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AUDIENCIA PROVINCIAL
OFICINA DEL JURADO
ALICANTE
___________
N.I.G.: 03014-37-1-2011-0006161
Procedimiento Tribunal Jurado Nº 000006/2011
Dimana de Procedimiento TJU nº 000001/2010
JUZGADO DE INSTRUCCION NUMERO 6 DE ALICANTE
Contra: DANIEL LAURENTIU PARASCHIV
Procurador: Dª M. TERESA FIGUEIRAS COSTILLA
Letrado: D. EDUARDO GOMEZ SOLER
Contra: PUIU BOGDAN
Procurador: Dª Mª CARMEN DIAZ GARCIA
Letrado: D. ROBERTO SANCHEZ MARTINEZ
Contra: DANUT ADRIAN GRIGORITA
Procurador: Dª Mª JESUS CARO RODRIGUEZ
Letrado: Dª ROSA MARIA MILLEIRO OTERO
Acusación Particular: Dª MARIA DOLORES GONZALEZ ESPIN
Procurador: Dª NIEVES MIRA PINOS
Letrado: D. ANDRÉS FERNÁNDEZ RIBELLES
Ministerio Fiscal: Dª MARGARITA CAMPOS POZUELO
SENTENCIA Num. 5-12
El Ilmo. Sr. D. VICENTE MAGRO SERVET como Magistrado Presidente y
los Jurados:
En la ciudad de Alicante a cinco de julio de dos mil doce.
Vista en juicio oral y público por el Tribunal del Juzgado la causa instruida
con el número 6/2011 procedente de Procedimiento TJU - 1/2010 del Juzgado de
Instrucción nº 6 de Alicante y seguida por el trámite de Tribunal del Jurado por el
delito de ASESINATO Y TENENCIA DE ARMAS, contra el acusado PUIU GODAN
rumano con documento identificativo 0X5918493-H, hijo de Constantin y de Lilianan,
nacido el 28/02/1987, natural de BOTOSANI (RUMANIA), vecino de Bilbao, sin
antecedentes penales, en libertad bajo fianza, representado por la procuradora Dª
Mª Carmen Díaz García y defendido por el letrado D. Roberto Sánchez Martínez,
contra el acusado DANIEL LAURIENTIU PARASCHIC rumano con documento
extranjero 11168237, hijo de Laurentiu y de Mariana, nacido el 22/04/1987, natural
RUMANIA, vecino de Alicante, sin antecedentes penales, en libertad bajo fianza,
representado por la procuradora Dª Mª Teresa Figueiras Costilla y defendido por el
letrado D. Eduardo Gómez Soler, y contra DANUT ADRIAN GRIGORITA hijo de
Tudorel y Geta, nacido el 24/06/1990, natural de GALATI (RUMANIA), sin
antecedentes penales, en libertad sin fianza, representado por la procuradora Dª Mª
Jesús Caro Rodríguez y defendido por la letrado Dª Rosa Mª Milleiro Otero, siendo
parte acusadora el Ministerio Fiscal, representado por el Ilmo. Sr. Dª Margarita
Campos Pozuelo y como acusación particular Mª DOLORES GONZALEZ ESPÍN,
representada por la procuradora Dª Nieves Mira Pinos y defendida por el letrado D.
Andrés Fernandez Ribelle, siendo Magistrado-Presidente el Señor D. VICENTE
MAGRO SERVET Ilmo. Magistrado-Presidente de la Sección Primera de esta
Audiencia Provincial, así como los miembros del Jurado:
D. TOMÁS VALLE FLORES.
D. JUAN RESURECCIÓN MARTÍNEZ-PONS NAVARRO.
Dª ROSANA POSADA PASTOR.
Dª ISABEL BOTI FERNÁNDEZ.
Dª CARLA PUIGCERVER MONTIEL.
D. SALVADOR BORJA PEREZ.
D. LUIS LÓPEZ CUESTA.
D. ALVARO JUAN GRAU GARCIA.
Dª Mª JOSEFA ABAD MACIA.
