juventud rebelde MIÉRCOLES 19 DE OCTUBRE DE 2016 NACIONAL 03 De vuelta a los hogares en Maisí Anuncian primeras soluciones habitacionales para los evacuados en el extremo más oriental de la Isla PARA que los evacuados puedan regresar a sus hogares y que las instituciones que los acogen vuelvan a la normalidad, miles de tejas de fibroasfalto serán entregadas en los próximos días a las familias en Maisí, con el objetivo de emprender reparaciones primarias o temporales. Estas soluciones temporales son una decisión del Consejo de Defensa Municipal y responden a la necesidad de reiniciar próximamente el curso escolar y garantizar el hábitat de quienes permanecen evacuados, precisó al periódico Venceremos Eddy Pelegrín Lores, quien está al frente de la Comisión de evacuación en el territorio. Igualmente subrayó que reubicarán primero a los ocupantes de centros educacionales y luego a quienes viven en consultorios médicos y centros de trabajo, instalaciones que ya deben comenzar a brindar sus servicios. Puntualizó que a estos seguirán las 72 personas que permanecen en casas de familiares. Al evaluar las condiciones de atención a evacuados, Pelegrín Lores destacó la asistencia brindada, con garantía alimentaria y de aseo personal en cada sitio, servicios médicos y de agua, incluida embotellada. En Maisí hay 311 personas (86 familias) alojadas en siete centros distribuidos por sus cinco consejos populares. Ya fueron trasladados los haitianos que se encontraban en el campamento de asistencia humanitaria en ese municipio. Foto: Leonel Escalona Furones Agua que nace de adentro El desvelo de muchos maisienses ha solucionado las dificultades con el líquido más vital luego de que Matthew acabara con los 13 acueductos de la localidad TRAS el paso del huracán Matthew, los más de 28 000 habitantes de Maisí quedaron sin agua, debido a que el fenómeno meteorológico afectó gravemente los 13 acueductos de la localidad guantanamera. El desvelo de muchos maisienses por garantizar el agua ha contado con gran presencia joven en los refuerzos que trabajan para garantizar el preciado líquido a quienes por estos días no pueden tenerlo al alcance. Así lo reporta el periódico Venceremos al contar la historia de muchachos como Luis Meider Fernández Guzmán e Inaeldis Áreas Matos, operarios de la estación de bombeo del acueducto Maya, quienes perdieron sus casas con la furia de Matthew y, aun así, están en sus puestos de trabajo cumpliendo con su deber. Desde ese sitio —distante unos diez kilómetros de La Máquina, capital municipal—, mientras llenaban las pipas en cola con dos motobombas, los jóvenes contaron que no han podido volver a sus casas, tratando de ordenar el desastre constructivo y técnico de su sitio laboral y devolver así el servicio más urgente para la vida. Estaremos aquí hasta que la situación lo requiera, confirman y se enorgullecen de decir que no hay mejor ayuda que la que viene de la misma gente de Maisí. Esa tesis la aseguran actitudes como la de los choferes que ofrecen su mano amiga, y la de campesinos como Idael Azahares Matos, que ha puesto dos tractores al servicio de estas funciones vitales. Nivardo Gaínza González, director de la unidad empresarial de base de la Empresa de Acueductos y Alcantarillados, Foto: Leonel Escalona Furones aseguró que para la recuperación total de esas instalaciones, con recursos que asigna el país, se requerirá no menos de 30 días, pero todas quedarán en mejores condiciones que antes de Matthew, precisó. Entre las medidas adoptadas por el Consejo de Defensa Municipal para garantizar la entrega de agua, se habilitaron 24 pipas, que sirven 50 litros diarios por persona en puntos de distribución habilitados en las zonas de densa población, mientras se restablece progresivamente el sistema de bombeo mediante los acueductos. Avalados los primeros créditos y subsidios por Matthew El Banco de Crédito y Comercio ya otorga financiamiento para resarcir los daños a las viviendas EL financiamiento a personas cuyas viviendas fueron afectadas por el huracán Matthew ya es otorgado por el Banco de Crédito y Comercio (Bandec), después de los considerables daños ocasionados al fondo habitacional de varios municipios de Guantánamo y Holguín. Según