Prehistoria del movimiento obrero vasco

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Prehistoria del
movimiento obrero vasco
Jon Kerejeta
Publicado por Matxingune taldea en 2015
Tabla de contenidos
1876-1914 Socialismo obrerista (Facundo Perezagua) .......................................................... 1
Divisiones internas en el socialismo vasco ......................................................................... 4
Orígenes del comunismo vasco y nueva fase en el movimiento obrero vasco ............................ 7
Convergencias con CNT y con el primer nacionalismo radical ............................................... 8
Bibliografía ................................................................................................................. 10
Reconstruir la historia supone fundamentalmente retomar los datos recogidos hasta el presente, seguir
acumulando datos, hasta el momento ignorados, por parcialidad o incapacidad, pero fundamentalmente
utilizar definitivamente una visión dialéctica de los acontecimientos en tiempo y espacio partiendo del
material objetivo que supone la llamada formación histórica o económico social (Marx) con la que se
supera el subjetivismo del mito que ha adornado el conocimiento del pasado hasta nuestros dias con
la intencionalidad de perpetuar las «esencias» de viejas dominaciones.
Formación económico social es la combinación peculiar de modos de producción y relaciones sociales
en un ámbito espacio-temporal más o menos amplio. El concepto fue utilizado originalmente por Karl
Marx en El Capital. Más tarde fue recuperado por historiadores de orientación marxista de mediados
del siglo XX, conscientes de la imposibilidad de aplicar a la realidad histórica el funcionamiento
ideal y puro de los principales modos de producción definidos conceptualmente como esclavismo,
feudalismo, capitalismo, comunismo. Todo esto conlleva iniciar el análisis del hecho histórico sobre la
base objetiva del modo de producción (capitalismo hoy) condicionado por el desarrollo de las fuerzas
productivas y que mantiene una tensión bidireccional con los condicionantes políticos-ideológicosculturales (pasado y presente) que condicionan su funcionamiento; es decir su marco específico de
«lucha de clases».
En base a esta fundamentación iniciamos la aproximación histórica al movimiento comunista vasco
desde los inicios del XX hasta nuestros dias intentando navegar a través de sus tendencias y debates
que pasan a través de ciertas coyunturas por el pretendido inicio de un «marxismo vasco».
1876-1914 Socialismo obrerista (Facundo
Perezagua)
Hasta la fundación de la primera organización comunista nacional en Euskal Herria, el Partido
Comunista de Euzkadi (1935) se fue conformando una práctica de lucha obrera en un movimiento
nacido con la revolución industrial, que tuvo su origen tras el fin de la Segunda carlistada, que concluye
con la destrucción del viejo sistema foral (y confederal), lo que conlleva la obligatoriedad de contribuir
al Estado constitucional (desde 1812) , de cumplir con el servicio militar en el ejercito español y
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con la nueva situación administrativa, la desaparición de aduanas con Castilla y colocación de las
actuales (decreto 1841), supresión parcial de competencias de las Juntas Generales e introducción
de gobernadores (decreto 1844), junto con la ley paccionada de Nafarroa (1841), y la definitiva ley
abolitoria de fueros (decreto 1876).
Euskal Herria en esos momentos empieza a sufrir las consecuencias de más de medio siglo de
luchas, que suponen la ruina de gran parte de la población rural con la desaparición de población,
haciendas y un inicio de emigración masiva que comienza con los primeros 25.000 derrotados que
pasan inicialmente a Iparralde para instalarse definitivamente o saltar a Uruguay, Argentina, y resto de
América. Se inicia la emigración de una juventud que se niega a cumplir con el servicio militar. Gran
parte del campesinado proletarizado iniciará, más tarde, la emigración interior hacia la nueva industria.
El otro factor que incide sobre los nuevos rumbos de la sociedad vasca será en Bizkaia, en que a
partir de la libre circulación del mineral de hierro, junto con los avances siderurgicos (convertidor
Bessemer) que disparan el valor de la siderita (carbonato de hierro) «rubio de Bizkaia» que inician
con su explotación la nueva fase de acumulación que sitúa a Bizkaia en cabeza de la economía del
nuevo Estado. Así se inicia la revolución industrial en Bizkaia, que más tarde se complementará con
Gipuzkoa y tendrá en función de la nueva burguesía minero-siderurgica un espectacular despliegue
por la península (Andalucía, Levante, Asturias, Castilla…). Y así, en Bizkaia, nace la oligarquía
española, protagonista del nacionalismo económico español en la llamada Restauración de Cánovas
con la que pacta los disuasivos Conciertos Económicos, último retal del viejo sistema foral, que una
vez desaparecido el contenido soberanista de la «vieja ley» y el contrapoder popular se convertía en
instrumento de manipulación en manos del caciquismo naciente.
Frente a la nueva situación nacida en 1876, y en oposición a la naciente oligarquía vasca, surge el nuevo
movimiento fuerista alimentado por la nostalgia de un pasado barrido por la nueva clase que necesita
del marco español para su desarrollo; en pocos años Sabino Arana dará alternativa al pesimismo con
aquel «Bizkaia por su independencia». Nace el moderno nacionalismo vasco.
La otra fuerza que en poco tiempo se convertirá en mortal enemigo de la oligarquía vasca, y que se
dispara desde la huelga general de 1890, es un nuevo movimiento obrero integrado por un campesinado
autóctono proletarizado, por emigrantes vascos en su origen y castellano-leoneses, asturianos y
santanderinos cuyos hijo serán en 1900 el 26% de los nacidos fuera de Bizkaia.
