EXTREMADURA CONVOCATORIA JUNIO 2012 SOLUCIÓN DE LA PRUEBA DE ACCESO AUTOR: Pedro Pérez Bautista Opción A Parte 1 a) En el texto propuesto, Irene Lozano cuenta que en España, en los años treinta, la defensa de la lengua común se asociaba a las tendencias progresistas y que (según explica Fernando González Ollé) hasta que el borrador del Estatuto de Cataluña proclamó la oficialidad del catalán, no se vio la necesidad de decretar la oficialidad del castellano. En aquella época, los idiomas vernáculos eran defendidos por los nacionalistas (amparados en los ideales románticos) y, en parte, por los tradicionalistas españolistas, que anteponían la ideología a la protección de la lengua. Así, la oficialidad del castellano se recoge en la Constitución republicana de 1931 como una forma de progreso, de universalización de la educación y de desarrollo humano, frente a las ideas conservadoras y aldeanas. b) [Dado que se pide un texto personal, ofrecemos tan solo un ejemplo de composición de texto argumentativo, optando por una de las múltiples posturas que se podrían defender, a fin de ejemplificar el uso de los mecanismos de estructuración y argumentación del texto]. Antes de entrar en la cuestión de si deben defenderse por igual todos los idiomas de un estado, debería definirse qué es el lenguaje verbal, qué es una lengua y qué implica el hecho de hablarla. El lenguaje verbal no es solo el principal medio que los humanos tenemos para comunicarnos, sino también un instrumento esencial para nuestro desarrollo personal y social. Y los idiomas o lenguas no constituyen únicamente la concreción de ese instrumento, sino la forma que tiene cada cultura de interpretar la realidad y de comprender el mundo. Cada lengua es parte irrenunciable de una cultura determinada, con todas sus realizaciones artísticas y sociales y, por lo tanto, con su determinada visión del mundo. Cada lengua constituye un modo de entender la vida y no solo un mecanismo para explicarla. Por ello, cuando un idioma muere, muere también con él una forma de ver y comprender el mundo, muere parte de su riqueza cultural. © Oxford University Press España, S. A. Por otro lado, la diversidad que supone la coexistencia de varias lenguas resulta enormemente positiva, evita la uniformidad y el cerramiento mental. En consecuencia, se debe preservar y defender de la misma manera todas las lenguas de un estado, como ocurre en algunos países europeos, de los que Suiza es un buen ejemplo. Además, el aprendizaje de otras lenguas distinta de la materna es un bien cultural, no solo económico. Entonces, ¿qué sentido tiene que un estado se preocupe por defender una sola de las lenguas habladas en su territorio y no tenga en cuenta la protección de las demás? Se podría objetar que la oficialidad de varios idiomas en un estado genera un gran coste económico. Pero, desde mi punto de vista, se trata de una cuestión de ceguera, de prepotencia y de autoritarismo (político y económico), que olvida que el estado no solo cuenta con riquezas materiales sino con una riqueza cultural irrenunciable que tiene la obligación de proteger y cuidar, una realidad lingüística plural que está en la base misma del concepto de estado democrático. Y que perderla supondría convertir ese estado en algo más pequeño e insignificante o, peor, que defender una única lengua e imponerla a otras es una muestra más de su sentimiento de inferioridad y su sentido autoritario de gobierno. c) La situación lingüística de España: lenguas y dialectos España es un estado plurilingüe, como se establece en la Constitución de 1978. La lengua oficial del Estado español es el castellano y son cooficiales, según sus respectivos estatutos de autonomía: El catalán en Cataluña e Illes Balears. En el Estatuto de Cataluña se establece también la cooficialidad del aranés, lengua reconocida como propia del Valle de Arán. El valenciano (que pertenece al ámbito lingüístico del catalán) en la Comunidad Valenciana. El gallego en Galicia. El euskera en el País Vasco. El Estatuto de la Comunidad Foral de Navarra reconoce la cooficialidad del vascuence