en España

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Nuevos ciudadanos de
América Latina
en España
Coordinación y elaboración
Departamento de Estudios e Investigaciones
de la Fundación CeiMigra
Luis Díe
Josep Buades
Luisa Melero
Colaboradores/as
Gabriel Cameratti
Maquetación
Imazonia
INDICE
1. Introducción: des(en)cubriendo América Latina en España
4
2. Nuevos españoles venidos de América Latina
4
3. Evolución de las distintas nacionalidades latinoamericanas
residentes en España 17
4. Ubicación de las personas procedentes de América Latina
que residen en España
20
5. Algunas conclusiones y reflexiones
25
APÉNDICE: LA INMIGRACIÓN LATINOAMERICANA EN ESPAÑA
EN ALGUNOS TEXTOS DE REFERENCIA
28
4
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
1. Introducción: des(en)cubriendo
América Latina en España
La denominación “América Latina” engloba la
mayoría de estados del continente americano
y del mar Caribe: aquellos cuyas lenguas
oficiales son latinas; de hecho, el español,
el portugués y el francés. En su inmensa
mayoría, los países latinoamericanos tienen el
español como idioma oficial. La lengua común
y una larga historia de conquista y colonización
primero, y de emigración a lo largo de los
siglos XIX y XX, pesan en el imaginario sobre
América Latina.
En la opinión pública se presupone un elevado
grado de homogeneidad cultural en todo el
conjunto, y una gran proximidad cultural con
España. Es preciso restituir una mirada atenta
a las grandes diferencias culturales que se
manifiestan a lo largo y ancho del espacio
denominado América Latina. Los grandes
espacios inciden: la cordillera andina, las
pampas, la amazonía, la costa caribeña… La
urbanización, acelerada en la segunda mitad
del S. XX, ha generado culturas específicas
en las grandes ciudades y sus suburbios. Las
culturas campesinas (agricultoras o ganaderas)
se encuentran en el crisol entre tradición y
modernización. El despertar de la conciencia
cultural, religiosa y política de los pueblos
originarios introduce nuevas interpretaciones
sobre el continente, su historia, su división
política…
Es posible una mirada sobre y desde América
Latina como conjunto, teniendo en cuenta los
elementos que forjan su unidad y que revelan
su enorme riqueza y complejidad cultural.
En una publicación como esta Mirada, se
combinará la referencia al conjunto con la
referencia a los estados que la componen:
o mejor, a las personas procedentes de
esos estados que viven en España y en la
Comunitat Valenciana, también aquellos que
han adquirido la nacionalidad española.
Este ejercicio de mirada se desplegará
en tres partes. La primera abarcará el
conjunto de América Latina, y presentará
las
principales
variables
demográficas:
españoles
latinoamericanos,
residentes
latinoamericanos según sus nacionalidades,
evolución de la población latinoamericana en
España, distribución geográfica en CC.AA.
y provincias… La segunda enfoca la mirada
sobre la Comunidad Andina: Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú. Y la tercera lo hace sobre los
países del Cono Sur, Brasil y Venezuela. En
ambos casos se intenta describir la complejidad
de cada país, incluyendo referencias a las
diferentes comunidades indígenas. Y se
analizan los datos demográficos disponibles en
la Comunitat Valenciana.
Con todo ello, es imprescindible también hacer
constar la complejidad y los límites de abarcar
un tema como el que nos reúne en este triple
trabajo. La heterogeneidad y las enormes
dimensiones de una región como América
Latina, si bien permiten un acercamiento y
análisis desde algunas perspectivas como
las abordadas aquí, también dejan, de modo
inevitable, un trabajo inacabado que deberá
ser continuado, completado y retroalimentado.
2. Nuevos españoles venidos de
América Latina
El presente trabajo trata de analizar los datos
demográficos sobre población latinoamericana
en España. A este respecto, cabe esperar
que se arrojen cifras de personas residentes
extranjeras. Y, sin embargo, esta mirada
tendrá presentes, en primer lugar, a españoles
venidos de Latinoamérica. Unos son antiguos
emigrantes y sus hijos que habían conservado
o recuperado la nacionalidad española. Otros
son nacionales de países latinoamericanos
naturalizados españoles. Unos y otros
pertenecen tanto a la realidad latinoamericana
como a la española.
Por lo que toca a españoles retornados,
en 2009, 13.037 se dieron de baja en los
consulados españoles de los países de América
Central y del Sur para residir en España. Y
2.933 se dieron de baja de los consulados en
países de América del Norte (Canadá, EE.UU.
y México).
Es interesante mostrar la evolución de cifras de
personas extranjeras naturalizadas españolas
y, en particular, de las procedentes de América
Latina (gráfico 1). Por regla general, las
personas procedentes de América Latina
pueden solicitar la nacionalidad española tras
5
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
dos años de residencia legal en España. Desde
2001 a 2009, han obtenido la nacionalidad
española 337.340 personas latinoamericanas.
Respecto del total de naturalizaciones, el
porcentaje de latinoamericanos ha pasado del
53,8% en 2003 al 84,5% en 2009.
Gráfico 2. Evolución de la población en España
50.000 .000
45.000 .000
40.000 .000
35.000 .000
30.000 .000
25.000 .000
El número de nacionalizaciones es reducido
en comparación al volumen de las personas
extranjeras residentes en España. El total de
nacionalizaciones anuales nunca ha pasado del
1,6% de la población extranjera total residente
en España cada año. Y cuando se trata de
personas latinoamericanas, el porcentaje
no ha sido superior al 3,9% de la población
latinoamericana residente.
Gráfico 1. Evolución de las nacionalizaciones de
personas extranjeras en España. Total y América Latina
90.000
80.000
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
2001
2002
2003
2004
naci onalizaciones
2005
2006
2007
2008
2009
nacionalizaciones de AL
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de
nacionalizaciones disponibles en el MTIN.
Un examen de la evolución de la población
total en España (gráfico 2), muestra el
estancamiento que se ha producido entre 2009
y 2010. Dicho estancamiento está relacionado
con las consecuencias de la crisis económica,
y con las mayores restricciones en la entrada
y permanencia de las personas extranjeras en
España. Se impone la cautela al interpretar
el significado de la pequeña reducción de
población extracomunitaria observada en el
último año. Más que a las salidas del territorio,
puede deberse a las nacionalizaciones (más de
67.000 personas de América Latina, tanto en
2009 como en 2010; más de 79.000 personas
extranjeras en total, en 2010). Asimismo,
el incremento de población de un país
comunitario como Italia, puede corresponderse
parcialmente con la disminución del número
de personas de nacionalidad argentina.
20.000 .000
15.000 .000
10.000 .000
5.000 .000
0
1996
1998
1999
TOTAL
2000
2001
2002
ESPAÑOLA
2003
2004
2005
Total Extranjeros
2006
2007
2008
2009 201 0*
Total América Latina
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de
empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-12010 disponibles el 23-11-2010.
Cuando se traza la evolución del número de
personas españolas empadronadas, están
incluidas las que han adquirido la nacionalidad.
De modo que el número de personas españolas
de origen sería ligeramente inferior sin las
aportaciones de las extranjeras naturalizadas.
En todo caso, en 2010, las cifras provisionales
del Padrón disponibles en el momento de
ofrecer esta publicación, hablan de más de
1,7 millones de personas de las distintas
nacionalidades de América Latina residentes
en España.
También es importante ver (gráfico 3) la
evolución del peso relativo de la población
latinoamericana residente en España. Pueden
observarse dos procesos distintos, uno en
relación con la población extranjera total, y
otro respecto de la población española y la
población total residente en España. De la
comparación de la población latinoamericana
con el total de extranjeros residentes en
España, se distingue un proceso en tres fases:
La primera, entre 1996 y 2000, en la que
las personas procedentes de América Latina
suponían entre un 18% y un 20% de los
extranjeros residentes en España. La segunda,
entre 2000 y 2004, en que la población de
las nacionalidades latinoamericanas llega a
ser más del 40% de la población extranjera
residente en España. Y la tercera, desde 2004
hasta la actualidad, en la que el peso relativo
de la población latinoamericana vuelve a
disminuir y se sitúa en torno a un 30% de los
extranjeros residentes en España.