Es la clase obrera que inicia sus luchas frontales en unas condiciones de explotación con enormes
plusvalías arrancadas en jornadas de 12 horas y complementada por la alimentación y dormitorio (en
tabla) controlados en los barracones y cantinas administrados por los propios capataces que aplican sus
normas penales a los trabajadores. Se pagaban los salarios en vales de cartón para ser consumidos en las
cantinas y dormitorios obligatorios. Aquellas primeras minas eran auténticos campos de prisioneros.
Las explotaciones mineras son fundamentalmente de capital mixto (The Bilbao River and Cantabrian
Co., Luchana Mining Co. ,Orconera Iron O.L. Franco-Belga...). Con un descuento de los salarios
(2%) se crearon los tres hospitales mineros (Triano, Arboleda y Galdames) dado el gran número de
accidentes de trabajo en la mina. La elevada mortalidad que llegaba a triplicar la de otras comarcas
de Bizkaia se debía a las epidemias originadas por la miseria moral e higiénica (informes de médicos
locales)
Las nuevas industria capitaneadas por AHV (1902) fusión de anteriores, los Astilleros del Nervión
favorecidos por la reconstrucción de la Escuadra, Basconia S.A., Tubos Forjados, Aurrera,…serán a
principios del siglo XX el núcleo fundamental de la economía española que desplazará el núcleo fuerte
del proletariado vasco de las minas a la industria siderurgica y naval.
Aquella Oligarquía tenía apellidos vascos: Chavarri, Ibarra, Gandarias, Sota, Echevarria, Martinez
Riva, Aznar…que salvo Sota (nacionalista) y Echevarrieta (republicano) coincidían en la doble
pertenencia a la Liga Vizcaina de Productores (patronal) y a la «Liga Monarquica» (la gran derecha).
No se da conflictividad laboral conocida hasta 1890, hasta el punto de que en 1887 la Diputación de
Bizkaia reduce en un 30% la guardia foral .
Parece ser que la primer organización obrera en Bizkaia se dió en tiempos de la I Internacioanal.
Posiblemente tuvo su origen durante la localización en Bilbao del dirigente de la AIT Anselmo Lorenzo
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en 1872. Un informe de la Federación Nacional Española de la AIT menciona la existencia de 710
afiliados en la «Región vasca» en 1882.
En 1887 existen en territorio vasco doce sociedades obreras legalizadas cuya actividad
fundamentalmente es cultural y recreativa.
Cuando entra en escena Facundo Perezagua en medio de este clima de desmovilización pretende crear
una organización tanto política como sindical en Bizkaia o como el afirma, «la lucha de clases y la
política». Comienza iniciando su propaganda dentro de la sociedad recreativa «La Artesana» junto
con dos compañeros (Carretero y Pascual).
Así en el verano de 1886 se constituye la «Agrupación Socialista» en la que se debaten textos de
Lafargue (Autonomía y jornada de 8 horas) y de Guesde (Colectivismo y Revolución), se leen los
primeros números de El Socialista, y todo ello bajo el retrato de Marx. A partir de este momento se
crean las agrupaciones de Ortuella (1887), La Arboleda (1888). En la primavera de 1890 no pasan
de cinquenta los afiliados en la zona minera. Por otro lado la presencia anarquista resulta inoperante
hasta el mitin de Malatesta en 1891.
En Gipuzkoa las agrupaciones socialistas tienen una breve aparición en 1891, pero solo se establecen
a partir de 1897 en Donosti y Eibar. En Eibar el socialismo, más autóctono, mantiene cierta tradición
específica; en 1905 tiene una agrupación de cien militantes y un periódico propio. Y es en Eibar
donde se crearán las primeras cooperativas obreras socialistas a partir de 1919; Danok-Bat (1919),
Cooperativa de la Pistola Automática Omega y Cooperativa Alfa (1920) por el sindicato metalúrgico,
lo que marca la peculiariedad del socialismo eibarrés.
Y surge la carácteristica inicial del movimiento obrero vizcaino cuando, sin apenas organización
sindical alguna, convoca a la huelga general en todo el Estado, para el 1 de mayo, por la jornada de 8
horas. Resultó una demostración de fuerza única en aquellos momentos. Durante la semana anterior
se concentraron cerca de 3.000 mineros el 21 de Abril en respuesta a la prohibición de un mitin en
La Arboleda la semana anterior. El 4 de mayo se produce en Bilbao un mitin con 3.000 asistentes que
previamente se habían organizado en pueblos y barrios. Perezagua fue el orador principal. El lema
era «jornada de 8 horas de trabajo». La manifestación posterior resultó enorme según las cifras de
prensa que hablaron de 10.000 asistentes. Se producen violentos choques dentre los trabajadores y la
intervención militar con cargas de caballería. Aquella semana el gobernador movilizó 1.600 hombres
entre militares de Garellano, Guardia Civil y Forales.
El 13 de mayo ante la despedida de cinco miembros del comité socialista de La Arboleda de la
compañía minera Orconera, paró la empresa. La huelga se extiende por toda la cuenca minera. La
marcha iniciada al grito de ¡Viva la unión obrera! y ¡Abajo los cuarteles! concentra a 9.000 obreros
en Ortuella que se dirigen a Baracaldo con banderas rojas. La huelga se extiende a las fábricas
sumando hasta 30.000 huelguistas. El gobernador militar declara el «Estado de Guerra». Ha nacido
el movimiento obrero vasco.
