La Avalancha : revista ilustrada. Año 38, n. 890 [ie 891] (25 abril 1932)

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Año XXXVIII
Pamplona 25 de abril de 1932
- ÓRGANO —
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,
Num. 890
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA, 23, 2.'
de la niñez; no quiere eso, ni puede quererlo,1, ni |lo ha
preceptuado en ninguna de sus leyes, ni lo ha "predicado
en ninguno de sus pulpitos, ni lo ha escrito en ninguno
de sus libros. La Iglesia es la principal defensora de la libertad de enseñanza, pero de la libertad dentro de la
En tres solemnes mentiras está basada toda esa noverdad. Sólo exige que se dé la enseñanza dentro de la
vedad de la enseñanza laica, que en odio a la Religión y
verdad, y no para servir de salvoconducto a toda clase
a las buenas costumbres se pretende arraigar en nuestro
país. Tres mentiras con
de errores: sólo quiere
las cuales se quiere deque se dé para moraliNAVARRA
sorientara nuestro puezar a la niñez, no para
blo, para que no eche
corromperla; sólo quiede ver adonde le conre que se dé para haducen por este pervercer del niño un buen
so camino sus falsos
cristiano y un buen ciuregeneradores.
dadano, no un ateo en
religión, que por neceVamos a la primera.
sidad ha de ser siem¿Qué se quiere expre un libertino en
presar con esas palacostumbres y un demabrotadas,enseñanza laigogo en política. Quieca, escuela laica, prore, en una palabra, que
fesorado laico, instrucel maestro eclesiástico
ción iaica y otras de
o seglar, casado o relieste jaez? ¿Se quiere
gioso, con sotana o con
significar solamente enlevita, sea maestro verseñanza dada pormaesdadero y no público
tros seglares, en oposienvenenador.
ciión a la quedan maestros con hábito o sotaVamos al segundo
na? Al pueblo incauto
sofisma del laicismo.
se le quiere daCa entenInstruir, se dice, no
RONCESVALLES.—Vista parcial de la villa
der que éste es el senties educar. En -efecto:
Foto. L, Roisin
do de las palabras diinstrucción no es educhas. Yo digo, al revés,
cación; pero no hay
que ésta es la primera mentira de las tres fundamentales
buena educación ni es posible ésta si el niño está maleaen que está basado el titulado laicismo. Mentira, sí, porque
do con una falsa instrucción. La instrucción pertenece a la
se aparenta creer que se trata aquí solameme de la enseinteligencia, la educación pertenece al corazón. Pero si la
ñanza dada por seglares, en oposición a la dada por reliinteligencia está maleada con absurdas ideas, el corazón no
giosos. Se aparenta creer q.ue la Iglesia mira con recelo
puede estar animado de nobles y honrados sentimientos.
toda enseñanza que no sea dada por monjas o eclesiástiAsí que, si la escuela laica enseña al niño el desprecio de
cos, queriendo presentarla como ambiciosa de un monoDios y la indiferencia por su ley, y ninguna consideración
polio que ni ella quiere ni debe ni puede ejercer. No, lecpara con su Iglesia, aquella escuela no vale que diga que
tores míos, no os dejéis alucinar. La Iglesia quiere que
su misión no es educar, no, porque aquella escuela realhaya seglares que enseñen, y bendice a los que se dedimente educa, educa para el mal, educa para el desenfrecan a este ministerio de la enseñanza, y ha puesto, entre
no, educa para la temporal y eterna ruina de aquel niño
las obras más recomendables de la caridad, la de enseñar
desventurado.
al que no sabe. No quiere que sean solamente los ecleEduca perversamente cuando infiltra en el ánimo
siásticos y las religiosas los encargados de la enseñanza
del niño los perversos principios de los que más tarde
Las tres mentiras de la enseñanza laica
114
LA
AVALANCHA
fas pasiones se apresurarán a sacar todas las consecuencias; educa perversamente cuando arranca de su corazón
aquel lastre y timón divino de su fet sin el cual la pobre
navecilla ha de dar forzosamente al través en cualquiera
de los infinitos escollos de la vida; educa perversamente
porque, no enseñándole que hay Dios que le ha criado,
que hay Dios que le ha redimido, que hay Dios que le
ha puesto una ley, que hay Dios que le sigue de cerca
los pasos, que hay Dios que un día le ha de juzgar y que
hay Dios que, tras el Juicio, le ha de premiar o castigar
eternamente; no enseñándole, digo, todo esto, construye
al aire todo el edificio de los deberes del hombre, del hijo, del esposo y del ciudadano, y es responsable, por lo
mismo, de todas las rebeldías con que aquel pobre niño,
que mañana será un hombre, un ciudadano, un esposo o
un padre, violará toda ley, pisoteará todo deber, rechazará todo freno, para no reconocer otra norma que su soberana y despótica y brutal voluntad. Como distintas cosas son en el organismo el corazón que siente y la cabeza que piensa, a pesar de lo cual son inseparables y se
influyen mutuamente, de suerte que el sentir modifica
nuestro pensar, y el pensar a la vez modifica nuestro sentir, así instrucción y educación son conceptos distintos;
pero, ¡sabedlo!, si instruís mal, no educaréis bien; si la
instrucción es falsa, no podrá ser la educación verdadera;
si está sobre arena el cimiento, no estará firme la fábrica
que sobre él tratéis de levantar.
Veamos, por fin, el tercer sofisma o mentira del laicismo.
Es el de que la escuela laica no ataca a la Religión,
pues no hace más que prescindir absolutamente de ella.
Esta monstruosidad, graciosa de puro disparatada, se ha
repetido mil veces y merece ser sacada, como todas las
demás, a la pública vergüenza. ¿Con que la enseñanza
laica no ataca a la Religión porque no hace más que prescindir de ella? Pues bien. Prescindir de ella es atacarla
en sus más soberanos derechos, que son los de su autoridad, porque la Religión, o es nada o es una autoridad,
porque la Religión tiene el derecho absoluto y primario
de que nada ni nadie puedan prescindir de reconocerla y
acatarla y obedecerla. Oídme, autoridades de la nación: ¿os
parecería bien que se enseñase que a la ley no se la debe
atacar, pero que se puede absolutamente prescindir de que
exista para el ciudadano? Oídme, padres y madres: ¿os
darlas por satisfechos con que os dijesen vuestros hijos:
¡oh padre! ¡oh madre! atacaros no debemos; pero absolutamente prescindir de vosotros, sí! ¿Qué es prescindir de
la ley, sino conculcarla? ¿Qué es prescindir de la autoridad, sino declarársele en rebeldía? ¡Prescindir de Dios!
{Horrible blasfemia! ¿Y con qué derecho la criatura prescinde de su Autor, el vasallo de su Rey, el criado de su
amo, el hijo de su padre y el reo de su juez? {Prescindir
de Dios! ¿Y cómo se llama esto, sino criminal rebelión, infame apostasía? ¡Ah! Con que no enseñáis a vuestros
niños a atacar a Dios, no a aborrecer su ley, no a renegar de su Iglesia. Nada de esto; no les enseñáis más que
a prescindir. La palabra es pudorosa y modesta, y no
parece traer malicia. Pero mirad que ese prescindir trae
más cola de lo que muchos bobos se puedan figurar, a
pesar de que a vosotros, taimados, no se os oculta. El niño acostumbrado a prescindir de Dios y de su ley, aprenderá a prescindir de otras muchas cosas sin las cuales no
se es bueno, ni honrado, ni siquiera decente en sociedad.
Prescindiendo de Dios, es lógico y natural prescindir de
sus Mandamientos. Porque, ¿qué significan los Mandamientos si no se reconoce la autoridad que los dictó?
Prescindir de los Mandamientos parece poca cosa, a fe;
pero el que, por ejemplo, prescinde del cuarto es un villano desconocedor de sus padres;, el que prescinde del
quinto, es un Caín asesino; el que prescinde del sexto es
un bruto sin más ley que sus antojos de bestia; el que
prescinde del séptimo es un ladrón; el que prescinde del
octavo es un embustero; el que prescinde del nono es un
robador de la mujer ajena, y así por este tenor. Prescindir de Dios trae consigo prescindir de todo deber, de todo orden, de toda ley; como prescindir del primer anillo
de la cadena es prescindir de todos los demás que la forman y que al primero están unidos. Ved lo que pasa: los
infelices que mueren en garrote vil o gimen con el grillete del presidiario no suelen encontrarse en este caso más
que porque se tes antojó prescindir de algunas frioleras
de las que no hubieran debido jamás prescindir, y porque
teórica o prácticamente empezaron por prescindir de
Dios.
Sentados estos precedentes, decidme ahora: ¿Conviene que el niño reciba la primera instrucción acompañada
de la Religión, o conviene que la reciba independiente y
separada de ella? ¿Es buena, pues, o es mala la enseñanza laica? Falle aquí el solo buen sentido. Es lo mismo
que preguntar: ¿Conviene acostumbrar desde su tierna
edad al niño a desconocer toda idea de Dios, todo concepto de deber, todo pensamiento de la otra vida? Me
bastaría dirigirme a todo hombre que tiene hijos a quienes no quiere perversos y criminales; y cuenta que no
hay padre, por criminal que sea, qu¿ desee paia su hijo el
camino de la maldad. Pues bien, a éste me dirigiría yo y
le diría: "Escucha, infeliz, atiende a lo que te dice quien,
no por necia preocupación de partido, no por espíritu
mezquino de secta, te quiere hablar la verdad, y sólo la
verdad, y toda la verdad. Este hijo tuyo trae al mundo inclinaciones buenas e inclinaciones malas. Por desgracia
las malas preponderan en su corazón, y por desgracia, el
camino del mal es suave y resbaladiza pendiente, cuando
el camino del bien es, al revés, cuesta áspera y escabrosa
y empinada. De consiguiente, abandonado el niño a su
propio instinto y al antojo de su libertad, hay cien probabilidades contra una de que este niño se irá por la pendiente suave que deleita y alegra, en vez de resolverse a
tomar por ía subida áspera y dura que cansa y mortifica.
