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NÚM. 183
AÑO V
^ '•;c83tB»
c
njgítíkría g f lírtríctáaá
Redacción y Administración-Calle de las Fuentes, 6, segundo
TODA
L.A
CORRESPOUrDEIVCIA
A
AO\ERTEr¥CIA
O e s d e 1.° de Abril quedan nuestras oficinas instaladas en la calle
d e l a s F u e n t e s , niini.6,9.° iz(|uierda,
donile rog-anios á los señoi*es siiscripiores y corresponsales se sirvan
«lirig-irnos toda la correspondencia.
-^—£<^r!?^:S^'SS^c»>3^=S:s¿i
—
RESEÑA
de un taquímetro auto-reductor, sin limbos. (1)
(Continuación.)
REALIZACIÓN MEfÁMCA DE SU TEORTA
El aparato en su parte inferior no ofrece particularidad digna de mención. Tiene un disco ó platillo que
puede graduarse si se quiere que funcione como teodolito corriente, perpendicular por construcción al eje
vertical de gii'O. Este eje, contenido en una columna
que termina por su parte inferior en una plataforma
con tornillos nivelantes, y enlazado el aparato al trípode por una de las maneras corrientes, puede disponerse
vertical por medio de un nivel esférico que va colocado
sobre el disco, así como también lleva éste una orientadora, que por los movimientos rápido y lento de giro
del disco, detenido el primero por una mordaza y conseguido el segundo por un tornillo de coincidencia, puede orientarse en cada estación y hacer que el aparato,
si lleva limbo graduado, funcione como repetidor azimutal.
Aun cuando la orientadora reúna todas las disposiciones reconocidas como más ventajosas para asegurar
un buen paralelismo del eje de las y en todas las estaciones, juzgamos indispensable que el aparato tenga
verdadero limbo azimutal para poder corregir las desviaciones locales si el terreno fuese magnétido ó por
cualquiera otra circunstancia producida ; porque , si
^ien es cierto que éstas serán acusadas cuando después
(1) Véase el número anterior.
IVOM B R E
DEL*
ADIHIJVISTRADOR
de haber obtenido el mismo valor para D en las dos ob-^
servaciones, directa é inversa, encontremos que el aparato dá valores absolutos distintos con diferencias intolerables para las coordenadas x é y leídas en las dos estaciones, solamente la diferencia entre el rumbo directo AB y el inverso BA, después de corregido este último en 180 grados, podrá darnos á conocer la desviación
,local en el punto B. E^ta desviación, agregada algebraicamente al siguiente rumbo directo BC, leído sin
alterar la posición del limbo, y por consiguiente erróneo, dará el verdadero rumbo de BC, que después compararemos de la misma manera con el inverso CB para
ver si hay desviación local en C, y así sucesivamente.
Pero una vez calculada la desviación local en B, es preciso traer los ejes á su verdadera posición, es decir, paralelos respectivamente á la que tenían en A, lo que se
conseguirá moviendo azimutalmen te el anteojo, n o e l
limbo, hasta que el cero del nonius marque á partir del
cero del limbo y en el sentido conveniente, según el en
que haya tenido lugar la desviación, esta misma desviación; con lo cual el eje óptico del anteojo habrá entrado en un plano vertical paralelo al eje de las y en A:
mirando por el anteojo en esta nueva posición, plantaremos un jalón ó banderola en su enfilada, y restableciendo la coincidencia de los ceros y volviendo á mirar al
jalón, sin alterar,dicha coincidencia, habremos restablecido el paralelismo de ejes, y se podrá empezar á observar desde la estación B cuantos puntos queramos, en la
seguridad,4e que las a; é y leídas en el apa.rato serán
buenas.
. ,
•
Fija al disco superior según un diámetro paralelo
á la recta de los índices ó linea N.S de la caja de la
orientadora, va colocada una regla graduada nüm. 6,.
en la que se lee las y. Una caja ó corredera núm. 7, con
nonius resbala á lo largo de esta regla, y otra caja número 8, fija á dicha corredera núm. 7 en dirección perpendicular á ella y también con nonius permite que por
ella se deslice oti'a regla, nüm. 9, graduada también, en
la que leeremos las x.
.
Esta segunda regla tiene pues dos movimientos.
Uno de corrida horizontal en el sentido de su longitud,
cuando tira de ella una pieza que la enlaza con otra
caja superior, núm. 12, de que después hablaremos, y
otro de traslación también horizontal, perpendicular al
primero.
Como todo lo colocado sobre el disco impediría el
movimiento de giro del platillo que soporta el aparato
1.424
MADRID CIENTÍFICO
visual, si como ocurre en la generalidad de los goniómetros, fuese dicho platillo por encima del disco, imposibilitando en nuestro caso hacer las lecturas sobre las
reglas 6 y 9, se ha dispuesto por debajo, llevando nonius si el disco superior fuese verdadero limbo graduado.
Fijo invariablemente al disco inferior hay un fuerte
montante que elevándose vertical mente primero y dirigiéndose después hacia el centro del aparato, soporta
en su parte alta por el intermedio de unos cojinetes los
muñones del anteojo, colocados sobre aquéllos de manera que el punto de cruce del eje horizontal de! anteojo con el eje óptico esté situado en el eje vertical de
giro del aparato.
A cierta altura sobre el plano del disco superior, horizontaimente colocada, en el plano visual, sujeta por
sus extremos á piezas, del montante dicho, va una regla
graduada nüm. 11, que representa una paralela á ;a hipotenusa del triángulo rectángulo horizontal de la teoría.
A lo largo de ella resbala una armadura ó caja nüm. 12
de que empezamos á hablar antes; la cual permite marcar en dicha regla una magnitud que represente la reducida horizontal D, leida en otra regla superior fija al
cuerpo del anteojo, designada con el nüm. 28.
Esta armadura nüm. 12 enlaza con la regla inferior
nüm. 9, por el intermedio de una pieza acodada, que necesariamente ha de llevar un eje de giro vertical en su
unión con la armadura para que pueda efectuarse ia variabilidad de' ángulo de la regla nüm. 11, can la regla
numero 9.
Un piñón engranado en una rueda cuyo eje es un
tornillo largo, paralelo á la regla nüm. 11, de muy pequeño paso, y sin avance longitudinal, imprime á la armadura nüm. 12. que lleva fija á ella en su parte superior la correspondiente tuerca, un movimiento de traslación lento. La ttíerca, por una disposición muy ingeniosa
permite que ermovimiento de !a armadura pueda hacerse también rápidamente.
Una regla nüm. 23, horizontal, parálela al plano visual, á la altura del centro del aparato y fija invariablemente al montante por la derecha del anteojo representa la recta C'6 de la teoría; por dicha regla se desliza \ma
caja n." 25;formando cuerpo con ella,en sentido perpendicular á la misma y más separada del plano visual que
lo que está la n." 25, hay otra, n." 24 por la cual corre
una regla n." 26 que representa la recta a6 de la teoría;
unida por un eje de giro horizontal, n." 29, correspondiente al punto a, con otra caja nüm. 27 más separada
del plano visual que las dos anteriores, y que después
describiremos.
La regla nüm. 26, obligada á moverse por el tiro que
de ella hace el eje de giro nüm. 29, que camina por la
recta o'c sin abandonarla nunca, tiene pues dos movimientos; uno vertical dirigido por la caja nüm. 24 y otro
horizontal conservándose siempre paralela á si mi^ma,
dirigido por la caja nüm. 25.
Una pieza acodada que gira alrededor de un eje horizontal K, colocada en un espacio franco que hay entre
las cajas nüm. 24 y nüm. 25, correspondiendo el eje K
al punto 6 de la teoría, variable de posición, á lo largo
de la regla iiúm. 23, enlaza con una regla nüm. 30. tirando de ella; pero esta nueva regla pasa por una caja,
nüm. 35, dentro de la cual corre ó desliza, cuya caja
forma cuerpo imido con otra, nüm. 31, más separada
del plano visual que la número 35, y contenida en
el mismo plano vertical que la caja nüm. 27. La caja
nüm. 31 corre como la numero 27 á lo largo dá una regla nüm. 28, cuyo eje de figura es precisamente la recta C'o'ac'c de la teoría.
Como estas cajas nüm. 35 y nüm. 31 tienen sus ejes
de figura cruzándose perpendicularmente entre si, se
ve que en la regla nüm. 30. siempre paralela á la recta
6Y de la teoría, podremos leer los valores de la reducida
vertical z'.