6
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Tabla 1. Personas residentes procedentes de América Latina y nacionalizaciones en España, por nacionalidad y año
Total por nacionalidad/procedencia
1996
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Cuba
8.143
10.354
12.919
17.814
24.534
31.832
38.332
12.932
16.688
20.168
24.847
31.153
37.830
44.290
1.227
1.385
1.483
1.654
1.834
2.157
2.565
11.815
12.901
14.404
15.720
17.457
19.946
23.398
República Dominicana
Canadá
Estados Unidos
México
3.567
4.072
4.656
5.510
7.473
10.247
15.435
17.931
19.315
21.096
23.351
32.429
56.714
109.445
Brasil
5.387
6.709
8.332
11.126
17.078
23.719
31.270
Venezuela
8.318
8.986
10.194
12.119
16.549
22.257
29.716
Resto de nacionalidades de América del Sur
37.994
46.764
57.173
89.336
Resto de nacionalidades de América Central
3.624
4.981
4.474
5.359
Argentina
Bolivia
Colombia
Chile
Ecuador
Perú
6.619
13.517
28.432
87.209
191.018
244.684
11.674
16.949
23.911
139.022
259.522
390.297
34.975
44.752
55.915
Uruguay
6.828
11.352
20.889
Resto de nacionalidades de América del Sur
1.003
1.452
2.642
Resto de nacionalidades de América Central
7.051
9.300
12.306
937.201
Paraguay
El Salvador
Honduras
Resto de nacionalidades de América del Sur
Resto de nacionalidades de América Central
Guatemala
Nicaragua
Panamá
Costa Rica
Resto de nacionalidades de América del Sur
Resto de nacionalidades de América Central
Dominica
Resto de nacionalidades de América del Sur
Resto de nacionalidades de América Central
América del Sur
69.630
81.773
96.795
135.933
353.386
641.250
América central
24.699
32.023
37.561
48.021
62.738
78.962
94.928
América del Norte
16.610
18.358
20.544
22.884
26.764
32.351
41.398
América
AMÉRICA LATINA
Total Extranjeros
110.939
132.155
154.899
206.838
442.888
752.563
1.073.527
97.897
117.869
139.012
189.464
423.597
730.460
1.047.564
542.314
637.085
748.953
923.879
1.370.657
1.977.946
2.664.168
ESPAÑOLA
39.127.079
39.215.566
39.453.204
39.575.911
39.746.185
39.859.948
40.052.896
TOTAL
39.669.392
39.852.650
40.202.158
40.499.790
41.116.842
41.837.894
42.717.064
16.743
21.805
9.713
13.734
58,0%
63,0%
% de nac. AL sobre población de AL
1,3%
1,3%
% de nac. sobre población extranjera
0,8%
0,8%
Nacionalizaciones
Nacionalizaciones de AL
% de nacionalizaciones de AL
Españoles no nacionalizados
39.127.079
39.215.566
39.453.204
39.575.911
39.746.185
39.843.205
40.031.091
1.047.564
% AL sobre total extranjeros
97.897
117.869
139.012
189.464
423.597
730.460
% AL sobre población española
18,1%
18,5%
18,6%
20,5%
30,9%
36,9%
39,3%
% AL sobre población total
0,25%
0,30%
0,35%
0,48%
1,07%
1,83%
2,62%
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Total por nacionalidad/procedencia
7
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010*
Cuba
39.674
45.009
44.739
45.698
50.759
54.621
54.537
República Dominicana
47.973
57.134
61.071
65.119
77.822
88.103
90.195
2.429
2.866
2.775
2.419
2.692
2.785
2.838
22.184
25.831
24.517
22.082
23.903
24.934
25.412
Canadá
Estados Unidos
México
18.113
22.922
2.3857
21.107
23.025
24.958
25.184
130.851
152.975
150.252
141.159
147.382
142.270
130.557
Brasil
37.448
54.115
72.441
90.161
116.548
126.185
116.551
Venezuela
38.718
49.206
51.261
51.481
58.317
61.468
59.786
Argentina
Resto de nacionalidades de América del Sur
Resto de nacionalidades de América Central
Bolivia
Colombia
Chile
52.345
97.947
139.802
200.496
242.496
230.703
210.624
248.894
271.239
265.141
261.542
284.581
296.674
289.296
28.260
35.800
39.704
40.844
46.068
46.455
44.134
475.698
497.799
461.310
427.099
427.718
421.426
395.069
Perú
68.646
85.029
95.903
103.650
121.932
139.179
139.284
Uruguay
31.413
42.433
45.508
46.069
50.544
50.429
46.315
Paraguay
5.734
16.295
28.587
46.238
67.403
81.551
84.846
El Salvador
2.522
3.015
3.285
3.795
5.021
5.701
5.991
Honduras
5.128
7.017
9.108
14.253
22.026
25.307
27.171
Guatemala
1.895
2.081
2.417
3.266
3.882
4.007
Nicaragua
1.953
2.648
4.547
8.404
10.815
12.095
Panamá
1.467
1.597
1.794
2.137
2.264
2.310
Costa Rica
1.232
1.267
1.320
1.678
1.887
1.891
Resto de nacionalidades de América del Sur
51
53
46
Resto de nacionalidades de América Central
1.263
1.170
1.002
732
Ecuador
Resto de nacionalidades de América del Sur
Resto de nacionalidades de América Central
Resto de nacionalidades de América del Sur
48
Resto de nacionalidades de América Central
6.341
Dominica
667
751
Resto de nacionalidades de América del Sur
51
54
48
Resto de nacionalidades de América Central
450
511
556
América del Sur
1.118.055
1.302.889
1.349.962
1.408.785
156.3040
1.596.394
1.516.510
América central
101.638
119.985
126.966
139.945
172.230
193.842
199.485
42.726
51.619
51.149
45.608
49.620
52.677
53.434
1.262.419
1.474.493
1.528.077
1.594.338
1.784.890
1.842.913
1.769.429
América del Norte
América
AMÉRICA LATINA
1.237.806
1.445.796
1.500.785
1.569.837
1.758.295
1.815.194
1.741.179
Total Extranjeros
3.034.326
3.730.610
4.144.166
4.519.554
5.268.762
5.648.671
5.708.940
ESPAÑOLA
40.163.358
40.377.920
40.564.798
40.681.183
40.889.060
41.097.136
41.242.592
TOTAL
43.197.684
44.108.530
44.708.964
45.200.737
46.157.822
46.745.807
46.951.532
Nacionalizaciones
26.556
38.335
42.829
62.339
71.810
84.170
79.597
Nacionalizaciones de AL
14.298
24.264
31.727
50.821
57.334
68.206
67.243
% de nacionalizaciones de AL
53,8%
63,3%
74,1%
81,5%
79,8%
81,0%
84,5%
% de nac. AL sobre población de AL
1,2%
1,7%
2,1%
3,2%
3,3%
3,8%
3,9%
% de nac. sobre población extranjera
0,9%
1,0%
1,0%
1,4%
1,4%
1,5%
1,4%
Españoles no nacionalizados
40.136.802
40.339.585
40.521.969
40.618.844
40.817.250
41.012.966
41.162.995
% AL sobre total extranjeros
1.741.179
1.237.806
1.445.796
1.500.785
1.569.837
1.758.295
1.815.194
% AL sobre población española
40,8%
38,8%
36,2%
34,7%
33,4%
32,1%
30,5%
% AL sobre población total
3,08%
3,58%
3,70%
3,86%
4,30%
4,42%
4,22%
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento y de nacionalizaciones. INE, MTIN. Cifras
de empadronamiento provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. Cifras de nacionalizaciones a 31 de
Diciembre del año anterior.
8
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Téngase en cuenta que en esta tercera fase
el peso relativo disminuye aunque siguen
aumentando las entradas en esos años, por lo
que la disminución se debe a un número mayor
de entradas de personas procedentes de otros
lugares y, por tanto, a una “redistribución”
de las procedencias de las personas recién
llegadas.
El segundo de los procesos tiene que ver con el
peso relativo de la población latinoamericana
respecto de la población española y de
la población total residente en España.
Lógicamente, dado el peso de la población
española en la población total, ambas
tendencias son casi idénticas, con una ligera
disminución entre 2008 y 2010 de apenas dos
décimas porcentuales. Este segundo proceso
supone una incorporación paulatina y sin saltos
que llega a ser el 3,88% de la población total
residente en España. O lo que es lo mismo:
de cada 1.000 personas residentes en España,
39 tienen una nacionalidad de algún país de
América Latina.
En 2010, las principales nacionalidades
latinoamericanas por el volumen de su población
residente en España son: ecuatoriana,
colombiana y boliviana (tabla 2, gráfico 4).
Sólo estas tres nacionalidades suponen unas
900.000 personas, más de la mitad (51,4%)
de las personas latinoamericanas residentes
en España. Con todo, se debe recordar que en
los datos provisionales a 1-1-2010 hay ya 20
Gráfico 3. Evolución del peso relativo de la población
latinoamericana residente en España
En cuanto al crecimiento porcentual de la
población latinoamericana (tabla 3), se toma
como período de comparación 2004-2010. La
elección de fechas tiene que ver con el hecho
de que, a partir de 2004, hay disponibles
datos específicos de 15 países. Naturalmente,
la elección de este período determina los
porcentajes de variación. De hecho, de ampliar
este período hacia atrás, el país que más ha
crecido en número de personas residentes
en España sería Bolivia, cuya población ha
aumentado en casi 32 veces (3.182%) entre
2001 y 2010. En el período 2004-2010, el país
que más ha visto crecer sus efectivos ha sido
Paraguay, con casi 15 veces más residentes en
España en 2010 que en 2004. A continuación, en
este período, le siguen por este orden, Bolivia,
Brasil, Perú y República Dominicana. Con un
crecimiento más moderado se hallan Chile,
Venezuela, Uruguay, México, Cuba y Colombia.
Colombia merece una mención aparte,
puesto que el gran aumento de población de
nacionalidad colombiana residente en España
Tabla 2. Nacionalidades latinoamericanas en España por
volumen de población residente, 2010.
1
Ecuador
395.069
2
Colombia
289.296
3
Bolivia
210.624
4
Perú
139.284
5
Argentina
130.557
6
Brasil
116.551
7
República Dominicana
90.195
8
Paraguay
84.846
Venezuela
59.786
10
Cuba
54.537
11
Uruguay
46.315
9
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1996
1998
1999
2000
% AL sobre total e xtranj eros
2001
20 02
200 3
200 4
% AL sobre poblaci ón española
2005
2006
2007
2008
2009
20 10*
% AL sobre población total reside nte en España
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de
empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-12010, disponibles el 23-11-2010.
nacionalidades latinoamericanas registradas
en España.
12
Chile
44.134
13
Honduras
27.171
14
México
25.184
12.095
15
Nicaragua
16
El Salvador
5.991
17
Guatemala
4.007
18
Panamá
2.310
19
Costa Rica
1.891
20
Dominica
732
Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de
empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-112010.
