Asociación de Salesianos Cooperadores: Asociación pública de

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Asociación de
Salesianos Cooperadores
Región Ibérica
Septiembre 2011
6.- Un Asociado
6.1.La
Asociación
Cooperadores.
de
Salesianos
6.1.1.- Asociación de Salesianos Cooperadores:
Asociación pública de fieles en la Iglesia.
6.1.2.- Historia
Cooperadores
de
la
Asociación
de
Salesianos
6.1.3.- Para hacerse Salesiano Cooperador
6.1.4.- Hermanos y hermanas en Cristo y en Don Bosco
6.1.5.- Corresponsabilidad en el crecimiento espiritual y
apostólico
6.1.6.- Diversos niveles de organización
6.1.7.- Sentido de pertenencia y solidaridad
6.1.8.- Ministerios y servicios de comunión
6.1.9.- La Promesa
6.1.10.- Ser Salesiano Cooperador: una opción para toda
la vida
TEMAS DE FORMACIÓN INICIAL
6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.1.- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES: ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES EN LA IGLESIA
6.1.1
Asociación de Salesianos Cooperadores:
Asociación pública de fieles en la Iglesia.
OBJETIVOS
- Descubrir el sentido y la raíz del asociacionismo eclesial.
- Conocer el contenido y la implicación de la expresión “Asociación pública de
fieles”.
- Relacionar la fundación y originalidad de Don Bosco, en cuanto a la Asociación,
con la actual situación eclesial.
- Descubrir la connotación asociativa como elemento integrante e irrenunciable de
la vocación del Salesiano Cooperador.
REFERENCIAS
Bíblicas
“Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir
algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos, porque donde
están dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos”
(Mt 18, 19-20)
“En ello conocerán que sois discípulos míos: si tenéis amor los unos por los otros”.
(Jn 13, 35)
PVA
Proemio Estatuto
“Este texto (el PVA) describe su proyecto de vida apostólica. Ofrece un amino auténtico
de santificación, según las exigencias de la Iglesia y el mundo actual. Par realizarlo, los
Salesianos Cooperadores y las Salesianas Cooperadoras confían en la fidelidad de Dios
Padre que los ha llamado.”
Estatuto Art. 6 La Asociación en la Iglesia
“1. La «Asociación de Salesianos Cooperadores» es aprobada en la Iglesia por la Sede
Apostólica como Asociación pública de fieles y participa del patrimonio espiritual de la
Sociedad de San Francisco de Sales.
Los miembros colaboran activamente en su misión, en nombre de la Iglesia, bajo la
autoridad del Rector Mayor, como Sucesor de Don Bosco, con espíritu de fidelidad a los
Pastores y en colaboración con las demás fuerzas eclesiales.”
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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6.1.1.- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES: ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES EN LA IGLESIA
DESARROLLO
Documento para la reflexión
1. El asociacionismo en la Iglesia
El asociacionismo en el seno de la Iglesia no es un fenómeno nuevo. Con todo, tampoco
se puede afirmar que siempre haya tenido las mismas características ni que sea una
realidad demasiado conocida. El fenómeno del asociacionismo eclesial, es decir, de los
colectivos de cristianos que se constituyen en grupo, movimiento o asociación con una
identidad propia, debe su razón última a una fundamentación que cabe recordar.
- La Iglesia, según nos recuerda el Concilio Vaticano II, es el Pueblo de Dios,
convocado por Dios en Cristo, unificado y reunido por el Espíritu, para ser signosacramento de la unión del hombre con Dios y entre sí. 1 Se trata, pues, de una
realidad carismática.
- La Iglesia es una comunidad que se encarna en diferentes culturas, en un espacio
y un tiempo determinados, siendo ése el ámbito de su actuación y evangelización.2
Es, pues, una realidad histórico-institucionalizada.
- Todos los fieles, por el hecho de estar bautizados, participan de y en la Iglesia.
Son protagonistas de la misión.
- Nuestro mundo y nuestra cultura dan mucha importancia al hecho asociativo. Nos
lo dice la propia Iglesia; pero, también, cualquier análisis de la realidad.
Por consiguiente, asociarse en orden al crecimiento cristiano y a la misión es un derecho
(en el sentido de posibilidad positiva) de los fieles, que se deriva del mismo hecho de ser
hombre (razones antropológicas) y del ser bautizado-miembro de la Iglesia (razones
teológicas: Dios nos hace hijos y, por lo tanto, nuestra hermandad puede concretarse).
Finalmente, hay que aducir (razón pastoral) la objetiva operatividad de un trabajo
evangelizador en equipo o de conjunto.
El asociacionismo eclesial y apostólico es, en este sentido, una forma de vivir la vocación
cristiana (no es la única) y, dadas sus posibilidades, se presenta como una urgencia para
la Iglesia de hoy.
2. Don Bosco y la Asociación de Cooperadores Salesianos
Don Bosco3 en el "Reglamento de los Cooperadores Salesianos" plantea con suma
claridad los aspectos y elementos que dan origen a la Asociación de Cooperadores:
- "En todo tiempo se juzgó necesario que los buenos se unieran para ayudarse
mutuamente a hacer el bien y tener alejado el mal".4
1
LG 9
LG 8
3
Cfr Reglamento Cooperadores Salesianos
4
Cfr RDB 1
2
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6.1.1.- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES: ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES EN LA IGLESIA
- "La finalidad fundamental de los Cooperadores Salesianos es la de hacerse bien a
sí mismos llevando un plan de vida, por cuanto sea posible, semejante al que se
lleva en la vida de comunidad".5
- "Por ello, esta Asociación está considerada por el Sumo Pontífice como una
antigua Orden Tercera, con la diferencia de que en aquéllas se proponía la
perfección cristiana en el ejercicio de la piedad; y aquí se tiene como fin principal
la caridad con el prójimo y, especialmente, con la juventud en peligro".6
Así pues, podemos afirmar que Don Bosco también fue hombre de vanguardia en este
aspecto asociativo. Efectivamente, quiso colaboradores "asociados" para potenciar la
misión y dar solidez y continuidad a su obra.
Por eso, desde la configuración dada por el propio Don Bosco a la Asociación y la actual
eclesiología, el Proyecto de Vida Apostólica en los artículos 1, 5 y 6 de su Estatuto
contienen unas ideas muy importantes y específicas acerca de la identidad del Salesiano
Cooperador. Son las siguientes:
- La Asociación fue suscitada por el Espíritu Santo en Don Bosco, junto a otras
empresas, para un servicio apostólico a la juventud.7
- La Iglesia, al aprobarla, ha reconocido en ella la autenticidad de su inspiración
evangélica al participar del patrimonio espiritual salesiano.8
- La Asociación no es algo secundario en la vocación del Cooperador. La respuesta
a la llamada pasa por la característica específica de una maduración y de un
ejercicio del apostolado en unión. Es consciente de que la pertenencia a la
Asociación constituye una experiencia privilegida de fe y de comunión eclesial.9
- La Asociación, como movimiento en la Iglesia, goza de una realidad carismática,
que comparte con otros miembros de la Familia Salesiana.10;
- La Asociación cuenta con una realidad jurídico-institucional.11
El 9 de mayo de 1986 con la aprobación del Reglamento de Vida Apostólica por la
Congregación para los religiosos y los institutos seculares la Asociación de Cooperadores
fue reconocida, conforme al actual Código de Derecho Canónico, como "Asociación
pública de fieles", "que participa del patrimonio espiritual de la Sociedad de San
Francisco de Sales". La aprobación “Ad experimentum” el 15 de marzo de 2007 del
Proyecto de Vida Apostólica refrenda el reconocimiento anterior.
Este reconocimiento es un hecho de singular importancia, que va mucho más allá del
simple horizonte jurídico:
- En virtud de este reconocimiento, se actúa en nombre de la Iglesia y, por
consiguiente, con la responsabilidad de quien sabe que con sus obras,
compromete, el nombre la comunidad eclesial: a través de los Salesianos
Cooperadores la Iglesia se manifiesta públicamente.
5
Cfr RDB 2
Cfr RDB 3
7
Cfr PVA Est 1
8
Cfr PVA Est 6
9
Cfr PVA Est 3 y 28
10
Cfr PVA Est 5
11
Cfr PVA Est 6
6
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6.1.1.- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES: ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES EN LA IGLESIA
- En virtud de la aprobación del RVA y del PVA que viene a sustituirlo, el Salesiano
Cooperador se siente vinculado más profundamente con el Rector Mayor, Superior
de nuestra Asociación y Moderador Supremo: una vinculación que compromete a
una mayor fidelidad carismática y a una integración mucho más profunda,
consciente y activa, en la Familia Salesiana;
- con esta aprobación, se ha acentuado el sentido eclesial de la Asociación, en el
orden de la acción, reflejado en:

la colaboración con las demás fuerzas eclesiales;

el compromiso y el esfuerzo por contribuir a la construcción de la
diócesis y de la parroquia como comunidades de fe, oración, amor
fraterno y compromiso misionero;

la fidelidad a los Pastores, sobre todo al Papa y a los Obispos;

una solidaridad cordial con religiosos y seglares;
- por esta aprobación, tiene que crecer en la Asociación el sentido de solidaridad y
responsabilidad en el campo de lo económico;
- por esta aprobación, hoy más que nunca, nuestra Asociación debe ser testimonio
de Familia Salesiana.
3. Coordenadas de la dinámica y de la exigencia
Nadie nace como miembro pleno y activo de la Asociación de Salesianos Cooperadores.
O sea, la Asociación y la dimensión asociativa se hace y se educa; necesita signos
concretos de presencia y participación en la vida de la Asociación.
Si apostamos por una Asociación de Salesianos Cooperadores fiel, misionera, abierta,
participativa, personalizada..., la conseguiremos, en parte, por la implicación en ella de
todos y cada uno. La actitud de CORRESPONSABILIDAD es la que mejor define un
verdadero sentimiento y acontecimiento asociativo cristiano. Esta corresponsabilidad
motiva y justifica la disponibilidad, la participación, la corrección fraterna...
Pautas para la reflexión
- ¿Hasta qué punto cuesta en nuestra sociedad el asociacionismo? ¿Qué
asociaciones y colectivos civiles conoces? ¿Hay alguno que tenga especial
significado para ti? ¿Por qué?
- Poned en común los datos que conozcáis sobre diversas asociaciones de fieles y
movimientos de Iglesia. ¿Qué objetivos y características tienen? ¿Cómo están
organizados?
- ¿Qué aspectos de la dimensión asociativa de la vida del Cooperador descubres
como básicos?
- ¿Qué pedirías a los miembros de tu Asociación y qué te pedirías a ti mismo para
redescubrir, profundizar y vivir con mayor madurez la experiencia asociativa?
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6.1.1.- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES: ASOCIACIÓN PÚBLICA DE FIELES EN LA IGLESIA
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Documentos
Christifideles laici. n19
«La comunión eclesial, ya presente y operante en la acción personal de cada uno,
encuentra una manifestación específica en la actuación asociado de los fieles laicos; es
decir, en la acción solidaria que llevan a cabo participando responsablemente en la vida y
misión de la Iglesia.
En estos últimos años, el fenómeno asociativo laical se ha caracterizado por una
particular variedad y viveza. La asociación de fieles siempre ha representado una línea,
en cierto modo, constante en la historia de la Iglesia, como lo atestiguan, hasta nuestros
días, las diferentes y numerosas confraternidades, las terceras órdenes y los diversos
sodalicios. Sin embargo, en los tiempos modernos, este fenómeno ha experimentado un
singular impulso, y se han visto nacer y difundirse múltiples formas asociativas:
asociaciones, grupos, comunidades, movimientos. Podemos hablar de una nueva época
asociativa de los fieles laicos. En efecto, junto al asociacionismo tradicional y, a veces,
desde sus mismas raíces, han germinado movimientos y asociaciones nuevas, con
fisonomías y finalidades específicas. Tanta es la riqueza y versatilidad de los recursos
que el Espíritu alimenta en el tejido eclesial; y tanta es la capacidad de iniciativa y la
generosidad de nuestro laicado.
Estas asociaciones de laicos se presentan, a menudo, muy diferenciadas unas de otras,
en diversos aspectos, como en su configuración externa, en los caminos y métodos
educativos y en los campos operativos. Sin embargo, se puede encontrar una amplia y
profunda convergencia en la finalidad que las anima: la de participar responsablemente
en la misión que tiene la Iglesia de llevar a todos el Evangelio de Cristo, como manantial
de esperanza para el hombre y de renovación para la sociedad.
El que los fieles laicos se asocien por razones espirituales y apostólicas brota de diversas
fuentes y responde a variadas exigencias. Expresa, efectivamente, la naturaleza social de
la persona y obedece a las instancias de una más dilatada e incisiva eficacia operativa.
En realidad, la incidencia cultural, que es fuente y estímulo, pero también, fruto y signo de
cualquier transformación del ambiente y de la sociedad, puede realizarse, no tanto por la
labor de un individuo, cuanto por la de un sujeto social, o sea, de un grupo, de una
comunidad, de una asociación, de un movimiento. Esto resulta particularmente cierto en
el contexto de una sociedad pluralista y fraccionada - como la actual, en tantas partes del
mundo -, y cuando se está frente a problemas sumamente complejos y difíciles. Por otra
parte, sobre todo en un mundo secularizado, las diversas formas asociativas pueden
representar, para muchos, una preciosa ayuda en orden a llevar una vida cristiana
coherente con las exigencias del Evangelio y comprometerse en una acción misionera y
apostólica.
Más allá de estos motivos, la razón profunda que justifica y exige la asociación de los
fieles laicos es de orden teológico, es una razón eclesiológica, como abiertamente
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reconoce el Concilio Vaticano II, cuando ve en el apostolado asociado un signo de la
comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo.
Es un signo que debe manifestarse en las relaciones de comunión, tanto dentro como
fuera de las diversas formas asociativas, en el contexto más amplio de la comunidad
cristiana. Precisamente, la razón eclesiológica indicada explica, por una parte, el derecho
de asociación, que es propio de los fieles laicos; y por otra, la necesidad de unos criterios
de discernimiento acerca de la autenticidad eclesial de esas formas de asociarse.
Ante todo, debe reconocerse la libertad de asociación de los fieles laicos en la Iglesia. Tal
libertad es un verdadero y propio derecho, que no proviene de una especie de concesión
de la autoridad sino que se deriva del Bautismo, en cuanto sacramento que llama a todos
los fieles laicos a participar activamente en la comunión y misión de la Iglesia. El Concilio
es del todo claro a este respecto: "Guardada la debida relación con la autoridad
eclesiástica, los laicos tienen el derecho de fundar y dirigir asociaciones, y a inscribirse en
las ya fundadas". Y el reciente Código afirma textualmente: "Los fieles tienen derecho a
fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad o para fomentar la
vocación cristiana en el mundo; y, también, a reunirse para procurar en común esos
mismos fines".
Se trata de una libertad reconocida y garantizada por la autoridad eclesiástica y que debe
ser ejercida siempre y sólo en la comunión de la Iglesia. En este sentido, el derecho a
asociarse de los fieles laicos es esencialmente relativo a la vida en comunión y a la
misión de la misma Iglesia»
Código de Derecho Canónico
Selección de cánones al respecto.
298.1.
"Existen en la Iglesia asociaciones, distintas de los institutos de vida consagrada y de las
sociedades de vida apostólica, en las que los fieles, clérigos o laicos, o clérigos junto con
laicos, trabajando unidos, buscan formar una vida más perfecta, promover el culto público
o la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para
la evangelización, el ejercicio de obras de piedad o de caridad y la animación, con
espíritu cristiano, del orden temporal".
301.3.
"Las asociaciones de fieles erigidas por la autoridad eclesiástica competente se llaman
asociaciones públicas".
303.
"Se llaman órdenes terceras, o con otro nombre parecido, aquellas asociaciones cuyos
miembros, viviendo en el mundo y participando del espíritu de un instituto religioso, se
dedican al apostolado y buscan la perfección cristiana bajo la alta dirección de ese
instituto".
304.1.
"Todas las asociaciones de fieles, tanto públicas como privadas, cualquiera que sea su
nombre o título, deben tener sus estatutos propios, en los que se determine el fin u
objetivo social de la asociación, su sede, el gobierno y las condiciones que se requieren
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para formar parte de ellas; y se señale también su modo de actuar, teniendo en cuenta la
necesidad o conveniencia del tiempo y del lugar".
312.1.
"Es autoridad competente para erigir asociaciones públicas:
1. la Santa Sede, para las asociaciones universales e internacionales;
2. la Conferencia Episcopal, dentro de su territorio, para las asociaciones nacionales,
es decir, que por la misma erección miran a ejercer su actividad en toda la nación;
3. el Obispo diocesano, dentro de su propio territorio..."
313.
"Una asociación pública, e igualmente una confederación de asociaciones públicas,
queda constituida en persona jurídica en virtud del mismo decreto por el que la erige la
autoridad eclesiástica competente, conforme a la norma del c. 312, y recibe así la misión,
en la medida que lo necesite, para los fines que se propone alcanzar en nombre de la
Iglesia ".
Comentario Oficial al PVA (En elaboración)
Comentario al art 6 del Estatuto
Asociación pública de fieles.
Desde el inicio de la Obra de los Oratorios, don Bosco procuró superar el estado de
“asociación privada” en la que se encontraban sus colaboradores o cooperadores y trató
de conferirles un carácter público bajo la forma de asociación aprobada por el arzobispo
de Turín primero y luego por el Papa. Para tal fin elaboró, en un primer momento,
indicaciones orientadoras o normas prácticas. Después algunos artículos se insertaron en
varios proyectos de Constituciones de la Sociedad de San Francesco de Sales (los
famosos artículos sobre los “salesianos externos”. Por último, elaboró en 1976 el
Reglamento, en el que la Asociación viene equiparada a una “tercera ’orden” con
finalidad no devocional sino apostólica.
En fidelidad a las intenciones del Fundador y en conformidad al Código de Derecho
Canónico, los Salesianos Cooperadores son «Asociación publica de fieles» que participa
del patrimonio espiritual de la Sociedad de San Francisco de Sales. «Asociación publica
de fieles».
Según el Código «se llaman asociaciones públicas, las asociaciones de fieles erigidas por
la autoridad eclesiástica». Es el caso de la Asociación de Salesianos Cooperadores a
partir del 9 de mayo de 1876, fecha en la que fue reconocida, de hecho, por Pio IX en el
Breve Cum sicuti.
