La Misa diaria (20

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LUNES DE LA XII SEMANA
No
juzguéis
y
no os
juzgarán
CANTO
Hoy vuelvo de lejos, de lejos,
hoy vuelvo a tu casa, Señor, a mi casa,
y un abrazo me has dado, Padre del alma.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 17, 5-8. 13-15a. 18
En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaría durante tres años.
El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaría, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en
Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media.
Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios que los
había sacado de Egipto, del poder del faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las
naciones que el Señor había expulsado ante ellos, y que introdujeron los reyes que ellos se habían nombrado.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: Volveos de vuestro mal
camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la Ley que di a vuestros padres, que le comuniqué por
medio de mis siervos los profetas.
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor su Dios.
Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo.
El Señor se irritó tanto contra Israel, que los arrojó de su presencia.
Sólo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios
La gracia de Dios no actúa de manera mecánica sino que pide la
colaboración nuestra, de lo contrario Dios dejaría de ser tal para
convertirse en un ser a mi imagen y capricho. Lo que hay que hacer es
escuchar su palabra y llevarla a la vida. Parecernos al Señor.
Salmo responsorial Sal 59, 3. 4-5. 12-13
Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas,
estabas airado, pero restáuranos.
Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo.
Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo?
Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
Palabra del Señor
“La misericordia se ríe del juicio” (St. 2,13). El juicio de Dios es la misericordia.
Nos resulta fácil juzgar a los demás, criticarles esto a aquello; pero nos cuesta caer en la cuenta de que
eso mismo que estamos criticando probablemente lo hacemos; que de lo que estamos acusando a otros
también lo hacemos nosotros. No juzgar, nos dice el Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Por la Iglesia, para que sea incansable en la proclamación del evangelio
y acoja con amor a quienes se han alejado de ella.
Por todas las personas, para que Dios destierre de nuestros corazones la hipercrítica y el orgullo,
y para que reconozcamos los bienes que Dios da a cada uno.
Por el mundo, azotado por las guerra, el odio y la violencia,
para que los cristianos seamos fermento de paz y de misericordia.
Por los que participamos en esta Eucaristía,
para que unidos a María hagamos vida cuanto celebramos en la fe.
CANTO OFERTORIO
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna.
El Señor es bueno,
su fidelidad por todas las edades.
CANTO DE COMUNIÓN
¡Señor, Dios nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Cuando contemplo el cielo obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
todo lo sometiste bajo sus pies.
ORACIÓN DE COMUNIÓN
Señor, quisiera ser de aquellos
que arriesgan su vida, que dan su vida.
Señor, tú que naciste al azar de un viaje,
y moriste como un malhechor,
tras haber recorrido, sin dinero,
todas las rutas del desierto,
del peregrinaje y las predicaciones caminantes,
arráncame de mi egoísmo y mi confort.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu palabra.
He de empeñar mi vida, Jesús, por tu amor.
Ya pueden los demás ser cuerdos.
Tú me has hecho que crea en el amor.
Otros creen que hay que conservar,
Tú me has dicho que más vale dar.
Otros se instalan,
Tú me has exhortado a marchar,
dispuesto a la alegría y al dolor,
al fracaso y al éxito,
a vivir la vida cristiana
sin preocuparme de sus consecuencias.
A no poner mi confianza en mí, sino en Ti,
y, finalmente, a arriesgar mi vida
contando sólo con tu amor.
CANTO FINAL
El ave cantemos,
cantemos el ave,
a nuestra Señora
la Virgen del Carmen.
Ave, ave, ave, María,
ave, ave, Virgen del Carmen.
Las flores alfombran
tu monte Carmelo,
te sirven de orquesta
las aves del cielo.
MARTES DE LA XII SEMANA
CANTO
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo;
alma mía, recobra tu calma,
que el Señor escucha tu voz.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: Decid a Ezequías, rey
de Judá: "Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de
Asiria.
Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a
librar? " Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó
ante el Señor y oró:
"Señor Dios de Israel, sentado sobre querubines: Tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo.
Tú hiciste el cielo y la tierra.
Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira.
Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo.
Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus
dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra y los han destruido.
Ahora, Señor Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo,
Señor, eres Dios".