Como la recta 6 ^( no tiene representación material,
la armadura nüm. 31 lleva un índice distante cierta
cantidad de la recta 6Y para poder leer con él la reducida horizontal D; siendo evidente que el origen de esta
lectura no puede estar en C . sino separado de este punto hacia el objetivo, precisamente la distancia entre el
índice de la caja nüm. 31 y la recta ideal 6Y.
La regla nüm. 28 queda perfectamente definida con
lo hasta aquí dicho. Va fija invariablemente al cuerpo
del anteojo por dos salientes laterales de éste. Sus caras
superior é inferior distan O"",02. En su interior se alojan
(los brazos ó varillas que el autor llama el compás simétricamente colocadas respecto del eje de figura o'c de la
regla, girando no precisamente alrededor del punto o',
sino de otros dos «, «. distantes del plano de los hilos
0"i .08 y de las caras superior é inferior de la regla número 28, la cantidad de O™ ,005.
Este compás, cuyas ramas se prolongan hasta enlazarse con piezas de la región del plano del retículo,
para aproximar ó separar los hilos de este, representa
el ángulo variable a o' b de la teoría.
Las caras de estas ramas en sus partes superior é
inferior exteriores, son planas en una cierta longitud y
pasan por los dichos puntos de giro n . « , movidas en
torno de éstos al ser oprimidas por dos rodillos, una
para cada rama que lleva la caja nüm. 27, calculados de
manera que dejen entre sus tangentes horizontales interiores una separación constante, para que cierren las
ramas al correr la caja hacia el retículo. Análogo efecto
al producido en el ángulo variable ao' b áe. la teoría por
la recta a" o' b" al trasladarse sobre o' c.
Al correr la caja nüm. 27 separándose del retículo,
las caras planas seguirán en contacto con los rodillos,
porque unos fuertes resortes convenientemente dispuestos en la región del retículo, tienden constantemente á separar los hilos, actuando sobre los bastidores
en que dichos hilos, de platino, muy finos, van co'ocados, y por consiguiente á que se abra e! compás.
Las ramas del compás aproximan los hilos cuando el
ángulo de ellas disminuye, porque van enlazadas á unas
piezas exteriores que tiran rectilíneamente, según la intersección del plano de los hilos movibles con el plano
del ángulo del compás de los extremos de dos palancas
exteriores también, contenidas en el plano del retículo
giratorias alredor de puntos g, ff, situados en una paralela a plano visual, y cuyas palancas apoyan en los
puntos h, /^, vértices cónicos de las cabezas de dos tomillos de rectificación fijos á los bastidores que llevan los
hi'os, é imprimiendo á estos vértices cónicos movimientos rectilíneos en el plano del retículo y paralelos al tan
repetido plano ao' b del compás, por ir guiados los bastidores en ranuras convenientemente dispuestas para
ello.
El empleo de palancas g f, gf. para comunicar á los
MADRÍD CIENTÍFICO
hilos el movimiento de aproximación cuando el compás
se cierra, ó para abrir éste, cuando la caja nüm. 27 se
separa del retículo, complica un poco el cálculo de la separación de las tangentes horizontales interiores de los
rodillos y obliga á que los tres puntos g, h, h', en cada
palanca estén perfectamente en línea recta (detalle de
que no habla el autor, sin duda, en obsequio á la brevedad de la explicación).
Consideremos la palanca superior y el brazo correspondiente del compás solamente, porque lo mismo ocurrirá en las piezas inferiores;^ es el punió de giro de la
palanca, h el vértice cónico de la cabeza del tornillo en
contacto con la cara inferior de la palanca, y h' el punto
de la cara superior de la misma en el que se verifica el
tiro producido por la pieza intermedia que une el extremo de la palanca con el extremo de la rama del compás; puntos evidentemente variables, en pequeñísima
cantidad, sobre el brazo de la palanca, porque la pieza
de enlace dicha y el vértice cónico h del tornillo tienen
movimientos rectilíneos en el plano del retículo, paralelos al plano del ángulo ao' b del compás, simultáneos,
pero diferentes. Si los tres puntos g h h' están en línea
recta, en linea recta estarán también después de un
cierto giro de la palanca los g A, A/; en que h^ y /«', serán distintos de los anteriores considerados como puntos
de la palanca, y las nuevas posiciones de los anteriores
considerados en los movimientos rectilíneos de que hemos hablado. Como los triángulos^ hh^y g h' h\ son
semejantes, los caminos rectilíneos recorridos hhi y
h' h'i serán proporcionales á sus alturas ó sean las distancias constantes de g á las rectas hhj y h' h\, y el
compás que se calcule será bueno; pero si los puntos
g, h, h' no están en linea recta,- como los radios g h y
g h' no forman ángulos iguales con las paralelas /« A, y
h'h\, después de un cierto movimiento angular de la
palanca los triángulos ghh^y
g h' h\ no serán semejantes y los caminos rectilíneos recorridos hh^ y h'h\ no
serán proporcionales á las alturas dichas, y el compás
que se calculé no estará bien establecido.
1.42S
hh^ y h'h'^, es evidente que la corrida del hilo del bastidor desde la posición c á la a' correspondientes á las distancias ao y 400"', corresponderá en la recta intersección
del plano del retículo con el plano del ángulo del compás, á una corrida de un punto cualquiera de ella de
3 X í"«' =0ni0014625, de modo que una recta de la rama
del compás que pase por el punto o' primero horizontal
y después inclinada, correspondiente á las posiciones de
los hilos c y a', deberá cortar á la recta h'h\ en un punto r de ella situado por encima del eje de figura o'c de
la regla una cantidad igual á 3 x c «' = 0"'.0014625;
pero como la corrida de los rodillos hacia el plano del
retículo, rodillos que desanipeñan el papel de la recta
a"c'b" de la teoría, no pasa de O"',04 á part r de o', la
posición reai de dicha recta o'r de la rama, para 400"',
vendrá dada por una recta que parta de o' y que pase
por urt punto r, de la perpendicular á o'c levantada á
0i",04 de o'tomado hacia arriba á una distancia de un
pié de
^l:^^^=0.",00073.
Como el rodillo apoya en la parte superior de la rama del compás, dándole á esta rama una cara plana, por
dicha parte, que pase por el punto de giro n y que sea
paralela en una longitud algo mayor que 0'n04 á la recta
o' r, r de que venimos hablando, como o'n =0'»005 resultará que la salida ut que ha de tener el rodillo por debajo de la cara superior de la regla núm. 28, será
ut = Oí",01—(Om00073 4- 0>n,005) = On'00427;
y que cuando tropiece ó toque con la rama al encontrarse en su movimiento de traslación á O'",04 del punto ó
hacia el retículo, dicha rama, cualquiera que sea su forma desde la parte superior plana y su punto de enlace
en el plano del retículo ocupará la posición correspondiente á la que debe tener el hilo superior del retículo
para una distancia D' = 400™.
Cuando dicha parte plana superior de la rama corte
á la tangente horizontal inferior del rodillo en un punto
de ella t situado á O"»,01 de o'n, habrá una recta o'r\r
En el anteojo propuesto se ha tomado o'c = O'i^,08; paralela á la nueva posición de la cara superior, que coa'b', para 400'» de distancia, vale a'b'= 0ni,00097o; /, se- rresponderá á la colocación que debe temer el hilo supegún hemos dicho, resulta ser igual á O"»,0002; por lo , rior para una distancia D' = 100™; y lo mismo ocurrirá
tanto para D' = lOO"» y D' =400"», o'c'~ N X ^ valdrá en las demás posiciones intermedias del rodillo correspondientes á las distancias comprendidas entre 400™ y
O™,02 y O"»,08, respectivamente.
Si por la disposición ó exigencias en los órganos del lOO-".
El anteojo puede llevar también un limbo graduado
aparato no se qu.ere que corra tanto, la recta «"c'¿>"=
a'cV, sino una mitad, o'c^ — O",04, como pasa en el an- zenital, para que el aparato funcione como teodolito coteojo proyectado, dando por supuesto las mismas dis- rriente.
tancias entre lOO™ y 400™, claro es que o'd =t 2 o'c\,
Un nivel de burbuja tórico, ordinario, de bastante
pero como o ' c \ = N i X / , se tendrá
radio, fijo, con su tornillo de rectificación, al cuerpo del
anteojo por la parte superior de éste, permitirá, cuando
o'c' = N x / = 2 N , x / ; ó bien N™ = 2 N,™,
es decir, que el número Ni de partes / que en este caso por los métodos conocidos se haya obtenido el paralelisse lea, habrá que multiplicarlo por 2 para obtener la mo de la directriz del nivel con el eje óptico del anteojo,
distancia; ó lo que es lo mismo (para evitar6:e la multi- usar el aparato como nivel ordinario.