en parte de su territorio. Lengua castellana y Literatura 4 EXTREMADURA CONVOCATORIA JUNIO 2012 Castellano Vasco o euskera El castellano es una lengua románica derivada del latín vulgar, que surgió en el norte de la península, entre la cordillera cantábrica y La Rioja. Se fue extendiendo a medida que lo hacía Castilla como reino independiente durante la Reconquista, limitando la expansión del leonés y el aragonés. Lengua prerromana de origen incierto, el vasco es la lengua más antigua de España y no proviene del tronco indoeuropeo: se la relaciona con lenguas caucásicas o bereberes, aunque otros lingüistas la mencionan como origen o evolución del ibero. Se habla en el País Vasco, en el norte de la Comunidad Foral de Navarra y en zonas fronterizas de Francia. El castellano se habla en todo el territorio del Estado español y en numerosos países de América, donde presenta diferentes variedades. Su difusión por el mundo no deja de crecer gracias a la emigración, los medios de comunicación y la actividad del Instituto Cervantes. Además de las hispanoamericanas, el castellano o español presenta otras variedades dialectales: las variedades septentrionales, las meridionales (el andaluz, el canario y las hablas de transición —murciano y extremeño—), las variedades de las zonas bilingües (en contacto con el catalán, el gallego y el vasco) y las variedades de las zonas en contacto con los dialectos leonés y aragonés. Gallego El gallego es una lengua románica que se extiende por Galicia y el oeste de Asturias, León y Zamora. Surgió vinculada al portugués y durante la Edad Media tuvo un importante cultivo literario; después fue relegada al entorno familiar y las áreas rurales hasta que en el siglo XIX, con el Rexurdimento, se convirtió de nuevo en lengua de cultura. Presenta tres variedades o dialectos: el occidental, el central y el oriental. Catalán Lengua derivada también del latín, el catalán se habla en Cataluña, Illes Balears, Comunidad Valenciana, las comarcas fronterizas de Aragón, Andorra (donde es lengua oficial), el Rosellón francés y la ciudad sarda de Alguer. De intenso y productivo desarrollo literario en la Edad Media, el catalán fue relegado, debido a la presión y el prestigio del castellano, al ámbito familiar y rural, hasta que en el siglo XIX la Renaixença lo recuperó como lengua literaria y de transmisión cultural, llegando a convertirse, en la actualidad, en una lengua con gran vitalidad. Sus principales variedades son el catalán occidental (que incluye el noroccidental de Andorra, el valenciano, el septentrional, el apitxat y el meridional) y el catalán oriental (que incluye el central, el rosellonés y el balear). © Oxford University Press España, S. A. Eminentemente popular, no existen testimonios escritos fehacientes de esta lengua hasta el siglo XVI y su recuperación no se inicia hasta el XIX, con el surgimiento del nacionalismo vasco. En 1968 se estableció un código común, el euskara batua, que permitió unificar su gran variedad de dialectos. Sus principales variedades son el occidental, el central, el navarro, el navarrolabortano y el suletino (estos últimos, hablados en Francia). Para completar el panorama lingüístico del Estado español, deben mencionarse los dialectos históricos: el leonés (llamado bable en Asturias) y el aragonés, derivados directamente del latín y que, reducidos durante mucho tiempo al ámbito familiar, están ampliando en la actualidad su ámbito de uso, debido a la protección de los gobiernos autonómicos. Parte 2 a) Por lo que se refiere a la tipología textual, nos encontramos frente a un fragmento de un texto humanístico (posiblemente un ensayo) de carácter divulgativo que explica la situación del castellano en la España de los años treinta y su declaración como lengua oficial en la Constitución de 1931. En el texto se emplea la modalidad expositiva para dar cuenta de los hechos, por lo que en él predomina la función referencial; sin embargo, al final del mismo, en la última oración, se refleja la valoración de la autora con una clara intención persuasiva, por lo que en esta parte