PREOCUPACIONES EN EUROPA

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PREOCUPACIONES EN EUROPA
Noviembre de 1993 - Abril de 1994
Junio de 1994
Índice AI: EUR 01/02/94/s
Distr: SC/CO/GR
Secretariado Internacional, 1 Easton Street, Londres WC1X 8DJ,
Reino Unido
Traducción de Editorial Amnistía Internacional, España
PREOCUPACIONES EN EUROPA
NOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994
JUNIO DE 1994
RESUMEN
ÍNDICE AI: EUR
01/02/94/s
╶───────────────────────────────────────────────────────────────
───────────
DISTR: SC/CO/GR
Los países y preocupaciones son los siguientes:
INTRODUCCIÓN
ALBANIA-Arresto o procesamiento de periodistas, seguidos de
indulto presidencial; arresto de miembros de la minoría griega
de Albania; ex funcionarios del Partido Comunista llevados a
juicio por matar a personas que atravesaban ilegalmente la
frontera; la pena de muerte.
ALEMANIA-Malos tratos infligidos por la policía de Hamburgo a
los detenidos; Birgit Hogefeld sometida a régimen de aislamiento
prácticamente total; muerte por disparos de Wolfang Grams.
ARMENIA-Toma de rehenes; la pena de muerte; muerte de presos
azerbaiyanos.
AUSTRIA-Presuntos malos tratos a detenidos; objeción de
conciencia al servicio militar.
AZERBAIYÁN-Toma de rehenes; la pena de muerte.
BIELORRUSIA-La pena de muerte; homosexualidad; objeción de
conciencia.
BOSNIA-HERZEGOVINA-Preocupaciones ante el conflicto entre
croatas y musulmanes; minorías que aún permanecen en zonas
controladas por los serbios de Bosnia; agresiones
indiscriminadas y ataques deliberados contra civiles; presos de
conciencia, toma de rehenes.
BULGARIA-Prosiguen las torturas y malos tratos a los gitanos.
(REPÚBLICA)
CHECA -Malos tratos y muerte bajo custodia. La Ley de
Difamación, enmendada por el Tribunal Constitucional.
CHIPRE-Objeción de conciencia al servicio militar.
CROACIA-Objeción de conciencia.
DINAMARCA-La pena de muerte; disparos en el curso de una
manifestación; denuncias de malos tratos.
ESLOVAQUIA
(REPÚBLICA DE)-La aplicación de las leyes contra la difamación
provoca procesamientos.
ESPAÑA-Denuncias de torturas y malos tratos: casos y juicios;
industrial vasco liberado por grupo armado vasco.
ESTONIA-La pena de muerte.
FRANCIA-Denuncias de malos tratos, disparos de la policía y
muertes producidas bajo custodia policial.
GEORGIA-Presuntos malos tratos a detenidos; detención de
opositores políticos; la pena de muerte.
GRECIA-La pena de muerte; juicios por ejercer el derecho a la
libertad de expresión; objeción de conciencia; nuevas denuncias
de malos tratos.
HUNGRÍA-Malos tratos y violación del derecho a la libertad de
expresión: el caso de Hermán Péter y Pálinkás József; la ley de
difamación contraviene el derecho a la libertad de expresión.
ITALIA-Muertes bajo custodia y denuncias de malos tratos
infligidos por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley;
presuntos malos tratos por guardias penitenciarios.
KAZAJSTÁN-Presos de conciencia; pena de muerte.
KIRGUISTÁN-Torturas y malos tratos bajo custodia; pena de muerte.
LETONIA-Pena de muerte.
LITUANIA-Pena de muerte: Denuncias de malos tratos; nueva
legislación sobre detención preventiva.
LUXEMBURGO-Aislamiento prolongado de presos.
MOLDAVIA-El juicio de los «Seis de Tiraspol»; pena de muerte.
PAÍSES BAJOS
(REINO DE LOS)-Antillas Holandesas: presuntos malos tratos a
manos de policías y funcionarios de prisiones.
PORTUGAL-Denuncias de tortura y malos tratos.
REINO UNIDO-Homicidios políticos en Irlanda del Norte; denuncias
de malos tratos y muertes bajo custodia; derecho al silencio;
amenaza de Deportación; vista de la apelación de Paul Hill.
RUMANIA-La reforma del código penal por mal camino.
RUSIA-Denuncias de malos tratos bajo custodia; pena de muerte;
el caso de Vil Sultanovich Mirzayanov; objeción de conciencia al
servicio militar; designación de un comisionado parlamentario
para los derechos humanos.
SUECIA-Malos tratos bajo custodia.
SUIZA-Denuncias de malos tratos bajo custodia policial.
TAYIKISTÁN-Presos de conciencia; «desapariciones» y ejecuciones
extrajudiciales; pena de muerte.
TURKMENISTÁN-Posible preso de conciencia Karadzha Karadzhayev;
reacción de las autoridades ante el informe de Amnistía
Internacional; presos de conciencia; pena de muerte.
TURQUÍA-Preocupante aumento de las «desapariciones»; tortura
«sistemática» - Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura;
pena de muerte aprobada; se intensifican las amenazas contra la
libertad de expresión.
UCRANIA-Pena de muerte.
UZBEQUISTÁN-Presos de conciencia; palizas; pena de muerte.
YUGOSLAVIA
(REPÚBLICA FEDERAL
DE)-Provincia de Kosovo: aumento de la violencia policial,
posibles juicios sin las debidas garantías, presos de
conciencia; objeción de conciencia y retorno forzoso de
solicitantes de asilo.
RATIFICACIONES-DINAMARCA; HUNGRÍA; MACEDONIA (ANTIGUA REPÚBLICA
DE); ESLOVENIA; TAYIKISTÁN; UZBEKISTÁN
PALABRAS CLAVE: / TORTURA/MALOS TRATOS1 / MUERTE BAJO
CUSTODIA1 / EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL1 / OBJETORES DE
CONCIENCIA1 / PENA DE MUERTE1 / CENSURA1 / PRESOS DE
CONCIENCIA1 / MINORIAS1 / LEGISLACION1 / POLICIA1 / PERSONAL
PENITENCIARIO1 / IMPUNIDAD / DESAPARICIONES / TOMA DE REHENES
/ DETENCIÓN EN RÉGIMEN DE INCOMUNICACIÓN / JUICIOS /
DISCRIMINACIÓN RACIAL / AGRESIÓN SEXUAL / DETENCIÓN
ARBITRARIA / RÉGIMEN DE AISLAMIENTO / REPATRIACIÓN FORZADA /
CONFESIONES / MALA SALUD / SALUD MENTAL / MUJERES / NIÑOS /
AVANZADA EDAD / MENORES / PERIODISTAS / DIRECTORES /
REFUGIADOS / CIUDADANOS EXTRANJEROS / HOMOSEXUALES / GRUPOS
RELIGIOSOS - TESTIGOS DE JEHOVÁ / CIENTÍFICOS / MÉDICOS /
ABOGADOS / EDITORES / ESCRITORES / ECONOMISTAS / ECÓLOGOS /
CONFLICTO ARMADO / LEGISLACIÓN DE EMERGENCIA / REFERÉNDUMS /
DISTURBIOS CIVILES / FUGAS / INDULTOS / AUTOPSIAS /
CONFIRMACIÓN MÉDICA / INVESTIGACIÓN DE ABUSOS / AI Y LOS
GOBIERNOS / INSTRUMENTOS DE DERECHOS HUMANOS / CONVENCIÓN DE
LA ONU CONTRA LA TORTURA /
Este informe resume un documento titulado Preocupaciones en
Europa: Noviembre de 1993 a abril de 1994 (Índice AI: EUR
01/02/94/s), publicado por Amnistía Internacional en junio de
1994. Quienes deseen más información o emprender alguna acción
al respecto deberán consultar el documento completo.
SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDRES WC1X 8DJ,
REINO UNIDO
TRADUCCIÓN DE EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL, ESPAÑA
PREOCUPACIONES DE AMNISTÍA INTERNACIONAL EN
EUROPA
NOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994
INTRODUCCIÓN
El presente boletín contiene información sobre las principales
preocupaciones de Amnistía Internacional en Europa durante el
período de noviembre de 1993 a abril de 1994. Sin embargo, en
algunas ocasiones se hará referencia a hechos acaecidos fuera de
este período si no se ha informado de ellos con anterioridad o
si se han recibido nuevas informaciones antes de que el boletín
pasara a la imprenta. La información no atañe a todos los países
de Europa, sólo a aquellos en los que se produjeron
acontecimientos importantes durante el período que abarca el
boletín.
Las cinco repúblicas de Asia Central, a saber, Kazajstán,
Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán todavía se
incluyen en la región europea y por consiguiente en este
boletín, por formar parte de la Comunidad de Estados
Independientes (CEI), así como de la Conferencia sobre la
Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE).
Durante el período que cubre el boletín se han publicado algunos
informes sobre países individuales a los que se hacen las
referencias oportunas en el apartado correspondiente. Además, se
puede encontrar más información sobre preocupaciones o
incidentes concretos en las Acciones Urgentes y en la
información proporcionada por los Servicios de Noticias.
Las referencias en el texto a boletines anteriores son como
siguen:
Índice AI:
octubre de
Índice AI:
octubre de
EUR 01/01/94/sPreocupaciones en Europa: mayo a
1993
EUR 01/04/92/sPreocupaciones en Europa: mayo a
1992
ALBANIA
Arresto o procesamiento de periodistas, seguidos de indulto
presidencial
El 4 de mayo, el presidente Sali Berisha concedió el indulto a
cinco periodistas que habían sido condenados en relación con
determinados artículos aparecidos en la prensa. En marzo, un
tribunal de apelación había confirmado la sentencia de 18 meses
de prisión dictada contra Martin Leka, periodista del diario
independiente Koha Jonë, e impuso una pena de cinco meses de
prisión a Aleksandër Frangaj, director del periódico, acusado de
«revelar secretos militares». El periódico había publicado una
orden militar que estipulaba que los oficiales francos de
servicio no debían portar armas; Martin Leka había escrito un
comentario crítico sobre esta orden. Luftar Matohiti fue
condenado a dos meses de prisión a causa de una carta por él
redactada y que se publicó en el diario del Partido Socialista,
Zëri i Popullit, que el tribunal consideró injuriosa hacia el
presidente Berisha, mientras que a Shyqyri Meka, director
adjunto, se le impuso una elevada multa por publicar la carta.
El 6 de abril, a Ilirian Zhupa, director de Populli, se le
impuso una condena condicional de dos meses por un artículo en
el que se criticaba a los servicios secretos del país. Según
informes, Martin Leka era el único de los cinco que permanecía
en prisión cuando se concedieron los indultos (Luftar Matohiti
ya había cumplido la condena).
La prensa de oposición se mostró muy crítica con una ley de
prensa aprobada en noviembre. Diversos periodistas
pertenecientes a la prensa de oposición también denunciaron
actos de hostigamiento por parte de las autoridades y agresiones
en la calle cometidas por «personas desconocidas» de las que
sospechaban que estaban vinculadas con las autoridades.
Arresto de miembros de la minoría griega de Albania
Las relaciones entre Albania y Grecia empeoraron gravemente tras
un ataque perpetrado el 10 de abril contra un cuartel albanés
cercano a la frontera en el que murieron dos soldados albaneses.
Albania ha acusado de la acción a un grupo constituido por un
«comando terrorista griego». El 21 de abril, fueron arrestados
11 miembros de la minoría griega de Albania. Los policías que
efectuaron registros en sus hogares manifestaron que se
confiscaron armas y documentos que revelaban «intenciones
expansionistas de Grecia y planes para anexionar zonas de
Albania». Entre las 11 personas arrestadas se encontraban
miembros importantes de la organización de la minoría griega,
Omonia. Hasta el momento no se dispone de detalles de los cargos
presentados contra ellos.
Ex funcionarios del Partido Comunista llevados a juicio por matar
a personas que atravesaban ilegalmente la frontera
En noviembre, Engjel Toma, ex jefe de un puesto fronterizo, fue
condenado a 10 años de prisión por haber dado muerte a seis
personas en 1990 cuando intentaban huir del país. En esos
momentos, cruzar ilegalmente la frontera se consideraba un
delito de «traición», y era punible con una pena de hasta 25
años de prisión o la muerte. Es la primera vez que se condena a
un funcionario por el homicidio de personas que cruzaban
ilegalmente la frontera.
Entre otros ex funcionarios que serán juzgados en relación con
abusos contra los derechos humanos se encuentra el anterior
presidente, Ramiz Alia, y otros nueve acusados cuyo juicio está
fijado para el 21 de mayo, también por su responsabilidad en los
homicidios de personas que cruzaban la frontera ilegalmente;
además, están acusados de abuso de autoridad y de apropiación
indebida de propiedades de titularidad estatal.
La pena de muerte
Dos hombres, Luan Isufi y Laver Goga, fueron condenados a muerte
por asesinato en enero y abril, respectivamente. Según un
informe periodístico, en 1993 se ejecutó a nueve hombres.
ALEMANIA
Malos tratos infligidos por la policía de Hamburgo a los
detenidos
En enero, Amnistía Internacional publicó un informe (Federal
Republic of Germany: Police ill-treatment of detainees in
Hamburg, Índice AI: EUR 23/01/94) en el que se criticaba a las
autoridades de Hamburgo por no procesar a los agentes de policía
que infligieron malos tratos a detenidos que se encontraban bajo
su custodia y por no adoptar medidas disciplinarias contra
ellos. Entre 1989 y 1993, se presentaron 32 denuncias de malos
tratos contra los agentes, miembros de una unidad policial
especial (llamada E-Schicht), ubicada en la comisaría nº 16 de
Hamburgo. Ningún agente ha sido acusado ni se han adoptado
medidas disciplinarias contra ninguno de ellos. En dos casos al
menos, ambos documentados en el informe, un tribunal de Hamburgo
adjudicó con posterioridad una indemnización a las víctimas por
los daños sufridos a manos de la E-Schicht.
En febrero, Amnistía Internacional se dirigió por escrito a las
autoridades de Hamburgo y manifestó que creía que al no
presentarse cargos ni adoptarse medidas disciplinarias contra
los agentes responsables de los malos tratos infligidos a
detenidos, otros agentes pensarían que podrían cometer actos
similares con toda impunidad. La organización instó a los
ministros de Justicia e Interior de Hamburgo a que examinaran en
profundidad todas las denuncias de malos tratos cometidos por
miembros de la E-Schicht, localizada en la comisaría 16.
Asimismo, la organización hizo un llamamiento a las autoridades
de Hamburgo para que estudiasen las directrices existentes sobre
el uso de la fuerza por parte de los agentes de policía y la
forma en la que los agentes y las autoridades judiciales
interpretan las mismas, con el objeto de garantizar que se
adecúan a la normativa internacional.
A finales de abril, Amnistía Internacional no había recibido
respuesta de las autoridades de Hamburgo a su informe ni a sus
cartas. Empero, la organización pudo saber que la fiscalía de
Hamburgo habían reabierto la investigación de uno de los casos
de presuntos malos tratos. A finales de abril se informó de que
el ministro del Interior de Hamburgo había anunciado la
disolución de la E-Schicht como parte de un programa de
austeridad económica.
Birgit Hogefeld sometida a régimen de aislamiento prácticamente
total
En junio de 1993, Birgit Hogefeld fue arrestada en Bad Kleinen,
en el norte de Alemania, en el curso de una intervención
policial en la que Wolfang Grams, presunto miembro del RAF (Rote
Armee Fraktion / Fracción del Ejército Rojo) y un policía
resultaron muertos (véase más abajo). De conformidad con la
legislación antiterrorista, Birgit Hogefeld permanece detenida
en la prisión de Bielefeld-Brackwede I, donde a finales de 1993
no había mantenido ningún tipo de contacto con el resto de las
internas.
Amnistía Internacional se siente preocupada ya que el
aislamiento prolongado de los presos puede comportar graves
consecuencias físicas y psicológicas y constituir un trato
cruel, inhumano o degradante. En diciembre, la organización
preguntó al ministro federal de Justicia y al ministro de
Justicia de Renania del Norte-Westphalia si la Fiscalía Federal
(Generalbundesanwalt) y el Tribunal Supremo Federal
(Bundesgerichtshof), cuando ordenaron que Birgit Hogefeld
permaneciera en estricto régimen de aislamiento, habían
considerado que el aislamiento prolongado puede ser causa de
secuelas en la salud física y mental de los presos. Amnistía
Internacional también preguntó por las medidas adoptadas por las
autoridades de la prisión de Bielefeld para paliar los efectos
del aislamiento sobre Birgit Hogefeld y si estaba previsto
revisar las condiciones carcelarias a las que se encuentra
sometida.
En enero, las autoridades alemanas informaron a Amnistía
Internacional de que al determinar las condiciones del
encarcelamiento de Birgit Hogefeld, el Tribunal Supremo Federal
y la Fiscalía Federal habían tenido en cuenta el hecho de que el
régimen de aislamiento estricto constituye una dura prueba para
el interno. En consecuencia, habían intentado paliar los efectos
del régimen de aislamiento mediante la concesión a Birgit
Hogefeld de derechos de visita adicionales y amplias facilidades
de acceso a la televisión, radio, prensa, etc. Además, en
diciembre se le otorgó permiso para participar diariamente una
hora en los ejercicios físicos.
En una carta dirigida en abril a las autoridades alemanas,
Amnistía Internacional acogió favorablemente las medidas
adoptadas para atenuar las condiciones de aislamiento de Birgit
Hogefeld, pero manifestó que continuaba su inquietud porque las
posibilidades para mantener una relación social significativa
con el resto de los internos seguían siendo extremadamente
limitadas. (Según la información de que dispone Amnistía
Internacional, el número de internos que pueden participar en la
hora diaria de gimnasia que se ha concedido a Birgit Hogefeld es
muy reducido, entre dos y siete personas. Además, parecer ser
que muchos de estos presos no aprovechan la oportunidad de hacer
ejercicio, o, por diversos motivos, lo hacen en escasas
ocasiones, debido por ejemplo, a que se les deja en libertad
tras permanecer breve tiempo en detención preventiva).
Consecuentemente, la organización instó a las autoridades a que
exploraran nuevas posibilidades para incrementar el contacto
social que pueda mantener con otros internos.
Muerte por disparos de Wolfgang Grams (véase Índice AI: EUR
01/01/94/s).
En enero, la Fiscalía de Schwerin (Staatsanwaltschaft Schwerin)
concluyó la investigación sobre la muerte de Wolfang Grams tras
calificar de infundados los informes en los que se decía que un
miembro del grupo antiterrorista GSG-9 había dado muerte
deliberadamente al presunto miembro de la RAF. En su
investigación, el fiscal llegaba a la conclusión de que Wolfang
Grams se había suicidado.
ARMENIA
Toma de rehenes
Salieron a la luz nuevos informes sobre civiles azerbaiyanos que
al parecer permanecían como rehenes en Armenia en el contexto
del conflicto por la zona de Karabaj (véase Índice AI: EUR
01/01/94/s). En un informe aparecido durante el período a
examen, se dice que el ciudadano de Azerbaiyán Maarif Ali ogly
Aliyev fue detenido el 21 de septiembre de 1991 por fuerzas de
etnia armenia de Karabaj mientras conducía un vehículo en su
ciudad natal de Yevlaj, Azerbaiyán, o en sus cercanías. En
noviembre de 1993, continúa el informe, fue trasladado al
distrito Noyemberyansky de Armenia, donde una persona a título
personal y en complicidad con las autoridades, le retuvo como
rehén.
Amnistía Internacional sigue instando a las autoridades armenias
a que investiguen esos casos de presunta toma de rehenes,
determinen la identidad de las personas que puedan estar
retenidas en esas condiciones, garanticen su puesta en libertad
inmediata y con las debidas seguridades, y hagan que quienes
sean hallados culpables comparezcan ante la justicia.
La pena de muerte
Dos presos de Azerbaiyán fueron condenados a muerte en un juicio
concluido en abril en la capital, Yereván. Según se informó,
Bajtiar Janali ogly Shabiev y Garai Muzafar ogly Nagiev fueron
condenados por el asesinato de tres civiles armenios sucedido en
la región de Kelbayar, en Azerbaiyán (zona ahora ocupada por
fuerzas de etnia armenia), y por el intento de envenenamiento de
un depósito de agua en Armenia. A otros seis acusados se les
impusieron largas condenas de prisión. Se dijo que todos ellos
pertenecían a las fuerzas armadas de Azerbaiyán.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los
casos sin reservas, e hizo un llamamiento a las autoridades
armenias para que conmuten las penas.
