1 ORO MENTAL EL DOMINIO DEL DESTINO CON LOS CICLOS DE

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ORO MENTAL
EL DOMINIO DEL DESTINO
CON LOS CICLOS DE LA VIDA
POR
H. SPENCER LEWIS
Miembro Rosacruz; Doctor en Filosofía; Imperator de la Orden
Rosacruz de Norte América; Miembro de la Ashrama
Rsepia de India, y Delegado en los Estados Unidos
Del Monasterio de G.W.B. del Tibet.
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A LA GLORIA DE LOS MODERNOS HOMBRE Y MUJERES
De entendimiento lo bastante amplio para adoptar nuevos métodos que alleguen éxito y dicha.
DEDICATORIA
Está dedicado este libro de modo que pueda servirles de señal en el primer paso de su vida que los
conduzca al DOMINIO PROPIO
LA LEY DE PERIODICIDAD
En los negocios humanos hay un (lujo que si se toma en el punto de pleamar, conduce a la fortuna).
SHAPESPEARE
Para todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo; tiempo de nacer y
tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado.
SALOMÓN
RECOMENDACIÓN AL LECTOR
Para comprender bien el sistema expuesto en este libro, es absolutamente necesario leer todos los
capítulos, incluso la Introducción.
EL EDITOR
Con la venia del autor del libro El, DOMINIO DEL DESTINO CON LOS CICLOS DE LA VIDA,
doctor H. Spencer Lewis, Imperator para América de la ORDEN ROSACRUZ ANTIGUA, y del editor
.señor A. Koch, de Barcelona, corno también del doctor J.E. Bucheliz (Hagal) del Círculo Éxito Mental
de Santiago, Chile, compilador de EL PODER OCULTO DE LOS NÚMERO Y CON EL BUEN FIN DE
HACER EXTENSIVO EL CONOCIMIENTO DE ESTAS Doctrinas, va el présenle libro ORO
MENTAL, deseando cordialmente, como son loa más vivos anhelos de un aspirante a los estudios
ROSACRUZ, que el beneficio que obtenga de los conocimientos de este libro, sean en provecho de todos
los seres del Universo.
Sinceramente:
IlERMES CRREA PALACIOS
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
DOMINIO PROPIO
CAPÍTULO II
EL ALBEDRIO HUMANO
CAPÍTULO III
EL RITMO CÓSMICO Y LOS CICLOS DE LA VIDA
CAPÍTULO IV
PERIODOS DE LOS CICLOS TERRENOS
CAPÍTULO V
PERIODOS DEL CICLO No. 1 O DE LA VIDA HUMANA
CAPÍTULO VI
COMPLEJO CICLO DE LA VIDA HUMANA
PERÍODOS DEL CICLO No 2 O CICLO PERSONAL
1º PERIODO
2º PERÍODO
3º PERÍODO
4º PERÍODO
5º PERÍODO
6º PERÍODO
7º PERIODO
CAPÍTULO VII
PERÍODOS DEL CICLO Nº 3 O DE LOS NEGOCIOS
1º. PERÍODO
2º. PERÍODO
3º PERÍODO
4º PERÍODO
5º PERÍODO
6º PERÍODO
7º PERÍODO
CAPÍTULO VIII
EMPLEO DE LOS PERIODOS CÍCLICOS
1º PERÍODO
2º PERÍODO
2º PERÍODO
4º PERÍODO
5º PERÍODO
6º PERÍODO
7º PERÍODO
CAPÍTULO IX
EL CICLO DE LA SALUD
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1º PERÍODO
2º PERÍODO
3º PERÍODO
4º PERÍODO
5º PERÍODO
6º PERÍODO
7º PERÍODO
CAPÍTULO X
CICLOS MORBOSO Y SEXUAL
CAPÍTULO XI
CICLO DIARIO DE HORAS SIGNIFICATIVAS
CAPÍTULO XII
EMPLEO DEL CICLO DIARIO
CAPÍTULO XIII
DESCRIPCIÓN DE LOS PERIODOS DEL CICLO DIARIO
PERÍODO A
PERÍODO B
PERÍODO C
PERÍODO D
PERÍODO E
PERÍODO F
PERÍODO G
CAPÍTULO XIV
EL CICLO DEL ALMA
CAPÍTULO XV
DETERMINACIÓN DE LOS PERIODOS DEL CICLO DEL ALMA
CAPÍTULO XVI
LOS PERIODOS DEL CICLO DEL ALMA
PERÍODO NÚMERO 1
POLARIDAD A
POLARIDAD B
PERÍODO NÚMERO 2
POLARIDAD A
POLARIDAD B
PERÍODO NÚMERO 3
POLARIDAD A
POLARIDAD B
PERÍODO NÚMERO 4
POLARIDAD A
POLARIDAD B
PERÍODO NÚMERO 5
POLARIDAD A
POLARIDAD B
4
PERÍODO NÚMERO 6
POLARIDAD A
POLARIDAD B
PERIODO NÚMERO 7
POLARIDAD A
POLARIDAD B
CAPÍTULO XVII
EL CICLO DE REENCARNACIÓN
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INTRODUCCIÓN
Me place decir unas cuantas palabras a los lectores de este libro, y quizás predisponerlos al notable
asunto que les aguarda.
El sistema expuesto en las siguientes páginas es tan original, tan conmovedor, y sin embargo tan útil
y seguro, que me parece deseará conocer el lector algo respecto del origen del sistema y de su positiva
utilidad.
Quienes hayan leído la obra del misino autor titulada: "Principios rosacruces para el hogar y los
negocios", recordarán que cada página de aquel libro identificaba al doctor Lewis con las íntimas
actividades internas de muchas y muy poderosas compañías y sociedades del mundo de los negocios.
En efecto, el libro revela el secreto de la vida de trabajo del doctor Lewis antes de que dejara el
campo de los negocios y se dedicase exclusivamente a la dirección de los asuntos de la Orden Rosacruz
en los Estados Unidos.
Quienes estamos familiarizados con él y conocemos su pasada vida, fácilmente comprenderemos
el significado de las palabras de Arthur Stillwel, ex-presidente de varias instituciones financieras, y uno
de los primitivos constructores de ferrocarriles en los Estados Unidos, cuando dijo: "H. Spencer Lewis ha
sido el verdadero comanditario y el consejero secreto de los más atrevidos proyectos y empresas
financieras en los Estados Unidos, sin que nadie le aventaje en este particular".
Aun hoy día, a pesar del ímprobo trabajo a que le obligan sus diversas actividades en relación con la
Orden Rosacruz, se le consulta por teléfono desde todos los puntos de del país, y por cartas y telegramas
desde las oficinas de los Consejos de Administración de importantes compañías, solicitando de él una de
aquellas sus seguras decisiones en algún asunto o problema que ofrecía dos aspectos, dos soluciones y dos
posibles líneas de acción.
Durante veinte años han preguntado mil veces los negociantes: "¿Qué peculiar sistema o método
emplea este hombre que lo capacita para decirnos qué debemos hacer y qué no, y cuándo y cómo hemos
de proceder en los asuntos de nuestro negocio?
No por egoísmo se reservó el doctor Lewis el secreto de su sistema, y su utilización en auxilio de
quienes le consultaban.
Aunque recibía crecidos honorarios por sus servicios, y aun hoy día recibe acciones y obligaciones
unánimemente votadas a su favor por los Consejos de Administración de las Compañías y' Sociedades a
las que ayudó en grandes crisis económicas, he conocido centenares de casos en que generosamente dio
su consejo y auxilio sin honorarios ni esperanza de remuneración de ninguna clase.
Pero el empleo de este sistema era su ocupación, y nunca tuvo tiempo ni tendencia a establecer una
escuela para enseñarlo. Sin embarco, ha llegado el tiempo en que le parece que los servicios prestados a la
Orden Rosacruz han de absorber la mayor parte de su tiempo, y que su interés en los negocios
mercantiles, industriales y comerciales está de sobra comprobado por los éxitos obtenidos y no necesita
complemento.
Por lo tanto, resolvió ceder su sistema y darlo al público en forma tal, que todo ser humano, en los
negocios o fuera de ellos, pudiera aprovecharse de la conveniente parte de él para lograr éxito,
prosperidad y dicha en la vida. Así es que el sistema se ha concretado en palabras, tablas y diagramas.
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Por mi parte quede maravillado al leer los primeros capítulos del manuscrito. ¡Qué mundo de
sencillez revelan las leyes cósmicas al manifestarse en extraños ciclos de vibraciones! Aquellos primeros
capítulos merecen estamparse en letras de oro y esculpirse en los más raros metales. Bastan dichos
capítulos para proporcionar a todo negociante la necesaria clave con qué comprender las extrañas
fluctuaciones, vicisitudes, cambios e inesperadas ocurrencias que sobrevienen en todos los asuntos
personales y de negocio y quo suscitan problemas, preocupaciones, pruebas y tribulaciones de suma
gravedad.
Conocer por qué suceden estas cosas y que están sujetas a periodicidad y no sobrevienen por
casualidad ni coincidencia, equivale a sustraerlas de la categoría do lo incognoscible que atormenta a todo
negociante. Los capítulos siguientes, que presentan al hombre como un agente libre, capaz de dominar su
destino y ser dueño de su porvenir, constituyen un monumento de lo mucho que ha contribuido su autor al
bienestar y la dicha del género humano.
Las palabras de dichos capítulos quebrantarán las cadenas y grilletes que han esclavizado a millares
de personas, manteniéndolas en la servidumbre de la incomprensión de los sucesos de su vida, y en la
ignorancia de las posibilidades latentes en la intimidad de su ser.
Siguen a dichos capítulos otros varios que explican al por menor los diversos ciclos y periodos de
las condiciones que afectan a nuestros negocios, a nuestra salud, placeres, esperanzas, aspiraciones, y así
se añade al inestimable tesoro de los primeros capítulos un verdadero estuche que contiene raras joyas de
inestimable valor.
Al comprobar en un examen de mi vida los efectos de los ciclos y períodos en los últimos diez años,
vi ante mí un mapa de todo cuanto me había sucedido y un índice de todo cuanto hubiera, realizado,
obtenido y allegado a mi vida, si empleara este sistema desde hace años.
También vi en las tablas que toscamente y con no poca dificultad e intenso placer había trazado, un
completo bosquejo de lo que me era posible llevar a cabo dentro de un mes, de un año, y durante varios
años futuros. Vi mi carrera en la vida trazada en tablas tan claramente como en la carta de navegar tiene
trazado el marino el rumbo de su buque cuando zarpa, de la costa y lanza su proa hacia al parecer
desconocido espacio de alta mar.
Un consejo quisiera dar a los lectores de este libro: lean cuidadosamente cada palabra de los
primeros capítulos, hasta comprender cada pensamiento y principio, y familiarizarse con cada idea
expuesta, pues necesario es comprender los principios antes de aplicar los ciclos a los asuntos personales
de cada cual, a fin de cosechar el mayor bien de este notabilísimo tratado.
Pasará el tiempo y muchas más extraordinarias, fascinadoras y útiles colaboraciones habrá recibido
la bibliografía mística, metafísica y psicológica de los Estados Unidos; pero no habrá otro libro ni otro
manuscrito tan revolucionario, tan admirable y tan singular en su práctica información como el presente.
Contribuirá más eficazmente que cualquier otro libro publicado desde la aurora de la civilización, a
desarraigar las supersticiosas opiniones que referentes a las influencias cósmicas mantienen algunos, y
conducir al hombre al reconocimiento de sus magnas posibilidades.
Será un alto testimonio del raro conocimiento poseído por un rosacruz, y del elevado carácter,
motivo, ideales y actividades de quienes por medio de la Orden Rosacruz dedican generosamente su vida
al beneficio de la humanidad.
E. V. R.
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CAPÍTULO I
DOMINIO PROPIO
El hombre se encuentra ante el dilema de ser víctima de su hado o dueño de su destino. No hay
término medio ni posición neutral. Hablo del género humano y no del individuo, porque algunos
individuos son unas veces dueños y creadores de su destino, y otras veces inocentes o desalentadas
víctimas del hado. La vida de estos individuos demuestra que el hombre puede ser a su elección, dueño o
esclavo.
El sistema expuesto en este libro para el logro y aplicación del dominio propio y del dominio sobre
las llamadas condiciones fatales, se basa en la premisa de que el hombre es, en esencia, el creador y no el
resultado de su ambiente y circunstancias.
En términos generales, una premisa es una hipótesis o suposición; pero confío en que el lector
advierta antes de terminar la lectura de este libro, que la premisa en el caso que nos ocupa es una realidad
demostrada por los demás hechos constituyentes del sistema.
Por lo tanto, si el lector se cuenta en el número de los que han sido conducidos a creer que el
ambiente ha ido moldeado poco a poco la civilización y ha hecho del hombre lo que es y todavía lo
subyuga, le ruego por su propio beneficio y más caros intereses que deseche semejante creencia, y
durante la lectura de este libro y la comprobación de los principios expuestos, admita la verdad de la
premisa y le dé con ello la oportunidad de beneficiarle.
El fundamental principio de este sistema de dominio propio ya fue conocido de las mentalidades
autodidácticas que se basaron en las múltiples manifestaciones de la existencia del hombre y en los
fenómenos naturales, para determinar las leyes de los reinos material y espiritual.
Dicho principio, desenvuelto por la observación y perfeccionado por la experiencia, revela que toda
vida y toda existencia en el universo tienen su expresión en ciclos, cuya periodicidad equivale al ritmo de
los alternativos impulsos armónicos de naturaleza cósmica.
La ciencia moderna ha examinado en sus laboratorios las microscópicas manifestaciones de la ley
natural, y ha descubierto que todas las células de materia animada y todos los cristales de materia
inanimada tienen variables períodos de rítmica moción que empiezan con su nacimiento, gobiernan el
proceso de su desarrollo hasta la madurez a su destrucción o a la reproducción de su especie.
Se ha observado que el ritmo periódico de estas especies de materia está en armónica relación con
la periodicidad del movimiento de los planetas, con los efectos del flujo y reflujo de las aguas de la tierra
y con el crecimiento de la vida vegetal y animal.
En el funcionamiento de los órganos de los cuerpos animados, como la respiración, la sístole y
diástole y otros movimientos que constituyen al sostén de la vida, se nota un definido ritmo muy
semejante y en armónica relación con el más amplio e intenso ritmo de la energía cósmica.
No me propongo ser un técnico, ni siquiera académico en mi exposición de las leyes y principios
concernientes a la causa del ritmo universal que constituye el movimiento de la vida. Todo ello está
contenido en las enseñanzas rosacruces para quienes dedican su vida a la obra de profunda investigación
en que durante siglos han sobresalido los cientistas rosacruces. Baste decir que hay algunos hechos
axiomáticos y otros fácilmente demostrables que proporcionan la base de ulteriores estudios en este
sentido.
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Me propongo hablar concretamente en este libro de la influencia del ritmo de la vida en el hombre y
sus intereses, de suerte que hasta el más profano en estos temas logre alcanzar el dominio de los asuntos
prácticos de la vida diaria, y después de comprobar el sistema, no le quede la menor duda respecto a la
universalidad de la ley que entraña ni de sus universales efectos en todos los seres animados, y asimismo
en los que a somera observación parecen inanimados.
Mucho se ha discutido acerca de si el hombre tiene o no libre albedrio y la comprobación del
sistema expuesto en este libro revelará que en cuanto al derecho de opción es el hombre absolutamente
libre, aunque también veremos que no un Dios personal, sino una impersonal Ley cósmica le exigen
responsabilidad por su elección en cada caso.
Observamos el éxito de quienes parecen haber sido afortunados en la elección de empleo, oficio,
profesión y aprovechamiento del tiempo o que tuvieron "suerte" en la selección de los elementos que los
condujeron al logro del bienestar y la dicha', o que siguieron siempre los intuitivos impulsos que en
ocasiones favorables los movieron a la acción de sus negocios.
Por otra parte vemos a los que parecen desgraciados en todas estas cosas y por desconocimiento de
las leyes que en ello intervienen, propendemos a atribuir al destino, al hado o a la azarosa suerte del éxito
o el fracaso de cada cual.
El propósito del sistema expuesto en este libro es capacitar a todo ser humano para valerse de
ciertas leyes naturales y obrar en armonía con ellas, de modo que cada cual sea dueño de su destino, y
mediante la armónica cooperación con los ciclos de vida, cosechar las preciadas recompensas ofrecidas
por la generosa disposición del plan cósmico.
Por lo tanto, sin recurrir a creencias y prácticas supersticiosas y sin invocar la dudosa influencia, de
hipotéticas potestades de invisible naturaleza, y con la sensatez y racionalidad de una científica norma de
conducta, toda persona práctica de estos modernos tiempos, aunque tenga prejuicios contra lo
singularmente metafísico, puede efectuar grandes e. importantes cambios en su conducta y encaminar sus
pasos hacia un cierto y seguro término.
Con tal deseo ha de analizar el lector cuidadosamente las breves explicaciones de las leyes y
principios a que ye refieren los siguientes capítulos, sin prescindir de ninguno de ellos ni escatimar su
importancia a causa de su sencillez.
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CAPÍTULO II
EL ALBEDRIO HUMANO
Al considerar las acciones del hombre, el punto capital consiste en dilucidar si son libres o están
determinadas o prescritas por el destino. Así hemos de preguntarnos: ¿Son nuestras acciones el resultado
de causas antecedentes o, estamos conducidos en todos nuestros asuntos por externas influencias, tales
como las llamadas vibraciones cósmicas, impulsos mentales, propensiones internas o excitaciones
externas? ¿Son nuestras vidas, tal como las pasamos generalmente, un efecto de nuestro ambiente, de
invisibles impulsos e incitaciones sobre los cuáles no tenemos poder alguno y que nos deparan
oportunidades o nos suscitan tentaciones que podemos aprovechar o rechazar?
Quienes afirman el libré albedrío del, hombre y que no está gobernado por externas influencias,
plantean la cuestión sin solucionarla.
El hombre es libre en cada sentido que el más entusiasta exponente de la doctrina del libre albedrío
quiera darnos a entender; pero esto significa que el hombre es libre para optar, seleccionar, elegir escoger
y determinar lo que quiere hacer en toda circunstancia; que el hombre nunca se ve forzado contra su
voluntad para hacer o dejar de hacer una cosa, ni aun siquiera para pensar.
Por lo tanto, el verdadero significado de la doctrina del libre albedrío, tal como la exponen sus
partidarios, es que el hombre está afectado de un modo u otra por los deseos de Dios, la autocracia de la
ley natural y espiritual, y por la herencia.
Sin embargo, estas cosas no afectan al hombre en el sentido a que se refieren los partidarios del
albedrío y los fanáticos que no comprenden los verdaderos principios.
La voluntad de Dios o dictados de un Ser omnipotente, pueden afectar sin disputa al hombre; pero
ni siquiera quienes se dedican a predicar las leyes de Dios y su gobierno del universo, comprenden el
método por el cual la voluntad de Dios se transfiere a la conciencia del hombre.
Pagana idea contraria a los testimonios de la vida y a las revelaciones de las leyes natural y
espiritual cuando inteligentemente se aplican, es la de un Dios personal que antes de nacer un individuo
ya le destina la vida que ha de llevar, independientemente de su voluntad y del divino poder interno que
es su derecho de nacimiento.
Los rosacruces han aprendido de este sistema, que el hombre recibe por inspiración la voluntad y
los deseos de Dios, mediante tendencias, impulsos, incitaciones y oportuna presentación de alicientes y
ocasiones, pero el hombre se ve tan a menudo tentado a obrar mal, como a obrar bien.
Lo mismo cabe decir de los verdaderos principios de las planetarias y otras externas influencias
cósmicas.
En todos los casos, la influencia se ejerce en forma de dichas tendencias, sin que sean poderosas a
obligar al hombre a que ceda a ellas.
Por lo tanto, vemos que el hombre está continuamente afectado por las oportunas incitaciones a
obrar y pensar.
Ciertamente misericordioso y justo fue Dios al otorgar al hombre el poder y el privilegio de escoger
y decidir por sí mismo cuando le asaltan las tentaciones, le excitan las inspiraciones o le mueven los
impulsos tanto internos como externos.
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Y como libre agente para escoger entre una y otra tentación, entre uno u otro impulso o entre una u
otra inspiración, debe atenerse a su determinación y asumir la responsabilidad.
Así es que admitiendo el libre albedrío del hombre con la facultad de elección en todos sus actos y
pensamientos, todavía hemos de considerar la naturaleza de estos impulsos, incitaciones e inspiraciones
que el hombre recibe y demandan elección.
Si no ye le ofrecieran diversas oportunidades y no fuesen varios los impulsos, inspiraciones e
incitaciones que recibiera diariamente en el transcurso de su vida, no habría razón para que el hombre
tuviera la facultad de escoger, ni se le hubiese concedido el pensamiento, la razón y la voluntad.
La inconsciente maquinaria de una fábrica no tiene la facultad de analizar ni el poder de obrar
libremente. De todos los seres vivientes, el hombre es el único que posee en alto grado la facultad de
actuar libremente, y escoger según su voluntad.
Y no se diga que la mayoría del género humano ha escogido mal muy a menudo, y que a la minoría
se debe el progreso de la civilización por virtud del apropiado ejercicio de su albedrío.
En 1918 escribí una monografía sobre este tema, en la que manifestaba que la cuestión relativa a los
impulsos, inspiraciones y tendencias que continuamente se ofrecen a la elección del hombre, junto con el
tema de la ley de compensación “daban materia sobrada para un libro que podría componer si se me
demandara".
Creo que ha llegado la hora de que el mundo sepa algo más respecto de estas leyes para vivir en
armonía con ellas, como viven los Maestros y los hombres altamente evolucionados de Oriente.
El negociante se ve constantemente en los asuntos de su vida diaria, obligado a decidirse entre dos
planes, proyectos, impulsos, alicientes, ocasiones y tendencias. Puede haber también varios planes,
proyectos o impulsos que soliciten su elección, y asimismo puede verse en la alternativa de escoger entre
dar mayor incremento a una rama de su negocio y restringir las demás. Todos los años ha de resolver el
problema de expansión y restricción, y se encuentra cara a cara con importantes resoluciones que ha de
tomar, porque afectan a la presente y futura situación de su negocio y a su éxito personal.
La mujer en el hogar ha de resolver análogos problemas. Los asuntos e intereses de familia ofrecen
día tras día a su elección diversos impulsos, solicitaciones, alicientes y tentaciones, con más las
perplejidades de los asuntos personales del marido, el cuidado de los hijos y sus propios e íntimos
menesteres.
Los jóvenes de uno y de otro sexo que están ocupados en los negocios y empiezan su carrera, o los
que tratan de establecerse por su cuenta, se ven precisados a tomar, después de examinarse
detenidamente, una determinación, que sin duda ha de influir en el resto de su vida.
También ellos reciben, como todos los demás, los impulsos, alicientes e inspiraciones, y sienten los
anhelos y deseos con aspectos positivo y negativo entre los cuales han de escoger y decidirse.
Al decidirse determinan su suerte, y establecen su destino. La suerte de un día, como la suerte de un
año, puede producir sus afortunados o infortunados resultados que afecten la vida entera de una persona o
las condiciones de un negocio.
Ceder a un impulso o inspiración o aprovechar una oportunidad sin otro motivo que el juicio basado
en el razonamiento analítico, equivale en muchos casos a jugarse a cara o cruz el éxito o el fracaso.
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El razonamiento del hombre no puede trascender las premisas en que se funda, y las premisas en
que se funde el razonamiento analítico de un hombre pueden ser falsas o deficientes, por no incluir el
conocimiento de las externas influencias y de las leyes naturales que rigen su vida y sus negocios.
