abril- mayo- junio, 2009 LA “O PERACIÓN SANTIAGO” Antonio Llibre Artigas Fidel desarrolla la Gran Ofensiva Final Con la Victoria obtenida en la Batalla de Guisa se hacía claramente e vide nte, para cua lquie ra que ana liza ra la situa ción que tenía la provincia de O rie nte, que se había producido algo más que una de rrota en una batalla, sino que e ra un ve rdade ro desmoronam iento del Ejé rcito de aquella tiranía. Eso lo ve íamos todos los combatientes ahora. Pe ro muchas semanas atrás, el 8 de O ctubre . Fide l le había escrito una carta a l Comanda nte Juan Alme ida Bosque Je fe de l III Frente “Mario Muñoz”, donde le exponía la estrategia que seguiría e l Ejé rcito Re belde para e l triunfo de las armas rebe ldes, e n cuyo escrito empleaba la palabra Ope ración para de finir las acciones combativas que debían realizarse por los dife rentes Frentes de l Eje rcito Rebe lde en esos meses de Noviembre y Diciembre de 1958. En dicha carta Fide l le de cía al Comandante Almeida lo siguiente: He luchado por adelantar, lo más posible, los preparativos de la Operación Santiago, a fin de hacerla coincidir con la farsa lectoral, con el propósito de obligar a las fuerzas enemigas a una batalla de gran e nvergadura por esos días, que junto con otras medidas que vamos a tomar hicieran imposible esa celebración (…) para dar empleo rápido a todas las fuerzas, con vistas a las elecciones, he iniciado una serie de movimientos hacia distintos territorios de la Provincia, pero procurando que estos movimientos, al mismo tiempo que lleven objetivos específicos, con vistas al 3 de Noviembre, sirvan de base a la estrategia a desarrollar en las semanas venideras, al transcurso de esa fecha, es decir, que las tropas que ahora mando a los territorios de Victoria de las Tunas, Puerto Padre, Holguín y Gibara, están llamadas a cumplir importantes objetivos en los meses finales del año. Tienes que ir pe nsando en la destrucción de la carretera, lo que quiere decir, destrucción de puentes, excavamiento de fosas antitanques, estudios de altura y puntos estratégicos cerca de la misma (…) El Plan de tomar primero a Santiago de Cuba lo estoy sustituyendo por el gran Plan de tomar la Provincia. La toma de Santiago y otras ciudades resultaría así mucho más fácil y sobre todo podrán ser sostenidas. Primero nos apoderaremos del campo y dentro de 12 días, aproximadamente, todos los municipios estarán invadidos; después nos apoderaremos y si es posible, destruiremos, todas las vías de comunicación por tierra, carreteras y ferrocarril. Si paralelamente progresan las operaciones en Las Villas y Camagúey, la tiranía puede sufrir en la provincia un desastre completo, como el que sufrió en la Sierra Maestra. Esta estrategia resulta, para nosotros, más 28 seguro que cualquier otra (…). Como se puede apre ciar ya Fide l ve ía, desde semanas ante s, e l realizar todo un Gran Movim iento de tropas rebe ldes, llamada “Ope ración Santiago” dirigido a rea liza r muchas e importantes acciones combativas por los dife rentes Frentes de l Ejé rcito Rebe lde que existían en la provincia orie ntal, con el fin de asestar duras batallas al e jé rcito de la tiranía. Y asimismo le escribía al Comandante Raúl Castro Ruz, Je fe de l II Frente O riental “Frank País” y a los demás Comandante s Je fes de Fre ntes y hasta a los Jefe de las Columnas que e staban subordinadas dire ctamente a la C omandancia Ge ne ral de l Ejé rcito Rebe lde y I Frente “José Martí” ¡Planificaba Fide l Castro, con una gran lucidez y clara pe rspe ctiva m ilitar, tanto táctica como estratégica y con gran sentido político, la toma de los pueblos y ciudades de la provincia oriental y marchar después hacia la Capital de esa provincia: Santiago de Cuba! ¡Q ué clara visión la de l Com te-Jefe ! Emocionante discurso de Fidel en “Charco Redondo” El día 2 de Diciembre Fide l plantaba su Puesto de Mando en “La R inconada” lugar situado entre Baire y Jiguaní y de sde allí se dirigió hacia e l poblado de “C harco Redondo” donde habló en e l local de l Sindicato de Trabajadores, realizando un formidable análisis de la situación nacional e inte rnacional, con palabras que lle gaban muy hondo en e l corazón de todos los que le escuchábamos, habié ndome tocado tanto, que me sentí feliz al fe licitarlo privadamente , cuando nos re tiramos de aque l local lleno de hombres laboriosos. De ve ras que allí realizó Fide l uno de sus grande s discursos que conmovían a todos los que le escuchaban y nos hacía e vidente que e ra un auténtico líde r de nuestro pueblo y capaz de hace r una gran transformación en la vida nacional de nuestro país. El día 7 re cibimos la noticia de que había llega do a la Sie rra Maestra e l