2º Cuaresma, 22

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Cuaresma (lunes 2ª semana). Cátedra del apóstol San Pedro
CANTO
A vosotros, hermanos,
hijos de nuestra tierra,
entonamos unidos
nuestra alegre canción,
porque fue vuestra vida
una entrega de amor,
en vosotros cantamos,
en vosotros cantamos
la grandeza de Dios.
En vosotros cantamos
la presencia de Cristo,
que siguió entre nosotros
a través del amor.
Al Jesús peregrino,
al Jesús olvidado,
al que vive en los pobres,
al Jesús Redentor.
ACTO DE RECONCILIACIÓN
Dios de nuestros padres y nuestro, nos da apuro levantar la vista,
porque el pecado nos envuelve como un aire contaminado.
Nuestros ojos son envidiosos, nuestras lenguas afiladas como cuchillos.
Señor, ten piedad
Tú nos propones la paz, a vivir como hermanos, y nos empeñamos en ver enemigos.
Tú nos propones la justicia, y apenas nos conmueve el desempleo,
la inmigración, la violencia, la pobreza.
Cristo, ten piedad
Mas ahora, en este momento, Dios fiel y misericordioso, pasas por nuestras vidas
repartiendo perdón, curando heridas y fortaleciendo nuestras voluntades.
Señor, ten piedad
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro 1P 5,1-4
Queridos hermanos:
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe
de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo,
gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con
generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando
aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
Palabra de Dios
Nunca podemos hacer del servicio (seamos o no pastores) un negocio; ni aprovecharnos de ello en beneficio
propio. Eso si que es un escándalo. El pastor (todos lo somos) somos imitadores del Buen Pastor que es
Jesús, le seguimos y aprendemos de Él. Es el modelo. El “pastor” conduce a sus “ovejas” al encuentro con el
Señor para que le conozcan a Él; el pastor es (somos) una señal en el camino que conduce hacia Jesús.
Salmo responsorial Sal 22,1-3.4.5.6
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me
acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron:
-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó:
-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.»
Jesús le respondió:
-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que
está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno
no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo
que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor
El cimiento sobre el que se levanta la Iglesia es Jesús, el Señor; y se va edificando con el ejemplo y
testimonio de todos los creyentes; todos tenemos esa responsabilidad. Tenemos las llaves para abrir
puertas, esperanzas y alegrías y nunca para cerrar; atar malas palabras, mentiras, envidias y
rencillas, etc.; desatar verdades e ilusiones, encuentros y amistades.
ORACIÓN DE LOS FIELES
La fiesta de la cátedra del apóstol San Pedro, llama a la Iglesia a alegrarse y a emprender de nuevo, con
más ánimo, el seguimiento de Jesucristo.
En el camino de nuestra vida buscamos muchas veces dominar, sobresalir, tener privilegios; pero tu
evangelio nos llama a servir y a dar la vida.
En el camino de nuestra vida, nos llamas otras veces a permanecer en la oscuridad de Getsemaní, a
acompañar el dolor y la angustia de tantos hombres y mujeres de nuestro mundo.
Que nos hagamos peregrinos, desprendiéndonos de todo lo que es impedimento y llevando el evangelio a
lugares lejanos, olvidados y oprimidos de la tierra.
Arraigados en el evangelio y unidos a todos los que buscan, peregrinan y sufren en el mundo, te
presentamos, Padre, estas peticiones.
CANTO DE OFERTORIO
Gracias quiero darte por amarme. Gracias quiero darte yo a ti Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mí también
Yo quiero ser señor amado,
como el barro en manos del alfarero.
Toma mi vida hazla de nuevo,
yo quiero ser un vaso nuevo.
CANTO DE COMUNIÓN
Por las riberas del lago Jesús se afanaba en buscar seguidores,
y el fuego de su llamada prendía en el alma de unos pescadores.
Las barcas quedaban solas, las redes sobre la arena,
y entre el rumor de las olas, por todo el lago resuena la voz de Jesús:
"Ven y sígueme, sígueme", Jesús andaba diciendo,
y el eco va repitiendo: "Vente conmigo y sígueme, sígueme,
ven y yo te haré, yo te haré apóstol de mil lugares
y pescador de otros mares, vente conmigo, ven".