No entramos en más detalles. Con lo dicho, basta en
plicación), (fue cada parte / de las anteriores tendrá que
estar dividida en 2; y por lo tanto, las nuevas partes /, nuestro concepto para formarse idea de la manera ingerepresentando cada una un metro, valdrán /j = 0™,0001, niosa con que ha realizado el Sr Salazar su teoría.
que se aprecian sus décimos por un tambor microméEn un próximo articu.o nos proponemos dar á conotrico.
cer el estudio, que seguramente habrá hecho también el
En el aparato propuesto los rodillos correrán desde autor, de los pequeños errores que produce el empleo de
0">,01 á O™,04 á partir de o' para las distancias compren- los rodillos, siempre por defecto, y con la circunstancia
algo paradójica de ser mayores cuanto menor es D'.
didas entre lOO"» y 400"».
Como los puntos g. g. se han tomado á una distancia Examinaremos detenidamente la influencia que en el
de la recta hh^ igual á la mitad de la ieparación entre cálculo y funcionamiento del compás pueden tener la
1.426
MADRID CrENTÍFICO
mala colocación, los defectos de construcción y desgastes
de las palancas y tornillos de cabeza cónica en que apoyan
estas, asi como también a cuestión capitalísima del error
producido en D' por el inevitable de puntería, función
compleja del grueso de los hilos, del aumento del anteojo, de la distancia á que con él se mira etc. etc.. y que si
en uno anahitico, produce un error en la apreciación de la
porción de mira comprendida entre los lados del ángulo
estadimétrico. en uno alático ó de ángulo variable, como
el propuesto, producirá un error en el ángulo w. ó lo que
es lo mismo en m; y por lo tanto en ambos casos sobre
D' cuya expresión exacta es como sabemos
M
D':=»í(íí
<f)
jo'Xtp
habiendo en el segundo caso la desventaja de que al
error de puntería se agregará el producido sobre m, para
cada valor particuar según la distancia, por cualquier
desarreglo del mecanismo algo complicado siempre que
hace variar la separación de os hilos. Siendo este gravísimo inconveniente, motivo de que el anteojo estadimétrico de ángulo variable haya tenido hasta la presente
poca aceptación.
Exclarecidos todos estos puntos, con objeto de que
nadie dude acerca de la exactitud teórica del aparato,
todavía habrá quien pregunte: 1." ¿Resultará práctico,
por esmerada que sea su construcción, con tantas cajas,
reglas, ejes de giro, tornillos, i-esortes, hilos de platino
movibles, dos palancas, piezas de enlace intermedias entre éstas y las dos ramas del compás, una cruz filar en
distinto plano, por próximo que se halle al de los hilos
movibles? 2." ¿No podría reemplazarse los hilos de platino por los bordes de dos pacas de crista , fija la superior,
pero rectificable, llevando gravado un trazo perpendicular á su borde que con es.te daría lugar á la cruz filar, y
movible sólo la inferior, rectificable también, con un sólo
resorte, una sola palanca, ó sin palanca y una sola rama
en el compás, sustituyendo el rodillo por un tope que
haga sus veces? 3." Modificada la caja nüm. 25 de modo
que se dividiese á voluntad en dos partes adaptadas una
á otra por un plano paralelo al engendrado por el eje
óptico del anteojo, ¿no podría tener este la vuelta de
campana, tan conveniente al ser usado como teodolito
de precisión para eliminar por doble observación, si las
rectificaciones no fuesen bien hechas, los errores de excentricidad del plano visual; de falta de p:rpendicularidad
entre el eje óptico y el horizontal de giro;de falta de horizontalidad de este eje. y de falta de centración del anteojo? Muchos contestarían: ¡no es posible! Nosotros sólo
decimos: ¡no perdamos la esperanza! ¡El poderoso ingenio del Sr. Salazar, si el resultado práctico no fuere bueno, hallará medios pai"a extirpar los ,abrojos que haga
nacer su aparato, en el hermoso camino abierto y afirmado por él con tan sólida teoi-ia!
EcsEBio DEL BUSTO
Madrid 20 de Marzo de 1898
mmSé"-,-'
\-i¿.Tá
En contra del Congreso de Higiene
Cuando al terminar uno de tantos Congi'esos internacionales de Medicina—-no sé cuál ni dónde—^llegó
aquí la noticia de que el próximo de Higiene, conforme
á lo suscrito anteriormente, había de verificarse eíi Madrid, una carcajada estrepitosa, espontánea y general
lanzada por los que de lejos asistíamos al espectáculo,
fué el única premio, el mejor aplauso que el sentido común pudo otorgar á la increíble audacia de los ilustres
representantes españoles.
¡No era para menos! Audacia se necesita por parte
de los eminentes caballeros que disfrutan el privilegio
y ejercen el monopolio de representarnos en esas solemnidades científicas para aceptar la inmensa responsabilidad que tal acuerdo supone. Yo no puedo imaginar
que el desconocimiento de la realidad llegue en ellos
hasta el punto de inducirles á creer que en España y en
Madrid puede verificarse un Congreso de Higiene sin
que la Nación, y principalmente la clase médica, caigan
en el más triste ridículo.
Esta afirmación que acabo de sentar constituye una
verdad evidente para todos los que conocen el estado
actual de la Medicina en España, y en la conciencia de
todos los médicos imparciales está, firme y clara, la
convicción de que aquí podemos congregar sin desdoro
y aun salir airosos y lucidos de los palenques internacionales dedicados á cualquier ramo del saber, menos á
la Higiene. La cirujía, las especialidades, la ciencia
pura tienen mayor ó menor número de esclarecidos
campeones, gloria legitima de la medicina patria, y poseen además una organización; defectuosa si se quiere,
pero que al fin engendra algo superior, algo brillante
que se puede ostentar á la faz de los extranjeros. Lo
contrario ocurre con la Higiene: como ciencia yace petrificada en los conocimientos imperfectísimo de mediados siglo; como arte de aplicación constituye el oprobio
mayor de nuestras ciudades, y como disciplina médica
carece de enseñanza, porque la que se da en las cátedras
no puede ser más ramplona, ni más atrasada ni más inútil en parangón con los altos vuelos y el desarrollo espléndido que obtiene en los centros docentes de América y Europa.
No son menester razonamientos alambicados ni largas disquisiciones para convencerse de ello: basta una
sencilla consideración. La Higiene moderna tiene por
base imprescindible la bacteriología: á ella debe su evolución científica y á ella sus triunfos prácticos. Pues
bien; en España falta la base, no existen cátedras de
bacteriología, no se explica esa ciencia en ninguna Universidad del reino, y, por consiguiente, mal puede haber bacteriólogos y mal puede haber higienistas. Y asi
sucede, en efecto, al menos oficialmente.* ¿Qué eminencias españolas brillan en los Congresos periódicos de fiigiene? ¿Qué descubrimiento eñ materias de sanidad pública va unido á un nombre español? Copiosos son los
frutos que la investigación experimental cosecha en el
amplio y bien cultivado campo de las infecciones: ¿ha
Balido alguno, por ventura, de las escuelas oficiales de
nuestra patria?
Se equivocan grandemente los santones del pretendido Congreso, si creen que á los extranjeros se les deslumhra con palabras hueras, con retóricas insustancia-
MADRID CIENÍTFICO
les que de lejos trascienden á desnudez y miseria de
fondo: aquilatarán lo que existe, apreciarán en su justo
valor lo que vean, y si nos ven raquíticos, deformes,
desprovistos de instituciones sanitarias y haciendo gala
de nuestra penuria y nuestro atraso—á esto equivale la
invitación que les dirigimos—la nota de ignominia y el
vilependio subsiguientes, culpa serán de los que no han
sabido evitarlo'
Verdaderamente los que en sus viajes por los países
cultos hayan visto sobre el terreno los adelantos prácticos de la higiene, y los que dedicados al estudio conozcan por los libros la importancia inmeiisa de la organización sanitaria actual en las naciones de Europa, no
podrán menos de mostrarse á la par indignados y sorprendidos contemplando, allí, los enormes beneficios
que el individuo y la sociedad reportan del progreso
higiénico, y aquí, las continuas hecatombes que la desidia y la ignorancia acarrean al pueblo español, l'ero
no hace falta viajar ni consuultar obras para comprender el estado lamentable y vergonzoso de nuestra organización sanitaria. ¿No delata todos los días la prensa
deficiencias y absurdos que están en pugna con la más
rudimentaria higiene? ¿No leemos á diario el tanto por
ciento horrible que la mortalidad alcanza en Madrid,
como resultado final desastroso de la abyección á que
nos condenan los encargados de velar por la salud publica? No vemos todos los años repetirse y menudear las
mismas epidemias y las mismas infecciones en medio
de la indiferencia anticristiana y antipatriótica de las
autoridades que nada hacen por remediar el mal?
