Equidad de Género y Derechos de las Mujeres

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SÓLO PARA PARTICIPANTES
Fecha: 21, 22 y 23 de febrero 2005
ORIGINAL: ESPAÑOL
CEPAL
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Unidad Mujer y Desarrollo
Corte Nacional Electoral, Área de Educación Ciudadana
Santa Cruz de la Sierra, 21, 22 y 23 de febrero de 2005
Seminario Internacional: “Reformas Constitucionales y Equidad de Género”
Equidad de Género y Derechos de las Mujeres
Este texto ha sido preparado por Marleny Paredes, Parlamentaria del Honorable Congreso Nacional,
Bolivia. Esta versión preliminar del documento ha sido preparada para el Seminario en el marco del
Proyecto “Gobernabilidad Democrática e Igualdad de Género” de la cuenta para el Desarrollo. Las
opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva
responsabilidad de la autora y pueden no coincidir con las de la Organización.
EQUIDAD DE GÉNERO Y DERECHOS DE LAS MUJERES
(LA MUJER DEL SIGLO XXI Y LA CONSTITUYENTE)
El siglo XXI y tercer milenio se ha iniciado en nuestro país, con la vigencia de la Ley Electoral
modificada, que determina la participación de la mujer en la vida política y partidaria con un 30
por ciento, sin embargo la realidad muestra que ha imperado la actitud tradicional respecto a la
mujer, y en el mejor de los casos se muestra que para acceder a estos espacios de representación
ha primado: la parentela o nepotismo; el amiguismo; otras formas inapropiadas; y muy
exiguamente se ha permitido la real e idónea representación de la mujer, razón por lo cual sea a
minimizado y limitado su participación en la vida política y partidaria, lo mismo en la
administración del Estado y en general en la vida económica y social del país.
EL ROL DE LA MUJER EN LAS SOCIEDADES Y NACIONES
El rol o papel que la sociedad le ha asignado a la mujer data de miles de años, y hasta hace muy
poco estas se habían consolidado por las políticas imperantes de mercado, donde a la mujer le
asignaron y la configuraron mentalmente solo para los quehaceres domésticos, conductora de la
vida familiar, de ser mujer sumisa y humillada permanentemente por la fuerza física del varón y
la sociedad dirigida por el varón. Esta misma sociedad de mercado hasta hace muy pocas décadas
en las urbes, además de asignarle como única ocupación las labores domesticas dentro y fuera del
hogar, también le ha asignado la deplorable ocupación de objeto sexual para el macho hombre,
sin embargo y muy a pesar de toda esta situación de siglos y el rol asignado por la sociedad, la
mujer como procreadora de los miembros de la sociedad y la familia núcleo de la sociedad, y
muy a pesar de toda las modificaciones que se han dado a lo largo de la historia sobre las
civilizaciones y naciones, hasta hoy, lo dirigido por la mujer es lo único que a dado muestras de
solidez, por que la familia con o sin jefe de familia varón es la base de la sociedad.
Sin embargo al varón, hombre macho, después de la sociedad “PUNALUA” de tiempos
inmemoriales, el varón se ha otorga y asigna el rol de organizador y conductor de la sociedad y
progresivamente ha ido excluyendo a la mujer de toda las formas de ejercicio de mando y poder
en las nuevas formas de sociedad de corte occidental, por tal razón se formó una sociedad sólo
conducida por el varón con una actitud y mentalidad de fuerza y avasallamiento propia en los
varones, que podemos atribuir sin lugar a dudas, estas son las causas por las que la sociedad en
general y las naciones poco desarrolladas en particular, se encuentran en esta situación
económicamente tan deprimente, y nuestra nación es la muestra evidente de los roles asignados a
cada genero.
LA MUJER EN LA MILENARIA CIVILIZACION AYMARA Y EL TAHUANTINSUYU
He señalado el término corte occidental, y me refiero a las abismales diferencias existentes entre
las sociedades de origen greco romano y las sociedades precolombinas andinas, particularmente
en la civilización Aymara y Quechua de tiempos inmemoriales, quienes son los propietarios
originarios de esta latitudes hoy llamadas América: La situación de la mujer durante la
civilización aymara antes, durante y después del Tahuantinsuyu, por las referencias que se tiene a
través de las historias orales, los Usos y Costumbre actuales en nuestros AYLLUS, MARCAS y
TENTAS, y obviamente de las muchas crónicas e historias de la etapa del coloniaje, como las de
Guaman Puma de Ayala y otros que nos refieren de la conformación de la sociedad Aymara, la
mujer tenia un rol diferente al que le asigno la sociedad occidental greco romana, a través de las
naciones y republicas en general.