Hoy Jesús sigue llamando y sigue buscando amigos valientes,
que quieran darle su vida llevando su reino a todas las gentes.
Deja en la orilla tu barca y sigue alegre sus huellas,
un nuevo rumbo te marca hacia las playas más bellas, si escuchas su voz:
ORACIÓN
A ti te entrego las llaves, también mi reino.
Te hago portero de esperanzas y proyectos.
Llaves para mostrar los tesoros de mis mensajes y palabras.
Llaves para abrir lo que otros cierran, quizás tu casa, tu cuenta…
Llaves para abrir corazones, sentimientos, anhelos, deseos,
Esperanzas, sueños, amigos.
Llaves para perdonar barbaridades, quitar miedos y culpabilidades.
Llaves para desatar leyes, normas, mandatos.
Llaves para abrir heridas del alma y así poder curarlas.
Llaves, Señor, también para cerrar, atar, guardar, me dijiste.
También para cerrar, atar, guardar,
pero refresco tus sentimientos:
Siempre con amor,
y mirando los rostros setenta veces siete.
CANTO FINAL
Siempre que digo madre, voy diciendo tu nombre,
siempre que pido ayuda, te estoy llamando a ti,
siempre que siento gozo, es que en ti estoy pensando,
con tu nombre en los labios me acostumbro a dormir.
Siempre que digo, madre, es que digo María,
siempre que digo, madre, voy cantando tu amor.
Digo tu nombre y nombro a mi mejor amiga.
María, madre mía, y madre del Señor.
Cuaresma
(martes 2ª semana)
CANTO
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
2
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
ACTO DE RECONCILIACIÓN
Tú nos llamas a la solidaridad, a la pobreza y a la misericordia.
Señor, ten piedad.
Tú nos llamas a la justicia y a la paz.
Cristo ten piedad.
Tú nos llamas a la santidad, para que seamos buenos como Dios es bueno.
Señor, ten piedad.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 1, 10. 16-20
OID la palabra del Señor, príncipes de Sodoma,
escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones.
Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien.
Buscad la justicia, socorred al oprimido;
proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda.
Venid entonces, y discutiremos -dice al Señor-.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata,
quedarán blancos como la nieve;
aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana.
Si sabéis obedecer, comeréis de los frutos de la tierra;
si rehusáis y os rebeláis, os devorará la espada
-ha hablado la boca del Señor-».
Palabra de Dios
Queda muy clara la voluntad de Dios: ,los pecados quedan atrás. Pero el Señor quiere conversión,
cambio pero de corazón, sincero. Y si es así, comerán (comeremos) los frutos de la tierra: felicidad,
perdón, alegría, ilusión…, de lo contrario terminamos critic{ndonos y haciéndonos daño unos a
otros. Por ello, “…escuchamos la enseñanza de nuestro Dios”.
Salmo responsorial Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23
Al que sigue buen camino * le haré ver la salvación de Dios.
"No te reprocho tus sacrificios, *
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.
¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?
Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios."
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:
- «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero
no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente
en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan
los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las
plazas y que la gente los llame «rabbí».
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar «rabbí», porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois
hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será
vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra del Señor
El “fariseísmo” continúa siendo actual, siempre que actuamos porque así se ha dicho o hecho siempre. La
relación o amistad con Dios (que eso es la fe) no se puede entender en términos de “cumplimiento
legalista”, sino en términos de “corazón”, porque ahí radican los sentimientos. No creo que al Señor le
agrade que “cumplamos” sino un corazón sincero y limpio.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que nos dio a su Hijo, Palabra hecha carne, para que vivamos de ella,
que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda su riqueza.
Concédenos escuchar con más frecuencia tu palabra en este tiempo cuaresmal,
para que, en la gran solemnidad que se avecina, nos unamos con mayor fervor a Cristo, nuestra Pascua.
Que tu Espíritu Santo nos asista,
para que seamos testigos de tu verdad y de tu bondad.
Concédenos vivir más profundamente el misterio de Cristo,
para que podamos dar testimonio de él con más fuerza y claridad.