El deber no se cumple sino luchando el ho nbre consigo
mismo, porque todo deber es contradicción de la propia
voluntad, y es sujeción penosa y es sacrificio. Pues bien.
¿Qué estímulo le das a ese niño para que emprenda la
fatigosa cuesta del deber, y qué freno le pones para que.
no se precipite por la resbaladiza pendiente de las pasiones? Ya ves que te pongo la cuestión en el puro terreno
de la mecánica, que te debe ser familiar. ¿Qué resistencias opones a esa terrible gravitación que le impele hacia
abajo, o con qué atracción facilitas esa dificultosa ascensión hacia arriba? La ley de la conciencia, me replicarás.
¡Oh! la conciencia sin la Religión es muy acomodaticia y
fácil de contentar, y ocasionada a frecuentes extravíos.
A los pueblos privados de la luz de la fe, la conciencia
les ha aconsejado y permitido extrañas libertades. Oye,
por si no lo sabes, lo que se creían en el caso de poder
hacer muchos pueblos antiguos con toda conciencia. A los
Mesajetas les enseñaba como lícito su conciencia matar a
los pobres ancianos; los Lacedemonios juzgaban debido
en conciencia no dejar vivir a los niños enfermizos; la
nación más culta del paganismo, Grecia, practicaba como
santa, en honor de Venus, la prostitución, y eso, con toda
conciencia. Escucha más. Hay salvajes aún que con toda
conciencia ofrecen a su ídolo sacrificios humanos, y devoran en sangriento festín los prisioneros de guerra. La
conciencia es casi siempre una palabra sin sentido si no
refleja en ella otra luz superior. ¿Cuál luz? La Revelación de Nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios,
que tomó carne humana para redimir al hombre caído en
estos extravíos, para, alumbrarle con su doctrina, a fin de
que en ellos no volviese a caer. Y esta luz brilla y fulgura en medio del mundo, sostenida en alto por la mano de
la Iglesia; mil huracanes y borrascas, el soplo de todos
los vientos del infierno y de todos los respiraderos de él
—que hay hartos sobre la tierra—conspiran en vano, en
vano, sí, para apagarla. Pero ya que no pueden apagarla,
como es su insensato anhelo, se consuelan por lo menos
con privar de ella a los infelices que se hacen dóciles a
su malévola propaganda. De este modo, si no logran hacer otra vez pagano al mundo, que eso no lo lograrán, logran al menos sumir en voluntario paganismo a algunos
individuos de él: si no logran matar la luz, se contentan al
menos con tapar o arrancar los ojos a algunos miserables, para que no puedan aprovecharse de ella. ¡Y ia escuela laica, entiéndelo bien, padre infeliz, la escuela laica
es ese taller de paganismo en medio del cristianismo; es
esa fábrica de ciegos, donde ciegos, más ciegos y más
LA
AVALANCHA
culpables porque han renegado de la luz que antes conocieron y amaron, se entretienen, ¡horrible perversidad!,
en tornar ciegos a otros que -los acompañan acá en su
odio a la luz y después en su eterna desventura.
Basta ya. ¿Qué otra cosa más se necesita para dar por
juzgada y por irremisiblemente condenada ante el tribunal de todos los corazones honrados a la abominable escuela sin Dios?—F. S. y S.
RASGOS DÉLA PATRIA
El
mes
de
abril
llegado a la hermosa y alegre primavera, después de pasar un invierno largo y crudo
que ha castigado implacable a las
naciones europeas con fríos intensos y persistentes que principiaron ya mucho antes de terminar el otoño, y que por sus
rigores excesivos pasarán a la
historia con triste celebridad.
Aunque la primavera principia
con la tercera decena de marzo,
puede decirse que se inicia realmente en abril, resultando por
tanto, que abril es, además de
un mes de recuerdos, innumerables, alegres y tristes, el mes de las risueñas esperanzas.
Cierto, que al llegar abril en muchas casas poco pudientes se agotan, o por lo menos escasean bastante las
subsistencias almacenadas para atender a las necesidades del invierno, y aun que en algunos hogares pobres se
pasa hambre; pero no hay duda de que abril es el mes
de las gratas esperanzas, porque la naturaleza se reanima con el calor primaveral, y las plantas brotan lozanas
y exuberantes, anunciando, con hermosas flores y con
sus incipientes frutos, una cosecha cercana y ubérrima
que llenará los graneros, las bodegas y otros depósitos
vacíos desde la última recolección.
Cuanto a los recuerdos del mes de abril, son importantes e innumerables, según fácilmente puede probarse,
recogiéndolos al azar de cualquiera de las páginas de la
Historia
En el reinado de Sancho el Mayor vernos que en 3 y
en 20 de abril del año 1025 dio el monarca la heredad de
Estiva para educar a los infantitos de San Juan de la
Peña, según ofreció en la Cuaresma, al retirarse al monasterio para hacer oración con los monjes, y mejoró
la donación de Santa María de Fuenfrida a San Juan de
la Peña. Y en 13 de abril de 1030 donó el mismo Rey,
al monasterio de San Millán, un villaje cercano llamado
Madrid, en honor de la traslación milagrosa del Santo.
El rey D. García llamado el de Nájera, en 13 de abril
de 1042 hizo una importante donación al monasterio de
Leire; en 19 de abril de 1047 donó el cenobio de Anoz a
Santa María de Pamplona, y a fines de abril del año
1045 realizó la memorable conquista de Calahorra.
El rey D. Sancho el de Peñalén, en abril del año
1075, obligó al rey moro de Zaragoza, Almuctadir, a entregarle el tributo de los doce mil mancusos que le pagaba, y que parece demoraba su pago; y en 3 de abril del
1076, último del reinado dé D. Sancho, absolvió a los
moradores de Errasa de ciertas obligaciones, por los
servicios que prestaban a San Salvador de Leire.
El iey D. Sancho Ramírez, en 24 de abril de 1086,
tuvo la pena de ver morir a su esposa la reina D." Felicia; y en 22 de abril del 1090, celebró la junta o cortes
de Huarte Araquil, que fueron famosas por ser las primeras a las cuales concurrió el estado llano o representación popular.
El rey D. Alfonso 1, apenas reconquistó las plazas de
EMOS
115
Tauste y Egea, después de su victoria sobre los moros
en Valtierra, en abril de 1110 concedió los diezmos de
dichas iglesias a San Juan de la Peña; en 13 de abril de
1112, estando en Los Arcos, donó a Leire la mitad de
la villa de Arascués, para que día y noche ardieran ocho
lámparas en la iglesia del monasterio; y en abril de 1117
derrotó al ejército rebelde de D. Gómez, poderoso señor de Castilla.
El rey D. García Ramírez, después de restaurar el
reino y de subir triunfante al trono, recorrió las principales poblaciones, estando en Estella en abril de 1135, y
consiguió la batalla de entre Cortes y Gallur el día 10
de abril del año 1158.
El rey D. Sancho el Sabio, estando en Tudela en
abril de 1177, gestionando la suspensión de hostilidades en la guerra que sostenía, donó una finca de Bonamaisón al Abad de Veruela; y en abril de 1179 ajustó
tratado de paz y amistad con el Rey de Castilla, cuando
la guerra devoraba el reino de Navarra.
El rey IX Sancho el Fuerte, en 14 de abril de 1213,
dictó importantes providencias para el arreglo de las diferencias de los barrios de Pamplona. En el mismo reinado, el Cardenal Legado del Papa Celestino III, por
letras apostólicas de 17 de abril de 1195, impuso silencio perpetuo al Obispo de Tarazona en su pretensión sobre las iglesias de Sos, Uncastillo, Luesia y la Valdonsella. Y en abril de 1234 falleció dicho rey D. Sancho el
Fuerte.
El rey D. Teobaldo II tuvo la desgracia de perder a
su madre la reina U.1 Margarita de Borbón, princesa de
gran valor y prudencia, según dice Moret. En abril de
1267 recibió del caballero D. Sancho Pérez de Sarillas,
por su hermano D. Pedro, la villa de Murillo.
Y en 17
de abril de 1271 murió su viuda la reina Ü.a Isabel, hija
del rey San Luis de Francia.
En el reinado de O." Juana I, el gobernador del Reino
durante la menor edad de la soberana resolvió, en abril
de 1275, las cuestiones qué había entre los monjes negros y blancos «obre el monasterio de Leire; y en 13 de
abril de 1303 el gobernador D. Alfonso de Robray arregló las diferencias que había sobre presentación para la
abadía de Peralta.
El rey D. Carlos II demostró su liberalidad en abril
de 1351, haciendo merced de Etayo, Oco y Riezu a don
Beltrán Vélez de Gevara, señor de Oñate; en 19 de abril
de 1362, ayudó en la guerra al Rey de Castilla, mandándole socorros con el infante D. Luis de Navarra; y en
25 de Abril de 1364, el procurador del Rey D.Juan Ramírez de Arellano hizo juramento ante el representante
de D. Enrique de Trastamara, luego rey de Castilla,
prometiendo guardar lo tratado entre él y el monarca
navarro.
El rey D. Carlos III el Noble, en abril de 1388, mando embajadores al Duque de Gerona, heredero de la
Corona de Aragón, para comentar la alianza de ambos
reinos; en 5 de abril de 1395 recibió carta de pago del
Rey de Castilla, de 20.000 florines que quedó el navarro
obligado a pagar
por los trastornos y daños causados
por la reina D.B Leonor de Navarra en territorio castellano; y en abril de 1405, estando en París, pidió a la
Reina que le enviase 800 hombres para servir a Francia
contra Inglaterra.
En el reinado de D.Juan II de Navarra, el 6 de abril de
1448 murió en Olite, sin sucesión, la princesa de Viana
D." Ana de Cleves; y en 7 de abrii de 1444 el príncipe
de Viana, como gobernador del Reino, convocaba cortes para comunicarles los movimientos de Castilla y los
daños que los castellanos causaron en Leiza, Areso y
Lesaca.