En nuestras sociedades milenarias, la mujer tenia un rol además del biológico que es de proveer
de población a la sociedad, el de conducir la sociedad junto al hombre varón, sea esta en el
núcleo familiar en la organización social menor o en la alta responsabilidad de conducir lo que
fuera el IMPERIO AYMARA QUECHUA, de los que podemos señalar algunas atribuciones: en
dicha civilización mujer y varón participaban en prever y planificar la sustentación alimentaría de
la población en su conjunto, en el intercambio del excedente de la producción, en la artesanía de
telares y cerámica ornamental, de uso domestico y hasta el utilitario a través del trueque, la mujer
como el hombre se formaban en la escuela de la vida para tener una ocupación laboral honesta y
sin prejuicios para el resto de su vida, el que les aseguraba una vida sin angustias por
alimentación, vivienda, vestimenta y distracciones, también se debe destacar que la conducción
del Poderío o Imperio Aymara aun en el Tahuantinsuyu no era de sucesión hereditario, es así que,
tanto el hombre como la mujer se formaban en escuelas especiales para acceder a las máximas
conducciones, de manera que la formación para incas y sus consortes estaban en la isla del Sol
ubicada en el telúrico Lago Titicaca. Por tales razones, además de los grandes logros en
tecnología alimentaría, vías o carreteras que permanecen como memoria a lo largo de todo el
continente, eran pacíficos e incluyentes en su expansión, estas y otras bondades, por estudiosos
de diversas disciplinas le han otorgado el denominativo de la perfecta sociedad prospera y exenta
de discriminaciones y humillaciones.
Por tal razón, cabe señalar que el prodigio para esta situación es que esta sociedad estaba regida
desde el Inca hasta el ultimo súbdito por tres principios básicos que van de lo ético moral hasta lo
económico social, y no han necesitado de la acumulación de leyes sobre leyes, el mundo Aymara
sólo se ha regido por el AMA LLULLA, AMA SUA, AMA QUELLA, en quechua, JAN
C´ARIMTI, JAN LUNT’’ATAMTI, JAN JAIRAMTI en aymara que significa NO SEAS
MENTIROSO, NO SEAS LADRÓN, NO SEAN FLOJO, que son los principios que han
engrandecido a nuestra civilización.
Por eso hoy como antes, nuestros Pueblos Originarios y quienes tenemos dicha ascendencia y
mantienen incólumes estos principios y milenarias formas de vida como usos y costumbre donde
no cabe la corrupción en toda sus formas y frente a la situación de características exacerbantes
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que hemos señalado como legado de las culturas occidentales y sus instrumentos como el modelo
económico de mercado desde el coloniaje y moldeado con la republica en nuestro y nuestros
países, como vemos ha convertido a la población originaria en simples agricultores sin renta ni
apoyo económico, llamados hoy campesinos; aislados en trabajadores sin calificación; en
artesanos, en comerciantes, en técnicos de diverso nivel y hasta en profesionales (criollos y
mestizos), todos con una característica similar, su origen ancestral y en su generalidad excluidos
de la conducción de la cosa pública o Estado.
En esta forma de organización económico social vigente, la mujer ha sido doblemente excluida:
por mujer y por la estructura social vigente, que no se ha reconocido su permanente participación
en los movimientos históricos de reivindicación y menos el papel fundamental de mujer que
forma la familia y procrea a la sociedad.
