III Encuentro de Jóvenes Investigadores - digital

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FAMILIA, CULTURA MATERIAL
Y FORMAS DE PODER
EN LA ESPAÑA MODERNA
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna.
Universidad de Valladolid 2 y 3 de julio del 2015
MÁXIMO GARCÍA FERNÁNDEZ (EDITOR)
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
FAMILIA, CULTURA MATERIAL
Y FORMAS DE PODER
EN LA ESPAÑA MODERNA
Valladolid 2 y 3 de julio del 2015
MÁXIMO GARCÍA FERNÁNDEZ (EDITOR)
ISBN: 978-84-938044-6-6
© Los autores
© De esta edición Fundación Española de Historia Moderna, Madrid, 2016.
Editor: Máximo García Fernández.
Colaboradores: Francisco Fernández Izquierdo, Mª José López-Cózar Pita, Fundación
Española de Historia Moderna.
[email protected]
Fotografía de cubierta: Biblioteca Histórica Santa Cruz, Universidad de Valladolid.
Entidades colaboradoras en la convocatoria y celebración del Encuentro:
2
Contra la diabòlica desmandada. La reducción militar de la
Germanía mallorquina
Contra la diabòlica desmandada. The military reduction of the
Majorcan Germania
Andreu SEGUÍ BELTRÁN
Universitat de les Illes Balears — Universitat Pompeu Fabra
Resumen:
La Germanía mallorquina demostró el descontento de la mayor parte de la sociedad insular,
contra el desigual reparto de la carga fiscal. Su radicalización llevó a la alineación de los
tradicionales grupos del poder mallorquín. El resultado de esa convergencia fue la
organización de una expedición armada contra la revuelta. El análisis de la documentación
contable del contingente anti-agermanado muestra esa comunión de intereses, en lo que
respecta a las aportaciones de capital necesarias para preparar la expedición en Ibiza, a finales
de 1522. Los gastos permiten seguir el desarrollo de la campaña desde la Pitiusa mayor hasta la
capitulación de la ciudad de Palma, en abril del año siguiente. Analizaremos una cuestión poco
tratada por la historiografía sobre el tema: el uso del elemento militar como forma de poder y
medio para restaurar la autoridad real y a las elites tradicionales en el ejercicio de su dominio.
Palabras clave: Germanía, Mallorca, revuelta, ejército, asedio, peste.
Abstract:
The Majorcan Germania showed the discontent of the most part of the insular society, against
the unequal distribution of the tax burden. Its radicalization led to the alignment of the
traditional groups of the Majorcan power. Their convergence resulted in the organization of an
armed expedition against the revolt. Analysing the accounting sources produced by the army
show the communion of their interests, with the necessary economic contributions to prepare
the expedition in Ibiza, at the end of 1522. The expenses let us following the development of
the campaign from Ibiza to the capitulation of the city of Palma in April of the following year.
We are going to analyse a topic rarely studied by the historiography of the subject: the use of
the military force as a form of power and a way to restore the royal authority and the traditional
elites in its domain.
Keywords: Germania, Majorca, revolt, army, siege, plague.
Los primeros años del reinado de Carlos V estuvieron marcados por varios problemas
internos: los problemas con las Cortes, las Comunidades en Castilla y las Germanías en
Valencia y Mallorca1. La sublevación insular de 1521 a 1523, similar a la valenciana, es
uno de los principales temas de la historia moderna balear. Las investigaciones locales
han insertado este bienio dentro del complejo y largo enfrentamiento entre los diferentes


Proyecto «Eclipse Imperial: transición y emergencia de nuevas estructuras políticas en América, Asia y
África (1750-1950)», Ref. HAR2012-39352-C02-01. MCYT. Este trabajo ha sido posible gracias a la
beca de formación de personal investigador, concedida por la Conselleria d’Educació, Cultura i
Universitats del Govern de les Illes Balears, cofinanciada por el Fondo Social Europeo
1
Joseph Pérez, Los Comuneros, Madrid, Esfera de los Libros, 2001. Para una visión general sobre las
revueltas en los territorios aragoneses, Eulàlia Duran, Les Germanies als països catalans, Barcelona,
Curial, 1982. Sobre la Germanía valenciana, Ricardo García Cárcel, La revolta de les Germanies,
Valencia, Institució “Alfons el Magnànim”, 1981, esp. pp. 7-31.
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Andreu SEGUÍ BELTRÁN
grupos de la sociedad insular 2 . No obstante y a diferencia del caso valenciano, la
historiografía balear apenas ha prestado atención al elemento militar, más allá de los
diferentes asedios contra Alcúdia y de los escasos enfrentamientos armados3. El sólido
conocimiento de los antecedentes, las causas, la radicalización y la represión de la
revuelta, contrasta así con las importantes lagunas todavía existentes acerca de su
desarrollo. En este texto reflexionaremos sobre la derrota de la Germanía mallorquina,
mediante el estudio de los libros de cuentas del ejército anti-agermanado, para obtener
una visión orgánica sobre el mismo y de su adaptación a la evolución del conflicto.
