HISTORIAY PERSPECTIVAS DEINVESTIGACiÓN. ESTUDIOS EN MEMORIA DEL PROFESOR , " ANGEL RODRIGUEZ SANCHEZ Coordinador MIGUEL RODRÍGUEZ CANCHO lE EDITORA REGIONAL DE EXTREMADURA ~ ~ # ANGEL RODRIGUEZ SANCHEZ y EL ESTUDIO DE LAS ESTRATEGIAS FAMILIARES. ALGUNAS REFLEXIONESDESDE - EL MUNDO RURAL EN LA ESPANA INTERIOR1 Frarlcisco García González UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA ecía nuestro homenajeado que "en la historia de la familia sólo ha de reconocerse cierta espontaneidad biológica; lo demás resulta ser un conjunto de evidencias que remite a una dirección calculada"'Efectivamente, todo parece apuntar a que el comportamiento familiar es un comportamiento estratégico. Ahora bien, la cuestión está en explicar cómo esto era así y cómo se llegaban a conseguir los objetivos propuestos. Los esfuerzos de Ángel Rodríguez fueron encaminados sobre todo al estudio de la patria potestad, un poder avalado por el Estado y por la Iglesia por el que el padre ejercía plena e ilimitada autoridad sobre la familia y sus miembros, arrogándose la capacidad última de decisión sobre su destino. Este dirigismo familiar se basaba en un sistema de consentimientos preestablecidos que eran asumidos tanto en el interior como en el exterior de la familia al ser aceptado por la mayoría de la sociedad y amparado por las leyes civiles y eclesiásticas que velaban por su cumplimiento~. Sobre este planteamiento y su concepto de estrategia: "conjunto de actos conectados entre sí, que tienen por finalidad construir, conservar, o acrecentar, las diversas manifestaciones de cualquier forma de poder", reposan las propuestas de Ángel para el estudio de las estrategias familiares en el Antiguo Régimen. Unas propuestas que giraban fundamentalmente en torno al binomio privilegiar/excluir, acumular/dividir, tomar/quitar y para las que nos ofrecía sugerentes vías con las que poder descubrir, sistematizar y evaluar las intenciones y sus consecuencias. Sin ninguna duda, nuestro autor dió prioridad a los protocolos notariales para observar y comprender las D estrategias. En concreto. privilegiaba a cinco tipos de escrituras: testamentos, dotes, mayorazgos, inventarios y partijas, aquellas cuya disposición y organización interna era susceptible de sistematizarse para captar voluntades, intereses e intencionalidades'. Su apuesta por este tipo de fuentes y por la aplicación de una metodología más cualitativa se justificaba porque tenía claro que las matemáticas entienden muy poco de estrategias y adaptaciones. Por ejemplo, en relación al riguroso y pionero método de reconstrucción de familias francés, imprescindible para analizar el comportamiento demográfico de la población y que durante bastante tiempo obsesionó a la mayoría de los investigadores, Ángel ironizaba recordando cómo se quedaban "muy intranquilos cuando no nos salía el porcentaje adecuado a los modelos señoriales, y la odiosa comparación fue un enriquecimiento que sólo sirvió a la fe en la cifra necesaria"'. Pero es más, para él el peligro no era sólo la obsesión por el número sino que la aceptación sin más de las evidencias cuantitativas pudieran impedir ver las motivaciones estratégicas. Una clara muestra de ello la encontramos en el caso de las tipologías residenciales siguiendo el método propuesto por Peter Laslett y la escuela de Cambridge. Con dicho método, en la mayor parte de los estudios realizados sobre la España interior a mediados del siglo XVIII a través de! Catastro de Ensenada encontramos que abrumadoramente los hogares se estructuraban de forma nuclear siguiendo el sistema de herencia igualitaria y e! modelo de residencia neolocal. La homogeneidad de conductas que el análisis de las experiencias mayoritarias nos ofrece no deja lugar a dudas por su universalidad y generalidad. Si hiciéramos sólo esta lectura de ....-............-.........-..-...-.... 1 Este trabajo se incluye dentro del proyecto PB97-1058. Con él queremos rendir nuestro pequeño homenaje al profesor Ángel Rodríguez Sánchez como reconocimiento a su magisterio en el estudio de la historia social a través de la familia. En concreto, nuestra reflexión partirá de su artículo "Métodos de evaluación de las estrategias familiares en el Antiguo Régimen", publicado en Fuentes y Métodos de la Historia Local, Diputación de Zamora .. Instituto de Estudios Locales "Florián de Ocampo", Zamora, 1991, p. 141-153, Y cuyas propuestas influyeron en gran medida en nuestro libro Las estrategias de la diferencia. Familia y reproduccióll social en la Sierra (Alcaraz, siglo XVIII), Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Serie Estudios), Madrid, 2000, a donde nos remitimos para ver desarrollados los aspectos aqui tratados. 