La izquierda abertzale toma la palabra

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En lucha Junio 2006
Cultura
RESEÑA
El nuevo libro de Arnaldo Otegi nos da un punto de vista diferente de la
situación en Euskal Herria. Xavi Estanyol nos lo cuenta a continuación.
La izquierda abertzale toma la palabra
Mañana Euskal Herria
Iñaki Iriondo y Ramón Sola, Ed. Gara
253 pág. 15 euros
Algo está cambiando últimamente en
este país. Un reflejo de esto es que en
escasamente un mes tres miembros
de la Mesa Nacional de Batasuna han
participado en distintas charlas en
Barcelona, e incluso a Otegi tuvieron
que ponerle una pantalla en el exterior
de la Biblioteca Joan Fuster. Todo esto
estando ilegalizados.
Mañana Euskal Herria, libro que
gira entorno a una extensa entrevista
con Otegi, es una pieza más de este
gran engranaje que la izquierda abertzale a puesto en funcionamiento, especialmente a partir de la declaración de
Anoeta. El objetivo no es otro que dar
la palabra a la izquierda abertzale, una
izquierda sobre la que todos opinan
y demasiados manipulan.
Son muchos los políticos que publican libros para afianzar su carrera
político-académica. No es el caso de
Otegi. Aunque es cierto que en él se
explican algunos detalles personales,
como por ejemplo su paso por ETA,
por la cárcel, anécdotas interesantes,
etc., el libro pretende dar a conocer
quién es y qué piensa la izquierda
abertzale.
Empezando por explicar lo que
fueron las primeras negociaciones con
el Estado español, en 1977, pasando
por momentos tan relevantes como el
pacto de Ajuria Enea, Argel, Lizarra,
el encarcelamiento de la mesa nacional de HB, entre otros, en 250 páginas
Otegi nos explica los planteamientos
básicos de la izquierda abertzale
durante los últimos treinta años, su
análisis de la actualidad y sus perspectivas para el futuro. Pero no solo “lo
explica”, sino que aporta argumentos
claros, rompe muchos falsos mitos y
reconoce también errores.
Normalmente los medios de comunicación hablan de la izquierda
abertzale solamente asociándola a
la violencia, a ETA, a un conflicto
por la independencia. Y uno de los
principales logros de Mañana Euskal
Herria es precisamente romper con
Otegi explica el proyecto político y social en su libro.
esa imagen, explicando su proyecto
social, su visión de lo que significa
desarrollo, democracia o justicia
social. Y eso no sólo es bueno para
acercarse un poco más a gente que no
es de su entorno, sino también para
romper barreras con muchas personas
y organizaciones de izquierdas que
se han sometido, también en esto, al
discurso dominante.
Pero a parte de servirnos para
aprender la historia de un sector
del pueblo vasco que lucha por su
liberación, Mañana Euskal Herria es
un libro que ilusiona. Y lo consigue,
sencillamente, porque nos abre las
puertas a la única izquierda que todavía tiene la opción de ganar la batalla
de la transición, a la única izquierda
que no ha roto el hilo conductor entre
ayer y hoy, que está en la calle, que
lucha, combate..., una de las pocas
izquierdas en Europa que no ha necesitado el movimiento anticapitalista
para rejuvenecerse. ¿Algo habrán
hecho bien, no?
Documental
Vencer a Endesa para enfrentarse al sistema
Apaga y vámonos
Dir. Manel Mayol
Gran documental que
refleja perfectamente
el expolio al que se ven
sometidos los pueblos de
Latinoamérica a manos
de empresas multinacionales, en este caso
españolas.
En 1997 Endesa,
primera hidroeléctrica
española, planifica la
construcción de una
presa que sería de las
mayores del mundo. Ésta
se emplazaría en el Biobio, el río más largo de
Chile, cargado además
de fuertes connotaciones
históricas de resistencia.
Representaba la frontera
a partir de la cual el pueblo mapuche defendió su
independencia primero
de los de incas y posteriormente de españoles y
chilenos.
Endesa, recientemente privatizada por
el gobierno de José
María Aznar, es puesta
en manos del falangista
Rodolfo Martín Villa. Las
buenas relaciones entre
las posturas “liberales”
de estos personajes y
el expresidente Freire,
como parte de la clase
política conservadora
chilena, permiten sentar
las bases de un buen
entendimiento para des-
pojar a los mapuches de
sus tierras.
Así, por ejemplo, anulan la ley que amparaba
los derechos históricos
de este pueblo en la
propia legislación chilena. Las barreras legales
se sortean mediante la
intriga política, el engaño,
la coacción y todo tipo de
tretas. Si no nos fueran
narradas por sus propios
testigos, nos resultarían
increíbles por su bajeza.
De esta manera, la empresa española consigue la titularidad de las
tierras.
Se aplica la ley antiterrorista, que había sido
creada por Pinochet, para
detener a los militantes
mapuches que armados con palos y hondas,
pretendían impedir su
desalojo y la construcción
de la presa Ralco.