Según demostrará el sistema expuesto en este libro, hay una periodicidad o ciclo de períodos que
regulan el éxito y el fracaso de todas las cosas, su ascenso y descenso, su flujo y reflujo, su
desenvolvimiento, madurez y decadencia, tanto si se trata de una empresa comercial, como de un viaje,
construcción de una casa o de una fábrica, la compra y venta de mercancías, las enfermedades corporales,
la concepción y desenvolvimiento de un germen, y de todo cuanto pusieron en existencia las leyes
naturales por decreto divino, o por la voluntad del hombre.
Si obramos en armonía con los períodos de nuestra vida personal y con los de cualquier producto de
nuestro pensamiento, lograremos completo éxito mientras que si actuamos en discordancia o con
desconocimiento de dichos períodos, nos acarrearemos pérdidas, fracaso y ruina.
El hombre tiene libre albedrio para escoger, y para optar entre lo justo y lo injusto, el bien y el mal,
y si quiere puede obrar en armonía con la universal ley del ritmo.
Pero a la elección seguirá automáticamente el resultado, en virtud de la ley de compensación.
Quien rectamente escoge y obra en armonía con la ley llega a ser dueño de su destino, mientras que
quien siniestramente escoge y obra en contra de la ley, será esclavo de su mala suerte y víctima de un
destino que imprudentemente determinó.
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CAPÍTULO III
EL RITMO CÓSMICO Y LOS CICLOS DE LA VIDA
Las gentes insensatas no quieren preocuparse de los fenómenos de la vida, porque no pueden
aprender la teoría que los explica.
Con toda la lógica a nuestro servicio podemos discutir desde el punto de vista de las posibilidades
sobre cualquier explicación teórica del ritmo cósmico de que dimanan los diversos ciclos de vida; pero no
podemos negar con la misma lógica los hechos observados.
De la propia suerte que alguien podrá negar la existencia de la electricidad porque nadie conoce
todavía su naturaleza y origen, pero no es posible negar sus manifestaciones en el mundo fenomenal, así
también podemos desconocer las invisibles vibraciones del ritmo cósmico y su división en ciclos
periódicos, pero no podemos negar los fenómenos en que se manifiesta la ley del ritmo con su
periodicidad.
Hay explicaciones que los cientistas calificarán de teóricas, pero que son verdaderas para los
metafísicos, pues revelan las leyes y principios a que están sujetas rítmicamente las vibraciones cósmicas.
Sin embargo, tales explicaciones no son de este lugar, porque pertenecen a las secretas enseñanzas
rosacruces que no es lícito imprimir ni publicar.
Además, dichas explicaciones de nada servirían en esta ocasión, porque como quiera que este libro
esté destinado a mentalidades prácticas, deseosas de conocer un sistema capaz de positiva aplicación sin
necesidad de profundo estudio, prescindo de toda innecesaria especulación sobre las leyes del mundo
espiritual.
Por lo tanto, baste decir que todas las modalidades de energía del universo dimanan de una misma
fuente, y se diferencian por su grado de vibración.
Las vibraciones de las modalidades de energía tienen cierta periodicidad, de dinámica y estática
manifestación, de índole muy semejante a las radiaciones de la antena de una estación radiográfica.
Podemos considerar estas vibraciones de diferentes longitudes de onda, de diversos tonos de
vibración o de diferentes períodos, según nos plazca llamarlo; pero lo cierto es que de los efectos
resultantes de las diferentes ondas de vibración depende la modalidad de todas las energías conocidas y
des-conocidas del universo.
Las vibraciones pueden dividirse en varias octavas de manifestación, y cada octava en muy distintas
modalidades de manifestación en los mundos material y espiritual.
Aun las pocas octavas que abarca la manifestación del sonido, se dividen en numerosas variaciones,
desde las tan bajas que no puede percibirlas el normal oído humano, hasta las tan altas que también son
inaudibles, pero se transmutan en luz o en alguna modalidad mental o metafísica.
La energía eléctrica es otra modalidad del grado periódico de las vibraciones universales, como lo
son asimismo la divina esencia del alma, la fuerza vital del cuerpo orgánico y las leves vibraciones de
vitalidad en los vegetales y minerales.
Además de las citadas manifestaciones de los diversos grados de vibración de la energía cósmica,
vemos que esta energía rige y dirige el rítmico movimiento de todas las cosas del universo, y
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precisamente el movimiento es el principio fundamental de todas las cosas materiales, pues si
elimináramos el movimiento, nada podríamos percibir sensorialmente.
La materia no es más que el resultado del movimiento de los electrones constituyentes de los
átomos, y el movimiento de los electrones es el resultado del impulso que reciben de las rítmicas
pulsaciones de la energía, cósmica.
Según queda dicho, todo cuando hay en el universo, existe y se manifiesta de conformidad con un
ciclo de ritmo propio, y todo cuanto tiene principio u origen y llega a ser una distinta entidad, se
desenvuelve de acuerdo con su peculiar ritmo de progreso.
Quienes conozcan en líneas generales la teoría de la relatividad de Einstein y las explicaciones de la
teórica relación entre el tiempo, el movimiento y el espacio, comprenderán que el tiempo es una
artificiosa relación entre el movimiento y nuestra consciente percepción.
Cuando se demostró que nuestra conciencia necesita por lo menos un octavo de segundo para
percibir una impresión visual, y que esta impresión permanece en la conciencia un dieciseisavo de
segundo después de recibida, fue posible un ciclo de percepción visual de un octavo de segundo, dividido
en dos periodos: uno de un dieciseisavo de segundo para la impresión, y otro también de un dieciseisavo
de segundo para la retención.
Este descubrimiento fue realizado por la que pudiéramos llamar psicología experimental, en unión
de un verdadero análisis meta físico del elemento tiempo en la consciente percepción.
De este metafísico o casi místico análisis derivó la práctica invención del quinetoscopio que poco a
poco fue evolucionando hasta convertirse en el cinematógrafo.
Por el hecho fundamental de que la conciencia vigílica requiere el elemento tiempo para percibir y
transportar sus percepciones a la mente, nos hemos acostumbrado a atribuir un definido período de
duración a la existencia de las cosas, y a establecer inconscientemente un módulo o cómputo del tiempo
para darnos relativa cuenta de la existencia de las cosas.
Los rosacruces, que enseñaron mucho antes que Einstein y sus predecesores los principios de
relatividad y el fundamento de las hipotéticas condiciones llamadas tiempo y espacio, saben que la
conciencia psíquica del hombre no requiere para la percepción el elemento tiempo, como lo requiere la
conciencia física y vigílica; y por tanto, en estado de sueño o en cualquier otro en que actúe la conciencia
psíquica, la percepción y encadenamiento de hechos no requieren el elemento tiempo.
Así es que en el sueño o en cualquier otro estado de conciencia psíquica pueden suceder y
apercibirse los hechos en un segundo; pero cuando se transfieren a la conciencia vigílica, requieren desde
cinco minutos a horas enteras para referirlos. No es raro que al soñar en cosas que el mundo físico
hubieran necesitado una hora o más todavía para suceder, parezca que sucedan instantáneamente o en
pocos momentos.
En efecto, no hay razón alguna para creer que los sucesos en estado psíquico requieran un período
de tiempo superior al que requiere la sucesión de los hechos, tal como los computamos en el mundo
físico.
Más claramente, podemos decir que todo cuanto sucede está asociado por la conciencia física con la
noción del tiempo, puesto que requiere tiempo para que la conciencia física lo perciba.
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Es evidente que no es posible analizar dos cosas a un mismo tiempo, y si queremos conocer dos
cosas coincidentes a un mismo tiempo, sólo es posible examinarlas intermitentemente, dando a cada una
un segundo de tiempo para percibirla.
Así vemos que puede una persona ir leyendo por la calle entre numerosos transeúntes, de modo que
se entere perfectamente de lo que lee y al propio tiempo evite tropiezos con los transeúntes, sin dejar de
desviarse de un lado a otro mientras anda.
Puede fisgarse que es consciente de su marcha y del gobierno de sus pasos, y al propio tiempo que
tiene conciencia de lo que lee; pero en rigor divide la atención entre los pasos que da y el libro que lee.
Esta alternación puede ser tan rápida que parezca coincidente. El encadenamiento de los sucesos no
requiere positivamente la noción de tiempo con que estarnos familiarizados, sino que la requiere nuestra
conciencia de la sucesión de hechos que es siempre relativa e ilusoria, porque no tiene fundamento
cósmico.
La sucesión de hechos se imprime en la conciencia en períodos de tiempo que constituyen ciclos, y
según ya dijimos, cada suceso tiene un ciclo peculiar de nacimiento, culminación, decadencia y extinción.
Estos ciclos constituyen los ritmos dé la vida cuando están asociados a nuestra existencia como
seres humanos, y más vulgarmente se llaman ciclos de adelanto, cuando se relacionan con nuestros
asuntos materiales.
Así cada ser humano tiene un ciclo de vida que se divide en idénticos períodos para todos. El ciclo
principia con nuestro primer aliento y dura aproximadamente unos ciento cuarenta y cuatro años.
Muy pocos completan el ciclo de vida a causa de la violación de las leyes naturales o de su
desordenada conducta.
Los sucesos mundanos tienen dos ciclos: uno mayor y otro menor. El ciclo mayor es un año solar o
aproximadamente 365 días. El ciclo menor es de un día solar o aproximadamente 24 horas.
Otros sucesos de nuestra vida, como las enfermedades y accidentes, tienen también sus ciclos de
diversa duración, según la índole de la cosa, así como también la gestación del embrión humano o de los
animales y la germinación de las semillas en el suelo, tienen sus respectivos ciclos de distinta duración.
Cada ciclo está dividido en períodos de igual longitud, y cada uno de estos períodos produce ciertos
efectos concretos en la cosa sujeta al ciclo.
Se explicará esto en el capítulo siguiente; pero por de pronto lo importante es tener en cuenta que
así como la respiración bajo todas circunstancias y los latidos del corazón y el funcionamiento de los
órganos internos del cuerpo son rítmicos y están sujetos a normales proporciones de periodicidad, cuya
alteración indica claramente al médico una condición anormal, así también todas las cosas de la vida se
mueven rítmicamente, y el natural y normal ritmo de cada cosa en su ciclo respectivo está sintonizado en
armonía con el ritmo cósmico.
Todo lo que tiene un ritmo discorde con el ritmo cósmico es anormal; y por tanto, está en vías de
fracaso y destrucción.
Cuando el hombre está en ritmo con lo Cósmico o en armonía con lo Infinito puede conservar la
salud, mantener sus negocios en progresión creciente y manifestar abundancia, paz y prosperidad.
15
CAPÍTULO IV
PERIODOS DE LOS CICLOS TERRENOS
En el capítulo anterior quedó dicho que así como el ser humano es físicamente una entidad, así cada
suceso y cada cosa creada por la Naturaleza o por el hombre, es una entidad con su peculiar ciclo de
existencia.
Esto se aplica asimismo a las enfermedades y accidentes, porque resultan de las acciones del
hombre y tienen su punto de origen y su ciclo de existencia.
Los ciclos pueden compararse a líneas trazadas desde un punto inicial y continuado hasta alcanzar
determinada longitud. Cada una de estas líneas está dividida en periodos, segmentos, secciones o sectores,
como se les quiera llamar, de la misma longitud.
Cada una de estas divisiones constituye una diferente manifestación del impulso cósmico que
propende al desenvolvimiento de cada cosa.
Los antiguos filósofos aceptaron el postulado de Platón, cuando dijo que en el principio de toda
creación Dios geometriza. Cierto es que cuanto más investigamos el origen y operaciones de las leyes
naturales y espirituales, mayormente descubrimos que el plan de conjunto del universo y el plan
incidental de cada cosa existe en el universo, actúa y se manifiesta de conformidad con los principios de
la geometría.
Así Dios es el gran Arquitecto y matemático, y el hombre apenas comprende el complejo plano de
mecanismos y dispositivos trazados para el movimiento y existencia de todas las cosas.
Nunca podremos conocer acabadamente el origen y el plan del universo de Dios, ni la razón del
matemático encadenamiento de los sucesos; pero por medio de la observación y la experiencia podemos
conocer el efecto de dicho encadenamiento en nuestras vidas.
Dije antes que todo suceso tiene su punto inicial en que comienza una línea de progresión, o sea el
ciclo matemático equivalente a una curva que arranca del origen de un suceso, llega al punto culminante
de la curva en su madurez y declina hasta su extinción.
La frase vulgar: "el curso de los acontecimientos" se funda en la antigua y continúa observación de
que la mayoría de los sucesos denotan un muy claro y definido curso de progresión.
Sin embargo, este hecho no lo han tenido apenas en cuenta en el mundo de los negocios los
negociantes materializados que desdeñaron uno de los más eficaces principios metafísicos, y únicamente
los rosacruces trazan su conducta y sus asuntos cotidianos de acuerdo con la ley matemática de las
progresiones geométricas.
De aquí el secreto de su poder y de su éxito, de su capacidad para ser verdaderos dueños de sí
mismos, en vez de víctimas de lo que se llama suerte.
Los rosacruces comienzan sus estudios por la acabada comprensión de los fundamentales ciclos de
vida, y se familiarizan con la periodicidad de todas las cosas de los reinos mineral, vegetal y animal, hasta
que por último descubren su propia relación con los ciclos cósmicos y con los períodos en que con
mayores probabilidades de éxito pueden actuar.
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Por esta razón lograron los rosacruces en los siglos pasados el título de Maestros, porque son
maestros y dueños de sí mismos y de sus negocios.
Podemos equiparar la línea que representa el progresivo curso de los sucesos de la vida, a la línea
que el capitán de un buque traza en su carta dé navegar cuando zarpa de Nueva York con rumbo a
Liverpool.
La línea trazada en la carta puede computarse en millas representativas del espacio, o en siete días
de navegación, representativos del tiempo.
En este último caso podemos decir que el ciclo de la travesía o progresión del viaje es de siete días,
divididos en períodos de un día.
El primer período de un día comienza en el mismo instante en que el buque zarpa del muelle. El
segundo período comienza al cabo de veinticuatro horas, y en el mismo orden se suceden los demás
períodos.
Así pues, el viaje es un ciclo de siete períodos, y en consecuencia la periodicidad del ciclo es de
siete períodos de un día y cada uno de estos días producirá un efecto distinto en los sucesos del viaje.
El primer día puede estar el mar alborotado con viento borrascoso. El segundo día puede estar el
mar en calma, y navegar el buque en favorables condiciones para acelerar la marcha y recuperar el tiempo
perdido el primer día.
El tercer día puede no sólo estar el mar tranquilo sino hacer un tiempo hermoso que permita
disfrutar a los pasajeros del encanto del viaje y facilite la rápida marcha del buque. El cuarto día puede
estar el mar tranquilo, pero con viento de proa que retarde la marcha del buque; y en los demás días
pueden sobrevenir diferentes efectos.
Si el capitán y los pasajeros conocen la periodicidad de su viaje, se prepararán para eventuales
sucesos, y en vez de ser víctimas de la llamada suerte, estarán prevenidos y dispuestos a dominar las
condiciones y circunstancias.
El viaje de la vida es muy parecido a un viaje por mar, y cada vida comienza en un punto algo
diferente.
La observación reveló hace mucho tiempo que la vida del hombre está dividida en períodos como
los días de una travesía trasatlántica, con definidos sucesos en cada período.
La mayoría de las gentes no se dan cuenta de estos períodos y mucho menos de los sucesos que
pueden ocurrir en cada uno de ellos, por lo que les pillan desprevenidos y tropiezan con mil dificultades
para resolver los problemas de la vida, por desconocer los momentos propicios para el éxito en cada
período.
El curso de los negocios de toda índole, tanto la fabricación como la venta de mercancías, tiene una
definida serie de ciclos de un año, que comienza el día de la apertura del negocio o del cambio de dueño,
y cada uno de estos ciclos de un año está dividido en segmentos de determinada longitud en los que,
seguramente, se han de presentar ciertas tendencias, condiciones y circunstancias que arriesgan ser
adversas por desconocimiento o incomprensión, y muy favorables si se las conoce y se obtiene el mejor
partido posible de ellas.
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Así vemos que los ciclos de vida constituyen un mapa geométrico o esquema matemático en que
podemos trazar con toda seguridad el curso de nuestra vida y las externas influencias, para a provecharnos
de ellas por el conocimiento o ser sus víctimas por la ignorancia. En el primer caso seremos dueños de
nuestro destino. En el segundo, víctimas de la fatalidad.
18
CAPÍTULO V
PERIODOS DEL CICLO No. 1 O DE LA VIDA HUMANA
Uno de los más sencillos y notorios ciclos de la vida humana es el que los antiguos observaron y
muy luego supieron emplear como base de varios de sus matemáticos y geométricos planes de las
actividades de la vida.
Según este primario ciclo, la vida humana se divide en una serie de períodos de siete años cada uno.
Como ejemplo de la manifestación de este primario ciclo, pero no para considerarlo como parte del
sistema que más adelante explicaremos, diremos que fácilmente podemos observar los definidos efectos
que en nuestra vida producen cada uno de los períodos de siete años.
El primer septenio es el período de la primera infancia, cuando se echan los cimientos de nuestra
educación y cultura. Es el período en que nos relacionamos con el mundo exterior y comenzamos a
percibirlo. En este período aprendemos a andar y hablar, a regir nuestro cuerpo y relacionarnos con
nuestro ambiente material.
El segundo septenio es el período de la segunda infancia, que abarca desde los siete a los catorce
años, y durante él ocurren ciertos cambios en el desenvolvimiento físico, mientras que son secundarios los
que experimenta la naturaleza mental.
Poco antes del término del segundo período sobrevienen los importantes cambios de carácter sexual
que predisponen al individuo al tercer período; pero si dichos cambios no se experimentan poco antes de
terminar el secundo período, tendremos que el individuo es fisiológica y psicológicamente subnormal, de
modo que tanto la fisiología como la psicología no ha actuado conscientemente en este segundo período
del ciclo de la vida. En el tercer septenio, que comprende de los catorce a los veintiún años, los cambios
fisiológicos y mentales quedan en lugar secundario y predomina el aspecto psíquico de la naturaleza
humana. Entonces apunta el sentido de responsabilidad que da carácter, equilibrio y dignidad al
individuo.
En este período alcanza el individuo aquel grado de desenvolvimiento físico, mental y psíquico que
le capacita para el ejercicio de todos sus derechos y el cumplimiento de todos sus deberes cívicos,
políticos y morales. Quien no alcanza este grado antes de los veintiún años de edad, es un subnormal
rezagado en el camino.
Durante el cuarto septenio, de los veintiuno a los veintiocho años, se enfoca el desenvolvimiento en
el aspecto emocional de la naturaleza humana; se convierte en llama la chispa emocional que brotó en el
anterior período. En este cuarto período el individuo acrecienta su sentido de responsabilidad es más
gravé y formal, y despierta las antes dormidas facultades de intuición, telepatía, psicometría, con más
vivo interés por la música, el arte, el lenguaje y las cosas superiores y religiosas de la vida.
La carencia de cualquier manifestación en el desenvolvimiento de dichas cualidades denotará que el
individuo es subnormal.
Durante el quinto septenio, de los veintiocho a los treinta y cinco años, se activa el progreso mental
con mayor aptitud para forjar y visualizar imágenes mentales, concebir ideas y armonizarse con la
Conciencia Cósmica y las normas éticas de conducta. Durante este período lograron sus mayores éxitos
los inventores; los negociantes y financieros alcanzaron su máximo grado de actividad; y los demás
eminentes filósofos y místicos recibieron de pronto la iluminación cósmica o sea que se armonizaron
19
completamente con la Conciencia Cósmica, y comenzaron su misión mundial o escribieron sus mejores
obras.
En el sexto septenio, de los treinta y cinco a los cuarenta y dos años, se halla el individuo en una
etapa de desenvolvimiento en que le acosa el deseo de inquirir, investigar y conocer los ocultos hechos de
la vida. Le acomete una inquietud y desazón que le disgustan de las monótonas satisfacciones egoístas, y
le mueven con humanitaria y fraternal emoción a compartir lo suyo con los demás. Y si sólo dispone de
tiempo y erudición que compartir, anhela saber más para divulgarlo en beneficio de las gentes.
Durante este período distribuyen los multimillonarios sus riquezas adquiridas o heredadas, para
fundar bibliotecas, escuelas, colegios y universidades, subvencionar expediciones científicas y contribuir
de uno u otro modo al adelanto de las ciencias y de su aplicación a las artes.
Es el período en que culminan los precedentes y en que el individuo siente la necesidad de devolver
a lo Cósmico y a sus semejantes parte de los beneficios recibidos y disfrutados.
En el séptimo septenio, de los cuarenta y dos a los cuarenta y nueve anos, el deseo de meditar,
discurrir y filosofar sosegadamente, altera el carácter del individuo que se desenvuelve con vigor
suficiente para convertirlo en otro con nuevos deseos, nuevas esperanzas, nuevos puntos de vista de la
vida y un nuevo ideal por el qué trabajar. La mentalidad se encamina más resueltamente que hacia los
negocios, hacia la religión y la filosofía y a las humanitarias actividades que dan consuelo y paz, y que
auxilian e infunden aliento, salud y dicha al desvalido, fracasado, abatido y desconsolado.
Tan seguramente influye este período en la vida de la mayoría de individuos, que con facilidad cabe
juzgar de la edad de un eminente personaje al observar sus costumbres y la tónica de sus pensamientos,
aunque se hallen en muy moderadas circunstancias y se contraigan al deseo de ser capaces de poner en
práctica lo que proyectan en su mente y anhelan en su ánimo.
En el octavo septenio, de los cuarenta y nueve a cincuenta y seis años notamos una más señalada
tendencia al apartamiento de toda ambición egoísta, a que acompaña la debilitación de la vitalidad y del
esfuerzo físico, compensada por una mayor armonía de las naturalezas física y mental.
El péndulo comienza a vacilar entre la reconstitución de un ser físico, y la de un ser espiritual. Por
esta razón el cuerpo físico va perdiendo su poder de combatir la enfermedad y de sobreponerse a las
consecuencias de un accidente y al menoscabo de la vitalidad.
Las estadísticas trazadas por las compañías de seguros sobre la vida y por las oficinas del gobierno,
demuestran claramente los notables cambios que experimenta el cuerpo físico durante este período y el
precedente, cuando el péndulo empieza a oscilar entre lo físico y lo espiritual.
En el noveno septenio, de los cincuenta y seis a los sesenta y tres años, prosiguen las condiciones
del período anterior, pero acompañadas de la debilitación de las facultades intelectuales y de las fuerzas
físicas, de modo que se intensifican los aspectos psíquico y espiritual del individuo, de conformidad con
la índole del ciclo de progresión, porque el hombre ha nacido para ser una alma viviente y no tan sólo un
animado cuerpo físico, y así es que desde el nacimiento, evoluciona período tras período, de un ser físico
a un ser espiritual, y se acerca cada vez más al inevitable propósito de su existencia.
Los restantes períodos de siete años o septenios contribuyen al desenvolvimiento espiritual y a la
gradativa debilitación del cuerpo físico. El ciclo termina aproximadamente a los ciento cuarenta y cuatro
años para armonizar con otros ciclos y otros períodos de que se hablará más adelante.
20
En el descrito ciclo de vida de períodos de siete años vemos un ritmo de vida general para todo ser
humano, de conformidad con un plan matemático o geométrico que resulta incomprensible a menos que
estudiemos todas las leyes cósmicas y conozcamos, como conocen los rosacruces en sus superiores
enseñanzas, el plan universal del ritmo cósmico.