En el reinado de los últimos reyes privativos de Navarra D.Juan y D.1 Catalina, a 7 de abril de 1506, nació
el glorioso apóstol San Francisco Javier; en 24 de abril
de 1507, el embajador de Castilla, Conchillos, escribió
desde Los Arcos una carta a D.* Juana la Loca, relatando su intervención parcial en los asuntos del Conde de
Lerfn, desfavorable a los monarcas navarros; y en abril
de 1509, ya D. Fernando el Católico mandó a Navarra
como plenipotenciario a D. Pedro de Ontañón, con el
116
LA
AVALANCHA
ftn de que requiriese a los monarcas navarros para que
restituyeran al Conde de Lerín sus estados, amenazándoles, si no, con ayudarle para recuperarlos.
Y basta ya de recuerdos históricos importantes del
mes de abril, aunque fácilmente pueden multiplicarse
hasta llegar a ser casi innumerables.
Quizá haya quien advierta en los recuerdos históricos
de abril una omisión importante, la fecha 14 de abril de
1931, que, como todos sabemos, trajo la República a España; y hasta es fácil que alguien atribuya la omisión a
menosprecio a esta forma de gobierno. Conste, sin embargo, que la omisión obedece sólo al propósito de prescindir de recuerdos históricos de la edad moderna, y sobre todo, de la época contemporánea; así como que, sin
haber sido nunca defensor del ideal republicano en España, por lo menos ahora no entra en mis planes la intención de agrayiar a esa forma de gobierno, aunque repita, para que no se olvide, que ahora, antes y siempre
me parece muy censurable la política anticristiana que a
la República le hacen desarrollar sus*hombres mal aconsejados, y lo mismo me parecería muy mal la misma política en un régimen monárquico.
Conservemos en la memoria los recuerdos históricos
dignos de ser evocados, y pidamos a Dios que abril, como principio de la alegre primavera, sea siempre el mes
de las gratas y risueñas esperanzas.
|UAN P. ESTEBAN Y CHAVARRIA,
EL PESIMISMO
L ilustre P. Vilariño, con el despejo que le distingue va discurriendo, en uno de sus incontables folletos, sobre la impresión enorme del
primer hombre al anochecer del primer día,
viendo con estupor cómo el astro rey, no obstante su fulgor y majestad, se hundía en el horizonte, quedando el mundo sumergido en lóbregas tinieblas y en silencio sepulcral; pero cuando al segundo día
le vio asomar por el Oriente, pletórico de luz y resplandores, seguramente que habría saltado de gozo y se habrían disipado, a la vez que el negro velo de la noche,
las no menos negras ideas y preocupaciones de su mente.
Pues de idéntica manera, si nosotros creyéramos que
la horrible tempestad que se ha desencadenado contra
la Iglesia y que de día en día va adquiriendo mayor desarrollo, era la primera, e ignorásemos, por otra parte, la
aseveración de Jesucristo, deque las puertas del infierno
no prevalecerán contra ella (S. Matt., c. 16), y que no ha
de abandonarla hasta el fin de los siglos, sería muy explicable el decaimiento del ánimo, y que la más honda tristeza anidase en nuestro interior; pero afortunadamente
sabemos las promesas de Jesús, esencialmente infalibles,
y no ignoramos tampoco que su Iglesia ha sido fieramente perseguida mil veces y que ha vencido otras mil.
¿Por qué no esperar, pues, días más risueños?
El pesimismo no es cristiano
De lo dicho se desprende que el considerar irremediable la situación, por creer, en nuestra miopía, que no hay
solución satisfactoria para los intrincados problemas que
están sobre el tapete, y abandonarse en consecuencia a
una estéril inercia, dejándose apoderar de la más enervante melancolía, es indicio de poca fe y de mucha tibieza, como si las palabras de Jesucristo hubieran perdido
su actualidad y la experiencia de veinte siglos no sirviese de nada para confirmarlas.
Aquel gran Mella, cuyas lapidarias frases parecen
arrancadas del libro sagrado del Eclesiastés, escribió esta
luminosa sentencia: "El pesimismo no es cristiano y fabrica su trono con tablas de ataúd.„
En la Sagrada Escritura tenemos un símbolo muy expresivo de las persecuciones de la Iglesia. (S. Matt., c. 81.)
Navegaba el Señor con sus discípulos cuando se suscitó una brava tempestad, de tal suerte que la navecilla
se veía inundada por las olas. Jesús, a la sazón, dormía.
Entonces se acercaron los discípulos y le despertaron,
clamando:—Señor, sálvanos, que perecemos.
Y Jesús les dijo:—Hombres de poca fe, ¿por qué teméis? Y levantándose, mandó a los vientos y al mar que
callasen, y cesó la tempestad incontinenti.
Pues también ésta se disipará cuando el Señor fuese
servido.
La monja Sulamitis
Esta insigne religiosa posee una pluma tan galana y sus
escritos son tan macizos que el actual Arzobispo de Santiago, Excmo. Sr. Fr. Zacarías, invitado a estampar algunas palabras de introducción en uno de sus libros, comienza diciendo: "Este libro no necesita prólogo. Mejor
dicho, es casi una profanación anteponer o posponer a
unas páginas admirables las que escriba cualquier hombre, aunque sea el mejor escritor del mundo..
Pues esta escritora, que no es española, se ha ocupado con preferencia de nuestra angustiosa situación y ha
dedicado hermosos conceptos a los católicos españoles,
llenos de un optimismo sano y alentador; pero los límites
de un artículo no nos permiten otra cosa que trasladar
algunas líneas nada mas.
Pone en boca de Jesús, aludiendo a las circunstancias
actuales de España, estas palabras: "Tan solo una cosa
debéis temer en estos días de confusión; no la táctica y
los planes de los enemigos, sino vuestro egoísmo, que
impediría que hicieseis por Mí y por vuestra patria lo
que de vosotros espero... ¡Velad, orad, confiad! Confiad
en Mí, solamente en Mí. A cada cual doy la gracia según
las necesidades del momento, y en cada caso mí ayuda
es proporcionada a las dificultades que se presentan. No
os espantéis, pues, si de antemano no os sentís tan fuertes como desearíais para una dificultad futura que os imagináis; dicho os tengo que aunque tuvierais que aparecer
ante los tribunales, no tenéis que pensar lo que habéis de
decir... ¡Bebed en Mí constantementel ¡Creed en Mí! ¡Jamás os abandonaré!,,
La Madre Ráfols
La fundadora del Instituto de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, cuyo nombre forma el epígrafe, parece tuvo el don de profecía, y más de una ha tenido ya
perfecto cumplimiento.
Y ciñéndonos a nuestro asunto, ella predijo claramente,
el año 1815, cómo en España se cebaría el espíritu del
mal con más furia que en otras naciones y que habían de
quitar de la vista de los pequeñuelos la imagen del Redentor, que se prohibiría enseñarles su divina doctrina,
que se habían de profanar y destruir templos y derribar
imágenes...
Ciego será el que en esas predicciones no vea retratados nuestros tiempos, porque no se puede pedir más
exactitud.
Pero, pasando del temor a la esperanza, hay que consignar que la segunda parte de las predicciones es muy
halagüeña, y por el cumplimiento de la primera debemos
esperar el de la segunda.
•Yo te aseguro—dijo el Señor a la Madre Ráfols—para tu consuelo y tranquilidad, que por amor a las almas
fuertes, puras y castas que en España siempre habrá. Yo
reinaré hasta el fin de los tiempos en ella de una manera
singular, y mi imagen será venerada hasta por las calles
y plazas.»
La esperanza de que se cumplirá esta profecía, como
se han cumplido otras de la venerable fundadora, nos debe servir, como dice Clarover, para trabajar denodada y
constantemente por un triunfo que estará más o menos
lejano, pero que es seguro y llevará consigo la salvación
de España,
Y si queremos que se acelere, todos debemos cooperar con nuestros méritos y con nuestro ejemplo.
Esa legión de hombres que ni sabe lo que es abnegación a pesar de su catolicismo, y que profana el santo
nombre de Dios en sus contratiempos, no pudiendo sobrellevar la menor tribulación, que obre con fortaleza y
anteponga los derechos del alma a todos los demás, como es justo y racional.
LA
AVALANCHA
Y esa otra legión de mujeres cuya frivolidad es inconmensurable» y que continúa rebelde a las enseñanzas del
Papa, prelados y sacerdotes sobre indumentaria, que se
apee de su insustancialidad, y como diría jorge Manrique,
Que avive el seso y despierte,
Contemplando,
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando.
EL
PRIOR DE RONCESVALLES.
Nuestra Señora de Roncesvalles
117
por el lugar dó se alza el santuario, y que sus astas refulgían con rayos de especial luminosidad, cuya visión comunicó a los vecinos de los poblados próximos, los cuales, en el crepúsculo, acudieron en masa y presenciaron
el portento, notando también que cuando el ciérvido pisaba en determinado punto, emergían, como salidos de
antros subterráneos, cánticos dulces que decían loores a
la Santísima Virgen. Atónitos el clero y el pueblo de las
villas inmediatas, comunicaron el suceso al limo. Sr. Obispo de Pamplona, el cual marchó a Roncesvalles, y con
los frailes de Ibañeta se dirigió al lugar de la aparición.
Excavóse el terreno, encontrando a poca profundidad un
nicho con la efigie de la Virgen venerada. Los reyes de
Navarra erigieron pronto suntuoso templo en el lugar de
la aparición.
Los caracteres tipológicos de la imagen de Roncesvalles son los síguienies: Su núcleo es de madera, revestido
de plata; va sentada sobre almohada que descansa en una
arqueta; ambos lisiemos, también plateados. El arca es
hueca, tiene su puertecita, y en ella esculpido, a medio
relieve, el arcángel San Miguel, el cual lleva en el brazo
izquierdo un escudo que contiene en su centro el emblema de ia Orden de los canónigos, y en la derecha una
larga lanza que introduce por la boca al dragón tendido a
sus pies. A los lados de San Miguel están, en relieve, San Pedro,
San Pablo y dos ángeles. EJ rostro
de la Virgen es finol con ojos expresivos, nariz recta, íabios delgados, semblante risueño, mentón
partido, con la cabeza un tanto inclinada, indicando acariciar al Niño. La efigie del Niño es de rostro
risueño, está colocado en una posición especial, pues un pie descansa en la rodilla izquierda de la
Madre, doblando un poco su misma rodillita; la otra pierna va colgada, de manera que parece medio arrodillado. La mano derecha
del Niño se apoya en el pecho de
la Madre, y en la izquierda ostenta un globo; las manes de la Virgen son de elegante talla; en su izquierda va el Niño apoyado, y su
diestra descansa sobre el banco.
