Días mejores - Teatre Lliure

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© Ros Ribas
Días mejores
de Richard Dresser
dirección y adaptación Àlex Rigola
Festival Temporada Alta – Festival de Tardor de Catalunya (Girona/Salt), 5, 6 y 7 de
diciembre
Teatre Lliure (escenari Sala Fabià Puigserver), del 7 al 18 de enero
Teatro de La Abadía (Madrid), del 22 de enero al 8 de marzo
Teatre Bartrina (Reus), 2 de mayo
Días mejores
de Richard Dresser
dirección y adaptación Àlex Rigola
intérpretes
Ernesto Arias Phil / Irene Escolar Crystal / Lino Ferreira Arnie / Ana Otero
Faye / Tomás Pozzi Bill / Marc Rodríguez Ray
traducción del inglés Ignacio García May / escenografía Max Glaenzel con la
colaboración de Estel Cristià / vestuario Berta Riera / iluminación Maria
Domènech (aai) / diseño de proyecciones y sonido Pau Carrió
ayudante de dirección Carlota Ferrer / ajudante de escenografía Belén
Montoliu
coproducción
Teatro de La Abadía, Temporada Alta – Festival de
Tardor de Catalunya y Centre d’Arts Escèniques de
Reus
espectáculo en castellano
duración aproximada: 1h. 50’ sin pausa
Horarios:
de miércoles a viernes a las 20.30h.
sábados a las 17:00h. y a las 22h.
domingos a las 18:00h.
Precios:
miércoles día del espectador 15€
demás días 24€
con descuento (excepto día del espectador) 19€
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Unos jóvenes en paro queman muebles porque ni tan solo tienen calefacción
en su casa. ¿Son rebeldes, indiferentes o desesperados? ¿O sólo esperan días
mejores?
Rigola vuelve a dirigir un texto del autor de Un cop baix, una comedia social
sobre la devastación económica y sus peligrosos modelos, acorde con estos
tiempos.
más información en el vídeoblog: http://www.diasmejores.wordpress.com
gira prevista:
Palma de Mallorca (Teatre Principal)
27 y 28 de diciembre
Sevilla (Teatro Central)
14-15 de marzo
Málaga (Teatro Cánovas)
21-22 de marzo
Granada (Teatro Alhambra)
27-28 de marzo
Segovia (Teatro Juan Bravo)
3 de abril
Toledo (Teatro Fernando de Rojas)
24 y 25 de abril
León (Auditorio de León)
29 de abril
Reus (Teatre Bartrina)
2 de mayo
Salamanca (Teatro Liceo)
9 de mayo
Vitoria (Teatro Principal)
4 de junio
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”Es una comedia bastante trash con toques surrealistas”
Àlex Rigola en el vídeoblog de Días mejores
Better Days, veinte años después
Better Days fue escrito en una especie de frenesí hacia finales de los 80.
Aunque no hubo ningún acontecimiento específico que diera pie a la obra, me
pareció que como nación habíamos perdido el rumbo. Las cosas se caían a
pedazos y la gente se peleaba por encontrar una manera de sobrevivir.
En esa época, yo estaba viviendo en Manhattan, pero sentí que la historia real
sucedía en otra parte. Así que decidí darme un viaje en solitario a una agónica
ciudad en Massachusetts, el típico lugar donde la única industria se había
hundido y la ciudad se estaba tambaleando. Me metí en un hotel de carretera
barato y visité bares, cafeterías, cenas de la iglesia, partidos de fútbol del
instituto, cualquier sitio u ocasión donde se reunía la gente. Durante días me
empapé de la vida un tanto desesperada a mi alrededor. Parecía que la gente
estaba desgarrada entre la cruda realidad de intentar sacar el suficiente dinero
para poder vivir y el anhelo de algo más profundo que respondiera a una
especie de necesidad espiritual no expresada.
Volví a Nueva York con muchos apuntes de conversaciones que había
escuchado y observaciones casuales, y escribí una primera versión de la obra.
Los principales elementos estaban ya en ese primer borrador, concebido como
en una fiebre, pero después estuve largo tiempo para asentar la obra, a través
de lecturas y el trabajo con actores. No la escribí teniendo en mente a unos
actores en concreto, pero enseguida encontré unos actores que entendieran la
función desde la base y que tuvieran ganas de comprometerse con ella.