Cabe preguntar: “Si dicho ciclo es el mismo para todos los seres humanos ¿producirá los mismos
efectos en los individuos salvajes que en los civilizados?" A esta pregunta sólo podemos responder
diciendo que la observación ha demostrado que el ciclo manifiesta sus efectos en cada ser humano, según
su adelanto en los ciclos mayores de la vida universal; es decir, que los efectos en cada vida individual
son proporcionales al estado de evolución o desenvolvimiento del individuo.
Tanto si uno cree como no cree en la doctrina de la reencarnación, no es posible negar los efectos de
la hereditaria evolución o los evolucionarlos efectos de sucesivas generaciones.
Cada generación de seres humanos normalmente constituidos acrecienta su grado de susceptibilidad
a las influencias de los ciclos de vida; pero esta influencia en el salvaje no irá más allá de lo que consienta
la etapa de evolución en que se halle, o sea según el adelanto que haya hecho en los superiores ciclos de
la vida universal.
En menor grado hay también notable variación de los efectos del ciclo de vida en individuos
pertenecientes a una misma nación civilizada.
Por ejemplo, en los Estados Unidos hay individuos que denotan mayormente que otros, los efectos
de los períodos del ciclo en su vida, porque unos están más adelantados que otros en la evolución de la
vida universal.
Podemos comparar los septenios del ciclo con las notas de la octava en un piano. Cada octava tiene
sus notas separadas en definidos períodos o tónicas de vibración, y los períodos de una octava son
idénticos a, los de cualquiera otra. Así cabe decir que el salvaje pasa por un ciclo de vida comparable a
una octava inferior del piano, y no puede manifestar la misma sintonización con las vibraciones
armónicas que manifiesta el hombre civilizado que pasa por una octava superior.
Según la doctrina de la reencarnación y según también la teoría de la evolución del carácter y la
personalidad, cada ser humano pasa por sucesivos ciclos de vida, semejantes a las varias octavas de un
piano.
No tenemos conciencia de la octava inferior de los ciclos de vida, ni tampoco de lo qué puede ser la
superior o la definitiva, si la hay, porque la vida es de por sí continua, inmortal y no puede tener principio
ni fin.
Además, si intentamos pensar en el principio y el fin de los ciclos de vida, reducimos nuestra
comprensión a la conciencia del tiempo, que es un concepto relativo a lo finito y no a lo infinito, según
dijimos en el capítulo anterior.
21
CAPÍTULO VI
COMPLEJO CICLO DE LA VIDA HUMANA
En el capítulo anterior he bosquejado el cicle de vida de cada ser humano, que abarca
aproximadamente 144 años, divididos en períodos de siete años. Ahora hemos de considerar otro ciclo
que designaremos con el número 2. Es el ciclo anual referente a nuestros personales asuntos mundanos.
Este ciclo abarca 365 días, y se renueva en iguales términos el día de nuestro cumpleaños. Por lo
tanto, la duración de este ciclo es de fecha de nacimiento a fecha de nacimiento. Se divide en siete
períodos de 52 días, 3 horas. 25 minutos y 42 segundos aproximadamente, o sea 52 días y 1/7 de día.
Durante estos períodos las condiciones son favorables o adversas en lo que deseamos y debemos hacer en
el transcurso de nuestra existencia terrena.
El ciclo número 2 es algo complicado, pero con auxilio de las tablas e ilustraciones expuestas en
este capítulo, se comprenderá sin dificultad y podrá emplearse en el logro del dominio de sí mismo.
El ciclo número 2 no tiene nada que ver con el año del calendario que principia en 1 de enero y
termina el 31 de diciembre, sino que, según queda dicho, abarca de cumpleaños a cumpleaños, lo cual
significa que cada individuo tiene su propio y peculiar siclo.
Únicamente podrán tener un mismo ciclo quienes hayan nacido en el mismo día. El que haya
nacido, por ejemplo, el 20 de marzo, tendrá un ciclo anual que terminará todos los años el 19 de marzo; y
el que nació el 2 de junio tendrá un ciclo que terminará el 1° de junio del siguiente año. Se ha de tener
muy en cuenta esta circunstancia para no confundir el ciclo con el año civil que va de enero a enero, ni
tampoco con los períodos astrológicos que comienzan y terminan del 21 al 22 de cada mes.
Por lo tanto, el ciclo anual se ha de dividir en siete períodos de aproximadamente 52 días cada uno.
El que, por ejemplo, haya nacido el 20 de marzo, habrá de contar desde este día exclusive 52 días, y
después otros 52 y así sucesivamente. Lo mismo el que nació el 2 de junio o. cualquier otro día.
Para facilitar el cómputo de estos períodos, acompaña al texto un calendario de los 365 días del año,
que basta para emplearlo en cualquier año, sea ordinario o bisiesto. Los días de cada mes siguen a
continuación del nombre, con objeto de computar fácilmente los periodos de 52 días del ciclo personal o
ciclo número dos
TABLA A
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Ejemplo: Si una persona nació el 25 de noviembre, su siclo anual comenzará este mismo día
inclusive, y terminará el 24 de noviembre del siguiente año civil.
Para computar los períodos se cuentan los cinco días que faltan de noviembre, los 31 de diciembre y
16 días de enero, y tendremos: 5+31+16=52.
Por lo tanto, para una persona nacida el 25 de noviembre, los siete períodos de su ciclo anual están
expresados en la siguiente tabla:
TABLA B
Se puede emplear indistintamente cualquiera de ambos procedimientos tróficos de tabulación.
Sin embargo, estas fechas son aproximadas, pues prescindimos de las horas, minutos y segundos
que forman la fracción de 1/7 de día correspondiente a cada periodo; pero esta leve diferencia no tiene
importancia en la aplicación del sistema. Lo importante es anotar en un papel, convenientemente
enumerados los siete períodos del ciclo anual en una de ambas formas expuestas en la tabla, y no
confundirlos con los siete períodos del ciclo de vida número 1 descritos en el capítulo anterior.
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Cada uno de los períodos del ciclo número 2 contiene oportunidades, alicientes, condiciones e
influencias cósmicas que producen sutiles efectos en el éxito o fracaso, fortaleza o debilidad, júbilo o
tristeza en los asuntos personales, según podemos describir de la manera siguiente:
PERÍODOS DEL CICLO No 2 O CICLO PERSONAL
1º PERÍODO
En este período de 52 días debe el individuo emplear todas sus potencias y facultades en el fomento
de sus propios intereses apoyándose en personas influyentes.
Es el período más a propósito para solicitar favores, buscar colocación, constituir sociedades
mercantiles, invertir capitales, recabar concesiones especiales, ventilación de pleitos y obtención de
préstamos.
Es un período favorable para recabar la ayuda y protección de los personajes que desempeñan altos
cargos, como gobernadores, jueces, magistrados, senadores y financieros, o lograr documentos de
importancia retenidos en poder de otra persona.
Asimismo es un período favorable para alcanzar popularidad y cimentar crédito y fama por medio
de los periódicos y de los personajes influyentes, procediendo siempre con tanto discernimiento como
determinación, pues todas las vibraciones cósmicas alientan y ayudan al individuo en cuanto concierne a
su fama, reputación, honra e integridad en el mundo social.
2º PERÍODO
Es diferente del anterior y se distingue por ser el más a propósito para los viajes por mar o por tierra
de corta duración y de inmediata importancia: para mudar de residencia, de colocación o de negocio, y
para toda clase de cambios, traslados y mudanzas que dependan del individuo.
En el terreno de los negocios será este período muy favorable para las actividades relacionadas con
las cosas movibles, como la carga y flete de los buques, la industria de transportes, el negocio de
automóviles, los cines, teatros, conferencias públicas y demás cosas de esta índole.
Por extraño que parezca, también este segundo período es favorable para cuantos negocian en
productos químicos, vinos, licores, leche, aguas minerales, fuerza hidráulica, petróleo, gasolina y otras
cosas de naturaleza líquida.
Asimismo conviene relacionarse con quienes tengan negocio en cualquiera de los artículos antes
mencionados.
Por el contrario, no se ha de intentar durante este período cambio alguno en los negocios ya
corrientes ni se espere consolidar nada que se muda o cambie.
La mudanza de casa puede ser beneficiosa durante este período; pero la compra de una nueva casa
arriesga resultar en un futuro cambio, porque no son permanentes los cambios efectuados durante este
período.
Por lo tanto, todas las cosas que se hagan se han de comenzar dentro del período, y acabarlas en el
mismo o poco después, sin dejarlas para más adelante.
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También es favorable para los hoteles, fondas, posadas, restaurantes, bares y cafés; para contratar
nuevos empleados, dependientes y sirvientes; para iniciar la realización de un proyecto agrícola; pero no
se han de firmar contratos, pólizas, escrituras ni documentos, alguno que estipule obligaciones
permanentes o durante un número de años. Tampoco es período favorable para prestar ni emprestar dinero
ni para construir edificios, iniciar un negocio en sociedad que haya de durar cierto número de años y
aventurarse en operaciones de banca y bolsa a plazo ni probar suerte en juegos de azar.
3º PERÍODO
Este período puede ser favorable o adverso según se apliquen las fuerzas cósmicas y el
discernimiento y discreción del individuo, que se ve impedido a acometer grandes empresas, pues la
ardiente energía que durante este período circula por el organismo humano, pugna por manifestarse en
diversos sentidos.
Si se dirige acertadamente esta energía, puede ser el tercer período el más favorable del año para
establecer un negocio y llevar a cabo todo cuanto requiera mucha energía y esfuerzo físico, aguante,
vitalidad, determinación y perseverancia.
Por el contrario, si se malgasta la energía o se aplica sin discernimiento ni juicio, tardarán mucho
tiempo en llevarse a cabo las empresas que se acometan, aunque mucho pudiera realizarse si se
aprovechara la energía deseosa de expresión.
Es un período muy a propósito para vencer los obstáculos que en los anteriores períodos
entorpecían el adelanto por falta de la energía y esfuerzo necesario para vencerlos, así como también
favorece todo negocio que se haya de establecer súbitamente y requiera continuado impulso durante un
par de meses.
Es un período de favorable oportunidad para todo cuanto se refiera al ejército y a la marina, a la
ingeniería militar, a las provisiones de boca y guerra, a las industrias metalúrgicas, siderúrgicas y
eléctricas, altos hornos y todo lo que requiera fuerza muscular y extrema energía vital.
Asimismo favorece este período la lucha con rivales, competidores y adversarios que hasta entonces
fueron un obstáculo en el camino, pero no es oportuno andar con transacciones, componendas, contratos
ni documentos, sino pelear enérgica y persistentemente con la reformada acción contra los enemigos y los
obstáculos.
Conviene tener muy en cuenta que es un período desfavorable para tratar con mujeres, y en cambio
es muy a propósito para que las mujeres recaben en cuestiones de negocio algún favor de los hombres.
Durante este período se suscitan muchas con-tiendas, pleitos y desavenencias en asuntos de
negocios, y se han de evitar porque no hay probabilidades de que se resuelvan en favor del que los
promueva.
También es un período favorable para los viajantes de comercio, los conferenciantes y todos los que
han de usar de la palabra y de argumentos enérgicos para convencer.
4º PERÍODO
Es muy diferente del anterior, porque las energías cósmicas influyen poderosamente y vigorizan los
aspectos mental, nervioso y psíquico de la naturaleza, más bien que el aspecto físico.
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Es un excelente período para las tareas intelectuales, composición de libros, dramas y comedias,
trazado de planes y proyectos y todo cuanto requiera agilidad mental, fluidez de palabra y extraordinaria
capacidad para la expresión del pensamiento, pues parece como si la mente estuviese repleta de nuevos
pensamientos, de nuevas ideas y de fáciles contactos con la Mente cósmica.
Incidentalmente se ha observado que como la mente en este período es muy fértil y sensitiva, fluyen
con suma rapidez en la conciencia mental las ideas, impulsos y excitaciones, y para aprovecharles debe el
individuo actuar bajo el impulso recibido y poner en práctica inmediata las ideas concebidas antes de que
otras las disipen.
Por lo tanto, es un período a propósito para actuar por impulsos intuitivos o corazonadas. El
individuo se muestra optimista, y a causa de la actividad mental algo inquieto y nervioso, con la
imaginación febrilmente excitada.
Es un período favorable para tratar con literatos, periodistas, escritores, taquígrafos, grabadores,
artistas y cuantos cuya labor es ante todo intelectual y de rápida expresión. Durante este período, los
artistas están más inspirados y más activos en su labor.
Sin embargo, conviene advertir que en este período se expone el individuo a recibir muchos
desengaños respecto de la opinión que tenía formada de ciertas personas, y así debe examinar con sumo
cuidado, cuanto oiga y lea antes de aceptarlo, pues el error en este período se expresa de palabra o por
escrita tan elocuentemente como la verdad, y es tan fácil como frecuente equivocarse. Así es que se han
de vigilar en este tiempo las falsificaciones de documentos, monedas y billetes.
La mayor parte de las pérdidas ocasionadas por robo, estafa o timo ocurren en este período, por lo
que se han de intensificar las precauciones para impedir estos percances.
Es un período favorable para el estudio y adquisición de especiales conocimientos y estimular la
agilidad de mente y de palabra; pero no es a propósito para contraer matrimonio ni para admitir sirvientes
ni regresar de un largo viaje ni concertar negocios ni comprar fincas rústicas o urbanas.
5º PERÍODO
Es el de mayor éxito del año, respecto de los asuntos personales de cada cual. Durante estos 52 días,
los cósmicos impulsos y tendencias llevan a gozoso y feliz término las tareas en que hemos estado
trabajando y los proyectos que trazamos y pusimos en acción. Nuestros asuntos personales prosperan y
acuden a la mente superiores ideas de cortesía, religión, ciencia y derecho, con tendencia al buen
compañerismo, sociabilidad, benevolencia, honradez y simpatía.
Es un período a propósito para tratar con jueces, abogados, funcionarios oficiales, clérigos,
médicos, comerciantes y millonarios; para emprender largos viajes en contraposición de los viajes cortos
del segundo período; para renovar o iniciar el interés en los estudios filosóficos y metafísicos; preparar
discursos y alegatos jurídicos, cobrar deudas pendientes, y hacer operaciones de compra-venta con lícita
especulación. En una palabra, es un período propicio para todo aquello cuyo éxito requiera favorable
influencia.
Sin embargo, se exponen al fracaso durante este período los negocios sucios, la compra y venta de
ganado, las operaciones con productos de carne en grande escala y los negocios marítimos.
6º PERÍODO
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Podríamos llamarlo el período festivo del año, el más adecuado al recreo, diversiones,
entretenimientos y asuetos.
Sin embargo, no por ello dejarán de prosperar los negocios ni han de restringirse los ordinarios
asuntos de la vida, pues todo lo bueno y legítimo proseguirá con el mismo éxito que ,en el período
precedente, aunque es el tiempo más a propósito para tratar determinados asuntos con mayor intensidad
que en otros períodos, como, por ejemplo, las visitas de amistad, las reuniones de confianza, y el trato
entre hombres y mujeres sobre las cosas trascendentales de la vida, entre ellas el arte, la música, la poesía,
la pintura y la escultura, los atavíos personales, flores y perfumes.
Análogamente al tercer período es el sexto muy a propósito para buscar recomendaciones, solicitar
empleos, recabar favores, concertar negocios, obtener la cooperación de las mujeres, ultimar las
transacciones de índole especulativa, comprar acciones y obligaciones y contratar dependientes y
servidores.
7º PERIODO
Es el crítico y disruptivo período de cada año. Tengo la seguridad de que después de bosquejar el
individuo el ciclo anual de su vida, si al cabo de diez años echa una mirada retrospectiva para observar lo
que le ocurrió en el último período de cada año, se convencerá de que, en efecto, es el más crítico. Es el
período en que la devolución precede a la evolución y en que la ruina antecede a la reconstrucción, como
una casa que se destruye ladrillo por ladrillo para volver a construirla.
En un sentido es un período disruptivo y en otro sentido es la primera etapa de la reconstrucción.
Por esta circunstancia conviene aprovecharse de la natural tendencia de este período y al propio tiempo
procurar que no se extralimite esta tendencia, o por engaño en el trabajo contrariarla en vez de cooperar
con ella.
Si un negocio o cualquier otro asunto se ha desarrollado lánguidamente con indicios de fracaso, en
este período es más probable que fracase, como fracasaran todas las cosas que durante el año se
mantuvieron prendidas con alfileres; pero si se quiere evitar el fracaso, debe tenerse mucho cuidado en no
hacer nada que arriesgue precipitarlo.
El individuo está durante este período muy propenso al desaliento y pesimismo; y conviene ir con
mucho cuidado en este punto, porque tal disposición de ánimo influiría siniestramente en los negocios y
en los asuntos personales con desastrosos resultados.
Las influencias durante este período son sutilísimas y se han de analizar muy detenidamente antes
de aplicarlas.
Dijimos que durante el cuarto período, se han de aceptar y aplicar inmediatamente las inspiraciones,
ideas e impulsos determinados por las influencias cósmicas; pero en este séptimo período se procede a la
inversa, porque funestísima sería la impulsividad.
Si el asunto o negocio admite demora y la realización de las ideas, planes o proyectos puede
diferirse hasta el primero o segundo período del siguiente ciclo anual, tendrán probabilidades de éxito.
El séptimo período es muy a propósito para tratar con personas de edad madura, jueces, árbitros o
con quienes hayan de dictaminar en litigios que requieran larga y profunda consideración. También es un
período favorable para todo cuanto se refiere a invenciones, patentes, marcas de fábrica, compraventa de
fincas rústicas, negocio de minas y minerales, de productos agrícolas, y de lo que esté en el subsuelo o en
extraviados lugares.
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En cambio, es el más adverso período del año para establecer o renovar un negocio o hacer nuevos
gastos que no sean indispensables; para viajes cortos o largos, marítimos o de los terrestres, a menos que
sus efectos hayan de recaer en un subsiguiente período.
Tales son los siete períodos del ciclo número 2. Las influencias dominantes en cada uno de ellos
pueden no empezar precisamente el primer día del período ni cesar el último, pues posible es que
comiencen algunos días antes del primero del período y subsistan durante unos días del período siguiente.
Por esta razón no tiene importancia la hora del día en que comienza cada período.
El único medio de aprovechar las mejores influencias del período es abstenerse el primero y último
día de todo lo de índole definidamente peculiar de aquel período, porque en ambos días subsisten
influencias respectivamente propias de los períodos anterior y siguiente.
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CAPÍTULO VII
PERÍODOS DEL CICLO Nº 3 O DE LOS NEGOCIOS
Quedó expuesto en capítulos anteriores que todas las cosas que tienen principio en el terreno plan
de existencia comienzan su curso de conformidad con un ciclo de progresión, así como la vida humana da
comienzo a un ciclo en el nacimiento.
Así como la duración de estos ciclos depende de muchas circunstancias, y así también como el ciclo
de la vida humana puede durar un mes, un año, treinta u ochenta o más años, de la propia, suerte un
establecimiento, institución, sociedad o entidad mercantil o industrial puede tener una vida de actividad
que abarque un mes, un año o veinte años. Mientras exista se ajustará a un ciclo de progresión tan
definido como el de la vida humana.
Por ejemplo, si varios negociantes constituyen hoy mismo por escritura pública una sociedad,
compañía o razón social para dedicarse con tal o cual denominación a tal o cual negocio, la nueva razón
social nacerá y conservará su vida hoy mismo, al firmarse la escritura, de la propia suerte que el ser
humano comienza la carrera de su vida el día en que nace a este mundo.
Toda razón social, toda firma, toda casa empezó sus operaciones, firmó la escritura de constitución
o inauguró su establecimiento en determinado día del año. Aunque nada tiene que ver con el llamado año
económico.
Muchas razones sociales que comenzaron su carrera en junio, julio o agosto, han establecido su año
económico con relación al fisco, de septiembre a septiembre o de enero a enero, y si se empleara el
principio del año fiscal como fecha de nacimiento de la razón social, resultaría equivocada la división en
períodos.
Sin embargo, no es absolutamente necesario conocer la fecha exacta de la inauguración del
establecimiento o de la firma de la escritura. Basta que sea aproximada, pues una diferencia de dos o tres
días no alterará los resultados.
Para determinar el verdadero nacimiento de una razón social se han de tener muy en cuenta los
siguientes puntos: El día en que quedó registrada oficialmente la nueva razón social, no es tan importante
como el día en que comenzaron sus operaciones con el público, y a su vez este día no es tan adecuado
para servir de fecha de nacimiento como el día en que se firmó la escritura de constitución.
En negocios de menor cuantía podrá fijarse el nacimiento en el día en que terminó la instalación de
la tienda o el taller y se abrieron solemnemente, al servicio público.
Cuando se trata del cambio de dueño y de nombré de un negocio por venta, cesión o traspaso, se ha
de considerar fecha de nacimiento el día en que comienza las operaciones el nuevo propietario o la nueva
razón social, prescindiendo del mucho o poco tiempo que haya funcionado la razón antecesora.
Así vemos que algún tanto se ha de reflexionar para la determinación aproximada del día del
nacimiento.
Al hablar de negocio, no nos referimos exclusivamente a los establecimientos de comercio al por
menor o de talleres modestos, sino también a los almacenes al por mayor, las vastas fábricas y talleres,
profesiones, oficios, empleos y a toda actividad cuyo fin sea obtener la legítima ganancia del trabajo. Así
debe y puede determinarse la fecha de nacimiento de un bufete de abogado, de una clínica de médico, de
un consultorio administrativo, de un establecimiento de enseñanza, de una orquesta sinfónica, de un taller
29
de pintura o de escultura, de una sociedad cultural o recreativa, de un ateneo, de una agencia de negocios,
de cualquier actividad de negocios.
Determinada la fecha del nacimiento se procede a dividir el ciclo en períodos análogos al del ciclo
personal o ciclo número 2; esto es, se anotan en una cuartilla de papel los períodos de 52 días cada uno a
contar de la fecha del nacimiento.
Supongamos que dos o tres industriales se asocian para instalar un taller de maquinaria. Este
negocio nació el día en que los socios aportaron su parte de capital y firmaron la escritura de constitución.
Si suponemos que el día de la firma fue el 3 de junio de 1014, tendremos que el 3 de junio de cada año
será el aniversario de la constitución de la sociedad. A partir del 3 de junio contaremos 52 días y
tendremos el primer período que terminará el 25 de julio. Desde esta fecha se cuentan otros 52 días que
constituirán el segundo período, y así se va contando sucesivamente de 52 en 52 días hasta dividir el ciclo
anual en siete períodos.
En cada uno de estos siete períodos las influencias cósmicas pueden determinar impulsos,
tendencias condiciones y circunstancias que afecten al negocio como si fuese una entidad humana, puesto
que la marcha del negocio depende de las acciones y reacciones de la naturaleza humana por parte del
público y de los directores del negocio, que necesariamente han de experimentar la influencia de los
impulsos, excitaciones y tendencias de la compleja condición humana que en el interviene.
Esta circunstancia nos permite analizar la marcha de un negocio y descubrir que tiene períodos
favorables y adversos, durante los cuales se puede mantener, alterar y fomentar.
Analicemos brevemente lo que corresponde a cada período del ciclo número 3 o ciclo de los
negocios.
1º. PERÍODO
Durante los 52 días del primer período del ciclo número 3 o ciclo de los negocios, que principia el
día del nacimiento y abarca los cincuenta y dos siguientes, el negocio prosperara si se emplean los medios
que estimulen la buena voluntad y preferencia del público, pues no es un período tan a propósito para
compras y devolución de préstamos como para aquistarse el favor, la aprobación y la confianza de las
gentes.
