Algunas consideraciones sobre el Estado

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Algunas consideraciones sobre el Estado
Carlos Longhini
El análisis del papel del estadomodernoque llevamos adelanteno se
orientahaciala consecución de una definición que décuentade él a travésde
una conceptualización precisa, ni tampocoproveeelementos quecontribuyan
a descubrir en él un significado único.Nocióninaprehensib1e, entidadabstrusa, el estado en la modernidad adquiere sentidos diversos todos los cuales
estánrelacionados con otrosconceptos que hacen a la vida delas sociedades:
democracia, poder, soberanía, representación, partidos políticos, sociedad
civil,etcétera. El tratamiento de estos temasa la luz de la filosofía políticaes
un intento por responder filosóficamente a problemas políticos de nuestro
tiempo
Desde diferentes campos de pensamiento se estudia el fenómeno
"modernidad" y sus alcances comouna forma de buscar-y encontrar- algún
parámetro que permita mensurar -y explicar- el cúmulo de sucesos que
vertiginosamente apareceny desaparecen del escenario de la historia Entre
los grandes filósofos que reflexionaron profundamente sobrela modernidad
se encuentran Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, para quienes su
característica másnotableesla de serentendidacomounaprogresiva' 'iluminación" que se desarrolla sobrela base de un proceso cada vez más pleno de
apropiación y reapropiación de los "fundamentos", los que a menudo son
concebidos como verdaderos' 'orígenes". Así,Nietzsche denuncia el proceder frío e inescrupuloso de este monstruo que persigue la opresión de los
pueblos. "En algún lugar existen todavía pueblos y rebaños, pero no entre
nosotros hermanos míos: aquí hay Estados. ¿Estado? ¿Qué es eso? ¡Bien!
Abridlos oídos, puesvaya decirosmi palabrasobrela muertedelos pueblos.
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Estado se llama el más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso
cuando miente;y ésta es la mentira que se desliza de su boca: 'Yo, el Estado,
soy el pueblo'" 1•
Este autor iniciará,como camino de aclaración, una indagaciónde tipo
genealógica' que resultará algo así como una investigación de la bastardía
política Si nos remontamos hasta Platón se verá que el interés está centrado
siempreen lo que constituyela búsqueda de causas y razones de los fenómenosperoprivilegiando elinmutablemundode lasideasporsobrela engañadora
materia sensible: todo lo relacionado con el cuerpo, con la materia, los
placeresy los deseos es condenado como pernicioso; doble condena pues se
aparta del camino del conocimiento y conduce a los hombres a destinos
alejados del bien. Esta doctrina tiene implicancias políticas precisas pero,
además,constituye el trasfondo conceptual que va a regir en gran medida el
funcionamiento de la racionalidadoccidental,siendouno de sus resultadosel
de reducir los riesgos de la vida en pos del incremento de la seguridady del
bienestarmedio. Tanto el helenismocomo el cristianismo tienenimportantes
puntos de contacto con el esquema platónico de pensamiento a través de la
meta declarada del cristianismode hacer' 'mejor" a la humanidad,de lograr
la domesticación de la bestia humana. El estado, nunca ajeno a esto, ha
tomado el relevo de la Iglesia: "En la tierra no hay ningunacosa más grande
que yo: yo soy el dedo ordenador de Dios". La ciencia aporta sus conocimientos a este :fin contribuyendo a la creciente separación del hombre de
aquello que lo sumerge en la vida, pero a su vez la ciencia también crea una
nueva metafísica, una nueva piedad que reclamará para sí cada vez más
sacrificios en aras de afirmar un mundo distinto del de la vida.
El marco en donde se desarrollaeste avancede la "función estado" es
el del nihilismo, que no es una doctrinasinouna preocupanteconstataciónque
tiñe todo lo que se entienda en la actualidad por civilización. No importa el
carácterdel estado pues su naturalezano cambia:ser el administrador de unas
masas envilecidaspor un poder que nivela y embrutece. Obviamente desde
distintas disciplinas se evalúa el fenómeno del estado con mayor o menor
fortunapero creemos que estacrítica da fundamentosparaulterioresavances,
los que profundizan en algunas de las múltiples líneas de análisis sobre su
naturalezay función.
118
***
Haremosreferenciaa un perfil del estado que para nosotrosrevisteun
gran interés,se trata del "estado sabio"? como aquelque busca y obtieneun
conocimiento cada vez mayor de las cosas lo que le asegura su mejor
funcionamiento. Sin embargo, este tipo de estadono será considerado como
una entidadsinomás bien como una categoría en el sentidokantiano,esto es,
un conjunto de caracterizaciones abstractas gracias a las cuales se pueden
construirjuicios generales de inteligibilidad. Lo esencial en él es el poder
político, el tipo de orden que instituye,los mediosque utilizapara imponerlo
-que no se reducen a la coacción y a la intoxicación ideológica- y los
mecanismos institucionales que pone en prácticapara hacerlopenetrarhasta
lo más profundo. Esta "categoría" de estado, sin embargo,no pretende ser
privativade algunarealidadpolíticaconstatablehistóricay geográficamente,
se trata del análisis de modos de organización de las sociedades y de
funcionamiento de los gobiernos, proyectos socio-políticos que pueden coexistiren regímenes políticos de muy diversaíndole.