Asociación equiparada a una “tercera orden”. Siempre según el Código «asumen el
nombre de tercera orden o bien otro nombre adaptado, las asociaciones en las que los
miembros llevan una vida apostólica y tienden a la perfección cristiana participando en el
mundo del espíritu de un instituto religioso, bajo la dirección del mismo instituto».
Es oportuno recordar la distinción tradicional entre “primera orden”, “segunda orden” y
“tercera orden”, que indican respectivamente el instituto masculino, (por ejem.
Franciscanos, Dominicanos), el instituto religioso femenino (por ejem. Franciscanas,
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Dominicanas) y la asociación de fieles unida al instituto religioso masculino y dirigida por
él. En el caso de los Salesianos Cooperadores, la Asociación se equipara a una tercera
orden con nombre oficial de «Asociación Salesianos Cooperadores» porque tienen todas
las características mencionadas.
En efecto, es una Asociación de vida apostólica y relacionada a un instituto religioso, la
Sociedad de San Francisco de Sales: motivo por el que el Proyecto de Vida Apostólica ha
sido aprobado por la Congregación de Religiosos y no por el Pontificio Consejo para los
Laicos «Participa del patrimonio espiritual» de tal Sociedad: son los valores salesianos
propios del proyecto apostólico de don Bosco y comunes a los Grupos vocacionales de la
Familia salesiana; está «bajo la autoridad del Rector mayor» de la Sociedad de S.
Francisco de Sales, en el sentido que define el mismo Estatuto.
A esta configuración jurídica de la Asociación le vale la legislación eclesiástica
concerniente a las “asociaciones de fieles” y, en particular, las “asociaciones públicas”.
Tal legislación hace referencia a las materias que interesan directamente a los
Salesianos Cooperadores: existencia y finalidad de la asociación de fieles (can. 298);
derecho de asociación de los fieles (can. 299); competencia de la autoridad eclesiástica
en la erección de asociaciones (can. 300 y 301); asociaciones clericales (can. 302);
tercera orden y asociaciones equiparadas a una tercera orden (can. 303); estatuto de la
asociación y materias a definir en ellas (can. 304); vigilancia de la autoridad eclesiástica
sobre asociaciones (can. 305); condiciones para gozar de los derechos y privilegios de la
asociación (can. 306); aceptación de los miembros en la asociación (can: 307) y su
dimisión en ella (can. 308); competencias de la asociación (can. 309); obligaciones de
los institutos religiosos a los que está unido una asociación (can. 311).
La legislación concerniente a las asociaciones publicas trata los argumentos que
interesan a la Asociación de los Salesianos Cooperadores: autoridad competente para
erigirle (can. 312); personalidad jurídica de tales asociaciones (can. 313); aprobación del
estatuto (can. 314); alta dirección eclesiástica (can. 315); condiciones para la válida
admisión y dimisión de un candidato (can. 316); administración de los bienes de la
asociación (can. 319); supresión de la asociación (can. 320). En la revisión del Proyecto
de Vida Apostólica se tuvo en cuenta la legislación canónica señalada y las normas
relacionadas con ella.
Colaboración en la misión salesiana en nombre de la Iglesia.
Como pertenecientes a una Asociación pública al llevar a cabo la misión salesiana los
Salesianos Cooperadores y las Salesianas Cooperadoras obran, no solo como miembros
de la Iglesia, como todos los bautizados, sino “en nombre de la Iglesia”, y
específicamente, de los pastores que la guían y la animan. Su apostolado salesiano está
reconocido oficialmente por la autoridad eclesiástica, y autorizado por ella, forma parte de
la misión de la entera comunidad cristiana y manifiesta públicamente la actuación
práctica.
Como «miembros» de una Asociación dependiente de la Sociedad de San Francisco de
Sales, los Salesianos Cooperadores y las Salesianas Cooperadoras trabajan vinculados
particularmente con la misma y con su Rector Mayor.
Como pertenecientes a una Asociación pública inserta en la Iglesia, los Salesianos
Cooperadores y las Salesianas Cooperadoras actúan «en espíritu de fidelidad a los
Pastores y en colaboración con otras fuerzas eclesiales».
Insiste sobre este punto el canon 311: «Los miembros de los institutos de vida
consagrada que presiden o asisten a asociaciones de cualquier forma unidas al propio
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instituto, cuiden que la ayuda a la actividad y al apostolado existente en la diócesis, se
desarrolle actuando bajo la dirección del Ordinario del lugar, en colaboración con las
asociaciones que desempeñan otros apostolados en la diócesis». Esta normativa se guía
por la ley de la comunión que debe animar a todos los miembros de la comunidad
cristiana, parroquial y diocesana. Tal comunión se hace operativa con la colaboración
recíproca ente las personas y los grupos. En muchas diócesis y parroquias encuentra hoy
una aplicación concreta en la llamada «pastoral orgánica» promovida por el Vaticano II:
por ella las diferentes fuerzas apostólicas presentes a nivel parroquial y diocesano
colaboran entre ellas en la elaboración y actuación pastoral en comunión con los propios
párrocos y bajo la dirección del propio obispo.
La Asociación goza de personalidad jurídica pública
Una cuarta implicación hace referencia al hecho de que «la asociación de los Salesianos
Cooperadores gozan de personalidad jurídica eclesiástica publica» según el canon 313.
Tal personalidad se le confiere con el decreto de erección y con la sucesiva aprobación
de su Proyecto de Vida Apostólica. En qué consiste está explicado en el Código: se
manifiestan algunos pasos que hacen referencia directamente a la Asociación de
Salesianos Cooperadores, sobre todo en lo que concierne a la organización, los Consejos
en los distintos niveles, la administración de los bienes, derechos y deberes en la Iglesia:
a) «Son personas jurídicas… los conjuntos de personas (corporaciones) o de cosas
(fundaciones) ordenadas a un fin correspondiente a la misión de la Iglesia, que trasciende
los fines de los individuos. Como fines se entienden los correspondientes a las obras de
piedad, de apostolado o de caridad ya sean espirituales o temporales».
Se trata pues de la Asociación de los Salesianos Cooperadores entendida como
conjunto de personas y bienes de la misma Asociación. «El conjunto de personas, que
tienen que estar compuesto por al menos tres es colegial si los miembros determinan su
acción, estando de acuerdo en el tomar decisiones, con igual derecho, a norma del
derecho y de los estatutos; de otro modo no sería colegial. El conjunto de cosas, o sea la
fundación autónoma, consta de bienes o de cosas, sean espirituales o materiales, y lo
dirigen, a norma del derecho y de los estatutos, sea una o mas personas físicas, ya sea
un colegio». Los Consejos de Salesianos Cooperadores en sus distintos niveles lo
constituyen conjuntos de personas con carácter colegial.
b) «Son Las personas jurídicas publicas son un conjunto de personas o de cosas, que
vienen nominadas por la autoridad eclesiástica competente para que, dentro de los fines
señalados, cumplan en nombre de la Iglesia y a tenor de las disposiciones del derecho,
desarrollan su propio deber en vista bien público».
«Representan la persona jurídica pública, actuando en su nombre, aquellos a los que se
les ha asignado tal competencia reconocida por el derecho universal o particular o por los
propios estatutos».
«La persona jurídica, por su naturaleza es perpetua; se extingue si viene legítimamente
suspendida por la competente autoridad o se ha cesado de actuar por espacio de cien
años».
Como persona jurídica pública, la Asociación de los Salesianos Cooperadores puede
poner en la forma prevista por sus Estatutos y Reglamentos, actos oficialmente
reconocidos en la Iglesia en relación al apostolado asociativo, la colaboración dentro de
la Asociación y con fuerzas apostólicas externas, la aceptación de los candidatos, la
formación y dimisión de sus socios, su organización a varios niveles. En los países en los
que entre Iglesia y Estado existe concordato, la Asociación puede valerse de tal
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6.- UN ASOCIADO
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atribución en sus relaciones con las autoridades civiles del lugar, si esto fuera previsto
por el concordato. Finalmente como Asociación publica goza de propia sede central en
Roma, junto a la dirección general de la Sociedad de San Francisco de Sales.
Esta configuración jurídica de la Asociación en la Iglesia lleva consigo algunas
consecuencias espirituales: la certeza renovada de ser miembros de un Grupo
organizado y diferenciado, inserto en el tejido vivo de la Iglesia, misterio de comunión, y
de participar en manera mas eficaz en su misión, haciendo vida el proyecto apostólico de
don Bosco.
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
6.1.2
Historia de la Asociación de Salesianos
Cooperadores
OBJETIVOS
- Comprender el valor que, desde el comienzo, concedió Don Bosco a los
Cooperadores como corresponsables de la misión salesiana.
- Valorar el esfuerzo y la dedicación de los Cooperadores y Salesianos que nos
precedieron para hacer realidad la Asociación de Salesianos Cooperadores tal y
como la quiso Don Bosco.
- Concienciarnos y comprometernos para que nuestra misión sea fiel al legado de
Don Bosco y coherente con la marcha emprendida desde sus inicios por la
Asociación de Salesianos Cooperadores.
REFERENCIAS
PVA
Estatuto Proemio
“Desde los comienzos de su obra, Don Bosco pensó organizar a cuantos colaboraban
con ella: invitó a laicos –hombres y mujeres- y a miembros del clero diocesano, a
cooperar en su misión de salvar a los jóvenes, sobre todo a los pobres y abandonados.
En 1876 definió claramente su proyecto de vida en el Reglamento de los Cooperadores
Salesianos escrito por él y aprobado luego por la Igleisa. Hoy los Salesianos
Cooperadores están extendidos y trabajan en todo el mundo.”
DESARROLLO
Documento para la reflexión
1. La Asociación de Salesianos Cooperadores, en el corazón y la
mente de Don Bosco.
Como se indica en el Proemio del Estatuto contenido en el Proyecto de Vida Apostólica,
“desde los comienzos de su obra, Don Bosco pensó organizar a cuantos colaboraban en
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
ella: invitó a laicos -hombres y mujeres- y a miembros del clero diocesano, a cooperar en
su misión de salvar a los jóvenes, sobre todo a los pobres y abandonados”.12
Según esto, el germen de la Asociación de Salesianos Cooperadores se encuentra en el
mismo nacimiento de la Congregación Salesiana, aquel 8 de diciembre de 1841 en que
Don Bosco rezó con Bartolomé Garelli su primer Avemaría. A partir de esta oración
comenzó el Oratorio, y la Obra Salesiana, que contó, desde su inicio, con la colaboración
de distintos miembros del clero diocesano turinés.
Aún sin estar fundadas oficialmente ni la Asociación ni la Congregación, consideramos a
Mamá Margarita, la madre de Don Bosco, la primera cooperadora, al trasladarse a
Valdocco para vivir y trabajar, junto a su hijo, por los jóvenes pobres y necesitados. Era el
3 de noviembre de 1846.
El 28 de septiembre de 1850 13, queda establecida, ante las autoridades eclesiásticas
locales, y ante la Santa Sede, la Congregación de los Promotores Salesianos, que
incluye tanto a religiosos con votos como a externos (seglares que hacen una promesa).
La idea de Don Bosco fue, pues, desde un principio, que religiosos y seglares formaran
parte de una misma congregación.
Sin embargo, diferentes presiones dieron lugar a que, en 1858, esta Congregación con la
que Don Bosco soñaba quedase dividida en dos categorías: la Pía Sociedad de San
Francisco de Sales (integrada por los religiosos), y la Unión o Congregación de San
Francisco de Sales, de promotores o cooperadores (constituida por seglares).14
Finalmente, el papa Pío IX reconoce y aprueba la Sociedad o Unión de Cooperadores
Salesianos, asociada a la Congregación Salesiana.15 Era el 9 de mayo de 1876.
2. La Asociación tras la muerte de Don Bosco.
El 31 de enero de 1888 muere Don Bosco, el fundador de nuestra Asociación. A partir de
entonces, ésta pasó por diversas vicisitudes.
Don Miguel Rúa (1888-1910), primer sucesor de Don Bosco, animó y contribuyó a la
organización de la Unión de Cooperadores Salesianos con una serie de iniciativas muy
fecundas: elaboración de materiales prácticos, organización de congresos, directrices
para los salesianos, etc.
La I Guerra Mundial coincide con el rectorado de Don Pablo Albera (1910–1922),
segundo sucesor de Don Bosco. Como consecuencia de los graves problemas
internacionales y sociales que se generan durante y después del conflicto, la Asociación
se resiente.
La figura de Don Felipe Rinaldi (1922–1931), tercer sucesor de Don Bosco, supone un
impulso para nuestra Asociación en esos momentos de decadencia. Don Rinaldi abunda
en la idea de Don Bosco sobre el compromiso de los laicos: además de fundar las
Voluntarias de Don Bosco, insiste sobre la acción personal del Cooperador en su
ambiente de trabajo y en la cooperación misionera. Por la trascendencia y la modernidad
de sus ideas, M. Wirth considera el rectorado de Don Rinaldi como la edad de oro de los
cooperadores.
12
PVA Est Proemio
Cfr MBe, XI, 80
14
Cfr MBe, XI, 80
15
Cfr MBe, XI, 459 – 460
13
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TEMAS DE FORMACIÓN INICIAL
6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Al cuarto sucesor de Don Bosco, Don Pedro Ricaldone (1932–1951) le corresponde vivir
los difíciles momentos de la Segunda Guerra Mundial. Al terminar ésta, promueve la
reorganización general de la Asociación.
El 1 de abril de 1934, el papa Pío XI beatifica a Don Bosco. En el decreto de
canonización, califica a a Asociación de Cooperadores Salesianos como “insigne primer
esbozo de Acción Católica”.
El 12 de septiembre de 1952 tiene lugar la Audiencia general del Papa Pio XII a los
Cooperadores Salesianos, en Castelgandolfo. En ella nos dice: “La Iglesia espera mucho
de este nuevo y providencial movimiento de laicado católico”.
En 1953 se nombra a don Luis Ricceri Director General del Movimiento de Cooperadores,
con quien se produce una reorganización de los Consejos y organismos centrales,
inspectoriales y locales de la Asociación, y se propugna una colaboración más estrecha
con las Hijas de María Auxiliadora. Cuando, en 1965, sea nombrado nuevo Rector Mayor,
proseguirá el impulso y apoyo dados a la Asociación, que continuará su progresivo
crecimiento según las nuevas orientaciones de formación y compromiso.
Coincidiendo con los tiempos de renovación que supuso el Concilio Vaticano II, Don
Renato Ziggiotti (1952–1965), quinto sucesor de Don Bosco, pide a los cooperadores que
asuman seriamente sus responsabilidades de laicos en la Iglesia, e impulsa su
orientación apostólica y eclesial.
Durante el XX Capítulo General Especial de los Salesianos (1971–1972) se publican dos
textos fundamentales sobre la Familia Salesiana, y se estudia y relanza la identidad del
Cooperador a la luz del Concilio Vaticano II. Este Capítulo supone un momento decisivo
para la Asociación de Cooperadores. Así, en las Actas del Capítulo se firma: “Sin ellos
(los cooperadores) no seríamos lo que Don Bosco pensó y quiso que fuéramos”. 16
Supuso un punto de inflexión en la concepción de la figura y la misión del salesiano
cooperador en el seno de la Familia Salesiana y la Iglesia.
Fruto de la reflexión iniciada se elabora en 1974 el Nuevo Reglamento de los
Cooperadores Salesianos que, una vez experimentado y hecho vida y tras un periodo de
reflexión en la Asociación con la celebración de Congresos inspectoriales y mundial se
transformó en el Reglamento de Vida Apostólica aprobado por la Santa Sede el 8 de
mayo de 1986
En el XXIV Capítulo General de los SDB, celebrado en Roma en febrero de 1996,
participan, por primera vez de forma activa, los Cooperadores Salesianos, y otros
miembros de la Familia Salesiana. El tema del capítulo se titulaba Salesianos y Seglares
compartiendo el espíritu y la misión de Don Bosco. En el número 77 de la Actas se
recoge: “Los Cooperadores tienen que ser reconocidos como plenamente
corresponsables de la misión salesiana e indicados como punto de referencia para los
demás seglares del Movimiento Salesiano”.
El 31 de enero de 1995, el Rector Mayor, Don Egidio Viganó, presenta la Carta de la
Identidad de la Comunión de la Familia Salesiana de Don Bosco
Su sucesor, Don Juan Vecchi, presenta el 25 de diciembre de 2000 la Carta de la Misión
de la Familia Salesiana.
Fruto de una cada vez mayor conciencia de la corresponsabilidad en la misión y de la
propia identidad en comunión con los demás grupos de la Familia Salesiana, después de
16
Cfr ACGE 741
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
una seria reflexión en todos los ámbitos de la Asociación junto con los SDB y las FMA, el
15 de marzo de 2007 se aprueba ad experimentum, por seis años, el Proyecto de Vida
Apostólica, promulgado solemnemente por el Rector Mayor, Don Pascual Chávez, el 8 de
abril de 2007, solemnidad de la Pascua de Resurrección.
3. La Asociación de Salesianos Cooperadores en España.
La historia de la Asociación de los Salesianos Cooperadores en España se remonta a
1880, año en el que los primeros salesianos (entre ellos, Juan Cagliero), viajan a
Barcelona y a Sevilla.
Al año siguiente (1881) ya se funda la primera casa salesiana en España, en Utrera
(Sevilla).
Pero la figura clave para el nacimiento de la Asociación en España es la de Doña Dorotea
de Chopitea, gracias a la cual los salesianos se instalan en Sarriá en 1884. En este
mismo año, a instancias de doña Dorotea, se crea la primera Asociación de
Cooperadores. Éstos (y especialmente doña Dorotea de Chopitea y las familias Martí–
Codolar y Pascual) acompañan y programan actos en favor de los proyectos de Don
Bosco cuando éste visita Barcelona en abril de 1886.
Durante la Guerra Civil Española, la persecución afectó a numerosas congregaciones
religiosas. La Asociación de Cooperadores Salesianos fue también víctima de ella,
produciéndose la muerte de varios asociados, entre ellos la de Bartolomé Blanco
Márquez, catequista del Oratorio Festivo Salesiano de Pozoblanco, líder obrero,
sindicalista, secretario y militante de Acción Católica.
Con la ayuda de la Congregación Salesiana, y por iniciativa de los Salesianos
Cooperadores surgen en Cuenca (1965) los primeros Equipos de Hogares Don Bosco. A
partir de este momento, la Asociación asume este Movimiento de Pastoral Familiar como
obra propia, y se esfuerza por su difusión y animación.