Es el período conveniente para solicitar avales y endosos de personas y establecimientos con
quienes eventualmente hacer ulteriores operaciones, así como también es muy favorable periodo para la
profusa publicidad del negocio, no tanto con el intento de acrecentar la venta, como con el de cimentar o
vigorizar el prestigio y crédito público del establecimiento.
Es el período más oportuno para enviar viajantes, nombrar representantes, y que uno de los socios
de la firma vaya a visitar personalmente a los primates del mundo social, político, financiero y recabe su
poderoso auxilio. Por esta razón es un excelente período para tratar con los funcionarios del gobierno,
magistrados, senadores y diputados de quienes se espera o necesita obtener algún favor. En resumen, el
pensamiento del dueño o de los socios del negocio no ha de cifrarse en las ganancias, sino en la fama,
reputación y prestigio del establecimiento.
2º PERÍODO
Es muy propicio para efectuar importantes cambios temporáneos en los altos empleados,
modificaciones en la práctica del negocio, colocaciones temporeras y ensayos breves de planes y
proposiciones.
30
Por otra parte, es muy favorable período para estipular nuevos contratos y proyectos de concreta
índole, con tal que se formalicen debidamente en escritura pública, pues las estipulaciones de pura palabra
son en este período muy propenso a que se las lleve el viento.
Es muy buen período para contraer amistades comerciales y adquirir nuevos clientes.
3º PERÍODO
Tiene por característica un vigoroso poder constructivo, y durante este período se ha de llevar hasta
el último extremo toda oferta comercial; se han de aprovechar todos los medios y facilidades de fabricar,
producir, vender, anunciar, fomentar y extender el negocio; y se ha de trazar, un plan, para el cobro de
cuentas por medio de cobradores o de letras.
Pero no es período a propósito para promover pleitos ni entablar cuestiones judiciales con los
adversarios o competidores, a no ser que el asunto sea de mayor cuantía y requiera desplegar enérgicos
esfuerzos en defensa de un legítimo derecho.
Durante este período se han de tomar especiales precauciones contra los posibles accidentes que
arriesguen provocar la ira, el furor y el odio de los adversarios, que intentaran perjudicar en su hacienda y
en su honra a sus afortunados competidores en el negocio. Asimismo han de asegurarse contra incendios,
explosiones y toda clase de siniestros los almacenes, fábricas, muebles, máquinas y todo lo concerniente
al negocio.
Es un buen período para negocios relacionados con el ejército y la marina, con maquinaria,
ingeniería y municiones, o con casas que se dediquen a estos negocios.
4º PERÍODO
Es el más a propósito para emprender una campaña de publicidad, ya por medio de anuncios
difundidos por todo el país, ya por circulares o prospectos que se contraigan a solicitar clientes en menos
radio de acción.
También tendrá mayores probabilidades de éxito durante este período todo proyecto, plan o sistema
trazado para fomentar el negocio y todo nuevo contrato o estipulación.
Asimismo es un excelente período para tratar con diplomáticos, periodistas, árbitros y cuantos
puedan con su talento escribir o publicar algo en favor de los intereses del establecimiento. En cambio se
ha de ir con mucho cuidado contra los engaños de palabra o por escrito de los timadores y estafadores que
podrían proponer negocios al parecer muy ventajosos, pero que conducirían al fracaso.
5º PERÍODO
Es un período de prosperidad y de éxito financiero, muy a propósito para obtener inversión de
fondos, asegurar el crédito y ampliar el plazo en que ha de pagarse una cuenta o ultimarse una
negociación.
Es uno de los más favorables períodos para las ventas y la positiva distribución de artículos a base
de descuentos durante una semana, una quincena o un mes, cuando conviene activar las ventas y realizar
géneros. También lo es para cobrar cuentas atrasadas y dirimir las cuestiones pendientes ante los
tribunales cuando el fallo favorable pende de un hilo; para fomentar el negocio en el extranjero o en
plazas lejanas, y entablar relaciones con establecimientos que traten con el extranjero, con compañías
ferroviarias y eléctricas y con toda clase de negocios que propendan al bienestar y dicha de las gentes.
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6º PERÍODO
Durante este período conviene relajar algún tanto la actividad y tomarse una temporada de
vacaciones, aunque sin abandonar por completo el negocio a menos que sea en compañía y permanezca al
frente uno de los socios mientras los demás disfrutan vacaciones.
Es un período a propósito para fomentar ciertas ramas del negocio, como las que se relacionan con
el arte, la música, poesía, escultura, materiales para artistas, trajes femeninos, artículos de adorno, atavíos,
joyería, muebles antiguos, tapices y alfombras orientales, calzado de lujo, calcetería, manteletas, libros
artísticos, automóviles, pianos y radios, y todo cuanto se relacione con el lujo, la ostentación y los sanos y
lícitos placeres de la vida.
Así es que conviene la venta de todos estos artículos durante el sexto período del ciclo de los
negocios o establecer relaciones comerciales con quienes se dediquen a alguno de dichos ramos.
También es muy favorable período para que uno de los socios o el mismo dueño salga de viaje con
objeto de conocer y familiarizarse personalmente con los clientes, y trabar amistad con cuantos sin ser
clientes puedan el día de mañana favorecer en uno u otro sentido los intereses del negocio.
Asimismo se muestra propicio este período para el cobro de cuentas, compra de acciones y
obligaciones de otras compañías de sólida base financiera, y para ser accionista u obligacionista de
poderosas empresas, consorcios y monopolios.
7º PERÍODO
Es el período reconstructivo del negocio y se ha de tener sumo cuidado en no emprender ninguna
nueva rama de actividad ni hacer nada que se oponga a las tendencias cósmicas, de reconstrucción.
Como quiera que es el período en que cabe recelar cambios y mudanzas de índole eliminatoria,
conviene no trazar el plan de reconstrucción sin antes haber eliminado lo nocivo o corregido lo
defectuoso, a fin de reformar el negocio en más favorables condiciones, pero sin contraer nuevos
compromisos ni entablar nuevas relaciones.
En cambio, conviene consultar con personas ya retiradas del negocio, con jueces, peritos y
consejeros de toda clase.
La, conducta durante este período ha de ser muy conservadora, cautelosa y prudente y con mucha
diplomacia en todos los actos para mantener las actividades del negocio en el estado en que se hallen, sin
alteración ni innovaciones en compras, ventas, contabilidad, anuncios, propaganda y métodos de acción.
Así tenemos» un bosquejo de las favorables y adversas influencias, estímulos, propensiones e
impulsos cósmicos durante los siete períodos del ciclo anual de las actividades del negocio.
Cada cual puede comprobar la veracidad de este bosquejo si echa una mirada retrospectiva a la
marcha de sus negocios en diez o más años anteriores, y efectúa la consabida división del ciclo en
sucesivos periodos de 52 días.
Si el investigador tiene temperamento analítico, advertirá que en ciertos períodos del pasado, cuanto
intentó hacer algo relativo a su negocio, fracasaron sus planes o no fueron viables sus proyectos o se
realizaron en distinta forma de la esperada si acometió el intento en períodos desfavorables.
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CAPÍTULO VIII
EMPLEO DE LOS PERIODOS CÍCLICOS
En los dos anteriores capítulos hemos bosquejado dos distintos ciclos. El ciclo número 2, expuesto
en el capítulo VI, se refiere a la existencia personal, y explica cuáles son las condiciones favorables o
adversas para el interesado, durante cada uno de los siete períodos transcurridos entre dos fechas de
nacimiento.
El ciclo número 3, bosquejado en el capítulo VII, corresponde a la marcha de los negocios del
interesado, a la vida de cualquier establecimiento que hubiere instalado, desde la fecha de su apertura o
instalación, análoga a la de un nacimiento.
Por lo tanto, todo el que en un sentido u otro intervenga o pertenezca a un negocio cualquiera, ha de
considerar el ciclo de su personalidad, y el de su respectivo negocio.
Cada uno de estos ciclos consta de siete períodos, y no es raro que coincidan algunos períodos de
ambos ciclos, como, por ejemplo, cuando el negocio se inauguró el mismo día del nacimiento del
interesado, porque entonces ambos ciclos se desenvuelven en períodos coincidentes. De lo contrario, se
encuentra el interesado con períodos de diferente condición.
Supongamos que un individuo ha nacido el 19 de junio y que el negocio en que está interesado se
inauguró el 19 de julio. Al tratar de lo que ha de hacer y lo que no, durante los treinta días siguientes a la
fecha de su nacimiento, se encontrará con que mientras por lo que respecta al ciclo personal está en el
primer período del ciclo, en cuanto al ciclo de negocios está en el séptimo período, de modo que los
asuntos particulares, las personales tendencias estarían bajo la influencia de las condiciones propias del
primer período del ciclo número 2, mientras que el negocio quedaría sujeto a las condiciones propias del
período séptimo del ciclo número 3.
Por lo tanto, para determinar lo que el interesado debe hacer a la sazón, se han de analizar
detenidamente las condiciones del primer período del ciclo número 2 y las del séptimo período del ciclo
número 3.
Si coincidieran los períodos del ciclo número 2 con los del número 3, entonces no habría dificultad
en que el interesado conociera qué ha de hacer y qué no; pero cuando los dos períodos son diferentes y se
encuentran en las opuestas influencias, se han de cotejar y analizar para decidir lo que se ha de hacer.
Se ha observado que algunos puntos serán favorables en este respecto. Si el individuo es dueño
exclusivo del negocio, puede guiarse por las condiciones del ciclo del negocio, aunque éstas se han de
examinar cuidadosamente para evitar las adversas, aparte de lo que indique el ciclo persona Si el negocio
es de una razón social, compañía o sociedad colectiva o anónima, se ha de tener en cuenta lo que
mayormente convenga a la prosperidad del negocio, independientemente de las condiciones del ciclo
personal, porque muchas veces los afortunados negociantes y, financieros han de posponer sus personales
intereses, sus gustos, aficiones, deseos, y ganancias, al éxito del negocio que está en sus gestoras manos, y
todo el que logró verdadero éxito en el negocio, confesará que muy a menudo se le depararon ocasiones
de hacer un ameno viaje de recreo, ir a una excursión, asistir a un extraordinario espectáculo o tomarse
unos días de asueto; y sin embargo, tuvo la abnegación de no aprovechar aquella coyuntura y sacrificar
sus personales intereses porque requería su concurso la buena marcha del negocio.
Lo que mayormente se ha de considerar en todo caso, es si la prosperidad económica, los intereses
primordiales y el éxito personal del individuo están relacionados de tal modo con los intereses del
negocio, que arriesguen menoscabarse o prometen prosperar simultáneamente; o bien que puedan
33
separarse hasta el punto de que los intereses personales mejoren o prosperen, aunque los mercantiles
empeoren o declinen.
Al que está empleado subalternamente en un negocio, el ciclo número 3 no le importa gran cosa,
excepto en que con su laboriosidad puede contribuir al éxito del negocio aprovechando los períodos
favorables.
Pero el dueño exclusivo de un negocio que sólo cuenta con lo que le rinde para mantener casa y
familia, ha de considerar con toda preferencia el ciclo número 3.
Si en un período del ciclo personal, las condiciones indican que ha de emplear el individuo todas
sus energías en el fomento y ampliación del negocio hasta el mayor extremo posible, mientras que por
otra parte el período del ciclo número 3 indica que conviene relajar la actividad del negocio, entonces será
mejor seguir las indicaciones del ciclo personal y proyectar nuevos aspectos, nuevos planes para la
prosperidad del negocio, pero sin ponerles en práctica hasta llegar a un período del ciclo número 3
favorable a la realización de las innovaciones.
El empleo del sistema bosquejado en este libro requiere la entre-fusión de las indicaciones dadas en
los períodos de ambos ciclos personal y de negocios, de modo que se necesita examinarlas
cuidadosamente y entre-fundirlas hasta llegar a la conclusión de qué condiciones e influencias son más
importantes.
Sin embargo, en la generalidad de los casos, el ciclo personal es mucho más atendible que el de
negocios; pero en las grandes compañías anónimas en que el negocio es impersonal y lo dirigen los
consejos de administración, el ciclo de los negocios es mucho más importante que el ciclo personal de
cualquiera de los consejeros, administradores, directores, gerentes o apoderados.
En los asuntos domésticos, en los intereses políticos y sociales, en las cuestiones de fortuna
particular, es indudable la mayor importancia del ciclo personal.
34
CAPÍTULO IX
EL CICLO DE LA SALUD
El tema de éste capítulo y el del siguiente aprovechará mayormente a cuantos prestan especial
atención a su salud durante los períodos críticos y generalmente durante todo el año. El ciclo de salud o
ciclo número 4 se ha de trazar lo mismo que los dos anteriores, el número 2 y el número 3, dividiendo
cada ano, a contar del día del nacimiento, en siete períodos de cincuenta y dos días. Las condiciones de
los períodos del ciclo de la salud son las siguientes:
1º PERÍODO
Durante este período ha de estar muy en su punto la salud vital y constitucional. Si está por debajo
de la normalidad, se restaurará evitando la violación de las leyes de la naturaleza. Paseos y marchas al
aire libre, beber agua clara y potable, alimentos sanos, evitando los demasiado calientes, las féculas y los
manjares, crudos y extraños. Se ha de evitar también el abuso de la vista, y no exponerla a la luz directa
del sol ni a la demasiada viva luz eléctrica. Es el período más a propósito para comenzar un tratamiento o
plan de curación.
2º PERÍODO
Durante este período arriesgan afectar al organismo muchas dolencias leves y pasajeras, así como
también pasajeras emociones pueden afectar el ánimo; es decir, que durante este período, una persona
puede tener pasajeras indisposiciones de los aparatos digestivo y circulatorio y del sistema nervioso. No
se han de descuidar estas pasajeras dolencias, sino remediarlas cuanto antes sin temor de que persistan,
porque todas las influencias cósmicas propenden a determinar rápidos cambios en la salud y en las
condiciones fisiológicas del cuerpo durante estos cincuenta y dos días, en que suelen sobrevenir dolores
de cabeza, trastornos digestivos, afecciones a la vista y oídos, catarros, toses, enfriamientos; y en las
mujeres, ocasionales dolores en el pecho y en el vientre.
Durante este período es necesario mostrarse jubiloso, sin permitir que la mente cavile sobre las
condiciones que afectan al cuerpo, sino procurar desde luego su remedio sin detenerse a pensar después
en ellas.
3º PERÍODO
En este período está el individuo más expuesto que en otro cualquiera a accidentes más o menos
graves, como quemaduras, cortes, caídas y golpes repentinos. Se ha de tener cuidado con la alimentación,
no comer demasiado y mantener el cuerpo en normal temperatura, porque este período es muy propenso a
resfríos provenientes de excesos en la mesa o de abrigar demasiado el cuerpo.
La sangre se ha de mantener limpia y los intestinos ágiles, a fin de que por malas condiciones de la
sangre no salgan erupciones cutáneas, diviesos, eczemas, sarpullidos, erisipelas y otras afecciones de la
piel. También se ha de vigilar la presión arterial, porque propende a aumentar, y debe evitarse el
demasiado esfuerzo de la corriente sanguínea, ya que toda violencia en cualquier parte del cuerpo
amenaza producir funestos resultados durante este período.
4º PERÍODO
Durante este período alcanza su máxima actividad el sistema nervioso, con tendencia a neurosis que
se manifestarán en el trastorno funcional de algún órgano y en modalidades externas de inquietud y
desasosiego.
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El exceso de trabajo intelectual durante este período, el mucho estudiar, leer, escribir, calcular y
cavilar provocará determinadas reacciones en el sistema nervioso, por lo que conviene mayor sueño y
descanso en este período que en los demás del ciclo.
El mal humor y el nerviosismo pueden también afectar la digestión y perturbar los movimientos del
corazón, determinando molestias y temores.
Quienes han estado largo tiempo ocupados en arduos y fatigosos problemas intelectuales que hayan
requerido mucho esfuerzo mental, deben descansar durante este período so pena de contraer alguna
enfermedad nerviosa.
5º PERÍODO
También este período es muy favorable para la salud, con tal de que se observe un prudente régimen
de vida y se hagan ejercicios físicos de respiración y marcha al aire libre.
Probablemente sentirá el individuo en este período excitaciones concupiscentes, como el deseo de
exquisitos manjares, bebidas estimulantes, sabrosas mezclas y también algo referente a la moralidad, todo
lo cual debe evitarse en este período para prevenir funestas consecuencias.
Es un período muy a propósito para recobrarse de enfermedades crónicas y de inveteradas
condiciones anormales y subnormales del organismo físico, en el que producirá más eficaz efecto que en
cualquier otro período la terapéutica mental.
6º PERÍODO
También durante este período se han los excesos de trabajo mental, las comilonas y los placeres de
la carne.
Durante este período están expuestos a enfermar la garganta, la piel, los riñones y los órganos
sexuales, por lo que se ha de beber mucha agua, mantener el vientre ágil y pasear al aire libre.
7º PERÍODO
Durante este período es fácil contraer enfermedades persistentes o crónicas, difíciles de remediar.
Ha de tener mucho cuidado el individuo en eludir los lugares donde arriesgue contagiarse de fiebres
palúdicas u otras enfermedades infectivas, así como de no resfriarse. En su aprensivo intento de evitar la
amenazadora dolencia, el ánimo se abate y arriesga disminuir la vitalidad de la sangre, de modo que no
quedan fuerzas ni siquiera para luchar contra el ordinario número de gérmenes morbosos y adversas
influencias que aun en normales condiciones afectan a todo ser humano.
Sin embargo, no es un período favorable para tomar medicamentos ni someterse a operaciones
quirúrgicas ni ensayar nuevos tratamientos enérgicos, a no ser en una emergencia o si se continúa durante
el tiempo suficiente para que produzca sus efectos en el período siguiente o sea en el primero del próximo
ciclo anual.
Durante este séptimo período arriesgan quedar afectados los órganos de los sentidos, por lo que se
ha de tener cuidado de combatir desde luego los resfríos, porque es uno de los más peligrosos períodos
del ciclo de la salud en cuanto a enfermedades crónicas.
36
CAPÍTULO X
CICLOS MORBOSO Y SEXUAL
Según ya dijimos, las leyes y principios expuestos en este libro no tienen nada qué ver con el arte y
práctica de la astrología, y en el estudio y aplicación del sistema descrito en este libro no importa lo más
mínimo que se afirme o se niegue la influencia de los planetas en la vida humana.
Mucho se ha controvertido acerca de la influencia de la luna en las mareas y en la vida animal y
vegetal; pero entre tantos argumentos como se han aducido en pro y en contra, las observaciones de los
cielos lunares y del ritmo de los períodos de la luna denotan alguna influencia en la vida vegetal y animal.
Desde luego se nota una rítmica periodicidad en relación con las enfermedades del cuerpo y los
estados del ánimo, coincidente con la rítmica periodicidad de la luna; pero el lector juzgará si esta
coincidencia es meramente fortuita y sin importancia, o si establece y denota una gran ley universal.
Conviene advertir, ante todo, que el aspecto psíquico y emocional de nuestro ser está íntimamente
relacionado con el origen, curso y desenlace de todas las condiciones morbosas, anormales, psicológicas y
mentales del cuerpo humano, así como con otras actividades calificadas de involuntarias.
Siempre ha sido un enigma para psicólogos y psiquiatras la circunstancia de que los enfermos de la
mente tengan períodos de violencia, sosiego, acción y reacción en paralelismo con el ritmo lunar.
Ya los antiguos observaron este fenómeno, y la palabra "lunático" quedó en uso, por la falsa
creencia de que la luna era la causa de las enfermedades mentales.
Muchas de las sutilísimas actividades de los órganos internos del cuerpo humano están
indudablemente relacionadas con el aspecto psíquico de nuestra naturaleza y con el ritmo lunar.
Tan notoria es esta relación, que algunos de los más sutiles efectos y manifestaciones psíquicas se
miden por períodos de aproximadamente veintiocho días, como los del período lunar.
Pero aunque así lo admiten tanto los médicos como los legos en medicina, y lo consideran
seriamente cuantos estudian las leyes de la naturaleza, no es muy conocida la, relación entre dicho ritmo
psíquico-físico y las fases de la luna. Sin embargo, los recientes descubrimientos científicos han
confirmado varios principios ya conocidos y empleados por los rosacruces.
La luna, tiene un definido ciclo de fases que abarca un período de aproximadamente veintiocho
días, al que se llama mes lunar o cielo lunar. Este ciclo se divide en fases, a su vez también divisibles, de
modo que podremos dividir el ciclo en unidades rítmicas.
Así la mitad del ciclo lunar abarca catorce días, la cuarta parte del ciclo son siete días, y la mitad de
esta cuarta parte, o sea la octava parte del ciclo, serán tres días y medio u ochenta y cuatro horas.
Todo el ciclo lunar constituye una completa revolución desde el perigeo hasta el apogeo, pura
volver al perigeo. Es el mes lunar a que nos hemos referido, al que también se le llama ciclo mayor de la
luna, pues el ciclo menor corresponde al ordinario corto y ocaso de la luna, que abarca doce horas.
Por lo tanto, hemos de considerar dos ciclos lunares: el menor o corto, de doce horas, y el mayor o
largo, de veintiocho días aproximadamente.
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Como quiera que tenemos un ciclo largo y otro corto, también tendremos unidades largas y
unidades cortas correspondientes a dichos ciclos; pero no arbitrariamente, sino con sujeción a las leyes
fundamentales, estableceremos los tres días y medio a que antes nos referimos, por unidad larga o unidad
del ciclo largo o mayor.
Dividiendo el ciclo corto en cuatro partes iguales, resultará la unidad corta de tres horas.
Observemos que la unidad larga de tres días y medio equivale a siete siclos cortos de doce horas.
Las dos unidades de tres horas y de tres días y medio respectivamente, se manifiestan en las
rítmicas acciones de mente y cuerpo como ondulaciones de una onda rítmica. En este punto hacemos
importantes descubrimientos y podemos ir más allá de los hallazgos de la ciencia, gracias a nuestro
distinto conocimiento de ciertas leyes de la naturaleza.
En lo referente a las enfermedades, encontraremos varios hechos muy significativos si analizamos
la generalidad de los casos y nos valemos de las unidades cíclicas lunares, pues nos mostrarán los efectos
de las anabólicas y catabólicas fases de la luna, como sigue:
El periodo de incubación de la fiebre tifoidea es de siete a veintiún días, o sea de dos a seis unidades
largas
El período de incubación de la varicela es de catorce días, o cuatro unidades largas; el de las
viruelas es de siete a catorce días, o de dos a cuatro unidades largas; el de la escarlatina de catorce a
veintiún días, o sea de cuatro a seis unidades largas; el de la tos ferina de diez días y medio, o tres
unidades largas; el de la gripe de tres días y medio, o una unidad larga; el de la difteria de tres días y
medio a diez días y medio, o sea de una a tres unidades largas.
En todas las fiebres agudas de cualquier índole, es muy notorio y definido el período rítmico de
dichas unidades. Según demuestra la experiencia de muchos años, la enfermedad altera su marcha cada
siete días, es decir, cada dos unidades largas; y más adelante veremos que una tiene carácter positivo y
otra negativo.
Cuanto más larga es la enfermedad, más definidos son los cambios cada siete días, y hasta se nota la
simple unidad de tres días y medio.