la Agencia Cubana de Noticias (ACN), Abel Cuesta, especialista de la dirección de Banca Personal de Bandec, comentó que desde el pasado 11 de octubre entró en vigor una instrucción del Banco Central de Cuba que establece la concesión de montos a los damnificados para la realización de acciones constructivas en sus casas. Ya se han aprobado varios créditos y avalados algunos subsidios en Guantánamo, subrayó Cuesta y explicó que tras la evaluación de las necesidades por los Consejos de Defensa Municipales, los bancos conceden a los damnificados préstamos con baja tasa de interés (2,5 por ciento), cuya liquidación es asumida por el Presupuesto del Estado en los casos de derrumbes totales de viviendas y techos. Cuesta señaló que la capacidad de pago de esas personas se favorece también al cubrir el Estado cubano el 50 por ciento de los precios de los materiales de la construcción que les serán vendidos, experiencia aplicada luego del paso del huracán Sandy en 2012. En aras de agilizar la entrega de los montos, las sucursales pueden aprobar hasta 20 mil pesos, con un período para su reintegro de diez años, y a nivel provincial hasta 40 mil, para devolver en 15 años, precisó. Quienes mantengan deudas bancarias por importes superiores a 700 pesos, por financiamientos recibidos cuando el huracán Sandy, tienen el derecho de solicitar subsidios, puntualizó el especialista. Otro beneficio descrito por el directivo es que esas deudas y otras referentes a créditos sociales se reestructurarán ampliándose a cinco años el tiempo para su liquidación, con una tasa de interés del 2,5 por ciento. Ya se podrá volar a Baracoa A partir del jueves 20 de octubre se reanudarán los vuelos con destino al aeropuerto Gustavo Rizo, de la ciudad de Baracoa, informó la aerolínea Cubana de Aviación. Los pasajeros de los vuelos cancelados con motivo del huracán Matthew podrán reembolsar el ciento por ciento de su boleto aéreo en las oficinas de ventas de la Compañía, precisa la nota. Se aclara además que para quienes decidan no reembolsar, la transportación aérea quedará sujeta a la disponibilidad de capacidades que ofrezca la aerolínea en próximos vuelos. Cubana de Aviación reitera disculpas por las afectaciones. juventud rebelde MIÉRCOLES 19 DE OCTUBRE DE 2016 NACIONAL 05 El problema ahora no es Platt, sino los plattistas La táctica actual del enemigo no consiste en agredir, sino en seducir. ¿Has calculado alguna vez el impacto que puede tener esa seducción? La interrogante se la hace y nos la hace, vísperas del Día de la Cultura Nacional, el prestigioso intelectual Ambrosio Fornet por MARIO CREMATA FERRÁN [email protected] ALTO y ligero como el más connotado hidalgo manchego de la lengua, Ambrosio Fornet es una especie de facsímil de nuestra regia palma real. Y aunque su herradura exhibe la mella de ese escultor que solemos llamar tiempo, la mente siempre ágil, el discurso fresco, la chispa natural… desmienten los recién cumplidos 84 octubres. Como creador, ha seguido una ruta que, si fuéramos a simplificar, se inaugura con cuentos y narraciones breves; luego hay una preponderancia del ejercicio crítico, para finalmente moverse dentro de un género que conoce al dedillo: el ensayo. Asimismo se le considera uno de los precursores en la conformación de la industria editorial cubana después de 1960 y hasta hoy, pues para satisfacción de quienes apenas nos iniciamos en el oficio —pese a ser considerada una ímproba labor—, él ha persistido en la faena de editor. Aparte de sus méritos como investigador, escritor y académico, es destacable su acierto al acuñar frases de acento eufemístico que han terminado enriqueciendo el léxico del gremio al cual pertenece. Es el caso de aquel «Quinquenio gris» con que bautizó un episodio traumático para nuestra política cultural, afortunadamente superado, porque «la cultura se desarrolla por procesos, no por decretos». En meses recientes, artículos y reflexiones suyas acusan una preocupación y un cuestionamiento sobre lo que hemos sido, lo que somos y lo que seremos o no debemos ser. Tales asuntos gravitan en torno a un concepto esencial como es la identidad. —La idea de entender y asumir la nación como un proyecto concluido e inmutable responde a