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así dice el Señor Dios de Israel: "He oído lo que me pides
acerca de Senaquerib, rey de Asiria.
Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: "Te desprecia y te burla la doncella, ciudad de Sión;
menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén.
Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad,
no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino
por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad oráculo del Señor.
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo.
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil
hombres.
Por la mañana, al despertar, los encontraron ya cadáveres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.
Palabra de Dios
El grande contra el pequeño (Asiria contra Israel), David contra Goliat.
Fe en el Señor que protege a los pequeños y todos aquellos que en Él confían.
Salmo responsorial Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11
Dios ha fundado su ciudad para siempre.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios.
Su Monte Santo, una altura hermosa,
alegría de toda la tierra.
El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey.
Entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo:
como tu renombre,
oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a lo
cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!
Y pocos dan con ellos.
Palabra del Señor
El Señor nos da la vida, la fe, la capacidad de amar, etc., pues no desperdiciemos todo ello y más (echarlo
a los perros y cerdos) sino todo lo contrario, vivirlo intensamente y ahora.
Si llevamos mucha carga es difícil atravesar una puerta, por ello hay que despojarse de todo
impedimento, hay que dejar todo aquello que nos hace difícil entrar por esa puerta que se llama Jesús.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Por la Iglesia para que sea un claro testimonio de los valores del Reino
ante un mundo que vive y sufre sin fe.
Por los pueblos que padecen hambre, represión, marginación,
por los que no tienen patria ni hogar, para que haya cristianos que les apoyen.
Por los jóvenes y niños, para que encuentren en su camino personas que les guíen hacia la madurez humana
y sean constructores de la civilización del amor.
Dios y Señor nuestro que nos enseñas el camino para llegar a ti,
haz que vivamos tu ley de amor y recorramos tus sendas que nos conducen a la Vida eterna.
CANTO OFERTORIO
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
CANTO DE COMUNIÓN
Oí tu voz, en los gritos de la noche oí tu voz.
Oí tu voz, en el llanto de los hombres oí tu voz.
Oí tu voz anunciando a los pobres la justicia de Dios.
Eres el Camino, eres la Verdad, eres la Vida.
¡¡EL SEÑOR LLAMA A TU PUERTA!!
Oí tu voz, en el buen samaritano oí tu voz.
Oí tu voz, al servir a mis hermanos oí tu voz.
Oí tu voz, me sentí su invitado, compartí su amistad.
Oí tu voz en los ghetos del hambre
oí tu voz, llevaré tu mensaje de la liberación
ORACIÓN DE COMUNIÓN
El Señor guía mis pasos,
así que no me apresuro ni me angustio.
Él me invita a pararme y descansar
para que aprenda a contemplar y gozar la vida.
Él me lleva hacia fuentes y lugares de quietud
que me devuelven la serenidad y la alegría.
Él me guía por la senda de la actividad
sin agobiarme y sin perder la calma.
Y cuando estoy en el corazón del mundo
Él me conduce en la paz de su Espíritu.
Aunque tenga muchas cosas que hacer
no me turbo, porque Él está conmigo.
Señor del tiempo, dueño de las horas,
Él me mantiene ecuánime y tranquilo.
Esta armonía en la que ahora vivo,
y todo lo que soy y tengo, es don tuyo
y fruto de mis días en tu compañía,
que me hacen vivir en la paz y feliz.
¡Habitaré en tu casa para siempre!
CANTO FINAL
Hoy te quiero cantar,
hoy te quiero rezar,
Madre mía del cielo.
Si en mi alma hay dolor,
busco apoyo en tu amor
y hallo en ti mi consuelo.
Hoy te quiero cantar,
hoy te quiero rezar,
mi plegaria es canción.
Yo te quiero ofrecer,
lo más bello y mejor
que hay en mi corazón.
MIÉRCOLES DE LA XII SEMANA
CANTO
Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierra del Salvador,
peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3
En aquellos días, el Sumo Sacerdote Helcías dijo al cronista Safán:
He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
Entregó el libro a Safán y éste lo leyó.
Luego fue a dar cuenta al rey Josías: Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han
entregado a los encargados de las obras.
Y le comunicó la noticia: El sacerdote Helcías me ha dado un libro.