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
9
Gráfico 4. Principales nacionalidades latinoamericanas, según la población empadronada en España en 2010
10. Cuba, 54.537
13. Honduras, 27.171
7. República Dominicana, 90.195
20. Dominica, 732
14. México, 25.184
17. Guatemala, 4.007
9. Venezuela, 59.786
16. El Salvador, 5.991
15. Nicaragua, 12.095
6. Brasil, 116.551
19. Costa Rica, 1.891
18. Panamá, 2.310
2. Colombia, 289.296
1. Ecuador, 395.069
4. Perú, 139.284
3. Bolivia, 210.624
12. Chile, 44.134
8. Paraguay, 84.846
11. Uruguay, 46.315
5. Argentina, 130.557
Países 1 al 5 por volumen de población
Países 6 al 10 por volumen de población
Países 11 al 15 por volumen de población
Países 16 al 20 por volumen de población
Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-11-2010.
se da hasta 2003, momento a partir del cual
dicha población sólo ha aumentado un 16%.
Los
países
centroamericanos,
mucho
más pequeños, tienen poca población en
España si se comparan con los mencionados
anteriormente, a excepción de Cuba (con más
de 54.000 residentes en 2010), Honduras
(con más de 27.000 personas), y Nicaragua
(con más de 12.000 personas). Estas cifras
hacen referencia a los residentes de cada
nacionalidad en todo el territorio español.
Quedan sin aparecer en el registro estadístico
español Belice, las dos Guyanas, Surinam
y los pequeños Estados caribeños, algunos
de los cuales están formados por pequeñas
islas (Jamaica, Antigua y Barbuda, Bahamas,
Barbados, Granada, San Cristóbal y Nieves,
San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía,
Trinidad y Tobago…). No obstante, su presencia
es mínima en relación a la población de toda
Latinoamérica que reside en España, por lo
que podemos decir que prácticamente toda
América Latina cuenta con representación en
10
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
la sociedad española actual.
En 2010, la población de todas las
nacionalidades latinoamericanas residente en
España multiplica casi por 18 la que residía en
1996: se pasa de 97.897 a 1.741.179. En el
mismo período, la población total extranjera se
multiplica por 10. Sin embargo, en el período
comprendido entre 2004 y 2010, la evolución
se invierte: la población extranjera aumenta
un 88%, frente al 41% de la población de
origen latinoamericano. Lo que indica, como
ya hemos señalado arriba, una redistribución
en el origen de la población llegada a España.
Tabla 3. Principales nacionalidades latinoamericanas,
según el crecimiento de la población empadronada en
España entre 2004 y 2010
Paraguay
14,797
Bolivia
4,024
Brasil
3,112
Perú
2,029
República Dominicana
1,88
Chile
1,562
Venezuela
1,544
Uruguay
1,474
México
1,39
Cuba
1,375
Colombia
1,162
Por nacionalidades, la feminización de la
inmigración procedente de algunos países
es más que evidente: Nicaragua (el 73,3%
de las personas residentes en España son
mujeres); Honduras (69%); Paraguay (67%);
Brasil (62,4%); y Dominica (61,3%). También
hay más mujeres que hombres, aunque los
porcentajes de mujeres sean algo menores que
los anteriores, en las siguientes nacionalidades:
El Salvador (59,7%); Venezuela (58,7%);
Guatemala (58,3%); México (58%); República
Dominicana
(57,4%);
Bolivia
(57,3%);
Panamá (57%); y Colombia (55,3%) (tabla 4).
En números absolutos, el orden de las
nacionalidades con mayor presencia de mujeres
que de hombres varía ligeramente respecto de
la anterior. Así, Bolivia es la nacionalidad con
mayor diferencia entre mujeres y hombres
(30.958 mujeres), seguida muy de cerca por
Colombia (30.684), Brasil (28.971) y Paraguay
(28.844). Un segundo grupo de países a cierta
distancia de los anteriores son: República
Dominicana (con 13.337 mujeres más que
Gráfico 5. Hombres y Mujeres extranjeros
latinoamericanos residentes en España. 1996-2010
Millones
Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de
empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-112010.
latinoamericana, por su parte, muestran una
evolución desde un patrón feminizado a otro
con mayor equilibrio entre sexos. Las mujeres,
que suponían un 60,9% de la inmigración
latinoamericana en 1996, suponen un 55,1%
en 2010. En 1999 se registró el mayor grado de
feminización de la inmigración latinoamericana
(61,6% de mujeres), y en 2005 el menor grado
de feminización (54% de mujeres). En todo
caso, la superioridad numérica del total de
los hombres extranjeros es tan evidente en el
gráfico 5, como la de las mujeres en el caso de
las personas de nacionalidad latinoamericana.
Si se observan las cifras de mujeres y hombres
extranjeros y latinoamericanos residentes en
España entre 1996 y 2010 (gráfico 5), se
advierte alguna peculiaridad de la inmigración
latinoamericana en España. Las cifras totales de
población extranjera muestran una muy ligera
masculinización. En el período de referencia,
el total de hombres extranjeros ha pasado del
50,4% de las personas inmigradas en 1996 a
un 52,5% en 2010, con un máximo del 53,5%
en 2006. Las cifras de población extranjera
y
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
1996
1998
Hombres extranjeros
1999
2 000
2001
2002
2003
Hombres latinoamericanos
2004
2005
2006
Mujeres extranjeras
2007
2008
2009
2010
Mujeres l atinoamericanas
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de
empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-12010, disponibles el 23-11-2010.
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
11
Tabla 4. Distribución de población latinoamericana residente en España en 2010, por nacionalidad y sexo
Ambos sexos
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
Nicaragua
12.095
3.224
8.871
26,7%
73,3%
Honduras
27.171
8.416
18.755
31,0%
69,0%
Paraguay
84.846
28.001
56.845
33,0%
67,0%
Brasil
116.551
43.790
72.761
37,6%
62,4%
Dominica
732
283
449
38,7%
61,3%
El Salvador
5.991
2.416
3.575
40,3%
59,7%
Venezuela
59.786
24.883
34.903
41,6%
58,4%
Guatemala
4.007
1.669
2.338
41,7%
58,3%
México
25.184
10.588
14.596
42,0%
58,0%
República Dominicana 90.195
38.429
51.766
42,6%
57,4%
Bolivia
210.624
89.833
120.791
42,7%
57,3%
Panamá
2.310
993
1.317
43,0%
57,0%
Colombia
289.296
129.306
159.990
44,7%
55,3%
Cuba
54.537
24.563
29.974
45,0%
55,0%
Costa Rica
1.891
852
1.039
45,1%
54,9%
Perú
139.284
68.664
70.620
49,3%
50,7%
Chile
44.134
21.829
22.305
49,5%
50,5%
Ecuador
395.069
195.590
199.479
49,5%
50,5%
Argentina
130.557
64.644
65.913
49,5%
50,5%
Uruguay
46.315
23.051
23.264
49,8%
50,2%
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a
1-1-2010, disponibles el 23-11-2010.
hombres), Honduras (10.339), y Venezuela
(10.020). Sólo en estas siete nacionalidades ya
suponen más de 153.000 mujeres por encima
del número de hombres entre las personas
residentes en España.
Desde el principio, en las pirámides de
América, América Central y Caribe, América
del Sur y América del Norte, se hace bien
visible la feminización de la inmigración
latinoamericana en España (gráfico 6).
También se hace perceptible que el grupo
de edad mayoritario en todos los casos es
el de las personas de entre 25 y 34 años y,
especialmente, de las mujeres. Por lo que
respecta a la población centroamericana, se
trata de una migración muy feminizada, con
un elevado número y proporción de mujeres
solas o con cargas familiares (algún o algunos
hijos o hijas). Destaca especialmente el caso
de la población hondureña. Las pirámides
de población procedente de Ecuador, Perú,
Uruguay, Argentina y Chile residente en España
son casi simétricas, lo que nos sugiere una
migración familiar. Bolivia, Brasil, Colombia,
Paraguay y Venezuela vuelven a mostrar una
clara feminización de sus respectivos grupos
nacionales residentes en España.
Se aprecia un aumento en el número de niños
y niñas de entre 0 y 4 años en la población
procedente de El Salvador, Guatemala,
Honduras, Nicaragua y México, aunque
no son los grupos mayoritarios entre los
menores de familias procedentes de América
Latina. República Dominicana, Argentina,
Bolivia, Brasil y, sobre todo, Colombia y
Ecuador, son los países con mayor número de
menores residentes en España. Además, son
significativos los saltos de Colombia y Ecuador
12
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Gráfico 6. Pirámides de edad de las personas de nacionalidad latinoamericana residentes en España, 2010
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
13
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
14
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Gráfico 6. Pirámides de edad de las personas de nacionalidad latinoamericana residentes en España, 2010 (Parte 2)
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
15
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
16
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
entre el número de menores de “diez años o
más” y de “menos de diez años”, lo que sugiere
la importancia de las migraciones familiares,
reagrupadas o de migración de toda la familia,
y la diferencia con los hijos e hijas nacidos ya
en España.
3. En cuanto a los jóvenes, representados
por los grupos de 15 a 19 años y de 20
a 24 años, con un 5% y un 10%-12%,
respectivamente, de cada uno de los grupos
nacionales, suponen 273.210 personas:
127.391 hombres y 145.819 mujeres.
Finalmente, si se observa la evolución del
peso relativo de los distintos grupos de
edad por nacionalidad, cabe extraer algunas
conclusiones muy significativas:
4. Con los tres grupos anteriores, se
aprecia que más del 74% de la población
latinoamericana residente en España es
menor de 39 años, contribuyendo de esta
forma a compensar los déficit de población
española ocasionados por la bajísima tasa
de natalidad que se ha dado en España
desde finales de los años 70 del pasado
siglo.