Dr. Manue l Urrutia LLeó, acompañado de su esposa y de su jove n hijo; habían salido desde Caracas, Venezue la, por avión, en vue lo nocturno, con 7 tone ladas de armas donadas por e l Contralmirante Wolfgang Larrazabal, Pre sidente de l Gobie rno de ese País Surame ricano. De nue vo con Fide l y Ce lia regre samos a “La R inconada ” donde e l Cmdte-Jefe continuó dirigiendo las acciones combativas que se mantenían desarrollando en esa región. Ese mismo día tropas del II Frente O riental toman el pueblo de “La Maya”, al Noreste de Santiago de Cuba. Era para nosotros algo ya natural ve r como Fide l dirigía, simultáneamente, varios combates o batallas en dife rentes luga res donde e stas a ccione s comba tivas se estuvie ran desarrollando y cómo lle vaba un pe rfe cto conocimiento de la situación combativa ex istente en cada momento, impa rtie ndo indicaciones y las órdenes ne ce sarias para cada momento y circunstancia, lo que para cualquie ra de los morta les e s a lgo en realida d muy complicado. Con esa conducta cotidiana, sin hace r resaltar ninguno de sus actos, ni de estimar que e ra e l ganador de esos combates, sino siempre se ñalando e l éx ito hacia alguno de los jefes de columnas subordinado, demostraba una gran 29 modestia, digna de respe cto y de gran conside ración. El Gobierno de USA se prepara a intervenir en Cuba El día 9 Fidel habla por la Radio Re belde pues se habían re cibido noticias de que la Re vista Times, en los EE.UU. de Amé rica había informado que e l Gobie rno de ese país se preparaba para inte rve nir en Cuba mediante la aprobación de la O .E.A, lo que provocó una re spuesta viril y llena de dignidad patriótica de l Cmdte-Jefe que, e n síntesis, de claró, alto y claro, que e l que inte ntara inte rvenir en Cuba tendría que hace rlo en zafarrancho de combate . El día 21, en altas horas de la noche , e ntramos, con Fide l, en e l pueblo libe rado de Baire , donde visitamos a varias familias re voluciona rias de e se lugar tan histórico, quie nes nos ate ndie ron con mucho afe cto, llenándose cada casa de las que visitamos con m uchas pe rsonas de todo e l pueblo que, emocionadas, deseaban ve r y conoce r a Fide l. Continúan los combates Al otro día, e l 10 de Diciembre, e stando de regreso en el Puesto de Mando de l Cmdte-Jefe en “La R inconada” se re cibie ron noticias de l Capitán Rafae l Ve rde cia “Pungo” quien había comenzado atacar a las tropas enem igas compuestas por dos compañías de un Batallón de infante ría que se e ncontraban e n e l pueblo de Maffo, situado a unos pocos cie ntos de metros al sur de l pueblo de Contramaestre. Se informa ba que dicha s tropas de l e jé rcito de la tiranía se habían apode rado de unas naves del Banfaic (Banco de Fomento Agrícola e Industrial Cubano) que ofre cían ventajosas condiciones para una buena resistencia a cualquie r ataque, por lo que Fide l envió algún refue rzo al compañe ro Ve rde cia, Je fe de las tropas rebe lde s. Al día siguiente , en un sencillo pe ro emotivo acto para todos los pre sentes, Fide l otorgó e l asce nso a Comandante al valioso combatiente , Capitán Calix to García, quie n fue ra de los a ta cantes a l C ua rte l Moncada , e stuvo preso e n Isla de P inos, marchó lue go pa ra Méx ico donde participó de la preparación comitiva que Fide l im partió a los que vendrían a pe lear a Cuba, llegando después e n e l Yate Granma y continuara en la Sie rra Maestra combatiendo siempre a la tiranía de Batista. Una pe rsona, sencilla y humilde de nuestro pueblo que hacía honor al nombre y apellido que tenía. En esos días e l Cmdte -Je fe llegó a Maffo y desde su Puesto de Mando en aque l entonces situado en casa de Eduardo Sorribes, comenzó a darle instrucciones al compa ñe ro Rafae l Ve rde cia, Jefe de las tropas que combatían en aque l poblado y saludó a otros je fes que allí combatían como lo e ran O rlando Rodríguez Pue rtas y Pedro García Pe láez escribiéndole , más tarde, una carta al Jefe de las tropas enem igas situadas en e l Banfaic de Maffo, solicitándole , con argumentos válidos, la re ndición, lo que no aceptó el Comandante He rnánde z R íos, je fe de esas unidades de l e jé rcito de la tiranía, por lo que continuaron los combates en ese lugar. En otro de e sos días encontrándonos con Fide l e n e l pueblo de Maffo, e l CmdteJe fe, aprove chando que allí se encontraban compañe ros de Radio Rebe lde con altoparlantes y micrófonos, hizo uso de la palabra por e sos equipos, 30 llamando a la rendición de las tropas enem igas, lo que no fue ace ptado e n esta otra ocasión, demostrando e l mando e nemigo incapacidad manifiesta para conoce r la situación real que te nía la provincia orie ntal. El día 13 comenzó el