Las escuelas alojadas peor que en el más ínfimo villorrio; los mercados desprovistos de toda condición recomendable y hasta del más vulgar aseo; las carnes distribuidas en hediondos vehículos; las aguas sin filtrar,
saturadas de inmundicia por la basura que en el Lozoya
depositan los pueblos ribereños; el suelo y el subsuelo
repletos de cieno, constante semillero de infecciones;
los hospitales, los cementerios, las casas de vecindad,
los asilos, las vaquerías, el transporte de enfermos, los
alimentos
todo, en fin, todo lo que constituye el mecanismo complejo, la vida en mancomún de los grandes
centros urbanos perdura en estado primitivo, envuelto
en nubes de pestilencia y convertido en degradante foco
corruptor de la vigorosa y prolífica sangre española.
El resultado es triste, pero evidente y merecido.
Mientras Inglaterra duplica su población en el breve espacio de medio siglo (1841 á 1891), España permanece
casi estacionaria, y como el capital de las naciones lo
fornaan el número y la salud de sus habitantes, de aquí
que no deba extrañarnos el desprestigio y la ruina de
nuestro país desde el punto de vista social.
Pero no sólo carecemos de instituciones sanitarias,
sino que, además, diáfrutamos aquí de una mentira convencional desconocida en otros países: la mentira higie~
nista. Cuando el clamoreo de la opinión, diezmada por
crueles epidemias, exige medidas radicales, los Gobiernos, en descargo de su callosa conciencia, improvisan
tres ó ocuatro higienistas en las respectivas y muy ufanas personas de otros tantos señores que han de ser por
fuerza turiferarios del bando imperante. Muy bien, si
el conjunto de aplicaciones sanitarias surgiera de la
nada al soplo de una voluntad omnímoda; muy bien, si
la Gaceta, por la sola virtud de su arcaico formulismo,
hiciera descender sobre el cerebro de los agraciados la
1.427
enorme suma de conocimientos teórico-prácticos que
integran hoy el dominio de la Higiene. Desgraciadamente, los sistemas sanitarios no se improvisan
ni
los higienistas tampoco. ¿Qué resulta entonces? Primero
la carí/Z/a, la tradicional cartilla, juguete infantil para
pueblos torpes, indispensable tributo al castizo Pero
Grullo, compilación de inocentes dislates, archivo de
las más rancias sandeces; y luego precedida de pomposos anuncios, la derniere noui'antt'e, eJ postrer adelanto
que cuando no es inútil por lo uín'jo resulta inadecuado,
improcedente, inaplicable, infructuoso y ridiculo. Asi
han nacido las modernas puro/lias sanitarias que tanto
engalanan, recrean y satisfacen á los habitantes de la
villa y corte. Parodia es la desinfección á domicilio en
los casos de enfermedades contagiosas; farsa el empeño
que en las turbias del Lozoya y cargada el agua de barro
y deyecciones no encuentra ni un miserable bacilo patógeno; mentira y mentira indigna la aserción que declara limpios, puros, sagrados é intangibles aquellos
mismos lugares tachados por la opinión pública como
origen constante de mortíferas infecciones.
Hagamos alto aquí. No quiero profundizar en el análisis de nuestro sistema sanitario, ni intento exponer á
la pública consideración la incompetencia notoria de
nuestros «Moisés» de real orden, intermitentes poseedores de la sabiduría infusa en materias de higiene social.
Lo único que me proponía era lanzar mi protesta contra la idea del "Congreso». Sin embargo, había leído en
la prensa alemana que los médicos extranjeros, con perfecto acuerdo, renunciaban al «Congreso de Madrid» por
dos razones: 1.% porque hallándose España en situación
demasiado allictiva con sus guerras colonial s, no era
justo exigirle esfuerzos y sacrificios de otro orden; y
2.% porque verificado en Agosto último el Congreso general de Moscow, con bU correspondiente sección de Higiene, holgaba el parcial de Madrid. Ea más: añadían
algunas revistas que debiendo celebrarse otro Congreso
médico con motivo de la próxima Exposición de París,
lo procedente seria anular de hecho el de Madrid, porque los higienistas no acostumbran á convocar reuniones Ínternacionalts en plazos menores de dos años.
Tranquilo ya y deleitado por virtud de estas decisiones bien pronto deseché la idea de publicar lo que dejo
expuesto y que en verdad pugnaba por salir con mayor
furia todavía cual corresponde á la alteza y dignidad de
tan grave asunto. No ha sido así, al cabo; nuestros impenitentes exhibicionistas toleraron que el presunto
congi-eso sufriera un aplazamiento, pe. o no consienten
ni pueden consentir en la suspensión definitiva. ¿Qué
razones alegan para ello? Ninguna. Mandan,, decretan,
exigen y á nosotros nos toca obedecer, acatar sus órdenes, prestar homenaje á sus encumbradas personas. Ellos
no tienen obligación de corapu sar las revistas profesionales extranjeras, ni les importa la voluntad galante de
los invitados, ni quieren ahorrar sacrificios al presupuesto y sonrojos á la clase médica y á lor ingenieros
españoles.
Consteles, empero, que si el congreso ce celebra será
una wfiesta de familia» un ágape doméstico á costa del
país; y sepa el Gobierno que la mayoría de mis sensatos
compañeros entiende que en vez de subvencionar las tan
ansiados «juergas congresiles» debería aplicar pSbvte del
dinero á fines más elevados y honrosos, por ejemplo, á
1 A'^S
MADRID OlENTÍFk'U
la creación y sostenimiento de un laboratorio que en
Cuba estudie la manera de combatir, la manera de curar
la liebre amarilla; desterrándola de nuestros alegres
campamentos y afianzando allí la eterna dominación de
las invictas armas españolas.
Por lo pronto, de esa manera hubiéramos ahorrado á
nuestra infortunada patria la intempestiva exposición
de sus llagas sociales.
F. ML'RILLO
-^=<^-Sí. 'xi^^^^-lri-"-í;íJ--^>-'=fe
OBRAS PÚBLICAS
La exposición que transcribimos, fué recibida en
nuestra Redacción el Jueves Santo, de suerte que de
Málaga debió salir el lunes, ó séase cuando todos creiamos seguro é inminente el choque con los Estados Unidos. Pocos comentarios hemos de formular ante la lectura de la mencionada exposición. El desprendimiento
del Sobrestante de Obras públicas que la suscribe resulta á nuestros ojos comparable al del marqués de Villamejor dando 50.000 duros por un palco.
¿Qué dirían los Martin Esteban, los Cubas, los Bornos, los Sevillanos, etc., si leyeran la exposición del
Sobrestante? ¿Y qué dirán al leerla los despi-endidos Inspectores del Cuerpo de Caminos?
La carta particular que acompaña á la exposición
dice lo siguiente:
«Málaga 6 de Abril de 1898.
Sr. Director.de MADRID CIENTÍFICO:
Muy distinguido señor mío: Aun cuando se trata de
asunto tan distinto á los que se relacionan con el periódico de su digna dirección, me permito, movido por el
sentimiento patrio, que es común siempre y más hoy á
todos los españoles, incluirle adjunta copia de la solicitud que con fecha L" del actual he elevado al Excmo. señor Ministro de Fomento, en súplica de que sean admitidos los donativos que ofrezco en favor de los fondos
para las atenciones de la guerra, si se declara, con los
Estados Unidos,
Tanto de dicha instancia como de la presente, suprimiendo mi nombre. que para nada sirve citarlo,
puede Y. hacer el uso que crea oportuno, rogándole sí,
muy encarecidamente, se sirva, si lo estima pertinente,
darle la mayor publicidad posible, al objeto que persigo de levantar el ánimo, si es que lo necesitaran los buenos españoles, entre los que cuento á todo el personal
de Obras públicas, para que alcance éste un preeminente
lugar en el gran concurso de ofrecimientos patrióticos
que para honra nuestra y demostración elocuente á los
extraños ha de llevar á cabo la nación española en las
actuales criticas circunstancias.
Modestísimo es mi óbolo, pero si un millón de españoles que pueden hacerlo igual, lo igualaran, dispondría la nación de cuatro millones de pesetas diarios de
ingresos sobre extraordinarios que la pondrían ^ salvo
de muchas desventuras.