Durante estos casi cien años, la Asociación en España no cesa de crecer. Así, del 1 al 4
de noviembre de 1984, se celebra en Barcelona el I Congreso Ibérico de Cooperadores
Salesianos, con el objetivo de preparar las aportaciones de la Región a la redacción del
Reglamento de Vida Apostólica.
El 6 de junio de 1987, según las indicaciones del Reglamento de Vida Apostólica recién
aprobado, se constituye la Conferencia Nacional de Cooperadores Salesianos de
España.
A la luz de las indicaciones del Proyecto de Vida Apostólica, entre el 6 y el 8 de diciembre
de 2008 se celebra el I Congreso Constituyente de la Región Ibérica de los Salesianos
Cooperadores.
4. Estatutos y reglamentos.
El actual Proyecto de Vida Apostólica, documento que contiene el Estatuto y el
Reglamento de la Asociación de los Salesianos Cooperadores es también el resultado de
más de ciento cincuenta años de historia. Durante este camino, la Asociación se ha
guiado por los siguientes documentos claves:
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
- El primer Reglamento, escrito por Don Bosco y aprobado el 12 de julio de 1876
(después de tres borradores): Cooperadores Salesianos, o sea, un modo práctico
para promover las buenas costumbres y ayudar a la sociedad civil.17
- El Nuevo Reglamento de los Cooperadores Salesianos promulgado ad
experimentum el 14 de abril de 1974, que fue modificado en algunos puntos en un
Congreso Mundial y promulgados las citadas modificaciones por el Rector Mayor
el 24 de mayo de 1978.
- El Reglamento de Vida Apostólica promulgado solemnemente el 24 de mayo de
1986 en la Basílica de María Auxiliadora de Turín por don Egidio Viganó, séptimo
sucesor de Don Bosco después de haber sido aprobado por la Congregación para
los Religiosos y los Institutos Seculares el 9 de mayo de 1986
- El Proyecto de Vida Apostólica, aprobado ad experimentum por la Congregación
para los Religiosos y los Institutos Seculares el 15 de marzo de 2007 y
promulgado por Don Pascual Chavez, Rector Mayor, en la festividad de la Pascua
de Resurrección, 8 de abril de 2007.
5. Santos y Venerables.
En el Proemio del Proyecto de Vida Apostólica se ofrece al Salesiano Cooperador un
auténtico camino de santificación.18
Numerosos salesianos cooperadores han seguido ese camino y hoy son santos y
venerables. Otros muchos están en proceso de poder llegar, algún día, también a los
altares. Entre los ya declarados santos y venerables destacamos a:
- Doña Dorotea de Chopitea, madre de familia y Cooperadora Salesiana, declarada
Venerable el 12 de junio de 1983.
- Marcelo Spínola y Maestre, Cardenal Arzobispo de Sevilla, fundador de las
Esclavas Concepcionistas, primer biógrafo de Don Bosco en lengua castellana
(Don Bosco y su obra. Barcelona, 1884), primer salesiano cooperador español
beatificado (27 de marzo de 1987).
- El 1 de enero de 1996 la Cooperadora Salesiana portuguesa Alexandrina Da
Costa es declarada Venerable.
Pautas para la reflexión
- ¿Te sientes parte de una historia?
- ¿La realidad de la Asociación de Salesianos Cooperadores responde al
pensamiento de Don Bosco?
17
18
Cfr MBe XI, 454–458; RDB
Cfr PVA Est Proemio
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.2.- HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Línea de tiempo de la Asociación de Salesianos
Cooperadores
Se puede encontrar en:
http://www.cooperadores.org/index.php?option=com_content&view=article&id=46&Itemid
=79&lang=es
Bibliografía
- ASOCIACIÓN DE COOPERADORES SALESIANOS – CONFERENCIA
NACIONAL. Plan de Formación Inicial. Carpeta 2. Secretaría Ejecutiva Nacional.
Madrid.
- ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES Y
COOPERADORAS. Proyecto de Vida Apostólica. CCS, Madrid.
SALESIANAS
- Memorias Biográficas de Don Bosco (en español).
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.3.- PARA HACERSE SALESIANO COOPERADOR
6.1.3
Para hacerse Salesiano Cooperador
OBJETIVO
- Ayudar en el discernimiento vocacional a los aspirantes, acompañándolos en su
formación.
REFERENCIAS
Eclesiales
“Christifideles Laici”
“La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el descubrimiento,
cada vez más claro, de la propia vocación y la disponibilidad, siempre mayor, para vivirla
en el cumplimiento de la propia misión. Esta vocación y misión personal define la
dignidad y la responsabilidad de cada fiel laico y constituye el punto de apoyo de todo el
proceso formativo” (58)
PVA
Estatuto Art. 27 Ingreso en la Asociación
1. El compromiso de hacerse Salesianos Cooperadores supone una elección libre,
gradual, motivada, madurada bajo la acción del Espíritu Santo y acompañada por los
responsables. El aspirante que desea entrar a formar parte de la Asociación, acepta un
programa adecuado de preparación.
2. Cuando el aspirante ha alcanzado suficiente madurez en el carisma salesiano,
reconocida por los responsables del Centro, presenta su petición de admisión. En todo
caso se requiere haber alcanzado la mayoría de edad.
3. La pertenencia a la Asociación se inicia con la Promesa personal, mediante la cual se
manifiesta la voluntad de vivir el Bautismo de acuerdo con el presente Proyecto de Vida
Apostólica
Estatuto Art. 29 Responsabilidad e iniciativas para la formación
1. Los Salesianos Cooperadores son los primeros responsables de la propia formación
humana, cristiana, salesiana y profesional.
2. La Asociación promueve y sostiene la formación personal y en grupo, mediante la
acción de Salesianos Cooperadores cualificados, de Delegados y Delegadas y de otros
miembros de la Familia Salesiana.
Agentes del proceso:
- El Aspirante
- El Centro Local
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.3.- PARA HACERSE SALESIANO COOPERADOR
- El encargado de la formación del Centro Local.
DESARROLLO
Documento para la reflexión
Leyendo el punto primero del artículo 27 del Estatuto, el Aspirante acepta un programa
adecuado de formación en el que será acompañado por los responsables de la
Asociación
“Una elección libre, motivada y madurada”
La frase con la que se abre este artículo es de máxima importancia, ya que da la
motivación teológica que justifica la exigencia de un período de formación inicial. Reza
así: “El compromiso de ser Salesiano Cooperador implica una elección libre, motivada y
madurada progresivamente bajo la acción del Espíritu Santo”19. Cada una de sus frases
ha de ser debidamente valorada.
La indicación es clara: se llega a ser Salesiano Cooperador por libre elección, lo cual
significa que es necesario evitar toda presión indebida sobre alguien, para que entre en la
Asociación. Es el Señor quien llama. Habitualmente, lo hace por medio de relaciones de
vida y de una atracción interior, un gusto profundo o una simpatía espiritual por Don
Bosco y su ideal. De ordinario, Él se vale de mediaciones humanas que acercan y hacen
accesible su don, que es totalmente gratuito.
La opción de ser Salesiano Cooperador es una opción motivada: el que ingresa en la
Asociación debe de saber decir porqué dar ese paso. En definitiva, se trata de dar una
expresión concreta al propio Bautismo en la Iglesia: colaborar en la realización del
proyecto apostólico de Don Bosco.
Es también una elección madurada: no significa que uno vea claro en seguida o que
acepte, desde un principio, todos los compromisos del PVA. Pero si reflexiona, si reza, se
siente inducido, poco a poco, a comprometerse y a ponerse “bajo la acción del Espíritu”
como dice el texto del artículo. Es una invitación práctica y no difícil a vivir eficazmente la
propia iniciación cristiana.
Necesidad de un proceso formativo adecuado
Esta maduración se logra mediante un conocimiento suficiente y una preparación
aceptada. El párrafo en cuestión dice: “El aspirante que desea ingresar en la Asociación
acepta un programa adecuado de preparación”.20
La vocación cristiana es, a la vez, don y compromiso. Es don, porque cada uno recibe de
Dios la invitación personal a realizarse, poniendo su vida al servicio del Reino. A lo largo
de la propia existencia, se encuentra con un conjunto de posibilidades que le permiten
concretar y madurar la llamada divina. Sin excluir la propia iniciativa, son fruto de la
Providencia y de la gracia divina, que lo ama y le facilita ser leal a su fe.
19
20
PVA Est 27.1
PVA Est 27.1
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.3.- PARA HACERSE SALESIANO COOPERADOR
Pero este don supone, también, un compromiso, porque Dios no actúa jamás sin el
concurso de la persona. Ésta es una llamada a abrirse a Dios y a cooperar con su acción
transformadora, a fin de que toda su vida esté guiada por el Espíritu. Esto presupone un
camino de preparación, sin el cual, - aunque sea sencillo y adaptado a las propias
posibilidades - , se reduciría a un mero deseo ineficaz.
Esto requiere un trabajo de formación inicial y permanente dirigido a hacer posible la
fidelidad a la propia opción vocacional.
Responder a la voz del Señor Jesús que llama a ser Salesiano Cooperador, significa
realizar en la propia vida los valores evangélicos descritos en el PVA. Uno llega a ser
realmente Salesiano Cooperador cuando esos valores, característicos del buen cristiano,
configuran su mentalidad, sus motivaciones básicas, sus actitudes y su conducta. En
síntesis, cuando la identidad ideal expresada por el PVA se convierte en identidad real,
vivida con humilde sinceridad, por parte de la persona en cuestión.
Todo lo cual presupone un proceso lento y continuo, pero no difícil, que ayude a pasar,
poco a poco, de la simpatía y de una aceptación genérica, a una adhesión cada vez más
vital, interiorizando esos valores, de manera que lleguen a convertirse en actitudes y
conductas personalizadas.
Este proceso de acompañamiento en el Centro local, se verá reforzado en las siguientes
actividades:
- Las reuniones periódicas (al menos una al mes)
- Momentos de oración y discernimiento.
- Participación en la vida del Centro local.
- Encuentros programados por el Consejo provincial.
- Contacto con otros grupos de la Familia Salesiana en el Centro y en otros niveles.
- El uso de materiales y publicaciones de la Asociación y Salesianas.
- …
Pautas para la reflexión
- ¿Tienes las impresión de estar inmerso en un proceso de formación, de estar
siguiendo un itinerario? ¿Te sientes acompañado en ese proceso?
- ¿Qué motivaciones tienes para querer ser salesiano cooperador?
- ¿Te sientes libre para responder a la llamada que Dios te hace a ser salesiano
cooperador?
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6.1.3.- PARA HACERSE SALESIANO COOPERADOR
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.4.- HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO Y EN DON BOSCO
6.1.4
Hermanos y hermanas en Cristo y en Don
Bosco
OBJETIVO
- Descubrir como creyentes, la fuerza y eficacia de trabajar unidos, inspirándose en
el Evangelio y en San Juan Bosco.
- Tener a San Juan Bosco como centro unificador, padre de una gran familia
espiritual.
- Descubrir que Cristo Resucitado nos convoca a vivir la fe en el seno de la Iglesia.
REFERENCIAS
Biblicas
“Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que
uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu manteneos ardientes.
Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la
tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos;
practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.
Con los que se ríen, estar alegres; con los que lloran, llorad”.
(Rm 12, 10-15)
“Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la
fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos
prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos
unidos y lo tenían todo en común, vendían posesiones y bienes y los repartían entre
todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos,
celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría
y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba
agregando al grupo los que se iban salvando”.
(Hch 2, 42-47)
Eclesiales
Constitución Pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual.
Capítulo II la comunidad humana.
24. Dios, que cuida de todos con paterna solicitud, ha querido que los hombres
constituyan una sola familia y se traten entre sí con espíritu de hermanos. Todos han sido
creados a imagen y semejanza de Dios, quien hizo de uno todo el linaje humano y para
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.4.- HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO Y EN DON BOSCO
poblar toda la haz de la tierra (Act 17,26), y todos son llamados a un solo e idéntico fin,
esto es, Dios mismo.
PVA
Estatuto Art. 27 Hermanos y hermanas en Don Bosco.
La vocación común y la pertenencia a la misma Asociación hacen a los Salesianos
Cooperadores hermanos y hermanas espirituales. “Unidos en un solo corazón y una sola
alma”, viven en comunión fraterna mediante los vínculos característicos del espíritu de
Don Bosco.
Comparten con alegría la “vida de familia” de la Asociación, para conocerse e
intercambiar experiencias y proyectos apostólicos y crecer juntos.
Reglamento Art. 6 Espíritu de familia.
Para hacer crecer el sentido de pertenencia a la Asociación, los Salesianos
Cooperadores se apoyan recíprocamente, sobre todo con el intercambio de bienes
espirituales.
Reglamento. Art. 10.1 Vínculos con los grupos de la Familia Salesiana.
Los salesianos Cooperadores, reconociendo la espiritualidad común y la misión que los
une a los otros grupos de la Familia Salesiana, son solidarios para afrontar los retos
pastorales de la misión salesiana.
DESARROLLO
Documento para la reflexión
La vocación y la vida que compartimos en nuestros centros, nos va modelando y
haciéndonos conscientes de que somos hermanos, porque tenemos un mismo Padre y
somos hermanos en Jesucristo. El principal lazo que nos une es el amor de Dios, que nos
hace capaces de amar. Jesús nos enseña a ser hermanos y a tener una referencia más
amplia, la comunidad. Ser hermanos es una experiencia comunitaria, El la vivió con sus
discípulos. Una comunidad que cuida la unión con Cristo, va creciendo y madurando en
la fe, va experimentando el proceso de transformación que provoca Cristo en su vida, va
cambiando los criterios del mundo por los criterios del Reino de Dios.
Nuestra vocación específica nos hace vivir la fraternidad cristiana y salesiana, siguiendo
a Don Bosco, viviendo nuestro ser cristianos con la espiritualidad salesiana; nos sentimos
llamados a una misión concreta, el contribuir a la salvación de la juventud
comprometiéndonos en la misma misión juvenil y popular de don Bosco.
El centro local es una pieza clave de experiencia comunitaria, promueve la maduración
interior de la persona y la celebración comunitaria de la fe y de los sacramentos. En el
compartimos nuestra vida reorientándola a la luz del Evangelio: nos conocemos en un
clima de serenidad y gozosa cercanía salesiana; intercambiamos experiencias y
proyectos apostólicos aportando sugerencias, creatividad, apoyo, ayuda y cuando es
necesario consuelo; crecemos juntos humana, cristiana y salesianamente.
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.4.- HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO Y EN DON BOSCO
También el rezar juntos nos une de una forma especial, pues es una manera de hacer
presente lo que hacemos y vivimos: las dificultades del día a día, los hermanos en
situaciones difíciles, los hermanos difuntos y también para darle gracias a Dios por estar
en nuestras vidas y por las cosas buenas que en ella acontecen. Debemos prestar
especial atención a los hermanos que se encuentren en situaciones difíciles: paro,
incertidumbre vocacional, problemas familiares, enfermedad, alejados,… y si no podemos
dar soluciones si podemos acompañarles, estar con ellos, en la situación que se
encuentran y apoyarlos con nuestra oración y afecto. La comunión con nuestros
salesianos cooperadores difuntos debe ser un recuerdo que perdure vivo, las personas
“siguen unidas” y el trabajo que los difuntos realizaron no desaparece con ellos, lo
continuamos con fidelidad los hermanos y hermanas que aún peregrinamos en la tierra.
Nuestra dimensión comunitaria debe alcanzar todos los ámbitos: local, provincial, regional
y mundial, aportando nuestro carisma la Iglesia. Así mismo nuestras comunidades
cristianas y salesianas han de sustentarse en cuatro pilares básicos: anuncio, comunión,
celebración y servicio.
Ser hermanos y hermanas en Don Bosco va más allá de nuestra Asociación y nos lanza
a ser corresponsables de la misión que compartimos con la Familia Salesiana. Nos invita
a trabajar con todas las personas que lo hacen en el mundo de la juventud y en la
promoción de los valores evangélicos. Ya nos lo decía Don Bosco en el Reglamento que
escribió para los cooperadores salesianos; que era necesario que los cristianos nos
uniéramos para hacer el bien: “las fuerzas débiles, cuando se unen, se hacen resistentes;
y si una cuerdecilla sola se rompe fácilmente, es mucho más difícil romper tres unidas, es
necesario que los cristianos se unan para hacer el bien”21.
La comunidad que reza y comparte la vida, sirve de timón a la vida personal de cada
hermano, es el acompañamiento comunitario. En muchos casos, no se tratará de tener
una varita mágica de las soluciones pero si del acompañamiento, del cariño, la oración, el
sentirse querido, el no saber dar respuestas pero si orar juntos para que sea El, el que de
luz a las oscuridades.
Pautas para la reflexión personal
- ¿Qué significa para ti hermanos y hermanas en Don Bosco?
- ¿Qué valores deberíamos vivir en nuestra relación de hermanos?
- ¿Qué tengo que potenciar de mí ser para construir comunidad?
Pautas para la reflexión en grupo
- ¿Es nuestro grupo comunidad cristiana que vive como hermanos?
- ¿En qué se manifiesta? ¿Qué aspectos que vivimos?
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RDB 1
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Región Ibérica
6.1.4.- HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO Y EN DON BOSCO
- ¿Somos signos de comunión evangélica en el ambiente en que vivimos?
- ¿Qué tenemos que potenciar en nuestro grupo para crecer como comunidad?
- ¿Cómo vivimos la fraternidad en la Familia Salesiana?
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Bibliografía
- Carta de identidad de la comunión.
- La Familia Salesiana cumple 25 años.
- Comentario oficial al RVA. Art 19 hermanos y hermanas en Don Bosco.
- Aguinaldo 2005 “Rejuvenecer el rostro de la Iglesia, que es la Madre de nuestra
fe”.
- Constitución Pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual.
Capítulo II la comunidad humana.
- La comunidad apostólica, casa de comunión.
fundamentales en el NT. Jordi Latorre i Castillo.
Actitudes
comunitarias
- Encuentro de SSCC en Allariz: “Somos comunidad”.
- Corresponsables en una Asociación. Documento del IV Encuentro Nacional
Cooperadores Salesianos.
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.5.- CORRESPONSABILIDAD EN EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y APOSTÓLICO
6.1.5
Corresponsabilidad
en
espiritual y apostólico
el
crecimiento
OBJETIVOS
- Descubrir el “espíritu salesiano” como una dinámica que abarca e implica todos los
aspectos de la vida.
- Vivir la corresponsabilidad como una oportunidad de crecimiento personal y
comunitario, formando parte activa de la Asociación de Salesianos Cooperadores.