se hace presente la función apelativa. El fragmento se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas: En la primera parte, que ocupa los tres primeros párrafos, los recursos lingüísticos utilizados remarcan la pretensión informativa y objetiva: referencias al tiempo y el lugar mediante complementos circunstanciales (en esos años treinta en España; desde el siglo XIII); uso del presente histórico (recoge, pasan, se convierte) para acercar los hechos al lector, y del pretérito imperfecto Lengua castellana y Literatura 5 EXTREMADURA (se asociaban, proclamaba), propio de la narración o exposición de acontecimientos; presencia de pasivas reflejas (para que se regulara legalmente) que diluyen la presencia del emisor; empleo de la tercera persona verbal, que indica objetividad; predominio de oraciones enunciativas; uso de un vocabulario denotativo y concreto, y escasa adjetivación, que, cuando aparece, es especificativa (diputados republicanos, asunto lingüístico). Además, aparecen abundantes oraciones adjetivas, que permiten concretar y aclarar (la que recoge por primera vez…; que se da a conocer…) y se menciona la explicación de un experto en la materia, para reforzar las ideas expuestas. En la segunda parte (los dos últimos párrafos del texto), una vez expuesta la cuestión principal de la declaración del castellano como lengua oficial, la autora realiza su propia valoración, apoyándose en elementos lingüísticos que demuestran su subjetividad: el vocabulario se vuelve connotativo y abstracto, asociado a valores morales (irracional, sentimental, aldeanismo, cerrazón, progreso, universalismo), el fragmento se llena de enumeraciones (al progreso, la razón, la ilustración y la cultura de la libertad revolucionaria francesa) y paralelismos (entre conservadurismo y progreso, entre aldeanismo y universalismo), que sirven para reforzar el contraste entre ideas que se sienten como positivas o negativas. Y la subjetividad se acentúa mediante el uso de marcadores que, en este contexto, se convierten en marcadores de modalidad (sobre todo, generalmente, en el fondo) y de recursos expresivos como la metáfora (que abona los nacionalismos). Nos encontramos, por tanto, con un texto expositivo que bajo la pretensión de objetividad esconde una clara valoración a favor de las ideas progresistas y el universalismo y en contra del tradicionalismo y los nacionalismos. b) El significado de las palabras propuestas es el que se indica a continuación. alertar: «poner a alguien sobre aviso». [DRAE: alertar: 1. tr. Poner alerta. DRAE: alerta: 1. adj. Atento, vigilante]. aspiración: «deseo o pretensión de algo». [DRAE: 2. f. Acción y efecto de pretender o desear algún empleo, dignidad u otra cosa]. doctrinario: «que pertenece a la doctrina de un determinado grupo ideológico o religioso». Actualmente, cuando se refiere a una persona, posee connotación peyorativa. [DRAE: 1. adj. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA JUNIO 2012 Que ajusta sus ideas y sus actos a una doctrina de una manera dogmática]. Respecto a las oraciones, algunos ejemplos podrían ser los siguientes: Se alertó a los usuarios del riesgo de que la aplicación estuviera infectada por virus; La aspiración de los romanos era conquistar el mundo; Los jefes de ese grupo político son demasiado doctrinarios y no admiten ninguna nueva idea. c) Se trata de una oración compleja compuesta por una oración principal (El proyecto del Estatuto proclamaba la oficialidad del catalán) y una subordinada adjetiva de relativo (lo cual alertó a los diputados constituyentes sobre la posibilidad de que el castellano y sus hablantes quedaran privados de derechos), que tiene como antecedente todo el enunciado anterior y funciona como adyacente explicativo. La oración principal contiene un grupo nominal con función de sujeto (El proyecto del Estatuto), que incluye, a su vez, un grupo preposicional (del Estatuto) con función de adyacente del núcleo (proyecto); y un grupo verbal con función de predicado (proclamaba la oficialidad del catalán) compuesto por el núcleo verbal (proclamaba) y un