Ruégole me dispense y se sirva aceptar el testimonio
de consideración y aprecio de su afectistrao seguro servidor, Q. B. S. M.,
DIEGO GBILLK< «
La exposición dice así:
"
^<Excmo Sr, Ministro de Fomento:
D- Diego Grille Alrarez, con cédula personal de séptima
clase, núm. '355, expedida en M'Haga el 19 de Agosto último, Sobrestante de -Obras públicas, afecto al servicio de
esta provincia, á V. E., como Jefe superior de este ramo de
la Administración, tiene el honor de dirigir el presente escrito, y con la más alta consideración y profundo respeto,
exponer:
Declarada, como parece que ha de ser en breve, la guerra entre nuestra querida España y esa otra nación mixta,
hasta en su propio nombre, es llegado el momento de callar y
obrar.
A nuestros siempre valerosos soldados de mar y tierra
reservada está la victoria delpabel'ón español.
Los que no podemos aspirar á esa gloria, obligados estamos todos, como un solo hombre, además de otros deberes
que la honra nacional demande, a ofrecer espontanea, pronta y desinteresadamente nuestro peculio para conllevar los
gastos de la guerra.
Humilde la procedencia, humilde ha de ser mi ofrecimiento con el anhelo de que no sea el último ni tampoco el
menos sincero y entusiasta.
Ejercietido el que suscribe el cargo de Pagador de Obras
públicas de la provincia de Málaga, y esta es la razón de
permitirme molestar la respetable atención de V. E. con la
presente exposición, renuncio la indemnización fija de \.0(ÍQ
pesetas anuales que me está asignada por la Instrucción* vigente de 31 de Octubre de 1896, cuya cantidad, á partir del
día de hoy, queda á favor del Estado, con destino á las necesidades de la guerra, mientras ésta dure con los Estados
Unidos.
Esto como funciona'^io público y sin perjuicio de contribuir por cuantos otros medios oficiales ó particulares se
promuevan.
Como particular, hago asimismo cesión </ favor del Tes«ro, y con los propios detinos y tiempo, de 400 pesetas de
intereses anuales que corresponden á 16 obligaciones sobre
la Renta de Aduanas creadas en 1896 como empréstito para
la guerra, motivo porpue fueron por mi suscrit.ts, en el deseo siempre de prestar mi modesto concurso á la Niteión
con productos de trabajos más penosos que lucrativos.
Ademéis, si necesario es, renuncio también á la amortización de las 16 obligaciones mencionadas, que son las señaladas con los números 148.483 al 148.492, 148.592 y
317.838 al 317.842, si les tocara en suerte en los sorteos que
se verifiquen durante el tiempo de la guerra.
Sintiendo en el alma, Excmo. señor, no poder hacer en
favor de mi amadísima patria más ofrecimientos que tos
modestísimos apuntados, ruego muy encarecidamente y
Suplico á J'. E. se digne, en nombre del Gobierno, aceptarlos, y que tanto el Ministerio del digno cargo de V.E.,
como, por indicación del mismo, el de Hacienda, dicten las
disposiciones conducentes á la realización de mis ofrecí-^
m lentos.
Es gracia que espero nierecef de l'.E,, cuya vida guar"
de Dios muchos años,
Málaga I," de Abril de 1898,
DíEGO GRILLEU)
f<^>ft^3i5
MADRID CIENTÍFICO
BIBLIOGRAFÍA
Anuario de la Bolsa, del Comercio y de la Banca para 1898, por Don
Eduardo Diez Pinedo, Jefe del Negociado de Operaciones
del Banco de España.
A diario nos acosan autoras y editores para que demos cuenta de los libros que nos remiten. Algunos de
nuestros aprovechados remitentes extreman su celo
hasta el punto de mandarnos impresas las bibliografías.
Excusado es declarar que todos los libros «vienen á llenar un vacío», en todos ellos se suma «lo ameno á lo
útil», todos reflejan y traducen la novedad palpitante
en el extranjero acerca de tal determinada materia y
todos ellos son indispensables en la biblioteca de nuestros lectores. Nuestra tolerancia, harto visible en la mayoría de los casos, nos lleva en numerosas ocasiones á
dar á la imprenta cuartillas que acaso tuvieran mejor
asiento en el cesto de los papeles, á pesar de lo cual nos
creamos, aunque parezca imposible, no pocos enemigos,
por rebajar un poco, muy poco, los ditirambos confeccionados que nos mandan.
A veces no son los propios autores los encargados de
hacerse su bibliografía. Los dichos autores, por un resto
de pudor, remiten sus obras á amigos ó compañeros á
fin de que den cuenta de ellas, y éstos, claro está, que se
despachan á su gusto. Por eso verán ustedes cuánto
abundan en nuestras revistas las bibliogiafías laudatorias y cuáii poco las saludables y sinceras. Escribe un
ingeniero, vr. gr., un libro que apenas si merecía ser
nombrado, va y se lo manda á otro ingeniero que escribe en la Revista de Obras públicas, ó en la Minera, ó en
M.\DRiD CIENTÍFICO, etc., y estas revistas echan las campanas á vuelo al ocuparse del libro. Cierto que los autores, cuando son ingenieros singularmente, no suelen
agradecer los elogios que tributamos á sus vulgaridades, por creer que todo se lo merecen, mas en cambio se
logra con tal sistema que el publico no haga caso poco
ni mucho de las recomendaciones que solemos hacerle.
Y es claro, llega el día en que un escritor de mérito publica un libro que en buena lid merece todas las alabanzas y ton ellas el favor del público, y como de él se repite lo propio que se ha escrito de infinidad de libros
malos, el lector, justamente escamado, toma aquellos
elogios comoun suelto más de contaduría, y maldito, el
caso que les hace.
Con todas estas digresiones y preámbulos, queremos
. decir lisa y llanamente que la última producción financiera del Sr. Diez Pinedo pertenece al género de aquellas pocas que en justicia merecen un cumplidísimo elogio. En las diversas secciones que componen el libro se
abordan con profundo conocimiento de causa cuantos
problemas pueden interesar al contado número de españoles que todavía manejan dinero. Y como entre tse reducido número de personas figuran los ingenieros que
se hallan al frente de grandes empresas industriales, de
ahí que conceptuemos útil extractar el índice del Anuario.
1.429
2." Tdem de Estadística.—Con datos minuciosos acerca
de la población, extensión superficial, marina mercante,
líneas férreas, importación y exportación, movimiento
de los puertos y relación del tráfico entre los principales
países del mundo.
3." Sección Monetaria.—Que comprende datos acerca
de la reforma monetaria en Rusia y el Japón, la circulación en los diferentes países, el quebranto progresivo
de la plata desde 1856 hasta el día, el tanto por ciento
que pierde la plata con relación al oro según el precio
en Londres de la onza standartd, los cambios que determinan la entrada y salida del oro en los principales centros mercantiles, la cotización de los metales preciosos
en los mercados monetarios, etc., etc.
4." Sección Industrial, encabezada con un interesante
trabajo debido á D. Gonzalo Ferry acerca de la riqueza
minera de Almería, en cuyo trabajo se hacen resaltar
las enorm s vantajas que á los almerienses repoi'taría
reducir el mineral á lingotes en vez de exportarlo en
bruto.
5." Sección de Bolsa.—Relación de títulos retenidos
por auto judicial hasta 31 de Diciembre de 1897.—Preceptos de los Reglamentos de Bolsa referentes á títulos
detenidos.—Variación de los cambios con París y Londres durante todos los días del pasado año.— Aritmética
del rentista: reglas para resolverlos diversos problemas
á que da lugar la compra ó venta de efectos públicos. —
Oscilaciones de nuestros valores durante cada uno de
los meses del pasado año y en los años 1891-92-93-94-9596.—Cambios más altos y más bajos que han alcanzado
los valores en la Bolsa de Madrid en 1897. — Fotografía
de la Bolsa. — Reseña de sus operaciones.—Su aspecto
interior.—Los contratos y su tecnicismo.—'Tabla del
tanto por ciento que representan los cupones al 4, 5 y 6
por 100 anual, según los días corridos ái un trimestre.
Importe de las emisiones de valores en los principales
países del mundo desde 1871 á 1897.
6.° Sección de alta Banca. —Paridad del cambio entre
la Deuda perpetua interioi.' y la amortizable al 4 por
100 é interés que producen ambas teniendo en cuenta,
en la segunda, el beneficio de la amortización.—Cálculos
matemáticos y fórmulas sobre tan importante asunto.—
Tabla de dichas paridades y del int.^rés que produce la
Deuda amorti))able. según el cambio pueda alcanzar en
los distintos años que faltan para su amortización.—Problemas relativos á estas cuestiones.