Estas unidades rítmicas se manifiestan también en el proceso de germinación y gestación de la vida,
y determinan el sexo. La incubación de muchas especies de huevos de ave dura tres días y medio, o una
unidad larga. En muchos huevos de insectos dura diez días y medio, o tres unidades largas. La gallina
pone huevos durante tres semanas o tres unidades largas, y los incuba igual tiempo.
El óvulo posee estructuralmente los elementos de ambos sexos; pero por virtud de ligeros cambios
de funcionamiento, es unas veces activamente masculino y otras activamente femenino; y los períodos de
cambio coinciden con las citadas unidades rítmicas. La fecundación del óvulo detiene estos cambios
periódicos en una de sus activas condiciones sexuales, y así determina el sexo del embrión.
Dijimos antes que había unidades positivas y negativas. Esta diferencia de potencial determina el
sexo de la unidad y también la vigorosa o débil influencia de las unidades, durante la enfermedad. No es
difícil determinar estas diferencias de potencial.
En cuanto al corto ciclo de doce horas o ciclo de las mareas, vemos que la acción de la marea nos da
la clave del potencial. Las seis horas precedentes a la culminación del flujo son de fortalecimiento del
proceso psíquico o emocional de la vida, y de debilitación las seis horas de reflujo. Las segundas tres
horas de flujo o sea las tres anteriores a la culminación del flujo, son positivas, y constituyen una
38
POSITIVA UNIDAD CORTA u onda del ciclo rítmico, mientras que las tres primeras horas del reflujo
constituyen una NEGATIVA UNIDAD CORTA.
Cada unidad positiva está entre dos negativas. De aquí que, en las doce horas de marea hay dos
unidades positivas y dos negativas, y en cada día de veinticuatro horas hay cuatro positivas y cuatro
negativas.
Mas para determinar cuándo son positivas o negativas, hemos de tomar por clave la hora de la
culminación del flujo respecto de los distintos puntos de la tierra, independientemente de si son o no
marítimos incuba durante igual tiempo.
TABLA C
En el largo ciclo lunar de aproximadamente veintiocho días, tenemos la unidad larga de tres días y
medio. Cada largo ciclo lunar consta de ocho unidades largas. La que precede inmediatamente a la hora
del plenilunio es positiva, y la que sigue es negativa. De aquí que tenemos tres días y medio dé carácter
positivo inmediatamente antes del plenilunio, y otros tres días y medio de carácter negativo
inmediatamente después del plenilunio. Hay cuatro unidades positivas y cuatro negativas en cada ciclo de
veintiocho días.
Fácilmente se comprende que además de los ciclos descritos en anteriores capítulos, vivimos bajo la
influencia de una sistemática aunque extraña serie de alternativas unidades psíquicas de ondas rítmicas
positivas negativas de tres horas y otras de tres días y medio de longitud.
Por lo tanto, mientras una de las positivas unidades largas produce su efecto, lo producen también
veintiocho cortas unidades. Una corta unidad positiva que actúe durante una positiva unidad larga,
producirá muy positivo efecto; una unidad corta negativa, que actúe durante una positiva unidad larga,
producirá un efecto neutro; una unidad corta negativa que actúe durante una negativa unidad larga,
producirá efectos negativos.
Las unidades largas de tres días y medio influyen mayormente en los procesos psíquicos durante las
condiciones anormales o morbosas de todo el organismo, mientras que las unidades cortas influyen
preferente-mente en las condiciones mentales y nerviosas, tanto en estado de salud como de enfermedad
corporal.
39
Por este motivo, las unidades largas tienen tanta influencia en las enfermedades febriles
anteriormente citadas, mientras que en lo referente a la fecundación, fertilización, contagio y procesos
análogos tienen mayor influencia las unidades cortas.
Una positiva unidad determina una vigorosa y vitalizante condición masculina, mientras que una
unidad negativa produce una débil condición femenina. Ésta es receptiva y aquélla activa. La unidad
neutral produce una condición pasiva.
Vemos que las unidades cortas ejercen poderosa influencia en las condiciones del nacimiento
humano; pues e1 sistema nervioso y las funciones orgánicas son muy sensibles a las descritas influencias.
Durante la negativa unidad corta que sigue inmediatamente a la culminación del flujo, el cuerpo
está sosegado y las contracciones son más débiles y menos favorables que durante la actividad, mientras
que la positiva unidad corta que precede inmediatamente a la culminación del flujo, estimula la actividad
del organismo y no necesita hacer la paciente tantos esfuerzos voluntarios sin ayuda del médico o de la
comadrona.
Si el alumbramiento no ocurre durante las dos unidades cortas (seis horas) que preceden a la
culminación del flujo, no ocurrirá sin forzadas y penosas condiciones durante la unidad negativa que
sigue a la culminación del flujo o sin innecesario sufrimiento y flaqueza durante la-segunda unidad
después del flujo.
Se ha de dejar a la paciente que descanse durante las unidades negativas y vuelva a la actividad tan
sólo durante la primera unidad inmediatamente anterior al flujo.
Las contracciones durante las labores del parto son rítmicas y violentas durante las unidades
positivas, mientras que son débiles durante las unidades negativas.
Si la paciente sabe aprovecharse de la influencia del ritmo, dispondrá de mucha fuerza y no serán
necesarios excitantes ni auxilios artificiales.
De cien casos observados con sujeción a este método, noventa y ocho lo confirmaron y en los dos
restantes influyeron causas extrañas de carácter anormal.
Cuando se piensa, proyecta, e habla o se realiza algún acto mental o funcional que requiera esfuerzo
nervioso, personal magnetismo, impresionabilidad o sana vitalidad, se han de aprovechar las unidades
positivas de tiempo.
En el tratamiento de las enfermedades se ha de intensificar el auxilio prestado al enfermo durante
las unidades positivas, largas y cortas, pero se ha de dejar que descanse durante las negativas. Si
sobreviene una crisis durante un largo período negativo, ha de permanecer el enfermo tan reposado como
sea posible hasta que llegue la unidad positiva, especialmente una larga, que facilitará el restablecimiento
del enfermo.
A fin de precisar debidamente las unidades de tiempo, es preciso proporcionarse una tabla auténtica
y fidedigna de las mareas con relación al lugar donde reside el interesado, así como una tabla de las fases
de la luna en cada mes.
40
CAPÍTULO XI
CICLO DIARIO DE HORAS SIGNIFICATIVAS
Hay otro ciclo importante y de uso más frecuente que los demás, a causa de la oportuna facilidad
con que puede consultarse en relación con las ocurrencias del día,
Sé de muchísimos negociantes que se han valido de este ciclo en la abreviada forma que les
proporcioné, a fin de que les guiara en sus negocios y lo consultaran siempre que algún punto dudoso
apareciera en su horizonte mercantil o personal.
Hemos puesto a prueba este ciclo de multitud de maneras, y todos cuantos tuvieron la dicha de
experimentar sus efectos declaran que es una de las más seguras guías de que se valieron.
Este ciclo divide las veinticuatro horas del día en siete períodos de aproximadamente tres horas,
veinticinco minutos y cuarenta y tres segundos. Comienza y termina a medianoche, y su punto central es
el mediodía.
El primer período comienza a media noche y termina a las tres horas y veinticinco minutos; el
segundo período termina a las seis y cincuenta y un minutos; el tercerola las diez y diez y siete minutos;
el cuarto, a las trece y cuarenta y dos minutos; el quinto, a las diez y siete y ocho minutos; el sexto, a las
veinte y treinta y cuatro minutos; y el séptimo, a las veinticuatro o medianoche.
Estos períodos sirven para todos los puntos del globo, contados según la hora propia del lugar,
prescindiendo por completo de la convencional hora llamada de verano.
Conforme dijimos, debe concederse al comienzo de cada período una ligera variación de minutos,
horas o días, según la duración del período; y así vimos que los ciclos número 2 y 3 admiten una
variación de un día o al menos de algunas horas al comienzo y término de cada período, pues hasta que el
período esté bien establecido, hasta que de lleno se haya entrado en él no se manifestarán completamente
los efectos de sus correspondientes condiciones e influencias.
En cuanto al ciclo de que ahora tratamos, para que las condiciones predominen, debe concederse
una variación de cinco a diez minutos en el comienzo y término de cada período, sea cual sea el punto en
que se use el ciclo.
Por lo tanto, aunque el primer período termina a las tres horas y veinticinco minutos, y en este
instante comienza el segundo período, es más seguro considerar que el primer período termina a las 3:20
y el segundo comienza a las 3:30, con lo que se deja un intervalo neutral de diez minutos entre ambos
períodos, durante el cual pueden no manifestarse todavía las condiciones peculiares del período entrante.
Este intervalo compensará la leve discrepancia en minutos que pueda haber entre la hora civil y la
astronómica en el punto donde resida e interesado.
La hora civil u oficial es la que señalan los relojes de las estaciones ferroviarias y centros oficiales
de todo un país, según el uso del globo a que pertenezca.
La utilidad del ciclo diario se advierte desde el momento en que se emplea, y su comprobación
durante algunas semanas valdrá muchísimo más que cuantos argumentos pudiéramos exponer en estas
páginas.
41
Quienes repugnen valerse de este método no vayan a creer que tenga algo supersticioso. Toda
superstición deja de serlo en cuanto se descubre el principio en ella subyacente, cuya actuación demuestra
la existencia de una ley fundamental.
Aunque algunos objeten diciendo que los efectos de este sistema provienen de la ciega confianza
que en él pone quien lo usa, lo cierto es que esta confianza es el natural resultado de haber descubierto la
actuación de la ley.
Pero no conviene perder tiempo en discusiones para demostrar lo que más acabadamente
demostrará la comprobación experimental del método durante unas cuantas semanas al poner en
evidencia la actuación de la ley que lo gobierna.
Antes de emplear el ciclo diario conviene leer con suma atención las instrucciones dadas en el
siguiente capítulo. Una vez comprendidas estas instrucciones, será fácil referir al período correspondiente
cualquier hora, y guiarse por la instrucción recibida.
Puede ser una novedad en la vida de muchas personas acomodadas su conducta a este ciclo diario;
pero los banqueros y los agentes de cambio y bolsa han comprobado su eficacia en la fluctuación de las
operaciones bursátiles de Wall Street.
Si los directores y gerentes de los próceres es establecimientos de crédito y los dueños de comercios
han experimentado las ventajas de consultar este ciclo sobre la marcha de su negocio, seguramente que
análogas ventajas hallará todo el que en sus personales asuntos lo consulte como el capitán de un buque
consulta la carta de navegar a cualquier hora del día o de la noche.
42
CAPÍTULO XII
EMPLEO DEL CICLO DIARIO
Ya dijimos que el ciclo diario comienza y termina a media noche y se divide en siete períodos de
aproximadamente tres horas y veinticinco minutos cada uno.
Sin embargo, no todos los períodos de este ciclo tienen el mismo significado. Por ejemplo, el primer
período del domingo es muy distinto del quinto o sexto período del viernes. Todos los período» de un día
determinado de la semana tienen siempre el mismo significado, pero no es aplicable a los demás días de
la semana según indican las correspondientes tablas.
En la del reloj aparece el día dividido en los siete períodos de las veinticuatro horas, con separación
de las anteriores a las doce del día o meridiano, señaladas con las iniciales A. M. a un lado del reloj, y las
posteriores al meridiano o doce del día, señaladas con las iniciales P. M. en el otro lado del reloj.
TABLA D
Los siete períodos del ciclo diario.
La medianoche está indicada en la parte superior, y el mediodía en la parte inferior, de suerte que a
primera vista se advierten las horas en cada uno de los siete períodos del ciclo de una a otra medianoche.
Designaremos los períodos con las letras A B C D E F y G, como las notas de un instrumento
musical.
43
Para usar este ciclo diario con relación a cualquier día de la semana, basta entresacar de la tabla E
los períodos correspondientes al día escogido, y leer en el capítulo XIII la descripción adecuada a dichos
períodos.
Por ejemplo: Si el día de la semana es lunes, y se desea averiguar lo que mejor se puede hacer y qué
se debe evitar durante las horas de las ocho y de las doce de la mañana en los negocios de aquél día, se
consulta la tabla E, y se verá que las ocho de la mañana corresponden al tercer período E del lunes, o sea
al quinto período del ciclo, y que el mediodía del lunes corresponde al periodo F de este día o sexto
período del ciclo.
Hecho esto, se lee en el capítulo XIII la descripción de las condiciones favorables y adversas
correspondientes a los períodos E y F del lunes.
Otro ejemplo: Si nos proponemos visitar a alguien para asuntos de negocios a las 8 p. m. del Junes,
consultaremos, la tabla E, y veremos que esta hora corresponde al sexto período del día que es el A en el
lunes. La descripción de este período en el capítulo XIII nos dice que es muy a propósito para solicitar
favores, protección y auxilio de quienes por su alta posición pueden concederlos.
TABLA E
Pero también se echará de ver que este sexto período del lunes termina a las 8:34 p. m, y que a
menos que se haga la petición antes de este término, recibirá las influencias del período siguiente o
séptimo del lunes, que es el B, favorable para visitas y tertulias de sociedad, pero no para tratar de
negocios; y por lo tanto, no estará de más dejar aquella visita para otro día. De aquí se infiere la
importancia de visitar a las personas de negocios algo más temprano, a las 5:15 p. m., pero no antes,
porque sería demasiado pronto para el sexto período.
44
Aunque el sexto período A del lunes abarca de 5:08 a 8:34, es al propio tiempo el período D del
martes y el G del miércoles; y que para encontrar otro período A favorable a las solicitudes de negocios,
se ha de esperar hasta el tercer período del martes, entre siete y diez de la mañana o el séptimo período
del miércoles, entre 8:34 p. m. y medianoche.
Otro ejemplo: Supongamos que el interesado desea encontrar los períodos de la semana favorables
al cobro de cuentas, a la inversión de capital con probabilidades de agenciar beneficios o establecer algún
nuevo negocio que se le figura de cuantiosos rendimientos.
En la descripción de las condiciones de los períodos encontraremos que el período P del ciclo es
muy a propósito para tratar de negocios, y la tabla E nos dirá que hay siete períodos F en la semana: el
primero es el séptimo del domingo, de 8:34 a 12 p. m.; el segundo es el cuarto del lunes, de 10:17 a. m. a
1:42 p. m.; el tercero es el primero del martes, de medianoche a 3:25 a. m ; el cuarto es el quinto del
miércoles, de 1:42 p.m. a 5:08 p. m.; el quinto es el segundo del jueves, de 3:25 a. m. a 6: 51 a. m.; el
sexto es el sexto del viernes, de las 5:08 p. m. a las 8:34 p. m.; y el séptimo es el tercero del sábado, de
6:51 a. m. a 10:17 a m.
Al escoger el mejor periodo de la semana para determinado asunto, conviene tener presente dos
circunstancias: 1º que se han de eliminar los períodos que abarquen altas horas de la noche o muy
tempranas de la madrugada, pues son horas intempestivas para asuntos generales; 2º que alguno de los
períodos designados con la misma letra puede servir mejor que los demás para el propósito en marcha.
En el ejemplo antes citado de los períodos F vemos que hay siete disponibles para asuntos de
negocios, y el mejor de los siete es el correspondiente al lunes que abarca de 10:17 a.m. á 1:42 p.m., o el
del miércoles, de 1:42 p.m. a 5:08 p.m., o bien el del viernes, entre 5:08 p. m. y 8:34 p. m.
Otro punto de suma importancia hemos de considerar. Supongamos que alguien viene a
proponernos un negocio, a someternos un proyecto, solicitar un favor o insinuarnos una idea, y que lo
propuesto o solicitado despierta nuestro interés. Antes de proceder a la acción, debemos leer la
descripción de los períodos expuesta en el capítulo XIII, y consultar después la tabla E para ver en qué
período del día nos hallamos en aquel entonces, y si es o no favorable al asunto de que se trata.
Si quien acude a nosotros viene con un contrato, un convenio, una escritura o documento que se
haya de firmar, prometiendo grandísimas ventajas y beneficios de la aceptación, y nos han ganado el
ánimo las elocuentes palabras y argumentos del interlocutor, hemos de consultar la tabla para ver que, por
ejemplo, se ha iniciado el asunto un lunes a las 9:30 de la mañana, que corresponde a un período E,
desfavorable, según la descripción, para firma de documentos y para creer en halagadoras promesas. Por
lo tanto, se ha de rechazar la proposición por ventajosa que parezca, y tampoco se ha de diferir hasta el
período F, favorable a contratos y convenios, porque se inició en un período desfavorable, y si se
demorara, estableceríamos una condición artificial; pero si se nos ha presentado la propuesta durante el
período F, podemos confiar más seguramente en ella.
Por otra parte, supongamos que la misma persona nos presenta su proposición un viernes a la
misma hora de las 9:30 de la mañana. La tabla E nos dice que las 9: 30 de la mañana del viernes
corresponden al período C, y según la descripción expuesta en el capítulo XIII, el período C no es
favorable para firmar contratos, convenios, pactos o compromisos de larga e indefinida duración; y por lo
tanto, se ha de rechazar de plano la proposición.
Conviene tener en cuenta que cuando se rechaza una proposición o se da de mano a unos tratos de
negocios porque el período en que se inicia el asunto es desfavorable, se ha de desechar definitivamente y
no reanudarlo en ningún otro período.
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No se concibe que una proposición, un plan, un proyecto sin fundamento ni apoyo ni pies ni cabeza,
haya de transmutarse en acabada perfección por diferirlo unas cuantas horas. Lo importante y
significativo es la hora en que se inicia el asunto, el cual puede ser conveniente para otros si se les
presenta un período favorable; pero a nosotros no nos conviene por habérsenos presentado en período
adverso.
Se ha de tener presente que la aplicación del ciclo produce un efecto, personal en quien lo emplea
en sus negocios e intereses, y no colectivamente en toda la humanidad.
Puede suceder que al ver desestimada su pro-posición u oferta el que en mal hora nos la hizo, vaya
con ella a otro negociante, y durante el camino termine el período adverso y comience el favorable que
esté ya en vigencia al hacerle á otro negociante la misma proposición que le rechazamos.
Sin embargo, esta circunstancia en nada menoscaba la virtualidad del sistema, pues sabemos que
hay proposiciones y ofertas muy aceptables por parte de algunos, y que en modo alguno conviene a otros.
Sabemos que una persona puede invertir su dinero en un negocio y beneficiarse de la inversión, mientras
que otra persona se hubiese arruinado en aquel mismo negocio.
Por lo tanto, la virtualidad de este sistema depende de las condiciones y circunstancias que
concurren en cada individuo, y así se explica por qué un mismo negocio convenga a unos y resulte
perjudicial para otros.
El detenido estudio analítico de la descripción de los períodos del ciclo diario, tal como aparece en
el capítulo XIII, nos familiarizará con lo que debemos hacer y lo que debemos evitar encada período,
según las horas del día que empleemos en la actividad de los negocios o de los asuntos personales.
Conviene subrayar la circunstancia de que de las exactas estadísticas formuladas por quienes
experimentaron prolongadamente este sistema, resulta que cuanto más interesante es la proposición u
oferta para los negocios del que la recibe, mayor necesidad tiene de consultar el período para proceder
acordemente; es decir, que los rutinarios y menudos menesteres de la vida privada y de los negocios no
requieren el empleo del sistema, mientras que las cuestiones y asuntos de vital trascendencia que
requieran estudio, meditación y análisis, han de someterse a las resultancias del sistema, porque
seguramente en cualquier materia de suma importancia, cuya decisión ha de producir duraderos o
definitivos resultados en mal o en bien, es mucho mejor, consultar las tablas y dejarse guiar por ellas, que
jugarse el éxito a cara o cruz por precipitada resolución en un asunto que propone una mente ajena.
Según queda dicho en otro capítulo, los estímulos, inspiraciones, impulsos y deseos de hacer una
cosa o de vacilar en hacerla provienen de lo Cósmico o de las personas que nos tratan y rodean, y a veces
nos vemos solicitados por dos estímulos, inspiraciones, impulsos y deseos contrapuestos, entre los cuales
hemos de escoger.
En esta circunstancia obra el hombre como agente libre, y ha de sujetarse al resultado de su
decisión. Por lo tanto, es mucho mejor confiar en un sistema como este, que en una analítica facultad
objetiva o en cualquier sistema de análisis superficial.
Este sistema se ha ensayado y comprobado, y se ha visto que está de acuerdo con algunas leyes
superiores que la generalidad de las gentes desconocen o desdeñan; pero por su sencillez, amplitud,
adaptabilidad y poder para despertar confianza, vale la pena de emplearlo y hacer de él un comanditario
de nuestros asuntos y negocios privados y sociales.
46
CAPÍTULO XIII
DESCRIPCIÓN DE LOS PERIODOS DEL CICLO DIARIO
PERÍODO A
Muchas cosas pueden hacerse durante este periodo del día, con esperanzado éxito y de la
cooperación cósmica. Por ejemplo, se puede meditar sobre un plan o proyecto para desenvolver sus
pormenores; solicitar favores de personas de alta posición política o social; recabar moratorias legales;
pedir dinero prestado y lograr que le presenten a uno a personas de superior categoría social o política.
Es un período favorable al trato con funcionarios públicos, a la otorgación de testamentos, firma de
escrituras y envío de cartas en súplica de favores o recomendaciones y protección respecto de los asuntos
propios y del negocio de quien las escribe.
También es un período propicio para obtener de los banqueros crédito personal y para una campaña
de publicidad que dé a conocer el negocio y le aquiste la estimación del público.
En cambio, es período desfavorable para tratar asuntos relacionados con los delincuentes, ni aun
como abogado defensor.
Es un período repleto de energía que es necesario regular, y de violentos impulsos que conviene
regir, de modo que pensamientos, palabras y acciones se sometan a la voluntad.
Tampoco es período a propósito para iniciar un nuevo negocio, ni llevar a cabo un nuevo plan, ni
presentar proposiciones de ninguna clase, ni comprar ganadería, ni firmar contratos o convenios.
Igualmente es un período adverso a los viajes de pocos días de duración, a los noviazgos y a todo
cuanto se relacione con la contracción de matrimonio, así como no es prudente mudarse de casa o de
domicilio social ni emprender las obras de un nuevo edificio, ni adquirir ni alquilar fincas, ni para
operaciones quirúrgicas.
PERÍODO B
Condiciones favorables de este período para los siguientes puntos:
Tratar de materias relacionadas con las artes, la música, el adorno de la persona o el ornato de la
casa, y de todo lo que se refiera a la material sensibilidad.
Acometer una nueva empresa comprar reses vivas de ganadería; cobranza de cuentas; negocios de
carácter público, como contratas y subastas; admisión de viajantes, empleados, corredores, dependientes,
ordenanzas y cobradores.
Las nuevas amistades y los nuevos conocimientos que se contraen y hacen durante este período son
por lo general dignos de confianza, si la amistad y el conocimiento tienen puramente carácter social.
Se pueden emprender cortos viajes que no excedan de un mes; entablar relaciones amorosas; prestar
y emprestar dinero; realizar proyectos de negocios o de esparcimientos; tomarse un rato de asueto en las
diversiones públicas y particulares; y seguir desempeñando un cargo oficial.
47
Solicitar favores de carácter social o de carácter mercantil en los círculos sociales, especular en la
bolsa, en los juegos de azar y loterías; tratar con mujeres en asuntos sociales y de negocios.
No es un período de muchas aspiraciones, y aunque mudable, se adapta a diversas circunstancias;
pero es muy fructífero período, porque todo lo que se inicie o culmine en él excederá de mucho a cuanto
cupiera esperar. Sin embargo, hay que provenirse contra los impulsos de índole social o intelectual.
Condiciones desfavorables de este período en que conviene abstenerse de los siguientes puntos:
Admitir sirvientes de escalera abajo y emprender viajes largos por mar o por tierra.