Safán lo leyó ante el rey; y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley se rasgó las vestiduras y
ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías,
funcionario real:
Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado;
porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de
este libro, cumpliendo lo prescrito en él.
Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey dio órdenes para que se presentasen ante él todos los ancianos de
Judá y de Jerusalén.
Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los
profetas y todo el pueblo, chicos y grandes.
El rey les leyó el Libro de la Alianza encontrado en el templo.
Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la Alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus
preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la
Alianza escritas en aquel libro.
El pueblo entero suscribió la Alianza.
Palabra de Dios
Los reyes, los sacerdotes, el pueblo, habían perdido el rumbo, se habían olvidado del Señor, de
su Ley (encuentran en el templo el libro de la Ley).
Reencuentro con el Señor pues el pueblo se compromete a cumplir la Alianza.
Salmo responsorial Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,
y lo seguiré puntualmente.
Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón.
Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. .
Inclina mi corazón a tus preceptos,
y no al interés.
Aparta mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra.
Mira cómo ansío tus decretos;
dame vida con tu justicia.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja,
pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los
árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
Palabra del Señor
Los que pretenden hablar en nombre de Dios y buscan su sólo interés, los falsos profetas.
Frutos buenos son los que sirven para la vida, para el crecimiento de la comunidad.
Frutos malos los que dividen, crean envidias, discordia.
¿Nuestros frutos?
ORACIÓN DE LOS FIELES
Para que todos los pastores de la Iglesia
manifiesten en sus vidas las actitudes de Cristo pobre, compasivo y misericordioso.
Para que Jesús que vino a traernos la paz, acerque a las personas separadas por el odio, la guerra y toda clase
de discriminación
y nos congregue a todos en su reino de justicia y amor.
Para que, con disponibilidad y entrega, los jóvenes se abran a la llamada de Jesús
y le sigan en la vida sacerdotal y religiosa.
Para que los organismos internacionales
promuevan la ayuda a los pueblos del tercer mundo y fomenten la educación integral.
Cada fruto
tiene
rostro y
lleva
nuestros
nombres
CANTO OFERTORIO
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
COMUNIÓN
Credo
La semilla es buena, es de Dios
ORACIÓN DE LA COMUNIÓN
Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
Cuando yo me encontraba sumido en tristeza,
la palabra del Señor, sólo su palabra, fue mi alegría duradera.
"Las palabras del Señor "alegran el corazón".
Cuando yo me sentía agitado y nervioso
y no aguantaba por más tiempo consejos y recomendaciones,
la palabra de Dios calmó mi tempestad interna.
"La ley del Señor es descanso del alma".
Me equivoqué muchas veces
y pensaba con orgullo que estaba en lo cierto.
Pero la palabra de Dios me convenció de que no sabía nada.
"El precepto del Señor instruye al ignorante".
Andaba en tinieblas, caminaba en la noche,
me acostumbré a la oscuridad y el frío en el corazón.
Y la palabra de Dios iluminó mi vida.
"La norma del Señor da luz a los ojos".
Gracias, Señor, por haber sembrado en nosotros tu Palabra
y por ser nuestro sembrador.
CANTO FINAL
Cosas grandes hizo Dios en mí,
su nombre es santo, fiel siempre su amor,
alegre canto las grandezas del Señor,
gozo por siempre en Dios mi salvador.
Porque ha mirado la pequeñez de su esclava,
los pueblos todos aclaman tu grandeza y dignidad.
Porque ha elegido tu libertad siempre nueva,
para marcar un camino a toda la humanidad.
JUEVES DE LA XII SEMANA
CANTO
Danos un corazón grande para amar.
Danos un corazón fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 24, 8-17
Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén.
Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén.
Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
En aquel tiempo los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada.
Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios.
El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado.
Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de
Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor.
Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos (diez mil deportados), los herreros y cerrajeros; sólo quedó
la plebe.
Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia.
Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos
los ricos (siete mil deportados), los herreros y cerrajeros (mil deportados), todos aptos para la guerra.
Nombró rey a Matanías, sucesor de su tío, y le cambió el nombre en Sedecías.
Palabra de Dios
“Hizo lo que el Señor reprueba”, los reyes, la gente pudiente y parte del pueblo se apartaron del
Señor, no hicieron caso a su palabra y siguieron sus caprichos. Y no les fue bien.