Muerte de presos azerbaiyanos
La muerte de ocho presos azerbaiyanos, que, según se dijo, se
produjo el 29 de enero cuando intentaban escapar de la custodia
del Ministerio de Defensa de Armenia en Yereván, se ha visto
rodeada de informes contradictorios. Con arreglo a las autopsias
practicadas en Azerbaiyán por autoridades sanitarias y por el
profesor Pounder, de la Universidad de Dundee, Escocia, un
hombre murió por heridas de bala en el pecho, otro por heridas
incisivas en la garganta y otros seis por heridas de bala en la
cabeza (en tres de los casos el cañón del arma estuvo en
contacto con la cabeza en el momento del disparo).
El profesor Pounder descartó las primeras declaraciones en las
que se afirmaba que las seis personas con heridas en la cabeza
recibieron los disparos cuando intentaban la huida, ya que, muy
al contrario, la naturaleza de las heridas apuntaba a que se
habían producido a consecuencia de «disparos característicos de
una ejecución». No obstante, no excluía en absoluto la
posibilidad de un suicidio colectivo, explicación facilitada por
el Fiscal Militar de Armenia, quien dijo que siete hombres
dispararon contra ellos mismos con una pistola poco después de
que fracasara su intento de fuga. En el caso de la octava
persona, el profesor Pounder consideró que las heridas en la
garganta eran propias de un suicidio.
Amnistía Internacional ha manifestado su preocupación ante las
circunstancias en las que se produjeron las muertes de esas
personas y hace un llamamiento a las autoridades armenias para
que lleven a cabo con prontitud una investigación completa e
imparcial, y a que hagan públicos los resultados de la misma.
AUSTRIA
Presuntos malos tratos a detenidos
Presuntos malos tratos a ciudadanos extranjeros
En junio, Amnistía Internacional informó sobre diversas
denuncias recibidas en las que se comunicaba que la policía o
miembros del personal penitenciario habían sometido a tratos o
castigos crueles, inhumanos o degradantes a ciudadanos
extranjeros, algunos de ellos solicitantes de asilo (véase
Austria: The alleged ill-treatment of foreigners; a summary of
concerns, Índice AI: EUR 13/02/94). En algunos de los casos
documentados por la organización, los detenidos denunciaron que
les habían ocasionado malos tratos cuando permanecían bajo
detención administrativa a la espera de su deportación
(Schubhaft).
El caso de Werner Hirtmayr (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s)
En diciembre, las autoridades austríacas informaron a Amnistía
Internacional de que el Fiscal de Viena (Staatsanwaltschaft
Wien) había decidido no reabrir la investigación sobre las
denuncias presentadas por Werner Hirtmayr, quien afirmaba que
dos agentes de policía le habían infligido malos tratos en
febrero de 1992, a pesar de que el Tribunal Administrativo
Independiente de Viena (Unabhängiger Verwaltungssenat Wien)
había resuelto en junio de 1993 que los agentes que le
arrestaron habían hecho uso excesivo de la fuerza. Según las
autoridades, las pruebas presentadas por los agentes, el
denunciante y la esposa del denunciante eran contradictorias y,
en consecuencia, «no se podían determinar con claridad las
circunstancias en las que resultó herida la rodilla del
denunciante»; por lo tanto, no se podía entablar procedimiento
penal ni disciplinario contra los agentes.
Objeción de conciencia al servicio militar
A finales de 1993, venció la validez de una enmienda a la Ley
del Servicio Civil Alternativo (Zivildienst-gesetz), que había
sido introducida únicamente para un período de dos años. (La
enmienda legislativa había abolido la exigencia de que los
solicitantes de la condición de objetor de conciencia
comparecieran ante la Comisión del Servicio Alternativo
(Zivildienstkommission) y presentaran una objeción verbal, por
motivos de conciencia, al servicio militar. Al mismo tiempo, la
duración del servicio civil alternativo se había incrementado de
ocho a diez meses).
Tras un vacío en la legislación que se prolongó varias semanas,
durante las que se sucedieron los debates sobre la nueva
legislación sustitutoria de las antiguas disposiciones, el
parlamento austríaco aprobó finalmente una nueva enmienda
(Zivildienstgesetz-Novelle 1994) a inicios de febrero, con
carácter retroactivo al 1 de enero y válida durante dos años.
En virtud de la nueva enmienda, la duración del servicio civil
alternativo pasa a ser de 11 meses, en lugar de diez. (El
servicio militar tiene una duración de ocho meses). El 1 de
enero de 1995, se aumentará de nuevo a 12 meses si entre el 1 de
mayo y el 31 de octubre de 1994 se presentan más de 3.000
solicitudes para el servicio civil alternativo. Con arreglo a
otro importante cambio introducido, se han impuesto nuevas
restricciones a los plazos de que disponen los objetores de
conciencia para presentar la solicitud para la realización del
servicio civil alternativo. Con anterioridad al 1 de enero, los
objetores tenían que solicitar el servicio alternativo dentro de
las dos semanas siguientes a la recepción de la notificación
para incorporarse a filas. De conformidad con las nuevas
disposiciones, ahora los objetores de conciencia deben presentar
su solicitud para el servicio civil alternativo en el plazo del
mes siguiente al de la recepción de la notificación de aptitud
para realizar el servicio militar. En la práctica, pueden
transcurrir meses, e incluso años, desde el momento de recepción
de la notificación de aptitud para el servicio hasta la llamada
a filas. De este modo, una persona que presente objeción al
servicio militar cuatro semanas después de haber sido declarado
médicamente apto (los jóvenes pueden realizarse el examen médico
incluso a los 17 años) estará inhabilitada para presentarse al
servicio civil alternativo y se enfrenta a penas de hasta dos
años de prisión si se niega a incorporarse al servicio militar o
a obedecer órdenes militares.
En enero y marzo, Amnistía Internacional escribió a Robert
Elmecker, Presidente del Comité de Asuntos Internos del
Parlamento Austríaco (Nationalrat o Consejo Nacional), a Heinz
Fishcer, Presidente del Consejo Nacional, y a Nikolaus Scherk,
Director del Departamento de Derechos Humanos del Ministerio
Federal de Asuntos Exteriores. En sus cartas, Amnistía
Internacional manifestaba que al restringir el plazo para
presentar una solicitud no se tiene en consideración el hecho de
que las creencias que una persona mantiene en pleno uso de sus
facultades pueden cambiar con el tiempo. La organización
señalaba que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas y el Comité de Ministros del Consejo de Europa habían
reconocido el principio de que los objetores de conciencia al
servicio militar obligatorio pudieran solicitar su pase al
servicio alternativo en cualquier momento. Amnistía
Internacional subrayó que consideraría preso de conciencia a
toda persona encarcelada por presentar fuera de los nuevos
plazos propuestos una solicitud, debidamente fundamentada, para
la realización del servicio civil alternativo en razón de sus
creencias, mantenidas conscientemente. La organización también
pidió información sobre las razones de que sigan existiendo
divergencias en la duración respectiva del servicio militar y el
servicio civil alternativo. (Amnistía Internacional cree que la
duración de todo servicio civil alternativo no debe tener
carácter punitivo para con la objeción de conciencia. Tanto la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como el
Comité de Ministros del Consejo de Europa han instado a los
gobiernos a que introduzcan un servicio civil alternativo que no
sea de carácter punitivo). A excepción de un acuse de recibo de
la carta dirigida al Parlamento Austríaco, a finales de abril
Amnistía Internacional no había recibido respuesta a sus cartas
sobre esta cuestión.
AZERBAIYÁN
Toma de rehenes
Durante el período a examen, las dos partes en conflicto por la
disputada región de Karabaj prosiguieron tomando rehenes (véase
Índice AI: EUR 01/01/94/s). Uno de los casos que salió a la luz
pública fue el de Georgy Sergeyevich Tumanyan, estudiante de 17
años de edad de origen armenio, que fue detenido el 12 de
noviembre cuando viajaba a través de Azerbaiyán en un tren que
había partido de Kiev, en Ucrania, y se dirigía a Tiblisi,
capital de Georgia. El hecho de que siguiera esta ruta induce a
pensar que Georgy Tumanyan es miembro de la comunidad de etnia
armenia que vive en Georgia. Se informó que primeramente fue
trasladado a Baku, la capital de Azerbaiyán, y después a un
campo de prisioneros en Gobustan. Desde entonces, ha permanecido
presuntamente retenido en calidad de rehén, únicamente a causa
de su origen étnico.
Se supo que otros dos armenios de Georgia que habían sido
detenidos mientras se encontraban en tránsito fueron puestos en
libertad en agosto de 1993. Vilik Oganesov y Artavaz Mirzoyan
habían sido arrestados en el aeropuerto de Baku en abril de 1992
(véase Azerbaydzhan ─ Hostages in the Karabakj conflict:
civilians continue to pay the price, Índice AI: EUR 55/08/93).
En septiembre, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de
las Naciones Unidas había declarado que su detención era
arbitraria y contravenía las normas internacionales de derechos
humanos.
También salieron a la luz nuevas informaciones sobre dos de los
seis miembros de una familia azerbaiyana de la que se dijo que
había sido tomada como rehén por fuerzas de etnia armenia en
Jodzhaly, Azerbaiyán, en febrero de 1992 (véase Índice AI: EUR
55/08/93). En diciembre se informó de que Saltanat Zulal gyzy
Mamedova (nacida en 1931) y su hija Lyatifa Ibad gyzy Mamedova
(nacida en 1958) habían sido vistas en agosto de ese año en una
granja ganadera en el distrito de Shushinsky de Karabaj, donde
se les obligaba a trabajar. Se desconoce el paradero del resto
de la familia.
Amnistía Internacional prosigue instando a las partes en
conflicto por Karabaj a que investiguen todos los casos en los
que presuntamente se han tomado rehenes, determinen la identidad
de todas las personas que puedan permanecer retenidas y
garanticen su puesta en libertad inmediata con todas las
seguridades, y a que quienes sean hallados culpables respondan
de sus actos.
La pena de muerte
En diciembre, fuentes no oficiales informaron de que había 48
personas en espera de ser ejecutadas, y desde entonces se ha
tenido noticia de otras dos penas de muerte. E. Allajverdiyev y
F. Gadzhiyev (se desconocen sus nombres de pila) fueron
condenados a muerte por un tribunal de Gyandzha el 3 de marzo
por el doble asesinato de un funcionario ruso residente en
Azerbaiyán y de su esposa. Se cree que han elevado un recurso
ante el Tribunal Supremo.
No se tiene noticia de que se hayan practicado ejecuciones
durante el período a examen, aunque en abril otra persona de
etnia armenia condenada a muerte falleció bajo custodia. Se
trataba de Arkady Ayriyan, sexto armenio fallecido durante la
espera a la ejecución desde junio de 1992. Uno de esos seis se
dijo que se suicidó, y del resto que murieron a causa de
diversas enfermedades, pero, según ciertas denuncias, palizas y
negligencias médicas contribuyeron a su muerte.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los
casos sin excepciones, y hace un llamamiento a las autoridades
para que conmuten todas las condenas a muerte pendientes. La
organización también solicita que se aclaren las circunstancias
en las que se produjo la muerte bajo custodia de las seis
personas de etnia armenia.
BIELORRUSIA
La pena de muerte
A comienzos de 1994, el Departamento de Peticiones de Clemencia
y Ciudadanía de la Secretaría del Soviet Supremo (parlamento) de
la república de Bielorrusia publicó unas estadísticas sobre la
aplicación de la pena de muerte en 1993. En ese año, el
Presidium del Soviet Supremo recibió 21 peticiones de clemencia
para presos condenados a muerte en Bielorrusia. El departamento
había remitido 17 de esas peticiones a la Comisión Parlamentaria
de Clemencia. Una petición fue respaldada y la pena de muerte se
conmutó por 20 años de prisión. Las otras 16 peticiones fueron
desestimadas y se ejecutó a los presos. Todos eran hombres, y
habían sido condenados por asesinato premeditado con agravantes.
Tras dos años de debates, el parlamento aprobó el 15 de marzo
una nueva constitución. El Artículo 24 mantiene la pena de
muerte, hasta su abolición definitiva, como una medida punitiva
excepcional aplicable en casos de crímenes especialmente graves,
conforme a lo establecido en el Código Penal de Bielorrusia.
En enero, el ministro de Justicia explicó que en el proyecto del
nuevo código penal se proponía limitar a nueve el número de
delitos, cometidos en tiempo de paz, punibles con la pena
capital. Amnistía Internacional escribió al ministro para que
especificara si ya se ha dejado de aplicar la pena de muerte a
los menores de 18 años y a las mujeres o si se estipula así en
el proyecto del nuevo código penal, al que el parlamento debe
dar su aprobación final.
Homosexualidad
En enero, el ministro de Justicia confirmó que el Artículo 119
del código penal todavía estaba vigente, pero señaló que en el
proyecto del nuevo código penal se proponía la abolición de la
primera parte del Artículo 119 para despenalizar los actos
homosexuales realizados de mutuo consentimiento entre hombres
adultos. El ministro también declaró que durante 1992 resultaron
condenados 12 hombres, y 15 hombres más en la primera mitad de
1993, a tenor de lo dispuesto en el Artículo 119. Amnistía
Internacional escribió al ministro de Justicia para que
explicara si alguno de esos hombres fueron condenados con
arreglo a la primera parte del Artículo 119. Hasta la fecha no
se ha recibido respuesta.
Objeción de conciencia
El 12 de febrero de 1994, el parlamento rechazó el proyecto de
ley sobre una prestación civil alternativa al servicio militar
obligatorio. La nueva constitución no contempla el derecho a la
objeción de conciencia, y sin embargo, el Artículo 57 estipula
que las causas y condiciones para la exención del servicio
militar, o su sustitución por un servicio civil alternativo, se
establecerán por ley. Amnistía Internacional escribió al
ministro de Defensa para expresar su pesar ante la decisión
adoptada por el parlamento de no aprobar una ley para el
establecimiento de un servicio civil alternativo al servicio
militar obligatorio.
BOSNIA-HERZEGOVINA
Preocupaciones ante el conflicto entre croatas y musulmanes
En enero se publicó un informe titulado Bosnia-Herzegovina
Central y Suroeste: La población civil atrapada en un círculo de
violencia (Índice AI: EUR 63/01/94/s), en el que se informaba en
detalle sobre abusos cometidos entre abril y diciembre de 1993
en el conflicto entre croatas y musulmanes.
El 1 de marzo de 1994, los gobiernos croata y bosnio y
representantes de los croatas de Bosnia firmaron un acuerdo en
Washington. En virtud de ese acuerdo se logró un alto el fuego
efectivo entre el ejército bosnio, mayoritariamente musulmán, y
las fuerzas croatas bosnias. Las tensiones se redujeron
radicalmente y sólo se informó de un número relativamente
pequeño de presuntos abusos contra los derechos humanos en las
zonas afectadas tras la entrada en vigor del alto el fuego. No
se han recibido informes confirmados de homicidios arbitrarios y
deliberados en gran escala como aquellos de los que se dio
cuenta en el informe Preocupaciones en Europa: Mayo-Octubre de
1993 (Índice AI: EUR 01/01/94/s). La mayoría de los civiles que
permanecían retenidos en relación con el conflicto entre
musulmanes y croatas han sido puestos en libertad.
Minorías que aún permanecen en zonas controladas por los serbios
de Bosnia
Los testimonios recogidos por Amnistía Internacional en marzo y
abril entre refugiados musulmanes, croatas y gitanos recién
llegados de zonas controladas por los serbios bosnios en el
noroeste de Bosnia confirman la preocupación por la seguridad de
las minorías que aún permanecen en esa región. Los refugiados
relataron casos frecuentes de agresiones armadas contra civiles,
homicidios deliberados y arbitrarios, torturas y malos tratos o
violaciones. Algunos de los abusos se asocian directamente con
la expulsión de la gente de sus hogares, otros consistían en
robos violentos. Todos los incidentes, en su conjunto, son parte
de un plan deliberado con el objetivo de que las minorías que
aún restan deseen marcharse.
Con frecuencia, se pudo ver a soldados serbios bosnios
uniformados perpetrar estas violaciones. Según informes, se
alertaba a la policía, civil o militar, pero ésta no se mostraba
dispuesta a acometer acciones terminantes para investigar o
impedir las violaciones. A algunas de las víctimas entrevistadas
se les aconsejó que se marcharan cuando recurrieron a la policía
o a funcionarios civiles en busca de protección.
Agresiones indiscriminadas y ataques deliberados contra civiles
El 4 de febrero, dos proyectiles de mortero cayeron en rápida
sucesión sobre una hilera de civiles que esperaban para recibir
ayuda humanitaria en Dobrinje, suburbio de Sarajevo controlado
por el gobierno. Ocho personas resultaron muertas y otras 18
heridas; muchas de las víctimas eran niños y mujeres.
Funcionarios de las Naciones Unidas declararon más tarde haber
confirmado que los proyectiles de mortero se dispararon desde
las posiciones de los serbios de Bosnia. Al día siguiente, 68
personas murieron y unas 200 resultaron heridas cuando un
proyectil de mortero cayó sobre un mercado atestado de gente en
el centro de la ciudad. Las Naciones Unidas no pudieron
confirmar si había sido disparado desde las posiciones de los
serbios bosnios, pero no había pruebas de que procediera del
ejército musulmán bosnio. Representantes de los serbios bosnios
negaron toda responsabilidad en ambos casos y, como ya hicieron
con anterioridad, manifestaron que los incidentes habían sido
organizados por el ejército bosnio para atraerse simpatías sobre
su causa. Amnistía Internacional señaló que las autoridades
serbias de Bosnia no mostraban coherencia en su desmentido, y
que al estar en control de todos los terrenos elevados en torno
a la ciudad desde hacía dos años, tenían la posibilidad de
disparar con márgenes de error mínimos.
Estas matanzas se sumaron a incidentes frecuentes en los que
resultaron muertos civiles en Sarajevo por obuses, proyectiles
de mortero o disparos de francotiradores; en muchos casos se
disparaba contra civiles con fuego indiscriminado, renunciando a
objetivos militares. El hospital de Koševo, por ejemplo, fue
alcanzado 267 veces desde abril de 1992.
Las protestas internacionales que siguieron a las últimas
matanzas contribuyeron a incrementar las presiones, con lo que
se alcanzó un acuerdo local de alto el fuego en la zona de
Sarajevo que se ha cumplido en gran medida, y a que las Naciones
Unidas y la Organización del Tratado del Atlántico Norte
lanzaran un ultimátum en el que se exigía a ambas partes la
retirada de las armas pesadas de la zona de Sarajevo.
En abril se produjeron encarnizados combates en torno al enclave
de Goražde, en poder del gobierno bosnio, y que había sido
declarado por las Naciones Unidas como «zona de seguridad». A
los informes que señalaban que el ejército bosnio había
intentado realizar una salida del enclave, siguió una importante
ofensiva de los serbios bosnios, cuyas unidades casi ocuparon la
ciudad antes de retirarse a causa de los ataques aéreos
dirigidos por la OTAN contra las posiciones serbias. Se discute
cuál es la cifra de bajas civiles, de las que se informó
mientras los combates eran más intensos y el acceso
internacional estaba bajo mínimos. Amnistía Internacional se
sentía, no obstante, preocupada debido a que el hospital y los
centros donde se cobijaban los refugiados constituyeron un
objetivo deliberado de los tanques y artillería de los serbios
bosnios, así como a causa de los informes sobre homicidios
deliberados y arbitrarios perpetrados a medida que los serbios
bosnios, al inicio de la ofensiva, tomaron los pueblos que
circundan a la ciudad.
Presos de conciencia, toma de rehenes
Permanece confuso el alcance de las detenciones de civiles a
causa únicamente de su nacionalidad o por otras razones por las
que puedan considerarse presos de conciencia. No obstante,
Amnistía Internacional dispone de detalles sobre algunos casos
concretos.