PERÍODO C
Condiciones favorables para los siguientes puntos:
Tratar de asuntos relacionados con las bellas artes y la educación; investigaciones científicas;
publicaciones editoriales; planes y métodos de enseñanza en las escuelas, institutos, colegios y
universidades; campañas en defensa de la educación pública.
Estudio; ejercicios de memoria; adquisición de conocimientos especiales; examen crítico de
documentos, libros, escrituras, proposiciones, ofertas y alegatos en los tribunales de justicia.
Actividad mental de toda índole en palabra, escrito, pensamiento e introversión; ocuparse en cosas
del arte dramático y musical; ultimar negocios de ganadería; formalizar contratos; cobrar cuentas;
contraer nuevas relaciones personales; admitir dependientes, empleados y sirvientes de toda clase.
Emprender viajes cortos; trabajos literarios y periodísticos; redacción de anuncios; publicación de
prospectos comerciales y manifiestos de índole social.
Comenzar la construcción de un edificio; proyectar una nueva empresa; dedicarse a estudios de
ocultismo, filosofía y metafísica, con probabilidades de comprender verdades fundamentales.
Acometer empresas de dudoso éxito financiero, aunque a esto sólo puede aventurarse quien no '
arriesgue resentirse, si el resultado no es tal como esperaba.
Tomarse algunos minutos de descanso con amena conversación sobre asuntos sociales; firmar
importantes documentos de toda clase; emprender viajes comerciales con propósito de visitar a los más
recalcitrantes clientes en perspectiva, y escribir cartas de suma importancia.
Condiciones desfavorables de este período, durante el cual conviene abstenerse o evitar los
siguientes puntos:
Tratar con adversarios políticos o particulares; citarlos ante los tribunales de justicia e intentar
conciliaciones con ellos, porque se promoverían in-terminables discusiones sin beneficioso resultado.
Iniciar relaciones amorosas; contraer matrimonio; tratar con abogados; ocuparse en problemas de
mecánica y de inventos; solicitar aumento de sueldo o de categoría; pedir favores a personajes
influyentes; comprar fincas; efectuar operaciones quirúrgicas.
Condiciones dudosas con relación a los puntos siguientes:
Venta de fincas; desenvolvimiento espiritual y concentración.
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Es un período muy tornadizo que estimula poderosamente la actividad mental, pero es favorable a la
prudencia y precaución, y así es que no debe confiarse en la ordinaria cautela con que cada cual procede
con sus asuntos.
Conviene advertir que durante este período están muy ágiles las mentes y muy sueltas las lenguas,
por lo que la verbosidad de los viajantes y corredores que presentan una proposición, arriesga exagerar
sus ventajas. Por esto es muy fácil que durante este período comparezcan los concusionarios, timadores,
chantajistas, estafadores y ventajistas para ejercer sus malas artes.
PERÍODO D
Condiciones de este período favorables para: '
Negocios en general; obras de índole pedagógica; operaciones referentes a negocios agrícolas;
admisión de sirvientes de toda clase; viajes largos o cortos por mar; trabajos literarios y periodísticos;
noviazgos y matrimonios; asuntos de comercio y transporte marítimos; terapéutica física y mental;
estudios metafísicos; operaciones quirúrgicas; ven-tas comerciales por medio de viajantes; trato especial
con mujeres.
En este período se intensifican los anhelos y ambiciones, que aunque sean muy impulsivos son
generalmente fructíferos.
Condiciones de este periodo desfavorables para:
Acometer una empresa; comprar ganado; firmar con tratos ni escrituras de ninguna clase; incoar
procesos o actuaciones judiciales; pedir dinero prestado; avalar letras; firmar cheques; especular en juegos
de azar u operaciones bursátiles; escribir cartas de excepcional importancia; redactar alegatos o instancias
de cualquier clase sobre asuntos de suma trascendencia en los negocios públicos y privados.
PERÍODO E
Condiciones de este período favorables para:
Incoar querellas judiciales, pleitos y todo lo que requiera profunda atención, seguida de un largo
período de perseverante actividad: tratar con jueces, magistrados, gobernadores, diputados, senadores,
ministros, presidentes de importantes corporaciones y con personajes influyentes; trabajos literarios,
periodísticos y de propaganda comercial; problemas referentes a la mecánica, las invenciones y la
metalurgia; mudanza de casa; compra y venta de fincas; investigaciones científicas y meditación
espiritual.
Este período da persistencia y duración a toda clase de actividades, por lo que favorece la
consolidación de todo cuanto durante en él se inicia o se ultima.
Condiciones de este período desfavorables para conferir contratos o convenios de cualquier clase;
cobrar cuentas; plantar semillas; iniciar operaciones agrícolas; contraer nuevas amistades; admitir
dependientes, servidores, agentes o empleados de cualquier clase; viajes por mar; matrimonios;
terapéutica física y mental; prestar o emprestar dinero; comenzar la construcción de nuevos edificios;
tratar con funcionarios públicos y con personajes influyentes, de quienes se espera algún favor o auxilio;
aventurarse a negocios arriesgados en operaciones de bolsa; operaciones quirúrgicas y escribir cartas de
trascendental importancia.
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PERÍODO F
Condiciones de este período favorables para acometer una, nueva empresa; comprar o vender
ganadería; firmar contratos, convenios, escrituras y estipulaciones; cobrar cuentas y emitir empréstitos;
labor pedagógica; contraer nuevas amistades; emprender cortos o largos viajes de negocio o de recreo;
trabajos literarios y periodísticos; tratar con abogados; presentación de documentos a los tribunales;
iniciar procesos judiciales; relaciónese amorosas y matrimonios; comenzar la construcción de un edificio;
tomar dinero prestado; trazar los planes de algún nuevo negocio; reunión de directores para discutir
nuevas condiciones del negocio; solicitar aumento de sueldo y categoría; consolidar la fama y el crédito
del negocio; tratar con funcionarios oficiales y a personajes influyentes y con la masa general del público;
venta y compra de fincas; asuntos y esparcimientos de carácter social; solicitar favores de índole social o
de negocios de mujeres que a su vez los solicitan de los hombres; toda clase de especulaciones y escritura
de cartas importantes.
Es uno de los más afortunados períodos del ciclo diario, así como el anterior es de muy mala suerte.
Infunde poderosa energía en cuerpo mente, e incita a excederse de muchas maneras; mas a pesar de toda
su impelencia es generalmente fructífero, más para los hombres que para las mujeres en negocios; y más
para las mujeres que para los hombres en asuntos de sociedad.
Es un período positivo, aunque con natural propensión a la prudencia y cautela. Engendra el espíritu
de amor, justicia y perseverancia.
Las condiciones desfavorables se contraen a la admisión de sirvientes de escalera abajo y a los
asuntos marítimos.
PERÍODO G
Condiciones de este período favorables para:
Dominar los negocios que requieren mucha energía y combatividad, aguante y persistencia; tratar
asuntos cuya resolución requiera más energía física que mental, con positivo trabajo muscular; cobranza
de cuentas, admisión de viajantes, agentes, cobradores y empleados; negocios con el ramo del ejército y la
marina; problemas relacionados con la mecánica, los inventos, la metalurgia y los metalúrgicos;
investigaciones científicas; solicitud de favores por parte de las mujeres a los hombres influyentes en
sociedad y en el mundo de los negocios.
Condiciones de este período desfavorables para:
Obras benéficas; actividades humanitarias de carácter público; recepción de donativos o favores;
compra de ganadería y especulación sobre este negocio; tratar con adversarios; incoar pleitos o procesos;
demandas judiciales; relaciones con abogados o con pleitos pendientes; relaciones amorosas y
matrimonios, y solicitar favores.
Condiciones dudosas respecto a operaciones quirúrgicas y al trato con mujeres.
En este período suelen ocurrir los accidentes, por lo que se ha de tener mucho cuidado de no
acercarse a lugares peligrosos. En las enfermedades, suelen ser las fiebres muy altas en este período y la
temperatura del cuerpo supera a la que tiene en los demás períodos.
50
CAPÍTULO XIV
EL CICLO DEL ALMA
En capítulos precedentes hemos hablado de las emanaciones y vibraciones cósmicas que actúan en
el universo, y de su efecto en los personales asuntos de los seres humanos, por medio de los estímulos,
tendencias, impulsos, inspiraciones y condiciones que establecen o vigorizan en nuestra vida diaria.
Comprenderá quienquiera que analice los principios en todo ello subyacentes, que las vibraciones
cósmicas y los rítmicos períodos cósmicos, también han de tener efecto en el alma, en la individualidad y
el carácter de todo ser humano.
Según quedó dicho, las ideas expuestas en este libro y los varios sistemas descritos no tienen nada
que ver con la astrología; pero sí el alma que anima al cuerpo humano es parte esencial de la energía o
vitalidad cósmica, y si esta energía o vitalidad llega a la superficie terrestre en rítmicas pulsaciones de
varias tonalidades, resultará que una persona nacida en determinado período rítmico del año, debe tener
tendencias distintas de las del que nació en diferente período rítmico.
No intento entrar en una científica explicación de esta circunstancia, sino tan sólo exponer los
efectos de las rítmicas pulsaciones en el alma humana y en el carácter del individuo, de modo que estos
hechos establezcan la existencia de la ley. Quienes deseen dedicarse a la investigación y estudio de los
principios subyacentes, encontrarán en ello mucho placer y copioso conocimiento.
Por lo tanto, si prescindimos de los principios y nos ocupamos en los hechos observados,
advertiremos que el año solar de trescientos sesenta y cinco días puede dividirse en siete períodos que
forman el ciclo del alma.
Recordemos que el año solar comienza el 22 de marzo, en el equinoccio de primavera. Esta fecha
era la de año nuevo en todos los pueblos antiguos, y la fijación del 1° de enero es puramente arbitraria, sin
que obedezca a ninguna ley natural.
El año solar abarca aproximadamente 365 días, y así se computa con relación a los asuntos
generales. Si lo dividimos en siete períodos, veremos que también constan de 52 días aproximadamente
cada uno, despreciando la fracción de 3 horas, 25 minutos y 43 segundos en cada período.
Por lo tanto, el ciclo, del alma comienza el 22 de marzo y prosigue en los siguientes períodos de 52
días.
1º Del 22 de marzo al 12 de mayo.
2º Del 13 de mayo al 3 de julio.
3º Del 4 de julio al 24 de agosto.
4º Del 25 de agosto al 15 de octubre.
5° Del 16 de octubre al 6 de diciembre.
6º Del 7 de diciembre al 27 de enero.
7º Del 28 de enero al 21 de marzo.
51
Cada período tiene polaridad dual. La primera mitad del período produce efectos ligeramente
diferentes de los de la segunda mitad; y así es que cada período tiene dos naturalezas, y los siete en
conjunto contienen catorce distintas naturalezas o combinación de condiciones.
Todo el que nace absorbe con su primer aliento la cósmica energía que armoniza su alma con el
ritmo de las vibraciones cósmicas existentes en el momento de nacer, y según las observaciones
efectuadas durante siglos de cuidadoso examen y escrutinio, cada nacido prosigue vibrando en armonía
con el ritmo establecido en el instante de su nacimiento. Es como si cada individuo estuviese en afinidad
con las rítmicas condiciones existentes al nacer; y por tanto, es más sensitivo, receptivo y respondiente a
los efectos de aquel ritmo que al de cualquier otro. Es como si varias notas de un instrumento musical
perfectamente templado, sonaran a diferentes horas del día, y que el individuo nacido mientras sonaba la
nota A, se sintonizara con ella siempre que volviese a sonar, con preferencia a las demás.
Individualmente estamos sintonizados con de-terminadas notas musicales, y por esto las piezas de
música cuya nota fundamental es la nuestra, nos afectan más poderosamente.
Todas las cosas materiales tienen su nota musical, lo mismo un jarro de cristal que una copa, una
silla, un mecanismo o una perola de cobre. La nota con que el objeto está sintonizado es su nota natural, y
así es que toda armonía basaba en esta nota influirá también de cierto modo en el objeto, aunque no tan
intensamente como en una persona.
Por ejemplo, si en la cuerda de un violín se pulsa a regular distancia la nota peculiar de un vaso de
cristal, afectará a este objeto en términos de hacerlo vibrar sintónicamente, y aun de romperlo si es muy
intensa la vibración.
Desde luego que todas estas consideraciones se refieren a principios no expuestos en este volumen,
pero que algún día podrán exponerse en otro que trate de los armónicos naturales de la vida humana.
En el ciclo del alma observamos que los siete períodos con dos polaridades en cada uno nos dan
catorce combinaciones de notas o pulsaciones rítmicas, de que resultan ciertas características tendencias y
elementos de la conciencia anímica de cada individuo.
Bosquejaremos estas catorce combinaciones para dar a conocer la verdadera naturaleza íntima o
conciencia anímica o verdadero ser de las personas con quienes cada cual se relacione.
Pero antes conviene tener presente que los efectos de la influencia cósmica en la conciencia anímica
no siempre se manifiestan en la naturaleza externa y objetiva del individuo. La naturaleza interna puede
ser muy diferente de la externa, y en muchos casos se necesita la intimidad de trato durante largo tiempo
para descubrir la naturaleza interna de una persona a quien presumíamos conocer afondo.
La naturaleza o carácter externo de un individuo puede manifestar ciertas tendencias, hábitos,
expresiones y modales que haya adquirido o que le afecten por algún motivo; pero que no tengan nada de
congruente con su interno ser. Los varios métodos de escrutar el carácter de un individuo, como la
quiromancia, la fisiognomía, la frenología, la grafología, etcétera, pueden indicar las características del
externo ser con ocasionales puntos referentes al interno; pero no pueden retratar la inherente e íntima
alma individual.
Muy a menudo advertimos que las personas cuyo carácter externo hemos analizado, ocupan
posiciones, desempeñan cargos o ejercen oficios y profesiones muy diferentes de lo que habíamos
supuesto. Así descubrimos que el método empleado para la indagación del carácter era tan sólo un índice
del ser externo, objetivo, mudable y vacilante, capaz de asumir temporáneas condiciones y
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amaneramientos y de escoger diversas profesiones, y en consecuencia no confiamos en los métodos
empleados.
Pero cuando nos valemos de un método que nos da el índice de la interna naturaleza de un
individuo, encontramos íntimas asociaciones que, prescindiendo de las características externas, denotan la
naturaleza cósmica del alma. Además, de poco nos sirve conocer externamente a un individuo, pues
equivale al fortuito conocimiento externo de cualquier otro individuo, ya que muy pocos son capaces de
encubrir o disimular su naturaleza externa.
El trato con un individuo durante veinticuatro horas, que nos den tiempo a conversar con él y
observar su conducta en los negocios y en la vida, le revelará al buen analizador de la naturaleza humana
tanto de sus externas características como pueda revelarnos cualquiera de los métodos en uso.
De muy poco nos sirve conocer externamente a un individuo. El ladrón declarado no puede ocultar
sus tendencias a los ojos de un zagas observador; pero el ladrón solapado, el timador, el estafador y el
ventajista que afectan un exterior honrado y decente, son por lo mismo muy peligrosos y contra sus malas
artes debemos precavernos.
En las relaciones sociales y de negocios se ha de analizar y conocer el verdadero ser interno y no
fiarse de las apariencias del ficticio, transitorio, vacilante e inconsecuente ser externo.
Para saber si podemos confiar a otros nuestros secretos y nuestro dinero, si es firme y sincera su
amistad, debemos conocerlo a fondo, por dentro, independientemente de cómo se muestre por fuera.
Para acertar en la elección de socio de un negocio, de cónyuge en el matrimonio, de amigo o
compañero, de comisionado de un mensaje importante, de quien haya de desempeñar un cargo de tanta
autoridad como responsabilidad, es necesario conocer a fondo al elegido y no fiarse de las apariencias.
Lo mismo cabe decir respecto del conocimiento de los verdaderos amigos y la misma observación
han de hacer los padres respecto de sus hijos cuya interna naturaleza han de conocer para ayudarles a
desenvolverse en dirección de sus naturales tendencias cósmicas que los mantengan en armonía con su
cósmica personalidad, y les allegue mayor dicha y éxito en la vida, teniendo en cuenta que son pasajeras
las características externas, resultantes muchas veces de la ocasional asociación con otros muchachos a
quienes imitan.
Pero sobre todo, si uno quiere conocerse real-mente a sí mismo, a su verdadero ser, y descubrir el
porqué de la constante oposición entre los mudables apetitos y deseos del ser externo y las naturales
tendencias que internamente le estimulan en óptimo sentido en todas las circunstancias y vicisitudes de la
vida, es necesario que conozca las condiciones, tendencias, aptitudes, facultades, características y
vigorosos puntos de la individualidad con que vino a este mundo.
El siguiente índice del carácter del alma denotará todas estas cosas de diferente manera que
cualquiera de los métodos empleados hasta ahora para escrutar el carácter; pero como el índice aludido es
el de la característica del interno ser, debe el lector precaverse contra lo que puedan parecerle
contradicciones e incongruencias.
Cada cual puede valerse de su propia vida para comprobar la virtualidad de este método. Al efecto,
ha de mirar en la tabla de los períodos el día en que nació, para saber a qué período y a qué polaridad
corresponde. Después la descripción de este período en el capítulo XVI dará a conocer las características,
tendencias, facultades y aptitudes que parecerán diferentes de las usualmente manifestadas en la vida
externa, por lo que quizás sospeche el interesado que el método es incierto o deficiente, y diga que no
posee las características señaladas en la descripción del período.
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Pero los expertos en el empleo del método replicarán preguntando que cómo sabe si son o no suyas
las indicadas características. Podrá redargüir el interpelado diciendo que frecuentemente pensó en sí
mismo y se dio cuenta de sus naturales hábitos, de sus aspiraciones y deseos; pero el experto responderá
que hasta que el interesado se analice durante muchos años y sin prejuicios ni parcialidad ni personal
interés, y tabule los puntos fuertes y débiles de su carácter, no podrá juzgar de la intrínseca naturaleza con
que nació.
Sin embargo, valdrá más que cada cual compruebe este método aplicándolo a una persona con
quien esté en directa relación, desde largo tiempo, y la conozca algo a fondo. Si es capaz de juzgar a esta
otra persona imparcialmente y sin prejuicios, descubrirá los sutiles rasgos internos de su carácter mucho
mejor que si se tratara de sí mismo.
La valía de este Índice consiste en que capacita al sincero investigador de su propio ser o del de sus
hijos o amigos para fortalecer las buenas cualidades y eliminar las viciosas tendencias con que nació, es
un índice que sirve de guía para la formación del carácter y de una más perfecta personalidad.
Admitido que cada ser humano nace con determinadas tendencias, aptitudes y facultades, es
evidente que si actualizamos y desenvolvemos las buenas y útiles, nos servirán de mucho mejor
fundamento que las artificiosamente asumidas o arbitrariamente establecidas en nuestro carácter.
Por ejemplo, supongamos que el índice nos revela que la interna naturaleza de un hombre es la de
médico y que tiene ciertas cósmicas tendencias y facultades terapéuticas, pero latentes y en espera de
actualización y aprovechamiento. Supongamos también que el mismo interesado desconoce sus
verdaderas aptitudes y arbitrariamente escoge la carrera de arquitecto por tener varios amigos que la
siguen, y porque también es aficionado al dibujo. En este caso, tendremos que para ser tan notable
arquitecto como desea, ha de asumir y vigorizar una facultad que no era de él, y este esfuerzo requiere
años de estudio y paciente práctica. Pero aún así, no puede ejercer la profesión de arquitecto con el éxito,
la prosperidad y la fama con que hubiera ejercido la de médico.
Para ser médico eminente no hubiese tenido que estudiar tanto ni esforzarse tan violentamente en la
actualización de su natural facultad, con menor fatiga en el logro del anhelado éxito y nombradía.
Como arquitecto pudiera a lo sumo aquistarse la consideración de cuidadoso, consciente y técnico
facultativo. Como médico hubiese cobrado fama de inspirado y habilísimo clínico. Se hubiese notado
entre su labor como arquitecto y su obra como médico, aquella diferencia que se advierte en la actividad
de los insignes maestros del arte, de la música y de las ciencias, que proviene de la inspiración interna y
parece afortunada herencia.
Otro individuo puede tener la interna facultad de escritor, de expresar hermosamente sus
pensamientos por medio del lenguaje gráfico; pero si desconocedor de esta natural facultad, se dedica
arbitrariamente a la pintura o a la música o porque también tiene en su interior una tendencia cósmica
hacia el arte, para ser notable pintor o músico, habrá de pasar muchos años de estudio y práctica,
acompañados de sufrimientos y privaciones, y a lo sumo alcanzará fama póstuma, mientras que dedicado
a la literatura, hubiera dado con la pluma y la mente más fácil expresión a sus pensamientos, sin
necesidad de tanto estudio y práctica como le exigió el arte, y seguramente alcanzara fama y fortuna en
esta misma vida, para gozar de los frutos de su divina herencia.
En el campo literario se le había reconocido como profundo pensador, mientras que como pintor o
músico no pasó de medianía o como uno de tantos de los que luchan contra las adversidades de la vida y
se les aplaude por su triunfo.
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Las facultades y tendencias que por derecho divino heredamos al nacer en virtud de las influencias
cósmicas, son las que más fácilmente, podemos actualizar y aplicar para obtener éxito, prosperidad y
dicha, y al propio tiempo para contribuir a satisfacer las necesidades del género humano en beneficio de
la civilización.
Por lo tanto, de los hechos observados se infiere que cada ser humano nace para cumplir una misión
en esta vida y en determinado sentido de actividad.
Suele decirse que hay músicos, negociantes, escritores natos, y de muchos otros se dice que nacen
con determinadas facultades y aptitudes. Son los que de un modo u otro han descubierto o se les han
descubierto las naturales aptitudes con que nacieron y tuvieron ocasión de desenvolverlas y aprovecharles
en bien del mundo.
Puede nacer un músico en el seno de una familia de carpinteros sin asomo de educación musical, y
un eminente arquitecto en el de una familia de labriegos que no hayan tenido ni por asomo la más leve
noción arquitectónica.
Únicamente la ley cósmica de la divina herencia puede explicar 1a enorme diversidad de las
tendencias naturales. Que un carpintero tenga un hijo que supere al padre en este oficio, o que un músico
tenga una hija o un hijo eminentes en la composición musical, no apoya en modo alguno la opinión de
que la herencia física determine por su propia virtualidad o viciosidad las naturales tendencias y
cualidades del ser humano.
Por lo tanto, en los capítulos siguientes exponemos un completo sistema en que se pueden estudiar
y analizarlas internas tendencias naturales, las facultades, aptitudes y rasgos característicos de hombres,
mujeres y niños.
Nuevamente debemos dar la nota de advertencia referente a los estudios de evolución de la raza
humana.
El negro del África austral, que vive según las naturales y primitivas condiciones de su tribu o raza,
no posee ni expresa en el mismo grado las ingénitas condiciones delineadas en este método, como las
posee y expresa el nacido en el seno de la moderna civilización, después de haber pasado por otras
encarnaciones o etapas de desenvolvimiento, hasta llegar a un alto peldaño en la escala de la evolución.
Sin embargo, las hazañas que realizan los negros y los individuos de otras razas cuando se les
depara ocasión de actualizar sus naturales tendencias, denota evidentemente que ni la raza ni el color son
estorbo ni impedimento para los beneficios que el hombre recibe de lo cósmico.
Esta circunstancia debería hacernos a todos más tolerantes y benévolos con las gentes de otros
países y otras razas, más atrasadas que nosotros en la evolución, o que acaso no tengan las ventajas que
nosotros tenemos pero que como nosotros son, hijos de Dios y receptores de las bendiciones cósmicas.