grupo nominal con función de complemento directo (la oficialidad del catalán), que, a su vez, incluye un grupo preposicional (del catalán) con función de adyacente del núcleo (oficialidad). La subordinada adjetiva está introducida por un nexo (lo cual), que desempeña la función de sujeto de la subordinada, y un grupo verbal con función de predicado (alertó a los diputados constituyentes sobre la posibilidad de que el castellano y sus hablantes quedaran privados de derechos). El núcleo verbal (alertó) aparece acompañado por un grupo preposicional con función de complemento directo (a los diputados constituyentes) y un grupo preposicional con función de complemento de régimen (sobre la posibilidad de que el castellano y sus hablantes quedaran privados de derechos). En el complemento de régimen encontramos un grupo preposicional (de que el castellano y sus hablantes quedaran privados de derechos) con función de adyacente del núcleo (posibilidad), cuyo término es una subordinada sustantiva introducida por el nexo que (que el castellano y sus hablantes quedaran privados de derechos). Dicha subordinada sustantiva incluye un sujeto compuesto (un grupo nominal con dos núcleos: el castellano y sus hablantes) y un predicado formado por el núcleo verbal (quedaran) y un sintagma adjetival (privados de derechos) con función de complemento predicativo. Lengua castellana y Literatura 6 EXTREMADURA CONVOCATORIA JUNIO 2012 Opción B Parte 1 a) La autora del texto, Pilar Galán, manifiesta, mediante el recuerdo de sus lecturas de juventud en su antigua casa, la maestría literaria de Miguel Delibes. Afirma que recomienda las obras del escritor a sus alumnos, pero admite que algunos no entienden el uso de la palabra justa y apropiada que Delibes dominaba. Ella prefería su mirada literaria, que le parecía más innovadora que la novela urbana en boga, porque consideraba que el escritor creaba el mundo con ella. Y termina diciendo que tras la muerte de este autor sus libros seguirán enseñándonos, enseñando a los nuevos lectores. b) [Dado que se pide un texto personal, ofrecemos tan solo un ejemplo de composición de texto argumentativo, optando por una de las múltiples posturas que se podrían defender]. La literatura es, entre otras cosas, la recreación de mundos ficticios, presentes solo en la mente del autor, de modo que afirmar, por ejemplo, que la novela realista es un espejo de la realidad significa no comprender qué es la literatura. Como todo arte, la literatura puede imitar la realidad, crear un mundo de ficción que al lector le parezca real, posible, más cercano y verdadero, incluso, que su propio mundo. Y cuanto más veraz, más verosímil le parezca ese mundo imaginario recreado, más lo atrapará. Pero la ficción no siempre refleja mundos atractivos que sorprendan al lector; muy bien pueden recrear hechos cotidianos, vidas «aburridas», sucesos intrascendentes, como los que nos ocurren a todos en la vida real. Sin embargo, muchas de esas historias que contienen tramas que podrían resumirse en pocas líneas, que se asemejan a nuestra vida cotidiana y que no tienen nada especial, maravilloso o extraordinario nos atrapan y nos obsesionan. ¿Qué poseen, entonces, para despertar la pasión del lector, para que este experimente el placer de leer e imaginar? Poseen un buen autor, capaz de crear universos atractivos solo con el poder de la palabra, que observa la realidad más allá de lo que nosotros llegamos a percibir y nos relata lo que ha captado con esos nuevos ojos, con esa nueva mirada ficticia más real que la realidad misma. La palabra es creadora de mundos, quien domina la palabra desentraña los múltiples misterios de la vida y los muestra abiertos, de modo que, mediante ese poder creador, el mundo se nos © Oxford University Press España, S. A. ofrece comprensible. Y ese magistral manejo de la lengua que hace extraordinario lo cotidiano solo lo poseen los grandes escritores, aquellos que no necesitan sorprendernos con un giro inesperado de la trama, con las aventuras del protagonista o lo fantástico de sus historias. Sí, es cierto, la literatura