En este tiempo de penitencia, Señor, renueva y purifica a tu Iglesia,
para que se manifieste con más claridad como signo de salvación.
CANTO DE OFERTORIO
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
CANTO DE COMUNIÓN
El Señor es mi pastor, nada me podrá faltar,
él conducirá mi vida hacia la justicia y paz.
Tu amor y misericordia siempre me acompañarán,
y habitaré en tu tienda junto a ti en la eternidad.
Él es mi Dios, Él es mi Dios,
mi Salvador, mi Salvador,
me da la vida, me da la vida,
me da el amor.
Tu presencia me acompaña, y tu amor me hará feliz,
eres para mí la Vida pues te siento junto a mí.
Luz y guía en mi camino, tu palabra es para mí,
que me da seguridad y alegría en mi vivir.
ORACIÓN
Con la fuerza de tu Cuerpo y de tu Sangre,
queremos, Señor,
hacer un mundo nuevo y una historia distinta
sin clases divididas, ni odios duraderos,
sin animosidades, ni discordias.
Un mundo,
donde nadie se vea explotado por nadie,
donde los hombres
se sientan próximos los unos a los otros,
y todos nos podamos sentar
a la misma mesa, en fraternidad.
Un mundo en el que dé gusto vivir,
trabajando juntos,
con espíritu de Equipo, por el bien de todos.
Seguros de alcanzarlo,
nos lanzamos al empeño,
aún a riesgo de morir en el intento.
Ayúdanos, Señor,
a realizar estos buenos deseos.
CANTO FINAL
Hoy te quiero cantar,
hoy te quiero rezar,
Madre mía del cielo.
Si en mi alma hay dolor,
busco apoyo en tu amor
y hallo en ti mi consuelo.
Hoy te quiero cantar,
hoy te quiero rezar,
mi plegaria es canción.
Yo te quiero ofrecer,
lo más bello y mejor
que hay en mi corazón.
"Dormía y soñaba que la vida era alegría.
Desperté y vi que tenía que servir.
Serví y descubrí que servir era alegría”
Tagore
Cuaresma
(miércoles 2ª semana)
CANTO
Libertador de Nazaret,
ven junto a mí,
ven junto a mí.
Libertador de Nazaret,
¿qué puedo hacer sin ti?
Yo sé que eres Camino,
que eres la Vida y la Verdad,
yo sé que el que te sigue
sabe adónde va.
Quiero vivir tu vida,
seguir tus huellas,
tener tu luz,
quiero beber tu cáliz,
quiero llevar tu cruz.
ACTO DE RECONCILIACIÓN
Señor, Dios nuestro, quien te ha abandonado puede volver a ti,
porque para ti nada hay irremediable, sólo tu amor no se puede apagar.
No has venido para juzgar, Dios, sino para buscar todo lo que estaba perdido;
para liberar a quien está aprisionado por la culpa y el temor,
y para salvarnos cuando el corazón nos acusa.
Acéptanos como somos, con nuestro pasado de pecado, con el pecado del mundo.
Tú, no desconoces ni disminuyes nuestras culpas.
Tú nos perdonas, Señor Dios, ésta es tu verdad, así nos haces justicia.
Podemos seguir avanzando a pesar de nuestra culpa.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías 18, 18-20
Ellos dijeron: «Venga, tramemos un plan contra Jeremías, porque no faltará la ley del sacerdote,
ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta.
Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Hazme caso, Señor, escucha lo que dicen mis oponentes.
¿Se paga el bien con mal? ¡Pues me han cavado una fosa!
Recuerda que estuve ante ti, pidiendo clemencia por ellos, para apartar tu cólera.
Palabra de Dios
El profeta se siente indefenso, y su fuerza es la palabra que el Señor le había dicho: “Yo estaré
contigo”. Oración de abandono, propia de los pobres de Dios. Oración que nace del corazón,
auténtica, a un amigo que escucha siempre y responde.
Salmo responsorial Sal 30, 5-6. 14. 15-16
Sálvame, Señor, por tu misericordia
Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo;
se conjuran contra mí y traman quitarme la vida.
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: "Tú eres mi Dios."
En tu mano están mis azares:
líbrame de mis enemigos que me persiguen.
