DEPOSITO RUMAGRAF PLATAFORMA.ai

Anuncio
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Envío
A ti, fiel camarada, que padeces
el cerco de olvido atormentado;
a ti que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces:
te envío mi dolor. Si desfalleces
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado:
bebamos juntos en las mismas heces.
En tu propio solar, quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero, allí donde estés, cree y espera.
El cielo es limpio y en sus bordes liba
claros vinos del alba, primavera.
Pon arriba tus ojos, siempre arriba.
Octubre de 1946, Angel María Pascual
Dedicatoria: a todos los españoles en la memoria de José Antonio Primo de Rivera
A la inmensa mayoría de nuestros compatriotas que aún hoy, ¡después de más de setenta y cuatro
años!, persisten en juzgar lo que José Antonio Primo de Rivera -ayer manipulado y ahora proscritointentó que fuese su enérgico propósito de resurgimiento nacional sin haberse procurado ni aceptado la más mínima información. Para que, abriéndosele una brecha de serena atención entre la saña de
unos y la antipatía de otros, salvada su memoria y restituída la verdad histórica sobre su vida, pensamiento y obra, quede recuperada su figura para el patrimonio cívico y patriótico común de todos
los españoles. Y, así, más allá de partidistas banderías políticas en confrontación fratricida, su idea de
España, plural, sí; pero también una, contribuya a resistir el acoso cada vez más creciente de la subversión separatista. Y, también, para que quede ofrecido a todos aquellos jóvenes cuyo proyecto de realización personal no se autolimite en un horizonte de egoísta codicia, como ejemplo sugestivo, paradigma y arquetipo, para toda esforzada y limpia ambición de mérito y excelencia. Y, con todo ello, se
cumpla su última voluntad: que no haya nunca más sangre española derramada en discordias civiles.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sót. pta. 5 28003 Madrid Apdo. postal 13.069 28080 Madrid
Tlf.: 91 5354245 Fax: 91 5362434 e-mail: [email protected] - www.plataforma2003.org
Rumagraf, S.A., acabó de imprimir ¿Qué es
Plataforma 2003? bajo la protección del Ángel
Custodio de José Antonio Primo de Rivera, el 9
de febrero de 2010, LXXVI aniversario del
asesinato de Matías Montero Rodríguez de
Trujillo, primer Caído del S.E.U y de Falange
Española.
LAUS DEO
© Plataforma 2003
Impresión: Rumagraf S.A.
Avda. Pedro Diéz 25
28019 Madrid
Depósito Legal: M-9762-2010
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n una ocasión escribí que José Antonio Primo de
Rivera era el “fascista favorito de todo el mundo”,
incluso entre los antifascistas. Con la posible excepción del culto a Mussolini en Italia, no se puede
encontrar en el siglo XX ningún otro caso de fervor
tan constante por un líder fascista nacional. La manifestación más espectacular de este fervor es la efusión
de actividades y nuevas publicaciones propiciada por
Plataforma 2003, una asociación fundada por admiradores de José Antonio para conmemorar el centenario de su nacimiento, sufragada por ellos mismos.
E
Casi todos los testimonios coinciden en señalar que,
en el trato personal, José Antonio era una persona
inteligente, educada, encantadora y totalmente seductora. Era el diputado más conocido de las acaloradas
Cortes republicanas. Ningún otro caía tan bien, incluso a sus adversarios políticos, y esto en el caso de una
persona ideológicamente dedicada al antiparlamentarismo.
Stanley G. Payne , España , una historia
única ,Ed. Temas de hoy, 3ª ed, Madrid,
febrero 2009, p. 311.
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Índice:
Págs.
A. Señas de identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
B. Libros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
C. Centro de Documentación . . . . . . . . . . . . . . .49
D. Programa editorial 2010 . . . . . . . . . . . . . . . . .68
E. Láminas del Centenario . . . . . . . . . . . . . . . . .71
F. Fonoteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99
G. Filmoteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110
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Págs.
A. Señas de identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
B. Libros: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
1. Biblioteca del Centenario . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
2. Testimonios y Vivencias . . . . . . . . . . . . . . . . . .23
3. La Polar es lo que Importa . . . . . . . . . . . . . . . .27
4. Colección Mi Mochila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30
5. Biblioteca Guerra Civil . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
Serie I: Asilo diplomático . . . . . . . . . . . . . . . . .31
6. Sección Femenina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33
7. La Ballena Alegre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .37
8. Generaciones y Semblanzas . . . . . . . . . . . . . . .41
Serie I: Las dos Españas . . . . . . . . . . . . . . . . . .41
Serie II: Semblanzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
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DE IDENTIDAD
NUESTRAS SEÑAS
Asociación
Plataforma 2003
PRIMER “LIBRO AZUL” (abril, 2001)
AGOTADO
Programa 2001-2002
PLATAFORMA 2003
Los veinticinco fundadores que, el 4 de febrero de 1999, decidieron constituirse en plataforma,
tuvieron la visión de que sólo desde la sociedad civil, y sin afán partidista alguno, se podría promover la conmemoración, el 24 de abril de 2003, del Centenario del nacimiento de José Antonio
Primo de Rivera, más allá de cualquier tentación de operación política y como una alta tarea
moral de restitución histórica del fundador de Falange Española al patrimonio común de todos
los españoles. Y así quedó constituida Plataforma 2003 como Asociación cívico-cultural al
suscribirse su acta fundacional el 29 de octubre de 1999. Su I Asamblea General se celebró el 3
de diciembre de 2000, publicándose este “Libro Azul” por acuerdo de su Junta de Gobierno de 29
de marzo de 2001. SUMARIO: 1. Finalidad. 2. Asociados. 3. Gobierno y Dirección de la
Asociación. 4. Preparación del Centenario. 5. Estudios. 6. Cursos y Conferencias. 7. Congresos.
8. Documentación. 9. Ediciones. 10. Difusión. Anexos: Estatutos. Socios fundadores.
1
165 X 240 mm., 136 pp.
SEGUNDO “LIBRO AZUL” (julio, 2001)
AGOTADO
PLATAFORMA 2003
Agotadas las tres ediciones del “Programa 2001-2003”, se procedió a elaborar un folleto más
breve, también denominado “Libro Azul”. SUMARIO: 1. Finalidad de Plataforma 2003: 1.1.
Fines. 1.2. Motivación. 1.3. Políticas. 1.4. Propósitos. 1.5. Legado. 1.6. Objetivos. 2. Asociados a
Plataforma 2003: 2.1. Requisitos para ser Asociado. 2.2. Derechos y Deberes del Asociado. 2.3.
Clases de Asociados. 2.4. Aportaciones económicas. 2.5. Modalidades de desembolso. 2.6. Normas
sobre todo pago. 2.7. Como darse de alta en la Asociación. 2.8. Cuadro de cuotas. 3. Gobierno y
Dirección de la Asociación: 3.1. Asamblea General. 3.2. Junta de Gobierno. 3.3. Auditor interno.
3.4. Sección provincial de Madrid. 3.5. Sección provincial de Barcelona. 3.6. Mesa Nacional del
Centenario. 3.7. Consejo de Expertos. 3.8. Comisión Ejecutiva y Portavoz. 3.9. Ningún cargo está
retribuído. 4. Preparación del Centenario: 4.1. Secciones nacionales. 4.2. Participación:
Comisiones, Ponencias, y Grupos de trabajo. 4.3. Comisiones. 4.4. Áreas de coordinación. 4.5.
Junta Nacional. 4.6. Sección española. 4.7. Estructura territorial. 4.8. Actividades de convivencia
4.9. Programa 2001-2002. 5. Estatutos. 6. Socios fundadores (relación nominal).
2
165 X 240 mm., 56 pp.
CATÁLOGO INVIERNO 2003-2004
DIFUSIÓN GRATUÍTA
MADRID-BARCELONA, 2 DE ENERO DE 2004
PLATAFORMA 2003
Aceptada la participación de Plataforma 2003 en la Feria del Libro de Madrid, este catálogo se
confeccionó para difundir nuestro fondo editorial y las novedades programadas. También para
conocimiento de profesores, libreros, bibliotecarios y profesionales de los medios de comunicación. El catálogo estaba dedicado a la inmensa mayoría de nuestros compatriotas que, aún hoy,
¡después de casi 75 años! persisten en juzgar a José Antonio, -ayer manipulado y ahora proscrito-, sin haberse procurado ni aceptado la más mínima información. Y, todo ello, para que,
abriéndose una brecha de serena atención entre la saña de unos y la antipatía de otros, - salvada
así su memoria y restituida la verdad histórica sobre su vida, pensamiento y obra-, quede recuperada su figura para el patrimonio común de todos los españoles. SUMARIO: 1. Biblioteca
del Centenario. 2. Colección Mi Mochila. 3. Láminas. 4. Fonoteca. 5. Filmoteca. 6.
Distribuidora. 7. Librería. 8. Bazar Azul. 9. Red de librerías colaboradoras. 10. Menú principal
de la página web de Plataforma 2003.
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210 X 300 mm., 72 pp.
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NUESTRAS SEÑAS DE IDENTIDAD, 2
MEMORIA GENERAL DEL CENTENARIO
MADRID, 27 DE MARZO DE 2004
IV ASAMBLEA GENERAL
DIFUSIÓN GRATUÍTA
Esta IV Asamblea, aprobó la Memoria General resumen de todo el Centenario. ÍNDICE: 1.
Antecedentes. 2. Año 2000: empieza la cotización para el Centenario. I Asamblea General: 3 de
diciembre de 2000. 3. Año 2001: sede social e infraestructura administrativa. 4. Año 2002:
Preparación del Centenario. II Asamblea: 16 de marzo de 2002. 5. Año 2003. Conmemoración
del Centenario. III Asamblea: 15 de febrero de 2003. Ciclo de conferencias en Barcelona y Gijón.
24 de abril en Madrid: Misa en la Iglesia de Santa Bárbara y corona de laurel en su casa natal. 27
de abril: acto en el Palacio de Congresos de Madrid en el que son presentados siete libros publicados en la colección Biblioteca del Centenario. Actos en Albacete, Barcelona, Gerona,
Zaragoza, Valencia, Palma de Mallorca, Sevilla, Málaga, León, Cádiz y Ávila. También en
Buenos Aires, Bellavista y Córdoba (Argentina) y en Santiago (Chile). 29 y 30 de noviembre:
Congreso Internacional. 6. Conclusión. Cuentas globales del Centenario. Relacion de Asociados.
4
210 X 300 mm., 76 pp.
VÍA CRUCIS DE ESPAÑA
19 marzo - 1º abril 2005
JAIME SUÁREZ
EN VENTA
Con motivo de la retirada de las estatuas y lápidas dedicadas a Franco y José Antonio, en ejecución de la sectaria Ley de la Memoria Histórica, aprobada por los socialistas y separatistas, y
ante la mayor indiferencia de la opinión pública, carente de reacción ante la cainita apertura de
la división de las dos Españas, Plataforma 2003 publicó este opúsculo de nuestro Secretario
General y Portavoz con las siguientes catorce estaciones: I. Una infamia. II. Doble infamia. III.
También el PP: Santander. IV. Zaragoza: Honor o disciplina. V. ¿Que pasará con el Valle de los
Caídos? VI. El silencio del Rey. VII. España, he aquí lo prohibido. VIII. ¡No es esto, no es esto!
IX. Se abre otro periodo constituyente. X. Fracaso del Estado de las Autonomías. XI. Esto es lo
que afirmamos. XII. Esto es lo que queremos. XIII. La unidad, condición necesaria. XIV. Creo
en la resurrección de España. Conclusión: Que cada uno cumpla con su deber. Oración al Ángel
Custodio de José Antonio. Elegía, por Marcelo Arroita-Jáuregui. Envío, por Ángel María
Pascual.
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148 X 210 mm., 20 pp., 2 €
¿QUÉ ES PLATAFORMA 2003?
¡¡¡NOVEDAD!!!
Por qué y para qué somos lo que somos
JAIME SUÁREZ
En estas páginas se intenta explicar qué es Plataforma 2003 y qué pretende. También qué no
es y que no se propone. Y, en ellas, queda patente y demostrada la necesidad de estar presente
esta Asociación en el inmediato debate sobre la suerte futura del proceso en marcha de una
segunda Transición. Su cancelación o, por el contrario su mayor radicalización aún, si cabe.
SUMARIO: Nota previa. I. ¿Qué es Plataforma 2003? II. ¿Qué pretende? III. ¿Cómo lo pretende? IV. Qué no es, ni se propone, Plataforma 2003. V. La recuperación histórica de José
Antonio y sus Obras Completas, en la Edición del Centenario por Plataforma 2003. VI. Diez
años al servicio de España. VII. Conclusiones.VIII. Anexos: 1.- Acta fundacional de la
Asociación cívico-cultural Plataforma 2003: 29 de octubre de 1999 2.- Estatutos sociales
vigentes, según la IV Asamblea General extraordinaria, de 27 de marzo de 2004, que decidió
la continuación y duración indefinida de Plataforma 2003, como asociación, editorial, fonoteca filmoteca y librería. 3.- Declaración de la V Asamblea General de 12 de marzo de 2005.
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210 X 300 mm., 15 €
DIEZ AÑOS DE SERVICIO A ESPAÑA
DIFUSIÓN GRATUÍTA
Memoria General 1999-2009
MADRID, MARZO, 2010. X ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA
El 29 de octubre de 2009 se cumplieron diez años de la fundación de Plataforma 2003. Y a la X
Asamblea General, a celebrar en marzo de 2010, corresponderá aprobar las cuentas sociales del
ejercicio 2009, con lo que culminará la censura y aprobación de la gestión social de estos diez
primeros años. Procederá, entonces, publicar una Memoria General que resuma toda la tarea
realizada por Plataforma 2003 desde su origen, agregando los datos correspondientes a los años
2004 a 2009 a la Memoria General del Centenario, aprobada en 27 de marzo de 2004, que contenía los datos referentes a los años 2000 a 2003. A ello habrá que agregar el proyecto de futuro
sobre el que deberá deliberar, y aprobar, en su caso si procede, la misma X Asamblea
General.Todo ello en cuanto se refiere a la finalidad y propósito de Plataforma 2003, a sus
medios y actividades, a realizar a través de sus unidades empresariales: Editorial, Librería,
Distribuidora, Fonoteca, Filmoteca y Bazar. De todas y cada una de ellas habrá que dar razón de
su pasado, presente y proyecto de futuro.
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DEFINICIÓN ACTUALIZADA DE LAS SEÑAS DE IDENTIDAD DE PLATAFORMA 2003
¡¡¡NOVEDAD!!!
¿QUÉ ES PLATAFORMA 2003?
Por qué y para qué somos lo que somos
Jaime Suárez
uestra realidad editorial ya ha hecho posible el conocimiento exhaustivo y la lectura directa de los escritos y
discursos de José Antonio Primo de Rivera, tal y como él los
escribió y dijo. De tal forma que todos los hombres y mujeres
de buena voluntad pueden conocer ahora su auténtico autoretrato intelectual y su, todavía inédito, proyecto total para
España. Todo ello, glosado, comentado e interpretado, a la
altura de nuestro tiempo, sin apologías ni hagiografías. El
propósito es reafirmar la primacía absoluta de lo espiritual,
base y fundamento de toda exigencia de libertad, dignidad e
integridad de la persona, para cuya plena realización, en un
mundo más justo de igualdad de oportunidades, él reclamó una
cultura del esfuerzo, mérito, servicio y ambición de excelencia.
El logro de la recuperación eficaz de José Antonio significaría
que, más allá de partidistas banderías políticas, quedara
actualizada y vigente su idea de la suprema realidad irrevocable de España, -plural, sí; pero, sobre todo, una-, como patria
común e indivisible de todos, contribuyendo, así, al necesario
rearme patriótico, que nos devolviera el noble orgullo y la alegría de ser españoles. Pretendemos, así, que los jóvenes puedan conocer al verdadero José Antonio y encontrar en él un
ejemplo sugestivo que les pueda servir de arquetipo.
N
POR QUÉ Y PARA QUÉ EN PLATAFORMA 2003 SOMOS LO QUE SOMOS
n estas páginas intentamos explicar qué es Plataforma
2003 y qué pretende. También qué no es y qué no se
propone. Y, en ellas, queda patente y demostrada nuestra
necesidad de estar presentes en el inmediato debate sobre
la suerte futura del proceso en marcha de una segunda
Transición; su cancelación o, por el contrario, su, más que
probable, mayor radicalización aún, si cabe. Sea lo que
fuere, Plataforma 2003 ha reafirmado su propósito de participar de lleno en la necesaria movilización social, a nivel
ciudadano, para una rectificación (¡No es esto, no es esto!)
de esta II Restauración, mediante la imprescindible reforma de la Constitución de 1978 para conseguir el rearme
soberanista y competencial del Estado y la regeneración
democrática de España (reforma de la Ley Electoral, etc.).
Como así lo decidió nuestra VIII Asamblea General, celebrada el 29 de marzo de 2008, Plataforma 2003 inició,
entonces, una nueva andadura, siempre bajo la ejecutoria
de nuestra filiación joseantoniana. Y ello, con la intención
de sumar, así, nuestra voz limpia y clara a todas las que,
también, tengan este propósito común de servicio a
España. Fue posible iniciar esta nueva etapa porque
Plataforma 2003 dio ya por culminado su propósito de
recuperación histórica de José Antonio con la publicación
de sus Obras Completas en nuestra Edición del
Centenario, a añadir a los otros 19 libros ya publicados en
la misma colección de la Biblioteca del Centenario, y a los
E
doce libros programados, cuya edición fue aprobada por la
misma VIII Asamblea. Pero esta recuperación de José
Antonio, previa su rehabilitación, no es suficiente: es condición necesaria, además, la actualización permanente de su
ideario: es decir, del programa del movimiento político concreto que él fundó. Esta es la parte más difícil, y seguramente la más discutible, de la operación en curso de rescate del
pensamiento y obra de José Antonio hasta nuestro tiempo y
de su proyección hacia el futuro. Y esto es lo que se intenta
hacer, con toda lealtad y fidelidad al que fuera nuestro jefe
nacional y, ahora, es nuestro maestro, con el fin de que pueda
quedar restituido, con su verdadero rostro, al patrimonio
común de todos los españoles. Con la ejecutoria de diez años
cumplidos al exclusivo servicio de España, -y entendida
siempre nuestra acción cívica y cultural más allá de todo partidismo y jamás como una mera operación política-,
Plataforma 2003 reclama un puesto de vanguardia, desde la
humildad de nuestros medios, para que JoséAntonio esté presente y pueda contribuir al necesario rearme espiritual y
patriótico de España. Porque, hoy, son dos las amenazas a las
que hay que hacer frente, simultáneamente, porque una y otra
convergen con un mismo letal propósito. Por un lado, media
Nación española persiste en provocar la fractura social y política de nuestra ciudadanía, intentando poner fin a lo que significó la Transición y utilizando el vigente orden constitucional de forma torticera. Es decir, en su afán cainita de revan-
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cha, identifica la España que venció el 1º de abril de 1939,
-que ha condenado a extinguir-, con la Nación y su unidad,
con el Ejército y con el Altar; y, por ello, pone en marcha,
una vez más en nuestra peor Historia, la pesadilla decimonónica del federalismo, el antimilitarismo y el anticlericalismo; todo ello aderezado con el fomento del agnosticismo, relativismo moral y laicismo, en pleno desarme moral
y patriótico de España. De otra parte, desde fuera de nuestra Patria, pero con una cabeza de puente ya instalada en
nuestro territorio, millones y millones de musulmanes, y
no todos africanos, pretenden invertir, a su vez, la victoria
del 2 de enero de 1492. Lo grave es que para hacer frente
a esta segunda amenaza, -la sombra otra vez de la traición
del conde don Julián, el obispo don Opas y demás secuaces de Witiza-, no se puede contar con esa otra media
España, obsesionada con la satisfacción de sus viejos rencores y resentimientos, cuando no coaligada con quiénes,
en su afán separatista, perseveran en su ya secular odio a
España. Y frente a esta doble amenaza, tan grave como
cierta, y en defensa de la unidad de España y de sus señas
de identidad, no puede, ni quiere estar ausente Plataforma
2003.
SUMARIO:
I. ¿Qué es Plataforma 2003?
a.- Plataforma 2003 es una asociación. b.- Señas de identidad de Plataforma 2003 como asociación: Asociación
legal; Asociación cívica, Asociación cutural; Asociación
patriótica; Asociación Iberoamericana; Asociación independiente; Asociación joseantoniana. c.- Origen, denominación y ámbito territorial. d.- Deberes y derechos de los
asociados. e.- Logotipo y oración al Ángel Custodio. f.Plataforma 2003 es una Empresa: Editorial, Librería y
Bazar.
II. ¿Qué pretende Plataforma 2003?
a.- Por qué Plataforma 2003 es un proyecto. b.- Qué se pre-
tende con la recuperación histórica de José Antonio. c.Nuestra doble misión nacional y social. d.- José Antonio
como arquetipo. e.- Formación de dirigentes.
III. ¿Cómo lo pretende Plataforma 2003?
a.- Objetivos de Plataforma 2003. b.- Políticas o criterios de
actuación. c.- La nonnata revista José Antonio. d.- Nuestra
endogamia: talón de Aquiles de Plataforma 2003. e.Propósito: colaborar, coadyuvar, apoyar...
IV. Qué no es, ni se propone, Plataforma 2003
a.-No somos una asociación confesional. b.- No pretendemos
un "revival " franquista. c.- No aspiramos a convertirnos en
un partido político.
V. La recuperación histórica de José Antonio y sus Obras
Completas: a.- Antecedentes de la Edición del Centenario. b.
Características de la Edición del Centenario. c.- La gran
influencia del profesor Olariaga y las cartas de José Antonio.
d.- La frustrada marcha laboral de José Antonio a Estados
Unidos. e.- José Antonio manifiesta su admiración por
Ortega. f.- Recepción por José Antonio de la doctrina de
Marx. g.- Lo que falta en nuestra Edición del Centenario. h.Otras obras a editar, complementarias. i.-Próxima biografía
de José Antonio. j.- Álbum de fotos. k.- Necesidad de una historia de la Falange. l.- Nuestro Libro Homenaje a José
Antonio. m.- Financiación de la Edición del Centenario. n.El por qué de la Edición del Centenario. o. El para qué de la
Edición del Centenario. p.- Cuadro comparativo de los contenidos de las Obras Completas.
VI. Diez años de servicio a España
a.- El 29 de octubre de 2009, Plataforma 2003 cumple diez
años. b.- Novedades como editorial en nuestro X aniversario.
c.- Programa editorial 2010-2012.
VII. Conclusiones
VIII. Anexos
1.- Acta fundacional. 2.- Estatutos sociales 3.- Declaración
de la V Asamblea.
COMPLEMENTO NECESARIO DE ESTA DEFINICIÓN ES ESTE CATÁLOGO Y PROGRAMA EDITORIAL
El 29 de octubre de 2009, Plataforma 2003 ha cumplido sus primeros diez años de
leal y fiel servicio a España. Diez años de entrega sin pausa que han acreditado
nuestra perseverancia y eficaz dedicación en el amor a España. Todo ello, desde la
humildad de nuestros propios medios y sin haber admitido jamás subvención alguna ni apoyo exterior económico ninguno, que hubieran podido condicionar nuestra absoluta independencia y libertad. Sin más financiación, por lo tanto, que las
cuotas de nuestros asociados y los ingresos que resultan de nuestra actividad
empresarial (Editorial, Librería y Bazar). Del empeño de Plataforma 2003 da fe
este, ya extenso, Catálogo Editorial; y de nuestra voluntad de futuro da testimonio su Programa 2010-2012. Siempre con fundamento en nuestro compromiso
permanente por la recuperación del pensamiento, vida y obra de José Antonio
Primo de Rivera para el entendimiento, memoria y voluntad de España. La transparencia en el manejo de nuestros fondos se demuestra cada año con la Memoria
de Actividades y el resultado de la rendición de cuentas a la Asamblea de
Asociados. Ahora, en marzo de 2010, la X Asamblea conocerá, además, la rendición de cuentas total de estos diez años. Nuestra actividad editorial está acompañada, además, de las actividades de convivencia entre nuestros asociados: Escuelas
de Verano y Otoño, Comidas mensuales de hermandad, etc.. Que la publicación de
¿Qué es Plataforma 2003? y de este su Catálogo Editorial anime, al conocer nuestro esfuerzo y sus resultados, a dar un paso al frente, de apoyo y colaboración, a
tantos españoles que, como los que ya están en Plataforma 2003, quieren, sin partidismos políticos ni banderías, lo mejor para nuestra amada Patria.
Plataforma 2003: c/. Alonso Cano 66, 2º sótano puerta 5 - 28003 Madrid. Teléfono: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
Apartado de Correos 13.069 - 28080 Madrid e-mail: [email protected] - www.plataforma2003.org
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BIBLIOTECA
CENTENARIO
Editorial
Plataforma 2003
JOSÉ ANTONIO: VISIONES Y REVISIONES
Bibliografía de, desde y sobre José Antonio Primo de Rivera
JOSÉ DÍAZ NIEVA Y ENRIQUE URIBE LACALLE
EN VENTA
Este repertorio recoge más de quinientas fichas que, de forma directa o indirecta, tienen como
protagonista al fundador de Falange Española, y supone el inventario bibliográfico existente al
inicio del Centenario de su nacimiento, conmemorado por Plataforma 2003 desde el 24 de abril
de 2003 al 24 de abril de 2004, fecha de cierre del Centenario. Se trata, pues, de la bibliografía
total sobre José Antonio entre 1931 y 2003. La numeración de cada ficha facilita la identificación de las obras según el índice onomástico por autores.
SUMARIO: Introducción, por José Luis Orella. 1. Notas y estudios biográficos. 2. Estudios
sobre el pensamiento político. 3. Otros estudios y reseñas. 4. Conmemoraciones y homenajes. 5.
José Antonio en Arrese, Fernández Cuesta, Girón y Rodríguez de Valcárcel. 6. José Antonio en
la literatura. 7. Obras de José Antonio. 8. Trabajos inéditos. Índice onomástico. Addenda.
1
148 X 210 mm., 112 pp. 9 €
I.S.B.N.: 978-84-87446-38-2
JUVENTUDES EN PIE DE PAZ
ENRIQUE SOTOMAYOR
EN VENTA
Con este libro, Plataforma 2003 rinde homenaje a Enrique Sotomayor Gippini, nacido en Madrid
el 14 de mayo de 1919 y muerto en Possad, Rusia, el 4 de diciembre de 1941 al intentar rescatar
el cuerpo malherido de su camarada Enrique Ruiz Vernacci. Medalla Militar individual,
Sotomayor es el autor de la idea del Frente de Juventudes, que expuso personalmente a Serrano
Suñer y, después, a Franco, en Burgos, recien terminada la guerra. La obra contiene, además del
discurso fundacional (Teatro Calderón, Madrid, 1 noviembre de 1939), diversas cartas escritas
desde Rusia y un poema elegíaco dedicado a Sotomayor, original de Dionisio Ridruejo.
SUMARIO: 1. Biografía breve a modo de prólogo, por Mario Tecglen. 2. Saludo a las juventudes del mundo (mayo 1939). 3. Discurso al S.E.U. (agosto 1939). 4. Arenga a la juventud universitaria de Castilla (Teatro Calderón, Valladolid, septiembre 1939). 5. Frente de Juventudes
(Teatro Calderón, Madrid, 1 noviembre de 1939). 6. Cartas perdidas. 7. Las cartas de Rusia. 8.
Elegía a la muerte de Enrique Sotomayor, por Dionisio Ridruejo.
2
148 X 210 mm., 94 pp. 9 €
I.S.B.N.: 978-84-87446-39-9
RECUERDOS DE JOSÉ ANTONIO
PILAR PRIMO DE RIVERA
EN VENTA
En homenaje a Pilar (1907-1991), de quien «a pesar de su aparente fragilidad y timidez que la
caracterizaron hasta el último día de su vida, José Antonio supo captar toda la energía y capacidad de entrega que escondía su hermana» (Lula de Lara). Y porque en esa tarea de la Sección
Femenina de la Falange quemó su vida como una lámpara votiva (D’Ors), consagrada al servicio de España. También en homenaje a tantas mujeres que siguieron su ejemplo, antes de la
guerra, en la guerra y en la paz, dando testimonio de abnegación, sacrificio y amor a la Patria.
Un exhaustivo informe de Teresa Loring y una amplia bibliografía completan esta obra.
SUMARIO: 1. Pórtico, por Eugenio D’Ors. 2. Recuerdos de José Antonio (texto de la conferencia pronunciada por Pilar Primo de Rivera en el club «MUNDO» de Barcelona, el 4 de abril
de 1973). 3. La Sección Femenina y la promoción de la mujer, por Teresa Loring Cortés. 4.
Oración por Pilar, por Joaquín Mateo Blanco. 5. Bibliografía sobre la Sección Femenina, por
José Díaz Nieva y Enrique Uribe Lacalle.
3
148 X 210 mm., 150 pp. 15 €
I.S.B.N.: 978-84-87446-40-5
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 2
UN INFORME (1972) Y SUS REVISIONES
ENRIQUE DE AGUINAGA
EN VENTA
Reúne este libro el «Informe sobre la Falange de José Antonio», conferencia pronunciada el 29
de octubre de 1972 en La Coruña, entonces editada por su Jefatura Provincial del Movimiento,
y que la Revista ÍNDICE publicó integra en dos ocasiones (1972 y 1974). También incluye sus
posteriores revisiones y desarrollos tomados de siete conferencias pronunciadas por el autor
(Valverde del Fresno, Cáceres, 1923) y que, en cincuenta y cinco temas ordenados cronólogicamente, desde 1974 a 2002, se editan ahora conjuntamente con el informe original.
SUMARIO: 1. Proposiciones del 29 de octubre de 1933. 2. Proposiciones de este 29 de octubre.
3. Dos premisas. 4. Falange y José Antonio. 5. Falange de José Antonio. 6. Oficialización de
Falange. 7. Postergación. 8. Antología de distinciones. 9. Mentalidad falangista. 10. Proposición
de la síntesis. 11. Fractura de la síntesis. 12. Posibilidades y resultados. 13. Vigencia. 14.
Revolución pendiente. 15. Alternativa para la juventud. 16. Final. Revisiones (55 temas ordenados cronológicamente) y bibliografía del autor.
4
148 X 210 mm., 138 pp. 15 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-03-6
JOSÉ ANTONIO Y EUGENIO D’ORS
Falangismo y catalanidad
MANUEL PARRA CELAYA
EN VENTA
El autor ( Barcelona, 1949), doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Pedagogía), con una
tesis doctoral sobre el Frente de Juventudes como proyecto pedagógico (Juventudes de vida
española, Madrid, 2001), y profesor de Lengua y Literatura española en un Instituto de
Secundaria, fundamenta en «Xenius», como cumbre del pensamiento novecentista, la expresión
de una Cataluña real presidida por el «seny» y de raíz clásica, frente a la Cataluña oficial, regida por un nacionalismo identitario de raíz romántica.
SUMARIO: 1. Apuntes urgentes sobre el maestro. 2. Clasicismo frente a romanticismo. 3.
Catalanidad frente a catalanismo. 4. D’Ors y el sindicalismo. 5. D’Ors y el fascismo. 6. Europa
e Hispanidad: misión universal. 7. La pedagogía de Eugenio D’Ors: la creación de un estilo. 8.
Eugenio D’Ors y la Falange. 9. El maestro y el fundador. 10. La heliomaquia como reto de nuestros días. Anexo: La elegancia de José Antonio. Bibliografía.
5
148 X 210 mm., 126 pp.15 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-00-5
JOSÉ ANTONIO
EN VENTA
Falange Española y el Nacionalsindicalismo
ARNAUD IMATZ
La primera edición de esta obra, en francés, consiste en una tesis doctoral de Ciencias Políticas presentada en 1975 en la Universidad de Burdeos, con una segunda edición en 1981, revisada y aumentada. Para esta primera traducción al español, el autor (Bayona, Francia 1948) ha actualizado el texto,
consiguiendo así una obra, hasta ahora, la más actual y completa en la bibliografía joseantoniana.
SUMARIO: Prólogo: La Falange joseantoniana, fuerza de derechas y de izquierdas para
construir una tercera vía. Introducción: Entre la apología y la diatriba. I. José Antonio Primo
de Rivera y la España de los años treinta. 1.- La España de José Antonio: una sociedad
ingobernable. 2.- La evolución política de José Antonio: del conservadurismo autoritario a la
síntesis de revolución y tradición. 3.- José Antonio, teórico del nacionalsindicalismo. II. Los
falangistas bajo el régimen franquista. 1.- Ascensión al poder de la Falange. 2.- Franquismo y
nacionalsindicalismo. 3.- José Antonio, fuente de inspiración y referencia. Epílogo. Bibliografía.
6
165 X 240 mm., 484 pp. 36 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-01-2
JOSÉ ANTONIO
EN VENTA
Génesis de su pensamiento (septiembre, 1924 - octubre, 1934)
MOISÉS SIMANCAS TEJEDOR
Resultado, con algunas modificaciones, de la tesis doctoral leída por este profesor (Madrid,
1966) el 11 de mayo de 1999 en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma
de Madrid, este libro estudia la génesis y desarrollo del pensamiento de José Antonio desde sus
primeros escritos, algunos anteriores al año 1930, hasta noviembre de 1934, señalando sus
fuentes intelectuales y políticas. En esta misma colección, nº 17 José Antonio: madurez de su
pensamiento (7.X.1934 - 20.XI.1936), completa esta obra.
SUMARIO: Agradecimientos. Introducción. I. Etapa anterior a la fundación de Falange
Española (septiembre 1924 - octubre 1933). 1.- Primeros escritos de interés político - abril de
1931. 2.- Proclamación de la II República Española (14 abril 1931 - Octubre 1933). II. Etapa
falangista (29 octubre 1933 - noviembre 1934). 3.- Fundación de Falange Española (29 octubre
1933 - febrero 1934). 4.- Fusión de Falange Española y las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista (13 febrero 1934 - noviembre 1934). A modo de conclusión. Bibliografía.
7
165 X 240 mm., 212 pp. 25 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-02-9
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 3
INTRODUCCIÓN A JOSÉ ANTONIO
JAIME SUÁREZ
EN VENTA
El autor (Madrid, 1927), publicó, en 1951, en Juventud una introducción a José Antonio «desde
dentro» que, ahora, se recoge en la primera parte de este libro. «El paso de más de cincuenta
años ha obscurecido el papel pero no mi memoria ni mi corazón, se dice al lector. Aquí van mis
palabras de entonces, que no cambio ni en una tilde y que suscribo hoy como ayer». Una segunda y tercera parte recogen artículos y editoriales publicados en La Hora, revista de los estudiantes españoles, editada por el S.E.U., que Jaime Suárez dirigió en su segunda etapa desde el
5 de noviembre de 1948 al 20 de noviembre de 1949. El resto del libro contiene un ensayo, hasta
ahora inédito, sobre la generación de José Antonio y diversos trabajos recién escritos para
Plataforma 2003, de la que el autor es Secretario General y Portavoz.
SUMARIO: I. Introducción a José Antonio. II. Cuatro artículos. III Diez editoriales. IV José
Antonio y su generación. V. Un toque de atención. VI. José Antonio en el Libro Azul de su
Centenario. VII. Dos oraciones.
8
148 X 210 mm., 190 pp.15 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-04-3
CAVILACIONES EN TORNO A JOSÉ ANTONIO
EDUARDO NAVARRO ÁLVAREZ
EN VENTA
Con estos escritos, su autor (Cádiz, 1929), da su testimonio joseantoniano. La recopilación y
selección de artículos suyos publicados en las principales revistas universitarias de su tiempo de
estudiante - La Hora, Arco, Claustro, Leyre, Marzo... - va acompañada de otros, más polémicos, que vieron la luz en Pueblo, Abc, Criba, Índice, El Mundo... ; todo ello desde Octubre de
1955 al 17 de julio de 1997. No menos interesantes son sus entrevistas con Pedro Rodríguez
(1971), José Luis Navas (1971 y 1973) y Tom Burns Marañón (1997), que tratan de la participación directa de Eduardo Navarro en la llamada transición española. El libro contiene, además,
el texto de tres conferencias (Valencia, 1955; Madrid, 1960; Almería, 1967) y se cierra con un
reciente y brillante artículo –«El rescoldo», dedicado a Buero Vallejo–, publicado en Altar
Mayor, septiembre-octubre 2001.
SUMARIO: Prólogo. I. Algunos artículos universitarios. II. Algunos artículos polémicos.
III. Cuatro entrevistas. IV. Cuatro conferencias. Epílogo.
9
148 X 210 mm., 222 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-06-7
HISTORIA DE LOS FALANGISTAS EN EL FRANQUISMO
19 abril 1937 – 1 abril 1977
MIGUEL ARGAYA ROCA
EN VENTA
Licenciado en Historia y profesor de bachillerato, Miguel Argaya Roca (Valencia, 1960) es
poeta, (Premio Internacional de Poesía Rey Juan Carlos I, accésit Adonais y V Premio de Poesía
Luys Santa Marina - Ciudad de Cieza) y, como historiador, a su obra ya publicada –Entre lo
espontáneo y lo difícil, Oviedo, 1996, y Los fundamentos de la Falange, Madrid 2000– une
ahora este libro en el que pasa una detallada y documentada revista, en trece escenas, a las
visicitudes de los falangistas desde la crisis final de Falange Española de las JONS, en abril de
1937, y el Decreto 255 de Unificación, hasta las elecciones generales de junio de 1977. Un
diccionario bio-bibliográfico completa esa historia , persona a persona. Para quien no conozca
de primera mano nuestra historia desde 1936 a hoy, este libro será una fuente de sorpresas.
SUMARIO: I. Consideraciones preliminares. II. Argumento (las escenas del drama). III.
Dramatis personae (los personajes del drama). IV. Bibliografía consultada.
10 165 X 240 mm., 268 pp. 30 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-07-4
POÉTICA DEL ALZAMIENTO
EN VENTA
Antología, 1936 – 1939)
AQUILINO DUQUE
Sevillano, (6 de enero de 1931), poeta, narrador y ensayista, premios Leopoldo Panero de
Cultura Hispánica y Fastenrath de la Real Academia Española; finalista del premio Nadal en
1974 y Premio Nacional de Literatura 1975, Aquilino Duque ha sido funcionario internacional
en Ginebra y Roma y ha explicado literatura española contemporánea en las universidades de
Sevilla y Chapel Hill, Carolina del Norte. Pertenece a la Real Academia Sevillana de Buenas
Letras. Una excelente introducción (páginas 7 a 23) sirve de pórtico a esta antología que
selecciona lo que su autor considera la más significativa expresión poética, de uno y otro lado,
con ocasión de la contienda 1936 –1939.
SUMARIO: Paul Claudel , Roy Campbell, Manuel Machado, Antonio Machado, José Mª
Pemán, Gerardo Diego, Rafael Alberti, César Vallejo, Rafael Sánchez Mazas, Agustín Foxá,
Dionisio Ridruejo, Miguel Hernández, José Antonio Muñoz Rojas, Antonio Aparicio, Max Aub,
Julio Estefanía y «Sargento de morteros J. R. Camacho».
11
165 X 240 mm., 112 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-08-1
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 4
JOSÉ ANTONIO Y LOS POETAS
JOSÉ Mª GARCÍA DE TUÑÓN AZA
Obra galardonada con el I Premio Nacional de Ensayo José Antonio convocado por la asociación
cultural «Juntos» de Cieza, Murcia, su autor (Oviedo, 1936), ha expresado ya su admiración por
José Antonio en los siguientes libros: José Antonio y la República (1995 y 1996), José Antonio
y Luys Santa Marina (1999), José Antonio, las conferencias prohibidas (1999), José Antonio
ante la historia (2000), y José Antonio y su circunstancia (2002).
SUMARIO: Prólogo de Eduardo López Pascual I. Proyecto político encomendado a los poetas.
II. La poesía como norma cardinal de la vida. III. José Antonio y Kipling . IV. Dionisio Ridruejo
y Agustín de Foxá. V. De Sánchez Mazas a Unamuno. VI. La influencia de grandes poetas. VII.
Federico García Lorca. VIII. La Revista ALCALÁ y los poetas catalanes. IX. La corte de poetas.
X. «A los pueblos...», antología de Luis Mª Ansón. XI. Las mil mejores poesías castellanas. XII.
«Cara al Sol». XIII. Luys Santa Marina y otros. XIV. 11 poemas de José Antonio y un escrito.
XV. El testamento de José Antonio. Bibliografía.
12 148 X 210 mm., 200 pp. 15 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-09-8
ENSAYOS SOCIALES
Libertad, Justicia social, Sindicalismo, Familia y sociedad, Reformas necesarias.
JOSÉ Mª ADÁN GARCÍA
Jefe de Centuria, director de las revistas universitarias CLAUSTRO y NOSOTROS, el autor
(Segorbe, Castellón, 1931) desarrolló su actividad profesional desde 1959 en Altos Hornos del
Mediterráneo S.A. y fue Consejero nacional y Procurador en Cortes por Valencia (1971 – 1977)
y Gobernador Civil de La Rioja (1976 – 1978). Fruto de esta triple experiencia es este libro, que
recoge artículos, conferencias, entrevistas y, sobre todo , su activa participación en los debates
sobre los proyectos legislativos de asociaciones políticas, reforma política, etc.., como uno de
los treinta y nueve legisladores que pretendieron el cambio en el Régimen «desde dentro»: Carta
al Jefe del Estado, enero de 1973.
SUMARIO: A modo de prólogo. I. Libertad. II. Justicia social. III. Sindicalismo. IV. Familia y
sociedad. V. Reformas necesarias. VI. Doctrina económica de la Falange. VII. A modo de
epílogo. Síntesis bibliográfica del o sobre el autor.
13 148 X 210 mm., 248 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-10-4
DISCURSOS DE JOSÉ ANTONIO EN MADRID
LUIS FERNANDO DE LA SOTA SALAZAR, ANA GRIJALBO CABO, SERGIO BRANDÂO CARDOSO,
RAFAEL LUNA GIJÓN Y LUIS DE LA SOTA NAVAS.
Cinco autores, de edades, profesiones y situaciones políticas diferentes, analizan los discursos
políticos más importantes de José Antonio en Madrid. L.F. de la Sota Salazar (Madrid, 1931)
trata del Discurso de la Comedia del 29 de octubre de 1933. Ana Grijalbo Cabo (Madrid, 1966),
L.F. de la Sota Navas (Madrid, 1962) y Sergio Brandâo Cardoso (Madrid, 1951), estudian los
discursos de José Antonio en el Cine Madrid del 19 de mayo y 17 de noviembre de 1935. Por
último, Rafael Luna Gijón (La Solana, Ciudad Real, 1929) glosa el discurso en el Cine Europa
del 2 de febrero de 1936. Lamentablemente no se ha podido disponer para su publicación del
estudio efectuado sobre la conferencia en el Círculo Mercantil el 9 de abril de 1935, titulada
«Ante una encrucijada en la historia política y económica del mundo». La conclusión es
unánime: el núcleo vigente de aquellos discursos significa el cimiento de un nuevo edificio
político, económico y social, que está todavía por construir.
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148 X 210 mm., 96 pp. 9 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-11-1
MIL VECES JOSÉ ANTONIO
Mil juicios y referencias personales
ENRIQUE DE AGUINAGA Y EMILIO GONZÁLEZ NAVARRO
Catedrático emérito en la Universidad Complutense de Madrid (Ciencias de la Información),
Decano de los Cronistas de la Villa y académico de la Real de Doctores, Enrique de Aguinaga
(Valverde del Fresno, Cáceres, 1923) es autor también de José Antonio, sí (2003) y de Un
informe (1972) y sus revisiones, publicado en esta misma colección (núm. 4). Emilio González
Navarro (Madrid, 1929) es autor de una tesis doctoral (1994) sobre el contenido ideológico del
semanario ARRIBA (1935-1936) y coautor, con Aguinaga, de la obra Sobre José Antonio (1997).
En este libro han recopilado mil juicios y referencias personales sobre José Antonio Primo de
Rivera con la máxima ponderación, acumulando opiniones de todo signo. Frente a la mitificación, a la condenación, a la deformación y al silencio de que José Antonio ha sido y es víctima, este libro basado en la autoridad contradictoria de tantas personas, produce un conocimiento nuevo y más cabal de José Antonio.
15 165 X 240 mm., 528 pp. 40 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-12-8
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 5
HOMENAJE A JOSÉ ANTONIO (1903- 2003)
¡¡NOVEDAD!!
COORDINADORES: LUIS BUCETA, GONZALO CEREZO Y EDUARDO NAVARRO
Sesenta y seis autores de distintas edades, formación académica y militancias políticas, colaboran en esta obra. Representa este libro una valiosa aportación al cumplimiento de uno de los
objetivos centrales de Plataforma 2003, que se propuso desde su fundación el «ofrecimiento, a
los más jóvenes de hoy y de mañana, de José Antonio como ejemplo sugestivo, paradigma y
arquetipo actual y vigente, para toda limpia ambición de mérito y excelencia».
El libro contiene, además, una bio-bibliografía de cada uno de los autores así como la relación
nominal de todos los asociados fundadores de Plataforma 2003, gracias a cuyo compromiso,
colaboración y aportación económica ha sido posible su publicación. Todo ello, con el exclusivo propósito de progresar en el empeño común de esta Asociación de rescatar a José Antonio,
hoy proscrito, para la memoria histórica de nuestro tiempo.
16 165 X 240 mm., 978 pp. 40 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-13-5
JOSÉ ANTONIO: MADUREZ DE SU PENSAMIENTO
(7 octubre 1934 - 20 noviembre 1936)
¡¡NOVEDAD!!
MOISÉS SIMANCAS TEJEDOR
El profesor Simancas (Madrid, 1966) ofrece en esta obra la continuación de su libro José
Antonio, génesis de su pensamiento, publicado en esta misma colección. Con ello, queda completa la investigación española más rigurosa, hasta hoy, sobre el pensamiento de José Antonio.
SUMARIO: 1.- José Antonio y Falange Española de las JONS, de Octubre de 1934 a Febrero
de 1936: la escisión de Ramiro Ledesma Ramos (14 enero 1935). Discurso en el Teatro Calderón
(3 de marzo de 1935). Semanario Arriba (21 marzo 1935). Reunión en Gredos (15 junio 1935).
II Consejo Nacional (15 y 16 noviembre 1935). Ante las elecciones de 1936. 2.- Triunfo del
Frente Popular (16 febrero 1936). Detención de José Antonio (14 marzo 1936). Traslado a
Alicante (5 junio 1936). La Falange y el 18 de Julio. Germánicos contra bereberes. Proceso de
Alicante y ejecución de José Antonio (20 noviembre 1936). José Antonio: testamento político,
mito y balance final. Bibliografía .
17 165 X 240 mm., 240 pp. 25 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-16-6
ENSAYOS SINDICALES
ANTONIO CHOZAS BERMÚDEZ
¡¡NOVEDAD!!
Primer presidente de Plataforma 2003 (1999 - 2002), Inspector de Trabajo y Seguridad Social,
Antonio Chozas (Candeleda, Ávila, 1922) ha sido profesor encargado de la Cátedra de Sindicalismo
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, Profesor de la
Escuela Diplomática y de la Escuela Oficial de Periodismo.
SUMARIO: 1.- Socialismo y sindicalismo en Ortega y Gasset. Antología de una trayectoria: una nota previa. Socialismo sí, pero ¿qué socialismo? Un horizonte nuevo: el sindicalismo. Un epílogo doloroso de silencio político. 2.- La crisis del sindicalismo europeo:
alcance y perspectivas. Un esquema de situación y referencia. Los polos de la crisis: solidaridad y representación. La representatividad sindical en perspectiva. 3.- La organización
sindical española. 4.- Los movimientos sindicales en España: el sindicalismo revolucionario. El anarco-sindicalismo. El sindicalismo independiente: los sindicatos libres. El
sindicalismo cristiano. 5.- La concertación y los agentes sociales en España.
18 148 X 210 mm., 152 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-17-3
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA: LA TEORÍA Y LA REALIDAD ¡¡NOVEDAD!!
ÁNGEL LUIS SÁNCHEZ MARÍN
El autor (Murcia, 1963), Doctor en Derecho y Graduado Social, y ex profesor asociado en las
universidades de Alicante y Miguel Hernández, de Elche, tiene otros trabajos académicos sobre
Julián Sanz del Río, Adolfo Posada y Carlos Schmitt. En este libro nos ofrece un estudio
riguroso y actual sobre el nacionalsindicalismo como ocasión política perdida.
SUMARIO: 1.- Presentación. 2.- Segunda República (1931 - 1936) y contexto internacional. 3.Movimiento falangista. 4.- Consideración antropológica y jurídica. 5. Contenido democrático de
la política: a) Participación del pueblo en el ejercicio del poder político. b) Primo de Rivera,
hombre de diálogo. 6.- Configuración formal del Estado: a) Democracia orgánica. b)
Democracia sindical. c) Democracia territorial. d) Democracia integral. 7.- Formas de la Jefatura
del Estado. 8.- La cuestión religiosa. 9.- El nacionalsindicalismo: una ocasión política perdida.
10.- Conclusiones finales.
19 165 X 240 mm., 128 pp. 20 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-14-2
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UN LIBRO EXCEPCIONAL, IMPRESCINDIBLE EN TODA BUENA BIBLIOTECA ACTUAL
PLATAFORMA 2003: HOMENAJE A JOSÉ ANTONIO (1903- 2003)
Coordinadores: Luis Buceta, Gonzalo Cerezo y Eduardo Navarro
16 165 X 240 mm., 978 pp. 40 €
Plataforma 2003 pretende recuperar
a José Antonio Primo de Rivera, hoy
proscrito, para la memoria colectiva
de nuestro tiempo y restituirle al patrimonio común de todos los españoles,
al que pertenece por su vida y por su
muerte. Recuperación (vida, pensamiento y obra) a conseguir no desde
la apología ni desde la hagiografía,
sino desde un necesario debate crítico,
en insobornable indagación de la verdad histórica. Siempre desde la
sociedad civil, sin afán partidista
alguno, más allá de cualquier tentadora operación política, al margen de
toda contienda electoral y como la más
alta tarea moral. Todo ello, desde la
más profunda convicción de que el fracaso del golpe del 17 de julio de 1936
para la rectificación «desde dentro» de
la II República, secuestrada por el
Frente Popular, y su conversión en
guerra civil, con las dos Españas,
siempre incompatibles y ahora
enfrentadas a muerte en busca de su
mutuo y recíproco exterminio, significó
la frustración total del proyecto histórico de José Antonio, que se había
propuesto la síntesis integradora de
los valores nacionales de la derecha
con los valores sociales de la izquierda, a fin de conseguir una Nación de
todos los españoles, para todos y por
todos, sin exclusivas ni exclusiones.
Esto es, que nunca más tuviéramos que
optar entre la Patria o el Pan o la
Justicia. La conciencia de esa frustración debió ser su última y más
amarga reflexión, al amanecer del 20
de noviembre de 1936, frente al
pelotón de su fusilamiento. Y en la
estela de esa gran frustración política
y humana de José Antonio vivimos
todavía. Sobre todo, hoy, cuando crece
cada día más la amenaza del fracaso
del Estado de las autonomías, nacido
el 6 de diciembre de 1978, fecha a
punto de convertirse en la de otra
ocasión más perdida para la pendiente
reconciliación nacional, la superación
de la lucha fratricida de las dos
Españas y la salvaguardia definitiva de
la sagrada e irrevocable unidad de
nuestra Patria, en mayor peligro que
nunca.
¡¡NOVEDAD!!
ÍNDICE:
Pág.
Presentación, por Luis Buceta Facorro, Presidente de Plataforma 2003. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Adán García, Emilio: La Revolución está en la calle. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Adán García, José Mª: José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Aguinaga, Enrique de: Joseantonianos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Alonso Beighau, Juan: José Antonio en los Colegios Menores de Juventudes. . . . . . . . . . . . . . . . .
Amestoy, Alfredo: José Antonio en mil palabras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Brotón Gimeno, Juan: Hablando con José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Buceta Facorro, Luis: Mente abierta versus mente cerrada en José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . .
Caballero, Francisco: José Antonio y su obra política en Cataluña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Campoy, Carlos: Falsedades: asalto a la verdad histórica desde la infamia y la mentira. . . . . . . . .
Carbajosa, Francisco: "Yo no he nacido para esto". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cárdenas Quirós, Carlos: "El pensamiento humanista de José Antonio Primo de Rivera . . . . . . . .
Castillo, Enrique del: José Antonio y la campaña electoral en Cádiz de noviembre de 1933. . . . .
Castro Villacañas, Antonio: En su Centenario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cerezo Barredo, Gonzalo: Violencia y orden. José Antonio entre la vanguardia y la revolución. .
Chozas, Antonio: El sindicalismo nacional en José Antonio: influencias y fundamentos doctrinales. .
Connolly de Pernas, Eduardo: José Antonio, la Falange y Mallorca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Díaz de Otazu, Francisco: Ramiro Ledesma y José Antonio; vitalismo versus clasicismo. . . . . . .
Duque, Aquilino: Actualidad de José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Echevarría Puig, Juan: José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fuente, Licinio de la: El concepto de la Patria en José Antonio y la integración europea. . . . . . . .
Galán Gutiérrez, Carlos Javier: El municipio en el pensamiento de José Antonio. . . . . . . . . . . . . .
García Chillón, Luis: Trilogía para un Centenario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
García de Tuñón Aza, José María: Carta a un sacerdote que no conoce a José Antonio. . . . . . . . .
Gibello, Antonio: ¿Tiene valor actual el pensamiento político de José Antonio? . . . . . . . . . . . . . .
Gimeno, Miguel Ángel: El discurso en el Círculo Mercantil (9 de abril de 1935). . . . . . . . . . . . . . . .
González Hernández, Domingo: Concepto y valor de la persona humana en José Antonio. . . . . .
González Pérez, Jesús: José Antonio y el Derecho. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gonzalo, Julio: Si España quiere suicidarse nosotros se lo impediremos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Guyot, Jeannin, Arnaud: José Antonio: visionario de la tradición frente a la decadencia. . . . . . . .
Hermana, Enrique: Un hombre autoexigente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Hernández, Gerardo: La familia en el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera. . . . . . . . . .
Hüsler, Ángelo: 18.11.1976: ¿Hundimiento de un régimen o conclusión de su evolución? . . . . . .
Imatz, Arnaud: La tercera vía joseantoniana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Iranzo González, Adolfo: Trabajo, Sindicatos y Empresa en el pensamiento de José Antonio. . . .
León, Mª Luisa de: José Antonio y la Falange. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Lombardero, Jorge: Rolâo Preto y José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
López-Cancio, Jesús: Mero testimonio de fidelidad, libre y consecuente, 68 años después. . . . . .
López Medel, Jesús: El mundo de lo jurídico en José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
López Pérez, Pedro Miguel: El pensamiento de José Antonio, alternativa a la globalización. . . . .
Luna Gijón, Rafael: José Antonio y el Ejército. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Macián Bobadilla, Antonio: El concepto de Estado falangista en José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . .
Maestú Barrio, Ceferino: La Falange y la C.N.T en la II República. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Martín Pinto, José: El personalismo de José Antonio Primo de Rivera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Martín Rubio, Ángel David: José Antonio y la naturaleza religiosa de la Falange. . . . . . . . . . . . .
Mateo Blanco, Joaquín: La muerte de los sueños. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Medina Cruz, Ismael: José Antonio y el nuevo paradigma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Murga, Pedro: Principios cristianos en las Normas Programáticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Navarro Álvarez, Eduardo: El rescoldo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Negro Pavón, Dalmacio: José Antonio y el Estado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Norling, Erik: José Antonio, un mito europeo. Imagen y percepción de su figura. . . . . . . . . . . . . .
Palomar Baró, Eduardo: Exhumación de los restos mortales de José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . .
Paniagua, Jesús: José Antonio, un sindicalista revolucionario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Parra Celaya, Manuel: José Antonio en la literatura. Aproximación a un mito. . . . . . . . . . . . . . . .
San Miguel Royo, Luis: José Antonio, español ideal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Simancas Tejedor, Moisés: Las J.O.N.S. de Ledesma Ramos y su fusión con la F.E. . . . . . . . . . .
Sota Salazar, Luis F. de la: La influencia de José Antonio en la juventud de la posguerra. . . . . . .
Suárez Álvarez, Jaime: Ausencia de la Universidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Suárez González, Fernando: José Antonio Primo de Rivera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tecglen, Mario: Nuestro estilo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Torre Briceño, Jesús Antonio de la: José Antonio Primo de Rivera, tercer Marqués de Estella. . .
Torregrosa, Manuel: Los falangistas de la Vega Baja. La frustrada liberación de José Antonio. . .
Turú Sastregener, Pedro: Algunas ideas de José Antonio en la España actual. . . . . . . . . . . . . . . . .
Utrera Molina, José: José Antonio, memoria y reflexión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Valle Alonso, Gabriel del: Aplicación de la plus-valía empresarial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Velarde Fuertes, Juan: José Antonio, universitario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vizcaíno Casas, Fernando: El humor y la personalidad de José Antonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Bíobibliografía de los autores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 7
20
¡¡¡NOVEDAD!!!
Tomo I : 165 x 240 mm. XXV + 874 pp. 32 ilustraciones
Encuadernado en rústica: ISBN: 978-84-96198-20-3
Encuadernado en tapa dura: ISBN: 978 -84-96198-23-4
20
Tomo II : 165 x 240 mm. 932 páginas, 32 ilustraciones
Encuadernado en rústica: ISBN: 978-84-96198-21-0
Encuadernado en tapa dura: ISBN: 978-84-96198-24-1
Obra completa (los dos tomos) en rústica: ISBN: 978-84-96198-19-7 PVP: 60 €
Obra completa (los dos tomos) en tapa dura: ISBN: 978-84-96198-22-7 PVP: 80 €
OBRAS COMPLETAS DE JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
EN SU EDICIÓN DEL CENTENARIO POR PLATAFORMA 2003
bien de la Editora Nacional (1942), bien de la
Vicesecretaría de Educación Popular (1945). Y, a partir de 1954, de una edición manual y cronológica que,
editada por la Sección Femenina, alcanzó ocho ediciones hasta 1974. Después, el más absoluto silencio:
quien durante tanto tiempo había sido utilizado como
soporte ideológico del régimen fenecido, con la desaparición de éste, había quedado proscrito. Este silencio sólo fue interrumpido en 1996 por la publicación
de los Papeles póstumos de José Antonio por Miguel
Primo de Rivera y Urquijo. Y, con ello, todas las ediciones anteriores, incluso la casi canónica del I.E.P.,
quedaban obsoletas. El 29 de octubre de 1999 se fundó
la Asociación Plataforma 2003 con el fin de promover
la conmemoración, el 24 de abril de 2003, del
Centenario del nacimiento de José Antonio. Y propósito firme suyo fue, desde el principio, realizar una edición íntegra, depurada y cotejada de todos sus escritos
y discursos que hoy, por fin, es una realidad gracias al
ingente trabajo documental y crítico de Rafael Ibañez
Hernández. Este libro constituye el verdadero retrato
intelectual de José Antonio y el testimonio auténtico
de lo que su fundador quiso que fuera Falange
Española, quien en vísperas de su ejecución sólo solicitó para él y su obra «una brecha de serena atención
entre la saña de un lado y la antipatía del otro».
l 18 de noviembre de 1976 las Cortes franquistas aprobaron el Proyecto de Ley para la
Reforma Política, ratificado en referéndum el
siguiente 15 de diciembre. Entre tanto, el 20 de
noviembre de ese mismo año, el Instituto de Estudios
Políticos editaba en memoria de José Antonio Primo
de Rivera, y en el XL aniversario de su muerte, sus
Escritos y Discursos. Obras Completas de José
Antonio Primo de Rivera, 1922 - 1936, con 1.308
páginas, en dos tomos. La coincidencia con el estreno
del actual régimen democrático no debió parecer conveniente y la edición fue destruída. Así, los estudiosos
de la figura y obra de José Antonio quedaban condenados a volver a perderse en una jungla de textos dispersos, recopilados casi todos por Agustín del Río
Cisneros; ayudado, primero, por Enrique Conde
Gargollo y, más tarde, por Enrique Pavón Pereyra:
Textos inéditos y epistolario (1956), Últimos hallazgos
de escritos y cartas de José Antonio (1962), Los procesos de José Antonio (1963), José Antonio abogado
(1963) y José Antonio íntimo, epistolario y textos biográficos (1964). Y, aún, habría que añadir: José
Antonio ante la justicia roja (1941), de F. Bravo y
Frente a Frente, José Antonio frente al Tribunal
Popular (1963) de J. Mª. Mancisidor. Además, siempre se dispuso de unas mal llamadas Obras Completas,
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CON TODOS SUS DISCURSOS Y ESCRITOS, AHORA RESTITUÍDOS A SU VERSIÓN
GENUÍNA Y ORIGINAL, ESTA EDICIÓN EXHAUSTIVA PERMITE, POR FÍN, CONOCER EL
VERDADERO ROSTRO DE JOSÉ ANTONIO.
Edición del Centenario
(24.04.2007)
Tomo I
Tomo II
¿1913?
03.03.1935
24.02.1935 19.11.1936
Fecha inicial
Fecha final
Total
Edición
Edición
Edición nonnata I.E.P.
Vicesecret. S. Femenina
(20.11.1976)
Año 1945 1954-1974
Tomo I
Tomo II
16.03.1931 16.03.1931
1922
09.04.1925
18.11.1936 18.11.1936 07.04.1935 19.11.1936
Total
Contenido:
Actuaciones judiciales
Apuntes y ejercicios universitarios
Artículos
Cartas
Conferencias
Declaraciones
Dedicatorias
Discursos
Entrevistas
Informes políticos
Intervenciones parlamentarias
Manifiestos
Mensajes
Normas Programáticas
Notas a la prensa
Notas de la prensa
Notas internas y circulares
Pactos
Poesías e Himno
Prólogos
Solicitudes e instancias
Testamento ológrafo
Trabajos literarios
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3
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38
3
87
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2
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3
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0
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2
132
133
12
18
1
74
20
0
28
13
2
2
23
2
21
2
9
3
2
1
0
TOTAL
405
324
729
196
196
240
273
513
Cuadro comparativo de los contenidos de las distintas ediciones de las Obras Completas
Notas:
1. Las cifras referentes al contenido de la Edición del Centenario se refieren a las entradas de su índice general
y no a la cantidad real de textos recopilados, muy superior ya que en bastantes ocasiones existen múltiples
versiones del mismo texto dada la variedad de fuentes utilizadas para su trascripción
2. Como se observa, el contenido de la Edición sistemática de la Vicesecretaría, de 1945, y de las ediciones
cronológicas de la Sección Femenina, de 1954 a 1974, es idéntico y se mantuvo inalterable a lo largo de 29
años, a pesar de los nuevos textos de José Antonio objeto en ese período de numerosas publicaciones.
3. La diferencia, a favor de la Edición del Centenario, en la cifra de textos recopilados es abrumadora: 533 textos más recopilados respecto a las ediciones de la Vicesecretaría y de la Sección Femenina ; y 216 textos más
respecto a la edición del Instituto de Estudios Políticos, de 1976, que se suponía exhaustiva y canónica.
Pedidos a: Plataforma 2003, en su sede social: c/. Alonso Cano 66, 2º sótano, puerta 5, 28003 Madrid.
Apartado de Correos 13.069, 28080 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 - 637 18 40 86 - Fax: 91 536 24 34
Más información en nuestra página web: www.plataforma2003.org, e-mail: [email protected]
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LIBROS AUXILIARES DE LAS OBRAS COMPLETAS EN SU EDICIÓN DEL CENTENARIO
GUÍA PARA LA MEJOR LECTURA DE LAS OBRAS COMPLETAS EN PREPARACIÓN
PLATAFORMA 2003
I. Documentos ajenos complementarios.(Causa o efecto de escritos y discursos de José Antonio).
II. Índices de las Obras Completas: a.- Índice histórico de épocas, procesos y fechas. (Relación
cronológica de sus citas y juicios históricos que componen su visión temporal del mundo). b.ïndice temático y analítico. (Relación alfabética de conceptos, ideas y temas de la doctrina cultural, política, económica y social de José Antonio. c.- Índice nominal. (Relación alfabética de
personas, autores, entidades, ciudades y lugares geográficos citados).d.- Índice topográfico.
(Relación alfabética de los lugares donde habló o escribió José Antonio, con sus fechas. e.Índice cronológico. (Índice general de la Edición del Centenario con la datación de cada texto.
III. Glosas y comentarios: para la mejor compresión de textos y episodios. IV.- Información bibliográfica. V.- Índice general del cuadro José Antonio y su tiempo (que permite situar cada
acción, escrito o dscurso de José Antonio en la circunstancia histórica concreta española y europea).
21
165 X 240 mm.
¿QUE ES ESPAÑA? (Antología esencial)
EN PREPARACIÓN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
José Antonio dijo: “Nuestro movimiento es el único movimiento político español donde se ha
cuidado intransigentemente de empezar las cosas por el principio. Hemos empezado por preguntarnos qué es España” (Texto de Junio de 1936, entonces prohibido por la censura y publicado en Baleares, de Palma de Mallorca, el 6 de enero de 1940, Edición del Centenario, p.
1521). De esto se trata: de conocer, a lo largo y a lo ancho, la respuesta de José Antonio a esta
pregunta , origen y principio de todo. En estos momentos , esta antología de textos, debidamente
estructurada, es imprescindible, además de urgente, para contribuir desde el patriotismo crítico
y desde el amor de perfección a España al necesario rearme patriótico. Sorprenderán, al lector
no familiarizado, los textos de José Antonio sobre Euzkadi y Cataluña, el separatismo y la
unidad de la Patria común, de estremecedora actualidad. Lo mismo, todo el ideario del fundador
de Falange Española sobre la suprema realidad de España. No menos sorprendente resultará,
hoy, su petición, todavia pendiente, de que nos sea devuelto el orgullo de ser españoles.
22
165 X 240 mm.
ORDEN NUEVO (Antología esencial)
EN PREPARACIÓN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
El punto 26 de la Norma Programática proclama: “Falange Española de las JONS quiere un
Orden Nuevo” (Edición del Centenario, p. 798). Y el 3 de marzo de 1935, en Valladolid, José
Antonio afirmó: “Nos sentimos, no la vanguardia, sino el ejército entero de un orden nuevo que
hay que implantar en España, digo, y ambiciosamente, porque España es así, añado, de un
orden nuevo que España ha de comunicar a Europa y al mundo” (Edición del Centenario, p.
875). ¿En qué consiste este Orden Nuevo propuesto por José Antonio? ¿Cuál es su contenido
permanente y de carácter universal? ¿Hasta qué punto está vigente el ideario cultural, político,
económico y social de José Antonio? ¿Qué parte de ese ideario, por su carácter circunstancial y
perecedero, ya está obsoleto por el paso implacable de la Historia? Si el pensamiento de José
Antonio, muerto a sus 33 años, es un pensamiento germinal, no acabado, sólo incoado en tres
años escasos de lucha política, ¿qué parte de él se salva de la circunstancia violenta y apasionada en que se enunció?
23
165 X 240 mm.
LIBERTAD, ESTILO Y SERVICIO (Antología esencial)
EN PREPARACIÓN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
He aquí lo esencial de lo esencial. Ya en agosto de 1933, en Torrelavega, antes por lo tanto de la
fundación de Falange Española, José Antonio dijo: “No basta una manera de pensar, hace falta
una manera de ser” (Edición del Centenario, p. 330). Y lo repitió, pocos meses después, en su
discurso en el Teatro de la Comedia, el 29 de octubre: “Nuestro movimiento... no es una manera
de pensar, es una manera de ser”. Y, por ello, exigió “ante la vida entera, en cada uno de nuestros actos, una actitud humana, profunda y completa”. (Edición del Centenario, p. 349). Y ¿en
qué consiste esta actitud humana, profunda y completa? La afirmación categórica de José
Antonio de la supremacía absoluta de lo espiritual, base y fundamento de su concepción de la
libertad, dignidad e integridad del hombre, es el soporte de las ideas, creencias y valores que
identifica José Antonio como base fundacional de un nuevo humanismo a la altura de nuestro
tiempo, germen de todo un nuevo orden social, económico, político y cultural. En él, son clave
las ideas de libertad, estilo y servicio.
24
165 X 240 mm.
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 10
EL JOSÉ ANTONIO QUE ME CAUTIVÓ
EN PRENSA
ANTONIO PRADA GONZÁLEZ
El autor, nació en Avilés, Asturias, en 1924,. Siendo aún un niño vivió la Revolución de Octubre
de 1934, y en enero de 1936 se afilió a Falange Española. Liberada Asturias, militó en la O.J. y
en el Frente de Juventudes. Jefe de Centuria y Oficial Instructor, participó en numerosas actividades juveniles.
SUMARIO: 1. El nacimiento y la infancia. 2. Los estudios. 3. Los amores. 4. El deporte y el
ocio. 5. Barcelona y el servicio militar. 6. El ejercicio de la abogacía. 7. Aspectos de su personalidad. 8. Tránsito hacia la política. 9. El acto del Teatro de la Comedia y las elecciones de
Cádiz. 10. El marco de sus días. 11. Aquí está la Falange. 12. La unión con las JONS. 13. El
primer Consejo Nacional del FE de las JONS. 14. Actividades y sucesos en 1935. 15. Las elecciones
de 1936. 16. Se intensifican las persecuciones a la Falange. 17. Las elecciones de Cuenca. 18. El
pensamiento de José Antonio. 19. La cárcel y el traslado a Alicante. 20. El juicio de Alicante.
21. Condenado a muerte. 22. La ejecución.
25
148 X 210 mm.
LOS ENAMORADOS DE LA REVOLUCIÓN
EN PRENSA
La Falange y la C.N.T en la II República.
CEFERINO L. MAESTÚ BARRIO
SÍNTESIS: 1. La revolución soviética llega a España. 2. José Antonio logró 29.000 votos en
Madrid. 3. Asesinato en el Parque de Mª Luisa. 4. La República contra los jesuítas y la enseñanza religosa. 5. El Fascio, primer encuentro de Ledesma y Primo de Rivera. 6. La fundación de
la Falange Española. 7. Contra el triunfo democrático, violencia socialista. 8. José Antonio;
elegido, entre tiros, jefe nacional. 9. Los anarcosindicalistas hacen balance de la revolución. 10.
Ramiro Ledesma rompe con la Falange. 11. El sindicato horizontal, falangista. 12. José Antonio,
en la busca de Prieto, de Negrín, de Pestaña, de Unamuno... y de Ridruejo. 13. Ramiro desaparece sin haber logrado resucitar a sus JONS. 14. Azaña «gobierna» sin garantías constitucionales. 15. Obligan a la Falange a pasar a la clandestinidad. 16. Casares Quiroga preside el
desorden y la violencia. 17. Los planes de Mola se adaptaron a todos. 18. Matar, matar, matar.
19. Los capitanes ya habían muerto. 20. José Antonio quiso negociar la paz. 21. Así se gestó la
unificación política franquista.
26
165 X 240 mm.
DICCIONARIO DE LA FALANGE
EN PRENSA
CARLOS CAMPOY GARCÍA
Nacido en Tetuán, Marruecos, en 1928, Carlos Campoy es Oficial Instructor de Término, licenciado en Ciencias de la Información y de la Educación, y ha cursado el doctorado en Derecho y
en Ciencias Económicas. Ex-Director del Instituto de Estudios Sindicales, Sociales y
Cooperativos de la Organización Sindical Española, y profesor de la Universidad Complutense.
Redactor diplomático de El Norte de Castilla y de la Agencia Colpisa. Ex-agregado laboral en
la embajada de España en Italia . Es vicesecretario del Consejo editorial de Plataforma 2003.
Este Diccionario de la Falange, mediante entradas ordenadas alfabéticamente, pretende dar
razón documentada y suficiente de cuantas voces permitan recuperar todo el acervo histórico,
político, social, económico y cultural de la Falange. Y ello, tanto en cuando a sus hombres y
mujeres como en cuanto a sus efemérides, obras y doctrina. Una vez rodado este diccionario en
su versión digital, en la web de Plataforma 2003, se procede a su edición convencional impreso
en papel.
27
165 X 240 mm.
JOSÉ ANTONIO (1903 - 1936) Y SU TIEMPO
Álbum de fotos
PLATAFORMA 2003
EN PREPARACIÓN
Este libro pretende recoger toda la iconografía gráfica existente sobre José Antonio
Primo de Rivera y las efemérides más importantes de su obra, Falange Española de
las JONS. Reunir y publicar sus abundantes fotografías es tarea difícil, desaparecidos ya
los hombres y mujeres que con él convivieron, para datar cronológicamente los distintos documentos. Sin embargo, esta obra es imprescindible y urgente dentro de la
ambición de Plataforma 2003 de salvar la memoria para poder proyectar el futuro.
A falta de testimonios que recojan su voz, salvo el de su brevísimo cortometraje cinematográfico, es necesario evitar que desaparezcan, o sigan permaneciendo desordenados, los soportes todavía disponibles de su imagen. Todo ello, situado en el contexto de su tiempo
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230 X 240 mm.
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Página 21
BIBLIOTECA CENTENARIO, 11
JOSÉ ANTONIO, TESTIMONIO (Antología)
EN PRENSA
ADRIANO GÓMEZ MOLINA
(Editorial DONCEL, 1969)
Publicada en 1969 por la Editorial Doncel, esta antología de José Antonio está considerada como
la mejor introducción o iniciación al pensamiento del fundador de Falange Española, al estar
elaborada por Adriano Gómez Molina, uno de los mejores expertos joseantonianos, autor de Las
gafas de José Antonio, Editorial Actas, Madrid, 2003, importante contribución con ocasión del
Centenario. SUMARIO: Prólogo. TESTIMONIO DE ESPAÑA: España. Dolor de España.
Patriotismo crítico. Política española. Encuentro con el pueblo. Tarea de España. CRÍSIS DEL
ORDEN LIBERAL: Juicio sobre el liberalismo. Sobre el socialismo. Las pretendidas soluciones.
Europa en crísis. HACIA UN NUEVO ORDEN POLÍTICO: Tarea de España en el mundo. Bases y fines
de un orden nuevo. Teoría de la revolución. Idea del Estado. Las formas de gobierno. La desarticulación del capitalismo. BREVIARIO DE ESTILO: Vale quien sirve. Perfil irónico. Sobre la
inteligencia. Su serena intimidad.
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148 X 210 mm.
16 POEMAS
EN PREPARACIÓN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
TEXTOS: Agustín de Foxá, Dionisio Ridruejo, David Jato, Rafael García Serrano, José Mª
Areilza y Mario Caponnetto. POEMAS: 1. Ya la noche... Cuánto tarda (¿1913?). 2. La majestad augusta del mar potente (1920). 3. La profecía de Magallanes (1921). 4. Calva lustrosa,
blanca pelambrera (¿1922?). 5. ¿Qué tienes en el cráneo, oh gran Benito? (¿1922?). 6.
Arraigaste en mi espíritu segura y suavemente (¿1923?). 7. Vivamos en el mundo (1925). 8.
Hemos bebido el sol disuelto en vino (1925). 9. Hoy ha comido el Nuncio en la Embajada
(1926). 10. Moribundo cantor, caduco y viejo (1927). 11. Jardin de Paterna, el tiempo (1930).
12. Julián, hermano: desde Castilla (1931). 13. Las rejas de esta cárcel son como una parrilla
(1932). 14. Fuente en el claustro de tu torre erguida (1933). 15. Sí... (Traducción conjunta con
J. Mª Areilza del poema IF, de Rudyard Kipling, en 1933). 16. Cara al Sol, con la camisa nueva,
(Himno de la Falange, 1935, en colaboración con Alfaro, Bolarque, Foxá, Mourlane Michelena,
Miquelarena, Ridruejo y Sánchez Mazas).
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165 X 240 mm.
EN PREPARACIÓN
LA FALANGE ESPAÑOLA Y SU FUNDADOR, JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
(1903-1936), EN EL MARCO DE LA SUPERACIÓN HISTÓRICA DE LA II REPÚBLICA
Traducción por Eloísa Suárez
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165 X 240 mm.
FRANK PETER GEINITZ
Esta tesis alemana, Die Falange Española und ihr Gründer José Antonio Primo de Rivera
(1903-1936) - im Rahmen der Bewältigung der Vergangenheit der Zweiten Spanischen Republik
(1931-1939), aprobada en la Universidad alemana Ludwig Maximilian, de Munich, en 2007, es
la más reciente contribución a la ya extensa bibliografía universal académica sobre José Antonio
Primo de Rivera. Al ser traducida al español, y publicada por Plataforma 2003, se une a la tesis
española de Moisés Simancas (Universidad Autónoma de Madrid, mayo de 1999, núms. 7 y 17
en esta misma colección Biblioteca del Centenario) y a la tesis francesa de Arnaud Imatz,
(Universidad de Burdeos, 1975, núm. 6, también de la Biblioteca del Centenario). Con ello
creemos prestar nuestro mejor servicio al conocimiento universitario europeo de la figura del
fundador de Falange Española, al ofrecer a los estudiosos de habla española tres trabajos de la
máxima solvencia académica.
DE MI PUÑO Y LETRA (Facsímiles)
EN PREPARACIÓN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Se trata de recoger, reproducidos como facsímil, todos los documentos autógrafos, hoy
disponibles, de José Antonio. Su perfecta caligrafía, facilmente legible, permite así el
conocimiento directo de su pensamiento de la forma más auténtica. La última decisión sobre la
publicación de este libro depende del hallazgo de los famosos cuadernos de los apuntes de las
clases de Política Social del profesor Olariaga en su curso del Doctorado de Derecho, hasta ahora
perdidos. También depende del acceso a los documentos de la no menos famosa maleta de José
Antonio en la cárcel de Alicante, entregada a Prieto después de su ejecución; documentos publicados por Miguel Primo de Rivera y Urquijo como Papeles Póstumos de José Antonio, (Plaza
y Janés, Barcelona, 1996). Si todo ello se consiguiera, este hermoso libro sería el digno remate
de la obra de José Antonio editada por Plataforma 2003 como nuestro mejor homenaje con motivo del Centenario de su nacimiento. Y con él quedaría cerrada esta colección Biblioteca del
Centenario, dedicada a la recuperación de la figura y pensamiento de José Antonio Primo de
Rivera para la memoria histórica y colectiva de los españoles de nuestro tiempo.
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165 X 240 mm.
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BIBLIOTECA CENTENARIO, 12
OBJETIVO PRIORITARIO DE NUESTRO PROGRAMA EDITORIAL 2010-2012 ES EL CULMINAR
LA PUBLICACIÓN DE NUESTRA COLECCIÓN BÁSICA “BIBLIOTECA DEL CENTENARIO” EN 2012
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Pedidos a:
Plataforma 2003: c/. Alonso Cano 66, 2º sótano puerta 5 - 28003 Madrid. Teléfono: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
Apartado de Correos 13.069 - 28080 Madrid e-mail: [email protected] - www.plataforma2003.org
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Y VIVENCIAS
TESTIMONIOS
¡¡NUEVA COLECCIÓN!!
Editorial
Plataforma 2003
LA VIDA QUE VIVÍ CON LOS DEMÁS
CEFERINO L. MAESTÚ BARRIO
EN VENTA
Nacido en Vigo (1920), periodista de activa vida profesional, Maestú es uno de los más destacados miembros de la que él llama la generación perdida, de cuyos esfuerzos, triunfos y fracasos da testimonio. Con este libro se inicia la nueva colección TESTIMONIOS Y VIVENCIAS.
SUMARIO: 1. A mi padre lo asesinaron el 27 de julio. 2. Madrid fue un pequeño rincón. 3. La
guerra no es para asesinar. 4. Una muchacha anciana vuelve a ser feliz. 5. Noche de estrellas en busca
de la luz. 6. Aquella locura de un sindicato cristiano en los años 40. 7. La pasión americana de una
juventud. 8. Una princesa de Battenberg se muere de hambre en Madrid. 9. La generación perdida. 10. Tres falangistas que creyeron en la Revolución. 11. Mi esposa se llama Josefina. 12. La
España que se tragó «La Ballena». 13. La Falange se acabó. 14. Y creyeron en la utopía de verdad. 15. A la cárcel por Comisiones. 16. Tenemos Rey. 17. Todos eran monárquicos. 18. Adolfo
no gobernó la transición. 19. Los nuevos sindicatos eran viejos. 20. La Democracia de la corrupción. 21. Ya somos europeos.
1
148 X 210 mm., 192 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-15-9
LA CUARTA ESPAÑA DEL 36. Memorias de un niño de la guerra
EN VENTA
JOAQUIÍN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
SUMARIO: 1. Primeros recuerdos: 1.1. En Jaén donde residía. 1.2. Personajes populares. 1.3. La
escuela de don Manuel. 1.4. El bullicio. 1.5. La bodega y el bodegón. 1.6. El Arrabalero. 1.7. Mi
trabajo en el bodegón. 1.8. La política en la calle. 2. La II República: 2.1. El bienio progresista. 2.2.
La cuestión religiosa. 2.3. La reforma militar. 2.4. La reforma agraria. 2.5. El orden público. 2.6. El
gobierno de derechas. 2.7. Las elecciones del 36. 2.8. La victoria del Frente Popular. 3. La guerra:
3.1. Miedo y juerga. 3.2. Todos éramos rojos. 3.3. Los paseos. 3.4. Así se escribe la Historia. 3.5.
Los bombardeos. 3.6. La vida cotidiana. 3.7. El frente de batalla. 3.8. La aurora boreal. 4. La Paz:
4.1. El "Día de la Victoria". 4.2. El estraperlo. 4.3. Vuelta a la escuela. 4.4. El Instituto. 4.5. Las
Falanges Juveniles de Franco. 4.6. Las marchas. Apéndices I. Antecedentes: 1. Minifundios. 2.
Latifundios. 3. Monarquía. 4. Caciquismo. 5. Militarismo y antimilitarismo. 6. Anticlericalismo y
terrorismo. 7. Crisis del sistema. 8. Dictadura. 9. Dictablanda. 10. La Gran Depresión. II. Ideologías
1. Religión. 2. Liberalismo. 3. Anarquismo. 4. Socialismo. 5. Nacionalismo. 6.- Fascismo. 7.
Falange Española. III. Referencias.
2
148 X 210 mm., 262 pp. 18 €
I.S.B.N.: 978-8496198-25-8
¿MEMORIA HISTÓRICA? SÍ, PERO PARA TODOS
JOSÉ ATAZ HERNÁNDEZ
¡¡¡NOVEDAD!!!
SUMARIO: I. Preámbulo. II. Introducción. III. Las requisitorias del Juez Garzón. IV. El caldo
de cultivo de la guerra civil. V. El número de las víctimas de la guerra civil VI. Homicidios en
la zona roja: 1º. Mis recuerdos personales. 2º. Testimonios ajenos: A. Fosas comunes.Paracuellos. B. Otras Fosas comunes.- El túnel de Usera. C. Checas: a. Checas de Madrid. b.
Checas de Valencia. c. Checas de Barcelona. D. Barcos Prisión: En Cartagena. En Bilbao. En
Santander. En Castellón de la Plana. En Almería. En Tarragona. En Mahón. En Barcelona. E.
Trenes de la muerte. F. El problema de las embajadas en Madrid. G. Asaltos y sacas en cárceles.
Cronología. H. Asesinatos en pequeños grupos o individuales. I. Casos singulares de horripilante
salvajismo. J. Destrucción del patrimonio artístico. VII.- Homicidios en la zona Nacional: A.
Badajoz. B. Guernica. C. Carretera de la muerte. D. Los actos represivos del franquismo. VIII.
Conclusiones. IX. Addenda: A. "Guerra Civil" por Miguel de Unamuno. B. Falange Española de
las JONS y la represión (textos de Manuel Hedilla). C. Discurso en Burgos por el general Yagüe.
(Este libro incluye 32 páginas de ilustraciones con sus respectivos textos).
3 148 X 210 mm., 252 pp. 20 €
I.S.B.N.: 978-8496198-26-5
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TESTIMONIOS Y VIVENCIAS, 2
LA REVOLUCIÓN PENDIENTE
Memorias
¡¡¡NOVEDAD!!!
EMILIO ADÁN GARCÍA
El autor (Valencia, 1933), nos facilita en este libro el recuerdo de las vivencias de su juventud
de las que nos da testimonio. Licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, abogado
en ejercicio desde 1959 y jefe de la asesoría jurídica de Altos Hornos del Mediterráneo, S.A., ha
sido jefe de Escuadra, Falange, y Centuria. Delegado de Deportes, jefe de la 1ª Línea y del
Distrito Universitario de Valencia, director del Colegio Mayor «Alejandro Salazar». Alcalde de
Sagunto y Diputado provincial. SUMARIO: Introducción. 1. El día que yo nací. 2. Las
Banderas victoriosas. 3. En el pupitre y con uso de razón. 4. Los veraneantes. 5. Cubre tu pecho
de azul español que hay un hueco en mi escuadra. 6. La vida que me ha tocado en suerte. 7. La
revolución pendiente. 8. Entre el SEU, la Falange y la Universidad. 9. En tu propio solar
quedaste fuera. 10. Pero allí donde estés, cree y espera. Epílogo.
4
165 X 240 mm.
AQUI HUBO UNA GUERRA
¡¡¡NOVEDAD!!!
OTRA MEMORIA HISTÓRICA. OTRA ANTOLOGÍA
ENRIQUE DE AGUINAGA
Para Aguinaga (Valverde del Fresno, Cáceres, 1923), la guerra (1936-1939) es la explicación que
no se puede postergar y, menos aún, olvidar si se quiere entender todo el proceso histórico y
político hasta nuestros días, del que se puede deducir tanto la razón (¿de dónde venimos?) como
las características de la llamada herencia española. Este libro es una antología de más de un millar de textos, que suponen la cita de medio millar de personas y están documentados con más
de mil notas a pie de página. SUMARIO: Explicación. 1. Dedicatoria. 2. Guerra nuestra. 3. Me
prometen un par de botas. 4. Pedradas a la luna. 5. La forja de un proscrito. 6. Me dejo el bigote.
7. Pie a tierra. 8. La historia pendiente. 9. Síntesis y dificultad. 10. Elijo Arriba. 11. “Soy
nacionalsindicalista”. 12. Entre la vigencia y la utopía. 13. Dislocación. 14. Y ahora ¿qué? 15.
Variaciones sobre el mismo tema. 16. En España. 17. En la atadura. 18. En el testamento. 19.
Franquismo para antifranquistas. 20. Parisino, parisiense.
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MEMORIAS DE UN FALANGISTA
¡¡¡NOVEDAD!!!
SOMBRAS Y ALGUNAS LUCES
JOSÉ LUIS DE BEAS HERRERO
Nacido el 25 de octubre de 1923 en Almendralejo (Badajoz), el autor es doctor en Filosofía y
Letras por la Universidad Complutense. Antropólogo cultural y periodista. Ha explicado
Historia, Historia del Arte y Sociología en los Institutos Quevedo, Ortega y Gasset y
Santamarca. Profesor de Antropología cultural en el doctorado de la Universidad Complutense
y de Etnografía Peninsular en la Universidad Autónoma de Madrid. Crítico literario en La
Estafeta Literaria y en Radio Nacional de España, emisora de la que ha sido programador y
redactor. Su tesis doctoral versó sobre Psicosociología de la delincuencia juvenil: homosexualidad, prostitución y drogas (1968-1969). Como experto fue coordinador de la Comisión del
Estudio del alcohol y de las drogas en el Instituto Nacional de la Juventud. En estas memorias,
a lo largo de veintitrés capítulos, Beas recoge su testimonio personal de la preguerra , de la guerra civil y de la posguerra con personajes totalmente verídicos.
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ASEDIO Y VOLADURA DE “EL ALCAZAR”
EN PRENSA
ANTONIO GIBELLO GARCÍA
Antonio Gibello (n. 1932), periodista, como editorialista del diario Arriba, obtuvo en 1967 el
Premio Nacional de Periodismo. En 1971 se hizo cargo de la dirección del diario El Alcázar,
responsabilidad en la que le sucedió Antonio Izquierdo ya con la transición democrática en marcha. En 1985 publicó José Antonio, ese desconocido (Madrid, Dyrsa), 2ª versión ampliada de su
José Antonio, apuntes para una biografía polémica editada por Doncel en 1974. Asociado fundador de Plataforma 2003, en 1999, Gibello ha figurado, siempre en primera línea, en cuantas
iniciativas falangistas han intentado, una y otra vez, el resurgimiento del movimiento que fundara José Antonio. En cuanto a la operación de acoso y derribo de El Alcázar, molesta conciencia crítica de la Transición, este libro es el testimonio veraz y documentado del penoso episodio
nada democrático de su asedio y voladura; todo ello narrado por un testigo excepcional de esta
página, nada gloriosa, de nuestra recién estrenada democracia. En el haber profesional de
Antonio Gibello cuenta haber sido redactor jefe de la agencia Pyresa y activo colaborador de El
Español, Radio Nacional y TVE. Como enviado especial ha recorrido los cinco continentes.
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TESTIMONIOS Y VIVENCIAS, 3
SIN EMBARGO, VIVIMOS
PABLO ORTEGA
EN PROYECTO
Pablo Ortega Rosales (1926- 2000) nació en Madrid en el seno de una familia ilustrada, hijo de
Manuel Ortega y Gasset, hermano del filósofo. Militó en el Frente de Juventudes en la centuria
Íñigo de Loyola de la que era jefe Ceferino Maestú, subjefe Jaime Suárez y capellán el padre
Llanos. Inició sus primeros estudios en el Instituto Escuela. En 1937 huye de España con su
familia. Ya en Madrid, acaba el bachillerato en el colegio Areneros de los PP. Jesuitas. Tras cursar dos años de Ciencias Exactas, obtiene la licenciatura en Ciencias Económicas en la Facultad
de San Bernardo. Dirige las revistas De Economía, Revista de Economía Política y el semanario
Desarrollo. Su vida profesional pasó por los sindicatos nacionales, los gabinetes de estudio de
Presidencia de Gobierno y del Ministerio de Agricultura. En 1972 saltó a la empresa privada en
la vertiente financiera. Es autor de numerosos trabajos de investigación y de cientos de artículos. Siempre comprometido con la lealtad y fidelidad joseantoniana, participó decisivamente en
las tareas fundacionales de Plataforma 2003, hasta su fallecimiento el 13 de marzo del año 2000.
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ESCRITOS Y DISCURSOS
Desde la lealtad y la fidelidad
JESÚS LÓPEZ CANCIO
EN PRENSA
Licenciado y Doctor en Derecho por la Universidad de Oviedo, Jesús López Cancio (Avilés,
Asturias, 1917-Madrid, 2008), participó en la Guerra Civil en una Bandera de Falange. Alcalde
de Tapia de Casariego, Vicesecretario Provincial Sindical de Ordenación Económica de Asturias,
Jefe de Distrito del Frente de Juventudes de Asturias, Gobernador Civil de Palencia, Delegado
Nacional de Juventudes, Gobernador Civil de Navarra, de Santander y de Madrid. Ministro
Togado del Tribunal de Cuentas. Asociado a Plataforma 2003 desde su fundación, en este libro
se recogen los testimonios y vivencias de una vida entregada al servicio de la Patria; sobre todo,
de su juventud. Y para quiénes, en Plataforma 2003, tuvimos el honor de servir a España a las
órdenes de López Cancio, significa la publicación de esta obra el reconocimiento de su ejemplo de
lealtad y fidelidad a José Antonio como categoría, más allá de toda anécdota política. Y una importante contribución a nuestro empeño de recuperar nuestra inmediata memoria histórica.
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REVIVISCENCIAS
JOSÉ Mª DE LLANOS, S.J.
EN PROYECTO
El padre jesuita José Mª de Llanos (1906-1992), durante años y años, a lo largo de la fecunda etapa
falangista de su vida, hizo donación de su dedicación absoluta a los muchachos del SEU y del
Frente de Juventudes. Incansable, adoctrinó en albergues, campamentos, marchas volantes y peregrinaciones. Y, sobre todo, ejercicios espirituales. Como homenaje al Padre Llanos hemos agavillado unos artículos que, bajo el título genérico de “El hombre y su tiempo” y el más específico de
Reviviscencias del Padre Llanos, fueron publicados en la revista Hechos y dichos, de los jesuítas
de Zaragoza, desde mayo de 1975, en entregas mensuales, y sus colaboraciones en las revistas del
S.E.U. La Hora y Alcalá. SUMARIO: Razón y sentido. 1.- Nacional Catolicismo. 2.- Los Luises,
como Estado Mayor. 3.- La juventud de Acción Católica ¿glorioso lanzamiento sin sentido 4.Cursos de cristianismo acelerado. 5.- el Frente de Juventudes ¿quebrada ilusión? 6.- El S.E.U. Las
mas duras flores se ajan. 7.- Los grupos de agitación hispánica y secuelas. 8.- La Universidad como
dardo y problema. 9.- El S.U.T., experiencia significativa y quimérica. Anexo: Colaboraciones.