La asociación de autores de teatro neoyorquina New Dramatists fue de gran
ayuda en el desarrollo de la obra a partir de su primer boceto. Desde el
principio hubo gente que se enganchó con Días mejores y se realizaron unas
producciones maravillosas. Sigue siendo una obra que llevo en el corazón,
porque fue escrita de forma instintiva, sin planteamiento previo, a partir de una
cierta necesidad ferviente de intentar dar sentido a lo que sucedía a mi
alrededor. La obra habla de verdad de la supervivencia.
Por desgracia, Días mejores es hoy más relevante que cuando la escribí. Ya no
podemos engañarnos pensando que tenemos un sistema que funciona para
todos, no sólo para aquellos pocos que tienen la suerte de estar en la cumbre.
La mayoría de la gente queda fuera, al frío, obligada a valerse por sí misma,
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tratando de estar a la altura cuando los naipes están a todas luces en su
contra.
Éste es el mundo de Better Days: personas decentes, empujada al arroyo por
una economía aplastantemente injusta. Pero lo que no se podrá extinguir es su
esperanza. Quizá la cadena de incendios les aporte un medio para sobrevivir,
incluso si llegaran a quemar su ciudad. Y a lo mejor la Iglesia de la Divina
Garantía alimente su creciente hambre espiritual.
Hay en la obra una fuerte sensación de que el tiempo se va y eso conecta con
algo que en nuestros días está claramente en el aire: el hecho de que estamos
agotando la tierra y destruyéndonos por codicia y corrupción, de modo que, si
no cambiamos el rumbo, estamos realmente condenados.
Richard Dresser
octubre de 2008
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¿Quién me ha robado mi paranoia?
Hay algunas cosas de las que yo, como autor de teatro, dependo: una superficie
sobre la que pueda escribir; un grupo de escritores afines que compartan mi
amargura y mi desencanto; y, por último, esa feroz paranoia que nos hace ver que
la vida, a fin de cuentas, es un asunto bastante más tenebroso de lo que la gente
quiere creer.
Los americanos tenemos fama de ser unos tremendos optimistas. Se cree que
siempre empezamos el día con una sonrisa, con la fe en que el día de hoy será
mejor que el de ayer, a pesar de las aplastantes pruebas de lo contrario. Esta
atmósfera de confianza absurda para mí ha sido a menudo una agradecida fuente
de inspiración para mis obras. Así, construía mi éxito sobre la vaga y funesta
sospecha de que detrás de nuestra soleada actitud vital acecha algo tan oscuro y
enfermizo que casi no se puede ocultar. Sin embargo, es precisamente eso lo que
he intentado desvelar.
Últimamente he llegado a la convicción de que ya no puede haber paranoia, al
menos para mí. Puede que esta idea resulte paranoica, pero se fundamenta en
una convicción: la paranoia se vuelve imposible cuando los peores temores se
hacen realidad.
En los años 60 y 70 había rumores de que el gobierno amenazaba mediante
ataques estratégicos a determinadas personas para acabar con la oposición de
izquierdas. Era una cruzada arrogante e ilegal. Naturalmente, la gente más
comedida consideraba esa opinión como paranoica – hasta que salió a la luz la
lista negra de Nixon y se supieron a través de sus propias grabaciones secretas
todos sus trapicheos. El mes pasado, estas cintas descubrieron que Billy Graham,
asesor del gobierno y líder espiritual de EEUU, era antisemita. Las peores
suposiciones resultaron verdad.
Cuando el gobierno está en quiebra moral, puedes estar seguro de que la gente
volverá los ojos hacia la iglesia, para encontrar pautas espirituales. Esto tiene
consecuencias trágicas para mucha gente. Desde hace tiempo se sabe que
algunos sacerdotes católicos aprovechan su posición para el abuso sexual de
niños indefensos. Y quien dice que el problema tiene unas dimensiones mayores y
sobrepasa los casos puntuales, es considerado como un paranoico. Ni siquiera el
mayor cínico podría sospechar hasta qué punto está generalizada la repugnante
pederastia en el clero. La paranoia no estaba a la altura de la magnitud del
problema.
Vivimos en una época en la que incluso lo más privado puede ser registrado sin
dificultad. Gran parte de la población, vaya donde vaya, lleva consigo una cámara
de vídeo. Cuando en 1963 dispararon a John F. Kennedy, sólo hubo una película
de 8 milímetros (la película de Zapruder), que grabó el asesinato. A partir de esta
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única película se propagó la paranoia sobre quién era responsable del asesinato.