1. Los grupos más importantes por su peso
relativo en todas las nacionalidades
latinoamericanas residentes en España son
los de edades comprendidas entre los 25 a
29 años, 30 a 34 años y los 30 a 39 años,
con pesos relativos, cada uno de ellos, del
15%-20% del total nacional en cada uno
de esos grupos de edades (lo que supone
un 45%-60% de la población total de
cada grupo en ese rango de edad). Sólo la
suma de estos tres grupos de edad supone
782.381 personas, que se distribuyen en
344.355 hombres y 438.026 mujeres.
2. El grupo de 0 a 4 años, situado en torno al
3% del total de cada nacionalidad, ha ido
descendiendo su peso relativo entre 2004
y 2009 hasta un 1,5% del total de cada
nacionalidad. En cambio, de 2009 a 2010,
este grupo de población ve triplicarse su
peso relativo en un solo año. La explicación
se encuentra, no en el aumento de los
nacimientos, sino en la disminución de
algunos otros grupos de edad. Por otra
parte, el grupo de 5 a 9 años de edad tiene
un comportamiento mucho más estable,
entre un 4% y un 6% del total de cada
nacionalidad, con un ligero descenso entre
2007 y 2010. Y en el grupo de 10 a 14 años,
con alrededor de un 6% del total de cada
nacionalidad, ha habido grandes variaciones
en la evolución del peso relativo de este
grupo de edad según las nacionalidades
(por ejemplo, ha descendido en el caso de
República Dominicana, Venezuela, México,
Honduras o Guatemala; y ha aumentado
visiblemente en el caso de Brasil, Ecuador,
Uruguay, Perú, Bolivia, Paraguay y Panamá;
o el caso de Colombia, que aumenta hasta
2008 y disminuye en los dos últimos años).
En estos tres grupos se encuentran 235.215
personas: 119.278 niños y 115.937 niñas.
5. El grupo de 40 a 44 años ha tenido un peso
relativo muy estable, en torno al 9% del
total de cada nacionalidad, durante todos
los años contemplados, excepto en el caso
de la población de nacionalidad cubana
(que pasa del 6% a más del 12% entre
1996 y 2010), y colombiana (que pasa
de algo más del 8% al 11% entre 2001 y
2010).
6. El grupo de 45 a 49 años se sitúa en
torno al 6% del total de población de cada
nacionalidad, excepto en el caso de Cuba
(que pasa del 6% al 9% entre 1996 y
2010), y Colombia (que pasa del 5% al 8%
entre 2001 y 2010).
7. El grupo de 50 a 54 años ha supuesto
alrededor de un 4% de la población
latinoamericana residente en España, con
pocas variaciones. En cambio, el grupo de
55 a 59 años presenta una variación mayor
de su peso relativo por nacionalidades,
aunque podríamos establecer una media
de un 2,5% de la población total de cada
nacionalidad.
8. A partir de este grupo de edad, los restantes
(60-64, 65-69, 70-74, 75-79, 80-84 y 85
y más) van descendiendo paulatinamente
desde un 1,2% de peso relativo medio
respecto del total de población para cada
nacionalidad.
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
3. Evolución de las distintas
nacionalidades
latinoamericanas
residentes en España
Cuando se estudia la evolución de la población
extranjera residente en España, pertenezca o
no a la Unión Europea, debe prestarse especial
atención al modo como se interpretan las
cifras. La disminución de la cifra de personas
empadronadas, o de autorizaciones de
residencia en vigor, no implica necesariamente
una disminución de la población residente por
salida del territorio nacional. A este respecto,
pueden señalarse tres supuestos:
1. Hay personas que no alcanzan a obtener
la renovación de su permiso, y que
permanecen en territorio español en una
situación de irregularidad sobrevenida.
La falta de posibilidades de empleo hace
más que difícil cumplir con las exigencias
legales para la renovación. A pesar de los
ajustes acordados entre el gobierno y los
agentes sociales por vía reglamentaria, la
ley sigue siendo rígida y no responde a
las múltiples situaciones que se derivan,
como en este caso, de la variación de
sus mismos presupuestos, como lo es la
vinculación entre empleo y regularidad
administrativa en un contexto de falta
de posibilidades de empleo. Más aún,
en ocasiones, la interpretación que se
hace de la legislación en las diferentes
Administraciones implicadas añade más
dificultades a las previstas por la Ley. Por
todo ello es un imperativo social, político y
ético velar porque se adecuen las prácticas
administrativas a la legislación, y revisar
y replantear unas y otra para que no
precaricen las condiciones de vida de las
personas y familias inmigradas que residen
en España.
2. Hay personas que dejan de figurar como
residentes extranjeras al adquirir la
nacionalidad española, o que cambian al
régimen comunitario cuando adquieren una
nacionalidad europea, como puede ser la
italiana (especialmente ítalo-argentinos).
3. Y una minoría regresa a sus países, como
alguna de las personas que ven prolongarse
en el tiempo su situación de desempleo. No
obstante, no son cifras muy elevadas. En
el periodo 2009-2010, destacan los 1.520
17
bolivianos que se acogieron, en esos dos
años, al programa de retorno voluntario
de atención social (de un total de 6.213
personas extrajeras que se acogieron
al mismo), los 3.056 ecuatorianos que
se acogieron al programa de retorno
con abono acumulado y anticipado de la
prestación por desempleo (de un total de
6.536), y los 33 ecuatorianos que optaron
por el programa de retorno productivo
(de un total de 99). Los hay que envían
a familiares, especialmente a los menores
de edad, para que sean cuidados por otros
familiares en los países de origen mientras
duren los efectos de la crisis. De hecho, el
tercer grupo de edad cuya reducción en
número es más importante, es el de los
niños y niñas de las distintas nacionalidades
latinoamericanas de entre 5 y 9 años.
Estas cuestiones nos aportan algunas claves
de interpretación de un dato que se constata
fácilmente: la disminución de población de
determinadas personas de nacionalidad
latinoamericana empadronada en España
(gráfico 7) es mucho más reducida de lo que
cabía suponer como resultado de la crisis
y no puede generalizarse a todos los países
de América Latina, sino sólo a algunos bien
concretos. En los gráficos que mostramos a
continuación, el período contemplado varía
entre unas nacionalidades y otras de acuerdo
con los datos disponibles en el registro
estadístico del Padrón.
¿Qué se desprende de estos datos? En
primer lugar, que el número de personas
latinoamericanas empadronadas en España se
reduce, efectivamente, entre 2009 y 2010, en
74.015 personas (una cifra equivalente al 4,1%
de la población latinoamericana empadronada
en España en 2009). En el mismo período, las
nacionalizaciones de personas procedentes
de los distintos países de América Latina son
67.243. La diferencia entre una y otra cifra es
de 6.772 personas, que son las que podrían
haber vuelto a los países de origen. Recuérdese
otra circunstancia: el aumento de personas de
nacionalidad italiana en España en el mismo
período es de 8.683 personas y que, en 2010,
el 28,1% de las personas empadronadas en
España con nacionalidad italiana nacieron en
Argentina. Si el porcentaje se mantuviera para
las nuevas incorporaciones del Padrón a 1-1-
18
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
2010, eso supondría un incremento de 2.487
personas. De donde se sigue que la posible
reducción de población quedaría limitada
a 4.285 personas (equivalente al 0,2% de
la
en
en
se
población latinoamericana empadronada
España en 2009). Y aún se debería tener
cuenta en qué medida esta disminución
debe al propio funcionamiento de las
Gráfico 7. Personas latinoamericanas empadronadas en España por nacionalidad
Cuba
México
60.000
30.000
50.000
25.000
40.000
20.000
30.000
15.000
20.000
10.000
5.000
10.000
0
0
19
96
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
30.000
14.000
25.000
12.000
10.000
20.000
8.000
15.000
6.000
10.000
4.000
5.000
2.000
0
0
2004
2005
2006
2007
El Salvador
2008
2009
2004
2010
Honduras
2005
2006
Argentina
180.000
160.000
140.000
120.000
2007
2008
2009
2010
Panamá
Nicaragua
Guatemala
Bolivia
300.000
250.000
200.000
100.000
80.000
60.000
40.000
20.000
19
96
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
0
150.000
100.000
50.000
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
19
Chile
Brasil
50.000
140.000
45.000
120.000
40.000
100.000
35.000
30.000
80.000
25.000
60.000
20.000
40.000
15.000
10.000
20.000
5.000
0
0
19
96
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
2001
2002
2003
Colombia
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2006
2007
2008
2009
2010
2006
2007
2008
2009
2010
Ecuador
350.000
600.000
300.000
500.000
250.000
400.000
200.000
300.000
150.000
200.000
100.000
100.000
50.000
0
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2001
2002
2003
2004
Paraguay
2005
Perú
90.000
160.000
80.000
140.000
70.000
120.000
60.000
100.000
50.000
80.000
40.000
60.000
30.000
20.000
40.000
10.000
20.000
0
0
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2001
Uruguay
2002
2003
2004
2005
Venezuela
70.000
60.000
60.000
50.000
50.000
40.000
40.000
30.000
30.000
20.000
20.000
10.000
10.000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
19
96
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
0
0
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
20
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
altas y bajas en el Padrón para las personas
extranjeras residentes en España.
la valenciana (exactamente igual que en La
Rioja), y así sucesivamente.