I.-
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- Recibido en esta Audiencia Provincial el preceptivo testimonio de
lo actuado en el citado procedimiento 1/10 del Juzgado de Instrucción nº seis de
Alicante y turnada esta causa al Ilmo. Sr. D. Vicente Magro Server, de la Sección
Primera y dictado por éste el preceptivo auto sobre declaración de hechos
justiciables, se procedió al sorteo de los 36 candidatos a jurados en dicha causa,
admitiéndose las excusas que se alegaron y se estimaron justificadas y se citó a los
restantes para la comparecencia ante esta Audiencia Provincial.
Segundo.- En dicha comparecencia se procedió por el Señor MagistradoPresidente a leer a los candidatos las incompatibilidades, prohibiciones y excusas,
admitiéndose todas las excusas, quedó constituido el Jurado, cuyos miembros
prestaron seguidamente y en forma legal el oportuno juramento, celebrándose a
continuación el juicio oral con asistencia de los acusados.
Tercero,- Celebrado el juicio e instruidos por el Magistrado Presidente los
jurados, se les entregó el objeto del veredicto y a puerta cerrada se desarrolló la
deliberación entre los jurados, conseguido el cual, con el visto bueno del Magistrado
Presidente se procedió a su lectura.
Cuatro.- Las partes en sus escritos de conclusiones definitivas manifestaron:
El Ministerio Fiscal solicita para PUIU BOGDAN como autor del delito de
asesinato previsto y penado en el art. 139.1º del Código Penal y un delito de
tenencia de armas prohibidas del art. 563 del Código Penal, la pena de 17 años de
PRISION e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el
mismo tiempo por el delito de asesinato; y dos años de prisión con inhabilitación
especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo por el delito de
tenencia ilicita de armas e imposición de las costas y para DANIEL LAURENTI
PARASCHIV como autor del delito de encubrimiento, previsto y penado en el art.
452.2º del Código Penal, la pena de 3 años de PRISION e inhabilitación especial
para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo por el delito de
encubrimiento e imposición de las costas.
Por la acusación particular solicitó para PUIU BOGDAN como autor del
delito de asesinato previsto y penado en el art. 139.1º del Código Penal la pena de
20 años de PRISION e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo
durante el mismo tiempo por el delito de asesinato; y un delito de tenencia de armas
prohibidas del art. 563 del Código Penal, la pena de tres años de prisión con
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo.
Para DANIEL LAURENTI PARASCHIV como autor de un delito de encubrimiento,
previsto y penado en el art. 452.2º del Código Penal, la pena de 3 años de PRISION
e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo
por el delito de encubrimiento e imposición de las costas. Para DANUT ADRIAN
GRIGORITA como autor de un delito de encubrimiento, previsto y penado en el art.
452.2º del Código Penal, la pena de 6 MESES de PRISION e inhabilitación especial
para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo por el delito de
encubrimiento e imposición de las costas.
Las defensas de los acusados solicitan la libre absolución de sus defendidos.
HECHOS PROBADOS
Se declaran como probados expresa y terminantemente por decisión del
tribunal del Jurado en base a las mayorías legales y necesarias que:
El día 7 de septiembre de 2008 fue encontrado el cadáver de Christian
Sánchez en un paraje rural próximo a Fuente La Higuera sin que exista la certeza
absoluta de que PUIU BOGDAN, DANIEL LAURENTI PARASCHIV Y DANUT
ADRIAN GRIGORITA tuvieran intervención alguna en la muerte.
En el acto del Juicio del Tribunal del Jurado se sometió al mismo el siguiente
objeto de veredicto:
El Jurado se pronunció sobre los siguientes puntos:
CULPABILIDAD DE BOGDAN Y ENCUBRIMIENTO DE DANIEL Y DANUT EN LA
MUERTE DE CHRISTIAN SANCHEZ.