No hay duda de que hoy el desfile en coche del presidente sería registrado por
muchísimas cámaras. Precisamente este “boom” de cámaras ha confirmado
aquello que la población negra siempre ha sabido: que con los negros la policía
actúa de manera mucho más brutal que con los blancos. Se vio claramente en Los
Ángeles, donde se grabó en secreto a unos policías apaleando a Rodney King, un
conductor negro. Cuando el agente denunciado fue absuelto por un jurado
completamente blanco, se rebelaron los negros en South Central Los Ángeles. La
superstición de estos “paranoicos”, de que la malvada policía maltrataría a los
ciudadanos negros y saldría indemne, se demostró verdad. Ésa es la razón por la
que un paranoico con ciertas convicciones lo tiene cada vez más difícil: los peores
temores se confirman reales de una manera ineludible.
El 11 de septiembre, toda la acomodada América –cuya ingenua arrogancia de
años de economía fuerte había alimentado– chocó contra un límite. Los
americanos se vieron enfrentados al pánico de un atentado en su propio país. Y a
un enemigo, que sin patria ni centro y movido por un odio asesino, se empeñaba
en destruirnos. En la estela de estos atentados, se nos vino encima la disolución
de una empresa enorme –y enormemente criminal–, llamada Enron. Había hecho
más ricos a los ricos, mientras engañaba a sus propios empleados, por no hablar
ya de sus accionistas. Naturalmente, todo este asunto –a pesar de que los
contables temblaban febriles– fue muy bien reflejado en los medios, de modo que
sólo podíamos asentir con la cabeza. Y ya no nos asombramos de que esta
empresa, antes tan renombrada, fuera codiciosa y mentirosa hasta la médula.
Ahora ya lo hemos olvidado.
Creo que en los EEUU vivimos en una sociedad post-paranoica. Las convicciones
que tanto estimamos –como, por ejemplo, que nuestro modo de vivir sea un rayo
de esperanza para los marginados– han quedado devastadas. Aquello con lo que
ahora tenemos que tratar es demasiado real: el miedo, profundamente arraigado,
al absurdo terror, un miedo que en el resto del mundo ya desde hace tiempo está
a la orden del día. La realidad es peor de lo que imaginábamos en nuestras
peores pesadillas. Finalmente, nuestra paranoia no está a la altura de nuestro
tiempo.
Como autor de teatro, todavía me queda una superficie sobre la que puedo
escribir y un grupo de amigos amargados. Pero mi paranoia ha desaparecido
como la niebla que se despeja y me permite ver aquello que tengo justo delante.
Todavía no sé qué encontraré para suplirla. Tal vez la esperanza.
Richard Dresser
texto para la Schaubühne con motivo del estreno
alemán de Better Days (1 de abril de 2002)
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Richard Dresser
Massachusetts, 1957
Las obras de Richard Dresser se representan a
menudo en Nueva York y en el resto de los EEUU, y
también en Europa. Hace poco ha terminado una
trilogía sobre la felicidad en América, en la que ha
ambientado cada parte en una clase social: Augusta
(clase obrera), The pursuit of happiness (clase
media) y The view of the harbor (clase alta). Destacan de entre sus demás
títulos: Rounding third, que trata de la competitividad en la sociedad americana
desde el punto de vista deportivo; Below the belt, sobre americanos que
trabajan en el extranjero (estrenado en el Off-Broadway, en la Schaubühne de
Berlín y en el Festival de Sitges por el mismo Àlex Rigola); Something in the air,
que gira en torno a la última inversión sin riesgos que queda en el mundo: el
seguro de vida; Gun-shy, sobre el final y el nuevo inicio del matrimonio; The
downside, en la que una desesperada compañía farmacéutica apuesta por una
nueva droga anti-estrés; Alone at the beach, sobre unos solitarios que intentan
compartir una casa de veraneo sin matarse unos a otros; Wonderful world, que
retrata a una família rota por una cuñada diabólica, y Good vibrations, un
musical sobre los Beach Boys.
También ha escrito piezas cortas como What are you afraid of?, que transcurre
en el interior de un coche con los espectadores en el asiento de atrás, o The
road to ruin, y también Greetings from the home office, una pieza sin actores,
entre instalación y vídeojuego.
más información:
http://www.doollee.com/PlaywrightsD/dresser-richard.html#48228
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bibliografía seleccionada
Textos sobre el teatro norteamericano (vol. II, O’Neill; vol. III, T. Williams; vol.
IV, A. Miller). Universidad de León.
Banks, Russell; Soñando América. Bruguera.
Bassets, Lluís; La oca del señor Bush. Cómo la Casa Blanca ha destruido el
orden internacional. Ediciones Península.
