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MUSEO DE LAS FAMILIAS.
2.) (Ir IIKU'ZD (Ir I S i T .
1'iii'iLi Cdliirntl.'i •!(•! templo de Nuestra Señura de Pnrís.
V. /
.'JO
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
ESTUDIOS DE VIAGES.
Nuestra Señora no presenta esteriorinente esos variados adornos, esas afectadas decoraciones que se admiran
en los monuniciilos de aquella época; ames por el contratfifPLO PE:
rio , se observa una grande severidad en las lineas y una
sencilla magestad en las formas, que aunque no llama
al pronto la atención , aunque no hace sentir aquella viEn el mismo sitio que hoy ocupa la iglesia de Nuestra va emoción , aquella sorpresa que producen generalmenSeñora, en París, se alzaba en otro tiempo un templo te las construcciones posteriores al siglo XII, por su atreconsagrado á Júpiter. El aíio de 1711, so hicieron escava- vida ejecución y el lujode sus esculturas , causa un prociones en aquel sitio, que dieron por resultado el descu- fundo sentimiento de veneración la vista de aquellas mabrimiento de diferentes restos de monumentos paganos sas y proporciones colosales.
y de inseríp<úones de aquel antiguo templo, que fue susDesgraciadamente ahora como entonces, los artistas
tituido por una suntuosa iglesia mandada construir por tienen que lamentar pérdidas de consideración. No es el
Childcbcrto en f>.S5, a ruegos de San Germán, obispo de tiempo el mas cruel enemigo de los monumentos , sino la
París. Esta iglesia, de sin igual magnilicencia, si hemos mano destructora de los hombres que parece haberles jude dar crédito al obispo Fortunato, historiador contem- rado una guerra á muerte. Esta es la causa de que la
poráneo, fue casi enteramente destruida por los norman- iglesia de Nuestra Señora haya perdido una parte de su
dos; sin embargo, merced á diferentes reparos, subsistió carácter primitivo , con la supresión de ornamentos preaun cerca de tres siglos, esto es, hasta 1103, época en cisos, tales como las salientes canales, que daban un
que subió a la silla episcopal Mauricio de Sully.
aspecto pintoresco á la eslremidad de los machones , las
No era estemas que un simple estudiante que pedia molduras de la rosa de la portada principal, los caballelimosna en las calles de París, y al que la sola esperan- tes de las ventanas del mediodía , la elegante (lecha coloza de obtener algún dia un pequeño beneficio eclesiásti- cada en el centro del crucero, é infinidad de vidrios ricaco, le hacia sobrellevar con paciencia su estremada mi- mente pintados, que impedían, por decirlo así, el paso á
seria y los rigores del estudio. No tardó empero, en dis- los rayos del sol, y no dejaban penetrar en el santuario
tinguirse el mísero escolar por su estraordinario mérito, sino una luz incierta y misteriosa.
y fue nombrado canónigo de Bourges. Habiendo quedado
A pesar de pérdidas tan irreparables, no por eso deja
vacante algún tiempo después el obispado de París, los de ser este monumento uno de los mas notables de Franelectores cuya opinión estaba dividida, se sometieron á cia , ya se le considere artística ó históricamente. Vamos
la decisión de Mauricio, que no desperdició su inllujo so- á examinarle bajo ambos conceptos.
bre ellos, para nombrarse á si mismo.
La fachada principal que se concluyó en 1225, en
Apenas hubo tomado posesión de tan alta dignidad, tiempo de Felipe Augusto , se compone de dos grandes
emprendió la reedificación de la catedral de Paris, cuya torres cuadradas y simétricas, unidas al caballete de la
primera piedra colocó el papa Alejandro III, el cual ar- nave mayor, y tiene alguna semejanza con las construcrojado de sus estados se hallaba refugiado en Francia; ciones lombardas por su estremada solidez. Tiene tres
pero esta obra se hacia con eslreinada lentitud, y Mauri- grandes puertas cuyos arcos se hallan sobrecargados de
cio Sully murió en 110<i sin poder verla concluida. Pos- curiosas esculturas, y según afirma Sauval, en tiempo
teriormente, las guerras, las discordias civiles y la falta de Carlos XII, habia que subir trece escalones para llede metálico, interrumpieron con frecuencia los trabajos gar á esta fachada.
de tan grande obra, que no pudo concluirse sino al cabo
La famosa campana llamada el Bordón, está en la torre
de dos siglos.
del mediodía, y solo »e toca en las grandes solemnidades;
El plan bajo el cual fue concebido y ejecutado este pesa unas dos mil libras, se fundió en 1082 , y otra vez
edificio fue imponente y grandioso, como puede juzgarse en 168"), en cuya época fue bautizada , siendo sus padripor los siguientes curiosos versos , en que se bailan nos Luis XIV y la reina , los cuales le pusieron los nomconsignadas sus dimensiones, y que se leen en una I bres de Manuel-Luis-Teresa.
plancha de cobre colocada sobre una de las pilas de agua
En toda la linea déla lachada, se ven sobre el orden
bendita:
inferior, veinte y siete nichos, en los cuales, antes de la
revolución , habia colocadas oirás tantas estatuas que representaban una sériede reyes francos, desde Childeberto
Si tu vctix snvoir comino cst ampie
hasta Felipe Augusto. Sobre esta lila de nichos hay una
De Notre Dame le grand temple:
ventana circular, llamada rosa. En cada uno de los frentes
II yá, dnns n'iivre, pour le seur,
de la iglesia hay una ventana igual, trabajadas todas con
Dix et sept luisi s de hauleur,
una delicadeza admirable. La rosa de mediodía la hizo
Sur la lurgciir de vingi-quAlre,
construirá sus espensas el cardenal de Noailles, y le cosEt Joixanle-rinq, saris piba tire,
tó trescientos veinte mil reales.
A dclong: aux lour» liaul montees
Trente quatre sont comptéos;
La partesuperior de la fachada principal, está adorLe, toiil l'onilé sur pilolis,
nada por un peristilo compuesto de treinta y cuatro coAussi vrai que je le le ilis. (1)
lumnas, que llaman la atención por su sencillez y altura, las cuales son de un solo pedazo, y sostienen una
galería de balaustrada.
(1) Traducidos al castellano qu¡<ir<'n decir en resumen.
Él espacioso templo de Nuestra Seiiora, tiene 17 toesas de
Pos portadas laterales terminan las cstrcniidadcs del
alto, 24 de ancho, y 75 de largo; sus torres son 3 i , y lodo crucero de norte á sur. La de la parte del norte, fue
el edificio está funJado solue estucas.
'•mandada construir hacia 1315, por Felipe el Hernioso,
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
wn el producto délos bienes de que había despojado á ron arrebatadas durante la revolución y restablecidas
'os templarios. Encuéntrase allí inmediata una puerta después en I SI (i.
di- linda estructura, denominada Puerta Encarnada, por
La catedral de París, como monumento histórico ofrelaque atraviesan los canónigos desde el claustro ala •e grandes recuerdos. Allí iban los antiguos reyes de
iglesia para celebrar los olicios nocturnos. En el fondo Francia, á su advenimiento al trono , á renovar el juradel cuadro ojivo de esta puerta, se ven los bustos de Juan mento de observar lielmente las leyes, y de gobernar haMu Miedo, duque de Uorgoña, y de Margarita de Bassiere iendo la felicidad de sus pueblos. Allí era donde deposisu esposa.
taban los trofeos de sus victorias; allí era también á donLa portada del sur, es del mismo género que el de, la :le iban á implorar la clemencia divina con tenientes
que acabamos de hablar, los bajos relieves que la ador- oraciones, cuando se vela afligido su reino por alguna ternan, representan el martirio de San Esteban, y fue cons- rible calamidad.
truida en tiempo de San Luis bajo el pontilicado de CorEn otro tiempo , los grandes criminales antes de ser
«i'll en 12'!7, por Juan de Cholles, maestro de obras, como lo indica una inscripción deaquel tiempo.
Las paredes de la iglesia están sostenidas en toda su
ostensión, por machones diestrainenteeolocados, rematando en pirámides, lo cual produce un efecto muy pintoresco.
L'na de las cosas mas notables del edificio, es el maderage del techo, al que llaman bosque por las muchas
piezas de castaño de, que se compone; está retejado con
1,2'íü planchas de plomo, que juntas pesan 420,240 libras. Este inmenso trabajóse ejecutó en 1720á escusas
del cardenal deNoaillesde quien llevamos hecha mención.
El interior de Nuestra Señora, tiene la forma de una
cruz latina. Ciento veinte pilares de diferente estructura sostienen las bóvedas y circuyen el coro y la nave.
Veinte y siete capillas ocupan las bóvedas esteriores de
amlws fados, sobre las cuales circulan espaciosas galerías
y elegantes tribunas; en cuyos balcones si; colgaban en otro
tiempo y cuando había guerra, las banderas tomadas al
enemigo. Esto nos trae á la memoria las chistosas palabrasdel principe de Cuntí. Dirigíase el mariscal de Luxemluirgo en lfií)5, á la iglesia
de Nuestra Señora, para asistir á un iy Denm que si1 cantaba en celebridad de una de
sus victorias; la iglesia estaba adornada de un estremo á
otro con las banderas que él mismo habia tomado en Fleunis, Steinkerke y Nerwinde, y era tal la multitud de personas que se hallaban apiñadas en aquel vasto recinto, que
no [Midiendo penetrar en él el mariscal, esclamó el principe de Conti que le acompañaba: Señores dejad ¡taso al
tapicero de Muestra Señora.
La mayor parte de los ornamentos que figuran en esta
iglesia son de un género moderno, y no guardan armonía
con la arquitectura del edificio, pero considerados por si
solos no son menos dignos de atención. En prueba de esto
citaremos los bajos relieves del altar mayor que son de
bronce esquisitamente dorados; un grupo de mármol representando el descendimiento de la cruz, que es una obra
maestra del arle, ejecutado por Nicolás Coustou; la estál»a de la Virgen, por Antonio Kaggi; el pavimento de
mosaico del santuario; las soberbias molduras talladas
Fachada del centro de Nuestra Sciiora de Pai\s.
que adornan los sillones del coro; las pinturas de Jouveni'l,
Felipe
de
Champagne,
Luis
de
Molona,
Lorenzo
de
I;
J Hire, Lafosse; las verjas de hierro pulido (iue cierran coaducidos al suplicio, iban á hacer penitencia al Atrio (I)
(;
l coro; los bajos relieves del siglo XIV que adoran el es- de Nuestra Señora. Damiens, asesino de Luis XV fue
«t'i'ior; y [Hir último, un gran número de sepulcros magní- conducido allí en i757.
heos,
entre los que se cuentan los del conde de Harcourt,
El infortunado Jacobo de Molay , gran maestre de los
y {'l cardenal de lielloi.
templarios, oyó en la misma plaza junto con sus desgradetrás del altar mayor hay un grupo de mármol lla- ciados compañeros, su sentencia de muerte.
Tenia antiguamente el obispo de París en el A trio una
mado el voto dv Luis XIII, por haberle hecho este prin••¡I»'
en 1(158, de poner su reino bajo la protección de la escalera patibularia, en señal del alto poder .pie ejercía
ailtil
Virgen , y reparar el altar mayor de Nuestra Señora; en aquella jurisdicion. Esta escalera fue sustituida en
pero murió antes de cumplirlo. Su sucesor Luis XIV se 17(57 por una argolla colocada en frente de uno de los
encargó (|e llevarle á cabo, y colocó solemnemente la pri- machones de la torre septentrional, y sujeta á un poste,
mera piedra de este altar en !(>'.)!); sin embargo , el gru- que desapareció en 1790. El sitio que ocupaba este, sirve
IX), obra de Coustou , no fui; ejecutado hasta 1725. lte- de punto de partida para contar las distancias itinerarias
Pi'esenta una grande cruz de marmol blanco, al pié de la de Francia.
"al está sentada la Virgen teniendo en sus brazos el
Abelardo, tan celebre por su talento como por sus
'•uerpo
de su)C(ll>s|
divino hijo; á ambos lados y sobre sus resIV
< V n, l
ales las estatuas de Liiis'XHI y Luis XIV i\) Djb.m i'Sto nomine ;'i la |>la/a ip¡? r<tá Man te de la por"- rodillas, ofreciéndole una corona. Estas estatuas fue- Ind'a jHnnpal di1 la i.'lc-i i.
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
En el siglo presente la iglesia de Nuestra Señora ha
amores, vivia en una casa del Atrio, á donde sus nume- .
rosos discípulos, entre los que se contaban muchas nota- sido teatro de dos grandes asuntos; el restablecimiento
bilidades de Europa, acudían en tropel para oir sus doc- |¿lel culto católico abolido por la revolucionen Francia, y
j puesto en uso por Napoleón, y la coronación de éste como
tas lecciones.
También se baila en la plaza de Nuestra Señora la ; emperador de los franceses. Victor Hugo ha hecho popuCasa de Dios, que es el hospital mas antiguo de París, y lar Nuestra Señora de París eun su magnílica obra, que
cuya fundación atribuyen algunos autores á San Landri, lleva el mismo título; y hoy no hay estrangero que visite
en el siglo Vil; pero esta opinión es errónea, «llabiaen la capital del vecino reino, que deje de ver antes que ninotro tiempo, dice Mr. Dulaure, cerca de la casa del obis- gún otro editicio el famoso monumento tan hábilmente
po, ó mejor dicho, la «isa de la ir/lesia de París, como poetizado por .el novelista. Pero si la curiosidad atrae á
cercado todas las casas de los obispos, un lugar desti- los estrangeros, un sentimiento nías elevado guia hoya los
nado para mantener á todos los pobres inscritos en la parisienses;» llenar las naves del templo que describimos;
matrícula de la iglesia. Estos pobres que se llamaban el asistir a las célebres conferencias del famoso P. Lacormatriculados, vivían allí mismo la mayor parte y les daire, modelo de sublime elocuencia religiosa, digno del
cuidaban si estaban emferinos; be aquí el origen de los grande hombre que las pronuncia y de la piedad del puehospitales inmediatos á las iglesias catedrales y proba- blo que las escucha.
blemente el de la Gasa de Dios.»
ESTUDIOS HISTÓRICOS.
amarillento como un plnid escocés, se esliendo hasta perderse de vista por las ricas llanuras del Calinais. El
puente que encierra tan grandes recuerdos por los
sucesos que vamos á referir, partiendo de derecha á
izquierda, enlaza el arrabal con la villa, y atraviesa prinicrojuiM'io y después el otro, clavando uno de sus maci1 22 de julio de 1828, en zos pies en la punta de tierra de que acabamos de
tanto que la diligencia que hablar.
me conducía á Suiza paraba en Montereau y se conJIA\
Sl.\ MIEDO.
cedía a los viajeros una hora para almorzar, fui á visitar aquel puente dos veces
El dia 9 de setiembre de 1419 varios trabajadores
histórico, que á cuatro si- resguardados por algunos soldados que impedían acercar
glos de distancia , fue tes- á los curiosos, construían apresuradamente en medio del
tigo de una terrible agonía puente que atraviesa el Yona, y bajo la dirección de dos
de dos dinastías, de las hombres que sentados á cada lado del parapeto demoscuales se salvó una por un traban interesarse igualmente en la obra que se estaba
ciímen y la otra no pudo haciendo, una especie de tienda de madera de la misma
salvarse eon una victoria. Son sobrado importantes estas anchura que el puente y de unos 20 pies de largo. El de
páginas de la historia para no recordarlas en el álbum mas edad de los dos personajes, que como acabamos de
de viage; y asi mis lectores echarán con gusto una mira- de decir, presidian aquellos trabajos, tendría como unos
da sobre la posición topográfica de Montereau, con el cuarentay ocho años. Su rostro era moreno, y su cabeza poobjeto de asistir á los grandes acontecimientos que en blada de ásperos y largos cabellos cortados en redondo, estaesta villa se representaron y en los que fueron los pro- ba cubierta con una caperuza de paño de color oscuro. Su
tagonistas Juan sin Miedo y Napoleón. Hállase la pobla- vestido era una túnica también de paño igual al de la capeción situada á veinte leguas de París, en la confluencia ruza y forrado de veros, según se colegía por el cuello, por
del Yona y del Sena, donde el primero de estos dos rios la estremidad inferior y por las mangas; y deestasqueeran
pierde su nombre al tributar sus aguas al segundo. Si al anchasy perdidas,salían dos robustos brazos cubiertos de
salir de París se sigue el curso del Sena, al divisar á malla. Llevaba unas largas botas cuya estremidad supeMontereau se tiene á la izquierda la montaña de Survi- rior desaparecía entre el ropage, y la inferior, manchada
llc coronada con las ruinas de un antiguo castillo, y al d<' barro, atestiguaba que la precipitación con que había
pié de la montaña un arrabal separado de la villa por el tenido que acudir á los trabajos, no le permitiera camrio. De frente se descubre formando el ángulo mas agu- biar el trage de camino. De su cinturon de cuero pendo que una V con corta diferencia, en la misma posición (lia con cordones de seda, una larga bolsa de terciopelo
que tiene en París la punta del Puente Nuevo, una len- negro, y á su lado en vez de espada ó daga, con una
gua de tierra que va ensanchándose entre los dos ríos cadena de hierro, una pequeña hacha de armas embutida
que la cercan, hasta que el Sena salta del suelo borbo- de oro, cuya punta opuesta al corte figuraba con una
teando no lejos de Baigneux-les-Juifs, y que el Yona verdad que honraba al artífice de cuyas manos había
llega á la fuente cerca del lugar donde estuvo la antigua salido, una cabeza dehalcon descapirotado.
Bibiacta y donde hoy se ve la ciudad de Aulum. A la deSu compañero, que tendría apenas veinte y cinco
recha está la población entera reclinada graciosamente años era un bello joven, vestido con elegancia tal, que
entre los viñedos y casas de campo, cuyo tapiz verde parecía incompatible á primera vista con la sombría
preocupación de su espíritu. Su cabeza que tenia inclinada sobre el pecho, estaba cubierta con una toca de tercio(1) Fracmcnlo sacado del Álbum de AlejandroDuinas.