Yo soy la luz del mundo- dice el Señor-;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
EVANGELIO
Lectura del Evangelio según san Mateo 20, 17-28
EN aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
- «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los
escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo
crucifiquen; y al tercer día resucitará.»
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le
preguntó: - «¿Que deseas?»
Ella contestó: - «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda.»
Pero Jesús replicó: - «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: - «Podemos».
El les dijo: - «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es
para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
- «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el
que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que
sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en
rescate por muchos.»
Palabra del Señor
No podemos traer al Señor a nuestro propio terreno; al contrario, el discípulo debe marchar por el camino del
Maestro, que no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos (por todos).
Esta plena solidaridad con los hombres y la entrega de la vida por ellos es el programa permanente de los
discípulos de Jesús. Su vida entregada como servicio al reino.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que por la acción de su Espíritu purifica nuestros corazones y los llena de
su amor,
Danos, Señor, tu Espíritu Santo.
Concédenos, Señor, el espíritu de fe y de acción de gracias,
para recibir siempre con gozo lo bueno y soportar con paciencia lo adverso.
Haz que busquemos la caridad no únicamente en los acontecimientos importantes,
sino, ante todo, en la vida ordinaria.
Concédenos observar el ayuno que te agrada,
compartiendo nuestro pan con los hambrientos.
Danos llevar en nuestros cuerpos la muerte de tu Hijo,
tú que nos has vivificado en su cuerpo.
La eucaristía es el Sacramento del "Cáliz" de Jesús,
instituido para que podamos participar de su suerte:
Ser los primeros en el servicio a los demás.
CANTO DE OFERTORIO
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
CANTO DE COMUNIÓN
Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.
Donde haya odio que yo ponga el amor.
Donde haya ofensa que yo ponga el perdón.
Donde haya duda que yo ponga la fe.
Donde haya tinieblas que yo ponga luz.
Que no busque tanto el ser consolado como el consolar.
Que no busque tanto el ser perdonado como el perdonar.
ORACIÓN
Jesús:
Si hubieses venido para los sanos,
yo no estaría.
Si hubieses venido para los grandes,
yo no estaría.
Si hubieses venido para los santos,
yo no estaría.
Viniste para los pobres,
y aquí estoy.
Viniste para los pecadores,
y aquí estoy.
Viniste para los débiles,
y aquí estoy.
Viniste para los que te deben todo,
y aquí estoy.
Viniste para los que te necesitan,
y aquí estoy.
A la puerta de tu misericordia,
sin pedirte nada,
pero necesitado de todo.
Queremos hacer un mundo nuevo, una
tierra nueva, donde haya más justicia y
más amor; donde los hombres se llamen
hermanos y vivan en comunidad el
AMOR DE DIOS.
CANTO FINAL
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás,
contigo por el camino
Santa María va.
Ven con nosotros al caminar
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar
Santa María, ven.
.
Cuaresma (jueves 2ª semana)
CANTO
Juntos para soñar,
nuevas inmensidades,
juntos para marcar,
ritmos de nuevo amor.
Juntos marchamos unidos,
como escuadrón del amor,
juntos templamos en forja,
la paz de un mundo nuevo y mejor.
ACTO DE RECONCILIACIÓN
Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo con tal de que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas las creaturas.
No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza, porque tú eres mi Padre.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías 17, 5-10e
Esto dice el Señor:
«Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas,
apartando su corazón del Señor.
Será como un cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia;
habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.
Será un árbol plantado junto al agua,
que alarga a la corriente sus raíces;
no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde;
en año de sequía no se inquieta, no deja por eso de dar fruto.
Nada hay más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce?
Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres
para pagar a cada cual su conducta, según el fruto de sus acciones.»
Palabra de Dios
No sirven las alianzas con nadie más que con el Señor. Sólo Él es nuestra fuerza y escudo. Cuando nos
apartamos de Él viene la sequedad interior, la soledad, vacío…; por el contrario, permanecer en el Señor es
encontrar la vida y la alegría. Nos recuerda la alegoría de Jesús sobre la vid y los sarmientos.
Para Jeremías,
lo realmente
importante
es la interioridad.
Es el profeta
de la religión
interior.
Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que
caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico, y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos,
vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando dijo:
-"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la
lengua, porque me torturan estas llamas."
Pero Abrahán le dijo:
-"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es consolado,
mientras que tú eres atormentado.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar, desde aquí
hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros."
Él dijo:
-"Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé,
testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento».
Abrahán le dice:
-"Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen."
Pero él le dijo:
-"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán.
Abrahán le dijo:
-"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto."»
Palabra del Señor
¿Quién se encuentra a nuestra puerta cubierto de llagas y hambriento? ¿A quién (o qué) tengo que abrir y
alimentar? A mi puerta, quizá, llama la esperanza, quizá llame la caridad, quizá hay que alimentar la alegría,
o la verdad, o… Cuando estamos tiempo con el familiar o amigo enfermo y anciano, ¿no estamos alimentando
la amistad, el compañerismo? Cuando trabajamos en un voluntariado, ¿no alimentamos la solidaridad? Pues
sí. ¿Quién o qué llama ahora a nuestro corazón? ¿El vecino, el amigo, familiar, el necesitado?
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebremos la bondad de Dios, que por Cristo se reveló como Padre nuestro, y digámosle:
Acuérdate, Señor, de que somos hijos tuyos.
Concédenos vivir con toda plenitud el misterio de la Iglesia,
a fin de que nosotros y todos los hombres encontremos en ella un sacramento eficaz de salvación.
Padre, que amas a todos los hombres, haz que cooperemos al progreso de la comunidad humana
y que en todo busquemos tu reino con nuestros esfuerzos.
Haz que tengamos hambre y sed de justicia
y acudamos a nuestra fuente, que es Cristo, el cual entregó su vida para que fuéramos saciados.
Perdona, Señor, todos nuestros pecados
y dirige nuestra vida por el camino de la sencillez y de la santidad.
CANTO OFERTORIO
Si vienes conmigo y alientas mi fe,
si estás a mi lado, ¿a quién temeré?
CANTO DE COMUNIÓN
Tuve hambre y me disteis pan de vida,
tuve angustia y bebisteis de mis lágrimas,
enfermo y en mi lecho una mano amiga;
era niño y crecí en la esperanza.
Venid, benditos de mi Padre,
hambrientos de mi vida buscando la verdad.
Venid, los fieles que he elegido,
radiantes de esperanza buscando la verdad.
Tuve sed y en mis labios pusisteis agua, tuve miedo y a mis días disteis calma,
entre rejas y volé con vuestras alas, era joven y viví en la esperanza.
Tuve lepra y limpiasteis mis heridas, tuve odio y de paz cubristeis mi alma,
rechazado y mi casa fue vuestra casa; era anciano y dormí con esperanza.
ORACIÓN
Señor Dios y Padre Nuestro:
Tú no eres un Dios oculto en nuestras vidas,
sino que estás más cerca de nosotros
que dos corazones que se cruzan
o dos vidas que se encuentran.
Pues en tu Hijo Jesús te hemos conocido,
y continuamos viviendo tu presencia
en el amor de los hermanos,
en nuestra fraternidad.
Esta es nuestra súplica esperanzada hoy:
Danos la fe y sensibilidad
para comprender que tu vida y nuestra vida
se encuentran en cada momento,
si nosotros queremos;
ayúdanos a comprender las exigencias
que nacen diariamente
de nuestro encuentro contigo.
Que nuestra vida, nuestra fe
y nuestro amor a los demás
no sea ya una costumbre.
CANTO FINAL
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo
bendita tú eres
entre todas las mujeres;
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Cuaresma
(viernes 2ª semana)
CANTO
Danos un corazón
grande para amar.
Danos un corazón
fuerte para luchar.
Hombres nuevos,
creadores de la historia,
constructores
de nueva humanidad.
Hombres nuevos
que viven la existencia
como riesgo
de un largo caminar.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28
Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con
mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: - «Tus hermanos deben estar
con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara,
maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
- «Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado;
veremos en que paran sus sueños.»
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
- «No le quitemos la vida.»
Y añadió: - «No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él.»
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas que
llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua.
Luego se sentaron a comer, y al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en
camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar
a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en
él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra.»