está llena de mundos cotidianos, pero también de escritores que, con el solo instrumento de la lengua, con su manejo magistral, consiguen que la lectura de lo corriente se convierta en un auténtico placer, el placer de leer. c) La narrativa española desde la posguerra hasta finales de los años sesenta Durante la posguerra y la dictadura franquista, el panorama cultural español se empobrece; el aislamiento internacional, la miseria, la represión ideológica, la censura y el exilio de grandes intelectuales interrumpen la evolución natural de la narrativa española. Solo a partir de los años cincuenta, con la progresiva incorporación al contexto internacional, el incipiente turismo y una cierta recuperación económica, España se unirá, poco a poco, a las tendencias generales. Tradicionalmente se ha dividido la narrativa española de posguerra en distintas etapas, coincidentes, más o menos, con decenios. Década de los cuarenta Dejando a un lado las novelas sobre la guerra y de alabanza del régimen, en estos años predomina el realismo tradicional, que refleja el ambiente de miseria de la España de la época e incide en la angustia y la soledad de personajes que luchan contra un destino incierto. Nada, de Carmen Laforet, y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes (novela impregnada de preocupaciones existencialistas, como la obsesión por la muerte y por la infelicidad), son obras destacadas de esta tendencia. Algunas novelas de esta época, entre las que sobresale La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, se inscriben en una variante del realismo denominada «tremendismo»: reflejan los aspectos más desagradables y brutales de la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la condición humana. Década de los cincuenta A lo largo de los años cincuenta predomina el realismo crítico: la novela se caracteriza por el Lengua castellana y Literatura 7 EXTREMADURA CONVOCATORIA JUNIO 2012 compromiso social, por el intento de reflejar la realidad del momento con intención de denuncia. Esta tendencia, influida por el neorrealismo italiano, el objetivismo francés y la novela norteamericana, presenta algunas innovaciones ya avanzadas por La colmena, de Camilo José Cela: uso de la técnica objetivista (que elimina al narrador y refleja solo la conducta de los personajes mediante el diálogo), estructura fragmentaria, reducción del espacio y el tiempo, aparición del protagonista colectivo… En esta corriente se observan dos tendencias: Esta tendencia novelística, inaugurada por la obra Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos, fue cultivada también por autores consagrados como Camilo José Cela (San Camilo, 1936; Oficio de tinieblas 5), Gonzalo Torrente Ballester (La saga / fuga de J. B.; Off-side) y Miguel Delibes (Cinco horas con Mario; Parábola del náufrago), y por los nuevos narradores, entre los que puede citarse a Juan Benet (Volverás a Región), Luis Goytisolo (con su ciclo narrativo de Antagonía) y Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa). El neorrealismo, cuya crítica es, generalmente, más difusa y que incluye obras como El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, o Gran sol, de Ignacio Aldecoa. Parte 2 El realismo social, centrado en la denuncia de las injusticias y algunas de cuyas novelas principales fueron Tormenta de verano, de Juan García Hortelano; Central eléctrica, de Jesús López Pacheco, o La zanja, de Alfonso Grosso. Década de los sesenta A finales de los años cincuenta, algunos escritores empezaron a cuestionar la calidad literaria de la novela social. Esta circunstancia, unida al descubrimiento de la novela hispanoamericana (La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa; Rayuela, de Julio Cortázar; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez) y la influencia de los grandes renovadores de la novela universal (Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka, William Faulkner), hizo que surgiera una novelística en la que lo importante era, además de la historia, la continua experimentación con elementos formales (lenguaje y