EL PIEKTE DE MOMEREAl. (1)
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
Pelo azul, forrada de armiños, con un airón de plumas de
pavo real, y sustenido por un broche de ruines que el
viento agitaba como á una piocha de esmeralda y de zafir.
'-levaba un gabán de terciopelo encarnado, con las mansas guarnecidas también de armiño, y sus brazos que
''¡na cruzados sobre el pecho, estaban vestidos de una
•fia brillante semejante á tisú de oro. Completaban
ipletaban el
todo de esto trage, unas calzas azules en cuyo muslo iz-
t«
quierdo había una P y una G bordadas y coronadas de
un yelmo de caballero, y unas bolas de cuero negro forradas de felpa encarnada, cuya extremidad superior al
doblarse, formaba una especie de punto de apoyo donde
descansaba, sostenida ponina cadena de oro, laemorvada
punta de la larga espada que se usaba en aquella época.
El pueblo por su parte, miraba con curiosidad los
prepaialivos que se liarían para la entrevista que de-
Sepult ro de Juan sin Miedo.
''ja verificarse al dia siguiente entre ol delfín Carlos y
y duque Juan; y aunque todos deseasen unánimemente
'•¡paz, sus conversaciones eran muy diversas, pues abrigaban
en sus pechos mas temor que esperanza. La últiJ *} c°nfercncia
tenida entre los gefes de los partidos
S y l)Or
la i
8° f l ü n ' ll;ll)i;> producido tan funestos resillólos a pesar de las promesas de ambas partes, queya no
«• consideraba posible, la -reconciliación de ambos priniii!"fai.:\nü S 7 p ü r m c d i o (lc u n milagro. Sin embargo,
hiipn • •*?" , a l S;" u ü s que creían ó aparentaban creer en el
»uen éxito de la negociación que iba á entablarse.
—un verdad, decía un hombre cst ceñudamente grue-
so, de cara ancha y llena de granos como un rosal en el
mes de mayo, metidas ambas'manos en el cinto qi
deaba su vientre en vez (ie estrechar su talle ; en verdad!
que es una ventura que monseñor el delfín, qne Oíos
guarde, y que monseñor de líorgoña, que lodos los santos protegan, hayan escogido el pueblo dcMontereau para
venir á jurar en él la paz.
—Si, es una gran dicha: ¿no es verdad, tabernero? le
respondió su vecino menos entusiasmado que él, dándolo
una palmada en el enorme vientre; porque con tan
fausto motivo caerán algunos escudos en tu bolsa, y el
granizo en la villa.
, M -«t i«¡ tf/fm-u m -
MUSEO I)li LAS FAMILIAS
—¿U'ié vais á hacer? le dijo encogiéndose de hombros.
—¿Y por qué lia de suceder eso lillimu, Pedro? dijeron varias voces.
—Archeros, continuó dirigiéndose á estos, despejad el
—¿Y por qué ha sucedido en Ponceau? ¿V por qué puente; y si estos necios se resistiesen, acordaos que lleapenas concluyó laentrevista, empezó una tempestad hor- váis una ballesta en la mano y la aljaba llena de Hechas.
-Bien está, bien está, dijo Pedro, que habiéndose
rorosa, cuando pocos momentos antes no se veía una sola
nube en el cielo? ¿Y |>or qué cayó un rayo sobre uno d quedado el ultimo parecía sostener la retirada; bien está,
los dos árboles á cuyo pié se habian abrazado el delfín nos retiraremos; puro yaque os he dicho una vez lo que
y el duque? ¿Y por qué el rayo destruyó un árbol y de pienso, os lo diré otra, y es que en esUí sitio se prepara
jó olio intacto teniendo los dos la misma miz? ,; Y poi- una gran traición. Dios reciba en su gracia á la victima y
qué en lin, añadió IVdro levantando el brazo y abriendo tenga misericordia de los asesinos.
la mano, empieza ahora á nevar, aunque no estamos mas
Mientras se ejecutaban las órdenes de Tanneguy, los
que á !) de setiembre?
carpinteros, que habían acabado la tienda, cerraban amA estas palabras levantaron lodos la cabeza , y vieron bos estreñios del puente con barreras que tenían fuertes
efectivamente descender de uncido gris, los primeros co- puertas, para que no entrasen mas personas que las de
pos tic nieve precoz que debía la noche siguiente cubrir la comitiva del dcllin y del duque. Kstas debían ser
diez de cada parte, y para seguridad de ambos gefes,
todas las tierras de Borgoña , como una sabana.
—¡Tienes razón, l'edro! dijo una voz; ¡ese es muy mal el resto de los partidarios del duque debían situarse en la
orilla izquierda del Sena y en el castillo de Surville y
agüero y anuncia cosas terribles!
—¿Sabéis lo que anuncia? replicó Pedro, que Dios se los del dellin en la villadeMonlereauy la ribera del Yona.
llega á cansar délos juramentos falsos que hacen los La lengua de tierra de que hemos hecho mención y que
estaba entre los dos rius, era terreno neutral que no
hombres.
—Si, si, es verdad, respondió la misma voz; pero por debía pertenecer á unos ni otros; y como en aquella época
que no cae el rayo sobre los perjuros y no sobre un mí- estaba enteramente desierto, á escepcion de un molino
que había a orillas del Yona, se podía fácilmente asegusero arbolillo que ninguna culpa tiene?
Esta esclamacion hizo levantar la cabeza al mas joven rar no haber allí preparada sorpresa alguna.
Apenasquedaron puestas las barreras, aparecieron dos
de los dossefiores, y fijar su vista en la tienda que se estaba construyendo. Un carpintero colocaba en aquel mo- pelotones de hombres armados, los que adelantándose simento en medio de ella, la barrera que debía separarlos multáneamente, tomaron sus respectivas posiciones. El
dos partidos, para seguridad de los mismos. Aquella uno compuesto de ballesteros, con la roja cruz de Borgomedida de previsión no obtuvo al parecer la aprobación ña en la espalda, y mandado por Jarobo de la Luna, su
del noble caballero, pues su pálido rostro se enrojeció gran maestre, se apoderó del arrabal de Montereau, y
notablemente y saliendo de la aparente apatía en que se colocó centinelas al estremo del puente por donde debía
hallaba sumergido, púsose de un salto en la tienda, ca- entrar el duque Juan; el í)tro formado de hombres de aryendo sobre los trabajadores con una'blasfemia tan sa- mas del dellin, se esparció por la villa y situó también
crilega, que el que empezaba á ajustar la barrera, la de- centinelas en la barrera por donde debia pasar el dellin.
jó caer y se santiguó.
Tanneguy y de Giac que habian continuado hablando,
—¿(Juién te ha mandado poner esa barrera, miserable? a¡>enas vieron lomadas estas disposiciones, se separaron,
el primero para reunirse al dellin de Francia, y el segunle dijo el caballero.
—Nadie, monseñor, replicó el trabajador temblando y do, para tomar el camino de Broy sobre el Sena, en donsin atreverse á levantar la cabeza; nadie pero como era de le aguardaba el duque de Borgoña.
La noche fue terrible, pues á pesar de lo atrasado de
costumbre....
—La costumbre es una tonta, estás? Ya puedes echar a estación se cubrió la tierra de seis pulgadas de nieve,
al agua ese madero.—Y volviéndose á su compañero le perdiéndose toda la cosecha. Al dia siguiente. 10 de sedijo:—Pero en qué estabais pensando, que nada decíais tiembre, á la una montó el duque á caballo en el patio de
la casa en que estaba alojado, llevando a su derecha al
Tanneguy?
—DeGíae, respondió Duchatel, pensando como vos señor de Giac, y á su izquierda al de Noaüles; su perro
en lo que ha de suceder, estaba tan distraído que no me favorito había estado ladrando toda la noche de un modo
lamentable, y al verá su amo pronto á partir, se arrojó
acordaba de los preparativos.
Entre tanto el carpintero, obedeciendo las órdenes fuera de la jaula en donde estaba atado, con los ojos
del señor de Giac, habia arrimado la barrera al parape- encendidos y el pelo erizado. Echó el duque á andar,
to y se disponía á hacerla pasar por encima, cuando salió y el perro haciendo un violento esfuerzo rompió la doble
una voz entre la turba que presenciaba aquella escena. cadena de hierro, y en el momento de salir el caballo
Kra la de Pedro, que dirigiéndose al carpintero le decía: fuera del umbral de. la puerta, le mordió tan fuertemente
Tu ibas bien en lo que hacías Andrés, y ese caballero es en el pecho que aquel se encabritó y casi hizo perder los
estribos á su ginete. De Giac impaciente quiso ahuyenquien se ha equivocado.
tarle con un látigo que; llevaba, mas el perro despreciando
—¡Cómo! dijo de Giac volviéndose.
—Si, monseñor, continuó con mucha calma Pedro, los latigazos se echó de nuevo al cuello del caballo del
cruzando los brazos, por mas que digáis, una barrera es duque, quien creyéndole, rabioso,cogió la pequeña hacha
una garantía, es una precaución muy útil, cuando debe de armas que llevaba en el arzón de la silla y le partió
verilicarse una entrevista entre dos enemigos, y siem- la cabeza. El perro dio un lastimero ahullido y fue rodando á espirar en el umbral de la puerta, como para impepre se hace asi.
—¡Si, si, siempre ! gritaron á la vez todos los que le dir que el duque pasara. Este exhalando un suspiro de
sentimiento, hizo saltará su caballo por cima del cuerpo
rodeaban.
—,; Y quién eres lú, dijo de Giac para atreverte á opi- del liel animal.
A los veinte pasos que anduvo, salió de repente de
nar de distinto modo que yo ?
—Soy, repuso Pedro con sangre fría, un vecino de su casa detrás de un paredón, un anciano judío teniMontereau, enteramente libre y acostumbrado desde jo- do por mágico, quien deteniendo el caballo por la brida,
ven á dar en alta voz mi parecer sobre cualquier cosa, le dijo:—Monseñor, en nombre de Dios, no vayáis mas
sn cuidarme nada si está ó no de acuerdo con el de otras lejos.
—¿Porque? dijo el duque deteniéndose.
personas mas pudorosas que yo.
—Señor, respondió el judío, he pasado la noche con—De. Giac hizo ademan de echar mano á la espada, pesultando los astros, y la ciencia dice, que si vais á Monro Tanneguy le detuvo el brazo.
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
lereau no volvereis: y diciendo estas p:ilabrns, tenia asido
t'I caballo por el freno, para impedirle andar.
—¿Que dices de eslo, Giac?dijo el duque volviéndose
hacia MI joven favorito.
—Digo, respondió esto, encendido su rostro de impaciencia, digo que esle judio es un loco, á quien es necesario tratar como á vuestro perro, si 110q11tMvis1111e.su
inmundo contacto os obligue a alguna penitencia de
ocho dias.
— Déjame, judio, dijo el duque pensativo, indicándole
con dulzura que le dejase pasar.
— ¡Atrás, judio! gritó de Giae, atropellando con su
caballo al anciano y echándole á rodar á diez pasos; atrás!
¿•No oyes que monseñor te manda que sueltes la brida de
s
u caballo? Kl duque se pasó la mano por la frente como
para
disipar algún presentimiento, y mirando por última
y
ez al judío tendido sin conocimiento en el camino rompió la marcha. Tres cuartos de hora después llegó al castillo de Montereau, y antes de apearse mandó á 200 ginetes yá 100 archeros que. se alojaran en el arrabal y relevasen a los de la víspera que. custodiaban la cabeza del
puente. A esta sazón llego Tanneguy, y dijo al duque que
el del lin le esperaba hacia ya una hora en el sitio déla
entrevista. Kl duque contestó queiba al momento, cuantío llegó uno de suspages, corriendo, casi sin aliento, y
le habló al oido. Volvióse el de ltorgoña á Duchatel v le
dijo:
—¡Vive Dios! que. no parece sino que todos se han
puesto hoy de acuerdo para hablarme de traiciones; Duchatel, estáis bien seguro de que no corre riesgo alguno
nuestra persona? haríais muy nial en engañarnos.
—Mi muy temido señor, respondió Tanneguy, mas
quisiera mil veces la muerte ó la condenación eterna, que
hacer traición á vos ni á nadie; nada teníais, porque monseñor el deltin no os quiere mal.
—¡Pues bien! iremos, dijo el duque, fiándonosen Dios;
levanto los ojos al cielo, y en vos, continuó lijando en
Tanneguy una de aquellas miradas penetrantes que le
eran características. Tanneguy la recibió sin bajar la
vista; y presentó al duque el pergamino en que estaban
escritos los nombres de las diez personas que. debían
acompañar al dellin, y el orden con que estaban puestos
era el siguiente: el vizconde de Narhona, Pedro de lieauvau, Roberto de Loira, Tanneguy Duchatel, Harbazan,
Guillermo el Botillero, (luido de Avangour, Oliverio
Layet, Varemes, y Fottier. Tanneguy recibió en cambio
la lista del duque: los que había nombrado para que tuvieran el honor de acompañarle eran monseñor Carlos
de Rorbon, los señores de Noailles, Juan de Fribonrgtle
San Jorge, de Montagu, Antonio de Vergi, de Ature,
Guidüde Pontarlier, Carlos de Leus y Pedro de Giae. Ademas debía llevar cada uno su secretario.
Quedóse Tanneguy con esta lista, y echó a andar delante del duque hacia el puente. Este iba á pié, con
gorra de terciopelo negro en la cabeza, por armas defensivas una sencilla cota de malla, y por ofensivas una espada ricamente cincelada y con puño de oro.
Al llegar á la barrera le dijo .lacobo de la Lima que
había visto entrar muchos hombres armados en una casa
del pueblo contigua al otro estremo del puente, y que
al reparar que él se apostaba con su tropa, se habían apresurado á cerrarlas ventanas.
—Id á ver si es verdad eso, de Giae, dijo ti duque; aquí
°s espero.
De Giae tomó el camino del puente, atravesó las barreras, pasó por medio de la tienda, llegó á la (tasa designada, y entró en ella. Tannegny estaba dando lasinstrucciones á unos veinte soldados completamente armados.
—¿ Que hay ? dijo al ver a tle Giae.
—¿Estáis prontos? respondió este.
—Si, ya puede venir.
De Ciac volvió á donde se hallaba el duque y le dijo:
—Monseñor, el gran maestre ha visto mal, no hay nadie
en la tal casa.
• Kl duque echó á andar. Pase') la primera barrera y no
dejó de escitarle alguna sospecha, el que se cerrara en" seguida tras él; pero como vio a Tanneguy y al señor de
Iteauvau que le habían salido al encuentro, no quiso retroceder. Prestó su juramento con voz firme , y mostrando al señor de licauvau su ligera cota de malla y su frágil espada, le dijo :—Va veis como vengo , caballero, por
olía parle, volviéndose a Duchatel, y dándole en la espalda, ved aqui de quien me tío.
El joven deltin se hallaba ya aguardando en la tienda,
llevaba un vestido de terciopelo azul claro, guarnecido de
piel de marta y una especie de sombrero también guarnecido de lo mismo, alrededor de cuya copa había una pequeña corona de flores de lis de oro.
Al divisar al principe, el duque de Horgoña perdió todo recelo , dirigióse á él, entró en la tienda , y aunque
notó que. contra la costumbre no había barrera en medio
para separar los partidos, creyó que habia sido un olvido
y no hizo caso ni habló nada sobre ello. Asi que estuvieron dentro los diez señores del acompañamiento se cerraron las barreras.
Era tan pequeña la tienda, que apenas cabían de pié
las veinte y cuatro personas ; de suerte que estaban apiñados y mezclados , franceses y borgoñones. Descubrióse.
el duque é hincando una rodilla en tierra ante el dellin:
—Aqui me tenéis, monseñor, le dijo, y aunque se me ha
asegurado que hahiais pedido esta entrevista para hacerme algunas reconvenciones , yo no he querido creerlo,
no habiéndolas merecido por ningún motivo. El dellin se
cruzó de brazos, sin mandarle levantar ni abrazarle, como habia hecho en la primera entrevista.
—Os habéis engañado , señor duque , le respondió en
tono áspero y desabrido; si, leñemos que reconveniros
seriamente , por lo nial que habéis cumplido la promesa
que nos hicisteis. Nos habéis dejado tomar á Pontoíse,
que es la llave de Paris , y en vez de dirigiros á la capital para defenderla ó morir como vasallo leal, os habéis
ido á Troves huyendo.
—¡Huyendo, monseñor!... dijo el duque , estremeciéndose todo al oír tan ultrajante espresion.
—Si, huyendo, repitió el deltin cargando sobre esta
palabra.—Vos habéis....
Levantóse el duque, creyendo que no debia escuchar
mas, y conloen la humilde postura que habia tenido se
le hubiese enredado el cincelado puño de su espada con
la malla, quiso hacer tomará aquella su posición vertical.
Al verlo el delfín ; retrocedió un paso, sin saber cuál era
la intención del duque al tocar su espada y Roberto de
Loira se puso entre los dos gritando:
—¡Ah! ¡ echáis mano al acero en presencia de vuestro
señor!
El duque quiso hablar. Tanneguy se bajó á sacar de
detrás de la tapicería el hacha que el dia anterior llevaba
á su cintura , y empinándose y levantándola sobre la cabeza del duque dijo:—¡Ya es tiempo!
El de ISorgoña vio el golpe que le amenazaba, y quiso
pararle con la mano izquierda, mientras llevaba la derecha á su espada; pero no tuvo tiempo de sacarla, pues el
hacha de Tanneguy cayó cortándole la mano izquierda, y
hendiéndole la cabeza.
Mantúvose aun el duque en pié un instante, como una
encina que no puede caer, hasta que clavándole Huberto
de Loira un puñal en la garganta, dio un grito, alargo los
brazos, y fue á parar á los pies de Giae.