1.En la madrugada del 2 de agosto Bogdan Puiu, en la casa habitada por los
acusados sito en la C/ German Bernacer, 10, 5º C, disparó a Christian Sánchez
González con un arma de fuego inicialmente detonadora y con el cañón
transformado de forma artesanal en el pecho causándole la muerte, e introdujo el
cadáver en una maleta, propiedad de Danut Adrian Grigorita y lo trasladó a un
paraje rural próximo a Fuente La Higuera donde fue encontrado el día 7 de
Septiembre. Todo ello, sin que el acusado tuviera permiso de armas para utilizarla.
Danut Adrian Grigorita conocedor de lo ocurrido no dio cuenta a las autoridades de
lo sucedido amparando a Bogdan en los hechos y Daniel Laurenti Paraschiv una vez
cometido el delito ayudó a Bogdan a transportar y esconder el cadáver.
(HECHO DESFAVORABLE. PRECISA PARA DECLARARLO PROBADO SIETE
VOTOS A FAVOR).
2.- CULPABILIDAD DE BOGDAN Y DANIEL LAURENTI COMO ENCUBRIDOR.
NO CONTESTAR SI SE HA DECLARADO PROBADO EL Nº 1.
En la madrugada del 2 de agosto Bogdan Puiu, en la casa habitada por los
acusados sito en la C/ German Bernacer, 10, 5º C, disparó a Christian Sanchez
Gonzalez en el pecho con un arma de fuego inicialmente detonadora y con el cañón
transformado de forma artesanal causándole la muerte, e introdujo el cadáver en
una maleta, propiedad de Danut Adrian Grigorita y lo trasladó a un paraje rural
próximo a Fuente La Higuera donde fue encontrado el día 7 de Septiembre. Todo
ello, sin que el acusado tuviera permiso de armas para utilizarla. Daniel Laurenti
Paraschiv una vez cometido el delito ayudó a Bogdan a transportar y esconder el
cadáver.
(HECHO DESFAVORABLE. PRECISA PARA DECLARARLO PROBADO SIETE
VOTOS A FAVOR).
3.- INOCENCIA DE DANUT ADRIAN
El día 7 de septiembre de 2008 fue encontrado el cadáver de Christian Sanchez en
un paraje rural próximo a Fuente La Higuera sin que exista la certeza absoluta de
que Danut Adrian Grigorita colaborara en la ocultación del cadáver ni que la cesión
de la maleta fuera voluntaria.
HECHO FAVORABLE. PRECISA CINCO VOTOS PARA DECLARARLO PROBADO.
4.- INOCENCIA DE DANIEL LAURENTI.
El día 7 de septiembre de 2008 fue encontrado el cadáver de Christian Sanchez en
un paraje rural próximo a Fuente La Higuera sin que exista la certeza absoluta de
que Daniel Laurenti colaborara en la ocultación y transporte del cadáver ayudando al
autor.
HECHO FAVORABLE. PRECISA CINCO VOTOS PARA DECLARARLO PROBADO.
5.- INOCENCIA DE BOGDAN PUIU.
El día 7 de septiembre de 2008 fue encontrado el cadáver de Christian Sanchez en
un paraje rural próximo a Fuente La Higuera sin que exista la certeza absoluta de
que haya sido responsable de ese crimen Bogdan Puiu pudiendo haber sido otras
personas las que perpetraran el crimen.
HECHO FAVORABLE. PRECISA CINCO VOTOS PARA DECLARARLO PROBADO.
CONTESTAR SI SE HAN DECLARADO PROBADOS EL Nº 1 O 2.
6.- CONCURRENCIA DE ALEVOSÍA QUE CONVIERTE EL DELITO EN
ASESINATO.
SI SE HA CONTESTADO FAVORABLE LA PREGUNTA 1 o 2 CONTESTAR ESTA.
En la ejecución del crimen se actuó de forma sorpresiva contra Christian sin que
este tuviera oportunidad de defenderse.
(HECHO DESFAVORABLE. PRECISA PARA DECLARARLO PROBADO O NO
PROBADO SIETE VOTOS A FAVOR).