La expresión "estado sabio" es, en parte, ambigua porque más que
apuntara una sabiduríapropia del estado,propendea resaltarun rasgo quelo
caracteriza: las ciencias de la naturaleza, y las ciencias del hombre y la
sociedad-junto a las técnicas que de ellas derivan-constituyenel criteriode
un buen gobierno. La tecnología provee los elementosconcretospara materializaruno de los anhelos progresistas nacidosen el siglo pasado, a saber, el
incremento sinlímitesde bienescomo la clavedel orden y delbienestar.En la
composición de esteestadohayun primermomentoqueatañeal hechode que
las actividades científicaspenetrancada vezmás profundamente en la vidade
las sociedades industrializadas", y que por causas atinentes a las exigencias
propiasde la productividady a necesidades de tipo militares, la organización
de la cienciay de la técnica se van convirtiendo progresivamente en asuntos
del estado",
Un segundo aspecto está referido a la crecientenecesidadde conocer
las leyes que gobiernanlos fenómenossocialesen su totalidad, y a talesfines
acuden las ciencias sociales con su desarrollo sostenido teniendo como
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modelo, en gran medida, a las ciencias de la naturalezay confiando en que
proporcionarán a la política un instrumento controlado y eficaz. El estado
contemporáneo, en este sentido, da un cariz nuevo a la función asignadaa la
racionalidaden la política.Jürgen Habermasya ha señalado quela investigación, tanto en sus aspectosteóricoscomo en sus aplicaciones, es tributariade
capitalesprocedentesde los Estados interesados y de sociedades multinacionales'en plan de conquista de nuevos mercados,con lo cual la ciencia entra
directamente en las fuerzas productivasy se constituyeen elemento esencial
de la política. Es convenienteseñalar que este gran dinamismo social producido por la ciencia se transforma en estímulo permanente, aun cuando las
satisfacciones que el ciudadanoencuentreen ella puedan ser en parte realesy
en parte ilusorias.
Pero la racionalidad del Estado en sus diferentes articulaciones teóricas -desde los planteas referidos a la competenciatécnica y a los grupos de
elite (parsons, Mills) hasta los llamados análisis sistemáticos (Deutsch,
Easton)- es severamente cuestionada desde diversos ángulos. Una de las
proposiciones más interesantes es la debida a Habermas que retoma la línea
de Max Weber en cuanto a 'analizar la creciente coacción de la burocracia
administrativa por sobrelas decisionesgubernamentales dentrode una modalidad totalizante que es la planificación", La modernidadestá signada porel
desmoronamiento de las tradicionales legitimaciones -Weltanschauung- del
orbe, con lo cual se refuerza cada vez más la racionalización dentro de la
sociedada la par de la crecienteinstitucionalización del progresocientíficoy
técnico. La desaparición de aquellasviejaslegitimaciones implicaun progresivo "desencantamiento" que conlleva en sí la pérdidaen el individuode su
capacidad para orientar la acción tanto en el plano individual como en el
colectivo. En sulugar seimponeun tipoúnicode acciónque esla racionalcon
respectoa fines,es decir,la acciónmeramenteinstrumental, y esto se debe-en
gran medida-a quela ciencia y la técnicacomo principales fuerzas productivas se conviertenen la fundamentalbase de legitimación.
Desde, prácticamente, fines del siglo pasado asistimos, en los países
económicamente desarrollados, al crecimientode dos tendenciasevolutivas:
el incremento de la capacidad intervencionista del Estado a los fines de
reforzarla estabilidad delsistema,y la cadavezmásestrechainterdependencia
entre ciencia y técnica lo que las reafirma, ya hemos visto, como la primera
120
fuerzaproductiva En el marcode estoscambiosesquela dominación política
comienzaa tener otro modo de legitimación pues ya no satisfacela ideología
del intercambio equitativo. En su lugar aparece un "programa sustitutorio"
(al decir de Habermas) en donde el Estado potencia su política socialcon el
[m de estabilizar lo más que se pueda el ciclo económico para regular las
disfunciones del sistemacapitalista. La forma de actividadpolíticaa travésde
la cual opera-incluyendo al Estado- es la de la conducción técnica y
administrativa de la sociedad, haciendo valer como decisivo el sistema de
medioscapacesde asegurar tanto el bienestarcomo la seguridad. Uno de los
efectosdela aplicaciónde esteprogramaesla despolitización dela granmasa
de la población', debido a que la solución de problemas técnicos de regulación de la sociedad escapa, se presume, a la discusión pública: la cuestión
políticaesenciales la del equipo técnicamentecompetente.