Por último, de los diecisiete países cuya
evolución se ha recogido en el gráfico 7,
ocho países han visto reducidas sus cifras
de población empadronada como extranjera
en España entre el 1-1-2009 y el 1-1-2010:
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, Uruguay y Venezuela. Sin embargo,
tres de ellos vieron aumentar su población
empadronada en España si comparamos la
población de 2010 con la de 2008: Brasil,
Colombia y Venezuela. Los nueve países
restantes (Cuba, México, El Salvador,
Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá,
Paraguay y Perú), han visto aumentar la
población empadronada en España también
durante 2009. Por tanto, a lo largo de 2009
el crecimiento en el número de personas
empadronadas en España, procedentes del
conjunto de nacionalidades latinoamericanas,
se detiene: como si no hubiera habido
nuevas entradas. Por lo que toca al retorno,
resulta difícil calcular cifras más allá de las
proporcionadas por el MTIN respecto de
personas acogidas a los programas de retorno
voluntario.
A continuación se muestra el número
de personas de todas las nacionalidades
latinoamericanas empadronadas en España
en 2010, por provincias (gráfico 10).
Especialmente destacan dos de ellas: Madrid
(464.170 personas) y Barcelona (309.273
personas).
4. Ubicación de las personas
procedentes de América Latina que
residen en España
Este apartado se abre mostrando la
distribución de residentes latinoamericanos en
las diversas comunidades autónomas (gráfico
8). La mayoría reside en tres de ellas, por este
orden: Madrid (26.7%), Cataluña (22.3%) y
la Comunitat Valenciana (10.6%). Estas tres
comunidades reúnen al 59,6% de la población
latinoamericana residente en España. En una
proporción mucho menor, les siguen Andalucía
(7,9%), Murcia (4,7%), Canarias (4,6%) y el
País Vasco (3,5%).
No menos importante es la valoración del peso
relativo de la población latinoamericana en la
población total de cada comunidad autónoma
(gráfico 9). El 7,2% de la población madrileña
tiene nacionalidad latinoamericana, como el
5,8% de la población balear, el 5,6% de la
murciana, el 5,2% de la catalana, el 4,1% de
la vasca, el 3,8% de la canaria, el 3,6% de
Las provincias de Valencia, Murcia, Alicante,
Baleares, Málaga, Gran Canaria, Tenerife,
Girona, Vizcaya, Tarragona, Zaragoza, Sevilla y
Navarra, son las que siguen a continuación, por
ese orden, con una población latinoamericana
de entre 25.000 y 96.000 personas.
Hasta
ahí
se
han
destacado
cifras
resultantes del conjunto de personas de
todas las nacionalidades latinoamericanas
empadronadas en cada provincia. Por
nacionalidades, las cifras son mucho menores
en la mayoría de los casos. En los mapas
que siguen a continuación (gráfico 11), se
ha elegido un punto de corte para mostrar la
presencia mínima de cada nacionalidad en las
diferentes provincias. Así, se diferenciarán dos
niveles: en primer lugar, el color azul claro, que
muestra el número de personas igual o cercano
al punto de corte indicado; y en segundo lugar,
el azul más oscuro, que muestra aquellas
provincias con una presencia de personas
-de la nacionalidad correspondiente- que se
aleja más del punto de corte y que, por tanto,
sugiere una presencia mayor y especialmente
relevante en las provincias señaladas. Así,
entre unas nacionalidades y otras pueden
darse muchas diferencias en cuanto a número.
Por ejemplo, en la provincia de Madrid, se
da una especial presencia de nacionales de
Dominica y de Ecuador, con independencia
de que, en el primer caso, hay 91 personas
en toda la provincia, y en el segundo, más de
124.000 personas. Y lo mismo ocurre con el
resto de provincias destacadas. Ello requiere
atención en el análisis, puesto que, aunque
los colores sean los mismos en los diferentes
gráficos, no son cantidades homogéneas las
que se señalan.
Finalmente, es importante aclarar que respecto
a las provincias no sombreadas no significa que
no tengan algunas personas de la nacionalidad
de que se trate, sino que las magnitudes
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
21
Gráfico 8. Distribución de la población extranjera de origen latinoamericano entre las comunidades autónomas.
2010
2,9%
1,2%
1,0%
3,5%
1,5%
0,7%
22,3%
2,8%
2,2%
26,7%
3,7%
10,6%
3,3%
0,5%
4,7%
7,9%
4,6%
0,0%
0,0%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
Gráfico 9. Porcentaje de población extranjera de origen latinoamericano respecto a la población total, por
Comunidades Autónomas. 2010
1,8%
2,0%
2,9%
2,8%
4,1%
3,6%
1,9%
5,2%
2,8%
7,2%
5,8%
2,7%
0,8%
3,6%
5,6%
1,7%
3,8%
0,2%
0,3%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
22
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Gráfico 10. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias. 2010
20.500
6.266
21.526
17.331
33.489
17.829
8.484
17.207
5.673
2.435
8.794
10.011
25.905
5.102
11.502
1.737
6.336
9.677
3.201
464.170
20.508
30.211
9.454
3.188
14.028
4.569
63.666
95.969
5.652
10.480
7.383
5.393
28.623
11.102
35.441
309.273
4.247
3.414
13.167
29.575
3.782
11.732
74.674
4.447
14.333
48.797
82.047
18.196
42.385
37.926
135
207
Fuente:Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010,
disponibles el 23-11-2010.
están muy lejos de las que sí se han señalado.
Por tanto, se puede decir que los mapas nos
ofrecen una visión de los lugares “de ubicación
preferida” por cada grupo nacional dentro del
territorio del Estado español.
De hecho, se constata que, en referencia
a no pocas nacionalidades, las provincias
“con mayor población” tienen “más de 500
personas” de dicha nacionalidad. Es el caso
de las personas con nacionalidad de Costa
Rica, Dominica, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Panamá y México.
Respecto a un segundo grupo de países,
las provincias significativas tienen “más de
1.000 personas” empadronadas de cada
nacionalidad. Es el caso de Cuba, República
Dominicana, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. De sólo
dos países, Colombia y Ecuador, las provincias
más representativas tienen “más de 3.000
personas” con dichas nacionalidades. En todos
estos casos se quiere resaltar el criterio que
ha de tomarse para poder hablar de un grupo
de personas de una nacionalidad concreta:
destacar que hay “más de 500 personas” en el
conjunto de población de toda una provincia,
supone hablar un porcentaje muy bajo, mayor
o menor en función de la provincia concreta
de que se trate. Lo mismo podría decirse del
criterio de “más de 1.000 o 3.000 personas”,
aunque, en este caso, la cifra pueda tener
una significatividad mayor, sobre todo en las
provincias más pequeñas, como pueden ser
las canarias. Y es preciso recordar que las
provincias destacadas en oscuro pueden tener,
obviamente, poblaciones mucho mayores, en
algún caso, que las relativas al criterio mínimo
establecido.
Es significativa la representación, en las
provincias de Madrid y Barcelona, de
prácticamente
todas
las
nacionalidades
latinoamericanas,
aunque
con
alguna
excepción y algunos matices. La excepción
es la baja representación de las personas
de nacionalidad uruguaya en la provincia de
Madrid. Y los matices tienen que ver con la
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Gráfico 11. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias y nacionalidad. 2010
COLOMBIA
ECUADOR
3.000 o más personas por provincia
3.000 o más personas por provincia
BRASIL
PERÚ
1.000 o más personas por provincia
1.000 o más personas por provincia
PARAGUAY
CUBA
1.000 o más personas por provincia
1.000 o más personas por provincia
23
24
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
Gráfico 11. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias y nacionalidad. 2010 (Parte 2)
URUGUAY
CHILE
1.000 o más personas por provincia
1.000 o más personas por provincia
VENEZUELA
HONDURAS
1.000 o más personas por provincia
500 o más personas por provincia
EL SALVADOR
GUATEMALA
100 o más personas por provincia
100 o más personas por provincia
COSTA RICA
DOMINICA
50 o más personas por provincia
50 o más personas por provincia
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a
1-1-2010, disponibles el 23-11-2010.
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
alta representación de algunas nacionalidades
en otras provincias distintas de Madrid y
Barcelona. Es el caso de la nacionalidad cubana
en las dos provincias canarias de Santa Cruz
de Tenerife y Las Palmas; de la nicaragüense
en Zaragoza y Guipúzcoa; de la argentina en
Málaga; de la boliviana en Valencia y Murcia;
de la colombiana en Alicante, Valencia,
Baleares y Las Palmas; de la ecuatoriana en
Alicante, Valencia, Murcia y Baleares; y de la
venezolana en Las Palmas.
5.
Algunas
reflexiones
conclusiones
y
1. Se constata la caída de nuevas altas
de
personas
con
nacionalidades
latinoamericanas en el padrón. Mientras
que, salvo excepciones, no se aprecian
bajas. Ha disminuido, sí, la cifra de
permisos en vigor: es posible que más
debido a la falta de renovación –vinculada
al empleo y la contratación- que a la
salida del territorio nacional. En todo caso,
las entradas totales han seguido siendo
positivas, aunque con una redistribución
de los países de procedencia. Estos datos
no confirman la existencia de significativos
movimientos de retorno que se esperaban
como consecuencia de la crisis económica
o a los que se alienta como respuesta a la
misma.
En muy pocos casos serán las políticas
de retorno voluntario las que motiven las
decisiones de retorno, sobre todo teniendo
en cuenta la rigidez de nuestras políticas
y prácticas administrativas respecto de
la entrada y permanencia de la población
extranjera en España. Entre los expertos
de mayor reconocimiento internacional
se acepta con toda claridad que, cuanto
mayor sea esta rigidez, tanto menor será
la “circularidad” de la migración; y cuanto
mayor fuera la flexibilidad para entrar y
salir, tanto más fácil sería para la población
inmigrada tomar la decisión de regresar,
en momentos difíciles, para volver cuando
la situación de empleo y crecimiento
económico así lo facilitara.