técnicas narrativas). Entre los aspectos más novedosos de esta nueva novela es necesario mencionar los siguientes: El monólogo interior y el fluir de conciencia de los personajes. El perspectivismo. La ruptura del orden cronológico en la narración de los hechos, y el contrapunto o narración de acciones paralelas. El lenguaje barroco, la variedad de registros lingüísticos, la inclusión de fragmentos pertenecientes a otros géneros (ensayo, periodismo…), la mezcla de prosa y verso, la alteración o ausencia de puntuación, la mezcla de conversaciones en otros idiomas, la incorporación de materiales diversos, como eslóganes, letras de canciones, etcétera. © Oxford University Press España, S. A. a) Nos encontramos ante un texto periodístico de opinión, concretamente una columna en la que la autora realiza una alabanza de la obra literaria de Miguel Delibes por su reciente muerte (un panegírico que inicia recordando la propia juventud, lo que refuerza la carga emotiva del texto). El estilo sencillo, el registro culto, pero accesible a cualquier lector, la alusión a circunstancias personales, el acertado uso de las figuras retóricas, el elogio de la labor literaria de Delibes y su significación hacen de esta columna una alabanza emotiva; sin embargo, las referencias literarias presentes en el texto solo serán comprendidas totalmente por personas interesadas o con algún conocimiento de la literatura contemporánea. Así, la pretensión de llegar a un receptor universal, propia de este tipo de textos periodísticos, queda limitada: se dirige a ciertos sectores de la población. En el texto predomina, por tanto, la función expresiva, aunque también están presentes la referencial (por cuanto la autora basa su elogio en el relato de experiencias personales y recuerdos), la poética (por la voluntad de estilo que refleja el texto y la incorporación de figuras literarias) e, incluso, la apelativa (en el discurso directo incluido al hacer aparecer la voz de otros —Cómo puede gustarte alguien que solo habla de campo y cazadores, o lugares donde nunca pasa nada—, que refuerza la expresión de la gran consideración que la autora tuvo siempre por el escritor). El fragmento no constituye una exposición de hechos o características, sino que la autora se sirve de la argumentación para justificar y realzar la importancia que para ella tuvo la obra de Miguel Delibes. La misma estructura del texto refuerza esta afirmación: introducción (líneas 1-3), dominada por la evocación y que inicia el tema; Lengua castellana y Literatura 8 EXTREMADURA CONVOCATORIA JUNIO 2012 alusión al presente, que funciona como un argumento (líneas 4-7); nueva evocación que incluye un contraargumento (el discurso directo de un tercero anónimo y universalizado, al no especificarse, en la línea 9) seguido de argumentos personales (relativos a la crítica literaria y alguno de los cuales puede asimilarse al discurso amoroso (líneas 8 a 14); y una conclusión que funciona también a modo de tesis, expresada de manera poética en las últimas líneas: la autora considera que Delibes era un maestro, y su obra, eterna. mediante la alusión a los sentidos, la palabra justa de Delibes como alimento del alma, no aire ni mero artificio que pueda llevarse el viento. O la consideración del escritor como demiurgo (él hacía aparecer al mundo), que habla del poder de la literatura. Se trata, sin ninguna duda, de bellos argumentos de una escritora enamorada de la palabra de un gran maestro. El análisis lingüístico no hace sino reforzar las consideraciones anteriores. Existe un predominio de vocabulario connotativo, pleno de sugerencias, que manifiesta el carácter subjetivo del texto. Esta subjetividad se observa, además, en el uso de la primera persona, sobre todo en los pronombres personales (yo, me, mí, nos) y determinantes posesivos (mi, mis), pero también en algunas formas verbales (criamos, recomiendo). fortuna: «destino, éxito o suerte que se tiene en algo». [DRAE: 1. f. encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito]. Resulta curioso que exista un predominio de sustantivos sobre los