1. El poder militar local en manos agermanadas
En los primeros años del siglo XVI, aprovechando el receso de la lucha contra Francia
por el reino de Nápoles, la Monarquía hispánica continuó otra de las líneas de la política
mediterránea aragonesa: la conquista de los principales puertos de la costa
norteafricana4. Como los demás territorios aragoneses, las Baleares contribuyeron a las
intervenciones contra el litoral argelino, especialmente a la toma de Bugía en 1510 5. La
colaboración insular fue más relevante en el posterior abastecimiento al presidio de esta
plaza y al del peñón de Argel. Cinco años más tarde, también apoyaron a la fortaleza
buginesa, protegida por la guarnición comandada por Ramon Carròs, cuando fue
nuevamente asediada por Oruç Barbarroja. La participación en esas empresas permitió
una cierta modernización del poder militar insular, al precisar un mayor número de
armas de fuego y, especialmente en esta última expedición, instruir a la población en su
uso6. En los años siguientes, las posesiones mediterráneas hispanas, como los reinos de
2
José María Quadrado Nieto, Forenses y ciudadanos. Historia de las disensiones civiles de Mallorca en
el siglo XV, Palma de Mallorca, Imprenta y librería de D. Estevan Trias, 1817; además del que publicó con
Pablo Piferrer Fábregas, Islas Baleares, Barcelona, Establecimiento Tipográfico – Editorial de Daniel
Cortezo y Compañía, 1888, pp. 347-425; el principal estudio sobre el caso insular es el de Josep Juan
Vidal, Els agermanats, Palma de Mallorca, Ajuntament de Palma, 1985. De carácter más reciente,
Margalida Bernat Roca, “Les Germanies”, en Ernest Belenguer Cebrià (dir.) y Miguel José Deyá Bauzá
(dir.), Història de les Illes Balears, Barcelona, Edicions 62, 2004, vol. 2, 285-311. También otros que
analizan la cuestión en localidades específicas. Antoni Mas Forners, “La Germania”, en Miguel José
Deyá Bauzá, Antoni Mas Forners y Ramon Rosselló Vaquer, Història d’Alcúdia: el segle XVI, Palma de
Mallorca, Ajuntament d’Alcúdia, 1999, 11-36.
3
Contrasta con el trabajo sobre el caso valenciano de García Cárcel, La revolta…, pp. 51-70; continuado
en Juan Francisco Pardo Molero, La defensa del imperio. Carlos V, Valencia y el Mediterráneo, Madrid,
Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, pp. 93-150.
4
Mercedes García-Arenal y Miguel Ángel de Bunes Ibarra, Los españoles y el norte de África. Siglos XVXVIII, Madrid, Mapfre, 1992, pp. 57-67.
5
J. F. Pardo Molero, La defensa…, p. 38; Eloy Martín Corrales, Comercio de Cataluña con el
Mediterráneo musulmán [siglos XVI-XVIII]. El comercio con los “enemigos de la fe”, Barcelona,
Bellaterra, 2001, pp. 100-102. La armada de Pedro Navarro se reunió en las Pitiusas, mientras que
Mallorca actuó como centro informador y aportó soldados a la expedición. Miguel José Deyá Bauzá,
“Entre la toma de Orán y los pactos con Argel. Las Baleares y la conquista de Bugía”, en Miguel Ángel
de Bunes Ibarra y Beatriz Alonso Acero (coords.), Orán. Historia de la Corte Chica, Madrid, Polifemo,
2011, pp. 55-81.
6
Miguel Ángel de Bunes Ibarra, Los Barbarroja. Corsarios del Mediterráneo, Madrid, Aldebarán, 2004,
pp. 46-48; Rafael Gutiérrez Cruz, Los presidios españoles del norte de África en tiempo de los Reyes
Católicos, Melilla, Ciudad Autónoma de Melilla, 1997, pp. 266-269; M. J. Deyá Bauzá, “Entre la toma de
Orán y los pactos con Argel”, pp. 73-79; Álvaro Santamaría Arández, “El reino de Mallorca en la política
norteafricana de Fernando el Católico, episodio de la fortaleza del peñón de Argel (1514-1529)”, en
Vicente Álvarez Palenzuela, Miguel Ángel Ladero Quesada y Julio Valderón Baruque (coords.), Estudios
de Historia Medieval en homenaje a Luis Suárez Fernández, Valladolid, Ediciones de la Universidad de
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CONTRA LA DIABÒLICA DESMANDADA…
Valencia y Mallorca, continuaron armándose para mejorar la respuesta frente a posibles
ataques corsarios, como el de Andratx en 1519. En ambos casos, la administración
militar continuó bajo la dirección del virrey y con una notable presencia de las
autoridades locales, propietarias de la mayor parte de las armas y de la munición, así
como de los oficios ligados a su producción7.