- Realizar nuestras opciones pastorales, ante todo en las condiciones normales de
vida y en nuestros ambientes.
REFERENCIAS
Eclesiales
“Christifideles Laici”
“La vocación de los fieles laicos a la santidad implica que la vida según el Espíritu se
exprese particularmente es su inserción en las realidades temporales y en su
participación en las actividades terrenas.” (17)
PVA
Estatuto Art. 7. Testimonio de las Bienaventuranzas.
“El estilo de vida personal del Salesiano Cooperador, marcado por el espíritu de las
Bienaventuranzas, lo compromete a evangelizar la cultura y la vida social.
Por esto vive y da testimonio:
- de la primacía del espíritu, de la fecundidad del sufrimiento y de la no-violencia
como fermento de paz y de perdón;
- de la libertad, en obediencia al plan de Dios, apreciando el valor y la autonomía
propios de las realidades seculares, empeñándose en orientarla, sobre todo, al
servicio de las personas;
- de la pobreza evangélica, administrando los bienes que le son confiados, con
criterios de austeridad y solidaridad, considerándolos a la luz del bien común;
- de la sexualidad, en conformidad con una visión evangélica de la castidad,
sensible a la delicadeza y a una vida célibe o matrimonial íntegra, gozosa y
centrada en el amor.
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.5.- CORRESPONSABILIDAD EN EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y APOSTÓLICO
DESARROLLO
Documento para la reflexión
A – Corresponsabilidad.
Cuando hablamos de corresponsabilidad, queremos hacer referencia ante todo a vivir en
corresponsabilidad. Un vivir que nos hacer ser sensibles a todo lo que ocurre “dentro” y
siendo responsables “desde dentro” de una Asociación que es la nuestra y de la cual
entramos a formar parte después de hacer una opción personal y libre.
Las implicaciones de la corresponsabilidad son muy variadas y abarcan todo lo que hace
referencia a la Vida de la Asociación; desde los detalles más pequeños a los más
grandes. Y también, a las actividades que hacemos derivadas de nuestro compromiso
apostólico que vienen definidas por nuestra espiritualidad.
Destacamos:
- Corresponsabilidad en la misión. Don Bosco en el Reglamento escrito por él
dice: “A los Cooperadores Salesianos se les propone la misma mies que a la
Congregación de San Francisco de Sales, a la que entienden asociarse”.22
- Corresponsabilidad en la Familia Salesiana. En la mente y en el corazón de
Don Bosco la Familia Salesiana es una, formada por distintos grupos debido a las
circunstancias propias de su época, y unida por un mismo espíritu y una misma
misión.
- Corresponsabilidad de una vocación seglar específica. El
Salesiano
Cooperador realiza su compromiso apostólico y vive el Espíritu Salesiano en las
condiciones normales de su vida, dando prioridad a los compromisos cotidianos
del día a día. Por su condición de laico, llega a ambientes donde les sería más
difícil llegar a otros miembros de la Familia Salesiana.
- Corresponsabilidad con la Iglesia. En el Reglamento del Proyecto de Vida
Apostólica se nos dice: “Los Salesianos Cooperadores se insertan en la Iglesia
local ofreciendo su servicio en la parroquia y en la diócesis. Llamados por la
Iglesia a un ministerio, lo desempeñan con disponibilidad y actitud de servicio con
estilo salesiano”23.
- Corresponsabilidad de la propia Asociación. Ser corresponsables de una
Asociación significa que depende de nosotros, de nuestro pensar y de nuestro
hacer, cómo se desarrollen las labores que les son propias. Teniendo en cuenta
que forman parte de un todo más complejo; hay tres aspectos fundamentales que
cuidar en relación a la corresponsabilidad que son: la animación, el servicio y la
formación.
22
23
Cfr RDB III
PVA Reg 1.1
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Región Ibérica
6.1.5.- CORRESPONSABILIDAD EN EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y APOSTÓLICO
B- Corresponsabilidad en el crecimiento espiritual y apostólico.
Vivir nuestra vocación seglar salesiana, implica que realizamos nuestro compromiso
apostólico y que vivimos el Espíritu Salesiano en un primer momento en las condiciones
normales de vida, dando prioridad a los compromisos cotidianos:
- En la familia: cuidándola, promoviéndola y defendiendo su valor en la sociedad y
en todo los tiempos.
- En el trabajo: con honradez, laboriosidad, con un capacitación profesional seria y
puesta al día y cuidando la relación con los compañeros de trabajo.
- Con una vida coherente y fiel a los valores del Evangelio. Afrontando con
serenidad las dificultades de la vida, las alegrías y los sufrimientos y aceptando la
cruz que conlleva el trabajo apostólico.
También en otros ambientes como son:
- La Iglesia: promoviendo la adhesión al Magisterio de la Iglesia, siendo fieles al
Evangelio y a las enseñanzas de la doctrina social de la Iglesia. Y esforzándonos
por el dialogo intercultural e interreligioso
- En la sociedad: con responsabilidad y participación en la vida social. Rechazando
todo cuanto produce y favorece la injusticia y opresión, la marginación y la
violencia, y esforzándose por eliminar sus causas. E insertándonos en estructuras
culturales, sindicales y sociopolíticas según las capacidades y posibilidades de
cada uno.
Y en todo momento prestando un especial cuidado a todo lo relacionado con el mundo de
los jóvenes y en especial a los pobres y vulnerables.
Sin olvidarnos de llevar por todas las partes la preocupación de educar y evangelizar,
como hacía Don Bosco.
Las estructuras desde donde poder actuar van desde las estructuras civiles, culturales,
socio-económicas y políticas, en las que por ser seglares nos es fácil implicarnos; a las
eclesiales, salesianas u otras comunidades religiosas y movimientos eclesiales. Sin
olvidarnos que nuestra Asociación tiene obras gestionadas por la propia Asociación o por
miembros de la misma.
Esta labor apostólica, a la que todo Salesiano Cooperador esta llamado a realizar, de una
forma adecuada a la situación personal y según posibilidades; carecería de valor si no
estuviera basada en una vida interior cuidada y cultivada día a día. Es una
responsabilidad personal pero la Asociación debería de suscitarnos esta inquietud y
facilitar medios que nos ayuden a seguir cultivándola de forma continua y progresiva.
Medios para cuidar la vida espiritual nos lo recuerda el Reglamento del PVA en el
capítulo III Art.12. Vida espiritual:
- Los Salesianos Cooperadores alimentan su vida interior participando en los
sacramentos y mediante el dialogo diario con el Señor y la lectio divina.
- Celebra las fiestas de la tradición salesiana.
- Participan en los ejercicios espirituales anuales y en los retiros propuestos por la
Asociación.
- Valora la dirección espiritual como acompañamiento realizado especialmente por
Salesianos (religiosos, religiosas y laicos).
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6.1.5.- CORRESPONSABILIDAD EN EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y APOSTÓLICO
Y además:
- Momentos de espiritualidad programados por la Asociación.
- Y con un estilo de oración propia: sencilla y confiada, alegre y creativa,
impregnada de ardor apostólico, que conecta con la vida y se prolonga en ella.
Pautas para la reflexión personal
- Señalar tres exigencias o retos que me plantea este tema a mí personalmente.
- ¿Qué aspectos tengo que cuidar más de cara a realizar un apostolado adecuado
a mi situación?
- ¿Cómo vivo la corresponsabilidad en mi Centro? ¿Qué dificultades encuentro?
¿Qué cosas me facilitan la corresponsabilidad?
- ¿Cómo cuido mi vida espiritual?
Pautas para la reflexión en grupo
- Señalar tres exigencias o retos que plantea este tema a mi Centro.
- Analizar la labor de apostolado que se lleva en el Centro: cuantas actividades
llevamos a cabo o hay una en común en el Centro, ¿nos sentimos identificados?
¿quien o quienes son los responsables? ¿Nos sentimos corresponsables en su
desarrollo?.....
- ¿Somos conscientes de que por nuestra condición secular podemos insertarnos
con más facilidad en las estructuras civiles, culturales y socio-culturales?.
- ¿Cómo cuidamos la vida espiritual en el Centro?
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Bibliografía
-
“Proyecto de Vida Apostólica”, de la Asociación de Salesianos Cooperadores.
- “Es tiempo de compartir”. Documento del IV Encuentro Nacional de Cooperadores
Salesianos.
- “Christifideles laici” Exhortación apostólica de S.S. Juan Pablo II.
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
6.1.6
Diversos niveles de organización.
OBJETIVOS
- Valorar el hecho organizativo de nuestra Asociación y nuestra participación en
ella.
- Conocer y valorar las estructuras organizativas de nuestra Asociación.
- Comprender en sentido de universalidad de la Asociación.
REFERENCIAS
Bíblicas
“Jesús, llamándoles, les dice: "Sabéis que los que son tenidos como jefes de las
naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.
Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre
vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, entre vosotros, será el
esclavo de todos"»
(Mc.10,42-44).
PVA
Estatuto Art. 33. Razones de la organización
Los Salesianos Cooperadores, en cuanto llamados a vivir su vocación, sienten necesidad
de tener una adecuada estructura organizativa. Se organizan como Asociación entendida
a modo de instrumento que les ayuda a vivir su Proyecto de vida apostólica en espíritu de
unidad, según la invitación de Don Bosco.
Estatuto Art.34. Organización flexible
La Asociación, fiel a la voluntad del Fundador, posee una estructura flexible y funcional,
configurada en tres grados o ámbitos de gobierno: local, provincial y mundial.
Con esta organización entiende valorar la eficacia de su acción en el territorio, así como
la apertura a la universalidad de la comunión y de la misión.
Estatuto – Capítulo VI; Reglamento Capítulo V
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
DESARROLLO
Documento para la reflexión
La organización de los Salesianos Cooperadores.
El porqué de la organización
Según el pensamiento de Don Bosco, la «organización» es garantía de eficacia: «Desde
los comienzos de su obra, Don Bosco pensó organizar a cuantos colaboraban en ella»
(PVA Est Proemio24).
Nos organizamos “para conocernos (se), intercambiar experiencias y proyectos
apostólicos y crecer juntos”25, para “vivir nuestro (su) Proyecto de Vida Apostólica en
espíritu de unidad, según la invitación de Don Bosco.”26 Nos organizamos para ser todos
los días, en las cambiantes circunstancias personales y sociales, salesianos
cooperadores respondiendo a las necesidades que la común misión concrete en cada
momento.
En este sentido la organización solamente se entiende si, desde la pertenencia a la
Asociación, representa, tal como se indica en el Proyecto de Vida Apostólica “un
elemento vital para el sostenimiento de la propia vocación apostólica”27 de todos y cada
uno de los salesianos cooperadores tanto de manera individual como de manera
colectiva.
Por tanto el objetivo fundamental de la organización es ayudarnos a todos los salesianos
cooperadores personalmente y grupalmente (como Asociación) a vivir el Proyecto de
Vida Apostólica.
Vivir el Proyecto de Vida Apostólica lleva implícito el esfuerzo y empeño que
personalmente tenemos cada uno que hacer para responder a la llamada que Dios nos
hace; vivir el Proyecto de Vida Apostólica lleva implícito el esfuerzo y empeño que
tenemos que hacer para, corresponsablemente, atender la común misión.
Animar, apoyar, canalizar, aunar, impulsar, coordinar... todos los empeños personales es
objeto de la organización.
El cómo de la organización.
En el Proyecto de Vida Apostólica encontramos la respuesta: “La Asociación, fiel a la
voluntad del Fundador, posee una estructura flexible y funcional, configurada en tres
grados o ámbitos de gobierno: local, provincial y mundial. Con esta organización entiende
valorar la eficacia en su acción en el territorio, así como la apertura a la universalidad de
la comunión y de la misión.”28
Flexible
24
PVA, Est Proemio
PVA, Est. 13
26
PVA, Est. 33
27
PVA, Est. 28.1
28
PVA, Est. 34
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Nuestra organización tiene que ser flexible: tiene que poder adaptarse a las distintas
situaciones, momentos... en los que los salesianos cooperadores vivimos nuestra
vocación. Son situaciones sociales, culturales y religiosas diferentes, que pueden
determinar las maneras, las posibilidades y las formas de actuar y organizarse.
Funcional
Nuestra organización tiene que ser funcional, lo que implica:
Que funciona orientada al fin que le es propio en la doble perspectiva personal y
comunitaria.
Que tiene que estar estructurada y ordenada de tal modo que resulte posible, práctica y
útil.
Que tiene que estar animada por nuestro estilo propio: el salesiano; lo que implica
sencillez, fundamentada en la disponibilidad y trabajo de quienes la animan, atenta a las
necesidades puntuales de cada momento, preparada ante las posibles eventualidades...
Tras grados de gobierno.
Desde el más cercano: lo local, a lo más lejano: lo mundial; desde la célula más pequeña
y por tanto imprescindible: el Centro local, hasta la más amplia e integradora: el Consejo
mundial, nuestra organización está configurada en tres grados o ámbitos de gobierno:
local, provincial y mundial. A estos ámbitos les corresponden los dos campos de
actuación de la organización: la animación y el gobierno en sus correspondientes
ámbitos.
Adicionalmente se contempla un ámbito intermedio entre el provincial y el mundial: el
regional, que actuará de manera particular en el ámbito de la animación.29
Imprescindible es la organización en el ámbito local. “El núcleo fundamental de la
Asociación es el Centro local que, de ordinario agrupa a los salesianos cooperadores que
actúan en un lugar determinado”30, porque los Centros locales son las comunidades de
referencia de los salesianos cooperadores. Es el Centro local la célula esencial de la
Asociación porque es el núcleo y fundamento que la da energía y la sostiene, que nos da
energía y sostiene a los salesianos cooperadores.
Los demás organismos de animación (provincial, regional, mundial) están a su servicio
para impulsarlo, potenciarlo y ayudarlo en su desarrollo. Deben de respetar su autonomía
(que no quiere decir independencia) y favorecer su comunión.
Órganos de animación y gobierno
Nuestro superior, por historia y por voluntad de Don Bosco, es el Rector Mayor. “En su
ministerio, ejercido también mediante su Vicario u otro representante suyo, se sirve
ordinariamente del Consejo Mundial, sobre todo para animar a toda la Asociación y
coordinar iniciativas de formación y apostolado.”31
“El gobierno y la animación de la Asociación, quedando a salvo la autoridad del Rector
Mayor, representado de ordinario por su Vicario, o por un delegado suyo, se confían a los
29
PVA, Est. 37.5;
PVA, Est. 36.1
31
PVA, Est. 16.2
30
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Consejos correspondientes, de los cuales forman parte también miembros religiosos
designados por los Inspectores e Inspectoras.”32
Son los Consejos, en sus distintos ámbitos, el instrumento del que se vale la Asociación
para animar y gobernar.
Los Consejos locales y provinciales tienen funciones de gobierno y animación. Están
recogidas de manera amplia y genérica en los artículos 20 y 26 del Reglamento del
Proyecto de Vida Apostólica.
Los Consejos, en los ámbitos local y provincial, están compuestos, además de por el
delegado de los SDB y/o la delegada de las FMA por los propios salesianos
cooperadores en número de 3 a 7 los Consejos locales33 y de 4 a 12 los Consejos
Provinciales34 adecuados a las circunstancias concretas de cada lugar, que son elegidos
democráticamente por los propios miembros del Centro, caso de los Consejos locales35, o
por los miembros de los Consejos locales, caso de los Consejos provinciales36.
El Consejo mundial está constituido por los consejeros mundiales de cada región37
elegidos por los miembros de los Consejos provinciales38, además de por una Secretaría
Ejecutiva Mundial.
El funcionamiento de los Consejos, de acuerdo con los principios del Concilio Vaticano II
sobre el apostolado asociado, es colegial.39
Pautas para la reflexión
- ¿Cómo nos llega y percibimos la realidad asociativa en los distintos ámbitos: local,
provincial, regional, mundial
- ¿Cómo podemos colaborar con el Consejo provincial en su tarea de animación y
coordinación?
- ¿Hasta qué punto creemos que la Consulta regional puede ayudarnos a crecer en
la pertenencia a nuestra Asociación, en la solidaridad y en la conciencia de que
compartimos una única misión?
- ¿Vivimos la dimensión «mundial», universal, de nuestra Asociación?
32
PVA, Est. 35.1
PVA, Reg. 19.2
34
PVA, Reg. 24.3
35
PVA, Reg. 19.2
36
PVA, Est. 37.3 - Reg. 24.3
37
PVA, Est. 38.1
38
PVA, Reg. 29.3
39
PVA, Est. 36.2 – 37.4
33
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Documentos
I Congreso Regional Región Ibérica. Porque somos nos
organizamos para ser.
1.- Porque somos nos organizamos.
… Somos parte de los salesianos cooperadores que codo con codo con tantos
salesianos, salesianas... con Don Bosco colaboramos en el común proyecto de la
salvación de la juventud.
Como personas somos únicos; nos diferencia el sexo, las capacidades, las cualidades, la
edad, el aspecto físico, el estado civil, el lugar en el que vivimos, el trabajo que
realizamos... pero lo que nos une es muy importante, porque es nuclear de lo que somos.
Nos une el que todos y cada uno de nosotros hemos sido llamados por Dios
personalmente a vivir una misma vocación.
“Unidos en un solo corazón y una sola alma”, vivimos (viven) en comunión fraterna
mediante los vínculos característicos del espíritu de Don Bosco.”40 Nuestra unión está
marcada por el hecho de estar bautizados. Cristo nos une como hermanos de manera
sacramental. Cuantos experimentamos en nuestras vidas su Resurrección compartimos
una experiencia única y personal que hace que sintonicemos y nos sintamos en
comunión.
Además, nuestra unión está marcada por el hecho de ser salesianos. Don Bosco nos une
como hermanos de forma carismática. Cuantos vivimos la fe con el carisma salesiano
compartimos una misma sensibilidad, una misma forma de entender y relacionarnos con
Dios y con el mundo que hace que nos sintamos particularmente enlazados y precisemos
unos de otros para vivir.
Cuantos lo hacemos desde nuestro ser laico sentimos la necesidad de unirnos para
“conocernos (se), intercambiar experiencias y proyectos apostólicos y crecer juntos.”41,
sentimos que pertenecemos a un mismo movimiento de personas, a una misma
Asociación; “compartimos (comparten) con alegría la “vida de familia” de la Asociación”42
Por ello los Salesianos Cooperadores “somos (son) conscientes de que la pertenencia a
la Asociación constituye una experiencia privilegiada de fe y de comunión eclesial.”43 Si
realmente queremos vivir en comunión, llevar a cabo proyectos apostólicos comunes y
crecer juntos al estar llamados a vivir la misma vocación “sentimos (sienten) la necesidad
de tener una adecuada estructura organizativa”44.