2 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias... Op. cit. p. 151. 3 A este respecto véase Ángel RODRÍGUEZ SANCHEZ, "El poder familiar: la patria potestad en el Amiguo Régimen", Chronica Nova, 18, 1990, p. 365-380. 4 Este fructífero aprovechamiento en el tratamiento de las escrituras notariales se debe a los avances metodológicos conseguidos en nuestro país desde que a mediados de los años setenta se pusieron de manifiesto sus enormes posibilidades, un esfuerzo al que Ángel Rodóguez se sumó desde el primer momento. A este respecto véase también el magnifico dominio de estas fuemes por otro de nuestros pioneros, José Manuel PÉREZ GARCIA, "Estructuras familiares, prácticas hereditarias y reproducción social en la Vega Baja del Esla (1700-1850)", Studia Historica. Historia Moderna, n" 16, 1997, p. 257-290. 5 Ángel RODRÍGUEZ SANCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias op. cit., p. 152. Sobre cómo se llegó a la historia de la familia véase igualmente algunas páginas en su breve síntesis Lafamilia en la Edad Moderna, Arco/Libros, Madrid, 1996, p. 9-11. -129- FRANCISCO GARCIA GO~ZALFZ la fuente, estaríamos de acuerdo con Ángel cuando afírmaba que las cifras sólo valen para aproximamos a lo que es estátíco en el instante concreto de la observación y que de ellas se escapan las singularidades que han de elaborarse con los datos cualitativos.. Sin embargo, tampoco debemos caer en la tentación de rechazar las aportaciones que nos pueden ofrecer fuentes eminentemente cuantitativas. Un análisis más sutil puede mostramos algunas pautas de comportamiento muy interesantes ya que, como nosotros hemos hecho con el Catastro, los desvíos a la norma desde una perspectiva diferencial (según la riqueza, la cateogría socioprofesional, el sexo, la edad o el estado civil) sí son sociológica mente muy importantes. Más que verse sólo como unidades estáticas cristalizadas en el momento de realizar el recuento, las formas de residencia y la composíción de los agregados domésticos también pueden contemplarse como la expresión y el resultado de la puesta en práctica de una serie de decisiones y estrategias que pueden poner de manifiesto ciertas regularidades de comportamiento desiguales en función de posiciones y status distintos dentro de la jerarquía social. En cualquier caso, entender por qué se hacen determinadas opciones exige interesamos no sólo por el funcionamiento y la estructura interna de los hogares sino aplicar una óptica de análisis más cualitativa para comprender cómo se establecían las relaciones intergeneracionales y cómo se integraba en unas redes mucho más amplias, sobre todo en las de parentesco. Precisamente, cada vez son más los esfuerzos que se están realizando para comprobar el alcance de los lazos familiares y de parentesco, algo que también se puede obtener a través de complicados cálculos estadísticos basados en la aplicación de avanzadas técnicas de microsimulación'. Pero de nuevo, si nos quedáramos únícamente con el dato relativo a los niveles de endogamia o de consanguinidad por ejemplo, bien podría parecer que sólo nos preocupan las cuestiones relativas a la herencia genétíca, que sólo nos preocupa constatar de quién descienden los habitantes de una determinada población. Bastante más provechoso desde la perspectiva social es el levantamiento de genealogías. Ahora bien, debemos asumir que la historia de la familia no se agota en ellas y que acercamos al problema a través del famoso y selectivo árbol gen ea lógico puede resultar una aproximación tan inútil como calcular el número de veces que se repite un apellido en una localidad concreta si se olvida que las relaciones que ligan a los antepasados constituyen una red y, por lo tanto, más que forma arbórea, las relaciones se configuran de forma reticular al modo de un nudo en el cruce de varios hilos. Tal concepción nos lleva a otra dimensión: aun siendo conscientes de que sólo podemos avanzar a través de representaciones parciales, remontar 6 Ibidem, p. 147 7 Una propuesta para aproximarse al número de posibles parientes existentes en una población concreta en Susumu OHNO, "The Malthusian paramcter of ascents: \,('hat prevenrs the exponential increase of one's acestors?", Proceedings of tbe National Academy of Sciences, USA 93, 1996, p. 15276-15278. 8 Las nuevas perspectivas que abre este cambio de planteamiento pueden comprobarse en Juan Luis CASTELLANOy Jean-Pierre DEDIEU, editores, Réseaux, fami//es et pouvoirs dans le monde ibénque a la fin de l'Ancien Régime, CNRS Edilions. Paris. 