combate de nuestras tropas rebe ldes con las del enem igo situado en e l Ce ntral Amé rica, que se encuentra un poco más al este de Contramaestre, enviando Fidel instrucciones sobre dichas acciones combativas. El día 14 se produce una tre gua en e l comba te de Maffo e n la cual e l Comandante He rnánde z Ríos plantea que aceptaría la entrega de esa plaza si se le pe rm itie ra re tirarse con sus a rmas hacia Bayamo, todo lo cual no es aceptado por el Cmdte -Je fe de l Ejé rcito Rebe lde . Al día siguiente el Comandante He rnández Ríos solicitó al Pue sto de Mando de las tropas de la tiranía, situado en Bayamo, que se le enviara con urge ncia una fue rte tropa de refue rzo. Llega el Dr. Manuel Urrutia a “Charco Redondo” A me diados de l mes de Diciembre hizo su entrada en el poblado de “C harco Redondo” el Dr. Urrutia, designado Preside nte por acue rdo de la Dire cción Nacional de l 26 de Julio y aceptado por algunas otras organizaciones, Fide l lo saludó afe ctuosamente y también a su esposa e hijo expresándole el apre cio con que e ra re cibido, máxime e n e se vue lo nocturno que habían realizado hacia las montañas de la Sie rra Maestra con lo ex tremadamente pe ligroso de dicho viaje . Con Urrutia habían llegado, Luís O rlando Rodríguez, Luis Buch, y Enrique Jiménez Moya, este último de República Dom inicana, luchador contra la tiranía de Trujillo y otros compañe ros. Fidel, de spués de saludar calurosamente a todos esos compañe ros re cién lle gados, en un gesto diplomático, le ex presó a Urrutia que, por se r e l Presidente de la República, le ponía a su disposición a su Ayudante -¡a m í!!como Ayudante del Se ñor Presidente , y procedió a pre sentarme a Urrutia, quedando yo asombrado y no contento, pues en modo alguno que ría se r Ayudante de pe rsonas a quiene s no les re conocía valores re volucionarios legítimos. A las 2 ó 3 horas de esa escena Fide l se marchó y varios compa ñe ros que se encontraban allí me fe licitaron calurosamente al sabe rme “e l Ayudante de l Sr. Preside nte de la República”. Entonces vi una buena oportunidad y allí m ismo se le ccioné , e ntre e llos, al que me sustituye ra en aquella “Honorable Ayudantía”. Luego corrí a informa rle a Fide l, con cie rta tim idez, e l cambio que yo, a tre vidamente , había producido expresándole que había sido m uy cuidadoso y que, con mucho tacto, había logrado “m i sustitución” por otro compañe ro. El Puesto de Mando de la tiranía envía refuerzo a Maffo El Je fe del Puesto de Mando enem igo, situado en e l pue blo de Bayamo compre ndió pe rfe ctamente que e ra ne cesario “complace r” la solicitud urgente que le había he cho el Comandante He rnández R íos Jefe de las tropas en Maffo, por lo que e l día 15 de spachó, rápidamente nada me nos que un Batallón de Infante ría, con tanques She rman, con órde nes de avanzar desde Jiguaní, ir por e l Norte de Baire para llegar a Maffo a re forzar a la tropa que allí se encontraba sitiada y atacada constantemente por los rebeldes, al mando de l Capitán Rafae l Ve rde cia. 31 Pe ro el Cmdte -Je fe tenía situadas tropas en todo e l de rredor de Bayamo, Guisa, Santa Rita, Jiguaní, Baire y Contramaestre, Palma Soriano, además de que los Jefes de otros Frentes, subordinados a la C omandancia Gene ral del Ejé rcito Rebe lde , que comba tían e n nume rosos pueblos, se ace rcaban hacia la Capital de la provincia de O riente . Se ce rraba e l ce rco rebe lde a las ciudade s de Holguín, Tunas, Pue rto Padre , Sagua de Tánamo, Mayarí, Banes, Antilla, Cue to, Alto Songo, La Maya, San Luis, Pue rto Boniato, Caimane ra, y otros lugares, con lo cual e ra claro pa ra e l e jé rcito de la tiranía que la provincia de O riente se ría libe rada comple tamente en los próx imos días. El día 16 tropas re belde s, al mando de l Capitán Re inaldo Mora y del Tte . Rosales entabla ron comba te e n “La Ana ca huita” y con acciones combativas ené rgicas lograron re chaza r e l a va nce de aque l re fue rzo e nemigo, a pesar de que la aviación de la tiranía ametrallaba y bombardeaba todos esos alrededores, incluye ndo al pueblo de Maffo donde se e ncontraban las tropas rebe ldes. Comienzan treguas en el combate de Maffo En esos días yo me pasaba bastante tiempo al lado de l compa ñe ro Rafae l Ve rde cia, Je fe de las tropas que atacaban Maffo, e iba a visitar 4 ó 5 ve ces al día al Cmdte -Je fe pa ra mantene rle informa do de la situa ción m ilita r a llí ex istente . En una de esos cotidianos combates, fue gravemente he rido, al cruzar una ce rca, e l estimado combatiente dom inicano Enrique Jiménez Moya , siendo lle vado rápidamente al salón de curacione s y luego e vacuado para su restable cimiento. O tro día resultó he rida, la