E N E S T E PA Í S La nueva normativa persigue promover el uso generalizado de la firma electrónica como instrumento generador de confianza en las comunicaciones telemáticas • Claves sobre la firma electrónica Qué es la firma electrónica. Es el conjunto de datos –códigos o claves criptográficas privadas– en forma electrónica que se asocian a un documento electrónico, permitiendo identificar al firmante. Hablamos de firma electrónica avanzada cuando se puede identificar al firmante y detectar cualquier manipulación de los datos firmados. Esta firma está vinculada al firmante de manera única y ha sido creada por medios que el firmante debe mantener bajo su exclusivo control. La firma electrónica reconocida (concepto introducido por la nueva ley) es una firma electrónica avanzada basada en un certificado reconocido y generada mediante un dispositivo seguro de creación de firma. Su valor es idéntico al de la firma manuscrita. ● Qué es necesario para obtenerla. Hay que tener un ordenador con conexión a Internet y un dispositivo lector de tarjetas de firma electrónica. Después, hay que dirigirse a un prestador de servicios de certificación que, tras cumplir los trámites de identificación, entregará al usuario una tarjeta con su clave privada para firmar y encriptar documentos electrónicos. ● Dónde consta la firma electrónica. Las tarjetas incorporan un chip con toda la información. Su uso está protegido por un código secreto que sólo el titular conoce. ● Periodo de validez de un certificado. Cuatro años como máximo, aunque pueden ser revocados previamente en cualquier momento. ● 24 La ley de firma electrónica ELVIRA ARROYO a Sociedad de la Información avanza con paso firme, pero todavía son muchos los usuarios que desconfían de las nuevas tecnologías a la hora de enviar información o de realizar transacciones telemáticas. La nueva Ley de Firma Electrónica, que entrará en vigor en marzo de este año, adapta la legislación española a la directiva comunitaria. Además, amplía el ámbito de su uso y aporta las medidas necesarias para que los ciudadanos y las empresas tramiten sus gestiones con seguridad. L n marzo de 2004 entra en vigor la Ley de Firma Electrónica, que sustituye al Real Decreto Ley de 1999 y adapta la legislación española a la directiva comunitaria. La firma digital es desde hace tiempo habitual en España –sobre todo en el ámbito tributario– pero los datos revelan que la mayoría de los ciudadanos no se fían de las comunicaciones por Internet. La nueva normativa persigue promover el uso generalizado de la firma electrónica, como instrumento generador de confianza en las comunicaciones telemáticas. Una de las principales novedades de esta ley es que introduce el concepto de ‘firma electrónica reconocida’ para referirse a la rúbrica equiparable a la firma manuscrita. Sus requisitos son que debe estar basada en un certificado reconocido y haber sido creada por un dispositivo seguro. También destaca la eliminación del Registro de Prestadores de Servicios de Certificación, que ha dado paso a un mero servicio de información sobre los prestadores que operan en el mercado y las características de sus productos. La Ley promueve la autorregulación de esta industria para dar mayor libertad y protagonismo al sector privado. "Con esta reforma, se facilita la creación de sellos de calidad que fortalezcan E la confianza de los ciudadanos en la firma electrónica. Estos sellos pueden ser un indicador de la calidad del certificado electrónico", explica Manuel Gómez Vaz, jefe del departamento de Derecho de Nuevas Tecnologías y Protección de Datos de Lupicinio Eversheds. Otra modificación importante es que se establece una garantía económica de tres millones de euros por parte de los prestadores de servicios de certificación, de manera que dichas empresas puedan responder ante los clientes sin problemas. Esto sin olvidar que las entidades certificadoras se exponen a sanciones de hasta 60.000 euros en el caso de emitir documentos sin hacer las comprobaciones oportunas. FIRMA PARA LAS EMPRESAS La Ley introduce además la firma electrónica para las personas jurídicas, lo que agilizará muchos trámites en las empresas. Hasta ahora, las personas jurídicas sólo podían ser titulares de certificados electrónicos en el ámbito de la gestión de tributos, pero esta cobertura se amplía a otras actividades económicas. Con respecto a este punto, el abogado Manuel Gómez Vaz aclara que la firma electrónica de las personas jurídicas es una figura distinta a la firma electrónica de Ambas claves codifican y descodifican La mayoría de los ciudadanos no se fían de las comunicaciones por Internet. Clave pública Sistema de claves asimétricas. Clave privada Fuente: Ministerio de Ciencia y Tecnología. Escritura PÚBLICA Escritura PÚBLICA • 25 E N E S T E PA Í S • • E N E S T E PA Í S Escritura PÚBLICA Escritura