Los mentores del Estados sabio "quieren poner bajo control a la
sociedadde la misma forma que a la naturaleza, es decir, reconstruyéndola
según el modelo de los sistemas autorregulados de la acción racional con
respectoa fines y del comportamiento adaptativo"8. La opción a seguir,para
Habermas, es tomar partido por la razón que sea capaz de definir sus fines
prácticoscolectivoscontra la razón instrumental. Las relacionesentre tecnócratas y políticos pueden representarse, idealmente, como armónicas en la
perspectiva de una sociedad democrática que funcionara en condiciones
óptimas, sin pasiónexcesivaque resultedel conflictode intereses,ni manipulación de los mass media. Entonces podrá suponerse que los epecialistas no
buscan en modo alguno salirse de su papel de técnicos que evalúan los
medios,y que los fines perseguidos son objeto de una larga discusión cívica
que inspira las decisiones de los responsables políticos. El Estado sabio forma privilegiada de la administración de los países industrializados y
modelo para el mundo entero- se da y organiza como estructuratotal de la
sociedadoperando una fusión(utilizando una terminología un tantohegeliana)
entre el dominio privado, la actividad económica y el orden estatal. Se
materializa en una sujeción creciente de los individuos y de los grupos
realizadapor medio de un cuadriculado cada vez más estrictode la existencia
social,y es precisotener en cuentaquela dominaciónpolíticainstauradaen el
Estadopenetrala realidad hasta constituirla, asegurando su poder a travésde
su aparato científico-técnico. Este Estado es totalizador porque engloba lo
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económico y lo político en un mismocampotécnico-administrativo autoritario signado por la racionalidad científica, y terminapor absorber las diversas
potencialidades singulares secretadas por el cuerpodelassociedades. En todo
el planeta, el Estado, como forma y como poder, imponesu orden que es el
marco obligatorio en cuyo interior en el seno de cada nación se enfrentan
fuerzas económicas, militares, en conflictos abiertos o latentes. Ese orden
definelos-principios que regulan la existenciasocial: el beneficio, la competencia, el crecimiento indefinido, la acumulación, el derroche. La técnica, que
se evade cada vez más de la cienciay se autonomiza en poder tecnológico,
aportalos mediosde esa políticay extiendesus prácticas organizadoras.
***
Para tratar el Estado total, procuraremos no entrar en la problemática
que atañe a las múltiples interpretaciones del fenómeno totalitario ni en la
disputa, más específica, en tomo a la extensióndel concepto de totalitarismo,
panorama sistematizado -entreotros-porMarceloStoppino". Tampoco intentaremos evaluar la polémica afirmaciónde Spirosobrela incapacidad operativa
comotal del concepto de totalitarismo 10. Haremospie en la constatación de
que dicho concepto designaun modo extremo de hacer políticaque inhiere
profundamene la sociedad y la movilizaerosionando rápidamente su autonomía. Además, denota una experiencia política real que dejó una huella
indeleble en la historia y en la concienciade los hombres del siglo xx. Es
innegable que la reflexión sobre el totalitarismo se halla en el origen de la
interrogación contemporánea sobre el significado del Estado como forma
específica de sometimiento político: "¿No es hora ya de considerar en el
Estado totalitario el fenómeno que domina nuestro siglo, lo nuevo por
excelencia de nuestraépoca, a imagen,si se precisara una comparación, de la
revolución industrial del siglo pasado?" 11•
El interrogante formulado por Marcel Gauchat puede a la vez se
multiplicado en otrostantosquegiren en tomo a poderespecificar el fenómeno "totalitarismo" y a intentarcalificarlo de algunamanera. Tareaimposible
es la de encontrar la respuesta exacta,pero sí podemos rastrear estasinvestí122
gaciones -en su mayoría próximas a cierta literatura del liberalismo políticocomo el esfuerzo por buscar indicios que coadyuve a una toma de conciencia
de esa férrea identificación entre Estado y sociedad que caracteriza al proyecto totalitario clausurando para siempre al individuo. La doctrina totalitaria se
realiza mediante un forjamiento contradictorio y paradójico a la vez, pues
toma elementos de diversas fuentes y recorre caminos que a menudo conducen a ningún lado. Sin embargo cierta retórica totalitaria sobrevive y es
preciso atender a este hecho. El Estado totalitario se opone al Estado liberal y
al bolchevique por igual, conservando para sí una supuesta legitimidad dada
por la democracia -que será criticada por su desnaturalización en la expresión
liberal-, cualitativamente superior a manifestaciones anteriores. Por eso, si el
Estado totalitario se proclama enemigo de la democracia, sólo lo hará después
de haber intentado se considerada una "superdemocracia". Inclusive, entre
los muchos errores atribuidos al estado liberal, los teóricos del totalitarismo
reprochan nociones que son enunciadas de una manera harto general y
ambigua: humanismo, pacifismo, intelectualismo, abandono de la nación,
blandura del poder, igualitarismo, sistema de partidos, etcétera.