compañe ra Flor Pé rez C há vez, de l Pelotón de Muje res “Mariana Grajales”. En una ocasión, durante una bre ve tregua con las tropas enem igas hube de conoce r al Te nie nte Antonio Regueira Luaces, jefe de una compañía de infante ría e nemiga de las que se encontraban e n Maffo y todo pa re cía indicar que e ra é l quien realmente se e ncontraba al frente de toda aque lla tropa sitiada, pues siempre salía a conve rsar cuando ocurría alguna novedad que lo pe rm itie ra . Así pude hablar a solas con é l y explicarle la situación nada envidiable que tenían las tropas rebe ldes, las cuales avanzaban por toda la provincia de O riente , por Camagüe y, Las Villas, Pinar del Río y todas las ciudades del país que e ran un polvorín contra la tiranía de l usurpador de nuestro Estado. Así fuimos estable ciendo una discre ta, pe ro respe tuosa re lación pe rsonal. En otra oportunidad e n que había n 2 comba tientes nuestros mue rtos ce rca de las naves de l Banfaic hube de pedirle me pe rmitie ra ente rrarles y accedió, por lo que me dirigí con él y e l O ficial Julio He redia, subordinado de l Capitan Ve rde cia y entramos al Banfaic, pudiendo ve r a los soldados en cam ise tas, pe ro muy bien armados, muy bien atrinche rados, aque llo pare cía un horm igue ro por la cantidad de trinche ras y re fugios que habían construido dentro de aquellas naves de l Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba, que e ra lo que que rían expresar aquellas siglas de “Banfaic”. Por supuesto que luego comenté con Ve rde cía que e ra seguro que me había pe rm itido entrar para que vié ramos aque lla fortaleza sitiada y nos convencié ramos de que e ra imposible tomarla por asalto. De todas mane ras me ayudó a ente rrar, allí mismo, con 4 ó 5 soldados suyos a aquellos dos combatientes nuestros, mue rtos desde días antes, pues estaban en bastante estado de descomposición. 32 De todas formas en días poste riores sostuve otras treguas, a solas con dicho Oficial de la tiranía, que todo indicaba le había quitado el Mando de las tropas e l Comandante He rnández Ríos, pues é ste no apa re cía por ningún lado. Todos los combatientes de nuestro Ejé rcito Rebe lde situados e n e l pue blo de Maffo, comentaban que e l Tte . Regueira le había quitado el mando al Comandante He rnández R íos y todo eso pare ce habe r sido ve rdad. Llega el Comandante Raúl Castro Encontrándose e l Cmdte-Jefe en “La R inconada, su Pue sto de Mando Principal en aquella región, lle gó su he rmano y Comandante y Jefe de l II Fre nte O riental “Frank País” del Ejé rcito Rebelde, alrededor de los días 17 ó 18 de Diciembre y venía acompañado de los Comandantes Efige nio Ame ije iras y el Comandante Manue l Piñe yro “Barba Roja” , estando presente también el Comandante Juan Alme ida Bosque , Jefe de l III Frente “Mario Muñoz”, e n cuya reunión, supongo, seguramente se analizaron planes e stratégicos y tácticos para continuar desarrollando aquella importante “Ope ración Santiago” que desde hacía unos cuantos meses Fidel había concebido y que estaba desarrollándose como é l la había concebido, con esa pupila suya tan brillantemente clara. El Je fe de l II Frente O riental “Frank País”, Comandante Raúl Castro Ruz, había estado realizando acciones combativas en su región habiendo ocupado en esos días La Maya, Alto Songo, Sagua de Tánamo, San Luís, Caimane ra, El C risto, Im ías y otros pueblos, demostrando la fortaleza que había alcanzado la tropa que e l Cmdte -Je fe le había asignado y e l desarrollo que se había producido en esos meses de inte nsa lucha. Por su parte e l Jefe de l III Frente “Mario Muñoz” también se había de stacado notablemente , combatiendo en El Cobre, “C harco Mono”, en nume rosos pueblos alrededor de Santiago de C uba y se encontraba también en Palma Soriano. Ese m ismo día, 18 de Diciembre , comenzó el ataque al pueblo histórico de Baire, donde aque l 24 de Febre ro de 1895 se iniciara la continuación de nuestra Gue rra por la Indepe ndencia. También se produce ese día , en “La Rincona da”, una importante re unión ampliada de la Dire cción Nacional de l M-26-7, e n la cual, e ntre otros asuntos, se analizó, el propone rle al re cién nombrado Presidente , Manuel Urrutia LLeó, e l nombre de varios compañe ros pa ra Ministros de su Gobie rno, que fue ron los siguie nte s: Raúl Cepe ro Bonilla como Ministro de Come rcio, Manue l Fe rnández García, como Ministro de Trabajo, Julio Martíne z Páe z como Ministro de Salubridad y Asistencia Social, incorporando pocos días de spués de l triunfo de la Re volución a Faustino Pé rez He rnánde z como Ministro de Re cupe ración de Bienes Malve rsados, José Miro Cardona como Prime r Ministro, Luís O rlando Rodríguez