Levantóse entonces una confusa gritería, empezándola
mas horrible refriega, y en aquella tienda en que apenas
hubieran tenido sitio para batirse dos hombres, lo hicieron veinte. Por un momento no pudo distinguirse encima
de las cabezas mas que manos, hachas y espadas. Los
franceses gritaban: ¡A muerte! ¡á muerte! y los burgoiio-
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
Mis: ¡traición! ¡traición! ¡a las armas! Las armas dospe- I
(lian un diluvio de chispas al chocar unas cun otras, y la i
san ¿re salía á borbotones por inliiiidad de heridas. DI { hl 17 de lebrero de ISI-í, por la tarde, los habitantes
dellin temeroso, quiso huir, masno pudo sacar masque (le Monlereau vieron e.mrareii su villa, tomar posición
medio cuerpo fuera de la barrera. A los gritos que daba, luego en la altura que la domina y derramarse por las llallegó el presidente Louvet, le sacó de alli, le cargó á sus nuras que. lo cercan, tantos soldados vvurteiiiburgiiesesen
espaldas y lo llevo a Montereau casi desmayado y con su 1¡ apiñadas masas que apenas podían calcular su numero
sentían amargamente no ser mas qué
vestido azul manchado con la sangre del duque de, Aquellos
* " hombres
'
'
la retaguardia del triple ejercito que perseguía a Napoleón
Horcona.
Kntre tanto el señorde Montagu, partidario del duque, ya vencido, y a los l.'¡,000 hombres que aun le seguíanhabia conseguido saltar la barrera y gritaba: ¡á las armas! ultimo resto que mas bien le servia de escolta que. dé
'
Njaillcsiha también á salvarla cuando .Yniíon.i le hendí defensa.
a cabeza por detrás rayendo fuera de la tienda, y espiran-;
Todos lijaban sus ojos airados en el Sena que desde
(loen el instante. Kl señor de San Jorge estaba profunda- : alli corre hacia la capital, y repetían aquel "rito que hemente, herido en el lado izquierdo, de un hachazo, el j mos oído todos siendo niños'y que sin embargo nos parece
señor de Anere tenia una mano partida.
oírlo todavía pjr la funesta impresión que tenia arrojado
En la tienda continuaba el combate y los gritos, y el por bocas estrangeras: ¡l'aris! ¡l'arís!
'
duque espiraba, sin que nadie pensase en socorrerle, liasSin embargo.'el cañón había tronado todo el día desde
la entonces habían llevado la mejor parte los dellineses ¡ Mornauta l'rovins, pero el enemigo ;iiH'iias se apercibía
por estar mejor armados; pero á las voces del señor de de ello: debía ser sin duda algún general perdido que esMonlagu, acudieron Simón Othelhner, Antonio Tronío- trochado como un jabalí por los perros so debía resistir
rageon, Sambutid1 y Juan de, Ermay, se acercaron ala contra los rusos. Kn electo, ¿que tenían quetemer/ Na, ,.-,-• —-que
lienda, y en tanto tres blandían sus espadas contra los d<
poleon el vencedor, estaba vencido y derrotado á su vez;
adentro, el cuarto rompió la barrera, l'or otro lado, los -Napoleón
estaba a (lie/, y ocho leguas de Monlereau con
hombres escondidos en la casa salieron y fueron a ayudar sus fatigados
13,000 hombres que carecían de fuerzas paá los dellineses, y viendo los borgoñones que toda resis- ra recobrar la capital
tencia era en vano, huyeron por la barrera rota: los delliLlego la noche.
neses les persiguieron, y no quedaron mas que tres persoA la mañana siguiente, el cañón volvió á tronar, penas en la tienda vacia y llena de sangre.
ro de mas etica que el día anterior: de Huiliento en moLa una era el duque de llorgoua tendidoy moribundo, mento se oía mas alto cada grito de esa grande voz de las
l b
i
la otra Pedro de(íiac,enpíé y con los brazos cruzados, y la batallas L
tercera Oliverio Layet, que dolido de. lo que pade< i i aquel
desventurado principe, le levantaba la cota de malla para
rematarlo con su espada. I'ero de, Giac no quería ver abreviarse aquella agonía, cuyas convulsiones parecían perte- los oliciales de estado mayor golpean él suelo
necerle, y conociéndola inte ncionde Oliverio, le dio un ! cuatro pies de hierro, el enemigo esta próximo. con sus
fuerte puntapié haciéndole soltar la espada. Oliverio asom
desapareció sin que nadie, reparase en ello.
l.os dellineses volvieron otra veza la tienda después
de haber perseguido basta el pié del eastilloalos borgoñones y hallaron el cuerpo del duque tendido en el mismo
sitio cu que le habían dejado, y junto á él al párroco de
Montereau, que arrodillado en un ('barco de sangre recitaba algunas preces. Quisieron quitarle el cadáver y arrojarle al rio; pero él levantó su crucifijo sobre el duque, y
amenazó con la cólera del cielo al que se atreviera a locar
aquel infeliz cuerpo, cuya alma habia salido de el tan violentamente. KnloncesCosinerel, bastardo de Taiineguyle
quilo una de susespuftlas de oro, jurando llevarla en adelante como una orden de caballería, y los criados del dellin, siguieron su egemplo; arrancándole las sortijas de
que llevaba cubierlas las manos, y la rica cadena de oro
que pendia de su cuello.
Kl sacerdote, se quedó allí bástalas doce de, aquella
noclie. y luego ayudado de dos hombres, trasporto el
cadáver á un molino contiguo al puente, le depositó sobre una mesa, y continuó rezando ásu lado hasta la mañana siguiente. A las ocho fue enterrado el duque en la
Iglesia de Nuestra Señora, delante del altar de San Luis,
sin ceremonia alguna religiosa: sin embargo, para el descanso de su alma se dijeron doce misasen los tres dias
siguientes al de su sepultura.
Al otro diado, la catastn fe que acabamos de referir,
unos pesi adores encontraron en el Sena, el cadáver de la
esposa del señorde C.iac. Habia sido seducida por el duque de liorgoña.
]
hasta Fontaiuebleau.
Kn la noche del l(¡ al
Napoleón se vuelve, sus sol(lados son trasportados en éanos de posta, caballos de
posta arrastran la artillena, y llega de' rclnisco K . I é-
.1 (le Lspana que les sigue al galope. K| |<j |1ÜP , a lllaf ,.
na Napoleón dispone sus tropas en orden de batalla dol-uite de Uugnes, donde encuentran las avanzadas enemi-.s
que rechazan, y llegando a las columnas rusas las desor
•leñan. Kl enemigóse rcplega. lie Cuignes a .Naii"ises
solo una retirada, de.Nangisa .Nogeni es una den la Na-
rllsus?
nv,
í í
con
• M o M U l v a " ' P««s yendo en linea recta no
une V
,"r S(|U(> S n S l r ; ; " : i s ; y -^Poleon estará en
•Jquel pueblo al día siguiente, pues por el rodeo que ( ¡ (
nc que seguir, necesita hacer diez y siele.
vo del huracán, lo toma la del;
guida le rechaza hacia Monloivau doi
lielluno con sus .",0(10 hombres Fsos relinchos que se
oyen son de sus caballos esos cañones
' ' que truenan son
o
que
en
medio
del ruido y del fuego
r en la
era fila de los vencedores, es el, és
Napoleón.
MIISI-ODKL.VS FAMILIAS.
Husos y wuilembiiigucscs se reconocen, lus pródigos
1.a guardia recibe l;i orden de lomar l.i colina deSurse aromen a iin;i parle del ejercito i|iic llega ilr refresco, ville, lanzase cun la velocidad del rayo, y a l:i tcircr.i dc«Inmde Na|nil(
reiacnconlrar .",001» franceses, y sur- , carga, los artilleros cncmig'osqiiedan niiierlos hajosuscarrendcra los rusos cnlrc dos fuegos, encuentra ¡0,000' ñones y la colina es nuestra.
''iieini^os, choca con una murulla de bayonetas, y en la
No obstante el enemigo tino tiempo de clavar laspic'i'ontaíia de Simule, donde debia dolar la bandera trico- zas que <|in ilan iuulili/ada*.
'or, bav (lie/, y ocho cañones prontos a roni|MT el fuego ;
l.aarlilleriadela guardia es llevada a bra/.o. Napoleón,
*'bre el.
: misino la dirige, la colma y la apunta; la montaña se in-
flama como mi volean; la metralla desbarata lilas enteras
de enemigos, las balas dr la artillería contraria responden
;i la nuestra, silban ó relwlan por la eiispide de Siirville,
y Napoleón se halla en medio de un huracán de hierro.
Sus soldadosquieren hacerle retirar.- -Dejad, dejad, ami!í<>s
míos, les responde, que la bala que me ha de matarno
e
sta fundida aun.—Sintiendo la pólvora tan de cerca, desapareció el emperador y quedó solo el alférez de artiller
¡a. ilionapartf salva á Napoleón!
La guardia nacional bretona, protegida cor los fuegos
de aquella terrible artillería, cuyas balas y metralla parecen dirigidas por el emperador, se apodera á la bayoneta del arrabal de Meluin, mientras que por el lado de. Jossard el general l'ajol penetra con su artillaría hasta la
futrada
ij,el puente. Husos y wurte.inburgueses están allí
t;
'ii apiñados, que no son ya iasbayonelas enemigaslasque
''storban é impiden el paso, sino ¡osciierposmisniosdelos
nombres, y es preciso abrirse campo con la espada entre
•fuella
muchedumbre, como se abre con el hacha en una
S|
dva muy espesa. Napoleón dirige entone esa un solo punto
lodo el fuego de la artillería; sus balas pasan por entre la
wga linea del puente, y cada una arrauc;) lilas entérasele
nombres de aquella masa qur derriba como la guadaña un
campo
de inieses Sin embargo el enemigo está todavía
n
j»y agrupado, se sofoca entre los parapetos, retoza por
p
l puente, y en un instante el Se.na y rl Yema se hallan
cubiertos de hombres y tintos en sangre,
r.sta carnicería duró cuatro horas.
TOMO V.
—Ahora , dijo Napoleón yaf aligado y sentándose en
una cureña salpicada fie sangre, mas cerca estoy \n de
Yiena que ellos de París.
Luego dejo caer la cabeza entre lasmanos. y quedo¡ihsorto por un breve ralo en el recuerdo de sus pasadas \ ietorias, con la esperanza de las que debia alcanzar.
Uñando levantó la frente enconlródelanlea un edecán
que llegaba para anunciarle que Soissons, verdadera poterna de París, se había abierto, y que el enemigo no (listaba de la capital mas que diez leguas.
Napoleón recibió islas noticias como cosasaque lebabian acostumbrado desde dos años antes la impericia o la
traición de sus generales. No se contrajo un solo niusnieulo de su rostro, y ninguno de los que le rodeaban pudo
decir que hubiese notado una señal de emoción en la cara
de aquel sublime jugador queacahaha de perdei el mundo.
Napoleón pidió un caballo, e indicando luego con el
índice el camino de Fontainebleau , pronuncio estas palabras: >
• vamos, señores, adelante.» Y aquel hombre de
hierro partió impasible, como si (oda fatiga debiese embolarse en su cuerpo y lodo dolor en su alma.
En Monlereau se enseña la espada i\c .luán sin Miedo
duque de lioryoña, que está colgada de la bou da de la
iglesia.
Kn todas las casas que están fronteras a la montaña de
Surville, se ven todavía lassciialcsdelashalas de Napoleón
N. C. ('..
ft*
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
GLORIAS DE ESPAÑA.
'üsekla l.i nntiquisiina
ciudnd doTolodoen 10 iO
por los muros, sucesores
de los primitivos árabes
que habían invadido la
península , presentaba
un aspecto tan magnífico
t como imponente, nosolo
';1 porlos robustos muros y
altas torres que circundaban y fortalecían la
población, sino por la
esplendidez y amenidad
de sus cercanías. La
inmensa vega |or la t;ue serpentean las aguas del Tajo,
eiñendo al paso la gigantesca roca en que está fundada la
eiudad, se ostentaba entonces mas que ahora, cubierta de
aquel verdor y esmaltada por aquellas flores que revelaban
una lozana vegetación, merced ala diestra mano del agricultor y al acertado aprovechamiento de las aguas. Pero
si grato era bajar á templar el ardor del estío en las
cristalinas aguas, ó gozar la frescura de la vega en sus
deleitosos paseos, particularmente en los vastos jardines
del rey moro, que siempre exhalaban regalados perfumes,
no era menos grato y apacible el contemplar desde lejos ó
desde los altos miradores del palacio, el grandioso espectáculo que ofrecían la ciudad con su imponente aspecto,
la vega con su rica vegetación y el despejado paisage con
sus remotas lontananzas.
Este era uno de los inocentes placeres que acostumbraba gozar la joven Casilda, hija única y en estremo querida del poderoso Aliiienon, dueño por aquella época de
Toledo y sus contornos. Ladoncellita solia con mucha frecuencia salir á recrear su ánimo con la vista del risueño
paisage desde, los miradores de su alcázar, ó acompañada
de las damas que la servían se aventuraba en lejanos
paseos aun mas allá de los límites de sus regias posesiones. ¡Cuántas veces abandonada á sus puras sensaciones y embebecida con el ambiente perfumado del jardín,
dejaba transcurrir lus instantes, en las tranquilas horas
del crepúsculo de la tarde, hasta que la luna plateando
las copas de los árboles recordaba la hora de regresar á
el palacio! En uno de estos momentos i\¿ delicioso éxtasis,
ruando el cielo estaba mas apacible y mas profundo iba
siendo el silencio que en el pensil reinaba, lejanos y lastimeros ecos llegaron á oidos de Casilda, sobresaltando y
conmoviendo su ánimo cual se agitan y conmueven las
cristalinas ondas de una fuente, al caer de improvisouna
piedra sobre su tersa superficie. Era la primera vez que
aquella joven tan pura y tan feliz percibía el lamento de
los desgraciados, pues sin duda alguna eran voces humanas las que hasta allí llegaban, y la singular sensa-
ción que aquellos acentos de tristura en ella pro;lueiin,
mas vehemente aun que la curiosidad niugeril, hizo que
cediendo á un impulso secreto y desconocido, sedirigiese
presurosa hacia el sitio en que los la limeros aves se escuchaban.
Este movimiento no pudo verificarse sin llamar sobremanera la atención de las mugeres del séquito de Casilda, que á respetuosa distancia se conservaban, por lo
que adelantándose la de mas confianza, dijo á la infanta,
como demostrando un vivo ínteres:
—¿Qué os sucede, señora'/ y ¿á dónde vais tan precipitada?
—¿ O, ué lamentos, contestó Casilda, son esos que desde aquí se escuchan?
—No os inquietéis, señora, esas voces lastimeras son
las de los cautivos cristianos que gimen aherrojados y
sumergidos en hondas y obscuras cavernas.
V era asi conforme lo decía la doncella, porque un
siniestro y confuso ruido de cadenas llegaba hasta allí en
aquel momento. Esta circunstancia no hizo mas que
aumentar el vehemente deseo de Casilda y avivar el santo
fuego de la caridad que ardía en su pecho.
—Quiero verlos, esclamó, y si tan desgraciados son,
aliviar en lo que pueda su infortunio.
— ¡Cómo! esclamó asombrada la doncella, ¡Vos, la hija
del ilustre Almenon, la infanta heredera de su corona,
habéis de descender hasta esos esclavos! ¿Una princesa
de vuestro rango ha de penetraren esas hediondas mazmorras ?
—¿Acaso, contestó la infanta, porque yo sea poderosa
me he deolvidar de los desgraciados? El que yo sea feliz, deberá alejarme de ellos?
—Advertid, señora, replicó la doncella, que esos hombres feroces, son los enemigos declarados de vuestro padre y que....
—¡Calla y sigúeme! contestó imperiosamente su
señora.
Se han conservado durante muchos años en Toledo,
entre otras bóvedas y galerías subtemineas, los restos de
las mazmorras en que gimieron cautivos tantos cristianos desgraciados hasta la época de la conquista. En
aquellas cavernas, formadas en parte por las concavidades de la roca y en parte por los reparos de manipostería
que eran necesarios para custodia de los presos, se hallaban aglomerados sin distinción los prisioneros de
guerra que los moros habían hecho en sus frecuentes
escaramuzas con los pueblos de la España cristiana. El
estar lejos de su familia, los duros trabajos á que los
infieles los sujetaban, las dolencias que algunos padecían y el general infortunio que abatía aun a los mas
animosos, eran motivos mas que suficientes para justificar las quejas que algunas veces exhalaban. Mas cuando
la infanta Casilda apareció en el subterráneo, hubo allí
una estraña mutación, y los cristianos quedaron suspensos y regocijados, mientras que tristes lágrimas corrían
por el angelical rostro de la joven.
Casilda era hermosa por naturaleza: contra el carácter de su raza africana, era por una rara escepcion, de
MUSEO 1)K L\S FAMILIAS.
"» cutis Illanco y terso; sus hermosos ojos y l;t sereni- les enviaba, ya por el inesplicable consuelo que recibían
dad (le su semblante, parece que reflejaban en cierto con la vista de la infanta, que no queriendo conüar á
modo las bellezas de su alma. Su rico trage oriental co- otras manos el ejercicio de la caridad, acudía las mas de
K¡do con broches de pedrería aumentaba la gracia de su las veres á repartir por si misma el pan que les prepapersona, y contribuía no poco á la admiración de los des- raba. Gozábase en estremo Casilda en las demostraciones
validos prisioneros. Vw ángel celeste que se hubiese pre- de gratitud de aquellos infelices: jamás había escuchado
sentado á ellos con las bellas firmas, rozagante túnica ella unas felicitaciones mas sinceras, y nada era compaY .esplendente aureola con que le personilica el cristia- rable á la sensación que esperimentaba cuando al despenismo, no hubiera producido en ellos tanta sensación dirse de ellos, tojos aquellos hombres agrupados al reconiii la vista de la h'riñosa infanta, mayor todavía dedor suyo á la puerta de la prisión, clamaban:—¡Volved,
'"liando la oyeron declarar altamente, que su compadecía señora, volved; porque solo cuando vos estáis aquí es
de su infortunio, que vendría á vi litarlos y que muy en cuando no deseamos la muerte!