Y esa es la idea, que cuando construimos nuestra vida con materiales extraños al Señor, la “casa”
no está bien edificada.
Salmo responsorial Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9.
Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas;
echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra.
Derramaron su sangre como agua en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siempre enojado?
¿Va a arder como fuego tu cólera?
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. .
Socórrenos, Dios Salvador nuestro, por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu nombre.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el Reino de
los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado
demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he
conocido.
Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su
casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron.
contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su
casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad
y no como los letrados.
Palabra del Señor
Dice un dicho que “obras son amores”, no todo el que dice “Señor, Señor”, sino…
La casa, la misma persona en cuanto edifica su vida sobre la palabra del Señor (roca); o sobre
normas, doctrinas, dogmas…La primera permanece y se cae la segunda.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Para que el evangelio llegue a todos los pueblos de la tierra,
y la voz de Dios sea acogida como la voz de Dios Padre a sus hijos.
Para que los gobernantes construyan una sociedad justa y solidaria
poniendo como fundamento la justicia y el bien común.
Para que los misioneros anuncien gozosamente a los que aún no conocen a Jesucristo,
que son hijos de Dios y él los quiere salvar.
Dios Padre nuestro, haz que con sensatez y constancia,
cimentemos nuestra vida sobre la roca firme de la fe y gocemos un día de tu gloria.
CANTO OFERTORIO
Cantaré eternamente
las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad
por todas las edades.
CANTO COMUNIÓN
Sanctus VIII
ORACIÓN DE LA COMUNIÓN
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo.
Mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
Ven a mí con tu pasión y ternura.
Quiero sentirte dentro de mí
como rocío que cubre la hierba,
como viento que canta y despierta al bosque,
como rayo de luz que se lleva la oscuridad y la niebla.
Señor, te necesito desde el inicio del día
tanto como el aire que respiro,
el agua que me calma y refresca,
y la caricia que pone vida en mi camino
y horizonte y esperanza en mi vida.
Señor, tu gracia vale más que la vida.
Quiero vivir a la sombra de tus alas
e iniciar el día alabándote con todo mi ser,
porque tu diestra me sostiene y mi alma está unida a ti.
;
Señor, toda mi vida te bendeciré
y alzaré mis manos y mi corazón para alabarte.
En todo lo que hoy haga y me suceda
quiero proclamar tu amor, gracia y ternura.
CANTO FINAL
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás,
contigo por el camino
Santa María va.
Ven con nosotros al caminar
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar
Santa María, ven.
Aunque te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad.
VIERNES DE LA XII SEMANA
(Natividad de San Juan Bautista)
Prepara
el
camino.
Voz
que
clama.
CANTO
A vosotros, hermanos, hijos de nuestra tierra,
entonamos unidos nuestra alegre canción,
porque fue vuestra vida una entrega de amor,
en vosotros cantamos, en vosotros cantamos
la grandeza de Dios.
En vosotros cantamos la presencia de Cristo,
que siguió entre nosotros a través del amor.
Al Jesús peregrino, al Jesús olvidado,
al que vive en los pobres, al Jesús Redentor.
En vosotros cantamos el poder del Dios vivo,
que confunde a los grandes y hace fuerte al menor.
Comprendemos alegres que es posible el camino,
porque en él sois la huella que nos lleva al Señor.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 49, 1-6
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos:
Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó;
en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
«Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.»
Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas»,
en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel
- tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob
y conviertas a los supervivientes de Israel: te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
Palabra de Dios
El Señor nos hace luz de las naciones, luz que orienta, guía.
Luz para todos los pueblos, pues el Señor es Dios de todas las personas.
Así como un día Dios llamó a Isaías, hoy nos llama a nosotros, nos elige para una misión.
Salmo responsorial Sal 138. 1-3. 13-14. 15 (Tono B)
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma.
no desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra.
SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 22-26
En aquellos días, dijo Pablo:
-«Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme
a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos."
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan
predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy
quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."
Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este
mensaje de salvación.»
Palabra de Dios
Juan predicó un bautismo de conversión, de preparación a la llegada de Jesús.