En enero, un grupo de cinco médicos y tres enfermeras (seis
serbios, un croata y un judío) que habían permanecido trabajando
en el hospital de Koševo, en Sarajevo, fueron presuntamente
arrestados tras intentar cruzar desde el territorio en manos del
gobierno bosnio al que controlaban los serbios bosnios. Según
informes, al menos uno de ellos fue juzgado por «eludir el
servicio militar» y se le condenó a dos años de prisión.
Amnistía Internacional procuró confirmar los detalles de las
acusaciones, al creer que podrían ser presos de conciencia.
Amnistía Internacional también tiene noticia de otros posibles
presos de conciencia. Según se informó, en Sarajevo, las
autoridades bosnias mantenían detenidos a serbios, bien por
intentar llegar al territorio controlado por los serbios bosnios
o por desertar, negándose a incorporarse al ejército bosnio o
prestar servicio armado en el mismo. Según informes, el ejército
serbio bosnio juzgó y sentenció a gran número de hombres durante
1993 por eludir el servicio militar o por deserción, y, con casi
total seguridad, prosigue haciendo lo mismo. Los informes
señalan que algunos de esos presos pudieron negarse a portar
armas por razones de conciencia.
En abril de 1994, las autoridades serbias bosnias, que mantienen
el poder de facto, detuvieron a 11 cooperantes franceses cerca
de Sarajevo a quienes acusaron de intentar llevar armas de
contrabando para las fuerzas del gobierno bosnio. Amnistía
Internacional tiene serias dudas sobre las pruebas en las que se
fundamentan esas acusaciones. Las autoridades serbias bosnias
ofrecieron canjearlos por el personal médico al que se hace
referencia más arriba. Amnistía Internacional los consideró
rehenes, detenidos únicamente con el propósito de lograr la
libertad de los prisioneros en poder del gobierno bosnio. Se les
puso en libertad tras el pago de «fianzas» y se les autorizó a
regresar a Francia, aunque los cargos no han sido retirados. El
personal médico no fue puesto en libertad.
BULGARIA
Prosiguen las torturas y malos tratos a los gitanos
Amnistía Internacional siguió recibiendo informes acerca de
miembros de la comunidad gitana que fueron sometidos a malos
tratos por parte de agentes de policía, así como sobre actos de
violencia racista en los que, según parece, la policía no
intervino adecuadamente para proteger a las víctimas. En enero,
marzo y abril de 1994, Amnistía Internacional hizo un
llamamiento a las autoridades búlgaras para que efectuaran
investigaciones completas e imparciales sobre los siguientes
incidentes:
Palizas públicas en Glushnik
Durante la noche del 3 de noviembre, un agente de policía y tres
hombres armados sorprendieron a 20 gitanos del pueblo de
Topolchane, en la región de Sliven, que se encontraban
recogiendo uva ilegalmente en las viñas del vecino pueblo de
Glushnik, y les encerraron en una porqueriza. A la mañana
siguiente, les sacaron uno a uno y les ataron a una verja
metálica con las manos a la espalda, donde fueron golpeados por
un sargento de la policía y una multitud de vecinos allí
congregados.
Dos de los gitanos que presuntamente fueron golpeados eran
niños: Kolyo Petrov Iliev, de 11 años, y Petar Yordanov Jristov,
de 14 años. Hacia el mediodía, una patrulla de policía llegó a
Glushnik y trasladó a los gitanos detenidos a una comisaría. Se
les dejó en libertad poco después.
Agresiones racistas en Dolno Belotintsi
Las agresiones y hostigamiento a causa de motivos raciales
contra la comunidad gitana de Dolno Belotintsi se iniciaron el
25 de febrero, después de que un miembro de esa comunidad robara
y asesinara a un vecino del pueblo de 70 años de edad.
Esa noche, los vecinos lanzaron ataques contra hogares
pertenecientes a gitanos para obligar a la comunidad gitana,
cifrada en unas 20 familias, a abandonar el pueblo. Entraron a
la fuerza en sus hogares, rompieron las ventanas y destrozaron
deliberadamente los muebles y otros enseres. Avanzada la noche,
un grupo de hombres armados del pueblo obligaron a unos 30
gitanos a ir hasta Nikolovo, pueblo situado a unos tres
kilómetros, y a volver. Durante el camino les insultaron, les
amenazaron con arrojarles por un puente y amenazaron a algunas
mujeres con agresiones sexuales.
Los ataques prosiguieron con la misma intensidad durante los dos
días siguientes. Durante la noche del 26 de febrero, la casa de
Miron Simeonov Metodiev fue pasto de las llamas. Las víctimas de
la marcha forzada y de las agresiones interpusieron denuncias
contra los vecinos que les habían atacado; también denunciaron
que, presuntamente, no recibieron protección del Departamento
Regional de Policía ni del fiscal del condado.
Agresiones de «cabezas rapadas» contra gitanos en Pleven
El 26 y 28 de marzo y el 1 de abril, un grupo de unos 50
«cabezas rapadas» armados con cócteles molotov, petardos,
cuchillos y palos, atacaron hogares de gitanos en el barrio de
Storgozia, en Pleven. Según algunos testigos, cuando la policía
se presentó, no intervino para poner fin a la agresión y, en
determinados casos, algunos agentes de policía golpearon a los
gitanos con porras para impedir que salieran de sus hogares.
Según informes, algunos agentes también profirieron insultos de
carácter racista.
(REPÚBLICA) CHECA
Malos tratos y muerte bajo custodia
Amnistía Internacional manifestó su preocupación ante los
informes que indicaban que, el 17 de septiembre de 1993, la
policía golpeó e infligió malos tratos a una persona de etnia
gitana, Jaroslav Jonáš, de 17 años de edad, en Frydek-Místek,
quien, presuntamente, el 19 de septiembre se suicidó cuando
permanecía detenido en Ostrava.
Jaroslav Jonáš fue arrestado en las primeras horas de la mañana
del 17 de septiembre en compañía de otro menor y de un hombre de
20 años de edad cuando intentaban robar en un restaurante de
Frydek-Místek. Durante el primer interrogatorio, practicado en
la comisaría sin la presencia de abogado ni de progenitor
alguno, Janko Jonáš fue presuntamente golpeado y obligado a
firmar una confesión. Fue puesto en libertad pero, el mismo día,
fue citado de nuevo en la comisaría para practicar nuevos
interrogatorios. En presencia de su padre, de un abogado y de un
asistente social, Jaroslav Jonáš se desdijo de su primera
declaración alegando que la policía le golpeó, y se quejó de
dolores en el cuello y de haber sufrido una hemorragia nasal. Se
le trasladó al hospital de Frydek-Místek, donde el médico que le
examinó recomendó un tratamiento de siete días para las
contusiones en la mejilla izquierda, nariz y en la parte
posterior del cuello.
El 18 de septiembre, Jaroslav Jonáš compareció ante un
magistrado que ordenó su detención preventiva. Fue trasladado a
un centro de detención de menores de Ostrava. El 20 de
septiembre se notificó a Janko Jonáš que su hijo se había
suicidado hacia las 20:00 horas del 19 de septiembre. Le dijeron
que Jaroslav Jonáš había solicitado al responsable de turno que
le trasladara a una celda en la que estuviera solo, donde más
tarde se le halló ahorcado. En el certificado de defunción se
dictaminaba que la muerte se produjo por estrangulamiento y que
se trataba de un suicidio, y se describían las mismas heridas
que en el certificado médico emitido el 17 de septiembre.
En abril de 1994, Amnistía Internacional se dirigió por escrito
al ministro de Justicia para inquirir por los resultados de la
investigación de las circunstancias que rodearon la muerte de
Jaroslav Jonáš y que, según informes, estaba practicando la
fiscalía de Ostrava.
La Ley sobre Difamación, enmendada por el Tribunal Constitucional
El 13 de abril de 1993, el Tribunal Constitucional decidió
derogar algunas partes del Artículo 102 del Código Penal,
relativas a los actos de difamación contra el gobierno, el
parlamento y el Tribunal Constitucional. Amnistía Internacional
había manifestado con anterioridad su preocupación por las
disposiciones establecidas en esta ley (véase Índice AI: EUR
01/01/94/s), y en abril escribió de nuevo al Presidente Vaclav
Havel para instarle a que emprendiera otra reforma legislativa
del Artículo 102; tras la decisión adoptada por el Tribunal
Constitucional, este artículo todavía considera que difamar a la
República Checa constituye un delito penal; también le solicitó
la reforma del Artículo 103, que establece penas por difamar al
presidente de la república.
Amnistía Internacional entiende que estas disposiciones
contravienen el derecho a la libertad de expresión, establecido
en el Artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y en el Artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos
Humanos, instrumentos ambos que la República Checa ha ratificado
y que jurídicamente está obligada a respetar.
CHIPRE
Objeción de conciencia al servicio militar
La situación en la que se encuentran los objetores de conciencia
en Chipre no ha experimentado mejoría alguna (véase
Preocupaciones de Amnistía Internacional en Europa: Mayo a
octubre de 1993).
Sotiris Christou y Omiros Andreou Constantinou fueron condenados
a dos y seis meses de prisión, respectivamente, por negarse a
participar en los ejercicios militares para reservistas,
alegando para ello su condición de testigos de Jehová. En el
pasado ya habían cumplido penas de prisión semejantes por el
mismo delito. Probablemente, cuando sean puestos en libertad se
les reclamará otra vez. Si se niegan de nuevo a realizar el
servicio militar, se exponen a otra pena de prisión. Amnistía
Internacional les consideró presos de conciencia e instó a que
fueran liberados de forma inmediata.
En abril, otro Testigo de Jehová, Theocharis Theokli
Theocharidis, de 53 años de edad, tenía que comparecer ante un
tribunal por negarse a realizar los ejercicios militares para
reservistas. Su vista está muy deteriorada, sufre hipertensión
arterial e hipertrofia cardiaca. Hasta el momento, no se han
aceptado sus solicitudes de exención de obligaciones militares
basadas en motivos de salud. En el pasado ya había sido
encarcelado por el mismo delito, y ahora se enfrenta a una
posible pena de prisión de uno a cinco meses. Su juicio se ha
pospuesto.
CROACIA
Objeción de conciencia
Las leyes sobre el servicio militar de Croacia autorizan a los
objetores de conciencia a realizar un servicio alternativo, sin
armas, sustitutorio del servicio militar. Según la información
que obra en poder de Amnistía Internacional, se han aceptado la
mayoría de las solicitudes presentadas para realizar el servicio
alternativo. Según informes, se reconsiderará la solicitud de un
hombre al que se le rechazó la condición de objetor de
conciencia y fue procesado por negarse a incorporarse a filas.
Las principales preocupaciones de Amnistía Internacional en
relación con esta legislación, es que el servicio alternativo no
es propiamente civil y que quienes ya han cumplido el servicio o
fueron alistados en el antiguo Ejército Nacional Yugoslavo,
deben atenerse a unos plazos limitados para solicitar la
realización del servicio alternativo. La ley también impide que
quienes, en pleno uso de sus facultades, se hayan convertido en
objetores de conciencia tras haber comenzado o concluido la
primera fase del servicio militar, puedan optar por el servicio
alternativo. La organización se sentía especialmente preocupada
ante las movilizaciones efectuadas en Croacia a finales de
diciembre de 1993 y en enero de 1994, en las que el ejército
croata reclutaba a personas que luego, presuntamente, eran
enviadas a combatir en Bosnia-Herzegovina en uniformes sin
distintivos o con los distintivos de las fuerzas croatas bosnias
(Hrvatsko Vije će Obrane, HVO). Al parecer, estas movilizaciones
afectaron a miles de hombres, en su mayoría nacidos en BosniaHerzegovina pero con nacionalidad croata. Al parecer, algunos
estaban dispuestos a realizar el servicio militar normal en el
ejército croata, pero por motivos de conciencia objetaron a ser
enviados a combatir en Bosnia. Un número indeterminado de ellos
se negó a ir y fueron presuntamente golpeados. Según se informó,
se encarceló a algunos por períodos de hasta 30 días. Amnistía
Internacional estaba preocupada ante las denuncias de malos
tratos y por el hecho de que la manera en la que se realizaron
las movilizaciones excluía la posibilidad de plantear objeciones
a realizar el servicio combatiendo con la HVO en BosniaHerzegovina.
Grupos de derechos humanos de Croacia han informado de que
serbios o croatas nacidos en Bosnia-Herzegovina, o serbios
nacidos en Croacia, han recibido documentos de alistamiento
cuando se encontraban a la espera de que les fuera confirmada la
concesión de la nacionalidad croata, esto es, antes de estar
sujetos a la realización del servicio militar. En al menos un
caso del que tiene constancia Amnistía Internacional, un posible
objetor de conciencia fue citado en seis ocasiones aun cuando se
encontraba en trámites para resolver la cuestión de su
nacionalidad, y se ha negado a incorporarse a filas. Amnistía
Internacional está recabando más información sobre el caso.
DINAMARCA
La pena de muerte
En febrero, el gobierno danés ratificó el Segundo Protocolo
Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que tiene por objeto la abolición de la pena de
muerte. Amnistía Internacional acogió con beneplácito esta
iniciativa e invitó al gobierno a que uniera su voz a la de la
organización para instar a otros Estados a que firmen y
ratifiquen este instrumento y trabajen en favor de la
erradicación de la pena de muerte en todo el mundo.
Disparos en el curso de una manifestación
Amnistía Internacional prosiguió la investigación sobre el
incidente sucedido el 18 y 19 de mayo de 1993, en el que agentes
de policía, unos provistos de material antidisturbios y otros
vestidos de civil, abrieron fuego directamente contra una
multitud en el curso de una violenta manifestación transcurrida
en Copenhague, a raíz del segundo referéndum celebrado en
Dinamarca sobre el Tratado de Maastricht. En los informes
policiales hechos públicos no se explican las circunstancias
específicas en las que se disparó sobre un mínimo de 11
personas. Con arreglo a esos informes, las únicas órdenes dadas
por los responsables de una unidad policial compuesta por
agentes uniformados y de civil eran realizar «disparos de
intimidación». Según el reglamento de la policía danesa, los
disparos intimidatorios se deben realizar «directamente al
aire». Los heridos sufrieron heridas de bala en el estómago, en
el rostro, la espalda, las piernas y las manos. Las
circunstancias en las que la policía recurrió al uso de fuerza
letal siguen sin dilucidarse. Se espera que en el mes de junio
se concluya un informe sobre el incidente elaborado por el
Director de la Fiscalía y basado en las investigaciones
efectuadas por la policía de Copenhague y la policía nacional.
Denuncias de malos tratos
Amnistía Internacional continuó sus investigaciones sobre varios
informes de malos tratos infligidos por la policía. Siguen
pendientes de su resolución los casos civiles en los que se
solicita una indemnización por las heridas sufridas por Babading
Fatty, turista africano a quien guardias penitenciarios
infligieron malos tratos tras haber sido detenido en 1990, y
Benjamin Schou, un joven que sufrió una parada cardíaca y graves
daños cerebrales tras ser reducido, mientras permanecía bajo
custodia policial en enero de 1992. En diciembre, se desmanteló
una patrulla policial especial que participaba en una operación
que ya duraba 15 meses y que iba dirigida contra el tráfico
abierto de hachís en Christiania, antigua zona de cuarteles
militares tomada por ocupantes ilegales desde 1971. Entre las
denuncias de malos tratos se cuenta la técnica de «la llave de
las piernas» utilizada por la policía: el detenido yace sobre su
estómago, se le esposa con las manos por la espalda, con un pie
encajado contra la parte interna de la rodilla opuesta y el otro
pie sobre las esposas. Varias personas declararon haber sufrido
dolores, entumecimiento y hormigueos en los brazos, muñecas,
manos o dedos meses después de haber sido reducidos mediante esa
técnica.
En marzo, el ministro de Justicia respondió a las preocupaciones
planteadas por Amnistía Internacional respecto al
encarcelamiento indefinido que padecen en Dinamarca ciudadanos
de Groenlandia, acusados de delitos graves cometidos en
Groenlandia. Los gobiernos de Dinamarca y Groenlandia han
nombrado una comisión que, entre otras cosas, examinará las
preocupaciones manifestadas por Amnistía Internacional.
ESLOVAQUIA (REPÚBLICA DE)
La aplicación de las leyes contra la difamación provoca
procesamientos
El 7 de diciembre de 1993, el fiscal municipal de Bratislava
presentó cargos, en aplicación del artículo 103, contra Iván
Lexa, Secretario de Estado del Ministerio de Privatización,
según los informes, por unas declaraciones publicadas en Sme y
Republika que fueron consideradas difamatorias para el
Presidente de la República.
El 14 de enero de 1994 se presentaron cargos, en aplicación de
la misma ley, contra Andrej Hrico, director de Domino Efekt, por
la carta de un lector publicada en el semanario y que también se
consideró difamatoria para el Presidente de la República.
Los artículos 102 y 103 del Código Penal Eslovaco penalizan la
difamación de la república, del consejo nacional, del gobierno,
del tribunal constitucional y del Presidente de la República.
Amnistía Internacional considera que lo dispuesto en estos
artículos contraviene el derecho a la libertad de expresión
establecido en el artículo 19 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, y el artículo 10 del Convenio
Europeo de Derechos Humanos, tratados ratificados por la
República Eslovaca y que legalmente está obligada a observar.
En febrero, Amnistía Internacional instó al presidente Michal
Kovác a suspender todos los procesos que hubiera en marcha en
aplicación de los artículos 102 y 103, y a que el Tribunal
Constitucional Eslovaco iniciara el correspondiente proceso de
revisión judicial.
El 4 de marzo, se notificó oficialmente a Ivan Lexa que el
Departamento de Investigación de la Policía Eslovaca había
retirado los cargos contra él. A pesar de ello, el proceso
contra Andrey Hrico siguió adelante. Funcionarios del
Departamento de Investigación de la Policía Eslovaca de Kosice
lo interrogaron en cinco ocasiones formulándole, entre otras,
las siguientes preguntas: si había recibido tratamiento
psiquiátrico, si le gustaban las bebidas alcohólicas, y dónde
vivía su madre, de 77 años. El caso se envió posteriormente al
fiscal de distrito para su consideración.
ESPAÑA
Denuncias de torturas y malos tratos: casos y juicios
Se recibieron nuevas denuncias por malos tratos, pero los
procesos judiciales siguieron siendo muy lentos; seguían sin
completarse la mayoría de las investigaciones y los juicios
previamente citados por Amnistía Internacional, a pesar de que
en algunos casos habían transcurrido varios años.
La organización pidió al gobierno que le facilitara información
sobre el suicidio, el 28 de febrero, de José Luis Iglesias
Amaro, que se ahorcó con los cordones de sus zapatos en una
celda de aislamiento de la prisión de Picassent II. Acababa de
salir del Hospital La Fe tras recibir tratamiento por la
ingestión de varios objetos. Sus compañeros de prisión afirmaron
que los funcionarios de la cárcel lo habían golpeado en
repetidas ocasiones en los días que precedieron a su muerte;
explicaron como grupos de guardianes, armados con porras,
entraron en varias ocasiones en la celda de José Luis y le
golpearon. El informe de la autopsia señalaba la existencia
─entre otras lesiones─ de coágulos de sangre del tamaño de
«huevos de paloma» en el cráneo y hematomas en la cara y otras
partes del cuerpo. Las fotografías del fallecido evidencian la
gravedad de las lesiones faciales. Un perito patólogo
independiente declaró que las lesiones descritas en el informe
correspondían a golpes asestados con porras. Se abrió una
investigación en el tribunal de Picassent.
En agosto de 1993, Carlos Viña Pena, agente de la Guardia Civil
en la reserva, declaró haber sido maltratado por unos policías
que realizaban pesquisas sobre un posible accidente de
circulación en La Coruña (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). El
tribunal de La Coruña que investigaba su denuncia citó a declar
a un civil y cuatro policías.
En agosto de 1991, Mohamed Hegazy y Raed Shibli denunciaron
haber sido duramente golpeados en un puesto de la Guardia Civil,
en Ibiza. Su denuncia venía respaldada por pruebas fotográficas
y forenses (véase Índice AI: EUR 01/04/92). El tribunal archivó
la denuncia sin investigarla, pero más tarde ordenó que volviera
a abrirse el caso. En septiembre de 1993, los denunciantes
fueron multados y condenados a un mes y un día de cárcel por
resistencia al arresto. El tribunal reconoció que no había
tenido en consideración las denuncias de malos tratos
presuntamente sufridos en la comisaría de policía, manifestando
que esa circunstancia sería objeto de una investigación aparte.