En la consideración del Estado como algo absoluto, éste se transforma
en la verdadera realidad de todo el cuerpo social, de modo que porvee de
sentido a todo lo humano cuyo valor es tal en la medida en que se encuentre
dentro del Estado. A la base de esta desmesurada exigencia subyace la idea de
la preeminencia del todo sobre el individuo y la única legitimación posible de
ese Estado es la trascendente: "Un gobierno autoritario necesita de una
justificación que está más allá de lo personal (...) La distinción entre conductor y conducidos en tanto principio de orden estatal, puede realizarse sólo
metafísicamente. La autoridad sólo es posible desde la trascendencia y
presupone un rango que tiene valor frente al pueblo porque el pueblo no lo
otorga, sino que lo reconoce" 12. El reconocimiento fundamenta la autoridad y
supera toda facultad de racionalización. A lo más se admitirá una
fundamentación casi zoológica del concepto de autoridad, debida a Karl
Schmitt, pues "el contacto permanente e indudable entre el Conductor y los
que le siguen, como así también su fidelidad recíproca, se basa en la igualdad
genérica. Sólo esta igualdad puede evitar que el poder del Conductor se
convierta en tiranía y arbitrariedad" 13. El Estado se encarga de abolir su
separación con la sociedad ajustando cada vez más la identidad entre ambas,
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y un gran paso dado en esta dirección es el de la idea de que el Estado total
debe ser un Estado de la responsabilidad total de cada uno con respecto a la
nación. Esta obligación elimina el carácter privado de la existencia individual
y, como veremos más adelante, erosiona lo que son los fundamentos legítimos de la responsabilidad. La doctrina jurídica de Schrnitt provee de un
marco inmejorable para esta invasión del Estado sobre la sociedad ya que lo
jurídico, habiendo perdido el sentido que le confiere la doctrina liberal, se
confunde con lo político. El derecho es político y la política será voluntad, de
manera que toda ley requerirá en última instancia, para ser válida, una
decisión política previa tomada por algún poder político existente.
Un objetivo irrenunciable del Estado total es la unidad del pueblo, la
que opera una lógica integradora implacable que propenderá tanto a absorber
como a excluir. Operación que se observa a través del fortalecimiento del
movimiento y de la disolución de los sindicatos con la consiguiente pérdida
de los derechos de los trabajadores, y un minucioso control sobre ellos a
través de libretas de trabajo "en donde se registran una cantidad de datos
referentes a grado de adiestramiento recibido, ocupaciones anteriores, etcétera"15. Es el mismo movimiento el que justifica la exclusión de los demás
partidos como "enemigos", y así queda suprimida la sola idea de
pluripartidismo. El término "enemigo" no es casual pues remite a las
profundas teorizaciones llevadas a cabo por Schrnitt en tomo al concepto de
lo político. Para definir lo político, siguiendo a este autor, es necesario
referirse a alguna distinción de fondo a la que pueda ser remitido todo el
accionar político en sentido estricto: "la específica distinción política es la
distinción amigo-enemigo" . Podemos precisar, incluso, quién es el enemigo
ya que no se trata de una nominación simbólica sino que guarda un significado concreto-existencial. El enemigo es el otro, el extranjero, que no debe ser
considerado un competidor o un adversario pues se trata de hombres que
tienen la posibilidad real de combatir y como tal su relación con los demás
será de lucha en tanto potencial eliminación física del otro. Ningún conflicto
podrá sustraerse a esta "lógica" de lo político si es lo bastante fuerte como
para reagrupar a los hombres en amigos y enemigos.
Por lo pronto podemos afirmar que en esta situación es absurdo pensar
en un sistema de partidos políticos que canalice las diferentes demandas
sociales y propenda a la representación de intereses de la heterogeneidad de
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los grupos. Para Giovanni Sartori al modelo totalitario puede oponérsele el
democrático, de tal modo que es posiblever cómola formaEstadoposibilita
la realización de fines totalitarios: "determinarquéforma revisten las estructuras de poder no democráticas porque será lo contrario de la democracia y
eso nos permitirá concluir que totalitarismo y democracia son incompatibIes" 16. Claro que aquí el autorsostiene que la clavepara la comprensión de
esta oposición está dada por el liberalismo, puesto que la democracia es
democracia liberal". "En términos claros,la desaparición de la democracia
liberal hace morir la democracia, ya se trate de su forma moderna o de su
formaantigua, de una democracia basadaen la libertaddelindividuo o deuna
democracia que sólo pida que el poder sea ejercido por el plenum colectiva" 18. Esta postura, similar a la de Rayrnond Aran, se desarrolla partiendo
desde la convicción de que la sociedad puede arreglarlo todo, con lo que el
totalitarismo sería una reliquia del pasado que poco tiene que ver con los
momentos actuales y susperspectivas. Por el contrario HannahArendty Karl
Friedrich no piensan lo mismo. Seguiremos sus enfoques remarcando elementosque poseenen comúny ciertasparticularidades en el tratamiento del
tema y en reflexiones acerca de sus sentido final. Es bastante conocida la
caracterización dadapor Friedrichde los sistemas totalitarios, suscintamente:
partido único de masas guidado, por lo general, por un líder carismático;
ideología oficial que influye en todos los aspectos de la existencia humana;
controly dirección central de la economíapor parte delpartido; monopolio
tendencialmente absoluto en poder del partido de la dirección de todos los
medios de comunicación masiva; monopolio en manos del partido de todos
los medios para la lucha armada; sistema de terror policíaco y político
dirigido tanto a enemigos del régimen como a gruposelegidos al azar. Cabe
destacar quela distinción con lasformasantiguas de tiraníase debeprincipalmente a que estos rasgos, anteriormente anunciados, están condicionados y
potenciados por el desarrollo de la tecnología.