El manto cae desde la cabeza y está terciado a la altura de las rodillas; la túnica lleva un cinturón
orlado de plata sobredorada; los
pliegues, abundantes, esián esmeradamente tallados; enseña pies
puntiagudos. La altura de la eHgie
es de 80 centímetros. Todo el conjunto de la escultura, arqueta, almohada, efigie y Niño, es de una
sola pieza, tallada con singular
maestría. A simple vista se observa que es de la escuela francesa.
Por sus caracteres esta escultura
es del siglo XIV,
|L nombre de Roncesvalles evoca una de las
gestas más salientes en la historia de Navarra. Cuando, después de asolar parte del territorio navarro, retornaban a su país las
tropas del entonces invicto Cario Magno, reunido en las serranías abruptas del territorio frontero un
contingente de montañeses naiuralesdel país deshicieron
completamente el formidable ejército del emperador galo, encontrando ía muerte» en ¡a formidable batalla, el héroe de las gestas, Roldan, personaje épico, que ni con
los rudos golpes de su tajante espada, ni con el vigor arléiico lie sus
forzudo;- músculos, n: con el ¡esonanlt olifante, demandando socorro, pudo librar su vida de la feroz
acometida de los burdos vascones,
los cuates, sin más pioyecíiles que
los pecados bloques pén-job de sus
morííps ingenies, aplastaron el formidable ejército franco.
Roncesvalles señala el punto
donde \ acen los personajes de la
derrota. Fue lugar estratégico en
la ruta seguida por las peregrinaciones de ios siglos primeros del
cristianismo, y tuvo emplazada en
su contorno amplia hospedería, I
cual, según las crónicas, llegó a
alojar hasta veinte mil peregrinos.
Sancho el Fuerte amplió !JS edificaciones v construyó su iglesia, en
la cual se venera la admirable imagen út la Virgen de Roncesvalles.
En este templo reposan ios restos
de este monarca navarro y los de
su esposa doña Clemencia, en sarcófagos de estilo gótico situados en
eí presbiterio, lado del Evangelio.
La historia de ¡a Virgen de Roncesvalles está aromada con la poe
sía de su tradicional aparición. Como en las de Ujué y Puy de Estelia, es el protagonista humilde pasLa Colegiata de Roncesvalles
tor que, cu los prados mullidos
posee otra imagen de la Madre de
de fina hierbe de Orreaga, apacenDios, que es una virgen de plata
taba sus gaijados. Y en verdad que
pe unos 20 centímetros de altura.
el lugar se presta a la meditación
Las efigies de Madre e Hijo tienen
contemplativa, al entusiasmo imarostro risueño. La Madre, sentaginativo en el esplendor de su nada en silla, lleva en el brazo izturaleza. Allá, en el silencio bendito NAVARRA- Imegen de Nuestra Señora de Roncesvalles, quierdo el Niño, el cual bendice
que
se
venera
en
la
Real
Colegiata
de
ese
nombre
de los bosques umbrosos, sólo tural pueblo. La túnica va con cintubado por ef susurro de hojas de los robledales seculares
rón, y el manto está terciado a la altura de las rodillas.
o de los esbeltos hayedos, entre el ruido cristalino de los
Esta joya argéntica esjdel siglo XV.
torrentes que en serpenteados cauces se deslizan de la
MIGUEL ANCIL.
bella montaña, entre el gorjeo de las alondras y los trinos
de ruiseñores, en la paz geórgica y callada que orea el
ánimo con saudades paradisíacas, se conciben ideas suge-¡Oh cuan saludables nos son las tribulaciones! En medio de ellas
rentes de mágicos sucesos.
recurrimos al celestial Consolador; y cuando en la prosperidad nos
Vio el pastor un ciervo que merodeaba frecuentemente
olvidamos de Él, en la adversidad buscamos en Él todo nuestro
consuelo.
LA
118
AVA L A N C H A
DIVAGACIONES
L Gobierno que padecemos va siguiendo adelante su obra demoledora y persecutoria de la
Religión, pero no hay que desesperar. "Es inútil dar coces contra el aguijón,, y Dios, que sabe por
qué permite tantos desmanes (tanto peores cuando más
se visten de legalidad y se ejecutan a la chita callando),
sabrá, sin duda, sacar bien de tantos males.
Vino la disolución de ia Compañía, y el mundo entero quedó atónito al contemplar la resignación de los perseguidos, que cumplieron las órdenes del César dictador
y desalojaron los magníficos edificios levantados a costa
de tantos afanes y sudores, para que, como las vestiduras de Cristo, fueran repartidas entre sus verdugos.
Mal les ha salido la treta a los usurpadores. |Bien por
las familias de los alumnos de los colegios de la Compañía! Ni uno solo compareció a recibir enseñanza de
los nuevos flamantes profesores.
¡Pues no faltaba más! ¿Qué han creído esos señores?
¿Creían, acaso, que las familias llevan los hijos a los colegios de ia Compartía por amor a las paredes, o por
la confianza que les inspiraban los que los regían y habitaban? Menudo chasco se han llevado; y no vuelven
de su admiración al contemplar cómo los alumnos acuden en tropel, y sin faltar ni uno solo, al edificio que se
ha adquirido en arriendo para seguir las enseñanzas, a
pesar de lo incompletísimo del material y lo incómodo
de las clases. Y es que no de sólo pan vive el hombre;
hay algo más en los católicos, que los que han renunciado a este glorioso título no pueden comprender.
[Cuánta verdad es lo que dice S. Pablo: El que no es
de Dios no entiende el espíritu de Dios!
Nada digamos del reciente decreto, sacando (contra
todo derecho y justicia) de la competencia de los tribunales las cuestiones surgidas con motivo de la discusión
del derecho de vindicación de la propiedad de los edificios. A eso se le llama cortar por lo sano y actuar como
el león de la fábula, que, como única razón de por qué
lomaba la mejor tajada, aducía la de que *sum leo,,, soy
león; es decir, soy el más fuerte.
Y mientras esto sucede aquí; mientras cada día salen
nuevas expediciones, que parten el corazón, hacia América y hacia toda Europa; mientras han de ir poco menos que mendigando los que quedan (porque eran falsas
las inmensas riquezas que se les atribuían); mientras los
ancianos deben recogerse en las casas de las Hermanilas de los Pobres, donde mueran bien cuidados, pero al
fin cuidados como pobres que experimentan los efectos
de una pobreza que, según su regla, han de amar como
madre; mientras se llega a la crueldad de mandar salir
de la compañía de un padre venerable de más de 80 años,
y medio apoplético, a un hermano coadjutor que ayudaba
a vestirle y hacía con él las devociones, porque el decreto prohibe la convivencia de dos religiosos de la misma
Compañía, contemplamos cómo en el Extranjero, en la
culta Europa, se les recibe con«entusiasmo y con afecto
paternal.
Un Padre Provincial de Italia pidió 40 religiosos, a
quienes ocuparía en sus casas; otro de América pidió
que le mandaran cuantos enfermos quisieran, pues a todos cuidaría con cariño fruternal, y por esto para allí
han salido algunos que ni en el Sanatorio de Tarrasa
han podido permanecer, porque tenían la enfermedad de
la Compañiüs, que, para los que nos gobiernan, es peor
que la lepra y que tuberculosis galopante.
II
Pero aun considerando este hecho inaudito bajo el
punto de vista económico, ¡qué mal negocio ha hecho
con ellos España! Las casas y colegios de la Compañía
nada costaban a la nación, antes, al contrario, ayudaban
a ésta con sus contribuciones (pues no estaban exentas
de ellas y eran pagadas puntualmente), amén del trabajo
que proporcionaban a multitud de criados, jardineros,
empleados, comerciantes, proveedores, etc., etc., lo cual
salía todo de las pensiones de los niños, Frutos del ministerio, limosnas de los fieles, bienes particulares de los
religiosos procedentes de familias pudientes, y demás.
Mas ahora, ¡cuan cambiada estará la cosa! Hagamos
unos brevísimos cálculos.
Suponiendo que cada colegio se convierte en instituto de 2.a enseñanza o escuela normal, hay que contar
con un mínimo de 25 profesores y los servicios adjuntos. Hagamos, pues, un cálculo para cada edificio.
25 profesores a 6.000 ptas . . . . 150.000 ptas.
15 empleados {por lo menos) a 3.000 . 45.000 id.
Luz y agua a 500 ptas. mes . . . . 6.000 id.
Gastos de material de enseñanza . . 10.000 id.
Conservación del edificio, jardines, etc. 5.000 íd.
Contribución que no cobrará el Estado. 10.000 íd.
Imprevistos
5.000 íd.
Total ~23T06(rptas.
Lo cual, multiplicado por 30 edificios, más o menos,
supone un gasto anual, para el Estado, de 6.930.000 pts.;
y cuenta que no exageramos nada, antes nos quedamos
cortos. Añádase a esto los enchufes de los señores que
han de constituir el Patronato, y el valor incalculable,
bajo el punto de vista moral y pedagógico, que supone
el establecimiento de unos colegios sin competencia pedagógica (porque aquí todos nos conocemos y sabemos
a qué atenernos sobre la competencia y frutos pedagógicos de la enseñanza oficial), y se verá el gran negocio
del Estado. Porque todo ello ha de pagarlo la nación.
Antes lo pagaban los que querían utilizar estos servicios;
ahora hemos de pagarlo todos, tanto si nos gusta como
si no, tanto si lo utilizamos como si se nos queman las
entrañas al contemplar tamaño desafuero.