El jurado ha considerado probado los puntos nº 3, 4 y 5 por 7 votos a favor y 2
en contra y en consecuencia consideran a los acusados no culpables.
II.-
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.-
Los hechos declarados probados no son constitutivos de delito alguno.
Segundo.-
El jurado respondió a las cuestiones incluidas en el objeto del veredicto dando
una respuesta de no culpabilidad al contestar a los puntos 3, 4 y 5 constitutivos de la
inocencia de los tres acusados con un resultado de siete votos a favor de la no
culpabilidad por dos a favor de esta.
Y llegan a esta conclusión con una motivación suficiente y razonada acerca
de la no suficiencia de la declaración incriminatoria de Danut Adrian Grigorita quien
acusaba a Bogdan Puiu, en concreto, de ser el autor del crimen en colaboración con
Daniel Laurenti. Pero el jurado ha entendido que esta declaración incriminatoria no
es bastante para enervar la presunción de inocencia, y lo motivan con una claridad
exquisita en lo que constituye el veredicto motivado, ya que insisten en sus
conclusiones que “la declaración de Danut no ha podido ser contrastada con
ninguna prueba pericial, ni restos de sangre o fluidos en la vivienda donde se relata
la ocurrencia de los hechos (por Danut Adrian), vehículo que lo trasladaba al cuerpo,
restos en la maleta encontrada, huella alguna en otra maleta, ni cualquiera otra
inculpatoria traida a juicio oral”. Por ello, concluyen que ello determina que existe
una absoluta falta de fuerza probatoria en la declaración de Danut al no estar
contrastada con otros medios probatorios.
Y en efecto, el Jurado recoge en su fundamentación lo que viene a ser la doctrina
sobre el valor de la declaración del coimputado no contrastada, aunque en este
caso, además, puesta en duda por el resto de pruebas practicadas y referenciadas
por el jurado en su motivación.
Y así, entre otras, la STS 16 de Noviembre de 2010 recuerda que la
jurisprudencia constitucional sobre la eficacia probatoria de los testimonios vertidos
por coimputados ha experimentado una interesante evolución, muy bien resumida en
la STC 207/2002, de 11 de noviembre.
"Así, en una primera fase, se venía considerando carente de relevancia
constitucional, a los efectos de la presunción de inocencia, que los órganos
judiciales basaran su convicción sobre los hechos probados en la declaración
incriminatoria de los coimputados . A esos efectos, se argumentó que la declaración
de los coimputados constituía actividad probatoria de cargo bastante pues no había
ninguna norma expresa que descalificara su valor probatorio (AATC 479/1986, de 4
de junio. FJ 1; 343/1987, de 18 de marzo, FJ 2.a y 137/1988, de 7 de julio , FJ 4). El
hecho de que el testimonio se realizara sin prestar juramento y, por tanto, fuera
susceptible de ser utilizado con fines autoexculpatorios, se consideraba que o
afectaba a su cualidad o aptitud como prueba de cargo suficiente, sino a la
ponderación sobre la credibilidad que merecía la declaración en relación con los
factores particularmente concurrentes, lo que era función exclusiva de la jurisdicción
ordinaria en los términos del art. 117.3 CE .
En una segunda fase, que comienza con la STC 153/1997, de 29 de
septiembre , y perdura hasta la actualidad, este Tribunal viene considerando que las
declaraciones incriminatorias de los coimputados carecen de consistencia plena
como prueba de cargo cuando, siendo únicas, no resultan mínimamente
corroboradas por otras pruebas. Lo que llevó a afirmar en la STC 115/1998, de 1 de
junio , que "antes de ese mínimo no puede hablarse de base probatoria suficiente o
de
inferencia
suficientemente
sólida
o
consistente
desde
la
perspectiva
constitucional que demarca la presunción de inocencia" FJ 5 criterio reiterado
después en las SSTC 68/2001 y 69/2001, de 17 de marzo, FFJJ 5 y 32,
respectivamente; 68/2002, de 21 de marzo, FJ 6 y 70/2002, de 3 de abril , FJ 11.
