la “operación santiago” - Caliban. Revista Cubana de Pensamiento

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abril- mayo- junio, 2009
LA “O PERACIÓN SANTIAGO”
Antonio Llibre Artigas
Fidel desarrolla la Gran Ofensiva Final
Con la Victoria obtenida en la Batalla de Guisa se hacía claramente e vide nte,
para cua lquie ra que ana liza ra la situa ción que tenía la provincia de O rie nte, que
se había producido algo más que una de rrota en una batalla, sino que e ra un
ve rdade ro desmoronam iento del Ejé rcito de aquella tiranía.
Eso lo ve íamos todos los combatientes ahora. Pe ro muchas semanas atrás, el 8
de O ctubre . Fide l le había escrito una carta a l Comanda nte Juan Alme ida
Bosque Je fe de l III Frente “Mario Muñoz”, donde le exponía la estrategia que
seguiría e l Ejé rcito Re belde para e l triunfo de las armas rebe ldes, e n cuyo escrito
empleaba la palabra Ope ración para de finir las acciones combativas que debían
realizarse por los dife rentes Frentes de l Eje rcito Rebe lde en esos meses de
Noviembre y Diciembre de 1958.
En dicha carta Fide l le de cía al Comandante Almeida lo siguiente:
He luchado por adelantar, lo más posible, los preparativos de la Operación
Santiago, a fin de hacerla coincidir con la farsa lectoral, con el propósito de
obligar a las fuerzas enemigas a una batalla de gran e nvergadura por esos días,
que junto con otras medidas que vamos a tomar hicieran imposible esa
celebración (…) para dar empleo rápido a todas las fuerzas, con vistas a las
elecciones, he iniciado una serie de movimientos hacia distintos territorios de la
Provincia, pero procurando que estos movimientos, al mismo tiempo que lleven
objetivos específicos, con vistas al 3 de Noviembre, sirvan de base a la estrategia
a desarrollar en las semanas venideras, al transcurso de esa fecha, es decir, que
las tropas que ahora mando a los territorios de Victoria de las Tunas, Puerto
Padre, Holguín y Gibara, están llamadas a cumplir importantes objetivos en los
meses finales del año.
Tienes que ir pe nsando en la destrucción de la carretera, lo que quiere decir,
destrucción de puentes, excavamiento de fosas antitanques, estudios de altura y
puntos estratégicos cerca de la misma (…) El Plan de tomar primero a Santiago
de Cuba lo estoy sustituyendo por el gran Plan de tomar la Provincia. La toma de
Santiago y otras ciudades resultaría así mucho más fácil y sobre todo podrán ser
sostenidas.
Primero nos apoderaremos del campo y dentro de 12 días, aproximadamente,
todos los municipios estarán invadidos; después nos apoderaremos y si es
posible, destruiremos, todas las vías de comunicación por tierra, carreteras y
ferrocarril. Si paralelamente progresan las operaciones en Las Villas y
Camagúey, la tiranía puede sufrir en la provincia un desastre completo, como el
que sufrió en la Sierra Maestra. Esta estrategia resulta, para nosotros, más
28 seguro que cualquier otra (…).
Como se puede apre ciar ya Fide l ve ía, desde semanas ante s, e l realizar todo un
Gran Movim iento de tropas rebe ldes, llamada “Ope ración Santiago” dirigido a
rea liza r muchas e importantes acciones combativas por los dife rentes Frentes de l
Ejé rcito Rebe lde que existían en la provincia orie ntal, con el fin de asestar duras
batallas al e jé rcito de la tiranía.
Y asimismo le escribía al Comandante Raúl Castro Ruz, Je fe de l II Frente
O riental “Frank País” y a los demás Comandante s Je fes de Fre ntes y hasta a los
Jefe de las Columnas que e staban subordinadas dire ctamente a la C omandancia
Ge ne ral de l Ejé rcito Rebe lde y I Frente “José Martí”
¡Planificaba Fide l Castro, con una gran lucidez y clara pe rspe ctiva m ilitar, tanto
táctica como estratégica y con gran sentido político, la toma de los pueblos y
ciudades de la provincia oriental y marchar después hacia la Capital de esa
provincia: Santiago de Cuba! ¡Q ué clara visión la de l Com te-Jefe !
Emocionante discurso de Fidel en “Charco Redondo”
El día 2 de Diciembre Fide l plantaba su Puesto de Mando en “La R inconada” lugar
situado entre Baire y Jiguaní y de sde allí se dirigió hacia e l poblado de “C harco
Redondo” donde habló en e l local de l Sindicato de Trabajadores, realizando un
formidable análisis de la situación nacional e inte rnacional, con palabras que
lle gaban muy hondo en e l corazón de todos los que le escuchábamos,
habié ndome tocado tanto, que me sentí feliz al fe licitarlo privadamente , cuando
nos re tiramos de aque l local lleno de hombres laboriosos.
De ve ras que allí realizó Fide l uno de sus grande s discursos que conmovían a
todos los que le escuchaban y nos hacía e vidente que e ra un auténtico líde r de
nuestro pueblo y capaz de hace r una gran transformación en la vida nacional de
nuestro país.
El día 7 re cibimos la noticia de que había llega do a la Sie rra Maestra e l Dr.