1998. - 130- la red de parentesco nos conduce directamente hacia la reconstrucción de redes sociales'. Como se sabe, la sociedad preindustrial no es una sociedad anónima, dista mucho de la actual sociedad de masas. En ella el peso de la comunidad local es abrumador. Pues bien, gracias al cruce de fuentes nominativas de distinta índole (parroquia les, municipales, notariales, judiciales o fiscales) y a la mayor atención prestada por los historiadores a las aportaciones de los antropólogos, cada vez más los investigadores se están preocupando, no sólo por recuperar el tiempo corto, sino sobre todo por observar los lazos de relación y los mecanismos ocultos de diferenciación existentes dentro de poblaciones aparentemente homogéneas.. 11 En general, cuando hablamos de estrategias familiares nos referimos al conjunto de recursos múltiples que las familias ponen en marcha para lograr los objetivos deseados o, en su caso, para dar soluciones -dentro de su diversidad- a los problemas para alcanzar su reproducción como grupo, asegurar o mejorar su continuidad, proteger sus intereses y, en la medida de lo posible, adaptarse a las circunstancias y a los cambios del entorno. Es decir, con este término designamos a la serie de decisiones que alimentan la vida familiar y que no son otra cosa que las respuestas adoptadas dentro de las posibilidades de actuación y de las oportunidades de elección que se tenían en un contexto determinado. A pesar de esta definición de carácter general, como Bemard Derouet'O, creemos que no existe una estrategia universal. Después de haber analizado casos concretos", representantivos de distintas situaciones, actitudes y formas de comportamiento que pudieran ser características de ciertos grupos, hemos de admitir que existían unas claras diferencias sociales en función de unas necesidades y de unos intereses muy particulares. Ya lo decía Ángel Rodríguez Sánchez cuando recordaba que "no es lo mismo diseñar una estrategia para la supervivencia que para la acumulación de riqueza"!1. Efectivamente, el análisis de las relaciones interpersonales entre los miembros situados en la cúspide de la escala social nos ponen de manifiesto su desigualdad y su utilización como medio para remarcar las diferencias con el resto de la sociedad: la explotación del parentesco a través de una política matrimonial muy endogámica y de otras formas de "capital relaciona!" buscan la perpetuación y la reproducción de su esta tus y posición, del mismo modo que con una práctica hereditaria que primaba la continuidad patrimonial (bien con la creación de mayorazgos, patronatos, capellanías u otros mecanismos más sutiles) se garantizaba el control de los medios de 9 Para un estado de la cu""stión véase Francisco GARCÍA GONZÁLEZ, "Historia de la familia y campesinado en la España Moderna. Una reflexión desde la historia social", Studia Histonca. Histona Moderna, nO18, 1998, p. 135-178. 10 Bernard DEROUET, "Transmettre la terre. Origines et inflexions récentes d'une problematique de la difference", HiStoire et Sociétés Rurales, nO2, 1994, p. 45-46. 11 Para ello nos remitimos a nuestro libro Las estrategias de la diferencia op. cit., p. 241-297 12 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias..." op cit., p. 152. Á.\GH ROfJRícCEZ producción, los cargos, los títulos y otro tipo de propiedades, honores y funciones públicas (civiles o eclesiásticas). Pero es que, además, aquí la propia relación con el mercado era fundamental, evidenciando más que en ningún otro grupo cómo la lógica del provecho sustituye a la lógica de la subsistencia. Al no salvaguardar las leyes de la misma manera a la propiedad "campesina" que a la propiedad vinculada y amortizada, se favorecía la transferencia y concentración en sus manos!.'. Como, por otro lado, el sistema de herencia igualitaria propiciaba el incremento de la circulación de bienes en el mercado, aprovechando su posición y su mayor integración dentro de una economía monetaria podían desviar los excedentes obtenidos de la venta de sus productos o del control del sistema crediticio y del préstamo hacia la acumulación de tierras u otros bienes. A ello hay que añadir el hecho de tratarse frecuentemente de administradores o arrendatarios de tierras de la nobleza foránea o de conventos y otros propietarios eclesiásticos, lo que, junto a la titularidad de regimientos y otros oficios perpetuos. reforzaba su papel de intermediarios dentro de la comunidad". De este modo gozaban de un prestigio y de una influencia que traspasaba lo puramente económico para convertirse en la