adjetivos calificativos y que estos últimos sean mayoritariamente especificativos (desencuadernados, obligatoria, azules, urbana) en un texto marcadamente subjetivo, pero ya hemos mencionado su carácter argumentativo. Por este motivo, y para otorgar validez a sus propias opiniones, la autora se sirve de elementos lingüísticos que marcan la objetividad (verbos en infinitivo, oraciones impersonales, pasivas reflejas, atributivas) y de oraciones subordinadas adjetivas (que seguían el ritmo de las estaciones) que concretan y aclaran los argumentos personales. Se debe recalcar también el uso de los tiempos verbales: pretérito perfecto simple e imperfecto de indicativo (ocupaban, fue) cuando la autora evoca el pasado o la figura del escritor; presente para situaciones de su vida actual (recomiendo, protesta), y un futuro que constituye una perífrasis de obligación (tendrán que cambiar, tendrán que escribir) para expresar una certeza que (mediante el juego de palabras referido al uso de los tiempos verbales y el pronombre de primera persona del plural —enseñándonos—, claramente apelativo y globalizador) culmina el texto y significa la mayor alabanza que puede hacerse a un escritor: que vencerá al tiempo y que, al hablar de él, se debe usar el imperfecto, porque su obra no ha finalizado todavía, sino que seguirá vigente, venciendo a la muerte. Antes de finalizar, hay que mencionar el sugerente uso que se hace en el texto de algunas figuras literarias. Es el caso de la metáfora las palabras de Delibes no son pompas de jabón, sino que se saborean lentamente, que evoca, © Oxford University Press España, S. A. b) El significado de las palabras propuestas es el que se indica a continuación. anclar: «quedarse en las ideas, recuerdos o lugares antiguos. Aferrarse a ideas». [DRAE: 3. intr. Quedarse, arraigar en un lugar, o aferrarse tenazmente a una idea o actitud]. ritmo: «sucesión acompasada de acontecimientos». [DRAE: 1. m. Orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas]. Respecto a las oraciones, algunos ejemplos podrían ser los siguientes: Todos niegan su fortuna en los juegos de azar, pero a alguien le toca ser afortunado siempre; Mi familia vive anclada en el pasado glorioso de sus ancestros; Por aquel entonces, sucedíanse los días y las noches con el ritmo pausado de la vida serena. c) Se trata de una oración compleja compuesta por dos oraciones coordinadas copulativas unidas por el nexo conjuntivo y. La primera coordinada (Mis alumnos tendrán que cambiar los tiempos verbales de sus trabajos) incluye un grupo nominal con función de sujeto (Mis alumnos) y un grupo verbal con función de predicado (tendrán que cambiar los tiempos verbales de sus trabajos), cuyo núcleo (tendrán que cambiar) es una perífrasis verbal de obligación complementada por un grupo nominal con función de complemento directo (sus trabajos). La segunda oración coordinada (escribir que era un maestro […], porque sus libros siguen enseñándonos todavía) presenta un sujeto elidido, que coincide con el de la oración anterior (tercera persona del plural), y un predicado (toda la oración) cuyo núcleo es la perífrasis de obligación que se sobrentiende (tendrán que + escribir), complementada por: Una oración subordinada sustantiva con función de complemento directo introducida por el nexo que (que era un maestro) y que presenta un sujeto omitido (Delibes), el núcleo verbal (era) y un atributo (el maestro). Lengua castellana y Literatura 9 EXTREMADURA Una oración subordinada adverbial causal, en función de complemento circunstancial de causa, introducida por el nexo porque (porque sus libros siguen enseñándonos todavía). Esta oración está formada por un grupo nominal con función de sujeto (sus libros) y un grupo verbal con función © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA JUNIO 2012 de predicado cuyo núcleo es una perífrasis aspectual (sigue enseñándo-), que incluye un pronombre enclítico con función de complemento directo (-nos) y un sintagma adverbial (todavía) con función de complemento circunstancial de tiempo. Lengua castellana y Literatura 10