Rechazó el alegato del fiscal según el cual los dos hombres
habían resultado lesionados en la calle, al resistirse a ser
arrestados en la calle. A pesar de ello, a fines de abril
todavía no había acabado la mencionada investigación y nadie
había comparecido ante la justicia.
Tuvieron lugar varios juicios contra agentes de la ley acusados
de torturas y malos tratos. En diciembre, el Tribunal Supremo
rechazó los recursos de cinco guardias civiles contra las penas
de prisión, multa e inhabilitación a que habían sido condenados
en 1990 por cargos relacionados con las torturas sufridas por
Tomás Linaza, en 1981. Los guardias no habían cumplido ninguna
parte de sus condenas y todos habían solicitado ser indultados.
En febrero, la audiencia provincial de Bilbao ordenó que se
cumplieran las sentencias.
Industrial vasco liberado por grupo armado vasco
El 29 de octubre de 1993, el grupo armado vasco Euskadi Ta
Askatasuna (ETA) dejó en libertad a Julio Iglesias Zamora,
ingeniero electrónico, tras 117 días de cautiverio. Cuando se
produjo el secuestro, en agosto de 1993, Amnistía Internacional
solicitó públicamente la liberación incondicional e inmediata
del industrial. La organización condenó sin reservas los abusos
cometidos por los grupos armados, tales como la toma de rehenes
y los homicidios deliberados y arbitrarios, considerándolos
actos que contravienen las normas humanitarias internacionales.
ESTONIA
La pena de muerte
En marzo, Amnistía Internacional supo que, el 18 de mayo de
1993, el Tribunal del Condado de Laane-Viru había condenado a
muerte a Sergei Krylov. Según el Ministerio de Justicia, Sergei
Krylov, sobre quien pesaba una condena anterior por asesinato,
fue declarado culpable de la muerte por apuñalamiento de un
pensionista. El Tribunal del Estado confirmó la sentencia el 19
de agosto de 1993. Sergei Krylov ha elevado un recurso de
clemencia ante el presidente Lennart Meri. Según obra en
conocimiento de Amnistía Internacional, otros dos presos, Ruben
Melkonjan y Vassili Otshtalenko, se encuentran a la espera del
resultado de las peticiones de clemencia que han presentado.
Amnistía Internacional ha realizado un llamamiento para que se
conmuten esas tres penas capitales, pero no ha recibido
respuesta de las autoridades estonias sobre ninguno de los tres
casos.
Poco antes de tener conocimiento de la pena de muerte dictada
contra Sergei Krylov, Amnistía Internacional había escrito al
ministro de Justicia para recabar explicaciones sobre el número
de personas que se encuentran condenadas a muerte en la
actualidad. Este requerimiento ha sido motivado por un artículo
aparecido el 28 de febrero en el diario sueco Dagens Nyheter, en
el que se informaba de que el alcaide de la prisión de Patarei
había declarado que, en ese momento, eran cinco los presos que
se encontraban en espera de ser ejecutados.
FRANCIA
Denuncias de malos tratos, disparos de la policía y muertes
producidas bajo custodia policial
En agosto de 1993, Amnistía Internacional se dirigió por escrito
a los ministros de Interior y de Justicia para solicitar
información sobre las investigaciones de las denuncias de malos
tratos policiales, disparos contra personas desarmadas y muertes
producidas bajo custodia (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). A
finales de abril, no se había recibido respuesta de los
ministros; a pesar de ello, la embajada francesa en Londres
había facilitado información sobre las investigaciones en marcha
sobre dos de los disparos que causaron muertes.
La organización siguió recibiendo denuncias de malos tratos. La
noche del 10 de diciembre, Rachid Harfouche, ciudadano francés
de ascendencia argelina de 20 años de edad, vio que tres
policías corrían hacia él; dio la vuelta y subió corriendo hacia
el piso en el que vivía con sus padres en Noisy-le-Sec.
Presuntamente, la policía detuvo a Rachid Harfouche junto a la
puerta de un vecino para, dijeron, realizar un control de
seguridad. Le esposaron con las manos a la espalda y los
miembros de su familia y los vecinos pudieron contemplar cómo
dos agentes le golpeaban violentamente con porras. Le llevaron
escaleras abajo, seguidos de familiares y vecinos. La policía
prosiguió golpeándolo y comenzó a vomitar tras recibir un fuerte
golpe en el tórax. Se practicaron varios intentos para poner fin
a la agresión, pero la policía despejó el portal con gas
lacrimógeno. Su madre hubo de ser trasladada al hospital a causa
de los efectos del gas. Arrastraron a Rachid Harfouche al
exterior y, según su padre, le propinaron golpes y patadas
mientras yacía esposado cara al suelo. Fue trasladado a la
comisaría de Noisy-le-Sec, donde le acusaron de agresión y le
examinó un médico. Un certificado médico emitido al día
siguiente, tras recibir tratamiento en el hospital, daba cuenta
de una fractura de nariz y de contusiones múltiples en la
garganta, pecho, espalda, glúteos y muñecas. Cuando su hermano
Idris Harfouche y un amigo se dirigieron a la comisaría, les
registraron y verificaron su documentación. Como Idris Harfouche
se negara a marcharse sin ver a su hermano, quedó detenido bajo
custodia. El 21 de diciembre, ambos hermanos interpusieron una
querella judicial contra la policía en el juzgado de Bobigny.
El 9 de marzo, se produjo un grave disturbio en la prisión de
Varces, cerca de Grenoble, pero durante tres semanas se
suprimieron la mayoría de noticias sobre el incidente. Según
abogados de la localidad y algunos presos, los disturbios
comenzaron cuando se llamó a los agentes de la «policía
antidisturbios» (Compagnie Républicane de Sécurité, CRS) como
refuerzo del personal penitenciario para despejar dos patios de
ejercicios en los que se habían concentrado los presos para,
según informes, protestar pacíficamente contra las restricciones
impuestas en la administración de las condenas, el tiempo de
paseo y las visitas familiares. Al parecer, en la operación se
empleó fuerza física excesiva, especialmente por lo que se
refiere a los golpes con porras denunciados por los presos. Los
guardias de la prisión, con armas antidisturbios para arrojar
balas de goma, actuaron encapuchados para ocultar su identidad.
Una vez que los presos abandonaron el patio, les obligaron a
subir las escaleras, donde presuntamente los agentes les
golpearon. Unos 15 presos fueron tratados por heridas en la
enfermería de la prisión, y otros muchos fueron trasladados de
inmediato a otros centros penitenciarios. Amnistía Internacional
solicitó más información sobre las razones por las que no se
inició una investigación administrativa hasta tres semanas
después del incidente y por qué se encontraba a cargo de la
investigación el mismo oficial de la gendarmería que había
encabezado la operación. Aparentemente, no se han iniciado
acciones judiciales pero, el 30 de abril, un grupo de abogados
de Grenoble remitieron una carta abierta al fiscal general del
Tribunal de Apelación en la que denunciaban la violencia
empleada por la policía en la prisión de Vares.
GEORGIA
Presuntos malos tratos a detenidos
Durante el período a examen, Amnistía Internacional ha
continuado recibiendo denuncias de malos tratos infligidos a
detenidos. Estos informes se ofrecen a continuación.
Irakli Gotsiridze, de 70 años de edad, director de un periódico,
fue arrestado el 3 de octubre tras haberse presentado en una
comisaría de Tiblisi para denunciar la detención de dos colegas.
Declaró que miembros de las fuerzas armadas o de fuerzas
paramilitares le golpearon contumazmente, provocándole fracturas
en las costillas, y después se negaron a facilitarle asistencia
médica. También, según parece, lo arrestaron sin contar con la
orden oportuna. Irakli Gotsiridze fue puesto en libertad 36 días
después.
El 13 de octubre, miembros de las fuerzas armadas o de fuerzas
paramilitares detuvieron a Tamaz Kaladze. Amnistía Internacional
desconoce los cargos en su contra, pero se dice que
anteriormente había organizado una petición para solicitar la
dimisión de Eduard Shevardnadze, presidente del parlamento de
Georgia. Presuntamente, Tamaz Kaladze fue golpeado, en la cabeza
y las plantas de los pies, entre otros sitios, le aplicaron
descargas eléctricas y le cubrieron la cabeza con una bolsa de
plástico. Le pusieron en libertad transcurridos 38 días.
Amnistía Internacional siguió manifestando su preocupación ante
éstas y otras denuncias. La organización hizo un llamamiento
para que se practicara una investigación completa e imparcial
sobre todos los casos, para que se hagan públicos los resultados
y comparezcan ante la justicia los responsables a los que se
identifique.
Detención de opositores políticos
Irakli Gotsiridze y Tamaz Kaladze formaban parte de un grupo de
10 simpatizantes del anterior presidente, Zviad Gamsajurdia, que
fueron detenidos durante breves espacios de tiempo en octubre,
tras el estallido de una fugaz guerra civil. Amnistía
Internacional ha expresado su preocupación ante las denuncias de
que a muchos les detuvieron por ejercer pacíficamente su derecho
a la libertad de expresión, ha solicitado a las autoridades más
información sobre los cargos concretos que pesan sobre ellos, y
ha preguntado si sus casos fueron examinados por un juez
independiente.
La pena de muerte
En enero, el fiscal de Abjazia, región que en la actualidad no
reconoce la jurisdicción de las autoridades georgianas, informó
a Amnistía Internacional de que en ese momento se encontraban
cinco o seis personas condenadas a muerte en Abjazia, y de que
no existía ningún organismo dedicado a examinar las peticiones
de clemencia. Para más información y un estudio general de la
pena de muerte en Georgia, véase República de Georgia:
Actualización sobre la pena de muerte (Índice AI: EUR
56/01/94/s).
GRECIA
La pena de muerte
El 16 de diciembre de 1993, el parlamento griego aprobó una
nueva ley para la abolición de la pena de muerte, sin
restricciones, en tiempo de guerra o de paz. El gobierno griego
también está estudiando la ratificación del Sexto Protocolo del
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales, que Grecia firmó en 1983.
Juicios por ejercer el derecho a la libertad de expresión
Prosiguió el procesamiento de personas que habían ejercido su
derecho a expresar libremente opiniones no violentas y habían
criticado la política seguida por el gobierno griego con el país
vecino, la antigua república yugoslava de Macedonia, defendiendo
la existencia de una minoría étnica macedonia en Grecia. Todos
los cargos que existían contra 11 de esas personas se retiraron
en tres juicios diferentes celebrados en enero y febrero. No
obstante, siete personas todavía se enfrentaban a juicios
acusados de cargos semejantes.
El 14 de abril, un antiguo diputado, Ahmet Sadik, fue juzgado en
Agrinio por haber publicado un artículo en Güven el 17 de
noviembre de 1989 en el que denunciaba que la minoría turca era
objeto de discriminación y represión, y por haber distribuido un
folleto con el mismo contenido el 22 de noviembre de 1989. Se
retiraron los cargos que pesaban contra él.
Objeción de conciencia
Desde octubre, unos 150 hombres, todos ellos testigos de Jehová,
han sido encarcelados por negarse a hacer el servicio militar.
Se enfrentan a una condena de cuatro años en condiciones que, en
julio de 1993, el propio ministro de Defensa Nacional de ese
momento calificó de «censurables e inadmisibles». Unos 10
objetores de conciencia fueron puestos en libertad tras cumplir
aproximadamente la mitad de la condena de cuatro años que les
había sido impuesta.
En enero, a raíz de las nuevas críticas vertidas por el
parlamento europeo contra Grecia por su negativa a introducir un
servicio civil alternativo, el ministro de Defensa, Gerasimos
Arsenis, confirmó que el gobierno griego está estudiando
presentar, por tercera vez, una ley para introducir ese servicio
alternativo.
Nuevas denuncias de malos tratos
En diciembre, Amnistía Internacional escribió a las autoridades
griegas para manifestar su preocupación por los casos de
presuntos malos tratos y torturas de los que tuvo noticia
durante el año, y que implicaban a diversas dependencias de la
policía y de las fuerzas de seguridad. Todavía no se ha recibido
respuesta. Desde entonces, Amnistía Internacional ha recibido
nuevas denuncias de malos tratos infligidos a ciudadanos
extranjeros, albanos y griegos que permanecían detenidos.
El 2 de febrero, la policía efectuó un registro en busca de
drogas en el bar de Charalambos Kabiotis y su compañera, Barbara
Mega. Según informes, insultaron a la pareja y golpearon a la
mujer. Esposaron a Charalambos Kabiotis y le propinaron
puñetazos y patadas, amenazándolo de muerte antes de trasladar a
ambos a la comisaría, donde, al parecer, recibieron un trato
semejante.
HUNGRÍA
Malos tratos y violación del derecho a la libertad de expresión:
el caso de Hermán Péter y Pálinkás József
El 15 de marzo, Amnistía Internacional escribió al ministro del
Interior, Kónya Imre, para instarle a investigar con prontitud y
de forma imparcial los informes que indicaban que unos agentes
de policía habían golpeado e infligido malos tratos a Pálinkás
József y Hermán Péter en Szarvasgede, el 19 de enero de 1994.
Amnistía Internacional también se sentía preocupada a causa de
que Hermán Péter, miembro de la Alternativa Verde que hacía
campaña contra la decisión del Consejo de Szarvasgede de aprobar
la construcción de un incinerador de residuos médicos,
permaneciera posteriormente detenido hasta el 28 de enero, al
parecer por ejercer sin violencia el derecho a la libertad de
expresión. La preocupación de Amnistía Internacional quedaba
reflejada en un informe publicado en abril, Hungary ─ Illtreatment and violation of the right to freedom of expression
(Índice AI: EUR 27/01/94).
La ley de difamación contraviene el derecho a la libertad de
expresión
El 15 de abril, Amnistía Internacional escribió al presidente
Göncz Árpád para manifestarle su preocupación por el
procesamiento de Eörsi Mátyás y Lengyel László por difamar a
autoridades públicas o funcionarios, con arreglo a lo dispuesto
en el Artículo 232 del Código Penal de Hungría. El párrafo 1 de
ese artículo establece que «toda persona que declarara o
difundiera un hecho, o empleare alguna expresión para referirse
a un hecho que pueda violar el honor de un funcionario público o
que mediante la violación del honor de un funcionario público
pueda dañar el honor de una autoridad pública, comete delito
penal y se enfrenta a penas de prisión no superiores a dos años,
a prestar servicios comunitarios o a una multa».
Amnistía Internacional cree que el Artículo 232 contraviene el
derecho a la libertad de expresión establecido en el Artículo 19
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el
Artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, ambos
ratificados por Hungría y que jurídicamente está obligada a
respetar. A Amnistía Internacional le preocupa el hecho de que
el cumplimiento del Artículo 232 haya sido la causa de que se
haya procesado a personas que ejercían el derecho a la libre
expresión de sus creencias políticas o de otra clase sin
recurrir a la violencia o defender su uso. Si resultan
encarcelados, Amnistía Internacional los considerará presos de
conciencia.
En octubre de 1992, Eörsi Mátyás fue acusado de conformidad con
los párrafos 1 y 3 del Artículo 232 por una declaración
efectuada en un programa de televisión que el gobierno húngaro
estimó que difamaba a Horvath Balazs, el entonces ministro del
Interior. El tribunal de primera instancia absolvió a Eörsi
Mátyás de la acusación. A raíz del fallo del Tribunal de
Apelación, por el que se revocaba la absolución y se amonestó al
acusado, el Tribunal Supremo dictaminó en septiembre de 1993 que
se debería celebrar un nuevo juicio, alegando que la declaración
a examen era una declaración de hechos y se debía autorizar a
Eörsi Mátyás a probar la veracidad de sus aseveraciones.
Lengyel László fue acusado con arreglo a los párrafos 1 y 3 del
Artículo 232 tras una conferencia pronunciada el 10 de junio de
1993 sobre la situación de la economía húngara que se estimó era
difamatoria hacia el gobierno húngaro. En diciembre de 1993, el
Tribunal de Apelación le condenó a pagar una multa de 75.000
forints, sentencia que se dejó en suspenso durante un año.
Lengyel Lászlo ha elevado un recurso extraordinario ante el
Tribunal Supremo.
ITALIA
Muertes bajo custodia y denuncias de malos tratos infligidos por
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
Amnistía Internacional ha recibido con preocupación nuevas
denuncias de malos tratos infligidos por funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley. La organización ha solicitado
información sobre las medidas tomadas para investigar la
denuncia presentada por Arsenie Cretu, ciudadano rumano. Éste
alega que la policía de Milán lo maltrató tras detenerlo por
presunto atentado sexual y robo el 27 de mayo de 1993. El 29 de
mayo, cuando compareció ante el juez encargado de las
investigaciones preliminares, éste tomó nota de su denuncia de
que unos agentes de la policía le habían dado golpes y le habían
orinado en la cabeza, y comprobó la presencia de magulladuras y
otras señales de lesiones en el tórax, abdomen y espalda del
detenido. Amnistía Internacional también pidió detalles sobre
los avances realizados en la investigación judicial de los
presuntos malos tratos sufridos por Antonio Morabito y su muerte
bajo custodia de la policía de Turín el 18 de diciembre, tras
ser detenido por robo. Numerosos testigos presenciales
declararon que, después de esposarlo, los agentes le dieron
puñetazos y puntapiés, le pegaron con la culata de un revólver y
le dispararon un tiro cerca de la cabeza. Lo llevaron a una
comisaría céntrica, y murió pocas horas después durante su
traslado al hospital. La policía calificó de maliciosas las
imputaciones de que se lo había sometido a malos tratos. La
autopsia y los informes forenses comprobaron que el detenido
había sufrido lesiones graves del peritoneo, que habían dado
lugar a una hemorragia intestinal que le causó la muerte. Según
informes, el 4 de mayo la oficina del Fiscal General solicitó el
enjuiciamiento de dos agentes de la policía por cargos de
homicidio preterintencional.
El 14 de enero, la policía de Bolonia detuvo a cinco personas
─entre ellas un menor de edad─ durante una redada antinarcóticos
efectuada en un mercado callejero. Los cinco fueron llevados a
una comisaría céntrica; se informa que fueron puestos en
libertad 48 horas después, y que solicitaron asistencia médica
en un hospital de la zona, declarando que en la comisaría les
habían propinado una paliza. El 22 de febrero, dos de los
detenidos, Marco Lobos y Franco Vienibene, presentaron sendas
denuncias formales contra la policía, acompañándolas de informes
médicos que daban constancia de las lesiones.
Vicky Tschimanga, estudiante de medicina zaireño, presentó al
parecer una denuncia oficial declarando que el 27 de enero dos
agentes de la policía le habían dado puntapiés y puñetazos en
una calle de Roma al detenerlo, y posteriormente también en la
comisaría. Más tarde, dijo, un inspector de la policía explicó
que se había tratado de un error, y lo pusieron en libertad.
Posteriormente, la policía manifestó que lo habían interceptado
en una zona donde les habían dicho que operaba un traficante de
narcóticos africano; y que lo detuvieron cuando se negó a
mostrar su documentación.
Salvatore Messina, de 15 años de edad, presentó una denuncia
manifestando que el 11 de marzo, en Palermo, dos vigili urbani
(policía local) casi lo habían arrollado con su vehículo cuando
cruzaba la calle, y después le habían pedido sus documentos, lo
habían metido en el automóvil y le habían abofeteado hasta que
accedió a decir: «soy una mierda»; entonces lo dejaron libre. Su
denuncia iba acompañada de un certificado médico expedido por un
hospital de la zona pocas horas después de su puesta en
libertad, en el que, al parecer, se hacía constar la presencia
de diversas lesiones faciales. Los vigili urbani declararon que
se habían detenido porque el joven, en estado de embriaguez,
estaba obstruyendo la circulación y lanzando improperios. Lo
habían hecho subirse al vehículo para llevarlo a su domicilio
pero el joven, diciendo que su padre le daría una paliza de
enterarse que la policía lo había parado en la calle, había
procedido a darse puñetazos y bofetadas y se había arrojado del
vehículo en marcha. Filippo Campanella declaró que el 15 de
marzo, cuando le preguntó a una agente de los vigili urbani si
podía permanecer estacionado en doble fila en una calle de
Palermo, la agente había llamado a unos colegas para que lo
movieran por la fuerza, y que éstos le dieron repetidos
puñetazos y puntapiés hasta que perdió el conocimiento e
intervinieron los carabinieri (policía paramilitar). Según
parece, numerosos testigos presenciaron el incidente. Filippo
Campanella fue ingresado a un hospital, donde se comprobó la
presencia de lesiones que le causaron una parálisis parcial de
la pierna derecha. Los vigili urbani adujeron que la víctima se
había tirado al suelo, fingiendo haber recibido un golpe; al
parecer, presentaron una denuncia imputándole diversos delitos,
entre ellos ultraje a un funcionario público y resistirse a la
detención. Se inició una investigación judicial de los
incidentes y, en abril, se estaba investigando a unos 15 agentes
en relación con los presuntos malos tratos.