como Ministro de Gobe rnación, Manue l Ray R ive ro como Ministro de O bras Públicas, Humbe rto Sorí Marín como Ministro de Agricultura, Armando Hart Dávalos como Ministro de Educación, Julio Camacho Aguile ra como Ministro de Transporte , R ufo Lópe z Fresque t como Ministro de Hacie nda, Enrique O ltusk i Ministro de Comunicaciones, e l Dr. O svaldo Dorticós Torrado como Ministro para la Ponencia y el Estudio de las Le yes Re volucionarias, Augusto Martínez Sánche z Ministro de Defensa Nacional, Regino Boti Ministro del Conse jo Nacional de Economía y Ele na Mede ros Cabaña Ministra de Bie nestar Social. [1] Cuando vemos hoy e sa re lación de Miembros del Gobie rno Revolucionario nos 33 pre guntamos si e n ve rdad no se conocía realmente cómo e ran y cómo pensaban todas e sas pe rsonas y si fuimos sorprendidos cuando, algunos de ellos, meses después sacaron a la luz sus ve rdade ras ideas e inte reses burguesas y proimpe rialistas, pe ro enseguida nos respondemos que sí se les conocía bien a todas y cada una de e sas pe rsonas, entre las cuales estaban y están la mayoría de e llos, que son Destacados Re volucionarios, que se han pasado la vida, luchando, de mane ra ejemplar, por el proceso re volucionario, pe ro muchas otras de aquellas pe rsonas e ra n figuras que adm iraban “e l ame rican way of life” y ve ían en e l capitalismo la mágica fórmula para lograr la riqueza y e l bie nestar de cualquie r Sociedad Humana. Si se les conocía bien, pe ro pa ra abrir e l Nue vo Gobie rno hacía falta un poco de luz para vislumbrar los meses siguientes y cómo éstos iban a ir de finiendo claramente quie n e ra cada uno y si continuaban en e l cam ino re volucionario o daban un vuelco hacia atrás, corriendo para la me trópoli im pe rial, tra tando entonce s de que inte rvinie ran los “marines” yanquis en e l país para acabar con esa Re volución que comenzaba y que ne cesitaba un poco de tiempo para crear condicione s para desarrollarla. Pienso que fue muy inte ligente habe r formado aque l prime r Gobie rno con algunos “pe rsonajes” no muy seguros para nosotros, pe ro cre o que todo eso ayudó a que la m isma burguesía cubana y hasta e l propio impe rialismo norteame ricano, vie ran con cie rta satisfacción e sos nombramie ntos, estimando que podrían controlar e l proce so re volucionario que amenazaba con pode r lograr obte ne r e l Gobie rno en todo e l país. En aque llos momentos a algunos compañe ros no le satisfizo algunos de e sos nombramientos creyendo que im pedirían la realización de la Re volución ne cesaria, pe ro la Historia le ha dado la razón a los que tales nombramientos hicie ron en aquellas circunstancias. Continúan los combates en la “Operación Santiago” El 19 de Diciembre continúan los combate s ce rca de Baire , y el pueblo de Jiguaní cae en pode r de l Ejé rcito Rebe lde, pues las tropas que lo ocupaban huye ron cobardemente ante e l ataque , no sin antes solicitar re fue rzos al Pue sto de Mando de Bayamo y al se r re chazado éste, no les quedó más alte rnativa que emprende r una cobarde huída. En una de las acciones combativas que sostuvie ron, la tropa enemiga emprendió una cobarde huída y durante la m isma e l Capitán Ignacio Pé re z, salió junto con e l Comandante Guille rmo García y varios compañe ros más a re chazar aquella “espantada” que realizaba el enem igo y algunos de esos soldados, desde los cam iones, abrie ron intenso fuego de fusiles ocasionando la m ue rte de Ignacio y otro combatiente re belde. La mue rte del hijo de C resce ncio Pé rez fue un golpe muy grande para todos, espe cialmente para Fidel que tanto apre ciaba al padre de ese patriota falle cido, valioso campesino que tanto contribuyó con e l embrión de l Ejé rcito Rebe lde en los días iniciales de la gue rra Esa noche, en e l Centro de Ve te ranos de Jiguaní fue ron expue stos los cadáve res de los caídos en combate ese día, realizándose un ve lorio con la asistencia de casi todo el pueblo “jiguanense ”, asistiendo Fidel a e sa ce remonia, e n la que hizo uso de la palabra, despidiendo e l due lo, el Comandante Raúl Castro Ruz. Alrededor de l 20 de Diciembre la aviación enem iga inte nsificó sus ataques diariamente con nume rosos aviones mode rnos de combate sobre las tropas rebe lde s que combatían en e l pueblo de Maffo, llegando a lanzar bombas de 500 34 libras sobre ese lugar. El 23 se iniciaron las acciones combativas por las tropas de l III Frente dirigido por e l Comandante Almeida, para la toma de Palma Soriano. Ese día ocurrió un a cto de barba rie típico de un gobie rno tiránico que despre cia e l valor de la vida de los pueblos. Como realizaba casi todos los días, yo había ido a Contramaestre a informa r al Cmdte -Je fe de las a cciones comba tivas que tenían lugar en Maffo y al regreso de uno de e sos viaje s en los que venía acompañado de l e stimado compañe ro Julio He re dia, O ficial de la tropa de l Capitán Ve rde cia, hubo de sorprende rnos la aviación e nemiga, entre Contramaestre y Maffo, lanzándonos unos cuantos ´”rafagazos” de ame tralladoras, acompañados de unas cuantas bombas, y corrimos a protege rnos en un pe queño monte cito ce rcano, donde encontramos un re fugio con muy buenas condicione s, he cho por algunos campesinos ve cinos del lugar que habían abandonado su casa. Al poco rato escuchamos gritos y llantos y salimos a ve r lo que ocurría y e ra que a unos 50 me tros de l lugar donde e stábamos, había un bohío desde donde salía la grite ría y los lamentos, por lo que corrimos hacia allá, vie ndo e l cuadro más triste que imaginar uno puede , pue s resulta que una de las bombas había caído, pre cisamente, dentro de un re fugio donde se e ncontraban metidos tre s niños pequeños, mie ntras dos vie je citos se prote gían en otro lugar y éstos habían salido para ve r que aque llos niños, nie tos suyos, habían quedado conve rtidos en pedazos de carne, las que estaban siendo re cogidas, en palanganas, por e llos dos, e l abue lo y la abue la de los niños según nos dije ron a lágrima viva. Julio y yo nos pusimos a ayudar a re coge r pedazos de carne m ientras ve íamos horrorizados aque llos despojos humanos. ¡La Aviación e nemiga tiraba sus bombas contra cualquie r bohío, no importándole nada quie n estuvie ra en e llos! Pue s resulta que las tres inocente s criaturas, despe dazadas por las bombas de la tiranía, ¡e ran hijos de un sargento de l e jé rcito de Batista! Por esta razón esa familia no había salido de l lugar, cre yendo, ingenuamente, que e n aque lla gue rra estaban e llos bie n protegidos de las barbaridades de la tiranía. Cuando llegamos a donde estaba “Pungo” Ve rde cia y demás combatie nte s les contamos todo el horror que habíamos pre senciado en aque l bohío con aque llos dos vie je citos y los pedacitos de carne de aque llos niños, producto de una estúpida barbarie que ce rraba los ojos, sin importarle nada a quien dañaba, en su intento por de fende rse, lo que demostraba su naturaleza mise rable y crim inal. El 24 de Diciembre , “Día de Noche buena”Fidel autorizó una tregua para que durante la m isma las esposas de los oficiales sitiados pudie ran e ntrar al Banfaic, propuesta que fue a ceptada por la tropa e nemiga. Por supuesto que eso nos convenía bastante , pues esos oficiales seguían cre yendo, ingenuamente, lo que les de cía e l Puesto de Mando “que pronto les libe rarían, que aguanta rá n e tc., a pesar de que se le había informado al Tte . Regueira la toma por las tropas rebe lde s de Baire, Jiguaní y de otras posiciones importantes, que le e ran ne gadas por sus supe riores. Ahora sus esposas les confirmarían lo que nosotros le habíamos dicho varias ve ces. Fidel aprove chó ese día de tregua en varios lugares y salió con Raúl a Birán, para visitar a su mamá y a otros fam iliares e n ese Día tan memorable . 35 El día 25 conocimos que había caído e n pode r de l Ejé rcito Rebe lde los pueblos de Sagua de Tánamo por las tropas de l II Fre nte O rie ntal “Frank País” y también Pue rto Padre , tomado por las tropas de l IV Fre nte “Simón Bolívar”. El día 26 lle gó Fide l a Maffo, comple tamente de noche y allí conoció la situación ex istente e impartió instrucciones sobre las nue vas acciones a seguir. Al día siguie nte se rindie ron las tropas de l Capitán Sie rra Talave ra que estaban sitiadas en Palma Soriano. El 27 Fide l se encontraba de nue vo en e l Central Amé rica y allí vimos llegar al famoso Errol Flinn, norteame ricano, actor de cine, que ve nía acompañado de dos he rmosas muchachas y expresó que deseaba conoce r al compa ñe ro Fide l, quien aceptó gustoso ve rle y saludarle con afe cto, re tirándose rápidamente aquella figura que quien sabe por qué andaba por aquellos lugares. Se nos informó que tropas de l II Fre nte tomaron Cue to y Báguanos y que la Columna “Antonio Guite ras” dirigida por Fé lix Duque habían tomado Pue rto Boniato en las inmediaciones de Santiago de C uba. Las 28 tropas de l II Frente tomaron e l pueblo de San Ge rmán. Ese día Fide l se re úne on los Comandante s Alme ida, De lio Gómez O choa, Be larmino Castilla, Guille rmo García, Antonio Enrique Luzón, Vilo Acuña, René de los Santos, Abelardo Colomé y otros oficiales para coordinar la acciones a realizar en la “Ope ración Santiago”. Mientras tanto la aviación enem iga continuaba sus ataque s de aviación contra las tropas rebe ldes en Maffo. También ese mismo día Fidel se re unió, e n e l antiguo