Bermann, Morris; Edad oscura americana. La fase final del imperio. Sexto
piso.
Brzezinski, Zbigniev; Tres presidentes. Editorial Paidós.
Krasner, David; American Drama 1945-2000: An Introduction. Blackwell
Publishing.
Krugman, Paul; Después de Bush. El fin de los "neocons" y la hora de los
demócratas. Editorial Crítica.
Strand, Mark; Hopper. Lumen.
Weisberg, Jacob; La tragedia Bush. La Magrana.
Zinn, Howard; La otra historia de los Estados Unidos (Desde 1492 hasta hoy).
Argitaletxe Hiru, S. L.
*Dresser, Richard; Rounding Third. Dramatic Publishing.
Augusta. Dramatic Publishing.
Club Mojito. Dramatic Publishing.
Wonderful World: A Play in Two Acts. Dramatic Publishing.
A View of the Harbor. Dramatic Publishing.
*Dramatic Publishing no distribuye libros fuera de los Estados Unidos.
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Àlex Rigola
Barcelona, 1969
Director de escena. Director del Teatre Lliure desde 2003.
Direcciones de escena y adaptaciones
2008 Rock’n’roll, de Tom Stoppard. Teatre Lliure.
El buñuelo de Hamlet, de Luis Buñuel y Pepín Bello. Lectura. Expo Zaragoza
2008.
2007 2666, de Roberto Bolaño. Teatre Lliure - Festival de Barcelona Grec 2007.
Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo Teatral, Mejor Dramaturgia y Mejor
Escenografía. premio Terenci Moix de las Artes Escénicas 2008 y premio
Qwerty 2008 a la Mejor Adaptación de una novela a otro formato.
El holandés errante, de R. Wagner. Gran Teatre del Liceu.
2006 La nit just abans dels boscos, de B-M. Koltès. Temporada Alta.
Arbusht, de Paco Zarzoso. Teatre Lliure – Festival de Barcelona Grec 2006.
Largo viaje hacia la noche, de Eugene O’Neill. Teatro de La Abadía 2005-06.
Premio Notodo 2006 al Mejor Montaje de Artes Escénicas.
2005
European House (prólogo a un Hamlet sin palabras). Festival Temporada
Alta.
Ricardo 3º, de William Shakespeare. Festival de Teatro Clásico de Almagro y
Teatre Lliure 2005-06.
2004
Santa Juana de los Mataderos, de Bertolt Brecht.
Festival Grec 2004 y Teatre Lliure 2004-2005.
2003
Glengarry Glen Ross, de David Mamet. Teatre Lliure.
Cançons d’amor i droga (Pla es fa el Sales). Teatre Lliure.
Cancionero de palacio, XVII Festival Castell de Peralada. Dirección musical
Carles Magraner.
2002 Julio César de W. Shakespeare. Teatre Lliure.
Ubú de Alfred Jarry. Teatro de la Abadía de Madrid.
2001
2000
Woyzeck de G. Büchner. Festival Grec y Teatre Romea.
Titus Andrònic de W. Shakespeare. Festival Grec 2000 y Temporada Teatre
Lliure 2000-2001. Premio José Luis Alonso para jóvenes directores de l’ADE
(Asociación de Directores de Escena) 2000 y Premio Butaca 2001 al mejor
director de teatro y al mejor montaje teatral. Premio de la Crítica a la Mejor
Dirección.
Suzuki I i II de Alexei Chipenko. Teatre Lliure.
Les variacions Goldberg de George Tabori. Teatre Nacional de Catalunya (Sala
Tallers).
Un cop baix de Richard Dresser. Sitges Teatre Internacional (STI) y Sala Beckett.
Premio de la Crítica a la Mejor Dirección.
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1999
La màquina d’aigua de David Mamet. STI y Sala Beckett. Premio de la Crítica a
la Mejor Dirección.
1998
Troianes de Eurípides. STI.
1997
Kafka: El procés de Franz Kafka. STI y Teatre Adrià Gual.
1996
Camí de Wolokolamsk (I) de Heiner Müller en el homenaje a Heiner Müller
celebrado en el Teatre Artenbrut.
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Los intérpretes
Ernesto Arias
Sus inicios están ligados a grupos independientes en su
Asturias natal como Teatro del Norte, Trasgos Teatro y
Kamante Teatro. En 1992 se traslada a Madrid e interviene en
el montaje dirigido por Jesús Cracio Precipitados, con textos
de Ernesto Caballero, Ignacio del Moral y Leopoldo Alas,
además de participar en la obra Suburbania de Hanif Kureishi
con el grupo Yacer Teatro, dirigido por Pablo Calvo.