En 1521, como consecuencia de la escalada de la tensión social en Mallorca, se
constituyó una junta de trece miembros —tretzena—, que destituyó al virrey Miguel de
Gurrea e impuso su autoridad sobre las instituciones locales. Los agermanados se
hicieron así con el pleno control del poder militar y la posesión del armamento existente
en la isla. El emperador ordenó, mediante la cédula de Worms de finales de marzo del
mismo, reinstaurar y obedecer a su representante en la isla, para evitar una nueva guerra
como las de Castilla y Valencia. No obstante, la misiva imperial provocó el efecto
contrario: la radicalización de la revuelta, con la substitución de la facción moderada de
Joan Crespí por la radical de Joanot Colom. La Germanía dejaba de ser un movimiento
fiel al soberano, pero contrario a la corrupta administración local que defendía un
desigual reparto de la carga fiscal, para convertirse en una rebelión. Fue entonces
cuando se incrementó la emigración de los contrarios a la revuelta hacia el resto de
islas, Valencia y Cataluña. Los que optaron por permanecer en Mallorca, se refugiaron
tras los muros de Alcúdia y en el castillo de Santueri.
Los agermanados utilizaron su poder bélico para intentar someter esos dos focos
de resistencia y acabar con levantamientos en núcleos como Manacor. Los asedios
contra Alcúdia demostraron la modernización militar mallorquina, con el uso de
artillería y de una tortuga para batir y asaltar sus murallas. Sin embargo, también
indicaron la irregularidad de sus fuerzas, incapaces de mantener el sitio por mucho
tiempo y de interrumpir la comunicación con Menorca. Los asediados, el sector social
más formado para la guerra, también se habían beneficiado de la experiencia
norteafricana. La debilidad de los atacantes les permitió apoderarse del armamento
enemigo y hacerse con un cierto control sobre la zona, amenazando a núcleos cercanos
como Pollença. Los rebeldes también fracasaron al intentar extender la revuelta al resto
Valladolid, 1991, pp. 425-442. Sobre la expedición de socorro a Bugía, Francisco Sevillano Colom,
“Mallorca y la defensa de Bugía (1515)”, Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana [BSAL], 33, nos.
814-815 (1972), pp. 337-345 y, esp. 345-361, para la contribución humana y armamentística de cada uno
de los sectores sociales, también reflejada en Mateu Ferrer Socias, “La llista d’homes d’armes de 1515”,
en Ramon Bassa i Martín y Herminia Planisi Gili, XVIII Jornada d’Antroponímia i Toponímia (Selva,
2005), Palma de Mallorca, Universitat de les Illes Balears, 2006, pp. 13-23.
7
No deben olvidarse las armas de fuego en manos de particulares. Jorge Vigón Suero-Díaz, Historia de
la artillería española, Madrid, CSIC, Instituto Jerónimo Zurita, 1947, vol. 1, pp. 69-71 y 155. Para el
caso valenciano, ver Juan Francisco Pardo Molero, La defensa…, pp. 86-92; ídem, “«Cañones contra el
Turco». Modelos de gestión de la artillería en Valencia (1513-1545)”, en Bruno Anatra et ál. (eds.),
“Contra moros y turcos”. Politiche e sistema di difesa degli Stati mediterranei della Corona di Spagna in
Età Moderna, Cagliari, Consiglio Nazionale delle Ricerche, Istituto di Storia dell’Europa Mediterranea,
Università di Cagliari, 2008, vol. 1, pp. 237-274. El caso catalán, menos tratado, también presenta un
desarrollo armamentístico, como respuesta a la coyuntura mediterránea y pirenaica. Manel Güell Junkert,
“Consideracions al voltant de la Revolució Militar a Catalunya”, Pedralbes: Revista d’Història Moderna
28 (2008), pp. 202-209. Para el mallorquín, Andreu Seguí Beltrán, “La administración de la artillería en
el reino de Mallorca en el siglo XVI”, BSAL, 69 (2013), pp. 145-147. El ataque de Andratx como
justificación para el armamento, se refleja en el pregón del virrey interino Pere Joan Safortesa, de
mediados de julio de 1519. Transcrito en Antoni Pons, “Pregons del segle XVI”, BSAL, 22, no. 583
(1929), p. 285.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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Andreu SEGUÍ BELTRÁN
del archipiélago 8 . Su derrota más significativa se produjo en Ibiza, donde se había
refugiado el virrey y buena parte de los exiliados9.
2. El operativo militar anti-agermanado
Los mallorquines exiliados impulsaron una propaganda anti-agermanada, informando
de supuestas negociaciones de los rebeldes con Barbarroja y Francisco I de Francia. Los
contactos con el primero eran lo más alarmantes, aunque poco probables, porque en
esos momentos Hayreddín concentraba sus fuerzas para apoderarse de la costa argelina
y recuperar Argel, lo que daría paso a una etapa de mayor actividad del corso
berberisco. Por su parte, la inestabilidad en los territorios de Carlos V beneficiaba al rey
francés, porque la revuelta insular dificultaba la comunicación entre las penínsulas
Ibérica e Itálica. No obstante, los jurados desmintieron rápidamente las conversaciones
con los Valois10. Paralelamente, apoyaron a la resistencia en Alcúdia y fomentaron la
captura de las embarcaciones, que los agermanados fletaban para abastecer de trigo a la
isla 11 . El objetivo era aislar a Mallorca y promover la oposición interna, mientras
solicitaban la organización de una expedición armada contra los rebeldes. En respuesta
a sus peticiones, se prepararon cuatro galeras reales, comandadas por Juan de Velasco.