Ce ntral “O riente ”, con e l Gene ral Eulogio Cantillo, donde estuvie ron prese ntes, su he rmano Raúl, Ce lia, Vilma , e l Comandante José Q ueve do, e l sace rdote católico Guzmán y algunas otras pe rsonas. En e sa reunión Cantillo propuso un plan de suble var las tropas de Santiago e l día 31 de ese mes a las 15::00 Hrs, que pe rm itiría la entrada de los re beldes en Santiago y que no de jaría escapar a Batista ; Fidel insistió en aclarar su aceptación !pe ro que nada de Junta Militar ni Golpe de Estado! Ese día estaba con Fidel cuando e laboró e l asce nso de Rafae l Ve rde cia “Pungo” a Comandante de l Ejé rcito Rebe lde y e n un momento me expresó: “Mira que cosa más curiosa, me doy cuenta ahora que Ve rde cia es e l Comandante más jove n de l Ejé rcito Re belde”. El día 30 de Diciembre tuvimos una tregua e n Maffo con e l Tte . Regue ira y estábamos él y yo, como e n otras ocasiones conve rsando bajo una mata, re costados y yo le expliqué , otra vez, que no tenía sentido que siguie ra resistiendo e l ataque de l Ejé rcito Rebe lde pues le e staban engañando mise rablemente desde e l Puesto de Mando; le informé que ya estaban libe rados Baire, Jiguaní, Contramaestre, e l Ce ntral Amé rica y numerosos pueblos de O riente , pe ro ya, autorizado por Fide l, le expresé lo siguie nte: “si te estuviera atacando cualquier otro jefe rebelde a lo mejor t uvieras alguna posibilidad de continuar resistiendo, pero Regueira, el que te está atacando es Fidel Castro, directamente, por lo que te va a pasar por encima, de todas maneras.” Aque l Teniente de la tiranía me miró sonriendo y me dijo: “¡Ah, no me digas! ¡Fidel no puede estar por aquí, él debe estar metido en una buena cueva en lo más alto de la Sierra Maestra!” Entonces, yo muy se rio y muy se renamente le dije : “Mire Teniente Regueira, 36 Fidel se encuentra por allí” y señalé hacia el oeste y Sur de donde nos encontrábamos, porque Fide l se encontraba, por supuesto, en la dire cción opuesta a la que yo señalaba y le continué diciendo: “Si deseas verle, puedo llevarte donde él se encuentra.” Entonces me dijo: “pues vamos, quiero saber si es verdad”. De inmediato le avisé a Ve rde cia lo que había conve rsado con ese Tenie nte y que si me que ría acompañar a ve r a Fidel. Lo que aceptó. Y fuimos a C ontramaestre donde se encontraba e l Cmdte -Je fe, dirigiendo los varios combates que , en dife rentes lugares, se estaban produciendo. Ese día 30 de Diciembre se encontraba Fidel en e l e dificio Rodríguez, creo que en un segundo piso, y con él se encontraban los Comandantes Raúl Castro, Efiguenio Ame ije iras y Manue l Piñe yro, los tres sentados en un sofá, mie ntras Fidel estaba en un sillón. Entré a esa habitación y le pre senté al Tte. Re gue ira a Fidel quie n le trató con sumo respe to y conside ración, dándole una información muy real de la ve rdade ra situación en toda la región y de los m unicipios que se encontraban ya libe rados, señalando lo absurdo de seguir resistiendo e l ataque en Maffo , como e staba la situación; que el e ra un Oficial de Academ ia y que debía sabe r bien hasta donde e ra legítima una resiste ncia, pe ro debía sabe r también que e ra responsable de la vida de sus soldados y que no tenía de re cho a provocar mue rte s por me ro gusto, sin sentido alguno y agregó Fidel: “es seguro que su resistencia no podrá durar más de 48 horas”. Aque l Teniente del e jé rcito de la tiranía no conocía a Fidel Castro, por lo que respondió en forma sobe rbia: “cuanto Usted se apuesta a que yo puedo resistir más de 72 horas y mucho más.” Re cue rdo bien que ante aquella zoque tada y fanfarrona respuesta e l Comandante Raúl Castro expresó, sin move rse de su asie nto: “Fidel, si me permites yo pudiera conversar con este Teniente”. Pe ro Fidel tomando cortésmente de la mano al Teniente le dijo que le acompañara a la ventana de la habitación y estando ambos allí, señalando hacia abajo le dijo: Mire Teniente, ahí abajo se encuentra, como puede usted ver claramente, un carro de bomberos con más de 5,000 galones de gasolina, por lo que estoy pensando en, con las buenas mangueras que tiene, regarle ese liquido por todas las naves de ese Banfaic, con lo que de seguro, quedarán muy pocos de sus soldados con vida. De todas maneras, a lo mejor usted sale vivo, casi desnudo de allí, pero como es un Oficial valiente y de Honor, si usted me la pide, yo le prestaré una pistola para que se suicide, por haber realizado, sin darse cuenta de ello, una gran irresponsabilidad en haberle causado, innecesariamente, a su tropa tantos muertos. Hasta ese momento e l Teniente Regue ira se dirigía siempre a Fide l llamándole “Doctor Castro”, pe ro ahora, por prime ra ve z le