40
PVA, Est. 13
PVA, Est. 13
42
PVA, Est. 13
43
PVA, Est. 28.1
44
PVA, Est. 33
41
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Es decir, ser lo que somos: Salesianos Cooperadores, viviendo un mismo proyecto: el
Proyecto de Vida Apostólica, implica el pertenecer a una Asociación que necesariamente
tiene que estar organizada.
2.- Nos organizamos para ser.
2.1.- Objetivo de la organización.
¿Para qué nos organizamos? Aunque ya se ha indicado anteriormente no está de más
recordarlo de nuevo. Nos organizamos “para conocernos (se), intercambiar experiencias
y proyectos apostólicos y crecer juntos”45, para “vivir nuestro (su) Proyecto de Vida
Apostólica en espíritu de unidad, según la invitación de Don Bosco.”46 Nos organizamos
para ser todos los días, en las cambiantes circunstancias personales y sociales,
salesianos cooperadores respondiendo a las necesidades que la común misión concrete
en cada momento.
En este sentido la organización solamente se entiende si, desde la pertenencia a la
Asociación, representa, tal como se indica en el Estatuto de nuestro Proyecto de Vida
Apostólica en su artículo 28 “un elemento vital para el sostenimiento de la propia
vocación apostólica”47 de todos y cada uno de los salesianos cooperadores tanto de
manera individual como de manera colectiva.
Por tanto el objetivo fundamental de la organización es ayudarnos a todos los salesianos
cooperadores personalmente y grupalmente (como Asociación) a vivir el Proyecto de
Vida Apostólica.
Vivir el Proyecto de Vida Apostólica lleva implícito el esfuerzo y empeño que
personalmente tenemos cada uno que hacer para responder a la llamada que Dios nos
hace; vivir el Proyecto de Vida Apostólica lleva implícito el esfuerzo y empeño que
tenemos que hacer para, corresponsablemente, atender la común misión.
Animar, apoyar, canalizar, aunar, impulsar, coordinar... todos los empeños personales es
objeto de la organización.
2.2.- Características de la organización.
¿Cómo tiene que ser la organización en nuestra Asociación? ¿Cuáles son las
características que han de definirla?
En el Proyecto de Vida Apostólica encontramos la respuesta: “La Asociación, fiel a la
voluntad del Fundador, posee una estructura flexible y funcional, configurada en tres
grados o ámbitos de gobierno: local, provincial y mundial. Con esta organización entiende
valorar la eficacia en su acción en el territorio, así como la apertura a la universalidad de
la comunión y de la misión.”48
Leyendo y reflexionando este artículo vemos las características que tiene que tener
nuestra organización. Son las siguientes: flexible, funcional, configurada en tres grados o
ámbitos de gobierno, eficaz en el territorio y abierta a la universalidad de la comunión y
de la misión.
45
PVA, Est. 13
PVA, Est. 33
47
PVA, Est. 28.1
48
PVA, Est. 34
46
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6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Todas estas características siendo fieles a la voluntad de Don Bosco, que desde el
principio quiso que los Cooperadores formaran una Asociación “organizada”, ya en el
Reglamento del año 1876 trazó las estructuras fundamentales de la misma, y a los
requerimientos de la Iglesia que en el Concilio Vaticano II reflexionaba que “es
absolutamente necesario que, en el ámbito de la acción seglar, se fortalezca la forma
asociada y organizada del apostolado, pues sólo la estrecha unión de fuerzas puede
conseguir plenamente todos los fines del apostolado moderno y defender eficazmente los
bienes que de él se derivan.”49
2.2.1.- Flexible.
Nuestra organización tiene que ser flexible o, con otras palabras, tiene que poder
adaptarse a las distintas situaciones, momentos... en los que los salesianos
cooperadores vivimos nuestra vocación. Son situaciones sociales, culturales y religiosas
diferentes, que pueden determinar las maneras, las posibilidades y las formas de actuar y
organizarse.
La organización no es un fin en sí misma, sino un medio, muy importante, pero medio al
fin y al cabo, con que contamos para alcanzar el objetivo común. En este sentido nuestra
organización no puede ser “burocrática”: rígida en la formas y en la actuación, sino que
tiene que responder a los requerimientos y posibilidades existentes en cada situación, en
cada momento.
Por supuesto la flexibilidad no puede ser entendida exclusivamente de un modo
aproximativo y superficial, ha de entenderse de modo que la organización sea “la posible
y la factible” aún en situaciones de precariedad, dificultad...
Flexibilidad no implica prescindir de los distintos ámbitos de organización: local (centro),
provincial y mundial ni de sus órganos de gobierno y animación; forman parte de nuestra
identidad.
Flexibilidad implica que, en cada situación particular tenemos que ver e implantar la forma
de organización que anime nuestra vida “respetando y aplicando el Reglamento”50 y
“haciendo flexibles y adaptables a las realidades territoriales de la Asociación los
principios y las prescripciones contenidas en él, integrando y/o aplicando en Directorios
aspectos específicos del Reglamento, relativos al gobierno y a la animación de los
Centros.”51
2.2.2.- Funcional.
Nuestra organización tiene que ser funcional. Algo es funcional cuando se ha diseñado u
organizado para que sea fácil, útil y cómodo de utilizar; cuando es eficaz y adecuado a
las funciones para las que se creo.
- Que nuestra organización sea funcional implica:
- Que funciona orientada al fin que le es propio en la doble perspectiva personal y
comunitaria.
- Que tiene que estar estructurada y ordenada de tal modo que resulte:
49
AA, 18
PVA, Reg. 35.1
51
PVA, Reg. 35.2
50
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


Posible: Que se pueda llevar a cabo con los medios y personas con
que se disponen. Así, por ejemplo, no más de un tercio de miembros
del Centro configuran un Consejo local52, o la composición de los
Consejos locales o provinciales no está cerrada en un número
concreto.53
Práctica: Con una composición y estructuras que permitan un
funcionamiento acorde y adecuado, teniendo en cuenta situaciones
personales, ubicaciones, lugares...
Útil: Con capacidad para animar, acompañar.
- Que tiene que estar animada por nuestro estilo propio: el salesiano; lo que implica
sencillez, fundamentada en la disponibilidad y trabajo de quienes la animan, atenta
a las necesidades puntuales de cada momento, preparada ante las posibles
eventualidades...
2.2.3.- Configurada en tres grados o ámbitos de gobierno: local, provincial,
mundial.
Desde el más cercano: lo local, a lo más lejano: lo mundial; desde la célula más pequeña
y por tanto imprescindible: el Centro local, hasta la más amplia e integradora: el Consejo
mundial, nuestra organización está configurada en tres grados o ámbitos de gobierno:
local, provincial y mundial. A estos ámbitos les corresponden los dos campos de
actuación de la organización: la animación y el gobierno en sus correspondientes
ámbitos.
Adicionalmente se contempla un ámbito intermedio entre el provincial y el mundial: el
regional, que actuará de manera particular en el ámbito de la animación.54
Imprescindible es la organización en el ámbito local. “El núcleo fundamental de la
Asociación es el Centro local que, de ordinario agrupa a los salesianos cooperadores que
actúan en un lugar determinado”55, porque los Centros locales son las comunidades de
referencia de los salesianos cooperadores. Es el Centro local la célula esencial de la
Asociación porque es el núcleo y fundamento que la da energía y la sostiene, que nos da
energía y sostiene a los salesianos cooperadores.
Los demás organismos de animación (provincial, regional, mundial) están a su servicio
para impulsarlo, potenciarlo y ayudarlo en su desarrollo. Deben de respetar su autonomía
(que no quiere decir independencia) y favorecer su comunión.
2.2.4.- Eficaz en su acción en el territorio.
Eficaz en su acción en el territorio implica que la organización tiene que animar, impulsar,
apoyar, ordenar acciones que den respuesta a las necesidades concretas existentes en
el ámbito y situación donde se encuentre cada salesiano cooperador.
De ahí la importancia que adquiere la organización en el ámbito local, el Centro. Es en el
Centro local donde se pueden canalizar de manera natural tanto las necesidades
concretas del salesiano cooperador como las de la sociedad e Iglesia local que precisen
ser atendidas por la Asociación.
52
PVA, Reg. 19.2
PVA, Reg. 19.2; 24.3
54
PVA, Est. 37.5;
55
PVA, Est. 36.1
53
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2.2.5.- Abierta a la universalidad de la comunión y la misión.
Abierta a la universalidad de la comunión implica que tiene de animar, impulsar, apoyar,
ordenar acciones que fortalezcan la unidad de la Asociación en los distintos ámbitos
donde está implantada desde abajo: Centro, hacía arriba: Mundial y en sentido inverso;
acciones que fortalezcan la unidad de la Asociación con los demás grupos de la Familia
Salesiana, acciones que fortalezcan su pertenencia y presencia en la Iglesia.
Abierta a la universalidad de la misión, implica que tiene que animar, impulsar, apoyar,
ordenar acciones que den respuesta a la común misión que tiene encomendada la
Asociación de Salesianos Cooperadores en corresponsabilidad con el resto de grupos de
la Familia Salesiana, aún cuando esa misión trascienda al ámbito de actuación personal o
local.
2.3.- Elementos de la organización.
Reflexionar sobre cómo es nuestra organización, además de tener claro cuál es el objeto
de la misma y sus características, implica determinar cuáles son los elementos que la
configuran. Son los siguientes:
2.3.1.- Superior de la Asociación: Rector Mayor.
Su superior, por historia y por voluntad de Don Bosco, es el Rector Mayor. Así se recogía
en el Reglamento de Vida Apostólica56 y así se recoge en el Proyecto de Vida Apostólica:
“El Rector Mayor de la Sociedad de San Francisco de Sales es el sucesor de Don Bosco.
Por voluntad explícita del Fundador, es el superior de la Asociación y ejerce en ella las
funciones de Moderador Supremo. Garantiza su fidelidad al Proyecto del Fundador y
promueve su desarrollo.”57 Así se recogía también en el Reglamento de Don Bosco “El
superior de la Congregación salesiana es también el superior de esta Asociación.”58
“En su ministerio, ejercido también mediante su Vicario u otro representante suyo, se
sirve ordinariamente del Consejo Mundial, sobre todo para animar a toda la Asociación y
coordinar iniciativas de formación y apostolado.”59
En el Rector Mayor sentimos la presencia paternal de Don Bosco; es para nosotros un
padre. Ejerce para toda la Familia Salesiana, y por tanto para nosotros salesianos
cooperadores, un rol de promotor, animador y garante carismático de la unidad de la
misma y de su fidelidad al proyecto apostólico y al espíritu de Don Bosco.
En el Rector Mayor reconocemos al Moderador Supremo de la Asociación a tenor de lo
indicado en el Código de Derecho Canónico, sintiendo y aceptando su potestad de
gobierno y siendo fieles a sus orientaciones60.
2.3.2.- Órganos de animación y gobierno: Los Consejos.
Estructurada en tres ámbitos de gobierno como se ha indicado con anterioridad “El
gobierno y la animación de la Asociación, quedando a salvo la autoridad del Rector
Mayor, representado de ordinario por su Vicario, o por un delegado suyo, se confían a los
56
RVA, 23
PVA, Est. 16.1
58
RDB, V.3
59
PVA, Est. 16.2
60
PVA, Est. 16.3
57
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Consejos correspondientes, de los cuales forman parte también miembros religiosos
designados por los Inspectores e Inspectoras.”61
Son los Consejos, en sus distintos ámbitos, el instrumento del que se vale la Asociación
para animar y gobernar.
Esta estructura garantiza la independencia de la organización de la Asociación en el seno
de la Familia Salesiana respecto al resto de grupos que configuran la misma, al mismo
tiempo que fortalece los lazos de unión con los mismos, de manera particular con los
SDB y las FMA reconociendo su función animadora, particularmente en lo referente a la
guía espiritual, educativa y pastoral llevada a cabo por medio de los delegados y
delegadas.
2.3.2.1.- Composición y constitución: Elegidos democráticamente.
Los Consejos, en los ámbitos local y provincial, están compuestos, además de por el
delegado de los SDB y/o la delegada de las FMA por los propios salesianos
cooperadores en número de 3 a 7 los Consejos locales62 y de 4 a 12 los Consejos
Provinciales63 adecuados a las circunstancias concretas de cada lugar, que son elegidos
democráticamente por los propios miembros del Centro, caso de los Consejos locales64, o
por los miembros de los Consejos locales, caso de los Consejos provinciales65.
El Consejo mundial está constituido por los consejeros mundiales de cada región66
elegidos por los miembros de los Consejos provinciales67, además de por una Secretaría
Ejecutiva Mundial.
2.3.2.2.- Funcionamiento: Colegial
El funcionamiento de los Consejos, de acuerdo con los principios del Concilio Vaticano II
sobre el apostolado asociado, es colegial.68
Este tipo de dirección está regulada por el canon 119 del Código de Derecho canónico.
Básicamente implica:
- Convocatoria de todos los miembros del Consejo que corresponda.
- Presencia de la mayoría absoluta de los miembros del mismo.
- Toma de decisiones de manera colegial. Es decir: para que una decisión sea
válida es preciso el acuerdo de la mayoría absoluta de los presentes, pudiendo ser
el voto del coordinador de calidad en caso de empate en la segunda votación. Si
además la decisión implica elección, por ejemplo, la del coordinador que
corresponda69, la mayoría absoluta será precisa en las dos primeras vueltas y en
caso de que no se dé será precisa mayoría relativa entre los dos candidatos más
votados.
61
PVA, Est. 35.1
PVA, Reg. 19.2
63
PVA, Reg. 24.3
64
PVA, Reg. 19.2
65
PVA, Est. 37.3 - Reg. 24.3
66
PVA, Est. 38.1
67
PVA, Reg. 29.3
68
PVA, Est. 36.2 – 37.4
69
PVA, Est. 36.2 – 37.4 – 38.1
62
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
Este tipo de dirección atiende de manera particular a la importancia capital de las
personas en la organización de la Asociación. Son las personas miembros de los
Consejos, a su vez elegidas por todos los salesianos cooperadores, los responsables y
por tanto garantes de las decisiones que se tomen.
Para solventar la independencia de la Asociación así como que las decisiones sean
tomadas por los propios salesianos cooperadores, es conveniente que el número de
votos de religiosos no supere el tercio de los que se emitan en cada caso.
2.3.2.2.- Funciones: Gobierno y animación.
Los Consejos locales y provinciales tienen funciones de gobierno y animación. Están
recogidas de manera amplia y genérica en los artículos 20 y 26 del Reglamento del
Proyecto de Vida Apostólica.
Por funciones de gobierno se entienden aquellas que implican representación,
administración, ordenación del funcionamiento de la Asociación, aceptación de nuevos
miembros...
Por funciones de animación se entienden aquellas que están orientadas a sostener la
propia vocación apostólica de los salesianos cooperadores como son la formación,
coordinación entre salesianos cooperadores y/o otros grupos de la Familia Salesiana,
seguimiento de aspirantes...
Unas, las de gobierno, están enmarcadas en las normas que afectan a la propia
Asociación ya sean eclesiales (Código de Derecho Canónico...) o civiles.
Otras, las de animación, están enmarcadas en las relaciones entre hermanos que se
ayudan mutuamente a, como se ha indicado reiteradamente, sostener y animar su
vocación.
El Consejo mundial, supeditadas sus decisiones al Rector Mayor 70, tiene también
funciones de gobierno y animación, recogidas en el artículo 31 del Reglamento del
Proyecto de Vida Apostólica.
2.3.2.4.- Representación: Coordinadores
La representación de la Asociación, salvando en el ámbito mundial que corresponde al
Rector Mayor, recae en los ámbitos locales y provinciales en los coordinadores de los
correspondientes Consejos.71
2.3.3.- Órgano de animación: Región.
“Para animar a la Asociación, dentro del respeto a la propia autonomía de gobierno, las
provincias se organizan en regiones afines por razón de cultura, territorio, por decisión del
Rector Mayor, de acuerdo con el Consejo.” 72 La organización de la Región recae en la
Consulta regional, cuya constitución queda supeditada a la decisión de los Consejos
provinciales con el consentimiento del Rector Mayor.73
La organización en el ámbito regional estará siempre orientada a la animación de la
Asociación de manera particular prestando un servicio de colaboración más eficaz a la
comunión entre los Consejos provinciales y el Consejo mundial y representando un lugar
70
PVA, Est. 38.3
PVA, Est. 35.1 – Reg. 21.1 – Reg. 26.1
72
PVA, Est. 37.5
73
PVA, Reg. 28.1
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.6.- DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN
donde contrastar ideas y comunicarse para compartir planes apostólicos y formativos en
beneficio de toda la Región.74
2.3.4.- Miembros de la Asociación: los Salesianos Cooperadores.
Y para terminar el último elemento de la organización, no por el último el menos
importante, dado que es imprescindible. Me refiero a los propios salesianos
cooperadores. Todos somos importantes porque todos somos objeto de la organización y
de todos depende ésta.
para que la organización exista y funcione es precisa la actuación de todos los salesianos
cooperadores, participando activamente en la elección de los responsables y
desempeñando con fidelidad y espíritu de servicio los cargos a los podamos ser
llamados.75
Y ello porque todos, sintiéndonos responsables de la misión común, sabemos que
podemos llevarla a cabo conjuntamente de manera más eficaz solamente si estamos
convenientemente organizados; lo cual lleva implícita la participación activa de todos y
cada uno en función de sus capacidades y posibilidades.
74
75
PVA, Reg. 28.2
PVA, Est. 14.1
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
Región Ibérica
6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
6.1.7
Sentido de pertenencia y solidaridad.
OBJETIVOS
- Reflexionar sobre las actitudes que se han de desarrollar para vivir el sentido de
pertenencia y solidaridad en el seno de la Asociación.
- Revisar nuestra hermandad en el Centro y en el Grupo al que pertenecemos.
REFERENCIAS
Bíblicas
“Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos…, para
hacer fuertes e irrepetibles vuestros corazones a la santidad, ante Dios nuestro Padre” (I
Tes 3, 12-13)
PVA
Estatuto Art.13. Hermanos y hermanas en Don Bosco
La vocación común y la pertenencia a la misma Asociación hacen de los Salesianos
Cooperadores hermanos y hermanas espirituales. «Unidos en un solo corazón y una sola
alma», viven en comunión fraterna mediante los vínculos característicos del espíritu de
Don Bosco.