En 1994 se incorpora a la Compañía del Teatro de la Abadía,
dirigido por José Luis Gómez, a la que pertenece en la
actualidad y donde ha continuado su formación teatral. Desde el año 2004 es
Coordinador de Formación del Teatro de La Abadía. Desde la fundación de la
Compañía de La Abadía ha intervenido en los siguientes montajes: El retablo de la
avaricia, la lujuria y la muerte de Valle Inclán, dirigido por José Luis Gómez,
espectáculo en el que ha participado en sus distintas reposiciones; La noche XII de
Shakespeare, dirigido por Gerardo Vera; Fausto de Goethe; dirigido por Götz
Loppelman; El señor Puntila y su criado Matti de Bertolt Brecht, dirigido por
Rosario Ruiz Rogers; La baraja del Rey don Pedro de Agustín García Calvo, bajo
la dirección de José Luis Gómez; El mercader de Venecia de Shakespeare,
dirigido por Hansgünther Heyme; y Mesías de Steven Berkoff, dirigido por José
Luis Gómez; Defensa de Dama de Joaquín Hinojosa e Isabel Carmona, dirigida
por José Luis Gómez; Rey Lear de Shakespeare dirigida por Hansgünther Heyme;
Garcilaso, el cortesano sobre textos de Garcilaso, Boscán y Castiglione;
Terrorismo de los Hermanos Presniakov ambos bajo la dirección de Carlos Aladro;
Comedia sin Título de Lorca, dirigida por Luis Miguel Cintra; El portero de Harold
Pinter, dirigida por Carles Alfaro y La Ilusión de Tony Kushner, dirigida por Carlos
Aladro.
Irene Escolar
Pertenece a una familia de grandes actores (es nieta de Irene
Gutiérrez Caba). Formada en la escuela de Cristina Rota, con
apenas veinte años posee ya una variada trayectoria
interpretativa que abarca teatro (Mariana Pineda dirigida por
Joaquín Vida, Adiós a la bohemia dirigida por Mario Gas),
televisión (El comisario, LEX) y sobre todo cine. En la pantalla
grande la hemos podido ver en Los girasoles ciegos de José
Luis Cuerda, Canciones de amor en Lolita’s Club de Vicente
Aranda, El séptimo día de Carlos Saura o Imagining Argentina
de hristopher Hampton. También ha participado en varios
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cortometrajes de Rodrigo Rodero (Chatarra, El campo de la rosa, Seis o siete
veranos) y de José Miguel Alonso (Ermyntrude y Esmeralda).
Lino Ferreira
Se formó en La Abadía con maestros como Eugenio Barba,
José Luis Gómez, Agustín García Calvo o Hernán Gené.
Continuó su formación en la Escuela de la Compañía Nacional
de Teatro Clásico junto a Juan Pedro de Aguilar, Elvira Sanz y
Ramón Regidor. En La Abadía formó parte del Rey Lear que
dirigió Hansgünter Heyme y del Ubú Rey que dirigió Àlex
Rigola. En la temporada pasada le tuvimos también en El
Burlador de Sevilla que dirigió Dan Jemmett. Otros montajes
destacados en los que ha trabajado son: Las mocedades del
Cid de G. de Castro, El viaje infinito de Sancho Panza de A. Sastre, El sí de las
niñas de Moratín, todas dirigidas por Gustavo Pérez Puig; El jardín de Falerina de
Calderón, dir. Guillermo Heras; El enfermo imaginario de Molière, Amor de Don
Perlimplin de Lorca, Otelo de Shakespeare, todas dirigidas por Antonio D. Florián;
La vida es sueño y El astrólogo fingido de Calderón, dirigidas por Gabriel Garbisu;
etc. En cine trabajó a las órdenes de José Luis Borau en Leo y ha participado
además en series de televisión como Farmacia de guardia o Crónicas urbanas.
Ana Otero
Completó su formación en cursos y talleres con Javier Yagüe,
Pilar Miró, Rafel Ruiz, Bob McAndrew, Lennard Petit, Juan
Carlos Gené o David Finder, los tres últimos en La Abadía.
Sus últimos trabajos en teatro han sido a las órdenes de
Ernesto Caballero (Presas y Noches de Amor efímero) y
Joaquín Hinojosa, con quien trabajó en la producción de La
Abadía El libertino. Otros montajes en los que ha participado
son: Doblegarganta, Dir. Maxi Rodríguez; Aquellas colinas
azules, Dir. Pilar Masa; Viento es la dicha del amor, Dir.