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MIS SIETE VIDAS
DE LAS BRIGADAS ANARQUISTAS A JUEZ
JOSÉ Mª GARCÍA ESCUDERO
EN PROYECTO
DEL
23-F
Doctor en Derecho, licenciado en Ciencias Políticas, Letrado de las Cortes, notario, historiador,
General auditor del Ejército del Aire, José Mª García Escudero (1916-2002), falangista desde la
primavera de 1936, combatió en el ejército rojo hasta que en mayo de 1938 logró pasarse a la
zona nacional. Alférez provisional en la 7ª Bandera de Castilla. Profesor de Política exterior
española en la facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid. En 1951 y 1962, director general de Cinematografía y Teatro. Participó, en 1999, en la fundación de Plataforma 2003.
Entre sus numerosas publicaciones figuran: José Antonio entre dos generaciones (Asturias,
Jefatura Provincial de FET y de las JONS, 1957), Historia política de las dos Españas (Editora
Nacional, 2ª ed. 1976), que fue Premio Nacional de Historia Menéndez y Pelayo, A vueltas con
las dos Españas (Madrid, BAC, 1979) y Los españoles de la conciliación (Madrid, EspasaCalpe, 1987). Desde sus sucesivas tribunas en Arriba, Ya y ABC siempre alentó a la juventud.
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TESTIMONIOS Y VIVENCIAS, 4
LA REBELIÓN DE LOS ESTUDIANTES
Apuntes para una historia del alegre SEU
DAVID JATO MIRANDA
EN PROYECTO
Periodista, asturiano (Campomanes), David Jato Miranda (1915-1978) participó en la fundación
del SEU y fue redactor de su revista Haz. Delegado en el II Consejo Nacional del SEU (11-16
de abril de 1935), fue detenido con José Antonio y la mayoría de la Junta Política el 14 de marzo
de 1936. Durante la guerra civil destacó en la organización de la Falange clandestina en Madrid.
Marcha voluntario a Rusia como soldado en la División Azul. A su regreso es nombrado secretario nacional del Departamento de Información e Investigación (1941), Delegado nacional de
Propaganda (1943) y presidente del Sindicato Nacional del Espectáculo. En 1974 fundó la asociación “Antiguos miembros del SEU” con la que participó en el Pacto de Matute de junio de
1976. En 1953 publicó La rebelión de los estudiantes, testimonio y vivencia de primera mano
del la historia del primer SEU, “gracia y levadura de la Falange”, esperanza malograda de la revolución que preconizara José Antonio. (En la cubierta, foto del II Consejo Nacional del S.E.U.
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LA GRAN ESPERANZA
RAFAEL GARCÍA SERRANO
EN PROYECTO
Periodista y escritor, navarro (Pamplona), Rafael García Serrano (1917-1988) fue fundador del
SEU en su ciudad natal (1934). Editó su primer libro, Cock-tail, en Pamplona (1934). El 18 de
julio se alistó en la columna de García Escámez (Batallón de montaña Sicilia núm. 8) participando en la marcha sobre Somosierra. Fundador con Fermín Yzurdiaga del diario pamplonés
Arriba España, del que fue subdirector en 1938. También colaboró en Jerarquía, la revista negra
de la Falange. En ese mismo año, 1938, publica su novela Eugenio o la proclamación de la primavera, inspirada por la figura de Eugenio Lostau, su jefe del SEU de Filosofía y Letras en la
Universidad de Madrid. Esta novela, junto a Leoncio Pancorbo (1942), de José Mª Alfaro (19061994), de Javier Mariño (1943), de Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999), el Amadís (1943),
de Ángel Mª Pascual (1911-1947) y Después del desenlace. Tres cartas de amor de un
escuadrista romano (1945), de Gaspar Gómez de la Serna (1918-1974) han sido las primeras
lecturas falangistas de los universitarios de la generación del 50.
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PEQUEÑA HISTORIA DE AYER
EN PROYECTO
VISTO Y VIVIDO, 1931-1937 Y ESCUCHO EL SILENCIO
MERCEDES FÓRMICA
Natural de Cádiz, Mercedes Fórmica-Corsi Hezode (1918-2002), escritora y abogada, fue con
Justina Rodriguez de Viguri (la que fue luego esposa de Narciso Perales), las dos únicas mujeres
que intervinieron en el I Consejo Nacional del SEU. Delegada del SEU femenino en la Facultad
de Derecho de Madrid y, desde febrero de 1936, Delegada nacional en sustitución de Justina.
Tras la guerra civil, dirige la revista Medina de la Sección Femenina. En 1952 inicia en el diario
ABC una campaña jurídica en favor de la mujer española que, con el apoyo de las procuradoras
de la Sección Femenina, culmina en una modificación esencial de los códigos Civil y Penal. Su
ilustre carrera literaria la inicia con Vuelve a mi (1944) y Mi mujer eres tú (1946). Fue finalista
del Premio Ciudad de Barcelona con Monte de Sancha (1951). En su copiosa obra, destacan los
libros de investigación histórica La hija de don Juan de Austria (1973, Premio Fastenrath de la
RAE) y María de Mendoza (Solución a un enigma histórico), de 1984. En la cubierta, foto del
I Consejo Nacional del S.E.U.(M. Fórmica figura a la izquierda de José Antonio).
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MEMORIAS DESDE MI ALDEA
PRÓLOGO DE MERCEDES SANZ BACHILLER
JAVIER MARTÍNEZ DE BEDOYA
EN PROYECTO
Natural de Bilbao. Javier Martínez de Bedoya Carande (1914-1991) estudió Derecho en la
Universidad de Valladolid, donde conoce a Onésimo Redondo. Se afilia a las JONS y colabora
asiduamente en Libertad y en Igualdad. Participa en el Consejo Nacional jonsista de 11 y 12 de
febrero de 1934 que decidió la fusión con Falange Española. En nombre de los estudiantes intervino en el mitin del Teatro Calderón de Valladolid el 4 de marzo de 1934. Cuando en enero de
1935 Ramiro Ledesma Ramos abandona la Falange, Martínez de Bedoya le sigue. Después se
marcha a Alemania, a Heidelberg, a preparar su tesis doctoral. Allí le sorprende el 18 de julio.
Reintegrado a Falange, Ramón Serrano Suñer le confía la Dirección General de Beneficiencia,
de la que depende el Auxilio Social, organismo fundado y dirigido por Mercedes Sanz Bachiller,
viuda de Onésimo Redondo, con la que contrae matrimonio en noviembre de 1939. Procurador
en Cortes y miembro del Instituto de Estudios Políticos, es agregado de Prensa en Lisboa y París.
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LA POLAR ES
LO QUE IMPORTA
¡¡NUEVA COLECCIÓN!!
Editorial
Plataforma 2003
DEL FRANQUISMO A LA DEMOCRACIA
EN VENTA
¿Caída o evolución de un régimen?
ÁNGELO HÜSLER
Ángelo Hüsler (Milán, Italia, 1935) es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas pr la
Universidad de Lausanna. Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Ginebra. Exdiplomático suizo, ha ejercido como ejecutivo empresarial en varios países europeos. Este libro
es la versión española de Du Franquisme a la Démocratie. Effondement ou évolution d’un
régime?, Ed. Age d’Homme, Lausanne, Suiza, 2003.
Con este libro, Plataforma 2003 inicia su colección LA POLAR ES LO QUE IMPORTA.
SUMARIO: Prólogo. Introducción. 1. Los fundamentos de la transición. 2. La Falange: el espejismo del partido único y su desaparición 3. El Movimiento Nacional: Apertura e inmovilismo.
(1963 - 1971). 4. Activismo en la calle y en los círculos del Poder (1972). 5. Las Asociaciones
Políticas (1973 - 1975). 6. La Reforma Política (1976). Conclusiones. Anexos: I. La evolución ideológica del Régimen. II. Las Asociaciones Políticas. III. La Reforma Política. IV. La carta de los 39
(6 de enero de 1973). V. Discursos en el debate de la Reforma Política. Bibliografía.
1
148 X 210 mm., 192 pp. 20 €
I.S.B.N.: 978-8496198-18-0
ESPAÑA EN LA ENCRUCIJADA
¡¡¡NOVEDAD!!!
¿Hacia una segunda transición?
JESÚS LÓPEZ MEDEL
Nacido en Daroca (Zaragoza, 1927, día del Corpus). Realizó estudios de Derecho y doctorado. Se
incorporó en 1951 a la Cátedra de Derecho Natural y Filosofía del Derecho. Profesor de Filosofía
y Metodología de las Ciencias Sociales. Premio Nacional de Literatura (ensayos políticos).
Diplomado en Ciencias sociales. Letrado sindical. Presidente de la Federación Europea de Centros
de Enseñanza (FEDE). Jurisperito. Consejero Togado del Aire. Registrador de la Propiedad.
SUMARIO: Autógrafo de Antonio Mingote. Viñeta de G. Pantalla “populares en la transición”
XXV aniversario (Blanco y Negro, 27-10-1977) I. Prólogo-Presentación. II. Nota preliminar.
Motivaciones, Interrogantes y Testimonios. III. Libertad religiosa y laicismo. IV. Matrimonio y
familia. V. Educación y enseñanza. VI. Terrorismo. VII. Unidad de España y Constitución. VIII.
Justicia y Derecho. IX. Ejército. X. El Estatuto de Cataluña. XI. El Estatuto de Cataluña y sus efectos en los demás Estatutos. XII. Proceso Electoral. XIII. Más allá de la crísis económica XIV.
Anexos, hombres, historia, documentos.
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148 X 210 mm., 392 pp. 20 €
I.S.B.N.: 978-84-96198-27-2
ISLAM CONTRA OCCIDENTE
EN PRENSA
LUIS BUCETA FACORRO
Doctor en Ciencias Políticas, Luis Buceta Facorro (Pontevedra, 1928) es licenciado en Derecho.
Diplomado en Psicología, en Sociología y en Estudios sindicales. Catedrático de Psicología
social en la Universidad Pontificia de Salamanca. Catedrático de Teoría General de la
Información en la Universidad Complutense de Madrid, miembro del Seminario de Pensamiento
y análisis de la sociedad (Instituto León XIII). Centuria «Matías Montero». Jefe del Dpto. de
Colegios Menores, Jefe Central de la OJE (Delegación de la Juventud). Secretario Nacional de
la Comisión para el SEU. Subdirector general en el Ministerio de Educación. Director de TVE.
Director del Instituto de la Juventud. En la actualidad es Presidente de Plataforma 2003.
SUMARIO: Introducción. 1. De la seguridad a la inseguridad. 2. Fundamentalismo y terrorismo islamista. 3. De dónde a dónde. 4. Inmigración y penetración islámica. 5. Modelos de integración y realidad de Europa. 6. Del diálogo a las concesiones. 7. Al - Andalus: la reivindicación
islámica de España. 8. Reflexiones. Bibliografía.
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LA POLAR ES LO QUE IMPORTA, 2
LOS REFORMISTAS AZULES
EN PRENSA
JOSÉ MARÍA ADÁN
José María Adán García (Segorbe, Castellón, 1931), jefe de Centuria del Frente de Juventudes,
director de las revistas del SEU Claustro y Nosotros, con actividad profesional, desde 1959, en Altos
Hornos del Mediterraneo, S.A., Consejero nacional por elección, Procurador en Cortes por Valencia
(1971-1977) y Gobernador Civil de la Rioja (1976-1978). Autor de Ensayos Sociales (Plataforma
2003). En este libro explica la decisiva participación de los falangistas universitarios pertenecientes
a la generación del 50 en la reforma política interna del régimen franquista (en la foto de la portada
pleno de las Cortes el 18 de noviembre de 1976 en que se aprobó la Ley para la Reforma Política).
SUMARIO: I. Introducción. II. Raíces y memoria histórica: Pasos con huella. Europa. Ora et labora. Claustro. Diversas asociaciones como base de acción. III. Los reformistas en las instituciones:
El canto del cisne del Consejo Nacional. El Estatuto de las Asociaciones Políticas. El harakiri de las
Cortes. La Ley para la Reforma Política. Su referendum. Primeras elecciones democráticas: 1977 y
1979. IV. La democracia de síntesis: El difícil camino de la democracia. Testimonios colectivos. V.
Una nueva generación llega a compartir el poder político: Pasamos a la acción VI. Fallece el
Caudillo: las presiones políticas. VII. Genio y figura hasta la sepultura. Epílogo. Bibliografía.
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¡¡¡NOVEDAD!!!
EL LEGADO DE JOSÉ ANTONIO
Rehabilitación de su figura. Actualización de su ideario. Su propuesta actual
JAIME SUÁREZ
Como contribución al X aniversario de Plataforma 2003, y primera entrega de una trilogía titulada
“José Antonio ayer, hoy, y mañana”, Jaime Suárez (Madrid, 1927), en este libro, y a través de sus tres
partes, pretende explicar: 1º.- Lo que nunca fue José Antonio y, si lo fue alguna vez, ya lo había dejado de ser antes de su muerte: fascista, totalitario, violento, y golpista.. 2º.- Lo que si lo fue él, hoy ya
no lo podemos seguir siendo nosotros: no parlamentario, no partidario de los partidos políticos, propugandor de la democracia orgánica como único sistema de participación política y, menos aún, defensores de unos sindicatos verticales como vertebradores de la economía nacional y recaudadores de las
plusvalías. 3º.- Lo que hoy permanece de su ideario como lo más permanente y válido para el futuro,
y en lo que consiste nuestra propuesta actual joseantoniana: hegemonía social de lo espiritual, suprema realidad de España, imperativo categórico de unidad, patriotismo crítico, restitución del orgullo de
ser español, recuperación de una conciencia nacional, defensa a ultranza de la libertad, dignidad e integridad de la persona, revolución “desde arriba”, (En la portada, traslado de los restos de José Antonio
al Valle de los Caídos, 30 de marzo de 1959, foto de Lucas Linacero).
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¿A DÓNDE VAS, ESPAÑA?
EN PRENSA
JAIME SUÁREZ
SUMARIO: Introducción: Razón de la portada: manifestación y guardia civil puño en alto. 1.
España, perpetuo borrador inseguro. Dos ocasiones perdidas: la Dictadura y el 14 de abril. 2.
¡No es esto! José Antonio recoge la bandera abandonada del 14 de abril: Por qué y para qué
funda Falange Española (29 octubre 1933). 3. PSOE y ERC dinamitan la II República Española:
6 octubre 1934. 4. España frente a España: El Frente Popular (16 febrero 1936). 5. 17 julio 1936:
fracaso del golpe de Estado para la rectificación «desde dentro» de la II República. 6. Guerra
civil (1936-1939): España en ruinas. 7. La Revolución queda pendiente. 8. 20 de noviembre
1975: Clausura de un período de nuestra Historia. 9. 6 de diciembre 1978: ¿Otra oportunidad de
reconciliación nacional ya perdida? 10. PSOE y ERC cancelan la transición y anulan la concordia: resurrección de las dos Españas. 11. 2006: España continúa en perpetuo borrador inseguro.
Apertura encubierta de un nuevo período constituyente. 12. ¿Y, ahora, qué? Otra vez ¡no es esto,
no es esto! 13. Propuesta: salvar la memoria común para la recuperación del proyecto joseantoniano de la síntesis de las dos Españas.
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REFORMA NECESARIA DE LA CONSTITUCIÓN DEL 78
EN PREPARACIÓN
Urgente regeneración democrática de España
JAIME SUÁREZ
Imposible dar, ahora, el índice definitivo de este libro, último de la trilogía José Antonio ayer,
hoy y mañana en tanto no se conozca la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto
de Cataluña. En cualquier caso, todo hace presagiar que el gran debate futuro, pero ya inmediato, se va a entablar en torno a la reforma de la Constitución del 78. Y en este debate, -siempre,
eso sí, en el plano metapolítico de las ideas-, no puede estar ausente Plataforma 2003.
Entendemos que nos corresponde promover, hoy, la misma misión que asumió José Antonio
cuando propuso la necesaria rectificación de la II República “desde dentro”. Ahora, lo que procede es incitar a recoger de la calle la bandera de la convivencia y concordia entre todos los
españoles, enarbolada en su día por la Transición, a media asta en la misma Constitución del 78
y, hoy, bandería contra bandería, abandonada. Tan necesario como urgente, es un proyecto de
reforma de la Constitución capaz de ser asumido por todos los que, por encima de cualquier partidismo, tengan nuestra misma preocupación por España, tan plural como una.
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LA POLAR ES LO QUE IMPORTA, 3
Primera entrega de la trilogía “José Antonio ayer, hoy, y mañana”
¡¡¡NOVEDAD!!!
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EL LEGADO DE JOSÉ ANTONIO
Rehabilitación de su figura.
Actualización de su ideario.
Su propuesta actual para España.
JAIME SUÁREZ
ste libro es continuación de Qué es Plataforma
2003. Por qué y para qué somos lo que somos; y,
por ello, prolonga y extiende la conversación, entonces
iniciada, con Beatriz Avilés sobre el pasado, presente y
futuro de nuestro proyecto para la justa restitución de
José Antonio, más allá de todo partidismo, al patrimonio común de todos los españoles. Causa ésta siempre
entendida como una tarea moral y no como una operación política. Y por encima de la actual resurrección de
la confrontación fratricida de las dos Españas, frente
al decidido propósito vandálico de hacer desaparecer
toda huella histórica de José Antonio. Todo ello, ante
la lamentable pasividad e indiferencia, cuando no complicidad, de la mayoría de nuestros compatriotas, tanto
de la izquierda como de la derecha, que en esto como
en tantas cosas se dan la mano en esta hemipléjica
España.
na vez restituído José Antonio, en su pensamiento
y obra, a su verdadero rostro con la publicación
de sus genuínas y auténticas Obras Completas en nuestra edición del Centenario, y como continuación, repe-
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timos, de la propuesta de redefinición institucional de nuestras señas de identidad, Plataforma 2003 publica ahora El
Legado de José Antonio. Con una introducción sobre su
contexto histórico (la II República y la generación del 31),
este libro consta de tres partes. A saber: 1. Rehabilitación
de José Antonio. 2. Actualización de José Antonio y 3. Una
propuesta joseantoniana para España. Con ello se pretende explicar: a.- Lo que nunca fue José Antonio y, si lo fue
algún tiempo, ya lo había dejado de ser a su pronta muerte. Esto es: fascista, totalitario, violento y golpista. b.- Lo
que si lo fue él, porque su tiempo así se lo demandó, hoy
nosotros ya no podemos seguir siéndolo porque nuestro
tiempo nos lo impide. O sea, no parlamentario, no partidario de los partidos políticos, propugnador de una democracia orgánica como único sistema de representación y
de participación, defensor de unos sindicatos verticales
como vertebradores de la economía nacional y recaudadores y distribuidores de las “plus valías”. c.- Lo permanente y válido, hoy, del ideario de José Antonio, base y fundamento de una propuesta sugestiva de futuro: hegemonía de
lo espiritual; suprema realidad de España; imperativo
categórico de unidad entre las tierras, las clases y los hombres de España; patriotismo crítico; devolución del orgullo
de ser españoles; conciencia nacional; libertad, dignidad e
integridad de la persona. Y una aclaración sobre el sentido revolucionario y su concepción de la justicia social en
José Antonio.
ntendemos que, así, Plataforma 2003 queda en condiciones de participar con eficacia en el cada vez más
urgente y necesario rearme espiritual y patriótico de
España. A El legado de José Antonio, seguirá ¿A dónde
vas, España? libro en que se trata el actual proceso de ruptura de lo que significó la Transición como concordia y la
paulatina reapertura de la dialéctica cainita de las dos
Españas con la creciente centrifugación autonómica de la
Patria común y la progresiva desaparición del Estado
español. Un tercer libro, Reforma necesaria de la
Constitución del 78, propone la necesaria rectificación de
esta II Restauración “desde dentro”. En efecto, tan necesario como urgente es, ya, un proyecto de reforma de la
actual Constitución capaz de ser asumido por todos aquellos que, por encima de todo partidismo, tengan una misma
preocupación por España, tan plural como una. Entonces,
D.m., quedará concreta y editada la prometida trilogía
José Antonio ayer, hoy y mañana.. Todo ello en expresión
de nuestra filiación joseantoniana, porque, como dijo el
gran poeta Luis Rosales:
“Vivir para agradecer, pues todo lo que
somos se lo debemos a alguien. Quien no
sabe que ha heredado su corazón, no
tiene corazón. Quien no sabe que ha
heredado sus ojos, es ciego. Quien no
sabe que ha heredado su lenguaje, sería
mejor que no hablara.”.
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COLECCIÓN
MI MOCHILA
Editorial Plataforma 2003
ÁLBUM DEL FLECHA
EN VENTA
Maqueta y digitalización: Beatriz Avilés
A. IBARRA
Entre la literatura infantil publicada por la Delegación Nacional de Juventudes, a través de su editorial Doncel, destaca su laureada colección La Ballena Alegre. También sus revistas juveniles
Balalín y Trinca, nunca superadas pero de costosa reproducción facsímil, por ahora aplazada. Este
Álbum del Flecha (1954) documenta y da fé de la limpieza y sana alegría del adoctrinamiento
entonces impartido; como demuestran, también, los textos de Formación del Espíritu Nacional,
bajo el mando de la Delegación Nacional por Jesús López Cancio, originales de Eugenio Bustos,
Luis de Diego, Gonzalo Torrente Ballester, Gaspar Gómez de la Serna, Eugenio Frutos, Torcuato
Fernández Miranda, Enrique Fuentes Quintana y Juan Velarde Fuertes, Efrén Borrajo y Manuel
Fraga. SUMARIO: 1. Biografía de José Antonio. 2. Historia de la Falange. 3. Biografía de Franco.
4. Campamentos. 5. Cultura y Arte. 6. Marchas por etapas. 7. Gestas militares. 8. Sanidad. 9.
Educación premilitar. 10. Educación física. 11. Religión. 12. Promesa de la O.J.E.
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215 X 305 mm., 48 pp., 20 €
165 X 240 mm.
I.S.B.N.: 978-8496198-05-0
CANCIONERO DE JUVENTUDES (1967)
EN PROYECTO
JOSÉ DE ARRIACA
SUMARIO: Advertencia al lector, por Antonio Castro Villacañas. Introducción. I. 1930-1936: la
canción de las JONS y su Himno de combate. Isabel y Fernando. Adopción de músicas alemanas:
El camarada. Antes del himno de Falange Española. Cara al Sol. Después del himno. II. 19361939:Canciones de la Guerra de Liberación. Los símbolos nacionales. La Infantería española.
Himnos militares. Unificación de fuerzas políticas. Calcos extranjeros. Las Organizaciones juveniles. Comienza un Cancionero propio. Temas de guerra. La juventud como tema. Campamentos
juveniles. Canciones conmemorativas. III. 1939-1942: La Organización Juvenil de la Paz.
Recuerdo a los caídos. Ambición imperial. Canciones dedicadas a la juventud. Hacia el Frente de
Juventudes. El momento político nacional. El “Día de la Canción”. Los primeros cancioneros. Los
cantos nacionales. Canciones al Caudillo. IV. 1941-1945: La II Guerra mundial. Las canciones alemanas. Himno de la División Azul. Sancho el fuerte y el tema de captación. Nuevos cancioneros.
La Academia José Antonio. Ordoño II. V. 1945-1955: El himno de las Falanges Juveniles de
Franco. Canciones del SEU. La Juventud por Gibraltar. Covaleda 1953 y 1954. VI. 1956-1965:
Nuevos rumbos. Juventudes. Evolución del Cancionero. Últimas creaciones. El actual Cancionero.
AIRE LIBRE
EN PROYECTO
MANUAL DE ACTIVIDADES
DELEGACIÓN NACIONAL DE JUVENTUDES
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165 X 240 mm.
(1964)
SUMARIO: Introducción. Primera parte: Principios que informan la vida campamental.
Segunda parte: Dirigentes y acampados. 1. El dirigente juvenil. 2. Técnica de la dirección de
actividades. 3. Psicología juvenil. 4. Clasificación y normas sobre acampados. Tercera parte:
Preparación y montaje del campamento. 1. Preparación 2. Montaje. Cuarta parte: Organización
1. Organización de funciones. 2. Organización de los servicios generales. 3. Organización administrativa y de intendencia. 4. Organización de los servicios de sanidad. 5. Organización de la vida
campamental. Quinta parte: Actividades. 1. Lecciones y actividades de formación político-social.
2. Lecciones y actividades de formación moral y religiosa. 3. Lecciones y actividades culturales.
Sexta parte: Actividades. 1. Lecciones y actividades de educación física. 2. Lecciones y actividades
de educación premilitar. 3. Lecciones y actividades sanitarias. 4. Actividades manuales. Séptima
parte: Actividades. 1. Otros medios de acampada. 2. Cabuyería. 3. Conocimiento de animales. 4.
Conocimiento del mundo vegetal. 5. Conocimiento de los terrenos. 6. Orientación. 7. Topografía.
8. Meteorología. 9. Transmisiones. 10. Rastreo. 11. Fuego y hornillos. Apéndice.
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BIBLIOTECA
GUERRA CIVIL
¡¡NUEVA COLECCIÓN!!
Editorial
Plataforma 2003
SERIE
I: ASILO DIPLOMÁTICO
LOS SUCESOS DE ESPAÑA VISTOS POR UN DIPLOMÁTICO
AURELIO NÚÑEZ MORGADO
EMBAJADOR DE CHILE Y DECANO DEL CUERPO DIPLOMÁTICO EN MADRID
EN PROYECTO
Entre todos los representantes diplomáticos en Madrid, en 1936, destacan: Félix Schlayer,
Cónsul de Noruega; Edgardo Pérez Quesada, Embajador de Argentina, y Aurelio Núñez
Morgado, Embajador de Chile, (foto en la portada), que lideró la labor humanitaria del Cuerpo
Diplomático como Decano hasta su expulsión por el Gobierno de Valencia en abril de 1937.
Cuenta rendida de todo ello es este libro, editado en Buenos Aires en 1941 y ahora impreso por
vez primera en España, con el que Plataforma 2003 inicia su colección BIBLIOTECA de la
GUERRA CIVIL, como homenaje español.a quiénes, con notorio riesgo, sirvieron la causa de
salvar tantas vidas. SUMARIO: 1. Situación social. 2. Situación política. 3. Alzamiento militar.
La Guardia Civil. 4. La Revolución social. 5. Labor del Cuerpo Diplomátivo. El Hospital
diplomático. El Hogar chileno. El aprovisionamiento. 6. Bajo la bandera de Chile. Algunas escenas en la Embajada. Incidente de Valencia. 7. El derecho de asilo. Anexo: Anotaciones de bautizos, matrimonios y defunciones en la Embajada de Chile durante la Revolución.
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HEROÍSMO CRIOLLO
EN PROYECTO
LA MARINA ARGENTINA EN EL DRAMA ESPAÑOL
CLARA CAMPOAMOR Y FEDERICO FERNANDEZ-CASTILLEJO
A falta de un texto del Embajador de Argentina, Edgardo Pérez Quesada, ofrecemos este libro,
editado en Buenos Aires en 1939, que narra la contribución argentina a la humanitaria tarea en
favor de los refugiados en su Embajada en Madrid. SUMARIO: I. Se abre una puerta azul y
blanca. II. Una mujer valiente. III. El alimento preferido a bordo. IV. Amor galante. V. El derecho de asilo. VI. Cómo se salvó un ex-ministro. VII. Patrulla que se esfuma. VIII. Fascista a la
fuerza. IX. Veinte años más. X. Campeones de natación. XI. ¡Palabra de honor al Comandante!
XII. Marinero espontáneo. XIII. Tripulación de refuerzo. XIV. ¡Lluvia de divorcios! XV.
¡Quedan abolidos los títulos! XVI. Dos hermanas. XVII. Gafas diplomáticas. XVIII. La fuerza
del “ius soli”. XIX. ¿El padre sigue la nacionalidad del hijo? XX. Los fingidos ingleses. XXI.
No hay tabaco en la zona. XXII. El beso rojo. XXIII. Los caballeros del mar. Cuadro de honor:
Relaciones nominales de las dotaciones del torpedero Tucumán y del crucero 25 de mayo. Viajes
de evacuación de refugiados: relaciones nominales de los asilados transportados en el torpedero
Tucumán y crucero 25 de mayo.
EN PROYECTO
EL OTRO MUNDO
JACINTO MIQUELARENA Y REGUEIRO
Editado en Burgos, 1938, Jacinto Miquelarena narra en este libro su estancia, refugiado, en la
Embajada de la República Argentina, (en la foto de la portada, entrada de la Embajada defendida con una barricada por temor a un asalto de las milicias rojas). Autor también de Como fui ejecutado en Madrid (Ávila, 1937), Miquelarena ganó fama en la zona nacional utilizando el
seudónimo de “El fugitivo”, con el que apareció su folleto Unificación. El lunes, 20 de julio de
1936, Miquelarena tenía reservada plaza para viajar en avión a Berlín para asistir a las
Olimpiadas, en las que estaba acreditado como corresponsal, la rebelión del 18 de julio le dejó
en Madrid a expensas del terror rojo, del que se libró por la humanitaria intervención argentina.
Completan esta edición dos reportajes publicados en la revista Vértice: Aquel buque de guerra
argentino, en el que narra su salida de España en el Torpedero Tucumán, y Las primeras horas
y los primeros días de Madrid, texto ilustrado con cinco curiosas fotografías. Incorporado a la
España nacional en los primeros días de febrero de 1937, trabajó a las órdenes de Antonio Tovar
en Radio Nacional de España, siendo muy populares los espacios radiofónicos de su creación.
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BIBLIOTECA DE LA GUERRA CIVIL, 2
EN PROYECTO
MESES DE ESPERANZA Y LENTEJAS
(La Embajada de Chile en Madrid)
SAMUEL ROS
Tertuliano habitual de La Ballena Alegre, Samuel Ros Pardo (1905-1945), aunque nacido en
Valencia, estudió Derecho en Madrid. En 1925 visitó Francia, Alemania y Gran Bretaña. Colaboró
en La Gaceta Literaria y participó como actor en la película Esencia de Verbena de Giménez
Caballero. Falangista desde la primera hora, al fracasar el Alzamiento en Madrid, se refugió en la
Embajada de Chile en Madrid (calle del Prado, núm. 26) donde convivió, entre otros ilustres refugiados, con Rafael Sánchez Mazas a quien pudo escuchar la lectura del manuscrito de Rosa Krüger,
novela no publicada hasta 1996 (foto en la portada). Evacuado a Chile, Ros regresó a la España
nacional en 1938. En 1940 escribe, en colaboración con Antonio Bouthelier A hombros de la
Falange. Historia del traslado de los restos de José Antonio (Ed. Patria, Barcelona). Dirige Vértice
(1940). Premio Nacional de Literatura en 1943 con su libro de cuentos Con el alma aparte, que no
llegó a publicarse. Sin renunciar a publicar, en su día y si hay ocasión, sus Obras Completas,
Plataforma 2003 adelanta Meses de esperanza y lentejas, su experiencia como refugiado.
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UNA ISLA EN EL MAR ROJO
EN PROYECTO
WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ
Wenceslao Fernández Flórez (1886-1964), escritor, con sus Acotaciones de un oyente, comentarios políticos sobre las sesiones del Parlamento publicados en ABC (1916-1918 y 1931)
alcanzó gran popularidad. Sus primeras narraciones fueron La procesión de los días (1914) y
Volvoreta (1917). Sus mejores novelas son: Ha entrado un ladrón (1920), El secreto de Barba
Azul (1923), Las siete columnas (1926), Relato inmoral (1928) y El malvado Carabel (1931).
Muy crítico con Falange Española, José Antonio le dedicó un ácido apunte en uno de sus El
Parlamento visto de perfil (F.E., núm. 6, 8 de febrero de 1934). Perseguido en el Madrid rojo,
salvó la vida refugiándose primero en la Embajada Argentina y, después, en la Legación de los
Países Bajos. Asilo que recordó en sus libros Una isla en el mar Rojo (Ediciones Españolas,
1942) y La novela numero 13 (1941). En 1943, Wenceslao Fernández Flórez publicó su obra
maestra El bosque animado, de ambiente gallego que conocía muy bien al ser natural de La
Coruña. Durante la II República había recibido la Medalla de Oro de Madrid y, en 1935, la
Banda de la República, junto con Américo Castro y José Ortega y Gasset.
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MEMORIAS DE UN FINLANDÉS
EN PROYECTO
LEOPOLDO HUIDOBRO
Abogado-fiscal de la Audiencia de Madrid, con cuatro hermanos jesuítas y primo de Fernando
Huidobro, S.J., el heróico capellan de la cuarta Bandera del Tercio, Fernando Huidobro nos narra su
paso por la checa de San Antón, la Embajada de Finlandia, asaltada por las milicias rojas, y su refugio
en la Embajada de Noruega, bajo la protección del benemérito Félix Schlayer (en el dibujo de la portada). SUMARIO: Prólogo. 1. La bestia en la calle. 2. La majestad de la sotana. 3. El juez de
Colmenar, pesadillas y nervios. 4. El cordoncito milagroso. 5. La cabeza de Gil Robles. 6. Mi primo
“Petís”. 7. Soledad. 8. Carlos y Rafael. 9. Documentos macabros. 10. Católicos y clericales. 11. El buen
samaritano. 12. Mi sobrino Pedruco. 13. Un fiscal faccioso y un Albiñana ful. 14. El timbre en la noche.
15. El viajante Alfredo y el Juzgado de Guardia. 16. Recibo un aviso. 17. Por tierras de Finlandia. 18.
“Lasciate ogni speranza”. 19. En la mansión del dolor. 20. Aires de libertad. 21. Mi doncella me
mata. 22. Carreras y sustos. 23. Nostalgias y morriñas. 24. La Gaceta me nombra. 25. Me voy aclimatando. 26. Mi hijo me da un susto. 27. Por tierras de Noruega. 28. Con la música a otra parte. 29.
Cambia el clima de Noruega. A manera de epílogo. Epílogo. Apéndice.
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ARGENTINA - ESPAÑA (1936-1937)
EN PROYECTO
Apuntes y recuerdos de un asilado en la Embajada Argentina de Madrid
FRANCISCO CASARES
Madrileño (1899-1977), periodista de vida profesional activísima, Francisco Casares Sánchez trabajó
hasta 1936 para las agencias Mencheta, El Globo y Febus, y para los periódicos La Época, El Sol, El
Liberal, Ya, Diario de Madrid y Diario Vasco de San Sebastián. De ideas conservadoras y comprometido con las derechas, destacó como redactor político; sobre todo, durante la II República en que
publicó los siguientes libros: La CEDA va a gobernar, España y su revolución, y Azaña y ellos. En
1933 obtuvo de ABC el Premio Luca de Tena. En la guerra civil, perseguido en Madrid, consiguió refugiarse en la Embajada de la República Argentina, dejando testimonio de este trance en su libro
Argentina-España (1936-1937), que es todo un homenaje a la egregia figura del Embajador Edgardo
Pérez Quesada (foto en la portada), digno de recuerdo imperecedero, como pretende Plataforma 2003
con la reedición del libro. Francisco Casares, después de nuestra guerra, reanudó su intensa vida profesional obteniendo el Premio Nacional Francisco Franco de periodismo en 1947 y el Rodríguez
Santamaría en 1970. Fue secretario honorario perpetuo de la Asociación de la Prensa de Madrid.
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FEMENINA
SECCIÓN
¡¡NUEVA COLECCIÓN!!
Editorial
Plataforma 2003
HISTORIA DE LA SECCIÓN FEMENINA (1933 - 1951)
PILAR PRIMO DE RIVERA Y SÁENZ DE HEREDIA
EN PREPARACIÓN
SUMARIO: 1. La ante-guerra: Las JONS. 29 octubre 1933. Visitas a las cárceles de Madrid. La
Dirección de Seguridad. La propaganda. Organizaciones provinciales. Estatutos. Los Caídos. 2.
La guerra: Madrid, julio de 1936. Zona roja: martirologio. Zona nacional: I Consejo Nacional
(Salamanca, 1937). El frente. Auxilio de Invierno. La Unificación. I Concentración en Medina
del Campo: 30 mayo 1939. Bajas de la S.F. durante la guerra. 3. La paz: IV Consejo Nacional
(Madrid, 1940). Inauguración de la Escuela Mayor en el Castillo de la Mota (29 mayo 1942). 4.
Las fundaciones y las juventudes: Congreso Internacional de Viena. (1942). II Concentración
nacional (El Escorial, Junio 1944). 5. De enero 1945 a abril 1948: primera salida al exterior de
Coros y Danzas. 6. De abril de 1948 a julio de 1951: XIII Consejo Nacional (Oviedo, 1949).
XIV Consejo Nacional (Tarragona, 1950). XV Consejo Nacional (Burgos, 1951). I Congreso
Femenino Hispanoamericano: 3 junio 1951. Apéndices.
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MARTIROLOGIO DE LA SECCIÓN FEMENINA (1936 - 1939)
EN PREPARACIÓN
BEATRIZ AVILÉS
SUMARIO: Amalia Abad, Sagrario del Amo, Josefina Mª Aramburu, Alba Bosch, Rosa Bríos,
Carmen Cabezuelo, Florencia Caerols, María Castán, Casilda Castelví, Pilar de Castro, María
Inmaculada Chabás, Vicenta Chabás, Luisa Cobos, Elena Díaz, Josefa Fernández Alonso, Rosa
Fernández Alonso, Sagrario Fernández Alonso, Rosa Fortuny, Carmen García de Aguilar, Elía
García de Aguilar, Gregoria García, Ana Mª Garnica, Concepción Garrudo, Mª Luisa Gil, María
de la Cruz Jiménez, Sara Jordá, Juliana Lacambra, Jesusa Lacambra, Francisca Magdaleno de la
Hoz, Luz Madera, Pilar Madrazo, Mari Paz Martínez Unciti, Carmen Miedes, María Mira,
Marina Moreno, Dolores Moyano, Eutimia Muñoz, Sagrario Muro, Mª Dolores Pla, Francisca
Rivas, María Rivera, Teresa Rivera, Julia Sáenz, Francisca Salto, Esperanza Sancho, Olvido
Serrano, Agustina Simón, Ángeles Soria, Carmen Soria, Matilde Soria, Joaquina Sot, María
Suárez, Mª Luisa Terry, Elvira Torren, Carmen Tronchoni, Rosario Vázquez, Catalina Viader,
Carmen Vidal y Ana Villegas.
2
148 X 210 mm.
EN PREPARACIÓN
AUXILIO AZUL «MARÍA PAZ»
LAS MUJERES DE LA FALANGE EN EL MADRID ROJO
BEATRIZ AVILÉS
La organización femenina falangista fundada en la clandestinidad en Madrid, en agosto de 1936,
por Mª Paz Martínez Unciti, detenida en la checa de Fomento el 30 de octubre de 1936 e inmediatamente asesinada, se continuó por su hermana Carina hasta la liberación de Madrid. De ello
trata este libro, basado en la amplia documentación, todavía conservada, en los archivos sobre
la “quinta columna”. Este episodio heróico, protagonizado por las mujeres de la Falange a lo
largo de tres años de clandestinidad, persecución y resistencia, es hoy totalmente desconocido y,
por ello, ignorado. La autora, a través de una paciente investigación, ha sido capaz de reconstruir
esta historia. Cómo se construyó la red de colaboradoras, sus claves, el difícil diseño de la organización clandestina y su secreto funcionamiento; sus actividades fundamentales: el socorro a
los familiares de los presos, las misas clandestinas, el auxilio a los refugiados en las embajadas...
Todo consta en este libro, homenaje a unas mujeres, ejemplo de amor a España y a su prójimo.
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SECCIÓN FEMENINA, 2
LA PERSONALIDAD RELIGIOSA DE JOSÉ ANTONIO
CECILIO DE MIGUEL MEDINA
ÚLTIMOS EJEMPLARES
EN VENTA
EDITORIAL ALMENA (1975)
4
153 X 215 mm. 180 pp. 18 €
“Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profeso, en
tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz”. Esta fue la última voluntad de José Antonio, expresada en su testamento, documento que inicia así: “Condenado ayer a muerte, pido a Dios que si
todavía no me exime de llegar a ese trance, me conserve hasta el fin la decoro conformidad con que
lo preveo y, al juzgar mi alma, no le aplique la medida de mis merecimientos, sino la de su infinita
misericordia”. Sobre la religiosidad de quien hizo estas solemnes declaraciones, trata este libro.
SUMARIO: Prólogo. Introducción. I. Vida cristiana de José Antonio: 1. Prácticas. 2. Creencias. II.
Perfil humano: 1. Nobleza de su carácter. 2. Profesional serio. 3. Elegancia en el trato. 4. Leal. 5.
Optimista ante la vida. 6. Espíritu de servicio. III. Pensamiento religioso de José Antonio: 1. Su postura ante la Iglesia. 2. España y Catolicismo. 3. Libertad y dignidad humana. 4. Matrimonio y familia.. 5. Estados totalitarios. 6. Violencia. IV. José Antonio y las ideologías políticas de la Segunda
República: 1. Ante el comunismo marxista. 2. Ante el socialismo. 3. Ante la CEDA. V. Bibliografía.
VI. Índice de nombres. VII. Índice general. (Agotada la edición, será reeditado por Plataforma 2003).
PILAR PRIMO DE RIVERA
Recuerdos de una vida
ÚLTIMOS EJEMPLARES
EN VENTA
EDITORIAL DYRSA (1983)
5
175 X 245 mm. 448 pp. 20 €
“Pilar Primo de Rivera es una lámpara votiva: Tiene todo lo de una lámpara votiva, la consagración
inacabable, el ardor silencioso, la docilidad obstinada, el recogimiento llameante, la caricia de las
tinieblas, el suave aceite, la pacífica luz”, son palabras de D’Ors en el prólogo que abre este libro.
SUMARIO: Prólogo por Eugenio D’Ors. A manera de presentación. I. Primeros años. II. La
Dictadura.. III. La República. IV. Fundación de la Falange. V. Fundación de la Sección Femenina. VI.
El 18 de Julio. VII. La zona nacional-Salamanca. VIII. La unificación. IX. Burgos. X. La paz. XI. El
castillo de la Mota. XII. El descontento de la Falange. XIII. Leyes importantes. XIV. Hispanoamérica.
XV. Relaciones exteriores. XVI. Un día cualquiera. XVII. Departamento de formación. XVIII. Labor
cultural. XIX. Juventudes. XX. El S.E.U. XXI. Labor asistencial y africana. XXII. Labor social.
XXIII. Educación física. XXIV. Prensa y propaganda. XXV. Tiempos difíciles. XXVI. La Sección
Femenina en el régimen. XXVII. El “milagro español” y la descomposición del régimen. XXVIII.
La muerte de Franco. XXIX. “El cambio”. XXX. Mañana saldrá el sol. Apéndices. Índice onomástico. Bibliografía. (Una vez agotada la edición de Dyrsa, este libro será reeditado por Plataforma 2003).
MIL CANCIONES ESPAÑOLAS
REEDICIÓN EN PROYECTO
Ilustraciones y confección de Gloria de Cárdenas y Juan I. de Cárdenas.
SECCIÓN FEMENINA DE FET DE LAS JONS
EDITORIAL ALMENA (2ª
6
7
230 X 242 mm. 810 pp.
148 X 210 mm.
EDICIÓN
1978)
Esta joya excepcional en la historia de la música popular española, representa la culminación en la recuperación de nuestro folklore; tarea que, iniciada por la Institución Libre de
Enseñanza, fue llevada por la Sección Femenina de Falange hasta sus últimas consecuencias. Aquí, en sus ochocientas diez páginas, está todo. Galicia, Asturuias, Castilla y León,
Vasconia y Navarra, Cataluña, Aragón, Valencia, Murcia, Andalucía, Extremadura, Canarias
y Baleares. Recoge, además, villancicos, canciones antiguas (siglos XII a XVII) y romances.
También canciones infantiles y de coro. En trabajo paralelo al rescate de las danzas, bailes
y trajes regionales, camaradas de la Sección Femenina, preparadas para ello, fueron recogiendo, provincia por provincia y canción a canción, lo más importante de nuestra música
popular hasta conseguir este monumento imperecedero, asesoradas por Ramón Menéndez Pidal, dirigidas por el maestro Benedito y con la dedicación de la viuda de Maestú,
alumna de Vendrell en Barcelona. Reedición proyectada como merecido homenaje.
MUJERES DE FALANGE EN FRENTES Y HOSPITALES
EN PREPARACIÓN
PLATAFORMA 2003
Página hasta ahora poco conocida en la escasa bibliografía sobre el papel de la Sección Femenina
en la guerra civil 1936-1939, es su contribución al esfuerzo bélico en frentes y hospitales. El 6 de
enero de 1937 se reunió el I Congreso Nacional de la Sección Femenina de Falange Española de
las JONS y desde el primer momento se organizó la contribución femenina a la guerra, en auxilio
de familias y huérfanos y en ayuda a combatientes y heridos: Enfermeras, Aguinaldo del Soldado,
y Auxilio de Invierno. Efectuada la Unificación, y confirmada Pilar Primo de Rivera como
Delegada Nacional el 30 de abril de 1937, se orienta todo el trabajo de la Sección Femenina en el
apoyo humanitario. Se organizan 76 lavaderos en los que trabajaron unas 1.140 mujeres; se crean
numerosos talleres para abastecer de ropa a los combatientes, movilizando a más de 20.000
mujeres, e, inmediatamente, se celebran cursos de urgencia para instruir a más de 8.000 enfermeras
que prestarán sus servicios en hospitales tanto de primera línea como en la retaguardia. Llegada la
paz, el esfuerzo de la Sección Femenina por la profesionalización de la enfermería mereció su
reconocimiento legislativo. En la portada, las hermanas Maria Luz y Maria Isabel Larios, enfermeras en el frente de Madrid que, después de caer prisioneras en Brunete, pudieron ser canjeadas.
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UNA JOYA EXCEPCIONAL EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA POPULAR ESPAÑOLA
REEDICIÓN EN PROYECTO
6
230 X 242 mm., 810 pp
MIL CANCIONES ESPAÑOLAS
Ilustraciones y confección de Gloria de Cárdenas y
Juan Ignacio de Cárdenas.
Reimpresión de la 2ª ed. por Almena (1978)
SECCIÓN FEMENINA DE FET DE LAS JONS
SUMARIO:
Galicia: De cuna: Canto de cuna. Canto de Berce.
Duérmete meu neniño. O neniño esta no berce. De campo,
de arrieros: Arrieiros non son homes.Canto de arrieros de
La Lamosa. Cantiga de Marcón. Alalas: O cantar.
Campaniñas. A rula. O sol preguntou. Niña nai por me
casare. Non me tires. Elas eran de Laiño. Barqueiros de
Ribadavia. Páxaro que vas voando. Moreniña por te vere.
Canto de pandeiros: Estreliña do luceiro.A raíz do toxo
verde. Cantar do pandeiro. Cantar do pandeiro (otro).
Cantigas y varios: Desafío. Regueifa. Non me mires d’ese
modo. Airiños d’a miña terra. Airiños. Maruxiña ao teu
refaixo. Vente sentar a meu lado. ¡Ay! Sálvora. Si chove
deixa chovere. Si chove deixa chovere (otra). Canción. Os
mozos de San Martiño. Canto popular antiguo. Cantiga de
Pontevedra. Canto antiguo. Canto gallego. Romance gallego. Muiñeiras: Vinde nenas. Este e o tempo. Baila, nena.
Unha noite. Niña virxen. Muiñeira. Muiñeiras para gaita.
Asturias: Varios: Dónde los pondré. Que te tengo que dar.
El mío Xuan. Fuente clara. Tres hojitas, madre. Tres hojitas (otra). Tengo un galán. Si la nieve resbala. Si se va la
paloma. No se va la paloma. La alegría del querer. Chinchi-rin-chín. La enamorada. En toda la quintana. Caminito
de Avilés. Caminito de Avilés (otra). Dímelo, morena. A mi
me gusta lo blanco. Adónde va. No le daba el sol. Nadie
plante su parra. Manolita, tu chaleco. Asturias. Fui al
Cristu. La praviana. En San Vicente. Agora non. No hay
carretera sin barro Camin del baile. Fiesta en la aldea.
Como la flor. Danzas: Vite, vite. Remendé. Popular de Asturias. Giraldilla. A lo alto y a lo bajo. Danza prima. Danza
prima (Otra). ¡Ay, niñas, las tres garridas!
Castilla y León: De cuna: Duermete, niño, en la cuna.
Hermosa Santa Ana. Calla, niño, calla. A la rorró, a la rorró.
Canción de cuna. Sobre tu cunita. Canción de cuna (a dos
voces, otra). Canción de cuna (otra). Canto de cuna. De Campo:
Apañando aceitunas. De lino. El lino. Cándida. ¡Ay! de la labradora. Canción de carro. Canción de carro (otra). Súbela, molinera. Gasta la molinera. Molinero, molinero. Molinero, maquilandero. La molinera. Labrador es mi amor. Segador, segadorzuco. Canción de siega y trilla. Canción de siega. Arada. Arre,
buey. Cantos de ronda: Mañana, mañanita. Canción de ronda.
Cómo te va con el ave. Los mozos de Monleón. Canción de
ronda (otra). Tonada de ronda. Canción de ronda y arada.
Levántate, morenita. No la llames. Eres alta y delgada. Ronda.
Los cordones. Los gallos están cantando. Varias: En esta plazuelita. Aunque me des treinta reales. Forosa. Era de nogal. La
casa. Al pasar el puente. Si tuvieramos aceite. Tengo de subir.
Serranilla. Piedrezuca de tu calle. Los pastores. El pañuelo de
seda. El pastorcillo. Aquel sombrero de monte. Molo molondrón. En esta calle hay un pino. Una vieja muy vieja. Anda
diciendo tu madre. La Melitona. Mi amante, cuando se fue.
Dicen que te casas. Dicen que no me quieres. Dicen que no nos
queremos. Amor mío, si te vas. El tío Babu. Polo. La cucharacha. Al lado de mi cabaña. Mi carbonero, madre. Aire que vienes del alto. En la raya del monte. Canta tú y cantaré yo. La carbonerita de Salamanca. A la valerosa. El pájaro verde. Airecillo
serrano. La ví llorando. Pastorcito que te vas. Corta el cerco que
tienes. Viva León. Maragata popular. Ya se murió el burro.
Cómo retumba el pandero. Los chopos. No se va la paloma. El
mandilín. ¡Ay! qué murallas tan altas. Dicen que no la quieres.
En las calles de Reinosa. Serrana. Popular de Castilla. Se van
los quintos. La clara. El carbonero. En Astudillo tengo mi querer. Con el guri, guri, guri. Cómo quieres que la hiedra. La tortolita. Tengo de pasar el puerto. Salamanca la blanca. Cómo
quieres que te dé. Si de León me ausento. A los árboles altos.
Habas verdes. Dicen que larga ausencia. Jotas: Los pastores. La
sinda. La jota de los quintos. La huevera. Jota castellana. El cribero. Me quisiste. Al agudo: Sal a bailar, morenita. Me llamaste morenita. El picotín. Varios: Fandango. Bolero de Algodre.
Seguidillas: Y de alhelíes. Danza de arcos. Cuatro lunares tienes. Fuego y nieve despiden. Aunque La Mancha tenga.
Vasconia y Navarra: De cuna: Lo,lo,lo. Aur gaisua lo eta lo.
Varios: Erico bestac. Matsaren orpotik. Basa txoritxu. Txeru.
Goiko mendiyan. Edurra. Urrundik. Txar-mangarria zera.
Galaitxo txiki. Maitasum oñazea. Orra or goiko. San Juan ante
Portaletaña. Txar-mangarri bat badut. Neure senar. Gabanzo
kantua. Kataliñ. Pakea. Atzo, atzo, atzo. Ama. Aldapeko.
Aldapeko (otra). Andregaya. Maritxu nora zuaz. Goizeko izarra. Kapitan pilotu. Txiribogin Andrea. Agur, Jaunak. Aurtxoa
seas-kan. Boga, boga. Otoñal. ¡Ené, qué risas hisimos! Día de
fiesta.. Soy de Santurce. A las orillas de Larga. En los montes
de Navarra. Si canto me dicen loco. Dos hombres tuvo Navarra.
Cataluña: De cuna: El noi de la mare. Varios: L’ocellet.
Angeleta. El galant desairat. El maridet. Canço del lladre.
L’Antonia. El mestre. La noia d’Empordá. Mariagneta. La mort
de la nuvia. Els estudiants de Tolosa. La Mare de Deu. El
Carbonell. La filla del carmesi. La llantia del rei moro. Els tres
tambors. El mariner. Un cuc de terra. Jo vaig i vinc. La pastoreta. Muntanyes regalades. La muntanya venerada. Canço d’hi-
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SECCIÓN FEMENINA, 4
vern. L’hereu Riera. La filadora. Si n’eren tres ninetes.
Maria. La pastoreta. Muntanyes del Canigó. Maria Rosa.
Una matinada fresca. L’esquerpa. El Rossinyol. La dama
d’Aragó.
Aragón: Albadas: Ya sé que estás. Echa, María. A tu puerta hemos llegado. El Mayo. Cordoncillo se casa. Si quieres
que te cantemos. Los mayos. Despedida. la mañana.
Mañana por la mañana. Varios: Canción de Carnaval. El
triquitrí. Dentro la zarza. Un francés se vino a España.
Fuentecilla. Me puse a considerar. Tatareta. Hoy es día de
todos. No me tires del manto. Eres guapa chica. No voy por
agua. Jotas: Jota de segadores. La manzana nació verde.
Tienes la cara, mañica. La jota quiso cantar. Jota olivarera.
Hay un puchero de miel. El amigo verdadero. Que se fuera
a retirar. Ya no quiere mi madre.
Valencia: De cuna: La meva chiqueta. Mareta. Canço de
bresol. Varios: Canción de trilla. Jo tinc un burro. A la voreta del mar. El campanar de la Seu. Canço del sapo. El mestre “Bella-Escusa”. Ja plora el xic. El tío Pep. Marieta del
moli nou. Serra de Mariola. La barraqueta. Bailables: Les
folíes. Jota del u y del dos. Jota alicantina. Jota del carrer.
“Quen” dirá la carbonerita.
Murcia: De cuna: Canto de cuna. De campo: No me diga
usted morena. Canto de Trilla. Parrandas: Parranda del
tres. Parranda llamada del uno. Varios: El carbonero. Quita
la mula rucia. El paño. Canto de los anisicos. El rosario de
la aurora. Bailables: Las “torras”. Seguidillas del jo y de ja.
Andalucía: De cuna: Ea la nana. A la rorró, mi niño. A la
nanita, nanita. Nana de Málaga. Varios: Canto de trilla.
Los caballos. Serrana. Con ese collar de perlas. Canto de
granada. Granadina. Soleá. Saeta. Míralo, por allí viene.
Saeta. Caminando el buen Jesús. Serrana. Coplas del
columpio. Cariño mío. El carbonero. Engáchate. Quítate
de esa esquina. Remerino. Canción del romerito. En la pila
de Ronda. En el lavadero. Señor Zapateritero. En medio de
la plaza. “Osena” y media. Bailables, varios: Los muleros,
petenera antigua. La petenera. Fandanguillo. Con el vito.
Verdiales. Zapateado. Con el tripili. Malagueñas:
Malaguita, malaguita. Adios, castillo de flores. Qué tienes
por mi persona. Cuando salí de Marbella. Sevillanas: ¡Olé
ahí! A la Vírgen del Carmen. Son de mi pare. Por la Sierra
morena. El agua de la Ermita. Qu’estás pesada. Una vieja y
un candil. ¡Viva Sevilla!
Extremadura: De cuna: Arro-ró. Pajarito que cantas.
Duerme, niño, duerme. Duérmte mi niño. Nanita nana. A la
ro, a la ro. Duerme, mi niño, duerme. Varios: El cazador.
Echa poca sopa, Juan. Tienes una garganta. El ramito. El
gavilán. Aure, aure. Al salir el sol dorado. Que sonaba la
campanillina. Dolores. Bailables: El pájaro bobo. Redoble.
Rondeña. El carambelo. Canción daza del pandero. Jota de
romería. Jotilla de Olivenza. Jota de Guadalupe. Vivan los
aires morenos. Orellana está en un cerro.
Canarias: De cuna: Arroró. Bailables. Santo Domingo.
Santo Domingo (otra). Santo Domingo (otra). Foliás. El
periñal. Los aires de Lima. Seguidillas canarias. Isas: Esta
noche no alumbra. Tus ojos, morena. ¿Donde vas
Mariquilla? El zurrón del gofio. Por bonitas que sean las
flores. Anda, corre y ponte. Si “quiés” que cante. El mundo
tiene. Palmero, sube a la palma. La Virgen de las Nieves.
Varios: Tanganillo. Tajaraste. Danza pastoril de Carreña.
Baleares: De cuna: Canço de bresol. Vou veri vou. Varios:
Titana amorosa. A la ciutat de Nápols. Bailables: Parado de
Valldemosa. Parado de Valldemosa (otra). Bolero nuevo.
Villancicos: Antiguos: No lloréis, mis ojos. Romancillo. Mira,
mira. Galicia: ¡Ay miña xoiña! Imos todos para Belén. D’a
miñ’aldea. Camiña a Virxen. Vinde picariñas. Asturias: No hay
tal andar. Alsa Bayona. Esta noche, caballeros. Castilla y León:
San José. En el portal de Belén. Brincan y bailan. Pastores,
venid. Carrasclás. Junto al reino de Judea. Cantando van los
pastores. Sobre tu cunita. Esta noche es Nochebuena. Canto de
Nochebuena. Con guitarras y almireces. Villancico Popular.
Nochebuena, nochebuena.Aragón: El sagrado nacimiento.
Andalucía: A belén marchaba. ¡Ay!, que en esta tierra.
Campanas de Belén. Rín, rin. Catalina. Hay estrella, sol y luna.
San José, toma este Niño. Cuando los pastores vieron. Dime,
Niño, ¿de quién eres? La Virgen va caminando. Sal mirandillo.
Los gallos. Una pandereta suena. Cataluña: L’heura i el grévol.
Valencia: Nana, naneta. Doneu-me el guirlando. Pastoreta, ¿qué
li portes? A Belem m’en vullm anar. Dill de Deu. Vasconia y
Navarra: Lotan dago zure. Cristo sortzenduzu gaur.
Extremadura: El niño perdido. El labrador. La Virgen va caminando. La Virgen y San José. El nacimiento de Dios. La “noragüeña”. La adoración de los reyes. Esta noche es
Nochebuena. La Virgen va cantando (otra). Baleares: El bon
Jesuset. Toqu’es timbal. Hi ha neu. a la montanya. Canciones
antiguas y romances: Siglo XII: Cantiga de Alfonso el Sabio.
Cantiga de Santa María de Alfonso el Sabio. Cantiga de Santa
María de Alfonso el Sabio (otra). Cantar de amigo. Cantar de
amigo (otro). Canto gallego de Martin Godás. Canto Gallego de
Martín Godás. (otro). Siglo XV: Serranilla de la Zarzuela.
Labradores de Castilla. Buen pastor. Al alba. Malo es de guardar. Menga, la del Bustar. Tan buen ganadico. ¡Ay, que non hay!
¿Quién te trajo, caballero?... Romerico. A las armas. Coplas de
Jorge Manrique. Siglo XVI: Duélete del dolor mío. Por unos
puertos arribba. Las mis penas, madre. ¿A dónde tienes las
mientes? ¡Ay!, triste que vengo. Ojos morenicos. De los álamos
vengo. Más vale Trocar placer. Entra Mayo. Demos gracias a tí.
Dios. Siglo XVII: Si de rama en rama. La aldeana. Cantáreis,
pajarillo nuevo. Romances: Era una noite. Estando cosendo.
Abrem’a portiña. Romance histórico. ¡Ay de mi Alhama!
Durandarte. La mañana de San Juan. Rey moro tenía una hija.
Un rey tenía tres hijas. Don Bueso. Don Bueso (otra versión).
Don Bueso (otra versión). Camiña Don Sancho. Camiña Don
Sancho (otra). Campito del moro. Las tres cautivas. Las tres
cautivas (otra versión). La doncelleta. Tres moriscas. Tres morillas. Las tres niñas. La infanta encantada. El enamorado y la
muerte. En París está Doña Alda. Romance de la Condesita. La
doncella guerrera. Rosalinda. Romance del Conde Liono.
Conde Lono (otra versión). Sube un alto caballero.
Canciones infantiles y de corro: Romancillos: Torneos. ¿Ha
visto usted a mi marido? El martirio de Santa Catalina. San
Antonoi y los pajaritos. Estando una niña. En las orillas del Ebro.
Un domingo de mañana. A la cinta, cinta de oro. En el puente
Galilea. Una tarde salí al campo. Yo me quería casar. ¿Dónde vas
Alfonso XII? Elisa de Mambrú. Mambrú se fue a la guerra. El
gato. Estaba el señor don Gato. Varios y juegos: El juego chirimbolo. San Serenín del Monte. San Serení, a la buena, buena vida.
San Serenín. San pantaleón. El Concón, señores. A la víbora,
víbora del amor. Señoritas, ¿a dónde van ustedes? Al alimón, al
alimón. Ambo, hato. Chin, chin, chirriquitín. Que llueva.
Juglaresca. De corro: La viudita del conde Laurel. La viudita del
conde de Cabra. Me casó mi madre. Una tarde de mayo. La pastora. Las ovejuelas. Ramón del alma mía....
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LA BALLENA
ALEGRE
¡¡¡NUEVA COLECCIÓN!!!
EN PROYECTO
Editorial Plataforma 2003
SERIE
OBRAS COMPLETAS
JOSÉ Mª ALFARO POLANCO
(Burgos, 1906 - FUENTERRABÍA, 1994)
I: CORTE LITERARIA DE JOSÉ ANTONIO
EN PROYECTO
POESÍA: Pequeña oda a Burgos (ABC, 3 mayo 1931, p. 13); Elegía a Fermín Galán (Ddoss,
1931); Versos de un invierno, (Madrid, 1941); El abismo (Madrid, 1979). NOVELA: Leoncio
Pancorbo (Editora Nacional, Madrid, 1942). ARTÍCULOS: Se trata de recoger su dispersa producción periodísitica en el diario El Sol (1931 y 1934); Cruz y Raya (1933-1936); YA, (1936) y
en Vértice, Escorial, F.E., Arriba, diario del que es Director desde Octubre de 1940. También su
obra poética en la revista: Extremos a que ha llegado la poesía española (1931); Corona de
Sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera (Barcelona, Jerarquía, 1939); Poemas de la
Alemania eterna (Madrid, 1940) y Ofrenda lírica a Arrese en el IV año de su mando (Madrid,
1945). TEATRO: La última farsa, El molinero y el diablo, Fue en una venta...
1
165 X 240 mm.
OBRAS COMPLETAS
EN PROYECTO
AGUSTÍN FOXÁ Y TORROBA
(Madrid, 1906 - Madrid,1959).
POESÍA: La niña del caracol (Madrid, 1933); El toro, la muerte y el agua, (Madrid, 1933); El
almendro y la espada. Poemas de paz y de guerra (San Sebastián, 1940); Poemas a Italia
(Madrid, 1941); El gallo y la muerte (Buenos Aires, 1948). NOVELA: Madrid, De corte a checa
(San Sebastián, 1938). RELATOS: Misión en Bucarest y otras narraciones Misión en Bucarest y
otras narraciones (Madrid, 1965) CRÓNICAS: Un mundo sin melodía. Notas de un viejo sentimental (Madrid, 1949); Por la otra orilla. Crónicas e impresiones de viajes por América
(Madrid, 1955). ARTÍCULOS: Las terceras de ABC (Prensa española, Madrid, 1977). Además
están sin recoger todas sus colaboraciones en: La Gaceta Literaria, Jerarquía, Vértice, etc..
TEATRO: Cui-ping-sing. Drama poético en verso (Madrid, 1940); Gente que pasa (Madrid,
1944). Baile en Capitanía (Premio Nacional de Literatura, 1944); El beso a la bella durmiente
(1948). y Otoño del 3006 (1953).
2
165 X 240 mm.
OBRAS COMPLETAS
EN PROYECTO
ERNESTO GIMENEZ CABALLERO
(Madrid, 1899 - Madrid,1988).
TESTIMONIO: Notas marruecas de un soldado (Madrid, 1923). ENSAYO: Carteles (Madrid,
1927); Los toros, las castañuelas y la Virgen (Madrid, 1927); Yo, inspector de alcantarillas
(Madrid, 1928); Hércules jugando a los dados (Madrid, 1928); Julepe de menta (Madrid, 1929);
Circuito imperial (Madrid, 1929); Manuel Azaña. Profecías españolas Madrid, 1932). Genio de
España. Exaltaciones a una resurrección nacional. Y del mundo Madrid, 1932); La nueva catolicidad. Teoría general sobre el fascismo en Europa y en España. (Madrid, 1933); Arte y Estado
(Madrid, 1935); Exaltación del matrimonio. Diálogo de amor entre Laura y D. Juan (Madrid,
1936); Roma Madre (Madrid, Jerarquía, 1939); El vidente (Sevilla, F.E., 1939); Los Secretos de
la Falange (Barcelona, Yunque, 1939); Lengua y literatura de España y su Imperio (Madrid,
1940)... ÚLTIMAS OBRAS: El procurador del pueblo y su cronicón de España (Madrid, 1975);
Memorias de un dictador (Barcelona, 1979); Retratos españoles (Barcelona, 1965).
3
165 X 240 mm.
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LA BALLENA ALEGRE, 2
OBRAS COMPLETAS
JACINTO MIQUELARENA Y REGUEIRO
(Bilbao, 1891 - París,1962).
4
165 X 240 mm.
CRÓNICAS: El gusto de Holanda (Madrid, 1929); Pero ellos no tienen bananas. El viaje a
Nueva York (Madrid, 1930). TESTIMONIO: Como fui ejecutado en Madrid (Ávila, 1937); El otro
mundo, (Burgos, 1938). RELATOS: Cuentos de humor (San Sebastián, 1939). NOVELA: D. Adolfo
el libertino. Novela de 1900. (Madrid, 1940). TEATRO: El joven piloto. Cuadros sentimentales
de la vida en el mar y en los puertos, en dos actos y seis cuadros, en colaboración con LUIS DE
URQUIJO LANDECHO, marqués de Bolarque, música de Juan Tellería. (Barcelona, 1934).
ARTÍCULOS: Veintitres (Madrid, 1931) Stadium. Notas de Sport (Madrid, 1934); Unificación.
Diálogo heróico (1938); Un corresponsal en la guerra ( Madrid, 1942), El lenguaje del amor
(Buenos Aires, 1945). Además están por recoger otros muchos artículos publicados en Excelsior
(1924 a 1931), ABC (desde 1932), La Codorniz, (desde 1937), Diario de Barcelona (desde
1949), El Correo Español, Fénix, El Español, Clarín (Buenos Aires).
OBRAS COMPLETAS
EUGENIO MONTES DOMÍNGUEZ
(Bande, Orense, 1897 - París,1962).
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165 X 240 mm.
EN PROYECTO
OBRA EN GALLEGO: Alalás (1921); Estética da muñeira (Orense, nós, 1922); O vello mariñeiro
toma o sol, e outros contos. (Ferrol, Céltiga, 1922). Versos a tres cás o neto (La Coruña, Nós
1930). ENSAYO: La hora de la unidad (Burgos, 1937); El viajero y su sombra (Madrid, 1940);
Federico II de Sicilia y Alfonso X de Castilla. (Madrid, 1943); Melodía italiana, (Madrid, 1943);
Elegías europeas (Madrid, 1949); La estrella y la estela (Madrid, 1953) y Discurso a la
Catolicidad española (1954). ARTÍCULOS Y OTROS: A recopilar, además, su extensa producción,
inédita en forma de libro: Poesía, Ensayo, Narrativa, Artículos, Prólogos e introducciones, discursos y colaboraciones en radio y televisión. Sobre todo, en la Revista Cervantes (1916 - 1920),
ABC (Cronista en Berlín y Roma), Acción Española, La Época, El Debate, Jerarquía, Arriba
España, (Pamplona). INTRODUCCIÓN Y ESTUDIO CRÍTICO: GUTIÉRREZ PALACIO, JAVIER: Eugenio
Montes, prosista del 27. Estudio crítico y antología. Caixa Ourense, Orense, 1989.
OBRAS COMPLETAS
PEDRO MOURLANE MICHELENA
(Irún, 1888 - Madrid,1958).
6
EN PROYECTO
EN PROYECTO
ENSAYO: El discurso de las armas y las letras, Biblioteca de Amigos del País, Bilbao, 1915; La
pintura vasca: 1909 - 1919, antología, Biblioteca de Amigos del País, Bilbao, 1919; Tributo del
Pirineo vasco al pirineo catalán, españoles ambos, Instituto de Estudios Ilerdenses (Lérida,
1944); Las letras y el pensamiento en la Europa de hoy: Mirada política, S.l., S.A. Arte de repensar los lugares comunes, prólogo de Eduardo Aunós, El Grifón de Plata (Madrid, 1956).
ARTÍCULOS Y OTROS: Está pendiente de recopilar su producción, (artículos, discursos y colaboraciones), aunque no muy extensa, inédita en forma de libro. A considerar la revista Hermes
(Bilbao, 1915-1922), el diario El Sol (desde 1931) y Acción Española (desde 1932). Sobre todo
las Revistas Vértice y Escorial, de las que fue director en alguna de sus etapas, el diario Arriba,
del que fue subdirector, La Revista de Estudios Políticos (redactor de su crónica internacional).
También sus colaboraciones en La Voz de España y en El Bidasoa...
EN PROYECTO
OBRAS COMPLETAS
DIONISIO RIDRUEJO JIMÉNEZ
(Burgo de Osma, Soria, 1912 - Madrid 1975).
POESÍA: Plural (Segovia, 1935); Primer libro de amor (Barcelona, 1939); Poesía en armas
(Madrid, 1940); Descubrimiento del corazón, Nueve cantos a Diana, (Barcelona, 1943); Sonetos
a la piedra (Madrid, 1943); Fábula de la doncella y el río (Madrid, 1943); En la soledad del
tiempo (Barcelona, 1944); Poesía en armas (Cuadernos de Rusia) (Madrid, 1944); Elegías
(Madrid, 1948); En once años (Madrid, 1950); Los primeros días (Idilios de la hija reciente)
(Papeles de son armadans), julio 1958; Hasta la fecha (Madrid, 1961); Cuaderno catalán,
(Madrid, 1965); 112 Poemas (Buenos Aires, 1967); Casi en prosa (Madrid, 1972); Cuadernillo
de Lisboa (Santander, 1974); En breve (Málaga, 1975). TEATRO: D. Juan (Madrid, 1946).
TESTIMONIO: Casi unas memorias (Barcelona, 1976); ENSAYO: Dentro del tiempo (Barcelona,
1959); En algunas ocasiones (Madrid, 1960); Escrito en España (Buenos Aires, 1962); Roma
(Madrid, 1968). VIAJES: Guía de Castilla la Vieja, 2 vols. (Barcelona, Destino, 1973-1974).
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LA BALLENA ALEGRE, 3
OBRAS COMPLETAS
SAMUEL ROS PARDO
(Valencia, 1905 - Madrid,1945).
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NOVELA: El ventrílocuo y la muda (Madrid,1930); Rl hombre de los medios abrazos; novela de
lisiados (Madrid, 1932); Los vivos y los muertos (Santiago de Chile 1938); Meses de esperanza
y lentejas (La Embajada de Chile en Madrid); Ilustraciones de Kin, La Novela del Sábado,
Madrid, año , número 23, 21 de octubre de 1939, pp. 1-61. RELATO: Las sendas (Valencia,
1923); Bazar (Madrid, 1928); Marcha atrás (Madrid, 1931); En este momento, la novela de
Vértice (San Sebastián) 1938; Historia de dos lechugas enamoradas, La Novela de Vértice, (San
(San Sebastián, agosto-septiembre 1939); Cuentos de humor (Barcelona 1940); Cuentas y cuentos. Antología, 1928-1941 (Madrid, 1942); Con el alma aparte (inédito), Premio Nacional de
Literatura 1944. REPORTAJE: A hombros de la Falange. Historia del traslado de los restos de
José Antonio, en colaboración con A. Bouthelier, ediciones Patria, (Barcelona 1940). TEATRO:
La felicidad empieza mañana; Mujeres (1940); En el otro cuarto; (1940); Víspera (1941); La
digestión del hambre (1942); y Otra vez vivir (1943).
OBRAS COMPLETAS
RAFAEL SÁNCHEZ MAZAS
(Madrid, 1894 - Madrid,1966).
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EN PROYECTO
POESÍA: XV Sonetos para XV esculturas de Moisés Huerta. (Bilbao, 1917); Sonetos de un verano antiguo y otros poemas. (Barcelona, 1971): Poesías, edición de Andrés Trapiello (Granada
1990). NOVELA: Pequeñas memorias de Tarín, Biblioteca de Amigos del País (Bilbao 1915);
Cuatro lances de boda. (Barcelona, 1951); La vida nueva de Pedrito de Andía (Madrid, 1951);
Rosa Krügger (Madrid, 1984). RELATOS: Las aguas de arbeloa y otras cuestiones (Madrid,
1956); ENSAYOS: La política religiosa. España- Vaticano. Encuentros con el capuchino, por
«Persiles» (Madrid, 1932); Discurso del Sábado de Gloria. 8 de abrl de 1939 (Bilbao, 1939); Las
tres edades de la política (Madrid, 1955); Fundación, Hermandad y Destino (Madrid, 1957).
ARTÍCULOS: Apología de Bilbao (Bilbao 1969); Las terceras de ABC (Madrid, 1977); Vaga
memoria de cien años y otros papeles (Bilbao, 1993). A recopilar además su numerosa producción periodística, inédita en forma de libro publicada en Hermes (1915-1922), ABC (desde
1923); El Sol (desde 1930); Acción española (desde 1932) y Cruz y Raya (1933-1936).
OBRAS COMPLETAS
LUYS SANTA MARINA
(COLINDRES, Santander, 1898 - Barcelona,1980).
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EN PROYECTO
EN PROYECTO
POESÍA: Primavera en Chinchilla (Barcelona, 1939); Halladas (Barcelona, 1940); NOVELA:
Tras el águila del César. Elegía del Tercio, (1921 - 1922) (Santoña, 1924); Tetramorfos (Madrid,
1927); BIOGRAFÍAS: Cisneros, (Barcelona, 1939); Vida de Isabel la Católica, (Barcelona, 1941);
Italia, mi ventura. Últimas guerras del Gran Capitán (Barcelona 1943); Alonso de Monroy
(Barcelona, 1957); Hacia José Antonio (Barcelona, 1958); Juana de Arco (Barcelona, 1959).
RELATOS: Karla y otras sombras (Barcelona, 1956); Ada y Gabrielle (Barcelona, 1959).
TESTIMONIO: Perdida Arcadia (Barcelona, 1952). VARIOS: Labras heráldicas montañesas
(Barcelona, 1929). ENSAYOS: Las nubes de antaño. La vida cotidiana en nuestros clásicos
(Barcelona, 1944); La vida cotidiana en nuestros clásicos (Barcelona, 1948-1949, 2 vols.);
EDICIONES DE CLÁSICOS: Páginas escogidas de Santa Teresa (1932), de Gracían (1932), de Fray
Luis de León (1934), de Paravichino (1943). VARIOS: Tres en raya. Dos que en Granada
murieron y uno que vivo volvió (Madrid, 1934); Retablo de la Reina Isabel (Madrid, 1935).
OBRAS COMPLETAS
EN PROYECTO
VÍCTOR DE LA SERNA Y ESPINA
(Valparaíso, Chile, 1896 - Madrid, 1958).
ARTÍCULOS: Doce viñetas (Santander, 1929); MONOGRAFÍA: Los frescos de Vázquez Díaz en el
Monasterio de santa María de la Rábida (1934); LIBROS DE VIAJE: Nuevo viaje de España. La
ruta de los foramontanos. (Madrid, Prensa española, 1955); Por tierras de la Mancha.
Reportajes del viaje por España (Ciudad Real, 1959); España, compañero (Madrid, Prensa
española, 1964). INÉDITOS: A recopilar la ingente producción periodística de Víctor de la Serna
a rastrear en los siguientes diarios y revistas, muchos de ellos bajo su dirección. A saber: La
región (Santander, 1924); El Faro (1927); El Sol (desde 1931); Informaciones (1933); El imparcial (1933), La Libertad (1934) Ciudad (1933 - 1935). Desde 1937 en: Vértice, Legiones y
Falanges, Jerarquía, Fotos, El Adelanto, La Falange, La Tarde (1948 - 1949)
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ENTORNO CULTURAL ESPAÑOL DE LA GENERACIÓN DEL 31
Según «cartel» de Ernesto Giménez Caballero
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Y SEMBLANZAS
GENERACIONES
¡¡¡NUEVA COLECCIÓN!!!
Editorial
Plataforma 2003
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SERIE I:
LAS DOS
ESPAÑAS
EN PRENSA
ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO I: F. GINER DE LOS RÍOS Y SU GENERACIÓN DEL 68
JAIME SUÁREZ
SUMARIO: Nota previa. I. Introducción: Teoría de las dos Españas. Generaciones operantes en la
más reciente historia de España. Las dos Españas, incompatibles, proyectadas sobre la generación del
31. Causa de la fractura nacional en dos Españas irreconciliables. La ruptura de la conciencia nacional
se inicia en nuestro siglo XVIII. La fractura nacional se agudiza a lo largo del siglo XIX. Los casos
de Jaime Balmes (1810-1848) y Donoso Cortés (1809-1853). Carlismo y pensamiento reaccionario.
Las dos Españas, según Ramón Menéndez Pidal. Sólo hay una España; la otra, según la derecha es la
Anti-España. Las dos Españas, según Fidelino de Figuereido. Las dos Españas en Antonio Machado.
Las dos Españas en Eugenio D’Ors. Américo Castro niega que haya dos Españas. Cuatro testimonios
más desde el exilio. II. La síntesis de las dos Españas, proyecto malogrado de José Antonio. III.
Francisco Giner de los Ríos (1840-1915). IV. Joaquín Costa (1846-1911). V. Benito Pérez Galdós
(1843-1920) VI. Lucas Mallada (1841-1921). VII. B. Macías Picavea (1847-1899). VIII. Valentí
Almirall (1841-1904). IX. Gumersindo Azcárate (1840-1917). X. Nicolás Salmerón (1838-1908).
ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
EN PREPARACIÓN
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO II: M. MENÉNDEZ PELAYO Y SU GENERACIÓN DE 1885
JAIME SUÁREZ
A la creación de la Institución Libre de Enseñanza, el 10 de marzo de 1876, por Giner y nueve catedráticos más, expulsados de la Universidad católica y monárquica, y al regeneracionismo republicano de Costa, Galdós y otros (tomo I), sigue inmediatamente la reacción católica , inspirada en el
primer Menéndez Pelayo, el de La Ciencia Española y la Historia de los heterodoxos españoles. Se
inicia, así, una triple confrontación ideológica que abre una sima, cada vez más honda y ancha, al
enfrentarse dos Españas incompatibles. A ello se añade, desde Pablo Iglesias, otra España más, ahora
marxista. Las Españas posibles ya son cuatro. Pronto serán cinco o seis, pero siempre alineadas en
una España frente a otra España. SUMARIO: I. Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912). II.
Antonio Maura (1853-1925). III. José Canalejas (1854-1912). IV. Manuel Bartolomé Cossío (18571935). V. Pablo Iglesias (1850-1925). VI. Santiago Ramón y Cajal (1852-1934). VII. Leopoldo Alas,
Clarín (1852-1901). VIII. Jaime Vera (1858-1918). IX. Adolfo Posada (1860-1944). X. Juan
Maragall (1860-1911). XI. Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Blanca de los Ríos (1862-1956).
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ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
EN PROYECTO
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO III: MIGUEL DE UNAMUNO Y SU GENERACIÓN DEL 98
JAIME SUÁREZ
En 1898 España cae hasta el fondo más profundo de su decadencia y la generación que entonces nace
a la historia queda marcada con el hierro al rojo del Desastre. A las distintas Españas posibles, ahora
se añade otra más, la negación de todo proyecto español común: ha nacido el separatismo catalán y
el vasco. Pronto aparecerá también el gallego. España es ya un barco semihundido con un motín a
bordo y a la deriva. SUMARIO: I. Miguel de Unamuno (1864-1936), II. Ángel Ganivet (18651898), III. Antonio Machado (1875-1939), IV. José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967), V. Ramiro de
Maeztu (1875-1936), VI. Ramón Menéndez Pidal (1869-1968), VII. Francisco Largo Caballero
(1869-1946), VIII. Julián Besteiro (1870-1940), IX. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (1970-1930)
X. Víctor Pradera (1873-1936), XI. José Mª Salaverría (1873-1940), XII. Manuel Bueno (18741936), XIII. Rafael Altamira (1866-1951), XIV. Santiago Alba (1872-1949), XV. Miguel Cabanellas
(1872-1938), XVI. José Sanjurjo (1872-1936), XVII. Francesc Cambó (1876-1947), XVIII. Ángel
Ayala, S.J. (1867-1960), XIX. Antonio Goicoechea Cosculluela (1876-1953) XX. Enric Prat de la
Riva (1870-1917) y XXI Sabino Arana (1865-1903).
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GENERACIONES Y SEMBLANZAS, 2
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ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
EN PREPARACIÓN
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO IV: JOSÉ ORTEGA Y GASSET Y SU GENERACIÓN DEL 14
JAIME SUÁREZ
Todo el proceso anterior (tomos I, II y III) culmina en la II República Española. También, en su secuestro por el Frente Popular. Y, además, en su acoso y derribo con la victoria del 1º de abril de 1939.
SUMARIO: José Ortega y Gasset (1883-1955), Manuel Azaña (1880-1940), Eugenio D'Ors (18821954), Alfonso XIII (1886-1941), Gregorio Marañón (1887-1960), Ángel Herrera Oria (1886-1968),
Ramón de Basterra (1888-1928), Indalecio Prieto (1883-1862), Fernando de los Ríos (1879-1947),
José Castillejo (1877-1945), Pedro Mourlane Michelena (1888-1958), Ángel Pestaña (1886-1937),
Américo Castro (1885-1972), Salvador Madariaga (1886-1978), Manuel García Morente (18861942), Claudio Sánchez Albornoz (1893-1984), Alfredo Jiménez Fraud (1883-1964), Francisco
Franco (1892-1975), Emilio Mola (1887-1937), Luis Araquistain (1886-1959), Juan Yagüe Blanco
(1891-1952), Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), Ramón Pérez de Ayala (1880-1962), Jacinto
Miquelarena (1891-1962), Benjamín Jarnés (1888-1949) y Fernando Cuadra Salcedo (1889-1939).
Concha Espina (1879-1955), María de Maeztu (1882-1943) y Pilar Millan Astray (1879-1949).
ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
EN PREPARACIÓN
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO V: JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA Y SU GENERACIÓN DEL 31
JAIME SUÁREZ
SUMARIO: José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), A. García Valdecasas (1904-1993), E.
Giménez Caballero (1899-1988), L. Buñuel (1900-1983), R. Ledesma Ramos (1905-1936), F. García
Lorca (1898-1936), R. Alberti (1902-1999), J. Díaz Fernández (1898-1941), B.Durruti (1896-1936),
A. Bermúdez Cañete (1899-1936), Juan Aparicio (1906-1987), J. Ruiz de Alda (1897-1936), Onésimo
Redondo (1905-1936), R. Sánchez Mazas (1894-1966), J. Bergamín (1895-1983), L. F. Vivanco
(1907-1975), J. Mª Alfaro (1906-1994), Agustín de Foxá (1906-1959), Eugenio Montes (1897-1962),
Samuel Ros (1905-1945), Luys Santa Marina (1898-1980), Víctor de la Serna (1896-1958), J. A.
Zunzunegui (1901-1982), F. Ximénez de Sandoval (1903-1978), J. M. Aizpurúa (1904-1936), Pancho
Cossío (1894-1970), Salvador Dalí (1904-1989), A. Ponce de León (1906-1936), Max Aub (19031972), E. Vegas Latapie (1907-1985), J. Calvo Sotelo (1893-1936), J. Mª Gil Robles (1898-1980), J.
Mª de Llanos, S. J. (1906-1992), Emiliano Aguado (1907-1979), Rosa Chacel (1898-1994), Victoria
Kent (1898-1997), Pilar Primo de Rivera (1907-1991 y María Zambrano (1904-1991).
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ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
EN PREPARACIÓN
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO VI: DIONISIO RIDRUEJO Y SU GENERACIÓN DEL 36
JAIME SUÁREZ
SUMARIO: I. Agustí (1913-1974), C. A. del Real (1914-1994), J. Mª Areilza (1909-1998), Julián
Ayesta (1919-1996), J. Caballero (1916-1991), J. Mª Castroviejo (1909-1983), F. J. Conde (19081977), Alberto Crespo (1916-1989), Álvaro Cunqueiro (1911-1981), M. Díez Crespo (1912-1993),
Víctor D'Ors (1909-1994), X. de Echarri (1913-1969), J. Mª Fontana (1911-1984), Mercedes
Fórmica (1918-2002), J. Mª García Escudero (1916-2002), R. García Serrano (1917-1988), Gaspar
Gómez de la Serna (1918-1974), P. González Canales (1912-1976), Ismáel Herráiz (1913-1969),
Álvaro de la Iglesia (1918-1981), David Jato Miranda (1915-1978), P. Laín Entralgo (1908-2001), J.
L.L. Aranguren (1909-1996), J. A. Maravall (1911-1986), J. M. de Bedoya (1914-1991), Juan Ramón
Masoliver (1910-2003), S. Montero Díaz (1911-1985), Adolfo Muñoz Alonso (1915-1974), Leopoldo
Panero (1909-1962), Ángel Mª Pascual (1914-1993), Narciso Perales (1914-1993), Luis Rosales
(1910-1992), José Luis Sáenz de Heredia (1911-1992), Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999),
Antonio Tovar (1911-1984), Mercedes Sanz Bachiller (1911-2007) y Vicky Eiroa (1915-2007).
EN PREPARACIÓN
ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939) y de sus consecuencias
TOMO VII: RODRIGO FERNÁNDEZ CARVAJAL Y SU GENERACIÓN DEL 50
JAIME SUÁREZ
Entendió esta generación, -los españoles nacidos entre 1923 y 1937-,que José Antonio y su generación
del 31 (tomo V) son una historia dentro de otra historia (tomos I, II, III y IV) con su sueño de una
España total, integradora y síntesis de las dos Españas. Por eso, la generación del 50 hizo suyo ese
proyecto y pobló, además, sus almas con los anhelos de los españoles más egregios de las generaciones
anteriores, de una y otra España, por la modernización, europeización y regeneración de nuestra Patria,
al menos desde Giner y Costa hasta acá. Todo ello, recapitulado en José Antonio, “nieto del 98”. Y
todavía dió, esta generación del 50, un paso más hacia delante y, en busca de la tan deseada concordia
nacional, hizo suyos, también, los sueños de los vencidos en las trincheras. Por eso le dolió tanto el
desencanto de sus hermanos mayores, los de la generación del 36 (tomo VI) cuando la victoria del 1º
de abril de 1939 quedó secuestrada por una facción. Y supuso el triunfo, exclusivo y excluyente, de la
España nacional, católica y monárquica del primer Menéndez Pelayo (tomo II). La historia de esta
generación del 50 es, también, la de la recuperación frustrada del sueño perenne de concordia nacional.
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GENERACIONES Y SEMBLANZAS, 3
SERIE I:
LAS DOS ESPAÑAS
EN
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ESPAÑA FRENTE A ESPAÑA
Génesis ideológica de la Guerra Civil (1936-1939)
y de sus consecuencias hasta hoy.
T. I: F. GINER DE LOS RÍOS Y SU GENERACIÓN DEL 68
JAIME SUÁREZ
la declaración institucional de cuáles sean nuestras
señas de identidad (Qué es Plataforma 2003, por qué y
para qué somos lo que somos) ha seguido la publicación de
El legado de José Antonio, donde se expone, -en el contexto histórico de la II República y de su generación del 31-, el
doble proceso de emancipación del fundador de Falange
Española: tanto de su origen monárquico y derechista, por
un lado; como de su inicial deslumbramiento fascista.
Ahora, en esta serie de España frente a España, corresponde considerar el ideario de José Antonio dentro del proceso
dialéctico de las dos Españas. Todo ello, a fín de comprender su proyecto político como una apelación generacional
para poner fin a tal proceso mediante la síntesis integradora de las dos Españas en una conciencia nacional común.
Podríamos arrancar, para ello, desde Cervantes o Quevedo.
También, más cerca, desde Jovellanos. Pero no vamos a ir
tan lejos. Iniciaremos nuestro estudio con la generación de
1868, la de la “revolución gloriosa”, fundadora en 1876 de
la Institución Libre de Enseñanza; y con los regeneracionistas; siempre, en el marco histórico de la primera restauración. Continuaremos, después, con la generacón de
Menéndez Pelayo, tan desconocida como tal unidad histórica, para seguir con las tan estudiadas generaciones del 98 y
del 14. Culminaremos este estudio con las generaciones del
31, 36 y 50. Este libro, querido lector, que tienes en tus
manos, pretende explicar cuál sea la génesis ideológica de
la guerra civil española (1936-1939) y sus consecuencias
A
PRENSA
hasta hoy con nuestra reconciliación nacional todavía pendiente y el drama permanente de España en perpetuo borrador inseguro. Estimamos, en efecto, que desde Giner de los Ríos,
Joaquín Costa, Gumersindo Azcárate, Benito Pérez Galdós y
Nicolás Salmerón, (es decir, la generación de 1868) y los generacionistas, España quedó radicalmente escindida en dos proyectos de futuro, antagónicos e incompatibles entre sí. Uno,
orientado hacia la continuidad de la tradición, que se identifica
con la versión española del catolicismo, según nuestra
Contrarreforma; otro, decidido por la modernidad laica, que se
identifica, en ruptura con nuestro pasado, con la europa vencedora entonces de España. Uno, que consiste en volver a intentar
lo que entonces fracasó; y, otro, empeñado en considerar como
perdidos los tres últimos siglos de España. Y, así, los españoles
hemos venido consumiendo todas nuestras energías en discutir
entre nosotros, y no siempre de la forma más civilizada, nuestros
distintos y antagónicos conceptos de España. Y, ello, hasta precipitarnos en la contienda fratricida de 1936-1939, en la que
cada una de las dos Españas se propuso la eliminación, incluso
física, de la otra España, su enemmiga irreconciliable. Un proceso que no resultó resuelto con la victoria del primero de abril
de 1939, ni aún hoy, según nos tememos cada día más, con la
Transición democrática ni con la Constitución de 1978. ¿Cómo
ha podido ser esto así? ¿Qué soñaron, anhelaron, ambicionaron,
unos y otros españoles a lo largo de este periodo de tiempo que
abarca más de cien años en los que España sigue, aún hoy, sin
coincidir en cual sea la interpretación de su pasado ni en cual
pueda ser su proyecto de un futuro común? Explicar todo esto es
lo que se pretende en esta serie de siete volúmenes, cada uno de
ellos dedicado a una generación.
I. Introducción: Teoría de las dos Españas. 1. Generaciones operantes en la más reciente historia de España. 2. Las dos Españas,
incompatibles, proyectadas sobre la generación del 31. 3. Causas
de la fractura nacional en dos Españas irreconciliables. 4. La ruptura de la conciencia nacional se inicia en nuestro siglo XVIII. 5.
La fractura nacional se agudiza a lo largo del siglo XIX. 6. Los
casos de Jaime Balmes (1810-1848) y Donoso Cortés (18091853). 7. Carlismo y pensamiento reaccionario. 8. Las dos
Españas según Ramón Menéndez Pidal (1869-1968). 9. Sólo hay
una España; la otra, es la Anti-España, afirma la derecha. 10. Las
dos Españas, según Fidelino de Figuereido. 11. Las dos Españas,
en Antonio Machado (1875-1939). 12. Las dos Españas en
Eugenio D’Ors (1882-1954). 13. Américo Castro (1885-1972)
niega que haya dos Españas. 14. Cuatro testimonios más desde el
exilio: Salvador de Madariaga (1886-1978), Guillermo de Torre
(1900-1971), Claudio Sánchez Albornoz (1893-1984) y María
Zambrano (1904-1991).
II. La síntesis de las dos Españas, proyecto malogrado de José
Antonio. 1. La reconciliación nacional, problema todavía pendiente. 2. Derechas no sociales e izquierdas no patriotas. 3.
Síntesis joseantoniana de derechas e izquierdas. 4. España, borrador siempre inseguro. 5. Superación, mediante su síntesis de las
dos Españas. 6. Juicio sobre las derechas de su tiempo. 7. Juicio
sobre las izquierdas. 8. Condena conjunta de derechas e izquierdas. 9. “Que una mitad de España extermine a la otra”. 10.
Frustración del proyecto de síntesis de las dos Españas. 11.
Reconciliación nacional en Juventudes. 12. Condena de la Ley de
la Memoria Histórica. 13. Germánicos contra bereberes. Europa
frente a África. 14. Propuesta por José Antonio de un gran partido nacional. 15. Últimas palabras de José Antonio sobre derechas
e izquierdas.