base sobre la que se establecían las redes de control y dominación social, los vínculos de dependencia y desigualdad que en verdad le permitían reproducirse a lo largo del tiempo. Se comprende así cómo es entre los grupos de élite donde mejor se observan los comportamientos estratégicos y donde alcanza su máxima expresión ese juego selecti\'o de privilegiar y excluir al percibirse un proyecto a más o menos largo plazo que busca perpetuar la preeminencia social de la familia y mantener esas fuertes relaciones oligárquicas y caciquiles que le benefician y justifican su posición". Sin embargo, el hecho de que entre una buena parte de la población no hubiera unas expectativas de mayor alcance no implica que hablemos de sujetos huecos, vacíos. Incluso entre los grupos más desfavorecidos, aquellos que se encontraban en los niveles inferiores del "bello orden" social, asegurar su propio presente y afrontar el vértigo de la subsistencia no dejaba de ser su principal opción. Para sortear los obstáculos de lo cotidiano y culminar con éxito la aventura de sobrevivir también se adoptaron los medios y las fórmulas necesarias con tal de evitar un destino impredecible, siempre susceptible de sufrir el hachazo de la desgracia en un mundo tan frágil como el del Antiguo Régimen. Y sin ninguna duda, aquí la familia se convertía en el referente, el espacio que daba seguridad y guiaba la acción. En SÁSCHEZ }' El ESnVIO fJE L~S ESTRA1ECIAS FA'fIlIARES. ALCU,\:4.~ REFlEXIO.\ES... este sentido, compartimos con Giovanni Levi su noción de "frente de parentesco"; conjunto de individuos no necesariamente corresidentes pero unidos entre sí por lazos de alianza o de parentesco -consanguíneo o nopara afrontar la incertidumbre del mundo social"'. Porque, del mismo modo que las relaciones familiares y de parentesco eran algo inherente al sistema en las sociedades rurales, también los lazos de ayuda y solidaridad eran algo consustancial a su lógica social. La contigüidad de hijos, padres u otros parientes ya casados, con casas unidas unas a otras y donde el parentesco y la vecindad se confunden; la proximidad residencial al vivir en la misma calle, barrio o en localidades muy cercanas donde la corta distancia permitía mantener contactos frecuentes'-; la gestión y explotación común del patrimonio; la movilidad de la población de unos hogares a otros, etc., son muestras que ponen de manifiesto la importancia de las relaciones de dependencia intergeneracional y de reciprocidad en torno a las parentelas. y es que, aunque evidentemente el parentesco no equivale siempre a solidaridad (no en vano algunos de los conflictos más intensos son los que enfrentan a parientes), en cualquier caso, quizá haya que entender la red de parentesco como una "reserva de interacciones potenciales"'", casi siempre posibles y sin duda siempre privilegiadas a la hora de crear vínculos y lazos afectivos o de otro tipo. De este modo, incluso entre los grupos menos pudientes. estrategias como la endogamia permitían compartir con mayor ventaja la miseria. Igualmente, en coyunturas específicas (viudedad, orfandad, enfermedad, emigración, necesidad temporal de mano de obra, etc) hemos comprobado cómo se reactivaban o se utilizaban unos vínculos que, a veces, podían aparentar que estaban en desuso o semiolvidados. Por lo tanto, aunque en la Castilla rural las familias nucleares no sólo fueron abrumadora mente mayoritarias sino también ideológicamente normativas, la neolocalidad o el establecimiento autónomo de la pareja implícito al sistema de residencia no tenía por qué afectar al trabajo y a la producción ni tampoco a su dimensión "solidaria" en forma de prestaciones de ayuda y cuidado, demostrando la gran capacidad de adaptación de los agregados domésticos al no estar impermeabilizados a las presiones del contexto demográfico y socioeconómico. Una sociedad como la del mundo rural castellano caracterizada por la fragilidad de los patrimonios es lógico que estuviera muy aferrada a la viabilidad reproductiva de la solidaridad familiar. Sin embargo, como decía Ángel Rodríguez, la "administración" de la misma obedece a un ....-........--......-...-.... 13 Véase Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Herencia y patrimonio familiar en la Castilla del Anliguo Régimen (1650-1834): efectos socioeconómicos de la muerte y de la partición de bienes, Universidad de Valladolid, Valladolid, 1995. 14 Sobre la importancia de este papel en la sociedad del Antiguo Régimen véase Francisco José ARANDA PÉREZ, coordinador, Poderes intermedios, poderes interpuestos. Sociedad y oligarquías en la Espatia moderna, Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca, 1998. 