En febrero, el fiscal del Tribunal de Menores de Roma comunicó a
Amnistía Internacional que se habían iniciado actuaciones
judiciales preliminares contra un agente de la policía en
relación con malos tratos presuntamente infligidos en septiembre
de 1993 a M.C., un menor de 13 años de edad. Otro caso1
relacionado con menores es el de Tarzan Sulic y Mira Djuric, dos
niños de la comunidad romaní presuntamente maltratados y
atacados con arma de fuego en septiembre de 1993 en un cuartel
de carabinieri vecino a Padua. Los resultados de los exámenes
forenses ordenados por el fiscal encargado de la investigación
judicial del caso demostraron que Tarzan Sulic estaba sentado
cuando le alcanzó el tiro que le dio muerte, y que sus manos no
estaban en contacto con el arma de fuego cuando se disparó. Fue
imposible determinar si, como habían declarado los carabinieri,
se había producido un forcejeo inmediatamente antes del disparo.
La Fiscalía parece haber declarado infundada la denuncia
presentada por Mira Djuric en el sentido de que los dos menores
habían sido golpeados durante su detención.
Presuntos malos tratos por guardias penitenciarios
(actualización de la información presentada en los documentos
con Índices de AI EUR 01/01/93/s y EUR 30/01/93/s)
En enero, el Ministerio de Justicia informó a Amnistía
Internacional que el fiscal de Sassari había ordenado se
archivase la denuncia de malos tratos presentada en 1992 por
Giordano Otello Galati contra los guardias de la cárcel de
Asinara, y había referido el caso al fiscal público de Palmi
para que se investigase al denunciante por posibles cargos de
calumnia.
Los reclusos de la cárcel de Sulmona declararon que los guardias
penitenciarios los habían amenazado y golpeado como represalia
por un acto de protesta realizado el 16 de diciembre al
producirse aparentemente un retraso en la prestación de
asistencia médica a un preso. En febrero se supo que los
reclusos habían presentado 13 denuncias formales acusando al
personal penitenciario de apaleamientos brutales, amenazas de
muerte, abuso de autoridad, extorsión y humillaciones
deliberadas.
En una carta abierta publicada en la prensa el 8 de febrero, los
presos de la cárcel de Secondigliano expresaron su inquietud por
el aislamiento de un compañero, Giacomo De Simone, que había
estado sometido a este régimen desde el 12 de enero, fecha en
que, al comparecer ante un tribunal, había acusado a los
guardias de malos tratos. La carta decía que, durante los dos
días anteriores a su aparición ante el tribunal, los guardias lo
1Véase Índice de AI: EUR 01/01/94/s
habían golpeado repetidamente y lo habían amenazado con
continuar haciéndolo si los denunciaba. También en febrero se
supo que, como resultado de la investigación judicial iniciada a
principios de 1993 sobre los presuntos malos tratos sistemáticos
infligidos a unos 300 reclusos de la cárcel de Secondigliano, se
había instruido juicio contra cinco guardias penitenciarios y el
jefe de éstos por varios cargos, entre ellos abuso de autoridad,
fraude con circunstancias agravantes, calumnia, perjurio e
instigación a delinquir. Según parece, en abril continuaba la
investigación judicial de 108 guardias en relación con los
presuntos malos tratos.
KAZAJSTÁN
Presos de conciencia.
Proceso por difamación: Karishal Asanov (actualización de la
información ofrecida en Índice AI: EUR 01/01/94/s) y Ruslan
Chukurov.
El 27 de diciembre se informó a Karishal Asanov del
sobreseimiento de la causa que se seguía contra él. Karishal
Asanov esperaba un segundo juicio acusado de «atentar contra el
honor y la dignidad del Presidente» (Artículo 170-3 del Código
Penal). La razón del sobreseimiento fue la abolición, el 15 de
octubre, de ese artículo.
En diciembre, Amnistía Internacional se dirigió por escrito al
presidente Nursultan Nazarbayev en relación al caso de Ruslan
Chukurov, sentenciado el 22 de noviembre a tres años de prisión
por el tribunal popular del distrito Lenin, de Alma-Ata, la
capital, por «atentar contra el honor y la dignidad de un
diputado del pueblo» (Artículo 170-4 parte 2 del Código Penal) y
«redactar intencionadamente un informe falso» (Artículo 186).
Las acusaciones estaban relacionadas con las denuncias de
corrupción y hechos delictivos formuladas por Ruslan Chukurov
contra el director de un instituto médico de investigación donde
había trabajado como cardiólogo hasta marzo de 1992. Tras el
juicio, Ruslan Chukurov quedó en libertad mientras se resolvía
su apelación contra el fallo del tribunal. Amnistía
Internacional declaró que, si se rechazaba el recurso y era
enviado a cumplir condena, Ruslan Chukurov sería considerado
preso de conciencia. El 20 de diciembre, en la vista de
apelación en el tribunal de Alma-Ata, Ruslan Chukurov fue
absuelto.
En respuesta a una pregunta de Amnistía Internacional, el
ministro de justicia, Nagambay Shaykenov, confirmó en febrero la
abolición del artículo 170-3, aunque hizo notar que el artículo
170-4 seguía en vigor.
Roman Grechko, objetor de conciencia
El 30 de marzo, el tribunal popular del distrito de Octubre de
Alma-Ata sentenció a Roman Grechko a un año de prisión por
«evasión del servicio militar activo» (artículo 66 del Código
Penal). Roman Grechko se negaba a prestar el servicio militar
por sus creencias religiosas como Testigo de Jehová. Dado que
las leyes de Kazajstán no ofrecen alternativa al servicio
militar obligatorio para quienes se declaran objetores de
conciencia, Amnistía Internacional declaró a Roman Grechko preso
de conciencia y pidió su liberación incondicional e inmediata.
Pena de muerte
Amnistía Internacional supo de nueve condenas a la pena capital,
todas dictadas por asesinato con premeditación y circunstancias
agravantes. El tribunal regional de Pavlodar, al norte de
Kazajstán, sentenció a la pena máxima a cinco hombres en tres
juicios diferentes; las vistas tuvieron lugar en fechas
desconocidas para Amnistía Internacional. A principios de 1994,
el Tribunal Supremo desestimó los recursos presentados contra
estas sentencias. En abril, la sección militar del Tribunal
Supremo dictó cuatro penas capitales contra cuatro soldados
declarados culpables de matar a una familia. En este caso los
condenados no tenían derecho a apelar contra sus sentencias.
Amnistía Internacional hizo campaña para que se conmutaran estas
condenas y siguió presionando para conseguir la abolición de la
pena de muerte en Kazajstán.
KIRGUISTÁN
Torturas y malos tratos bajo custodia.
Amnistía Internacional supo de tres casos en los que las
personas implicadas afirmaron haber sido torturadas o
maltratadas mientras estaban bajo custodia policial.
En marzo, la policía detuvo en Bishkek, la capital, a Valery
Fyodorov, Vitaly Rakitin y Dmitry Frolov, los tres menores de
edad, por presunta amenaza a la vida de un agente de policía.
Posteriormente los tres denunciaron haber sido obligados a
confesar el delito mediante torturas. Vitaly Rakitin y Dmitry
Frolov declararon que, durante los más de dos días de estancia
en la comisaría de policía del distrito de Sverdlovsk,
recibieron golpes en la cabeza, en el pecho y la zona lumbar, y
fueron lanzados contra las paredes. Vitaly Rakitin también
aseguró que en cierto momento le pusieron una máscara de gas con
la válvula del aire cerrada, lo que le impedía respirar con
normalidad. No se presentaron cargos contra los tres jóvenes
hasta pasados cinco días de su arresto. Vitaly Rakitin y Dmitry
Frolov, que posteriormente retiraron sus confesiones, fueron
puestos en libertad condicional pendientes de juicio; a fines de
abril Valery Fyodorov seguía detenido.
Según los informes, el Ministerio del Interior estaba
investigando las denuncias relativas al trato recibido por los
tres jóvenes.
También en marzo, la policía detuvo en la ciudad de Dzhalal-Abad
a Daniil Murzak, Albert Girfanov, Sandzhar Tutashev y Vladimir
Metchikov, todos ellos menores de edad. Al parecer, cuatro
agentes de policía los golpearon durante la detención, por lo
que dos de ellos tuvieron que recibir asistencia hospitalaria.
En febrero de 1994, el tribunal regional de Chuy declaró
culpables de asesinato a Andrei Arazov, Sultán Karibzhanov,
Rustam Karibzhanov y Nurkan Ospanov, arrestados en febrero de
1993. Andrei Arazov y Sultan Karibzhanov fueron condenados a la
pena capital [véase infra], y Rustam Karibzhanov y Nurkan
Ospanov a penas de prisión de cinco y diez años respectivamente.
El Tribunal Supremo confirmó las sentencias el 5 de abril. Al
parecer, fueron condenados solamente en base a las confesiones
que se obtuvieron de ellos mediante golpes e intimidación.
En mayo, Amnistía Internacional pidió por escrito al presidente
Askar Akayev ser informada de la marcha de la investigación por
malos tratos en el caso de Valery Fyodorov, Vitaly Rakitin y
Dmitry Frolov. También pidió que se investigaran las denuncias
realizadas en los otros dos casos aquí mencionados.
Pena de muerte
Amnistía Internacional pidió que se conmutaran las penas
capitales dictadas contra Andrei Arazov y Sultan Karibzhanov; en
su carta la organización ponía de relieve que la pena de muerte
es un castigo irrevocable, y que los errores judiciales que
tienen como consecuencia la pena capital no se pueden corregir.
La organización tuvo conocimiento de otra pena capital: la
impuesta por un tribunal regional de Osh en 1993 (se desconoce
la fecha exacta) a Bakir Tanikulov, declarado culpable de
asesinato. De la información disponible se deducía que el
Tribunal Supremo había rechazado una apelación. Amnistía
Internacional pidió la conmutación de la condena.
Amnistía Internacional continuó presionando para conseguir la
abolición de la pena de muerte en Kirguistán.
LETONIA
Pena de muerte
En enero, el Ministerio de Justicia confirmó a Amnistía
Internacional que durante 1993 no se había dictado ninguna
condena a muerte. La última ejecución tuvo lugar en abril de
1993. (Véase Índice AI: EUR 01/01/94/s)
LITUANIA
Pena de muerte
Durante el periodo en cuestión tuvieron lugar tres ejecuciones
en un margen de pocas semanas. (Desde marzo de 1990 sólo había
habido otra ejecución: la de Alesandras Novadkis, en agosto de
1992.)
En enero, Amnistía Internacional supo de la ejecución de
Vladimir Ivanov y Valentinas Laskys, el 22 de diciembre, una vez
que el presidente Algirdas Brazauskas rechazara sus peticiones
de clemencia. El Tribunal Supremo había condenado a la pena
máxima a Vladimir Ivanov en julio de 1993 por el asesinato de
una mujer y su hija de cuatro años. El mismo tribunal sentenció
un mes más tarde a Valentinas Laskys por tres acusaciones de
asesinato (véase Índice AI: EUR 01/01/94). También en enero, un
funcionario del Tribunal Supremo informó a Amnistía
Internacional de que durante 1993 un total de nueve condenados a
muerte, sentenciados todos ellos ese mismo año, habían visto sus
penas conmutadas por otras de cadena perpetua.
En febrero, la Asociación Lituana para la Protección de los
Derechos Humanos, organización no gubernamental, informó a
Amnistía Internacional de que el 21 de enero el presidente
Brazauskas había rechazado la petición de clemencia presentada
por Vidmantas Zibaitis. Se cree que el preso fue ejecutado ese
mismo día o poco tiempo después. El Tribunal Supremo había
condenado a muerte a Vidmantas, de 22 años, en septiembre de
1993 por el asesinato de tres personas (véase Índice AI: EUR
01/01/94/s).
Dos personas estaban pendientes de ejecución a fines de abril.
El 20 de diciembre, el Tribunal Supremo sentenció a la pena
capital a Jozas Maksimavicius. Según un informe de la agencia de
noticias ITAR-TASS, fue declarado culpable del asesinato del
director de una fundición de Kazajstán en diciembre de 1992. El
2 de febrero, Radio Lituana anunció que el Tribunal Supremo
había condenado a muerte a Antanas Varnelis por el asesinato de
seis personas. Amnistía Internacional pidió la conmutación de
estas dos condenas.
En todos los casos hasta ahora descritos, Amnistía Internacional
preguntó a las autoridades si se habían visto los recursos
contra las penas capitales dictadas por el Tribunal Supremo (que
en Lituania sigue actuando como tribunal de primera instancia
para los casos punibles con la muerte). En marzo, en respuesta a
la pregunta de Amnistía Internacional, el Fiscal General Adjunto
afirmó que, en relación al caso de Jozas Maksimavicius, que «la
Constitución de la República de Lituania... garantiza a los
condenados a muerte el derecho a apelar al Presidente de
Lituania, que puede conmutar la pena capital por una condena
menos severa, como la cadena perpetua». No obstante, la petición
de clemencia no constituye una apelación, según el Artículo 14
(5) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del
que la República de Lituania es parte y que está obligada a
observar. (El Artículo 14 (5) dice así: «Toda persona declarada
culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio
y la pena que se le haya impuesto sean sometidas a un tribunal
superior, conforme a lo prescrito por la ley».)
Denuncias de malos tratos (ver Índice AI: EUR 01/01/94/s)
En Febrero, el Ministerio del Interior informó a Amnistía
Internacional de que el departamento de policía de ese
ministerio había llevado a cabo una investigación de las
denuncias según las cuales la policía se había abstenido de
intervenir cuando, en abril de 1993, un grupo de ciudadanos
lituanos agredió con palos a unos ciudadanos polacos en un paso
fronterizo entre Polonia y Lituania. Según el ministerio, los
agentes que se inhibieron a la hora de cumplir con su deber
fueron objeto de castigos sumarios.
Nueva legislación sobre detención preventiva (véase Índice AI:
EUR 01/01/94/s)
En diciembre, el parlamento lituano, Seimas, sustituyó el
decreto especial sobre detención preventiva aprobado en julio
por una nueva ley que modificaba el Código de Enjuiciamiento
Criminal. Estaba previsto que a fines de 1993 perdiera su
vigencia este decreto que permitía el arresto de toda persona
sospechosa de implicación en organizaciones criminales y su
detención hasta un máximo de 60 días sin pruebas ni presentación
de cargos.
En carta enviada a las autoridades en octubre, Amnistía
Internacional había expresado su preocupación por que la
aplicación del decreto pudiera tener como consecuencia la
detención arbitraria de personas a causa de su actividad
política o de sus convicciones. La organización había instado a
las autoridades lituanas a derogar el decreto o a enmendarlo
para que se atuviera a lo dispuesto en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y demás normas internacionales; a
fines de abril seguía sin recibirse respuesta.
La nueva ley, que entró en vigor el 1 de enero y es válida
durante un año, estipula que los detenidos en aplicación de la
misma deben ser llevados ante el juez en un plazo de 48 horas.
LUXEMBURGO
Aislamiento prolongado de presos
En diciembre, Jean-Marie Sauber, recluido en régimen de
aislamiento en la prisión de Schrassig, salió del régimen de
aislamiento en que había permanecido durante más de ocho meses.
Al menos otros cinco presos permanecieron aislados largos
periodos de tiempo. Uno de ellos, Satko Adrovic, estuvo seis
meses en régimen de aislamiento, desde diciembre, como castigo
por intentar fugarse. Acababa de salir de un periodo de
aislamiento de ocho meses y medio (entre noviembre de 1992 y
agosto de 1993) que se le había impuesto tras otro intento de
fuga.
La reclusión en régimen de aislamiento en la prisión de
Schrassig se impone por motivos disciplinarios o cuando el preso
está catalogado como peligroso. Un preso que se encuentra en
régimen de aislamiento pasa en su celda 23 horas al día; la otra
hora se dedica al ejercicio en solitario en una celda especial
de aproximadamente 10 m2, con el tejado hecho con una red de
alambre. Esta situación supone un motivo de preocupación para
Amnistía Internacional, pues la organización considera que el
aislamiento prolongado puede perjudicar gravemente la salud
física y mental de los presos, y puede constituir una forma de
trato cruel, inhumano o degradante.
En marzo, Amnistía Internacional preguntó a las autoridades de
Luxemburgo acerca de las medidas adoptadas por los responsables
penitenciarios para paliar los efectos físicos y psicológicos
del aislamiento prolongado en Satko Adrovic.
En noviembre, el gobierno de Luxemburgo publicó el informe
redactado por el Comité para la Prevención de la Tortura, grupo
de expertos establecido según lo previsto en el Convenio Europeo
para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos
Inhumanos o Degradantes. En el informe de su gira de nueve días,
en enero de 1993, por centros de reclusión de Luxemburgo, el
Comité criticó el uso del régimen de aislamiento prolongado en
la prisión de Schrassig, y sometió a la consideración de las
autoridades luxemburguesas unas serie de recomendaciones. Entre
otras recomendaciones, el informe proponía: introducción
inmediata de cambios en el régimen de aislamiento para que los
presos recibieran mayor estimulación mental y el indispensable
contacto humano; completa reorganización de las instalaciones de
ejercicio físico, de forma que los presos dispongan del espacio
suficiente para hacer ejercicio debidamente; reconsideración de
la utilización de la reclusión en régimen de aislamiento como
castigo, práctica ésta que el Comité describe como
«inaceptable»; establecimiento del derecho de los presos a ser
informados, por escrito, de los motivos por los que se les
impone la reclusión en régimen de aislamiento, así como del
derecho de recurrir contra esa decisión; revisión periódica de
la decisión de recluir en régimen de aislamiento a un preso,
basándose en la evaluación médica y social del preso en cuestión.
En su respuesta al informe del Comité, publicado en abril, las
autoridades luxemburguesas anunciaron una serie de cambios en la
práctica de la reclusión en régimen de aislamiento. Entre otros,
la contratación de profesores en la prisión de Schrassig cuya
función sería mejorar el nivel de estimulación mental que
reciben los presos sometidos a aislamiento; y la reorganización
del periodo de ejercicio, de forma que los presos puedan acceder
a un patio de grandes dimensiones. La recomendación del Comité
de que las autoridades reconsideren la detención en régimen de
aislamiento como forma de castigo fue rechazada por «motivos
relacionados con el orden y la seguridad». No se había alcanzado
aún ninguna decisión sobre las demás recomendaciones del Comité.
MOLDAVIA
El juicio de los «Seis de Tiraspol»
El 10 de diciembre, el presidente moldavo Mircea Snegur anuló
mediante un decreto las sentencias impuestas por la
autoproclamada República Moldava del Dniester (RMD) en el caso
de los «Seis de Tiraspol» (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). No
obstante, al controlar la RMD el territorio que reivindica como
propio, las autoridades moldavas no tienen la capacidad de hacer
cumplir allí sus decretos, por lo que los «Seis de Tiraspol»
permanecen en prisión.
En febrero, Ilie Ilascu, condenado a la pena capital, se declaró
en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de
reclusión, aunque en este momento no está claro para Amnistía
Internacional cuánto tiempo mantuvo esta actitud. A fines de
febrero fue elegido miembro del parlamento moldavo. Según los
informes, otros tres acusados tampoco están bien de salud.