III. F. Giner de los Ríos (1840-1915): Modernización laicista de
España. 1. Giner y su Institución Libre de Enseñanza. 2. Algunos
rasgos biográficos de Giner. 3. Origen de la Institución Libre de
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GENERACIONES Y SEMBLANZAS, 4
enseñanza. 4. Propósito fundacional de la Institución. 5. Un
antecedente: el Colegio Internacional de Salmerón. 6. Los
pro-hombres de la Institución. 7. La Institución, bestia negra
del nacional-catolicismo. 8. Represión del franquismo contra
la Institución. 9. La Institución ¿culpable de nuestra guerra
civil? 10. Información bibliográfica sobre la Institución. 11.
Veredicto personal sobre la Institución. 12. Inmisericordie
diatriba contra los krausistas por Menéndez Pelayo. 13. La
Institución y la religión. 14. Krausismo y erasmismo. 15.
Testimonios favorables a Giner y a la Institución. 16.
Dimensión social de la Institución: Gumersindo de Azcárate
(1840-1917); Julián Besteiro (1870-1940) y Fernando de los
Ríos (1879-1947). 17. Fernando de los Ríos sugiere el
emblema del fascismo español. 18. Candidatura de Manuel
Bartolomé Cossío (1858-1935) frente a José Antonio. 19.
Influencia de Adolfo González Posada (1860-1940) en José
Antonio. 20. La Residencia de Estudiantes (1910). 21. El
Instituto-Escuela (1918). 22. Las Misiones Pedagógicas
(1931). 23. La Extensión Universitaria (1896) del grupo de
Oviedo. 24. Acusación a la Institución de antipatriota. 25.
Elogios a Giner y a la Institución. 26. Obras Completas y
fallecimiento de Giner.
IV. La democracia orgánica, legado ideológico del krausismo, asumido por José Antonio:1. Deuda ideológica de José
Antonio con el krausismo. 2. Democracia orgánica y tradicionalismo español. 3. Todo nos remite al krausista Ahrens,
doctrinario del organicismo. 4. Hay que insistir en el magisterio de Adolfo G. Posada. 5. Precedentes de institucionalización de la democracia orgánica. 6. La democracia orgánica y Gumersindo Azcárate. 7. Nula repercusión de la tesis de
Fernández de la Mora. 8. La democracia orgánica en José
Antonio. 9. Democracia “formal” y democracia “de contenido”. 10. Explicación por José Antonio de su concepto de
democracia orgánica. 11. Democracia orgánica y Estado
Sindical. 12. Democracia orgánica municipal. El precedente
de Maura. 13. Rechazo por José Antonio de la beatería antiparlamentaria. 14. Rechazo por José Antonio de la dictadura
como régimen político estable. 15. Conclusión sobre José
Antonio y la democracia. 16. Sorprendente influencia de la
Institución en la Sección Femenina. 17. La Institución Libre
de Enseñanza, según Mercedes Fórmica.
V. Los dos legados de la Institución Libre de Enseñanza, traicionados:1. Dos legados traicionados por uno y otro régimen. 2. Primer legado: ¿pretendió la Institución la revolución laica en la enseñanza? 3. Ideología liberal de los fundadores de la Institución. 4. El movimiento educativo laico en
Europa. 5. Proceso español de secularización de la enseñanza. 6. La II República traiciona el legado pedagógico de la
Institución. 7. Intento fallido de implantar la Escuela Única
por la II República. 8. El proyecto pedagógico de la II
República y el franquismo. 9. Segundo legado: La democracia orgánica y el franquismo. 10. La Ley de las Cortes de 17
de julio de 1942 y sus modificaciones. 11. Silencio de José
Antonio sobre la Falange como partido único. 12. Desdén
del franquismo por la democracia, incluso la orgánica. 13.
Hoy, la democracia orgánica, como sistema político único de
participación, no es posible. 14.- La Ley para la Reforma
Política de 16 de noviembre de 1976. 15. Necesaria aceptación de una plena democracia parlamentaria.
VI. Joaquín Costa (1846-1911): Regeneración y europeización de España: 1. Cuatro etapas en la vida de Joaquín Costa.
2. Primera etapa (1846-1876). 3. Segunda etapa en la vida de
Costa (1876-1880). 4. Tercera etapa (1891-1905) 5. Cuarta
etapa (1905-1911). 6. Introducción al problema agrario español. 7. Pensamiento agrario de Joaquín Costa. 8. Intervención directa de Costa en la política: hitos fundamentales. 9. Estudio de Joaquín Costa como político. 10. Reconstitución y europeización de España (1901). 11. Quiénes
deben gobernar después de la catástrofe nacional (1900). 12.
Crísis política de España (1901). 13. Oligarquía y caciquismo
(1901). 14. Los siete criterios de gobierno (1906). 15. Programa
para un partido nacional. 16. Costa y la Institución Libre de
Enseñanza. 17. Devoción de Ortega y Gasset por Costa. 18.
Elogio de Azorín. 19. Las dos Españas se disputan a Costa. 20.
La Falange y Costa. 21. José Antonio y Joaquín Costa: el testimonio de Gregorio Marañón. 22. ¿Joaquín Costa pre-fascista? La
tesis de Tierno Galván.
VII. El doble legado de Joaquín Costa asumido por José Antonio:
política agraria y política hidráulica. A. Política agraria: 1. la
reforma agraria, una imperiosa necesidad siempre frustrada. 2.
La Ley de Reforma Agraria de la II República. 3. La contrarreforma agraria de la derecha cerril. 4. La reforma agraria según
José Antonio. 5. Política agraria del franquismo: luces y sombras.
6. Total ausencia de política agraria actual. B. Política hidráulica: 1. El plan Gasset (1902). 2. La obra de la Dictadura: las confederaciones hidrográficas del conde de Guadalhorce (1926). 3.
Política hidráulica de la II República: Indalecio Prieto y Lorenzo
Pardo (1933). 4. Pantanos, canales y regadíos durante el franquismo: una obra inmensa. Instituto Nacional de Colonización (1939),
Plan Badajoz (1952). 5. Estéril política hidráulica de la actual
democracia: el Plan Hidrológico Nacional de la Ley 10/2001, de
5 de julio, y su modificación socialista por la Ley 11/2005 de 22
de junio. 6. Necesidad de una política nacional del agua.
VIII. Los regeneracionistas. A. ¿Qué es el regeneracionismo? 1.
Dos distinciones muy necesarias: regeneracionismo y patriotismo crítico; regeneracionismo y literatura del Desastre. B. Lucas
Mallada (1841-1921): Los males de la Patria y la futura revolución española (1890). C. R. Macías Picavea (1847-1899): El
problema nacional (1899). D. Epígonos: 1. Damián Isern (18521914): Del desastre nacional y sus causas (1899). 2. Joaquín
Sánchez Toca (1852-1952): Reconstitución de España (1911). 3.
Luis Morote (1862-1913): La moral de la derrota (1900). 4.
César Silió (1865-1944): Problemas del día (1900). 5. Rafael
Altamira (1866-1951): La Psicología del pueblo español (1899).
6. Ricardo Burguete (1871-1937): Morbo nacional (1906). 7.
Julio Senador (1872-1962): Castilla en escombros (1915). 8.
Santiago Alba (1872-1949): Problemas de España (1916).
IX. Benito Pérez Galdós (1843-1920). A. Cuatro etapas en su
vida y obra: 1.- Primera etapa (1867-1879): La Fontana de Oro
(1867-68), El audaz (1871), Doña Perfecta (1876), Gloria
(1877), Marianela (1878), La familia de León Roch (1878) y las
dos series iniciales de sus Episodios Nacionales (20 vols. 187379). 2.- Segunda etapa (1881-1892): El amigo manso (1882), El
doctor Centeno (1883), Tormento (1884), La de Bringas (1884),
Lo prohibido (1885), Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888),
La incógnita (1888-1889). Torquemada en la hoguera (1889),
Realidad (1889), Ángel Guerra (1890-91), 3.- Tercera etapa
(1892-1908): Tristana (1892), la loca de la casa (1892), Nazarín
(1895), Halma (1895), Misericordia (1897), El abuelo (1897) y
las series 3ª y 4ª de sus Episodios Nacionales. 4.- Cuarta etapa
(1908-1918): El caballero encantado (1909), Casandra (1910),
La razón de la sin razón (1915) y la 5ª y última serie de sus
Episodios Nacionales (1908-1912). B. Vida política: Diputado
republicano por Madrid (1907). El escándalo anticlerical del
estreno teatral de Electra (1901). El boicot católico a la concesión del premio Nobel a Galdós. C. Religiosidad y patriotismo de
Galdós. D. Balance de la vigencia de la obra literaria de Galdós.
X. Valentí Almirall Llozer (1841-1904). A. Almirall inicia la
larga marcha desde el regionalismo y el nacionalismo hacia el
separatismo catalán: 1. El Pacto de Tortosa (1869) pretende la
organización federal de Cataluña, que incluye a Valencia, Aragón
y Baleares. 2. Almirall, Regidor de Barcelona (1870). 3.
Fundador del Diari Català (1879-81). 4. Almirall y la
Reinaxensa: el Centre Català (1882). 5. El Memorial de greuges
(1885). 6. L’Espagne telle qu’elle est (1886). 7. Lo catalanisme
(1886). 8. Los epígonos de Almirall: su sombra es alargada.
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GENERACIONES Y SEMBLANZAS, 5
SERIE II : SEMBLANZAS
EN PROYECTO
8
165 X 240 mm.
JOVELLANOS, EL ESPAÑOL PERDIDO
GASPAR GÓMEZ DE LA SERNA
unque no resulte necesario, también lo obvio conviene
explicarlo. Por ejemplo, por qué Plataforma 2003 iniciará esta serie de biografías de egregios españoles con la
vida y obra de don Gaspar Melchor de Jovellanos, según
Gaspar Gómez de la Serna. La explicación es tan sencilla,
que al curioso lector le bastará, para convenir en lo obvio
de ello, evacuar la lectura del prólogo del autor, que se
reproduce casi íntegro a continuación. Porque ya nos dirá el
lector si, -cuando Gómez de la Serna nos anticipa los rasgos
y atributos del talante y propósitos de ese gran español que
fue el insigne asturiano-, no se le va la memoria hacia José
Antonio Primo de Rivera. En efecto, a quiénes hemos aprendido del fundador de Falange Española a amar a España
con afán de perfección, cuando en las horas de desaliento
hemos necesitado buscar el hontanar de agua clara en que
aliviar nuestra insaciable sed de España, nuestra mirada
siempre se ha elevado hacia la figura ejemplar de
Jovellanos, arquetipo máximo para nuestro afán de una concordia nacional que ponga fin a las dos Españas para que,
ni la una ni la otra, le hiele el alma a ningún español más.
Gaspar Gómez de la Serna (1918-1974)
alangista y seuísta desde la primera hora. Letrado de las
Cortes y escritor. De la saga ilustre de los Gómez de la
Serna, Primo del genial Ramón. Nacido en Barcelona. Es
autor de: Después del desenlace. Tres cartas de amor de un
escuadrista romano (Revista de Occidente, Madrid, 1945),
Libro de Madrid (Editora Nacional, Madrid, 1949), Toledo
(Noguer, Barcelona, 1953). España en sus episodios nacionales (Ediciones del Movimiento, Madrid, 1954), Ramón,
vida y obra (Taurus, Madrid, 1963), Jovellanos entre cuatro
A
F
fuegos (Colegio Mayor Diego de Covarrubias, Madrid, 1964).
Cartas a mi hijo (Doncel, Madrid, 1966), Entrerramones y otros
ensayos (Editora Nacional), Madrid, 1969, El tren en la literatura española (Renfe, Madrid, 1970), Ensayos sobre Literatura
social (Guadarrama, Madrid, 1971), Los viajeros de la
Ilustración (Alianza Editorial, Madrid, 1974) y su obra póstuma
Jovellanos, el español perdido (Organización Sala Editorial,
Madrid, 1975, 2 vols.). Además publicó varias antologías de
Ramón Gómez de la Serna y de Ramón María de Valle-Inclán.
Sumario
Prólogo. I. La raíz asturiana (1744-1757): 1. Arrastres del Antiguo
Régimen. 2. El patrimonio corto, la familia larga. 3. Los hermanos
y los vicisitudes de la primogenitura. II. Facticio aprendizaje
(1757-1767): 1. Los primeros estudios. 2. Colegial de Alcalá. 3. El
aire intelectual del tiempo. 4. Cambio de rumbo. III. Alegrías
juveniles (1769-1778): 1. La primera toga. 2. El palenque político
de Sevilla. 3. Tempo del movimiento jansenizante. 4. Ilustración y
poesía, cada día. 5. Las cosas del amor. 6. Adios a la felicidad. IV.
El ilustrado en la Corte (1778-1789): 1. Tribulaciones de un
Alcalde del Crímen. 2. La plena incorporación al equipo dirigente. 3. Paréntesis asturiano y algunos asuntos personales. 4. La evolución de su pensamiento y el jansenismo de esta década. 5. Las
ideas-clave de su pensamiento político-social. 6. Los instrumentos, el ritmo y los ejecutores de la reforma. 7. La evolución de su
pensamiento político-económico. 8. A rey muerto, reina puesta. V.
Provechoso destierro (1790-1797): 1. La última baza en la Corte.
2. Salvamento frustrado. 3. Con el navío a la capa. 4. El Gran
viaje y Salamanca de nuevo. 5.- Asturias en profundidad y otras
inquietudes. 6.- Otros dos grandes objetivos al aire: Instituto
Asturiano y Ley Agraria. 7.- La vida diaria y el ojo avizor. 8.
Viajes y vísperas. VI. Las dramáticas postrimerías de la
Ilustración (1791-1801): 1. La llamada de la Corte. 2. Breve
ministerio. 3. La caída y el proceso inquisitorial. 4. Convalecencia
en Trillo y regreso a Gijón. 5. Trabajos y asechanzas. 6.
Delaciones en el umbral del siglo. VII. Inicua prisión (18011808): 1. Camino del destierro. 2. Tregua en la Cartuja. 3. Dura y
cruel prisión. 4. La investigación como consuelo. 5. El bálsamo de
la amistad. 6. La celda ilustrada. 7. Últimas voluntades. 8.
Libertad y guerra. VIII. Muerte entre cuatro fuegos (1808-1811):
1. Las oscilaciones de un ilustrado. 2. “La grande y sagrada causa
en que estamos empeñados”. 3. Desdichas de la guerra. 4. Sevilla,
por última vez. 5. El “grand affaire” del nacimiento de las Cortes.
6. Bancarrota de la Junta General. 7. Última persecución. 8.
Muerte entre cuatro fuegos. Bibliografía
Prólogo del autor
esde hace mucho tiempo, al enfilar los temas españoles del
siglo XVIII, claves para el entendimiento no ya de nuestro
pasado, sino también de neustro presente, se me puso a la vista,
junto a la figura magna del artista Goya, al que dediqué tal vez mi
mejor libro, el personaje capital de nuestra breve y malograda
Ilustración que fue Gaspar Melchor de Jovellanos. Dí varias vueltas y ataqué parcialmente desde distintos flancos a su compleja y
decisiva silueta no tan clara, ni menos tan inmediata y cordialmente atractiva como la de Goya; hasta que, lanzado de frente
hacia su relevante bulto histórico, me encontré de pronto braceando apasionadamente con él -tan aparentemente frío y distante- en
la misma pasión española en la que Jovellanos vivió y murió con
heroísmo, siquiera fuese sin aspavientos, sino con aquella “mesura hasta en el sufrimiento” que gobernó los exquisitos modales de
nuestro conflictivo e ilustre siglo XVIII.
Esa pasión no es otra que la pasión y muerte de lo que Julián
Marías llamó “la España posible del tiempo de Carlos III”. En
verdad, la de una minoría dirigente, mezcla de vieja aristocracia y
de nueva y escasa burguesía, que se atrevió a dar la batalla del
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GENERACIONES Y SEMBLANZAS, 6
tiempo nuevo contra el tiempo viejo, con el inteligente, realista y patriótico intento de aunar la continuidad y la reforma, evitando la ruptura revolucionaria y el echarlo todo a
rodar en un país que tenía poco que echar a parte alguna,
apenas salido, como estaba a la sazón, de la tiniebla, de la
ruina económica, del inmovilismo y la desolación intelectual que fue el caudal relicto de la desdichada herencia de
Carlos II.
na brava, perseverante, difícil batalla a contracorriente
de las estructuras sociales -de las dominantes y las
sometidas-, de las fuerzas económicas y aún de no pocas
ideas y creencias, hábitos y formas de vida que formaban
las mallas de la rutina mental, que atarazaba cada día el
paso arriscado de los equipos reformistas, mucho más que
la inclemencia de los caminos por los que tantas veces se
echaron a descubrir la realidad los componentes de esos
mismos equipos, también beneméritos viajeros de la
Ilustración. Una aventura histórica de alto bordo que tuvo
su momento estelar en eso que en otro lugar he llamado “la
concordia española del siglo XVIII”, iniciada apenas en el
reinado de Felipe V y afanosamente concertada en los de
Fernando VI y Carlos III, para ir a declinar y morir en el de
Carlos IV y Maria Luisa y desbaratarse, tal vez para siempre, en la gran hecatombe de la Guerra de la Independencia.
o es cuestión de abordar aquí tamaña desventura, en la
que el lector paciente podrá ir penetrando a lo largo de
las páginas que siguen. Sólo, sí, de señalar que Jovellanos,
sobre ser el más eminente actor de aquella concordia española que digo, fue también la mayor víctima de la desgracia en la que luego se anegó. Fue su máximo pensador; su
más fino puro y perseverante político; alguien que sabía lo
que quería -y eso que quería era la redención de su patriay cómo sostener difícilmente el pulso entre idealismo y realidad para lo que había que hacer no se desvaneciera en la
estofa de los sueños, ni se lo llevara la trampa de los intereses las carencias y las tensiones que dominaban tan fuertemente la estructura histórico y social que tenía bajo las
plantas.
ero decía que fue también el gran sacrificado entre la
revolución y la reacción; el español perdido en la discordia que vino después; perdido, más que para él, que al
cabo cumplió su destino hasta el final, para aquella idea de
España que consistía en fundir en el crisol de la depurada
realidad el positivo acervo espiritual que podía obtenerse
de lo que el llamaba la “constitución histórica de España”
y las fórmulas progresivas del pensamiento contemporáneo, en una evolución abierta que fuera aplicando pedagógicamente el liberalismo que dominaba la nueva conciencia
europea como un correctivo de aquella misma constitución.
No se lo dejaron ayer ni los unos ni los otros. Español de
una España perdida entre el egoísmo y la estupidez, el energumenismo y la mala fe, es a perdición fue verdaderamente el gran sacrificio de Jovellanos. Porque su vida estuvo
toda entera, de la cruz a la fecha, volcada en esa España que
hicieron imposible. Sin ella no existe Jovellanos; ni tendrá
sentido seguir su huella; a no ser que alguna vez, alguna,
despierte una generación dispuesta de veras a emplear su
inteligencia y su voluntad en hacer del patriotismo una
empresa racional de convivencia y crecimiento.
Por su pudiera ser, me he atrevido a sacar del fondo del
pasado esta figura ejemplar; una de las muy pocas en las
que, a fuerza de autenticidad, no resulta cargante esa ejemplaridad que, con todo, a las veces se sube a la cabeza y da
como una imagen fría y distanciada, poco cordial. Mas, a
fuerza de ver y tratar durante el largo trecho de casi tres
años de trabajo a Jovellanos, de estudiar y analizar a fondo
su pensamiento y su conducta, puedo decir que he escu-
U
N
P
chado también el latido de su corazón. Y que ese latido da
como un metal sonoro, de oro de ley batiendo sobre el tablero
de la Historia, donde poco es oro y mucho es chatarra y calderilla vil que no merece cambio alguno para el haber de nuestro
tiempo.
uisiera haber transmitido certeramente hasta el lector el sonido augusto de ese alma limpia que fue Gaspar Melchor de
Jovellanos. Como he tratado, y eso era más fácil aunque también
mas trabajoso, de transmitir con rigor su pensamiento enciclopédico; principalmente en aquellos aspectos que atañen a su idea de
España y a su sentimiento religioso, que son los que han sido peor
o mas banderizamente manipulados por quiénes han intentado -y
son muchos- empequeñecer a este español impar apuntándolo en
la casilla de su pequeña política o de una u otra de las filias y
fobias de turno, porque la bibliografía jovellanista es grande, aunque monográficamente fragmentada, pero aún más voluminosa es
la propia obra del polígrafo asturiano, y no había manera de entender e interpretar con objetividad ni su figura ni su pensamiento,
sino penetrando derechamente y por entero en los miles de páginas que forman sus tratados, ensayos, dictámenes, informes, poesías, estudios, notas y diarios, así como en la inmensa selva de su
correspondencia, casi todo publicado en los cinco tomos de la
Biblioteca de Autores Españoles y en las demás ediciones de las
que luego daré razón, mas lo que pude descubrir aún inédito para
ofrecerlo al curioso lector. Y eso es lo que yo quería y he procurado hacer: sacar de toda esa ingente obra el molde de un
Jovellanos entero y verdadero, visto por primera vez en su abarcadora y totalidad y de frente: reconstruido hilvanando minuciosa
y honestamente su vida entera con su completo pensamiento, de
modo que quede de una vez por todas establecida su grande y
coherente figura histórica y no pueda ser utilizda gratuíta o banderizamente texto alguno suyo independientemente de cómo está
inscrito en el contexto total de su pensamiento.
pienso que esto era importante por dos razones: la primera,
porque un español de su tamaño merece un tratameinto como
ése; la segunda, para ver si aclaramos al fín que la España de la
Ilustración, que él encarnó como nadie, fue no sólo el primer
intento de España moderna, sino de una prometedora empresa del
pensamiento y del patriotismo anterior a la discordia de las dos
Españas, con una fuerza impulsora y unas reglas de juego que aún
están inéditas y que, mutatis mutandis, bien pudieran y debieran
ser aprovechadas para nuestro porvenir...
inalmente, me queda por afirmar, o más bien confesar que, al
contar la vida de Jovelanos, he procedido en este libro con
toda objetividad intelectual; esto es, no con ninguna preconcebida
simpatía, ni menos con beato panegirismo que pudiera distraerme
del verdadero personaje. Entre otras cosas, porque Jovellano
como hombre no me causa simpatía, sino admiración, que es cosa
distinta: es cuestión de temperamento. Lo que me produce simpatía, es decir, comunidad de sentimientos, es esa concordia española, esa empresa nacional que él tartó de poner en pie. Sólo por
ella sería capaz de dar de lado a cualquier objetividad, como ya lo
hice en mis años mozos, si por ventura volviera a cruzar ante mis
ojos el vuelo esperanzador de su inasible y quimérica fantasma.
Jovellanos, no; Jovellanos me ha obligado a acercarme a su realidad humana según su propio talante, sine ira et studio; aunque al
cabo, sobre la admiración profundamente anclada en la sabiduría
del hombre y sobre todo en la recitud ética de su patriotismo, se
haya ido tendiendo, como un hilo cordial, una devoción intelectual que tira también efusivamente de esas pascalianas razones del corazón que la razón no entiende, pero sí es capaz de
promover y mantener encendidas a uno y otro lado del puente,
bajo cuyos arcos corre el agua, turbulenta, de casi doscientos
años.
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Págs.
C. Centro de Documentación . . . . . . . . . . . . .49
1. La memoria a rescatar . . . . . . . . . . . . . . . . . .49
Serie I: Viejos textos a recuperar . . . . . . . . .49
2. Biblioteca de Educación Política . . . . . . . . .51
3. Literatura infantil y juvenil . . . . . . . . . . . . . .56
Serie I: Historias y Antologías . . . . . . . . . . .56
Serie II: La colección más laureada . . . . . . .57
4. España clara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61
5. Revistas de España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63
Serie I: Proyectos de digitalización . . . . . . .63
Serie II: Publicaciones ya digitalizadas . . . .66
Serie III: En proceso de digitalización . . . . .67
D. Programa editorial 2010 . . . . . . . . . . . . . .68
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LA MEMORIA
A RESCATAR
Centro de Documentación
Plataforma 2003
SERIE I:
VIEJOS TEXTOS A RECUPERAR
GENIO DE ESPAÑA
EN PROYECTO
Exaltaciones a una resurrección nacional y del mundo
Ernesto Giménez Caballero
Ediciones de “La Gaceta Literaria”, Madrid, 1932
SUMARIO: Introducción. Primera Parte: Los nietos del 98 (notas a Unamuno). I. Filiaciones.
II. Los Trece Pactos de España. III. El concepto del 98. El concepto de España. IV. Máxima
España, yema del Mundo. V. Los Cinco Remedios. VI. La experiencia total de la República
Española. Segunda Parte: Los huevos de la urraca (notas a Ortega). I. Textos elementales. II. La
última saeta o el martirio de San Sebastián. III. Deber por encima de Devoción. IV. Un libro
tímido. Las dos zonas de la equivoquez. La zona oscura. La zona pespicaz. Tercera Parte: César
y Dios (notas a una juventud con genio de España). I. Bastardía. II. Encuentro con mi Madre.
III. El secreto de todo nacionalismo. IV. España, la esfinge sin secreto. V. Los tres Genios del
mundo. VI. Genio de España. VII. Las tres banderas.- VIII. Exaltación final sobre el monte de
El Pardo.
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148 X 210 mm.
165 X 240 mm.
FUNDACIÓN, HERMANDAD Y DESTINO
EN PROYECTO
Rafael Sánchez Mazas
Ediciones del Movimiento, Madrid, 1957
SUMARIO: Carta de José Antonio. Pórtico, por Eugenio Montes. Prólogo del autor. Parte I.
Consignas: Consigna. Con el clamor de España. Libertad y unidad. Estado e Historia.
Diversidad y bienaventuranza. La segunda consigna. Por el absurdo. Valladolid. Las lechuzas y
la pascua. Tránsito. Fundación. Consigna. Hábito y estilo: Hábito y estilo. Moral de la Falange
clásica. Mística y aridez. Breves ensayos: Campanella y Maurras. Fragmento sobre el príncipe.
Guiones: Guiones. Legado de los clásicos: El legado de los clásicos. La inconsciencia y la
cobardía. Parte II. Editoriales: Unidad de destino. Actualidad y libertad. Formación. Sabiduria
y rareza de España. Espectáculo Esquema de una política de aldea. Rectitud. Hermandad.
Dificultad. Etapa. Contienda por lo necesario. Obrero de derechas y obrero de izquierdas. El
tiempo nuevo contra el tiempo viejo. Insensibilidad vergonzosa. Tabla rasa. Falsedad. Gas de los
pantanos. La línea divisoria. El sacrificio en el tablero. Un frente moral. Extrema experiencia.
Con el pie en el estribo... Tres conferencias: Nación. Unidad. Imperio. Brindis de yugo y flechas. A los universitarios: El SEU con el guión del cisne. Oración a los muertos.
UN PENSADOR PARA UN PUEBLO
Adolfo Muñoz Alonso
Ediciones Almena, Madrid, 1974 (3ª edición)
EN PROYECTO
SUMARIO: Introducción. I. José Antonio y la política de los irenunciable. II. José Antonio y
Ortega. III. José Antonio y Rousseau. IV. José Antonio y Azaña. V. José Antonio y el fascismo.
VI. José Antonio y los Estados liberal y totalitario. VII. José Antonio y el Estado de equidad.
VIII. José Antonio y el socialismo. IX. José Antonio y el socialismo marxista. José Antonio y
los partidos políticos. X. José Antonio y el sindicalismo. XI. José Antonio y el trabajo. XII. José
Antonio y la libertad. XIII. José Antonio y el Derecho. XIV. José Antonio y la violencia. XV.
José Antonio y la juventud. XVI. José Antonio y la Falange. Bibliografía: A) De José Antonio.
B) Sobre José Antonio. C) De obras citadas. Apéndices: I. Índice de estructura del libro. Obras
completas de José Antonio Primo de Rivera. II. Índice de la obra José Antonio, íntimo; epistolario y textos biográficos. Índice de nombres.
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VIEJOS TEXTOS A RECUPERAR , 2
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148 X 210 mm.
¿POR QUÉ NO FUE POSIBLE LA FALANGE?
EN PROYECTO
JOSÉ Mª MARTÍNEZ VAL
DOPESA, BARCELONA, 1975, 1976
El profesor Martinez Val, -viejo jonsita, colaborador de La Patria Libre de Ramiro, y Gobernador
Civil y Jefe Provincial con Franco-, acaba así este libro: “La Falange es una flecha caída en su
trayectoria, pero no es una flecha rota. Es un proceso detenido, pero no es un proceso acabado. No
fue posible en el pasado. Pero curada de su cruel experiencia, sería temerario afirmar que su más
esencial y auténtica doctrina no sea aún posible en el futuro”. SUMARIO: Propósito. I. Los
antecedentes: 1. La “Conquista del Estado” y las JONS. 2. Falange Española y su fusión con las
JONS. 3. La Falange dividida y oficializada. II. Los motivos internacionales. III. Falangistas y
Tradicionalistas. IV. Falange. Monarquía. Régimen. V. Acción y frustración de la oposición: 1.
Lucha armada y guerrillera. 2. El pacto de unión de fuerzas democráticas. 3. El congreso de Munich
(junio, 1962). 4. Ampliación de la Unión de Fuerzas Democráticas. VI. De la confusión a la desintegración. VII. La trayectoria del sindicalismo. VIII. Evolución y crísis de una ideología política. IX.
Meditación final.
FALANGE Y FILOSOFÍA
EN PROYECTO
SALVADOR DE BROCÀ
UNIEUROP, SALOU, TARRAGONA, 1976
SUMARIO: Introducción. I. La crísis del liberalismo español: 1. La revolución burguesa. 2.
Regionalismo y reformismo. 3. El final de la Restauración: desde Alfonso XIII a la II Repúbica.
II. Los antecedentes políticos del Falangismo: 1. El conservadurismo de Maura y la Dictadura
de Primo de Rivera. 2. Fascismo y Falangismo. 3. Conclusión. III. Hacia una nueva ética política: 1. Filosofía de la Falange. Prefacio. 2. Un movimiento de intelectuales. 3. El imperialismo
de la Falange. 4. El Estado falangista y la unidad de destino. 5. La revolución nacionalsindicalista. 6. El estilo de la Falange. IV. Los orígenes filosóficos: 1. La formación intelectual de los
fundadores. 2. Rousseau. 3. Influencia de Kant y de Fichte. 4. Hegel y la razón de la historia. 5.
Marx y la sinrazón de la Prehistoria.. 6. Nietzsche y la estética de la vida. 7. Spengler y el historicismo naturalista. 8. Del krausismo a Ortega y Gasset. 9. Ortega y el nacionalsindicalismo.
V. Conclusión: ¿Fascismo en España? Bibliografía. Este libro se basa en su tesis doctoral.
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148 X 210 mm.
RAMIRO LEDESMA RAMOS
EN PROYECTO
Biografía Política
JOSÉ Mª SÁNCHEZ DIANA
EDITORA NACIONAL, MADRID, 1975
Nacido en Lérida en 1922, doctor en Ciencias Históricas en 1946. Profesor universitario y catedrático de Enseñanza Media de Geografía e Historia en el Instituto “P. Suárez” de Granada. Es
autor, además, de Ramiro Ledesma Ramos y su interpretación de la historia (1964). SUMARIO:
Preámbulo. Introducción. Primera Parte: I. Infancia y juventud. II. Universidad y vida científica.
III. Etapa de crísis interna. Paso del intelectual al político. IV. La Conquista del Estado. V. Las
Juntas en 1932. VI. Las Juntas y Falange fusionadas. VII. Cisma político. Separación de Ramiro.
VIII. Ramiro Ledesma y las juventudes. IX. Muerte y valoración de Ramiro Ledesma Ramos.
Segunda Parte: X. La doctrina de Ledesma Ramos. XI. Ramiro Ledesma Ramos y su ideario
político. XII. España y su política exterior. XIII. Ramiro Ledesma y sus ideas económicas. XIV.
Ledesma Ramos y el Ejército. Apéndice bibliográfico. Obra de Ledesma Ramos.
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165 X 240 mm.
LOS DIÁLOGOS PERDIDOS
EN PROYECTO
RODRIGO FERNÁNDEZ-CARVAJAL
COLECCIÓN ALFÉREZ, MADRID, 1952
SUMARIO: Introducción. I. José Fraga Iribarne. Gallardía. La tercera España. Aviso a los universitarios fieles. Nuevos avisos. “Genotanasia”. La cura platónica. Coda. II. El artículo y su sombra. Inteligencia y fidelidad. Lo intelectual y lo inteligente. Hermandad de Alféreces. Puntos de
política. Lecciones de José Antonio. El juicio político. Profesión política. Notas sobre el juicio
político. Aclaraciones. El Contramovimiento. Coda. III. Nota a la poesía joven. La novela católica. La poesía de Carlos Bousoño. La segunda navegación de Ortega. La hora de San Agustín.
Piedras universitarias. Educación y casticismo. España definidora. Fragmento de una carta apócrifa. La Universidad. El Profesorado. Cultura y organización. “Estar de vuelta”. La medida del
hombre. La gracia de la gracia. La ciudad del espíritu. Desmonte y edificación. Sobre Europa.
Unamuno y un crítico “Instituto de Humanidades” La España Impecable. Pintura. Las tentaciones
de la vida intelectual. Notas a “España, sin problema”. El señorío intelectual. Coda.
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BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN POLÍTICA (DONCEL), EJEMPLO DE EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA,
VELA Y ANCLA
BIBLIOTECA A RECUPERAR
EUGENIO DE BUSTOS
Texto para la enseñanza de Educación Política en el curso 1º de Bachillerato
SUMARIO: Tú y yo: Canción de la mujer. Amor del hijo al padre. Amor del padre al hijo. Amor
a la madre. Amor de la madre. Los hermanos. El amigo. La escuela. Todos: La vida en común. El
orden de las cosas. Los órdenes de los hombres. La jerarquía. La rebeldía ante la injusticia. La obediencia. El alcalde. El jefe. Cómo mandar. La nobleza. La fama. La ciudad. Los arrabales. Las
callejas del pueblo. Las viejas casonas. Los gitanos. la catedral. Los hombres del pueblo. La plaza.
El cerillero. El sereno. El industrial. Los marineros. España: España adivinada. Comienzos de
España. Pescadores asturianos. Cazadores montañeses. La meseta. La Alcarria. El Cid. Valle del
Ebro. Pirineos. Mediterráneo catalán. Levante. Centro de España: Toledo. Extremadura. Galicia.
La Mancha. Córdoba. Sevilla. Granada. Gloria de España. Unidad de España. Amor a España.
Vocabulario. Índice de autores y de textos.
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170 X 240 mm., 186 pp.
170 X 240 mm., pp.
APRENDIZ DE HOMBRE
GONZALO TORRENTE BALLESTER
Texto para la enseñanza de Educación Política en el 2º curso de Bachillerato.
SUMARIO: Convivencia: Prólogo. Serás hombre. Asociación. La familia, padre y madre. El
padre. La empresa común. Los amigos. Modos de relación humana: Nacimiento de la ciudad. La
ciudad española. La capital de España. La ciudad de los rascacielos. El mercado. Unión ante el
peligro. La calamidad colectiva. La ciudad en fiestas. La ciudad en calma. La provincia.
Ciudadanía. La ley natural. La ley moral. El bien común. Autoridad y libertad: La autoridad.
Responsabilidad de la autoridad. Juzgar con arreglo a la Ley. Mando y obediencia. Saber mandar
y saber obedecer. Mando: responsabilidad y sacrificio. Solidaridad. Solidaridad heroica.
Solidaridad cristiana. Caridad. La traición. El trabajo: La obra bien hecha. El trabajo en el campo.
El trabajo en el mar. El trabajo del artista. El trabajo del artesano. El trabajo científico. El trabajo
de un empresario. El trabajo de un genio universal. Cuando se desdeña el trabajo. El pobre
labrador. La picaresca. El señoritismo. Todo el trabajo es necesario. La persona: La opinión pública. La opinión personal. La dignidad. Saber ganar y saber perder. La dignidad del fuerte. La dignidad de un católico. Dignidad ante la muerte. El honor. Palabra de honor. La libertad....
CARTAS A MI HIJO
GASPAR GÓMEZ DE LA SERNA
Texto para la enseñanza de Educación Política en el curso 3º de Bachillerato
SUMARIO: Envío. Carta primera: De donde viene el nombre de tu Patria. Carta segunda: Loores
y dolores de España. Carta tercera: Tú, hijo de España. Carta cuarta: Aquél primitivo barrio originario. Carta quinta: Coraje, independencia, libertad. Carta sexta: La primera hora de tu Patria.
Carta séptima: Pérdida de España. Carta octava: La empresa de rehacer España. Carta novena: Por
qué el Cid es héroe nacional. Carta décima: Precio de sangre y de siglos. Carta 11ª: Toda la
Cristiandad frente a las Navas. Carta 12ª: Sola hasta el estrecho. Carta 13ª: Cómo se malgastaron
ciento cincuenta años. Carta 14ª: Nueva fundación de España. Carta 15ª: Unidad y diversidad.
Carta 16ª: Amenazan desde dentro la unidad. Carta 17ª: El mal remedio. Carta 18ª: La descomposición interna. Carta 19ª: Todos a una. Carta 20ª: Falta Gibraltar. Carta 21ª: Patria-Patrimonio.
Carta 22ª: Participar en la Patria. Carta 23ª: Artesanía de la convivencia. Carta 24ª: Vivir en el
mundo. Índices de autores, textos, dibujos y láminas.
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170 X 240 mm., 204 pp.
CONVIVENCIA HUMANA
EUGENIO FRUTOS, CATEDRÁTICO DE FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
Texto para la enseñanza de Educación Política en el 4º curso de Bachillerato
SUMARIO: I. El hombre y su vida. Texto: Aristóteles, El hombre es un animal social por naturaleza. II. La vida social. Texto: José Antonio, Lo espontáneo y lo difícil. III. Los factores de convivencia. Texto: Santo Tomás, La justicia como virtud general. La injusticia. IV. Factores antisociales. V. La solidaridad. Texto: Santo Tomás, Orden de gobierno. VI. La cooperación social. VII.
La comprensión. VIII. La autoridad. Texto: Luis Vives, Sociabilidad, justicia y orden. La libertad
y el orden. IX. La libertad. X. La justicia. XI. El trabajo. XII. El estudio. XIII. La familia. Texto:
León XIII, La familia y la propiedad. XIV. El colegio. XV. La asociación juvenil. XVI. Las asociaciones juveniles en España. Texto: San Agustín, El maestro y la verdad. XVII. Los servicios a
la juventud en España. Texto: Ramiro Ledesma Ramos, La unidad de España. XVIII. La convivencia nacional. XIX . La convivencia española. Texto: José Antonio, La nación. XX. La convivencia internacional. Texto: Pio XII, El orden sobrenacional.
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170 X 240 mm., 218 pp.
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BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN POLÍTICA (DONCEL), 2
EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD
TORCUATO FERNÁNDEZ-MIRANDA HEVIA
CATEDRÁTICO DE DERECHO POLÍTICO EN LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO
Texto para la enseñanza de Educación Política en el 5º curso de Bachillerato
SUMARIO:
Primera parte: El hombre y la sociedad: 1. El hombre como persona. 2. La autoridad. 3. La familia. 4. El municipio. 5. La provincia. 6. La profesión. 7. La Asociación. 8. El sindicato. Segunda
parte: Problemas generales de la vida política: 9. El Estado. 10. El Gobierno. 11. La representación.
12. El Estado y la vida social. 13. La convivencia política. 14. Principios políticos del Estado
español. 15. Leyes constitucionales del Estado español. 16. Fuero del Trabajo. 17. Organización
del Estado español. 18. Estado e Iglesia. 19. Relaciones internacionales. 20. España y las relaciones
internacionales. 21. Apéndice: Notas al texto.
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170 X 240 mm., 246 pp.
POLÍTICA ECONÓMICA
ENRIQUE FUENTES QUINTANA, CATEDRÁTICO DE HACIENDA PÚBLICA Y DERECHO FISCAL DE LA
UNIVERSIDAD DE MADRID
JUAN VELARDE FUERTES, CATEDRÁTICO DE ESTRUCTURA E INSTITUCIONES ECONÓMICAS DE LA
UNIVERSIDAD DE BARCELONA
Texto (I) para la enseñanza de Educación Política en el 6º curso de Bachillerato
SUMARIO:
I. La actividad económica y la actividad social. II. El proceso económico en la vida colectiva. III.
La renta nacional. IV. La renta nacional española. V. La población española. VI. La población rural
española. VII. La minería española. VIII. La industria española. IX. Transportes, comunicaciones
y comercio interior. X. Organización monetaria y del mercado de capitales en España. XI. El comercio exterior de España. XII. La intervención pública en la producción. XIII. La distribución de
la renta. XIV. El sistema económico en funcionamiento.
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170 X 240 mm., 248 pp.
POLÍTICA SOCIAL
EFRÉN BORRAJO DACRUZ
CATEDRÁTICO DE DERECHO DEL TRABAJO EN LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA
Texto (II) para la enseñanza de Educación Política en el 6º curso de Bachillerato
SUMARIO: I. La cuestión social: el sentido social de la vida humana, necesidad de un orden
político. La política como pedagogía social. Necesidad de una política social. II. El trabajo: concepto y sentido. Factor social. La empresa como comunidad de intereses. La libre iniciativa. III. El
nivel cultural. IV. El tiempo libre. V. La Seguridad Social. VI. Los problemas sociales. VII. El
sindicalismo: la superación sindical. Origen y evolución del sindicalismo. La Organización
Sindical española: Características y principios en los que se basa. Esquema general de la organización sindical española. Su relación con el Estado. El Sindicato como cauce de participación y de
armonía social. VIII. La política social: el primado de lo social. La política económica como parte
de la política social. Límtes de la estructura económica impone a la política social. Necesidad de
la formación social.
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170 X 240 mm., 104 pp.
170 X 240 mm., 260 pp.
LA LIBERTAD
EUGENIO FRUTOS CORTÉS, CATÉDRÁTICO DE FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
TORCUATO FERNÁNDEZ MIRANDA, CATÉDRÁTICO DE DERECHO POLÍTICO DE LA UNIVERSIDAD
DE OVIEDO
RAMIRO LÓPEZ GALLEGO, CATÉDRÁTICO DE TEOLOGÍA DEL SEMINARIO CONCILIAR DE MADRID
Texto para la enseñanza de Educación Política en el 7º curso de Bachillerato
SUMARIO:
I. La libertad, aspecto filosófico: 1. Introducción. 2. La trayectoria histórico-filosófica de la libertad en la filosofía griega. 3. La filosofía cristiana y el problema de la libertad. 4. El tema de la libertad en la Edad Media. 5. El tema de la libertad en la filosofía moderna y contemporánea.
6. Doctrina de la libertad.
II. La libertad, aspecto sociológico:1. Conducta social y libertad individual. 2. Libertad y responsabilidad social. 3. Los deberes del hombre. 4. Liberalismo y libertad. 5. Libertad y autoridad.
III. La libertad, aspecto religioso: 1. Gracia y libertad. 2. Omnímodo dominio divino y libertad
humana.
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BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN POLÍTICA (DONCEL), 3
FORMACIÓN SOCIAL
JOSÉ M. POVEDA ARIÑO
PROF. DE LA E. DE PSICOLOGÍA DE LA UNIV. DE MADRID Y DIRECTOR DE LA ESCUELA SINDICAL
Texto para el curso de aprendizaje de Formación Profesional Industrial
SUMARIO: I. La vida en común: 1. El hombre. 2. El sentido moral: su sentido social. 3. Las
necesidades del hombre. 4. La convivencia, efecto natural de las necesidades espirituales y materiales del hombre. 5. Ventajas y posibilidades de la vida en común. 6. Problemas que la vida en
común plantea. II. La solidaridad: 1. La solidaridad. 2. El sentido espiritual de participación en la
vida colectiva. III. El prójimo: 1. El compañerismo. 2. Los hermanos. 3. Los amigos. IV. Servir
y servicio: 1. El servicio. 2. El servicio como atributo y función. 3. Aportaciones a la colectividad:
su necesidad y obligatoriedad. V. Los grupos. VI. La familia. VII. La Escuela. VIII. La Asociación
Juvenil. IX. Las asociaciones juveniles en España. X. Los servicios a la juventud en España. XI.
La Patria: 1. La convivencia nacional. 2. La unidad de convivencia nacional 3. La tarea conjunta
de todos los españoles. 4. Necesidad y obligatoriedad de cooperar en estas tareas. 5. El servicio a
la colectividad nacional 6. Estudio y trabajo, como aportación a esta colectividad.
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170 X 240 mm. 144 pp.
CONVIVENCIA SOCIAL
JOSÉ M. POVEDA ARIÑO
PROF. DE LA E. DE PSICOLOGÍA DE LA UNIV. DE MADRID Y DIRECTOR DE LA ESCUELA SINDICAL
Texto para el 4º curso de Bachillerato Laboral y curso 1º de Oficialía en la F.P.I.
SUMARIO: I. La vida social. II. La autoridad: 1. Su valor y su justificación. 2. La autoridad rectora de la comunidad: el maestro; el Gobierno. 3. La autoridad como árbitro: el juez. 4. La autoridad como coordinadora de los miembros de la sociedad: el capitán del equipo, el jefe de la empresa, 5. El jefe como primer servidor de la comunidad. 6. Deberes para con él: obediencia y confianza. 7. Deberes del jefe para con los subordinados: respeto a sus derechos. III. La libertad: 1.
La libertad como atributo humano. 2. ¿En qué consiste la libertad? 3. La responsablidad, consecuencia de la libertad. 4. Necesidad social de regular el uso de la libertad. 5. Nuestra libertad dentro del grupo: respeto a la libertad de los demás y subordinación al bien común. IV. La Justicia. V.
La cooperación social. VI. El Trabajo (I) VII. El Trabajo (II). VIII. El Patrimonio. IX. La Empresa
(I). X. La Empresa (II). XI. El capital. XII. La familia: 1. La familia, celula social primaria. 2. La
familia como unidad política. XIII. La Asociación profesional. XIV. La conviencia nacional.
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170 X 240 mm. 172 pp.
170 X 240 mm. 262 pp.
DERECHO DEL TRABAJO
EFRÉN BORRAJO DACRUZ
CATEDRÁTICO DE DERECHO DEL TRABAJO EN LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA
Texto para el 4º Curso de Aprendizaje, Oficialía y Maestría en la F.P.I.
SUMARIO: I. El trabajo profesional. II. La historia del Derecho del Trabajo. III. Fuentes del
Derecho del Trabajo. IV. Derecho Internacional del Trabajo. V. Administración laboral. VI.
Sindicatos. VII. Contrato de Trabajo. VIII. La prestación de servicios. IX. La jornada y los dencansos. X. El salario: 1. Concepto y caracteres. 2. Retribución del trabajo y renta del trabajador. 3.
Clase de salarios. 4. La composición del salario. 5. Otras percepciones del trabajador. 6. La participación en los beneficios de la empresa. 7. El pago del salario. XI. La suspensión del Contrato de
Trabajo. XII. El despido. XIII. Contratos especiales. XIV. Previsión social. XV. Accidentes del trabajo. XVI. Enfermedad profesional y paro. XVII. Vejez y enfermedad. XVIII. Proteción familiar.
XIX. Agricultura, servicio doméstico y Seguro escolar. XX. Mutualismo laboral. XXI. Conflictos
laborales: 1. Los conflictos de trabajo. 2. Los Tribunales de Trabajo. 3. La Magistratura de Trabajo.
4. El Tribunal Central de Trabajo y el Tribunal Supremo. 5. El proceso laboral. 6. Procesos especiales. 7. Recursos. 8. La actuación sindical en los conflictos de trabajo.
ESTRUCTURA POLÍTICA DE ESPAÑA
MANUEL FRAGA IRIBARNE
CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID
Texto para el 5º Curso de Bachillerato Laboral, 1º de Comercio y 3º de Oficialía
SUMARIO: I. Organización de la convivencia. II. El Estado, ordenador de la Sociedad. III. Los
miembros del Estado: 1. la formación de la voluntad del Estado. 2. La participación de los ciudadanos en la dirección de la cosa pública. 3. La representación. 4. La representación orgánica. 5.
La opinión pública. 6. Los grupos de presión. IV. La organización del poder del Estado. V. Las instituciones y el juego de la convivencia. VI. El Movimiento Nacional y sus principios: 1. Principios
políticos del Estado español. 2. El Movimiento como fundamento doctrinal. VII. El Fuero de los
españoles. VIII. El Estado social: el Fuero del Trabajo. IX: El Estado católico: La Iglesia en España.
X. Las instituciones políticas del Estado actual. XI. Los cuerpos intermedios en la convivencia
nacional. XII. La vida local. XIII. La vida provincial. XIV. Las Asociaciones. XV. El Sindicato: El
Estado Nacional Sindicalista. XVI. El Estado Nacional y la comunidad internacional. XVII. España
y la política internacional de hoy. XVIII. La integración europea. XIX. Sinopsis.
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170 X 240 mm. 212 pp.
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BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN POLÍTICA (DONCEL), 4
Dos textos, imprescindibles para el estudio del régimen franquista, a recuperar
LA SOCIEDAD Y EL ESTADO
RODRIGO FERNÁNDEZ CARVAJAL
Catedrático de Derecho Político de la U. de Murcia
Texto de Educación Cívico-social y Política (3º Bach.)
Editorial Doncel, 1969.
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
RODRIGO FERNÁNDEZ CARVAJAL
Catedrático de Derecho Político de la U. de Murcia
Editora Nacional, 1969.
Colección: Mundo Científico. Serie Jurídica.
ÍNDICE
Primera parte: La sociedad y los grupos sociales
ÍNDICE
Prefacio
Capítulo I: Naturaleza jurídica de la Constitución
española.
Introducción. I. La sociedad y la naturaleza social del hombre. 1. ¿Qué significa “sociedad”? 2. Naturaleza social del
hombre. 3. Resumen de los cuatro enfoques. II. Factores
constitutivos de la sociedad: I. Introducción. 2. Primer factor: las pautas sociales. 3. Segundo factor: la cooperación.
III. Factores constitutivos de la sociedad: 1. Tercer factor: el
fín social o bien común. 2. Cuarto factor: el derecho. 3.
Quinto factor: el poder. 4. Relación entre el poder y el derecho. 5. Conclusión. IV. Los grupos sociales: 1. Recapitulación de lo anterior. 2. Panorama de los grupos sociales. 3.
Concepto general de grupo social. 4. Clasificación de los
grupos sociales. 5. Recapitulación.
1. Denominación. 2. Forma. 3. Contenido. 4. Jalones del proceso constituyente: I. Fuero del Trabajo. II. Ley de Cortes.
III. Fuero de los Españoles. IV. Ley del Referendum. V. Ley
de Sucesión. VI. Ley de Principios del Movimiento
Nacional. VII. Ley Orgánica del Estado. 5. Poder constituyente originario y de revisión. 6. La Ley de Principios del
Movimiento y los límites de la revisión. 7. Defensa de las
Leyes Fundamentales.
Capítulo II: El mecanismo sucesorio
1. Novedad que introduce la Ley Orgánica del Estado. 2. El
“ius ad officium” a favor de la estirpe regia. 3. Dimensión
política de la cuestión sucesoria.
Segunda parte: Las instituciones públicas
Introducción. V. Las instituciones:1. Concepto de institución
2. Caractéres de toda institución. 3. Instituciones públicas y
privadas. 4. La familia como institución. 5. La empresa económica como institución. 6. Las instituciones públicas. VI.
La nación; 1. Introducción. 2. Factores de la nacionalidad
española. 3. La conciencia nacional y las regiones. VII. El
Estado nacional en general: 1. Introducción. 2. Fín del
Estado en general. 3. Elementos del Estado en general. 4.
Calificaciones constitucionales de los Estados. VIII. El
Estado nacional español: 1. Introducción. 2. Fines del
Estado español. 3. Elementos del Estado español. 4.
Calificaciones del Estado español. 5. Funciones del Estado
español. IX. La Jefatura del Estado: 1. Introducción. 2.
Formas de la Jefatura del Estado. 3. El mecanismo de la
sucesión. 4. Atribuciones del Jefe del Estado. X. El Gobierno
y el Consejo del Reino: 1. Introducción. 2. Composición y
atribuciones del Gobierno. 3. El Presidente del Gobierno. 4.
Capítulo III: Prerrogativa del Jefe del Estado y forma
política
1. Monarquía limitada. 2. Significación constitucional del
refrendo. 3. Jefe del Estado y Presidente del Gobierno.
Capítulo IV: El Consejo del Reino
1. La evolución de los órganos consultivos. 2. Composición.
3. Atribuciones. 4. Sentido y futuro de la Institución.
Capítulo V: El Gobierno y su Presidente
1. Composición. 2. Atribuciones. 3. El Presidente de
Gobierno. 4. Relaciones con el Jefe del Estado y con las
Cortes.
Capítulo VI: Las Cortes
I. Introducción: Las Cortes en la perspectiva del proceso
constitucional español. 1. La fundación política en el mundo
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BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN POLÍTICA (DONCEL), 5
Dos textos, imprescindibles, 2
actual y el caso español. 2. “Dictadura constituyente” y “dictadura de desarrollo”. 3. El Jefe del Estado en Consejo; del
Decreto de 29 de septiembre de 1936 a la Ley Orgánica del
Estado. II. Las Cortes de 1942: 1. Génesis de la Ley constitutiva. 2. Sinopsis de la composición de las Cortes. 3.
Inspiración nacional e influencia fascista. 4. Naturaleza y
funciones. 5. Sistema de reclutamiento de los procuradores
electivos. 6. Cuestiones ignoradas. III. Las Cortes de 1967:
1 Cambios en la composición. 2. Reforzamiento del carácter
legislativo (sanción, delegación legislativa, Decreto-ley). 3.
Reforzamiento del carácter representativo (prohibición del
mandato imperativo). 4. Control del Gobierno y elaboración
de los Presupuestos. 5. Autorización de la ratificación de tratados. 6. Teoría de las nuevas Cortes.
Composición y atribuciones del Consejo del Reino. XI. Las
Cortes españolas: 1. Introducción. 2. Composición de las
Cortes. 3. Atribuciones de las Cortes. 4. XII Qué son y cómo
se elaboran las normas jurídicas: 1. Introducción. 2.
Especies y jerarquías de las normas jurídicas. 3.
Consecuencias prácticas de la jerarquía de las normas jurídicas. XIII Los jueces: 1. Introducción. 2. Clases de procesos.
3. Grados de la organización judicial. 4. La jurisprudencia. 5.
Importancia de la función jurisdiccional. XIV. El Movimiento
y el Consejo Nacional: 1. Introducción. 2. El Movimiento
como
institución compuesta. 3. Organización del
Movimiento. 4. Conclusión. XV La Organización Sindical y
los colegios profesionales: 1. Introducción. 2. La
Organización sindical. 3. Sindicatos y asociaciones. 4. Las
relaciones intersindicales. XVI La Iglesia y el Estado: 1.
Introducción. 2. Independencia de la Iglesia y el Estado. 3.
Acuerdo entre la Iglesia y el Estado. 4. El Concordato. 5. El
“poder indirecto” de la Iglesia. XVII La comunidad de las
naciones y las organizaciones internacionales: 1.
Introducción. 2. El derecho internacional. 3. Solución de los
conflictos entre los estados. 4. Las organizaciones internacionales. 5. Otras instituciones internacionales.
Capítulo VII: En torno al desarrollo de la Ley
Orgánica.
1. La operación oftálmica. 2. Desarrollo político y desarrollo
económico. 3. Planificación política. 4. Naciones en desarrollo y “Movimientos”. 5. Las dos pseudomorfismos. 6.
Representación orgánica e inorgánica. 7. Réplica democrático-liberal y rectificación funcionalista. 8. Solución implicita
en la Ley Orgánica del Estado.
Tercera parte: La persona y el Estado.
Introducción. XVIII Deberes fundamentales de los españoles. 1. Introducción. 2. Clasificación de los deberes fundamentales. 3. Explicación de los debres fundamentales. XIX
Derechos fundamentales de los españoles. 1. Introducción.
2. Derechos o libertades civiles. 3. Derechos civiles y políticos. 4. Clasificaciones de los derechos fundamentales de los
españoles. XX La propiedad y el trabajo. 1. Introducción. 2.
¿Qué es la propiedad? 3. Perspectivas futuras de la propiedad. 4. Deberes y derechos fundamentales en material de
propiedad. 5. ¿Qué es el trabajo? 6. Derechos y deberes del
trabajador.
Capítulo VIII: El Movimiento y la Organización
Sindical.
1. Racionalización y unidad. 2. Movimiento y Organización
Sindical en nuestro contexto político. 3. Evolución y actualización del Movimiento. 4. Pasado y futuro de la
Organización Sindical. 5. Balance del sindicalismo. 6.
Comparación entre el Movimiento y la Organización
Sindical.
Capítulo IX: Conclusión.
Cuestionario de preguntas, ejercicios y prácticas.
Biblioteca y Hemeroteca del Centro de Documentación de Plataforma 2003 en su sede social
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UNA INGENTE OBRA SOBRE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL, A SALVAR DE UN INJUSTO OLVIDO
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150X 210 mm. 344 pp.
HISTORIA DE LA LITERATURA INFANTIL ESPAÑOLA
EN PROYECTO
CARMEN BRAVO VILLASANTE
Revista de Occidente (1957), Editorial Doncel (1961, 1968, 1982)
SUMARIO: I. De la Edad Media al Renacimiento. II. Siglos XVI y XVII. III. Literatura infantil inglesa. IV. El siglo XVIII. V. Aleluyas y “aucas”. VI. Las primeras publicaciones periódicas
infantiles. VII. Escritores del siglo XIX. VIII. Auge de las aleluyas y nuevos escritores. IX:
Influencia de la literatura infantil extranjera. X. Folklore infantil. XI. Poesía para niños. XII. Un
nuevo concepto del cuento infantil XIII. Libros de aventuras y viajes. Biografías. XIV. Más
autores de cuentos infantiles. XV. Los cuentistas actuales. XVI. Literatura didáctica. XVII. El
humor que entienden los niños. XVIII. El teatro de los niños. XIX. Prensa infantil contemporánea. XX. Literatura infantil y juvenil de los últimos años. Cronología. Catálogo histórico
de libros infantiles españoles. Bibliografía: Historia de la Literatura infantil y estudios. Índices.
Carmen Bravo Villasante durante largos años impartió un acreditado curso sobre Literatura
infantil y juvenil iberoamericana y extranjera en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. Su
formidable biblioteca especializada la legó, a su muerte en 1994, a la Universidad de CastillaLa Mancha en su campus de Cuenca.
2/3 150 X 210 mm. 398 + 398 pp.
ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA INFANTIL ESPAÑOLA / 1 y 2
CARMEN BRAVO VILLASANTE
Editorial Doncel (1963, 6ª edición 1982)
En dos volúmenes, la autora, Premio Nacional de Literatura Infantil en 1980, incluye la más
completa selección de lecturas en verso y prosa, destinadas a los niños. Carmen Bravo
Villasante, profesora universitaria, educada en el Instituto-Escuela, y experta traductora, ha
seleccionado las páginas más hermosas de los autores españoles clásicos, modernos y contemporáneos, y nos presenta los romances, las fábulas y leyendas, los libros de caballería, etc., todo
el univeso ideal que el niño necesita para enriquecer su espíritu. Cuentos y narraciones de aventuras, novelas de grandes autores, lo más representativo de la Edad Media, del Siglo de Oro, de
la época de la Ilustración y del Romanticismo, de nuestros días. Esta Antología, hecha con criterio histórico y estético, constituye el complemento indispensable de la Historia de la
Literatura Infantil española. En el segundo volúmen de esta Antología, se incluye todo el
riquísimo tesoro del folklore infantil: las oraciones, adivinanzas, retahílas infantiles propiciatorias, las formulillas de los juegos, las canciones de corro y comba, los romances, nanas, trabalenguas, villancicos, aguinaldos, etc..
4/5 150 X 210 mm. 476 + 442 pp
HISTORIA Y ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA INFANTIL IBEROAMERICANA / 1 y
2
CARMEN BRAVO VILLASANTE
Editorial Doncel (1966, 2ª edición, 1982)
Con ilustraciones de Pepi Sánchez, y en dos volúmenes, Carmen Bravo Villasante recoge la obra
más valiosa de los mejores autores de Iberoamérica, Portugal y Filipinas. Todo ello, con el
propósito de que los niños que hablan español o portugués, bien sea de España, de Argentina, de
Chile, de Colombia, de Perú, de Méjico, de Cuba, de Uruguay, de Puerto Rico..., tengan lecturas
comunes en esa gran Patria del idioma, al tiempo que conocen lo más granado y diverso de las
bellas creaciones literarias escritas para ellos. En estos dos volúmenes, se ha incluído también el
fabulario, la poesía popular, el folklore, las leyendas, los mitos y tradiciones, el teatro. Premio
Nacional de Literatura Infantil 1980 por su labor de investigación, la autora, fue también experta biógrafa de Bettina Brentano, Valera , Pardo Bazán, Gómez de Avellaneda y Galdós. Sus obras
han sido traducidas a varios idiomas. Doctora en Filosofía y Letras por la Universidad
Complutense, en 1975 obtuvo el Premio Fray Luis de León por su traducción de E.T.A.
Hoffman, ya que era experta en filología germánica.
6/7 200 X 250 mm. 326 + 306 pp
LITERATURA INFANTIL UNIVERSAL / 1 y 2
CARMEN BRAVO VILLASANTE
Editorial Almena, (1978)
En gran formato, con ilustraciones de M. Boix y en dos volúmenes, la autora, que fue miembro
del Jurado de ilustradores de Bratislava y del Jurado Internacional del Premio Andersen por su
gran conocimiento acreditado de las más actuales corrientes literarias y artísticas del libro infantil y juvenil, acomete en esta obra la ordenación y explicación teórica de un riquísimo material
literario dedicado a los niños y jóvenes seleccionado de más de cuarenta y seis países, diecinueve de ellos europeos. Este libro, constituye una guía excelente, al día de hoy no superada, para
el conocimiento por maestros y educadores, y por todos aquellos que se interesen por la literatura infantil y juvenil y sus relaciones con la historia, la sociología y la psicología. En la historia de la cultura, la rama de la literatura infantil y juvenil, tiene un profundo significado, cada vez
más importante, de modo que el estudio de las diversas manifestaciones de este género literario,
-tanto en prosa como en verso, canciones y teatro-, ofrece perspectivas insospechadas para la
mejor educación de niños y jóvenes, que es lo que siempre se propuso Carmen Bravo Villasante
(1918-1994).
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ESPAÑA CLARA, 1
EN
J
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250 X 290 mm., 174 pp. €
ESPAÑA CLARA
AZORÍN
Fotografías de Nicolás Müller
Selección de textos por J. García Mercadal
Dedicatoria por Antonio Castro Villacañas
ste libro tuvo su origen en el sueño de dar testimonio de
la gratitud de la juventud española, a través de la
Editorial Doncel de la Delegación Nacional de Juventudes,
a cuantos españoles egregios habían contribuido a poblar
sus almas de la ambición por una España más clara y mejor.
Como nos había enseñado el poeta Luis Rosales: "Vivir para
agradecer, pues todo lo que somos se lo debemos a alguien.
Quien no sabe que ha heredado su corazón, no tiene corazón. Quien no sabe que ha heredado sus ojos, es ciego.
Quien no sabe que ha heredado su lenguaje, sería mejor que
no hablara". Entonces esta iniciativa no tuvo continuidad.
Hoy, Plataforma 2003 recupera este sueño e intenta hacer
realidad el homenaje a cuantos españoles son y serán ejemplo de amor de perfección a España. Y por ello a la reedición de este libro de Azorín seguirán otros, D.m., dedicados
a Unamuno, Ortega y Gasset, Álvaro Cunqueiro, Víctor de
la Serna, Juan Perucho, José Pla, José Mª Castroviejo y tantos otros que también supieron enseñarnos a amar a España.
n cuanto a este libro, de Nicolas Müller dijo Ortega:
“tiene a la luz domesticada” en una de sus fulgurantes
metáforas. Luz domesticada, dócil, dúctil, fiel al ojo mágico
de un maestro de la cámara enamorado de nuestras tierras,
de nuestras gentes, de nuestras cosas. “Primores de lo vulgar”, definió el mismo Ortega a Azorín. Todo es nuevo,
bello, distinto en esta entrañable visión de España. Cada
fotografía, cada palabra son versos de luz amorosa. Tanto
Müller como Azorín son poetas enamorados de nuestra luz y
de nuestra tierra. Maestros de claridad, hélos aquí convocados en la mejor conjunción de la imagen y la palabra de
amor a España.
E
E
PROYECTO
PRÓLOGO DE ALTURA
ÓVENES: vamos a montañear un poco -o un mucho-. Tenemos
a nuestra disposición muchas montañas: las hay en todas las
partes de España. No os cansaréis; yo no me canso. La ascensión
a una montaña, sea la que sea, siempre es bonita. Puede haber en
las laderas pinos, o robles, o encinas, o carrascas. Puede, si no hay
árboles, crecer una flora tercera; Si nos encontramos en Levante,
abrá algún atochar, en el antiguo “campo espartario” de los romanos. Habrá, seguramente, si nos encontramos en la meseta de
Castilla, romero, cantueso con sus flores moradas, espliego o
alhucema, tomillo. Acaso algún madroño, como el que figura en
el escudo de Madrid, con sus bolitas bermejas, ásperas al tacto,
dulces al paladar. Si cogemos una ramita de enebro y la restregamos entre las manos, percibiremos un suavísimo olor, más intenso cuanto más estreguemos. Y no olvidemos que, al hollar estas
humildes plantas, impregnaremos nuestras ropas, nuestro calzado,
de un aroma que henchirá nuestro ámbito cuando, de regreso a
casa, reposemos. No conoceremos en nuestra vida como éste que
traemos del monte; no lo encontraríamos ni en la más refinada
perfumería de París. Pero vamos subiendo a la cima de la montaña. ¿Está el cielo claro, limpio, azul? ¿Está aborregado con los
blancos borreguitos de los cúmulos? ¿Y si comienza a llover?
¿Dónde nos guareceremos? ¿Cómo será la lluvia? ¿Menudita y
cernida, tal que apenas nos demos cuenta? La lluvia no es la
misma en todas las regiones de España. La lluvia dispone de un
extenso vocabulario. No en todas partes es menudita; las hay diluviales. ¿Tendremos idea de lo que es “llover a cielo roto”? ¿Y el
aire? ¿Y los aires de España? ¿Y las auras de los poetas? ¿Y aquel
“céfiro blando” que inspiró a un poeta tan suaves sáficos? Nos
acordamos de Esteban Manuel de Villegas, nativo de Matute,
cerca de Nájera, en la fecunda Rioja. Ese céfiro blando hace en
Castilla temblar, estremecidas, las hojitas de los álamos que por
eso se llaman “tembladores”. El álamo es el árbol significativo de
Castilla; lo dice un gran poeta, Lope de Vega ¿Y cuál será el árbol
significativo de Levante? No podemos menos de rememorarlo.
Lo estamos viendo cerca del Mediterráneo; tiene el algarrobo brillantes su hojas; su fruto es alargado, pardo por de fuera, y amarillo por dentro, muy dulce. Y también las cámaras que se llena de
ese fruto trascienden con un penetrante olor. El mar espejea a lo
lejos, si no está cercano.
igamos ascendiendo; la cumbre no está ya lejos. Cuando estemos en la cima, ¿qué es lo que podemos atalayar? Como
hemos subido por una vertiente, ya sabemos lo que hay por este
lado; pero queremos echar, desde lo alto, un último vistazo. El aire
virginal de la mañana, es transparente, claro; las cosas se ven
desde esta altura bien distintas, definidas, como tangibles, quiero
decir, como si pudiéramos tocarlas con la mano. Allá en lo hondo,
vemos una casa de labor, con sus anexos, corral con sus bardas, y
una redonda era donde se trillan, en su tiempo, las parvas; más
lejos sesga un caminito viejo entre viñedos, olivares, tal vez
almendrales. Y no perdemos de vista un río de hondo cauce, que
camina lento no sabemos hacia dónde. ¿Se verá el mar desde esta
altura? Disponemos, en España, de dos grandes mares: el
Atlántico y el Mediterráneo. Por el Atlántico hemos ido a un
nuevo mundo; el Mediterraneo es reflejo de varias civilizaciones.
El Atlántico es turbulento; el Mediterraneo es apacible, aunque a
veces tiene sus cóleras. El Atlántico ha entrado en nuestra literatura con fray Luis de Granada; podéis leer la Introducción del
Símbolo de la Fé (1582). El Mediterráneo ha sido surcado por
Cervantes, desde el Egeo hasta el mar africano. No tienen todos
los ribereños de estos dos mares el mismo porte, el mismo talan-
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te; cada uno tiene su genio. Hoy existen en las profundidades
del mar floras que no conocíamos antes; comenzamos a
esquilmarlas. ¡Qué maravilla en formas y en color! Algunas
de estas maravillosas plantas no sabemos si son vegetales o
animales; son, conjuntamente, las dos cosas. Y aún la oceanografía ha de revelarnos otros portentos. Cada uno de los
que habéis ascendido a esta montaña, habéis nacido en regiones distintas españolas, pero todos tenéis afán de España. No
olvidemos a los que curzaron los mares desconocidos para
llevar el aliento de España, ¿a dónde? ¿Lo sabían ellos?
¿Sabían a dónde iban? ¿Sabían que habían de encontrarse con
montañas altísimas, con ríos cual mares, con selvas inextricables? ¿Y el pasmo de quien, viniendo de un mar, se encontró,
de pronto, con otro desconocido mar, que él contemplaba
desde lo alto de un risco? Cuando transitemos, aquí en
Madrid, por la calle de Núñez de Balboa, ¿tendremos para él
un recuerdo? Ya es hora, queridos amigos, de que descansemos un poco; sentémonos un momento en un atochar, en una
piedra, en una sillita portátil, si es que la traemos. Ya es hora
también de que recapitulemos. Y que recapitulemos en la
dulce serenidad de la mañana, en este gratísimo ambiente que
nos envuelve a todos. Esta es nuestra España, que contemplamos desde la altura, desde una montaña ideal. Nuestra sensibilidad lo abarca todo; sentimos, con ella, prosistas y poetas. Nuestra sensibilidad la ha creado España. Un poeta, un
gran poeta, en el siglo XIII, Gonzalo de Berceo, nombra a
España; no es más que un solo verso; pero ese verso suscita
en nosotros todo un mundo. Y éste es el verso, estampado en
la Vida de San Millán: “Mientre el sieglo sea é durare
Espanna”.
spaña no era en el siglo XIII lo que era en el siglo XVI.
Simbolizamos a España -según la figura ya clásica- en un
joven que, en el silencio y en la soledad, está sentado ante una
mesita, con unas cuartillas. Ha dejado de escribir, ha inclinado la cabeza y pone la mejilla en la mano. Piensa, medita.
¿Quién es este joven? ¿No es el Doncel que vemos -de otra
forma- en la catedral de Sigüenza? ¿Y qué fue cuando niño?
Tengamos todos presente -viejos y jóvenes, maestros y discípulos- la profunda sentencia de este gran Berceo en su Vida
de Santo Domingo de Silos:
La que usa el ninno en primera edad,
Despues esso se tiene como por eredad;
Si primero bien usa, despues sigue bondad;
Otro si faz el malo; esto es grand verdad.
os falta algo que decir. Y es lo siguiente: hemos traído un
libro a la montaña; un libro bello se lee -mejor que en
ninguna parte- en la montaña, junto al mar, en un jardín. Hay
un arte de leer; no se debe leer, ni muy despacio, ni muy
deprisa; se ha dicho que cuando se lea así, no se entenderá
bien lo que se lea. Hemos de saber qué libro debemos no leer.
La lectura -tan provechosa- entristece. Cuando se ha leído
mucho, leído tantos y tantos libros, debemos saber lo que no
nos tiene cuenta leer. Lo frívolo es una cosa y lo profundo
otra. Existe un saber de libros y otro saber de cosas. Las cosas
nos dan el sentido de lo concreto y cuandos epamos mucho
de lo concreto, ¿es que nos reportaremos en la vida? ¿es que
no seremos moderados, prudentes? Leamos a los escritores
que acaban y leamos a los escritores que comienzan. Son
bellos los crepúsculos vespertinos y son bellas las auroras.
E
N
zorín: de toda su obra, fecunda y bella, hemos querido
espigar aquí unas muestras de su visión de España. Usted,
querido y admirado maestro, a lo largo de su vida, ha presenciado (como espectador y como protagonista) diversos momentos de la historia patria. En su juventud, quería aportar ideas
de renovación, de preocupación social, ideas que despertasen
a una sociedad amodorrada y soñolienta. En su primera
madurez, descubierto el pasado, intentó revivirlo en un mañana
viable y hacedero. Después su sensibilidad se asomó a las formas de vida del pueblo, la España de los hombres que sufren y
trabajan. Luego, la plenitud lograda, el alma atenta y vigilante,
ha puesto en toda su producción una activa inquietud por las
peripecias de los españoles y de España.
e sus tres constantes literarias (la preocupación por el
tiempo; el amor a las cosas humildes; el dolorido sentir
por la dura realidad que viven hombres y tierras) y de su constante fidelidad hacia esta comunidad de sueños que se llama
España, ha nacido este libro, que la juventud le ofrece en una
de las vueltas de su camino hacia la cumbre máxima. Desde
arriba, no puede verse ninguna mácula: la mirada distingue
sólo el perfil exacto de las cosas. Vista desde arriba, España es
bella, dura y trabajada. Así queremos verla. Así la subiremos
entre todos los españoles, a los que usted ha sabido dar,
durante tantos años, semilla y aliento de pasión y amor por la
España clara.
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Antonio Castro Villacañas
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DE ESPAÑA
REVISTAS
Editorial
Plataforma 2003
EN PROYECTO
VERSIÓN
ÍNTEGRA DIGITAL CON
ESTUDIOS E ÍNDICES EN PAPEL.
1
Madrid,1915-1924
5
Madrid, 1930-1931
9
Madrid, 16 marzo 1933
2
Bilbao, 1917-1922
3
Madrid, 1923-1936
4
Madrid, 1927- 1932
6
Madrid, 1931
7
Madrid, 1931-1936
8
Barcelona, 1932-1934
10
Madrid, 1933-1936
11
Madrid, 1933-1934
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Madrid, 1933-1934
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REVISTAS DE ESPAÑA,
EN PROYECTO
13
Madrid, 1933-1934
14
Madrid, 1934-1936
15
Valencia, 1935-1937
17
Madrid, 1935-1936
18
Madrid, 1936
19
Pamplona, 1936-1938
21
San Sebastián, 1937-1938
25 S. Sebastián-Madrid, 1937- 1939
16
2
Madrid, 1935-1936
20 Valencia-Barcelona, 1937-1938
22 S. Sebastián-Madrid, 1937- 1963
23 Burgos-Barcelona 1937-1980
24 S. Sebastián-Madrid, 1937- 1946
26 S. Sebastián-Madrid, 1938- 1945
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México D. F., 1940-1941
México D. F., 1940
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REVISTAS DE ESPAÑA,
EN PROYECTO
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Madrid,1940-1950
30
Madrid, 1941-1978
31
Madrid, 1941-1945
32
Madrid, 1942-1944
33
Madrid,1942-1959
34
Madrid, 1942-1947
35
Madrid, 1943-1946
36
Madrid, 1944-1946
37
Madrid, 1947-1949
38
Madrid, 1947-1953
39 2ª época: Madrid, 1948-1950
40
Madrid, 1951-1978
42
Barcelona, 1952-1956
43
44
Madrid, 1958-1961
41 Madrid-Barcelona,1952-1955
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Madrid, 1954-1977
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PUBLICACIONES DISPONIBLES, YA DIGITALIZADAS
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20 €
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20 €
4
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6
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15
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EN DIGITALIZACIÓN
10
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P R O G R A M A E D I T O R I A L D E P L ATA F O R M A 2 0 0 3 . A Ñ O 2 0 1 0 FEBRERO
MARZO
ABRIL
MAYO
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NOVIEMBRE
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E. Láminas del Centenario . . . . . . . . . . . . . . . . .71
1. Corona de sonetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71
2. Cara al Sol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
3. José Antonio desde dentro . . . . . . . . . . . . . . . . .75
4. ¿Quién como Dios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
5. Suprema realidad de España . . . . . . . . . . . . . . .79
6. Alegría y orgullo de la Patria . . . . . . . . . . . . . . .81
7. Todo separatismo es un crimen . . . . . . . . . . . . .83
8. Nuestras Fuerzas Armadas . . . . . . . . . . . . . . . . .85
9. Voluntad de Estilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87
10. Dignidad, Integridad y Libertad . . . . . . . . . . . .89
11. Exaltación de la Universidad . . . . . . . . . . . . . . .91
12. Revolución Nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .93
13. Vocación europea de España . . . . . . . . . . . . . . .95
14. Sobre José Antonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97
F. Fonoteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99
1. Cancionero falangista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99
2. Cancionero juvenil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100
3. Cancionero militar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .102
4. Coros y Danzas de España . . . . . . . . . . . . . . .104
5. Música religiosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105
6. Archivo sonóro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106
G. Filmoteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110
1. Archivo de la imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110
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CAR a.1
A JOSÉ ANTONIO
QUEDE la tierra allí con su momento.
No rompa el aire su mortal sentido.
Aquí yace la lanza que ha tenido
rasgada la tiniebla al firmamento.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
No se ha roto el empuje de tu aliento.
Tu anhelo, en soledades encendido,
sigue su curso, ya que no es vencido
por la sorpresa del sudor sangriento.
Deja mirar tu luz a quien espera,
cisne del pensamiento, en la morada
donde la muerte trasparenta el ceño.
No queda el mar porque la muerte quiera
sin su bravura y vida desatada:
nunca es ceniza el valeroso sueño.
MANUEL DÍEZ CRESPO
Plataforma 2003
Lam. a.01
Lam. a.07
4€
4€
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
PARÁBOLA cumplida en desafío,
TORBELLINO de luna entre las redes,
paraninfo mortal de las palmeras,
gaviotas del mástil prisioneras,
súbita mar, que las espumas cedes.
logro del ser en el espacio inerte,
dejas tu voz cautiva de la muerte
para el himno triunfal de mi albedrío.
¡Oh litoral! Tu soledad concedes
a quien angustia con la suya, enteras,
tiernas falanges, pubertades fieras,
entre el cañón y el olivar paredes.
Quiere picar amarras el navío
que airada playa de esperanza advierte,
y hacer, fiesta del rumbo, que se alerte
mi charca pestilente en ágil río.
Antes de huir a la estrellada cita,
por tu pulso arrancada de lo inerte
la brisa retorcióse, manuscrita.
Nadie pinte ni estampe su figura,
ni quiera el verso fiel alzar su grito,
ni la pluma cincele piedra dura.
Ya hasta el final, mientras mi noche dura,
si puso Dios palmeras en tu muerte
circundarán cipreses mi ventura.
No del bronce rotundo necesito:
me basta con un lienzo de infinito
y en el cielo una luz de desventura.
CARLOS FOYACA
IGNACIO AGUSTÍ
Lam. a.02
4€
Lam. a.08
A JOSÉ ANTONIO
4€
A JOSÉ ANTONIO
COMO un viento de sangre levantado
A
MOR. Amor. Las del amor dormidas
plazas del corazón, enamoradas,
las de pluma y estrella fabricadas,
le fueron por su sangre prometidas.
entre los gritos que la muerte ordena;
como la pauta que el ardor serena
entre la furia del vivir forzado.
Como un bosque de luz y un arco alzado
en los umbrales que la vida estrena,
fuiste, doncel de España, con tu pena,
redentor, arquitecto y monte airado.
Prometidas le fueron codiciadas
ciudades de celestes avenidas;
las de una juventud de almas partidas
islas en primavera conquistadas.
Viste, al partir, más alta la bandera;
te doblaste en la luz de tu presencia;
no hay ángel que no sepa tu latido.
Amor. Amor. Su historia estaba escrita,
no por soldado en río ni lucero,
sí por amante en amorosa cita.
Fértil hiciste eterna primavera
y entre el rumor que clama con tu ausencia
no habrá lugar donde habite tu olvido.
Solo ya y de la tierra prisionero,
a la Tierra rindió en amor primero,
y en cada espiga y rosa resucita.
JOSÉ MARÍA ALFARO
Lam. a.03
ROMÁN JIMÉNEZ DE CASTRO
4€
Lam. a.09
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
Lam. a.04
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
S
ESTE que veis en piedra recogido,
4€
L
precoz halago de una tierra fría,
prolongó por banderas de alegría
la recia forma que ganó al olvido.
I por murallas, pasión nunca sabida,
voces proclaman tu carne como escena,
¿qué tu boca sin sed, de tierra llena,
responde a nuestro amor y enorme vida?
SE muro de cal, lívido espejo
en que araña su luz la madrugada,
de infame gloria y muerte blasonada
coagula y alucina alba y reflejo.
E
A gravedad profunda de la muerte
era, para tu sangre, vencimiento,
para tu juventud, desasimiento
de hacer arquitectura el polvo inerte.
Su amorosa señal cifró el sentido
que ordena la dispersa valentía,
y Él ocupó la muerte que venía
sobre su patria con el sueño herido.
¿Escucharás siquiera la florida
rama de encina, por siglos tan serena,
o el vidrio que derrama en dura pena
peña sufriendo ríos sin medida?
Para siempre jamás. La suerte echada.
El grito de la boca en flor rasgada
-en el cielo, un relámpago de espaday, opaco, en tierra, el tumbo. Después, nada.
Vino luego el dolor de recogerte
en tierra que cumplió tu mandamiento.
¡Tu voz, que dio contorno al sentimiento,
se dobla ante el mandato de la suerte!
No le niega la noche, que aventura
más alta luz al reino de su altura,
ésta, inlamada voz que la convierte.
Muerte cegó tus ojos y usó el frío
hierro en tus piés, cadenas destinadas
a privarte del aire y del rocío.
Y ahora es el reino de las alas. Huele
a raíces y a flores. Y el decirme,
decirte con tu sangre lo que sellas.
Pero España clamó, desarbolada,
por convertir en fuerza su impotencia
y unir el pensamiento con la espada.
Y, rendida en el aire la frontera,
triunfe, Señor, del llanto, su bandera
que nos da la distancia de la muerte.
José Antonio, señor, yacen desesperadas,
olvido del invierno y del estío,
las naves mozas por tu canto armadas.
Por ti, porque en el aire el neblí vuele,
España, España, España está en pie, firme,
arma al brazo y en lo alto las estrellas.
Y por hacer más corto su camino,
cambiaste por la gloria la existencia
y Dios elevó a norma tu destino.
MANUEL AUGUSTO
ÁLVARO CUNQUEIRO
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GERARDO DIEGO
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PEDRO LAÍN ENTRALGO
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CAR a.2
ORACIÓN A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
J
L
ATIR de nueva sangre a sucederte
por derramadas, valerosas venas,
los pechos convertidos en almenas,
el pulso, sin recelo de la muerte.
OSÉ ANTONIO, ¡Maestro!... ¿En qué lucero,
en qué sol, en qué estrella peregrina
montas la guardia? Cuando a la divina
bóveda miro, tu respuesta espero.
Latir en yermo desolado, inerte,
de rejas que remueven las arenas
y flor prometen en semillas plenas
de querer lo que quieres, de quererte.
Toda belleza fue tu vida clara.
Sublime entendimiento, ánimo fuerte,
y en pleno ardor triunfal temprana muerte
porque la juventud no te faltara.
Latir de la sonrisa moribunda
y del saludo póstumo del brazo
en el celeste rumbo del presente.
Háblanos tú... De tu perfecta gloria
y en la portada de su nueva historia
la Patria inscribe ya tu nombre santo...
¡José Antonio! ¡Presente! ¡Arriba España!
EN aquel tiempo en que la hispana cría
ANTES fueron tres siglos de descielo
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Lam. a.12
Corazón de trasmundo sin latido,
roto el reloj de torre de la Historia;
ni párpado de luz, ay, ni memoria
en las grutas oscuras del olvido.
Su siembra cuaja, grana la cosecha;
¿qué es de él?... Cielos allá, rígida flecha,
marcó y sobrepujó los derroteros.
Pero viniste tú, en la frente el nido
de Primavera, y levantaron vuelo
del charco estrellas y águilas del lodo.
De José Antonio dije: trascendido
que no muerto, ¡hoy es vértice encendido
de una mitología de luceros!
Y, émula de tu amor y tu sentido,
la muerte vino a darle prisa al cielo,
pues es la humana vida corta y todo.
EDUARDO MARQUINA
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A JOSÉ ANTONIO
Lam. a.13
EUGENIO MONTES
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Lam. a.14
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
T
desterrados del mayo de lo Eterno,
y el alma, deshojada en el invierno
de España, vagabunda por su hielo.
Místico, anuncia; exento, desafía;
aguza en flecha vuelos de su entraña
y espada y lirio, en el azul del día,
clamor de juventudes le acompaña.
MANUEL MACHADO
EDUARDO LLOSENT Y MARAÑÓN
Lam. a.11
A JOSÉ ANTONIO
tomaba el pecho la nodriza extraña,
un hombre mozo a plenitud salía
cocido a fuego en el dolor de España.
hoy nos enturbia la lección el llanto;
mas ya el sagrado nimbo te acompaña
Tanto latido es gloria que circunda
la promesa del pan al eriazo
bajo la presidencia de tu frente.
A JOSÉ ANTONIO
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A JOSÉ ANTONIO
N
SOLEDAD absoluta y oro fino
ODO amanece en tí, cándidamente,
por obra del amor que se hizo espada,
desposando una muerte tan lograda
que busca el mar memoria de la fuente.
HE aquí a Jacob, en soledades ásperas,
Que, lejos de las tiendas de sus nómadas,
Nocturnamente pugna con un Ángel
Miembros promiscuos y fundidos hálitos.
del aire de noviembre en la alborada,
y el don de la verdad en la mirada
con el vasto milagro del camino.
O sé decir tus obras: no el riente
fruto de tu pensar claro y tranquilo:
porque me lleva el corazón en vilo
la inmensa humanidad de la simiente.
Ala fuiste de amor, ala ferviente
de cuanto da visión a la mirada,
y España, en tu voz sola sustentada,
ama la luz que en la pupila siente.
Este, así, mozo frágil y este dolmen,
Por tres vegadas milenario sílice,
Ara en que tres culturas desangráronse,
Trabados veo, como nupciales púgiles.
Ya velas en el cielo cristalino
de España, y en la noche desvelada,
ardiente de jazmín, recién nevada
sobre la claridad de tu destino.
Tu obra es sonora, exacta y evidente.
Tu vida es un recóndito sigilo.
Tu obra es dureza: y es tu vida un hilo
frágil que, aún vivo, te hizo ya el Ausente.
¡Ay de la luz cegada por la brisa
del mar, en la llanura redentora
donde la paz se salva del olvido;
Amor, amor, cruenta antropofagia,
Amor, que tanto como escupas, bebes.
“ Te quiero, ruge, porque no me gustas! ”
No ver, pero temblar. No ver la muerte
y sentir en la noche su eficacia
y el olor de la tierra de Castilla.
Y esa es la gran verdad: esa que llena
tu vida de tu ser más hondo y serio.
Esa: la duda, la ilusión, la pena,
burlada está la muerte, que ya avisa
tu postrera actitud de aquella aurora:
los hombros en la arena y no vencido!
A la aurora, ya el Ángel derribado,
Cedía al vencedor su propio nombre
Y José Antonio se llamaba España.
Hablar sin la palabra, ver sin verte,
y buscarte en la niebla de la gracia
hacia la luz remota de la orilla.
la palmera, la sangre, el cementerio.
La obra tuya ¡qué clásica y serena!
La obra de Dios en ti... ¡qué hondo misterio!
ALFONSO MORENO
Lam. a.15
EUGENIO D’ORS
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Lam. a.16
A JOSÉ ANTONIO
S
JOSÉ MARÍA PEMÁN
LEOPOLDO PANERO
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Lam. a.17
4€
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
L
EL rastro de la Patria, fugitivo
Lam. a.18
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A JOSÉ ANTONIO
LA voz que urdió al gentil de las Españas
EMBRADOR prodigioso de optimismo
sobre rutas rebeldes y desiertas,
anhelos infundió a las almas yertas
y descuajó cizañas de egoísmo.
AUREL azul la pólvora homicida,
y bandera la sangre de tu duelo.
Lo proclaman la espada y el desvelo
y la razón del cielo descendida.
Prodigio hasta el milagro de sí mismo,
señaló a la tarea normas ciertas,
y adalid de romance abrió las puertas
de la perdida fe y del heroísmo.
Y tu mármol muriendo, vida a vida,
la muerte de una Historia sin consuelo,
porque el oriente, al filo de tu celo,
se incendiara más hondo en cada herida.
De la costra del polvo primitivo
alzó la vena de su sangre pura
trenzando con el verbo su atadura
de historia y esperanza, en pulso vivo.
aquélla que alanceó ínsulas extrañas
-eres tú, ¡oh Patria!, en taparrabos u hopa,
marca africana y no arrabal de Europa-,
duerme hoy bajo un poniente de guadañas.
Y fue como celeste mensajero,
vidente de la Patria, hoy transida
de místico fervor y afán guerrero;
Laurel, mármol, bandera, desplegados
en una absorta luz de profecía,
que hasta el fuego, cumplida su amargura,
Enamoró la luz de las espadas,
armó las almas, sin albergue, frías,
volvió sed a las aguas olvidadas.
José Antonio: va a reír la primavera
y sólo tú nos faltas en la risa;
pero tu voz nos llega como antaño.
vaticinó sin miedo al homicida
mental, que fulguraba en su sendero,
y al fín cayó, pero su muerte es vida.
lleva por los caminos enlutados...
Lo proclaman los ojos a porfía
con lirios levantando tu escultura.
Dio raíz a la espiga y a la estrella,
y, por salvar la tierra con sus días,
murió rindiendo su hermosura en ella.
Convertida en colérica bandera,
restalla sus mensajes todo el año
y el vuelo de tus flechas nos avisa.
FRAY JUSTO PÉREZ DE URBEL
Lam. a.19
en el aire sin sales ni aventura,
fue arrebatado, en fuego, por la altura
de su ágil corazón libre y cautivo.
DIONISIO RIDRUEJO
P. PÉREZ CLOTET
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Lam. a.20
tambores de Hermandad, santiaga tropa,
y se escanció, ya sangre, en cada copa,
asaltando los dientes vuelta entrañas;
4€
Lam. a.21
FÉLIX ROS
4€
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
A JOSÉ ANTONIO
TÚ amaste el ser de España misionera
REGLADA ya tu luz blanca, beata,
más allá del saludo y los corales,
más alta y firme que las imperiales
cúpulas frías dónde la cruz se ata;
CISNE fue. Cisne esbelto que agoniza
frente al peligro y por la luz unida,
el ser de la evidencia enaltecida
del mar latino en la ribera entera;
tú la verdad de España duradera
de la esperanza y del dolor nacida,
verdad de salvación al tiempo asida,
verdad que hace el destino verdadera;
Lam. a.22
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A JOSÉ ANTONIO
J
y mueve estrellas conmoviendo el aire,
derrumbando las alas de los pájaros
y en la ceniza derrumbando el fuego.
OSÉ ANTONIO, mi voz acostumbrada
a renovar la duda en la alegría,
tierna y secreta en el umbral del día,
también ha sido fiel a tu llamada.
pergamino de fe sin una errata
-joven lirio, sangrientas inicialesde la España en el tronco de sus males,
clavó con rosas, remachó con plata.
Vivió, clamó y murió verticalmente,
cambiando con el plomo la sonrisa.
Y conmovida en lágrimas, la noche
el alba lo encontró, muerto, a sus plantas.
Para alcanzar la cumbre deseada
quebraba ya su albor mi poesía,
cuando tu aurora coronó la mía
y tuve a España por tu voz ganada.
tú la unidad que salva del pecado,
la unidad que nos logra y nos descubre
en los ojos de Dios como alabanza;
Movió su vuelo reposado y fuerte
herrumbe, costra, polvo, húmedo raso,
trocando el gris en sol, el hierro en ala;
Su sangre ya salpica las estrellas.
Su sangre enturbia el rumbo de los peces.
Donde su cuerpo, fulminado, yace,
Privilegiando el cielo en la memoria
la forma de su claro mandamiento
tu abierto corazón cumple en la historia.
¡ya no tienes la vida que has salvado!,
la tierra te defiende y no te cubre
como el vivir defiende la esperanza.
y en acto de servicio hacia la muerte
¡la Falange de amor que se abre paso
por esa luz que tu mirar señala!
su fuente es acueducto de la Patria
con la cal destilada de sus huesos
fundadores de rosas y laureles.
Y mientras gime mi postrer lamento,
torres de juventud cantan tu gloria
sobre la airada majestad del viento.
