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PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA GESTION DEL PATRIMONIO EN AMÉRICA
LATINA
Consuelo Tomé Vírseda
Programa “Patrimonio para el Desarrollo” de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Bolivia
[email protected]
Entendemos por participación social a aquellas iniciativas sociales en las que las
personas toman parte consciente en un espacio, posicionándose y sumándose a
ciertos grupos para llevar a cabo determinadas causas que dependen para su
realización en la práctica del manejo de estructuras sociales de poder.
Población yampara en las calles de Sucre (Bolivia): la integración de la diversidad cultural es un factor
clave en los proyectos de patrimonio cultural
De forma sencilla participar significa “tomar parte en algo” hacer común una
cosa que es de todos. En este sentido la participación se plantea como un elemento
fundamental de la democracia y uno de los pilares que han configurado la creación de
las democracias en América Latina.
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Participación y patrimonio cultural
El concepto de patrimonio cultural está vinculado al concepto de herencia,
incluyendo aspectos tangibles e intangibles de lo que somos y los que nos identifica
como individuos, colectivos o pueblos y creando una relación entre el nivel de
identidad y el tipo de patrimonio vinculado. Observamos en este sentido que cuando
nos situamos en un nivel local , personal o familiar los aspectos que más se valoran son
las actividades y las personas, y en un nivel más nacional o internacional el interés se
centra más en aspectos más tangibles como monumentos, bienes culturales, etc…
Baile de los abuelos en San José de Chiquitos: La participación de las comunidades y su patrimonio
inmaterial tiene un rol importante en la preservación del patrimonio cultural
Estas distintas percepciones del patrimonio, vinculado a diversos públicos,
identidades, tipos, etc. nos plantean la idea de que el patrimonio, más que un
producto es un proceso del que dependen los valores que las personas le confieran o
las diferentes formas en las que se aprecien. Hablamos así de una construcción de
valores que dependen de las diferentes lentes que se apliquen y que generarán
diferentes reflexiones, percepciones y atractivos. Para poder entender el valor del
patrimonio cultural en cualquiera de sus manifestaciones deberemos saber de donde
vienen los públicos y actores diversos y que valores aportan.
Partiendo de esta idea de proceso, valor y percepciones, la conservación del
patrimonio cultural es clave en su ánimo de proteger y salvaguardar para el futuro
los valores culturales y naturales. En este sentido la conservación es una herramienta
verdadera para la “posesión de la comunidad y una herencia que debe transmitirse y
que nos invita a su reconocimiento y participación” (Deschambault Declaration 1982).
Desde esta perspectiva, la participación se vuelve crucial en la conservación del
patrimonio en cuanto es una herramienta para que las comunidades y grupos de
interés se involucren en procesos para expresar su visión y contribuir activamente a la
construcción de su futuro y como proceso social donde se aprende y comparten
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experiencias y visiones múltiples que permitirán asegurar procesos de conservación y
transferencia a las generaciones futuras más consensuados.
En ocasiones, y teniendo en cuenta que la conservación y los procesos de
participación implican acciones concretas y prácticas, surgen fricciones entre los
actores políticos y la sociedad civil. Especialmente porque se asume desde las
instancias que trabajan en la conservación del patrimonio, que los habitantes y los
profesionales de la conservación han compartido en los procesos de participación las
expectativas que ambos tienen, las formas de organización y han consensuado los
resultados a los que se llegará. Sin embargo y como señala Goodwin (1998; 495) es
necesario asegurar que en dichos procesos las personas tengan el marco institucional
y los recursos necesarios para actuar con los conocimientos que generan y que
reciben, y ser escuchados tanto como ser consultados”
Yatiris y médicos tradicionales de La Paz realizan sus ofrendas a la Illa del Ekeko en el Museo Nacional
de Arqueología de Bolivia: La comprensión de los valores de los bienes y su vínculo con la comunidad
son claves para favorecer políticas de participaron y gestión del patrimonio adecuadas
En este sentido y de forma general podemos plantear dos valores a los procesos
de participación en la gestión del patrimonio:
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1. Dar a las personas voz en las decisiones que implican un marco normativo
relativo al derecho de controlar sus propias vidas y asegurar el ejercicio de sus
derechos
2. Valor instrumental para integrar los recursos culturales y conocimientos
locales en un desarrollo sostenible y efectivo a través de proyectos y
programas.
Asegurar buenos procesos, mecanismos y herramientas de participación social en
los procesos de preservación del patrimonio, permitirá integrar aspectos como la
identidad, el valor simbólico, el vínculo con el conocimiento y el espacio, etc. Que son
relevantes para las comunidades y que no son fácilmente cuantificables en los
proyectos. La integración de las personas y comunidades en los procesos asegurará
también reducir las brechas de desigualdad social al observar aspectos de inclusión por
cuestiones de género, minorías, grupos étnicos, etc. Y cuestionar algunos aspectos
como qué aspectos se estudian, quién decide qué se conserva, quien identifica el
patrimonio, qué es patrimonio para los diversos grupos, etc.
Bienes muebles de las Misiones Jesuíticas de Moxos (Bolivia): el proceso de restauración contempló la
participación activa de la población en la selección de las piezas con más valor simbólicos, la
participación de los niños y niñas en talleres y en las actividades de conservación preventiva.
Estos aspectos están siendo determinantes en las formas en las que se articulan las
políticas tanto en participación de la población como de recuperación del patrimonio
en América Latina. Especialmente en países que están inmersos en políticas de
inclusión de los pueblos indígenas donde las visiones de derechos culturales colectivos
condicionan los procesos de reconocimiento y gestión de su patrimonio cultural.
Países como Bolivia, donde la construcción plurinacional está rompiendo la tradicional
lógica de consenso en torno a la preservación del patrimonio cultural. Los nuevos
contextos de cambio cuestionan los conceptos de patrimonio y cultura revisando la
concepción histórica del mismo, especialmente en el caso del patrimonio inmaterial
(tradicionalmente ubicado en la esfera del folclore y artes populares).
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Participación social en América Latina: nuevos contextos y formas
Sin ánimo de entrar a un análisis profundo de los procesos de participación social
en América Latina, se destacarán algunos aspectos claves que están marcando los
procesos de organización y participación en algunos países de la región y que influyen
en las nuevas políticas culturales y de preservación del patrimonio.
Tras las dictaduras de los años 80, América Latina entra en un proceso de
democratización donde los movimientos sociales, actores claves en los procesos de
cambio, y sus reivindicaciones para una mayor participación en las esferas públicas
son claves para entender el proceso de creación de democracias participativas que
“institucionalizan” elementos como la participación social y el control social. Este
aspecto viene unido a los procesos de empoderamiento de los pueblos que se dan en
la región y que como señala el Banco Mundial, tienen cuatro aspectos fundamentales:




Acceso a la información
Participación
Posibilidades de exigir rendición de cuentas
Capacidades para desarrollar una organización propia.
Trabajos colectivos en la recuperación de los espacios públicos en Concepción (Bolivia): La recuperación
de tradiciones como la Minga (trabajos comunitarios) fortalece la participación e implicación de la
comunidad en la preservación del patrimonio
Estos procesos de empoderamiento provocan en algunos países nuevos enfoques
en las políticas públicas que se articulan desde una enfoque basado en derechos
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humanos donde la población deja de ser beneficiaria para pasar a ser sujetos de
derechos que implican responsabilidades y obligaciones por parte del Estado. Todo ello
conlleva el fortalecimiento de procesos de participación y consulta, como en el caso de
la necesidad de cumplimiento del Convenio 169 de la OIT que establece la consulta
previa e informada de pueblos indígenas, de sus comunidades y asociaciones para la
toma de decisiones que afectan a su territorio y puesta en marcha de políticas
públicas.
Hospital de Patacamaya (Bolivia): la recuperación del patrimonio cultural de los pueblos, sus
conocimientos y saberes en medicina tradicional está siendo integrado en las políticas públicas de salud
en Bolivia.
Junto a procesos de participación que llevan asociados una mayor presencia de
pueblos indígenas, población afrodescendientes y minorías culturales, y derivados de
ellos, se consolidan y se reconocen en las leyes y normas, procesos de control social,
que surgen desde el derecho y el deber de la ciudadanía de controlar el buen manejo
de la gestión pública, generando instrumentos que permitan incidir sobre las políticas
públicas en todos los niveles.
Desde los presupuestos participativos de Brasil, el fortalecimiento de las juntas
vecinales y comités de barrios como actores claves en políticas públicas, hasta el
reconocimiento de los usos y costumbres e instancias en materia de participación de
los pueblos indígenas en Bolivia estos últimos años se han desarrollado nuevas vías
dinámicas y creativas de participación ciudadana.
El desarrollo de nuevos mecanismos de participación de las poblaciones será un
aspecto clave en los cambios que se producen en la región. La efectividad y aceptación
de muchos de estos procesos tendrán que ver con el cumplimiento de los valores que
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la Asociación Internacional para la Participación Pública (AIPP) destaca como
fundamentales para fortalecer la participación pública:
1. La ciudadanía tiene que tener voz en las decisiones que afectan su vida
2. La participación implica que las contribuciones de la ciudadanía van a tener
influencia en las decisiones
3. El proceso comunica los intereses del público y cumple con la necesidad de que
el proceso sea participativo
4. El proceso busca y facilita la participación de aquellos afectados
5. El proceso involucra la decisión de los ciudadanos de decidir cómo quieren
participar
6. El proceso brinda toda la información necesaria (beneficios/ riesgos)
7. El proceso comunica a los participantes la forma en la que sus opiniones han
afectado la decisión (rendición de cuentas)
Participación social para la gestión del patrimonio cultural en América Latina
Presentación de la medicina tradicional kallawaya en el Centro Cultural de España en La Paz con la
participaron de asociaciones culturales, médicas, médicos tradicionales, parteras y actores sociales.
Tras las dictaduras de América Latina y desde los años 80 se inicia un cambio en
la participación y asociacionismo para la preservación y conservación del patrimonio
cultural. La gran contracción económica provoca un aumento de la pobreza y las
desigualdades que se agrava con el pago de las deudas externas de los países y la
reducción de las exportaciones. Esta situación tiene un gran impacto en la cultura y la
preservación del patrimonio. Muchos de los países reducen drásticamente sus gastos
en cultura, se cierran Ministerios de Cultura y se recortan los fondos para obras de
inversión e impulso a procesos de rehabilitación. Muchos de los centros históricos se