El ataque a Ibiza y la captura de naves catalanas y sicilianas, terminaron de evidenciar
la necesidad de acabar con la revuelta manu militari, acelerándose los planes entre julio
y septiembre de 152212.
La expedición contra la Germanía mallorquina se distinguió de la campaña
contra la revuelta valenciana, por su carácter marítimo-terrestre. El libro de cuentas del
operativo, una clara muestra de la burocratización de la guerra, permite examinar
8
Duran, Les Germanies…, 278-295 y 298-304; Juan Vidal, Els agermanats…, 68-89; Pablo Pérez García
y Sergio Urzainqui Sánchez, “Testimonios de la Germanía de Mallorca: exiliados ‘mascarats’ y realistas
en Valencia (1521-1523)”, en Ricardo Franch Benavent y Rafael Benítez Sánchez-Blanco (eds.), Estudios
de Historia Moderna en homenaje a la profesora Emilia Salvador Esteban, Valencia, Universidad de
Valencia, 2008, vol. 2, pp. 874-875. Mas Forners, “La Germania…”, 13-27. Destaca el relato del notario
Joan Morro, miembro del bando mascarat refugiado en Alcúdia, ídem, “La Germania de Mallorca
narrada per un contemporani: la descripció de la Germania del notari Joan Morro”, BSAL, 69 (2013), pp.
313-315. El clavario Jordi Miret pagó un correo a Guillem Caselles sobre la muerte de siete pollencines, a
manos de los refugiados en Alcúdia. Pollença, 26/2/1522. Arxiu Municipal de Pollença [AMP], Clavaria
[C], lib. 1.229, s.f.
9
J. M. Quadrado Nieto y P. Piferrer Fábregas, Islas Baleares…, pp. 1.331-1.332; Enrique Fajarnés Tur,
La Germanía en Ibiza (estudio histórico), Palma de Mallorca, Imprenta de La Almudaina de Amengual y
Muntaner, 1888, 12-15; Isidor Macabich Llobet, Historia de Ibiza, Barcelona, Art-85, 1965, vol. 1, 369.
10
Sobre la situación en la costa argelina, M. Á. de Bunes Ibarra, Los Barbarroja…, pp. 93-102. Para la
respuesta de las autoridades hispanas a esas acusaciones, E. Duran, Les Germanies…, p. 305. Los jurados
respondieron a las acusaciones enviando misivas a los diputados de Zaragoza, a los jurados de Valencia,
al secretario Juan Ruiz de Galcerán y al papa Adriano VI. Mallorca, 4 y 5/2/1522. Arxiu del Regne de
Mallorca [ARM], Arxiu Històric [AH], lib. 690, ff. 4r-4v y 6r-7r.
11
E. Duran, Les Germanies…, pp. 306-307. Cartas de los jurados mallorquines a la Diputació General de
Cataluña y al Consell de Cent de Barcelona. Mallorca, 21/4 y 23/5/1522. ARM, AH, lib. 690, ff. 21v-22v
y 46r-46v. Las embarcaciones armadas por los exiliados impedían la llegada de emisarios agermanados a
la ciudad condal, para ganar el apoyo catalán ante las acusaciones vertidas contra la Germanía.
Correspondencia entre los jurados y los síndicos que debían embarcar en el puerto de Sóller. 18 y
20/6/1522. ARM, AH, lib. 690, f. 59r.
12
E. Duran, Les Germanies…, p. 309; J. Juan Vidal, Els agermanats, pp. 89-90; P. Pérez García y S.
Urzainqui Sánchez, “Testimonios de la Germanía…”, pp. 875-877.
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CONTRA LA DIABÒLICA DESMANDADA…
minuciosamente su organización y componentes13. Las fuentes señalan la isla de Ibiza
como lugar de reunión de la escuadra y de los efectivos, llegados de Barcelona y de
Valencia, con el virrey, así como de varios preparativos previos al paso a Mallorca. El
flete de navíos, la compra de víveres y de munición, junto con el pago de los sueldos de
los soldados, exigían unas elevadas sumas de dinero, que la Corona no podía adelantar
en ese momento. La cobertura del último de esos tres aspectos era esencial para reunir
un contingente en la Pitiusa mayor, porque su población fue muy reacia a la presencia
de tropas en la isla, recordando el saqueo de la villa por las tropas de Hugo de Moncada,
tras fracasar en su intento de arrebatar Argel a Barbarroja. Por todo ello, como en
Valencia, fueron esenciales los préstamos efectuados por “servidores nuestros y de
personas que dessean el assiento y reducción del dicho reyno”, a devolver con las
futuras multas y confiscaciones que se impondrían a los rebeldes 14 . Entre los
prestamistas figuran miembros de los principales linajes mallorquines, como los Sureda,
los Quint y los Santacilia, además de artesanos como el sastre Mateu Batle y el pelaire
Pere Boi; demostrando la heterogeneidad del sector contrario a la revuelta 15 . El
mercader Joanot Vidal fue nombrado pagador de la armada y del ejército, cargo que ya
había desempeñado en la fortaleza del peñón argelino 16 . Él era el responsable de
administrar el dinero prestado y de asentar las pólizas de los gastos en los libros de
cuentas. Por ejemplo, en los primeros días, su principal cometido fue pagar a las cinco
compañías que servían en la expedición, el servicio de correo que informaba a la Corte
y la compra de víveres, munición y medicinas17.