Y todo ello sin tener en cuenta el derecho,
25
que es permanente y no puede someterse
a las conveniencias económicas de los
países receptores, a la movilidad y a la
protección internacional efectiva para
los demandantes de asilo y refugio y sus
familias.
2. La inmensa mayoría de las nacionalizaciones
que se han producido en España en
los últimos años (el 84,5% en 2009)
corresponde a personas con nacionalidades
latinoamericanas.
No
obstante,
es
necesario aclarar que el porcentaje de
nacionalizaciones
entre
la
población
extranjera es sorprendentemente bajo:
1,5% del total de los extranjeros (en 2009)
y 3,9% de los residentes latinoamericanos
(en 2010). Las cifras de adquisición de la
nacionalidad han seguido aumentando
desde 2007, y es previsible un aumento
sostenido en lo sucesivo.
Es oportuno recordar que la nacionalidad
constituye un derecho vinculado al periodo
de residencia. Más allá de la seguridad
jurídica que da el estatuto de residente de
larga duración, la nacionalidad implica el
pleno goce de la ciudadanía. Y en el caso de
la población iberoamericana, el disfrute de la
doble nacionalidad permite la conservación
de los vínculos con el país de origen.
Incluso, esta doble nacionalidad es garantía
tanto de la estabilidad en la residencia
como de la migración circular: en función
de dónde se dan las mejores condiciones
para trabajar y sacar adelante la familia
y las condiciones para una vida digna. La
cuestión que deja siempre pendiente la
adquisición de la nacionalidad es el riesgo,
siempre latente, de discriminación étnica,
cultural, religiosa o por pertenencia a un
estrato socio-económico, pese a pasar
a ser de nacionalidad española. Se hace
necesario, por tanto, preguntarse cuándo
una persona deja de cargar con las
connotaciones negativas de la identificación
como inmigrante y qué es posible hacer
para favorecer ese cambio, tanto por parte
de las propias personas que lo sufren
como por parte de quienes constituyen el
conjunto de la sociedad en la que estas
conviven.
3. En 2010 las personas con nacionalidad
latinoamericana y mayor representación
26
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
de población residente en España proceden
de Ecuador, Colombia y Bolivia. Sólo estas
tres nacionalidades suman unas 900.000
personas, más de la mitad (51,4%) de las
personas latinoamericanas residentes en
España ese año. Las cinco nacionalidades
latinoamericanas principales de la población
extranjera empadronada en España son las
cuatro de la Comunidad Andina (Bolivia,
Perú, Ecuador y Colombia), y Argentina.
Y las cinco siguientes, en número de
personas, son: Paraguay, Brasil, Venezuela,
República Dominicana y Cuba.
4. Una de las características de la inmigración
latinoamericana es la feminización (casi
el 62% de la población latinoamericana
eran mujeres en 1999). Con todo,
tal feminización ha ido reduciéndose
paulatinamente con los años hasta llegar
a un 55,1% en 2010. Por nacionalidades,
son algunos países centroamericanos,
Paraguay y Brasil, los que presentan una
mayor feminización: Nicaragua (el 73,3%
de las personas residentes en España son
mujeres); Honduras (69%); Paraguay
(67%); Brasil (62,4%); y Dominica
(61,3%). Esta característica ha estado
vinculada, entre otros factores, a un
nicho laboral confiado mayoritariamente
a mujeres latinoamericanas en la última
década: el servicio doméstico y los cuidados
personales.
5. Los grupos más importantes -por el
peso relativo de todas las nacionalidades
latinoamericanas residentes en Españason los de edades comprendidas entre los
25 a 29 años, 30 a 34 años y los 30 a 39
años. Sólo en estos tres grupos de edad
hay 782.381 personas, que se distribuyen
en 344.355 hombres y 438.026 mujeres.
Por otra parte, el grupo de 0 a 4 años, el
grupo de 5 a 9 años de edad y el grupo de
10 a 14 años, suponen 235.215 personas,
119.278 niños y 115.937 niñas.
Es importante el dato de niños y
adolescentes, especialmente al valorar las
necesidades demográficas de la sociedad
española a medio y largo plazo, puesto
que son los menores procedentes de otros
países y los españoles hijos de personas
inmigrantes los que podrían ayudar a
corregir la baja tasa de natalidad en la
sociedad española, como ya lo están
haciendo, y su conocida y constante
necesidad demográfica. Tanto es así que
la necesidad de equilibrar la pirámide de
población indica que en el futuro seguirá
siendo necesaria una mayor aportación de
población procedente de otros lugares1.
6. El 59,6% de la población latinoamericana
empadronada en España se encuentra
empadronada
en
tres
comunidades
autónomas: Madrid (26,7%), Cataluña
(22,3%) y la Comunitat Valenciana
(10,6%). Sin embargo, el peso relativo de
la población latinoamericana en la población
total de cada comunidad autónoma es,
evidentemente, mucho menor: suponen el
7,2% de la población madrileña, el 5,8% de
la balear, el 5,6% de la murciana, el 5,2%
de la catalana, el 4,1% de la vasca, el 3,8%
de la canaria, el 3,6% de la valenciana y el
3,6% de la riojana.
Este dato no es menor, ya que, aunque en
muchos casos se habla de cifras absolutas,
es la proporción, y, más aún, la distribución
de las personas en un mismo territorio –
ya sea provincia o ciudad- el mejor criterio
para contextualizar las percepciones que
los diferentes vecinos y vecinas tienen
sobre la presencia de las personas con
quienes cohabitan y comparten un mismo
espacio. Asimismo, es el mejor criterio para
elaborar y desarrollar espacios y estrategias
de convivencia y cohesión social.
7. Madrid y Barcelona son las provincias
con más población de diferentes países
de América Latina, con mucha diferencia
respecto al resto de provincias. No
obstante, en algunos casos, también
destacan las provincias canarias de Santa
Cruz de Tenerife y Las Palmas por residir en
ellas una buena parte de las personas de
nacionalidad cubana; Zaragoza y Guipúzcoa
1 En el Informe Anual de CeiMigra-2009 sobre Migraciones y Crisis
Económica Internacional se presenta un análisis demográfico que
muestra la necesidad, la de la sociedad española y valenciana, de
seguir recibiendo personas que vienen de otras tierras. Para una
mayor información, puede consultarse en: http://www.ceimigra.
net/observatorio/index.php/anuarios-ceimigra
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
lo hacen respecto a la nacionalidad
nicaragüense; Málaga, respecto de la
nacionalidad argentina; Valencia y Murcia,
respecto de la nacionalidad boliviana;
Alicante, Valencia, Baleares y Las Palmas,
respecto de la nacionalidad colombiana;
Alicante, Valencia, Murcia y Baleares,
respecto de la nacionalidad ecuatoriana;
y Las Palmas respecto de la nacionalidad
venezolana.
En relación a lo anterior es necesario
señalar que, en el análisis a las diferentes
nacionalidades de América Latina en España,
las cifras por provincias deben valorarse
en relación al tamaño de población total
de cada provincia, en cuyo caso se pondrá
en evidencia, de manera general, un bajo
porcentaje de la presencia de personas de
cada nacionalidad analizada.
Finalmente, y tras el análisis desarrollado
más arriba, parecen ponerse de manifiesto las
diferentes dimensiones en las que la población
procedente de América Latina supone una
aportación en el contexto español y valenciano:
· A nivel demográfico
Tanto en España como en la Comunitat
Valenciana, las mujeres de entre 10 y 39
años procedentes de América Latina superan
ampliamente a las que proceden de la Unión
Europea, pese a que este último grupo de
procedencia supone más del 50% de los
extranjeros residentes en cada ámbito. De otro
modo, las personas procedentes de América
Latina aportan especialmente juventud y
fertilidad a la sociedad que les recibe, dos
realidades imprescindibles para el futuro de
todos.
· A nivel laboral y económico
Es muy significativo que se hable de limitación
de la entrada de personas y de fomento de
las expulsiones en un momento en el que
en España y en Europa se está debatiendo
la prolongación de la vida laboral (el retraso
de la edad de jubilación). El argumento
que se utiliza para mostrar la necesidad de
esa prolongación es que no hay bastantes
cotizaciones –es decir, bastantes personas
trabajadoras- para sostener nuestros sistemas
27
de Seguridad Social y de bienestar: Sanidad,
Educación, prestaciones sociales (desempleo,
incapacidades y jubilaciones, principalmente)
y protección social (entre otras, los sistemas
de rentas mínimas, las prestaciones no
contributivas y, en general, la prevención
y respuesta a las situaciones de pobreza,
marginación y exclusión).
Es importante no olvidar que la limitación de
las entradas y el fomento de las expulsiones en
un momento de crisis económica lleva consigo,
de manera inmediata, una reducción de la
demanda interna, y por tanto, una reducción de
la necesidad de producir –y distribuir y venderbienes y servicios y, consiguientemente, una
reducción del empleo de todos: también de los
españoles. Dicho de otro modo: un aumento
de población, venga de donde venga, supone
una mayor necesidad de producir bienes y
servicios y, por tanto, una mayor generación
de riqueza y un mayor nivel de empleo para
todos: también para las personas españolas.
En relación a ello, la edad de las personas
residentes en España y procedentes de
América Latina, su potencial laboral y su
patrón de migración familiar contribuyen al
mantenimiento de este sistema de bienestar
actual, así como a la cadena de producción de
bienes, consumos y servicios.