Manue l Urrutia LLeó, acompañado de su esposa y de su jove n hijo; habían salido
desde Caracas, Venezue la, por avión, en vue lo nocturno, con 7 tone ladas de
armas donadas por e l Contralmirante Wolfgang Larrazabal, Pre sidente de l
Gobie rno de ese País Surame ricano.
De nue vo con Fide l y Ce lia regre samos a “La R inconada ” donde e l Cmdte-Jefe
continuó dirigiendo las acciones combativas que se mantenían desarrollando en
esa región. Ese mismo día tropas del II Frente O riental toman el pueblo de “La
Maya”, al Noreste de Santiago de Cuba.
Era para nosotros algo ya natural ve r como Fide l dirigía, simultáneamente, varios
combates o batallas en dife rentes luga res donde e stas a ccione s comba tivas se
estuvie ran desarrollando y cómo lle vaba un pe rfe cto conocimiento de la situación
combativa ex istente en cada momento, impa rtie ndo indicaciones y las órdenes
ne ce sarias para cada momento y circunstancia, lo que para cualquie ra de los
morta les e s a lgo en realida d muy complicado.
Con esa conducta cotidiana, sin hace r resaltar ninguno de sus actos, ni de
estimar que e ra e l ganador de esos combates, sino siempre se ñalando e l éx ito
hacia alguno de los jefes de columnas subordinado, demostraba una gran
29 modestia, digna de respe cto y de gran conside ración.
El Gobierno de USA se prepara a intervenir en Cuba
El día 9 Fidel habla por la Radio Re belde pues se habían re cibido noticias de que
la Re vista Times, en los EE.UU. de Amé rica había informado que e l Gobie rno de
ese país se preparaba para inte rve nir en Cuba mediante la aprobación de la
O .E.A, lo que provocó una re spuesta viril y llena de dignidad patriótica de l
Cmdte-Jefe que, e n síntesis, de claró, alto y claro, que e l que inte ntara inte rvenir
en Cuba tendría que hace rlo en zafarrancho de combate .
El día 21, en altas horas de la noche , e ntramos, con Fide l, en e l pueblo libe rado
de Baire , donde visitamos a varias familias re voluciona rias de e se lugar tan
histórico, quie nes nos ate ndie ron con mucho afe cto, llenándose cada casa de las
que visitamos con m uchas pe rsonas de todo e l pueblo que, emocionadas,
deseaban ve r y conoce r a Fide l.
Continúan los combates
Al otro día, e l 10 de Diciembre, e stando de regreso en el Puesto de Mando de l
Cmdte-Jefe en “La R inconada” se re cibie ron noticias de l Capitán Rafae l Ve rde cia
“Pungo” quien había comenzado atacar a las tropas enem igas compuestas por
dos compañías de un Batallón de infante ría que se e ncontraban e n e l pueblo de
Maffo, situado a unos pocos cie ntos de metros al sur de l pueblo de
Contramaestre.
Se informa ba que dicha s tropas de l e jé rcito de la tiranía se habían apode rado de
unas naves del Banfaic (Banco de Fomento Agrícola e Industrial Cubano) que
ofre cían ventajosas condiciones para una buena resistencia a cualquie r ataque,
por lo que Fide l envió algún refue rzo al compañe ro Ve rde cia, Je fe de las tropas
rebe lde s.
Al día siguiente , en un sencillo pe ro emotivo acto para todos los pre sentes, Fide l
otorgó e l asce nso a Comandante al valioso combatiente , Capitán Calix to García,
quie n fue ra de los a ta cantes a l C ua rte l Moncada , e stuvo preso e n Isla de P inos,
marchó lue go pa ra Méx ico donde participó de la preparación comitiva que Fide l
im partió a los que vendrían a pe lear a Cuba, llegando después e n e l Yate
Granma y continuara en la Sie rra Maestra combatiendo siempre a la tiranía de
Batista. Una pe rsona, sencilla y humilde de nuestro pueblo que hacía honor al
nombre y apellido que tenía.
En esos días e l Cmdte -Je fe llegó a Maffo y desde su Puesto de Mando en aque l
entonces situado en casa de Eduardo Sorribes, comenzó a darle instrucciones al
compa ñe ro Rafae l Ve rde cia, Jefe de las tropas que combatían en aque l poblado y
saludó a otros je fes que allí combatían como lo e ran O rlando Rodríguez Pue rtas y
Pedro García Pe láez escribiéndole , más tarde, una carta al Jefe de las tropas
enem igas situadas en e l Banfaic de Maffo, solicitándole , con argumentos válidos,
la re ndición, lo que no aceptó el Comandante He rnánde z R íos, je fe de esas
unidades de l e jé rcito de la tiranía, por lo que continuaron los combates en ese
lugar.
En otro de e sos días encontrándonos con Fide l e n e l pueblo de Maffo, e l
CmdteJe fe, aprove chando que allí se encontraban compañe ros de Radio Rebe lde
con altoparlantes y micrófonos, hizo uso de la palabra por e sos equipos,
30 llamando a la rendición de las tropas enem igas, lo que no fue ace ptado e n esta
otra ocasión, demostrando e l mando e nemigo incapacidad manifiesta para
conoce r la situación real que te nía la provincia orie ntal.