La escuadra que partió hacia Mallorca, además de las cuatro galeras reales,
estaba integrada por otras embarcaciones de menor porte, dedicadas al transporte de
tropas, armas, munición, vituallas y correspondencia. La expedición llegó a Alcúdia,
13
Existen dos copias de este libro. El original, aunque incompleto, parece ser el conservado en el Arxiu
Diocesà de Mallorca [ADM], Miscel·lània [MSL], lib. 287. El otro parece copia del anterior, pero
contiene todas las partidas de ingresos y gastos. Archivo de la Corona de Aragón [ACA], Real Patrimonio
[RP], Apéndice General [AG], lib. I/142. Rafael Gutiérrez Cruz ha señalado algunos de los campos que la
documentación contable permite abordar, “Fuentes para la Historia militar en el Archivo General de
Simancas: Contaduría Mayor de Cuentas, 1ª época”, VI Jornadas Nacionales de Historia Militar: Fuentes
para la Historia Militar en los Archivos Españoles, Madrid, Deimos, 2000, pp. 351-356.
14
R. García Cárcel, La revolta…, pp. 65-67; J. F. Pardo Molero, La defensa del imperio…, pp. 143-149.
Meses después, Carlos V recordó los préstamos para la expedición mallorquina al procurador real
Francesc Burgués. Valladolid, 19/4/1523. ARM, Reial Patrimoni [RP], lib. 3.937, f. 125v. Sobre la
expedición de Moncada, M. Á. de Bunes Ibarra, Los Barbarroja…, pp. 80-83. Sus soldados saquearon la
villa de Ibiza en 1518, provocando unas pérdidas tasadas en 28.395 ducados. Un siglo después, las
autoridades ibicencas todavía reclamaban el pago de esa suma a Felipe III. Enrique Fajarnés Tur, “Saqueo
de Ibiza en 1518”, BSAL, 2, no. 54 (1887), pp. 18-19.
15
Registro de préstamos. Ibiza, 25/9, 2, 6, 7 y 8/10/1522. ADM, MSL, lib. 287, ff. 4r-4v; ACA, RP, AG,
lib. I/142, ff. 1r-1v.
16
R. Gutiérrez Cruz, Los presidios españoles del norte de…, p. 65.
17
Las compañías tenían como capitanes a Miquel Domingo, Gabriel Malla, Joanot Altet saboner, Joanot
Mora y Felip Puigmarí. Los veedores eran Pere Joan de Palou y Uguet de Sant Joan. La mayoría de los
demás pagos se relacionan con la elaboración de sacos para transportar cereal y harina, así como su
embarco, junto al de los hombres, en los diferentes navíos que participaban en la expedición. Parte del
trigo era llevado a los molinos de agua de Santa Eulàlia del Riu por mar, con las barcas de Joan Macines
y Joan Botí, o a un molino de viento. Parte de la harina fue utilizada para pastar y hornear bizcocho y pan.
También se compraron medicinas, vino y vinagre. El patrón ibicenco Cristòfol Damià se encargaba de
llevar las cartas para el virrey y otras autoridades a Valencia. El notario Bartomeu Reynés coordinó el
embarco de los hombres, vituallas y otros recursos. Pagos realizados por Joanot Vidal. Ibiza, 26/9, 7 y
8/10/1522. ADM, MSL, lib. 287, ff. 13r-16r; ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 7r-9v.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
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Andreu SEGUÍ BELTRÁN
tras fracasar unas negociaciones previas en Portopí, desde donde se enviaron
discretamente algunos hombres para que alentasen un motín en Sóller. Las fuentes no
cifran el número exacto de hombres que participaron en la campaña, porque solamente
contabilizan los soldados presentes en la revista celebrada al final, en la que faltarían los
combatientes heridos y fallecidos. Por esta razón, de momento, no podemos confirmar
ni desmentir el relato del notario Morro, donde se apunta a unos mil doscientos
efectivos, que ascenderían a dos mil cuando se sumaron los refugiados de Alcúdia 18. Lo
que sí sabemos es que el operativo adquirió entonces un carácter básicamente terrestre,
aunque continuó contando con efectivos marítimos. Esto resulta lógico si tenemos en
cuenta que el ataque a Pollença comenzó con el desembarco en su bahía. Además, fue
absolutamente necesario mantener abierto un canal de suministro al ejército desde
Denia e Ibiza, para continuar enviando dinero, vituallas y munición para las tropas. Los
navíos que acompañaban a la escuadra se encargaron de ese transporte. Los obstáculos
impuestos por los agermanados a la actividad marítima, parecen ser una de las razonas
de algunos marineros para unirse al bando anti-agermanado19. Así, la documentación
indica la participación de algunas naves, como la de Gaspar Torres, dedicada
esporádicamente al corso contra la costa berberisca, antes y después del conflicto. La
Germanía proporciona un nuevo ejemplo, aunque en una medida no demasiado
significativa, de la actuación de los corsarios como flota auxiliar, rol que desempeñaron
antes en la guerra civil catalana de mediados del siglo XV, así como posteriormente
durante la guerra contra Francia y la sublevación de Messina en el XVII20. En lo que se
refiere al componente terrestre, durante los quince días siguientes al desembarco, la
prioridad fue poner a punto la artillería llevada desde Ibiza y organizar la asistencia
sanitaria a los soldados heridos y enfermos. Esta última resultó esencial para disminuir
los efectos de la epidemia de peste que, según las fuentes, asolaba la isla desde antes de
su llegada y que el avance del ejército ayudó a expandir21.