dogmatismos y mentalidades arcaicas que perviven y gozan de no escasa pujanza. ¿Cómo afirmaría la necesidad de apostar por lo contrario? —La idea de la Nación como proyecto colectivo y no como hecho consumado viene del mismísimo Renan, de los primeros intentos de definir la nación moderna. Si «construir» la Nación es una tarea de todos, se hace evidente que esa tarea adquiere en su desarrollo una dinámica propia, capaz de unificar los esfuerzos más disímiles y de renovarse una y otra vez, al ritmo en que se renuevan sus propios componentes. El proyecto tiene que reformularse y el consenso colectivo tiene que actualizarse constantemente. «Contra esa dinámica condición chocan necesariamente esos frenos que llamas “dogmatismos y mentalidades arcaicas”, la filosofía de aquellos para quienes todo está dicho y escrito, y cuya misión consiste en decirle al que viene detrás: “No toques nada”. No, uno “sabe” que la Nación a la que aspiramos se parece, pero no es todavía la que tenemos, así que la tarea de los constructores sigue estando vigente. «Lo importante es tener claros los objetivos que se persiguen; que todos sepamos, en cada etapa, si nos estamos acercando o nos estamos alejando de ellos». —¿De cuál tradición intelectual se reconoce hijo? —Las tradiciones culturales no siempre tienen fronteras nacionales bien definidas, pero supongo que soy hijo de la tradición que se fue forjando desde siempre en mi propio país y además cuajó, como expresión cultural y patriótica, precisamente en el territorio donde nací. «Cuando salgo de Cuba para el extranjero en pleno batistato, a principios de 1957, no estaba seguro de que podría volver y encontrar una seguridad y un trabajo estable. Luego, ya casado, quería desarrollar mi vida laboral aquí como periodista, como profesor, o en alguna otra actividad relacionada con mi vocación literaria. Así que cuando triunfa la Revolución y regreso al país, convencido de que ahora aquello era posible, sentí como que ya podía cancelar un destino incierto: el de emigrante. «Por ello repito ahora: “A los latifundistas la Revolución les quitó sus tierras; a mí, en cambio, me devolvió la mía”. Poder reinsertarme en mi tradición cultural “desde aquí”, desde el centro de ella misma, lo cambió todo: lo que yo era y lo que acabaría siendo». —Usted ha hecho notar lo peligroso que resulta confundir las nociones de identidad y homogeneidad. ¿Es autóctono este embrollo o sucede también en otras regiones? —Aunque no estoy en condiciones de responder esta pregunta, hay una especie de parentesco semántico entre esos dos términos, y no me extrañaría que en otros lugares también se utilicen a veces como complementarios. —Alguna vez le escuché una de esas sutiles jocosidades que responden a una verdad irrefutable: dado que los viajes seguían siendo por mar en las postrimerías del siglo XIX, los separatistas apodaron «cubanos pasados por agua» a los autonomistas que se trasladaban a la metrópoli. No es menos cierto, sin embargo, que nuestra condición insular supone la necesidad de entrar y salir… —Tal vez porque nací y me crié tierra adentro, la «insularidad», que tanto ha inspirado y desvelado a pensadores y poetas, es una condición a la que nunca he dado demasiada importancia en lo que atañe a identidad nacional y cultural. La maldita, o mejor dicho, la bendita circunstancia del agua por todas partes ha condicionado gran parte de nuestra historia, pero no la parte que siento más cerca y que más me interesa. Que Cuba haya sido «llave del Nuevo Mundo y antemural de las Indias» me parece muy bien, pero solo en la medida en que la Isla ha desbordado esa condición y se ha abierto al mundo. —Desmesura, masividad, paternalismo, choteo… ¿Cuáles y cuántos más forman parte de nuestra idiosincrasia? —Hoy en día preferimos hablar de «identidad» y consideramos la idiosincrasia como un hecho consumado: somos así, de una vez por todas… Pero ¿es verdad que somos «así»? ¿Y si resultara Ambrosio Fornet. Foto: Kaloian que los rasgos que se atribuyen al cubano «típico» solo se aplican a una «parte» de la población o a una «parte» de nosotros mismos? «Yo quisiera saber qué dosis de “paternalismo, desmesura y choteo”, por ejemplo, condicionan mi carácter, pero me temo