El día 13 comenzó el combate de nuestras tropas rebe ldes con las del enem igo
situado en e l Ce ntral Amé rica, que se encuentra un poco más al este de
Contramaestre, enviando Fidel instrucciones sobre dichas acciones combativas.
El día 14 se produce una tre gua en e l comba te de Maffo e n la cual e l
Comandante He rnánde z Ríos plantea que aceptaría la entrega de esa plaza si se
le pe rm itie ra re tirarse con sus a rmas hacia Bayamo, todo lo cual no es aceptado
por el Cmdte -Je fe de l Ejé rcito Rebe lde . Al día siguiente el Comandante
He rnández Ríos solicitó al Pue sto de Mando de las tropas de la tiranía, situado en
Bayamo, que se le enviara con urge ncia una fue rte tropa de refue rzo.
Llega el Dr. Manuel Urrutia a “Charco Redondo”
A me diados de l mes de Diciembre hizo su entrada en el poblado de “C harco
Redondo” el Dr. Urrutia, designado Preside nte por acue rdo de la Dire cción
Nacional de l 26 de Julio y aceptado por algunas otras organizaciones, Fide l lo
saludó afe ctuosamente y también a su esposa e hijo expresándole el apre cio con
que e ra re cibido, máxime e n e se vue lo nocturno que habían realizado hacia las
montañas de la Sie rra Maestra con lo ex tremadamente pe ligroso de dicho viaje .
Con Urrutia habían llegado, Luís O rlando Rodríguez, Luis Buch, y Enrique Jiménez
Moya, este último de República Dom inicana, luchador contra la tiranía de Trujillo
y otros compañe ros.
Fidel, de spués de saludar calurosamente a todos esos compañe ros re cién
lle gados, en un gesto diplomático, le ex presó a Urrutia que, por se r e l
Presidente de la República, le ponía a su disposición a su Ayudante -¡a m í!!como Ayudante del Se ñor Presidente , y procedió a pre sentarme a Urrutia,
quedando yo asombrado y no contento, pues en modo alguno que ría se r
Ayudante de pe rsonas a quiene s no les re conocía valores re volucionarios
legítimos.
A las 2 ó 3 horas de esa escena Fide l se marchó y varios compa ñe ros que se
encontraban allí me fe licitaron calurosamente al sabe rme “e l Ayudante de l Sr.
Preside nte de la República”. Entonces vi una buena oportunidad y allí m ismo
se le ccioné , e ntre e llos, al que me sustituye ra en aquella “Honorable Ayudantía”.
Luego corrí a informa rle a Fide l, con cie rta tim idez, e l cambio que yo,
a tre vidamente , había producido expresándole que había sido m uy cuidadoso y
que, con mucho tacto, había logrado “m i sustitución” por otro compañe ro.
El Puesto de Mando de la tiranía envía refuerzo a Maffo
El Je fe del Puesto de Mando enem igo, situado en e l pue blo de Bayamo
compre ndió pe rfe ctamente que e ra ne cesario “complace r” la solicitud urgente
que le había he cho el Comandante He rnández R íos Jefe de las tropas en Maffo,
por lo que e l día 15 de spachó, rápidamente nada me nos que un Batallón de
Infante ría, con tanques She rman, con órde nes de avanzar desde Jiguaní, ir por
e l Norte de Baire para llegar a Maffo a re forzar a la tropa que allí se encontraba
sitiada y atacada constantemente por los rebeldes, al mando de l Capitán Rafae l
Ve rde cia.
31 Pe ro el Cmdte -Je fe tenía situadas tropas en todo e l de rredor de Bayamo, Guisa,
Santa Rita, Jiguaní, Baire y Contramaestre, Palma Soriano, además de que los
Jefes de otros Frentes, subordinados a la C omandancia Gene ral del Ejé rcito
Rebe lde , que comba tían e n nume rosos pueblos, se ace rcaban hacia la Capital de
la provincia de O riente . Se ce rraba e l ce rco rebe lde a las ciudade s de Holguín,
Tunas, Pue rto Padre , Sagua de Tánamo, Mayarí, Banes, Antilla, Cue to, Alto
Songo, La Maya, San Luis, Pue rto Boniato, Caimane ra, y otros lugares, con lo
cual e ra claro pa ra e l e jé rcito de la tiranía que la provincia de O riente se ría
libe rada comple tamente en los próx imos días.
El día 16 tropas re belde s, al mando de l Capitán Re inaldo Mora y del Tte . Rosales
entabla ron comba te e n “La Ana ca huita” y con acciones combativas ené rgicas
lograron re chaza r e l a va nce de aque l re fue rzo e nemigo, a pesar de que la
aviación de la tiranía ametrallaba y bombardeaba todos esos alrededores,
incluye ndo al pueblo de Maffo donde se e ncontraban las tropas rebe ldes.
Comienzan treguas en el combate de Maffo
En esos días yo me pasaba bastante tiempo al lado de l compa ñe ro Rafae l
Ve rde cia, Je fe de las tropas que atacaban Maffo, e iba a visitar 4 ó 5 ve ces al día
al Cmdte -Je fe pa ra mantene rle informa do de la situa ción m ilita r a llí ex istente . En
una de esos cotidianos combates, fue gravemente he rido, al cruzar una ce rca, e l
estimado combatiente dom inicano Enrique Jiménez Moya , siendo lle vado
rápidamente al salón de curacione s y luego e vacuado para su restable cimiento.