El enfoque de Arendt se orienta a desentrañar cuál es el fin del
totalitarismo y, por medio de sus investigaciones, logra descifrarlo: la transformación de la naturaleza humanacon la previareducción de los hombres a
autómatas que sean sólo capacesde obedecer. Objetivos alcanzados a través
de la ideologíaoficial, el terrorpolicíaco, el partidoúnicode masas, la policía
secreta Es necesario remarcar aquí que un régimen totalitario borra la
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distinción, habitual entre Estado y sociedad, por medio de su principal
instrumento de organización, el partido único de masas, noción sólo
comprensible si la conectamos con la idea de movimiento. Claro que no nos
referimos a aquellos llamados a los hombres para que se sitúen por" encima
de los partidos" o que "representen exclusivamente el interés nacional",
deseos todos tan caros a los grupos imperialistas del siglo pasado, y que, en
parte, son explicables a la luz del interés exclusivo puesto en la política
exterior de modo tal que se suponía que la nación actuaba como un todo
prescindiendo de las clases sociales y de los partidos. Los movimientos
totalitarios llevaron adelante la destrucción del sistema de partidos los que,
por otra parte, arrastraban desde hacía tiempo un creciente desprestigio:
"cada nuevo grupo creía que no podría hallar mejor legitimación ni mejor
atractivo ante las masas que una clara insistencia en no ser un 'partido' sino un
'movimiento'" 19.
Aquella suposición de que cada partido se define a sí mismo como una
parte de un todo, que a su vez está representado por un Estado que se sitúa por
encima de los partidos, ha ido debilitándose poco a poco y por diversos
frentes. Los parlamentos pierden jerarquía y cada vez más aparecen como
instituciones costosas e innecesarias, y por esta razón cualquier grupo que
presente algo al margen de-los intereses del partido y del parlamento obtiene
grandes posibilidades de popularidad. Los movimientos totalitarios, en realidad, utilizaron el slogan de 'movimiento' para atraer a las masas pues su
intención era apoderarse de la maquinaria del Estado sin alterar demasiado la
estructura de poder, es decir, lograr la identificación del partido con el Estado;
Sin embargo, el Estado total sólo aparentemente es un Estado -recordemos
que no hay movimiento sin odio al Estado-, pues se va desentendiendo de
todos los lazos de responsabilidad, incluso de las necesidades del "pueblo"
en aras de fortalecer su ideología: "El movimiento ... es tanto el Estado como
el pueblo, y ni el Estado actual, ni el actual pueblo alemán, pueden ser
concebidos sin el pueblo"?'; Es importante poder organizar a las masas
dependiendo siempre de la fuerza, sin mediar intereses comunes que las
aglutine, u objetivos específicos y alcanzables. Sólo un repentino apetito de
organización política ha logrado que confluyan individuos que habían tenido
hasta entonces un marcado desinterés por la política. Estos movimientos
exigen a la organización de individuos atomizados una lealtad incondicional,
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la cual efectivamente se logra porque de su afiliación al partido deriva su
sentido de tenerun lugar en el mundo.
Es en vanobuscarespecificaciones programáticas en los movimientos
o enunciaciones de contenidos concretos. Solamente ambiguas referencias a
"cuestionesideológicas de importancia" , confiando siempre en ciertainspiraciónque sobreviene a los hombres de acción. El ejercicio del dominio, en
los sistemas totalitarios, nunca se restringe al Estado y su maquinaria, sino
quelograuna formade dominio más eficaz: desdedentro. Conel terrorlogra
el dominio permanente de los individuos en cadauna delas esferas dela vida
y así se insertaen todaslas célulasque componen el tejidosocial, con lo que
desaparece la libre iniciativaresultando previsible toda actividad. La propaganda está orientada a apoyar sobre todo la política exterior, mientras que
para la faz interiorde la nación está reservado el adoctrinamiento que tiene
como su complemento natural y fundamental al terror que constituye la
verdadera esencia de su forma de gobierno. En cuanto al partido sigue el
típicomodelo gangsteril norteamericano queoperaa travésdela acumulación
de dinero mediante chantaje y protección". Así se logra la base económica
necesaria para llevaradelantesu plan de dominación permanente.