JUAN SIERRA
LUIS ROSALES
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ADRIANO DEL VALLE
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LUIS FELIPE VIVANCO
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CAR b.1
CARA AL SOL
Letra:
José Antonio Primo de Rivera
José Mª Alfaro
Agustín de Foxá
Pedro Mourlane Michelena
Jacinto Miquelarena
Luis Bolarque
Rafael Sánchez Mazas
Dionisio Ridruejo
Música:
Juan Tellería
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Láminas:
Sáenz de Tejada
Texto:
Agustín de Foxá
Plataforma 2003
Plataforma 2003
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Lam. b.02
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Lam. b.9
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Lam. b.10
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CAR b.2
Lam. b.11
Láminas 11, 12, 13 y 14: 6 €
Lam. b.12
Lam. b.14
Lam. b.13
Oración de todas las mañanas
NO HAY OTRO remedio que aplicarse, cada cual
en lo suyo, a la dulce esclavitud del trabajo. Sea nuestra oración de todas las mañanas: «Te ofrezco,
España, la labor que voy a hacer durante el día: para
que te pongas en camino de ser perfecta; yo no
regatearé fatiga a mi tarea hasta acabarla con perfección». Si no hacemos eso, no lograremos nada.
Todo lo que llegue nacerá traspasado de muerte con
ese frío del telar en que duermen las lanzaderas.
España: la lanzadera duerme en el telar, 15 de diciembre de 1930
Lam. b.15
Láminas 15 y 16: 6 €
Lam. b.16
Lam. b.17
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Lam. b.18
4€
01.- Sintonía de la Cadena Azul de Radio
difusión del Frente de Juventudes.
02.- Cara al Sol
09.- Cara al Sol Coros y voz de A. Guirao
10.- “Amanecer”
Coro y orquesta de la CAR. Directores
A. Blancafort y O. Alonso.
03.- Cara al Sol Tenor Miguel Fleta
04.- Cara al Sol Banda de la Policía Armada
Coral M. de Falla. Director C. G. Polo
11.- Cara al sol (instrumental)
Producción y Dirección: A. Vázquez
Orquesta: RTVE, ensayo 1975
12.- Cara al sol (instrumental).
13.- Cara al sol
Arreglo musical y producción: M. Tecglen
05.- Sintonía “La voz de la Falange”
06.- Cara al Sol (instrumental). O. de la CAR. 14.- Cara al sol (instrumental)
Directores: A. Blancafort y O. Alonso
07.- Cara al Sol B. de cornetas y tambores
Marcha y canción
08.- Cara al Sol Banda
CD 4
Arreglo musical y producción: M. Tecglen
15.- Coro niños, acompañados de piano
16.- Triple Himno: cierre de emisiones de
Radio Nacional de España
12 €
ENVÍO
A ti, fiel camarada, que padeces
el cerco de olvido atormentado;
a ti que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces:
Esta carpeta (láminas y cd): 50 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
La Edad de Plata: Contexto cultural
de la generación de José Antonio
(Según “cartel” de Ernesto Giménez Caballero)
Lam. b.19
te envío mi dolor. Si desfalleces
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado:
bebamos juntos en las mismas heces.
En tu propio solar, quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero, allí donde estés, cree y espera.
El cielo es limpio y en sus bordes liba
claros vinos del alba, primavera.
Pon arriba tus ojos, siempre arriba.
ÁNGEL MARÍA PASCUAL
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CAR 01.1
Señoritismo
YA SON BASTANTES los que cuando nos ven nos saludan con el brazo en alto.
Pero da la casualidad de que muchos saludan así en presencia de un whisky, al que consagran, sorbo a sorbo , las mejores horas de un día cuyo rendimiento conocido empieza
a la una de la tarde. A Falange Española no le interesa nada, como tipo social, el señorito.
El “señorito” es la degeneración del “señor”, del “hidalgo” que escribió, y hasta hace
bien poco, las mejores páginas de nuestra historia. El señor era tal señor porque era capaz
de “renunciar”, esto es, dimitir privilegios, comodidades y placeres en homenaje a una alta
idea de “servicio”. Nobleza obliga, pensaban los hidalgos, los señores; es decir, nobleza
“exige”. Cuanto más se es, más hay que ser capaz de dejar de ser. Y así, de los padrones
de hidalguía salieron los más de los nombres que se engalanaron en el sacrificio.
Pero el “señorito”, al revés que el señor, cree que la posición social, en vez de
obligar, releva. Releva del trabajo, de la abnegación y de la solidaridad con los demás mortales. Claro que entre los señoritos, todavía, hay muchos capaces de ser señores. ¿Cómo
lo vamos a desconocer nosotros? Estos reproches, por definición, no van con ellos. Si
van, en cambio, contra los señoritos típicos: contra los que creen que con un saludo
romano en un “bar” pagan por adelantado los esfuerzos con que imaginan que nosotros
vamos a asegurarles la plácida ingurgitación de su whisky.
Como aquí no se engaña a nadie, quede bien claro que nosotros, como todos los
humanos que se consagran a un esfuerzo, podremos triunfar o fracasar . Pero que si triunfamos
no triunfarán con nosotros los “señoritos”.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
José Antonio desde dentro
LO MÁS INTERESANTE no es la lucha del hombre con
el mundo, con su destino exterior, sino la lucha del hombre
con su vocación. ¿Cómo se comporta frente a su inexorable
vocación? ¿Se adscribe radicalmente a ella, o, por el contrario,
es un desertor de ella y llena su existencia con sustitutivos de
lo que hubiera sido su auténtica vida? Tal vez lo más trágico en
la condición humana es que puede el hombre intentar suplantarse a sí mismo; es decir, falsificar su vida.
Plataforma 2003
Goethe desde dentro (1932)
Lam. 01.01
F.E, 25 de enero de 1934
Lam. 01.07
4€
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España: la lanzadera duerme en el telar
Después de un atentado
QUE si Monarquía, que si República, que si revolución, que si España es así, que si
España es de otro modo y eso por todas partes. Reunidos tres españoles, no se habla de otra
cosa que de política, de política, de política.
Quien lo ve, se pregunta ¿Pero es que aquí, en España nadie tiene otra cosa que hacer?
Parece como si nos hubiera acometido una fiebre colectiva. Todos nos sentimos médicos
para diagnosticar el mal de España, y ninguno repara en que el mismo es una parte de ese
mal. Mucho más útil que escribir cien artículos es ponerse a hacer bien “algo”; lo más
modesto, aunque sea remendar zapatos, dar cuerda a los relojes, limpiar los carriles del tranvía...
Pudiera resucitar para gobernarnos el más maravilloso de los gobernantes, y España no
sanaría. No se puede sanar mientras los carpinteros no sean mejores carpinteros , los matématicos mejores matemáticos y los filósofos mejores filósofos.
En vez de procurarlo, todos nos hemos salido de nuestras faenas para volcarnos en la
misma actividad: la política. Mientras vociferamos unos contra otros, aguardan derrumbados, en ociosidad que debiera sacudirnos como un remordimiento, los estudios que no se
siguen y los trabajos que no se acaban. Mientras nos peleamos entre nosotros -como dijo
Ramón y Cajal, el glorioso maestro de la perseverancia-, la lanzadera duerme en el telar.
Por este camino, lo mismo da Monarquía que la República que la revolución. Con el régimen presente o con otro seguirá España inficionada de su malestar. No hay otro remedio
que aplicarse, cada cual en lo suyo, a la dulce esclavitud del trabajo. Sea nuestra oración de
todas las mañanas: “Te ofrezco, España, la labor que voy a hacer durante todo el día; para
que te pongas en camino de ser perfecta; yo no regatearé fatiga a mi tarea hasta acabarla con
perfección”. Si no hacemos eso, no lograremos nada. Todo lo que llegue nacerá traspasado
de muerte con ese frío del telar en que duermen las lanzaderas.
LA CONVERSACIÓN ha entrado en un derrotero más intimo. Me interesa ahora
conocer el efecto que personalmente, como hombre, le ha podido causar a José Antonio
Primo de Rivera este atentado. Ha usado de este día, después de sucedido el hecho que
nos ocupa y preocupa, como de otro cualquiera. A las tres de la tarde se fue a almorzar a
su casa de Chamartín. Con naturalidad absoluta, este hombre, que tiene esa sequedad
dulce, esa sosería gallarda del jerezano de tipo inglés, frío y humano, preciso y sin alboroto, me dice riendo:
- ¡Claro que me fui a comer!... ¿Qué quería usted que hiciera? Cualquiera se queda
sin comer después de sufrir una vista y un atentado.
Un momento, ya en pie:
-¿Me permite usted una pregunta muy de entrevista?
- Desde luego.
- Con esto de la interviú recuerdo los mejores años -pobreza, afán y risa- y acabo
por encariñarme... Usted se da perfecta cuenta, dichas las cosas como son... de que ha
podido morir el 10 de abril de 1934, ¿no es esto?
- Ahora... sí. Antes no tuve ninguna sensación ni siquiera de peligro. Fue todo rápido, inesperado. ¿Por qué me lo pregunta usted?
- Para que usted me conteste a una pregunta final. ¿Por qué hubiera usted sentido
más morir esta tarde?
- Por no saber si estaba preparado para morir. La eternidad me preocupa hondamente. Soy enemigo de las improvisaciones, igual en un discurso que en una muerte. La
improvisación es una actitud de la escuela romántica, y no me gusta...
Salgo. En la calle, como en las buenas interviús de hace años, cae una lluvia fina
sobre nuestro Madrid indeciso, bárbaro, bueno y alegre.
Unión Monárquica, 15 de diciembre de 1930
Entrevista por César González Ruano, ABC, 11 de abril de 1934.
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Infancia y recuerdo del General
Emoción y orgullo
ESTE MUCHACHO alto y fuerte y a la vez de rostro cetrino en sutil palidez, tiene una
constante inmovilidad en el gesto y un leve cansancio en la voz pausada. Hay como un matiz de
recelo en las frases titubeantes del principio. Después, en súbita confianza, habla, en elocuencia
atrayente, y con su voz de suaves inflexiones.
- ¿Qué impresiones guarda de niño bajo el aspecto de ser hijo de un hombre como el
General?
- La de ser un chico que a los siete años le encantaban los grandes dramas -en verso, naturalmente-, lo que motivaba que yo hiciese alguno por mi cuenta, impresionante. ¡Ah! Sí, si, no se
ría. Impresionantes, sobre todo en sus redondillas al estilo de “La vida es sueño”, “El puñal del
godo”, etc. Después, como correspondía a la tradición familiar, todo mi afán consistía en ser militar, para sentir más tarde, firmísimamente, la vocación hacia el Derecho. Todas estas impresiones
van salpicadas de algún que otro “tremendo” castigo de mi padre, que ya entonces era dictador.
Figurése que ante cualquier cosa que hacíamos contraria a sus deseos nos metía en un cuarto, con
la particularidad de que dejaba la puerta abierta, y allí nos condenaba a un encierro mínimo de
ocho días, que se convertían siempre en un cuarto de hora disminuídos por un indulto que no se
hacía esperar.
- ¿Qué impresión conserva de su padre?
- La de un respeto atrayente en todo momento. Es como un raudal de clara luz su recuerdo.
De chico me parecía una montaña de carácter y dotes extraordinarias. Más tarde, suavizado esto
por la vida que se hace a los veinte años, sentí hacia él una respetuosa efusión, preso en la prestigiosa simpatía que irradiaba. Lo que más me impresiona de su recuerdo era su serenidad y su optimismo. Era como una fuerza latente de juventud y vida.
EN MI VIDA de trabajo y de lucha he tenido ocasión de hablar a todos los públicos y de
hablar en todos los lugares. He hablado en la Universidad, en los Tribunales, en elecciones, en el
Parlamento; pero os aseguro que jamás he sentido la emoción y el orgullo que ahora siento al
enfrentarme con vosotros, pues me doy cuenta perfecta que dirijo la palabra a los depositarios
del verdadero espíritu nacional y a quienes conservan aún puras y arraigadas en lo más profundo
de su ser las virtudes de la raza que hicieron a España inmortal. Es preciso venir a hablaros y
ponerse en contacto con los pueblos para aprender lo que es esta España, tan olvidada o maltratada por muchos y que, sin embargo, vosotros lleváis metida muy hondo defendiendo con
amoroso afán su nombre y su grandeza. Nuestra tierra es muy rica; nuestra tierra es capaz de proporcionar una vida libre y verdaderamente humana a doble número de españoles de los que
actualmente viven en ella, muchísimos en condiciones miserables, incompatibles con las mínimas
exigencias del hombre civilizado. Nuestra tierra fue, además, señora del mundo y dio vida y
espíritu a otras muchas tierras. Pues bien: hoy lleva una vida chata, desfallecida, sin entusiasmo,
encerrada entre dos capas que la asfixian y comprimen. Por arriba, le han quitado toda ambición
de poder y de gloria; por abajo, todo justo afán de mejoramiento para sus gentes humildes. Ambas
cosas provienen de que hemos dejado de ser una fuerte unidad para convertirnos en toda clase
de divisiones, con ventajas de políticos y de la farsa parlamentaria.
Nosotros no podemos tolerar ni estamos conformes con la actual vida española. Hemos de
terminarla, transformándola totalmente, cambiando no sólo su armadura externa, sino también
el modo de ser de los españoles. Y ello tenemos que conseguirlo, cueste lo que cueste, a cambio
de los mayores sacrificios, pues es mil veces preferible caer en servicio de tal empresa que llevar
una vida lánguida, vacía de ideales, donde no haya más afán ni otra meta que llegar al día siguiente.
La vida es para vivirla, y sólo se vive cuando se realiza o se intenta realizar una obra grande, y
nosotros no comprendemos obra mejor que la de rehacer España.
“Crónica”, de Madrid, 3 de julio de 1932
Puebla de Almoradiel, Toledo, 22 de abril de 1934
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Ideal y finalidad de su vida
Revolución
Mi vocación de estudiante
¿CUÁL ES la finalidad de su vida, José Antonio?
- Llegar a saber un poco de Derecho. Es mi carrera como una novia por la ilusión que me
inspira. El Derecho, bien entendido, es Arquitecura, es Ciencia y Arte. Bajo este aspecto he tenido
mucha suerte, superior, sin ningún género de dudas, a mis merecimientos. Siempre estoy descontento de mí mismo; pero a la vez conservo la impresión maravillosa que me proporciona el hallar, el
descubrir en mí construcciones sólidas, bajo el punto de vista arquitectónico del Derecho.
- ¿Encuentra usted facilidades en su trabajo?
- Extraordinarias, por todos los conceptos, aún cuando, como le he dicho antes, nunca estoy
contento de mí mismo. Siento, constantemente, una rebeldía, hija de un intenso afán de superación.
- ¿Muchos años trabajando?
- Desde muy joven ya. Poco después de empezar mis estudios de Leyes, mi padre, con un
acierto inmejorable, me empleó ganando 75 pesetas., llegando como máximo , a las 125.
- ¿Qué ideales y aspiraciones tiene usted ?
- La vida, en líneas generales, trae cada día una preocupación y un interés nuevos. Esto es
maravilloso vivirlo íntima e intensamente, yendo siempre adelante con bríos y con fe. En algunos
momentos siento el deseo de poder servir a España de un modo grande e intenso. Cierto es que
puede servírsele desde cualquier punto; pero, de tener vocación, querría un puesto de mando en
el que pudiera poner toda mi fe y energías en servir a mi Patria. Pero estos deseos son vagos, ya
que sobre todo está mi carrera, dentro de la cual puedo servir lo mismo a España.
- ¿Tan satisfecho está usted, intelectual y sentimentalmente, de su carrera?
- Intelectualmente, de un modo enorme. Sentimentalmente... no, lo confieso. Lo sedentario
de esta carrera se contradice con mi intenso afán de viajar. Si pudiera, sería mi vida un continuo
caminar a través del mundo.
A JUAN IGNACIO LUCA DE TENA: Sabes bien, frente a los rumores circulados en
estos días, que no aspiro a una plaza en la jefatura del fascio, que asoma. Mi vocación de estudiante
es de las que peor se compaginan con las de caudillo. Pero como a estudiante que ha dedicado
algunas horas a meditar el fenómeno, me duele que ABC -tu admirable diario- despache su preocupación por el fascismo con sólo unas frases desabridas, en las que parece entenderlo de manera
superficial.
Pido un asilo en las columnas del propio ABC para intentar algunas precisiones. Porque, justamente, lo que menos importa en el movimiento que ahora anuncia en Europa su pleamar, es la
táctica de fuerza (meramente adjetiva, circunstancial acaso, en algunos países innecesaria), mientras que merece más penetrante estudio el profundo pensamiento que lo informa.
El fascismo no es una táctica -la violencia-. Es una idea -la unidad-. Frente al marxismo, que
afirma como dogma la lucha de clases, y frente al liberalismo, que exige como mecánica la lucha
de los partidos, el fascismo sostiene que hay algo sobre los partidos y sobre las clases, algo de naturaleza permanente, transcendente, suprema: la unidad histórica llamada Patria. La Patria, que no
es meramente el territorio donde se despedazan -aunque sólo sea con las armas de la injuria- varios
partidos rivales ganosos todos del Poder. Ni el campo indiferente en que se desarrolla la eterna
pugna entre la burguesía, que trata de explotar a un proletariado, y un proletariado, que trata de
tiranizar a una burguesía.. Sino la unidad entrañable de todos al servicio de una misión histórica,
de un supremo destino común, que asigna a cada cual su tarea, sus derechos y sus sacrificios.
En un Estado fascista no triunfa la clase más fuerte ni el partido más numeroso -que no por
ser más numeroso ha de tener siempre razón, aunque otra cosa diga un sufragismo estúpido-, lo
que triunfa es el principio ordenado común a todos, el pensamiento nacional constante, del que
el Estado es órgano.
“Crónica”, de Madrid, 3 de julio de 1932
Madrid, 19 de marzo de 1933 (ABC, 22 de marzo de 1933)
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SÉ QUE algunos amigos están bastante asustados con esto de que cada vez use más la
palabra “revolución” en mis manifestaciones políticas. No será inútil aprovechar las vacaciones
que a toda propaganda escrita y oral impone el encantador estado de alarma para explicar lo que
quiero decir cuando digo “revolución”.
Yo calculo que a nadie se le pasará por la cabeza el supuesto de que la “revolución” apetecida
por mí es la “revuelta”, el motín desordenado y el callejero, la satisfacción de ese impulso a echar
los pies por alto que sienten, a veces, tanto los pueblos como los individuos. Nada más lejos de
mis inclinaciones estéticas. Pero más aún de mi sentido de la política. La política es una gran tarea
de edificación; no es la mejor manera de edificar la que consiste en revolver los materiales y lanzarlos al aire después, para que caigan como el azar disponga. El que echa de menos una revolución suele tener prefigurada en su espíritu una arquitectura política nueva, y precisamente para
implantarla necesita ser dueño en cada instante, sin la menor concesión a la histeria o a la
embriaguez, de todos los instrumentos de edificar. Es decir: que la revolución bien hecha, la que
de veras subvierte duramente las cosas, tiene como carácterística formal “el orden”.
Ahora que el orden, por sí mismo, no es bastante para entusiasmar a una generación. Nuestra
generación quiere un “orden nuevo”. No está conforme con el orden establecido. Por eso es
revolucionaria.
España lleva varios años buscando su revolución, porque, instintivamente, se siente emparedada entre dos losas agobiantes: por arriba, el pesimismo histórico; por abajo la injusticia social. Y
esa revolución, largamente querida y aún no lograda, ¿podrá “escamotearse”, podrá “eludirse”,
como, al parecer, se proponen Acción Popular y los radicales conversos? Eso es absurdo; la
revolución existe ya, y no hay más remedio que contar con ella. Vivimos en estado revolucionario.
Y este ímpetu revolucionario no tiene más que dos salidas: o rompe, envenenado, rencoroso, por
donde menos se espere, y se lo lleva todo por delante, o se encauza en el sentido de un interés
total, nacional, peligroso como todo lo grande, pero lleno de promesas fecundas.
Yo no serviría para caudillo fascista
QUERIDO JULIÁN: Hubiera querido escribirte antes, pero no me ha
sido posible. Lo hago hoy, domingo procurando ceñirme a las objeciones contra el “Fascio” de que me das noticia en tu carta...
2. “Que tiene que surgir con idea y caudillo del pueblo.”
La primera parte es errónea. La idea ya no puede surgir del pueblo. Está
“hecha”, y los que la conocen no suelen ser hombres del pueblo. Ahora que el
dar eficacia a esa idea sí es cosa que probablemente está reservada a un hombre de extracción popular. El ser caudillo tiene algo de profeta; necesita una
dosis de fe, de salud, de entusiasmo y de cólera que no es compatible con el
refinamiento. Yo, por mi parte, serviría para todo menos para caudillo fascista.
La actitud de duda y el sentido irónico, que nunca nos dejan a los que hemos
tenido, más o menos, una curiosidad intelectual, nos inhabilitan para lanzar las
robustas afirmaciones sin titubeos que se exigen a los conductores de masas.
Así, pues, si en Jerez, como en Madrid, hay amigos nuestros cuyo hígado
padece con la perspectiva de que yo quisiera erigirme en Caudillo del Fascio,
los puedes tranquilizar por mi parte.
La Nación, 28 de abril de 1934
Carta a Julián Pemartín,, Madrid, 2 de abril de 1933
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CAR 01.2
Tenía que decir todo esto
No soy un sentimental ni un romántico
Violencia
TENÍA QUE DECIR todo esto, para rogaros que entendáis cómo una juventud, que en este momento está desencuadrada de los partidos gobernantes y de los
partidos de la oposición, no lo está porque tenga, como vosotros nos decís algunas
veces, el prurito de jugar a los señoritos fascistas. No hay nada más lejos de nuestro
propósito. Cuando se llega, como véis, a una posición política, a través de este
camino bastante dramático que yo he tenido que seguir, de este camino donde he
tenido que ir sufriendo muchas cosas en lo más vivo de mi intimidad, no se sale al
mundo exterior, no deja uno su tranquilidad, su vocación, sus medios normales de
vida, la posibilidad de cultivar el espíritu, la posibilidad de vivir fuera del ruido, en
ese silencio de donde se sacan las únicas obras fecundas; no se sale de todo eso, digo,
para darse el gusto de levantar el brazo por ahí y para fomentar el humor del señor
ministro de la Gobernación, que, de cuando en cuando, le pone a uno una multa.
No se hace para eso. Se hace porque nuestra generación, que tiene tal vez por
delante treinta o cuarenta años de vida, no se resigna a seguir otra vez viviendo en
aquella capa chata incluída entre una falta de interés histórico y una falta de justicia
social. Ya están otra vez designadas estas dos misiones.
El día en que el partido Socialista asumiera un destino nacional, como el día en
que la República, que quiere ser nacional, recogiera el contenido socialista, ese día
no tendríamos que salir de nuestras casas a levantar el brazo ni a exponernos a que
nos apedreen, y, a lo que es más grave, a que nos entiendan mal; el día en que eso
sucediera, el día en que España recobrara la misión de estas dos cosas juntas, podéis
creer que la mayoría de nosotros nos reintegraríamos pacíficamente a nuestras vocaciones.
DETESTO la autobiografía, pero si en alguna ocasión tiene un poco de disculpa la autobiografía es en un trance como éste, en que me encuentro más o menos
en la posición de acusado. Y en posición de acusado me vais a disculpar la
declaración autobiográfica de que yo no soy absolutamente, como el señor Prieto
imagina, ni un sentimental, ni un romántico, ni un hombre combativo, ni siquiera un
hombre valeroso; tengo estrictamente la dosis de valor que hace falta para evitar la
indignidad; ni más ni menos. No tengo, ni poco ni mucho, la vocación combatiente,
ni la tendencia al romanticismo; al romanticismo menos que a nada, señor Prieto. El
romanticismo es una actitud endeble que precisamente viene a colocar todos los
pilares fundamentales en terreno pantanoso; el romanticismo es una escuela sin líneas
constantes, que encomienda en cada minuto, en cada trance, a la sensibilidad la resolución de aquellos problemas que no pueden encomendarse sino a la razón. Lo que
pasa es que lo mismo que el señor Prieto llega a la emoción por el camino de la elegancia, se puede llegar al entusiasmo y al amor por el camino de la inteligencia.
Por eso, cuando algunos muchachos que me acompañan, y cuando yo mismo,
modestamente, creemos encontrar una posible fuente profunda y constante de
españolidad -digo españolidad porque la palabra “españolismo” hasta me molesta-,
no nos dejamos arrebatar por una tendencia sensible, por una especie de sueño
romántico; lo que hacemos es creer que si una generación se debe entregar a la
política, no se puede entregar con el repertorio de media docena de frases con que
han caminado por la política otras muchas generaciones, y hasta muchos representantes de ésta.
COMO VE el señor Prieto, esto no es una actitud sentimental ni es una actitud violenta. Yo no pensé ni por un instante que estas cosas se tuvieran que mantener por la violencia, y la prueba es que mis primeras actuaciones fueron completamente pacíficas;
empecé a editar un periódico y empecé a hablar en unos cuantos mítines, y con la salida del
periódico y con la celebración de los mítines se iniciaron contra nosotros agresiones cada
vez más cruentas, y por manos movidas seguramente con intención tan limpia como la de
mis amigos, tal vez movidos después a represalias. Pero estas represalias vinieron mucho
después; tanto después, que muchas personas que nos suponían a nosotros venidos al
mundo para jugarnos la vida en defensa de su propia tranquilidad, incluso en periódicos
conservadores nos afeaban que no nos entregásemos al asesinato, imaginaban que nos
estábamos jugando nuestra vida y las vidas de nuestros camaradas jóvenes para que a ellos
no se les alterase su reposo.
Esto es tan importante, señor Prieto, que ya le digo, yo no me hubiese dedicado para
nada, no a usar la violencia, sino ni siquiera a disculpar la violencia, si la violencia no
hubiera venido a buscarnos a nosotros. Yo le aseguro al señor Prieto, que cuando la primera
vez oí detrás de mi coche el estampido de un petardo; que, cuando la segunda vez supe que
habían tiroteado un coche porque tenía casi el mismo número que el mío, y cuando he
empezado a tener todas esas amenazas... , sentí dos cosas; la primera, el que los tiros me
pudieran dar -desde luego reconozco que no tengo en absoluto gusto en apresurar la apertura de mi abintestato-; la segunda, que el día que me encontrara en los cielos con el metalúrgico, el carpintero o el campesino que me hubiese pegado los tiros por la espalda en cuanto tuviéramos diez minutos de conversación, el metalúrgico, el campesino o el carpintero
se convencerían de que se habían equivocado al dirigir esos tiros.
En el Parlamento, 6 de junio de 1934
En el Parlamento, 3 de julio de 1934
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Haz, 26 de marzo de 1935
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Hemos sacudido nuestra modorra
Tradición y revolución
ENTRE UNA y otra de esas actitudes se nos ocurrió a algunos pensar si no sería posible lograr una síntesis de las dos cosas: de la revolución -no como pretexto para echarlo
todo a rodar, sino como ocasión quirúrgica para volver a trazar todo con un pulso firme al
servicio de una norma- y de la tradición -no como remedio, sino como sustancia; no con
ánimo de copia de lo que hicieron los grandes antiguos, sino con ánimo de adivinación de
lo que harían en nuestras circunstancias-. Fruto de esta inquietud de unos cuantos nació la
Falange. Dudo que ningún movimiento político haya venido al mundo con un proceso
interno de más austeridad, con una elaboración más severa y con más auténtico sacrificio
por parte de sus fundadores, para los cuales -¿quién va a saberlo como yo?- pocas cosas
resultan más amargas que tener que gritar en público y sufrir el rubor de las exhibiciones.
Pero como por el mundo circulaban tales y cuales modelos, y como uno de los rasgos
característicos del español es su perfecto desinterés por entender al prójimo, nada pudo
parecerse menos al sentido dramático de la Falange que las interpretaciones florecidas a su
alrededor en mentes de amigos y enemigos. Desde los que, sin más ambages, nos suponían
una organización encaminada a repartir estacazos, hasta los que, con más empaque intelectual, nos estimaban partidarios de la absorción del individuo por el Estado. Desde los que
nos odiaban como a representantes de la más negra reacción, hasta los que suponían querernos
muchísimo para ver en nosotros una futura salvaguardia de sus digestiones, ¡cuánta estupidez no habrá tenido uno que leer y oir acerca de nuestro movimiento! En vano hemos
recorrido España desgañitándonos en discursos; en vano hemos editado periódicos; el
español, firme en sus primeras conclusiones infalibles, nos negaba, aún a título de limosna,
lo que hubiéramos estimado más: un poco de atención.
Lam. 01.16
La llamada de la política
Homenaje y reproche
PERO NADA auténtico se pierde. Cuando un “egregio espíritu” se entrega
por entero, hasta agotarse en frustración generosa, nunca se dilapida el sacrificio.
Los que vienen detrás tienen ya ganado incluso el aprendizaje de los errores. La
crítica precursora ha desbrozado mucho. Otros brazos, con golpes más simples y
más fuertes, seguirán la tarea. Al final -acaso en un final no previsto en los instantes
de la crítica precursora-, los que lleguen tendrán un recuerdo de gratitud para los
que si no vieron del todo la verdad o no tuvieron fuerzas para entronizarla, al
menos deshicieron a cuchilladas muchos espantapájaros armados con mentiras.
Una generación que casi despertó a la inquietud española bajo el signo de Ortega
y Gasset se ha impuesto a sí misma, también trágicamente, la misión de vertebrar
a España. Muchos de los que se alistaron hubiesen preferido seguir, sin prisas ni
arrebatos, la vocación intelectual... Nuestro tiempo no da cuartel. Nos ha correspondido un destino de guerra en el que hay que dejarse sin regateo la piel y las entrañas.
Por fidelidad a nuestro destino andamos de lugar en lugar soportando el rubor de
las exhibiciones; teniendo que proferir a gritos lo que elaboramos en la más silenciosa austeridad; padeciendo la deformidad de los que no nos entienden y de los
que no nos quieren entender; derrengándonos en ese absurdo simulacro consuetudinario de conquistar la “opinión pública”, como si el pueblo, que es capaz de amor
y de cólera, pudiera ser colectivamente sujeto de opinión...; todo eso es amargo y
difícil pero no será inútil. Y en esta fecha de plata para don José Ortega y Gasset
se le puede ofrecer el regalo de un vaticinio: antes de que se extinga su vida, que
todos deseamos larga, y que por ser suya y larga tiene que ser fecunda, llegará un
día en que al paso triunfal de esta generación, de la que fue lejano maestro, tenga
que exclamar complacido: “¡Esto sí es!”.
Haz, 5 de diciembre de 1935
Homenaje y reproche a don José Ortega y Gasset, Haz, 5 de diciembre de 1935
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Lam. 01.20
Del prólogo al libro ¡Arriba España!, de J. Pérez de Cabo. Agosto de 1935
En Málaga, 21 de julio de 1935
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UN HOMBRE educado en la busca de los valores intemporales -es decir, un intelectual- puede cualquier día sentirse llamado por la política. En ocasiones no es siquiera moral
resistirse al llamamiento. Hay coyunturas de conmoción del mundo o de la Patria en que
puede resultar monstruoso permanecer bajo la lámpara de la propia celda. Pero si se acude
al llamamiento de la política no se puede acudir a medias. Así como con la ciencia no se
puede flirtear -don José lo ha dicho-, con la política tampoco. Y no basta con llevar decisión
más profunda que la de un simple flirt, hay que percatarse de que el paso de la ciencia a la
política implica una tragedia; es decir, la asunción de un nuevo destino y la ruptura con el
anterior. Al echar sobre sí una misión política, el intelectual renuncia a la más cara de sus
libertades: la de revisar constantemente sus propias conclusiones; la de conferir a sus conclusiones la condición de provisionales. El método filosófico arranca de la duda: mientras
se opera en el campo de la especulación hay, no ya el derecho, sino el deber de dudar y de
enseñar a los otros a que duden metódicamente. Pero en política, no; toda gran política se
apoya en el alumbramiento de una gran fe. De cara hacia fuera -pueblo, historia- la función
del político es religiosa y poética. Los hilos de comunicación del conductor con su pueblo
no son ya escuetamente mentales, sino poéticos y religiosos. Precisamente, para que un
pueblo no se diluya en lo amorfo -para que no se desvertebre- la masa tiene que seguir a
sus jefes como a profetas. Esta compenetración de la masa con sus jefes se logra por proceso semejante al del amor.
De ahí la imponente gravedad del instante en que se acepta una misión de capitanía. Con
sólo asumirla se contrae el ingente compromiso ineludible de revelar a un pueblo - incapaz
de encontrarlo por sí en cuanto masa- su auténtico destino. El que acierta con la primera
nota en la música misteriosa de cada tiempo, ya no puede eximirse de terminar la melodía.
Ya lleva sobre sí la ilusión de un pueblo y abierta la cuenta tremenda de cómo la administre.
Lam. 01.19
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NOSOTROS MISMOS hemos sacudido nuestra modorra y sacrificado nuestras vocaciones para recorrer España, en los días crudos, con frío o con calor, pero con honradez y
lealtad, para decirles a los obreros: “Muchos de nosotros, que no sentimos el hambre que
destroza vuestros hogares, que aniquila vuestras vidas, salimos a la calle en defensa de vuestra causa, dispuestos a dar la vida”. Y esto no es una falsedad, un engaño más cuando se
tiene a la espalda esa lista de muertos.
Y por eso esta juventud nuestra, como por obra de milagro, ha encontrado una vena de
heroísmo y de valor que se hallaba como escondida, como soterrada muy honda, y sale de
su casa con un temple que supera al mejor temple antiguo. Aquí tenéis la lista, en la que
figura Matías Montero, el fundador del Sindicato Católico de Estudiantes, que, aún sabiendo que estaba amenazado de muerte, no varió siquiera el itinerario para ir a su casa. Jesús
Hernández, un niño, quince años. Le dispararon por la espalda un tiro, y en la Casa de
Socorro, cárdeno, en el delirio ya de la agonía, todavía pudo cantar entre dientes la vieja
canción de las J.O.N.S.: “quiero una muerte española...”
Y este Manuel Carrión, gerente de un hotel de San Sebastián. ¿No os lo imagináis, tranquilo, dulce, pacífico con una habilidad extraordinaria para el desempeño de su profesión?
Tenía que ser modelo de complacencia, de delicadeza. Pero un día sintió la llamada de lo
heroico y redactó unas hojas en vascuence y en castellano, y salió a repartirlas por las calles.
Se le amenazó de muerte y un día le dieron un tiro por la espalda. Murió sin conceder la
menor importancia a la vida. Sólo le interesó el triunfo del ideal por el que derramaba su
sangre.
Así, los muertos y los vivos. Así todos los días. Unos caen en las calles asesinados por la
espalda; otros se hallan en las cárceles, desde nos escriben llenándonos de emoción. Así da
gusto mandar gentes.
En Don Benito, Badajoz, 28 de abril de 1935
Lam. 01.15
Lam. 01.14
Falange y abnegación
LOS
de privilegio más atractivo que éste de haber encontrado la vocación,
de haberse encontrado uno mismo. La mayor parte de los mortales
vive como descaminada; acepta su destino con resignación; pero no
sin la secreta esperanza de eludirlo algún día. He visto a muchos
hombres que en medio de las profesiones mas apasionantes (como,
por ejemplo, la magnífica, total, humana y profunda profesión militar)
soñaban con escaparse un día, con hallar un portillo que les condujera a
la tranquilidad burocrática o al ajetreo mercantil. Estas son gentes
que viven una falsa existencia; una existencia que no era la que les
estaba destinada. A veces siento pirandelliana angustia por la suerte
de tantas auténticas vidas que sus protagonistas no vivieron, prendidos a una vida falsificada. Por eso miro en lo que vale el haber
encontrado la vocación y se que no hay aplausos que valgan, ni de
lejos, lo que la pacífica alegría de sentirse acorde con la propia estrella.
Sólo son felices los que saben que la luz que entra por su balcón cada
mañana viene a iluminar la tarea justa que les está asignada en la
armonía del mundo.
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MOVIMIENTOS espirituales del individuo o de la multitud responden
siempre a una de estas dos palancas: el egoísmo y la abnegación... El hombre -siento, muchachas, contribuir con esta confesión a rebajar un poco el pedestal donde
acaso lo teníais puesto- es torrencialmente egoísta; en cambio, la mujer casi siempre
acepta una vida de sumisión, de servicio, de ofrenda abnegada a una tarea.
La Falange también es así. Los que militamos en ella tenemos que renunciar a las
comodidades, al descanso, incluso a amistades antiguas y a afectos muy hondos.
Tenemos que tener nuestra carne dispuesta a la desgarradura de las heridas.
Tenemos que contar con la muerte -bien nos lo enseñaron bastantes de nuestros
mejores- como un acto de servicio. Y, lo que es peor de todo, tenemos que ir de sitio
en sitio desgañitándonos, en medio de la deformación, de la interpretación torcida,
del egoísmo indiferente, de la hostilidad de quienes no nos entienden, y porque no
nos entienden nos odian, y del agravio de quienes nos suponen servidores de miras
ocultas o simuladores de inquietudes auténticas. Así es la Falange. Y como si se
hubiera operado un milagro, cuando menos puede esperar en ella el egoísmo, más
crece y se multiplica. Por cada uno que cae, heroico; por cada uno que deserta, acobardado surgen diez, ciento, quinientos, para ocupar el sitio.
Ved, mujeres, cómo hemos hecho virtud capital de una virtud, la abnegación, que
es, sobre todo, vuestra. Ojalá lleguemos en ella a tanta altura, ojalá lleguemos a ser
en esto tan femeninos, que algun día podáis de veras considerarnos ¡hombres!
Vocación
YO fui también de los que aspiraron a vivir en su celda. No se
Estampa, Madrid, 18 de agosto de 1934
En el Parlamento, 3 de julio de 1934
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José Antonio no veranea
ME LEVANTO temprano, hacia las ocho, lo más tarde. La casa de Chamartín está
deliciosa a esa hora. Por las ventanas entra un aire limpio y fresco. Tomo mi desayuno,
leo los periódicos y empiezo los primeros trabajos. En la calma de Chamartín es posible
aprovechar el tiempo. Pero hacia las diez y media tengo que irme a Madrid, al despacho.
Y a las once, poco más o menos, empieza el vértigo de todos los días: visitas, cartas, telefonazos, consultas... Lo más temible es que mi tarea no es una tarea determinada, sino
un conjunto de mil cosas distintas, que acaban por volverle a uno loco. Siempre han dado
las dos y media cuando vuelvo a almorzar a Chamartín. Después de almorzar, otra vez al
despacho. Hacia las siete me quedo solo. De siete a nueve y cuarto o nueve y media es
cuando me dejan trabajar. Y se acabó el día. Pero como se han quedado tareas pendientes,
no hay manera de pensar aún en vacaciones. Tal vez pueda veranear unos días en octubre;
lo mismo que nunca encuentro tiempo para ir a patinar a la Sierra hasta que se ha fundido la nieve. ¡Veranear! si pudiera hacerlo sería feliz, no por el descanso, sino por el
orden. Esta será mi aspiración frustrada toda la vida: veranear en verano, invernar en
invierno; no tener más cartas que las precisas y comer a unas horas razonables.
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Quisiera haber muerto despacio
SI NO fuera por ese juramento sagrado que conscientemente hicimos de
no dejar que fuese estéril la sangre de nuestros primeros caídos, ciertamente no
estaríamos aquí presenciando este espctáculo, que como españoles nos abochorna y nos avergüenza. El espectáculo de gentes que no solamente llevan los
bolsillos cargados de municiones y el alma llena de rencor, sino que se despojaron de esa misma decencia y elegancia española que impone el respeto a los
muertos.
No, ciertamente sin nuestro juramento no habríamos caminado largos
kilómetros para enfrentar gentes capaces de permanecer con la boina o el sombrero en la cabeza delante de los nombres de quienes supieron dar su vida por
España.
Nosotros andamos recorriendo España en busca de ese fondo permanente,
entrañable, defraudado por las izquierdas, capaces de avenirse a la desmembración de España, y por las derechas, insensibles al hambre del pueblo.
QUERIDO RAFAEL: voy a escribir muy pocas cartas, pero una ha de ser a tí. Desde que
nos separamos quedó cortada nuestra comunicación, ya que, aunque recibí cartas tuyas, creo que
no logré hacer llegar a tus manos ninguna de las dos que te escribí. Sirva ésta para anudar ese cabo
suelto y para dejarlo ya anudado hasta la eternidad. Perdóname -como me tenéis que perdonar
cuantos me conocísteis- lo insufrible de mi carácter. Ahora lo repaso en mi memoria con tal clara
serenidad que, te lo aseguro, creo que si aún Dios me evitara el morir sería en adelante bien distinto. ¡Qué razón la tuya al reprender con inteligente acierto mi dura actitud irónica ante casi todo
lo de la vida! Para purgarme quizá se me haya destinado esta muerte en la que no cabe la ironía.
La fanfarronada sí; pero en esa no caeré. Te confieso que me horripila morir fulminado por el trallazo de las balas, bajo el sol triste de los fusilamientos, frente a caras desconocidas y haciendo una
macabra pirueta. Quisiera haber muerto despacio, en casa y cama propias, rodeado de caras familiares
y respirando un aroma religioso de sacramentos y recomendaciones del alma, es decir, con todo
el rito y la ternura de la muerte tradicional. Pero ésta no se elige: Dios quizá quiera que acabe de
otro modo. El acoja mi alma (que ayer preparé con una buena confesión) y me sostenga para que
la decorosa resignación con que muera no desdiga junto al sacrificio de tantas muertes frescas y
generosas como tú y yo hemos conmemorado juntos. Abraza a nuestros amigos de las largas tertulias de la Ballena, empezando por el tan querido canciller don Pedro Mourlane. Dos abrazos
especiales para José María Alfaro y Eugenio Montes, a quienes no sé si podré escribir, pero a
quienes recuerdo de todo corazón. Y que a tí, a Liliana y a tus hijos os dé Dios las mejores cosas.
Un fuerte abrazo, Rafael.
En Alcañíz, Teruel, 5 de enero de 1936
Carta a Rafael Sánchez Mazas, Prisión Provincial de Alicante, 19 de noviembre de 1936.
Si no fuera por ese juramento sagrado
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Lam. 01.21
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Lam. 01.22
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Profesión de fé católica
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Última voluntad
NO ES MENESTER que repita ahora lo que tantas veces he dicho y
escrito acerca de lo que los fundadores de Falange Española intentábamos que
fuese. Me asombra que, aún después de tres años, la inmensa mayoría de nuestros
compatriotas persistan en juzgarnos sin haber empezado ni por asomo a
entendernos, y hasta sin haber procurado ni aceptado la mas mínima información. Si la Falange se consolida en cosa duradera, espero que todos
perciban el dolor de que se haya vertido tanta sangre por no habérsenos abierto una brecha de serena atención entre la saña de un lado y la antipatía del otro.
Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que
los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último
de ellos.
Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias
civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades
entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
Testamento, Prisión Provincial de Alicante, 18 de noviembre de 1936
Lam. 01.23
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Condenado ayer a muerte, pido a Dios que si todavía no me
exime de llegar a ese trance, me conserve hasta el fin la decorosa conformidad con que lo preveo y, al juzgar mi alma, no le aplique la medida
de mis merecimientos sino la de su infinita misericordia.
En cuanto a mi próxima muerte, la espero sin jactancia, porque
nunca es alegre morir a mi edad, pero sin protesta. Acéptela Dios Nuestro
Señor en lo que tenga de sacrificio para compensar en parte lo que ha
habido de egoísta y vano en mucho de mi vida. Perdono con toda el alma
a cuantos me hayan podido dañar u ofender, sin ninguna excepción, y
ruego me perdonen todos aquellos a quienes deba la reparación de algún
agravio grande o chico. Cumplido lo cual, paso a ordenar mi última voluntad en las siguientes
CLAÚSULAS:
PRIMERA. Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica,
Apostólica, Romana, que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la
Santa Cruz.
Testamento, Prisión Provincial de Alicante, 18 de noviembre de 1936
Lam. 01.24
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CAR 02.1
Moral nacional v/. Moral católica
MUCHAS DE LAS vicisitudes por que ha atravesado nuestro pueblo se deben
a la inexistencia o al olvido de una moral nacional, a la costumbre que los españoles
adoptaron de no necesitar de ella y de no echarla siquiera de menos. Ese es un hecho
bochornoso contra el que habrán de alzarse las juventudes. Hay una moral del español
que no obliga ni sirve al que no lo sea.
España tiene que aposentar su unidad y su vigor sobre las anchas espaldas de una
moral nacional, optimista y rígida. Ser español no es una desgracia, sino un espléndido
regalo de la vida. Regalo en peligro y en riesgo permanente, que sólo puede ser retenido
y conservado nutriéndolo todos los días con una moral de sacrificio por la Patria.
¿La moral católica? No se trata de eso, camaradas, pues nos estamos refiriendo a
una moral de conservación y de engrandecimiento de “lo español”, y no simplemente de
“lo humano”. Nos importa más salvar a España que salvar al mundo. Nos importan más
los españoles que los hombres. Y todo ello, porque tanto el mundo como los hombres
son cosas a las que sólo podemos acercarnos en plan de salvadores si disponemos de una
plenitud nacional, si hemos logrado previamente salvarnos como españoles.
El hecho de que los españoles –o muchos españoles– sean católicos, no quiere decir
que sea la moral católica la moral nacional. Quizá la confusión tradicional en torno a esto
explica gran parte de nuestra ruina. No es a través del catolicismo como hay que acercarse a España, sino de un modo directo, sin intermediario alguno. El español católico
no es por fuerza, y por el hecho de ser católico, un patriota. Puede también no serlo o
serlo muy tibiamente.
No, camaradas; la moral nacional, la idea nacional como deber, ni equivale a la
moral religiosa ni es contraria a ella. Es simplemente distinta, y alcanza a todos los
españoles por el simple hecho de serlo, no por otra cosa que además sean.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
¿Quién como Dios?
NUESTRO MOVIMIENTO incorpora el sentido católico –de gloriosa tradición y predominante en España– a la
reconstrucción nacional.
La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que
menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.
Plataforma 2003
(Punto 25 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
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Ramiro Ledesma Ramos
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
Lam. 02.07
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Catolicismo y derrota de España
PUES NO SE manejan impunemente ciertos instrumentos y lo que conduce
de la mano a España a la derrota es su casi exclusiva vinculación a valores de índole
extramaterial e incluso extrahistórica. Desde la gran reforma de la Iglesia hecha por los
Reyes Católicos, España, el poder español, utiliza la fe religiosa como uno de sus
instrumentos más fértiles. España pagó en buena moneda los servicios que el catolicismo prestó a su Imperio. Pues gracias a España, al genio español visible y eficaz tanto
en el Concilio de Trento con sus teólogos como en los campos de batalla bajo el
pendón de la cruz católica, el catolicismo ha sobrevivido en Occidente, esperando en
Roma una nueva coyuntura de aspiración a la unidad espiritual del mundo. Sin España,
sin su siglo XVI, el catolicismo se habría quizá anegado, y la vida religiosa de Europa
estaría representada en su totalidad por un conjunto de taifas nacionales más o menos
cristianas.
España, repito, fue vencida. Sólo se alcanza la categoría de vencido después de
haber luchado, y eso distingue al vencido del desertor y del cobarde. Después de su
derrota histórica, España no ha tenido que hacer en el mundo otra cosa que esperar
sentada. Se ha vivido en liquidación, pues la hora culminante fue también próvida en
riquezas espirituales y territoriales, que sirvieron luego a maravilla para una larga trayectoria de generaciones herederas y dilapiladoras. Poco a poco el imperio territorial fue
naturalmente, desintegrado, restituído el pueblo a su pobre vida casera, apartado de las
grandes contiendas que en el mundo seguían desarrollándose. El pueblo ha seguido en
su sitio, fiel a su nacionalidad, que defendió en la Guerra de la Independencia contra
los ejércitos más poderosos de Europa, y extraño a otra ilusión que la de que se
administren bien sus últimos y misérrimos caudales.
El espíritu religioso, clave de nuestra historia
HE AQUÍ lo que exige nuestro sentido total de la Patria y del Estado
que ha de servirla:
Queremos menos palabrería liberal y más respeto a la libertad profunda
del hombre. Porque sólo se respeta la libertad del hombre cuando se le estima, como nosotros le estimamos, portador de valores eternos; cuando se le
estima envoltura corporal de un alma que es capaz de condenarse y de salvarse. Sólo cuando al hombre se le considera así, se puede decir que se respeta de veras su libertad, y más todavía si esa libertad se conjuga, como
nosotros pretendemos, en un sistema de autoridad, de jerarquía y de orden.
Queremos que el espíritu religioso, clave de los mejores arcos de nuestra
historia, sea respetado y amparado como merece, sin que por eso el Estado
se inmiscuya en funciones que no le son propias ni comparta –como lo
hacía, tal vez por otros intereses que los de la verdadera Religión– funciones
que sí le corresponden realizar por sí mismo.
Ramiro Ledesma Ramos
Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
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Unidad moral y unidad católica
ALGÚN DÍA la unidad moral de España era casi la unidad católica de los
españoles. Quien pretenda en serio que hoy puede también aspirarse a tal equivalencia
demuestra que le nubla el juicio su propio y personal deseo. No. Ahora bien, ocurre
asímismo que sólo bajo el signo de la democracia burguesa y parlamentarista, es decir,
sólo bajo la vigencia de un régimen político demoliberal, podría España vivir o mal
vivir sin solidaridad nacional profunda, sin unidad moral.
Fe y credo nacional, eficacia social para todo el pueblo, pedimos. Pues sabemos
que sólo así dispondremos de instrumentos victoriosos, y que sólo así no caeremos en
vil tiranía, imponiendo a todos su obligación nacional y su fidelidad a los destinos
históricos de España.
La revolución nacional es empresa a realizar como españoles, y la vida católica es
cosa a cumplir como hombres, para salvar el alma. Nadie saque, pues, las cosas de
quicio ni las entrecruce y confunda, porque son en extremo distintas. Sería angustiosamente lamentable que se confundieran las consignas, y esta coyuntura de España que
hoy vivimos se resolviera como en el siglo XIX en luchas de categoría estéril.
España, camaradas, necesita patriotas que no le pongan apellidos. Hay muchas
sospechas -y más que sospechas- de que el patriotismo al calor de las Iglesias se adultera, debilita y carcome. El yugo y las saetas, como emblema de lucha, sustituye con
ventaja a la cruz para presidir las jornadas de la revolución nacional.
La voz de Dios
ESPAÑA, según nos dicen, ya no es católica: España es
laica. Eso es mentira. No existe lo laico. Frente al problema
dramático y profundo de todos los hombres frente a los misterios eternos no se nos puede contestar con evasivas.
Contesta esas preguntas la voz de Dios, o contesta la voz
satánica del antidios, aunque sea disfrazada con la sonrisa
hipócrita de don Fernando de los Ríos.
Ramiro Ledesma Ramos
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
Cádiz, 12 de noviembre de 1933
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Lo espiritual
Falange Española no puede considerar la vida como un mero juego de
factores económicos. No acepta la interpretación materialista de la Historia.
Lo espiritual ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de los
pueblos.
Aspecto preeminente de los espiritual es lo religioso. Ningún hombre puede dejar
de formularse las eternas preguntas sobre la vida y la muerte, sobre la creación y el más
allá.
A esas preguntas no se puede contestar con evasivas; hay que contestar con la afirmación o la negación.
España contestó siempre con la afirmación católica.
La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero es,
además, históricamente, la española.
Por su sentido de Catolicidad, de Universalidad, ganó España al mar y a la barbarie
continentes desconocidos. Los ganó para incorporar a quiénes los habitaban a una
empresa universal de salvación.
Así, pues, toda reconstrucción de España ha de tener un sentido católico.
Esto no quiere decir que vayan a renacer las persecuciones contra quienes no lo
sean. Los tiempos de las persecuciones religiosas han pasado.
Tampoco quiere decir que el Estado vaya a asumir directamente funciones religiosas que corresponden a la Iglesia.
Ni menos que vaya a tolerar intromisiones o maquinaciones de la Iglesia, con daño
posible para la dignidad del Estado o para la integridad nacional.
Quiere decir que el Estado nuevo se inspirará en el espíritu religioso católico tradicional en España y concordará con la Iglesia las consideraciones y el amparo que le son
debidos.
(Punto VIII de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1 , 7-XII-1933)
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Iglesia Católica y Revolución Nacional
El divorcio
LA IGLESIA puede decirse que fue testigo del nacimiento mismo de España
como ser histórico. Está ligada a las horas culminantes de nuestro pasado nacional y,
en muchos aspectos, unida de un modo profundo a dimensiones españolas de calidad
alta. Es, además, una institución que posee algunas positivas ventajas de orden político, como, por ejemplo, su capacidad de colaboración, de servicio, si en efecto encuentra y se halla con poderes suficientemente inteligentes para agradecerlo, y suficientemente fuertes y vigorosos para aceptarlo sin peligros.
Parece incuestionable que el catolicismo es la religión del pueblo español y que no
tiene otra. Atentar contra ella, contra su estricta significación espiritual y religiosa,
equivale a atentar contra una de las cosas que el pueblo tiene, y ese atropello no puede
nunca ser defendido por quienes ocupen la vertiente nacional. Todo esto es clarísimo
y dificilmente rebatible, aun por los extraños a toda disciplina religiosa y a toda simpatía especial por la Iglesia.
La empresa de edificar una doctrina nacional, un plan de resurgimiento histórico,
una estrategia de lucha, unas instituciones políticas eficaces, etcétera, es algo que puede
ser realizado sin apelar al signo católico de los españoles, y no sólo eso, sino que los
católicos deben y pueden colaborar en ella, servirla, en nombre de su dimensión
nacional, en nombre de su patriotismo, y no en nombre de otra cosa.
Ello por muchas razones: una, porque se trata de una empresa histórica, temporal, como es la de conseguir la grandeza de España y la dignidad social de los
españoles. Otra, que evidentemente pueden colaborar también en tal empresa gentes
alejadas de toda disciplina confesional. Y otra, que es una empresa que la Iglesia católica misma ni intenta, ni debe, ni se le permitiría emprender.
MIENTRAS vamos pensando en elecciones y otras bagatelas, continúa su obra corrosiva de
los fundamentos patrios una de las más detestables leyes de las Constituyentes: la del divorcio. Todo
iba encaminado en esa ley a dar facilidades; la baratura de las costas, la rapidez del procedimiento
(como ni no hubiera nada más urgente que disolver a las familias), la multitud de las causas que se
pueden alegar y aún la introducción del divorcio sin causa, es decir, por mutuo disenso, por acuerdo
amigable adoptado por los cónyuges con la frivolidad con que se decide ir a una verbena.
Todos estos alicientes han producido tal cantidad de pleitos de divorcio como para mover a
espanto. Familias de vieja tradición no han reparado a veces en dar el escándalo de promover divorcios. Y otras han llegado incluso a estimar a que lo promuevan gentes de las más humildes y sanas
capas populares.
Urge poner coto a esta especie de corrupción, no menos vituperable que la organizada por
empresas sin conciencia para alcoholizar a los negros de Africa o a los isleños del Pacífico. Los
autores de la ley del divorcio, cautos, sabían muy bien que a las instituciones profundas y fuertes,
como la familia, no se las puede combatir de frente, sino que hay que ablandarlas por el halago de la
sensualidad y minarlas por procedimientos insidiosos. Así, no se les hubiera ocurrido predicar de
modo directo la inmoralidad familiar, pero si se cuidaron de fomentarla solapadamente con leyes
como la del divorcio.
Desde el punto de vista religioso, el divorcio, para los españoles, no existe. Ningún español casado, con sujeción al rito católico, que es el de casi todos los nacidos en nuestras tierras, se considerará
desligado del vínculo porque una Audiencia dicte un fallo de divorcio. Para quienes, además, entendemos la vida como milicia y servicio, nada puede haber más repelente que una institución llamada a
dar salida cobarde a lo que, como todas las cosas profundas y grandes, sólo debe desenlazarse en maravilla
de gloria o en fracaso sufrido en severo silencio.
Arriba, 4 de julio de 1935
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Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
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Ramiro Ledesma Ramos
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CAR 02.2
Oración por los Caídos
Robustecer la parroquia
EN EL ESTADO nuestro habrá una Carta de las aldeas y pueblos
campesinos, una “Carta Puebla de las gentes labradoras de España”.
Y allí se empezará por algo que no nos compete del todo a nosotros, al
Estado, pero también por algo que el Estado debe regular en su libertad y ayudar
en su dignidad y esplendor. En realidad se empezará por la ayuda de Dios, por la
organización del mundo moral, por la elevación del orden religioso. Es necesario
que el centro espiritual de la aldea sea la parroquia, como órgano supremo de su
moralidad. Defenderemos las parroquias de aldea con más tesón que las
Universidades. No nos gusta hablar de estas cosas por dos razones: 1º Porque
exceden en su totalidad a la tarea del Estado. 2º Porque jamás queremos hacer de
ellas un banderín de enganche electoral. Pero alguna vez es necesario. Nuestro
Estado había de colaborar con la Iglesia ofreciéndole cuantos medios temporales
y legales estén a su alcance para el robustecimiento de las parroquias campesinas
(y de las no campesinas también), para la recta formación del clero, para el vigor
de la jerarquía episcopal. Nada como la libertad y fortaleza de la Iglesia, en la esfera
que le es propia, evita su deplorable intromisión en la política. En la aldea, en
torno a la parroquia robustecida, podían funcionar con regularidad y sin mezclarse
jamás con la política, todas aquellas obras sociales católicas, que tanto pueden
hacer por elevar al mundo campesino y devolverle sus mejores tradiciones.
Tras el robustecimiento de la parroquia viene la reforma de la escuela y de la
escuela con Cristo, que debe ser el enlace cordial e intelectual de la moral y la cultura civiles con la moral y la cultura de la Iglesia.
Rafael Sánchez Mazas
Esquema de una política de aldea. Arriba, 25 de abril de 1935
Señor, acoge con piedad en tu seno a los que mueren por España y consérvanos siempre
el santo orgullo de que en nuestras filas se muera por España y de que solamente a nosotros honre el
enemigo con sus mayores armas.
Víctimas del odio, los nuestros no cayeron por odio sino por amor, y el último secreto de sus
corazones era la alegría con que fueron a dar sus vidas por la Patria. Ni ellos ni nosotros hemos conseguido jamás entristecernos de rencor ni odiar al enemigo y Tú sabes, Señor, que todos esos caídos
mueren para libertar con su sacrificio generoso a los mismos que les asesinaron, para cimentar con su
sangre joven las primeras piedras en la reedificación de una Patria libre, fuerte y entera.
Ante los cadáveres de nuestros hermanos, a quienes la muerte ha cerrado los ojos antes de ver la
luz de la victoria, aparta, Señor, de nuestros oídos las voces sempiternas de los fariseos, a quienes el
misterio de toda rendición ciega y entenebrece, y hoy vienen a pedir con vergonzosa indigencia delitos
contra los delitos y asesinatos por la espalda a los que nos pusimos a combatir de frente. Tú, no nos
elegiste, Señor, para que fuéramos delincuentes contra los delincuentes, sino soldados ejemplares, custodios de valores augustos, números ordenados de una guardia puesta a servir con amor y valentía la
suprema defensa de una Patria.
Esta ley moral es nuestra fuerza. Con ella venceremos dos veces al enemigo, porque acabaremos
por destruir no sólo su potencia, sino su odio.
A la victoria que no sea clara, caballeresca y generosa, preferimos la derrota, porque es necesario
que mientras cada golpe del enemigo sea horrendo y cobarde, cada acción nuestra sea la afirmación de
un valor y de una moral superiores. Aparta así, Señor, de nosotros todo lo que otros quisieran que
hiciésemos y lo que se ha solido hacer en nombre del vencedor impotente de clase, de partido o de
secta, y danos heroísmo para cumplir lo que se ha hecho siempre en nombre de una Patria, en nombre de un Estado futuro, en nombre de una cristiandad civilizadora. Tú sólo sabes con palabras de profecía para qué deben estar “agudizadas las flechas y tendidos los arcos”. (Is. V, 28).
Dános ante los hermanos muertos por la Patria perseverancia en este menosprecio hacia las
voces farisaicas y oscuras, peores que voces de mujeres necias. Haz que la sangre de los muertos, Señor,
sea el brote primero de la redención de esta España, en la unidad nacional de sus tierras, en la unidad
social de sus clases, en la unidad espiritual en el hombre y entre los hombres, y haz también
que la victoria final sea en nosotros una entera estrofa española del canto universal de tu gloria.
Rafael Sánchez Mazas, F.E., 22 de febrero de 1934
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Amén
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Incitación a los católicos españoles
NO SE IMPUTE al catolicismo lo que es un defecto de curiosidad espontáneamente
ibérico... El catolicismo español está pagando deudas que no son suyas, sino del catolicismo español.
Nunca he comprendido cómo falta en España un núcleo de católicos entusiastas resueltos a
libertar al catolicismo de todas las protuberancias, lacras y rémoras exclusivamente españolas que
en aquél se han alojado y deforman su claro perfil. Ese núcleo de católicos podía dar cima a una
doble magnífica empresa: la depuración fecunda del catolicismo y la perfección de España. Pues
tal y como hoy están las cosas, mutuamente se dañan. El catolicismo va lastrado con vicios
españoles, y, viceversa, los vicios españoles se amparan y fortifican con frecuencia tras una máscara insincera de catolicismo. Como yo no creo que España pueda salir decisivamente a la alta mar
de la Historia si no ayudan con entusiasmo y pureza a la maniobra los católicos nacionales,
deploro sobre manera la ausencia de ese enérgico fermento en nuestra Iglesia oficial. Y el caso es
que el catolicismo significa hoy, dondequiera, una fuerza de vanguardia donde combaten mentes
clarísimas plenamente actuales y creadoras. Señor, ¿por qué no ha de acaecer lo mismo en nuestro
país? ¿Por qué en España ha de ser admisible que muchas gentes usen el título de católicos como
una patente que les excusa de refinar su intelecto y su sensibilidad, y las convierte en rémora y
estorbo para todo perfeccionamiento nacional? ... Se trata de construir España, de pulirla y dotarla
magníficamente para el inmediato porvenir. Y es preciso que los católicos sientan el orgullo de su
catolicismo y sepan hacer de él lo que fué en otras horas: un instrumento exquisito, rico de todas
las gracias y destrezas actuales, apto para poner a España “en forma” ante la vida presente. Dejen,
pues, de ser aldeanos y pónganse a trabajar en las cosas y no a decir previamente si Fulano es de
la derecha o de la izquierda. (Cuando no usan de una triste frase tomada al lenguaje presidiario: “Ese
es de la otra cuerda”.)
A Jesús Crucificado
DELANTE de la Cruz, los ojos míos,
quédenseme, Señor, así mirando,
y, sin ellos quererlo, estén llorando,
porque pecaron mucho y están fríos.
Y estos labios que dicen mis desvíos,
quédenseme, Señor, así cantando,
y, sin ellos quererlo, estén rezando,
porque pecaron mucho y son impíos.
Y así, con la mirada en vos prendida,
y así, con la palabra prisionera
como la carne a vuestra Cruz asida,
quédeseme, Señor , el alma entera,
y así, clavada en vuestra Cruz mi vida,
Señor, así, cuando queráis me muera.
Espíritu de la letra, la forma como método histórico, 1927
Rafael Sánchez Mazas
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Lam. 02.13
4€
Lam. 02.14
Oración
del
Hombre
Nuevo
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SEÑOR MÍO, JESUCRISTO:
Gracias, Señor, porque nos ha sido dado el crecer
como hombres nuevos.
Mata dentro de nosotros el hombre viejo que quiere siempre renacer. Pero si es tu voluntad consentirle, no nos permitas caer en su tentación.
Porque los mercaderes de hombres vienen hasta nosotros,
para comprarnos con la codicia.
Porque queremos todos reducir el universo a nosotros
mismos, con el egoísmo.
Porque cada uno está a punto de creer todo perdido, con el
desaliento.
Y del desaliento, del egoísmo y de la codicia, libéranos,
Señor.
Oración al Ángel Custodio de José Antonio
Te ofrecemos Señor, nuestro silencio. ¿Quién puede dudar
que nos diste oídos para escuchar y ojos para mirar?
Te
suplicamos, Santo Ángel Custodio de José Antonio, que intercedas ante el
Señor para que todos nuestros afanes y trabajos, en esta conmemoración del
Centenario de su nacimiento, se conduzcan en insobornable y único servicio de la
Verdad, la Bondad y la Belleza, triple estrella polar de nuestro estilo. Y ello, con energía
y sosiego, decoro y alegría, ímpetu y paciencia, rigor y gallardía, generosidad y disciplina. Tú, a quien Dios encomendó la guarda de José Antonio en su peregrinación terrenal
hacia la Jerusalén celeste, fuíste testigo de que él, víctima del odio, no cayó por odio sino por
amor. También, de que ni él, ni los que ya le habían precedido, ni los muchos que
después le siguieron en el enorme holocausto de su Falange, jamás se entristecieron de
rencor ni odiaron a sus enemigos. Antes bien, dieron su vida para cimentar con su sangre joven la reedificación de una Patria libre, fuerte y entera; de una España total, sin
exclusivas ni exclusiones de clase, partido o secta. De una Patria común para todos los
españoles que superara, por fin, la fratricida dialéctica de las dos Españas y terminara,
de una vez, con la secular disyuntiva para cada español de tener que optar entre la
Patria o el Pan o la Justicia.
Santo Ángel Custodio, protégenos y eleva a Dios nuestro ruego de que nos dé,
ante José Antonio y los demás hermanos muertos por España, nuestros y no nuestros,
de unas y otras trincheras, fidelidad en su amor y perseverancia en su valor para mantenernos, incluso en el fracaso, inasequibles al desaliento. Consérvanos en paz y en
santa hermandad, siempre dispuestos cada día, a su mera invocación, a deponer toda
diferencia.
Santo Ángel Custodio, ayúdanos a conseguir que tanto sacrificio no resulte inútil
y a lograr que su sangre, que el deseó fuera la última derramada por los españoles en
discordias civiles, sea fecunda para la redención de España, en la unidad nacional de
sus tierras, en la unidad social de sus clases, en la unidad espiritual en el hombre y entre
los hombres. Y solicita de Dios que tanto la victoria final como la derrota, si llegara,
sea en nosotros una entera estrofa española en el canto universal de su gloria.
Nuestros oídos oyen y nuestros ojos ven, pero nuestra
boca callará.
Porque el balido uniforme y adulador del rebaño, nos
asquea.
Porque el croar de las ranas, enfangadas en la charca, nos
repugna.
Un año más de silencio, dánosle hoy, Señor.
Concédenos Señor, la unidad de nuestra juventud.
El hermano llame al hermano.
La muerte no es el final
El camarada oiga al camarada.
Y alzaremos, por encima de la impaciencia y más allá del
desaliento, un diálogo universal de fe y de alegría.
del compañero perdido.
Cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su Esperanza.
Gracias, Señor, porque aún creemos.
Gracias, Señor, porque aún amamos.
Gracias, Señor, porque aún esperamos.
Porque creemos en la unidad en el hombre,
En tu Palabra confiamos,
con la certeza de que tú,
ya le has devuelto a la Vida,
ya le has llevado a la Luz.
en la unidad entre los hombres,
en la unidad entre las clases,
en la unidad entre las tierras.
Porque queremos alzar, con el amor y la esperanza, hasta Tí
la alegría común de la Patria Bien Hecha.
Y nuestras escuadras, firmes, gallardas, austeras y valientes,
cantarán el himno universal de tu gloria.
Ya le has devuelto a la Vida,
ya le has llevado a la Luz.
Amén
Lam. 02.15
AMÉN
La Hora, 31 de diciembre de 1948
C. Gabarain y T. Asiain
4€
Lam. 02.16
4€
Lam. 02.17
¡Oh Verbo de Dios, pronunciado por la boca del Padre,
creador y verdadero principio de las cosas,
autor perenne, luz origen de la luz,
alumbrado por el vientre de la gloriosa Virgen,
Cristo, tú realmente nuestro Enmanuel!
4€
Pues puntualmente el sol con las gemas - el día
brillando doce horas, las mejores perlasavanza, ahuyentadas ya las tinieblas del mundo;
y los candelabros que sobre ti descansan
centellean con las lámparas de los "dos por seis" apóstoles:
(In I Vesperis.)
después, los grandes Hijos del Trueno
resplandecen, habiendo alcanzado, a ruegos de su ínclita madre,
ambos con todo derecho los honores supremos,
gobernando sólo Juan el Asia, a la derecha,
y su hermano habiendo conquistado España.
A Tí, esplendor y luz del Padre,
Jesús, vivo en nuestras entrañas,
alabamos entre los ángeles
que andan suspensos de tu boca.
Recostados en el pecho inocente del ilustre maestro,
a la derecha uno es atraído a la alianza de paz,
a la izquierda el otro para ser ajusticiado,
y ambos habiendo elegido por dos veces las arras del reino,
coronados se apresuran a la gloria del cielo:
Y capturando él con el favor divino
a los culpables magos, reprimiendo las iras de los demonios,
castiga el veneno de sus émulos;
y al final, vigoroso, da al estúpido una respuesta insigne
y al penitente un corazón crédulo.
Atado, cumplidor del deseo del enfermo
que solicita con insistencia su provechosa ayuda,
manifiesta al que le pide los carismas de la fe,
y con el estandarte de la paz (le da) la salvación abundante
y ejecutado con la espada se asegura la gloria.
¡Oh verdaderamente digno y más santo apóstol,
que refulges como áurea cabeza de España,
nuestro protector y patrono nacional,
evitando la peste, sé del cielo salvación,
aleja toda enfermedad, calamidad y crimen.
Muéstrate piadoso protegiendo al rebaño a ti encomendado
y manso pastor para el rey, el clero y el pueblo;
que con tu ayuda disfrutemos de los gozos de lo alto,
que nos revistamos de la gloria del reino conquistado,
que por ti nos libremos del infierno eterno.
Concédenos, te rogamos, ¡oh Trinidad!,
que llenas con tu poder, solo, toda la maquinaria del mundo,
a quien corresponde la alabanza y la clemencia eternas,
el poder perenne, la inmensa gloria
y el honor perpetuo abundantemente por los siglos.
Amén
Lam. 02.19
Por Tí lucha el espeso círculo
de mil millares de caudillos,
mas, vencedor, Miguel Alférez
la cruz salvadora levanta.
Oración a Santiago Apóstol por España
llevado aquel Juan, glorioso, al premio,
elegido por éste la túnica del martirio de Cristo,
el llamado Santiago de Zebedeo,
cumpliendo el apostolado ejemplarmente
arrebata victorioso los estigmas de la pasión.
(Traducción: J. González Echegaray)
4€
Álférez
Pedro en Roma, su hermano en Acaya,
Tomás en la India, Leví en Macedonia,
Santiago en Jerusalén y Zelotes en Egipto,
Bartolomé en Licaonia, Judas en Edessa,
Matías en Judea y Felipe en la Galia;
Este himno litúrgico del oficio divino mozárabe, “O Dei Verbum”
dedicado al rey Mauregato (783-788) y atribuído a Beato de
Liébana, es el documento más antiguo en que se afirma la venida de
Santiago a España y su patronazgo sobre nuestra Patria en su
lucha contra el Islám; anterior incluso al descubrimiento de la tumba
del Apóstol en Compostela.
Lam. 02.18
Himno
a
San Miguel,
Rey y sacerdote, en cuyo honor brillan las sagradas piedras
que son "tres por cuatro": el ónice, el ágata,
el berilo, el zafiro, el carbúnculo,
y la amatista, la sardónica, el topacio,
la esmeralda, el jaspe, el ligurio y el crisólito.
Himno
de
Santiago Apóstol,
Patrón
de
España
El amigo hable al amigo.
CUANDO LA PENA nos alcanza
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APÓSTOL
SANTIAGO pariente de Cristo, según la
Oración a San Miguel Arcángel, Alférez
GLORIOSÍSIMO Alférez de los ejércitos celestiales, San
Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate contra los principados y potestades, contra los caudillos de estas tinieblas del
mundo, contra los espíritus malignos esparcidos en los aires
(Ephes. 6). Ven en auxilio de los hombres que Dios hizo a su
imagen y semejanza, y rescató a gran precio de la tiranía del
demonio (Sap. 2; I Cor. 6). A tí te venera la Iglesia como a su
guardían y patrono. A tí confió el Señor las almas redimidas
para colocarlas en el sitio de la suprema felicidad. Ruega, pues,
al Dios de paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies,
quitándole todo poder para retener cautivos a los hombres y
hacer daño a la Iglesia. Pon nuestras oraciones bajo la mirada
del Altísimo, a fín de que desciendan cuanto antes sobre
nosotros las misericordias del Señor, y sujeta al dragón, aquella antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, para precipitarlo encadenado a los abismos, de manera que no pueda
nunca más seducir a las naciones (Apoc. 20).
Amén
La negra cabeza del monstruo
al abismo sin fondo arroja,
y al reyezuelo y sus rebeldes
fulmina del celeste muro.
carne y mucho más en el espíritu; Patrón de España que
muchas veces defendiste, espada en mano, de los enemigos de
la fe, y la honras con tus preciosas reliquias; mártir invicto del
Señor, y el primero de todos los apóstoles en confirmar con
tu sangre la doctrina del Evangelio; otórganos del Dios de los
ejércitos, por tu intercesión, la victoria sobre nuestros enemigos visibles e invisibles y el triunfo de la religión verdadera
contra el error y la mentira, para que siendo todos los redimidos un rebaño con un sólo pastor, confesemos y adoremos al
Dios trino y uno a quien sea la gloria por los siglos de los siglos.
DIOS todopoderoso y eterno, haz que por su patrocinio,
España se mantenga una, grande y libre, y siempre
fiel a Cristo, hasta el final de los tiempos.
Amén
Contra el capitán del orgullo
tras este príncipe vayamos,
y desde el trono del cordero
la corona de luz nos llegue.
Elevemos gloria a Dios Padre,
quién, a los que redimió el Hijo
y el Espíritu Santo ungió,
con sus ángeles guarda.
Amén
(Versión de J. M. V.)
Lam. 02.20
4€
Lam. 02.21
4€
Lam. 02.22
4€
Plegaria militar por los Caídos
Oración por Pilar
Los demandó el honor y obedecieron,
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
los requirió el deber y lo acataron,
con su sangre, la empresa rubricaron,
con su esfuerzo, la Patria redimieron.
Fueron grandes y fuertes porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como valientes luharon.
Por eso como mártires murieron.
Inmolarse por Dios fue su destino,
salvar a España, su pasión entera,
servir en el Ejército su vocación y sino.
No quisieron seguir a otra bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron morir de otra manera.
Lam. 02.23
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
4€
A TI, Pilar, que supiste mantener encendida la lámpara todas
las noches, como las vírgenes prudentes de Libro Santo: que ya
estés gozando en la presencia del Amado.
A tí, Pilar que llevaste luz a tantos fogones vacíos, a tantos
espíritus sencillos, a tantos paisajes desolados: seas bendita en la
Gloria que ganaste.
A tí, Pilar, que tuviste la palabra prudente, el don de consejo,
la ejemplaridad humilde: que ya hayas encontrado la recompensa
eterna.
Tú que has llenado de ilusionada esperanza las vidas de millares
de hogares españoles; tu que has guardado la canción antigua, el
dance de la tierra, la enseñanza ancestral: que estés disfrutando de
la Vida Nueva.
Pilar, por tu sonrisa siempre llena de una dulce ternura, para tí
pedimos que el Señor te de la serena paz del espíritu, la alegría de
Su Presencia y la Bienaventuranza.
Amén
Lam. 02.24
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Página 79
CAR 03.1
LA LENGUA
CENTENARIO
LAMINAS DEL
LA SANGRE de mi espíritu es mi lengua
y mi patria es allí donde resuene
soberano su verbo, que no amengua
su voz por mucho que ambos mundos llene.
Ya Séneca la preludió aún no nacida
y en su austero latín ella se encierra;
Alfonso a Europa dió con ella vida,
Colón con ella redobló la tierra.
Suprema realidad de España
CREEMOS
en la suprema realidad de España.
Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante
tarea colectiva de todos los españoles. A la realización
de esa tarea habrán de plegarse inexorablemente los
intereses de los individuos, de los grupos y de las
clases.
Y en esta mi lengua flota como el arca
de cien pueblos contrarios y distantes,
que las flores en ella hallaron brote
de Juárez y Rizal, pues ella abarca
legión de razas, lengua en que a Cervantes
Dios le dió el evangelio del Qujote.
Lam. 03.01
Miguel de Unamuno
Plataforma 2003
(Punto1 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Rosario de sonetos líricos, 1910
Lam. 03.07
4€
4€
España
Falange Española cree resueltamente en España. España no es un
territorio.
Ni un agregado de hombres y mujeres.
España es, ante todo, una unidad de destino.
Una realidad histórica.
Una entidad verdadera en sí misma, que supo cumplir -y aún tendrá que
cumplir- misiones universales.
Por lo tanto, España existe:
1º Como algo distinto a cada uno de los individuos y de las clases y de los
grupos que la integran.
2º Como algo superior a cada uno de esos individuos, clases y grupos, y aún
al conjunto de todos ellos.
Luego España, que existe como realidad “distinta y superior”, ha de tener sus
fines propios.
Son esos fines:
1º La permanencia en su unidad.
2º El resurgimiento de su vitalidad interna.
3º La participación, con voz preeminente, en las empresas espirituales del
mundo.
Para cumplir esos fines, España tropieza con un gran obstáculo; está dividida:
1º Por los separatismos locales.
2º Por las pugnas entre los partidos políticos.
3º Por la lucha de clases.
Dios mío: ¿qué es España?
DIOS mío: ¿qué es España? En la anchura del orbe, en medio
de las razas innumerables, perdida en el ayer ilimitado, y en el
mañana sin fín, bajo la frialdad inmensa y cósmica del parpadeo
astral, ¿qué es esta España, este promontorio espiritual de Europa,
esta como proa del alma continental?
¿Dónde está -decidme- una palabra clara, una sola palabra radiante que puede satisfacer a un corazón honrado y a una mente delicada, una palabra que alumbre el destino de España?
¡Desdichada la raza que no hace un alto en la encrucijada antes
de proseguir su ruta, que no se hace un problema de su propia intimidad; que no siente la heroica necesidad de justificar su destino, de
volcar claridades sobre su misión en la historia!.
Meditaciones del Quijote, 1914
(Punto I de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1 , 7-XII-1933)
Lam. 03.02
4€
Lam. 03.08
Roma, madre de España
4€
Un proyecto sugestivo
N
I POR la naturaleza del suelo que habitamos, ni por la raza, ni por el
carácter, parecíamos destinados a formar una gran nación. Sin unidad de clima y
producciones, sin unidad de costumbres, sin unidad de culto, sin unidad de ritos,
sin unidad de familia, sin conciencia de nuestra hermandad ni sentimiento de
nación, sucumbimos ante Roma tribu a tribu, ciudad a ciudad, hombre a hombre,
lidiando cada cual heroicamente por su cuenta, pero mostrándose impasible ante la
ruina de la ciudad limítrofe o más bien regocijándose de ella. Fuera de algunos rasgos nativos de selvática y feroz independencia, el carácter español no comienza a
acentuarse sino bajo la dominación romana. Roma, sin anular del todo las viejas
costumbres, nos lleva a la unidad legislativa, ata los extremos de nuestro suelo con
una red de vías militares, siembra en las mallas de esa red colonias y municipios,
reorganiza la propiedad y la familia sobre fundamentos tan robustos, que en lo
esencial aún persisten; nos da la unidad de lengua, mezcla la sangre latina con la
nuestra, confunde nuestros dioses con los suyos y pone en los labios de nuestros
oradores y de nuestros poetas el rotundo hablar de Marco Tulio y los hexámetros
virgilianos. España debe su primer elemento de unidad en la lengua, en el arte, en
el derecho, al latinismo, al romanismo.
Pero faltaba otra unidad más profunda: la unidad de la creencia. Esta unidad
se la dió a España el cristianismo. La Iglesia nos educó a sus pechos con sus mártires y confesores, con sus Padres, con el régimen admirable de sus concilios. Por
ella fuimos nación y gran nación.
Marcelino Menéndez Pelayo
En toda auténtica incorporación, la fuerza tiene un carácter
adjetivo. La potencia verdaderamente sustantiva que impulsa y nutre
el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida
en común. Repudiemos toda interpretación estática de la convivencia
nacional y sepamos entenderla dinámicamente. No viven juntas las
gentes sin más ni más y porque sí; esa cohesión a priori sólo existe en
la familia. Los grupos que integran un estado viven juntos para algo;
son una comunidad de propósitos, de anhelos, de grandes utilidades.
No conviven por estar juntos, sino para hacer juntos algo. No es el ayer,
el pretérito, el haber tradicional, lo decisivo para que una nación
exista. Este error nace, como ya he indicado, de buscar en la familia,
en la comunidad nativa, previa, ancestral, en el pasado, en suma, el
origen del Estado. Las naciones se forman y viven de tener un programa para el mañana.
España invertebrada, 1921
Epílogo a la Historia de los Heterodoxos Españoles, 1882
Lam. 03.03
4€
Lam. 03.09
El cristianismo forjó a España
España, luz de Trento
N
O ELABORARON nuestra unidad el hierro de la conquista ni la sabiduría de los
legisladores; la hicieron los dos apóstoles y los siete varones apóstolicos; la regaron con su sangre el diácono Lorenzo, los atletas del circo de Tarragona, las vírgenes Eulalia y Engracia. Las
innumerables legiones de mártires cesaraugustanos; la escribieron en su draconiano código los
Padres de Ilíberis: brilló en Nicea y en Sardis sobre la frente de Osio, y en Roma sobre la frente
de San Dámaso; la cantó Prudencio en versos de hierro celtibérico; triunfó del maniqueismo y
del gnosticismo oriental, del arrianismo de los bárbaros y del donatismo africano; civilizó a los
suevos, hizo de los visigodos la primera nación de Occidente; escribió en las Etimologías la
primera enciclopedia; inundó de escuelas los atrios de nuestros templos; comenzó a levantar,
entre los despojos de la antigua doctrina, el alcázar de la ciencia escolástica por manos de Liciano,
de Tajón y de San Isidoro; borró en el Fuero juzgo la inicua ley de razas; llamó al pueblo a asentir a las deliberaciones conciliares; dió el jugo de sus pechos, que infunden eterna y santa fortaleza, a los restauradores del Norte y a los mártires del Mediodía, a San Eulogio, y Álvaro
Cordobés, a Pelayo y a Omar-ben-Hafsun; mandó a Teodulfo, a Claudio y a Prudencio a civilizar la Francia carlovingia; dió maestros a Gerberto; amparó bajo el manto prelaticio del arzobispo D. Raimundo y bajo la púrpura del emperador Alfonso VII la ciencia semítico-española... ¿Quién contará todos los beneficios de vida social que a esa unidad debimos, si no hay en
España piedra ni monte que no nos hable de ella con la elocuente voz de algún santuario en
ruinas?
Marcelino Menéndez Pelayo
D
IOS nos conservó la victoria, y premió el esfuerzo perseverante dándonos el destino
más alto entre todos los destinos de la historia humana: el de completar el planeta, el de borrar
los antiguos linderos del mundo.
¡Dichosa edad aquélla, de prestigios y maravillas, edad de juventud y de robusta vida!
España era o se creía el pueblo de Dios, y cada español, cual otro Josúe, sentía en sí fe y aliento
bastante para derrocar los muros al son de las trompetas o para atajar al sol en su carrera. Nada
parecía ni resultaba imposible; la fe de aquellos hombres, que parecían guarnecidos de triple lámina de bronce, era la fe que mueve de su lugar las montañas. Por eso en los arcanos de Dios les
estaba guardado el hacer sonar la palabra de Cristo en las más bárbaras gentilidades; el hundir
en el golfo de Corinto las soberbias naves del tirano de Grecia, y salvar, por ministerio del joven
de Austria, la Europa occidental del segundo y postrer amago del islamismo; el romper las
huestes luteranas en las marismas bátavas con la espada en la boca y el agua a la cinta y el entregar a la Iglesia romana cien pueblos por cada uno que le arrebataba la herejía.
España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento,
espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos
otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los
vectones o de los reyes de taifas.
A este término vamos caminando más o menos apresuradamente, y ciego será quien no lo
vea.
Marcelino Menéndez Pelayo
Epílogo a la Historia de los Heterodoxos Españoles, 1882
La Reconquista
Myo Cid
ESTA EMPRESA multisecular constituye un caso único en la historia de los pueblos europeos; no tiene equivalente en el pasado ni en ninguna
comunidad histórica occidental. Ninguna nación del Viejo Mundo ha llevado a
cabo una aventura tan difícil y tan monocorde, ninguna ha realizado durante
tan dilatado plazo de tiempo una empresa tan decisiva para forjar su propia
vida libre. Un decenio, cinco, ocho; un siglo, cuatro, seis de lucha nacional y
religiosa, rara vez interrumpida por alguna década de paz. Con una frontera
siempre incierta e indecisa, que avanzaba durante los períodos de crísis de la
España muslim, después de una gran victoria cristiana contra los sarracenos o
cuando se conseguía conquistar una ciudad que dominaba la entrada de un
valle o que aseguraba la posesión de una llanura. Una frontera que retrocedía
fácilmente: al renacer el orden en al-Andalus, después de una gran victoria
musulmana, o cuando Africa arrojaba sobre España nuevas catervas de islamitas. Y así siempre, desde antes de la batalla de Covadonga (722) hasta después
de la victoria del Salado (1340). E incluso más tarde, cuando se aletargó la
reconquista, persistió siempre, como un mal endémico, la guerra de fronteras
que estuvo muy lejos de ser un paso de ballet caballeresco.
POR tierras de Sigüenza y Berlanga de Duero, en días de agosto alanceados por el sol, he
hecho yo –Rubín de Cendoya, místico español– un viaje sentimental sobre una mula torda de altas
orejas inquietas. Son las tierras que el Cid cabalgó. Son, además, las tierras donde se suscitó el
primer poeta castellano, el autor del poema llamado Myo Cid.
¡Esta pobre tierra de Guadalajara y Soria, esta meseta superior de Castilla !... ¿Habrá algo
más pobre en el mundo? Yo la he visto en tiempo de la recolección, cuando el anillo dorado de
las eras apretaba los mínimos pueblos en un ademán alucinado de riqueza y esplendor. Y, sin
embargo, la miseria, la sordidez triunfaba sobre las campiñas y sobre los rostros como un dios
adusto y famélico atado por otro dios más fuerte a las entrañas de esta comarca.
Pero esta tierra que hoy podría comprarse por treinta dineros, como el evángelico azeldama,
ha producido un poema –el Myo Cid– que hallá en el fin de los tiempos, cuando venga la liquidación
del planeta, no podrá pagarse con todo el oro del mundo.
El Myo Cid es un balbuceo heroico, en toscas medidas de paso de andar, donde llega a expresarse plenamente el alma castellana del siglo XII, un alma elemental, de gigante mozalbete, entre
gótica y celtíbera, exenta de reflexión, compuesta de ímpetus sobrios, pícaros o nobles. El cantor
anónimo que –como un alcotán gritando desde un risco– dió en la altura desolada y agresiva de
Medinaceli al aire este cantar, supo llevarnos por el camino más corto al íntimo fondo de una realidad eterna... Pero todos los que habláis español desde la cuna habéis leído este cantar, ¿no es cierto? Cuando llevamos dentro sus recios versos heroicos nuestro peso moral aumenta.
Caminemos unos días al través de Castilla la gentil, según la llama el poeta.
Claudio Sánchez-Albornoz
España, un enigma histórico, 1956
Tierras de Castilla, 1911
Epílogo a la Historia de los Heterodoxos Españoles, 1882
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CAR 03.2
Los trece “98” de España
EL PRIMER 98 DE ESPAÑA: fue el de 1648. El del 15 de Mayo de 1648. Cuándo se firmó
aquél primer Pacto entre España y Holanda, por el cual perdía ya el “vertebrado” Imperio de
España sus primeros miembros: las Provincias Unidas y las colonias asiáticas de los holandeses.
EL SEGUNDO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1659. En que la “vertebrada” España perdía su
Artois. Y el Luxemburgo. Y plazas de Flandes. Y el Rosellón. Y la Cerdeña. Y los derechos a
Alsacia. Quedando el Pirineo por frontera de Cataluña.
EL TERCER 98 DE ESPAÑA: fue el de 1668. 13 de Febrero de 1668. En Lisboa se firmó el
Pacto por el que Portugal se nos desgajaba para siempre, tras casi un siglo de convivencia hermana. Y con Portugal sus inmensos Dominios. Menos Ceuta.
EL CUARTO 98 DE ESPAÑA: fue el Mayo de 1668. La “vertebrada” España perdía Charleroi,
Binch, Ath, Donai, Commines, Tournay, Oudenarde, Lille, Armentières, Courtray, Beranes y
Furnes. En secreto, Luis XIV y el emperador Leopoldo pactaban un reparto de España.
EL QUINTO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1678. 17 de septiembre, 1678. Pérdida del Franco
Condado. Y urbes de Valenciennes, Bouchain, Condé, Saint Omar, Iprés, Warwick, Cassel...
EL SEXTO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1713. 11 de Abril de 1713. La “vertebrada” España dejaba estas vértebras en el osario: Gibraltar, Menorca, Estados de Flandes. Dejaba todas sus posesiones de Italia (menos Sicilia). Y la colonia del Sacramento, en América.
EL SÉPTIMO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1763, consecuencia del Pacto familiar del 61. España
abandonaba sus derechos terranovinos. Y la Florida. Y el fuerte San Agustín. Y Panzácola. Y territorios de Mississipí.
EL OCTAVO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1795. Pérdida de Santo Domingo.
EL NOVENO 98 DE ESPAÑA: fue el de 1800, la Luisiana. La Luisiana para franceses.
EL DÉCIMO 98 DE ESPAÑA: 1802. La Trinidad en las Antillas.
EL UNDÉCIMO 98 DE ESPAÑA: no tiene fecha precisa. Tiene fechas anchas y terribles; tan
anchas como la América, que se escapaba. Fechas desde 1810 a 1825. Un 98 de quince años; un
98 lleno de innúmeros 98.
EL DUODÉCIMO 98 DE ESPAÑA: fue el famoso, el vulgarizado, el de los hombres del 98; el
del 10 de diciembre de 1898. París. El de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Marianas, Carolinas y Palaos.
Y EL TREDICÉSIMO 98 DE ESPAÑA: ¡Ah! El preludio del tredicésimo 98 –último 98 de
España– se llamó “1921”. Y ese preludio ya lo pude interpretar yo. Se llamó: “Annual”. Se llamó
“Berenguer”. Pero el final de ese preludio es el final: agosto de 1930. Pacto de San Sebastián. 14
de abril de 1931: un solar en derribo.
Ernesto Giménez Caballero
Genio de España, 1932
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Prefigurar la Patria
Castilla, depositaria de valores eternos
Tenemos mucho que aprender de esta tierra y de este cielo de Castilla
IEN está que bebamos el vino dulce de la gaita, pero sin entregarle
nuestros secretos. Todo lo que es sensual dura poco. Miles y miles de primaveras se han marchitado y aún dos y dos siguen sumando cuatro, como
desde el origen de la creación. No plantemos nuestros amores esenciales en el
césped que ha visto marchitar tantas primaveras; tendámoslos como líneas sin
peso y sin volumen, hacia el ámbito eterno donde cantan los números su canción exacta. La canción que mide la lira, rica en empresas porque es sabia en
números. Así, pues, no veamos en la Patria el arroyo y el césped, la canción y
la gaita; veamos un destino, una empresa. La Patria es aquello que, en el
mundo, configuró una gran Empresa colectiva. Sin empresa no hay Patria; sin
la presencia de la fe en un destino común, todo se disuelve en comarcas nativas, en sabores y colores locales. Calla la lira y suena la gaita. Ya no hay razón
-si no es, por ejemplo, de subalterna condición económica- para que cada valle
siga unido al vecino. Enmudecen los números de los imperios -geometría y
arquitectura- para que silben su llamada los genios de la disgregación, que se
esconden bajo los hongos de cada aldea.
los que vivimos a menudo apartados de ellos. Esta tierra de Castilla, que es la tierra
sin galas ni pormenores; la tierra absoluta, la tierra que no es el color local, ni el río,
ni el lindero, ni el altozano. La tierra que no es, ni mucho menos, el agregado de
unas cuantas fincas, ni el soporte de unos intereses agrarios para regateados en
asambleas, sino que es la tierra; la tierra como depositaria de valores eternos, la austeridad en la conducta, el sentido religioso en la vida, el habla y el silencio, la solidaridad entre los antepasados y los descendientes.
Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto.
El cielo tan azul, tan sin celajes, tan sin reflejos verdosos de frondas terrenas,
que se dijera que es casi blanco de puro azul. Y así Castilla, con la tierra absoluta y
el cielo absoluto mirándose, no ha sabido nunca ser una comarca; ha tenido que
aspirar, siempre, a ser Imperio. Castilla no ha podido entender lo local nunca;
Castilla sólo ha podido entender lo universal, y por eso Castilla se niega a sí misma,
no se fija en dónde concluye, tal vez porque no concluye, , ni a lo ancho ni a lo alto.
Así Castilla, esa tierra esmaltada de nombres maravillosos -Tordesillas, Medina del
Campo, Madrigal de las Altas Torres-, esta tierra de Chancillería, de ferias y castillos,
es decir de Justicia, Milicia y Comercio, nos hace entender cómo fue aquella España
que no tenemos ya, y nos aprieta el corazón con la nostalgia de su ausencia.