Suscitábanse entre tanto á Casilda algunos obstáculos
breve tendrían pruebas de aquella compasión que le
"•spíiahan.
¡ que pudieran impedir su venida á las prisiones. Kra tan
Efectivamente, desde aquel dichoso díala suerte de los ¡ sorprendente su conducta, lan estraña para los mas fau t i s . mejoró, ya por el alimento y ropas que Casilda ' náticos musulmanes, que por respeto que tuviusun ¿t la
bella infanta y por recelo que abrigasen de disgustar á
Padre, no pudieron menos de participarle la conducta
«e su hija y el objeto con que descendía alas mazmorras.
Asombróse/Almenon de loque le contaban, y antes de
"arlo entero ('rédito, resolvió averiguar por sí mismo la
verdad, siguiendo los pasos de su hija. Emboscado en
cierto
parage del parque, por donde forzosamente había
ue
pasar Casilda, si trataba de ir á la prisión, esperó receloso su llegada, creciendo su incertidumbre al ver á la
inianta que trayendo recogido y oculto algún objeto en
¡a laida de su vestido superior, se encaminaba presurosa
bacía aquel sitio.
Betuvo sus pasos la joven al encontrarse de improviso
Su
con su padre. Suspensa y cortada temiendo los efectos de
su enojo, no se atrevía á decir una palabra; mientra*
que el rey moro, que en aquella turbación no veia mas que
una prueba de lo que sospechaba, se acercó á ella y disimulando su cólera, la preguntó:
—¿Dónde vas tan presurosa, Casilda? ¿Tan temprano
has salido á coger esas flores?
Al decir estas palabras, señalaba hacia los ocultos dones de la caridad que la infanta encubría en su regazo,
mientras que la tímida joven, animada entonces por un
movimiento interior, contestó resuelta: «Que si: que eran
flores las que allí llevaba.»
—También á mi me gustan las flores, dijo Almenon, y
MUSEO Di: LAS FAMILIAS.
60
mas si son cogidas por la mano de mi hija. Vcámoslas.
Y sin poder refrenar su impaciencia, estendió su mano y despichó la falda de Casilda. ¡Cuál fue el asombro
de esta, al ver que los pedazos de pan que allí había
puesto para los cautivos, se habían convertido en rosas y
otras flores de las mas bellas del jardín!
El moro rey después de haber aspirado una y mas
veces el perfume de aquellas flores, cuyo delicioso aroma
embriagaba dulcemente todo su ser, se retiró ron indiferencia al parecer, pero bien resuelto á dar pruebas
positivas de su enojo á los que se habían atrevido á calumniar á su hija.
Casilda, apenas se retiró su padre, cayó de rodillas y
atónita y gozosa á vista de tan manifiesto prodigio, adoró
humildemente á la divinidad que tan señalada muestra
le daba de su protección, y que no podia ser otra masque
e! Dios á quien adorabansus queridos prisioneros.
VI ver que ya el pan había vuelto á recobrar su primitiva forma, se dirigió presurosa á repartirle entre los
cristianos, á quienes hizo derramar lágrimas de gozo la
relación de lo que acababa de suceder, y el oir declarar á
la bella infanta, que desde aquel momento ya era eristianacomo ellos y que patria, padre, corona, riquezas, todo
estaba pronta "á dejarlo por retirarse á un punto cualquiera de las provincias cristianas, donde pudiese profesar libremente su creencia.
Apenas Casilda habia salido de la prisión, cuando
llegaron á sus oidos los varoniles acentos de los cautivos,
que gozosos con tales nuevas, entonaban un himno de
acción de gracias al Todopoderoso.
111.
Habían aconsejado los cautivos ala piadosa infanta,
que para lograr su designio solicitase el amparo y protección de los valientes caballeros de Castilla, muy capaces de favorecerla á pesar de su padre y toda su corte, asi
que supiesen el secreto motivo que tenia para recurrir á
su pundonor caballeresco. Casilda, sinembargo, no aprobaba los medios violentos, ni los que pudiesen disgustar
ni comprometer a su padre. Así es, que resolvió pedirle
buenamente la licencia de pasar á Castilla, por mas que
tanestraña petición pudiera llevaren sí misma su repulsa. Tenia la sania joven un protesto para cohonestar su
deseo y era el de mejorar su salud, que asi por inspiración divina, como por las noticias é informes de los cautivos y otras personas, era evidente no podia mejorarse,
si la bella infanta no pasaba á bañarse en los lagos de
San Vicente, tan celebrados en toda Castilla como el mas
elicaz remedio para el achaque de que la infanta adolecía.
Kscuchó el rey morola pretensión de su hija sin manifestar estrañeza, poique habia resuelto antes que disgustarla con una terminante, negativa, diferir cauteloso
con disimulados obstáculos la ejecución de aquel designio. Concedió desde luego la licencia que le pedia; pero
adviniendo que de nada servia esto sin contar con el beneplácito y salvo-conducto del rey de Castilla, por cuyos
estados habia que pasar.
Reinaba entonces en Castilla el rey don Fernando, primero de este nombre y apellidado el magno por sus victorias, y este monarca en quien locortés no estorbaba á (o
valiente, asi que supo lo que la princesa de Toledo deseaba y lo que su padre pretendía, contestó que viniese en
hora buena á sus estados donde seria recibida y festejada
según lo que á su persona era debido, llevando la galantería hasta el estremo de decir que viniese Casilda á
su corte á ocupar con él y á ser acatada en el solio de
Castilla.
Grande fue el gozo de la princesa asi que fue sabedo-
ra de las ofertas del rey cristiano, y preparó al punto su
partida; pero Almenon que veía frustrados dé esta manera sus designios, dispuso para que su hija no se ausentase, una ceremonia con que creía detener y deslumhrar á
la doncella.
Convocó á todos los régulos, gobernadores y caudillos que de él dependían , a todos los magnates y personages de importancia de su reino de Toledo, para que
asistiesen a la jura y proclamación de la infanta Casilda
como heredera de su trono. Acudieron los moros al mandato de su rey, desplegando todo el lujo y magnificencia
de que eran capaces, y Casilda con grande satisfacción de
todos, fue aclamada y reconocida como princesa heredera y sucesoradesu padreen el gobierno de sus estados:
aclamación que todos hicieron con el mayor entusiasmo
á vista de la singular belleza y hermosa presencia de la
infanta que entonces se presentaba a sus ojos engalanada con todos sus regios atavíos.
Hubo con este motivo suntuosas tiestas, danzas, torneos y juegos de cañas; pero la virtuosa infanta á quien
no deslumhraban estas demostraciones mundanas, ni podian en manera alguna retraer de su propósito, tomó el
partido de ausentarse secretamente en medio de estas
tiestas, y asi lo hizo acompañada <'e lns cautivos, cuya libertad habia obtenido, y sin despedirse siquiera de su
padre. Cedía en esto Casilda á una inspiración interior,
pues vivía en la persuasión deque algún ángel tutelar la
seguia por doquiera, velaba y dirigía PUS pasos.
Cuando participaron á Almenon la salida de Casilda,
lejosde impacientarse como todos esperaban, no hizo mas
que espresar su pena y esclainar como si obedeciese á un
secreto convencimiento:
—¡Cúmplase la voluntad de Dios!
IV.
Hay al pié de uno de los ramales de la eslensa cordillera de las montañas de Burgos y no lejos del pueblo de
Burueba, unos lagos de frescas y transparentes aguas, rodeados de peñas, jarales y malezas (pie desde muy antiguo
aumentan el solitario y montaraz aspecto del territorio.
A este sitio fue al que se encaminó sin tardanza la santa
reina, sin que la detuviesen, ni el buen recibimiento que
le hacían en todos los pueblos de Castilla. ni la generosa
acogida que le hizo en su corte el rey don Fernando. l,os
cautivos cristianos, áquienes Casilda habia dado libertad,
á fuer de agradecidos iban acompañándola , escoltándola
y publicando sus beneficios por todas partes. Llegalw su
entusiasmo hasta el estreino de adelantarse á componer
y reparar los malos pasos del camino por donde habia de
pasar el enjaezado palafrén en que era conducida su ilustre protectora.
No sin muchas fatigas se llegó por fin al sitio apetecído, donde apenas los virginales y delicados miembros de
la ilustre reina se pusieron en contacto con las aguas,
cuando no solo sanó del flujo de sangre que la molestaba,
sino que redobló la virtud de aquellas cristalinas ondas
contra esta clase de dolencias. Entonces fue cuando Casilda, declaró abiertamente no solo su deseo de hacerse
cristiana, sino su propósito de renunciar á su patria, ásu
corona, honores y riquezas que la esperaban, para quedarse en aquel ás"pero sitio, haciendo vida humilde y penitente por amor de su nuevo y celestial esposo. Repartió liberalmente entre su comitiva todas las joyas y galas
que consigo traia, sin reservar mas que lo necesario para
construir una modesta capilla ó ermita en el sitio mismo en que por antiquísima tradiciondeEspaña,se sabia habian sido depositados los restos del Santo Mártir Vicente
para libertarlos de toda profanación en la invasión de los
árabes. De las personas que habían acompañado á la prin-
MUSEO UE LAS FAMILIAS.
til
<:
es:>, las unas se volvieron pesarosas á Toledo y las otras, I y consuelo en sus aflicciones. Asi es que con mucha fé la
mas leales, 6 mejor aconsejadas, manifestaron deseos de invocaban, aun mucho antes que la iglesia católica declaUlularla en todo, permaneciendo á su lado hasta el un de 1 rase solemnemente, y en virtud de los milagros que atestiguan el poder de la santa, la palma celestial que Dios
su vida.
Allí fue donde vestida de tosco sayal la delicada jo- j había concedido á su pureza y á sus virtudes.
Hoy mismo, á pesar del transcurso de los tiempos, no
ven destinada a llevar la regia púrpura, y entregada á to- I
(
lo género de mortificación la que debía gozar todos los | se pueden visitar sin religioso recogimiento aquellos luplaceres y comodidades que un excelso nacimiento pue- ! gares llenos de piadosos recuerdos y no faltará entre los
de proporcionar, pasó sus dias en la oración y en celes- i sencillos naturales, quien os indique las rocas solitarias
Males contemplaciones, hasta su dichosa muerte acae- jen que la santa buscó un asilo, quien os manifieste el sitio en que bendecía y consolaba á los peregrinos, quien
cida.en el año de 10"í0.
La presencia de Santa Casilda habia convertido en un os acompañe á visitar la ermita y el altar, quien os preparaíso aquellas espantosas soledades, y antes y después ' senté las piedrecitas del contornó á que se atribuyen prode su muerte fue frecuentado aquel sitio, no solo por los piedades misteriosas, y quien os refiera las maravillosas
naturales del país, sino por los peregrinos quede remo- | virtudes del lago siempre llenode salutíferas aguas, ateslas tierras acudían atraídos por el valor heroico de aque- | tiguando la verdad de sus asertos con la tradición de palla muger, por su abnegación sublime y por la fama de ! dres á hijos y con la fé de sus mayores.
sus virtudes. Su santidad fue cosa indudable para todos
F. FERNANDEZ VILLABRILLE.
los que habían obtenido de ella socorro en sus necesidades, alivio en sus dolencias, resignación en sus trabajos,
COSTUMBRES ESPAÑOLAS.
DE LA SEMANA SANTA
E.\ VAHÍOS PUEBLOS DE VALENCIA, INCLUSA ESTACIlÜAi).
abiendo dado razón el año
anterior, en el artículo del
Museo correspondiente a este mes, de las prácticas de
Semana Santa en Madrid
durante el reinado de Felipe II, y descrito las de ToIcdo, Sevilla, y de muchos
pueblos de Andalucía, vames en esle año á seguir
nuestra tarea manifestando
el modo de celebrar la Sanla Semana en la siempre festiva y religiosa ciudad de
Valencia, ven las principales poblaciones de esta provincia, en la que se representa á lo vivo, en general, la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
El Domingo de Ramos se celebra en Valencia, y en todas partes, conforme previene el ritode la iglesia; pero en
la ciudad de Játiva, ademas de esto, se verifican tres procesiones en su noche. La primera la hace la cofradía de
la Preciosísima Sangre de Jesús, la cual hace la traslación del Santísimo Cristo de la Palma, el que esrecibidoen
el templo por el clavario de año, que invita para que le
acompañen a las personas mas notables de la población.
La segunda es la de la traslación de Jesús Nazareno al
nuevo clavario, entre ocho hombres armados con su
«apitan,y vestidos con pantalón blanco ceñido, tonelete morado, chaqueta de piel obscura, sable colgado
ue tahalí, yelmo en la cabeza y lanza en la derecha. Detras
ue Jesús va el Cirineo con media luna en la cabeza , pantalón y chaqueta cerrada de color morado, un haz de leña
a la espalda y un azadonen la mano para defenderse de los
lanseos: en esta procesión van los cofrades en su trage
ordinario v enlrc ellos porción de trompeteros haciendo
un son lúgubre y siempre igual, l.a tercera procesión, la
hace la cofradía de los Dolores, que conduce ú Nuestra
Señora á su nuevo clavario.
V. I Miércoles por la noche se veriliean en Játiva dos
procesiones, en las que se representa el encuentro de la
Virgen con su Santísimo hijo en la calle de Amargura:
la una sale del ex-convento de la Merced, de cuya iglesia
se saca un Ecce-Homo acompañado de unas doscientas
parejas, y délos hermanos,que son generalmentelabradores vestidos de túnicas encarnadas, con gran cola, ceñidas
con una faja, pañuelo blanco al cuello y guantes del mismo color. La gravedad de los acompañantes les ha dado
el nombre de cofradía de la Seriedad, y su procesión la
precede el clavario y un escribano, que al salir la imagen
del Señorde dicha iglesia, hace escritura de que esta imagen pernoctará en el ex-convento de franciscos, después
de haberse encontrado con su madre, y que ambas imágenes deben permanecer en esta iglesia hasta el viernes,
de donde saldrán para asistir á la procesión general, ceremonia que se hace desde la creación de la cofradía en
el siglo pasado,á lin deque no se quedasen los franciscanos con la imagen, cuyo derecho tenían de no hacerse dicha escritura.
La otra procesión sale hoy déla catedral, y antes de
la iglesia de los dominicos, con la Virgen de la Soledad
presidida por el clavario de la cofradía de la Sangre de
que ya hemos hablado, al cual tiene por privilegio, que
ceder la presidencia el ayuntamiento, y demás autoridades que acompañan á Nuestra Señora. El Ecce-ÍIomo y la
Soledad se encuentran en la misma puerta de la iglesia de
San Francisco, la Virgen hace tres saludos á Jesús y entrando esta imagen en el templo, le sigue la de la Soledad,
terminándose la función con cantares religiosos.
El Jueves Santo á las tres de la tarde sale el clavario
de la hermandad de la Sangre á invitar al ayuntamiento,
autoridades y demás cofradías para la procesión del dia
siguiente, y á las seis de la misma tarde sale la procesión
de Jesús Nazareno con los armados, el Cirineo detrás,
y todos los hermanos cubiertos con túnicas moradas de
cola y caperuza, atadas con un cordón blanco, cruz en el
pecho, rosario al lado, pañuelo al cuello y inedias blancas
f)f
MISEOOELAS FAMILIAS.
y calzados de alpargata. Acompañan los trompeteros to-! honor. Su trage es ¡i la romana pero caprichoso, y sus arcando con las bocinas cubiertas con un lienzo, en el que .' mas sable de caballería y lanza, y sus banderas con el
esta piulada la Pasión del Señor, y una porción de peni- ¡ S. 1'. y. R. En seguida 'entra otro escuadrón de eristiatentes vestidos de, nazarenos descalzos, ó cargados con pe-, mis llamados soldados de la Virgen, compuesto de 20 insadas cruces cuya penitencia ofrecieron en sus enferme- i dividuos con sus gefes y tambores enlutados. Viste esta
<la.des ó peligros. La procesión después de haber entrado comparsa, inedias blancas, pantalón negro de seda con
en las iglesias del tránsito, vuelve a entrar a las nueve en galón de oro, laja y tonelete, con mangas cortas de seda
la catedral.