A diferencia de la propaganda partidaria, la totalitaria no está compuesta por temas objetivos sobre los que la gente pueda opinar sino que su
contenido, además de ser incontrastable, es incuestionable. Conun marcado
desprecio porloshechoslo que se advierteson diversas ficciones construidas
ad hoc quecontribuyen al objetivo de aislara las masasdelmundoreal.Junto
a la propaganda haremos una breve referencia al papel cumplido por la
organización, y a los aspectos más salientes queconforman sufuncionamiento:
-Se divide a los grupos en simpatizantes y afiliados, y mientras el
número de los primeros aumentacontinuamente, el de miembros del partido
permanece constante.
-Las organizaciones frontales están formadas por simpatizantes y su
función principal es aislar y reducir el impacto de la realidad sobre los
afiliados.
-La organización está siempreen estadode cambio, lo que posibilita
que en cualquier momento se puedeninsertarnuevos grados y crear nuevas
instancias de decisión.
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-A la aparición de diferentes grupos y subgrupos hay que agregar que
se establece una competencia en torno a ver quien posee mayor combatividad.
Esta estructura' 'cebollimorfa' es típica de organizaciones secretas y
su fin principal es el incremento indefmido de controles y de presión ante
eventuales deserciones al partido. Otra técnica también muy utilizada fue la
de la multiplicación de organismos, con el inocultable objetivo de descomponer el status qua. A la par de cada grupo singular organizado de la sociedad
había que crear otro, manejado por el partido, que lo fagocitara, siempre con
la lógica implacable de presionar sobre los originarios miembros de las
organizaciones y organismos. Por supuesto el vértice del sistema está ocupado por el Jefe que es quien tiene la última palabra y que, contrariamente a la
figura del tirano que jamás se identificaría con sus subordinados, se identifica
con sus funcionarios creando una situación muy problemática, cual es que
ninguno experimenta responsabilidad por sus propias acciones o puede
explicar las razones de éstas.
Lo que no deja de sorprender del Estado totalitario es que en modo
alguno se trata de una estructura monolítica. Por el contrario, encontramos
una autoridad dual formada por el partido y el Estado que genera conflictos
permanentes aun cuando haya serias presunciones de que el verdadero poder
es del partido". Todos los recursos de los que dispone el totalitarismo parecen
tener algo grado de eficacia pues aseguran el monopolio del poder y la
ejecución de las órdenes: " ... la multiplicidad de las correas de transmisión, la
confusión ·de la jerarquía, afirman la completa independencia del dictador
respecto de todos sus inferiores y hacen posibles los rápidos y sorprendentes
cambios de la política por los que se ha hecho famoso el totalitarismo. El,
cuerpo político del país se halla a prueba de choque por obra de su falta de
conformación"?', El carácter "total" de estos sistemas no radica solamente
en el hecho de que un partido no tolera la existencia de otros ni de ningún tipo
de oposición y que las posiciones del gobierno sean ocupadas por miembros
del partido, sino en que la totalidad del poder está concentrado en las
instituciones del movimiento, transformándose el Estado en algo así como su
fachada, detrás de la cual se ubica una poderosa policía secreta o su equivalente, ejecutora de cuanto haga falta para hacer más intensa aún la dominación.
128
***
Entre los múltiples enfoques del fenómeno "Estado" es interesante
resaltar uno que es el que intenta abordarlo en cuanto a su especificidad.
Habituados a los abordajes "que consideran al Estado como el sitio en donde
radica el poder político soberano, resultan muy novedosos otros enfoques,
que no por ser más difusos son menos certeros en sus aproximaciones teóricas
al poder y al Estado. Mientras que la perspectiva sociológica da una explicación del poder a partir de la coacción inherente a todo hecho social, el
formalismo jurídico intenta su explicación a través de la legitimidad que
siempre remitirá a una ley o autoridad que la dicta y aplica. Ambas posiciones
-para Michel Foucault- fallan en el blanco, pues el ejercicio del poder es en
cada ocasión singular en sus mecanismos, en sus objetivos y en sus efectos:
sólo una microfísica puede seguir su acción. Sería vano pretender que la
naturaleza del poder se sitúe en un término abstracto -Estado, ley- o en una
realidad empírica -gobiemo, clase social-, más bien hay que pensar que el
poder es el mismo tejido de que está hecha la realidad. A través de una especie
de vía negativa el autor descarta ciertas maneras de considerar el poder, muy
arraigadas en el pensamiento filosófico-político, para dejar el camino libre y
poder ensayar una nueva comprensión: "Ahora bien, el estudio de esta
microfísica supone que el poder que en ella se ejerce no se conciba como una
propiedad, sino como una estrategia (...) Hay que admitir en suma que este
poder se ejerce más que se posee, que no es el 'privilegio' adquirido o
conservado de la clase dominante, sino el efecto de conjunto de sus posiciones estratégícas"".