F.E., 11 de enero de 1934
Teatro Calderón, Valladolid, 4 de marzo de 1934
La Patria
B
TENEMOS que prefigurar el Estado, la Nación, la Patria. Tenemos que participar en la reedificación de Europa nueva, imperando y no languideciendo. Tenemos
que devolver a España su ser, su modo de ser, su gran estilo. No se es más que lo que
ha sido o no se es nada. Por consiguiente, nuestro entero movimiento ha de ser el modo
de ser, el estilo de la España futura, la perfecta, legítima, inconfundible evolución
homogénea de la gran España.
Hemos, pues, de lograr un gran estilo hecho de renuncias, hecho de lo que se quita
y destruye para lograr un ideal de perfección como en la escultura. Odiad lo pintoresco
y amad lo esculpido. Esculpíos a vosotros mismos. Esculpir en vosotros mismos una
imagen misma de belleza indecible: el rostro de la Patria. Esculpir este rostro, darle
forma nueva, sacar de bulto a nueva luz futura sus esencias eternas es nuestra sola, nuestra única tarea de hombres. Nos ponemos a ello cara a cara, con la Historia, pero sin historias. Eso ni se logra ni se intenta sin orgullosa avidez de un gran estilo. Todos los partidos no son mas que materia, cuando no son materialismo de una u otra banda. Seamos
nosotros, -solamente nosotros- la forma y la reforma de España, y cada uno de nosotros
una piedra bien esculpida, cimentada con sangre si es preciso, para su total reedificación
perfecta. Cada una de las partes -como exige la norma clásica- contenga en sí misma la
armonía, el modo de ser, el “módulo” de la armonía unánime del todo.
Solamente el amor edifica. La ira, causada por los contrarios del amor, edifica también. Cristo, a latigazos con los mercaderes del templo, era “edificante”. España es nuestro
templo, sacra a nosotros. A latigazos con los mercaderes “que la están vendiendo dentro y fuera”, sois edificantes y empezais a tener el gran estilo a diestra y siniestra.
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Derrota, no decadencia
Defensa de la Hispanidad
ESPAÑA CULMINA a mediados del siglo XVI. recogía entonces las ventajas
de haber hecho su unidad nacional. Había descubierto América y realizado en gran
parte su conquista. Tenía las instituciones más eficaces de la época. Disponía de una
tarea gigantesca, formulada a base de conjugar los dos más poderosos resortes de la
historia: la fe religiosa y el Imperio. El espectáculo que ofrece España desde 1492 a
1588 es de una grandeza difícilmente lograda por pueblo alguno en ninguna época.
Todo lo grande, rápida y triunfal que fue la elevación de España, fue luego también de vertical su descenso. Porque no se crea que éste se efectuó a lo largo de una
decadencia de basta duración. No. La decadencia se produjo en las instituciones dirigentes –Monarquía e Iglesia– a comienzos del siglo XVI, y alcanzó al espíritu y al
ánimo del pueblo muy poco más tarde. Desde entonces hasta hoy, en España no ha
habido decadencia propiamente dicha, sino más bien ausencia, apartamiento real de la
historia.
Y hasta deberá quizá decirse, camaradas, que no es tampoco el de decadencia el
término que corresponde a la hora descensional de España. Nuestra Patria, y esto lejos
de convenir que sea ocultado, creo, por el contrario, que conviene recordarlo mucho,
fue vencida. En la historia de España, desde el siglo XVII acá, no hay nada raro ni difícil de entender: España fue derrotada, vencida por imperios rivales. Esos imperios
tenían un doble signo: económico, comercial, material; uno: el de Inglaterra. Moral,
espiritual, cultural; otro: el de la Reforma.
España, por las causas que fueren, no consiguió atrapar el imperio complementario a aquel que era su fuerza y su gloria durante el siglo XVI. Ese imperio complementario, y que si ella no lo conseguía tenía necesariamente que caer en manos de
otros, era el de ser el pueblo impulsor de la revolución económica que ya entonces se
preveía. Perdió España la oportunidad de ser el pueblo pionnier de la nueva economía
comercial, burguesa y capitalista, y ello la desplazó asimismo del predominio, dejándola
sin base nutricia, sin futuro.
E
SPAÑA ES una encina medio sofocada por la hiedra. La hiedra es tan frondosa, y
se ve la encina tan arrugada y encogida, que a ratos parece que el ser de España está en la
trepadora, y no en el árbol. Pero la hiedra no se puede sostener sobre sí misma. Desde que
España dejó de creer en sí, en su misión histórica, no ha dado al mundo de las ideas generales
más pensamientos valederos que los que han tendido a hacerla recuperar su propio ser.
La raíz de la revolución en España, allá en los comienzos del siglo XVIII, ha de buscarse
únicamente en nuestra admiración del extranjero. No brotó de nuestro ser, sino de nuestro no
ser. El ímpetu sagrado de que se han de nutrir los pueblos que ya tienen valor universal es su
corriente histórica. Es el camino que Dios les señala. Y fuera de la vía, no hay sino extravíos.
¿Qué sómos hoy, qué hacemos ahora cuando nos comparamos con aquellos españoles, que no
eran ni más listos ni más fuertes que nosotros, pero creaban la unidad física del mundo, porque
antes o al mismo tiempo constituían la unidad moral del género humano, al emplazar una
misma posibilidad de salvación ante todos los hombres, con lo que hacían posible la Historia
Universal, que hasta nuestro Siglo XVI no pudo ser sino una pluralidad de historias inconexas?
¿Podremos consolarnos de estar ahora tan lejos de la Historia pensando que a cada pueblo le
llega su caída y que hubo un tiempo en que fueron también Nínive y Babilonia?
Así la obra de España, lejos de ser ruinas y polvo, es una fábrica a medio hacer, como la
Sagrada Familia, de Barcelona, o la Almudena de Madrid; o si se quiere, una flecha caída a mitad
de camino, que espera el brazo que la recoja y lance al blanco, o una sinfonía interrumpida, que
está pidiendo los músicos que sepan continuarla. La sinfonía se interrumpió en 1700, al cerrarse
para siempre los ojos del Monarca hechizado.
Ya no es una mera pesadilla hablar de la posibilidad del fin de España, y España es parte
esencial de nuestras vidas. En nuestras almas de hombres habla la voz de nuestros padres, que
nos llama al porvenir porque lucharon. Y aunque nos duele España, y nos ha de doler aún más
en esta obra, todavía es mejor que nos duela ella que dolernos nosotros de que no podamos
hacer lo que debemos.
Ramiro de Maeztu
España es un estilo
Ascetismo histórico de España
UNA nación es un estilo; un estilo de vida colectiva. Y España,
ESPAÑA, esa presión vital que atraviesa año tras año, siglo tras
siglo, la continuidad de las generaciones sucesivas... Esa España constituye una unidad espiritual perfectamente caracterizada, propia,
peculiar... España ha actuado siempre de la misma manera: aceptando
estoicamente su destino pero, al mismo tiempo, reaccionando sobre
los hechos reales para imprimir en ellos la forma de su propia esencia
espiritual... La aceptación estoica del destino histórico es, pues, el
primer rasgo saliente de la actitud hispánica ante la vida... Y así, a
todo lo largo de los siglos, podríamos muy bien contemplar la historia de España como un lento proceso de propia depuración, como
un continuo ejercicio ascético encaminado a perfeccionar, en la
actuación temporal, cierto ser colectivo, cierto modo de ser humano típico
y peculiar que llamaríamos la hispanidad.
la nación española, no es, pues, un territorio mayor o menor; no es
una determinada raza; no es un determinado idioma: es un estilo de
vida, el estilo español de vida. Ese estilo común a todo lo español, eso es
España... Nuestras artes, nuestros campos, nuestras iglesias, nuestros
oficios, nuestros talleres, nuestro teatro, nuestro modo de andar, de
hablar, de reir, de llorar, de cantar, de vestir, de nacer y de morir, toda
nuestra vida en cualquier época de la historia ostenta siempre una
modalidad común, una homogeneidad indefinible, pero absolutamente
evidente e innegable. Eso es el estilo, el estilo en que la nación
española consiste. España -como cualquier otra nación auténtica- es
un estilo de vida... Eso que hemos llamado estilo es la huella que
sobre nuestro hacer real deja siempre el propósito ideal, el sesgo que
a toda realidad imprime nuestro íntimo sistema de preferencias
absolutas.
La historia de España es, en suma, el ejemplo más puro que
conoce la historia de ascetismo histórico, donde el pueblo entero
hace lo que hace porque es y para ser quien es.
Manuel García Morente
Manuel García Morente
Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
Ramiro Ledesma Ramos
Discurso a las juventudes de España, mayo, 1935
Defensa de la Hispanidad, abril de 1934
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Las dos Españas
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La España total
L
ARRA, en años críticos del siglo XIX, imaginó, la pugna mortal
entre dos mitades de España, concepción que Fidelino de Figueiredo
desarrolla en un hermoso libro de amplia visión histórica, As duas
Espanhas, describiendo la lucha entablada a partir del siglo XVIII entre
las dos tendencias que pugnan por restablecer o anular la dirección
impresa a la vida nacional por Felipe II. La verdad de este trágico dualismo
es tanta que la hemos de considerar extendida más allá de los últimos siglos,
a lo largo de toda la Historia, que no es sino un necesario efecto de la
ingénita extremosidad. Una lucha de tendencias opuestas, sobre todo
entre tradición e innovación constituye la vida normal de los pueblos;
pero en España se da regularmente con una exacerbación grande que en
otros pueblos aparece sólo en excepcionales momentos críticos. Aquí lo
frecuente es que una y otra tendencia no hallen caminos de transacción,
en especial respecto a los más vitales y apremiantes problemas derivados
de hallarse la Península expuesta a las corrientes encontradas de los dos
continentes a los que ella sirve de nudo, o recluída en el aislamiento a que
la expone su finisterrismo.
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ESA decadencia es tema obsesionante, que entraña dos cuestiones
mente destacados en la exposición de las distintas épocas, pues consumen
gran parte de la energía histórica del pueblo español; y la tregua en la
lucha, la armónica conjunción de las dos fuerzas opuestas, constituyen
los momentos mas fecundos de la vida nacional... Pero la dura realidad
de los hechos afianzará la tolerancia... No es una de las dos Españas
enfrentadas la que habrá de prevalecer en partido único, poniendo
epitafio a la otra...; será la España total, anhelada por tantos... Se trata de
dos órganos funcionales necesarios para la vida: una España tradicional
inquebrantable en su catolicismo, pero que se abstendrá de toda presión
exclusivista contra los disidentes y compartirá con ellos la convivencia...;
y, a la vez, una España nueva, llena de espíritu de modernidad atenta a los
patrones del extranjero, pero no con indolente sumisión a ellos, sino con
originalidad arraigada en lo castizo eterno, no en lo castizo histórico...; mirando
la obra pretérita con afectuoso interés hacia la vieja España, cuyo brillo
ilustra importantes períodos de la historia universal.
conjuntas: la primera, cuándo comenzó esa caída, o lo que es igual, qué
carácter histórico ofrecen los sucesos que la determinan; la segunda, qué
consecuencias arrastran sobre el presente los sucesos que acabaron con
el estado próspero anterior... El pensamiento tradicionalista aprueba en
todo la actuación de España entre los siglos XVI y XVII; entonces
alcanzó la nación su mayor poder y gloria, produciendo las más brillantes
manifestaciones de la actividad en todos los órdenes, y nuestro
decaimiento procede de haber sido abandonada la dirección que marcaron esos siglos de oro... Frente a esta manera de ver, el pensamiento
antiaislacionista se apoya en que el retraso tanto material como científico,
reconocido por uno y otro bando, prueba que España no tiene la razón
contra el resto de los pueblos; y se cree que España se apartó de su propio camino, no en el siglo XVII sino en el XVI, cuándo tomó una posición opuesta a Europa, quedándose aislada...; queda así negada la identidad esencial y perenne entre los ideales de los dos siglos áureos y el
espíritu del pueblo español.
Ramón Menéndez Pidal
Ramón Menéndez Pidal
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Misión de España
Decadencia de España
LOS incidentes de esa pugna de tendencias deben ser cuidadosa-
Ramón Menéndez Pidal
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Lam. 03.21
HEMOS creído -siguiendo el pensamiento de nuestros padres
y el ensueño de nuestros abuelos- en la posibilidad de una España
clara y ejemplar, capaz de pronunciar palabras valiosas para todos los
hombres. En orden a la inteligencia, no somos, no podemos, no
queremos ser casticistas.
Así entendido el destino de España, necesariamente ha de ser
efectiva su armonía con el saber... Creímos posible, en suma, fundar
a España en la verdad... Así, sirviendo a nuestro destino de hombres
con humana integridad -creyendo, sabiendo, queriendo la verdad-, el
saber y el destino se armonizan en un modo de ser: la misión. La vida
humana, ha escrito Zubiri, es misiva; tiene una misión y es una misión.
Pues bien; yo y otros como yo hemos creído en la posibilidad de
cumplir como españoles la misión que como hombres tenemos y
somos. España -se decía a los españoles en 1935- debe “asumir este
papel de armonizadora del destino del hombre y del destino de la
patria”.
Pedro Laín Entralgo
España como problema, 1948
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España como problema
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Tradición versus progresismo
LA aporía histórica que en lo sucesivo llamaremos “problema de
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España” tiene su origen visible -a mi juicio, cuando menos- en la segunda
mitad del siglo XVII, cuándo es vencida la europeidad hispánica -la
empresa de nuestro siglo XVI, el proyecto histórico de una Cristiandad
postrenacentista- por el reciente poderío de la europeidad moderna.
Rocroy y Westfalia son las jornadas decisivas. Pero España sigue en
Europa, y Europa, quiero decir la europeidad moderna, va penetrando
en las almas de no pocos habitantes de esta piel de toro porque ni al
campo ni a la historia pueden ponerse puertas.Esta azorante situación de
España comienza a hacerse “problema” en el espíritu de los más despiertos españoles del siglo XVIII. Primero -la peculiaridad del siglo así lo
exigía- problema académico y erudito ¿Era posible vivir en la Europa del
siglo XVIII y ser a la vez heredero de los siglos XVI y XVII de España?
Luego, cuando la Guerra de la Independencia haya puesto en ignición las
almas de los españoles y el siglo XIX vaya creando los hábitos que le
definen -el nacionalismo, el historicismo y el ascenso del pueblo al plano
de la decisión histórica -, el problema se hará popular y vital, pleito de
mano armada y sangre enfundida.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
Pedro Laín Entralgo
España como problema, 1948
Lam. 03.23
Rafael Sánchez Mazas
Hábito y Estilo, F.E., 18 de enero de 1934
4€
¿A qué podían conducir, en el plano de los hechos históricos, las dos
contrapuestas utopías de nuestro siglo XIX? Las dos son absolutamente
inconciliables. El mundo moderno es el mal y el error, dicen los tradicionalistas; el catolicismo no es aceptable por el hombre moderno y debe
ser relegado al pretérito, afirman nuestros progresistas. Las dos tesis son,
además, irreductibles a proyecto histórico. ¿A qué podían conducir? En
otro paralelo, tal vez a una polémica filosófica y parlamentaria. En
España, forzosamente, a la guerra civil, porque junto a la tradición y la
utopía operaba la fuerza de la sangre. Volvamos al origen del problema:
España y Europa. Consideremos el “problema de España”, otra vez,
como un pleito constante entre la hispanidad tradicional y la europeidad
moderna. Tales han sido los supuestos de nuestra actitud frente al problema de
España; la actitud, repito de los más jóvenes entre los “nietos del 98”.
Necesidad de resolver definitivamente, en cuanto atañe al pensamiento,
la irresuelta polémica entre el progresismo antitradicional y el tradicionalismo
inactual o antiactual. Frente a la tradición imitativa -“tradición con
ánimo de copia”, decía José Antonio-, hemos tratado de afirmar una
tradición creadora, “con ánimo de adivinación”.
Pedro Laín Entralgo
España como problema, 1948
Lam. 03.24
80
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15/02/2010
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CAR 04.1
Palabras a la juventud
CENTENARIO
LAMINAS DEL
JÓVENES :
No cerréis nunca las ventanas de vuestra casa;
tenedlas siempre abiertas para que entren el aire y la luz. No
rechacéis jamás ninguna exégesis que de vuestra doctrina se haga;
una doctrina es tanto más vital cuanto más exégesis inspira. Ninguna
doctrina fecunda ha sido nunca hermética. Sin detrimento de su
esencia, dejad que el tumulto de la vida y los accidentes del mundo
vayan plasmando lo que es adjetivo en la doctrina. Vosotros sois la
acción, pero vosotros sois también el pensamiento hermanado con
la acción. ¿Qué importa se ha dicho que el entendimiento se adelante si el corazón se queda? Haced que vuestro esforzado corazón
vaya a la par del pensamiento.
Sed siempre nobles y dignos, como lo sois ahora. Cumplid
siempre vuestras promesas : promesas a la patria, o promesas a la
amistad, o promesas al amor.
Jóvenes : ¡ Ponéos de pie. Y Arriba España !
Alegría y orgullo de la Patria
ES
MISIÓN esencial del Estado, mediante una
disciplina rigurosa de la educación, conseguir un
espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma
de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la
Patria.
Plataforma 2003
(Punto 23 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 04.01
Azorín
El escritor, 1942
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Una España joven
Fue un tiempo
de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de Carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.
Fue ayer; éramos casi adolescentes; era
con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios,
cuando montar quisimos en pelo una quimera,
mientras la mar dormía ahíta de naufragios.
Dejamos en el puerto la sórdida galera,
y en una nave de oro nos plugo navegar
hacia los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y gobernalle al mar.
Ya entonces por el fondo de nuestro sueño –herencia
de un siglo que vencido sin gloria se alejaba–
un alba entrar quería; con nuestra turbulencia
la luz de las divinas ideas batallaba.
Más cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilitó su brazo, acreditó su brío;
dejó como un espejo bruñida su armadura
y dijo: «El hoy es malo, pero el mañana... es mío».
Y es hoy aquel mañana de ayer... Y España toda,
con sucios oropeles de Carnaval vestida
aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda;
mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida.
Tú, juventud más joven, si de más alta cumbre
la voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta y trasparente a la divina lumbre,
como el diamante clara, como el diamante pura.
Rescatad el sepulcro de Don Quijote
Esto es
una miseria, una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y cuando alguno trata de agitar aisladamente este o aquel problema, una u otra cuestión, se lo atribuyen
o a negocio o a afán de notoriedad y ansia de singularizarse.
Pues bien, sí; creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro de Don
Quijote del poder de los bachilleres, curas, barberos, duques y canónigos que lo tienen ocupado.
Creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura
del poder de los hidalgos de la Razón. Lo guardan para que el Caballero no resucite.
¡Ponéos en marcha! ¿Que adónde vais? La estrella os lo dirá: ¡al sepulcro! ¿Qué vamos a
hacer en el camino mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! ¡Luchar!, y ¿cómo?. ¿Cómo?
¿Tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que
roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una
muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!
Te consume, mi pobre amigo, una fiebre incesante, una sed de océanos insondables y
sin riberas, un hambre de universos, y la morriña de la eternidad. Sufres de la razón. Y no
sabes lo que quieres. Y ahora, ahora quieres ir al sepulcro del Caballero de la Locura y deshacerte allí en lágrimas, consumirte en fiebre, morir de sed de océanos, de hambre de universos,
de morriña de eternidad. Ponte en marcha, solo. Todos los demás solitarios irán a tu lado
aunque no los veas. Cada cual creerá ir solo pero formaréis batallón sagrado: el batallón de
la santa e inacabable cruzada.
Tu no perteneces al cotarro, sino al batallón de los libres cruzados. ¿Por qué te asomas
a las tapias del cotarro a oír lo que en él se cacarea? ¡No, amigo, no! Cuando pases junto a un
cotarro tápate los oídos, lanza tu palabra y sigue adelante, camino del sepulcro. Y que en esa
palabra vibren toda tu sed, toda tu hambre, toda tu morriña, todo tu amor.
Si quieres vivir de ellos, vive para ellos. Pero entonces, mi pobre amigo, te habrás muerto.
Antonio Machado
Poesías completas, (CXLIV), 1915
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Miguel de Unamuno
Vida de Don Quijote y Sancho, 1905
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Salutación del optimista
ÍNCLITAS razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte;
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña
y en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!
PÁLIDAS indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio condenásteis al noble entusiasmo,
ya veréis al salir el sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.
ABOMINAD la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres,
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus de las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve a la tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despierten entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que al alma española juzgase áptera y ciega y tullida?
No es Babilonia ni Nínive enterrada en el olvido y en polvo
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepulta la Atlántida,
tiene su coro de vástagos, altos, robustos y fuertes.
UNÁNSE, brillen, secúndense, tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco prístino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el rumor de espigas que inició la labor triptolémica.
UN continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
LATINA estirpe verá la gran alba futura,
en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros.
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!
Fracaso de España
UN PUEBLO es un estilo de vida, y como tal, consiste en cierta modulación
simple y diferencial que va organizando la materia en torno. Causas exteriores desvían
a lo mejor de su ideal trayectoria este movimiento de organización creadora en que se
va desarrollando el estilo de un pueblo, y el resultado es el más monstruoso y lamentable que cabe imaginar. Cada paso de avance en ese proceso de desviación soterra y
oprime más la intención original, la va envolviendo en una costra muerta de productos fracasados, torpes, insuficientes. Cada día es ese pueblo menos lo que tenía que
haber sido.
Como este es el caso de España, tiene que parecernos perverso un patriotismo
sin perspectiva, sin jerarquías, que acepta como español cuanto ha tenido a bien producirse en nuestras tierras, confundiendo las más ineptas degeneraciones con lo que
es a España esencial. ¿No es un cruel sarcasmo que luego de tres siglos y medio de
descarríado vagar, se nos proponga seguir la tradición nacional? ¡La tradición! La realidad tradicional en España ha consistido precisamente en el aniquilamiento progresivo
de la posibilidad España. No, no podemos seguir la tradición. Español significa para
mí una altísima promesa que sólo en casos de extrema rareza ha sido cumplida. No,
no podemos seguir la tradición; todo lo contario: tenemos que ir contra la tradición,
más allá de la tradición. Desde los escombros tradicionales, nos urge salvar la primaria
substancia de la raza, el módulo hispánico, aquel simple temblor español ante el caos.
Lo que suele llamarse España no es eso, sino justamente el fracaso de eso. En un
grande, doloroso incendio habríamos de quemar la inerte apariencia tradicional, la
España que ha sido, y luego, entre las cenizas bien cribadas, hallaremos como una
gema iridiscente la España que pudo ser.
Meditaciones del Quijote (1914)
Rubén Darío
Cantos de vida y esperanza, 1905
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JOVEN DOLOROSO
¡O
H jóven doloroso, joven triste,
que sufres como yo del mal de España
y que una negación honda, en tu entraña,
tienes, clavada, contra lo que existe!
Dolor de España
Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho
PORQUE, EN VERDAD, no se trata de mí ni de unas ideas mías. Yo vengo
a hablaros en nombre de la Liga de Educación Política Española, una Asociación hace
poco nacida, compuesta de hombres que, como yo y buena parte de los que me
escucháis, se hayan en el medio del camino de su vida. No se trata, por consiguiente
de ideas originales que puedan haber sobrevenido al que está hablando en una buena
tarde; se trata de todo lo contrario: de ideas, de sentimientos, de energías, de resoluciones comunes, por fuerza, a todos los que hemos vivido sometidos a un mismo régimen de amarguras históricas, de toda una ideología y toda una sensibilidad yacente, de
seguro, en el alma colectiva de una generación que se caracteriza por no haber manifestado apresuramientos personales: que, falta tal vez de brillantez, ha sabido vivir con
severidad y con tristeza, que no habiendo tenido maestros, por culpa ajena, ha tenido
que rehacerse las bases mismas de su espíritu; que nació a la atención reflexiva en la
terrible fecha de 1898, y desde entonces no ha presenciado en torno suyo, no ya un
día de gloria ni de plenitud, pero ni siquiera una hora de suficiencia. Y, por encima de
todo esto, una generación, acaso la primera, que no ha negociado nunca con los tópicos del patriotismo y que, como tuve ocasión de escribir no hace mucho, al escuchar
la palabra España no recuerda a Calderón ni a Lepanto, no piensa en las victorias de
la Cruz, no suscita la imagen de un cielo azul y bajo él un esplendor, sino que meramente siente, y esto que siente es dolor.
LA ESENCIA del particularismo es que cada grupo deja de sentirse a sí mismo como
parte y, en consecuencia, deja de compartir los sentimientos de los demás. No le importa las
esperanzas o necesidades de los otros y no se solidarizará con ellos para auxiliarles en su afán...
Para mí esto no ofrece duda: cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue precisamente el
Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España. Castilla ha hecho a España y Castilla la
ha deshecho.
Núcleo inicial de la incorporación ibérica, Castilla acertó a superar su propio particularismo
e invitó a los demás pueblos peninsulares para que colaborasen en un gigantesco proyecto de
vida en común. Inventa Castilla grandes empresas incitantes, se pone al servicio de altas ideas
jurídicas, morales, religiosas; dibuja un sugestivo plan de orden social; impone la norma de que
todo hombre mejor debe ser preferido a su inferior, el activo al inerte, el agudo al torpe, el
noble al vil. Todas estas inspiraciones, normas, hábitos, ideas, se mantienen durante algún
tiempo vivaces. Las gentes alientan influidas eficazmente por ellas, creen en ellas, las respetan
o las temen. Pero si nos asomamos a la España de Felipe III, advertimos una terrible mudanza. A primera vista nada ha cambiado, pero todo se ha vuelto de cartón y suena a falso. Las
palabras vivaces de antaño siguen repitiéndose, pero ya no influyen en los corazones: las ideas
incitantes se han tornado tópicos. No se emprende nada nuevo, ni en lo político, ni en lo científico, ni en lo moral. Toda la actividad que resta se emplea precisamente en no hacer nada
nuevo, en conservar el pasado –instituciones y dogmas–, en sofocar toda iniciación, todo fermento innnovador. Castilla se transforma en lo más opuesto a sí misma: se vuelve suspicaz,
angosta, sórdida, agria. Ya no se ocupa en potenciar la vida de otras regiones; celosa de ellas,
las abandona a sí mismas y empieza a no enterarse de lo que en ellas pasa.
AYER ESTUVIMOS en Benaocaz, pueblecito que se aloja como un nido en un hueco de
las peñas, cerca de Brazalema. Nos hicieron hablar. Se acordaron de que éramos candidatos y nos
hicieron hablar. Hablamos encima de una mesa, bajo un techo de cañas con las vigas al aire,
ennegrecidas por el humo. Nos rodeaban unos hombres y unas mujeres con el rostro curtido;
unos hombres que, como sus padres, como sus abuelos y como sus tatarabuelos, venían cuidando sus ganados, venían labrando su terruño. Así eran, seguramente, como esos hombres, los porquerizos que al principio del siglo XVI se fueron a conquistar un continente. Junto a esos hombres estaban las mujeres; las mujeres suyas, con unos ojos tan negros, tan profundos, tan encendidos, que parecían prometer otros mil años, otros mil siglos de vitalidad. Pues bien, cerca de
aquellas personas que no sabían de política, que difícilmente entienden lo que son las candidaturas,
que viven de una manera genuina, como se vivía desde mucho antes que existieran las ciudades,
entre esas gentes noté que estaba viva España, que toda esta obra de la Constitución que padecemos y de los Gobiernos que nos han gobernado es una cosa provisional. Tenemos todavía nuestra España, y no hay más que escarbar un poco para que la encontremos. España está ahí, y un
día encontraremos a España, y entonces tal vez no nos oigan hablar de estas cosas. Entonces estad
seguros, por ejemplo, los obreros, de que no seríais sojuzgados por la tiranía de los ricos que ofrecen condiciones duras diciéndoos que os elevan a la redención, porque esa España, nuestra
España única, nos dirá a cada cual nuestro deber y nuestro sacrificio, y en nombre de España se
gobernará, no para la clase más fuerte ni para el partido mejor organizado, sino para todos los
españoles, y hemos de salvarnos juntos o hemos de perecer juntos.
La general inercia fue el veneno
que atosigó tu juventud vehemente,
y de asco y de dolor yo te sé llenó.
Mas el futuro es nuestro, y esa gente
que hizo nuestra desgracia, se va al cieno,
hermano, aquí va un ósculo en tu frente.
RAMÓN DE BASTERRA
Discurso en Cádiz, 12 noviembre 1933
España invertebrada, 1921
Vieja y nueva política, Teatro de la Comedia, 23 marzo 1914
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Existe otra España
Tu virgen corazón, vibra de saña,
de santa saña, porque no tuviste
lo que pidió tu amor cuando naciste:
de la Patria, una idea y una hazaña.
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CAR 04.2
Ya no hay tierras que conquistar
Eran como vosotros
DICE
LA REVOLUCIÓN hemos de hacerla todos juntos, y así nos traerá la libertad de todos,
no la de la clase o la del partido triunfante, nos hará libres a todos al hacer libre y grande y fuerte
a España. Nos hará hermanos al repartir entre todos la prosperidad y las adversidades, porque no
estaremos unidos en la misma hermandad mientras unos cuantos tengan el privilegio de poder
desentenderse de los padecimientos de los otros.
Así, unidos en la misma empresa, en el mismo esfuerzo, reharemos a España. ¿Cuánto tiempo hace que no os hablan de España? Los socialistas han querido extirpar en vosotros lo espiritual: os han dicho que en la vida de los pueblos sólo influye lo económico. ¡No lo creáis! No
hemos venido al mundo para comer y trabajar sólo, como los animales. Por eso, en nuestro emblema, junto al yugo de la labor están las flechas del poderío. Tenemos que esperar en una España
que otra vez impere. Ya no hay tierras que conquistar, pero sí hay que conquistar para España la
rectoría de las empresas universales del espíritu. Pensad que esta tierra de Toledo asentó en otros
días la capital del mundo; que desde aquí, desde esta Castilla que nunca ha visto el mar, se trazaban las rutas del océano y se promulgaban leyes para continentes lejanos. Y precisamente cuando
eso ocurría, cuando toda España era un sólo anhelo en aquella empresa universal, vivían los
españoles mejor y eran más libres y más felices.
Por una España así, libre y fuerte; por una España que haya encontrado la justicia social,
vamos predicando por los campos. De muchos sitios nos atacan: cinco de los nuestros han caído
ya, muertos a traición; acaso nos aguarda a algunos la misma suerte. ¡No importa! La vida no vale
la pena si no es para quemarla en el servicio de una empresa grande. Si morimos y nos sepultan
en esta tierra madre de España, ya queda en vosotros la semilla, y pronto nuestros huesos resecos
se sacudirán de alegría y harán nacer flores sobre nuestras tumbas, cuando el paso resuelto de
nuestras falanges nutridas nos traiga el buen anuncio de que otra vez tenemos a España.
A lo que fue España a América
PORQUE ESPAÑA
QUE ÉSTE no es un mitin electoral, sino uno más de la serie en
que la Falange va buscando el contacto de la auténtica España, encubierta por
la costra de la vieja política. Esa España –como la Falange– ni cree en la vieja
política ni tiene nada que esperar de ella. Ni de las izquierdas ni de las derechas.
Las izquierdas rompen con la tradición de España y con el orgullo de haberla
servido como la sirvieron nuestros antepasados y nosotros mismos en las guerras
imperiales, en la de la Independencia y en África. La política de izquierdas obedece a consignas extrañas y transige con los separatismos. Y la de derechas, en
cambio, se desentiende de la angustia popular. No se acongoja con la conciencia de que el pueblo campesino español vive condenado a arañar tierras pobres,
por las que, encima, tiene que pagar renta.
Nosotros sabemos que ni en la derecha ni en la izquierda está el remedio,
sino en el resurgimiento de la auténtica España de debajo, estructurada en sus
unidades reales: familia, municipio y sindicato. Entonces tendrán que guardar
silencio los charlatanes de la política y ganarse el pan los parásitos. Veréis cómo
sin ellos volvéis a cumplir grandes destinos. Eran como vosotros, tenían vuestras mismas caras los que hicieron que este sol de la Mancha calentara la
redondez del mundo sin dejar de mirarse en tierras españolas.
supo ser fuerte, sobria, austera y supo sacrificarse por lo espiritual,
sabiendo ser heroica sobre todas las cosas y hacer morir a los suyos cuando hizo falta. España no
tuvo banderías mientras no perdió su fuerza ¿Cómo os suponéis a los radicales socialistas en tiempos de Felipe II? Y sin banderías y sin partidos políticos luchó gloriosamente, teniendo por escenario toda la faz de la tierra y por enemigo nada menos que a Satanás.
España fue a América, no por plata, sino a decirles a los indios que todos eran hermanos, lo
mismo los blancos que los negros, todos, puesto que siglos antes, en otras tierras lejanas, un
Mártir, había derramado su sangre en el sacrificio para que esa sangre estableciera el amor y la
hermandad entre los hombres de la tierra.
España supo entonces lo que es la libertad. No la de ahora, que sólo sirve para escribir líneas
sucias en los periódicos, sino la libertad que corresponde a una Patria unida y fuerte. .
Nosotros, la Falange Española, quiere dos cosas:
Primero; una justicia social, que no se nos conceda como regateo; una justicia social que
alcance a todos, puesto que para nosotros no hay clases, ya que hasta la misma aspiración de los
obreros no es aspiración de ellos únicamente, sino aspiración total de España, porque España lo
quiere; y, en segundo lugar, queremos tener una nación, puesto que hoy no la tenemos. Y una de
dos: o imperamos o languidecemos. Acaso habría que preguntarle a los demás; pero no a vosotros,
extremeños, que elocuentemente me contestaríais mostrándome la estatua de Pizarro, que aún
cabalga en Trujillo.
Discurso en Quintanar del Rey, 29 de diciembre de 1935
Discurso en Cáceres, 4 febrero 1934
La Patria es una misión
LA PATRIA es una misión. Si situamos la idea de Patria en una preocupación territorial o étnica, nos exponemos a sentirnos perdidos en un particularismo o regionalismo infecundo. La Patria tiene que ser una misión. No
hay continentes ya por conquistar, es cierto, y no puede haber ilusiones de
conquista. Pero va caducando ya en lo internacional la idea democrática que
brindó la Sociedad de las Naciones. El mundo tiende otra vez a ser dirigido
por tres o cuatro entidades raciales. España puede ser una de estas tres o cuatro. Está situada en una clave geográfica importantísima, y tiene un contenido
espiritual que le puede hacer aspirar a uno de esos puestos de mando. Y eso
es lo que puede propugnarse. No ser un país medianía; porque o se es un país
inmenso que cumple una misión universal, o se es un pueblo degradado y sin
sentido. A España hay que devolverle la ambición de ser un país director del
mundo.
Discurso en Carpio de Tajo, 25 de Febrero de 1934
Declaraciones en «AHORA», 16 de febrero de 1934
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España ha perdido su misión
España se ha perdido a sí misma
Peregrinos de España
FALANGE
NO tiene millones para editar periódicos y carteles. Falange no tiene
automóviles para llevar de un lado a otro a sus propagandistas. Pero Falange necesita propagarse
tal y como es: joven, pobre y alegre. Dejemos los millones y los autos para los potentados populistas o marxistas y nosotros hagamos con humildad nuestro camino hacia los humildes. Los apóstoles y peregrinos de la Fé caminaban jornadas enteras para cumplir su misión. Andando, andando, llegaron San Pablo a Roma y Santiago a Compostela.
Iréis a pie, camaradas. La intemperie y el asfalto de las carreteras convienen a nuestro estilo militar y ascético. Llegar a Villalba o a Navalcarnero, a Aranjuez o a Illescas, no es nada
extraordinario. Comeréis en las posadas aldeanas el pan moreno y los fuertes guisotes
campesinos. Hablaréis con arrieros y labradores de nuestro modo de ser falangistas, y les explicaréis cómo dejáis la ciudad para ir a ellos, no a pedirles nada, sino a ofrecerles lo más generoso
que se puede ofrecer a un hombre: la alegría del amor a la Patria. Explicadles bien nuestro afán
de unidad de las tierras y los hombres de todas clases. Explicadles bien que ser español es una
de las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo. Explicadles nuestra Historia y reanimadles el ansia de Imperio. Estaréis diez días de peregrinación por esos campos de Dios. Cada
uno llevaréis diez duros para vivir. Es poco, pero pensad que hay muchos españoles que ni
esas cinco pesetas diarias ganan para mantener un hogar con mujer e hijos. Casi no importa
que quienes vivís cómodamente en vuestras casas aprendais la angustia del hambre. Si todos
los españoles supieran lo que es quedarse sin comer un día, quizá pudiera lograrse que comiesen
todos a diario. Un duro no es mucho en sí, pero pensad que quienes lo lleváis sois falangistas. Si
es necesario compartirlo con alguien más pobre que vosotros, no dudéis en hacerlo. Y si es posible -lo es, porque vosotros sois jóvenes y alegres, y la juventud y la alegría siempre son acogidas
con cariño y calor en todas partes-, ese duro debe sobrar y debéis devolverlo al regreso.
ESPAÑA
SE HA PERDIDO a sí misma; ésa es su tragedia. Vive un simulacro
de vida que no conduce a ninguna parte. Dos cosas forman una patria: como asiento físico, una comunidad humana de existencia; como vínculo espiritual, un destino común.
España carece de las dos cosas. El asiento físico de España, de la comunidad de
españoles, es absolutamente indefendible. Tenemos un territorio enorme en el que hay
muchísimo por hacer, y, sin embargo, millones de habitantes viven peor que los cerdos
en las cochiqueras. Ya no los parados del todo, esos setecientos mil españoles cuya existencia es un milagro, sino los pequeños labradores, arrendatarios o propietarios de minifundios, que recogen al año veinte o treinta fanegas de trigo; y los campesinos andaluces,
que cobran al año cien jornales; y los habitantes en los suburbios de la misma capital,
hacinados en casas infectas en que los más rudimentarios servicios higiénicos se comparten entre cuarenta familias. Esto, mientras engordan armeros, intermediarios,
administradores, banqueros, propietarios, rentistas, consejeros de grandes empresas y
toda esa muchedumbre ociosa que parece ser el remate de un país aplopético de gran capitalismo, y no la dorada envoltura de nuestra pobre, y ancha, y esquilmada España.
Sobre esa base económica está asentado el pueblo español. ¿Y qué misión colectiva
lo mantiene unido? Nadie lo sabe. Por eso, menos cada vez piensa nadie en remediar su
mal remediando a España, sino escaparse del mal común lo mejor que pueda. Cada clase
por su lado, insolidaria con las demás. Cada región, cada comarca, por su lado. Como en
un barco que zozobra, todos parecen haber oído la voz de: «Sálvese el que pueda».
Cuando lo que hay que salvar es el barco.
NO PODEMOS aceptar que se estabilice como orden precisamente
este momento de decadencia. Estamos, en efecto, al final de un proceso de
decadencia. España perdió primero su misión imperial; perdió después, al caer
la Monarquía, el instrumento con que había realizado esta misión imperial.
Hoy no tiene ninguna misión que cumplir, ni un Estado fuerte que la realice.
¿Y va a ser precisamente ahora cuando aspiremos a cristalizarnos, a detenernos
históricamente? No será esto, de seguro, lo que apetezcáis vosotros, cordobeses; vuestros más gloriosos paisanos, Séneca, Trajano, el Gran Capitán, supieron
muy bien que ni siquiera las cosas pequeñas se conseguían sino a través de las
cosas grandes, y por eso no aspiraron a un orden pequeño para Córdoba o para
España, sino que fueron a Roma, a Europa, a empuñar las riendas del mundo.
Aquellos cordobeses sabían que, ordenando al mundo ordenaban a España;
sabían ya que, en la Historia y en la política, el camino más corto entre dos
puntos es el que pasa por las estrellas.
Nosotros tenemos que volver a ordenar a España desde las estrellas;
tenemos que hacer otra vez de España una unidad de destino en lo universal. La vida española se encuentra oprimida entre una capa de indiferencia
histórica y una capa de injusticia social. Por arriba España dimite cada día un
poco más su puesto en el mundo; por abajo, soporta la existencia de
muchedumbres hambrientas y exasperadas.
España incómoda
N
OSOTROS, estudiantes, no os llamamos con la invocación del
nombre de España a una charanga patriótica. No os invitamos a cantar a coro fanfarronadas. Os llamamos a la labor ascética de encontrar bajo los escombros de una España detestable la clave enterrada
de una España exacta y difícil.
No venimos sólo a execrar como antipatriotas a tantos y tantos
críticos de España como se adelantaron a formular nuestro descontento. Venimos a reprocharles que no añadieran a su crítica mayor
efusión. Pero su descontento es nuestro. Nuestra manera de servir a
España tendrá que ser también rigurosa. Tendremos que hendir
muchas veces la carne física de España -sus gustos, su pereza, sus
malos hábitos- para libertar a su alma metafísica. España nos tiene
que ser incómoda. ¡Dios nos libre de encontrarnos como el pez en el
agua en esta España de hoy! Tenemos que sentir cólera y asco contra tanta vegetación confusa. Y sajar sin contemplaciones. No
importa que el escalpelo haga sangre. Lo que importa es estar seguro
de que obedece a una ley de amor.
¿23 de diciembre de 1934?
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No es el soporte físico de nuestra cuna
No tenemos España
AHORA, todo esto no es más que una parte; esto es volver a levantar
sobre una base material o humana la existencia de nuestro pueblo; pero también hay que unirlo por arriba; hay que darle una fe colectiva, hay que volver a
la supremacía de lo espiritual. La Patria es para nosotros, ya lo habéis oído aquí,
una unidad de destino. La Patria no es el soporte físico de nuestra cuna; por
haber sostenido a nuestra cuna no sería la Patria lo bastante para que nosotros
la enalteciéramos, porque por mucha que sea nuestra vanidad, hay que reconocer que ha habido patrias que han conocido cunas mejores que la vuestra y la
mía. No es esto: la Patria no es nuestro centro espiritual por ser la nuestra, por
ser físicamente la nuestra, sino porque hemos tenido la suerte incomparable de
nacer en una Patria que se llama precisamente España, que ha cumplido un
gran destino en lo universal y puede seguir cumpliéndolo, por eso nosotros nos
sentimos unidos indestructiblemente a España, porque queremos participar en
su destino; y no somos nacionalistas, porque ser nacionalista es una pura
sandez; es implantar los resortes espirituales más hondos sobre un motivo físico, sobre una mera circunstancia física; nosotros no somos nacionalistas,
porque el nacionalismo es el individualismo de los pueblos; somos, ya lo dije
en Salamanca otra vez, somos españoles, que es una de las pocas cosas serias
que se puede ser en el mundo.
NO TENEMOS ESPAÑA. Esto es lo importante en vísperas de las
elecciones. Vosotros ya sabéis cómo entendemos nosostros a España. España
no es sólo esta tierra; para los más, escenario de un hambre de siglos. España
no es nuestra sangre, porque España tuvo el acierto de unir en una misma gloria a muchas sangres distintas. España no es siquiera este tiempo ni el tiempo
de nuestros padres, ni el tiempo de nuestros hijos; España es una unidad de
destino en lo universal. Esto es lo importante. Eso que nos une a todos y unió
a nuestros abuelos y unirá a nuestros descendientes en el cumplimiento de un
mismo gran destino en la Historia. Y España no será nada mientras no recobre la conciencia y el ímpetu de esa unidad perdida. Por eso, mientras los
demás piensan en elecciones y en componendas y en candidaturas, en entregarse a encasillados, y mientras desde el Ministerio de la Gobernación se
desentierran las más viejas costumbres para hacer una mayoría a gusto del
Gobierno, nosotros andamos de tierra en tierra, viajando en trenes incómodos,
bajo la lluvia y con el barro hasta las rodillas para gritaros: devolvednos a nuestra España...
Y en esto estamos solos. Fuera de nosotros, ved los partidos en dos bandos: las izquierdas insolidarias con el pasado; las derechas insolidarias con el
presente.
Discurso en el cine Madrid, 17 de noviembre de 1935
Discurso en Sevilla, 22 de diciembre de 1935
Discurso en Córdoba, 12 de mayo de 1935
HAZ, 26 de Marzo de 1935
Arriba, núm. 1, 21 de marzo de 1935
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Monólogo bajo las estrellas
Alegre orgullo de tener una Patria
EN el seno de este aquí y ese ahora, bajo la mirada fría de las
estrellas -“¿serán los ojos del Señor en vela, ojos escudriñando las
tinieblas y contado los mundos de su rebaño?”, preguntaba
Unamuno-, un hombre que habla castellano quiere vivir. Ese es el
hombre que os habla. ¿Para qué? ¿Acaso para proponeros un
trueque de productos, una organización, una empresa colectiva? No,
amigos. Mi propuesta es mucho más sencilla y tal vez más ardua. Yo
no os propongo sino que entréis en el angosto seno de vuestra
intimidad. Puestos en ella, demoraos actualizando vuestros recuerdos,
congregando vuestras esperanzas, midiendo vuestras posibilidades.
Sean nuestras almas arcos bien tendidos y saetas rectamente
enderezadas. Luego, disparando uno tras otro los venablos de nuestra
acción personal, vayamos llevando nuestras vidas a la cima de su
posible perfección. Que nuestra obra, grande o chica, sea limpia,
rigurosa, acendrada.
Pedro Laín Entralgo
QUEREMOS que se nos devuelva el alegre orgullo de tener una
patria. Una patria exacta, ligera, emprendedora, limpia de chafarrinones
zarzueleros y de muchas roñas consuetudinarias. No una patria para
ensalzada en gruesas efusiones, sino para entendida y sentida como ejecutora de un gran destino.
Queremos una política internacional que en cada instante se determine para la guerra o para la paz, para que sea neutral o beligerante por
la libre conveniencia de España, no por la servidumbre a ninguna potencia exterior.
Para ello exigimos que nuestro Ejército y nuestras fuerzas navales y
aéreas sean los que necesita la independencia de España y el puesto
jerárquico que le corresponde en el mundo.
Queremos que la educación se encamine a conseguir un espíritu
nacional fuerte y unido, y a instalar en el alma de las futuras generaciones
la alegría y el orgullo de la patria.
Queremos que la patria se entienda como realidad armoniosa e indivisible, superior a las pugnas de los individuos, las clases, los partidos y las
diferencias naturales.
España como problema, 1948
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Lam. 04.20
Manifiesto electoral , 12 de enero de 1936
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Lam. 04.21
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Lam. 04.22
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Promesa de la OJE
Frente de Juventudes
Si
nosotros pudiéramos acometer inmediatamente la Revolución,
esta unidad de la juventud, esta unidad de clases en la juventud española
sería un hecho.
Desgraciadamente, aún con todo el ardor revolucionario que hoy
tiene el Estado, es sencillamente imposible, en esta crísis peligrosa de la
postguerra , realizar la Revolución con intensidad y violencia, capaces de
traer la integración que nosotros deseamos. Con ello corremos el peligro
inmenso, no ya de que esta unidad no se realice, sino de que llegue la congelación del espíritu de los ya incorporados a nosotros.
El único camino de la Revolución es un frente vigoroso de juventudes.
Un frente implacable y fuerte, que haga nacer al borde de esta tarea árida
y compleja de gobierno toda la violenta alegría de nuestra esperanza. He
aquí nuestra primera consigna después de la guerra: Frente de
Juventudes.
En nosotros está el destino milenario de nuestro pueblo. Toda la
historia futura de este pueblo magnífico, de esta tierra alta, fecunda, ruda,
sobre la que vivimos hace miles de años, se decide hoy en nosotros.
Que esta fraternidad de siglos encienda de nuevo la conciencia de
nuestra juventud.
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
Enrique Sotomayor
Discurso del Frente de Juventudes. Valladolid, 1 noviembre 1939
Lam. 04.23
4€
PROMETO
Amar a Dios y levantar sobre este amor todos mis pensamientos y
acciones.
PROMETO
Servir a mi Patria y procurar la unidad entre sus tierras y sus
hombres.
PROMETO
PROMETO
Hacer de mi vida, con alegría y humildad, un acto de servicio.
PROMETO
Sentir la responsabilidad de ser español, dentro de la necesaria
comunidad de los pueblos.
Recordar que el estudio y el trabajo constituyen mi aportación personal a la empresa común.
PROMETO
Vivir en hermandad con mis camaradas y ser sobrio en el uso de
mis derechos y generoso en el cumplimiento de mis deberes.
PROMETO
Defender la justicia y luchar por imponerla aunque su triunfo signifique un mayor sacrificio para mi.
PROMETO
Afirmar la libertad de cada hombre y someter la mía al imperio de
la norma justa y al respeto a mis superiores.
Mantener dignamente mi condición de joven y aceptar con gratitud la enseñanza de los mayores.
PROMETO Honrar con la lealtad de mi conducta la memoria de todos los que
ofrecieron su vida por una España mejor.
PROMETO Perseverar y conservar frescas en la memoria, cada mañana, las
anteriores afirmaciones, para sentirme activo en el seno de la
Organización Juvenil Española.
PROMETO
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CAR 05.1
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Todo separatismo es un crimen
Conciencia de unidad
UNA REGIÓN es mayor de edad cuando ha adquirido tan fuertemente la conciencia de su unidad de destino en la Patria común que esa unidad ya no corre ningún
riesgo por el hecho de que se aflojen las ligaduras administrativas.
Cuando la conciencia de la unidad de destino ha penetrado hasta el fondo del alma
de una región, ya no hay peligro en darle Estatuto de autonomía. La región andaluza,
la región leonesa, pueden gozar de regímenes autónomos en la seguridad de que
ninguna solapada intención se propone aprovechar las ventajas del Estatuto para
maquinar contra la integridad de España. Pero entregar Estatutos a regiones minadas
de separatismo; multiplicar con los instrumentos del Estatuto las fuerzas operantes
contra la unidad de España; dimitir la función estatal de vigilar sin descanso el desarrollo de toda tendencia a la secesión, es, ni más ni menos, un crimen.
ESPAÑA es una unidad de destino en lo universal. Toda
conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo
es un crimen que no perdonaremos.
La constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones,
atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos
su anulación fulminante.
(Punto 2 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 05.01
Plataforma 2003
F.E.,19 de julio de 1934
Lam. 05.07
4€
4€
El separatismo ignora la realidad de España
EL
SEPARATISMO ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que
España es, sobre todo, una gran unidad de destino.
Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características
raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía
topográfica.
Pero –habrá que repetirlo siempre– una nación no es una lengua, ni una raza, ni
un territorio. Es una unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se
llamó y se llama España.
Bajo el signo de España cumplieron su destino –unidos en lo universal– los
pueblos que la integran.
Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se
rompa.
España es varia y es plural
L F
A ALANGE sabe muy bien que España es varia, y eso no le importa. Justamente
por eso ha tenido España, desde sus orígenes, vocación de Imperio. España es varia y es plural, pero sus pueblos varios con sus lenguas, con sus usos, con sus características, están
unidos irrevocablemente en una unidad de destino en lo universal. No importa nada que se
aflojen los lazos administrativos; mas con una condición: con la de que aquella tierra, a la que
se dé más holgura, tenga tan afianzada en su alma la conciencia de la unidad de destino, que
no vaya a usar jamás de esa hogura para conspirar contra aquélla.
Cine Madrid, 19 de mayo de 1935
(Punto II de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1 , 7-XII-1933)
Lam. 05.02
4€
Lam. 05.08
4€
Unidad de España
SI ESPAÑA no es para los españoles una realidad sobre la que resulte
imposible abrir discusión, es que España no existe como una Patria. No hay Patria si
dentro de ella, dentro de sus contornos aparecen encajadas de un modo normal y
público ideas y gentes contrarias a su existencia misma.
La unidad de España es la más antigua unidad nacional que se hizo en Europa.
Gracias a esa delantera histórica en el proceso de formación de las nacionalidades
modernas, España fue durante el siglo XVI el pueblo más culto, más fuerte y más rico
del mundo.
La unidad nacional española ha sido realmente la que hizo posible nuestro mejor
pasado. Pero su misión no es sólo la de explicar y justificar la historia, sino la de existir precisamente hoy como pilar básico de la España de nuestros días, como elemento primordial y fundamental de la España nuestra.
Evidentemente, la afirmación de la unidad está a la cabeza de la reivindicaciones
revolucionarias de la juventud nacional. Mientras tenga vigencia la Constitución de
1931, mientra siga creyendo una gran porción de españoles que el proceso disgregador de la periferia es una simple disputa de la forma que deba adoptar el Estado,
la unidad nacional estará en permanente peligro de ser vencida. (Y estar en peligro
es ya, en muchos aspectos, no existir como tal). Pues la erupciones autonomistas de
Cataluña y Vasconia se encuentran en la misma línea de liquidación y descomposición
de España, que ha seguido el derrumbamiento del Imperio, desde Rocroy a 1898. No
es una casualidad que hayan surgido como fenómenos inquietantes después de esta
última fecha; es decir, una vez cerrada y conclusa la disgregación ultramarina, como
si el cáncer histórico se dispusiera a hincar el diente en la unidad de los territorios
peninsulares.
El problema actual de la unidad requiere una solución voluntariosa; es decir, de
imposición de una voluntad firme.
Separatismo y decadencia
EL SEPARATISMO local es signo de decadencia, que surge cabalmente cuando se olvida que una Patria no es aquello inmediato, físico, que podemos percibir hasta
en el estado más primitivo de espontaneidad. Que una Patria no es el sabor del agua
de esta fuente, no es el color de la tierra de estos sotos: una Patria es una misión en la
historia, una misión en lo universal. La vida de todos los pueblos es una lucha trágica
entre lo espontáneo y lo histórico. Los pueblos en estado primitivo saben percibir casi
vegetalmente las caracteríticas de la tierra. Los pueblos, cuando superan este estado
primitivo, saben ya que lo que les configura no son las características terrenas, sino la
misión que en lo universal los diferencia de los demás pueblos. Cuando se produce la
época de decadencia de ese sentido de la misión universal, empiezan a florecer otra vez
los separatismos, empieza otra vez la gente a volverse a su suelo, a su tierra, a su música, a su habla, y otra vez se pone en peligro esta gloriosa integridad, que fue la España
de los grandes tiempos.
Ramiro Ledesma Ramos
Teatro Calderón, Valladolid, 4 de marzo de 1934
Lam. 05.03
Discurso a las juventudes de España, mayo de 1935
4€
Lam. 05.09
Defensa de la unidad de España
Nuevo patriotismo de la misión
¿C
,
LA UNIDAD no puede consistir en una simple destrucción de los afanes
separatistas que hoy alientan en Cataluña y Vasconia, aunque tenga, desde luego, que
comenzar por triunfar violentamente sobre ellos. Pues España tiene que representar y ser para todos los españoles una realidad viva, actuante y presente. Tiene que ser
una fuerza moral profunda, un poder histórico que arrastre tras de sí el aliento optimista de la nación entera.
La unidad de España se nos presenta hoy como el primer más valioso objetivo
de las juventudes. La unidad en peligro, deficiente y a medias, no puede ser aceptada
un sólo minuto con resignación, no puede ser conllevada. Sin la unidad, carecemos
siempre los españoles de un andamiaje seguro sobre el que podamos disponernos a
edificar en serio nada. Así, hasta que no se logre la unificación verdadera, hasta que
no queden desprovistas de raíces las fuerzas que hoy postulan el relajamiento de los
vínculos nacionales, seguirá viviendo el pueblo español su triste destino de pueblo
vencido, sin dignidad histórica ni libertad auténtica.
La defensa de una política de concesiones a los núcleos regionales que piden y
reclaman autonomías equivale a defender el proceso histórico de la descomposición
española. Equivale a mostrarse conformes con lo peor de nuestro pasado, como
deseosos de que sea permanente nuestra derrota. Equivale a una actitud de rubor y
de vergüenza por haber sido España algun día un Imperio. Equivale de hecho a creer
que España es una monstruosa equivocación de la historia, siendo por tanto magnífico ir desmantelándola piedra a piedra hasta su aniquilamiento absoluto.
De aquí que la unidad no sea una consigna conservadora, a la defensiva, sino
una consigna revolucionaria, necesidad de hoy y de mañana. España no es un
cualquier amorfo territorio, carente de historia y de futuro. Si lo fuese, importaría
poco su resquebrajamiento y su disgregación.
,
ÓMO PUES revivificar el patriotismo de las grandes unidades heterogéneas?
Nada menos que revisando el concepto de “nación”, para construirlo sobre otras bases... Así
como la persona es el individuo considerado en función de sociedad, la nación es el pueblo
considerado en función de universalidad.
Sólo el nacionalismo de la nación entendida así puede superar el efecto disgregador de los
nacionalismos locales. Hay que reconocer todo lo que éstos tienen de auténticos; pero hay
que suscitar frente a ellos un movimiento enérgico, de aspiración al nacionalismo misional,
al que concibe a la Patria como unidad histórica de destino. Claro está que esta suerte de
patriotismo es más difícil de sentir; pero en su dificultad está su grandeza. Toda existencia
humana –de individuo o de pueblo– es una pugna trágica entre lo espontáneo y lo difícil. Por
lo mismo que el patriotismo de la tierra nativa se siente sin esfuerzo, y hasta con una sensualidad venenosa, es bella empresa humana desenlazarse de él y superarlo en el patriotismo de
la misión inteligente y dura. Tal será la tarea de un nuevo nacionalismo: reemplazar el débil
intento de combatir movimientos románticos con armas románticas, por la firmeza de levantar contra desbordamientos románticos firmes reductos clásicos, inexpugnables. Emplazar
los soportes del patriotismo, no en lo afectivo, sino en lo intelectual. Hacer del patriotismo
no un vago sentimiento, que cualquier veleidad marchita, sino una verdad tan inconmovible
como las verdades matemáticas.
No por ello se quedará el patriotismo en árido producto intelectual . Las posiciones intelectuales ganadas así, en lucha heroica contra lo espontáneo, son las que luego se instalan más
hondamente en nuestra autenticidad... El corazón tiene sus razones, que la razón no
entiende. Pero también la inteligencia tiene su manera de amar, como acaso no sabe el
corazón.
Torpe política
España es irrevocable
OS NACIONALISMOS locales, hábilmente, han puesto en juego resortes primarios de los pueblos donde se han producido: la tierra, la música, la lengua, los viejos usos
campesinos, el recuerdo familiar de los mayores... Una actitud perfectamente inhábil ha
querido cortar el exclusivismo nacionalista, hiriendo esos mismos resortes; algunos han acudido, por ejemplo, a la burla contra aquellas manifestaciones elementales; así los que han ridiculizado por brusca la lengua catalana.
No es posible imaginar política más tosca: cuando se ofende uno de esos sentimientos primarios instalados en lo más profundo de la espontaneidad de un pueblo, la reacción elemental en contra es inevitable, aun por parte de los menos ganados por el espíritu nacionalista.
Casi se trata de un fenómeno biológico.
Pero no es mucho más aguda la actitud de los que se han esforzado en despertar directamente, frente al sentimiento patriótico localista, el mero sentimiento patriótico unitario.
Sentimiento por sentimiento, el más simple puede en todo caso más. Descender con el patriotismo unitario al terreno de lo afectivo, perceptible por una sensibilidad casi vegetal, es más
intenso cuanto más próximo.
ESPAÑA es la portadora de la “unidad de destino”, y no ninguno de los
pueblos que la integran. España es, pues, la nación y no ninguno de los pueblos
que la integran. Cuando esos pueblos se reunieron, hallaron en lo universal la justificación histórica de su propia existencia. Por eso España, el conjunto, fué la
nación.
España es “irrevocable”. Los españoles podrán decidir acerca de las cosas
secundarias; pero acerca de la esencia misma de España no tienen nada que decidir.
España no es “nuestra” como objeto patrimonial; nuestra generación no es dueña
absoluta de España: la ha recibido del esfuerzo de generaciones y generaciones
anteriores y ha de entregarla, como depósito sagrado, a las que le sucedan. Si
aprovechara este momento de su paso por la continuidad de los siglos para dividir
a España en pedazos, nuestra generación cometería para con las siguientes el más
abusivo fraude, la más alevosa traición que es posible imaginar.
Las naciones no son “contratos”, rescindibles por la voluntad de quienes los
otorgan: son “fundaciones”, con sustatividad propia no dependiente de la voluntad de pocos ni de muchos.
L
Revista JONS, abril 1934
Revista JONS, abril 1934
Ramiro Ledesma Ramos
F.E., 19 de julio de 1934
Lam. 05.04
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Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
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CAR 05.2
¿Euzkadi libre?
A
CASO siglos antes de que Colón tropezara con las costas de América, pescaron
gentes vascas en los bancos de Terranova. Pero los nombres de aquellos precursores posibles se esfumaron en la niebla del tiempo. Cuando empiezan a resonar por los vientos del
mundo las eles y las zedas de los nombres vascos, es cuando los hombres que las llevan salen
a bordo de las naves imperiales de España. En la ruta de España se encuentran los vascos a
sí mismos. Aquella raza espléndida, de bellas musculaturas sin empleo y remotos descubrimientos sin gloria, halla su auténtico destino al bautizar con nombres castellanos las tierras que
alumbra y transportar barcos en hombros, de mar a mar, sobre espinazos de cordilleras.
Nadie es “uno” sino cuando existen “otros”. No es nuestra interna armadura física lo que
nos hace ser “personas”, sino la existencia de otros de los que el ser “personas” nos diferencia. Esto pasa a los pueblos, a las naciones. La nación no es una realidad geográfica, ni étnica ni lingüística; es esencialmente una unidad histórica. Un agregado de hombres sobre un
trozo de tierra sólo es nación si lo es en función de universalidad; si cumple un destino propio en la historia; un destino que no es el “de los demás”. Siempre “los demás” son quiénes
nos dicen que somos “uno”.
En la convivencia de los hombres soy el que no es ninguno de los otros. En la convivencia universal, es cada nación lo que no son las otras. Por eso las naciones se determinan desde
fuera; se las conoce desde los contornos en que cumplen un propio universal destino.
Pugna entre lo espontáneo y lo histórico
Se quiere desandar la Historia
L
A VIDA del pueblo vasco, como la vida de todos los pueblos, es, simplemente, una
pugna trágica entre lo espontáneo y lo histórico; una pugna entre lo nativo, entre aquello que
somos capaces de percibir aún instintivamente y lo artificial difícil, lo ingentemente difícil
que es saber cumplir en la historia un destino universal. Lo que a los pueblos les convierte
en naciones no son tales o cuales características de raza, de lengua o de clima; lo que a un
pueblo le da jerarquía de nación es haber cumplido una empresa universal; porque así como
para ser persona y superar la cualidad nativa de individuo tenemos que ser otros, es decir,
tenemos que ser distintos de los otros, tenemos que serlo en relación con los otros, para ser
nación tenemos que serlo diferenciados en lo universal. Somo nación en tanto en cuanto
acometemos y logramos una empresa que no es la empresa de las demás naciones. Ahora
bien: ¿ha sido unidad en lo universal el pueblo vasco? ¿Ha cumplido destino en lo universal
el pueblo vasco? Esto es evidente que sí; el pueblo vasco ha dado al mundo una colección
de almirantes que ellos solos son una gala para un pueblo entero; el pueblo vasco ha dado al
mundo un genio universal como Ignacio de Loyola. Pero el pueblo vasco dió esos genios al
mundo precisamente cuando encontró su signo de nación indestructible unido a Castilla.
Así es que el pueblo vasco superó su vida primitiva, su vida de pesca y de caserío, cabalmente cuando fundió sus destinos al destino total de España.
ASÍ ES nación España. Se dijera que su destino, universal, el que iba a darle el toque
máximo de nación, aguardaba el instante de verla unida. Las tres últimas décadas del quince
asisten atónitas a los dos logros, que bastarían, por su tamaño, para llenar un siglo cada uno:
apenas se cierra la desunión de los pueblos de España, se abren para España –allá van los
almirantes vascos en naves de Castilla– todos los caminos del mundo.
Hoy parece que quiere desandarse la Historia. Euzkadi va por el camino de su libertad.
¿De su libertad? Piensen los vascos en que la vara de la universal predestinación no les tocó
en la frente sino cuando fueron unos con los demás pueblos de España. Ni antes ni después,
con llevar siglos y siglos hablando lengua propia y midiendo tantos grados de ángulo facial.
Fueron nación (es decir, unidad de historia diferente de las demás) cuando España fué su
nación. Ahora quieren escindirla en pedazos. Verán como les castiga el Dios de las batallas y
de las navegaciones, a quién ofende, como el suicidio, la destrucción de las fuertes y bellas
unidades. Los castigará a servidumbre, porque quisieron desordenadamente una falsa libertad. No serán nación (una en lo universal); serán pueblo sin destino en la Historia, condenado a labrar el terruño corto de horizontes y acaso a atar las redes en otras Tierras Nuevas,
sin darse cuenta de que descubren mundos.
Unidad frente a nacionalismo
EL NACIONALISMO eleva las características nativas (lengua, costumbres,
paisaje) a esencias nacionales. Se empeña en considerar que son las características antivas lo que constituye una nación. Y no es eso: las naciones son aquellas unidades, de
composición más o menos varia, que han cumplido un destino universal en la historia.
La unidad de destino es la que une a los pueblos de España. Y entendida España así,
no puede haber roce entre el amor a la tierra nativa, con todas sus particularidades, y
el amor a la patria común, con lo que tiene de unidad de destino. Ni esta unidad habrá
de descender a abolir caracteres locales, como ser, tradiciones, lenguas, derecho consuetudinario, ni para amar estas características locales habrá que volverse de espaldas
-como hacen los nacionalistas- a las glorias del destino común. ¿Qué amor al pueblo
vasco es el de esos nacionalistas que colocan el apego a la tierra sobre el orgullo de los
nombres vascos que hicieron retumbar el mundo con sus empresas bajo el signo de
España?
F.E., 7 de diciembre de 1933
En el Parlamento, 28 de febrero de 1934
F.E., 7 de diciembre de 1933
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Pueblo Vasco, San Sebastián, 17 de agosto de 1934
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Amor a Cataluña
P
E
ORQUE SPAÑA no puede ser nunca nada que se oponga al conjunto de sus
tierras y cada una de esas tierras. Cataluña, la tierra de Cataluña, tiene que ser tratada desde
ahora y para siempre con un amor, con una consideración, con un entendimiento que no
recibió en todas las discusiones. Porque cuando en esta misma Cámara y cuando fuera de esta
Cámara se planteó en diversas ocasiones el problema de la unidad de España, se mezcló con
la noble defensa de la unidad de España una serie de pequeños agravios a Cataluña, una serie
de exasperaciones en lo menor, que no eran otra cosa que un separatismo fomentado desde
este lado del Ebro.
Nosotros amamos a Cataluña por española, y porque amamos a Cataluña la queremos más
española cada vez, como al País Vasco, como a las demás regiones. Simplemente por eso:
porque nosotros entendemos que una nación no es meramente el atractivo de la tierra donde
nacimos, no es esa emoción directa y sentimental que sentimos todos en la proximidad de
nuestro terruño, sino que una nación es una unidad en lo universal, es el grado a que se
remonta un pueblo cuando cumple un destino universal en la Historia. Por eso, porque
España cumplió sus destinos universales cuando estuvieron juntos todos sus pueblos, porque
España fue nación hacia fuera, que es como se es de veras nación, cuando los almirantes vascos recorrían los mares del mundo en las naves de Castilla, cuando los catalanes admirables
conquistaban el Mediterráneo unidos en naves de Aragón, porque nosotros entendemos eso
así, queremos que todos los pueblos de España sientan, no ya el patriotismo elemental con
que nos tira la tierra, sino el patriotismo de la misión, el patriotismo de lo trascendental, el
patriotismo de la gran España.
Separatismo sin máscara
Sentido poético de Cataluña
ES DECIR, se han dado tales alas al separatismo, que hoy el separatismo en
Cataluña no es un sentimiento clandestino, transportado en secreto como cosa prohibida, sino que es el efecto retórico de primer uso, lanzado como la cosa más natural,
para salvar situaciones difíciles, incluso por las autoridades representantes allí del
Estado español.
Puesta la cosa así, desnuda y fría, ante nuestros ojos, tendría que sacudirnos una
conmoción de arriba abajo si no hubiésemos perdido por entero la sensibilidad. En
España se emplea el sentimiento separatista a plena voz, como instrumento normal de
comunicación política, entre los gobernantes de Cataluña y sus gobernados.
A esos gobernantes así no sólo les ha entregado España gran parte de su hacienda
y el orden público, sino que les ha entregado lo que importa más: la formación del alma
de las generaciones nuevas. Horripila pensar como van a sentir la solidaridad española esas generaciones nuevas educadas por quiénes profesan sin embozo su insolidaridad.
Formar unidades ingentes, como la de España, es tarea de muchas generaciones al
servicio de un constante esfuerzo. La gloria díficil de una gran obra así pide el sacrificio de siglos. Deshacerla es mucho más fácil: basta dejar que florezca en todas las grietas
el separatismo elemental, desintegrador, bárbaro en el fondo, para que todo se venga
abajo.
E C
N ATALUÑA hay ya un separatismo rencoroso de muy difícil remedio, y creo
que ha sido, en parte, culpable de ese separatismo el no haber sabido entender pronto lo que
era Cataluña verdaderamente. Cataluña es un pueblo esencialmente sentimental, un pueblo
que no entienden ni poco ni mucho los que le atribuyen codicias y miras prácticas en todas
sus actitudes. Cataluña es un pueblo impregnado de un sedimento poético, no sólo en sus
manifestaciones típicamente artísticas, como son las canciones antiguas y como es la liturgia
de las sardanas, sino aún en su vida burguesa más vulgar, hasta en la vida hereditaria de esas
familias barcelonesas que transmiten de padres a hijos las pequeñas tiendas de las calles
antigüas, en los alrededores de la Plaza Real; no sólo viven con un sentido poético esas familias,
sino que lo perciben conscientemente y van perpetuando una tradición de poesía gremial,
familiar, maravillosamente fina. Esto no se ha entendido a tiempo; a Cataluña no se la supo
tratar, y teniendo en cuenta que es así, por eso se ha envenenado el problema, del cual sólo
espero una salida si una nueva poesía española sabe suscitar en el alma de Cataluña el interés
por una empresa total, de la que desvió a Cataluña un movimiento también poético, separatista.
Cataluña autónoma
C
ATALUÑA autónoma asiste al crecimiento de un separatismo que nadie refrena. El
Estado, porque se ha inhibido de la vida catalana en las funciones primordiales: la formación
espiritual de las generaciones nuevas, el orden público, la administración de justicia... y la
Generalidad, porque esa tendencia separatista, lejos de repugnarle, le resulta sumamente simpática.
Así el germen destructor de España, de esta unidad de España lograda tan difícilmente,
crece a sus anchas. Es como un incendio para cuya voracidad no sólo se han acumulado combustibles, sino que se ha trazado a los bomberos una barrera que les impide intervenir.
¿Qué quedará, en muy pocos años, de lo que fué bella arquitectura de España?
En el Parlamento, 28 de febrero de 1934
F.E., 12 de julio de 1934
En el Parlamento, 4 de enero de 1934
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F.E., 19 de julio de 1934
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Lección gritada
L
A SUBLEVACIÓN de la Generalidad de Cataluña ha sido un episodio, solamente, de
la subversión total con que se ha intentado la consumación del aniquilamiento de España. Quede
esto bien claro, para poder ahondar en las poco profundas razones que a Cataluña, como tal
Cataluña, la han empujado a este ridículo y triste levantamiento contra España.
Los hombres de España que han intentado penetrar entrañas adentro de nuestra realidad viva
para destrozarla han jugado con Cataluña como con un peón dócil para el sacrificio. Las cabezas
de la revolución disociadora, suicida y estéril, que hemos padecido, colocaron a los catalanes
como propicias víctimas de paja, utilizando la demencia anacrónica, sangrienta y burlesca, de una
estúpida fracción catalana, que había brujuleado en las últimas horas desde la delicuencia común
hasta una especulación rencorosa y burda con los más turbios y equívocos sentimientos particularistas.
La cola del, por fortuna tartarinesco, alzamiento en armas de unos cuantos catalanes, es
imputable a la total falta de pulso de los resortes españoles. Grábese esto bien en las cabezas de
España: tan sólo el embarque en más altas empresas imposibilitará de manera absoluta la creación
de un estado de ánimo semejante al que facilitó la criminal intentona de Cataluña.
Si el servicio de España es algo eterno e insobornable contra el que nada pueden conjuras y
zancadillas de los tiempos, para este mejor servicio -para el que poco significa la entrega de la vida
misma- han de ser extraídas cuidadosamente todas las enseñanzas.Y para recoger estas enseñanzas, ágilmente españolas, nosotros predicamos el reencuentro de la auténticas venas de España.
Y una de ellas, firme y jugosa, pese a todos los traidores machetazos recibidos, cuando sobre nuestro
cielo comenzó a aletear un blandengue y cobarde entendimiento de la vida, es nuestro Ejército.
¡Soldados de España! Ahí es nada: soldados que no han podido olvidar que un designio de imperio acariciaba sus frentes; soldados para quienes la realidad de Cataluña se aparecía en sus cabezas,
prietas de grandeza y disciplina, como la pieza justa del mapamundi español.
Catalanismo político
HE AQUÍ sobre la escena otra vez el más turbio ingrediente de los que comATALUÑA es muchas cosas, mucho más profundamente que un pueblo mercantil.
Cataluña es un pueblo profundamente sentimental: el problema de Cataluña no es un problema de importación y exportación; es un problema difícilisimo de sentimientos.
Pero también es torpe la actitud de querer resolver el problema de Cataluña reputándolo
de artificial. Yo no conozco manera más candorosa y aún más estupida de ocultar la cabeza
bajo el ala que la de sostener, como hay quiénes sostienen, que ni Cataluña tiene lengua
propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada..
Cataluña existe con toda su individualidad y muchas regiones de España existen con su
individualidad, y si queremos conocer cómo es España y si queremos dar una estructura a
España tenemos que arrancar de lo que España, en realidad, nos ofrece, y precisamente el
negarlo, además de la torpeza que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el
terreno más desfavorable para quiénes pretenden defender la unidad de España. Porque si
nos obstinamos en negar que Cataluña y otras regiones tienen características propias, es
porque tácitamente reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad, y
entonces tenemos el pleito perdido si se demuestra, como es evidentemente demostrable,
que muchos pueblos de España tienen esas características.
ponen el complejo catalanista. No olvidemos la Historia: el catalanismo nace políticamente cuando España pierde sus colonias; es decir, cuando los fabricantes barceloneses pierden sus mercados. No se oculta entonces a su pausada agudeza que es urgente
conquistar el mercado interior. Tampoco se nos oculta que sus productos no pueden
defenderse en una competencia puramente económica. Hay que imponerlos políticamente al resto de España. Y nada mejor para imponerlos que blandir un instrumento
de amenaza al mismo tiempo que de negociación. Ese instrumento fue el catalanismo.
Eso que antes era viejo poso sentimental, expresado en usos y bailes, fue sometido a
un concienzudo cultivo de rencor. El alma popular catalana, fuerte y sencilla, fue
llenándose de veneno. Áridos intelectuales compusieron un idioma de laboratorio sin
más norma fija que la de quitar toda semejanza con el castellano. Cataluña llegó a estar
crispada de hostilidad para con el resto de la Patria. Y esta crispación era invocada por
sus hombres representativos en cuanto llegaba la hora de negociar un nuevo arancel.
Los representantes de la burguesía catalana alquilaban sus buenos oficios de
apaciguadores del furor popular a cambio de obtener tarifas aduaneras más protectoras.
Este ha sido el tortuoso juego del catalanismo político durante treinta años. Lo que
en Cataluña fermentaba como expresión de una milenaria melancolía popular, en
Madrid se negociaba como un objeto de compraventa. El catalanismo era una especulación de la alta burguesía capitalista con la sentimentalidad del pueblo.
En el Parlamento, 30 de noviembre de 1934
Arriba, 28 de marzo de 1935
Realidad de Cataluña
C
Lam. 05.19
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Lam. 05.20
Arriba, 5 de marzo de 1936
Arriba, 18 de abril de 1935
4€
Lam. 05.21
Cataluña y el 6 de octubre
M
ÁS GRAVE que todo lo que está aconteciendo en estos días es la marcha vertiginosa
de los partidos separatistas catalanes hacia el recobro de su absoluto predominio y, quizá más
grave que eso, la indiferencia española ante el fenómeno.
No es que parezca como si no se hubiera producido el 6 de octubre; es que parece -y es- que
ha triunfado el 6 de octubre. Aquel 6 de octubre en que se gritó: “¡Catalanes, a las armas!” contra España.
Los mismos nombres en el Poder. Y aclamaciones frenéticas por las calles para quienes simbolizan la muerte de oficiales y soldados que salieron a las calles de Barcelona en defensa de la unidad.
En el frenesí de la multitud apiñada en torno a Companys, ni un “¡Viva España”! se ha escapado. Todo ha sido vivas a Cataluña y a la República, proferidos con el designio patente de eludir la
pronunciación del odiado nombre de España. De igual manera se eludirá el pronunciarlo en la
formación de la infancia catalana, ya en camino de ser entregada por entero a manos separatistas.
Ni siquiera se guardará para España un silencio de extranjería, sino que se empleará el más cauto
rencor en extirpar del alma de los niños eso que llaman los separatistas el asimilismo español.
Sean cuales sean los requerimientos de la hora, no neguemos ni un instante de desvelos a esta
terrible inminencia de Cataluña.
De la tierra española de Cataluña, que por nada, cueste lo que cueste, nos avendremos a perder.
4€
Lam. 05.22
4€
Nuevo regionalismo
TODA MI FÉ en la fecundidad de un nuevo regionalismo presupone que gallegos o
vascongados o catalanes abandonen la creencia, tan falsa como ingenua, de que basta con que
exista una cierta peculiaridad étnica, un cierto modo de ser corporal y moral, para tener derecho a constituir un Estado. No se comprende que durante algunos años haya corrido este pensamiento como verdad evidente por sí misma. En primer lugar, no existe un derecho a ser
Estado, ni siquiera existe el principio o norma de que quepa derivarlo y atribuirlo en justicia.
Pero de existir ese principio, sería más bien opuesto a lo que se supuso en los años del
regionalismo nacionalista. Porque la nación, si algo medio claro significa, es comunidad de sangre y de las inclinaciones que la sangre transmite. Ahora bien, por muchas vueltas que se dé a
los conceptos de soberanía y de Estado, no se halla en ellos la menor referencia a la comunidad
sanguínea. Lejos de eso, la convivencia estatal, la unidad civil soberana radica en la voluntad
histórica -y no en la fatalidad biológica- de convivir. Y, en efecto, el origen del Estado y su
desarrollo ha consistido siempre en la unión política de grupos humanos étnicamente
desunidos.
De esta manera, un nuevo regionalismo debería invertir los términos de la cuestión. Dada
la diferencia étnica evidente -por ejemplo, Galicia, Vasconia, Cataluña- no debe preguntarse
qué derechos políticos le corresponden, sino al revés, cómo puede aprovecharse en beneficio
del Estado esa diferencia, precisamente por ser diferencia. Así viene el nuevo regionalismo a
completar la idea de Estado, en vez de anularla como en el fondo quería el viejo. Si el Estado
es el principio de la unidad (jurídica), en lo heterogéneo (biológico) el regionalismo es el principio que subraya la fecundidad de lo heterogéneo dentro de aquella unidad. Para un
racionalista al modo antiguo la heterogeneidad de fuerzas étnicas dentro de un Estado es un
mal. Hoy empezamos a ver que la diferencia entre las almas regionales es una magnífica riqueza
para el dinamismo del Estado, riqueza que es preciso aprovechar políticamente.
A “Una punta de Europa”, 1927
Lam. 05.23
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Cantos y bailes de España
CUANDO
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
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los catalanes sepan cantar las
canciones de Castilla; cuando en Castilla se
conozca también la sardana y se toque el txistu;
cuando del cante andaluz se entienda toda la
profundidad y toda la filosofía que tiene, en vez
de conocerlo a través de los tabladillos
zarzueleros; cuando las canciones de Galicia se
canten en Levante; cuando se unan cincuenta o
sesenta mil voces para cantar una misma canción, entonces sí que habremos conseguido la
unidad entre los hombres y entre las tierras de
España.
Pilar Primo de Rivera
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CAR 06.1
Fuerzas Armadas
4.
NUESTRAS
fuerzas armadas -en la tierra, en el mar y en el aire- habrán de ser
tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo instante
la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Nuestras Fuerzas Armadas
Devolveremos al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que
merece, y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la
existencia española.
5.
ESPAÑA volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España
ha de aspirar a ser una gran potencia marítima, para el peligro y para el comercio.
NUESTRAS fuerzas armadas –en la tierra, en el mar y el el
aire– habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso
para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde. Devolveremos
al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que
merece, y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la
vida informe toda la existencia española.
Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los rumbos del aire.
23.
ES misión esencial del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las
futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria.
Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el
honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.
(Punto 4 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 06.01
26.
LA VIDA es milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y de sacrificio.
Plataforma 2003
(Puntos 4, 5, 23 y 26 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 06.07
4€
4€
Fortaleza militar
E
SPAÑA CUENTA hoy como una de sus más urgentes necesidades la de entrar
en un proceso de militarización. Por obediencia, en parte, a su propio genio. Por razones también de eficacia en cuanto al impulso histórico, ya que sólo puede emprender con éxito su revolución nacional, económica y política, adoptando formas en ciertos aspectos militarizadas. Y
por último, y sobre todo, por razones de fortaleza, de vigorización ante el exterior, por razones
que afectan a su libertad y a su independencia.
Una España de cuarenta millones de habitantes, la única que importa, tendría naturalmente, industria pesada, flota mercante numerosa, agricultura robusta y le sobrarían medios
para equipar un ejército que mantuviese nuestros derechos contra las acometidas enemigas del
exterior. Pues nadie olvide un solo momento que España encontraría enormes dificultades,
enormes trabas, para ascender en su poderío económico y político (mundial) y que ello no ha
de acontecer sin que tengan que ser vencidas resistencias de los países beati possidenti, que tienen
hoy en sus garras al mundo entero. Aún así, nuestra fortaleza militar sería siempre un aparato
defensivo, porque realmente serviría tan sólo para defender el derecho de España a ser un
pueblo libre, rico y próspero. Para conseguir lo cual, no necesita atacar a nadie, ni lanzar sus
ejércitos contra nadie, sino exigir que nadie desde fuera la mediatice y tenga reducida a la eterna situación de pueblo vencido, aplastado por la voracidad de una Europa enemiga.
Vocación marítima de España
ESPAÑA volverá a buscar su gloria y su riqueza por la rutas
del mar. España ha de aspirar a ser una gran potencia marítima,
para el peligro y para el comercio.
Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los
rumbos del aire.
(Punto 5 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Ramiro Ledesma Ramos
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
Lam. 06.02
4€
Lam. 06.08
4€
Nuestras Fuerzas Armadas
NUESTRAS fuerzas armadas –en la tierra, en el mar y el el
aire– habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso
para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde. Devolveremos
al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que
merece, y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la
vida informe toda la existencia española.
DVLCE
ET DECORUM EST
PRO PATRIA
MORI
Educación premilitar
EN EL ESTADO nuestro habrá una Carta de las aldeas y pueblos
campesinos, una “Carta Puebla de las gentes labradoras de España”.
Tras el robustecimiento de la parroquia viene la reforma de la escuela y de la
escuela con Cristo, que debe ser el enlace cordial e intelectual de la moral y la cultura civiles con la moral y la cultura de la Iglesia.
Esta escuela de la aldea-reformada, elevada a un alto sentido moderno y
devuelta a un alto sentido tradicional se prolonga en organizaciones de tipo premilitar y deportivo con un complemento de cultura de la juventud. La radio y el
cine y las misiones ambulantes de cultura completarán y facilitarán estos objetivos.
La educación premilitar acaba en restauración de las milicias campesinas, que
formó en su día Cisneros y que en nuestras aldeas se compondrán de la juventud
premilitar (antes del paso por los cuarteles) y de los veteranos (después del paso
por los cuarteles). No sólo se hará esto por incremento de la potencia de la patria,
sino por su alta función educativa. Cuando los jesuítas fueron los mejores educadores de Europa dieron a la juventud una educación militar y romana. Nosotros
recogemos esta gran lección pedagógica del genio español, que Federico el Grande
–volteriano– consideró en su reino como insustituible.
Organizada de modo permanente la alta función éticoreligiosa en la parroquia,
la éticopolítica y cultural en la escuela, el servicio de la patria en las milicias, el trabajo campesino se organizará en los sindicatos nacionales. Y hacia ellos confluirá
específicamente la “política agraria”, buena y completa en su triple aspecto técnico, administrativo y financiero.
Rafael Sánchez Mazas
(Punto 4 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
HORACIO
Arriba, 25 de abril de 1935
Lam. 06.03
4€
Lam. 06.09
4€
El honor de un pueblo es el honor de su ejército
Espiritualidad de la fuerza
Hermandad de Alféreces
En rigor, no es la violencia material con que un ejército aplasta en la batalla a
su adversario lo que produce efectos históricos. Rara vez el pueblo vencido agota en el
combate su posible resistencia. La victoria actúa, más que materialmente, ejemplarmente, poniendo de manifiesto la superior calidad del ejército vencedor, en la que, a su
vez, aparece simbolizada, significada, la superior calidad histórica del pueblo que forjó
ese ejército.
En cuanto a la fuerza, no es difícil determinar su misión. Por muy profunda
que sea la necesidad histórica de la unión entre dos pueblos, se oponen a ella intereses
particulares, caprichos, vilezas, pasiones, y más que todo esto, prejuicios colectivos
instalados en la superficie del alma popular que va a aparecer como sometida. Vano
fuera el intento de vencer tales rémoras con la persuasión que mana de los razonamientos. Contra ellas sólo es eficaz el poder de la fuerza, la gran cirugía histórica.
Es, pues, la misión de ésta resueltamente adjetiva y secundaria, pero en modo
alguno desdeñable. Desde hace un siglo padece Europa una perniciosa propaganda en
desprestigio de la fuerza... Ello es que se ha conseguido imponer a la opinión pública
europea una idea falsa sobre lo que es la fuerza de las armas. Se la ha presentado como
cosa infrahumana y torpe residuo de la animalidad persistente en el hombre. Se ha
hecho de la fuerza lo contrapuesto al espíritu, o, cuando más, una manifestación espiritual de carácter inferior.
Medítese un poco sobre la cantidad de fervores, de altísimas virtudes, de genialidad, de vital energía que es preciso acumular para poner en pie un buen ejército.
¿Cómo negarse a ver en ello una de las creaciones más maravillosas de la espiritualidad
humana? La fuerza de las armas no es fuerza bruta, sino fuerza espiritual. Esta es la
verdad palmaria, aunque los intereses de uno u otro propagandista les impidan reconocerlo. La fuerza de las armas, ciertamente, no es fuerza de razón, pero la razón no circunscribe la espiritualidad. Más profundas que ésta, fluyen en el espíritu otras potencias, y entre ellas las que actúan en la bélica operación. Así, el influjo de las armas, bien
analizado, manifiesta, como todo lo espiritual, su carácter predominantemente persuasivo.
EN LA GUERRA española hubo un excombatiente típico: el alférez provisional.
Nadie se ha preocupado en estos años de seguir su historia, su historia luminosa durante
la guerra y su historia oscura de desmovilizado. Esta calidad de alferecía es, sobre todo,
un recuerdo vivo y lleno de gérmenes, y, además, el único vínculo real entre la promoción de los excombatientes y la de sus hermanos menores. Los universitarios actuales
son, en su mayoría, alféreces de complemento. Acaso se haya hablado poco de esto.
Todos los años el hilo glorioso de la alferecía, que nos amarra a tantas cosas esenciales,
se enriquece con unos miles de cuentas más. El polvo de España sigue sirviéndonos de
almohada en los campamentos, sigue poblándonos el alma, y queda allí como una voz
grave que nos llama a la fidelidad y al servicio. Están, pues, la mayoría de los universitarios españoles de 20 a 35 años sellados con la estrella de seis puntas, y en ella arden los
ideales más nobles. Ahora es cuestión de tomar estos ideales y desplegarlos en una dialéctica.
La construcción de esta dialéctica es lo que hoy más nos urge en España, mucho
más que cualquier problema de otra índole. En la tarea podrían colaborar las dos promociones de alféreces: la primera pondría su madurez y su fondo humano y la segunda
cierta visión esencial y serena de las cosas que parece distinguirla. Habría que huir, desde
luego, del casticismo y del celtiberismo en sus muy varias manifestaciones, percatándose
de que estos modos vitales no son las únicas encarnaciones posibles del ímpetu y de la
gallardía. De buscar un patrono divino, éste sería San Miguel, combatiente esencial y con
espada de luz, y de buscar un maestro humano habría que acudir a la serenidad de José
Antonio, nutrida de jugos ardientes. Invocar al uno y seguir la lección del otro nos abreviaría trámites y palabras; y, sobre todo, nos daría lo más difícil de lograr y lo más necesario: un determinado tono vital, con cimera teológica y con plena encarnación humana.
Este tono tendría que ser mucho más intelectual –mucho más mental– de lo que piensan o sienten algunos de los alféreces antiguos, y mucho más intransigente e impetuoso
de lo que piensan algunos alféreces nuevos.
Sólo quien tenga de la naturaleza humana una idea arbitraria tachará de paradoja
la afirmación de que las legiones romanas, y como ellas todo gran ejército, han impedido más batallas que las que han dado. El prestigio ganado en un combate evita otros
muchos y no tanto por el miedo a la física opresión como por el respeto a la superioridad vital del vencedor. El estado de perpetua guerra en que viven los pueblos salvajes
se debe precisamente a que ninguno de ellos es capaz de formar un ejército y con él
una respetable, prestigiosa, organización nacional.
En tal sesgo, muy distinto del que suele emplearse, debe un pueblo sentir su honor
vinculado a su ejército, no por ser el instrumento con que puede castigar las ofensas
que otra nación le infiera: este es un honor externo, vano, hacia fuera. Lo importante
es que el pueblo advierta que el grado de perfección de su ejército mide con pasmosa
exactitud los quilates de la moralidad y vitalidad nacionales. Raza que no se siente ante
sí misma deshonrada por la incompetencia y desmoralización de su organismo guerrero, es que se halla profundamente enferma e incapaz de agarrarse al planeta.
El mismo genio que inventa un programa sugestivo de vida en común, sabe siempre forjar una hueste ejemplar, que es de ese programa símbolo eficaz y sin par propaganda.
España invertebrada, 1921
Lam. 06.04
1º de Abril
CUANDO al clarín el ruiseñor sucede
y palma y surtidor ganan el viento
donde la muerte sus jardines cede
al filo del airado vencimiento.
Ya que la gloria presta su instrumento
al pueblo en haz que su rigor alcanza,
y retoña en el firme sentimiento
la sed primaveral de la esperanza.
Sobre las tierras libres y trabadas
de muchedumbre humana y religiosa,
de justo pan y poderío henchidas,
con olivo y laurel en las espadas.
álzase España, viva y venturosa,
nuevamente solar y sin medidas.
4€
Lam. 06.05
ALFÉREZ
Dionisio Ridruejo
España invertebrada, 1921
4€
Lam. 06.06
85
ALFÉREZ, 31 de agosto de 1947
4€
Lam. 06.10
4€
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15/02/2010
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CAR 06.2
Sentido heroico de la milicia
¡Soldados de España!
LA PREVENCIÓN contra el espíritu militar, la tendencia a subestimar y
destruir sus características es uno de los mayores peligros para la fortaleza de un
pueblo. Los países antimilitaristas, es decir, aquellos que no comprenden ni aman las
calidades de la milicia, son los primeros que caen luego con más facilidad que otros
bajo la tiranía de su propio ejército, que, como surgido y forjado en una atmósfera
inclemente para su misma lozanía, es o suele ser en tales casos un ejército de virtudes
inferiores.
En fuerte escala ha padecido España esa enfermedad antimilitarista, esa actitud de
renuncia a todo cuanto supusiese heroísmo colectivo, disciplina interior y posibles
luchas. Las nuevas juventudes tendrán que alentar con su sola presencia esos gérmenes
y superar con brío esa verdadera lacra de la opinión española que últimamente ha
imperado.
Pues España presenta como uno de los ingredientes de su genio verdadero una
gran capacidad física y psicológica para la milicia. Ha sido en sus mejores días un
pueblo de soldados, a prueba de todas las calidades de intrepidez y de cálculo que la
vida militar requiere de un modo imperioso.
Sustraer a los españoles su destino militar, impedir que España manifieste y
entregue a la milicia su cupo de soldados naturales, equivale en rigor a podar una de
sus mejores ramas.
Pero claro que al defender y postular un renacimiento de nuestro espíritu militar,
lo hacemos, entre otras cosas, para librarnos del militarismo deficiente y mediocre. La
milicia, como la poesía, sólo es valiosa cuando alcanza calidades altas. Si no, es por
completo detestable e insufrible.
YO NO CONOZCO, camaradas, otro medio eficaz de
lograr que España sea fuerte, sino el de que disponga de un ejército
poderoso. La política militar española, desde hace muchísimos años,
parece haber sido hecha con el decidido propósito de que España no
posea fuerza militar alguna. Claro que un ejército verdadero, un
poder militar eficiente, es imposible como empresa aislada. En la
España de los últimos cincuenta años, sin industria, sin habitantes,
sin unidad y sin doctrina nacional ni internacional, un ejército auténtico, equipado y numeroso, hubiera sido un absurdo.