O tro día resultó he rida, la compañe ra Flor Pé rez C há vez, de l Pelotón de Muje res
“Mariana Grajales”.
En una ocasión, durante una bre ve tregua con las tropas enem igas hube de
conoce r al Te nie nte Antonio Regueira Luaces, jefe de una compañía de
infante ría e nemiga de las que se encontraban e n Maffo y todo pa re cía indicar que
e ra é l quien realmente se e ncontraba al frente de toda aque lla tropa sitiada,
pues siempre salía a conve rsar cuando ocurría alguna novedad que lo pe rm itie ra .
Así pude hablar a solas con é l y explicarle la situación nada envidiable que tenían
las tropas rebe ldes, las cuales avanzaban por toda la provincia de O riente , por
Camagüe y, Las Villas, Pinar del Río y todas las ciudades del país que e ran un
polvorín contra la tiranía de l usurpador de nuestro Estado. Así fuimos
estable ciendo una discre ta, pe ro respe tuosa re lación pe rsonal.
En otra oportunidad e n que había n 2 comba tientes nuestros mue rtos ce rca de
las naves de l Banfaic hube de pedirle me pe rmitie ra ente rrarles y accedió, por lo
que me dirigí con él y e l O ficial Julio He redia, subordinado de l Capitan Ve rde cia y
entramos al Banfaic, pudiendo ve r a los soldados en cam ise tas, pe ro muy bien
armados, muy bien atrinche rados, aque llo pare cía un horm igue ro por la cantidad
de trinche ras y re fugios que habían construido dentro de aquellas naves de l
Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba, que e ra lo que que rían expresar
aquellas siglas de “Banfaic”.
Por supuesto que luego comenté con Ve rde cía que e ra seguro que me había
pe rm itido entrar para que vié ramos aque lla fortaleza sitiada y nos
convencié ramos de que e ra imposible tomarla por asalto. De todas mane ras me
ayudó a ente rrar, allí mismo, con 4 ó 5 soldados suyos a aquellos dos
combatientes nuestros, mue rtos desde días antes, pues estaban en bastante
estado de descomposición.
32 De todas formas en días poste riores sostuve otras treguas, a solas con dicho
Oficial de la tiranía, que todo indicaba le había quitado el Mando de las tropas e l
Comandante He rnández Ríos, pues é ste no apa re cía por ningún lado. Todos los
combatientes de nuestro Ejé rcito Rebe lde situados e n e l pue blo de Maffo,
comentaban que e l Tte . Regueira le había quitado el mando al Comandante
He rnández R íos y todo eso pare ce habe r sido ve rdad.
Llega el Comandante Raúl Castro
Encontrándose e l Cmdte-Jefe en “La R inconada, su Pue sto de Mando Principal en
aquella región, lle gó su he rmano y Comandante y Jefe de l II Fre nte O riental
“Frank País” del Ejé rcito Rebelde, alrededor de los días 17 ó 18 de Diciembre y
venía acompañado de los Comandantes Efige nio Ame ije iras y el Comandante
Manue l Piñe yro “Barba Roja” , estando presente también el Comandante Juan
Alme ida Bosque , Jefe de l III Frente “Mario Muñoz”, e n cuya reunión, supongo,
seguramente se analizaron planes e stratégicos y tácticos para continuar
desarrollando aquella importante “Ope ración Santiago” que desde hacía unos
cuantos meses Fidel había concebido y que estaba desarrollándose como é l la
había concebido, con esa pupila suya tan brillantemente clara.
El Je fe de l II Frente O riental “Frank País”, Comandante Raúl Castro Ruz, había
estado realizando acciones combativas en su región habiendo ocupado en esos
días La Maya, Alto Songo, Sagua de Tánamo, San Luís, Caimane ra, El C risto,
Im ías y otros pueblos, demostrando la fortaleza que había alcanzado la tropa que
e l Cmdte -Je fe le había asignado y e l desarrollo que se había producido en esos
meses de inte nsa lucha.
Por su parte e l Jefe de l III Frente “Mario Muñoz” también se había de stacado
notablemente , combatiendo en El Cobre, “C harco Mono”, en nume rosos pueblos
alrededor de Santiago de C uba y se encontraba también en Palma Soriano.
Ese m ismo día, 18 de Diciembre , comenzó el ataque al pueblo histórico de
Baire, donde aque l 24 de Febre ro de 1895 se iniciara la continuación de nuestra
Gue rra por la Indepe ndencia.