18
E. Duran, Les Germanies…, p. 311; J. Juan Vidal, Els agermanats, p. 90. Pago de Vidal al notario
Reynés por enviar “a dos homens sacrets son anats de Portupi a Soller, per alguns negocis secrets de la
armada”. Torre d’en Carròs, 12/10/1522. ADM, MSL, lib. 287, f. 16r; ACA, RP, AG, lib. I/142, f. 10r. El
desembarco en Alcúdia es descrito en Mas Forners, “La Germania de Mallorca narrada…”, p. 315.
19
Los jurados informaron a Carlos V, años después, que el patrón Martí Roig había perdido su carabela
durante la revuelta, porque los agermanados prohibían navegar en el puerto palmesano. Palma de
Mallorca, 12/4/1526. ADM, MSL, lib. 290, ff. 7v-8r.
20
Gaspar Torres llegó de Ibiza a principios de noviembre, con los 25 ducados venecianos que el
gobernador ibicenco le ordenó entregar al pagador Vidal —40 l.; 1 ducado veneciano = 1 l. 16 s. Al mes
siguiente, se le encargó dirigirse a Valencia, pasando por Ibiza, para comprar munición para el ejército. El
pago del quinto real de sus presas permite establecer su esporádica dedicación al corso. Mallorca,
9/7/1508. ARM, RP, lib. 3.902, s.f.; 5/9/1526. ARM, RP, lib. 3.941, f. 101v. Sobre el corso como flota
auxiliar de las armadas oficiales, en las ocasiones citadas, ver Gonçal López Nadal, El corsarisme
mallorquí a la Mediterrània occidental, 1652-1698: un comerç forçat, Palma de Mallorca, Govern
Balear, Conselleria d’Educació i Cultura, 1986; Onofre Vaquer Bennàsar, “Corsarisme a la segona meitat
del segle XV a Mallorca”, en Gonçal López Nadal (coord.), VIII Jornades d'Estudis Històrics Locals. El
comerç alternatiu: corsarisme i contraban (ss. XV-XVIII), Palma de Mallorca, Institut d’Estudis Baleàrics,
1990, pp. 107-108. Los demás navíos cumplieron un servicio similar. Los bergantines de Jordi Grec y del
mercader Rafel Armengol y el navío del patrón Bartomeu Padrós de Denia, realizaron viajes desde Denia
e Ibiza para llevar dinero y cereal, respectivamente, a Alcúdia. Todas estas cuestiones, en las que se
incluyen los pagos a Torres, se indican en los asientos de las sumas gastadas en Alcúdia 14, 22, 24, 25,
27/10, 1, 2 y 10/11/1522, y en el Monasterio de la Real, 13/12/1522. ADM, MSL, lib. 287, ff. 5r y 16r18v. ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 1v-2r y 10r-12v.
21
Los avisos por sospecha de infección apuntan a que la epidemia fue anterior a la llegada del
contingente. Pollença, 18/9/1522. AMP, C, lib. 1.230, s.f. Las cuentas contienen pagos de medicinas,
802
CONTRA LA DIABÒLICA DESMANDADA…
Después de restablecer el control en la zona cercana a Alcúdia, la reducción de
Pollença demostró el potencial del contingente al resto de villas de la parte foránea
mallorquina, que fueron sometidas a lo largo del mes de noviembre, quedando libres
quienes estaban atrincherados en el castillo de Santueri. Las sumas prestadas por los
habitantes de esas localidades, permitieron continuar pagando buena parte de los costes
de la expedición, postergándose otros22. Los agermanados no pudieron frenar el rápido
avance del ejército hacia la capital mallorquina, al ser derrotados por las tropas de
Gurrea en la batalla de Rafal Garcès23. Las cuentas sugieren que la victoria se debió al
previo conocimiento del virrey sobre los movimientos rebeldes, gracias al servicio de
información que había desplegado cerca de Palma24.