Esta conclusión se fundamente en la diferente posición constitucional de los
testigos y de los imputados en cuanto a su obligación de declarar; atendiendo al
derecho que asiste al acusado de callar total o parcialmente, en virtud de los
derechos a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable, reconocidos en
el art. 24.2 CE , y que son garantías instrumentales del más amplio derecho a la
defensa. Ello ha propiciado que incluso se calificara la declaración inculpatoria de los
coimputados, cuando es la única prueba de cargo, como sospechosa o
intrínsecamente sospechosa (STC 57/2002, de 11 de marzo , FJ 4).
En definitiva, como señala la STC 68/2002 de 17 de marzo (FJ 5), las
declaraciones de un coimputado, por sí solas, no permiten desvirtuar la
presunción de inocencia constitucionalmente reconocida, de modo que para
que pueda fundarse una condena en tales declaraciones sin lesionar el
derecho fundamental a la presunción de inocencia, es preciso que se adicione
a las mismas algún dato que corrobore mínimamente su contenido,
destacando la citada Sentencia que no es posible definir con carácter general
qué debe entenderse por la exigible "corroboración mínima", más allá de la
idea obvia de que la veracidad de la declaración del coimputado ha de estar
avalada por algún hecho, dato o circunstancia externos para que pueda
estimarse corroborada, dejando por lo demás, a la casuística la determinación de
los supuestos en que puede considerarse que ha existido esa mínima corroboración,
tomando en cuenta las circunstancias concurrentes en cada caso.
Esta corroboración mínima resulta exigible no en cualquier punto, sino en
relación con la participación del acusado cuya condena está en juego y
concretamente respecto del hecho o hechos por los que viene acusado. Además la
corroboración o corroboraciones externas y específicas han de fundarse en los
elementos que aparezcan expresados en las sentencia impugnadas como
fundamentos probatorios de la condena.”
Por ello, recordemos que los agentes que realizaron la inspección ocular en el
domicilio donde habitaban los acusados, T- 52573-G y J-00519-I señalan que no
encontraron restos de sangre en su inspección utilizando la última tecnología para
detectar restos de sangre o cualquier tipo de pruebas. Lo mismo ocurre con la del
agente I-70631-C que recogio muestras del vehiculo presuntamente utilizado y las
periciales practicadas al respecto con sentido negativo, o las de la propia maleta. En
definitiva, una ausencia absoluta de pruebas que se exigen para corroborar la
exclusiva declaración del coimputado, lo que determinó que el jurado por mayoría de
7 a 2 acordara la declaración de no culpabilidad de los tres acusados.
Tercero.-
Por todo ello, el veredicto tiene la suficiente motivación exigida por el art. 61.1,
d LJ, habida cuenta que en el trámite de la formulación de las instrucciones al
Jurado ya se hizo por el MP la advertencia suficiente, ya que es obligación del MP la
de explicar a los miembros del Jurado las instrucciones precisas para que
comprendan no solamente su función durante el desarrollo de las sesiones, sino a la
hora de redactar el veredicto, y esta función se desarrolló en el juicio con total
claridad y nitidez, habida cuenta que el objeto del veredicto se elaboró y concluyó
por aceptación de todas las partes y lo mismo ocurrió en el trámite de las
instrucciones que se dio al Jurado cuando se entregó el objeto del veredicto y se
explicitó uno a uno los puntos que debían someterse a debate, sobre todo
insistiendo en las diferencias en las cuestiones técnico jurídicas. Por ello, a
sabiendas de la dificultad que puede tener para una persona que no conozca el
mundo del derecho la siempre difícil tarea, en algunos casos, de argumentar y
motivar una idea o pensamiento se les explicó con detalle y por escrito cómo debían
realizar su tarea de efectuar una “sucinta explicación” del resultado de su votación y
del por qué llegaban a esa conclusión, aspecto que cumplieron a la perfección a
juicio del MP.