También se produce ese día , en “La Rincona da”, una importante re unión
ampliada de la Dire cción Nacional de l M-26-7, e n la cual, e ntre otros asuntos, se
analizó, el propone rle al re cién nombrado Presidente , Manuel Urrutia LLeó, e l
nombre de varios compañe ros pa ra Ministros de su Gobie rno, que fue ron los
siguie nte s: Raúl Cepe ro Bonilla como Ministro de Come rcio, Manue l Fe rnández
García, como Ministro de Trabajo, Julio Martíne z Páe z como Ministro de
Salubridad y Asistencia Social, incorporando pocos días de spués de l triunfo de la
Re volución a Faustino Pé rez He rnánde z como Ministro de Re cupe ración de Bienes
Malve rsados, José Miro Cardona como Prime r Ministro, Luís O rlando Rodríguez
como Ministro de Gobe rnación, Manue l Ray R ive ro como Ministro de O bras
Públicas, Humbe rto Sorí Marín como Ministro de Agricultura, Armando Hart
Dávalos como Ministro de Educación, Julio Camacho Aguile ra como Ministro de
Transporte , R ufo Lópe z Fresque t como Ministro de Hacie nda, Enrique O ltusk i
Ministro de Comunicaciones, e l Dr. O svaldo Dorticós Torrado como Ministro para
la Ponencia y el Estudio de las Le yes Re volucionarias, Augusto Martínez Sánche z
Ministro de Defensa Nacional, Regino Boti Ministro del Conse jo Nacional de
Economía y Ele na Mede ros Cabaña Ministra de Bie nestar Social. [1]
Cuando vemos hoy e sa re lación de Miembros del Gobie rno Revolucionario nos
33 pre guntamos si e n ve rdad no se conocía realmente cómo e ran y cómo pensaban
todas e sas pe rsonas y si fuimos sorprendidos cuando, algunos de ellos, meses
después sacaron a la luz sus ve rdade ras ideas e inte reses burguesas y
proimpe rialistas, pe ro enseguida nos respondemos que sí se les conocía bien a
todas y cada una de e sas pe rsonas, entre las cuales estaban y están la mayoría
de e llos, que son Destacados Re volucionarios, que se han pasado la vida,
luchando, de mane ra ejemplar, por el proceso re volucionario, pe ro muchas otras
de aquellas pe rsonas e ra n figuras que adm iraban “e l ame rican way of life” y
ve ían en e l capitalismo la mágica fórmula para lograr la riqueza y e l bie nestar de
cualquie r Sociedad Humana. Si se les conocía bien, pe ro pa ra abrir e l Nue vo
Gobie rno hacía falta un poco de luz para vislumbrar los meses siguientes y cómo
éstos iban a ir de finiendo claramente quie n e ra cada uno y si continuaban en e l
cam ino re volucionario o daban un vuelco hacia atrás, corriendo para la me trópoli
im pe rial, tra tando entonce s de que inte rvinie ran los “marines” yanquis en e l país
para acabar con esa Re volución que comenzaba y que ne cesitaba un poco de
tiempo para crear condicione s para desarrollarla.
Pienso que fue muy inte ligente habe r formado aque l prime r Gobie rno con
algunos “pe rsonajes” no muy seguros para nosotros, pe ro cre o que todo eso
ayudó a que la m isma burguesía cubana y hasta e l propio impe rialismo
norteame ricano, vie ran con cie rta satisfacción e sos nombramie ntos, estimando
que podrían controlar e l proce so re volucionario que amenazaba con pode r lograr
obte ne r e l Gobie rno en todo e l país. En aque llos momentos a algunos
compañe ros no le satisfizo algunos de e sos nombramientos creyendo que
im pedirían la realización de la Re volución ne cesaria, pe ro la Historia le ha dado la
razón a los que tales nombramientos hicie ron en aquellas circunstancias.
Continúan los combates en la “Operación Santiago”
El 19 de Diciembre continúan los combate s ce rca de Baire , y el pueblo de Jiguaní
cae en pode r de l Ejé rcito Rebe lde, pues las tropas que lo ocupaban huye ron
cobardemente ante e l ataque , no sin antes solicitar re fue rzos al Pue sto de Mando
de Bayamo y al se r re chazado éste, no les quedó más alte rnativa que
emprende r una cobarde huída.
En una de las acciones combativas que sostuvie ron, la tropa enemiga emprendió
una cobarde huída y durante la m isma e l Capitán Ignacio Pé re z, salió junto con
e l Comandante Guille rmo García y varios compañe ros más a re chazar aquella
“espantada” que realizaba el enem igo y algunos de esos soldados, desde los
cam iones, abrie ron intenso fuego de fusiles ocasionando la m ue rte de Ignacio y
otro combatiente re belde. La mue rte del hijo de C resce ncio Pé rez fue un golpe
muy grande para todos, espe cialmente para Fidel que tanto apre ciaba al padre
de ese patriota falle cido, valioso campesino que tanto contribuyó con e l embrión
de l Ejé rcito Rebe lde en los días iniciales de la gue rra
Esa noche, en e l Centro de Ve te ranos de Jiguaní fue ron expue stos los cadáve res
de los caídos en combate ese día, realizándose un ve lorio con la asistencia de
casi todo el pueblo “jiguanense ”, asistiendo Fidel a e sa ce remonia, e n la que
hizo uso de la palabra, despidiendo e l due lo, el Comandante Raúl Castro Ruz.
Alrededor de l 20 de Diciembre la aviación enem iga inte nsificó sus ataques
diariamente con nume rosos aviones mode rnos de combate sobre las tropas
rebe lde s que combatían en e l pueblo de Maffo, llegando a lanzar bombas de 500
34 libras sobre ese lugar.
El 23 se iniciaron las acciones combativas por las tropas de l III Frente dirigido
por e l Comandante Almeida, para la toma de Palma Soriano.