III
Mas, no hay que espantarse. Ya decía Bécquer:
Volverán las oscuras golondrinas...
Sí; los Jesuítas volverán; quizá no volverán...
aquellos que aprendieron nuestros nombres, algunos
que son instrumentos de Dios para llevar su gloria a
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y tiene la garantía total y comprobada del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona
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LA
otros parajes; pero volverá la Compañía a España, como
volvieron después de Pombal a Portugal, como volvieron después de Choiseul a Francia, como volvieron des
pues de Tanucci a Ñapóles, como volvieron después de
Aranda y Carlos III a España, mientras Pombal, Tanucci, Aranda y Carlos III se presentaron ante Dios, a dar
cuenta de sus injusticias y de sus vejaciones.
Volverán, y su vuelta será aureolada de los mismos
actos de virtud por parte de todos; volverán a levantarse
edificios, iglesias y colegios. Los unos pidiendo y los
oíros dando, los unos en estrechez primero y en holgura después, volverán a ejercer sus ministerios, obedientes siempre al Papa, y pronunciando su cuarto voto se
dispondrán a nuevas persecuciones y a nuevas embestidas del diablo, que mueve las revoluciones mientras se
desespera en el Infierno al contemplar, acompañado de
los que fueron su instrumento aquí en la tierra, cómo es
inútil dar coces contra el aguijón y cómo todos los golpes se estrellan contra la piedra que, pretendiendo ellos
destruir, es puesta (como dice S. Pedro) en el ángulo,
para ser el más firme sostén del edificio inconmovible
de la Iglesia Católica.
Lloremos pues; trabajemos pues, para suplir la acción
Fecunda de los que transitoriamente se marcharon, y
quedémonos en la puerta para contemplar el enterramiento de los perseguidores y para ver más adelante la
vuelta triunfante de los que fueron perseguidos, como
Cristo resucitó de entre los muertos.—U. C. F. DE B,
UNA MISA EN RÜNCESVALLES
de Francia, un domingo por lfl mañana, y temiendo no llegar a Pamplona, a tiempo para oír misa, me detuve a
hacerlo en la antigua Colegiata
de Roncesvalles.
Tras de saludar con una salve
a la Reina del Pirineo navarro,
me adelanté por la iglesia, buscando entre sus oscuras naves
lo que aiií me había llevado, Pero fue en vano. Entonces se me
acercó alguien, que se dio cuenta de mi deseo, y me dijo:
—En el altar de ta sacristía
empieza ahora una misa.
Dile las gracias, y atravesando la verja del presbiterio penetré en la sacristía. Muchas veces he estado en
ella, para admirar los objetos de gran valor tradicional y artístico que allí se guardan, y que tantos visitantes
atraen—la Madona de Juan de Juanes y las mazas de
Roldan...—pero no había oído misa alguna en este apartado recinto, y el pequeño altar ante el cual me arrodillé
nunca atrajo mis miradas hasta aquel momento.
* **
Nadie más que yo asiste a esta misa, y el hecho de
ser su oyente único me infunde un vago sentimiento de
responsabilidad. Yo soy aquí todo el pueblo; es a mí solamente a quien habla el sacerdote cuando vuelve su espalda al altar. Quisiera representar dignamente a los fieles, intensificando mi atención y acrecentando la reverencia con que mi espíritu se inclina ante el ara.
Hasta aquí llegan los variados y múltiples rumores de
ta vida en los pueblos de la montaña, el chirrido de las
carretas de bueyes y el canto de las aves de corral. Los
rayos del sol estival entran por la ventana y la retratan,
mitad en el suelo, mitad en la pared, pero su claridad
se difunde y alegra toda la sacristía. Los verdes bordados de la casulla del celebrante cobran el tono del musgo que recubre las hayas del bosque; el oro del altar
brilla suavemente; la imagen de Nuestra Señora muestra ahora claramente su sonrisa entre el fulgor atenuado
de las velas.
EGRESANDO
119
AVALANCHA
[Maravillosa poesía la del Santo Sacrificio celebrado
en lugares escondidos y humildes! ¡Qué conmovedoras
las misas de las pequeñas iglesias, de las ermitas, de los
monasterios!
Parece que la Divinidad desciende sobre estas aras
que campos y montes rodean como ave que se posa en
su nido amado; recreándosé"érT esa rusticidad y sencillez que tienen tanto de evangélicas; renovando el encanto de Belén.
¡Qué atractivo el de este escondido refugio! En pretéritas edades se reunieron aquí unos hombres para dedicarse al culto de Dios y al ejercicio de la caridad. Pero
su piedad no fructificó solamente en la época, pues perdura y obra en nuestro moderno espíritu como ejemplo,
advertencia y llamada. Al repetir las mismas oraciones
que ellos modularon, al fijar la vista en los muros de esta sacristía, ornados con las mismas joyas de arte y devoción que ellos conocieron; al hallar estas mismas tablas de roble, desgastadas por sus rodillas, entramos en
comunicación con sus espíritus, como con algo familiar
y viviente.
Las palabras del celebrante suenan claras y distintas
en el recogimiento de la sacristía. Así resonarían también
ayer y hace un año y hace siglos, a través de las vicisitudes de los tiempos y de las humanas mudanzas, como
eco que son de una voz inmutable y eterna. Quisiera yo
incorporar, ligar a esta verdad inconmovible mis mejores sentimientos, que merecen ser imperecederos como ella.
El amor a la patria y a la familia, todas las virtudes,
todos los sacrificios, los heroísmos todos se cobijan bajo esta bóveda cristiana, como en su natural refugio, del
que extraen su santidad y fortaleza. Y afuera, como canes famélicos, acechan nuestra salida los errores incompatibles con las enseñanzas de ese libro que el sacerdote
ha leído, y las pasiones que aquí no caben porque el
suave aroma del incienso basta para alejar su maligno
influjo.
Profundo error, pero muy propio de nuestra débil fe
y de nuestra naturaleza rebelde, es considerar la Religión solamente como una serie de normas restrictivas,
como algo coactivo, opresor, triste, en suma Sin necesidad de contraponer a este falso aspecto el de los inmensos tesoros de consuelo que ofrece a! dolor de la
vida y a la humana desesperanza, bastaría para hacer
amable nuestra religión considerar su belleza.
Esta belleza es un río cuyos manantiales son para mí
la poesía del Evangelio y de las vidas santas, la grandeza del rito, la paz de estos retiros, la maravilla del arte
cristiano... ¡Qué poder sugerente y sentimental no adquiere este conjunto al informar la tradición católica a
lo largo de los tiempos, tradición en la que cuenta también la fe de nuestros padres!
Es un río vivificante que arrastra las arenas auríferas
de la divina gracia, y capaz, por lanto, de hacer florecer
cualquier corazón. Unas gotas da esta agua purísima y
preciosa han caído sobre el mío,, oyendo una misa en
Roncesvalles.
JOSÉ MARÍA DE LUZAIDE
NftZARETH V Lfl CUESTIÓN SOCIflL
Jesús y San José eran carpinteros.
¡Ved la cuestión social solucionada!
Ved de ella, en Nazareth, representada
Trabajo y capital, patrón y obrero.
Varón justo llamado es el primero,
En que toda virtud es compendiada,
Al par que la Bondad es increada
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Y entre obrero y patrón, iqué relacionesl
¡Qué ardiente caridad! ¡qué mutua ayuda!
¡Cuánta paz, indulgencia y bienandanza!
¡Qué al unísono están sus corazones!
La ansiada paz social, no cabe duda,
Soto con Cristo y San José se alcanza...
Y el fiel de ta balanza,
¡Oh cuadro de sublime poesía!.
Es la Madre y la Esposa fie!: María...
Bearin, 1932.
P. MARTÍNEZ G Ó M B I
LA
120
AVALANCHA
DE NÁJERA A PEÑALÉN
(Leyenda. tiis»t<ii*ica.)|
SEGUNDA
PARTE.-PEÑALEN
IV
En Peralta: la conjura
.^Solemne y entusiástico recibimiento y efusivas manifestaciones hablan dispensado algunos nobles del Reino,
convocados en Peralta, al amado monarca don Sancho,
que» procedente del castillo de Ujué, llegó a la histórica
villa ribereña en una tarde de los finales días de mayo
del año 1076.
Dispuesto se hallaba el alojamiento real en el castillo,
mejor diríamos, casa solariega de armería, que con fre-
versos; y así Fueron tejiendo un proyecto sesudamente
premeditado, limado y retocado, todo él dirigido a completar con el aspecto de un dramático, insospechado e
imprevisto accidente, el Rn miserablemente recapacitado
de! crimen que podría conducir a los conspiradores a heredar la ambicionada sucesión de una corona, ya que no
quedarían hijos descendientes que aspirasen al trono.
Pero ¡cuántas veces ei criminal deja algún cabo suelto
en la trama de sus premeditaciones! ¡Y cuántas veces el
pueblo, con un instinto admirable, descubre el fondo de
ta más refinada traición, a pesar del esmero con que la
trama urdida fuese imaginada!
Ni en las más lóbregas mazmorras, ni en las más recónditas prisiones (como en el castillo de Pamplona, año
1521; como en el de Simancas, año 1523, y en el de Orthez, año 1464), los asesínalos más viles y traidores dejaron tras de sf leves indicios que el transcurso del tiempo fue convirtiendo en evidentes hipótesis, que luego as-
SEÑORAS CATÓLICAS NAVARRAS ENCARCELADAS
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Dominica Eslava, Teresa San Martin, Estefanía López, Teófila Barbaria y Felisa Galar, según aparecen en nuestro grabado, de izquierda a
derecha; virtuosísimas señoras, todas de Salinas de Pamplona, que haciendo honor a sus convicciones arraigadas, que son las de la inmensa
mayorfa de los españoles, han sufrido prisión los días últimos en la eárcel de Pamplona, como otros queridos paisanos nuestros, hombres y
mujeres de distintos pueblos de nuestra católica Navarra, por las protesias que hicieron por la retirada de los crucifijos en las escuelas públicas. Dos de ellas, Teresa San Martín y Teófila Barbarin, tuvieron que llevarse a la cárcel sus hijitos de pocos meses. "Bienaventurados los que
sufrenjpersecución por la justicia. que'de¡ellos será eljReino de los cielos.„ Reciban todas en estas lineas el saludo cariñoso de L A A V A L A N C H A .
cuencia ocupaban los infantes don Ramón y su hermana
Ermesenda en la feraz campiña, a la inmediación de la
villa; aquellos sólidos muros habían sido pocos días antes
antro abominable de una infame conjura, de lo cual no
se había registrado por nuestra liiai&ria caso alg-r.3 semejante.