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano; y sacando a José del pozo, lo vendieron a los
ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios
Envidias, preferencias, deseos de superioridad, etc. Se va perdiendo la referencia del Señor; parece que el
pecado va poco a poco enseñoreándose. La consecuencia es que hay un deslizamiento hacia “Egipto” y lo que
ello significa de dolor y esclavitud, de caída en el abismo. Así sucede cuando nos olvidamos del Señor, que
poco a poco, en la vida, vamos de caída. Aprendamos la lección y nunca perdamos la referencia del Señor.
Salmo responsorial Sal 104, 16-17. 18-19. 20-21
Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo.
Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó.
El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones.
Tanto amo Dios al mundo, que entregó a su Unigénito;
todo el cree en él, tiene vida eterna.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43. 45-46
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
- «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un
lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían.
Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo a otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a
su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo."
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su
herencia."
Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestan: - «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le
entreguen los frutos a su tiempo.»
Y Jesús les dice: - «¿No habéis leído nunca en la Escritura:
"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque
buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.
Palabra del Señor
Los labradores quieren hacer su vida solos, al margen de todos incluso de Dios (parábola
muy actual).
La viña se entregará “…a un pueblo que produzca frutos”, y ese pueblo somos nosotros, y ya
se están produciendo esos frutos de misericordia, compasión, generosidad, etc.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y supliquémosle, diciendo:
Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria,
conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.
Tú que exaltado en la cruz quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
sana nuestras heridas.
Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida
haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol.
Tú que clavado en la cruz perdonaste al ladrón arrepentido,
perdónanos también a nosotros, pecadores.
CANTO OFERTORIO
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
CANTO DE COMUNIÓN
El Señor es mi pastor, nada me podrá faltar,
él conducirá mi vida hacia la justicia y paz.
Tu amor y misericordia siempre me acompañarán,
y habitaré en tu tienda junto a ti en la eternidad.
Él es mi Dios, Él es mi Dios,
mi Salvador, mi Salvador,
me da la vida, me da la vida,
me da el amor.
Tu presencia me acompaña, y tu amor me hará feliz,
eres para mí la Vida pues te siento junto a mí.
Luz y guía en mi camino, tu palabra es para mí,
que me da seguridad y alegría en mi vivir.
ORACIÓN (Jardines cerrados)
Tú, Dios, que amas y recreas la vida
y cuidas de los pequeños brotes con ternura,
que siempre permaneces en vela
para acogernos, regarnos y abrirnos,
mira los espacios muertos de mi corazón
que todavía rehúsa darte refugio y entrada.
Empieza a levantar las capas de resistencia
con las que me cubro y aíslo cuando te acercas.
No hagas caso de mis quejas.
Trabájame a tu estilo con tu tierno pero firme amor.
CANTO FINAL
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo
bendita tú eres
entre todas las mujeres;
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Cuaresma
(sábado 2ª semana)
CANTO
Hoy vuelvo de lejos, de lejos,
hoy vuelvo a tu casa, Señor, a mi casa,
y un abrazo me has dado, Padre del alma.
Salí de tu casa, Señor, salí de mi casa,
anduve vacío, sin ti perdí la esperanza,
y una noche lloré, lloré mi desgracia.
Camino de vuelta, Señor, pensé en tus palabras,
la oveja perdida, el pastor, el pan de tu casa,
y a mis ojos volvió, volvió la esperanza.
Tu casa, mi casa, será, será mi morada,
banquete de fiesta, mi hogar, vestido de gracia,
y una túnica nueva para la Pascua.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Miqueas 7, 14-15. 18-20
Pastorea a tu pueblo, Señor, con tu cayado, al rebaño de tu heredad,
que anda solo en la espesura, en medio del bosque;
que se apaciente como antes en Basán y Galaad.
Como cuando saliste de Egipto, les haré ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, capaz de perdonar el pecado,
de pasar por alto la falta del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera, pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros, destrozará nuestras culpas,
arrojará nuestros pecados a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad, a Abrahán tu bondad,
como antaño prometiste a nuestros padres.