15 No en vano, estas estrategias parece que no olvidaban que "una familia se identifica a sí misma por sus capacidades económicas y de rela, ción social" (Ángel RODRlGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias op. cit., p. 150, algo que nuestro autor conocía muy bien a través del caso extremeño en su trabajo "El poder y la familia. Formas de control y de consanguinidad en la Extrema dura de los tiempos modernos", en Francisco CHACÓN JIMÉNEZ y Juan HERNÁNDEZ FRANCO, editores, Poder, familia y consal'lguinidad en la España del AntIguo Régimen, Anthropos, Barcelona, p. 15-34. 16 Giovanni LEV!, La herencia inmaterial. La historia de un exorcista píamontés del siglo XVII, Nerea, Madrid. 1990 17 El importantísimo papel de las comunidades familiares en el poblamiento y la organización del espacio rural los hemos podido comprobar en la multitUd de pequeños núcleos diseminados por la sierra de Alcaraz, donde es frecuente que con 10 casas o menos los mismos apellidos se repitan (la familia Garvi en La Caballeña, los Palacios en Los Alcornocales, etc). Véase Francisco GARCÍA GONZALEZ. L'ls estr,lIo!, gías de la diferencia... op. cit., p. 305). Algo semejante encuen:::1 Francisco CHACÓN, Historia social de la familia en &.paiia. ~,~u'a~. 1990, p. 109-110, en el extenso término de Lorca. 18 Una idea propuesta por Jean Píene DEDIEU y Christian \\:'.'::>LE:: .:... familia:¿unaclave para entenderla historiapolítica?-. 5::4;{ ; h.:.'--' ~:~.; Historia Moderna, n" 18, 1998, p. 220, Y que noSOtros ~<'-;:-,_;:-.'"¿¡c.' dole una dimensión más amplia que la estrictame"re ret:..o-. -131- FRANCISCO GARCíA GON7_~lEZ conjunto de estrategias que no siempre es el mismo'". En este sentido, quizá más que otros, los medianos propietarios tenían que agudizar sus estrategias; sabían que su situación podía cambiar en cualquier momento y para ellos garantizar su posición y su seguridad económica era uno de sus objetivos prioritarios, su bien más preciado al asumirse en realidad como la principal herencia de un pasado duramente trabajado. En este sentido, la clave de su éxito era mantener la unidad familiar como unidad productiva y como unidad de trabajo. Aquí es muy interesante comprobar las particularidades del tránsito de la dependencia familiar de los hijos a la supuesta vida autónoma tras el matrimonio, algo observable -en su variedad- desde el análisis de los itinerarios vitales, las trayectorias de vida. Gracias a los procesos de socialización laboral no era incompatible transmitir de generación en generación los medios de producción y al mismo tiempo reforzar los lazos familiares. La familia, preocupada por la situación de sus miembros más jóvenes, les prestaba apoyo en el inicio de su vida conyugal, regulando la transmisión de los bienes y de la propiedad que garantizará su futuro. Donaciones propter l1uptias o i11tervivos recuerdan cómo los individuos están subordinados al grupo familiar pero al mismo tiempo cómo muchas veces este último depende de las prestaciones laborales de los hijos ya casados. Y esto, como en el caso de las estrategias matrimoniales más endogámicas, podía ocurrir no sólo entre aquellas familias cuya reproducción dependía de la propiedad de la tierra, del ganado o de otros bienes, sino también cuando dependían de su posesión o gestión por medio de arrendamientos u otras fórmulas indirectas'o. No obstante, hay que tener también en cuenta que había algunas limitaciones, como el factor tiempo; para la mayoría de la población, que ya luchaba por lo estrictamente necesario para sobrevivir con pocas garantías de éxito, difícilmente se podía plantear la solidaridad como algo perdurable. Pero es que además, debemos recordar que no todo era desinteresado como demuestra e! hecho de que, tras la ayuda prestada a padres, hermanos u otros parientes, normalmente luego se era recompensado en el momento del reparto de la herencia. Aquí hay que hablar, pues, de la llamada "renta del afecto"; interdependencia afectiva asumida como un deber y una obligación moral aunque también presentada en términos de intercambio, confundiéndose así amor y recompensa". Es obvio que las estrategias no tienen por qué ser siempre selectivas y acentuar los desequilibrios como se deriva del binomio privilegiar/excluir. Sin embargo, en palabras de Ángel Rodríguez, "nadie obedece de manera gratuita y el destino asignado, sea aceptado o forzoso, cuesta una decisión"", por lo que esa imagen de paz social supuestamente predominante en el mundo rural es un espejismo al estar siempre