Comparten con alegría la «vida de familia» de la Asociación, para conocerse e
intercambiar experiencias y proyectos apostólicos y crecer juntos.
Estatuto Art. 14. Corresponsables de la misión
2. Todo Salesiano Cooperador sostiene con responsabilidad y sentido de pertenencia la
autonomía económica de la Asociación, para que ésta pueda desarrollar su misión.
Estatuto Art.28. Valor de la pertenencia
1. Los Salesianos Cooperadores son conscientes de que la pertenencia a la Asociación
constituye una experiencia privilegiada de fe y de comunión eclesial. Representa,
además, un elemento vital para el sostenimiento de la propia vocación apostólica.
2. Reconocen que dicha pertenencia necesita signos concretos de presencia y
participación activa en la vida de la Asociación.
Estatuto Art.30. Fidelidad a los compromisos contraídos
1. Ser Salesiano Cooperador es una vocación que abarca toda su existencia. Con un
profundo sentido de pertenencia sabrá expresar en la vida ordinaria su testimonio, su
apostolado y las diversas formas de servicio. Los Salesianos Cooperadores están
llamados por Dios a vivir el carisma salesiano en la Asociación con apertura y
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
disponibilidad para implicarse en iniciativas promovidas por otras realidades y
organizaciones eclesiales, religiosas y civiles.
Su fidelidad está sostenida por el afecto y la solidaridad de los miembros de la Asociación
y de la Familia Salesiana.
2. Para consolidar el valor de la pertenencia a la Asociación y, a través de ella, a la
Familia Salesiana, los compromisos asociativos asumidos en la Promesa se realizan
según las modalidades más adecuadas establecidas por el Reglamento.
DESARROLLO
Documento para la reflexión
1. Hermanos y hermanas en Don Bosco
Por el Bautismo nos hemos convertido en “hijo de Dios en el Hijo” por obra del Espíritu
Santo; somos hermanos. “Todos los socios se reconozcan como hijos del Padre celestial
y hermanos en Jesucristo” nos decía Don Bosco en su Reglamento.
Reconociendo a Don Bosco como padre nos reconocemos como hermanos al compartir
el carisma salesiano. Así vivimos con una misma espiritualidad y un mismo estilo; una
forma de relacionarnos con Dios, de relacionarnos con los demás y de relacionarnos
entre nosotros mismos.
Compartiendo la misma vocación nos sentimos hermanos unos de otros. En la práctica
“ser hermanos y hermanas en Don Bosco” significa considerar a la Asociación como
propia, pertenecer a la misma y sentirse alentados a comprometerse seriamente en ella.
Esto no se consigue de la noche a la mañana. Ha de ser progresivo y llegar a que la
expresión evangélica «unidos en un sólo corazón y en una sola alma» marque el
horizonte de un proceso, en el que:
- se consoliden las relaciones de estima y afecto de unos para con otros;
- se intercambien y compartan, tanto valores espirituales como ideas, experiencias,
proyectos, alegrías y penas, y la ayuda mutua en los aspectos materiales y
económicos.
Vivir la comunión fraterna supone asumir una actitud de auténtica comunión con
independencia de las circunstancias concretas, incluso en la lejanía física en la que, a
veces, la propia vida nos sitúa y que se prolonga con los Salesianos Cooperadores que
han ido a la casa del Padre.
La Asociación como tal, en sus diferentes ámbitos, provee momentos de vida de familia:
encuentros, jornadas, fiestas..., que alimenten la comunión y fraternidad. Todo ello sirve
para conocerse, intercambiar experiencias, proyectos..., y sentir el crecimiento gozoso de
la fraternidad, en la que se comparten hasta los propios bienes espirituales.
Así pues, el gran proyecto de fraternidad de los Salesianos Cooperadores ha de
empezarse a construir en el Centro. Esto debe incidir en el ámbito de las actitudes y,
también, en los aspectos organizativos. Efectivamente, los mismos Consejos Locales, los
encuentros de Centro..., han de tener como finalidad última el crecimiento en la
fraternidad y en la misión. Es necesario que los proyectos de Centro reflejen con claridad
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
esta aspiración y, también, los medios para conseguirla. El Proyecto deberá reflejar los
momentos de revisión de nuestra vida de fraternidad.
2.- Consecuencias:
Sentido de la pertenencia.
El sentido de identidad es el punto de partida de un proceso cuyo punto de llegada es el
sentido de pertenencia carismática a una Asociación y no a una parte de ella. Los dos
“sentidos”, de identidad y de pertenencia, interactúan entre ellos durante todo el camino
de formación y durante toda la vida
No existe identidad sin pertenencia. Pertenencia es: asociación, asociados, proyecto de
vida apostólica, historia, etc., vistos y sentidos como algo que es parte del propio yo, a la
vez que los vínculos que se crean con todo son más tenaces y resistentes que aquellos
creados por la carne y la sangre.
Para quien tiene un fuerte sentido de pertenencia a la Asociación es importante actuar
con un estilo común. Con la Promesa el Salesiano Cooperador se confía a la Asociación
y la Asociación se confía a él. Desde este momento la vida de la Asociación se identifica
con la suya. Con esta entrega, el Salesiano Cooperador recorre el camino hacia la
santidad a través de la Asociación.
La Asociación, por su parte, tiene el deber de vivificar las motivaciones de los socios.
Suceda lo que suceda, el Salesiano Cooperador no se encontrará nunca solo ante sus
responsabilidades. Siempre encontrará hermanos y hermanas dispuestos a apoyarle y
ayudarle con afecto y solidaridad.
Signos de presencia y participación.
Los Salesianos Cooperadores, se indica en el PVA “reconocen que dicha pertenencia
necesita signos concretos de presencia y participación activa en la vida de la
Asociación”76. El mismo PVA nos indica alguno de los signos concretos que manifiestan
el sentido de pertenencia del Salesiano Cooperador:
Entre las muchas formas de apostolado que se proponen de manera preferente a los
Salesianos Cooperadores está el desarrollo de la Asociación77.
- Compartir con alegría la “vida de familia” para

conocerse

intercambiar experiencias y proyectos apostólicos

crecer juntos78.
- Sentirse responsable de la misión común y la desarrollarla de acuerdo con su
capacidad y posibilidades”79
- Participar con espíritu de iniciativa

en las reuniones de programación,

en la realización y evaluación de distintas actividades,
76
PVA Est 28.2
PVA Est 11; Reg 17.1
78
PVA Est 13; Reg 6.1
79
PVA Est 14.1
77
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN

en la elección de los responsables.80
- Si se es llamado a ello, desarrollar cargos de responsabilidad, se esmera en
realizarlas con fidelidad y espíritu de servicio.81
- Sostener con responsabilidad y sentido de solidaridad la autonomía económica de
la Asociación.82
- Cuidar la comunión fraterna y la colaboración con los demás Grupos y miembros
de la Familia Salesiana.83
- Manifestar de manera concreta la solidaridad humana y cristiana con los
Salesianos Cooperadores enfermos o en situaciones difíciles.84
- Aportar su valiosa colaboración en la diversidad de situaciones y tareas con
independencia de su situación particular.85
Solidaridad económica.
Toda Asociación necesita una organización económica. El propio PVA en su Reglamento
ofrece la fórmula de financiación: «aportaciones». Esta solución es significativa y las
razones que el texto da para justificarlas son dignas de mención: el sentido de
pertenencia y corresponsabilidad que abarca también es aspecto económico.
Todas ellas hacen que las cuestiones económicas que se derivan de la organización de
la Asociación sean asumidas por los propios asociados; y que tengan que hacerse desde
la solidaridad.
La fórmula establecida de «aportaciones» pone a prueba la autenticidad de cada
Salesiano Cooperador, que tiene que discernir y armonizar en su propia vida lo que él
entiende por pertenencia, corresponsabilidad, solidaridad... y, en definitiva, poner en
juego su grado de generosidad para hacer frente a los gastos materiales concretos de la
Asociación.
No se trata de cuotas o porcentajes... Es cuestión de identificación. La aportación
económica es fruto concreto de algo mucho más hondo; en nuestro caso, de esa
categoría, difícil de explicar con palabras, que llamamos «comunión». Pero no olvidemos
que «comunión» no insinúa sólo pertenencia, afiliación, sino también identificación...
En buena teología, una Asociación no se compone de simpatizantes, sino de miembros;
nadie puede ser «padrino» o «patronizador», sino hermano. Por eso, formar parte de una
Asociación supone una forma concreta de ser y estar en ella; es haber captado una
auténtica eclesiología de comunión.
Hay dos términos que interesa situar bien: «aportación» y «colecta».
Se dan grupos que utilizan la colecta corno modalidad de financiación... Tiene sus
contrapartidas. La colecta contiene mucho de ritual, de significación litúrgica; es símbolo
80
Idem
81
PVA Est 14.1; Reg 7.1; Reg 17.1
PVA Est 14.2, Reg 8.1
83
PVA Est 15; Reg 10.2
84
PVA Reg 6.1
85
PVA Reg 7.2
82
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de la oblación personal, ciertamente, y satisface, a veces, el deseo de expresar
ritualmente el sentido de comunión con el grupo.
Pero la «aportación» tiene en cuenta las necesidades concretas de la Asociación, sitúa a
las personas en la clave organizativa, les hace asumir unos proyectos concretos, en los
que se hace una previsión material de las necesidades..., y éstas suponen, en un
determinado momento, una llamada concreta a la generosidad, por encima de ritos,
ceremonias y calendarios.
Pautas para la reflexión
- ¿Cuál es tu comunidad cristiana de referencia?
- ¿Conoces a todos los miembros del Centro: nombre, contexto familiar, situación
particular…?
- ¿Cómo se concreta en tu Centro el sentido de pertenencia a la Asociación de sus
miembros? ¿Cómo lo puedes concretar tú?
- ¿Qué te gustaría compartir con el Centro de Cooperadores?
- ¿Cómo se concreta en tu Centro la financiación de la Asociación y sus fines?
- ¿Conoces el presupuesto del Centro y qué cubre?
- ¿Existe solidaridad económica?
- El Centro con qué se financia ¿con aportaciones, colectas o cuotas?
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Documentos
La Solidaridad Económica
(Documento elaborado por la Secretaría Ejecutiva Mundial)
1. COMPARTIR LOS BIENES Y SOLIDARIDAD
1.1. Se puede hablar de solidaridad económica sólo a un corazón que ama y que ama
aquello en lo que cree.
Cada uno de nosotros está orgulloso de pertenecer a una Asociación extendida por todo
el mundo, querida por un Santo excepcional, inspirado por el Espíritu y acompañado paso
a paso, en todo lo que hizo, por María.
“Comprometerse como Cooperador es...a la vez, un don y una opción libre que cualifica
toda la vida” (RVA 2,2). Porque amamos nuestra Asociación, queremos de corazón su
bien.
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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La raíz de la solidaridad económica parte del supuesto de que cada Cooperador desea
de corazón la vitalidad de la propia Asociación.
1.2. En la Asociación cada uno es don para los otros; por eso resulta natural que los
Cooperadores si sostengan recíprocamente, compartiendo en un estilo de familia todo lo
que cada uno es y tiene: “Unidos en un solo corazón y una sola alma”, viven en comunión
fraterna, mediante los vínculos característicos del espíritu de Don Bosco” (RVA 19,1).
Esto significa que todos dan, aunque no de la misma manera: cada uno presta un servicio
distinto de otro según sus capacidades y da en medida diferente según sus posibilidades.
Es la unidad de corazón y de espíritu lo que alimenta el deseo de poner en común los
propios bienes. Esto significa situarse sobre la vertiente de la espiritualidad evangélica
antes que sobre la organización.
Dios es Amor y el amor, nos dicen S. Santiago y S. Juan, se muestra en las obras (Sant
2,18; 1Jn 4,20). Vivir la comunión evangélica en la Asociación es también compartir los
bienes según el ejemplo de los primeros cristianos.
1.3. El Cooperador “...con espíritu de pobreza evangélica, administra los bienes con
criterios de sencillez y los comparte con generosidad, evitando todo tipo de ostentación y
considerándolos a la luz cristiana del bien común” (RVA 12).
La contribución del Cooperador no será nunca motivada por un deseo de exhibición, sino
que será dictada sólo por la generosidad ante la necesidad. Nadie está llamado a
privarse de lo necesario, pero cada uno es invitado a dar libremente de lo superfluo. Los
bienes de cada uno nos son dados para el bien de todos, somos solo los
administradores.
1.4 “El Cooperador sostiene la Asociación con aportaciones libres” (RVA 21). Esta
expresión no significa que el Cooperador pueda contribuir o no, sino que su deber es
contribuir según sus posibilidades.
Don Bosco, en su Reglamento, no obligaba a los Cooperadores a dar una cuota fija, sino
que pedía una ofrenda personal y libre en cada encuentro mensual, incluso anual. Afirma
más adelante que “ cuando alguno no pudiese participar en la conferencia, hará llegar a
destino su ofrenda por el medio que le resulte más fácil y seguro” (MDB VI, 4)
Se trata, también hoy, de poner en común cualquier cosa que permita la animación de la
Asociación, o lo que es lo mismo su crecimiento cualitativo (espiritualidad salesiana) y
cuantitativo (más Cooperadores al servicio de los jóvenes) a través del compromiso y el
trabajo de los Responsables.
La ofrenda de “contribuciones libres”, en el sentido antes aclarado, presupone,
naturalmente, una comunión a todos los niveles en la Asociación, hasta el punto de poder
considerar la solidaridad económica como un parámetro del sentido de pertenencia, una
expresión de la “comunión fraterna”.
2. EL COMPARTIR Y LA SOLIDARIDAD EN LA ASOCIACIÓN
2.1. Para llevar adelante su actividad apostólica, para que esté "viva", la Asociación
precisa de medios; y dichos medios han de salir de la aportación de todos y de cada uno
de los Cooperadores.
No basta expresar una solidaridad que se agota en el estrecho entorno del propio Centro.
La Asociación comprende a todos los Centros, desde el más pequeño y pobre hasta el
más numeroso y mejor dotado. La solidaridad debe alcanzar a todos, en el conocimiento
de que algunos Centros tienen necesidad de la ayuda de otros: “Ayudaos a llevar el peso
los unos de los otros, y así obedeceréis a la ley de Cristo”(Gal 6,2).
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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2.2. El fin por el que en la Asociación figuran diferentes órganos como los Consejos, las
Conferencias, la Consulta "es el servicio para una mayor vitalidad y una colaboración más
eficaz" (RVA 47,2).
La Asociación es una: los niveles de animación Inspectorial, Nacional-Regional o Mundial
no se pueden sostener sin la ayuda de los Centros. La solidaridad económica es como la
linfa que ha de circular de los Centros a los Consejos Inspectoriales, a las Conferencias
Nacionales/Regionales, a la Consulta Mundial y viceversa. Y con ello naturalmente, no se
excluye que los órganos de nivel superior puedan tener iniciativas para la propia
financiación.
Es importante que cada Cooperador pueda afirmar con convicción: "Yo debo hacerme
cargo de la Asociación y de su buen funcionamiento".
3. UNA SOLIDARIDAD QUE SE EXTIENDE POR TODO EL MUNDO
3.1. La solidaridad es hoy el nuevo nombre del desarrollo planetario: Los Cooperadores
están convencidos de ello y por ello quieren proponerla y realizarla ante todo en
Asociación.
"Dentro de la diversidad de situaciones y compromisos, cada uno aporta a la Asociación
su valiosa contribución" (RVA 20,3).
Como ejemplo, existe solidaridad cuando los Cooperadores ofrecen su competencia en
sectores particulares de estudio, de investigación, de técnica, de arte, de capacidad
administrativa, social, política...
Siendo aún más concretos: existe solidaridad cuando Cooperadores expertos en el sector
gráfico y tipográfico se hacen disponibles para la confección de las publicaciones
asociativas; cuando Cooperadores insertos en sectores comerciales ofrecen, o venden a
precio de costo, materiales útiles a la Asociación,... etc.
En algunos países también, se da la posibilidad para los ciudadanos de deducir de los
impuestos las ayudas concedidas a las Asociación sin ánimo de lucro. He aquí una
invitación y un motivo más, para los Responsables en los diferentes niveles, de estudiar
la manera de que la Asociación sea reconocida en el ámbito civil.
3.2. Compartir los bienes es también poner en práctica la Doctrina social de la Iglesia (v.
"Centesimus annus" y "Sollicitudo rei socialis") que recuerda a todos el destino universal
de los bienes de la tierra. La primera redistribución de los bienes, para nosotros
Cooperadores, debe ser realizada en la Asociación. El problema de las diferencias entre
el Norte y el Sur en el mundo, tiene para nosotros un reflejo también en la solidaridad
económica dentro de nuestra Asociación.
Por ello no es lícito solicitar la misma aportación a todos; se debe tener en cuenta la renta
media per capita y el nivel de vida de las diferentes realidades sociales en las que viven
los Cooperadores.
4. POR UNA ASOCIACIÓN ESENCIALMENTE MISIONERA
4.1. La Asociación existe para la misión en favor de los jóvenes y, entre éstos, los más
pobres: la solidaridad económica está en vista de ellos.
Cuando un Cooperador aporta algo a la Asociación, está ayudando también a las
actividades apostólicas de aquellos Cooperadores del Tercer Mundo que encuentran
enormes dificultades para la evangelización y promoción humana.
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6.- UN ASOCIADO
6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
La comunión y la solidaridad se concretan en Asociación ayudando a aquellos hermanos
y hermanas Cooperadores/as que trabajan en primera línea, al igual que tantos
sacerdotes misioneros, en la frontera de la evangelización. Esto significa sostener la
realidad misionera de la Asociación.
Sabemos que los Cooperadores son muy generosos y activos a la hora de ayudar a las
misiones: por consiguiente pueden serlo con idéntica finalidad ante su Asociación.
4.2. Pero, el amor a la Asociación llega, cuando es posible, incluso a la entrega de los
bienes propios. La Asociación es parte de la Iglesia: "Los bienes que posee la Asociación,
como tal, son bienes eclesiásticos"(RVA 49,1). Sobre esta línea merece la pena recordar
que todo legado a beneficio de la Asociación lo es igualmente de la Iglesia porque los
Cooperadores son para la Iglesia y para su misión.
Esta idea está muy extendida: hechas las salvedades y los derechos de legítima
sucesión, todo Cooperador o Cooperadora debe saber que puede dejar en herencia parte
de sus propios bienes a la Asociación para su crecimiento: "...acumulad riquezas que
nunca pierden su valor, un tesoro seguro en el cielo" (Lc 12,33). Este es el espíritu que
procede del Evangelio.