Palabra de Dios
El Señor no lleva contabilidad de nuestros pecados, sino que se complace en la misericordia; lo
hizo ayer (en Egipto) y lo sigue haciendo hoy. Es siempre fiel a su palabra. Él nos sigue
pastoreando porque hoy somos su heredad, su pueblo. Siguiendo su ejemplo, practiquemos
también nosotros la misericordia, la forma de ser de Dios.
“Quiero,
queda
limpio”
Salmo responsorial Sal 102, 1-4. 9-12
El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice , alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre
y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y
los escribas murmuraban diciendo:
"Este acoge a los pecadores y come con ellos."
Jesús les dijo esta parábola:
"Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
"Padre, dame la parte que me toca de la fortuna."
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su
fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar
cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo
aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y,
echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: "Padre he pecado contra el cielo y
contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo."
Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la
mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete,
porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado
con salud."
Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden
tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; een cambio, cuando ha
venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; oeri era preciso celebrar un
banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos
encontrado".
Palabra del Señor
El Padre sale al encuentro del hijo, no hay reproches ni preguntas sobre la razón del regreso. El
Padre sabe que el hijo retorna con su miseria y lo acoge ofreciéndole amor y casa. Asé es el perdón
y la misericordia de Dios. Hay fiesta pues se ha recuperado al hijo perdido.
El hijo mayor, hasta ahora, ha perdido el tiempo porque no ha disfrutado del amor del Padre, no ha
sido feliz. Sólo ha cumplido.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros.
Oh Sol de justicia, a quien la Virgen inmaculada precedía cual aurora luciente,
-haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada,
-líbranos de la corrupción del pecado.
Salvador nuestro, que quisiste que tu madre estuviese junto a tu cruz,
-por su intercesión, concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
Jesús, que, colgado en la cruz, diste María a Juan como madre,
-haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
CANTO OFERTORIO
Si vienes conmigo y alientas mi fe,
si estás a mi lado, ¿a quién temeré?
CANTO DE COMUNIÓN
Padre mío, vuelto a ti, arrepentido,
porque un día de tu casa me fui, y vengo herido.
No me atrevo a levantar a ti mis ojos,
de aquel hijo de tu hogar sólo quedan ya estos despojos.
Ya no merezco llamarme hijo tuyo,
sólo deseo vivir en tu casa como un siervo más,
quiero olvidar el pasado de mi perdición,
si algo tú me das, dame tu perdón.
Hijo, ven a mis brazos,
que están soñando con poderte abrazar,
pasa, por esta puerta pasa,
que esta fue siempre tu casa y este tu hogar,
y estos, estos mis brazos
siempre abiertos para ti de par en par.
Padre, todo lo perdí entre los hombres,
hijo pródigo dirán que yo fui, ese es mi nombre.
Cuántas lágrimas lloré, Padre querido,
hoy vengo a cambiar de vida y a reconocer que te he ofendido.
Contra ti sólo pequé, que eres mi Padre,
sólo me queda la fe y el recuerdo de tu corazón,
que siempre amó como nadie lo hizo jamás.
Si algo tú me das, dame tu perdón.
ORACIÓN
Dios de misericordia,
el Evangelio da a comprender esta buena noticia:
nadie,
sí, nadie está excluido ni de tu amor ni de tu perdón.
Jesús de misericordia,
cuando te agobiaban los sufrimientos,
no amenazabas a nadie,
sino que perdonabas.
Nosotros también quisiéramos perdonar
Permaneciendo sencillos de corazón.
CANTO FINAL
¿Quién será la mujer que a tantos inspiró
poemas bellos de amor?
le rinden honor la música y la luz,
el mármol, la palabra y el color.
¿Quién será la mujer que el rey y el labrador
invocan en su dolor?
el sabio, el ignorante, el pobre y el señor,
el santo al igual que el pecador.
María es esa mujer que desde siempre el Señor se preparó.
Para nacer como una flor en el jardín que a Dios enamoró.
¿Quién será la mujer radiante como el sol,
vestida de resplandor?
La luna a sus pies, el cielo en derredor,
y ángeles cantándole su amor...
¿Quién será la mujer humilde que vivió
en un pequeño taller?
Amando sin milagros, viviendo de su fe,
la esposa siempre alegre de José.
Paseo María Agustín, 8. Zaragoza
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