amenazada por tensiones, rupturas, pleitos y desacuerdos. Creemos que hay que superar una interpretación "unitaria" de la familia, es decir, la idea de que sus miembros, simplemente por e! hecho de serio, comparten e! mismo nivel de acceso a los recursos y reciben el mismo trato. Como hemos dicho, la familia se caracteriza por su comportamiento estratégico, un como. porramiento que no tiene por qué buscar siempre la equidad entre sus componentes. Así, incluso en la España interior donde primaba la herencia divisible -en principio igualitaria-, podían darse estrategias distintas atendiendo al orden de nacimiento (sobre todo primogénito/a o ultimogénito/a), al estado civil o, especialmente, a la diferencia sexual de los herederos. De este modo, si el sistema sólo tenía en cuenta supuestamente al individuo, en realidad se comprueba que no era así y que había otros factores añadidos que lo condicionaban y lo desvirtuaban. Hay que reconocer que en la toma de decisiones suelen combinarse elementos normativos, materiales y visibles con otro tipo de motivos y presiones menos tangibles. Por eso, junto al análisis de! marco legal o de aspectos absolutamente cuantificables como el nivel de recursos disponible o el número de miembros de los agregados domésticos, e! estudio de las relaciones interfamiliares, y aún más allá, de las relaciones interpersonales se convierte en clave. En la sociedad rural, la forma en que se produce la interacción entre familia, tierra (u otros bienes) y trabajo es fundamental. La cuestión está en analizar las fórmulas adoptadas para conjugar los intereses del grupo familiar con los intereses individuales o, en su caso, cómo se resuelven los conflictos cuando no hay convergencia entre unos y otros (algo sobre lo que hay muy pocos estudios hasta el momento)'3. Centramos sólo en e! campesino aislado interesado únicamente por la continuidad y el mantenimiento de su propio grupo doméstico sería algo excesivamente reduccionista para comprender sus decisiones y estrategias. Éstas últimas creemos que forman parte más bien de una acción colectiva dado que la relación entre familia y recursos (tanto en su dimensión material como simbólica) no se realiza, como dice Isabel MolF" por vía individual, o de forma simple, sino que transcurre en el contexto de redes familiares más complejas. Ángel Rodríguez también era tajante en este sentido cuando afirmaba que "achacar a la patria potestad toda la capacidad de decisión es un error. Los parientes también deciden y ayudan, más de lo que pensamos, a definir una estrategia"';. Sin embargo, la cuestión es aún más complicada si asumimos con Dedieu y Moutoukias que la estrategia de los actores reposa sobre la interrelación de redes de naturale- ~........_.... 19 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias op. cit., p. 148, nota 27. 20 Sobre el compoI1amiento de los medianos propietarios véanse las páginas que dedicamos a este grupo en nuestro libro Las estrategias de la diferencia... op. cit., p. 274-283, donde se puede ver cómo era frecuente la asociación de dos o más labradores -a menudo pariemes, vecinos o amigos- para hacer frente a una explotación. 21 Susana NAROTZKY. "La renta del afecto, ideología y reproducción social en el cuidado de los viejos", en A ntropología de los pueblos de España, Taurus Universitaria, Madrid, 1991, p. 465-473. 22 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias.. . op. ci!., p. 150. La resignación con que los hijos solían acatar las -132- preferencias de sus tutores podría justificarse también porque aquellos "estaban más presos de lo que no querían perder que de lo que podían ganar". Javier ANTÓN PELAYO,"CompoI1amientos familiares y actitudes culturales durante la Edad Moderna". Studia Historíca. Edad Moderna, 18, 1998, p. 88 23 Un magnífico ejemplo a seguir es el trabajo de Tomás MANTECÓN, Conjlictividad y disciplina miento social en la Cantabría rural del Antiguo Régimen, Universidad de Can/abria, Santander, 1997. 24 Isabel MOLL BLANES, "Las redes familiares en las sociedades rurales", Historia Social, n" 21, 1995, p. 125 Y 126. 