Entre 1890 y 1910 se produjeron en la zona minera más de treinta huelgas parciales y cinco huelgas
generales. Fueron huelgas por reivindicaciones laborales, no fueron huelgas revolucionarias. Pero la
dureza del movimiento obrero que, siempre confrontó antes de negociar, marcó definitivamente la
identidad movimiento obrero de Bizkaia.
La participación electoral de aquellos primeros socialistas se reduce a unas concejalias. Perezagua es
elegido en la zona minera y cuatro más en Bilbao en 1891.
Posiblemente -sin caer en personalismos- tres hombres resultan claro reflejo del nuevo marco político
que se produce a partir de 1890 en Euskal Herria: la oligarquía española dirigida por Víctor Chavarri,
el nacionalismo vasco fundado por Sabino Arana y el movimiento obrero socialista impulsado por
Facundo Perezagua. Son las tres fuerzas sociales que protagonizan el nacimiento de la Euskal Herria
industrial que inicia el siglo XX.
La participación electoral marca las primeras disensiones en el movimiento obrero vasco. Si con
las elecciones municipales de 1897 se crea la fuerte tentación electoralista pese a la anulación legal
dirigida desde la patronal vizcaina (Chavarri). Por otro lado en el socialismo español se plantea en
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movimiento obrero vasco
1903 la alianza con los repúblicanos pese a las directrices del Congreso de Amsterdam contrarias a la
colaboración con partidos burgueses en la llamada «candidatura democrática».
El debate interior entre las posiciones de clase y las de alianzas interclasistas marca a partir de 1903
las sensibilidades internas en un partido socialista que no es ajeno a las nuevas tendencias reformistas
llegadas desde Europa. Decididamente, Perezagua con sus firmes posiciones de clase y finalmente
Indalecio Prieto que une a su nacionalismo español con sus posiciones interclasistas marcan la línea
divisoria que concluirá con la ruptura de 1921.
Había afirmado Prieto sus convicciones de «patriotismo socialista frente a quienes se unen a los
enemigos de España».
Por otra parte Perezagua se dolía de que «hoy entre los socialistas de Bizkaia existen quienes se
esfuerzan mucho más en tener un puesto en las instituciones que en crear en la resistencia obrera».
La huelga de 1910 iniciada por los mineros (setenta dias) y espontáneamente seguida por la solidaridad
portuaria, marca pese a las oscilaciones internas el último triunfo de las posiciones «clasistas» a
pesar de la desconvocatoria final de los socialistas; se extendió por toda la ria de Bilbao (portuarios,
metalúrgicos, talleres mecánicos y construcciones. Fue una huelga expontánea y violenta. Se produjo
de nuevo el Estado de guerra.
Divisiones internas en el socialismo vasco
En 1914 las diferencias electoralistas dan con la escisión de la agrupación de Bilbao. Se inicia la
ascensión de la corriente reformista capitaneada por Prieto que se estrena con su españolismo, el «antibizkaitarrismo» marca su política de alianzas interclasistas. Se inicia la base ideológica que en un
futuro sustentarán «razones de estado». Es el virus reformista de la socialdemocracia.
Las nuevas corrientes liquidacionistas extendidas desde Alemania al interior de la Segunda
Internacional ayudan a explicar las crisis hasta la ruptura de la socialdemocracia histórica. Decidieron
contemplar desde afuera, una sociedad movida por un extraño fatalismo histórico, ajeno a la voluntad
revolucionaria, asumieron el parlamentarismo y terminaron defendiendo sumisamente el viejo Estado
desde aquel 1914 en que aprobaron parlamentariamente los presupuestos de guerra. Es el momento
en que los llamados socialistas, eligen oficialmente el camino de la reforma del sistema capitalista
aceptando consecuentemente su Estado, y convirtiédose en pilar definitivo del sistema.
Las posiciones liquidacionistas alentadas por el virus determinista introducido por Bernstein contagian
la socialdemocracia desde finales de siglo con dos ideas:
1. La revolución era imposible e innecesaria.
2. La construcción del socialismo mediante reformas parciales y mejoras sucesivas conseguidas
mediante la lucha parlamentaria y sindical.
La Guerra de 1914 no parece incidir en el seno del PSOE, organización con bajo nivel ideológico y
aunque nacida en el activismo de clase carente de estrategia que supere el pragmatismo de resistencia
transitando hacia el oportunismo electoralista. Pero la guerra influye en una expansión económica
dentro de las fronteras, que inician la paralización de una minería progresivamente agotada y con
una caida de producción que le sitúa al nivel de 1880, con una pérdida del 30% de la producción.
Desaparecen compañias y las grandes minas; Orconera, Franco-Belga y Luchana MINING establecen
la semana de tres días. La crisis provocó las protestas, otra vez lideradas por Perezagua, junto con
antiguos militantes obreros. Pero las agrupaciones mineras de Gallarta y Ortuella quedan diezmadas
literalmente y desaparece la capacidad de movilización y negociación. La creación y ampliación
de nuevas factorias (Echevarria, Basconia, Altos Hornos de San Francisco, Unión Cerrajera, CAF,
Papelera Española…) que suponen la inversión de capitales acumulados (minero principalmente)
en Bizkaia y Gipuzkoa dan paso a 135 fábricas y siete astilleros nuevos. Son los nuevos sectores
productivos favorecidos por la guerra de 1914. El Sindicato Metalúrgico que crece con la fuerza
de los obreros siderurgicos tomará el relevo de las viejas luchas a partir de 1916. En Bilbao se
mantendrá fuerte el Sindicato Minero. La nuevas luchas contra la carestía de la vida provocan nuevas
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movimiento obrero vasco
organizaciones sindicales amarillas (sindicatos católicos y SOV-ELA) consiguiendo en una fase inicial
aumentos entre el 20 y 30%. La agitación obrera se reactiva. En los núcleos guipuzcoanos de Arrasate,
Pasaia, Bergara, Tolosa y Beasain se producen largas huelgas. La huelga general convocada en todo
el Estado por CNT y UGT resulta un éxito total en Bizkaia y Gipuzkoa.