En este sentido, la sentencia del Tribunal Supremo de 25 Oct. 1999 señala
que el deber de motivar el veredicto es una de las características mas acusadas que
presenta la Ley del Jurado en relación a otros Ordenamientos del Derecho
comparado. En efecto, tanto el Jurado puro como el mixto, en los países que lo
tienen implantado en su sistema de justicia penal, aparece vertebrado por dos
coordenadas: Se trata de un Tribunal que no motiva su decisión y que actúa como
Tribunal de instancia única al no existir recurso de apelación. Ciertamente la Ley
5/1995 de 22 May. al imponer la motivación y la apelación actúa en base a la
exigencia constitucional del artículo 120.3 --que no establece excepción alguna a la
necesidad de motivación-- y a la de la doble instancia. Pero la procedencia de la
motivación no determina --concluye la precitada sentencia-- que, a pretexto de su
falta, se pueda intentar cuestionar la valoración alcanzada por el Tribunal del Jurado,
al ser competencia que a él solo corresponde.
En la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, Sala de
lo Civil y Penal, de 31 de Marzo de 1999 se recoge que:
“Motivación suficiente no es locución sinónima de argumentación extensa.
Para que exista, basta con que, en palabras de la STC 115/1996, las resoluciones
judiciales vengan apoyadas en razones que permitan conocer cuales han sido los
criterios jurídicos esenciales fundamentadores de la decisión (STC 14/1991) es
decir, la ratio decidendi que ha determinado aquella (SSTC 28/1994, 153/1995 y
32/1996).
Igualmente, el Tribunal Supremo en sentencia de 11 de Septiembre de 2000
nos dice que ha de recordarse que la motivación no constituye un requisito formal
sino un imperativo de la racionalidad de la decisión y, en consecuencia, constituye
motivación suficiente aquella que permite a un observador imparcial apreciar que la
decisión tiene un fundamento razonable y no es fruto de la mera arbitrariedad. Ello
se consigue en los supuestos de prueba directa con la mención o referencia a los
testimonios, informes periciales, documentos, etc. que avalan la veracidad de las
proposiciones fácticas aceptadas por el Jurado, sin que sea necesario extenderse en
los mecanismos puramente psicológicos del convencimiento, que no son exigibles,
en realidad, a ningún Tribunal ni en nuestro Ordenamiento ni en los Ordenamientos
Jurídicos de los países del entorno. Extremar el rigor --concluye la sentencia-- en las
exigencias de motivación del veredicto del Jurado, determinando con ello la reiterada
anulación de sus resoluciones, con la consiguiente repetición de los juicios que
conlleva un ineludible efecto negativo en los derechos constitucionales a la tutela
judicial efectiva y a un proceso sin dilaciones indebidas, puede constituir, bajo un
manto de un aparente hipergarantismo, la expresión real de una animosidad
antijuradista que pueda hacer inviable el funcionamiento de la institución, tal y como
ha sido diseñada por el Legislador.
En esta sentencia, el TS puntualiza que debe distinguirse la motivación
sobre los hechos que corresponde al Jurado y sobre el derecho que corresponde al
Magistrado-Presidente:
“En esta exigencia hemos de distinguir, de una parte, la motivación sobre los
hechos y la motivación sobre la aplicación del derecho, o motivación de la
subsunción, cuyas exigencias son distintas. La motivación sobre los hechos supone
la parte esencial de la exigencia motivadora en tanto es aquélla por la que se conoce
el proceso de convicción del órgano jurisdiccional sobre la culpabilidad de una
persona, en el sentido de participación en el hecho delictivo imputado, la que justifica
el ejercicio de la jurisdicción. Esta función solo la puede realizar el órgano
jurisdiccional que ha percibido la prueba con la inmediación derivada de la practica
de la prueba. De otra parte, su exigencia será, obviamente, distinta si la sentencia es
condenatoria o absolutoria. En este supuesto, la motivación debe satisfacer la
exigencia derivada de la interdicción de la arbitrariedad (art. 9.3 de la Constitución),
en tanto que el órgano jurisdiccional debe señalar que en el ejercicio de su función
no ha actuado de manera injustificada, sorprendente y absurda, en definitiva,
arbitraria. En la sentencia condenatoria la motivación, además de este contenido,
debe expresar las razones por los que entiende que el derecho fundamental a la
presunción de inocencia ha sido enervado por una actividad probatoria tenida por
prueba de cargo. En otras palabras, la motivación de la sentencia absolutoria se
satisface en cuanto expresa una duda sobre los hechos de la acusación, porque la
consecuencia de esa duda es la no enervación del derecho a la presunción de
inocencia.