Las ambiciones personales (varios años enmascaradas
con el encomio que por doquier se reconocía al primogénito de don García, encomio siempre coreado por los
infantes, aunque reservándose el venenoso sentimiento
de la envidia) acalladas en sus pechos innobles, fueron
minando las almas de éstos, a la manera que la mísera
polilla, lenta, continua y callada, laboraba en sus venas,
subiendo hasta sus cerebros y excitando en su imaginación un pérfido plan de sustitución de la corona de su
hermano, tramaron sigilosamente la traición más detestable, disfrazándola con el aparato de una fiesta o una jira
campestre que vistiera con caracteres de credulidad ante
el pueblo navarro, sin sospecha de preparación, antes
bien con las aparentes trazas de fatal accidente, absolutamente impensado e imprevisto.
La envidia, fácilmente asociable con la perfidia, se
completan cuando, cooperantes, anidan en corazones per-
cendieron a clarísimas pruebas, aunque las víctimas con
inocencia cayeran en la candidez o sorpresa,J más tarde
desvanecidas.
Desorientados los pocos nobles y ahuyentados con órdenes extrañas tos guardias y monteros, a pretexto de la
intrincada selva y densa espesura, en ta caza de montería diestramente maquinada, el premeditado accidente podía y debería conducir a la realización del infame fratricidio sin testigos, atribuyéndolo a una imprudencia insospechada e insospechable; pero siempre se destacarían
las circunstancias de la elección del lugar, la ^condición
excepcional del paraje, singularmente desvanecibles por
no haberse dado lugar a la acción de armas, si bien el resorte actuante había de ser una fuerza hercúlea que no
dejaría huella delatora de la satánica tragedia.
Los agasajos en la conversación fraternal sostenida
aquella noche fueron un hábil prólogo, como verá el curioso lector por la entrevista que más adelante se hallará.
En resumen: los dos infantes tomaron el acuerdo concreto de aconsejar a su hermano alterase algún tanto su
vida sedentaria; se aligerara de las pasadas tareas políticas, administrativas y gubernativas; que viajara por el territorio, visitara las comarcas que no conocía y también
LA
AVALANCHA
ejerciese la cara mayor, como hicieron otros reyes, y
prodigara su persona en esas fiestas cinegéticas, como un
ejercicio atlético preparatorio para las luchas guerreras.
Habíase fijado el infante en un plan de cacería que debería tener desarrollo en la montañuela próxima a Funes,
en el sitio denominado Peñalén, cuyo paraje se hall» a la
terminación por el lado sur, en un corte repentino del
terreno, presentando allí un barranco de trescientas brazas de profundidad, que en la comarca se señalaba con el
nombre de Barranco del Fraile, precedido a su vez por
una planicie constituida por feracísima y umbría selva
que, con la densa espesura, dificultaría la presencia de
testigos delatores, sin perjuicio de lo cual los infantes
cuidarían desorientar a tos nobles, guardianes y monteros, conduciendo mientras tanto a don Sancho al borde
aludido, atrayéndole con la contemplación de la primorosa vista panorámica y siendo aquel momento el más propicio para, con un vigoroso empuje del potente brazo de
don Ramón, provocar el derrumbamiento de don Sancho
desde el elevado mirador, caída que, sin remedio posible,
habría de poner fin a la vida de la real persona. Tal era
el escenario adoptado para llevar a cabo el villano drama
fraguado.
Dos elementos geológicos se manifiestan a la vista en
121
súbito, repentino, sin signo alguno de vegetación ni el
más ligero vestigio de arbustos, cual acontece en todas*las
rocas salitrosas.
Al borde superior de esa roca, al cual se llega desde
la llanura que le precede, aparece el derrumbadero, repentinamente, al observador, y a tal sorpresa contribuía
la maleza de la planicie, el denso arbolado que espontáneamente se reproducía en diversas variedades durante
aquellos remotos siglos, cuando el hacha destructora del
leñador no se había aún ensañado con estas selvas ni
otras de la feracísima Ribera; guarida de renos y venados,
de osos y lobos, de jabalíes y cabras monteses, poblaban
a placer en tan intrincado paraje, cuyo remate súbito
constituía un admirable observatorio natural, a cuyo pie
las abundosas corrientes fluviales del Arga, robustecido
con el Ega, y del Aragón, engruesado con el Irati, se
mezclaban y fundían en un cauce caudaloso; la vista de
esa rica confluencia brindaba nuevo atractivo al visitante,
y más lefos, la del Ebro, en oleaje bullicioso, enriquecido
con tan pródigos afluentes; a tales bellezas naturales sumábanse las poéticas arboledas de las márgenes y las villas esparcidas por doquier, prestando aún mayor atractivo, que no desmerecía lanzando la mirada a distancias
más lejanas, contemplando las innumerables villas de
INSTITUCIONES BENÉFICAS DE NAVARRA
PAMPLONA.—Fachada posterior de la Casa de Familia, en el barrio de San Juan
Poto. Galle
Peflalén (Peñalisa o Peñalien): el uno es la piedra, negra
como el más oscuro de los marmoles; el otro es blanco
grisáceo casi transparente. ¿Habrán en ello influido, con
el transcurso de los siglos, los vientos alternativos de
Oriente y Occidente? ¿Serán causantes de ese fenómeno
las condiciones distintas de las aguas del Arga y del Aragón que allí confluyen, obrando por porosidad en la enorme roca granítica? Es problema que no nos toca dilucidar; tan soto anotamos el hecho apuntado, tomándolo del
Diccionario geográfico de la Real Academia de la Historia, editado a principios del pasado siglo.
Convengamos en que ello fue uno de tantos caprichos
de la Naturaleza, y al menos con este juicio lleguemos a
darnos por satisfechos, como tampoco discreparemos en
que la enorme masa granítica presenta frente al Sur un
escarpado, mejor diríamos, una tajadura brusca, un corte
ambas márgenes, hasta abarcar toda la zona tudelana y la
ciudad de Calahorra, con sus muchos pueblecitos circundantes, a lo lejos.
Con estos precedentes asistíamos a la entrevista fraternal en la señorial mansión de los infantes conjurados para la tragedia maduramente pensada, (a)
JULIO ALTADILL.
(Continuará)
(a) No existía por entonces construcción alguna en el paraje
abrupto ni en la planicie; las ruinas de dos torrecillas que ahora se
hallan, parecen puntos de observación flanqueantes de aquel tajo que
debieron erigirse en tiempos ulteriores.
122
LA
AVALANCHA
LOS HOMBRES DE MI TIEMPO
os jóvenes me han visitado sucesivamente en
mi despacho.
El primero, bajito, moreno, de ojos negros, viene en representación de sus compañeros de la Escuela Central, a pedirme autorización para hacer una coléela para su ConFerencia de
San Vicente de Paúl.
Fíjense bien: su Conferencia.
El otro, rubio, alto, de ojos azules, viene en nombre
de sus compañeros de la Escuela Normal Superior, a
pedirme exactamente lo mismo.
Harán, pues, su colecta junto a la puerta interior del
templo, desde las seis de la mañana hasta mediodía. Luego dejarán el templo, gozosos, pensando en los recursos
logrados pata esos miembros dolientes de Cristo, que
son los pobres.
Harán todo esto sencillamente, piadosamente, sin humanos respetos y sin alardes, comprendidos por todo el
mundo, hasta por sus compañeros escépticos.
Y habréis adivinado que nada he rehusado a esos jóvenes escogidos que constituirán la Francia de mañana.
Pero apenas habían salido de mi presencia, cuando,
pasándome la mano por la frente, exclamé: ¡Qué progreso!... "¡Qué diferencia entre esos jóvenes y los hombres
de mi tiempo!y,
En mi tiempo, esto es, hacia 1888 ' , y aun mucho antes, el hombre de "sociedad,, salvo raras excepciones,
no entraba jamás en la iglesia.
Educado con entusiasmo en el culto de la Ciencia y
del Progreso, consideraba la Religión como una cosa pasada de moda para siempre.
Alguna que otra vez saludaba cortésmente esa religión,
como se saludan ciertas páginas de historia.
Jaurés hablaba de la vieja canción que había arrullado a nuestros padres... Viviam cantaba, en el Congreso
de los diputados, las estrellas apagadas...
Pero muchos de mis contemporáneos aborrecían sencillamente la Religión... *el obscurantismo,, como elegantemente se decía.
La ola de desprecios había sido lanzada por diFerentes contraseñas que convergían al mismo fin: El clericalismo, he ahí el enemigo.
¡El sacerdote, en la sacristía!...
¡Quien quiera misa, que se la pague!...
Víctor Hugo, con su voz de contrabajo, volvía a la copla: ¡Cada escuela que se abre, es una prisión que se
cierra!...
Rechazo los ritos de toda religión... pero pido una
oración a todas las almas...
J. Renán, virtuoso ligero, hacia académicamente el trémulo en su Vida, de Jesús.
No siendo caballeroso hacer sufrir a los débiles, el
marido toleraba que su mujer asistiese a la misa los domingos. Pero nada más que a la misa.
Y había que ver a esos maridos elegantes y desdeñosos, junto'a las puertas, en el atrio de la iglesia, con las
manos enguantadas y bastón en mano... Iban a buscar a
sus esposas... ¡Nada más!
¿Dios...? ¿la misa? ¿la palabra divina?... ¡Horror!...
El pueblo, siempre simplista, interpretaba las cosas
brutalmente.