Con todo ello, cabe preguntarse si el retorno,
las expulsiones y las dificultades para la
entrada y permanencia de la población
extranjera, es la única o, incluso, la mejor
respuesta ante la crisis. Si el fomento de las
salidas y la rigidez en las entradas es la única
posibilidad en cuanto a las personas de otros
lugares de origen. Cabría plantearse si es
posible un modelo de crecimiento económico y
un restablecimiento del empleo que aproveche
el potencial y la aportación de las personas
que forman parte de nuestra sociedad, sean
éstas de donde fueren. Un modelo que se
base en la renovación de sectores laborales
disfuncionales y en la potenciación de los
que siguen siendo funcionales –como el de
consumos y servicios-, generando un tejido
laboral complementario en capacidades y
necesidades.
Pero no sólo.
28
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
· A nivel humano, cultural y de convivencia
Existen múltiples evidencias que acreditan
que la inmigración es una condición para el
equilibrio de muchos de los Estados del “viejo
continente”, y del mismo modo, acreditan que
la diversidad es, en sí misma, una riqueza
para los pueblos, una oportunidad a nivel
cultural, humano y de convivencia para aspirar
a más como sociedad planetaria. Un reto para
reinventar formas de salir adelante desde unos
mínimos éticos, políticos y sociales.
Asimismo, es una constatación la importancia
de la cohesión social para el futuro de
sociedades complejas y diversas como la
europea, española y valenciana. Y ello pasa
por reconocer mínimos que son y deben
ser aplicados para todos por igual. En esta
dirección, existen instrumentos internacionales
que hablan de las líneas que ha de trabajar
un Estado democrático para garantizar esa
cohesión social, o lo que es lo mismo, las
condiciones mínimas y necesarias para la
integración social de todos los miembros de
una comunidad2. Esos mínimos han de estar
constituidos por unos parámetros éticos y
democráticos que no estén sujetos a cuestiones
económicas ni de ningún otro orden.
Precisamente porque tras estos mínimos
se esconde la respuesta a las necesidades
humanas y a las condiciones que a todos los
seres humanos nos permiten ser personas, ser
verdaderamente “humanos”. Y, precisamente,
porque
nuestra
humanidad
depende
de la satisfacción de esas necesidades
fundamentales, estas han de convertirse
en derechos humanos garantizados real y
efectivamente.
Parece claro que para salir de la adversidad
en la que se encuentra la sociedad europea y,
concretamente, la española, no hay una única
alternativa, y que es posible plantear caminos
que aún no se han abierto. Parece posible,
también, afirmar que el establecimiento de
estos mínimos como marco para toda la
2 Sobre este asunto, merece hacer mención al Migrant Integration
Policy Index (MIPEX), un instrumento que permite conocer
las mejores y peores prácticas desarrolladas por los diferentes
estados de la UE para la consecución de la integración social.
Puede consultarse un análisis de mayor profundidad sobre el
MIPEX en: http://www.ceimigra.net/observatorio/images/stories/
luis_pdf/informe_anual_2008.pdf
ciudadanía sacará lo mejor de la sociedad,
aumentando sus capacidades, su potencial y
su creatividad, así como su calidad y desarrollo
humanos. Y con ello, garantizando su futuro.
APÉNDICE:
LA
INMIGRACIÓN
LATINOAMERICANA EN ESPAÑA EN
ALGUNOS TEXTOS DE REFERENCIA
“(...) La población inmigrante latinoamericana
se concentra en ocupaciones de baja
cualificación. Ahora bien, ello no se corresponde
tanto con su propio nivel educativo como con
la estrategia adaptativa a los nichos laborales
que se les ofrece en España, reforzando al
mismo tiempo los estereotipos que presentan
crecientemente a este grupo de población
inmigrante como compuesto principalmente
por personas sin formación, incapaces por
tanto de desempeñar otro tipo de empleos
y sin otro futuro profesional. Estos trabajos
mayoritarios ocupados por la población
inmigrante
latinoamericana
en
España,
caracterizados por su menor cualificación,
unidos en muchas ocasiones a su desempeño
en situaciones de precariedad (largas jornadas,
mala remuneración, escasas condiciones
de seguridad e higiene, escaso prestigio y
protección social, menores controles en el
cumplimiento de las condiciones del contrato,
trabajos a tiempo parcial, etc.) e incluso
desempeñados con frecuencia sin mediación
de contrato de trabajo alguno, esto es, en
la economía sumergida, van a abrir una
puerta al mercado laboral a muchas personas
inmigrantes, si bien no van a contribuir en
la misma medida a cambiar su status legal,
por la dificultad que entraña la consecución
de permisos en los mismos o, incluso, su
renovación, dejando eso sí a muchas de
ellas en una clara situación de explotación y
exclusión social”.
Trinidad L. Vicente Torrado (2005), La inmigración
latinoamericana en España, Expert group meeting on
international migration and development in Latin America
and the Caribbean, Population Division, Department of
Economic and Social Affairs, United Nations Secretariat,
Ciudad de México.
“La inmigración latinoamericana en España
ha cobrado una importancia creciente durante
el último cuarto del siglo XX, intensificándose
en el primer decenio del siglo XXI. Dicha
corriente predomina sobre los restantes flujos
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
migratorios, con excepción de los procedentes
del conjunto de la Unión Europea, siendo,
además, considerada por diversos autores
como la mejor valorada por la población autóctona. Sus efectivos proceden de todos los
países de América Latina, aunque actualmente
predominan los nacidos en Ecuador, Colombia,
Argentina y Bolivia.
Población, en conjunto, joven, feminizada, con
buen estado de salud y en edad laboral. Su
inserción en el mercado de trabajo español
se hace mayoritariamente en el sector de los
servicios y en empleos de baja cualificación,
aunque también en este contexto se dan
importantes diferencias entre las distintas
nacionalidades. No obstante, se observa una
cierta movilidad laboral ascendente, al menos
en ciertos colectivos, pero que puede ser
frenada por la actual coyuntura económica”.
Varios
Autores
(2009),
La
inmigración
latinoamericana en España en el siglo XXI,
Investigaciones Geográficas, Núm. 70, Universidad
Nacional Autónoma de México.
“El protagonismo femenino en la inmigración
tiene estrecha relación con la existencia de una
demanda inédita de mano de obra inmigrante
en
nichos
laborales
tradicionalmente
feminizados, como es el caso del servicio
doméstico y el cuidado de ancianos. La
feminización de la migración entraña la
oportunidad de abrir nuevos espacios a la
mujer dentro del ámbito de la familia y de la
sociedad como un todo, pues está llamada a
contribuir a que se flexibilice la división sexual
del trabajo y transforme lo modelos y roles
de género. Sin embargo, también esconde el
riesgo de afectar negativamente los proyectos
de vida de las mujeres.
La
feminización
de
las
migraciones
latinoamericanas
tiene
consecuencias
demográficas tanto en el país de origen como en
el de destino. Las mujeres emigrantes tienden
a ser jóvenes y por lo tanto están casi todas
en la edad fértil. En los países en los cuales el
número de emigrantes es muy elevado esto va
a tener un efecto más o menos pronunciado
en las cifras de reproducción del país. Aunque
se puede apreciar que una reproducción
más baja podría ser beneficiosa en el futuro,
(menos gente en edad económicamente activa
podría significar menos desempleo en un plazo
29
medio/largo), una reproducción demasiado
baja conduce automáticamente a una
aceleración en el proceso de envejecimiento
de la población. El problema es especialmente
acentuado en los países donde la emigración
total representa un alto porcentaje de la
población total. El envejecimiento notable de
un país tiene normalmente una repercusión
sobre la capacidad de crecimiento económico
de un país, y la combinación bajo crecimiento
económico y alto ritmo de envejecimiento
podría ser mortal para las finanzas de un
país en vías de desarrollo. En cambio, para el
país de destino vemos como el efecto sobre
la reproducción es el inverso, y como una
alta inmigración tiende a suavizar los efectos
del proceso de envejecimiento de una forma
significativa. Por ejemplo, en el caso de España
los nacimientos de las madres extranjeras
suponen un 15% del total de los nacimientos,
mientras el colectivo inmigrante supone solo
un 8-9 % de la población total.
Aparte de los problemas demográficos de una
alta tasa de emigración, el principal problema
que se deriva de una tasa de emigración
alta es que son los jóvenes, las personas en
edades entre 20 y 40, las que abandonan el
país. A continuación vemos la distribución por
edades de los inmigrantes latinoamericanos en
España y en EEUU. Como bien podemos ver,
el inmigrante latinoamericano típico es una
persona joven, entre 25 y 35 años de edad. Es
decir, es una persona ya educada en todos los
posibles niveles, y que tiene unos 30-40 años
de vida laboral por delante”.
Varios Autores (2007), Influencias culturales y
sociales de las migraciones latinoamericanas, Real
Instituto Elcano, Madrid.
“Estructura por edad y estado de salud:
La salud de los inmigrantes en general y de
los latinoamericanos en particular es buena
(SEMERGEN, 2007), lo que en parte se
explica por la juventud de esta población.