Y a nosotros se nos ha dado ese mensaje de salvación, en el Señor estamos salvados, por pura gracia
suya y nunca en base a nuestros méritos.
Aleluya Lc 1, 76
A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo.
Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino
diciendo:
-«¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
-«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase.
Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían
reflexionaban diciendo:
-«¿Qué va a ser este niño?»
-Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
Palabra del Señor
"Conviene que él (Cristo) crezca y yo
disminuya".
Sabia ley para la convivencia.
No es cuestión de trepar por encima del
que se ponga por delante aunque sea
pisando y destruyendo.
Sentirse igual a los demás es un paso
previo a la convivencia pacífica, es abrir
el camino a la fraternidad gratificante .
Nos convoca: Un decapitado por el rey
Herodes. El que preparó el camino de
Jesús.
Pero no nos convoca muerto, nos
convoca vivo, porque vivo permanece
entre nosotros su recuerdo y su fe, la fe en
Jesucristo.
Formamos un eslabón en cadena de una peregrinación:
20 siglos de fe en el Resucitado.
20 siglos de esperanza en la salvación del ser humano.
20 siglos de intentar que el amor sea nuestro lenguaje, nuestro compromiso y nuestro mensaje al mundo.
Celebramos su fiesta en medio de una leyenda permanente: "La noche de san Juan": se queman los
"trastos viejos", se vive la vigilia del "día más largo". La fiesta tradicional y pagana nos descubre un hecho
siempre presente en el hombre: la espera de "lo nuevo", quemando lo viejo porque está a punto de amanecer
el sol más largo del año.
El primer eslabón del discurso de Juan es la justicia: asignatura pendiente en nuestras vidas. Es nuestro
problema de "cristianos": el no ser ni siquiera "juanianos", es decir, el no haber dado los pasos previos de la
justicia; arrepentimiento y purificación, para poder acoger lo nuevo que nos trae Jesucristo.
Nuestra fe no es sólo una ética de comportamientos justos, una ley que cumplir, sino una mística (la
experiencia de Dios como Padre) que nos hace superar la triste y adusta ascética de la ética, para vivir una
vida nueva, alegre, festiva y solidaria, esperando la utopía como una realidad histórica.
Juan nos brinda una oferta: alistarse en el seguimiento de Jesús en busca del Reino. La cuesta arriba la
marca las Bienaventuranzas. El último eslabón es la Pascua.
.
Una constatación: la vida siempre puede más que la muerte; la última palabra sobre los ajusticiados nunca
la tienen quienes les mataron.
Una responsabilidad: nuestra transmisión de un legado a las generaciones que siguen: un legado que es fe y
valores cristianos vivos y comprometidos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos con alegría a Dios, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres la venida del reino de
Cristo, y digámosle: Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú que llamaste a Juan desde el vientre de su madre para preparar los caminos de tu Hijo,
ayúdanos a ir tras el Señor con la misma fidelidad con que Juan fue delante suyo.
Así como concediste al Bautista poder reconocer al Cordero de Dios, haz que tu Iglesia lo señale,
y que los hombres de nuestra época lo reconozcan.
Tú que dispusiste que tu profeta menguara y que Cristo creciera,
enséñanos a ceder ante los otros para que tú te manifiestes.
Tú que, con el martirio de Juan, quisiste reivindicar la justicia,
haz que demos, sin cansarnos, testimonio de tu verdad.
Acuérdate de todos los que han salido ya de este mundo,
dales entrada en el lugar de la luz y de la paz.
Dios y Señor nuestro, concédenos caminar por la senda de la salvación. PJNS.
CANTO OFERTORIO
Gracias quiero darte por amarme.
Gracias quiero darte yo a ti, Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí.
Gracias por amarme a mí también.
Yo quiero ser, Señor, amado,
como el barro en manos del alfarero.
Toma mi vida, hazla de nuevo,
yo quiero ser un vaso nuevo.
CANTO DE COMUNIÓN
Has recibido un destino
de otra palabra más fuerte,
es tu misión ser profeta,
palabra de Dios viviente.
Tú irás llevando la luz
en una entrega perenne,
que tu voz es voz de Dios
y la voz de Dios no duerme.
Ve por el mundo, grita a la gente,
que el amor de Dios no acaba
ni la voz de Dios se pierde.