¡ negra, morrión de gastador y en él la cifra di: María sobre
Existe en la villa de Liria una iglesia titulada de la ! campo violado, plumero bla'nco y lanza pequeña a la t'uSangre, que s^jfun el canónigo Cortés fiui obra de los ara- i nerala. Ambas compañías ponen su guardia de honor que
bes, que la tuvieron por mezquita, la que se halla en el I se releva de hora en hora, y retiranilosedespues á sus cuarmonle. de la antigua población cerca de la plaza de Pom- teles vuelven a entrar al sermón de Pasión, durante el cual
peyó. En esla iglesia, que dejó de ser parroquia en 1612 están formados al lado del monumento. Kn la noche de
por haberse concluido la actual de San Miguel, existe un este (lia se levanta un gran tablado en la pla/.a de las MonCristo que cuida la cofradía de la Sangre, que es la que ¡jas, en donde se ligura un huerto para representar la
tieiieá su cargo las funciones de Semana Santa. Empieza j Oración al dia siguiente; otro en la pla/.a mayor en donsusegercieios el JuevesSanto á las seis de la tarde con una . de se forma la casa de la Virgen, v en estai imisma plaza se
procesión en laque los hermanos vestidos de túnicas en- adornan con ricas colgaduras cuatro balcones, en donde
«-amadas, conducen en andas las imágenes de la Soledad, se han de figurar los pretorios de Anas, l'ilatos, Caifas y
la Magdalena, San Pedro, el F.cce-llomo, la Oración del | llerodes: en los lados de cada balcón de estos, se colocan
Huerto, el Nazareno, y el Cristo de la Sangre. A los pasos i dos tarjetones , en los que están escritas en décimas las
«•spresados preceden unas banderolas negras, en que está preguntas y sentencias de. los espresados cuatro jueces
pintada la Santa Faz, dos tambores enlutados y una Iwci- y las respuestas que se atribuyen a Jesús, las que sabe de
na fúnebre, cuyos sonidos tristes indican la santidad del memoria todo natural de Kusaf'a. Kn la puerta de la i¡{l«dia. Delante del Cristo van sesenta parejas con túnicas de sia se pone una lápida con la siguiente décima:
cola y caperuzas negras, ceñidas con cinto de terciopelo
con broche de plata, en que están de relieve los signos de
Si lasoliras di' |iii'il,nl
la Pasión; llevan guante blanco y hacha encendida en la
A m á i s con lii'l coi'ii/nii,
mano. Presiden la procesión el prior, que es un bnieliciado
*\ n u i l .i la procí1 io i,
de la parroquia, el clavario y demás mayorales que han
V.icsiio paso ii|ii'i'sui'ii(l:
salido por suerte entre los vocales, los que van vestidos
V ' 1 iorntrii o ronlemplail
como los demás hermanos pero con la capucha caída y
Del Hombre-Dios • n M sucio.
sombrero puesto. Si hay tropa acompaña un piquete, y
Por que si seguís eu iludo
detras de este va una porción de devotas con mantillas neKn la calle de Amargura,
gras, y entre las dos diasque acompañan la procesión en
lio/ando de su ventura.
leu ir dos mil almas, van niñas ricamente veslasque suelen
Le .no ii|i.iñareis al rielo.
tidas, llevando en sus manos los signos de la Pasión, y
niños con túnicas negras, caperuza a la espalda, bonete,
en la cabeza, y un pendoncillo negro en las manos. Luego :
El Viernes Sanio es mas historiado en las practicas
que la procesión vuelve á entrar en la iglesiade la Sangre, j en los pueblos de Valencia que en ninguna provincia de
se sortea entre, los cofrades un cristo de plata de (antaño I España. Empezando por la ciudad, diremos, que antes
de dos pulgadas y de 50 escudos de valor, prece.dif.mlo a ¡ de la supresión de los conventos salía una procesión del
todo esto el sermón de Pasión titulado de la bofetada, en j de San Francisco, a las tres de la tarde, la cual se eom«•I que los concurrentes se la dan, por cierto, muy fuerte ponia de varias corporaciones, las que ademas de conducir
sus respectivo pnsn, llevaban sus trompeteros con sus
y con la mayor devoción.
Kn la Villa Nun-a del Grao, existe desde. 17!»2 una túnicas negras de larga cola y caperuza puntiaguda, ron
hermandad titulada Concordia de Jesús Nazareno, cuyo caida pnra ocultar el rostro , trage que usaban también
objeto es solemnizar la Pasión en el tiempo en que nos la los que llevaban las andas. Ademas iban muchas persorecuerda la iglesia. La cofradía se divide en dos compa- nas v niños con túnicas de seda negra, larga cola arroñías, la una vestidos á la romina con su gel'e y b uniera, liada al brazo, pañuelo blanco al cuello, otros blancos
con el lema, S. P. Q. K. (Senatus Populusquc llomanus) en las faldriqueras délos lados, con las puntas colgando,
y la otra de los soldados del Centurión que reconocieron pelo rizado v empolvado de blanco, guante blanco y haal hijo de Dios. Estas compañías se reúnen el Jueves San- chas encendidas en la derecha. De este misino trage vesto durante los olidos, después de tres toques de llamada lian los que iban arreglando la procesión, llevando por
en sus respectivos cuarteles. Kn seguida acompañados de signo de autoridad una varita negra v larga con flecos de
su correspondiente banda militar, van á por su gefe, ban- igual color. Las hermandades que
asistí;)II eran: una
dera, y por las imágenes de, Jesús Nazareno y paso de los
Azotes; los Sayones, nombre, que dan a la primera compar- parte de la hermandad del Cristo de la Agonía, que con
sa , y la segunda denominada de los Granaderos, se diri- su estandarte, conducía el paso de la Oración del Huerto;
el Común
de laPescadores
llevando
el de la
ge por la Virgen de la Soledad , tocando su música piezas | de
San Pedro;
Conservación
de Kusafa,
conNavegación
el de los
•
.
. . . .
.... ,.„„ ( ,| Ecce-IIomo;
dejar el gefe y banderas en sus respectivas casas, y mar
citando a sus cuarteles en donde se disuelven hasta el dia
siguiente; pero quedando avisados para relevar las guardias de honor espresadas de. media en medía hora.
En el pueblo de Ilitmfa hay también una compañía
de sayones compuesta de 30 cofrades con seis comandantes, la que después de poner al Señor en el monumento
rntra igualmente tambor batiente a poner su guardia de
gacion de la Sangre, con el Santo Entierro, ó la Piedad
en medio de seis Sayones con armaduras de hierro; la
conservación del Sepulcro con él; y la hermandad de la
Cruz con la comunidad franciscana que. llevaba la cruz.
Esta procesión hacia estación en la parroquia de San
Martin, en la catedral, en la parroquia de Santa Catalina mártir, y en la iglesia de la Magdalena, de donde regresaba a la de San Francisco. Detrás de cada uno de los
MISKO I>K I.AS FAMILIAS
pasos i|K| una música y un ciiniquc cantaba muleles de les se van quedando en las iglesias de estación al lado
del sepulcro , hasta «pie les van relevando los ordenadores
la Pasión.
Anics de esta procesión salía otra, á las unce de la de las demás cofradías. Detrás de este paso v«u Jos peni"•anana, de la iglesia de Trinitarios descalzos, en este tentes con cruces a cuestas como en el Jueves Saino, pero
orden: dos trompeteros, dos estandarts, todos los em- descalzos, y con una vela en la mano. Signe «I Santo
pleados de la aduana, la olicialidad déla guarnición, los Cristo de la"Sangre , conducido por su clavario y 'mayor'""gregantesdeJesusNazare.no,
con cirios encendidos domos vestidos de nazarenos, con túnicas azuladas y
r
ntre los que llevaba el guión el clavario. Seguían á es- acompañados de los demás hermanos con cirios enearna'os la (•(jiiiunidad, y ocho petimetres ó lechuguinos, lle- ¡ dos, y de lo mas escogido de la población; á este paso sugaban las andas de Jesús Nazareno entre cuatro arma- ¡ cede el de Nuestra Señora de los Dolores, que llevan sus
dos de hierro: todos los congregantes llevaban al cuello siervos vestidos de nazarenos , y detrás vá un coro de áns" escapulario. Es preciso confesar que esta procesión, geles y la Saniaritana con el cántaro al lado ; el Santo Se"•as que devoción causaba escándalo en los últimos años, pulcro custodiado |>or armados de hierro con lanzas, y
P"es solo se asistía a ella, |M>r diversión en lo general, conducido por nazarenos, entre los que van timbaleros
> las jóvenes eorrian á ella para ver á sus apasionados con caperuzas muy altas; y por ultimo la Soledad, detras
'ii'írir una compunción que no tenían; en fin, el vulgo lle- de cuya imagen va presidiendo el acto el ayuntamiento,
í!o a ealil¡earla con el titulo de la procctinn de. los Caga- seguido de un piquete de tropa con las armas á la funeratintas. De este modo, vienen á caer en ridiculo las cosas j la. Todas las cofradías van precedidas de dos banderolas
nías santas, cuando no se mantiene en toda su fuerza la i del color é insignias que las distinguen.
Se sautilica el Viernes en la villa de Liria ron dos
piedad y la religión por falla de buena dirección! Kn el '
dia Valencia practica los actos de la Semana Santa con procesiones; una que sale á las siete de la mañana de la
la gravedad que reclama la verdadera fe y la ilustra- parroquia, con los misinos preparativos de trompetas,
tamltorcs y banderolas que con referencia al dia anterior
ción del siglo.
al hablar de esta villa, en la que se conducen la
Kn la ciudad de Játiva, las matracas ó campanas mu- dijimos
Virgen de los Dolores que dá nombre al acto, y un santo
das, llaman á los lieles ¡i la oración ¡i las tres de la maña- I Cristo,
estos pasos por la cofradía del prina, y á las cuatro salen tres via-crucis, precedidos de Je- mero, yacompañados
la de la Sangre. A las ocho de la noche sale la
sús Nazareno el primero, y los otros de Jesús alado á la |i segunda
procesión, que es la del Santo Entierro, en la
columna, conducido en andas por hombres tunicados, y que se conduce
á la iglesia de la Sangre el Sepulcro de
custodiado por armados. Al llegar el primero á la quinta I Cristo,
llevado por los beneficiadps de la parroquia, y pre^
estación, el capitán de los armados manda buscar un cedido de
los cofrades cubiertos con sus túnicas de capehombre para que ayude á llevar la cruz a Jesús, y conduniños con ellas arrastrando por el suelo, pendones
cen á Simón Cirineo, al que. dándole unas monedas se le ruza,
custodiado el Señor por cuatro sayones con armanda cargar con la cruz; Simón reconoce al Señor por negros, >
de hierro y lanzas en la mano. Mas "festivas son
su Dios y tirando las monedas que había recibido , ayuda madura
las santas ceremonias en Villa-Nueva del Croo. Asi como
gustoso al Señor. Al llegar la procesión á la plaza de en
Játiva hay aqui Via-rrur s, á los que los destemplados
San Jaime se predica el sermón de Pasión : este via-crucis tainlx>res
y las bocinas llaman á los lieles antes del amaSide del ex-convento de mercenarios; del de San Agustín necer. Las
de sayones y de granaderos de
sale, el segundo, el que para en la plaza de Santa Tecla, . que hablamoscompañías
antes al tratar de esta villa, se reúnen á
donde se predica otro sermón de l'asion ; y el tercero que j las seis, los primeros
en la puerta de la parroquia con el
sale de la iglesia de San Onofre , cuyo via-crucis hace Nazareno y los segundosen
puesto acordado, con laSoleer en la plaza de San Pedro en un balcón dispuesto al ledad. Salé la procesión de un
igjesia en el orden siguienefecto , la sentencia que dio Pílalos contra el Salvador: te: dos estandartes con laslainsignias
Pasión, los
cuando este está concluyendo la lectura, sale un sacer- sayones con su música, y entre ellosdelalaMagdalena,
la
dote, le quita el papel de las manos, le hace mil pedazos, Saniaritana, María Santísima acompañada del amado disy llenándole de improperios , predica un sermón anali- cípulo y de las demás Marías, representadas todas con
zando lo inicuo de la sentencia. Cuando existían frailes
adecuados por niñas de esta población: sigue desse predicaba un sermón en la plaza de la Constitución trages
pués un Santo Crucifijo tras del que vá un coro cantando
<l»e duraba desde las siete basta lasonee de la mañana. j motetes
do la Pasión. Kn cierto sitio para la procesión, y
A esta hora se verifica la solemne procesión de la tras- ! los sayones se dirigen á un huerto cercano donde esta
lación del Cristo de la Sangre al ex-convento de San | el que hace de Cristo orando, y prendiéndole bruscamente
Francisco, que es de donde sale la. procesión general por ¡ y atándole las manos, le conducen á la presencia de P¡la tarde, y en este acto van todos los cofrades de frac y ! latos, el que desde un balcón, hace leer á su secretario
trago, negro coiftiu ramo de llores artificiales en la mano la sentencia de Jesús, haciendo la ceremonia de labarse
'l"e jes regala el nuevo clavario. A jas tres de la tarde, se las manos protestando no tener parte en la muerte del
Orifica en la catedral con toda pompa, el entierro deCris- Señor. Kn seguida llevado el que hace de Cristo á un
J° y y desde la una recorren las calles tocando, cinco tam- sitio en que se halla la cruz, le desata las manos un sabores destemplados, los cuales pertenecen á la cofradía cerdote, y la cargan sobre sus hombros, en cuyo caso vueldel Sepulcro, y van vestidos de túnicas con caperuza pira- ve á andar la procesión. A poco tiempo safe al encuentro
"|klal de vara y media de alto, adornada de cintas. A las la Virgen de la Soledad acompañada de la compañía de los
r'" ( o de la tarde llevan á San Francisco su paso ala granaderos con su música, y despnfs de saludar y abraJPlesia de San Francisco, pero la del Sepulcro no lo hace zar á su Santísimo Hijo, se incorpora la Soledad entre el
"asta que se la mandan tres recados, en cuyo caso solo Nazareno y el Crucitljo que coroné la procesión. También
asiste. La procesión sale á las seis, y en ella van los pasos se hace aqui el paso de alquilar á Simón Cirineo, y des^'finientes: la Cena de la parroquia de San Juan, que pués que este vá ya ayudando á llevar la cruz al que
?s sumamente, grande,- y sale á espensas de los feligreses; hace de Cristo, sale a poco rato una niña vestida de Veró<
' » oración del Muerto, "en la que se vé á los apóstolesdur- nica y le limpia el rostro, apareciendo estampado en el
•niendo, conducida por el gremio de carpinteros con túni- lienzo. Llega el Nazareno á la puerta Judicwria y cae el
•«•s azuladas; Jesusatado á la columna por el gremio de za- Cristo segunda vez, apareciéndose entonces siete niñas
pateros vestidos de nazarenos; el Eece-liomoentre arma- vestidas de luto y llorando, en representación de las piauosy cotrades con túnicas; Jesús Nazareno llevado por dosas hijas de Jerusalen, que encontró el Señor en la cai,Á,. i a S r t u " K a d o s > Pe™ con guante negrovordenados lle de la Amargura. Sucede después la tercera caída en la
poi docegefes que M r v a n l l n a c n l / ,,„ l a n i a i ¡ 0 ) o s C l i a .
íi i
MUSEO DKLAS FAMILIAS.
<|iie se ofrece i'l Cirineo a llevar la cruz, hasta i'l Calvario, 11iino tablado se hace ai|u¡ la ceremonia de enclavar v
al ver el desfallecimiento di' Jesús, lo que no consigue • crucilicara Jesús, el que hace de Luz.ltel echa una rela|Mjr lu crueldad de los sayones: este es el ultimo ccrenio- j «ion, se representa el arrepentimiento del Centurión
nial, pues en seguida entra la procesión en la iglesia de ! y el de Longinos y el despojo de la Magdalena. Luego
donde salió. Knipiezan acto < tuitimio los divinos olidos, . que se concluyen las tinieblas, que esa las cinco de la
alternando las musirás mientras dura la adoración de la ' tarde, se veriiiea en el tablado del Calvario por el clero,
cruz, y formándose las comparsas al quitar al Señor del ' el descendimiento de la cruz., del mismo modo que lo hemonumeiito; volviendo después de los otieios las banderas mosesplicado antes, metiéndole en el sepulcro después
a sus respectivos depósitos. Kl sermón de las Siele Pala- • de haber puesto al Señor en los brazos de una Dolorosa.
liras empieza a las doce , a cuya hora al pie del Cristo de \ La procesión del Santo Entierro, sale de la ermita de la
la Afonía se colocan las niñas que representan a María i Sanare, a donde se dirige el clero, y se ordena la prov a la Magdalena , y el niño que hace de discípulo, si- ! cesión del modo siguiente: la Oración del Huerto; el
tuándose al frente las guardias de ambas comparsas. Con-' que hiz.o de Jesús con los Apóstoles á los lados entre los
cluye el sermón que es intermediado de música con un qne va Judas ron la bolsa en la mano, y acompañado de
estrepitoso terremoto figurado, y con el acto de contri- ¡ una porción dechusma de judíos; después van los que
•'ion , y en seguida se verifica la ceremonia del deseen- i representan á Anas y ¡i Caifas; una imagen del Kcce-hodimien'to de la cruz.. Empieza el sermón, y al llegar al ' mo en andas y siguiéndole l'ilatos, su inuger y su secrepunto del descendimiento; lo verifican dos sacerdotes ' lario, con tres pagesy el pregonero; sigue el Cirineo,
después de pedir licencia a Pílalos sentado sobre un solio, I el Centurión y l.onginos; la imagen de la Soledad en any ¡i laque représenla a l.i Virgen , valiéndose para ello ¡ das, seguida de la Verónica y de las hijas de Sion;el
de escaleras colocadas al electo , y ejecutándolo oonfor-j Santo Sepulcro escoltado |>or sayones; la que hizo de
me lo va diciendo el predicador. Los dos sacerdolcs que Virgen en las ceremonias de por la mañana acompañada
representan á José de Arimatea y á Nieodenius , presen- ¡ de seis ángeles con los trofeos de la Pasión; y en lin
p á l Vi
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tan á la Virgen sucesivamente los clavos y corona de es- ¡ preside la procesión el estandarteile la Santa Cruz., yenpiñas, y después de manifestar al SciioY bajado de la • do en toda ella, porción de penitentes con túnicas ' necruz , lé colocan en un sepulcro de cristales que posee ; gras y velas encendidas.
la cofradía de Concordia. Después de los oficios de la tarEn donde la fiesta del Viernes Santo es mas estraña
•le, sale la procesión del Santo Entierro en el orden si- y singular , es en el pueblo de Hu-nfn de que ya hablagtiiente : las banderas con los emblemas de la Pasión; j mos antes, y llama tanto la atención de los valencianos,
cinco pasos en andas que representan los Misterios doluro-! que se despueblan por asistir á ella los pueblos e¡reunios del SantoHosario, acompañados de cofrades con tú- vecinos, siendo muchas las personas de toda la provincia
nicas y caperuzas negras, y niños vestidos de ángeles con ¡ y aun de las demás y de la corte, que alquilan baleólos instrumentos de la Pasión; el Santo Sepulcro bajo j nes con anticipación, por presenciar tan estraordinaria
del palio rodeado de los sayones con su música; las ; tiesta
niñas que representan á la Virgen, la Magdalena yrlamaKmpiez.a el viernes á las cuatro de la mañana a
do discípulo; y en lili la imagen de la Soledad escoltada ; hora en que tocan la diana los cuerpos de infantería de
por los granaderos y seguida ¡>or el clero, ayuntamiento sayones y cristianos di! que hemos hablado con relación
y resto de los granaderos precedidos de su música. El al Jueves, y las ciruelas de los sayones de. caballería. A
ilustrado arzobispo de esta diócesis don Simón López, • esta hura se reúne otro cuerpo que representa al pueblo
prohibió el año 1847 el que se celebrase á lo vivo la Pa- ¡ hebreo en el Irage de esta nación, armado de palos, arsion del Señor por los abusos é irreverencias que. se co- mas y sogas: unidos estos con los sayones van a casa del
metían; pero en estos últimos años volvió á conceder el ! Centurión, el que saliendo vestido á la romana y moiipermiso el gobernador eclesiástico. A pesar de que creer i tado en un caballo blanco, los conduce á la Plaza Mayor
mosque no del)en atacar serpentinamente lascoslumbiv.s : donde hacen alto. Entre tanto se reúnen en sus prelode un pueblo por ridiculas que sean, sino irlas menosca- ríos los puntillees Anas, Caifas, llerodes y Pilatos que
bando poco a poco y sin violencia cuando convenga al se visten magníficamente a la romana, yendo llerodes
bien de la moral v de la religión,
nos parece
parece en
en esie
este punto
eligiun, nos
punto • montado en un brioso caballo y con corona en la raheza
nías conforme á la piedad e ilustración del siglo la pro- y cetro en la mano. Preparando el que hace de Nazareno
videncia del obispo que la del gobernador, múximc.c.uan- vestido de túnica violada y ceñida, descalzo y con el pedo ya el pueblo se había conformado , sin resistencia, lo á lo romano, se le reúnen los Apóstoles en sus trages
á no ver prácticas, que por mucha devoción que de cora- conocidos, y reunidos se dirigen a la casa de la Virgen
zón pongan los que se dediquen á ellas, no dejan de María á la que encuentran en unión de las Marías, todas
ofrecer ocasiones de poner en ridiculo los actos, mas so- ataviadas con los trages respectivos. A. los tres golpes
queda el Nazareno, abre la Virgen la puerta, y en el
lemnes del cristianismo.