Las estrategias mencionadas se ejercen sobre los cuerpos, por eso el
autor insiste en que todo poder se define como tecnología política del cuerpo,
emplazada a lo largo de la historia por diversos procedimientos técnicos:
"Pero el cuerpo está también inmerso en un campo político; las relaciones de
poder operan sobre él una presa inmediata (...) Este cerco político del cuerpo
va unido, de acuerdo con unas relaciones complejas y recíprocas, a la
utilización económica del cuerpo; el cuerpo, en una buena parte, está imbuido
de relaciones de poder y de dominación como fuerza de producción' '26. Si
bien el autor concentró sus estudios en objetos puntuales como organismo
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enfermo, locura, delincuencia, sexualidad, reviste una gran importancia
analizar su desarrollo en tanto grafican de un modo contundente hasta qué
punto el poder político penetra en toda la capilaridad del tejido social. Esta
inserción se opera por medio de las disciplinas -"anatomía política del
detalle" - que están constituidas por un cúmulo de recomendaciones cuyo
producto es logrardocilidad. Hay que realizar el control, para lo que se debe
establecer unajerarquíaférreaen dondecadapuestoes un observatorio desde
el cualel superiorminuciosamente descompone cadamovimiento del subordinado. Tecnología de dominación que tiene su paradigma conceptualen lo
que Foucaultdenominó "panoptismo'F': "El efecto mayor del Panóptico:
induciren el detenido un estadoconsciente y permanente de visibilidad que
garantiza elfuncionamiento automático delpoder. Hacerquela vigilancia sea
permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su acción. Que la
perfección del podertienda a volverinútilla actualidad de su ejercicio";".
Sin embargo, a contra corriente de la filosofía política clásica, este
enfoque se resiste a plantearla cuestiónde los mecanismos de sometimiento
en términos de Estadoporque éste tanto como los posibles marcosjurídicorepresentativos y la dominación globalde una minoríasobreuna mayoríano
son datosiniciales sino' 'formas terminales": "Por poderno quiero decir 'el
Poder', comoconjunto de instituciones y aparatos que garantizan la sujeción .
delosciudadanos en un Estadodeterminado. El poderestáen todaspartes; no
es que lo englobe todo, sino que viene de todas partes'?". Las relaciones de
poder pierden toda polaridad trascendente a la sociedad pues "vienen de
abajo" debilitándose la figurade oposición binariay totalentredominantes y
dominados. Conforme a esto resulta un error concebir al Estado como
instrumento de la clase dominante o como la manifestación actualde la ley.
Lasrelaciones queatraviesan la sociedad se instalancadavez másen el orden
del poder político cuyafigura es la de un campo múltiplede relaciones de
fuerzadonde se producenefectosglobales, mas nunca estables, de dominación; el modelo estratégico en lugar del modelo del derecho. La resistencia
estarápresente pues es parte del poder y por ende se multiplica y diversifica
en innumerables puntosen la red del poder. Sin embargo, no hay el lugar de
"la resistencia". Es un engaño pensar el poder como aquello que por
naturaleza tienela funciónde prohibir, el podercrea, produciendo inclusoal
individuo mismo.
130
Lo que subyace a este análisis del poder es que la capacidad que ha
desarrollado el Estado de infiltrarse en la sociedad es mucho mayor que la que
mostraba hasta mediados de siglo. A través del tejido social el poder llega
hasta la intimidad del individuo. En una de sus investigaciones, Claus Offe"
señala ciertas tendencias autonegativas propias de la democracia competitiva,
y una de ellas es la destrucción de la identidad de los sujetos de la voluntad
política. Debido al afán creciente de los partidos políticos por captar la mayor
cantidad de votos se produce un tratamiento del ciudadano como si fuera un
objeto abstracto. Pero esto no anula la necesidad del individuo por recomponer la relación entre la situación social y la fundamentación de la voluntad
política de una manera coherente, que ahora se ha transformado en un
problema a resolver individualmente. Por lo que hemos visto en el análisis de
Foucault es cada vez menor el espacio que queda fuera del influjo del Estado;
la construcción del ámbito privado es cada vez más trabajosa. Y es que el
individuo ha sido considerado (sobre todo a partir de la concepción liberal)
como una unidad continua en el tiempo y en posesión de una definitiva
identidad personal, resultando la sociedad una población de individualidades
de este tipo. Pero ocurre que estos son algo así como los' 'primeros efectos"
del poder, sus "víctimas tempranas". Los regímenes multiplican hasta lo
inimaginable instrucciones y prescripciones destinadas a hacer que sus ciudadanos sean más controlables y previsibles. En este sentido, existe un largo
trabajo de disciplinamiento después del cual no hay riesgo alguno en que se
otorgue la libertad de expresión, la representación de los intereses o el
equilibrio de poderes. Muchos menos riesgos aún subyacen en una sociedad
moderna donde la autodisciplina es la técnica más eficaz para producir su
propia docilidad.