Sigue tu rumbo, profeta,
sobre la arena caliente,
sigue sembrando en el mundo
que el fruto se hará presente.
No temas si nuestra fe
ante tu voz se detiene,
porque huimos del dolor
y la voz de Dios nos duele.
Sigue cantando profeta
cantos de vida o de muerte,
sigue anunciando a los hombres
que el Reino de Dios ya viene.
No callarán esa voz
y a nadie puedes temerle,
que tu voz viene de Dios
y la voz de Dios no muere.
Oración
Pastor que, sin ser pastor,
al buen Cordero nos muestras,
precursor que, sin ser luz,
nos dices por dónde llega,
enséñanos a enseñar
la fe desde la pobreza.
Tú que traes un bautismo
que es poco más que apariencia
y al que el Cordero más puro
baja buscando pureza,
enséñame a difundir
amor desde mi tibieza.
Tú que sientes como yo
que la ignorancia no llega
ni a conocer al Señor
ni a desatar sus correas,
enséñame a propagar
la fe desde mi torpeza.
Tú que sabes que no fuiste
la Palabra verdadera
y que sólo eras la voz
que en el desierto vocea,
enséñame, Juan, a ser
profeta sin ser profeta.
ORACIÓN DE COMUNIÓN
Gracias, Señor, por mi cuerpo,
tu regalo y mi tesoro más estimado
para andar por este mundo.
Por los pies con que camino al encuentro de mis hermanos,
gracias, Señor.
Por las piernas que me sostienen y que nunca se cansan de mí,
gracias, Señor.
Por las manos, útiles herramientas, para trabajar, servir y abrazar,
gracias, Señor.
Por los labios, boca, dientes y lengua con que río, hablo y como gozosamente,
gracias, Señor.
Por los ojos con que descubro y veo tanta gracia y hermosura a mi lado,
gracias, Señor.
Por mi sexo entrañable con el que me siento y expreso,
gracias, Señor.
Por los nervios, rápidos y sensibles conductores
de sensaciones y emociones, y también de mis quereres,
gracias, Señor.
Por mi cabeza, hermoso ingenio que piensa, maquina y ordena,
gracias, Señor.
Por la piel que me protege dándome forma, figura y seguridad,
gracias, Señor.
Por este corazón que nunca descansa, que ama y se deja amar,
gracias, Señor.
Por mi cuerpo entero, hecho con ternura por tus manos y tu soplo,
gracias, Señor.
CANTO FINAL
Madre, óyeme,
mi plegaria es un grito en la noche;
Madre, mírame,
en la noche de mi juventud.
Madre, sálvame,
mil peligros acechan mi vida.
Madre, lléname
de esperanza, de amor y de fe.
Madre, mírame,
en la sombra no encuentro el camino.
Madre, llévame,
que a tu lado feliz cantaré:
la, la, la, la, la, la, la, la, la, la...
Madre, una flor,
una flor, con espinas es bella.
Madre, un amor,
un amor que ha empezado a nacer.
Madre, sonreír,
sonreír, aunque llore en el alma.
Madre, construir,
caminar, aunque vuelva a caer.
Madre, sólo soy
el anhelo y la carne que lucha:
Madre, tuyo soy,
en tus manos me vengo a poner:
la, la, la, la, la, la, la, la, la, la...
SÁBADO DE LA XII SEMANA
CANTO
Libertador de Nazaret,
ven junto a mí, ven junto a mí.
Libertador de Nazaret,
¿qué puedo hacer sin ti?
Yo sé que eres camino,
que eres la vida y la verdad,
yo sé que el que te sigue,
sabe a dónde va.
Quiero vivir tu vida,
seguir tus huellas, tener tu luz,
quiero beber tu cáliz,
quiero llevar tu cruz.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de las Lamentaciones 2, 2. 10-14. 18-19
El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob;
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá;
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes.
Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal; las
doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura, mis entrañas; se derrama por tierra mi hiel, por la ruina de
la capital de mi pueblo; muchachos y niños desfallecen por las calles de la ciudad.