Por no alargar este trabajo hacemos caso omiso de las
otras secciones de Hacienda, de Comercio, de Bancos y
Sociedades de crédito, no menos importantes que las
apnntadas, y que podrán ver y utilizar nuestros lectores
haciéndose con el ANUARIO. Con lo dicho basta para que
nuestros kctores se hagan cargo de la producción del
Sr. Diez Pinedo.
V. G.
La Electricidad simplilicada y la Afitmétiúá de la
Electricidad, 1'50 pesetas tomo.
En el se desenvuelven y desarrollan las siguientes
Asi se titulan los dos primeros volúmenes de una bisecciones:
blioteca de Sloane, que traducidos del inglés por D. José
1.' Sección áe legislación.—'Esta, sección se ocupa de Pía ha tenido la atención de remitirnos la casa editorial
las principales disposiciones financieras dictadas por el de Bally-Bailliere é hijos.
gobierno y por el B^nco de España durante el año úlEl primero de estos libritos es \xa resumen muy ele. tinao,,
mental y hecho con bastante buen criterio de las noció-
MADRID CIENTÍFICO
1.4M
Bes fundamentales de la ciencia eléctrica. La exposición
es clara, pero á veces no muy precisa; asi parece que se
, confunde la diferencia de carga con la diferencia de tensión y con la fuerza electro-motriz, que son cosas muy
distintas; se dice también que el trabajo eléctrico se
mide en watts y algunas otras cosillas por el estilo.
El 2.° volumen es un tratado de cálculos eléctricos
reducidos á reglas sencillas para las que no se necesitan
más conocimientos que los de Aritmética elemental.
Cada regla se ilustra y aclara con uno ó varios pi-oblemas y una serie de tablas facilita los datos necesarios
para su resolución.
Este librito lo consideramos muy útil; es sensible
únicamente que trate con tan poco detenimiento los problemas sobre corrientes alternas que tan gran importancia tienen hoy día.
De la traducción nada tenemos que decir sino es que
sería conveniente que en libros españoles no se usaran
palabras que como sel/inducción, voltage, conductancia, etcétera, son tan dudosamente castellanas.
La casa Bailly-Bailliere merece un voto de gracias
por las numerosas obras que sobre electricidad ha publicado en estos últimos años.
CHÜNG
La Escuela de Caminos.
Ha pasado á informe de la Escuela de Gaminos la
solicitud suEcritS por varios excedente s á fin de que el
campo de las prácticticas se amplié á ferrocarriles y
puertos.
No dudamos que aquel ilustre claustro de profesores
accederá á tan justa petición.
^^LST^CK^BW
EJERCICIOS MATEMÁTICOS
Problemas propuestos.
Sen 4 a ~ sen 2 a -f sen a
Sen 4 p — sen 2 íi — sen ?
Proponemos á los lectores esas dos ecuaciones ó problemas comprimidos, de tan fácil resolución para los aficionados á la Geometría como para los cultivadores de
cuestiones analíticas.
y al propio tiempo no estará de más apuntar la observación hecha por algún lector respecto á que en la solución del último problema geométrico, aquí tratado, no
coinciden las letras del texto con las de las figuras. Efectivamente, el haberse hecho el trabajo en tiempos distintos ha sido causa de que las letras P de la figura se correspondan con las M del texto, tropiezo fácilmente subsanado por los lectores, pero que conviene señalar para
prevenir á quienes lean ahora aquella cuestión por vez
primera.
Más importancia que esta equivocación tiene indudablemente el fijar el verdadero alcance de lo dicho respecto del lugar geométrico constituido por las rectas
P P, y P Pj de las susodichas figuras (M M^ y M MQ según
las referencias del texto).
Este lugar geométrico tiene efectivamente parte pa- íásita cuando se le da la significación pedida por el pro-
blema, más no ocurre lo mismo cuando se quiere solamente construir circunferencias tangentes á P T en el
punto P y se buscan los centros de homotecia que relacionan estas circunferencias con la circunferencia 0. Los
comentarios hechos en el penúltimo número de MADRID
CiF.xríFico no se refieren pues á este modo de considerar el
consabido lugar geométrico, sobre cuyo estudio es preciso insistir, pues cuestiones análogas en qué se presenta
esta doble interpretación, más general y más reducida
hay algunas bastante conocidas.
J. V. A.
=¡^^38S3^¡=ii=-
EL ASFALTO EN MADRID
Ahora que va á ensayarse en grande escala el asfalto
en algunas calles de Madrid, creemos oportuno reproducir lo que acerca de los pavimentos de asfalto escribe el
Moniteur Industriel en uno de sus últimos números:
«Los inconvenientes del pavimento de madera que
hace tiempo se han descubierto en París—dice el colega,
—se confirman con una regularidad que inquieta á los
higienistas. Muy recientemente los olores provocados
por el fango que procede de la mezcla que se emplea
para remediar las dilataciones de la madera, con la orina
y otras materias orgánicas, se ha visto que son tan insalubres y nauseabundos que la Administración ha decidido en muchos casos reemplazar esa mezcla por cemento. Al hacerse esa modificación se han determinado enfermedades en los obreros que la practicaban.
«La Administración, con este motivo, se ha ocupado
de desinfectar las estaciones de los ómnibus donde por
las paradas frecuentes de éstos, la infección es mayor.
Se ha empleado la creolina; pero aun cuando ésta hace
desaparecer el olor no obra como destructora de los m i crobios. En los pavimentos de madera los microbios se
multiplican con una rapidez espantosa. El Dr. Miquel,
cuya autoridad en esta materia es indiscutible, ha analizado un gramo de serrín de madera de pino resinoso,
de primera calidad, tomado de la superficie, y ha encontrado 1.7000 bacterias. Después de algún tiempo los
microbios se han desarrollado tan prodigiosamente, que
dos sabios de Lyon, los Sres. B-odet y Nicolás, indican
que hay 50.000 por gramo, á cinco centímetros de la
superficie del pavimento. Ya es tiempo de hacer desaparecer esa plaga viviente que tenemos á nuestro alcance á todas horas. En los Estados Unidos desde hace
veinte años se está reemplazando el pavimento de madera por el de asfalto.»
En Madrid, según tenemos entendido, saldrá muy
en breve á subasta el asfaltado de la calle del Arenal cuyo actual pavimento de madera se halla en un estado
edplorable.
Respecto á los precios del asfaltado, al decir de la Revista de Barcelona titulada Arquitectura y Construcción,
hay grandes diferencias de unas localidades á otras,
tanto en el coste de instalación como en el de conservavación. El precio más bajo de establecer que conocemos
es el de Brooklyn, que excede poco de 8 pesetas el metro
cuadrado, y el más alto es el de París, de cerca de 24;
pero un precio medio en buenas condiciones de base de
hormigón y demás, es de 18 pesetas el metro cuadrado.
En cuanto á la conservación media, creemos que se puede calcular en 25 céntimos de peseta por metro y año;
pero lo esencial para una buena conservación es emplear
el nuevo aparato de soplete que hace la unión perfecta,
MADRID CIENTÍFICO
por reblandecimiento, entre el asfalto existente y el que
se agrega para corregir las imperfecciones El tiempo
que se está perdiendo en Madrid para hacer log ensayos
del asfalto en grande es lo sensible, pues harto claro es
que el porvenir es de esta clase de pavimento, aun cuando al generalizarse los automóviles es posible que no
exijan el mismo espesor que debe dársele hoy.
Los inconvenientes que acaso surjan con el nuevo
pavimento, provendrán al pretender unir las fajas de
asfalto que se levanten, cuando por un motivo cualquiera haya necesidad de abrir zanjas en las calles.
España y Estados Unidos
El presente artículo nos fué remitido bastantes días antes
de que las potencias hubieran interpuesto su mediación en el
conllicto hispanoamericano, al escribir el Sr. Mola, claro está,
que no podía predecir los sucesos que luego han venido á alterar la marcha de las cosas. Sin emuargo, como aún el eontticto
no se ha resuelto, sino sólo aplazado, creemos que no peca de
inoportunidad su publicación.
La operación concertada de 270 millones de pesetas
para atender á nuestros gas tos extraordinarios, suponemos que también se aplicará para activar el que los. barcos salgan cuanto antes de los astilleros, porque de esperar al término de las reformas, nos exponemos á que las
• obras concluyan cuando no necesitemos de los buques.