¡Cuántas veces, mientras fui vicario en Clichy, presencié este repugnante espectáculo: centenares de obreros,
acompañando el cadáver de un compañero hasta las
puertas de la iglesia!
Llegados allí, daban media vuelta.
1
Lo que pasaba entonces en Francia pasa ahora en España, con
el retraso que de ordinario llevan nuestros zurdos. Darán una tempo*
rada de mal tiempo a la Iglesia y al pueblo, y vendrá luego ta reacción saludable.
¿Comprendéis?... La religión de la familia era de
una estupidez tal que les impedía participar de la misma, aun aparentemente y por un instante.
Se dejaba a la viuda y a los hijos llorar en su soledad. Entre tanto tomaban el aperitivo en la taberna de la
esquina... la taberna de los muertos...
Las Escuelas Superiores eran víctimas del mismo vértigo de desprecios.
El practicar más allá del agua bendita era mirado como señal de espfíitu atrasado.
Recordad la historia de un rosario encontrado en el
patio del Politécnico, que sirvió de motivo de algazara
durante toda una recreación. Un alumno subido a una
silla gritaba a sus camaradas: "¿De quién es ese instrumento...?,
• #•
La Verdad está por encima y fuera de los hombres.
Marcha a través de los siglos. Rebasa pronto y serenamente nuestros pequeños odios.
Brunetiére ha proclamado la quiebra de esta Ciencia,
ídolo locamente incensado por el siglo XIX.
¿Qué diría hoy, después de la guerra?
Otros muchos han subrayado la misma desilusión. El
señor Caillaux, poco há, acentuaba todavía las conclusiones:
El factor principal de la crisis, decía, es la Ciencia.
La máquina se come al hombre. Por el camino del
absurdo se llega a esto: Construir una máquina que alimentará todo un país, pero que no empleará sino a algunos de sus habitantes. Pero, ¿con qué dinero se procurarán su alimentación los que no cobrarán jornal alguno?
Pues bien, otro pontífice de mi tiempo había ingenuamente profetizado:
Tiempo vendrá en que el hombre, gracias a la máquina, trabajará solamente veinte minutos cada día... El
tiempo sobrante lo empleará en el cultivo de su inteligencia, en gustar las nobles satisfacciones que procuran
los actos: ¡vivirá libre, pacífico, dichoso en la nueva Arcadia!
¡Ya lo estamos viendo!...
...Los técnicos, sigue el señor Caillaux, han rebajado
la mentalidad humana.
Y pide una ^revolución espiritual,,; lo que quiere decir, en buen francés, la vuelta a la fe religiosa.
•**
Sí, pero nuestros actos nos siguen.
El hombre de mi tiempo llega hoy al borde de la tumba. Y llega inquieto, desilusionado, apercibiéndose de que
ha vivido en completa oposición con la realidad, y que
la Religión le sobrevive.
Por otra parte, su fe no está del todo muerta... Ha
casado sus hijos por la Iglesia... Religiosamente ha enterrado a su mujer. Alguna que otra vez va a la misa los
domingos.
En la soledad de su cuarto, ora quizá: "¿Qué sorpresa me reserva el más allá?.
Sí, pero el orgullo le impide reconocer su necia equivocación.
...Y el ¡espeto humano.
..,Y la anquilosis de ese sentimiento religioso que durante su vida no ha dejado funcionar...
• * •
Así también, ¡qué triste es la situación del hombre de
mi tiempo cuando llega la hora de la muerte!...
Ciudadano honrado, habiendo ocupado tal vez los más
honoríficos cargos en su nación... amado de su familia...
va a morir en medio del silencio triste de los suyos, que
se han mantenido religiosos o vuelto a sus prácticas.
Nadie se atreve a hablarle de esa eternidad que pronto va a franquear, ¿Si se opusiera obstinadamente?...
En último caso, para él, buen pensador, célebre abogado, medico ilustre, se echará mano de los más fáciles
recursos, de pequeñas comedias, tan humillantes para
el enfermo como molestas para el sacerdote a quien se
trata de imponerlas.
Es el rescate.
LA
123
AVALANCHA
Felices los que en esos días de gracia lo pagan de una
vez, con enderezamiento, a veces heroico, leal, completo.
Pero, los otros!...
jDesdichados hombres de mi tiempo!...
La vieja dulce canción... la canción eterna... la que
arrulló a vuestros padres... la que arrullará también a
vuestros hijos... esa canción, jan! vosotros la habéis olvidado...
Habéis desdeñado los brazos maternales de la Iglesia...
"La humanidad, habéis dicho y repetido, no puede permanecer eternamente en la infancia....
Y sin embargo, los heridos más valientes, en el campo
de batalla invocan a su madre...
Vosotros no tenéis madre...
Y, solos con vuestro orgullo, con todo el escándalo de
vuestra apostasía, vais a meteros en el gran túnel...
¡Sí, pobrecitos hombres de mi tiempo!...
PlERRB Ll ERMITB.
COMENTARIO DE ACTUALIDAD
ON puntualidad digna de los hijos de Albión,
al sonar tas nueve de la mañana se abren al
público las ventanillas del Banco nacional.
Minutos antes, sobre cada escritorio se hallan los libros de cuentas corrientes, los registros de giros, las carpetas de cupones al pago, los efectos al cobro, los depósitos en renovación, etc. Las cajas
de metálico efectivo y de billetes a la circulación están
dispuestas a funcionar.
En tal disposición, los primeros clientes del día aparecen en grupo, son cuatro atracadores, más otro que
han dejado como centinela en la puerta del establecimiento. A una palmada, los cuatro clientes dan la voz de
•manos arriba, y ostentan sendos pistolones con los que
apuntan... pero no dan; como que son ladrones vulgares
y no vienen buscando sangre; dinero no más pretenden.
Sorprendidos los empleados, por el imperativo mandato, elevan sus brazos inermes: tan solo dos de ellos
permanecen espectadores indiferentes, impasibles. Son
los cajeros de pagos y cobros.
A éstos requiere enérgico uno de los atracadores, reiterando su mandato, aproximándose y apuntando; pero
no dispara. Los dos cajeros, flemáticos e imperturbables,
serenos, sonrientes e inermes, presentan sus pechos, sin
ademán de sumisión. A una nueva intimación, ni despliegan sus labios: cual dos estatuas mecánicas animadas, se
concretan a girar sus cabezas a diestro y siniestro, dando
a entender sus negativas; y no se les dispara. Trascurren
unos segundos; silencio sepulcral. Con feroz semblante
persiste el atracador, con voz estentórea, en su mandato...
pero no dispara.
Risueños le contemplan los cajeros, parecen mudos;
son dos valientes que presentan de frente sus caras y pechos; ni obedecen ni se rinden ante la amenaza; no son
cobardes: "o no tienen corazón, o son dé bronce o peña,,.
Serenos, conscientes de su honor y de su misión, saben
muy bien que un disparo de los atracadores, desbarata
su plan, salva al Banco y al público: Confusos los ladrones, optando por salvar su propia piel, renuncian a doña
Leonor y se alejan confundidos, mientras los dos caballeros triunfan de las amenazas y las pistolas, sin más
armas que su serenidad, su corazón y su cerebro; son
reflexivos y valientes, no son cobardes al uso; vencen
con su inteligencia tranquila y bravura completa. Pertenecen a la raza norteña, son cavernícolas, trogloditas; no
son los chulos y matones cobardes que abundan y merecen a lo sumo un salivazo, y en cuyo honor se ha suavizado la penalidad; para éstos, la guardia civil y la policía
y los guardias de asalto. Para nuestro afecto y admiración, los hombres abnegados, serenos, reflexivos, inteligentes, honrados, inermes; los valientes, en una palabra,
ante los cuales la chulapería procaz y desvergonzada, la
turba obscena y soez, la vileza torpe y grosera y el lenguaje de muladar o la chusma gitana provocan náuseas
y repugnancias... y cobardías.
/.
Iruna, 13-IV-32.
LOS ESCRITORES CATÓLICOS
Favores especiales
Sin embargo, como el tema creo que es de mucha
trascendencia, ya que no todo lo que se me ocurre, diré
algo que pienso que es de interés.
Porque, en efecto, pienso que los católicos deberían
mirar este asunto de favorecer a los buenos escritores
como asunto de singular importancia. Y todos los favores que se quieran conceder para alentar a los escritores serían convenientes.
No se me ocurrirán a mí muchas industrias para este
fomento. Pero abriré el camino, y acaso se ocurran a
otros otras mejores.
Siempre tengo ante mis ojos a una sociedad protestante, la Sociedad Bíblica, de todos conocida. Esta sociedad, es bien sabido, se aplica a la difusión de biblias.
Con donativos que le conceden, logra difundirlas a precios estupendamente bajos, mejor dicho, gratis casi, y
muchas veces, gratis. ¿No podrían los católicos, con sociedad o sin ella, aplicar a la propaganda fuertes cantidades,'de modo que se propagasen los buenos libros a todas las casas? Cuando se edita un libro que puede hacer
mucho bien, por qué uno de tantos generosos donantes
para obras buenas no había de dar lo necesario para
que aquel libro u otro provechoso llegase a cien, a mil,
a diez mil, a cien mil lectores? ¿No serte un hermoso
apostolado?
En algunos países he visto que en las puertas de las
iglesias hay puestos de libros, los cuales, algunos, tos cogen para el tiempo durante el culto y luego los dejan en
el mismo sitio para otros; otros se los apropian para sf y
los llevan a casa. Los primeros, si pueden, dejan alguna
limosna para la renovación de los libros viejos; los últimos, como se llevan el libro para sí dejan el precio en
un cepillito que está al lado. ¿No se podría, tal vez, imitar esto en muchos sitios?
A veces hay escritores que tienen un buen libro y no
saben cómo editarlo; ¿no se les podría ayudar de alguna
manera?
Otras veces hay escritores, periodistas, apóstoles de
la pluma que han despreciado tal vez buenos puestos
por no apartarse de la buena escritura, y han merecido
bien de la Iglesia con sus escritos. ¿Por qué no premiarlos? ¿Por qué no establecer para ellos, como para otros
escritores profanos, el premio de tal señor, el premio de
tai otro señor?
