construcción de la presa del Batanejo en el Guadazaón, la de Víllora y el embalse de Contreras en el Cabriel), que pusieron fin a un equilibrio de las relaciones hombre-medio en este espacio privilegiado, quedando reducido el paisaje en el que todavía hay una tenaz actividad hortícola y frutícola. Proceso de información: Durante el proceso de información se hicieron un total de 64 reuniones con la participación de 852 personas entre las que estaban las autoridades de cada uno de los municipios (ADIMAN, 2008 y CEDER Manchuela, 2008). En general la propuesta tenía buena acogida aunque la mayoría de los participantes mostraron preocupación ligada a la confusión reserva de biosfera con Reserva Natural y otras figuras de protección ambiental, por las prohibiciones, limitaciones y restricción de usos, especialmente en caza, pesca y agricultura, la posibilidad de desvinculación una vez declarada. Por otro lado, demandaban que la participación de la población no se quedase en esa charla informativa sino que fuese más real desde el primer momento; que se invirtiese más esfuerzos en participación generando programas de sensibilización y educación para impulsar la intervención e implicación en los municipios. Otra preocupación era saber: la repercusión de la declaración para los territorios, cómo se gestionaría la reserva, cuál sería el órgano gestor, quiénes podrían participar en ese órgano de gestión, cuál sería el enfoque real de desarrollo en estos territorios, cómo sería la zonificación propuesta en la candidatura,…. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En una primera aproximación al conocimiento de la agrodiversidad del territorio y la utilización de variedades tradicionales, en viticultura, por ejemplo, La Manchuela utiliza en un 60% del territorio la variedad tinta Bobal, además de la variedad blanca Macabeo (variedades adaptadas a las condiciones y características locales) y existen futuras líneas de producción de otras de las variedades tradicionales como Moravia agria, todo ello ligado además a la cultura y paisaje agrario tradicional (preservación y potenciación de linderos y ribazos, cultivo en vaso) como recursos a potenciar y proteger, con valor reconocido tanto por los productores como por consumidores (Orozco, 2012). Respecto a la conservación de la biodiversidad genética y cultural de otras especies, la contribución del proyecto a la conservación de los cultivos y ganadería tradicional y maneras de trabajar la tierra, se localizan diversos productos agrícolas locales herbáceos (azafrán, almortas, titarros, garbanzos, habas, judías y guisantes), numerosas variedades de hortícolas (almuelles, tomates, combros, calabazas, pepinos, etc.) y frutales (parras, almendros, olivos, cerezos, ciruelos, manzanos, perales, membrillo e higueras), en los cuales las prácticas culturales asociadas se han respetado en mayor o menor grado según la especie que se trate y según lo extraído (EFLUS, 2007). La gran variedad y calidad de los productos tradicionales que se generan en el Valle del Cabriel hace que sea necesario su estudio, valoración y fomento de su uso y consumo, para evitar su deterioro y/o pérdida, en función de la actividad agraria en el espacio a conservar, siendo el medio de vida y principal riqueza de la zona del Valle del Cabriel. Respecto al patrimonio cultural inmaterial estudiado en el proyecto, se cuenta con recursos extraordinarios que pueden convertirse en factores clave de las expectativas de desarrollo local, destacando las manifestaciones festivas ligadas a las tareas agrícolas y relacionadas con la fertilidad de los campos y ciclos productivos. También cabe incidir en los oficios y conocimientos rurales de siempre, desde la cultura del aceite o el vino, hasta la cultura del champiñón, así como los conocimientos del agua y sus usos, relacionado todo ello con el saber gastronómico, que guarda una profunda conexión con las raíces y manera de ser, sentir y vivir del territorio, y que nos habla de economía agraria y ganadera (labradores y pastores), de su forma de vida y de sus tradiciones. En la línea del desarrollo sostenible del proyecto, una de las áreas principales de trabajo es sobre la investigación y capacitación de capital humano para el desarrollo del mercado laboral local, y por supuesto una agricultura y ganadería acordes con la figura de la UNESCO a implantar en el territorio. Este proceso de candidatura se encuentra actualmente en una fase que incluye: fomentar la participación ciudadana y de los agentes sociales de los municipios que van a formar parte de la reserva de biosfera; establecer un mecanismo eficiente y permanente de comunicación y diálogo, mediante la creación de las diferentes estructuras participativas para que se impliquen en el diseño e implantación del proyecto de candidatura de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel; analizar las valoraciones, percepciones e intereses de los diferentes actores sociales; sensibilizar y educar para la modificación e incorporación de nuevas actitudes; motivar a toda la población para que participen y se impliquen en los asuntos públicos; impartir información y divulgación sobre el proyecto de reserva de biosfera; constituir el órgano de gestión más adecuado para la gestión de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel; preparar el documento de candidatura de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel mediante el análisis territorial y la preparación del plan de acción, enfocado a un desarrollo perdurable, y desarrollar las medidas establecidas en el plan de acción de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel. Además, se prevé la aplicación de la figura de Custodia del Territorio mediante un Programa de vigilancia, denominado Red de Custodia del Territorio, donde los valores ambientales de la zona son responsabilidad de las actividades tradicionales vinculadas al sector forestar y agropecuario, además de una capacitación sectorizada, entre las cuales está la producción ecológica. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ADIMAN, 2008. Comunicación personal. Informe interno “Plan de comunicación de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel”. ADIMAN, 2008. Comunicación personal. Informe interno “Trabajos previos de la Propuesta Reserva de Biosfera Valle del Cabriel”. ADIMAN, 2012. Comunicación personal. Informe interno “Recursos agrarios de La Manchuela”. CEDER Alicante, 2012. La cooperación agroecológica como mecanismo de generación de empleo y herramienta de motivación y dinamización de los canales de consumo. CEDER Manchuela, 2012. Comunicación personal. Informe interno “Datos y recursos agrarios de La Manchuela”. CEDER Manchuela, 2008. Comunicación personal. Informe interno “Plan de comunicación de la Reserva de Biosfera Valle del Cabriel”. INVENTARIO AMBIENTAL DEL RÍO JÚCAR Y CABRIEL, 2007. Inventario de recursos ambientales realizado por el proyecto de cooperación “Acciones de apoyo para el desarrollo integrado de los Espacios Fluviales” (EFLUS). Instituto de Desarrollo Regional de Castilla-La Mancha. INVENTARIO CULTURAL DEL RÍO JÚCAR Y CABRIEL, 2007. Inventario de recursos culturales realizado por el proyecto de cooperación “Acciones de apoyo para el desarrollo integrado de los Espacios Fluviales” (EFLUS). Universidad de Castilla-La Mancha. Orozco, R., 2012. Comunicación personal. Informe interno “Mesa redonda proyecto Inventario y Recuperación semillas de variedades locales” Trujillo Vázquez R. J. 2010. “Viabilidad Ecológica y Social del establecimiento de módulos silvopastoriles en el Ejido Los Ángeles. 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