Preguntaban sus madres: ¿dónde hay pan y vino? mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la
ciudad, mientras expiraban en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A quién te compararé, para consolarte, Sión,
la doncella? Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían visiones
falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas, para cambiar tu suerte; sino que te anunciaban visiones
falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión; derrama torrentes de lágrimas de día y de noche; no te
concedas reposo, no descansen tus ojos.
Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia; derrama con agua tu corazón en presencia del Señor;
levanta hacia él las manos por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas.
Palabra de Dios
Jerusalén ha sido destruida y el drama y dolor se vuelca sobre ella.
La mágica confianza del pueblo en las instituciones no le ha funcionado (es que no sirve).
No vale hacer lo que uno quiere y luego acudir al templo a pedir perdón para seguir haciendo lo
mismo.
Eso llevó al pueblo al desastre. No hicieron caso del Señor ni de su profeta Jeremías.
Salmo responsorial Sal 73, 1-2. 3-5a. 5b-7. 20-21
No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados,
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste
desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada.
Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio:
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes.
En la entrada superior abatieron a hachazos el entramado;
después, con martillos y mazas, destrozaron todas las esculturas;
prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre.
Piensa en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole: Señor, tengo en casa un
criado que está en cama paralítico y sufre mucho. Él le contestó: Voy yo a curarlo.
Pero el centurión le replicó: Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de
palabra y mi criado quedará sano.
Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes: y le digo a uno "ve”, y va; al otro,
"ven", y viene; a mi criado, "haz esto", y lo hace.
Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado
en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y
Jacob en el Reino de los Cielos; en cambio a los ciudadanos del Reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí
será el llanto y el rechinar de dientes.
Y al centurión le dijo: Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la
fiebre; se levantó y se puso a servirles.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; Él con su palabra expulsó los espíritus y curó a todos los
enfermos.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades".
Palabra del Señor
El valor de la palabra, perdona, anima, da vida; pero también puede hacer mucho daño.
En la comunidad la palabra ha de ser siempre de vida. Dios crea por la su palabra.
“Se puso a servirles”, pues el servicio es central en la iglesia, favorecer el desarrollo de las
personas, encaminarlas a un mayor conocimiento del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Para que el Señor derrame su gracia sobre el mundo
y mueva a los que tienen bienes, a compartir y ser solidarios con los que no tienen.
Para que los niños abandonados y los ancianos maltratados
el Señor les abra camino a la integración familiar y vivan felices.
Para Jesucristo, que comparte su Pan con nosotros,
nos mueva a vivir sirviendo a los demás y siendo útiles a quien nos necesite.
Señor Jesús que admiraste la fe del centurión y curaste a su criado,
atiende las oraciones que hemos depositado en tus manos.
CANTO OFERTORIO
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
CANTO DE COMUNIÓN
Nada te turbe,
nada te espante,
quien a Dios tiene,
nada le falta.
Nada te turbe,
nada te espante.
Sólo Dios basta.
ORACIÓN DE LA COMUNIÓN
¡Cuánto me gustaría estar siempre dispuesto,
siempre atento a tu llamada!
Pero mis oídos se han acomodado
a vivir con sordera y sin sobresaltos,
y cuando presiento esa voz tuya
me escabullo entre mil preocupaciones.
¡Cuánto me gustaría dejar todas las cosas a un lado y decirte:
Sólo tú eres mi tesoro!
¡Cuánto me gustaría oír nuevamente de tus labios
mi nombre dicho con ternura y amor, como un susurro de alborada!
¡Cámbiame el corazón,
sopla tu Espíritu sobre mis huesos secos,
pon tono a mis nervios para que otra vez recupere la vida
y sea capaz de reconocer tu llamada entre tantas,
para verte en los demás, y poder decir nuevamente con alegría:
¡Sólo tú eres mi tesoro!
CANTO FINAL
Hoy se llena mi vacío,
cuando te llamo, María,
tú eres nuestro amparo y guía,
por los caminos de Dios.
Tú eres nuestro amparo y guía
por los caminos de Dios.
Buscando voy por la vida,
quien me conduzca a Jesús,
y ese sendero eres tú, María,
y ese sendero eres tú.
No hay amargura en tu vida,
sólo amor y comprensión,
tú eres de Dios ilusión, María,
tú eres de Dios ilusión.
Paseo María Agustín, 8. Zaragoza
www.parroquiadelcarmen.es
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