Amnistía Internacional continúa presionando a las autoridades de
la RMD para que no se lleve a cabo la condena a muerte dictada
contra Ilie Ilascu. También preocupa a la organización que el
juicio por el que se condenó a los seis acusados no se haya
atenido a lo dispuesto por las normas internacionales, por lo
que solicita una revisión imparcial y exhaustiva del caso. AI
también insta a las autoridades de la RMD a que garanticen que
estas personas reciben el tratamiento médico adecuado.
Amnistía Internacional se dirige a las autoridades de la RMD
solamente en su condición de autoridad de hecho sobre el área de
Moldavia bajo su control, lo cual no implica que la organización
reconozca de derecho a dicha república. Para mayor información
véase Moldova: Update on the trial of the «Tiraspol Six» (Índice
AI: EUR 59/02/94).
Pena de muerte
Los delegados de Amnistía Internacional visitaron Moldavia en
febrero. Durante su estancia se les facilitaron estadísticas
sobre la pena de muerte que cubrían el periodo de 1980 a 1993.
De acuerdo con estas cifras, 67 personas habían sido
sentenciadas a muerte durante estos años, entre ellas sólo una
mujer; todas excepto una de las condenas correspondían a casos
de asesinato premeditado en circunstancias agravantes. Ocho
penas capitales habían sido conmutadas por penas de prisión, las
dos más recientes en 1990. Durante el periodo de 1980 a 1989
fueron ejecutadas 43 personas. Desde entonces no hay registrada
ninguna otra ejecución, aunque esta situación se debe más a
cuestiones prácticas que a una decisión de las autoridades:
Moldavia carece de las instalaciones necesarias para llevar a
cabo ejecuciones.
Durante su visita, los delegados de la organización expresaron
su preocupación por la falta de un derecho automático de
apelación cuando el Tribunal Supremo dicta condenas a muerte
actuando como tribunal de primera instancia. El ministro de
Justicia indicó que está previsto modificar esta situación, de
forma que el Tribunal Supremo no tenga competencia en dichos
casos y se limite a funcionar como tribunal de apelación.
Amnistía Internacional se congratula de la buena disposición de
las autoridades moldavas para facilitar información sobre la
pena de muerte, así como de las medidas adoptadas desde la
independencia para reducir el ámbito de aplicación de este
castigo. La organización manifiesta su esperanza de que el nuevo
parlamento adopte medidas adicionales tendentes a su total
abolición. Para más información véase Moldova: Developments on
the death penalty (Índice AI: EUR 59/01/94).
PAÍSES BAJOS (REINO DE LOS)
Antillas Holandesas: presuntos malos tratos a manos de policías
y funcionarios de prisiones
En diciembre, el ministro de Justicia de las Antillas Holandesas
respondió a las preguntas de Amnistía Internacional sobre la
puesta en práctica de las recomendaciones hechas por la
«Comisión de Investigación sobre el presunto comportamiento
ilegítimo de la Policía» (Véase Índice AI: EUR 01/01/94/s).
El ministro informó a la organización de la presentación de un
proyecto de ley para el establecimiento de un sistema permanente
de investigación de las denuncias presentadas contra la policía.
La propuesta Comisión de Denuncias Contra la Policía tendría el
poder de citar a testigos, policías incluídos, y de
interrogarlos bajo juramento. Recomendaría la adopción de
mediadas legales, y redactaría informes trimestrales de sus
investigaciones para que el ministro las hiciera llegar al
parlamento. También se pondría en marcha un ambicioso programa
de formación para la policía en 1994. El Ministro para Asuntos
de las Antillas Holandesas y Aruba en La Haya afirmó en una
carta dirigida a Amnistía Internacional su convicción de que
este programa de formación «... mejoraría drásticamente las
relaciones de los agentes con la ciudadanía y, por lo tanto,
también con los presos. De la misma forma, un enfoque más
profesional por parte de la cadena de mando, facilitará la
rectificación de los abusos que se puedan cometer».
Amnistía Internacional preguntó al Fiscal General de las
Antillas Holandesas por la anunciada investigación de las
denuncias de malos tratos en la prisión de Pointe Blanche, St.
Maarten. Los ex-presos afirmaron haber sido golpeados con
garrotes y haber recibido puñetazos y patadas de guardianes que
calzaban botas con punteras de acero. Algunos ex presos
mostraron cicatrices que afirmaron eran consecuencia de los
malos tratos sufridos: uno de ellos aseguró haber recibido un
disparo que le atravesó el cuello. Se mencionaron tres
guardianes como presuntos responsables. Según los informes, el
número cada vez mayor de denuncias provocó que en noviembre el
Fiscal General visitara la prisión. A fines de abril el Fiscal
General no había respondido ni sobre la marcha de la
investigación ni sobre el posible inicio de acciones legales.
En diciembre, Cuthbert Athanaze, conductor de una compañía de
autobuses de St. Maarten, declaró haber sido amenazado y
maltratado físicamente por agentes de policía. Había ido a
recoger a unos pasajeros cuando dos oficiales de policía le
dijeron que estaba aparcado en un lugar prohibido y le pidieron
el carnet de conducir. Cuthbert Athanaze llevó el autobús a otro
lugar, pero los policías lo siguieron. Uno de los agentes subió
al vehículo para arrestarlo y lo agarró por el cuello. El
segundo agente le propinó varios puñetazos en el estómago, le
esposó, le sacó a rastras del autobús y le introdujo en un Jeep
policial. Luego llegaron más policías y, según un testigo, tres
agentes participaron en la agresión contra el hombre esposado.
Éste afirmó que los malos tratos prosiguieron durante el
traslado a la comisaría y a su llegada allí. Mientras permaneció
bajo custodia policial recibió cuidados médicos, entre otros,
tres puntos sobre el ojo izquierdo. El fiscal llegó a la
conclusión de que, en general, los agentes habían actuado
correctamente, pero que uno de ellos, que admitió haber dado un
puñetazo a Cuthert Athanaze en el ojo izquierdo, había sido
«severamente amonestado». También afirmó que el detenido no
podía constituir una amenaza seria en la comisaría por estar
esposado y ser de reducida estatura. La organización pidió a las
autoridades ser informada de la marcha de la investigación, pero
a fines de abril no se había recibido respuesta alguna. La
organización hizo notar que el informe de la comisión de
investigación (véase supra) había hecho hincapié en que la
policía de St. Marteen tenía la costumbre de comportarse con
violencia; también advertía una fuerte tendencia entre los
policías a «cubrirse» mutuamente.
PORTUGAL
Denuncias de tortura y malos tratos.
La mayoría de las investigaciones por tortura y malos tratos
citadas previamente por Amnistía Internacional seguían
incompletas tras varios años. El 6 de febrero de 1992, agentes
de la Guardia Nacional Republicana (GNR) arrestaron a Francisco
Carretas y a un amigo suyo en la casa de este último, en
Charneca da Caparica. Francisco Carretas, en declaración al
fiscal de Almada y al Director General de la Guardia
Republicana, afirmó que los guardias los habían golpeado a él y
a su amigo antes de trasladarlos al puesto de la Guardia
Republicana de Almada, donde los volvieron a golpear y los
amenazaron. Los guardias los llevaron después a un bosque donde
les dieron más patadas y puñetazos; antes de liberarlos, un
agente amenazó a Francisco Carretas con abusar de él
sexualmente. Francisco Carretas recibió tratamiento médico ese
mismo día en un hospital: le diagnosticaron rotura de coxis y
lesiones múltiples en la espalda, nalgas y piernas.
Posteriormente, el fiscal remitió la denuncia por malos tratos a
las autoridades judiciales militares, pero a fines de abril
seguía sin completarse la investigación de la denuncia de
utilización ilegítima de la violencia.
En aquellos casos en que se concluyeron las investigaciones, los
retrasos fueron muy prolongados. En agosto de 1991, una unidad
de la GNR arrestó en Almada a Paulo Portugal. Según su propia
declaración, fue golpeado y obligado a excretar en su ropa, y
sufrió lesiones en la cabeza, la cara, el pecho, el estómago y
las costillas (véase Índice AI: EUR 01/04/92). En mayo de 1993,
seis guardias fueron acusados de causarle daños físicos, pero,
al parecer, a fines de abril de 1994 no había habido ningún
juicio ni se habían adoptado medidas disciplinarias contra los
encausados.
Se recibieron nuevas denuncias de malos tratos. Carlos Rebelo,
arrestado el 3 de marzo de 1993 por la Policía Judicial (PJ) por
presunta participación en atracos a bancos, declaró que la PJ le
había golpeado duramente en la comisaría, en Lisboa. Cuando
compareció ante el juez, éste ordenó le llevaran de inmediato al
hospital a recibir tratamiento. A pesar de ello, le devolvieron
a la comisaría donde el médico de servicio apreció lesiones
leves y, al parecer, no advirtió fracturas de huesos ni otras
lesiones importantes. Tras ser enviado a la cárcel, donde quedó
a la espera de juicio, los Servicios Penitenciarios le enviaron
a un médico particular para que lo examinara con rayos-x. En su
informe, el facultativo registró cinco costillas fracturadas;
los cortes y magulladuras que presuntamente había sufrido ya
habían sanado para entonces. Carlos Rebelo presentó una denuncia
formal ante el tribunal de Almada, que remitió los documentos a
otra oficina de Lisboa para que se llevara a cabo una
investigación. Según los informes, en ningún momento se llevó a
cabo investigación alguna. A Carlos Rebelo nunca lo
entrevistaron respecto a sus declaraciones y los documentos
presentados ante el tribunal se perdieron. Pasado un tiempo se
abrió una nueva investigación.
El 3 de enero, dos hombres interceptaron a José Pedro Tavares
Teles Rocha cerca de su casa; José Pedro, de 27 años, era
deficiente mental. Según los testigos, los dos hombres,
posteriormente identificados como agentes de paisano de la
Policía de Seguridad Pública, parecían «delincuentes» y actuaban
de forma extremadamente «sospechosa». Pidieron a José Pedro que
se identificara y afirmaron que reaccionó con violencia. No
obstante, los testigos declararon que dio una respuesta
chistosa, ante lo cual los dos individuos le agredieron. Un
vecino que vio a José Pedro en el suelo y a los dos hombres
dándole patadas avisó a la policía. Lo arrestaron y lo llevaron
a la comisaría, de allí lo llevaron al hospital, donde le
trataron las lesiones múltiples que presentaba. A pesar de su
condición mental, la policía se negó a que lo visitaran sus
familiares y permaneció esa noche detenido en la comisaría. Al
día siguiente compareció ante el juez acusado de agresión a la
policía. Quienes lo vieron advirtieron que tenía la cara
hinchada y morada, heridas en el cuello y las ropas desgarradas.
El juez suspendió la vista y lo dejó en libertad hasta que fuera
reconocido por un médico.
REINO UNIDO
Homicidios políticos en Irlanda del Norte
En febrero, Amnistía Internacional publicó un informe titulado
Homicidios Políticos en Irlanda del Norte (Índice AI: EUR
45/01/94/s) en el que se examinaban los tipos de homicidios de
los que se ocupa AI. Entre ellos figuran los homicidios
cometidos por las fuerzas de seguridad, los homicidios cometidos
por fuerzas paramilitares con la aquiescencia, connivencia o
complicidad de las fuerzas de seguridad, y los homicidios
deliberados y arbitrarios cometidos por los grupos políticos
armados. políticos.
En diciembre, dos soldados fueron declarados inocentes del
asesinato de Fergal Caraher y del intento de asesinato de su
hermano, Míceál. Los dos fueron tiroteados en 1990 mientras se
alejaban en su automóvil de un control militar.
En enero, el agente de la Real Policía del Ulster (RUC) acusado
del asesinato de Kevin McGovern en 1991 fue declarado inocente.
Kevin McGovern, estudiante de 19 años, iba de camino a una
discoteca con sus amigos cuando fue abatido a tiros al huir de
la policía. El juez afirmó que aunque el agente «actuó de forma
honesta y equivocada en defensa propia, no lo hizo de forma
razonable».
Estas dos sentencias pusieron de manifiesto la necesidad de
revisar las normas que rigen el uso de medios letales por parte
de las fuerzas de seguridad.
La investigación sobre la muerte de seis personas, abatidas a
tiros en 1982 por una unidad especial antiterrorista de la RUC,
volvieron a posponerse a causa de la negativa del Comisario Jefe
de la RUC a entregar a la comisión investigadora las pruebas
reunidas por los expertos de la policía británica John Stalker y
Colin Sampson, entre 1984 y 1987.
Denuncias de malos tratos y muertes bajo custodia
El 27 de abril, el Ministerio Público presentó cargos de
homicidio contra tres agentes de policía del grupo de
deportación SO1(3) de la Policía Metropolitana (policía de
Londres), en relación con la muerte de Joy Gardner en agosto de
1993. Los cargos se presentaron tras una larga investigación
policial, supervisada por la Oficina de Denuncias contra la
Policía; el informe de la investigación no ha sido publicado. A
la organización le preocupan esta y otras denuncias de malos
tratos durante las deportaciones forzosas. Estas deportaciones
las llevaron a cabo funcionarios de inmigración en colaboración
con empresas de seguridad privadas. Estas empresas no se rigen
por las mismas normas ni responden a los mismos mecanismos de
responsabilidad que la policía, y tampoco está claro que tengan
el mismo nivel de preparación.
Como consecuencia de la muerte de Joy Gardner, la policía y el
ministerio del Iinterior llevaron a cabo una investigación
interna sobre los procedimientos de expulsión en los casos de
deportación en que participaba la policía. Los resultados
aparecieron en enero de 1994, junto con una serie de
instrucciones sobre cuál había de ser el procedimiento de
deportación. El resultado más significativo de la investigación
fue la prohibición de utilizar mordazas como forma de control.
Derecho al silencio
El gobierno introdujo en diciembre nuevas leyes que limitarían,
en Inglaterra y Gales, el derecho a permanecer en silencio
durante los interrogatorios policiales y los juicios (véase
Índice AI: EUR 45/15/93). En Irlanda del Norte ya existe una
legislación similar, a la que se ha opuesto Amnistía
Internacional por considerar que el derecho a permanecer en
silencio es una salvaguardia esencial de dos derechos
reconocidos por las normas internacionales: la presunción de
inocencia y el derecho a no ser obligado a declarar contra uno
mismo o a confesarse culpable.
En enero, la Comisión Europea de Derechos Humanos aceptó a
trámite un recurso de John Murray en el sentido de que su
derecho a la presunción de inocencia y a un juicio justo había
sido violado al restringírsele el derecho al silencio y al
negársele el acceso a un abogado durante las primeras 48 horas
de su detención (Murray v. UK).
Amenaza de Deportación
En marzo de 1994, el Comité de Apelación de la Cámara de los
Lores rechazó la solicitud de apelación que había presentado
Karamjit Singh Chahal (véase AI Concerns in Europe: Mayo Octubre 1992). A pesar de ello, se ha presentado su caso a la
Comisión Europea de Derechos Humanos. El gobierno ha afirmado
que no será deportado mientras no decidan el Tribunal y la
Comisión Europea. Mientras tanto, Karamjit Singh Chahal sigue
privado de libertad. AI siente preocupación por que esta
decisión de mantener su detención no se ha tomado tras un
procedimiento judicial, sino que obedece a la decisión de un
ministro del gobierno.
Vista de la apelación de Paul Hill
En abril, Amnistía Internacional recibió con satisfacción la
decisión del Tribunal de Apelación de Irlanda del Norte de
anular la condena impuesta a Paul Hill por el asesinato de un
agente de policía en Belfast en 1974. La organización envió un
observador legal a la vista de apelación, que dio comienzo en
febrero, pues le preocupaba el hecho de que la sentencia se
hubiera basado únicamente en una confesión impugnada y no
corroborada. Paul Hill también había sido declarado culpable en
1975, como uno de «los cuatro de Guilford», de los atentados con
bomba perpetrados por el IRA en Guildford y Woolwich. Esta
sentencia fue anulada en 1989.
RUMANIA
La reforma del código penal por mal camino
El proceso de reformas legislativas que se está produciendo en
Rumania, iniciado tras los fundamentales cambios políticos
acaecidos en diciembre de 1989, no ha afectado de forma
significativa al Código Penal Rumano.
Algunas disposiciones de este Código Penal imponen limitaciones
arbitrarias y excesivas al derecho a las libertades de
expresión, reunión, asociación y otros, contrarias a lo
dispuesto en los tratados internacionales ratificados o firmados
por Rumania. Destacan negativamente ciertas disposiciones de los
artículos 238 y 239, que penalizan la difamación a las
autoridades del Estado. El 14 de febrero, Nicolae Andrei,
periodista de Craiova, fue acusado en virtud del artículo 238
por un artículo publicado en una revista local, Conflict,
acusación que lo llevó a la cárcel. El 18 de febrero salió en
libertad bajo fianza pendiente de juicio. Amnistía Internacional
instó a las autoridades rumanas a interrumpir el proceso
iniciado contra Nicolae Andrei y a iniciar la revisión
legislativa de los artículos 238 y 239.
Otra disposición del Código Penal que es motivo de inquietud
para Amnistía Internacional es el artículo 200, párrafo 1, que
permite el arresto, precesamiento y reclusión de los adultos que
mantienen relaciones homosexuales en privado y de mutuo acuerdo.
En diciembre, Amnistía Internacional escribió al presidente Ion
Iliescu solicitando la liberación de tres hombres encarcelados
únicamente por tener relaciones homosexuales en privado. En
febrero, Amnistía Internacional expresó ante el Tribunal
Constitucional su preocupación por el artículo 200; este
tribunal está revisando en la actualidad el caso de cuatro
hombres de Sibiu procesados en aplicación de este artículo.
El 2 de febrero de 1994, el senado rumano adoptó el Proyecto de
Ley para la Revisión del Código Penal que ha sido presentado
para su aprobación en la Cámara de los Diputados. Esta propuesta
incluye enmiendas a los artículos 200, 238 y 239.
A pesar de ello, Amnistía Internacional sigue expresando su
preocupación dado que algunas de las disposiciones propuestas en
el proyecto de ley todavía contravienen los tratados
internacionales de derechos humanos ratificados o firmados por
Rumania. El 16 de febrero, en una carta dirigida a Adrian
Nastase, Presidente de la Cámara de los Diputados, Amnistía
Internacional instaba a los parlamentarios a rechazar el
proyecto de ley. Las inquietudes de Amnistía Internacional se
reflejan en un informe publicado en marzo, Rumania - Criminal
law reform on the wrong track (Índice AI: EUR 39/01/94)
RUSIA
Denuncias de malos tratos bajo custodia
Durante el periodo en cuestión, Amnistía Internacional siguió
recibiendo denuncias de malos tratos bajo custodia. Al parecer,
es frecuente que las presuntas víctimas de estos abusos estén
demasiado asustadas por las posibles represalias como para
presentar una denuncia formal, o que tengan la impresión de que
una denuncia así no sería tomada en serio. En abril, la Duma del
Estado estableció un comité parlamentario encargado de
investigar las condiciones de detención preventiva; Amnistía
Internacional les presentó el caso de un hombre que murió, según
informes, tras ser duramente golpeado por la policía de Moscú.
Según estos informes, a las 10 de la mañana del 16 de octubre,
Anatoly Aleksandrovich Rassadkin mantuvo una discusión con un
vecino cuyo hijo era sargento en la comisaría de policía num.
48. El vecino pidió por teléfono a la policía que acudiera a su
piso donde, al parecer, ocho agentes, seis de uniforme y dos de
paisano, agredieron a Anatoly Rassadkin y a otro hombre que
estaba presente, dándoles patadas y golpeándoles con porras y
con las culatas de sus armas automáticas. Alrededor de las 11 de
la noche, los dos hombres fueron llevados a la comisaría num. 48
donde, al parecer, fueron golpeados de nuevo. Los dejaron en
libertad alrededor de las 6 de la tarde y un taxi los llevó a
casa de un amigo, desde donde llamaron a una ambulancia. Al
parecer, Anatoly Rassadkin estaba parcialmente paralizado y era
incapaz de andar. Fue llevado al Botkin City Clinical Hospital,
donde fue le operaron de lesiones en la cabeza el 19 de octubre,
pero murió al día siguiente.
Amnistía Internacional escribió en noviembre a las autoridades
instando a que se investigaran hasta sus últimas consecuencias
estas denuncias, a que se hicieran públicos los resultados y a
que se llevara ante la justicia a quienes la investigación
señalara como responsables. No se ha recibido respuesta alguna.