En 1917 la subida de los precios alienta el malestar general. Por otra parte la pasividad de la
monarquía española, ante el bloqueo alemán de febrero, crea focos de protesta en el ejército y el mundo
político. La iniciativa de diputados catalanes, luego impulsada por la izquierda y el republicanismo
inician la creación de un Comité Revlucionario en Madrid. En Bizkaia el Sindicato Minero y el
Metalúrgico lanzaron un manifiesto revolucionario. Ante la alarma mediática y general el ministro
de la Gobernación suspendió las garantías constitucionales. La incidencia del gobierno creando
falsas plataformas negociadoras y la indecisión de las fuerzas políticas interclasistas (republicanos y
diputados catalanes) ante una posible huelga revolucionaria hicieron fracasar las movilizaciones en
España. En Bizkaia paró toda la cuenca minera así como en las grandes empresas y comercio de Bilbao.
El paro fue general en Beasain, Eibar, Pasaia y Errenteria. Los enfrentamientos con las fuerzas armadas
en Bizkaia causaron 320 detenciones y 12 muertos. Había intervenido el acorazado Alfonso XIII con
infantería y artillería. La huelga en Gipuzkoa y Bizkaia comezó el 13 y terminó el 20 de Agosto.
Es así como en un pais en que a finales de siglo se convierte junto con Cataluña en motores económicos
del Estado, con una izquierda política limitada organizativamente y dividida en su estrategia, y que
cuenta con un movimiento obrero fuerte en su conciencia de clase e independiene para superar los
oportunismos políticos en el partido obrero.
En las elecciones de 1918 por fin Indalecio Prieto logra ser diputado (el primero del PSOE) y lo
consigue en Alianza con la Liga Monarquica (eterno enemigo de clase) enarbolando la bandera del
españolismo contra el bizkaitarrismo. El ejemplo de Prieto fue seguido en algunos distritos electorales
de Gipuzkoa. En Ortuella se había pactado entre el PSOE y la Liga Monárquica, entregando la zona
minera a la derecha. Entre monarquicos y socialreformistas se inició un periodo de «paz social»
del que presumió Gregorio Balparda en el Parlamento de Madrid. Más tarde el dirigente socialista
Zuazagoitia escribía «En la Vizcaya de hoy (1920) no serían posibles las peleas brutales de hace
treinta años en las minas». En el Parlamento de Madrid Prieto se estrena con un discurso centrado en
atacar al nacionalismo vasco. Un editorial de la revista Euzkadi (18 de mayo de 1918) termina con «el
españolismo es en Euzkadi Indalecio Prieto. Él lo ha levantado sobre el pavés».
Las razones de Estado iniciaban el encuentro histórico entre el reformismo obrero y la oligarquía. La
realidad de hoy empezó entonces. Facundo Perezagua con el apoyo del Sindicato Minero y Oscar Perez
Solís no aceptaron, una vez más, las alianzas interclasistas que ya iniciaban un camino sin retorno. Se
había abierto una brecha que llegaría a la ruptura definitiva.
Las contradicciones en el socialismo español no alcanzaban el nivel europeo dado el escaso nivel
teórico y la neutralidad española en la guerra de 1914. La desviación reformista, teorizada desde
Bernstein en el socialismo europeo, no era ajena a un PSOE que, junto a su pobreza teórica, cuenta con
bases revolucionarias, con militantes críticos y jóvenes socialistas que ya en 1919 plantean frente a la
monarquía la instalación inmediata de una «Confederación de Repúblicas Socialistas Ibericas» a la vez
que hablan de «democracia popular». Pese al desconocimiento en aquellos momentos de la Revolución
rusa, surge entre la militancia un sector claramente enfrentado con las posiciones reformistas que
conducen la lucha por otro mundo al juego alternante dentro de las instituciones «mejorando» el
sistema desde adentro.
En 1919 se crea la III Internacional (Komintern) por iniciativa de Lenin agrupando a partidos
socialistas revolucionarios de distintos países, y con el objetivo de luchar por la supresión del sistema
capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado, la creación de la República Internacional
de los soviets, y la realización del socialismo, como primer paso hacia la sociedad comunista. Son
invitados partidos socialistas de todo el mundo, incluido el PSOE que no asistió. Era el proyecto
iniciado en 1915 en Zimmerwal (Suiza) en que las organizaciones revolucionarias que se habían
opuesto a la guerra iniciaron su alejamiento de la Internacional Socialista.
Asistieron los Partidos Comunistas de Rusia, Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Finlandia, Ucrania,
Letonia, Lituania, Bielorrusia, Estonia, Armenia, la Región del Volga; el Partido Social Democrático
de Izquierda de Suecia, representantes de la Conferencia de Zimmerwald, grupos comunistas checos,
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búlgaros, yugoslavos, británicos, franceses y suizos; socialdemócratas de los Países Bajos, el Partido
Socialista Laborista de América, la Liga de Propaganda Socialista de los Estados Unidos, el Partido
Socialista de los Trabajadores de China, la Unión de Trabajadores de Corea, y las Secciones del Buró
Central soviético correspondientes a Turquía, Azerbaiyán, Georgia, Persia y Turquestán, el Partido
Laborista Noruego y el Partido Socialista Italiano.
