Galiano, qepd

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23 IURIS&LEX
8 ABRIL 2016
[Cuando me paro a contemplar]
Juan Galiano Estevan fue una persona buena, de las que dejan
huella para bien
Tuvo algo de visionario cuando escribió en los 90 un libro de
éxito denominado ‘Cómo liquidar una herencia’
Galiano, q.e.p.d.
POR ESAÚ ALARCÓN GARCÍA Jurista y profesor de la Universidad Abat Oliba CEU
H
ay personas que se sufren toda una vida
sin darse uno cuenta. Están ahí.
Algunos aparentan o creemos sinceramente
que son amigos, pero no son más que invitados en este solitario y trabado camino a ninguna parte que es la existencia terrenal. Otras
personas, en cambio, te marcan con una presencia efímera.
Es el caso de Juan Galiano Estevan, una
persona con un día a día estupendo. Una persona buena, de las que dejan huella para
bien. Una persona que se hacía querer. Un
pacificador de ánimos. Un ser querido que ya
ha dejado de sufrir.
Juan fue un destacado actuario de
Hacienda, llegando a ocupar el puesto de
Delegado Provincial de la AEAT en Valencia,
habiendo sido con anterioridad inspector-jefe y jefe de la Unidad Regional de Inspección.
Los contribuyentes se iban conformados de sus reuniones, aun cuando hubieran sido informados de la cuota a pagar, un caso inédito en esta institución. De la boca de sus secretarias
siempre se ha oído: “El mejor jefe que hemos tenido”.
Más tarde, dejó su labor publicana para colaborar con varios despachos de abogados,
hasta que encontró a su alter ego en la firma de Carlos Romero Plaza. Juntos construyeron lo
que se conoce como una boutique jurídico-tributaria, es decir, un despacho de renombre en
su zona de actuación y altamente especializado en cuestiones de índole tributaria.
De todos modos, si algo amaba Juan -aparte de a su familia y sus amigos- era a su equipo
de fútbol, el Valencia C.F., del que llegó a ser director general.
Sufría en cada partido aunque fueran ganando y se resistía a ver los contraataques del equipo contrario, hasta tal punto que se marchaba del campo minutos antes de que finalizara este.
Se fue sin conocer Cornellá-El Prat, al que yo le animé a venir, y se fue sin conocer el nuevo
estadio ché, cuyas obras auguran un plazo de terminación cercano al de la Sagrada Familia.
No sólo el fútbol profesional le absorbía, a sus hijos les acompañó tanto en sus primeros
toques al balón como en los últimos, liderando a los padres del cole en los desplazamientos
que hacían los niños.
Con este currículo futbolístico, la Diosa Fortuna quiso que su fallecimiento coincidiera con
el óbito de otro mago, de ese balón que a él tanto le gustaba y de su época de plenitud, como
era Johan Cruyff. Dos genios destinados a coincidir en algún sitio partieron el mismo día.
Tuvo algo de visionario cuando en los años 90 y a pesar de proceder de un ámbito alejado de los
tributos cedidos a las Comunidades Autónomas, escribió un libro de éxito editorial con varias ediciones, denominado ‘Cómo liquidar una herencia’, que merece mención aparte de otras obras
que pergeñó para la editorial CISS como ‘Todo sucesiones’ o ‘La responsabilidad tributaria’.
Hay personas que se sufren toda una vida sin darse uno cuenta.
Están ahí. Algunos aparentan o creemos sinceramente que son
amigos, pero no son más que invitados en este solitario y trabado
camino a ninguna parte que es la existencia terrenal. Otras personas, en cambio, te marcan con una presencia efímera. Es el caso de
Juan Galiano Estevan, una persona con un día a día estupendo. Una
persona buena, de las que dejan huella para bien. Una persona que
se hacía querer. Un pacificador de ánimos. Un ser querido que ya
ha dejado de sufrir. Juan fue un destacado actuario de Hacienda,
llegando a ocupar el puesto de Delegado Provincial de la AEAT en
Valencia. Los contribuyentes se iban conformados de sus reuniones, aun cuando hubieran sido informados de la cuota a pagar, un
caso inédito en esta institución.
Como en otras ocasiones de su vida, hizo fácil lo difícil y el libro ha sido referencia de
varias generaciones de fiscalistas. Ha sido maestro de muchas de estas hornadas durante
casi treinta años. Clases divertidas y con contenido. No se podía pedir más. Tenía amigos de
todas las edades, lo que augura que su memoria nos va a acompañar sine die. Y su obra
siempre.
Fue compañero perenne en la Asociación Española de Asesores Fiscales, donde desplegó
todos sus recursos, tanto como conferenciante como alumno. Cuando él hablaba la sala estaba llena y a todo el mundo contentaba.
Asistía a los congresos tributarios, le viniera mejor o peor, pues en muchos de ellos ya estaba siendo tratado de la enfermedad que nos lo ha arrebatado. Pero poco le importó su mal,
hasta el último día dio la cara como un buen amigo, un buen compañero y un gran campeón.
Lo que era.
Ahora se publican libros de todo tipo, con poco valor añadido los más prácticos y con excesos bizantinos los más académicos.
Sin un término medio que le pueda servir al profesional interesado en algo más que en
minutar. Todos ellos, muy caros para lo que aportan.
Pero en aquel momento no existía ningún arma para la praxis liquidatoria del Impuesto
sobre Sucesiones y él se atrevió con un tributo muy jurídico y alejado de su dilatada experiencia profesional.
Quedará la posteridad, a pesar de que cuando él hablaba de su redacción lo hacía con esa
sincera modestia que sólo tienen los grandes.
Fue sin duda la primera persona en España capaz de hacer reír a la gente hablando de un
tema tan antipático como los impuestos. Los acercó a la población en general.
En fin, podría continuar hablando de las
locuras diarias que vivimos en el manicomio
tributario como la última pelea entre DGT y
AEAT sobre la deducibilidad de los intereses
Fue sin duda la primera persona en España capaz de hacer reír a la
de demora en el Impuesto sobre Sociedades,
gente hablando de un tema tan antipático como los impuestos. Los
o la interesante resolución del Tribunal
acercó a la población en general. En fin, podría continuar hablanSupremo que ha cambiado su criterio acerca
do de las locuras diarias que vivimos en el manicomio tributario
como la última pelea entre DGT y AEAT sobre la deducibilidad de
de la consideración como tasa o como tarifa
los intereses de demora en el IS, o la interesante resolución del
del canon del agua, pero para eso nos queda
Tribunal Supremo que ha cambiado su criterio acerca de la consimucho tiempo, no poca discusión y un gobierno en dis-funciones.
deración como tasa o como tarifa del canon del agua, pero para
eso nos queda mucho tiempo, no poca discusión y un gobierno en
Hoy me quedo con los dos ágapes juntos y
con la conferencia que impartí en Valencia
dis-funciones. Hoy me quedo con los dos ágapes juntos y con la
sobre la tributación de socios de sociedades
conferencia que impartí en Valencia sobre la tributación de socios
de sociedades profesionales que tuviste el ánimo de tragarte sin
profesionales que tuviste el ánimo de tragarte
sin rechistar. Y siempre sonriendo. Siempre.
rechistar. Y siempre sonriendo. Siempre. Un humor inigualable.
Un humor inigualable. Gracias. Qué bueno
Gracias. Qué bueno que viniste, ché.
que viniste, ché.
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