El contingente se instaló en los alrededores del monasterio de la Real e inició el
asedio de la ciudad, antes de mediados de diciembre de 152225. El abastecimiento de
munición desde Valencia e Ibiza continuó siendo fundamental durante los cuatro meses
de sitio, para mantener la presión artillera sobre las murallas palmesanas. También lo
fue el avituallamiento desde Alcúdia y Sóller. Para asegurar el aislamiento de los
sitiados y evitar su fuga, se estableció un servicio de vigilancia en torno a la ciudad. Las
condiciones de los asediados empeoraban progresivamente, debido a la epidemia de
peste y a las continuas bajas. No obstante, la documentación indica que la situación del
ejército sitiador también era delicada. Las cuentas registran numerosos pagos para el
sueldo de morberos, además de alimentos y medicinas para los soldados enfermos,
posiblemente ubicados unos en el monasterio de Jesús y otros en Portopí, a los que se
añadirían los heridos en las refriegas contra los rebeldes26. Todo parece indicar que la
expedición anti-agermanada se encontró con unas condiciones y una resistencia más
duras a las previstas. La delicada situación del contingente y la necesidad de
incrementar la presión sobre la ciudad provocaron, en febrero de 1523, el envío de una
aceite y otros conceptos relacionados con el cuidado de enfermos. Alcúdia, 27/10 y 3/11/1522. ADM,
MSL, lib. 287, f. 16v; ACA, RP, AG, lib. I/142, f. 10v.
22
Mateu Ferrer reclamó durante años el pago de los proyectiles de ballesta que fabricó. Carta del regente
de la cancillería al baile de Sineu. Mallorca, 2/4/1538. ARM, Lletres Comunes [LC], lib. 296, f. 36r.
23
E. Duran, Les Germanies…, p. 312. P. Pérez García y S. Urzunaiqui Sánchez, “Testimonios de la
Germanía…”, pp. 886-887; Mas Forners, “La Germania de…”, pp. 316-317. Las misivas enviadas a la
Corte destacaban la victoria de Sa Pobla. El notario Nicolau Panadés dirigió la expugnación y captura de
“los rebelles que eren fets forts en la sglesia de Polensa”. El rápido avance percibido en las cuentas,
permite intuir ese rápido avance. Alcúdia y Binissalem, 10 a 29/11/1522. ADM, MSL, lib. 287, ff. 5v-6r y
18r-18v; ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 2r-3r y 12r.
24
Joan Carbonell y Miquel Pou de Sencelles recibieron 12 l. 6 s. por servir como espías y escuchas,
avisando de las acciones de “los rebelles de la ciutat”. El pago destacaba “com los desmandats eren exits
de la ciutat”, motivo por el cual “isque lo señor visrey y rompe lo exercit de dits rebelles prop la vila
d’Inca”. Binissalem, 29/11/1522. ADM, MSL, lib. 287, f. 18r; ACA, RP, AG, lib. I/142, f. 12r.
25
E. Duran, Les Germanies…, p. 312. Así lo indica el pago a Llucot Torres. Monasterio de la Real,
11/12/1522. ADM, MSL, lib. 287, f. 18v; ACA, RP, AG, lib. I/142, f. 12r.
26
Miquel Llabrés y sus compañeros servían como “sentinelles de nit prop de la ciutat”. Las cuentas
indican la continuación de los pagos de correspondencia y del transporte de vituallas. Son especialmente
numerosos los gastos para “pagar vitualles y altres despeses per los malalts del present camp”, como el
pago del sueldo del capitán Medrano, “qui esta malalt en Portupi”. Los morberos, como Nicolau de
Berga, Antoni Torres y el notario Cristòfol Mir, compraban las medicinas y, posiblemente, separaban a
los hombres enfermos de los sanos, para minimizar la propagación de las enfermedades. Todas estas
cuestiones se indican en los pagos realizados en los monasterios de la Real y de Jesús, 11/12/1522 a
14/3/1523. ADM, MSL, lib. 287, ff. 18v-23r; ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 12r-16v. El cuidado de los
enfermos quedaba en manos de los cirujanos, como Domingo Biscaí. Castillo de Bellver, 22/4/1523.
Ibid., f. 21v.
III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna
Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015
803
Andreu SEGUÍ BELTRÁN
expedición de refuerzo desde Valencia, comandada por Ramon Carròs, antiguo capitán
del presidio de Bugía; pagada con el dinero prestado por los mercaderes valencianos a
la hacienda real27.
El socorro decantó definitivamente la balanza a favor de las tropas reales,
capitulando Palma el 7 de marzo28. La reducción militar terminó entonces, dando paso a
la represión de la revuelta. El virrey y el ejército se instalaron en el castillo de Bellver.
La fortaleza, situada en un monte cercano a la ciudad, les permitía mantenerse a una
distancia prudencial del núcleo y de la epidemia, pero controlar a la población e
intimidarla con la presencia de las tropas. Los jurados mallorquines asumieron el coste
de su sueldo y manutención hasta principios de verano, cuando los soldados empezaron
a ser licenciados. La rendición también dio paso a la instauración de controles en la
costa y los puertos, para evitar la fuga de agermanados, enviándose expediciones
terrestres para su captura29.