La Komintern fue todo un partido mundial, cuyas secciones en cada país aplicaban la estrategia
elaborada entre todos, aunque fuese el PCUS quien realmente decidía la estrategia internacional.
La posición dirigente desde el origen del partido soviético era evidente. La Internacional celebró su
Congreso fundacional en Leningrado (marzo de 1919). Se celebraron siete congresos. En el Segundo
Congreso (1920) se aprobaron los 21 puntos de la Internacional que marcaban el común denominador
para el ingreso. En el Tercer Congreso (1921) se estableció la linea de «frente unico» (de clase) con los
sectores reformistas. En el Cuarto Congreso se desarrolla la estrategia de autodeterminación frente a
imperios coloniales En el Quinto (1928 )se formalizó la hegemonía del PCUS dentro de la internacional
y en el Sexto Congreso (1928) se asumió la política de «clase contra clase». En el Séptimo Congreso
(1935) se inició la ampliación de alianzas frente al fascismo junto a sectores progresista con la política
de «frente popular». El 15 de Mayo de 1943 se disolvió la Internacional propiciando la formación de
partidos comunistas nacionales.
La dirección española del PSOE se reafirma junto con Pablo Iglesias en la vieja organización
reformista. La delegación de la Komintern que llega a Madrid integrada por el soviético Borodin, el
hindú Roy y el mexicano Ramírez se entrevistan separadamente con miltantes de la izquierda socialista
y con las juventudes socialistas que a partir de abril del 1920 se organizan como Partido Comunista
Español en asamblea mayoritaria. El minoritario sector que permanecerá en la Internacional socialista
abandona la asmblea. El nuevo Partido Comunista Español es admitido en la III Internacional.
Posteriormente en el Congreso de Federaciones de Juventudes Socialistas apoyan las 21 condiciones
de la Komintern, 3.344 votos frente a 349. El periódico La Antorcha nacido con el grupo inicial de
terceristas de «Escuela Nueva», se convierte en el órgano oficial de los comunistas.
Para sectores de la CNT la III Internacional suponía una recuperación del espíritu revolucionario de
la AIT. «El Estado y la Revolución de Lenin era un puente entre el boltxevismo y el anarquismo» para
Maurin. Pestaña que simpatizaba con la Revolución rusa temía la hegemonía del Partido Comunista.
Tras la organización en el Congreso Sindical de Bilbao de los Comités Obreros Revolucionarios
(comunistas-sindicalistas) Nin junto a otros camaradas, dirigentes del naciente comunismo catalan y
fundadores de «La Batalla» representó a CNT en el Congreso de la Internacional Sindical Roja (Moscú
1921) . Posteriormente fue expulsado junto con Maurín de la CNT.
En 1920 la agrupación socialista de Somorrostro se constituyó en agrupación comunista. Aquel mismo
año se formó el «Comité provincial de Vizcaya».
1921 Congreso extraordinario del PSOE, la ruptura.
Tras la respuesta a una carta dirigida por Giner de los Rios y Anguiano en nombre del PSOE a la
Komintern preguntando: ¿Qué camaradas deben componer la organización ilegal? ¿Quien la elige?
¿Por quien es elegido el Comité de dirección y ante quien responde? ¿Cuál debe ser la relación entre
las organizaciones legales e ilegales?
La Komintern responde en diciembre de 1920 explicando las razones de seguridad de la organización
para desarrollar la política revolucionaria en todos los medios. Que la organización ilegal es una
parte de la organización del conjunto y por tanto subordinada al Cómité Central. Las condiciones de
seguridad determinarían la proporción, volumen y métodos de la organización ilegal que incluso puede
incluir al Comité Central. Se explican el centralismo democrático como método de funcionamiento
basado en la participación total en el debate y crítica y en la obligación de la «unidad de acción» tras
la decisión mayoritaria. Finalmente se hace un llamamiento a los militantes españoles para sacar a sus
jefes socialistas de sus vacilaciones.
La mayoria en la dirección del PSOE se posicionó junto a Iglesias contra la Komintern.
La argumentación continuista de Pablo Iglesias y sus seguidores se centra, en un Partido Socialita único
en el Estado que represente a toda la clase trabajadora y en oponer «reformismo» («como dice Moscú»)
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Prehistoria del
movimiento obrero vasco
a la acción violenta contra el poder burgués. Además no era momento para propagar la revolución,
afirmaría Marcelino Domingo.
Se decide mantener la «autonomía del PSOE» y se denuncia el intentote convertir el partido en «secta»
y el socialismo en «dogma» con menosprecio de la libertad.
Dada la crítica situación interna se convoca el Congreso extraordinario (9/04/1921) cuyo esquema de
debate se centra en tres preguntas
1. ¿Acuerda el partido la adhesión a la III internacioanal tras la aprobaciónde las 21 condiciones?
2. En caso negativo ¿Acuerda sumar su acción a la de los reconstructores?
3. Si se rechazasen las anteriores soluciones ¿Qué actitud debe tomar el partido?
Los comunistas que han decidido permanecer en el partido socialista para dar la batalla se agrupan en
torno a Perezagua, Acevedo, García Cortés, Virginia González, y Núñez Arenas, Anguiano y Pérez
Solís verán llegado su momento en el Congreso . Fueron decisivas las intervenciones de Pérez Solís
por Bizkaia Y Acevedo por Asturias. La tesis reformista antitercerista recibió el apoyo de 8.808 votos.