Pero en la España de nuestros días, a la luz de las juventudes y
de las ansias históricas de liberación nacional, una milicia robusta, un
magno ejército es y constituye una primordial necesidad. Ahora
bien, ese ejército y esa milicia no pueden ser concebidos sino como
producto popular y como proyección armada del espíritu popular
nacionalizado. No como un ejército de pura técnica, al margen del
ritmo y de las angustias diarias de la Patria, testimonio vegetal y
mudo.
Ramiro Ledesma Ramos
LA COLA del, por fortuna tartarinesco, alzamiento en armas de unos
cuantos catalanes, es imputable a la total falta de pulso de los resortes
españoles. Grábese esto bien en las cabezas de España: tan sólo el embarque en
más altas empresas imposibilitará de manera absoluta la creación de un estado
de ánimo semejante al que facilitó la criminal intentona de Cataluña.
Si el servicio de España es algo eterno e insobornable contra el que nada
pueden conjuras y zancadillas de los tiempos, para este mejor servicio –para el
que poco significa la entrega de la vida misma– han de ser extraídas cuidadosamente todas las enseñanzas. Y para recoger estas enseñanzas, ágilmente españolas, nosotros predicamos el reencuentro de las auténticas venas de España. Y
una de ellas, firme y jugosa, pese a todos los traidores machetazos recibidos,
cuando sobre nuestro cielo comenzó a aletear un blandengue y cobarde
entendimiento de la vida, es nuestro Ejército. ¡Soldados de España! Ahí es nada:
soldados que no han podido olvidar que un designio de imperio acariciaba sus
frentes; soldados para quiénes la realidad de Cataluña se aparecía en sus cabezas,
prietas de grandeza y disciplina, como la pieza justa del mapa-mundi español.
¡Levantamiento de Cataluña! Triste levantamiento que cubre unas pocas
horas de cobardía.
Ramiro Ledesma Ramos
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
Lam. 06.11
LA MILICIA no es una expresión caprichosa y mimética. Ni un
pueril “jugar a los soldados” ni una manifestación deportiva de alcance
puramente gimnástico.
La milicia es una exigencia, una necesidad ineludible de los hombres y de
los pueblos que quieren salvarse, un dictado irresistible para quienes sienten que su Patria y la continuidad de su destino histórico piden en chorros
desangrados de gritos, en oleadas de voces imperiales e imperiosas, su
encuadramiento en una fuerza jerárquica y disciplinada, bajo el mando de
un jefe, con la obediencia de una doctrina, en la acción de una sola táctica
generosa y heroica.
La milicia iza su banderín de enganche en todas las esquinas de la conciencia nacional. Para los que aún conservan su dignidad de hombres, de
patriotas. Para los que en sus pulsos perciben todavía el latido de la sangre
española y escuchan en el alma la voz de sus antepasados, enterrados en el
patrio solar, y les resuena en el corazón el eco familiar de las glorias de los
hombres de su nación y de su raza que claman por su perpetuidad.
Es la Patria, quien necesita de nuestro esfuerzo y de nuestros brazos; ella
es quien nos manda uniformar, formar todos como uno, vestir las azules
camisas de la Falange. La Patria es quien borda con mano de mujer –de
madre, de novia– sobre el pecho, exactamente encima de la diana, alborotada del corazón, ansioso de lucha y de sacrificio, el yugo y el haz, las flechas simbólicas de nuestro emblema.
Antimilitarismo
Un Ejército poderoso
4€
Lam. 06.12
Haz, 15 de julio de 1935
Arriba nún 5, 18 de abril de 1935
Discurso a las juventudes de España, mayo 1935
4€
Lam. 06.13
4€
Lam. 06.14
4€
Escrúpulos
¡CUIDADO! Normalmente los militares no deben profesar opiniones políticas; pero esto es cuando las discrepancias políticas sólo versan
sobre lo accidental; cuando la vida patria se desenvuelve sobre un lecho de
convicciones comunes que constituye su base de permanencia. El Ejército es,
ante todo, la salvaguardia de lo permanente; por eso no se debe mezclar en
luchas accidentales. Pero cuando es lo permanente mismo lo que peligra,
cuando está en riesgo la misma permanencia de la Patria (que puede, por
ejemplo, si las cosas van de cierto modo, incluso perder su unidad), el Ejército
no tiene más remedio que deliberar y elegir. Si se abstiene, por una interpretación puramente externa de su deber, se expone a encontrarse, de la
noche a la mañana, sin nada a qué servir. En presencia de los hundimientos
decisivos, el Ejército no puede servir a lo permanente más que de una manera: recobrándolo con sus propias armas. Y así ha ocurrido desde que el
mundo es mundo; como dice Spengler, siempre ha sido a última hora, un
pelotón de soldados el que ha salvado la civilización.
El milagro de la Guardia Civil
El Ejército, salvaguardia de lo permanente
Queráis o no queráis, militares de España, en unos años en que el
Ejército guarda las únicas esencias y los únicos usos integramente reveladores
de una permanencia histórica, al Ejército le va a corresponder, una vez más,
la tarea de reemplazar al Estado inexistente.
Pero
Sí; si sólo se disputara el predominio de éste o del otro partido, el
Ejército cumpliría con su deber quedándose en sus cuarteles. Pero hoy estamos en vísperas de la fecha, ¡pensadlo, militares españoles!, en que España
puede dejar de existir. Sencillamente: si por una adhesión a lo formulario del
deber permanecéis neutrales en el pugilato de estas horas, podréis encontraros
de la noche a la mañana con que lo sustantivo, lo permanente de España que
servíais, ha desaparecido. Este es el límite de vuestra neutralidad: la subsistencia de lo permanente, de lo esencial, de aquello que pueda sobrevivir a la varia
suerte de los partidos. Cuando lo permanente mismo peligra, ya no tenéis
derecho a ser neutrales. Entonces ha sonado la hora en que vuestras armas
tienen que entrar en juego para poner a salvo los valores fundamentales, sin lo
que es vano simulacro la disciplina. Y siempre ha sido así: la última partida es
siempre la partida de las armas. A última hora -ha dicho Spengler- siempre ha
sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización.
Cuando hereden vuestros hijos los uniformes que ostentáis, heredarán
con ellos: O la vergüenza de decir: “Cuando nuestro padre vestía este uniforme dejó de existir lo que fue España”. O el orgullo de recordar: “España
no se nos hundió porque mi padre y sus hermanos de armas la salvaron en el
momento decisivo”.
entonces, si somos así, si en todos se asoma aquella falta de seriedad
en la vocación y esta arriscada indisciplina, ¿cómo puede existir entre nosotros la
Guardia Civil?
La Guardia Civil es precisamente la negación de los dos defectos. De un lado,
nadie más severamente adicto al cumplimiento del deber que un guardia civil. Al
cumplimiento del deber sin brillo; del de todos los días; con perfección que igual se
extrema en el servicio extraordinario y en la aburrida misión de recorrer durante
ocho o diez horas carreteras intransitadas. Y de otro lado, nada más devotamente
impregnado del espíritu del Cuerpo -disciplina, sentido social- que un guardia civil.
No hay uno siquiera que acepte personal recompensa ni aun elogio. Una y otro los
declina siempre en provecho y gloria del Instituto, al que pertenecen con la ufanía
y el rendimiento del que profesa en una religión.
¿Cómo pueden darse entre nosotros hombres de este corte en tal abundancia?
No una docena, ni un centenar, sino veintitantos millares. ¿En qué especie de metal
incorruptible los transmutan cuando les envisten el uniforme, que así quedan
inmunes a todo mal ejemplo? ¿Qué maravillosos fluídos, llegados de Dios sabe qué
distancia, captan los picos del tricornio, que así neutralizan en quien lo lleva toda
imperfecta inclinación nativa? Es un milagro: El milagro de la Guardia Civil. No es
que la Guardia Civil haga milagros, sino que es un milagro en sí misma.
Carta a los militares de España, 4, de mayo de 1936
La Nación, 20 de diciembre de 1930
Homenaje al glorioso Instituto
Así,
mientras unas instituciones caducan y otras no medran por falta de perseverancia o de solidaridad, la Guardia Civil sigue como siempre: ni mejor ni peor, sino “perfecta”. Cada individuo en su puesto, y todos son iguales en el rigor, en el aseo, en la severa
cortesía, en el valor a toda prueba y en la infatigable asiduidad que se dijeran formados en
el mismo molde.
Ha llegado el momento de rendir homenaje al glorioso Instituto. Nadie le regateará su
aportación. Por mucho que hagamos, siempre quedaremos en deuda con él. ¿Que son unas
pesetas o unos renglones al lado de lo que le debemos? Gracias a él se recorre España sin
peligro de Norte a Sur, aun las comarcas más abruptas, vivero antaño de salteadores. Los
que vivimos fuera de la ciudad, sobre todo, no podemos agradecer bastante los servicios de
los guardias civiles. A veces volvemos de noche por la carretera. Los cristales del automóvil
se empañan; debe helar. Las casas que vamos dejando atrás tienen los balcones cerrados.
Hacemos correr a nuestro coche, ganosos del hogar caliente y de la cama mullida. Todos
duermen ya ¿Todos? No; de pronto los faros iluminan sobre el fondo obscuro, dos siluetas viriles. El haz luminoso se quiebra en los tricornios negros y en los fusiles vigilantes.
Pasamos a su lado. Los saludamos. Y seguimos con emoción confortadora, en la que tal vez
asoma un punto de remordimiento. Ellos quedan allí, velando por todos: austeros, severos,
sencillos, como si no hicieran nada sobresaliente; con la robusta serenidad de lo duradero.
La Nación, 20 de diciembre de 1930
Carta a un militar español, noviembre de 1934
Lam. 06.15
4€
Lam. 06.16
4€
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4€
NI EL ESTADO español ni la sociedad española se hubieran defendido con brío frente a la revolución si no hubiera entrado en juego el factor, que
siempre nos parece imprevisto, pero que no falta nunca a la cita en las ocasiones históricas, de ese genio subterráneo de España, de ese genio heróico y
militar de España, de esa vena perenne de España que, ahora como siempre,
albergada en uniformes militares, en uniformes de soldaditos duros, de oficiales magníficos, de veteranos firmes y de voluntarios prontos, una vez más,
ahora como siempre, ha devuelto a España su unidad y su tranquilidad.
Era la ocasión de decir: “Pues sí, esta vena heróica y militar -la de siemprenos ha salvado; esta vena heróica y militar tiene que adquirir otra vez su condición preeminente. Es cierto; no hay más que dos maneras serias de vivir: la
manera religiosa y la manera militar -o, si queréis, una sola, porque no hay
religión que no sea una milicia ni milicia que no esté caldeada por un sentimiento religioso-; y es la hora ya de que comprendamos que con ese sentido religioso y militar de la vida tiene que restaurarse España”. Esta sí que
habría sido la verdadera retribución para el esfuerzo y para el heroísmo de
quienes nos han devuelto la tranquilidad; porque estoy seguro de que cada
uno de los que han muerto por España y cada uno de los que sobreviven no
quiso la retribución en unas monedas o ventajas; lo que hubieran querido sería
que les devolviéramos el orgullo de tener una Patria grande. Y la ocasión de
emprender el camino de esa Patria grande era la gozosa y única tal vez, en sabe
Dios cuantos años, de aquella madrugada del 6 al 7 de octubre de 1934.
La Guardia de Europa
En trance
de buscar la mejor policía de Europa para la misión más delicada, los
ojos del canciller Hitler se han fijado en nuestra Guardia Civil. El Gobierno español ha estimado que no podía aceptarse el requerimiento de vigilar con guardias civiles el plebiscito
del Sarre. Pero ya el solo hecho de que nuestra Guardia Civil haya sido invitada a ejercer de
Guardia de Europa tiene que haber puesto un escalofrío de orgullo bajo los tricornios y
parece llenar a España otra vez -¿desde cuándo?- de un cierto aire imperial de los mejores días.
A los que dicen que España es incapaz de disciplina, a los que repiten la vaciedad de
que los españoles son perezosos e individualistas, basta con señalarles, bajo el tricornio,
dentro del capote, a cualquiera de nuestros guardias civiles. No es un hombre, ni un centenar; no han sido entresacados de una clase sujeta a excepcionales ejercicios; es, sencillamente, una hermandad de veinticinco mil hombres del pueblo; de éste y de ése y de todos
los pueblos de España. Y cada uno de los veinticinco mil es un archivo de disciplina cortés,
de serennidad humana, de valor, de abnegación y de laconismo.
Lo que ocurre es que España es demasiado seria para jugar a la seriedad cuando no
tiene nada que hacer. Por eso es indisciplinada cuando no encuentra digno empleo para su
disciplina. Pero si un español, o veinticinco mil españoles, tienen por delante una tarea en
que merezca soportarse y arrostrarse todo, ninguno le aventaja en disciplina. Ahí está para
demostrarlo, como si tal cosa, en nuestros caminos y por nuestras sierras, silenciosa y sencilla, esa hermandad de hombres, de hombres del pueblo, que ha sido requerida, para nuestro
orgullo, como Guardia de Europa.
EL RESPETO y el fervor de la Falange hacia el Ejército están proclamados con
tal reiteración, que no necesitan ahora de ponderaciones. Desde los 27 puntos doctrinales se ha dicho cómo es aspiración nuestra que, a imagen del Ejército, informe un sentido militar de la vida toda la existencia española. Por otra parte, en ocasiones memorables y recientes, el Ejército ha visto compartidos su peligros por camaradas nuestros.
Pero la admiración y la estimación profunda por el Ejército como órgano esencial de
la Patria no implica la conformidad con cada uno de los pensamientos, palabras y
proyectos que cada militar o grupo de militares pueda profesar, preferir o acariciar.
La participación de la Falange en uno de esos proyectos prematuros y candorosos
constituiría una gravísima responsabilidad y arrastraría su total desaparición, aún en el
caso de triunfo. Por este motivo: porque casi todos los que cuentan con la Falange para
tal género de empresas la consideran no como un cuerpo total de doctrina, ni como una
fuerza en camino para asumir por entero la dirección del Estado, sino como un elemento auxiliar de choque, como una especie de fuerza de asalto, de milicia juvenil, destinada el día de mañana a desfilar ante los fantasmones encaramados en el Poder.
Consideren todos los camaradas hasta qué punto es ofensivo para la Falange el que
se la proponga tomar parte como comparsa en un movimiento que no va a conducir a
la implantación del Estado nacionalsindicalista, al alborear de la inmensa tarea de reconstrucción propia bosquejada en nuestros 27 puntos, sino a reinstaurar una mediocridad burguesa conservadora (de la que España ha conocido tan largas muestras), orlada, para
mayor escarnio, con el acompañamiento coreográfico de nuestras camisas azules.
Circular, 24 de junio de 1936
FE., 1 de marzo de 1934
FE., 22 de febrero de 1934
Lam. 06.19
4€
Cautelas ante un alzamiento militar
Ejército y 6 de octubre de 1934
Alas de España
SOBRE el cielo azul de Castilla -de puro azul sin mezcla, casi
blanco- ha recortado su cruz en estos días el autogiro de Juan de la
Cierva.
Imaginábamos al mirarlo que era como el anuncio -gallardete
sobre el palo mayor- de una nueva libertad española: la libertad en el
servicio de lo grande; la libertad de osar y volar sobre mares y
cordilleras en la libre servidumbre de una alta empresa de universalidad.
El autogiro -nombre español transportado en alas de España- volteaba como invitándonos al escape de la España chata, pesimista y escéptica de un siglo decadente.
¡Volar otra vez! Desatarnos resueltamente de una política en zapatillas
que ambicionó por todo programa el de escuela y despensa.
Nosotros también queremos que haya escuela para los niños de
España y despensa en los hogares españoles. Pero queremos despensa para vivir después que hayamos aprendido a navegar, y escuela
para aprender de navegaciones y echar otra vez de menos bajo los
pies puentes de navíos y en los hombros ligero peso de alas.
Lam. 06.18
En el Parlamento, 6 de noviembre de 1934
4€
Lam. 06.20
4€
Lam. 06.21
4€
Lam. 06.22
4€
Justificación de la violencia
ASÍ, ENTRE el crimen y la envidia, hemos vivido tres años que parecen una existencia. Años fecundos, germinales, que nos han adiestrado para la lucha de ahora. Y para
la decisiva que se prepara.
Porque es indecente querer narcotizar a un pueblo con el señuelo de las soluciones
pacíficas. Ya no hay soluciones pacíficas. La guerra está declarada. Y ha sido el Gobierno
el primero en proclamarse beligerante. No ha triunfado un partido más en el terreno
pacífico de la democracia; ha triunfado la revolución de octubre: la revolución separatista de Barcelona y la comunista de Asturias; la que asesinó al capitán Suárez por
mano del traidor Pérez Farrás y la que incendió la Universidad de Oviedo. Ha triunfado el octubre sangriento y repulsivo de 1934, que ahora se ensalza a los cuatro vientos,
mientras se persigue a los que en octubre defendieron abnegadamente al Estado
español. Estamos en guerra. Por eso el Gobierno beligerante se preocupa poco de los
ficheros cedistas y de la prensa conservadora; lo que absorbe su atención es el preparativo de la victoria completa. El Gobierno no pierde su tiempo en matar moscas; se da
prisa por aniquilar todo aquello que pueda constituir una defensa de la civilización
española y de la permanencia histórica de la Patria: El Ejército, la Armada, la Guardia
Civil... y la Falange.
No somos, pues, nosotros quienes han elegido la violencia. Es la ley de guerra la que
la impone. Los asesinatos, los incendios, las tropelías, no partieron de nosotros. Ahora,
eso sí -en ello estriba nuestra gloria-, nuestro empuje combatiente, nuestra santa violencia, fue el primer dique con que tropezó la violencia criminal de los hombres de octubre.
No Importa, 6 de junio de 1936
Lam. 06.23
Marina
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
4€
UN EXTRAVAGANTE diputado se quejó hace varios días de que los
cañones encargados para el Méndez Núñez no sirvieran para entrar en combate.
Airado frente al que hablaba, como un verdadero barco de guerra frente al
Méndez Núñez, se levantó otro señor. Todos preguntaron:
–¿Quién es? ¿Quién es?
Alguien de esos que están en todos los secretos explicó:
–Es el ministro de Marina.
Y dijo, poco más o menos, el señor ministro de Marina:
–Yo, por mi temperamento pacifista, no he pensado ni por un momento
en que el Méndez Núñez pueda entrar en combate. Lo que quiero es dar trabajo a los obreros del arsenal.
Las personas sin experiencia parlamentaria pensarán que también trabajarían los obreros en instalar cañones presentables. Otros tal vez crean que los
barcos de guerra, por antipática que sea la guerra, deben servir para la guerra.
Pero semejante lógica es totalmente recusable. Si en España dedicásemos los
cruceros a cruceros y los cañones a cañones, ¿cómo iba a ser ministro de
Marina el ministro de Marina?
FE, 1 de febrero de 1934
Lam. 06.24
86
4€
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15/02/2010
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Página 87
CAR 07.1
Entraña y estilo
ESTA es nuestra Falange: esta mañana, predicando en campos de Castilla;
ahora, contigo en la mesa, hermano Eugenio Montes. Eso es nuestra Falange;
la que integra una intelectualidad que vivió sin entraña, perdida en un esteticismo estéril, con una tierra entrañable a la que se quiso privar de toda exigencia
de estilo.
Así sabemos fundir el sentido eterno de la tierra castellana con la exactitud
difícil de un filósofo y de un poeta si es que el ser filósofo y el ser poeta son cosas
distíntas.
Entraña y estilo; he aquí lo que compone a España. Ahora se nos habla
mucho contra el estilo, se nos dice que nadie que hizo nada grande se dió
cuenta de que tenía un estilo. ¿Y qué importa que no se diera cuenta? Lo
importante era tenerlo; en eso el estilo es como lo que Goethe llamaba la idea
de su exstencia: Es la forma interna de una vida que, consciente o inconscientemente, se realiza en cada hecho y cada palabra.
Alguien escribió: “La española Infantería es valiente porque sí”. ¡Porque
sí! Mal había entendido a la Infantería española quién escribió aquello. Era
valiente porque servía a un gran destino; porque realizaba un gran destino.
Estaba sosteniendo el Imperio de Occidente, la unidad espiritual de Europa,
el rigor de los mejores principios... ¡Pues así que no tenía razones la Infantería
para ser valiente!
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Voluntad de estilo
SU
ESTILO preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es milicia y ha de vivirse con espíritu
acendrado de servicio y de sacrificio.
Plataforma 2003
(Punto 26 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 07.01
La Nación, 25 de febrero de 1935
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La conducta
ESTO ES lo que quiere Falange Española.
Para conseguirlo llama a una cruzada a cuantos españoles quieran
el resurgimiento de una España grande, libre, justa y genuina.
Los que lleguen a esta cruzada habrán de aprestar el espíritu para
el servicio y para el sacrificio.
Habrán de considerar la vida como milicia: disciplina y peligro;
abnegación y renuncia a toda vanidad, a la envidia, a la pereza y a la
maledicencia.
Y al mismo tiempo servirán ese espíritu de una manera alegre y
deportiva.
La violencia puede ser lícita cuando se emplea por un ideal que
lo justifique.
La razón, la justicia y la Patria serán defendidas por la violencia
cuando por la violencia -o por la insidia- se las ataque.
Pero Falange Española nunca empleará la violencia como instrumento de opresión.
Mienten quienes anuncian -por ejemplo- a los obreros una tiranía
fascista.
Todo lo que es Haz o Falange es unión, cooperación animosa y
fraterna, amor.
Falange Española, encendida por un amor, segura de una fe,
sabrá conquistar a España para España, con aire de milicia.
Estilo de José Antonio
SE HA hablado mucho del estilo de José Antonio. En los primeros meses de
la guerra civil se usó y abusó de este tema -el estilo de la Falange- incluso por personas pintorescas que repetían por boca de ganso lo que ni remotamente eran capaces
de entender; y llegaron a convertir en cosa rídicula algo tan serio, importante y necesario como es y será siempre el estilo. Estilo que José Antonio tenía y perseguía con
verdadera obsesión. Lo que él llamaba estilo -buen estilo-, era un esfuerzo, y un gran
cuidado que se refería al modo espiritual de sentir, pensar y expresarse y que abarcaba también el gesto y la conducta entera. Un esfuerzo para lograr una síntesis humana
de las perfecciones en apariencia más opuestas como son la delicadeza y el vigor, la
precisión intelectual y la gallardía física, la inteligencia y el valor, y, en lo que se refiere
a la expresión, la sencillez y la profundidad. El estilo sería la prueba -el contraste- del
hombre auténtico y de las cosas auténticas. Aquella síntesis suya, luego tan manoseada, de lo religioso y de lo militar, podía también adoptar muchos pares de cualidades
integradoras: lo intelectual y lo deportivo, la elegancia y el rigor, la pasión y la veracidad, el ímpetu y la delicadeza. Y esta exigencia de estilo fue, desde sus años juveniles,
uno de los imperativos de aquel hombre, jamás satisfecho de sí mismo. Era un imperativo tanto estético como moral, fundado en una doble repugnancia por la zafiedad y
la retórica (que tantos cultivan, amorosamente, a la vez), la improvisación y la pedantería, la hipocresía y la jactancia.
Ramón Serrano Suñer
(Punto IX de los Iniciales de Falange Española: F.E., núm. 1, 7-XII-1933)
Semblanza de José Antonio, joven, 1958
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Hábito y estilo
ES UN axioma nuestro, convertido en palabra de orden por la esfera de mando,
el que dice: entrar en nuestras filas es, ante todo, afirmar un modo de ser. En primer lugar, nuestra doctrina se refiere al ser, a la esencia, antes que al vivir, a la existencia. De aquí, nuestra oposición radical al socialismo y a toda interpretación materialista o ético-utilitaria,
venga de la derecha o de la izquierda, cuyo principio básico suele referirse a lo que
todavía está por debajo de la existencia: a la subsistencia, que no es sino subexistencia.
Si hay una teoría del heroísmo puro, es la que dice: dar la existencia por la esencia.
Una perfecta, lúcida subordinación de la existencia, o sea, de la vida a la esencia, o
sea, a la idea, exigen inmediatamente una forma, un estilo, que se contraen por medio
de un hábito, de una imitación y de un ritmo. Esta imitación y este ritmo -de naturaleza
poética- tienden a crear y fijar incesantemente un rito, una liturgia; como la costumbre
tiende a fijar incesantemente un derecho.
De aquí se deducen para los nuestros los siguientes imperativos:
Primero. Subordinar en todo momento el “modo de vivir” al “modo de ser”: sacrificio.
Segundo. “Estar en forma” siempre y dar a esta frase, “estar en forma”, toda su
trascendencia que va desde lo deportivo a lo ético: vivir en una ascesis religiosa del patriotismo.
Tercero. Contraer un hábito “por imitación de los mejores ejemplos”; irse creando así un estilo, una ritualidad de conducta y “un ritmo total de cuerpo y alma acelerado hacia la meta”.
Cuarto. Convencerse de que un gran estilo “solamente se logra a fuerza de renuncias”.
Aprendizaje y heroísmo
CADA VEZ que encuentro un buen aprendiz, en un oficio
cualquiera, se me van solas las manos al apretón “¡ Bravo muchacho!
me viene gana de decirle
¡ Bravo, amigo gentil !” He aquí que
tu te preparas larga, laboriosa, obstinadamente, a una competencia.
Cualquier competencia es una manera de distinción, porque te hace,
en un orden determinado de funciones, superior y distinto a los
demás. Cualquier profesión es una aristocracia. Tú, amigo aprendiz,
cuando alcances la maestría en tu oficio, te convertirá con eso en un
aristócrata.
Todo pasa. Pasan pompas y vanidades, pasa la nombradía como
la obscuridad. Nada quedará, a fin de cuentas, de lo que hoy es la
dulzura o el dolor de tus horas, su fatiga o su satisfacción. Una cosa
sola, Aprendiz, Estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada y
es tu Obra Bien Hecha.
Eugenio D’Ors
Rafael Sánchez Mazas
Aprendizaje y heroísmo, 1915
F.E., 18 de enero de 1934
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“ IF ”
SI guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas mas odio que el odio que te tengan.
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si, al hablar, no exageras lo que sabes y quieres.
.
SI sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
Hermandad
HE AQUÍ la diferencia entre un partido político y un movimiento espiritual como es la Falange. Los partidos se apoyan en las cosas exteriores y sólo viven
para el éxito exterior; los movimientos espirituales viven para su mundo interior
ante todo y logran la victoria por expansión de esta fuerza interna lograda en constante
ejercicio. La Falange -hemos dicho ya varias veces- sirve para toda España, pero
no es un clima para todos. Meterse en la Falange, cuando se cumple bien el juramento, es mitad como meterse fraile, mitad como hacerse soldado. Son estúpidos
los que nos suponen el grosero propósito de defender eso que llaman “la absorción del individuo por el Estado”.
La plenitud del individuo, del hombre, del ciudadano nos es necesaria. No
concebimos el servicio sino como obra maestra de la libertad. Invocamos la perfección interior del individuo como piedra angular de la perfección interior de la
Falange, de la futura perfección de España. Un hombre, señor de sí mismo, que
sabe imperar sobre sí mismo, es un hombre que sabe mandar y obedecer. Así queremos a los nuestros. De esta individual plenitud se sale rectamente a la obediencia
y a la armonía. Es menester que todos obedezcan a una y que todos estén unidos.
No olvidéis que se jura la hermandad y que este juramento es el más hermoso de
cumplir. Debéis trabajar en esta hermandad con todas las fuerzas del alma porque
con la obediencia ésta es una de las fuerzas mayores de la Falange. Estad unidos
en todo y por todo, ante todo y contra todo. No traicionéis nunca esta hermandad.
Es un pecado que os deshonrará y entristecerá toda la vida. Sentíos sobre todo
hermanos de aquellos que murieron por la Falange y en ella dieron por España su
sangre generosa. No desertéis nunca su ejemplo y su compañía.
Rafael Sánchez Mazas
Arriba, 9 de mayo de 1935
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si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas al triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Dureza y claridad
NO te tuvo Dios de su mano, camarada, cuando escribiste: “Si F. E. sigue
en este tono literario e intelectual, no valdrá la pena de arriesgar la vida por
venderlo”. Entonces, tú, que ahora formas tu espíritu en la Universidad bajo
el sueño de una España mejor, ¿por qué arriesgarías con gusto la vida? ¿Por
un libelo en que se llamara a Azaña invertido y ladrones a los ex-ministros
socialistas? ¿Por un semanario en que quisiéramos tender las líneas del futuro
con el lenguaje pobre, desmayado, inexpresivo y corto de cualquier prospecto
anunciador?
Es posible que, si escribiéramos así, nos entendiera más gente desde el
principio. Acaso, también, nos fuera fácil remover provechosos escándalos.
Pero entonces hubiéramos vendido, por un plato de éxito fácil, nada menos
que la gloria de nuestro empeño.
Si nos duele la España chata de estos días (tan propicia a esas maledicencias y a ese desgarro que echas de menos en nuestras páginas) no se nos curará
el dolor mientras no curemos a España. Si nos plegásemos al gusto zafio y
triste de lo que nos rodea, seríamos iguales a los demás. Lo que queremos es
justamente lo contrario: hacer, por las buenas o por las malas, una España distinta de la de ahora, una España sin la roña y la confusión y la pereza de un pasado próximo; rítmica y clara, tersa y tendida hacia el afán de lo peligroso y lo
difícil.
Autenticidad, entereza y ambición
LA PRIMERA exigencia de la disciplina es la autenticidad. Si no
somos capaces de realizar en nosotros esta idea del hombre, preferible será
que ni se la nombre ni se altere el eterno descanso de José Antonio con la
repetición trivial e insincera de sus frases y consignas. Muchas veces hemos
naufragado los españoles de este tiempo entre las sirtes de la retórica. Mientras
una ancha y resuelta minoría de españoles no consigamos ser en nosotros mismos lo que decimos que el hombre debe ser, nuestras lenguas quedarán en el
“címbalo que retiñe”, de que habló San Pablo.
La segunda exigencia podría ser llamada entereza histórica. Ni siquiera es
suficiente la empresa de realizar en nosotros ese inédito tipo de “hombre
nuevo” que el mundo y la Cristiandad están pidiendo a gritos. Es necesario
también saber defenderlo, resuelta y oportunamente. He recordado alguna vez
que sin el vigor armado y combatiente de Maratón no habrían sido posibles
Aristóteles, Platón, y la cultura europea; y sin los arcabuceros de la Noche
Triste, acaso no rezasen al Dios de los cristianos unos cuantos millones de
almas humanas.
Tercera exigencia de la disciplina es, en fín, la ambición. Sabemos que
nuestra idea del hombre es la óptima, y si somos capaces de realizarla con autentícidad en el seno de nuestra vida española -sin ello nada sería lícito-, no perdamos, por olvido o por desaliento, la ambición de expandirla con nuestra palabra,
con nuestro ejemplo y con todos los recursos a que alcance nuestro poderío.
SI arriesgas en un golpe y lleno de alegría
las ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas, y lo quieres, y mandas.
SI hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa.
Si llenas el minuto inolvidable y cierto
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
Todo lo de esta tierra será de tu dominio
y, mucho más aún: serás hombre, hijo mío.
Pedro Laín Entralgo
Rudyard Kipling
Idea falangista del hombre: “Cisneros”, nº 2, 1943
(Traducción de J. Miquelarena)
F.E., 19 de abril de 1934
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CAR 07.2
Culto del honor
Gravedad alegre
ser, esa estancia nuestra termina en el a Deo pasando por el ser-para-la-muerte,
de aquí que nuestro servicio sea un servicio-a-muerte y nuestra lucha una
lucha-a-muerte. Servir a y luchar por la unidad en el hombre y entre los hombres, la Patria, el Imperio, Dios. Y como nuestro ser termina en Dios, en el
Todo, de ahí que el servicio y la lucha no sean angustiados, sino alegres. La alegría es virtud preceptiva de nuestro Juramento. Alegría que pasa a través de la
muerte y adquiere sentido con ella: esto es, alegría grave, seria y -a veces- hasta
trágica. Gravedad alegre, esta es la raíz última en orden a la realización melódica de nuestro modo de ser, este es nuestro estilo. Es grave nuestro estilo,
porque nuestro modo de ser se realiza a través de la muerte; es alegre, porque
la muerte no es la nada, como en Heidegger -como, en general, en todos cuantos partan de una concepción “natural” del hombre- sino el Todo. La raíz de
nuestro ser no es la temporalidad, sino la eternidad. “El hombre es un ser portador de valores eternos que tiene un alma que salvar”, dijo una vez con poesía y
verdad José Antonio, y de ahí parte todo. Gravedad alegre, porque del sentido
de nuestro ser, que vale tanto, ya lo sabemos por Heidegger, como el sentido
de nuestra muerte, sale el sentido de nuestra existencia, de nuestra vida.
Esta gravedad será unas veces concepción militante de la vida individual
o colectiva. Otras, cierta actitud poética ante la vida misma de lo cual habló
bien temprano José Antonio.
Lam. 07.11
a la timidez o de la valentía al apocamiento. El caballero cristiano es esencialmente valeroso, intrépido. No siente miedo más que ante Dios y ante sí
mismo. Pero ¿qué sentido tiene esta valentía? o dicho de otro modo: ¿Por qué
no conoce el miedo el caballero cristiano?
Ahora bien; una de las características esenciales del caballero cristiano -y,
por consiguiente del alma hispánica- es la tenacidad y eficacia de las convicciones.
Precisamente porque el caballero no toma sus normas fuera, sino dentro de sí
mismo, en su propia conciencia individual, son esas normas acicates eficacísimos y tenaces; es decir, capaces de levantar el corazón por encima de todo
obstáculo. La valentía del caballero cristiano deriva de la profundidad de sus
convicciones y de la superioridad inquebrantable en su propia esencia y valía.
De nadie espera y de nadie teme nada el caballero, que cifra toda su vida en
Dios y en sí mismo; es decir, en su propio esfuerzo personal.
Esa seguridad en sí mismo del caballero cristiano es, por una parte, sumisión
al destino y, por otra parte, desprecio de la muerte. Ahora bien, la sumisión del
caballero a su destino no debe entenderse como fatalismo. Ni su desprecio de
la muerte como abatimiento. Así la fe religiosa del caballero cristiano, compenetrada estrechamente con su personal fe y confíanza en sí mismo, es la que
sirve de base a la virtud de la valentía o del arrojo.
Manuel García Morente
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Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
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EN LA IDEA que el caballero cristiano tiene de la muerte puede condensarse el conjunto de su psicología y actitud ante la vida. Porque una de las
cosas que más y mejor definen a los hombres es su relación con la muerte. El
animal difiere esencialmente del hombre en que nada sabe de la muerte. Ahora
bien, las concepciones que el hombre se ha formado de la muerte pueden
reducirse a dos tipos: aquellas para las cuales la muerte es término o fin y aquellas para las cuales la muerte es comienzo o principio. Hay hombres que consideran la muerte como la terminación de la vida. El otro grupo de hombres,
en cambio, ven en la muerte un comienzo, la iniciación de una vida más verdaderamente vida, la vida eterna. La muerte para éstos no cierra sino que abre.
No es negación sino afirmación, y el momento en que empiezan a cumplirse
todas las esperanzas.
Para el caballero cristiano, la vida no es sino la preparación de la muerte,
el corredor estrecho que conduce a la vida eterna, un simple tránsito, cuanto
más breve mejor, hacia el portalón que se abre sobre el infinito y la eternidad.
Así, la vida del caballero no vale por sí misma sino por el fin ideal a cuyo
servicio el caballero ha puesto su brazo de paladín. Así, el caballero despreciará como mezquina toda adhesión a las cosas y cultivará en sí mismo la
grandeza, o sea la conciencia de su dedicación a una gran obra. En suma, el
caballero cristiano extrae la serie toda de sus virtudes -y defectos- de su concepción de la muerte y de la vida. Porque subordina toda la vida a lo que
empieza después de la muerte.
Manuel García Morente
OTRA consecuencia del “ser” caballeresco es la preferencia del arrojo
Manuel García Morente
Pedro Laín Entralgo
Idea de la muerte
Arrojo contra timidez
ESA ESTIMACIÓN superior que el caballero cristiano concede a su
personalidad individual encuentra su expresión y manifestación extrema en el
culto del honor. El caballero cristiano cultiva con amoroso cuidado su honra.
¡Como que la honra es propiamente el reconocimiento en forma exterior y visible de la valía individual interior invisible! El honrado es el que recibe honores;
esto es, signos exteriores que reconocen y manifiestan el valor interno de su
persona.
Honra es, pues, toda aquella manifestación externa que alienta al hombre
en su afán y propósito de perfección, ocultando en lo posible el abismo entre
la maldad real y la bondad ideal, haciendo como si ese abismo no existiera,
como si cada hombre -mientras no se patentice lo contrario- fuese ya el ser
perfecto del ideal, el caballero cumplido. La honra, el honor es, pues, ese
reconocimiento externo del valor interior de la persona. En cambio, el menosprecio es todo acto o manifestación externa que hace patente bien a las claras
el abismo entre el ser real y el ser ideal perfecto, y que tiene por consecuencia
un “menor aprecio” de la persona individual. Puede, pues, una persona
deshonrarse o ser deshonrada. Se deshonra cuando es ella misma, por su conducta o sus palabras, la que pone de manifiesto su menor valía, la gran distancia entre el ideal de bondad y la realidad de maldad. Es deshonrada cuando
otros, por su conducta o sus palabras, son los que ponen de manifiesto esa
menor valía o menor aprecio, el abismo entre la realidad íntima de su persona
y el ideal a cuyo servicio está o debe estar.
Nuestro modo de ser es servir a y luchar por . Pero como ese modo de
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Coraje y dialéctica
Caballero cristiano
Paladín, defensor de una causa
Grandeza contra mezquindad
UES BIEN; yo pienso que todo el espíritu y todo el estilo de la
nación española puden también condensarse y a la vez concretarse en un tipo
humano ideal, aspiración secreta y profunda de las almas españolas, el
caballero cristiano. El caballero cristiano -como el gentleman inglés, como el
ocio y dignidad del varón romano, como la belleza y bondad del griego- expresa
en la breve síntesis de sus dos denominaciones el conjunto o el extracto último de los ideales hispánicos. Caballerosidad y cristiandad en fusión perfecta e
identificación radical, pero concretadas en una personalidad absolutamente
individual y señera, tal vez sea, según yo lo siento, el fondo mismo de la psicología hispánica. El español ha sido, es y será siempre el caballero cristiano.
Serlo constituye la íntima aspiración más profunda y activa de su auténtico y
verdadero ser, que no es tanto el ser que real y materialmente somos como el
ser que en el fondo de nuestro corazón quisiéramos ser.
EN PRIMER LUGAR, la preferencia de la grandeza sobre la
mezquindad. Pero ¿qué es la grandeza y qué la mezquindad? Grandeza es el
sentimiento de la personal valía; es el acto por el cual damos un valor superior a
lo que somos sobre lo que tenemos. Mezquindad es justo lo contrario, esto
es, el acto por el cual preferimos lo que tenemos a lo que somos. El caballero
cristiano cultiva la grandeza, porque desprecia las cosas, incluso las suyas, las
que él posee. Pone siempre su ser por encima de su haber. Se confiere a sí
mismo un valor infinito y eterno. En cambio, no concede valor ninguno a las
cosas que tiene. Vale uno por lo que es y no por lo que posee. Don Quijote lo
afirma: “ Donde quiera que yo esté, allí está la cabecera”.
¿Qué siente, qué piensa, qué quiere el caballero cristiano? ¿Cómo concibe
la vida y la muerte? ¿Cómo cree en Dios y en la inmortalidad? ¿Cuál es el matiz
de su religiosidad? ¿Cuál es, en suma, su sistema de preferencias absolutas?
Esta descripción interior del caballero cristiano es la única manera posible de
determinar, en cierto modo, la esencia de la hispanidad, el estilo de la nación
española.
Manuel García Morente
LOS SIGLOS de Reconquista han impregnado de religiosidad hasta el
tuétano el alma del caballero cristiano; infundiéndole, además, la convicción de
que la vida es, en efecto, lucha, la lucha por imponer a la realidad circundante
una forma buena, una manera de ser excelente que por sí misma la realidad no
tendría. El caballero cristiano es, pues, esencialmente un paladín defensor de
una causa, deshacedor de entuertos e injusticias, que va por el mundo sometiendo toda realidad -cosas y personas- al imperativo de unos valores supremos, absolutos, incondicionales. Y lo que lo caracteriza y designa como paladín
no es solamente su condición de esforzado propugnador del bien, sino, sobre
todo, el método directo con que lo procura. El caballero cristiano no tiene
aguante, no aguarda, no espera; no busca, para transformar la realidad mala en
realidad buena, algunos rodeos más o menos largos, que, de un modo por
decirlo así, mecánico, metódico y natural, vayan produciendo la deseada modificación de la realidad. El caballero cristiano cree ciegamente en la virtud y eficacia inmediata de su propia voluntad y esforzada resolución para transformar
las cosas.
En la mentalidad del paladín hay al mismo tiempo optimismo e impaciencia; optimismo como fe absoluta en el poder moral de la voluntad; impaciencia como demanda de transformación inmediata y total, no gradual y progresiva.
Manuel García Morente
Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
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Antes, pues consentirá el caballero cristiano sufrir toda clase de penurias
y de pobrezas y verse privado de toda cosa, que rebajar su ser con el gesto vil,
innoble, de la mezquindad, que es adulación a las cosas materiales. El adulador
atribuye falsamente al adulado valores y modalidades que éste no tiene; de
igual modo el mezquino supone falsamente en las cosas materiales valores que
éstas no poseen. El caballero cristiano no adula ni a las personas ni a las cosas.
Su grandeza le protege de cualquier mezquindad. Prefiere padecer toda
escasez y sufrir trabajos que doblegar la conciencia que de sí mismo tiene.
Manuel García Morente
LA
ESTA VIRTUD en que consiste el ser hidalgo sólo tiene una forma definitiva y cierta de acreditarse: las obras. Podría pensarse, en efecto, que si la nobleza
consiste en la virtud, donde haya nobleza heredada habrá implícitamente virtud.
La reacción del espíritu español ante semejante supuesto es unánime. El tener
ascendientes nobles no es más que una causa de obligación. Cada cual, por consiguiente, tiene que ser hijo de sus propias obras y justificarse por ellas. En el
Victorial, al que no hacía obras dignas de su estado y progenitores, se le llama
“hijo de ninguno”.
De esta suerte se conjugan en la figura del hidalgo, sin estorbarse, antes bien,
beneficiándose mutuamente, los estímulos representados por las obligaciones de
una noble herencia y los principios libres y personales de la justificación por las
propias obras.
Lo que los teólogos españoles sostienen, como vía para la salvación, en el
Concilio de Trento, es una verdad profundamente arraigada en el alma española,
que se manifiesta en todo su modo de ser, sentir y actuar.
Pero, aparte de su verdad teólogica y de su superioridad moral, el principio de
la justificación por la fe y las obras es el inspirador genuíno del llamado espíritu
occidental, frente a aquel otro de la justificación por la sola fides. El aliento
emprendedor y el horizonte de creaciones que el espíritu occidental se atribuye
mejor que con la sola fides, consuena con el principio que proclama Don Quijote:
“cada cual es hijo de sus obras”.
Alfonso García Valdecasas
El hidalgo y el honor, 1948
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BUENA actitud y comportamiento del caballero español del Siglo de
Oro se condensaba en el sosiego.
Sosiego sólo puede haberlo donde hay una gran energía en potencia. Es capaz
de sosiego el mar, porque es capaz de tempestades; pero la mísera charca de aguas
estancadas no lo es. Esta imagen nos revela el sentido íntimo del sosiego. A primera
vista, sosiego sólo parece expresar una situación, una exterioridad; pero lo exterior
en todo lo que afecta al hidalgo es expresión del espíritu.
El sosiego es la plenitud lograda y armoniosa de dos virtudes: la fortaleza y la
templanza. Estas dos virtudes se requieren mutuamente para ser perfectas pues la
verdadera fortaleza no es aquella inestable que se dispara violentamente en
cualquier momento, sino la que, siempre dominada y medida, sólo se desencadena
cuando es preciso. E, igualmente, la templanza no es real ni es virtud sin el supuesto
complementario de una gran fuerza que ha de ser templada.
Si el sosiego se sitúa por los investigadores en nuesto Siglo de Oro, sus raíces
son mucho más antiguas. Equivalen al sosiego todas aquellas expresiones que reflejan dominio de sí, compostura, continencia, comedimiento, discreción, mesura, etc.
El Cid tenía, ya muchos siglos antes, aquel mismo sosiego, fruto de energía y compostura, que iba a difundirse después en el siglo XVI: “Fabló Mio Cid bien e tan
mesurado”.
Es, pues, claro que en el hidalgo el buen exterior resulta de virtudes del espíritu.
Hay en el hidalgo como un hacerse de dentro a fuera, o mejor, del alma al cuerpo.
En el hidalgo, la falta de buen exterior sería privación de algo conforme, pero no
esencial a su ser.
Alfonso García Valdecasas
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El hidalgo, figura ejemplar
Las obras y el éxito
PARA COMPLETAR la inteligencia de la actitud espiritual del hidalgo, es fundamental poner en claro que las obras no significan, en modo alguno, el resultado obtenido, el éxito
logrado, sino que las obras son independientes de toda utilidad o resultado, que consisten en la
pura y alegre y heroica acción esforzada, que se cifran en la realización, no de un determinado
logro, sino de la virtud potencial contenida en la persona.
No el éxito, sino la empresa, y el bien como obra que realizar, es lo que ponen los
españoles por encima de la existencia.
A lo largo de nuestra literatura clásica se puede observar una evolución que deja intacto
este pensamiento fundamental: importan la obra y la acción como frutos del ser; el éxito o el
fracaso no están determinados por la virtud, sino que, en sus efectos se tercia la fortuna. Por
tanto, no podemos poner el criterio del bien en el resultado, y quien lo haga es un liviano.
La historia de España en el siglo XVII, para todo español que vibrara con su patria, era
como para poner a prueba su temple moral y su capacidad de perseverancia. El empuje creador,
la alegría de la acción, el desprecio a la muerte, la disposición al heroísmo eran lo normal. Los
españoles de entonces sabían que el nivel, el tono de una vida, no lo da su duración. Una vida
mezquina no deja de serlo porque dure más. Lo que importa –al hidalgo, no al burgués– es vivir
dignamente. “Nadie pensaba cuanta edad vivía, sino de qué manera”, proclamaba don
Francisco de Quevedo, que se caracteríza a sí mismo, pues que español, como amante del peligro, y a todos los españoles como “impacientes de mucha edad”. En este impulso prodigioso
de los siglos XVI y XVII España lucha en toda Europa, surca todos los mares, crea nuevos
pueblos en América, erige ciudades, multiplica creaciones de cultura, política y arte. Pero el
conjunto de los acontecimentos, el proceso general histórico, se va mostrando adverso a las
posiciones españolas. Los espíritus más penetrantes lo perciben. A la antigua y constante
recusación del éxito como criterio de superioridad, se va asociando la idea de que hasta cierto
punto son opuestos el mérito y el éxito; fruto éste último de la ciega fortuna.
Cervantes proclama la falta de nobleza que hay en dejarse seducir por el éxito, en ponerse
–sin más motivo– de parte del vencedor. “Bien se parece, Sancho –le amonesta Don Quijote–,
que eres villano, y de aquellos que dicen: ¡Viva quien vence!”. Y en otra ocasión, discriminando lo que puede quedar entregado al azar o a las potencias del hado, y lo que está por encima
de ellas, el ingenioso hidalgo exclama: “Bien podrán los encantadores quitarme la ventura; pero
el esfuerzo y el ánimo será imposible”.
Alfonso García Valdecasas
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El hidalgo y el honor, 1948
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Lam. 07.22
Frente a la muerte
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La muerte es un acto de servicio
FRENTE a la muerte misma, antes que de una actitud peculiar del hidalgo
hay que hablar de un peculiar temple español. Claro que la moral del hidalgo, más
que de una clase, es de un tipo ideal que vale para todos, y que en fin de cuentas es
representativo de lo español. Suele señalarse en la actitud española ante la muerte
ese afán de superviviencia y anhelo de más allá, esa convicción de que esta vida no
puede agotar el propio ser, que tan dramáticamente ha expresado Unamuno.
Cuando ese sentimiento es fe esperanzada y amor a Dios, alcanza un nivel espiritual que alguna vez he llamado “alegría a muerte”. Es el de Santa Teresa de Jesús;
si “muere porque no muere”, no es que le desespere vivir, es que alegremente vive
en la esperanza impaciente de la muerte, que hará definitiva y perfecta la unión con
Dios, que ya ilumina su vida terrenal. Ese es el secreto de la alegría inexpresable,
sobrecogedora, que inunda la clausura de algunos conventos.
Es innegable que la inspiración religiosa satura el clima social en que florece la
actitud española ante la muerte. Pero ni siquiera ella explica aquella impavidez serena, aquel estar por encima de la muerte que es tan frecuente en el español previamente a todo pensamiento o esperanza del más allá.
Se diría más bien que el español afronta la muerte justamente porque sabe su
importancia, y pone en juego su vida precisamente porque la vive en plenitud.
Lo importante en la vida, llamada a desaparecer, y lo importante en la muerte,
por su naturaleza inevitable, era el temple con que se afrontaran. Y allí está a mi ver
la clave de la actitud española ante ellas: la convicción de que importa, por encima
de todo, el ánimo indomable, el temple magnánimo que ante nada se encoge ni amilana; la entereza que, erguida, desafía los embates de la vida y el definitivo de la
muerte.
Alfonso García Valdecasas
El hidalgo y el honor, 1948
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HOY ES ya claro que el mundo actual tiende a superar esos dos tipos de burgués y proletario, y que la mejor ambición que podemos tener es la de suscitar un
tipo de hombre más noble y perfecto que el logrado hasta ahora. Ese anhelo de una
renovación del hombre, que es al mismo tiempo anhelo de renovación del ser hispánico, justifica aquel volver los ojos al tipo humano ejemplar, el hidalgo, que
España ha producido. Si nuestro ser de españoles responde al ser genuíno de la
Patria, nuestra versión actual del hidalgo será fiel al pasado y viva verdad para el
futuro.
Así, pues, si el hidalgo es heredero, lo es, ante todo, para las cargas. Es un pensamiento constante en nuestros clásicos que el ser hijo de algo o de bien, es, ante
todo, una fuente de deberes. Sólo al cumplirlos se merece realmente ser llamado
hijodalgo. En cambio, el que no se comporta en la forma a que le obliga el ejemplo de sus mayores, es doblemente vil y despreciable.
Hay en el pensamiento español como un eje diamantino inconmovible que,
esquemáticamente, podríamos formular así:
1º. La nobleza no consiste sino en la virtud. Donde haya o pueda haber virtud habrá o podrá haber nobleza. Toda otra condición es secundaria.
2º. La ascendencia noble no arguye nobleza, sino obligación de ser noble, y, a
lo más, un crédito de confianza: se espera un noble comportamiento de quien tal
ascendiente tiene.
3º. La virtud se prueba por las obras, como por los frutos se conoce el árbol.
Por consiguiente, cada cual es hijo de sus obras.
4º. Las obras consisten en acciones esforzadas, no en el resultado ni en el
éxito.
Alfonso García Valdecasas
El hidalgo y el honor, 1948
El hidalgo y el honor, 1948
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Tierras de Castilla. Notas de andar y ver, III. 1911
Idea de la Hispanidad, 3ª ed., 1947
Virtud y sosiego
La virtud y las obras
ES un guerrero joven, lampiño, tendido a la larga sobre uno
de sus costados. El busto se incorpora un poco apoyando un codo
en un haz de leña; en las manos tiene un libro abierto; a los pies
un can y un paje; en los labios una sonrisa volátil. Cierto cartelón
fijado encima de la figura hace breve historia del personaje.
Era un caballero santiaguista, que mataron los moros cuando socorría a unos hombres de Jaén, con el ilustre duque del
Infantado, su señor, a orillas de la acequia gorda, en la vega de
Granada.
Nadie sabe quien es el autor de la escultura. Por un destino
muy significativo, en España casi todo lo grande es anónimo. De
todas suertes, el escultor ha esculpido aquí una de estas antítesis.
Este mozo es guerrero de oficio: lleva cota de malla y piezas de
arnés cubren su pecho y sus piernas. No obstante, el cuerpo revela
un temperamento débil., nervioso. Las mejillas descarnadas y las
pupilas intensamente recogidas declaran sus hábitos intelectuales.
Este hombre parece mas de pluma que de espada. Y, sin embargo, combatió en Loja, en Mora, en Montefrío bravamente. La historia nos garantiza su coraje varonil. La escultura ha conservado
su sonrisa dialéctica. ¿Será posible? ¿Ha habido alguien que haya
unido el coraje a la dialéctica?
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
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1. LA MUERTE es un acto de servicio. Ni más ni menos. No hay, pues, que adoptar
actitudes especiales ante los que caen. No hay sino seguir cada cual en su puesto, como estaba en
su puesto el camarada caído cuando le elevaron a la condición de mártir.
2. NO HAGÁIS caso de los que, cada vez que cae uno de los nuestros, muestran mayor
celo que nosotros mismos por vengarle. Siempre parecerá a esos la represalia pequeña y tardía,
siempre deplorarán lo que padece, con soportar las agresiones, el honor de nuestra Falange. No
les hagáis caso. Si tanto les importa el honor de nuestra Falange, ¿por qué no se toman siquiera
el trabajo de militar en sus filas?
3. EL HONOR y el deber de la Falange tienen que ser medidos por quienes llevan sobre
sus hombros la responsabilidad de dirigirla. No olvidéis que uno de los principios de nuestra
moral es la fe en los jefes. Los jefes tienen siempre razón.
4. UNA REPRESALIA puede ser lo que desencadene en un momento dado, sobre todo
un pueblo, una serie inacabable de represalias y contragolpes. Antes de lanzar así sobre un pueblo
el estado de guerra civil, deben, los que tienen la responsabilidad del mando, medir hasta dónde
se puede sufrir y desde cuándo empieza a tener la cólera todas las excusas.
5. LO QUE DEMUESTRA mejor que nada si se conserva el temple, es la permanencia
en el mismo puesto de peligro. No hacen falta baladronadas; pero, ¿qué mayor señal de firmeza
que poner otro hombre, como si tal cosa, en el puesto donde estaba el caído?
6. EL CAÍDO, que cuando se le nombra, responde por la voz de los camaradas: ¡Presente!
7. EL MARTIRIO de los nuestros es, en unos casos, escuela de sufrimiento y de sacrificio.
Cuando hemos de contemplarlo en silencio. En otros casos, razón de cólera y de justicia. Lo que
no pueden ser nunca nuestros mártires es tema de “Protesta” al uso liberal. Nosotros no nos quejamos. Ese no es nuestro estilo. Nosotros no profanamos los despojos de nuestros muertos, arrastrándolos por editoriales jeremíacos o sacudiéndolos para lograr efectos políticos entre el ajado
terciopelo de los escaños de las Cortes.
F.E., 1 de febrero de 1934
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CAR 08.1
El Estado
CENTENARIO
LAMINAS DEL
ALGUNOS conciben al Estado como un simple mantenedor del orden,
como un espectador de la vida nacional que sólo toma parte en ella cuando el
orden se perturba, pero que no cree resueltamente en ninguna idea determinada.
Otros aspiran a adueñarse del Estado para usarlo, incluso tiránicamente,
como instrumento de los intereses de su grupo o de su clase.
Falange Española no quiere ninguna de las dos cosas: ni el Estado indiferente, mero policía ni el Estado de clase o grupo.
Quiere un Estado creyente en la realidad y en la misión superior de España.
Un Estado que, al servicio de esa idea, asigne a cada hombre, a cada clase,
y a cada grupo, sus tareas, sus derechos y sus sacrificios.
Un Estado de TODOS; es decir, que no se mueva sino por la consideración
de esa idea permanente de España; nunca por la sumisión al interés de una
clase ni de un partido.
Dignidad, integridad y libertad
LA DIGNIDAD humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles. Pero sólo es de veras libre
quien forma parte de una nación fuerte y libre.
A nadie le será lícito usar su libertad contra la unión, la fortaleza
y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo
intento dirigido a envenar, a desunir a los españoles o a moverlos
contra el destino de la Patria.
Plataforma 2003
(Punto 7 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
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(Punto IV de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1, 7-XII-1933)
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Bases del nuevo Estado
PARA QUE EL Estado no pueda nunca ser de un partido, hay que acabar con los partidos políticos. Los partidos políticos se producen como resultado de una organización política
falsa: el régimen parlamentario. En el Parlamento unos cuantos señores dicen representar a
quienes los eligen. Pero la mayor parte de los electores no tienen nada común con los elegidos:
ni son de las mismas familias, ni de los mismos municipios, ni del mismo gremio. Unos pedacitos de papel depositados cada dos o tres años en unas urnas son la única razón entre el pueblo y
los que dicen representarle.
¿Para qué necesitan los pueblos de esos intermediarios políticos? ¿Por qué cada hombre, para
intervenir en la vida de su nación, ha de afiliarse a un partido político o votar las candidadturas
de un partido político?.
Todos nacemos en una FAMILIA.
Todos vivimos en un MUNICIPIO.
Todos trabajamos en un OFICIO o PROFESIÓN.
Pero nadie nace ni vive, naturalmente, en un partido político.
El Partido político es una cosa ARTIFICIAL que nos une a gente de otros municipios y de
otros oficios con los que no tenemos nada de común y nos separa de nuestros convecinos y de
nuestros compañeros de trabajo, que es con quiénes de veras convivimos. Un Estado verdadero,
como el que quiere Falange Española, no estará asentado sobre la falsedad de los partidos políticos ni sobre el Parlamento que ellos engendran.
Estará asentado sobre las auténticas realidades vitales:
La familia.
El Municipio.
El gremio o sindicato.
Así, el Nuevo Estado habrá de reconocer la integridad de la familia, como unidad social; la
autonomía del Municipio, como unidad territorial, y el sindicato, el gremio, la corporación como
bases auténticas de la organización total del Estado.
Forma y contenido de la democracia
AL SENTIDO etimológico de la palabra “democracia” ha llegado a sobreponerse en el
espíritu de nuestra época un sentido ético: el que nos representa un estilo de vida pacífico, armonioso y tolerante. Santo Tomás centra su doctrina del Estado en la idea de fín. El fin es “el bien
común”, la vida pacífica, feliz y virtuosa. Son justas las formas de gobierno (de uno, de varios o de
muchos), en tanto se ordenan a ese fin e injustas cuando lo menosprecian. He aquí señalado como
aspiración de la ciencia jurídica un “contenido de vida” que pudiéramos llamar, en el sentido ético
que se dijo al principio, democrático. Vida en común no sujeta a tiranía, pacífica, feliz y virtuosa.
Pero cuando ya iba tan adelantada la ciencia en el logro del “contenido” de una vida política justa, surgen dos desviaciones para las cuales es dogma de fe que la vida justa se produce necesariamente por la sola virtud de una forma determinada. La vida pacífica, feliz y virtuosa no se
espera ya de un contenido político, sino de una forma política. He aquí reemplazada la tendencia
tomista, que aspira alcanzar el bien común mediante una política “de contenido”, por otra tendencia que espera lograrlo por la sola mágica virtud de una “forma”.
Pero si la democracia como forma ha fracasado, es, más que nada, porque no nos ha sabido proporcionar una vida verdaderamente democrática en su contenido. No caigamos en las exageraciones
extremas que traducen su odio por la superstición sufragista, en desprecio hacia todo lo
democrático. La aspiración a una vida democrática, libre y apacible será siempre el punto de mira
de la ciencia política, por encima de toda moda.
No prevalecerán los intentos de negar derechos individuales, ganados con siglos de sacrificio. Lo que ocurre es que la ciencia tendrá que buscar, mediante construcciones de “contenido”,
el resultado democrático que una “forma” no ha sabido depararla.
(Punto V de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1 , 7-XII-1933)
La Nación, 16 enero 1931.
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Aspiraciones del nuevo Estado
Estado
TODAS las aspiraciones del nuevo Estado podrian resumirse en
una palabra: Unidad. La Patria es una totalidad histórica, donde todos
nos fundimos, superior a cada uno de nuestros grupos. En homenaje a esa unidad han de plegarse clases o individuos. Y la construcción
deberá apoyarse en estos dos principios:
Primero. En cuanto a su fin, el Estado habrá de ser instrumento
puesto al servicio de aquella Unidad, en la que tiene que creer. Nada
que se oponga a tan entrañable transcendente Unidad, debe ser
recibido como bueno, sean muchos o pocos los que lo proclamen.
Segundo. En cuanto a su forma, el estado no puede asentarse sino
sobre un régimen de solidaridad nacional, de cooperación animosa y
fraterna. La lucha de clases, la pugna enconada de partidos, son
incompatibles con la visión del Estado.
La edificación de una nueva política en que ambos principios se
compaginen es la tarea que ha asignado la Historia a la generación de
nuestro tiempo.
NUESTRO ESTADO será un instrumento totalitario al
servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán
en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie
participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en
lucha y Parlamento del tipo conocido.
El Estado nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada
compatible con el interés colectivo, y aún protegerá y estimulará
las beneficiosas.
El Fascio, núm. 1, 16 de marzo de 1933
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(Puntos 6 y 8 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S., Noviembre, 1934
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La persona
Estado liberal y libertad
Falange Española considera al hombre como conjunto de un cuerpo y un
alma; es decir, como capaz de un destino eterno, como portador de valores eternos.
Así, pues, el máximo respeto se tributa a la dignidad humana, a la integridad del
hombre y a su libertad.
Pero esa libertad profunda no autoriza a socavar los fundamentos de la convivencia pública.
No puede permitirse que todo un pueblo sirva de campo de experimentación a la
osadía o a la extravagancia de cualquier sujeto.
Para todos, la libertad verdadera, que sólo se logra por quien forma parte de una
nación fuerte y libre.
Para nadie, la libertad de perturbar, de envenenar, de azuzar las pasiones, de
socavar los cimientos de toda duradera organización política.
Estos fundamentos son: la Autoridad, la Jerarquía y el Orden.
Si la integridad física del individuo es siempre sagrada, no es suficiente para darle
una participación en la vida pública nacional.
La condición política del individuo sólo se justifica en cuanto cumple una función
dentro de la vida nacional.
Sólo estarán exentos de tal deber los impedidos.
Pero los parásitos, los zánganos, los que aspiran a vivir como convidados a costa
del esfuerzo de los demás, no merecerán la menor consideración del Estado nuevo.
EL ESTADO LIBERAL no cree en nada, ni siquiera en sí mismo. El Estado liberal
permite que todo se ponga en duda, incluso la conveniencia de que el mismo exista.
El Estado liberal –el Estado sin fe, encogido de hombros– escribió en el frontispicio de
su templo tres bellas palabras: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Pero bajo su signo no florece ninguna de las tres.
La Libertad no puede vivir sin el amparo de un principio fuerte, permanente. Cuando
los principios cambian con los vaivenes de la opinión, sólo hay libertad para los acordes
con la mayoría. Las minorías están llamadas a sufrir y callar. Todavía bajo los tiranos
medievales quedaba a las vícitmas el consuelo de saberse tiranizadas. El tirano podría
oprimir, pero los materialmente oprimidos no dejaban por eso de tener razón contra el tirano. Sobre las cabezas de tiranos y súbditos estaban escritas palabras eternas, que daban a
cada cual su razón. Bajo el estado democrático, no: la Ley –no el Estado, sino la Ley,
voluntad presunta de los más– tiene siempre razón. Así, el oprimido, sobre serlo, puede ser
tachado de díscolo peligroso si moteja de injusta la Ley. Ni esa libertad le queda.
Así concluye la Libertad bajo el imperio de las mayorías y la Igualdad. Por de pronto, no
hay igualdad entre el partido dominante, que legisla a su gusto, y el resto de los ciudadanos
que lo soportan. Más todavía: produce el Estado liberal una desigualdad más profunda: la
económica. Puestos, teóricamente, el obrero y el capitalista en la misma situación de libertad
para contratar el trabajo, el obrero acaba por ser esclavizado al capitalista.
Y, por último, se rompe en pedazos la Fraternidad. Como el sistema democrático funciona sobre el régimen de las mayorías, es preciso, si se quiere triunfar dentro de él, ganar
la mayoría a toda costa. Cualesquiera armas son lícitas para el propósito; si con ello se logra
arrancar unos votos al adversario, bien está difamar de mala fe sus palabras. Para que haya
minoría y mayoría tiene que haber por necesidad división.
El Fascio, núm. 1, 16 de marzo de 1933
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Menos palabrería liberal
QUEREMOS menos palabrería liberal y más respeto a la libertad profunda del
hombre. Porque sólo se respeta la libertad del hombre cuando se le estima, como
nosotros le estimamos, portador de valores eternos; cuando se le estima envoltura
corporal de un alma que es capaz de condenarse y de salvarse. Sólo cuando al hombre se le considera así, se puede decir que se respeta de veras su libertad, y más
todavía si esa libertad se conjuga, como nosotros pretendemos, en un sistema de
autoridad, de jerarquía y de orden.
Queremos que todos se sientan miembros de una comunidad seria y completa;
es decir , que las funciones a realizar son muchas: unos, con el trabajo manual;
otros, con el trabajo del espíritu; algunos, con un magisterio de costumbres y refinamientos. Pero que en una comunidad tal como nosotros apetecemos, sépase
desde ahora, no debe haber convidados ni debe haber zánganos.
Queremos que no se canten derechos individuales de los que no pueden
cumplirse nunca en casa de los famélicos, sino que se de a todo hombre, a todo
miembro de la comunidad política, por el hecho de serlo, la manera de ganarse con
su trabajo una vida humana, justa y digna.
(Punto VII de los Iniciales de Falange Española: F.E. núm. 1 , 7-XII-1933)
Discurso de la Comedia, 29 de octubre de 1933
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La persona, unidad fundamental
CUANDO EL MUNDO se desquicia no se puede remediar con parches técnicos; necesita todo un nuevo orden. Y este orden ha de arrancar otra vez del individuo.
Oiganlo los que nos acusan de profesar el panteísmo estatal: nosotros consideramos al
individuo como unidad fundamental, porque este es el sentido de España, que siempre
ha considerado al hombre portador de valores eternos. El hombre tiene que ser libre,
pero no existe la libertad sino dentro de un orden.
El liberalismo dijo al hombre que podía hacer lo que quisiera, pero no le aseguró
un orden económico que fuese garantía de esa libertad. Es, pues, necesaria una garantía
económica organizada; pero dado el caos económico actual no puede haber economía
organizada sin un Estado fuerte, y sólo puede ser fuerte sin ser tiránico, el Estado que
sirva a una unidad de destino. He ahí como el Estado fuerte, servidor de la conciencia de
la unidad, es la verdadera garantía de la libertad del individuo...
España puede tener un Estado fuerte porque es, en sí misma, una unidad de destino en los universal. Y el Estado español puede ceñirse al cumplimiento de las funciones
esenciales del Poder descargando no ya el arbitraje, sino la regulación completa, en
muchos aspectos económicos, a entidades de gran abolengo tradicional: a los sindicatos,
que no serán ya arquitecturas parasitarias, según el actual planteamiento de la relación de
trabajo, sino integridades verticales de cuantos cooperan a realizar cada rama de producción.
Conferencia en Valladolid, 3 de marzo de 1935
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CAR 08.2
El problema de la libertad
FRENTE AL DESDEÑOSO «Libertad, ¿para qué?», de Lenin, nosotros comenzamos por afirmar la libertad del individuo, por reconocer al individuo. Nosotros, tachados de defender un panteísmo estatal, empezamos por aceptar la realidad del individuo
libre, portador de valores eternos.
Pero sólo se afirma una cosa, cabalmente, cuando corre peligro de perecer. Afirmamos
la libertad, porque es susceptible cualquier día de ser suprimida. ¿Y en qué estado de cosas
sufre ese concepto de libertad el riesgo de ser menospreciado?
Para el hombre primitivo no existía idea, concepto de libertad. Vivía dentro de esa libertad, que era natural en su vida, sin apreciarla ni formularla. El hombre de las primeras
edades era libre y con plena libertad, sin reconocer en qué consistía. Y no lo sabía porque
no había nada capaz de cohibirlo; existía él y nada más. Fue preciso que surgiese una entidad que pusiese veto a sus impulsos para que se diese cuenta de esa libertad de manifestación de sus tendencias. Hasta que no aparece un conjunto de normas capaz de cohibir
los movimientos espontáneos de la Naturaleza no se plantea el problema de la libertad; en
suma, hasta que no hay Estado.
El Estado puede considerarse como realidad sociológica cognoscible por el método de
las ciencias del «ser», de las ciencias naturales, y como complejo de normas, al que es aplicable el método de las ciencias del «deber ser», de las ciencias normativas. En el primer aspecto, la pugna entre individuo y Estado no tendría interés jurídico, se reduciría a una investigación de causalidad indiferente para el problema del «deber ser». La pugna jurídicamente,
políticamente interesante, es la que se plantea entre el complejo de normas que integran el
orden jurídico estatal y el individuo que, frente a esas normas, quiere afirmarse vitalmente;
quiere, en términos vulgares, hacer «lo que le dé la gana».
Conferencia, 28 de marzo de 1935
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Pugna entre individuo y Estado
Soberanía y derechos divinos
TAL PUGNA [entre individuo y Estado] ha agrupado la tendencia política alrededor
de dos constantes, que podemos llamar «derecha» e «izquierda».
Bajo estas expresiones externas hay escondido algo profundo. Las esencias de esas actitudes, «derechas» e «izquierdas», podríamos resumirlas así: las «derechas» son las que consideran que el fin general del Estado justifica cualquier sacrificio individual, y que se debe
subordinar cualquier interés personal al colectivo; por el contrario, las «izquierdas» ponen
como primera afirmación la del individuo, y todo está supeditado a ella; lo supremo es su
interés, y nada que atente contra él será considerado como lícito.
Pero, según esas definiciones, ¿sería derechista el comunismo? Porque el comunismo lo
subordina todo al interés estatal; en ningún país ha existido menos libertad que en Rusia;
en ninguno ha habido más sofocante opresión del Estado sobre el individuo. Pero se sabe
que el fin último del comunismo es una organización sin Estado ni clase, una anarquía e
igualdad perfecta. Así lo han manifestado los jefes comunistas; tras una dura etapa de rigor
dictatorial, el colectivismo anarquista aproximadamente.
En las épocas chabacanas, como ésta que vivimos, se borran los perfiles de estados
constantes. Y así acontece que los archiconservadores se sienten izquierdistas, es decir,
individualistas, en cuanto se trata de defender sus intereses. Tanto «derechas» como
«izquierdas» se entremezclan y se contradicen a sí mismas, porque se han vuelto de espaldas al espíritu fundamental de sus constantes.
PERO ES FALSO el punto de vista que coloca al individuo en oposición al Estado, y
que concibe como antagónicas las soberanías de ambos. Este concepto «soberanía» ha
costado mucha sangre al mundo y le seguirá costando. Porque esa «soberanía» es el principio que legitima cualquier acción nada más que por ser de quien es. Naturalmente, frente
al derecho del soberano a hacer lo que quiere se alzará el del individuo a hacer lo que
quiere. El pleito es así irresoluble.
En este principio descansa el absolutismo. Este sistema apareció en el Renacimiento y
tuvo mejores políticos que filósofos. Estos acudieron al Derecho romano y, confirmando
sobre el «dominio» privado el poder político, dieron a éste un carácter «patrimonial». El
príncipe viene a ser «dueño» de su trono, y así lo que a él le plazca tiene fuerza de ley, nada
más que por emanar de él: Quod principi placuit legis habet vigorem. Digamos, entre paréntesis,
que esta tesis del príncipe, este derecho divino de los reyes, nunca ha sido doctrina de la
Iglesia, como sus enemigos han pretendido afirmar.
Pero era natural que frente al derecho divino de los reyes se proclamase el derecho divino del pueblo. El que dio forma expresiva a esta tesis básica de la democracia fue Rousseau
en el Contrato social. Según él, todo poder procedía del pueblo y sus decisiones de voluntad
se consideraban justificadas, por injustas que fuesen. Al Quod principi placuit legis habet vigorem
sucede la afirmación de Jurie: «El pueblo no necesita tener razón para validar sus actos». Y
el individuo sale de la tiranía de un gobernante para caer bajo la tiranía de las asambleas.
EL ESTADO se encastilla en su soberanía; el individuo, en la suya; los dos luchan por
su derecho a hacer lo que les venga en gana. El pleito no tiene solución. Pero hay una salida
justa y fecunda para esta pugna si se plantea sobre bases diferentes. Desaparece ese antagonismo destructor en cuanto se concibe el problema del individuo frente al Estado, no
como una competencia de poderes y derechos, sino como un cumplimiento de fines de
destinos. La Patria es una unidad de destino en lo universal, y el individuo, el portador de
una misión peculiar en la armonía del Estado. No caben así disputas de ningún género; el
Estado no puede ser traidor a su tarea, ni el individuo puede dejar de colaborar con la suya
en el orden perfecto de la vida de su nación.
El anarquismo es indefendible, porque, siendo la afirmación absoluta del individuo, al
postular su bondad o conveniencia ya se hace referencia a cierto orden de cosas, el que
establece la noción de lo bueno, de lo conveniente, que es lo que se negaba. El anarquismo es como el silencio: en cuanto se habla de él se le niega.
La idea de destino, justificador de la existencia de una construcción (Estado o sistema),
llenó la época más alta que ha gozado Europa: el siglo XIII, el siglo de Santo Tomás. Y
nació en mentes de frailes. Los frailes se encararon con el poder de los reyes y les negaron
ese poder en tanto no estuviera justificado por el cumplimiento de un gran fin: el bien de
los súbditos.
Conferencia, 28 de marzo de 1935
Conferencia, 28 de marzo de 1935
Conferencia, 28 de marzo de 1935
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Soberanía y destino
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Panteísmo estatal
La Revolución total
un destino–, florece la noble, grande y robusta concepción del «servicio». Si nadie existe
sino como ejecutor de una tarea, se alcanza precisamente la personalidad, la unidad y la libertad propias «sirviendo» en la armonía total ¡Se abre una era de infinita fecundidad al lograr
la armonía y la unidad de los seres! Nadie se siente doble, disperso, contradictorio entre lo
que es en realidad y lo que en la vida pública representa. Interviene, pues, el individuo en
el Estado como cumplidor de una función, y no por medio de los partidos políticos; no
como representante de una falsa soberanía, sino por tener un oficio, una familia, por
pertenecer a un municipio. Se es así, a la vez que laborioso operario, depositario del poder.
Los sindicatos son cofradías profesionales, hermandades de trabajadores, pero a la vez
órganos verticales en la integridad del Estado. Y al cumplir el humilde quehacer cotidiano
y particular se tiene la seguridad de que se es órgano vivo e imprescindible en el cuerpo de
la Patria. Se descarga así el Estado de mil menesteres que ahora innecesariamente desempeña. Sólo se reserva los de su misión ante el mundo, ante la Historia. Ya el Estado, síntesis de tantas actividades fecundas, cuida de su destino universal. Y como el jefe es el que
tiene encomendada la tarea más alta, es él el que más sirve. Coordinador de los múltiples
destinos particulares, rector del rumbo de la gran nave de la Patria, es el primer servidor;
es, como quien encarna la más alta magistratura de la tierra, «siervo de los siervos de Dios».
TODO ESO son historias. La única manera de resolver la cuestión es alterando de arriba abajo la organización de la economía. Esta revolución en la economía no va a consistir
–como dicen por ahí que queremos nosotros los que todo lo dicen porque se les pega al
oído, sin dedicar cinco minutos a examinarlo– en la absorción del individuo por el Estado,
en el panteísmo estatal.
Precisamente la revolución total, la organización total de Europa, tiene que empezar por
el individuo, porque el que más ha padecido con este desquiciamiento, el que ha llegado a
ser una molécula pura, sin personalidad, sin sustancia, sin contenido, sin existencia, es el
pobre individuo, que se ha quedado el último para percibir las ventajas de la vida. Toda la
organización, toda la revolución nueva, todo el fortalecimiento del Estado y toda la reorganización económica irán encaminadas a que se incorporen al disfrute de las ventajas esas
masas enormes desarraigadas por la economía liberal y por el conato comunista.
¿A eso se llama absorción del individuo por el Estado? Lo que pasa es que entonces el
individuo tendrá el mismo destino que el Estado, que el Estado tendrá dos metas bien
claras: lo que nosotros dijimos siempre: una, hacia fuera, afirmar a la Patria; otra, hacia dentro, hacer más felices, más humanos, más participantes en la vida humana a un mayor
número de hombres. Y el día en que el individuo y el Estado, integrados en una armonía
total, vueltos a una armonía total, tengan un solo fin, un solo destino, una sola suerte que
correr, entonces sí que podrá ser fuerte el Estado sin ser tiránico, porque sólo empleará su
fortaleza para el bien y la felicidad de sus súbditos.
Conferencia, 28 de marzo de 1935
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
Misión, destino y servicio
ACEPTADA ESTA definición del ser –portador de una misión, unidad cumplidora de
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SI SE TIENE la seria voluntad de impedir que lleguen los resultados previstos en el vaticinio marxista, no hay más remedio que desmontar el armatoste
cuyo funcionamiento lleva implacablemente a esas consecuencias: desmontar el
armatoste capitalista que conduce a la revolución social, a la dictadura rusa.
Desmontarlo, pero ¿para sustituirlo con qué?
Mañana, pasado, dentro de cien años, nos seguirán diciendo los idiotas: queréis
desmontarlo para sustituirlo por otro Estado absorbente, anulador de la individualidad. Para sacar esta consecuencia, ¿íbamos nosotros a tomar el trabajo de
perseguir los últimos efectos del capitalismo y del marxismo hasta la anulación
del hombre? Si hemos llegado hasta ahí y si queremos evitar eso, la construcción
de un orden nuevo la tenemos que empezar por el hombre, por el individuo,
como occidentales, como españoles y como cristianos; tenemos que empezar por
el hombre y pasar por sus unidades orgánicas, y así subiremos del hombre a la
familia, y de la familia al Municipio y, por otra parte, al Sindicato, y culminaremos
en el Estado, que será la armonía de todo. De tal manera, en esta concepción
político-histórico-moral con que nosotros contemplamos el mundo, tenemos
implícita la solución económica; desmontaremos el aparato económico de la
propiedad capitalista, que absorbe todos los beneficios, para sustituirlo por la
propiedad individual, por la propiedad familiar, por la propiedad comunal y por
la propiedad sindical.
Destino del hombre y destino de la Patria
ESTO ES precisamente lo que debiera ponerse a hacer España en estas
horas: asumir este papel de armonizadora del destino del hombre y del destino
de la Patria, darse cuenta de que el hombre no puede ser libre, no es libre si no
vive como un hombre, y no puede vivir como un hombre si no se le asegura un
mínimo de existencia, y no puede tener un mínimo de existencia si no se le ordena la economía sobre otras bases aque aumenten la posibilidad de disfrute de millones y millones de hombres, y no puede ordenarse la economía sin un Estado
fuerte y organizado, y no puede haber un Estado fuerte y orgaizador sino al servicio de una gran unidad de destino, que es la Patria; y entonces ved cómo todo
funciona mejor, ved cómo se acaba esta lucha titánica, trágica entre el hombre y
Estado que se siente opresor del hombre. Cuando se logre eso (y se puede lograr,
y esa es la clave de la existencia de Europa, que así fue Europa cuando fue y así
tendrán que volver a ser Europa y España), sabremos que en cada uno de nuestros actos, en el más familiar de nuestros actos, en la más humilde de nuestras
tareas diarias, estamos sirviendo, al par que nuestro modesto destino individual,
el destino de España y de Europa, y del mundo, el destino total y armonioso de
la creación.
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
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La tarea de nuestro tiempo
Hambre y libertad
HE AQUÍ la tarea de nuestro tiempo: devolver a los hombres los sabores
antiguos de la norma y del pan. Hacerles ver que la norma es mejor que el desenfreno; que hasta para desenfrenarse alguna vez hay que estar seguro de que es
posible la vuelta a un asidero fijo. Y, por otra parte, en lo económico, volver a
poner al hombre los pies sobre la Tierra, ligarle de una manera más profunda a
sus cosas: al hogar en que vive y a la obra diaria de sus manos. ¿Se concibe forma
más feroz de existencia que la del proletario que acaso vive durante cuatro lustros fabricando el mismo tornillo en la misma nave inmensa, sin ver jamás completo el artificio de que aquel tornillo va a formar parte y sin estar ligado a la
fábrica más que por la inhumana frialdad de la nómina?
Todas las juventudes conscientes de su responsabilidad se afanan en reajustar
el mundo. Se afanan por el camino de la acción y, lo que importa más, por el
camino del pensamiento, sin cuya constante vigilancia la acción es pura barbarie.
Mal podríamos sustraernos a esa universal preocupación nosotros, los hombres
españoles, cuya juventud vino a abrirse en las perplejidades de la transguerra.
Nuestra España se hallaba, por una parte, como a salvo de la crisis universal; por
otra parte, como acongojada por una crisis propia, como ausente de sí misma por
razones típicas de desarraigo que no eran las comunes al mundo. En la coyuntura, unos esperaban hallar el remedio echándolo todo a rodar. (Esto de querer
echarlo todo a rodar, salga lo que salga, es una actitud característica de las épocas
degeneradas; echarlo todo a rodar es más fácil que recoger los cabos sueltos,
anudarlos, separar lo aprovechable de lo caduco... ¿No será la pereza la musa de
muchas revoluciones?)
NOSOTROS no nos conformamos con ninguna de esas dos mitades. No
creímos que fuera remedio para el primer bienio el segundo. No creemos que
después del bienio cruel haya sido ninguna ventaja el bienio estúpido que ahora
enterramos. No creemos que, si se ha sido tuerto del ojo derecho durante dos
años, se arregle nada con volverse tuerto del ojo izquierdo. Queremos ver una
España entera, armoniosa, fuerte, profunda y libre: libre como Patria, que no
soporte mediatizaciones extranjeras ni trato colonial en lo económico, ni tenga
sus fronteras y sus costas desguarnecidas, y libre para cada uno de sus hombres,
porque no se es libre por tener la libertad de morirse de hambre formando colas
a las puertas de una fábrica o formando cola a la puerta de un colegio electoral,
sino que se es libre cuando se recobra la unidad entera: el individuo, como portador de un alma, como titular de un patrimonio; la Familia, como célula social;
el Municipio, como unidad de vida, restaurado otra vez en su riqueza comunal y
en su tradición; los Sindicatos, como unidad de la existencia profesional y depositarios de la autoridad económica que se necesita para cada una de las ramas de la
producción. Cuando tengamos todo esto, cuandos se nos integre otra vez en un
Estado servidor el destino patrio, cuando nuestras familias y nuestros
Municipios, y nuestros Sindicatos, y nosotros, seamos, no unidades estadísticas,
sino enteras unidades humanas, entonces, aunque no formemos cola a las puertas de los colegios para echar los papelitos que acaso nos obligaron a echar
nuestros usureros o nuestros amos, entonces sí podremos decir que somos
hombres libres.
Armonía del hombre y su contorno
ESTA PÉRDIDA de armonía del hombre con su contorno origina dos actitudes: una, la que dice: «Esto ya no tiene remedio; ha sonado la hora decisiva para
el mundo en que nos tocó nacer, y no hay sino resignarse, llevar a sus últimas
consecuencias la dispersión , la descomposición». Es la actitud del anarquismo:
se resuelve la desarmonía entre el hombre y la colectividad disolviendo a la colectividad en los individuos; todo se disgrega como un trozo de tela que se desteje.
Otra actitud es la heroica: la que, rota la armonía entre el hombre y la colectividad, decide que ésta haga un esfuerzo desesperado, para absorber a los individuos
que tienden a dispersarse. Estos son los Estados totales, los Estados absolutos.
Yo digo que si la primera de las dos soluciones es disolvente y funesta, la
segunda no es definitiva. Su violento esfuerzo puede sostenerse por la tensión
genial de unos cuantos hombres, pero en el alma de esos hombres late, de seguro,
una vocación de interinidad; esos hombres saben que su actitud se resiste en las
horas de tránsito, pero que, a la larga, se llegará a formas más maduras en que
tampoco se resuelva la disconformidad anulando el individuo, sino en que vuelva a hermanarse el individuo en su contorno por la reconstrucción de esos valores
orgánicos, libres y eternos, que se llaman el individuo, portador de un alma; la
Familia, el Sindicato, el Municipio, unidades naturales de convivencia.
Prólogo al libro ¡Arriba España!, agosto de 1935
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Liberalismo y democracia
ELLO VENDRÍA a consumar entre nosotros el fenómeno universal de la desaparición de los partidos liberales. ¿Por qué desaparecen?
Simplemente –como casi todo lo que se extingue– porque han traicionado su destino. La verdadera forma liberal de gobierno era el «despotismo
ilustrado». Acaso mediante él hubieran conseguido elevar el tono de vida
de las masas, incapaces de redimirse por sí mismas desde el instante en
que necesitan redención. Pero los liberales, para halagar a las masas, transigieron hasta el punto de entregarse a lo que las propias masas dijeran.
Habló el sufragio universal. Y lo que dijo, naturalmente, fue lo menos
parecido al tono ecuánime, tolerante, refinado, de los revolucionarios burgueses. Las masas no matizan. En cuanto fueron fuertes se lo llevaron
todo por delante, sin distingos. El mundo ha llegado a la cruda pugna de
nuestros días entre las posiciones extremas. La democracia, hija del
liberalismo, ha matado a su padre. Esto no sería malo; lo malo es que lleva
camino de matar también a la libertad. Para rescatarla hay que volver a las
luchas originarias: a la fuerza. Pero para esos menesteres los partidos
liberales no sirven y así van desapareciendo del mundo.
Arriba, num. 25, 26 de diciembre de 1935
Discurso en Sevilla, 22 de diciembre de 1935
Discurso en el cine Madrid, 17 de noviembre de 1935
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Una alta tarea moral
Socialismo y libertad
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SI LA REVOLUCIÓN socialista no fuera otra cosa que la implantación de
un nuevo orden en lo económico, no nos asustaríamos. Lo que pasa es que la
revolución socialista es algo mucho más profundo. Es el triunfo de un sentido
materialista de la vida y de la historia; es la sustitución violenta de la Religión por
la irreligiosidad; la sustitución de la Patria por la clase cerrada y rencorosa; la
agrupación de los hombres por clases, y no la agrupación de los hombres por
todas las clases dentro de la Patria común a todos ellos; es la sustitución de la
libertad individual por la sujeción férrea de un Estado que no sólo regula nuestro
trabajo, como un hormiguero, sino que regula también implacablemente nuestro
descanso. Es todo esto. Es la venida impetuosa de un orden destructor de la
civilización occidental y cristiana; es la señal de clausura de una civilización que
nosotros, educados en sus valores esenciales, nos resistimos a dar por caducada.
Hemos llegado al final de esta época liberal capitalista, a no sentirnos ligados
por nada en lo alto, por nada en lo bajo; no tenemos ni un destino ni una Patria
común; porque cada cual ve a la Patria desde el estrecho mirador de su partido;
ni una sólida convivencia económica, una manera fuerte de sentirnos sujetos
sobre la tierra.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
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Discurso en el Cinema Europa, 2 de febrero de 1936
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EL CAPITALISMO liberal desemboca, necesariamente, en el comunismo.
No hay más que una manera, profunda y sincera, de evitar que el comunismo
llegue: tener el valor de desmontar el capitalismo, desmontarlo por aquellos mismos a quienes favorece, si es que de veras quieren evitar que la revolución comunista se lleve por delante los valores religiosos, espirituales y nacionales de la
tradición. Si lo quieren, que nos ayuden a desmontar el capitalismo, a implantar
el orden nuevo.
Esto no es sólo una tarea económica: esto es una alta tarea moral. Hay que
devolver a los hombres su contenido económico para que vuelvan a llenarse de
sustancia sus unidades morales, su familia, su gremio, su municipio; hay que hacer
que la vida humana se haga otra vez apretada y segura, como fue en otros tiempos; y para esta gran tarea económica y moral, para esta gran tarea, en España
estamos en las mejores condiciones. España es la que menos ha padecido del
rigor capitalista. España –¡bendito sea su atraso!– es la más atrasada en la gran
capitalización. España puede salvarse la primera de este caos que amenaza al
mundo. Y ved que en todos los tiempos las palabras ordenadoras se pronuncian
por una boca nacional. La nación que da la primera con las palabras de los nuevos
tiempos es la que se coloca a la cabeza del mundo. He aquí por dónde, si queremos, podemos hacer que a la cabeza del mundo se coloque otra vez nuestra
España.
Discurso en el Cinema Europa, 2 de febrero de 1936
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CAR 09.1
Universidad, cultura y profesión
A
PLICANDO a estos principios nos encontramos con los siguientes lemas:
A) La Universidad consiste, primero y por lo pronto, en la enseñanza superior que debe
recibir el hombre medio.
B) Hay que hacer del hombre medio, ante todo, un hombre culto –situarlo a la altura de los
tiempos–. Por tanto, la función primaria y central de la Universidad es la enseñanza de las grandes
disciplinas culturales.
Éstas son:
1ª Imagen física del mundo (Física).
2ª Los temas fundamentales de la vida orgánica (Biología).
3ª El proceso histórico de la especie humana (Historia).
4ª La estructura y funcionamiento de la vida social (Sociología).
5ª El plano del Universo (Filosofía).
C) Hay que hacer del hombre medio un buen profesional. Junto al aprendizaje de la cultura, la Universidad le enseñará, por los procedimientos intelectualmente más sobrios, inmediatos y eficaces, a ser un buen médico, un buen juez, un buen profesor de Matemáticas o de
Historia en un Instituto.
D) No se ve razón ninguna densa para que el hombre medio necesite ni deba ser un hombre científico. Consecuencia escandalosa: la ciencia, en su sentido propio, esto es, la investigación científica, no pertenece de una manera inmediata y constitutiva a las funciones primarias
de la Universidad ni tiene que ver sin más ni más con ellas.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Exaltación de la Universidad
AUTÉNTICA colaboración de la Universidad
española. En la Universidad radican la supremacías
ideológicas que constituyen el secreto último de la ciencia y de la técnica. Y también las vibraciones culturales
más finas. Hemos de destacar por ello nuestro ideal en
pro de la Universidad magna.
Ramiro Ledesma Ramos
(Punto 8º del manifiesto de “La Conquista del Estado”, Febrero de 1931)
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Plataforma 2003
Misión de la Universidad, 1930
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Universidad y ciencia
Acerca de los intelectuales
E
UROPA es la inteligencia. ¡Facultad maravillosa, sí; maravillosa porque es la única
que percibe su propia limitación, y de este modo prueba hasta qué punto la inteligencia es, en
efecto, inteligente!. Esta potencia, que es a un tiempo freno de sí misma, se realiza en la ciencia.
Si la cultura y las profesiones quedaran aisladas en la Universidad, sin contacto con la
incesante fermentación de la ciencia, de la investigación, se anquilosarían muy pronto en sarmentoso escolasticismo. Es preciso que en torno a la Universidad mínima establezcan sus campamentos las ciencias –laboratorios, seminarios, centros de discusión. Ellas han de constituir
el humus donde la enseñanza superior tenga hincadas sus raíces voraces. Ha de estar, pues, abierta a los laboratorios de todo género, y a la vez reobrar sobre ellos. Todos los estudiantes superiores al tipo medio irán y vendrán en esos campamentos a la Universidad, y viceversa. Allí se
darán cursos desde un punto de vista exclusivamente científico sobre todo lo humano y lo divino. De los profesores, unos, más ampliamente dotados de capacidad, serán a la vez investigadores, y los otros, los que sólo sean “maestros”, vivirán excitados y vigilados por la ciencia,
siempre en ácido fermento. Lo que no es admisible es que se confunda el centro de la
Universidad con esa zona circular de las investigaciones que debe rodearla. Son ambas cosas
–Universidad y laboratorio– dos órganos distintos y correlativos en una fisiología completa.
Sólo que el carácter institucional compete propiamente a la Universidad. La ciencia es una
actividad demasiado sublime y exquisita para que se pueda hacer de ella una institución. La
ciencia es incoercible e irreglamentable.
Conste, pues: la Universidad es distinta, pero inseparable de la ciencia. Yo diría: la Universidad
es, además, ciencia. La ciencia es la dignidad de la Universidad, más aún –porque, al fin y al cabo,
hay quien vive sin dignidad–, es el alma de la Universidad.
HACE veintitrés siglos, bajo los árboles de Academo, habló plácidamente de Filosofía
cierto intelectual. Le llamaban Platón. No hubo menester para sus estudios de laboratorios
complicados ni recargó sus libros con intrincadas subdivisiones y prolijas notas; antes le
bastó el cobijo de unas copas sombrías y la fluidez de un lenguaje fresco como el agua para
dejar encendida con claridad perenne la luz de las verdades esenciales.