La villa de Murviedro presenta la Pasión del Señor umbral empieza un tierno dialogo entre la Virgen y Jesús
también á lo vivo el Viernes Santo. Empiezan la función que no ponemos aqui, por no hacer mas largo este artidos compañías de. sayones vestidos grotescamente á la ro- culo. Después de que la Virgen bendice á su amado hijo.
mana, los que salen á las tres de la mañana tocando su se dirige este con sus apóstolesal huerto, que dista de la
música y repitiendo á cada tocata «que prendan á Jesús casa de la Virgen noventa y cuatro pasos, y á su puerta
Nazareno.» A las seis de la mañana empieza la tiesta por manda quedar á sus discípulos menos á Pedro, Juati y
el tribunal de Anas, del que se pasa á un tablado en que Diego, á quienes dice le sigan, y llegados á cierto punto",
se representa la despedida de Jesús de la Virgen; después después de decirles las palabras que se mencionan en la
vuelven al tribunal de Anas, en donde Judas hace la venta Pasión en este punto se pone a orar. Después de levande Jesús, la que verificada, marcha tuda la chusma con tarse tres veces y ver que se han dormido sus discípulos
el traidor al tablado del huerto, en donde el Nazareno vuelve á la tercera oración, en la que se aparece un niño
hace oración, le prenden, le llevan á Anas, y después de vestido de San Miguel con un cáliz, en la mano que le didar el bofetón Maleo, se suspende el actoá las siete y me- ce : «Tomad, oh principe de la gloria, el cáliz que os ha
dia. Concluidos los oficios a las once, se conduce á Jesús preparado el Padre para padecer y murir por el género
de casa de AnasalpretoriodePilatos.se empieza la calle de humano» y bebiendo, se levanta, despierta a sus discíAmargura en la que se carga á Jesús con la cruz, cele- pulos y les advierte, que vean venir á Judas á entregarle
brándose á lo vivo todos los pasos que hemos esplicado al á sus verdugos para que se cumplan las profecías.
hablar de ella en el pueblo citado anteriormente. En el úlCuando Jesús se dirigía á despedirse de la Virgen, se
MCSEO DE LAS FAMILIAS.
(¡•'i
ausentó Judas, y presentándose á los jndios, contrató la al son de música y un sacerdote para dirigir las estacioventa de su maestro en 50 monedas de plata, advinién- nes, sigue , y (¡ctras va un Cruel lijo entre cuatro faroles
doles que fuesen armados y con sogas para que. no se les llevados por penitentes tunicados asi como la etigie.
La primera
estación se hace en la casa de Pilatos,
escapase
Ofreciéndose á dirigir
apase con sus artes mágicas.
g
g á
p
ílalos, en
en
l sayones, les
l condujo
c n d u j al hhuerto, en donde para dar á ¡ la segunda que se verifica en la calle de la Iglesia, desalos
«'onocer á Jesús le dio un beso, en envo acto dio á cuten- I tan al .Nazareno y cargándole con la cruz Pilatos pone
dcrel Señor que conocía sus intentos. Dirigiéndose Jesns en ella el I.NIII ¡i pesar de la oposición y grita del pueblo.
á la turba se dio á conocer, y en el acto caen todos al sue- La tercera estación es en la calle de la Abadía, y entonces
lo llenos de confusión; pero dándoles licencia puraque San Juan va a buscará la Virgen que esta con lastres
se levanten y le, prendan, se arrojan á él furiosos para ¡ Marías, y persuadiéndola á que salga á ver á su hijo, sale
atarle. San Pedro, queriendo castigará Maleo, criado de ' en fin, se encuentra con el y después de un breve y tierno
Anas, que se atrevió á poner las manos en el Señor, saca | diálogo, siguen todos á Jesu's y se hace la cuarta estación.
la espada y hace que le corta la oreja, pero sanándola ¡ Acto continuo alquilan al Cirineo que se les escapa y
éste, reprende á San Pedro. Preso Jesús y conducido | prenden, y se verilica la quinta estación. Kn la calle de
con escarnio por la turba judia, se dispersan los aposto- I Pastora sale una moza vellida de Verónica, la que limpia
les, siguiendo á su maestro de lejos solo San Juan \ San
Pedro. Llegado ni pueblo á cas;» de. Anas gritando que
ya han asegurado aquel mal hombre, el poulilicc. emprende un dialogo con Jesús, al que Maleo dá una terrible
bofetada, porque dice no habla bienal pontífice: éste,
manda llevar al reo á casa de su suegro Caitas, a la cual
S;- dirige el pueblo judio dando g r i t ó s e insultando a
Jesús. Kn el portal de la casa de Anas pasa la primera
negación de San Pedro, respondiendo á la criada cuando
se calentaba al rededor de una copa de lumbre. Judas arrepentido entrega á los sacerdotes hebreos el dinero poique vendió á Jesns, y diciéndole estos que lo hubiese
pensado antes, le desprecian comoá vil y traidor.
Kn la casa de Caifas se hace también a lo vivo todo lo
que se lee en la vida de Jesns, y allí se verifican las otras
dos negaciones de San Pedro que á una mirada del Señor
el rostro de Jesús que queda estampado en el lienzo, y siguiendo detrás se ejecuta la sesta estación. Kn la plaza de
las Armas obligan al Cirineo á ayudar al Señor á llevar la
cruz, y cayendo este secunda vcV.cn la calle deSormells,
la sétima estación tiene lugar, Cuas niñas representando
á las hijas de. Sion salen en la plaza de las Monjas para
seguir al Nazareno, y aquí es la estación octava, haciéndose la novena en la misma plaza después de la tercera
caída. Siendo esta la última que se hace, á lo vivo cantándose las domas Insta la iglesia. Ksla función termina á
las nueve de la mañana, á cuya hora empiezan los divinos
oficios, en los que los sayones y cristianos formados en
el templo, del que al concluirlo i oficios salen tambor batiente para sus depósitos.
A la una de la larde empieza el sermón de las siete
palabras, para el que se coloca un Crucifijo del tamaño
reconocióse había cumplido su predicción. lndignadoCai-' natural y una Dolorosa, y al que asisten en puestos de
fas de que Jesús diga que es el verdadero hijo de Dios, i preferencia como solios, Herodes, Pilatos, los demás ponle manda á casa de Pilatos, que sehalla a los sesenta pasus . tilices, el Centurión y SÚI Juan, asi como los sayones y
de distancia, para que le sentencie. Kn casa de este juez ' cristianos formados en hileras, lúa escogida orquesta,
se representa cuanto dice la Pasión, asi como en la del so-,: toca en los intermedios, y al decir el predicador ya murió
berauo Herodes, situada á los setenta y seis pasos, el cual Jesús, se verilica el terremoto por la orquesta; redoblan
teniéndole por un demente, le hace poner una túnica blan-1 con estrépito los tambores , huyen despavoridos los sacay manda se le devuelvan á Pílalos. Los juJios lo hacen yones dejando caer las armas, y apoderándose los crisasí, y cuando en la casa de Pílatos les recuerda este que , tianos de los centinelas, soconvn á la Virgen: en este
debiendo perdonar un reo en la pascua debeji hacerlo con acto se convierte el Centurión diciendo: verdaderamente
Jesús, gritan que salve :i Narrabas que era un famoso la- que este era el hijo de Üios.
dron, y que condeneá muerteá Jesús. Enesle acto de la !
El descendimiento, parad que. la Dolorosa, el CenPasioii se pone al que hace de Cristo la corona deespinas, j turion y San Juan se colocan al pié del Crucifijo, y Pise le pinta de color de sangre la cara, y con una caña en | latos queda en su solio, se verilica como hemos dicho al
la mano y un manto de. púrpura se le presenta Pilatos al. describirla en el pueblo anterior, pero con mucha mas
pueblo para que se compadezca, pero lejos de esto pide con i solemnidad y asistencia.
furor su muerte, y entonces Pilatos se laba las manos en I
La última parte de la tiesta de este día en Iíusafa, es
una cofaina que lé saca su criada, y pronuncia la senten- la procesión fúnebre de los Pasos, la cual sale de la parcía de muerte contra Jesns, que es un escrito tan largo roquia á las cinco y media de la tarde enelórdensiguien(lue por lo tanto nos abstenemos de trascribirle , bastan- te: el piquete y trompeteros que en el Via-Crucis; los
do sentar que su fecha es de 2.S de marzo del año de ?>i>">, tres clavarios de las conservaciones con sus estandartes;
de la creación del mundo.
¡ un gran acompañamiento de devotos con luces, y en medio
Pronunciada la sentencia se hace el Via-Crucis del • dos niñas penitentes, coro cantando motetes y música,
modo siguiente , saliendo todos de la casa de Pilatos: un : A estos sigue el paso de los Azotes acompañado ¡le la niña
piquete de caballería para separar la infinidad de. foraste- : que hizo de Samaritana; elEcce-lionio, y en medio de una
rosque llenan todas las calles; tres trompeteros ; tres partida de sayones y de otra de cristianos, un niño de
penitentes tunicados, el uno con una cruz y los dos con ángel con el trofeo de la Pasión; el que hizo de Nazareno
faroles; los sayones de caballería con su corneta; los con la cruz acuestas, la muger Verónica con el lienzo de
sayones de infantería con su estandarte y tambores, y en i la Santa Faz; las mngeres llorosas; el Cirineo ayudando
medio de sus lilas dos niñas vestidas de penitentas. Sigue | al Nazareno, al que guía un judio llevándole conuna soga
á esto el Centurión á caballo, que es el encargado del reo,! al cuello; la Virgen con las Manas y San Juan; los pon>' á su lado el rey Herodes en medio de su corte, todos lam- ¡ tilices espresados; Pilatos y su criada , llevan la rosega
bien a caballo, y detras va el que hace de Jesús atado del del Irage a Pilatos tres niños de ángeles, y en fin niñas
fuello y del cuerpo con sogas en medio del furioso pueblo ' con trofeos de la Pasión. Después conducen en andas á un
hebreo.
va Pilatos
Pilatos como
como presidente
presidente ,, llevando
al queacompana
queacompaña un
un ('oro
nebreo. Detras
Detras va
llevando áa ,, Crucifijo,
crucnijo, ai
('oro y
y su
su música,
música, detras
detra de
los lados á los pontífices Anas y Caifas , y á su muger, á la que va el paso del Descendimiento con el que van tres
la que llevan la cola tres niños ricamente vestidos. Los : niñas de las que la una va vestida de Dolorosa y las; cotras
cristianos ó soldados
ven me-• ¡i (ie
de .uanan.
Marías. .-íiiu
Acto niiiiiiiuusipur
continuo sigue cu
en anuas
andas una imagen
¡macci de
„„., (lela Virgen
p
n . . . vanen seguida,
dio desús Illas se ven las niñasque representan á la Mag- la Virgen de los Dolores al pié de la cruz con su Santidalcna
con trage
elegante
, y á la Samarilana
con ricos
'"'
'
"
'
'
simo hijocadáver en los brazos; otra niña vestida de Solevestidos y cargada de alhajas. Un coro cantando motetes dad acompañada de los que hacen de apóstoles : el Santo
TOMO V.
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
Senulcro c.i ;uiJ»s escoltado |»oi- cuatro sayonesconariua- nos dijo que todas ellas eran de buenas costumbres y de
ilnride hierro- el cura párroco acompañado de otrosa- ejemplar vida, en particular el que hace de Nazareno y la
.erdotecon manteo, estola uegra y bouete ; el alcalde que représenla la Virgen, en cuya elección se pone el
con e.l ayuntamiento cuyos individuos llevan ciriales mayor cuidado, nospare.ee impropio de la gravedad crisencendidos; v en tiu cierran la procesión el escuadrón tiaua, y de la ilustración del si^lo, el que se representen
desivoues mandado por el Centurión; llcrodescnu su corte al vivo estos actos piadosos, tanto por que por bien que
. (•'••lialln votro escuatlron de sayones. I-.n toda la proce- I se liaban siempre presentan algo de ridiculo, cuanto por
sión míe acaba de nueve a diez, de la noche, van iniiiiidarl que dan, no pocas veres, ocasión a los impíos, para moile personas devolas alumbrando en dus lilas, y detras de tarse de lo que debieran acatar, y por que el menor des •
cuido puede producir un escándalo que ceda en desdoro y
eada paso un coro > una música.
No pódenlos menos de decir en honor a la verdad, que desacato de nuestra religión sacrosanta.
lorias las personas adoras, el año i|iie presenciamos esla
BASILIO SEBASTIAN CASTKI.I.ASOS.
liesla iban con la mayor compostura y devoción, pero
i iv'sar de esto, v <• • "-w por un ilustrado sacerdote se
ESTUDIOS BIOGRÁFICOS.
ere*
BÍ
Kl retrato de este ilustre marino y sabio naturalista,
rs la primera vez que se publica, y al hacerlo nosotros,
no podemos menos de dar una noticiabiogralicade lan esrelente escritor, de la propia suerte que lo hicimos en
el niimero primero de este año, al publicar el de su hermano el célebre diplomático don José Nicolás.
X'aciódon Félix, en liarltuñalcs de Aragón, puebleeitodel partido do Itarbastro, d i ! ) de mayo de I7t2, de
una familia antigua en nobleza, é ilustre por las muchas
celebridades que ha producido. Habiendo seguido la carrera de leyes en la universidad de Huesca, se dedicó á la
militar con aplicación al arma de ingenieros, y entrando
de cadete en 17(¡í, se atieionó a las matemáticas, en cuyaeiencia, se puso muy pronto onel easode ser profesor.
•cuya plaza olnuvo en efecto, así como la de subteniente
delineador deslazas y fronteras para que fue nombrado
en I7G7.
Habiendo desempeñado á satisfacción del gobierno el
desagüe, de los ríos, Jaraiua y llenares, la recomposición
de las fortith aciones de Mallorca, el destino <le profesor
de la escuela de ingenieros de Barcelona, y el de ayudante del cuerpo, se halló después en la sangrienta "batalla
de Argel, dada en 177.'¡, en laque íiw. el primer olicial
herido, premiando el rey su valor con la plaza de capitán del arma, en cuyo destino estuvo hasta 1780, en que
se le ascendió a teniente coronel, después de haber dirigido lasobras ríe la famosa plaza de Figueras.
_ Confiando el gobierno en su saber, le comisionó en
unión del desu magestad fidelísima, para que pasase á la
America meridional á fijar los limites de España y Portugal, lo que le valió el ser nombrado en 1781 capitán de
MISMO DE LAS FAMILIAS.
fragata, yon I7S0 capitán tlivnavio. Kslaolicial operación,
li' duró veinte, años, en lus cuales ademas de cumplirá satisf.n-fíoii de. anihas naciones, esla y otras muchas eomisiuues,fundón) el Paraguay la villa de lintoci, librando
coues'.oáKspaña dennpesad i tributo quetenia que pagar,
y pagabaá ciertos colomis hacía veinte y cinco años, y a
s:i coste manilo el gabinete de Historia natural de Madrid
unos setecientos objetos nuevos entre pájaros y cuadrúp'.'dos. Hizo un exaclisiiiio mapa del Paraguay, y del rio
déla Plata, del1 que regaló una copia a la ciudad de la
Asunción, qu; le num!>r>su ílu-itr^ ciu ládano, y recogió a punios para escribir sus interesantísimas obras.
lla'iiendo regresad.) ir España en 1802, fue nombrado
brigadier de la real armada1 en premio de sus hílenos sorvicios, y en este destino si reliró del activo en IN05, hallándose en Paris al lado de su hermano, al que acompañó hasta su fallecimiento ocurrid) en enero de 181)1-.
despreciando todos los empleos que se le ofrecieron, se
| ivtiró en febrero de I SOS al seno de su familia, en donde
después de haber ayudado á los líeles españoles con sus
intereses en la guerra de la Independencia, murió el 20
de octubre de IHál, a los setenta y nueve años de edad.
Dejo publicadas dos de sus obras, que dio a la estampa
en Madrid en 1802, tituladas; \¡ unir* parn tu Historia
natura', la una en dos tomos, de los cuaMprüo*, y laotra en tres, délos píjarvsilA /'ii'W/Miy, obras publicadas en lodas la lenguas, y que han merecido justoselagios de los sabios. Kl que'deseo una hiogratia completa du
este ilustre español, puede eonsult.tr la que tiene 6scrita
nuestro colaborador don Ifasilio Sebastian Castellanos,
torn ilil*II' /'«»"'/'"'.'/
/
en la obra titulada: l)<serípetan <' historn
d n l-'elix,
l-'elix, que
que en
enSH
SH
y rio líe Id l'latit, obra postuma de don
A/.adon Agustín
Agustín de
de A/.a
honor publica su sobrino y heredero
hereder don
d
és de Nibhiano, el que dará á luz todas
ra, actuall marqués
las demás de este ilustre escritor.