Pena de muerte
En febrero, Amnistía Internacional se dirigió por carta a las
autoridades de la auto proclamada República-Ichkeriya de
Chechenia; en su misiva, la organización expresaba su
preocupación por la información recibida según la cual el
presidente Dzhokhar Dudayev había llamado a la ejecución pública
de los traficantes de drogas de la república. De acuerdo con
esos mismos informes, el Fiscal General de la república había
dado instrucciones para que se redactara un proyecto de ley que
estableciera la pena de muerte para los traficantes de drogas.
El código penal ruso no prevé la pena de muerte para el
narcotráfico. Amnistía Internacional, al tiempo que reconocía la
gravedad del delito, instaba a las autoridades a reconsiderar su
postura; también les pidió que, de acuerdo con la tendencia
imperante en todo el mundo y las recomendaciones de las normas
internacionales de derechos humanos por limitar, y no por
ampliar, la aplicación de la pena capital.
En abril, el ministro de Asuntos Exteriores de la república
respondió que esta decisión se había adoptado teniendo en cuenta
la sensibilidad islámica de la mayoría de la población, y que la
aplicación de la pena de muerte no sería obligatoria.
El caso de Vil Sultanovich Mirzayanov
El 24 de junio comenzó en Moscú el juicio a puerta cerrada
contra el científico Vil Mirzayanov, acusado en virtud del
artículo 75 del Código Penal de divulgar secretos de Estado.
Entre otras cosas, la acusación se refirió a varios artículos y
declaraciones en los que Vil Mirzayanov aseguraba que Rusia
había seguido investigando y desarrollando nuevas armas químicas
hasta al menos 1992, a pesar de las declaraciones oficiales en
sentido contrario. Vil Mirzayanov repuso que él se limitó a dar
a conocer información general cuyo objeto era probar que la
práctica continuaba, sin dar fórmulas específicas.
El 27 de enero, Vil Mirzayanov, que había estado en libertad
bajo fianza, fue detenido tras negarse a seguir asistiendo a las
sesiones del tribunal. El 14 de febrero se aplazó el caso y se
remitió a la fiscalía para que hiciera nuevas indagaciones. Vil
Mirzayanov quedó en libertad el 22 de febrero, y el 11 de marzo
se retiraron los cargos contra él debido a la falta de cuerpo
del delito.
Amnistía Internacional reconoce el derecho de los Estados a
proteger la seguridad nacional y, por lo tanto, a tener
información legítimamente considerada secreta. Sin embargo, la
organización había instado a las autoridades a que Vil
Mirzayanov no fuera procesado ni recluido por ejercer su
legítimo derecho a la libertad de expresión.
Objeción de Conciencia al servicio militar
Durante el periodo en cuestión, el parlamento no aprobó ninguna
ley para establecer una alternativa civil para los objetores de
conciencia al servicio militar obligatorio, aunque el derecho a
dicha alternativa había quedado establecido tanto en la nueva
Constitución adoptada en diciembre de 1993 como en la que la
precedió. A pesar de ello, al menos tres objetores de conciencia
a los que se les impusieron sentencias condicionales en 1993 por
rechazar los documentos de reclutamiento vieron anuladas esas
sentencias gracias a la amnistía aprobada por el parlamento el
23 de febrero. Por otra parte, en abril, por vez primera según
la información de que dispone Amnistía Internacional, un
tribunal reconoció el derecho legal de los objetores de
conciencia a prestar un servicio alternativo.
Pavel Zverev alegó sus convicciones pacifistas cuando en
noviembre de 1983 rechazó los documentos de reclutamiento y
solicitó, ejerciendo su derecho constitucional, realizar un
servicio civil alternativo. Presentó una demanda civil contra la
junta de alistamiento cuando ésta denegó su petición y le ordenó
incorporarse al servicio militar obligatorio. El 8 de abril, el
tribunal de distrito de Kuntsevsky, en Moscú, dictaminó que se
le debía reconocer el derecho a realizar una prestación civil
alternativa al servicio militar, aunque no quedaba claro cómo se
podía ejercer este derecho dado el vacío legal existente.
Amnistía Internacional sigue exhortando a las autoridades rusas
a que desarrollen un sistema de prestación civil alternativa de
duración no punitiva para los objetores de conciencia; también
les insta a que no encarcelen a los objetores de concienca en
ausencia de dicha alternativa. Para más información sobre esta
cuestión véase el informe Russian Federation: Overview of recent
legal changes (Índice AI: EUR 46/21/93)
Designación de un comisionado parlamentario para los derechos
humanos
En enero, la recientemente elegida Duma Estatal designó al ex
preso de conciencia Sergey Kovalyov para el nuevo cargo de
comisionado parlamentario para los derechos humanos. Amnistía
Internacional se congratuló de esta decisión tan temprana en la
trayectoria del nuevo parlamento, y esperaba que las normas
legales que definieran la función del comisionado dotaran al
cargo de la independencia, imparcialidad y autoridad que le
permitieran desempeñar un papel constructivo en la salvaguarda
de los derechos humanos.
SUECIA
Malos tratos bajo custodia
Muerte bajo custodia de Tony Mutka (actualización de la
información facilitada en Índice AI: EUR 01/01/94/s)
La Fiscalía presentó un recurso de apelación contra la
convicción y las condenas impuestas a tres funcionarios de
prisiones que fueron juzgados en noviembre en relación con la
muerte bajo custodia de Tony Mutka. Tony Mutka murió el 20 de
julio de 1993, durante su traslado de la prisión de Hall, cerca
de Estocolmo, a la unidad psiquiátrica de un lejano hospital. En
el momento de su muerte iba tumbado boca abajo en el suelo de
una furgoneta de transporte, entre los asientos delantero y
trasero. Llevaba las manos esposadas a la espalda y las piernas
encadenadas una a otra y dobladas debido a la falta de espacio
en el suelo del vehículo. Los guardianes de la prisión que iban
sentados en el asiento posterior colocaron los pies sobre el
cuerpo de Tony. Al parecer, durante el viaje, uno de los
guardianes se puso de pie sobre el cuello o la cabeza y los
hombros de Tony. Tony Mutka murió de asfixia. En su recurso, la
Fiscalía alega que las multas con que se sancionó a los
funcionarios de prisiones tras ser declarados culpables de mala
conducta, no guardaban proporción con el daño causado a Tony
Mutka. La vista de apelación está prevista para mayo.
Denuncia de malos tratos en la prisión de Kumla
Amnistía Internacional escribió al gobierno para pedirle que
iniciara una investigación independiente e imparcial de las
denuncias según las cuales Sergio Nigretti, ciudadano italiano
que cumple condena en la prisión de Kumla, en Estocolmo, fue
víctima de malos tratos en al menos dos ocasiones en 1993,
mientras permanecía en régimen de aislamiento. Parece ser que,
entre otros abusos, los guardianes golpearon a Sergio Nigretti
con porras de madera mientras estaba atado de pies y manos a una
cama, y que posteriormente se le negaron alimentos durante uno o
dos dias y el acceso al retrete. Tras recibir informes según los
cuales la salud física y mental de Sergio Nigretti seguía
todavía seriamente afectada como consecuencia de los malos
tratos que presuntamente sufrió, la organización instó a las
autoridades a tomar las medidas necesarias para que Sergio
Nigretti fuera sometido a un reconocimiento médico y a otro
psicológico, y a tratamiento por médicos independientes de su
elección. El ministro de Justicia sueco informó a Amnistía
Internacional de que la fiscalía regional de Karlstad estaba
llevando a cabo una investigación. Está previsto que Sergio
Nigretti sea trasladado en junio a una prisión italiana para
cumplir el resto de su condena.
SUIZA
Denuncias de malos tratos bajo custodia policial
En abril, Amnistía Internacional publicó un documento de 26
páginas titulado Switzerland - Allegations of ill-treatment in
police custody (Índice AI: EUR 43/02/94) en el que se describe
la inquietud de la organización por los informes recibidos estos
últimos años en el sentido de que agentes de policía han
recurrido a la violencia física contra los detenidos de forma
deliberada e injustificable. La organización presentó el
documento al Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura que
se reunió en Ginebra el 20 de abril. El objeto de la reunión era
examinar el informe presentado por por el gobierno suizo sobre
la observancia en su país de la Convención de las Naciones
Unidas contra la Tortura.
Las formas más comunes de malos tratos de que se ha informado
son bofetadas, patadas y puñetazos, presión sobre la tráquea
para llevar al detenido casi a la asfixia y obligar a desnudarse
al detenido sin más motivo aparente que el de humillarlo. Muchas
de las denuncias provienen de extranjeros y ciudadanos suizos de
ascendencia no europea y en esos casos se han recibido con
frecuencia informes de insultos raciales. Ante las lesiones que
a veces presentan los detenidos, la policía suele responder que
se produjeron cuando esas personas se resistieron a ser
arrestados. Al parecer, a los detenidos se les amenaza con
frecuencia con acusarles de difamación o de resistencia a la
autoridad cuando indican su intención de presentar una denuncia
formal por malos tratos; por ello, algunos detenidos se muestran
reticentes a la hora de informar a las autoridades judiciales de
los malos tratos recibidos. Al parecer, las investigaciones
judiciales y administrativas de las denuncias formales por malos
tratos no suelen ser muy exhaustivas; raramente se derivan de
ellas sanciones disciplinarias o acciones legales contra los
agentes de la ley. También se ha informado de que, por todas
estas circunstancias, los abogados suelen aconsejar a sus
clientes que no presenten denuncias.
Los informes y denuncias provienen de varios de los 26 cantones
y semi-cantones en que se divide la Confederación Helvética;
gran parte de ellos se refieren al cantón de Ginebra. Tienen su
origen en una gran diversidad de fuentes y en su naturaleza y
contenido suelen responder a la realidad. El Comité para la
Prevención de la Tortura del Consejo de Europa y otras
organizaciones no gubernamentales tales como la Asociación para
la Prevención de la Tortura y la Liga Suiza de Derechos Humanos,
ambas con sede en Ginebra, también han informado que reciben
numerosas quejas de esa naturaleza. Amnistía Internacional llegó
a la conclusión de que, dada la cantidad de denuncias de malos
tratos que había recibido y los datos aportados por otras
prestigiosas organizaciones internacionales gubernamentales y no
gubernamentales, existen suficientes motivos de preocupación.
Tras examinar el informe de las autoridades suizas, el Comité de
las Naciones Unidas contra la Tortura declaró que era consciente
de los malos tratos sufridos por algunas personas arrestadas por
la policía. Por lo tanto recomendaba, además de varias reformas
legales, reformas en la normativa que rige la custodia policial
inicial y la detención preventiva. En concreto, recomendaba que
se les reconociera a los detenidos el derecho a ponerse en
contacto con sus familiares, a tener acceso inmediato a un
abogado, y a recibir la visita de un médico de su elección o
elegido de una lista permanente. El Comité también solicitó de
las autoridades federales información sobre las denuncias de
malos tratos descritas en el informe de Amnistía Internacional.
Los representantes del gobierno suizo declararon que
consideraban estas denuncias como «una fuente de enorme
preocupación». Anunciaron que el Departamento Federal de
Justicia y Policía se pondría en contacto con las autoridades
cantonales pertinentes para recabar información adicional sobre
todos los casos de presuntos malos tratos mencionados en el
informe de Amnistía Internacional.
TAYIKISTÁN
Presos de conciencia (actualización del documento Índice AI: EUR
60/17/93)
Bozor Sobir
El juicio contra Bozor Sobir comenzó ante el Tribunal Supremo el
20 de septiembre de 1993. Concluyó tres meses después, el 29 de
diciembre, y el tribunal le declaró culpable de tres cargos:
agitación y propaganda para subvertir mediante la violencia el
orden constitucional, incitación a la discordia inter-étnica y
participación en manifestaciones no autorizadas. A Bozor Sobir
le impusieron una sentencia condicional de dos años y fue puesto
en libertad inmediatamente. Fue declarado inocente de otros dos
cargos: terrorismo e incitación a la privación ilegal de
libertad.
Dzhumaboy Niyazov y Nuriddin Sadidinov
El Fiscal General, Mamadnazar Salikhov, envió en abril una
respuesta al informe publicado en octubre de 1993 por Amnistía
Internacional Tadzhikistan: Human rights violations against
opposition activists (Índice AI: EUR 60/17/93). En su carta, el
Fiscal General rechazaba la petición de la organización de que
se revisaran los casos de los posibles presos de conciencia
Dzhumaboy Niyazov y Nuriddin Sadidinov (que en anteriores
informes había aparecido equivocadamente como Sadiriddinov),
afirmando que su procesamiento en aplicación del artículo 234
del código penal («transporte, almacenamiento, adquisición,
fabricación o comercialización ilegal de armas de fuego,
municiones y explosivos») se había llevado a cabo correctamente
y su culpabilidad había quedado claramente establecida.
En respuesta a una pregunta de Amnistía Internacional, que pedía
que se aclarara la duración de las condenas dictadas contra
ellos, el presidente del Comité Nacional de Seguridad, Saydamir
Zukhurov, afirmó en una carta enviada en noviembre que la pena
prevista en aplicación del artículo 234 se había incrementado de
un máximo de cinco años a entre siete y diez años de prisión en
noviembre de 1992, durante el mandato del denominado gobierno de
coalición de la «oposición».
«Desapariciones» y ejecuciones extrajudiciales
Denuncias de centros de detención no oficiales
Amnistía Internacional pidió en febrero al gobierno de
Tayikistán que investigara las persistentes denuncias de la
existencia de centros de detención no oficiales en los que, al
parecer, permanecían detenidas personas «desaparecidas» desde
fines de 1992. Según la información de que disponía la
organización, al menos tres de estos campos se encontraban en el
centro y el sur de Tayikistán y estaban bajo el control de
fuerzas paramilitares progubernamentales que actuaban con
conocimiento del gobierno. También se denunció que en la
actualidad estas fuerzas estaban empezando a vaciar
sistemáticamente los campos mediante la ejecución de los presos.
Amnistía Internacional temía que a dos personas que habían
«desaparecido» las hubieran matado después de haber estado
posiblemente recluidas en uno de esos campos.
En respuesta al llamamiento de Amnistía Internacional, el Jefe
del Estado de Tayikistán, Imamali Rakhmonov, negó la existencia
de campos de detención no oficiales y declaró que su gobierno
protestaría contra Amnistía Internacional «ante los tribunales
internacionales». Posteriormente anunció que se había invitado a
visitar el país a observadores de las Naciones Unidas para que
investigaran las denuncias. A fines de abril seguía sin estar
claro en qué medida las autoridades o los observadores de
Naciones Unidas habían investigado estas denuncias, ya que no se
había comunicado ninguna conclusión a Amnistía Internacional.
Investigación oficial de casos individuales (actualización de
los documentos Índice AI: EUR 60/04/93, EUR 60/17/93 y EUR
01/01/94/s)
Representantes del gobierno de Tayikistán informaron a Amnistía
Internacional de que se habían iniciado investigaciones
oficiales de algunos de los casos de «desaparición» y ejecución
extrajudicial denunciados por la organización, entre ellos los
de Muso Isoyev, Shogunbek Davlatmirov, Ayniddin Sadykov y los
hermanos Shoyev. Amnistía Internacional solicitó que se le
mantuviera informada de los resultados de todas estas
investigaciones de presuntas «desapariciones» y ejecuciones
extrajudiciales.
Pena de Muerte
Amnistía Internacional supo de otras cinco condenas a muerte
judiciales.
En junio de 1993, el Tribunal Supremo juzgó en la misma causa e
impuso la pena capital a Takhir Pirov, Umakhon Ibodov e Ikhron
Baglonov. Los tres fueron declarados culpables de asesinato.
Amnistía Internacional no disponía de más información sobre el
delito que se les imputaba.
En noviembre, el Tribunal Supremo juzgó juntos y condenó a
muerte a Rakhimbek Nurullobekov y Davlatbek Makhmudov. Los dos
fueron declarados culpables del asesinato en agosto de 1992 del
Fiscal General de Tayikistán, Nurullo Khuvaydullayev, y de su
chófer. Fuentes no oficiales cuestionan las pruebas de la
participación de Rakhimbk Nurullobekov en el asesinato.
Amnistía Internacional solicitó la conmutación de estas condenas
a muerte y continuó instando a la abolición de la pena capital
en Tayikistán.
Preocupación por un juicio injusto: Adzhik Aliyev, preso
condenado a muerte (actualización del documento Índice AI: EUR
60/17/93)
Amnistía Internacional siguió solicitando la conmutación de la
pena de muerte impuesta en agosto al preso político Adzhik
Aliyev. La organización también mostró su inquietud por la
posibilidad de que el juicio en el que se condenó a Adzhik
Aliyev no hubiera reunido las debidas garantías. En
consecuencia, Amnistía Internacional pidió a las autoridades que
ordenaran la revisión judicial del caso.
De acuerdo con los informes, la prueba principal contra Adzhik
Aliyev fue una confesión que, según sus abogados, había
realizado bajo coacción tras su arresto en enero de 1993.
También se informó de que los testigos no habían confirmado la
presencia de Adzhik Aliyev en la escena de los crímenes por los
que acabó siendo condenado. Además, a Amnistía Internacional
seguía inquietándole el hecho de que, durante los cuatro meses
que permaneció detenido antes del juicio, Adzhik Aliyev hubiera
carecido de representación legal.
Fuentes no oficiales también hicieron hincapié en la presión a
que sometieron al juez los asistentes al juicio de Adzhik
Aliyev, entre los que se encontraban varios familiares de
personas muertas durante la guerra civil presuntamente a manos
de las fuerzas islámicas. Las fuentes informaron que durante el
proceso varias voces amenazaron a gritos con quemar el edificio
del Tribunal Supremo si no se condenaba a muerte a Adzhik Aliyev.
TURKMENISTÁN
Posible preso de conciencia Karadzha Karadzhayev (actualización
de la información contenida en Índice AI: EUR 01/01/94/s)
A fines de diciembre, un tribunal de Ashgabat, la capital,
declaró culpable de tres delitos a Karadzha Karadzhayev, que
había sido arrestado en agosto de 1993 Amnistía Internacional
tenía sospechas de que los cargos habían sido inventados para
castigar a Karadzha por sus actividades de oposición. Se le
condenó a dos años de cárcel por calumnias, dos años por abuso
de su posición de funcionario, y tres años por malversación; las
condenas se habían de cumplir concurrentemente. No obstante, se
anunció de inmediato que Karadzha Karadzhayev se beneficiaba de
una amnistía decretada en octubre por el presidente, con lo que
Karadzha quedó libre en el acto.
Reacción de las autoridades ante el informe de Amnistía
Internacional
El Ministro de Asuntos Exteriores, Khalykberdy Atayev, envió en
febrero una contestación detallada al informe de Amnistía
Internacional Turkmenistán: A summary of concerns about
prisioners of conscience, ill-treatment and the death penalty
(Índice AI: EUR 61/06/93). En su carta rechazaba las
conclusiones y recomendaciones del informe, aduciendo que se
basaban no en «hechos reales» sino «en libres y emociones».
Presos de conciencia
El ministro criticó el informe de Amnistía Internacional por
basarse en «aseveraciones negativas formuladas por cinco o seis
personas que, descontetas o frustradas con sus trayectorias
profesionales, o por otros motivos, intentan, debido a su propia
sensación de agravio personal, desestabilizar la situación
socio-política o incitar a la discordia inter-étnica,
infringiendo así el ordenamiento legal». Y seguía: «teniendo en
consideración la necesidad de consolidar las fuerzas sociales,
concedemos a esas personas la oportunidad de cambiar de opinión.
Normalmente, tratamos de evitar las medidas de persuasión».
Negaba que las personas descritas en el informe como presos de
conciencia hubieran sido arrestados o detenidos jamás por
motivos políticos.
Pena de muerte
El ministro declaró que el código penal de Turkmenistán en la
actualidad establecía la pena capital para 13 delitos, no para
18 como afirmaba Amnistía Internacional. En 1991 fue abolida la
pena capital para el secuestro aéreo con agravantes y en 1993
para la malversación grave de propiedades estatales o sociales,
o para la aceptación de sobornos. Según el ministro, la
organización de delitos especialmente peligrosos contra el
Estado, o contra otro Estado Popular, sólo eran punibles con la
muerte si se cometían en conjunción con otro delito punible con
la pena capital, por lo que no se debían considerar delitos
punibles con la pena de muerte diferenciados.