Los comunistas sumaron 6.025. Se habían posicionado como comunistas las delegaciones de Bilbao,
Begoña, Sestao, Valmaseda, Gallarta, Ortuella, Baracaldo, Deusto, Eibar, Irun junto con los sectores
agrupados de Madrid, Asturias, Cataluña, Marsella, Mallorca y Motril que posteriormente reunidos
en los locales de «Escuela Nueva» se constituyeron en PCOE.(Partido Comunista Obrero Español).
El verano de 1921 asistieron al Tercer Congreso de la Internacional el joven PCE y el PCOE que se
fusionaron en noviembre de 1921 . El primer congreso de la sección española de la Komintern se
celebró en marzo de 1922. No pararon de hacerse las críticas de «centrismo» (Moscú) frente a los
veteranos del PCOE por parte de los procedentes de las juventudes. Los dos bastiones militantes de
aquel comunismo inicial se localizan en Sindicato Minero de Bizkaia (fundamentalmente Bilbao),
Asturias. La mayoría de los primeros 4.500 militantes iniciales se reparten Asturias y Bizkaia.
Orígenes del comunismo vasco y nueva fase
en el movimiento obrero vasco
La recién fundada agrupación comunista de Bilbao empezaba con 500 militantes. En Eibar los
socialistas cayeron de 173 a 40 militantes, al igual que sucedió con las juventudes socialistas de
Donostia y Pasaia. Escribe P. Solís sobre la mayoría de juventud en las agrupaciones comunistas
reseñando el ambiente de desbordamiento que pudiera suponer la nueva marea comunista. El joven
José Bullejos alcanza la secretria del Sindicato Minero a sus 21 años y Leandro Carro será el nuevo
secretario del Sindicato Metalúrgico. Y aunque la UGT había decidido por amplia mayoría permanecer
en la Internacional Sindical Socialista; los comunistas aconsejados por la Komintern no rompieron
la unidad del sindicato como ocurrió con el Sindicato Minero de Bizkaia aunque la sede pasó de La
Arboleda a Gallarta, la relación de militancia en la zona minera era favorable a los comunistas a finales
de 1921. El verano del 21 conoció la primera huelga obrera que fue convocada por los comunistas,
sin consultar con UGT y apoyados por sectores sindicalistas y nacionalistas radicales fue contra la
guerra de Marruecos. Paró Bilbao y fueron detenidos Perezagua, P. Solís y Leandro Carro. La Casa del
Pueblo de Bilbao estaba en manos de los comunistas y el Sindicato Minero seguía siendo el bastión
de los primeros tiempos de Perezagua. En las elecciones de 1921 se abstuvieron.
La crisis económica iniciada a principios de 1921 comenzó con el cierre de algunas minas en Sopuerta.
Otras explotaciones rebajaron el trabajo a tres dias laborales. La produción mineral de hierro desciende
el 50% en un año. Pronto se inició la crisis industrial. Papelera Española en Arrigorriaga, Tolosa,
Errenteria y Aranguren introdujo los tres dias de trabajo y así fue en las papeleras de Tolosa y Hernani.
La zona armera de Eibar, Placencia y Eibar entró en la resaca consecuencia del fin de la guerra mundial
y finalmente, en Bizkaia, Basconia inició los recortes de jornada y en Baracaldo y Sestao (Aurrera, e
Iberia) astilleros La Naval. Cerró Luchana Minning en 1922. El número de trabajadores metalúrgicos
desciende entre 1920 y 1922 en un 40%. Se mantuvo Altos Hornos. La construcción naval en la ría
desciende en un 30%.
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Prehistoria del
movimiento obrero vasco
La actitud de la patronal es iniciar drásticamente la rebaja en los salarios. Leandro Carro, secretario del
Sindicato Metalúrgico, responde «Ni aumento de jornada ni rebaja de salario». Asumen la consigna
el Sindicato Minero de Bizkaia y el Sindicato Papelero Vasco-Navarro (negoció finalmente). En
esta situación, comunistas y sindicalistas preparan la huelga que desde su inicio es boicoteada por
socialistas. La propuesta de «frente único» efectuada por Bullejos fue rechazada por los socialistas.
Las relaciones entre los dos partidos obreros podían estallar violentamente.
El 3 de abril 1922 la patronal anunció la rebaja de salarios a partir del dia 10. Mientras los socialistas
iniciaban conversaciones con la patronal, los comunistas llamaban a la huelga. En el mitin del 9 de
Abril en Gallarta, tras un enfrentamiento violento entre socialistas y comunistas cayeron muertos en
el tiroteo tres socialistas y cayeron heridos cinco trabajadores más el líder minero y futuro Secretario
General del Sindicato Minero, José Bullejos, que termina el mitin herido de bala y pistola en mano.
El 11 de Abril en similar suceso fueron heridos en un tiroteo otros dos socialistas que junto con
militantes de su partido boicoteaban una reunión comunista en La Arboleda, en donde los socialistas
eran mayoritarios. El intento de extender la huelga por toda Bizkaia fue un fracaso. La división en el
movimiento obrero estaba pasando factura.