Había para Platón una virtud de virtudes, que llamaba la justicia. Pero no era la justicia
cualidad simple, sino armonioso resumen de otras tres cualidades: sabiduría, fortaleza y templanza. De ahí que ni la sola sabiduría, ni la sola fortaleza, ni la templanza sola, por excelentes
que fueran, bastasen para alcanzar la cumbre perfecta, completa, de la justicia.
De Platón aquí la historia del mundo guarda los nombres de muchos intelectuales. Por fortuna para nosotros, los españoles del siglo XX, nunca hubo tantos ni tan ilustres como aquí
ahora. Detrás de cada esquina, en cada redacción de periódico, en cada ajado y maloliente
saloncillo del Ateneo, damos con dos docenas de Platones. Tampoco ha habido tiempos en
que se alcance la omnisciencia tan fácilmente como en nuestros días. Antes era preciso quemarse las pestañas, sangrar por los codos sobre los duros ejercicios, encanecer en las
Universidades y no desmayar en la frecuencia de los textos. Hoy, todo estudiante que sepa
rudimentos de alemán puede aspirar a catedrático, y sin más que un misterioso gesto taciturno, unas gafas de concha, cierto lenguaje ampuloso, con mucho ademán y mucho transido, y tal cual somera lectura de los ensayistas de moda, le es lícito a cualquier jovenzuelo, alistarse en esa muchedumbre que se conoce con el vago apelativo de la intelectualidad.
La Nación, 29 de julio de 1930
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Misión de la Universidad, 1930
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El enemigo está en las Universidades
EL ENEMIGO está en las Universidades. En nuestras Universidades no
intervenidas, sino monopolizadas por el gobierno, y en las cuales, no obstante,
tienen su nido los adversarios más activos y peligrosos de cuanto es fundamental
para el Estado. En ninguna parte como en España es más fuerte la intervención
del Estado en las Universidades. Parece que un Centro del Estado no puede ser
hostil a aquello que es fundamento y sustentación de aquél. Defendamos a la
juventud. Vosotros sois padres; si queréis que vuestros hijos sigan una profesión
facultativa tendréis forzosamente que entregárselos al Estado por las puertas de
la Universidad. Con ello debiérais descansar seguros. ¿Quién parece que pueda
tener mayor interés que el Estado en formar ciudadanos que lo sostengan? Pues
no; vuestros hijos encontrarán, sí, maestros sabios y venerables -yo soy discípulo
de una Universidad y me honro en tributarles desde aquí mi respeto-; pero
pasarán también por las manos de una serie de extravagantes que les enseñarán a
perderos el respeto a vosotros, a la religión, a la Patria, al Ejército, al honor
nacional... Y cuando el Estado os devuelva a vuestro hijo, si Dios no le ha protegido mucho, os lo devolverá descreído, irreverente, descastado, cobarde, enemigo de todo lo que vosotros más respetáis, y quien sabe si incluso -porque hasta
de eso habrá oído hablar con benévola simpatía- entregado a los vicios más
abominables y vergonzosos.
Al camarada Matías Montero
A
QUÍ tenemos, ya en tierra, a uno de nuestros mejores camaradas.
Nos da la lección magnífica de su silencio. Otros, cómodamente, nos aconsejarán desde sus casas ser más animosos, más combativos, más duros en
las represalias. Es muy fácil aconsejar. Pero Matías Montero no aconsejó ni
habló: se limitó a salir a la calle a cumplir con su deber, aún sabiendo que
probablemente en la calle le aguardaba la muerte. Lo sabía porque se lo
tenían anunciado. Poco antes de morir dijo: “Sé que estoy amenazado de
muerte, pero no me importa si es para bien de España y de la causa”. No
pasó mucho tiempo sin que una bala le diera cabalmente en el corazón,
donde se acrisolaba su amor a España y su amor a la Falange.
¡Hermano y camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo! Gracias
por tu ejemplo.
Que Dios te dé su eterno descanso y a nosotros nos niegue el descanso
hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte.
Por última vez: ¡Matías Montero y Rodríguez de Trujillo! ¡Presente!
F.E., 22 de febrero de 1934
La Nación, 6 de octubre de 1930
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Misión de la Universidad
EL “principio de la economía”, que es a la par la voluntad de tomar las cosas según son,
y no utópicamente, nos ha llevado a delimitar la misión primaria de la Universidad en esta forma:
1º. Se entenderá por Universidad stricto sensu la institución en que se enseña al estudiante
medio a ser un hombre culto y un buen profesional.
2º. La Universidad no tolerará en sus usos farsa ninguna; es decir, que sólo pretenderá del
estudiante lo que prácticamente puede exigírsele.
3º. Se evitará, en consecuencia, que el estudiante medio pierda parte de su tiempo en fingir
que va a ser un científico. A este fin se eliminará del torso o mínimum de estructura universitaria
la investigación científica propiamente tal.
4º. Las disciplinas de cultura y los estudios profesionales serán ofrecidos en forma
pedagógicamente racionalizada –sintética, sistemática y completa–, no en la forma que la ciencia
abandonada a sí misma preferiría: problemas especiales, “trozos” de ciencia, ensayos de investigación.
5º. No decidirá en la elección del profesorado el rango que como investigador posee el candidato, sino su talento sintético y sus dotes de profesor.
6º. Reducido el aprendizaje de esta suerte al mínimum en cantidad y calidad, la Universidad
será inexorable en sus exigencias frente al estudiante.
Este ascetismo en las pretensiones, esta lealtad un poco ruda con que se reconocen los
límites de lo asequible, permitirá, yo creo, lograr lo fundamental en la vida universitaria, que es
colocarla en su verdad, en su limitación, en su interna y radical sinceridad. La nueva vida, como
arriba he dicho, tiene que reformarse tomando como punto de partida riguroso la simple
aceptación del destino: el del individuo o el de la institución. Todo lo demás que queramos por
añadidura hacer de nosotros o de las cosas –Estado, instituciones particulares–, sólo prenderá y
fructificará si lo sembramos sobre la tierra de esa previa
aceptación de nuestro destino, de nuestro mínimum.
Falta de vida universitaria
NINGUNA palabra pudiera decir lo respetuosamente desconsolador que es este espectáculo para quien, apartado un momento de la locura colectiva, lo contempla con ojos de
Historia. ¡Un pueblo entero, en cada uno de sus individuos, se resiste a cumplir con el deber!
Y ese pueblo es España; justamente el pueblo en que todos los esfuerzos de una generación
serían pocos para recuperar el retraso de lustros que debemos a antiguas perezas. Así, mientas nuestras Unversidades no producen sino eminencias aisladas y muchedumbres de productos raquíticos, los universitarios (profesores y alumnos) se desgastan en el más díscolo
pugilato de derechas e izquierdas. Y mientras en la bibliografía jurídica del mundo apenas se
abre un hueco de segunda fila para tal cual nombre español, los juristas españoles cierran los
libros de ciencia y redactan proclamas políticas.
Pero lo peor es ver así envenenada, frenética y desquiciada, a la juventud. En tanto que los
muchachos de la izquierda (ya hasta los niños se dividen en derechas e izquierdas) escriben
periódicos revolucionarios y los de la derecha organizan mitines monárquicos y suman firmas para documentos de protesta, ninguno se recoge, a pesar de que están por hacer innumerables cosas, y que las horas, los minutos que se desperdicien, al no hacerlas nunca, nunca
se podrán recuperar.
HE PENSADO a menudo que los intelectuales, entre nosotros, acaso por la falta de
vida universitaria, acaso por la falta de apacibles lugares de cultura, no se forman verdaderamente como intelectuales. Es decir, no tienen carácter impreso. Si lo tuvieran, adquirirían una
cierta manera de vibrar, no sólo ante los temas profesionales, sino ante cualquier estímulo
exterior. Por ejemplo: un militar veterano no es sólo militar cuando manda tropas; lo es en
todo: en sus actos conscientes y en sus actos automáticos, en el modo de sentarse y en el de
llamar al sereno. A los magistrados suele pasarles igual. En cambio, a los intelectuales (descarto, no hay que decirlo, a los sobresalientes) no les acontece lo mismo; quedan en ellos como
dos hombres: el intelectual, apto para un determinado grupo de ejercicios, y el hombre vulgar, completamente vulgar, ni impregnado ni teñido siquiera por la cultura; el hombre que
se impacienta, se envanece y se pone de mal humor como el más adocenado concurrente a
la tertulia de su café. ¿Quién no recuerda , no ya el desencanto, sino la incredulidad que
experimentó al encontrarse con que el fino escritor a quien admiraba sin conocerle era ese
señor de gustos vulgares, falto de trato social, achaparrado en la conversación, que, sin pudor,
se desató en plebeyo torrente de interjecciones porque el camarero tardaba en saciar su glotonería con unas raciones de percebes? Y ¿quién que tenga el espíritu un poco disciplinado
no ha llegado a sentir asco y cólera al ver el deliberado desorden, la inelegante mala fe con
que suele discutirse en las reuniones de muchos profesionales de la inteligencia?
Unión Monárquica, 15 de diciembre de 1930
Prólogo a “La Dictadura de Primo de Rivera...”, 8 de didiembre de 1931
Nuestras Universidades no producen
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Hoy no tenemos Universidad
E
SPAÑA invertebrada. Este ha sido el angustiado grito de muchos al contemplar los
males de la Patria. Cierto. España invertebrada, sin médula, sin nervio, fácil refugio de retóricos jacobinos y de blandos burgueses que enarbolaban el ruinoso estandarte liberal.
Bajo su dominio, nuestra Patria se ha deslizado y se desliza aún por el plano inclinado de
la decadencia, de la ruina, de la impotencia. No ha habido en España quien con fe y voluntad detuviese esta mortal caída. Urge, pues, que los jóvenes que contemplamos el panorama
español, dejemos nuestra posición espectadora, y con ánimo y fe echemos sobre nuestros
hombros la gran tarea. Vertebrar a España. Hacer que cruce su territorio la espina dorsal de
una institución que antaño le dió unidad y sabiduría. La Universidad. Hoy no tenemos
Universidad. No creas, lector, que esos viejos o modernísimos edificios que se dicen
Facultades pueden ser la auténtica Universidad Española. El hábito no hace al monje. En
tiempos remotos, Alfonso X el sabio explicaba: Universidad es el “ayuntamiento de maestros y alumnos”; y, venía a decir el gran rey, tiene como fin la Verdad. Estas palabras no son
aplicables a nuestros centros docentes, rotos en banderías, divididos en pugnas y ensangrentados por el motín. En nuestras universidades, anegadas por la clase positivista y mercantil, en nuestra Universidad de escaso valor cultural. Es necesario, pues, que alcemos la
Universidad, Alma Mater en el futuro de España. Una Universidad limpia de pasiones,
bloque compacto de profesores y estudiantes, que marche entusiasta en pos de la cultura al
servicio de la Patria. Que no considere a la ciencia como fín, sino que vea en ella un instrumento de redención humana y que piense que sus investigadores, al crear la ciencia pura,
necesitan la firme base de un gran esplendor técnico, que proporcionará al pueblo de España
alegría, optimismo y seguridad en sus destinos.
Matías Montero
F.E., 22 de febrero de 1934
Misión de la Universidad, 1930
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CAR 09.2
La Universidad, Alma Mater de la Patria
La Universidad es España
Matías Montero, protomártir del S.E.U.
Como aquel doncel de Sigüenza
A
,
NOCHE en Salamanca, cobijados en un recinto bajo de techo, pino de escaleras,
pobre de luz, entre unos camaradas de buena estirpe leonesa, parcos en la sonrisa y en la alabanza, pasamos el aniversario de Matías Montero. Como el recinto, fue sin adornos la ceremonia: unas palabras de Salazar y de Bravo, otras palabras mías y un silencio que nadie impuso, pero que tuvo en su autenticidad mucho mejor sentido que los rituales minutos de silencio.
MATÍAS MONTERO y Rodríguez de Trujillo nos deja con el legado
sacro de su sangre generosa esta página clara, escrita pocos días antes de
morir. El se había dado por entero a la Patria y a la Falange, con nobleza, con
inteligencia, con alegría. Su prueba ejemplar en los estudios como estudiante
de medicina se adornaba con un gusto certero por las letras. Una España
fuerte y armoniosa de arquitecturas bajo la luz solar era vivo sueño para
después de la victoria. Muere antes de que nuestro sol alcance su zenit. Muere
en el umbral de una España mayor, como aquel doncel de Sigüenza, don
Martín Vázquez de Arce, hombre de letras y de armas que murió a la vista de
Granada. Ante la figura pensativa de nuestro hermano muerto, que nos mira
a través de esta página, todos vamos desfilando hacia el irrenunciable triunfo
del mañana. Al pasar ante él, en el pecho nos cantan los versos del Ariel de
Shakespeare sobre la sepultura: “Nada de Él será vano, y como un milagro del
mar, volverá convertido en algo rico y maravilloso”.
Dije a los camaradas de Salamanca y os digo ahora: El martirio de Matías Montero no es
sólo para nosotros una lección sobre el sentido de la muerte, sino sobre el sentido de la vida.
¿Recordáis –vosotros, los que de la primera hora– una de las cosas con que se intentaba
deprimirnos? Se nos decía: “No triunfaréis; para llevar adelante un movimiento como el vuestro
hace falta contar con gente endurecida en grande; los españoles arriesgaron y dieron la vida”.
Y por España y por la Falange dió Matías Montero la suya.
Buena piedra de toque es ésta para conocer la calidad de nuestro intento. Cuando
dudemos, cuando desfallezcamos, cuando nos acometa el terror de si andaremos persiguiendo fantasmas, digamos: ¡no!; esto es grande, esto es verdadero, esto es fecundo; si no, no le
hubiera ofrendado la vida –que él, como español, estimaba en su tremendo valor de
eternidad– Matías Montero.
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IGLO Y MEDIO de liberalismo en España han convertido nuestras magníficas
instituciones universitarias en recintos a los que concurren quienes desean un título profesional, sin que un concepto finalista anime sus existencias grises, sin que una idea misional
alegre sus vidas estériles y egoístas.
Y por eso no es la Universidad el Alma Mater de la Patria. Le falta fe en sus destinos. No
concibe la idea del sacrificio. Rehusa declarar que la vida es servicio. Y mientras las juventudes escolares no emprendan la revolución universitaria partiendo de estas bases, serán
estériles todos los esfuerzos que hagan por ella, pues únicamente se encuentra la Verdad
cuando se emprende el camino del futuro con aire y modos de milicia, al servicio de la Pax
Romana.
La voz del deber llama a cruzada a los universitarios. No hay que caer en el error racionalista
de la Ciencia por la Ciencia. La Universidad no puede ser solamente frío laboratorio de análisis e investigaciones. Ha de ser asímismo el lugar donde se encaucen nuestros impulsos por
rutas de disciplina y abnegación, donde comprendamos la pequeñez de nuestro yo y lo
supeditemos al bien del conjunto, donde aprendamos a forjar el Estado que mañana será el eficaz instrumento de que se valdrá el pueblo español para continuar su histórica misión ecuménica, universal, senda del que fue desvíado por teorías nacidas fuera de la Patria hispánica.
Nuestra marcha en busca de lo Eterno será cobijada por los pliegues maternos de una
bandera: severa y universitaria, católica e imperial; la bandera que defendieron en todo el orbe
los españoles cuando el Verbo habitó entre nosotros y teníamos fe en nuestros destinos. La
bandera sagrada de la Eterna Roma.
F.E., 5 de julio de 1934
F.E., 12 de julio de 1934
Matías Montero
Arriba, 21 de marzo de 1935
F.E., 22 de febrero de 1934
S
UNIVERSIDAD es España. Es una parte integrante de las
entrañas de España misma. No podremos por tanto hablar, ni pretender resolver el problema universitario, sin antes no habernos ocupado del que lo origina. Lo mismo que no podremos crear una
Universidad floreciente y rica sin haber forjado anteriormente una
España grande y poderosa.
Desde que España perdió hace siglos su ruta, su derecho de regir
los destinos del mundo, la Universidad se encuentra parada, huera,
sin sentido.
Por eso, camaradas, nada de dejarse embaucar por ideas torpes,
confusionistas y canallescas, que sólo conducen a la traición; miremos
a la verdad cara a cara como nos corresponde a la juventud y encontraremos sólo a España que nos dice: vuestra salvación como universitarios es la salvación conjunta del campesino, del obrero, del comerciante, del industrial, es la salvación íntegra de España. Hemos, por
tanto, de elaborar con el ardor, con la fe que necesita esta obra, una
cultura amplia, universalista, desinteresada y española que nos una a
todos y llene nuestras ansias de Imperio.
LA
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Nuestro Cisne
Palabras al S.E.U.
Tarea de unidad
Al I Consejo Nacional del S.E.U.
AN PASADO los días en que se podía ser sólo universitario, o poeta o artista.
Nuestra época nos arrastra y no nos deja encerrarnos en torres de marfil. Eso era atributo
de las épocas rancias en que, roto el sentido de la unidad del mundo, cada uno pensaba hacer
un mundo aislado de su propia vida. Nuestra generación, convaleciente de una de esas
épocas, tiene que rehacer la unidad del mundo; para los que estamos aquí, como tarea próxima, la unidad de España. El siglo XIX discurrió bajo el signo de la disgregación; ya no se
creía en ninguno de los valores unitarios: la Religión, el Imperio... hasta menospreciaban, por
obra del positivismo, a la Metafísica. Así fueron elevados a absolutos los valores relativos,
instrumentales: la libertad -que antes sólo era respetada cuando se encaminaba al bien-, la voluntad popular -a la que siempre se suponía dotada de razón, quisiera lo que quisiera-, el progreso
-entendido en su manifestación material técnica-.
Pero la libertad incondicionada lanzó a los hombres y luego a los pueblos a pugnas atroces;
exasperó el nacionalismo y trajo la Guerra Europea. La voluntad popular obligó a los políticos a elaborar versiones toscas de sus programas para ganar los votos y condujo a la pérdida de toda buena escuela política, de toda continuidad. Y la idolatría del progreso indefinido
llevó a la superindustrialización, al capitalismo -reclamado por la necesidad de poderío
económico que imponía la libre concurrencia-, a la deshumanización de la propiedad privada, sustituída por el monstruo técnico del capital impersonal, a la ruina de la pequeña producción, a la proletarización informe de las masas y, por último, a las crísis terribles de los
últimos años. El socialismo, contrafigura del capitalismo, supo hacer su crítica, pero no ofreció el remedio, porque prescindió artificialmente de toda estimación del hombre como valor
espiritual; así en Rusia, inhumanamente, no se ha pasado aún del capitalismo de Estado, y es
cada día menos probable que se llegue al comunismo.
ASÍ ESTABA el mundo al llegar nuestro tiempo. ¿Cómo podríamos desentendernos de su tragedia? Seamos buenos universitarios, pero seamos también partícipes
en la tragedia de nuestro pueblo. Como Matías Montero, estudiante magnífico, al que
nos asesinaron a traición y que cayó muerto con el alma y los ojos llenos de la luz de
nuestra España de los Reyes Católicos, la España cuyo signo ostenta nuestro yugo y
nuestras flechas.
El remedio contra los males de la disgregación está en buscar de nuevo un pensamiento de unidad; concebir de nuevo a España como unidad, como síntesis armoniosa colocada por encima de las pugnas entre las tierras, entre las clases, entre los partidos. Ni a la derecha, que por lograr una arquitectura política se olvida del hambre de
las masas; ni con la izquierda, que por redimir las masas las desvía de su destino
nacional. Queremos recobrar, inseparable una unidad nacional de destino y una justicia social profunda. Y como para lograrlo tropezamos con resistencias, somos
resueltamente revolucionarios para destruirlas.
Pero no olvidéis que esta tarea de unidad exige que estemos entre nosotros indestructiblemente unidos. Entendamos la vida como servicio; todo cargo es una tarea y todas
la tareas son igualmente dignas, desde la más gozosa, que es la de obedecer, hasta la
más áspera, que es la de mandar
La Jefatura es la suprema carga: la que obliga a todos los sacrificios, incluso a la pérdida de la intimidad; la que exige a diario adivinar cosas no sujetas a pauta, con la acongojante responsabilidad de obrar. Por eso hay que entender la Jefatura humildemente,
como puesto de servicio; pero por eso, pase lo que pase, no se puede desertar ni por
impaciencia, ni por desaliento, ni por cobardía.
OMOS DE veras lo que dijimos desde el principio: nacionalsindicalistas. Por eso nos
apresuramos a estructurarnos en sindicatos. Los sindicatos no son órganos de representación,
sino de actuación, de participación, de ejercicio. En ellos se logra armonizar al hombre con
la Patria a través de la función, que es lo más auténtico y profundo.
El primer sindicato que nació fué el de Estudiantes, que hoy -¡quién lo hubiera dicho hace
dos años!- se ha adueñado de todas las Universidades españolas e inaugura su primer
Congreso Nacional. En éste los camaradas estudiantes tienen que meditar acerca de tres
órdenes de deberes:
Primero, en sus deberes para con la Universidad, que no ha de ser considerada como una
oficina de expedición de títulos, sino como un organismo vivo de formación total. Así el
sindicato, dentro de la Universidad, tiene que cumplir dos fines: el propiamente profesional,
escolar -donde nuestros camaradas han de aspirar a ser los primeros-, y el de aprendizaje para
los futuros sindicatos, en que el día de mañana se insertará cada uno.
Segundo, en sus deberes para con España. La ciencia no puede encerrarse en un aislamiento engreído: ha de considerarse en función de servicio de la totalidad patria, y más en
España, donde se nos exige una tarea ingente de reformación.
Y tercero, en sus deberes para con la Falange, donde el sindicato de Estudiantes ha de ser
gracia y levadura. Por eso han querido introducir en él sus mas activos venenos de desunión
todos los enemigos declarados o encubiertos de lo que representa la Falange.
Si cumplís estos tres deberes, estad seguros de que España será nuestra. Sólo nuestra debilidad interior nos puede deparar la derrota. Pero si permanecemos unidos y firmes, veréis
cómo un día, cuándo seamos viejos y veamos en torno nuestro la nueva España de nuestros
hijos, recordaremos esta mañana primaveral, que aún tiene luz inverniza, con la satisfacción
de los que no están descontentos de su obra.
LEVA el S.E.U. por guión una enseña azul de Alcalá, donde el cisne de plata de
Cisneros tiene el escudo. Haced honor al símbolo elegido. El ave parlante del blasón canta el
apellido de cardenal letrado, militar y gobernante, duro fundador del tiempo cesáreo. Pero
también quiere decir cultura, imperio, estilo, exactitud. Sólo hay dos aves imperiales: el águila
y el cisne. Quizá sea el cisne la mejor. El parece recordar, con su pura elegancia, con su alejandrina belleza, el gran Imperio de cultura. Un día, al batirse por los ojos de Elena, por una
civilización se batían los griegos de la guerra troyana; pero si Elena era la imagen de la cultura helénica, que tendría su mismo nombre, era por eso igual que un cisne trasmutado en
mujer. Así la llama Homero imagen cisnea.
Esta es una ave olímpica. Júpiter elige para transformarse a los ojos de los hombres estas
dos aves imperiales: el águila y el cisne.
Como sábeis son dos historias del rapto de Ganímedes y del amor de Leda.
Uno de los Dioscuros, hijo de Zeus-Cisne, y hermano, por lo tanto, de Elena, inventa un
paso militar, que según Luciano de Samosata, por el ritmo hace a la falange invencible.
El secreto del cisne consiste en que es la más fuerte, dura y valiente de las aves de guerra,
la sola que hace frente al águila y le vence. Cuando la cultura rige al heroísmo y se vuelve
como Minerva armada, vence a los gigantes. No hay picos ni garras que puedan contra la
blancura heroica del cisne, contra su terco ardor en el combate, contra la exactitud infalible
de sus golpes.
Haced, pues, honor al símbolo del cisne y batíos por él. Sed, como él, invencibles en todos
los terrenos frente a la barbarie. Ya sabéis que no hay cantos de cisne. Es una mentira inventada por la melancolía poética. Acordáos bien, camaradas, de que el cisne no tiene canto de
agonía, sino grito de guerra. Y silencios.
Valladolid, 21 de enero de 1935
La Nación, 21 de enero de 1935
Arriba, 18 de abril de 1935
Haz, 28 de mayo de 1935
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Rafael Sánchez Mazas
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El por qué de “ALCALÁ”
UNA PROMOCIÓN española más nace en la Patria. Una más, ni la primera ni la última;
otra promoción más que ha de expresar su amor a España con alegría, anhelo y dolor. Alegría,
porque se siente orgullosa de su nacionalidad; anhelo, porque sabe que el porvenir de la Patria
depende en gran medida de su esfuerzo; dolor, porque la España a que se asoma no le gusta
todavía.
También dolor. Pero no repasemos los eternos dolores de la casta española. Asombrémonos,
sencillamente, de que la conciencia nacional -exacerbada siempre por la angustia patriótica- no
haya dado importancia ninguna al dolor tremendo de la ausencia de una Universidad. Porque
España, y ésta es la primera afirmación que hemos de hacer aquí, apenas ha tenido nunca
Universidad. Y cuando la ha tenido -en esas tan contadísismas ocasiones-, la Universidad ha existido, encerrada en sí misma de espaldas a nuestro pueblo. Esta ausencia, esta indiferencia de la
Universidad por la total realidad de la Nación, todavía dura hoy. Asusta comprobar cómo no se
quiere ver el fracaso de la Universidad tradicional española, agazapado, oculto, detrás del fracaso
moderno de nuestra Patria, del que, tal vez, fue causa. Fracaso mantenido hasta hoy, porque nadie
se había atrevido a sustituir radicalmente aquella Universidad, decrépita, que los tradicionalistas
se limitaron a apuntalar y los progresistas a invalidar, cercándola.
Así, pues, nuestro dolor ante la Universidad es un dolor más ante España. Pero esto no nos
angustia el ánimo, más bien nos lo exalta, porque nos sabemos encuadrados en torno a la más alta
bandera española. Nos sabemos soldados en la más alta ocasión de nuestra Historia para hacer
Patria a España -siempre hasta ahora, nos dijo una voz ejemplar, en perpetuo borrador-. Esta
ocasión la servimos con ilusión y entrega a las que no es menester buscar mote: sus raíces están
en aquella hoguera de fe que encendió en los estudiantes de su tiempo José Antonio. Con esta
tradición nos empalmamos. Esta es la filiación que proclamamos.
Pues bien, en esta ocasión nacional, el primer puesto le corresponde a la Universidad. No hay
empresa colectiva posible hoy en España al margen de la Universidad.
Este es el por qué de “ALCALÁ”. Nuestro empeño -sobre la geografía española más de dieciocho años, la edad de nuestros camaradas más jóvenes- no conoce más antecedente que el de un
cardenal franciscano. Cisneros fué, en efecto, el primero en ver el fracaso de nuestra Universidad
tradicional, y el primero en intentar transformarla, de raíz, incorporándola al mundo europeo.
Aquel intento fue el más serio de nuestra historia, con el que se intentó atajar nuestro rezagamiento del mundo. Por Cisneros llevamos nuestro emblema en el pecho y por Cisneros esta revista
se llama “ALCALÁ”.
Al II Consejo Nacional del S.E.U.
SI ALGUNAS veces me acometió la duda de si los veteranos de la
Falange llegarán a dirigir España, en cambio no dudé nunca de que la regirán
los muchachos que han descubierto en la Falange su verdadera actitud ante
España. No hay más que vieja política y nueva política. Más fuerte que las
actitudes de derecha e izquierda es hoy, en la juventud española, la conciencia de generación. Entre unos y otros pueden los muchachos enzarzarse a
tiros; pero aunque combatan, todos se sienten unidos en una misma responsabilidad, en un mismo estilo. Los estudiantes de hoy se adiestran en el
deporte, estudian -que es lo que parecía más irrealizable- y no se entristecen
ni se marchitan en los sórdidos antros de esparcimiento que rodean a la calle
de San Bernardo.
Pronto se habrán entendido por encima de sus luchas, y harán juntos a nuestra España verdadera. Y entonces nosotros, los que ya podremos considerarnos
viejos a la hora del relevo, ya que no del descanso, podremos decirnos con
tranquilo orgullo: “si no vencí reyes moros, engendré quien los venciese”.
Consejos a un estudiante
YA QUE me preguntas, carísimo en Cristo, de que manera debes estudiar para adquirir
el tesoro inapreciable de la ciencia, he aquí el consejo que sobre todo te quiero dar: No pretendas enfrascarte de improviso en el Océano, sino que por grados has de llegar a las cosas
más difíciles después de haber discurrido por las más fáciles y accesibles. Es esta mi amonestación
y quisiera que fuera tu enseñanza.
Te aconsejo que seas tardo en hablar y que, absteniéndote de frecuentar lugares de disipación en que mucho se habla, conserves la pureza de conciencia. Frecuenta, en cambio, la
oración y, amigo del retiro, podrás llegar al santuario de la Sabiduría.
Muéstrate amable con todos; no seas fiscal de las acciones de los demás; con nadie te
familiarices demasiado, pues la excesiva familiaridad engendra desprecio y lleva consigo el
abandono del estudio. No te entrometas en problemas y negocios de la vida. Evita, sobre
todo, cualquier clase de agitación.
Sigue el ejemplo de los santos y, sin mirar a quien lo dice, aprópiate todo lo bueno que
oigas y leas. Procura entender bien lo que estudias. No dejes de aclarar toda duda, y, ansioso
de llenar el vaso de tu inteligencia, conserva en tu mente la mayor cantidad posible de
conocimientos. No intentes poseer lo que, excediendo tu capacidad, no podrás alcanzar.
Si quieres seguir estas orientaciones, serás en vida una planta hermosa y útil que producirá
copiosas hojas y el fruto de bendición en tu alma, viña plantada por el Señor de Israel, y, siguiendo estas máximas, lograrás adquirir la ciencia que deseas.
Santo Tomás de Aquino
Arriba, 26 de diciembre de 1935
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ALCALA, editorial nº 1, 25 de enero de 1952
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Campamentos prohibidos
H
E AQUÍ lo que está prohibido en esta hora de granazón de dieciséis años de política
universitaria española: montar campamento aparte. Los campamentos nacen siempre de excelentes intenciones. Pero hace falta renunciar incluso al derecho de usar esas buenas intenciones,
porque en la Universidad nos estamos jugando hoy el corazón cultural de la Patria y es menester
afrontar la recapitulación precisa que España, tantas veces dividida y enfrentada, necesita para llegar a un mañana no amenazado continuamente por el desgarramiento interior, y esto al precio
que sea. En esta fundación nacional que queremos hacer, empezando por arriba, desde las aulas,
han de mantenerse a rajatabla los siguientes principios:
1º NEGACIÓN DE LAS SECTAS: Nadie puede montar, a nadie le es lícito hacerlo, campamento
aparte en nombre de ideología o confesión alguna.
2º NEGACIÓN DE LA CLASE: El mejor nunca puede ser clase. Procederá de tal clase o cual otra,
no importa. A la Universidad sólo deben llegar los mejores. En nombre de la clase no se puede
montar campamento alguno en torno a la Universidad.
3º NEGACIÓN DE LA DISPERSIÓN: Si en el ánimo y en la obra no se puede excluir en nombre de
la confesión, la capilla, el interés o la clase, tampoco se puede institucionalizar el campamento,
presupuestariamente montado. La Universidad, que dimitió hace mucho tiempo de sus más esenciales funciones, se encuentra con que éstas han sido usurpadas desde aquí y desde allá. Aquí no
cabe usurpación alguna. El derecho a la unidad de la Universidad no puede prescribir. Lo alzamos
nosotros, por encima de todo. Institutos de investigación, de formación profesional, enseñanzas
técnicas, colegios mayores.... todo, o casi todo, está montado. Pero aparte, en torno, asediando,
axfisiando, como cabeza monstruosa de una Universidad, cada vez más raquítica. ¿A qué
situación ha llegado nuestra Universidad, después de tres siglos de decadencia, que es necesario
recordar su Unidad?
Unidad contra dispersión. Unidad contra clasismo. Unidad contra sectarismo. He aquí la hermosa bandera de la empresa universitaria de nuestro tiempo.
ALCALÁ, editorial nº 4, 10 de marzo de 1952
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ALCALÁ
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La Universidad como empresa
COMENCEMOS, como es debido, por un sumario examen de
nuestra conciencia universitaria. He aquí el resultado ineludible: la actual Universidad española no nos gusta. Quien diga otra cosa no es sincero: o, lo que es casi peor, no sabe lo que debe ser una Universidad.
No nos gusta, en primer término, a los universitarios; no gusta, por otra
parte, a los pocos españoles para quien la Universidad es objeto de
algún cuidado espiritual. Pero ¿es posible en España una Universidad
verdaderamente satisfactoria?
Si en la sociedad española es tan escaso el amor intelectual a la
realidad; si entre nosotros los universitarios flaquea, en virtud de tales
o cuáles razones, la entrega al quehacer docente y científico; si tantas
veces prevalece en las universidades españolas el interés por el grupo
sobre el interés por la Facultad. ¿Será posible en España una
Universidad medianamente satisfactoria? ¿Será posible por añadidura,
una Universidad cuyos hombres sepan ejercitar, frente al firmamento
que publica la gloria de Dios, el deber universitario de la pesquisa y el
deber humano del cántico? Permítaseme conservar en la respuesta el
sesgo condicional de la pregunta. Si los mejores entre los mozos de
veinticinco mayos, mes de exámenes, se resuelven a alistarse para esta
Guerra de los Treinta Años y a combatir cotidianamente en ella, es
decir, si se deciden a sucedernos siendo mejores y más fuertes que
nosotros, los hombres que ya miramos el brío intacto de esa edad con
plomo de lustros en el ala, me atreveré a creer y a decir que sí, que en
España es posible y esperable una Universidad digna de ese levantado
nombre.
Pedro Laín Entralgo
Filialidad con Salamanca
A
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
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La Universidad como empresa, Alcalá, 25 de abril de 1952
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FINES del Siglo XV, en virtud de uno de esos sucesos en que el acontecer histórico se apróxima al milagro, España, país disgregado y nada eminente durante la primera mitad
de esa centuria, logra forjar su unidad, siente en su seno un gozoso dolor de parto y se
dispone a salir de sí. Momento auroral y delicado. Como en un libro memorable apuntó
Ganivet, España se derrama por todo el planeta según las cuatro direcciones de la rosa de
los vientos: el norte europeo, el sur africano, el oriente mediterráneo y el poniente americano.
Pero esa múltiple salida hacia el universo mundo distó de ser pura acción impulsiva. Los
hombres rectores de la empresa –Fernando e Isabel, Cisneros, Carlos V– quisieron muy
deliberadamente que la expansión de España fuese lúcida, y que la Universidad irradiase la
lumbre de esa lucidez. Así nació Alcalá, la primera hija de Salamanca y la primera Universidad
renacentista española; así nacieron, apenas comenzada la gesta americana, los estudios generales
de Santo Domingo, Lima, México, y todos cuantos tras ellos pueblan de viejos saberes la
ancha fracción española del Nuevo Mundo. La Universidad es uno de los constitutivos germinales de la naciente vida americana: a los pocos decenios del descubrimiento, el teólogo, el
jurista, el comentador de Platón y Aristóteles, y el secuaz de Galeno y Vesalio acompañan sin
distancia –noble y conmovedora verdad histórica– al conquistador y al misionero.
No fue solo institucional la maternidad de Salamanca; fue también espiritual y ejemplar.
Mediado el Siglo XV, la materna, la vieja, la medieval Universidad salmantina supo henchirse
de savia nueva y mostrar a todas las hijas cómo entonces era posible aunar la tradición y la
originalidad oportuna: es el momento estelar de Soto, Vitoria y Suárez, de los helenistas y
hebraístas, de Fray Luis.
Pedro Laín Entralgo
Mensaje a las Universidades Hispánicas, Alcalá, 10 de Diciembre de 1953
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CAR 10.1
La ocasión del 14 de abril
NUESTRO MOVIMIENTO –y cuando hablo de nuestro movimiento me refiero lo
mismo al inicial de Falange Española que al inicial de las J.O.N.S., puesto que ambos están ya
irremisiblemente fundidos– empalma, como ha dicho muy bien Onésimo Redondo, con la revolución del 14 de abril. La ocasión de nuestra aparición sobre España fue el 14 de abril de 1931. Esta
fecha –todos los sabéis– ha sido mirada desde muy distintos puntos de vista; ha sido, como todas
las fechas históricas, contemplada con bastante torpeza y bastante zafiedad. Nosotros, que estamos tan lejos de los rompedores de escudos en las fachadas como los que sienten solamente la
nostalgia de los rigodones palaciegos, tenemos que valorar exactamente, de cara –lo repito– a la
Historia, el sentido del 14 de abril en relación con nuestro movimiento.
Pocas veces habrá habido un instante más propicio para iniciar, concluído uno, un nuevo y
gran capítulo de la Historia patria. Cabalmente, aquel sentido incruento del 14 de abril, aquello de
que se hubiera desprendido una situación sin sangre y sin daño, casi sin duelo, colocaba de cara a
una ancha llanura histórica donde galopar. No había que sustanciar resentimientos, no había que
ejecutar justicias, no había apenas que enjugar lágrimas. Se abría por delante una clara esperanza
para todo un pueblo; vosotros recordáis la alegría del 14 de abril, y seguramente muchos de
vosotros tomasteis parte en aquella alegría. Como todas las alegrías populares era imprecisa, no
percibía su propia explicación; pero tenía debajo, como todos los movimientos populares, muy
exactas y muy hondas precisiones. La alegría del 14 de abril, una vez más, era el reencuentro del
pueblo español con la vieja nostalgia de su revolución pendiente. El pueblo español necesita su
revolución y creyó que la había conseguido el 14 de abril de 1931; creyó que la había conseguido
porque le pareció que esa fecha le prometía sus dos grandes cosas, largamente anheladas: primero,
la devolución de un espíritu nacional colectivo; después, la implantación de una base material,
humana, de convivencia entre los españoles.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Revolución Nacional
FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S. quiere un
orden nuevo, para implantarlo en pugna con las resistencias
del orden vigente, aspira a la Revolución Nacional.
NOS AFANAREMOS por triunfar en la lucha con sólo las
fuerzas sujetas a nuestra disciplina. Pactaremos muy poco.
Sólo en el empuje final para la conquista del Estado gestionará
el mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.
Plataforma 2003
(Puntos 26 y 27 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
Lam. 10.01
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
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¡Jóvenes, es vuestra hora!
Ha llegado la hora para una audaz modernización de España. ¡Jóvenes es
vuestra hora! Yo os digo que nuestra España se moría porque andaba en manos
decrépitas y enviciadas, en yertas y sórdidas manos de viejos. En ningun otro país era
ser joven una objeción: sólo en el nuestro se os retenía en lazareto, como apestados,
como a dementes. “¡Es demasiado joven!” -murmuraban las cigarras seniles cuando un
mozo inteligente aparecía-. ¡Y era miedo a una epidemia de juventud y modernidad!.
Pero ha llegado vuestra hora, jóvenes: quien ya empieza a no serlo, puede empezar
a decíroslo. Hacednos de esta España nuestra un ensueño de mocedad, un paisaje
limpio y fecundo. Romped, tajad, pulverizad la carroña. Acertad a imponeros los
grandes deberes rigurosos y recoged en vuestras almas el entusiasmo y el dolor que
nutre toda creación. Os lo pide un hombre que ha sentido su patria al revés que los
demás, que ha sentido una patria de futuros y no una patria de arcaísmos; os lo pide
un hombre que no ha hecho en su vida otra cosa que sentir a su patria. Os lo pide por
vuestras glebas nativas, por las llanadas desnudas, por las vegas que quieren ser fértiles,
por las laderas de castaños y las solanas de vides, por las sierras de blancas frentes y las
largas marinas azules. Es preciso que en este rincón del planeta habite la inteligencia y
reine la justicia. ¡Os lo pide a vosotros los jóvenes que amáis las ideas claras y precisas
y sentís la pasión de la equidad y adoráis la elegancia moral!
¡Modernizad España: es hoy la jornada de la Juventud!
Sentido nacional colectivo
¿ERA MUCHO que se esperase un sentido nacional colectivo de los hombres
del 14 de abril? Muchas cosas podrían decirse en contra suya; pero acaso algunas de
esas mismas cosas fueran la mejor fianza de su fecundidad. Los hombres del 14 de
abril pareció que llegaban de vuelta al patriotismo y llegaban por el camino mejor: por
el amargo camino de la crítica. Esta era su promesa de fecundidad; porque yo os digo
que no hay patriotismo fecundo si no llega a través del camino de la crítica. Y os diré
que el patriotismo nuestro también ha llegado por el camino de la crítica. A nosotros
no nos emociona, ni poco ni mucho, esa patriotería zarzuelera que se regodea con las
mediocridades, con las mezquindades presentes de España y con las interpretaciones
gruesas del pasado. Nosotros amamos a España porque no nos gusta. Los que aman
a su patria porque les gusta la aman con una voluntad de contacto, la aman física, sensualmente. Nosotros la amamos con una voluntad de perfección. Nosotros no
amamos a esta ruina, a esta decadencia de nuestra España física de ahora. Nosotros
amamos a la eterna e inconmovible metafísica de España.
El Sol, 29 de octubre de 1918
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
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¡Jóvenes, vamos a ello!
La coyuntura es inmejorable para intentar una gran restauración de España.
El mundo ha vuelto a ponerse blando y se halla en punto para recibir nueva figura. ¿Por
qué las generaciones del presente no han de reunirse entorno al propósito de construir
una España ejemplar forjando una nación magnífica del pueblo decaído y chabacano
que nos fue legado? ¡Jóvenes, vamos a ello! ¡ Formad vuestros equipos! Alegremente,
con gentil paso de olimpíada. Vamos a intentar una nueva forma de vida española más
grácil, más enérgica, más elegante, más histórica. Sintamos el orgulloso afán de reingresar en la historia, de poner la mano sobre ella y crear destino. Es el momento propicio. Nunca he creído que el hombre tenga un poder ilimitado y le sea lícito, con solo
querer, hacer su voluntad. Tal creencia es utópica, ilusoria y nada viril. No se puede lo
que se quiere -terquedad femenina-, hay que querer lo que se puede. Inclinarse en la
hora adversa, pero también aprovechar prestamente la ocasión favorable. Esto es lo
único -y ya es bastante- permitido al hombre; embarcarse con resolución en la circunstancia y diestramente captar el viento en la vela. Porque los griegos hacían un dios del
kairós, el momento oportuno. Ha llegado para España la buena sazón. ¡Veremos si
sabéis aprovecharla, jóvenes! ¡Alerta, formad vuestros equipos!
Pero nada de creer que es cosa fácil -¡hacer una nación ejemplar!-. Nada de optimismos ridículos, nutridos de bobería. La tarea de restaurar España de verdad y en
serio es muy difícil, y no se logra ciertamente repitiendo media docena de tópicos subalternos. Todo lo contrario hace falta. Es preciso poner “en forma” a la raza entera.
Obtener de cada español un máximo de rendimiento, en calidad más aún que en cantidad. Ante todo hay que apretar bien la cabezas -lo que ha solido funcionar peor en
España-. Hay que partir de un sistema de ideas claras, agudas y complejas.
Base material de convivencia
LA BASE de convivencia humana, la base material para el asentamiento del
pueblo español, también está pendiente desde hace siglos.
Gran parte de la tierra española, ancha, triste, seca, destartalada, huesuda, como
sus pobladores, parece no tener otro destino que el de esperar a que esos huesos de
sus habitantes se le entreguen definitivamente en la sepultura. Este suelo nuestro, en
que se pasa del verano al invierno sin otoño ni primavera; este suelo nuestro, con los
montes sin árboles, con los pueblos sin agua ni jardines; este suelo inmenso donde hay
tanto por hacer y sobre el que se mueren de hambre setecientos mil parados y sus
familias, porque no se les da nada en qué trabajar; este suelo nuestro en el que es un
conflicto que haya una cosecha buena de trigo, cuando, por ser el pan el único alimento, comen las gentes menos pan que en todo el occidente de Europa; este pueblo
nuestro necesita que se hiciera la transformación más deprisa que en ninguna parte.
Y hacer esto aquí sería más fácil, porque el capitalismo es en España menos
fuerte. Nuestra economía es casi una economía interna; tenemos innumerables cosas
que hacer. Con una inteligente reforma agraria, como la que Onésimo Redondo os ha
expuesto, y con una reforma crediticia que redimiese a los labradores, a los pequeños
industriales, a los pequeños comerciantes, de las garras doradas de la usura bancaria,
con esas dos cosas habría tarea para lograr, durante cincuenta años la felicidad del
pueblo español.
El Sol, 14 de julio de 1926
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
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Principios de política de misión
I: En la Naturaleza hay pecado. En la Nación –es decir, la versión política
de la Naturaleza–, hay pecado.
El Espíritu debe redimir la Naturaleza. La Cultura debe redimir la Nación.
El órgano de la Cultura para redimir a la Nación se llama Estado.
¿Quién realiza el Estado? a). La Educación; b). la Selección; c). la Autoridad.
La condición óptima para la Educación es la libertad humanista. La condición óptima para la Selección es la jerarquía corporativa o hereditaria. La condición óptima
para la Autoridad, la unidad de mando.
VI: Cada hombre, un servidor. Cada servicio, una dignidad. Cada dignidad, un deber.
Cada deber, una técnica. Cada técnica, un aprendizaje.
VII: La puerta abierta a las vocaciones de los hombres. La puerta abierta a las vocaciones
de los pueblos. La puerta abierta, pero el ingreso, canalizado.
VIII: Que el cauce no excluya, con todo, la posibilidad del salto. Ni la unidad, la variedad.
Ni la norma, la excepción. Ni el orden, el súbito recurso a la fuerza.
IX: Que se oigan todas las voces. Que las domine la voz de mando.
X: El día siguiente al de la fuerza, se llama responsabilidad.
XI: Ni evolución ni revolución: intervención.
XII: Un centro para la Autoridad: El Imperio. Un centro para la Selección: Europa. Un
centro para la Educación: Roma.
XIII: Toda misión debe ser católica, es decir, universal; apostólica, es decir, escogida; romana,
es decir, una.
XIV: Ley de la Educación, el trabajo para todos. Ley de la Selección, la asamblea para
los mejores. Ley de la Autoridad, la suprema jefatura, independiente.
XV: Ni un día sin propaganda. Ni un año sin deliberación. Ni un siglo sin dictadura.
XVI: No casarse con la patria: incesto. No querer nutrirse con la historia: dispepsia.
XVII: “Siempre habrá pobres entre vosotros”. Cuidad de que no sean siempre los mismos.
XVIII: Ni secar fuentes ni doblarse a torrentes.
XIX: Hay que salvar a los pueblos contra sí mismos.
XX: No seguir la opinión pública. Precederla, fabricarla.
XXI: Ni servir a señor que se pueda morir.
Eugenio d’Ors
Nuevo Glosario, «Arriba España», Pamplona, 1938
II:
III:
IV:
V:
¡No es esto, no es esto!
Al servicio de la República
La tarea enorme e inaplazable de remozamiento técnico, económico, social e intelectual que España tiene ante sí no se puede acometer si no se logra que cada español dé su
máximo rendimiento vital. Pero esto no es posible si no se instaura un Estado que por la
amplitud de su base jurídica y administrativa permita a todos los ciudadanos solidarizarse
con él y participar en su alta gestión. Por eso creemos que la Monarquía de Sagunto ha de
ser sustituída por una República que despierte en todos los españoles a un tiempo dinamismo y disciplina, llamándolos a la soberana empresa de resucitar la historia de España, renovando la vida peninsular en todas sus dimensiones, atrayendo todas las capacidades,
imponiendo un orden de limpia y enérgica ley, dando a la justicia plena transparencia,
exigiendo mucho de cada ciudadano: trabajo, destreza, eficacia, formalidad, y la resolución
de levantar nuestro país hasta la plena altitud de los tiempos.
Importa mucho que España cuente pronto con un Estado eficazmente constituído,
que sea como una buena máquina en punto, porque bajo las inquietudes política de estos
años late algo todavía más hondo y decisivo: el despertar de nuestro pueblo a una existencia más enérgica, su renaciente afán de hacerse respetar e intervenir en la historia del
mundo. Se oye con frecuencia más allá de nuestras fronteras proclamar, como el nuevo
hecho de grandes proporciones que apunta en el horizonte y modificará el porvenir, el germinante resurgir ibérico a ambos lados del Atlántico. Nos alienta tan magnífico agüero,
pero su realización supone que las almas españolas queden liberadas de la domesticidad y
el envilecimiento en que las ha mantenido la Monarquía, incapaz de altas empresas y de
contruir un orden que a la vez impere y dignifique. La República será el símbolo de que los
españoles se han resuelto por fín a tomar briosamente en sus manos su propio e intrasferible destino.
DESDE QUE sobrevino el nuevo régimen no he escrito una sola palabra que
no fuese para decir directa o indirectamente esto: ¡No falsifiquéis la República!
¡Guardad su originalidad! ¡No olvidéis ni un instante cómo y por qué advino! En suma:
autenticidad, autenticidad...
No es cuestión de «derecha» ni de «izquierda» la autenticidad de nuestra
República, porque no es cuestión de contenido en los programas. El tiempo presente,
y muy especialmente en España, tolera el programa más avanzado. Todo depende del
modo y del tono. Lo que España no tolera ni ha tolerado nunca es el «radicalismo» –es
decir, el modo tajante de imponer un programa–.
Las Cortes Constituyentes deben ir sin vacilación a una reforma pero sin radicalismo –esto es, sin violencia y arbitrariedad partidista–. En un Estado sólidamente
constituído pueden, sin riesgo último, comportarse los grupos con cierta dosis de
espíritu propagandista; pero en una hora constituyente esto sería mortal.
Yo confío en que los partidos, al fín y al cabo nuevos –algunos muy viejos, pero
que hasta hora no han logrado sumar muchos votos–, no pretenderán hacer triunfar a
quemarropa, sin lentas y sólidas propagandas en el país, lo peculiar de sus programas.
La falsa victoria que hoy, por un azar parlamentario, pudieran conseguir, caería sobre
su propia cabeza. La historia no se deja fácilmente sorprender. A veces lo finge, pero
es para tragarse más absolutamente a los estupradores.
Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron en el advenimiento de la
República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su
esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: «¡No es esto, no es
esto!».
La República es una cosa. El «radicalismo» es otra. Si no, al tiempo.
Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala
Crisol, 9 de septiembre de 1931
Manifiesto de la Agrupación al Servicio de la República, El Sol, 10 de febrero de 1931
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Fraude del 14 de abril
EL RECOBRAR un sentido nacional y el asentar a España sobre una base social
más justa eran las dos cosas que ímplicitamente prometía (así lo entendió el pueblo al
llenarse de júbilo) la llamada revolución del 14 de abril. Ahora bien: ¿las ha realizado? ¿Nos ha
devuelto el gozoso sentido nacional? ¿Nos ha vuelto a unir en una misión nacional de todos?
Los hombres del 14 de abril tienen en la Historia la responsabilidad terrible de haber
defraudado otra vez la revolución española. Los hombres del 14 de abril no hicieron lo que
el 14 de abril prometía, y por eso ya empiezan a desplegarse frente a ellos, frente a su obra,
frente al destino prometedor de su fecha inicial, las fuerzas antiguas.
Nosotros, frente a la defraudación del 14 de abril, frente al escamoteo del 14 de abril,
no podemos estar en ningún grupo que tenga, más o menos oculto, un propósito reaccionario,
un propósito contrarrevolucionario, porque nosotros precisamente alegamos contra el 14
de abril, no el que fuese violento, no el que fuese incómodo, sino el que fuese estéril, el que
frustrase una vez más la revolución pendiente española. Y por eso nosotros, contra todas
las injurias, contra todas las deformaciones, lo que hacemos es recoger de en medio de la
calle, de entre aquellos que lo tuvieron y abandonaron, y aquellos que no lo quieren recoger,
el sentido, el espíritu revolucionario español que, más tarde o más pronto, por la buenas o
por las malas, nos devolverá la comunidad de nuestro destino histórico y la justicia social
profunda que nos está haciendo falta. Por eso nuestro régimen, que tendrá de común con
todos los regímenes revolucionarios el venir así del descontento, de la protesta, del amor
amargo por la Patria, será un régimen nacional del todo, sin patrioterías, sin faramallas de
decadencia, sino empalmado con la España exacta, díficil y eterna que esconde la vena de
la verdadera tradición española; y será social en lo profundo, sin demagogias, porque no
harán falta, pero implacablemente anticapitalista, implacablemente anticomunista.
Discurso en el cine Madrid, 19 de mayo de 1935
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CAR 10.2
Los gallos de marzo
Falange Española y J.O.N.S eran
dos movimientos idénticos, procedentes
de un mismo estado de espíritu ético y
patético, con raíces intelectuales comunes,
nacidos de una misma escueta autenticidad
española. Uno y otro estaban y están
puestos al servicio de las mismas grandes
invariantes de la historia patria y nutridos
de la misma actualidad técnica y universal
frente a la vicisitud de los tiempos.
Con las J.O.N.S en hermandad única y
nueva vamos a reponer en el escudo, en el
cuadrante solar de las Españas, yugo y haz;
equilibrio perfecto de la pastoral y la
epopeya.
Nuestro hermanos de las J.O.N.S,
guíados por Ramiro Ledesma, fueron los
primeros en abrir la brecha difícil. Fueron
la primera guerrilla del estilo nuevo, los
gallos de marzo que cantaron escandalosos y aguerridos la gentil primavera de
las Españas, la que hoy nos da por todas
partes su brote irresistible de verdor. Y no
podía ser, decimos, de otra manera. Dos
movimientos, con una finalidad idéntica y
con una técnica idéntica, afianzados,
además, en el principio inconmovible de la
unidad y la abolición de los partidos, no
tenían otro remedio sino aniquilarse uno a
otro, lo cual hubiera sido inhumano, ininteligente y absurdo, o fundirse en uno solo
apenas demostrada la ya demasiado evidente vitalidad de entrambos. Hecha la
unión, en todo nos ha sonreído la fortuna.
Fracaso del 14 de Abril de 1931
UNA REVOLUCIÓN nacional, el 14 de Abril, tenía que haber representado para España la garantía de que precisamente todo lo que la vieja Monarquía ya no
garantizaba iba a ser mediante ella posible: tenía que representar, frente a los tirones
separatistas de Cataluña y Vasconia, la unificación efectiva de todo el pueblo. Frente
a las dificultades en que se debatía la Monarquía para que tuviese España un ejército
popular y fuerte, su creación fulminante. Frente a la dispersión moral de los
españoles, su unificación en el culto a la Patria común. Frente a un régimen agrario
de injusticia inveterada (no se olvide que los terratenientes, como hemos dicho y
repetido, habían sido desde muy antiguo el sostén único de las viejas oligarquías), la
liberación de los campesinos y la ayuda inmediata a todos los pequeños agricultores.
Frente a una industrialización de signo modesto, un plan gigantesco y audaz para la
explotación de las industrias eléctricas y siderúrgicas. Frente a la despoblación del país,
una política demográfica con tendencia a duplicar la actual población de España.
Frente al paro y la crísis, la nacionalización de los transportes, la ayuda a las pequeñas
industrias de distribución y el incremento rápido del poder adquisitivo del pueblo.
Frente a una España satélite de Francia e Inglaterra, una política internacional vigorosa y firme, de independencia arisca.
Eso hubiera sido una revolución nacional, y todo lo contrario que eso fue, sin
embargo, el 14 de Abril de 1931.
Las perspectivas nacionales de esa fecha eran y tenían que ser por fuerza una
cosa ilusoria. Pues los intelectuales que le daban expresión representaban una tradicional discrepancia con el sentido histórico de las instituciones a quienes la unidad se
debía en su origen, llegando así al absurdo de creer una equivocación nuestra historia
entera. Los grupos disgregadores que influían y sostenían el régimen naciente desde
la periferia española carecían, naturalmente, de una preocupación integral y total de
España.
Discurso a las juventudes de España, mayo de 1935
Nos hemos lanzado por los campos
Un señor que no se nos muera
ASÍ RESULTA que cuando nosotros, los hombres de nuestra generación, abrimos
los ojos, nos encontramos con un mundo en ruina moral, un mundo escindido en toda
suerte de diferencias; y por lo que nos toca de cerca, nos encontramos en una España en
ruina moral, una España dividida por todos los odios y por todas las pugnas. Y así, nosotros
hemos tenido que llorar en el fondo de nuestra alma cuando recorríamos los pueblos de esa
España maravillosa, esos pueblos en donde todavía, bajo la capa más humilde, se descubren
gentes dotadas de una elegancia rústica que no tienen un gesto excesivo ni una palabra
ociosa, gentes que viven sobre una tierra seca en apariencia, con sequedad exterior, pero
que nos asombra con la fecundidad que estalla en el triunfo de los pámpanos y los trigos.
Cuando recorríamos esas tierras y veíamos esas gentes, y las sabíamos torturadas por
pequeños caciques, olvidadas por todos los grupos, divididas, envenenadas por predicaciones tortuosas, teníamos que pensar de todo ese pueblo lo que él mismo cantaba del Cid
al verle errar por campos de Castilla, desterrado de Burgos:
¡Dios, qué buen vasallo si oviera buen señor!
Eso vinimos a encontrar nosotros en el movimiento que empieza en este día: ese legítimo señor de España; pero un señor como el de San Francisco de Borja, un señor que no
se nos muera. Y para que no se nos muera ha de ser un señor que no sea, al propio tiempo, esclavo de un interés de grupo ni de un interés de clase.
Teatro Calderón, Valladolid, 4 de marzo de 1934
Ramiro Ledesma Ramos
Lam. 10.11
Discurso en el Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933
F.E., 22 de febrero de 1934
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Maldición de borrador inseguro
OTRA VEZ, como tantas en los últimos tiempos, vuelven a ponerse en azar los destinos de España. Se dijera que pesa sobre nuestra Patria la maldición de no llegar a ser una
realidad, siempre en período de borrador inseguro.
Cada vez que ha parecido entreverse el resurgimiento de una común aspiración
nacional, pronto lo ha frustrado la pugna de unos partidos contra otros. La última vez fue
el 14 de abril de hace tres años; entonces, a costa de la pérdida –lamentada por muchos–
de una institución milenaria, pareció levantarse a los ojos de casi todos una coyuntura de
alegre esperanza colectiva. El movimiento del 14 de abril era, en apariencia, portador de las
dos cosas que España necesita apremiantemente: un optimismo nacional integrador de
todos en la fe de un mismo destino, y una justicia social rectificadora de las condiciones
inhumanas de vida en que vegeta gran parte de nuestras gentes proletarias.
Pronto se apartaron los Gobiernos del primero de esos principios. Lo que pudo ser
un régimen nacional se convirtió en régimen de secta, inhospitalario y rencoroso. Y apenas
terminada esa época, cuando el Gobierno Lerroux y las derechas que le asistían anunciaban
poner fin a la política de secta, no hicieron otra cosa que frustrar del todo el otro punto
esencial de la República: el de la justicia social. La República en manos del Gobierno
Lerroux vino a convertirse en un régimen burgués idéntico al que imperaba en 1921.
Ha sido inútil que la Falange Española de las J.O.N.S. alzara su voz reiteradamente
contra un sistema político que juega con la Patria en una contradanza alternativa de derechas e izquierdas.
F.E., núm. 12, 26 de abril de 1934
Lam. 10.15
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Lam. 10.12
4€
Lam. 10.13
4€
No hay quien salve lo material
Ni derechas ni izquierdas
EL ESTADO NUEVO tendrá que reorganizar, con criterio de unidad, el campo
español. No toda España es habitable; hay que devolver al desierto, y sobre todo al bosque,
muchas tierras que sólo sirven para perpetuar la miseria de quienes las labran. Masas enteras
habrán de ser trasladadas a las tierras cultivables, que habrán de ser objeto de una profunda reforma económica y una profunda reforma social de la agricultura: enriquecimiento y racionalización
de los cultivos, riego, enseñanza agropecuaria, precios renumeradores, protección arancelaria a la
agricultura, crédito barato; y de otra parte, patrimonios familiares y cultivos sindicales.
Con el mismo criterio de unidad con que se reorganice el campo hay que reorganizar
toda la economía. ¿Qué es esto de armonizar el capital y el trabajo? El trabajo es una función humana, como es un atributo humano la propiedad. Pero la propiedad no es el capital: el capital es un instrumento económico, y como instrumento debe ponerse al servicio
de la totalidad económica, no del bienestar personal de nadie.
Para implantar todas estas cosas hay que vencer, desde luego, incontables resistencias.
Se opondrán todos los egoísmos; pero nuestra consigna tiene que ser ésta: no se trata de
salvar lo material; la propiedad, tal como la concebíamos hasta ahora toca a su fin; van a
acabar con ella, por las buenas o por las malas, unas masas que, en gran parte, tienen razón
y que, además, tienen la fuerza. No hay quien salve lo material; lo importante es que la
catástrofe de lo material no arruine también valores esenciales del espíritu. Y esto es lo que
queremos salvar nosotros, cueste lo que cueste, aun a trueque del sacrificio de todas las ventajas económicas. Bien valen éstas la gloria de que España, la nuestra, detenga la definitiva
invasión de los bárbaros.
LOS PARTIDOS DE LA IZQUIERDA alegan la preocupación de lo
social; pero además de que, aun en eso, son totalmente ineficaces, porque su
política desquicia un sistema económico, y no mejora en nada la suerte de los
humildes, los partidos de izquierda ejercen una política persecutoria, materialista
y antinacional. Y los de derecha, al contrario, manejan un vocabulario patriótico,
pero están llenos de mediocridad, de pesadez y les falta la decisión auténtica de
remediar las injusticias sociales.
Nuestro movimiento no es de derecha ni de izquierda. Mucho menos es del
centro. Nuestro movimiento se da cuenta de que todo eso son actitudes personales,
laterales, y aspira a cumplir la vida de España, no desde un lado, sino desde
enfrente; no como parte, sino como todo; aspira a que las cosas no se resuelvan
en homenaje al interés insignificante de un bando, sino en acatamiento al servicio total del interés patrio. Para nosotros, la Patria no es sólo un concepto, sino
una norma. El acatamiento de esta norma hay que imponerlo con todo el rigor
que haga falta, contra todos los intereses que se opongan, por fuertes que sean.
Por eso somos revolucionarios.
Pero la reforma económica no es posible sin una ambición histórica. Sólo
con ella puede aceptarse un sistema económico que haga imponer muchos sacrificios. Esa es nuestra tarea: educar a una generación para el sacrificio con tal que
las otras reciban una Patria más grande.
La Nación, 28 de abril de 1934
Conferencia en el Teatro Calderón, Valladolid, 3 de marzo de 1935
Arriba, núm. 9, 16 de mayo de 1935
Lam. 10.16
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Lam. 10.17
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Masa, pueblo y revolución
Norma nueva y voluntad resuelta
A NADIE que medite unos minutos puede ocultársele esta verdad: al final
de un período histórico estéril, cuando un pueblo, por culpa suya o por culpa
ajena, ha dejado enmohecer todos los grandes resortes, ¿cómo va a a llevar a cabo
por sí mismo la inmensa tarea de regenerarse? Una revolución –si ha de ser fecunda y no ha de dispersarse en alborotos efímeros– exige la conciencia clara de una
norma nueva y una voluntad resuelta para aplicarla. Pero esta capacidad para
percibir y aplicar la norma es, cabalmente, la perfección. Un pueblo hundido es
incapaz de percibir y aplicar la norma; en eso mismo consiste su desastre. Tener
a punto los resortes precisos para llevar a cabo una revolución fecunda es señal
inequívoca de que la revolución no es necesaria. Y, al contrario, necesitar la revolución es carecer de la claridad y del ímpetu necesarios par amarla y realizarla. En
una palabra: los pueblos no pueden salvarse en masa a sí mismos, porque el hecho
de ser apto para realizar la salvación es prueba de que se está a salvo. Pascal imaginaba que Cristo le decía: «No me buscarías si no me hubieras encontrado ya». Lo
mismo podría decir a los pueblos el genio de las revoluciones.
Entre los jefes revolucionarios que han desfilado por la historia del mundo
se han dado con bastante reiteración estos dos tipos: el cabecilla que reclutó una
masa para encaramarse sobre ella en busca de notoriedad, de mando o de riqueza,
y el supersticioso del pueblo, creyente en la virtualidad innata del pueblo –considerado inorgánicamente como masa– para hallar su propio camino.
Discurso en Campo de Criptana, Ciudad Real, 30 de mayo de 1935
HAZ, núm. 9, 12 de octubre de 1935
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La revolución necesaria
LA MASA de un pueblo que necesita una revolución no puede hacer la
revolución.
La revolución es necesaria, no precisamente cuando el pueblo está corrompido, sino cuando sus instituciones, sus ideas, sus gustos, han llegado a la esterilidad
o están próximos a alcanzarla. En estos momentos se produce la degeneración
histórica. No la muerte por catástrofe, sino el encharcamiento en una existencia
sin gracia ni esperanza. Todas las actitudes colectivas nacen enclencles, como producto de parejas reproductivas casi agotadas. La vida de la comunidad se achata,
se entorpece, se hunde en mal gusto y mediocridad. Aquello no tiene remedio
sino mediante un corte y un nuevo principio. Los surcos necesitan simiente
nueva, simiente histórica, porque la antigua ya ha apurado su fecundidad.
Pero ¿quién ha de ser el sembrador? ¿Quién ha de elegir la nueva semilla y el
instante para largarla a la tierra? Esto es lo difícil. Y aquí nos encontramos cara a
cara con todas las predicaciones demagógicas de izquierda o de derecha, con
todas las posturas de repugnante adulación a la masa que adoptan cuantos
quieren pedirle votos o aplausos. Estos se encaran con la muchedumbre y le
dicen: «Pueblo, tú eres magnífico; atesoras las mejores virtudes, tus mujeres son
las más bellas y puras del mundo; tus hombres, los más inteligentes y valerosos;
tus costumbres, las más venerables; tu arte, el más rico; sólo has tenido una desgracia: la de ser mal gobernado; sacude a tus gobernantes, líbrate de sus ataduras
y serás venturoso». Es decir, poco más o menos: «pueblo, hazte feliz a ti mismo
por medio de la rebelión».
Sois la verdadera España
Lam. 10.14
NUESTRA GENERACIÓN quiere un «orden nuevo». No está conforme con el
orden establecido. Por eso es revolucionaria.
España lleva varios años buscando su revolución, porque, instintivamente se siente
emparedada entre dos losas agobiantes: por arriba, el pesimismo histórico; por abajo, la
injusticia social. Por arriba, la vida de España se ha limitado de manera cruel: hace diez años
España parecía miserablemente resignada a la dimisión como potencia histórica; ya no
había empresa que tentara la ambición de los españoles, ni casi orgullo que se revolviera
cuando unos cuantos moros nos apaleaban. Por abajo, la vida de España sangra con la
injusticia de que millones de nuestros hermanos vivan en condiciones más miserables que
los animales domésticos.
Nuestra generación no puede darse por contenta si no ve rotas esas dos losas; es decir,
si no recobra para España una empresa histórica, una posibilidad, por lo menos de realizar
empresas históricas; y, por otra parte, si no consigue establecer la economía social sobre
bases nuevas que hagan tolerable la convivencia humana entre nosotros.
España creyó que había llegado su revolución el 13 de septiembre de 1923, y por eso
estuvo al lado del general Primo de Rivera. Por inasistencias y equívocos se malogró la
revolución entonces, aunque ya fue mucho el interrumpir el pesimismo histórico con una
victoria militar y el quebrantar la injusticia social con no pocos avances. Otra vez pareció
que llegaba la revolución en 1931, el 14 de abril. Y otra vez está a pique de verse defraudada: primero, por dos años de política de secta; ahora, por una política que no da muestras de querer una auténtica transformación social.
VOSOTROS SOIS la verdadera España; la España vieja y entrañable,
sufrida y segura, que conserva durante siglos la labranza, los usos familiares y
comunales, la continuidad entre antepasados y descendientes. De vosotros
salieron también duros, callados y sufridos los que hicieron el Imperio de España.
Pero sobre vosotros, oprimiéndoos, deformando la España verdadera que constituís, hay otra, artificial, infecunda, ruidosa, formada por los partidos políticos, por
el Parlamento, por la vida parasitaria de las ciudades.
Hemos vivido tiempos gloriosos cuando la verdadera España, profunda, ha
sido más fuerte que su costra; vivimos –como ahora– tiempos miserables cuando la costra ahoga a las entrañas eternas.
¿Cómo la podremos romper? ¿Confiando en los mismos partidos, en la
misma máquina política que la constituye? No; ni los que se dicen de derecha ni
los que se dicen de izquierda pueden quererlo con sinceridad: primero, porque ese
sistema es su razón de existir; después, porque ven a España desde un lado –derecho o izquierdo– no en su armoniosa integridad; quieren siempre un interés parcial, no el interés total de España.
Por eso hace falta dar con gentes desligadas de toda mira de grupo; dispuestas a lograr un sistema en el que individualmente salgan perdiendo, pero que
les depare la compensación espiritual de una vida más alta.
Lam. 10.19
PORQUE SI NOSOTROS nos hemos lanzado por los campos y por las ciudades de
España con mucho trabajo y con algún peligro, que esto no importa, a predicar esta buena nueva,
es porque, como os han dicho ya todos los camaradas que hablaron antes que yo, estamos sin
España. Tenemos a España partida en tres clases de secesiones: los separatismos locales, la lucha
entre los partidos y la división entre las clases.
Cuando el mundo estaba así, cuando España estaba así, salimos a la vida de España los que
tenemos alrededor de treinta años. Pudo atraernos el aceptar aquel sistema y empujarnos a los corrillos
del Congreso, o bien el lanzarnos a excesos que agravaran y envenenaran más todavía a las masas
proletarias en su lucha de clases. Eso era muy fácil, y a primera vista tenía sus ventajas. Cualquiera
de nosotros que se hubiera alistado en el partido republicano conservador, en el partido radical,
en el liberal demócrata, o en Acción Popular, sería fácilmente ministro, porque como tenemos crísis cada quince días y siempre salen ministros nuevos, hay que preguntarse si es que queda alguien
en España que no haya sido ministro todavía.
Pero para nosotros era eso muy poco. Hemos preferido salirnos de ese camino cómodo e
irnos, como nos ha dicho nuestro camarada Ledesma, por el camino de la revolución, por el
camino de otra revolución, por el camino de la verdadera revolución. Porque todas las revoluciones han sido incompletas hasta ahora, en cuanto ninguna sirvió, juntas, a la idea nacional de la
Patria y a la idea de la justicia social. Nosotros integramos esas dos cosas: la Patria y la justicia
social, y resueltamente, categoricamente sobre esos dos principios inconmovibles queremos hacer
nuestra revolución.
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Minoría inasequible al desaliento
ESPAÑA ha reconocido algo de esto bien recientemente: en 1931. Pocas veces, como
entonces, se ha colocado la masa en actitud más fácil y humilde. Alegremente alzó a los que
estimaba como sus mejores y se aprestó a seguirlos.
Así, sin esfuerzo, se hallaron en ocasión de mandar los que llevaban muchos años ejerciendo la tarea medicinal de la crítica. Ya se entiende que no me refiero a los demagogos, sino
a aquel grupo pequeño y escogido que, a través de un riguroso proceso interior –al principio
revulsión desesperada; al final, clarividencia ardiente– habían llegado a expresar el anhelo de
una España más clara, más limpia, más ágil, libre de no poca cochambre tradicional y de mucha
mediocridad tediosa. Los que integraban este grupo tenían el deber de estrenar los nuevos
resortes históricos, de plantar los pies frescos llamados a reemplazar a los viejos troncos agotados. Y éso estaban llamados a hacerlo contra todas las resistencias: contra las de sus ocasionales compañeros de revolución y contra las de la masa misma. Los guías de un movimiento revolucionario tienen la obligación de soportar, incluso, la acusación de traidores. La masa
cree siempre que se la traiciona. Nada más inútil que tratar de halagarla para eludir la acusación.
Quizá los directores espirituales del 31 no la halagaran; pero tampoco tuvieron ánimo para
resistirla y disciplinarla. Con gesto desdeñoso se replegaron otra vez en sí mismos y dejaron el
campo libre a la zafiedad de los demagogos y a la audacia de los cabecillas. Así se malogra
–como tantas veces– una ocasión de España.
La próxima no se malogrará. Ya hemos aprendido que la masa no puede salvarse a sí
propia. Y que los conductores no tienen disculpa si desertan. La revolución es la tarea de una
resuelta minoría inasequible al desaliento. De una minoría cuyos primeros pasos no entenderá
la masa porque la luz interior fue lo más caro que perdió, víctima de un período de decadencia. Pero que, al cabo, sustituirá la árida confusión de nuestra vida colectiva por la alegría y la
claridad del orden nuevo.
HAZ, núm. 9, 12 de octubre de 1935
HAZ, núm. 9, 12 de octubre de 1935
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Juramento
Rechazo de la dictadura
ME PIDES noticias mías. Puedo decirte que estoy mejor que nunca de salud, a Dios
gracias y en plena forma de ánimo. Estos casi cuatro meses de cárcel me han permitido
calar más adentro en algunas cosas, y aparte de eso, a fuerza de tender cables, estoy ya en
contacto con cuanto pueda haber en España, en este momento, de eficaz. Hasta tal punto,
que sin la Falange no se podría hacer nada en este momento, como no fuera un ciempiés
sin salida.
Créeme que no he descansado en la adopción de estas precauciones, porque me
horroriza el temor de que la ocasión grave y magnífica que estamos viviendo, aborte una
vez más, o, lo que es peor, dé a luz un monstruo. Si eso pasa, no será por mi culpa.
Una de las cosas temibles sería la «dictadura nacional republicana». Estoy conforme
contigo al ver en su defensa un síntoma de reconocimiento de nuestras posiciones. Hasta
ahí bien. Lo malo sería la experiencia Maura–Prieto, con una excitación artificial de los
negocios, las obras públicas, etc., para fingir una prosperidad ecónomica sin levantar nada
sobre fundamentos hondos. Al final del ciclo de febril bienestar sobrevendría una gran crisis económica sobre un pueblo espiritualmente desmantelado para resistir el último y decisivo ataque comunista (lo nuestro, en un período de calma burguesa, no es donde alcanza
su mejor cultivo). Otra experiencia falsa, que temo, es la de la implantación por vía violenta de un falso fascismo conservador, sin valentía revolucionaria ni sangre joven. Claro
que esto no puede conquistar el Poder; pero, ¿y si se lo dan?
Porque ninguna de las dos cosas ocurra, trabajo, como te digo, sin tregua y con un no
poco éxito. Ya faltan pocos días me parece para que la vía quede completamente libre y
despejada. Y entonces creo que nada nos detendrá.
Carta a E. Giménez Caballero, cárcel de Alicante, 12 de julio de 1936
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JURO
JURO
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
4€
POR
no tener otro orgullo que el de la Patria y vivir bajo la
Falange Española de las J.O.N.S. con obediencia y alegría,
ímpetu y paciencia, gallardía y silencio.
JURO
lealtad y sumisión a nuestros Jefes, honor a la memoria de
nuestros muertos, impasible perseverancia en todas las
visicitudes.
JURO
donde quiera que esté, para obedecer o mandar, respeto a
nuestra Jerarquía del primero al último rango.
JURO
rechazar y no dar por oída toda voz del amigo o enemigo,
que pueda debilitar el espíritu de nuestra Falange.
JURO
mantener sobre todas la idea de la Unidad: Unidad entre las
tierras de España, Unidad entre las clases de España,
Unidad en el hombre y entre los hombres de España.
JURO
vivir en santa hermandad con todos los de la Falange y
prestar todo auxilio y deponer toda diferencia, siempre que
me sea invocada esta Santa Hermandad.
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DIOS darme siempre al servicio de España.
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CAR 11.1
1762: «El contrato social»
C
Vocación europea de España
RECLAMAMOS para España un puesto preminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento
internacional ni la mediatización extranjera.
Plataforma 2003
(Punto 3 de la norma programática de Falange Española de las J.O.N.S.)
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,
UANDO en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau,
publicó El contrato social, dejó de ser la verdad política una entidad permanente. Antes, en otras
épocas más profundas, los Estados, que eran ejecutores de misiones históricas, tenían inscirtas
sobre sus frentes, y aún sobre los astros, la justicia y la verdad. Juan Jacobo Rousseau vino a
decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de razón, sino que eran, en
cada instante, decisiones de voluntad.
Juan Jacobo Rousseau suponía que el conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma
superior, de jerarquía diferente a cada una de nuestras almas, y que ese yo superior está dotado de
una voluntad infalible, capaz de definir en cada instante lo justo y lo injusto, el bien y el mal. Y
como esa voluntad colectiva, esa voluntad soberana, sólo se expresa por medio del sufragio –conjetura de los más que triunfa sobre la de los menos en la adivinación de la voluntad superior–,
venía a resultar que el sufragio, esa farsa de las papeletas entradas en una urna de cristal, tenía la
virtud de decirnos en cada instante si Dios existía o no existía, si la verdad era la verdad o no era
la verdad, si la Patria debía permanecer o si era mejor que, en un momento se suicidase.
Como el Estado liberal fue un servidor de esa doctrina, vino a constituirse no ya en el ejecutor resuelto de los destinos patrios, sino en el espectador de las luchas electorales.
De ahí vino el sistema democrático, que es, en primer lugar, el más ruinoso sistema de derroche de energías.
Vino después la pérdida de la unidad espiritual de los pueblos, porque como el sistema funcionaba sobre el logro de las mayorías, todo aquel que aspiraba a ganar el sistema tenía que procurarse la mayoría de los sufragios. Y tenía que procurárselos robándolos, si era preciso, a los otros
partidos.
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Discurso en el Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933
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Un orden nuevo para Europa
NOS SENTIMOS, no la vanguardia, sino el ejército entero de un orden nuevo que
hay que implantar en España; que hay que implantar en España digo, y ambiciosamente,
porque España es así, añado: de un orden nuevo que España ha de comunicar a Europa
y al mundo.
Las edades pueden dividirse en clásicas y medias; éstas se caracterizan porque van en
busca de la unidad; aquéllas son las que han encontrado esa unidad. Las edades clásicas,
completas, únicamente terminan por consunción, por catástrofe, por invasión de los
bárbaros. Roma nos presenta este proceso. Su edad media, de crecimiento, va desde
Cannas a Accio; su edad clásica, de Accio a la muerte de Marco Aurelio; su decadencia,
desde Cómodo a la invasión de los bárbaros. Cuando empiezan a operar en Roma los
dos disolventes que habían de terminar con su destrucción, Roma estaba completa,
Roma era la unidad del orbe; no le quedaba nada por hacer. Todo lo externo estaba
realizado, y Roma no tenía vida interior; su religión se limitaba a regular ceremonias; su
moral era una moral de pueblo sobre las armas, militar, cívica; magníficos resortes para
cuando se edificaba; inútiles, una vez concluída la construcción. Por eso el cansancio de
Roma hubo de refugiarse en dos movimientos de vuelta hacia la vida interna: primero,
el estoicismo de nuestro Séneca, que es todavía una actitud intelectual, sin efusión;
luego, el cristianismo, que era la negación de los principios romanos; la religión de los
humildes y perseguidos, capaz de negar al César su divinidad y aun su dignidad sacerdotal. El cristianismo minó los cimientos de la Roma agitada; pero falta todavía para que
Roma acabe de desaparecer, la catástrofe, la invasión de los bárbaros.
1776: «La riqueza de las naciones»
PUES BIEN: para Adam Smith el mundo económico era una comunidad natural
creada por la división del trabajo. Esta división del trabajo no era un fenómeno consciente,
querido por aquellos que se habían repartido la tarea; era un fenómeno inconsciente, un
fenómeno espontáneo. Los hombres se habían ido repartiendo el trabajo sin ponerse de
acuerdo; a ninguno, al proceder a esa división, había guiado el interés de los demás, sino la
utilidad propia; lo que es cada uno, al buscar esa utilidad propia, había venido a armonizar
con la utilidad de los demás, y así, en esta sociedad espontánea libre, se presentan: primero,
el trabajo, que es la única fuente de toda riqueza; después, la permuta, es decir el cambio
de las cosas que nosotros producimos por las cosas que producen los otros; luego, la moneda,
que es una mercancía que todos estaban seguros habían de aceptar los demás; por último,
el capital, que es el ahorro de lo que no hemos tenido que gastar, el ahorro de productos
para poder con él dar vitalidad a empresas nuevas. Adam Smith cree que el capital es la
condición indispensable para la industria: el capital condiciona la industria –son sus palabras–.
Pero todo esto pasa espontáneamente, como os digo; nadie se ha puesto de acuerdo para
que esto ande así y, sin embargo, anda así, tiene que andar así; además, Adam Smith considera que debe andar así, y está tan seguro, tan contento de esta demostración que va
enhebrando, que, encarándose con el Estado con el soberano –él también le llama el soberano–,
le dice: «Lo mejor que puedes hacer es no meterte en nada, dejar las cosas como están. Estas
cosas de la economía son delicadísimas; no las toques que no tocándolas se harán solas ellas
e irán bien».
Conferencia en el Teatro Calderón, Valladolid, 3 de marzo de 1935
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Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
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1765–1789: Maquinismo y Revolución Francesa
EL LIBRO de Rousseau se ha publicado en 1762; el de Adam Smith se ha publicado
en 1776, con muy pocos años de diferencia. Hasta entonces son dos disquisiones doctrinales: una tesis que aventura un filósofo y una tesis que aventura un economista; pero he
aquí que en aquel final agitado del siglo XVIII ocurre lo que tiene que ocurrir para que
estas dos tesis teóricas se pongan inmediatamente a prueba. Como si estuviéramos en un
cinematógrafo, esta noche podemos imaginar que vemos saltar hacia la pantalla todas estas
cifras: 1765, 1767, 1769, 1770, 1785 y 1789 por último. Las cinco primeras de estas fechas
corresponden a la invasión de las máquinas, máquinas que van a transformar la industria,
sobre todo la industria de los hilados y los tejidos; corresponden al invento de la primera
máquina de hilar, de la primera máquina de vapor, de la primera máquina de tejer...; la última, 1789, no hay que decirlo, corresponde nada menos que a la Revolución Francesa. La
Revolución Francesa se encuentra con los principios rousseaunianos ya elaborados, y los
acepta. En la constitución de 1789, en la del 91, en la del 93, en la del año tercero, en la del
año octavo, se formula, casi con las mismas palabras usadas por Rousseau, el principio de
la soberanía nacional: «El principio de toda soberanía reside esencialmente, en la nación.
Ninguna corporación, ningún individuo, puede ejercer autoridad que no emane de ella
expresamente». No creáis que siempre se da entrada, al mismo tiempo que se declara esto,
al sufragio universal. Sin embargo, hay algo en las Constituciones revolucionarias que no
estaba en El contrato social, y es la declaración de los derechos del hombre.
Siglo XIII, plenitud de Europa
ESTAMOS AHORA, cabalmente al fin de una edad que
siguió tras la Edad Media, a la edad clásica de Roma. Destruída Roma
empieza como un barbecho histórico. Luego empiezan a germinar
nuevos brotes de cultura. Las raíces de la unidad van prendiendo por
Europa. Y llega el siglo XIII, el siglo de Santo Tomás. En esta época
la idea de todos es la «unidad» metafísica, la unidad en Dios; cuando
se tienen estas verdades absolutas todo se explica, y el mundo entero,
que en este caso es Europa, funciona según la más perfecta economía
de los siglos. Las universidades de París y de Salamanca razonan
sobre los mismos temas en el mismo latín. El mundo se ha encontrado a sí mismo. Pronto se realizará el Imperio español, que es la
unidad histórica, física, espiritual y teológica.
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
Conferencia en el Teatro Calderón, Valladolid, 3 de marzo de 1935
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Gran época del liberalismo político
La Reforma, ruptura de Europa
Siglo XVIII: empiezan las congojas
VAMOS A PENSAR que estamos, por un instante, en el últi-
TODO PROCESO histórico es, en el fondo, un proceso religioso. Sin
descubrir el substratum religioso no se entiende nada. La presente situación
del mundo es, ni más ni menos, la última consecuencia de la Reforma.
La Reforma: Lutero (la fe sin las obras); Calvino (la gracia inamisible).
Luego: ni esfuerzos por ganar el Cielo ni preocupación por el Infierno. La
energía se encauza hacia lo humano. Hay como un desbordamiento de alegría.
Y, al lado, la irrupción de los nuevos ricos, compradores de los bienes eclesiásticos. ¿Libertad de creencias? Nada de eso; ese es ya un fenómeno del siglo
XIX. La Reforma se manifiesta como una guerra santa contra lo que llama el
papismo idólatra; guerra implacable y durísima (Ginebra; Inglaterra, con los
Cecil y Cromwell; Gustavo Adolfo...). (Sorel: prólogo a las «Reflexions sur la
violence»). En el protestantismo están ya en germen: la civilización mecánica;
la interpretación económica de la vida (el éxito en los negocios humanos, señal
de predestinación, idea calvinista); el capitalismo (por oposición a la función
feudal de la propiedad); el optimismo (los calvinistas creen que no todos los
hombres son llamados a la gracia, pero ellos se sienten todos llamados a la gracia).
mo tercio del siglo XVIII. Del siglo XIII al XVI, el mundo vivió
una vida fuerte, sólida, en una armonía total; el mundo giraba
alrededor de un eje. En el siglo XVI empezó esto ya a ponerse en
duda. El siglo XVII introdujo el libre examen, se empezó a dudar
de todo. El siglo XVIII ya no creía en nada; si queréis, no creían
en nada los más elegantes, los más escogidos del siglo XVIII; no
creían ni siquiera en sí mismos. Empezaron a asistir a las primeras
representaciones, a las primeras lecturas en que los literatos y filósofos de la época se burlaban de esa misma sociedad afanada en
festejarlos. Vemos que las mejores sátiras contra la sociedad del
siglo XVIII son aplaudidas y celebradas por la misma sociedad a la
que satirizaban. En este ambiente del siglo XVIII, en este siglo
XVIII que todo lo reduce a conversaciones, a ironías, a filosofía
delgada, nos encontramos dos figuras bastantes distintas: la figura
de un filósofo ginebrino y la figura de un economista escocés.
EL OPTIMISMO filosófico. Rousseau; el hombre es nativamente bueno.
Abolengo protestante del optimismo filosófico: (la gracia concedida de balde. ¿Quizá
sobre el pecado original? El protestantismo sostiene que la Redención bastó para
devolvernos a todos la gracia (a los elegidos, claro) sin necesidad de obras ni sacramentos; es decir, nos reintegró del estado de penitencia (católico) al estado de inocencia).
Abolengo protestante de la «declaración de los derechos del hombre» (Constituciones
americanas. V. Jellinek). Las «declaraciones» exceden del pensamiento de Rousseau (el
individuo no se reserva nada, según él); pero la sustancia está en el optimismo; Rousseau
lo es a machamartillo: el ser colectivo siempre quiere el bien. Las constituciones revolucionarias, empíricamente, reducen la aplicación de este principio al restringir el sufragio.
Para ellas «el pueblo» quiere decir «la burguesía» como para la revolución socialista, más
adelante, querrá decir «el proletariado». La revolución es siempre un cambio de aristocracia: la sustitución de una aristocracia que ya no cree en sí misma por otra clase que cree en su
propia vitalidad. La aristocracia a finales del XVIII se ríe de las sátiras lanzadas contra ella
(Beaumarchais, Voltaire). Más tarde veremos a una burguesía cobarde juguetear con el
socialismo.
Cuaderno de notas de un estudiante europeo, septiembre? 1936
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abrl de 1935
Cuaderno de notas de un estudiante europeo, septiembre? 1936
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Optimismo filosófico: Rousseau
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EL LIBERALISMO (se puede llamar así porque no a otra cosa que a levantar una
barrera contra la tiranía aspiraban las Constituciones revolucionarias), el liberalismo tiene
su gran época, aquella en que instala a todos los hombres en la igualdad ante la ley, conquista de la cual ya no se podrá volver atrás nunca. Pero lograda esta conquista y pasada su
gran época, el liberalismo empieza a encontrarse sin nada que hacer y se entretiene en
destruirse a sí mismo. Como es natural, lo que Rousseau denominaba la voluntad soberana,
viene a quedar reducida a ser la voluntad de la mayoría. Según Rousseau, era la mayoría –teóricamente, por expresar una conjetura de la voluntad soberana; pero en la práctica, por el
triunfo sobre la minoría disidente– la que había de imponerse frente a todos; el logro de
esa mayoría implicaba que los partidos tuvieran que ponerse en lucha para lograr más votos
que los demás; que tuvieran que hacer propaganda unos contra otros, después de fragmentarse. Es decir, que bajo la tesis de la soberanía nacional, que se supone indivisible, es
justamente cuando las opiniones se dividen más, porque como cada grupo aspira a que su
voluntad se identifique con la presunta voluntad soberana, los grupos tienen cada vez más
que calificarse, que perfilarse, que combatirse, que destruirse, y tratar de ganar en las contiendas electorales. Así resulta que en la descomposición del sistema liberal (y naturalmente
que este tránsito, este desfile resumido en unos minutos, es un proceso de muchos años),
en esta descomposición del sistema liberal, los partidos llegan a fragmentarse de tal manera,
que ya en las últimas boqueadas del régimen, en algún sitio de Europa, como la Alemania
de unos días antes de Hitler, había no menos de treinta y dos partidos.
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CAR 11.2
Fracaso social del capitalismo
El capitalismo aniquila la propiedad privada
Época heróica del liberalismo económico
LO MISMO que Rousseau se encontró con que la Revolución Francesa, al poco tiempo acogió sus principios, Smith tuvo la suerte, raras veces alcanzada por ningún escritor,
de que Inglaterra estableció poco después la completa libertad económica. Abrió la mano
al libre juego de la oferta y de la demanda, que, según Adam Smith, iba a producir, sin más,
sin presión de nadie más, el equilibrio económico. Y, en efecto, también el liberalismo
económico vivió su época heroica, una magnífica época heroica. Nosotros no nos tenemos
que ensañar nunca con los caídos, ni con los caídos físicos, con los hombres que, por ser
hombres, aunque fueran enemigos nuestros, nos merecen todo el respeto que implica la
dignidad y la cualidad humanas, ni con los caídos ideológicos. El liberalismo económico
tuvo una gran época, una magnífica época de esplendor; a su ímpetu, a su iniciativa, se
debieron el ensanche de riquezas enormes hasta entonces no explotadas; las llegadas, aun
a las capas inferiores, de grandes comodidades y hallazgos; la competencia, la abundancia,
elevaron innegablemente las posibilidades de vida de muchos. Ahora bien: por donde iba
a morir el liberalismo económico era porque, como hijo suyo, iba a producirse muy pronto este fenómeno tremendo, acaso el fenómeno más tremendo de nuestra época, que se
llama el capitalismo.
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
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DESDE el punto de vista social va a resultar que, sin querer, voy a estar de acuerdo
en más de un punto con la crítica que hizo Carlos Marx. Este Carlos Marx ya vaticinó el
fracaso social del capitalismo. Vio que iban a pasar, por lo menos estas cosas: primeramente, la aglomeración de capital. Tiene que producirla la gran industria. La pequeña
industria apenas operaba más que con dos ingredientes: la mano de obra y la primera materia. En las épocas de crisis, cuando el mercado disminuía, estas dos cosas eran fáciles de
reducir: se compraba menos primera materia, se disminuía la mano de obra y se equilibraba, aproximadamente, la producción con la exigencia del mercado. Pero llega la gran industria; y la gran industria, aparte de ese elemento que se va a llamar por el propio Marx capital
variable, emplea una enorme parte de sus reservas en capital constante; una enorme parte
que sobrepuja en mucho el valor de las primeras materias y de la mano de obra; reúne
grandes instalaciones de maquinaria, que no es posible en un momento reducir. De manera
que para que la producción compense esta aglomeración de capital muerto, de capital irreducible, no tiene más remedio la gran industria que producir a un ritmo enorme, como produce; y como a fuerza de aumentar la cantidad llega a producir más barato, invade el terreno
de las pequeñas producciones, va arruinándolas una detrás de otra y acaba por absorberlas.
Esta ley de la aglomeración del capital la predijo Marx y aunque algunos afirman que no
se ha cumplido, estamos viendo que sí, porque Europa y el mundo están llenos de trusts, de
sindicatos de producción enorme y de otras cosas que vosotros conocéis mejor que yo;
como son esos magníficos almacenes de precio único, que pueden darse el lujo de vender
a tipos de dumping, sabiendo que vosotros no podéis resistir la competencia de unos meses
y que ellos en cambio, compensando unos establecimientos con otros, unas sucursales con
otras, pueden esperar cruzados de brazos vuestro total aniquilamiento.
CUANDO se habla del capitalismo no se hace alusión a la propiedad privada; estas
dos cosas no sólo son distintas, sino que casi se podría decir que son contrapuestas.