25 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias. . op cit., p. 150, nota 33. ÁSGEl RODRlGUE7 SÁ¡\CHEZ r F.I.ESTCDIO DF.I.AS ESTRATECIAS FMlIlIARE5. AlC{:SAS REFLEXIONES.. za diferente"', por lo que la toma de decisiones no es un proceso lineal sino que en el mismo se solapan diversos planos como se pone de manifiesto sobre todo a través de la reconstrucción de itinerarios y trayectorias vitales. Efectivamente, un individuo podía estar inmerso en una compleja trama en la que se entremezclaban y superponían diferentes tipos de vínculos, desde el parentesco, la amistad o la vecindad hasta los lazos de clientela, apoyo y protección, dependencia, trabajo, etc. Lo que ocurre es que la familia, como el espacio en el que se aglutinaban las diversas esferas de acción individuales, podía influir en el destino de cada uno de sus miembros al quedar sus objetivos subordinados a los de aquella como avalaba y garantizaba también la Iglesia y el Estado. En este punto es donde resulta clave la socialización familiar y la interiorización de modelos y roles. Las ideas sobre la jerarquía y la autoridad, el deber, el honor, etc.. modelan un sistema de representación que tiene en la familia su principal agente canaliza dar y que además se proyecta sobre la sociedad. De este modo, a pesar de la dinámica igualitarista que la definía, en realidad la familia se convertía en el mundo rural castellano en una pieza fundamental en la reproducción de una sociedad caracterizada por el reconocimiento y la aceptación de la jerarquía, la dependencia, el favor y la obediencia; una sociedad donde la diferencia se convertía en privilegio y desigualdad y que era asumida como algo consustancial a la propia forma de organización social, como algo interiorizado colectiva e individualmente, dando lugar así a una cohesión social basada en la "convivencia de la desigualdad"". El reforzamiento de la autoridad patriarcal y de la diferenciación por sexos en el interior de la familia y el fortalecimiento de los lazos de dependencia, patronazgo y clientela en el exterior tendrían un claro reflejo en la propia forma de jerarquización social. Por eso, frente a su imagen idílica, en realidad la comunidad rural no sería otra cosa -en palabras de Rafael Domínguez Martín- que la suma de desigualdad y control social"'. Tras lo expuesto, tres conclusiones parece que se imponen: a) que toda estrategia, como conjunto de decisiones, interrelaciona los espacios doméstico y social b) que las decisiones encierran un juego complejo y sutil entre las preferencias socialmente constituidas, las circunstancias existentes y las imágenes asociadas con el parentesco y la norma c) que el binomio privilegiar/excluir no sería otra cosa que una consecuencia más de una forma muy especial de concebir lo "justo" en una sociedad corporativa y jerárquica29 26 Jean Pierre DEDIEU y Zacarías MOUTOUKL-\S. "Introduction. Approche de la théorie des réseaux sociaux", en Juan Luis CASTELL-\NO y Jean-Pierre DEDIEU, editores, Réseaux, fa m illes et pouvoirs dans le monde ibérique ti la fin de IAncien Régime. CI'RS Edilions, París. 1998, p. 9. Véase también Juan PRO RUIZ, "Socios, amigos y compadres: camarillas y redes personales en la sociedad liberal", en Francisco CHACÓN y Juan HERNANDEZ FRANCO. editores. Familias, poderosas)' oligarquías, Universidad de Murcia, 2001. p. 155-175. 27 Para una sug"rente propuesta véase Francisco CHACÓN JIMÉNEZ, "Hacia una nueva definición de la estructura social en la España del Antiguo Régimen a través de la familia y las relaciones d" parentesco", Historia Social. n" 21. 1995, p. 75-104. 11I En definitiva, la sociedad rural no es en absoluto una estructura rígida e inmóvil. Sus componentes no eran ni ingenuos espectadores ni un instrumento pasivo ni meros agentes mecánicos cuyo comportamiento venía determinado por poderes superiores o por el sistema demográfico-económico Y normativolO Al contrario, fueron parte muy activa al adoptar con sus estrategias respuestas diferentes a los retos del momento aprovechando, eso sí, las oportunidades de elección que tenían. Es más, la diversidad de estrategias individuales y colectivas observadas al aplicar una perspectiva de análisis socialmente diferencial demuestra la pluralidad de prácticas existente y la imposibilidad de hablar de una supuesta "estrategia universal". Aunque es complicado presentar los resultados como algo repetido estadísticamente, su análisis más o menos sistemático nos hace pensar que difícilmente pueden ser atribuidos al azar o que son fenómenos aislados. Todo lo contrario, a medida que avanzan las investigaciones se comprueba cómo estos comportamientos no son algo excepcional y lo que a priori pudiera parecer algo irrepetible por derivarse de voluntades y de situaciones muy diferentes, albergan una dimensión mucho más general de lo que podría pensarse a priori, lo que viene a ratificar, recordando a E. H. Carr, cómo nunca el interés del historiador debe centrarse en "lo único" sino en lo general que tiene "lo único".". No obstante, cuando hablamos de estrategias, a veces se tiene la sensación de estar