5. HACER CONOCER LAS NECESIDADES DE LA ASOCIACIÓN
5.1 A veces se es inconstante en la solidaridad económica porque no se ve o no se
reflexiona suficientemente sobre lo mucho que la Asociación hace por los Cooperadores
con las múltiples iniciativas de la formación, espiritualidad y sostén apostólico.
¡Es importante, en este caso, que los Responsables muestren lo que se está haciendo, y
con qué costos, en los Centros y en los Consejos a todos los niveles y con qué costos; y
además qué proyectos se podrían realizar – y no se hacen - porque no se dispone del
sostén económico suficiente!
Los Responsables, y en particular los Administradores, deben pedir ayudas económicas,
siempre motivada: presentando las necesidades, las finalidades apostólicas, lo ya
realizado... como se hace en familia.
5.2. ¡Además presentar en la forma adecuada los presupuestos a los Cooperadores,
significa, no sólo hacerles responsables, sino, sobre todo, acrecentar el espíritu de familia
y hacer de tal modo que el que aporte algo, lo ofrezca con más gusto porque conoce la
necesidad y el uso que se va a dar a su dinero.
6. LA SOLIDARIDAD ECONÓMICA, CAMINO Y CONDICIÓN PARA LA
AUTONOMÍA
6.1 En nuestra organización y en nuestras actividades no podemos depender
"infantilmente" de los otros Grupos de la Familia Salesiana. Cada Cooperador debe
sentirse orgulloso al ver crecer en autonomía a la propia Asociación.
Si se quiere que ésta funcione autónomamente, que esté ya en grado de ofrecer
animación, que se puedan organizar iniciativas formativas y apostólicas, es preciso saber
que todo esto comporta costos, que han de ser cubiertos con la contribución generosa de
cada uno.
6.2. Ciertamente en la Familia Salesiana la ayuda recíproca es siempre posible, más aún,
los Cooperadores son llamados a compartir con el Rector Mayor su solidaridad
económica "para las necesidades más urgentes del amplio compromiso salesiano" (RVA
21).
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6.1.- LA ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES
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Téngase bien presente que en el "amplio compromiso salesiano" están incluidos también
los Cooperadores y sus iniciativas. En este sentido será urgente para cada Consejo
Inspectorial (y sólo del Consejo Inspectorial -RVA 21-, como se explicará mejor en la
segunda parte), recoger las aportaciones de todos los Centros para este fin y enviarlas
con la más diáfana motivación a la Casa General de Roma-Pisana.
6.3. La autonomía de la Asociación puede existir si todos los niveles organizativos están
en condiciones de hacer frente a sus gastos. El objetivo a alcanzar será que todos los
Centros locales estén en la situación de salir al paso de las propias necesidades y de las
del Consejo Inspectorial que las anima; que todos los Consejos Inspectoriales respondan
a las propias exigencias y a las de la Consulta Mundial que las anima y, en algunos
países, que los Consejos Inspectoriales tendrán que salir al paso de las exigencias de
animación de la propia Conferencia Nacional o Regional.
Esta visión global de la Asociación, por otra parte, exige que cada nivel superior presente
con tiempo sus necesidades de animación a nivel inferior mediante un claro y bien
perfilado presupuesto.
La autonomía de la Asociación, en resumen, pasa especialmente a través de la
autosuficiencia económica: si se da esta solidaridad, muchas iniciativas y obras podrán
nacer y crecer para el bien de muchos jóvenes y gloria de Dios.
7. DON BOSCO, PROMOTOR DE SOLIDARIDAD ECONÓMICA
7.1. Las comunes raíces salesianas nos hacen volver a Don Bosco quien para sostener
económicamente sus innumerables obras, puso su confianza en tres canales: el don
generoso de sí mismo, la demanda de ayuda a muchas personas y la confianza
inquebrantable en la Divina Providencia.
¡Don Bosco nos hace comprender antes que nada que la Providencia es una vía segura
para aquellos que se hacen "providencia" para los otros!
El nos enseña no solamente a dar con generosidad, como la viuda del Evangelio que
entrega sus dos pobres monedas en el tesoro del templo ("Os aseguro que esta viuda,
con su pobreza, ha realizado una ofrenda mayor que todos los demás!" Mc 12, 43 ), sino
también a no tener miedo para pedir, porque se pide no para uno mismo, sino para hacer
el bien a aquellos jóvenes que se llega a acercar con competencia formativa y apostólica
y con los medios más eficaces. Don Bosco no sintió jamás vergüenza al pedir para hacer
el bien a los demás.
¡Cuántos bellos testimonios se podrían aportar de Cooperadores que han palpado con
sus manos la mediación de la Providencia en beneficio de los jóvenes!
7.2. Además, atentos a los signos de los tiempos, habrá que estudiar todas las
posibilidades para que el servicio asociativo en favor de los jóvenes pueda obtener el
reconocimiento público de las subvenciones que faciliten a la Asociación el poder
dedicarse cada vez mejor a su misión.
8. EL ADMINISTRADOR: PRIMER ANIMADOR DE LA SOLIDARIDAD
ECONOMICA
8.1. "La Asociación de Cooperadores Salesianos, en cuanto persona jurídica eclesiástica
pública, tiene capacidad para adquirir, poseer, administrar y enajenar bienes temporales,
según norma de derecho;" (RVA 49,1). Esto significa que el aspecto económico no es
secundario e irrelevante para nuestra Asociación, por eso se toma con seriedad,
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sabiendo que es la misma Iglesia quien confiere esta competencia administrativa a la
Asociación.
8.2. Por idéntico motivo el Reglamento de Vida Apostólica prevé para todos los Consejos
una figura bien definida, la del Administrador: "Los Consejos, en los distintos niveles,
elegirán a uno de sus miembros para desempeñar la función de Administrador"(RVA 49,
3). Es una de las tres figuras indispensables de todo Consejo junto a la del Coordinador
(RVA 44, 2) y al Delegado o Delegada (RVA 46,1). Esto dice mucho sobre la esencialidad
de su función de animación de la solidaridad económica, función que ha de ser ejercida
con máxima solicitud mirando siempre a la consecución de los fines de la Asociación.
8.3. El Administrador es bien consciente de que su deber es administrar el dinero y los
bienes de la Asociación para la animación apostólica. Por ello:
está siempre atento para llevar una contabilidad clara y al día;
informa periódicamente al propio Consejo sobre la situación económica y sobre los
previsibles gastos;
a fin de año presenta el balance económico sometiéndolo a la aprobación del Consejo y
comunicándolo también al Consejo nivel superior: "Corresponde al Administrador
presentar el informe económico al Consejo superior inmediato" (RVA 49, 3);
prepara el presupuesto anual para informar al propio Consejo y a los de nivel inferior
sobre los posibles gastos y necesidades para la animación de la Asociación;
como animador de la solidaridad económica, se esfuerza por motivar, pedir en el
momento oportuno, proponer en forma creativa y
simpática iniciativas de
autofinanciación para conseguir cubrir los gastos previstos para el buen funcionamiento
de la Asociación a todos los niveles.
8.4. El Administrador, y con él todo el Consejo, considera la animación a la solidaridad
económica como un compromiso que alcanza a la misma espiritualidad: se trata de vivir y
hacer vivir el espíritu de pobreza, el deber de la solidaridad, el don sincero de sí que
culmina en la caridad.
Por eso la solidaridad económica es una toma de conciencia que hay que desarrollar
desde la formación inicial de todo Cooperador, de manera que la considere como un
deber normal de corresponsabilidad y de pertenencia.
"Con profundo sentido de pertenencia, el Cooperador sabe adaptar, vez por vez, su
testimonio, su apostolado y las formas de su servicio a la Asociación" (RVA 39): su
aportación de solidaridad económica la debe considerar como un auténtico y personal
servicio, uno de aquellos "deberes fundamentales" exigidos en el mismo artículo del RVA.
Se ha de tener siempre en cuenta, por otra parte, que en la gestión de la solidaridad
económica deberán prevalecer los principios, no de la fiscalidad y de la imposición, sino
los de la flexibilidad (tener en cuenta las posibilidades concretas de los Cooperadores) y
la gradualidad (intentar progresivamente responder a todas las necesidades de la
Asociación).
En fin, la solidaridad económica pertenece a la organización y al buen funcionamiento de
la Asociación. Esta en efecto, para conseguir animar toda la realidad asociativa, necesita
de una buena organización técnica.
CONCLUSIÓN
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Todo Cooperador dé su contribución a la Asociación libremente, generosamente y
alegremente porque la única riqueza es aquella que se comparte con los otros y "Dios
ama al que da con alegría" (2 Cor 9,2).
Si crece esta sensibilidad de pertenencia asociativa los Cooperadores Salesianos verán
crecer su número y multiplicarse sus iniciativas en favor de los jóvenes, de las familias,
de la sociedad y de toda la humanidad.
El Espíritu nos guíe para hacer de nuestra Asociación, también a través de la solidaridad
económica, una familia en la que cada uno se sienta importante y haga generosamente
su parte por el bien de todos.
¡ Y una familia así unida no tiene más remedio que ser fecunda en bienes!
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6.1.8
Ministerios y servicios de comunión
OBJETIVO
Conocer y valorar los ministerios y servicios de comunión que se prestan en la
Asociación.
Asumir como algo propio la responsabilidad en la animación de la vida de la Asociación.
REFERENCIAS
Bíblicas
“El que quiera ser el primero, deberá ser el último de todos y servir a todos.”
(Mc 9,35)
“Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de vosotros
sirva a los demás según el don que haya recibido.”
(1 P 4,10)
PVA
Estatuto Art. 14 Corresponsables de la misión
“… si es llamado a desempeñar cargos de responsabilidad, se esmera en realizarlos con
fidelidad y espíritu de servicio.”
Reglamento Art 7 Corresponsables en la acción
Para que la corresponsabilidad en la misión se traduzca también en corresponsabilidad
en la acción:
1. en el seno de la Asociación los cargos, de cualquier grado que sean, se ejercen con
espíritu de servicio, según los principios de comunión, corresponsabilidad y cooperación;
2. en la diversidad de situaciones y tareas, los Salesianos Cooperadores aportan a la
Asociación su valiosa colaboración. Todos están llamados a participar de diversas formas
en la vida de la Asociación
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DESARROLLO
Documento para la reflexión
En clave de comunión
La fraternidad y la comunión, así como la colaboración, solidaridad y corresponsabilidad –
elementos de la identidad del Salesiano Cooperador- son valores evangélicos que
configuran la misma vida de los cristianos y por ende de los salesianos cooperadores.
La fraternidad cristiana incluye la comunión de todos los cristianos con Dios y entre sí.
Jesús pide al Padre que todos seamos uno como Él y el Padre los son.86
La comunión explica el porqué en la comunidad cristiana todos están unidos entre sí por
una común responsabilidad; responsabilidad que nadie puede cargar sobre los demás.
Todos están llamados a colaborar corresponsablemente en la acción apostólica.
La comunión está destinada a transformarse en colaboración activa y en servicio, exige
una responsabilidad eficaz hacía los demás por parte de todos. “Entre todos los que lo
reciben con fe y esperanza, Cristo (…) constituyó, por el don del Espíritu, una nueva
comunión fraterna en su Cuerpo, que es la Iglesia, en la que todos los miembros se
prestan servicios recíprocos según los diversos dones que les han sido concedidos”. 87
Todos somos responsables
Implicarse “en la misma misión juvenil y popular, de forma fraterna y asociada88”
constituye núcleo fundamental de la identidad del Salesiano Cooperador.
El ser Salesiano Cooperador lleva implícito estar en comunión con los otros Salesianos
Cooperadores como miembro de la Asociación; sentirnos corresponsables unos de otros.
Cada uno “según su capacidad y posibilidades”89.
Como en una gran familia, en la Asociación, cada uno es acogido, respetado, reconocido,
amado, porque se le considera capaz de aportar una valiosa contribución. En ella no hay
lugar para “privilegiados”; sin embargo, los que entran en ella saben que su contribución
es apreciada.
A nadie se le pide lo imposible. No se establecen medidas y modalidades detalladas,
unas y otras se dejan a la creatividad y a la generosa disponibilidad de cada cual.
A todos se les pide su contribución, se les recuerda que deben de cumplir con lo que
puedan: “en la diversidad de situaciones y tareas, los Salesianos Cooperadores aportan a
la Asociación su valiosa colaboración. Todos están llamados a participar de diversas
formas en la vida de la Asociación.”90
Los Consejos
86
Cfr Jn 17, 21-22
GS 32
88
PVA Est 3
89
PVA Est 14.1
90
PVA Reg 7.2
87
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
La vida y eficacia de la Asociación depende de todos sus miembros en general, pero
particularmente depende de quienes han sido elegidos por los propios miembros de la
Asociación para ejercer un cargo de responsabilidad como miembro de los Consejos
locales, provinciales y mundial, así como los de las Consultas regionales o como
responsable de alguna función concreta de animación en la Asociación.
Los cargos en la Asociación, regidos por los principios de comunión y corresponsabilidad,
se han de desempeñar desde el servicio que se presta a los hermanos, con fidelidad y
con responsabilidad. Por ello la Asociación ha optado por una dirección “colegial” en
todos los niveles, donde todos los cargos sienten como propias las decisiones de
animación y gobierno que se tomen, responsabilizándose por tanto de las mismas.
Los cargos en sus distintos ámbitos y niveles se eligen por un periodo de tiempo
determinado: tres años en el ámbito local y provincial, con posibilidad de una única
reelección91 y por seis años en el ámbito mundial;92 lo que lleva implícito una más
explicita responsabilidad y compromiso por parte de todos los miembros de la Asociación
en los distintos ámbitos en su animación y gobierno.
Funciones de los Consejos.
Recogidas en el Reglamento del Proyecto de Vida Apostólica, las funciones de animación
y gobierno de los Consejos son las siguientes:
Consejo local93:
- programar, promover y coordinar las iniciativas formativas y apostólicas de los
miembros.
- cuidar los vínculos de unión con la Congregación Salesiana, con el Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora y con los otros Grupos de la Familia salesiana;
- decidir la convocatoria de asambleas;
- proveer a la administración de los bienes de la Asociación;
- acompañar a los aspirantes en su incorporación al Centro y dar calidad a su
proceso formativo, de acuerdo con el Consejo provincial
- hacer fructificar para bien de la Asociación las competencias profesionales y las
riquezas espirituales de todos los asociados, valorando las diferencias y
encaminándolas constructivamente hacia el don de la unidad
- promover iniciativas que favorezcan la fidelidad vocacional de los asociados y una
participación activa en la vida del centro.
- promover la vocación del Salesiano Cooperador programando y activando
posibles iniciativas para acoger a los aspirantes;
- determinar los ámbitos de coordinación inherentes a la formación y a la misión en
la Asociación;
- difundir y dar a conocer la espiritualidad de Don Bosco;
91
Cfr PVA Reg 19.2 y 24.4
Cfr PVA Reg 32.3
93
Cfr PVA Reg 20.1y3
92
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
- dar el propio parecer respecto a la aceptación del aspirante, para transmitirla al
Consejo provincial;
- verificar colegialmente las iniciativas realizadas por los propios miembros;
- adoptar ulteriores medidas para favorecer un óptimo funcionamiento del Centro,
dentro del respeto a las disposiciones del Proyecto de vida apostólica de la
Asociación.
Consejo provincial94:
- programar, promover y coordinar las actividades formativas y apostólicas de los
miembros;
- promover la colaboración entre los Centros locales manteniendo contactos con
ellos y sosteniendo el compromiso de los mismos Consejos locales;
- establecer con los Consejos locales los procesos de formación inicial y
permanente, según las orientaciones de la Asociación;
- aceptar al aspirante, una vez oídos la propuesta y el parecer del Consejo local, y
solicitar a la SEM (Secretaría Ejecutiva Mundial) la documentación pertinente;
- emitir el acto colegial de una dimisión;
- cuidar los lazos de unión con la Sociedad de San Francisco de Sales, con el
Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y con los otros grupos de la Familia
salesiana;
- dar su parecer para el nombramiento del propio Delegado o Delegada provincial;
- promover momentos fuertes de espiritualidad y ejercicios espirituales;
- cuidar y animar iniciativas favorables a la fidelidad vocacional de los asociados y a
una participación activa en la vida de la Asociación;
- recibir y examinar el balance financiero de la gestión económica de los Centros
locales;
- aprobar el presupuesto financiero de la propia gestión económica;
- convocar y organizar el Congreso provincial;
- participar en las iniciativas de la Consulta regional;
proveer a la administración de los bienes de la Asociación.
Estas funciones, asumidas por los miembros de los Consejos desde sus respectivas
funciones particulares solamente serán convenientemente atendidas si son respaldadas
por todos los miembros de la Asociación.
Pautas para la reflexión
94
Cfr PVA Reg 25
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6.1.8.- MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIÓN
- ¿Conoces a los miembros del Consejo local de tu Centro? ¿Y de tu provincia? ¿Te
has relacionado con ellos? ¿Cómo percibes su compromiso de animación de la
Asociación?
- ¿Qué importancia das a las funciones de animación de la vida de la Asociación?
- ¿Cómo concretas el sentirte responsable del resto de miembros del Centro? ¿Y
del resto de miembros de la Asociación en el ámbito provincial, regional y
mundial?
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6.1.9.- LA PROMESA
6.1.9
La Promesa
OBJETIVO
Ver la forma de:
- entender con la mayor claridad posible el significado de la Promesa
- poner en práctica el proceso por el cual hacer realidad en la propia vida todo el
contenido de la Promesa.
INICIANDO EL TEMA
1. Lectura-oración:
- Los componentes del grupo leen personalmente la promesa
- Todos juntos la leen (la rezan) en voz alta.
2. Cada uno del grupo que ha hecho la promesa manifiesta en público:
-
- lo más “fuerte” que recuerda del momento en que hizo la promesa.
-
- lo que siente ahora desde la reflexión de lo que supone la promesa.
-
- puede haber un diálogo sobre las opiniones
PUNTOS DE REFERENCIA
Ponemos a continuación tres puntos de referencia que ayuden a profundizar el
significado de la Promesa
1. Opción bautismal
El artículo 32 del Estatuto del Proyecto de Vida Apostólica indica que “la promesa es
poner de manifiesto la “OPCIÓN BAUTISMAL” según el Proyecto del Vida Apostólica.