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enfrentarán a los procesos de migración desde las áreas rurales, generando grandes
presiones crecimiento urbano y el aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana.
El aumento de las Declaratorias de Patrimonio de la Humanidad por UNESCO
concentran los pocos recursos existentes en la preservación de los centros históricos
declarados sin la necesaria apropiación por parte de la ciudadanía. Los cambios de
usos en algunos centros históricos como en Cartagena de Indias en Colombia, Antigua
en Guatemala o el Pelourihno en Brasil provocan pérdida de autenticidad y de ciertos
valores que conferían cohesión social. A esta problemática se une el crecimiento
descontrolado del comercio informal en ciudades como Quito, Lima o México, que
exigen la puesta en marcha de nuevos mecanismos de participación de la ciudadanía
en los procesos de consulta, planificación y toma de decisiones.
Vista aérea del centro histórico de Sucre
Tras la crisis y los cambios políticos en la región, los diferentes países inician
una nueva formulación de políticas culturales y patrimoniales a raíz de Constituciones
y Leyes que incluyen expresamente artículos sobre la participación de la comunidad en
los procesos de conservación del patrimonio y reconocen las diversas formas de
participación (asociacionismo). Se inicia la configuración de un nuevo panorama social
donde los actores principales para la gestión del patrimonio son el Estado, el sector
privado (empresa, asociaciones, ONGs, etc) y los movimientos sociales que irrumpen
en este nuevo panorama rompiendo con las antiguas percepciones sobre el patrimonio
como destaca Monsivais: “Por décadas la izquierda cometió el grave error de juzgar,
por ejemplo, la lucha por preservar monumentos coloniales como (…) de guardarropa
evocativo de la derecha, quizás algo plausible, pero de ningún modo tarea prioritaria.
En su preocupación por adueñarse del sentido del porvenir la izquierda le regaló el
pasado a la derecha, reservándose la cláusula de la interpretación correcta y
científica”.
El acercamiento de los movimiento sociales al patrimonio, tiene que ver con la
reivindicación de aspectos vinculados a la calidad de vida de las población, las políticas
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sociales y los modelos de desarrollo y el reconocimiento de grupos culturales. Desde
esta óptica se reclaman la mejora de las condiciones de habitabilidad, mejora de
espacios públicos, lucha contra la gentrificación, dotación de infraestructuras sociales,
reconocimiento e impulso del patrimonio inmaterial, integración de la
interculturalidad en las políticas públicas, etc.
Pero esta preocupación no ha sido masiva y el patrimonio no ha formado parte de
las agendas permanentes ni del Estado ni de los movimientos sociales. Ha sido sólo
recientemente cuando algunos movimientos han llamado la atención sobre la cuestión
generando un debate público articulado en tres aspectos como destaca Canclini:
1. La cuestión del patrimonio cultural y natural no se ve como única
responsabilidad del Gobierno
2. Se entiende que si no hay movilización social por el patrimonio, es difícil que el
gobierno lo vincule con las necesidades de su población
3. El efectivo rescate del patrimonio incluye su apropiación colectiva y
democrática, o sea crear las condiciones materiales y simbólicas para que todas
las clases puedan compartirlo y encontrarlo significativo.
Algunas cuestiones vinculadas a la participación en la gestión del patrimonio cultural
en América Latina
Cabildo indígena y población local en las fiestas de San Miguel de Velasco (Bolivia)
Las nuevas demandas de la población y los procesos políticos en América Latina
encaminados a democracias participativas, están planteando una serie de cuestiones
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que afectan a cómo se ha venido gestionando el patrimonio cultural, desde el
reconocimiento mismo de qué es patrimonio, al inclusión de nuevos sectores de la
población, el rol de la sociedad civil y la conexión con procesos de desarrollo.
Enunciaremos algunas de estos planteamientos:

Repensar la noción de patrimonio desde una visión integral de la cultura
vinculada desde los pueblos indígenas a formas de conocimiento vigentes y
cosmovisiones complejas. Desde esta postura los proyectos de recuperación
patrimonial deben insertarse en lógicas más globales y procesos integrales de
desarrollo.
Danzas y músicas kallawayas en la inauguración del mes de salud y cultura en el Centro Cultural
de España en La Paz: La medicina ancestral está íntimamente vinculada a las músicas, danzas y
diversas prácticas culturales. La comprensión global es fundamental para una adecuada
preservación

El patrimonio cultural en América Latina se convierte en muchos casos en un
elemento de revalorización y visibilidad de colectivos o grupos relegados,
sometidos o discriminados. En este sentido el patrimonio funciona como
dispositivo identitario y soporte de reclamaciones.

Los nuevos marcos internacionales y los modelos políticos orientados al
cumplimiento de derechos humanos, sitúan el patrimonio en el corazón de los
derechos culturales y plantean un enfoque distinto de trabajo

Políticas culturales y de preservación del patrimonio que vayan más allá de la
restauración, conservación y rescate ya que muchos de los problemas
existentes para una adecuada preservación son estructurales y derivan no
tanto de lo que se conserva sino de las condiciones actuales de producción
(artesanía) o relaciones sociales de los portadores del patrimonio.

Los procesos de participación deben plantear el retorno a las comunidades de
los beneficios de procesos económicos como el turismo, que normalmente
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suelen ser uno de los objetivos fundamentales en la gestión del patrimonio de
comunidades con bajos índices de desarrollo, condiciones de exclusión, etc….

Integrar el patrimonio en los procesos de desarrollo integral de los pueblos a
través del reconocimiento, rescate y fortalecimiento de aspectos culturales en
ámbitos como la salud, la gobernabilidad, la educación, etc.

Abordaje del patrimonio cultural desde sus dimensiones materiales e
inmateriales, vinculando ambos aspectos en las políticas de gestión patrimonial

Impulso de procesos transparentes de participación para la integración de
todas las opiniones y visiones en la toma de decisiones. Ello implica que la
población cuente con toda la información completa tanto de potencialidades,
resultados como potenciales perjuicios. Es importante el rol de las asociaciones
para la obtención de dicha información.

Promover espacios de participación vertical y horizontal como elemento
importante para integrar el respecto a la diversidad y el dialogo interno dentro
de la población.