Otras muchas industrias servirían para que los escritores se animasen, se multiplicasen, activasen su trabajo,
emprendiesen nuevas iniciativas, produjesen obras buenas. Hoy el escritor que más o menos tiene que trabajar para comer, porque el escribir no le libra de las necesidades humanas y le quita muchísimo tiempo, cuando quiere salir dei paso, se aplica a escribir cuentos, novetas, fantasías, que es lo que cuesta menos trabajo, lo
que es más aceptado y más retribuido. En cambio, carecemos de muchos libros que no se pueden escribir sin
mucho trabajo, ni editar sin mucho riesgo.
Acaso, si se reuniesen en alguna asamblea los escritores buenos, pudiesen hallar más recursos para favorecer
esta corriente. En otras naciones, donde la vida asociada
es más frecuente, se han celebrado con éxito asambleas
de escritores católicos.
Nosotros, por desgracia, languidecemos demasiado en
este punto. Cuando nos juntamos en asambleas peroramos mucho, aplaudimos mucho, sacamos muchas conclu-
124
LA AVALANCHA
siones, arreglamos en el papel todas las cosas, no sabemos ceñirnos y dejar parte del asunto para otros años
sucesivos, iodo lo abarcamos en el primero. Y por eso
suelen, muchas veces, nuestras asambleas resultar estériles, y nuestros asambleístas cansarse extraordinariamente.
Acaso con menos esplendidez, con más discurso, con
menos palabras, con más sobriedad, con menos discusiones o con menos pasiones, y sin reñir de ningún modo,
sacaríamos mucho fruí o de estas asambleas. Pero con
ellas o sin ellas, lo que importa es que entre los fíeles se
forme ese ambiente de favor a los escritores católicos
que merecen bien de la Iglesia, y prevalezca ese ideal de
apoyar, por cuantos medios estén a nuestro alcance, a
esos apóstoles del libro, de la revista, del folleto, del pe*
riódico, que nos son necesarios, y más en una época en
que tanto se lee; por desgracia, más de lo malo que de
lo bueno.
REMIGIO VILARIÑO,
S.J.
(Continuará)
NUESTROS GRABADOS
Vista parcial de Roncesvalles.—Aparecen en nuestra fotografía la pequeña iglesia de Santiago, obra del siglo XIII, y la capilla de Sancíi Spiriíus, de la cual escribe el arqueólogo Madrazo, entre otros, los siguientes
párrafos:
"No te describo el exterior de esta capilla, porque la
estás mirando: sólo te diré que esos arcos macizados que
ves en su fachada y en sus costados formaban antiguamente como un claustro o pórtico abierto y completamente diáfano. El interior te ofrece un cuerpo de edificio rodeado por este claustro. El piso está levantado sobre una
cripta central, a cuyo alrededor, en las cuatro bandas de
la capilla, hay enterramientos de canónigos y de vecinos
de la villa.
nEi Cabildo de la Colegiata viene a esta capilla los sábados por la tarde, a cantar ante su altar la Salve, el himno Veni Creator y un responso general.
BQuiere la tradición que en la Capilla de Sancti Spiritus estén sepultados los principales guerreros francos
que perecieron en la rota de Cario Magno, en Roncesvalles, ocurrida en el año 778.„
WESA REVUELTA
Nuestros amigos difuntos.—El viernes 15 del corriente falleció santamente en Villa Mundaiz (San Sebastián), confortada con los santos sacramentos de la Iglesia,
la virtuosa y respetable señora doña Prudencia Ramery (q. e. p. d.), madre de nuestro querido amigo y suscriptor el distinguido caballero católico don Juan de Olazábal y Ramery.
La ilustre enferma ha tenido una muerte edificante, como fue su vida. Las muestras de profunda devoción y caridad encendidísima que ha dado durante su larga y penosa enfermedad han conmovido y asombrado a todos.
Asistida hasta Eos últimos momentos por su director espiritual el P. Cesáreo Ibero, Rector que fue de Loyola,
entregó plácidamente su alma a Dios.
En Navarra contaba la finada con muchas simpatías.
En compañía de su piadosa hija, señorita Caya Olazábal
y Ramery, formó parte con los navarros en la peregrinación que a Lourdes y Roma organizó el año 1913 el celosísimo párroco de San Lorenzo D. Marcelo Celayeía (que
en paz descanse).
Acompañamos a la apretadísima familia de doña Pru-
dencia Ramery en el sentimiento que en estos momentos
experimenta, y suplicamos a nuestros lectores no olviden
en sus oraciones a la finada.
En Madrid falleció cristianamente, el 3 de marzo último el notable escritor católico don Fermín Sacristán. Fue
el finado un hombre ejemplar, y dedicó su vida a su familia, a las prácticas religiosas y de caridad y al cultivo
de la amena literatura.
^
En el Consejo Superior de la Sociedad de San Vicente
de Paúl ejerció el cargo de secretario.
Los lectores de LA AVALANCHA han visto en estas columnas brillantes escritos de don Fermín Sacristán.
Sus obras de "Mi banasta», "Regalo de boda,, y "Doctrinal de Juan del Pueblo,, a la vez festivas y morales,
no tienen rival en la literatura castellana.
Esperamos de nuestros amigos rueguen con nosotros
en sus oraciones por el eterno descanso del alma del
finado.
R. I. P.
Nuestros enfermos.—Gracias a Dios, nuestro querido colaborador "MirabalB ha experimentado en su enfermedad un notable alivio, entrando en franca mejoría,
que es de esperar se confirme y llegue al total restablecimiento.
Para que así sea y para que pronto podamos ver de
nuevo en la prensa católica los meritísimos trabajos de
este distinguido escritor, rogamos muy de veras a nuestros lectores insistan en pedir a Dios, a quien tan grata
ha de ser la labor de "Miraba!,, como periodista y maestro de periodistas católicos.
Un testimonio excepcional.—"La leprosería de Fontilles fue hasta hace poco tiempo una institución excepcional en el mapa sanitario de nuestro país. Logro de
dos voluntades excelsas—Lloret y el P. Ferris—superadas en su humanitario fin por el sacrificio tenaz de un
grupo de hombres de contextura evangélica, venía a poner en la llaga de lumbre que en Levante mantiene encendida la horrible dolencia de Job, una dedada de consuelo. Últimamente, exigencias de una organización en este aspecto muy discutible, ha retirado de Fontilles a muchos de aquellos hombres que se hacían querer con la
sola disciplina del amor..
Esto dice "El Sol0, cuya ideología todos conocen, rindiendo, a pesar de los pesares, tributo a la verdad.
Holanda y la disolución de la Compañía de Jesús.
—Los católicos holandeses siguen protestando de las
medidas dadas por el Gobierno español contra los Jesuítas.
El número de las asociaciones católicas que han enviado telegramas de protesta al Presidente de la República
española y al Embajador de España en La Haya, llega
a cien.
Entre ellas se cuenta la Federación de trabajadores católicos (200.000 adheridos), los mineros católicos de
Limbourg (23.000 asociados), Federación política católica (360.000), Asociaciones Eucarísticas (155.000),
Han protestado también los periodistas católicos y la
Asociación de grandes industriales católicos.
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Las cuatro reglas.—Se pueden aprender sin profesor. Un práctico, por añadidura poeta, nos lo enseña con
la sola observación de lo que ocurre en el hogar.
Solo en mi hogar observando,
voy las cuentas aprendiendo,
pues me las van enseñando:
mi avaro suegro, sumando;
mi sirvienta, sustrayendo;
mi mujer, multiplicando,
y mi suegra, dividiendo
nuestra paz de vez en cuando.
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Pamplona en la de Bescansa, García y Ostériz.
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Compendio de la Historia de Sangüesa 1
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LA AVALANCHA
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Destinado para el
f de letra grande, muy necesario en las parroquias rurales ¡
Cupriol
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Contiene: Tercia y Misa; Salmos e Himnos para Vísperas g
g de Dominica; Antífonas, Salmos, Capítulo, Himno, Verso y §
S Ant. de Magnif para todas las Vísperas; Oficio y Misa de í
jj difuntos, etc., etc.
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En tela, 17 pesetas; con lomo y puntas de piel, 19 pesetas. ¡
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Los pedidos a. JESÚS GÁKCIA
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(Producto contra el Míldíu)
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ESTAFETA, 3 1, PAMPLONA
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IRURZUN-ISABA- LEIZA-LESACA-LODOSA-LOS ARCOS-MARCILLA- SANGÜESA -SANTESTEBAN — TAFALLA-TUDELA—
— — VIANAy VERA DE BIDASOA - -
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LECUMBERRI, LEIZA, LERÍN, LESACA, LODOSA, SANGÜESA, SANTESTEBAN, TAFALLA, TUDELA
UZTÁRROZ Y VILLAFRANCA DE NAVARRA
Y principalmente
Imposiciones de año
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a seis meses
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a tres id
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a uno id
ai 4^ %> anual
4 %> »
3 4 °/° >
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Cuentas corrientes y Depósitos en efectivo a la vista, a 2^ °/° anual
Caja de Ahorros, establecida hace años, al 4 %> anua).
Compraventa de monedas extranjeras, en cheque y billetes, a cambios muy ventajosos
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empleado desde hace veinte añ.is poi toda clase de personas, cada dfa es máa
apreciado y recomendado por los médicos rrás amantes dfc la verdad, a quienes
proporcionó grandes satisfacíones.
Las personas que sufren Anemia, Raquilísmn, Colores pálidos. Empobrecimiento de sangre, Debilidad, luapectencia y Menstruaciones difíciles ven desaparecer
sus padccinnenios y las convalecientes se fortalecen en forma inesperada, mucho
más si empiparon reconstituyentes extranjeros y aún nacionales no en tan buen
estado de asimilación y tolerancia.
Los informes que flgutan en ti prospecto, de las más sóidas reputaciones m<é
di as españolas, prueban lo expuesio.
De venta on las principales Farmacias y
droguería general: Farmacia de Vivas Pérez
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