Hay un momento especialmente importante en la liturgia que manifiesta el sentido de
nuestro bautismo; es “La renovación de las promesas bautismales” en la Vigilia Pascual
del sábado santo.
Se puede hacer de dos formas:
- se lee y se hace una breve reflexión compartida
- se hace la ceremonia de la renovación de las promesas como un momento de
oración; al final se puede hacer una reflexión compartida.
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6.1.9.- LA PROMESA
SACERDOTE u otra persona del grupo:
Hermanos: por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el
bautismo, para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminado el ejercicio de la
Cuaresma, renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro
tiempo renunciamos a Satanás y a sus obras, y prometimos servir fielmente a Dios
en la santa iglesia católica.
Así pues:
¿Renunciáis a Satanás, esto es:
al pecado, como negación de Dios;
al mal, como signo del pecado del mundo;
al error, como ofuscación de la verdad;
a la violencia, como contraria a la caridad;
al egoísmo, como falta de testimonio del amor?
TODOS: Sí, renuncio.
SACERDOTE:
¿Renunciáis a sus obras, que son:
vuestras envidias y odios;
vuestras perezas e indiferencias;
vuestras cobardías y complejos;
vuestras tristezas y desconfianzas;
vuestras injusticias y favoritismos;
vuestros materialismos y sensualidades;
vuestras faltas de fe, esperanza y de caridad?
TODOS:
Sí, renuncio.
SACERDOTE:
¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser:
el creeros los mejores;
el veros superiores;
el estar muy seguros de vosotros mismos;
el creer que ya estáis convertidos del todo;
el quedaros en las cosas, medios, instituciones, métodos, reglamentos, y no ir a Dios?
SACERDOTE:
¿Creéis en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
TODOS:
Sí, creo.
SACERDOTE:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María
Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la
derecha del Padre?
TODOS:
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6.1.9.- LA PROMESA
Sí, creo
SACERDOTE:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los
santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida
eterna?
TODOS:
Sí, creo
SACERDOTE:
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por
el agua y el Espíritu santo y que nos concedió la remisión de los pecados nos
guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna
TODOS:
AMÉN
2. El PVA:
El PVA es, describe, el Proyecto de Vida Apostólica del Salesiano Cooperador.
La promesa pone de manifiesto la voluntad de vivir la opción bautismal según el proyecto
de Vida Apostólica.
Se ve claramente la relación del PVA y de la Promesa.
Conviene explicitar (escribir) esta relación y, si procede, ponerla en común.
Un trabajo a hacer: ¿Qué relación tiene la Promesa con cada uno de los capítulos del
PVA-Estatuto?
Se tiene en cuenta estos dos campos:
- entender: “contenido”
-
vivir: “compromiso”
Algo así: Relación de la Promesa con:
PVA
CONTENIDO:
¿Qué aspecto más
importante descubro?
El salesiano cooperador
en la Iglesia y en el mundo
(Cap.1)
Compromiso apostólico del
salesiano Cooperador
(Cap.2)
Salesiano Cooperador
excomunión y
colaboración (Cap. 3)
El espíritu salesiano del
Salesiano cooperador
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COMPROMISO:
¿Cómo hacer vida lo
descubierto?
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Región Ibérica
6.1.9.- LA PROMESA
(Cap.4)
Pertenencia y formación
del salesiano Cooperador
(Cap.5)
Organización de la
Asociación de los SS:CC.
(Cap.6)
Conclusión
3. COMENTARIO
Reglamento de Vida Apostólica. Comentario oficial. Madrid,
1993.Pág. 370-373.
«El ingreso oficial en la Asociación se realiza mediante la Promesa. Se trata de la oración
de un buen cristiano que quiere comprometerse. Es la expresión orante, libre y pública,
ele un candidato que «manifiesta la voluntad de vivir» como Cooperador.
No es un «voto». Reviste la sencillez, de un compromiso de conciencia tomado en
diálogo con Dios Padre, en la comunión de la Iglesia, en vistas a la propia pertenencia a
la Asociación. Con este acto, el Cooperador se compromete libremente a recorrer el
camino elegido, sintiéndose acompaña-do por muchos hermanos y hermanas y, sobre
todo, fortalecido por la mediación de la Iglesia v por el poder del Espíritu.
Es la conquista de una meta dichosa para quien, a través del proceso de formación, llegó
a hacer madurar el propio Bautismo según el proyecto apostólico de Don Bosco. A la vez,
es el punto de partida de una vida entregada a Cristo en favor de los jóvenes y de las
clases populares.
Es, además, la expresión de un compromiso de fidelidad a Dios, que lo llamó a vivir el
Evangelio de modo concreto en la Familia Salesiana, despertando en él la caridad
pastoral. El candidato reconoce este don y, agradecido, se compromete a hacerlo
fructificar de tal modo, que su vida se convierta en un testimonio de amor operativo.
Es, también, un compromiso de fidelidad a la Iglesia, que lo recibió entre sus miembros,
alimentó su vida cristiana y, ahora, le invita a participar; de modo corresponsable, en su
misión de salvación. Por su «Promesa», hecha ante la comunidad, el nuevo Cooperador
acepta con alegría crecer en la experiencia salesiana, considerada como «un modo
especifico de vivir el Evangelio y de participar en la misión de la Iglesia» (art. 2.2).
Por último, es la expresión de la voluntad de pertenencia fiel a la Asociación, en la que se
inserta libremente porque le brinda un camino concreto de vida cristiana y de apostolado,
en el contexto de la Familia fundada por Don Bosco.
La Asociación responde a la entrega del candidato acogiéndolo, fraternalmente y
comprometiéndose con él a acompañarlo en su tarea formativa, apostólica y de fidelidad
a los compromisos asumidos. Así lo pone de manifiesto «el certificado de pertenencia a la
Asociación», del que habla el párrafo 3° del art. 36.
La idea de la «Promesa» se remonta a Don Bosco mismo. En el famoso capítulo sobre
«Los miembros externos», que se encuentra en los primeros bosquejos de
Constituciones, establecía cuanto sigue: «El socio haga, al menos, una promesa, al
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6.1.9.- LA PROMESA
Rector de dedicarse a aquello que juzgue ser para mayor gloria de Dios». En el proyecto
titulado «Asociación de obras buenas» (1875) y en las primeras ediciones del
Reglamento definitivo de 1876, como apéndice al texto, Don Bosco insertó dos
declaraciones que corresponden a la actual Promesa y al consiguiente certificado.
Así pues, en la Familia Salesiana, el ingreso en la Asociación de un nuevo Cooperador es
motivo de gran alegría para todos. Y, en nuestra tradición, constituye una oportunidad
especial para una hermosa fiesta de familia.
Dado que llegar a ser Cooperador «es un opción libre, que cualifica toda la existencia»
(art. 2.2), la Promesa se ha de hacer sólo después de la seria preparación antes descrita.
Se trata de un acto que no se puede improvisar ni realizar a la ligera o por motivos
inadecuados; pero tampoco se ha de aplazar por tiempo indefinido, sin serias razones».
Pautas para la reflexión – De cara a un compromiso
Después de la reflexión hecha:
- ¿qué compromiso podemos tomar personalmente y como grupo?
- Repaso mi proyecto personal de vida: ¿el significado del Promesa me invita a
modificar algo dicho proyecto? Lo concreto
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Bibliografía
- PVA
- ALBRY J., Cuida di lettura al Regolamento di Vita Apostolica, Roma 1986.
- CONSULTA MUNDIAL. Reglamento de Vida Apostólica. Comentario Oficial,
Asociación de Cooperadores Salesianos, Madrid 1993.
- JUAN PABLO II. Exhortación apostólica «Christifideles laici, 1988.
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6.1.10.- SER SALESIANO COOPERADOR: UNA OPCIÓN PARA TODA LA VIDA
6.1.10
Ser Salesiano Cooperador: una opción para
toda la vida
OBJETIVOS
- Comprender que la respuesta a la llamada a ser salesiano cooperador no es “flor
de un día” sino que abarca “toda la existencia”.
- Plantearnos la fidelidad reto para vivir nuestra opción vocacional como Salesianos
Cooperadores a lo largo de toda nuestra vida.
REFERENCIAS
Bíblicas
“Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”
(Mt 5, 48)
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, da fruto
abundante.”
(Jn 15, 5)
Eclesiales
“La imagen evangélica de la vid y los sarmientos nos revela otro aspecto fundamental de
la vida y de la misión de los fieles laicos: la llamada a crecer, a madurar continuamente, a
dar siempre más fruto”
(ChL 57a)
PVA
Estatuto. Art.30. Fidelidad a los compromisos contraídos
1. Ser Salesiano Cooperador es una vocación que abarca toda su existencia. Con un
profundo sentido de pertenencia sabrá expresar en la vida ordinaria su testimonio, su
apostolado y las diversas formas de servicio. Los Salesianos Cooperadores están
llamados por Dios a vivir el carisma salesiano en la Asociación con apertura y
disponibilidad para implicarse en iniciativas promovidas por otras realidades y
organizaciones eclesiales, religiosas y civiles.
Su fidelidad está sostenida por el afecto y la solidaridad de los miembros de la Asociación
y de la Familia Salesiana.
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6.1.10.- SER SALESIANO COOPERADOR: UNA OPCIÓN PARA TODA LA VIDA
2. Para consolidar el valor de la pertenencia a la Asociación y, a través de ella, a la
Familia Salesiana, los compromisos asociativos asumidos en la Promesa se realizan
según las modalidades más adecuadas establecidas por el Reglamento.
Estatuto. Art.41. Un camino que conduce a la santidad
Los Salesianos Cooperadores y las Salesianas Cooperadoras optan por compartir la
senda evangélica trazada en el presente Estatuto y en el Reglamento.
Se esfuerzan responsablemente para seguir por este camino que conduce a la santidad.
El Señor acompaña con la abundancia de su gracia a cuantos actúan con el espíritu del
«da mihi ánimas», haciendo el bien a la juventud y a las clases populares.
DESARROLLO
Documento para la reflexión
Ser Salesiano Cooperador, un camino a la santidad.
Por formación y por experiencia, sabía Don Bosco que la vida cristiana está llamada a
crecer continuamente. En su ministerio sacerdotal presentaba la santidad como una meta
asequible a todos, también a los jóvenes. Y denunciaba la tibieza espiritual repitiendo el
conocido dicho: “no avanzar, es retroceder”. A los Salesianos Cooperadores nos escribió
que la finalidad fundamental de nuestro ser es la de hacernos bien a nosotros mismos.
El PVA “ofrece (al Salesiano Cooperador) un camino auténtico de santificación según las
exigencias de la Iglesia y el mundo actual”95 Se habla de camino. En esta perspectiva el
Salesiano Cooperador se muestra como un peregrino que camina, día tras día, en
compañía del Señor Resucitado, animado por su Espíritu, hacia la confiada posesión de
la perfección evangélica, modelada sobre la del Padre.
El proemio nos habla también de “santificación”. La santificación se va consiguiendo en la
realización de la misión salesiana, según la identidad propia del Salesiano Cooperador.
Responder a la vocación de Salesiano Cooperador equivale a adentrarse en un camino
que no conduce a la propia destrucción, sino a la propia realización según el proyecto del
Evangelio, que es el que el Padre ha pensado para cada uno de nosotros. No una
realización a medias o mediocre, sino en el mayor grado posible: “Se esfuerzan
responsablemente para seguir por este camino que conduce a la santidad”96.
Una meta: la felicidad.
Como para cualquier cristiano, también para el Salesiano Cooperador seguir el proyecto
de vida apostólica “es una forma de vida evangélica de realizarse a sí mismo”. En efecto,
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la vocación personal coincide con el mejor proyecto de vida, efectivamente realizable,
que uno puede pensar y desear para sí.
Como toda vocación cristiana libera y promociona. Constituye una llamada a la
realización plena de sí mismo, de las propias capacidades, energías, disposiciones y
posibilidades de la propia situación. ¿Cómo? Mediante un amor total a Dios y a los
demás que crece y madura a lo largo de todo el arco de la vida.
Quien ama a Dios y a los demás entra en comunión con la realidad entera. A semejanza
de Cristo, el Hombre perfecto, llega a ser plena y perfectamente humano.
Quien sigue con fidelidad, aunque con sacrificio, su vocación, se realiza plenamente a sí
mismo, es decir, llega a “ser alguien” ante Dios y ante los demás, aun en lo sencillo y
ordinario de la propia historia.
Seguir la opción de la vocación salesiana de Salesiano Cooperador es una opción de
vida que se sumerge en su fuente infinita y perenne, y bebe de ella: el Dios de la vida.
Por eso “es un camino que conduce a la santidad”97 a la felicidad.
Un reto: la fidelidad.
El progreso en la vida y en el camino de santidad es obra del Espíritu sobre todo. Pero
como el Espíritu actúa sobre personas inteligentes y libres, pide nuestra activa
colaboración.
Jesús nos dice que el dinamismo de la vida cristiana no nos permite vivir estacionados.
Hay que progresar siempre, hay que producir frutos. Condenó claramente la esterilidad
espiritual: los sarmientos improductivos se arrojan al fuego y arden98; el árbol que no da
fruto es cortado y quemado99; la higuera estéril no tiene derecho a ocupar la tierra,
aunque se le de otra oportunidad100; y la viña será arrendada a otros labradores que
obtengan los frutos a su debido tiempo.101
Se trata de un reto, que se puede traducir en una palabra: fidelidad. Vivir en fidelidad es
responder libremente día a día a la llamada que Dios nos hace sabiendo que todo fluye,
todo cambia, nada dura eternamente. Implica capacidad para adaptarse al juego de la
vida, de acomodarse al cambio constante del devenir histórico, de no quedar
anquilosados en parámetros inmovilistas, de saber ser dinámicos, creativos.
Vivir en fidelidad es dar un sí firme en todas las circunstancia de la vida; un sí dinámico
que tiene presente cuatro principios fundamentales:
- Los signos de los tiempos. Cada época, cada edad, cada circunstancia,
demanda determinadas respuestas a las que hay que estar atentos y ante las que
conviene ser ágiles. Por este motivo hay que estar en continua tensión y con los
ojos bien abiertos ante los cambios que se producen y discernir las respuestas
que desde nuestra vocación debemos dar en cada momento.
- El Evangelio. Es el punto de referencia obligado, punto de partida y llegada, de
programación y revisión de vida. Nuestra fidelidad personal se contextualiza en el
marco del Evangelio.
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Jn 15,6
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Mt 3, 10
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Lc 13, 6-7
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Mt 21, 41
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- La Iglesia que cambia, que se esfuerza por interpretar también los signos de los
tiempos. Nos movemos en los estrechos límites de la conjugación de las nuevas
tendencias y sensibilidades de un mundo secularizado con la postura tradicional
del magisterio de la Iglesia.
- El carisma fundacional. Las fuentes salesianas de las que bebemos y que
marcan líneas concretas y específicas para llevar el Evangelio, desde la Iglesia, a
la vida.
¿A quién somos fieles?
Ser fieles a nuestra vocación no lo podemos ver como algo abstracto: la fidelidad a un
proyecto de vida plasmado en el PVA. Nuestra fidelidad trasciende a un simple proyecto y
se concreta en se fieles a:
- A Dios Padre porque Él nos ha llamado para ser felices, ha dado el primer paso,
ha salido a nuestro encuentro y nos ha dicho “Id también a la viña”; su fidelidad es
indeleble a pesar de nosotros mismos. A Dios Hijo: camino, verdad y vida porque
siendo Él fiel hasta el final nos indicó cual es el camino para llegar al Padre. A
Dios Espíritu que nos acompaña, sostiene e ilumina.
- A uno mismo porque nuestro sí en la promesa fue libre, coherente y meditado;
porque damos nuestra palabra.
- A los hermanos y hermanas cooperadores con los que compartimos nuestra
vocación porque nos ayudan y acompañan en nuestro caminar y porque en ellos
expresamos nuestra fidelidad a la comunidad eclesial.
- A nuestros destinatarios: los jóvenes porque son el objeto de nuestra misión,
de nuestro ser.
Fidelidad dinámica
La vida es historia, es dinamismo, reacción vital ante los sucesos siempre nuevos. A la
responsabilidad personal del Salesiano Cooperador, a su decisión y generosidad, a su
imaginación espiritual y apostólica se confía la propia perseverancia y fidelidad. No se
trata de “durar”; se trata de trazar el propio camino salesiano, de inventarlo día a día,
provocado y sostenido (¡así lo esperamos!) por el “afecto y la solidaridad de los miembros
de la Asociación y de la Familia Salesiana”102 y más profundamente todavía, inspirado e
impulsado por el Espíritu Santo.
Comprometerse como Salesiano Cooperador es comprometerse a un futuro desconocido,
que quiere decir es creer y imponerse unos medios prácticos para mantener vivo el ideal
al cual se ha consagrado: el amor a Cristo, a los jóvenes y a los hermanos con estilo
salesiano.
Como es absurdo creer que la fuerza de la fidelidad bajará milagrosamente del cielo
como el maná, el Salesiano Cooperador ha de trazar un Proyecto personal de Vida
adaptado a cada circunstancia particular de la vida que abarque:
- su ritmo de oración y vida sacramental;
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- los momentos de lectura, de estudio personal y de revisión de la propia vida;
- su participación activa en los encuentros, retiros, reuniones… ofrecidas por la
Asociación y por la Iglesia local;
- sus compromisos apostólicos concretos;
- y, sobre todo, su voluntad de permanecer abierto a toda sugerencia nueva por
parte de Dios quien, normalmente, no deja tranquilos a sus hijos.
Pautas para la reflexión
- ¿Qué significa para mí, para nosotros “Ser Salesiano Cooperador es una vocación
que abarca toda su existencia”?
- ¿He descubierto que mi exigencia de fidelidad y disponibilidad mehacen crecer en
el sentido de pertenencia y corresponsabilidad en al Asociación?
- ¿Cómo nos pueden ayudar en nuestra fidelidad el Centro local y los demás
miembros de la Asociación y de la Familia Salesiana? ¿Cómo podemos hacerlo
nosotros?
PARA DOCUMENTARSE – OTROS RECURSOS
Bibliografía
- Josep Colomer Planas “COOPERADOR SALESIANO, Una vocación apostólica
salesiana” –Barcelona 1998
- José Javier García Carpintero. “El mañana: seguir profundizando nuestra
identidad. Ponencia en el III Encuentro Nacional de Cooperadores Salesianos.
Asociación de Cooperadores Salesianos – Madrid 1998
- COMENTARIO OFICIAL AL REGLAMENTO DE VIDA APOSTÓLICA. Madrid 1993
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