ESTUDIOS RELIGIOSOS.
VISTA OEJEBUSALEN.
pado ya uY Va Ciudad Sania que encierra las mas preciadas joyas del crislianisino. Kn el primero, dimos una
poética desevipcion de Jerusalcn, copiada del célebre LaKn los números pertenecientes á este mismo mes de martine; en el segundo, inseríamos un resumen historian
> tomos segundo y cuarto del Hunco, nos heñios ocu- déla misma ciudad, basta el nacimieiilo de Jesin i•••••'••:
All SKO I)K LAS FAMILIAS
y las descripciones del templo de Salomón, de la an- está hoy como en su principio, pues aunque estuviese altigua ciudad de Jerusalen, y de la Via Dolorosa. Hoy va- gún tanto mas elevada la mitad del suelo que cae sobre la
mos á describir los santuarios y sil ios iiicmorablesdcjcru- derecha conforme se entra, que la olra mitad, no debió
salen tal como en el dia se encuentran; valiéndonos al hallarse como en el dia. En dicha mitad de la derecha se
efecto' del manuscrito que poseemos, y nos proponemos encuentra una especie de caja de mármol blanco de la
piiblicaralgun dia, de un sacerdote español queeniprendio ¡ altura de tres cuartas, que cubre por aquella parte la peña
esta peregrinación en 1815. Si el estilo no es tan poético \ iva del Sepulcro. V esto es obra sin duda alguna de una
y sublime como el de Chateaubriand y Lamartine, por ID mano posterior á la de su primer artífice, pues para colomenos la verdad y la exactitud resultan di' un mudo ad- car el sagrado cuerpo del Señor, no debió haber inasanimirable, y juzgamos que ha de ser agradable á nuestros ' licio que el común de los demás sepulcros.
lectores conocer hasta en sus mas pequeños detalles, los
• Nuestros religiosos, al desnudarle los griegos de sus
monumentos que simbolizan lo qm; liene.de mas sanio antiguos adornos para componerle á su modo en 1809,
y venerado nuestra religión sacrosanta. Oigamos al observaron que la dicha caja de marmol estaba hueca, como
viagero.
cosa de su tercera parte, y que la roca del Sepulcro no
«Siendo lo interior del templo del Sepiilcru y santua- llenaba masque las dos teñeras partes. De donde se inrios que encierra de la figura de una cruz, latina, según lieie, que. en caso de no haberse dejado mas alta en un
queda dicho, tiene su entrada por la parte del mediodía, principio la mitad de la derecha de su suelo, lo vino á hacer
y por unos de sus brazos; pero no h;i de creer el lector Santa Elena al revestirle de los adornos que le sobrepuque se descubre desde luego todo su ámbito, como sucede so, ahondando un poco el suelo de la izquierda, y dejanen nuestras iglesias, sino que se estrella al instante I» do intacta la otra mitad, á tin, tal vez, de que se pudiese
vista en una alta pared que cerca el coro de los griegos, celebrar en él el Santo Sacriticio de la Misa; mas siendo
que esla en el centro de la iglesia, quitándola lodo su es- de esto lo que se quiera, es lo cierto, que la referida caja
plendor y desahugo. Todoesle gran templo, es un conjun- leda otro aire al Sepulcro, y mucho mas desde que realto de santuarios distribuidos casi a la redolida de su cen- zaron los griegos su cubierta; porque, según lo visto, la
tro, y entre ellos son los mas nnia'iles, el Santísimo Se- parle superior de la roca natural del Sepulcro ha sido despulcro de nuestro Señor Jexucrisli), que ocupa el medio del prendida en otro tiempo, y en su lugar se colocó una eupavimento de la cúpula ó media naranja principal; la igle- puleta, de manipostería, para darle seguramente mayor
sia ó capilla donde ofician de ordinario los religiosos fran- capacidad interior, y que pudiesen lucir un gran número
cos, que cae al estremo del brazo de la cruz que mira al de lámparas por dentro, como lucen en el dia en número
norte; la capilla de la Invención di- la Santa Cruz, que de unas cuarenta. El Sepulcro está vistoso de todos modos,
está situada al estremo del pié de la dicha cruz del tem- y lo estaría todavía mas, sino fuera por una capilla que
plo; y el Monte Calvario, que vieneacaerenel ángulo que tienen los coftos pegada á su parte posterior.
forman el brazo que mira al mediodía, y el cuerpo de la
«Ademas de lo vistoso y alegre, encierra en si el Sepulcruz.
cro una magestad por un estilo, que sin aterrar al que le
«Dicho estopara la nías pronta comprensión del santo visita, le impone y le conforta al mismo tiempo. Alli, al
templo, daremos principio por el santuario del Santísimo que tiene fé, se le aviva en aquella morada respetuosa.
Sepulcro, y seguiremos por todos los demás, conforme se ¡Por cuántas circunstancias aparece la gloria y magestad
vayan presentando por su orden progresivo en la proce- de esta preciosa tumba! Isaías profetizó que seria glorioso
sión que se hace diariamente por ellos. El mencionado este Sepulcro; Acrit Sepulcrum ejus gloriosum ( I ) ; y en
santuario habrá sufrido regularmente las mismas vicisi- verdad que no se puede decir otra cosa en contrario. Si, es
tudes que el templo en general, pero no siendo posible glorioso cual ninguno otro monumento de esta clase, ó
descifrarlas, nos contentaremos solamente con hacer una por mejor decir «El único glorioso del universo» repetiligera descripción de él, y dar una idea de su actual figu- remos con un escritor contemporáneo. Un templo levanra, pues los griegos, al reparar el templo de los estragos tado hace mas de quince siglos sobre el Sepulcro de Jesucausados por el incendio de 1803, le variaron de como cristo ha llegado hasta nosotros por entre mil revoluestaba. Un templete ó catafalco, levantado sobro el centro ciones, reemplazando á el único templo en que fue Dios
de la cabeza que forma la cruz, con su cupulita, distri- adorado. Este Sepulcro está custodiado por enemigos del
buida interiormente en dos pequeñas cámaras, forradas nombre cistiano, para que mejor se cumpliese el oráculo
de mármoles vistosos por dentro y fuera, hé aquí el San- de Isaias. ¿Cómo los hijos de Mahoina no han destrozado
tísimo Sepulcro. Por solo esto mudará tal vez de idea el esla nimba que en tiempo de las cruzadas habia atraído
lector, y comprenderá que es muy diferente aquel de al Asia los mas esforzados y generosos de la Europa, que
nuestros actuales sepulcros, no estando cavado como se precipitó hacia ellos? ¡Efecto admirable de la Resurellos perpendicular ó verticalmente. Es menester que se recion! ¡destino glorioso del hijo del Señor! El libro que
sepa que los hebreos formaban un cuartito en cualquier anunció su venida se conserva intacto por, los judíos, el
risco ó pedrusco, y que encerraban en él su cadáver por Sepulcro por los mahometanos. A la entrada esterior hay
la puerta que dejaban de frente, tapándolo después con dos poyos colaterales con sus respectivos respaldos, que
una losa. El de Nuestro Señor era por este estilo, y estaba hacen las veces de las sillas del presbiterio. El suelo está
distribuido en dos cuartitos ó estancias, la una para la enlosado de una especie de mármol, y desde el Sepulcro
colocación del cuerpo, y la otra servia como de antee t- al coro de los griegos, parte una calzada, que termina donmara, según le habia hecho fabricar para si José de Ari- de remata el coro arriba dicho, y allí mismo es en donde
matéa. Al primer cuarto llamamos la Capillo del Ángel por tenemos nosotros unos poyos, ó nuestro coro, para oficiar
ser el sitio etiqúese dejó verde las Santas Mugeres, y con- las misas que se celebran en el Santo Sepulcro y oficios de
sérvase todavía la piedra que servía de apoyo á la losa que Semana Santa.
tapaba la lx>ca del Sepulcro, en donde estaba sentado
«Principiando á tomar la vuelta por el brazo derecho
aquel cuando las dijo al irá ungir el cuerpo de Jesucristo: Surrexi, non eit hit. Ksla piedra era un pedazo de de la cruz que forma el templo en la paite que cae al
risco que sobresalía del pavimento para el electo espre- norte ó parte opuesta á la entrada, que es en donde essado. Los griegos, al practicar la referida maniobra en tá la ii/U-xia i'irapiUfH'n que oficiamos nosotros de conti1800, tuvieron el atrevimiento de arrancar la espresada nuo; digo que de esta capilla sale todos los dias la procesión que ordenamos en lo interior; pasando por todos los
piedra, y de elevarlo algo mas de lo que estaba.
santuarios principales que hay en dicho templo, y asi no
»Kl "Sepulcro propiamente tal, tiene de ancho y largo
(1) Isnias. cjip. XI. v. X.
;>osa de nueve palmos, y su suelo, por lo que se vé, no
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
i's necesario mas que seguir el orden de esta procesión nada tiene de estrano, y aun mas bien se hecha de ver la
analogía de que ulli se enterrasen los primeros padres en
para ir estucando todos los que hay en el templo.
• l.;t referida capilla, que podcin'os llamar ií/tcsia, po donde se enmendaba ó enderezaba su tuerto.
«En cuanto á lo segundo no hay tampoco motivo espetener hasta tres altares con su coro de sillería, y reserva
non del Sanísimo, es el sitio en que se apareció Crist cial de repugnancia. Jerusalen abrazaba en si mucho» y
Señor
nuestro á su Santísima Madre la maiiuua de Hesilr muy grandiosos misterios, y debía representaren sil rer
«."e.iun. Kn el aliar mayor se reserva el Santísimo Sacra cinto las figuras y las realidades de muchos de ellos. Lu
•nenio; en el de la izquierda conforme se mira de frente redención se obró en esta insigne y venerable ciudad, y
conservamos un pedazo del lu/nuin crucit que nos robaror asi como hubo de ella uno llgüra, un simulacro que la rel«s armenios, cuando se quedaron en custodia del Sanie presentaba, y asi también, parece que debió este repreSepulcro, en aquella ocasión que fueron llevados presos á sentarse en el mismo sitio que se había de obrar aquella,
'damasco los religiosos francos; y en el aliar de la mano de estors, cnel monte Calvario. Se hallaba Abraham inoranrecha conservamos un pedazo de columna en que fue azo do en Uersabé territorio del rey de Coara, y desde allí se
lado Nuestro Señor en la casa de Caifas. Casi en el centre le mandó ir á sacrilicará su hijo lsacc á uno de los monde la capilla liay una señal que, según tradición, está pues- tes que se le mostrara.
ta en memoria del milagro sucedido allí de haber reto«Anduvo mas de diez y ocho leguas en espacio de tres
'•rado la salud un moribundo luego que fue. tocado con la días con dirección hacia el norte. ¿Y á dónde se piensa que
cru/.del Salvador, por cuyo hecho se vino en conocimiento fue dirigido? ¿Porveiitura no fue al monte Calvario? Efec<le cual de las tres era la de Jesucristo.
tivamente, pues aun que fue al monteque después de este
• Principiando a dar la vuelta desde la mencionada ca- suceso fue llamado Moriah <í de la Vision, en donde despilla, nos dirigimos por la mano siniestra á unaru.'tv( que pués fue edilicado el templo de Jerusalen ( 11 Paralip.
se dice haber servido de cárcel á Jesucristo en tanto que cap. III, v. 1.) opinan muchos bastantemente fundados
se apercibían las cosas de la crucifixión, y pertenece á los con San Gerónimo, que una de las colinas ó cumbres de
griegos. Luego se |>asa á una capilla llamada do A'./» Lon- este monte, fue el Calvario, y que sobre éste debia ser
fli'i'is, |K>r haberla dedicado Santa Elena á este santo, á sacrilicado lsacc (1). Es lo cierto que por la parte de?
causa de haberse rclir.ido áeste lugar luego que reconoció afuera en el mismo monte mirando, hacia oriente se
á Cristo por verdadero Dios. En esta capilla estuvo colo- muestra el lugar en donde se dice estaba enredado el
cada por mucho tiempo la Sonta Cruz, y es también pose- carnero que sustituyó el sacrilkio.. Pasemos adelante.
«Este sagrado monte está distribuido CD dos capillas,
sión de los griegos. Después se pasa á otra capilla, en que
sortearon los soldados las vestiduras del Señor, que es separadas por un arco, y lodo su espacio se estiende á
también de los griegos. Al llegar al pie de la mizdel tem- unos veinte pasos de largo y ancho. En la capilla que cae
plo, se bajan mas de veinte gradas que conducen á una ca- al mediodía, fue en donde crucilicaron á Jesucristo, y cu
¡rilla llamada de Sttnttt Elena, por hallarse la santa en ella hay un altar eu donde decimos misa nosotros solos.
aquel sitio cuando se estraía de una cisterna contigua la Kn la capilla que cae á la parle del norte esta el sitio en
cruz del Redentor, y es de los armenios. De allí se ¡tajan que fue colocada la Cruz con el divino Redentor; y pertetodavía once gradas, al lili de las cuales esta otra capilla, nece á los griegos. Estos en la ultima reparación tuvieque era la cisterna en que estuvo oculta la Cruz por tan- ron la osada de arrancar la boca del agugero en que fue
^arbolada la Cruz con el Redentor, y de enviarle a 1;»
tos años, y nos pertenece á nosotros.
• recia, bien que sin fruto alguno, pues el barco que le
/Saliendo de estas capillas por la misma puerta, y si- levaba se dice que naufragó. Allí inmediata se vela roguiéndola vuelta del templo, seencuentra amano izquier- tura de la peña que se hizo cuando tembló la tierra al
da la capilla llamada délos Improperios, por conservarse espirar el Señor, y no muy distante há«ia la mitad del
en ella una piedra bastante grande, sobre la que sentaron "rente, unaltarcito, por ser el sitio en donde estuvo ki
a Jesucristo en casa de l'ilatos, cuando le coronaron de Virgen cuando la dijo Jesucristo: Malicr eccc filias tuus,
espinas; y es de los cismáticos.
\ cual nos pertenece á nosotros. Debajo del monte Calva«Al acercarse ya al brazo siniestro de. lacruz de la igle- rio hay otra capilla, que poseen los griegos, y en ella essia, se halla la subida del monte Calvario que tendrá unas tuvieron los arpul ros de Godfredo ó (¡odofredo de Iíudiez y seis gradas poco mas ó menos. Este es el misterio- llon, y su hermano lialduino, que quitaron también los
so monte destinado á formar el teatro de la redención griegos en la mencionada reparación con los demás de
del género humano, el monte pequeñoen la realidad, pero tros reyes de Jerusalen.
pande y magnífico en la substancia, el monte de la som«Bajada la escalera, seencuentra enel brazo siniestro»
bría magestad, de la alegre tristeza; el monte prefigurado
hacía ya tantos siglos, en lossiglosde la ley natural nada de la cruz de la iglesia, y enfrente de la puerta, la pirilm
menos; monte que sirvió de tumbaá nuestros primeros pa- nque faéumjido el cuerpo del Señor por Nicodemus y
dres, y que dio un vivo simulacro del sacrilicio real y José de Arimatca. Esta piedra la poseen los cismáticos,
verdadero. Es verdad que no hay datos positivos acerca del no obstante que cuidamos de ella alternativamente por
primer hecho á que nos referimos, pero á falta de ellos, semanas. Para impedir que la menoscabe la indiscreta
tiene un patrocinio venerable, pues q'ue tiene á su favor devoción de los peregrinos, se ha tenido que ocultar bajo
•a opinión mas favorita de la antigüedad, y la masautori- de una hermosa losa de pórlido, que iluminan hermosos.
*ada de la iglesia. (1) ¿Y qué cosa mas puesta en orden y landones.
•ñas análoga al fondo de los misterios, que el que los dos
«Desdé-laPiedra de, la Unción nos dirigimos al Santo.
Adanes se enterrasen en una misma tierra ? Ya que Dios Sepulcro, y dballi oirá vez. á nuestra capilla, en donde
s
se
enterrasen
en
una
misma
t
q
[
i
i
[uyo misericordia de los dos primeros progenitores, reci- se concluye la procesión, después de haber pasado por el.
biéndolos ¿penitencia, y salvándolos, eoinoesindubitable, tilio en que $•• apareció Jesucristo á María Magdalena
.-liando le buscaba en el huerto. Este santuario esta en el
El P. E<cioen la nolauVI art. 5.° dekap. Y. del Genos. trazo de la cruz que cae al norte, y nos pertenece á nosop (*)
kn cuanto á la salvación de nuestros primeros padres, dice en la .ros. Detrás del Santo Sepulcro y en el sitio que corres'nismanola: .Es indudable que nue-tios primeros padres Adán y londe á nuestros altares mayores, hay otra capilla en,
kva se salvaron, y lo< padres de la iglesia con Saft lre*'O Ad londe están los sepulcros de José y de Nicodemus.
Por la parte de afuera del templo, y parte derecha de,
ver. heer. lib. ///, cap. 30, y San AgiKtin de ¡'¡ce merit.
fí rem.y lib H, cap. Ti't. traían como licrege á Taciano, y co- ;i puerta, tenemos nosotros una capilla, que por estar.
mo sectarios á los lucralitas por haber negado esta, verdad. Vea
(I) El P. Escio, en la nota al v. 2del cap. XXII del G:-nev
««el libro do la Sabiduría X, 2..
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MUSEO DE LAS FAMILIAS.
laminen en el monte (Calvario, hay que subir pur gradas. Sion,y es lo qirese llamó monte de la Ofensión ó del lisKn ella hay una ventana que se comunica á la ••apilla del cándala, por haber dado culto a los dioses falsos Moloch
Calvario csplicuda ya arriba, y esta il:>.iic:iil;i á la Dolo o<a, y Camos, las concubinas ó mugeres de Salomón en el
ñor hall:irs<> allí cuando cmciln-irun á su Santísimo Ii¡Jo. palacio y templo que las edilicó este eudicho sitio.