que esa inquietud solo encuentre una respuesta obvia, acompañada de una piadosa sonrisa: “Es que tú no eres un cubano típico”. ¿Ah, no? ¿No estaremos confundiendo los “tipos” con los “estereotipos”? Porque conozco un montón de cubanos “reyoyos” que no tienen esos atributos. Así que mi arquetipo de cubano no tiene necesariamente que coincidir con el tuyo, si partimos de modelos distintos. «Ojalá que surjan entre nosotros nuevos Mañach que se aventuren a hacer indagaciones sobre nuestra idiosincrasia, sobre los rasgos más visibles o persistentes de nuestra personalidad colectiva… si es que esa categoría existe en la vida real». —¿Coincide con que ser o considerarse cubano no es más que el impulso de serlo; es decir, un mero acto volitivo? —¿Cómo medir los diferentes grados de cubanidad o, como diría Fernando Ortiz, de «cubanía»? Ortiz decía que cubano es el que «quiere» serlo, lo cual equivale a decir que cubano es el que «no quiere» ser otra cosa: no quiere ser inglés ni francés, tiene un alto grado de autoestima en lo que respecta a su nacionalidad, a su origen… ¿Y eso por qué? ¿Qué tiene este dichoso país que no nos cansamos de quejarnos y hablar mal de él y, sin embargo, lo llevamos tan adentro? Algo será. —Hace un momento evocaba, sin mencionarla, a su patria chica: Bayamo. ¿Ser de allí condiciona la intensidad en que le viene su cubanía? —Definitivamente sí. Ser de allí significa ser cubano no solo por nacimiento o adopción, sino también por ósmosis, por puro contacto con el medio. Allí todo —los lugares, las ruinas, los monumentos, el nombre de las plazas, los recodos del río— tienden a reforzar, sin que uno se dé cuenta, nuestro sentido de pertenencia. Si además tienes la suerte de tener buenos maestros de primaria y de encontrar en tu casa una joya como la edición ilustrada del libro Bayamo, de José Maceo Verdecia, entonces serás bayamés para siempre, hagas lo que hagas y estés donde estés. Aunque nunca más vuelvas a probar el pru o la raspadura, la rosca-blanda, las yemitas de coco, las tusitas de guayaba, las ciruelas borrachas, las longanizas, la carne de macho envuelta en casabe…, nunca más vuelvas a oír una serenata con La bayamesa, o una recién parida o una quinceañera te brinden en su casa una copita de aliñao. —Ante los nuevos escenarios, ¿cuánto podrían afectarse la identidad, la cultura e incluso esa soberanía cuya salvaguarda ha sido priorizada? —Los mexicanos suelen quejarse: «¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!». Yo no sé cuan lejos de Dios estamos nosotros hoy en día, pero en estas circunstancias considero un privilegio estar tan cerca de Estados Unidos. «Al principio de la Revolución, los burgueses sonreían irónicamente y se encogían de hombros, aludiendo a la autodefensa de Fidel: “La historia te absolverá, pero la geografía te condena”. Era una idea tan arraigada en ellos —el faro de las 90 millas, la geopolítica como destino—, que marcharon al exilio con una sola muda de ropa y en el bolsillo el pasaje de ida y vuelta. «¿Qué es lo que yo veo de positivo en esa proximidad? De un lado, que nos permitiera poner a prueba nuestro proyecto de nación —en los últimos 50 años nos han caído rayos y centellas procedentes de allí, pero aquí estamos, aquí sigue estando Cuba como la utopía posible—; y del otro, porque esa cercanía nos abre perspectivas económicas y culturales enormes, que serán para bien siempre que no perdamos el sentido de las proporciones y de los objetivos. «A mi juicio, el problema ahora no es Platt, sino los plattistas criollos, sean quienes sean y vengan de donde vengan. A los dirigentes históricos de la Revolución los conozco y confío absolutamente en ellos. Los que vengan detrás van a pasar esta durísima prueba sin experiencia previa y —si puede decirse así— sin mi consentimiento previo. «Ahora la táctica del enemigo no consiste en “agredir” sino en “seducir”. ¿Has calculado alguna vez el impacto que puede tener esa “seducción”, las promesas del “libre” mercado, en una sociedad tan austera como la nuestra? ¡No quiero ni pensar que mis nietos o los hijos de mis nietos vayan a tener que salir un día a la calle, en una manifestación, gritando: “¡Cuba sí!” o, peor aún, “¡Vergüenza contra dinero!”».