Precisamente uno de los efectos del capitalismo fue el aniquilar casi por entero la
propiedad privada en sus formas tradicionales. El capitalismo es la transformación, más o
menos rápida, de lo que es el vínculo directo del hombre con sus cosas en un instrumento técnico de ejercer el dominio. La propiedad antigua, la propiedad artesana, la propiedad
del pequeño productor, del pequeño comerciante, es como una proyección del individuo
sobre sus cosas. En tanto es propietario en cuanto puede tener esas cosas, usarlas, gozarlas,
cambiarlas, si queréis; casi en estas mismas palabras ha estado viviendo en las leyes romanas
durante siglos, el concepto de la propiedad; pero a medida que el capitalismo se perfecciona
y se complica, fijáos en que va alejándose la relación del hombre con sus cosas y se va interponiendo una serie de instrumentos técnicos de dominar; y lo que era esta proyección
directa, humana, elemental de relación entre un hombre y sus cosas, se complica; empiezan
a introducirse signos que envuelven la representación de una relación de propiedad, pero
signos que cada vez van sustituyendo mejor a la presencia viva del hombre, y cuando llega
el capitalismo a sus ultimos perfeccinamientos, el verdadero titular de la propiedad antigua
ya no es un hombre, ya no es un conjunto de hombres, sino que es una abstracción representada por trozos de papel: así ocurre en lo que se llama la sociedad anónima. La sociedad
anónima es la verdadera titular de un acervo de derechos, y hasta tal punto se ha deshumanizado, hasta tal punto le es indiferente ya el titular humano de esos derechos, que el que
se intercambien los titulares de las acciones no varía nada la organización jurídica, el funcionamiento de la sociedad entera.
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Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
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Proletarización y desocupación
SEGUNDO fenómeno social que sobreviene: la proletarización. Los artesanos
desplazados de sus oficios, los artesanos que eran dueños de su instrumento de producción
y que, naturalmente, tienen que vender su instrumento de producción porque ya no les
sirve para nada; los pequeños productores, los pequeños comerciantes, van siendo aniquilados económicamente por este avance ingente, inmenso, incontenible, del gran capital y acaban incorporándose al proletariado, se proletarizan. Marx lo describe con un extraordinario
acento dramático cuando dice que estos hombres, después de haber vendido sus productos, después de haber vendido el instrumento con que elaboran sus productos, después de
haber vendido sus casas, ya no tienen nada que vender, y entonces se dan cuenta de que
ellos mismos pueden ser una mercancía, de que su propio trabajo puede ser una mercancía
y se lanzan al mercado a alquilarse por una temporal esclavitud. Pues bien: este fenómeno
de la proletarización de masas enormes y de su aglomeración en las urbes alrededor de las
fábricas es otro de los síntomas de quiebra social del capitalismo.
Y todavía se produce otro, que es la desocupación. En los primeros tiempos de empleo
de las máquinas se resistían los obreros a darles entrada en los talleres. A ellos les parecía
que aquellas máquinas, que podían hacer el trabajo de veinte, de cien o de cuatrocientos
obreros, iban a desplazarlos. Como se estaba en los tiempos de fe en el «progreso
indefinido», los economistas de entonces sonreían y decían: «Estos ignorantes obreros no
saben que esto lo que hará será aumentar la producción, desarrollar la economía, dar mayor
auge a los negocios...; habrá sitio para las máquinas y para los hombres». Pero resultó que
no ha habido este sitio; que en muchas partes las máquinas han desplazado a la casi totalidad de los hombres en cantidad exorbitante.
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Justo nacimiento del socialismo
Liberalismo y esclavitud económica
Y, POR ÚLTIMO, el Estado liberal vino a depararnos la esclavitud económica, porque a los obreros, con trágico sarcasmo, se les decía: «sois libres de trabajar lo
que queráis; nadie puede compeleros a que aceptéis unas y otras condiciones; ahora
bien: como nosotros somos los ricos, os ofrecemos las condiciones que nos parecen;
vosotros, ciudadanos libres, si no queréis, no estáis obligados a aceptarlas; pero
vosotros, ciudadanos pobres, si no aceptáis las condiciones que nosotros os
impongamos, moriréis de hambre, rodeados de la máxima dignidad liberal». Y así
veriáis cómo en los países donde se ha llegado a tener Parlamentos más brillantes e
instituciones democráticas más finas, no teníais más que separaros unos cientos de
metros de los barrios lujosos para encontraros con tugurios infectos donde vivían
hacinados los obreros y sus familias, en un límite de decoro casi infrahumano. Y os
encontraríais trabajadores de los campos que de sol a sol se doblaban sobre la tierra,
abrasadas las costillas, y que ganaban en todo el año, gracias al libre juego de la
economía liberal, setenta u ochenta jornales de tres pesetas.
Discurso en el Teatro de la Comedia, 29 de Octubre de 1933
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Quiebra técnica del capitalismo
POR ESO TUVO que nacer, y fue justo su nacimiento (nosotros no recatamos ninguna verdad), el socialismo. Los obreros tuvieron que defenderse contra
aquel sistema, que sólo les daba promesas de derechos, pero no se cuidaba de proporcionarles una vida justa.
Ahora, que el socialismo, que fue una reacción legítima contra aquella esclavitud
liberal, vino a descarriarse, porque dió, primero, en la interpretación materialista de
la vida y de la Historia; segundo, en un sentido de represalia; tercero, en una proclamación del dogma de la lucha de clases.
El socialismo, sobre todo el socialismo que construyeron, impasibles en la frialdad
de sus gabinetes, los apóstoles socialistas, no ve en la Historia sino un juego de
resortes económicos: lo espiritual se suprime; la Religión es un opio del pueblo; la
Patria es un mito para explotar a los desgraciados. Todo eso dice el socialismo. No
hay más que producción, organización económica. Así es que los obreros tienen que
estrujar bien sus almas para que no quede dentro de ellas la menor gota de espiritualidad.
No aspira el socialismo a restablecer una justicia social rota por el mal funcionamiento de los Estados liberales, sino que aspira a la represalia; aspira a llegar en
la injusticia a tantos grados más allá cuantos más acá llegaran en la injusticia los sistemas liberales.
Por último, el socialismo proclama el dogma monstruoso de la lucha de clases;
proclama el dogma de que las luchas entre las clases son indispensables, y se producen naturalmente en la vida, porque no puede haber nunca nada que las aplaque.
Y el socialismo, que vino a ser una crítica justa del liberalismo económico, nos trajo,
por otro camino, lo mismo que el liberalismo económico: la disgregación, el odio, la
separación, el olvido de todo vínculo de hermandad y de solidaridad entre los hombres.
PERO ERA de prever que el capitalismo tuviera esta quiebra social. Lo que era
menos de prever era que tuviera tambien una quiebra técnica, que es, acaso, la que está llevando su situación a términos desesperados.
Por ejemplo: las crisis periódicas han sido un fenómeno producido por la gran industria,
y producido, precisamente, por esa razón que os decía antes, cuando explicaba la aglomeración
del capital. La superproducción, aquella producción a ritmo violentísimo de que hablaba
antes, acaba por saturar los mercados. Se produce entonces el subconsumo, y el mercado
absorbe menos de lo que las fábricas le entregan. Si se conservase la estructura de la
pequeña economía anterior, se achicaría la producción proporcionalmente a la demanda
mediante la disminución en la adquisición de primeras materias y mano de obra. Pero como
esto no se puede hacer en la gran industria, porque tiene ese ingente capital constante, ese
ingente capital muerto, la gran industria se arruina; es decir, que técnicamente la gran
industria hace frente a las épocas de crisis peor que la pequeña indusria. Primera quiebra
para su antigua altanería.
Pero después, una de las notas más simpáticas y atractivas del capitalismo liberal falla
también; era aquella arrogancia de sus primeros tiempos, en que decía: «Yo no necesito
para nada el auxilio público; es más, pido a los poderes públicos que me dejen en paz, que
no se metan en mis cosas». El capitalismo, muy en breve, en cuanto vinieron las épocas de
crisis, acudió a los subsidios públicos. Por último, otra de las ventajas del libre cambio, de
la economía liberal, consistía en estimular la concurrencia. Se decía: compitiendo en el mercado libre todos los productores irán perfeccionando sus productos y cada vez será mejor
la situación de aquellos que los compran. Pues bien, el gran capitalismo ha eliminado
automáticamente la concurrencia al poner la producción en manos de unas cuantas entidades poderosas.
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Actitudes ante la catástrofe
Puente sobre la invasión de los bárbaros
HE AQUI por qué, en lo económico y en lo político, se ha roto la armonía del individuo con la colectividad de que forma parte, se ha roto la armonía del hombre con su contorno, con su patria, para dar al contorno una expresión que ni se estreche hasta el asiento físico ni se pierda en vaguedades inaprehensibles.
Perdida la armonía del hombre y la patria, del hombre y su contorno, ya está herido de
muerte el sistema. Concluye una edad que fue de plenitud y se anuncia una futura Edad
Media, una nueva edad ascensional. Pero entre las edades clásicas y las edades medias ha
solido interponerse, y este es el signo de Moscú, una catástrofe, una invasión de los bárbaros.
Pero en las invasiones de los bárbaros se han salvado siempre las larvas de aquellos valores
permanentes que ya se contenían en la edad clásica anterior. Los bárbaros hundieron el
mundo romano, pero he aquí que con su sangre nueva fecundaron otra vez las ideas del
mundo clásico. Así, más tarde, la estructura de la Edad Media y el Renacimiento se asentó
sobre líneas espirituales que ya fueron iniciadas en el mundo antiguo.
Pues bien: en la revolución rusa, en la invasión de los bárbaros a que estamos asistiendo, van ya, ocultos y hasta ahora negados, los gérmenes de un orden futuro y mejor.
Tenemos que salvar esos gérmenes y queremos salvarlos. Esa es la labor verdadera que
corresponde a España y a nuestra generación: pasar de esta última orilla de un orden
económico social que se derrumba a la orilla fresca y prometedora del orden que se
adivina; pero saltar de una orilla a otra por un esfuerzo de nuestra voluntad, de nuestro
empuje y de nuestra clarividencia. Saltar de una orilla a otra sin que nos arrastre el torrente
de la invasión de los bárbaros.
INARMONÍA entre el hombre y su entorno; en esa fórmula se expresa el malestar de
nuestro tiempo. Cuadro del mundo contemporáneo: sociedad en trance de crisis y sin brío
para hacerle frente. Vida muelle (caloríferos, frigoríficos, ascensores, alimentos fáciles...) (V.
Carrell). Crisis de la antigua aristocracia, no por envilecimiento (el promedio de duques es
mejor que el de catedráticos) sino por dimisión; ya puramente decorativa. Crisis de las
nuevas dinastías: los hijos de los capitanes de industria son señoritos. Crisis de la vitalidad
burguesa (paralelo con el fenómeno precursor de la Revolución Francesa: la cobardía de
los burgueses liberales, aduladores del proletariado). Amenaza de la plebe urbana, ensoberbecida, rencorosa, insolente, insufrible... los bárbaros en las fronteras.
Actitudes. Anarquismo: pretende resolver la inarmonía entre el hombre y su contorno
disolviendo la colectividad en individuos. Fascismo: pretende resolverla absorbiendo al
individuo en la colectividad (el comunismo no es una tercera actitud: es la propia invasión de
los bárbaros en cuanto dictadura del proletariado). El anarquismo –utópico– en cuanto
remota aspiración. El anarquismo es irrealizable. El fascismo es fundamentalmente falso:
acierta al barruntar que se trata de un fenómeno religioso, pero quiere sustituir la religión
por una idolatría. Nacionalismo. El nacionalismo romántico, anticatólico: por lo tanto, en
un último fondo, antifascista. De ahí su carácter multitudinario, fatigoso por la permanencia en la crispación. Falso además en lo económico, porque no se remueve la verdadera
base: el capitalismo. Eso del sistema corporativo es una frase: conserva la dualidad
patrono–obrero aunque agigantada en los sindicatos. Es decir, persiste el esquema bilateral
de la relación de trabajo y, atenuada o no, la mecánica capitalista de la plus–valía. Pero el fascismo atisba (quizá, sobre todo en Alemania) que hay algo de forma ascética que asumir.
Nuestro tiempo: final de edad
EDADES
CLÁSICAS y edades medias. Las edades medias, ascendentes, devienen
edades clásicas; las edades clásicas, plenarias, no devienen edades medias; degeneran y concluyen en catástrofe. La catástrofe, el barbecho histórico, y luego la nueva edad media
ascendente, en la que retoñan los valores permanentes de la edad hundida. Considerada a mil años
o a cien de distancia la catástrofe no importa; a la larga se salva todo lo auténtico; pero para
la generación a la que le toca es definitiva. Nuestra generación presiente como próxima la
catástrofe. Ha diagnosticado su carácter de fin de edad (multitud de libros: Spengler,
Berdiaeff, Carrell ); pero lleva esta ventaja a las épocas gemelas: lo sabe. Y hasta quiere
tender el puente sobre la invasión de los bárbaros.
El instante: final de edad. Edades clásicas y edades medias. Las edades medias terminan
en edades clásicas. Las clásicas no devienen en medias: terminan en catástrofe, en invasiones de los bárbaros. Despues, dentro de la cultura nueva, bárbara, operan las constantes
mejores de la edad clásica hundida y empieza una nueva edad media, material, ascendente.
Los signos son todos de hundimiento de un mundo (predichos por Marx). Pero en el no
todo está perdido: mucho debe vivir y sobrevivirá incluso a la catástrofe. Ahora bien,
¿tenemos que resignarnos a confiar en una remota resurreción? ¿Habrá que dejar que
llegue el torrente y, de momento lo aniquile todo? Es decir, ¿ hemos de avenirnos a ser testigos de la catástrofe predicha por Marx?
Discurso en el Cine Madrid, 17 de noviembre de 1935
Lam. 11.19
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935
Discurso en el Teatro de la Comedia, 29 de Octubre de 1933
4€
Consecuencias de la crisis del liberalismo
Y VIENEN todos los resultados que hemos conocido: la crisis, la paralización, el
cierre de las fábricas, el desfile inmenso del proletario sin tarea, la guerra europea, los días
de la postguerra... y el hombre que aspiró a vivir dentro de una economía y una política liberales,
dentro de un principio liberal, que llenaba de sustancia y de optimismo a una política y a
una economía, vino a encontrarse reducido a esta cualidad terrible: antes era artesano,
pequeño productor, miembro de una corporación acaso dotada de privilegios, vecino de un
municipio fuerte; ya no es nada de eso. Al hombre se le ha ido librando de todos sus atributos,
se le ha ido dejando químicamente puro en su condición de individuo: ya no tiene nada.
Tiene el día y la noche. No tiene ni un pedazo de tierra donde poner los pies, ni una casa
donde cobijarse. La antigua ciudadanía completa, humana, íntegra, llena, se ha quedado
reducida a estas dos cosas desoladoras: un número en las listas electorales y un número en
las colas a las puertas de las fábricas.
Y entonces, mirad qué dos perspectivas para Europa: de una parte, la vecindad de una
guerra posible. Europa, desesperada, desencajada, nerviosa, acaso se precipite a otra guerra.
De otro lado, el atractivo de Rusia, el atractivo de Asia, porque no se os olvide el ingrediente
asiático de esto que se llama el comunismo ruso, en el que hay tanto o más de influencia
marxista germánica, influencia típicamente anarquista, asiática... Observad adónde nos ha
conducido la descomposición postrera del liberalismo político y del liberalismo económico, a colocar a masas europeas enormes en esta espantosa disyuntiva: o una nueva guerra,
que será el suicidio de Europa, o el comunismo, que será la entrega de Europa a Asia.
Cuaderno de notas de un estudiante europeo, septiembre? 1936
4€
Lam. 11.20
Solución religiosa
ACTITUDES. La catástrofica (comunismo) no intenta resolver la antinomia entre el
hombre y su entorno: acepta el advenimiento de la catástrofe, venga lo que venga detrás.
En algunos casos anticipa la estructura de una sociedad nueva (anarquista); en este aspecto entra en el segundo grupo. La solución catástrofica ha sido experimentada en Rusia: no
ha sido más que un cambio de aristocracia. Las revoluciones suelen traer sangre nueva;
pero cuestan demasiado... la solución catastrófica es la predilecta de todos los débiles mentales y sexuales, de los envidiosos, de los desclasificados y de los resentidos: la pereza, musa
revolucionaria.
Soluciones extremas: 1.- El anarquismo: disolución de la colectividad en individuos.
Critica. 2.- El fascismo: absorción del individuo en la colectividad. Los grandes logros de
los sistemas fascistas y su quiebra interna: exterioridad religiosa sin religión. Alemania: llegará a ser un sistema profundo y estable si alcanza sus últimas consecuencias: la vuelta a la
unidad religiosa de Europa; es decir, si se aparta de la tradición nacionalista y romántica de
las Alemanias y resume el destino imperial de la casa de Austria. En caso contrario, los fascismos tendrán corta vida.
Solución religiosa: el recobro de la armonía del hombre y su entorno en vista de un fin
trascendente. Este fin no es la patria, ni la raza, que no pueden ser fines en sí mismos: tiene
que ser un fin de unificación del mundo, a cuyo servicio puede ser la patria un instrumento; es decir, un fin religioso. ¿Católico? Desde luego, de sentido cristiano.
Cuaderno de notas de un estudiante europeo, septiembre? 1936
Cuaderno de notas de un estudiante europeo, septiembre? 1936
4€
Lam. 11.21
4€
Lam. 11.22
4€
Alegría religiosa sobre la Europa unificada
Carta a mi hijo sobre Europa
A ENTRAÑA religiosa de la crisis. La unidad católica: sentido total de la vida religiosa
en la Edad Media; es decir, ni sacrificio del individiuo a la colectividad ni disolución de la colectividad en individuos, sino síntesis del destino individual y el colectivo en una armonía superior,
a la que uno y otro sirven. Luego, dicen los tradicionalistas, no hay más que volver a la religión.
¡Claro! Como los profesores de idiomas que dicen “Faites comme moi” a los alumnos torpes en
fonética. Esto es suponer, irreligiosamente, que la religión se adopta un día como las corbatas de
color después de un luto. No. La religión es, fundamentalmente, un don de Dios; hay que impetrarlo y esperarlo, pero no se adquiere de la noche a la mañana. Además, la enfervorización de los
pueblos no es tarea política. Lo que puede intentarse políticamente es la puesta en forma para la
espera de la gracia (Pascal aconseja a los que no sienten la caridad que se comporten como si ya
la sintieran). Ascésis: inocencia y penitencia.
La nueva consigna de vuelta a la naturaleza. Égloga y geórgica. Sentido geórgico de nuevo
regreso. Desmonte del capitalismo: solidarismo gremial, descongestión urbana. Deshielo de la
superindustrialización. Vida dura de las clases medias e intelectuales. Formación militar de las
clases superiores. Alegría prerreligiosa. ¿España?
Solución religiosa: El recobro de la armonía del hombre y su entorno en vista de un fin transcendente. Este fin no es la patria, ni la raza, que no pueden ser fines en sí mismos: tiene que ser un
fin de unificación del mundo, a cuyo servicio puede ser la patria un instrumento; es decir, un fin
religioso. ¿Católico? Desde luego, de sentido cristiano.
Y así acaso un día vuelva a encenderse sobre Europa unificada la alegría religiosa.
AHORA para concluir, volviendo a nuestro Occidente, quiero decirte, hijo, que tú,
desde tu corazón fiel de español universal, y sin dejar de mirar a la Hispanidad, mira también
a Europa; o, mejor, mírate en ella, que es como una gran patria en la que la nuestra está incluída
y tú con ella. Vivimos en el mundo; pero Europa, además de ser nuestro mundo más próximo, es el corazón del universo: el eje diamantino de su inteligencia, su sensibilidad, su cultura; aunque ahora no sea ya el eje del poder.
Esta limitada e ilustre área de la tierra que se dibuja desde Grecia hasta España, pasando
por Roma y por Germania y por las Galias y por Britania; esa pequeña área, es una magna
acotación histórica que reúne la máxima condensación y gradación espiritual del planeta,
Cabeza de la Cristiandad, de donde emana el supremo saber de salvación. Europa ha inventado y está inventando todo cada día: la Belleza, la Ciencia, el Amor, el Arte, la Virtud...; ella
es la luz occidental que alumbra toda civilización. Y tú, pequeño español de Europa, hijo
mío, debes saber que en ella se apoyan sólidamente tus espaldas; que de su inmenso tesoro
inefable –jalonado de una pléyade de nombres de oro: Platón, Dante, Descartes,
Shakespeare, Cervantes, Miguel Ángel, Velázquez, Mozart, Beethoven, Goya...– se alimenta
la riqueza de tu espíritu y que de su sabia antigüedad es de donde viene la solera misma de
tu alma. La que, sobre el saber concreto a que al cabo arribe tu vida de estudiante, pondrá el
tacto, la gracia, la profundidad, la claridad, la sobriedad, de su estilo del vivir: el pascaliano
“esprit de finesse” y la humanísima ironía de tu otro compatriota Miguel de Cervantes. Cosas
todas que ahora apenas si entiendes, pero que mañana, cuando te hayas hecho de veras hombre reconocerás con orgullo de europeo en tu corazón.
Y
L
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
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Cuaderno de notas de un estudiante europeo, Alicante, septiembre ?, 1936
Lam. 11.23
4€
Cartas a mi hijo, 1961
Lam. 11.24
96
,
Gaspar Gómez de la Serna
4€
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15/02/2010
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CAR 12.1
José Antonio: el amigo
J
CENTENARIO
LAMINAS DEL
Sobre José Antonio
AYER, POR ÚLTIMA VEZ, expliqué al Tribunal que me
juzgaba lo que es la Falange. Como en tantas ocasiones, repasé,
aduje los viejos textos de nuestra doctrina familiar. Una vez
más, observé que muchísimas caras, al principio hostiles, se
iluminaban, primero con el asombro y luego con la simpatía.
En sus rasgos me parecía leer esta frase: “¡Si hubiésemos
sabido que era esto, no estaríamos aquí!” Y, ciertamente, no
hubiéramos estado allí, ni yo ante un Tribunal popular, ni otros
matándose por los campos de España.
Lam. 12.01
Agustín de Foxá
Plataforma 2003
Testamento, Prisión Provincial de Alicante, 18 de noviembre de 1936
A
OSÉ NTONIO solía decirnos: «A mí lo que me gustaría verdaderamente sería
estudiar derecho civil e ir a la caída de la tarde a un café o a Puerta de Hierro a charlar con
unos amigos».
Toda su vida –heroica, abnegada, llena de fantasía y de ímpetu– estaba impregnada de
esta nostalgia entre burguesa y literaria, del trabajo metódico y de la charla íntima.
Se daba cuenta, sin embargo, de que estaba marcado ya por el destino, de que ya no era
posible retroceder, de que tenía que renunciar a todo.
Y esta pesadumbre amarga de su responsabilidad era la que ponía melancolía en su
mirada.
¡Tragedia de las vidas hermosas y arriesgadas! El hombre vulgar, que lee estas vidas al
amor de la chimenea encendida, rodeado de sus hijos, o degustando el coñac con los buenos
amigos, ignora, seguramente, que el gran hombre a quien envidia hubiera sido también feliz
con esa vida sencilla y que si quedó solo, en la intemperie de la noche y de los combates, fue
rasgándose el corazón.
Porque hay que escoger entre la Obra y la Felicidad. Y José Antonio optó por la primera.
A todos nos gustaría conquistar el Perú, pero a condición de poderlo contar aquella misma
noche a los amigos.
José Antonio era un amigo magnífico, lleno de humor, de imaginación, de ironía, de
frases; cogía una conversación a ras del suelo y la elevaba, sin pedantería, hasta las nubes.
A veces era algo arbitrario y un poco cruel, pero reaccionaba enseguida con desbordante
generosidad.
Revista «Y», numero dedicado a José Antonio
Lam. 12.07
4€
4€
No necesita actualización
Era la síntesis
LA LLAMADA actualización de José Antonio lleva consigo su falsificación, al servicio de la más despreciable contingencia. Empieza por ser un
imposible físico y se convierte en un imposible metafísico que frustra hasta la
más inmediata y posible lección de José Antonio, inclusive en el aspecto humano,
donde sus lecciones son inmarchitables.
El pensamiento político de José Antonio, bien leído, no necesita ninguna
actualización porque sigue siendo actual, y no porque -aunque así ocurra- la
actualidad más actual se parezca a la actualidad de José Antonio, sino porque no
es una fórmula sino una tensión políticamente válida, históricamente justificada, mientras existan peligros para la unidad de la Patria y mientras la política se
apoye en enfrentamientos más que en superación de tales enfrentamientos.
Mientras la libertad se contraponga a la autoridad, lo individual a lo colectivo, una doctrina que persigue una sociedad libre al servicio de hombres libres,
libremente unidos en una empresa común que persiga la justicia, José Antonio y
su doctrina no necesitan actualizarse. Mientras a los hombres de España se nos
plantee la disyuntiva obligatoria de ser esclavos de cualquier sistema económico y
político, y aunque en un caso esa esclavitud se disfrace de oportunidad y, en el
otro, de bienestar, las palabras de José Antonio no necesitan actualizarse porque
su planteamiento sigue vigente. Mientras el egoísmo y la violencia sean las señales
de una frustrada existencia colectiva en libertad, la obra de José Antonio es actual.
E
José Mª García Escudero
Marcelo Arroita - Jáuregui
Acto en el Ateneo de Madrid, 18 de febrero de 1997
«Alcazar», 21 de noviembre de 1980.
Lam. 12.02
.
RA LA SÍNTESIS Para Eugenio Montes «el ser más clásico que he conocido
en mi vida»; tanto que «a su lado, todos los demás parecíamos rotos y dispersos»: y es que lo
clásico se caracteriza precisamente por la integración. José Antonio no era por naturaleza ni
por vocación político, pero cuando las circunstancias le hicieron acudir al llamamiento de la
política (no por vocación, sino por destino) era inevitable que hiciera suya la bandera integradora de las dos emociones, la nacional y la social, que hasta entonces habían monopolizado respectivamente derechas e izquierdas. De ahí su actitud, que tan caro pagó, de equidistancia entre los dos extremos, y sus nada utópicos intentos de aproximación al socialismo y
al anarquismo, así como su ofrecimiento de mediación entre los dos bandos cuando estalló
la guerra y sus intervenciones en el juicio donde fue condenado. «Una vez más –escribió,
recordándolo– observé que muchísimas caras, al principio hostiles, se iluminaban primero
con el asombro y luego con la simpatía. En sus rasgos me parecía leer esta frase: ¡Si hubiésemos sabido que era esto, no estaríamos aqui! Y, ciertamente, no hubiéramos estado allí, ni yo
ante un tribunal popular ni otros matándose por los campos de España». «Ya habrán visto
–explicó a los periodistas que le rodearon a la terminación del juicio– que no nos separan
abismos idelógicos. Si los hombres nos conociéramos y nos hablarámos, esos abismos que
creemos ver apreciaríamos que no son más que pequeños valles»; palabras que coinciden casi
literalmente con las de Indalencio Prieto sobre la necesidad de haber «confrontado con
serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizá fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían
la pena de ventilarlas en el campo de batalla».
4€
Lam. 12.08
4€
Sobre José Antonio
AYER, POR ÚLTIMA VEZ, expliqué al Tribunal que me
juzgaba lo que es la Falange. Como en tantas ocasiones, repasé,
aduje los viejos textos de nuestra doctrina familiar. Una vez
más, observé que muchísimas caras, al principio hostiles, se
iluminaban, primero con el asombro y luego con la simpatía.
En sus rasgos me parecía leer esta frase: “¡Si hubiésemos
sabido que era esto, no estaríamos aquí!” Y, ciertamente, no
hubiéramos estado allí, ni yo ante un Tribunal popular, ni otros
matándose por los campos de España.
Inefable
J
A
OSÉ NTONIO Primo de Rivera vive en nosotros. No ha muerto y no morirá.
Pero su persona participa ya de la historia y de la leyenda. La leyenda magnifica a los hombres.
Los magnifica en el bien o en el mal. José Antonio ha entrado plenamente en la región serena
donde se vive entre laureles y mirtos inmortales. Si quisiéramos definir con un solo vocablo su
personalidad, elegiriamos el vocablo «inefable». Hay algo en José Antonio que no se puede expresar.
Advertimos la dulce atracción magnética que nos lleva hacia su persona, y no podemos concretarla.
En nuestras lecturas tropezamos más de una vez con San Felipe Neri. Sobre un fondo de
alma enérgico y perseverante, ponía este santo un cendal de jovialidad infantil. Ante sus repentes
donosos, ante sus resoluciones desconcertantes, no se acertaba a saber si el hombre que se tenía
frontero era un niño o un anciano de profunda experiencia, un héroe o un humorista. Pero había
una cosa cierta, como en José Antonio. Y esa cosa innegable era el hechizo dulce que hacía un
todo íntimo del alma del santo y del alma del contemplador.
He tratado a José Antonio. Le veo ahora como no lo veía cuando con él conversaba, sino
según imagen fotográfica de un periódico reciente. José Antonio, en pie, un poco separadas las
piernas, vistiendo un traje de mecánico, mira al espectador. Y lo mira reflejando en su rostro la
innata afectuosidad. Se hallaba entonces en la cárcel. No saldría de ella sino para el martirio.
En la primavera de 1936 hablé con él a los postres de una comida literaria. Más tarde, ya
preso, fui a visitarle a la Cárcel Modelo. Eran aquellos días peligrosos sobremanera para los correligionarios del perseguido, y el locutorio de la cárcel estaba, empero, henchido de apretada masa de
jóvenes. Causaba aquel concurso admiración y temor. Se admiraba la valerosa lealtad de aquellos
jóvenes y se temía por ellos la venganza siniestra de un Estado enemigo. Voceábase en aquel
ámbito intrépidamente, se cambiaban abrazos, pasaban manos cordiales a través de las rejas. Al
verme, José Antonio sonrió bondadosamente y tendió su mano entre los barrotes del cerramiento. No he vuelto a verle más.
El mejor hombre de España
E
RA José Antonio el héroe popular, el jefe soñado, la voz que cada cual hubiera
querido escuchar, el hombre por el que se quiere morir a los veinte años. Desde los romances
del Cid hasta los de José Antonio ningún mito había calado más profundamente en el alma
colectiva de España.
Decíamos entonces, ¿lo recuerdas?, igual que decimos ahora. Lo decíamos en las noches
de guerra, en los descansos de la guerra, en los hospitales de la guerra: el mejor hombre de
España. Y aquella tarde de noviembre, junto al aparato de radio de la sala de oficiales, mientras llovía con terquedad norteña y brillaba el asfalto de la carretera, oímos las palabras definitivas: ha muerto José Antonio. Y tu y yo, mudos y asombrados, trajimos a la memoria la copla
que cantaban los legionarios en Teruel:
Échale amargura al vino
y tristeza a la guitarra;
compañero, nos mataron
al mejor hombre de España.
Fue el mejor hombre de España y habló para nosotros. Habló de la Revolución
Nacionalsindicalista. Habló de la Unidad, la Grandeza y la Libertad. Habló de la Patria, el Pan
y la Justicia. Habló de los campos y de las ciudades. De todo eso habló para nosotros. Habló
para los que vengan tras nosotros. Habló para los hijos de los que vengan tras nosotros.
Habló para los siglos de los siglos de España. Que su voz, hecha ya aire divino, llegue a
nosotros como llegaba entonces: como sangre, como fe, como voluntad, como valor. Así sea.
Testamento, Prisión Provincial de Alicante, 18 de noviembre de 1936
Azorín
Rafael García Serrano
«Gaceta Regional», Salamanca, 20 de noviembre de 1941
«Arriba», 19 de noviembre de 1944
Lam. 12.03
4€
Fenómeno español
Señalado por Dios
C
OMO UNA nueva y triste madame Roland –¡oh, libertad, cuántos crímenes...!–
la luna se va dejando caer, entre cauta y vagorosa, por su prevista senda. Aquella nube sombría que arrastró el viento, aquella nube con su borde de encaje y su dulzura, llegará a la costa
africana cuatro, seis horas más tarde. El nuevo sol de la mañana le prestará su brillo. La
preocupada nube sombría...
Las horas corren como enmohecidas, como estristecidas y pesarosas, sobre Alicante. Ni
ellas mismas conocen el designio fatal que les aguarda, agazapado como una víbora traidora,
detrás de cualquier segundo. Un temblor recorre todos los relojes y un hombre guarda en su
desnuda celda, sus últimos latidos. Sin jactancia –¡nunca es alegre morir a los treinta y tres
años!–, pero sin protesta.
Santa Isabel de Hungría se va hasta el año que viene y San Félix de Valois corre a tutelar a los cinco hombres que mató la madrugada en el patio de la cárcel provincial. Uno de
aquellos hombres tiene un hermano preso en la misma cárcel. Antes de morir pide al juez
que sean borradas las huellas de su sangre en el suelo. La sangre clama por la sangre. Las
manchas fueron palideciendo con el tiempo...
Hubo un instante aquella noche en que todos los niños se desvelaron, todos los pájaros
contuvieron su blando respirar, todas las mujeres del mundo dieron una vuelta, estremecidas,
entre las blancas sábanas. Con negra llave, el aposento frío de su tiempo abrirá, y dentro de
él –aquella noche– se encontraron cinco misterios resueltos de repente.
La tierra estaba fría, y contra la tierra –trágico sino de quiénes mueren de golpe– el cuerpo entrega su último y ya débil calor. Y dura y contra ella– funesto tributo de los desplomados– las carnes se azotan cuando, derribadas, aún están en el morir.
Camilo José Cela
«YA», 20 de noviembre de 1943
Lam. 12.04
Lam. 12.09
4€
Gallardía de José Antonio
A
YER AL pasar por los puestos de los libros del Cabildo, vi unos cuantos libros
españoles, de la España actual... ¡Lagarto, lagarto! Sin embargo, me compré nada menos que
las «Obras Completas de José Antonio». Hacía mucho tiempo que quería leerlas y ayer era
verdaderamente inoportuno porque tenía que terminar lo de las Mujeres Ejemplares, pero
llegué a casa y me leí de un golpe trescientas páginas. Es increíble.
Dos cosas son increíbles: una, que todo eso haya podido pasarme inadvertido a mí, en
España; y otra, que España y el mundo hayan logrado ocultarlo tan bien. Porque no me
extraña que llegasen a matarle: estaba hecho para eso; pero que después de muerto, se haya
hecho el silencio sobre su caso... Era difícil y expuesto, por la gran confusión en torno. Por
el contrario, los gitanillos, las faldas de volantes, los toritos bravos y todo el puterío sublimado extendiendo por el mundo una España histriónica era vivificante para la cosecha del turismo.
Es cierto que su simpatía por los fascismos europeos, tan macabros, le salpicó con el
cieno en que ellos se enfangaron, pero leyéndole con honradez se encuentra el fondo básico
de su pensamiento, que es enteramente otra cosa. Fenómeno español por los cuatro costados. Bueno, esto ya es una sentencia. Yo me pregunto a veces si lo español puede ser.
Debe ser nuestra... ¿personalidad?. No quiero decir personalidad ni personalismo;
quiero decir la preponderancia de la persona que hay en nosotros.
Hay que estudiar esto en Unamuno, en Ortega, en José Antonio, su reflejo o espectro.
En lo que quedó de ellos, en quiénes les fueron afectados y en quiénes les execrearon sin
comprenderlos o, lo que es peor, comprendiéndolos y temiendo –por pereza, por miedo o
por inepcia– lo que ellos exigían.
JOSÉ ANTONIO, cuya figura resume muchos anhelos -en
parte cumplidos y en parte desazonadoramente lejanos- de la generación actual, tenía entre sus virtudes una singular, especie de sal
que mantiene en su punto a las restantes: la gallardía. Un gesto gallardo es el mejor indicio de que el organismo espiritual subyacente
está en forma. Cuando a la gallardía se sobrepone la eficacia, o cuando se la empieza a considerar como virtud decorativa -algo así como
el equivalente viril de los ejercicios de canto y piano- podemos estar
seguros de que se ha iniciado alguna gravísima descomposición.
Hay horas grises y sin pulso en que la gallardía resulta una
especie de huésped molesto. Entonces suele ocurrir una de estas dos
cosas: o bien se evapora, dejando paso libre a un fofo pragmatismo
mejor o peor disfrazado, o bien se desarrolla elefantiásicamente, perdiendo sus clásicas proporciones, para convertirse en cualquier insoportable sucedáneo: acritud, matonismo, intolerancia destemplada.
Voluntad de perfección
HAY EN la figura de José Antonio unos valores humanos
que están por encima de fórmulas políticas dudosas o de problemas políticos contingentes.
Por ejemplo, la que él llamaba «voluntad de perfección»,
que se manifiesta en todos sus escritos, en todos su actos, y
siempre proyectada sobre el fondo de su constante vocación, la
de servir íntegramente a su comunidad. El anhelo de perfección
tiene también una manifestación clarísima en lo que él llama
«voluntad de estilo». Pero, quizá, la expresión máxima de la
esencia de la persona en José Antonio fue, sobre su temple
combativo y su fuerte carácter, una voluntad apasionada de
cifrar la perfección de las relaciones humanas en lo que él
llamaba «la ley de amor».
Alfonso García Valdecasas
Rodrigo Fernández-Carvajal
Rosa Chacel
«Alcancía (Ida)», 1982
Lam. 12.05
4€
Conferencia en el Colegio Mayor «Diego de Covarruvias», 6 de mayo de 1963
Alférez, 31 de agosto de 1947
4€
Lam. 12.06
97
4€
Lam. 12.10
4€
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15/02/2010
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Página 98
CAR 12.2
Pudo cambiar el rumbo de la historia
José Antonio, arquetipo
M
ÁS QUE sus palabras, más que su misma obra fundacional, de
José Antonio nos queda su levantada calidad ejemplar. No es un azar que la
palabra «estilo» –tantas veces mal entendida o mal empleada por la espesa
mediocridad de unos y por la tópica cursi de otros– haya quedado como la más
secreta exigencia en los círculos auténticamente inmediatos a José Antonio.
Del hombre ejemplar no queda receta ni concluso sistema, sino eso, un «estilo» en el modo de existir; estilo del hidalgo, estilo del santo. La herencia mejor
de José Antonio, más que su germinal obra de fundación, fue el hallazgo de un
estilo de vida, y precisamente el del español de nuestro tiempo. Halló el modo
de enlazar en viviente y operadora unidad todos los términos antinómicos de
esta hora: lo nacional y lo religioso, lo presente y lo tradicional, la revolución y
la norma, la demagogia y el ímpetu. Todo ello, que estaba trabado con gallarda armonía en la vida de sus tres años últimos, fue de golpe convertido, por
obra de aquel tumbo de su cuerpo sobre tierra española –debió estremecerse
en sus cimientos la España celeste, ya que ésta otra terrena no lo hizo–, en la
más alta y exigente norma moral del español. Desde entonces, hasta que sea
recogida la cosecha que su muerte sembró, Dios ha querido, sin duda, que este
ejemplo vivo de un hombre muerto sea para los españoles espejo y acicate,
impulso y modelo. Pensarlo así y obrar de acuerdo con el pensamiento, es,
creo, el mejor modo de recordarle.
Símbolo de un pueblo
¿POR QUÉ los restos de un hombre, de un solo hombre,
han merecido tales honores? ¿Por qué jóvenes y viejos se sienten
llamados al borde del camino? Sólo por Padre de la Falange no
se ha movilizado un pueblo ni arrebatado las flores de sus tallos
ni se quema la resina de los mermados bosques ni se hace sonar
las campanas noche y día ni se abre la nave escurialense. Es que
pasa el que fue todo lo que es España. Y lo hemos elegido no ya
de jefe, sino de Símbolo. Esto era inevitable.
Para rendir el máximo homenaje a la Patria que acabamos de
defender y salvar, y para dejar bien sentado, cerebralmente, el
profundo sentido de la Victoria, necesitábamos un símbolo. Y
nadie ha tenido que pararse a pensar: todos hemos elegido a José
Antonio.
Manuel Halcón
RESULTABA absurdo y triste percibir la gran difusión del
periódico [F.E.], cómo era esperado por las masas y cómo circulaba en los pueblos españoles, para darse cuenta del tremendo error
que suponía redactar en tales condiciones una revista de pulcritud
literaria, en la que se hablaba de Roma, de Platón, y se abordaba la
política con mentalidad, estilo y retórica de aficionados a las letras.
El semanario F.E. lo controlaba personalmente Primo de
Rivera, que imponía esas características. Su razón fundamental para
ello era que, por ningún concepto quería que nadie lo presentase
como dirigente de un movimiento sin doctrina, seriedad y pulcritud. Que nadie creyese que con él se repetía el ensayo mostrenco
de Albiñana. Y, sobre todo, pesaba en el ánimo de José Antonio
una preocupación que le acompaña constantemente, y es la piedra
crucial de su juicio sobre la dictadura de su padre: el afán de contar con los intelectuales, de halagarlos y apoyarse en ellos.
Ramiro Ledesma Ramos
Salvador de Madariaga
Pedro Laín Entralgo
Premio «Mariano de Cavia», ABC, 1939
4€
Lam. 12.12
Revista «Ibérica», 15 de junio de 1954
¿Fascismo en España? 1935
Noviembre de 1942, en «Vestigios», 1948
Lam. 12.11
NO CONOCÍ personalmente a José Antonio Primo de Rivera; pero si indirectamente por la princesa Bibesco, hija del primer ministro inglés Asquith, casada
con un príncipe rumano que fue ministro de Rumanía en Madrid. Y Elisabeth
Bibesco me habló mucho de Primo de Rivera, a quien estimaba sobremanera, y hasta
me leyó algunas cartas de él que me permitieron hacerme una opinión sobre el fundador del falangismo.
Era, desde luego, inteligente, muy inteligente; y con esa agudeza que tira más al
gracejo que a la pedantería. Por este lado, pues, me pareció siempre que a Primo de
Rivera le sobraban gracias intelectuales para el oficio de mandamás al que aspiraba. Y
aun di en dudar si un hombre que escribía cartas tan finas, agudas y razonables, sentiría de verdad con el corazón ambiciones de mando que quizá sólo le bullían en la
cabeza.
Sin conocerle, tuve hacia él cierta simpatía nacida de estas cartas suyas a la princesa Bibesco; y cuando Eugenio Montes me llamó al teléfono desde París a Londres
para pedirme que interviniera a fin de salvar a Primo de Rivera mediante un canje con
un hijo de Largo Caballero, hice todo lo que estuvo de mi parte cerca de las autoridades británicas, que acogieron mis gestiones con un sentido muy humano. Fue muy
de lamentar que fracasáramos todos en salvar a un hombre que quizá hubiera podido
hacer cambiar el rumbo de la historia de España si hubiera vivido. Los responsables
de su ejecución fueron unos insensatos. Lo digo con la tranquilidad de un ánimo
imparcial porque no sé a quién procede colgarle esa tremenda insensatez.
Preocupación por los intelectuales
4€
Lam. 12.13
4€
Lam. 07.14
4€
José Antonio vivo
A
Primera aparición pública
Testamento ejemplar
UE POR estos mismos días de noviembre del año 1929, y fue una de las primeras,
acaso la primera vez, que –aparte sus alegatos forenses– hablaba en público José Antonio. Se
celebraba un suceso artístico y la magnífica sala de fiestas del Hotel Ritz de Madrid, estaba llena
a rebosar de todas las aristocracias españolas desde la de la sangre hasta la del cante hondo.
La cálida palabra del joven orador, impregnada ya de un dulce misticismo y como de un
aura de profecía, penetraba candente en los espíritus y captaba, irresistible, no ya el difícil
entusiasmo, la emoción cordial y sincera de aquel selecto auditorio. Cuando José Antonio
descendió del estrado, entre ovaciones delirantes, don Miguel Primo de Rivera se acercó a
su hijo. Y, al abrazarse aquellos dos hombres –muy hombres– había también lágrimas en
sus ojos.
Fue aquel su primer discurso un arrebato panegírico de la Poesía como norma cardinal de la Vida. Conocía de sobra José Antonio toda la noble y benéfica influencia que en
el mundo y en la misma naturaleza ejercen el número y la rima, cual es el prestigio irresistible de la música y hubiera sido, de proponérselo, un admirable poeta del verso, un gran
lírico.
Pero él sabía también que en su más alto concepto la palabra «Poesía» significa
«hacer», «acción», «creación», y que en este sentido Dios mismo es el sumo Poeta por cuanto es Hacedor supremo.
Y a esta Poesía, creadora y activa de signo positivo, fue a la que José Antono se
entregó –cuerpo y alma– en una vida clara, toda belleza, desde el principio al fin y que no
conoció la fría vejez.
EL AMOR de José Antonio por la hermosura del mundo
estalla en cada una de las frases del Testamento. En aquel tono
arquetípico de dignidad sin enfásis, en aquel estilo, manteniéndose,
no obstante, togado, renuncia a cualquier afectación ornamental. En
aquella nobleza clásica que evoca, más aún que los discursos de los
oradores antiguos, la de aquellos otros que los oradores ponen en la
boca de los héroes. La lucidez, la templanza, lo sofrosine, lo que llamaríamos inhibición ética y jurídica de cada cadencia, de cada período y de cada aposentamiento de vírgula, muestran la aristocracia de
un espíritu, sin perjuicio –quizá, a favor,– de cierto relente de especificación profesional... Aquí hay «un hombre». Pero también, muy
característicamente, «un letrado». Al devoto de la Obra –Bien–
Hecha, de la estética de la perfección y de la moral en los oficios,
esto ha de entusiasmarle.
De cara a la muerte, José Antonio testimoniaba, a la vez que su
adhesión a la vida, la gentileza elegante de esta su vocación. Su
anhelo no era un apetito. Su fortaleza no era una adustez. Moría más
bien, en cierto sentido, con el desdoble irónico de Sócrates que con
la entereza fanática de un Séneca...y esta es la ley del Testamento.
F
Generosa cordialidad
S
ÓLO he citado a los hombres de letras representativos de la generación [del 98].
Iguales consideraciones podrían aplicarse a los de segunda fila. Pero la generación tuvo, además,
sus ensayistas decididamente políticos, como Macías Picavea, cuyo libro, por certero y honrado
y por bien escrito, merecía que los críticos de hoy le leyeran y estudiaran como los de Unamuno
o Ganivet. Y tuvo, en fin políticos de acción, como Costa, una de las figuras más típicas del
pensar de la época; y, sin embargo, casi nunca nombrada cuando se habla de la generación del
98, figura cuya eficacia ha sido tal, que aún hoy, a pesar de que la «consigna» retórica de la política es la contraria de la suya, es decir, abrir de nuevo el arca del Cid, en la política práctica las
normas son, en gran parte, una adaptación actual de las que predicó aquel aragonés de conciencia intacta.
Yo recuerdo una larga conversación, que en una casa donde nos reunió el azar, pocos días
antes de la revolución, tuve con José Antonio Primo de Rivera, una de cuyas más altas virtudes
era su reacción de generosa cordialidad frente a los que no pensaban como él o tenían en el
escaparate otra etiqueta que la suya. Me refirió, con verbo entusiasta, sus proyectos –él los llamó
sus «sueños»– sobre una reorganización de la vida española; y cuando terminó yo le dije, y bien
sabe Dios que como el mejor elogio: «Todo eso a lo que más se parece es a la política de Costa».
Algún día contaré lo que él me respondió.
Prólogo a «Modernismo frente a noventa y ocho», de G. Díaz -Plaja, 1951
Gregorio Marañón
Lam. 12.15
4€
Eugenio d’Ors
Manuel Machado
ABC, 20 de noviembre de 1938
Lam. 12.16
Doy fe
Mucho más que un político
LA PATRIA no es una tradición vuelta hacia atrás, sino una misión movida y
empujada hacia adelante por la sucesión de las generaciones; una patética solidaridad
de vivos y muertos y de todos los que nacerán, porque a cada momento ella debe ser
una conciencia actual de los antepasados y de los descendientes y ella mueve toda
nuestra acción como responsabilidad frente al futuro.
José Antonio era mucho más que un político. Por eso él pudo, con su escasa
hueste y sus cortos años de acción, lo que los políticos ya no podían y lo que en
España nadie podía. Su idea de la Patria es la más alta y la más pura que los españoles,
y aún la gente de toda Europa, haya conocido. José Antonio implicó el amor de la
Patria con las fibras más sensibles, poéticas y proféticas del corazón, con las ideas más
elevadas y cristalinas del entendimiento, con los fines más nobles y generosos de la
voluntad.
Vivió solamente para sus ideas y, lo que no siempre sucede, murió por las ideas
que había defendido y difundido, por una armonía superior, por una armonía libertadora de las gentes hispanas. Adoró, sobre todas las cosas, la unidad, la armonía del
canto platónico, sustento de los cielos y de las almas, música necesaria, concordia,
amor que mueve el sol y las estrellas. En verdad os digo, camaradas: para sus ideas
vale la pena de vivir; por sus ideas vale la pena de morir.
Lam. 12.17
4€
Lam. 12.20
Ramón Serrano-Suñer
Conferencia «Semblanza de José Antonio joven», 19 de noviembre de 1958
«Informaciones», 30 de noviembre de 1939
Lam. 12.21
4€
AQUE JOVEN barbilampiño, de ojos claros, iluminados por la fe y la ilusión
o velados por la melancolía, con quien un día, camino del viejo caserón de San
Bernardo, inicié un diálogo sobre España que sólo la muerte cortaría, se nos ha convertido ya en un hombre, un hombre hecho, seguro de haber asumido un destino
penoso, trágico e ineludible.
Es ya el jefe de un movimiento político en marcha –un poco después se convertirá en un mito público–. Por hoy, dejémosle allí; en el punto desde el que arrancó para
su irremediable sacrificio; donde será por unos olvidado, exaltado, confundido o
transformado por otros. Y cabe preguntarse si, al fín de tanta historia pasada, no se
nos habrá escapado el hombre. Y también si el hombre ha sido comprendido en su
verdad. (Tal vez, lo que él dijera amargamente de su padre, puede decirse de él con
mayor justicia: que padeció el drama que España reserva a todos sus grandes hombres, el drama de que no los entiendan los que los quieren y no los quieran los que
podían entenderlos).
Un testimonio escrito, su testamento, documento admirable, nos permite afirmar
que hasta su hora última fue acompañado y sostenido por las mejores virtudes de su
vida: el decoro, el rigor, la sencillez, la elegancia y la firmeza.
entre los dedos, todos los tópicos previstos. Debiera haberlo esperado
así. Cuanta literatura, cuanta filosofía y aun cuanta poesía ha sido montada acerca de El Escorial se me ha derrumbado. Queda sólo El
Escorial mismo, desnudo y retórico, y quedo yo sólo en este poblado
desierto, con mi pobre voz de caminante, ante el suceso indecible de
que entra el cuerpo muerto de José Antonio, bajo la inmensa cruz
abovedada, hasta la losa en que Franco, pálido y grave, le espera en
posición de firme. Campanas fundidas con bronces de cañón infiel o
hereje doblan sobre millares de cabezas... Trae el féretro del Fundador
el oro tostado de unas hojas de olmo caídas al paso por el viejo y
húmedo parque... ¿Dónde hay otro capitán de Cristo como este muerto capitán de España?... (Monasterio de San Lorenzo de El Escorial,
cinco y media de la tarde, treinta de noviembre).
Victor de la Serna
4€
Lam. 07.18
José Antonio, joven
Capitán de España
«Arriba», 22 de noviembre de 1955
Lam. 12.19
4€
SE ME ACABAN de pulverizar, como seca arcilla deleznable
Rafael Sánchez -Mazas
Claudio Sánchez Albornoz
«Anecdotario político», 1976
Dionisio Ridruejo
ALCALÁ, 25 de noviembre de 1952
«Arriba», 19 de noviembre de 1944
4€
DOS DIPUTADOS, situados muy lejos en el cuadrante
político del momento, han pronunciado sendos discursos durante la
discusión del proyecto de reforma agraria en las segundas Cortes de la
República. Se encuentran, poco después, sentados ante dos pupitres
vecinos corrigiendo las copias taquigráficas de sus dos oraciones parlamentarias. Uno pertenecía al Partido de Acción Republicana, que
presidía Azaña. Otro acaba de crear la Falange Española. Había
aprobado éste parte de las ideas del otro. Charla intranscendente entre
ambos. El primero dice al segundo: «Si continúa por el camino que le
he visto avanzar esta tarde, va a desilusionar a las derechas españolas
que le siguen». «Albornoz –le replica– lo sé y hasta he podido comprobarlo. Desde que he girado hacia la izquierda, me han suprimido la
subvención con que antes favorecían mis campañas».
Doy fe de la autenticidad de este diálogo y de estas palabras de
José Antonio.
L HIPOTÉTICO y al lamentatorio “si viviera” debe seguir el afirmativo “si
viviera, pensaría, juzgaría, obraría así”. Y luego ponerse en su lugar y vivirlo. No vale que nos
escudemos con un argumento de modestia. El hombre puede siempre intentar lo que para otro
hombre hubiera sido posible. Intentar –perfecta o imperfecta– la sustitución de José Antonio:
he aquí un deber de todo aquel que, habiendo partido en su compañía hacia las cosas de
España, –entonces o más tarde–, no se sienta solo e irremediablemente soldado de filas. O ¿es
que entre los jóvenes no los hay que aspiren a dirigir y ejemplarizar? Que José Antonio murió
en 1936 es un hecho penosamente irrevocable. Lo es también que José Antonio murió joven,
esto es, cuando los caminos de su pensamiento estaban del todo orientados, pero no del todo
recorridos. Y es cierto también que murió en un mundo histórico que ya no es exactamente el
nuestro. Un exceso de piedad, de respeto, de anonadamiento ante la figura de José Antonio es,
sin duda, contribuir a dar por muerto a José Antonio por completo, negándose a vivirlo, a que
viva en nosotros, a que, en fin, su muerte no tenga la muda fecundidad del testimonio, sino aún
la eficacia vital de la predicación. Seguir viviendo a José Antonio es seguir pensándolo, pensando desde él y en su dirección, pero sin recelo a alejarse del punto de origen hasta donde sea
necesario. Seguir viviéndolo a él es también seguir representándolo en acción, en la nuestra.
Para que ambas cosas sean posibles, una, previa, se impone: imitarlo en su misma originalidad
con la nuestra. Ha partido José Antonio de una triple crítica: el pensamiento político que le fue
precedente; la España real e histórica sobre la que debía operar; el mundo –la problemática y la
posibilidad del mundo–, en cuya área habían de insertarse su acción y la de España. Todo ello
son problemas: problemas que nosotros debemos plantearnos no según los términos que a él
le fueron dados, sino según los que nos son dados a nosotros: en algún caso, los mismos; en
otros muchos, diversos. Hay, ante todo, el problema del pasado, el nuestro y el universal,
ambos ideológicos e históricos. Hay que saber de él lo que es herencia viva, esto es, condición
y posibilidad de nuestra patria y nuestro mundo y lo que no es más que materia residual.
4€
Lam. 12.22
4€
Genialidad de José Antonio
A LO LARGO de estos años, rodando por el mundo, he
podido hablar con más de un emigrado de los de buena fe. Su reacción era de asombro, al ver cómo uno podía comprender sus
razones, reconocérselas y... llevarle la contraria, sin dejar de comprenderlas y de reconocerlas.
Esto ha sido posible sólo porque ha existido José Antonio y su
gente. Lo de «ni derechas ni izquiedas» es sencillamente genial, por
debajo del tópico y de la repetición.
La superación de todos, los de uno como los del otro lado, sólo
fue posible por una síntesis genial. Si la síntesis se pierde, los componentes aparecerán, primero, sueltos y, después, se concentrarán,
unos a un lado y otros al otro, para terminar por entrar en colisión.
Y esto sí que lo tienen, por obligación, que ver las nuevas generaciones, y, si no se dejan llevar de la vanidad y el egoísmo más insensatos, procurarán actualizar de nuevo aquella síntesis, gracias a la
cual pudimos luchar victoriosos nosotros y podemos todavía sonreírnos de los que miran atrás y no ven que hay que prepararse para
el mundo durísimo que nos aguarda, a ellos como a nosotros y a
nuestros hijos.
Esta carpeta (24 láminas ): 50 €, cada lámina 4 €.
Plataforma 2003, Alonso Cano 66, 2º sot. pta. 5
28003 Madrid. Tlf.: 91 535 42 45 Fax: 91 536 24 34
e-mail: [email protected]
www.plataforma2003.org
Antonio Tovar
«Arriba», 20 de noviembre de 1952
Lam. 12.23
4€
Un cerebro privilegiado
APENAS si
se sabe nada de su suerte.
Imagínese mi zozobra. Ahora, que nos da por
arrasar la inteligencia, no es lícito que
aguardemos con demasiado optimismo lo que la
contienda pueda depararle. Lo he seguido con
atención y puedo asegurar que se trata de un
cerebro privilegiado. Tal vez, el más prometedor
de la Europa contemporánea.
Miguel de Unamuno
Carta a Lisardo de la Torre, agosto de 1936
Lam. 12.24
98
4€
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Página 99
Fonoteca
Plataforma 2003
CANCIONERO FALANGISTA
01.- Sintonía de la Cadena Azul de Radio
difusión del Frente de Juventudes. (CAR)
02.- Cara al Sol
Coro y orquesta de la CAR. Directores
A. Blancafort y O. Alonso.
03.- Cara al Sol.Tenor Miguel Fleta
04.- Cara al Sol. Banda de la Policía Armada
Coral M. de Falla. Director C. G. Polo
05.- Sintonía “La voz de la Falange”
06.- Cara al Sol (instrumental). Orquesta de la
1
12 €
08.- Cara al Sol. Banda
09.- Cara al Sol. Coros y voz de Antonio Guirao
10.- “Amanecer”
Producción y Dirección: A. Vázquez
11.- Cara al sol (instrumental)
Orquesta: RTVE, ensayo 1975
12.- Cara al sol (instrumental). Orquesta: RTVE
13.- Cara al sol
Arreglo musical y producción: Mario Tecglen
14.- Cara al sol (instrumental)
Arreglo musical y producción: Mario Tecglen
CAR. Directores: A. Blancafort y O. Alonso
07.- Cara al Sol Banda de cornetas y tambores
Marcha y canción
15.- Coro niños, acompañados de piano
16.- Triple Himno: cierre de emisiones de
01.- Cara al Sol
08.- Cara al Sol (instrumental) * Música: J. Tellería
09.- Montañas Nevadas *
Banda y coro: Policía Armada
Radio Nacional de España
02.- Himno de Combate *
Letra: Pilar García Noreña
Música: Enrique Franco
Letra: Juan Aparicio
Música: José Guerrero Fuensalida
10.- El camarada (II) *
03.- MiI camisa vieja vestiré *
Música: F. Silcher, 1825
Letra: Pedro Antonio Cuyás
Música: Félix Tellería
04.- Himno de la Bandera Gallega de Falange *
05.- Isabel y Fernando *
06.- Canción del falangista *
Música: Fernando Moraleda
07.- Himno de las Milicias Andaluzas
2
11.- Por España seguiré luchando 12.- El camarada (I) 13.- Camisa azul 14.- Soy Español *
12 €
01.- José Antonio en su propia voz
02.- Cara al Sol (cornetas y tambores)
Letra: José Antonio Primo de Rivera
Música: Juan Tellería.
03.- Amargura
04.- Coplas del frente 05.- Si te preguntan alto quien vive
06.- Canciones de las trincheras
07.- Canción del falangista
Letra: José Manuel Cernuda
Música: Agustín Paíno
11.- Himno de combate (instrumental)
Música: José Guerrero Fuensalida
12.- Avanzada de nuestra Nación
Música: Agustín Paíno
13.- El camarada (II) 14.- Juventud del S.E.U 15.- Himno del trabajo *
Letra: T. Borrás. Música: F. Moreno Torroba
Música: Fernando Moraleda
08.- Si un camarada falangista
09.- Con nuestro emblema 10.- Llámame camarada *
3
*
Coro San Fernando
Coros y orquesta de la C.A.R. Directores: A. Blancafort y
O. Alonso
Coro Doncel
12 €
01.- Himno de la División Azul
09.- Yo tenía un camarada (en español)
Letra: A. de Foxá y José Mª Alfaro
Música: J. Tellería. Coro y orquesta de la CAR
02.- Lilí Marlén (en aleman). Marlene Dietrich
Letra: H. Leip (1915). Música: N. Schultse (1938)
Letra: F. Silcher (1825)
Música: J. L. Uhland (1787 - 1862)
10.- Adios España Coro San Fernando
11.- Rosemarie Letra: H. Niel (Canción de marcha)
03. Gibraltar, Gibraltar
12.- Ich hatt einem kameraden
Música: Agustín Paíno
04.- Die Fahne hoch
05.- Lilí Marlén (en español). Coro San Fernando
06.- Primavera Música: Katiuska. Coro San Fernando
07.- Soledad
08.- Dorothee Marschlied
(canción de marcha)
4
Coro San Fernando
Coros y orquesta de la C.A.R. Directores: A. Blancafort
y O. Alonso
12 €
99
Letra: F. Silcher. Música: J.L. Uhland
13.- Desde Rusia
Coro San Fernando
14.- Lilí Marlén (en aleman). Coro Werhmacht
15.- Voluntarios de la División Azul
Música: Giovinezza
16. Himno de la División Azul (instrumental)
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CANCIONERO JUVENIL, 1
HIMNO
DE LA
12.- Primavera
13.- Voluntarios de la División Azul
UNIVERSIDAD
01.- Gaudamus igitur (Solemne)
02.- Gaudamus igitur (Gregoriano)
S.E.U. Y FRENTE DE JUVENTUDES (1940 -1965)
ESTUDIANTES DE LAS J.O.N.S. (1931 - 1934)
03.- Himno de la Falange de Combate
04.- Isabel y Fernando
S.E.U. EN F.E. DE LAS J.O.N.S. (1934 - 1936)
05.- Yo tenía un camarada
06.- Cara al Sol
S.E.U. EN EN FRENTE (1936 - 1939)
07.08.09.10.11.1
Himno de la Bandera Gallega de Falange
Himno de las Mlicias Andaluzas.
Canción del falangista
Lilí Marlén
Himno de la División Azul
14.- Llámame camarada
15.- Montañas nevadas
16.- Juventudes del S.E.U
17.- Con nuestro emblema
18.- Gloria de cruces nostálgicas
19. El dardo vivo de un quehacer
ALBERGUES Y CAMPAMENTOS (1940 - 1965)
20.21.22.23.-
Soledad
Margarita
Fonseca
Envío
12 €
01.- Prietas las filas
Letra: J. Villanueva. Música: A. Cabañas
02.- Es tan hermoso ser cadete. Música: H. Niel
03.- Isabel y Fernando
04.- En pie flechas de España. Letra: A. de Foxá
05.- Juventudes, juventudes
Letra: J. A. Elola. Música: Félix Tellería
09.- Juventud Española
10.- Llámame camarada
Letra: J. M. Cernuda. Música: A. Cabañas
11.- Guarda tus penas
12.- Si madrugan los arqueros
Letra: A. Gómez Molina. Música: M. Cuesta Polo
13.- En marcha campamento Letra: J. Ferrán
06.- El dardo vivo de un quehacer
Música: J. Perís
Letra: Daniel Pato. Música: Enrique Franco
14.- Único Capitán
Letra: M. Crespo Música: F. Tellería
07.- En marcha las centurias
Letra: A. Romero . Música: Félix Tellería
15.- Montañas nevadas
08.- Pequeños arqueros
Letra: Pilar. García. Noreña. Música: E. Franco
Letra y música: Joaquín Rodrigo
2
Arreglo musical y orquestación: Alberto Blancafort
12 €
Letra: J. García Nieto. Música: M. Asins Arbó
01.- Marchan las nuevas juventudes
Letra: Enrique Llovet. Música: Juan Tellería
10.- Doncel
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
02.- Nuestro Guía y Capitán
Letra: J. A. Medrano. Música: Félix Tellería
03.- Al venir del campamento
04.- Despierta España
05.- Ser Español Música: Segundo Pastor
06.- Envío Letra: A. Mª Pascual. Música: M. C. Polo
07.- Desperta ferro
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
11.- Amadís
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
12.- C. de la hermana mañana
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
13.- C. de la hermana noche
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
14.- C. de la hermana lluvia
08.- Vale quien sirve
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
Letra: F. Riego Gómez. Música: M. Cuesta Polo
15.- C. del hermano fuego
09.- Caminos de mi España
3
Arreglo musical y orquestación: Alberto Blancafort
12 €
01.- La centuria Ruiz de Alda 02.- Por la España Imperial 03.- Flechas de Castilla 04.- El día de mañana 05.- Juventud, que una España mejor
06.- Marchando (instrumental) *
07.- El Alto de los Leones 08.- Al Pe Pri 09.- Ser Español (instrumental) *
Música: A. Cecilia
12.- Doncel (instrumental) *
Música: Marciano Cuesta Polo
13.- Amadís (instrumental) *
Música: Marciano Cuesta Polo
14.- Cruzada de juventudes 15.- Despierta España (instrumental) *
16.- A la voz del Capitán *
Letra: Carlos Alonso del Real
Música: Segundo Pastor
10.- Falanges juveniles de cadetes
11.- Centuria de cadetes *
Letra: A. Cecilia
4
Música: Félix Tellería
*
12 €
01.- Surgirá el Imperio 02.- Luceros 03. Pregones de Imperio 04.- Himno a San Fernando 05.- Desperta Ferro (instrumental) *
Música: Marciano Cuesta Polo
09.- En las calles de cualquier ciudad
Letra y música: Juan Darnal
10.11.12.13.-
06.- Me gusta lo difícil *
La gloria del camino
Sólo palabras limpias
Marcharás. Letra y música: Víctor Manuel Prada
Medio siglo cumple mi centuria
Letra y música: Mario Tecglen
Letra: Adriano Gómez Molina
Música: Marciano Cuesta Polo
07.- Envío (instrumental) *
Música: Marciano Cuesta Polo
14.- A un antiguo camarada
08.- Nunca estaremos solos si cantamos
16.- Medio siglo cumple mi centuria (instrumental).
Letra y música: Juan Darnal
5
Coro San Fernando.
Arreglo musical y orquestación: Alberto Blancafort
12 €
100
Letra: Vicente Molina. Música: Diego Guerrero
15.- Viejos montañeros
Letra y música: Mario Tecglen
*
Coro San Fernando
Arreglo musical y orquestación: Alberto Blancafort
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15/02/2010
10:27
Página 101
CANCIONERO JUVENIL, 2
01.- Promesa de la O.J.E.
Arreglo musical: Diego y MIguel Guerrero
02.- IF. música: MIguel Guerrero, recita: José Verdú
03.- Nunca estaremos sólos si cantamos.
04.- En las calles de cualquier ciudad.
05. Bajaban por los caminos.
Letra y música: Víctor Prada
06.- A un antiguo camarada.
Letra: Vicente Molina
Música: Diego Guerrero
07.- Canción que amanece.
Letra y música: Daniel Pato
6
08.- Curso de jefes de escuadra, arqueros.
Letra y música:Victor Prada y Diego Guerrero
09.- Nuevo afán. Letra y música: Diego Guerrero
10.- Cantando. Letra y música: Diego Guerrero
11.- Lanzo mis cartas al fuego.
Voces: Miguel y Rosa Guerrero
12.- La gloria del camino.
13.- Sólo palabras limpias.
14.- Marcharás.
Letra y música: Víctor Prada
Voz: Diego Guerrero (hijo)
15.- Creo en España.
12 €
01.- Beso tu tierra España.
02.- Si te preguntan alto quien vive.
11.- Mi centuria será la primera.
03.- Frente de Gandesa.
13.- Soledad.
04.- Desiderio.
14.- La botella de ron.
05.- Panchito López.
15.- La tu mujer y la mía.
06.- La Macarena.
16.- Después vino la traición.
07.- Mi carbonero.
17.- Sonrisa de José Antonio.
08.- Se van los falangistas.
18.- Coplas de guerra.
09.- Para ser montañero.
12.- Yo tengo una novia.
Coro: Hermandad Doncel
10.- Un flecha en un campamento.
7
12 €
01.- Popurrí.
Se van los falangistas.- Si te preguntan
alto quien vive.- Para ser montañero.- A
nosotros los pobres flechitas .- Ahora que
Franco ha ganado la guerra.- Si ves a un
hombre macho.- Disen que viene reina.Collin collendo flores.
02.- Popurrí.
Guarda tus penas en el fondo del morral.En marcha esquiadores.- Ya se acerca
manso, manso.- Lilí Marlén.- Yo tenía un
8
El Charro. Instrumental
Los campanilleros. Instrumental
Jota de Mejorada.
Mazurca.
Enredas. (popular, La Mancha)
Viva León. (popular, León)
Jota del Palancar. (popular, Extremadura)
Seguidillas y jotas.
La juventud.- Carrasclás.- Mi centuria será
la primera.- Un flecha en un campamento.- Adios España.- Cuatro pañuelucos
tengo.- Eres alta y delgada.- Los cuatro
muleros.- Coplas de guerra.- Adios con el
corazón.- Cadena de amor.
Armónica: Diego Guerrero
09.- Y van al baile. (Popular, Segovia)
10.- Jota de los cinco duros. (Popular, La Mancha)
11.- Seguidillas manchegas. (Popular, La Mancha)
12.- María se que te llamas. (Popular, Galicia)
13.- Mañanitas de San Juan. (Popular, Castilla)
14.- Sementar, sementare. (Popular, Galicia)
15.- Camino de Montijo. (Popular, Extremadura)
16.- Chica segoviana. (Popular, Segovia)
17.- La militona. (Popular, Castilla)
18.- Jota de Torreiglesias. (Popular, Segovia)
19.- Jotas aragonesas. (Popular, Aragón)
20.- Vull ser lliure. (Popular, Cataluña)
21.- Canta. (Popular, Andalucía)
01.- Al Santo Cristo de la Santa Angustia
02.-¡Ay, que non era!
03.- Carmela
04.- Cartel de cego
05.- De los álamos vengo
06.- En San Vicente
07.- Fui al Cristu
08.- María, sé que te llaman
09.- Mariñeiros
10.- Ocairí
11.- O galopín
12.- O morucho
13.-Serranilla
14.- Viva León, porque tiene.
(El Real de San Vicente - Toledo)
10
03.- Popurrí.
12 €
01.02.03.04.05.06.07.08.-
9
camarada.- Carretera baxo va.- He subido
a Begoña.
12 €
12 €
101
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Página 102
CANCIONERO MILITAR, 1
1
01.- Toque de Diana
02.- Toque de Batallón y llamada
03. Sole, Sole, Soledad
04.- Margarita se llama mi amor
05.- Los voluntarios (cantada)
06.- Heroína
07.- San Marcial
08.- Marcha de infantes
09.- Canción de los guerrilleros
10.- Marcha de los paracaidistas
11.- Tercios heróicos
12.- Legionarios y regulares
13.- Canción del legionario
21.- Oración de la noche en la mar
22.- Toque de Oración
23.- Plegaria
24.- Oración por los Caídos
25.- Toque de silencio
01.- H. de la Escuela Naval Militar
07.- Mares y viento (instrumental)
06.- Himno Agrumad
01.- El dos de Mayo
02.- Marcha triunfal del Ejército de África
03.- El barranco del lobo
04.- La plaza de Tetuán
05.- Tona de quintos (1898)
06.- Marcha de Cádiz (cantada)
07.- Los Voluntarios (cantada)
08.- Al grito de ¡Viva España!
09.- La Bejarana
10.- Soldadito español
11.- El novio de la muerte (cuplé)
12.- Cariño legionario
13.- ¡Ya hemos “pasao”!
14.- Marineros
15.- Fandangos de quintos
16.- Canción del soldado
17.- Pasodoble a la Bandera
01.- Himno Nacional * (instrumental)
02.- Himno Nacional
11.- Oriamendi (vascuence)
12.- Canción del legionario
13.- Himno de la Academia de Infantería
14.- Himno de la Escuela Naval Militar
15.- H. de la Escuela Naval Militar (instrumental)
16.- Himno de la Academia del Aire
17.- Oración Militar
18.- Himno de combate
19.- Himno de combate (instrumental)
20.- Himno de la División Azul
21.- Himno de la División Azul (instrumental)
Música: Ramón Sáenz de Adana
Banda: A. Infantería de Marina de Madrid
Premio Marina, 1965
05.- Oquendori (instrumental)
Música: Ramón Reig
12 €
12 €
Arreglos musicales: Mario Tecglen
03.- Himno Nacional
04.- Himno Nacional
Banda y orquesta Aire
05.- Marcha de Granaderos *
06.- Cara al Sol *
Coros y orquesta de la CAR
07.08.09.10.4
Cara al Sol Miguel Fleta
Cara al Sol Policía Armada
Cara al Sol Orquesta R.T.V.E
Oriamendi (instrumental)
* Arreglo musical y orquestación: Alberto Blancafort
12 €
01.- Himno de la Academia de Infantería
02.- Marcha de los Paracaidistas
03.- Sitio del Alcázar Toledano
04.- Cinematógrafo Nacional
05.- San Marcial
06.- San Quintín
07.- El Comandante Farias
08.- Bajo la doble Águila
5
Música: S. Zaragoza. Premio Marina 1965
08.- Proa a la mar
09.- Marcha heroica
10.- Himno del Tercio Sur
11.- Infantes y Marineros
12.- Himno del Tercer Regimiento
13.- Toques de silbato en un buque de vela
14.- Oración de la noche
15. Salve Marinera
16.- Ofrenda del marino
17.- Cantinera
18.- Viva la Marina
03. Sole, Sole, Soledad
04.- Ganando Barlovento (instrumental)
3
Letra: José Juncosa López
12 €
Letra: José Mª Pemán
Música: G. A. Beigbeder
Coros y orquesta de la CAR
DIrectores: A. Blancafort y O. Alonso
02.- H. de la Escuela Naval Militar (instrumental)
2
14.- Paso de marcha legionaria
15.- Sobre campos y trincheras
16. Ganando Barlovento
17.- Gaudamus igitur
18.- Fonseca
19.- Yo tenía un camarada
20.- Plegaria al Cristo de “El Robledo”
12 €
102
09.- Canción del Legionario
y el novio de la muerte (lento)
10.- Heroína
11.- Legionarios y Regulares
12.- Paso de Marcha legionaria
13.- Tercios Heróicos
14.- El novio de la muerte
15.- Oración legionaria
16.- Retreta legionaria
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Página 103
CANCIONERO MILITAR, 2
6
01.- Cara al Sol (marcha y canción).
02.- Canción del Alférez Provisional
03.- Cara al Sol. Tenor Miguel Fleta
04.- Canción del falangista
05.- Himno de Combate (J.O.N.S.)
06.- Himno de la Bandera Gallega de Falange
07.- Himno de la Milicia Andaluza
08.- Canción del Legionario
El novio de la muerte
09.- Tercios heroicos
10.- Legionarios y Regulares
11.- Paso de marcha legionaria
12.- Himno de la Academia de Infantería
13.- Sobre campos y trincheras
14.- Pasodoble de “Los voluntarios”
15.- Heroína
16.- Yo tenía un camarada
17.- Jota por José Antonio
18.- Canciones del Frente (Carraclás, morena
01.- Oriamendi. Si te preguntan ¡alto quien vive!
07.- Zumalacárregui gore generala
mía, por el rio Nervión, Adios con el corazón,
No hay quien pueda, El vino que vende
Asunción, Hokairi, Por la Patria el pan y la justi–
cia, Apaga luz, Mariluz, Amoriños, Por ser
legionario, Una mañana de mayo, Asturias
patria querida, Fui al Cristu, etc....
19.- Canciones del Frente (instrumental)
12 €
Arreglo: Silvano Cervantes
08.- Oriamendi (vascuence)
Banda del Requeté de Navarra y coros del
Orfeón Pamplonés.
02.- Oriamendi
09.- Lecaroz
10.- Zumalacárregui
Arreglo: Silvano Cervantes
Coros y Orquesta de la CAR. Directores: A.
Blancafort y O. Alonso
11.- Oriamendi
12.- Boinas rojas (instrumental)
03.- Pelayos de España
Música: Domingo Lázaro
04.- Cálzame las alpargatas
7
12 €
05.- El Pilar Sacrosanto
Banda del Requeté de Navarra.
06.- Oriamendi (instrumental)
Director: S. Cervantes
01.- Oriamendi.
08.- Estando herido por un balazo
Arreglo: Silvano Cervantes
8
09.- Guernikako arbola
02.- Navarra, noble y guerrera
10.- Cantos del requeté (1936 - 1939)
03.- Ta-gu-guerá
11.- ¡Alto, quién vive!
04.- Himno de Eraul (El día 4 de mayo)
12.- Boinas rojas
05.- Cuando navarro a Eraul subía
Música: Domingo Lázaro
06.- Melodía del Cura Santa Cruz
Banda del Requeté de Navarra.
07.- Guitarrica, guitarrica
Director: S. Cervantes
12 €
EN PREPARACIÓN:
9
12 €
10
12 €
12 €
01.- Intro Canción del medio siglo
11.- Intro Venimos del Campamento
02.- Canción del medio siglo, L/ y M/ Mario Tecglen
12.- Venimos del Campamento
03.- Intro La Marcha Real
13.- Intro Cubre tu pecho
04.- La Marcha Real, Popular
14.- Cubre tu pecho L/J.M. G. Cernuda. M/A. Paíno
05.- Intro Cara al Sol
15.- Intro Viejos montañeros
06.- Cara al Sol, Juan Tellería
16.- Viejos montañeros, L/ y M/ Mario Tecglen
07.- Intro Canto a la División Azul
08.- Canto a la División Azul, Juan Tellería
09.- Intro Montañas nevadas
10.- Montañas nevadas L/P. G. Noreña. M/E Franco
1
11
12 €
103
17.- Intro La solidaridad
18.- La Solidaridad L/ Mario Tecglen M/ popular
19.- A 27 bases musicales
Arreglos musicales: Mario Tecglen
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Página 104
COROS Y DANZAS DE ESPAÑA
GALICIA:
Carballesa (popular) Santiago de Compostela
Foliada do Migueliño (popular) S. de C.
Muñeira d’os Zocos (popular) Lugo
Pandeirada de Naseiro (popular) Lugo
ASTURIAS:
05.- El Corri-Corri (popular) Oviedo
06.- El quirosanu (popular) Oviedo
07.- El pericote Gijón
08.- El xiringüelu (popular) Gijón
09.- Atardecer (Sergio Domínguez)
10.- Ojos morenicos Ay que non hay
01.02.03.04.-
(Canciones castellanas del Siglo XV)
1
12 €
ARAGÓN:
01.- Apostaron a cantar jota de Calanda – Teruel
02.- Mañico, cierra la puerta
(popular) Jota de Alcañíz – Teruel
03.- Cuando oigo cantar la jota
(popular) estilos del bajo Aragón – Zaragoza
04.- De Castellote (popular)
Bolero de Caspe – Zaragoza
05.- Levántate tabernera (popular)
jota de Antillón / Huesca
06.- Viva Huesca (popular) Jota de san Lorenzo
NAVARRA:
07.- Sagar Dantza de Baztan (popular)
2
03.04.05.06.07.08.-
Carnicosa de la Sierra
Jota peñarandina (popular) Burgos
Jota serrana (popular) Burgos
La piña (popular) Segovia
Jota de Torreadrada (popular) Segovia
La niña (popular) Segovia
La rueda (popular) Segovia
LA MANCHA:
09.- Las que han de bailar (popular) Albacete
10.- Señora santa Lucía (popular) Albacete
Seguidilla y jota
CATALUÑA:
Corranda alta (popular) Barcelona
A Gironella (popular) Barcelona
Nadalenca (popular) Barcelona
Canço (popular) Barcelona
Toc de Castell (popular) Tarragona
L’escriveta (popular) Gerona
Goigs de Sant Clement (popular) Gerona
VALENCIA:
08.- Albaes (popular)
09.- de batre (popular)
10.- Folies (popular)
11.- La despertá (popular)
fandangos de Villarrubia - Ciudad Real
13.- Jota de la vendimia (popular) Ciudad Real
14.- No me olvides morena Jota de Alcolea
MADRID:
15.- Fandango de Candil (popular)
16.- Seguidillas (popular)
MURCIA:
17.- Enredas (popular)
18.- Parrandas (popular)
19.- Jota de Cieza (popular)
20.- Malagueñas de dos (popular)
12.- Nana (popular)
13.- Coplas del “U”(popular) de Fuente la Higuera
ALICANTE:
14.- En Barcelona Colón Jijona – Alicante
BALEARES:
15.- Catalina amor primero
16.- Seis atlotes no en volen (popular)
Parado de Valldemosa – Mallorca
17.- Bolero (popular) – Mallorca
18.- Mateixa (popular) – Mallorca
19.- Pasacalle (popular) – Mallorca
12 €
EXTREMADURA:
01.- Corridiño oliventino (popular) Danzas de
Nuestra Sra. de la Ascensión – Badajoz
02. El candil (popular) Badajoz
03.- El palancar (popular) Badajoz
04.- Vira doble (popular) Badajoz
05.- El perantón (popular) Cáceres
06.- Sones de Montehermoso (popular) Cáceres
ANDALUCIA:
07.- Allí fue medio Cádiz (popular) Cádiz
08.- Las mujeres de la Sierra (popular)
Chacarrá / Cádiz
09.- La reja (popular) tanguillo de Granada
10.- Tengo que echarme una novia Granada
5
11.- Soy de la Mancha seguidillas Ciudad Real
12.- No hay cosa más alegre (popular)
12 €
01.02.03.04.05.06.07.-
4
08.- Jota de Citruénigo (popular)
09.- Jota navarra (popular)
LA RIOJA:
10.- Canción de cuna (popular) Logroño
11.- La marcha de los pastores (popular) Logroño
VASCONGADAS:
12.- Arin Ariñ (popular) Vizcaya
13.- Ator Ator (popular) Vizcaya
14.- Bertsolaris (popular) Vizcaya
15.- Fandango (popular) Vizcaya
16.- Lo Kantak (popular) Vizcaya
17.- Zortziko (popular) Guipuzcoa
18.- Santa Agueda (popular) Vizcaya
12 €
CASTILLA:
01.- Jota burgalesa (popular) Burgos
02.- Jota del carrascal (popular) Burgos
3
11.- Vaqueirada (E. M. Torner)
12.- Conde Olinos (Romance popular)
CANTABRIA:
13.- El trepele-tre (popular) Santander
14.- El cuevanuco (popular) Santander
LEÓN:
15.- Jota de Pontedo (popular)
16.- Titos de Vegamián (popular)
17.- Jota de la Bañeza (popular)
18.- Semicírculo (popular)
19.- La montaraza (popular) Salamanca
20.- Las cintas (popular) Salamanca
12 €
104
11.- Antiguamente eran dulces (popular) Málaga
12.- Fandangos de Alora (popular) Málaga
13.- Partido de Verdiales (popular)
Verdiales Veleños – Málaga
14.- Que adelanto con quererte (popular)
Malagueña – Málaga
15.- El vito (popular) Córdoba
16.- Lucero de la mañana (popular)
Zángano – Córdoba
17.18.19.20.-
CANARIAS:
Cuando una canaria quiere (popular) Folías
De la flor de tu jardín (popular)
Sirinoque (popular) Las Palmas
Tiene mi santa crucera S. Cruz de Tenerife
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MÚSICA RELIGIOSA
1
01.- Plegaria al Cristo de Robledo
02.- Ofrenda del marino
03. Si Dios es alegre y joven (Misa militar)
04.- Señor ten piedad (Misa militar)
05.- Kyries (Misa militar)
06.- Gloria (Misa militar)
07.- Santo (Misa militar)
08.- Padre Nuestro (Misa militar)
09.- Cordero de Dios (Misa militar)
10.- Un Mandamiento Nuevo.(MIsa Militar)
11.- A tí feliz (Salve Popular)
12.- Salve Marinera
13.- Himno a la Virgen del Pilar
14.- Al pie de la Cruz
15.- El novio de la muerte (lento)
16. Toque de oración
17.- Recuerdo
18.- Oración de la noche en el mar
19.- Oración por los Caídos (I)
20.- Plegaria
21.- Oración por los Caídos (II)
22.- La muerte no es el final
01.- MISA “ORBIS FACTOR”
04.- A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Kyrie, Gloria, Sanctus, Agnus, Deo Gratias.
02.- CREDO I
Es el llamado “Auténtico”. Tal vez es de
origen español. Figura en manuscritos
del siglo X.
03.- AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Pange lingua (romano). Tantum ergo (mozára–
be). Adoro te devote (romano). Adoro te devote
(ambrosiano). Cantemus domino (ambrosiano).
Ut omnes unum sint. Anima Christi.
Ave María (gregoriano). Ave Maris Stella (gre–
goriano).Virgo Dei (gregoriano). Alma redento–
ris. Ave Regina. Regina Caeli. Salve Regina.
05.- TIEMPOS LITÚRGICOS
Rorate caeli (propio de Adviento). Puer natus
(propio de Navidad). Ecce nomen ( propio de
Navidad). Miserere mei (ambrosiano) Cuaresma.
Gloria laus (galicano), Domingo de Ramos.
Alleluia: O filii (popular) canto propio de Pascua.
Veni Creator. Dedicado al Espíritu Santo.
06.- CREDO III
Proviene de manuscritos del siglo XVII,
acoplado a la misa “De Angelis”.
12 €
VII CERTAMEN NACIONAL DE COROS DE
COLEGIOS MENORES,
(Cuenca, 8 y 9 mayo de 1976)
I Reunión de Polifonía Juvenil
01.- PINGUELE
RESPINGUETE
02.- AD
07.- DADME ALBRICIAS
Anónimo (Cancionero de Upsala)
08.- SI
TUS PENAS
Soto de Langa
09.- AL VILLANO
SE LA DAN
Anónimo del siglo XVII
Triana, siglo XV
MORTEN FESTINAMUS
(Liber Ber Mell)
El eco, Orlando Di Lasso
10.- EL ROSSINYOL
Popular catalana
11.- VERBUM
03.- ¡AY LINDA AMIGA!
CARO FACTUM EST
Anónimo del siglo XVI
Anónimo Siglo XVI
12.- VIRGEN
04.- MADONA MIA CARA (Liber Ber Mell)
BENDITA SIN PAR
Orlando Di Lasso
05.- IDILIO, Juan Altisent
P. Escobar (siglo XV-XVI)
13.- RIU, RIU, CHIU, Anónimo del siglo XVI
06.- POR
14.- MORRIÑA
VIDA DE MIS OJOS
Juan Vázquez
3
(Unidad de música del Reg. inmemorial del Rey nº 1)
24.- Toque de silencio
12 €
Proviene de manuscritos de los siglos X,
XI y XIV, y figura en el Kyriale Vaticano
con el nº XI.
2
(Unidad de música Academia de Infantería)
23.- La muerte no es el final
T. Vide (Arreglo de J. Castañeira)
12 €
EN PREPARACIÓN:
VIA CRUCIS
VIII.-
Ofrecimiento: Por la reconciliación de
todos los españoles bajo los brazos de la
Cruz.
I.II.III.IV.V.VI.VII.4
Estación: Jesús condenado a muerte.
Estación: Jesús carga con la Cruz.
Estación: Jesús cae por primera vez.
Estación: Jesús encuentra a su Madre.
Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a
llevar la Cruz .
Estación: La Verónica enjuga el rostro
de Jesús.
Estación: Jesús cae por segunda vez.
XI.XII.XIII.XIV.-
12 €
1
5
IX.X.-
Estación: Jesús consuela a las hijas de
Jerusalén.
Estación: Jesús cae por tercera vez.
Estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras.
Estación: Jesús es crucificado.
Estación: Jesús muere en la Cruz.
Estación: El cuerpo de Jesús en
brazos de su madre.
Estación: Jesús es sepultado.
ORACIÓN FINAL.
MISERERE
(SALMO 50)
colección completa: 3 CDS, 26 €
3
2
6
colección completa: 3 CDS, 26 €
105
7
colección completa: 3 CDS, 26 €
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Página 106
ARCHIVO SONORO, 1
2
1
1
12 €
2
Relato oral (2 CD’s 20 €)
3
Relato oral (2 CD’s 20 €)
4
Conferencia completa: 3 CDS, 26 €
5
Conferencia completa: 3 CDS, 26 €
6
Conferencia completa: 3 CDS, 26 €
7
Conferencia completa: 2 CDS, 20 €
8
Conferencia completa: 2 CDS, 20 €
9
12 €
10
Conferencia completa: 2 CDS, 20 €
11
12 €
12
12 €
13
12 €
14
12 €
15
12 €
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Página 107
ARCHIVO SONORO, 2
16
12 €
17
12 €
18
12 €
19
12 €
20
12 €
21
12 €
22
12 €
23
12 €
24
12 €
25
12 €
26
12 €
27
12 €
28
12 €
29
12 €
30
12 €
107
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Página 108
ARCHIVO SONORO, 3
I Escuela de Verano en la Hospedería del Valle de los Caídos (18 a 22 septiembre 2002)
31. José Antonio y el fascismo
Ponente: Enrique de Aguinaga
32. Política económica y social
de José Antonio
Ponente: Adolfo Iranzo
33. Patria, Nación y Estado en
José Antonio
Ponente: Gregorio Rubio Nombela
31
12 €
34. Poética del Alzamiento:
32
12 €
34
12 €
36
12 €
38
12 €
41
12 €
Ponente:Aquilino Duque
Juventudes en pie de paz, por
Enrique Sotomayor
Presentación del libro: Mario Tecglen
35. La llamada de la sangre
(García Lorca y José Antonio)
Ponente: Alfredo Amestoy
36. Dos generaciones: Jerarquía,
Escorial, Alférez, La Hora y Alcalá
33
12 €
Ponente: Antonio Lago
37. José Antonio y Franco
Ponente: Antonio Castro Villacañas
38. Ejército
Ponente: Rafael Luna Gijón
Europa, Hispanidad
Ponente: Sergio Brandâo Cardoso
39. Las fuentes intelectuales de
José Antonio
35
12 €
Ponente: Feliciano Correa
40. Concepto de Patria en el
pensamiento de José Antonio
Ponente: Francisco Caballero
41. La Institución Libre de
Enseñanza y los regeneracionistas
Ponente: Luis Buceta Facorro
Colección completa (11 CDS) PVP. 100 €
37
12 €
39
12 €
40
12 €
108
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Página 109
ARCHIVO SONORO, 4
42
12 €
43
Escuela completa: 2 CD’s 20 € 12 €
44
Escuela completa: 2 CD’s 20 € 12 €
45
12 €
46
Escuela completa: 4 CD’s 36 € 12 €
47
Escuela completa: 4 CD’s 36 € 12 €
48
12 €
49
Escuela completa: 4 CD’s 36 € 12 €
50
Escuela completa: 4 CD’s 36 € 12 €
51
12 €
52
12 €
53
12 €
54
12 €
55
12 €
56
12 €
109
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10:33
Página 110
Filmoteca
Plataforma 2003
ARCHIVO DE LA IMAGEN, 1
1
16 €
2
16 €
3
16 €
4
16 €
5
16 €
6
16 €
7
16 €
8
16 €
9
16 €
10
16 €
11
16 €
12
16 €
110
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10:33
Página 111
ARCHIVO DE LA IMAGEN, 2
13
16 €
14
16 €
15
16 €
16
16 €
17
16 €
18
16 €
19
16 €
20
16 €
21
16 €
Taller de grabaciones (medios audiovisuales) de Plataforma 2003 en su sede social de Madrid
111
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10:33
Página 112
Taller de digitalización de textos para la Editorial y de revistas para el Centro de Documentación
Taller de Internet para la digitalización y elaboración de la página web de Plataforma 2003
112
Rumagraf, S.A., acabó de imprimir ¿Qué es
Plataforma 2003? bajo la protección del Ángel
Custodio de José Antonio Primo de Rivera, el 9
de febrero de 2010, LXXVI aniversario del
asesinato de Matías Montero Rodríguez de
Trujillo, primer Caído del S.E.U y de Falange
Española.
LAUS DEO
_
_
_
_
Envío
A ti, fiel camarada, que padeces
el cerco de olvido atormentado;
a ti que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces:
te envío mi dolor. Si desfalleces
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado:
bebamos juntos en las mismas heces.
En tu propio solar, quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero, allí donde estés, cree y espera.
El cielo es limpio y en sus bordes liba
claros vinos del alba, primavera.
Pon arriba tus ojos, siempre arriba.
Octubre de 1946, Angel María Pascual
Dedicatoria: a todos los españoles en la memoria de José Antonio Primo de Rivera
A la inmensa mayoría de nuestros compatriotas que aún hoy, ¡después de más de setenta y cuatro
años!, persisten en juzgar lo que José Antonio Primo de Rivera -ayer manipulado y ahora proscritointentó que fuese su enérgico propósito de resurgimiento nacional sin haberse procurado ni aceptado la más mínima información. Para que, abriéndosele una brecha de serena atención entre la saña de
unos y la antipatía de otros, salvada su memoria y restituída la verdad histórica sobre su vida, pensamiento y obra, quede recuperada su figura para el patrimonio cívico y patriótico común de todos
los españoles. Y, así, más allá de partidistas banderías políticas en confrontación fratricida, su idea de
España, plural, sí; pero también una, contribuya a resistir el acoso cada vez más creciente de la subversión separatista. Y, también, para que quede ofrecido a todos aquellos jóvenes cuyo proyecto de realización personal no se autolimite en un horizonte de egoísta codicia, como ejemplo sugestivo, paradigma y arquetipo, para toda esforzada y limpia ambición de mérito y excelencia. Y, con todo ello, se
cumpla su última voluntad: que no haya nunca más sangre española derramada en discordias civiles.
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