La reinstauración manu militari del poder real y local en la isla fue seguida, en
años posteriores, de cambios en la administración artillera mallorquina que, como en la
valenciana, apartaban a los gremios del control de los bienes de guerra. Las medidas
más claras fueron la creación de una compañía, militarmente dependiente del virrey y
administrativamente de la Universidad, así como el que la responsabilidad de las armas
de fuego recayera en un caballero mallorquín. La gestión armamentística resultante
continuó casi intacta en la isla, hasta finales del siglo XVI30.
27
Tradicionalmente, las principales crónicas locales y los trabajos sobre el tema mencionaban a Carròs
como uno de los comandantes de la expedición, junto con el virrey Gurrea y el capitán Velasco. La
documentación valenciana, en cambio, sugiere el envío de una expedición de refuerzo, comandada por el
primero. Vicente Vallés Borrà, “La Germanía y la Corona de Aragón”, en R. Franch Benavent y R.
Benítez Sánchez Blanco (eds.), Estudios de Historia Moderna…, vol. 1, pp. 502-504. Lo mismo se señala
en el recientemente publicado relato del notario Morro. Mas Forners, “La Germania de…”, p. 318. Las
cuentas lo confirman, con la completa ausencia de referencias a Carròs, durante los primeros meses de la
expedición. La documentación sitúa la petición de socorro a principios de febrero, posiblemente con el
envío del notario Pere Torres, quien cobró una ayuda de costa “perque va a la cort del rey nostre senyor
per manament del senyor visrey per cosas concernents de sa Magestat y benefici del real exercit per la
reductio de Mallorca”. Los refuerzos llegarían en la barca Teresita, patroneada por Cristòfol Garrot. No
queda claro si Barcelona aportó hombres a ese refuerzo. Monasterio de la Real, 7/2, 23/3 y 2/4/1523.
ADM, MSL, lib. 287, ff. 21v, 24r; ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 15r, 17v y 20v.
28
E. Duran, Les Germanies…, p. 313. Pago de Vidal a Ramon Martí, quien notificó la rendición de
Palma a la Corte. Monasterio de la Real, 14/3/1523. ADM, MSL, lib. 287, f. 23v; ACA, RP, AG, lib.
I/142, f. 16v.
29
Ingresos y gastos realizados en el castillo de Bellver, del 20/3 al 31/3/1523. ADM, MSL, lib. 287, ff.
7r-11v y 23v-26v; ACA, RP, AG, lib. I/142, ff. 3v-6v y 16v-19v. Los pagos entre abril y agosto,
solamente se incluyen en el último de los dos ejemplares, ff. 20r-39r. En ellos se indica el pago a los
hombres de las diferentes compañías, indicando algunos cambios de rango o de sustitución de capitanías,
por defunción. También mencionan las obras necesarias para acondicionar el castillo de Bellver para la
tropa y el mantenimiento de sus instalaciones en buen estado. Asimismo se procedió a la devolución de
algunos de los préstamos recibidos en Ibiza. El patrón de bergantín Miquel Gili patrulló el puerto de
Palma y la costa mallorquina, para impedir la fuga “dels desmandats i altres sens llicencia”. El verguer
Joan Tous quedó a cargo del cuidado de los prisioneros “pels delictes de la diabolica Germania”.
Francesc Sunyer dirigió una expedición a Manacor para capturar a Antoni Riera Gorga y a otros
responsables de la muerte del virrey interino Uguet Palou.
30
J. F. Pardo Molero, “«Cañones contra el Turco»”, pp. 248-249; A. Seguí Beltrán, “La
administración…”, p. 147.
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CONTRA LA DIABÒLICA DESMANDADA…
3. Conclusión
La revuelta agermanada mallorquina enfrentó a dos cuerpos militares muy diferentes.
Los agermanados fracasaron en su tentativa de utilizar una milicia local, principalmente
defensiva y modernizada por la participación del reino en las campañas norteafricanas,
para imponer su programa económico en el archipiélago. La comunión de intereses de
los sectores contrarios a la revuelta, principalmente las autoridades reales y la oligarquía
local, permitió levantar un ejército profesional para acabar con los rebeldes. El estudio
de la documentación contable sobre la reducción militar insular, permite observar la
necesaria colaboración entre los diferentes grupos de poder, para apoderarse del mismo.
También apunta a numerosas similitudes con la revuelta valenciana. De la misma
forma, nos aporta una interesante panorámica sobre la organización y problemas de las
expediciones militares de la época, susceptible de ser comparada con otros casos
contemporáneos. Finalmente, el análisis aquí presentado rompe con la tradicional visión
de una fácil reducción de la isla a la obediencia real, demostrando los obstáculos
inherentes a los operativos militares del momento, como los estragos de la peste y las
dificultades para el abastecimiento, que la expedición tuvo que solventar.
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