Ese día ocurrió un a cto de barba rie típico de un gobie rno tiránico que despre cia
e l valor de la vida de los pueblos. Como realizaba casi todos los días, yo había
ido a Contramaestre a informa r al Cmdte -Je fe de las a cciones comba tivas que
tenían lugar en Maffo y al regreso de uno de e sos viaje s en los que venía
acompañado de l e stimado compañe ro Julio He re dia, O ficial de la tropa de l
Capitán Ve rde cia, hubo de sorprende rnos la aviación e nemiga, entre
Contramaestre
y Maffo, lanzándonos unos cuantos ´”rafagazos” de
ame tralladoras, acompañados de unas cuantas bombas, y corrimos a
protege rnos en un pe queño monte cito ce rcano, donde encontramos un re fugio
con muy buenas condicione s, he cho por algunos campesinos ve cinos del lugar
que habían abandonado su casa.
Al poco rato escuchamos gritos y llantos y salimos a ve r lo que ocurría y e ra que
a unos 50 me tros de l lugar donde e stábamos, había un bohío desde donde salía
la grite ría y los lamentos, por lo que corrimos hacia allá, vie ndo e l cuadro más
triste que imaginar uno puede , pue s resulta que una de las bombas había caído,
pre cisamente, dentro de un re fugio donde se e ncontraban metidos tre s niños
pequeños, mie ntras dos vie je citos se prote gían en otro lugar y éstos habían
salido para ve r que aque llos niños, nie tos suyos, habían quedado conve rtidos en
pedazos de carne, las que estaban siendo re cogidas, en palanganas, por e llos
dos, e l abue lo y la abue la de los niños según nos dije ron a lágrima viva. Julio y
yo nos pusimos a ayudar a re coge r pedazos de carne m ientras ve íamos
horrorizados aque llos despojos humanos. ¡La Aviación e nemiga tiraba sus
bombas contra cualquie r bohío, no importándole nada quie n estuvie ra en e llos!
Pue s resulta que las tres inocente s criaturas, despe dazadas por las bombas de la
tiranía, ¡e ran hijos de un sargento de l e jé rcito de Batista! Por esta razón esa
familia no había salido de l lugar, cre yendo, ingenuamente, que e n aque lla gue rra
estaban e llos bie n protegidos de las barbaridades de la tiranía.
Cuando llegamos a donde estaba “Pungo” Ve rde cia y demás combatie nte s les
contamos todo el horror que habíamos pre senciado en aque l bohío con aque llos
dos vie je citos y los pedacitos de carne de aque llos niños, producto de una
estúpida barbarie que ce rraba los ojos, sin importarle nada a quien dañaba, en
su intento por de fende rse, lo que demostraba su naturaleza mise rable y crim inal.
El 24 de Diciembre , “Día de Noche buena”Fidel autorizó una tregua para que
durante la m isma las esposas de los oficiales sitiados pudie ran e ntrar al Banfaic,
propuesta que fue a ceptada por la tropa e nemiga. Por supuesto que eso nos
convenía bastante , pues esos oficiales seguían cre yendo, ingenuamente, lo que
les de cía e l Puesto de Mando “que pronto les libe rarían, que aguanta rá n e tc., a
pesar de que se le había informado al Tte . Regueira la toma por las tropas
rebe lde s de Baire, Jiguaní y de otras posiciones importantes, que le e ran
ne gadas por sus supe riores. Ahora sus esposas les confirmarían lo que nosotros
le habíamos dicho varias ve ces.
Fidel aprove chó ese día de tregua en varios lugares y salió con Raúl a Birán, para
visitar a su mamá y a otros fam iliares e n ese Día tan memorable .
35 El día 25 conocimos que había caído e n pode r de l Ejé rcito Rebe lde los pueblos de
Sagua de Tánamo por las tropas de l II Fre nte O rie ntal “Frank País” y también
Pue rto Padre , tomado por las tropas de l IV Fre nte “Simón Bolívar”. El día 26
lle gó Fide l a Maffo, comple tamente de noche y allí conoció la situación ex istente
e impartió instrucciones sobre las nue vas acciones a seguir. Al día siguie nte se
rindie ron las tropas de l Capitán Sie rra Talave ra que estaban sitiadas en Palma
Soriano.
El 27 Fide l se encontraba de nue vo en e l Central Amé rica y allí vimos llegar al
famoso Errol Flinn, norteame ricano, actor de cine, que ve nía acompañado de dos
he rmosas muchachas y expresó que deseaba conoce r al compa ñe ro Fide l, quien
aceptó gustoso ve rle y saludarle con afe cto, re tirándose rápidamente aquella
figura que quien sabe por qué andaba por aquellos lugares.
Se nos informó que tropas de l II Fre nte tomaron Cue to y Báguanos y que la
Columna “Antonio Guite ras” dirigida por Fé lix Duque habían tomado Pue rto
Boniato en las inmediaciones de Santiago de C uba. Las 28 tropas de l II Frente
tomaron e l pueblo de San Ge rmán.
Ese día Fide l se re úne on los Comandante s Alme ida, De lio Gómez O choa,
Be larmino Castilla, Guille rmo García, Antonio Enrique Luzón, Vilo Acuña, René de
los Santos, Abelardo Colomé y otros oficiales para coordinar la acciones a
realizar en la “Ope ración Santiago”. Mientras tanto la aviación enem iga
continuaba sus ataque s de aviación contra las tropas rebe ldes en Maffo.