PÚBLICA • • 27 26 La red notarial al servicio de la certificación on la entrada en vigor de la nueva ley de firma electrónica los ciudadanos interesados podrán obtener en las notarías certificados de firma electrónica. Para hacer frente a esta nueva labor los notarios existentes contarán con el respaldo de la Agencia Notarial de Certificación, entidad autorizada para emitir certificados digitales de firma electrónica tanto a personas físicas como jurídicas y a organismos de derecho público. La experiencia del notariado en esta materia es amplia. En los últimos dos años el Consejo ha dotado de firma electrónica reconocida a todos los notarios. C Clave privada (En poder del titular) Emite Prestador de servicios de certificación Certificado (Con la clave pública) Esquema de la PKI (clave pública + clave privada + certificado). los representantes de las personas jurídicas. La primera da firma a las entidades, no a sus representantes, con el fin de que pueda distribuirse entre varias personas físicas que forman parte de la organización y que formalmente no tienen capacidad de representación. Por eso, añade, "esta situación obliga a extremar las caute- las al designar a las personas físicas que soliciten un certificado para ser usado por la entidad, así como para que estos certificados no sean utilizados por personas no autorizadas". Otro aspecto relevante de la Ley de Firma Electrónica es que sienta las bases jurídicas del futuro DNI electrónico, que permitirá Cómo hacer un uso seguro de la firma digital Los certificados digitales son de uso exclusivamente personal: si se revelan las claves de acceso a otra persona, no habrá posibilidad de distinguir quién ordena una transacción, con las consecuencias que ello implica. ● Es preciso adoptar medidas de seguridad sobre los equipos informáticos para impedir la utilización de la firma por terceros. ● En cuanto al tipo de certificado, al no estar regulada la interoperabilidad entre diferentes certificados, el ciudadano deberá informarse de los certificados y proveedores que son compatibles con el servicio que pretende utilizar. ● El futuro DNI electrónico permitirá a los ciudadanos firmar documentos digitalmente a los ciudadanos identificarse y firmar documentos en el ámbito telemático. Su puesta en marcha potenciará las relaciones de los particulares con la Administración y las empresas a través de Internet. Sin embargo, el DNI digital ha despertado las críticas de las entidades certificadoras, que lo ven como una traba para su actividad. "La cuestión que se suscita es si una persona estará dispuesta a pagar por un certificado digital adicional, cuando tiene uno incorporado en su propio DNI. En la práctica, esto podría suponer una reducción del campo de actuación de los prestadores privados, limitándolo a la emisión de certificados para personas jurídicas", puntualiza Gómez Vaz. VALOR DEL DOCUMENTO PÚBLICO Una vez más, la actual regulación recoge el concepto de documento electrónico –"el redactado en soporte electrónico que incorpore datos que estén firmados electrónicamente"– y traslada a éste las mismas categorías del soporte papel, haciendo las siguientes distinciones: documentos públicos; documentos expedidos y firmados electrónicamente por funcionarios públicos; y documentos privados. El texto legal reconoce que cada uno de esos documentos tiene el valor jurídico que corresponde a su propia naturaleza, quedando así zanjada cualquier duda acerca del supuesto mayor valor del documento electrónico privado. Queda claro, por tanto, que el documento público electrónico es aquél firmado digitalmente por funcionarios que tengan la facultad legal de dar fe pública, judicial, notarial o administrativa. ASPECTOS MEJORABLES En términos globales, la valoración de la Ley de Firma Electrónica es muy positiva pero, obvia- mente, siempre hay aspectos mejorables. En opinión de Manuel Gómez Vaz, uno de ellos es la estandarización de la firma electrónica, "que permitiría la interoperabilidad de diferentes certificados y evitaría posibles repudios de firmas reconocidas. Ahora mismo es posible que el destinatario de un envío –por ejemplo, un registro público– rechace un documento –por ejemplo, una solicitud de registro– por no reconocer el certificado empleado por el remitente, aunque este certificado tenga validez absoluta", comenta. Por último, este experto sugiere que la firma digital será de poca utilidad si las empresas y la Administración no adoptan los medios necesarios para su implantación, o si los ciudadanos no se acostumbran a su uso. "Sin duda, va a ser necesario un esfuerzo para conseguir una ‘alfabetización digital’ de la mayoría de los usuarios. Todo apunta a que la firma electrónica se irá implantando en nuestras tareas cotidianas, pero a corto plazo no será de manera masiva, sino más bien sin prisa pero sin pausa", concluye. ■