El proceso judicial contra los activistas mapuches continúa hoy.
La conclusión de
este pueblo, ejemplo de
resistencia durante siglos,
es clara: su enemigo no
es hoy el Imperio español,
tampoco el Estado chileno. Se enfrentan ahora
al capitalismo como
sistema. Un poder que
se apoya en diferentes
Estados pero que está por
encima de todos ellos.
María Ibáñez
)
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APUNTES Y
COMENTARIOS
Las fiebres y enfermedades
de sábado noche
Bailar siempre ha formado
parte de la música rock.
Desde los blues de los
burdeles de los años 30
hasta los movimientos
provocativos de Elvis. En
los EEUU de los 50, el
rock’n’roll era casi la única
oportunidad pública para
moverse e incluso tocar a
la pareja. Distintas modas
de bailar se sucedieron a
principios de los 60 preBeatles —el locomotion, el
twist, y muchos más—. El
redescubrimiento, por parte
de los jóvenes blancos, de
disfrutar bailando formó
parte de los orígenes del
movimiento hippy de San
Francisco. En los Acid
Tests miles de jóvenes consumían drogas y bailaban
toda la noche para abrir sus
mentes y fomentar amor y
paz. Bailar formaba parte
de los objetivos revolucionarios de Rock’n’roll,
de unir las muy diferentes
culturas de los EEUU
—soul, funk, rock, latino,
country, folk europeu, y todas las demás—. Pero por
razones que van más allá
de las puramente musicales, y fuera del ámbito de
este artículo, esta fusión
no acabó de producirse.
La música del escenario
post 68 —como Pink
Floyd, o los Eagles— fue
mayoritariamente blanca,
masculina y heterosexual,
y su objetivo no fue ser
bailable sino escuchable.
Música disco
La música disco fue la
evolución lógica del pop
de Motown, con elementos
del nacionalismo negro de
James Brown y el sonido sofisticado de Philadelfia. Las
discotecas daban seguridad a
las minorías para expresarse.
Y no sólo los negros. Por
ejemplo, el magnífico retrato
de Tony Manero, un latino
que encuentra su dignidad
los fines de semana. Los
gays también se refugiaron y
florecieron en las discotecas.
Gloria Gaynor y YMCA de
Village People llegaron a ser
éxitos mundiales.
Pero las formas empezaron a repetirse. Se
editaron versiones disco de
todo —desde los Beatles
hasta Beethoven—. Para
empeorar las cosas los viejos rockeros se apuntaron
a la moda, en una mezcla
de intento de renovación y
de necesidad de remontar
ventas. Artistas como Paul
McCartney, miembros de
los Stones y los Led Zeppelín editaron canciones
siguiendo la fórmula disco.
Por otra parte, dentro de
las discotecas se desarrolló
la idea de seleccionar por
la forma de vestir, por el
atractivo físico, hasta lle-
gar a exigencias estrictas
para seleccionar la clientela. A finales de los 70 se
empezaron a ver camisetas
con la inscripción ‘Muerte
al Disco’ —un movimiento que sin duda incluía
elementos homofóbicos—.
Punk y tecno
Algunos han señalado que
tres de los componentes
más importantes de punk
—los restos más salvajes y sucios de rock, la
vanguardia experimental
artística y los travestidos,
restos de glam rock inspirado por David Bowie—
sólo tenían una cosa en
común: no conseguían
pasar los controles de
seguridad de las puertas
de las discotecas. Hace
falta decir que aunque los
punks se declaraban la
antítesis del disco, en realidad los dos coexistían
cerca y algunos grupos,
como Blondie y Squeeze
tuvieron éxitos en los dos
campos. Sin embargo, el
importante movimiento
de sellos independientes
que nació con el punk
tomó el grupo de rock
como el modelo preferido
para los próximos años.
A finales de los 80 la
historia parecía repetirse
y el público volvió a las
pistas de baile pero con
algunas diferencias. Los
avances tecnológicos
permitieron a los compositores de música electrónica
una mayor libertad creativa, ya que no hacía falta
saber tocar los instrumentos. Rápidamente algunas
estrellas independientes
como Bjork y Everything
But the Girl abandonaron
sus guitarras por cajas de
ritmo. Más tarde se apuntaron a la moda, otra vez,
grandes estrellas del pop,
como Madonna, y de rock,
como U2.
En un contexto político
muy diferente a los 60,
el consumo de drogas
no tenía pretensiones de
cambiar la conciencia de
los participantes, sino de
hacerles olvidar durante
unas horas la realidad de
cada día. En la sociedad
postindustrial de los 90, las
mafias y las redes de tráfico de drogas aprovecharon
rápidamente para suministrar drogas de diseño a miles de jóvenes cada fin de
semana. Hoy día festivales
de tecno y grupos como
Depeche Mode son igual o
más populares que los conciertos de rock. Aunque el
sonido ha evolucionado, su
ritmo 4 por 4 y la reivindicación del acto de bailar
debe mucho a los orígenes
de la disco de los 70.
Ross Montgomery
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