Juanjo Granada; De fuera vendrá... Dir. Juan Polanco; Las
galas del difunto, Dir. Francisco muñoz, Aquí no paga nadie y La noche de las
Tribadas, ambas dirigidas por Carlos Vides.
Para televisión ha trabajado en las series: Amar en tiempos revueltos, Tiempofinal,
Compañeros, Todos los hombres sois iguales y Blasco Ibáñez; y en la TV movie
Flores muertas. En su carrera cinematográfica podemos destacar: Reflejos de
Miguel Ángel Vivas, La voz de su amo de Emilio Martínez Lázaro, Malena es un
nombre de tango de Gerardo Herrero, Ikebana de Nel Escudero y Dame fuego de
Héctor Carré.
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Tomás Pozzi
Desarrolla buena parte de su carrera en su Argentina natal,
donde recibe diversos premios. En España ha desarrollado
una variada trayectoria actoral que incluye publicidad, video
clips, televisión (Aída, Los Serrano, Crónicas marcianas, Mis
adorables vecinos, Channel nº 4), largometrajes (La máquina
de bailar de Óscar Aibar, Manolete de Menno Meyjes y
Mortadelo y Filemón de Miguel Bardem), cortometrajes, caféteatro, etc. Con Animalario y Andrés Lima ha trabajado en
Marat-Sade de Peter Weiss, Últimas palabras de Copito de
Nieve de Juan Mayorga y la ópera contemporánea La noche y la palabra, con
libreto de Gonzalo Suárez que se pudo ver en La Abadía. Ignacio García le dirigió
en la opereta Black el payaso, Francisco Suárez en Ítaca para el Festival de
Mérida y Mario Gas en la lectura dramatizada 2 noches con Don Juan. Ha
participado además en los montajes de la Sala Triángulo Beautiful people de
Joaquín Ostrovsky, Punto muerto y MK054, y ha sido asistente de dirección de
Ostrovsky en Proyecto Aldo Pastur para la Cuarta pared.
Marc Rodríguez
Actor formado en Barcelona, donde ha desarrollado la mayor
parte de su carrera teatral. Con Àlex Rigola ya colaboró en
Titus Andrònic, Juli Cesar de Shakespeare. Carme Portacelli
le dirigió en Sallinger y El retorn al desert, ambas de B. M.
Koltes, y Hamlet-Machine de H. Müller. Su último trabajo
sobre las tablas ha sido La forma de les coses de Neil
Labutte, bajo la dirección de Julio Manrique con quien ya
trabajó en Els boscos de D. Mamet y El miedo y la música del
propio Manrique. Otros directores con los que ha colaborado
son: Rafel Duran (Valencia de P. Zarzoso, Una vida al teatre de D. Mamet y La
dama enamorada de Puig i Ferrater), Lurdes Barba (Caça de rates de P. Turrini),
Josep Maria Mestres (Romeu i Julieta de Shakespeare), Jordi Prat (Obra vista de
J. Prat) o Sergi Belbel (En pólvora de A. Guimerà).
Ha trabajado además en series de televisión como Zoo, Porca misèria, Majoria
absoluta o Jet lag, en TV3, o MIR y Ris en Tele 5, además de TV movies como El
pulso o Freetown. En cuanto a cine, ha participado en películas como Tu vida en
65 minutos de Maria Ripoll, Salvador de Manuel Huerga, Roadspain de Jordi Vidal
o El kaserón de Pau Martínez.
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Equipo artístico
Max Glaenzel / Estel Cristià
escenografía
Desarrollan juntos su trabajo desde 1993. Desde el año 2000 han participado en
los montajes de Sergi Belbel, Lurdes Barba, Toni Casares, Pep Anton Gómez,
Ferran Madico, Manuel Dueso y Antonio Simón, entre otros. Destaca
especialmente su labor en Dissabte, diumenge i dilluns de Eduardo De Filippo
(2002), Forasters de Sergi Belbel (2004), Ròmul El Gran de F. Dürrenmatt, Amor,
fe, esperança de Ödön Von Horváth, Tot és perfecte de Roger Bernat, Els
estiuejants, con dirección de Carlota Subirós, Les falses confidències de Marivaux
(dir. Sergi Belbel), Largo viaje hacia la noche de Eugene O’Neill (dir. Alex Rigola) y
Otel·lo de Carlota Subirós.
