VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE UN TLC ENTRE COLOMBIA Y CHINA Por Enrique Posada, Director del OVAP En esta primera visita de Juan Manuel Santos a Pekín como presidente de Colombia, su anuncio de un tratado de libre comercio con China es, sin duda, el paso más importante dado por cualquier gobierno del país en el ámbito de las relaciones colombo-chinas. Colombia quiere así desatrasar el reloj de su inserción en Asia Pacífico. Es grande la ventaja que en este campo le llevan países suramericanos como Chile y Perú. Más urgente se perfila en estos momentos la firma de acuerdos comerciales como el que se anuncia cuando Colombia viene trabajando desde hace unos años la denominada ‘Alianza del Pacifico’ con Perú, Chile y México’, que va dirigida no solamente a desarrollar el intercambio económico y comercial entres estos países, sino también a fomentar su inserción como bloque en la región Asia Pacífico. Han transcurrido cinco años desde cuando el Observatorio Virtual Asia Pacífico publicó la monografía ‘Hacia un tratado de libre comercio con China’. No fue grande el eco que produjo en sectores gubernamentales ni de los gremios. La academia asianista apenas ha rozado el tema. Sólo hacía falta que el Presidente Santos planteara, en su reciente visita, la importancia de un TLC para que el asunto se registrara en los medios de comunicación de manera destacada y dejara de ser un tema académico para proyectarse como una realidad en la agenda económica y comercial del país. LAS VENTAJAS Este tipo de acuerdos hace tiempo que desbordaron el marco comercial para proyectarse en planos como el de la inversión y la cooperación, la transferencia tecnológica, etc. Para muestra un botón: el oleoducto del Pacífico colombiano, el cual encierra no solamente el objetivo de la venta de petróleo, sino también la inversión en construcción de infraestructura y la financiación de la misma. Si bien Colombia no es todavía un ‘país petrolero’ de la talla de Venezuela, su acercamiento a una producción de un millón de barriles diarios le asigna un papel importante en este campo. El crudo en las exportaciones colombianas al gigante asiático constituye en buena parte el rubro que ha posicionado a China como el segundo comprador del país. ¿Sólo petróleo vamos a exportar a los chinos? No, sin duda. Productos tales como la carne bovina, los pollos, las frutas y una variedad de productos del agro se beneficiarán de un TLC con China. Las investigaciones que se realicen en el país a partir de ahora sobre los déficit que presenta la patria de Confucio en alimentos tales como soya, maíz y otros cereales le dirán con claridad a los Ministerios de Agricultura y de Comercio de Colombia, así como a los gremios respectivos, qué productos priorizar, dónde poner el énfasis del desarrollo de la productividad, la innovación y tecnificación como respuesta al reto de un TLC con el gran dragón. Hemos sentido el agrado con que la SAC y Fedegán recibieron el anuncio de un TLC con China, pues, de rebote, servirá para compensar en gran parte el perjuicio que a sus sectores pueda acarrearles el suscrito con Estados Unidos. Afirmamos en el trabajo de investigación publicado en forma de libro por la Universidad Tadeo Lozano en asocio de la Cancillería (‘Inserción de Colombia en el Asia Pacífico’) que Colombia debe enfocarse a aquellos temas emblemáticos de su perfil como nación, y aquí salta a la palestra, en primer término, el de la biodiversidad. Fue el mismo punto que el Presidente Santos supo aprovechar en su viaje a Singapur, donde planteó combinar la riqueza en fauna y flora de nuestro país con la biotecnología de esa ciudad-Estado. En Pekín Santos planteó la necesidad de desarrollar los Institutos Confucio para ampliar el conocimiento del idioma chino entre los jóvenes colombianos. Para el logro de dicho objetivo fue que, en vísperas de la salida del Presidente hacia el gigante asiático, se suscribió el Convenio de Establecimiento del Instituto Confucio en la Tadeo. Son ya tres los Institutos Confucio que funcionan en el país. Y de allá para acá ¿Cómo desarrollar el turismo chino? Vimos, con motivo de la visita presidencial, el grado de atraso que registran las cifras de los visitantes de ese país a Colombia si las comparamos con las estadísticas de Chile, México y otros países latinoamericanos. En este aspecto tenemos que realizar esfuerzos importantes, pues los chinos están llegando a niveles de ingresos que los empujan ya a salir en busca de destinos turísticos. Para la consecución de ese logro, además de líneas tradicionales de atracción de visitantes, hemos de desarrollar rubros nuevos como el del intercambio estudiantil, los cursos de formación de traductores, profesores y académicos hispanistas, aprovechando las ventajas reconocidas a Colombia como maestra del idioma castellano. LAS PRESUNTAS DESVENTAJAS Varias son las objeciones que desde diversos sectores económicos, diplomáticos y gremiales de Colombia se señalan. Veamos: 1. Que, a diferencia de Chile con el cobre y Perú con la harina de pescado, Colombia carece de un producto estrella. Respondemos: ‘De grano en grano llena la gallina el buche’, como reza el dicho popular. Tenemos que sumar rubros. Además, vemos el crecimiento exponencial de productos de exportación a China como los hidrocarburos. En