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CAPÍTULO XV
DETERMINACIÓN DE LOS PERIODOS DEL CICLO DEL ALMA
Incluimos una tabla de los siete períodos del ciclo del alma, de conformidad con el año solar.
La fecha del nacimiento de cada individuo está comprendida en uno de los siete períodos, y cada
período se divide en dos polaridades designadas con las letras A y B.
Por ejemplo, el primer período abarca del 22 de marzo al 12 de mayo. Y está dividido en dos
polaridades; la A desde el 22 de marzo al 16 de abril, y la B desde el 17 de abril al 12 de mayo.
Un individuo nacido el 20 de abril pertenecerá a la polaridad B del primer período del ciclo del
alma.
El nacido el 3 de diciembre pertenecerá a la polaridad A del sexto período; y si nació el 21 de
marzo, a la polaridad B del séptimo período.
Los nacidos a la medianoche de la división entre dos períodos, participarán de una entremezcla de
las condiciones peculiares de uno y otro período.
TABLA F
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Por ejemplo, el que nació a la medianoche del 15 de octubre, tendrá la fecha de su nacimiento en la
exacta división entre el cuarto y el quinto período del ciclo. Por lo tanto, para juzgar del interno carácter
de este individuo se ha de combinar la polaridad B del cuarto período con la polaridad A del quinto.
Los períodos y polaridades comienzan y terminan a medianoche. Así, por ejemplo, un individuo
nacido a medianoche del 8 de junio pertenecerá al segundo período del sido, pero estará entre las
polaridades A y B del período, por lo que participará de las condiciones de entrambas.
La hora del nacimiento no tiene importancia en este método, salvo cuando se nace a medianoche en
los casos citados. Tampoco tiene importancia el lugar del nacimiento, a no ser que se trate de un individuo
nacido años hace en Rusia y otros países donde no regía el calendario gregoriano. El año del nacimiento
no tiene nada que ver con el método, porque el ciclo es el mismo para todos los años. No conviene
indagar el carácter interno de una persona cuya fecha de nacimiento se desconoce, a no ser que sin
conocerse exactamente caiga en plena polaridad, pues no importan dos o tres días de diferencia.
Conviene advertir que las descripciones de los períodos y polaridades no son horóscopos ni nada
que se parezca, sino sencillamente el estudio analítico del alma según los ciclos deviación diferencia de
los horóscopos y predicciones astrológicas con las que nada tiene que ver este sistema.
El autor desea que nadie confunda el sistema del ciclo del alma con ningún otro de los varios que se
emplean desde muy antiguo, y de los que difiere ventajosamente por su eficacia y por ser el único libre de
supersticiones y supercherías.
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CAPÍTULO XVI
LOS PERIODOS DEL CICLO DEL ALMA
PERÍODO NÚMERO 1
Los nacidos entre el 22 de marzo y el 12 de mayo recibieron de lo cósmico una muy elevada
naturaleza, con profundísimo deseo de alcanzar una alta posición en la estima del público y en el ánimo
de sus íntimas amistades. Traen de sus anteriores encarnaciones las experiencias que les enseñaron la
necesidad de mirar más allá de las vulgaridades de la vida y mantenerla visión de los superiores' ideales
como finalidad de su vida. Asimismo traen la experiencia.de haber alcanzado una elevada posición en
tierra extranjera y haber apurado la copa de las bellas cosas de la existencia terrena.
Por lo tanto, en esta encarnación, sea cual sea la posición social que ocupen, su estado económico y
el país en que hayan nacido, sienten el interno estímulo de vivir noblemente o al menos de un modo
superior a la vulgaridad, para obtener el respeto y acaso la veneración de las gentes.
No desean "precisamente riquezas ni lujos materiales, aunque todavía no los desdeñan; pero su vivo
deseo, su intonso anhelo es lograr popularidad y nombradía.
Por esta razón repugnan tratar con cosas sórdidas y luchan contra, todo lo ruin, mezquino y opuesto
al buen gusto y a las elevadas normas de moralidad.
De aquí que si estas personas nacen en inferior esfera social y económica, están inquietas y las
acucia el deseo de subir de nivel, porque sienten la nobleza de su última vida. Generalmente son veraces
porque aprendieron en el pasado que la falsía, el engaño, la clandestinidad y demás prácticas inmorales
impedirían su adelanto. Son esclavos de su palabra, y sus aspiraciones nada tienen de místicas ni
ensoñadoras, sino que son prácticas y adecuadas en derechura a su progreso.
Se nota en ellos, como es natural, la propensión, traída del pasado, a dominar y regir, y ser por
tanto, los primates, jefes o directores de cualquier plan, organización o grupo de intereses en que
intervengan, y tendrán éxito a causa de sus demás inherentes cualidades.
Cuidan mucho de lo que han de decir y cómo decirlo, y si se les depara ocasión de desenvolverse
apropiadamente, denotan dotes de mando con muy actualizadas facultades de acción.
Son amables y afectuosos con sus iguales y se muestran algo impacientes respecto de quienes no
desean elevarse de su condición social o que les parezcan haber sido esclavos o siervos en alguna
existencia anterior.
Se les puede atraer por medio de insinuaciones de suntuosidad y magnificencia, con tal que sea
honroso cuanto se les insinúa o sugiere.
Tendrán más probabilidades de éxito en los negocios de que sean administradores, gerentes,
directores, consejeros o inspectores, en los altos puestos oficiales o en los tribunales superiores de
justicia.
En inferior categoría desempeñarán cumplida mente los cargos de alcaldes, tenientes de alcalde,
concejales, jueces municipales, diputados provinciales y otros de análoga índole. Tienen especiales
facultades para el estudio de la jurisprudencia, y en cuanto a los oficios prefieren la metalurgia y las obras
artísticas en hierro, cobre y bronce, pero no son aficionados a la joyería. También en orden secundario
sirven para decoradores, albañiles, estucadores, yeseros adornistas y fabricantes de artículos de fantasía.
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Han heredado debilidad física que afecta al cerebro y al corazón, cuando trabajan demasiado
mentalmente, y están expuestos a debilidad de la vista y a toda clase de fiebres. Se alegrarán de viajar y
recordar cosas familiares del pasado en países como Caldea, Fenicia, Italia, Sicilia, Suiza y Escocia.
POLARIDAD A.- Los nacidos en la primera mitad de este período, del 22 de marzo al 17 de abril,
serán más activos y enérgicos en abrirse paso en el mundo y realizar sus anhelos, que los de polaridad B.
Emplearán toda su vital energía y todo su poder con todos los medios materiales para escalar elevadas
posiciones, y pelearán con ardor belicoso para predominar en cualquier linaje de actividad en que
intervengan. Serán de recia y vigorosa complexión con abundante magnetismo personal, palabra
persuasiva y estilo de mando en sus escritos.
POLARIDAD B.- Los nacidos en la segunda mitad de este período, del 18 de abril al 12 de mayo,
propenderán notablemente a realizar sus anhelos por medio de las bellas artes y en las más exquisitas y
refinadas situaciones de la vida. Serán más corteses que los de la polaridad A. si se les depara coyuntura
de desenvolver sus congénitas propensiones, y también serán más sutiles, jubilosos y pacíficos en el logro
del éxito. Sin embargo, tendrán la misma determinación con una adicional característica que a algunos les
parecerá terquedad. Gustarán de las artes, la comedia, el drama y la música, ya como aficionados o como
profesionales, si tienen ocasión de desenvolver sus aptitudes.
PERÍODO NÚMERO 2
Los nacidos entre el 13 de-mayo y el 3 de julio vienen a esta vida trayendo de lo cósmico y de las
últimas encarnaciones la memoria de muchas experiencias peculiares, tendencias y características que
forman extrañas combinaciones.
En primer lugar traen a esta vida desde el pasado, un arraigadísimo deseo de viajar, de ir de una
parte a otra, porque en una vida anterior tuvieron éxito y dicha en los viajes.
La continuada permanencia en un mismo lugar, con las mismas ideas rutinarias y el mismo tema por
largo tiempo, los aburre; y aunque al parecer se resignan a residir en alguna población, la interna
inquietud los mueve a desear un cambio.
En una de sus encarnaciones no sólo tuvieron experiencia en los viajes, sino que exploraron,
investigaron y procuraron gustar todos los aspectos de la vida. Se relacionan con las cosas más exquisitas,
refinadas y congruentes con su temperamento. Desean portarse cortésmente, y por lo mismo se muestran
afables para ser bien recibidos y considerados.
Tienen el cósmico deseo de novedades y de los honestos placeres de la vida, llenos de júbilo y
dicha; pero también tienen el igualmente vivo deseo, traído de una pasada encarnación, de sondear
ocasionalmente las ciencias y las cosas prácticas de la vida. Estos dos deseos determinan la extraña
complejidad de su conducta.
Son prácticos, ahorrativos, conservadores; y sin embargo, siempre viven al día, sin preocuparse del
futuro, pues confían en la justa recompensa que, se les ha de otorgar.
Prefieren vivir libres de los cuidados de esta vida, buscando paz y sosiego siempre que se ven
conturbados, y no son amigos de discusiones ni disputas.
Gustan de emplear mucho tiempo en la meditación. En algunos asuntos parecen veleidosos, pero no
hay tal, sino que su aparente veleidad es la expresión del congénito deseo de nuevas y variadas
experiencias.
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Son honrados, cuidadosos, rigurosamente morales, de carácter limpio y sano, aunque se exponen a
que se les juzgue equivocadamente a causa de su mudable temperamento.
Se han de guardar de la compañía de quienes sólo buscan los placeres carnales, porque una vez
dado el primer paso en la pendiente, arriesgan caer en la embriaguez, la desidia y la miseria, con desdén
de las delicadezas y exquisiteces de la vida.
En cuanto a los oficios y profesiones, tendrán mucho éxito corno viajantes y representantes de
comercio, o en negocios que requieran cambios de lugar y relaciones, con muchas sucursales e intereses
fluctuantes.
También tienen congénitas aptitudes para ser excelentes secretarios, dibujantes, artistas, vendedores,
actores escénicos, reporteros o informadores periodísticos y criados do casa grande. Se nota en ellos la
peculiar tendencia a contraer matrimonio con persona que determine una mudanza en su vida; y así las
mujeres se casan con hombres que las tratan como reinas o condesas y las adoran, mientras que los
hombres se casan con mujeres de holgada posición que ven en el marido el rey de la casa.
La heredada debilidad física los expone a trastornos de la vejiga, reumatismo, resfríos y
expectoraciones. A veces los enfriamientos ocasionan trastornos digestivos y de la vista. Gustarían de
viajar por Holanda, Noruega, Dinamarca y Bélgica, en donde se pondrían en contacto con espectáculos y
condiciones que les fueron familiares en el pasado.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 13 de mayo y el 8 de junio tendrán viva inteligencia con
capacidad para dedicarse a los negocios que les permitan emplear su mente y sus manos con preferencia a
la fuerza muscular; es decir, que tendrán mentes fértiles, ágiles manos y lengua expedita que les servirán
de mucho provecho, de suerte que podrán ocuparse en dos asuntos al mismo tiempo, y dar la impresión de
que son casi duales en su manera de vivir y manifestarse.
Han de hacer cuanto les quepa para vigorizar el aspecto mental de su naturaleza, a causa de sus
heredadas facultades mentales. Se darán a conocer por sus trabajos intelectuales y se les reconocerá
excelente educación y sólida cultura aunque no hayan cursado en academias ni universidades.
POLARIDAD B.- Los nacidos entre el 8 de junio y 3 de julio se manifiestan generalmente en el
mundo intelectual y se asocian con todo lo referente a la educación, las bellas artes y la jurisprudencia.
Sus aptitudes intelectuales están muy reservadas y deben descubrirse. Generalmente hablan y
escriben con mucha galanura y manifiestan sentido intuitivo que los capacita para prever y vaticinar
ciertas condiciones venideras antes de que los demás piensen en ellas. No gustan mucho de cambiar de
residencia, aunque son aficionados a los viajes; pero más bien fluctuarán en sus temas de lectura y estudio
que en lo relativo a su ambiente físico. Son más capaces de servir de secretarios o de socios en el negocio
que los de la otra polaridad.
PERÍODO NÚMERO 3
Los nacidos entre el 4 de julio y el 24 de agosto traen de su pasado las experiencias de recias luchas
y proezas por su determinación y dominio propio. Son potencialmente dueños de sí mismos y del destino.
Tienen robusta constitución, impetuosa y enérgica naturaleza, con voluntad y aptitud para realizar algo
singular y extraordinario si hay suficiente motivo y estimulo. Han recibido, además, de lo cósmico otras
facultades y aptitudes para con audacia, confianza y entereza de carácter llevará cabo levantados
propósitos Desafiarán cuantos obstáculos se interpongan en su camino, aunque externamente no se den
cuenta de que se ven movidos a la acción y llevados un espíritu de lucha por obstáculos que a otros les
parezcan insuperables; es decir, que con facilidad se les puede inducir a la acción, presentándoles un
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obstáculo que otros no han podido vencer. Son amigos de contiendas, no sólo por afán de engrandecerse,
sino también por su congénito dominio propio.
A veces se engríen de sus aptitudes y en esto denotan una flaqueza que les conviene eliminar. Nunca
vacilan en arriesgar vida y hacienda en el empeño de realizar algo que les parece han de llevar a cabo,
tanto si se relaciona con sus personales intereses como si se trata de los ajenos.
Naturalmente, si se hallan en favorables condiciones y con adecuada disciplina, llegan a ser
caudillos de movimientos políticos, religiosos o sociales, y desempeñan cumplidamente cargos que
requieren recia voluntad, firme mano y vigorosos principios de conducta.
Si se les deja elegir profesión, prefieren la milicia o la jefatura de partidos en que sean precisas las
dotes, de mando. En inferior categoría serán excelentes cirujanos o químicos; y en cuanto a oficios
artesánicos, carpinteros, y contratistas de obras.
Heredaron del pasado la inclinación y el gusto por hacer menudas y complicadas cosas de índole
mecánica, y así es que suelen tener feliz inventiva en relojería, dispositivos eléctricos y mecánicos de
mucha importancia.
Sus debilidades orgánicas pueden manifestarse en la propensión a enfermedades de la sangre, como
carbunclos, serpigo, eczemas, llagas de la piel, ictericia y análogas condiciones, así como también
propenden a cálculos biliares y fiebres altas. Han de tener sumo cuidado con su régimen alimenticio,
porque gustan de los manjares muy sazonados, y especialmente de las carnes.
Se muestran atraídos con mucho interés por países como Lombardía, Batavia, París y el Norte de
Francia, porque les recuerdan condiciones familiares.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 4 de junio y el 31 de julio son de índole aventurera, con
ganas de viajar mucho en busca de aventuras aun a riesgo de su vida, y por tanto son congénitos
exploradores e investigadores.
Si no tienen ocasión de viajar por el extranjero, harán trabajos de exploración en su propio país y
manifestarán vivos deseos de escrutar el misterio de las condiciones que desconciertan a las gentes de
carácter reposado que no arriesgan tan fácilmente su vida. Son buenos jefes de ejército o de marina, y
suelen estar adscritos a partidos políticos y movimientos reformadores, porque gustan de luchar y vencer.
A veces se observa en ellos una conducta dual, por tener dos sobresalientes ocupaciones o maneras de
aplicar sus facultades.
POLARIDAD B.- Los nacidos entre el 31 de julio y el 24 de agosto de este período, logran
generalmente alcanzar una elevada posición política o social. Manifiestan porte regio en sus instintos y
costumbres. Gustan de la pompa y ceremonia, de que publiquen su retrato los periódicos y revistas, y de
que los aplaudan las gentes. Procuran ocultar cuidadosamente las flaquezas de carácter que arriesguen
impedir el logro de la ambicionada posición o que comprometan la ya lograda, porque aprendieron esta
lección en una vida pretérita. Cualquiera que sea la posición que ocupen, denotan superioridad de mando
y carácter dominante, y no les satisfacen las medianas posiciones sociales. A los niños nacidos con esta
polaridad se les debe dar una completa educación que los capacite para desempeñar eficientemente
elevados cargos con honra propia y de sus padres.
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PERÍODO NÚMERO 4
Los nacidos entre el 25 de agosto y el 15 de octubre, traen a esta vida de una anterior encarnación el
deseo de mucho poder personal para ocupar eminentes posiciones relacionadas con la educación, las
bellas artes y especialmente con el fomento de la civilización y los vitales intereses de la sociedad.
Junto con estas características han recibido de lo cósmico admirables facultades para el estudio y la
adquisición de conocimientos. Tiene feliz memoria, discurren lógicamente, hablan y escriben
elocuentemente y aman la belleza. Es difícil conocerlos objetivamente porque sus conocimientos y su
talento los capacitan para envolverse en la bandera de su ambiente y tratar con individuos de su mismo
nivel.
Podemos encontrarlos en modestísima posición social, ocupados en asuntos de ínfima índole; y sin
embargo, si con ellos nos relacionamos veremos que están debidamente preparados para ocupar
posiciones muchísimo más altas.
También los vemos en elevada categoría del mundo literario o al frente de establecimientos de
enseñanza en donde muestran mayor interés por el adelanto de la humanidad que por el suyo propio.
El ritmo cósmico ha suscitado en ellos el natural deseo de aprender e investigar, y gustan mucho del
misterio, tanto en ficción como en realidad. Propenden a escrutar los misterios de la sabiduría arcaica y al
estudio de la filosofía y la religión, sin asomo de sectarismo y con anhelo de establecer la universal
fraternidad del amor.
Son muy actos para los negocios y sobresalen en el comercio por su habilidad en conocer la
naturaleza humana, y adivinan los deseos de los demás. Por esta razón son muy hábiles vendedores,
buenos jefes de ventas y organizadores de compañías o empresas de publicidad.
Su aptitud para razonar lógicamente los capacita para ocupar posiciones en que puedan emplear sus
naturales facultades.
Muy a menudo sus aptitudes los conducen a la política y sobresalen en ella, aunque no tanto como
sobresaldrían en una humanitaria profesión.
En una vida anterior adelantaron notablemente en conocimientos metafísicos y ciencias ocultad, y
algunos fueron miembros de fraternidades secretas y mayormente de la Orden Rosacruz.
Hay algo en su desenvolvimiento espiritual que les da gran dominio interno, y no descansan ni se
satisfacen hasta encontrar en esta vida el punto en que progreso de su alma quedó en la última
encarnación.
Conviene encaminarlos desde temprana edad hacia 1a obra rosacruciana o algún análogo curso de
estudio y desenvolvimiento, porque será para ellos el comienzo de una nueva fase de rápido adelanto.
Las tónicas fundamentales de su carácter interno son el honor, la templanza, el idealismo místico y
una extraordinariamente fértil imaginación.
En la vida presente suelen ser literatos, mate-máticos, escultores, poetas, oradores, catedráticos,
maestros y profesores de escuelas y colegios, banqueros, clérigos y diplomáticos.
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Sus debilidades orgánicas se manifiestan en vértigos, vahídos, desvanecimientos, fatiga cerebral, y a
veces un leve tartamudeo proveniente de la rapidez con que piensan y desean expresar sus pensamientos.
También propenden a la ronquera, toses secas y constipados de cabeza.
Se gozarán en viajar por Holanda, Egipto, y sobre todo por el Mediodía de Francia.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 25 de agosto y 20 de septiembre son generalmente
lumbreras en el mundo pedagógico e intelectual. Nacen con esta polaridad mayor número de mujeres que
sobresalen en la enseñanza de la música y las bellas artes, y en más humilde posición se distinguen en el
arte del corte o la costura y la modistería, así como en todo oficio que requiera agilidad de dedos y manos.
Por el contrario, los hombres nacidos con esta polaridad propenden naturalmente a las espirituales
cosas de la vida y serían excelentes clérigos y moralistas si pudieran manifestarse libremente sin las
limitaciones del sectarismo.
Los nacidos con esta polaridad son afables, corteses, cultos y aficionados a las bellas artes; pero
también infunde esta polaridad mucha fortaleza de carácter y dominante magnetismo personal que los
capacita para ser médicos, cirujanos, jueces y magistrados.
A los niños nacidos con esta polaridad se les debe educar muy cuidadosamente porque tienen
vivísima imaginación que arriesga moverlos a tomar por verdades sus fantasías y contraer el hábito de
falsas afirmaciones. También se les ha de precaver con la natural inquietud de su temperamento que
propende a preferir las cosas extrañas y quiméricas, con desdén de las prácticas. En estos niños es muy
perjudicial el exceso de estudio porque no es muy vigorosa todavía su mente ni bastante recio su sistema
nervioso.
POLARIDAD B.- Los nacidos entre el 20 de septiembre y el 15 de octubre son especialmente
aptos para usar sus facultades intelectuales, discurrir con lógica y llegar a razonables conclusiones.
Tienen equilibradas todas sus facultades con vivo deseo de ser justos e imparciales en el examen de
cualquier discusión o litigio. Son muy amantes de la belleza, de la suntuosidad y primor de las
comodidades de la vida. Gustan de proteger a los escritores y artistas, y a su vez son excelentes literatos
que sobresalen en los cuentos llamados blancos y azules.
Rara vez se enojan y descomponen, sino que en toda circunstancia se muestran ecuánimes y
tranquilos con gran ventaja para sí mismos y para los demás. Por lo tanto, deben ocupar cargos que les
permitan mantener las condiciones en su justo medio y educar a la niñez y a la juventud en el sentido de
la paz, la armonía y la belleza.
PERÍODO NÚMERO 5
Los nacidos entre el 16 de octubre y el 6 de diciembre, aquistan mucha fama y logran ruidoso éxito
en su profesión, aunque con más honra que provecho.
Traen de pasadas encarnaciones muy bien aprendida la lección de que de su comportamiento con el
prójimo dependerá su éxito o su fracaso, y este postulado es la característica de su interna naturaleza.
Por lo tanto, son fundamentalmente generosos, amables, de buen ánimo y a menudo tan
independientes en su conducta que parece como si desde el punto de vista material no tuvieran éxito y
suele juzgárseles equivocadamente de fracasados.
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Por otra parte, adquieren muchos conocimientos, son muy corteses y cultos, satisfechos de su
situación en la vida aunque sea pobre y humilde. En todas las crisis y vicisitudes los ayudan y libran de
todo riesgo las influencias cósmicas. No obstante, esto no es obstáculo para que procuren mejorar de
posición.
Sin embargo, las lecciones recibidas en el pasado despertaron en ellos la afición a la filosofía, y
creen que deben dar gracias cada mañana por el beneficio de la vida y no quejarse si no disfrutan de todos
los bienes de este mundo, porque reconocen que en su conocimiento y sus facultades místicas tienen un
apoyo mucho más firme que la mayoría de las gentes, y así es que están perpetuamente agradecidos.
También traen a este mundo, por virtud de las influencias cósmicas que recibieron al nacer, un vivo
temperamento filosófico, acompañado de la facilidad de aprender idiomas y de comprender en alto grado
las leyes naturales y espirituales del universo, por lo que les cuesta poco esfuerzo dominar los principios
de la armonía en el arte, la música, la literatura y la química.
Como quiera que pueden expresarse de tan di-versas maneras, disponen de mayor número de
aptitudes que los nacidos en cualquier otro período y siempre que necesitan mudar de ocupación, la
encuentran tan apropiada en el arte como en la industria o en las ciencias, hasta un punto muy cercano a la
habilidad profesional. Así es que desempeñan cargos que requieren pluralidad de aptitudes, y que por lo
mismo no podrían otros desempeñar.