Por esta situación nacional tan dramática para la población mayoritaria durante siglos y las
últimas décadas en particular, y luego de una lucha sin precedentes por parte del pueblo, es que
estamos ingresando en una etapa de transición histórica irreversible, es así que además de los
innumerables hechos en las dos décadas precedentes en Bolivia, podemos señalar con actualidad
lo siguiente: sólo a través de las elecciones del 30 de Junio del 2002, se evidencia en el primer
poder del Estado una inédita representación social parlamentaria de los eternamente excluidos
como son los pueblo milenarios, los criollos y la mujer particularmente, de la vida política del
país, son 512 años. La mujer no obstante ser la población mayoritaria entre hombres y mujeres,
sin embargo, la mujer ayer y hoy, ratificado por el CENSO 2001 tiene el 51,8%, sin embargo, ni
con la señalada ley del 30 por ciento se ha dado muestras del cumplimiento de su objetivo y que
haya dado lugar a la esperada presencia significativa de la mujer en los ámbitos de poder; otro
hecho es el Febrero 12 y 13 del 2003, por la cuestión salarial de los policías, que desemboca en
un cruento enfrentamiento entre uniformados y ataque a la población civil respectivamente; luego
Octubre del 2003, es el inicio del clamor y la lucha de los hombres altiplánicos aymaras y
quechuas en general y de las mayorías nacionales excluidas en particular, por cambios en la vida
económica y social de nuestro país. Hechos que terminan con el juicio de responsabilidades por
genocidio contra Sánchez de Lozada y sus principales ministros; y así en Marzo 30 del 2004 se
produce la inmolación del minero relocadizado Picachuri en el recinto mismo de la democracia el
Palacio Legislativo, un ciudadano “despedido”, que se encontraba sin esperanza del pago de sus
beneficios sociolaborales, generada en la Ley de Pensiones, y sin perspectivas de un espacio
laboral a futuro.
NECESIDAD DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
Solo a través de tantos golpes a la población, pasadas y presentes de graves consecuencias, se
empezaron a vislumbran cambios radicales y se incorporaron en Constitución Política del Estado
el Referéndum y la celebración de la nueva Asamblea Constituyente. La esperanza del pueblo es
que la Asamblea Constituyente posibilitará la refundación de la vida política, económica, social
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y orgánica del país con el concurso de todo sus sectores componentes que delinearan la vida
futura de la población en estas latitudes llamada hoy Bolivia.
Por las razones expuestas sobre la situación de mujer en el rol occidental y que no se puede
tolerar además por la recuperación del sitial milenario que tenia la mujer en la civilización
aymara, es que se torna incuestionable la participación de la mujer en equidad, respeto e
igualdad, que será la única forma de garantizar los anhelados objetivos históricos en pro de una
mejor sociedad para mujeres y varones o población en general. Este momento exige la
participación real de la mujer, sin las manipulaciones consabidas y señaladas, que su accionar no
sea subalternizada, que primen los valores éticos, y de idoneidad en cuanto a formación,
competencia y eficiencia, o sea debe darse la participación real de todo los sectores económico
sociales o ramas de actividad económica originarias y citadinas, de manera proporcional a la
población nacional existente, esos deben ser los parámetros en general de una verdadera
participación, si realmente queremos otorgar mejores condiciones de vida a la población
nacional.
Hoy la mujer con un desarrollo de nuevas potencialidades de diverso nivel e involucradas en toda
las ramas de actividad económica del país citadinas y originarias, además por el milenario rol que
le ha asignado la sociedad y la naturaleza, que al traer la vida a la sociedad, cohesionar la familia
y no la divide, estos atributos que hoy son parte de sus genero, se han convertido en su verdadera
fortaleza, son base de su mentalidad y forma de razonar con ecuanimidad y justeza, tales
características la presentan como la innata administradora, organizadora, planificadora y
previsora de lo porvenir, por tales virtudes es imprescindible su participación equitativa en la vida
orgánica del país, y quizá ha llegado el momento, de que el varón de un paso al lado; y la mujer
apoye toda iniciativa de los espacios ganados por sus congéneres e ingrese sin temores a
participar activa en administrar la sociedad y principalmente en la vida publica, para convertirse
en parte del liderazgo que transforme la organización económico social del país, y lograr juntos
ese mejor futuro que espera la sociedad y población boliviana en particular.
HERMANOS Ayoreos, Guaranies, Guarayos, Paiconecas, Chiquitanos de la amazonia y todo los
Aymaras y Quechuas, otros pueblos originarios y concurrencia nacional e internacional,
ayudarme a decir:
JALLALLA Pueblos Originarios, Jallalla;
JALLALLA Concurrentes al Seminario Internacional, JALLALLA.
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