Igualmente no para evitar, sino para retrasar la guerra, creemos que no han de admitirse componendas por
el incidente del Maine causado por la ineptitud de los
norteamericanos, que consideran que el manejo de un
crucero, es lo mismo que el arreglo de un libro comercial.
La guerra se hace inevitable. Decimos más la conceptuamos necesaria para nuestro interés de que estallare lo
más pronto posible, en atención á que los aplazamientos
sólo conducirán á mayores gastos de sangre y dinero que
no podemos soportar, y hay que tener en cuenta que si
los yankees no sufren duro escarmiento, ó no guardan
por lo menos de nosotros un recuerdo de luto ó desolación, eternamente se inmiscuirán en los asuntos cubanos,
obligándonos á sostener un cuerpo numeroso de ejército,
á fin de evitar cualquiera agresión para apoderarse de
la isla.
Hoy por hoy no hay otro derecho respetable que el
de la fuerza. Y sino,hasta ahora, de lo que estamos envanecidos, ¿qué nos ofrecen en definitiva las naciones europeas? Las simpatías. ¡Pues estamos frescos con ellas! Esto
recuerda el ¿imbriento elogiado á diario en el barrio
por la honradez, y que al morir exclamó: «Hijos- míos,
no deseaba de vuestras alabanzas; lo que necesitaba era
de vuestros alimentos».
La confianza en nosotros sin ayudas agenas que sólo
sirven para regatear la victoria ó aniquilar al vencido.
Demasiadas veces hemos puesto de manifiesto en este semanario el carácter y costumbres de los norteamericanos
para no esperar otra cosa de ellos que bellaquerías, á las
que debemos responder sin guardarles las reglas de honor, dignidad y justicia, sino tratándolos como se merecen, en recuerdo de ese mismo .¡¥a/«e, arsenal de explosivos prohibidos, que únicamente se conducían con el inocente propósito de arrojarlos á los hahaneros como cariñoso donativo. De esas materias debemos tomar oportuna nota para utilizarlas contra los yankes en caso de conflicto. De «se algodón pólvora, de esa melinita, de esas
balas explosivas, de esos cañones de dinamita, que frecuentemente se envían á la manigua para destruir á
nuestros hijos como si fueran de peor condición que las
bestias.
• Basta pues de temores pueriles y lloriqueoá inútiles.
Tengamos dignidad. No nos mostremos tan apenados en
<?aso de lucha, justificando á menudo la sinrazón, la ilegalidad y la provocación^ exclamaciones que sólo conducen á desacreditarnos riias de loque estamos, y hacer
1.481
ostensible nuestro abatimiento. Con esas lamentaciones
no parece sino inferirse que si llegáremos á perder la
colonia, los españoles ya no pudiéramos vivir en el mundo, cuando precisamente debiéramos mirar con horror
aquella ingrata tierra, cementerio insaciable de sangre
patria, y pozo sin fondo de nuestro dinero.
A la guerra; y si la fortuna nos fuera propicia, aprovechándose de ella, sin quijotismos ni baladronadas,
siendo hombres prácticos siquiera una sola vez, dando
oidos de yankee ó de mercader á las oficiosidades de intervención que entonces se harían. Victoriosos, debiéramos proceder sin descanso al bombardeo de las principales poblabiones de los Estados Unidos, incluso Nueva
York, usando para la destrucción de las mismas substancias de la muestra del Maine, y ya veríamos si esos
norteamericanos, desde los infundios de sus costas astilladas, son tan valientes para combatir como para insultar.
Recuperemos el tiempo, que si desde el principio hubiéramos apoyado las reclamaciones con el auxilio de algunos cruceros, aun á riesgo del conflicto, seguramente
que la insurrección hubiera ya cesado, nuestras rentas
no se hallarían empeñadas y la bancarrota no nos amenazaría. Sin embargo, todavía podemos reponernos con
fé y patriotismo. Búsquense los recursos dentro del país
con ayuda del presupuesto ordinario y contribuciones
extraordinarias^ que si se hace buen uso de ellas, todos,
absolutamente todos, probablemente desde la primera
personalidad de la nación hasta el último infeliz, estamos dispuestos al sacrificio, que es la única manera de
granjearnos el respeto y consideración de las naciones,
y de evitar en lo sucesivo- las continuas sublevaciones
de nuestras colonias, que lo hacen por conceptuarnos
débiles ó sin medios ofensivos.
A. MOLA
-ÉPí.-'.-fe:*''*lRi<sáftí£3r'
DE BALÍSTICA
Escribe la Revista de los Ingenieros Militares:
En cierta ocasión, una vela ordinaria de sebo atravesó una puerta de madera; pero este hecho se queda muy
atrás, dice con demasiada admiración una revista extranjera (The Engineer), del siguiente; Haciendo experiencias sobre explosivos en distintos medios, empleaba
el capitán Cooper Key una especie de cañón, que atracaba con tacos de arcilla cruda, que tendrían como 3
pulgadas de longitud, 2 escasas de diámetro y pesarían
7 y media onzas. Para evitar y desviar el polvo y residuos de los dispá.ros, se había colocado una pantalla de
hierro fundido, de 1 pulgada de espesor, á 25 pies de
distancia y forínando un ángulo de 45°. Después de tres
ó cuatro tiros, la plancha quedó perforada por la arcilla.
Se comprende que la velocidad sería considerable
para, con tal inclnación, hacer ese trabajo; pero no debe chocar este hecho, pues con masa bastante y velocidades que han de elevarse al cuadrado, se alcanzan fuerzas vivas suficientes para equivaler al doble de aquél,
por mucho que valga y por pequeña que sea la masa
que obra de conjunto: repárese si no en los efectos del
rayo. Fácil será á cualquiera hacer un cálculo sencillo,
por una parte del trabajo que representa la perforación
del hierro, multiplicando la fuerza de desgarramiento
que en una materia determinada exige para su taladro,
por el camino recorrido, que con exageración palpable
puede considerarse igual á la profundidad del mismo en
dirección de su eje. y por otra el valor de 1(2 m v^ de la
masa que choca, y se verá en el caso presente, que bastará que V tenga un valor de 600 á 700 metros por segundo paro obtener su equivalente, y sobrado en tres ó
cuatro golpes ó impactos consecutivos. Cierto que hay
mucho trabajó perdido en otras deformaciones, elevación de temperatura, sonido, vibraciones, etc., pero no
tiene el hecho nada de extraordinario.
ü ^ S J t í S O S •««•'isa*"
1.43^
MADRID-CIENTÍFICO
La electricidad y el viento
Desde que se empezó á producir corrientes eléctricas por medio de la fuerza motriz, no han dejado de hacerse esfuerzos para emplear la inconstante fuerza del
viento para obtener corrientes, ya para alumbrado, ya
para otros fines en que no fuera tan preciso contar con
disponer de la fuerza absolutamente á voluntad. A medida que van adelantando y perfeccionándose los acumuladores, nos vamos acercando más á una época en
que, á pesar de la inconstancia del viento, se pueda contar con este elemento para obtener corrientes con i-egularidad. En varias partes se han hecho ensayos con éxito más ó menos decisivo para alumbrar con acumuladores cargados por medio de molinos de viento. Nosotros
mismos visitamos en el centro de Londres una fábrica
donde molían, ó mejor dicho, quebrantaban toda clase
de granos para componer pienso para los animales, y
todo su alumbrado de 10 luces se hacia por los acumuladores que se cargaban por el mismo molino que movía
el quebrantador de maíz que estaba funcionando.
Estuvimos largo rato contemplando la manera ingeniosa cómo, cuando sobraba fuerza para los granos en
el motor, funcionaba la dinamo que producía corriente,
y cómo se desconectaba automáticamente aquélla cuando escaseaba ó faltaba velocidad conveniente en el motor de viento.
Tenemos entendido que aquella instalación al fin se
mando quitar por la autoridad local por el ruido que
movía la molienda de granos y contra el cual reclamaban los vecinos, peío no porque no diera resultado. Un
periódico industrial de t^ondres, el Iron y Coal Trade
ñeview, dice que se están haciendo pruebas de alumbrado con molinos de viento y acumuladores en distintas
partes de Inglaterra con resultados que prometen mucho.
Dice también que el primer molino que se estableció en
Inglaterra para producir electricidad se construyó en
1887, y aunque era del tipo antiguo inglés de velas y sin
regulador, se demostró, sin embargo, que se podían cargar acumuladores por medio de dinamos movidas por el
viento, á pesar de la irregularidad característica de los
antiguos molinos. Con los molinos de viento modernos,
dice el citado periódico con visible exageración, que se
puede hacer funcionar las dinamos casi con la misma
fijeza que si fuera una máquina de vapor.