No obstante, pueden aparecer ciertas
enfermedades relacionadas con sus países de
origen y raras en España. Así, una serie de
patologías infecciosas, como la cisticercosis
o, menos frecuentes, como son el cólera, las
fiebres virales hemorrágicas, las parasitosis
intestinales, el paludismo, la leishmaniasis
o la enfermedad de Chagas. Por otra parte,
no hay que olvidar que el riesgo de trasmitir
30
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
una de estas enfermedades importadas es
mínimo, al no darse las condiciones ecológicas
adecuadas, bien sea por la falta del vector o
de los hospedadores intermedios necesarios
paratransmitirlas. Respecto a las restantes
enfermedades infecciosas, merece mención
especial la tuberculosis. Si bien en principio
parece que su incidencia entre la población
latinoamericana es similar a la que existe
entre la población española, no hay que
olvidar que aún faltan registros objetivos que
permitan conocer el verdadero alcance de este
problema. Como ejemplo, en un área sanitaria
de Madrid (Arce, 2005) entre 1994 y 2003 la
tasa media de incidencia anual pasó de 46,6
casos por 100000 habitantes a 25,2 (entre la
población española descendió de 46,9 a 18,5,
mientras que entre la población inmigrante
subió de 51,3 a 70,3) El aumento se debió
principalmente a los casos procedentes de
América Latina, especialmente de Ecuador,
Perú y Colombia (65, 36 y 16 casos,
respectivamente) En conjunto, en los últimos
años el porcentaje de inmigrantes entre los
enfermos de tuberculosis ha aumentado hasta
un 32%, por lo que son un grupo prioritario
para la vigilancia y control de la enfermedad
y cuyos determinantes también aparecen
relacionados con sus condiciones de vida.
En materia de salud y como en numerosos
estudios se ha puesto de manifiesto, la
inmigración no supone ningún riesgo grave
para la población del país de acogida, ya
que los problemas de saludde esta población
son muy similares a los de la población
autóctona. Ahora bien, la situación irregular y
las deficientes condiciones higiénicosanitarias
en las que viven, en algunos casos, los más
recientemente llegados son las que suponen
mayor riesgo para su salud. Así, el escaso
espacio de vivienda, pues por ejemplo
en Madrid viven en hogares de 22 m2 de
superficie media, frente a los 33 del resto de la
población y uno de cada cinco comparte casa
con personas ajenas a la familia, lo que puede
crear problemas de convivencia.
En cuanto a la percepción de la salud por la
propia población inmigrante latinoamericana,
tomando como ejemplo Madrid (Ayuntamiento
de Madrid, 2005), varios son los aspectos
destacables. En primer lugar, los adultos
inmigrantes tienen mejor percepción de su
salud que los madrileños; sin embargo, no
ocurre lo mismo entre los jóvenesde entre 16
y 24 años de los que tan solo el 37% perciben
su salud como excelente y muy buena, frente
al 56% del resto de la población. Además,
enconjunto padecen menos enfermedades
crónicas que el resto de los madrileños;
solamente a un tercio de ellos se les ha
diagnosticado un problema de este tipo. En
conjunto, en relación con el estado de salud de
la población inmigrante, hay que desechar el
mito de la alta incidencia de las enfermedades
tropicales, infecciosas y parasitarias, pues éstas
representan menos del 5% de las patologías
que padece este colectivo (SEMERGEN, 2007).
Los problemas sanitarios más frecuentes están
relacionados con depresiones y ansiedad.
Estas enfermedades suelen tener su origen en
el aislamiento y la exclusión social que surgen
como consecuencia de las dificultades de
adaptación, de la ausencia de vínculos sociales
y del posible desarraigo. Por el contrario, tras
una estancia prolongada en España, pueden
sufrir enfermedades menos frecuentes en
sus lugares de origen y más relacionadas con
modos de vida de países desarrollados, como
son la hipertensión, la diabetes o diversas
patologías respiratorias o cardiovasculares”.
Varios
Autores
(2009),
La
inmigración
latinoamericana en España en el siglo XXI,
Investigaciones Geográficas, Núm. 70, Universidad
Nacional Autónoma de México.
“El peligro de exclusión y la irregularidad:
La aportación complementaria de la mano
de obra extranjera, desde la perspectiva
de la promoción social de los españoles,
no enmascara que la inserción social de los
inmigrantes parte de una situación de franca
desigualdad, que a nivel colectivo puede
hacer que se interprete la inmigración como
una importación masiva de pobres, sobre
todo en términos relativos en comparación
a la población española. El problema reside,
no tanto en esa entrada desigual, sino en
que esa desigualdad se perpetúe o que
incluso se genere. La peor amenaza para las
condiciones de vida de la población inmigrada,
sea del origen que sea, es la existencia de
un sistema jurídico y una concepción política
sobre la extranjería y la inmigración que se
dedique a fabricar pobreza, dando lugar a
una etnificación de la estratificación social.
Ese proceso evidentemente tiene unos costos
Nuevos ciudadanos de América Latina en España
elevadísimos para el migrante a nivel individual,
pero también está hipotecando el futuro, la
cohesión social de los países de acogida y
despilfarrando la oportunidad de establecer
lazos de cooperación política y económica a
partir de los campos migratorios ya existentes
entre regiones de origen y destinación.
Conocer la lengua del país de destinación es
indiscutiblemente una ventaja comparativa
respecto a otros migrantes, el dominio del
español junto con el prejuicio positivo por
parte de la población española del que gozan
los migrantes latinoamericanos forma parte del
capital social de estos. Si además, añadimos
que en los círculos gobernantes también se
expresa una clara preferencia por los migrantes
procedentes de ese territorio en nombre de la
comunidad histórica y lingüística que supone
la hispanidad ¿cómo explicar la situación de
precariedad del migrante latinoamericano,
por encima de lo esperado atendiendo a su
nivel de instrucción y su estructura por edad?
(…) La restrictiva legislación española en
materia de estranjería y las deficiencias
acumuladas de sus regularizaciones, han
de considerarse en estos momentos como
la amenaza más importante de exclusión
de la población de nacionalidad extranjera.
La situación de vulnerabilidad en la que la
legislación les sitúa constituye el marco idóneo
para la sobreexplotación, tanto en el ámbito
laboral como en el domiciliar, que puede
empujarles a una situación de pobreza absoluta,
tal y como se recoge en diversos trabajos de
carácter cualitativo (Martínez Veiga, 2003). En
este sentido no nos referimos a la expulsión
en su ejecución, que Michel Foucault definiría
con rotundidad como la pena de muerte legal
en aquellos estados democráticos donde la
física había estado abolida (Foucault, 1992),
o incluso al limbo jurídico que constituye la
imposibilidad de contratación una vez dictada
la orden de expulsión sin que ésta se haga
efectiva, y que empuja irremediablemente al
inmigrante a la marginalidad, para convertirse
en objeto del discurso policial y asistencial. Más
allá de esa situación extrema, es evidente que
el volumen de población en situación irregular
de un lado y el alargamiento del período de
irregularidad del otro, constituyen el principal
peligro de exclusión social, al crear y mantener
una situación de inserción desfavorable en
el mercado laboral y de la vivienda para los
afectados.
31
Además, cuando la instrucción no supone
un valor añadido puede darse un importante
desacuerdo entre el nivel de instrucción
y la actividad desempeñada, desde esta
perspectiva, la acomodación del inmigrante
en un primer momento puede entenderse
como un descenso social, aun cuando el
nivel de vida se mejore respecto a las
condiciones económicas en el país de origen.
La sobrecalificación a nivel individual empeora
las condiciones de vida del migrante desde
una perspectiva subjetiva, teniendo en cuenta
sus expectativas profesionales acorde con el
nivel de formación, y presionando sobre la
temporalidad, es decir sobre el tiempo que
se espera que esa situación desaparezca.
El fracaso de los procesos de regularización,
y en mayor medida si cabe del conjunto de
la política migratoria española, y en general
europea, para algunos autores se explicaría por
seguir anclados en el modelo del gestarbaiten,
la figura del trabajador invitado propio de las
migraciones llegadas a Alemania durante la
década de los años sesenta (Javier de Lucas,
2004). Pero ese error, ese empecinamiento,
no es inocente, sacraliza un modelo que poco
tiene que ver con las circunstancias en las que
se desenvuelven los movimientos migratorios
del siglo XXI, pero que en la práctica produce
irregularidad y consagra la precariedad laboral
y residencial, donde los costos materiales
y sociales están repartidos de forma
completamente desigual: de un lado de la
balanza se encuentran las personas migrantes,
pero también las personas y las organizaciones
no migrantes que con su voluntarismo han
de cubrir la ausencia de una política de
integración, el sector público y las empresas
que cumplen con la legislación, del otro
claramente desequilibrados, el sector privado
y las empresas que se benefician de los bajos
costos salariales, de la indefensión jurídica,
del crecimiento del sector informal y de una
competencia desleal frente las empresas que
cumplen la legalidad, realizando actividades a
largo plazo insostenibles u obsoletas.
Andreu Domingo (2005), Tras la retórica de la
Hispanidad: la inmigración latinoamericana en
España entre la complementariedad y la exclusión,
Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autònoma
de Barcelona.
Las “Miradas desde las Migraciones” buscan
ser una posibilidad de encuentro y diálogo,
de aprendizaje y reflexión -a partir del mutuo
reconocimiento- entre personas de distintas
culturas y orígenes: un encuentro desde la
complementariedad en la diversidad, desde el
derecho a ser diferente; desde el cuestionamiento
de lo propio y el conocimiento de lo distinto;
desde la humildad y el reconocimiento de lo
incompleto de cada uno; y desde la aceptación
de lo que hay de verdad, bondad, justicia y
calidad humana tanto en lo ajeno como en lo
propio.
Es una invitación a descubrir la unidad del género
humano: todos somos personas, tenemos las
mismas necesidades, nos angustian las mismas
situaciones, y compartimos los mismos sueños.
Una oportunidad para descubrir aquello que nos
une como personas y para seguir construyendo
juntos una sociedad común e incluyente.
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