utilizando un concepto desvirtuado, bien por lo manido que este término comienza a ser por su excesivo uso entre historiadores, antropólogos y sociólogos, bien por las connotaciones inevitablemente deterministas y mecanicistas que subyacen en el mismo. En este sentido, aunque hay que aceptar que cada decisión contiene elementos importantes determinados por el sistema, por las estructuras, no debemos pensar que todo está determinado. Desde luego, subestimar factores como la libertad o el azar sería un error. Del mismo modo que el hombre puede tomar decisiones individuales o colectivas cargadas de una fuerte dosis de voluntarismo, en la historia, como en la naturaleza, tampoco puede prescindirse del azar. Tan fortuito como el rayo que provoca un incendio y destroza una cosecha es la muerte en accidente del último heredero de una dinastía familiar. ¿Quiero esto decir que al historiador no le cabe otra alternativa que asumir, como quería Popper, que el "accidente" condena de antemano al fracaso a la historia? En nuestra opinión creemos que no. 28 Rafael DOMÍNGUEZ MARTÍN, "De l'aldea perduda a l'aldea recuperada: el mite de la decadencia de la comunitat pagesa a Cantabria (17501950)". Recerques. n" 36, 1998, P 58. 29 Sobre este tema véase la interesante relfexión de Giovanni LEV!, "Reciprocidad mediterránea", Hispania, n" 204, 2000, p. 103-126. 30 Desde una perspectiva sociológica y más general véase Pierre BOURDIEU, "De la regla a la estrategia", en Cosas Dichas, Gedisa, Barcelona, 1993. p. 67"82. 31 E. H CARR. ¿Qué es la historia?, Barcelona. Ariel. 1983 - 133- FR '.¡crsco GARCíA GOKZÁLEZ El hombre, dentro de sus posibilidades, siempre trata de adoptar los mecanismos necesarios para sortear las dificultades y hacer frente a cualquier situación por imprevista que sea; trata ot" t"star sit"mprt" preparado para lo inesperado y se esfuerza por reducir las incertidumbres del futuro. Pero es más, por lo que respecta al voluntarismo, como decía Marx "las colisiones entre innumerables voluntades y actos individuales crean en el campo de la historia un estado de cosas muy análogo al que impera en la naturaleza inconsciente"32 y, por lo tanto, es susceptible de analizarse y de observar regularidades de comportamiento y tendencias. Además, aunque no cabe duda de que son múltiples los factores que influyen a la hora de tomar una decisión, el historiador no puede estar continuamente preguntándose "qué hubiera pasado sr'. Lo único posible para él es explicar lo que ocurrió y no lo que hubiera ocurrido si la decisión hubiera sido otra o se hubiera tenido en cuenta otro elemento. En cualquier caso, hay que asumir que el mundo del historiador, como el de cualquier otro científico, no es copia fotográfica del mundo real. Es más bien un modelo operativo que le permite comprenderlo o dominarlo'3. No trata de abarcar toda la realidad, "el conjunto de la experiencia", sino sólo aquella parte de la misma que es sus- 32 Citado por Ciro ES. CARDOSO, Introducción al trabajo de la investigación histórica. Conocimiento, método e historia, Crítica, Barcelona, 1982, p. 121. -134- ceptible de explicación. Por eso hay que asumir siempre que la realidad histórica es bastante más compleja de lo que los modelos históricos ponen de relieve. Sin embargo, para el historiador la pretensión de glohalidad, avanzar en esta dirección y alcanzar la conquista conceptual de la realidad es un objetivo irrenunciable. De ahí la importancia de la teoría y de mejorar los métodos y las técnicas de análisis histórico si queremos superar simplificaciones y la incapacidad para ofrecer explicaciones más satisfactorias de la complejidad histórica. Aquí es donde, en un tiempo de revisiones -e incluso de descreimiento como afirmaba sin ambages Ángel Rodríguez3'-, las reflexiones de nuestro homenajeado fueron enormemente sugerentes al proponer, con su característica ironía y su acertado sentido crítico, nuevas vías para descubrir, sistematizar y evaluar las estrategias familiares en el Antiguo Régimen más allá de la dictadura de los tradicionales métodos cuantitativos imperantes hasta bien entrados los años ochenta. Una propuesta que en el fondo buscaba presentar la realidad social a través de los actores que intervenían en ella; una metodología con una fuerte base interdisciplinar que perseguía profundizar en los comportamientos individuales y colectivos y, sobre todo, en cómo observar mejor las relaciones entre grupos e individuos. 33 E. H. CARR, op. cit. 34 Ángel RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, "Métodos de evaluación de las estrategias..." op. cit., p. 152.