El año 2007 fue especialmente prolífico para este equipo de escenógrafos ya que
diseñaron las escenografías de los espectáculos: Saló Primavera de Lluïsa Cunillé
(dir. Lurdes Barba); A la Toscana de Sergi Belbel (dir. Sergi Belbel); El perseguidor
de Cortázar (dir. Lurdes Barba); 2666 de Roberto Bolaño (dir. Àlex Rigola); Sex
n’drugs n’Johan Cruyff de Josep Julien (dir. Josep Julien); Viatges a la felicitat a
partir de textos de Eduard Punset; Das paradies experiment (dir. Roger Bernat) y
Unes veus de Joe Penhall (dir. Marta Angelat). Max Glaenzel y Estel Cristià
intervinieron en la pasada temporada en dos producciones del Centro Dramático
Nacional: El tío Vania dirigido por Carles Alfaro y la obra Après moi, le déluge, de
Lluïsa Cunillé, coproducción con el Teatre Lliure, dirigida por Carlota Subirós. En la
presente temporada han participado en Rock’n’roll de Tom Stoppard dirigida por
Álex Rigola y actualmente están trabajando en Jugar amb un tigre de Doris
Lessing (dir. Carlota Subirós) y Platonov de Antón Chéjov, que dirigirá Gerardo
Vera en el CDN.
Berta Riera
vestuario
Ha participado en la creación y producción del vestuario para los espectáculos
Jack i les mongetes màgiques de Albert Doz (2003, dir. Gabi Doz), Arbusht de
Paco Zarzozo (2006, dir. Álex Rigola), European house de Álex Rigola (2006, dir.
Álex Rigola), 2666 de Roberto Bolaño (2007, dir. Álex Rigola), Unes veus Joe
Penhall (2007, dir. Marta Angelat), La nit just abans dels boscos de Bernard-Marie
Kòltes (2007, dir. Álex Rigola), La torre de la défense de Copi (2007 dir. Marcial Di
Fonzio Bo), La bella i la bèstia de Albert y Gabriel Doz (2008, dir. Gabi Doz).
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Maria Domènech
iluminación
Vicepresidenta de la Asociación de Autores de Iluminación (A.a.i.). Inicia su trayectoria
profesional, en el campo de la iluminación, en el Teatre Lliure de Barcelona
interviniendo en más de 50 montajes teatrales bajo la dirección de Fabià Puigserver,
Lluís Pasqual, Pere Planella, Josep Montanyès, Rosa Maria Sardà, Carme Portaceli,
Xicu Masó, Lluís Homar, Ariel García Valdés. En 1989, becada por la Generalitat de
Catalunya, realiza un stage de iluminación en el Festival de Teatro de Avignon con
Jean Pierre Vincent, y en el Théâtre des Amandiers, en París, con Klaus Grüber y
Patrice Chereau. Durante la temporada 93-94, se incorpora al Gran Teatre del Liceu
de Barcelona, interviniendo en Der Fliegende Holländer, Fedora, La fille du regiment,
Mathis der Maler, Turandot yLucia de Lammermoor. Ha realizado la iluminación de un
gran número de exposiciones, con arquitectos como Dani Freixas, Òscar Tusquets,
Fernando Marzá, Pedro Azara, Lluís Pau, entre otros. Asimismo, ha diseñado la
iluminación de l'Espai Gaudí en la Pedrera de Barcelona (Premio de la Crítica de Arte),
el Museu-Teatre Dalí en Figueres, el Museu del Cinema en Girona, el Monestir de les
Santes Creus en Tarragona o la Abadía de Fontenay en Francia. Teatro de La Abadía.
Ha participado en Festivales como Itálica en Sevilla, el Festival de Otoño en Madrid, el
Grec en Barcelona con diferentes compañías, realizando numerosos diseños de
iluminación para espectáculos de teatro, con directores como Konrad Zschiedrich, Xicu
Masó, Josep María Mestres, Carme Portaceli, Rafel Duran, Magda Puyo o Àlex Rigola;
de danza, con compañías como Gelabert-Azzopardi, Danat-Dansa, Satsumas,
Mudances, y de diversos montajes de ópera, como Madama Butterfly, La flauta
mágica, Don Giovanni, Un ballo in maschera, Anna Bolena, Falstaff, Carmen, Acis y
Galatea, en diversos teatros en España y Sudamérica. Entre sus últimos trabajos:
Solness, el constructor (TNC) y Ball Trampa (Grec 2001-Tantarantana), dirigidos por
Carme Portaceli, El coronel ocell (TNC) y Els enamorats (Teatre Sa Maniga-Mallorca),
dirigidos por Rafel Durán, Les variacions Goldberg (TNC), Titus Andrónic (Grec 2000Teatre Lliure), Woyzeck (Grec 2001-Teatre Romea) y Suzuki (Sala Fabiá PuigserverTeatre Lliure) dirigidos por Alex Rigola, El somriure (Luzernertheater-Grec 2001) con la
compañía Mudances, dirigido por Angels Margarit, Mon Brossa (TNC), dirigido por
Franco di Francescantonio, El somni d'una nit d'estiu (Teatre Micalet-Valencia), dirigido
por Joan Peris, y Un sant sopar europeu (Mercat de les Flors), dirigido por Lurdes
Barba.