El 15 de mayo ante la rebaja de un 20% en los salarios responde el Sindicato Metalúrgico,
controlado por los comunistas, convocando la huelga en toda la siderurgia. 20.000 metalúrgicos
pararon disciplinadamente durante 75 dias. Finalmente la intervención parlamentaria de Indalecio
Prieto intervino como mediador entre trabajadores y patronal. El Instituto de Reformas Sociales
logró una propuesta de reducir al 10% la rebaja salarial. Los socialistas, con apoyo del gobernador,
propusieron votación secreta que fue unanimemente rechazada en Asamblea. La patronal fracasó
abriendo las fábricas de nuevo. Ante el fracaso relativo de la asamblea del 18 de julio en que los
trabajadores necesitados de reiniciar el trabajo propusieron una votación secreta, pese a rechazar la
propuesta de la comisión negociadora; se reinició la negociación y el 23 de julio en Barakaldo la nueva
comisión elegida aceptó las posiciones de los socialistas. Acabó aceptandose una reducción del 8%.
La breve experiencia del primer año de la organización comunista marca la diferencia cualitativa
con el oportunismo final de los socialistas que desde largo tiempo atrincherados en sus esquemas
organizativos de movilización económica y cerrada inicia el descenso hacia el posibilismo
institucional. La nueva veta comunista abrirá nuevos frentes ideológicos, organizativos y políticos que
inician la ilusión por un mundo diferente.
Convergencias con CNT y con el primer
nacionalismo radical
A partir de 1922 la UGT en Congreso Nacional de Madrid decide expulsar a los sindicatos
dominados por los comunistas. Se produce la aproximación entre comunistas y la CNT. Los sindicatos
metalúrgicos de Bilbao, Ortuella y Leioa así como la Federación de Sociedades Obreras de Donosti
ingresan en CNT aunque, confiesa P.Solís, no logran controlar el sindicato.
Fue resultado de aquellas convergencias la organización de aquellos «grupos sindicales
revolucionario» que se integraron en comités dentro de las Sociedades obreras en Congreso
Sindicalista de Bilbao, en diciembre de 1922, y que designan a Nin como representante en
Internacional Sindical Roja asociada al Komintern.
En Bizkaia los comunistas no logran exitos sindicales, ante un movimiento obrero dividido y con el
enemigo socialista marcando sombra. A partir del fracaso de la convocatoria del Sindicato Minero de
Bilbao en julio y desde finales del 22 se abre la perspectiva de la «acción directa» como método. La
chispa se da con el conflicto de los tranvías de Bilbao y tras la huelga realizada en las zonas mineras
y metalúrgicas en solidaridad con los procesados por la muerte del gerente de Altos Hornos. Tras la
expulsión de 247 tranviarios por ejecutar la huelga se prosigue la lucha y se ejecuta a esquiroles que
sustituyen a los expulsados. La responsabilidad atribuida, sin pruebas, a los comunistas. Los socialistas
habían fracasado en su reformismo, pero la clase trabajadora no asume dar otro paso adelante en la
lucha, en parte frenados por la propaganda socialista que completa los efectos de la persecución policial
contra el nuevo partido obrero.
8
Prehistoria del
movimiento obrero vasco
Resulta esclarecedor el relato de Julian Gorkin en su huida a Francia, escapando de la policía, explica
la buena relación entre nacionalistas (imagino que del Partido y no de Comunión) y comunistas. Era el
alcalde nacionalista de Erandio – amigo de Pérez Solís- quien le facilitó un nueva documentación y el
traslado a Burdeos. Explica Gorkin que lo que unía a los comunistas con los sabinianos era su profundo
rechazo hacia los socialistas y la estrategia de autodeterminación ejercida por comunistas vascos.
En 1923 con motivo de una huelga general (1923) convocada por el Sindicato de Mineros de Vizcaya
numerosas fuerzas de la Guardia Civil y policía asaltaron la Casa del Pueblo bilbaína (comunista).
Tomaron el local disparando y capturaron a 40 militantes que allí estaban. Puestos contra la pared,
sufrieron una descarga por la espalda. Murieron dos militantes y, entre otros, quedó herido de bala el
entonces Secretario General del partido Perez Solís.
El Gobierno Civil explicó los hechos por la resistencia de un fugitivo armado refugiado en el local y
protegido con violencia contra las fuerzas armadas.
La versión de los comunistas detenidos en la prisión de Larrínaga la publicó Aberri periódico dirigido
por Eli Gallastegi, líder del sector radical del nacionalismo vasco y que inicia la aproximación con los
luchadores comunistas. Aquella relación que se reforzó con unidades de acción entre ambas fuerzas
tiene influencia recíproca en el terreno ideológico. Aún no se conocían en Bizkaia las tesis de Maurín
sobre la necesidad de la lucha emancipadora de las «nacionalidades» para destruir el aparato estatal
de la burguesía, fundamentada en la fase proletaria de la liberación nacional, y que fueron publicadas
más tarde en La Batalla.
Ya en 1921 en un documento de la agrupación comunista de Las Encartaciones evocaba, como ejemplo,
la lucha conjunta de nacionalistas y comunistas contra el zarismo ruso.
Jesus Larrañaga, histórico fundador y dirigente del «Partido Comunista de Euzkadi», explicará años
después el inicio de las relaciones entre nacionalistas radicales y comunistas: «Se celebró en Bilbao
un Congreso de las Juventudes Vascas al que yo asistí representando a cinco organizaciones juveniles
de Guipúzcoa y en este Congreso se acordó organizar la lucha armada contra el imperialismo
español, ponerse al habla con los comunistas de Vizcaya, que empezaban a contar grandes simpatías
entre nosotros por haberse declarado partidarios del derecho de Vasconia a su independencia y que
presentaban la revolución rusa resolviendo el problema de las nacionalidades».