Los molinos de viento, en relación con los vehículos
mecánicos, son una esperanza para los pueblos de campo y los de las costas, pues un pequeño molino pudiera
cargar acumuladores en un día para funcionar tres ó
cuatro días, aun cuando no haya vientos. Por ahora,
creemos más en los pequeños molinos de viento, de 2 y 3
caballos que en los grandes de 25 y hasta 30 caballos que
existen; pero por remoto que sea, podemos decir que un
inventor español de mucho y justo nombre, adquirido
por un éxito ruidoso, considera que ti.ne solución para
motores movidos por el viento de cualquier fuerza por
grande que sea. Sea, pues, que hayamos de contar con
motores grande ó pequeños, de todos modos, algo tienen
que esperar los automóviles de que adelante la aplicación de los motores de viento para cargar acumuladores.
(De la Revista minera).
•-^--v<¿^2?C£?3»e?J2>í?.i^¿6S.-
T.
LAS DIEZ MINAS DE HIERRO
xxxejox>es d e
:E3sx:>£tñ.c^
He aquí las diez minas que han dado mayor rendimiento de
cuantas han sido explotadas en Bilbao durante el segundo trimestre del ejercicio 1S97-9S:
1.'
Orconera, que ha sacado 149,981 toneladas con un valor
de 599,924 pesetas en la boca de la mina.
2."
Amistosa, que ha sacado 95,520 toneladas con un valor
de 382,0S0 pesetas.
3.'
f níÓH, que ha sacado 63,BSt) toneladas con valor de
254,720 pesetas.
4."
Demasía Ser, que ha sacado 42,001 toneladas con un
valor de 220,506 pesetas.
5.'
Demasía San Antonio, que ha sacado 49,104 toneladas
con up valor de 196,418 pesetas.
6.° Carmen,c{ue ha sacado 44,938 toneladas con un valor de
179,742 pesetas.
7.'
Demasía San Benito, que ha sacado 37,906 toneladas con
valor de 151,224 pesetas.
8." Pareocha, que ha sacado 36.830 toneladas con un valor
de 147,322 pesetas.
9." Concha, que ha sacado 31,089 toneladas con un valor de
124,356 pesetas.
10.° Concha, que ha sacado 24,243 toneladas con un valor
de 96,972 pesetas.
Lo Orconera, Demasía Ser, Carmen, Demasía San Benito y Concha, son propiedad de los Sres. Ibarra, y las Amistosa y Unión,
del Sr, Martínez Rivas.
NOTICIAS
El Boletín de la Cámara de Comercio de Cádiz, da la noticia de
que una persona seria, influyente y acaudalada, terrateniente
de la provincia de Cádiz, se encuentra dispuesta á interesarse
en 250,000 pesetas y á ceder gratis terrenos para una empresa
que realice el proyecto de ferrocarril que una á Jerez directamente con la linea de Bobadillaá Aljeciras, con estaciones intermedias en Cortes, Gaucín y Jimena.
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Por el ministerio de Fomento han sido nombrados representantes de España en el Congreso de navegación que se va á celebrar en Bruselas en Julio próximo, los ingenieros de caminos
D. Evaristo Churruca, director de las obras del puerto de Bilbao, y D. gmilio Ortuño, profesor de la escuela especial del
cuerpo.
El aislador mixto de madera y porcelana inventado por el
jefe de Telégrafos D. Francisco Herrero y Ruiz, ha sidoapro-,
vado por la Dirección general para el uso de las líneas telegráficas, después de un luminoso informe de la Junta consultiva
del cuerpo de Telégrafos, que ha practicado las pruebas técnicas con toda escrupulosidad.
De acuerdo con dicha resolución, muy en breve se montará
con los nuevos aisladores una línea completa de Madrid á Zaragoza, colocándolos á la vez en otras líneas de importancia.
El Gobierno del Japón trata de aumentar de un modo considerable el material de las lineas férreas del Estado', y muy pronto dispondrá la construcción de 300 locomotoras, 1.000 coches
para pasajeros y 3.000 wagones para mercancías, que importarán en total unos tres millones de libras próximamente.
MADRID CIENTÍFICO
Ayer terminaron las oposiciones á las cátedras de Análisis
matemático vacantes en las Universidades Central, Granada y
Oviedo, resultando propuestos para ellas, respectivamente, los
señores D. Luis Octavio de Toledo, D. José Rius y Gasas y don
Martín Pastells y PapcU.
El Sr. Rius y Casas, que había ya protestado al principio de
la oposición por haber quedado dos veces incumplido el articulo 13 del reglamento y por haberse admitido al Sr. Octavio de
Toledo, á pesar de su falta de presentación y de excusa en el día
10 de Marzo pasado, renovó á última hora tan justificada protesta.
A este propósito dice El Nacional.
Llamamos la atención del ministro de Fomento y del Consejo de Instrucción pública sobre asunto tan importante.
Fíjese el conde de Xiquena en que el Sr. Octavio de Toledo
es profesor de la Universidad de Zaragozo, de donda sesha traido, según dicen, gran acopio de recomendaciones políticas para
el Sr. Moret.
¿Es cosa de que el Sr. Moret se atraviese siempre en el camino del conde de Xiquena?
El ministro do la Industria y del Trabajo, de Bélgica, ha
nombrado una Comisión para que prepare la revisión de los Reglamentos de Policía Minera vigentes, con el fin de armonizarlos con los progresos del arte del laboreo y procurar con mayor
empeño la seguridad de los obreros de las minas.
Forman la Comisión siete ingenieros del Cuerpo de Minas,
dos ingenieros de Compañías hulleras, dos gerentes de estas
últimas y cuatro obreros mineros.
•
El presidente es el inspector general M. E. Harzé y el secretario M. V. Watteyne, ingeniero principal del Cu«rpode
Minas.
1.433
Movimiento de personal
Ingenieros
Se ha concedido un mes de licencia á D. Gumersindo
Ganáis y García.
Han sido destinados: á la Dirección del Anuario de
los anales de Obras públicas, D. Rafael Monares Jusa y
á la división de ferrocarriles del Norte, D. Francisco de
Federico y Martínez.
Ayudantes
Ha fallecido D. Luis Martínez Illescas, que se encontraba en situación de supernumerario.
Sobrestantes
Han ascendido: á Sobrestante primero D. Joaquín
Reimóndez Fernández y á segundo D. Vicente Rodríguez y Rodríguez,
Han sido nombrados Sobrestantes terceros en prácticas D. Juan Antonio Aracil, D. Juan Aldana y Flores y
D. Francisco Fontaiña y Vidal.
Han reingresado en el servicio activo D. Juan Sugeros y Garrida y D. José Vicente Arangüena.
Interventores
Han ascendido á Interventor de línea de primera clase D. Joaquín Gavilanes y Alonso, á Interventor de línea de segunda D. Pablo Saco y Sino vas, á Interventor
de línea de tercera D. Pedro Litrán García, á Interventor de sección de 1." D. Antonio Lasala y Bayo, á idem
de 2." Di Joaquín Toledo Cadaval.
Ha ingresado como Interventor de sección de terceraclase D. Francisco Martínez Valenciano.
Madrid 1898.—Imprenta, Caños, 4.
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de hierro, por alta y baja tensión.
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REPRESENTANTES EN ESPAÑA
PEDRO BOSSI, calle de Federico Madrazo, 18, Madrid.
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MADRID CIENTÍFICO
FALCO. HERMIDA Y PEfiA
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PROCEDENTE DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA DE BARCELONA
En 1897 TREINTA contratos, con una fuerza total en maquinaria de
6.155 caballos efectivos
Desde 1.° de Enero de 1898 van contratadas:
CABALLOS
Alumbrado eléctrico de Cabra, 2 dinamos de 30 caballos
Alumbrado eléctrico de Lucena, 2 dinamos de 60 caballos.
. . . . . .
Alumbrado eléctrico de San Sebastián, un dinamo
60
120
' .
Alumbrado eléctrico de Guadalcanar, 1 dinamo
400
25
Alumbrado eléctrico de Vitoria, 2 dinamos de 25 caballos
.
50
Alumbradoeléctricode varios pueblos de Guipúzcoa, 2 dinamos..
100
Alumbrado eléctrico de Zaragoza (Electra Peral), 2 dinamos
500
Alumbrado Eléctrico de Chinchón (ampliación). .
.
Alumbmdo eléctrico de Villarramiel, 2 dinamos.
Varios motores pequeños en Madrid.
lOO
50
.
Total caballos.
20
. . . .
1.425
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