Yo he <fidio muchas veces misa en ella, y lo misino en
«Kl monte Olívele domina á todos aquellos países, y
los u(rus santuarios (leí templo, como morador <iue he ! por lo mismo no solo es el sitio desde donde se descusido (te él. En el convento (te griegos que esta pecado alli I brí' mejor Jerusalen, sino que se divisan las dos Arabias,
por aquella parte, se venera el sitio un que iba Auraliain a j el monte .Nevó donde murió M.iisés, el mar Muerto, la
sicrificar á su hijo Isaac. Vamos ahora á los santuarios, ribera del Jordán, las campiñas de Jerieó, el desierto en
bien opinen otros que fuese esto en el monte Moria.
donde ayunó Jesucristo, los campos de lielen, el desierto
«Losdemás santuarios que se veneran ¡i la parle meri- de San Salías, Melania y otros países.
'Betania viene á estar de la otra parte del Olívete en
dional de la calle de la Amargura, son como queda insinuado la rasa del Crb-dto, en donde nacieron Santiago la falda del sud-este, y á distancia de Jerusalen, unos
el Mayor, y San Juan Evangelista, que poseen los arme- quince estadios, ó eos;) de media legua. Se, veneran en
nios: la cárcel de San Pedro y Puerta férrea, y las cimas ella las rusas de Santa Marta, de Santa María Magdalena
de San Marcos, de Stto Tomás Apóstol, de las tres Ma- y de Simón el leproso, el sepulcro de San Lázaro y la
piedra en que estuvo si'iita.lo Jesucristo cuando vino á
rías y de Anas.
«Ademas de esto esta también la rasa en donde fue de- ' resucitar a Lázaro. Yo he estado en dicha villa en dos
gollado Santiago H Mayor, que <s en el día monasterio distintas ocasiones, y lie dicho misa en el sepulcro de
de armenios cismáticos. Este edificio es acaso el nías ¡ San l.a'aro. Está á una orilla de la población, se baja a
grande qne hay en Jerusalen, pues según dicen caben lias- i él por unas veinte gradas, y tiene también antecámara
ta cuatro mil peregrinos, ó mas, Los españoles parece que i como el de nuestro S-.-ñor Jesucristo.
levantaron esie edilicio en tiempo de las cruzadas, para I
«Mas cerca de Jerusalen, y en el comedio de la falda
amparo di' los peregrinos. Su iglesia es grande y hermosa, meridional del Olívete, está el silio en donde se hallaba
y se conserva en ella una capilla en donde fue degollado Uezfnge , desde donde salió Jesucristo sobre uiia pollina
el Apóstol de las Espartas. Kn el dia de su festividad va- para entrar triunfante en Jerusalen, cuya piocesiou imimos los españoles á celebrar los oücios en ella, y yo tuve tamos noso!ros en el Domingodc Hamos, andando por los
el gusto de decir misa en la referida capilla.
mismos pasos. Casi en el cenfro de la falda del inonle,
«Estraniuros de Jerusalen se venera iioinenor número pero mas cerca de l>> alto, que de lo hondo del torrente,
de santuarios, y para no confundirlos, y llevar algún ór-' se halla una iglesia con doce arcos, derrotada, en la que
den en su esplicaeion, los iré describiendo por parles, to- ; se dice haberconipuesto los Apóstoles el ('redo; y no muy
mando por paula divisoria los cuatro puntos cardinales. lejos de rila otra también derrotada, en que enseñó JesuPara esto hay que notar primero, que liene Jerusalen al cristo u orar á los Apóstoles. A corta distancia de allí
oriente el monte Olívete, del que le. separa el torrente Ce- está el sitio en que predijo c\ju rio finnl el Arbitro sobeque
drón, qm: corre por el valle de Josafat, llamado mas abajo rano; el lugar en que estaba la higu rainfnirtífeía,
Jehenon y de Siloe, y que vá á desembocar al mar Muer- maldijo el mismo; y mas abajo los SC/III/TOS de los profeto a distancia de unas siete leguas. Al mediodía tiene tas. Bajando un poco mas hacia la mitad de la falda, y
Jerusalen el monte Kroge, y parte del monte Sion sepa- en el misino camino que baja del Olívete a Jerusalen, se
rados por el torrente de (¡ion que >.e une con el de Cedrón, encuentra el silio en donde lloró Jesucristo sobre la
un poco mas abajo de Jerusalen. Al poniente está el mon- suerte de Jerusalen. Luego un poco mas alia., o está la peíia
te (¡ion, y al norte el rollado de Corel) y el espacio en sobre la que se dice cayó una cinta 0 ceñidor de la Virgen
cuando subió á los cieíos; y todavía mas abajo ora pieque acampó Pompryo sus tropas.
*El monte Olívete tiene tres puntas ó prominencias dra, sobre la que estaba Nuestra Señora cuando apedreaque estriban sobre una misma base, tan larga con corta ron á San Esteban, que fue de la otra parte del torrente,
diferencia, como la área de la ciudad deíerusalen. A la no lejos de la puerta de su nombre.
punía mas septentrional llamamos Virt (lalilei, por estar
«Mespues de haber descendido á lo hondo del valle, se
ou ella los a|)óstoles, cuando después de la subida de Cris- halla el memorable Huerta de Jetlmemani, con \» cueva en
to á los cielos, les dijeron los ángeles; Viri (lalilri, auid donde sudó singrr Jesucristo , y la ií/lrsia del s pulcro de
admiramhii etc. En la prominencia (leí centro que viene Marti Santísima. ElllnirtodeJelhsemani no esotra cosa
a corresponder al medio de la ciudad, veneramos el sitio en el día que un cerquillo ó cortinal árido, con siete olivas
en que subió á los cielos Jesucristo Señor nuestro, y uno que quieren algunos que sean del tiempo de Jesucristo, lo
de los dos vestigios que dejó estampados en la peña viva, que podrá ser, si las perdonaron los que no tuvieron resal remontarse en el aire, porque el otro parece que le han peto al gran templo de Salomón cuando tomó la ciudad
arrancado los turcos, llevándosele á la mezquita que tie- Tito. Por razones liarlo poderosas, que no me detengo á
nen en el templo de Salomón. En memoria de este miste- estender aquí, se presume ser tan antiguas, que cuando
rio se erigió una iglesia por los cristianos,que está derro- | ¡nenos hacen subir .su existencia á los tiempos del bajo
tada en el dia, y de que restan todavía algunos paredones ! imperio, pero siendo el olivo de una vida tan longeva coy una capilla redonda en su centro, que es el lugar del lmo lodos saben, ;,(|iié dilicultad puede haber en suponer
misterio que se refiere. Esta capilla la han convertido los I las dichas olivas renacidas de los troncos de las que pudo
turcos en mezquita suya, y solo nos permiten oficiar en j haber antes de la catástrofe de Tito? Yo que no quiero baella en la festividad de la Ascensión, que, fue cuando tu- : cer del critico en este escrito, sino referir lo que se conve yo proporción de celebrar allí el Santo Sacrificio de • serva por las tradiciones de la Palestina, no hallo repugla Misa. La dicha altura dista de Jerusalen cinco esta- nancia alguna en loque vamos reliriendo de las olivas
dios hebreos, ó mas de cinco y medio griegos, esto es, del huerto.
setecientos pasos geométricos, ó mil y cuatrocientos pa«Pero no nos olvidemos de la misterios;! enera que esta
sos comunes de dos pies y medio castellanos, que es lo á un lado (le aquel adorable predio. Esta cueva nos perteque compone la medida hebrea llamada camino del sá- nece á nosotros IÍMIIÍSIIIO que el Inicuo, y es de una forbado, itrr sabati; que es la distancia que dice el sagrarlo ma irregular con varios altares: tiene su puerta y llave:
testo haber a aquella desde Jerusalen. A la mano sinies- recibe la luz por un agugeroque tiene arriba, y vamos á
tra, mirando hacia Jerusalen, está la ermita de Snntn : decir misa en ella (odas las semanas uno de nosotros. A
l'elagia, que tienen los turcos cerrada. El pico mas me- corla distancia esta el sitio en donde se quedaron los
ridional del Olívete viene á estar en frente del monte apóstoles Pedro, Juan y Diego, cuando se retiró á orar ;i
MUSEO DE LAS FAMILIAS.
(
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'tl¡t el He|Kirador divino, y no muy lejos, ellugar en ¡ mento de círculo por la parte de Jerusalen, con quien se
donde le prendieron, y recibió el" ósculo de paz del , enlaza. Kn la parte de este monte, (pie cae fuera de la
Iraidcir Judas.
' ciudad, se veneran la casa del Cenácu'o, la de la Virgin,
l.a itjlema del sepulcro de la Yirien es un edificio ; la de Caifas, y las demás cosas que se dirán ahora.
subterráneo, y si' baja a ella por una larga y espaciosa ¡
«La cusa de Caijás esel edificio mas próximo al muro
gradería de piedra de marmol. El sepulcro se "halla en lo de la ciudad y puerta que llamamos de Sion. Kn el dia
Ulterior de la iglesia á mano derecha conforme se baja, y es moims/ir/'o de monses armenios cismáticos, y entre
a los huios de la gradería antes de llegar al pavimento, se i Otras cosas, se venera en ella la cárcel o cueva en que
bailan los sepulcros de Sun José y San Joaquín y S inta I loe improperado y maltratado el Kcdcnlor en el liempo
Ana. l.os griegos y armenios son dueños en el dia de es- que estuvo detenido allí la noche del prendimiento. Kxista grande alhaja, y les viene esta posesión desde el año le ademas en dicha casa la losa que lapo la boca del sede 17,'¡7 en que nos la quitaron, juntamente, con las cú- pulcro de Cristo, y la tienen colocada en el altar mayor:
pulas grande, y pequeña del Santo Sepulcro de Cristo, la yo la he visto, pero no habiendo podido tener proporív'leria inmediata á la cárcel del mismo templo, una de ción de medirla, me remito á lo que dice de ella el Padre
•as puertas por donde se entra á la gruta del Nacimiento Castillo en el Devoto Peregrino, que la da cuatro palmos
(|
e Cristo y otras cosas.
de larga, tres de ancha y uno y medio de gruesa.
< Hacia la parle del mediodía, y muy próxima á la
«Al liu de todo esto está el torrente Cedrón, y bajando
por su declive se halla en él, el puente desde donde pre- casa de Caifas, está la cana del sanio Cenáculo, en donde
cipitaron los soldadosfal-Redentorcuando lellevabanpre- celebró Cristo la última cena pascual en compañía de sus
so desde el huerto, y en la madre de dicho torrente ve- Apóstoles la noche antes de la Pasión, e instituyó el
neramos unas |señal"es que se descubren todavía en la Sacramento de la Eucaristía. En esla misma casa, se
peña, causadas por su divino cuerpo, cuando cayó pre- apareció el Señor á los Apóstoles y á su Itcatisima Madre después de resucitado; en ella vivió esta divina señocipitado.
«Cerca del puentese hallan los sepulcros deJosafaty ra acaso todo el resto de su vida; y en ella fue sepultado
Absalon: el de estese levanta como un edificio cuadrado el profeta y rey David. Estas circunstancias, y la de hacon columnas de relieve, labradasen lamismapiedra.con ber permanecido también en ella por tres meses el arca
sus capiteles, friso, y un zóealoque sostiene una pirámide de la alianza, la mereció que fuese elegida para casa de
triangular, en cuya composición no entran mas que dos oración, y que fuese el primer templo de cristianos que
disformes piedras. El sepulcio de JoiafaCesli cavado en hubo na el mundo. Nuestros religiosos la habitaron desde
la peña viva, y no tiene mas adorno que al de la portada. muy antiguo, pero por los inuv altos juicios de Dios está
Mas abajo está el sepulcro de Zacarías, que se asemeja al convertida eo mezquita desde el año 1570 en que se la
de Absalon. Mas abajo está el sepulcro en que se escondió apropiaron los turcos; y no fue malo que nos dieron coSantiago el Mayor en la noche del prendimiento, y su en- mo en cambio el convento de San Salvador que tenían los
trada se halla a cierta altura de la tierra , formando un armenios. Por estas consideraciones, y por las dificultades que hay |«ra entrar en dicha casa, aunque no tantas
pórtico vistoso de cuatro columnas.
Caminando todavía bacía abajo se encuentra el sitio como en otro tiempo, han trasladado los sumos pontífices
en que se dice se ahorcó el traidor Judas , (pie es cabal- las indulgencias que estaban concedidas á sus santuarios,
mente en donde tienen los judíos sus sepnlcros. No muy al convento ó iglesia de San Salvador.
distante se halla la aldea ó arrabal de Siloam, (pie toma
«Al occidente de estas casas, y muy próximo á ellas,
su nombre de la natatoria ó fuente de Siloé, á donde en- están los sepulcros ó cement.'rios de los cristianos, y envió Nuestro Señor al ciego que sanó, á que se lavase., que tre el muro y la casa de Caifas , el sido en donde se diesla muy cerca. No lejos de. aquí esta la fuente que lla- ce quisieron robar los judíos el cuerpo de la Virgen,
man de la Mrgen, y el pozo de Scemias en que escondie- cuando lo llevaban á sepultar los cristianos. En la falda
ron el fuego sagrado los judíos cuando fueron llevados del mismo monte Sion , según se cae hacia el torrente
cautivos á Ifabilonia. Poralli mismo y á la falda del mon- Cedrón , eslá la cueva en que. hizo penitencia de su pecate de la Ofensión esta una cuera en donde" sacrificaban do el apóstol San Pedro; y un |MMO mas abajo unos huerlos hebreos sus hijos, según la opinión mas favora- tos que se riegan con el agua de la natatoria de Síloé,
ble, al ídolo Molocb, y otra en que se escondieron 'algu- y el sitio donde aserraron el cuerpo del profeta lsaias.
nos de los apóstoles" en la noche del prendimiento. Y
«Partiendo del centro del monte Sion, y caminando
concluimos con el valle de. Josafat, que parece esta anun- hacia la parte del mediodía, se atraviesa el torrente de
ciando loque ha de ser algún dia: oratorios, capillas y Gion, y se encuentra el campo que se compró para semezquitas arruinadas, piedras y sepulcros desparrama- pultura de los peregrinos, con el dinero que sirvió para
dos, una soledad y silencio profundos á la orilla de una la venta del Redentor: este campo llamado en hebreo
ciudad que no bajá acaso de treinta mil almas, y una es- Azéldama, ó lo que es lo mismo, Ager sanguinix, viene á
pecie de desorden físico en todo lo que se presenta delan- caer en el ribazo del torrente de Cion, al principiar á
te de la vista, con la idea ya concebida de míe ha de ser subir el monte Eroge, dicho también del Mal consejo, por
aquel el teatro en que han de ser residenciados los mor- haber otado fabricada sobre él, la casa en donde decretales, espanta y estremece en cieitomodo al que noten- taron los pontífices judíos la perdición de Jesucristo.
Ka, apagada la ¡uz de la le católica.
Entre f I monte Sion y este que acabamos de espresar,
«Las partes que caen al mediodía de Jerusalen son: corre el torrente de Gion, y sus álveos forman por allí
como queda dicho, el monte Swn. o por mejor decir, par- lo que se llamó Ager fullonis, en que blanqueaban sus
te de él , y el monte Eroge. El monte Sion tan celebrado ropas los hebreos. Kn este mismo valle, ponen algunos
(
'n las sagradas letras, se halla en el dia medio afuera y el sitio en donde, estcrininó el ángel del Señor en una
medio adentro de. la ciudad de Jerusalen; y aunque tan noche los ciento ochenta y cinco mil del ejército de Sey hacia por allí caia también la Piscina, ó alwtropcydo y subvertido, no deja de producir en los que uaquerih,
en que se bañaba Uetsabée cuando la vio David desle ven grandiosas ideas y sublimes recuerdos por los bcrca
de su terrado.
''lístenosos acontecimientos verificados en su recinto.
«Estuoáe á la izquierda del camino de Helen, conforf ero si se prescinde, de lodo esto, y se le considera por
jo que es en sí mismo solamente, no ofrece otra cosa á me se camina bacía el mediodía , y de consiguiente se
la vista que la imagen de. un ínoniecillo pelado llano en su aproxima á la parte occidental de, la ciudad, á que podecima, muy pendiente y casi circular en la cara que pre- mos decir que pertenece en cierto modo el castdlo de Jesenta al mediodía, y abierto y suave á manera de seg- rusalen. Esta fortaleza gótica está contigua á la puerta
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MUSEO DE LAS FAMILIAS.
de Jafa ó de Belén , y la tradición y sentir de los eruditos
están acordes en que su situación corresponde al mismo
sitio que ocupaba el Castillo ó torre de David: desde
61 pudo muy bien este profeta rey descubrir los jardines
de C.ion, y á Betsabée en el suyo. En toda la parte occidental de la ciudad no se enseñan mas cosas notables que
el monte de Gion, en donde fue Salomón ungi.lo rey, y
algunos receptáculos ó piscinas antiguas de agua que están secas en el dia.
«Al norte de la ciudad y muy cerca de sus muros, está
la cueva en donde compuso las lamentaciones el profeta
Jeremías, que es monasterio de griegos cismáticos ; el
VISTA DEL HUERTO DE JETNSEMANI.
campo en donde colocó Pompeyo sus tropas; y los sepulcros de los reyes. Estos sepulcros que no lie tenido yo
proporcion de ver, se hallan á distancia de una media
milla de la ciudad, y están cavados en la peña viva, en
unas piezas subterráneas. Se op.na sobre ellos de muy
diverso modo, pero la critica arquitectónica, y los hechos
históricos, nosdeben inclinar á creer que son monumentos griegos, mistos de egipcios , y de, consiguiente que
fueron construidos por el tetrarca Herodes. »
JOSÉ SÁNCHEZ RUBIO.
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