dijo: “Comandante Fidel Castro, acepto la propuesta de rendición que usted me ofrece”. Y rápidamente salimos de aquel edificio, con el Comandante Ve rde cia a conve rtir en realidad aque llas palabras dichas por aque l Teniente , sin que tuvie ra participación alguna en aquella re ndición e l Comandante He rnández R íos que apa re cía como e l Jefe de aque lla tropa. Así te rminó aquella batalla en e l pueblo 37 de Maffo que tuvo una duración de unos ve inte días, donde se pudo coge r todo e l a rmamento de aque lla tropa que se había re ndido. Con la caída de esta guarnición militar, se abrían los caminos hacia la Capital de la provincia oriental. El día 31, m ientras re cogíamos todas aquellas armas y demás implementos de gue rra conquistados durante muchos día s de comba tes, El Cmdte-Jefe via jó a l poblado de “El Cobre” acompañado de Raúl, Ce lia y otros oficiales rebe ldes, logando sostene r una conve rsación con e l Sace rdote Guzmán con quie n le envió una carta al Corone l Rego Rubido, Je fe de la Plaza Militar de Santiago de C uba. El día 1ro. de Ene ro se produce la noticia, en horas tempranas de la mañana, de que e l tirano Batista había escapado, en la prime ras horas de la madrugada, en un avión acompañado de nume rosos ministros de su Gobie rno y de Altos Oficiales Militare s de aque l e jé rcito me rcena rio que tanto le apoyara en todos esos años. Antes de despegar e l avión, Batista, desde la escale rilla le impartía instrucciones al Ge ne ral Eulogio Cantillo, diciéndole que localizara al Dr. Pie dra, Magistrado de l Tribunal Supremo y lo nombrara Presidente de la República, así como le orientaba que se pusie ra en contacto con e l Sr. Embajador de los EE.UU. de Amé rica e n nuestro país. Fidel se e ncontraba e n el Central Amé rica y habían comenzado a lanzar “tiros” al aire algunos rebe ldes, inge nuamente alborozados con la noticia de la fuga de l tirano, pe ro Fide l les llamó “al orden” diciéndole que todavía no e ra la victoria, pues al pa re ce r había una tra ición por e l medio y se dirigió entonces hacia Palma Soriano donde se e ncontraba, en esos momentos, la planta de “Radio Re belde” a fin de hablarle al pueblo de Cuba, explicándole la real y pe ligrosa situación ex istente , dando orientaciones claras para esas circunstancias. De allí partió hacia “El Escande l” donde sostuvo una re unión con altos Oficiales de las tropas de Rego Rubido, que se encontraba al mando de las tropas de l cua rtel Monca da e n la Capital de O rie nte, Santiago de Cuba y con una larga carre ra militar, aunque no se le conocían desmanes como los que pose ía aque l conocido Albe rto Río Chaviano. Esos Oficiales que llegaron con Rego Rubido traían, en las mangas de sus uniformes m ilitares e l brazale te del M-26-7, lo que a las claras expresaba e l sentim iento de capitulación y de rrota de aquel e jé rcito que había se rvido al dictador Fulge ncio Batista y ahora aceptaba la entrada e n Santiago de Cuba de las tropas de l victorioso Ejé rcito Re belde con su glorioso Cmdte-Jefe al frente . Las tropas del Ejército Rebelde entran en Santiago de Cuba El día 1ro de Ene ro de 1959, en horas de la noche , Fidel entró, con sus tropas, en Santiago de C uba. En esta ocasión, bie n distinta a la que ocurrió cuando la ocupación norteame ricanas en esa ciudad oriental, las tropas cubanas, llenas de valor y rebe ldías le gítimas e ntraban, de mane ra victoriosa en e sa Historia Plaza “Santiague ra” y allí, en un grandioso acto de masas, de claró Fidel Castro, de mane ra firme y resue lta, que la Re volución por la que se había luchado durante tantos años, llegaría muy pronto al Pode r, bajo cualquie r circunstancia. Fidel pronunció, en e se Santiago de C uba tan que rido por é l, uno de sus más brillantes discursos, demostrándole a todos los concurrente s su calidad de Líder 38 indiscutible de nue stro pue blo y su profundo se ntido político y m ilitar, se ñalando claramente que e stábamos a un paso de la Victoria a nive l Nacional y que nada ni nadie podría e vita r que e lla se produje ra . Esa entrada de las tropas rebeldes a la Ciudad de Santiago de Cuba constituyó una ve rdade ra explosión de júbilo, no solo e n esa ciudad, sino en todos los municipios que se e ncue ntran a su a lrede dor, los que comprendían que e l proceso re volucionario avanzaba de mane ra triunfante por donde quie ra que pasaba, por lo que e l triunfo de las armas re belde s se encontraba m uy ce rca. ¡Era un Día de Fiesta para todos los Santiague ros y para todos los pueblos ve cinos de la región oriental de l país! Notas [1] Re ina ldo Suá re z: “El Gobie rno Revoluciona rio e n a rmas”, en: “Memorias de la Re volución”, pp. 383-384. 39