Son por lo general de carácter abierto, francos. Honrados afables y deploran el engaño y la doblez.
Han nacido con muy alto grado de desenvolvimiento místico y de sintonización religiosa y
espiritual y caen a veces en profundo estado de meditación que puede parecer desaliento. Son tan
sensibles a los sufrimientos como a los goces del mundo, y más a propósito para estar al frente de
corporaciones en que se hayan de realizar grandes planes de importancia nacional o internacional, que
limitarse a la gerencia de una sociedad ordinaria. Son capaces de proyectar y realizar con éxito feliz
atrevidos planes, por lo que sirven para directores de publicidad, jefes de ventas y rectores de colegios y
universidades.
Sin embargo, su generosidad y largueza, sus caritativos sentimientos no les consienten amasar una
fortuna en los negocios ni los capacitan para intervenir en el aspecto económico de sus planes.
También son muy aptos para desempeñar funciones de magistrados, senadores, abogados, clérigos.
Jurisperitos, catedráticos universitarios, directores de periódicos y revistas, anticuarios y tratadistas de las
misteriosas y místicas cosas de la vida.
En cuanto a las debilidades orgánicas las más comunes manifestaciones son las enfermedades de la
piel, el reumatismo, anginas y apoplejía.
Gozarían mucho en viajar por las antiguas tierras de Babilonia, Persia, Egipto, Palestina, China y
Japón.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 16 de octubre y el 11 de noviembre son muy acometidos en
sus negocios porque tienen determinación y energía y les parece que han de luchar para abrirse paso en la
vida y no retroceder jamás. Por esto llegan a excepcionales posiciones en que pueden acometer difíciles
empresas, o entrar en empeñados debates, por lo que sirven para ejercer cargos de gobierno, o formar
parte de los Parlamentos y de los tribunales.
POLARIDAD B.- Los nacidos entre el 11 de noviembre y el 6 de diciembre, son el tipo opuesto de
los de la polaridad A en punto a la acometividad en los negocios, pues tienen muy subyugado el espíritu
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belicoso de su naturaleza y prefieren evitar toda clase de discusiones y contiendas, pues les parece que
todo ha de arreglarse al fin felizmente sin contención.
Son más dichosos, benévolos e independientes en su conducta que los de la polaridad A, y mientras
no buscan empleos, cargos ni ocupaciones que exijan mucho trabajo corporal, gustan de enfrascarse en
problemas que requieran mística comprensión y minio mental, y cuidadoso razonamiento lógico la su
solución.
Los de esta polaridad ganan fieles amigos, acaudillan movimientos humanitarios y cuidan
mayormente de beneficiar a los demás que de su propio provecho.
Disfrutan de los honestos placeres de la vida, pero siempre buscan parajes apartados, lugares
repuestos y escondidos, y se relacionan con gentes de humilde condición a las que procuran favorecer.
Además, viven noblemente, sin doblez ni disimuló. Y sin cesar se esfuerzan en remontarse a las
cumbres del misticismo y armonizarse con las supremas energías del universo. Los insignes Maestros y
los que están preparador para las superiores modalidades de la iniciación mística, pertenecen
generalmente a esta polaridad.
PERÍODO NÚMERO 6
Los nacidos entre el 7 de diciembre y el 27 de enero traen de la pasada encarnación una ventaja que
ganaron a costa de muchos sufrimientos y penalidades. Esta ventaja tiene carácter de recompensa y les
allega aquella dicha, júbilo y disfrute de las placenteras cosas de la vida, no gozadas antes, pero que
tuvieron ocasión de gozar y renunciaron a ellas en alguna pasada encarnación para aprender provechosas
lecciones.
Sin embargo, las influencias cósmicas que recibieron al nacer les infunden paz y los armonizan con
las placenteras, amables y joviales cosas de la vida humana. Según el uso que hagan de estas cosas en la
presente encarnación, así determinarán su destino en la próxima; y si abusan de la ventaja que ahora
tienen o si la desdeñan, la perderán en el porvenir.
Para aprovecharse de dicha ventaja, les han activado las vibraciones cósmicas ciertas facultades y
funciones que si convenientemente las fortalecen y aplican, les allegarán la paz y dicha que deben gozar.
Así es que propenden naturalmente a la música, las diversiones y entretenimientos; les gusta el
canto, la voz agradable, la disposición alegre y el jovial aspecto de la vida, al paso que repugnan
instintivamente lo sórdido, engañoso, y la virtud y el honor son los constantes estímulos de su naturaleza
interna, por lo que no gustan de pendencias ni disputas y no son dados a ninguna clase de depravación.
Desde la niñez y durante toda su vida son pulcros en lo tocante a su salud, a sus costumbres y se
mantienen en parca actitud respecto de todo exceso.
Muchos son de hermosa presencia física, de tónica intelectual y de tipo artístico. Pocos tienen
robusta constitución y cabal salud, y por vocación propenden a ser músicos, escultores, dibujantes,
cómicos o maestros de estas profesiones. En distinta categoría pueden ser excelentes joyeros,
comerciantes de sedas, bordados, encajes y artículos de modistería fina. Aunque emprendan estos
negocios con el legítimo deseo de obtener provecho material, su íntimo deseo es rodearse de delicados
materiales y artísticas creaciones.
Por la misma razón pueden ser fabricantes y vendedores de perfumería, o de objetos artísticos de
comodidad y adorno personal o de ornato doméstico.
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Necesitan simpatía y comprensión para llegar a conocerlos, y nunca se les ha de obligar a que se
dediquen a negocios de maquinaria ni a oficios que requieran fuerza muscular. Se asustan y se enojan con
mucha facilidad, y en la niñez y juventud no se les ha de poner nunca en lugares de alboroto y
turbulencia; y por ejemplo, las agitaciones, del mercado de valores o las contingencias de la guerra
arruinarían sus facultades y aptitudes, en términos que por gradual debilitación del cuerpo morirían
prematuramente.
Por lo general, dan alegría a la vida y son los\ sanos y afables caracteres que gustamos de idealizar.
En punto a debilidades orgánicas, les aquejan las afecciones nerviosas a causa del exceso de estudio
o por hallarse en ingrato ambiente y también a veces por abstenerse de ciertas funciones naturales,
llevados de exceso de moralidad.
Este punto de vista mueve a algunos a mantenerse célibes hasta muy madura edad, y con ello
debilitan su constitución.
La mayoría de sus dolencias se localizan en el abdomen, especialmente en la vejiga, los riñones e
intestinos.
Viajarían con mucho placer por Arabia Austria, las costas del Mediterráneo, Inglaterra y los Estados
norteamericanos que llevan el nombre colectivo de Nueva Inglaterra.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 7 de diciembre y el 2 de enero, son de conducta algo más
grave que los de polaridad B. porque propenden a enseñar y difundir sus ideas estéticas de modo que se
practiquen en su país. De aquí que intervengan en movimientos reformistas y pedagógicos que preconicen
principios filosóficos y morales.
Muchos son críticos de arte, musicales, literarios, teatrales, porque los mueve el deseo de separar lo
malo de lo mejor de la vida, y aun en lo que a otros les parece perfecto, ellos ven lunares, y son capaces
de señalar con todo acierto errores que los demás no advierten.
Así les vemos ejercer de críticos o instructores o de árbitros y peritos. Su vigor analítico les capacita
para beneficiar a la humanidad en punto a las ciencias y a las artes, más bien como críticos profesionales.
POLARIDAD B.- Los nacidos entró el 2 y el 27 de enero tiene muy desenvuelto el sentido crítico,
y aunque no lo aplican en beneficio ajeno (porque no quieren que se les reconozca por reformadores ni
que se les identifique con la crítica de ningún asunto) lo aplican a su propia vida y acciones.
Esto les ocasiona mucha inquietud y los convierte en el tipo a que llamamos acuariano; es decir, que
mudan a menudo de opinión y hacen las cosas impulsiva y precipitadamente a causa de una repentina
impresión o porque se les critica; y una vez echadas a volar las palabras o realizado el acto, se maravillan
de lo que dijeron o hicieron.
Sin embargo, también se convierten en anti-acuarianos y husmean por las librerías de viejo, por
archivos y museos, dichosos en su gusto de estudiar, examinar, analizar y criticar las cosas extrañas y
raras de la vida social.
Contraen valiosas amistades y son amenos conversadores, porque hablan largo y bien de
extraordinarias experiencias y de cosas que han presen-ciado o que les han sucedido en la vida, y su fértil
imaginación forja escenas y descripciones inventadas que los capacitan para ser excelentes novelistas,
dramaturgos y comediógrafos.
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Gozan de la vida de un modo muy peculiar, cediendo a su favorita modalidad de placer,' y a menudo
son entes raros, extravagantes, estrafalarios y bohemios.'
Sin embargo, nadie puede tacharlos de perturbación mental ni de falta de juicio.
Tienen muchos y muy afectuosos amigos y en todas partes se les acoge gratamente, pues nunca son
pesados ni indeseables.
Suelen tener suerte en la elección de cónyuge o en la de socio mercantil, y son uno de los más
importantes tipos constituyentes de la compleja naturaleza humana.
PERIODO NÚMERO 7
Los nacidos entre el 28 de enero y el 21 de marzo traen de las vidas pasadas la necesidad de realizar
muy seria e importante labor relacionada con la evolución de la humanidad.
A causa de sus acciones en la última encarnación se ven precisados en la actual a aprender
primeramente los graves aspectos de la vida... y después enseñar lo aprendido a los demás» con su
ejemplo o con sus lecciones.
Generalmente son los que han pasado ya por muchas encarnaciones y están muy evolucionados y
tienen mucha experiencia por las lecciones que la vida les dio en extrañas tierras.
Por esta razón se dice de ellos en la segunda y aun en la primera infancia, que son almas viejas a
pesar de sus pocos años.
De las influencias cósmicas heredaron el don de recordar muchas instrucciones recibidas en sus
vidas pasadas y muchas experiencias, junto con la facultad de ordenar sus conocimientos y adquirir otros
nuevos en relación con los ya acopiados en su conciencia interna.
Por lo tanto, no es extraño que los nacidos en este período tengan fertilísima imaginación lindante
con el espíritu profético, capaces de representarse imaginativamente cosas ocurridas en remota antigüedad
o que ocurrirán en el porvenir.
También tienen la habilidad de argumentar, de dar explicaciones lógicas y exponer ordenadamente
sus pensamientos y descripciones; pero son muy reservados en sus obras, pues le parece que todo el
mundo los observa y los critica, y en consecuencia, que han de ser muy cautos. En sus juicios se muestran
severos porque son estrictamente escrupulosos, y a diferencia de los nacidos en el quinto período no
permiten que el corazón intervenga en sus juicios, pues para ellos la ley es la ley a la par justa y
misericordiosa, sin que el sentimentalismo la altere o modifique. De aquí que generalmente se les respete
por su justa severidad y rara vez se les pueda acusar de excesivamente rigurosos.
Creen que las grandes cosas de la vida se adquieren por el estudio metódico, por lo que son
sumamente sistemáticos y aprovechan todos los principios de la ley natural y de las leyes civiles para
adquirir lo que necesitan y conservar lo que ya poseen. No son tacaños, pero tampoco demasiado
generosos. Por naturaleza son honrados y más severos respecto a la exactitud de las afirmaciones y a la
previsión de las cosas que los nacidos en cualquier otro período.
Por todas estas razones, sirven para desempeñar funciones de jueces, magistrados, presidentes de
corporaciones y administradores de voluminosos negocios.
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Sin embargo, cosa muy singular es que en moderadas circunstancias y nacidos en modesta posición
se ocupan en los oficios de albañiles, plomeros y lampareros, peones, jardineros, tintoreros, impresores y
demás oficios de jornal regulado.
Si los ocupados en estos oficios supieran que por su amor a la exactitud, precisión y veracidad
hubieran podido ser jueces y magistrados, de seguro que de jóvenes seguirían con fruto los estudios
necesarios para llegar a dicha posición social.
Por otra parte, su firme creencia en que los beneficios de la vida y la satisfacción de las necesidades
se ha de lograr por graduales y cuidadosas adquisiciones, los mueve a elegir oficios, empleos o
profesiones que estén bajo la protección de leyes que regulen la duración de la jornada y la cuantía del
jornal, pero así entorpecen su adelanto por la falsa comprensión de los principios de la vida.
También algunos se hacen frailes y monjas de clausura, en donde les parece que han de trabajar con
mayor provecho para su perfeccionamiento espiritual.
Las enfermedades a que están expuestos por efecto de las vibraciones propias del período son la
sordera, dolores de muelas, afecciones de los ojos, trastornos de lenguaje, tuberculosis y pulmonía.
Sin embargo, su excelente constitución les promete larga vida, y en la vejez están expuestos a la
ictericia, hidropesía y los ataques apopléticos o de parálisis.
Gozarían en viajar por Turquía, los Balkanes, España, partes de África y América del Sur.
POLARIDAD A.- Los nacidos entre el 28 de enero y el 23 de febrero suelen elegir ocupaciones
poco vulgares, como peritos químicos, criminologistas, investigadores, exploradores, indagadores de
histeria antigua, arqueología, geología y asuntos análogos.
Se les tiene en opinión de poseer profundos conocimientos y se dedican a una sola o a lo sumo dos
especialidades de estudio. Generalmente visten sin la menor afectación y aparentan más edad de la que
tienen por su extremada reserva y la tendencia a la ortodoxia y la devoción religiosa sin afición a las
algazaras de la vida ni a nada frívolo y transitorio.
Son diligentes, cuidadores, fieles y consecuentes trabajadores que persisten en el mismo empleo,
oficio o profesión durante toda su vida.
Se les suele llamar la sal de la tierra, y se muestran fidelísimos amigos de quienes llegan a
conocerlos a fondo y captarse su favor. Tienen el vivo deseo de reformar el mundo en ciertos aspectos,
pero son lo bastante consecuentes para reformarse a sí mismos y servir de ejemplo con su conducta.
POLARIDAD B.- Los nacidos entre el 23 de febrero y el 21 de marzo son completamente opuestos
a los dé la polaridad A, porque no toman la vida tan en serio y buscan diversiones que los distraigan de
sus graves ocupaciones.
Propenden al misticismo, ocultismo y los misterios de la naturaleza. Parece que desde el punto de
vista material son más afortunados que los de la polaridad A, y suelen adquirir fama en su profesión.
Sin embargo, son de naturaleza dual, pues al frente de un negocio o en contacto con el público
pueden mostrarse jubilosos y campechanos, mientras que en su casa están reservados y serios, con
profundo interés en las cosas graves de la vida.
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Tienen intenso magnetismo personal que pueden ejercer fácilmente en los demás, y propenden a
leer el pensamiento ajeno y proyectar su conciencia en el espacio para percibir o captar los pensamientos
y acciones de las gentes.
Gustan de largos viajes con propósitos de estudiar la naturaleza humana o las condiciones, usos
costumbres y leyes del país que visitan. Prefieren los puertos de mar o las poblaciones fluviales a los
parajes de tierra adentro.
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CAPÍTULO XVII
EL CICLO DE REENCARNACIÓN
Así como cada año de nuestra vida es un nuevo ciclo y cada uno de estos ciclos se divide en
períodos de adelanto y desenvolvimiento, con intermitentes períodos de acción y reacción, y así como el
ciclo mayor de la vida se divide en períodos de siete años, durante los cuales progresa el hombre desde un
ser puramente físico a un más o menos perfecto ser espiritual, así nuestra total existencia en este universo
está dividida en largos períodos de aproximadamente 144 años que constituyen el ciclo máximo de las
encarnaciones.
Así como el lector puede hallarse hoy en el sexto período del sido de su vida terrena en esta
encarnación y en el cuarto período de su ciclo anual, así puede hallarse en el octavo o décimo o
quincuagésimo o centésimo período del ciclo máximo de encarnaciones.
Tanto si se cree como no en la doctrina de la evolución de la especie humana, es indudable que el
hombre ha ido evolucionando desde su aparición como hombre; es decir, que como tal HOMBRE tuvo
principio, ya fuese por creación singular, según afirma la ortodoxia de varias religiones, o bien haya sido
la culminación del desenvolvimiento de las especies anteriores.
Por lo tanto, desde la aparición del hombre como suprema criatura del reino de Dios, ha ido
evolucionando y proseguirá indefinidamente su evolución, que podemos comparar con la elaboración de
un libro.
El crítico materialista dirá que un libro con su artística encuadernación, pulcra tipografía,
espléndidas ilustraciones, letras de oro y cantos dorados fue en su tiempo una masa de pasta de algodón,
hebras de seda y minerales cristalizados. Podrá decir también con verdad que el libro tan hermosamente
admirado procede de materiales menores y tuvo principio en los elementos de la vida mineral, vegetal y
animal.
Pero el místico y el filósofo replicarían que el libro no fue tal libro hasta que una mano hábil guiada
por una mente magistral reunió dichos elementos, cuya naturaleza transmutó por medio de nuevas
combinaciones, y produjo el LIBRO que anteriormente no existía ni siquiera en forma primitiva.
De esta suerte el místico no se preocupa de los cambios que la evolución de los elementos terrestres
pueda haber efectuado en el proceso preparatorio de la constitución física del cuerpo humano, sino que se
ocupa, ante todo, de la creación del hombre al infundirse la suprema conciencia de Dios en una forma
física, de que resultó súbitamente una nueva criatura, un nuevo ser, una nueva manifestación del poder de
la Divinidad, llamada hombre.
Desde la creación del hombre en adelante, la evolución de su cuerpo físico resulta secundaria
respecto a la más importante evolución de su alma.
Es indudable que la forma física del hombre actual aventaja en mucho a la del hombre primitivo, y
también es indudable que evolucionó de una forma humana inferior hasta su actual estado, que no es en
modo alguno el perfecto.
El hombre contribuye tanto como Dios a la evolución de su cuerpo físico, porque al modificar y
renovar el ambiente, repercuten la modificación y renovación en su desenvolvimiento físico y mental, y
súper-adelanta su evolución en la tierra.
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La evolución espiritual del hombre proviene de su contacto con las experiencias, tribulaciones,
pruebas y lecciones de la vida terrena así como de su contacto con la universal conciencia de la cósmica
Mente de Dios.
Los místicos y los devotos estudiantes de religión de todos los países, que numeran más de las tres
cuartas partes de la población del globo, reconocen que el alma humana no puede evolucionar hasta la
perfección durante el corto período de una sola vida terrena, como no sería posible que evolucionara todo
cuanto ha de evolucionar durante un ciclo de vida terrena si sólo aprovechara el primer período de siete
años.
Si consideramos el ciclo de la vida terrena y vemos que cada siete años progresa el hombre física,
mental y espiritualmente, comprenderemos cuan distinto sería el adelanto si sólo viviéramos desde el
nacimiento hasta los siete años.
Desde luego que muy admirable progreso se nota en cuerpo, mente y alma durante este primer
período del ciclo de la vida terrena; pero consideremos también el todavía más admirable progreso que se
realiza durante el período de siete a catorce años y los sucesivos del ciclo.
Al estudiar la evolución y ciclo del alma, consideramos la existencia en cuerpo físico aquí en la
tierra como un período de dicho ciclo, veremos que cada encarnación en cuerpo físico es análoga a un
período de siete años en el ciclo de la vida terrena.
Únicamente podemos evolucionar por medio de progresivas y continuadas experiencias. Si sólo
viviéramos en la tierra un período, aunque durase tres, cuatro o cinco siglos, no bastaría para que cada
alma aprendiera todo cuanto debe aprender, sufriera todo cuanto ha de sufrir, dominara todo cuanto ha de
dominar y lograra todo lo necesario para la perfección que constituye la racional finalidad de nuestra
existencia.
Muy a menudo, al ver a un muchacho de extraordinarias aptitudes y vivo ingenio, preguntamos:
¿Qué edad tiene? Deseamos saber si está en el segundo o tercer período del ciclo de su vida terrena, si
está entre los siete y catorce o entre los catorce y veintiún años, con objeto de comprender la razón del
extraordinario desenvolvimiento mental o espiritual que observamos en aquel muchacho.
Por lo tanto, ¿no es lógico que al ver a un hombre profundamente conocedor de las místicas y
naturales leyes del universo, preguntemos en qué encarnación puede estar? La pregunta indaga si aquél
individuo está en tercero, cuarto, vigésimo, quincuagésimo o centésimo período del ciclo máximo de
encarnaciones.
No tenemos medio de responder a la pregunta, pero la formulamos con un sentimiento de
admiración. A veces notamos en jóvenes el aspecto, el equilibrio, el carácter, aquel algo que por nosotros,
responde diciendo: “Es un alma vieja” ¿De dónde procede esta universal percepción de que unos han
vivido más tiempo que otros?
Esto no es un alegato en favor de la doctrina de la reencarnación, que no necesita mi defensa, ni
estas páginas son lugar adecuado para exponerla o aducir alguno de los mil argumentos que la
substancian. Mi único propósito es suscitar preguntas en la mente del lector de modo que, pensando, en la
respuesta, llegue a valiosas conclusiones.
Hace pocos años, el mero apunte de una idea relacionada con la doctrina de la reencarnación
provocaba sonrisas burlonas y burlones comentarios. Hoy día, clérigos de varias denominaciones
religiosas, escritores eminentes, filósofos, publicistas, médicos y cientistas estudian la doctrina de la
reencarnación y reconocen que es la única explicación justa, lógica, sana y racional y misericordiosa de
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las diferencias, desigualdades, iniquidades, pruebas, angustias, goces, alegrías, dichas e infortunios de los
seres humanos.
La doctrina de la reencarnación fue un tiempo principio fundamental del cristianismo; pero la
rechazaron arbitrariamente los incapaces de comprenderla, y hoy día la religión Romana es la única que
no admite y tergiversa la doctrina de la reencarnación. Afortunadamente algunos eminentes teólogos
cristianos restauran la doctrina de la reencarnación, según van comprendiendo mejor sus principios.
Lo importante en nuestro caso es tener en cuenta que la doctrina de la reencarnación nos presenta el
ciclo máximo de vida, que sirve de norma y del cual derivan todos los demás ciclos.
Si no se comprende el ciclo de encarnaciones, resultan incomprensibles todos los demás ciclos; y
cabe decir que sin la comprensión de la verdadera naturaleza de nuestra ontológica existencia, no es
posible comprender nada de cuanto atañe a nuestra vida en la tierra ni a nuestra espiritual existencia en el
universo.
Por lo tanto, el lector hará bien en reflexionar sobre lo expuesto en este libro y desechando todo
prejuicio y partidarismo, apartarse de las tinieblas de la incredulidad y del error y considerar las
superiores verdades ofrecidas por los místicos y los estudiantes de las verdaderas leyes espirituales.
Conviene leer libros que den mejor comprensión de las relaciones entre Dios, el universo y el
hombre. Cada cual ha de descubrir el lugar que ocupa en su vida y en la de sus semejantes. Ha de indagar
cuáles son sus facultades y derruir la valla de limitaciones que levantaron los credos y doctrinas
elaborados por los hombres. Ha de explayar su conciencia hasta armonizarla con lo infinito, en que toda
verdad, toda ley, todo principio invita al racionalismo del alma y a la sabiduría de la mente divina
infundida en el hombre, a fin de que se acreciente el grado de dominio y soberanía que cada cual posea
sobre sí mismo.
En nuestro interior y en contorno nuestro están los campos de exploración siempre abiertos a la
actividad de la mente.
Y mientras profundicemos los misterios de nuestra profesión y de nuestros asuntos económicos y
sociales, no desdeñemos profundizar también los misterios de nuestra vida interna, de nuestro verdadero
ser.
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