Pau Carrió
diseño de proyecciones y sonido
Licenciado en Dirección Escénica y Dramaturgia, es colaborador habitual de Àlex
Rigola, para quien ha trabajado como ayudante de dirección en Arbusht de Paco
Zarzoso, La nit just abans dels boscos de B. M. Koltés, 2666 de Roberto Bolaño,
Hamlet de Luis Buñuel, en la que también compuso e interpretó la música original, y
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Rock’n’roll de Tom Stopard, en la que también diseñó el espacio sonoro y el cartel.
Con Oriol Broggi también ha ejercido de ayudante de dirección en Magnus de Jordi
Teixidor, Primera història d’Esther de Salvador Espriu, El carter del Rei de R. Tagore y
Antígona de Sófocles, para la que también creó el espacio escénico que pudimos ver
en La Abadía hace dos temporadas. Ha sido además ayudante de dirección de Pau
Miró en El somriure de L’elefant y de Manel Dueso en JRS. De dotze anys. Su último
trabajo como director ha sido Hedda Gabler de Enrik Ibsen, en la que también ha
diseñado la escenografía y el espacio sonoro. En 2002 dirigió un texto propio, G-8
(porta tancada), y más tarde El viatge de Andrea Segura y Davant de l’Home: Thomas
Bernhard de Esteve Soler. Entre sus múltiples facetas están las de guionista de
televisión, guitarrista y vocalista en varios grupos y asistente del equipo de dirección
artística del Teatre Lliure.
Carlota Ferrer
ayudante de dirección
Ligada a La Abadía desde finales de los 90 donde se formó como actriz con José Luis
Gómez, Rosario R. Rodgers, Roberto Cerdá, Mara Navarro, Vicente Fuentes y, más
recientemente, Ana Vallés, Dan Jemmett o Marcelo Magni. Ha estudiado, además,
teatro, danza y canto en diferentes países con maestros como Liuba Cid, Esperanza
Abad, Bill Thomas, Olga Mesa, Michelle Mann, Genadi Vogdanov, Flora y Arcadi
Levin, Eugenio Barba o Roberta Carrieri. También es licenciada en Dirección escénica
y dramaturgia por la RESAD.
Como actriz ha intervenido en los montajes: Me acordaré de todos vosotros y El vicio
de mirar, ambos de Ana Vallés en La Abadía; Dos de mayo de Francisco de Paula
Martí, dir. Esther Ríos; Pared de Itziar Pascual, di. Roberto Cerdá; Rien, je ne regrette
rien de Oskar Galán, dir. Xavi Castañeira; Sueño o capricho de José Ramón
Fernández, dir. Fernando Soto; La noche de los Quijotes de S. M. Bermúdez, La mujer
loca de Dario Fo, Medeamaterial de Heiner Müller, Historias mínimas de Javier Tomeo,
todas dirigidas por Liuba Cid; Códigos de Joan Espasa, dir. Joan Espasa, etc. Con
Àlex Rigola ya trabajó como actriz en Ubú Rey de Alfred Jarry en La Abadía.
Como directora y coreógrafa, algunos de sus trabajos son: Cancro de José Manuel
Mora, donde también actúa, Dos de Mayo de Francisco de Paula (coreografía),
¡Carnaval, carnaval! (coreografía), Archiánfano de Goldoni (co-dirección y
coreografía), Ja! de Jardiel (dirección), El corazón de Ofelia de Joan Espasa (dirección
y coreografía), Pared de Itziar Pascual (ayte. dirección y asesoría de movimiento), La
noche de los Quijotes (ayte. dirección y coreografía), etc.
También desarrolla una labor docente en diferentes centros y ámbitos, incluido el
centro de formación de La Abadía.
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