Desde la Cooperación Internacional y su apoyo a países se deben integrar los
compromisos internacionales de la agenda de eficacia, apostando por procesos
con base participativa y articulando las acciones con los diversos actores, entre
ellos la sociedad civil.
Participación y patrimonio cultural: algunos casos de Bolivia
Destaco algunos ejemplos en la preservación y conservación del patrimonio
cultural boliviano en los que la participación de la comunidad a través de diversos
modelos e instancias ha permitido una mayor apropiación, eficacia en el proceso,
valorización del bien cultural e integración en las políticas de desarrollo:
Interior de la Iglesia de Santa Ana de Velasco durante la Semana Santa (Bolivia)
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i. Gestión integral del espacio cultural Chiquitos
El modelo desarrollado por el Plan Misiones para la gestión del patrimonio
cultural de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, se fundamenta sobre la participación
activa de la población y sus diversas instancias.
Conjunto misional de San José de Chiquitos (Bolivia) gestionado por el Consejo de Patrimonio Misional
integrado por representantes de toda la sociedad.
El modelo puesto en marcha en San José de Chiquitos como experiencia piloto
para la zona se basa en la labor del Consejo de Patrimonio Misional de San José
(COPAMI), instancia decisión y supervisión de todas las acciones que se realizan para la
preservación y puesta en valor del Conjunto Misional.
El COPAMI está conformado como asociación civil e integrado por instituciones
civiles de todo ámbito (privado y público) que realizan el control social y el
seguimiento a los Planes de Manejo a través de consultas, propuestas, evaluaciones,
etc.
La participación de toda la comunidad e la gestión del sitio, ha permitido el
fortalecimiento de los Cabildos Indígenas, la recuperación de tradiciones de trabajo
comunal y participativo y el respeto a usos y costumbres en la preservación de los
Conjuntos.
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ii.
Plan de rehabilitación de vivienda de la Chiquitania
Entre el 2004 y 2009 el Plan Misiones con apoyo de entidades locales y la
Cooperación Española, llevó a cabo el Plan de Rehabilitación de Vivienda patrimonial
en diversos municipios de la región chiquitana.
El Programa integró algunos aspectos vinculados con la participación de la
población y la comunidad en todos los procesos, que aseguraron el éxito de la
experiencia.
El diagnostico, la planificación de obras y la ejecución contaron con el apoyo de un
antropólogo que adecuó las fases a los diversos ritmos de la población, asegurando así
una articulación entre las culturas locales y la intervención que facilito la plena
participación y apropiación del programa por la población.
Vivienda tradicional chiquitana en proceso de rehabilitación
Se impulsaron igualmente los espacios de participación colectiva comunitaria
(Minga) en el programa a través de la recuperación colectiva de las áreas exteriores de
las viviendas por parte del vecindario-comunidad.
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iii.
Programa de rehabilitación
patrimoniales en La Paz
de
colegios
en
inmuebles
El Programa de rehabilitación de unidades educativas en inmuebles
patrimoniales de La Paz, está siendo ejecutado por el Gobierno Municipal de la Paz a
través de la Escuela Taller la Paz.
Dentro del trabajo actual se ha impulsado un proceso de rehabilitación que
facilite la participación activa de toda la comunidad educativa, padres y madres de
alumnos y población general en todo el proceso como herramienta de sensibilización,
apropiación, rendición de cuentas y toma de decisiones de forma transparente.
Presentación de trabajos in situ- Rehabilitación de la Escuela Brasil en La Paz. la participación de todos
los colectivos implicados en el proceso de rehabilitación es fundamental para la apropiación,
sensibilización y futura preservación del bien patrimonial.
Conclusión
La puesta en marcha de procesos que fortalecen la participación de la
comunidad en la gestión del patrimonio en América Latina, están contribuyendo a
disolver en cierta forma la ruptura que se había producido entre cultura y
conocimiento, volviendo a ubicar el patrimonio como hecho social, proceso y factor
clave para el desarrollo de los pueblos. La participación de la ciudadanía esta
contribuyendo igualmente a aportar una renovación en la mirada hacia el
patrimonio, generando modelos de gestión más inclusivos y creativos.
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