En 1924 Pérez Solís encabezaba el Comité Central de la Sección española de la Internacional,
junto con Maurín y otros camaradas. Es detenido y encarcelado en Barcelona mientras discutía la
organización de un atentado contra el dictador Primo de Rivera. Cuando años más tarde salga de
la cárcel Modelo, será otro hombre. Será José Bullejos el antiguo secretario del Sindicato Minero
de Bizkaia, el hombre propuesto por la Komintern para reconstruir la organización de un partido
agujereado por la persecución policial y las detenciones. Organiza un ejecutivo integrado por él, Ibáñez
y Nin, de breve duración. Son momentos en que la Komintern dirigida por Bujarin inicia un proceso
de bolchevización. Nin será expulsado de la Komintern en 1926. Bullejos será secretario General del
partido hasta 1932. Es destituido junto a sus compañeros del Comité Central: Etelvino Vega, León
Trilla y Manuel Adame en que fue sustituido por el antiguo cenetista José Diaz.
Tres cuestiones merecen un análisis especial:
1. El intercambio ideológico entre anarquistas y comunistas que se produce a partir de los años
veinte con acciones conjuntas e incluso en organizaciones sindicales como CNT y que dan con
una militancia cualificada (Maurin, Nin, Adame, Vega, Mitje, José Diaz…). La revolución suma
superando en su avance viejas cáscaras.
2. La conexión práctica con miltancia nacionalista que iniciará una sensibilidad nacional no teorizada
hasta los años treinta en que se desarrolla teórica y prácticamente una política nacional vasca. No en
vano resulta pedagógico encontrar a la oligarquía y al reformismo obreros por razones de Estado.
3. La violencia de la clase trabajadora aumenta cualitativamente, pasada la fase de lucha económica,
con la aparición de los comunistas que, pese a su inesperiencia, inician una lucha revolucionaria
en nuevos frentes, superando con un proyecto estratégico la vieja lucha económica. Más allá del
patrón están la oligarquía y su Estado.
9
Prehistoria del
movimiento obrero vasco
A fines de 1926 tras el VII Pleno Ampliado de la Komintern iniciandose un deslizamiento hacia la
derecha. Posteriormente se celebra iniciado 1927 en un caserío de Durango una reunión con el delegado
del Komintern, el polaco Valetzki, que llega con instrucciones de ablandar a los rebeldes; asisten por
Bizkaia, Arraras, Méndez y Jesús Hernández que traducen las consignas de no colaboración con la
penetración en los nuevos sectores sindicalistas y nacionalistas con la consigna de huelga general en
las zonas de implantación comunista. Caen detenidos Trilla, Adame y Arrarás y desaparece el antiguo
órgano de prensa del partido La Antorcha.
Tras la caída de Primo de Rivera Bullejos organiza en Durango la «Conferencia de Pamplona» en
la que entra a formar parte en Comité Central Dolores Ibarruri. Se debate y se critican actuaciones
de la Komintern. Se acusa a Bullejos y Trilla (hombres fuertes) de aplicar métodos autoritarios, de
identificar la crisis de Estado (la monarquía) con crisis del sistema y se excluye la etapa burguesa de la
revolución. Se lanza un programa mínimo de «reparto de tierras, expropiación de grandes propiedades
y bienes eclesiásticos, disolución de la guardia civil y policía, depuración del ejército, subsidio a los
obreros parados, aumento general de salarios y Gobierno Obrero y Campesino». Y se plantea luchar
por la unidad sindical entre CNT y UGT. La crítica hecha desde la Internacional es de izquierdismo
e inmadurez de algunos análisis. La Conferencia propone Madrid como nueva sede de la Oficina
política que constituyen: Bullejos, Arrarás, Trilla, Vega y Jesús Hernández. Todos ellos serán malditos
después de 1939. Por otra parte y unilateralmente la Komintern decide que el Partido Comunista debía
intervenir en la lucha electoral.
En 1928 se celebra el Sexto Congreso de la Komintern con la nueva línea oficial de «clase contra
clase» se inicia una fase nueva . En 1929, Bujarin es dimitido y será sustituido más tarde por el búlgaro
Dimitrov que junto con Manuilski dirigirán el komintern hasta su disolución.
Los comunistas vascos no alcanzaron en sus primeros diez años el desarrollo de un partido de masas,
aunque su fuerte militancia consiguió la ruptura con el reformismo socialdemócrata de un fuerte sector
del movimiento obrero e iniciar un cambio de rumbo en la lucha obrera abriendo nuevos horizontes
en la lucha política y procesos de unidad con nuevos sectores de la clase trabajadora. La intuición
revolucionaria suplió la deficiencia teórica de una militancia que supo crear la fundamentación de un
futuro proceso de construcción revolucionaria de Euskal Herria. Fueron los militantes incorporados
al final de esta primera década – los Larrañaga, Aranaga, Astigarrabia, Carro, Urondo, Uriarte,
Errandonea, Uribe…. quienes iniciaron la construcción de un Partido Nacional para una construcción
nacional. El final de Komintern fue una oportunidad perdida para los comunistas vascos que sufrieron
la desaparición de su proyecto frente a nuevos liquidacionismos. Al final de los años sesenta se inician
(la realidad es terca ) los primeros pasos de un «marxismo vasco».
Jon Kerejeta
Marzo de 2015
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