TURQUÍA
Preocupante aumento de las «desapariciones»
Las «desapariciones», fenómeno casi desconocido en Turquía a
principios de la década de 1990, experimentaron un notable
incremento sobre todo en las provincias del sureste,
predominantemente kurdas y que se encuentran bajo el estado de
emergencia. Entre octubre de 1993 y abril de 1994
«desaparecieron» 27 personas, la mayoría de ellas de los pueblos
de esa zona. Once habitantes del pueblo de Alaca, cerca de Kulp,
en la provincia de Diyarbakir, permanecieron durante diez días
bajo la custodia armada de agentes de la gendarmería antes de
que se los llevaran. Sus familiares no tienen noticia alguna de
su paradero y todos los organismos oficiales niegan que estén en
su poder.
Tortura «sistemática» - Comité de las Naciones Unidas contra la
Tortura
La ya habitual inquietud de Amnistía Internacional por la
extendida y sistemática práctica de la tortura en Turquía se vio
corroborada por el informe que publicó el Comité de las Naciones
Unidas contra la Tortura, cuya conclusión era que no se puede
negar la existencia de torturas sistemáticas en Turquía». No se
siguió ninguna de las recomendaciones propuestas por el Comité,
ni tampoco las que formuló en diciembre de 1992 el Comité
Europeo para la Prevención de la Tortura.
Durante el periodo en cuestión murieron bajo custodia nueve
personas. Llegaron numerosos informes de torturas de toda
Turquía.
La estudiante de 17 años Feride Yildiz, detenida el 15 de abril
mientras se hallaba en su escuela, informó de que la habían
desnudado en el cuartel de la policía de Bahçelilevler, la
habían sometido a un chorro de agua a presión, y la habían
violado analmente con un objeto que ella creyó podía ser una
manguera o una porra, al tiempo que a tres amigos suyos les
obligaban a contemplar la violación. Después la sometieron a la
falaka (golpes en las plantas de los pies). Un examen médico
independiente corroboró su declaración.
Dieciseis abogados detenidos en Diyarbakir también denunciaron
torturas. La abogada Meral Danis Bestas, secretaria de la rama
de Diyarbakir de la Asociación Turca de Derechos Humanos,
informó de que durante su interrogatorio en el cuartel de la
gendarmería de Diyarbakir le dieron patadas y bofetadas, la
sometieron a fuertes insultos sexuales, la desnudaron y la
aplicaron un chorro de agua helada. En la actualidad prosigue el
juicio contra los abogados, acusados de auxiliar al Partido de
los Trabajadores Kurdos, PKK.
Pena de muerte aprobada
El 17 de diciembre, la Comisión Judicial parlamentaria ratificó
la pena de muerte dictada contra Seyfettin Uzndiz, declarada
culpable en 1992 de asesinato y robo a mano armada. Se trata de
la primera sentencia de muerte aprobada desde que tuvo lugar la
última ejecución en Turquía, en 1984. Tras el voto afirmativo
del pleno de la Gran Asamblea Nacional Turca, la ejecución puede
tener lugar en cualquier momento.
Se intensifican las amenazas contra la libertad de expresión
Se produjo un aumento de los procesos por propaganda
separatista, en aplicación del artículo 8 de la ley
antiterrorista. En octubre, el escritor Günay Aslan comenzó a
cumplir una condena de 18 meses de cárcel por su libro «La
Historia de luto - 33 balas». El abogado y editor Hamet Zeki
Okçuoglu y el abogado Ömer Agin empezaron a cumplir las penas de
20 meses de cárcel a que habían sido condenados por utilizar la
palabra «Kurdistán» durante una discusión política; así mismo,
el economista Fikret Baskaya empezó a cumplir su condena su
condena de 20 meses por las opiniones vertidas en su examen de
la historia de la república turca.
La Gran Asamblea Nacional Turcavotó afirmativamente la retirarda
de la inmunidad parlamentaria a los seis diputados kurdos: Leyla
Zana, Ahmet Türk, Sirri Sakik, Orhan Dogan y Mahmut Alinak; el
Fiscal del Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara ha
manifestado su intención de procesarlos por «intentar separar
una parte del territorio de la administración del Estado»,
delito punible con la muerte según el artículo 125 del código
penal turco. En la actualidad estos diputados vuelven a estar
encarcelados en la Prisión Cerrada de Ankara a la espera de
juicio.
UCRANIA
Pena de muerte
Durante el periodo en cuestión las autoridades ucranianas
facilitaron cifras oficiales sobre la aplicación de la pena
capital. Es la primera vez, según la información de que dispone
Amnistía Internacional, que se hace pública esta información. En
febrero de 1993, el Fiscal General aseguró a los delegados de la
organización que Ucrania no podía publicar estadísticas sobre la
pena de muerte dado que, en ausencia de legislación propia a
este respecto, seguía en vigor la antigua ley de la Unión
Soviética que declaraba esos datos secreto de Estado. Esto
sucedía a pesar de que la misma Unión Soviética publicó
estadísticas sobre la pena de muerte en 1991, por primera vez
desde 1934.
En diciembre, el ministro del Interior anunció que, durante ese
año, el Tribunal Supremo había condenado a muerte a 78 personas
por asesinato con premeditación y en circunstancias agravantes.
No obstante, no se facilitaron cifras sobre los otros cuatro
delitos, todos ellos de carácter violento, que en la actualidad
son punibles con la muerte; tampoco se dieron detalles sobre el
número de ejecuciones o penas conmutadas en 1993. Otras fuentes
informaron de al menos ocho ejecuciones durante el periodo en
cuestión, pero Amnistía Internacional teme que la cifra real sea
mucho mayor. También se supo de la conmutación de una pena
capital.
El Tribunal Regional de Donetsk dictó dos sentencias de muerte,
después ejecutadas, por asesinato con premeditación y en
circunstancias agravantes. Según los informes, Vladimir Yepikov,
condenado en enero de 1993, fue ejecutado a fines de noviembre
de ese año. En enero de 1994, un periódico local informó de que
la condena a muerte dictada contra Georgian M.N. Lomidze había
sido ejecutada, aunque no daba las fechas ni del juicio ni de la
ejecución. La conmutación de la que se informó era la sentencia
de muerte que había dictado el Tribunal Regional de Chernigov
contra Viktor Soy el 15 de diciembre de 1993. El Tribunal
Supremo de Ucrania rebajó el cargo de asesinato premeditado a
uno de menor gravedad; la nueva pena era de 12 años de prisión.
Una condena a muerte de la que se tuvo noticia durante el
periodo en cuestión fue la dictada contra Vasily Mikhaylovich
Krivonos, actualmente de 19 años de edad, que acababa de cumplir
18 en la época en que se cometió el crimen por el que fue
condenado. El 18 de noviembre, el Tribunal Regional de Vinnitsa
declaró culpable a Vasily Krivonos, de quien se dice que sufre
dificultades para el aprendizaje además de tener un historial de
problemas nerviosos y psiquiátricos. El Tribunal Supremo rechazó
su apelación el 24 de febrero, y ahora su única esperanza de
evitar la ejecución radica en la petición de clemencia elevada
al presidente Leonid Kravchuk. Según las leyes ucranianas, a los
menores de 18 años no se les puede sentenciar a muerte.
Amnistía Internacional reconoce las medidas adoptadas por
Ucrania para reducir el ámbito de aplicación de la pena de
muerte, y se congratula de que el actual borrador de
constitución disponga que este castigo se limitará únicamente al
asesinato premeditado. La organización sigue presionando para
que la pena de muerte sea abolida para todos los crímenes y para
que las condenas a muerte pendientes sean conmutadas. Amnistía
Internacional también sigue instando a que se publiquen
estadísticas exhaustivas sobre la aplicación de la pena de
muerte, de acuerdo con las recomendaciones internacionales al
respecto.
UZBEQUISTÁN
Presos de conciencia
El caso de Milli Mejlis (actualización del documento Índice AI:
EUR 01/01/94/s)
Salavat Umurzakov y Otanazar Aripov, dos de los seis acusados
del denominado caso de Milli Mejlis, fueron juzgados de nuevo
por separado en marzo y en abril, y se ordenó que empezaran a
cumplir las condenas, que antes eran condicionales, de tres y
cinco años respectivamente; estas condenas habían sido dictadas
en agosto de 1993. Se consideró que habían violado una de las
claúsulas de su libertad condicional al seguir participando
activamente en el partido opositor Erk (Libertad), ilegal en la
actualidad.
Para más información véase el informe de Amnistía Internacional
Uzbekistán: Further prosecutions in the «Milli Mejlis» case:
prisoners of conscience Otanazar Aripov y Salavat Umurzakov
(Índice AI: EUR 62/12/94), publicado en junio.
Pulat Akhunov (actualización del documento Índice AI: EUR
01/01/94/s)
Amnistía Internacional siguió pidiendo la revisión judicial de
la sentencia del posible preso de conciencia Pulat Akhunov, que
en la actualidad cumple una condena total de cuatro años y medio
en la colonia de trabajos forzados de Kyzylteppa, en la región
de Navoi (Uzbequistán central), tras ser procesado por cargos
aparentemente falsos. La organización también expresó su
inquietud por el estado físico de Akhunov.
Inamzhan Tursunov (actulización del documento Índice AI: EUR
01/01/94/s)
En marzo, Amnistía Internacional recibió denuncias según las
cuales el posible preso de conciencia Inamzhan Tursunov se
encontraba en régimen de aislamiento en una prisión de Tashkent,
la capital. Amnistía Internacional escribió a las autoridades
para que aclararan las condiciones de reclusión de Tursunov,
haciendo hincapié en que el aislamiento prolongado de los presos
puede tener graves consecuencias para su salud física y mental,
y puede constituir trato cruel, inhumano o degradante.
Nuevos arrestos por cargos posiblemente falsos
En noviembre fueron arrestados los posibles presos de conciencia
Nosyr Zokhir y Akhmadkhon Turakhonboy-ugly, activistas del
movimiento ilegal Birlik (Unidad), en Namangan, Uzbequistán
oriental; el arresto se produjo cuando la policía descubrió
durante un registro una granada de mano en el domicilio de cada
uno de ellos. Varias fuentes aseguraron que la misma policía
había puesto allí las granadas para poder acusar falsamente de
posesión ilegal de armas a estos dos hombres y así castigarles
por sus actividades de oposición política. Amnistía
Internacional pidió información adicional a las autoridades
sobre los cargos que pesan contra Nosyr Zokhir y Akhamadkhon
Turakhonboy-ugly.
En febrero, la policía detuvo a Nasrullo Saidov, activista de
Erk, tras encontrar una granada de mano durante un registro en
su casa de Vabkent, región de Bukhara (Uzbequistán central).
Según algunas fuentes, la misma policía puso allí las granadas.
Nasrullo fue acusado de posesión ilegal de un arma. Sin embargo,
Amnistía Internacional supo a primeros de mayo que Nasrullo
Saidov había sido liberado, y que, al parecer, se había retirado
la acusación que pesaba contra él.
A principios de marzo fue arrestado en su casa de Taskent
Mamadali Makhmudov, un conocido escritor. Los primeros informes
sugerían que se había encontrado una pistola en su casa durante
un registro, pistola que, al parecer, la misma policía habría
puesto allí. Sin embargo, algunas fuentes sugirieron después que
se le estaba investigando por malversación de fondos. Al
parecer, la intención de las autoridades era presentar cargos
falsos contra Mamadali Makhmudov, y así castigarle por su
relación con Muhammad Salih, líder exiliado de Erk. Amnistía
Internacional pidió a las autoridades información sobre la
acusación contra Mamadali Makhmudov.
Palizas
En noviembre, seis hombres agredieron a Albert Musin, Abdurashid
Sharif y Yadgar Obid, exiliados políticos de Uzbequistán; los
atacantes entraron a la fuerza en el apartamento donde viven en
Moscú, la capital rusa. Las circunstancias que rodean la
agresión sugieren que fue obra de agentes del gobierno uzbeco.
Los asaltantes ataron a Albert Musin, Abdurashid Sharif y Yadgar
Obid, y los amenazaron con cuchillos y con una pistola. Tras
registrar el apartamento se llevaron consigo documentos
relacionados con las actividades de la Sociedad para Promover el
Respeto de los Derechos Humanos en Asia Central, establecida en
Moscú, y de la que Albert Musin y Abdurashid Sharif eran
miembros destacados. También se llevaron los pasaportes y otros
documentos personales de Albert Musin, Abdurashid Sharif y
Yadgar Obid, pero ignoraron el dinero y los objetos de valor.
Amnistía Internacional escribió a las autoridades rusas
solicitando que protegieran de posibles nuevos ataques a estas
personas, así como que se les reconociera su condición de
refugiados políticos, se les permitiera vivir legalmente en la
capital rusa y se les facilitara la documentación pertinente.
Pena de muerte
Amnistía Internacional prosiguió su campaña en favor de la
conmutación de todas las condenas a muerte de que tenía noticia
y de la abolición de la pena capital en Uzbequistán. La
organización supo de cinco nuevas condenas a muerte. Shukhrat
Yuldashev y Vadim Sazonov, los dos de Tashkent, llevaban
pendientes de ejecución desde 1991 y 1992 respectivamente, los
dos condenados por asesinato. En enero, el Tribunal Supremo
condenó a la pena capital por asesinato y bandolerismo a
Abdurakhmon Akhatov, Abdukhamid Khakimov y Alisher Obidov, todos
ellos de Samarkanda.
Nueva información sobre casos de pena capital mencionados en el
documento Índice AI: EUR 01/01/94/s
Además de seguir pidiendo la conmutación de la pena de muerte
dictada contra Dmitry Rassokhin, Amnistía Internacional expresó
su preocupación por las informaciones recibidas en el sentido de
que, mientras esperaba la ejecución, había contraido una úlcera
de estómago y llagas en los pies y que no estaba recibiendo el
pertinente tratamiento médico.
Para fines de abril se seguía creyendo que Dmitry Rassokhin y
Venera Kasymova permanecían aún con vida. Se desconocía el
destino que había corrido Yashar Khasanov.
YUGOSLAVIA (REPÚBLICA FEDERAL DE)
Provincia de Kosovo: aumento de la violencia policial, posibles
juicios sin las debidas garantías, presos de conciencia
La violencia policial ha aumentado en la provincia de Kosovo
desde primeros de año, situación que afecta a miles de personas
de origen étnico albanés. Agentes de la policía, integrada
mayoritariamente por serbios, han llevado a cabo registros en
casas por toda la provincia buscando armas, a menudo arrestando
y apaleando duramente a los miembros varones de las familias,
aún en aquellos casos en que no encontraban armas. Otros
familiares y parientes, entre ellos menores de edad, mujeres y
ancianos también han sufrido este tipo de agresiones. La policía
también ha detenido y golpeado con frecuencia a personas de
origen étnico albanés conocidas por su actividad política o por
su participación en la vida de la comunidad albanesa de Kosovo;
entre estas personas se encuentran miembros de partidos
políticos de etnia albanesa, maestros y profesores
universitarios, sindicalistas y antiguos militares y agentes de
policía. En abril, Amnistía Internacional publicó un informe
relativo a esta cuestión: Yugoslavia: Police violence against
ethnic Albanians in Kosovo province (Índice AI: EUR 70/06/94).
Entre julio y septiembre de 1993, más de 90 personas de etnia
albanesa de Kosovo fueron arrestados acusados de preparar un
levantamiento armado. Se les acusó de planear por la fuerza de
las armas la secesión de Kosovo de la República Federal de
Yugoslavia; sin embargo, no se les acusó de haber utilizado la
violencia. A fines de febrero de 1994, unas 60 personas habían
sido declaradas culpables y sentenciadas a penas de hasta 10
años de reclusión.
Desde entonces se han producido nuevos arrestos y nuevas
condenas por estos cargos. Amnistía Internacional cree que al
menos algunos de los encarcelados son presos de conciencia, y
que los cargos presentados contra ellos de intentar cambiar por
la fuerza la condición legal de Kosovo no han sido justificados
de forma convincente ante los tribunales. Amnistía Internacional
también se muestra profundamente inquieta por los informes
recibidos de que muchos de los acusados fueron maltratados en
las comisarías para obligarles a hacer declaraciones auto
incriminatorias. En febrero, Amnistía Internacional publicó un
informe, Yugoslavia: ethnic Albanians - Trial by truncheon
(Índice AI: Eur 70/01/94).
Objeción de conciencia y retorno forzoso de solicitantes de asilo
Se han seguido presentando ante los tribunales casos de personas
que evitaron el reclutamiento o que desertaron de las fuerzas
armadas. En septiembre de 1993, el Tribunal Militar de Belgrado
sentenció a cuatro meses de reclusión a Vilmos Almási, de 32
años y de origen étnico húngaro, del pueblo de Tresnjevac, por
«no responder a la llamada a filas y evadir el servicio
militar». Formaba parte de un grupo de hombres que organizaron
protestas contra las movilizaciones que tuvieron lugar en
Tresnjevac durante el verano de 1992. En el juicio expresó su
objeción de conciencia a prestar el servicio militar. Su recurso
de apelación no prosperó y en enero de 1994 se confirmó su
condena. Fue encarcelado en mayo.
Según informes, a comienzos de 1994 las autoridades yugoslavas
cooperaron en la movilización de hombres de Bosnia-Herzegovina
que se encontraban en Serbia y Montenegro en calidad de
refugiados; algunos de ellos habían llegado a esas dos regiones
para evitar incorporarse a las filas del ejército serbio de
Bosnia. Se produjeron redadas en los centros de refugiados tras
las cuales estos hombres fueron entregados en la frontera a las
fuerzas serbias de Bosnia.
RATIFICACIONES
DINAMARCA
En febrero, Dinamarca ratificó el Segundo Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo
a la abolición de la pena de muerte.
HUNGRÍA
En febrero, Hungría ratificó el Segundo Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo
a la abolición de la pena de muerte.
MACEDONIA (ANTIGUA REPÚBLICA DE)
En enero de 1994, el gobierno de la antigua República Yugoslava
de Macedonia se adhirió a los siguientes pactos:
-Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.
-Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
-Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y a su Protocolo
de 1967.
ESLOVENIA
En febrero, Eslovenia ratificó el Segundo Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo
a la abolición de la pena de muerte.
TAYIKISTÁN
En diciembre, Tayikistán accedió a la Convención sobre el
Estatuto de los Refugiados y a su Protocolo de 1967.
UZBEKISTÁN
En octubre, Uzbequistán accedió a los Cuatro Convenios de
Ginebra y a sus Protocolos Adicionales. Uzbekistán ya estaba
obligada a observar las disposiciones de estos instrumentos en
virtud de su ratificación por la Unión Soviética. La declaración
entró en vigor a partir del 8 de abril de 1994.
INTERNO (sólo para miembros de AI) Índice AI: EUR 01/02/94/s
Distr: SC/CO/GR
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PREOCUPACIONES EN EUROPA
NOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994
ACCIONES RECOMENDADAS
Se ruega que se aseguren de que todas las personas pertinentes
de su Sección reciben copias de este documento y de que se
archiva debidamente para futuras consultas. Se ruega también que
se emprendan tantas de las siguientes acciones recomendadas como
sea posible.
1.El presente documento debe hacerse llegar a la prensa y al
público.
2.Las Secciones deben emplearlo para responder a preguntas sobre
las preocupaciones de AI en Europa.
3.Debe distribuirse a cualquier individuo u organización con un
interés particular por Europa, bien en su conjunto, o en uno de
los países concretos tratados por el boletín.
4.Se ruega se pongan en contacto con el Departamento de
Investigación si desean utilizar la documentación contenida en
este documento para elaborar otros, ya que puede requerir ser
actualizado.
DISTRIBUCIÓN POR EL SI
El SI ha enviado este documento directamente a: todas las
Secciones, a los coordinadores y grupos de las RAR de Europa
Occidental, coordinadores y grupos de la Red de Adopción para
Objetores de Conciencia en Europa Occidental, grupos de
coordinación de Grecia, Chipre y Turquía, coordinadores de la
RAR de Europa Oriental, grupos de coordinación de Europa
Oriental, coordinadores de la RAR de la Unión Soviética y
antiguos grupos de coordinación de la URSS.
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