cuanto al café, las importaciones chinas de este producto continúan creciendo, a pesar de que este producto tropieza con el gusto por el té de los asiáticos. A todo esto viene a sumarse ahora la posibilidad de sembrar más y exportar a China: cereales, en particular soya, maíz, sorgo. Las frutas tropicales y las exóticas representan rubros importantes que calarían en el paladar de una clase media emergente que se aprecia ya como una realidad en China. Continuamos explorando posibilidades y vemos el conocimiento como un producto no transable que se encuentra en la futura agenda de la cooperación entre los dos países. Sabemos, porque lo hemos palpado en diversos contactos con los chinos, de su interés en aspectos de la vida institucional, académica y jurídica de Colombia: la biodiversidad, el conocimiento de la normatividad ecológica, la administración de desajustes sociales como los que acarrea el desplazamiento forzado (no olvidemos que los chinos sufren un tipo de desplazamiento no violento que allí se conoce como ‘población flotante’: 150 millones de personas), el diseño en todas sus ramas, el manejo de las ciudades, la enseñanza del castellano, el tratamiento de la niñez (el ICBF es considerado por los chinos como un modelo)y de la mujer, la docencia en técnicas y tecnologías (SENA), etc, etc. Este conocimiento tiene un valor agregado que podemos facturar o intercambiar. 2. Segunda objeción. Que China no es una economía abierta y no tiene una suficiente seguridad jurídica. Es posible que su institucionalidad, su tejido jurídico no sean tan avanzados como los de muchos países occidentales, Colombia entre ellos. Sin embargo, China es un caso único en la historia contemporánea de haber construido en poco menos de cuatro décadas una completa, aunque imperfecta (es de reconocer) superestructura legal. A partir del año 2001, cuando se produce su ingreso en la OMC, es mucho lo que China ha tenido que aprender de los temas jurisdiccionales y contenciosos. Es un país que, además, aprende rápido de los contenciosos que ha tenido que enfrentar en la OMC. Frente a esto, la respuesta es que preguntemos a los chilenos y a los peruanos cómo han hecho en estos años, desde la suscripción de sus acuerdos comerciales con China, para evitar impactos perjudiciales como resultado de ellos. 3. Tercera Objeción. Es la de que China nos exigiría, como contraprestación de un TLC, el reconocimiento, por parte de Colombia, de su economía como una de libre mercado. Y esto nos abocaría a no poder ejercer libremente nuestros derechos a demandas por dumping. Respondemos: Querámoslo o no, en 2016, cuando la OMC declare a China como una economía de libre mercado, todos los miembros de esta organización tendrán que asumirlo como un hecho. 4. Cuarta Objeción: La expresada por el Presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas en el sentido de que es peligroso para Colombia un TLC con China por el manejo que da al dólar americano Respondemos que China ha venido flexibilizando la tasa de cambio del yuan frente al dólar y que, en segundo lugar, el dólar de Estados Unidos hace tiempo que dejó de ser el patrón monetario internacional. Ha sido remplazado como tal por las canastas de diversas monedas, y un ejemplo de ello es cómo se realiza actualmente el intercambio comercial entre diversos países BRIC: entre China y Brasil, por medio de una cuenta corriente en yuanes y australes: entre India e Irán, a través de rupias y con el primero comprándole al segundo en oro, etc, etc. Un comercio de compensación no es un modelo nuevo para China ni para el mundo, y a Colombia no la perjudicaría llegar a este tipo de transacciones comerciales dado el déficit que presenta su cuenta corriente con el gigante asiático. 5. Quinta objeción es la que acaba de exponer la ex Ministra Martha Lucía Ramírez al describir a China como un lobo en cuyas fauces no debemos meternos y para ello aconseja evitar el camino de un TLC con la patria de Confucio y, en su remplazo, insertarnos en los mercados del Asia Pacífico haciéndonos miembros del nuevo Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica o TPP donde están matriculados: Estados Unidos, Chile, Singapur, Brunei, Australia, Nueva Zelanda, Perú y próximamente México. Alega Ramírez a favor de esta propuesta la adhesión del Perú al TPP. Respondemos: Tal como afirmamos en el libro de investigación ‘La Inserción de Colombia en el Asia Pacífico’, Colombia, en el empeño de posicionarse en los mercados asiáticos no debe meter todos los huevos en una sola canasta, el Foro Apec, por ejemplo, sino mirar a todas las vertientes que lo conduzcan al logro de ese propósito. No olvidemos, sin embargo, que el TPP fue creado y se desarrolla excluyendo a China porque encierra en sí mismo una intención de contenerla por parte de Estados Unidos. En segundo término, Perú y Chile adhirieron a ese acuerdo solamente después de haber suscrito un TLC con China. Para concluir estas primeras apreciaciones sobre la conveniencia o inconveniencia de un acuerdo comercial de Colombia con China, a lo que invitamos es a no asustarnos antes de tiempo, a estudiar otras experiencias de países latinoamericanos y a entender que a China no se la puede considerar un lobo más feroz que los Estados Unidos, con el cual, sin embargo, hemos suscrito un TLC.