Por otra parte, tratándose de sentencias dictadas por el Tribunal del Jurado es
obvio que no puede exigirse a los ciudadanos que integran el Tribunal el mismo
grado de razonamiento intelectual y técnico que debe exigirse al Juez profesional y
por ello la Ley Orgánica del Tribunal de Jurado exige una «sucinta explicación de las
razones...» (art. 61.1 d) en el que ha de expresarse las razones de la convicción, las
cuales deberán ser complementadas por el Magistrado-Presidente en tanto en
cuanto pertenece al Tribunal atento al desarrollo del juicio, en los términos antes
analizados, motivando la sentencia de conformidad con el art. 70.2 de la LOTJ.(STS
29 May. 2000).
Con ello se facilita y simplifica, en gran medida, la exigencia al Jurado de la
motivación del veredicto, que solo debe consistir en la referencia a los elementos de
convicción que han tomado en consideración para efectuar sus pronunciamientos
fácticos, como previene el art. 61.1.d) de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado,
como sucinta explicación de las razones que determinan su convicción, pues la
convicción, como constatación de la realidad de una proposición fáctica, se
fundamenta en el resultado de las pruebas que avalan la realidad de dicha
proposición.
Sin embargo, como he señalado anteriormente, los miembros del Jurado
entendieron y comprendieron a la perfección la finalidad de su intervención a raíz de
las instrucciones efectuadas a los mismos por el MP.
El resultado de hechos probados se obtiene por prueba ante el Tribunal del
Jurado practicada y es lo que en el juicio se ha declarado probado, -y así se ha
verificado por los miembros del Jurado-, y este es el resultado derivado de la
privilegiada inmediación de la práctica de la prueba que fue motivado por el Jurado
de forma acertada en la exigencia mantenida recientemente por el Tribunal Supremo
en sentencia de fecha 10 de Septiembre de 2003, que señala que “el veredicto tiene
una específica motivación en el sentido de que identifica las fuentes de prueba
tenidas en cuenta y los "porqués" de la credibilidad que se otorga a los medios
probatorios en unos términos que cumplen la exigencia de la "sucinta explicación"
a que se refiere el art. 61-1.d), en la interpretación que esta Sala viene dando a tal
precepto --SSTS 1187/98 de 8 de Octubre, 17 de Abril de 2000, 19 de Enero y 9 de
Febrero de 2001 y 208/03 de 12 de Febrero, entre otras muchas”.
Y en este caso se ha comprobado que la motivación es suficiente y
adecuada, además, a las exigencias constitucionales.
Octavo.Las costas se declaran de oficio.
III.EL
PARTE DISPOSITIVA
MAGISTRADO-PRESIDENTE
PRONUNCIA
EL
SIGUIENTE
F A L L O : Que debo absolver y absuelvo a Danut Adrian Grigorita,
Bogdan Puiu y Daniel Laurenti Paraschiv de los delitos por los que eran
acusados por la fiscalía y la acusación particular con declaración de las costas
de oficio.
Así, por esta mi sentencia definitiva, contra la que cabe interponer recurso de
apelación ante esta Audiencia, en el plazo de diez días, para su resolución por la
Sala de lo Civil y Penal del Tribunal superior de Justicia de Valencia. Lo
pronuncio, mando y firmo.
PUBLICACIÓN.- Dada, leída y publicada fue la anterior sentencia en el día de su
fecha y en audiencia pública celebrada en el Tribunal del Jurado de la Audiencia
Provincial de Alicante. Certifico.
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