También ese mismo día Fidel se re unió, e n e l antiguo Ce ntral “O riente ”, con e l
Gene ral Eulogio Cantillo, donde estuvie ron prese ntes, su he rmano Raúl, Ce lia,
Vilma , e l Comandante José Q ueve do, e l sace rdote católico Guzmán y algunas
otras pe rsonas. En e sa reunión Cantillo propuso un plan de suble var las tropas
de Santiago e l día 31 de ese mes a las 15::00 Hrs, que pe rm itiría la entrada de
los re beldes en Santiago y que no de jaría escapar a Batista ; Fidel insistió en
aclarar su aceptación !pe ro que nada de Junta Militar ni Golpe de Estado!
Ese día estaba con Fidel cuando e laboró e l asce nso de Rafae l Ve rde cia “Pungo” a
Comandante de l Ejé rcito Rebe lde y e n un momento me expresó: “Mira que cosa
más curiosa, me doy cuenta ahora que Ve rde cia es e l Comandante más jove n de l
Ejé rcito Re belde”.
El día 30 de Diciembre tuvimos una tregua e n Maffo con e l Tte . Regue ira y
estábamos él y yo, como e n otras ocasiones conve rsando bajo una mata,
re costados y yo le expliqué , otra vez, que no tenía sentido que siguie ra
resistiendo e l ataque de l Ejé rcito Rebe lde pues le e staban engañando
mise rablemente desde e l Puesto de Mando; le informé que ya estaban libe rados
Baire, Jiguaní, Contramaestre, e l Ce ntral Amé rica y numerosos pueblos de
O riente , pe ro ya, autorizado por Fide l, le expresé lo siguie nte: “si te estuviera
atacando cualquier otro jefe rebelde a lo mejor t uvieras alguna posibilidad de
continuar resistiendo, pero Regueira, el que te está atacando es Fidel Castro,
directamente, por lo que te va a pasar por encima, de todas maneras.”
Aque l Teniente de la tiranía me miró sonriendo y me dijo: “¡Ah, no me digas!
¡Fidel no puede estar por aquí, él debe estar metido en una buena cueva en lo
más alto de la Sierra Maestra!”
Entonces, yo muy se rio y muy se renamente le dije : “Mire Teniente Regueira,
36 Fidel se encuentra por allí” y señalé hacia el oeste y Sur de donde nos
encontrábamos, porque Fide l se encontraba, por supuesto, en la dire cción
opuesta a la que yo señalaba y le continué diciendo: “Si deseas verle, puedo
llevarte donde él se encuentra.”
Entonces me dijo: “pues vamos, quiero saber si es verdad”. De inmediato le
avisé a Ve rde cia lo que había conve rsado con ese Tenie nte y que si me que ría
acompañar a ve r a Fidel. Lo que aceptó. Y fuimos a C ontramaestre donde se
encontraba e l Cmdte -Je fe, dirigiendo los varios combates que , en dife rentes
lugares, se estaban produciendo.
Ese día 30 de Diciembre se encontraba Fidel en e l e dificio Rodríguez, creo que en
un segundo piso, y con él se encontraban los Comandantes Raúl Castro,
Efiguenio Ame ije iras y Manue l Piñe yro, los tres sentados en un sofá, mie ntras
Fidel estaba en un sillón. Entré a esa habitación y le pre senté al Tte. Re gue ira a
Fidel quie n le trató con sumo respe to y conside ración, dándole una información
muy real de la ve rdade ra situación en toda la región y de los m unicipios que se
encontraban ya libe rados, señalando lo absurdo de seguir resistiendo e l ataque
en Maffo , como e staba la situación; que el e ra un Oficial de Academ ia y que
debía sabe r bien hasta donde e ra legítima una resiste ncia, pe ro debía sabe r
también que e ra responsable de la vida de sus soldados y que no tenía de re cho a
provocar mue rte s por me ro gusto, sin sentido alguno y agregó Fidel: “es seguro
que su resistencia no podrá durar más de 48 horas”.
Aque l Teniente del e jé rcito de la tiranía no conocía a Fidel Castro, por lo que
respondió en forma sobe rbia: “cuanto Usted se apuesta a que yo puedo resistir
más de 72 horas y mucho más.”
Re cue rdo bien que ante aquella zoque tada y fanfarrona respuesta e l
Comandante Raúl Castro expresó, sin move rse de su asie nto: “Fidel, si me
permites yo pudiera conversar con este Teniente”.
Pe ro Fidel tomando cortésmente de la mano al Teniente le dijo que le
acompañara a la ventana de la habitación y estando ambos allí, señalando hacia
abajo le dijo:
Mire Teniente, ahí abajo se encuentra, como puede usted ver claramente, un
carro de bomberos con más de 5,000 galones de gasolina, por lo que estoy
pensando en, con las buenas mangueras que tiene, regarle ese liquido por todas
las naves de ese Banfaic, con lo que de seguro, quedarán muy pocos de sus
soldados con vida. De todas maneras, a lo mejor usted sale vivo, casi desnudo
de allí, pero como es un Oficial valiente y de Honor, si usted me la pide, yo le
prestaré una pistola para que se suicide, por haber realizado, sin darse cuenta de
ello, una gran irresponsabilidad en haberle causado, innecesariamente, a su
tropa tantos muertos.