. Como señalara Claude Lefort", en la sociedad democrática -a diferencia de las organizadas según un modelo teológico-político-, el sitio de poder
pasa a ser un lugar vacío en donde desaparece la referencia a un garante
trascendente. La sociedad democrática inaugura la experiencia de una sociedad que guarda aspectos inaprehensibles y cuya identidad nunca será dada
definitivamente. Los partidos políticos harán de una sociedad algo más
democrático si se transforman en puntos de resistencia al poder, en la medida
en que ellos sean impelidos por una fuerza que de algún modo adquiera un
sentido contrario al poder omnímodo del sistema. En esta perspectiva, más
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proporcionada quelafiguradela gran batallaesladepequeños enfrentamientos
silenciosos motorizados por fuerzas activas y no por una inerte oposición
reactiva.
Notas
F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1973, p. 82.
La genealogía es una especie de método, debido a Nietzsche y continuado posteriormente
por Foucault, que tiene como objetivo percibir la singularidad de los sucesos fuera de toda
finalidad omniabarcadora, renunciando a todo intento de remontar hasta algún origen
impoluto. Lo importante radica en encontrar los diferentes escenarios en donde una misma
idea jugó diferentes papeles.
3 Esta denominación no responde exactamente a la idea de Estado-que-sabe, de ser un Estado
que posee sabiduría. Tampoco la expresión "Estado docto" no sirve demasiado pues no se
trata de que el Estado adhiera a alguna doctrina en particular. Hechas estas aclaraciones,
utilizaremos aquella denominación con más confianza.
4 Sin entrar en el debate acerca de si hoy son pertinentes otros calificativos para esas
sociedades, tales como "post-industrial" o "post-capitalista", interesa señalar que han
tenido o tienen su momento de sociedad industrial.
5 Ver J. Habermas, "Ciencia y técnica como ideología" en Ciencia y técnica como
.
ideología, Tecnos, Madrid, 1984.
6 Es recomendable tener en cuenta que este planteo es fruto de una productiva interrelación
de distintas posturas; los aportes de H. Marcuse al respecto son de muy valiosos.
7 Ver en este sentido "¿La democracia contra el Estado benefactor?" en revistaDoxa 1 (2),
1990, en donde se hacen muy patentes estos efectos.
8 J. Habermas, cit., p. 104.
9 M. Stoppino, "Totalitarismo", en Bobbio-Mateucci, Diccionario de política, Siglo XXI,
Buenos Aires, 1986.
10 "Totalitarismo", en D. Sills (Edit.), Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales,
Aguilar, Madrid, 1984.
11 M. Gauchat, citado en Chatelet-Pisier Kouchner, Las concepciones políticas del siglo XX,
Espasa Calpe, Madrid, 1986, p. 428.
12 E. Forsthoff, citado en H. Marcuse, Cultura y sociedad, Sur, Buenos Aires, 1968, p. 4l.
13 K. Schmitt, El concepto de lo político, Folios, México, 1980, p. 29l.
14 E. Forsthoff, cit., subrayado nuestro.
15 F. Neumann, Behemoth, FCE, México, 1956, p. 380 y ss.
16 G. Sartori, Teoría de la democracia, Alianza, Buenos Aires, 1990, p. 127.
17 Hay una notable coincidencia con la posición adoptada a este respecto por N. Bobbio en El
futuro de la democracia.
18 G. Sartori, Idem, p. 30l.
19 S. Neumann, citado en Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, Taurus, Madrid,
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1974, p. 325.
K. Schmitt, cit., p. 341.
21 F. Neumann, cit., p. 335, 341.
22 H. Arendt, cit., p. 491.
23 Estaes una de las razonespor la cual F. Neumann denominóBehemotha su libro dedicado
al estudio del nacional-socialismo, pues es un no-Estado en el sentido en que se aproxima
más a un caos en donde toda acción es imprevisible y está sujeta a la voluntadabsoluta del
Jefe.
24 H. Arendt, Idem, p. 501.
25 M. Foucault, Vigilary castigar, Siglo XXI, Buenos Aires, 1976,p. 33.
26 M. Foucault,!dem, p. 204.
27 La denominación se debea que Foucaulttomaestaideade J. Benthamy su panópticocomo
proyectoarquitectónico de prisión ideal.
28 M. Foucault, Idem, p. 204.
29 M. Foucault, La voluntadde saber, Siglo XXI, Buenos Aires, 1977.
30 C. Offe, Partidospolíticos y nuevos movimientossociales, Sistema,Madrid, 1988.
31 C. Lefort, La invencióndemocrática, Nueva Visión, Buenos Aires, 1990.
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