Hasta ese momento e l Teniente Regue ira se dirigía siempre a Fide l llamándole
“Doctor Castro”, pe ro ahora, por prime ra ve z le dijo: “Comandante Fidel Castro,
acepto la propuesta de rendición que usted me ofrece”.
Y rápidamente salimos de aquel edificio, con el Comandante Ve rde cia a conve rtir
en realidad aque llas palabras dichas por aque l Teniente , sin que tuvie ra
participación alguna en aquella re ndición e l Comandante He rnández R íos que
apa re cía como e l Jefe de aque lla tropa. Así te rminó aquella batalla en e l pueblo
37 de Maffo que tuvo una duración de unos ve inte días, donde se pudo coge r todo e l
a rmamento de aque lla tropa que se había re ndido. Con la caída de esta
guarnición militar, se abrían los caminos hacia la Capital de la provincia oriental.
El día 31, m ientras re cogíamos todas aquellas armas y demás implementos de
gue rra conquistados durante muchos día s de comba tes, El Cmdte-Jefe via jó a l
poblado de “El Cobre” acompañado de Raúl, Ce lia y otros oficiales rebe ldes,
logando sostene r una conve rsación con e l Sace rdote Guzmán con quie n le envió
una carta al Corone l Rego Rubido, Je fe de la Plaza Militar de Santiago de C uba.
El día 1ro. de Ene ro se produce la noticia, en horas tempranas de la mañana, de
que e l tirano Batista había escapado, en la prime ras horas de la madrugada, en
un avión acompañado de nume rosos ministros de su Gobie rno y de Altos
Oficiales Militare s de aque l e jé rcito me rcena rio que tanto le apoyara en todos
esos años.
Antes de despegar e l avión, Batista, desde la escale rilla le impartía instrucciones
al Ge ne ral Eulogio Cantillo, diciéndole que localizara al Dr. Pie dra, Magistrado de l
Tribunal Supremo y lo nombrara Presidente de la República, así como le
orientaba que se pusie ra en contacto con e l Sr. Embajador de los EE.UU. de
Amé rica e n nuestro país.
Fidel se e ncontraba e n el Central Amé rica y habían comenzado a lanzar “tiros” al
aire algunos rebe ldes, inge nuamente alborozados con la noticia de la fuga de l
tirano, pe ro Fide l les llamó “al orden” diciéndole que todavía no e ra la victoria,
pues al pa re ce r había una tra ición por e l medio y se dirigió entonces hacia Palma
Soriano donde se e ncontraba, en esos momentos, la planta de “Radio Re belde”
a fin de hablarle al pueblo de Cuba, explicándole la real y pe ligrosa situación
ex istente , dando orientaciones claras para esas circunstancias.
De allí partió hacia “El Escande l” donde sostuvo una re unión con altos Oficiales
de las tropas de Rego Rubido, que se encontraba al mando de las tropas de l
cua rtel Monca da e n la Capital de O rie nte, Santiago de Cuba y con una larga
carre ra militar, aunque no se le conocían desmanes como los que pose ía aque l
conocido Albe rto Río Chaviano.
Esos Oficiales que llegaron con Rego Rubido traían, en las mangas de sus
uniformes m ilitares e l brazale te del M-26-7, lo que a las claras expresaba e l
sentim iento de capitulación y de rrota de aquel e jé rcito que había se rvido al
dictador Fulge ncio Batista y ahora aceptaba la entrada e n Santiago de Cuba de
las tropas de l victorioso Ejé rcito Re belde con su glorioso Cmdte-Jefe al frente .
Las tropas del Ejército Rebelde entran en Santiago de Cuba
El día 1ro de Ene ro de 1959, en horas de la noche , Fidel entró, con sus tropas,
en Santiago de C uba. En esta ocasión, bie n distinta a la que ocurrió cuando la
ocupación norteame ricanas en esa ciudad oriental, las tropas cubanas, llenas de
valor y rebe ldías le gítimas e ntraban, de mane ra victoriosa en e sa Historia Plaza
“Santiague ra” y allí, en un grandioso acto de masas, de claró Fidel Castro, de
mane ra firme y resue lta, que la Re volución por la que se había luchado durante
tantos años, llegaría muy pronto al Pode r, bajo cualquie r circunstancia.
Fidel pronunció, en e se Santiago de C uba tan que rido por é l, uno de sus más
brillantes discursos, demostrándole a todos los concurrente s su calidad de Líder
38 indiscutible de nue stro pue blo y su profundo se ntido político y m ilitar, se ñalando
claramente que e stábamos a un paso de la Victoria a nive l Nacional y que nada
ni nadie podría e vita r que e lla se produje ra .
Esa entrada de las tropas rebeldes a la Ciudad de Santiago de Cuba constituyó
una ve rdade ra explosión de júbilo, no solo e n esa ciudad, sino en todos los
municipios que se e ncue ntran a su a lrede dor, los que comprendían que e l
proceso re volucionario avanzaba de mane ra triunfante por donde quie ra que
pasaba, por lo que e l triunfo de las armas re belde s se encontraba m uy ce rca.
¡Era un Día de Fiesta para todos los Santiague ros y para todos los pueblos
ve cinos de la región oriental de l país!
Notas
[1] Re ina ldo Suá re z: “El Gobie rno Revoluciona rio e n a rmas”, en: “Memorias de
la Re volución”, pp. 383-384.
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